ética

ÉTICA

RAÚL GU TIÉRREZ SÁENZ D O C T O R EN FILOSOFÍA PROFESOR NUM ERARIO DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA

INTRODUCCIÓN A LA ÉTICA

PRIMERA EDICIÓN

E D IT O R IA L E SF IN G E , S A . D E C.V. Esfuerzo 18-A N aucalpan Edo. de M éxico 1999

PRÓLOGO - • objeto de este libro es una presentación sencilla de las principales ideas en el terreno K L taca. Ahora bien, la mayor dificultad en esta ciencia no reside tanto en la comprensión conceptos, sino en la interiorización de los valores que sirven como base de esos ■ w y ta j, principios, criteriosy normas. La paradoja en la enseñanza de la Ética consiste B f * ' no basta ía memorización y la comprensión intelectual de lo a q u í explicado, sino requiere una especial compenetracióny convencimiento en los valores quefundamentan ■ e r f f n discurso ético. N o basta la intuición eidética, es necesaria la intuición emocional, b r ó la terminología de M a x Scheler. Con lo anterior queda expresado e l desafio que vive ^ p r o f e s o r de Etica, h l texto ayuda a la memorización y la comprensión de las ideas, pero jrfprofesor quien mejor puede ayudar en la tarea educativa que coloca a l estudiante en la j p ú W propicia para la asimilación de los valores morales. En este libro se explicará en irw u elemental esa doble función del intelecto: la que capta los conceptosy la que capta los I teres. Las^ principales correcciones que se han introducido en esta nueva edición de M S n o d u c c ió n a la E tic a están motivadas por esa distinción. * La presente edición de Introducción a la Ética contiene las siguientes reformas: I__En prim er lugar, se han añadido los nuevos temas que pide el programa de 1 9 9 6 de la V t A M , como la eutanasia, e l aborto, la drogadicción, la violencia, la prostitución y la -■mtpción. En segundo lugar, se han introducido algunos temas y conceptosfilosóficos que ayudan W m d a rec e r el hecho de que existen diversos criterios morales. Entre esos temas fig ura la nCjC. encia entre Etica y moral, la tom a de conciencia de las estructuras noéticas y el señalam iento d e l conocim iento holístico como u n a tendencia a l conocim iento vé te se irru c tu ra d o . Por supuesto, se insiste en la libertad de cada uno para optar por los tmtceptosy criterios que ju zg u e más apropiadospara su propia mentalidad. Evidentemente, \.Scha libertad de elección implica la correspondiente responsabilidad ante dicha elección. En tercer lugar, se han añadido algunos capítulos que explican con mayor detalle el I tem a cu los valores: su objetividad, su bipolaridady supreferibilidad.

una cosmovisión integradora), con la cual se explica esa diversidad de entenas y a l mismo tiempo abre paso a la facultad que cada uno tiene para.fundam entar su propio cntenc. Esto no implica un amoralismo n i un relativismo ni un desprecio a la m oral imperante simplemente toma en serio el principio (por todos conocido y aceptado) que otorga propia conciencia la responsabilidad sobre sus propios actos. ^ Finalmente, transcribo unos párrafos del Prólogo a la ecLaon de 1968, del Lic. Femando Sodi Pallares, profundo conocedor de estos temas: "Las diferentes partes de la Filosofía desembocan en la Etica. Sobre ella influyen, d manera decisiva, las opiniones metafísicas, psicológicas y cosmológicas, de tal ma™raJ * e en la Ética y po r ella sepuede descubrir la filosofía general de un pensador. Por otraP*rte' una concepción del m undo y del hombre que no se traduzca en una dirección de la vida es ineficaz, le fa lta el último desarrollo. La acción que no revela la. luz de la razónes. lega k razón, sin acción, es estéril Esto nos hace comprender k importancia perenne de la B ú a . En una palabra, la Ética es la razón puesta en acción. Ojala estas páginas alcancen a

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reflejar esa huella que la razón inflige en la acción. RAÚI. GUTIÉRREZ SÁENZ

P R IM ER A PARTE LA ÉTICA EN EL ÁMBITO CIENTÍFICO Y FILOSÓFICO

Capítulo I L O S P R O B L E M A S D E LA É T IC A La existencia de norm as morales afecta íntim am ente a la persona hum ana. Desde pequeño cada individuo capta, p o r diversos m edios y circunstancias, la existencia de estas normas. Las normas morales existen de hecho en el ám bito de cualquier individuo, Siempre es afectado p o r ellas, a veces en form a de consejo, a veces en form a de orden, en otros casos com o una obligación o una,prohibición, pero siempre com o una norm a o ley que de alguna m anera influye, trata de orientar o, incluso, determ inar la conducta hum ana. N o faltan personas que se saltan p o r com pleto el im pacto que suele dejar la existencia de las norm as morales en la conciencia de cada uno. Algunos individuos viven com o si éstas n o existieran, otros se jactan de que con ellas o sin ellas, viven exactam ente com o les place. Pero de todas m aneras reconocen su existencia desde el m om ento en que proclam an ser ajenos a ellas. Estamos, pues, frente a un hecho universa], la existencia de normas morales. A partir de este hecho podemos plantear algunos problemas que surgen en el momento en que consideramos las diferentes respuestas existenciales que ejercen los individuos frente a ellas. 1. E l problema de la diversidad de sistemas morales. U n o de los prim eros problemas que se plantea una persona frente a las norm as morales que pretenden regirlo consiste en el pluralism o de tendencias frente a un m ism o acto. Por ejemplo, m ientras que unas personas aconsejan que M anuel debe divorciarse, otras le dicen que eso es inm oral, que m ejor no lo haga, que espere o que intente la reconciliación. E n otro caso, E nrique es insultado p o r un am igo e intenta una venganza, algunas personas están de acuerdo y le ofrecen ayuda, otras le dicen que la venganza es inmoral. D e la m ism a m anera, algunas personas están de acuerdo con el aborto y otras lo rechazan en form a absoluta, algunos aceptan la eutanasia y otras la condenan, algunos

muestran cierta condescendencia con la p rostitución pero no falta quien la tacha com o intrínsecam ente mala. Los ejemplos se pueden m ultiplicar indefinidam ente, existe una m ultitu d de norm as en to rn o a la verdad, el secreto profesional, el sexo, el matrimonio, el respeto a la vida, el respeto a la propiedad privada, la religión, el am or y la am istad, etcétera. El problema es serio, pues si un sujeto pretende regir su conducta por las normas morales, ¿cuál es el criterio para escoger una norm a o la contraria? El objeto de este libro consiste en reflexionar y analizar las ideas y valores que están en la base de las normas morales para poder esclarecer cuál es la que conviene aplicar en determinado caso. 2- E l problem a d e l a lib e rta d hum ana. Decíam os que la presencia de las norm as morales significa u n problem a existencial para el ser hum ano. Efectivamente, cada individuo es celoso con respecto a su libertad, no perm ite la injerencia de norm as o autoridades que no ofrezcan u na clara autenticidad. La libertad personal es considerada com o uno de los valores más propios e íntim os de la existencia humana. Por tanto, se plantea el problem a de las normas morales en cuanto que afectan a la libertad humana. Es m uy conocido el caso de la rebeldía del niño, del adolescente, del joven y del adulto frente a ciertas autoridades y leyes. El rebelde considera que su libertad es un valor primordial y que por tanto, no está dispuesto a ceder ante ciertas órdenes, mandatos, prohibiciones, autoridades o normas. La lucha por la libertad ha adquirido tintes históricos y universales, la abolición de la esclavitud se h a considerado com o uno de los grandes avances en la evolución de las civilizaciones. Por tanto, se plantea con urgencia d problem a de la compatibilidad de las norm as morales y la libertad hum ana: ¿Hasta qué punto el cum plim iento de una norm a moral significa u na disminución de la libertad personal? ¿Es válido que una persona convencida del valor de su libertad rechace el peso á e las normas morales dentro de su propio ám bito interno, existencial, íntimo? En este libro analizaremos en qué consiste propiam ente la libertad hu m ana y darem os algunas ideas que pueden ayudar al lector para captar en qué condiciones es com patible la libertad y las norm as éticas y morales. 3. El problem a de lo s valores. Existe una amplia discusión acerca de la esencia de los valores. El problem a se puede plantear en térm inos de objetividad y subjetividad: J o s valores son objetivos?, ¿existeniuera de la m ente hum ana de tal m anera que todo jfcambre debe acatar los valores definidos de una vez para siempre? ¿O acaso los valores son subjetivos, es decir, dependen de la m entalidad de cada sujeto? El problem a es | | dem asiado espinoso pues la historia nos m uestra u n a enorm e variedad de escalas «¿©lógicas y, p o r tanto, parece imposible convencerse acerca de la objetividad de los ; Tam bién se puede plantear el problem a de los valores en cuanto a su conocimiento: ,jo á m o se conocen los valores? E n este libro vamos a explicar que p o r lo m enos existen ■ § m odalidades para llegar a captar un valor, a uno de estos procesos lo vamos a

Capítulo II LA ÉTICA Y SU MÉTODO 1. D e f i n i c i ó n n o m i n a l d e l a É t i c a . La palabra ética viene del griego ethos, que significa costumbre. La palabra moralwiene del latín mos, moris que también significa costumbre. Por tanto, etimológicamente, ética y moral significan lo mismo; las dos palabras se refieren a las costumbres, o mejor dicho, a la conducta humana establecida en una época o en una región. De acuerdo con esto, la Etica sena la ciencia de las costumbres. Esta definición merece mayores precisiones. 2 . D e f in ic ió n r e a l d e É t ic a . A la Ética le interesa exclusivamente el estudio de la bondad o maldad de la conducta humana. N o le interesan otros aspectos o enfoques de esa misma conducta, que serían propios de ciencias tales como la Psicología, la Sociología, la Historia, etcétera. Recuérdense algunas definiciones que ya hemos proporcionado en el curso de Lógica: El objeto material de una ciencia designa su temática general. El objeto formal de una ciencia designa el aspecto especial que se considera dentro del objeto material. El mejor modo de definir una ciencia es señalar su objeto material y su objeto formal. Aunque varias ciencias coincidan en su objeto material, se distinguen por su diferente objeto formal. En el caso de la Ética, su objeto material es la conducta humana y su objeto formal es la bondad o maldad de esa misma conducta. Por tanto, la definición real de Ética es: Ciencia, que estudia la bondad o maldad de los actos humanos.

3. E l c a r á c t e r c i e n t í f i c o y r a c io n a l d e l a É t i c a . Veamos ahora por qué razón insistimos en que la Ética es una ciencia, a pesar de que muestra una fuerte diferencia con respecto a las ciencias más conocidas, tales como las Matemáticas, la Física, la Emnologta o la Química. Para esto es necesario señalar con claridad cuál es la

ica pro p ia de una ciencia en cu an to tal. Si la Ética cum ple con esa ica, entonces podem os afirm ar con razón que la Ética es u na ciencia, emos una definición de ciencia (propuesta en mi libro Introducción a l Método ?): La ciencia es un paradigma fundamentado. E n este caso el paradigma indica característica esencial por la cual uno se eleva al rango de ciencia es su calidad !o universal o patrón de com portam iento de la realidad. Toda ciencia contiene 'lo o patrón de la realidad que describe. En el fondo, la ciencia no es una descripción en tono indicativo de una serie de hechos. La ciencia difiere con o a los relatos o narraciones de hechos por esta simple característica: nos dice se va a c o m p o rta r la realidad d escrita. La cien cia p u ed e p re d e cir el rtamiento de un objeto precisamente porque nos ha proporcionado el modelo el cual actúa (en las condiciones señaladas para el caso). Así pues, la ciencia está escrita e n to n o indicativo. La ciencia co n tien e un to n o prescriptivo, nos cóm o debe actuar la realidad estudiada. Esto es lo que querem os decir cuando nim os a la ciencia com o u n paradigm a. Así es com o la Astronom ía nos predice las fechas de los eclipses y de la aparición 'sos cometas. El científico se da el lujo de decir, por ejemplo: el com eta Halley debe ecer en el horizonte a fines del año 1985 y a principios del año 1986. Por otro , un quím ico puede predecir el com portam iento del yodo sólido cuando lo ¡ntamos en un recipiente cerrado. (El yodo se sublima, es decir, pasa al estado gaseoso sin pasar p o r el estado líquido.) D el m ism o m odo, el físico nos habla de la ley de las palancas y nos puede indicar con exactitud la longitud que debe tener un brazo cuando cambiamos el peso soportado, si acaso queremos conservar el equilibrio. Todos estos ejemplos son unos cuantos casos estudiados p o r las ciencias naturales. En todas ellas se da el mismo carácter esencial: se trata de un paradigma, un m odelo, un patrón, que se ha descubierto en la naturaleza y que, una vez corroborado, funciona com o u n a prescripción acerca de lo que la naturaleza debe hacer. Las ciencias dicen lo que debe suceder en d eterm in ad as condiciones. También la M atem ática adquiere el carácter de ciencia en virtud del paradigma que presenta. El teorema de Pitágoras es un ejemplo m uy claro. N os dice cuánto debe m edir la hipotenusa si acaso sabemos cuánto m ide cada uno de los catetos. Las matemáticas nos proporcionan los paradigmas o modelos más precisos que el hom bre haya podido establecer. El paradigma que ofrece una ciencia no es un invento arbitrario, sino un modelo fundamentado. El método científico es el encargado de corroborar por todos los medios posibles la adecuación del modelo con la realidad. Inicialmente el modelo que propone la ciencia es una hipótesis, es decir, una proposición provisional. Gracias al m étodo científico, la hipótesis puede comprobarse y en ese m om ento se trata ya de un modelo fundamentado. C on lo anterior ya estamos en condiciones de aclarar si acaso la Ética es o no una ciencia. Afirmamos y sostenemos que la Ética es una ciencia porque a ella le concierne presentar un modelo de conducta hum ana valiosa, a la cual el hom bre debe plegarse.

C u an d o la Ética estudia la b o n d a d y la m aldad de los actos hum anos no 1° hace con el fin de describirlos en to n o indicativo, sino precisam ente en to n o prescripuvo. E h o m b i deb hacer tal o cual cosa. La Ética, al igual que todas las ciencias, presen u n paradigm a, que en este caso es u n m odelo para la co n d u cta hum ana. Esto es precisam ente lo que se quiere decir cuando se aclara que a la Ética le interesa la b o ndad o m aldad de la co n d u cta hum ana. H ay que hacer el bien y evitar el mal, he aquí k “

resu^ d c a Z n científico de la Ética queda fundam entado

esta disciplina presenta u n paradigma de conducta valiosa La ciencia, según hem os dicho, es u n parad.gm a fu ndam entado Ya h a quedado claro que la Ética es u n paradigm a. Veamos ahora de qué m anera la L a c a es, adem as un paradigm a fundam entado. La fundam entación de los m odelos eucos se realiza por m edio de la razón, de ninguna m anera p o r m edio de experim entos. En esto Se áseme a la Ética con las M atem áticas. La fundam entación en am bas ciencias corre p o ' ^ u e n t de t T a S n hum ana. El experim ento y la observación de casos concretos solo nos proporcionan ayudas com plem entarias e n el proceso de u n a argum entac.on nguros . l a Ética es u n a ciencia, mas no experim ental, sino racional. Expliquem os esto. ' C uando insistim os en el carácter racional de la Etica estamos d med:.o que esta ciencia utiliza para fu n d am en tar su paradigm a o c o n ju n to de m o d e lo sd co nducta hum ana. La razón pro p o rcio n a causas, razones, el porque de esa b o n d a d e

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o r n a d a . Asi por ejemplo: 1. É .l c prohíbe el hom.crd.o,

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vitupera el encaño, alaba las virtudes com o la fortaleza, la prudencia y la hum ildad. Ante T s pardigm as, a la Ética le concierne proporcionar las conductas buenas y, por tanto, dignas de ser realizadas. S > m d a r m e n te a la E t« A c concierne argum entar en co n tra del hom icidio, la drogad.ccion, el engano, el robo ere. Q uien estudia Ética, conoce los m odelos propios de la conducra h um ana y conoce adem ás, las razones de la b o n d a d o la m aldad de esas conductas. M as adelante insistirem os en el carácter especial de la obligación m oral, que difiere con respecto las prescripciones propias de las ciencias de la naturaleza. 4 La Ética es u n a ciencia normativa. Es de todos conocido el hecho de que la Ética contiene normas que pretenden regir la conducta hum ana. Veamos algunas implicaciones dC ^ T É tic a T sm d ia lo que es normal, mas no estudia lo norm al de hecho, sino lo norm al de derecho. Saber distinguir esta diferencia podría term inar con algunas mutiles discusiones q u e se h an suscitado al respecto. ' Lo normal de hecho es lo que suele suceder, lo que e s t a m o s acastum brados a c o n s t a , io q u e estadísticam ente es lo norm al; en cam bio, lo normal de derecho es lo qne d e b e r^ V - , c e , lo que está regido por u n a n o rm a o ley, a u n q u e n o suceda sie,mpre c, ■al ve; - 1 - . ^ Por ejem plo, en ciertas oficinas es norm al que la m itad de los em plcados « o s a d o s a su trabajo. U n o de ellos se defendió an te u n a llam ada de atención e aflí es esa im p u n tu alid ad . La respuesta en lenguaje técnico

sería: “Eso es lo norm al de hecho, pero n o lo norm al de derecho”. Eso es lo que suele acontecer, pero no lo q ue debe suceder. Lo correcto es q ue to d o el m u n d o llegue a tiem po, aun cuando esa regla n o sea cum plida p o r algunos. Pues bien, la Ética n o estudia lo n o rm al de hecho, sino lo norm al de derecho, lo que debe suceder, lo establecido com o correcto de un m odo racional, aun cuando de hecho la co n d u cta h um ana se realice o rdinariam ente de o tro m odo. El paradigm a propuesto p o r la Ética n o se o b tien e a p a rtir de las costum bres que em píricam ente se han detectado, sino a partir de las razones que se captan en u n nivel axiológico. H e aquí una falla de la definición nom inal de Ética: se refiere a las costum bres de hecho, cuando lo que verdaderam ente interesa son las costum bres p o r derecho. Esto es m u y im portante, pues la gente tiene la tendencia a co n fu n d ir estos dos tipos de “norm al”. Lo norm al de hecho suele ser traído com o razón para justificar lo que se está haciendo. “Porque todos lo hacen, tam bién yo lo hago.” “Si todo el m undo actúa así, po r q ué yo n o ...” Y así p o r el estilo. N ótese que esa postura equivale en realidad a la despersonalización y pérdida d e a u to n o m ía en la propia conducta. La Ética es una ciencia que estudia lo norm al de derecho, lo q ue debe realizarse, la conducta que debería tener la gente, lo que es correcto en determ inadas circunstancias. El cohecho, el fraude, el fanatism o religioso, el chantaje em ocional, la propaganda engañosa, el abuso político, la m anipulación dolosa, etc., son conductas norm ales de hecho en ciertos am bientes; pero no constituyen lo norm al de derecho. La Ética proporciona las razones p o r las cuales se justifica u na co n d u cta y se desecha otra. C uando en u n a conducta h u m an a lo n o rm al de hecho coincide con lo n o rm al de derecho, se puede decir que se ha actuado de u n m o d o ético, conform e a las norm as propias d e la Ética, conform e al bien y dem ás valores proclam ados p o r esta ciencia. 5. E l concepto de É tica manejado en este libro. Podem os resum ir ahora todos los datos y explicaciones de las secciones anteriores. E n prim er lugar, la definición real de nuestra disciplina. La Ética es la ciencia que estudia la bondad o m aldad de la conducta humana. La Ética es una ciencia. Esto significa que, de acuerdo con nuestra definición de ciencia, la Ética pro p o n e u n paradigm a o m odelo de los actos hum anos. La conducta h um ana se debe ajustar a dicho m odelo que supuestam ente encarna el valor moral. El estudio de la Ética incluye, p o r tan to , u n a incursión en el estudio de los valores y, en especial, del valor m oral. El ajuste de la conducta h u m an a al m odelo propuesto po r la Ética depende, p o r supuesto, del uso de la libertad. Los valores morales sólo sor. conseguidos cuando la persona actúa librem ente. La Ética es una ram a filosófica. Es, quizá, la ram a de la Filosofía que tiene m ayor :s aplicaciones en la vida hum ana. E ntre las ramas especulativas se cuentan la M etafísi :a y la A ntropología filosófica. E n tre las ramas prácticas se cu en tan la Ética y la Estética. Esta últim a estudia el tem a de la belleza y las obras de arte. Los actos hum anos constituyen el tem a directo de la Ética. Esta ciencia estudia, pues, cuáles son las condiciones para que se dé u n acto propiam ente hu m an o, en el

que la principal condición es la libertad. C u an d o no se da esta condición, los actos que ejecuta una persona se llaman actos del hom bre, los cuales carecen de valor m oral, y se dice, po r eso, q u e son amorales. Ahora bien, aunque varias ciencias se dedican a estudiar la conducta humana, tales como la Historia, la Sociología, la Psicología; la Ética se distingue de ellas porque estudia sólo un aspecto en los actos hum anos, a saber, la b o n d ad o m aldad de ellos. Este ángulo o enfoque especial de la conducta h um ana es lo propio del estudio de la Ética. Se dice entonces q ue aunque varias ciencias p u ed en estu d iar el m ism o o bjeto m aterial (actos h u m an o s en n u estro caso), se d istin g u e n p o r su d iferen te objeto form al (la b o n d a d o m aldad de los actos h u m an o s en el caso de la Etica). La Ética es, pues, u na guía para la co n d u cta h um ana q ue nos proporciona un criterio para orientar nuestros actos en una línea valiosa. A la Ética le incum be, en cuanto ciencia, proporcionar los argum entos racionales que justifican una determinada línea de acción. La palabra Ética viene del griego ethos, que significa costum bre. La Ética estudia las buenas costum bres, las conductas valiosas, los criterios para orientar la conducta h u m an a en el cam po d e los valores. 6. E l método de la Ética . El p u n to de partida de la Ética es u n conocim iento profundo de la conducta hum ana tal com o se da en los individuos de cualquier época y cualquier lugar. El m étodo de la Ética en este p u n to coincide con la etapa de observación propia del m étodo científico en general. En efecto, para captar la conducta hum ana es preciso acercarse al hecho real que se está dando. En esta aproxim ación se utilizan los sentidos en form a acuciosa, penetrante y amplia. Pero n o basta el uso de los sentidos. C ada vez que una persona capta un objeto, inm ediatam ente y en form a natural, aplica una cierta estructura al dato recibido. Esta estructura, tal como vamos a explicar más adelante, es una especie de lente de color que proporciona al dato una cierta unidad, u n valor y un sentido. D e esta m anera, el fenóm eno o acto hum ano percibido adquiere u n nom bre, es decir, u na estructura que la identifica y la distingue con respecto a otros fenóm enos similares; y el encargado de aplicar esta form a o estructura al dato recibido p o r los sentidos es el intelecto humano. Por ejemplo, veo que u n individuo tom a por los hom bros a una mujer. Si me fijo con detenim iento, ese dato se puede percibir con diversas estructuras: alguien puede percibir que el hom bre está agrediendo a la mujer; otro que el hom bre está acariciando a la mujer; y un tercer observador que el hom bre está apoyándose en la m ujer o que el hom bre está ayudando a la mujer, etc. U n a observación penetrante logra captar los datos suficientes para aplicar una estructura co m pletam ente adecuada. En el caso concreto aquí descrito, lo que sucede es q ue el h o m b re está saludando por sorpresa a una antigua amiga. La observación de la conducta hum ana es un arte especialmente cultivado en las novelas, el teatro, el cine, la historia, las biografías y, p o r supuesto, en la realidad que nos rodea cotidianam ente. Un segundo aspecto del m étodo propio de la Ética es el proceso de evaluación. A ra rtir de la percepción que hemos descrito com o un prim er aspecto, el estudiante de

Ética em ite enseguida u n juicio de valor moral, es decir, trata de catalogar el acto captado dentro de las categorías morales que previam ente h a estudiado. Así p o r ejemplo, puede utilizar las categorías d e reprobable, h o n esto , obligatorio, b u e n o , am able, recom endable, virtuoso, denigrante, lícito, ilícito, indiferente, etc. En un estudio serio de Ética no bastan las categorías de b u en o y malo, com o si toda la variedad y riqueza de la conducta hum ana pudiera caber en sólo dos grandes cajones. Los matices de la valoración moral se expresan en una e n o rm e variedad de calificativos, co m o los que acabam os de m encionar. C o n esto llegam os al p u n to crucial en cu an to al m é to d o de la Ética. El tercer aspecto de este m étodo es la percepción axiológica. Se tra ta de descubrir, e n form a personal, los horizontes superiores de valores q ue todavía no habíam os sido capaces d e percibir y apreciar. Es evidente q ue el niño percibe algunos valores; pero tam bién es evidente que el n iñ o n o percibe to d o s los valores. La am pliación del horizonte axiológico es un proceso que d u ra to d a la vida. Esta percepción axiológica es el aspecto más im p o rtan te de n u estro m éto d o . En efecto, u n curso de É tica n o p u ed e co n ten tarse con describir situaciones y aplicar categorías morales. Es una lástim a q u e esos do s prim eros aspectos p ueden expresarse p o r m edio de u n proceso m em orístico. Se d a n estudiantes que o b tien en la m áxim a calificación en un exam en d e Ética repitiendo de m em oria los principios, los casos y el juicio m oral que p ro p o rcio n a u n m an u al, y to d o esto sin h a b e r descubierto, penetrado y apreciado los valores éticos aludidos en los conceptos utilizados. E l objetivo prioritario de u n curso d e Ética te n d ría q ue consistir en facilitar a los e stu d ian te s la c ap tació n d e los valores su p erio res, d e tal m an era q u e el ap recio d e ellos m ueva a cad a in d iv id u o hacia u n a n u ev a o rie n ta c ió n d e su p ro p ia c o n d u cta. E n resum en, el m éto d o de la Ética puede desglosarse en tres aspectos (que no necesariamente son tres etapas cronológicas): la percepción de la co n d u cta h u m an a, la evaluación de la m ism a, y la intuición axiológica. La am plitud y penetración de esta últim a es la que marca el auténtico avance dentro del ám bito de la Etica. 7 . C O N C EPTU A LIZ A C IÓ N Y C O N O C IM IE N T O H O L ÍST IC O EN É T IC A . El o b je to d e esta sección consiste en explicar dos conceptos q u e aclaran el m o d o co m o son captadas en la m ente los tem as propios d e la Ética. Existen dos vocablos alem anes, Verstand y Vernunft, cuyo esclarecim iento puede ayudar a cap tar el m éto d o p ropio d e la Ética. Se trata d e las dos funciones suprasensibles de nuestra inteligencia, que tam bién pueden llamarse conocim iento conceptual y c o n o cim ien to holístico, respectivam ente. Verstand significa intelecto. Se tra ta d e la inteligencia en cuanto q ue conceptualiza, analiza, razona y percibe con toda claridad u n significado. El co n cep to es el producto principal de la Verstand. A hora bien, el concepto siem pre es u na lim itación de la realidad captada. El concepto claram ente percibido está delim itad o o d efinido con precisión. E sta precisión del co ncepto, que in d u d ab lem en te es una ventaja en el terreno científico, no deja de ser una desventaja cu an d o se p retende cap tar la realidad en toda

su riqueza, sus aspectos y dim ensiones. Lo an terio r queda claro cu ando com param os la descripción de una obra de arte con la captación directa de dicha obra de arte. La descripción oral o escrita utiliza conceptos, pero éstos nunca serán suficientes para traer a la m ente todo lo que contiene esa obra d e arte (novela, pieza de teatro, pintura, sinfonía, etc.). Esto m ism o sucede cuando se trata de captar valores, sean estos morales, intelectuales o estéticos. La Verstandcapta el concepto de un valor, mas no el valor en sí mismo. N o es lo m ism o la definición de belleza, que la belleza propia de un objeto. El objeto bello emociona, mas no así la definición de belleza (a menos que ésta vaya acompañada y se capte íntim am en te asociada con algún objeto bello). A quí tenem os, pues, la principal falla en la enseñanza de la Ética. Suele enseñarse en función de conceptos (es decir, en función d e la Verstand). A hora bien, dichos conceptos jamás igualan o sustituyen a los valores que in ten tan representar. En el m ejor de los casos, esta enseñanza libresca y dem asiado racionalista, atiborra al estudiante de conceptos morales, es decir, de representantes de los valores morales, mas no de a uténtico s valores m orales. El estu d ian te puede o b te n e r la m áxim a calificación en su exam en final, pero eso n o garantiza que se haya puesto en contacto con los valores morales y, m ucho m enos, que los aprecie com o tales, y todavía m enos, que esté dispuesto a hacerlos suyos y a realizarlos a lo largo de su vida. Al revés, desgraciadam ente se capta en algunos estudiantes una cierta aversión a la enseñanza de la Ética y al profesor “m oralizante” con el consiguiente em pacho m oral que conduce, casi inevitablem ente, a la co n d u cta ausente d e dichos valores. El rem edio de todo esto (por lo que respecta al papel del profesor) reside e n la Vernunft y en su cultivo. V em unftes un térm ino alem án q ue m alam ente se h a traducido com o razón. En español el térm ino razón nos habla de raciocinios, silogismos, argumentaciones precisas, exactas y rigurosas, que es precisam ente lo q ue le incum be a la Verstand. El térm ino Vernunft, tal com o h a sido utilizado por algunos autores alemanes, se refiere a u n tipo de pensam iento com pletam ente opuesto al de la Verstand y al de la razón precisa y rigurosa, y que en este libro ha recibido el nom bre de conocim iento holístico o intuición. Vernunft es u n m odo de pensar m ucho más am plio y profundo que la Verstand. La Vernunft capta la realidad, pero sin necesidad de conceptos. Intuye la realidad, la percibe en toda (o casi toda) su riqueza, sus aspectos y sus relaciones, sin necesidad de delimitarla o de sustituirla por medio de conceptos. La Vernunft es la que capta la belleza de una pieza de teatro, de u n a puesta de sol, de una sinfonía. La Vemunftes la que comprende la interioridad de u n amigo. La Vernunft es la que capta los valores en sí mismos, sin conceptos. La Vernunft es la que percibe el misterio y la profundidad de D ios. En la Psicología contem poránea se h a explicado m ucho este tipo de conocim iento y se le ha designado con el nom bre de conocim iento holístico, conocim iento intuitivo, o percepción m tegradoia. L os pedagogos ta m b ié n Ivan alu d id o a él cuando k ab lan de la operación intelectual que se llam a síntesis. E n alem án, esta síntesis se den o m in a Aufhebung, y consiste en considerar desde una perspectiva superior los significados que previamente

parecían oponerse y excluirse. La tesis y la antítesis, captadas en form a conceptual (por m edio de la Verstand) se contraponen y se excluyen. Pero cu an d o fu n c io n a la Vernunft, la tesis y la an títesis se fu sio n an en u n significado u n ita rio , superior, arm ó n ico , holístico. Ésta es la en o rm e ventaja d e la Vernunft en relación con la Verstand. A hora bien, la Verstand h a sido la función intelectual favorita de los científicos y los filósofos. El concepto, que es su fru to principal, ha sido la célula o ladrillo fundam ental en la elaboración de las ciencias. D ebido a esto, la Vernunft h a pasado inadvertida. Sin em bargo, gracias a ella es com o el sabio capta de u n solo golpe la hipótesis ilum inadora y explicativa de u n a serie de hechos; gracias a ella, el innovador construye nuevos conceptos; debido a la función de la Vernunft t s posible captar en profundidad el horizonte axiológico. Tenemos, pues, dos m odos de enseñar y aprender Ética. C uan d o pred o m ina la Verstand, la Ética se vuelve rigurosa, racional, exacta. Pero al m ism o tiem po es fría, aséptica, casi inhum ana. Para algunos, esta Ética es francam ente aversiva. C uando predom ina la Vernunft, la Ética se vuelve axiológica, intuitiva, y se aprecia co m o una obra de arte. Los libros generalm ente utilizan la Verstand. Es el profesor el que puede convertir a la Ética en un aprendizaje en función de la Vernunft. Los ejemplos concretos, el entusiasmo, el ejemplo personal, la participación del estudiante, la empatia, la actitud positiva, la retroalimenración, la manifestación humana del profesor, la conversación animada, la consideración del m undo personal del estudiante, el sentido del humor, la amenidad de la exposición, la alusión a películas, novelas y obras de teatro actuales, la oportunidad de los casos reales estudiados, etc., son algunos de los procedimientos utilizados por los profesores que tienen éxito en su enseñanza de la Ética. Este logro didáctico no consiste en que la mayoría de los alumnos obtenga la máxima calificación en el terreno de los conceptos y de los principios, sino en que terminen el curso apreciando y aplicando en su vida cotidiana los valores éticos develados durante el mismo. La Ética, al fin y al cabo, implica un aprendizaje para la vida, no para la escuela.

Capítulo III L O S C R IT E R IO S D E LA C O N D U C T A H U M A N A La Ética es un criterio que sirve al hom bre para orientar y elegir su propia conducta. A hora bien, a lo largo de su vida; un individuo puede utilizar una enorm e variedad de criterios orientadores, aunque m uchos de ellos no tengan nada que ver con la Ética y la moral. Veamos, pues, cuáles son algunos de ellos. Podemos distinguir, por lo menos, seis niveles o tipos de criterio que puede seguir u na persona para orientar su conducta: 1. 2. 3. 4. 5. 6.

El placer y los instintos. Las norm as inconscientes del Super Yo. La presión social. Las norm as morales y civiles. Los valores apreciados p o r sí mismo. El Yo Profundo.

Al final del capítulo señalaremos la relación que se da entre estos criterios y la Ética. 1. E l criterio basado en el placer y los instintos. Desde la infancia el hom bre posee un c rite rio que u tiliza c o n tin u a m en te: buscar lo agradable y ev itar lo desagradable, buscar el placer y evitar el dolor. La aplicación de este criterio tiene un carácter instintivo, y en esto el hom bre coincide con los animales. Los bebés expresan su agrado y su desagrado en forma espontánea, algunos adultos tam bién lo hacen, otros están “educados” con la idea de que deben ocultar esas tendencias. C uando una persona es interrogada acerca de qué lo motivó para elegir una conducta determ inada, ésta contesta: “porque m e gusta”, tenem os el ejemplo típico del uso de este prim er criterio. M uchas elecciones en la vida ordinaria están regidas p o r él. Así es

com o elegimos com er una m anzana en lugar de u n m elón, o com pram os una camisa azul en lugar de una verde. C om o es fácil vislumbrar, existen personas que utilizan este único criterio durante toda su vida, sin sospechar siquiera que existen otros m odos de elegir más apropiados a la situación concreta. Lo que se constata com únm ente es una enorm e sed de placeres en todos los terrenos: com ida, bebida, sexo, bienestar, amistades, etcétera. La teoría de Freud acerca del principio del placer, el Ello y la libido nos proporciona una perfecta ilustración de este nivel. Los instin to s buscan su satisfacción en varias vertientes po r todos conocidas. El hedonism o es u n a im portante corriente filosófica de los tiem pos clásicos de los griegos y los rom anos que actualm ente ha perdido im portancia com o teoría, pero la conserva com o práctica usual. Su valor núm ero uno es el placer sensible, y por tanto, coincide con el criterio q ue estamos describiendo. A lgunos autores, d en tro de su refinam iento teórico, añaden los placeres de orden espiritual, y surgen entonces reglas como: “Acepta un d o lo r q ue te propicie u n placer mayor”, “rechaza u n placer que te conduzca a un dolor m ayor”. El nivel del placer instintivo, com o orientación general en la vida, es el nivel norm al entre los niños y la gente adulta que n o ha tenido o p o rtu n id ad de recibir una educación con ap ertu ra a los valores superiores. Por o tro lado, n o habría p o r qué desechar este criterio cuando se trata de escoger una diversión, un pasatiem po, un tem a de conversación de sobremesa, etc. El nivel u n o es, pues, un auténtico criterio y sirve com o orientación en m uchos casos en forma legítima. El error consiste en asentarse en cualquiera de los dos extremos opuestos: 1) el uso exclusivo de este nivel en cualquier situación de la vida, o 2 ) la elim inación absoluta de este criterio, com o si el placer fuera algo malo. El placer sensible se manifiesta, de hecho, com o u n criterio utilizado p o r m uchos para realizar sus elecciones. El placer es, sin duda, u n valor, puesto que busca la satisfacción de las necesidades vitales de todo hom bre, adem ás implica una tendencia, una coacción, que puede llegar a ser demasiado imperiosa en la mentalidad de un individuo. Esta coacción es la causa de algunos conflictos cuando la persona se decide en función de criterios diferentes. Veremos enseguida la acción de esos criterios diferentes que, en ocasiones, propician una m ejor decisión. 2. El. criterio basado en el S uper Yo. El criterio del segundo nivel es el Super Yo. Se reconoce con facilidad porque el individuo se o rien ta rígidam ente hacia algunas norm as o valores que las autoridades le han introyectado desde la infancia. En realidad, esas norm as y valores actúan desde el inconsciente del sujeto, y p o r esa razón tienen u n carácter autoritario, rígido, exagerado. Se distingue este tipo de criterio porque la persona afectada no puede hacer excepciones cu ando se presentan casos dudosos. La orientación que experim enta es m ecánica y ni él m ism o sabe p o r qué tiene que actuar po r necesidad en determ inado sentido.

El criterio del Super Yo es com parable con el carácter anal descrito por Freud, que además de la rigidez, suele presentar otras características, como: tacañería, puntualidad excesiva y exigente, pulcritud intachable, despotism o o exigencias exageradas en el trato con la demás gente. Es im po rtan te notar que este criterio no coincide necesariamente con el de la Etica (la cual suele estar basada en leyes y valores asumidos en form a consciente). U na persona podría actuar conform e a este criterio del Super Yo a sabiendas de que está infringiendo una ley o u n valor superior. Lo que experim enta el individuo afectado p o r el Super Yo es una fuerte tendencia o inclinación que proviene de su inconsciente y que (en muchas ocasiones, pero no siempre) está en desacuerdo con las leyes y los valores asumidos conscientemente. Es de capital importancia deslindar esa vivencia con respecto a la experiencia de la conciencia moral. La principal diferencia reside en la im periosidad rígida y sin excepciones im plicada p o r el Super Yo. C on frecuencia se da el caso de la persona q ue es instruida acerca de ciertas excepciones a un reglamento y, no obstante, prefiere seguir rígidam ente ese reglamento sin hacer caso de la posibilidad de una excepción. Se explica lo m ecánico y lo inflexible de dicho criterio, puesto que se trata de una tendencia que surge con fuerza desde los estratos inconscientes del p ropio sujeto. Así com o el criterio anterior puede, compararse con el hedonismo, también ahora, el Super Yo puede compararse con el estoicismo. Su calidad moral es superior a la del hedonism o, pues ya no se rige por el simple placer, sino por algunos principios, leyes o valores introyectados desde la infancia. Su principal defecto reside en su rigidez y en su rechazo de las pasiones. C on esto pierde su validez moral, pues afecta fuertemente a la libertad hum ana, que es la condición indispensable para que se dé un acto bueno o malo desde el p u n to de vista ético. Este criterio surge con frecuencia en los niños y en los adultos bien educados . Sus patrones de conducta han sido introyectados con fuerza en el inconsciente y a partir de allí se m anifiesta una cierta garantía de que el niño va a actuar de acuerdo con esos patrones durante el resto de su vida. Por desgracia se ha extendido la idea de que ese criterio coincide con el de la Ética. H em os visto que no necesariamente hay tal coincidencia, a pesar de que es posible reconocer algunos valores en las conductas introyectadas. M uchos conflictos morales entre los adultos pueden com prenderse ahora desde la perspectiva del Super Yo. Su exigencia es demasiado impositiva y, por tanto, el individuo tiende a obedecer ciegamente esas exigencias. Sin em bargo, llega un m om ento en que empieza a vislum brar otros criterios, reglamentos y valores que lo orientan en otra dirección. Esto, naturalm ente, le produce un conflicto interno, con el consiguiente gasto de energía debido a la ansiedad experimentada. La oposición más radical se da entre el Ello y el Super Yo freudianos: el Ello busca el placer, el Super Yo busca el cum plim iento rígido de las norm as introyectadas, supuestam ente en favor de una sociedad que las ha originado. La experiencia muestra

que e n m uch as ocasiones n i el Ello n i el S u p er Yo tie n e n el peso su ficiente para im p o n erse en la m e n ta lid a d de u n in d iv id u o . E l ú n ic o m o d o d e salir del conflicto reside en el uso d e criterios superiores, c o m o verem os m ás adelante. 3. E l C R ITER IO BASADO E N LA PRESIÓ N SOCIAL. La característica p rin c ip a l d e este nivel reside e n la ab so rció n d e to d o s los in flu jo s d e l m e d io am b ie n te p ercibidos en rorm a de “presión social”. La g u ía d e co n d u cta está pu esta en los d ictad o s provenientes d e la m o d a y la pro p ag an d a. H eidegger, filósofo existencialista alem án, expresó algunas ideas similares p o r m edio del té rm in o “das m an”, q u e significa literalm en te: “se”, p ro n o m b re n e u tro , c o m o cuando decim os: se usa, se dice, se acostum bra, se oye. “Se”, co m o p ro n o m b re personal n e u tro , indica c laram en te lo im p erso n al del o rig en d e la o rie n ta c ió n recib id a e n estos casos. La gente actú a, e n general, p o rq u e “se d ice” q u e tal c o n d u c ta es b u e n a, p o rq u e “se acostum bra” tal estilo d e ro p a, o p o rq u e “se usa” tal expresión. E stam os an alizan d o , pues, u n criterio m u y generalizado e n tre la gen te sin cultura, pero ta m b ié n e n tre la gente c u lta q u e d ep en d e fu ertem en te d e la televisión, las revistas, la m o d a, el “q u é d irán ” y los dichos p o pulares. L a p resió n social es la p rin c ip a l fu e n te que orie n ta y em p u ja la co n d u cta de estas personas. E n m uchas ocasiones esa con d u cta n o tie n e n a d a d e objetable, p e ro en la m ay o r p arte de los casos u n o p o d ría p reguntarse si acaso ese in d iv id u o h a a ctu ad o con responsabilidad o p o r sim p le inercia, y si acaso hubiera p o d id o a ctu ar d e u n a m an era diferente. La palabra “o bligación” a d q u iere u n sen tid o especial, a u n q u e m u y deficiente. Este té rm in o suele entenderse co m o s in ó n im o de “p resió n social”. La au tén tica obligación, la q u e d a orig en a m érito s d e o rd e n ético, n o es la q u e proviene del exterior, sino la que se im p o n e el su jeto a sí m ism o, en fo rm a a u tó n o m a y e n fu n ció n de los valores previam ente asim ilados. M ás a d elan te vam os a in sistir e n el te m a de la obligación m oral, pues co n stitu y e u n a de las bases d e la Ética. N o s e n co n tra m o s, p u es, fren te a u n criterio d e c o n d u c ta m u y generalizado, pero con escaso v alo r ético. Sin em b arg o , la su p erio rid a d d e este nivel sobre el d e los in stin to s y el del S u p er Yo estriba e n el h e ch o de q u e se tra ta d e u n a o rie n ta c ió n c o nsciente (a u n q u e n o siem p re e n u n g ra d o p len o ). E n efecto, u n a p e rso n a usa d e te rm in a d o tip o d e ro p a p o rq u e es lo q u e ve o es lo q u e oye e n la p ro p a g a n d a. E n cam bio, n o está co n scien te del orig en d e los m an d ato s in tro y ectad o s e n su infancia y p o r los cuales p u e d e llegar a ser m u y p u n tu a l, m u y aseado o m u y a h o rrativo. C ad a cultura, cada región, cada país, tien en su pro p ia serie de m andatos y costum bres de uso popular. Así se entiende que los suecos y los italian o s d ifieran n o ta b le m en te en sus costum bres relativas al sexo y al m a trim o n io . Lo curioso es q u e cada ind iv id u o suele estar con v en cid o d e q u e sus p ro p ias co stu m b res so n las buenas, y n o en tie n d e que o tra s gentes aco stu m b ren m o d alid ad es diferentes. P or o tro lad o , nó tese q u e la p alab ra É tica y la palabra m oral tie n e n u n a etim ología que se refiere p recisam en te a las costu m b res, al uso social. N o es de extrañar, pues,

que en la práctica, la tendencia a seguir las costum bres norm ales de u na cu ltura o de u n a zona geográfica, constituya u n criterio calificado com o m oral entre la mayoría de la gente. Los tres niveles hasta ahora explicados son los que podríam os llam ar básicos o de uso generalizado. Q u e d an p o r explicar tres niveles de orden superior, m ucho mas valiosos desde el p u n to de vista de la Ética. 4. E l criterio le g a l. El nivel legal consiste en orientar y dirigir la conducta por m edio de normas y leyes que constan en algún código. Éste es un criterio relativamente cómodo, pues la persona consulta la ley y decide conform e a ella sin m ayor discusión. Su criterio está apegado a lo que dice el código, y la justificación de su acto consiste en señalar la adecuación del m ism o con lo que el código prescribe. En atención a dichas norm as, la persona está dispuesta a contravenir los dictados de sus instintos, de su inconsciente y de la presión social, lo cual es ya una cierta garantía del valor de su conducta. Sin em bargo, tal co m o estudiarem os más adelante, el apego y la fidelidad a la ley no constituyen la esencia del valor moral. Conviene señalar las diferencias que pueden llegar a existir entre un código civil y un código moral. Podría darse una verdadera contraposición. Por ejem plo, u n código civil podría autorizar el ab o rto y, sin em bargo, la persona en su fuero in tern o y m oral podría regirse p o r leyes que prohíben en absoluto dicho acto. Y tam bién podría darse el caso de una persona co ndenada a varios años de prisión conform e a las leyes de su país, pero intern am en te inocente desde el p u n to de vista de su propia conciencia moral. Esto nos da idea acerca de la existencia de u na enorm e variedad de criterios de orden legal que, sum ados a los otros criterios ya señalados, pueden originar u na verdadera confusión en la m entalidad de cualquier persona. Sin em bargo, el hecho de que existan códigos escritos ofrece la posibilidad de u n a am plia difusión de la ley con un m ínim o d e distorsión. Así pues, el nivel legal, com o criterio para orientar y dirigir la conducta hum ana, tiene una enorm e ventaja p o r encim a de los tres niveles anteriores, y consiste en que puede plantearse de una m anera universal, por tanto puede enseñarse, difundirse y traspasarse d e generación en generación. Pero podem os m ostrar u n defecto radical e n su contra. La gente suele apegarse en exceso a la letra y no al espíritu de la ley. Esto puede conducir a una devaloración del orden pro p iam en te m oral, q ue se inclina más al espíritu d e las norm as. Así pues, el legalismo o apego exagerado a la ley to m ad a al pie de la letra podría constituir la falla principal de este nivel. Por o tro lado, existe el conflicto que se puede originar entre el nivel del inconsciente (el Super Yo) y el nivel legal. A lgunas personas, p o r ejem plo, tienen m arcadas en el Super Yo to d a una serie de hábitos a favor de la discrim inación racial; pero la ley prohíbe term in an tem en te dicha conducta. Esa persona, sin saber p o r qué, adquiere el hábito de infringir la ley en ese aspecto y co n tin u am en te va a estar en conflicto con

ella. O tro ejemplo: la Ley del Talión (ojo p o r ojo, diente p o r diente) suele estar introyectada en el inconsciente de m uchas personas, pero contiene un grave error desde el p u n to de vista moral, esto lo puede dem ostrar u na sim ple reflexión sobre la justicia, com o estudiarem os en u n capítulo posterior. E l defecto de am bos niveles (el Super Yo y la ley) es su rigidez y su falta de adecuación a los casos singulares, cuyas características individuales no p ueden ser tom adas en cuenta por las prescripciones de ord en general. La Ética de situación ha expresado sus dudas y críticas hacia esta falta de adecuación de lo universal ante el caso singular que vive una persona. M ás adelante tendrem os ocasión de em itir nuestra propia opinión acerca de ello. La fuerte ventaja que posee el nivel legal es la apertura y difusividad de la ley. C o n esto se gana en objetividad y universalidad, pero se pierde en adecuación al caso individual y en autenticidad con respecto al valor m oral propiam ente dicho. 5. E l CRITERIO a x i o l ó g i c o . El q u in to criterio para regir la conducta h um ana está basado en los valores internam ente percibidos y apreciados como tales. Éste es el nivel que mejor concuerda con las exigencias de la Ética propuesta en este libro. El criterio axiológico coincide con lo q u e suele llam arse “actu ar p o r p ropio convencim iento '. En efecto una persona llega a descubrir algunos valores y los aprecia com o tales, en función de esa perspectiva para hallar y juzgar su situación es com o rige su propia conducta, aun cuando se vea en la necesidad de ir en co n tra de las autoridades, la presión social, sus costum bres o sus instintos. Éste es el tipo de conducta que aquí vamos a destacar com o valiosa y digna de llamarse conducta ética. C uando una persona descubre valores y decide regir su conducta de acuerdo con ellos, com o p o r ejem plo, la veracidad, la am istad o la diligencia en el trabajo, podría darse el caso de que sus actos coincidan con lo que m aterialm ente ordenan otros criterios de calidad inferior. N orm alm ente, una persona instalada en el nivel cinco va a coincidir con el nivel cuatro (legal); sin em bargo, se dan casos de discrepancia. Sucede entonces que la persona, apoyada en el convencim iento de lo que ha percibido com o efectivam ente valioso, se inclina a favor de éstos, y logra hacer excepciones con respecto a los m andatos im puestos p o r alguna ley en particular. D e la m ism a m anera, los dictados de la m oda podrían ser avalados o rechazados p o r el sistema axiológico de una persona asentada en el nivel cinco. Esto m ism o vale para las prescripciones que pueden dictar los instintos o el Super Yo. Así es com o se asienta, en la m entalidad de una persona, el peso de un criterio superior, que es el in stru m en to apropiado para desvanecer los conflictos que suelen surgir en los niveles inferiores. Así pues, una propiedad notable de este criterio axiológico es su capacidad para d irim ir conflictos surgidos en los niveles previos. Un individuo, con ese criterio, puede actuar con auténtica serenidad y responsabilidad, pues su conciencia ya n o está dividida, sino q ue elige y actúa conform e a lo que efectivam ente está percibiendo com o valioso y lo ha hecho suyo. Por ende, su co n d u cta adquiere valor ético, pre­ cisam ente po r el hecho de q ue realiza en form a explícita u n valor percibido com o tal.

A hora podem os concluir q ue el criterio axiológico es el más adecuado para la Ética. Los cuatro niveles anteriores podrían m an ten er una discrepancia con respecto a lo que la persona considera valioso en su fuero interno. N o es de extrañar la abundancia de casos en los que la persona actúa esclavizada p o r los instintos, el inconsciente, la presión social o la m ism a ley, aun en co n tra de su propio criterio. D ecim os entonces que el individuo ejecuta actos del h o m bre, mas n o actos hum anos. A q u í podem os detectar el origen del am oralism o o ausencia de valor moral. En la base del amoralismo encontram os u n a fuerte lim itación de la libertad. M uchos actos juzgados com o malos (m oralm ente hablando) no llegan a serlo en el individuo que n o tiene la libertad suficiente para po d er decidir conform e a los valores asim ilados. La realización de la cond ucta hum an a es pasm osam ente com pleja y delicada. D ebido a esto se com prende que norm alm en te n o es lícito juzgar la m oralidad de u n individuo en particular. El surgim iento del valor ético (positivo o negativo) en la co n d u cta de u na persona está e n función de sus decisiones libres y responsables. La libertad, según podemos esclarecer en otros capítulos, se ejerce en función de valores. Lo que añade el nivel moral a! nivel de la simple libertad es la decisión en función de valores adecuados a la naturaleza hum ana. U na persona puede decidir librem ente contra de la naturaleza h u m an a, así com o e n contra de sus exigencias y de sus derechos. En este caso decim os que el individuo adquiere un valor mora! negativo. Así pues, distinguim os tres niveles: la amoralidad, la libertad y la moralidad positiva. U n niño suele ser amoral. U n adolescente suele descubrir la libertad. Sólo u n a persona m adura actúa conform e a los valores adecuados al ser hum ano. El criterio axiológico de la conducta h um ana supera con m ucho a los cuatro criterios anteriores. Sin em bargo, todavía m uestra algunos defectos. El prim ero de ellos es la lim itación de los valores sustentados. N o rm alm en te, u na persona descubre los valores que se practican en su am biente, pero nada más. El único m odo de am pliar esta seria lim itación es el nivel seis, que se basa en el yo p rofundo, el cual es capaz de vislum brar un am plio horizonte de valores, com o explicaremos más adelante. E l seg u n d o defecto que se le p u e d e a trib u ir al nivel cin co es el individualism o que suele implicarse en las opciones derivadas del mism o. Se trata, pues, de u na Ética individual. Para que surja u n a Ética com unitaria es necesario el nivel del Yo Profundo. En contraposición, el nivel axiológico define la Ética de una persona. “D im e cuáles son tus valores y te diré qué tan refinado es tu nivel ético”. C u an d o una persona elige el c u m plim iento de una ley en función de los valores allí im plicados, o elige una m oda en función de lo valioso de esa costum bre, o prefiere u n acto placentero o una co n d u cta inculcada en su infancia, m otivado p o r los valores que explícitam ente se en­ cuentran en ese acto, entonces tenem os a u n a persona con auténtica realización Ética. O tro p u n to positivo del criterio axiológico es, según hem os visto, su po d er para d irim ir los conflictos que suelen surgir en tre los niveles anteriores. El caso típ ico es la oposición entre el criterio surgido por los instintos y el criterio que sigue la presión social o el inconsciente. El criterio que puede servir como árbitro en dichos conflictos es el

criterio de la propia conciencia avalada p o r su convicción en algunos valores asimilados, aunque la posible perplejidad de una conciencia en el terren o de los valores sólo puede ser resuelta por el Yo Profundo. 6. E l CRITERIO basado EN EL Y o P rofundo . Este criterio se caracteriza porque el sujeto se guía en sus decisiones a partir de la percepción axiológica que obtiene durante la captación de su Yo Profundo. Es necesario, pues, recordar en qué consiste y cóm o se reconoce esta instancia hum ana. E l Yo P rofundo es el núcleo del ser h u m an o , es la persona, es el plano del ser. En contraposición está el plano del tener, la periferia, las cualidades de la personalidad. E n tre esas c u alid ad es se p u e d en m e n c io n a r el estatu s, los c o n o c im ie n to s, el inconsciente, el grado de inteligencia y de belleza, las pautas de co n d u cta y el autoconcepto, que pertenece al p lan o del tener. Esto es m u y im p o rtan te y debem os subrayarlo ahora, pues la verdadera id e n tid a d de u n individuo n o reside en su autoconcepto (lo q ue cree ser y valer), sino en ese Yo Profundo. D esde el p u n to de vista de los criterios utilizados para o rien tar la propia conducta, la im portancia del Yo P rofundo destaca p o r varias razones. E n prim er lugar, cuando u n a persona enfoca su Yo Profundo con los m edios que ya hem os indicado, el horizonte axiológico se am plía en form a considerable. Esto significa que se increm enta su repertorio de valores y que, p o r tanto, un individuo puede a ctu ar e n fu n c ió n de o tro s valores, más p ro fu n d o s, m ás elevados, más com unitarios. En consecuencia, el valor m oral de u n a persona puede increm entarse en función de esa capacidad p ara profundizar en la percepción de nuevos y más profundos valores. E n segundo lugar, la captación del Yo P rofundo posibilita un m ayor sentido de responsabilidad. E n efecto, ese individuo elige, n o sólo con u n repertorio m ayor de valores, sino tam bién con u n a conciencia más clara de su yo com o sujeto y au to r de su conducta. E n otros térm inos, el Yo se vuelve más fuerte, más po ten te, en el m om ento en que se capta a sí m ism o o p tan d o p o r u n valor determ inado. En estas circunstancias la conducta se vuelve más propia, y el sujeto se responsabiliza de ella con m ayor facilidad. E n tercer lugar, la captación del Yo P rofundo perm ite, n o sólo la percepción de u n a m ayor gam a d e valores, sino, sobre to d o , el d escu b rim ien to d e los valores p ropiam ente h u m anos, com unitarios, con validez universal. Es decir, captar el Yo Profundo es lo m ism o q ue penetrar en los estratos más propiam ente hum anos, lo cual significa captar el valor intrínseco del ser hu m an o . Esto equivale, pues, a descubrir la naturaleza hum ana en lo que tien e de más propio, h o n d o y específico. E n función de estas tres cualidades de la percepción del Yo Profundo se entiende que el valor m oral de u n a persona puede q u ed ar increm entado cuando actúa con este criterio. D esde el p u n to de vista práctico, el d ato im p o rtan te para actu ar den tro de este nivel, consiste en saber tom ar la actitud adecuada para poder captar al Yo Profundo y, con ello, al c o n ju n to de valores que allí están implicados.

A ctuar desde el Yo Profundo es una cualidad poco co m ún. Se requiere m ucha práctica y m ucha sabiduría para poder actuar sin perder de vista este horizonte. La m ayor parte de la gente, en casi todas sus decisiones, se deja llevar p o r los tres o cuatro prim eros criterios explicados en este capítulo. Esta idea tam bién puede expresarse en función de dos conceptos paralelos: persona e individuo. El individuo es lo que n o puede dividirse sin perder su esencia. Las cosas inanim adas pueden dividirse y siguen poseyendo la m ism a esencia. En cam bio, un organism o superior no puede dividirse, esto es un individuo. La persona es el Yo Profundo que acabamos de describir. El hom bre es individuo en cuanto que no puede dividirse, y es persona en cuanto q ue está abierto a los demás seres. El individualism o es una falla en la conducta hum ana, pues tan sólo cuida su propio bien. En cam bio, la persona está abierta y adm ite u n sentido com unitario y ecológico que claram ente difiere con respecto al individualism o de algunas teorías y posturas éticas. 7 . R E I ACIONES ENTRE LOS SEIS CRITERIOS DE CONDUCTA:

a) Evolución de cada individuo. A m edida que se desarrolla el individuo aum enta su capacidad para captar valores y para aplicar sus propios criterios en la decisión de su conducta. N o es extraño, pues, que un bebé se instale en el criterio de los instintos y el placer, y que u n niño de siete años elija conform e al criterio de las prescripciones introyectadas en su Super Yo, o que u n adolescente se oriente principalm ente p o r el criterio de la presión social. Sólo en función de cierta educación es posible saltar a los tres niveles que aquí hem os descrito com o de orden superior: la ley, el valor y el Yo Profundo. En algunos adultos se puede detectar con facilidad el criterio preponderante u tiliz a d o en la elección de su conducta. Sin que esto quiera decir que siem pre y en todo m om ento em pleen o deban em plear dicho criterio. Lo deseable es q ue se valgan de u n nivel su p erio r en sus elecciones im p o rtan te s y dejen la m ayoría de sus orientaciones cotidianas a cargo de los tres prim eros niveles. b) Fijación en u n nivel. N o es deseable la fijación en u n nivel inferior. Elegir todo sim plem ente “porque me gusta” o “porque m e choca” o porque “siento una necesidad urgente de actuar así” o porque “todos lo hacen, p o r qué yo no”, es una de las plagas de la cultura contem poránea. Tam bién la instalación en el legalismo o en el nivel axiológico podría llegar a ser vituperable si acaso la persona tiene ya la oportunidad de saltar al nivel del Yo Profundo. Este últim o nivel tiene, en cam bio, la enorm e ventaja de poder utilizar y englobar a discreción los demás criterios según sea la situación concreta del m om ento. c) Importancia de la reflexión y la meditación. Tenemos dos m edios para saltar a los niveles superiores: la reflexión y la m editación. La reflexión consiste en revisar los hechos personales pasados y los criterios con los cuales fueron decididos. A partir de esto, es posible caer en la cuenta de alguna falta de adecuación que amerite la utilización de u n nivel superior. Pero el m ejor m étodo para ascender en estos niveles es la m editación profunda. G racias a ella, es posible colocar a la propia m ente en la actitud

adecuada para captar y asimilar los valores superiores y los valores com unitarios que perm ean la vida hum ana. D e aquí la insistente recomendación de la práctica de la m editación y de los demás procedim ientos que nos conducen al Yo Profundo.

Capítulo IV R E L A C IÓ N D E LA É T IC A C O N O T R A S D I S C I P L I N A S La definición nos dice que Ética es la ciencia q ue trata de la b o n d ad o m aldad de los actos hum anos. A hora conviene explicar lo que no es la Ética, es decir, aclarar los lím ites de nuestra ciencia y m ostrar los terrenos q ue están más allá de sus fronteras, y que, a pesar de su sim ilitud con los de la Ética, pertenecen a otras ciencias diferentes. 1. R elación de la É tica con la P sicología . La Psicología es u na ciencia que tam bién estudia los actos hum anos, y en esto se parece a la Ética. Pero podem os ahora insistir en que la Psicología estudia los fenóm enos hum anos tal com o se producen de hecho, y en esto se distingue de la Ética, a la cual sólo le interesan las norm as de derecho. L a Psicología es u n a ciencia su m am en te in teresan te, p u esto q u e n o s hace c o m p re n d e r al h o m b re e n sus estructuras m entales y de com portam iento. Además, es m uy útil para la Ética, puesto que proporciona un material indispensable para com prender nuestra ciencia. Por ejemplo, el tem a de la libertad es típico de la Psicología, y ya hem os visto que sin libertad no hay m oralidad posible. La Psicología puede definirse com o la ciencia que estudia el com portam iento hum ano desde el p u n to de vista del proceso mental que lo origina, lo acompaña o lo explica.' Efectivamente, a la Psicología n o le interesa el aspecto bondad o m aldad de la conducta hum ana, sino el m odo com o se origina, se motiva, se conduce y se le da sentido en la m ente del individuo. (Por lo menos, éste es el objeto form al de la Psicología d e n tro de la co rrie n te h u m an ista. O tra s corrientes, co m o el co n d u ctism o y el psicoanálisis, ten d rán diferencias en la concepción de su propia disciplina.) Un psicólogo hum anista se interesa p o r captar los paradigm as o pautas de la conducta 1 Véase mi texto de Psicología, Editorial Esfinge, pág. 19.

hum ana tal como de hecho se dan en los individuos. E n ellos capta el sentido o significado que el individuo está otorgando a su propia conducta. Gracias a esto, puede predecir (en cierto grado) la conducta de sus clientes y puede tom ar las m edidas conducentes a un cam bio de esos patronos o pautas, si acaso ellas conducen a un estado de infelicidad del cliente. 2. R elaciones entre la É tica y la Sociología La Sociología es otra ciencia que trata de hechos. Surgió en el siglo XIX gracias a las aportaciones de Augusto C om te y de Karl Marx. Estudia el com portam iento del hom bre en form a global. La Sociología tam bién es una ciencia, y p o r tan to , estudia los paradigmas o patrones de la conducta hum ana en el nivel global propio de u n a sociedad. La relación que existe entre la Ética y la Sociología es sem ejante a la descrita anteriorm ente cuando hablam os de la Psicología. En efecto, la Sociología tam bién es una ciencia de hechos, m ientras que la Ética es una ciencia de derechos. C o n esto sólo debería bastar para diferenciar las dos disciplinas. Sin embargo, podem os am pliar la explicación de la siguiente manera. Tom em os un ejem plo concreto: la com pra de u n seguro de vida. A la Psicología le interesa, en este caso, cuáles son los factores que m otivaron a un individuo X para realizar esa com pra, qué emociones intervinieron en esa decisión, qué tipo de seguridad (y de felicidad) está com prando dicho sujeto, etc. A la Sociología le interesa la estadística obtenida para determ inar las probabilidades de siniestro en esa clase de individuos. A la Ética le interesa el aspecto de h o n estid ad en ese tip o de ventas, la posible m anipulación del individuo p o r parte del agente, etcétera. Es frecuente el rechazo de los aspectos morales p or parte de un cierto tipo de psicólogos y sociólogos. P o r m i p arte, en cu e n tro q u e todas las disciplinas se com plem entan unas con otras y que, sin necesidad de hablar de subordinaciones o jerarquización de ciencias, es factible el trabajo en equipo, en el cual quedan al descubierto las aportaciones y los auxilios que unos especialistas pueden proporcionar a los demás investigadores que pertenecen a un área diferente. Existen temas que son com unes a varias disciplinas. Por ejemplo, el tem a de la obligación: u n psicólogo estudia cóm o se origina la obligación en un individuo y qué consecuencias tiene ese sentim iento en la conducta del m ism o. A un sociólogo le interesa estudiar la obligación en cuanto al resultado de una presión social. A un estudioso de la Ética le interesa esclarecer bajo qué condiciones u n sentim iento de obligación es válido y procedente. (Parte de la tesis de q ue no es lo m ism o sentir una obligación que tener u na obligación.) 3. R elaciones entre ia É tica y el D erecho . El D erecho es un conjunto de normas que rigen la conducta hum ana, y en esto se parece a la Ética. Sin em bargo, existe una fuerte diferencia entre las norm as propias del D erecho y las norm as propias de la Ética. M encionarem os cuatro diferencias principales.

a) Las norm as de la Ética son autónom as, en tan to que las del derecho son heterónom as. Esto significa que cada individuo debe darse a sí m ism o sus propias norm as éticas, en tanto que en el caso d e l D erecho, las norm as provienen de una autoridad diferente al individuo que las cum ple. Por ejemplo: el Derecho prohíbe el hom icidio; tam bién la Ética lo prohíbe. Pero la diferencia estriba en que la norm a del derecho ha sido dictam inada p o r un conjunto de legisladores y los destinatarios son todos los m iem bros de la com unidad. En cam bio, la norm a Ética, para q ue tenga un auténtico valor propio de esta disciplina, debe surgir de la m ente del m ism o sujeto que la va a cumplir. La norm a Ética es autoim puesta, mas no así el Derecho. La etim ología de los térm inos utilizados va com pletam ente de acuerdo con lo ya explicado. A utonom ía viene del griego autor, sí m ism o, y nomos-, ley; p o r tanto, autonom ía significa ley q u e proviene de sí mismo. H eteronom ía viene de heteros-. otro, y nomos: ley; por tanto, heteronom ía significa ley q ue proviene de otro. b) Las norm as de la Ética rigen aspectos internos del individuo, en ta n to que las normas del derecho rigen aspectos externos. Esto se refiere a la intención o las emociones que acom pañan a un acto. A la Ética le interesa en form a esencial la buena o la mala intención con que se ejecuta un acto. Tam bién le interesa q u e el sujeto lo ejecute de buen grado, no forzado o con sentimientos aversivos. En cambio, el derecho permanece ajeno a estos elementos internos del acto hum ano. U n contrato puede ser cumplido de buena o de mala gana. D esde el p u n to de vista del derecho, u n a persona cum ple cuando realiza lo m andado p or ese contrato. D esde el p u n to de vista de la Ética, el valor m oral que se realiza está de acuerdo con la b uena voluntad que tiene el sujeto. c) Las norm as de la Ética son unilaterales, en tan to que las norm as del D erecho son bilaterales. Esto significa que cuando u n a persona cum ple una norm a (que él m ism o se ha im puesto), dicho cum plim iento no implica el surgim iento de un derecho o de una obligación por parte de otras personas. En cambio, dentro del campo del Derecho, una obligación implica un derecho, y viceversa. Por ejemplo, mis obligaciones formuladas en un contrato implican derechos por p ane del otro contratante, y viceversa. Esto es el terreno del Derecho. Pero, en cam bio, el hecho de que yo lo cum pla de buena gana y con óptim a intención (aspectos que le interesan a la Ética), no implica alguna obligación similar para la otra persona contratante. d) Las norm as de la Ética son incoercibles, en tan to que las norm as del derecho son coercibles. Esto significa que la autoridad que ha establecido ciertas normas civiles tiene facultad para exigir el cum plim iento de ellas, y para tal efecto impone vigilancia, fiscalización, sanciones, etc. En cambio, en el caso de la Ética, las normas, aun cuando pueden tener un carácter obligatorio, generalmente no conllevan un castigo explícito en el caso de una infracción. Lo cual está de acuerdo con la autonom ía de la norm a Ética, que acabamos de explicar. Ya estudiaremos con detalle cómo es la obligación y cuál es el castigo o sanción correspondiente a las normas éticas. Dadas estas cuatro diferencias, tenemos u n criterio para distinguir las norm as éticas con respecto a las norm as del derecho (o jurídicas), aun cuando puedan coincidir en cuanto al tem a u objeto de la norm a en cuestión.

