HISTORIA DE LA GASTRONOMIA EUROPEA SIGLOS XVII Y XVIII
Durante el reinado de Felipe III se produce el cambio de la economía española. Se cierra la fase expansiva del Quinientos y se inaugura la fase depresiva del Seiscientos caracterizada por la pérdida de seguridad en el Atlántico, la gran epidemia de 1598 a 1600 que se llevó un 15 % de la población, las guerras con Portugal, la mediocridad de reyes y validos y la expulsión de los moriscos que
eran
los
que
cultivaban
la
tierra.
Una de las consecuencias es la aparición de los pícaros de cocina que, acuciados por el hambre, se acomodaban en las cocinas de los grandes señores. Los conocemos gracias a Cervantes, en "El Quijote" y en su novela ejemplar "La ilustre fregona"; la cocina de la goyesca duquesa de Alba todavía estaba llena de estos seres. Mientras tanto, Francia, bajo el reinado de Luis XIV, sustituye a España en su papel político hegemónico e impone para siempre sus gustos en la gastronomía de Occidente. Dicho rey era chillón y de una escandalosa gula que, según cuenta su cuñada, se saciaba en la comida, con 4 platos de distintas sopas, un faisán entero, una fuente de ensalada, una perdiz, una pierna de cordero y varios platos de dulces y confituras. El refinamiento de la cocina francesa llega a un grado extremo con su sucesor Luis XV, es la época en que los grandes platos llevan los nombres de personajes como el mariscal de Villeroi, que dió su nombre a las pechugas empanadas a la Villeroi. El duque de Richelieu, cuando conquistó Mahón, conoció la salsa mahonesa y la hizo famosa en su patria. Aparece el champagne en su forma de vino espumoso que debe su triunfo a Mme. de Pompadour, que afirma que es el único vino que, aun bebido en exceso, hace más bellas a las mujeres. Ahora los aristócratas se disputan los grandes viñedos que siempre pertenecieron a los todopoderosos conventos. De 1733 es el primer libro moderno de cocina francesa, redactado por Vincent de la Chapelle y titulado "La cocina moderna"; en él aparece escrita por primera vez
la
forma
de
elaboración
de
la
salsa
bechamel.
Veamos la receta de esta socorrida salsa: Se fríe en una sartén una cebolla previamente
triturada,
con
6
cucharadas
de
aceite
o
mantequilla;
a
continuación, se añade 3 cucharadas de harina y, removiendo continuamente con un tenedor, se van echando muy despacio 3/4 de litro de leche. Se cuece todo durante 10 m. a fuego mínimo. Antes de apagar, se puede añadir a la salsa
trocitos
de
trufa,
caviar,
piñones
o
champiñones.
En los últimos años del reinado de Luis XVI, aparecen los años de hambre, por las malas cosechas de los cereales, y, para suplir su carencia, el boticario Antoine Auguste Parmentier convence a los franceses de consumir el tubérculo más nutritivo: la patata. El 25 de agosto de 1785, en una gran recepción en Versalles, para celebrar el santo de Luis XVI, Parmentier se abre paso entre los cortesanos con un ramo de flores malvas y, cuando llega ante el monarca, le dice: "Señor, quiero ofreceros un ramo digno de Su Majestad: la flor de una planta
que
puede
solucionar
la
alimentación
de
los
franceses".
Así se introdujo la patata en palacio que poco a poco fue cultivada en los huertos de los nobles, sin embargo, los campesinos y las clases más populares eran reacios a este producto porque crecía bajo tierra, pero la Revolución francesa y las guerras napoleónicas, con sus hambres, consiguen que este cultivo se extienda por Francia y por toda Europa. En Alemania, en estas mismas fechas, Federico el Grande firmó un decreto que obligaba a los campesinos a cultivar la patata. Llegó a colocar soldados por todos los campos prusianos para comprobar el cumplimiento de su decreto; a partir de este primer contacto "manu militari", el alemán y la patata han quedado unidos para siempre: la toman en puré, la cortan en lonchas y dados, la reducen a fécula
y
la
hierven
para
hacer
aguardiente.
Son los maestros del suflé de patatas, que acompaña en el plato a las salchichas frankfurt, las chuletas de cerdo o la tortilla de vegetales, y que elaboran
de
la
siguiente
manera:
Una vez pasado por el pasapurés un kilo de patatas hervidas, se añade a éstas
80 g. de mantequilla, una pizca de nuez moscada, cuatro yemas de huevo y un vaso de nata, y se mezcla todo despacio. A continuación, se echa 4 claras batidas a punto de nieve, mezclando lentamente de abajo arriba. Se vierte la mezcla en un molde untado con 20 g. de mantequilla y se cuece, en el horno, a fuego
moderado,
durante
20
minutos.
En Inglaterra, triunfan las patatas al vapor y las patatas fritas con pescado también frito, base del famoso plato tan popular en las calles de Londres "fish and chips". En Italia, la patata ya era cultivada por los carmelitas descalzos desde fines del Quinientos, pero de todos los frutos exóticos traídos de América por los españoles, el que tuvo más éxito fue el tomate, "il pomodoro" (manzana dorada) unido casi maritalmente con la pasta que, como ya hemos dicho en capítulos anteriores de nuestra Historia de la Cocina, ya era producida en estas tierras en la Edad Media, gracias a la intervención de los árabes. De la época que ahora nos ocupa procede la leyenda de los tortellini de Bolonia, pasta cuya forma se inspira en el ombligo de la diosa Venus que, en una de sus últimas apariciones en la Tierra, pasó por la Romaña acompañada de Baco y Marte, durmió en una hostería y a la mañana siguiente fue sorprendida desnuda por el cocinero: éste se dirigió a la cocina, tomó la pasta y, recordando lo que acababa de ver, elaboró las piezas de tortellini. Se pica una cebolla y se sofríe en una cazuela con tres cucharadas de aceite, una nuez de mantequilla y dos hojitas de salvia. Se añade a continuación 400 g. de setas limpias y cortadas a rebanaditas. Rehogarlas y sazonarlas con sal y pimienta. Se suma a todo ello dos cucharadas de sofrito de tomate y dos cucharones de caldo de verduras y se deja cocer durante veinte minutos. En una olla aparte, se hierve 500 g. de tortellini en agua con sal. Una vez cocida la pasta, se escurre, se vierte en una fuente y se echa por encima el preparado de setas, una nuez de mantequilla y una trufa cortada en finas rebanaditas. Como postre, podemos preparar un zumo de tomate, a base de triturar 3 tomates bien rojos con 8 cucharadas de agua, un pizca de sal, pimienta y
azúcar, y unas gotas de zumo de limón. Si a tres partes de zumo de tomate, le añadimos una de Vodka, podremos saborear el clásico cóctel inglés "Bloody Mary".
http://tpc23017.blogspot.com/2008/08/origenes-de-lagastronomia.html
GASTRONOMIA EUROPEA La gastronomía actual que nos deleita a diario con sabores y combinaciones novedosas y sorprendentes tiene, como todo, una historia que la explica. La gastronomía europea, que puede preciarse de ser una de las mas variadas y consumidas en el mundo, tiene su origen en la cultura culinaria de la edad media. ¿Cómo eran los hábitos alimenticios de la época? En este artículo desplegamos información al respecto.
La gastronomía medieval demarcaba estatus económicos y sociales En la edad media lo culinario era un indicador de clases sociales. Los alimentos, sobretodo algunos en particular, indicaba el nivel económico y social de quien los poseía. Es decir que no solo indicaba la diferencia entre clanes más o menos acaudalados, sino que indicaba la jerarquía social pues en la edad medieval existían decretos que establecían que alimentos podían ser consumidos por los nuevos ricos y cuales no. Es decir que algunas variantes de alimentos solo eran permitidas para los integrantes de la nobleza. Las normas sociales también ordenaban que el alimento de las clases obreras se debía refinar menos que el de la elite social puesto que se
creía que el trabajo manual duro requería un alimento con características más bastas y menos costosas.
Los prejuicios sobre la gastronomía medieval La cocina medieval, como opinión general, se dice que era grosera y poco refinada; que se usaban grandes cantidades de especias para cubrir el olor y el sabor de los alimentos alterados; que las personas comían exclusivamente carnes asadas en grandes llamas, probablemente demasiado crudas o demasiado quemadas al extremo de carbonizarlas. Esto no es del todo acertado, aunque tiene partes de realidad acerca de la primera parte de la edad media. La cocina de fines de la época medieval era una búsqueda constante de sabores, colores y combinaciones, todo con el fin de lograr el máximo placer posible. Receta tras receta, se hace evidente que la cocina medieval era un arte que necesitaba de mucha dedicación y de mucha inventiva porque las cocinas medievales estaban geográficamente limitadas y eran menos cosmopolitas que las de hoy . El transporte de alimentos y la comunicación existente durante este período eran muy lentos, siendo la tecnología de preservación muy limitada, evitando todo ello la exportación de muchos alimentos frescos, especialmente la fruta, el pescado y la carne.
Usos y costumbres culinarias de la edad media La sociedad medieval comía dos veces al día: el almuerzo, próximo al mediodía, y una merienda frugal. Si se celebraban reuniones sociales, las meriendas se sustituían por un festín. Había cenas a altas horas de la noche y los banquetes, comunes entre las clases altas, se preciaban de tenerlo todo en un completo bufé.
Los alimentos utilizados en la edad media
Los ingredientes más comunes de la cocina medieval europea en aquellos tiempos eran el verjuice, el vino y vinagre. Estos ingredientes se combinaban extensamente con azúcar para dar a muchos platos un sabor distintivo y la mayor parte de las veces dulce. Las carnes más consumidas eran la de cerdo y de pollo, mientras que la ternera era muy poco común, en comparación con la actualidad. Existía una amplia variedad de consumo de pescado fresco. Es de destacar el uso de la leche de almendras, en sus variantes tanto dulces como amargas, siendo el alimento más empleado en los platos que debía haber leche, tales como sopas, estofados y salsas .
