3.- ÉTICA SOCRÁTICA. EL INTELECTUALISMO ÉTICO.
Sócrates (470 – 399 a.C.) ha pasado a la historia como un modelo de hombre íntegro ue pre!rió morir antes ue renunciar a sus ideas. "tenas le condenó a muerte in#ustamente $ %l aceptó la sentencia con la conciencia clara de su inocencia. &re!rió dar la 'ida como e#emplo de sometimiento a las le$es antes ue huir de la #usticia o abdicar de su pensamiento. Sus amigos le acilitaron la huida pero %l rehusó $ aceptó la muerte sin miedo. n la Apología de Sócrates Sócrates* su discípulo &latón relata el caso $ la deensa ue su maestro hi+o de sí mismo. Sócrates creía en la inmortalidad del alma $ por eso no le importó de#ar esta 'ida dando muestra a sus discípulos de entere+a moral. ,a historia* con mu$ pocas e-cepciones* ha #u+gado mu$ negati'amente a los so!stas $ encumbrado a Sócrates.
En el fondo, su condena a muerte se debió al enfrentamiento doctrinal que mantuvo con los sofistas que no soportaban oír a Sócrates rebatiéndoles en el punto más vital de su pensamiento. La controversia consiste en la búsqueda de la objetividad socrática frente a la subjetividad y relativismo sofista. ic!o de otro modo, los sofistas pensaban que la ley la !acen, capric!osamente, los !ombres que ostentan el poder sin más referencias y, en cambio Sócrates partía de la e"istencia de una ley natural que puede pue de y deb debee ser alc alcan# an#ada ada rac racion ionalm alment entee por cua cualqu lquier ieraa que !a$ !a$aa el esf esfuer uer#o #o necesario que todo trabajo intelectual conlleva. Los sofistas ense%an la retórica y elocuencia necesarias para convencer, no de la verdad en la que no creen, sino de lo que más conven$a en cada momento. Sócrates quiere ense%ar la verdad. &ue sepamos, Sócrates no dejó nada escrito. Lo que conocemos de este autor se lo debemos casi todo a su discípulo 'latón, y al$una referencia en los escritos de (ristóteles. (ristót eles. Las obras de 'lató 'latón n son diálo$os entre varios interlocutores interlocutores entre los que destaca Sócrates que lleva siempre el peso de los ar$umentos, y la conclusión de los mismos. 'odría pensarse que esto es debido simplemente a un mero !omenaje del discípu dis cípulo lo !ac !acia ia su mae maestro stro,, per pero o pue puede de ave aventu nturar rarse se la !ip !ipóte ótesis sis de que esto se corresponde con el reconocimiento de su pensamiento, que es fiel al de su maestro. )unca sabremos completamente qué es lo propio de uno y del otro y, sin embar$o podemos establecer que el intelectualismo ético es socrático y que 'latón lo asumió enteramente. El intele intelectualis ctualismo mo ético co cons nsis iste te en la co conv nvic icci ción ón de qu quee pa para ra hac hacer er el bien !ay bien !ay que saber lo que éste es. es. Se$ún esta teoría ética, el que sabe lo que es el
bien, lo !ace necesariamente. * al revés, re vés, si no se !ace el bien es que no se percibe con rotundidad lo que si$nifica, es decir, no se !ace uno car$o de lo que el bien supone. Los que discut discuten en este princi principio pio aducen que, en la práctica los !ombr !ombres, es, aún sabien sabiendo do lo que tenemos que !acer sin embar$o no lo !acemos, y coli$en de a!í que por eso somos libres, y que en eso consiste la libertad. La cuestión no es sencilla. a la impresi imp resión ón de que la !is !istor toria ia se desa desarrol rrolla la inc incons onscie ciente ntemen mente te con contan tando do con ese intelectualismo ético, cuando tanto se !an esfor#ado los !ombres en la educación de las $eneraciones, una tras otra. Los +inisterios de Educación de todos los países buscan la mejora en la ense%an#a confiando en que si los ni%os y jóvenes aprenden más, serán mejores y la sociedad avan#ará en todos los sentidos. uestión distinta será el contenido de los conocimientos más convenientes, pero todos parecen estar de acuerdo en que saber que saber más es más es condición necesaria para ser mejores. mejores. 'or 'or vía ne$ativa y con otro ejemplo se puede lle$ar a la misma conclusión- en los establecimientos penitenciarios se busca que los internos se formen, adquieran conocimientos prácticos y se eduquen en valores para que no vuelvan a delinquir, es decir, para que sean mejores. * también por vía estadística se puede comprobar que entre los internos de las cárceles abundan los que poseen una educación deficiente o muy escasa. (sí pues, la conclusión ló$ica del intelectualismo ético es que los i$norantes/ !acen el mal, porque no saben lo que es bueno/. * la propuesta social que pretenden es mejorar el conocimiento a través de la mejora en la calidad de la educación, manteniendo que así mejora la sociedad necesariamente.
4.- ÉTICA É TICA DE PLA PL ATÓN.
l pensamiento %tico de &latón (47 – 347 a.C.) como es comprensi comprensible* ble* se deduce de su antropología* es decir* de su concepción del hombre. &ero no tenemos ninguna obra de &latón ue trate selecti'amente de este tema. Su %tica la hemos de entresacar de su !losoía ue por lo dem/s est/ repartida de orma no sistem/tica en sus escritos. Sus di/logos abordan di'ersos temas en orma literaria* pero no es diícil apreciar el ondo de su pensamiento. a uedado para los estudiosos de la !losoía elaborar la sistemati+ación de sus ideas.