4. R elaciones entre la Ética y la E conomía . La E conom ía es la ciencia q u e trata de la producción, distribución y consum o de los bienes materiales. Su tem a es, pues, el trabajo, la mercancía, el dinero, la ganancia, la utilización del trabajo, el comercio, etc. Estam os tocando u n o de los p u n to s álgidos en la vida del ser hum ano: su subsistencia, sus problem as pecuniarios, su lucha diaria p o r el alim ento, la vivienda y la ropa. N o es difícil darse cuenta que el cam po de la Ética está presente en esta problemática. D e hecho, la explotación del asalariado, la injusticia en el pago de sueldos, la falta de higiene en las fábricas, la falta de esmero en el trabajo del obrero o la responsabilidad en los em pleados, han sido tem as abundantes en las denuncias de la prensa, el cine y la política. A hora bien, dada su calidad de ciencia, la Economía también presenta un paradigma o m odelo ideal dentro de su propio ám bito. Ese m odelo se manifiesta com o algo que hay que cumplir, com o u n proyecto que conviene seguir. Así es com o nos habla de las ventajas de la división del trabajo y de la conveniencia del “laisser faire, laisser passer” (dentro de la econom ía liberal). La ley de la oferta y la dem anda nos dice lo que suele suceder con los precios cada vez que se deja en libertad de acción a vendedores y compradores. Es e n este m om ento cuando surge el papel de la Ética. El m odelo ético n o puede quedar al margen cuando se trata de cum plir con un m odelo económ ico. E n más de una ocasión el m odelo económ ico es el relato de u na serie de abusos, como suele suceder en el caso de la ley de la oferta y la dem anda. N o han faltado autores que se han dedicado a denunciar el abuso y la explotación del trabajador p o r parte del capitalista bajo la protección de u n m odelo económ ico liberal. Independientem ente de la razón que asiste a dichos autores p o r ahora sólo querem os derivar u na tesis fundam ental: la Econom ía no puede quedar al m argen de la Ética. Los dos m odelos se entrelazan, y se requiere toda una fundam entación de fondo para poder sostener un modelo económico que propicie la explotación del trabajador, la m arginación del asalariado, la usura en los intereses cobrados a los países del Tercer M undo, la colonización del trabajo, la producción y el gobierno de los países débiles. La palabra ideología nos acerca de nuevo a nuestro tema. Ideología, d en tro del pensam iento de algunos autores m odernos, es toda teoría que tiende a defender la situación económ ica de u n a persona, una sociedad o un país entero. Lo peor del caso es que dicha ideología se cree a pie juntillas, y toda oposición resulta com pletam ente am enazante y absurda. D icho en otros térm inos: la Etica difícilm ente ingresa en una persona interesada en defender su situación económica. Todo el m u n d o tra ta de justificarse, pero con m ucha m ayor razón cuando se trata de defender el mecanismo de obtención de los propios ingresos. En resum en, mucho tiene que hacer la Ética en el campo de la Economía. 5. R elaciones entre la É tica y la P edagogía. La Pedagogía es el estudio de la educación. El significado de la palabra educación se capta a partir de su etimología: educere, que significa conducir, guiar, y tam bién sacar hacia afuera, desarrollar lo que

está im plícito. En algunos autores se lee q ue educar consiste en lograr que una persona haga, po r sí mism a, lo que debe hacer. Por o tro lado, en m i libro Introducción a la Pedagogía existencialpropongo el siguiente concepto: La educación consiste en ampliar el horizonte de significatividad, lo que quiere decir: am pliar la capacidad para dar o encontrar sentido en las cosas, las personas y los hechos. E n cualquiera de los sentidos propuestos para la palabra educación, siempre se trata de una disciplina que se complementa con la Ética, y viceversa. La Ética nos dice qué es lo que hay que hacer, en ta n to que la educación nos enseña el m odo en que podem os lograr lo propuesto p o r la Ética. La educación es u n arte en tan to que la Ética es una ciencia. a) C u an d o ed u car significa co n d u cir o guiar, evidentem ente se requiere un paradigm a acerca de la co n d u cta h um ana b u en a para que se trate de u na educación correcta. En general los padres guían a sus hijos de acuerdo con los m odelos éticos que explícita o im plícitam ente han adoptado para sí mism os. D etesta m anera les enseñan a no m entir, n o robar, respetar los derechos del prójim o, etc. Etica y educación van, pues, de la m ano. La Ética m uestra el m odelo de conducta y la educación dice cóm o conducir al niño d en tro de ese m odelo. b) C uan d o educar significa sacar hacia afuera, desarrollar lo que está im plícito, se quiere d ar a en ten d er que el m ism o educando es la causa principal de su educación, pues contiene en sí m ism o las potencialidades que se van a actualizar. El educador es, en este caso, u n orientador, u n auxiliar o causa instrum ental den tro del proceso de la educación. La orientación que proporciona el educador lleva implícita su propio modelo ético, que de algún m odo va a influir y se va a asimilar en la m ente del educando. Tam bién en este caso educación y Ética se com plem entan. La Ética proporciona el plano general o m odelo de la conducta h u m an a buena, en tan to que la educación proporcio n a las reglas prácticas para enseñar u o rien tar al educando den tro de esa guía general. c) C uan d o educar significa lograr que una persona haga, p o r sí misma, lo que debe hacer, estamos en un caso similar al anterior. E n efecto, la disciplina llamada educación nos dice cóm o podem os proceder con el educando a fin de logar la autonom ía, la m adurez y la tom a de responsabilidad por parte de éste. La Ética, nuevamente, nos dice el qué, m ientras l a Pedagogía nos dice el cómo. d ) Por últim o, cu ando educar significa am pliar el horizonte de significatividad del educando (y a sabiendas de que este horizonte de significatividad es lo mismo que su capacidad para dar o encontrar sentido en las cosas, las personas y los hechos), la relación en tre Ética y educación es similar a la explicada en los casos anteriores. Educar es un arte, es decir, nos proporciona el m odo para realizar algo. Aquí es donde se ve m ejor la estrecha relación entre educación y Ética. Esta últim a podría constituir sólo u n conjunto de principios y conceptos abstractos sin ninguna aplicación práctica. La educación sería la encargada de preparar la m ente del educando para q ue éste se abra a la captación de valores superiores, en tie n d a c o rrectam en te lo q u e son las virtudes y adquiera la

inclinación y la facilidad para actuar conform e a esos valores y virtudes. Educar no es, pues, im poner valores, ni arrastrar al educando al cum plim iento de sus obligaciones. T odo lo contrario, educar es actuar de tal m anera que el educando capte un sentido personal en la realización de valores, obligaciones y virtudes. 6. R elaciones entre la É tica y la M etafísica. E n la actualidad existe una serie de m alentendidos y animadversiones hacia la Metafísica. D en tro de un plan elemental de explicaciones, podem os decir que la M etafísica contiene el fu ndam ento de toda ciencia; ella nos indica p or q ué tienen validez tanto la m atem ática com o la física o la Psicología. D el m ism o m odo tam bién es el fundam ento de la Ética. La Metafísica nos proporciona nociones que son indispensables para entender la Ética. U na Etica desarrollada en un nivel profesional no podría prescindir de la Metafísica como antecedente inmediato. Esta disciplina nos explica conceptos y nociones tales como el de ser, bien, valor, acto, potencia, sustancia, accidente, materia, forma, etc., que son instrumentos mentales m uy apropiados para captar el fondo de la temática propia de la Ética. Así pues, la relación entre Ética y Metafísica es la misma que la de ciencia y su fundam ento definitivo. A hora bien, dentro del nivel introductorio de la Ética que estamos presentando, sería im posible acudir a la metafísica en form a sistemática. Por tanto, en este libro nos vamos a conten tar con u n a ligera explicación, y a veces sólo alusión, a los cim ientos metafísicos que d an consistencia y validez a nuestra ciencia Ética. 7. R elacion es e n tr e l a É tic a y l a T e o lo g ía . La teología muestra u n parentesco m uy estrecho con la Ética. U na rama teológica es la Teología Moral. D e hecho trata el mismo tema que la Ética: la valoración moral de los actos humanos. Sin embargo, la diferencia es m uy clara: la Ética utiliza la razón com o instrum ento de su estudio. E n cam bio, la Teología M oral utiliza, además de la razón, los datos de la fe proporcionados por la Revelación, es decir, la Biblia y fuentes afines. D urante nuestros estudios de Ética n o vamos a utilizar la Biblia. N o es que se la desprecie; sim plem ente vamos a prescindir de ella, si es que querem os colocarnos en el plano científico y filosófico que nos corresponde. Por otro lado, no es de extrañar, al m enos para el creyente, que con el uso de la razón lleguemos a obtener juicios de valoración moral acordes con los que proporciona la Revelación. 8. R elaciones entre la É tica y la R eligión . La religión es la relación entre el hom bre y D ios. Es, sobre todo, una práctica, una vivencia personal, un contacto íntim o de la persona con u n Ser infinito, del cual procede y ante el cual puede ponerse en presencia. En ocasiones, esta experiencia tiene u n carácter afectuoso sum am ente gratificante y reconfortante. Lejos de constituir u n a alienación o una evasión, la experiencia religiosa es el acto que otorga a la persona h um ana su máxima

distinción y dignidad. (Al respecto conviene leer las ¡deas del filósofo francés» Henri Bcrgson en su libro: Las. dos fuentes de la m oraly de U religión.) Por otro lado, la palabra religión alude también a una serie de principios, conccpros. valores, precepto» y ricos que supuestamente contactan al hombre con Dios. Estamos hablando ahora de la Religión en cuanto institución. En este momento se puede distinguir una variedad enorme de religiones. Cada una tiene sus propios conceptos, dogmas, prescripciones v ritos. Veamos cómo se relaciona la Éíica con cada uno de estos di» sentidos de la palabra religión. a) Una persona que mantiene un contacto indino con D ios, sea dentro o fuera de una institución, normalmente obtiene en ese contacto la guía personal de su conducía correcta. En la profundidad de !a persona humana » contacta simultáneamente d Ser absoluto, el teiicno de los valores y, por si fuera poco, la fortaleza para conducirse en la vida cotidiana. En un capímio posterior se ampliará la descripción de este nivel éticob) La Religión institucionalizada contiene una sene de preceptos; muchos de ellos con altísimo valor moral, com o puede ser la caridad, la humildad, eí sentido com uni­ tario, la compasión, la piedad, etc. Ahora bien, aun cuando reconozcamos el valor moral de ios preceptos originados en la esfera religiosa, ei estudio de la Ética propuesto en este libro prescindirá de dicho origen y analizará las normas ericas exclusivamente dentro de un marco cic orifico y filosófico» tal co m o hem os explicado desde eí ca­ pítulo referente ai método. Así pues, la ¿tica y la Religión guardan una m uy estrecha relación. Sin embargo, la Ética científica y filosófica procuran mantener su autonomía con respecto a las normas morales que pueden surgir, y de hecho han surgido, a parrir de la Religión, .cea ésta una vivencia o una iftSti roción.

Capítulo V EL H O R I Z O N T E F I L O S Ó F I C O D E LA É T IC A Veamos cóm o se relaciona la Ética con la Filosofía. Esta disciplina representa un horizonte am plio que la contiene y la fundam enta. El significado de la palabra Filosofía ha evolucionado notablem ente a lo largo de la historia. E n este capítulo se explicarán cuatro m odos diferentes de entender el térm ino Filosofía: en prim er lugar su definición n o m in al, es decir, su etim o lo g ía; en se g u n d o lu g ar su definición real, que es un concepto m uy estructurado surgido en la tradición aristotelico-tom ista; en tercer lugar la Filosofía com o cosm ovisión (significado surgido en los tiem pos m odernos) y, por últim o, la Filosofía com o criterio axiológico, pro p u esto p o r el au to r de este libro. Después de esta revisión del significado de la palabra Filosofía podrem os explicar la ubicación de la Ftica en ese h orizonte filosófico. 1. 1 a Fu osQpfA c o m o am u r a SAHttH*Ki.v^.a palabra filosofía v iene de dos raíces griegas, filos y sojia. que significan, respectivam ente, am o r y sabiduría^Filosofía es» pues, am or a la sabiduría» es decir, afición, tendencia o adhesión a un tipo especial de conocim iento que se llama sabiduría. Esta idea, a pesar de su im previsión, tiene la ventaja de que nos adviene acerva de la hum ildad que debe tener el filosofo respecto de su propio saber. C u an d o decim os que el filosofo es am an te de la sabiduría, estamos m encionando u n rasgo de su personalidad; el hlósofo n o es necesariam ente el sabio, el qvte posee la sabiduría, sino el am ante de ella, el que tiende o se siente atraído por ella» el que cultiva la sabiduría, peto n o necesariam ente la detentaMás adelante vamos a d ed icar u n cap ítu lo e n tero acerca de la divcreKud oe significados que tiene la palabra amor. l\*r ahora nos detendretmv¿ nú* bien en la palabra Vc^unos cuál es el sentido ¡ytcjj» de ese term in o Se trá ti un conocimiento superior que normalmente adquirimos en la vida co«¿duna t a >aN«uru*1 estilo tfkSQs posee una caractenstto» un tanto estrarta no es ¡efe vV

académico, n o a definible y en ocasiones « inefable. La sabiduría es un conocimiento intuitivo (hohVJco, lo llamaremos más adcfonre) y. por tanto, ik> puede expresan*: fácilmente p or m edio de la palabra y el concepto. La sabiduría encuentra s u mejor expresión en la» metáforas. las parábolas, las comparaciones, los aforismos, los poemas y los mitos. H e aquí alguno* ejemplos concnru». 1) Cuando captamos la muerte d e Sócrates (en los b u llo y » i t Platón, por ejemplo), nos posesionamos de uno de los grandes valores d e la humanidad, a saber, la valentía para defender ¡as propias ideas y la actitud serena frente a la muerte. 2 ) C uando captamos el M iu j d e la Caverna, de Platón, empezamos a vislumbrar la postura d e rsre autor al subrayar la o lerenda enorme entre d conocimiento de ¡as cosas de este mundo y el conocim iento d e las Ideas. 3 ) La parábola del h ijo pródigo nos enseña con profundidad la actitud amorosa e indulgente de D io s Padre. 4 ) El pasaje de Tom Sawyer (personaje de Mark Twain) que describe a cítc nifto pintando el cerco d t su casa, pero no com o un castigo, sino con un acto propio de un artista, también nos enseña una verdad profunda: la actitud mental del individuo puede cambiar e l sencido d e una situación y. por lanro. su conducta y sus relaciones con la gente que lo rodca. Cuando u iu persona riene sabiduría (en el sentido clásico griego) no necesariamente posee un conocim iento científico. La ciencia es precio, racional, conceptual, y tiende a expresarse al m odo matemático. Las definiciones científicas son exactas, y rero es. sin duda, un vaior muy apreciable. La sabiduría se caracteriza porque no se puede definir. Es un conocim iento aconceptual, pues en e l m om ento en que se traduce con palabras, pierde gran parte de su vaior y d e su profundidad. Este tipo de conocimiento intuitivo u holístico será explicado con mayor detalle en un capítulo posterior. Henri Bcigson sosrenía que el concepto Ci propio de la ciencia, y la Intuición es propia d e L» Filosofía. Para este autor la F ilosofa consiste en "ir a caballo en el ser", en el movim iento, en d devenir propio de las cosas: el concepto en cambio, descuartiza la realidad, la inmóvil ira. la petrifica.1Algo semejante propone Gabriel Mared cuando dice que la ciencia erara aceres de problemas (cucsriones externas al sujeto q u e las rrara), mientras que la Filosofía trau acerca d e misterios (cuestiones cu las q u e d mismo sujeto está involucrado). La libertad, d ser. d amor, d conocim iento, son misterios, n o problem as/ C onviene señalar que las explicaciones dadas anre una parábola, un mico, o una obra d e arte, suelen quedarse en un nivel comple-ramcntc superficial con respecto a la enseñanza viva y profunda d e esos m edios d e com unicación. Q uien pregunta a un director de orquesta cuál es s u mensaje en ía obra recientemente interpretada, está delatando, coa eso, que no ha entendido absolutamenre nada. La sabiduría es la enseñanza inmediatamente involucrada en eso» temas. En cambio, la explicación dada a p o tu riori por muy científica que sea. tan sólo es una especie de mapa o copia de la profundidad ’ VÓM- Hcí-.. * V
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directamente en las metáforas, mitos y parábolas. 1 .a sabiduría pertenece a nivel profundo y el filósofo es e l que tiende a esos niveles. i¿i Filosofía, en cuanto ivo de la sabiduría, toca niveles más hondos que la misma ciencia, aun cuándo no Ja expresarse con la claridad y la exacritud de esa disciplina. N o e s lo m ism o ¡a icaria del amor, del perdón, de la actitud positiva, de la captación de las ideas y valora, q u e ia fórmula precisa con la cual todo esto se puede expresar científicamente, fírica es sabiduría cu cuanto capta los valores profundos que afectan al hombre. F.n estricto rigor dentro d e la postura aristotélica’ ia sabiduría e s una virtud Iecrual, es decir, una cualidad del intelecto por la cual se le facilita ln captación de n ivcles pro finidos dei Set La sabiduríao ¡ojia está por encima de la episreme (habilidad a raronar) y del ntms (¡labilidad intuitiva); la sabiduría es una síntesis de esas do» ilidades. l a sabiduría es, pues, una conjunción de ciencia y habilidad intuitiva, srenormen te veremos que « io s dos conceptos (¿pístem ey nous) guardan un cierto ' Mismo con d o s términos hegelianos: Versrand y \fcrnunfr. Por otro ¡ado, la logia contemporánea* lia explicado la función lógica y concepmal M in o actividad propia del hemisferio cerebral izquierdo, en tanto que la función intuitiva y artística com o función propia del hemisferio cerebral derecho. I.a Filosofía .«cría, pues, ia encargada d e uniltcar y armonizar esas dos funciones humanas que tienden a disociarse (epátem e y noto, Verstand y Vernunft, hemisferio izquierdo y hemisferio derecho, c o n c c p ru a iira c ió n c in tu ic ió n ).

Tü Filosofía entendida com o sabiduría suele enconrrarse en la tradición d e los pueblos, en los representante» más típicos de cada cultura y civilwactótt. En cada ¿pota suelen señalarse algunos valores, ideas y principios fundamentales que la caracterizan. Entender una época, un personaje, un principio fundamental, un valor, es señai d e sabiduría. Muestra una especial sabiduría quien entiende, por ejemplo, la cultura d e loa mayas o de los nahuas. quien capra el pensamiento oriental, quien penetra en e l espíritu de la Edad M edia y de los griegos clásicos. El filósofo, en este primer sentido, es e l que tiene andón a esas incursiones culturales. Más adelante explicaremos que la Ética puede expresarse al modo científico, p eto también puede percibirse c o a el N ous, es decir, con el conocimiento holístico, con lo cual queda incluida dentro de esta definición de Filosofía. C on esto hem os aportado una primera aproximación al significado de la palabra Filosofía. Sin embargo, no siempre se concibe de esta manera. Veamos otros enfoques. 2. La F ilo so fía c o m o estu d io nr. ia s causas supremas ¡ >ri univkrso. D e acuerdo con la Filosofía Tradicional, que se originó en Aristóteles y se prolongó « n Sro. Tomás d e Aquino, la esencia d e la Filosofía x define de la siguiente manera: "ciencia de todas las cosas desde e l pum o /ir vista de sus causas supremas

* V V w A m o n io G ó m c ; K obiedo; ¿ t a p e n t’ f ¿B á m a la in tia ia a ia . C a p . V. V é t / r K n l^ r: O r n r i m : ! /• P tk o k g M A Ss C c n s ím U .

a ) La Filosofía CS una ciencia. En !a tradición aristoteiico-toniista s e define ia ciencia com o un conocim iento cierto d e las cosas por sus causas. I -Oimpotianre en ia ciencia, a diferencia d e ia sim ple opinión, es ia referencia a las causas, io que origina o explica una cosa. I » Filosofía s e considera, pues, como una ciencia cu tanto que alude a las causas de Irx hechos esrudiados. b ) l a Filosofía, además, estudia todas las cosas. Tamo las se té n a le s com o las espirituales, las visibles o las invisibles, las mentales o las extra mentales. S e trata d e la ciencia más universal que se pueda imaginar. C) FJ punjo d e visra cspcdal con el que la Filosofía estudia a todas ¡US cosas CS c! d e las causas supremas. Mientras las demás ciencias estudian las cosas desde d punro de vista d e las causas próximas, la Filosofía toma una perspectiva especial que es la d e las causas supremas. I-sro merece una explicación más detallada. U n ejemplo d e causa suprema es ia esencia. La Filosofía estudia la esencia de las cosas. C on esto ya es suficiente para que la Filosofía adquiera un perfil especial y se pueda distinguir con respecto a las demás ciencias que estudia» las mismas cosas. las Matemáticas, por ejemplo, estudian los números; pero só lo a la Filosofía le compere el estudio y el análisis de la esencia del núm ero (y también de la cantidad, el espacio, y el iiempo). I a Biología estudia a los seres vivos; pero sólo a 1a Filosofía le comperc eí estudio de la esencia d e la vida. El ser humano es objeto d e estudio de varias ciencias; cada un a (Anatomía, I lisroria, Psicología, Sociología) tiene su piopio ánguio 0 aspecro especial para investigar al hombre; la Filosofía también estudia al hombre y e¡ tratado que resulta se ha denominado Antropología filosófica. Lo propio d é este peculiar modo d e cstud iar al ser humano es que intenta penetrar hasta la esencia misma del ser h u mano. C on esto queda claro que la Ética se inscribe com o raina filosófica en el m om ento en que se lan?a a la proftindización d e la esencia del valor, del bien, d e la libertad, de la virtud, d e la responsabilidad. En general, las causas próximas pertenecen al mism o orden o nivel d d objeto estudiado. Por ejemplo, una bacteria o un virus causan una enfermedad. FJ virus es un organismo que puede afecrar la salud de otro organismo. La ciencia experimental que estudia estos fenómenos está dedicada, pues, a las causas próximas. F.n cambio, una causa suprema pertenece a un nivel diferente al del objeto estudiado. I a s esencias son estructuras que dan unidad y orden a los elementos que engloban. Se dice entonces que la esencia es d e orden diferente a los elementos unificados por ella. lí) esencia es una causa suprema y su estudio es propio de la Filosofía. Otro ejemplo d e causa suprema es D io s, cuyo estudio también compcrc a ia Filosofía. E l tratado que resulta se ha llamado lcodicea o Teología natural y es una paite d e 1a Metafísica, cuyos problemas están fuera d d alcance de este libro. Por ahora podernos concluir que la Filosofía adquiere, con esta definición, un estatus especial, se trata d d estudio d e los fundamentos radicales del universo. N o es de extiariar que el concepto d e ciencia haya evolucionado a través d d tiempo. E n este misino libro manejaremos otra definición {¡>ardd¡'¿riui fuiuUirn¿nia/io). Por

otro lado, algunos científicos d e la. linca empirisra y positivista prefieren eludir la palabra causa, pues se confunde lo que simplemente antecede a un fenóm eno con la autcnrica causa (lo que da origen a un ser). La ciencia csmdia, dicen ellos, las relaciones constantes entre dos fenómenos. U no es la variable dependiente y otro es ia variable independienre. Uno d e d io s está e n función del orro, varí* cuando varía c! otro, aunque n o haya causas cu esta relación. Matemáticamente esto da origen a una expresión nítida: x = f (y). Esta noción d e ciencia sude uriiizarsc en un leireuo empírico, experimenta!, y por ramo ya n o es aplicable a la filosofía. Veamos una explicación más am plia d e la definidón d e Filosofía com o cienda de todas las cosas por s u s causas Supremas. 3. L a F ilo so fía m q » > ¡ i n c ik n u a La Filosofía es una dencia. Para afirmar esto debem os aclarar que e l con cep to d e ciencia aquí involucrado n o coincide con el concepro restringido que se maneja en la actualidad y que condene só lo a ias ciencias naturales y experimentales. Evidentemente L» Física, la Q uím ica y la Biología son ciencias (y pertenecen a una cíase especial llamada 'ciencias d e la naturaleza). Pero la Marcma'rica es también una dencia, aunque n o pertenece a las ciencias d e la naruraicsit. D el m ism o modo, la Filosofía es una cienda. y pertenece a otra clase diferente a las recientemente aludidas. Iambién se podrían mencionar a ias ciencias humanas, com o ¡a Psicología y la Sociología, por ejemplo. Esro nos da una. idea de! sofisma en que incurren los que pretenden restringir el concepto de ciencia hasta hacerlo sinónim o d e d e n d a s d e ia naturaleza. F.l concepto tradicional d e dencia es: conocim iento cierto de las cosas por sus causas, y soba- esto ya hem os hablado en los párrafos anteriores. Veamos ahora d e qué manera la Filosofía se comporta com o una dencia, pero ahora tomada ¿sra como paraAigiuifundam entado. !;> definición de ciencia com o paradigma fundamentado está inspirada, mas no calcada, en la lectura de un libro moderno d e epistemología.'1Una idea fimdamental en esc libro es la mutabilidad d e la ciencia, con lo dial cae d e ese pedestal de conocimiento dogmático, absoluto y definitivo q u e algunos han pretendido adjudicarle. Desde m i particular punro fie vista, lo esencial cu toda cienda es que consrift;yc un “paradigm afundam entado".6 Podremos inferir que ia Filosofía cabe en la categoría d e ciencia si acaso se puede mostrar su calidad d e paradigma fundamentado. N otem os las siguientes razones: a) La Filosofía presenta un m odelo dei universo en s u totalidad. M odelo universal es precisamente e; significado d e la palabra paradigjna. Este m odelo, además, sude llamarse cosmovisión, tai com o explicaremos >nás adelante.

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U-, m y i x f - o i m á tx tif./s i . E ¿ i : « i ¿ F im d ti ilc O u i i i i í . H a o ú a ú a .

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G * p - i . y a m h t f n f n mi

b ) Cada una d e las ramas ¿ e la Filosofía se ha preocupado por presentar el paradigma correspondiente a su objeto especial. Por ejem plo. !a Lógica presenta él paradigma del raciocinio y del pensamiento correcto; la teodicea presenta el paradigma acerca de D io s y sus relaciones co n e l universo, la Metafísica presenta e i paradigma de los fundamentos de todo conocim iento, d e rodo ser. y d e io Absoluto. La Kiica presenta el paradigma d e la bondad o maddad de los actos humanos. c) l o s sistemas filosóficos han presentado diferentes paradigmas del universo. Esto n o demerita la calidad d e ciencia qué posee la Filosofía. F.n todo caso, habría que analizar cuál o cuáles d e esos paradigmas están suficientem ente fundamentados, la m b ió ' dentro de las ciencias físicas se han mostrado diferentes m odelos d e átomos y diferentes m odelos del com portam iento d e la luz. Lo impórtame frente a las diversas alternativas es una postura analítica, crítica y fimdamemadora. que es ia segunda caractccísrid d e ¡a ciencia señalada en nuestra definición {paradigma fundamentado). d ) 1 - 1 nindam entacíón d e u n paradigma r.o necesariamente se realiza en función de oeperimentos. Las Matemáticas’, la Lógica y las ciencias especulativas se fundamenran d e un m od o racional, no al m od o empírico y experimental propio de las ciencias d e la naturaleza. D e igual maneta, la Filosofía ofrece t¡na fiindamentactórí d e tip o racional, no experimenta!. c) Fundamentar un paradigma quiere decir proporcionar la evidencia d e s u carácter paradigmático, es decir, verificar su calidad dé modelo universal. Es evidente, cuando se uata del comportamiento d e objetos particulares, co m o la longitud de las palancas o el peso atómico, que e l m ejor m odo d e verificar la ley que las rige es d método experimental. Pero cuando se tsara d e tundamenrar un paradigma d e tipo radonai, que alude á objetos invisibles, resulta absurdo pretender aplicar allí el m étodo experimental. F.n este caso la fiundamentición es d e nivel racional. Por ejemplo, e.l teorema d e Pitágoras se fundam enta algebraicamente de una manera absolutamente satisfactoria, sin necesidad de recurrir a mediciones d e triángulos concretos. La Filosofía también ofrece fundamentos de tipo racional, n o experimental. La mente del filósofo sueie inclinarse, a v eces con exageración, hacia el pensamiento raciona!, analítico, argumentativo, deductivo. D ebido a esto se ha ganado ¡a fama de intelectual abstraído v desprendido de los problemas concretos y reales d e ¡a vida. C om o si los problemas que el atiende no «tuvieran implicados en la trama profunda d e ¡a existencia cotidiana. A sí pues, la Filosofía se presenta siempre co n un carácter paradigmático y además, fundamentado d e una manera racional. f ) Otra cosa es que los argum entos V pruebas q u e ofrecen los filósofos sean igualmente aceptables. D epende en gran pacte del contexto propio de un filósofo el que su cosmovisión v sus pruebas convenzan a las mentes educadas en otro « m ic x to y con orros antecedentes. La Filosofía, d e cualquier maneta, se manifiesta siempre com o un paradigma fundamentado. U validez absoluta y definitiva d e una fundamenración e» una pretensión urópica y fais?..

Edmundo H i i w r i s o s é íc ic que la dcucia. p a r a que verdaderamente X distinga dci ¿onocim i e n t o vuigu;. debecontener principio*s»n «videncia aojólo ascitóriia. snoapodícrica. E s ia.evidencia utaiório)áCMenonosproposiciones «ftbdens perotpic p o r ir fa n serfakts. l i a laevidenciaapodíaica » .< e v e ra ro o s piopo»idoiitvi]ui;.al«Ti»df «rwáadccas, seria abMirdixpKfbmn ñisas. 'Dosnsás dos igual acuainf « un e j e m p í o de c a te a apodíctica. Como puede r-orarse, h ácuea<¡ix cultiva e¡f a Huraano,potlo tacnúetn ko ¡k-m¡x» actual», estánaryle)<&de lki«ica; rtxpriiimkijwcdkmo. C on esro queda explicada nuestra aseveración d e que la Filosofía es una d e n d a , «s decir. un paradigma fundamentado. 4. Es. OBJETOM*Ierial D£ LAFILOSOFÍA. N o hay i»ada que s? escape al estudio de. la Filosofía, ’íán to los seres materiales co m o lo s espirituales, ¡os números, las virtudes, el set hum ano, las máquinas, las d e n d a s, ias arles, la ieliddad. ios valores, las estrellas, io d o es objeto de la Filosofía. 1.a universalidad d e ¡a Filosofía se Comprende con facilidad en el mom ento de captar ¡a potencialidad d e nuestra menee. Gracias a ella es posible designar a todas las cosas co n ia palabra ente, y a aqudio que les da existencia cor la palabra ser. La Filosofía, en su rama primordial (Metafísica) trata d e rrdos ios entes, en lo que tienen de constitutivo com ún, a saber, el vrrácios cures. (Ion esto bastaría para entender d e q u é man m s b HJfcwníía Ir- r o lépete *1 estudio d e toda* lac coftis. Esta temádea acerca d d ser d e los entes, que podría panxer inocua y lejana a la problemática (a veces m uy angustiosa) que nos afecta de c a ca , es precisamente el punto más valioso y orientador a>n respecto a las solucionesque
d u ío « p c c a l :5c h>palabra w k ' b i contraposición * h palabra form si. c u n u n a¡$aiScado q u e n o ve™ . <¡uc > « c o n * sm rid o luuaí ¿ c eflas. M ateria a ^ u í« l o n ró m o q u e c o n te n v íK y Éoisüa « .« ru c iu ra q u e d» u n id a d a la ra a re rá . P or «*<>. e l o b jeto material d c u m d c o n a c b . tem ática que nací- el mmev-kk. d e esa oe rv i* . y e l o b jeto f o n w l « la c a u ec u ra o *spcxi<> m ateria* y la brtnriaii o m aldades su objeto tomiáL

5. ElokjKi'O PORMA1 DE ia FníWOrtA. Hemos estudiado que bs dendas se distinguen por su objeto formal. FJobjetoformal de unadencia es d aspeen» especial que se enfoca. N o importaa u c varias dendas coincidan en su objeto material; bosta quesc distingan por su objeto formal. Ahora bien, e l objeto marerial de la Filosofía es: 'todas las cosas”. Podenvos añadir ahora q u e c¡ objeto formal d e la Filosofía es- d fundamento último o ¿as causas supremas de todas las cosas. 'lambió» podemos decir que la Filosofía estudia la esenda de codas las cosas. Asi pues, cuando a la Filosofía y a las matemáticas les interesa d es nidio de los números, la diferencia está en que las matemáticas iuvestigm las rdadow » en ere números, mientras la Filosofía investiga ia «encía d e los nút-ietos. Cuando !a Filosofía se interesa en un objeto especial, ki que quiere averiguar es Su esenda. C uál es la tsen a ti d d ser humano, de la b e f a . d e la libertad, 00 ia sociedad, d e ! i ley, d i k materia, íid espíritu, d e la muerte, d d número, del amor, de la virtud, de ¡a bondad, del tiempo, dd pensamiento, es d interrogante primordial de todo filósofo. I a esencia es uno de lo s primeros principios o causas supremas q u e estudia la Filosofía. También se inreresa por los demás primeros principios, com o p or ejemplo; la causa primera d e rodo d universo. AI filósofo le interesa investigar a fondo cuál es el origen. el porqué y el para qué d d universo y d e cada cosa en particular. Quiere conocer cuál*es la esm ictuta íntima d e las cosas, preccnde conocer lo s cim ientos o fundamcncos radióles d e todo conocim iento, de todo valor, de todo ente. Tarde o temprano, rodo ser hum ano se formula preguntas que las d e n d a s no alcanzan a contestar porque rebasan su propio terreno. Desde pequeño, d niño se pregunta por la muerre. por e l origen d e el mism o y d e sus hermanos. M ás adelante se cuestiona su libcrrad. su autonomía, sus valores. También suele preguntarse acero* d d sentido de la vida, y busca algo que le proporcione un. motivo suficiente para vivir y luchar. l_as respuestas a dichos interrogantes no son fócilcs y n o se encuentran en la ciencias particulares. N i la Biología ni la Física n i la Química ni las ciencias humanas., com o ia Psicología o la Sociología se dedican a responder dichas preguntas. Es la Filosofía la encargada d e escudriñar y propordonar n-ípuestas, o por lo m enos pistas d e solución, ante dichos interrogantes básicos. D ado que n o son teínas o cuestiones fádlCÑ. existen varios intentos d e respuesta. En cada época se ha puesto d e moda una o varias corrientes que pretenden dar una soludón ante dichos interrogantes. En nuestro siglo, d cx'istendalismo y d marxismo se han encargado d e difundir algunas tesis, muy populares en cienos ambientes, amo las cuestiones fundamentales de la vida humana.

Iareítmo. la lucha contra ia exploración humana, la denuncia d e la* alineaciones. la i d e un proyecto fundamental. la m u cu eco m o aniquilación del hombre, etc., son d e las ¡deas propuestas en esa» cosm om ione». En el capítulo que sigue a n o s co n mayor detalle esas posturas, l a ¡dea de causa ha dado origen a numerosos análisis en lo s tiem pos antiguos. Aristóteles propone una Cuádruple división cíe las causas: material, formal, eficiente y final. I a causa eficiente es la que entendem os ordinariamente, es todo aquello que Juce a otro ente, t í causa final es la m c u u objetivo grabado en el mism o ente. la . material es el contenido que constituye al ente. I a causa form ales U estructura que :e da sentido o inteligibilidad al enre. La causa material junto co n la « u s a formal constituyen la esencia d e un ente. A la Filosofía le com pete el estudio d e « ta s cuatro P“°sas en los entes. En d hombre, por ejemplo, !a a u e material es su cuerpo y la causa formaí es «;: alma (por ramo, según ArisÓtdo y en contraposición a su maestro Platón, la esenca d d hombre n o está só lo en su alma, sino en la unidad de cuerpo v alma). Ia cau » ñnal del hombre es su objetivo inrrinscw (la felicidad) y la causa eficiente « L>ios o los padres, «egun se considere U «tusa primera o ia ctusa próxima. En resumen, s i querem osresum ir las .a ra c trfm c u de la filo so fía conforme a este segundo significado de L palabra, podem m d e c ir L a filo sa jia es e l conocim iento racional, y y científico d e La esenciasy d e b i prim eros principios de todo em e. 6. U F ilosofía c o m o cosmomük'in H em os explicado la definidor nominal y la definición ro d d e Filosofía. En tercer lugar estudiemos la Filosofía com o sinónim o de cosm oviuón. Una cosm ovisión. com o su nombre lo indica, es un conjunto d e ideas que nos d erriben el m odo en que percibimos d cosm os, e l m undo, es decir, las cosas, las persona, y las situaciones que nos rodean. Cada persona tiene su propia uw novisión. cada un o juzga a su manera los hechos que lo rodean. .Se dice entonces que cada unr> nene su propia Filosofa, su propia perspectiva para percibir sus dreunstandas. A csra peculiar manera para captar las cosas es lo que se ha llamado cosm ovisión o Filosofía. Ia cotm o visión es. pues, d conjunto de conceptos, intuiciones, principien y valora que una persona ha adquirido a lo largo d e la vida y que le sirven para romai una postura frente a k»s hechos que la rodean. F*t«e, pues, una infinidad d e co
E n los ú )r¡m .« tiem pos « h a p u e s to ác m o d a ¡a palahK a le m a n a Wckotschtuung, <¡'« » Sn i 6 « literalm ente“cootovím óü’ . Esm palabra e s m tiy « g n ilu a á v a . pp«*exprcrak» q u é « ¿ ¡n a n a m e n te «: cfláeodepor Filosofo.« d c á r. o r a c i ó n geneíai deí m uttdo. u r*. « p e d e d , - c s m ^ m t e k c ^ i en ia cual q u e d a n m utilados lo s p H n d p a k s c o n c h o s e in n iid o n o acerca del hom bre, del m undo y d e la vida-

£x\ c$rc sentido « com o se puede afirmar que roco e l mundo tiene su propia IiíowRa. Hasta c' analfabeto llene un vierto modo de penar, una serie d e ideas O afirmaciones básicas con ias cuales acostumbra juzgar ios acontecimientos que lo rodean. I a señora acaudalada, que lia vivido muchas peripecias y que tom a ahora un papel de espectador er; la vida, tiene una cosm ovisión muy diferenre a la del ¡oven revolucionario que interna acabar con las estructuras hechas. Ri r:belde sin causa, e l campesino, d estudiante universitario, el hombre d e negocios, el chofer d e taxi, todos rienen su propio m odo de ver la vida, su propia cosmovisión. Y C S que !a experiencia diaria va deiar.do una especie d e « d im en tó e?i d intelecto de !a persona, una serie d e principios, dogmas, juicios rectores, argumentos, etc. (que a veces quedan expresados en forma d e refranes populares)- La educación, las imposiciones d e la auroridad, ¡as revistas y pelícubs, ei ambiente del barrio, la escuela, las‘amistades personales, las lecturas, etc., continuamente « r ín influyendo en cada persona para depositar un rastro orientador (o d o uiciiuidvi) que formarápoco a poco !a cosmovistón ó Hiosoiía personal d e esc individuo. t í estudio d e la f ilosofía implica, pues, u:i percatarse d e las diferentes ¡ ll a n e r a s ce percibir al universo, una tom a d e conciencia d e peculiar m odo que tiene el propto sujeto para juzgar las personas, las cosas y las limaciones que lo rodean. F.s muy interesante descubrir ia cosmovistón o Filosofía que cada uno riene, las lllás d e las veces en forma implícita, sin previa reflexión. Casi nadie se da cuenta d e un modo reflejo acerca d e io s principios tácitos que utilba en sus juicios valoram os, en ¡as críticas que hace a lo s demás, y en las apreciaciones de las obras de arte y de la conducía d e ios gobernantes. La descripción d éla s prmeipaks cosmovisioncs (tem a de! capítulo siguiente), ayudará a descubrir en k mente de cada lector la afinidad o disparidad propia con respecto a esos modos de pensar, se hará consciente y explícito lo au e estaba inconsciente e implícito. Podemos señalar la importancia enorme que t ¡ene la cosm ovisión personal centro de la higiene mental d e ¿ d a uno. I a felicidad v la .satisfacción personal conectada con los acontecimientos cotidianos d e ¡a vida va a depender, pnmordialmcnte, cel tipo d e cosmovisión que se adopte. Si la neurosis es el arte de hacerse in f d ^ esto se debe al tipo d e cosmovisión que se aplica parajuv§ar las circunstancias que día ñámeme estamos viviendo. Ñ o son l ¿ cosas las que nos hacen sufrir, (dice un adagto latino) sino lo que un o piensa acerca d e « a s cosas. La nejor psicoterapia es la que logra un

■ A „ , c , ^ ^ - x o p u ed e
>io profundo c u el m odo d e pensar del paciente, co n lo cual podrá modificar sus ante la vida.7 , |xw supuesto, U , cuatnovaioncs d e lo s filósofos ptofesioiulcs. Su vidaatiera dedicado a investigar, auali/ar- estructurar y difundir un m od do dd universo. pcnotale¡ Charles Tart (romo I. C ap. 2). en : expone los prindpios implícito» cu d m odo d e pensar ordinario d e la cultura ita l y que difieren radicalmente co n respecto a los d e la cultura oriental. 7. I a FuasrebmMOCKTi kkk>axxxO ükx». Hemos estudiado nes maneras d e entender ! significado d e ia palabra Filowiha; u x n o amor a ia sabiduría, como dend a de la» supremas y com o cosmovisión. Fu íntimo acuerdo cor. a ta última concepción podemos ■ahora a b l í losofla com o criterio a*iolúgico, propuesta por d autor d e «te- libro. La teoría d e los ¡trun d / color (explicada mi» adelante), nos dice que una penona otorga un peso y valor diferente a la» cosas de su alrededor d e acuerdo co n su propia perspectiva para percibir las cosas. Pero una cosa son los lentes, instrumento para captar los ob jetos v o c a cosa son las proposiciones y lo s conceptos que. a partir d e o o s ¡ente, se pueden llegar a generar. Fstos principios y conceptos consririiyen en su conjunto toda una cosm oróión. l o s lentes, en cambio, son los instrumentos cognoscitivos para obtener esos conceptos. Pues bien, la Filosofía, en e s a cuarta modalidad sería com o d lente que nos sirve para generar una cosmovisión. t n tanto que la cosm ovmón o un conjunto d e principios, conceptos y valores, la Filosofía es la forma o estructura i Oosatt) que el aparato cognoscitivo utiliza para generar y expresar su cosmovisión. La filosofía, en este sencido, es algo totalmente subjetivo y noético, es d aparato mediaúzador que genera las percepciones y las cosmovisiones. A reserva d e explicar con mayor detalle esta teoría d e los lentes d e color, veamos un resumen d e sus ideas principales. FJ conocim iento consta d e mareria y fonna. La materia es el dato rccihido en lo s sentido». La forma es la csmicrurn que aplica la mente en d dato recibido. I« que conocem os es un fenóm eno mediatizado por las formas cognosdrrvas. Fs posible percatarse de esa mediarixación y abstenerse, aunque sea parcialmente, d e dichas formas. La empatia y la creatividad son las dos grandes

experiencias q :¡e m uestran esta posibilidad. La verdad, e n su sen tid o m ás p ro fu n d o y más real, consisre e n develar el ser. Ixjs velos q u e en cu b ren al ser so n precisam ente esas form as cognoscitivas q u e la cultura nos h a heredado. La Filosofía d e u n a persona esta constituida p o r esas formas o estructuras cognosdtivas, que ah o ra llam am os criterio axioiógico. Saber desprenderse d e osas categorías y ju g ar con esos p rin cip io s es uciO de los fru to s q u e s e derivan d d e stu d io d e la Filosofía.3 Pongamos u n ejem plo concreto. U n elem ento de u n a cosm ovisión es i a llamada ley d d ralión: " O jo p o r ojo. diente p o r diente”. E sto es u n juicio p ro p io dé una cosmovisión. A hora bien, el lente q u e está inm erso e n ía persona y p o r e l c u a l ve com o algo lógico y oTsvio ese p rin d p io es u n a fo rm a o estructura q u e podríam os llamar el iehre d e Li vengan?a justificada. Q u ie n se q u ita ese lente, deja d e ver com o aLgo obvio ei principio m encionado. M i concepro de Filosofía es. pues, e l siguiente: Filosofía es d co n ju n to d e formas o estructuras m entales (q u e ta m b ién podríam os ¡¡amar co n stru iro s o estructuras noóticas) q u e n o s perm ite caprar ¡as cosas y las personas con un cierto valor. E n una palabra, se ita ta d d criterio axioiógico d e u n sujeto, (ira d a s a ese criterio es como elabora los jut-cios d e v a lo r referentes a to d o lo q u e lo rodea. Sus esperanzas, sus ilusiones, S«s agravios, su s resentim ientos, sus preferencias, su proyecto v ital y el 'f u tid o d e Su v ida. están colgando de este criterio axioiógico. Filosofar es desentrañar ese c r ite r io y c a e r e n la c u e n to d e « i ac c id e n ta lid a d .

En la práctica, la cosm ovisión y ei criterio axioiógico coinciden. Son co m o las dos estas d e una m ism a moneda. F.i criterio es sem ejante a la placa fotográfica ícl negativo) q u e proslucc la fotografía {en positivo). F.! crirerio es la form 3 o estructura d e l aparato cognoscitivo q u e da origen a los principios y conceptos de u n a cosm ovisión. C uando alguien quiere modificar su cosmovisión. lo q u e requiere es u n cam bio previo de su criterio, es decir, de sus categorías axiológicas. F.I crirerio axioiógico corresponde a Sos construcios o catcgoiias noc-ricas aplicados en la percepción. Expl¡citarlo, depurarlo, com plem entarlo, es u n a manera d e hacer Filosofía. D esde d p u n to de vista antropológico y psicológico, es m u y im p o rtan te el papel que desem peña d criterio axioiógico en la vida d e u n a persona, pues d e ¿1 dep en den sus actitudes. Podríam os d e c ir q u e una Filosofía e» co m o u n lente d e co lo r q u e utiliza e! sujeto p a ra percibir las cosas. D el co lo r d e su lente d ep en d e el m o d o c o m o capta sus circunstancias. A p a rtir d e allí se derivan las em ociones, las actitudes y la. felicidad d d propio sujeto. T endrem os o p o rtu n id ad d e explicar con m ayor detalle e sta teoría d e ios lentes d e color y .sus aplicaciones en el rerreno de la vida práctica. Filosofar significa, pues, reflexionar, revisar los propios ¡entes, tom ar conciencia del propio criterio, aceptar que es u n elem ento subjetivo e¡ que le da un colorido especia! a las cosas y ¡as personas de n uestro alrededor. I a persona q u e roma conciencia d e su propio criterio y se pcieata de la naniraícza u n tanto acddental d e él, empieza a poder jugar con 5

V i> x - i r a u n h k I r i x í A q i « o í l i e j s e n m

i " ü , a m j,I u > c í i jiií» 'A p u n ta

i m í s t M ío w íriw iirc .

lib < o F e n e v s j.fitx U g d , f c d l t w i l E sfiiig iv y w jx M fr i i m Jiw > iíIIi>

licué sentido dd hurnoü es d cdr, sabe « ú s e de su» propiosjuicios, tan en serio, y se .vuche más íioriblc. Esa persona puede ponerse en ios otro, se vuelve m is comprensiva y tolerante con respecto a los principios que demás. La filosofía, tomada com o criterio axiológico, es la 'experiencia que re maduro uil toque, de sabiduría. * r p c x J c n x B « S a l a r c j u c c x i s i c u n a v a r i e d a d m í n e n l a d e u t n c c p i o » < i t i t t . i i d e l a o c .ty A z

ffa. E n e ste libro h e m o s expuesto solam en te c u a tro m odalidades. Pu ed en estudiarse e s t i l l a u l i r u d e X a v i e r X i : h i r i . (.¡ n a r la t ia n a i ií F :¡/ m jia . A i í í

U » d K K t z x t >s

p o r autores c o m o Aristóteles, K ant, C o m te , Kergson y I íusseiL ¡ m p o k t a m : . \ v i a u j i u u a I ) í » i A F iiA JS o rtv N adie duda d e la importancia

ccias de la naturaleza, com o ia Física, la Química y la Biología. F.n cam bio, difícil encontrar adeptos de ia Filosofía. EJ estudiante de ia carrera de Filosofía ’bir m uchas objeciones y críticas cuando anuncia su decisión de dedicarse almenre al terreno filosófico. Revisemos pues, aun a riesgo d e repetir ideas tas, en dónde reside el m eollo de la importancia y el valor de esta disciplina. L a Filosofía explica ¡a diversidad de criterios. Efectivamente, la persona que estudia fía se da cuenta, desde el principio, de la enorm e diversidad d e sistemas expü• de la realidad. La tendencia d e mucha gente que observa desde lejos csrc :-¡no d e sistemas filosóficos suele orientarse al escepticismo, com o si fuera ble conseguir una verdad estable y satisfactoria. Sin embargo, un estudio más JO del fenóm en o pluralista indicado nos conduce a una d e ias grandes tesis dei filosófico propuesto en este libro: conocer es interpretar eidoro recibido enfunción serie deform as o estructuras noe'ticas que e l sujeto aplica sin dañe cuenta de eii/>. P o < , nada de extraño hay en el hecho d e que cada un o aplique estructuras diferentes datos recibidos. Esas formas han sido aprendidas en la cultura que nos rocó vivir y en vim id del eso educativo que hemos recibido. Cuando una persona está consciente d e este meno interpretativo, tanto por parte d e el m ism o com o por parte d e los demás, una actitud d e tolerancia, respeto y aceptación. S e aleja d e !a acritud dogmárica dialogar con las personas que adoptan una interpretación diferente. D esde d mentó en que seda cuenta d eísta cualidad interpretativa d e la percepción humana, 3 d e defender su punto de. vista com o si fuera eí tínico aceptable. b) ¡ a Fiiosofía ayuda a comprender e l pensam iento de otras,personas. I .as d rvergene.ins tre varias personas suelen conducir a ia enemistad. í-os miembros d e una misma ilia pueden vivir muy distanciados unos de otros debido, principalmente, a sus •.rentes pu ntos d e vista co n respecto a un mis.mo asumo. U na pareja suele iniciar vida en co m ú n cuando se convence d e la afin¡dad entre ambos. Sin embargo, ias «instancias y el proceso evolutivo d e cada un o d e los cónyuges puede ser mt¿y ferem e, d e ia! manera que, cuando pasan algunos anos, los dos cónyuges se cncueniran materialmente separados cu su m o d o d e pensar, en sus gustos, en su s

juicio* valoramos y en sus decisiones prácticas. I * Filosofía es d instrumento que ayuda a comprender e « a evolución en lo» criterio* d e ambo* co n y u g o . C uando
res para ver la realidad. Ésta es ;ni manera d e entender e l concepto de uceión prcconÍ73 un insenmento ¡ta lú á launjuesea nadamá¡¡¡mrasaiiéaexrk raxtKdaddemmparúrbs^propiosconocimientos, iembargo., antesd i que L¿Filosofíaadquiera tstecar&Jercomzpaud ms contenidossemantienen de un nivelintuitivo que. s i bien alimentan a lp rp io sujeto, son ¡nefaí/lesyen cieno modo "-¡cabla. l i x i s t e u n a s e r i a ¡ i m i t a c i ó n h u m a n a p o r a i r a s m i t i r . 't g m l i e x í n t S r r n '. 'm i r e n s i g n o s . m a s

no

n e c e u r i a m w w s i g n i t í e a d o s - E l s i g n o « m a t e r i a l , y p o r e s o p u e d e tr a s m i t i r s e , a d e c 'u , p a s a r d e u n ¡U& U IO IS O . i ’e i o l o s s i g i t i l l u i d o s : k i t i e n e n o p a c i o . s o n i n m a te r ia le s , y p o r t a n n o p i m i e n p a s a r C e u n ii i g a 3 n c r o . A h o r a b i e n , l o s s i g n o s q u e u t i l i z a m o s e n n u e s t r o l e n g u a j e s o n e q u í v o c o s , ¡u n b ^ iu ) * . c o i i v c a c i ú í a l i í , y t i c n i n g u n a m a n e r a g u a r d a n u n n e x o n w x s s ñ o c o n r e s p i r o a l s ig n i f i c a d o q u e re p rc w n rs n . P o r « r a m ó a , c u a n d o s e tr a s m ite u a s ig n o , n a d ie e s tá c o m p le ta m e n te * x l u u d e h a b e t c m iis lu i< k > e l « g n i i i c a i i o <¡4» e ú á p e n s a n d o . A f o r t u n a d a m e n t e , d u s o c o n t i n u o d e c ie r to s f í r m i n o s lo g ra u n a a s o c ia c ió n e n t r e s ig n o

y

s ig n if ic a d o » . s u f i c i e n t e p a r a p o d e r e n l a b i a r u i «

c o m u u n .a ü ó u f a m i l s r . -S in c n b a i g p . e l p r o b le m a q u e c w a m t» p l a n te a n d o p e n e s u m á x i m a d if ic u lta d

cuando « c3T3.detrasmitirsignificados nuevos consigisos cambtáidesconocidosparaelintedúcutor. Hu.ctletsu». todo proloorlia¡cilicio ijuc.niíriril dvKiíiode ha
* V í ü í e n £ e c p llo íió .i m i» a iv .a i i d e a i c a a .iiro o> m i JiS ro iic liu o ü g i* . C x ¡>. 1 1 ; y p ü i tu p ita tn . n> i í icir-.i ¡ISK&r. .‘X- .Kfljrirrv. ilr .Vn. ’!¡x n ¡« i |r A q u i& i

ii icticno de los conceptos. « convierte en un instrumento pragmático, útil para r compartido. evaluado, criticado y aplicado a la solución d e los probienas d e la vida. m

nr. L A F i l o s o f a . I a enorm e variedad de seres en d universo ha una división de la Filosofía en diferentes ramas. En « t e libro vamos a sólo ¡as más importanres.

9 . La s R A M A S

'. ! a Antropología filosófica esoidia a! ser hum ano desde el punto d e vista de sus ¿ucríscicas esenciales. Sus temas fundamentales son: ¡a persona humana, la CDfKiciveia. la libertad, lo» valores y la trascendencia humana. 2) l a iónica y la Teoría d e l conocim iento estudian las características propia* d e un tocimienro correcto y verdadero, respectivamente. La corrección de u n pensamiento ordenamiento interno, ia armonización y adecuación de sus diferentes paites, l a de un pensamiento, en cambio, es s u adecuación con la realidad que intenta 3) l a lírica a la rama d e la Filosofía que estudia la conducta humana desde el punto ¿ e v i'ia de su bondad o maldad. F.sra rama ha sido, posiblemente, la m is conocida y comentada en d género humano. 1 l a FstéiUa estudia ia « c n c ia de la belleza y dei arte. F.nrrc sus temas más importantes se encuentra e l estudio de ¡a creatividad humana y de la experiencia e s u :íca, asi com o los diferente* géneros en las bella» arte-»5) l a M etafísica es e l estudio del ser en cuanto ser. t s , qui?á. d estudio m is propio v profundo que ha emprendido ¡a Filosofía, t i ser es el consrimrivo fundamental de tcvLts las cosas .entes), lo q u e les da inteligibilidad y estructura. En d estudio de !a Metafísica es donde adquiere la Filosofía su máxim o u iv d y valor. 6 ) I a Teodicea o Teología natu ral (considerada com o una parte de la Metafísica), es el estudio acerca d e la esencia y la existencia de Dio». D chc distinguirse claramente co:: respectoa h religión y a !aTeología. I a reügión n o es una ciencia, sino una institución que intenta la unión d d hombre con D ios. La Teología sí es una dencia, pero su fundamento prindpal está en la revelación y la fé. La Filosofía intenta ia investigueen el tema de D ios sin tomar en cuento (pero sin rechazar o devalara) lo» datos de revelación {B iblia, librossagrad*, etc). 7) Existen orras ramas d e la Filosofía, tales com o la Filosofo de la dencia, h Ft d e la naturaleza o Cosmología, la Filosofía d d deredio, ¡a Filosofía poütksu Fi de la historia, ere., que suden estudiarse en los curvos especializados tic nivd universi 10. F.I. vvfSTO DE i a É ixja :>KNTRO DE U Fux.W»(a. La Ética es una rama de Filosofía, y por tanto, participa de lis características de esa disciplina. Esto signi que e l carácter filosófico d e la Frica coloca a esta rama en un puesto m uy re com o a conrinuadón explicaremos. Fn primer lugar, a la Etica le interesa d estudio de la esencia d e lo* humanos. Estudiar los actos humano» en su esencia quiere decir que se trau

a clarecer cuáles son las características propia* de codo acto hum ano. Ya veremos adelante que una do esas car*aeristicas es !a libertad. Mientras uo se tic la ibertad n o hay propiamente aero hum ano, sino acto del hombre. 1.a condición idispensable dei vaior mora! es que se dó un «cío humano, es decir, un acf¿ ejecutado brem ente, Sobre esto abundaremos más adelante. En segundo lugar, a la Ética le interesa e l esrudio de la esencia de los valores y, en especial, del valor moral. F ito quiere decir que trataremos de ver claro en qué consiste O valor, cuáles son sus propiedades y en seguida, cuál es lo propio d e un valor moral. C on csro cendremos los datos suficientes para poder juzgar si un acto hum ano es « lio s o o no, desde el punco de vista moral. Lo interesante, pues, del carácter filosófico de nuestra ciencia Ética es el intento de cnctración hasta ¡a esencia, rafeo fundamento de su tema propio, que es !a bondad d e ¡a tondticta -humana. En oirás palabras: estudiar Ética es filosofar sobre los actos humanos, es investigar as causas supremas de los actos humanos, es decir, escudriñar en lo más inri mo d e ia onducta de: hombre, en la esencia de las operaciones humanas- para vislumbrar allí ios aspectos de bondad, perfección o valor, que pueden encerrar en su misma naturaleza e n su calidad de creaciones humana».

Capítulo VI LAS P R IN C IP A L E S C O S M O V IS IO N E S Cada persona tiene su propia cosm ovisión, sus propias ideas respecto d e las cosas, ¡as personas, los valores y el m undo en general. C on frecuencia estas ideas subyaceu en form a oscu ra . scm iiiiconsdcntc* fragm entaria y <:¿ w m ¡n n a evolución. Norm alm ente !a cosmovisión d e una persona evoluciona t o a la edad y los contactos culturales. I as diferencias a lo largo d e la vida pueden ser pasmosas, pero también da c! caso d e personas que no evolucionan, sino que permanecen estancadas durante loda s u vida coi' yn criterio infantil. En este capitulo varaos a describir algunas cosmovisioncs que se han dado a lo lart-o de la historia d e la filosofía occidental. A partir d e una poderosa idea central, el filósofo construye todo irn edificio d e conceptos que !e sitveu paia explicar las tosas, ia conduaa de lá gente, los valores, lo s cambios y e ! sentido general del universo. Estas costnovisionCS podrían aportar nuevas ideas en la cosmovisión del lector, pero también podrían tomarse com o simples daros informativos. Una buena consecuencia durante este recorrido consistiría en caer en la cuenta d e h enorme variedad de cosmovisioncs sustentadas por la gente en diferentes épocas y culturas. U jo s d e caer en la tcntadón del escepticismo acerca de ¡a verdad d e la Filosofía, esta descripción nos podría llevar a una pastura d e m ayor tolerancia y com prensión con respecto a l m odo d e pensar d e nuescros congéneres. Advertiremos en un capítulo posterior que en cada cosm ovisión subyace su propio sistema moral. I. La COS-MOV'SIOK IDEAUS1A i». PiaTón, Un m odelo d e cosmovisión idealista es d de Platón, l a palabra idcaUsmo. en el lenguaje cotidiano, suele referirse a ia actitud impetuosa y juvenil que busca la realización d e ciertos valores d e orden superior. PI idealismo d e Platón está, cu cierto modo, conectado con esa postura, pues su tema central reside en la s Ideas (léase Valores), que constituyen un m undo aparte, perfecto.

inmutable, « « n o , espiritual, y que sirven com o m odelo d e las cosas d e es te mundo material en que v ivim os, que son materiales, sensibles, temporales, m utables e imperfectas. Platón explica la relación d e c*(os dos mundos con su famosa A legoría fie u¡ G o rm a unos prisioneros están encerrados en una caverna oscura. S ó lo entra un poco d e luz por una abertura. E n el fon do de la caverna se provecían las sombras d e las pcisonas y animales que caminan arnera. I,o¿ prisioneros crccn que rsa5 sombras consiimycu toda la verdad. Sucede entonces qué un o d e ellos logra escaparse y. después de acostumbrar sus ojos a Ca hn , percibe por primera vez ia verdadera realidad, con colores y demás matices i mperceptibles en ias sombras. Vuelve co n sus compañeros y íes relata io que h a v isto . I.os prisioneros n o creen lo que cuenta y rechazan abruptamente sus nuevos punrosde vista. Platón obtiene conclusiones muyímponantes de este relato. Se trata d e una analogía de los dos mundos: existe un m undo superior al mundo material que percibimos ordinariamente: ése es e l inundo d e las Ideas (o valores, dinam os en ia actualidad), la s cosas que percibimos ordinariamente son apenas unas sombras d e la verdadera realidad. l o s filósofos so n las personas que han percibido esc m undo de JasIdcaS; pero, cuando inrentail ¿escribirlo anre h demás gente, sufren la incomprensión y el rechazo d e la mayoría. A sí pues. Platón conci be dos mundos m uy diferentes. El primero es un mundo vi­ sible. material, caduco e ilusorio. Es com o una sombra del segundo, que e« un muudo espiritual y perfecto; a llí residen las Ideas, entes espirituales y subsistentes, es decir, n o dependen de la m ente humana para poder existir. la s Ideas son los modelos de ias cosas terrenales, constituyen los auténticos seres y valoro., al grado de que estas cosas mundanas vienen a ser c o m o una sombra o pálido reflejo de fa correspondiente Idea. F.Ivalor d e las cosas de csre m undo reside en su grado d e participación con respecto al autentico Ser, que está en ias Ideas. En d hombre también existe ese dualismo, continúa Platón, su esencia reside en el alma, que «espiritual e inmortal. A-ltes de nacer, cada individuo existía ya en el mundo de las Ideas, to m o espíritu o alma absona felizmente en e l conocim iento d e esas Ideas. F.I cuerpo en don de se encarna es com o una corcelp a ra e l alm a y. por tanto, la tarca del individuo consiste en purificarse o desprenderse d e esa carga material. El c u e rp o es d c u lp a b le d e q u e d a lm a h a y a o lv id a d o el c o n ó d a ik n c o s u p e r io r o b te n id o

en el m uudo d e las Ideas anees d e haber nacido. Así pues, según Platón, ias ¡tifas son innatas, tas poseemos desde antes d e haber nacido, pero están oscurecidas en la mente del individuo por ¡a acción ndásta del cuerpo. D ebido a esto n o las recordamos con facilidad. Cuando percibimos ias cosas de csre m undo, gracias a su parecido con ¡as Ideas, volvem os a recorría rías. Ésta es la famosa teoría platónica d e la amtoWusis, Cuya principal tesis afirma que “aprender es recordar. Platón sostiene también la teoría de ia nuiempsicosis, según la cual, el alma humana reencarna varias veces mientras se purifica completam ente d e lo material. Cuando esto se logra, cesa la cadena de reencarnaciones y se instala pennanentemenre en eí m undo d e las Ideas.

En esta cosm ovisión, e l pu m o central es el m undo d e las Ideas. Su excelencia, su valor y Su perfección destacan de jal manera que se pierde c i valor d e las cosas de este mundo. Podem os señalar algunas resis positivas y algunos conceptos exagerados O francamente negativos. La exedenda y ia superioridad d d espirins, !a vida de! alma que «¡basa las tróncelas d d cuerpo, la existencia d e valores independientes d e la materia, la posibilidad d e un a trascendencia con respecto a este m undo, son afirmaciones que han proporcionado una cosmovisión llena de optimismo y de energía positiva paramucha gente. Desgraciadamente, ¡tinto a estas tesis se han colado otras con a n te negativo, como el desprecio del cuerpo y d e ia materia en general, asi com o la creencia de que d cuerpo es la cárcd d d alma, y por tanro. constituye la raíz d d petado y de rodo mal. Estos puntos de vista han provocado su correspondiente revancha en algunas cosmovisiones con rempo raneas, com o luego vamos a ver.1 l a crítica más acerva contra Platón ha sido sustentada por Nícrasche en d siglo pasado. Según este autor, la consecuencia fetal d e las Ideas d e Platón consiste en desviar la atención hacia otro mt:ndo que no existe, co n lo cual se p¡erde d valor de csrc m undo, q u e es lo único que tenemos. 2. U íx i.v .k w s iO s sia iií-ia w Ahivii'íívijis. 1.acosmovisión d e A iisrótdts. discípulo de Platón, es u n prototipo de realismo. (F.n Filosofía, realismo equivale a sostener que los objetos tienen una existencia independiente d e la percepción humana y d e su creatividad.) S u idea genial fue la unificación d e los dos mundos asentados en la teoría platónica. Para este autor griego d d siglo w a. C ., las ideas platónicas n o existen en un mundo separado, sino que, en todo caso, forman parte integrante d e las cosas de este m u n d o en que vivimos. O d a cosa material, además d d elem ento físico y sensible d e q u e consta, cuenta co n tul clemenro estructurado: y uniilcador llamado form a (equivalenre a la Idea platónica), que es inmaterial, inteligible c inmutable. El hilemorfismo (teoría d e la materia y la forma) es !a doctrina aristotélica, según la cual, la esencia d e cada objeto está constituida por dos elementos: ia materia y ia forma. La materia CS el contenid o visible y la forma es la estructura que le d a unidad e inteligibilidad a la materia. La forma está inmersa en eí m ism o objeto, no existe en un mundo separado. ! a ramosa pintura d e Rafael llamada L s escuela dcÁtcruis, que muestra a Platón señalando hacia e l cielo y a Ai’iSrórdcs señalando hacia la tierra nos da una síntesis d e esta oposición d e los dos grandes sabios d e la antigüedad. Eu el hom bre la mareria es su cuerpo y la fbi ma es su alma. La esencia dd hombre no es sólo espiritual ni sólo material, sitio una tin íesií de m ateria con espíritu. Por ranro. el cuerpo 110 es una cárcel para el alm a, sino un constitutivo esencial, sin el cual el hombre n o puede alcanzar su felicidad. Pero d alma es el elemento superior en donde reside su espiritualidad, su inteligencia y su inmortalidad.

1 ! * P i k u ú f b d e P l a r ó n p u n t e o ió d a V o c u n

Moa*.

o u j v i d e s a lí e e n m i lib r o - H

itm

ó * lu

f¡!o ¡t¡ic * ¡

F.l conocim iento tiene su origen en ios sentidos. Primero captamos In imagen concreta, sensible y mareriai. Posteriormente, por m edio d e un proceso llamado absirar.dán, la inteligencia capia ¡a form a del objeto y cou d ía elabora su concepto universal acerca de! objeto singular percibido por los sentidos, Según Aristóteles, no hay ideas innatas, sino que todas proviene» de los objetos externos, que son capados pj inicio por los sentidos y, después, por el intelecto, que es d encargado de caprar y expresar ei conccpio univcrsaL Obsérvese ia postura equilibrada de o t a cosmovisión. N ; sólo espíritu, n i sólo materia. 1 ¿ felicid a d dei hombre no consiste en purificarse con respecto aJcuerpo, si no en realizar las potencialidades propias d e Su naturaleza, compuesta d e materia y forma, la s virtudes son hábitos buenos, y se consiguen p o r m edio d e una conducta racional, pero sin prescindir de lo s elementos materiales, sensibie-s y emocionales, que tam bién forman parre de la naturaleza humana. Aristóteles es el fundador d e la Metafísica, que es la disciplina encargada d e estudiar ios fundamentos de rodo ente y d e to d a ciencia. F.»e fundamento recibe d nombre de ser. F.l ser es io que le da inteligibilidad a rodo eilte, que es rodo objct-0 o cosa que existe o puede existir. P u e d e verw u n a am pliación d e 1 » id eas d e csic am or.; t s e n o rm e h io flu n u .ia de. P lató n y de A nsróídcs a t b a i k u n ccñdentaL lil « ia ia n w m o d i Iw W a n g d k » . ¡xw h a sid o iradurido y e x c ita d o o r . Im puaje p latónico e n le * libros d e S u . Agns-ri'n, y c o n .k n g w je a r i * okSíc© p o i los teólogos d e la í-dad M edia com o S » . Tonrájc D e j^ i e r d o c o n a% u¡x* a iw o r« m o d « n o > o p r ih ie que-d in e r ^ je evAnijílku, P ip u d o r o n ir * ¡entes plaiótik** o aristotélicos b aya « d i» : - a n i m a d o y fiATOdefonnado. So u ia l m m c a h toda ia«adfrx¡r.ioón. D iu an tc m ocho tiem po se h astfclaixío que los jx.nw¿¡>r« n o r m a l m c ü í c s : a l lad o d e alv.uiK» dos"cnx¡4 p i ^ v . S in e m b a l a s ÍIK nerr.pos modanos.tru>n aquella» ¡urainarÍM d e ¡a a n tig u ó la!.

3. La « > . v m ó v i s í O N TEOCENTMO i » S a n to Tomás r»: Aqüino. La idea centra» de Sto. Tomás (filósofo y teólogo d e la Ldad Media y figura cenrial en e l catolicismo)., de la cual depende e! resto d e su Filosofía es ia d e D ios, que es e l Ser infinito, creador de rodo cuanto existe. El hombre es una criatura d e Dios, está hecho a imagen y semejanza d e £ !. F.1 hombre viene de Dio* y va hacia D ios. A partir de aquí surge roda una Filosofía orientadora d e la conducta humaría, t i hombre está hecho para colocarse en el puesto que le corresponde com o criatura, para acatar la ¡ey que"em ana d e Dios, para amar a sus congéneres com o se ama a si m ism o, y para cooperar libremente con el plan que D ios tiene trazado para su s criaturas. F.i amor es la virtud núm ero uno den rro de esta cosmovisión. Sto. Tomas absorbe casi rodas las ideas d e Aristóteles: esencia y existencia, materia y forma, substancia v accidente, acto y potencia, les da su propia interpretación y las * Véa» m¡ //¿a™

lodem/uafifaifua. O p. VID. Edícorial

incorpora a la cownovisión del cristianismo. D e aquí surge un sistema filosófico que sobresale por su excelente «trucm ra. precisión y sitematización de ideas. S io . lomas es el filósofo más autorizado dentro del cristianismo, d e m odo que la doctrina « m ia ñ a iccual es una conjunción d e lo s evangelios Con los conceptos de este autor d e la Edad M edia.' L a iosaioviíión o s . h td i& ü a , !a ic je s a , la o n á ó a ,lasa n tid a d , eran !<* te n a s clave e n la ü d a d Media.: H=j« i » peispecóva se juagaba io d o ; h asta lag sie n a e ra “G u a t a S a n ta"-T a m b a n ¿e p o d r ía ó i m t iü i a i aqurlía « tin c ió n d e la sig u fc iw m anera: Sio. i ó m á s vio d iTitii^iecvangciico c o n los ienw s 6 * A ré tó ic te » así c o m o Sn. A ¿ » iía aplicó los len te .
4. I.A COSMOVlSíON PESIMISTA DF. SCHOPfcNHAl:fcR. E l m od elo d e cosm ovisión pesimista es eí d e S¿hopcnha«ier. Según este autor alemán del siglo pasado, el hombre n o sólo de hecho es infeliz, sino que. además, d e acuerdo co n su propia naturaleza, no puede encontrar otra cosa que la infelicidad. l a esencia del hombre es voluntad y la esencia d e la voluntad es la tendencia a un objeto, c« decir, e l deseo. Por ramo, e l hombre siempre está deseando algo y nunca consigue una plena satisfacción. El ser hum ano vive condenado a una perpetua infelicidad, es decir, al sufrimiento y la frustración. Por tanto, uo es deorrrañar que se encuentre tanta miseria y sufrimiento en la gente d e cualquier época y condición

social. Sehopenhauer propone tres clases d e actividad que pueden aliviar, mas n o suplir, e l sufrimiento hu manó: la contem plación d e la belleza, la p ráaica de la M isericordia y e l ejercido ríe la ascética. C on la belleza e l homblC obtiene una cierta satisfacción y puedo evadirse de los sufrimientos d e e s a mundo- C on la misericordia el hombre mitiga el dolor ajeno y esto repercuteen su propio alivio. Con ía ascética él hombre reprimey sofocaSu propiavoluntad y con c « o logra también una cierra mitigación de su dolor. Peto d e cualquier manera, Sa esencia del hombre es voluntad y, por tanto, nunca quedará satisfecho. D t S p i > £ $ de leer las ideas de -Sehopenhauer nos parecen com plétam ele deleznables las posturas pesimistas que oímos entre la gente que nos rodea. Por fortuna existen respuestas muy atinadas contra ese pesimismo. Ei mismo NiOTSehe (que estudiaremos enseguida),

3 T in u u

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* l o ¿ K ir ñ v fiu r r f- * . f i o . X J li,

1 ? j r i u M ^ p l í i — »A n d e l ü i l c j j d e 5 * " iV p n iio v í ü f m i H i-w n * * - i n ¿ a ú /w f& iifi'tr -
contemporáneo de Sdiopcnhauer.« WK-argód e sostener u ta teoría dd dinamismohumano que en nada se párete al pesimismo sÑ i£ tzsch £ l a c o sa o v is ó n d e Federico N icnschc (también filósofo alemán d d siglo : tiene com o idea central d valor d e la. vida. !a voluntad y el poder. S e opone radicalmente, no solo a Schopenhauer. sino » toda Filosofía que proponga UU inundo trascendente d e valores. D e esta manera, su R fesofia se constituye com o una d e Jas critica* más radicales comra la M etafísica, la Itiü /í, la Ciencia y UtReligión. Según este autor. .Sócrates y Platón, iunro con e l judaismo y el cristianismo lian sido ios peor» enem igos d e la humanidad. En e í hombre l« y que distinguir lo d im iíia c o y lo apolíneo. Lo primero es energía, vitalidad, poder, voluntad, l o segundo es s«em dad, racionalidad^ claridad, luz. Para este autor, la mayor tragedia del hombre consiste en la oposición q u e se lia levantado contra la expansión de esa energía y voluntad. Por eso ¿uzgx las normas y las virtudes d e la Etica com o an ti n.mírales. La Ética sólo es útil para io s débiles, para los siervos. El origen d e la Ética csrá en e l resentimiento d e quienes han visto mermada su vitalidad; por eso prohíben a ios dem ás el cultivo d e esa misma energía. Pero los hombres con espíritu fuerte, señorial, están por encima d d bien y d d m al, son autónomos y ellos mismos se formulan sus propias normas. C o n el auge d e los Scñoivs vendrá la raz* del S u pahom bri, pictórico de energía, poder y bcücw . Para acelerar esta evolución hay que elim inar a los débiles, a los enfermos, a los inferiores. Nietzsche se ha manifestado com o e¡ crítico más radical d e la Ética, la religión, d sacerdocio, la tien d a y la Metafísica. Sostiene Cue todas estas insianciaslian trasromado los valores, y éí, Federico Nicrzsdie, se propone volverlos a colocar en rrsión de que en 4U r r ^ n - f ailmiuilOn lodax ¡ « <ÍrM VíiH-HLÍa> V rechazos<.uniraia ¡xwtura platónica y mersffsica defeown de un Absoluto trascendente. a « tí múralo, Si .« aceptan ha ideú d i NímbíIw quak™ por cuál o d fuixiamenro radical dd mundo, e- hombrey todaslascosa». D e« to van a habiai coniinaamenrelos filósofos dd «glo xx' f>. I a üpSMOMSlóN KhvowjciOKARlA DRi. MARXISMO. A pesar de las divergencias ran Hierres entre las corrientes marxistas, existen algunas ideas en com ún. Todo cuanto exis­ te es pinamente material; D io s no ha creado al hombre, sino que es el hombre el que ha c r « d o la idea de Dios. Per tanto, la religión que propone d som etim iento a D ios en d fondo es una alienación (mutilación, separación, despojo) q u e m o cee todo rechazo. ’ Se |x » im jmpliir o » Ídfcit .¡s . \ « « « «n liv ic ! ¡cáAnJr/.PMhm: frhárkh A W f a . hfcw M Hctdtf. Í U i fO C O taaniyi y ir ly .- i: nw p iíC c c n U M iipliinnlRiK pítrifiB ilD .

