Gino Germani – La estratificación social y su evolución en la Argentina Argentina -
Consideraciones preliminares
Para describir el sistema de estratificación en Argentina utilizare un esquema de estadios sucesivos en la transformación de la sociedad hacia estructuras de tipo moderno. Dicho esquema tiene como propósito proporcionar una base de comparación aplicable a los demás países de Latinoamérica. En primer lugar, recordamos que la transición puede ser percibida como un proceso global pero compuesto por una serie de sub-procesos, correlacionados entre sí, aunque a la vez dotados de cierta autonomía, tal que cada uno se desarrolla con ritmo y velocidad que a menudo difieren de los que caracterizan a los demás componentes. En segundo lugar, la secuencia entre procesos componente puede darse de manera divergente. Asi son bien conocidas las diferencias entre países de industrialización temprana en los que la urbanización se da al mismo m ismo tiempo que el proceso de transformación económica y el surgimiento de la industria fabril, y los de industrialización tardía en los que la urbanización precede la expansión de la actividad industrial. Debido a estas diferencias en ritmos, velocidades, y secuencias de los procesos componentes, la transición global resulta distinta en cada país, aunque es posible intentar la formulación de esquemas aplicables a grupos en países cuya transición se desarrolla dentro de un modelo relativamente generalizable. Esto es debido a cierta comunidad de situación histórico social. En el conjunto de sub procesos componente la transicion pueden distinguirse tres grandes categorias: 1. Sub procesos de modernización económica o desarrollo económico 2. Sub procesos de modernización social 3. Sub procesos de modernización política La transformación del sistema de estratificación es uno de los más importantes sub procesos componentes de la modernización social y se relaciona por un lado con la transformación del sub sistema económico, y con el cambio y/o supervivencia de determinados rasgos de la estructura cultural, y de las formas de dominación que lo caracterizan. Debido al fenómeno de la asincronía, particularmente en determinados periodos de cambio más rápidos, coexisten o pueden co existir dentro de un país, estratos sociales que corresponden a dos o tres diferentes sistemas de estratificación: 1. El sistema sistema arcaico o el que corresponde a una fase anterior del proceso 2. El sistema básico que corresponde a la la fase por la que se halla transitando la sociedad en el momento dado 3. El sistema sistema emergente que corresponde a una potencial fase sucesiva del sistema Esta coexistencia se da sobre un plano geográfico, mientras en algunas regiones más adelantadas, los sistemas y estratos arcaicos han desaparecido, en otras regiones atrasadas tales “supervivencias” siguen teniendo importancia. Otras veces la coexistencia se da dentro del mismo ámbito regional. La coexistencia de distintos sistemas de estratificación no es la única consecuencia del carácter asi ncrónico del cambio. El otro también debe ser teniendo en cuenta y resulta del hecho que la emergencia de un nuevo estrato social no solamente no implica la simultanea e instantánea eliminación del estrato o los estratos pertenecientes al sistema anterior, sino que no se produce en forma continua. Cuando esto ocurre los sectores sociales que surgen como consecuencias del proceso también resulta formado de manera discontinua. Dentro del mismo estrato habrá capas de formación distintas. Si hay diferencias entre el reclutamiento, las diferencias entr e las dos capas pueden ser aún mayor. Tal es el caso cuando las dos fases de industrialización coinciden con otros cambios en la sociedad, tale s que los tipos de población envueltos en el proceso son diferentes. Otras diferencias pueden depender del hecho que ciertas capas de formación surgen en base a actividades económicas de un tipo distinto que las que originaron los primeros emergentes del estrato. En el esquema de la transición a que se alude al comienzo de esta sección se distinguen cuatro estadios: 1. 2. 3. 4.