Los condimentos usados en la edad media Los condimentos eran muy usados en aquella época, los más comunes, y heredados por la cocina actual, eran:
Jengibre - Canela - Nuez moscada - Clavos de olor
-
Azafrán
- Cardamomo - Macis - Pimienta
Quizás las más populares fueran el perejil, el cilantro y la menta. Pero también hierbas como la mejorana y la salvia se utilizaba bastante. A menudo aparecen en combinación, embadurnadas sobre la carne o dando sabor a la sopa. El gusto por el cilantro en los platos salados ha perdurado en la cocina europea y en algunos países latinoamericanos. Una lista completa incluía:
- Ajedrea Hinojo Orégano - Mostaza Ruda -
- Cilantro -
Perejil
(también
Mejorana se -
Menta usaba
______________________________________________________
la
raíz) Salvia Tomillo
Alumnas, tenemos algunas referencias de la cocina Europea .ahora les toca investigar un potaje EUROPEO Y elaborar una infografía . Resaltando: 1. Ingredientes 2. Características 3. Adaptaciones 4. Presentación del plato.
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DECORACIÓN DE COMIDA ORIENTAL Una forma muy sencilla para decorar los platos es simplemente espolvorear algunas especias sobre la comida, justo antes de servir. También conseguimos un efecto muy atractivo agregando algunas ramas de hierba buena.
La decoración en la comida: Para un japonés, la vida gira alrededor de la comida. Comer es la actividad más importante a la cual hay que dedicarle tiempo y cuidado, el disfrute de la comida japonesa antes de llevarla a la boca, es visual, esta debe estar, ante todo, en atractiva disposición en el plato. El objetivo es lograr una armonía integral: llevar a la mesa una comida fresca, natural, que refleje la estación y proyecte la naturaleza, todo esto dentro de una bella presentación. De ahí que una de las partes más importantes de la culinaria japonesa es el arte de presentar los platos, así como, la decoración e imaginación de una comida, por lo tanto, la mayoría de las normas van dirigidas a cumplir este requerimiento. ¿Porque esta importancia de la vista? ¿Porque ese esmero en adornarla? Y la respuesta nos la da un japonés que quedó ciego en su vejez: su sabor se reduce a la mitad al no apreciar el plato, aparece la sensación de aprensión al no saber que se está comiendo, la incapacidad de identificar los ingredientes y como han sido cocinados, cuando la presentación del plato, los ingredientes y su cocción son buenos, el apetito se agudiza sólo con verlos, perdida del deseo de comer al no tener el estimulo visual, no poder comprobar nuestras expectativas visuales al saborear la comida, la comida la prueba primero el cerebro que la lengua, a través de los ojos. Por estas razones su esposa tenía que describirle con detalle lo alimentos que le daba de comer para que el señor disfrutara lo que consumía. Pueden existir otras razones como las artísticas y el deseo de mostrarlo como “cultura”, sin embargo representa el goce de los sentidos, el gusto, el olfato y la vista. Estimadas alumnas recapitulando la clase anterior, que desarrollamos en la aula de innovación , les dejo el siguiente texto para que complementen con la información que ya tienen.También les dejo un video en la pagina principal de este blog. Envien sus comentarios.
Europa De Wikipedia, la enciclopedia libre Saltar a: navegación, búsqueda Este artículo o sección contiene algunas citas a referencias completas y/o incluye una lista de bibliografía o enlaces externos. Sin embargo, su verificabilidad no es del todo clara debido a que no posee suficientes notas al pie. Puedes colaborar editándolo e introduciendo citas más precisas (lee aquí sobre cómo añadirlas).
Europa
Superficie
10.530.751 km²
Población
739.000.000 hab.
Densidad
70 hab./km²
Gentilicio
Europeo
Subdivisiones
Europa Europa Europa Europa Europa
Países
49 (Lista de países)
Zona horaria
UTC
del Norte del Sur del Este del Oeste Central
UTC+5 Internet TLD
.eu
Ciudades más extensas
Véase aquí
Organizaciones regionales Unión Europea Para otros usos de este término, véase Europa (desambiguación). Este artículo trata sobre el continente europeo. Para la comunidad política supranacional, véase Unión Europea.
Europa es uno de los continentes que forman el supercontinente euroasiático, situado entre los paralelos 37º y 70º de latitud norte, que de forma convencional y por motivos históricos es considerada un continente. Se extiende en la mitad oriental del Hemisferio Norte, desde el océano Glacial Ártico por el norte hasta el mar Mediterráneo por el sur. Por el oeste, llega hasta el océano Atlántico; por el este, limita con Asia, de la que la separan los montes Urales, el río Ural, el mar Caspio y la cordillera del Cáucaso.[1] Europa es el segundo continente más pequeño en términos de superficie, que abarca alrededor de 11.100.000 km. cuadrados o el 2% de la superficie del planeta Tierra y alrededor de 6,8% del total de las tierras emergidas. Alberga un gran número de estados soberanos, cuyo número exacto depende de la definición de la frontera de Europa, así como de la exclusión o inclusión de estados parcialmente reconocidos. De todos los países europeos, Rusia es el mayor en superficie, mientras que el Vaticano es el más pequeño, no sólo de Europa, sino también del mundo. Estos países son también el más y menos poblado de Europa respectivamente. Europa es el cuarto continente más poblado después de Asia, África y América con una población de 735.000.000 o alrededor del 11% de la población mundial. Según proyección de población de la Organización de las Naciones Unidas (variante media), la cuota de Europa se reducirá al 7% en 2050.[2] Sin embargo, las fronteras de Europa y la población son objeto de controversia, ya que el término continente puede referirse a un bien cultural y político o a distinciones fisiográficas. Europa es la cuna de la cultura occidental. Las naciones europeas desempeñan un papel preponderante en los asuntos mundiales desde el siglo XVI en adelante, especialmente después del comienzo de la colonización. En los siglos XVII y XVIII, las naciones europeas controlaron la mayor parte de África, América, y gran parte de Asia. La Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial condujeron a una disminución en el dominio de Europa en los asuntos mundiales cuando los Estados Unidos y la Unión Soviética
tomaron la preeminencia. La Guerra Fría entre las dos superpotencias dividió Europa a lo largo del Telón de Acero. La integración europea dio lugar a la formación del Consejo de Europa y la Unión Europea en Europa occidental, las cuales se han expandido hacia el este desde la caída de la Unión Soviética en 1991.
Alb. And. Austria Bielorrusia Bélgica
Bosnia Bulgaria
Croacia Chipre Rep Checa. Dinamarca Estonia Finlandia Francia (Fr.)
Alemania Grecia Hungría
Islandia Irlanda Italia (It.) (It.) Letonia
Lich. Lituania
Lux. Mac. Malta
Moldavia Mon. Mont. PP.BB. Noruega Polonia Portugal Rumania Rusia (Rus.)
S. Mar. Serbia
Eslovaquia Eslo. España Suecia Suiza Turquía Ucrania
Reino Unido
Vaticano Mar Adriático Océano Ártico Mar Báltico Mar de Barents Mar Cantábrico Mar Negro Mar Celta Skagerrak Mar de Groenlandia Golfo de Cádiz Mar Mediterráneo Océano Atlantico Norte Mar del Norte Mar de Noruega Estrecho de Gibraltar
Contenido [ocultar]
1 Definición y extensión del término
2 Etimología
3 Historia o
3.1 Prehistoria
o
3.2 Antigüedad clásica
o
3.3 Edad Media
o
3.4 Edad Moderna
o
3.5 Edad Contemporánea
4 Geografía
5 Política
6 Economía
7 Moneda
8 Demografía o
8.1 Características de la población
9 Población por sexo
10 Cultura
11 Véase también
12 Referencias
13 Enlaces externos
[editar] Definición y extensión del término El término Europa tiene diversos usos, y los principales son de carácter geográfico y político.
Geográficamente, Europa es la península más occidental de Eurasia; limitada al Norte, Oeste y Sur por el Océano Atlántico y sus mares circundantes; (Báltico, del Norte, Mediterráneo, Mármara y Negro) y al Este por los Montes Urales, el río Ural, el mar Caspio y la cordillera del Cáucaso.
Políticamente, Europa se utiliza en ocasiones para referirse a los estados miembros de la Unión Europea, si bien no todos los países europeos pertenecen a esta organización. La propia UE considera como tales a todos aquellos situados dentro de los límites geográficos tradicionales, incluyendo Chipre, Georgia, Armenia y Azerbaiyán.[3]
En las obras de Homero, Ευρώπη es sólo la reina mitológica de Creta y no una denominación geográfica, sin embargo, el (así llamado) Himno Homérico a Apolo (250251) usa el término para referirse a la parte continental de Grecia, por oposición al Peloponeso y a las islas. Hesíodo, en la conclusión de su Teogonía (verso 964) alude a "los continentes" pero sin precisar sus nombres, con todo se duda que dicho pasaje pertenezca a este autor. Más tarde, desde el año 500 a. C. su significado se refiere a toda la tierra al oeste del mar Egeo. En Heródoto Europa es el mayor de los continentes, extendiéndose al norte del Mediterráneo desde las Columnas de Hércules (Gibraltar) hasta más allá del río Indo. Desde la época helenística, se consideró a Europa como el territorio ubicado al norte del Mediterráneo, el Helesponto (Dardanelos), la Propóntide (mar de Mármara) y el Bósforo, siendo el río Tanais (Don) su frontera nororiental. Así Varrón[4] considera que el mundo puede ser dividido a partir del Bósforo, las tierras situadas al norte del mismo corresponderían a Europa.A pesar de ello el término no tuvo entonces ninguna connotación política, de hecho existió, desde el siglo IV, una provincia romana llamada Europa como una subdivisión menor de la provincia romana de Tracia,[5] en la cual estuvo incluida Constantinopla. Europa, en sentido literario o meramente geográfico, correspondía a una de las tres partes del mundo, separada de África por Gibraltar, y de Asia por el Don. Flavio Josefo, cuya obra influyó en las concepciones medievales, agregaba que había sido otorgada por Noé a su hijo Jafet. Hasta finales del Medioevo se mantuvieron estas fronteras de Europa, pero a medida que se ampliaba el mundo conocido por los europeos, resultaba insuficiente. Fue el geógrafo sueco Philip Johan von Strahlenberg quien, hacia 1730, propuso fijar el límite oriental del continente en los Montes Urales, propuesta acogida con agrado por la monarquía rusa. Hasta el siglo XVI el término Europa no era de uso general, se prefería referirse a la misma como La Cristiandad. Esta expresión, desde el Renacimiento y la Reforma, comenzó a ser sustituida por el nombre propio del continente, con menos connotaciones confesionales. Actualmente, Europa puede ser usada tanto de manera amplia, para designar a la península más occidental de Eurasia, como de un modo más restringido; los estados miembros de la Unión Europea. También se utiliza para aludir a una serie de naciones que comparten una
identidad cultural común a la cual se califica de "europea". En este sentido es como lo utiliza el Consejo de Europa de cuyos 47 países miembros sólo 27 pertenecen a la Unión europea.[6] Por otro lado, los habitantes de algunas islas europeas; especialmente Irlanda o el Reino Unido, pero también Escandinavia, se refieren a la Europa continental como "Europa continental".[7]
[editar] Etimología
Europa y el toro de Gustave Moreau (c. 1869).