I¿t der.cia, d arle, la mora! y la religió», llamadas superesmiauras, «pend en , cp. cada época, de la estructura económica de ¿.sociedad, c>decir, de 1» condiciones materiales de producción. Loo capitalistas ricnen suspropias ideas (ideología? co n fas cuales justifican su modo de producción, que se resume com o una explotación d d proletariado. T odo está en continua evolución, iodo es relativo a la época y a la clase so d a l cu q u e se vive. La clase burguesa debe desaparecer para dar lugar a la dictadura. <¡ci uroleuzriado. Es bu en o todo lo que favorezca estos ideales. Los proletarios deben unirse para derrocar al capitalismo explotador. C om o puntos centrales de. esra cosmovisión surgen, pues, las ideas acerca d e la primada d e lo material, el ateísm o y la crítica de roda alienación, el continuo cambio (dialéctica) y la praxis (acción). l a historia misma se ha encargado d e dcrcc-ar y subrayar lo s aciertos y las exageraciones d e esta cosmovisión. Despuésde social m neccu:k> utilizarIw Imita narxíhias/ 7. L* CXJSMOvtóiO.v hx’üTUNCLAUSTADeSakirk Jean-Paul Sartrc, d m is famoso entre los cxisténcialwtas, piensa que lo fürtdamen»! en el hom bro « SU tib e fía d Y SU autonomía. C o n ella crea sus valores y orienta su propia conducta. Supeditarse a los valores morales creados por otros equivale a eludir la propia responsabilidad en la elección libre. E l hombre dehe hacer sus propias leyes. N o existe D io s, pues si existiera no se podría encender la libertad humana. E l hombre viene d e la nada y se dirige a Li nada y. por tanto, vive condenado a la continua 'frustración d e sus planes, f.l hombre fs una pasión in ú til 1 a s relaciones interpersónalcs son una continua lucha v conflicto, un. intento de controlar al otro. N o existe la buena fe; el infierno son los otros, e! am or consiste en volverse fascíname para d oiro y de CSta manera atrapar su liberrad, por tanto, está condenado al fracaso. N ótense las principales características d e esta cosm ovisión centrada en la idea de la libertad humana: el ateísmo, el pesimismo, el amoralism o y la autonomía absoluta. Después d e la Segunda Guerra Mundial « la s ideasconstituían la muda más importante en las calles d e París y en e3 m undo occidental. lis u n a lástim a q u e «*1.yaliuw lem a d é la lib ertad h aya q uedado m ezckóo c o n u n a powurapesim ista, G k w ncm e a n w ia l y antc«ioJwe n e l aaéáuMÍ le* d fw n w x w cústendalism o ale c n ln d cS atu c soacada v n '.m rn w n í a iwiosos e importante?-

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\ ¡í ló e i* d e K ari

8- La "OSMOVBtóv INTEGRADO** WKJPUESTAEN ESTR I.IBKO ü autor de CSte libro opone jua cosmov-KÍÓQ especia! cuyo punto d e partida es la teoría sobre c! doble •o de«xtiocim íenio que tiene el ser humano: tonccpnial (que también llamaremos regoria: o abstractivo) y holístico. A reserva d e expiiear estas modalidades del nocmiicnto en capítulos que siguen. poderíos avanzar algunos datos. C>.n e! primer tip o d e conocim iento (conceptual), d individuo im pone su s propias categorías i6 >.llamadas formas, estructuras, construetos o G esiah) al dato que recibe por sentidos. C ia n d o conoce dentro d e esta primera modalidad, lo que hace en e! ndo CS interpretar la realidad. E n cam bio, to n e! conocim iento holístico (uunbién llamado intuición).d sujeto logra despojarse (aunque sea parcialmente) d e sus propias egorf* y alcanza a vislumbrar e i se. y la verdad. l a verd a d consiste en 'este «aam knto del ser. que ha sido ocultado por nuestras propias categorías cognoscitivas, partir de aquí podem os inferir algunas ideas típicasen esraeosmovisión integrados. a ) l a Filosofía puede compararse con una especie de lente por medio dd cual cada 'to imprime un colorido, un valor, una estructuración especial (positivo o negativo) a bs cosas, |3i pm onas y las situaciones que vive. Esto se explica Con la teoría de la materia ¡a fomia del conocimiento íuue es una aplicación del hilemorfismo, ya explicado, ce -LSTÓrcte): !a materia es ci dato recibido del exterior: la forma es la estructura (¡ente) que d Sujeto aplica sin darse cuenta de ello. El fenóm eno percibido es la fusión de enros dos elementos, y por tanm. ronri™,; j-, el colorido aplicado por d sujeto. D e csra manera, e! acto d e conocer se convierte en acto d e interpretar la realidad. Cada un o interpretalo s objetos de su alrededor según sus propios lentes, que ha adquirido a lo largo de !a vida, con la educación, el ambiente y las normas que ha recibido'. Cada livídiio suele caer en la ilusión d e poseer la verdad definitiva. Y. por tanto, cuando !os nás juüpus k s cosas de ctxa manera, conduye que dios «líin equivocados, sin dañe cuenta dd c&cto individualizante que posee su piopio mecanismo cognoscitivo. FJ <>*udio de h >vx> inicia en esta loma de enndenua acerca d e la cridad inwiprmtíva de nuestro rato coposdrivo. Saber desestnicnirar una serie de k s» y d e prirdpios Aparároanentc inconnjO'Tjies es ei arre propio d d tiiosofó actual b) El conocim iento holístico o intuición se consigne cuando un sujeto se despoja, nque sea en forma parcial y temporal, de las propias estructuras y categorías que rmalmcatéuniiTa en su conocimienio conceptual. Podemos mencionar cinco grandes tipos de intuición: !a empatia, la experiencia estética, la experiencia axiológica, la experiencia mística y la experiencia creativa. La empatia consiste en caprar i** categorías ••'¡liadas por un interlocutor. F.sro posible cuando presúndimos d e nuestras propias legorías y “nos colocamos en lo s zapatos del otro". 1 a experiencia esrórica consiste en captar la armonía intrínseca d e un objeto. Esto es posible* cuando ñas despojamos de siros propios lentes, que d e alguna manera desfiguran 2a realidad presente. U rienck axioíógka consiste en captar los valora intrínsecos d d objero que se dene m e. Es similar a la experiencia estética, pero en un piano más gcneia!, pues n o sólo Se percibe «¡ valor de la belleza. sino también otros valores, com o la verdad, la bondad

y la virtud. A q u í tenemos e l origen de ia É tica ásáoU pca q o c vam os a explicar en c, próximo capítulo. I a experiencia mística oonsisre en captar a D ios sin conceptos y sin imíigenes. Laexperienciaoeativa consiste en percibir nuevaSSoSuciones, nuevas relaciones, nuevas síntesis d e los dentem os previamente conocidos. c) (. :aek individuo genera su cosmovisión personal en fo n d ó n d e las categorías (formas o con sn u cw s) q u e paulatinamente acumula a lo largo d e su vida. En esa cosmovisión se instalan diversos’ valore», principios, normas éticas, pautas d e conducta y demás elem entos que caracterizan 8 cada individuo. Según sean las categorías asimlLidas a lo sargo de la vida, así será ia cosm ovisión de « d a individuo. El realismo, e! idealismo, e¡ teocentrism ó, e l pesimismo, la lucha contra las alienaciones y el asauam ienro de ía propia libertad son e l resultado d e ¡as fomWS asimilada». Cada un o ve la* c o a s y ks personan COO sus propios lentes. La H W f o aquí propuesta explica esa diversidad de poscuras fíe n te al mundo; es un nuevo lente que alca ir a a vislum lwr el c.tccco interpretativo d e todos io s lentes cognoscitivos: « un lente inregrador de las demás posturas. Q uien se haga adepto de esta filosofía se vuelve más Tolerante y comprensivo con respecto a las diferencias asentadas por los denos. E n realidad no hay enemigos, sólo diversidad de puntos de vista. E n esto consiste ia Filosofo imegradora aquí propuesta. d ) U n a d e las principales consecuencias d e rodo lo anteriores la tesis d e q u e "según sea tu filosofa , así será tu felicid a d '. E n dccro. hay ciertos conceptos dentro de la filosofía de cada uno que desfiguran completamente la realidad, y co n eso la» vivencias adquieren un tinte exagerado en el plano em ocional. L a neurosis consiste m e l a rte d i amargarse la v id a en función de la propia filosofía. El neurótico se empeña en arribuir roda la tu lp a de sus desdichas a las circunstancias y a la s demás personas, y n o suele darse cuenta d e que la raíz d e sus angustias procede d e su propia filosofía. La psicoterapia, en el fondo, C-S el arte de cambiar la cosm ovisión, e l criterio d e una persona. “N o son las cosas las que nos hacen sufrir, sin o lo que pensamos acerca de ellas" d ic e un (ám oso adagio lariño. e) F.n e l individuo hay que distinguir entre persona,ypersonalidad. La persona es su núcleo interior,.su verdadero ser. su propia identidad, Su energía permanente. En cambio-, la personalidad es el m odo com o se manifiesta la persona ante los demás. A llí a s i su carácter, sus conocim ientos, sus valores, sus principios, sus pautas de conducta, los elem en tos d e su inconsciente, su estatus. M ucha g en te se identifica co n las características temporales y frágiles de su personalidad y no llega a captar y valorar su persona propiamente dicha. F.l e lu d ió de la Filosofía ayuda a conseguir « t e horaom e nuevo, que suele conducir a un incremento d e ia propia fdicidad. C o n estas ideas como trasfondo filosófico pódeme» explicar en el capítulo siguiente cuál es la diferencia que surge cflrre Erica y mota!.

A p én dice P R E C E D E N T E S F IL O S Ó F IC O S D E LA C O S M O V I S IÓ N IN T E G R A D O R A C onviene m encionar algunas teorías que han inspirado la formulación d e !as tesis f propuestas acerca del conocim iento com o interpretación d e la realidad en función • estructuras adquiridas en la educación. 1 . HiLfcMüRTlS.VOA5USTOT-!ICO. El filósofo griego explicó, hace más d e veinte siglos, las cosas visibles están constituid.-» por d os elementos, ía materia y la forma. La liria es el contenido y ia forma es ia estructura. En la cosmoviíión aquí propuesa estas nociones ai m ism o conocimiento. La materia del conocim iento es ci i o contenido que nos llega del exterior. Tji fo r m a ® la estructura noetica que e! to aplica en e¡ dato recibido. D e esta maneta cada persona interpreta la realidad su manera, es decir, aplica una esmicrura que puede ser m uy diferente a la dd 10 que denen enfrente la misma realidad. 2. REvonJClóN’ kantiana. F.n el siglo xvih Kant sostuvo la idea d e que no es el bieto el que rige al sujero, sino aí revés. Afirm ó que ¡as formas a prio r; implantadas las facultades cognoscitivas son las que originan la ciencia. D e esta manera ia -Í3 e s una creación de! hom bre, pues la universalidad y la necesidad d e sus ip io s se explican gracias a ¡as formas aplicadas a p rio ri por el sujeto que conoce, i este libro hacemos una ampliación de esa teoría, pues sostenemos que además de ksj formas a p rio ri explicadas por Kant, e l hombre adquiere a lo largo de su vida las >rmas aposU rtori o categorías que ie dan a cada persona su perspectiva peculiar para var. ju 7gar y valora r las cosas, las personas y Jas situaciones. A quí está el origen : tantas filosofías, tantos paradigmas científicos y tantos sistemas morales.

3 , \ a AittfcNOA DE SENTIDO SakTRP.. E n S u l ib r o E l S e r y la N a d a , S a m e s o s t i e n e q u e la s c o s a s e s tá n d e s m i d a s d o s e n t i d o y q u e c a d a s u j e t o o r o r g a s e n t i d o a lo s o b j e t o s -Según s u p e r s p e c ti v a e s p e c i a l y s u p r o y e c t o f u n d a m e n t a l e n ir. v id a . E s ta t e o r í a s e a p r o x i m a b a s t a n t e a la q u e a q n f s o s te n e m o s . S ó l o a g r e g a r ía m o s l o s ig u ie n te : la s c o s a s c o n t i e n e n u n a riq u e z a e n o r m e d e s ig n if ic a d o s ; c u a n d o r e c i b im o s la m a t e r i a d e l c o n o c i m i e n t o , u t il iz a m o s u n a e s t r u c t u r a n o c r í c a d e a c u e r d o c o n n u e s t r a p r o p ia m e n t a l i d a d , q u e n o n e c e s a r ia ; n e m e e s ra e n d e s a c u e r d o c o n l a s c a r a c tc r ís c ie a s y f o r m a s d d m i s m o o b j e t o c a p t a d o . L o i m p ó r t a m e , d e s d e n u e s t r o p u n i ó d e v is ta , e s q u e c a d a p c i s o n a p u e d e a p r e n d e r a ju g a r c o n ¡ a s e s t r u c t u r a s n ó r t i c a s q u e a p li c a e n u n o b j e t o d a d o . F .n e s t o r e s id e u n a ( a c e ta d e la m a d u r e ? , p e r s o n a l. 4 . P síOO!í x ; í a DE lOS-CONSVKUCitJS. D e a c u e r d o c o n e s ia te o r ía c o n te m p o r á n e a , d s u je t o co g n o s c e n te a p lic a d ife r e n te s f o rm a s o c s rn ic ru ra s a l d a to re c ib id o c u lo s se n tid o s . F s c » fo rm a s n o s o n id é n tic a s c u to d o s ¡O* h o m b re s , s in o q u e se o r ig in a n d e s o l e n í o c o n el t i p o d e e d u c a c ió n r e d b i d a p o r c a d a u n o . F s r o ex p lic a las d ife r e n te s i m e i p t m á o o c s d e la g e n te a n te u n m is m o o b je to . L a s f o r m a s a p lic a d a s se lla m a n c o n s tr u c to s , y n s n u y c esas e s tr u c tu r a s a l o la r g o d e s u v id a d e a c u e r d o c o n la e d u c a c ió n re c ib id a y la s viv en c ia s q u e im p a c ta n s u p r o p ia ex iste n cia .

> . Si-ví í-Ms P í R S G N A ! . L a teoría sosten ida e n « t e libro es u n a síntesis;q u e h a to m a d o en c u e n t a lo s c o n c e p t o s d e lo s a u to r e s m e n c i o n a d o s . N o c o in c id e c o m p l e ta m e n te c o n n i n g u n o d e e llo s , p e r o r a m p o c o p u e d e n e g a r ¡a in f lu e n c ia rc r.ib id a p o r esos: a u to r e s . A s i p u e s , s o s te n g o q u e la m a te r ia d d c o n o c i m i e n t o e s c i d a r o q u e r e c ib im o s p o r io s s e n tid o s ; la f o r m a d e l c o n o c im ie n t o e s d tr a s i b n d o o c o lo r i d o , a p lic a d o p o r c a d a s u j e t o s e g ú n s u e d u c a c i ó n y c u lt u r a , y g r a c ia s a la c u a l e n c u e n t r a u n s ig n if ic a d o o s e n t i d o d if e r e n te e n c a d a c o sa. N o t e m o s u n d a t o m u y i m p ó r t a m e : e s e s ig n i f ic a d o o s e n t i d o e n c o n t r a d o e n u n o b j e t o n o e s e x a c t a m e n t e l o m i s m o q u e la f o r m a a p li c a d a p o r d s u je t o c o g n o s c e n t e . L a f o r m a d e i c o n o c i m i e n t o , p r o v ie n e d e i s u je t o , p e r o d s ig n i f ic a d o o s e n t i d o s e e n c u e n t r a e n el o b j e t o , y e s c a p ta d o p o r e l s u j e t o d e a c u e r d o c o n i a f o r m a ^ « g n o s c in v a q u e e s tá a p li c a n d o . L o a n t e r i o r p o d r í a e x p re s a r s e ta m b i é n d e la s i g u i e n t e m a n e r a : la f o r m a o e s t r u c t u r a d e la s c o s a s e s l o q u e o r ig i n a l a m a i e r i a d e l c o n o c i m i e n t o . KsS f o r m a o b j e t i v a e s c a p ta d a g ra c ia s a u n a f o r m a d e l c o n o c im ie n t o q u e p e r m ite s c ie c c io tia r s ó l o a l g ú n a s p e c to d e ¡ s i g n i f ic a d o t o t a l d e l a c o s a . E s t a a c la r a c i ó n e s c a p i t a l , p u e s c o n e lla q u e d a m o s a s a lv o d e la te o r í a f il o s ó f i c a lla m a d a i d e a l is m o , q u e ¡ e n F ilo s o f ía ) e i la p o s c u r a s e g ú n la c u a l e l c o n o c i m i e n t o e s p r o d u c i d o p o r e l p r o p i o s u je t o y , a p a r t i r d e a ilt. s e g e n e r a ¡o q u e s e lla m a r e a l i d a d , l a c u a l c a r e c e d e o b j e t i v id a d y d e e x is te n c ia i n d e p e n d i e n t e d e l s u je t o . F J r e a lis m o e s l a te o r í a o p u e s t a a i i d e a lis m o , y s o s ti e n e q u e la s c o s a s t i e n e n u n a e x is te n c ia i n d e p e n d i e n t e d e l s u je to , y e l c o n o c i m i e n t o é s u n r e f l e j o d e e s a r e a l id a d i n d e p e n d i e n te . P o r m i p a r t e s o s te n g o u n a f o r m a d e r e a l is m o , s e g ú n e l c u a l la s c o s a s , a p e s a t d e p o s e e r u n a e x is te n c ia i n d e p e n d i e n t e c i d s u je t o , n o l o g i a n i m p a c ta r u n í v o c a m e n t e a

persona. F.! individuo conoce Iss cosas desde su propia perspectiva. pero su p d ón e.« pardal, complementaria con Jas d e los demás: por canto, no e s correcto excluya d p rio ri las posturas diferentes a ia suya. A si pues, a pesar do ia existencia idienie d e la realidad, cíe todas maneras hay algo que pone d propio Sujeto en >menro d e conocerla. Ahora hien, lo que pone el sujeto es una perspectiva, un colorido, uña e a n i C l u t a , un d o , no d contenido del conocimiento. El contenido viene d e la real idad, pero el .sin saberlo, .selecciona ciertos aspectos de ésta, en conformidad co n s u educación ¡ra. Por ramo, salvamos !a tesis : is:iv di>iTt7ii;as subjetivas p u e d e n Cc^il a CXtíCíúO) vadadeiaiocm c d d o rm a n res He la realidad. T a l « d caso d e las :ieuio>Í!. L a filia radica) d d neurótico reside e n 5a form a cognogáiiva q u e a p iñ a a i u s pcrcepcKWWtt, F ía fo rm a (o c o n ju n to d e fo íü ia sj alcanzan a d e fo rm ar el ob jrro « p r a d o p o r ta n to , d o n d e h a y u n feve¡> d¡grt«,d ix-urório» capes ü o grave p d ig ro : d o n d e !uiy u n a k v c o fe n s a v i n e u ró tic o c a p ta u n a grave ofensa. Pero d n e u ró tic o u u « : d a cu e n ta d e m> exageraciones: c re í q u e lo q u e t a p ia c í r e d y o b jetiv o . H t aq u í la im p o rta n c ia d e la teo ría aquf p ro p u a ta . Citada* a d í a podem os e x p ir a r e ste padecim iento y podem os o rien tar al ne o ró tin i h*-¡í unamiuCTÓn q u e eiimLTe su» su lriu jic iiio i. P.l m ism o h a cread o 1<» fantasm as q u e l o to rtu ran . Él tnisúlo pm.de Ii!x.Tarve d e mis crueles &n» 3í i » . Persigue gigantes d o n d e wílo hay m o lin o s de. viento.

Capítulo V II D I F E R E N C I A E N T R E É T IC A Y M O R A L

ni

. d e la palabra P j« * y la p a le r a /« W e sc a « ,je w a diver** convenóomlUnK*. or y « d a época o com ente filosófica 1* utilizan d e diversa n iñ e r a . E n « t e libro explicaremos un significado d e estas palabras e n vista d e lo o u e « a n ím e n te se C ada

ol>'c t o d c

" T * , LV ,nancra< -U « i » w w < b d d e « e o s térm inos » d * « c » ó n en la m ed id a d e l o posible.

1- U s O W A C m ftnc;« Dr Ia m oIA . U s conceptos filosóficos explicados en los esputaos anreuores nos servirán para establecer y analizar una clara diferencia éntre toca y moral, fc^os dos términos suelen tomarse com o sinónim os en e! lenguaje í T : S; n * ,n b " V , ‘ U!U « « « d o » d e la s itu a r a n h u m an a n o c co n d u ce a las d istin cio n es q u e en segu id a p rop on em os.

Í ! i p3íabra ' - T Í !a *“ ? “ a f€w rvar t™13 ¿cs'Z ™ ¿ h e c h o real q u e en contram os en rodas iassocw dades, a saber, u n co n¡unro d e n o rm a s q u e se trasm iten d e cer.eración en generación q u e evolucionan a k> largo d e l tie m p o , q u e ofrecen fiicn es diferencia* con respecto * 1 « norm a» d e o tra sociedad v d e o tra época histórica y q u e se utilizan ? a « o rie n ta r a c o n d u cta d e lo , i n t e ^ n r e . d e esa sociedad. E a algun<£ casos d k £ norm as m o ra k S so n cspect-culariaer.ce extrañas, im prim en „ n sello individualizante ™ OOSCrV - C O n” f CI° riS ° r P ° r los m ie m b ro s d e dich a sociedad. T odos conocem os, p o r ejem plo, l u norm a» q u e redan d m a trim o n io e n la F
Ü ÍS ú f T

CnCJf^ e n c e r r a r la pareja adecuada para « » hijos; en la iV . 0 9 n ° rm a * considera co m o obsoleta y hasta ridicula (safvo contadas o p c io n c s. p o r supuesto). árabes profesan k poligam ia, n o rm a absoluta rúente opuesta a -a corresp o n d ien te e n el m u n d o cristiano y de igual form a, h esclavitud era norm al e n d mundo greco ro m an o . Iodo* estos c a * » p e cu liaro que *c m a n i a t a n en cada so o ed ad , cada c u ltu ra y c iv ilira d ó n , Syn tratad o s p o r la A ntropología Social

El cor-rcpio de paradigmaio podednos utilizarpaa<2 iacteráar a b moraI. Cada sistema ¡norai o. un paradigma. o; (loor, un modelo universal. Ij cor.duera de la genio x i í ic^ida y ju/guia conforme al par-digma ¡«opuesto porcadagrupo«X3?l. lij concepto de. estructura noéiica también pi:=dr. ter utilizado para designar a un conjunto de normas morales, puesto que x iraía de. derrxntos cognoscitivos ijuc «: graban en cada petsoiiade una manera casi inconscientey deesa ni^iera c! individuotoma una perspectiva aproa! para juzgar [aconductade ¡agente «ue lo «xJm. L i morai se exproa por medio de norma; , por ¡anro posee un carácter de estructura nórtica adiada por i? Vfcrstattd, no por ia Vemunfro conocimientoliolíwiui. quev r í propio de un tipo superior de Ética, como vrrfroosmás adelante. 2. Las c a r a c te r ís tic a oh ia É tica. Por otro lado, ia palabra É tica ia vamos a reservar para designar ci hecho real que se da en ía mentalidad tic algunas personas, a saber, uü conjunto d e normas, principios y razones que un sujeto ha anafeado y establecido com o ¡a linca directriz
N otem os en primer lugard punto en donde confluyen Ética y moral. En los dos casos se trata de normas, prescripciones, deber ser. l a moral es un conjunto de normas que la sociedad se encarga de trasmitir d e generación en generación. La Énea es un conjunto tk normas que un sujeto ha esclarecido y adoptado en su propia mentalidad. Veamos ahora la gran diferencia: la moral riene una base social, es un conjunto de normas establecida'; en ei seno de una sociedad y. com o tal, ejerce una influencia muy poderosa en la conducta d e cada uno d e sus integrantes. E n cam bio la Ética surge com o tal en la interioridad d e una persona, com o resultado d e su propia reflexión y su propia elecdón. La Ética d e un sujeto puede coincidir en su contenido co n las normas morales recibidas en su educación, pero también puede darse e l caso d e que la Ética ofrezca una fuerte diferencia en alguna d e sus normas con respecto a las

norma» m o n d o d e t* sociedad en q u e vive. Aquí puede emp
tenía u n adara noción. Este Übro d c Erica podría ser (¿oportunidad para que un idianre em piece a analizar (no confundir co n rechazar) sus principios, sus normas sus valore?. 5. La É tic a f.k c u a n to resu lta d o d e un a rv.h>xión ressoNAL. Ahora podemos isistir en otra facera d c estas diferencias enrre itr io y moral: n o necesariamente ía Érica ha d c estar en desacuerdo o en oposición co n la moral recibida en la cultura v ía ucación propia. F.l estudio d e ia Ética podría sci ia ocasión para reforzar y ¡lamentar los principios recibidos por la educación d é nuestros padres. Pero con ya podem os señalar la principal diferencia entre la fitica y la rnoral, aun cuando .cidan en s u contenido normativo, h a segunda diferencia entre Etica y moral ya n o está en su contenido sino en d kIo com o a-cnten en la conducta d e una persona. ¡ 4 moral es u n conjunto d c nor­ mas que actúan desde el exterior o desde el inconsciente. E n ambos casos se trata d e modvaciór. extrínseca a la conciencia d d sujeto. E n cambio la Ética influye en la cona d e una persona pero desde su mism a conciencia y voluntad. Expliquemos esto. N o es lo m ism o realizar una conducta porque es una obligación impuesta por la ¡edad (porque m e lo mandan, porque si no ¡o hago recibiré un castigo) que ejercer esa mism a conducta poique "yo estoy convencido d e ia bondad d e esa acción" y por w u u n c tc s iio n in g u n a a u to r id a d cxccm a, n in g u n a « ic ic i ó u o am e n a z a d c c a stig o .

suicro actúa por propio convencimiento, movido por su propia conciencia, ejerce ur. .0 plenam ente voluntario, sin necesidad d e presiones externas. Estamos ahora nfrente d c u n aero humano, libre, voluntario, impulsado por la ligera presión ou e ' TCCf) los valores desde ei interior d e !a propia conciencia. Esia conducta ya n o e sc l «lirado d e una presión externa y tam poco es e l efecto d c la presión dei inconsciente Super Yo sobre mi mentalidad, es c! resultado d c m i propia deliberación y mi p ia elección, ejerzo m i libertad y asumo la responsabilidad sobre esta conducta, e aqu: e l origen d c ios actos humanos, tem a mndamenral en. un estudio d c Ética. 6 . E l c a r á c te r amím.rgaremos lo s correspondientes nombres filosóficos a estas ca/acterísdcas; por lo u t o nos interesa detectar una tercera y definitiva diferencia entre Ética y moral. El lo clave para percibir esta tetcera diferencia está en ia palabra valor. Ahora nos Jwuios al tema avioiógico, tan propio d e la Ética. En ias norma; morales impera el aspecto prescriptivo. legal, obligatorio, impositivo, rcitivo y punitivo. "Ley sin coerción n o es ley". reza un antiguo adagio latino. E n normas m o rales destaca esa presión externa, en cambio en ias normas éticas destaca presión del valor captado y apreciado internamente com o ral. Mientras la moral uella por la coerción extrínseca, la Ética descuella por su presión intrínseca er. ción dc valores. El fundamento d c ia norma Erica es ei valor, ;nas n o e l valor

im puesto dosde e i exterior, sino d valor descubierto internamente en la reflexión de uu sujeto. 7. VhKSTAND YVERNUNtT £N Kl. COivOCMEOTO DEMOKA!. YitnCA. Desde el punto de vista d e la Filosofía é s te punto axioiógico de la Ética puede explicarse de la siguiente manera: el hombre conoce los contenidos inteligibles por medio de la Verstand o por m edio d e la Vernunft (recuérdense estas dos funciones cognoscirivas explicadas en el Capítulo II). La Verstand nos proporciona un conocim iento conceptual, la Vernunft nos proporciona un conocim iento hoiísico, que tiende a la descstructuración. Los valores se captan por m edio d e la V ernunft Cuando una persona capta la definición d e un valor está utilizando la Verstand. cuando capta la esencia mism a del valor sin necesidad d e conceptos y de palabras, entonces está utilizando la Vernunft. Aquí está ci origen d e la Ética axiológica preconizada en este libro: e l fundamento d e la Etica es el vaior captado en su m ism a esencia, no por m edio d e conceptos, palabraso imágenes. Los ejemplos que podem os aducir para ilustrar este asunto son m últipies. Una sinfonía posee un vaior intrínseco, el sujeto que la escucha capta directamente ese valor aun cuando no lo pueda explicar con palabras y conceptos. H e aquí el funcionamiento de la Vernunft. Cuando, además, en otro m om ento, esc sujeto reflexiona y logra dar una explicación verbal a ese valor que ha caprado. entonces está funcionando la Verstand. ÉtJ general, los valores son captados d i recramente por iaVeniunJi y e l conocimiento holístico. Esto da origen a las normas éticas, fundamentadas en valores captados directamente. E n cambio, lo que suele suceder es otro fenóm eno m uy diferente: la gente capta las normas morales con la Versrand, en forma conceptual, imperativa, y por tanto, no suele descubrir el vaior que está contenido allí. A partir d e esto, ía fuerza que lo mueve para cumplir dichas normas n o es e i valor sino la presión externa. C on esto SC tiene ia mejor garantía d e que el sujeto va a desechar dichas normas en la primera oportunidad, pues siente con ¿ la s una disminución d e su propia libertad, su autonomía y su valor com o persona. 8 . Tkes Dit+KPNOAS ENTRE ÉlICA V MORAI- C on esto ya tenemos derectadas tres grandes diferencias entre la moral y la Ética. Estas normas pueden diferir en cuanto a su contenido, su origen extem o o interno y su influencia coercitiva o axiológica. Lo que vamos a destacar en este libro e i e l fundamento axioiógico d e ias normas eticas, sea que éstas hayan tenido un origen interno o externo, o coincidan o no con la moral imperante en la sociedad que ha influido en ia educación de! lector. A continuación podem os distinguir tres niveles q u e Surgen a partir d e las consideraciones explicadas. E i primer nivel está en ia moral, es decir, en las normas morales cuyo origen es externo y tienen una acción impositiva en la mentalidad del sujeto. El segundo nivel es la Ética conceptual, es decir, <¿ conjunto do normas que tienen un origen interno en la mentalidad de un sujeto, pueden coincidir o no con la moral

recibida, pero s u característica mayor es su carácter interno, personal, autónomo y fundamentante. £ 1 tercer nive! es el de la Ética axiológica que es el conjunto de normas originadas en una persona a raíz d e su reflexión sobre los valores. Dichas normas constituyen el m odelo superior propuesto por este libro.

S

e g u n d a parte

LIBERTAD Y VALORES

Capítulo V III LOS A C T O S H U M A N O S 1. E l IIECICOV50R,U.COMODATOB.Í5ICO íü . i a É tica . Lo primero que saica a ¡a vista - d o se traía d e estudiar el valor moral ta q u e existe, com o uri hecho innegable, un junro d e conductas y realizaciones humanas que están afretadas por'el carácter •al; son moralaiente buenas o moralmente malas. Así. por ejemplo, existe com o un ho e¡ fenóm en o de! arrepentimiento, e l d e la conciencia d e la obligación, el del -m ien to de responsabilidad, el d e obediencia o desacato a la ley, etc. Todos estos as o fenóm enos constituyen d presupuesto básico sobre el cual se construye la neia Ética. Aun cuando n o haya existido la Érica en alguna e'poca, siempre ha existido el hecho 5ral, CS decir, e l fenóm eno humano en donde se dan ¡as cualidades necesarias para m ular un juicio de valoración Ética. E l hecho moral es un dato que nos ofrece la historia: sobre ello n o cabe discusión .una. La Sociología se encarga d e estudiarlo, describirlo y catalogarlo. A la Ética, su parte, !e corresponde la explicación filosófica d e ese hecho moral, es decir, e! al plano de* derecho. ¿Fs legítima la obligación? ;£ n quó se puede fundamentar? ¿En « limdamentáe} valor mofal? jCuáks son las condiciono para que el rcmoixlímientó lique un autentico valor moral? Dentro de esr- inrenro d e explicación veamos c ó m o surge una doble serie de actos —tados por e l hombre. U nos poseen libertad y serán llamado, ñeros humanos; otros d e libertad y serán llamados actos del hombre. 2 . A c to s iSUMANOSVAGIOSü h k o m s r íl Hay que saber distinguir los actos humanos ¡os actos del hombre. Tanto unos to m o otros son ejecutados p o r d hombre; en ésto asemejan. Pero ios primerossoft ejecutados consciente y libremente, es dccir, en un vel racional, a diferencia d e ios segundos, que carecen de conciencia o de libertad, o ambas cosas.

Los acte>s humana^ son (com o su nom bre lo indica) originados en la parte más típicamente humana d d hom bre,« decir, en SU-* facultada específicas, com o son ia intdigenda y ia voluntad. I-os actos dei hombre (com o su nombre lo indica) sólo pertenecen al hombre porque¿1 los lia ejecutado, pero no son propiamente humanos, porque su origen n o está en el hombre cu cuanto hombre, sino d> cuanto animal. P o r e je m p lo , le e r, es c rib ir. T r a b a j a r , c o m e r , e tc ...s o n o r d in a r ia m e n t e a c to s h u m a n o s , c o n ca! d e q u e s e e je c u t e n d e u n m o d o c o n s c i e n te y v o l u n ta r io . P o r lo c o n t r a r i o , io s a c r o s e je c u t a d o s d o r a n t e e l s u e ñ o o elisi r a í d a m e a r e , a s í c o m o lo s a c to s m e c á n i c o s o a u t o m á t i c o s ( c o m o c a m i n a r , e tc .) s o n a c to s d e l h o m b re . H a y q u e te n e r e n c u e n ta q u e u n m is m o a c to p u e d e s e r h u m a n o e n u n a s c ir c u n s ta n c ia s , y d d h o m b r e e n o t r a s c ir c u n s ta n c ia s . P o r e je m p lo , o r d in a r ia m e n t e la r e s p i r a c i ó n e s u n a c t o d e i h o m b r e , p e r o ei! u n a tie ra q u e re a liz a e je r c id o s c o n s c ie n te s y v o l u n t a r i o s d e r e s p i r a c i ó n , e s te a c to se c o n v i e n e e n h u m a n o . l i s t a d i s t in c i ó n n o n o s o c u p a r í a e s p a c io o « cate lib r o , s i n o f u e r a p o r q u e in flu y e n o t a b le m e n te e n la s v a lo r a c io n e s h u m a n a s . E f e c tiv a m e n te , lo s a c to s h u m a n o s , c o n las c a ra c te r ís tic a s y a d e s c r ita s , .so n lo s ú n i c o s q u e p u e d e n ju z g a r s e c o m o b u e n o s o m alo s d e s d e e l p u n t o d e v ista m o r a l. I A s a c to s d e l h o m b r e , ral c o m o h a n s id o d e s c r ito s , c a re c e n d e v a lo r m o r a l , s o n a m o r a le s , a u n c u a n d o p u d i e r a n a e ro d e ! h o m b r e . P o r ta n t o , s i ac aso s e j u z g a c o m o b u e n a o c o m o m a l a , n o s e r á d e s d e d p u n t o d e v is ta m o ra l, s i n o b a jo o t r o p u 'n i o d e v is ta , r o m o d f is io ló g ic o p o r e je m p lo . F.n c a m b io , d a c to d e tra b a ja r (e je c u ta d o c o n s c i e n te y v o l u n ta r ia m e n t e ) . e s u n a c t o h u m a n o , y p o r t a n t o , im p l ic a u n v a lo r m o ra !. C u y a d i g n id a d p o d r á c a p ta r s e m e j o r a m e d i d a q u e a v a n c e m o s e n e s te lib ro . A c la re m o s q u e u n a c to , se n h u m a n o o d e l h o m b r e , t i e n e u n c i e r t o v a io r o r t o l ó g i c o i n d e p e n d i e n te d e l v a lo r m o r a l . E l v a lo r o n t o l ó g k o o m c c a fís ic o d e la c o n d u c ta ¡ « im a n a se. r e f ie r e d h e c h o r e a l , a la e x is te n c ia , a l a o b j e tiv id a d d d a c to . E n c a m b i o , d v a lo r m o r a ! d e p e n d e d e c ie r ta s c o n d ic i o n e s s u b je tiv a ! y p r o p ia s d e la p e r s o n a q u e c je c n r a d i c h o a e ró , c o m o l a i n t e n c i ó n , la lib e r ta d , e i g r a d j d e c o n c ie n c ia , e tc . E l v a lo r m o r a ! se e n c u e n t r a e n lo s a c to s h u m a n o s , m a s n o e n i o s « - to s d d h o m b r e . H n c a m b i o , e l v a lo r o n r o ió g i c o s e e n c u e n t r a e n la s d o s c ia s e s d e a c to s. A d v ié rta s e p u e s , q u e a l d e f i n i r a i a É tic a c o s i ó la c ie n c ia q u e e s tu d i a a io s a c ro s h u m a n o s , e s t a e x p r e s ió n “a c r o s h u m a n o s " e s tá c a rg a d a d e s e n t i d o , s ig n if ic a a lg o c o n p r e c i s ió n , a ta i g r a d o q u e u n c a m b i o e n e ü a p o d r í a o r ig i n a r s e ria s c o n f u s io n e s . I a É t ic a s ó lo e s t u d i a i o s a c tó s h u m a n e » y d e ja a u n la d o lo s a c to s d d h o m b re . V a le la p e n a s e ñ a la r c u á l d e b e r í a s e r la p r im e r a p r e g u n t a q u e n o s d e b e r í a m o s h a c e r, c a d a v e a q u e s e tr a t e d e ju z g a r la m o r a l id a d d e u n a a o . E s t a p r e g u n t a es;' ; S e t r a t a d e u n a c to p ro p ia m e n te h u m a n o , o s im p le m e n te « s u n a e ro d d h o m b re ? S i p e rte n e c e a e s ta ú l t i m a c la s ific a c ió n , y a n o s e p o d r á s e g u í: a d e la n t e , p u e s s e t r a t a d e u n a c to a m o r a l , n i b u e n o n i m a l o , y la E r ic a y a n o t i e n e n a d a q U ¿ d e c i r allí. C u a n d o d e d m o s q u e u n a e r o h u m a n o c o n tie n e u n v a lo r m o ra l, e s ta m o s im p lic a n d o q u e e s te v a lo r m o r a l p u e d e s e r d e s ig n o p o s it iv a t> d e s ig n o n e g a tiv o . T r a b a ja r t ie n e

valor moral positivo, pero asesinar lienc valor moral negativo. N’óirsc que el valor moral n o c i v o suele designa rsc co n la palabra “inmoral". F.n este libro evitaremos dicho uso dc b palabra, pues por 511 etim ología más bien indica dcsligam iem o d d valor moral. Solamente los actos del hombre están desligados d d valo: moral y ya los hem os calificado co n ia palabra “amoral’'. P o r ú ltim o , n o te m o s , a reserv a d e a d a r a r lo p o ste rio r m e n te , q u e u n a d c ¡as íu en re s p rin c ip a le s d c lo s acros d e l h o m b r e (e n lo s a d u lto s) o s d d eseq u ilib rio p síq u ico . F.n e fe c to , c u a n d o ve d an d ich o » desajuste*. la person a h u m a n » n o ejecuta su s aero* c o n p le n o c o n o c im ie n to y c o n p le n a libertad . U n eu ro sis su e le lim ita r la lib e n a d h u m a n a e n form a co n sid era b le . S o b re e s to a b u n d a rem o s má» ad elan te. 3 . X'i« io \D E “1N o B í T í E x i s t e o tro ele m e n to p síq u ico d c! a c to h u m a n o q ue tam b ién será m o tiv o d c u n a valoración ::¡oraL A n alicem os b revem en te ese carácter típ ic o d c la co n d u c ta h u m an a q u e s e llam a fin o in ten ción. FJ h o m b re tie n e la ¿acuitad d c actuar c u v i* u d c un fin o in ten ció n ; n o se encierra e n d a cto presente q u e está realizando, >ino q u e se asom a h acia un h orizon te que p reten d e y q ue d a ic n tid o a s u co n d u c ta aclu al. lo d o a cto h u m a n o tien e m arcado un s d k ), una esp ecie d c flech a o d irección q u e n o s d ice cuál e s la in ten ció n d e l q u e lo ejecuta. D o s acto» m aterialm en te igu u icsp u ed en diferir n otab lem en te por esa marca im p resa p o r s u a u to r. D o s h o m b r es o fr e c e n u n d o n a tiv o a u n a in s titu c ió n d c b eneficencia; externam ente ios d o s a c to s s o n id én ticos: p ero in tern am en te e s o s d o s a cto s p u e d e n estar orien tad os hacia finalidades diversas: el p rim ero p reten d e ayudar efectiv a m en te a lo» m enesteroso*, m ientra» q u e el s e r o n d o s ó lo p reten d e “m ejorar la im agen d e s u firm a '. C o m o p u e d e n o u n c . d ich a fin alidad o in ten ció n p rod u ce una d iferen cia en o rm e e n d valor m oral d d acto.

Ia intención d e un acto se da en la interioridad d d sujeto y puede quedar cotalmenre oculta para las demás personas. D ebido a esto, no es justo d iuicio moral que sude formularse acerca d c ¡a conducía de otras personas. Juzgar las intenciones d e otros es un atentado contra su integridad personal. Existen c a r o en lo que ni el mism o sujeto se entera de un hkxÍo claro y explícito acerca de lo» móviles que lo han llevado a determinada acción. También es posible d autoengtfto: una persona puede convencerse a sí misma d e que está actuando bien, cuando en el fondo sospecha acerca de sus malignas intenciones. U no d e los mecanismos d c defensa (inconscientes; es la negadón d c un cato d c la percepción. D c esta manera d sujeto aparece anre si mism o Como inocente, cuando en d fbodo está actuando con mala intención. Este fenómeno de m ala f e se ha estudiado con prolusión en la l’ácologia y e n la filosofía contemporánea. 4 . C laíCSDETIN. l a palabra /»/» tiene varios H e n if ic a d o s . Desde luego desecharemos d significado que se refiere a lo último, lo extrem o, allí don de termina algo, com o cuando Siablamos d d nnal d e una película. Hn este hbro. salvo indicación contraria. !a palabra fin significa intención, objetivo, finalidad.

Podemos .«efialaruna doble división que se ha dado a la palabra fin cuando significa objetivo o finalidad. _ , , ~ F.n primer lugar, su d e considerarse el h n próximo, el fin intermedio y el nn últim o. EÍ fin próximo es e l que se subordina a oíros. El fin último 110 se subordina a nin gún otro. El fin intermedio participa d e ios dos, es decir, se subordina ai hn último y & mismo mantiene subordinado al rrn próximo. En una empresa, por ejemplo, suelen programarse objetivos a corto, mediano y largo plazo. 1 ) E n segundo lugar, cuando hablam os del fin co m o intención podem os referirnos al fin intrínseco del acto, o al fin d e l sujeto que ejecuta el acto. F.l fin intrínseco del acto es e¡ q u e posee la acción misma d e acuerdo con su propia naturaleza. í“or ejemplo, e l a a o d e alimentarse tiene u u fin intrínseco que reside eu la conservación d e la propia vida. FJ a cto de senrarsc tiene un fin propio que consiste en colocar c! cuerpo en una posición cóm oda. D e igual manera puede esclarecerse el hn imrinscco del a a o d e dormir, o dc5 acto d e amar, o del acto d e educar a los hijos. N o siempre se ponen d e acuerdo los autores acerca d e cuál CS ci fin intrínseco d e ciertos actos, pero por ahora lo que interesa es señalar que en cada acción puede encontrarse ese fin grabado en su propia natura leza. Esta actitud d e búsqueda es muy úcil en haca, pues a partir del encuentro de esa finalidad intrínseca es posible señalar criterios para detectar el valor moral de u n acto e n concreto. Por otro lado, consideremos el fin del sujeto que ejecuta CÍ acto, Hs t í que d e necho intenta el autor de la acción. E u algunas ocasiones el fin de! sujeto difiere con respecto A fui del acto. En Ética es importante percibir estas diferencias pues en más de algún caso no es lícito cambiar e l fin intrínseco del aero. Pongamos algunos ejemplos. El ejercicio do una profesión tiene una finalidad marcada en la misma naturaleza de la profesión. Ahora bien, el sujeto q u e ejerce una profesión sin tomar en cuenta esos fines intrínsecos podría pervertir o rebajar esa conducta hasta el grado d e ejecutar acciones francamente ilícitas. Sería el « s o del m édico que n o se preocupa por sanar a sus p a c ie n te s , sino por acumular honorarios desmedidamente. Ls labor muy interesante poder penetrar en la naturaleza d e un acto y descubrir allí la finalidad propia que Tiene*inscrita entre sus caracteres constitutivos. S e trata, nada menos, d e la labor del filósofo, cuyo oficio es penetrar en las esencias y descubrir las implicaciones necesarias que allí s e encuentran. C on esto ya se puede vislumbrar con mavor claridad de dónde surge
La rhUClDADEN c u a n to H N útTTM©ü e l HOMBSE t í te m a d e la f e lic id a d h a sid o

c o n e c ta d o c o n la É tic a d e s d e lo s t t e m p o s d e A ristó te le s . E s to a u r o r e n t i e n d e p o r f e lic id a d l a a c tu a liz a c ió n d e la s p o t e n c i a s h u m a n a s , e s d e c ir , la r e a liz a c ió n y e l e je r c ic i o d e la s

facilitado* y deniás capacidades del hom bre. C uando d h-Oülbrc pon e a funcionar sus potencialidades, i* consecuencia natural es la felicidad. A dem ás, c ite es eí fin propio dei hom bre, e! que está inscrito en su narurakra. Ei hom bre está hecho para ser feliz. La felicidad constituye el bien dei hombre, y aquí e s donde se conecta este tema con ía Ética. C uando una persona actualiza corrccttmcntc su s potencialidades, consigue al m ism o tiem po la virtud, !a felicidad, el bien y su fin últim o. E n un capítulo posterior ampliaremos e l enroque aristotélico acerca d e la Ética, e l bien, la felicidad y e l fin último. D esde e í punto d e vista d e la Filosofía v d e la Psicología actual, la felicidad es la consecuencia normal d e un funcionamiento cotreao dei ser humano. Podemos distinguir tres tipos o niveles principales d e felicidad: la felicidad sensible, la felicidad espirimal y la felicidad profunda. La felicidad sensible es ia experiencia d e satisfacción y beneplácito a partir d e los sentidos. Cuando saboreamos un platillo exquisito, cuando -contemplamos un panorama relajante, cuando reposamos cómodamente en vacaciones, obtenemos este tipo de felicidad. El placer sexual es también un ejemplo típico d e esta primera clase d e felicidad. Puede llevar también e l nom bre de placer sensible y, por supuesto, n o es desechable, sólo que apenas constituye el primer escalón dentro tk*io s varios niveles d e felicidad que estamos distinguiendo. La felicidad espiritual es superior a la ¿ulterior y se o b tien e por e l correcto funcionam iento d e las potencialidades humanas en un n ivel suprasensible, com o la inteligencia, la voluntad, d amor, la libertad, el arte, la s virtudes, ere. C uando una persona actúa honestamente, cuando ama de manera desi nteresada, cuando ejecuta o contempla una obra d e arre, cuando comprende las leyes científicas, cuando ejercita su creatividad inrclecnini y práctica, entonces experimenta un nivel superior d e felicidad, que algunos también llaman placcc: pero que inmediatamente lo distinguen co n respecto a! placer sensible. Por fin. el rercer ripo d e felicidad, que aquí llamamos felicidad profunda, proviene del núcleo d e identidad personal. Es una felicidad m ás refinada que las dos anteriores y sólo se percibe cuando e l individuo capta su propio n ú d eo por m edio d e un conocimiento aconccpttiaí y atcmático. En función d e esta percepdón y de esta felicidad, el individuo se vuelve más generoso, mas atento y am oroso con sus congéneres, más respetuoso de la individualidad de los demás. F.I p r i m e r t i p o d e f e l i c i d a d , d e n i v e l s e n s i b l e , e s d

m ás b u s c a d o y e l m ás

e x p e r i m e n t a d o . P a r a a lg u n o s c o n s t i t u y e s u m e t a f u n d a m e n t a l e n la v i d a . E l s e g u n d o r ip o d e r e h e s d a d , d e n iv e l e s p ir it u a l, e s m á s ra r o , y r e q u i e r e u n d e r r o tip o d e e d u c a d «n y c je r c ir a c ió n p a t a s e r p e r c i b i d o y b u s c a d o e n f o r m a s i s t e m á t i c a , y a q u e m ie n t r a : la f e lic id a d s e n s ib le 110 c o n d u c e n o r m a l m e n t e al v a lo r y m é r i r o m o r a l, la fe lic id a d t s p i r it j a l s í c s ra c o n e c t a d a c o n l a m o r a l i d a d , p u e s la e je c u c ió n d e 11 n a c t o h o n e s t o y e ! e je r c ic io d e la v i r t u d p r o p o r c i o n a e s te t i p o e s p e c ia l d e s a ti s f a c c ió n .

La felicidad do t e r c e r nivel, felicidad profunda, es m u ch o más rara. S e c«ie*icnrra en aquellas personas que difunden con s u sola presencia un bienestar a ¡0$ demás. Es una felicidad serena, compatible con la problemática y el ajetreo cotidiano d c la vida, es comprensiva, donadora, atenta, amorosa, y. por si fuera poco, generadora de! máximo valor moral d c una persona, a saber, su acrirud desinteresada, comunitaria, desprendida, generosa.

ipítulo IX EL C O N C E P T O D E L IB E R T A D 1 . L a rsFN'C.A o e l a LIBERTAD, i - a l i b e r t a d h u m a n a s e p u e d e d e f i n i r c o m o

: r m i n a d ó n Á x io tó g k a ” . E sto - s ig n if ic a q u e u n a p e r s o n a l ib r e se c o n v ie r te , p o r m i s m o h e c h o , e n c¡ v e r d a d e r o a u t o r d e s u c o n d u c ía » p u e s e l m i s m o la d e t e r m i n a f u n d ó n d e lo ; v a lo r e s q u e p r e v i a m e n t e h a a s im ila d o . C u a n d o n o se d a !a l i b e r a d , o d a e n f o r m a d is m in u id a * e n t o n c e s e ! s u je t o a c t ú a i m p e l i d o p o r o r to s fa c to re s , i d a s y p e rs o n a s , d e m o d o q u e y a n o p t i e d c d e d i s e q u e e s e l v e r d a d e r o a u t o r s u p r o p i a c o n d u c ta . D c a c u e r d o c o n e s ta d e f i n i d ó n . p o d e m o s a s e n ta r q u e l a c o n d ic ió n p r e v ia d e !a lib e r ta d ; u n i n d i v i d u o e s l a c a p t a c i ó n y la a s im il a c ió n d c v a lo re s . E n e s te c a p i t u l o v a m o s a - r e n c i a t o q u e s o l a m e n t e e n f u n c i ó n d c v a lo re s ! q u e s e h a n c a p ta d o c o m o tale s y q u e s o n a n c o m o m o t i v o d e l a c t o e j e o i r a d o ) , e s c o m o p o d e m o s h a b la r d c l i b e r t a d en p e r s o n a . E n l a m e d i d a e n q u e u n i n d i v i d u o a m p l í a s u h o r i z o n r e a x io ló g U y , p o d r á "iar p a ix l d a in c m c e l c a m p o d c s u p r o p i a lib e r ta d . E n I3 m e d i d a e n q u e u n a p e r s o n a ía o c z C a c ie g a a c ie r to s va lo re s., p o d e m o s s e ñ a l a r u n a lim it a c i ó n e n s u lib e r ta d . A s í p u e s , u n a p e r s o n a q u e a c u l a l ib r e m e n t e p u e d e s e ñ a la r c o n c la r id a d C u á l e s eí l iv o d c s u a c d ó n i; q u e e s p r e d s a m e n t e e l v a lo r q u e l o m o v ió a a c tu a r . T o s -/alores 1

c ó m o r a y a l e s o m o tiv a c io n e s i n te rn a s d e l a c o n d u c ta h u m a n a . I .o s v a lo re s tie n e n

e s p e c ie d e i m á n o a tr a c ti v o e s p e c i a l p a r a t o d o s e r h u m a n o q u é SC a b r e a s u a p r e n s ió n . E s t a m o s h a b la n d o , p o r s u p u e s t o , d c v a lo r e s a s im ila d o s y c o m p r e n d id o s ta le s, n o d e v a l o r a im p n e s r o s p o r ¡a fu e r z a . E ! p a p e l d e l e d u c a d o r : i o e s im p o n e r , s i n o p r o p o n e r l o s y d e v d a r e n
libertad humana, para ser correctamente entendida, tiene qiie ir p a r a l* con d sentido axiologtco y d sentido d e responsabilidad. Evidentemente, nuestro tem a se refiere a Ja libertad interior d e n a individuo, no s Ja libertad « r e m a , que puede ser definida com o ausencia d e obstáculos tísicos. L'n prisionero n o nene liberad extema, pero puede conservary aun incrementar su libertad interna, gracias a la cual su conducta puede llegar a ser altamente meritoria. l a postura que mega ia libertad humana es el determinismo. En ¡a actualidad ha cobrado auge la postura de. Skinner, psicólogo conducusta que rechaza la libertad en h in c ó n d e un fenóm eno también real; los condicionamientos en que vive inmersa la mayoría d e la gente. Veremos más adelante cuáles son los argumentos de ios autores deterministas y com o se puede argüir en su contra. l ú d e l o s aspeaos m is impostantesen la vida d e unapersona« s u procesod e libcradón. ,llXTtad -I?.” cdc “ «ementarse ° disminuirse a lo largo de la vida. Los principales b o r n e s que limitan la libertad d d hombre son: los condicionamientos, d Súper Yo, las manipulaciones ajenas, las «nociones sofocantes y las araduras de una filosofía pesimista, te d ia r e m o s mas addanre los efectos de estos obstáculo., de la libertad humana. 2 La Ln^íADSE p k c¿ E N rUNc:¡On DF.ValüRK Ei tipo de libertad que nos interesa , 'aUm3mCa,l.t R o ñ a d o con valores. En este « p i í d o estudiaremos algunas «daciones enrre liberad y d terreno axiológíco. E n p r im * lugar a n a c e m o s i a S r a d humana en Cuanto fundamentada en el valor. Si no s e da una previa captación de algún valor, no hay propiamente libertad. Ser libre n o es fá c il Pero la libertad, igual que e l amor, ha sufrido un proceso de degradación que es necesario detcoar. N o basta dedararselibre paraserio dativam ente. U hbertad que ahora estamos explicando requiere una condición que no siem pre se cum ple, a saber, la captación, d aprecio y e l convencimiento acerca d e uno o varios valores. U liOertad se cf<*ce entonce*, en fo n d ó n de esos valores captados. £ 1 hombre elige realizar algún valor o rechazarlo. I „ libertad n o existe cuando una persona es ciega para lo s valores. K Actuar libremente significa indinarse, adoptar y realizar u n valor, o rechazarlo. Cuando no existe un o o varios valoresen la m ente d d individuo, su conducta va a esrar orientada, y a n o por valores, sino por instintos, r e fle ja condicionamientos, hábitos, intimaciones surgufc* d d inconsciente, presiones externas, etc. Ya estudiaremos más adelante qué sucede co n la moralidad d e un individuo afectado por « , o s Actores mencionados. 1 or o pronto, expliquemos la percepción de valores, que es condición indispensable para d acto ubre. 3. D o s MODOSdk p eru b jrio s váiorp.s. La percepción d e un valor puede tener lugar de uos maneras, en forma conceptual o en forma intuitiva u holísiica (1^ Verstand y ia \crnuntrson Jasdos funciones cognoscitivas, ya descritas anteriormente, que se ejercen con respecto al valor.) '

a ) La percepción d e un valor en forma conceptualesla que se logia por m edio de nes teóricas o descripciones, más o m enos distantes d d objeto valioso. Por mplo: si explicamos d valor d e una sinfonía o d e un h e d ió heroico, lo más probable que nuestro entendim iento capre esc valor en forma conceptual y general. U n udiame puede explicar con relativa facilidad la definición dei valor belleza, de! valor tu d, del valor d e una le y específicam ente señalada, etc. La ventaja de este .to d d vaíor c ? la objetividad, la universalidad y d carácter científico que •. La desventaja del conocim iento conceptual es e l posible alejam iento coi: respecto a los intereses, inclinaciones y m undo existencia! d d sujeto que conoce, valores así conocidos corren ci riesgo d e n o ser tratados en serio, d e no ser reciados com o tales. En este nivel, una persona podría conocer perfectamente ¡as is d e la Ética y al mism o tiem po llevar una vida deshonesta. b ) La percepción d e un valor en forma intuitiva es la que se logra por m edio d e una cía en la cual se capta, se aprecia y se adopta ese valor com o tal, dentro d d o personal del sujeto cognoseemC- Los caminos más eficaces para obtener este de percepción axioiógica se encuentran en las obras de arte, com o la novela, d , e l teatro, y sobre to d o , d ejemplo vivo de las personas que lo realizan. F.l caso importante es el d e ios padres que educan a sus lujos co n su propio m odo de sertipo d e percepción implica un ap:ctk> dd vaior (o desprecio, en d caso de un va ¡or .iv o j.y u n a c o n s id e ra c ió n y re cu e rd o esp ecial d e « d e s c o n te n id o s . L a d esv en taja

en que dicho valor no siempre se puede describir n i tam poco tiene garantías de ’.idad y d e obj envidad. Sin embargo, desde d punto d e vista d d valor moral de persona, irás vale apreciar v realizar un valor que saber definirlo y distinguirlo con precisión d e un científico. Pongámonos en e l caso concreto ü e una persona que posee, en su m ente varios es percibidos en forma intuitiva, Lse individuo tiene d material necesario para cicgir libremente. Tos valores así percibidos y, por tanto, involucrados e n ia a, arracn ai sujeto, mas n o lo atrapan ni. lo atan necesariamente. U n valor así no se im pone por la fuerza, sino que insinúa su poder y su beneficio com o una idad por rcaiizarse. D e paso podem os señalar d error d e algunos padres y res que intentan imponer sus propios valores por medio de la fuerza, la coerción, m iedo y d castigo. También de paso podem os señalar d extremo opuesto, que e s d la persona absolutamente despreocupada por el influjo que tienen los esrímulos ¡díanos en ia percepción axiológica d e sus allegados, sean hijos, amigos, discípu los igreses. En mi P$icohgu¡, Cap, 5 , describo la evaluación y la valorización, l a primera consiste captar un objeto e n comparación co n un valor. La segunda consiste en pener raí ticamente en un valor. S e trata, pues, de dos procesos paralelos a ios que ahora explicando. Si avanzamos un p o co más en nuestro análisis d e ia percepción axiológica, podemos ar !o siguiente;

a) Los valores, que influyen en la gente generalmente han sido esp iados en situaciones concretas, am e un hecho singular, vital, gracias a! cual es recordado con facilidad. Por tanto se nata d e un “descubrimiento", que la persona recuerda con especial afecto. E s así com o se descubre el valor d e una sinfonía, eí valor d e la justicia, el valor d e la carrera d c ingeniería, e l valor dc un a persona, o el valor de un libro. Descubrir, en este contexto, quiere decir que e l sujeto por primera v e ? , cae en la c u e n ta d c u n co n ten id o ) que posiblemente j a había percibido con anterioridad, pero sin percatarse dei aspecto « lio s o que implicaba. E sto es semejante a! ae.ro d e develar (quitar velos) que ya Plafón había explicado cuando define ia vcidad c o m o aUthcia (dcvclamicnto). S e trata, pues, d e ir al ser mism o del objeto que se lien c enfrente. y que anteriormente só lo se había caprado en la superficie, en la apariencia, en la capa engañosa que encubre su SCf y su valor. Esto nos explica por q u é (raíam os en forma diferente a uu in d iv id u o cuya com unicación empieza a ser más personal e íntima. Sucede normalm ente que con d ich o trato estamos descubriendo su ser y su valor. Ante ese descóbrimienco, ya n o es tan liícil la manipulación, la objetivación y d rraro mecanizado o estereotipado que solem os dar ai individuo anónim o. Los valores descubiertos en esa persona nos dan la oportunidad para elegir un trato más adecuado a ella. b) El niño (o el adulto, en su caso) q u e aún no ha percibido una cierta zo n a o estrato d c valores (por ejemplo, estéticos) m antiene un com ponam ;ento m is o m enos alejado d e dichos valores. N o lo* elige volun unam ente; su criterio para actuar es diferente, tan sólo cumple con algún reglamenio o con alguna norma social, o asiste a un concierto p oiq u e quiere agradar a otra persona, o se aprende la biografía d c los músicos clásicos po m ué quiere obrener una buena calificación. Sólo cuando descubre el valor d e dicho condono o de dichas biografías, puede citáis libiemenreoír ei condeno o ieer las biografías, independienremenre de las presiones, premios O castigos a que se encuentra sometido. c) I a espontaneidad y grada d e los- niñ os pequeños v d e ias personas e n una fiesta o en vacaciones es m uy diferente a la libertad que estamos explicando. La raíz d e esas conducías está en los i nsri nros o en lo s estimulo»' sensibles recibidos en c íc m om ento. Cor: cierta ia?ón se llama a esto actuar libremente, porque d e hecho se da un a liberación Con respecto a normas, convenciones, v demás ataduras propias d e la civiüzadón que vivimos. Sin embargo, esta libertad todavía 110 & ia '«herrad ñxiológica qu-c nu¿ ínter « a com o condición d e la conducta moralmente valiosa. N o podemos habíar dc méritos morales en d niño que se mueve dc manera espontánea. I a base d d mérito moral está en la conducta que se ejecuta en fu ndón d e un valor intrínseco, com o explicaremos después. La libertad d d niño se puede denom inar libertad d c espontaneidad, para distinguirla de la libertad axiológica. que c , la que- nos interesa por ahora. F.sro m ism o lo podemos expresar en función d e una terminología m ás precisa que explicaremos con detalle m ás adelante: no basta la libertad-de; es necesaria la libertad-para. l a primera consiste en abstenerse d e ciertos vínculos: la segunda consiste en acniar en fu nción de un objetivo valioso. La primera se preocupa d e las ataduras. Ta segunda se preocupa de las

s. Las d i» son necesarias y pueden inrluir una c u la otra. Sin ncetsídad de -preciar ia primera. lo que interesa a la É r ia cñ la segunda. d)'Ahora conviene aclarar que.cl conocim iento intuitivo d e los valoree só lo es una ndicióíi para el m em o mora], n o es una causa lii tam poco un determinante. D e -no se dan casos d e personas que cultivan valores d e a lio nivei> pero n o por c ío se riccir que todos sus ¡retos dentro d e esa acrividad e s meritoria. U n individuo e conocer el valor d e ana ciencia y elegirlos paras í ¡uism o, pero en un m om ento r¡or podría claudicar con respectó a esos valores y elegir er. conrra d e ellos. Esos ■>s valores, en función d e los cuales ha elegido en contra de los primeros, son los • ahora están en la base d e su m érito moral. F.se mérito- dependerá d e la calidad de valores que de hecho han funcionado com o motivación d e su conducra. e) El conocimiento conceptual de tos valoresditTciimemepuede mover a una persona ai-ruar t i l ¡unción d e dichos valores. E ! conocim iento conceptual tiene un efecto -jerivante que coloca a lo conocido en un plano diferente al del sujeto. Éste no se ''Otucra con dicho objeto y, por tanto, n o se siente inclinado por dicho objeto, ni a favor en contra. Sin embargo, pueden coexistir los dos tipos d e conocim iento eu una sm a persona con respecto al mism o objeto. Por eso n o es extraño que un sujeto •xia manejar conccpntalmente un tema, y al m ism o tiem po se sienra motivado por Ul! científico y un artista pueden haber raptado d e manera inruirrv»e« valor d e su y a¡ m ism o riempo pueden manejsrio en fólü la conceptual. Por desgracia, si se d e un profesor que, í rente a sus alumnos, maneja su tem a só lo conceptualmenrc, e l riesgpde no infhiii axiológcamcnreen dichos alumnos, si acaso no sabe manejar técnicas d e la enseñanza y e l aprendiza je significativo.: J ) Otra terminología para esta temática es ia proporcionada en e l capítulo 31 que can la Verstand y la V'emunft. 1.a cnseiiaw ade los valores poi medio de la Versrand uce un conocim iento cor.ccpnia!. frío y falto de fu e r a morivadora. E n cambio, ¡a • -¡ít produce tu: conocimiento hol isrico, que envuelve al su jeto y que le da oportunidad elegir el valor captado. p Ln resumen: U übem daxiológica tiene corno condiciónd e posibilidad un conocimiento ' 'ico o in tu ilv/o d c uno o varios valore*. S in a re tipo de conocim iento, m uy diferente a¡ -náO aow ueptued, no esposible (¡ue,alormoral. F.n otm; 'rmmos:pitra elegirán vaior, prim ero hayque conocerloy apreciarlo en cuanto ta l 4. Ijbhkiau I>ü VUBEKFAD-l’AKA. l a s clasificaciones d e ¡a libertad suelen ser muy contusas. En aras d e ¡a claridad, aquíestableceremos una división m uy sencilla: libertadde y lib e ra d para, a) La expresión lib erta d -d e significa libertad d e obs-táculos, d e vínculos o de rcsrriceiotics, sean éstos d e orden físicoo de orden moral. Por tanto, podemos distinguir

1Víi* o> I... Wk<«,im fam & if f i ¿ c íá c a p a r * p K m m y iili> y ¡ u n o '-ih iA rto .

c*y. ?„m

oxvmn el ipicnda^ «fcraf.u-iiimr r»J1« ¡ca ¡a

dos cipos de lib erta d dc. dc orden fistco o a i c m o y del orden psíquico, moral o interno. D e acuerdo con lo anterior,estar'libresignifica, en primer lugar, no tener cadenas, lazos, o limitaciones dc orden material (com o seria el caso dc la cárcel) y poder moverse físicamente. Ésta es, pues, la libertad fisica o externa. £ n segundo lugar, también se aplica esta expresión para el caso dc las restricciones de tipo psíquico o moral. Las leyes, los mandatos, !as amenazas. etc., consriruycn limitaciones c u este orden psíquico y restringen la libertad -d e. Es típico e l caso d c los pueblos que luchan por su libetiad en contra dc las restriccionesq u e impone u n tirano. Lo que pretenden es obtener su libertad d e imposiciones y leyes que consideran exageradas. Et: este mismo sentido se dice que un* persona divorciada o viuda ha recuperado s u libertad y puede casarse d e nuevo. F.l vinculo que tenia con e i cónyuge ie restringía la posibilidad d e otro niasrioíoaio. Análogamente puede considerarse el caso de las amenazas. Éstas suelen producir cu la mente del amenazado una i cstricción dentro de las posibilidades de conducta, y por eso se dice que pierde libertad, Ésta es la iiberu u t-de en él orden interno, que también se llam a psíquico o moral. Lo que se o p o n e a esta clase dc libertad son los obstáculos, sean de orden físico o de orden psíquico. Cuanto mayor sea la libertad—dc, menor es la cantidad tle obstáculos, vínculos y restricciones. A m edida que crecen estos vínculos y restricciones, va disminuyendo !a libC rtad-de. Es impórtame hacer notar que esta lib e rta d -d e puede disminuir en forma considerable sin menoscabo de la liberuid-paray com o explicaremos más adelante. b) La expresión libertad— para significa libertad para alcanzar un objetivo o para realizar un valor o para llegar a una meca. Esca libertad es de tipo interno, reside en la volunrad y es m ucho m is valiosa que la libertad de. 1.a libertadpara es una potencialidad interna, es una capacidad que puede fortalecerse o dcbilirarse p or diversos procedimientos que posteriormente analizaremos- Coincide con ia libertad axiológica que ya hemos explicado. Cx>mo puede notarse, e l tipo cíe libertad que inreresa primordiaímenre en Ética es esta libertad-para, puesto qué se trata de la ftculrad para ciegir. decidiry autedeterminarse en iundón de un valor previamente percibido comora!. 5- RfjAOIfiN BOTE TOSDOSTIPOS DEiiBF.RTAD. Si analizamos la com b in aron de la libertad—d e y £a libertad— para en un mismo individuo, podem os observar lo siguiente: a) Ordinariamente la libertad—de en e i orden interno tiende a disminuir. Es decir, una persona tien e cada vez Un. mayor número dc compromisos y un mayor ttúmeiu de leyes y obligaciones que prsan sobre ¿1. (Contraer matrimonio, tener hijos, alquilar una casa; compronierersc laboralmente en una oficina, son actos que disminuyen la libertad de. sobre rodo en el orden interno. Por eso decimos que un casado pierde libertada los hijos quiran libertad, las obligaciones de un contrato disminuyen la libertad-, el compromiso en el trabajo también produce un decrcmento en la libertad. Litarnos

m encionando, pues, una serie d e restricciones que normalmente adquiere el hombre a ¡o largo d e su vida y que, p o i cauto, disminuyen su libertad -d e. Sin embargo, es¿a serie de restricciones n o dism inuyen la libertad-para. E l mismo individuo que acaba d e casarse, conserva su libertad axiológica con la cual es capaz de cumplir con sus compromisos. l a conocida fiase: “puedo, peto no debo” estáindicando e sa doble faceta d e la libertad. El “pu ed o’' quiere decir: ten go la capacidad interna para hacer algo. E l “n o debo" quiere decir: hay una restricción que voy a respetar. Esa persona es libre en un sentido, pero al mismo tiem po no es libre en otro sentido. b ) En cambio, a medida q u e madura y ve desarrolla u n individuo, s u libertad—para (libertad axiológica) tiende a aumentar, es decir, a fortalecerse y a poseer un potencial cada vez más decidido, firme y seguro. Esto significa q u e internamente e! individuo se está haciendo más capaz de captar y apreciar valores y uue. por tanto, cada vez e s más apto para decidirse en favor de ellos y realizarlos con m ayor facilidad. Por supuesto, puede darse u n retroceso. Es eí caso cíel vicioso o de! neurótico que cada vt£ pierde más facilidad para percibir valores auténticos, cada vez se vuelve más defensivo, cerrado y apegado a estereotipos que ¡e quitan espontaneidad y creatividad. c) U n caso extremo es e l de los prisioneros en los campos de concentración. 1.a libertádmele(sobre todo en el orden físico o externo) tiende a disminuir casi totalmente. Sin em bargo,esfactible que la libertad interna {lib erta d -p a ra ) se conserve e inclusive se lortalezca en función de un ideal, de! tal manera q u e ese individuo mantenga su energía disponible para soportar e¡ sufrimiento y luche para salir de esa prisión.1 d ) Cuando una persona capta que se van reduciendo sus posibilidades reales, siempre podrá contar con un par de opciones: decir si o n o ante el único cam ino que se le está ofreciendo. Éste es e l caso extremo en el m om ento de ¡a muerte. Aceptar dignamente la propia muerte es la última oportunidad que ricne d individuo para manifestar su libertad-para. Cuando se reduce al m ínim o la libertad—d e. siempre queda la libertad— para. En resumen, la libertadpuede ser libertad-de^1libertad—para. / prim era se subdivide en libertad externay libertad interna. L a segunda coincidecon h>tjué hemosllam ado libertad de la iiberrad—para. En adelante. e l térm ino “libertad "a sesosse referirá a la libertad—para. 6- L a[.'PiFRTAr.'HID/AX’.TSIJWTTADA. l a libertad humana no c* alvoluta. Rxisren varios obstáculos que disminuyen y. a veces, nulifican ia libertad d e la conducta humana. E3 estudio de ellos proporciona mayor claridad para la comprensión de los actos humanos en !a vida real. F.n la medida en que falta Iibenad. e! aero humano pierde su calidad de hum ano y llega a convertirse cr> ¡ín simple aero del hombre.