'ara el filósofo $rie$o el !ombre está compuesto de dos sustancias, el cuerpo y el alma. Esas dos sustancias son tan distintas como la materia y el espíritu y lo insólito es que estén unidas siendo de naturale#a tan diferente. e la misma forma que el a$ua y el fue$o no se pueden combinar por su distinta naturale#a, asimismo el cuerpo y el alma son irreconciliables y no pueden llevarse bien. 0no prevalecerá sobre el otro. 1 bien el cuerpo manda y entonces a!o$a el espíritu, o bien, mandará el espíritu y entonces deberá someter al cuerpo como un jinete !a de sujetar a su caballo, como su$iere el mito del auriga[1] que nos propone el filósofo $rie$o. 'ara 'latón, el cuerpo es la cárcel del alma, pero ésta es espiritual e inmortal y, por el contrario, el cuerpo material y compuesto. La muerte es claramente la escisión de ambas sustancias y, mientras que el cuerpo se descompone al separarse, el alma escapa !acia otra vida superior. 2ambién en esto 'latón parece se$uir a su maestro Sócrates. La vida moral así entendida consistirá en el trabajo del !ombre por liberarse de la esclavitud material del cuerpo y ascender, con la sola inteli$encia, al mundo de las 3deas, mundo espiritual que le es familiar al alma. e esta forma, el ateniense se declara contrario al !edonismo456 porque supone que dar satisfacciones al cuerpo y sus pasiones impide al alma elevarse !acia lo que le es propio, el mundo eidético o de las 3deas. La virtud se entiende así como purificación, como combate del alma contra el cuerpo, combate de lo espiritual que debe imponerse a lo material. El alma desea la verdad que no se encuentra en el sujeto sino más allá, en el mundo de las 3deas, pero el cuerpo tiene unas necesidades materiales inevitables que !a de satisfacer. e esta manera para 'latón la falta de virtud se puede identificar con la i$norancia. En La 7epública, uno de sus más conocidos diálo$os, 'latón nos !abla de las virtudes principales que !acen referencia a las distintas partes del alma. El si$uiente cuadro es ilustrativo también para ver la relación entre ética y política-
Partes del alma:
Racional
Irascible
Concupiscible
Virtudes:
Prudencia/ Sabiduría
Fortaleza
Templanza
Situación:
Cabeza
Tórax
Vientre
Carácter:
Inmortal
ortal
ortal
Política:
Filóso!o " #obernante
$uardianes
Pueblo llano
La prudencia racional marca al individuo lo que debe !acerse, pero !ace falta la fortale#a y la templan#a para llevarlo a cabo. El ejercicio constante de esas virtudes !ace al !ombre y a la ciudad, felices. Si individualmente los !ombres consi$uen la virtud y con ella la felicidad, también la ciudad, la polis lo será. La virtud que parece faltar, la justicia, es virtud social y consiste precisamente en dar a cada uno lo suyo, lo que si$nifica que cada miembro de la ciudad cumpla su papel y no se trastoque el orden que 'latón considera natural- el $obernante deberá $obernar prudentemente, el $uardián cumplirá con moderada fortale#a las órdenes del filósofo $obernante y el pueblo llano mantendrá su vida con templan#a, es decir, con moderación de los placeres sensibles. Si el orden se invierte y por ejemplo quisiera $obernar un mero $uardián, no lo !aría con prudencia y por tanto $obernaría mal. +uc!o menos, si $obernara al$uien del pueblo llano no lo podría !acer bien, puesto que no conoce la 3dea de 8ien y por tanto no está capacitado para saber qué es lo que más conviene !acer en la práctica. Se$ún el pensamiento platónico, la política va li$ada a la ética, lo que si$nifica que el estado !a de or$ani#ar las cosas para que la educación selectiva pon$a a cada uno en el lu$ar que le corresponde, se$ún el nivel de conocimiento que alcance. Si el intelectualismo ético es verdadero, el filósofo $obernará teóricamente bien pues conoce la verdad de la 3dea de 8ien. 'ara 'latón, solo es filósofo el que conoce la 3dea de 8ien.