Tradicionalmente se asocia el origen del topónimo Europa con un personaje mitológico. En efecto, Europa (Ευρώπη en griego) era hija de Agénor y de Telefasa, hermana de Cadmo, una princesa fenicia. Cuando estaba divirtiéndose con sus compañeras en la playa, Zeus la observó y acabó enamorándose de ella. Zeus se transformó en un toro blanco, tan manso, que Europa se acercó a él, puso flores sobre su cuello y finalmente se atrevió a montarlo; entonces, Zeus se levantó y cruzó el mar, llevándola a la isla de Creta, donde Europa dio a luz a Minos y a Sarpedón, con el cual regresó al Asia. Del nombre de esta mujer provendría el del continente. El análisis más extendido de esta palabra lo considera como una composición de las palabras griegas εὖρος (“ancho”) y ὤψ (“vista, ojo”), pero se trata sin duda de una etimología popular. Muchos lingüistas piensan que Europa proviene de la raíz semítica 'rb, que significa “ponerse el sol” (Occidente); irib en asirio, ereb en arameo, habiéndose propuesto la forma *'urūbā como la denominación original de las "tierras occidentales".[8] Desde una perspectiva asiática o medio-oriental, el sol se pone efectivamente en Europa, la tierra al oeste. Aun cuando ésta sea la etimología más aceptada en la actualidad, algunos
investigadores como M. L. West han sostenido que "fonológicamente, la coincidencia entre el nombre de Europa y cualquiera de las formas semíticas del vocablo, es muy pobre".[9] La mayor parte de las lenguas utilizan palabras derivadas de Europa para referirse al continente. En chino, por ejemplo, se emplea Ōuzhōu (歐洲), que es una abreviatura del nombre transliterado; Ōuluóbā zhōu (歐羅巴洲). Sin embargo, en algunas lenguas turcas se utiliza el término Frangistán (Tierra de los Francos) de manera coloquial, aunque el nombre "oficial" del continente sea Avrupa o Evropa.[10]
[editar] Historia Artículo principal: Historia de Europa
El disco celeste de Nebra, descubierto en Alemania es la representación más antigua que se conoce de la bóveda celeste. [11] [editar] Prehistoria Artículo principal: Prehistoria de Europa
El hombre de Neanderthal está considerado como la única especie humana autóctona de Europa. Esta especie se encontraba ya en Europa cuando llegó el hombre de Cro-Magnon (Homo sapiens), especie a la que pertenece toda la humanidad actual. Estas dos especies humanas convivieron durante bastante tiempo hasta que el hombre de Neanderthal se extinguió probablemente debido a la competencia con el hombre de Cro-Magnon, si bien aún quedan numerosos interrogantes sobre el hombre de Neanderthal, su extinción y sobre la posibilidad de que existiese hibridación que obtuviera continuidad entre ambas especies. [12]
[editar] Antigüedad clásica Artículo principal: Antigüedad clásica
La antigüedad clásica está dominada por el influjo de la civilización greco-latina, y del Imperio romano sobre el resto de Europa. La decadencia del Imperio romano y la llegada de nuevos grupos étnicos con nuevos reinos, llevó a la fragmentación política de Europa. [editar] Edad Media
Mapa de Europa de Gerardus Mercator. Artículo principal: Edad Media
El comienzo de la Edad Media se sitúa tradicionalmente en el año 476 con la caída del Imperio romano de Occidente. Este acontecimiento fue seguido por sucesivos intentos de unificación y conquista, que sumieron al continente en numerosos conflictos y guerras durante la Edad Media, como la guerra de los Cien Años (que duró más de un siglo). Esto, junto con la influencia sobre el continente de nuevos grupos, como los mongoles llegados por las estepas, o el surgimiento del Islam, creándose una barrera que dividió dos culturas y el Mediterráneo, y con los choques en esta frontera, moldeó está época en el continente. [editar] Edad Moderna Artículo principal: Edad Moderna
La Edad Moderna marca, para Europa, el inicio de procesos que mucho después darán lugar a la globalización, y es el tiempo en el que los conflictos bélicos se hicieron cada vez más desastrosos, como la llamada guerra de los Treinta Años.
Proceso de ampliación de la UE. [editar] Edad Contemporánea Artículo principal: Edad Contemporánea
Los procesos económicos y el desarrollo científico y tecnológico se aceleró en desmedro de otros continentes de manera mucho más notoria durante la edad contemporánea, produciendo tensiones por competencias que desencadenaron más guerras (como las guerras Napoleónicas y las guerras mundiales). Hoy los procesos tendentes a la unificación se procuran pacíficamente, tal es el caso de la Unión Europea, cuyo origen se remonta a la Declaración Schuman de 1950. Europa es el continente que ha tenido más influencia en la historia del mundo (descubrimientos, conquistas, colonizaciones, movimientos y revoluciones, guerras mundiales, etc).
[editar] Geografía Artículo principal: Geografía de Europa
Una imagen satelital de Europa.
Topografía de Europa.
Europa política.
Regiones biogeográficas de Europa.
Europa, el segundo continente más pequeño del mundo tras Oceanía, tiene una extensión de 10.530.751 km², representando el 7% de las tierras emergidas. Hablando estrictamente en términos de ciencia geográfica contemporánea, Europa, como Oceanía, dejan de estar categorizadas como continentes y son consideradas macro-unidades
geográficas MUG; ya que en efecto, en el caso de Europa esta macrounidad geográfica es una prolongación occidental del continente eurasiático. Caracteriza a Europa, tanto en lo geográfico (con mucha incidencia en lo climático como en su geografía humana), la elevada cantidad media de costas marítimas y oceánicas debida a la presencia de abundantes penínsulas, golfos, mares interiores e islas. Esto y el influjo de la Corriente del Golfo y la proximidad de los desiertos cálidos de África y Asia determinan que en Europa prepondere, pese a las latitudes, un clima templado excepcionalmente benigno para la habitabilidad humana. Por otra parte la abundancia de costas e hidrovías ha permitido y permite el tránsito de poblaciones y luego su establecimiento desde fines del pleistoceno (cuando los Homo sapiens substituyeron a los Homo neandertalensis). También es Europa, si se la considera de modo tradicional como un continente, el continente más llano, con una altura media de 230 metros. La máxima expresión de estas planicies es La gran llanura del Norte, que se extiende 2.000 km desde las costas atlánticas francesas hasta los montes Urales, la frontera física más oriental con Asia. Los puntos más altos son el monte Elbrus (Rusia) en Europa oriental (5.642 m), el Shkhara (Georgia) (5.204 m) y el Mont Blanc (Italia-Francia) en Europa occidental (4.807 m). Al sur, Europa está separada del continente africano por el mar Mediterráneo, frontera que se reduce a unos pocos kilómetros en el estrecho de Gibraltar, al sureste los límites con Asia también están dados por el Mediterráneo y sus mares subsidiarios, el mar de Mármara y el mar Negro. Si bien se observa, el mar Mediterráneo y su cuenca más que un límite (según los momentos históricos) es un nexo de unión con los otros "continentes" (las macrounidades geográficas de Asia y África), resultando los verdaderos límites culturales y étnicos las extensas regiones desérticas que se ubican al otro lado del Mediterráneo. Considerando a Islandia como parte de Europa y a Groenlandia como parte de América, se puede observar que las distancias entre Europa y el continente americano son también bastante exiguas. Entre los golfos de Europa destacan el golfo de Vizcaya (Francia y España), el de Cádiz (España y Portugal), el de Dardanelos y el del Bósforo (Turquía), el de Messina (Italia) y el de Oresund (Dinamarca y Suecia), entre otros. Sus principales penínsulas son la Escandinava (Suecia, Noruega), Ibérica (España, Portugal, Andorra y Gibraltar), Itálica (Italia, San Marino y Ciudad del Vaticano), Balcánica (Grecia, Albania, Bulgaria, República de Macedonia, Serbia, Croacia, Montenegro, Bosnia Herzegovina, Eslovenia y Rumania); además de las penínsulas de Kola (Rusia), Jutlandia (Dinamarca), Bretaña (Francia) y Crimea (Ucrania). Sus principales islas son Gran Bretaña, Islandia e Irlanda.
Véanse también: Entorno natural de la Unión Europea, Agencia Europea de Medio Ambiente, Puntos extremos de Europa y Anexo:Picos más altos de Europa por países
[editar] Política
Bandera oficial de la Unión Europea.