* R t o j ¿ c d « c e i c o íf c ts c s s o d e V f c r a i ¡ w U . q u ie n a u r a í a o d is e a t o u n < ¡—i ; c d « ( o r c c n L 'a iÚ D r j f i « c s u lib r o : £ !

Existe la libertad humana, cierto; pero n o todo? lo s acras ejecutados por ei hombre son libres, n i entre los acto* libres, tienen iodo* d mism o grado d e libertad. En cicero, sólo unos cuantos actos durante e l día pueden llamarse verdaderamente libres. I a gran mayoría es producto d d automatismo, y só lo en unas cuantas ocasiones realizamos una auténtica atiiodcrcrminación. l’erc esio varía mucho dc una persona a Otra. E i extremo inferior es d de ios que apenas emergen al m undo de la conciencia en ocasiones especiales, para luego volver a sumergirse en la modorra del ensueño, la fanrasia.cl proyecto fic il, la envidia y ei resentimiento, mientras, externamente, todo m ovim iento s e encarga a una especie de piloto automático que los lleva al trabajo, a su casa, a la diversión, a la conversación con el amigo. Termina d día, y la corriente ordinaria d c la vida ha arrastrado consigo a un bd to llamado hombre. En d extremo superior podem os detectar e i caio d e las persona» que actúan en un nivel d e conciencia muy claro, Sábéñ manejar sus propios mecanismos automáticos, pueden m odificar lo s roles m ilitados en s u vida de una manera consciente, se responsabilizan d c sus emociones y sus pasiones, se hacen caigo d e su propia conducta >• d e sus consecuencias, toman una acrinid creaiiva* saben difundir la alegría y la felicidad que proviene d e su propia interioridad. Fsras personas son libres en un grado superior y, además, utilizan su libertad en un sentido correcío. La libertad dei hombre n o es ilimitada; pero puede conquistarse e incremcnrarsc a partir del nivei de desarrollo y madurez propio d e cada uno. Afortunadamente.existen procedimientos psicológicos que fomentan este gradual crecimiento d e la Ubcrrad personal. La clave dc ia eficacia d e éstos «uíiodos o-nsiste en que n o niegan la necesidad d e ios automatismos jrde los roles en Ja vida lie cada uno. sino que deslindan con roda claridad la situación d e la persona, y e l papel adyacente d c los roles y io s automatismos que normalmente afécran a io s diversos estratos c d .ser humano. La libertad consiste en que la persona pueda manejar esos toles y automatismos conforme a su s propios criterios.5

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V n K m i r i tib e » i

F / ih o c ú l E íf io g c . < .'*?■ 8 . in i» » ii(¡> » .> íin d s í i : c t c n t

Capítulo X L O S O B S T Á C U L O S A L A L IB E R T A D Veamos e n qué consisten e so s obstáculos contra la libertad y d e qué atañera i>¡iau nuestro grado más o m enos desarroüado d e autonomía personal. F.n primer gar estudia remos el caso d e la ignorancia, en segundo lugar ei miedo, en lugar cólera y otras emociono.* y pasiyito, en cuarto lugar ia violencia física y psíquica y, r rin, en quinto lugar, e! caso d e los desajustes psíquicos, principalmente la neurosis. 1. LRANa,v Consiste cu la ausencia d e conocim ientos. Es un obstáculo a la libertad porque para eiegir algo es preciso conocerlo. Ya hemos dicho que el mejor •o consiste en abrir horizontes, ilustrar acerca d e nuevas posibilidades. M uchos en las carreras profesionales se deben a. una elección incorrecta d e ella por ar otras especia lidades que estarían m ás c e acuerdo co n las cualidades del sujeto. ~cp.ce. el m arnm onio“al vapor", sin previo conocim iento d e los novio», n o presta 'nguna garantía en ts calidad de la elección. Hay un ripo de ignorancia culpable, cuando n o se sabe lo q u e s e debería saber, por pío: e! médico que, en e l m om ento preciso y por falta d e estudio, n o saber iOífÍ£ir V ftCMKt en u;ia enfermedad corriente. A esto se le Üama ignorancia tiva. F.n cam bio. la ignorancia negativa n o es culpable. Consiste en no saber lo fía d e O T orárcréntos. La j o r n i a , d>-7i;ru< fe«¿ ó p n ó ? Fcrram im ro . c o n s in c ín « e r e n h ilusión
conocimientoSnlfetiu». Sulú de u ipnoranó.» dctcuadayo l la l ilowft» onom l oiuú ie en capar U unidaddd x t y a integración bá á a de iodos los seres de b « u tu fa lm . p ercib ir la armonía o en la vida. E sto *e uanrea 1. aaifud ii««Scantcde una penotu que noconoc* A tr*m> que desde siempre ha ptmeíd». 2 . Fj. MIEDO. E! m iedo consisre. en un a perturbación emociona! producida p oi la a m e n a » deur. peligro inm inente. F.1 miedo, en caso» extremos (pavor), puede producir una otu*cació.n'completa d e las facultades superior**, y to d o lo que se cjccu u cr. esos m om entos pierde e l carácter d e aero humano, pues el sujeto n o puede responder de dio. F.n cierros casos es urgente saber resistir a ¡os impulso» característicos del miedo. Por ejemplo, un soldado en !s trinchera necesita saber controlar su propia perturbación para n o correr despavorido ame las halas que silban a su alrededor. F.n casos extremos, gracia* fl la h ie n a d e la voluiiiad, te puede llegar a situaciones d e franco heroísmo. La valentía n o consiste en n o tener m iedo, sino en saber com toursc a pesar d e él. Los loteros, en m om entos d e sinceridad, confiesan que sienten m iedo delante d d toro; pero, con iodo, se plantan f in a » y arrostran el peligro cor. arte. Los psicólogos han detectado u» tip o especial d e m iedo que Ikva d nombre de angustia. Se caracteriza porque d objeto que la produce permanece desconocido para d m ism o sujeto. F.n ciertos casos toma el nombre de ansiedad, y se caractewa por un especial estado d e nerviosismo que impide o dificulta la concentrac ión mental, d estudio v la reflexión. l a angustia y la ansiedad .se dan co n frecuencia cr. algunos casos de desajuste psíquico y los estudiaremos un p o co más adelante, i’oraiio'a podemos concluir que e l m iedo, sea que se conozca o no d objeto amenazante, es un obstáculo que dismiuuyv o anula la libertad humana. 3. L a ü 5u * a r OTRAS rASJONES En este aparrado estudiaremos d hecho d e que la cólera (también llamada ira, enojo o coraje), al igual que otras em ociones y pasiones, producen un s ñierre lim itación en uuestra capacidad d e elegir libremente. Imagínese d caso concreto d d marido que vacía la pistola al cónyuge y a su pareja cuando los encuentra en flagrante adulterio. En general. las em ociones, com o d o d io , la tristeza, la alegría, los celos, ¡a envidia y d enamoramiento, son respuestas orgánicas (d e adecuación o d e inadecuación, de aceptadóu o d e rechazo) por parte d d sujeto atando percibe un objeto afín o discordante. La emoción llevada a grados extremos recibe d nombre de pasión. La palabra ¡emsmicnso expresa casi siem pre lo mism o que la palabra m o ció n , cuando se trata d e un fenómeno persistente. En los casos extrem os las e m o cio n es arrastran por com pleto al hombre entero, que pierde to d o control d e s í m ism o y reaii/a acros d e los que fácilmente s e arrepiente

unos momentos después. Este es e l caso frecuente de fa cólera, los celos y e l O«5io. Las leves civiles ya han renido ef cuidado d e señalar cierros atenuantes en ios llamados Crímenes pasionales. Sin embargo, en la mayoríad e los casos, el sujeto, advenido por su propia experiencia acerca d e la fuerza d e las pasiones, debería estar prevenido para controlarlas en el m om ento preciso. U na persona madura y plenamente desarrollada, lejos d e arrojar roda la culpa a sus emociones, se responsabiliza por cüas y asume ias consecuencias d c la conducía ejecutada bajo su s efccros. Al reves d c lo que suele pensarse en los medios puritanos y estoicos, las emociones y las pasiones son buenas. E n su origen, surgieron en el .ser humano com o una defensa ante la posibilidad d e un peligro inm inente. !.o único malo, en todo caso, sería la pasión desordenada, es decir, la Que orienta al sujete en un sentido radicalmente opuesto a lo que ordena la recta ra¿ón, tema que será esradiado en un capítulo posterior. En la educación del niño y dei adolescente, u n o d c les principales capítulos consiste en aprender a conrroiar ias emociones y las pasiones. Dicho control sabe tomar un camino intermedio enrre dos extremos igualmente vicioscs: la represión d e elías y la sumisión completa a ias mismas.' 4. La V O l ¡ x c ix La violencia es una iuerza externa, física O psíquica, ante la cual es difícil, o imposible resistirse. La violencia puede debilitar la libertad del sujeto hasta ci grado A r oipn'm ír toda ti'Sponutilidad en !o ( ¡ u e t c refiere a la ironducci recíizada en esos mom entos. E l ejemplo típico es el d e la cajera d e un banco que entrega el dinero al ladrón amenazante C O u una pistola oculta. N o por esto se convierte en cóm plice dei salranre. La mujer violada por una pandilla CS otro caso por demás execrable, .enera!mente la violencia va acompañada d c o t o s obstáculos a la libertad, com o el m:edo. la ignorancia y las pasiones. Sólo en algunos Cawis, con sunciente preparación y precaución, es posible disminuir y hasta anular la fuerza de I3 violencia. Es importante destacar el caso de la violencia psíquicaen función dc amenazas veladas. D c hecho, el Sujeto ve disminuida su capacidad d e decisión ante esa violencia psíquica; .n embargo, no encuentra suficientes motivos ptra protestar o para deshacerse del agresor, que puede actuar, en ocasiones, bajo una bandera aparentemente iícira y noble. M e reSeio a la violencia que puede ejercer el autoritarismo d e un padre, un profesor o un jefe, d c oficina excesivamente exigente ante un grupo dc personas, o a la violencia puede ejercer un marido anre su esposa en e l terreno sexual, o la que ejerce el lídci tina pandilla ante sus secuaces, o la d e un político ante los miembros d c su partido, o a la actitud agresiva y chantajista que Suden asumir algunos jetes, directores o presidentes frente a lo s miembros d c sus asociaciones. En todos esros casos se trata de persona abusiva, que aprovecha la superioridad otorgada por c! cargo o ia función empeñada y obtiene ciertos beneficios, sin que exista una clara conciencia d e la clase de abusos que csrá cometiendo pues, en general, la sociedad su d e confundir el sano ejercicio d e la auroridad co n el autoritarismo. 1Se |K*ilrampiUrevx tra; tt, mi libroPíMt/fA C u 7. Kndllllk « CaPKHT2Ínviña Mgina opo-MíriKr.-.r '¿cáiodif w(rm.ijrcmoÓMl«.

5. l o s DKAJUSTHPSIQUICOS- I-os desajustes psíquicos, eotre ios cuales sobresale h neurosis, debilitan la libertad debido a que la persona se sicm eaiada a cienos patrones á c conducta, a mecanismos de defensa, a lo que ie dicta el aucoconcepto o el Super Yo, a las emociones exageradas, «.orno h ansiedad y ia angustia, que ya hemos mencionado.1 N o debería utilizarse con tanta frecuencia la etiqueta d e “serneurótico". 1o que abunda es más bien el síntoma neurótico, “tener un síntoma neurótico", ¡o cual se da cor. bastante fWxuencin er. la mayor parte de los individuos. Evidentemente, Salrccticncia y la causa de
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dcsídenrificarsc co n respecto a ios dem ás d em m to s que n o pertenecen ai plano del ser « n o al plano del tenCt D e lo contrario, el sajelo permanecerá condenado a defender sus tabhtas de salvación, c o n el consiguiente sabor de frustración, peligro, ansiedad o infelicidad pue. to m o ya s e mencionó, ¡a neurosis es ci arte d e hacerse infeliz. Por lo que respecta a nuestro rema d e la libertad y sus limitaciones, ahora podemos obtener la siguióme conclusión: ia defensa de la propia dignidad humana es una necesidad en todo individuo, y por tatuó, a llí n o hay iihertad. El error del neurórreo consiste en identificar su dignidad con algo ajeno a ella. Su lib e rta d -d e h z quedado limitada debido al obstáculo que hemos detectado: un autoconccpto equivocado. D e cualquier manera, el neurórico conserva su lib en a d -p a m , y debido a esto cr posible d alivio y la recuperación d e s;na conducta amable y valiosa.

Capítulo XI L A S P R U E B A S D E LA L IB E R T A D Y EL D E T E R M IN I S M O 1 . I a s pruebas ui: l a u h fk ta d . U n a vez q u e >c h a estudiado: ia libertad en su esencia, e n SOS diferentes cipo» y CII M* iir 'iu d a , es a tc c w rio rodovia reÜexionár so b re el fenóm eno y o b ten er e n limpio cuáles ion las razones p o r ¡as que afirmamos que el h o m b re es libre. D c esta m anera em bónenos i 11conocim ieniofundam entado, es dec ¡r, estam os e n u n nivel propiam ente científico y .üosófico. Estos argum entos serán úlÜC-S pa ra p o d e r enfrentarse a las recrías determ inistas q u e revisarem os m ás adelante. ti) C ada persona tiene conciencia d e su f ropia libertad. E n cu alq u ier m o m e a to p u e d e verificar « p e rim e n ta lm e n te que en realidad posee, d e u n m o d o cierto y efectivo, la capacidad para escoger una dirección u Otra, y que d e hecho escoge u n a d e ellas po r p ro p ia determ inación. E ste h e ch o es inncgab.c. Ij pcuoiia que pracrict !u meditación prof.:nd ca contacto a>r. su núcleo de identidad persona!, con .sucalidaddc persona. y dtwic esapaspecrivao uipa¿ dc percibir con t«ia «Jaíidad «1 p x k i interno además dc ev* ckt«ii:irjstnos, capr: su propia energía y rbnalea ;*ra poder tornar decisiones, «dciir. auiüdcKrminsrNf.

b) Si reflexionamos ahora sobre los obetácuias de la libertad explicados anteriormente, 4iirge u n a preg u n ta: ¿sena posible q u e se experim entaran obstáculos y lim itaciones de la p ro p ia libertad, si ésta e n realidad n o existiera? Veam os: u n a persona se puede experim entar i SÍ m ism a e n dos situaciones diferentes: er. la p rim era se capia c o n el p o d e r dc autodeterm inarsc, p ero e n la segunda sé capta ¡Im itada p o r lo s obstáculos ya descritos. h:¡ el prim er caso, experimer.ra u n cierto po d er d c elección, y e n el segundo no, pues SCsien te d o m in ad o , d e te rn in a d o . p o r ¡b erras q u e e n ese- m om ento

son invencibles. Pues bien, esa diferencia, ese poder, que es innegable, consta cable, ¡imitable, y que no es ci producto d e ninguna teoría abstracta, csjiisramcnrclo queso llama lib e rta d o poder d e autodeterminación. 2 . 1/i-s ifcORLv>DEliSM£NíS7AS. U n o délos fenóm enos más signiricarivotcn la historia d e ia Filosofía es la negación d e la libertad humana cenrro d e las teorías d e algunos insignes pensadores, co m o Leibniz, Spinoza. Freud ySkinncr. ¡.os hechos no se pueden negar, sostienen ellos, pero el hombre ha sufrido una ilusión desde el momento en que ignora las causas ocultas d e su propia conducta. 1ngenuamonre .se cree que elegimos h’orcmente cuando n o se riene conciencia de las causas más profundas de nuestra conducía. Tales acetrinas se han agrupado bajo el nombre d e detem únum o. pues su tesis central e s la d e que el hom bre ya está fijado o “determinado*- en cierra dirección por diferentes causas que desconoce en e l m om ento m ism o y que, por ra nro, su decisión “¡ibfO* sólo sigue siendo d e nombre. A quí vamos a explicar, d e una manera muy breve, ¡as más representativas entre esas teorías, y enseguida añadiremos algunos comentarios críticos desde la perspectiva d e una postura favorable a la libertad humana. 3 . F.; OKtfctvMJMSMODEEreüd. Este psicólogo cae en serias contradicciones acerca de la libertad humana. Ai leer sus obras se puede observar que a veces la afirma y a veces la niega Por ejemplo, la afirma cuando explica que e! psicoanálisis tiene, entre sus funciones, la d e dar mayor libertad y responsabilidad al enfermo. E n cambio, la niega expresamente en un discurso pronunciado ante una Sociedad d e M édicos, en donde, sostiene que la libertad es una ilusión. Eí argumento básico de Freud en contra de la libertad es d hecho del i nconscien re. Tas fuerzas de! inconsciente actúan en cada m om ento, orientan la conducta del individuo si n que ¿i se d é cuenta, producen una serie de mecanismos en la conducta d e la persona, dado que e l desconoce ei origen d e dichas pulsaciones. asume e! acto co m o si csiyviera iginado por su propia voluntad. Algunos freudianos han realizado c ie n o s experim entos d e hipnotismo en donde rece que se demuestra ¡a acción del inconsciente sin que e l sujeto se d é cuenta de esa 'uencia. Esquemáticamente, dichos experimentos se pueden describir de esta manera: n su jeto es som etido a ia influencia de la hipnosis; se le manda entonces una orden ai :onscicnre, co m o por ejemplo, salir «íe la sala en cuanto despierte: termina cJ sueño con gran expectación d e todos, ei sujeto sale d e la sala, enseguida se le pregunta si ha ■idido salir "libremente” y ci sujeto responde d e manera afirmativa, por tanto, infieren, itberrad es una ilusión. Ante esos hechos, e l freudiano explica: es evid en te aquí la acción d e una fuerza onsciente por ia cual salió el sujeto d e ia sala; y tam bién es claro que, ai n o conoa, nuestro personaje ha caído én la ilusión d e creer que se ha decidido libremente, o es lo que sucede a cada m om en to en la '."ida diaria. Veremos enseguida que.

realizado el experimento co n mayor detalle, ia conclusión obtenida co n anterioridad X viene abajo. 4. C omentarios críticos ai i>h kkm: \ lsmo kkruixano. Afortunadamente, oíros psicólogos profundizaron en estos experimentos sobre el hipnotismo y d inconsciente, y repitieron algunas pruebas con observaciones m ucho más agudas y atinadas que refutaron las conclusiones obtenidas por ios freudianos. Hi experim ento anterior se repite du rm ien do a una persona p o r m ed io del hipnotism o; se le da una orden, que en este caso consiste en darle una bofetada a un compañero una vez que despierte; se despierta al sujeto y se nota enseguida que éste vacila en sus movimientos: se pregunta por qué se notaba vacilante, y responde que sintió el impulso dc propinar una bofetada a su compañero, pero no teniendo motivos para hacerlo, resistió a dicho im pulso y se calmó. La explicación n o puede ser m is clara y contundente: en efecto, hay fuerzas inconscientes (aun cuando n o siempre estén originadas por un acto d c hipnotismo), pero dichas fuerzas no son las t'inicas que actúan en un individuo, E n este caso se rio actuar, además, una hierra consciente y superior por la cual se decidió no dar la bofetada. La c o n c lu s ió n e s o b v ia : e x is r e esa p o te n c ia lid a d que lla m a m o s lib e r ta d , autodeterminación en fu n d ó n d e valores, sin que esto niegue la existencia d c cierras fucrcas inconscientes q u e pueden oponerse a ella. Por tanto, para afirmar la libertad n o es necesario negar e l inconsciente: y. dc ia misma manera, para afirmare! inconsciente Roes necesario negar ia libertad. (Considerar lo s dos ripos d e fiierras com o excluyentcs entré s í fue el principal error en el que cayeron ¡os freudianos. Frcud, igual que muchos otros genios, quedó tan encandilado por su propio descubrimiento (eí inconsciente) que dejó d e ver la importancia d e las facultades conscientes de! hombre. Y con esto podem os Ucgar a un conocim iento m ás preciso d e la naturaleza d c la lihercad- S e trata d c una cualidad que reside en la voluntad: se ejerce d e un m odo consciente}' racional; es un autocontrol que, por ¡o mismo, supone algo que controlar; y en este experimento hem os palpado esas fuerzas inconscientes que son objeto de control en e l m om ento e;l que afloran a la conciencia. En algunas ocasiones, e l sujeto está d c acuerdo con seguir esas fuerzas inconscientes, com o en el caso del primer experimento de hipnotismo descrito,en otras ocasiones el sujeto se determina en contra d e ellas, com o e n e l cáso d d segundo experimento en el que existen situaciones dc lucha y, por último, se dan casos (afortunadamente en m enor proporción), en ios cuales d inconsciente es un puro conflicto que dom ina la vida consciente de la persona; ral es e l caso d e los desajustes psíquicos que pueden llegar a ser patológicos y que requieren un tratamiento por parte d e especialistas. Sin embargo, estos casos anormales no son lo s que han dc dar la pauta acerca d c có m o funciona nuestro psique. Iod o esto tiene una aplicación práctica de mucha utilidad. I Icmos dicho que la libertad es susceptible de educación e incrementación. Pues bien, un educador tiene

que estar ai tanto de esas Hienas inconscientes para poder armonizarlas cu concordancia co n Ja razón. 5. Fá Db'l'ERMlNlSMODF.SwN_NK8. B . F. Skinner es un o d e lo s psicólogos couductistas más famosos en la actualidad. En su obra M ás aüA /¡4 la lib erta d y d e la dignidad, sostiene que ei hom bre está determinado por cí ambiente cu que vive, y que por raneo, n o existe ni culpa ni mérito en la conducta d e un a persona. El arg u m e n to básico d e S k in n er es la su p u esta relación necesaria y científica q u e se h a establecido en tre u n estím ulo externo y una respuesta tam bién externa. A nte un estím ulo X recibido p o r u n sujeto, la respuesta prevista es K y esto sucede e n un porcentaje casi perm anente; p o r tan to , n o es necesario acudir a in stan ciaí inrernas, invisibles e inverificablcs p a ra explicar la c o n d u cra d e l individuo. Además. el condicionam iento operante fom enta la repetición d e un acto. D icho condicionam iento s e explica d e la siguiente manera: una rata aprieta una palanca y recibe una porción de queso. Esto la estimula para volver a apretar la palanca un número indefinido d e veces. Este fenóm eno se ha repetido hasta ¡a saciedad en el terreno d e la educación y d aprendizaje. C uand o se da un premio al niño que em ite una buena respuesta, ei niño queda motivado para seguir estudiando. F.n conclusión, cada individuo está determinado por los estím ulos que recibe d e su propio ambiente, ^ada un o acnía conforme a los- estím ulos que recibe. Por tanto, el ambiente externo determina la conducta del hom bre y e l tema d e 3a libertad queda superado, según la lusión d e los conductivas. 6. C o m e n ta rio s c b / i i c o s ALAPOSTURADF.Ski\'NrK /^ E n tre lo s factores que influyen la conducta d e u n a persona, in d u d ab lem en te u n o de lo s más im portantes es e! ím ulo inm ediato q u e se recibe de! exterior. Sin em bargo, esto n o elim ina ¡a existencia orros factores, co m o puede ser el factor g enético, el facto r d e l inconsciente y para ' T ro caso, e l factor d e la v o lu n tad , l a v o lu n ta d puede ¿cro ar e n el ínism o sentido estím ulo ex tern o y p o r esro parecería q u e n o existe la energía d e !a voluutad. Sin •ibaigo, se da e l c3so, análogo ai de lo» experimentos íreudianos ya explicados, en d e ei estímulo externo no es suficiente para anular ia volunrad que se orienta en *‘:ó n diferente. Es el caso d e las personas q u e actúan honestamente aun cuando an aprovecharse de un “esrímuío” para com eter un fraude o un robo. b) La existencia de la voluntad, d e su energía y d e su decisión autónoma es un 'ho d e la conciencia, ral co m o fue mostrado e n e l capítulo anterior. Ahora bien, la untad n o cüge simplemente por capricho, sino que existen rezones pata elegir un jiino u otro. Esas razones pueden variar en forma norabic: puede ser uu valor de ■altísima calidad, o un estímulo de! inconsciente, t> un esrímuío instintivo, o un premio amenaza que se recibe desde ei exterior. A sí pues, e l hecho derccrado por Freud (al bravar e l inconsciente co m o factor d e ¡a conducta humana), y el hecho detectado r Skinner (al subrayar ei estím ulo externo co m o tactor d e la misma conducta).

cocxistcn junio con orros factores (com o luego veremos). Q uien da !a respuesta final, cuando nene oportunidad para revise y sopesar esos factores,«s ¡a voluntad del individuo, q u e actúa como agente unificador, armor.izador, d e resolución y decisión. c) Cuando afirmamos e l h ed ió d e la libertad y negamos d deterninism o, lo que en d fondo hacemos es detectar un lácsor {la voluntad) importante e n la génesis d e la conducta humaua, pero quizá p o to apreciado y utilizado por la gente que, en la mayoría de io s «SO*, se deja llevar por la fuerza de la propaganda o por las fueizas inconscientes. A sí pues. la existencia d e la voluntad que elige en junción de valores asimilados es un hecho. pero no es un a función completamente generalizada. Estarnos frente a una potendalidad humana que requiere educadón, entrenamiento y ejercicio adecuado. D e b id o a esto, es m u clio más fácil detectar el com portam ien to derermmístico d e las mayorías que actúan sólo en ¡unción de estímulos externos. Este error es un sofisma que se llama falsa generalización, m uy frecuente en c i terreno científico. Freud y Skinner n o estuvieron exentos de este sofisma. F.n d lenguaje popular mexicano se dice: “irse c o n la finta”7. V i. DE T T S M & í S M O H io u 'íC lC O Y S C C I O L O O iC O . Fxisten otros tipos d e determinismos, c o m o el biológico y d sociológico, q u e sostienen la existencia d e otras fu era s rectoras d e la conducta humana: com o pueden ser la programación genética y la coerción

social, respetivam ente. Por supuesto que e l hombre e r ó influido por todos estos tactores, tal com o hemos asentado en el caso d e Freud y c e Skinner. Pero csro no niega la existencia de ese centro d e energía que es iavoluntad, y que tiene asu cargo ia unificación y armo; íttadón d e todos Los factores que de h ed ió estío influyendo en la actividad humana. A quí reperimos la conclusión anterior: la libertad coexiste co n otros tipos d e tuerzas q u e bullen en d hombre. Y la fu n d ó n de la libertad es darle un sentido correcto y armónico a rodas esas fueras humanas, vasca que pcncnezcan al plano físico, biológico, psicológico o sodológico. El hom b re pertenece simultáneamente a varios estratos, y su m ayor calidad en cuanto hom bre consiste, no a i lechazar los estratos comunes a los dem ás seres, sino en integrarlos dentro d e una unidad armoniosa y superior. FJ Yo Profundo puede determinarse libremente para seguir un instinto, una costumbre soda!, o bien, para rechazar un hábito o w i impulso ¿urgido d d inconsciente, etc. I a libe podría compararse co n la acción dei capitán de uil buque, que aprovcdia por igual la fuerza del viento, la fuerza d e la corriente d e agua, los remos y d propio motor. D e cita manera todos esos factores, en lugar de negar la acción d d capitán, le dan oportunidad para combinar y enriquecer S U decisión. Sé ha objetado qué d conocim iento y el poder d e D ios dim ina la posibilidad d e la libertad humana. Respuesta: Efecti vamcr.tc. D ios es causa primera d e todas las aedones ejecutadas por el hombre. Pero e sto n o suprime ia acdón d e las causas segundas, entre las cuales se encuentra d e un m o d o esp ed d e l libre albedrío. Ésta es una solución análoga a la que dábamos más arriba, al aceptar la cxisiencia d e otras fuerzas en !a conducta d d hombre. Coexisten todas ellas, y cada uua tiene su correspondiente función

dentro de la naturaleza de cada ser. El papel de las causas segundas o instrumentales es fundamental. Por ejemplo: el hombre escribe, y es causa principal d c lo que significan sus palabras. Pero esto n o quita el poder a la causa instrumental, la de la plum a o la máquina utilizada, pues sin días nc podría escribir, igualmente en d plano teológico: D io s es causa primera d e todo cuanto acontece; pero o t o no quita su poder a todas las causas conocidas en este m undo que. en atención a la primera, se llaman causas instrumentales o causas segundas. 8. Ia I3ñr.RTAr>Yros actos HUMANOS.:En vista de todo lo anterior, nos remitiremos ahora textualmente ai capftulo VIII. para reforzar nuestra apredación d c las diferendas entre actos humanos y actos del hombre, ’i'anto unos com o otros son ejecutados por d hombre: en esto se asemejan. Pero los primeros son ejecutados consdente y libremente, es decir, en un nivel racional, a diferencia d c los segundos, que carecen de con d en d a o dc libertad, o dc ambas cosas. i .os actos humanos son originados (com o su nombre lo indica) por ¡as facultades más rípicamcnrc humanas del hombre, como son la inteligencia y la voluntad. Los actos dd hombre, en cambio, sólo perrencccn al hombre porque ¿I los ha ejecutado, pero no son propiamente humanos, porque su origen no csrá en el hombre en cuanto hombre, sino en las facultades que tiene en común con otros seres vivientes. Por ejemplo, leer, escribir, trabajar, comer, etc., son ordinariamente actos humanos, con ral d c que se ejecuten d c un m odo Gonsdcmcy voluntario. Por i> contrario, los acros ejecutados duranre e l sueño o distraídamente, así com o los ¿ccos mecánicos o automáticos (com o caminar, etcétera) son actos dc! homhrcH ay q u e tener en cuenta que un m ism o acto puede ser hum ano en unas runstancias, y del hom breen otras circunstancias. Por ejemplo, ordinariamente la respiración es un acto del hombre, pero en un atleta que realiza ejercicios conscientes y voluntarios d c respiradón, este acto se convierte, en aero humano. Esta distinción no nos ocuparía espacio en este libro, si no fuera, porque influye notablemente en las valoraciones humanas. Efectivamente, los actos humanos, con ¡as características ya descritas, son los juicos que pueden juzgarse com o buenos o malos desde el pum o d e vista moral. Los actos del hombre, tal com o lian sido descritos, carecen dc valor moral, son amorales, aun cuando pudieran ser buenos o malos bajo otro aspecto (biológico o cstc'rico, por ejemplo), ló m a n o s el caso d e la digestión. En cuanto que no está dirigida en forma consdente y voluntaria es un acto dei hombre. Por tanro, si acaso se juzga com o buena o com o mala- ao será desde d punto de vista moral, sino bajo otio punto d c visiai com o el fisiológico, por ejemplo. En cambio, el acto d e trabajar (ejecutado consciente y voluntariamente), es un acto humano, y por lauto, iiripüc* un valor moral, cuya dignidad podrá captarse mejor en los capítulos que siguen. Aclaremos que un acto, sea humano o d d hombre, tiene un derto valor ontológico, independiente del valor moral. E l valor ontoiógico o nietaíísico d e la conducta humana se refiere al hecho real, a h cxistenca. a la objetividad dd acto. En cambio, el valor moral depende de ciertas condiciones subjetivas y propias d e la persona qué ejecuta dicho

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D jn to D U fc ó x a i a e n e *

aero, com o la inrención, la liherrad. e i grado d e conciencia, ere. F.! valor moral se cncucnrra en los actos humanos, mas no en los actos d d hombre. En cambio, ci valor oncológico se cncucnrra en las dos clases de actos. Adviértase pues, que al definir a la Ética com o la ciencia que estudia a los actos humanos, esra expresión "actos humanos’ c « á cargada de sentido, significa algo con precisión, a ral grado que un cambio en ella podría originar serias confusiones. 1.a Ética sólo estudia io s actos humanos y deja a uo lado lo» acto» d d hombre. Vale la pena señalar cuál es la primeia pregunta que deberíamos formular cuando se trate d e juzgar la moralidad de u o acto. Esta pregunta es:
programas, hábitos o patitas d e conducta que se han originado p o r asociación de ¡estímulos. Desde e l punto d e vista d e ia £rica, el factor que más interesa es e! que hemos •com o tactor d e ia CflSmovisión axiológica, está formado p o r los valores que ha asimilado el individuo en su ti ¡oro ¡m em o. Es decir, esta convencido de ellos, los aprecia • ios capta to m o algo digno d e SC i realizado por su propia conducta, l'or tanto, estos *constituyen el motivo más importante que asum e una peisona cuando decide • en determ:nado sentido. E n este m om ento d e decisión, vi valor es incorporado la estructura d e su aero hum ano y da origen al incremento d e valor moral de ia sona al ejecutar el susodicho acto. Por ejemplo: dos personas ejecutan externamente m ism o acto: estudiar para uM examen. Sin embargo, una de- ellas estudia porque . el valor intrínseco d e esa conducta, y la otra lo hace por ia presión que recibe de familia y d e su profesor. Evidentemente* el vaior moral d e ia primera persona es al d e !a segunda. E l ejercicio d e la ¡'herrad, cu la medida en que incorpora valores en el m om ento de i elección, es ía raíz d e !a superioridad de un acto humano y dc.su valor moral. D e csro remos con mayor detalle en los capítulos que siguen.

Capítulo X II EL V A L O R M O R A L I /L acros humanos han sido analizado.' desde c! punto d c vista d e su libertad, tal com o se haría en un rrarado d c Psicología elemental. Veamos ahora el aspecto bondad nwldad d c ellos, ni»' «•$<*l t m o propio di* mirara rosrr'rií 1. I a Ksh.xí.i.\ i»k ia hund.m)KM CI-ntsaI- Podcm>s aproximamos a la bondad por su paralelismo <<}n ia verdad. A sí com o ía inteligencia c,cá hccha para la verdad, la voluntad
H .V A t O R M O K A L

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can bueno). D icho «le otra manera, aunque un objeto vea bueno en s í m ism o, uua persona puedo elegir d objeto que en esc mom ento u o e i el adecuado, co m o por ejem plo, ei dinero de uu Banco, el alimenro que ÍC han prohibido dado su estado de salud, las vacaciones que en ese m om ento no están autorizadas, el placer sexual que, dadas las circunstancias, 110 es e l adecuado. A sí pues, podem os llegar a la conclusión u n tanto paradójica; e l hombre elige siempre un bien, pero no siempre d ig e bien. Esra última palabra califica ij aero d e elección, 110 al objeto elegido, que siempre « bueno. Por ranro. hem os distinguido d os clases d e bondad, La primera la podem os Mamar ndadow olágira, y existe en cualquier ohjero en tanto que se presenta co m o atractivo para la volunrad. La segunda bondad señalada es la bondad m oral, que es un calificativo a los actos humanos cuando éstos llenan las condiciones especificadas por ia a. A csra d cn cia le compete el estudio d e las cualidades requeridas para que un pueda ser considerado poseedor d d valor moral, es decir, com o bueno o como moralmente hablando. A trav& dd tiempo se han elaborado diferentes criterios y códigos moraJes; algunos nsideran bueno un acto sexual extra matrimonial, mientras que otros io censuran en ma absoluta. El decálogo es un o enrre m uchos conjuntos d e normas morales. .Entre judíos está absolutamentr prohibida i» bigamia de la mujer (hasta d punto de -nar 'u lapidación). Ljiuc los ár.ibo e s normal ¡a posesión d e varias esposas —.ulcáneamente. Los esquimales tienen a bien ofrecer a su esposa por la noche cuando " . 1 el amigo causado. E n o ro s terrenos tam bién hay diferencias drXst¡cas, co m o por ;:mp!o: los lím ites d e las tasis d e interés para n o caer en la usura, los requerimientos ra poder suprimir !a vida a nna persona, las condiciones para que una mentira no sea -aderada engaño, etc. Los moralistas discuten en qué casos es lícito quitar la vida a a persona y en qué casos no; los ejemplos d e actualidad son lo s que se refieren ai ■ - o. la eutanasia, el divorcio, e l conttol d e la naraiidad, ia guerra y la pena de rre. Más adelante veremos algunas líneas fundamentales para adoptar un criterio conociendo las serias diferencias que de hecho se han registrado en las incipales culturas y d v il ¡raciones del mundo. 2 . I a esencia del valor i s <:bnekal. A partir d d sigio XIX, la Filosofía em pezó a ñaíar con especial énfasis d concepto de valor. Sin embargo, nó l>ay un acuerdo acerca de lo que se entiende con este término. C'^da filósofo aporta su propia ición. La principal dificilrad estriba en ¡a postura inicial que se adopte en tom o a objetividad y la subjeth'idíd d e lo s valores. D e acuerdo con Max ScM er, la esencia d d valor está en ¡a p referíbü idad d e un to, es decir, en una cualidad que logra atraer la acendón y la inclinación d e las m as que lo perciben. F.i valor es, pues, una especie d e imán, o atractivo especial poseen algunos entes, gracia» al cual una persona dice preferir esc objeto. Sobra - que este autor es partid:rio de la objetividad de los valores, lo cual significa que valor reside en las objeto* (cosas o personas), pues allí está la causa del influjo

experimentado por lo s sujeios que lo perciben. E n cam bio, d e acuerdo co n los aurores Subjcriviscás, el valor » u na creación deí sujeto. Por m i parte, considero que. al explicar la distinción de dos modos d e captar el vaior, lograremos una carácterración más clara tic á te , ¡o cual ¡ios permitirá captar las razones de la teoría objctfviya y de ia teoría subjetivista « i el terreno axioiógico. La valorización es la captación d e un objeto en comparación con las propias cualidades, tendencias, expectativas y gustos. F.n cambio, la evaluación es la captación d d mismo objeta, pero en comparación co n un criterio extrínseco al propio sujeto. Lavalorización es totalmente subjetiva. En cambio, la evaluación lieilde a ser objetiva, V en muchos casos es completamente iniparcial. Lo que se capta en aJJibaSoperaciones es un conjunto de cualidades p to p i» dei objeto, pero siempre en comparación con algo. En el primer caso, elcriterio d e comparación es completamente subjetivo#!! el segundo, se trata d e un criterio externo al propio sujeto. y por esta razón es factible tendel a la objetividad. D ebido a estas distinciones, por mi pane prefiero considerara! valor como un conjunto d e cualidades en relación con orro objeto o un criterio. Surge entonces la siguiente definición: Valorestodo ente en cuanto c¡ucguarda retdciones de adecuación con otro en u . Esta relación d e adecuación entre un objeto y un critex io es independiente de que un. sujeto la conozca. la s vitaminas, por ejemplo, guardan una relación de adecuación c o n el organismo d e un sujeto, aun cuando éste no capte dicha rdación. Por esto p ó d a n o s sostener que e l vaior es objetivo, es decir, existe en las cosas independientemente d e io s sujetos que los pueden apreciar, o no. D e todas maneras, n o podem os negar el hecho tan frecuente d e la captación d e las cualidades de un objeto, pero ahora en rdación con las tendencias, las expectativas y la educación del propio sujeto. Éste es d caso d e la valorización. A sí pues, sé explica por qué abunda la postura subjetivista. Es el resultado de un encandilamiento cuando se descubre la riqueza de la valorización y aún n o se ha considerado la posibilidad y la cfccrividad d e la evaluación. U n caso frecuente es d del estudiante que argumenta, en favor rio ia subjetividad d e los valores, pero que luego cambia de parecer cuando exige una calificación justa y objetiva, en función d e un criterio extrínseco al profesor, independiente d e ías expectativas y las tendencias de éste. Podemos concluir, pues, que el valor reside en las cosas, y consiste en una cualidad por la cual esas cosasson preferibles al hombre, a sus láculiades. a su naturaleza. Los valores son tales porque guardan una relación armoniosa coa d ser humano. El valor es todo cute en cuanto que guarda relaciones de adecuación con o tio ente (con e í hombre en especial). I a diferencia entre bien y valor está en la mayor extensión d e este últim o. E l bien es un valor, al igual q u e la verdad, la belleza y la virtud, y d térm ino valor es un género donde caben las especies mencionadas. 3. La E S E N C I A 1>ELWLOS m o s a í . U n o d e los problemas más interesantes en Filosofía es e l esclarecim iento d e 'a esencia del valor moral. ;Q u é es lo que constituye propiamente el valor moral de una persona? S e han dado muchas respuestas; y casi todas convergen alrededor d d concepto d e bondad, hacer e l bien, practicar la virtud.

¡n embargo, 110 falcan personas que se muestran suciam ente críticas y rediazantes i todo ¡o que se refiere a la moralidad, dando a entender que es algo similar a la Una de Jas respuestas más claras y prácticas es la que propone a ia naturaleza hum ana com o el fundamento d c moralidad- Ser moral significa, pues, actuar conforme a ¡as exigencias d e la naturales humana. Q uien reflexiona sobre Ja naturaleza humana descubre allí algunas exigencia», que son !a base dc lo s derechos y las obligaciones de

Ponerse d e acuerdo acerca de ío que consriiuyc a ia naturaleza humana, idéntica ra todo ser hum ano, es el punto crucial d c esta manera dc pensar. D ebido a esto, unos filósofos han propuesto a la recta razón co m o el criterio fundamental en lo que refierea la moralidad. S e entiende por r c c r a razón la misma inteligencia humana a i ito que actúa por s í misma, sin desviaciones provocadas por las pasiones, lo s instintos Jgi'm interés persona!. Q uien actúa confórme a la recta razón, puede determinar

ser más hom bre (indcpcndienrcmcnrc del sexo), ser más hum ano, asentarse en lo uc caracteriza al hombre com o sal. apropiarse de las cualidades que xrrrenccen por senda a su propia naturaleza human».

rs í mismo y determina cuál es la conducta valiosa en su caso. Hem os explicado que en ' «tam os detectando valoreséticos. En ocasiones la gente se deja llevar por criterios upletamentc ajenos a estas ideas que ahora hemos explicado. Véanse más adelante los «lulos que traran los diferente? sistemas morales que han existido alolarjo de la historia. Por últim o, podem os aclarar que d valor moral lo puede adquirir una persona indo realiza una norm a moral y mejor también, cuando ejerce una norma ética, de lerdo con las diferencias que ya hem os explicado. I,o esencial en la conducta moral i en Ja libertad guiada por vaiores superiores. 4. D B aurqflN DB v.vohkopal I lemos asaltado cuál es la esencia del valor moral: ia

acráticas concretas dc este valor. Mencionaremos varias Cualidades propias del :moral o , mejor d icho, d c la persona co n alto valor moral y d e la conducta valiosa c e l punto de visca moral.

endava directamente en el ntídeo de identidad personal. Tom em os por ejem plo ia virtud d e ía veracidad. El hom bre veraz !o es porque é l com o persona manifiesta dicha cualidad. E n cam bio, tom em os e l caso d e una cualidad com o !a capacidad d e resolver con facilidad lo s problemas matemáticos. Esta cualidad es un valor, pero se enclava en aspecros d e la personalidad que rodavía n o aféela» a la calidad de la persona. F.n el lenguaje ordinario también suelen distinguirse estos dos tipos d e valores cuando se dicc. "Como profesionista es muy valioso, pero com o persona no lo es tanto'. b) l a persona con valor morai < s rodo lo contrario d d sujeto mezquino, egocéntrico, interesado exclusivamente cu su propio bienestar y comodidad. FJ valor moral lanza ai hombre diera d e sí mismo, en un amor noble, desinteresado, d e benevolencia. Esiá característica d e generosidad, desinterés, atención cuidadosa a ¡as necesidades ajólas, es un o d e los signos más claros que nos permite detectar a la persona con alto valor moral. c) I.n persona con valor moral manifiesta y contagia una felicidad que surge de su propia interioridad, de su nú deode identidad personal. Gracias a dicha felicidad, que no depende d e las circunstancias externas, sino d e su propio estado de conciencia, el sujeto es capaz d e comportarse CU forma generosa, amorosa y desinteresada. F.n cambio, un individuo q u e n o encuentra su felicidad interna, sino que busca ansiosamente la felicidad en ob jetos, personas y estímulos externos, estará inclinado a la manipulación, a la conducta interesada, al egoísm o y al narcisismo, y será presa fácil del v ic ió , la conup cióo, d despotism o y e l crimen. d ) \ jí persona con valor morai manifiesta una triple armonía. Su conducta es congruente c o n lo que piensa y con lo que expresa vcrbalmente. Esto es lo que se 2!ama a m o u k iib id d e la persona. N o hay auiocngaño ni falsas posturas ante los demás. Los tres niveles: persamienro. palabras y acciones, expresar, lo mismo, ¡a naturalera humana qué se está realizando en forma armoniosa. c) La persona que actúa en un nivel moral positivo tiene puesta su atención en el valor intrínseco d d acto que ejecuta. Esc valor normalmente beneficia al propio sujeto; sin embargo, Ul atenrión y la intención del sujero no se dirige a i primer iugar a su propio beneficio, sino que se enfoca dirceíamente hacia e l valor que se está realizando y, por supuesto, no deja d e asumir las consecuencias henificas q u e recibe él m ism o y los demás. f) E n cambio, la conducta deshonesta se caracteriza por una invasión d d orden descrito: se aifo G i direcramcnte al beneficio propio, aun cuando esto contribuya al daño o perjuicio d e las demás personas. Salvo en los casos de perversión exagerada y de patología grave, la gente deshonesta no busca directamente e l daño de las demás personas,sin o un bien persona! (riquezas, fama, csrams. placer, poder, etc.) sin importar el beneficio ajeno y, en los casos graves, sin importar el daño que se inflige a los d cmás. £ ¡ Un acto honesto c* un a acción que posee un valor intrínseco y, además, se ejecuta dentro d e una actitud d e benevolencia, desinterésy generosidad que procede d d núcleo d e identidad personal del individuo. N o basta, pues, qu eei acto sea b u a io CUS) mismo,

e indispensable que ia intención con <|uc se ejecuta participe dc las cualidades mencionadas. h) Es muy conocida la enumeración d c Lisconductas deshonestas, rales com o matar, robar. mentir, fornicar, etc. Habría que insistir también en una descripción d c ¡as >nductas valiosas, tales com o trabajar, estudiar, investigan crear artísticamente, crcar científicamente, enseñar, educar, emparrar, amar, comunicarse d e sujeto a sujeto, ampliar ci horizonte axiológico, comunicar felicidad, meditar, comunicarse co n Dios, mdir valores, fomentar la integración, etc. Estas acciones encierran valores intrínsecos dc alto nivel, y suelen descuidarse. Cxin rodo, dias solas n o bastan para incrementar ei ir moral d e una persona: es requisito indispensable que sean cjccuradas con la finid d e generosidad señalada en ci párrafo anterior. 5. E l re la tiv ism o m o r a l Se llam a relativismo m oral a la postura q u e sostiene la ¡alta de objetividad d c los valores y , p o r ta n to , ¡a ausencia d c fu ndam ento objetivo y universal para sostener u n criterio m o ral determ inado. Según esto, cada persona crea , propios valores y, e n consecuencia, es im posible hablar d e un criterio m oral único, : rija por igu íl a rodos lo s seres hum anos. En ia antigüedad griega fue famosa ia frase d c Prorágoras: “El hombre es la medida ■ todas ias cosas . con la cual se pretendía asentar que cada individuo, según su modo pensar, es ci que implanta lo» valora en cada hccho o situación. Sin embargo, : que el mismo principio puede interpretarse d c otra ¡Dañera; la palabra hombre íde tomarse en roda Su universalidad, y entonce? la susodiclia frase significa: “la . humana, aqueila de la cual participan rodos ios seres humanos, es la base para determinar cuáles son los valores humanos y , por canto, cuáles son las conduccas que se ajustan a dichos vaiores y que, por ende, deneo valor moral". ( ,on esro. volvemos a un lundamento único que sirve com o base para dererm inar ci • moral, a saber: lodo aquello que contribuye a¡ desarrolloy realización de ¡a naiuraleza (que es la mism a en cada individuo) tiene valor rnoraL E i mal moral consiste, s . en el deterioro o la falta dc ajuste (consciente y voluntario) a las exigencias ropias d c la naturaleza humana, l a dificultad obvia que surge en el momento d c aplicar este criterio moral es dc orden irivo. La mente d e un individuo puede no estar educada para captar ias exigencias naturaleza humana y» por ende, los valores que es necesario cumplir y las :h ¡bidones que es necesario acarar. Con csco volvemos al tema de una sección anterior, donde proponemos que la educación d e los valores es un elemento indispensable i promover los valores éticos. D c otra manera, cada individuo puede permanecer i idamente en ia ilusión deque ¡o que <3capta es lo único verdadero y que todos los juicios carecen d e valide?. H e aquí el origen del relativismo moral. Q uien ■■esta postura está delatando su ignorancia con respecto a un conocim iento •en ¡a determinación d c lo s valores humanos. Conviene repetir en este mom ento algunas ideas expresadas en la sección dedicada i Yo Profundo. La mayoría d c ¡a genre actúa desde la periferia d e su personalidad. Es

dccir. se idenrifica con alguna d e sus cualidades accidentales y su conducía CStí orientad? principalmente a la preservación y la defensa de esas características. En estos casos resulta explicable la defensa de un relativismo moral, l ’ero, por fortuna, algunas personas logran la percepción d e su Yo Profundo. Estos individuos poseen la clave para percibir los '.•alores inmersos en k naturaleza humana co m o tal, se hacen solidarios co n e l género humano, luchan por .3 implantación de los valores universales y se alejan, co n creciente em peño, de! narcissmo, la egolatría y el relativismo moral. La historia de! gíncro humano es ia hisroriade esta evolución en lo s individuos y en las sociedades. l a realidad cruda en cada "nomento es la constatación de etapas primitivas en un f uerte porcentaje de individuos, con honrosas excepciones en algunas personas privilegiadas. Cabe repetir que en el mom ento en que una persona roma conciencia de estos valores mótales, los hace suyos, los aprecia y los realiza, csrá realizando una reflexión Ética que ya hem os señalado con anterioridad. También co-ivienc aclarar que fe teoría ya ctpiicada acerca de Jas estructuras nórticas, a pesar de hsapariencias, do conduce al felitivuma {ni moral ni cognoscitivoen genera!) pum o <;ue a l í i mismo.« v . a i ¡ene U p u » i b i l ú l a d del rniw ii V í n t í o iiolíiíko,el .F1 sentido correero d e I2 palabra am orales el etimológico: sin moral, independíem e d e la moral, carente de valo- moral. A este plano corresponden los actos dei hom bre que, com o hemos visto, permanecen en un plano inferior al de los actos humanos. Por eso, quienes ordinariamente ejecutan actos amorales son los niños, los enfermos mentales y lo s que por alguna razón sufren algún deterioro de sus facultades superiores, co m o son la inteligencia V la voluntad. Téngase eSlo en Cuenta, porque el sentide de la palabra amoral ha sido seriamente tergiversado en lo s tiempos acruales. Rasra <|ue una persona se declare autónom a o indiferente a las leyes morales, para que, indebidamente, se califique a sí misma como 3moral. Ese caliíkad vo 110 es eor reao, pues dicha persona sigue ejecutando actos humanos que, por tanto, n o son amorales, sino morales, sea con signo positivo o consigno negativo Los auténticos actos amorales son lo s que escapan a la conciencia o a la voluntad del hombre. Declararse amoral seria canto com o considerarse infantil o enfermo mental. M u d io se ha hablado d d amoraüsmo de algunos cxisrencialisrau que se han declarado independientes con respecto a cualquier ó d ig o moral. Fsra “liberación'’ es muy discutible. Habría que averiguar si, efé a ivamenre, por derecho carecen d e obligaciones, es deeir, si realmente son amorales. E n general, uno puede palpar co n facilidad que n o basta declararse libre o carente d e obligaciones para que. cr. efecto, co m o por magia, desaparezcan todos los derechos de las demás personas, y por consiguiente, las obligaciones del propio sujeto para co n ellas. F.n ei fondo, bajo la bandera del

jraJismo se ha pretendido solapar la conducta d d individuo que n o ve o no quiere :lo» derechos ajenos y su correspondiente oh!igadón respccro d e ellos. N ótese, en cambio, d uso legítim o d c la palabra amoral: « / L a ciencia en cuanto ciencia a amoral, lo cual significa que b denda, esc conjunto de i-rdadcs objetivas, frías y raaonales acerca dc b naturaleza d c las cosa» y las personas radigma fundamentado! permanece en un plano que n o roca a la moralidad. Por apio: ¿que valor moral se ¡e puede asignar a la ley general del estado gaseoso?, o ; tan bueno o malo, moralmente hablando, es d teorema d c Pitágoras? C o m o se estas pregunta» no tienen sentido, porque se está intentando la aplicación de la ica a io que d e suyo es amoral. v ) E l caso del científico es muv diferente, el y su conducta, en cuanto son Ubres, son eptibles d e la aplicación d c los Cánones dc la Ética. U n dcnrífico puede alcanzar enorme valor moral en sus investigaciones, aun cuando b ciencia en s í misma sea raL l'ambión se puede dir d caso de una conducta moral mala en d científico. a>mo >aplica insidiosamente un invento denrífico. pongamos por caso, los gases venenosos ■la energía atómica. C) E l a rte en cuanto arte a am oral Esto significa que e l aire, en cuanto cd. se rige por propias leyes. Entenderlos |X>r arte (no confundir con obra d e arte) una virtud .tuai práctica que rac-iira la claboradón d c un objeto. D c esta manera podemos Jcl a. ic d c escribir, o d e armar barcos, o d c cocinar o d c fabricar automóviles, sisam os en que cada arte tiene su propio ámbito, reglas y autonom ía que io colocan n n ivel am oral, lam hión aclaramos que es diferente e l caso del artista, jantemente a lo que sucede co n d científico. E l a n is a no os amoral, a menos que i niño, un loco o una pe.-sonaqueadolcTca üisuficiencb en sus facultades superiores, ■la inteligencia y k voluntad. d ) Además del arte y ct a-rista, conviene señalar lo que sucede co n k obra d e arte. —. contiene en primer lugtr valores estáticos. La principal critica que se csrablccc er, io n con ella» incumbe a ¡es cánones esréricos. Pero k obra de arte también es susceptible ín juicio desde d punto cfc vista ético en ramo que fadiira. dificulta u obstaculiza k liz a c ió n d e algún valor m oral en aquellas personas q u e la conrcm plan. «idam ente los crirerios mojigatos han fijado su atención casi co n exclusividad .•aspectos sexuales d e las obra» d e arre (principalmente en d terreno d c la novda. i pintura, el cine y k televisión), dejando sin juzgar otros aspectos verdaderamente iraníes del sano desarrollo dc ia naturaleza humana, com o es la violencia, k :ión, el crimen organizado, k política manipuladora, d amor m al entendido.

. 1 ÉTICAD í S I T U A C I Ó N - a este siglo X X ha proliférado b Ética d e situación. Varios rs d e corrientes diversas han negado e l valor d c k s leyes morales que, por su cr universal, se manifiestan en k mayoría d e los casos com o inútiles e inadecuadas, isituación concreta d c cad¿ persona, con sus circunstancias singulares (en ocasiones. 7

únicas c irrepetibles), co m icnc una enorm e cantidad d e características que deben tomarse en cuenta en el m om en to d e una elección. N o basta decir que se traca de circunstancias accidentales. En ocasiones, esas circunstancias son las que pueden dar la cónica preponderante en el m om ento d e una decisión grave. Ética de situación es la que se rige por eí caso singular presente y no tanto por la Le)* Universal. T odos conocem os las innumerables excepción » que debe decidir una autoridad cuando intenta aplicar un reglamento en un caso determinado. D e hecho, la norma principal en ei mom ento de decidir no es ia ley sino la conciencia del sujeto interesado. Y no se trata solamente d e los casos d e excepción. £ n cualquier caso, incluso cuando se puede aplicar ia lev al pie d e la letra, e! que decide y tiene que asumir eí acto y sus consecuencias con responsabilidad es e l propio sujeto. En vista d e lo anterior, podem os obrener las siguientes conclusiones acerca d e la Ética de situación. a ) N o es correcto negar e i valor d e la lev moral a causa de si: carácter universal. Sin embargo, tam poco debe tomarse co m o la última palabra. H ay casos de excepción, pero tam bién hay casos en los que es posible aplicarla al pie d e la ¡erra. El fundamento de la le y está en ios valores y, por tanto, e l único m otivo válido para desechar una ley es la comprobación d e su falta*d e iuscieión en e l valor que pretende aplicar. E n último término, la icy debe tomarse corno un pedagogo, es decir, co m o una guía que orienta al nino; y todos sabemos que existen ocasiones en !as que « flCC* « 0 0 so la rse lili1¡a mano del guía. b ) La última palabra en las decisiones libres está en la conciencia del propio sujeto. En la conciencia
1 P Jí?. m í r . in f i* O B » ü n a c ia , ¿ c h í o r a

• . l u . L Ü n y d d r itr . d e U c p ú ^ i i , e n I m \¡ M o c d r a

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fcLWLORMORAL

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8. S amjd mkv- aí, EüUCAClóN YVAt.OR mokal £1 desajuste psíquico más frecuente nuestras dias es la neurosis. D ebido a d ía , un individuo ve mermada su facultad libre albedrío, su y o se torna débil y sus percepciones se vuelven distorsionadas. i esto contribuye a una dism inución en ia eficacia de sus decisiones v en la calidad liosa d e su conducta. Es probable que una gran cantidad d e d d itos sean cometidos jo e¡ influjo d e la obnubilación propia d e la neurosis. C íb c mencionar que ei efccro benéfico del proceso psicoicrapcudco en una persona yuda tam bién a ia optimación d e ios valores morales d e ella. F.n efecto, la psicoterapia e d yo d e una persona. !a libera co n respecto a ias araduras dei Super Yo y de :condicionam ientos, abre e! horiTonte d e lo s valores, y oprima la percepción en un írido más objetivo y menos distorsionante. D e la misma manera, el proceso educativo es también un factor CU la optimación : los valores morales d e una persona. Gracias a la educación, e l sujeto es más libre, apta mejor los valores, am plía su repertorio d e condncras y aprende a ser más nsabiedesu propia actuación en la vida. Adaremos que, en este contexto,!* palabra educación no.Gssinónimo de escolaridad. iien d o por educación un proceso interior, independiente d d número d e años ados en ia escuela y en !a universidad, independiente de la» calificaciones, las esreexpresión quiero dar a enrender que la educación fom enta en ias personas su ^acidad para captar significados, es decir, valores, esrructuras, sentido en b. vida, as a ia educación (proceso que puede darse a! margen d e ia escuda, y en ocasiones, lpesar d e ella), una persona madura interiormente.« decir, a a ú a co m o ser humano ^píamente dicho, se separa cada vez más del nivd infantil y iogra u.*i2 conducta 1 ' solidaria con sus congéneres, y ocupada en la promoción d e los más altos valore», I !a ciencia, e! arte, ia rdigión, d amor, ia libertad y ia comunicación interpersonai. U n o d e los aspectos más im ponantes en el proceso educativo es !a comunicación de s. Por desgracia. eirá com unicación d e valores ha sido afectada tradidonaimeüte • d os defectos capitales: la imposición de los m ismos y la com unicación puramente tceptiial de eiios. Educar n o es imponer valores, sino proponer valores. Además, la •idón puramente conceptual origina una falta d e asimilación y una frecuente d ón hada un plano abstracto »ü¡ apiicaciones prácticas. Educar implica fomentar cimiento h o íitico . ral com obasido explicado en un capítulo anterior. Ia (duración • vaior» por medro d e imágenes, nairaciones. ejemplo* concretos, es la que tiene jres probabilidades d e afectar ei m u ndo de valores d e una persona. i.a novela, el el teatro y las revisrasserían, pues, lo s medios más adecuados para comunicar es. D ebido a esto, n o podem os menos que recomendar ci uso d e esros m edios en cuela d e todos los niveles, especialmente c-.iando se trata d e materias o tem as que directamente las valores humanos.

V ita r n i .

f t i i d i r á l E U a ijc .

Capítulo X III LA O B JE T IV ID A D D EL V A L O R H e m o s v isto q u e d valor se puede defin ir co m o u>do objeto en cuanto q u tg u trcU relaciona d e acJeciuláófi cor. otro objeto. Esto significa q u e cualquier objeto puede .<*'rvalioso, to d o d e p en d e d e mi arm onización con otras co¿as. T sn a rm o n ía o iiu cg cao on con otras e o ^ n o depende de q u e u n su jeto la capte o UO; d sujeto . 1 0 crea d i d a arm onía, sino q u e se d a anKS de eme u n a persona la descubra y la observe. A q u í esta la base de ia objetividad d e los valores. Además, u n valor tiende Siempre h a c a dos polos, d a d o que ia adecuación o arm onía e n u e d o s cosa» p u ed e ten er m uchos grados o gamas e n rre los do s polos q u e suelen considerarse; he a q u í ia base d e la b ip o k n d tid . E n tercer lugar, los valoréis son preferible.* es decir, m uestran u n c ie n o atractivo a k s facultaücs h um anas En c u a rto lugar, los valores so n trascendenits, es decir, ios objetos valiosos n o a g o ta n e. concepto o ¿ e n c ia d d valor que entrañan, d e a q u í la diferencia enrre valor y O.en que proponer, m u c h o s autores. E n q u in to lugar, lo s valores so n jcntrquaabU*, es decu, rodos ellos g u a rd a n e n tre sí u n c ie n o o rd e n é n relación c o n las preferencias y características d e i ser hum ano. 1.1_ACffijETtVlüAOYLASUBll-rmTOADUH.O^VALOKtS l a objetividad y la subjetividad d d valor h a sid o u n a de las características m á s c o m en tad as y d iscu tid as entie especialista.' y n o esoedalistas. E n este lib ro sostenemos la tesis d e que lo s valores son Objetivos V. s in em bargo, ta m b ién vam os a explicar p o r qué razón e n ciertos casos no puede descartarse la subjetividad. . , D ecir q u e los v alo r* so n objetivos equivale a sostener q u e estos existen en la realidad i ndependienrem en te d e «ue s « n conocidos o n o. A firm ar la subjetividad d e l v d o r q uiere decir a u e Sos valores sor. creados p o r d sujeto. N ótese q u e las dos p o stu ra s son com patibles en tre si, n o se excluyen, pues al m ism o tiem po q u e existe u n a relación de adecuación en tre d<* cosas (en lo cu al consiste ia objetividad d d vaior- e> tam bién posible q u e u n a persona añada p o r su cuenta u n elem en to de prcieribiíidad al m ism o

vw; P o cem o s e n u n ciar u n a in fin id ad dc casos e n ios que s é d a l a objetividad y la eiividad d c un valor al m ism o t¡em|»o. L l Jelaaon d c parentesco enere r/o y sobrino se da en la realidad, independientemente d c que alguien la conozca o no. U n hijo puede dcseoiKfcer a sus padres, pero d c codas maneras se da esa relación d c manera objetiva y puede ilogar a descubrirse por medio dc una investigación. I a reiaaón entredós notas dc! piano (un «Agrave y un do agudo) se da divam ente. y es independiente, ya sea que una persona la detecte o no. La relación d e adecuación entre un pensamiento y la realidad que expresa también da d c manera objetiva, independ ioncemente dc que ci sujeto dude acerca de ella, es lo que hem os llamado verdad lógica. D c hecho sucede que la m ente humana e afirmaciones .
F.i vaior moral de una persona reside en ella aun cuando OUOS !o juzguen en sencido opuesto e inclusive cuando el propio sujeto no sepa valorar su acritud honesta. A propósito d e eslo, SCpuede añadir aquí que no es raro que se den casos d e alto valor moral en los que el propio sujeto no se percate de los niveles en que está viviendo, a veces tan inaccesibles para ei com ún d e la gente. También sucede (y esto es io más com ún}, que la persona se sobrcvalorke en d. orden morai, intelectual Oestético. Podem os co n clu ir cr,ronces q u e n o es lo m ism o el valor q u e la valoración. F.I valor es objetivo, y se üa independientem ente del c o n o cim ien to q u e d e él SC tenga. F.n cam bio. !a valoración es su b jetiv a, o sea, d ep en d e d e las personas q u e juzgan. Sin em bargo, h a sta la m ism a valoración, p a ra que sea valiosa, requiere u n g rado de objetividad, es decir, iHXtsica basarse efectivamente d» los hechos reales q u e s e están ju z gando y n o ser u n ptixiuc.ro arbitrario <íe las tendencias viciosas o circunstancias desfavorables dei q u e juzga. ia im portancia d e iodo CSto SC traduce e n ¡a crítica id rdarivismo, según e l cual los valores dep en d en de cada p erso n a que los juzga.

2 .1 a s PÍTRUCTURASn ü ítiC aS y ¡a O ip n v id ‘L>í>tLv a lo r. 1.a recría ya expuesta acerca d d m odo co m o percibimos las cosas (siempre mediatizado p o r csmiccaras o constiucios adquiridos a io Largo d e la vida} parecería estar a favor dei rdativism o y en contra de ¡a obfCt¿vidadd d %-aior. Sin embargo, eso es una fakcia tal com o vaiHOSa adarar aconónuadón. F.n primer lugar, la teoría d e las estructuras noéúcas está complementada por la teoría del con od m ien to holístico, es decir, sostenemos que el hom bre está capacitado para eliminar, asintóticamemc, dichas categorías, co n lo cua¡ su conodm iento se acerca a la realidad ral com o es. C on esto ya podem os eludir o disminuir ia carga de relativismo que ¡jornia] mente posee una persona en su vida cotidiana. E l hecho de la empatia es un ejem plo contundente d e esa eliminación d e categorías noéticas. (F.n ese caso una persona elimina provisionalmente sus propias categorías y percibe un asunto desde la perspectiva, o con ias categorías, d e la otra persona.) Podemos afirmar que d grado de madurez.de una persona co m o tal lo capacita para una percepción más objetiva d e la realidad que lo rod&i. A este respecto podem os describir un ejemplo d e todos conocido: el caso de la política. Eí miembro de un partido político normalmente juzga los acontecimientos a través d e las estmeruras noedeas propias de. su partido, y lo m ism o sucede co n los miembros d e los demás partidos, l’or tanto, la deliberación y e l ju ido otorgado a la validez d e una elección, va a estar mediatizada por las estructuras de cada partido. Se sigue con lógica rigurosa que d encargado d e dicho juicio n o puede ser miembro de ningún partido, liene q u e ser una persona o un organismo ajeno a cualquiera d e ¡os partidos er: contienda. Fsro se puede expresar en los términos filosóficos aquí aduddos: ei organismo encargado d e dictaminar la validez d e una eSecdón debe dim inar las categorías noéticas propias d e los partidos en cuestión, debe juzgar objetivamente gracias ai conocim iento holístico que adquiere cr. d m om ento en que elimina didtas categorías o com uneros mentales.

