Cronos
Pongamos que hablo de Madrid… 6 DE
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LA CAPITAL DE ESPAÑA se ha convertido en todo un museo virtual. Blogueros y expertos en redes sociales recuperan cada día imágenes del viejo Madrid, que estimulan la curiosidad de sus lectores. Desde luego, el fenómeno sería extensible a todas las ciudades y pueblos de España (y del mundo, cómo no), pero resulta mucho más llamativo en aquellos lugares donde el crecimiento de las últimas décadas ha disimulado las huellas del pasado hasta casi enterrarlas. Seguro que los mayores son capaces de situar en el plano del siglo XXI estas fotografías, pero ¿y los más pequeños? Por si acaso, os echamos una mano. En grande, a la izquierda, os traemos una vista de la Gran Vía hace medio siglo, cuando se llenana de coches pero las traperas todavía la cruzaban. Arriba, imagen aérea del aeropuerto de Barajas en 1931, año en que fue inaugurado. Junto a estas líneas, la estación de Atocha en los años veinte. Si ya entonces te la jugabas con los tranvías y los primeros vehículos, acceder a esa boca de metro en los años cincuenta sería una proeza al alcance solo de los más osados. Las torres “esqueléticas”, abajo a la izquierda, corresponden, en efecto, a las de Colón, obra de Antonio Lamela concluida en 1976. Y de postre, a su derecha, la primera fotografía de Madrid, un daguerrotipo fechado en 1854, que se tomó desde lo alto de un edificio de la calle Espoz y Mina.
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Cronos
El Códice Mendoza, del siglo XVI al XXI LA RECIENTE FERIA DEL LIBRO de Londres acogió la presentación de la edición digital del Códice Mendoza , un
manuscrito de 1542 sobre
el México prehispánico, que, desde su lanzamiento, ha sido consultada por más de cien mil usuarios. En palabras del director de Publicaciones de la Biblioteca Bodleiana de Oxford, este códice es una pieza fundamental para entender el pasado de México. La obra, compuesta bajo las órdenes del virrey Antonio de Mendoza, está integrada por 72 folios ilustrados y escritura en náhuatl, con 63 folios correspondientes a su glosa en español. El trabajo de digitalización ha representado el primer esfuerzo por repatriar de manera virtual un documento mexicano custodiado en el extranjero. La aplicación está disponible en todo el mundo de manera gratuita a través del sitio www.codicemendoza.inah.
El español que venció a Napoleón EL 18 DE JUNIO se cumplen 200 años de la batalla de Waterloo, que acabó con el
poderío de Napoleón Bonaparte en Europa y aceleró su destierro a la isla de Santa Elena, tras su efímera estancia en la de Elba. Tropas británicas, neerlandesas y distintos estados de la Confederación Alemana combatieron contra el emperador corso cerca de esta localidad belga. Pero España, no lo olvidemos, jugó también un papel fundamental en la batalla, ya que uno de los principales colaboradores del duque de Wellington fue el vitoriano Miguel Ricardo de Álava, el general Álava. Este marino, capitán de corbeta, había participado también en la batalla de Trafalgar, en aquella ocasión del lado de Francia, nuestros aliados. Tras la invasión gala de la Península, Napoleón se convirtió en el enemigo a batir y comenzó la fructífera colaboración entre el general Álava y el inglés, en parte gracias a su esmerada educación (hablaba inglés, francés y tenía conocimientos de matemáticas y física). Firme defensor del orden constitucional, se exilió en Londres bajo la protección inglesa en los años de absolutismo de Fernando VII. Luego ocuparía el cargo de embajador en esa misma ciudad, tras la amnistía de la reina regente María Cristina.
gob.mx y en la tienda de iTunes, a través de las palabras clave INAH, Códice Mendoza, códice, codex, historia, patrimonio digital, repatriación, azteca y novohispano.
El Quijote , también en espanglish A PARTIR DE AHORA, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, la novela más traducida del mundo, incorpora otra lengua a su bagaje: el espanglish. El
intelectual Ilan Stavans (Ciudad de México, 1961) empezó a trabajar en este proyecto allá por el año 2002, cuando publicó la traducción del primer capítulo de la obra, que comenzaba así: “In un placete de la Mancha of which nombre no quiero remembrearme”. La iniciativa no fue vista con buenos ojos, ya que, para muchos, el espanglish no es una lengua. Stavans defiende sin embargo que esta forma de comunicación cuenta cada vez con más seguidores. El autor, especialista en cultura latinoamericana y que ha visitado recientemente nuestro país, acompañará su traducción con una novela gráfica sobre las aventuras del Caballero de la Triste Figura.
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Un puente romano a escala EN EL ARROYO SALINOSO de la localidad de La Roda de Andalucía (Sevilla), hubo no hace tanto un puente romano, que fue destruido en 2001 en el curso de unas obras de canalización y corrección del cauce de dicho arroyo. Databa del siglo I d.C., constaba de un solo ojo y estaba construido con zócalos de sillares. Ahora, esa merma patrimonial está en vías de ser paliada, ya que se está construyendo una réplica del puente en otro emplazamiento del municipio, el parque de Las Huertas, donde se han encontrado restos de tumbas y los cimientos de
Prohibido matar vascos en Islandia
un edificio paleocristiano en torno a los siglos V y VI de nuestra era.
LA HISTORIA está llena de curiosidades a veces con raíces sangrientas. En el año 1615, Ari Magnússon, un jefe islandés de los Fiordos del Oeste y súbdito del rey danés Christian IV, ordenó ejecutar a 32 balleneros vascos que habían penetrado en sus aguas tras un naufragio. La ley era la ley, y los verdugos se limitaron a cumplirla. Eso sí, se ensañaron con sus víctimas, hasta el punto de que, en palabras de un cronista de la época, sus cadáveres fueron “mutilados, deshonrados y hundidos en el mar, como si fueran paganos de la peor especie y no pobres e inocentes cristianos”. Ahora, cuatrocientos años después, islandeses y vascos han firmado una paz simbólica que servirá como pretexto para estudiar el llamado “asesinato de los españoles”. Para el comisario del distrito de Hólmavík, Jónas Guomundsson, la derogación de la ley que permitía matar vascos no es más que un “divertimento”, porque, evidentemente, la medida no era necesaria. Lo cierto es el tema se ha puesto de moda y una reciente novela de Julia Montejo, Lo que tengo que contarte, abunda también en estos hechos.
Este Picasso vale 143 millones de euros LES FEMMES D’ALGER, de Pablo Picasso, marcó un nuevo
hito en el loco mercado del arte, tras alcanzar los 143 millones de euros en una subasta en la sede de Christie’s de Nueva York, superando la marca establecida por el tríptico Tres estudios de Lucien Freud , obra de Francis Bacon que recaudó 142,4 millones de dólares en 2013. Una escultura de Giacometti, L’homme au doigt , siguió de cerca al malagueño, con 126 millones de euros en una noche mágica para la firma de subastas. Las mujeres de Argel presenta a cuatro mujeres con el torso desnudo, que se mueven entre el arte abstracto y el realista. Pertenecieron a los coleccionistas estadounidenses Victor y Sally Ganz, que en los años cincuenta del pasado siglo se hicieron con las quince versiones de la obra por poco más de 200.000 dólares. Su precio anterior, en 1997, fue de 32 millones de dólares. Sin duda, una óptima inversión.
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Tema del mes
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Panorámica
De las regiones a las autonomías
Así nos lo enseñaron en E.G.B
Una de las características del sistema educativo tradicional era el aprendizaje a base de listas. La de los godos, por ejemplo. O la de las provincias españolas, de la que ningún chico se libraba y que, tras la aprobación de los Estatutos de Autonomía, se configuró en las Comunidades Autónomas actuales. Hoy somos 50 provincias, dos ciudades autónomas y 17 Comunidades, pero no siempre fue así… ALBERTO DE FRUTOS
L
a extensión geográfica de España hizo necesaria la división del país en unidades más pequeñas para garantizar una mejor gobernabilidad del territorio. En el siglo XVIII, los Borbones se encontraron con una situación administrativa un tanto caótica, ya que la España de los Austrias había respetado la singularidad de cada reino y sus respectivas administraciones. El germen de la actual división provincial se remonta a los inicios de la dinastía borbónica, que configuró la Península tomando como modelo la división provincial de Francia, más centralista. Felipe V, a través de su ministro José Patiño, creó las intendencias el 4 de julio de 1718. El proyecto surgió en el marco de la Guerra de Sucesión: se implantaron en Cataluña y, en vista del resultado, el sistema perduró en tiempos de paz y se extendió al resto de la Península,
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donde, con leves variaciones, se mantuvo a lo largo del siglo XVIII. LAS CORTES DE CÁDIZ Con la Revolución Francesa de 1789 y los nuevos aires de la Ilustración, se empezó a plantear un cambio, pero la inestabilidad política lo hizo imposible. En los albores del siglo XIX, José Bonaparte adoptó el modelo francés y en 1810 creó multitud de prefecturas, en concreto 42, si bien el curso de la guerra frustraría la adopción de la reforma. Las Cortes de Cádiz, emblema de la resistencia contra el invasor, promovieron otra división que tampoco se implementó, menos aún con la vuelta al Antiguo Régimen preconizada por Fernando VII. Hubo que esperar al Trienio Liberal para acoger otro intento de reforma administrativa, que, una vez más, se quedó en agua de borrajas. Consistía en crear 52 provincias,
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Panorámica
Cea Bermúdez confió a Javier de Burgos la reforma administrativa.
y las principales diferencias con los límites actuales radicaban en la creación de las provincias de Chinchilla, Calatayud, Játi va, Villafranca del Bierzo, la sustitución de la provincia de Murcia por la de Cartagena, y que Canarias no se dividía en dos. LA REFORMA DE JAVIER DE BURGOS Tras la muerte de Fernando VII, se hizo perentoria una nueva división administrativa que respondiera a las exigencias de los procesos electorales y a las necesidades de las circunscripciones para garantizar su representación en las Cortes. Además, el inicio de la Primera Guerra Carlista, el 2 de octubre de 1833, propició que la regente María Cristina encargara al gobierno de Cea Bermúdez una ambiciosa reforma que hiciera factible la comunicación de instrucciones a todos los territorios. Javier de Burgos, Ministro de Fomento, capitaneó esa trascendental reforma, que es la que ha pervivido con leves cambios hasta nuestros días. Solo un mes después de su nombramiento, el 30 de noviembre de 1833, se aprobaba el decreto por el que la Península quedaba dividida en 49 provincias. LA VIEJA Y LA NUEVA CASTILLA El decreto introdujo otras novedades, por ejemplo la reunión de las provincias en quince regiones, que tampoco “encajaban” con la estructura de nuestras Comunidades Autónomas. Así, Castilla la Nueva la formaban Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Madrid y Toledo; Castilla la Vieja se dividía en Ávila, Burgos, Logroño, Palencia, Santander, Segovia, Soria y Valladolid; Murcia lo hacía en Albacete y Murcia; y la región de León, en León, Salamanca y Zamora. 18 D E I B E R I A V I E J A
José Patiño fue uno de los artífices de la centralización en tiempo de los Borbones.
Cuando a Javier de Burgos se le encendió la bombilla ¿CÓMO LLEGÓ JAVIER de Burgos a la fórmula que simplificó la división territorial de 1833, que, a la vista de los resultados, ha parecido contentar a todos… en un país donde las reivindicaciones territoriales siempre han estado a la orden del día? Pues bien, el ministro de Fomento se basó en el proyecto del Trienio Constitucional de 1820/1823, sin descuidar tampoco el proyecto de prefecturas que intentaron implantar los franceses. La idea era que las provincias de nueva creación fueran más o menos homogéneas, lo que se podía traducir en que, desde el punto más alejado de la provincia hasta su capital, se llegara en un solo día, algo muy espinoso teniendo en cuenta el estado de los caminos en el siglo XIX. Las provincias tampoco podían sobrepasar los 40 0.000 habitantes para garantizar un control más efectivo de las mismas, y lógicamente los distintos “colores del lienzo” tenían que gozar de características históricas comunes entre sí.
El NO de Murcia UNA DE LAS CRÍTICAS más feroces
Mapa de las prefecturas napoleónicas.
A propósito de la capitalidad de las provincias, el decreto era muy explícito: “El territorio (...) se divide en 49 provincias que tomarán el nombre de sus capitales respectivas excepto Navarra (Pamplona), Álava (Vitoria), Guipúzcoa (San Sebastián), Vizcaya (Bilbao)”. Tras este hito de la Administración española, se “hiló” más fino en abril del año siguiente, cuando cada una de las provincias se dividió en partidos judiciales, hasta un total de 463. De este modo, se racionalizaron actos jurídicos tales como enlaces matrimoniales, defunciones, nacimientos, contratos de compraventa... Y todavía se dio un paso más cuando, en 1836, se crearon las diputaciones provinciales. LOS ESTATUTOS DE AUTONOMÍA Durante la Primera República, en el marco del proyecto constitucional de 1873, España Castilla la Vieja en 1837.
que mereció el proyecto de Javier de Burgos partió de los murcianos, que no entendían por qué se había incluido Albacete en su región. “En lo que a la región murciana se refiere –señala Juan Bautista Vilar en El proceso de vertebración de la Comunidad de Murcia–, la división de 1833, en mayor medida que en otros casos, se saltó los criterios históricogeográficos para dejarse llevar por otros exclusivamente administrativos, de forma que a la larga resultó especialmente lesiva por cuanto el tiempo ha sancionado una reducción territorial arbitraria, completada con la reciente segregación de las comarcas murcianas septentrionales (hasta la raya de Chinchilla-Albacete) con la incorporación de la provincia de Albacete a la Comunidad de Castilla-La Mancha”. De acuerdo con María José Vilar García, que estudia el caso en su libro El nacimiento de la actual región de Murcia, este reino/región “fue uno de los espacios peninsulares que salieron peor librados con la redistribución provincial de 1833. Empujado desde el Mediodía y Poniente con la adición a las nuevas provincias de Almería y Jaén de territorios tradicionalmente murcianos, y cerrándole el paso por Levante el mar y la provincia de Alicante, a la que le fue devuelta la comarca de Orihuela, sólo cupo la posibilidad de buscar compensaciones por el Norte, en tierras secularmente no murcianas, vinculadas a La Mancha, y a los Obispados deToledo y Cuenca”.
Las necesidades de la Primera Guerra Carlista aceleraron las reformas administrativas.
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Panorámica
Ensalada de curiosidades . LOS PRESIDENTES DE CEUTA Y DE MELILLA son los alcaldes de cada ciudad respectiva.
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. CEUTA depende de la Universidad de Granada en el ámbito de la educación superior.
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. ENTRE 1833 Y 1842, Aranjuez perteneció a Toledo y luego pasó a Madrid. . CEUTA PERTENECIÓ A CÁDIZ y Melilla a Málaga hasta 1925. . EN 1836, Villena se incorporó a
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Arriba, la Constitución de 1873 y, a su derecha, la noticia de la división de Canarias en 1927.
quedaba definida como una república federal con las mismas regiones que en 1833, elevadas a la categoría de Estado, junto con los de Cuba y Puerto Rico hasta 1898. La Constitución de 1931 hizo suyas esas regiones, y así quedó configurado el mapa político español hasta 1978, con la promulgación de la Constitución. En el contexto de la aprobación de los Estatutos de Autonomía, se produjeron los últimos cambios en el panorama. En 1980, se cambió la denominación de la provincia de Logroño por la de La Rioja, que se constituiría en Comunidad Autónoma unipro vincial. En 1981, la provincia de Santander pasaría a ser la provincia de Cantabria; y la de Oviedo se transformó en el Principado de Asturias. Respecto a las dos Castillas, la provincia de Albacete dejó de formar parte de la región de Murcia ( ver recuadro ),
integrándose en la nueva Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, ya sin Madrid, que también se constituyó en Comunidad Autónoma uniprovincial, aprovechando su dignidad de capital del Estado. A su vez, las provincias de la región de León se unieron a las de Castilla la Vieja y conformaron la nue va entidad de Castilla y León, a excepción, como hemos visto, de Cantabria y La Rioja. Aquí vale la pena hacer un inciso, y es que no todo el mundo en Castilla y León se mostró partidaria de la fusión entre Castilla la Vieja y León. Los detractores del nuevo ente no veían una relación clara entre los reinos de León y Castilla, y, en cambio, los vínculos de Santander con Castilla eran incuestionables, ya que históricamente el puerto de Santander era el puerto de Castilla, su única salida al mar. Nunca llueve a gusto de todos…
El art. 147 de la Constitución reconoció la norma institucional del Estatuto de Autonomía.
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Alicante. . CASPE, que era de Teruel, pasó a Zaragoza. Y Calamocha,
que pertenecía a Zaragoza, pasó a Teruel. . EN 1851 REQUENA y Utiel
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cambiaron de chaqueta. De Cuenca a Valencia. . A MEDIADOS DEL SIGLO XIX
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y durante diez años, Tolosa fue la capital de Guipúzcoa en lugar de San Sebastián. . VILLARROBLEDO pasó a Albacete en 1846.
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EN LOS ÚLTIMOS AÑOS
Y vamos cerrando este paseo por el mapa político de España con las novedades más recientes que enredan a los pobres estudiantes. En 1995, Ceuta y Melilla adquirieron el estatus de ciudades autónomas. Desde entonces, sólo ha habido cambios en las denominaciones de las provincias: en 1992, Gerona y Lérida pasaron a denominarse Girona y Lleida; en 1997, la provincia de Baleares pasó a llamarse de Illes Balears; y, en 1998, La Coruña y Orense adoptaron los nombres de A Coruña y Ourense. En 1999, se aceptaron por ley los nombres bilingües de Alacant, Castelló y València. Sobre el euskera, el BOE del 6 de julio de 2011 recogió un cambio en la denominación de las provincias del País Vasco Bizkaia y Gipuzkoa, manteniendo las dos lenguas para el caso de Álava/Araba. Desde 1982, ya se admitía la cooficialidad de la Comunidad Foral de Navarra y Nafarroa. Finalmente, las diputaciones provinciales no existen en las Comunidades Autónomas uniprovinciales ni en las islas.
Tema del mes
Resistir... o morir Hispanos contra Roma Roma fue uno de los mayores imperios que jamás hayan existido. Conquistaron medio mundo gracias a fuerza de las armas. Por donde pasaban, nadie se resistía… Menos aquí. La lucha de los pueblos que ocupaban la Península cuando las huestes romanas iniciaron su invasión no tuvo tregua y ha alimentado todo tipo de mitos y leyendas, algunos exagerados, otros reales. La resistencia fue feroz, hubo episodios sangrientos, muerte y desolación. En nuestro aniversario queremos reconstruir –fieles a lo que dice la historia y de la mano de uno de los estudiosos más críticos– cómo fue el camino de espinas que atravesaron los conquistadores para dominar Hispania. JUAN JOSÉ SÁNCHEZ-ORO
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áximo Décimo Meridio es el nombre del afamado héroe protagonista de la película “Gladiator”. Máximo era un general hispano y la elección de esta procedencia no respondió al azar, sino al ardor y valentía exteriorizada por los soldados oriundos de Hispania, bien conocida en todo el Mediterráneo antiguo. Si los guionistas de Hollywood querían dotar a su personaje de un espíritu indómito y experto en las artes castrenses, radicarlo en la península Ibérica suponía una excelente y adecuada decisión. Ahora bien, el actor Russell Crowe encarnaba a un romano del siglo II d. C. y, por lo tanto, ya formaba parte del Imperio, com-
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prometido sin fisuras con el servicio a Roma. Pero el proceso mediante el cual la Península fue completamente sometida a la autoridad de la República fue largo y complicado. Durante décadas, dicho territorio se mostró hostil a la colonización, con episodios bélicos que causaron estragos y llenaron de desesperación a los conquistadores. La resistencia hispana alcanzó tintes épicos y legendarios, hasta el punto de que los propios cronistas itálicos y griegos se rindieron a las virtudes y tesón exhibidos por los indígenas. No obstante, esta resistencia ha sido exagerada desde la historiografía antigua y también moderna. En muchas ocasiones, la exaltación del enemigo respondió a determinados intereses propagandísticos que conviene tener en mente para no dejarnos
arrastrar por ciertas pasiones patrióticas que están fuera de lugar en el análisis histórico más pulcro. Una cosa es “hacer historia” y otra construir una “memoria identitaria” para ensalzar un régimen político a milenios de distancia de los hechos analizados. Una deformación del pasado que, por ejemplo, ocurrió durante la dictadura, donde Numancia y Viriato se convirtieron en los mejores exponentes de la inigualable “raza” hispana, cuyos ecos habrían llegado hasta el siglo XX. LOS PUEBLOS PRERROMANOS Para Diodoro Sículo, los celtíberos compartían con los lusitanos el armamento en forma de espadas, cascos y escudos. Así como su actitud valiente y dura en el combate, junto a las prácticas del pillaje y el bandole-
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Tema del mes
Los pueblos celtas de la Península se revelaron como valientes guerreros y sabios.
rismo. Manifestaban una gran adhesión al cabecilla de su clan. Valerio Máximo los define como “hombres entregados a su amo” y Plutarco señala que esa vinculación alcanzaba ciertas proporciones existenciales, con tanto apego que les resultaba “impuro vivir más tiempo que su líder”. Una disposición de ánimo que llamaban “consagración”. Este afecto extremo y desprecio de la propia vida en favor del jefe fue un rasgo muy admirado por los cronistas antiguos. Estrabón lo pone de manifiesto al señalar que “es una costumbre ibérica también entregar su vida a quienquiera que sigan, incluso hasta el extremo de morir por él”. Semejante lealtad y pasión convirtieron a los hispanos en una hueste muy apreciada en el Mediterráneo. Los celtas y celtíberos peninsulares prestaron un valioso servicio y muchas potencias del Mundo Antiguo los reclutaron como mercenarios. Diodoro Sículo comenta que ya en el 371 a. C., celtas e íberos cruzaron la distancia que separaba Sicilia de Corinto bajo el mando del tirano de la isla Dioniso para que lucharan con los aliados lacedemonios. Por su parte, Apiano narra el episodio trascurrido en la segunda
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La resistencia hispana alcanzó tintes épicos y legendarios, y los cronistas itálicos y griegos se rindieron a sus virtudes
El general cartaginés Amílcar Barca mandó a sus tropas en la Primera Guerra Púnica.
