Ficha de Lectura Lectu ra Michel Foucault Foucault “Los Cuerpos Dóciles” y “Los Medios del Buen Encauzamiento”
Alumno: Gabriel Durán Docente: Carolina Stefoni Ayudantes: Camilo Vera Patricio Carvajal Ramo: Introducción a la Sociología 1
1. IDENTIFICACIÓN Michel Foucault; Vigilar y Castigar, Los Cuerpos Dóciles, 139-174, Siglo veintiuno editores Argentina, 2002. Michel Foucault; Vigilar y Castigar, Los Medios del Buen Encauzamiento, 175-198, Siglo veintiuno editores Argentina, 2002.
2. RESUMEN Foucault (2002) en Vigilar y Castigar, describe un nuevo escenario en el desarrollo de los procesos que conforman la actividad humana moderna. Este nuevo marco, va a considerar al cuerpo desde dos puntos fundamentales, “El cuerpo como objeto y blanco de poder” (Foucault, 2002, pág. 140). Así, al hombre, se le atribuyen dos características
esenciales para la optimización de su eficiencia: la docilidad y la disciplina, ambas se vinculan y generan una relación de poder que controlará hasta el último detalle para llevar a cabo un procedimiento tan o más importante que el fin mismo. El hombre pasa a ser un mero elemento perfeccionado que forma parte de un cuerpo mayor, cada función se distingue y se afina para economizar el tiempo y aumentar la eficiencia. En el capítulo “los cuerpos dóciles”, el autor (2002) presenta esta nueva forma de llevar a cabo los procesos, describe cada aspecto esencial en su conformación definiendo cuatro ejes principales que deben estar controlados: el espacio (como lugar funcional y eficaz), la actividad misma (contemplando el tiempo, el sujeto y su relación con el objeto), el aprendizaje del sujeto (masificado y eficiente) y finalmente la relación con los otros sujetos conformantes del proceso. Todos estos aspectos están enmarcados en la concepción del cuerpo como dócil, objeto modificable y perfeccionable, y como medio para la estructuración estructuración de un proceso proceso disciplinado y eficaz. Esta relación de poder disciplinario que se genera entre el que ejerce este proceso y quien lo acata, necesita de elementos que la establezcan como tal, precisamente a esto se refiere Foucault (2002) en el capitulo “Los Medios del Buen Encauzamiento”. Estos medios serán efectuados con el fin de “enderezar conductas”, para optimizar los
procedimientos. Se presentan tres: la vigilancia jerárquica, en la que se evidenciará la dinámica de coerción coerción sobre quién visiblemente se aplica; aplica; la sanción normalizadora, normalizadora, que por medio del castigo castigo o penalidad busca busca la normalización normalización de los cuerpos; cuerpos; y por último el examen, que funciona como una hibridación de los dos anteriores y así, logra calificar, clasificar y castigar a los sujetos generando sujetos mecanizados conformantes de un proceso eficaz eficaz y estandarizado. estandarizado. Foucault propone una nueva concepción del poder, el cual a través de la disciplina forma al individuo. Plantea que hay que cesar de destacar los efectos malos de este, ya que el poder produce realidad. De hecho, “El individuo y el conocimiento que de él se puede obtener corresponden a esta producción” (Foucault, 2002, pág. 198). Número de palabras: palabras: 408 2
3. ARGUMENTOS Foucault (2002) en los capítulos “Los Cuerpos Dóciles” y “Los Medios Del Buen Encauzamiento” propone una nueva concepción de poder, un poder que ya lejos de ser tan negativo como históricamente se le ha visto, es una acción creadora, constructora o más bien reconstructora de la realidad del individuo. El poder se ha expresado de de diferentes formas formas a lo largo de de la humanidad, pero siempre ha sido conformante de la realidad del individuo, el autor hace referencia a la nueva tecnología del poder en los tiempos modernos como “el momento en que se ha pasado de