La m ayor dificultad en ia posesión d e categorías noécicas resiie en la resistencia que ofrece Ja mayoría d e la gente para reconocer dichas categorías y para dccídirsc a eliminarlas. Sucede más bien lo contrario, mucha gente está muy orguliosa d e dichas categorías, ellas !e dan su idiosincrasia, su individualidad y el toque d e orgullo y distinción entre los demás. Ser mexicano es un orgulio para e¡ mexicano, y por tanto, se precia d e juzgar las cosas a lo mexicano. Prescindir d e esa modalidad es com o mutilar su propia personalidad. La gente está m uy orguliosa d e su nacionalidad, su estado, su barrio, y en ocasiones, tam bién d e su religión, d e su apellido, d e su sexo y d e su estatus. Prescindir d e estos elem entos propios d e la personalidad n o es lo qu? aquí vamos a sugerir. Lo que vam os a proponer es ia toma d e conciencia d e dichas categorías n oíticas que pueden llegar a representar un obstáculo para la em isión d e juicios objetivos. Sólo e n algunas ocasiones es imprescindible su eliminación. Nadie puede serjuez y parte en un asunto que se está juzgando. U u árbitro, un juez, un profesionista, un profesor, un científico, debe saber prescindir d e ¡as categorías noéticas que inclinan su juicio en perjuicio d e alguna d e las partes juzgadas. U n profesor debe otorgar calificaciones justas, un médico debe dar diagnósticos objetivos (independientemente de lo s kgresos que podría percibir al indicar una operación quirúrgica que n o se requiere), lo mismo se dice del arquitecto que está recomendando ciertos materiales d e construcción, o el abogado que eetá llevando un pleito. A quí se aplica la distinción entre valorización y evaluación ya explicadas en un capítulo anterior. La primera operación consiste en captar un valor en función d e las propias estructuras, tendencias y expectativas, en cam bio la evaluación consiste en captar un valor en función d e criterios objetivos independientes del propio sujeto. En ocasiones este requerimiento presenta dificultades enormes para el sujeto, per> aquí tenemos un m otivo d e mérito. Todos apreciamos a la persona honesta en sus juicios, imparcial en sus decisiones, altamente confiable en sus consejos maduros y de nivel superior en cuanto al sesgo que podría dar a las ideas que aporta en un m om ento dado. La consecuencia filosófica que ahora podem os subrayar es la d e que la teoría de las estructuras noéticas n o puede tomarse co m o aliada del relativismo y d e las ideas tendenciosas d e algunas personas. Existe !a posibilidad d e tomar conciencia d e dichas estructuras y de prescindirde días en ocasiones especiales. Esto es d conocimiento hc¿ísrico, que se acerca a la realidad tal co m o es. 3.

D e s c r:p c o > n d e a l g u n a s v i r t u d e s e n f u n c i ó n d e l o s c o n s t r u c t o s m e n ta le s.

La teoría d e lo s constructos mentales nos puede conducir a la explicación de otros valores morales, co m o vamos a explicar a continuación. 3 - 1 I a TOIERANCLA. La certeza que cada sujeto posee con respecto a su propia manera de percibir las cosas es lo suficientemente potente co m o para descalificar en serio las posturas ajenas. Por tanto, el fenómeno d e la tolerancia es extraño, n o se encuentra nor­ malmente una razón que avale esa actitud. Parecería que el tolerante lo es por debilidad.

por querer condescender ante una persona que pide o necesita ese ripo ttecomplacencia, o por debilidad personal ante la fu e r a mostrada y oseenrada por e l orro, o por cierras m o n is ajenas a la misma verdad y a la defensa que ella normalmente requiere. A quí sosten em os q u e la tolerancia puede ser una actitud perfectam ente fundamentada e n e l conocim iento d e esta modalidad d e nuestro acto d e conocer. N o se rrara d e predicar una tolerancia com o sinónim o d e sumisión, d e debilidad o de adulación, actitudes altamente negativas entre persona» que pretenden un puesto, un reconocim iento o una gratificación. íam poco estamos sosteniendo una p o s r u f a moralizante, a pesar de que la tolerancia puede ser considerada com o una virtud1.a verdadera tolerancia (que n o e i fácil d c practicar, por cieno) SC basa en d reconocimiento d c este pluralismo inconsciente de estructura* que afectan a las personas en su m odo d c percibir y juzgar ¡as cosas, las situaciones y las personas. En efecto, si yo sé que cada persona está dorada de diferentes estructuras noeticas d é acuerdo C O íl SU educación, lo lógico es aceptar esa realidad y, en algunos casos, analizar cuáles SC íían ias razone? para convencer al otro acerca dc m i propia postura e n una situación c o n c re ta . 1a acritud intolerante d c ciertas personas (sea por motivos de religión, de política, d e racismo o d c problemas personales) tiene s u raíz en esta ignorancia acerca del funcionamiento noérico del ser humano. Cada uno cree que su percepción coincide del todo con la realidad. Por tanto, no es raro encontrar casos en ios que el sujeto “siente la obligación- d c destruir las posturas diferentes a las suyas. Curiosamente* el conocimiento d c esre mecanismo noético nos proporciona armas para tomar una actitud más serena, realista, tolerante, con respecto a ias diferencias d e criterio mostradas por otras personas, lo cual se llama eoloquiaimente “tomarlo co n Filosofía". Pero al mism o tiempo, este primer postulado nos habla también d c !a fiabilidad y d e lo circunstancial d e nuestra propia postura. Todo esto reunido nos lleva a una postura que comprende con mayor facilidad ias razones que se suelen esgrimir para "fundamentar” lo s principios, los valores, la fio ra l y la Filosofía que sustenta cualquier interlocutor. 5 .2 Empatia y apekiu fa Existen personas que se distinguen por su apemira para comprender el m odo en que piensan otros individuos. I.os psicólogos, al parecer, desentrañan e l m odo d c pensar d e Otras,personas, dar. Iuccs ai paciente para cambiar su m odo d e pensar, pues se dan cuenta d e que su malesrar se debe al m odo com o piensan, y en o t e caso s u terapia va a consistir en iluminar dichas estructuras y ayudarlas a desechar sus m ecanismos. D c igual manera, io s sacerdotes, los abogados, los maestros, y ocros profesionales hacen serios esfuerzos para tratar d e captar la modalidad propia d e la ger.ee. Esta operación se llam a empatia. La empatia da resultados .sorprender.res. pues se logra un mejor aprendizaje con ella y se consigue una mayor cooperación por parre del cliente que consulta a l abogado o al sacerdote, los Cuales suelen aconsejar y ordenar algunas actividades y tareas que c! diente puede O no ejecutar. Cuando se da la empana, es decir, la comprensión d e ¡as estructuras del pacienre por parte dc! profesionista, entonces ia cooperación del d ie n te es m ucho más rápida y eficaz.

Las personas virtuosas también se inclinan a comprender al otro. Su madurez psíquica las coloca en una situación tal que ya n o se sienten obligadas a defender su propia postura com o si fuera la única verdadera, y por tanto, ven con cieña simparía y Tolerancia el pensamiento ajeno. Ahora bien. lo que sostenemos en este libro es que la tolcranda hada el pensamiento no puede inidarse com o una postura epistemológica y no tanro com o el cumplimiento una cartilla que se reduce a conscnrir o a soportar (por moroco o estrategia, dirían ';) las diferencias ajenas. E n efecto, d filósofo que capta esta modalidad d e la rcepdón, ya r.o tiene ninguna dificultad para aceptar, tole rar y respetar las posturas a la propia. 3-3 El.PERDON'. El auténtico perdón em pieza a funcionar cu an d o el sujeto capta, con sus consecuencias, esta m odalidad d e la percepción h u m an a q u e consiste en icar construcros o estructuras nocticas a l d ato recibido e n los sentidos. Una persona que ha comprendido e i mecanismo propio d e la percepción y que nstata en cada m om ento las profundas diferencias entre personas, inmediatamente dispuesto a ver en un piano d e igualdad las percepciones ajenas que conducen a entes valoraciones d e las mismas cosas. El sujeto, asi pertrechado, respeta a las *nas que opinan d e manera diferente ante los mismos problemas, acoge esas ideas do d e colocarse en ei punto d e vista d e ia otra persona y por último, rrara de una síntesis entre ias dos posturas. Perdonar, denrro de este conrexto. no quiere decir olvidarse d e las agresiones ajenas 'simulare! enojo y la frustración que se siente. Perdonar, en forma auténtica, significa tar esa esrrucnira noérica que Utiliza el otro cuando rcal«?a la supuesta agresión u nsa. F.n esc m om ento la persona ofendida se da cuenta d e que d otro procede en ma lógica, confórme al tipo d e valoración implicada por las categorías noéticas :7adas. Así comprendido esc aero, no resulta ofensivo hacia uno, en realidad n o se '~ió a la propia persona, sino a lo que ei orro pctcibía tal v ez en forma distorsionada agorada. F.1 perdón significa, ClUOHCCS, comprender ei error d e la otra persona, set ¡gente con su m odo d e proceder, saber que en realidad no tiene tama culpa o parece a primera vista. Perdonar es comprender e l p u n to d e vista, ia perspectiva 'c la cual actúa la otra persona. En estas condiciones es posible asimilar del todo e evangélica: "Perdónalos porque no saben lo que hacen”. Pertrechados con este postulado noético, es posible considerar al criminal como persona que (en alguno* casos, por lo m enos) se deja llevar por la distorsión y la fluencia de su» propias categorías noéticas. Llegará el d ía en que la investigación ógica y psicológica pueda delectar con (oda claridad y ccn e/a cuáles son ios casos x> que la persona no es realmeute culpable d e los crímenes que se le atribuyen d o a ¡a obnubilación propia de sus categorías usuales. M i punto d e vista es que la real sólo se da en aquellas personas que no actúan en congruencia con sus propias as, sino que alteran o tuercen voluntariamente dichas perspectivas con objeto

d e obtener algún beneficio propio. C o n tod o, podem os aceptar que la aplicación d e la Ética y d e los códigos penales requiere rodo un estudio especializado que está fiicra dei alcance d e la temática aquf rrarada. 3.4 E stru ctu r a r un a situ a ció n (CP?. WArziAwrcta Estamos frente a una d e las consecuencias más importantes implicadas en la teoría d e los conscructos (estructuras norrios). H em os asemado que cualquier situación» cosa o persona puede ser percibida desde varias perspectivas, co n diferentes formas o estructuras, aun cuando e l dato recibido no cambie. H e aquí el secreto que enseñan todas las personas maduras: saber lom ar u n a p ersp ectiva p o sitiva para captar una situación que en apariencia es dañina, peligrosa o definitivamente nefasta. S e requiere todo un arte que sólo la madurez en la vida ororga: el d e saber estructurar una situación negativa y darie un giro que puede ser d e ciento ochenta grados. Gnoseológicamente hablando se trata de imprimir una estructura o forma positiva en un dato que co n frecuencia se juzga co m o maligno, dañino o peligroso. Los ejem plos abundan: d os sujetos en e l hospital padecen la m ism a enfermedad incurable. Pero uno d e ellos sabe tomar las cosas con Filosofía, en lugar d e deprimirse hasta licgar a pensar en e l suicidio, sabe aprovechar su tiem po, arreglar sus asuntos pendientes, reconciliarse co n la gente, aprender a ser amable en sus úlrimos dias. Ei otro S C y naca a la g i n c c con atiga.*.t:a d c í j x v t i c j . regaña rodos, S C h j C f insuitibie para eí personal de 1a institución y para sus parientes. Cada un o ha aplicado estructuras diferentes a la misma materia del conocim ento. E n general. la enfermedad, la muerte, el sufrimiento, las humillaciones las injusticias, pueden seresrructu radas de una manera positiva, todo depende del grado d e madurez d d sujeto afectado. En algunos casos la dificultad para ejercer un a estructuración positiva puede crecer notablemente d e acuerdo co n las características d e lat circunstancias concretas; que se están viviendo. Existen personas que con suma facilidad toman ¡o negativo en positivo. E n otros casos, el sujeto está adiestrado para recibir las agresiones, los insultos, las humillaciones, el desprecio ajeno, de una manera positiva. Ei cristianismo ha explicado ampliamente estas virtudes. Los psicólogos han cscri:o co n abundancia acerca d e este arte d e modificar ía forma con la que se juzga la circunstancia que se está viviendo.’ 3.5 A ceptar un a SITUACIÓN ;cfr. E l Zen), Saber reconocer las estructuras que nos hacen sufrir es una de las metas d e la Filosofía deí Z en Es notoria esta acritud práctica del Z cn que hace un llamado d e atención hacia la cauta dei sufrimiento humano.2 Cada uno perdbe la realidad a traves desús ilusiones y ésa es laraá de sus angustias y malestares. El único m odo d e salir d e esa situación de sufrimiento es aprender a percibir la realidad sin « a pantalla d e 1a ilusión. Esta tesis coincide compietamente con la expuesta en csre libro. ‘ V ú k r a í ir M u ;

C - j p 5 - y o m W f n m i lib n > f t m w / f r f o t ó l o i d o » d e E c iirm ü ! E d in g e .

* O ír. C W « t v J o lto Rnfc- H i? sr. J r

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£A OBETTVTTMO I.5ELVALOR

Por supuesto, la dificultad en la vi ja práctica no reside tanto en la aceptación d e esta teoría, lin o en saber tomar la acrirui positiva que corresponde, lo cual conlleva todo un arte que implica libertad, pensamiento ágil, creairvidad, madurez emocional, etc. I a felicidad, d e acuerdo con esta postura, que coincide del todo co n ¡a Filosofía oriental aquí mencionada, no depende tantode io que el sujeto posee y goza, sino d e la manera de estructurar su situación. 3 .6 C onstruís una síntesis :F.-,. de laA ufhusun © . La operación m ental que llamamos síntesis es e l fruto de u n í actitud que sabe captar desde una perspectiva superior la aparente contradicción que se da entre la tesis y ¡a antítesis, aplica una nueva forma o estructura al dato captado en la tesis y la antítesis y logra la cancelación de esa oposición h a su llegar a la síntesis. D e esta manera es posible salvar las diferencias de crireno y ajustar c! pensamiento de las personas que discuten su propia postura hacia una solución un irariaque llarmmos síntesis, precisamente por esta peculiaridad, ia d e asimilar lo s punros centrales de la tesis y la anrírtsis. El*m odo en que puede realizarse esto en ia práctica, es tema propio d e la Psicología, fuera de! alcance del tema d e esre libro. El fruto más imponante d d trabajo intelectual es el logro de una síntesis. Sintetizar no significa resumir, é ra es la acepción usual d e nuestro término; io que aquí in g e s a es c! tiühcjc intelectual crw ri.o, dlííül, F U posible, que logra formular finalmente una afirmación superior a las dos iniciales y que de alguna manera las comprende. E l verbo alemán Aufnebrn es muy significativo en esre contexto.Sc traduce com o conservar y superar: es decir, se conserva ia tesis y la antítesis, pero al m ism o tiempo se supera su contradicción. Desde el punto d e vista de la Ética podemos insistir ahora que también la actitud simcráadora tiene valor moral. £ n efo:ro, el trabajo en equipo, ia asimilación de posturas diferentes a las propus, la integración tic las aportaciones recibidas, d diálogo con personas ajenas a la propia cultura, n o deja d e entrañar una paciencia, una fortaleza y una calidad humana digna d e una persona éticamente valiosa.

Capítulo X IV LA B I P O L A R I D A D D E L O S V A L O R E S C uando hablamos d c valores pódanos deno-ar una característica peculiar: siempre los consideramos por pares, siempre se liara d c binomios, com o por ejemplo: belleza y f'ealH»* verdad y 6 I«fdad. bondad y. maldad. Ahora bien, esta peculiaridad axiológica se puede estructurar d e diversas maseras, es d e c it podem os detonar varias escalas que utiliza la mente humana para referirse al tema d ; los valores, aun cuando siempre van desde un polo superior hasta otro polo inferior y viceversa. E n el fondo estamos vislumbrando diversas cstr.icruras noeticas con la; c a le s catalogónos y damos peso a esos dos polos y. además, ordenamos los valores intermedios entre lo s dos puntos extremos. Distinguiremos por io m enos cuatro escalas diferentes, cuatro modos d c ordenar y sop¡sar ios valores que se nos presentar.. Por su analogía ron escalas numéricas, a pesar d e que los valores se perciben sobre rodo en un terreno cualitativo, las vamos a denominar: 1 . Escala bipolar, só lo hay un polo positivo y un polo negativo. 2 . Escala de múltiples valores positivos y negativos. 3. Escala d e ia normalidad central, en la cual se da m ayor peso a un valor intermedio. 4. Escala del cero absoluto, en ia cual n o hay valores negativos. Exisrcn valores que utilizan d e preferencia la primera escala (verdad v falsedad), oíros se expresan mejor dentro dc la segunda (calificaciones escolares): ias virtudes tal com o son definidas por Aristóteles se expresan mejor en la tercera escala (el ¡visto m edio), la teoría dei m al com o privación del bien se expresa mejor en ia cuarta escala. Algunos valores pueden utilizar varias escalas. H ay casos en los que la utilización de ciern escala resulta ridicula para e l tipo.de valor que se está tratando. Veremos las ventajas y las deficiencias de cada una d e CSta* cuatro maneras d c ordenar y sopesar los valores.

Conviene adarar que el uso de estas escalas originalmente es de tipo numérico, pero menre puede aplicarlas en forma anilógica en temas cualitativos. E n algunos casos conviene utilizar números, en otros casos resuiia ridículo cuantificar d e n o s valores. 1. L aescaia bi whab. La primera escala es la m is sencilla de todas. Es cxdusivamenre o!ar, es dedr. sólo considera dos calificativos, d os extremos opuestos, uu o positivo y ) negativo, por ejemplo: verdadero y falso, vida y m uerte, aceptado o n o aceptado una solicitud d e trabajo), aprobado o reprobado (eo el dictamen d e un examen), no puntos intermedios y en algunos casos es imposible encontrarlo. Se trata de dos polos y nada m i s d caso más d a to esia verdad y la falsedad d e una •posición, en Lógica hem os visto y¿ e l Principio d d Tercero E xduso (aun cuando ibién puede recordársela posibilidad de ia lógica polivalente). D é la misma manera, anas personas califican a la gente- to m o buena o com o mala, sin ningún punto rmedio. Esta « c a la en algunos casoses demasiado simple e ineficaz: la gente adviene facilidad que entre e l blanco y d negro existe una enorm e variedad d e tonos trise?, embargo, popularmente se sigue utilizando, así es co m o se califica a una persona 10 inteligente o tonta, rica o pobre, guapa o fea, buen o m d partido. Los niños •en preguntando si e l personaje de la televisión es d e los buenos o d e lo s malos. La ausencia de matices para calificar la diversidad d e valores que entraña un objeto 1 > es una característica de esta cscalf. Kn sljpinnc
quese asociabancon áo* deidades persas: Ormuxy Ahriniáo. San Agustín priiftaócr. un tiempo e! naniqurt«mo y después lo abandonó, pero sus escrito? no dejan dc reflejar las huella' de esi mentdidadque en e*fondoe
2 .1.AESCALAD£M0O1P1^;VMORESPOSITIVOSYNEGATIVOS. La segunda escala considera los dos polos opuestos pero también !a posibilidad d c manees entre los dos extremos. Se puede comparar a ia escala algebraica que utiliza el cero y a partir del cual se dan números positivos hacia arriba y números negativos hada abajo. El termómetro con «cala Celsius es ei ejemplo más sendüo dc esta escala, aun cuando también podemos mencionar casos en los cuales, sin necesidad d e números, concebim os lo s valores dc mayor a m enor en una amplia gama que incluye valores positivos y valores negativos. Tas habilidades deportivas, manuales, artísticas, p o r ejemplo, adm iten una gama en la cual s e pueden concebir personas más valiosas que otras en lo que respecta a una m isma cualidad, aun sin necesidad d c introducir números. Lo mism o se dice en d caso de los juicios que elaboramos cuando calificamos ia belleza y otras cualidades en una película, en la eficacia de un profesor, en la aptitud d e un ingeniero, en ia bondad dc una madre, ctc. U na característica de esta escala es que promueve siempre d nivel positivo, m is y más cualidades, más riqueza, ovás b d l« a . más bondad, mejores calificaciones, mayores sueldos. F.n la siguiente escala que explicaremos se promueve un centro normal enrre dos extrem os opuestos, tal com o explicaremos en la sección que sigue. La vencaja enorme d e esta escala con respecto a la primera que hem os explicado consiste en que ahora s¡ se admiten los matices, lo cual proporciona a la mente una facilidad para emitir sus juicios d e valor y se sale del cncasillamiento dc la bipolaridad pura. I a desventaja q u e podemos detectar coasiste en que la aplicación d c los números puede ser inapropiada y hasta ridicula a i denos casos com o d amor, la bondad, la belleza. Por tanto, se trata d e una escala que sólo en forma analógica utiliza los matices entre lo s dos polos, es decir, n o se pretende que los matices sean expresados exdusivamentc p o r m edio dc números; e n algunos casos es adecuado, pero en otros no. 3. I a fcsouA í»£la.NOPMAnD.U>Oéntsal Esta escala es un poco más sofisticada- T.os valores se conciben también com o polos opuestos y con matices, pero el peso axiológico lo tiene el ccnrro d e la escala, no el exrrcmo posirivo. E sto se expresa en form a sencilla por m edio d e la ramosa Campana CCGauss tan utilizada en Estadística. En efecto, se trata d e una curva parcdda a la parábola y que en e l extremo superior marca e l mejor valor, enseguida baja hada la derecha y hacia la izquierda y allí se expresan los valores positivos y negativos, respectivamente. D e esta manera se concibe lo normal com o un valor en d ccnrro y lo anormal com o valores hacia la derecha y hacia la izquierda. Los ejemplos son daros: Normalmente mueren al año varios miles dc personas en un país dado. Si aumenra ese número nos saiimos de lo normal, si decrece esc núm ero también nos salimos d e lo normal. Lo m ism o s e puede decir cuando se habla d e nacimientos,

acddcnrcÑ, siniesrros, ilíd tos, etc. Las estadísticas proporcionan daros muy útiles aun a ian d o n o se asocien co n e l m undo axioiógico que aquí estamos explicando. Veamos ahora ia analogía co n io s valores. F! caso más lamoso paia esta estructuración de lo s valores está en Aristóteles cuando explica uno d e ca s principios morales: ‘ La virtud está enmedio de dos extremos viciosos”. Efectivamente: una persona puede ser ahorrativa, esto es ur.a virtud, pero puede ser demasiado ahorrativa y cu ese caso cae en el v icio de la avaricia, o puede ahorrar m uy poco y e n ese <3.«o re proteccionismo por un lado o en e l descuido por e l otro. E n rodos estos casos se puede ñorar que el valor que se promueve está entre dos extremos viciosos. N o siempre posible aplicar esta estala, pero los ejemplos dados son suficientes para darle un igar aparee. Hay un d ich o popular lo expresa co n claridad: “N i tanto que quem e ai santo, n i 0 poco que n-o lo alumbre”. Esta idea nos indica que en ciertas cualidades y actitudes e ste ¡a posibilidad d e excederse y en ese m om enro caer en e l vicio. Es bueno ser >, pero n o es bueno pasarse todo el d!a e n la iglesia; es bueno ser trabajador, ro no tanto corno para descuidar d hogar; es bu en o comer, pero n o tanto com o para e n la g u ia , etcéte ra.

Tambiéa a^ u í cabe la aclaración proporcionada más arriba: en e l caso d e los valores 1se trata propiam ente d e números, esta « ca la e s una sim ple analogía, pero muestra >n claridad d e qué manera se condbcn aigunos valores. En algunos casos la aplicación ; los núm eros puede ser m uy útil, por ejemplo, la medición del coeficiente inrdecnial, en otros casos resulta ridicula, por ejemplo, s i pretendiéramos la asignación d e «para m edir d amor d e una madre a sus Sujos. 4.

LaúcalaDEL(SROA$SpiA.m La cu a c a estala es la más-difícil d e caprar y do ir, es la d e la filosofía escolástica, y es comparable a ia escala termomérriea d e /i:i que considera d cero absoluto en e l punto inferior (- 2 7 3 grados centígrados ivalen a cero grados Kdvin) d e tal manera que toda graduación de tem permitas M i siempre c o n números positivos. Así, por ejeinplo, el punto d e congelador, d d agua 1 273 grados Kdvin. F n esta escala no hay valores negativos, y esta es precisamente . tesis que sostiene esta Filosofía, tesis que normalm ente produce un fuerte rechazo ando se oye por primera vez. A la gente le cuesta entender que alguien sostenga )í¡ ■exiscenda d e valores negativos y ¡a inexistencia d d mal. Para ía Hlosofia escolástica 1mal es una p tiva rió n . es decir, la ausencia de algo que debería existir. Sin embargo, si rcapta la analogía d e estas tesis co n la escala del cero absoluto, perfectamente científica, iría captarse su utilidad al referirse a cierto tip o de valores, com o explicamos a luación. FJ caso más: importante se da en ios trascendentales de! ser, que (de acuerdo con !a rom Lera) son la unidad, la verdad, la bondad y la belleza (esta última n o se

considera e n algunas e scu d a s). T odo cnre. por el h ech o d c existir posee esas propiedades, que por eso se llaman trascendentales. La conclusión es obvia; n o existen cosas malas n i teas. Pero la m ente humana requiere un a cierta educación para saber descubrir la belleza y la bondad de algunas cosas o situaciones que normalmente califican con valor negativo. Es así Cómo explican que sólo algunas personas captan la unidad, la verdad y la bondad d e objetos o personas que normalmente son tratados com o adefesios, monstruosos o desquiciado.'- FJ tom ism o insiste en que hasta la persona más desquiciada o criminal, de todas maneras conserva en su ser aunque sea una brizna d c bondad. D e la mism a manera: un psicólogo íogeriano insiste en que el núcleo personal de cualquier sujeto, aunque sea un Criminal, es bueno en sí, y gracias a esa bondad puede llegar a regenerarse. Cuando el psicólogo expresa a dicho criminal que lo acepta-, que riene fe en su bondad interior, que es posible salir d e ese estado de criminalidad, en ronces s e puede iniciar un verdadero proceso d c rehabilitación d e dicha persona. He aquí un o d c los beneficios dc la escala del cero absoluto: creer v aprender a descubrir la bondad d e rodo cuanto existe, tan sólo por e l hecho de que existe. Por orro lado, esta escala dc! cero absoluto rechaza la actitud exagerada de la gente caiastrofisra y dc la gente hipocondriaca, que exageran ias ente;meóades, q u e sólo ven ¡o malo, e l peligro, la inm inente llegada de ia peor noticia: la caída del peso frente al dólar, el fin dei m undo, el peligradel accidente, la exageración de los síntomas y lase¡ ífermedadcs. E n todo ven una señal d e un mal inminente. En estos casos es la inversión d c ¡a escala dei cero absoluto: todo es malo, el hombre es malo por naturaleza, espera siempre la peor noticia, si irxiste la posibilidad d c que algo pueda salir mal, n o dudes que Saldrá mal. En Pedagogía se explica la tesis dc ”la profecía que se cumple a sí misma*. Esto tiene mucho que ver con k> que esramos explicando: Si un profesor tiene bajas expectativas de sus alumnos v así se los da a entender, el promedio d e calificaciones bajará; e n cambio, si cene fe en sus alumnos y asíSClos hace notar, esc promedio subirá. infinidad de experimentos y d e vivencias casuales han demostrado la verdad dc esa tesis. D e aquí se infiere que n o está d c más sopesar la utilidad práctica d e esta además d e su profundidad metafísica. También cabe la aclaración que aquí esta escala CS sólo una analogía para captar las tesis metafísicas dc la Filosofía escolástica, por lo uuc n o es conveniente tomarla a l pie de la ierra. lin is i :i!o'ofti roinira « Ocplkan !<*siguientesmiiccpios: Privación c i !i auícíiclide algo que debería existir por propia natura»™. Negación0 1 la liiupkausencia de algo. Porejemplo: u n niño nace ¿n imnü>. se diceque adolece dc una privación . " v -‘ no tiene a!gi><¡ucdeberá tener por propia naturaleza. En cambio. O í»paño lient br.no-;. íc d i c e entonces-que adolece deuna simplent^trión. Pixí. bia:. c¡valoi sse§aiivocorrespondíala privaóór.. y no a la simple negación. N o porqueu n pez o un árfcol carezcanudón o como negación. Orrncjempio: un :úñodc tres aíjosno sabeiecr y escribir, rime

una oígadúri. Pero un adulto<»if n c ahe. ion tieneuna privación.. Un abogado ñu «ix: consrntir iinaca::iciuo. recibe el nombre de valor negativo, y, nótese bien, ix> por lo que iflojivj^irr.rr f_ sino por io que 1c falta, porlo queI» oisle debiendo existir. n, mejordicho, por lo que está privado. Subsisten,puot. la>dosproposición»: 'e! mal no existe'. puestoque c uru privación, pero <5 cierto que “hay males en el mundo", puesto q uc no ¡smaks". (Joncn.-CulK.iiit. o ¡o jc aplica en c i orden moral de la siguiente manera: la persona que actúa conforme a su naturaleza^ o mejor,que ado.uasu mciducia a i» kye* in srjt» en w misma naturaleza humajia.
Capítulo X V L A P R E F E R IB IL ID A D D E L O S V A L O R E S 1 . I-osvajorf.: atrapan LAXIENCJQNDeLHÓmbkk C on esra propiedad estamos eil el corazón m ism o de; valor. C onsistóen esa particularidad por la cual los valoKsalraen o Inclinan hada sí mismos !¿ atención, las facultades y , en especia!, la voluntad del hombre q u e los capia. Enfrente d é las cosas, ei hombre prefiere las que encierran un v a lo r.

En efocr-o. un objeto o una persona valiosa, inmediatamente nos inclina h ad adla. Ei hombre liceic una tendencia natural para dirigirse hacia lo valioso. Cuando una persona ¡10 ha tapiado un valor, queda indiferentehacia d , su ánimo no se inclinaen proo en contra. Pero basta atibar d valor contenido en una persona o en un objeto, para que enere « 1 función coda nuestra capaddad d e apropiación. Quien ha captado ia belleza trata de conservarla para ¿1. e inclusive crearla. A sí se exp!k
I A M f f í B t l W f 1 D A D D E L O S VALORES

i*;

Estamos dc nuevo ante la imperfección que de hecho muesrra el ser humano. Nace incompleto, lleno de necesidades y dc carencias. Requiere fogosam ente el alim ento, el armo. e l cuidado, el calor humano y, m ás adelante, el conocimiento, la cultura, la i sexual y otros muchos satisláctores que va a buscar, solicitar y, en ocasiones, exigir. A paxtir de esta polarización: Ci atractivo de los valores por uil lado y la precariedad humana por el otro, surge «na reflexión: ¿hasta qué punro el valores ese pináculo dc la excelencia humana? En realidad eí vaior es e l sadsfacror norma) deia naturalezahumana imperfecta y necesitada. F.í valor es eí alim ento del ser humano corno tal, es el enre que se adecúa a la naturaleza humana dada su calidad dc em e en desarrollo y evolución. Captar valores es lo mismo que reconocer el alimento adecuado a la propia naturaleza, a las propias facultades necesitadas de algún complemento que las satisfagan. Así pues, la verdad es e l complemento de la inteligencia, la bondad es el complemento dc Já voluntad, la belleza es el com piem em o de la facultad estética. La justicia es el complemento d e ¡a necesidad de equidad, ¡a virtud es el resultado dc ¡a actuación correcta d e las facultades humanas. D c acuerdocon Max Sdiiier,la esencia del valor reside en la preréribilidad que presentan algunos objetos. Es come» un núcleo especialmente jugoso que muescran algunas cosas y pervonas. El valores ran preciso por su aperad para relacionarse armónicamentecon el ser humano. Un objero (3 valioso (y en tal c ito recibe el nombre de “bien") en la medida en que funciona com o un complemento humane». Por esto es posible sostenerque los valores son objetivos, porque sus características existen intrínsecamente en b s cosas y en función de ellas el hombre encuentraallíe l comp iernenro que busca y que requiere para su propio desarroL*o y maduración. El hombre n o crea esos valores (además también puede crear otros), simplemente los encuentra, los atisba enmedio de su búsqueeia interminable a lo lartp dc la vida. I a 611a que podemos derccra: consiste en un cierto estancamiento dentro de un drcuío estrecho de valores, el sujeso cree que con d io s puede darse completamente por satisfecho y da por terminada su btísqueda. 2. L \ CEGUERA .AXIOLOGtC*. Esta siruacióu precaria en la naturalcea humana da lugar a orro aspecto un tanto exrrañei v aparentemente contradictorio, a saber, c! hombre requiere u:i desarrollo especial para poder captar cierto tipo de valore*. Cuando nace ricnc instintos y necesidades, c o m o el hambre, la sed. respirar, dormir y sentirse acariciado, y por ¡o mismo busca instintivamente los bienes que lo satisfacen, pero con ei riempo se va desarrollando y empicr/s * encontrar y apreciar poco a poco otros valores, que antes le eran indiferentes. C on la educación y la culmra, un individuo aprende a reconocer y apreciar valores cada vez más rennados. Existe, pues, el fenómeno dc la ceguera axioíógica, es decir, la ¡«capacidad para constatar por sí mismo cierto tipo dc vaiores. l ’or ejemplo: hay quienes n o captan la belleza artística, ya sea en la música, cji ía pintura o en la lireratura. Esos casos son frecuentes en !os medios donde la cultura todavía n o se ha extendido.

Lo más corriente es (juc la educación. las circunstandas concretas d e ia vida c incluso la propia estructura anatóm ico psicológica, dererminen un a cierta orientación o preferencia hacia un sector de valores que va dejando en la sombra ei cultivo d e los testantes. Esto es normal. X o se 1c puede pedir s¡ rodo d mundo que cultive por igual iod o tipo d e valores. Es más, la propia vocación profesional no es otra cosa sino la aptitud para realizar determinado ripo d e valores, sin perjuicio del cultivo d e los dem ás eu la medida d e las posibilidades y necesidades. Pero lo peor es la ceguera apológica en e l terreno d e la moral. FJ adulto que no sabe captar y apreciar el valor d e la virtud, d que n o encuentra diferencia entre lo bueno y lo malo, e i que ha endurecido su corazón con ¡a práctica d e una conducta anormal, es lal que adolece {usando i-os términos ya explicados) de una verdaderaprivación y no de una sim ple negación. A sí pues, d valor se entrega al hom bte, es uu imán que atrae la voluntad humana, e s el correlato d e las facultades apetitivas dei se r hum ano, es lo que perfecciona al hom bre en sus distintos aspectos; pero al m ism o tiempo, e l hombre requiere una capacidad para descubrir el valor que lo va a satisfacer. 3. La educación axioiógica. En vista d e o t a situación humana se infiere que es necesaria una educación en e l tema del valor. E l desarrollo normal d e un n iñ o requiere d e u a ambiente e n d o n d e pueda asociarse a ios valores que le van a proporcionar la satisfacción de una naturaleza normalmente en crecim iento y en busca á c plenitud. Ahora bien, la educación que normalmente recibed ser hum ano adolece d e algunas follas, la más im portante es e l ambiente d e excesiva presión, amenaza, coerdón y castigo que d e manera usual rodea ai pequeño cuando es “educado” en d tema axioiógico. En « ta s dreu nstanciase l educando consigue efectivamente una. introyecdón dignas de ser echadas ai basurero. Ésta es la paradoja d e ia educación realizada en función de coerciones y motivaciones ■extrínsecas (recuérdese e l lema “la letra co n sangre entra”): e l resultado obtenido no deja d e ser engañoso, aparentemente es eficaz (ei niño golpeado n o tiene más remedio que obedecer) pero en et fondo lo que se ha conseguido es una serie de normas odiosas y que sólo seguirán funcionando desde e l inconsciente dei educando. Por fortuna existen algunas excepciones. En lo s últimos tiempos se h a diseminado la idea d e una ed u cad ón propiamente axiológjca, en la cual se presentan lo s valores sin imponerlos, muchos padres y escudas recurren a métodos « p e d a le s d e diálogo, presenTaciones audiovisuales, el ejercicio d e ía empatia, el trabajo en equipo, tareas bochas en la escuda, actividades extra escolares, organización d e grupos
estímulos para crear un am biente d e serenidad, silencio y reflexión, asi com o oportunidades para que é l educando presente sus sugerencias, sus objetivos y sus preferencias personales. Estos métodos n o son fáciles d e aplicar, encuentran la resistencia de las personas demasiado estructuradas dentro d e lo s paradigmas antiguos y. por tanto, avanzan con excesiva lentitud- Pero aun así, se ha logrado basante. Tomemos en cuenta que ia educación n o es lo mism o que la instrucción. Esta última consiste en la trasmisión d e conocimientos. En cambio, ia educación está más en el terreno d e las estructuras noéticas que ya hem os explicado. N o se trata, por tanto, d e aprender d e memoria ciertos principios y reglas, se trata d e que d educando asimile ciertas perspectivas, m odos de enjuiciar ias cosas, una cosm ovisión que le sirva com o base para percibir, valorar y organizar ¡os datos y ¡as situaciones d e su vida. Cuando esta educación penetra en d educando por propia iniciativa, co n güero, sin d sabor de la amenaza y !a coerción, entonces es cuando iogra sus mejores frutos. Una de las grandes rhtsaadones de un educador coasLiteci¡ queiu acción sobre c!educando no es suficiente pita garar.tivar la conducía honesta de «te último. En cualquier individuo se conjugan m úlripies factores para dctcsiiútiar iu conducta: hemos dotecrado y» la influencia de los üi«i:¡ti>B, la presión racial, h iey. e! inconsciente. Y de hecho, k>quc>c palpa es que un gran porcentaje de personas quehan recibido un; educación axiológicaeligen caminos equivocado». coíapktin¡ttii£ opuestos a io* valores asimilados. La icüiuctón de iodo educador (paáre áf familia. maestro, saccraotc.) cu esto» casuv o la de imponer sus valores y presionar para que d educando actúewempre rn conformidad con dichos valoro. En acciones eñü presión externa iogra buenos resultados, o decir, el educando actúa conforme a los '-alores de sus cducaduro. O b f c t i v a n t e n te h a b l a r x i o . e l e d u c a n d o p r o c e d i ó Cí¡ f o r m a C o r r e c ta . S i n e m b a r g o . a b e l a p r c g U n í a a c e r c a d e l v a l o r m o r a l p r o p i a i i s e n t e d í c l i o e n c « e d i t a n d o , c a b e p r e g u n t a r s e q u ¿ v a l e m i s , s : l¿ e le c c ió n t o t a l m e n t e l i b r e d e l s u j e t o a u n c u a n d o a o » e a d a p t e a k » v a l o r o d e ) e d u c a d o r , o es p r e f e r i b l e Ja. a c c i ó n o b j e t i v a m e n t e c o r r e c t a a u n c u a n d o l a l i b e r t a d h a y a s i d o c o a r t a d a p o r lu í

presione', t i c l e d u c a d o r . D e s d e m i p u n t o d e v i s t a . c o n s i d e r o q u e l a r e g la g e n e r a l e s e ! f o m e n t o y e l r w p j t o d e l a l i b e r t a d d d e d u c a n d o , pero u m h i í n c o n v e n g o e n q u e h a y m u c h a s c x c c p c i o n o e u d o n d e e * i n d i i p « n t i ! > i e fo r r a r m a t e r i a l m e n t e a i i n d i v i d u o p o r a q u e k o r i e n t e e n d e t e r m i n a d a d i r e c d ó n . S o b r e e s t o v o l v e r e m o s m i » a d e l a n t e . Y p o r i H t i m o , s e r í a a b s u r d o q u e r e r f o r j a r a lo »

educadores para que r«peten siempre la libertad de sus educando*. 4. ELMUNIX)AXTOI.6GrCOOEUNA-EBí ONA. U no de ios resultados d e ia educación recibida por un sujero es la formación d e su m undo axioiógico. O d a uno ricnc su propio repertorio devalóte* asimilados y n o asimilados. Evidentemente. ios que aquí proponemos so n los valores que se han podido asimilar y que, por tanro, pueden influir en las decisiones morales d e esa persona. N o es lo mismo repetir de m em o ria la definición d e un valor, que asimilar y apreciar dicho vaior. Esta asimilación impli
D esde el punto d e visca d c ¡a Teoría d d C onocim iento, interesa explicitar que se trata de un conocim iento hoUsrico, dcscitructutado (propio de ia Vernunft). N o es posible exagerar las;«normes ventajas d i « c e tip o d e conocim iento en ni terreno d e los valores. Gradas a esta involucradón d d sujeto co n d dato recibido, es factible hablar de una motivación intrínseca, una autonomía d d sujeto cuando se decide en fu ndón ■de esos vaiores previamente asimilados. Ahora bien, a lo largo d e la vida una persona puede acumular vivencias y valores asimilador Ese conjunto d e valores van a influir notablemente en sus decisiones morales. Estos valores n o constituyen una garantía d d valor mora! dc un individuo, pero sí conforman la condición d e posibilidad para que se d é d vaíor moral en esa persona. Sin e»s'alores no hay propiamenteübenad ni valor moral. GraciasaJ propio m undo axioiógico una persona tiene la posibilidad de ejecutar acros propiamente libres, gracias a ese mundo una persona puede elevar las miras, los horÍ7.onrcs. los niveles d e su conducta. Insistimos en que, gracias a estos valores asimilados, sólo puede actuar, no necesariamente ha de actuar conioxine a ellos, ésa es precisamente ¡a libertad d c la persona, n o hay determinismo, pero s í apertura d e un nuevo factor que lo saca d d dcrerrr.mismo de los otros factores: condicionam ientos, represiones, instintos, coerciones, em ociones compulsivas... El m undo axioiógico d e una persona es, pues, el conjunto d c valores previamente asimilados que están a s u disposición y co n los cuales puede orientar su vida en niveles superiores. Ahora bien, cada persona deiernüna su propio m undo axioiógico d e una manera muy diferente a !a de Sos demás. Es MUy difícil encontrar d o s personas que coincidan en todos su valores. En algunas ocasiones se dan similitudes, coincidencias parciales, y con eso es suficiente para organizarse entre S Í. F.l m undo axioiógico es la condición d e posibilidad d d acto hum ano moralmente valioso. Sin embargo, ese mism o m undo axioiógico es condición necesaria, pero no suficiente. Todavía es necesario otro conjunto d e condiciones para q u e se d e el acto moralmcnre valioso, c o m o veremos más adelante. 5-1-^ MOTIVACIONaxiolOGICA. La influencia más importante d e los « lo r e s en d ser humano reside en la m otivadón. El hombre actúa a lo largo d c su vida movido por varios ripos d c influencias. Ya hem os detectado, desde un capitulo inicial, que la conducta humana está orientada por varios tipos d e criterios. Al principio, en su niñez, e l hombre es m o v id o casi exclusivam ente por los instin tos y ci placer; posteriormente es movido también por el Supér Yo, CS decíf. por e l influjo dc las órdenes inrroyccradas e n su inconsciente; después el hombre es movilizado rambién por la presión social; m ás adelante es el influjo d e la ley lo que tiende a motivarlo, y p or fin, es la presión d c los valores interiorizados lo que puede llegar a acaparar la motivación dc una persona. Es importante aclarar que estos d n co tipos d c morivadón n o son evchjyenres, pueden actuar simultáneamente. El problema d c la libertad queda resuelto con esta posmra que ahora estamos explicando, es decir, una persona en un m om ento determinada puede actuar influido por los valores que h a asimilado sin

perjuicio d e las presiones que está recibiendo a partir d e su inconsciente, d e !a presión social, del influjo de la ley y d e ¡a fuerza d e sus instintos. 1.0 que nos últeresa en este m om ento es el análisis d e « r e influjo d e io s valores en ¡a motivación humana. Los valores asimilados por tula persona ejercen sobre e ib una ptesiái en el momento en que decide actuar d e determinada manera. A quí tenem os otra vertiente d e esta preferibilidad que ahora estamos explicando. N o se rrara só lo d e que el hombre se siente atraído por los valores para poseerlos, sino que también y sobre todo, siente ei influjo d e ellos para acruar conform e a los mismos. Ahora bien, este influjo es completamente interno, intrínseco. Surgido d e s í m ism o, y n o es lo m ism o que la presión externa ejercida por la sociedad y sus coerciones. Estamos tocando e l punto clave de la conducta iihrc y la conducta moral. Los valores actúan desde e l interior de la persona, el hombre ha asimilado los valores d e tal manera que estos se contunden con su propia personalidad e inclusive tocan los estratos profundos d< su persona.1’Por tanto, el hombre se puede decir autónomo en el momento en que actúa influido por los valores que verdaderamentelia asimilado. E n cambio, esc mismo hombre es heterónomo cuando actúa principalmente por la influencia de la presión recibida d éd e el exterior. Por ejemplo: Antonio es un médico que ha caprado ei valor de la veracidad (también llamada honradez intelectual), es decir, ha asimilado y apreciado e?a cualidad d e la gente que opta por decir ¡a verdad siempre aun cuando se perciba en ese momenro alguna consecuencia no muy agradable para e l mism o sujeto. F.n vkra de* rea prrfóribilidad asimilada, A ntonio se muestra siempre vera?, la gente ya lo conoce, puede confiar en éi. sabe que su diagnóstico es verdadero, normalmente su dictamen es más confiable que e l do otras personas. U n paciente confia más en el diagnóstico d e Anronio que en e l d e orros médicos igualmente cspeciaírados en e l mism o rimo. A ntonio es capaz d e diagnosticar que n o hay necesidad d e una operación en ei paciente X auu cuando eso signifiqúe un ingreso menos en su bolsillo. Por lo contrario, la genre detecta que Pedro es un médico que se inclina a la intervención quirúrgica en rodos ios casos que le consultan. H e aquí un caso en donde d sujeto recibe varias presiones y se decide por el influjo del valor que ha asimilado. Amonio prefiere ser vesaz que aumentar .su cuenra bancaria. Fi m eollo d e ¡a conducta libre resideen este influjo d e lo s valores. Acmar libremente significa actuar sin causa, sin m otivo, sin presión alguna, sin in flu ís o influencias. Ahora bien, esos influjos pueden ser exteriores a 1a persona com o o? el caso d e una a7a recibida o pueden ser internos a la misma persona com o es d caso del influjo los valores que ahora estamos esclareciendo. Éste es el punro cmcial en nuestro iterio para juzgar la conducta humana. L os valores morales d e un individuo van a pender en pritncrísimo lugar d e « t e influjo d e los valores que el ha asimilado. En m om ento en que una persona coma las riendas d e su conducta i i finido por una ie d e valores que ha descubierto y asimilado, en ese m ism o m o m eito salta al nivel p ió d e la conducta moral positiva. D e allí en adelante es probable que e! sello de 1V é i i í e n ( n i i & m i t P riiv b g ta , C i p . 11. u n a d e K l i f ó i n i i n ¡ i l i > i l e

« jw Ó K v ta f u e r e

y p c K o a d id a d .

1 M X 0 1 X X X 3 Ó N A ! A é fíC A

c u a n to d e d d a

y

c jc c u tc

este c o l o r e a d o

p o r s u m u n d o a x io ió g ic o ; la r d e v a n c ia d e s u

v i d a v a a o f r e c e r e l m a g n íf ic o e s p e c tá c u lo q u e a d m ir a m o s c u la s p e r s o n a ! id a d e s fa m o s a s p o r s u s d e c i s i o n e s q u e e n o c a s i o n e s l l e g a n a s e r h e r o i c a s . I-T S p e r s o n a s c o n v a l o r e s m o ra le s n o n e c e s a r ia m e n te d e s c u e lla n c r . f o r m a p ú b lic a , p e r ú d e ( o d a s m a n e r a s , q u ie n e s la s r o d e a n a lc a n z a n a p e r c ib ir e n e lla » e s e l u l o p r o p i o d d

m u n d o a x io ió g ic o .

y son

r e s p e ta d a s , a d m i r a d a s y p r o p u e s t a s c o m o e j e m p l o d e c o n d u c t a a l t a m e n t e v a lio s a .

Ahora bien, e l panorama que se suele presentar a nuestros ojos» la noticia que inunda los medios informativos es, por desgracia, to d o lo contrario: la corrupción de funcionarios, ¡a estala de cuello blanco, la venta de influencias, e l falso testimonio, d dn ism o de las bandas de secuestradores, la crueldad de cierto* criminales, la búsqueda indiscriminada d d placer, d abandono e n d éxtasi» d e las drogas, d protagonismo de los personajes públicos. Ia! parece que ia conducta moral, la q u e está motivada por d influjo d e ios '.•alores interiorizados en la propia persona, es una quimera. E l hecho es triste pero es la realidad. La conducta moral positiva n o es la que se lleva la palm a en cu a n to a frecuencia. Adema», e l ser hum ano es m otivado reiteradamente por factores tales com o d placer, la fama y d poder. Ahora bien, también estos tres factores constituyen sendos valores, lo importante ahora seria detectar si esos fines se persiguen con los medios adecuados. Perseguir el placer, ia rama y d poder no cc m aio en sí m ismo, puesto que se trata de valores positivos, lo que es criticable es d ripo de arrimartas que utiliza la gente para obtener esos valores. C uando el poder »c obtiene a base de engaños, cuando la fama se obtiene en Junción d e intercambios sexuales, cuando d placer se obtiene por medios altamente dañinos para d organismo humano, entonces es c ia n d o podem os afirmar Ía decadenda moral de una sociedad. Véase en otro capítulo d e « t e libro d rema d d fin y los medios, d sofisma d d maquiavelismo que. consiste en justificar cualquier medio con tal d e obtener un fin positivo. 6. La CKHAíí ó n Ofcv .« ía fX I lomos visto ya que los valores son objetivos, se dan en ias cosas, d hombre los encuentra y con d io s se complementa a si mismo. Pero ademis. y sin contradecir lo anterior, d hombre rambiín riene la facultad para crear valoro. Esto es uno de los temas más apasionantes de la Antropología filosófica. E l ser hum ano tiene la facultad de crear su cultura. Ciradas a esta creación d hombre g o / i con nuevos valores originados en d mismo. La música, ia iiteratura. d cine, d teatro, la arquitectura, la csculrura y demás bellas arres son el mejor ejem plo de o t a creación humana en d terreno de los valores. Pero además, la ciencia, la Filosofía, la Teología, la Ingeniería, la Arquitectura, la M ed ia n a , la Artesanía y muchas profesiones más, encierran esta vera de crcarividad ran propia d d ser hum ano. Los tratados de E stética explican e l p roceso con rodo detalle. A quí nos interesa especialmente la veniente que se refiere a la Frica. N ótese desde esta perspectiva e l enorm e valor moral que encierra la creatividad en d terreno d e las bellas artes y en todas las dem ás profesiones que hemos mencionado. Además d d producto terminado, d artista csrá creando nuevas virtudes en sí mismo.

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: decir, adquiere habilidades especiales que perfeccionan e l m odo com o operan sus Itades humanas. H e aquí eí meoiio de la moralidad de ia creación cu 1n i ral, ci perfecciona a sí m ismo, se desarrolla y S e hace cada vez m is humano. La moralidad de ia creación del artista no está raneo en ia obra visible que ha dado a lu¿ (pintura, música, cine) sino en el propio desarrollo que io coloca en un nivel especial de liento de su propia naturaleza. Es m uy importante distinguir la gañía de valoría morales que toca d atrista a lo largo su vida crcariw». E i valor moral de su creatividad artística es el dato que nos interesa i pálmente, pero además de este valor, una persona está cultivando, en forma simultánea, orros valores, que pueden ser positivos o negativos. según d caso. N o es - '- “ *0 que un artista, entnedio de su éxito, se deje llevar por otras motivaciones com­ iente arenas a si¡ acabamiento com o persona en el terreno arttsá:o. I fan sido íámosos , casos de artistas que se han inmiscuido con d vicio dei alcohol, la drogadicdón. e í sexo, estafa y d homicidio, l’c io cito sucede también a los que no son artistas. En ellos la 10 escandalosa, pero esto n o significa que su arte tenga que estar mesdado cun ; lacras, iambién se áa d caso de atristas filántropos, fundadores de sociedades proisválidos. poíírieos y aficionados a otras ramas de la cultura. 7 . L a t p a s o f .n o ¡-.‘ k j a i>e i o s v a l o r e s . É s t a c o n s i s t e e n q u e l o s ' - a l o r e s s e d a n d e u n io p e rfe c to s ó lo

en

s u e s e n c ia ; p e r o c u a n d o s e c n c a m a n e n lo s s e re s m a te ria le s ,

is te n d e u n m o d o im p e r f e c to . T r a s c e n d e r s ig n if ic a e s t a r m á s a llá ; p o r

ranro, e l

té rm in o

:s m o n o s in d ic a q u e lo s v a lo re s s ó lo s e d a n c o n p e r f e c c ió n m á s a llá d e e s te m u n d o , n o

juí. E f e c tiv a m e n te ,

y s in

n e c e s id a d d e c a e r e n

un f á c i l p l a t o n i s m

o , a c a d a m o m e n t o se

c o n s r . 1 r.1 r q u e l a s p e r i e t e i o n e s y v a l o r e s q u e e n c o n t r a m o s e n c a r n a d o s e n l a s y e n la s p e r s o n a s e s t á n a f e c ta d o s d e u n a g r a d u a c i ó n m u y d iv e r s a ; p e r o s ie m p r e : n o t a q u e f a lta a lg o p a r a l a p e r f e c d ó n d e e s c v a lo r, ta l c o m o s e c o n c ib e e n S u e s e n c ia . : e je m p lo , !a ju s tic ia d e h e c h o d e ja m u c h o q u e d e s e a r e n c o m p a r a c ió n c o n l a e s e n d a

: d e j u s t i c i a . ! o m i s m o s e p u e d e d e c i r d e ¡a d e m o c r a c i a , l a h o n e s r i d a d i n t e l e c t u a l , •com o d respeto a la mujer, a las diferentes razas humanas, etcétera. La importancia de esta propiedad axiológíca es d e orden vivencia!. E l adolescente : concebir los valores en toda su perfección, y no faltan ocasiones en las que sufre : grave desilusión Cuando se percata de que ¡a realidad de la vida n o está a la altura : su concepción. La justicia, el amor, la fiddidad, la honradez, la bondad en general, ípre están en un nivel inferior al ideal que les corresponde. I.o peor acontece ndo la decepción crea un resentimiento, el sujeto llega a renegar de todos los aiores. Porque n o encuentra ia libertad perfecta, reniega de la iiberrad y dice que no no encuentra la justicia, la verdad, el amor perfectos, y reniega de ellos y actúa 10 si no existieran. Esto hay que deiatarfo, porque l
Capítulo XV I LA J E R A R Q U I Z A C I Ó N D E V A L O R E S Existe una cantidad enorme de valores, pero pueden . v ordenados den tro de una jerarquía q u e muestra la mayor o menor calidad de dicho, valóre com parado, catre s:. i-; claro q u e no es igualmente valioso lo marcrúd que io espiritual, lo anima! o lv intelectual, !o humano o io divino. !o estético o lo mora!. Siendo e l hombre ei pum o de referencia (no este o aquel hombre determinado, sirso Ja naturaleza humana}, cabe la ordenación de los valores por su Capacidad para perrcccionar al hombre. U n valorará tanto más importante, ocupará una categoría mas elevada, en cuanto perfeccione al hombre en un ¿trato cada vez más íntimamente humano. D e acuerdo con este cnterio, podemos hacer una d e ifica c ió n de los valores en cuatro categorías, com o sigue: 1. VaíorF-S :xfba3jómanos. Son aquellos que perfeccionan al hombre e n sus estratos ¡menores, en lo qué nene en común con ios Otros « r es, com o los animales, por ejemplo A quí se encuentran valores rales com o el placer, la fuerza. 1, agilidad, la salud, etc.' l o d o estos pueden ser poseídos (y a veces con mayor intensidad) por las mismas bestias. Fs imporranie aclarar que el placer sensible es ciertamente un valor, es un bien positivo que perfecciona al hombre: por supuesto, dentro de un nivel todavía ro netamente htsmano. pero ai fin y al cabo es valor, y com o ral hay que apreciarlo. Esta aclaración es una crítica contra los dos extremos que se suelen tomar respecto de la valoración deJ placer. Algunos lo rechazan com o malo o pecaminoso; tal parecería que sólo puede aecharse con,o ultimo recurso, cuando Hiera ya imposible rechazarlo. í a l es ia posición del pusnanismo. ¡ l’or otro lado está eí hedonismo, doctrina que coloca al placersensible corno ccnno de los valorcs‘ * * h abunda mucho acritud, mucho m is yuc en rcoiía.

Y, va contra d e le* do* exrreraos descritos, je coloca la tesis de o u jerarquía del « l o r el placer o derrámente un valor, pero ocupa la categoría inferior dentro d c toda ia escala d e vaiores. Lo m ism o se diga dc h hierra y d e la agilidad y k destreza. Son ciertamente vaiores que perfeccionan al hombre, sin embargo, n o ocupan, ni mucho meaos, ci primer puesto. También aquí hay que saber guardar a i la vida práctica una correcta jerarquía dc valores. N i despreciar al adeta que cultiva o t o s valores, ni sobrcvaluarlo hasta llegar a descuidar lo» valoro realmente superior». 2. ValoSí S ül.'MANOS inujwkwaus. En una segunda categoría de nivel superior se pueden colocar tocos los vaiores humanos, es decir, aquellos que son exclusivos d d hombre, que perfeccionan ios csrracos que sólo posee un ser humano, com o los siguientes: a ) Valora económicos, com o la riqueza, el éxito y rodo lo que expansione la propia personalidad (valores cudemónicos). b ) Valora notncos. Son los valoro referentes al conodm icn io, com o la verdad, la inteligencia, la dend a. c) Valora aiéúcos. com o la belleza, la gracia, d arre, d buen gusto. d ) V alora sacíala, com o la cooperación y cohesión sodal, la prosperidad, el poder d e la n ad ón. el prestigio, la autoridad, etcétera. 3. V aiores MORAL!* F.n tercer lugar, siempre ascendiendo, o t i n los valoro morales, )o la* virtudes: prudenda, justicia, fortaleza y templanza. A quí o importante destacar la superioridad dc csros valoro moraíes con respecto a los valoro humanos dc la segunda categoría y que, por esto, ios hemos llamado humanos inframoralcs; los cu a lo muestran dos diferendas fundam enoio: a) Los valores morales dependen exclusivamente d d libre albedrío. Cuida sujeto va jaudo sus propia» vi rendes y o roponsablc dc su conducta moral. En cambio, los vdores de la segunda categoría n o dependen sólo d d libre albedrío laun cuando ia rtad también tenga parte en la consecución dc ellos), p u o to que ia riqueza puede edarse y lo m ism o se diga del grado dc intdigenda y e l buen gusto. Las virtudes, en bio, nunca se heredan, sino que se consiguen a base dc esfuerzo y constancia. Los morales están colocados en un nivel más úuim o dentro de la personalidad 3; son superiores porque se obtienen a base d e mérito», por el fundonam icnto hombre en cuanto hombre; d hombre es sujeto activo, n o pasivo, con respecto a valoro morales. Esto n o qu’.ra c:jc u¡) mismo acto hum ano pueda proporcionamos ios dos tipos dc res, com o sucede en e l siguienre ejemplo: D os estudiantes aprenden s u lección, pero uno lo tiene que hacer con gran esfuerzo id o a sus circunstancias familiares, y d otro no. El resultado obtenido es el mismo, dos han incrcm cnudo el valor dcncia en el mismo grado, pero d primero ha nido además un incremento en su valor moral debido a su tenacidad y fortaleza, e l mérito de haber sobrellevado las dificultades familiaro o económicas que padecía.

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b) l a segunda razón por la cual io n superiores los valores morales es definitiva. Éstos perfeccionan al hom bre d e cal m od o q u e lo hacen m ás hombre. En cam bio, iOS de la segunda categoría perfeccionan al hom bre en cieno aspecto, exclusivo del hombre, pero no en s u núcleo propiamente personal, O sea, co m o profesionista, co m o sabio, com o artista, com o gobernante. Por ejemplo, la virtud d e la justicia hace ai hombre más noble, de mayor dignidad personal, d e nwvor calidad en su persona misma; en cam bio la ciencia o la riqueza perfeccionan al hom bre en un cierro aspecto, pero no en su m ism a persona. Hita diferencia se utili'/a en las valoraciones cotidianas y así, por ejemplo, se dice de Juan: “co m o profesionista « excelente, pero com o persona humana no tanto”. O de Pedro: “com ósabioy rico CSmuy valioso, pero com o hombre, en el fondo d e su persona, hay defectos de mezquindad que n o m e gustan”. E n resumen, los valoresmondes/ » ( d hombremáspersonay dependenoclusivam ente d d uso d e llibre albedrío. E n cam bio, los valora humano.t injramoraiesperfecciona!a l hombre, exclusivamente, pero no lo hacen en su estrato propiam ente personal y adem ás no dependen exclusivamented e l libre albedrío, sino que eiim nbrebxpuede, recibirpasivam ente, sin ningún m érito para A 4. VALORESreligiosos. Ocupando la cumbre d e esta jerarquía están los valores sobre humanos, sobrenaturales, o más radlmcnte, los valores religioso*. Son una participación de D ios que e s d en un nivel superior a ias p oicad as naturales dei hombre. Sor. !a santidad, la amistad divina (gracia), la caridad y, en general, las virtudes teologales. Estos valores, co m o se puede notar, perfecdonan al hom bre d e un m odo superior, ya no digamos en lo que tiene d e m ás íntim o co m o persona, sino en un plano que no está dentro d e los moldes naturales d e lo hum ano. Aqu í se deja ia puerta abierta a rodo lo sobrenatural que provenga de D ios. Su estudio corresponde más bien a la Teología. 5- L* JERARQUIADE.MAXSam IR. E n general, cuando se esntdiai» las jerarquías de valores d e los principales axiólogos, se nota un cierto paralelismo dentro de sus diferentes Categorías. U n ejem plo típico es la jerarquía propuesta por M ax Schcier: a ) Valores d e lo agradable y lo desagradable. b) Valores de lo noble y d e lo vulgar. c) Valores espiri males. d ¡ Valores d e lo santo. La importancia d e una correera jerarquía d e valores reside, sobre todo, en la facilidad que puede proporcionar para una eficaz orientación d e la vida entera. Q u ien n o tiene clara la jerarquía d e valores, 3 menudo s e encuentra perplejo frente a una decisión por tomar. C uando hablé d d libre albedrío hice referencia a este tema. La experiencia enseña que, en la práctica, muchos problemas d e !a libertad van aparejados a Lamayor o m enor conciencia respecto del valor e importancia d e ciertos hechos d e la vida. Es tesis de algunos psicoanalistas (com o Tgor O m iso ) que la tergiversación en e l orden de la jerarquía de valores (es decir, la sscralización d e lo profano y la degradación d e lo sagrado, por ejemplo) puede caer dentro d e ía etiología d e una neurosis. E n efecto, un

hombre que n o sepa valorar lo neem ente humano, corte el riesgo d c u o alcanzar ¡as metas que le corresponden corno ser hum ano y quedarse estancados dentro de niveles inferiores y anormales para su « e n c ía y estructura racional. 6 . L o s CRITKRIOS pasa ordenar una jerarquía i»r: v.uoR ts. M ax Schcler ha proporcionado alguna» ideas que pueden uriü»rsc COICOcriterios para ordenar los diferentes valores. E nue esas ideas sobresalen ¡as siguientes-. a ) D uración. F* superior un valor que dure más que otro. Esto n o se refiere a la duración del bien en donde está encarnado un valor, un bien puede perecer rápidameme e n tanto que el vaior allí encarnado puede subsistir por mucho tiem po. Por ejemplo, un libro puede quemarse, pero e l poem a o e l natado cienrífico que encam a puede perdurar. b ) D iv is ib ilid a d . Es sup erior u n valor cu an to m e n o s p ueda dividirse. U n a obra d c

arte n o se p u ed e dividir, en cam b io lo s a lim en to s sí.

c) Fundam m btáón^ Es superior el valo: fundamentalmente co n respecto al valor fundamentado. Por ejem plo: la inteligencia fundamenta e l conocim iento cienrífico. d ) Satisfacción. Es superior el valor que satisface más. N o debe confundirse satisfacción y placer, la satisfacción puede ser dc orden intelectual y espiritual. 0"ón!í**en Ciii-rir.i fjiif fllgunrn ¡mroroí tam bién hablan d e plnccieí cepiritualtyj, con lo Cual la palabra p la c e r p no se refiere exclusivamente al plano sensible y material.} é) IcLauñ/íad. Es superior d valor que se relaciona con los nivdcs superiores del objeto o la persona que está complementando. A partir d e dichos criterios cada persona puede organizar su propia jerarquía dc vaiores. F.1 máximo inconveniente en este asunto consiste en la facilidad de ese orden. Lna cosa es lo que un sujeto dice acerca d e su jerarquía d c valores y otra cosa es lo que d e h ech o realiza a lo largo d e su vida. C o ntinuam ente estam os detectando incongruencias axiológieas. D a la impresión d equ e lagcnrccsrá al garete co n respecto » sus valores; realiza o persigue aquellos que d e pronro se presentan como urgente;. co¡?K>exigitivos, com o imprescindibles o com o altamente plácentelos. D e esta manera. TJ> CS extraño que una persona se deje llevar por el narcisismo, e l hedonism o, es qu¿ dirán, la faina, el prestigio, el cultivo del ego. e l protagonismo, ei dinero, el placer uai, y deje a un lado los otros valores que "en teoría" suele colocar en un puesto perior dentro d c su propia jerarquía axiológica.

Capítulo X V II L O S N IV E L E S D E L A M O R £1 problema dcí hombre p
señalada con mucha claridad en Ix Filosofía d e Jean Paul Sanie. Para esce auror amar es c o n s titu ir# tn e lm undo d e l«tro . a tra p a r la lib e rta d d e io tro . Veremos que este fenómeno abunda, y que d error consistiría en creer que sólo esc tipo d e amor se da enere los seres humanos. F.I amor prim itivo surge, pues, com o una tendencia d e atracción cuyo beneficiario es d propio sujeto amante. F.Iamor incipiente sólo quiere ci propio beneficio. Cuando el amor logra su desarrollo y madurez se convierte, poco a poco, en un movimiento centrífugo, que busca d beneficio del ser amado. F.I amor en sus niveles superiores, es completam ente desinteresado. Esta polaridad del amor es la base de los diferentes niveles o tipos d e amor que se pueden describir. Avanzar en el aprendizaje d d am or es desligarse en forma paulatina en las diferentes gamas que hay entre una posición -puramente interesada hasta una actitud puramenre desinteresada, conociendo de antem ano que los d os extremos putos nunca se llegan a dar. C on base en lo anterior, estudiaremos d desarrollo d d amor a lo largo de varias etapas o nivdes. Hilos sor.: la simbiosis y ei amor interesado, la comprensión y la empatia*, el afecto y c! cariño, el enamoramiento y el amor sexual, e l amor d e la voluntad y el com prom iso, d amor d e integración y la caridad o ágape. D esde el punto de vista rte la Ética podem os añadir ahora que el amor es altamente meritorio cuando busca la Fdiddad ajena, aun com edio de sacrifidos personales, en cambio, se convierte en una Simple satisfacción hcdonisuca cuando sóío se. pretende e i propio placer. E n la práctka, co m o veremos, estas dos tendencias suelen darse en forma simultánea, en mayor o m enor proporción. 2. £¿ AMOSsimbióiicw. Éste es d n h d mas demonial y primitivo d d amor. Los bebés amar-, a su madre de esta manera. Se trata d e una vivencia d e atraedón, de unidad, de com plem cntadón y d e armonía entre dos seres. F.n d caso d e lo s n iñ os pequeños este tipo de am or es normai. Pero 3 medida quecrccc una persona se requiere un cambio en e l m od o d e amar. Fs una disgracia que algunos adultos no logren superar este nivel primario. Él desarrollo del amor, ai igual que d d e o tio s m uchos aspeaos humanos, no Hgmfié* dejar una etapa y tom ar posesión de otra nueva. El desarrollo que aquí explicaremos significa superar una etapa, pero sin abandonarla ítsra es la esencia de ja dialéctica hegdiana o A u jócb en :conservar y superar, i'o t canto, superar la simbiosis no implica dejar d e complementarse y d e armonizar con ocro individuo, sino vivir esa compíemenración y armonía en una perspectiva nueva y superior, com o vamos a ver. Lo criacabie en el amor simbiótico d e ios adultos n o es que se de una unidad, armónica y complementaria, sino que sdo se busquen los h end idos propios d e esa unidad. El amor simbiótico en d adulto se da co n características semejantes: atractivo, anidad, armonía, complersientadón. Pero ia tragedia de la simbiosis entre adultos séside en la m uiúaá/m de aiaSdcdesy habilidades n i u no o ¡os dos m iem bros U p a reja . Una mujer que ama a su marido i e esta manera suele descuidar sus habilidades en d plano laboral, intelectual >•ejecutivo: se confía demasiado en las cualidades d e Su cónyuge y,

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por tanto, abandona io d o csñicr¿o para eultivairse en esos terrenos que, supuestamente, quedar, cubiertos por el orro miembro d e la pareja. Reciprocamente, d marido con amor sim biótico suele descuidar e l terreno afectivo, em ocional y Comprensiva. Alega que a su mujer le corresponde ese aspecto d c ! a vida familiar y se cree liberado dc ello. I-o q u e en realidad sucede es que ambos m u rilan potencialidades dc S U propia personalidad. También d varón debe saber funcionar en el terreno afectivo. También la mujer puede y debe actualizar sus potencialidades en el terreno ejecutivo. El amor maduro busca la unión y la coniplem entación, pero en beneficio del ser amado; éstas características las veremos realizadas en ios niveles de autor superior. La simbiosis es normal e n un bebe: la relación co n su madre no puede ser d c otra manera; pero la vida suele enemigarse d c ton a r Iw wrdtfOO* umbilicales que i o atan a ella en el rerreno psicológico. C ua ndo esto n o se logra, « i precio que se paga suele ser demasiado doloroso. Es necesario subrayar, desde ahora, que la abnegación, el sacrificio, la atendór. esmerada, el cuidado diligenre al ser am ado, es una d e las cualidades morales más importantes en e l am or (n o hay mayor amor q u e d que da la vida por el ser amado); la madre que ama a su b e b í con am or maduro sabe d e sacrifidos y der abnegación. El amor maduro añade * esto !a sabiduría parapoder cortar intdigcntementc !a esdavirud d e la simbiosis que hem os descrito. Es m uy conocida la tesis frcudiar.a acerca del complejo d c Edipo. Su esencia radica en csra insuñdcncia q u e ahora describimos com o “n o saber cortar ios cordones que nos atan al ser amado”. Erróneamente se ticr.e la impresión d c que cortar dichos cordones implica ya no amar al ser amado. lx> peor d e l complejo d c Edipo n o reside tanto en odiar al progenitor d e l mism o sexo (sin que esto signifique paliar d ich o odio) sin o en quedar apegado al progenitor d d otro sex o . El odio al m enos es claro en su signo negativo, pero e i apego da !a apariencia de ser positivo. 3.