El geógrafo e historiador Estrabón. Guerra Púnica, cuando el cartaginés Amílcar Barca “ostentaba el mando de las fuerzas cartaginesas en Sicilia, había prometido grandes recompensas a sus mercenarios celtas y aliados africanos”. Ya con la presencia romana en la Península y durante la invasión de la Turdetania, Livio señaló cómo “los túrdulos contrataron a diez mil celtiberos y se aprestaron a continuar la guerra con las armas de los extranjeros”.
La Península que se encontraron los romanos en el siglo III a.C. Antes de la invasión romana, el solar peninsular era un mosaico de pueblos
CABALLERÍA EXCELENTE… Y ARMAS Entre las razones que llevaban a estas potencias de la Antigüedad a reclamar a los hispanos para sus tropas, estaba la feliz combinación de contar con un buen armamento en las manos de unas huestes con destacable adiestramientomilitar. De la calidad y diseño de sus armas nos hablan las necrópolis y los ajuares funerarios
indígenas con demarcaciones muy movedizas. En un momento dado, estas sociedades autóctonas se vieron, sin quererlo, involucradas en uno de los conflictos más importantes ocurridos en el Mediterráneo Occidental: las célebres Guerras Púnicas que enfrentaron a Cartago contra Roma. Ambas potencias usaron la Península como campo de batalla y expansión de su poder. En especial, durante la segunda de estas contiendas que tuvo lugar a finales del siglo III a.C. A lo largo de esta lucha, los pueblos ibéricos se vieron obligados a tomar partido por alguno de los dos adversarios, bien por decisión propia en función de sus expectativas particulares, o bien por obligación para evitar males mayores. De un modo u otro, será aquí donde la población hispana manifieste su resistencia a quedar bajo el yugo de un dominador extranjero. Pero esa resistencia hay que matizarla porque no trascurrió con la misma intensidad en todas partes.
A los romanos no les quedó más remedio que reconocer el valor de sus enemigos.
que acompañaban a los cadáveres de estos guerreros. Entre los enterramientos celtíberos más típicos asoman las espadas rectas, los puñales con empuñadura de antenas doblegobulares y sus vainas, las espadas de hojas largas, las lanzas arrojadizas y jabalinas, los escudos con tachón en el centro, las corazas de placas circulares y los cascos. Esos materiales necesitaban de adecuados procedimientos de forja y temple para dotarlos de las mejores características. Así, sabemos que para que el hierro perdiera su parte más flexible y la herrumbre dejara únicamente el núcleo vigoroso, las placas de metal eran
enterradas en el suelo haciendo que el tiempo actuara sobre ellas deteriorando su parte menos noble. De este modo, eliminada la faceta débil de la pieza, el material resultante adquiría una extrema dureza capaz de cortar cualquier casco, hueso o escudo que se le pusiera por delante. La guerra formaba parte del modo de vida de los hispanos desde pequeños. Diodoro señala que “una costumbre peculiar impera entre los iberos y especialmente entre los lusitanos; porque cuando sus jóvenes alcanzan la plenitud de su fuerza física, los que entre ellos son más pobres
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Tema del mes
Los pueblos prerromanos disponían de excelentes armas y complejos rituales.
en bienes mundanales y, sin embargo, se distinguen por el vigor de su cuerpo y su osadía se proveen nada más que de valor y armas y se reúnen en lugares inaccesibles de las montañas, donde forman bandas de considerable tamaño y luego descienden sobre Iberia y recogen riqueza de su pillaje. Y este bandolerismo lo practican continuamente con espíritu de desdén total; porque usando, como usan armas ligeras y siendo ágiles y rápidos, es dificilísimo que otros hombres puedan someterlos… Por consiguiente, aun-
“Cuando sus jóvenes alcanzan la plenitud de su fuerza física, se proveen nada más que de valor y armas”, dice Diodoro Sículo que los romanos en sus frecuentes campañas contra los lusitanos los liberan de su espíritu de desdén, a pesar de ellos y de proponérselo seriamente, a menudo no podían terminar por completo con sus pillajes”.
Revisando a Viriato LOS LUSITANOS vivían en un entorno pobre y envidiaban los territorios más desarrollados y productivos del Guadiana y Guadalquivir, hacia los que dirigieron reiteradas operaciones de saqueo. La prosperidad de Roma en este rincón peninsular se vio amenazada y la respuesta fue buscar un acuerdo pacífico con los asaltantes. Galba, en 149 a.C., les ofreció suelo fértil para asentarse, aunque, cuando los lusitanos acudieron al encuentro con dicho gobernador romano, este aprovechó para esclavizar y aniquilar a la mayor parte. El recuerdo de esta traición quedó en la memoria de los lusitanos, quienes regresaron al cabo de unos pocos años dirigidos por el mítico Viriato, superviviente de aquella matanza. Numerosos fueron los autores de la antigüedad que con mayor o menor extensión dedicaron párrafos a este caudillo victorioso. Viriato es retratado como un hombre hecho a sí mismo, que pasó de ser pastor a dirigir un poderoso ejército imbatible. Quienes llegan a trazar su perfil psicológico, lo caracterizan como muy inteligente, justo en el reparto del botín y comedido en los modales. Tampoco mostraba demasiada ambición hacia lo material. Según Justino, “fueron propias de él la valentía y continencia, de tal manera que,
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RESISTENCIASY ACUERDOS La zona de Sagunto llevaba muchos años en contacto económico y comercial con Roma. Circunstancia que hizo relativamente fácil el tejer una alianza entre la población local y
los mandatarios romanos encabezados por Escipión. Cuando en el año 209-208 a. C. la importante base naval y emporio fortificado de Carthago Nova (Cartagena) cayó bajo el dominio de Roma, los nuevos ocupantes liberaron a los rehenes previamente capturados y humillados por los púnicos, lo que atrajo la simpatía de los residentes e hizo entender aquella conquista casi como una liberación. En otros casos, el propio agotamiento y los estragos causados por tantos años de confrontación propició que plazas como Gadir (Cádiz) se entregaran a los romanos sin apenas oposición. Finalmente, entre el Ebro y los Pirineos se desenvolvían los ilergetes, una confederación de pueblos liderados por los reyezuelos Indíbil y Mandonio que cambiaron de lealtad durante la guerra púnica según los lances del conflicto. Empezaron siendo aliados de Cartago, hasta que Escipión les ofreció un pacto de amistad que incluía una fuerte suma económica y autonomía política sobre su propio territorio.
Recreación de la clásica formación de tortuga de los legionarios romanos. La actitud de los hispanos asentados en el sur y noroeste peninsular ante la penetración de Cartago y, luego, de Roma no siguió un comportamiento único. La reacción de estas sociedades entraría dentro de lo que hoy llamaríamos una conflicti vidad de “geometría variable”, donde más que conducirse por un sentido nacional o identitario, estarían movidas por ciertas comunidades de intereses, a corto plazo, que podían ir desde la alianza con el invasor a la rendición.
aunque a menudo venció a los ejércitos consulares, a pesar de tantas hazañas, no alteró la condición de sus armas ni de sus ropas, ni en definitiva su manera de vivir, sino que había de conservar aquella vestimenta con la que había empezado a combatir al principio”.
¿QUIÉN FUE REALMENTE? Pero de nuevo conviene centrar la figura histórica de este caudillo porque durante muchas décadas se ha querido hacer ideología patriótica de él. Ya a comienzos del siglo XX hubo enconados debates académicos entre españoles y portugueses para atribuirse el nacimiento de Viriato a uno u otro lado de la frontera actual. Sin embargo, cuando examinamos los hechos, el comportamiento de este lusitano del siglo II a.C. se antoja propio de su época y no de la nuestra, como es lógico suponer. Por ejemplo, sus enemigos no fueron solo los romanos, sino aquellos otros pueblos autóctonos de los alrededores a los que también sometió sin miramientos. A los carpetanos los extorsionó a través de impuestos bajo amenaza de destruir sus cosechas y robar su ganado. Y su propio ejército resultó de lo más cosmopolita al constituirse por vettones, turdetanos o bastetanos. Así que establecer una raigambre únicamente en Portugal o España y querer darle a esa ascendencia algún valor no tiene ningún sentido.
LA PRIMERA REBELIÓN Dentro de esta línea de acontecimientos, destaca la que se considera la primera gran rebelión indígena ante la penetración extrapeninsular y que fue protagonizada, precisamente, por los citados ilergetes. Esta confederación de pueblos creyó que Escipión había fallecido y que sus sucesores romanos no iban a respetar el pacto de amistad con él suscrito. Así que iniciaron una enconada revuelta a la que se sumaron los lacetanos y otros pueblos celtíberos. Gracias
Hoy día, se duda incluso de que Viriato fuera un pastor y bandolero que ascendió de la nada a las más altas cimas de la milicia. Según la crítica moderna, esta caracterización habría sido forzada por los cronistas romanos para hacer de él un ejemplo moral y social a seguir. Delata una procedencia más “noble” de este caudillo el hecho de que se casara con la hija del aristócrata Astolpas y que, durante sus primeras hazañas bélicas, ya pareciera disfrutar de un cierto rango castrense.
DERECHO DE CONQUISTA En cuanto a las virtudes personales con las que le adornan los historiadores grecorromanos, la crítica actual considera que, quizás, estos autores se dejaron llevar por la filosofía cínica y estoica que alentaba la idea del hombre natural y sobrio, ajeno al lujo y a las pasiones descontroladas.Y es que el principal cronista en el cual los demás basaron la mayoría de sus descripciones fue Posidonio de Apamea, quien vivió en la Bética a finales del siglo II a. C. y era un convencido estoico. Finalmente, el subrayar su actividad bárbara y guerrillera sería una forma de justificar por derecho de conquista la anexión romana de los territorios lusitanos. De algún modo, Roma se sentía así legitimada para civilizar a tan agrestes poblaciones. Sin embargo, una vez más, el detalle de las fuentes parece desmentir esta realidad presuntamente bárbara
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Tema del mes
Reconstrucción de una vivienda
ejemplifica ciertos “mitos” sobre la resistencia contra Roma. El cántabro Corocotta
a estas fuerzas, lograron conformar una gran hueste compuesta de unos 20.000 infantes y 2.500 jinetes, al decir de Tito Livio. Para el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid Fernando Quesada Sanz, las acciones armadas de este ejército, recogidas por las crónicas de la rebelión, pondrían de manifiesto cómo los íberos entendían la guerra: “Por un lado, una concepción personal y no estatal del liderazgo, objetivosparciales (fundamentalmente depredadores, basados en el saqueo estacional de los campos y ganados) y ausencia de guerra de asedio y, por otro, capacidad de
y desordenada. El comportamiento sofisticado y táctico de Viriato en su batalla contra Vetilio en 147 a. C. o las arduas negociaciones con Serviliano en 140 a. C. no responden al estereotipo de un rudo bandolero de las montañas. La muerte de Viriato tampoco está libre de sospechas. Una crónica de su frío asesinato nos ha llegado gracias a Apiano en los siguientes términos: “También en esta ocasión los socios de Audax, aguardándole, penetraron en su tienda en el primer sueño, so pretexto de un asunto urgente, y lo hirieron de muerte en el cuello que era el único lugar no protegido por la armadura”.Audax, junto a sus socios Ditalcón y Minuro habían sido sobornados por las autoridades de Roma para terminar a traición con el caudillo lusitano al que eran incapaces de derrotar en batalla. Según la tradición popular, cuando los tres acudieron a cobrar su recompensa, el procónsul Q. Servilio Cepión los asesinó tras pronunciar la famosa frase “Roma no paga traidores”. Sin embargo, la crónica de Apiano relata que no hubo tal frase ni desprecio del procónsul. Al contrario, “en ese mismo momento les permitió disfrutar sin miedo de lo que poseían, pero en lo tocante a sus restantes demandas los remitió a Roma”. Solo mucho tiempo después, hacia el siglo IV d. C., Eutropio dio nueva forma a este encuentro entre los traidores y el mandatario romano, resaltando que “nunca fue del agrado de los romanos que los generales fueran asesinados
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celtibérica en el yacimiento de Numancia.
reunir contingentes grandes, formados por una mezcla de infantería de línea, ligera y de caballería, que forman en línea de batalla organizada y que se articulan en alas por pueblos y clientelas”. De tal modo que vemos cómo la guerra por su libertad en estas comunidades indígenas no se distinguía demasiado de sus actividades económicas habituales de saqueo y, a la hora de trabar un combate de mayor envergadura, los íberos no se ordenaban por criterios de eficacia militar o capacidad de daño al enemigo, sino por los vínculos sociales y políticos que les unían entre sí.
El propio Escipión dirigió la campaña de represión contra los ilergetes y el choque de espadas fue terrible, pero repleto de curiosidades. El dirigente romano colocó en un valle un rebaño de ganado como señuelo para que el caudillo íbero Indibil lo capturara. Tras lo cual, sobre el contingente de infantería de los ilergetes saltó la caballería romana que dispersó a los indígenas y debilitó al grueso de esta tropa lo suficiente como para asestarle un segundo ataque definitivo.
LA MUERTE DE INDÍBIL Los ilergetes, por mediación de Mandonio, negociaron una paz que les fue concedida, pero duró poco tiempo. En cuanto Escipión marchó para Italia, se reinició la rebelión. Seguramente, los ilergetes concebían aquella paz en términos personales, ligados a la figura de Escipión y no de Roma o su senado, por lo que una vez aquel había abandonado la Península, podía entenderse que el pacto carecía de vigor. Tito Livio describe cómo el ejército íbero, al salir el Sol al día siguiente, apareció con todos sus miembros armados en orden de combate a unos “mil pasos” (1.500 metros) del campamento romano. En el centro estaban los ausetanos, mientras que el ala derecha –habitualmente el lado de honor en la antigüedad– la ocupaban los ilergetes y, a la izquierda, otros pueblos hispanos menos conocidos. Entre las alas mencio-
La muerte en combate de Indíbil y Mandonio se produjo en el año 205 a.C.
La confrontación alcanzó una dimensión tan desmesurada, que asustó incluso a los propios romanos nadas y el centro quedaron varios espacios abiertos, destinados a introducir a través de ellos a la caballería cuando llegara el caso. Los romanos se tuvieron que emplear a fondo para vencer a la coalición íbera, cuyos
contingentes demostraron una notable capacidad para luchar a pie, ofrecer líneas de combate guiadas en su movilidad mediante estandartes y, además, actuar coordinadamente, como un solo hombre, cuando les
por sus propios soldados”. De todas formas, este vil asesinato no fue visto con buenos ojos por muchos romanos. La estratagema urdida por Galba que provocó la matanza del 149 a.C. resultó muy criticada en Roma porque se entendió como un declive de las virtudes republicanas.Y, al respecto de la muerte de Viriato, el historiador Floro señaló que ocurrió “más por el engaño que por la valentía de Servilio Cepión”. Mientras que Valerio Máximo no se quedó atrás al decir que el cónsul Q. Servilio Cepión, “fue él el autor del crimen y no mereció la victoria, sino que la compró”. DESPUÉS DE LA TRAICIÓN Con honor o sin honor, Cepión cumplió su objetivo. Desaparecido Viriato, ofreció tierras a los lusitanos, quienes, descabezados y desmoralizados, acataron la propuesta. Tras lo cual, las guerras llegaron a su fin. Todavía la franja atlántica, cantábrica y las Baleares serían protagonistas de nuevas acciones de conquista romana. Pero ninguno de estos escenarios disfrutó de episodios de resistencia indígena tan épicos como los vividos antes. De hecho, que la actitud del adversario, con independencia de los tintes ideológicos y morales que se le quiso dar, fuera alabada por el conquistador, demuestra que la personalidad bélica e indomable hispana no se podía disimular ni disfrazar. Únicamente, reconocer con admiración para extraer de ella muchas enseñanzas.
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Tema del mes
El yacimiento de Gadir ilumina sobre el
Indíbil y Mandonio reinaron sobre los ilergetes, un pueblo de cultura íbera.
pasado romano de Cádiz.
atacaba una legión romana. En consecuencia, debemos desterrar la imagen de que estos íberos eran un puñado de bandoleros o asaltantes aguerridos sin mayor instrucción castrense. El refinamiento de su conducta militar indica mayor cualificación de lo esperado, aunque no les salvó de la derrota. Índibil murió en combate de una manera tan sobria que la palabras de Tito Livio lo convirtieron en leyenda: “Cayeron acribillados por los dardos los que peleaban en torno al rey, que se mantenía en pie medio muerto y después quedó clavado al suelo por una jabalina”. Tras lo cual, los propios ilergetes entregaron a su otro caudillo, Mandonio, para que fuera crucificado y así congraciarse con los vencedores. LAS GUERRAS CELTÍBERAS La rebelión de los ilergetes contó con algún coletazo ulterior que, igualmente, fue reprimido. Pero, al margen de la victoria final, el enfrentamiento era un claro síntoma de que la romanización de la Península estaba lejos de ser un proceso pacífico. El final de la guerra púnica fue recibido por los habitantes autóctonos con alivio. Sin embargo, la dominación posterior de Roma comenzó a resultar asfixiante en muchos aspectos. Las reiteradas exigencias tributarias y el recorte de libertades sobre determinadas urbes indígenas prendieron la chispa de nuevas revueltas. Si bien, en esta ocasión, la confrontación alcanzó una dimensión tan desmesurada que asustó a los propios 30 DE
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Roma se sentía legitimada para civilizar a esas poblaciones, pero las fuentes desmienten esta realidad presuntamente bárbara romanos. Fue el comienzo de las denominadas guerras celtíberas y lusitanas. La Península se llenó de campos de batalla tan virulentos que en los territorios itálicos escasearon los voluntarios para sumarse al combate. El senado se vio en la obligación de adoptar medidas extraordinarias para acabar con la sublevación y someter
las provincias hispanas en un proceso que se prolongó unos 20 años, desde 153 a 133 a. C. Si hacemos caso del relato de Polibio, podemos entender por qué el reclutamiento de tropa romana resultó tan difícil, y es que “extraordinaria fue la naturaleza de esta guerra […] pues la mayor parte de los combates los terminaba la noche y los hombres resis-
El asedio de Sagunto en 218 a.C. desencadenó la Segunda Guerra Púnica.
tían con pleno ánimo sin que sus cuerpos cediesen ante la fatiga, sino que, desistiendo de la retirada, renovaban la lucha con mayor ímpetu, como si estuvieran arrepentidos. De esta forma, apenas el invierno logró suspender esta guerra y la continuada serie de sus batallas”.
EL ÍMPETU DE ROMA Al margen del turbio telón de fondo de la colonización romana, el detonante de la insurrección vino motivado por la ciudad arévaca de Segeda, cuyos habitantes decidieron amurallar el enclave en contra de las directrices vigentes. La primera gran ocupación y pacificación del territorio peninsular, realizada por Sempronio Graco, dispuso que las fortalezas indígenas anexionadas debían quedar desmochadas. Pero, a mediados del siglo II a. C., Segeda inició la reconstrucción de su lienzo fortificado. Los arévacos entendían que no traicionaban la norma porque se trataba de una reparación y no del levantamiento de nuevas murallas, aunque la autoridad romana no lo interpretó así. La reacción fue inmediata. Segeda cayó ante el ímpetu de Roma y sus habitantes corrieron a refugiarse en la también arévaca localidad de Numantia. Este enclave actuó como un polo magnético que atrajo hacia sí la alianza de numerosos pueblos hispanos descontentos con la situación. Así que las huestes senatoriales pusieron bajo estrecha vigilancia a Numantia para evitar que trenzara acuerdos con otras comunidades vecinas. Además de aislarla de su entorno, también, los gobernadores provinciales intentaron sojuzgarla mediante sucesivos ataques. Pero la resistencia de los numantinos alcanzó cotas legendarias. Por ejemplo, el gobernador de la Citerior, Q. Fulvio Nobilior en su persecución de los celtíberos, sufrió una emboscada que acabó con la vida de 6.000 romanos. Los numantinos y segedenses tuvieron fuertes bajas, entre ellas a su caudillo militar, pero aquel 23 de Agosto fue consagrado por Roma al dios Vulcano y declarado como día nefasto en el calendario, de tal manera que, a partir de entonces, ningún general romano en el futuro libró batalla durante esa jornada del año.
UN SINFÍN DE DESGRACIAS Nobilior lo volvió a intentar tres días después, cuando recibió el refuerzo de 300 jinetes númidas y 10 elefantes con los que pretendía amedrentar a los celtíberos. Pero, al iniciar la batalla, uno de los paquidermos,
Guerra, muerte y ritual EL CAMPO DE BATALLA se trasfiguraba para estos hispanos belicosos en un auténtico escenario sagrado. A las tácticas, estrategias castrenses, ruido de espadas y fogosidad hasta el desaliento, se le sumaban una serie de ritos y ceremonias que llenaban de trascendencia la acción armada. Porque el combate acontecía en el mundo terrenal, pero también en el espiritual. Silio Itálico comenta que para los celtíberos “la muerte en el campo de batalla es gloriosa; y consideran un crimen quemar el cuerpo de un guerrero que haya muerto así; porque creen que el alma sube a reunirse con los dioses en el cielo si el cuerpo es devorado en el campo por el buitre hambriento”. Por otro lado, Diodoro Sículo señala que estos mismos celtíberos practicaban costumbres similares a sus vecinos galos. Por ejemplo, cortaban las cabezas de sus enemigos más insignes, las embadurnaban y embalsamaban en aceite de cedro, para luego clavarlas a la entrada del domicilio como trofeo. Por su parte, los lusitanos solían realizar una danza religiosa antes de iniciar el combate y entonar cánticos y letanías cuando cargaban contra sus enemigos. Frente al ensañamiento ritual de los celtíberos sobre las cabezas de sus adversarios, los lusitanos preferían cortar la mano derecha de sus cautivos y ofrendarla a los dioses, según nos relata Estrabón. Sin embargo, no hay indicios arqueológicos directos de esta costumbre.
Aquel encierro y la inclemencia del tiempo le causaron numerosas bajas por congelación y enfermedad herido por una flecha, enloqueció y contagió el miedo a sus compañeros de tal modo que arremetieron contra la propia tropa romana. Aquel desorden y consiguiente huida, según señala Apiano, causó a Nobilior otros 4.000 muertos más y la pérdida de tres elefantes. Por si fuera poco, Nobilior se retiró a su campamento para pasar el invierno. Sin embargo, aquel encierro y la inclemencia del tiempo le causaron numerosas bajas por congelación y enfermedad.