5.- LA ÉTICA DE ARISTÓTELES
1iscípulo de &latón* "ristóteles (324 – 3 a.C.) se aparta un tanto del maestro en su !losoía* pero sin embargo su %tica se basa asimismo en las 'irtudes. ,a obra principal en la ue desarrolla su pensamiento moral es la Ética a Nicómaco que
dedica precisamente a su !ijo, que así se llamaba. La ética de (ristóteles suele reconocerse como una ética eudaimonista. Eudaimonía es una palabra $rie$a que puede traducirse por felicidad pero el si$nificado etimoló$ico es un tanto distinto- la partícula eu/ si$nifica en $rie$o bueno/ y daimon/ demonio. )o obstante, el uso que se !ace de demonio no es de la encarnación espiritual del mal, sino que más bien debe ser traducido por án$el, suerte9 . 2ener buen án$el es ser feli# entendiendo por felicidad un estado e"tremadamente difícil de lo$rar, al$o que no consiste en ser medio
para otra cosa, sino que precisamente es fin. * el fin es el bien, que es lo que todos quieren conse$uir. El fin último del !ombre es desde lue$o, el bien, la felicidad. 2eóricamente cuando se lo$ra la felicidad ya no se quiere nada más y, en cambio, (ristóteles percibe con claridad que la mayoría de los bienes que suelen perse$uirse, siempre se pretenden como medios para conse$uir al$o que se valora todavía más. Si, por ejemplo, decimos que queremos terminar los estudios y con eso seremos felices, probablemente no estamos siendo sinceros porque una ve# lo$rada esa meta, en se$uida queremos otra, como por ejemplo lo$rar un buen trabajo, y lue$o otra más, como por ejemplo casarse. (l final de esa lar$a cadena está la consabida felicidad, el fin último del !ombre. El !ombre es un ser eternamente insatisfec!o y sus deseos tantas veces mayores que sus posibilidades. 'ara (ristóteles, la ética es una refle"ión práctica encaminada a la acción. 'ero para cada ser debe desarrollar los actos que le !a$an cumplir lo que le es propio, según su naturaleza. La naturale#a de los peces, por ejemplo, les permite a la ve# que les obli$a, a nadar y a vivir en el elemento líquido que le es propio. Si los apartas de su lu$ar natural, mueren. e la misma manera, el !ombre posee una naturale#a e"clusiva y sus acciones deben ser fieles a ella. 'ero, nadie discute que lo más propio del !ombre es su racionalidad, lue$o su conducta más $enuina será pensar. e esta forma, el autor $rie$o postula la necesidad que el !ombre tiene de pensar antes de !acer, y a eso le llamará fronesis, prudencia, y consecuentemente, eso es lo que tiene que !acerle feli#. (ctuar prudentemente llevará pues a la felicidad. esde lue$o, también percibe (ristóteles que el !ombre no es sólo entendimiento pues posee un cuerpo material. e a!í que postule asimismo otras virtudes menores, propias del cuerpo, que no !ay que despreciar. (ristóteles está de acuerdo con 'latón en se%alar a la prudencia como la virtud fundamental. La prudencia es una virtud intelectual que se%ala siempre con suficiente precisión lo que debe !acerse y marca convenientemente el punto medio entre el e"ceso y el defecto del resto de las virtudes. Le llama asimismo virtud dianoética porque entiende que la prudencia es la e"presión de la racionalidad práctica. ( las demás virtudes les llamará virtudes éticas o morales y en todas se destaca el !ec!o de ser !ábitos, lo cual quiere decir que no basta reali#ar actos valiosos pero aislados, sino que !ay que lo$rar la costumbre de !acer el bien continuamente. e ese modo, el !ombre virtuoso es feli# porque se sabe dominador de sí mismo.
6.- ÉTICA HEDONISTA. EPICURO.
edonismo es una palabra procedente del griego hedoné» ue signi!ca placer. Seg5n esta teoría %tica* los hombres buscan el placer en todos sus actos $ eso sería* para los seguidores de esta teoría* lo bueno. &ero hedonistas los ha$ de muchos tipos. &ara algunos* el placer es algo meramente sensible con el ue el cuerpo se asegura la super'i'encia indi'idual6 $ comprenderían los placeres de la comida $ la bebida6 pero tambi%n la super'i'encia de la especie lle'a apare#ados placeres uertes deri'ados de la se-ualidad. tros hedonistas* superando ese primer ni'el puramente !siológico* dirían ue los placeres son* adem/s de los anteriores* otros m/s ele'ados como la ama* el dinero o el poder o incluso mucho me#or* todos #untos. 8na %tica hedonista m/s prounda estudiaría los placeres $ trataría de in'estigar una posible #eraruía de los mismos* procurando de!nir cu/les son preeribles. 1e esta orma se lle'aría a cabo una clasi!cación de placeres seg5n su car/cter.
Epicuro de Samos :;<= > 5?@ a..A es el filósofo de la anti$Bedad que más teori#ó sobre el !edonismo. Cundó su escuela en (tenas en un jardín. Epicuro !a sido en ocasiones muy mal interpretado. Es cierto que este autor defiende que es el placer el más elevado objetivo que el !ombre !a de perse$uir de cara a la felicidad, pero se suele pasar por alto la distinción y clasificación que !ace de los placeres e"istentes. E"plica Epicuro cuáles son preferibles y lle$a a la conclusión de que el placer !ay que entenderlo más bien de modo privativo, es decir, como ausencia de dolor. Lo que, en último término !ay que lo$rar es la ataraxia[3], la tranquilidad de espíritu, que sería el mayor placer posible. 0na primera distinción que Epicuro establece es entre placeres sensibles y placeres espirituales. * opina que son preferibles los se$undos respecto de los primeros. Los placeres intelectuales son mejores y de más calidad que los materiales y corporales. Esa primera discriminación no la debieron tener en cuenta muc!os de los discípulos que justificaban ciertas bacanales or$ani#adas en su memoria. 'or ejemplo, el poeta romano Doracio, lle$ó a lamentarse porque, se$ún comentó, en su juventud fue un puerco de la piara de Epicuro. En concreto Epicuro distin$ue entre placeres naturales y necesarios, los cuales !ay que satisfacerlos placeres naturales innecesarios, los cuales !ay que limitarlos y los que no son ni naturales ni necesarios, los cuales !ay que esquivarlos. Entre los placeres naturales y necesarios Epicuro pone el ejemplo de comer, beber, vestirse y descansar. Entre los naturales innecesarios el filósofo $rie$o incluye las variaciones superfluas de los anteriores, como comer capric!osamente o beber licores y vestirse de manera lujosa. * entre los placeres que no son necesarios ni naturales se encontrarían todos los nacidos de la pedantería !umana como el deseo de enriquecerse, de obtener poder u !onor a toda costa, etc.