Sociedad tradicional Comienzos del derrumbe de la sociedad tradicional Sociedad dual y expansión hacia afuera Movilización social de las masas
Los criterios de identificación de un estadio son:
1. La emergencia de una configuración de características, dotada de cierto grado de estabilidad, duración duración y claramente diferenciadas de las configuraciones estructurales precedentes y siguientes 2. La importancia causal de la configuración para dar forma al curso futuro de de la transición -
La estratificación desde fines de la etapa tradicional hasta el comienzo de la sociedad dual y la expansión económica hacia afuera
Dos elementos pueden considerarse determinantes en moldear los rasgos del sistema de estratificación hacia f ines del periodo colonial: 1. El nivel tecnológico, la relación con la metrópoli y las formas de actividades económicas existentes 2. El sistema de dominación establecido por España, España, basado en distinciones étnicas y de lugar de nacimiento El territorio que actualmente ocupa la Argentina carecía de metales preciosos o productos tropicales, los cuales atraían mayormente a los conquistadores españoles. Esta carencia y el aislamiento determinado por la política económica de la metrópoli mantuvieron estancado el desarrollo demográfico y económico de la región hasta el S18. La serie de medidas de liberalización tomadas durante este siglo modificaron el régimen de estricto monopolio y favorecieron el desarrollo del comercio exterior y la producción interna favoreciendo la formación de una burguesía criolla. Además, una serie de medidas contribuyeron a iniciar la transform ación de la estructura social de la región, la que debía continuar con mayor impulso durante el segundo estadio, y servir de base para el acelerado proceso de expansión económica y modernización social ocurrido en la segunda mitad del sigo, durante las primeras décadas del tercer estadio. Durante los dos primeros estadios no puede hablarse de una economía nacional unificada sino más bien como un conjunto de economías regionales de subsistencia, caracterizadas por un alto grado de aislamiento, poca incidencia del mercado monetario, bajo volumen de comercio exterior y prolongado estancamiento. Esta situación empezó a modificarse en el S18, durante el último cuarto. Siendo el comercio exterior el sector más dinámico de la economía hallamos que en la cúpula del sistema de estratificación se sitúa el gru po de los “grandes” comerciantes españoles, favorecidos por el monopolio del comercio exterior. A este grupo puede agregarse algunos altos funcionarios coloniales, también españoles. Dentro de la clase alta, pero situados en un nivel inferior en cuanto a derechos legales y prestigio, y condición económica, se hallan los comerciantes mayoristas y los estancieros criollos. El comercio exterior era sobre todo comercio ilegal, pero sirvió de base para el surgimiento de una burguesía urbana, aunque muy reducida. En el sector comercial “alto” cabe también incluir a los propietarios de tiendas y otros comercios de bienes de
importación. Íntimamente conexos con los comerciantes los estancieros constituyeron el otro sector significativo de la alta burguesía, aunque no constituían el sector dom inante, pues se hallaban social y económicamente subordinados a los comerciantes. Finalmente, en la clase alta podemos distinguir un pequeño núcleo “industrial” vinculado a la producción ganadera basado en el trabajo de esclavos, sector obviamente en extremo reducido. Por debajo de esta cúpula, y siguiendo el llamado modelo “dual” de estratificación, debería ubicarse un amplísimo
estrato bajo. Este esquema simplifica en exceso una realidad más compleja. Con mayor exactitud habría que hablar de varios estratos inferiores, inclusive una capa que podríamos denominar “estrato intermedio tradicional” compuesto
por el pequeño comerciante. Y debemos agregar a los artesanos. El sector rural dedicado a la agricultura debe situarse a un nivel inferior del indicado anteriormente. En su mayoría se trataba de formas de arriendo, carecían de capital y estaban expuestos a recurrir a prestamos usurarios, y a vender sus productos a precios bajos o poco remuneradores con relación a sus costos. Por último, puede mencionarse al “capataz” de estancia como otro elemento de estos estratos intermedios, aunque obviamente su número fuese muy pequeño. Pasando a los estratos bajos, deben situarse en primer lugar los trabajadores libres de la ciudad, lo que formaban un grupo reducido, dado que gran parte del trabajo era realizado por esclavos o indios. Estos “proletarios” se hallaban en
una situación real no muy distinta de los siervos indios o de los negros y mulatos esclavos. Las otras capas significativas de los estratos bajos lo constituyen los esclavos y los indios sometidos, que trab ajaban ya sea en servicios domésticos d omésticos en las casas, ya sea en actividades artesanas, o como peones en la ciudad o en el campo. Un lugar aparte debe asignarse al “gaucho” y la población india no sometida. Su situación era muy distinta de las de
los demás sectores de los estratos bajos. El rasgo diferencial más prominente era el de su libertad de independencia de patrones, y el hecho de que su existencia se basada sobre el consumo de la carne del abundante ganado que vagaba por la pampa. No era la carne lo que interesaba a los estancieros sino el cuerpo, y en este sentido el rol del gaucho podía integrarse dentro del sistema económico social de la estancia colonial.