Las desgracias no pararon ahí. Durante otro de esos asaltos romanos contra Numancia, acaecido el año 137 a. C., los resistentes llegaron a capturar a uno de los sucesores de Nobilior, el g obernador provincial C. Hostilio Mancino, y le obligaron a firmar humillantes acuerdos de paz. Esta derrota fue vivida por el senado y pueblo de Roma como una enojosa afrenta, así que movilizó a sus mejores hombres, entre ellos, el célebre general 31 DE
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Tema del mes
Los últimos días de Numancia inspiraron al pintor Alejo Vera este conmovedor óleo, que fue presentado en 1881. Escipión Emiliano, quien había destruido Cartago el 146 a.C. Escipión, buen conocedor del temperamento extremo numantino, planteó una estrategia que cubriera todos los frentes posibles, desde los puramente materiales hasta los espirituales. Así que incomunicó la urbe para aislarla por tierra de cualquier avituallamiento posible. Este cerco perseguía aniquilar al enemigo por inanición, pero también destruirlo psicológicamente ya que impedía que los celtíberos murieran en combate, su muerte más honrosa. Siete campamentos alrededor del enclave esperaron pacientemente el desmoronamiento de los cercados y la condena al hambre de los 4.000 numantinos resultó inexorable. Relata Apiano que “al faltarles la totalidad de las cosas comestibles, sin trigo, sin ganados, sin hierba, comenzaron a lamer pieles cocidas, como hacen algunos en situaciones extremas de guerra. Cuando también les faltaron las pieles, comieron carne humana cocida, en primer lugar la de aquellos que habían muerto, troceada en las cocinas; después, menospreciaron a los que estaban enfermos y los más fuertes causaron violencia a los más débiles. Ningún tipo de miseria estuvo ausente. Se volvieron salvajes de ánimo a causa de los alimentos y seme32 DE
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La resistencia de Numancia duró 15 meses, y en el asedio se produjeron momentos terribles, luchas mortales, suicidios... jantes a las fieras, en sus cuerpos, a causa del hambre, de la peste, del cabello largo y del tiempo transcurrido”. Muchos, incapaces de soportar aquel horror, prefirieron el suicidio.
EL FINAL DE LA ÉPICA Tras 15 meses de sitio, Numancia se rindió. El final real depende de las fuentes consultadas. Para Floro y Orosio, historiadores muy posteriores a los hechos, los pocos resistentes que quedaron vivos optaron por prender fuego a la ciudad y matarse entre sí antes que entregarse al enemigo. En cambio, el más contemporáneo Apiano señala que, fijada la entrega, “ellos dejaron transcurrir el día, pues acordaron que muchos gozaban aún de la libertad y querían poner fin a sus vidas. Por consiguiente, solicitaron un día para disponerse a morir”. Los supervivientes fueron vendidos como esclavos, la urbe arrasada hasta los cimientos y 50 de los cautivos paseados en un desfile triunfal por Roma. Cuando los numantinos se presentaron ante
Escipión, el espectáculo era “terrible y prodigioso, sus cuerpos estaban sucios, llenos de porquería, con las uñas crecidas, cubiertos de vello y despedían un olor fétido; las ropas que colgaban de ellos estaban igualmente mugrientas y no menos malolientes. Por estas razones aparecieron ante sus enemigos dignos de compasión, pero temibles en su mirada, pues aún mostraban en sus rostros la cólera, el dolor, la fatiga y la conciencia de haberse devorado los unos a los otros”. Apiano aclamaría a los derrotados en su crónica: “Tan grande fue el amor a la libertad y el valor existentes en esta pequeña ciudad bárbara. Pues, a pesar de no haber en ella en tiempos de paz más de ocho mil hombres, ¡cuántas y qué terribles derrotas infligieron a los romanos! ¡Qué tratados concluyeron con ellos en igualdad de condiciones, tratados que hasta entonces a ningún otro pueblo habían concedido los romanos!”. Y hoy, Numancia es un símbolo de la resistencia ante la invasión romana.
Historia contemporánea
El duque de Windsor, el aliado de los nazis que se refugió en España y apuñaló a los suyos
El rey traidor Ciñó la corona del Reino Unido como Eduardo VIII, pero no tardó en abdicar para casarse con Wallis Simpson, una dama sin ascendente real. Sus delicados contactos con el régimen nazi y franquista antes y durante la Segunda Guerra Mundial pusieron contra las cuerdas al gobierno inglés y han generado numerosas dudas sobre su patriotismo. En nuestro país, rodeado de espías de ambos bandos, vivió uno de los episodios más singulares de la contienda. Aquí contamos esta historia. ÓSCAR HERRADÓN
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legó a ser rey de Inglaterra. Eso sí, por un breve periodo de tiempo, ya que tuvo que renunciar a la Corona para poder casarse con una plebeya, y llegó a acercarse peligrosamente a los grupos fascistas de su país y a mantener contactos con la Alemania del Tercer Reich, lo que lo convertía en un personaje incómodo para su propio Gobierno. Hablamos del Duque de Windsor, quien, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Londres estaba siendo bombardeado sin tregua por los aviones de la Luftwaffe, pasó por España y Portugal en una compleja trama de espías digna de la mejor novela de James Bond. Eso sí, su periplo no tuvo nada de ficción a pesar de las muchas sombras que todavía rodean a este enigmático episodio.
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Eduardo, futuro duque de Windsor, nacía el 23 de junio de 1894 en White Lodge, Surrey. Era el mayor de tres hermanos. Corría mayo de 1910 cuando su padre ascendía al trono con el nombre de Jorge V del Reino Unido, tras la muerte de Eduardo VII, por lo que Eduardo, el 13 de julio de 1911 era investido oficialmente como príncipe de Gales y por tanto, se convertía en heredero de la Corona. La Primera Guerra Mundial dejaría una huella imborrable en su memoria, y las atrocidades del frente, que visitó en más de una ocasión, le convencieron de que Europa no debía volver a sumergirse en una contienda de tales dimensiones. Durante la década de los veinte tuvo una ajetreada vida social y se le atribuyeron numerosos romances. Pero sería en los años treinta cuando conocería a la mu-
jer que cambiaría no sólo su vida, sino el futuro de toda una nación: Wallis Simpson, norteamericana de ascendencia alemana y plebeya que, cuando comenzó su relación con Eduardo, todavía no se había divorciado de su segundo esposo, el angloamericano Ernst Simpson. Aquello no le importó lo más mínimo al príncipe de Gales cuando, el 20 de enero de 1936 moría su padre y él subía al trono bajo el nombre de Eduardo VIII. Ya entonces su relación adúltera había provocado un escándalo con su familia y en los círculos cortesanos. En un principio, quienes le rodeaban, conocedores de su fama de Don Juan, pensaron que se trataría de una relación pasajera, pero no fue así. A pesar de la oposición del Gobierno, dirigido entonces por el primer ministro
Historia contemporánea
La Edad de Oro del espionaje AQUELLOS DÍAS con los Windsor como protagonistas están llenos de claroscuros, puesto que los movimientos tanto de los aliados como de las potencias del Eje estaban enmarcados en las acciones de la Inteligencia, eran operaciones clandestinas que hemos ido conociendo con cuentagotas a través de las propias memorias de los implicados, declaraciones de testigos de los hechos que hablaron años después y, principalmente, de informes que fueron desclasificados, décadas más tarde, por el MI5 o que se hallaron en los archivos de la embajada alemana en Madrid, ya caído el franquismo. No obstante, siguen existiendo serias dudas sobre el verdadero papel de nuestro protagonista. Una serie de documentos secretos de la Policía Internacional y de Defensa del Estado de Salazar –la PIDE –, que se hicieron públicos a mediados de los años 90, según publicaba entonces el diario El País , junto a otra serie del MI5 en la misma línea, no dejaban demasiado margen de duda acerca de las verdaderas inclinaciones filonazis del duque, quien colaboraría con los esbirros de Hitler, según se desprende de dichos informes, con el objetivo primordial de regresar al Reino Unido como un líder triunfal, probablemente como cabeza de los fascistas del país. Ya hemos hablado de la posibilidad de que pasara información clasificada aliada a los nazis, como señaló en febrero de 1940 el embajador alemán en La Haya. Pero, ¿y si se trataba de una operación de contrapropaganda nazi para desprestigiar la figura del duque y sembrar la delación y la sospecha entre los británicos? Es difícil saberlo, pues, como escribiera el político británico Lord Ponsonby en 1928, “cuando se declara la guerra, la verdad es la primera víctima”.
de la contienda europea, seguían siendo la pareja de moda del periodismo sensacionalista. Tras la recepción, y por orden del mismo Franco, el ministro de Exteriores español, Juan Luis Beigbeder, se entrevistó con el duque. La idea, impulsada por el dictador español, era interrogar sutilmente al
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inglés sobre su posicionamiento respecto a diversas cuestiones que podrían ser trascendentales en el futuro, entre ellas la guerra en Europa, su opinión sobre la posición del Gobierno inglés y las acciones de Churchill y si era o no la intención del duque intervenir en el rumbo de los acontecimientos.
El ministro envió su informe al Caudillo el 25 de junio, cuando los ingleses llevaban tres días en el país. Según se desprende de éste, el duque le había transmitido que se encontraba en una compleja situación personal, por sus ideas para que se solucionase el conflicto y su latente antisemitismo, otro punto en común con los nazis. Según transmitió el aristócrata a Franco, “no desea más que una paz justa y equitativa con el fin de elevar no la cultura de la clase baja, sino sus medios de vida”, remarcando que se sentía “muy impresionado por la miseria de ciertos pueblos de España que vio a su paso” y, a su vez, descontento con miembros del Foreign Office y el Gabinete inglés, como Anthony Eden. Mientras la pareja se hallaba en nuestro país, los servicios de Inteligencia alemanes estaban gestando una operación clandestina que respondería al nombre de “Operación David” y que consistía nada menos que en la retención, e incluso el secuestro por la fuerza, de su “amigo” Eduardo, a fin de presionar a los peces gordos de Downing Street para cambiar su política de agresión. El Estado Mayor alemán sabía que librar una guerra en dos frentes era demasiado arriesgado, y el Führer prefería llegar a un
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San Juan de la Cruz De la noche oscura del alma a la claridad de ideas
(Ávila). Muerto en Úbeda (Jaén). Eternizado en el mundo. Patrón de los poetas. Por algo fue el hombre que pasó la noche más oscura del alma. Y al igual que Teresa de Jesús –protagonista de nuestra revista hace no mucho debido a su 500 cumpleaños–, con la perenne facultad de apasionar por la profundidad de sus sentimientos, tanto a creyentes como a ateos. Para leerle y entenderle no hace falta otro altar más que uno mismo. Es, junto a la propia Teresa, el místico más importante de la historia, pese a ser menudo, poca cosa, pequeño y delgado. Pero fue eterno, y lo es como tan pobre fue. Es eterno. Vivió en sus carnes el enfrentamiento entre Carmelitas Calzados y Carmelitas Descalzos. En ese contexto, Santa Teresa fue recluida. Y en ese contexto también, los calzados encarcelaron a San Juan en Medina del Campo, acusado de apoyar la reforma teresiana. Fue durante ese encarcelamiento cuando escribió gran parte de su obra poética, en la que aparece un San Juan despojado de lastres, ejemplo de austeridad económica pero, sobre todo, psicológica. Gran parte de sus ideas, y de los “mandamientos” que escribió, parten de la idea de que para ir vestido por dentro hay que quitarse los ropajes y para ser rico por dentro no hay que tener nada material. Hay que tener poco, para tener todo. Su camino fue explorar el alma. NACIDO EN FONTIVEROS
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Entrevista / María Dueñas
Toda
existencia humana
LA TEMPLANZA, 44 D E I B E R I A V I E J A
© E l e n a B l a n c o
lleva
una
dentro
novela
la nueva obra
María Dueñas
de
45 DE IBERIA V I E J A
Entrevista / María Dueñas Ha alcanzado el Olimpo. Ya es una de las novelistas más importantes de comienzos del siglo XXI. Alcanzó el éxito mundial con El tiempo entre costuras (Temas de Hoy, 2009), que cuatro años después fue llevada a la pequeña pantalla gracias a Antena 3. Después escribió Misión Olvido (Temas de Hoy, 2012) y ahora vuelve al primer plano de la creación literaria con La Templanza (Planeta, 2015), una obra en la que Jerez de la Frontera es el epicentro de una aventura humana y empresarial en pleno siglo XIX y que nos vuelve a demostrar la riqueza de nuestro pasado y cómo de extraordinarias eran las vidas de los españoles que intentaron conquistar el mundo cuando el imperio no era lo que era pero las huellas ya se habían solidificado. No había mejor momento para hablar con ella… BRUNO CARDEÑOSA
Historia de Iberia Vieja: La Templanza es
algo más que el nombre de la viña de Jerez en donde se crea el vino que aparece en la novela… Es también algo que necesita su protagonista y que en el fondo necesita el ser humano. Se puede resumir en pensarlo dos veces… María Dueñas La Templanza es el nombre de una viña jerezana que pasa de las manos de un decadente clan bodeguero a las de Mauro Larrea, un triunfante minero de la plata mexicana súbitamente arruinado. Pero el título tiene también una doble lectura: la templanza es además una deseable virtud cardinal de la que el protagonista carece a lo largo de 526 páginas de novela. En su urgencia por reconstruir su fortuna, él se mueve frenético, impulsivo, sin contención… Sólo al final, cuando el desenlace de sus avatares le trastoque en lo más profundo, nuestro hombre cambiará también su manera de 46 DE
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estar en el mundo y asumirá su futuro de una forma más templada. P Como director de una revista de historia, tengo la sensación de que, por diversas razones, hay una parte de la historia de España, la contemporánea, más exactamente la del último siglo y medio, que se considera casi de segunda. Sin embargo, ahí estás encontrando cosas fascinantes. R El inicio de la década de los sesenta del XIX me parecía un momento muy interesante, un punto de inflexión en muchos entornos. Estalla la guerra civil en los Estados Unidos, que será lo que cause la ruina del protagonista en México; España ha perdido la práctica totalidad de sus antiguas colonias, pero aún mantiene Cuba como su último gran bastión; frente a ese mermado imperio español, Jerez se afianza con fuerza como un enclave próspero,
con una economía más que solvente, con una poderosa burguesía bodeguera, con sólidas relaciones internacionales… P Gran parte de tu libro discurre en La
Habana, que ahora parece vivir otro gran momento histórico. ¿Se está dibu jando en la capital de Cuba el escenario de futuras novelas históricas? R Quizá me aventuraría a decir que lo que se está abriendo es un escenario para novelas centradas en lo acontecido en las últimas décadas, una exploración y una lectura crítica de la revolución desde dentro. P Y en el caso de la época que relatas
y en la que te sumerges con tu nueva novela, ¿qué fue lo que te cautivó para “viajar en el tiempo” a esa fecha? R Mi intención inicial fue retornar a ese Jerez espléndido de mediados del siglo XIX lleno de prósperas bodegas, más de
La Templanza MARÍA DUEÑAS
PLANETA. BARCELONA (2015). 530 PÁGS. 21,90 €.
400, y con un bullente comercio internacional centrado sobre todo en la distribución del sherry en Inglaterra. Algunas de aquellas bodegas fueron establecidas con capitales de retorno: el dinero que traían los legendarios indianos que retornaban a la madre patria dispuestos a invertir sus caudales en negocios prometedores, como lo era por entonces el sector vinatero de Jerez. Entre aquellos retornados hubo algunos que levantaron su riqueza en las minas de la plata mexicana, y ése fue el perfil que elegí para mi protagonista, sólo que decidí darle una vuelta de tuerca y creé el personaje principal de la narración… P Mauro Larrea, que es un auténtico icono de aquella época… R Conserva la facha y el talante de un acaudalado triunfador procedente de una de las antiguas colonias, pero en realidad
La Templanza es algo más que el nombre de la viña de Jerez que aparece en la novela: es una deseable virtud cardinal de la que el protagonista carece arrastra tras sí una debacle financiera que se esfuerza por esconder. Dotar a este hombre de un pasado es lo que me lleva a México, donde se arruina, y después a Cuba, donde se intenta recomponer. Desde allí, por una serie de carambolas
inesperadas, cruzará el océano para llegar a Jerez. P Te lo han preguntado mil veces, pero ¿cómo se digiere el éxito tan inmenso de El tiempo entre costuras ? Porque tanto éxito no se puede esperar nunca... R Se digiere bien, con satisfacción y gratitud a los lectores que lo han hecho posible.
Hay mucho mito en el novelista de éxito. En el fondo su vida es mucho más normal de lo que se cree y lo que le rodea es menos gigantesco, el proceso de creación, edición, etc… Es todo menos complejo, más humano. R En mi vida de escritora hay dos facetas: una pública, de promoción de mis libros y atención a compromisos derivados de ellos, y otra, mucho más intensa y privada, dedicada a escribir. P
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Entrevista / María Dueñas
El Jerez contemporáneo es muy distinto al del XIX, pero quedan numerosos testimonios de aquel espléndido pasado El México que aparece en La Tem plaza –y los otros escenarios tam bién– es un México que disfruta de sus primeros años de independencia. Con las noticias que vienen ahora de allí, da la sensación de que, en cierto modo, aún faltan varias patas en la mesa para poder consolidar esa libertad. P
Creo que no. México es una nación soberana desde hace casi doscientos años. El destino que el país se ha labrado desde entonces nada tiene que ver con su independencia. R
P A propósito de esto, ¿qué es pri-
mero: la reconstrucción histórica o la reconstrucción de las tramas y personajes? Lo primero es la toma de d ecisiones respecto al escenario y el momento; a partir de ahí, una vez que tengo trazadas esas coordenadas, comienzo a componer a los personajes y a diseñar la trama. R
Quien va a Tánger, donde ocurren muchos de los hechos que se relatan P
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en tu primera novela, se enamora, y eso que no es nada de lo que fue. Pero quedar, queda para siempre. El pasado y la historia son imborrables una vez que dejan su sello. ¿Se puede decir eso del Jerez que aparece en tu novela? R El Jerez contemporáneo es muy distinto al del XIX, pero quedan numerosos testimonios de aquel espléndido ayer en algunas bodegas y casas-palacio, y en el legado de una parte de su sociedad.
P Vives junto a uno de los puertos, el de Cartagena, más importantes del mundo. Y no me refiero a los contenedores que llevan los barcos, sino a las personas que suben y bajan de los mismos. ¿No tienes la sensación de que cada uno de esos personajes –el que emigra, el que inmigra, el que viaja por negocios, todos y cada uno de ellos– tiene una vida digna de con vertirse en novela? R Toda existencia humana es potencialmente novelable, incluso la de aquellos seres que no se mueven de su entorno.
El personaje
Un artista total que sale del olvido
Ramón Acín,
una vida silenciada Fue una de las personalidades más fascinantes de la España de comienzos del siglo XX, figura poliédrica de inquietudes múltiples que le llevaron a destacar como dibujante, pintor, escultor, pedagogo, profesor y, al mismo tiempo, como activista anarco sindicalista. Una vida llena de luces que, al igual que muchas otras, quedó trágicamente truncada con el estallido de la Guerra Civil española. JAVIER GARCÍA BLANCO
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n los últimos días de julio de 1936, España entera comenzaba a mancharse de sangre de un extremo a otro. Pero la violencia no se ejercía sólo contra las personas, también el patrimonio artístico y cultural sufrió en aquellos aciagos días los demoledores efectos de la sinrazón, la incultura y el fanatismo. Antes de que acabara aquel fatídico mes, la localidad oscense de Jaca fue protagonista de uno de estos atentados contra el patrimonio. Las víctimas: varios relieves en escayola destinados a servir de molde para la fundición en bronce de un conjunto escultórico diseñado por el artista, pedagogo y periodista Ramón Acín Aquilué. La obra, futuro monumento que debía recordar y homenajear a los capitanes Galán y García Hernández, protagonistas de la llamada sublevación de Jaca (1930), fue hecha añicos por un grupo de falangistas que se ensañaron a fondo con los relieves, destruyéndolos a martillazos. El propio Acín, que además de artista sobresaliente era un destacado activista anarco-sindicalista, había participado también en los preparativos de 50 DE
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la fallida sublevación: doble motivo para que los falangistas decidieran destruir la obra. Visto con la perspectiva que da el paso del tiempo, hoy es imposible no interpretar la aniquilación del monumento como una siniestra premonición de lo que iba a sucederle al artista y libertario oscense, que perdería la vida apenas unos días más tarde, cuando otro grupo de falangistas –quizá alguno de ellos había participado también en la destrucción de su obra–, le acribilló a balazos junto a la tapia del cementerio de Huesca.
ARDOR DE JUVENTUD Cuarenta y siete años antes de aquella trágica noche, Ramón Acín había nacido en esa misma ciudad que le vio morir, en el seno de una familia de clase media, de padre ingeniero y madre maestra. Desde muy niño sintió inquietud por las artes, y antes incluso de cursar los estudios de la escuela secundaria, con diez años, comenzó a tomar clases de dibujo y pintura bajo la tutela del pintor oscense Félix Lafuente Tobeñas, quien influiría en su concepción
del arte –lejos de rígidos academicismos–, pero también en su forma de entender la pedagogía, otra de las materias en las que Acín destacaría años después. Poco después llegaron los estudios “serios”, y el joven Ramón tuvo que abandonar lápices y pinceles para estudiar en el instituto y más tarde en la Universidad de Zaragoza, donde se matriculó en Ciencias Químicas. Sin embargo, su pasión seguía siendo el arte, así que un año después de haber iniciado la licenciatura, en 1908, decidió viajar a Madrid para opositar a un puesto como delineante de obras públicas. No consiguió ser elegido, de modo que decidió regresar a su ciudad natal. Una vez de vuelta en casa, Acín tomó la determinación de dedicar su vida al arte. Y así fue, excepto por una salvedad: su pasión artística se vería acompañada siempre por otras actividades que también agitarían su mente: el activismo político y social desde una posición de izquierdas, el periodismo y la pedagogía. Tras su regreso a Huesca desde la capital de España, Ramón continua con sus clases de arte junto a su maestro Félix Lafuente,
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El personaje
Katia Acín con traje típico de ansotana.
y no tarda en demostrar sus cualidades artísticas. Tanto es así, que poco después, en 1912, comienza a colaborar con la prensa regional realizando viñetas humorísticas –otra faceta en la que destacaría a lo largo de toda su carrera–, y más tarde en otros medios de comunicación de carácter progresista, en los que realizó ilustraciones mucho más comprometidas políticamente. Al cumplir los 25 años, Ramón tomó la decisión de trasladarse a Barcelona con la intención de viajar más adelante a París, un destino soñado por todo artista de la época. Mientras llegaba ese día, el oscense continuó trabajando en sus dos intereses principales. Así, en la Ciudad Condal fundó la revista La Ira –con el elocuente subtítulo de ‘Órgano de expresión del asco y de
Ramón Acín, Conchita Monrás y Katia.