T%&'% () P*SI&')S P'%C)R)S S)$+, )PIC-R* P'%C)R)S
,aturales . necesarios
,aturales innecesarios
,o naturales e innecesarios
0-1 2%3 0-) 2%C)R4
Satis!acerlos
'imitarlos
)s5ui6arlos
Comer8 6estir8 descansar
Comer capric9osamente8 beber licores8 6estir con luo
Ri5uezas8 poder . 9onor
)7)P'*S
7.- ÉTICA ESTOICA.
l estoicismo debe su nombre a la Stoa (&órtico) de "tenas una escuela !losó!ca donde se reunían sus partidarios por los aos 300 a. C. con :enón de Citio (333 – ;4 a.C.) hasta el emperador romano
=20 d.C.) $ tambi%n S%neca (4 >;? d.C.) estaría incluido dentro de ella. @i'ir conorme a la naturale+a es el principio estoico por e-celencia. sta escuela buscaba la me#or manera de 'i'ir dentro de una naturale+a interpretada de modo materialista. ,a %tica ue se desprende de la doctrina ísica del destino es de una cierta apatía interpretada como desapego por todo lo ue ocurre. 8na ausencia de aección como apro-imación a la elicidad. ,as cosas ue ocurren no me deben aectar $ de hecho no me aectan si no uiero. Ao puedo dominar
lo ue ocurre uera de mí* no so$ capa+ de dominar a la naturale+a ísica* pero sí me puedo dominar a mí mismo* si me e#ercito en ello. l dominio de uno mismo constitu$e el reto estoico a tener en cuenta. Bomando como punto de partida la atalidad de la naturale+a no podemos pro'ocar ue ocurra lo ue deseamos. @istas así las cosas* la elicidad consistiría en liberarnos de los deseos* puesto ue son los deseos insatisechos los ue pro'ocan en el hombre la inelicidad. ,a conclusión ue se sigue necesariamente ser/ eliminar los deseos del hombre. l hombre puede conocer lo ue le pasa en su interior $ esa introspección4D es el traba#o ue debe tomarse para ser eli+* hasta dónde se pueda. &ara estos autores* el placer no podría ser considerado nunca un !n en sí mismo* >algo ue debiera buscarse>* sino m/s bien un resultado* es decir* algo ue acompaa a ciertas acti'idades susceptibles de ser en sí mismas buenas o malas.
Las pasiones alejan al !ombre de la felicidad porque le provocan desasosie$o y le !acen perse$uir bienes materiales la mayoría de las veces imposibles. Se$ún risipo las pasiones son de cuatro tipos•
el olor ante el mal presente,
•
el temor ante el mal futuro,
•
•
!lacer ante el bien presente y eseo ante el bien futuro.
on la ra#ón el !ombre debe lo$rar la indiferencia ante los bienes e"teriores y conse$uir la virtud interior. 2odo lo que no sea virtud ni vicio no será tampoco ni malo ni bueno. e esta forma, por ejemplo, la salud, la enfermedad, la rique#a o la pobre#a si no son debidos a virtud o vicio nos deben dejar indiferentes, pero para distin$uir bien estos asuntos es necesario aplicar bien la ra#ón, la sabiduría moral. Las virtudes que los estoicos consideran cardinales, es decir fundamentales, son las conocidasprudencia, fortale#a, templan#a y justicia. 1tra consideración interesante de raí# estoica es que, como todos los !ombres poseen la misma ra#ón, sólo puede !aber una sola ley y una sola patria. El estoico es ciudadano del mundo y no de nin$ún estado particular. ( esta postura política suele llamársele cosmopolitismo.
8.- ÉTICA CRISTIANA Y MEDIEVAL.