La estratificación en términos de castas se correlaciona con la estratificación fundada en la estructura técnico – económica. Todo el resto del sector comercial, industrial y estanciero de la burguesía, “blanco”, pero nacido e n América, ocupaba un segundo lugar, económica y legalmente, dentro de los estratos “altos de la sociedad”, por debajo de ellos los estratos inferiores estaban constituidos sobre todo por mestizos, mulatos, negros e indios. Hacia fines de la época colonial, en toda América española se produce un proceso de reforzamiento de las líneas de casta. En todas partes se hacen “n etas separaciones entre blancos, mestizos y mu latos libres” y la puridad de la sangr e
tiende a volverse importante como distinción social drástica. El componente extranjero juntamente con otros r asgos contribuía significativamente a dar un carácter más cosmopolita y abierto a la sociedad argentina. A pesar del predominio de valores pre – industriales, en cuanto al desprecio hacia el trabajo manual y las “artes mecánicas” y la división entre “la gente principal” y la “gente inferior” se reconoce que la sociedad rioplatense era por lo menos potencialmente más democrática que otras áreas del imperio español. A esto contribuyo la falta de una aristocracia propiamente dicha y el predominio temprano del comercio de orientación capitalista, y el carácter más heterogéneo de la población. Es posible que esta mayor apertura de la sociedad colonial haya sido un factor de cierta importancia en la rápida transformación experimentada por la estructura social durante la segunda mitad del S19. Dentro de la configuración estructural cristalizada a fines de la época colonial el estrato que se presenta como claramente “declinante” es el constituido por los españoles de nacimiento. Desaparecido est e, el estrato inmediatamente subordinado, el sector criollo del estrato superior, debía llegar a predominar. Su posición en la estructura social presenta un caso clásico en la literatur a sociología en cuanto a una alta propensión h acia innovaciones y un alto potencial revolucionario. En cuanto a los estratos “intermedios”, su posición era también “declinante” pero a un plazo mucho más prolongado,
por cuanto tal declinación dependía de una serie de cambios estructurales potencialmente posibles y probablemente inevitables, pero mucho más demorados en el tiempo. Había que poner en marcha un proceso de transformación de la estructura económico – social que, al consolidarse la independencia política, hubiera requerido un largo periodo de maduración. A la vez, dadas las características del tipo de economía que podía más fácilmente desarrollarse en el territorio argentino eran necesarias otras innovaciones tecnológicas, organizacionales y económicas, no solo internas, sino también en el orden internacional. Quizás teniendo en cuenta las circunstancias aludidas en el párrafo anterior se suele afirmar que el fin del dominio colonial y el establecimiento de un régimen independiente no implicaron grandes cambios en la estructura de la sociedad, excepto la sustitución del estrato superior criollo, particularmente la burguesía comercial y terrateniente, al sector monopolista español y a los funcionarios reales. Sin embargo, aunque este segundo estadio del esquema se caracteriza por cierta continuidad del modelo tradicional, no puede negarse que durante el mismo fueron produciéndose ciertos cambios que prepararon las bases para el “gran salto” que ocurrió unas pocas décadas después. El comienzo del derrumbe de la sociedad tradicional, en rápida síntesis contiene los siguientes hechos que contribuyeron a transformar la economía durante esta etapa: 1. La extensión palatina de la frontera y la concomitante apropiación de la la tierra, con la formación de grandes latifundios 2. La completa liberalización del régimen comercial 3. La mejora en los medios de transporte de ultramar y el crecimiento de la demanda 4. La modernización de la estancia estancia colonia, que asume cada vez más caracteres de explotación capitalista 5. Aumento de las inversiones de las ganancias Durante este periodo además se acentúa el desplazamiento del centro demográfico y económico, desde la región del noroeste hacia el literal y aunque la estructura de econom ías regionales relativamente aisladas, y con un amplio sector de economía de subsistencia, empezó a constituirse un mercado nacional integrado a partir de Buenos Aires y el resto del Literal, área en que la economía de mercado reemplazo casi totalmente a la de subsistencia. En esta región la expansión del producto y del comercio exterior estim ulo también ciertas ramas industriales y contribuyo a ensanchar el sector de servicios, produciendo un considerable aumento en la población y en la concentración urbana. Si bien en muchos aspectos de la estructura social, el país quedo estancado, y el ímpetu modernizador de las elites innovadoras de la revolución de mayo quedo interrumpido, con todo, se aseguraron las bases para la unificación nacional, a pesar de que fue en esa época que se fijó el modelo de desarrollo desequilibrado, con la diferenciación de un “centro” dotado de gran potencialidad económica y social, en contraste con una “periferia” con fuertes tendencias al