Retrato del artista en su madurez.
Su obra fue destruida a martillazos, en lo que fue una premonición de lo que después ocurriría con el trabajo de muchos artistas la cólera del pueblo’– junto a sus amigos Ángel Samblancat y Federico Urales, en cuyas páginas publicó viñetas, pero también ilustraciones y textos de contenido muy crítico. Uno de estos artículos, titulado “Id vosotros”, arremetía duramente contra la clase política a raíz de la Guerra del Rif y criticaba sin ambages la venta de “bulas” que permitía a los jóvenes ricos evitar el campo de batalla y reducir su servicio militar a unos
pocos meses. La Ira tuvo una vida muy corta, pues los contenidos del segundo número –dedicado a recordar la “Semana Trágica” y a atacar con dureza al clero– causaron tal revuelo que la publicación fue clausurada y sus miembros –Acín entre ellos– encarcelados. Así recordaba el propio Acín aquellos días en un texto no exento de cierto humor publicado por El Diario de Huesca: “El primer número cayó como una bomba; Francos Rodríguez, gobernador de Barcelona a la sazón, dudando si llevarnos al manicomio o a la cárcel, son palabras suyas, nos dejó en libertad. Al segundo optaron, sin dudar, por llevarnos a la cárcel; si sale el tercer número, ya en prensa, ¡pum, pum, pum!, nos fusilan, con trinos de dulces pajaritos, en mitad de la Rambla de las Flores. Desde luego un bello morir, mas mejor es poderlo contar”. ARTE Y ACTIVISMO
Los Acín en Madrid. De izqda. a dcha., Conchita, Sol Acín, Ramón y Katia, con unos amigos.
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Un año después de aquel incidente, Ramón recibió una buena noticia: la Diputación de Huesca había decidido becarle para que continuara con sus estudios de arte, y gracias a esta ayuda pudo viajar a Madrid, Toledo y Granada, ciudades en las que residió durante los años 1914 y 1915. En su primera etapa artística, Acín había mostrado una
clara querencia por los temas regionalistas, con predominio de personajes y paisajes urbanos y naturales, en especial de su amada provincia de Huesca. Este periodo tocó a su fin coincidiendo con su estancia en la ciudad de la Alhambra, época en la que pintó el lienzo ‘Granada vista desde el Generalife’. A partir de ese momento se fue ale jando del academicismo imperante, y comenzó a mostrar algunas características señaladas, como pinceladas empastadas y un cierto toque que podría calificarse de expresionista. Algunos años después, en la década de los 20, y tras varias exposiciones en lugares como Zaragoza, el aragonés sumaría a su estilo algunos rasgos tomados de distintas vanguardias del momento: neocubismo, futurismo e incluso temas vinculados con el surrealismo. EL OCASO DEL ARTISTA TOTAL En 1926 se produce otro suceso importante en su vida y su carrera. Ese año Acín viaja a París, donde durante varios meses (de junio a septiembre) se empapa de las distintas corrientes de vanguardia de aquel momento. Allí se reúne a menudo en el café La Rotonde con otros artistas e intelectuales, entre ellos varios españoles, como el turolense Luis Buñuel, con quien le uniría una buena amistad y con quien terminaría colaborando poco tiempo después. De hecho, en 1928 Acín tuvo la suerte de ser uno de los agraciados del premio de la lotería de Navidad, y con parte de aquella ganancia se animó a financiar una de las películas documentales de su apreciado amigo Buñuel, Las Hurdes: Tierra sin pan. A finales de esa década comenzó a experimentar con materiales “pobres” –siempre dijo que prefería estos a los “nobles”, como la plata o el oro–, creando esculturas mediante chapas de hierro, dando forma a obras con materiales que doblaba y recortaba, como sus célebres ‘Pajaritas’, una de las cuales ocuparía un lugar privilegiado en uno de los parques de su Huesca natal. En diciembre de 1929 se produjo otro hecho destacado de su trayectoria artística, al inaugurar su primera exposición individual, que tuvo lugar en las Galerías Dalmau de Barcelona, donde se mostraron al público un total de sesenta obras. Al mismo tiempo que evoluciona en el terreno artístico, Acín no deja nunca de lado su faceta comprometida, siempre vinculada a movimientos sindicales y en defensa de las clases más desfavorecidas. En 1930 se produce el levantamiento de Jaca
Palabras proféticas EN DICIEMBRE DE 1919 Ramón Acín acudió al II Congreso de la CNT como delegado sindical del Alto Aragón, al año siguiente participó en una intensa campaña de propaganda y acción sindical recorriendo numerosos pueblos oscenses y leridanos, acciones estas que seguía compaginando con sus habituales colaboraciones periodísticas. Así, en 1924 publicó un apasionado artículo en El Diario de Huesca, en el que solicitaba el indulto de su amigo el escritor y pintor anarquista Juan Bautista Acher, alias Shum , quien había sido condenado a muerte por las autoridades de la dictadura de Primo de Rivera, acusado de terrorismo: “Hay que librar del patíbulo a Juan Bautista Acher, el joven artista condenado a muerte, por humanidad y por estética. Como hombre, por humanidad; no hay derecho a segar una vida joven y llena de promesas. Como artista, por estética hay que librarle de las feas contorsiones de los ajusticiados. Un humorista y anarquista del temple de Acher, no sentiría tanto el ver cómo se le escapaba la vida, como el tener que sacar la lengua con arreglo a la ley”. Las irónicas e incisivas palabras de Acín ayudaron a que Acher se librara de la pena de muerte –aunque siguió en prisión hasta la llegada de la Segunda República–, pero consiguieron también que Ramón acabara de nuevo con sus huesos en la cárcel. Fueron sólo unos días, pero a su salida de prisión Acín respondió a su detención con dos nuevos artículos.
Su pasión artística se vería acompañada por otras actividades: el activismo político y social, el periodismo y la pedagogía
Claustro de profesores de la Escuela Normal de Huesca. Acín es el primero por la izquierda.
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El plan pedagógico de Acín DE FORMA PARALELA a su faceta artística y política, Acín sobresalió también en su carrera como profesor. En 1916 consiguió una plaza como interino de la asignatura de Dibujo
en las Escuelas Normales de Maestros y Maestras de la ciudad de Huesca y al año siguiente aprobó las oposiciones a profesor supernumerario. Acín tenía como objetivo transformar por completo el sistema pedagógico vigente, representado, según sus palabras, por una escuela oscurantista, cruel y discriminatoria, obsesionada por transmitir conocimientos a base de memorizar una y otra vez los contenidos de las asignaturas, y apoyada en los castigos físicos. Por el contrario, Acín era partidario de las exposiciones razonadas y el contacto
directo de los alumnos con las materias estudiadas, ofreciendo a sus pupilos la palabra y favoreciendo la participación activa y la cooperación entre los compañeros. Todo ello apoyado en cuatro pilares principales: “Alegría, educación, salud y limpieza”. Aquella preocupación pedagógica tuvo eco en los textos que Acín publicaba en aquellos años en diferentes medios, ya fuera en Solidaridad Obrera –el periódico de la CNT–, en Lucha Social, la publicación sindicalista leridana que dirigía su amigo Joaquín Maurín o en la revista Floreal , que él mismo ayudó a fundar en 1919. En aquellas páginas, y en otros escritos, el oscense proponía el deporte-ejercicio frente al deporte-espectáculo, ofrecía su visión de los juegos con fines pedagógicos y planteaba la necesidad de implantar imprentas en los colegios como eficaz herramienta creativa y educativa.
La Fundación Ramón Acín es la culpable de que en los últimos meses se esté redescubriendo la labor de Ramón Acín, un artista asesinado durante la guerra como lo fue Lorca. La fundación ha inspirado el libro “Ramón Acín toma la palabra ” (Ed. Debate, 2015), que acaba de ver la luz.
A la izquierda, Acín trabajando en un relieve homenaje a Joaquín Costa. De arriba abajo, Acín contemplando una de sus esculturas; ilustración parte de una serie sobre la Primera Guerra Mundial.
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Todas estas ideas intentó aplicarlas Acín en la academia de pintura y dibujo que estableció durante unos años en su propia casa, y también las ensayó con sus hijas Katia y Sol, quienes recibieron las lecciones necesarias para su desarrollo educativo e intelectual, al amparo de los conocimientos de su padre, pero también –y especialmente– de su madre, poseedora de un vasto bagaje musical y conocimientos en multitud de materias. A las enseñanzas de sus progenitores, las pequeñas Katia y Sol vieron sumadas también las clases de profesores amigos de sus padres, que acudían al hogar de los Acín para impartir sus conocimientos.
Tuvo un papel destacado en la sublevación de Jaca, y, tras el fracaso, se exilió en París hasta el advenimiento de la República
Acín junto a su amigo Gómez de la Serna. y Acín jugó un papel importante en aquel episodio, pues el oscense estaba encargado de movilizar una huelga obrera en el caso de que la sublevación resultara exitosa. Tras el fracaso de la sublevación –que se saldó con la ejecución de los capitanes Galán y García Hernández–, Acín se vio obligado a exiliarse a Francia por temor
a las represalias, y no regresó a España hasta el advenimiento de la Segunda República. En París compartiría residencia durante cuatro meses con otros exiliados españoles, entre los que se contaban Indalecio Prieto o el general Queipo de Llano, quien poco antes había protagonizado la Cuartelada de Cuatro Vientos. En aquellos años tampoco cesaron sus escritos políticos en publicaciones libertarias y periodísticas, que en ocasiones le llevaron de nuevo a prisión (por ejemplo en el año 1933), y cuando en julio de 1936 se produjo el intento de golpe de Estado, él fue uno de los militantes de izquierdas que acudieron al gobierno civil de Huesca para reclamar armas con las que defender a la República. El gobernador convenció a aquel grupo de que la defensa no era necesaria y los animó a que regresaran a sus casas… Al día siguiente Huesca estaba en manos de los sublevados.
LA MUERTE Para entonces, Ramón Acín era considerado ya por las fuerzas reaccionarias como uno de los “elementos” subversivos más peligrosos de la ciudad, así que el artista se vio obligado a ocultarse durante varios días en un escondite en su propia casa. Todo acabó el 6 de agosto de ese año, cuando tras varios días soportando escondido mientras escuchaba los golpes que los falangistas propinaban a su mujer, decidió entregarse para salvarla. Esa misma noche, un pelotón fascista le arrebataba la vida en las tapias del cementerio de Huesca. Su certificado de defunción, en un cínico eufemismo, señalaba que el deceso se había producido “sobre las once de la noche en refriega habida por motivo de la Guerra Civil”. Días más tarde su mujer, Conchita Monrás, seguía su mismo destino. Tras la muerte de ambos, la ingente obra de Acín –miles de dibujos, pinturas, esculturas e infinidad de escritos– cayó en el olvido, y no fue hasta la llegada de la democracia cuando estudiosos e historiadores del arte comenzaron a recuperar su figura.
PARA SABER MÁS... Ramón Acín toma la palabra . Ed. Debate.
Barcelona, 2015.
ALAIZ, Felipe. Vida y muerte de Ramón Acín. Ediciones Umbral. París.
JUAN, Víctor. «Huesca fue Granada: la muerte de Ramón Acín» . Por escribir sus nombres. Ed.
Maqueta del monumento a los capitanes Galán y García Hernández.
Prames. Zaragoza, 2007.
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e encontré con Alejandro Basanta sin pretenderlo, como en tantas otras ocasiones ha sucedido con inventores hoy prácticamente desconocidos. Fue revisando varios varios grupo gruposs de de pate patente ntess que que se se guarda guardan n en en el Archivo Histórico de la Oficina Española de Patentes y Marcas. Allí estaba el ingenioso asturiano Alejandro Basanta y Baqué con sus patentes números 15250, 21113 y 21114 sobre sistemas de seguridad para ferrocarriles. Además, cabe mencionar que, al menos,
logró también una patente para un sistema similar en los EE.UU., con la patente US542916-A, de 1895. Lo osado de su propuesta se traducía en un método para impedir choques ferroviarios en una época en la que no se había popularizado la radio. Las ondas hertzianas apenas estaban saliendo de los laboratorios y los telégrafos eran los reyes de las comunicaciones, junto con los ferrocarriles. Uniendo esos dos mundos, Basanta pretendió acabar para siempre con un problema muy grave, los accidentes ferroviarios. A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, la rápida extensión de las redes de fe-
rrocarril por medio mundo llevó el progreso por doquier, pero también sirvió para crear escenarios terroríficos que dieron lugar a accidentes con gran número de fallecidos. TRENES EN MARCHA
Propuestas como la de Basanta hubo muchas en su tiempo, pero pocas eran tan ingeniosas y las menos encontraron camino en la práctica. Las ideas del intrépido inventor pasaron del papel al mundo real en diversas pruebas, si bien no tuvieron recorrido comercial posterior a gran escala. El 7 de julio de 1894 tuvieron lugar diversas pruebas ini-
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Made in Spain / Alejandro Basanta
“Verdaderame “Verdaderamente nte notable not able” ” DON ALEJANDRO BASANTA ha inventado un
aparato verdaderamente notable, que por su aplicación y por sus condiciones está llamado a suprimir en absoluto los siniestros ferroviarios. Dicha invención une, a los caracteres de la mayor seguridad, los de la sencillez más grande. (…) En una de las habitaciones de la estación de Villena hay una tablita con dos juegos de sonerías sonerías de distintos distintos timbres, un aparato telefónico ordinario y una pequeña pieza de metal, cuya acción es la de abrir o cerrar el circuito que contribuye a acusar los peligros que se pretende conocer… La Dinastía Dinastía, Barcelona,
edición del 30 d e junio de 1899.
El inventor reapareció en Francia hacia 1903 y de nuevo el éxito de sus prueb pruebas as se vio seguido del silencio
Sobre estas líneas, la patente US- 542916-A, registrada en EE.UU.
ciales en la estación de Arganda. Posteriormente, tuvieron mucho eco en los medios las pruebas llevadas a cabo en la línea Villena-Alcoy-Yecla, na-Alcoy-Yecla, con presencia de una comisión enviada desde Madrid por el gobierno. Esta añeja línea de vía estrecha comunicaba las provincias de Alicante y Murcia a lo largo de una red de ramales de casi 350 km de extensión. Las mencionadas pruebas tuvieron lugar en los meses
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de junio y julio de 1899, comprobándose que el sistema de intercomunicación de seguridad para trenes ideado por Basanta era mucho más que una fantasía. A pesa pesarr de su apar aparent ente e éxito éxito,, y aunque aunque el el sistema se continuó utilizando durante un tiempo en la línea de ferrocarril levantina, el inventor no recibió el eco de los inversores nacionales para extender las pruebas y llegar a difundir un modelo comercial en grandes líneas férreas. Precisamente por eso, hacia 1903, reaparece Basanta en Francia. Allí, ante varios diputados y senadores e inspectores de la compañía París-Lyon, tuvieron lugar nuevas pruebas. Otra vez el éxito se vio continuado por el silencio.
UNA PROPUESTA INGENIOSA El experimento francés no sólo permitía la intercomunicación entre trenes o entre estaciones, sino que también proporcionaba un método para avisar de la cercanía de trenes a pasos a nivel. Bien, pues después de tanto fuego de artificio y aventuras, del sistema Basanta nunca más se supo. Al poco poco se se insta instaló ló algo similar similar en varios varios
tranvías italianos y, más tarde en la propia Francia, e incluso hubo alguna acusación de copia contra esas otras pruebas por parte de la prensa en España. La cosa quedó ahí, en el más profundo de los olvidos. El sistema Basanta se basaba en una especie de “red local”, salvando las distancias, aplicado a las vías férreas. Por una parte pretendía que cualquier tren, parado o en marcha, tuviera conocimiento de la circulación de otro vehículo por su misma vía, con un aviso a modo de timbre entre locomotoras. Además Además,, como como se transm transmití itía a seña señall a lo largo largo de la vía, ambos maquinistas podían hablar por un interfono de forma directa, así como con las estaciones. Tanto las locomotoras como las estaciones estaban conectadas por cable y contaban con avisadores acústicos y terminales telefónicos. Lo más ingenioso era el sistema para transmitir la señal a un tren en marcha, por medio de un ingenioso sistema de “escobillas” en forma de esferas metálicas en los ejes, aprovechando las ruedas como transmisores hacia los raíles y, de ahí, a un sistema de cables dispuestos en la línea. Al tren en marcha también se le
El dispositivo de seguridad para trenes de Alfredo Alfredo Huguet SIGUIENDO LA ESTELA de Basanta, otros inventores españoles han perseguido el sueño del ferrocarril seguro. Quiero mencionar uno de ellos, también olvidado, que entre 1936 y 1954 obtuvo ocho patentes para un dispositivo que permitía detener los trenes de forma automática antes de que producirse un catastrófico choque. El barcelonés Alfredo Huguet Manén luchó durante décadas para ver instalado su sistema en los ferrocarriles, pero corrió suerte similar a la de Basanta en cuanto a la difusión de su invención se refiere. El inventor barcelonés explicaba su idea de esta manera en Mundo Gráfico el el 22 de abril de 1936: Mi invento impide completamente los
podían enviar avisos sobre la existencia de cualquier obstáculo que se pudiera encontrar en la vía o sobre cualquier otro problema detectado en las estaciones. Hay que pensar en que estamos hablando de finales del siglo XIX, y eso de tener un teléfono en la cabina del maquinista sonaba a fantasía.
TAMBIÉN EN LOS VAGONES Uno de los aspectos más destacados se encontraba en que, al acercarse un tren a los pasos a nivel, sonaba en ellos una potente campana accionada por electroimanes, llamando la atención así con tiempo de sobra a quienes se encontraran en las cercanías sobre el paso del ferrocarril. Además, y para adelantarse por completo a su tiempo, no sólo la locomotora estaba conectada a la línea eléctrica de comunicaciones que se disponía en las vías, ¡también los vagones! Así, Así, cada cada vagón vagón conta contaba ba con interr interrupt uptores ores de aviso que se conectaban con la locomotora para alertar en caso de que algún pasajero sufriera algún percance, enfermedad o contratiempo. Ante un aviso, el maquinista podía detener la máquina o parar en una estación intermedia, avisando antes por el teléfono colocado en la locomotora a la estación para que se alertara a un equipo médico en caso de ser requerido, o bien a los agente del orden según la situación. El invento era increíble, pero tenía sus contratiempos. Aunque en las pruebas fun-
choques entre dos o más trenes; l os accidentes en los pasos a nivel; los descarrilamientos por los cambios de vías defectuosas; los choques contra unidades móviles, etc… Cada locomotora, aparte de llevar su mecanismo actual, llevará unas nuevas instalaciones eléctricas diseñadas por mí. Al llegar dentro de una misma vía a situarse dos convoyes, convoyes, a una cierta distancia uno de otro, de trescientos metros, por ejemplo, se establecerá entre los mismos una corriente de interferencia que transformada en la instalación, acciona accionará rá los frenos de las locomotoras, deteniéndolas. deteniéndolas. Esta corriente eléctrica se transmitirá a través del tercer raíl, que deberá tenderse en el centro de la vía y para el cual se podrán aprovechar, aprovechar, por ejemplo, los raíles viejos. La potencia de la misma es ínfima y, por tanto, el gasto que produzca, casi nulo. (…) Unos aparatos basados en el mismo principio deberán instalarse en los pasos a nivel y en las agujas…
Nada de aquello prosperó y la pista de Alejandro Basanta fue borrándose con borrándose con el paso de los años cionó muy bien, resultaba que el despliegue de la red de comunicación y los propios aparatos de alerta no eran cosa barata. En los trenes se montaba un generador eléctrico, a modo de magneto de la época, que aprovechaba el giro de uno de los ejes de la locomotora. Ese generador alimentaba toda la red de cables distribuida a lo largo del convoy y servía para enviar las señales a la línea eléctrica en que se convertían los propios raíles de la vía, pasando luego a una “barra-carril” que contenía un cable a lo largo de la línea. Luego hacían falta bobinas, teléfonos, interruptores, repetidores de la señal y muchos otros accesorios. En las pruebas de la línea levantina las gentes estaban admiradas. ¡Podían comunicar con las estaciones y entre trenes en movimiento!
Todo acabó en alegría general, un banquete en honor de Basanta que se celebró en el hotel Iborra de Alicante y una sociedad constituida para explotar la invención. Nada de aquello prosperó y la pista de Basanta fue borrándose con el paso de los años.
Y NUNCA MÁS SE SUPO Lo último que he podido averiguar sobre el inventor no es muy agradable. En el Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo, con fecha 6 de diciembre de 1915, aparece una resolución judicial, sobre caso abierto a petición de la mujer de Alejandro Basanta y Baqué, llamada María Rodríguez de la Flor y Rodríguez Villamil, vecina de Avilés, en la que se declara al inventor ausente y en paradero desconocido.
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Panorámica
8000 kilómetros de costa... e historia
Lo que esconden las arenas Hay castillos que no pueden desbaratar las olas del mar y ruinas arqueológicas que han sobrevivido a la fiebre constructora del tiempo. Sin duda, las playas son otra manera de leer el paisaje de España. Es decir, su historia. Nos hablan de tradiciones y batallas, de reyes y plebeyos que compartieron un lugar bajo el sol. Y, por supuesto, nos hablan del verano, una estación a la que hemos querido dar la bienvenida con el reportaje gráfico de este mes… Ahora, ¡coge tu sombrero y póntelo! ALBERTO DE FRUTOS
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mundo de la representación de la pintura. En el espacio de la tela, la anomalía es flagrante: ¿Cómo la imagen de la pareja real puede reflejarse puesto que la infanta Margarita e Isabel de Velasco se interponen entre el hipotético modelo real y el espejo en el que se reproduce su imagen? Jacques Lacan propuso una solución a este enigma pictórico: ¿Y si Velázquez hubiera representado sobre la tela del caballete un modelo del que habría dispuesto ante sí gracias al empleo de un gran espejo? En este caso, ¿el mundo de la representación correspondería al mundo real? La existencia de la imagen de la pareja real en el espejo invalida la hipótesis de Lacan, lo que confirma el carácter de aporía de esta pintura. De hecho, solo la majestad de los reyes ordenaba la representación de la realidad terrestre: ¿sería esto lo que Velázquez quiso significar? Desde finales del siglo XXVII, el pintor Luca Giordano (1634-1705) se refirió a Las meninas como “la teología de la pintura”.