mecanismos histórico-rituales de formación de la individualidad a unos mecanismos científico-disciplinarios” (Foucault, 2002, pág. 198). Describiendo un escenario, en el que se considera la necesidad de la docilidad del individuo y se apela a la disciplina como medio probado para lograr un sujeto objeto, que se modifica, perfecciona y normaliza. Según el autor (2002), nos hallamos frente a un tiempo que busca de forma insaciable la eficacia de la actividad, busca modificar a los individuos conformantes de los procesos por medio de la disciplina para que logre alcanzar la economicidad del acto, que se desarrolle en un marco que obedezca una lógica del más o mejor, por el menor tiempo o el menor gasto. Foucault (2002) se basa en los procedimientos llevados a cabo por distintos ámbitos en la formación de sus productos particulares, analiza el actuar de la milicia, la educación, la religión, los hospitales y diversos entornos que construyen nuestra época. Estos ámbitos clasifican dentro de la nueva tecnología del poder, que utiliza la disciplina como medio regulador y perfeccionador perfeccionador un individuo dócil con el fin de lograr una eficacia de la actividad. Prontamente surge la pregunta por la veracidad de esta aseveración, en qué se fundamenta para plasmar la noción de poder disciplinador en las instituciones ya nombradas, Foucault (2002) argumenta a través del reconocimiento de distintos aspectos de los procesos llevados a cabo en estas instituciones, elementos que van a relacionarse con la idea de docilidad del individuo, como de el uso de la disciplina para la búsqueda de la eficacia. El primer gran elemento que plasma la disciplina en las actividades mencionadas, es la distribución de los individuos en el espacio. Esto se refleja en distintas técnicas utilizadas en los procesos, como es la clausura, “la especificación de un lugar heterogéneo a todos los demás y cerrado sobre sí mismo” (Foucault, 2002, pág.
145), ejemplificado en el colegio, en los cuarteles y la fabrica. Otro elemento es el principio de localización elemental o la división de zonas, adjudicación de un lugar a cada individuo, con el fin de saber cómo y dónde encontrarlos. Reconoce también a la creación de espacios funcionales, útiles. Luego habla del rango, que los distribuye y los hace circular en un sistema de relaciones. El segundo aspecto que reconoce Foucault es el control de la actividad, que a través de 5 componentes logra demostrar la búsqueda de la disciplina y eficacia. Está el empleo del tiempo, estableciendo ritmos, obligando a ocupaciones determinadas y regulando ciclos de repetición. También reconoce la elaboración temporal del acto, como programa que controla el desarrollo y las fases de la actividad. Otro elemento que observa es la correlación del cuerpo y el gesto, que busca la eficacia y la rapidez bajo el amparo de la disciplina. En cuarto lugar considera la articulación cuerpo-objeto, en que la disciplina tiene completa incidencia en que funcione como un engranaje perfecto. 3
Finalmente ubica dentro del campo a la utilización exhaustiva del tiempo, derrocharlo es una prohibición. Un tercero es la organización de las génesis, instancia en la que el individuo se educa ya no por un aprendizaje corporativo, el cual prevalece el resultado relativizando el proceso llevado a cabo, si no que aprende por medio de procedimientos estandarizados, efectivos y rígidos. Estos tiene cuatro aristas fundamentales, primero la división en segmentos o etapas las cuales deben tener un término o meta especificado. En segundo lugar está la organización de los trámites de acuerdo a esquemas analíticos que logren poner en ejercicio elementos de destacad utilidad, lo más simples posibles. Luego, se presenta finalizar las etapas antes mencionadas con una prueba, que tiene la función de indicar si el individuo alcanzo el nivel requerido, garantizar su aprendizaje y compararlo con el de los demás. Por último, disponer series o niveles, según antigüedad o grado. Finalmente el último elemento que Foucault (2002) considera como sustantivo en la noción de la disciplina, docilidad y eficacia, es la composición de las fuerzas que tiene dos pun tos fundamentales: La noción del cuerpo como un “elemento que se puede colocar, mover, articular sobre otros” (Foucault, 2002, pág. 168) y la complementariedad complementariedad que necesita, de manera manera que reúna la cantidad máxima de fuerzas y sean articulada de forma óptima para lograr lo grar la eficacia. Así, basándose en ejemplos de nuestro contexto cultural moderno, logra demostrar el nuevo sentido que se le ha otorgado al poder, que a través de la docilidad y la disciplina busca satisfacer apropiadamente los deseos de eficacia internalizados en la sociedad moderna. Pero, ¿cómo es que la disciplina constituye una forma de poder?, y ¿de qué forma se ejerce en el individuo? El autor (2002) argumenta definiendo tres instrumentos por los cuales el poder disciplinario se lleva a cabo: la vigilancia jerárquica, la sanción sanción