1ice Eos% Famón "$llón en su Introducción a la Ética ueG El cristianismo no es
una ética, pero la revolución religiosa que origina tiene, como gran efecto secundario una extraordinaria revolución ética»?D. ,a %tica cristiana supone* en eecto* mucho m/s ue unos principios o reglas sobre la conducta humana. l cristiano debe saber ue la %tica ue debe practicar consiste en imitar a una persona* a Eesucristo* ue dio la 'ida por amor de los hombres. se "mor no tiene medida* es un amor desmedido hacia cada uno de los hombres. &ero ante la di!cultad o m/s bien imposibilidad de lograrlo se al+a la promesa del mismo Fedentor ue asegura ue lo ue es imposible a los hombres es posible para Dios [6]. n otras palabras* ue el cristiano ha de contar con la gracia* con el a'or de 1ios sin el cual no podemos hacer nada [7]. ,a %tica cristiana puede resumirse en el Sermón de la
por el evangelio, la salvará [11]
Day una cuestión a%adida que necesariamente !ay que indicar- así como los filósofos !an aportado sus teorías tratando de aportar su $ranito de arena en la búsqueda de la verdad, el cristianismo, o mejor, el mismo Fesucristo sostiene que Gl es la Herdad, además de amino y Hida4=56. )in$ún filósofo se !a atrevido jamás a decir al$o así y de forma tan tajante. 0na de dos- o Fesucristo es verdaderamente el Dijo de ios y por tanto capa# de !acer semejante afirmación, o no lo es y entonces9. 'ero Fesucristo no es sólo portador de ideas atractivas, Fesucristo encarnó» esas ideas y por eso tuvo y si$ue teniendo sus testi$os. La palabra mártir/ si$nifica precisamente testi$o/. Los mártires fueron capaces de afrontar la muerte violenta, como el mismo
Fesucristo, porque fueron testi$os de sus ense%an#as, pero sobretodo de su vida, muerte y de la resurrección sin la cual, nada tendría sentido. La fra$ilidad de tantas propuestas filosóficas se cambia en el cristianismo por la se$uridad de la fe. (demás de los motivos clásicos de credibilidad, la fe es ra#onable también porque a tal 2esti$o se le puede y debe se$uir. 'ero para eso, esa fe !a de estar acompa%ada de unas obras co!erentes con ella, es decir, una respuesta ética. 7epetimos, el cristiano no se enfrenta él solo ante el problema ético. Fesucristo va Gl mismo por delante, le acompa%a porque no sólo esVerdad , sino Camino moral, y Vida de $racia. 'or otra parte, los die# mandamientos de la anti$ua ley mosaica se resumen en la novedad evan$élica en dos re$las básicas que no son propiamente obli$aciones onerosas sino compromisos de amor- ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a tí mismo». 'recisamente San ($ustín lle$ará a describir la libertad del cristiano con una sencilla propuesta ética- ama y haz lo ue uieras. * es que el que ama, !ace el bien necesariamente y lo !ace libremente. Los autores medievales que refle"ionaron más sobre la teolo$ía cristiana y le dotaron de una base filosófica fueron probablemente San ($ustín :;I
La &uma "eológica es el resumen de doctrina católica que Santo 2omás le$ó a la posteridad y constituye, todavía !oy, una obra de referencia en muc!os puntos, tanto de teolo$ía do$mática como moral, y siempre de obli$ada consulta. omo es sabido, la teolo$ía requiere de una filosofía básica para desarrollarse y, en este caso, esa filosofía es la aprendida fundamentalmente de (ristóteles y desarrollada por el propio (quinate4=?6. En cuestiones morales si$ue pues básicamente la +tica a %icómaco, si bien a%ade la $racia como ayuda sin la cual no se pueden desarrollar las virtudes, no sólo las sobrenaturales, como es ló$ico, sino también las cardinales. El cristiano debe contar con la ayuda de ios que recibe a través de la $racia. Esa $racia le viene por el canal de los sacramentos y la oración y requiere verse acompa%ada por la acción libre del sujeto. Esa $racia, más la correspondencia a dic!a $racia que es la luc!a ascética cristiana, !ace al !ombre santo, es decir, sa$rado, esco$ido por ios como colaborador libre de la redención de todos los !ombres. ios llama a todos sus !ijos a se$uir sus pasos mediante la fe, y las obras que confirmen dic!a fe.
[1] l auriga es el conductor de un carro con dos caballos ue ha de saber sacarle el
partido ue posee cada uno. sos caballos simboli+an* uno el cuerpo $ otro el alma. [2] l hedonismo consiste en a!rmar ue IbuenoJ es lo ue da placer $ ImaloJ lo ue
produce dolor. [3][3] "tara- es un conocido medicamento indicado en el tratamiento de
enermedades de tipo ner'ioso. [4]
$ntroducción a la %tica . Capt. ;.
[6] 7. [7] En* =?>?. [8] En* =3>34. [9] En* =?>=3. [10] Cr. ,c* 9>3. [11] ,c* 9>4. [12] Cr. En* =4>;. [13] " "ristóteles se le conoce tambi%n como
el estagirita por haber nacido en stagira*
una ciudad griega. [14] Beoría !losó!ca seg5n la cual el bien $ el mal son debidos a dos principios di'inos*
el dios del Kien $ el dios del
[15] San "gustín. ,as Conesiones. ,ibro =L. Capt. =3>3 [16] San "gustín.
&p 'it ,ibro =L. Capt. =.
[17] " Bom/s de "uino se suele llamar tambi%n con este nombre.