Ei.AMORr\HRE5AIXXV
a sus padres de esta manera. Él quiere a sus padres, ios quiere para si m ism o, quiere su compañía, su protección y, si c í posible, su exclusividad. S e trata d e un movimiento centrípero, es decir, dirigido hada el propio sujeto. El uso ordinario y normal d d verbo querer está indicando co n to d a claridad este sentido centrípeto d e nuestro segundo tip o d e amor. Querer un a u to , por ejemplo, significa tender, apropiarse y utilizar d auto. Querer a una persona co n este segundo tipo de amor equivale también a arraparlo, atraerlo, utilizarlo. "Te quiero para mí, quiero que te unas a mí", es la consigna d c este segundo tipo d c amor, lam b an pudríamos designarlo con otros nombres: am or posesivo, amor celoso, amor interesado. En el fon do, lo que s e pretende es e l b en eficio propio. D e a llí los celos y las innumerables trampas manipulatorias que s e dan en estos casos. En d niño pequeño es normal que se d é este tipo de amor casi con entera exdusividad. í’ero e l caso es que este fenómeno sude repetirse co n demasiada riecucnda entre adultas y personas que podrían saltar a niveles superiores. D e nuevo hacemos la misma

aclaración: querer ci propio beneficio n o es malo. Lo inmaduro en el adulto consisto en n o descubrir la nobleza y la superioridad del acto d e donar y d e beneficiar aí ser amado. Erick Frornm Sostiene1que ci amor « un arte difícil d e aprendx Querer en forma interesada n o requiere ningún cs.fiierro, l’ero amar en forma desinteresada, con la mira puesta en e l beneficio de la persona amada más que en el propio beneficio es el objetivo d e ¡u» aprendizaje largo y difícil. La idea más generalidad* acerca del amor se refiere a ¿>rc com o un atractivo para e l propio beneficio. E n este ibro señalaremos la superioridad del amor desinteresado. 4. Lacomprensión interior d h . sf.ram ai x.i. Por encima d e los dos niveles anteriores, simbiosis y querer interesado, descuella la comprensión. Comprender.cn este contexto, es penetrar en d mundo interior d e la otra persona. L os amigos y los parientes cercanos suelen realÍ7ar este tipo d e amor. Comprender es unirse a la otra persona por medio deí conodm iento holístico. Ceneralmci) te Conocemos a las demás personas en sus caracrerisricas externas. Casi nunca pasamos de lo s datos generales. Por ejemplo: sabemos que Manuel es un vecino, que María es la esposa de! jefe, que Andrés conduce autos d e carreras, que Amelia es gerente d e una compañía editorial y que Roberto se ha divorciado rres veces. Estos son docor. externos. Pero n o « ítccucnrc que com picm liuios d n i u j iJu ¡11ici ior de cada uno de ellos. D e pronto M anud se cambia de casa y no conocem os leu motivos; María se divorcia y nos toma por sorpresa; Andrés abandona su afición j los autos veloces: Amelia renuncia a su impresionante cargo; Roberto nos presenta al “amor d e su vida*. ¿Qué fiic ¡o que sucedió en el interior d e cada una d e estas personas? Solamente una especial actiiud d e escuchar y saber calar a fondo podría csrar al tanto del suceso interior. F.I amigo es la persona que sude comprender por denrro ia noticia que nos liega sólo en su aspecto exterior. Comprcader a otra persona es el resultado d e una especia! atención intuitiva a su mundo interior Lo que se capta, cuando se tiene esta apertura (conccimiemo holístico), minuciosidad y esmero en d conocim iento, es el significado o ffintido Literno que vive la persona afectada por determinadas circunstancias. Comprender es conocer por denrro a otra persona, es captar los signos que la afectan externamente y los significados que vive en su interior. Sólo un especial tipo d e atención, que en e l fondo es amor (tendencia unitiva), nos capacita para entender d interior d e ia otra persona. Ia comprensión entre amigos utiliza el hemisferio derecho, es dccir, el conocimiento holístico. E n cambio, los daros generales que identifican a ia o t a persona se captan por medio del hemisferio irquierdo. E sto explica por que la frialcad d e un científico o d e un hombre de negocios su d e interferir con el ambiente que propicia la compren­ sión típica entre amigos.

1 C f t. E l a A f c m n m : t í a n c 4 f * n s r

5. La EMKttÍA O ARTE DE COMPRENWR IM ESTRUCTURAS UfcL lVrf.R!.OCUTOR. La empatia consiste en ponerse en los zapatos d d otro. E l sujeto que puede emparizar con otrapeisona comprende n o sólo su mundo interior, sino también las estructuras; y categorías que le han servido para fabricar su propio mundo y así juzgar las situaciones y los acontecimientos de la vida. Para empalizar con otra persona se requiere penetrar en su interioridad v abstenerse, por e l m om ento, de utilizar los propios criterios y patrones. El que e m p a tia no juzga, simplemente se une. con la otra persona y le hace notar su acritud de comprensión. La empatia recibida de otra persona es uno d e los mejores caminos para empezar a comprender la propia si m acón, que en ocasiones se presentaoscura, indecisay tormentosa Saber empalizar con otra persona es saber darle un reflejo, es decir, una expresión d ata de lo que se manifiesta en su m undo interior y que. posiblemente, ha permanecido oscuro para ella misma. EJ que empaliza muestra un profundo respeto por la otra persona. Acepta su m odo de ser, sus criterios, sus pautas de conducta, mas no com o un acto de justificación, sino com o un acto de comprensión y de unión que reconoce el conjunto, las circunstancias, ¡as motivaciones y su enlace con las inexplicables consecuencias que está padeciend o. FJ que empariza comprende al otro, aunque 11O necesariamente se identifica con eí orro. Empalizar n o quiere decir cambiarios propios cri¡crios por los dei otro, E m p a lia significa respetar Jas diferencias y mostrar ese respeto con la nrme decisión d e no pretender un cambio en el orro al modo propio. El que empariza n o aconseja, n o manipula, n o argumenta a favor de los propios criterios; simplemente reconoce la situación, expresa lo que descubre, aclara las oscuridades del orroy deja que la naturaliza cumpla con su tendencia máxima que es el crecimiento, la expansión y ía maduració-n. F.mpatizar es comprender, pero
en ¡mnyi.

explicable q u e e í paciente busque im a mayor intimidad con d psicólogo que ha abido com prender s u m undo íntim o; sin embargo, para e l profesional sería ¿hitamente Imposible compartir su mundo personal con cada paciente. Éste puede dvir inconscientemente e l fenómeno dc la trasferenda positiva y negativa; pero el sicólogo debe -cuidar con suma atención d fenóm eno dc ia contra transferencia. 6. E la ü o t o . espacio em ocional hacía B .o tr o . Tener aferró significa que e l mundo :una persona se abre y se acerca ai m u ndo del otro, pero ya n o sólo en e l terreno de tcomprensión sino, sobre todo, en e l terreno emocional. To s dos mundos comparten icias y emociones. Este acercamiento afectuoso es uno d e los Olás ittiportantes tientes del amor, t i que siente aiecro por orra persona -SCcomporta de manera .'¡al COn eíía. Su mirada, su tono a i hablar, sus gestos y to d o su comportamiento .i<$!ran una actitud de acerca:niento y dc intimidad- F.l afecto y e¡ cariño podrán • como sinónimos; sin embargo, podriamosdisringáiriosCOroo dos grados diferentes amor: el cariño ser á ¡a expresión física d d afecro. I a caricia sincera supone la tistenda del afecto. Una em oción5 es la respuesta orgánica ante un ripo especial de percepción. El ;tO es la em oción que surge cuando una persona capia armonía y afinidad del otro •nd ía misma. -Lo normal en estos casos es abrir d propio m undo y acercarlo al otro. dos pereonas que se tienen afecto buscan c¡ acercamiento y ia «instalación dc su inidad ai ¡jarrarse las experiencias vividas con antelación. F.ntre los amigos es muy mt'm el afecto. A h o « podemos señalar un aspecto positivo y un peligro en la vivencia, d e ía intimidad :tiva. Lá.riqueza de este tipo de am or reside principalmente en la posibilidad d e xpandir e! propio mundo gracias a ia apertura de! orto. FJ hecho de compartir :ias y vivencias-dentrode un ambiente cálido, de afccro y cariño, produce uno : lo* electos m ás importantes en la vida de-una persona: d CFCCÍmieotOde Su propio ip o de conciencia. A sí se explica q u e un padre o un profesor que n o demuestra fecio bacía sus hijos o alumnos, respectivamente, su d e conseguir (en igualdad d e las >circunstancias), efectos pobres en d aprendizaje de sus allegados. La intimidad emocional es el estado normal de una persona en contacto con otras. D e no daree este tip o de amor, d sujeto se encuentra en situación crxiiaiix, es decir, muestra i actitud típica ante gente extraña; desconfianza, cerrazón, defensividad y, en n o pocos casos, agresividad. Q ue esto se repita a menudo en ia calle, puede ser explicable y hasta justificable, pero que esta situadón se repita en d .seno de una fám iiiaod c una comunidad, ya no tiene justificación. Las grandes personalidades saben cóm o cicar un ambiente d e cordialidad, afecto y confianza en c i m edio donde se cneucn wattPor otro fado, d peligro d c la intim idad afectiva é s e l apego exagerado y !a identificación con el otro, en un fenóm eno similar ai que se ha detectado en la unión simbiótica recientemente explicada. La csdavización o som etimiento excxrsivo a otra persona siempre será una actitud deficiente. * V c o c «n i ia .il, dc-

¿ gx c. < * ¡i 7

Ei enem igo número sino de la intim idad afectiva es c! resentimiento. Cuando una persona se siente ofendida por otra, ocsa d e abrir su propio m undo delante d e la otra y, p or consiguiente, deja d e mostrar las señales de! afecto. E n esos casos. Ja rdación se enfría y puede llegar al extremo d d corte radical. S i este fenóm eno se «la a m enudo entre cónyuges, d divorcio está en puerta. S i se da entre los miembros d e cualquier otra comunidad, se experimenta la sensación de disgusto, frustración, falca d e armonía y d e comprensión, ran propia d e las grandes urbes y de aquellos conglomerados carentes d e calor humano. I a gente prefiere sacrificar otras satisíácdones antes que seguir participando en esc tipo d e sociedades (oficinas, escuelas, iglesias, clubes, asociaciones, etc.), i .2 repcrición continua d e los mismos patrones, la falta de creatividad y de estím ulos, rambi¿n conrríbtiyen a la dism inución d e este tipo d e amor. Hn estos casos la persona suele cerrar su propio m undo y dejar d e mostrar afecto, y a n o por resentimiento, sino por sim ple aburrimiento. U n cambio Sensible en el trabajo, en los hábitos, en las diversiones, puede llegar a ser el remedio contra esta actitud tan sofocante en ciertos ambientes cotidianos. 7 . E l .O i R R J c o a s t r i a . i m p a r t i r CARICIAS a f e c t u o s a s . £ 1 cariño es u n grado mayor de afecto y su signo exrcrno es la caricia física. S i e l afecto es propio de la amistad, el cariño es propio de la amistad íntim a, com o la d e los miembros d e una familia. En la práctica, cariño y afccio van íntimamente mezclados (la distinción que aquí señalamos se debe a m otivos didácticos); sin embargo, no faltan personas que desean afirmar su permanencia en el nivel del simple afecto y no permiten e l paso al nivel d d cariño. En algunas estratos sociales s e cree que la caricia es uu exceso y una falta de respeto hacia algunos miembros d e aJto rango. También se cree que las caricias entre personas d e un mism o seno es sig n o o inicio d e hom osexualidad, ju stificada o injustificadamente, la caricia y el cari ño han sido relegados a un terreno en donde !a intim idad ya no es sospechosa. D esd e muy pequeños, los niños aprenden de sus padres ei trato- co n cariño. NaTuraimenrc, si esas muestras d e cariño n o s e dan entre io s cónyuges, ios hijos mosrrarán mayor dificultad para aprender este tipo d e amor. Entre ios miembros de un a familia es d m odo normal d e expresar su um ón, su afinidad, s u parentesco. Surge en forma espontánea éntrelos cónyuges y entre lo s hermanos, co n ellos m ism os y con sus padres. I a caricia es normal entre personas que se aman. Naturalmente, hay m uchos tipos y grados en las caricias. H ay personas que acarician con Su mirada y s u sonrisa; la caricia m ás com ún consiste en pasar la m ano por los hosnbros, lo s brazos y las manos d e la Otra persona. l a s caricias más Íntimas quedan reservadas para ias parejas que comparten rdacioncs sexuales. la s mamás acarician a su s bebés normalmente. I a caricia es una necesidad de primer orden para cualquier bebé. En losSiospicios donde (por el abrumador número d e niñ os, por ignorancia o ineptitud) io s niños carecen de caricias, la mortandad sube

en porcentajes desmesurados. La investigación científica ha demosrrado que la falta d e caricias «s una de las principalescausas de estos índices de m om iidad tan exagerados. En ¡OS adultos esta necesidad se manifiesta com o una tendencia a la compañía v un miedo a la soledad. Ei adulto que no tiene contacto co n nadie muestra una dism inución considerable en sus facultades y rendimientos. El aislamiento completo duran re una temporada e s el castigo más tem ido entre ios prisioneros, l o d o esto nos muestra una característica humana: d hombre e s sociable por naturaleza, normalmente requiere )a compañía, el cariño, la caricia, la unión con sus congéneres. Son ramosas las conclusiones de Spitz acerca del hospitalism o, enfermedad propia de los nifios que viven en un h o sp id o y que carecer, de las caricias afectuosas que las madres su d en proporcionar a sus hijos. Cuando un bebe n o tiene este tipo de caridas, su probabilidad de muerte prematura se agiganta notoriamente. 8. E l enamoramiento o idealización d ¡i ser amado. U n s é t im o nivel en esta descripción de los diferentes tipos d e amor corresponde al enamoramiento. Consiste en una proyección inconsciente de cualidades superiores en la persona del ser amado y, por ramo, la multiplicación ilusoria de los beneficios d e ios demás niveles d d amor. El enamorado es e. único que n o se da cuenta d e sus exageraciones en la manera como consideraal ser amado. Suele ofenderse cia n d o un amigo le sugiereque revisey constate esas cualidades que lo embdeoon. Es ci contrario ¿i Quijvlc Mu c ve gigantes cuando sólo hay- m olinos d e viento. El enamorado ve la excelencia y d brillo de superabundantes cualidades en d ser amado. Es necesario que pase algún tiem po para que el enamorado caiga en la cuerna d e sus exageraciones. Su caída su d e ser tan estrepitosa como ia del Q uijote al foliar e i ataque contra lo s m olinos d e viento. Ei aspecto más conocido dd enamoramiento es d romanticismo: una especie d e nube color de rosa envuelve !as fantasías, los recuerdos, las proyectos y las acciones d d enamorado. Orto elemento com ún en este tipo d e amor es la obsesión: d enamorado emplea demasiado tiempo rumiando todo lo referenre al ser amado. C on todo, la vivencia d d enamoramiento es una d e las experiendas más agradables que tiene d ser humano. El enamorado n o puede ocultar su alegría ante ci supuesto tesoro que está cultivando. Su motivación, su energía, su actividad, su trato co n las demás personas. Su entusiasmo y, en general, toda su conducta sube d e nivel en forma abie. Muchas bodas su d en acordarse y celebrarse bajo d embrujo de un enamoramiento La pareja enamorada sonríe y proyecta su futuro enm edio d e la embriaguez d e una ilusión que se ignora com o ral. Pareciera que d sum um d e la felicidad reside eu esta vivencia tan llena d e alegría, actividad y buenos deseos. El enamoramiento puede estar mezclado con otros tipos de amor com o la simbiosis, interés, la amistad, ¡a intimidad afectiva y también ¡os otros niveles q u e aún no íem os explicado, com o e l am or sexual, e l am or d e voluntad y d compromiso. Ahora '•en. vivir enamorado es vivir en la ilusión. E n la medida en que d enamoramiento se jroxime a ia rfaíidad será positivo y recomendable, puesto que constituye una

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DirBODUCaONAIAÉTlCA

m o tiv a ció n llen a d e alegría y energía para afrontar las vicisitudes d e la vid a. E n la m ed id a c u q ue el en am oram ien to s e aleje d e ía realidad, exagerando y d istorsion an do ias cualidades d d ser am ad o, e s peligroso y a ú n nefasto, p uesto q u e paraiiza la actividad d e i enam orado o lo in d u ce a en soñacion es absurdas. D e O rtega y G asset os un en sa yo ¿rulado: S ob re e l a m or, e n d o n d e e l a m o r y el en am oram ien to tien en características op uestas, pues e n ta n to q u e e l am or e s generoso y altruista, e l en am oram ien to e s egoísta y m anipulador. D esde m i p u n to d e v is ta , el en am oram ien to 1 1 0 s e o p o n e a l amor, sin o q ue e s u n tipo prim igenio d e am or y cum ple la s características d el am or, a saber: la Tendencia unitiva. S ó lo q ue e i en am oram ien to e s u n a m or p osesivo, ce lo so y centríp eto, m ientras q u e los n iveles superiores d el a m or s o n altruistas, gen erosos, d onad ores y centrífugos. 9. Ei.A M O K S fc X U A L . l a c O M U n O O ó n í í t f n M A p w ia i > a r f j ¿ . En el ser h u m an o la relación sexu al p uede adquirir un tr isfo n d o o coloración extrem adam ente variada, d esd e la m ás v il m anipulación h asta el am or m ás su b lim e. C ada u n o d e ios niveles d e am or p u e d e n estar ad osad os O integrados co n la relación sexual. l.a s com b in aciones q ue pueden resultar s o n innum erables. F.: enam oram ien to. ju n to co n el afecto, las caricias y ia am istad es, p osib lem en te, el crasíondo m ás im p ortan te d e la relación sexual; co n esto s e justifica eí n om b re d e “hacer el amor". F.n esras co n d icio n es, la satisfacción y la felicidad q ue se producé e n am b os m iem bros d e la pareja propicia u n o d e los m om entos d e m áxim a realización q ue p u ed e experim entar u n a persona. N o s e trata, p ues, del p uro placer físic o y b io ló g ico , s in o d e la vivencia d e u n id ad y d e p len itu d entre dosseres hum anos. E n el extrem o opuesto a 1a vivencia d ei am or sexual p odem os detectar la prostitución, abierta o disim ulada. E l a cto sexu al s e Utiliza en ton ces c o m o u n m ed io para conseguir otros beneficios, generalm ente d e orden placenrero para el varón y d e orden econ ó m ico para la mujer. En estos casos, el am or brilla por su ausencia, aun cuando n o sea im posible la m c7cla co n algu n os d e ios n iveles d e a m o r q u e h em o s estudiado. F.I caso d e los '‘amantes" es o tra situ a ció n peculiar. F.n la base en con tram os una sarisfacción d e orden sexu al ju n to c o n otros elem en to s, c o m o sim b iosis, se n tid o d e p ropiedad, am istad, en am oram ien to y ayuda e » varios niveles. El h ech o d e q u e esta relación su e le darse co n in term iten cias, d en tro d e u n con texto d e visita, y n o d e un trato perm anente, otorga a los am antes ciertas ventajas y cierras deficiencias, l a principal venraja es q ue durante la visita só lo se revelan lo s a s p e a o s p ositivos d e ía personalidad d e a m b os. A l m en os, e s io q u e in ten tan . N o e s raro el caso en q ue los am antes só lo pueden m antener la relación c o m o tales, n o c o m o cón yu ges. E n cu an to s e casar., se destruye la arm onía q ue existía cu a n d o eran am antes. Por orro lad o, la deficiencia más im p ortan te reside e n la precariedad d é la relación. E sta fragilidad está sujeta a rodos lo s vaivenes d e l tem p eram en to y d e las situ acion es espinosas q ue vive tod a persona. S in em bargo, para algunas parejas esta fragilidad, esta ausencia d e u n con trato escrito, e s precisam ente la base d e s u estabilidad, pues en ella s e finca un se n tid o d e búsqueda.

LOSXT.’EIÍS DELAMOR

cuidado y conquista perm anente, q u e su d e n ser dem em o s descuidados e n los cónyuges q u e se confían e n la segundad d c u n d o cum ento escrito. U n a d c las coloraciones m is im portantes q u e puede to m a r el a m o r sexual CS la v oluntad d c com prom iso {ver más adelante el nivel diez). Ésta es la rafa d c la estabilidad d c u n a pareja, exista o no exista u n contrato matrimonia! deianre d c testigos. E s una lástim a q u e la celebración del m atrim onio, civil o religioso, consrinya u n pretexto para u n ascricdcdcridcn d aseilla vida d e algunas parejas. Lo posirivodcl contra to matrimonial reside, principalm ente, en d apoyo y la seguridad q u e se otorga a la pareja y a la familia contra las flticruaciones del estado de ánim o y las circunstancias críticas q u e sueie atravesar to d a persona en evolución. Peió lo negativo consiste en u n cierro sentido d e propiedad que s u d e adoptar un cónyuge con respecto al otro y viceversa, I-sta es una vanante d e los dos prim eros nivele; dc am o r q u e hem os estudiado en este capítulo. L 'na c e las m ás negativas coloraciones q u e puede ro m ar la actividad! sexual es la dc vergüenza. M uchas personas sienten u n inexplicable sonrojo cada v ® q u e se m enciona u n órgano sexual o una p ren d a ín tim a femenina. S in cxpl ¡citarlo siq u iera, la sensación q u e experim entan cu an d o se avecina u n acto sexua! es dc tem or, vergüenza y' culpa. La educación Tradicional Suele inculcar a l n iñ o y a la niña u n sentido d c m a ld a d v dc culpa. E s d c mala educación h ab lar de sexo en una reunión familiar, los órganos sexuales y las prendas íntim as deben perm anecer ocultas, ere. Estos y o íro s m u c h o s tabúes sexuales consiguen que e l Super Yo d c algunos individuas s e m u estre m uy severo y p rohibitivo e n todo ¡o referente a ia actividad sexual. M u ch o s casos d e frigidez y dc im p o te n d a sexual pueden explicarse en fu n d ó n d c estas prohibiciones g u c actúan desde el inconsciente. Sobra d ecir que es m uy recom endable la liberación d c esos tabúes sin tener q u e caer e n e! extrem o opuesto. I a actividad sexual puede realizarse d en tro de un am biente d e serenidad y dc unidad plena. El acto d e “hacer e l a m o r ’ en estas circunstancias es, posiblemente, una dc ias más gratas experiencias de trascendencia y de éxtasis que puede vivir u n a p e rso n a E! ambienre d e afinidad, com prensión, donación y com penetración que e n cieñas ocasiones se da co m o rrasfondo del acto sexual, es io q u e otorga a éste ¡a calidad d e a m o r sublim e y dc u n ió n picoa, q u e m ultiplica fuertem ente ci ya d c p o t s í en o rm e piacer p ro p io d e ia actividad sexual/ 10. E l AMOR DELA VOLUNTAD O QUERER k: kíkn DfcL OTRO. E stam os describiendo a h o ra d nivel clásico del amor. Los latinos io definían así; VeUcbamum alicui: quererel bien fíe alguien. L a v o lu n tad es la facultad h u m an a encargada d e realizar este tip o de am or. C u an d o u n a persona ejecuta voluntariam ente una serie d e actos p a ra beneficiar y hacer feliz a l ser am ado, a pesar de las dificultades q u e X encuentran y a pesar dc ias difciendas y desavenendas norm ales d e ia vida, entonces podem os asegurar q u e se tra ta d e un nivel profundo de am or, q u e aq u í estamos jerarquizando co m o n iv d nueve. É s te es el tipo d e a m o r q u e encierra el mayor m érito, p u e sto que se tra ta d c actos 4V e n e e n

p a r r e . É á c / id d s ie x u iiiA u lj n 'y u / r i m * * .

ilc « i n - m & io .

hum anos en e l pleno sencido de la palabra, es decir, libres, con pleno conocim iento y voluntad. En cambio, el enamoramiento, por ejemplo, no riene ningún mérito, puesto q u e « completamente involuntario. El amor de la voluntad depende cid propio sujeto que !o cj«cc; n o depende de la persona amaüa. Las cualidades del sujeco son las que originan esie cipo d e amor; se traía d e uua donación de sí m ism o, m as n o en razón d e lo s méritos o bondades de la otra persona, sino con base en ia riqueza inrema del sujeto actuante. Es pues, una donación voluntaria. É l sujeto ha decidido beneficiar al ser amado, y por tanto, su conducta mantiene esa orientación en forma consistente. N o importa que la persona amada no SCmerezca esa donación y eso s beneficios. N o importa que la persona amada mantenga un nivel d e inferioridad (real o aparen re) con respecto al sujeto amante. D e rodas maneras, e l amante ha decidido hacer fd iz al ser amado. Ésta es la manera com o D io s anta a sus criaturas. Sim plem ente les otorga la vida, ia merezcan o no. Éste es el m odo más adecuado d d amor d e los padres hacia sus hijos, se com porten bien o no. FJ autor d e la voluntad es m uy diferente a u n premio- N o tiene nada que ver con el condicionamiento operante o con d rcfoiTamiento positivod e !a conducta según Skinner El amor d e la voluntad es incondicional. Se otorga simplemente porque se quiere otorgar, 110 en atención a una condición previa o algún comportamiento mericorio del ser amado.

Además, c! am or de la voluntad aquí dcscriio es d c s h t« « a d o . N o pide nada a cam bio; no pide reconocimiento, gratitud o ser correspondido. Simplemente se da porque se quiere dar, cualquiera q u e sea d resultado. Aliora bien, una persona que a m a d e esta m anera sabe q u e norm alm en te SC produce e l fe n ó m en o d e la COiresponder.cia y por tanto, obriene dicho bcnd icio sin quererlo directamente. Pero e n e l caso d e que no surja cal correspondencia, e l sujeto amante sigue amando d e la mism a manera. La felicidad d d amante no consiste en ser Correspondido, sino en realizarse por m edio d d am or que ocorga al ser amado. É l amor d e la volun cad. igual que rodos los demás niveles, puede acó mpañarse con algun o d e ellos o puede realizarse com pletam ente solo. É n este últim o caso se experimenta un amor seco, ausrero, pero eficaz v feliz. N o faltan ocasiones en las que se ejerce d amor de la voluntad crsmcdio de circunstancias completam ente adversas, co m o incomprensiones, ingratitudes, malos entendidos y absoluta ignorancia de su valor interno. Lo más com ún es encontrar d am or d e !a voluntad uliido co n la amistad y el afecto. É n ocasiones cambien se ur.e al enamoramiento y ai amor sexual. V cambien podría aunarse con la simbiosis y el acto d e -querer, só lo que ahora co n una clara tendencia a la supresión de ios celos y la manipulación. También, por supuesto, puede unirse con los niveles superiores de amor que describiremos más adelante. A partir d e este nivel nueve penetramos en los estratos superiores d e la realización amorosa del ser humano. l o s ocho prim eros niveles W n casi mecánicos. Poco mérito h a y en ellos; se dan casi sin la iniciativa del sujeto. D e pronto se instala el

r a m i e n t o , e l a re c r o o la .s im b io s is e n una p e r s o n a , y s ó lo d e s p u é s d e a lg ú n : n p o lo s s u je t o s e m p i e z a n a f o m e n t a d o o a ¡ u c h a i p o r s u p r i m i r l o . E n c a m b i o , el n iv e l n u e v e d e l a m o r e s u n a c t o q u e SC CjCOiia Cll f o r m a c o n s c ie n te , se e je r c e lib r e m e n te

se r e a liz a d e m a n e r a v o lu n ta r ia . D e a c u e r d o c o n io s p s ic ó lo g o s 5 C¡ a m o r d e l a v o l u n ta d e s u n a v i v e n c i a d if íc il d e n d e r . A l rev é s d e l o q u e c r e e la g e n te , e s te n i v e l d e a u t é n t i c o a m o r n o e s u n a •e n c ia fé c il, s i n o q u e r e q u i e r e c o n s ta n c ia y l a a p li c a c i ó n d e v a ria s v i r t u d e s d e o r d e n ra l.

11. El. C O M P R O M IS O a m o h o s o . El compromiso amoroso supone un acto d e voluntad unión permanente y csiablc. Es e l nivel propio de un m atrim onio y constituye el tipo de amor m is plenamente hum ano dentro de ¡as costumbres sociales d e todos ios tiempos. fJ contrato matrimonial sólo pretende ser una expresión d e este compromiso d e nivel interno. Cuando se da el contrato sin el compromiso inrerno, la ruptura puede esperarse en un pla?o no m uy lejano. La estabilidad d d compromiso amoroso permite !a fundación d e un hogar, ia creación d e una Em ilia y una sana educación d e los hijos. En una palabra, el compromiso amoroso es la base d e ia institución matrimonial. Las dificultades que normalmente encuentra una pareja a lo largo d e la vida tienden m inar su com prom iso am oroso. Los problem as e co n ó m ico s, d o salud, de *ipa tibiüdad d e caracreres, d e criterios educacionales, y m uchos otros, pueden llegar nsriruir un reto permanenteen la consolidación y la perseverancia d e un matrimonio. O S estos problemas son un arma d e d o b le filo. La pareja puede resolverlos «adám ente, y con d io conseguir un n iv d superior en su proceso d e maduración, o ;cn, puede dar al traste con e l compromiso inicial y llegar a la ruptura en cualquiera sos formas: separación, divorcio, pacto d e encubrimiento delante de la sociedad, xtera. Aquí debem os subrayar, una vez más. que ci compromiso amoroso es un acto de ía o ta d , y que no requiere necesariamente otros niveles d e amor. C on ellos, c! ""rem iso se dulcifica y se humaniza, pero sin ellos, e l compromiso puede cumplir i su misión de fundamento de la unión matrimonial. Cuando un matrimonio madura envejece lo normal es encontrar un tipo de amor muy diferente al que inició la eja. Lo m is probable es que ya n o exista la ternura, el romanticismo, las caricias y ímpetus sexuales del principio: sin embargo, la consolidación se ha logrado en ~ ó n d e una amistad, un afccro, una comprensión yr sobre todo, una voluntad que da seguridad y ánimo a rodos los miembros d e h familia. D e acuerdo con Gabriel Maree!, e l com prom iso representa un a d e ias más —>rtantes y maduras experiencias humanas. Su condición de posibilidad es d ingreso terreno del misterio, es dedr. al terreno de! conocim iento holístico. Los psicóiogos la corriente humanista también proponen e! com prom iso com o un signo de *06. K-rfl ¡roma; Edríetremer

m a d u ració n h u m a n a . J a evasión d d c o m p ro m is o e n cierto s adolescentes e s u n a m u e stra d a t a d e s u falta d e m a d u rez. 12. E l a m o rU N iv k rsa i. i ) ) - ivrFGKAc.iKta. FJ a m o r u niversal e s d q u e s e e x p e rim e n ta c u a n d o la p e rs o n a e s tá e n e s ta d o d e p le n o re la ja m ie n to y p e rc ib e la u n id a d d e r o d o el g én e ro h u m a n o y d e l u n iv e rso e n te r o . Ta p ráctica d e In m c d irad A n e n fo rm a sistem ática c o n d u c e a la p e t» o n a a u n a esp ecial v is ió n d d m u n d o q u e c o n s is te e n p e r d b i r la u n id a d d e to d a s la s cosas a u n c u a n d o s e c o n s e rv a n las diferencias individuales. Para c o m p re n d e r e s ta p arad o ja p ro p o n en la a n a lo g ía d d o c i a n o y s u s olas: ca d a i n d iv id u o es c o m o u n a o la ; p e ro e n d fo n d o to d o e s o c é a n o , h a y u n a u n id a d q u e e n v u e lv e to d a s las o la$ s in q u e s e e lim in e la e x iste n c ia d e ca d a o la . c o n s u p re c a rie d a d , s u F m iiu d y su fu g acid ad características.

Percibir la unidad d d universo en estado d e relajamiento mental es suficiente para experimentar d amor d e integración. Es la sensación d e bienestar, d e placidez y de máxima nuiización, que en ocasiones llega si cxlasis. Q uien iia expandido su propia conciencia hasta e l grado d e percibir ia unidad del universo n o puede menos que experimentar una inmensa fdiddad, la del que se sabe en total participación y armonía coa d Ser Ataoluto. Su Yo individual lw quedado prácticamente borrado, lo que cw eigc con toda su grandeza es la plenitud del S e t Su conciencia adquiere proporciones inmensas, y la « n o c ió n concom itante es similar a la del que acaba d e recibir la noticia de que ha ganado todos lo s tesoros del universo. Las vivencias narradas por los mediiadorcs sistemáticos convencen a cualquiera acerca de sus propia experiencia. (Véanse autores com o Suzuki, Watts. Kapleau, Sai Baba.) La prueba m is & dl y contundente d e su veraddad reside en su misma conducta, llena de un pro fluido sentido d e colaboración, ayuda, solidaridad y amor al ser humane*. Esta experiencia todavía n o tiene que ver con la religión. Se obtiene en un plano netamente natural, com o dirían los teólogos católicos. Pero puede considerarse como una preparación inmediata a ia experiencia d e caridad, que es un don sobrenatural de Dios. Los iluminados son las personas que logran mantener esta percepción conjunta de la unidad y la diversidad en el universo, fcn ia vida ordinaria del mayor porcentaje de la gente lo ú n ico que se perdbe es la diversidad (e in d u so la oposición). Durante la meditación logra captarse la unidad. Pero só lo e¿ ilum inado es capaz d e salir d e la mediradón y mantener b visión de la unidad al mismo tiempo que trata co n la diversidad d e cosas y personas. Su actitud frente a ellas es claramente diferente: considera todas las cosas y rodas las personas com o elem entos integrados consigo m ism o, com o pcrtencdcntcs a una mism a fam ilia. Q uien riene ia vivencia d d amor universa! se olvida d e toda rencilla, jamás admite d resentimiento en sí mismo, nunca se da por ofend ido, n o reprocha nada a nadie, man riene vivo d senrido d e solidaridad y ia tendencia a ia colaboración y al trabajo en equipo. F.s amable y sonriente. La actitud solipsm a. egoísta o egocéntrica está toralmenre descartada de su mentalidad. D a la impresión d e que no se esfuerza por el

cambio d c su s allegados en pro dc un nivel superior. Repite a menudo que “a cada persona ic llega su propio tiempo y oportunidad". C on respecto a ¡a lucha p o r el cambio y la mejoría espiritual dc ios demás, no deja dc extrañar la actitud u n tanto pasiva que su d en mostrar estas personas iluminadas. Y es que su trabajo CU pro de una mejoría universal ya n o tiene el tinte indiv idualista o egoísta que manifiesta la gente en general cuando lucha por la consecución d e un objetivo. Esta ludia suele ser manipuladora, autoritaria y, en no pocos casos, arbitraria, celosa, agresiva y Oreme de honradez y Ge respeto had a lo s mismos prójimos a quienes se pretende mejorar. La lucha de las Cruzadas en la Edad Media e in ejemplo típico en el cam po religioso. El iluminado, en cambio, deja esas posturas originadas en e l ego y actúa más bien com o un catalizador cuya Sola presencia, pasiva y arrable, fomenta el cambio y es. al mismo tiempo, el ejemplo viviente de lo que se pretende lograr en esc intento d c mejoría. Conviene asomarse a lo s textos de los autores ligados a la c u h u u oriental. Estos autores adam an el amor universal com o un signo claro d c maduración humana. Consúltense ¡as obras d e Alan Watts, Philip Kapieau y D . T. Suzuki. 13. La CARidad o Agape. Estarna; en el nivd máximo dc la vivencia amorosa. La caridad consiste en la rrasmisión del mismo amor de D ios. La persona que a toa con caridad es la que recibe d amor de D io s y lo comunica a m» prójimos I .•>po«oi>a caritativa vive el papel d e canal, es un instrumento dc D ios, trasmite el amory ia acritud bíiiéfica universal. La mejor descripción d c este amor es la que proporciona S. Pablo en la Primera Carra a las Corintios, iextualmcntc dice cu eí capítulo 13 : " la caridad es padenre, ís servida!, n o es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decornsa; n o busca su interés: n o se irrita, u o toma en cuenta ei mal; n o se alegra d e la injusticia; se alegra con ¡a verdad. Todo lo excusa, rodo lo cree, todo lo espera, rodo lo seporta". Se rrara, pues, d c una virtud en su m áxim o nivel. Conviene advertir que esta actitud surge espontáneamente dc pane de la persona que ha recibido ese sopio especial que es la caridad d c D ios. F.n cambió , una persona que artificialmente y por su cuenta pretenda realizar esa acritud, inmediatamente muestra lo falso d e su conducta, com o una máscara o fechada. R coxíídcse el caso típico del sujero que dona una fortuna a una obra de beneficencia, pero co n la condición dc que ■su nombre aparezca en un sirio visible d e esc local. F.l sujeto que vive este tipo dc amor tiene la dara conciencia de que tan só lo es un canal o instrumento dc D ios. Jamás piensa que se rrara d e méritos personales o d c un producto d e su habilidad, l a jactancia o la soberbia ecrán totalmente apartadas d c su mente. Prepararse para recibir este don especia! d c D ios n o es una labor fácil, pero tam poco imposible. Esrá ai alcance de todos. Requiere una cierta humildad, una actitud d e íc y d e esperanza, !a m ism a actitud d c quien está derto de que sus acruales virtudes y cualidades son ci resultado d e un don recibido de D.‘ » . El terna de !a caridad es ampliamente tratado por ios filósofos y teólogos católicos, m últese Karl Rahner. Jacqucs Maritain, Bcrnhard Háriiig.

14. C omk.via *k >>c;u »A U 5. H em os explicado doce n¿vdcs de amor. Ello» marcan e l avance y la maduración d d individuo en cuanto ser humano. Efectivamente. la» do* cualidades centrales de la persona residen en su capacidad de crecer, tanto en Junción d d conocim iento c o m o en función de la voluntad. Lo» diferentes niveles de am or aquí descritos dependen d e esas dos facultades humanas. A m edida que crece nuesrra caiidad d e conocim iento y nuestra tendencia unitiva (que en un m om ento dado se llama voluntad), crece también nuesrra calidad com o ser humano. Veamos algunas aclaraciones globales acerca d e esros doce niveles. 1. E lcriu ru tgeneralpara distinguir y ordenar estos doce niveles o la dificultad para realizarlos. I/vc nirtos pequeños n o pueden realizar la unión sexual, y tam poco pueden comprometerse. A medida que crece un individuo,sus foculodes maduran sufiGcntcmenrc para realizar los niveles de am or q u e hem os colocado c a d final de la lista. 2 . D ado q::e esta m a d u ra se consigue paulatina y gradualmente, el orden aquí propuesto es en c ie n o m odo un orden cronológico. A medida que crece internamente una persona, ricnc más fácil acceso a lo s niveles superiores. 3 . N o es indispensable pisar por un nivel determinado para realizar el jiguicncc. En muchas o ca sio n o el nivel doce se da en una persona un que ¡xqu pasada por d nivel d d amor sexual o d d enamoramiento. 4 . Es factible que se dé un proceso d e regresión e n la madurez d e una persona. Es decir, aun cia n d o en un tiempo logra un amor d e tipo superior (amor d e voluntad, de compromiso, d e integración y ágape), debido a una crisis o a un ambiente perturbador, esa persona puede dejar de practicarlos y confinarse en niveles intaiores. 5 . 1AS doce niv ele» están ordenados porpa rtí. Cada n iv d pir es una oprimación dd nivd non anterior. A sí por ejemplo, la empatia es la comprensión mejorada; d com prom iso es e l amor d e voluntad mejorado; d am or sexual es la culminación d d enamoramiento; el cariño es una oprim adón del sim ple afecto; la caridad es la ailm m ación d d am or universal d e ir.regración. í». El fenómeno humano dei amor es m uy complejo; si analizamos el m odo com o ama una persona en un mom enro determinado, podem os detectar la c o n tie n d a de vario* nivele* en forma simultánea. Por esta razón, lo s nivd es aquí descritos también pueden considerarse com o ingredientes o aspecto» d d amor. 7. El valor moral d d amor aumenta a medida q u e se avanza en « t o s nivdes. Evidentemente, d grado en que funciona la inteligencia y la voluntad y , por tanto, la libertad, es d termómetro d d nivd axioiógico que en u n caso particular liega a sm tratar la práctica d d amor.

Capítulo X V III EL P R O B L E M A D E L M A L Ij existencia
M ucha gente sufre estas deficiencias que hem os detectado co n el nombre d c mal. Algunas personas llegan a considerar que el m undo es un valle d e lágrimas. Hay autores, com o Schopcnhaucr, que sostienen la intrínseca necesidad d c la existencia del m al. En Luctanira, Filosofía y Teología, la posición trágica d c la vida señala el mal com o un a lacia que acecha a! hombre y que es im posible cancelar­ l a existencia del mal ha provocado una actitud dé «cándalo en no pocos individuos. D e acuerdo con ellos, d mal que se constata e n cada m om ento es una pnieba d e lo absurdo d e la existencia humana. E l hom bre es una pasión inú til, aseveran los existencialistas por boca de Jcan Paul Sartie. La existencia es un absurdo, sostiene Alberi Camus. Según este autor, el único verdadero problema dei ser hum ano es el Suicidio; 0 en orros rérm inos: ¿vale la pena vivir cata vida é;¡ ¡ai condiciones tari absurdas e n las que se nos da? Ti! pesimismo, e! resentimiento, la ironía, e l sarcasmo, el humor negro, constituyen la tónica dc la gente contagiada por esa perspectiva negativa acerca de los valores adosados al ser humano. 2 . L a postura í>p. i a FnosoríA a r i s t o t é l i c o t o m i s t a . D e acuerdo co n la postura aristotetica-tomista: E l n u il e> la privación d e u n bien . Cx>n este término se señala un hueco, es decir e l lugar q u e deberá ocupar un bien que en ese mom ento n o seda. A l no existir dicho bien, decim os que se da un mal, y s e detecta com o un falcante dentro de ia esencia o So que debe a o s m un ente. Por ejemplo, una calificación escolar (sicic, por ejemplo) es mala por l o qué no tien e, por io q u e le taita para el diez, n o por lo que tiene, que es posidvo y representa lo aprendido. Para hablar d c un m ai es necesario referirse, en primer lugar, a un ente que positivamente cxiscc y en el cual se dectecta un fakance. El mal en s í, a secaa, n o se da, D c acuerdo co n esto, <2mai n o tkne una consistencia independiente dc! bien, sólo se entiende en función dél bien. Esto significa que, en el fondo, el mal no tiene existencia propia, o mejor dicho, el males un término que sirve pa ra referírse a un -altante, a algo que dc hecho no se da, pero uue por alguna BOÓQ dcbcr/a existir. O iando existe un objeto qué tiene noventa cualidades y debería tener den. decimos enronces que d mai está en esasdiez cualidades que hacen falca. Por eso, con toda razón, se puede decir que d mal no existe, lo que existe son objetos co n alguna defiáencia CU SU S cualidades positivas. Su mal cscá en lo que no ricncn, en !o que les hace falta, pero que deberla existir. A sí pues, d mal en cuanto tal no existe. Existen objetos e individuos malos, pero el mal com o sustantivo, como esencia independiente, com o esenda sustancial, n o existe, La palabra "privación” usada er. sentido estricto nos da ia esencia, del mal. Privación, en sencido csrricro (pritúao, en !arín¡ expresa algo que debería existir, pero que no existe Así pues, el mal se define com o la privación de un bien. Fji contraposición, la palabra negación Cfi latín), usada ¿n senddfi «tTCtO, sólo quiete dedr que no se da algo. A sí p u o , el «xirvcepto dc privadón añade un demento al concepto d c negación, a sabet la necesidad de existirpor pane dd demento altante. Ibresj dedmos que si un árbol n o nene vista, allí sólo constatamos una .ampie n«p dón; perosi un niño no tienevista, allíconstatamos unaverdadera privación, un mal, algo que no existe pero que debería existir. Cion esto podemosinsistirque, en d fondo, no hay valores negativos, sólo

hay valores positivos, y cuando hablamos de valores negativos, lo que queremos dar ¿ entender es ia privación del correspondiente valor positivo. Asi pues, ¡a fealdad es una privación d d -valor belleza; la pobreza es la privación dd valor riqueza; ¡a falsedad es la privación dd valor verdad. 3- La POSmvirMD i>:i s e r . Una d e las prindpdcs enseñanzas d e ia metafísica tomista es la positividad. la bondad del ser. Ésta es la teoriad e los nascendcn-nksdd ser,Todo cuanto existe, por d hecho d e paitiápar del ser, y en ia medida en que participa d e él, es positivo, es bueno. S¡ algo es malo de suyo, es que no existe. N o existe io negativo, o mejor dicho, d no ser no exisre. Por raneo, ÍOque llamamos malo es tan sólo una privación de uu bien, es decir, io que 1c falta a un a lte bueno para ser plenamente bueno, confórme a su esencia. M uchos ejemplos pueden ilustrar la postura clásica que liem os señalado acerca de la inexistenda d d mal en cuanto tal. Primf.ro. P.í más claro d e todos es el caso d e la energía térmica que guardan los objetos marerialcs. U na cusa tiene más o m enos energía térmica. Cuando tiene más energía d e la q u e habitualmentc constatamos, decimos que está caliente. Cuando dene menos, decim os que está frío. Sería un error pretender que existe d frío co n existencia independiente, pn todo caso, lo que existe es la energía térmica en mayor o m enor grado. Así es que, aunque parezca extraño, ei frío n o existe, y esto n o Ci incompatible con el hccho d e que haya personas que se mueren d e frío. $F£ü>:rx). Tí> ¡11 ismo sucede co n la luz y la oscuridad. Tt> que de hecho existe ( y no es necesario convenirse en investigador científico para sosrener esta verdad}, es la energía que captam os to m o luz. E l fenóm en o catalogado com o oscuridad es simplemente la ausencia de dicha energía. N o exisrc la oscuridad en cuanto tal. no existen las tinid>las <-i>cuanto tal (y m ucho m en osd diablo que acedía en las tinieblas). Tf.RCF.RO. Alexis Carrell, en su fam oso libro Ij i inafgniia d e l hombre, insistió y demostró que la enfermedad como tal n o existe, lo q u e existe sotl enfermos que sufren algún padecimiento que luego ¡a m ente cataloga dentro d e un up o d e enfermedad. Cada paciente sufre la enfermedad con su s propias características. A si pues, d cáncer com o ral no existe,sólo hay cancerosos y cada u n o lo padece de una manera muy diferente. A la mciue se l e facilita d tratamiento dei cáncer por medio d e un concepto universa;. Sin embargo, esa generalización padece d e un grave error, la d e que u o se consideran las características individuales d e cada enfermo. P.I mal, a pisar del uso cotidiano, es un calificativo, n o un sustantivo. (El mal es un accidente, n o una sustancia, aclaran los filósofos escolásticos.) C u a r t o . La muerte en cuanto tal n o existe. C om o ha quedado aclarado, s ó lo se niega ¡a existencia rea! de la esencia pura d e la muerte. N o existe la muerte en forma de esqueleto rondando por las camas d e los enfermos. N o existe ia muerte con su cuadaña acechando en los campos d e guerra. N o existe la muerte com o espíritu gélido cuyo paso perciben las personas atemorizadas por e l fallecimiento de un amigo. A pesar de b ilustrativo y lo llamativo d e la imagen d e la muerte, no tiene existencia real. Lo que existe es el organism o muerro. d cuerpo que ya no tiene vida. La vida es el elemento

positivo que hay, y cuando ésta ya n o se da, entonces hablamos d e muerte. N o hay una supuesta lucha entre la vida y la muerte. Lo que n o existe n o puede luchar. 4 . D i f e r e n t e s e s c a l a s p a r a r e f e r i r s e a l m a l D c acuerdo co n las cuatro escalas q u e hem os detectado en nuestro tem a axiológico, p o d em o s obtener algunas conclusiones al acercamos al problema dc! mal. La primera escala, ía bipolaridad exclusiva, nos proporciona una visión del mal sumamente pesimista. Lo que n o es bueno c; malo definitivamente. Y co m o no hay muchas cosas buenas... el hom bre con esta escala entra en angustia con mucha facilidad. Esto es precisamente io que se observa en auteres co m o Schopcnhaucr. Sartrc, Camus, U nam uno y toda una serie dc personas pesimistas, catastrofistas c hipocondriacos con respecto a la vida en general. E l sistema bipolar para designar y tratar e! mal, co m o su nombre lo indica, consiste en utilizar un par de categorías para señalar (y colocar en un piano d e cierta igualdad), tan to al e n te real c o m o a su correspondiente o p u esto . A sí es c o m o estam os acostumbrados a hablar del bien y d mal, ci caior y e l frío, la iii7. y la oscuridad, la belleza y la fealdad, la salud y la enfermedad, la vida y ia muerte. C on este sistema bipolar la gente da por ¡upuesto que cada uno d c los d os polos riene existencia aparte, independiente, co m o si fueran azúcar y sal, dos clases d c entes con naturaleza de signo contrarío. Veremos que el uso d c este sistema categOrial induce necesariamente a un error, a una disrorsión, y por ramo, a una apreciación inadecuada d e la realidad, con la consiguiente generación dc angusiia y terror. Q u e d Quijote haya visto gigantes en lugar d c m olinos es poca cosa, en comparación co n nuestra visión del m al co m o algo con existencia independiente. “Cada uno crea su s propios fantasmas y muere a m ano d c ellos”, aseveran lo s orientales. La muerte ha sido personificada. Su figura esquelética causa esiragos entre ios niños y entre las adultos. F.I diablo, personificación d d enemigo de D ios, lia motivado innumerablescKOsdctcrrorydcangusria. Fs inútil que un gran médico contemporáneo (com o es el caso d c Alexis C a n d i, ya citado anieriormcme) haya sostenido que “la enfermedad no cxisie, só lo existen enfermos”. La pobreza es d fantasma que ronda cu las pesadillas y en los insomnios d c lo s padre* y madres de familia que amanecen sin un quinto. A sí co m o se ha personificado a la jostida, a la independencia y a ia sabiduría com o en res positivos, rambicn se ha pucsio csx cia l hincapié en ia Sombra (Cfr. jung), en la Caja de Pandora, en Satán y en todos esos dioses malignos de las mitologías arcaicas. En cambio, la «cala d d cero absoluto logia abstenerse dei empleo de dos términos diferentes para scíialar lo s extremos opuestos. Así, por ejemplo, la energía calorífica es una buena expresión para indicar cualquier grado de caior. C uando se da poca energía caiorífica, ei sisiema bipolar empieza a utilizar d término “frío". L!n segundo caso lo leñemoscuandoempleamos d termino "poder adquisitivo”. Se trate d e poco o d e mucho, d término es d mismo; aquí estamos en nuestro sistema positivo. Pero d sistema bipolar tiene una inmensidad d e recursos para distinguir un bajo poder adquisitivo: utiliza los

té rm in o s p o b re z a , m ise ria , c a re stía , e x p lo ta c ió n , a lie n a c ió n , e tc . H a y a u to re s q u e p arec en solazarse e n s u s refere n cia s a esta s s itu a c io n e s negara-as q u e , d e e s a m a n era, lleg an a a d q u ir ir co n siste n cia p ro p ia c in d e p e n d ie n te .

F.l uso del sistema bipolar d c categorías para referirse ai m al ha dado origen a una teoría que en la historia del pensamiento ha recibido ci nom bre d e maniqueismo. A unque esta teoría es propia dc la Teología, n o deja d e abarcar una vertiente filosófica. 5 . 1.a postura DE P¡ERR£T rüharí) iw C hardin . La pregunta loral es la siguiente: ¿Por que se dan los v a lo r » negativos? O mejor dicho, ¿por qué hay cosas y personas afectadas co n esas privaciones? Pierre léilhard dcChardin nos proporciona una pisca para comprender la existencia de cosas y personas malas. Según este autor, el universo está en constante evolución y codo tiende hacia un estado d c perfección que llama ei Punto Omega. A partir d e « l o se infiere que, mientras estemos en evolución, ¡o normal es encontrar muchos grados de imperfección, y esto es precisamente lo que llamamos nial. E l m ai es nuestro m odo d e percibir y catalogar el e lu d o imperfecto dc las cosas que aún n o llegan a su « a p a definitiva de evolución. Es pues, normal, que cucon(remos objetos malos, deficientes, a cada m om ento, co m o es normal encontrar seres en evolución, y que por io m isino, n o han llegado a la Culminación de su esencia. E l mai es ío que nos felra para liegár a la perfección, la cual, obviamente, no es !o que abuniia. La sorprendente conclusión de esta postura es que e l mal es normal, dada la característica d c evolución y de progreso que afecta al univeiso entero. Lo que existe es bueno, aunque n o sea perfectamente bueno. Una consecuencia que se obtiene a partir d e esta teoría es que no habría p o r qué escandalizarse tanto frente a la constatación del m al en e l m undo. \m sismos, los crímenes, la inmoralidad, ¡a enfermedad y los demás males que afligen al hom bre, no son sino ia expresión d e una etapa inrermedia en ei proceso evolutivo del universo. Insistiremos, por otro lado, en que este m odo de interpretar e l mal no tiene por qué llevam os a una postura d e indiferencia o
iNií«>Mx:artN AiASTroA

Por mi parre sostengo que, cuando juzgamos una c o a , sin objeto, un a persona o una situación y le atribuimos un signo negativo, estamos efectuando una comparación con respccro a u n vaior positivoque, supuestamente, debería exisrir en lugar de Jasituación COOCfCraque roñemos enfrente. La realidad que percibimos simplemente existe ral com o es, y en si misma no es n i buena ni mala, só lo es. El hombre es el que ororga un calificativo de bondad o d e maldad a dicha situación, y io d o depende de! criterio y el parrón que utiliza para realizar ese juicio d e bondad O de maldad. FJ mism o objeto puede ser juzgado com o bueno o com o malo, pues el juicio compararivo cambia por completo d e signo según la base utilizada. H e sostenido, pues, que no exisrc ni el bien ni el mal en sí mismas. A lo sumo, ¡e puede calificar com o bueno lo que existe, V cuando hablamos del mal. sólo se trata de un juicio emanado d d ser humano ante la percepción de un conjunto d e valores que supuestamente deberían existir y no están, con lo cua! folla nuesrra expectativa y ante la frustración, racionalizamos acerca d e un absurdo ma! que nos invade. A partir d e este juicio e! mal se convierte en malestar humano. Recuérdesed temoso ejemploque proporcionan los orientales: F3 dueño d e unos caballos se dcscuiday ios an imaies escapan, esto es catalogado com o malo. Pero vudvcn ¡os caballos y atraen a ornw que los han seguido, esto cambia la calificación al primer hecho como bueno. FJ dueño monta un caballo recién llegado, pero se cae y se rompe una pierna, esto - hace que califiquemos lo primero com o malo. C on esto se salva d e ir a !a guerra, oseo se cataloga com o hfieno.-Así sucesivamente, e l m ism o hecho puede ser calificado com o bueno o com o malo según ci punto d e comparación. Así pues, la resis que acabo de proponer se puede corroborar en el m om ento en que nos percatamos d e la evolución d e nuestros juicios ante lo s mismos hechos. Primero aborrecemos una situación X , una mala calificación, un accidente, tuia enfermedad, por ejemplo. Peto no es raro que en unos cuantos días cambiemos nuestro juicio y hasra no» mostremos agradecidos con respecto a esa situación negativa que sirvió como trampolín para una nueva siruación m ucho m is aceptable. La mala calificación sirvió para cambiar nuestros hábiros d e estudio: la enfermedad nos d io oportunidad para reflexionar acerca d e nuesrra situación general en la vida; e! accidente cu ei auto nos condujo a una a « iu id más prudente en c i manejo del mismo.Aborrecemos e l dolor, el sufrimiento y la muerte, pero en n o pocas ocasiones hem os d e agradecer a esos acontecimientos e l inicio d e una nueva etapa d e mayor madurez en nuestra vida. (Feliz culpa, decía San Agustín, que nos trajo ai Redentor.) En últim o caso, nuestro estado imperfecto de evolución nos ha colocado cu una situación cié negat'vidad co n respecto a la realidad. Lo único verdaderamente apropiado es la actitud Que sabe reestructurar la situación y puede convertir lo negativo en positivo. Solamente asi estaremos a !a airara de nuestra condición humana, que es el avance, la evolución, e! cambio. Vale la pena recordar d e nuevo e l ejemplo deT om Sawyer. ’ló n i supo reestructurar su situación ordinariamente calificada com o mala. Com únm ente, lo q u e hace la genre ante un castigo infligido, CS protestar, enojarse, patalear y tomar una actitud d e mal humor, ib m n o era filósofo, peio tomó la acritud del filósofo que está convencido de

H l. HKl)IH l . M ' I » : i M A l.

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q u e d m aJ n o ex iste, s in o q u e c o n v e n im o s la s co s a s ex isten te s c u b u e n a s o m alas seg ú n d c r ite r io q u e a llí a p liq u em o s.

7- La KXiS’ KMiA i>h mai v \a r o n im i) ü í D io s. El p u n to de vista q u e se ha expuesto acerca del nial nos conduce a un a feliz conclusión de orden teológico. FJ D ios que aparentemente había creado un m u n d o injusto, cruel. Heno de sufrimientos y, por tam o, absurdo, ya n o queda tan m al parado en la perspectiva aquí presentada. Ei nianiqueísmo que se cuela en ias m entes es e l que no acierta a explicar !a existencia de un D io s bondadoso en medio d c una creación tan llena d c iniquidad. En cambio, si se considera e l mal con las dos características mencionadas: primero, c o m o una privación; segundo, com o una etapa dentro d c un proceso evolutivo, ias cosí? cambian de coloración. D io s ha creado un m undo en evolución y, por tanto, un m undo que necesariamente implica etapas de imperfección y d e acercamiento al ideal q u e rodos asum eu com o perfecto. Pero sobre todo, n o habría por qué darle ranra consisrcncia a ios hechos juzgados com o malos. En realidad, lo que existe es bueno, positivo , y habría qué saber descubrir, sopesar y apreciar codos ios aspectos buenos quede hecho se encuentran eu cada -situación. Q ue alíí también hay defectos y falcantes, no se niefji. pero ese hecho no debería suprimir nuestro aprecio dc lo bueno. El maniqueísmo es semejante a la possnra del alum no que obtiene nueve en una calificación y que deja dc apreciar ecos nueve punios» por ¡á hum illación experimentada ante el punco n o conseguido. D io s e s bueno, lo que existe es bueno. Este juicio que califica com o bueno a iodo Iy que existe se realiza, por supuesto, en función dc una comparación. El criterio utilizado es la m ism a naturaleza, d ser. lodo lo que es.. es. Por ramo, rodo cumple con su naturaleza, y por eso es bueno. Esta es la bondad trascendcncal apuñeada ya por ia Filosofía escolástica. El nial en cuanto tal n o existe. Y los objetos y ias personas que manifiestan algún defecto, dc todas maneras, poseen m ucho más dc lo que les ráira. ¿Por qué, p u o , esa insistencia en subrayar esos fahanres? l a perspectiva que considera a la. vida -como un viaje es m uy apiieabie en este caso: ci viajero puede constara? en cada m om ento las etapas q u e ya ha conseguido. N o seria m u y sano d e su parre viajar y lamentarse por las erapas adn n o recorridas. T am bién es confortante ia reflexión acerca d c nuestros diferentes ju icios y apreciaciones con respecto a un mism o h ech o que ha sido considerado co n signo negativo en un principio y que luego se conviene en signo positivo. Cuando ya se constatan las consecuencias provechosas del mal que nos afecta. Hasta del mismo pecado se pueden obtener consecuencias provechosas, d e acuerdo con lo s grandes teólogos del cristianismo, com o San A gustín. Nada hay tan m alo que «so pueda proporcionar algún beneficio, l a enfermedad y la muerte, e l mal moral ye3 pecado, sedo io que ha servido a ciertos poetas y filósofos para tasgarsc las vestiduras y solazarse en “el absurdo d c la creación divina" son escalones en el viaje perenne def hoiubre hacia Eíios.

ÍNTROÜIXUONa ia £ tica

Ei hom bre que ha conseguido esa [acuidad para deshipnotizarse co n respecto a ias categorías maniqueas que pululan en nuestra cultura es el que puede captar y apreciar, en cada acontecim iento y en cada circunstancia, el peso de todo lo positivo allí contenido y que d e alguna manera nos recuerda la Bondad d e D ios. 8. I.A RÍJ'l'ONSAftlüDAÍ) OH. HOMRRKfRKN IK Al. «Ai.. I A tCOIÍ3 d d «MÍ <01510 UIH etapa intermedia y transitoria en 1?. evolución des universo implica un c ien o carácter d c necesidad en la existencia d c aquS. A partir d c esta condusión podría suponerse que el hombre no tiene responsabilidad alguna ante d mai; pero n o es d caso, como vamos a explicar. F.1 hecho d c que el universo entero evolucione implica ia existencia d c etapas intermedias y provisionales hasta que se alcance la meta o fin d e Ja evolución. Por ramo, lo norma! es que se d é la imperfecdón propia d e esas etapas intermedias. Ei mal no es orra cosa sin o la imperfección d e esas etapas intermedias, lo cual aparece como algo que. debem os accprai. Según Teilhaid de G iardin. e i mal es ei precio que pagamos por ei hecho d e la evolución y por la perfección que vamos a obtener. Así se cxpl ica, pues, que los temblores d c tierra son etapas intermedias, en canto se logre el asentamiento d c las capa» terrestres; la enfermedad es una etapa intermedia en la evolución y perfección d c ir* organismos; la ignorancia es una etapa intermedia

mientras Iií§a ¡a plenitud d d conocimieuio y la sabiduría. La pobreza es una etapa intermedia dentro de la cvoíudóu económica de u n país o de una familia. D e la misma manera, la conducía deficiente de un individuo es una etapa intermedia mientras llega la meta d e una libertad perfecta, o mejor dicho, de una liberación con respecto a ias pautas de conducta que se lian estancado en valores inferiores. Véase en un capiculo anterior ia serie d e criterios que puede asumir un individuo a lo largo d e su desarrollo peísonal. Ahora bien, desde ei m om ento en que se da un cierto grado dc libertad, aunque todavía no sea perfecta, tenemos lo suficiente para inferir un correlativo grado d e responsabilidad en ia plantación y la ejecución de una conducta determinada. Subsiste, pues, ia responsabilidad y la Ética fiem e al bien y e l mai en ia misma medida en q o c se da un cierto grado de libertad en el individuo. Asípues, ante la pregunta acerca del porqué d c una conducta inmoralen un individuo en concreto, podem os responder qué su horizonte axioiógico y su grado dc Eibcrtad todav/a n o so u perfectos, están en evolución, y n o han logrado e l desarrollado sufiaente com o para elegir e l valor adecuado en cada m om ento. D elinquir es equivalente a man ifestar u u grado imperfecto de evolución en el desarrollo del horizonte axioiógico y d e ia libertad. Por tanto, nuestra tesis n o duda de la existencia d c ia Ética, pero tam poco insiste en e l escándalo acerca d e los males que afectan ai ser humano. En el acto inmoral, io que principalmente cuenta es e i horizonte axioiógico y e i grado de libertad del individuo. Sin embargo, existen todavía otros males que añigen a una persona y que le sobrevienen sin que podamos atribuirle culpa alguna. El caso típ ico es ia situación en ia que nace. E! niño que nace en un barrio miserable normalmente va a carecer d c LasOportunidadeseducativas que posee d niño que nace en un harrio opulento.

gradodesalud, conodmientcK,educación. riqueza- capacidad laboral, desarrollo psíquico, .. normaSmenrc van a depender d c cúcunstancíás ajenas a su propia responsabilidad, características deíiacntcs se dan, pues,de un m odo necesario, com o unaetapaevolutiva, ¡eneras el hombre, no consiga ¡a perfeedón, o á condenado a sufrir d mal d c la ¡rfaxión, con culpa o sin día. 9 - 1A ACiTjvi>KWITlVAHÍQireALNlAL H egd explicó u n concepto aplicable a nuestro •a: !a conciencia in fd tt. Según este autor, la humanidad en su evolución llega a esra pa cuando capta ciertos valores y realiza la com paradón co n los hechos que le 'can. F.I restilradodcdkha comparación es, poríüen-a,. un juicio deprimente “Q ué mal ei mundo". Y es que, en efecto, cuanto más daro aparece ci horizonre d e los valores, fácilmente su rg e d juicio negativo hacia la realidad circundante. E l error no está el juicio d e evaluación, sino en ia pretensión d c q u e ese juicio es completamente •—ivo. Fn contraste, ¡o que proponemos es la idea d c que “e l ser es !o que es” sin yor calificadón. E l calificativo de bueno o d c malo está en nuestra mente. Cualquier ¡ación podría C0>iS¡deraisé com o buena o com o mala, según d criterio que se utiiiee ra e m itird juicio evaiuatorio. I /i que .se deriva, pot tamo, es una acritud d estilo d c la dcT om Sawyer, que sabe tener provecho aun d e aquello que se considera negativo y deprime a la mayoría de genre. E n alguna © cuela d e Administración se esgrime d lema d c que “un pfoblcsna una oportunidad para obtener un a ventaja". Este lema m e parece completamente rde con !a idea central de la tesis aquí sostenida. Ahora bien, la actitud positiva frente al mal n o csrá en pugna con ia compasión iré a las personas que padecen alguna enfermedad, una injusticia o la muerte d e un r querido. em patia y la compasión son virtudes propias d e aquellas personas que desprenderse
INTPOÜiXXXteA! AÍmCA

moral cristc un bien. As! « explica que d e hecho existan personas adictas a esos bienes.! « cual no impide la reprobación de dichos actos por pane de ¡as normas morales y de una sana actitud Ética. ¿Que queda, pues, d e Ja tragedia humana? Se pueden asumir varias acritudes frente al hecho innegable del drim a, la injusticia, y d desconcertante desenlace en la vida délas grandes personalidades. I -a acritud que aquí criticamos «5 la del que asume una postura d e indiferencia o la del que se roma ran en serio e l asunto que se deprime y tiende al suicidio por lo “absurdo” del m undo en que vivimos. La acrinid madura, centrada, es la del que sabe empalizar y compadecer la situación, sobre io d o si se trata d e personas allegadas, y aú n así conserva la prestancia suncieme para armar provechosamente. F.xisten algunos ejemplos cruciales d e est¿ transmutación d e lo malo en bueno. Eí caso más patético es el d e ia muerte. Tradicionalmente nuestra civilización n os ha con ragiado un terror y uua hierre aversión a k muerte. Sin embargo, es notorio el caso de ias religiones que adoptan una postura diferente. La base d e esa actitud positiva frente a ia muerte es ia idea d e que el espíritu no muere, sino que d e alguna maneta sobrevive aun cuando e l organismo tallezca. La muerte física es considerada entonces Como un nuevo nacimiento. A nte e.sra perspectiva, una persona puede adoptar un» acritud positiva frente aese hecho que normalmente es calificado com o la peor tragedia del ser hum ano. H e aquí un caso rípico d e evaluación positiva o negativa según el criterio que se aplique. R ecuérde» el caso trágico de la muc'rie di; ¡mkjü.cs. cíi »u p o s t u l a d e trascendencia era c a p a z d e cor.5olar a sus amigos que io visitaban y se compadecían por su suene. F¡ siguiente ejem plo también es aplicable en nuestra civilización. F.s el caso de la acritud frente al trabajo. D a ¡a impresión d equ e el trabajo es un castigo, una afrenta. M uchas clases sociales han tom ado en serio esta acritud y lian rechazado ci trabajo en forma estridente. Sin embargo, existen varias religiones y varios sistemas d e pensamiento Closófico que han propuesto lo contrario. F.Irebajo es una oportt n ¡dad de actualización de las potencias humanas, es e! m odo ordinario d e vivir y d e sobrevivir. Por tanto, rechazar el trabajo equivale a ir en conrra de la propia naturaleza. Así pues, una sana cosmovisión tendría que considerar el trabajo com o un o d e los ingredientes positivos de la vida cotidiana. E n el cristianismo encontramos algunos ejemplos notables que a v a la n la tesis aquí sostenida acerca d e la transmutación d e lo que se considera ordinariamente malo. El Sermón d e ia M ontaña alude a estas situaciones que el hombre tiende a enjuiciar como algo negativo: la humillación, la persecución, las lágrimas, la p o b r e s espiritual, etc., son circunstancias que pueden ser consideradas positivas hasta el grado d e llamarse bienaventurados aquellos que su&e:¡ esas per lirias. F.1 cristianismo puede considerarse, pues, com o el portador de u n nuevo lente q:)C ha transmutado e! signo d e los valores d e la civilización desde hace siglos. Con razón e l cristianismo ha sido considerado com o un escándalo para los paganos. Y ourbién con razón puede constatarse que su efecto apenas ha sido asimilado por un niirim o porcentaje de personas que se dken cristianas.

rE R C E R A PARTE LEY Y OBLIGACIÓN

Capítulo X IX D E F I N I C I Ó N Y D I V I S I Ó N D E L A LEY M O R A L Es rema clásico en la Ética e l que erara acerca d e las leyes morales. Por lo pronto, es un h ech o que han existido esas leyes actuando en nuestra «O ndeada. Lo importante es fondamenrarlas, es decir, reflexionar sobre d ía s, y hacer notar cuáles son las condiciones d e su validez. ¿D e dónde procede el carácter de obligatoriedad que muchas d e d ia s poseen? ¿Puede justificarse la obligación moral que implican ciertos mandatos? ¿O se trata acaso d e una exclusiva situación d e hccho, com o la presión social, o la presión del Super Yo. que en realidad no implica obligación moral? Y en caso afirmativo, ¿cómo se salvaría ia autonomía del hombre, tan apreciada por todo sistema ¿tico? I s, ley y la •ligación ¿no constituyen un atentado, contra ¡a libertad humana? Dar respuesta a. a s preguntas o el objetivo que se pretende en esta lección. Aunque. para ello ,» necesario comenzar haciendo una definición d e lo q u e es la ley m i. y distinguiendo, además, los diversos tipos d e leyes morales. F.
ordenación (ordinario. en latín) es, pues, una indicación para disponer las cosas e n su correcto lugar. lín otras palabras, acruar conforme a la ley significa asumir el puesto que 1c corresponde en relación con Dios, los demás hombres y consigo mismo. Q uien actúa conforme a la ley que manda respetar a los padris. por ejempio. csrá colocándose en e l puesto que ic corresponde en cuanto hijo d e familia. F.s decir, cumplir una orden es lo mism o que colocarse en orden. E s d i g n a d e n o t a r s e e s ta c u a l i d a d d c la le)'. I o q u e m á s H a m a la a r e n c i ó n e n c ie r to s a m b i e n te s , a l t r a t a r a c e r c a d e las le y e s , e s s u c a r á c te r i m p e r a t i v o e in c lu s iv e im p o s ic iv o . S in e m b a r g o , l a o r d e n ( e n t o n o im p e r a t i v o ) s ó lo se ju s t if i c a e n ( u n c i ó n d e l O rd e n {en t o n o in d ic a tiv o ).*

b ) " ... d e la ra zó n .. . ~: Esto significa que ia fiienre u origen d e ia ley es ¡a ravón. Solamente así se garantiza una correcta legislación, con carácter universal. Aquella ley que, d e hecho, esté originada en otra facultad humana (com o la pasión, por ejemplo), corre el riesgo dc perder su validez, si acaso n o csrá acorde c o n ia tx /ó n . El despotismo d e :as autoridades que mandan "porque yo asi lo quiero” o "porque se m e pega la gana, sin ninguna razón positiva q u e sustente el mandaro, queda, co n esio, fuera de toda justificación. c) ~. . . prom ulgada . . : Esta palabra significa: diíC /tm inada o publicada. C om o veremos poco más adelante, esta promulgación puede ser explícita (como en el caso de ias leves positivas) ó simplemente implícita (com o en el caso d c ¡a ley uatural), d e tai m odo que el hom bic tiene que descubrirla tal com o está inscrita eu la misma naturaleza humana. d ) "... p a ra e l b ien co m ú n ... ": Aquí está la finalidad propia d e la ley moral. N o se trata sólo dc beneficiar exclusivamente a la autoridad o a un sector d e lo s súbditos, sino a la comunidad en general, aun cuando esto im plique el sacrificio d e ciertos bienes particulares. Es necesario tom ar cabal conciencia de esta cualidad de la ley. S !,d e hecho, abunda la genre que experi menta cierta fbbia ante ia lev, esto se debe (ai menos, en la mayor parre d c ios casos) a la oscuridad en que han vivido respecto a la finalidad d e uu mandaro. Claro es-rá que las circunstancias concretas han dado p ie a cía oscuridad, pues más d e alguna iev se ha dictado sólo paia beneficio d e h propia autoridad. Sin embargo, ia aurénrica ley debe estar siem pre apuntando hacia el beneficio d e la comunidad. ( ) ”... por quien tien e e l cuidado d e L¡ com unidad'': Fsta última parte d c ia definición de ley moral nos indica quién es ia persona que debe dictar leyes. Efectivamente, ¡a autoridad, ei jefe d c la comunidad, aquel que ba asumido la responsabilidad de preocuparse por el bienestar d e la sociedad, ése es el más indicado para diciar las ¡eyes correctas, en función dc! conocim iento que. debe adquirir acerca d c las necesidades de los súhdiros.