LECCIÓN DE LA HISTORIA
La amistad de Felipe IV con el pintor sevillano alcanzó su cenit con Las meninas .
Escritores, historiadores del arte, filósofos y, recientemente, psicoanalistas han intentado resolver el enigma de esta representación En su Viaje a España (1843), Teófilo Gautier ya se preguntó, al ver Las meninas: “¿Pero dónde está el cuadro?” En efecto, el modelo de la tela que pinta Velázquez no aparece en la escena, ya que un espacio, ausente, se encuentra tras el cuadro real: corresponde a un punto de equilibrio
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centrado sobre el reflejo de la imagen de los soberanos, en el espejo situado en la pared al fondo de la sala. Al espacio triangular compuesto por los puntos de la ventana, de la tela y el retrato real responde un “vacío esencial”, según una expresión de Michel Foucault: el vacío de la realidad, opuesto al
Más allá de consideraciones filosóficas o iconográficas, el historiador constata que, con esta ejecución, Velázquez dictó una impresionante lección de historia: en el corazón de la meseta castellana, en Madrid, en este que la mayoría de historiadores calificaron de austero palacio real, el más grande de los príncipes de su tiempo desarrollaba su vida cotidiana al ritmo de su afición por las artes. Las meninas lo confirman y la representación sobre la tela de los cuadros colgados en las paredes subraya el gusto del rey, al igual que sus visitas en familia al taller del pintor. Una estrecha relación se forjó entre Felipe IV y Diego Velázquez: iniciada treinta años antes, en 1623 culmina en el momento de la realización de Las meninas. Palomino escribió que “esta pintura fue de su majestad muy estimada y en tanto que se hacía asistió frecuentemente a verla pintar y, asimismo, la Reina nuestra señora doña María Ana de Austria bajaba muchas veces y las señoras Infantas y Damas, estimándolo por agradable deleite y entretenimiento”. Para resaltar esta relación con el soberano, Velázquez no dudó en retocar la tela un poco después de su finalización, a fin de dibujar sobre sus ropajes la famosa cruz roja de la orden de Santiago, que lo elevaba al estatus de noble. La intimidad entre el pintor y la familia real se ve confirmada por la cantidad de obras que Velázquez consagró a los diversos miembros de la dinastía.
Monumento a Felipe IV en el corazón de la Plaza de Oriente de Madrid.
Una estrecha relación se forjó entre Felipe IV y Diego Velázquez: iniciada treinta años antes, en 1623 culminó en este momento En aquel momento, había realizado más de treinta retratos de la familia real, del rey, la reina y los infantes e infantas.
UN CUADRO GIGANTE De hecho, su trabajo de representación de las meninas no hizo más que prolongar sus in vestigaciones anteriores, aunque las superó con la realización de este “cuadro imposible”: el del desdoblamiento de la realidad, donde el mundo visible representa lo que no existe –la imagen– y donde solo el mundo in visible existe por la realidad de los modelos. Aquí, el arte de Velázquez se une a las más grandes obras literarias escritas en el Siglo de Oro, a cuyas representaciones Felipe IV de España tanto gustaba de asistir. Este es el caso de La vida es sueño(1635), de Calderón de la Barca (1600-1681) que compartía los interrogantes metafísicos que suscita la propia contemplación de Las meninas.Sin embargo, las contingencias materiales distaban de estar ausentes de las preocupaciones del pintor y del rey. La ascensión de Velázquez al seno de la corte constituye un ejemplo de ello, puesto que se representa con la llave de palacio colgada a la cintura. Por último, Las meninas se ajusta a la grandeza de la corte del rey por sus imponentes dimensiones, 318 centímetros de alto
por 276 de ancho, lo que explica que la obra se colgase en determinadas salas. En 1666, un año después del fallecimiento del rey Felipe IV, el cuadro apareció en el inventario real junto a otros objetos que habían decorado del despacho del rey en el cuarto bajo de verano del Alcázar. Algunos años antes, en 1659, Velázquez había decorado las tres salas de estos aposentos: el comedor, la cámara y el despacho, y fue este último en el que Las meninas fueron inventariadas. Mientras que el renombre del soberano permanecía aún bien establecido, la obra no pareció conocer una celebridad fulgurante. En el transcurso de los treinta y cinco últimos años del siglo XVII que siguieron al reinado de Felipe IV, solo dos viajeros la mencionan: los pintores Félix da Costa en 1696 y Luca Giordano en 1700. Velázquez y su pintura no eclipsaban todavía la reputación del rey, una reputación que sólo se eclipsó en los siglos posteriores. No obstante, Las meninas fue mencionada a intervalos regulares en los inventarios de 1686, en 1701 y en 1734. A partir de 1724 y de la publicación de El Parnaso español p ictórico y célebre escrito por Antonio Palomino, se conoce mejor la historia de esta pintura. Para redactar la biografía de Velázquez, Pa-
Felipe IV y la España de su tiempo ALAIN HUGON CRÍTICA. BARCELONA (2015) 464 PÁGS. 26,90 €.
Estatua de Velázquez en su ciudad natal.
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Las meninas han inspirado a muchos creadores contemporáneos, entre ellos Manolo Valdés.
lomino recogió los testimonios de Juan Bautista Martínez del Mazo, pintor del rey y yerno de Velázquez, y de Juan Alfaro. Sin embargo, el historiador no logra rescatar totalmente la obra del olvido
en el que permanecía tras la muerte de Felipe IV. Fue preciso esperar a la finalización del nuevo Palacio Real en 1794, sobre los escombros del antiguo Alcázar, para que Las meninas fuera colgada en la
Felipe IV según Joseph Pérez La visión del reconocido hispanista Joseph Pérez abre el libro de Alain Hugon. Según sus palabras, Felipe IV fue un hombre de Estado menos influenciable de lo que se ha creído.
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sala de representación, en una fecha por otra parte incierta. El pintor Anton Raphael Mengs (17281779) se esforzó en la difusión de la obra, describiéndola como una de las más gran-
FELIPE IV forma parte de estos reyes a los que los españoles denominan los Austrias menores. Estas palabras tienen algo de peyorativo. Felipe IV, que reinó durante más de
cuarenta años –de 1621 a 1665– es decir, mucho más tiempo que los grandes del siglo XVI, inspira ya no admiración, como Carlos V, ni respeto, como Felipe II, sino simpatía. Si su reinado se juzga inferior a los precedentes, no es tanto a causa de la personalidad del monarca como del estado de la monarquía, la cual, en el siglo XVII, no lo tenía fác il para imponer su voluntad en Europa y para mantener su equilibrio interior. En realidad, las cosas no son tan sencillas. Felipe IV no fue un simple mecenas ni un rey holgazán, como a veces se da a entender. ¿Es porque se apasionaba por todas las formas de expresión cultural o también porque amaba a las mujeres hasta descuidar sus deberes de Estado y se remitía a su favorito para tratar los problemas políticos? No; él da la impresión de haberse visto desbordado por los acontecimientos, pero es a la fuerza de las cosas más
des pinturas de estilo naturalista y mencionando su presencia en la sala de conversaciones del rey en el palacio de Oriente. Más tarde, el cuadro pasó al comedor del rey (la actual antecámara de Gasparini), codeándose con las pinturas de Tiziano. LA FAMA “PÓSTUMA” DE LAS MENINAS Así, aun siendo el documento más importante del reinado de Felipe IV, Las meninas era muy poco conocida, exceptuando las personas que frecuentaban el Alcázar y después el Palacio Real. Hubo que esperar hasta 1819 y a la apertura del Museo del Prado para que el cuadro empezase a adquirir un cierto renombre, aunque no fue bajo el título de Las meninas, sino con el de La familia de Felipe IV , que más adelante se convirtió en La emperatriz infanta de España con sus damas, sus gentes y una enana, haciendo referencia al matrimonio
en 1666 de la infanta Margarita con el emperador Leopoldo I (1640-1705). No fue hasta mediados del siglo XIX, bastante después de la inauguración del Prado, donde se conservaba la tela, cuando esta adoptó su nombre actual. En cuanto a su notoriedad, hubo que esperar a los impresionistas, y en particular al pintor Édouard Manet, para que Velázquez se convirtiera en el “pintor de pintores”. Esta celebridad póstuma de la obra y del pintor, ¿repercutió sobre su protector, el rey Felipe IV de España? ¿Le aseguró la inmortalidad que las obras maestras ofrecen generalmente a aquellos a quienes
Miles de visitantes buscan en el Museo del Prado el sentido último de la belleza de la más ilustre obra velazqueña.
Fue preciso esperar a la finalización del nuevo Palacio Real, en el año 1794, para que Las Meninas fuera colgada representan? ¿La protección de las artes le abrió los caminos de la gloria? A juzgar por la celebridad que los siglos posteriores concedieron a Felipe IV, podría pensarse que el rey invirtió en el mecenazgo en vano. El Rey Planeta no era Luis XIV: poco había del glorioso Alejandro en la
que a su debilidad de carácter a las que deben atribuirse las dificultades del reinado. Contrariamente a una idea recibida, Felipe IV no fue un juguete en manos de Olivares, sino que ejerció plenamente su cargo de rey: escuchaba recomendaciones y consejos; daba audiencias; estudiaba los expedientes; respondía a las solicitudes; él era quien decidía las orientaciones de la monarquía.
Contrariamente a la idea, Felipe IV no fue un juguete en manos de Olivares, sino que ejerció su cargo de rey ¿Felipe IV es el responsable del declive de España? Que hubiera tal declive es algo que está por ver. Desde 1600, la palabra y la idea de decadencia –de “declinación”– aparecen bajo la pluma de González de Cellorigo, uno de los primeros pensadores que reflexionó sobre el destino de su país. Es un lugar común, inspirado por el ejemplo del Imperio romano: como
pintura de Velázquez para inmortalizar a su señor bajo los rasgos del héroe antiguo, como Charles Le Brun lo hizo por el Rey Sol. El gusto de Felipe IV por la pintura hubiera parecido más seguro y manifiesto si su silueta a través de un espejo hubiera bastado para imprimir su marca real.
todos los organismos vivos, los imperios nacen, se desarrollan y mueren; es también una apariencia: el contraste es grande entre la realidad cotidiana y las ambiciones afirmadas en la cumbre del Estado; algunos se sorprenden de ver cómo España se sume en el marasmo, pese a las riquezas que le llegan del Nuevo Mundo. En vez de decadencia, sería mejor hablar de retorno a la normalidad tras la expansión del siglo XVI. Obsesionados por la situación de Castilla, los historiadores han tendido a considerar que, con ella, es toda España la que se desmorona. Sería mejor hablar del declive de Castilla que de la decadencia de España, y aún haría falta matizar esta observación. En el siglo XVII, no solo es España la que se encuentra en dificultades; la coyuntura desfavorable afecta a toda Europa. En todas partes se producen epidemias, hambrunas, manipulaciones monetarias, expedientes para subsanar el déficit de las finanzas públicas, problemas políticos; pensemos en la situación de Inglaterra, en la Fronda... La situación de España no es más que un aspecto de una evolución que concierne a toda Europa.
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La esclavitud en África 82 DE
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La explotación española de Guinea y Sahara en el siglo XX Te ofrecemos la tercera y última entrega sobre la esclavitud que los españoles ampararon en diversos momentos de su historia. Durante el siglo XX, por ejemplo, se mantuvieron condiciones de trabajo forzado asimilables a la esclavitud en los Territorios españoles del golfo de Guinea, así como la esclavitud en la provincia española del Sahara. Tenemos los datos que lo demuestran. FERNANDO BALLANO
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E
n 1781 se tomó posesión teórica de los Territorios Españoles del Golfo de Guinea, pero la expedición fue tan desastrosa que la avanzadilla no volvió a aparecer por allí. En cambio, los británicos enseguida se establecieron en la isla d e Fernando Póo. En 1819, fundaron Port Clarence –actual Malabo– y la utilizaron como base para el control del tráfico de esclavos en la zona. La población se llenó de libertos que constituyeron la mano de obra de los británicos, ya que los nativos bubis se escondían en las selvas. Poco a poco, esos liberados se hicieron propietarios de tierras. Cuando España tomó posesión real en 1841, hizo poco además de cambiar el nombre de la ciudad por el de Santa Isabel. Los antiguos libertos cada vez utilizaban más mano de obra procedente de Liberia, denominados krumanes, a los que trataban como sus esclavos. España intentó llevar colonos de la Península, pero estos enfermaban o fallecían.
RECLUTAMIENTO FORZOSO Con el desarrollo del cultivo del cacao aumentó el número de krumanes y se estableció todo un sistema de reclutamiento forzado en Liberia a cargo de los antiguos esclavos procedentes de EE.UU. que, como ya eran “civilizados”, se dedicaban a cautivar a los “salvajes” del interior liberiano para enviarlos a las colonias francesas y españolas del golfo de Guinea, donde había escasez de mano de obra. Por su parte, el gobierno español decretó varias medidas por las que se obligaba a los bubis a trabajar en las plantaciones o en obras públicas. Los principales propietarios seguían siendo africanos pero cada vez aumentaba más la presencia de españoles. Claudio López Bru, hijo del traficante de esclavos Antonio López, consiguió la concesión del transporte entre España y Guinea y muchas tierras. A su paso por el Sahara cargaba pescado salado en malas condiciones para los krumanes, a quienes “recogía” en Liberia. En el regreso transportaba cacao y otros productos coloniales. Un periplo bien aprovechado. Los krumanes, como los coolis chinos en América, no podían abandonar la finca en la que eran contratados por dos años y eran castigados con latigazos si trabajaban poco a criterio del capataz. Si huían se les perseguía y castigaba. Solo les pagaban en mano una
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Los trabajos forzados en África fueron una rutina que hoy avergüenza a muchas potencias.
Los principales beneficiarios de ese trabajo semi-forzado en Guinea eran los propietarios de plantaciones de cacao, blancos y negros parte, pero en la plantación había un bar-tienda en el que les vendían bebidas a precios abusivos, por lo que acababan con deudas y debían reengancharse para pagarlas. Cuando regresaban, la otra parte de su sueldo lo cobraba el jefe de su tribu, un alto funcionario del gobierno liberiano, o lo repartían entre ambos. En otras ocasiones, por si fallecía, estos cobraban por adelantado, al menos una parte, que se descontaba al trabajador. Toda una serie de abusos que constituían unas condiciones parecidas a la esclavitud. Los principales beneficiarios de ese trabajo semi-forzado en Guinea eran los
propietarios de plantaciones de cacao, tanto blancos como negros, pues estos últimos poseían grandes plantaciones. Precisamente, el más rico de la isla era un descendiente de esclavos, Maximiliano Jones. La codicia no entiende de co lores…
SOCIEDAD DE NACIONES En la segunda década del siglo XX, con el mayor desarrollo de las plantaciones de cacao, el tráfico de trabajadores forzados desde Liberia era tan frecuente que esta se despoblaba a marchas forzadas. Cuando en 1928 la Firestone se estableció en tierras liberianas para producir
Así empezó todo LOS TERRITORIOS ESPAÑOLES del Golfo de Guinea se consiguieron por un tratado con Portugal cuya versión definitiva se firmó en El Pardo en 1778. A cambio de unas tierras al sur de Brasil, España consiguió las islas de Annobón y Fernando Póo y el derecho sobre las costas africanas entre cabo Formoso –en la desembocadura del río Níger– y cabo López –al sur del actual Gabón–. La Corona española deseaba un lugar donde dedicarse al tráfico de esclavos, como se indicaba en uno de los artículos: “Deseando Sus MAJESTADES CATÓLICA [española] Y FIDELÍSIMA [portuguesa] promover las ventajas del comercio de sus respectivos súbditos, las cuales pueden verificarse en el que recíprocamente hicieren de compra y venta de negros, sin ligarse á contratas y asientos perjudiciales, como los que en otro tiempo se hicieron con las compañías portuguesa, francesa é inglesa, las cuales fué preciso cortar ó anular, se han convenido los dos altos príncipes contrayentes en que para lograr aquellos y otros fines…”.
Estalló el escándalo y la Sociedad de Naciones investigó las condiciones de los trabajadores en Fernando Póo y el Congo caucho, a fin de disponer de más mano de obra, y más barata, difundió a la opinión pública el tráfico de trabajadores forzados del que se beneficiaban los g obernantes liberianos. El gobierno de EE.UU. les pidió explicaciones, acusándoles de que “las condiciones existentes en los embarques de trabajadores para Fernando Póo se han convertido en un sistema que parece difícilmente distinguible de un tráfico organizado de esclavos” . Estalló el escándalo y la Sociedad de Naciones (antecedente de la ONU) envió en 1930 una comisión de investigación para dilucidar “si el embarque de braceros contratados hacia Fernando Póo bajo los términos del acuerdo con España, o el embarque de dichos braceros al Congo, o a cualquier otro lugar extranjero, está asociado con la esclavitud”. La formaban un británico, un ex presidente liberiano y un afro-americano –Charles S. Johnson–, quien relató sus vivencias en un interesante diario
en el que muestra múltiples casos de envíos forzados a Fernando Póo. En las conclusiones resumieron: “La comisión concluye, bajo sus términos de referencia, que los braceros contratados, embarcados a Fernando Póo, han sido reclutados bajo condiciones de coerción criminal difícilmente distinguibles de la caza y tráfico de esclavos”. Como su misión no era estudiar las condiciones de trabajo en Fernando Póo, no dijeron nada al respecto, pero se cortó el suministro, que es lo que pretendía Firestone (que a día de hoy sigue aprovechándose de los liberianos). Ese mismo año, la SDN reguló el trabajo forzado y estableció la definición de esclavitud como “trabajo forzado donde una persona es obligada a trabajar para otro (no para el Estado), o cuando se la mantiene contra su deseo por captura, compra o nacimiento; y se encuentre privado del derecho a marcharse, rehusar trabajar, o de recibir
El presidente liberiano Charles D. B. King.
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Los mitos sobre el Sahara SI RESPECTO A GUINEA hay un desconocimiento casi total, en relación al
Sahara hemos recibido bastante información de los medios de comunicación pero, en la mayoría de los casos, plagada de tópicos, sentimientos de culpabilidad inducidos, inexactitudes, ocultaciones y mentiras que han dado lugar a que todo el mundo crea que sabe mucho, cuando la realidad es mucho más complicada de lo que nos presentan. Se ha mitificado y victimizado a los saharauis con un halo de bondad sobre el que habría que hacer muchas precisiones basadas en hechos demostrados y no en propaganda. En el Sahara occidental existía tradicionalmente la esclavitud. Los saharauis compraban esclavos negros del sur, del África subsahariana, y además los aumentaban mediante la reproducción de los que ya poseían. También esclavizaban a los pescadores canarios que se aventuraban a desembarcar en sus costas por una u otra causa. La población autóctona del Sahara o bidan estaba dividida en libres, semilibres y esclavos. Los segundos eran tributarios de los primeros, a quienes pagaban impuestos o protección. Dentro de los semilibres también había clases: artesanos, pescadores y esclavos libertos – harratines – con derechos muy restringidos. Por último estaban los esclavos – abid –. La etnia saharaui se extiende desde el sur de Marruecos (a la altura de Guelmine) hasta el sur de Mauritania. Tanto durante los tiempos de la colonización francesa como después, los grupos nómadas cruzaban las fronteras sin problemas y las familias y grupos tenían a sus miembros en esos Estados (Marruecos, Mauritania, Argelia y España).
una remuneración por su trabajo”. Criterios según los cuales la situación de los braceros en Fernando Póo hasta 1940, y en algunos casos hasta 1957, podía ser considerada como esclavitud. MEJOR QUE EN LA PENÍNSULA
Tras el escándalo, del que España salió muy bien librada, se comenzó a llevar más trabajadores a Guinea desde la 86 DE
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parte continental (Río Muni) y desde la cercana Nigeria, bajo la supervisión de las autoridades británicas que controlaban las condiciones laborales. Se llegó a la curiosa situación de que, en los años cincuenta y sesenta, hasta la independencia en 1968, sus condiciones de trabajo eran en muchos casos mejores que las de los trabajadores españoles en la península Ibérica, aunque persistían situa-
ciones anómalas como el poder pegar legalmente a un trabajador hasta 1957 o el encarcelarle y enviarle a brigadas disciplinarias por falta de rendimiento. De nuevo, el maltrato a los trabajadores no fue una cuestión de raza, sino de codicia, y los propietarios o capataces negros no se quedaban atrás, e incluso superaban, el maltrato de los blancos. No hemos de olvidar que a todo guineano el Estado español le entregaba gratuitamente cuatro hectáreas, que normalmente eran trabajadas por nigerianos. En los años sesenta, Fernando Póo llegó a estar habitada por cerca de 100.000 braceros nigerianos, unos 3.000 europeos y unos 10.000 guineanos. Los nigerianos pensaron en apropiarse de la isla, pues era la de mayor renta per capita de toda África, y de hecho la denominaban la Suiza africana. El nivel de vida se conseguía a costa del trabajo de los nigerianos y debido a que los españoles pagábamos el café y el cacao a precios establecidos por el gobierno, al doble de lo que se pagaba en el resto del mundo. LA ESCLAVITUD EN EL SAHARA
En noviembre de 1884 España tomó posesión de la península de Villa Cisneros (hoy Dakhla), de forma totalmente amistosa y sin disparar un solo tiro, mediante un tratado con los jefes tribales de la zona, quienes ponían a trabajar a sus esclavos con los españoles establecidos allí, y cobraban el sueldo. En 1886,
Mercado de esclavos en África en el s. XIX.