La +oral... una 7espuesta de (mor 2eolo$ía +oral Cundamental- )aturale#a y +étodo )n!o5ue (ntes de adentrarnos en la materia, conviene que aclaremos qué entendemos por 2eolo$ía +oral Cundamental. )o sólo porque es siempre que se dialo$a conveniente entenderse desde el inicio, sino porque el proceso de renovación :a veces revoluciónA del estudio de la moral que !a tenido lu$ar desde el oncilio Haticano 33 !asta !oy, impone una refle"ión sobre la naturale#a y el método propios de esta disciplina. )aturalmente, no pretendo sentar cátedra ni cerrar la amplia discusión que sobre este punto se !a dado en estos a%os. 2odavía !oy !ay opiniones diver$entes en mayor o menor $rado. +ás aún, cabe optar le$ítimamente por e"plicaciones y enfoques diversos. ( nosotros nos basta aquí presentar una visión que sea válida, co!erente y, de ser posible, también clara. Lo que nos interesa es, simplemente, enfocar el resto de nuestros trabajos a lo lar$o del curso. La visión de la naturale#a y método de una determinada disciplina deberá responder de al$ún modo a lo que su mismo nombre indica. Si no es así, si$nifica que o el título es incorrecto, o todo el tratado está mal planteado. Hamos, pues, a partir de un análisis de las tres palabras que componen el nombre de este manual- nuestros esfuer#os a lo lar$o del curso tendrán que consistir en un análisis de lo Kmoral, !ec!o desde la Kteolo$ía, y desde un enfoque Kfundamental 4=6.
Hista así la naturale#a del tratado, podremos !acer al$unas anotaciones sobre el método, a partir de la consideración de la petición !ec!a por el oncilio :12 =MA y del doble dinamismo propio de la refle"ión teoló$ica- teolo$ía positiva y teolo$ía especulativa 456. ;< ,aturaleza de la Teolo#ía oral Fundamental aA +oral )os fijamos en primer lu$ar en el objeto propio de nuestros estudios, indicado en el título con la palabra moral. Este sería, en términos escolásticos, el Kobjeto material del tratado. 'ero Nqué es la moral, lo moral, la moralidadO N&ué relación tiene con la ética, lo éticoO omo es sabido, la palabra Kética proviene del $rie$o, y si$nifica costumbre o !ábito. La ética consistiría, pues, en el estudio de las costumbres o comportamientos de un $rupo !umano o en $eneral de los !ombres. 'ero !ay otro vocablo $rie$o, que también está en el ori$en de nuestra palabra- que, además de costumbre, si$nifica también morada o lu$ar !abitual talante o modo de ser, pensar o sentir moral o moralidad. uando (ristóteles escribe la Gtica a )icómaco se refiere sobre todo a este último si$nificado. e este modo comprendemos que la ética no consiste simplemente en la descripción de los comportamientos, sino que se esfuer#a por anali#ar el talante, carácter, modo de ser y actuar del ser !umano, para comprender lo que es bueno o malo, precisamente en cuanto propio del ser !umano. )o se queda, pues, solamente en el dato e"terno, en los comportamientos visibles, sino que trata de adentrarse en los caracteres propios de la persona, en su morada interior. * no se queda tampoco en una descripción de sus actos o de su modo de ser, sino que trata de ofrecer una $uía para el comportamiento !umano. En este sentido, podemos decir que la ética, contrariamente a la
sociolo$ía o la etolo$ía, no es una ciencia Kdescriptiva, sino normativa. El término Kmoral viene a ser el equivalente latino :KmosA de los dos vocablos $rie$os apenas recordados- indica así las costumbres, pero también el modo de ser y la moralidad de la persona. (sí pues, la ética o moral, se refiere al modo de ser, de vivir, de actuar de los individuos y los $rupos, que da lu$ar a una serie de de !ábitos y costumbres y se refiere también al estudio sistemático de todo ello. omo sucede con muc!os de los conceptos más pre%ados de si$nificado y más usados en el len$uaje ordinario, sen entrecru#an aquí una compleja serie de acepciones con matices diversos. Será oportuno considerar brevemente al$unas e"presiones relacionadas, sin pretender a$otarlas todas. (ristóteles, S. 2omás y otros muc!os, utili#aron la referencia al término Kbien, Klo bueno, contrapuesto a Kmal, Klo malo. * así nos referimos frecuentemente a la dimensión moral en el len$uaje coloquial- K!a actuado bien, Kfue un acto bueno, Kes una buena persona. 8uenoPmalo puede ser aplicado a un acto, a una actitud, a una persona, a un $rupo... 1tro término interesante en el len$uaje común es el de Kmoralidad. Entre sus diversas acepciones podemos destacar las si$uientes. +oralidad como conformidad con los principios y preceptos morales como cualidad de las acciones !umanas que las !ace buenas o malas moralidad también como la dimensión o estructura moral de la persona. En sentido ne$ativo, se suele !ablar de KinJmoral o KinJ moralidad. Se oye frecuentemente decir que Kfulano es un inmoral, o que Kcreo que ese acto es inmoral, o que K!acer eso es una inmoralidad, etc .. En todos esos casos, nos referimos a