En la actualidad, la política europea viene marcada por la existencia de un ente al cual pertenecen 27 países de Europa. Se trata de la Unión Europea. Además, cuatro estados más están pendientes de su entrada a dicha unión (Croacia, Turquía, Islandia y Macedonia) y muchos otros, principalmente de los Balcanes, están interesados en incorporarse a medio plazo en la Unión Europea. La inmensa mayoría de estados europeos se rigen por sistemas democráticos. A pesar de ello, no en todos ellos están igual de desarrollados los derechos de los ciudadanos. Eso sí, en casi todos, los derechos fundamentales están garantizados. Es de reseñar que el cumplimiento de estas misivas es indispensable para que un país pueda formar parte de la UE. Además, son muchos los ciudadanos europeos que pueden moverse libremente entre distintos estados de Europa, dentro del marco del Espacio Schengen. Europa está representada por diversas naciones. Aunque no todas las naciones aquí representadas tienen estado propio reconocido. Véanse también: Ampliación de la Unión Europea, OSCE y Anexo:División política de Europa
Europa, de acuerdo con una definición ampliamente aceptada se muestra en verde ( en azul celeste; la extensión sobre territorio asiático de estados europeos, en azul oscuro; territorios considerados europeos por razones histórico culturales).
Mapa político moderno.
Grupos regionales según la ONU.
Grupos regionales según The World Factbook.
Unión Europea y países candidatos.
Mapa con los miembros de la UE y de la OTAN.
Cronología de adhesiones a la OTAN.
País
Superfi cie (km²)
Países por población Densidad (según datos del de artículo población correspondiente) (por km²)
Capital
28.748
3.600.523
125,2 Tirana
357.021
83.251.851
233,2 Berlín
Andorra
468
68.403
Armenia
29.800
3.229.900
101,0 Ereván
Austria
83.858
8.169.929
97,4 Viena
Azerbaiyán
86.600
8.621.000
97,0 Bakú
Bielorrusia
207.600
10.335.382
30.510
10.274.595
336,8 Bruselas
51.129
4.448.500
77,5 Sarajevo
Albania Alemania
Bélgica Bosnia y Herzegovina
146,2
Andorra la Vieja
49,8 Minsk
Bulgaria
110.910
7.621.337
9.251
788.457
0,44
900
Croacia
56.542
4.437.460
Dinamarca
43.094
5.368.854
124,6
Eslovaquia
48.845
5.422.366
111,0 Bratislava
Eslovenia
20.273
1.932.917
95,3 Liubliana
España
504.851
47.150.800[13]
Estonia
45.226
1.415.681
31,3 Tallin
Finlandia
336.593
5.157.537
15,3 Helsinki
Francia
675.417
65.073.482
95,9 París
69.700
4.661.473
64,0 Tiflis
131.940
10.645.343
Hungría
93.030
10.075.034
Irlanda
70.280
4.234.925
Islandia
103.000
307.261
Italia
301.230
58.751.711
2.724.90 0
15.217.711
64.589
2.366.515
Chipre Ciudad del Vaticano
Georgia Grecia
Kazajistán Letonia
68,7 Sofía 85,0 Nicosia
2.045,5
Ciudad del Vaticano
77,7 Zagreb Copenhagu e
94,1 Madrid
80,7 Atenas 108,3 Budapest 60,3 Dublín 2,7 Reikiavik 191,6 Roma 5,6 Astaná 36,6 Riga
Liechtenstei
160
32.842
65.200
3.601.138
2.586
448.569
316
397.499
33.843
4.434.547
1.95
31.987
13.812
616.258
324.220
4.525.116
41.526
16.318.199
393,0 Ámsterdam
312.685
38.625.478
123,5 Varsovia
91.568
10.409.995
110,1 Lisboa
244.820
61.100.835
244,2 Londres
República Checa
78.866
10.256.760
130,1 Praga
República de Macedonia
25.333
2.054.800
238.391
21.698.181
17.075.4 00
142.200.000
61
27.730
n Lituania Luxemburgo Malta Moldavia Mónaco Montenegro Noruega Países Bajos Polonia Portugal Reino Unido
Rumanía Rusia San Marino
205,3 Vaduz 55,2 Vilna 173,5 Luxemburgo 1.257,9 La Valeta 131,0 Chisinau 16.403,6 Mónaco 44,6 Podgorica 14,0 Oslo
81,1 Skopie 91,0 Bucarest 26,8 Moscú 454,6 San Marino
Serbia
88.361
7.495.742
89,4 Belgrado
Suecia
449.964
9.090.113
19,7 Estocolmo
41.290
7.507.000
Turquía
783.562
71.517.100
93,0 Ankara
Ucrania
603.700
48.396.470
80,2 Kiev
26.800. 000
843.200.000
Suiza
Total
176,8 Berna
31,5
Junto a los anteriores países hay también una serie de regiones, que gozan de una cierta autonomía, así como de una independencia de facto como naciones con un limitado reconocimiento (o irreconocimiento) internacional. Ninguno es miembro de la Organización de las Naciones Unidas:
Región
Super ficie (km²)
Países por población (1 de julio de 2002 est.)
Densidad de población (por km²)
Capital
Abjasia
8.432
216.000
Åland (Finlandia)
1.552
26.008
16,8 Mariehamn
1.399
46.011
32,9 Tórshavn
Gibraltar (RU)
5.9
27.714
4.697,3 Gibraltar
Guernsey (RU)
78
64.587
828,0
Isla de Man (RU)
572
73.873
129,1 Douglas
Jersey (RU)
116
89.775
773,9 Saint Helier
10.908
2.126.708
Islas Feroe (Dinamarca)
República de Kosovo
29 Sujumi
Saint Peter Port
195.34 Pristina
Osetia del Sur República de Nagorno Karabaj República Turca del Norte de Chipre Svalbard y Jan Mayen (Noruega) Transnistria
3.900
70.000
18 Tsjinval
11.458
138.800
12
3.355
265.100
78 Nicosia
62.049
2.868
4.163
537.000
0,046
Stepanaker t
Longyearby en
133 Tiraspol
[editar] Economía
Naciones europeas según renta per cápita en 2002.
La economía de Europa es la más grande del mundo.[cita requerida] La mayoría de sus estados pertenecen al primer mundo. En el siglo XIX se realiza la primera integración moderna de la economía de varios estados europeos a través de la Unión Aduanera de Alemania. Alemania es económicamente la nación más poderosa de Europa,[cita requerida] seguida por Francia, el Reino Unido, Italia y España aunque el primero en términos de renta per cápita es, tanto de Europa como del mundo, Luxemburgo. Existe una gran disparidad en la riqueza económica de los distintos países europeos, así, mientras en las cinco principales economías el PIB supera los 20.000 euros por persona, Moldavia apenas sobrepasa los 2.000.
Buena parte de la dinámica económica del continente se enmarca dentro del funcionamiento de la Unión Europea. Desde 2009, dieciséis estados europeos comparten una misma moneda, el euro (€). La nueva realidad de la economía mundial, que se ha consolidado en el transcurso de la última década, está marcada principalmente por la desintegración de la Unión Soviética, el vertiginoso crecimiento de la República Popular China y la materialización de la unidad económica de buena parte de Europa. En medio de estos cambios han surgido nuevos polos para la economía mundial que han impulsado el llamado proceso de "Globalización". Una de las particularidades de la economía europea es el hecho de que varios estados de poca extensión territorial, sin mayores recursos naturales y sin poseer costas, cuentan con economías prósperas y con un elevado nivel de vida. Tal es el caso de Andorra, Luxemburgo, Suiza o Liechtenstein, así como Mónaco, aunque este último posee costas sobre el Mediterráneo. Véase también: Economía de la Unión Europea
[editar] Moneda
Lek Euro (€, EUR) a excepción de Bulgaria, Dinamarca, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Reino Unido, República Checa, Rumania, Suecia Dram (AMD)
Azerbaiyán - Manat azerí (AZM)
Bielorrusia - Rublo bielorruso (BYR)
Bosnia y Herzegovina - Marco convertible (BHK)
Bulgaria - Lev (BGN)
Croacia - Kuna (HRK)
Dinamarca - Corona danesa
Georgia - Lari (GEL)
Hungría - Florín húngaro
Islandia - Corona islandesa (ISK)
Kazajistán - Tenge (KZT)
Letonia - lat (lat) (LVL)
Liechtenstein y Suiza - Franco suizo (CHF)
Lituania - Litas (LTL)
República de Macedonia - Dinar macedonio (MKD)
Moldavia - Leu moldavo (MDL)
Noruega - Corona (kr, NOK)
Polonia - Złoty (PLN)
Reino Unido - Libra esterlina (£, GBP)
República Checa - Corona checa («Koruna česká») (CZK)
Rumania - Leu (RON)
Rusia, Abjasia y Osetia del Sur - Rublo ruso (RUB)
Serbia - Dinar (RSD), menos la región de Kósovo, la cual usa el Euro
Suecia - Corona (kr, SEK)
Turquía - Lira Turca (TRY)
Ucrania - Grivnia (UAH)
Evolución de la población europea[cita requerida] Año
Población
1150
50.000.000
1300
73.000.000
1400
45.000.000
1750
140.000.000
1800
187.000.000
1850
266.000.000
1900
420.000.000
1995
728.000.000
2005
732.380.859
2007
732.938.773
2008
738.000.000
[editar] Demografía La población europea actual es, en su inmensa mayoría, fenotípicamente caucásica, dividida en dos grandes grupos: los nórdicos, que suelen tener una pigmentación de piel blanca clara y rosada, cabello rubio, rojizo o castaño claro y los ojos azules, habitando principalmente en Alemania, Rusia, Reino Unido, Francia, Norte de Italia, Suiza, Suecia, Irlanda, Noruega, Finlandia, Países Bajos, etc. y los mediterráneos que en su mayoría tienen la piel blanca con un ligero rubor (mejillas semi rojas) en el rostro, cabello oscuro o castaño la gran mayoría con ojos café y en menor cantidad marrones, verdes, grises o azules, viviendo en España, sur de Italia, sur de Francia, Portugal, Grecia y los Balcanes. Pero en las regiones intermedias entre estos dos grupos, se encuentran muchas poblaciones que presentan características de ambos. Fueron varios los grupos étnicos que, a lo largo de los siglos, invadieron el continente europeo, entre ellos destacamos a los íberos, celtas, germanos, vikingos, latinos o romanos, etruscos, helénicos, eslavos, etc. considerados luego autóctonos de dicho continente, a los cuales se suma la migración desde el continente asiático: fenicios, árabes, judíos y gitanos entre otros. En la actualidad existen otros tipos de inmigrantes, entre ellos los asiáticos del lejano oriente y los provenientes de África y América Latina.