normalizadora y el examen. El primero, la vigilancia jeráriquica, busca la inspección del individuo con la idea de que “no haya un solo céntimo gastado inútilmente, y que no h aya un solo momento del día perdido” (Foucault, 2002, pág. 180) y es gracias a esta que el poder, no recurre “en principio al menos, al exceso, a la fuerza, a la violencia” (Foucault, 2002, pág. 182). En segunda instancia plantea la sanción normalizadora, que funciona como un mecanismo penal penal en forma de castigo. Tiene por función reducir las desviaciones, por lo que debe ser fundamentalmente correctivo. Este castigo está hecho en base a la ejercitación de la actividad malograda para que a través de la reiteración logre perfeccionarla. Así como existe una sanción sanción también debe haber gratificación, que sirva como incentivo para quienes ya no se vean amenazados por el castigo. El fin es normalizar la conducta del individuo, estandarizarla en su buen desarrollo. Finalmente, como una hibridación de las dos herramientas anteriores, destaca el examen. Es una instancia que permite calificar, clasificar y castigar. Además de ser un elemento de poder, es una relación de saber, transmitido desde el ejerce el poder al que lo recibe y viceversa. El examen tiene cierta forma que logra construir el ejercicio del poder y algún tipo de formación de saber. Primero, “el examen invierte la economía de la visibilidad, en el ejercicio del poder” (Foucault, 2002, pág. 192), el poder
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disciplinario se hace invisible, e impone a los sometidos una visibilidad constante. Segundo, “el examen hace entrar también la individual idad en un campo documental” (Foucault, 2002, pág. 193), se archiva y esto abre a dos posibilidades, el análisis del individuo como objeto, y la construcción de un sistema comparativo entre individuos. Tercero, “El examen, rodeado de todas sus técnicas documentales; hace de cada individuo un “caso”” (Foucault, 2002, pág. 196), es decir, lo mide, lo juzga, lo compara y conforme a esto es que lo encauza y corrige para lograr normalizarlo. Número de palabras: palabras: 1215 5. REFLEXIÓN PERSONAL Tomando el planteamiento de Foucault (2002) como una lectura del poder en relación a la actualidad moderna, se puede constatar que visualiza procesos similares a otros pensadores contemporáneos, como es el caso de Weber en su teoría sobre la racionalización y la jaula de hierro. Por lo que los procesos procesos descritos corresponden corresponden a una realidad efectiva que está dada por el ascenso de la burguesía al poder y la revolución política, económica y social que este conllevó. Describe muy bien el proceso de mecanización que caracteriza al hombre, la búsqueda de la eficiencia y eficacia por sobre el sentido. Pero el autor no se queda ahí, y propone que esta mecanización del hombre está dada por su docilidad, que es aprovechada por un poder disciplinario para disponer de él, y lograr normalizarlo llevándolo así casi al nivel de una máquina perfecta. El individuo presenta esta docilidad que lo va a hacer sumiso frente un poder que lo intercepte y “domestique”. En este momento es que pierde parte de sí para ser un “átomo ficticio de una representación ideológica de la sociedad” (Foucault, 2002, pág. 198), es normalizado. Esta pérdida de sí desconocería al individuo como tal. Foucault (2002) habla de una reconstrucción del individuo, una negación del yo intercambiada por una noción del nosotros, una estandarización. estandarización. Se le quita al hombre todo t odo poder de distinción distin ción y expresión, y se crea un ser que no se revela ni tiene la capacidad de hacerlo. Es un ser inerte que está movido por un poder externo que lo forma de determinada manera, le construye una conducta canalizada hacia el valor de la eficacia. Todas estas calificaciones que hace Foucault se basan en ejemplos de instituciones importantes en nuestra sociedad y que tienen la particularidad de trabajar con individuos. Estas son la educación, la milicia, los hospitales. Y es así, efectivamente el poder disciplinario se plasma en estos conformantes de la sociedad, está presente en la cotidianeidad de los procesos, y se puede ver en establecimientos tan cercanos como es el colegio en nuestro país, las características del poder disciplinario planteadas por Foucault están realmente configuradas en esta institución, el inspector, las salas, los exámenes, la vigilancia, la disciplina, todos elementos postulados por el autor y que marcan el poder expresado. Una segunda atribución al individuo que se leería a través de esta imposición de un sistema disciplinado sería la completa docilidad de este, una tendencia a aceptar la manipulación ajena, un cuerpo con una propensión a ser modificado y perfeccionado. Y por lo tanto, la normalización y estandarización de las cualidades del individuo, lo que supondría una negación al sello propio, a lo característico de cada persona, a lo identificatorio. 5