” Cir. .'íirújin. ia i •weiffffiprrímKvra nb’<¿i

M e r tl. p . lW .

Estas son, pues, las cualidades que ha dc tener una lev moral. En la medida que ca/e/xa d c días, pierde su valide? corno ley moral Nóresc que todas o ía s características, en realidad, «Hisrióiycn diversas (átelas d e una sola cualidad: d caiácter racional de la íey. Cuando laica una d c días, también las demás quedan mintóhíaS. S i una 1e y no cs-ú encaminada al bien com dn, es que no Citá originada en la ra/ón. Y, si no está originada en la m o a , diü’ciimence expresará un orden. E l núcleo o esencia d e la ley moral está en ser tina expresión d e la razón, d e ia recra ra/ón, que trasciende los intereses inmediatos, y dispone las cosas en el puesto que les c o rresp o n d e.

2. DrviSíON OK1A1KVM O R A L . Existen varios tipos d c leyes morales. Cada autor las clasifica según diversos criterio». A quí daremos un a división sencilla, pero suficiente par» ilustrar ios capítulos que siguen: a ) i ’or su naturaleza, la le v moral puede ser imperativa, prohibitiva y permisiva. La ley imperativa manda hacer algo; la prohibitiva lo impide; la permisiva solamente dice lo que es lícito. N ótese que (ai reves d e lo que m uchos creen y acostumbra») el núcleo de una legislación está en las leves imperativas, y n o tanto en las prohibitivas. El legislador ciene por función indicar e l camino que hay que seguir y, sóio swundaíraíMntc» aclarar lo que no se debe hacer. Igualmente, una educación correcta debe evitar ese exceso de prohibiciones que cominuamcnrcse están imponiendo al educando. Educar significa conducir, no coartar. b ) Por su prom ulgación, la ley puede ser narurai y positiva. La iev natural estií mscrita en b namrafcTa. La leí' posidva esrá escrita materialmente en un código. Ia ley natura! detie ser descubierta p o r el hombre y no es producto de la inventiva de este, en cambio !a ley posidva es e l resultado d c una legislación especial. En el capínilo siguiente estudiaremos las relaciones entre estos dos tipos d e leyes. c) Por su duración, la ley es eterna y temporal. Ta ley eterna siempre ha tenido, y tendrá, vigenc ia. Por supuesto, só lo se concihe en la m ente d c D ios. La ley temporal tiene una vigencia transitoria. d ) Por so aulftr, la lev es divina o humana. I lay que advertir que la le)' natura! sóío puede ser divina (es decir, procede d e D io s, creador d e la naturaleza). E n cam bio, la ley posidva puede set divina o humana, pues ramo el hombre com o D io s pueden dictar leyes q u e expliciten la ley natural. Entre todos esros tipos de leyes desocan tres, y en d orden que sigue: Uyezema. ley n a tu ra l íey¡loúiiva Su estudio ocupará el capítulo que sigue.

Capítulo XX J E R A R Q U ÍA D E L A S LEYES Tal com o ha quedado enunciado, las leyes manifiestan una ordenación, de mayor a menor imporcanda, en vista de su origen y su contenido. Hn primer Jugar, la ley crema, qiir fn ía rnj*ir* divina A r'A r «ifrnp’r Fn srpiin/fn lugar, r r frviir-nm la Iry nnnirsl. grabada en 5a naturaleza de las cosas. Y d tercer lugar lo ocupan las leyes posinvas. que son un complemento d e !a ley natural. Es necesario, pues, explicicar, aunque sea brevemente, estos eres tipos d-: leyes. I . L-. 1XYETMNa. F.ntre rodas las ¡eyes, está en primer lugar la ley crema (es decir, la ley que csrá. desde siempre, cr. la menee de D ios y que rige el Universo en rodos sus aspectos). Puesro q u e no conocem os direcramenre a D io s, rampoco tenem os conocimienro dlrecro d e la ley crema. Sin embargo, se demuesrra qi:e exisre « a ley, desde e l momento en que noramos el orden y la armonía de! Universo. Para explicar esc orden y armonía, neccsiramos admitir la existencia d e leyes que io rigen. Tal es la ley crema. I-i icy crema rige a los seres materiales y enronces toma el nombre d e ley física. Estas leyes se realizan d e un m odo farai y necesario. Pero la ley crema rige también al hombre, que e.s libre; v. por tanto, le im pone preceptos que n o se cumplen d e un m odo farai y necesario: esta participación d e la ley crema en ia naniraleza humana es lo que se llama f y natural. 2 .1-1, ií.v n.yíVkm . Es una participación d e ia ley eterna, csrá inscrita en la naturalcaa humana, y cicnc com o finalidad, regir los actos libres d d hombre; esta lev natural dene la propiedad d e sor universal e inmutable. Su esnidio nos proporcionará un mejor con ócin w iu o d e h moral. Ec uni-jmal(os decir, es váüda para rodos los hombres, d e cualquier ra?a, época y lugar). í a razón d e csro es que la ley naruraí esra inserirá en la naturaleza humana.

que es la m ism a en todos los hombres. D c aquí x deriva que rodo hombre, por el hccho de serlo, riene grabada, cr s i m ism o, esa ley natural, a la á>al debe someterse. Por ejemplo: todo hombre csrá regido por el insrinco de conservación, de sociabilidad, de conservación d e la especio, etcétera. Ú lc m a ¡" m rr h a renido a u g í h llam ada Edca.de la s m n ó ó n ; sobre todo, c iu rr algunos c x ísio x íiIb u s (B rauvoir) Vicóiogn* protestante» (B aith ). P r tw x k a q u c la n o rm a d e m oralidad n o « : encu en tra e n i a lc y c f - m c r a i y g c u c n Jc i. « n o e n la “situ ació n ' co n creta, hktin:mt. m n datos irrepetibles Para ra d a in d iv id u a , i j » leyes generales :-.o ¡nrven p í a d e te rm in a r lo q u e h a y q u e h acer e n cada a so . El su je to d e b e decidirse a>n«-nrerarespoosabilicbd y lib e ra d . jo¿úr.« «; p ro p ia situación. A a enrendida. la É lics áeia situ a c ió n c o n tie n e u n a g a n v w d ad y un grave error. t i a d e r o e*que, efectivam ente. cada h o m b re dcfxr decid ir c o a s u p u d e n d a y su c o n tie n d a personal e n todu* !<« cstov y e s p c d a lm a tte allí d o n d e las ¡e v o universales no a lc a iu a n a d eterm in ar lo 41 a: w d cfcr hacer e n t ó n e n l o . F.I e rr o r d e l a Ética d e la situ a c ió n amíste e n calificar c o m o in o p eran tes Jai ky r* universales. Éstas expresan las líneas generales d e conducía h u m a n a , y sie m p re e n fo n d ó n d é los « J o r a reate* cj-.re- e n to d o m o n « n tn .te h a n d e resp etar asum ir y c u ltiv a . H i precepto ' d o tobarás* exprew p a ra todos d va lo r inalienable del il« i« :h o q u e tie n e la p e rw n a p a ra resguardar « « híenes toatcrále*. E n síntesis, el h om bre m o n i c e b e a ttn c n e ; lasie>-esunh'Cisalo:F n » en f 3 d a c a iu d d « : saber aplicar (co n auténtica prudencia) eras leyes a n i situación p n i c n U r , !o cual, p o r c ie n o , n o es cosa fácil, n i m lid io m eao s h a d e coarnijen» a l:, :> ih ü r-in « Jv i« a l c a p íiJ * .
La ley natural es, además, ¡nm uiabU. fcs decir, n o cambia co n d tiem po, puesto que la naturalcTa humana no cambia. Aquí es preciso adarar que, aunque la ley natural n o cam bie, sí puede cambiar el conocim iento que d c d ía tengan ios hombres en las dilerentes épocas y culturas. Algunos d e ellos 1c dicrou mayor énfasis a la valentía, com o los griegos por ejemplo: otros ie dieron la primacía a la jusrida. otros a la caridad, otros al deber. T¿> ideal es. pues, un conocimiento am plio de todas estas facetas dc !a ley natural. lo d o esto tiene ú:dma rdadón con las tesis expuestas acerca d c la esencia d d valor moral y con las tesis d c la naturaleza human; íntegramente considerada, com o fundamento d e moralidad. En resumen, la ley narural s e constituye en la opresión m is objetiva y fiel d e í o que es el orden querido por ia ra?ón divina en 1a o n d u c ta humana. Acatar esa lev es asum ir ia naturaleza hum ana en aquellos a sp e a o s que han sid o dejados al cum plim iento libre y meritorio del hombre. Su contenido n o puede ser más sencillo: hay que hacer el bien y evitar d mal; hay ue respetar la vida humana; hay que seguir la razón, ser sociabic. recetar los derecha-, los demás, etcétera.J

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p rio rio itó

igualm ente universal y sencillo es e l proCe-so dc¡ conocí m icnco y realización de estos principios, que se tapian por intuición, 0 mejor, por connaruralidad. puesto que se trata de percatarse de aigu que constituye el propio ser humano en sus exigencias más ciaras y naturales.3 3. L a LEYPOSmVA. La ley positiva es ia que se promulga explícitam em e en un código, y sirve co m o ctiup íem cnio a la ley natural, pues desarrolla y explica cóm o debe actuar el hom bre en situaciones más coacictas. Estas leyes pueden íír divinas, O humanas. El D ecálogo dictado cii d Sinaí a d ejem plo típico d e le)' positiva divina. ’ Las leves positivas humanas abarcan todo io que se llama derecho positivo, incluyendo las Constituciones d e lo s países, los C ódigos Civiles, eicétcxa. La ley positiva ha de cumplir co n estas cualidades: debe ser justa, útil y estable. Q u e ia ley positiva seajustadignifica que esté d c acuerdo con la ley natural. En d mom ento en que un legislador dictam ine algo en contra d e la ley natural, está en contra de !a razón y del bien común; su le)', por tanto, no puede ser justa. La base dc toda ley posidva es la ley natural. La íey positiva debe ser estable. Esto significa que. n o poseyendo la inmutabilidad, que es propia de !a le)- natural, es d e desear que, al m enos. ie:iga un cierto lapso razonabie d e vigencia, para que coopere efectivamente al bien de !a comunidad. Por últim o, debe ser ú til. Para esto sería necesario que n o se multiplicaran en exceso, pues darían origen a una opresión contraproducente en lo que se refiere a su reaJizarión. En resumen, la ley n em a rige e! Universo desde la m ente divina. La ley n atu rales una participación de esa ley eterna, y rige a i hom bre en sus actos libres. La ley positiva es un complemento de la anterior,y en ella debe basarsepara que seajusta.

* C I':. M l ñ a i n . L t¡ w A c v iín is «

a’ n a ¡ r e tin b ttm d e te

M ora!.

í n U r o c o d ;
u m t e í c C J í f i í n í k I u í o o í ó c o o t d c - i le/ n a n m l

k w ’ áo.

m i n m i m ú i i m .-n I» :< .u r » ¡ .- « h i i r a i i x

Capítulo XXI LA O B L IG A C IÓ N M O R A L Una vc7. explicado e l tenia general d e la noción, (.ase; y jerarquía d e la ley. podemos enfrentamos directamente con lo s problemas planteada al comenzar eso. tercera parre, y desde ei principio del libro, a saben ¿F.n qué. se fundamenta ¡a obligación moral? ¿lJccnvamemc obligan algunas leyes- Para tsso a ncwsaño estar de acuerdo en cnam o x io que se entiende por obligación moral. D e hecho, ertán sumamente difundidas varías noriones d e obligación que n o son las que aquí vamos a defender, Tratemos, pues, de­ poner en daro ci significado d e la aurénrica o b la c ió n moral, desechando primero los conceptos incorrectos. i . N ociones ií^ dfkjentts dk om híau On moral a) Es m uy com ún hablar d e obligación cuando rc siente una presión externa, que d e algún m odo está coaccionando para que el s u je o actúe en determinado setíddo. Por ejemplo: “Fulano se vio obligado' a renunciar a sa empleo en vista de las continuas criticas que le hacía su jefe"; o bien: “Fulano estudia medicina obligado' por sus padres". Si se quiere, se puede seguir usando dicho lenguaje para expresar casos semejantes a este, pero tengase entendido que esa “obligación" a que se alude, es una coacción física, y aun psicológica, pero no es, ni m ucho menos, !a auténtica obligación moral q u e vamos a jusrificar en este capitulo. Efectivamente, existe poco mérito moral e n una persona que actúa por coacciones externas. C om o lo subrayaremos ai final d e este capitulo y en el próximo, y de. acuerdo cor. codo !o explicado hasta aquí, el valor moral sólo se inscribe en los actos libre», y, en la medida en que falra libertad en un acto, se pierde la condición indispensable para e l valor moral. Ya explicaremos d e qué manera la autentica obligación moral ;10 es incompatible con la libertad.

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iN á B o iw o u ó s a ia ética

b ) T am poco debe confundirse Sa obligación moral to n C¡ deseo d d prem io y d temor al castigo. Por ejemplo: "Con esa recompensa mawrialmcnrc obligaron a ios

jugadores a ganar ci parñdo". O bien: "Con o í a sanciones estoy obligado acumplir los requisitos dc la ley”. Es Dii hecho que c! deseo d d premio, o d temor dd castigo cunstmiycn un estímulo que ind uce u obliga a la mayoría d c la gente ai cum plim iento d e sus deberes- Pero esa "obligación” no es todavía ia aurendea obligación moral, t i mérito moral ncccsi ca no sólo d c ia liberrad, sino también d c una intención recia, enfocada al bien, en cuanto bien. H arem os notar que la auténtica obligación moral n o desvía o contamina ladcvada intención de un acto honesto. c) Ta obligación moral tam poco es la acdón de! Super Yo, que desde el inconsciente está im pulsando hacia d cum plim iento d e normas inflexible* y, Jas más dc las vcccs. i nadccuadas. Por ejemplo: 1a Sra. X dice que no puede ir a misa este dom ingo porque su marido « ¡ió de viaje, se le íúe la sirvienta, y nene que atender a un hijo enfermo. Ella sabe q u e está dispensada d c ir a misa en tales circunstancias. Sin embargo, dicc que d o puede dejar d e ir porque riere la impresión de com eter pecado si acaso falla a esa obligación. Una educación sum am ente rigurosa le ha introducido esa norma cuyo incumplimiento, en cualquier cipo dc circunstancias, !c produce un sentim iento de Culpabilidad, irracional, pero nccesirantc. La aütéfliica obligación moral no « . n i mucho m enos, ¿se tipo d e coacción psíquica originada cu d propio inconsciente. Chorno hem os estudiado ya, la condencia moral, ¡a que verdaderamente nos indica nuestras obligaciones, n o es d Super Yo freudiano, sin o que, en todo taso, es una acrivídad consciente y rador-al, y por consiguiente, basada en razonis, no en impulsos. "También se ha visto que la verdadera obligación moral puede estar en conflicto co n la acdón d d inconsciente-, com o es e l caso d d ejemplo anterior. d ) 3’o r últim o, aun sin la inrervención d d inconsciente, es necesario distinguir el Knüm urm e d c ubiigsáóll y la obligación moral. Sucede que no siempre coinciden. Fulano dice que n o siem e obligación de pagar cierros impuestos; pero eso no significa que efectivamente tare/cade ia¡ obligación. Casos c o m o este muestran que no siempre coincida la obligación que d e hecho se .siente, y la que efectivamente tiene un sujeto. La educación correcta lograiá que la persona vaya modelando su conciencia para q u e sea consciente de obligaciones reales, y n o ficticias. 2. L.A AUTÉNTICA Ü8ÜN MORAI. Lejos d c ser un a presión originada en la autoridad, o en la sociedad, o en d inconsciente, o en el m iedo al casdgo, la verdadera obligación moral es tle tipo racional. S e define as!.* "Es la presión que ejerce la razón sobre ¡a voluntad, enfrente de un palor. ” Cuando una persona capta «m valor co n su inrdigenda, se ve solicitada por dicho valor, y entonces la inteligencia propone a la voluntad la realización d e tai valor. Pero la inteligencia presiojia suavemente, sin suprimir d libre albedrío; simplemente, ve

LA OBLIGACION MORA:.

una necesidad objetiva, y com o tal ia propone a ia voluntad para su realización. Se tiara d e una exigencia propia de !a razón, con fundamento en un valor objetivo, pero nacida en io m ás íntimo y elevado de cada hombre: su propia razón, Es. por ramo, autónoma y n o incompatible con c! lióte albedrío. Esca descripción coincide con las expresiones corrientes; "actuó por propio convcnciinienco". o bien: “se decidió por sí m ismo. fije una elección originada en ei londy de su persona”. Efectivamente, cuando una persona lia captado ;:n valor, es ella misma quien se impone obligaciones, se compromete consigo m isma, actúa de modo espontáneo, n o tiene necesidad d e que otros la empujen en determinad;! dirección. Si un estudiante capja c! valor de ia cultura y de su profesión, é l mismo se obliga a estudiar, sin necesidad de coacciones extemas. Si un ¡oven capra e l valor d e una muchacha, ¿! m ism o se obliga a las atenciones que ella se merece. El matrim onio es un auténtico com prom iso y obligacióu que se ocha a cuestas la paicja de novios, y, por supuesto, n o por coaccione,externas, n o por presionesd é la sociedad (ta l« inorivack>nes en todo caso n o tendrían valor moral), sino por propio convencimiento, e n vista del valor del amor que se proíesan y que ios llama a ia realización plena dei m ismo. Esto llene importantes aplicaciones en la práctica, i’or io pronto, está en pleno aaiCído con !o que Se lia dicho acerca de la esencia de la educación; “Lograr que una persona haga io que debe hacer por s í misma." lam b ién concuerda con io dicho acerca de la formación úe ¡a conciencia basada en razonesen la medida en q u e el niño sea capaz de comprenderías, justamente, un curso de Ética en Bachillerato es la culminación d e fs e proceso raciona] educativo, a la edad en que ia mente dd joven pide jas razones profundas de lo que debe hacer. Seguir “obligándolo”, exclusivamente a base de premios y castigos, sería tratarlo com o niño. Por supuesto. premios y castigos, así com o la acción del inconsciente, V una ligera coacción com o im pulso en ciertos casos especiales, también deben ocupa! un lugar en ía educación de! niño y del adolescente. La razón es que ei hombre n o sólo es razón, también es pasión, rambién cuenta con un temperamento que es necesario domar. La rezón debe tratarse, con razones, y mientras ci resto de las "facultades no se som eta a la razón, se deben utilizar procedim ientos auxiliares que ayuden al cumplimiento «leí deber. D e codos modos, la madurez deí educando csrá’cn razón directa d e la preponderancia de la razón en su conducta. 3- E fUNOAMEN-1o DfcLAODIÍGaOÓNMOJWi. las. explicaciones que anteceden nos dan cuenta del proceso psicológico por el cual puede una persona naccise cargo de sus auténticas obligaciones morales. D e hecho lassiente cuando capra el valor, entonces se presiona a sí m ismo. C on « r o queda claro que ía obligación moral no es io mismo que la coacción externa, o la dei inconsciente o c¡ remor del castigo, aun cuando estos fenómenos puedan coexistir con ia obligación moral, pudiendo. inclusive, servir como auxiliares en la rórm adón de la conciencia, com o ya se ha visto. En síntesis: la base d e la obligación, tal com o se ha explicado, es la razón frente a un valor. Por esto se d íte que eifunditrnenlo próxim o d e la obligación >noral es e l valor. Y

n o sólo en d plano >ubjciivo, «vino q u e también en el plano objetivo, c o m o v veri. Sucede que la ley o U expresión dc un valor (un bien de la comunidad, ral com o ha quedado definida - originada en la ratón. I.ucgo. la ley tiene en si misma, de un modo intrínseco* la cualidad q u e produce en d sujeto d e recta razón el sentimiento dc obligación. Esto e» lo q u e -*0 llama la obligatoriedad de la lev, propiedad típica y que se deduce a partir del valor expresado por ella. lin oca» palabra»: el hombre, con a i ratón, trasciende el plano dc lo* Iwchos y percibe e l valor d e las leyes; con c a o SC impone a s i mismo una obligación o exigencia dc (ipo racional, sin menoscabo d c su libic albedríoy dc su autonomía. He aquí la fuLdaineiuación de la obligación m oral Existe, además, una futidamentadón superior dc la obligatoriedad de la ley natural. Puesto que su origen c a á en la mente divina, se dicc q u e e lfundam ento ú ltim o de su ob h fsaó n es D ios, l’oc consiguiente, quten obedece una ley impersonal p o : propio convencimiento, ha logrado ya bátante: peto quien obedece la misma ley en atención a su origen, que es D io s, ver personal, valor absoluto, creador d c la propia persona y benefactor en to d o sentido, alcanza un nivel superior, no sólo en la eficacia d c su actuación, sino en la elevación dc su intención, y en la valoración moral de su conducía. N o es lo mismo obedecer un reglamento frío que actuar por amor a D ios. En resumen, c i fundamento próximo dc la obligación es d valor; y d fundamento últim o es D ios. D e aquí se concluyeqoe rf valor m<«I«»oUgaioriu.' \ lay que á».ci d bien y evitarel mal' ¿*cr t i primer principio tic ia nuú:i piácdca- Ls d«jr. el bien oóhga. y con imperativo cKcyúria), incondicional, no como uná mpleconvelo. Sin azáxu^u.puedeOírse eí caso de queexsscsc varxn camino* a eligir, y ¡oda» d i» petmanecaa dentrodel valor roooL En ral aao, Lavoluntad 110 está *obüj$»da"t cleftit el de mxyor vilor. sóloc o i obligada aclc^ii caite Ctt*caminos y rirwhir rl que no o l í invettidodc *»Kx moral. IVtOcuando «e da el ««n dr qiir «ólo un omino twi imcuido dc vúoi moral, de ral manera que |<»j>loocluyen dclíniiivamcotc, enronc« la voluntad «Idv «coger ese únicotaeniiw y descchar lot d m is í.ve e*el que a m á n ta m e >c irau 1! iv&sútí ai

tcoit.d e la o b U g a só n . í s n o a a n d o x J i c n 'e s to y obligado a trabajar: ten g o e¡ d e b e r d e pagar

rea dnidz, iit ó m ’. A partir dc esta doble fundamental ión de la obligatoriedad dc ia ley. pueden hacerte algunas aplicaciones concretas, com o por ejemplo: ¿tiene mérito actuar por obligación? Respuesta: Si por obligación se em iende la coacción externa, no hay mérito moral. En cambio, cntendicnco por obligación la presión racional que el propio sujeto se im pone, entonces ú tiene mérito actuar en esas condiciones. • Además, se puede responder a o t a pregunta: ¿Ci posible obligar el amor: Respuesta: N o es propio del hombre el amor coaccionado; pero, en cambio, es lo m i» humano amar el valor. La c a p u d ó n dc un valor puede inducir a una obligadón, y a un amor que d propio sujeto se imponga. S ólo asi tiene sentido que d primer mandam iento

del D ecálogo sea el amor a D ios. C o m o im posición externa, n o tendría mérito. Como impuesto por d propio sujeto en vista dei valor que allí se expresa* es c o m o adquiere to d o su mériro mora]. ¿La obligación suprime la libertad y rebaja la intención del hombre? Ya hem os dado las suficientes indicación» para responder negativamente. Sin embargo, d rema merece to d o e l capítulo que sigue^

Capítulo X X II A U T O N O M ÍA Y H E T E R O N O M ÍA 1. ÜEFJNÍC30NES. H em os fundamentado la auténtica obligación morai. Veamos ahora qué relación tiene dicha obligación con la libertad. Si las ieyes presentan !a característica d e la obligatoriedad, ¿no Suprime esto la ¡ibertad humana? E n otras palabras, ¿la autonom ía n o excluye ia heteronomía? Por !o pronto, aclaremos e l significado de las palabras. A utonom ía -viene del griego ouioa sí mismo: nomos-, le y y significa la acritud d e la persona que se da leyes a s í misma. Por lo contrario, hereronomía heteror. otro; nomo?, ley significa la actitud de la persona que recibe leyes por parte d e otros. Estos términos se aplican análogamente a ias instituciones, a las leyes mismas y a los sistemaséticos- Una insrirudón es autónoma cuando se gobierna por si misma. I Jna leyes autónoma cuando surgeen el mismo sujeto que la obedece. Un astenia coco es autónomo, cuando subiaya la auronomía d e los sujetos, en contraposición a ¡a heteronomía. Por ejemplo, e l sistema kantiano es el tipo dásico d c sistema ético autónomo. Para Kant la heteronomía implica ausencia dc valor moral. Igualmente, eí pensamiento de Sarrrc de tal manera insiste en la libertad, que se puede llamar autónomo. Al tom ism o se le ha llamado sistema heterónomo, porque admite la validez de ias leyes provenientes dc autoridades ajenas al mismo sujeto, com o Dios. 2. D e l a heiEkONOmTa a ia ai.tonom ía. A pesar de la apáreme incompatibiü de autonomía y heteronomía,virarnos cómo puede el hombre ser autónomo sin ncccsí de rechazar la heteronomía. D e niño, claro está, predomina con exdusividad la heteronomía. Suele obedecer a autoridades, conso sus padres, ios maestros, etc. D e paso, debe observarse que hereronomía n o tiene nada criricablc. En la adolescencia se puede adverar un fenóm eno que se da con frecuenda: d joven ha descubierto su libre albedrío y trata d e afirmarlo y manifestarlo con

E ncono» comienza a apreciar su propio d o m in io , y la autonomía constituye un o de sus valores máximos. A ral grado llega a cstr aprecio que suele concebirla com o total­ mente incompatible c o n la heteronomía, y en ia práctica esto se realiza e n ei m om en ro en que rechaza ostentosamente y por sistema toda orden que provenga d e ios padres o d e los maestros. Se rrata d e un cipo de rebeldía, que siempre ha existido en el adolescente, y que en lo s tiempos modernos se ha agudizado, lia toma-do conciencia de sí mism a y ha hecho gala d e su actitud d e menosprecio a toda autoridad. I „1 causa del “rebelde sin causa" e s la sobrevaluadón d e la autonomía, exacerbada por los medios modernos d e com unicación (cinc, televisión, prensa), donde Se refleja a sí misma y se m ultiplica com o en un a serie d e espejos paralelos. (N ótese que esa autonomía, exacerbada por ci ejemplo d e oíros, es ya una traición a ¡a mism a tendencia autónoma.) Pero, más addanre, d joven, en e l proceso natura! de la maduradón. cuando ya no necesita demostrar a nadie que es autónomo, s e comporta co n mayor equilibrio y se somete, d e buena gana V por propio convena miento, a las autoridades d e su rrabajo, a los compromisos de su matrimonio, 2 las reglamentaciones de la sociedad, ore. ¿Es que con esto ha claudicado su autonomía?justamente no. Lo que sucede es que ha asimilado e n carne propia las órdenes que provienen d e otros, y s u propia razón os !a que está mandan do en ¿i. En un a palabra ha sintetizado autonomía con hereronomía, porque ha comprendido que darse leyes a sí mism o puede induir las leyes que va re»JXxáttltkí com o ya hechas por oíros. Para ser autónomo, tío es necesario “volver a inventar d fuego", n o es necesario inventar todas las leyes qu«r se dé a s í mismo. Va aceptando poco a poco las razones d e OírOs; pero ya no a ciclas, com o cuando era niño completamente heteiónomo, sino avaladas por su propia razón. 3 . Síntesis u t A U T O N O M Í A y h f t e r o n o m Ia . N o se trata, pues, d e q u e en ciertas ocasiones deba ser autónom o y en otras heterónom o. N ada d e eso. La madurez de la persona está caracterizada por ia autonom ía Siempre debe ser autónom o, pero con una auronomía que no tiene por qué excluir sistemáticamente ias leyes q u e se originan en otras autoridades. La razón, lucra de todo apasionamiento, no (¡enepor qué rechazar la au raridad objetivamente superior, com o es la d e D ios, la d e ios padres, ia dd Estado, etc. L o que sucede enronces es que obedecer a dichas autoridades no ha de ser necesariamente equivalente al sometimiento sum iso y humillante del esdavo ante su amo, sino la unificación de la propia razón c o n la razón d e las autoridades que. en definitiva, n o son sino participaciones d e ia recta razón. Es, pues, la razón, la q u e csiá dirigiendo al gobemanre cuando dicta leyes válidas, y esa misma razón a la que csrá siendo asimilada por d súbdiro, quien se manda a sí mismo !o que otras razones ya han visto primero. Someterse a una autoridad xlo significa someterse a o u a persona que, com o tal, es igual a la d d súbdito. Somctetsc a una autoridad$%nincj someterse a la razón, q’.jc es uasccndcute a todo hombre;1

N A ic w < p¡r n a m n o i m ¡ í zO o u n a u K e p i o


C o . D e F in a n a . f iw u tf f v x J i . p . 170.

La superioridad de la autoridad sobre ci subdito consisto en que aquella participa más d e ccrca d e .a razón, tiene mejores medios para conocer ia situación y dictar así T , y razonabi« - ?<* ^ « " p lo ,« Obvio q u e el padre d e familia, simplemente por el hecho d e su experiencia vivida, tiene mayores ciatos pata dictaminar lo que SC deoc hacer en s u fem ilk, el gobernante en el Fstado puede unificar con mayor facihdaa la actividad d e los subditos en pro del bien com ún. h n resumen: k síntesis d e la autonom ía y k heteronom ía consiste e v que un mismo acto pueae ser rn ^ M J o p o r una autoridad ajena (heteronomía) y asim ilado en ia U_ - J- . • / «. (a u to n o m ía )

...............

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/cunta*#porpropioconvencimiento

moralidad.

id«c:.c d , «pouü con la explicación tornea de la, normas ofejerKsvsubjeriv, dc nomoccdefec r ^ p o r « propia conciencia (nomúiul.jenva) pero cambien dd* para <¡ut-« té dc acardo coi: !aley y i* recra ra2¿« (normai de

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«ncknd* « m y verdaderaesun. M m c ip ^ n dck.-ccD

razón , n o im a d efinitiva d c ia. con d u cta a i o r jl d e to d o h om bre.

Adv*™*. por último. d común denominadorde los principalesCapítulo* dc este libro: k m ón lo-m sur. el nombre: trascienda su propio nivel W a n o . Con d.'a íc unifican k , dif¿r
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d ) F.l progreso del hombre en e l cumplimiento d c sus deberes suele seguir escás etapas: Primero, cumple por temor ai castigo, es heterónomo. Enseguida, cumple por propia conveniencia, por su propio bien, es interesado y egoísta, s:¡ centro d e acendón es él mismo. En cierra edad, cu mplc por respeto ai deber; se trata del idealismo autónomo kantiano, ['‘ero. en la culminación, cumple por amor ai bien; su ratón le muestra e l bien, y su voluntad se lam a y se enfoca por completo en dicho bien.

U ARTA PARTE REALIZACIÓN MORAL

Capítulo X X III P R O P IE D A D E S D E L A C T O H O N E S T O I sí itcica es una ciencia prácrica; por tanto, está hecha para ser encam ada en la conducía humana. Lo normal d e derecho p id e su realización hasta convertirse en lo norma! d e hecho. La obligatoriedad es esa presión por parce d e la razón, para que la voluntad escoja e! valor propuesro. Es lina lástima que n o siempre se cumple lo normal d e derecho; sin embargo, positivamente, se van realizando, de un m udo normal, un cien o grado d e valores, que otorgan ni hombre el nivel moral que le corresponde. í a realpación d e la moral se puede estudiar bajo varios aspectos. F.I principal es la serie d e deberes que Cü Concreto se imponen a cada persona en relación co n los demás hombres, consigo misma, con Dios, con la sociedad, com o profesional, etc. Estos deberes ■se pueden deducir a partir de las principios generales ya csmdiados, y constituyen eí objero de los capítulos finales dei libra. Pero, antes del estudio d e lo s deberes del hombre, vamos a dedicar d o s capítulos al análisis de las principales propiedades que tiene el acto moral realizado, a saber: la responsabilidad, el mérito, la sanción, el progreso moral y la virtud. 1. R esponsabilidad. E s la propiedad del acto humano por la cual el sujero que lo ejecuta debe dar cuenra d e él, es decir, debe parcicipar de los beneficios, si el acto es honesto, o reparar los perjuicios que produce, s i es deshonesto. La responsabilidad está eil fu nción d e la libertad del sujeto. La razón de la responsabilidad que recae sobre el está justam ente en el hecho d e que ese acto se ha -originado en una deccitíti libre del sujeto. El libre albedrío consiste en el dom inio d e sí m ism o. Es la capacidad d e elegir por propia determinación. Cion esto el hombre SC hace creador y dueño d e sus acras; y, precisamente a partir d e aquí, es com o surge esa relación inevitable p o r la cual el mism o sujeto ha d e responder de su propio acto.

En ia práctica, la formación del sentido d e responsabilidad es una d c las principales tarcas del educador. Una persona que elude Su propia responsabilidad es un sujero que todavía n o ha alcanzado el nivel de va!or moral que le corresponde en atención a su grado dc liberad. Es una desgracia que en muchas situaciones I2 responsabilidad que de hecho ejercita una persona todavía no alcanza d grado de responsabilidad que por derecho debería tener Sin embargo, nótese que d grado d e responsabilidad que va mostrando el educando es precisamente la piedra de toque utilizada por el educador (padres o maestros) para concederte confianza y libertad en sus acdones. 2. El. MÉRITO. Es e l derecho a una recompensa por haber actuado bien. Lo contrario es d demériro. Este derecho a la recompensa ricnc SU base en el hecho d e que un aero honesto produce beneficios a otras personas. Ellas, por lanto, lian d e recompensar en justicia d beneficio recibido. Éste es e l mérito llamado, en ia Filosofía escolástica, d c condigno o d e estricta justicia. Además, existe e l mérito de congruo. y es d derecho a una recompensa en virtud d e una promesa. Éste CS el lip o d c m érito que tiene d hombre respecto a ios premios otorgados por Dios. Existe un segundo concepto d e mérito, a saber: d incrcmenro de valor moral, en virtud de ios actos honestos ejecutados. Fsia dase de mérito está en relación co n la bondad (y, p o r tanto, co n el benefido) d d aero. Se cree com únm ente que el grado dc mérito está en función d e la dificultad que se tiene, al realizar el acto. Sin embargo, esto n o siem pre es exacro (como vamos a ver). I-a dificuliad puede provenir d d sujeto o d d mismo acto. Si proviene d d acto, la dificultad aumenta d mérito. Peto si proviene d e una deficiencia moral d d sujeto, n o se añade ningán mérito al acro3. L \ SANCION. Es e l correspondiente premio o castigo que se merece por d cumplimiento o violación d e la ley.' Se pueden considerar dos tipos de sanción: intrínseca y extrínseca. La primera es una consecuencia natural d c la misma, conducta humana. Por ejemplo: la satisfacción o d repioehe de la propia c o n d en cii La segunda es d premio o castigo expresamenteseñalados por d legislador, aparte de Lasandón intrínseca o nacurai. Por ejemplo: un estudiante que efectivamente estudia, tiene com o sanción natural ia aprobación d e sus estudios y ia satistáceión dc su contienda. Además, sus padres y el colegio pueden otorgar premias, o sanciones extrínsecas, que son un estímulo a la buena actuación. Es necesario evitar dos extremos opuestos respecto a ia sanción. Algunos abusan de los prenúos, d e tal manera que llegan a deformar ia contienda del educando, de modo que el móvil de su acción queda complctamcnrcacaparado por d deseo d e tal premio. I.o mismo

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q u e , o r d m i r i - s m s e U s o n c iá n i e i t f m c - í ¿ >

iw .ig n . « ¡ u í n o n » « c t

ó is ig m : u n to i

se diga d d castigo exageradoy, por canto, dd remor que infunden en los educandos. hasta d extremo á c com-errirk» en sujetos tímidos y apocados o . en su caso, rebeldes. Pero además, está la exageradón de aquellos que convierten d castigo en unaverdaderavenganza de su cólera, o de sus sentimientos humillados, O de su rencor. Ia sanción correera tiene com o finalidad inclinar a lo s hombres hacia d bien y apartarlos d d maL Tiene, pues, una función preventiva. Además, crata d e corregir al que cjocura a a o s ¿«honestos procurando que no reincida; ésta es la fimdón medicinal. Y, en rodo caso, la sanción siempre debe estar d e acuerdo con lo que efectivamente merece el sujeto. Los rem ordim ientos d e la c o n d en d a son (como ya se dijo) una sanción natural. En genera!, son kene'ficos, pues mueven al sujeto had a la reforma y perfeccionamiento d e su propia actividad moral. Sin embargo, debe notarse que existen algunos remordimientos anormales y que n o aprovecha:: al nivel moral del hom bre. Esto sucede cuando son desproporcionados con el acto deshonesro ejecutado. Se llaman escrúpulos, y tienen su origen en una deficiencia psíquica. En otras ocasiones, c! remordimiento es más bien un sentim iento d e humillación, al constatarse caído; es el orgullo herido d que produce dicha confiisión interna y se caracteriza porque sólo contempla el pasado, sin proyectar la enmienda del futuro: no es, pues, fructífero. Tampoco debe confundirse el remordimiento co n el llamado “senrimienro de culpabilidad*. Éste consiste en una derra angustia o intranquilidad que sufre una persona, sin darse cabal cuenta d d morivo d e tal sensación. El origen del sentim iento de culpabilidad está en el inconscienre, y, más que tratamiento moral, merece un tratamiento d e tipo psicológico. Para q u e e l r e m o r d i m i e n t o s e a n o r m a l y p r o v e c h o s o , s e r e q u i e r e n , p u e s , e s t a s d o s C O n d id o n e s :

Primera: q u e sea proporcionado co n ¡a falta. Segunda: q u e no sólo se duda d d pasado, sin o que proyecte la reforma d d futuro. 4. E l rz.oc.kfs o .m o r a l Consiste en e l mejor conocim iento y aplicación d e las norm as m o ra les. P u ed e registrarse ta n to in d iv id u a l c o m o co lectiv a m en te. Independientemente del juicio que se haga en relación con la moral d e la humanidad en nuestros días, siempre sería necesario evitar los dos extremos: optim ism o y pesimismo exagerados. N i es cierto que todo tiempo pasado fue mejor, ni tam poco es derto que s ó io lo moderno tiene valor. fcn todo caso, el progreso moral, tanto individual com o colectivo, sude manifararse e n función d e estas dos cualidades, por lo menos: Primera: en d plano intdecrual, la tolerancia, que es ci respeto a las ideas de otros, con d consiguiente reconocimiento a su derecho para pensar por sí m ism os (lo cual no debe contundirse to n esa actitud ambigua, pseudo-diplotiláiica, que quic re agradar a todos y nunca define su propia posición). La tolerancia es condidón del diálogo, único procedimiento que permite d intercambio de ideas y d enriquecimiento culrural, con base en tan diferentes aportadones.

Segunda: en ia línea de la voluntad, la tendencia a la u n idad (es decir, solidaridad y cohesión entre los diferentes estratos o miembros d c una sociedad). E n la medida e n que existan antagonismos, o d io , tuerzas voluntarias que dividen, el progreso moral está todavía en ciernes. En una personalidad, en una tam ilia, en un a sociedad, y en c! m undo entero, la integración y unificación dc tantos elem entos dispares só lo puede ser fruto d e un alto nivel moral, vivido y realizado por todos sus miembros.

Capítulo X X IV L A E S E N C IA D E L A V I R T U D La virtud c> otra propiedad dc ios actos honestos, o cuanto que se repiten y dejan en el suj«o una huella que facilita la buena conducta. Sin embargo, n o todos aprecian la virtud com o uo valor moral positivo. A pesar de­ que la mism a palabra está significando fuerza, energía, virilidad, frecuentemente se han hecho caricaturas d c las diferentes virtudes, considerándolas en e l m ism o nivel dc la mojigatería, de la tim idez o hasta d e la hipocxcsí¿. Por eso es necesario definir co n mayor precisión a esencia d e la virtud, aclarar los malentendidos y describir las principales virtudes ccncretas que el hombre d e hecho posee, 1 . DéTLNIQON DE LA VIRTUD:

a ) La v irtu d es una cualidad. E n primer lugar, n o deben confundirse la virtud y el acto honesto. Una persona puede realizar actos honestos sin tener virtud. Ésta es una cualidad que inclina y facilita la realización de dichos actos. b) C ualidad adquirida. Este dato es de mucha importancia. N o hay virtudes innatas. Todas deben adquirirse basándose en esfuerzo y repetición. Cierto es que el hombre puede tener algunas predisposiciones favorables deide el nacimiento; pero, en todo caso, cales predisposiciones só lo están en potencia y n o se convierten en virtud hasta que se actualizan de un m odo voluntario. l a virtud (com o todo valor moral) depende d c la actuación voluntaria y libre dc! sujeto. Orros valores pueden heredarse, mas no la virtud. c ) Es una cualidad essabie. Las virtudes son hábitos buenos, según la definición aristotélica; s e adquieren y poseen una cierta escabilidad en la persona, susceptible de incrementarse lenramenre dc un m odo positivo o negativo. Generalmente se ma­ nifiestan com o una línea deconducra m is o menos característica d e tal individuo.

d) Facilita e l acto honesto. Aquí está el efecto d e la virtud. Q u ien ia posee tiene mayor fedlidad para acruar bien; lo hace co n agrado y, además, puede realizar actos que, sin cita, sería imposible. D e todo lo cuai surge ¡a siguiente definición d e la virtud: Es un a cu alidad estable y adquirida que facilita e l acto honesto. 2 . L \ TEORÍA AKISTOTÉUCA SOBREIA virtud. Aristóteles definía la virtud com o Un hábiso bueno. I a definición es correcta, siempre que por hábito se entienda una cualidad estable, ral com o la hem os descrito ya. En cambio, modernamente se enriende por hábito una costumbre automática, casi mecánica, que reside en e! sistema nervioso o en los músculos. Y, derrámente, la virtud n o es lo m ism o que automatismo. También se ice en Aristótelesla teoría del término m edio en la virtud. Efectivamente, e n ia mayoría d e los casos, para poseer una virtud, se debe tener cuidado d e no caer en los cerremos. Así, la valencia está en medio d e la cobardía y de la remendad; la virtud dd ahorro debe ocupar un puesto intermedio entre la tacañería y ci despilfarro. Sin ernbarg o, réngase en cuenta que esta teoría d d término medio no puede apocarse a las virtudes sobrenaturales (fe, esperanza y caridad), cuyo objeto es Dios, y, por t anto, nunca podría d hombre excederse en confianza y amor hacia Él. Tampoco habría que confundir ese termino medio co n la mediocridad; ésta es una actitud comodina; en cambio, el término medio aristotélico es una cumbre entre dos vertientes, muy difícil d e conquistar. 3. Las princípales virtudes. Las virtudes pu-eden ser naturales (prudencia, justicia, fortaleza y tem planza) o sobrenaturales (fe, esperanza y caridad), segú n que correspondan al nivd humano o estén por encim a d e las capacidades propias d e la naturaleza del hombre. También se dividen en intelectuales (prudencia, ciencia, arte, sabiduría e intuición) y morales (prudencia, jusrida, fortaleza y templanza), según que residan en los apetitos o en Ja inteligencia. Pero, sobre todo, las virtudes morales hacen al hombre bueno. N o es posible usarlas mal. i¿n cambio, las virtudes intelectuales sólo hacen b u en o al hombre en cieno aspecto, y. en algunos casos, podrían estar en contra del valor moral. Por ejemplo: la justicia siempre es un valor moral positivo. En cambio, e l arte o la dencia podrían utilizarse incorrectamente (crimen, guerra, pornografía), prupordonando ai sujero valores morales negativos. Solamente la prudencia es a! mism o tiempo intelectual y moral. a) Prudencia. Es la virtud d e ¡a razón, por la que e l hombre sabe lo que hay q hacer o evitar en d m om ento presente. E l hom bre prudenre rienc una aptitud especial para darse cuenta de circunstandas concretas que lo afectan, y que pueden influir en su s decisiones U‘ El prudente se sabe aprovechar d e las experiencias pasadas. Y, acerca d d futuro, prever y proveer. Sabe actuar con rapidez cuando las circunstancias lo ameritan; y, en otros casos, se tomará su tiempo para meditar y elegir concienzudamente. En fin. !a pmdcncia no debe confundirse co n e l tem or o el exceso d e precauciones Está en un término medio entre la precipitación y la excesiva cautela.

b) Justicia. Consiste en d a i a cada uno lo que Se corresponde. Una persona que. de ur. m odo consrantc, respeta los derechos ajenos; y le da a cada uno lo que se le debe, ricnc !a virtud d c la justicia. Se puede considerar tres dases principales d e jusdcií: conmutativa, distributiva y legal o social. Se Uzniaju sticia conm utativa ía que rige las relaciones entre personas particulares. Por ejemplo: un com erdante cumple fieimente un contrato dc compraventa. FJ robo., la mentira, la calumnia, la injuria, e l hom icidio, lo s malos tratos, van en contra d c la jusrida, en cuanto violan lo s derechos ajenos. I-aju sticia distrib u tiva rige ias rciadones entre la scciedad y ci súbdito. Q ueda a cargo d c los gobernantes, quienes deben distribuir los beneficios y las cargas d c ia sociedad, entre los diferentes súbditos, por ejemplo: les impuestos. Laju sticia legalo socialrige las relaciones del individuo co n respecro a la sociedad. F í la voluntad d e actuar en atención al bien com ún. T.enc imporranres aplicaciones en ci terreno económ ico, tai com o se estudiará en un capítulo posterior. e) Fortaleza. Es la firmeza del alma, capaz d c vencer las dificultades propias d c la vidaFJ hombre con fortaleza tiene facilidad para sobreponerse a ios obstáculos y penalidades Que fe encuentran a lo largo d c la vida: es perseverante y paciente; tiene giandw a d e alm a (magnanimidad). Se opone a la temeridad y a la cobardía. Es contraria 2 la timidez, a la desesperación y a ¡a ambición exagerada. d) Templanza. Es la virtud cuyo objeto consiste en noderar los placeres sensibles. Puede tomar la forma d e sobriedad, en lo que se refere al gusto por los alimentos y la bebida; o bien, se llama castidad, cuando modera el instinto sexual. La humildad es también una forma d e templanza, puesto que modera e l gusto excesivo por la propia fama y gloria. F.nfin. quien avanza en ¡a posesión de esias virtudes a tá realzando en t í mi elevana l ¡sombre másalió de lo común, iedan a isujeto una auténticapenonalidad dignade adnSraiióny deelogio, la únitaq-aepuede ILsmme buena, de unmodoplenoy ademado. La moralizacióndAindividuo¡¿Jote puede locara bate de ¡asvirtudespenonalet. 4. iNsnTUCTONKQUEintervíenen en u moráUZaoón . FJ hombre vive en sociedad, y, por tanto, rcdbed influjo qnc emana d c los estatutosy Iarca)¡?ación d e sus instituciones. En los capítulos que siguen estudiaremos dc qué manera existen obligaciones y dered'.os dc! hombre con vistas a una mejor ordenación dentre d e (ales instituciones, com o son: la familia, la escuda, d Forado y la Iglesia.

Capítulo X X V L O S D EBERES C O N R E SPE C T O A D IO S L os deberes constituyen el nivel básico d e realización moral. S e deducen a partir de las leyes naturales, y ésras se descubren en la misma naturaleza. Entre esos deberes están, en primer lugar, los deberes co n respecto a D iosr creador d e rodo el Universo y. por tanto, del hombre. Las relaciono del hom bre con respecto a D ios pueden sintetizarse en una sola palabra: la religión. 1 . D efinición’ y r>rvisióN i>e l a religión-. a ) Esta palabra tiene varios significados análogos. Aquí nos referiremos a ella como la virtud del hombre por la cual se relaciona convenientemente con Dios. Según algunos autores, la palabra religión viene del latín religare, y significa volver a unir. Sea « r e u otro el origen de ia paiabra. lo cierto es que, efectivamente, la religión consiste en una segunda unión dei hombre co n Dios. El primer b zo d e unión viene d e D ios hacia ei hombre; es el acto creador, por el cual D ios parcapa al h ombre la existencia y las perfecciones propias de la naturalera hmuana. Siendo D ios la Rondad en Sí misma, se complace a ¡ difundiré! bien y la perfección; de esta manera crea y conserva al hombre en su esencia y existencia E! segundo ir /o de unión (la religión) va desde el hombre hada Dios. Es coiísciente y hbre. y consiste en un acto d e correspondencia ante el don d e D ios. Semejante al hijo, que toma su lugar frente a su padre, asf la criatura debe ocupar e l puesto que le corresponde frente a D ios, La religión es, pues, ia relación que. en justicia, debe asumir d hom bre delante de Dios. b ) I j religión puede ser natura! o sobrenatural. La religión narural es la que el hombre puede ( y debe) realizar con su s capacidades naturales, com o son la inteligencia y la voluntad. Conocer y amar a D io s es el primer deber d e la religión natural.

i a religión sobrenatural es ia que se basa en la Revelación, eximo, por ejemplo, la B iblia. FJ judaismo, el protestantismo y el catolicism o, en cuanto participan o se basan en la B iblia, son religiones sobrenaturales o reveladas. A la razón auuie directamente e l estudio y ia práctica d e ia religión natural; pero la misma razón puede descubrir que la Revelación tiene un fundamento aceptable. F.n esa misma medida, el hombre debe tratar de conocer y practicar la religión revelada. También es conveniente hacer aquí la distinción de h e d ió y d e derecho, aplicándola a la rcíigión. Una religión de hecho es la que se practica efectivamente en determinado sujeto. I a religión d e derecho es la que está prescrita (por ia razón o la Revelación) independientemente del modo, más o m enos deficiente, com o es practicada. Esta distinción es muy útil para zanjar ciertas discusiones. La gente suele juzgar la religión por eí modo com o es practicada (de hecho), sin tomar en cuenta a la religión tai com o tsrá prescrita (de derecho). Evidentemente, hay diferencias entre las dos, v el sujeto debe guiarse, no tanto por la religión d e hexfao, sino por la religión d e derecho, lod o cito no es más que ur.a aplicación d e los principios señalados desde ios primeíos capítulos2.

Fundam ento d e l a religión, l a religión, com o deber del hombre, tiene un

doble, f u n d a m e n to .

a ) F.n primer lugar, eí que ya se ha señalado poco más arriba, a saber: el hecho de que el hombre es criatura de D ios. Ia religión no viene a ser otra cosa, sino ¡a toma de posición del puesto que le corresponde al hombre, com o criatura d e D ios. Asumir e! papel de Criatura, reflejarlo a !o largo de. la vida, relacionarse con D ios p o i medio de la inteligencia y la voluntad, y, en fin. corresponder al amor d e D ios es un acto d e justicia, es realizar un orden y a esrablecido. Q uien toma conciencia d e sti propio carácter contingente, de la precariedad d e sus propias cualidades, d e la calidad d e don que tiene su naturaleza entera, n o puede menos que entablar con D io s (fiiem e d e todas ias perfecciones), la estrecha relación d e gratitud, correspondencia y amot, base de toda religión. b ) Pero, además, puede observatse que en todo hombre existe una fiierte inclinación o tendencia a lo Absoluto, que lo está impulsando, sin cesar, a la búsqueda d e CSC. valor. Por propia naturaleza, d hombre tiene la !cadencia que io lleva a la práctica d e la religión. Esta tendencia a lo Absoluto provoca en e í hombre una cierra inquietud y vado, incapaz d e ser llenado por bienes terrenos y relativos. D ich o vacío es el que hizo exclamar a San Agustín; "N os hiciste para I"i, Señor, y nuesrro corazón estará inquieto hasta que descanse en Ti". La religión es, pues, un deber, qué se im pone d e un m odo necesario en vista del hecho d e la creación y en vista d e la tendencia natura! del hombre hacia D ios. Este doble fundamento d e la religión viene a ser com o los dos extremos d e un puente en construcción, que se unifican eti el centro y, juntos, realizan la unión d e lo s dos polos.

£1 am or y donación dc D io* hacia el hombre y ia (cadencia, d c este hacia So Absoluto están llamando a! hom bre s i cumplimiento de la religión. 3. L . r&Acnc*.df. i a rfi¡ oíón. Desgraciadamente, la religión, ral com o se pracrica d e 'hecho, suele mezclar elemento* que ya uo pertenecen a eLia y que la impurifican a ¡ai grado que la convienen en tina superstición o en un fanatismo impropio dei nivel elevado y valioso al que pertenece por derecho. Lo principal en la religión es. la tendeada de la inteligencia y d e ia voluntad hacia D io s.1 Esto se manifiesto com o «na ind inatión para conocer y amar a D ios (fe. esperanza y caridad). Es d e carácter interno, personal, y, cal vez. lo más intim o entre ios afectos y pensamientos del hombre. l ’ero, naturalmente, c! conocim iento de D ios y del orden por F.! establecido, junto con e l amor y la unión realizados por la voluntad, conducen al hombre a la práctica de un culto interno y externo, ai cum plim iento d c sus mandamienros. y, en fin, al acuerdo y unión de volunrades. En otras palabras: lo principal en la religión es ci espíritu d c unión con Dios. Pero este espíritu d c unión no ha d c ser estático, sino dinámico, es decir, mueve a la acción; n o es un amor d c palabras, sino de hcdios. La religión, para q u e sea autentica, debe estar plasmada a lo largo de la vida, com o c! resultado de un am or que. por csencia, pide p le n itu d .

1.2 religión es y k ía c o n ¿ a n id o trascendow e.

En la práctica Mielen civcoairarse muchas desviaciones dc la te n d en cia natural hacia lo Absoluto. 1a ignorancia, por ejemplo, induce a ias supersticiones y fanatismo». En efecto, si la inteligencia no está ilustrada ¿ te rc a del verdadero objeto a! que d ebe dirigirse la indinación a ¡o Absoluto, fácilmente puede contentarse el hombre C O O uu Objetivo qué presenta las apariencias d é l o Absoluto, com o c i sol, ios fenómenos naturales, ios ídolos y fcnches. las prácticas curativas, la magia y la brujería. En una palabra: las supersticiones y los ranarismos constituyen un sustituto de ;a rciigión, provocado por la ignorancia acerca de Dios, tínico objetivo correlato dc la tendencia a lo Absoluto. También í s un esror la represión cíe la tendencia natural hacia Dios. Los psicólogos modernos, com o Ignacio Lepp,2 llegan a afirmar que ¡a represión de esta tendencia puede llegara producir una neurosis o desequilibrio psíquico. Relatan casos de enfermos mentales que sólo llegaron a la talud cuando establecieron con claridad su pOSÍClóu con respecto a Dios. Ciertos tipos de ateísmo son, francamente, o producidos por la ncuxosis, o conducen a la neurosis.-' Existen p a scu a s cu y o ateísmo es neurótico, aunque también hay sujetos cuya práctica religiosa es neurótica. Sin embargo, b aurénrica religión es practicada de hecho por personas equilibradas, y sin ningún vestigio de neurosis. Esto muestra que entre religión y neurosis n o existe un lazo necesario, com o aiirnxaba Freud. Para él, la

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!dii!c¡iL-aliicii 1— c,!. low n-li^KMkljdCá mi¿nnraWrffve !¿fk'¿¡efs. capíruin»fiulo. P¡z
: O í . > ih u t cotila : C Ja n Ja H r, y M ' O í . LcjMi.

t i u Jrl¿ A p . p 39.

Z ó S : o b ie n : A m r r . m o t t í ) a u r * ¡ t r a u o t u . ¡ x 2 8 .

religión es una obsesión colectiva. ¡.os hechos «tK Suan io d o lo contrario, ju n g es, en esie aspecto, m ucho más fiel 3 la realidad, aun cuando no llega a la afirmación piena de Sa existencia de Dios. Un incremento en ia madurez y equilibrio del Uonibiv conduce naturalmente a un incremento en !a práctica de la religión autentica, 'in m o d a de supersticionesy fanatismos, sin sentimientos inconscientes de culpabilidad. «in creencias deformada*. Entre este tipo de creencias, hace muchos estragos la d e que Dios CSun ser justiciero, vengativo e implacable, siempre en busca de la menor iálra para aplicar la sanción, l’or c i contrario, “Dios es Amor", v “todo contribuye para d bien d e los que aman a Dios’*. (C ft San Juan v San Pablo.) 4. La UBEKTa d r e l s c jo s a . 1.a lib erad religiosa consiste en que cada persona puede elegir su religión de acuerdo con su propia conciencia, después d e haber examinado y reflexionado seriamente sobre e l rema (a base d e lecturas, consultas, meditaciones): de tal manera que ni el Estado ni cualquierotra institución liene facultad para imponer a sus súbditos una determinada religión. La libertad religiosa se deduce a partir d e la libenad d e conciencia. N o es más que la consecuencia d e ese derecho fundamenral c inalienable que todo hombre tiene para usar su libre albedrío en la determinación d e s u propia vida. D e hecho existen varias religiones, varios ¡nodos d t relacionarse con Dios, l a misma naturaleza d e las cosas es la que va marcando al hombre cuál es la mejor y m is acorde con la verdad. Y en función d e ese conodm iento es com o se debe elegir la propia religión. La libertad religiosa no implica indiferencia religiosa. Solamente la mala fe puede desviar el sentido d e la iibenad religiosa, hactóidoia consistir en una indiferencia para con toda religión o en una postura d e absolutismo personal que se deja llevar por el capricho y que se niega a reconocer las limitaciones reales de la libertad y la fundamenración objetiva de la verdad, a la cual siempre hay que someterse.* La verdad es una y no adm ite contradicciones consigo misma. Por tanto, en d m om ento en que las diferentes religiones se contradicen, se puede concluir que no todas son verdaderos. Y la bondad d e una religión está en función d e su verdad. D e cualquier modo, es necesario buscar y subrayar lo que es común a varias religiones, en lugar de insistir en lo que difieren. D e hecho, hay mayores motivos d e acuerdo y unión (por ejemplo, enrre las diferentes religiones cristianas) que d e separación y de ataque.

5- L \ EDUCACIÓN iak Q uien está convencido d e !a existencia d e D ios, de la rendenda natura! dei hombre hacia D ios, y, por tanto, d e ia necesidad de la religión, no puede m enos que fomentar la religión entre todo ser racional. * P a ra b h v o k í d i t o s y p r « i i i o a « p o - d c o w J u i t c : M h i y e . P h , ! * « n r á w » m m l M • B a r r il ™ * . i %

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r r r ir ím . : U i i c .

U n a ed u cación q u e >10 llaga caso d c esta ten d en cia, q u e d e je sin cu ltiv o y sin ejercicio la in clin a ció n h acia lo A b so lu to , tie n e q u e ser una ed u ca ció n dcfccruosa. M u ch o s sig n ifica d o s h a ten id o ¡a exp resión "educación laica”. S i co n ella s e quiere p rescindir d c D io s y se quiere hacer a un laclo la necesidad d el h o m b r e p o r l o A bsoluto, se está, co n eso , a lien a n d o al h o m b r e , s e le está d esp ojan d o d e .una d c su s grandes o p ortu nid ades p ara trascender e l n iv el p u ram en te terreno, y s e le está forzan d o a correr e l riesgo d e u n a represión d e d ich a tendencia, q u e ai fin a l se traducirá e n un d esequilibrio p síq u ico. C o m o h em os vasto e n otro lugar, la religión n o e s u n a alien ación , sin o q u e, por lo contrario, la laica d c religión constituye u n a m u tilación e n la person a hum ana, y es, por tan to, una alienación. D esgraciadam ente, la ed u cación y la in stru cció n religiosas frecuentem en te lian carecido d e cualidades pedagógicas. E i raem orssm o d e preguntas y respuestas, la filta d e aplicación práctica en las clases d e religión , el dogm atism o exagerado d e ciertos profesores, la abundancia d e sen tim en talism o, la im p osición d e u n a tradición carente d e razones, s o n circunstancias q ue (tai v e z , m ás d e lo q ue s e c r ee) h an dañado al e d u c a n d o y l o han. apartado d c la religión . L o q ue hay q u e suprim ir, n o es la ed u ca ció n religiosa, s in o la antipedagógica ed u cación religiosa, q ue h a causado esos e fec to s contraproducentes.

Capítulo XXV I D E B E R E S F A M IL IA R E S Escás obligaciones surgen a partir d c la esencia d d matrimonio, el cual.%puede dcfilñx bajo varios puntos d e vista. 1 . p E H N i C í O . V . T IN E S Y K (0 ? [P .D A D F .S D F.t. M A T R IM O N IO

a ) Éticamente, e i matrimonio es la unión permanente d e un hombre y una mujer para, la procreación y educadón d c los hijos.Teológicamente, d matrimonio es, además, un sacramento y a que es un contrato. b ) D ada ia definición anterior, quedan daros lo s fines d d matrimonio, uuc son: 1. Hl amor entre los cónyuges, con rodo io que d io implica (o sea, la complementación psíquica, la comúnicadón y diálogo íntimo, la ayuda m utua y la donación d d un o al otro}. 2 . La procreación y educación d e ¡os hijos. Es decir: Como fruto natural del amor conyugal, vienen los hijos a formar parre d e la sociedad fundada por los padres, con sus correspondientes derechos y obligaciones. Evidentemente, cu uu plano humano, se debe buscar siempre una paternidad responsable. c) Las propiedades típicas d d matrimonio son dos: la unidad y la indisolubilidad, que se derivan a partir d d concepto inicial del matrimonio; y, a s u vez, son fuentes de obligaciones entre las cónyuges. I a unidad consiste en que el viñado matrimonial debe ser exclusivo entre un hombre y una mujer. A esto se opone la poligamia, que puede ser ¡un liombre con varias mujeres) o poliandria (una mujci con varios hombres). I a indisolubilidad es la propiedad d d matrimonio, en virtud de la cual debe perd u rar hasta (a m uerte de un o d c los cónyuges. A esto se opone la práctica del divordo.

!&ntor>t:«%ióN a u Etica.

Hay que hacer notar que estas dos propiedadesde! matrimonio cenen un fuodantento de oreen naniral, independiememenre d c lo que digan acerca d d matrimonio las diferente? reíigiones. Simplemente basándose o ia aiatiualocahumana. pucdCfl oblClKTSC estas propiedades. En efecto, la psicología del hombre p id e un amor cada vez más pleno, comprensivo, penerranre. donador; cada vez m is lejos del amor de lip o infantil, que es interesado, egoísta, y que utiliza a la persona amada com o u:i instnunenro. Fj amor netamente hum ano es incompatible co n !a disolución dc*! vinculo v con la poligamia. 0 . dicho d c orra manera, el amor es d c das ciases: d c concupiscencia y d e benevolencia. Fi primero es interesado y el segundo- es desinteresado. Todo e i m undo tan picoa a querer con am or de concupiscencia, y só lo al madurar realiza e! amor de benevolencia. La práctica de «rea m a r, que es e l propio del matrimonió, consiste en una donación de s i misino, trata a la persona com o persona, y no com o un instrumento. Solamente en esre nivd es c o m o se enriende ia unidad y la indisolubilidad dd. matrimonio. i’or otra p a n e, es claro que la integridad y consistencia d e ¡a familia sosamente se logia cuando s e reaÜ7an « l a s dos propiedades. Por tanto, ¡a fidelidad conyugal, la armonía cu el trato cotidiano, ¡a educación d c los hijos, son obligaciones qué manan necesariamente d e la esencia deí matrimonio. 2 . Ei. d i v o r c i o . Eí divorcio se p u ed e definir c o m o la ruptura del vínculo matrimonial. Existen dos Ciases dc divorcio: d perfecto y el imperfecto. N inguno d e estos dos se ha d e confundir con la anulación del matrimonio, la cual nene lugar cuando en realidad nunca h a existido el vínculo matrimonial, a pesar d e las apariencias. Por ejem plo: dos personas se casan, pero una d e ellas ha accedido a ía boda sólo por !a coacción l?»ca p o r parte dc! fim iro suegro. Evidentemente, esc matrimonio es {lulo, por falta cié consentimiento voluntario. a pesar d e ias apariencias. Por su pane. ¿ divorcio perfectose- define como aquel que produce ia completa mpmra dd VÍügiIií matriiyoftal y dija a lo.' cu liberad para conrraernupcias siasí lodesean. Naniialmenro. después d e todo lo dicho, « t e tipo d e divorcio no se puede admitir, va en contra d e la esencia misma d d matrimonio. Las razones para desecharlosOsilas Bguicntes:

1. !/»s hijos rio se pueden educar convenientemente en ios matrim onios disueltos. 2 . FJ divorcio establece una desigualdad entre ios m ism os cónyuges; pues, en términos gcnetales, la mujer queda en n na situación inferior pata vivir honestamente. .5. FJ ameir maduro, netam ente hum ano (com o ya ¡o hem os visto), p id e el matrimonio completam ente esrable. Por otro lado-está e! llamado divorcio imperfecto, que sólo destruye la cohabitación, sm dejar a ios sujetos en libertad para contraer nuevas nupcias, ’iam bién se ¡lama simple Separación.

E s c e tip o <£c divorcio imperfecto podría permitirse e »

txtrpcionules:

/ . F.n cuso d e adulterio d e algun o d e lo s cónyuges. 2 . G uando alguno d e ios cónyuges sea ú » peligro serio para la salud o la. moralidad d d otro. 3 . C uando uno d e lo s esposos sea un obstáculo para la conveniente educación de los hijos. 4. Por m utuo consciuimícmo, siempre que exista u¡» motivo serio que lo justifiqúe.