[editar] Características de la población
Con respecto a la situación demográfica, destaca el hecho de cómo en el continente europeo la mayor parte de sus habitantes corresponde a una población adulta, con un envejecimiento progresivo y un marcado decrecimiento de la población juvenil. Esta situación ya resulta preocupante en varios países europeos, como Alemania, Austria, Francia, España, Bélgica, Países Bajos, Islandia, los países escandinavos, Dinamarca, Grecia y el Reino Unido, donde se produce una pirámide poblacional invertida con escasa población juvenil y sobre todo infantil. Este fenómeno también se da en Europa Oriental, donde en la década de los 90 del siglo XX, la caída del comunismo provocó un colapso de la natalidad, ya de por si baja dentro de los países comunistas europeos, junto con un brusco aumento de la mortalidad. En los últimos años, la caída de la natalidad en el antiguo bloque comunista se ha amortiguado, permitiendo una recuperación de unos índices de natalidad, más próximos a la estabilización de la población en la actualidad (1,5 hijos por mujer).[14] En países como Irlanda, Italia, Portugal y Suiza, la situación con respecto a la natalidad está más equilibrada, sin el sesgo de la pirámide invertida en su demografía.
Familia sami en 1900.
Otro rasgo característico de la demografía europea, es la elevada tasa de inmigración, destacando España en los últimos años, donde de tener una población extranjera inferior a los 100.000 habitantes en 1999, se ha pasado a varios millones, ya por encima del 10% de la población y convirtiéndose en el primer receptor europeo de inmigración, superando a los países que tradicionalmente fueron los receptores de la inmigración, como Alemania, Francia o el Reino Unido. En el caso de España, se pasó de 39 millones de habitantes en 1999, y con una pronunciada caída de la población desde los 42 millones que se había dado en los años previos a 1999, a 45 millones en 2006, sin incluir la inmigración ilegal; este hecho sirvió al gobierno español para aumentar el peso dentro del parlamento europeo, al recibir más escaños por su población. Los problemas asociados al envejecimiento de la población pueden ser resumidos en dos partes, un menor crecimiento económico por los desequilibrios del sistema social y por un
rasgo de menor innovación dentro de las sociedades envejecidas, y el mantenimiento del sistema de pensiones, cuya balanza de pagos queda seriamente dañado cuando el número de pensionistas supera al de trabajadores. Por estas dos razones, por considerarse un complemento de los sistemas de ayuda internacional, y por la política de hechos consumados, algunos gobiernos europeos han apoyado la inmigración en épocas de bonanza económica o para paliar los problemas antes citados.
[editar] Población por sexo En la mayor parte de los países del continente las mujeres superan a los hombres en cantidad, excepto Andorra, Albania, Islandia y la colonia británica de Gibraltar. En estos países, la población masculina es mayoritaria, si bien existe ciertas variaciones entre la Europa Occidental y la Europa Oriental. Las personas de sexo masculino inferior a 65 años son mayoría principalmente en países como Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Reino Unido, Países Bajos, los países escandinavos y entre otros. Además en estos países, la cantidad porcentual de varones se encuentran en crecimiento y con el paso del tiempo podrían igualar o superar a las mujeres. Si bien en países como España, Italia y Portugal, la población de ambos sexos se encuentra casi equilibrada, sobre todo en la etapa juvenil, de adultez y de la tercera edad. En la mayor parte de los países de Europa Oriental, como en la antigua U.R.S.S. y el resto de los Balcanes, las mujeres menores de 65 años y mayores de 64 años son mayoría, en cambio los varones son minoría por varias décimas porcentuales. Esto se debe a las guerras desatadas en los Balcanes, pues los varones son forzados al sevicio militar obligatorio, lo cual ha provocado que declinen bastante. Su crecimiento solo dependerá entonces del número de nacimientos.
Regiones de Europa Cultural Véanse también: Demografía de la Unión Europea y Migración en la Unión Europea.
[editar] Cultura Artículos principales: Cultura en la Unión Europea y Cultura de Europa
En el continente europeo existen muchos idiomas procedentes de varias familias. Entre ellas se destacan:
Del grupo indoeuropeo: o Las lenguas romances, procedent es del latín: aragonés, asturiano, catalán, español, francés, gallego, italiano, ladino, napolitano, occitano, sardo, siciliano, rumano, portugués, retorroman ce. o Las lenguas germánica
s: inglés, neerlandés , alemán, frisón, sueco, danés, noruego, islandés, feroés. o Las lenguas eslavas: bosnio, búlgaro, ruso, polaco, checo, eslovaco, bielorruso, ucraniano, sorabo, serbio, esloveno, croata y macedonio . o Las lenguas célticas: irlandés, gaélico escocés, galés, bretón, córnico y manés. o Las lenguas bálticas: letón, lituano o Otras
lenguas indoeurope as: griego, armenio, albanés.
Del grupo ugrofinés: finés, lapón, estonio y húngaro.
Del grupo turcotártaro: turco, azerí, Kazajistán o De otros grupos lingüísticos :
Georgiano
Euskera
Maltés
Lenguas planificadas: esperanto (en todos los países del continente), Ido, Interlingua y Volapük por algunas personas.
Las diez lenguas con mayor número de hablantes son el ruso, el alemán, el turco, el francés, el inglés, el italiano, el español, el polaco, el ucraniano y el serbocroata. A pesar de esto, en Europa se habla el 3% de todas las
lenguas del mundo.[15] Los católicos son mayoritarios en 23 países [cita requerida], los ortodoxos en 11[cita requerida], los protestantes en 9 [cita requerida] y los musulmanes en 4 (Albania, Azerbaiyán, Bosnia-Herzegovina, Turquía). Existen minorías religiosas dentro de estos grandes conjuntos:
Los judíos están presentes en Europa desde los tiempos del Imperio romano, han sido perseguidos desde la Edad Media y sufrieron una política de exterminació n total durante la Segunda Guerra Mundial.
El Islam está presente en los Balcanes, antiguament
Conjuntos religiosos:
Europa del Norte protestante (Reino Unido, Escandinavia, Alemania del Norte [cita requerida]).
Europa del Este ortodoxa (Grecia, Rusia, Bielorrusia, Bulgaria, Ucrania, Georgia, Rumanía, Macedonia, Moldavia, Montenegro, Serbia).
Europa del Sur, del Oeste y del Centro católica (Ciudad del Vaticano, Portugal, España, Irlanda, Andorra, Mónaco, San Marino, Italia, Francia, Bélgica, sur de Alemania, Polonia, Austria).
e sometidos al Imperio otomano (Albania, BosniaHerzegovina, Kosovo, Macedonia), en Turquía, Azerbaiyán y, como consecuenci a de la inmigración, en Francia, Reino Unido, Alemania, España, Países Bajos, Bélgica, etc.
Las religiones de extremo oriente: sintoísmo, budismo, hinduismo, confucionis mo.
Existen comunidade s florecientes de la Fe Bahá'í en todos los países.
El ateísmo es minoritario: según la obra de J. Baudérot,
Religión y laicidad en la Europa de los 12, 1994, página 259: un cuarto de la población de la UE sería «no religiosa» y el 5 % de los europeos serían ateos. Una encuesta llevada a 21 países sobre 21 000 personas y publicada en diciembre de 2004 anunció que el 25 % de los europeos del oeste se declaran ateos contra un 12 % en los países de Europa Central y Oriental. Según esta encuesta publicada en el Wall Street Journal, el 4 % de los rumanos y el 8 % de los griegos se declaran ateos. Al contrario, el 49 % de los
checoslovac os y el 41 % de los neerlandese s son ateos. Según una encuesta del CIS, el 82,4 % de los españoles se declaran católicos y el 47,7 % de ellos practicantes.
Véase también:
Catolicismo Romano en Europa
Gastronomía de la Edad Media De Wikipedia, la enciclopedia libre Saltar a: navegación, búsqueda
Campesinos majando siligo, un tipo de trigo, siglo XV.
La gastronomía medieval queda definida como el conjunto de las costumbres culinarias y de los alimentos relacionados con la época medieval típicos de la zona de Europa. Muchos de los cambios y costumbres acaecidas durante este período pusieron lo que son hoy en día los fundamentos de las cocinas nacionales y regionales de la actual Europa, debe la exportación de muchos alimentos frescos, especialmente la fruta, el pescado y la carne, algo que sin embargo es en la actualidad muy corriente en todas las naciones industrializadas. No obstante, los alimentos altamente refinados y exclusivos elaborados para la nobleza acaudalada se consideraban como influencias extranjeras y eran más propensas a ser internacionalizadas que los comestibles de los estratos más bajos de la sociedad. Las tendencias fijadas por el consumo de los reyes y de su corte de nobles seguían siendo influyentes, desde el punto de vista culinario debido a que la población deseaba emularlas, especialmente la clase media superior de las ciudades medievales.