Todo parece calzar a la perfección, la tesis planteada en “Los Cuerpos Dóciles” y “Los Medios Del Buen Encauzamiento” (Foucault, 2002, págs. 139-198) tiene a priori
una efectiva aplicación en la sociedad moderna, en las instituciones actuales y sorpresivamente también en la sociedad chilena contemporánea. Aunque surge la pregunta acerca de la total validez y aplicación, cosa siempre muy difícil por las diferencias culturales y de influencias que existen en los distintos rincones del mundo. Pero ¿calzará la noción de docilidad y disciplina en las instituciones contemporáneas del mundo?, ¿calzará con la construcción de realidad de los individuos?, ¿se aplica a la realidad chilena? Son preguntas que generan una cierta limitación a la tesis del autor. Es pertinente preguntarse hasta dónde se podrá aplicar su planteamiento y en qué medida puede ser válido. válido. Ya se reconoció la aplicación de la disciplina en la educación escolar en chile, y se vislumbró que efectivamente está presente. Se aprecia también, que lo mismo sucede en los otros ámbitos como son la milicia y los hospitales, la descripción es generalizante pero efectiva, la disciplina es componente esencial de los procesos en la actualidad. Pero para que esta funcione como un poder constructor de realidad supone una docilidad presente en el individuo, cabe preguntarnos entonces, si es que esta docilidad es tal y si es que el poder logra construir la realidad del individuo. Poniéndose en el caso de que el hombre es un ser dócil, y el poder disciplinario actúa libremente sobre él, lleva a la reflexión de que efectivamente el poder construye realidad en el individuo, lo forma, lo normaliza. Pero, observando la realidad, específicamente la chilena, se logra observar que la sociedad no está tan normalizada como podría llegar a pensarse, tenemos diversidad, gente que trabaja, gente que no lo hace, personas con distintas formas de pensar, lo que los lleva a actuar de diferente forma frente a una misma situación. Se logra observar que la función normalizadora de la disciplina no fue un constituyente al menos fundamental en la construcción de la realidad del individuo. Pero, a qué se puede deber esto, por qué el planteamiento de Foucault tendría este alcance. Principalmente porque el individuo no se aprecia que es tan dócil como lo propone Foucault, pese a estar sometido a un sistema, el individuo gracias a otros mecanismos logra establecer realidad, la cual va a incidir en los procesos a los que el autor se refiere. Un ejemplo contingente son las manifestaciones estudiantiles de nuestro país, alumnos que según Foucault debieran de seguir un procedimiento de aprendizaje disciplinado (situación que efectivamente ocurre), pero que sobre todo debieran acatar y estar sumisos frente al poder del ente educador. Lo último no se observa en los jóvenes chilenos, hay un pensamiento propio, un afán por exigir lo que se considera necesario, un levantamiento ante un sistema educacional que no deja conforme a los educandos, y por tanto tal docilidad no existe. Así, se puede llegar a la conclusión de que la tesis de Foucault tiene un límite, y este límite va a corresponder principalmente a la característica del individuo, la docilidad que presenta. El alcance que puede tener la tesis estará determinado por la interioridad del sujeto y su formación fuera de estas grandes instituciones de procesos modernos, el freno que tendrá el poder disciplinario como conformador de la realidad del individuo, será el individuo mismo. mi smo. Número de palabras: palabras: 1011 6
6. PREGUNTA Luego del análisis anteriormente efectuado, se podrá efectuar la siguiente pregunta, ¿En qué medida o grado el individuo presenta la docilidad?, ¿y en qué incide esta docilidad en la ejecución del poder disciplinar?
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