actos, actitudes, individuos... que son vistos como ne$ativos, contrarios al bien, es decir Kmalos. 'ero no en relación con un bien físico, económico, social... sino en otro orden diverso- el orden del bien de la persona en cuanto persona . bA 2eolo$ía La refle"ión sobre la moral que vamos a emprender no se !abrá de reducir a consideraciones de tipo psicoló$ico, social o filosófico. 2odos esos elementos pueden entrar como ayudas para comprender mejor el fenómeno de la moralidad. 'ero a nosotros nos interesa aquí !acer un estudio de carácter teoló$ico. 2eolo$ía si$nifica, en sentido estricto, esfuer#o de comprensión del misterio de ios a la lu# de su propia revelación al !ombre. 'ero si$nifica también el análisis de cualquier realidad en su relación con ios. Si antes decía que la moralidad constituye nuestro Kobjeto material, a!ora podemos especificar su Kobjeto formal precisamente constituido por la dimensión teoló$ica de nuestro estudio. ios se !a revelado a sí mismo, y !a revelado también su plan de salvación para el !ombre. El Kquiere que todos los !ombres se salven := 2m 5,
$enuinamente su entendimiento para discernir entre el bien y el mal en El, Dijo de ios !ec!o !ombre, encuentra el camino para $uiar su propia vida por la senda recta que lleva !acia al 'adre, y por ello mismo !acia la realidad más auténtica de su propio ser en El, 7edentor del !ombre, participa de la misma vida divina, que vivifica todo su !umano vivir y alcan#a su plenitud en la vida eterna. )uestra teolo$ía es también Kcatólica. Es decir, !ec!a y vivida en comunión con la 3$lesia atólica, en sintonía con su doctrina, tanto do$mática como moral. Esa participación en la comunión de la 3$lesia constituye el sustrato mismo de la teolo$ía, como su K!umus así como su iluminación y $arantía de autenticidad. cA Cundamental El estudio de teolo$ía moral que nos disponemos a reali#ar no !abrá de consistir en el análisis de los diversos y complejos problemas morales que aparecen aquí y allá en la vida de la persona o de la sociedad. ejamos esa tarea a la Kteolo$ía moral especial, con sus diversas ramificaciones. ( nosotros nos corresponde poner los fundamentos. Se solía denominar a esta disciplina con el título de Kteolo$ía moral $eneral. 'ero parece mejor el término en uso actualmente. Day que evitar desde el inicio la impresión de que nos ten$amos que quedar en K$eneralidades, en consideraciones va$as y poco relacionadas con la vida real. (l contrario, lo que vamos a considerar en nuestro estudio constituye el fundamento mismo de toda nuestra vida moral y la base sobre la cual se podrá lue$o construir el edificio estructurado de la refle"ión moral especial :en el campo de la moral se"ual, de los problemas relacionados con el respeto de la vida, de los problemas sociales, etc.A. +oral fundamental no solamente en cuanto que !ay que estudiar los fundamentos, los conceptos y realidades base de la
vida moral y de la realidad moral del cristiano. Es fundamental también en el sentido de que en ella !ay que Kfundar la refle"ión moral misma- sus fuentes, su valide# y le$itimidad, su sentido más profundo, anclado en ios. En este sentido, por ejemplo, no bastará con recurrir a la Escritura o el +a$isterio para iluminar ciertos temas, sino que !abrá que fundar críticamente el recurso a esas instancias como fuentes aptas para la refle"ión moral. +oral fundamental, finalmente, en cuanto que lo que se pretende en el curso no es simplemente dar unos cuantos principios $enerales que lue$o !abrían de ser aplicados al pie de la letra en las diversas circunstancias. Emer$erán, sí, al$unos principios importantes pero lo más importante será aprender a ju#$ar moralmente el actuar !umano a la lu# de la ra#ón y de la fe, para poder $uiar nuestra vida personal e iluminar a los demás en su camino. =< )l m>todo de la Teolo#ía oral Fundamental aA La búsqueda del método En toda ciencia la cuestión del método tiene una importancia determinante. 2ambién la 2eolo$ía +oral, en cuanto saber sistemático requiere una dilucidación sobre su propia metodolo$ía. 'odemos decir, !aciendo una $enerali#ación simplificadora, que !asta el oncilio Haticano 33 la 2eolo$ía +oral !abía se$uido predominantemente el método KcasuísticoQ. Las causas de la confi$uración de ese método arrancan del oncilio de 2rento. La renovación impulsada por ese evento, impulsó la recepción del sacramento de la penitencia y la formación de los aspirantes al sacerdocio en los seminarios. e ese modo, comen#aron a aparecer manuales de moral destinados a la preparación de los seminaristas, especialmente en vistas de su ministerio como
confesores. La necesidad de principios y normas claras y simplificadas llevó a la formulación de casos morales cuya resolución consistía fundamentalmente en el esfuer#o por distin$uir los diversos tipos de pecados y resolver dudas de conciencia. El ideal de claridad y certe#a que el despertar de las ciencias naturales y las matemáticas difundió en el si$lo diecioc!o, acentuó la búsqueda de principios y normas siempre claros y universales. 