estancamiento y atraso. De todas maneras, cualquiera que fueran las limitaciones de este periodo transicional, hubo
ciertos cambios que alteraron la estructura tradicional preexistente y constituyeron la base del espectacular desarrollo que se originó en las décadas posteriores. Tales cambios no dejaron de afectar la estratificación social no solo a través de algunas modificaciones en la estructura ocupacional, sino también en tanto los acontecimientos políticos y militares contribuyeron a generar una suerte de movilización de los estratos inferiores. Aunque no puede decirse que tales formas fueran de tipo “moderno” con todo
representaban una ruptura con respecto al orden tradicional. Las características de la estratificación social que emergieron al final de esta etapa distan todavía mucho del patrón “moderno”, pero difieren cualitativa y
cuantitativamente del sistema que hemos observado al final del periodo colonial. Como sectores emergentes pueden considerarse los grupos de empleados y profesionales que están llamados a multiplicarse, con el aumento del poder del estado, la diferenciación cada vez mayor de los servicios de tipo moderno y las crecientes necesidades de organización de la naciente estructura moderna. El sector “tradicional intermedio”, que para muchos fines debería clasificarse en los estratos inferiores, corresponde a
una serie de actividades llamadas a modificarse sustancialmente en las décadas sucesivas. Típicamente, para este nivel de desarrollo económ ico y social hallamos una gran proporción de trabajadores por cuenta propia, entre los estratos bajos. En general, la proporción de los que ejercen actividades “por su cuenta” es muy alta,
un rasgo típico de esta etapa del desarrollo económico. En esta época el sector primario sigue siendo preponderante, aunque es menor de lo que podría esperarse en este grado de desarrollo. La inmigración había comenzado, pero todavía no tenía carácter m asivo. Con todo, los efectos de la inmigración podían empezar a pesar en Buenos Aires. De todos modos, la composición étnica, excepto en esta área urbana, no se había modificado sustancialmente. -
El surgimiento y la expansión del patrón moderno de estratificación social durante la tercera y la cuarta etapa de la transición
Desde 1869, y con un ritmo que tiene pocos paralelos en la historia de otros países, la Argentina se transformó en un país socialmente moderno, aunque este proceso se basó sobre una base económica muy vulnerable. Esta base fue el extraordinario desarrollo y modernización de la producción ganadera y el surgimiento de una moderna y eficiente agricultura. La economía primaria de exportación conjuntamente con la inmigración masiva, la modernización del estado, las inversiones infraestructurales, la expansión de la educación primaria, y los efectos asociados a todos estos cambios, particularmente la urbanización y el estímulo producido por la ampliación del mercado, y la expansión industrial y del sector servicios, todo esto contribuyo a modificar sustancialmente el sistema de estratificación social, con el surgimiento de un modelo muy próximo del partido de tipo urbano – moderno. La base económica de esta transformación careció de la firmeza que le hubiera otorgado un desarrollo industrial adecuado. Todo el periodo fue orientado hacia el estímulo de la exportación de los productos agropecuarios, lo que estaba dentro de la ideología libre – cambista dominante, las oportunidades diferenciales que favorecían extraordinariamente este tipo de expansión económica. El estrato terrateniente y sus asociados constituyeron por cierto una elite modernizadora sumamente enérgica, y dotada de notables capacidades, empresariales. La orientación de dicha elite fue claramente capitalista y moderna, y en esto difirió sustancialmente de los grupos análogos en otras naciones latinoamericanas. Conjuntamente con las circunstancias favorables proporcionadas por la inmensa potencialidad económica del país, en términos de las oportunidades creadas en ese momento por la economía industrial, la demanda de productos primarios agrícolas ganaderos, la revolución en los transportes, y la viabilidad de la división internacional del trabajo, las actitudes y las capacidades de la elite dirigente, fueron sin duda el factor preponderante del acelerado proceso de expansión económica y de modernización social ocurrido en esa época. La prosperidad continuada de la industria no permitió, sin embargo, dadas aquellas limitaciones básicas, dar el salto en el orden tecnológico, organizacional y económico, que la hubiese transformado en un sector realmente fuerte del sistema económico. Esa prosperidad fue suficiente para tener efectos de largos alcances sobre la estructura social, es decir sobre las características del sistema de estratificación, al contribuir a la formación de una clase media cuyo carácter desde el punto de vista de su composición, modo de vida, actitudes y aspiraciones, correspondía por completo al tipo de clase media surgido en países de industrialización temprana, sobre la base de un desarrollo económico dotado de una mayor flexibilidad, con mayores capacidades de incrementos auto sostenidos.
