Guía interactiva para la elaboración de infusiones.
¿Que es una infusión?
Una infusión es una bebida obtenida de las hojas secas, partes de las flores o de los frutos de diversas hierbas aromáticas, a las cuales se les vierte o se los introduce en agua a punto de hervir. Entre las hojas más comunes para hacer infusiones se pueden mencionar el café, el té, el mate y la manzanilla, yerbabuena, menta, orégano, malojillo, poleo, romero, albahaca, llantén y neem o (Nim). Cada una de estas hierbas posee cualidades y características que hace beneficioso su ingestión como té. A continuación se muestra una tabla de hierbas y sus beneficios: Menta Poleo Manzanilla tomillo Orégano
Salvia Romero Hierbabuena
Malojillo Poleo Albahaca Neem
alivia dolor de garganta, dolor de cabeza, resfriado, congestión. Alivia dolor de estómago y contra los gases Dolor de estómago, problemas gastrointestinales Espasmos gastrointestinales, gastrointestinales, empachos, gases Ayuda a regular los procesos digestivos, casos de estreñimiento y digestiones lentas, favorece la circulación sanguínea sanguínea y antinflamatorio. Infecciones respiratorias, respiratorias, gripe, dolor menstrual Antiespasmódico, migrañas, jaquecas Propiedades antiespasmódicas, antiespasmódicas, casos de diarrea, cólicos estomacales, nerviosismo y dificultades para dormir. Bueno para las debilidad y presión del corazón, ataques de histerismo y nerviosidades. nerviosidades. Propiedades antiespasmódicas, antiespasmódicas, antisépticas, así como para reducir la flatulencia. Propiedades aperitivas, digestivas y sedantes. Contra el herpes, la mala circulación y el colesterol alto, parásitos intestinales, e inclusive para elaborar productos contra los piojos.
Preparar una infusión es un proceso muy sencillo, solo tenemos que estar seguros de contar con los ingredientes y utensilios necesarios para lograrlo. Ahora bien, como se prepara una infusión?.
La infusión más conocida popularmente es la que se toma caliente, pero existe también el tipo de infusión fría. Ésta se obtiene vertiendo agua fría sobre la planta y dejando reposar la preparación durante algunas horas. Para tomarla después, sólo es preciso calentarla ligeramente. La infusión fría se usa, sobre todo, cuando se quiere evitar que la planta desprenda sustancias tóxicas. Según la planta, será conveniente un tipo de infusión u otra. La técnica de la infusión es muy efectiva porque, al no someter a las plantas a ebullición junto con el agua (el agua caliente se añade después), se evita que se pierdan o evaporen algunos principios activos. Para preparar una infusión se pueden usar una o varias plantas, según las propiedades de que nos queramos beneficiar. Comúnmente se emplean las flores y las hojas de las plantas, las denominadas partes aéreas. Lo recomendable, por lo general, es tomar una infusión de dos a tres veces por día, después de las principales comidas. Algunas plantas ejercen una acción terapéutica inmediata. En cambio, con otras se debe ser un poco paciente, ya que pueden necesitar más tiempo para desarrollar sus efectos. Por ejemplo, una manzanilla calentita tras una digestión pesada, una buena tila cuando nos atacan los nervios, entre otros. Ingredientes para la preparación.
agua hojas o flores de las plantas que elijas azúcar, miel u otro endulzante natural (opcional)
Utensilios para la infusión.
1 tetera (preferiblemente de vidrio, acero inoxidable o porcelana 1 colador de algodón
Elaboración de la infusión.
1. Coloca en un recipiente caliente las hierbas. Si has optado por la clásica tetera, introdúcelas en el colador. 2. Vierte la cantidad de agua hirviendo que consideres necesaria. 3. Tapa la infusión. Este paso es fundamental, puesto que, si estuviese descubierta, podrían evaporarse los aceites esenciales y perderse alguna de las sustancias activas de la planta. 4. Deja reposar de 5 a 10 minutos. Aunque lo general suelen ser cinco, si algunas partes de la planta son duras, espera otros 5 minutos y así obtendrás todo su beneficio terapéutico. 5. Cuela el líquido obtenido o bien retira el colador de la propia tetera y sirve. Para ilustrarte mejor todos estos pasos, a continuación se te presenta en imágenes todo lo que tienes que hacer para elaborar tu propia infusión.
Algunas sugerencias y recomendaciones para la preparación de tus infusiones.
Usa un colador de tela de algodón. Las bolas metálicas no son recomendables porque las plantas se hinchan por el calor y entonces no tienen suficiente espacio para que fluya el agua a través.
Cuanto más delgadas y blandas sean las partes de la planta, más breve será el tiempo que necesiten y el agua podrá estar menos caliente.
Si preparas gran cantidad de infusión, guárdala en el frigorífico tapada durante no más de 24 horas. Cuando la tomes de nuevo, caliéntala sin dejar que hierva.
Esperamos que hayas aprendido a hacer tus propias infusiones.