Contenido [ocultar]
1 Sociología o
1.1 Normas dietarias
o
1.2 Distribución de las comidas
o
1.3 Los cubiertos y la etiqueta
2 Ingredientes o
2.1 Cereales
o
2.2 Frutas y vegetales
o
2.3 Carnes
o
2.4 Pescados
o
2.5 Hierbas y especias
3 Las comidas o
3.1 Dulces y postres
4 Bebidas o
4.1 Vino
5 Véase también
6 Notas
7 Referencias
[editar] Sociología En una época en la que el hambre se padecía frecuentemente en diversas partes de Europa, y que su padecimiento era inversamente proporcional al estatus social al que se pertenecía, siendo además considerado como un elemento diferenciador de la jerarquía social (es decir cuanto más alto en la jerarquía social menos hambre se padecía), la posesión de un alimento en estas circunstancias tenía una cualidad claramente diferenciadora acerca del estatus de la sociedad a la que se pertenecía, cualidad que en la actualidad no tiene equivalente. Con la
excepción de la indisponibilidad económica práctica de lujos como las especias importadas, había a menudo decretos que proscribían el consumo de ciertos alimentos para los individuos de ciertas clases sociales y ley suntuaria que fueron utilizadas para limitar el consumo alimenticio de los nuevos ricos que no eran parte de la nobleza. Las normas sociales también dictaron que el alimento de las clases obreras se debían refinar menos que el de la élite social puesto que se creía que el trabajo manual duro requirió un alimento con características más bastas y baratas. La medicina de aquellos tiempos agregó más diferencia a estas nociones ya que recomendaba tónicos costosos, como el theriac y las especias más exóticas para curar a las personas de estatus de sangre noble, mientras que recomendaba el más oloroso y más bajo ajo al hombre común. [editar] Normas dietarias
Monjas cenando en silencio mientras escuchaban una lectura de la Biblia. Es de resaltar el empleo de las manos para la comunicación.
La influencia de la Iglesia Católica y de la Iglesia Ortodoxa tuvo gran impacto en los hábitos alimenticios; el consumo de carne estaba prohibido durante casi una tercera parte del año para la mayoría de los cristianos así como todos los productos de animales como los huevo y lácteos (pero no así con el pescado) que eran generalmente prohibidos durante los periodos de Cuaresma y periodos de ayuno. La Iglesia a menudo accedía a demandas de excepciones regionales, debido a la inexistencia o escasez de productos alimenticios alternativos a los productos cárnicos. Las excepciones de cuaresma a veces se extendían a niños, viejos, peregrinos, trabajadores, etc.
La ciencia médica durante la Edad Media tuvo una influencia mayor de lo que se piensa sobre todo a la hora de intentar discernir entre lo que es sano y lo que es nutritivo. Todos los alimentos fueron clasificados en escalas que iban desde los calientes hasta los fríos, o entre los secos y los húmedos, categorías que corresponden a la teoría de los cuatro humores del cuerpo, propuesta por Galeno y que dominaba las teorías médicas de la ciencia médica desde la antigüedad hasta bien llegado el siglo XVII. [editar] Distribución de las comidas
La sociedad medieval comía cerca de dos veces al día: almuerzo, cercano a la hora del mediodía y una merienda ligera. Los moralistas estaban en contra de romper la frontera entre la noche y el día con una comida tal y como el desayuno, y de esta forma los miembros de algunas comunidades religiosas lo evitaron. El desayuno era, por razones prácticas, elaborado para muchos trabajadores, niños, mujeres y enfermos, siempre a horas muy tempranas. La mayoría de las personas que sucumbían al desayuno, lo consideraban una práctica débil. Las cenas a altas horas de la noche y los banquetes en los que solía haber considerables cantidades de alcohol eran considerados inmorales. Se consideraban asociados con vicios tales como: apuesta, lenguaje soez, bebida y prostitución. Las comidas de rango menor y los aperitivos eran muy comunes (a pesar de no estar bien vistos por la Iglesia), de esta forma los trabajadores recibían el permiso de sus patronos para la compra de comida para ser ingerida durante las paradas de trabajo.[1] [editar] Los cubiertos y la etiqueta
La comida medieval era ingerida principalmente por ayuda de cucharas estando la otra mano sin otro cubierto. Se empleaba el cuchillo en la mesa, pero generalmente no se incluía con el plato ya que se esperaba que cada uno de los comensales llevara consigo uno. Posteriormente el cuchillo fue incluido por los hospedadores como signo de distinción a los invitados de alto rango. Antes de la comida y tras el transcurso de la misma se ofrecía a los asistentes palanganas con agua y unas toallas para que se adecentaran la cara y las manos, limpiándolas. La práctica más habitual era compartir las copas y recipientes donde se bebía, esta práctica era muy común en los banquetes y era considerado un privilegio de gran etiqueta, así como partir el pan o remover en la fuente central de carne ubicado en el centro de la mesa para ofrecer un pedazo al comensal vecino. La naturaleza jerárquica de la sociedad medieval reforzó estas costumbres de etiqueta donde los asistentes de baja posición ayudan en la mesa a los de rango superior, los jóvenes a los mayores, los hombres a las mujeres. Generalmente, los banquetes y las comidas colectivas eran considerados masculinos. Se consideraba algo poco común llevar a su propia mujer a estas fiestas. Los códigos sociales de aquella época hacían difícil para una mujer mantener los estereotipos de permanecer bella, delicada e inmaculada durante el transcurso de una fiesta suntuosa, la mujer del
hospedador del banquete comía a menudo en un recinto separado. Pudiendo unirse al banquete cuando ya estaba a su final y los negocios ya se habían tratado.[2] El tenedor para comer no era muy empleado en la Europa medieval y no se extendió su uso hasta la era moderna. En sus inicios sólo era común su empleo en Italia, debido en gran medida a que se empleaba en la pasta. Aun así hasta el siglo XIV que el tenedor no fue común en todas las clases sociales. El cambio en las actitudes ante la mesa pueden verse ilustradas en las reacciones que causó en la época del Bizantina la princesa Theodora que en siglo XI y siendo la futura esposa del pepe, perez, llegó a causar considerable consternación entre los asistentes venecianos debido a que la consorte extranjera se hacía cortar los alimentos por un esclavo eunuco y les servían las piezas en un tenedor dorado. Más tarde el Obispo de Ostia se refirió a ella como la «...mujer del Doge veneciano, aquella que se descompuso en lejanas tierras».[3]
[editar] Ingredientes Los ingredientes más comunes de la cocina medieval europea en aquellos tiempos eran el agraz, vino y vinagre. Estos ingredientes se combinaban extensamente con azúcar para dar a muchos platos un sabor distintivo y en la mayor parte de las veces agridulce. Las carnes más populares eran la cerdo y pollo, mientras que la ternera era muy poco común, en comparación con la actualidad. El bacalao y el arenque formaban parte de los ingredientes de pescado más habituales, sobre todo en la Europa del norte, pero sin embargo existía una amplia variedad de consumo de pescado fresco. Es de destacar el uso de la leche de almendras, en sus variantes tanto dulces como amargas, siendo el alimento más empleado en los platos que debía haber leche, tales como sopas, estofados y salsas. La leche de almendras sobre todo muy popular durante la Cuaresma y los días de ayuno religioso. [editar] Cereales
Un panadero, castigado por intentar engañar a sus clientes, es llevado sobre un carromato con un trozo de pan colgado del cuello.
La frase del padrenuestro «El pan nuestro de cada día» es casi figurativa para la mayoría de los europeos de la actualidad, pero en la Edad Media era algo más que una realidad concreta. El cereal, generalmente en forma de pan y menos en pasta, era considerada como la ingesta de alimentos más común entre todas las clases sociales. Se estima que el consumo de pan en varias regiones pudo llegar a ser muy similar al 1–1,5 kg por persona y día. Los granos más empleados en esto eran centeno, cebada, alforfón, mijo y avena. El arroz se mantuvo demasiado caro como para ser empleado y crecía sólo en el norte de Italia y en la costa este de España. No obstante el trigo era la forma más habitual de cereal en Europa durante la edad media, considerado como uno de los cereales más nutritivos, su empleo en pan denotaba estatus en la escala social, las harinas refinadas de trigo se reservaban para la elaboración de pan blanco que comerían las clases altas, mientras que las clases más bajas tomaban las harinas menos refinadas y su pan era más negro y con mayor contenido de salvado. Durante los periodos de escasez en las cosechas de cereal se empleaba como sustituto de los cereales, algunos frutos secos tales como las nueces, las legumbres secas, helechos y una amplia variedad de materia vegetal. La alternativa a aquellos que no podían adquirir pan era siempre el porridge o las gachas. Uno de los aportes más importantes a las comidas medievales, y que se incluía en los banquetes medievales como un pequeño aperitivo, era el sops, que consistía en pequeños pedazos de pan con vino, sopa, caldo o incluso una salsa. Otro elemento común en las mesas de las comidas medievales era el frumenty, una harina de porridge cocida en caldo de carne y aliñada con especias. Las gachas fueron elaborados con cualquier tipo de cereal y fue aplicado como plato a enfermos, casi siempre cocido en leche (o leche de almendras) y endulzado con azúcar. Los pasteles[4] estaban rellenos con carne, huevo, vegetales o frutas propias de los bosques europeos; existían también alimentos como la empanadilla, las donas así como muchas pastas. Al final de la edad media comenzaron a popularizarse tanto las galletas como las obleas en una diferente variedad. Los granos de cereal, tanto en pan como en harina, eran muy empleados como espesantes de cocidos y estofados.
Un panadero con su asistente.
La importancia del pan como una alimento diario, convertía a los panaderos en un elemento social de gran importancia para la comunidad. Entre los primeros gremios de la ciudad que se organizaron estaban, naturalmente, los panaderos y las leyes y los reglamentos que fueron establecidos con el objeto de mantener los precios del pan estables. La ley inglesa denominada assisa panis et cervisiæ del año 1266 generó unas tablas muy extensas donde se definía el tamaño, el peso y el precio de un pan del pan en relación con el precio del trigo. A las tablas le fueron añadidas posteriormente el coste de la leña para alimentar el horno y de la sal e incluso la mujer del panadero. Los panaderos que eran pillados engañando a sus clientes falseando las cantidades estipuladas sufrían muy severas penas. Una forma común de castigo era sujetar al delincuente unos cascabeles y arrastrarlo por la ciudad con un pan adulterado atado alrededor de su cuello.[5] [editar] Frutas y vegetales
Recolectando col, Siglo XV.
