> Sarita Colonia La Santa del Pueblo
De ella se dice que nació en Belén, en Ancash, que su padre fue carpintero, y que, como toda gente de provincias, tuvo que dejar a muy temprana edad su tierra natal para viajar a la capital a mejorar su futuro. Pasó gran parte de su vida en el puerto del Callao y fue allí también en donde encontró la muerte luego de arrojarse al mar chalaco para huir de unos delincuentes que intentaban violarla. Pese a este hecho, irónicamente, fueron los delincuentes más avezados y las peores gentes del barrio porteño los que iniciaron su culto y adoración, hecho que le hizo acreedora del título de santa de los marginados y desposeídos. Desde aquel entonces dicen que ha hecho cientos de milagros tanto que su fama ha traspasado ya los límites de las clases sociales e incluso territoriales, pues hoy es adorada ado rada y reconocida recono cida en todo el Perú Per ú y en el extranjero. Su nombre completo era Sarita Colonia Zambrano, aunque es conocida cariñosamente con el nombre de “La Sarita”, para muchos, la Santa del Pueblo. Según los registros histór icos icos Sarita Colonia
nació el 1 de marzo de 1914 en el caserío de Belén, en Huaraz, Áncash. Era la mayor de tres hermanos (Hipólito, Esther y Rosa), hija de don Amadeo Colonia, quien tenía el oficio de carpintero y de Rosalía Zambrano. En 1924, y tras una enfermedad bronquial de su madre, Sarita y su familia deciden viajar a Lima, asentándose durante cuatro años en el populoso distrito de Barrios Altos. Fue aquí cuando Sarita ingresó junto con su hermana Esther, al colegio religioso Santa Teresita de Mavillac, en donde se dice comenzó a recibir la educación que marcaría su vida, a tal punto que, ya a esa edad, comenzaba a acariciar la idea de iniciar un camino religioso. Sin embargo sus planes se verían truncados pues cuatro años después de su llegada a la capital, la salud de su madre empeoró obligando a la familia a regresar a Huaraz en busca del aire seco de la sierra. Pese a estos cuidados, Rosalía falleció cuatro meses después siendo Sarita quién tomó las riendas de su familia. > La devoción No se sabe bien cuándo o por qué, qu é, los ciudadanos del Callao comenzaron a venerar la cripta de la joven. Los estudiosos señalan que fue aproximadamente en la década de los setenta cuando el culto comenzó a extenderse en Lima debido principalmente a la masiva migración que llegó a la capital de la sierra del Perú. Lo que se sabe es que cuando las autoridades del puerto del Callao intentaron allanar la fosa común donde está enterrada Sarita Colonia para ampliar el cementerio de la ciudad, de repente cientos de fieles se apropiaron de la fosa impidiendo su demolición (fue la única cripta que no fue destruida) y levantaron en ese lugar una pequeña capilla la misma que hoy continúa siendo el espacio de veneración y culto a la popular santa. Lo que destaca de este pequeño altar no es solo la cantidad de flores, cartas y demás accesorios decorativos que la gente deja sobre él sino también sorprende la variedad de placas con nombres y direcciones de personas que han sido bendecidos por algún milagro de la joven dando testimonio así de la santidad de Sarita y su incuestionable don para realizar milagros. > Leyenda La Santa del Pueblo
En el cementerio José Baquíjano en el Callao (Lima- Perú). Los primero devotos edificaron una pequeña capilla, en dicho cementerio, en el año 1941 el padre de Sara colocó una cruz en su pequeño mausoleo, con el nombre y la foto de su hija. Al poco tiempo, fue incrementando su número de visitas, los primero en rendirle culto fueron los estribadores del puerto del callao, luego se unieron prostitutas, homosexuales y delincuentes. Muchos le atribuyeron muchos milagros, al principio se le consideró la santa de los marginados, hoy en día es la santa no canonizada más famosa de America. Hasta hoy se siguen encomendando a su imagen, que es motivo de veneración, muchos delicuentes la tienen tatuada en la espalda, para que les resguarde las retaguardia, se han hecho series de televisión, canciones y libros sobre ella, y todos juran y perjuran “por la sarita”. > Los milagros en vida La Santa del Pueblo
Pero lejos de los testimonios actuales, cabe preguntarse si realmente existió en la vida de Sarita Colonia algún indicio que diera fe de su santidad, es decir, ¿hizo Sarita Colonia algún milagro en vida? Según siempre el mito, uno de sus primeros milagros ocurrió cuando ella era apenas una niña. Se dice que en Huaraz, en medio de la plaza de armas, el comisario llamó la atención de la ciudad para mostrar el cadáver de un peligroso bandolero de la zona. En ese momento Sarita se le acercó y le dijo: “Usted ya no está detrás de usted. No hay nadie detrás de sus ojos. Resulta que ya no lo veo, señ or comisario”. Según se cuenta, aquello ocurrió un día 7 de julio, el séptimo mes del año. Siete días más tarde a las 7 de la noche, el comisario cayó muerto en esa misma plaza. Por otro lado, su hermano Hipólito (quien no reconoce el hecho anteriormente contado) cuenta que el único milagro que su hermana realizó en vida, ocurrió el año en que regresaron a Huaraz por el cuidado de su madre, en ese entonces, cuenta, Sarita cayó a un río y puesto que no sabía nadar, fue arrastrada por la corriente dejando ver de ella solo su cuerpo flotando. Fue en ese momento en que apareció en el caudal un señor grande, con hábito blanco y barba rubia, quien la levantó de las aguas y le dijo: “Hija mía, tu padre está preocupado, te tienes que ir inmediatamente, tú no vas a morir, tú eres una hija predestinada, me vas a ayudar a servir al prójimo”. No obstante, y tal como ocurre con las historias, no todos dan fe de este relato, e incluso su propia hermana Esther, ha negado que este hecho haya sucedido.