Es también posible que esta debilidad intrínseca de la primera fase de la industrialización tuvo otro efecto en el orden social, en tanto creo una clase media que se orientó hacia otras formas de actividad, particularmente las profesiones liberales y los empleos. La industria, además, no fue de ninguna manera el único sector generador de clase media. Mas bien constituye un eslabón necesario en transmitir los efectos multiplicadores de las repercusiones de la expansión económica creadas por la exportación. El sector más directamente vinculado con la expansión de los estrat os medios fue el “terciario”: es decir el comercio, los transportes y los varios tipos de servicios modernos. El surgimiento de estos estratos, la desaparición del antiguo estrato intermedio “tradicional”, la formación de un sector proletario urbano – urbano – moderno, moderno, el surgimiento de una clase media agrícola si bien no muy grande, y muy por debajo del grado de expansión que los promotores de la política inmigratoria habían preconizado y una cierta diferenciación interna de las elites, fueron los rasgos esenciales de la transformación del sistema de estratificación, durante la tercera etapa de la transición, es decir durante el auge de la economía primaria de exportación.
Una de las características que hay que tener presente al considerar esta fase es que, en todos los sectores modernos de los varios estratos, se registró un altísimo predominio de los extranjeros de nacimiento, y en el lapso de unas dos décadas, de sus hijos. En los estratos altos también hubo extranjeros, pero en menor número. De todos modos, la llamada oligarquía, es decir, el grupo porteño y de la provincia de Buenos Aires, fue de origen mucho más reciente, y nada aristocrático. El crecimiento de los estratos medios alcanzo su ritmo más acelerado entre 1869 y 1895, descendió un poco y volvió a repuntar en el periodo de 1947 – 1960. De todos modos, fue siempre considerablemente elevado e implico necesariamente un alto grado de movilidad social tanto mayor en cuanto esta transformación se concentró sobre todo en las áreas centrales del país, mientras que las regiones periféricas permanecieron estancadas o fueron m ucho menos dinámicas. La expresión “sociedad dual” responde a esta característica de la coexistencia de áreas desarrolladas en contraposición con una periferia interna arcaica. En la etapa siguiente, la migración masiva interna contribuye a
modificar la situación de la población del interior que se vuelva hacia las zonas centrales; esto agregado al hecho de que se desarrollan ciertos polos de crecimiento en el interior. Es importante observar que toda la expansión de los estratos medios corresponde al sector “dependiente”, es decir al sector de empleados, dirigentes, profesionales y técnicos asalariados. El incremento de “independientes” en el S20
corresponde a la expansión generada durante la segunda fase de industrialización. En el examen de la transformación del sistema de estratificación social he utilizado datos censales relativos a la clasificación de la población en ocupaciones. ¿Hasta qué punto esta clasificación puede tomarse como un equivalente de la estratificación en clases en sentido psicosocial? ¿En qué medida las categorías construidas a priori corresponden a cierta realidad psicológica? Es bien sabido que existe una abundante literatura empírica que muestra la existencia de cor relaciones relaciones entre “indicadores objetivos” de estratificación y conciencia de pertenencia a un estrato social, identificación con una cierta posición dentro de la jerarquía social. Esta “conciencia de pertenencia” implica la existencia en sentido sociológico de las categorías construidas arbitrariamente en base a criterios externos.