2odo esto llevó a la confi$uración de una 2eolo$ía +oral poco relacionada con la promoción del desarrollo positivo de la vida cristiana y poco atenta a la dimensión personal de la moralidad. e !ec!o, el enfoque dado a la consideración de los casos, solía tener connotaciones Qle$alesQ, muy li$adas al derec!o canónico. esde mediados del si$lo diecinueve se dio un paulatino cambio de perspectiva, en el que se fue acentuando cada ve# más el carácter propiamente cristiano, evan$élico, espiritual, de la refle"ión y de la vida moral. Ese lento movimiento se vino acelerando a mitad de nuestro si$lo, !asta desembocar de al$ún modo en la celebración del oncilio Haticano 33. (unque el oncilio no emanó nin$ún documento específicamente dedicado a la moral en $eneral :como estaba previsto en un inicioA, el nuevo enfoque de la moral permeó muc!os de sus documentos, especialmente la constitución sobre Kla 3$lesia en el mundo de !oy, Raudium et Spes.. ( partir del oncilio, pues, se !a ori$inado un proceso profundamente renovador de la 2eolo$ía +oral y de su metodolo$ía. )aturalmente, !a !abido intentos muy variados y de muy diverso valor. Ese movimiento de búsqueda si$ue vivo !oy día y no podemos decir que se !a confi$urado ya un método perfecto y definitivo. En realidad no se podrá dar nunca por terminada esa búsqueda. )o nos interesa aquí lle$ar al establecimiento del método, como si debiera e"istir sólo uno. En un manual de apoyo como el presente, lo que !ace falta es tra#ar las líneas metodoló$icas fundamentales que $uiarán nuestro estudio. )aturalmente, de ese modo se ofrece también al estudiante al$unas pistas para su
propia refle"ión sobre el método y para la eventual elaboración, en un futuro, de un propio método de 2eolo$ía +oral. bA )uestro método de 2eolo$ía +oral Cundamental El punto de partida de nuestro método será cuanto pidió el Haticano 3l al !ablar de la renovación de la ense%an#a de la moral)plíuese un cuidado especial en perfeccionar la teología moral, cuya e*posición científica, m(s nutrida de la doctrina de la &agrada -scritura, e*pliue la grandeza de la vocación de los fieles en Cristo, y la obligación ue tienen de producir su fruto para la vida del mundo en la caridad :12, =MA. EL oncilio pide, pues, que se dé un enfoque positivo a la 2eolo$ía +oral, la cual !abrá de consistir, no en la e"posición de unos preceptos y normas o en ofrecer un instrumento para discernir los diversos tipos y $rados de pecados... Se tratará, más bien, de e"plicar la $rande#a de la vocación de los fieles en risto. En nuestro estudio subrayaremos por tanto la visión de la vida moral como respuesta a una vocación. Será ese el eje y el enfoque de todo el tratado. Heremos cómo, efectivamente, la vida moral de la persona !umana :y no sólo de los KfielesA consiste en el fondo en una respuesta a la llamada que ios le !ace a través de su misma realidad creatural y a través del don de la redención que se !ace presente de manera eminente en la vida de la 3$lesia. La vocación, se$ún el te"to de 12, es vocación en risto. La persona de risto será central en nuestra refle"ión moral. En Fesucristo veremos la norma suprema de la moralidad, así como la inspiración de fondo y la principal motivación para vivir en plenitud la propia dimensión moral, cuya meta última es, precisamente, la vida eterna en risto.
'ero esa vida moral, respuesta a la vocación divina en risto, implica obli$ación de producir frutos para la vida del mundo en la caridad. )o es una moral individualista ni intimista. La vida moral del cristiano !a de incidir en la confi$uración de un mundo cada ve# mejor, más !umano, más concorde con el plan de ios. EL te"to conciliar !abla de e"posición científica, la cual debe ser más nutrida de la Sa$rada Escritura. )o bastará, por lo tanto, !acer unas cuantas consideraciones piadosas, ni anali#ar Kcasos de moral a la lu# de al$unos principios previamente asumidos. )o será tampoco suficiente entreme#clar más o menos caóticamente una serie de intuiciones o de refle"iones morales ni coser una detrás de otra las opiniones o sentencias de al$unos autores... La ciencia requiere una elaboración sistemática, una fundación apropiada, un iter o camino :cfr. el ori$en de la palabra KmétJodoA ordenado, orientado en función de un núcleo unificador. En nuestro caso, ese núcleo será la realidad de la vida moral como respuesta a una vocación divina.. (quí se trata de una Kciencia teoló$ica. onvendrá, pues, aplicar el binomio ya Kclásico en las diversas disciplinas teoló$icas- 2eolo$ía 'ositiva y 2eolo$ía Especulativa. Dabrá que iluminar primero los diversos temas desde el análisis de la 7evelación. Sobre todo en al$unos, de ellos la Sa$rada Escritura no solo servirá de nutrición, sino que en$endrará desde el inicio nuestra refle"ión moral. Funto con la Escritura, como requiere la correcta ciencia teoló$ica, !abrá que considerar las aportaciones de la 2radición de la 3$lesia, y tener en cuenta la orientaciones de su +a$isterio . La especulación !abrá de tomar en cuenta esos elementos, pero !abrá de servirse de la ra#ón, no solamente como instrumento de análisis e interpretación de esas primeras Kfuentes, sino también como Kfuente de refle"ión moral ella misma.
Efectivamente, la ciencia moral, que estudia la realidad de la persona !umana, sus actos y actitudes, sus condicionamientos y su misma reali#ación como persona, la ra#ón !umana aporta una lu# propia :don del mismo ador de la lu# de la 7evelaciónA, sobre todo con la contribución de la filosofía y con la ayuda de las llamadas ciencias !umanas :como la psicolo$ía, la sociolo$ía, etc.A. 'ecturas complementarias E I@J==< =;=J=;; =M=J=?5 5@I5J5@M; 5@T;J5@T? 5@@, 5@; HS 5, T, =5, =I, 5IJ;@, T;, TI, =@J==? EH I;JI?, M@JM5, MIJMM 12 =M H MJ=@, =?, 5