Arriba, un soldado baña a un niño en el puesto de Mahbes, en el Sahara. A la izqda., desembarco de Bata, en Guinea (foto: Paco Alonso). Abajo, una postal de la época.
los españoles Cervera, Quiroga y Rizzo, acompañados de dos rifeños, cruzaron el Sahara occidental hasta el actual Zuerat y firmaron un acuerdo que, si se hubiera comunicado internacionalmente como era preceptivo, hubiera dado derecho a España sobre buena parte de Mauritania y a las fabulosas minas de hierro de la zona. En 1887, el francés Camille Douls recorrió el Sahara occidental haciéndose pasar por comerciante musulmán, lo que le permitió ir hasta el mercado de Tinduf, donde la caravana que llegó ese año desde Tombuctú llevó 520 escla vos. Douls cuenta cómo se entregaban esclavos como regalos de boda. Como estaba con una tribu muy guerrera, a veces atacaron a otras y en esos casos se apropiaban de las mujeres y esclavos de los vencidos. Pasó cinco meses con ellos antes de abandonarlos en Guelmine, y en 1888 publicó su aventura en el libro Voyages dans le Sahara occidental . España, tras la expedición de Cervera, se mantuvo en Villacisneros y Cabo Juby sin prácticamente penetrar en el interior hasta 1934, en que se llegó hasta Smara, a unos 200 kilómetros de la costa. Se comprobó que todas las tribus tenían esclavos, pero en ningún momento se prohibió, dado que la política, al igual que en el Protectorado de Marruecos, e imitando a los franceses, era respetar las costumbres locales. En la década de 1920, en cabo Juby (actual Tarfaya) ya había esclavos que trabajaban en el aeródromo. Tanto Hidalgo de Cisneros –futuro jefe de la aviación republicana durante la Guerra Civil– como el escritor y piloto Antoine
En noviembre de 1884 España tomó posesión de la península de Villa Cisneros de forma totalmente amistosa y sin disparar un tiro de Saint Exupery, quien solía hacer escala allí, compraron esclavos, para liberarlos, por unos 90 duros (unos 2.70 €). CONDICIONES DE LOS SAHARAUIS
En 1935, según Alejandro García, los saharauis pusieron cuatro condiciones a los españoles: “Que la Sharía islámica sea la ley del territorio, no obligar a nadie a abandonar las armas y que se dé licencia a las que cada uno tenga, que los esclavos continúen en poder de sus dueños y estos dispongan de ellos a su manera (liberarlos si quieren, transferirlos o venderlos) y no entregar a España camellas recién preñadas ni camellos castrados para el transporte”.
Parece ser que la última caravana de esclavos que llegó desde el África subsahariana a Mauritania fue en 1941. A partir de ese momento, solo cambiaban de manos, de unos propietarios saharauis a otros, mediante venta, donación, etc. Tanto los españoles como los franceses permitieron la esclavitud para no tener problemas con los jefes, que a la vez eran los mayores propietarios de esclavos y a través de quienes se gobernaba y colonizaba. Por ejemplo, la tribu ergibat , la más numerosa, estaba instalada tanto en la parte española como en la mauritana. Los propietarios eran siempre lo que se denomina en la zona “moros blancos”, árabes de piel más o menos 87 DE
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Algunos hombres malos EN EL DOCUMENTAL STOLEN , se presentaron
varios casos de esclavos, tanto en los campamentos de Tinduf como en los territorios ocupados. A una, Embirika, sus amos le cambiaron el nombre por el de Salem Mulaka, que significa: “la paz sea con tu amo ”, mientras que Mull El Edid fue comprada en Mauritania en 1972 y le quitaron los hijos. Los hechos son tozudos y están ahí. Incluso en el informe de 2014 de una organización tan poco sospechosa como Human Rights Watch, titulado Off the road. Human Rights in the Tindouf Refugee Camps , en su página cuatro podemos traducir: “La persistencia de ciertas formas de esclavitud muestra la necesidad de control de los derechos humanos de forma continua y sobre el terreno, así como la necesidad de que las autoridades de la RASD redoblen los esfuerzos para la erradicación de este fenómeno”. Se cuentan detalladamente varios casos de esclavos en los campamentos y en las zonas liberadas, incluso niños. El informe se envió al ministro saharaui de Justicia y Asuntos Religiosos, Hamada Selma, quien el 26 de abril de 2014 respondió a HRW: “ En relación a las acusaciones de esclavitud, ustedes conocen muy bien los esfuerzos llevados a cabo por el gobierno saharaui para erradicar este fenómeno”. Como vemos, lo reconoce sin paliativos, aunque los Amigos del Pueblo Saharaui se ofendan. Finalmente, Ángela Hernández Moreno ha realizado un interesante y profundo estudio sobre los refugiados que desean retornar a los territorios ocupados y el Polisario no les deja porque quedaría feo. ¿Una nueva forma de esclavitud?
clara y facciones angulosas. Los negros o mestizos, aunque ya no fu eran esclavos, eran denominados despectivamente harratin, en plural, o hartani en singular. Por otra parte, en las tropas nati vas del Ejército español en el Sahara se dieron casos de negros que fueron ascendidos a cabos por sus méritos, pero los demás saharauis de clases libres no les respetaban. Para evitarse conflictos
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el Ejército, según manifiestan antiguos oficiales, “solucionó” el problema no ascendiendo a harratines aunque lo mereciesen. Hay varios testimonios sobre el particular. Así, el coronel Nodal recuerda en el diario La Provincia de Las Palmas del 2 de diciembre de 2012: “Entre ellos vivía un antiguo esclavo negro que había logrado la libertad y, pese a eso, los saharauis no le obedecían. Dentro de las
Unidad mixta de tropas nativas y europeas
en Auserd, Sahara español, 1960.
tropas nómadas era cabo, pero ni con eso, ellos no le aceptaban y teníamos que tener cuidado.” En la página web de la Hermandad de Veteranos de Tropas Nómadas también se pueden leer testimonios parecidos. Otros, todavía esclavos, eran obligados a alistarse, pues los nativos recibían un sueldo muy apetecible (cinco veces más que los soldados españoles de reemplazo, más premios por reenganche). El día de paga aparecía puntualmente el amo para quedarse con la muna o soldada del esclavo. Algunos oficiales jóvenes se rebelaban contra esa situación y no estaban dispuestos a permitir la existencia de la misma, pero los oficiales veteranos, que en muchas ocasiones también tenían responsabilidades políticas en una zona o región, les paraban los pies. ESCLAVAS SEXUALES Se daban casos de soldados a los que les eran ofrecidas jovencitas esclavas por su propietaria. Enrique Rodríguez, en el foro lamilienelsahara , cuenta el caso de Hana, una niña que, acompañada de su madre, prestaba servicios sexuales a los soldados del Batallón de Instrucción de Reclutas de Cabeza Playa: “La Hana era morena, y por lo que sabíamos, una seudoesclava y ‘su madre’, en realidad, su ama…”. Un procurador en Cortes, Jatri uld Said uld Yuimani, poseía esclavos, y en una ocasión las autoridades españolas le sellaron por error un documento donde se hacía referencia a una donación d e esclavos, lo que les trajo muchas complicaciones.
Esclavas negras en el Sahara (foto: Hermandad de Veteranos de Tropas Nómadas).
El 10 de enero de 1958, el Sahara pasó a ser una provincia española y todos los saharauis, españoles con DNI Pablo Ignacio de Dalmases ha estudiado en profundidad este tema mediante una exhaustiva selección de textos relati vos a la esclavitud en el Sahara en su libro La esclavitud en el Sahara Occidental . En los años cincuenta y sesenta se aumentó el número de tropas, sobre todo a raíz de la guerra de 1957-58. También aumentaron las tropas nativas, llegando al 60% de los efectivos, y la esclavitud dentro de ellas. El 10 de enero de 1958, por decreto de Presidencia del Gobierno, el Sahara pasó a ser una provincia española y todos los saharauis, españoles con DNI. En las escuelas de Aaiun y Villacisneros había mezcla de españoles y saharauis (blancos y negros), pero a estos últimos sus
amos no les dejaban continuar estudios superiores becados aunque fueran muy capaces porque los querían para ponerlos a trabajar como pastores o en Fos Bucraa y quedarse ellos con el sueldo. A los esclavos se les podía regalar, alquilar o vender. Incluso se les podía repartir y un solo esclavo podía pertenecer a varios amos, que se lo distribuían temporalmente. Vivían en tiendas hechas con desechos y separadas de las de sus amos. HACIA LA INDEPENDENCIA
En 1965, la ONU ordenó a España agilizar los trámites de independencia pero 800 chiuj , notables, escribieron a la ONU y pidieron seguir con España. En los años
setenta, se preparó un referéndum de autodeterminación, para lo que ello que realizar un censo en 1974. Dalmases comenta que “hubo que recurrir al tradicional ingenio español” y se les inscribió como “hijos adoptivos y parientes pobres”. No fue una genialidad española: en Haiti, y en muchos lugares de África, se denominaba –y se denomina– a los esclavos ilegales con el eufemismo de primos, sobrinos, etc. Todos los “parientes pobres” eran negros y todos los parientes ricos, moros blancos, a quienes no gustaba nada la idea de que el voto de un esclavo, liberto o tributario, valiera lo mismo que el de un amo. Se contabilizaron 3.081 esclavos en una población total de 73.493. Tras la entrega del Sahara Occidental a Marruecos y Mauritania en febrero de 1976, y a pesar de que el Polisario abolió la esclavitud en la Constitución de la RASD, siguieron existiendo casos de esclavitud real, que no fue declarada ilegal en el Código Penal hasta 2010. Para saber más… Ballano Gonzalo, F.: Aquel negrito del África tropical. La colonización española de Guinea (1778-1968). Madrid: Sial-Casa de África, 2014. Dalmases, P. I. de.: Esclavitud en el Sahara Occidental . Barcelona: Carena, 2012. Hernández Moreno, Á.: Sahara: otras voces . Málaga: Algazara, 2001.
En los años 50 y 60
del pasado siglo aumentaron las tropas sobre el terreno del Sahara.
García García, A.: Historia del Sahara: el mejor y el peor de los mundos. Madrid: La Catarata. 2001.
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Ripoll fue el último ejecutado por herejía.
se remitió a la justicia real, un trámite habitual en la época, pero la Audiencia de Valencia, sin contar con la autorización del rey, se saltó el protocolo, tal vez por la presión secreta del Ángel Exterminador, y dictó y ejecutó la sentencia el 31 de julio de 1826. Fue un escándalo mayúsculo en el resto de Europa, pero en España apenas se supo de él, ya que quedó casi oculto por la censura de prensa. Ripoll tiene el dudoso y triste honor de ser el último condenado en España por el llamado delito de herejía.
El Ángel Exterminador aspiraba a dar jaque mate al rey Fernando VII.
de la Sagrada Eucaristía, ni en la Virginidad de María Santísima, ni en los Santos Evangelios ni en la infalibilidad de la Santa Iglesia Católica, Apostólica, Romana; no cumplía el precepto pascual, impedía a los niños que dijesen 'Ave María Purísima' y que hiciesen la señal de la cruz, que no era necesario oír misa para salvarse y retraía a los mismos a dar la debida adoración al Señor Sacramentado, cuando era llevado para administrar el viático a los enfermos”. Ripoll fue condenado a muerte bajo la acusación de “hereje contumaz”. Su caso
Carlos María Isidro representaba un ideal moral para esta sociedad ultracatólica.
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OBISPOS, POLÍTICOS, BANDOLEROS Entre los miembros del Ángel Exterminador, se dice que hubo varios obispos –entre ellos su propio fundador, el de Osma– así como políticos importantes de la época, como el Conde de España o Francisco Tadeo Calomarde, que, aunque afines en un principio a Fernando VII, fueron tendiendo hacia el carlismo. Calomarde, por ejemplo, dio libertad de movimientos a las Juntas de Fe de Valencia, que también pretendían el regreso de la Inquisición y que, al igual que el Ángel Exterminador, también castigaba las faltas contra la fe con juicios y ejecuciones paralelos. El Conde de España, un personaje beato y tremendamente cruel, no dudó en apoyar el carlismo y creó un tribunal que, sin apenas pruebas, juzgó,
Fue un escándalo mayúsculo en el resto de Europa, pero en España apenas se supo de él porque imperaba la censura de prensa
Restaurar la Inquisición EN PRIMER TÉRMINO, el Ángel Exterminador aspiraba a suplir a la Inquisición para restituirla en todo su esplendor, tras su definitiva abolición en 1834. Hay que tener en cuenta que la Inquisición fue revocada en diversas oportunidades, la primera por Napoleón –a través de los decretos de Chamartín de diciembre de 1808, durante el reinado de José I– y en 1813, cuando los diputados liberales de las Cortes de Cádiz votaron por su cancelación. Restaurada por Fernando VII en 1814, fue prohibida de nuevo durante el Trienio Liberal (1820/1823) y, finalmente, abolida a propuesta de Martínez de la Rosa, en aquel momento Presidente del Consejo de Ministros. Entre tantas aboliciones y restituciones, no era extraño, pues, que grupos ultracatólicos albergaran la esperanza de influir de alguna manera para que la justicia santa regresara.
El Conde de España, ¿uno de sus miembros?
A Calomarde se le vinculó con este grupo.
torturó y condenó a cientos de ciudadanos sólo por poseer libros prohibidos o haber hecho ciertos comentarios. Entre los componentes de esta siniestra sociedad secreta, no faltaron tampoco algunos de los bandoleros españoles más famosos, que ejercían como sicarios para que los jerarcas de la organización no tuvieran que mancharse las manos. En la biografía Luis Candelas. El bandido de Madrid (1928), el político y escritor Antonio Espina (1894-1972) refiere que la mano derecha de este bandolero, Francisco de Villena –apodado Paco el Sastre o El Marquesito– sirvió a las órdenes del Ángel exterminador, al igual que otro destacado miembro de la banda, Mariano Balseiro, implicados en la muerte de cierto caballero catalán en la Fonda de los Leones.
Entre los componentes de esta siniestra sociedad secreta, no faltaron tampoco algunos de los bandoleros más famosos Más cercano en el tiempo a los sucesos, el escritor Florencio Luis Parreño (1822-1897) conecta también el Ángel Exterminador con el mundo de los bandoleros, concretamente en su biografía Jaime Alfonso el Barbudo, el más valiente de los bandidos españoles (1873), en el que aborda los hechos criminales de este personaje contra los liberales. ¿EXISTIÓ REALMENTE? No obstante, no faltan quienes dudan de la existencia del Ángel Exterminador,
tanto coetáneos de la sociedad como investigadores actuales. Sin ir más lejos, Benito Pérez Galdós, uno de los primeros en hacer mención a su existencia en los Episodios Nacionales; de acuerdo con este autor, “ningún historiador ha probado la existencia de El Ángel Exterminador”, lo que no es óbice que él se haga eco de las creencias sobre ella, sin darlas por ciertas. El historiador Vicente de la Fuente (1817-1889) apunta en Historia de las sociedades secretas antiguas y modernas en España, especialmente de la Franc-Maso-
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Historia contemporánea
Algunos autores sospechan que los francmasones se escondían detrás de la creación del mito de la sociedad del Ángel Exterminador.
Si asumimos que la sociedad fue fundada por el obispo de Osma, seguramente en 1827, su “padre” sería Juan de Cavia González nería (1874) que “la sociedad del Ángel Ex-
ALGUNAS INCONGRUENCIAS
terminador es una pura patraña inventada por la francmasonería”. De la Fuente, todo hay que decirlo, era muy afín a la iglesia, teólogo y experto en derecho canónico; y, para él, los liberales y la masonería eran los auténticos enemigos de la patria. A su vez, Menéndez Pelayo, en su Historia de los Heterodoxos Españoles, también se muestra escéptico: “Tengo por fábula risible la Sociedad del Ángel Exterminador, que se supone presidida por el obispo de Osma”. Finalmente, Hipólito Sanchíz y León Arsenal sostienen en Una historia de las sociedades secretas españolas (2006) que el Ángel Exterminador fue una creación de los liberales para desacreditar a sus adversarios, los absolutistas y católicos.
La razón por la que nosotros nos sumamos a las dudas sobre la existencia real del Ángel Exterminador tienen que ver con las incongruencias que se detectan en un somero análisis. Si asumimos que la sociedad fue fundada por el obispo de Osma, seguramente en 1827, su “padre” sería Juan de Cavia González, que ostentó este obispado entre 1815 y 1831. Curiosamente, la mayoría de los que hacen mención al obispo de Osma no dicen su nombre. El primero que lo hace es Vayo, y De la Fuente lo cuestiona. Nosotros creemos que se ha reproducido la información de una fuente original sin la preceptiva verificación. Porque lo cierto es que, aunque Cavia estaba en contra de muchas ideas
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Los bandoleros fueron, según algunos, el
brazo ejecutor de esta cuadrilla.
Jaime el Barbudo, un bandolero de la época.
del liberalismo, diversos aspectos en su biografía contradicen su “paternidad”. De hecho, fue un acérrimo enemigo de cuantas sociedades secretas proliferaron en el siglo XIX; y, en una pastoral del 16 de enero de 1827, aleccionaba a sus feligreses sobre los peligros de las mismas y exigía un mayor compromiso por parte de las autoridades y del propio Rey para combatirlas. En El laberinto español , Brenan tampoco resuelve el dilema, e incurre en algunas inexactitudes. Afirma, por ejemplo, que el Ángel Exterminador echó a andar en 1821 y que su mayor auge se
Pérez Galdós habló en sus libros de esta sociedad, sin entrar a valorar su existencia.
Hay demasiados aspectos poco o mal enlazados sobre el Ángel Exterminador, lo que nos hace dudar de su existencia real produjo en 1834, bajo el mando del obispo de Osma. El problema es que, tras la muerte de Cavia en 1831 y hasta 1848, la sede quedó vacante. Es decir, no pudo haber ningún obispo de Osma que a la sazón revitalizara el temido tribunal secreto. También el caso Ripoll está rodeado de incongruencias. En realidad, no fue
Los agraviados en Cataluña UNO DE LOS CASOS que pesan sobre el Ángel Exterminador es la revuelta de los “Agraviados en Cataluña”, una insurrección que se desarrolló principalmente en esa región, pero cuyo eco alcanzó a Valencia, Aragón, País Vasco y Andalucía. Tuvo lugar entre marzo y septiembre de 1827, y su nombre –agraviados– obedece a cómo se sentían los precursores de la revuelta a causa de las medidas de Fernando VII, como la de no reinstaurar la Inquisición, su relación con los afrancesados, la falta de reformas del régimen absolutista y los reglamentos que permitían el control de los Voluntarios Realistas, una milicia que Fernando VII organizó para reprimir brotes liberales.
secuestrado por el Ángel Exterminador – como proponen algunos investigadores– ni falta que hacía, porque en Valencia las llamadas Juntas de Fe actuaban libremente, con el objetivo declarado de sustituir a la Inquisición española. Con la anuencia de las autoridades civiles, en Valencia no corrían ningún riesgo, y tanto la detención de Ripoll como su juicio están documentados por el arzobispo de Valencia, en el informe al nuncio papal. Si se permitían ejecutarlo sin el permiso real, detenerlo era lo de menos. Finalmente, sobre la supuesta adhesión de los bandoleros a esta causa, quien esto escribe tiene también sus dudas, ya que todas las fuentes no son sino biografías noveladas, y en el caso de Parreño, por ejemplo, consta que la objetividad documental era la menor de sus preocupaciones. En resumidas cuentas, hay demasiados aspectos poco o mal enlazados sobre el Ángel Exterminador, lo que nos hace dudar de su existencia real y, desde luego, de que el obispo de Osma instigara desde las sombras estos crímenes. 95 DE
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Aquí hay historia 1565: la heroica defensa que salvó a la cristiandad
El Gran Asedio de Malta
ste 2015 Malta es una fiesta perpetua. Todos los días son 8 de septiembre. En el 450 aniversario del Gran Asedio, la isla ha remozado su cara e invita al viajero a su (re)descubrimiento. ¿Quién se negaría a celebrar el cumpleaños de un anfitrión que te da la bienvenida con salvas, destapa el tarro de las esencias de sus más deslumbrantes museos o se recrea en los desfiles de unos caballeros de San Juan redivivos, que hacen las delicias de toda la familia? Europa no sería lo que es sin esa república blanquirroja en medio del
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Mediterráneo. Allí lo saben y, conscientes de su pasado, invocan a la Musa para cantarlo. Si cualquier momento es bueno para disfrutar de Malta, en 2015 es casi una obligación. Son tantos los actos, las conmemoraciones, los recuerdos… Valga este reporta je como una exhortación para poner rumbo cuanto antes al archipiélago de los sueños. Ahora, háblame, Musa, de aquellos varones, Jean Parisot de La Valette y Dragut Reis, que en el año de Nuestro Señor de 1565… La tumba de Jean Parisot de La Valette –Gran Maestre de los Caballeros Hospitalarios– en la concatedral de
San Juan lo recuerda como “látigo de Asia y África” y “escudo de Europa”. La de su némesis, el almirante Dragut Reis –“corsario tan famoso como cruel y tan cruel como Falaris o Busiris”, Cervantes dixit –, se considera hoy una especie de reliquia en el corazón de Trípoli (Libia). La Valette y Reis, cara y cruz de una moneda que no podía caer de canto, eran hombres maduros cuando se vieron las caras en el campo del honor. El Gran Maestre, oriundo de Quercy (Francia), tenía ya setenta años y sabía bien que lo era un sitio –había sufrido el de Rodas de
“Il Vitorja”. La Victoria. Cada 8 de septiembre, Malta echa la vista atrás y recuerda la aguerrida defensa de la isla frente a la Sublime Puerta. En 1565, el Imperio otomano envió a este escaque en el Mediterráneo una flota de unos 25.000 soldados, que se enfrentaron a unos pocos miles de paladines cristianos. En juego estaba el futuro de Europa y los contendientes no podían firmar tablas. En el 450 aniversario del Gran Asedio de Malta, recorremos los escenarios de la batalla... ALBERTO DE FRUTOS
La Valetta se ha puesto aún más guapa para celebrar el 450 aniversario del Gran Asedio de Malta. Es una de las citas culturales más destacadas del año.