El Nivel Económico Social (NES) muestra que a menudo que se pasa de los objetivos inferiores a los superiores, aumenta el porcentaje de auto afiliación a los estratos medios y altos y correlativamente, disminuye la auto afiliación a los estratos bajos o populares. En casi todos los niveles hay una clara concentración de auto afiliación en correspondencia con la clasificación en base a indicadores “objetivos”. Ahora bien, como el NES resulta del promedio de cuatro indicadores, una proporción considerable de los que registran niveles medios, poseen indicadores “incongruentes”. La dispersión en la auto afiliación en tales circunstancias puede ser el resultado de que estos individuos perciben en sí mismos características de clase contradictorias entre sí. El hecho que la “incongruencia de estatus” puede afectar la percepción de clase, la auto afiliación a una clase fue también confirmado en la misma investigación al observarse que la proporción de “desviados” con respecto a la auto
afiliación modal tendía a elevarse con la mayor incongruencia en cuanto a indicadores objetivos de una persona, tanto más esta persona tiende a desviarse de la auto afiliación más frecuente en su nivel económico social. También se vio que la desviación tendía a no ser arbitraria en estos casos de incongruencia, sino que había una propensión a afiliarse en el NES del padre. -
La movilidad social durante el tercero y el cuarto estadio
Como efecto inmediato de los cambios en la estratificación se generó un proceso generalizado de ascenso social. Puede estimarse que la movilidad estructural únicamente fue no menor de un quinto en las clases inferiores. La proporción de ascenso real en las zonas significativas del país debe haber sido mucho mayor aun. Esto por dos motivos: 1. Esa proporsion corresponde a promedios nacionales mientras que el proceso afecto solamenta la zona central 2. La movilidad estructural estructural hay que agregar la movilidad producida por factores demográficos y por la movilidad movilidad de intercambio o reemplazo. Un resultado inmediato del proceso de movilidad es la heterogeneidad en cuanto origen social de la población de los varios estratos. Durante la tercera estapa se puede estimar que entre dos tercer as y tres cuartas partes de los individuos y las familias pertenecientes a los estratos medios tenia origen de clase obrera. Por lo que puede desprenderse del ritmo de crecimiento de los estratos medios en el estadio posteri or, esta situación se prolongo durante la época sucesiva y continuo hasta el presente. El grupo menos favorecido por la movilidad m ovilidad alcanzaba algo menos que una cuarta parte. Pero debe tenerse en cuenta que para este sector el desplazamiento a la ciudad ya representaba una forma de ascenso. La heterogeneidad de los orígenes sociales en todos los estratos, como consecuencia de estas altas tasas de movilidad, es muy elevada. El canal de ascenso mas frecuente y mas efectivo, fue y es la educación. Para cada nivel socio – ocupacional dado, la probabilidad de ascender, de permanencer estable o de descender, esta altamente correlacionada con el nivel educativo alcanzado. El nivel necesario para mantenerse en el nivel del padre, o ascender, crece obviamente con la posición inicial. Este proceso es efectivo en todos los estratos. En Argentina se dio con particular intensidad el hecho de la discontinuidad en la formación de los distintos estratos. Asi en la clase alta, hallamos una burguesía industrial mas “antigua” , establecida durante la primera fase de industrialización, y una burguesía “nueva” surgida en l a segunda fase. Entre las clases populares se r epitió un proceso semejante. Además aquí difirió sustancialmente el origen étnico de las dos capas de “clase obrera”. La “nueva clase
obrera estaba formada en buena parte por personas descendientes en mas alta poroporcion del antiguo sector criollo, se trataba de argetinoos de dos o mas generaciones, en lugar de la composición predominantemente extranjera que constituyo la primera capa del proletariado urbano. Puede decirse que la alta tasa de movilidad que caracterizo a la sociedad argentina desde la segunda mitad del siglo pasado influyo poderosamente osbre la mentalidad de la población, sus expectativas, sus aspiraciones, su manera de encarar el futuro y sus orientaciones políticas. La Argentina que emergio del proceso de inmigración masiva, y de movilidad social no menos masiva, es una sociedad esencialmente igualitaria, cualesquiera que sean las diferencias en el orden de los ingresos, la educación y otras dimensiones de la estratificación. Los últimos tiempos han abierto una nueva fase, en que estas expectativas de éxito fácil se han visto bloqueadas por dificultades cada vez mas crecientes. De allí el desencanto, el escepticismo y la crisis de pesimismo que gravita sobre la gran mayoría de la población del país. La recuperación que el país puede lograr, si tenemos en cuenta sus inmensos recursos materiales y humanos, solo podrá producirse en la medida en que surja una clara conciencia de este proceso, y de las causas que lo han generado.