Mientras que los cereales eran la fuente primaria de alimentos diarios, muchos vegetales como las coles, las remolachas, las cebollas, el ajo y zanahoria se consideraban como material alimenticio primario. Sin embargo, aunque muchas de estas plantas se ingerían por los trabajadores a diario, eran consideradas menos prestigiosas que otras formas de alimentos, tales como la carne. Los libros de cocina de los periodos tardíos de la edad media contienen pocas recetas con ingredientes de verdura, y se incluye ocasionalmente en los potajes. La forma más básica de preparación es en forma de sopas o estofados. La zanahoria naranja que es muy común hoy en día no apareció como alimento hasta mediados del siglo XVII. Varias legumbres, como los garbanzos, habas y los guisantes eran considerados como las fuentes más importantes de proteína. La fruta fue muy popular y se sirvió generalmente fresca (a pesar de las prescripciones médicas), seca, o en conserva. Como el azúcar y la miel eran muy caros, lo más común era
emplear algún tipo de fruta como edulcorante. Las frutas más elegidas en el sur de Europa eran los limones, naranjas, naranjas amargas (la variante dulce no llegó a emplearse hasta varios cientos de años después), pomelos, membrillos y, por supuesto las uvas. En el norte de Europa las manzanas, peras, ciruelas y fresas eran las frutas más comunes. El fruto del Ficus y los dátiles fueron comidos a lo largo de toda Europa, pero no aparecen en los territorios del norte donde tenían que ser importados. Los ingredientes vegetales que hoy se consideran muy comunes en las cocinas europeas, tales como las patatas, las judías verdes, cacao, tomates, pimientos y maíz evidentemente no estaban disponibles en las cocinas medievales, hasta bien pasado el siglo XV con el descubrimiento de América, e incluso algunos alimentos tuvieron que pasar por un largo proceso de adopción a las cocinas europeas. [editar] Carnes
Cerdo a punto de ser sacrificado.
Mientras que todas las formas de caza salvaje eran populares entre aquellas poblaciones las que podrían obtenerlo, la mayoría de carne vino de animales domesticados. La carne de ternera no era tan común como hoy porque criar un ganado era una tarea muy relacionada con el trabajo de agricultura, de esta forma los bueyes y las vacas eran mucho más valiosas como animales de tiro que como potenciales productores de alimentos tales como la carne o leche. La carne de animales sacrificados estaba disponible sólo cuando no podían servir más o su carne eran particularmente menos apetitosa y por lo tanto valorada menos. La más
común de las carnes domesticadas procedía del cerdo, que requería menos atención y era más barata. El cerdo funcionó a menudo libremente incluso en ciudades y podría ser alimentado en apenas alrededor de cualquier basura orgánica de la cocina. Entre las carnes que hoy no se consideran apropiadas para el alimento, se mencionan a veces el erizo y la ardilla en algunas colecciones de recetas. Se incluye en la alimentación cárnica una amplia gama de aves, que incluyen el cisne, el pavo, la codorniz, la perdiz, a veces la cigüeña, y la alondra, así como cualquier pájaro salvaje que podría ser cazado con éxito. El cisne y el pavo fueron domesticados a menudo, pero comidos solamente por la élite social y elogiados más por su aspecto fino (se menciona que frecuente creaban el atontamiento) que la calidad de su carne. No es como hoy en día gansos y patos habían sido domesticados pero no eran tan populares como el pollo, el equivalente de las aves al cerdo. Curiosamente, existía la creencia de que la barnacla cariblanca se reproducía no poniendo los huevos como otros pájaros, sino creciendo adentro de los percebes y por lo tanto era considerado como alimento aceptable para los días de ayuno y la Cuaresma.[6] La cantidad de carne ingerida variaba considerablemente en función de las regiones consideradas y es objeto de estudio detallado. Algunas fuentes documentales pueden darnos una idea aproximada acerca de los segmentos de sociedad que consumían carne y de la proporción del consumo. Los libros de contabilidad de los conventos o de las ciudades son un ejemplo de esto, existen algunos muy detallados en Alemania que pueden dar información acerca de la ración diaria consumida por algunos grupos. Un estudio del siglo XIV indica que en Berlín, Estrasburgo y Fráncfort del Óder, en el territorio germano, se llegaba a consumir de 500 g hasta 1 kg de carne al día.[7] [editar] Pescados
Pesca de lamprea en una corriente, siglo XV.
Siempre por debajo del prestigio dictado por la carne, se tomaban como alimento alternativo a los días de ayuno religioso, tales como la Cuaresma, de todas formas este alimento sólo era ingrediente principal en las poblaciones costeras. Los tipos de pescado importantes eran el arenque y el bacalao en las costas que asomaban al Atlántico y al Mar Báltico. El arenque tiene y tuvo una importancia económica tremenda en los pueblos del norte de Europa, y fue una de las principales mercancías de la liga hanseática. El arenque ahumado elaborado en los países costeros del Mar del Norte tenían un amplio mercado que llegaba hasta las fronteras lejanas de Constantinopla. Mientras que el pescado fresco era consumido en cierta cantidad, era de destacar aquel que era tratado para ser preservado, como por ejemplo los salazones (Un ejemplo claro incluso hoy en día es el bacalao), los ahumado, etc. Una amplia gama de moluscos (incluyendo las ostras, los mejillones, vieiras, etc) eran comidos por las poblaciones del mar mediterráneo, algunos de ellos procedían de ríos cangrejo. Comparado con la carne el pescado era mucho más caro para las poblaciones del interior, especialmente en la Europa Central, y por lo tanto no era una opción para la mayoría. Hay que pensar que los métodos de conservación necesarios para transportar pescado fresco en grandes cantidades eran muy rudimentarios, y se centraban más en evitar olores mediante el empleo de especias olorosas antes que preservar realmente el pescado.Los pescados de agua dulce más comunes de ver en los platos eran: las luciopercas, las carpas, las percas, la lamprea y las truchas. Los mamíferos marinos, tales como las ballenas y las marsopas eran considerados como pescados a ingerir en los días de fasto, otro de los animales considerados pescado por los medievales era el castor, debido a que se pasaba gran parte del día en el agua.[6] [editar] Hierbas y especias
Recolectando pimienta. Ilustración procedente de una edición francesa de Los viajes de Marco Polo.
Las especias estaban entre los productos de mayor lujo disponibles en la edad media, de todas ellas la más común era la pimienta negra, la canela (y su variante más asequible la cassia), el comino, el jengibre y los clavos. algunos de ellos han sido importados desde
plantaciones de Asia y África, y eran extremadamente caros. Se ha llegado a estimar que las importaciones a Europa pudieron llegar a una cantidad que rondaba las 1000 toneladas de pimienta y 1000 toneladas de otras especias comunes que fueron importadas de la parte oriental de Europa cada año durante la Edad Media. El valor de estos bienes era equivalente a la producción de grano para dar de comer a casi 1,5 millones de personas.[8] Si la especia más común era la pimienta negra, la más cara y exclusiva era el azafrán, y era empleada más como colorante alimenticio (debido en parte a su aporte como color rojo vívido) que por su sabor. Muchas especies que entonces era comunes, o incluso estaban de moda durante este periodo medieval hoy en día cae casi el el apartado de desuso en la cocina Europea, por ejemplo: galingale, pimienta larga y cubeb. Graino del paraíso, tiene una cierta relación con el cardamomo, hoy en día apenas se emplea por los cocineros europeos, aunque permanece en uso en la haute cuisine en el norte de Francia. Era muy común emplear como condimento las hierbas que crecían localmente. Salvia, mostaza, y especialmente el perejil que crecían en toda Europa eran especias de amplio uso en casi todas las regiones, de la misma forma la alcaravea, la menta y el hinojo. El eneldo y la mostaza fueron muy populares como condimentos de muchas partes de la cocina alemana de aquella época. El anís fue empleado como un saborizante de pescados y de carne de pollo, y sus semillas cubiertas de azúcar para servir carnes confitadas al final de las comidas.[6]
[editar] Las comidas [editar] Dulces y postres
El azúcar era un producto muy caro en la edad media, y el consumo era por lo tanto muy moderado. La caña de azúcar podía ser cultivada en las partes más del sur de Europa y la remolacha de azúcar estuvo ausente durante varios siglos más. El edulcorante más común era la miel, también frutas secas y los mostos de uva (una especie de sirope). Para las clases más favorecidas existía el mazapán y los anillos de naranja secos (muy populares en Francia e Italia desde el siglo XIV). Se empleaban algunos tipos de caramelos, servidos generalmente tras las comidas mints. Para aquellos que no podían recolectar el azúcar o la miel, existía la posibilidad de las chirivías y los nabos como fuentes alternativas y viables de edulcorar ciertos platos.
[editar] Bebidas
Un monje bebiendo un trago de vino.