1523 en sus carnes–, mientras que Dragut frisaba los cincuenta, y, según algunas fuentes, muchos más. El primero había sido nombrado cabeza de la Religión en 1557, tras la muerte de su predecesor Claude de la Sengle, con el compromiso que los Hospitalarios asumieron ya en 1530, cuando Carlos I les cedió las islas de Malta, Gozo y Comino: el tributo de un halcón. UN MOMENTO CRÍTICO La cristiandad afrontaba en 1565 uno de sus momentos más críticos. Todos sabían que Solimán el Magnífico estaba urdien-
do un órdago a la mayor en las aguas del Mare Nostrum. Durante meses, el sultán pertrechó una poderosa flota que, según el cronista Francisco Balbi, se componía de 130 galeras reales, 30 galeotas, nueve mahonas, diez naves gruesas “y las demás hasta el número de doscientos eran caramuchalis”. Su hombre de confianza, Dragut, a quien tras la conquista de Trípoli de 1551 –el mismo año del saqueo de Gozo– había nombrado comandante en jefe, llevaba años sembrando el terror en esas aguas: Calabria, Elba, Bonifacio o Mallorca habían probado ya su furia. En 1560, el almirante Pialí Bajá,
otra de las figuras clave de nuestro asedio, capitaneó el desastre de Los Gelves, que puso contra las cuerdas a la Liga cristiana y sobrecogió a los habitantes de Italia y España con la posibilidad de una invasión. Las noticias sobre un ataque a gran escala en algún punto del Mediterráneo corrieron por todas las embajadas. Solo faltaba fijar la fecha y el lugar, aunque Solimán lo tenía muy claro: “La isla de Malta es uno de los principales cuarteles de los infieles”. Los sanjuanistas se prepararon para lo peor. Sus puertos y fuertes –el de San Ángel en Birgu, el de San Telmo en La Va97 DE IBERIA V I E J A
La flota turca desembarcó en Marsaxlokk, como muestra este fresco de Pérez de Alesio.
La muerte de Dragut conmocionó a los suyos.
leta y el de San Miguel en Senglea– eran sus mejores bazas. El primero de ellos, el más antiguo, había sido reforzado en pre visión de un asalto; el segundo había sido levantado sobre una torre de vigilancia y transformado en un fuerte estrellado; y el tercero, que soportaría un sinfín de asedios turcos, había sido construido a partir de 1551 y afinado bajo las órdenes de Claude de la Sengle. “Más allá del puerto –añade Roger Crowley en Imperios del mar (Ático de los Libros, 2013)– había otras dos posiciones de enorme importancia. Uno era el pequeño fuerte en la adyacente isla de Gozo; la otra, la ciuda-
la esperanza. El compromiso de Felipe II era incontestable (“esperamos en Dios que los turcos han de ir con daño y pérdida”, le escribiría al virrey de Sicilia García de Toledo el 18 de junio de 1565); pero, como en tantas otras coyunturas, también vacilante, prudente en demasía. No fue hasta el 8 de septiembre cuando la flota española
Los sanjuanistas se prepararon para lo peor. Sus puertos y fuertes, reforzados en los meses previos, constituían sus mejores bazas dela fortificada de Mdina, en el centro de la isla”. ¿Bastaría con ese blindaje? Todo dependería de las fuerzas que congregara el enemigo y de las que Jean Parisot de La Valette fuera capaz de concitar a favor de su causa. El contexto internacional, con una Europa fracturada tras la reforma luterana, no contribuía a
La fundación de La Valetta TRAS LA PROEZA de los Caballeros Hospitalarios en Malta, que resistieron más de
tres meses el asedio otomano, llegó la hora de la reconstrucción. En septiembre de 1565, la isla afrontaba su hora cero: fortalezas devastadas, deudas, ruinas por doquier y el hedor de la muerte en todas sus calles. Animosos, los dignatarios empezaron a planificar la construcción de una nueva ciudad que se llamaría La Valetta, en honor del Gran Maestre de la Orden, Jean Parisot de La Valette. Este pidió ayuda a los grandes príncipes de la cristiandad, que se aprestaron a brindársela en agradecimiento por su victoria. Felipe II envió una ingente ayuda económica, y el papa Pío V –su sucesor, el IV Pío, había muerto el 9 de diciembre de 1565– confió las obras al ingeniero Francesco Laparelli, que había sido asistente de Miguel Ángel, ideó la planta de la ciudad y se cuidó de los aspectos técnicos. Girolamo Cassar “heredaría” las obras tras la muerte de Laparelli, firmando sus edificios más señeros, como la catedral. La ciudad, que sería “inaugurada” en la década de 1580 –un tiempo récord considerando que se había desplegado sobre un emplazamiento nuevo y en una geografía complicada, muy abrupta–, presenta una estructura de cuadrícula, un concepto muy innovador para la época, que permitía que el aire fluyese fácilmente por las calles. La Valetta puede presumir, además, de amparar obras maestras de la arquitectura renacentista y barroca, y de ser pionera en el conducto de agua potable mediante tuberías. A la muerte de su impulsor, Jean Parisot, en 1568, sus restos fueron enterrados en la iglesia de Nuestra Señora de las Victorias, el primer templo religioso de Malta, y trasladados a la catedral tras la finalización de las obras de la misma. La ciudad fue propiedad de la Orden de los Hospitalarios durante 268 años, hasta su conquista por las tropas napoleónicas en 1798. Plano del diseño original de La Valetta (foto: DOI - Reuben Piscopo).
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El Gran Maestre Jean Parisot de La Valette.
En 1571, Lepanto apaciguaría durante décadas las ansias expansionistas del Imperio otomano.
desembarcó en la bahía de san Pablo para dar la puntilla a los otomanos, que emprendieron la huida ante el arrojo de los García de Toledo, Álvaro de Bazán, Juan Andrea Doria, Álvaro de Sande, Juan de Cardona, Sancho de Leyva o Gonzalo de Bracamonte. Pero el sitio había empezado antes, mucho antes. El 8 de mayo de 1565, la flota otomana avistó las costas de Malta y desembarcó en el puerto de Marsaxlokk, al sureste de la isla. Su contingente era infinitamente superior al de los defensores, aunque, como sucede cada vez que desgranamos una batalla, es difícil precisar el número exacto de guerreros. El propio Jean Parisot de La Valette pasó de hablar de unos 16.000 hombres en una carta dirigida a Felipe II a 40.000 en otra misiva posterior. Entre ellos, se contaban unos 6.000 jenízaros y numerosos espahíes o soldados de caballería a pie. Los Caballeros de la Orden de Malta sumaban unos 500 efectivos sobre el terreno, que habían acudido al llamado del Gran Maestre en febrero de ese año, pero la mayoría de los defensores, unos 8.500
milicianos, carecía de la formación militar específica para hacer frente a la invasión. A LA ESPERA DE DRAGUT
El Quinto Visir Mustafa Pachá lideraba las fuerzas de tierra y Pialí Bajá las de mar, a la espera de que el temible Dragut se incorporara con las suyas desde su base en el norte de África, cosa que hizo el 2 de junio con trece galeras, otros treinta barcos y 1.500 guerreros. El fuerte de San Telmo fue el primer objetivo de los atacantes y también su primer fracaso: el error que, en palabras de Rubén Sáez, “condicionaría el resultado final del asedio”. Según este historiador, que acaba de publicar el brillante ensayo El Gran Asedio. Malta, 1565 (HRM Ediciones, 2015), “su ubicación al otro lado de la
bahía hacía que no pudiera intervenir en las operaciones de sitio que se ejecutaran sobre el Burgo y la península de Senglea, por lo que se podía dejar al margen y esperar a que, después de la caída de la ciudad y sin su soporte, terminara por capitular”. Aunque los turcos tomaran a la postre la fortaleza, su victoria, tras varias semanas de acoso y con más de veinte bocas de fuego, fue del todo pírrica. Cuatro mil bajas, jenízaros la mitad de ellas, no justificaban tan dudosa obstinación. El Gran Maestre dio sobradas muestras de su coraje en la empresa: con una guarnición de poco más de 100 caballeros y 500 milicianos y una nueva arma –los aros de fuego– resistió los bombardeos hasta la última gota de sangre, confia-
El fuerte de San Telmo fue el primer objetivo de los atacantes, ya que les parecía el más expuesto. Fue también su primer fracaso
Tres protagonistas “ausentes” en la batalla: a la izquierda, el Papa Pablo IV; arriba, Solimán el Magnífico ; y, a la derecha, Felipe II.
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Ágora
El libro del mes
El Quijote ilustrado por Justo Jimeno NADA DESCUBRIMOS si
EL QUIJOTE ILUSTRADO POR JUSTO JIMENO
JUSTO JIMENO
EDICIONES ESCULTURA HISTÓRICA
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armamos que El Quijote es mucho más que un libro. Quizá hasta caigamos en el tópico. Es tanta la riqueza de la escritura cervantina, tan grande la origi nalidad y los hallazgos que casi podíamos atrevernos a decir que nuestro más célebre texto es prácticamente un género literario. De tal envergadura que en él caben toda clase de sub géneros. Y en nuestra opinión, una de las más fascinantes es la de las ilustraciones, la de los “quijotes ilustrados”, esos en que las formas de la imagina ción quedan plasmadas sobre el papel. Desde la magníca obra de arte que son los grabados del dibujante francés del siglo XIX Gustave Doré a las magnícas acuarelas y dibujos en pluma hechas por Salvador Dalí o a la
versión más moderna “ilumi nada” por Antonio Mingote, el catálogo de ingeniosos hidalgos, Sanchos y Dulcineas que han sido agasajados con ilustracio nes de los mejores dibujantes bien daría para ocupar unas cuantas galerías de arte Viene ahora a engrosar esta lista de calidad y talento la última obra de Justo Jimeno (1943), quien ya ha dado mues tra de su habilidad retratando a personajes históricos y literarios de la talla del Cid Campeador. Ahora, el lector tendrá el privi legio de poder disfrutar de una lujosa edición limitada a 250 ejemplares en la que Jimeno vuelve a dar vida al inmortal caballero manchego con un vigor, una belleza y un respeto por nuestro clásico que a buen seguro habría gozado del aplau so del escritor complutense.
No solo el contenido es exquisito. También lo es el continente. Su encuadernación en piel sobre tabla es una delicia para el bibliólo. También lo es el lujoso estuche que acompa ña a la obra con 33 imágenes facsímiles que además están rmadas a mano por el artista, junto a un volumen explicativo. Convendrán con nosotros en que estamos ante una oportu nidad única de adornar nuestra librería con una auténtica obra de arte. Una obra de arte, por cierto, singular, en la que existe garantía notarial de que cada comprador es uno de los 250 lectores que pueden gozar de las andanzas del Hidalgo Don Quijote ilustradas por Justo Jimeno./ Javier Martín Tel.: 91 316 22 42 Fax: 91 736 53 62
Ágora Desde mi torrecilla
Adolfo Torrecilla
La voz de la conciencia Para unos, la fgura de Günter Grass, Premio Nobel de Literatura y Premio Príncipe Asturias de las Letras el mismo año, en 1999, está íntimamente ligada, con sus luces y sus sombras, a la literatura y a la política alemana de la segunda mitad del siglo XX. Para otros, Grass se ha sentido muy cómodo en el papel de ácido aguafestas, provocando polémicas, útiles o estériles, de las que indirectamente se ha benefciado su literatura.
El tambor de hojalata GÜNTER GRASS
ALFAGUARA. MADRID (2009). 680 PÁGS. 20 €.
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NO FUE UN ESCRITOR complaciente o ensimismado, que se desinteresara de los problemas de la sociedad alemana. Al contrario, intervino directamente, quizá demasiado, posicionándose en muchas ocasiones al lado de las opiniones del partido socialdemócrata y, de manera especial, de su gran amigo Willy Brandt. Tampoco tuvo ningún reparo en manifestarse en posiciones políticas comprometidas y polémicas, aunque la que provocó más revuelo fue la revelación de que había pertenecido a los 17 años, de manera voluntaria, a las Waffen-SS, lo que provocó un sonoro revuelo, pues buena parte de su literatura se había centrado en analizar de manera muy crítica el pasado alemán y la actitud cómplice de sus compatriotas. Nacido en 1927 en la ciudad de Gdansk, hoy polaca, Grass
estudió dibujo y escultura antes de publicar su primera y exitosa novela, El tambor de hojalata, una original parábola sobre la sociedad alemana centrada en un niño que se niega a crecer para no pertenecer al mundo de los adultos. Dos años después, en 1961, publicó otra de sus grandes novelas, El gato y el ratón, y en 1963, la tercera de la denominada trilogía de Gdansk, Años de perro. A pesar de su dedicación a la literatura, y cada vez más a la política en unos años cruciales, Grass nunca abandonó ni el dibujo ni la poesía ni su dedicación a la escultura, como cuenta en Cinco decenios, publicado en España en 2002 a la vez que su novela A paso de cangrejo. En 1977 apareció otra de sus mejores obras, El rodaballo (1977), a las que hay que sumar La Ratesa (1986), Es cuento largo (1996), Mi siglo (1999) y la ya mencionada A paso de cangrejo (2002), así como una larga lista de ensayos sobre todo tipo de cuestiones artísticas, literarias y políticas, y su libro autobiográfico Pelando la cebolla. Para Grass, una de las misiones de la literatura es revivir críticamente el pasado para que no caiga en el olvido. Hasta el final de sus días, esto es lo que ha pretendido en sus novelas más celebradas, sabiendo que se estaba enfrentando a un tema muy espinoso.
Una de momias LAS MOMIAS MÁS ANTIGUAS del mundo son las de la cultura Chinchorro (Chile, 6000 a. C.); la más conocidas las de la cultura egipcia; y una de las más desconocidas las de la cultura guanche. Sí, a pesar de que no todos son conscientes de ello, en las islas Canarias se estuvo practicando durante siglos una técnica de momificación conocida como el mirlado. Dos egiptólogas de renombre, canaria una, toscana la otra, han dedicado esta obra a estudiar en paralelo las momias egipcias y las guanches en un libro profusamente ilustrado a todo color. Las autoras, con buena prosa, nos ofrecen un texto divulgativo lleno de información, incluida la gráfica. Como la intención es también dar a conocer la cultura guanche, el libro se abre con un capítulo introductorio sobre la historia de las islas, al que sigue uno sobre las Creencias religiosas de los egipcios antiguos y de los canarios. Tras un breve capítulo donde se explican las posibles circunstancias que convierte a un cadáver en una momia, sigue uno sobre La momificación en Egipto y otros sobre El mirladoen Canarias. Un interesante capítulo dedicado a las Momias egipcias y canarias en el mercado europeo sirve de antesala al epílogos del libro. Un libro, en resumen, destinado al público general, que descubrirá cosas que desconocía sobre una de las primeras culturas españolas./ JOSÉ MIGUEL PARRA
Tierras de momias La técnica de eternizar en Egipto y Canarias
MILAGROS ÁLVAREZ-SOSA E IRENE MORFINI EDICIONES AD AEGYPTUM (2014). 208 PÁGINAS. 25 €.
Testigo en Madrid de la Guerra Civil En los últimos años estamos asistiendo a la recuperación de destacados periodistas de la primera mitad del siglo XX que ejercieron su profesión con una alta calidad. Ahora, le toca el turno al periodista vallisoletano José Luis Salado, que colaboró en el diario republicano La Voz que se publicó de 1920 a 1939 y fue de los pocos que mostraron en directo y al natural la vida madrileña durante la Guerra hasta febrero de 1939. ,
Adolfo Torrecilla
Tiros al blanco. Periodismo bajo las bombas JOSÉ LUIS SALADO
ESPUELA DE PLATA. SEVILLA (2015). 280 PÁGS. 18 €.
JOSÉ LUIS SALADO empezó a colaborar en este diario en agosto de 1936; llegó, incluso, a ser director antes de ser movilizado y dejar la dirección. Al acabar la Guerra se exilió primero en Orán, destino de muchos exiliados, luego se trasladó a Francia y después a Moscú, donde trabajó como traductor de textos burocráticos y corrector de estilo hasta su muerte en 1956. Tiros al blanco contiene una selección de sus colaboraciones en el periódico La Voz (que pertenecía a los mismos propietarios que El Sol ), realizada por Juan A. Ríos Carratalá. Comenzó a escribir en sus páginas en agosto de 1936, poco tiempo después de iniciada la Guerra, cuando las tropas franquistas combatían con las republicanas cerca de la capital. Sobre estas acciones bélicas escribe sus primeras crónicas. Sin embargo, muy pronto se decanta a su auténtica especialidad: los entresijos del mundo del espectáculo, que conocía como nadie. A la situación del
Salado crítica duramente a Pío Baroja y Azorín, residentes en París, quienes están haciendo el juego al fascismo, según él teatro, y en parte también del cine, durante la Guerra Civil dedica la mayoría de sus crónicas, aunque también hay algunas de tono más costumbrista que abordan cuestiones relacionadas con la difícil vida en Madrid durante la Guerra.
LOS ACOMODADOS El tono de muchos de estos artículos es de denuncia. Salado crítica duramente la actitud de muchos escritores republicanos que han movido sinuosamente los hilos para abandonar Madrid bien para trasladarse a Valencia, la capital durante la Guerra, donde se llevaba una vida más tranquila y placentera, bien para irse al extranjero, sobre todo a Buenos Aires. Salado crítica duramente a Pío Baroja y Azorín, residentes en París, quienes están haciendo el juego al fascismo, según él. También a Pérez de Ayala, Marquina, Arniches, Ortega y
Gasset… A Chaves Nogales, que abandonó Madrid para refugiarse en París, lo define como “equilibrista” en un artículo escrito el 8 de junio de 1937. También denuncia cómo otros famosos periodistas, como Gaziel, director de La Vanguardia, se refugiaron cómodamente en Bogotá a la espera de que acabase la Guerra. Pero sus críticas más duras van contra la calidad del teatro: para Salado, “el teatro que se hace en Madrid –¿en Madrid únicamente?– es del malo, del peor”. Hay que destacar el trabajo realizado por José A. Ríos Catarralá en esta edición. Salado apenas habla en estos artículos de los que más adelante serían, para los historiadores, los grandes protagonistas de la cultura republicana durante la Guerra. Como escribe Ríos Catarralá, “el filtro de la historia todavía no había actuado para establecer jerarquías”.
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Clau-Claudio el idiota
Deportados en Siberia RECONSTRUCCIÓN NOVELADA de la infancia del autor, judío polaco deportado a un pueblo de Siberia cuando era un niño, poco tiempo después de comenzar la Segunda Guerra Mundial. Las cosas se cuentan con una voz de adulto que recuerda e intenta reproducir la mirada del niño de unos diez años que tenía entonces. Abundan los momentos duros: denuncias injustas, deportaciones, asesinatos,
suicidios… El padre del protagonista reaparece brevemente pero, debido a una pelea, es enviado casi de inmediato a Kolymá, “el auténtico corazón del comunismo” según un personaje. Sin embargo, el tono es estimulante. Por un lado, porque tanto el pequeño Petia como su madre intentan vivir con intensidad el presente. Por otro, y sobre todo, porque tienen una fe que les sostiene, por más que a veces parezca confusa. /A.T.
Las nieves azules PIOTR BEDNARSKI
MALPASO. BARCELONA (2014). 144 PÁGS. 18 €.
Lo último del premio Nobel
Accidente nocturno PATRICK MODIANO
ANAGRAMA. BARCELONA (2014). 140 PÁGS. 14,90 €.
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ESTA NOVELA del Premio Nobel 2014 Patrick Modiano es similar en sus intenciones a otras de un autor que ha creado un universo literario reconocible con unos cuantos temas en los que siempre están presentes París, la reciente historia de Francia y la biografía del autor. París es otra vez la geografía mítica que la convierte en coprotagonista, con continuas referencias a lugares concretos que parecen llenar de importancia momentos y fechas
de sus personajes. La historia comienza con el atropello de un joven por un automóvil conducido por una mujer, de la que el protagonista se obsesiona y a la que busca. ¿Por qué? La indagación casi policíaca para identificar y encontrar a la conductora, es la trama y desarrollo de una acción en la que se mezcla la retrospección del desdibujado y desarraigado protagonista. Novela inquietante, de final abierto y existencialista./ A.T.
EN EL TREINTA aniversario de la muerte de Robert Graves, la editorial Alianza ha rescatado varias obras fundamentales de este escritor que volvió a poner de moda la historia y la mitología clásica, con libros de gran calidad. Por destacar algunos, citamos La Diosa Blanca, Los mitos griegos y Yo, Claudio, la obra que le dio más popularidad, gracias también a su versión televisiva. Curiosamente, no se encuentra entre las favoritas de su autor, quien comentó que la escribió a toda velocidad para poder pagar la hipoteca de su casa. En ella se sumerge en las luces y sombras de los primeros años del Imperio Romano gracias a las memorias tardías del emperador Claudio, que las escribe cuando duda de todo lo que sucede a su alrededor, donde solo ve conspiraciones. Fiel reflejo de la vida del Imperio, la novela es también un intersante trabajo literario sobre un personaje dubitativo que cuanta con suficiente experiencia del poder suyo y de Augusto, Tiberio y Calígula como para saber que la política es un escenario de tensiones, crímenes y violencia, en donde es fundamental tener la iniciativa (aunque ni teniéndola tenías la vida garantizada)./ A.T.
Yo, Claudio ROBERT GRAVES
ALIANZA. MADRID (2014). 592 PÁGS. 10,90 €.
Lo último de María Dueñas LOS MISMOS RASGOS
La Templanza MARÍA DUEÑAS
PLANETA. BARCELONA (2015). 530 PÁGS. 21,90 €.
narrativos que la autora ha empleado en sus dos novelas anteriores, basados en la novela realista y de aventuras y en las técnicas del best-seller , vuelven a repetirse en esta, ambientada en México, en Cuba y en las localidades andaluzas de Jerez de la Frontera y Cádiz en los años sesenta del siglo XIX, cuando México era ya un país independiente de España, Esta dos Unidos estaba sumergido en su Guerra de la Independencia y Cuba seguía dependiendo de España. La novela comienza cuando su protagonista Mauro Larrea, un potentado español que ha hecho fortuna explotando minas mexicanas no sin mucho trabajo y esfuerzo, recibe la noticia de
que se ha arruinado por com pleto. Mauro y su apoderado, el el Andrade, deben disimular una salida airosa del país que no manche ni la reputación del primero ni la de sus hijos. Se traslada a Cuba, donde se ve envuelto en varias tentativas de negocios turbios que le propone Carola Gorostiza, una mexicana instalada en Cuba. Pero sus mo vimientos y su relación con esta señora se malinterpretan, provocándole no pocos problemas que le fuerzan (y le ayudan) a abandonar Cuba para trasladar se a Jerez, donde transcurre la parte nal de la novela. En Jerez conoce la nca de La Templanza, que ha recibido en propiedad y a uno de sus antiguos propietarios, Soledad Montalvo, con quien Mauro
intima. La creciente amistad con Sol le lleva a tomar una serie de decisiones en las que están en juego su futuro, el de Sol y su familia y el de la nca La Templanza. La autora centra todo el interés de la novela en las vicisitudes que vive Mauro, un personaje descreído que encarna las virtudes más positivas de los indianos. María Dueñas ha com pletado una novela pulcra, bien escrita, con unos ingredientes sacados de la novela histórica y de la novela de aventuras. Y, naturalmente, se ha documen tado de manera correcta, con verosímiles descripciones del ambiente burgués de México y Cuba y la vida bodeguera de Jerez. Adolfo Torrecilla
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Ágora En el Antiguo Egipto
El mito de la Tierra Plana JEFFREY BURTON RUSSELL STELLA MARIS. BARCELONA (2014). 274 PÁGS. 16,50 €.