El agua hoy en día es tomada como una elección neutra para poder beber en una comida. En la edad media existían siempre serias dudas acerca de su pureza y de esta forma su bajo prestigio y las recomendaciones médicas hicieron de esta bebida la de menor preferencia frente a las bebidas alcohólicas como el vino, cerveza, hipocrás, hidromiel, sidra y perada que generalmente eran más preferidas. Todas ellas eran consideradas más nutritivas y beneficiosas para la digestión que el agua. El vino se consumía a diario en la mayoría del territorio francés y en los países mediterráneos, en todos donde las uvas eran cultivadas. El vino era, no obstante, por regla general la bebida preferida de la nobleza ya que podrían producirla por sí mismos, y ya lejos en el campo, era menos común entre campesinos y trabajadores. La bebida de los habitantes del norte de Europa se centraba sobre todo en la cerveza o ale; debido a los problemas con la preservación de esta bebida durante cualquier período largo (especialmente antes de que la introducción de malta) hacía obligatorio que consumiera sobre todo fresca; estaba posiblemente turbia y quizás con un contenido en alcohol más bajo que el equivalente moderno típico. La leche pura no fue consumida por los adultos, excepto aquellos que eran pobres o estaban enfermos, siendo reservado para los bebés o para los mayores, y entonces generalmente como buttermilk o suero de leche. La leche fresca y los productos lácteos eran ante todo mucho menos común de lo que son hoy en día, debido en parte a la falta de tecnología necesaria para procesar y conservar adecuadamente los productos lácteos.[9] [editar] Vino
Un patrón demostrando como conservar y tratar adecuadamente el vino. Véase también: Historia del vino
El vino tenía el prestigio social más alto de todas las bebidas y también fue mirado como la opción más sana a la hora de elegir entre diversas bebidas. Según la dietética fundamentada en la teoría de Galeno, debía ser considerado como un fluido con unas cualidades al mismo tiempo «caliente y seco» (de aquí proviene el uso moderno de «seco» al describir el sabor del vino- cuando de forma natural no es dulce), pero estas cualidades fueron moderadas cuando el vino fue mezclado con agua antes de beber, y esta mezcla se hacía a menudo. Las propiedades del vino eran muy diferentes de las asignadas al agua o incluso a la cerveza, que eran consideradas al mismo tiempo fría y húmeda, el consumo del vino con moderación (especialmente vino tinto), entre otras cosas, fue tenida como ayuda a la digestión, para generar «buena sangre» y para aclarar el humor. La calidad del vino se diferenció considerablemente según vendimia, el tipo de uva y más importantemente, en el número de los prensamientos realizados a la uva. La primera presión se hacía a los vinos más finos y más costosos que eran reservados para las clases más altas. Los segundos y terceros prensados generaban un contenido de baja calidad y con poco alcohol etílico. La gente corriente tuvo que beber generalmente un vino más barato, tal y como eran los vinos blancos o los vinos rosados generalmente elaborados con un segundo o tercer prensado, significando que podría ser consumido en cantidades absolutamente abundantes sin conducir a la intoxicación etílica. Para los más pobres y los religiosos ascetas a veces se tomaba ya casi en la frontera de lo que podría ser vinagre. El envejecimiento de los vinos rojos de la alta calidad requirió conocimiento especializado así como un almacenaje costoso y además un equipo preparado para ese menester, con lo que dio lugar a un producto final aún más caro y exclusivo. Según los numerosos consejos dados en los documentos medievales acerca de como salvar el vino que empieza a dar muestras indicadoras de que se va a poner malo, nos hace ver que la preservación del vino
debía haber sido un problema extenso y bastante común en aquella época. Aunque el vinagre era un ingrediente común en muchos platos, allí estaba solamente tanto de él que se podría utilizar contemporáneamente. En la guía de cocina escrita en el siglo XIV denominada Le Viandier hay varios métodos para salvar el vino estropeado; cerciorándose de que los barriles del vino estaban llenos con una mezcla de semillas de uva blancas secas y hervidas con la ceniza de las cenizas secas de la vid (ambos eran conocidos como bactericidas eficaces), aunque los procesos químicos no eran entendidos en ese entonces. El especiado era no sólo popular entre la gente corriente, sino que también era considerado especialmente sano por los médicos. Se creía que facilitaba la digestión y que dirigía la energía a cada una de las partes del cuerpo, y era la creencia de que la adición de especias fragantes y exóticas lo haría aún más sano. Los vinos especiados fueron elaborados generalmente mezclando un vino (tinto) ordinario con un surtido de especias tales como jengibre, cardamomo, pimienta, granos del paraíso, nuez moscada molida, clavos y azúcar. Éstos estaban contenidos en pequeñas bolsas que se empapaban en el vino vertido, y de esta forma se elaboraba el hypocras y el claré, ya en el siglo XIV había un fuerte comercio de especia para este tipo de bebida.[10]
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1 Historia o
1.1 Influencia bizantina
o
1.2 Influencia árabe
o
1.3 La Reconquista
2 Principales prendas o
2.1 Calzas
o
2.2 Faldas
o
2.3 Prendas de abrigo
o
2.4 Prendas para la cabeza
o
2.5 Calzado
o
2.6 Bibliografía
3 Enlaces externos
4 Referencias
[editar] Historia La modestia y el pudor de los cristianos por una parte, la invasión de los bárbaros después y la influencia del imperio bizantino en seguida determinaron el cambio del traje en Occidente desde los primeros siglos de la Edad Media, aunque siguiendo por entonces con el fondo romano. Cesó por completo el uso de la toga ya casi olvidada (salvo para algunos actos oficiales) después del siglo de Augusto. Se usaron más las bragas (especie de pantalones) tomándolas de los bárbaros y ellas o las calzas se llevaban muy sujetas desde el tobillo a la rodilla por medio de correas entrelazadas. Se adoptaron asimismo las calzas, a menudo confundidas con las bragas pero que se diferenciaban de éstas en ser como nuestras medias pero de paño o de cuero y por lo general muy elevadas y de variados tamaños. Las túnicas siguieron usándose cortas sobre las bragas o calzas pero con mangas. En cambio, las capas o mantos eran más amplios en uno u otro sexo y las mujeres las llevaban sobre túnicas talares. Se usaban también las clámides como en la época romana.
[editar] Influencia bizantina
La influencia bizantina llevó a los reinos de Occidente el fasto oriental de las amplias túnicas y anchos mantos de lana y seda con bordados de oro y pedrería, muy en boga durante la época carovingia para trajes de ceremonia y para la gente distinguida. Pero la vulgar continuaba con sus calzas o bragas, su sayo o túnica corta y ceñida y su manta, que los visigodos llamaban striges cuando era fina y listada y borda si era de tela basta. [editar] Influencia árabe
La invasión de los árabes influyó notablemente en la vestimenta de los pueblos sometidos quienes adoptaron sus zaragüelles o anchos calzones y sus hábitos casi talares, su faja y su turbante y su gorro semicónico. Pero entre los que lograron la independencia, como los españoles en la Reconquista, el influjo se limitó a la adopción de alguna que otra pieza y al uso de tisúes y otras telas de seda con franjas para la gente rica desde el siglo X. Las prendas más comunes de procedencia morisca entre los españoles fueron el pequeño turbante para la cabeza y la aljuba o corta túnica, a manera de gabán ajustado en los brazos y a la cintura y provisto de botones incluso a lo largo de las mangas. [editar] La Reconquista
Solían llevar los españoles de la Reconquista, sobre todo desde el siglo XI, dos o tres piezas superpuestas a modo de túnicas (la túnica y la loba o sayo sin mangas, además de la camisa) siendo por lo común la superior de ellas el brial, pieza que en sus diferentes formas se adornaba con bordados y se abrochaba con botones, ajustándose al cuerpo desde la cintura arriba y pendiendo de ésta unos faldones por los lados. Estos faldones (que para algunos, constituyen el verdadero brial) se suprimieron o redujeron notablemente desde mediados del siglo XV quedando el cuerpo superior o jubón solo o con pequeñas faldillas y combinado entonces con las calzas enteras. El bambezo, gunapié, la gonela o gonel y el ciclatón (éste último, siempre rico y de gran vuelo) de que nos hablan los documentos de la Edad Media, fueron túnicas talares que se diferenciaban poco y el sobregonel, como indica su nombre era una especie de sobretodo que al admitir una esclavina o un cuello amplio en el siglo XIII, se llamó garnacha, convirtiéndose en gabardina y gabán cuando se hizo más corto y sin esclavina al final de la época.
[editar] Principales prendas [editar] Calzas
Las calzas obtuvieron todo su desarrollo desde el siglo XIII hasta finalizar el XV y se llevaban ajustadas a las piernas desde el pie, hechas generalmente de punto (de lana o seda) y bordadas o adornadas. Las calzas eran inicialmente usadas únicamente por los hombres, pues las mujeres iban con los pies y piernas descubiertos, excepto por el zapato. Recién en
el siglo XV las calzas empiezan a ser usadas por la mujer. Había diferentes formas de llevar las calzas.
se llamaban bermejas las de color rojo y eran propias de nobles
las calzas italianas eran listadas de arriba abajo y de dos colores diferentes
a la española
ahuecadas
etc.
Antes de dicha época, se había introducido ya el uso aunque menos frecuente de las calzas o medias calzas pero siempre debajo de las túnicas cortas o de los briales pero desde principio del siglo XV fueron suprimiéndose las túnicas y para lucir la gentileza del talle se adoptaron los jubones y corpiños, junto con las calzas enteras. [editar] Faldas
Las mujeres tomaron por entonces las faldas, también con los jubones y suprimieron la túnica. Toda esta innovación del traje comenzó en Italia, pero no tardó mucho en irse extendiendo por Europa aunque al principio solo fuera adoptada por los juglares y los pajes de los grandes señores[cita requerida]. A España, llegó la moda a mediados de dicho siglo y se extendió en el siguiente. La falda consistía en una pieza de tela cuadrangular con un agujero en el centro, por el que se ajustaba a la cintura, quedando cuatro picos en la parte inferior[cita requerida]. En el Quijote aparece una condesa Trifaldi, que explica lleva una falda triangular con tres picos. [editar] Prendas de abrigo
Para abrigo y vestidura exterior, se llevaban en la Edad Media diferentes mantos y capas, además de los sobretodos antes nombrados. La principal materia prima de dicho abrigo era la lana. En los primeros siglos, se usó la capa romana abrochada con fíbula por delante o sobre el hombro derecho y también la guasapa o capa con capuchón. Siguió después el albornoz (de imitación arábiga) que era otra capa cerrada hacia el pecho pero abierta y de gran vuelo por abajo y en los últimos siglos de la época se acortaron la capa y los sobretodos que antes llegaban hasta los talones. Y en fin, se usaron otras prendas de que nos dan cuenta los autores del siglo XV, censurando el lujo desmedido (véase, el Arcipreste de Talavera). [editar] Prendas para la cabeza
Para cubrir la cabeza estaba en uso entre los hombres de aquella época el sombrero o casquete cilíndrico o semiesférico o un turbantillo a modo de pañuelo enrollado mientras que las damas solían llevar una cofia terminada en puntas.[cita requerida] [editar] Calzado
Para calzado servían según la clase social del sujeto, las antiguas sandalias, los zuecos, los borceguíes y los zapatos muy puntiagudos e incluso las mismas calzas, que a menudo llevaban adheridas al pie unas suelas puntiagudas y largas. Las señoras elegantes calzaban en los siglos XIV y XV altos chapines, especie de chanclos con corcho muy grueso sobre la suela, costumbre que se extendió hasta el siglo XVII.