Ciencia e historia CATEDRÁTICO DE LA UNIVERSIDAD de California, el autor ha sido profesor en otras universidades norteamericanas, como Berkeley y Harvard. El tema del libro es ofrecer un recorrido sobre los conocimientos de los antiguos y en la Edad Media sobre la visión de la Tierra. El capítulo central lo ocupa el viaje que realiza Colón a descubrir América. El debate en torno a este viaje resulta muy interesante para comprobar los conocimientos científicos que se tenían en la época sobre la configuración de la tierra. Antes, en la primera parte, el autor hace un recorrido por la Antigüedad y las principales opiniones de eminentes sabios de la época. Acaba el libro con una reivindicación de los avances científicos que tuvieron lugar durante la Edad Media. El autor opina que algunos escritores, a la hora de emitir sus juicios sobre esta época, se dejaron llevar por su profusa imaginación, como fue el caso de Washington Irving. El autor realiza un buen trabajo de síntesis de todo lo que se consiguió en esta época./ A.T.
NOS ADENTRAMOS en el Egipto que los Hicsos han dominado desde el Delta del Nilo. Han empujado al Faraón hasta la lejana Tebas, y la única manera de recuperar el país es expulsando a esos enemigos. No es fácil: el Faraón Tamose tiene poca plata en sus arcas y su capacidad de derrochar es grande, pero cuenta con Taita, eunuco, servidor de su madre, la reina Lostris. Taita es el gran consejero, y además, médico, inventor, amante de las artes, jefe de los ejércitos reales y el que va a sacar a Egipto de sus calamidades. Además, Taita está enamorado de las dos princesas Tehuti y Bakatha, hermanas pequeñas del rey, que a su vez le adoran. Como solo se puede ganar al enemigo buscando aliados, Taita decide apoyarse en el Rey Minos, de Creta. Por ello, se embarca en
un plan arriesgado, en el que participan él y las Princesas. Wilbur Smith es un experimentado escritor con más de treinta novelas. En ésta, repleta de aventuras y acción, realiza un divulgativo retrato antiguo Egipto, Babilonia y Creta. Es la quinta de una serie que describe esta civilización con los mismos protagonistas./ A.T.
El Dios del desierto WILBUR SMITH
DUOMO. BARCELONA (2015). 434 PÁGS. 19,90 €.
Viaje con Stevenson
Una novela epistolar
QUIEN ESTÉ INTERESADO en los textos sobre viajes de Stevenson encontrará muchos en este libro. En él se reúnen distintos libros y artículos del autor, que dan mucha idea de, por un lado, su talante humano y, por otro, su continuo esfuerzo por convertirlo todo en escritura de calidad. Se ve bien su espíritu observador, su interés en conocer a toda clase de personas, su sentido positivo ante los inconvenientes, su afabilidad y amabilidad en el trato con cualquiera, sin distinción de clases. Es interesante señalar que, a pesar de su condición de viajero voluntario, o tal vez precisamente por eso,
NOVELA EPISTOLAR, la primera de la autora (1938, Texas). Para escribirla se inspiró en su abuela, una mujer que vivió intensamente casi todo el siglo XX. La protagonista es Bess, una mujer natural de Honey Grove, Texas. La primera carta, cuando apenas es una niña, es de 1899. La última, poco antes de fallecer, en 1967. Las primeras están dirigidas a Rob, su amigo de la infancia que se convertiría con el paso del tiempo en su marido. Comienzan a llegar los hijos y la vida de Bess cambia radicalmente, sobre todo tras la muerte de su marido al acabar la Primera Guerra Mundial./ A.T.
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Stevenson se fijó, sobre todo, en los emigrantes que viajaban por necesidad y ya sin esperanza ninguna de regresar./ A.T.
Viajar. Ensayos sobre viajes ROBERT LOUIS STEVENSON PÁGINAS DE ESPUMA. MADRID (2014). 470 PÁGS. 25 €.
Una mujer de recursos ELIZABETH FORSYTHE HAILEY
LIBROS DEL ASTEROIDE. BARCELONA (2015). 330 PÁGS. 21,95 €.
Travesuras contemporáneas NUEVA Y CONJUNTA edición de varios libros –los cinco primeros de los casi 40 de que consta la serie– que muchos recordarán con nostalgia y que tienen más categoría literaria de lo que se suele pensar. Son historias cuya chispa se mantiene aunque las hazañas de los héroes correspondan a tiempos en donde las ciudades eran más pequeñas, los ambientes más familiares y las diversiones menos sofisticadas, aparte de que el ambiente sea muy inglés. Por otro lado, muchos aspectos del comportamiento y tantos rasgos de su personalidad son descritos tan certeramente que resultan cercanos, si no al niño tecnológico de hoy, sí al niño universal que se siente incomprendido y que ve que sus mayores no son nada coherentes tantas veces./ A.T.
Aventuras de Guillermo RICHMAL CROMPTON MOLINO. BARCELONA (2014). 672 PÁGS. 25 €.
La vampira de Barcelona A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX, en una Barcelona llena de contrastes, un espeluznante caso sacudió la sociedad. Corría el año 1912 cuando la ciudad condal se vio agitada por una historia sensacional. La desaparición de la niña Teresita Guitart descubrió, tras una ardua investigación policial, la figura de Enriqueta Martí, una desdichada mujer que de la noche a la mañana se convirtió en un monstruo criminal de primera magnitud. Según los rotativos, la que acabaría siendo bautizada por los periodistas como la “Vampira de Barcelona” comerciaba con las grandes familias de la ciudad y fabricaba extraños potingues y ungüentos con la sangre, grasa y vísceras de sus indefensas víctimas –todas menores de edad–. La bomba saltó tras su detención y nació un mito que ha llegado hasta nuestros días, perpetuando una historia con más visos de leyenda que de realidad. Jordi Corominas, en Barcelona 1912. El caso de Enriqueta Martí , arroja luz sobre la realidad que se escondía bajo tan escabrosos asesinatos./ O.H.
Barcelona 1912. El caso de Enriqueta Martí JORDI COROMINAS SÍLEX EDICIONES 288 PÁGS. 22 €.
La revolución magiar
La sublime locura de la revolución INDRO MONTANELLI GALLO NERO. BARCELONA (2015). 209 PÁGS. 18 €.
ESTA EDICIÓN de Gallo Nero reúne más de veinte artículos que el famoso periodista italiano Indro Montanelli (1909-2001) escribió sobre la Revolución húngara de finales de 1956, aplastada por los tanques soviéticos. El suceso provocó un importante revuelo internacional y fue una de las primeras brechas en el bloque comunista, aunque anteriormente Moscú había tenido que sortear algunos revisionismos en la Polonia de Gomulka y por la actitud desafiante de Tito en Yugoslavia. Montanelli se encontraba en Viena cuando comenzaron las revueltas el 29 de octubre de 1956. Desde allí se trasladó a Budapest junto con otros periodistas italianos para, en directo,
describir lo que estaba pasando. Pudo comprobar quiénes protagonizaron las revueltas, que desde el poder comunista húngaro y de los partidos comunistas occidentales fueron tachados de antiguos oficiales fascistas del almirante Horthy, aristócratas, burgueses y latifundistas agrarios. La revolución de Hungría fue protagonizada, en realidad, por los intelectuales húngaros,
los obreros y los estudiantes universitarios. La Revolución húngara ha quedado como un símbolo de la lucha contra los totalitarismos, pero nada más. Imre Nagy fue sustituido por János Kádar y posteriormente fue detenido y ejecutado. Miles de estudiantes, intelectuales y trabajadores fueron también condenados./ A.T.
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Ágora El cine histórico con Josemanuel Escribano
Una historia humana en una devastadora guerra
COMO CONSECUENCIA del
Mandarinas DIRECTOR: ZAZA URUSHADZE. PRODUCCIÓN: IVO FELT. GUION: ZAZA URUSHADZE. INTÉRPRETES: LEMBIT ULFSAK, ELMO NÜGANEN, GIORGI NAKASHIDZE
desmembramiento de la Unión Soviética a nales del siglo XX, muchas de las zonas recién inde pendizadas vivieron momentos de zozobra, llenos de convul siones políticas. La república de Georgia sufrió, a principio de los 90, una devastadora guerra civil. En 1992, toda la región de Abjasia es un campo de batalla entre distintas facciones de georgianos, algunas apoyadas por soldados chechenos –mayormente merce narios–; y la población estonia, que vivía allí desde generaciones, ha huido, dejando sus tierras y sus casas. Solo han quedado Ivo y Margus: Ivo es un anciano car pintero que fabrica cajas para las mandarinas de su amigo Margus, y ahora son los únicos habitantes que aguantan en un pueblo zaran deado por la guerra. AMOR EN LA GUERRA Mandarinas llega precedida de
cierta fama: ganadora en diversos festivales y, sobre todo, candidata al Globo de Oro y al Oscar en estas últimas convocatorias. Un prestigio totalmente justicado:
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la película es una hermosa y profunda historia, contada por su director y guionista, Zaza Urushadze –nacido en Georgia hace 50 años y absolutamente des conocido por estas tierras–, con todo el amor del mundo. Amor a la tierra, a ese movedizo concepto que llamamos patria, y amor a las personas. A sus protagonistas, desde luego: estos Ivo y Margus que resisten sin pensar en acabar sus días en cualquier lugar que no sea su pueblo. El carpintero sigue fabricando cajas, que apenas contienen la colosal cosecha de mandarinas de su vecino; y con eso sobre viven, a duras penas, ambos. A su alrededor, las escaramuzas y enfrentamientos se suceden, hasta que una persecución, seguida de un tiroteo, se produce ante sus mismas puertas. Y los dos amigos descubren que hay un superviviente por bando. Un miliciano checheno y un joven soldado georgiano. Cristiano este, musulmán aquel. Gravemente heridos los dos, consiguen sobrevivir gracias a los cuidados de Ivo, que los
acoge en su casa, y de Margus, que no sale de la preocupación por sus mandarinas cuando entra en esta nueva y mucho más peligrosa de lidiar con los combatientes . Sobre todo cuando Ahmed y Niko, los enemigos irreconciliables, mejoran de sus heridas y son capaces de enfrentarse incluso dentro de la casa. Que se convierte así en una especie de jaula en la que ven obligados a convivir gentes de distintas edades, religiones y nacionalidades, por más que la línea que dene estas últimas sea tan delgada que sería inexistente si no fuera por la cerrazón y el odio de sus ocupantes; que hablan el mismo idioma y, seguramente, eran vecinos antes de estallar el conicto. PARA LA HISTORIA
Zaza Urushadze desarrolla una metáfora acerca del compor tamiento de personas que se encuentran en una situación que se escapa a su control, lo que les hace modicar su naturaleza. Y eso es así en las guras de Ah med y Niko; pero lo que ambos
No es un relato sobre la guerra; es un relato sobre las personas. Es una película sencilla y pequeña pero es cine grande y fundamental pierden de libertad lo ganan en responsabilidad, gracias a la infuencia de Ivo, que representa el sentido común, la moralidad y el orgullo personal. Ivo no toma las armas; y no solo por que es un hombre mayor, sino porque está convencido de su inutilidad y de la superioridad de la solidaridad, el compromiso y la honradez. Y pese a ese carácter emblemático, al peso simbólico –en gran parte– del relato y a la lejanía del conflicto para el espectador occidental, nada
hay de superfluo ni artificial en esta historia. Contada con extraordinaria economía de medios y con un lenguaje cercano y tan certero que ni se advierte, Mandarinas, como otras grandes obras a contracorriente, de cinematografías escondidas y desconocidas por los grandes circuitos, se eleva a la categoría de referente universal. No es un relato sobre la guerra; es un relato sobre las personas. Es una película sencilla y pequeña pero es cine grande y fu ndamental.
Maravillosas ilustraciones PRIMERA Y CUIDADA edición en castellano de una biografía ilustrada de Juana de Arco que firmó, hace más de un siglo, el pintor e ilustrador francés Louis-Maurice Boutet de Monvel (1851-1913). Es un libro cuyo texto es breve y cuyo tono es sobrio y amable, incluso un tanto ingenuo, pero que se ajusta bien a los datos históricos conocidos. Las razones por las que este libro es importante se detallan en el prólogo, que firma Luis Daniel González.
Por un lado, las ilustraciones son de una excepcional altura. Luego, su libro influyó muchísimo en autores posteriores y en la evolución histórica de los álbumes, pero, aparte de que tenga ese interés, hoy se puede leer y contemplar con gusto sin que haya perdido ni actualidad ni frescura./ A.T.
Juana de Arco LOUIS-MAURICE BOUTET DE MONVEL
THULE. BARCELONA (2015). 52 PÁGS. 14,95 €.
La desintegración de la URSS como cuna de guerras TRAS LA DESINTEGRACIÓN de la URSS en 1991 llegó –y no ha acabado aún– una sucesión de conflictos y guerras civiles que convierten el final de la Guerra Fría en algo que aún parece un sueño del futuro. El hecho de que la URSS se creara a golpe de martillo, provocó que cuando el imperio cayó, muchos estados quisieran lograr su independencia. El último conflicto tiene como escenario a Ucrania, que además fue el origen de Rusia, que en la actualidad apoya a los rebeldes que se encuentran alzados en las zonas fronterizas. De momento, Rusia ya ha recuperado el territorio de Crimea, que tiene grandes implicaciones estratégicas debido a su salida al mar, razón por la cual durante décadas llegaron a la zona muchos rusos que han convertido a esa región en una extensión del poderío de Moscú. Este se mostró con extrema dureza en Chechenia, uno de los territorios que permanecieron bajo el paraguas ruso pese a las reclamaciones independentistas de sus gentes, que sufrieron, para ser aplacados, dos invasiones verdaderamente brutales que causaron una diáspora de chechenos por todas las regiones. En ese contexto debe encuadrarse el conflicto que presenta Mandarinas, ya que en Georgia –donde también hubo guerra– había personas de origen estonio –Estonia, junto a las otras repúblicas bálticas, Lituania y Letonia, también obtuvo la independencia– y chechenos. Y entre ellos aparecen los protagonistas de este drama antibelicista…
Un emocionante epistolario
Cartas memorables SHAUN USHER
SALAMANDRA. BARCELONA (2014). 368 PÁGS. 30 €.
EL PUBLICISTA británico Shaun Usher reúne en este libro 125 cartas, de personajes ilustres o de gente corriente. Las más emocionantes son las de personas que van a morir en breve (María Estuardo, Virginia Woolf) y entre las más interesantes se cuentan las que algunos padres escriben a sus hijos (Steinbeck, Scott Fitzgerald, Reagan). Hay bellos ejemplos de literatura amorosa (a Churchill de su mujer), cartas encantadoras y llenas de inteligencia (como la de Eudora Welty pidiendo trabajo) o dramáticas. También algunas simpáticas (sobre todo las de niños) o divertidas (la de Groucho Marx a Woody Allen). Hay epistolarios sin duda más profundos, homogéneos e interesantes, pero con este es difícil aburrirse./ A.T.
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Ágora Agenda
El arte mochica Dibujo extendido de botella ceremonial en la que se representa una ceremonia de sacrificio de guerreros cautivos y la presentación de la copa con la ofrenda de sangre a los dioses mayores. Mochica, 100 – 800 d.C. Cerámica. © Archivo Museo Larco
S/T, 2012 @ Chema M adoz, VEGAP, Madrid 2015 .
CHEMA MADOZ 2008-2014. LAS REGLAS DEL JUEGO SALA COMUNIDAD DE MADRID-ALCALA 31 C/ Alcalá, 31- 28014 Madrid Tels.: 91 720 82 51 - 91 720 81 32
Esta retrospectiva celebra la trayectoria de Chema Madoz, uno de los fotógrafos más aclamados del momento, Premio Nacional de Fotografía en 2000, entre otros reconocimientos. La muestra recoge más de 120 fotografías en blanco y negro, en su mayoría inéditas, realizadas entre 2008 y 2014, y en las que el artista ahonda y amplía las claves que han marcado su línea de investigación fotográfica. Comisariada por Borja Casani, podrá verse hasta el 2 de agosto. TERESA DE JESÚS, MAESTRA DE ORACIÓN CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE GRACIA Cuesta de Gracia, 4 - 05002 Ávila Tel.: 920 223 123 www.lasedades.es
La Fundación Las Edades del Hombre presenta esta exposición, que conmemora el V centenario del nacimiento de la santa y aborda la dimensión espiritual, doctrinal y literaria de nuestra mística más universal. La muestra se divide en cinco capítulos,
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el primero de los cuales, Os conduje a la tierra del Carmelo , acerca del
descubrimiento de la vocación de Teresa de Jesús, se desarrolla en esta sede, extramuros de la ciudad de Ávila. Hasta el 10 de noviembre.
DÍAS DE VERANO MUSEO CARMEN THYSSEN Plaza Carmen Thyssen C/ Compañía, 10 - 29008 Málaga 902 303 131 www.carmenthyssenmalaga.org
A mediados del siglo XIX la burguesía descubrió la costa como un nuevo contexto social y de ocio que, inmediatamente, se incorporó a su vida cotidiana, a través de estancias estivales en balnearios y playas. Al mismo tiempo, los pintores contemporáneos, bajo la huella del impresionismo,
CAIXAFORUM BARCELONA Av. de Francesc Ferrer i Guàrdia, 6-8 - 08038 Barcelona Tel. 93 476 86 00 http://obrasocial.lacaixa.es
Los trabajos arqueológicos confirmaron a principios del siglo XX que los incas gobernaron el Perú solo durante los últimos 150 años de un desarrollo cultural que se prolongó más de 10.000 años. Hasta 200 obras maestras del arte precolombino peruano, procedentes de la colección del Museo Larco de Lima, se exhiben ahora en esta muestra, que nos presenta la cosmovisión de los antiguos habitantes de esa parte del mundo. ¿Cómo concebían el universo las sociedades agrícolas del Perú precolombino? ¿Cuáles son las claves de la cultura mochica? Todas las respuestas, hasta el 7 de junio. incorporaron a sus obras estos espacios y la vida que en ellos transcurría. Días de verano ofrece un amplio recorrido por este fenómeno social, que se extendería a toda Europa y Estados Edward Hopper, El Martha Mckeen de Wellfleet , 1944. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en depósito en el Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid.
Unidos y sería el origen del turismo masivo, a la vez que muestra el modo en que artistas como Monet, Cézanne, Fortuny o Sorolla lo interpretaron. Hasta el 6 de septiembre.
¿A que tampoco sabías...?
… la primera Feria del Libro de Madrid se celebró en la Segunda República?
Otras ferias históricas FERIA DE SANT JORDI EN BARCELONA. Aunque no es una feria
EN 1477, años después de la invención de la imprenta, el rey castellano Juan II estableció las ferias madrileñas de San Mateo y San Miguel, de efímera duración. Pero, ¿a quién debemos la tradición de las ferias librescas en los tiempos contemporáneos? El empeño del malagueño Rafael Giménez Siles animó a los libreros de Madrid a crear una Feria del Libro para festejar la Semana Cervantina, a la que se sumaría el entusiasmo de Fernando de los Ríos, entonces ministro de Instrucción Pública. La primera edición se desarrolló entre el 23 y 29 de abril de 1933 en el paseo de Recoletos, y fue todo un éxito: se vendieron libros por importe de 43.340 pesetas y participaron hasta veinte sellos editoriales. Durante los primeros años tuvo un carácter anual, que se vio truncado por el estallido de la Guerra Civil –el propio Giménez Siles se tuvo que exiliar en México por sus ideas políticas. La Feria volvió al paisaje madrileño en 1944, organizada ya por el Instituto Nacional del Libro, que lo haría hasta 1981, en la misma ubicación (a la sazón el paseo de Calvo Sotelo). Durante el franquismo, se desplazó en algunas ocasión a otras ciudades como Barcelona (1946, 1952) o Sevilla (1948). Finalmente, en 1967 se trasladó a su actual emplazamiento en el Retiro. En los años 70 se incrementaron las casetas, que se ampliaron a otros puntos de la capital (Plaza de Castilla, Vallecas, Cuatro Caminos). En 1982, la rebautizada Feria del Libro de Madrid reforzó su carácter institucional, ya que, a partir de esa fecha, los reyes –o un miembro de la familia real– presiden su inauguración. La cita se repetirá este año, y hasta el próximo 14 de junio podremos visitar la 74 edición de la Feria del Libro en el Parque del Retiro de Madrid.
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del libro al uso, la tradición ha hecho que las ventas de libros se disparen el día de Sant Jordi, patrón de Cataluña desde el siglo XV. El 23 de abril, los hombres reciben un libro y las mujeres una flor. Por toda la ciudad, hay casetas con las últimas novedades editoriales y autores consagrados firmando ejemplares de sus últimas obras. FERIA DEL LIBRO ANTIGUO DE BARCELONA. Lleva ya 63 ediciones, se desarrolla en el Paseo de Gracia y la organiza el Gremio de Libreros de Viejo de Cataluña. FERIA DEL LIBRO DE VALLADOLID. Entre el 24 de abril y el 3 de mayo se celebró la 48 edición de esta feria, en la que participaron medio centenar de escritores y 40 expositores. Tuvo lugar en la cúpula del Milenio, y está organizada por el Ayuntamiento de la ciudad. FERIA DEL LIBRO ANTIGUO DE SEVILLA. Nació en 1977 y lleva 36 ediciones. Se desarrolla entre noviembre y diciembre y participan más de 20 libreros de toda España.
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