Capítulo X X V II D EBERES E C O N Ó M IC O -S O C IA L E S A partir d e lo» principios fundam éntalo explicados en los capítulos anteriores, se pueden deducir algunas tesis que aforran ai hombre en sus relaciones económico-socialcSSe puede trata; este teína agrupando ¡as tesis alrededor d e rres puntos sobresalientes: el trabajo, el salarlo y el derecho dc propiedad. 1 . PR ÍN O i I’H »; R £lÁ T fV O S AL TRABAJO:1

a ) F.I trabajo no a.den igran te para ci hombre, n i siquiera el trabajo manual. F.n las épocas clásicas d e Jos griegas y los romanos, este tipo d e trabajo sé reservaba para los esclavos, porque era considerado indigno d e un hombre libre. Afortunadamente. CSC m odo d c pensar ha desaparecido casi en su totalidad. b ) F.I hecho d e no tra b a ja res justamente ¡o que denigra a! hombre. Los psicólogo* están d e acuerdo en q u e todo hombre necesita una actividad, d e tal manera que una persona totalmente inactiva está en grave peligro de caer en un desequilibrio psíquico. Ademas, desde e! punco d c vista moral, quien solamente recibe bienes d c parte d e la sociedad >• no contribuye en nada para e l beneficio de ella, está, prácticamente, llevando una vida d e parásito. Cada tino, según sus aptitudes y circunstarcias, puede (y debe} trabajar para ei bien común. c) F.í trabajo asalariado no es, d e suyo, denigrante. También esto va en contra de antiguas mentalidades que prcrendlao hacer consistir sis “honor” en el hecho de vivir sin necesidad d c un trabajo remunerado. Lo denigrante, en todo caso, sería el abuso en con i ni dé! obrero; la exploración d e su persona, forrándolo a jornadas excesivas y con salarios insuficientes. d ) F.I trabajo tiene una función iocidi, es decir, n o solamente beneficia a! propk> trabajador, sino que produce bienes para el provecho d e otras personas. Ordinariamente, 1 y.< n r o J y o r c i d a o s i c b i e a a : a m u » X í t r ó n I r ó e t c q ! . . ü r r o A r a y l i i w n r M

tm s b rt, p p . IÍV -2 2 D .

la gente sólo toma cr. cuenta el propio beneficio, y apenas se percatad d aspecto social d e s u propia actividad. Esta ausencia d e sentido social es una d e ¡as más graves fallas de quien proyecta su futuro trabajo o profesión. c) i£i trabajo humano puede llegar a ser m ador, y, por tanto, puede asimilar al hombre con Dios. I a creación humana en d anc, la ciencia, la filosofo y la técnica, es ¡a actividad más propiamente humana y ;a que mayo» satisfacción proporciona al sujeto. Por otro lado. !a especializadón excesiva y la automatización d e ciertos tipos de trabajo, indudablemente le quitan calidad humana a la actividad dei hombre. f ) B Estado tiene facultad para dictaminar leyes sobre d trabajo, defendiendo los derechos fíe los obreros y d e io s empresarios. Esto va en contra de la doctrina del liberalismo económico, según la cual ¡os negocios deben regirse por sus propias leyes. t n resumen, t í trabajo esun d e b e r á iodo hombre, segúnsus aptitudesy circunstancias. E l trabajo es un valor hunuiw , Itjos de denigrar a i hombre, ¿o dignifica y U proporciona

2 . PftlNCUIOS ACERÍA D t l SAIAKK.»:

a ) Para fijar un salario justo, es necesario romat cu cuenta varios factores, com o sou; la cantidad y la calidad dei trabajo realizado, ia situadón económica de ía empresa y {as necesidades dei trabajador y d e su familia. b ) I j» trabajadores y empicados afiliados A una empresa deben participar d e las un idades de ia. empresa, y también deben gozar d e ciertas prestadones y e n r í a s (como, por eiemplo. indemnizaciones por accidentes de trabajo, goce de sueldo en caso de enfermedad, e tc ). c jS c ha pretendido ¡a Gjación d d salario a partir d e la ley d e b o fe n a y ¡ a d u n d a . ■ero esto es injusto, porque c¡ trabajo, en primer iugar, no es una mercancías y además, ese procedimiento se presta a los abusos que involucra la susodicha ley. La ley d e la oferta y la demanda se enuncia asi: “E l precio de úna mercancía aumenta cuando la demanda es mayor que la oferta, y dism inuye cu caso contrario”. Rsta ley es verdadera d e hecho, puesto que asi su d e suceder; pero no es verdadera de derecho, es decir, no im pone a los comerciantes la obligación de. subir lo s precios cuando un artículo disminuye en cantidad y, por tanto, aumenta ía demanda. Tampoco ..abría derecho para bajar lo s precios hasta el m om en to en que quiebren los competidores. Esta ley siempre se ha prestado a abusos por parre d e los comerciantes avorazados N o « a balde es necesaria la fijación d e precios tope y salarios mínimos. d) h; liberalism o económico (teoría propia de los siglos xvíii y xix) pretendía una libertad absoluta para los empresarios y negociantes. N i el F-srado podría intervenir legislando sobre d trabajo y ¡a industria. Se creía que la única ley válida en este terreno era la ley d e la oferta y ia demanda. (Cfr. el lema "Dejar hacer, dejar pasar ’.) Natu raímente, esto contribuyó a los abasos y explotaciones com etidos por los c a p ita lis ta s . Sólo posteriormente. la experiencia mostró que d Fstado debe dererm inar eyes defendiendo los derechos d e los trabajadores (y, por supuesto, también los de los empresarios).

in t r o d u c c ió n

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rÁ c n c - \

E l defecto d c e a resis del liberalismoocwiómico está en la confusión d c las d ivisas claics dc libertad. Puede aumentarse lo que se quiera el libre albedrío; pero no así la libertad legal, que siempre estará limitada por ios derechos d c io s demás. 3- PjtINCiPSOS ACERCA DEL DERECHO DP. l'KOKKDAIfc a ) F.s necesario defender el derecho dc propiedad, u o solamente dc los bienes pers/nuiita y d«r uso inmediato, sino, también, dc los hien a 'productivos. b) la s razones para defender este derecho dc propiedad son: 1. Ri hombre necesita poseer lo que va a consumir. 2 . Ia fam¿Ba. Jólo se sosdene con solidez en función de b psopiedad. 3. t : ahorro só lo puede conservarse co n base et: la propiedad. /í. Las actividades superioresd d hombreSÓlo soti posibles cuando ia propiedad privada garantiza al sujeto !a satisfacción d e sus necesidades básicas. :) t i soríaUonóy eicom u m ñ if ¡un ¡ talado d e abolir e! derecho dc propiedad privada d e ios bienes productivos, a le a n d o quccsus capitales son el fruto d c nn ahorro tor/ado que ei empresario le ha impuesto ai trabajador. Además, diccn. expropiando esos capitales a las empresas privadas, se suprimirán ios abusos contra el obieto. Com o puede notarse, aquí hay vina confusión dei plano d c hecho y el plano de derecho. Si d e hecho algnicn h a usurpado un bien, debe restituirlo. Pero si d bien ha sido correctamcnrc adquirido, tiene derecho a poseerio. “FJ abuso n o quila d usó”; es decir, un derecho n o se suprime c » general porque alguien en particular abuse de él. N o se puede decir q;ic codo capital es producto del robo y de! abuso d d empresario. et/ t i derecho de propiedad m es tíbsoim o n i ¡ncórúiicionado, implica obligaciones impuestas por el bien común, U n propietario no "puede hacer !o que se 1c antoje" con sus bienes, si co n ello peí judie» a !a comunidad. e) La propiedad privada siene una función socisi, lo cual significa que los bienes materiales están hechos para el beneficio d e todos y que. por Tanto, el propietario viene a ser una espccic dc administrador que debe procurar ei beneficio d e la comunidad por medio dc sus bienes. F.i único dueño absoluto es Dios, y a I\1 debe dar cuentas todo propietario acerca deí u.
Capítulo X X V III M O R A L C IV IL E IN T E R N A C IO N A L 1. M oxal u v il Las principales icictns relativas a la moralidad d c una persona, en relación « m la sociedad civil, son ias siguientes: a ) F.I Filado es una sociedad compuesta po: uxu agrupación d c familias que. tiene» semejanza cu costumbres, rradicioncs. 'tíoÁ, lengua; habitan un territorio propio y lienen un gobierno común. La palabra FsviA/i se uy¿ tam bién para designar sois mente al gobierno y m i s Instituciones. b> F.I hitado es una sociedad que « ha formado d c un m odo natura!, respondiendo S la tendencia social d c io d o hombre. F.s d e derecho natura!, porque csrá completamente dc acuerdo con las tendencias normales del hombre. D c aquí se deduce que e l Kscado com o institución es algo que enrra en los planes y en el orden querido por Dios. r / l o d a sociedad requiere una a u toridad d e acuerdo con la misma naturaleza d e la sociedad. Por tam o, c! Parado necesita un gobierno y resulra completam ente absurda la teoría d e lo s anarquistas que rechazan la necesidad d c la auroridad. d ) E l gobierno tiene una Júnciáh dentro de! Estado, que se puede expresar en esta fiase: "promover c i bien común''. D e aquí se deduce guc el cargo de gobernante es d más difícil d c rodos. Alguien lía dicho que un cargo es una carga, puesto que se debe anteponer el beneficio, el provecho y la utilidad pública frenre al propio gusto y beneficio. e) Ei am or a ia Patria es legítim o y laudable. A este respecto habría que evitar los dos extremos opuesros: el paicioterismo o chauvinismo (que consiste en una exageración dei amor patrio, que ¡lega hasta el desprecio d c las demás naciones) y, en el otro extremo. !a carencia absoluta del respeto y el amor parrio. que por $¡s!Cuia prefiere rodo lo extranjero y desprecia lo de la propia nación. f ) K1ciudadano rieríe obligacionesy derechos, con respecto al Pitado. .Susobligaciones pueden resumirse en esta expresión: “(Cooperar con la autoridad para el bien comut: .

g ) Los principales derechos que todo ciudadano puede exigir y que generalmente coiistan en las Constituciones políticas de cada país» son los siguientes: libertad para hin dar un hogar, para d ed icarse a un a p ro fesió n h o n esta , pata asociarse p/ofcsionalmenie, para practicar s u propia religión, para educar a sus hijos, etcétera. h) l a fa m ilia a una sotiedad anterier al mismo Estado, y. por tanro, óste no tiene facultad para ejercer ciertos derechos que pertenecen a ia familia, com o por ejemplo, la patria potestad, que es la autoridad d e los padre? sobre ios propios hijos. 2. M oral internacional. Respecto a la sociedad internacional, también surgen estos principios de orden moral: a) FJ fundam ento del derecho internacional es e l m ism o orden natural querido por D ios. Una consecuencia práctica d e esto es que, si un pacto o rrarado internacional va cr. contra del derecho natura!, n o es obligatorio cumplirlo. b¡ E l derecho internacional positivo, que tiene su base en el derecho natura!, ha evolucionado notablemente a lo largo d e la historia. Por ejemplo, en tiem pos de los romanos clásicos, $e pretendía que había derecho para invadir Jas tierras d e ¡os bárbaros y hacerlos esclavos. Igualmenre, en otros tiempos era fam oso el lem a "Vae v ic tis'{\zy d e los vencidos!), queriendo significar :a falta d e humanismo y justicia en el trato con !os perdedores de tusa guerra. c ) D ebe existir enrre las d istintas ilaciones u n espiricu d e c o o p e r a c ió n y a m ty r A ü en :odo sentido, com o, por ejemplo, en el orden cultural y económ ico. A esto se opone el nacionalismo y el chauvinismo. ¿ ) F.s d e procurarse una au toridad com ún a todos los Estados del m u ndo, para que vele por ios derechos d e rodos, y para que c is c a los abusos de las naciones poderosas sobre las débiles. e) Para q u e una guerra ;ea ju sta , se requiere el cum plim iento d e estas cuatro condiciones: /. Q u e sea absolutamente inevitable, es decir, que se hayan intentado todos los m edios pacíficos para arreglar las discrepancias. 2. Q u e haya una cauta ju n a (por ejem plo, la defensa d e un derecho violado o la defensa contra una agresión armada!. 3- Q u e se usen m edios legítim os, pues aur. en m edio d e lo inhumana que es la guerra, se Ceben respetar ciertas normas naturales (por ejemplo: no matar a los civiles, respetar la vida d e lo s prisioneros de guerra, n o remarar a los heridos no bombardear ciudades en w nas n o militares, no usar gases venenosos, no envenenar el agua potable de una ciiuiad, no atacar lo s hospitales, etc.) -i- Q u e se arregle una p a z ju sta , evitando el ahuso sobre la nación vencida.

Capítulo XXIX É T IC A P R O F E S I O N A L T.a profesión puede definirse com o “ia actividad personal, puesta d e una manera estable y honrada ai servicio d c lo s d em is y en beneficio propio, a impulsos dc la propia vocación y co n ia dignidad que corresponde a la persona humana”.1 En sentido estricto, esta palabra designa solamente las carreras universitarias. En sentido amplio, abarca también !os oficios y rrabajos permanentes >• remunerados, aunque no requieran un título universitario. F.n virtud d e su profesión, e l sujeto ocupa una situación que le confiere deberes y derechos espcciaies, co m o se verá: 1. I a VOCACION. La elección d c la profesión debe ser completam ente libre. FJ sujeto debe guiarse por sus propias cualidades y circunstancias. El consejo puede servir para ampliar horizontes, no para determinar e i cam ino a seguir. La vocación debe entenderse aquí com o la disposición que hace al sujíto especialmente apto para una determinada actividad profesional. Q uien elige de acuerdo co n su propia vocación dene garantizada ya la mirad d e su ¿riro en su trabajo. E n cambio. Ja elección d e una carrera profesional sin romaren cuenra las cualidades y preferencias, sino, por ejemplo, exclusivamente los gustos d c los padres, o los intereses d e ia familia, fácilmente puede traducirse en un fracaso que, en el mejor d e lo s casos, consistiría en un cam bio de carreraen e l primero o segundo año, con la consiguiente pérdida d c tiem po y esfuerzo. Aestc respecto, es necesario insistiren ¡a (XXCSidadde la orientación vocadonal impartida tanto en los colegios co m o en el propio hogir. 2 . FB&JJDAft DF. IA WKlFfSirtN'. 1.a finalidad del trabajo profesional es el bien común. La capaátadón que se requiere para ejercer este trabajo, está siempre orientada a un 1

Ctc Rojo M u ir.

hxtu> j. p 725.

¡n«fjür rendimiento dentro dc las actividades cspíxíair/iidas para el beneficio dc la sociedad. FJ i ngcnicíO contribuye a Ja construcción d c b ciudad. FJ medico contribuye a ia saiud pública. FJ abogado luchará por la justicia a : las diversas rdacioncs d c los ciudadanos. Sin « t e horizonte y finalidad, una profesión $c convierte en un medio dc lucro o dc honor, o simplemente, en d instrumento dc ia degradación moral del propio sujeto. A q u í es conveniente recordar rodo lo dicho ace rea d d trabajo en e l capítulo XXVII. El trabajo dignifica al hombre, especialmente si es un trabajo creador. Es un bien pynzt !a sociedad entera. 3 . E l PROPIO BENEFICIO. P o r s u p u e s r o . a q u í l o i d e a l Cs t o r n a r e n c u e n t a e l a g r a d o y u t i l i d a d d c l a p r o f e s ió n ; y si r.o s e in s i s te t a n r o e n c s rc a s p c c io , o p o r q u e i o d o d m u n d o se i n d i n a p o r nam raieza a ia c o n s id e r a c i ó n d c s u p r o v e c h o p e r s o n a l , g r a c ia s a Su p ro fe s ió n . A q u í d e b e m o s r e c o r d a r d s a c r ific io q u e e n t r a r í a n c a s : t o d a s la s p r o f e s io n e s : e l m ó d ic o , ie v a n t á n d o s e a m e d i a n o c h e p a r a a s is t ir a u n p a c ie n c e g ra v e ; e l i n g e n i e r o , c o n f u e r te s r e s p o n s a b il i d a d e s f e n t c a ia o b r a e n c o n s t r u c c i ó n ; cL a h o g a d o , lu c h a n d o e n m e d i o d c c o n ü i c t o s y a p a s i o n a m i e n to s h u m a n o s , t r a t a n d o d c e s c la r e c e r la v e r d a d y ! a ju s tic ia . I -a p r o f e s i ó n , t a m b i é n g r a d a s a e s o s m is m o s tr a b a jo s , d e ja , a l f in a l d c c u e n t a s , u n a d c ia s s a ti s f a c c io n e s m á s ' h o n d a s .

4 . Capacum o DHL PSOrrílON'Aí.. IJn profesional debe ofrecer una preparación especial vu triple sentido: capacidad intelectual, ¡n '/ra ly física. l a cápaadad vitclta u a i consiste er. d bagaje dc conocimientos que, dentro d c su profesión, lo hacen apto para desarrollar trabajos especializados. Estos conocimientos se adquieren básicamente duran re los estudios universitarios, D c aquí se dedu ce la responsabilidad que tiene un estudiante en esre nivel académico. Pero, además, durante d ejercicio mismo de la piotaión, jamás puede dejarse a un lado la ilustración acerca d e las novedades cr. d terreno d e ia propia especialidad. Las revistas, las conferencias-, y las consultas a bibliotecas y a personas d c mayor esperierKia, uo pueden ser extrañas a un profesional.

Pí-ío esto no basta. También será necesaria una disposición práctica que habilite al sujeto para ¡a conecta aplicación dc sus conodmtcr.ro* teóricos. Esto último se consigue poco a p o c í > gracias a ia experiencia profesional, y q u e desde lo s primeros años universitarios se procuia adquirir T-i capacidad m orales el valor d d profesional com o peisuna, io cuai da una dignidad, seriedad y nobleza a su trabajo. digna dei aprecio dc t o d o e l que encuentra. Abarca no sólo la honestidad en el trato y en lo s negocios, n o s ó lo ei sentido d e responsabilidad en e l Cumplimiento de lo pactado, sino algo más todavía. La capacidad moral ce esencial para cualquier profesional, es decir, su aptitud para abarcar y traspasar su propia esleta profesional en un horizonre mucho m ás am plio. Su capacidad morai le da m ayor relieve a su propio trabajo: pero además', io hace valer no sólo com o procesional, sino com o persona, friera de su am biente d e trabajo.

La capacidadfisica se refiero, principalmente » i» sa'i¡d v a las cualidades íurpóceas, que siempre es necesario cultivar, com o buenos i asifum em os d e is actividad humana. 5. Los.a a m r s . xko¡--m.:on/.¡ kx. Es bueno considerar cicrtos deberes lip itv s ett codo profesional. Por ejem plo, el secrete profesional. Es claro que e l m édico y el abogado, principalmente, tienen ocasión, durante e í ejercicio d e su trabajo, d e conocer circunstancias y datos de la vida intima d e otras personas. El cliente confia s u asunto solamente con e l fin d e arreglar su situación. Y el profesional no tiene derecho, por tanto, de divulgar esos datos, com o n o sea para el m ism o beneficio de: cliente o para evitar graves daños a terceros. El profesional cebe T a m b i é n propiciar ía asociación d e ios miembros d e su especialidad. La solidaridad es un o d e los medios más eficaces para incrementar la calidad del nivel intelectual y moral de Los asociados. En fin. al profesional se ¡e exige especialícente actuar d e acuerdo co n la moral establecida. Por tanto, debe evitar defender causas injustas, usar la ciencia com o instrum ento del crim en y del v icio , producir artículos d e mala calidad, hacer presupuestos para su exclusivo beneficio, proporcionar falsos informes, ctc. Su conducta honesta, dentro y fuera del ejercicio de su profesión, le atraerá confianza y prestigio, lo cual n o deja d e ser un estim ulo que lo impulsará co n más presteza en el recro ejercicio d e su carrera.

Capítulo XXX P R O B L E M A S M O R A L E S D E A C T U A L ID A D E n esre capítulo trataremos someramente algunos d e loa problemas morales que se han presentado en los últim os tiempos co n especial carácter de urgencia. Enrre ellos se encuentran: e i abon o, la eutanasia,1 la dtogadictión, la prostitución, la corrupción y la agresividad individual y social. Además, rracaxemos brevemente el rema d c la mujer en la sociedad acrual v el d e la erica analítica. I. El .ssOttm. Se ha discurido mucho a cera dc h moralidad del ahorro. Aquí vamos a explicar ¡os valores y razones que aducen canto sus defensores como sus oposirores. Éticamente hablando, cada uno dene derecho a tomar la postura que en conciencia vea más razonable y valiosa. Iniciamos e l rema co n las definiciones usuales d c los conceptos propios de esre tema: A b o rta r es e x tir p a r el fe to u e l v ie n tre m a te rn o .

El ahorro espon raneo es el que se. produce sin ia inrene.ión expresa de hacerloEl ahorro provocado es el que se realiza con la ineención expresa d e lograrlo. El aborto directo es el que se produce cuando se han puesto los m edios desuñados para conseguirlo. El abono indirecto es el que se realiza com o consecuencia d c orras acciones que no intentaban producirlo. Por ejemplo, la extirpación de un tumor canceroso en d útero puede provocar el aborto. A h o r r o leg a ! e s e l q u e s e p e r m i t e p o r la s le y e s c iv ile s . E n a lg u n o s p a ís e s se p e r m ir e e l a b o r t o e n c a s o s d e v io la c ió n .

Aborto terapéutico es d que se realiza para preservar ia salud dc ¡a madre. F.n este rexro nos interesa especialm ente d ahorro provocado ydirecro. F.n primer lugar revisemos los « lo r e s q u e se pretende conseguir o resguardar por d d ahorro provocado dircctamcnre. Fntrc d io s se aduce que la mujer ücne para preservar su iibercad. su dignidad humana, su honor, su situación rica y su salud. A esre respecto, los q u e ecrcin a favor explican que: a ) l a mujer es libre para decidir acerca de la inrorrupción de su propio embarazo i deseado, com o sería, por ejem plo, en d caso dc una violación. La dignidad dc la mujer c o m o persona ia coloca en un n iv d adecuado para • por sí misma sin tener que someterse a las leyes hechas por los hombres y que muchos casos la relegan en un puesto inferior, deservidumhre y dc sometimiento. c) La mujer tiene derecho a salvar su honor frente » la sociedad que reprueba la iducta sexual extra matrimonial. d ) La mujer tiene derecho a preservar su salud en los casos en que la medicina r extremo peligro en un posible parro. e) La mujer tiene derecho a salvar su situación económica, que en muchos c a * » es :caria y que. por tanto, sería gravemente afectada con un la llegada d c un hijo. f ) Además, y en la base d c to d o , algunos aurores consideran que d feto, en las rimeras semanas d d embarazo, n o es todavía una persona humana, por u u to d >rto no puede catalogarse c o m o un asesinato. F.n estas co n d ic io n o , la mujer o la íica q u e puede decidir en un asunto que afecia directamente a su cuerpo c o m o algo jp io y q u e nadie puede rener injerencia sobre d . En d extrem o opuesto, la idea central, d c los que esrán en contra d d abono, >n»istc en afirmar que d fetu o y» una persona humana dexdc d m om ento dc la incepción, por tam o, d ahorro es un asesinato y adema*, con la agravante de que se trata d e una persona inocente. Para apoyar esta idea s e proporcionan las siguientes razones: a ) La carga genérica d d producto es la d c un ser hum ano desde e l principio, se trata pues de una persona con todos sus derechos. Esa carga genética no es la misma q u e la dc la madre, por tanto. !a extirpadón d e l feto nc puede compararse con ia extirpadón dc un rumor. F.l A D X con todas sus peculiaridades dc! nuevo ser es el dc un ser humano. b ) El embrión n o es un órgano de la madre, no es una posesión d e la madre. Ella n o riene d derecho d c elegir en lugar d e esa nueva persona, ella tiene el derecho de elegir sobre su cuerpo, sobre sus órganos, sobre algún posible tumor de su cuerpo, mas n o en lugar dc un ser diferente a ella misma, que dc ninguna manera se compara con un rumor o con un órgano del cuerpo femenino. c) l a persona humana existe desde e l m om ento d e la concepción, en cambio, la personalidad se va desarrollando paulatinamente. 1.a persona n o está en vías de realización: la personalidad sí se adquiere y madura a lo largo d d tiempo. Esto es lo que sucede en d caso d d feto: es una persona desde el inicio, lo cual n o obsta para que »u pctsonalidad se vaya desarrollando poco a poco.

d) Aunque existe un porcentaje de mujeres que mueren en ejsos de enfermedad y cu cierras condicione? de embarazo extraño, e l hecho es que ci cien por ciento d e IblOS mucre en caso de abono. Desgraciadamente, tas discusiones acerca del peso que ricnen las tazones en pro y en contra del ahorco nunca llegan a un acuerdo. M ucho m enos cuando se realizan en público y frente a los medios masivos d e comunicación. F.I apasionamiento para derender el propio punto d e visca impide la apermra, la tolerancia y 3a empalia oué darían acceso ai descubrimiento y e! aprecio d e ios valores defendidos por ia parte opositora. Éticamente hablando, cada persona tiene derecho a analizar, medicar y sopesar ias auon es aducidas y tomar enseguida una poscura razonable, íibre y responsable. N o ta ACfiKCA D£ ia s i-VES c r o u s RF.FF.SF.N'TPS a i ABORTO. La insistencia en la despenaÜ7acióü d d abono, que últimamente se ha incrementado, nos lleva a las siguientes reflexiones. Las razones para una mayor apertura d e las leyes civiles al respecto son las siguientes: ¡¡)\ a despenalizacíón dei aborto evitaría la clandestinidad de esta operación, que puede Uegai a ser demasiado peligrosa y que origina un gran número de muertes entre las mujeres que acuden a personas incompetentes y en lugares que no lienan los requisitos lúgiénicos y técnicos adecuados. b) La prolübiáón del aborto no disminuye d número de abortos realizados: las mujeres seguirán abortando si tienen razones para ello. Lo único que se logra con esta prohibición es el aumento de muertes entre las mujeres. <■)Los niños n o deseados van a tener una fuerte inadaptación social. d ) La futura madre es ía que debe decidir, no e l Fstado. e) Hay muchas morales, d Estado n o puede decidir cuál es ia mejor. j Eí aborto es un mal menor. H ay que permitirlo pata evitar otros males mayores. ") inutilidad de las leyes que prohjben ei aborto. Son imposibles, inútiles y nodvas. Por otro lado, quienes opinan que el Estado ni» puede permitir e! aborto, se basan sóbre lod o en ias siguientes razones: 1. N i el Estado ni ios parcicularcs pueden comar en sus manos la vida d e un ¡nocente. Cada vida humana es totalmente irrepetible, lomarla en nuestras manos equivale a privar a la humanidad de las elecciones libres d e un miembro de eüa. 2. E l fin de las leyes es proteger los derechos d e los miembros de la sociedad, y en primer lugar, c i derecho a la vida. Fs asi que la persona «-oncebida es un miembro de la sociedad; luego e i Estado tiene c- deber d e proteger su vida. Los gobiernos se hacen para ios hombres, y no los hombres para ios gobiernos. 3. Las leyes permisivas n o logran io qtse pretenden, ya que muchas mujeres seguirán acudiendo a personas no capacitadas, porque So q u e buscan es hacerlo en secreto. 4. Si bien es cierto que se afirma que a ninguna mujer se obligaría a abortar contra su voluntad, sin embargo, se presrarfa ¡a situación a que algunos médicos ejercieran

presión mora! para q u e lo hicieran; dc manera semeianre a io que sucedo actualmente cu cuanto ai uso dc anticonceptivos, o a la esterilización quirúrgica. S e presta a la m anipulación. 5. Si se acepta que s e hagan abortos "a petición d d dienre', io s médicos que no estuvieran de acuerdo, y manifestaran su inconformidad por r a 7 0 p . e s de concieñüa. tendrían problemas, sobre todo los que trabajan cu instituciones tales com o el Seguro Social o semejantes, se rucaran a hacer ahorros directos cuando su s superiores ktí manden, podrían perder sus trabajos. F.n todo caso, habua que respetar la objedón ac conciencia d c médicos y enfermeras. 6 .1 a limitación d c nacimientos puede lograr.se por otros m étodos más humano*. S i se acepta ci aborto com o medio d c conrroi d e la natalidad, se aceptaría la ctid< r.cia com o principio moraL Y de allí a una sociedad ‘'eugénica" del tipo proclamado por d Nacional Socialismo, n o hay n i un paso. Lógicamente habría que deshacerse d e k » anciano?, d c ¡OS u o productivos económicamente, de quienes tienen defectos físico* incapacítame*. 7- Fn cuanto al aborto cugénico, habrá que lomar en cuenta la opin ión d d biólogo jc a n Rosiand: “C reo q u e n o elíseo n in g u n a vida raí: degradada, reb ajad a, deterio rad a o r m po b recid a c->r eo flta e ú c c a r o p e r o .y J to í u e ia d ig o id c d d a k f c r M r a » pasión y convicción... Sobro io d o ., s r se n ta ría u n cetiiblc prcc o ie n r* si conco rd am o s csi q u e p u d iera perm itinse ac ab a r c o n u q j poi n o v.-rdig n a depreservarse; y a q u e ia m x.nxi d e v aio r biológ>co, a u n q u e al piin esp io «

ci:idadosamc!ue,proi!U>íca»nverrirtenotranwsaJt¿>iguaL-irii[Kaia.r>i^piifafj?e’liruJ-¿ri' j e H o o s u lic ie n r e m e n te h u m a n o , a !a pu sirc n a d a « perd o n a ría excepto ¡o q u e c n e a ju z ;h w n c e p to íd cal d c h u m a n id a d ... Tengo ls d e b ilid ad do crees q u e o u n a h o n ra p i r a u n a v x ,c -i« ; desear ei cim o so ¡u jo d c m an te n e r la v id á d e m m i em b ro s m ú d ies, in co m p eten te* o i n t u r i t í a . C asi m e atrevería a « « « tír e i gradn rir « v ilizació a d c u n a sociedad ¡x>r ia c sn n u aG Ge cstúc::c< » vigilancia q u é se im p o n e a tim ti n ía im p u lsad a p o r r l so lo respeto a la vid * . E> no b le k x á jc incesantem ente p a rs « liv a r ¡a vid* d e alguien, n o n io si íu c ra m K srro w ulty.livam cnre el n o f a c ía ú lil y i:i siguiera fu era a m a d o p o r nadie".1

q u e rid o n -ry ^ g

2.

I a i.i ian/.ma Existen varios términos relacionados con la eutanasia conocer y utilizar de la misma manera para pode* entender las • d c este asunto, bastante ddicado, pues aiecra a la conservación d e la vida. n e c e s a rio

F -u z in a jia es u n v o c a b lo q u e tie n e d o s ra íc e s griegas.: e n q u e s ig n ific a shun a:o> q u e s ig r s iik a m u e r t e . P o r ta n t o , e u ta n a s ia s ig n ific a b u e n a m u e r t e . C o n e«rr v o c a b lo , v d e s ig n a t w f o a q u e llo q u e se h e g a o s e d e je J e h a c a p m

a d e i i n a i 1¿

muerre d e un m oribundo. N orm alm enre lo qtic se pretende es suprimir íci surrinuentos innecesarios d c un enfermo rermi nal. Sin embargo, este ta so sencillo e s la práctica suele envolver demasiadas complicaciones, com o varnos a estudiar eosegunit

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Emou/M,¿¡•¡otate¿fhiit*/.

La eutanasia activa se opone a la eutanasia pasiva. Hn la primera se ejecuta un acto que acorta la vida del paciente. Por ejemplo: inyectar una sobredosis d e morfina que acaba con ia 'id a del paciente. En la eutanasia pasiva simplemente se deja d e hacer algo que alargaría lavida del paciente. Por ejemplo: n o realizar una operación quirúrgica indicada para prolongar su vida. También hay que distinguir entre la eutanasia directa y !a indirecta. La primera consiste en hacer algo que redunda en primer termino en la muerte del padenre. i a eutanasia indirecta consiste en hacer algo que sólo en forma secundaria o accidental redunda en la muerte dei paciente. Por ejemplo: la morfina puede utilizarse para disminuir e l doior de! paciente y sólo com o consecuencia secundaria acabaría con si! vida, esto seria eutanasia indirecta. Un otros casos la morfina se uriÜTa direcramenre para acabar con ia vida del paciente. Eutanasia voluntaria y eutanasia involuntaria. F.n la primera es d m ism o enfermo c! que toma ia determinación d c apresurar su propia muerto, en I2 segunda no es d enfermo sino orras personas quienes román la dererminaeión de acoderar ¡a muerte dd paciente. D -stanoíiü es io opuesto a la eutanasia. Fs ia actividad d c un médico o tátailia» que a roda costa pretende prolongar la vida del paciente, aun cuando padew» una enfermedad terminal y d tratamiento no tenga ninguna garantía d e curación. A tiiu a tu is 'u i, consisrc en n o intervenir con m edios exuaordinarios p a ra prolongar la vida d d p a d em e. Onoutnasiues otro nombre para la adístauasia. Consiste en respetar e l mom ento natural d e la muerte d c un individuo, sin querer adelantar o retrasar ese momento. Revisemos en primer lugar la» razone» que se aducen en favor dé la eutanasia. a ) Ei propio interesado tiene deredio a morir digciameute, por tanto, tiene derecho a acortar su vida cuando se trata d e un caso d e enfermedad terminal sumamente dolorosa y sin probabilidades d e curación, b ) N adie tiene obligación d e acudir a medios extraordinarios para prolongar su vida. Cuando se trata d c las circunstancia» arriba indicadas, el paciente tiene deredío a y a n o proporcionarse medicinas tratamientos extraordinarios, ya que sea por caros, molestos, por su nula o casi nula probabilidad d e ¿xiro. c) N o confundir la eutanasia co n el suiddio. N o se trata de quitarse la vida com o resultado d c una frustración, un disgusto o un m om ento dc pasión. 1.0 que se pretende es una muerte digna. d ) Nórese la enorme diferencia entre la euranasia activa y la eutanasia pasiva. Si mucha gente critica y condena la primera, es m ás iacii denorar la viabilidad d c ia segunda. Veamos ahora las razones que se proponen en contra d e ia eutanasia.a) F.I Juramenro d e Ilipócrares. Algunos médicos se resisten a ejecutar cualquier acto u omitir cualquier acción que redunde en la muerte del padcn.e. Esc juramenro ios obliga a luchar siempre en favor d e ía '.•ida d c su s pacientes. ¿y N adie tiene deredio sobre la vida d c nadie, n i siquiera d c sí mismo.

c) La aceptación d e la eutanasia se presta a muchos abusos, engaños y asesinaros disim ulados. E li atención a Citas razones a favor y en contra, la gente se ha dividido en dos grandes grupos y n o parece que sea posible licuar a ningún acuerdo. Éticamente hablando, cada uno dene e l derecho de tom ar la postura que en conciencia crea conveniente después de analizar, sopesar y meditar acerca de estas razones en un sentido y en orro. 3. La D R O G A D IC C IO N . Las drogas son sustancias cuyo consum o produce una exultante sensación d e alivio, placer y felicidad. Ahora bien, e l daño producido en el organismo debido a las dosis excesivas y la adicción del sujeto constituyen las nefastas consecuencias que aquí vamos a tom ar en cuenta pata juzgar el vaior moral d e este hábito. Consideramos aquí no só lo la cocaína, el LSD , la heroína y la mariguana, sino también el tabaco y el alcohoL E l exceso en el consumo de esras sustancias ha implicado problemas 110 sólo en el orden moral sino también en el orden psicológico, educacional, social, económ ico y político. l a rafa de lo s múltiples problemas que origina el consumo d e drogas está en ia adicción a ollas. E l problema moral que surge reside en la adicción, es decir, en la pérdida de libertad frente al placer que produce su consumo. Estas sustancias rienen efectos sumamente nocivos cuando se consumen en dosis exageradas y en forma necesaria. El drogadicto lia p erdido su libertad frente a ellas y « capaz de sacrificar cualquier cosa con tal de obtener la dosis que requiere para su satisfacción. Adicionalmente se puede considerar el problema social causado por la producción, el transporte y la distribución d e la droga, en una palabra, el narcotráfico, que se origina a raíz d e la excesiva demanda implicada en la aüiedón. Desde e l punto d e vista de la Ética conviene analizar esc punto crucial en la vida d e una persona que decide ei primer paso en el cam ino de la drog3. Norm alm ente, en ese m om ento, n o dene una dara concienda de ias consecuencias que d io implica, tam poco h a experimentado e l enorme placer que ella produce, por ranto, movido por una Curiosidad y por la presión de los amigos, “decide una probadira”. El acto humano, co n pleno conocim iento y libertad, suele darse posteriormente, cuando e l sujeto reflexiona sobre su conducta, sus valores, las consecuencias que se derivan y su estrategia para conseguir los fines que se propone. E n la mayoría d e los casos esto no se da, simplemente se actúa de acuerdo co n la m oda, con la presión social, con e l gusto del mom ento, co n las circunstancias que lo envudven. I n s criterios que se suden seguir son los que hemos explicado desde un principio con el nombre d e hedonismo y presión social. E n este m om ento se puede captar la enorme imporcanda de la función que tienen lo s educadores (padres d e familia, profesores y demás autoridades) para influir en la conducta d e ¡os niños y lo s jóvenes que están al borde d e esre inicio en hábiros indeseables. Las estadísticas de los últimos tiempos nos indican que cada vez crece con mayor velocidad la canddad de niños iniciados en el no d v o hábito d e la droga. Desde el punto de vista educacional conviene la exposición (por medio de películas, videos, novelasy artículos) de las ndastas consecuenciasque suele acamar d consu mo adictivo

lie la< drogas. I a ignorancia d e dkhas consecuencias colixa «1 que apera* x inicia en d consumo dc drogan cu una situación d c Ingenuidad que explica si» primeros pasos en estecamino w perjudicial. D esde el pum o de vista social y político, io s problemas <|ue envuelve !adrogadicción son enormes. I o s crímenes com etidos en razón d e las pingües ganancias que obtienen ¡os narcotraficanccs llenan las páginas d c losdiarios, la corrupción d c ias autoridades que permiten estos negocios tambit'n es un fenóm eno creciente, e l conflicto entre naciones también 1 » llegado a cxucnios inusitados. la s soluciones que se han propuesto para resolver es:e problesna n o han tenido pracricameme ningún resultado positivo, tal parece que ¿ problema crece y n o tiene solución. T» demanda d e csstipeiacientes aumenta inustadajienic, ya no sólo los adultos, sino !os jóvenes, los adolescentes y ios niisos oorisunicn diferentes tipos de drogas, ¡os gobiernos se muestran incapacespara controlar y disminuir la producción, el transpone y la disrribución de « ta s drogas, la variedad d c productos y sus presentaciones atraen con mayor tuerza a los posibles dientes. M ucho se ha discutido si acaso la legalización d e ia venta d c la droga puede aliviar tí problema social originado por e l narcotráfico. Hay quiénes opinan que esta medida sólo provocaría un mayor consum o d e estupefacientes. Pero también hay quien asegura que io m ism o sucedió con la liberación de la venta dei alcohol cr. E U A por lo s años iiuiotu, uunbiOi! alíora se podría conseguir un mejor control en cuanto a la calidad dc los producios y sobre tod o, seria factible acabar con las mafias que se dedican a esc negocio, con la consiguiente dism inución de la corrupción y demás crímenes que implican esas organizaciones. F.I alcoholismo x h a considerado com o una enfermedad, lo cual significa que la adicción ai alcohol n o depende tanto d e ia voluntad del sujeto, sino d c ias características biológicas de la persona. £1 alivio del alcoholismo requier? un tratamiento médico, ia adicción es de carácter bioquímico, y por tanto, se explica el rrecuentc fracaso que han sufrido aquellas personas que sólo confian en sus esfuerzos personales y voluntarios para aliviarse de- la adicción. Por otro lado, se han hecho famosas aquellas asociaciones de alcohólicos que promueven una comprensión, un respaldoy una motivación para todos aquellos que sé esfuerzan por liberarse d e esa adicción. También se ha sostenido que el alcoholismo, igual que otras enfermedades, puede ser hereditario. E n los genes de lo s padres alcohólicos hay ciertas características que se heredan en los lujos y, por tanto, un análisis profiláctico puede orientar a una ramilia entera para tomar ias precauciones necesarias ante una predisposición biológica que fácilmente podría convertirse en una enfermedad. C on todo io dicho se puede conciuir que ia drogadicción, con todas las implicaciones que envuelve, es un asunto extremadamente complicado <¡uc merece urgente atención por parte d e Jas autoridades familiares, educacionales y gubernamentales. 4 . L a P R O S T I T U C I Ó N . La prostitución consiste en un intercambio de píaccr sexual y dinero. E i cliente solícita ia satisfacción de sus necesidades sexuales y a cambio

proporciona una cantidad d e dinero. Existen muchas modalidadesen est<- intercambio, y posiblemente no hay rema más explorado en la producción de novelas, películas, revisas y programas d e w lw U ión . \e> q u - inrcr«a d « d e c\ punió ó t vista d í ia Ética es la valoración dei m ism o. N o faltan personas que justifican est« negocio y su razón es m uy simple: no se hace daño a nadie, al contrario» s e da felicidad a ambas panes; basca que se den las condiciones propias d e higiene y privacía para que s e garantice el placer y la felicidad prometidas sin las consecuenciasnefastas que implica, por ejemplo, ja drogadicción. El juicio moral sobre la prostitución baja su calificativo,negativo cr. el análisis de Ja función sexual propiamente humana. Si el fin de! acto sexual Riera exclusivamente ]a producción d e un placer v una satisfacción y distensión de tipo fisiológico, no habría dificulrad algunn para aprobado en cualquier m om ento. Pero éste n o es e! caso. El ser humano practica ía fu nción Sexual dentro de un contexto d e amor. Si no se da ci am or en ia cond ucta sexual d e una persona se está desvirtuando esta función y esta es la principal tazón pata descalificar to d o acto sexual que s e ejerce, no en fur;c:ón del amor, sino en función del placer o del dinero que se pretende conseguir. La prostitución significa una degradación d e la persona que ia ejerce, la prostituía vende su cuerpo, e l cuente compra un placer desvinuado en cuanto q u e no conduce al amor. Desde órro punro d e vista puede considerarse también eí negocio d e la prostitución que se ejerce no tam o p o r la prostituta, sino p a r los lenones y lo s proxenetas. El lenocinio es d negocio d e los que facilitan eL local y los muebles pata ejercer la prostitución, 'os proxenetas son las personas q u e se encargan de conseguir clientes a las prostimras y vicevetsa. Normalmente estos negocios suelen estar asociados con el del alcohol, las drogas y los casinos. Tampoco es de extrañar que dentro d e csros ambientes s e ejCrían otros deliros com o el robo, ia estafa, e! homicidio, la rrara d e blancas, la pedofilia, la pornografía, ese. Eticamente hablando habría que considerar la situación real que algo isas prostitutas exponen com o justificativo o al m enos com o arenuanre en la valoración d e su mvdu! iñi/en/Ji. I as necesidades económicas extremas. c¡ abandono |V>r parre del marido o de la pareja irresponsable, o! iiambre y la enfermedad d e los hijos pequeños a $ü caigo, la falta d e equidad en ¡as «apresas que ofrecen cm pico con preferencia pasa los varones y una humillante discrim inadón para la mujer, c i acoso sexual a que so n sometidas en c i empico, ¡a costumbre- d e condicionar el ascenso en d trabajo con la concesión de favores sexuales, etc., constituyen para muchas mujeres d motivo rea! d e Su oficio tan ácjcijienlc calificado. M egan que nunca tuvieron opción, q u e ia coerción y el acoso «era ei ambiente real en que se m ovían, por canto, no exisiiifa propiam ente una falta moral, se trata ele una estructura social que ¡as empuja en ese cam ino c o m o callejón a.:;i salida. En este m om ento la Ética podría crccmar un balance con resultados diferentes a ios que' normalmente dictam ina la moral imperante.

i’or otro lado se puede considerar el peligro d c ias enfermedades vendréis y principalmente en esta época e l SIDA. I a promiscuidad sexual es una d e las principal» causas de la propagación d e estas plagas sociales. Las m iles d c personas que actualmente están ya infectadas por. este virus esperan ansiosas una m edicina eficaz que aún no llega. E n tales casos nuestra atención se ocupa principalmente d d perfil biológico, psicológico y social d e este fenóm eno, e l aspecto que o ftcccó estos enfermas mueve, sin duda, a compasión. Desde e l punto d e vista filosófico n o puede uno menos que volver a preguntarse acerca d e la condición humana tan prod ;vc a estas situaciones en donde el desenlace ocurre en un hospital, un manicom io O un » cárcel. 5 - La CORRUPCION. S e trata d e una de las peores lacras sociales en la actualidad. C onsiste en la realización d e negocios en fu nción d e intercam bios claramente reprobables, com o es la venta d e puestos públicos, e l otorgam iento d e impunidad, la venta dc seguridad, d lavado d e dinero, el encubrimiento d e fraudes, e l tráfico de influencias, etc. Ei caso más simple y frecuente es la llamada “mordida”, t i interesado proporciona una cantidad de dinero y e l policía no ve la Lulraccióu cometida. En rodos estos “negocios" una dc ias partes obtiene una cierta cantidad d e dinero y la otra parte obtiene la libertad para proseguir en sus actividades ilícitas. La extorsión es la presión d c un a autoridad para obtener dinero a cam bio d e una prom oción, recomendación o libertad para que la otra parte consiga sus objetivos ilícitos. El mal moral que envuelve la corrupción suele encubrirse co n diversas falacias talos com o ¡a habilidad para imaginar y ejecutar grandes negocios, ¡a facilidad para entablar conracros co n personas importantes, políticos poderosos, artistas renombrados, la inrdigcncia visionaria que produce réditos, amistades, mercancías y demás beneficios. U n niño y un joven que vive inmerso en un ambiente d e esta calaña suele perder el sentido dc ¡a honradez, dc la moralidady d c la justicia, su m odelo de conducta es super valorado com o ¡m ideal digno d e ser imitado, digno de ser elogiado y d e ser defendido “contra las calumnias mornlizanres d c personas incapaces, taradas, de escasa visión y de vida miserable” {el que n o transa no avanza). La educación moral en estas circunstancias se vuelve prácticamente imposible, l a virtud d e la honradezy c e ia justicia se convierte, en estas circunstancias, en una acrinid ronra. indigna dc una persona verdaderamente valiosa. Desde d pu m o dc vísta d e ia Etica es sumamente importante ia colocación d d valor d d dinero y d e las ganancias en negocios y demás producciones dentro del puesto que le corresponde. Colocar el valor de la justicia, ¡a honradez y la verdad por encima d d valor pecuniario es posiblemente la tarea más difícil que se puede lograr en e l empeño d c una auténtica maduración humana. La función que Cumplen e l cinc, la televisión y ¡a litcrarura en la propagación dc estas lacras e» muy importante. Basta pinrar a los personajes viciosos con características d e héroe y d público queda atrapado denrro d c esa axiología: juzga a dichos personajes con simpatía, co n benevolencia y, en ocasiones, com o verdaderos m oddos para la vida personal. Esto n o significa que toda novela, película o programa televisivo tenga que

ser moralizante o renga que "castigar ai malo” al final d c la trama. En este momento se requiere ia acción educativa d c parte d c los padres dc familia. los cuales pueden comcnrar, marrar y alabar o condonar los hechos y los personajes que se presenran en los medios masivos. E sto, sin embargo, n o deja d c ser u n papel incóm odo, a veces imposible, y en ocasiones, contradictorio en relación con las ideas y valores d c los encargados d c la educación familiar y escolar. A sí pues, un o d c lo s factores educativos más eficaces puede ser la toma d c conciencia p o r parte d c los productores d c cinc, televisión y literatura acerca d c su responsabilidad en la propagación d e estos vicios entre I2 niñez y ia juventud. N o se trara d c acritudes ñoñas que se escandalizan dc rodo, se rrara d e un sentido ecológico, comunirario. d c colaboración social, que coloca a cada persona dentro d c su papel dc responsabilidad anre c! público en general y sabe sacrificar ganancias económicas allí donde ve que una obra arustica está emanando nina axiología r.cgariva e n ci pi'ibiico potencial. 6. A O K t ; s i V ! O A l ) i N ! > í Y U > i A ! . y S O C I A L El concepto d c agresividad individual se ha considerado, por parte dc algunos psicólogos, com o un elemento positivo en la personalidad. Entiende:; co n este término esa energía que surge en un individuo y gracias a ¡a cual se ic facilita «alizar su s objetivos, vencer ias dificultades y mantener los ideales con energía y eficacia. Sin esa agresividad el individuo se muestra endeble, frágil anic los problemas que surgen y víctima fácil d e las dificultades normales dc ia vida. Por supuesto, dem.ro d c esta concepción e l término “agresividad* está designando una energía digna de elogio. Sin embargo, en otro contexto, la misma palabra "agresividad" se refiere a una actitud con signo negauvo. En este sentido a n a persona agresiva es la que ataca, insulta, falta al respeto, hace daño, liierc y mata, la l vez podría hablarse d c dos grados diferentes d c agresividad: la agresividad norma! y positiva, que sirve para avanzar con energía, y la agresividad exagerada, y por tanto negativa, que produce ia violencia individual y social que aquí vamos a revisar y analizar someramente desde e l punto de vista de la Ética. En la acrualidad los periódicos están llenos d c noticias acerca d c actos violentos: asaltos, robos, riñas, secuestros, violaciones, asesinatos, incendios, explosiones, etc. La violencia parece desb-ordarsc cada vez co n mayores funestos resultados. Ta violencia invade a las esencias, a lo s hogares, a las instituciones, a la sociedad en general, sea en la calle, en el hogar o en un edificio público. A ia Sociología le incum be un análisis deese hccho social, sus camas, antecedentes, consecuencias y posibles remedios. A la Erica l e incum be un análisis d e l valor morai, daram em e negativo en csrc cipo d c hechos. F.n la conducta dc! violento tenemos un claro ejemplo d e la fslrn absolura d c respeto a lo s valores dc los demás: la propiedad, la vida, ¡a integridad Física, e¡ honor, la lib erad, etc. FJ violento persigue la obtención d c un valot, casi siem pre d dinero, pero pierde dc vista lo s valores d c lo s demás, casi podría hablarse d e una obnubilación, una especie d c ceguera que le im pide tomar en serio los valores detentados por las personas a las que ataca: pero n o es e l caso, dado

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in ísoducci On a l a ética

que éi mism o se defendería y r o c h a r ía un acto violento en s u contra. FJ víolenro suele justificar s u conducta, alega que se. hace justicia por su propia mano, qtic quina lo que a otros injustamente les sobra., que mantiene en alto su nom bre y su honor an te ías artimañas de los demás, que se defiende contra los.ricos y los poderosos, de los cuales c i lia sido una victima. En otras ocasion es ei víolenro rio justifica su conducta, sim plem ente goza ¡mpúdicamente ante e! sufrimiento y la humillación d e sus víctimas. Ñ o felran casos, especialmente conocidos y detectados por Ja crinúuoiogia actual, d e violentos morbosos, es decir, enfermos mentales que padecen !j;ia absoluta carencia d e normas morales {psicópatassociales), o bien, paranoicos, débiles mentales, reseñados sociales, síd ico sy masoqutstas. F.íi iodos estos casos siempre hay una responsabilidad moral. atenuada co algunos individuos, pero no tanto com o para justificar y permitir esa conriucm o com o para sobreponer una postura d e ingenua defensa de sus derechos humanos, cuando lo que se requiere, en primerísimo lugar, es la defensa de las víctimas de rales riel itos violentos.

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A péndice 1 LA M U JE R E N LA S O C IE D A D A C T U A L Es un hecho histórico que la mujer ha es cada relegada a un papel secundario en la vida intelectuai, social y política durante m uchos siglos y en casi codas (as culturas que actualmente conocem os. La función d e ia mujer se ha reducido al de esposa y madre, y en muchas ocasiones só lo ha brillado cuando tom a la Junción de amanee y conscjcra. El caso d e Cleopatra y algunas otras reinas y emperatrices ha sido una verdadera excepción. Ésta h a sido una situación que se ha tom ado co m o normal dentro d e ia conciencia d e la gente d e esas épocas y latitudes. F.n el ámbito propio de la política, e l arte, la ciencia, ía filosofía y ia teología, io norma) era que d varón tomara las riendas y la función principal. E n rodos esos ámbitos hubo excepciones notables, com o un a Eloísa* una Madame Curie o una Rcir.a Isahci de Inglaterra. Ahora bien, independientem ente d e ios hechos usuales y sus excepciones, lo importante desde el punto d e visca d e la Frica es la consideración de ambos sexos dentro d e un m ism o nivel en ei piano axioiógico y en cuanto a derechos lahoraíe*. profesionales- políticos y sociales. En los últim os tiem pos la mujer ha tom ado conciencia, cada vez co n mayor claridad y potencia, acerca d e esta siruación. Su lucha por el restablecimiento d e igualdad d e derechos es cada vez m is clara y eficaz y en ocasiones ha logrado una verdadera reivindicación. Sin embargo, subsisre en muchos ambientes ía idea de que la mujer cí inferioren el terreno intelectual. laboral y profesional, y por tanto, se objeta o se limira su ingreso a cierros puestos, labores y responsabilidades. En algunas empresas su salario es inferior al d e un varón que ejecura ei mismo Trabajo, y en igualdad de condiciones se prefiere la contratación d e un varón. En un nivel previo a la consideración d e las leyes laborales vigentes en un país o en una zona geográfica, la Erica puede analizar ei plano axioiógico que corresponde a los d os sexos. E n primer >ug3r se im pone una especial consideración a los derechos d e la mujer embarazada y de ia parrurienta. Afbrrunadamenrc muchos países lo tienen

previsto y especifican las prerrogativas que merece». En segundo lugar, la selección de candidatos para ur. puesto específico rambicn pide una espeda! consideración de las aptitudes físicas y mentales requeridas así co m o de lo s peligros y precauciones que suden surgir. Esto, en ocasiones, puede ser m otivo d e una preferencia para alguno de ios dos sexos. E n otros casos puede ser indiferente. La injusticia surge cuando a prior: se prefiere el sexo masculino allí donde b mujer lia comprobado que también puede ejercer ese trabajo en forma similar. En tercer lugar, aÜí donde n o se requiere una Contratación especial, el prejuicio en conrra d e )a mujer puede ceder ante una clara y ecuánime consideración d c !a eficacia v la potencialidad propia del m al llamado sexo débil.

Apéndice 2 N O C I O N E S S O B R E É T IC A A N A L ÍT I C A En la primera mitad del siglo XX d dásico empirismo inglés se difundió por el inundo filosófico con ios nombres dc positivismo lógico, ncoposirivismo, filosofía, analítica y Círculo dc Viena. Algunos autores famosos dentro d c estos movimientos, o ai menos lindando con dios. Kan sido: Bcrtrand Russdl, Aífred Whirchcad. Rudolf Camap, Gcorgc E. M oore. 1-udwig Wittgcnstein, Alfred Ayer y Morir? Schlick. Entre estos autores sobresale, to n mucho, Bciuand Russell. Este filósofo nad ó en 1872 en Inglaterra y murió en 1970. O btuvo el Premio N obel dc Literatura en ! 950. Su obra principal se tiróla Principia M athcm aáca, estica en coiahoradón con Alfied Whi td io d : pero sus publicaciones son innumerables; sobresalen: Vlconotonientohumano, ¡tí a lta n te y sus lím ites, M ística y lógica. H istoria d e la file
Además, sostienen que los juicios analíticos son los únicos que ofrecen una completa garantía d e universalidad. Tos juicios sintéticos deben verificarse empíricamente. En relación con lo anterior también sostienen que la Metafísica ofrece proposiciones que no son ni verdaderas ni falsas, sencillamente n o tienen sentido, es decir, los conceptos que utilizan no se refieren a nada comprobable empíricamente. La Éiica cae denrro dc esta dasificadón, igual que ia Metafísica, sostiene proposiciones extrañas, que pasan dc la simple descripción d e hechos a ia imposición d e obligaciones. Pero este paso n o se justifica d e ninguna manera. Ei papel dc ia Filosofía consiste en anaíicircl lenguaje para rechazar no sólo ias proposiciones falsas, sino también las que n o tienen sentido. D c acuerdo co n esas ideas, la Ética no es una ciencia y según Bcrtrand RusseiL tan sólo sirve para indicam os d camino hacia la feliddad. U no d c los libros dc este

autor se titula d c esta manera: L a conquista de la felicidad. I a filie s se reduce a una expresión de deseos y de em ociono. Una persona desea aigo y a eso lo llama "buCívo", pero ¿demás no se contenta co n expresarlo com o bueno para sí mismo, sino que tambie'n io enuncia com o bueno para todos y cnronces surge ia obligación, éste es el origen d e la Ética.

Q

UINTA PARTE

OCTRINAS ÉTICAS

Capítulo XXXI S Ó C R A T E S , F U N D A D O R D E L A É T IC A Revisaremos ahora !as principales ideas que han dado ios filósofose n torito al problema moral. Muchas de ellas difieren radicalmente respecto a la posición que aquí hemos adoptado. Sin embargo, lejos d e conducir esto al escepticismo, e! fruto positivo puede ser co n sid erab le, si so to m a n ¿ n a s e n n « r a s d o s razones;

a) El conocim iento d e pensamientos diferentes al propio amplia la capacidad para comprender a las demás personas; viene a ser com o un surco que ahonda la propia capacidad inrdecruai. F.: comprender a otros, aun cuando no se esté d e acuerdo con ellos, es la base del diálogo y d e la tolerancia. Cerrarse. Cn cambio, es señal d e un escaso criterio. h) Fi esclarecimiento dei error fortifica ia verdad. l a oposición y contraste que ofiüGén tantas doctrinas nos va indicando la verdad. N unca ha destacado tanto el brillo del pensamiento correcto com o cuando se compara con io incorrecto. 1, E l MÉTODOl>E$8®kh& La Filosofía, ral com o la entendemos cn todo su rigor, nació en Grecia, cinco o seis siglos anres d e Jesucristo. Y. enrre los filósofos que inician ei periodo d e esplendor griego dentro d d pensamienro, se encuentra Sócrates. Sócrates vivió del 47 0 al 4 0 0 a .}- C . Fue maestro de Platón y no escribió ningún libro. Murió condenado a muerte, acusado d e corromper a la juventud y d e no creer en los dioses de la ciudad. Ha famoso por su método d e enseñanza llamado m ayéutica (parto d e los espíritus), basado en preguntas que obligaban a sus discípulos a pensar por cuenta propia y encontrar la solución a los problemas, principalmente de. índole moral. que les planteaba en las plazas públicas. Comenzaba afirmando "sólo s í que no sé nada", para luego burlarse irónicamente de5,interlocutorque presumía saber todo. Con sus preguntas lograba primero hacer caer en contradicciones a su discípulo, y enseguida, d e un m odo positivo, lo iba conduciendo, siempre basado en preguntas, por ci camino d e la verdad.

S e considera com o d fundador d c la Ética, debido a su insistencia cu temas como: ¿cuál es ¡a esencia d e la virtud, dc la bondad, d c la santidad, d c la justiciar Tenía como ¡ema la fiace del oráculo de Deltos: "Conócctc a ri mismo”, y llamó poderosamente la atención sobre la importancia d d conocimiento persoial en conuaposidón al conocimiento d d mundo externo, que era d tema principal dc fot filósofos anteriores a <íl. F.1 concepro universal es una d c sus principales contribuciones al m undo de la Filosofía. F.n efecto, co n sus preguntas inducía a su interlocutor al encuentro d e una. esencia universal {de virtud, por ejemplo), válida para todas tas v irtud es n o se contentaba con una mera descripción externa d e b que podría llamarse ios accidentes d c la virtud. D e esta manera, con la universalidad dd concepto, en cuanto a su aplicación a todos los seres dc la misma especie, y también en cuanto a su comprensión por todas las personas con uso de rayón, da un S C I ¡o golpe a ! relativismo d e los sofistas, del cual nos ocuparemos en d capítulo que sigue. Dentro d d pensamiento mora! socrático vale la pena insistir en dos tesis importantes: 2. I a J 'E O R t'i A CK K .CA Dfc í a vuciX’D. La virtud s í identifica con la ciencia d d bien. D c tai manera, que el vicioso lo es por ignorancia, por n o conocer d bien que podría haber hecho suyo con su conducta. F-sra tesis es sumamente curiosa, u o deja de teter ciertos visos d c verdad; dc hecho sella iii iurpiviado d c varios modos; pero si se toma en todo su rigor, n o puede aceptarse. F.n efecto, es com ún que se den casos de personas que conocen perfectamente d bien concreto que üan d e seguir v, sin embargo, no x determinan a realizarlo; escogen libremente otro camino, cuyo bien n o es d que en ese mom ento conviene a su naturaleza y circunstancias. Eligen e l mal, conociendo su prepio bien. Pero, además y sobre todo, el hombre con su libre albedrío tiene siempre la posibilidad de escoger entre varios bienes que efectivamente conoce, y n o todos d io s son igualmente convenientes a su naturaleza. Por tanto, n o bassa conocer d bien para seguirlo: es necesario el uso recto de su libertad para que dija d que efectivamente sea honesto para el hom bre en sus circunstancias concretas. Tal parece que Sócrates n o tom ó en cuenta d papd de la libertad. Su tesis cnvudve un cierto determinismo intdectuaL Pero hasta los íantos se han quejado d c la ineficacia d e su querer enfrente d d bien conocido. ¡Qué más quisiera un intelectual, que su conocimiento fuera suficiente para alcanzar la virtud! Los hechos, sin embargo, son muy diferentes: hay sabios en Ética y en Teología Moral que no han alcanzado las virtudes; y, por otro lado, también hay grandes: ignorantes en estas dcncias, pero virtuosos en s u conducta práctica. 3. La CADENA D E IN JU S T IC IA S . La otra tesis que importa desde d punto d c vista moral es la siguiente: “Más vale sufrir una injusticia que cometerla". Este pensamiento es d e un valor moral altísimo. Sócrates lo predicó en vida y, además, sd ló su verdad co n su misma muerte. N o aceptó ias proposiciones d c sus amistades para fugarse d c ia cárcel y eludir así la pena capital inm inente. E n su modo

d e pensar, eso equivalía a cometer una injusticia contra la ciudad, contra sus leyes y sus magistrados. “Si y o h e predicado to d o el tiem po d respeto a ias leves civiles, ¿cómo voy a presentarme ante el pueblo después d c haberlas eludido y o mismo?”, y bebió la cicuta en actitud estoica. Independientemente del juicio que se haga sobre Sócrates (pues, en opinión de algunos, sí podía haberse fugado sin cometer injusticia)*1 lo impórtame aquí es la tesis que siem pre se puede m antener libre d e ataques. S e p u ed e comprobar racionalmente que es una verdad dc gran valor. E n efecto, iodo consiste en tom ar en cuenta !a jerarquía d e valores.2 Cuando yo cometo una injusticia, quedo disminuido en los valores morales (rercera categoría). E n cambio, si sufro una injusticia, sólo podré quedar disminuido en valores infrahumanos (salud, placer) o en valores humanos inframorales (riqueza, ciencia, arte); pero n o en valores morales, que (com o hemos visto) dependen dc! libre alhedrío. Ahora bien, es preferible un menoscabo en los valores inferiores que en los valores morales, en consecuencia, es mejor sufrir una injusticia que cometerla. Obsérvese e l valor d c este lem a en contraposición con ci que usualnt en re se realiza, la famosa ley del talión: “O jo por o jo , diente por diente”. Adviértase también, para evitar confusiones, que ia tesis socrática n o prohíbe la propia y legítima defensa. Lo que prohibiría, en to d o caso, es la defensa a base dc nuevas injusticias. F.n ia vida práctica, k realización d c « t e principio es sumamente difícil. í ü mente ¡tigra aceptarlo en su verdad, pero e l cuerpo entero tiembla ante una posible contingencia que lo colocara dentro d c un a elección d c esta naturaleza. E n c i cristianismo, este m ism o principio se ha predicado con otras palabras: “N o devuelvas un m al con otro mal. sino corresponde al mal con un bien; perdona a tus enemigos y hazles el bien que puedas". Podemos subrayar la importancia y la necesidad d e estos principios haciendo notar que no hay orra manera dc cortar la cadena d e males c injusticias que continuamente se cometen en cí mundo. Sólo d uso d d libre albedrío en sentido contrario al d c toda !a corriente será capa/, d e elevar las relaciones humanas a un nivel netamente humano, evitando así la realización d c aqudia famosa frase de Hobbcs: “Ei hombre es un lobo para el hombre" {Homo, hom ini lupus). Nótese, por últim o, que si desde Sócrates se ha dado intclcctualmcntc d remedio a esto, pues la mente ha captado e l bien que corresponde, y éste no s e ha realizado ordinariamente, tenemos aquí un nuevo mcnrfs contra la primera tesis socrática que identificó la ciencia con la vimid, o .sea, es una prueba mas d c la diferencia que hay entre d conocimiento dd bien y su realización práctica. E n últim o caso, esto explica que un hombre d e ¡a talla d e Sócrarcs haya creído en un a tesis d c esa naturaleza. Para e l, en efecto, fue lo mismo ver d bien que trae evitar la nueva injusticia, y realizarlo en un últim o acto libre, consdcnre d c que esco le acarrearía la muerte. 1 C fe ( r i m a S o b a d o . A , S te r s ta y t i ¡ te m ó m e , p. ¡8 5 . R c p i x K io o u í r o e m o t e s u á íid ® e n e l C a p . 19.

Capítulo X X X II L O S S O F IS T A S Y EL R E L A T IV IS M O M O R A L El estudio d c lo» sofistas griegos es útil en lírica, puesto que la aclaración d c lo* errorei da mayor solidez a la verdad. Es m uy conoddo c! sentido peyorativo que riene la palabra sofera: designa a rodo aaud que propone 'o falso com o verdadero, que engaña co n astucia y cinism o y que se jacta dc poder defender d pro y d conrra dc cualquier proposición. Entre los griegos u refería primeramenre al sabio, pero luego degeneró hnsra rener d senrido acnial. .Sobresalen, dentro del rerreno d e la F.rica, do* contem poráneos d c Sócrates: Prodgora.t y Calidos, cuyas tesis examinaremos por separado. 1. Pri'íTáOOsaá Es ramoso por su célebre sentencia: ~FJ ham bre & la m tiiú ía de todas las cosas... 'E sta frase, tan alrisonsnre. tan halagüeña a ios oídos d c cualquier mortal, se puede interpretar de varías mañeros. Fundamentalmente espres» ia excelencia del hombre, la superioridad del ser humano en toda la creación. Pero hay que tener cuidado. Para algunos comentaristas,’ $c trata, sim plem ente, d c la exaltación d e la naturaleza humana. Sin embargo, tal com o la entendió Protógoras (según nos relata Platón), es una expresión lapidaria d d relativismo moral, tesis que implica la m uenede la Etica com o ciencia. Estudiemos estas dos interpretadonesa j D ada ?a expresrón metafórica d c :a tesis d e Protágora*. se podría interpretar en un sentido positivo, completam ente válido y d e acuerdo con las ideas ya explicadas acerca d c la materialidad del valor moral. FJ hombre es la medida de todas las c o a s. Es cierto, pero a condición d e entenderlo asi: la m u u n tle e a h u m a n a e s ¿ fu n d a m e n to p r ó x im o d e m o ra lid a d ¡o x a , la base o “medida" para juzgar la conducta humana). N ótese que no se habia ahota de un hombre en particular OKDO juez absoluto d e lodos los valona», sino d c la naturaleza humana, de 1 E n c o n o to » . G * s f c = C ír. D e V u n e. / f i a r a t e i i p l e t o f i j p i t p , p

i2 i.

aquello que hace ai hombre lo que es, del conjunco d e cualidades que dan al hombre c; nivd superior que posee enere los demás seres. E n efecto (com o ¡o hicimos norar ya;. naturaleza humana es la base d e comparación, ía piedra de toque (fúndamenro próx: r-x« de moralidad) por ¡a cual podemos juzgar buena o mala una conducta humana. Si Protágoras hubiera entendido así su famosa tesis, n o hubiera sido e l sofista que atacó Plarórs cn e l Tteteies. b) Según Platón, el sentido que d io Protágoras a su tesis es el siguienre: ca/hiptnon.: f. ju e z absoluto de i/¡ verdad y rit üt rnomL "iodo hombre puede y cebe juzgar, por si mism o y sin referencia a ninguna otra base objetiva, ¡o que es verdadero y io que es bueno. Si una persona juzga que algo es bueno, entonces, sin más, es definitivamente bueno: - >: otra ¡o juzga malo, entonces también es malo. Esto es, cn pleno, ci relativismo moral La tesis sostenida porci reiativijmo moral se puede expresar cn los siguientes cérmin*»: “roda verdad y todo valor dependen de cada persona y de su criterio. Ia verdad y el vaior son relativos a cada sujeto. Este tiene la última palabra cn lo que se refiereal juicio K-c-re e! mundo, ¡as cosas y lo s valores. N o se puede dar una verdad y un valor moralabsolu co. válido para todos, inmutable a travésdel tiempo. Laverdad y d vaior tambian segur: jc. ¿pocas y los lugares. Así ha sucedido d e hecho, y no puede suceder d e otro modo’ . 2. R w vm uO N D£L RELATIVISMO. El relativismo es una posición m uy cómoda. C a s
~f-'. VcracaOT, y r l .- ít- iíi p p

¿f Upteají*etXJaapwJacil. |i|í !i >24>.A ilv.tifecIiwicynr>•vjikb. /fe», e. mil»

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I . c o n i á o t c ú ia v e c c ib ic m c c M e r r é c í i u m b l e n o t il & 'K ii ii» ( C f r . ¡ X - ! ] i * p v \ ! j « a u r ó r a t e < w e ! ¡ e .

p. ISO!. Nrninlfrvnrc. q'ií!' Upwe«Bí>lí ¿1Olenu¿c ciio.

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« juez 7 rector d c Su propia conducta y d c los valores que 1c atañen. Hasra aquí parecería que estamos dc acuerdo con las tesis d d relativismo moral. Pero el rdarivismo M ía no tanto por lo que afirma, sino más bien por lo que niega. El relativismo niega que haya un criterio y un valor absoluto al cual deba someterse cada sujeto y cada juicio d c conciencia. D e acuerdo con lo ya estudiado en esre libro podemos sostener que, si bien es cieno que cada uno es juez de su propia conducía, también es cierro que n o e i juez absoluto. FJ hombre es medida y rector d e lo que debe hacer- pero por encima están ciertas normas objetivas y raciouales que se im ponen por la fuerza dc la verdad. Cada mío debe regirse por su propia conciencia; pero, además, cada uno debe regir su propia conciencia de acuerdo con normas objetivas. En dcñniriva, el relativismo es una forma d e soberbia humana. Es la proclamación del hombre com o absoluto en m edio d c los demás seres, es la sobrcvaloración d c sus facultades, conocimientos y criterios. 1.0 que nccesica el relativista es una buena dosis d e humildad, que lo capacite para somcrer su razón al imperio d e la verdad, basada en lo real y absoluto, que es independiente d c la medida humana. F.i hombre es, pues, medida, pero también debe ser medido. Afortunadamente el relativismo moral es sóío un rapejismo de ¡a razón que se puede deshacer esgrimiendo [*5sigukntcs razones especificas: ;kdenteníalo; leyesde la I/tgxa.

b) Ladcíüíiiión de vfT/hd'n tambiéncontra d rdarivismo. Una proposición r unto, ¡averdadenvuelveuna rdadón. pero su base<>medida no es dsujeto,sinod objeto. El hombre no es la medidade todas las cosas, sinoque la realidad objetiva « la medida dc la verdad, y, por consiguiente, de los valora mondes, ¿) I z objm w iáddeloi t i l o m a o tr o m entí* c o n tra ei id a ii v im io . L o » v a lo r e s ral c o m o s e h a e stu d iad o , existen in d ep en d ien tem en te d c q u e u i u p e rso n a ¡0 5 co n o zc a o n o , l o s va lo re y los aprecie o n o . E l v a lo r n o e> id a ú v o a ia» personas e n p a r t k u k i. N 'o p o rq u e u n a persona conozca y aprecie u n valor, p o r eso « i s w . E s al revés: p o iq u e cxiwe el valor. la persona lo conota: y lo aprecia. A d em ás, cada u n o pu ed e crear o io c rc m e n c r e n s í m ism o eí valo r m oral, pero o t o no significa que d hom bre es la m e d id a d d valor.

Fn todo caso. c> d amor cíe sus propios valores, acá iu propiovalor, pero do crea d valor, d cual existe con anterioridadal sujeto. D d hombicdepende h existenciade sus propio* valoren, ma^no ¿ucsoicia. F.Ivalor es aprioñ luego no estásiijem a la medida dc un hombre en particular. d ) lü rdadvíunole&nrraiiicrssí mismo. Porque,déser verdadero, se deduce quecualquierpersona lo podría aapraro rechszat de acuerdo Consu propio criterio. Luegole dcMruye a si mismo. Dicho de otro modo: una persona que luebe contra todo valor v ¡undameoro objetivo está implícitamenteafirmando tina postura que considerade valor p:i«rrivo, aceptable, en contrade cualquier otro fundamento objetivo, que considera de valor negativo, lio consecuencia, ha establecido uns.diferencia{objetiva) entre, lo bueno y lo malo (su postura« la buena, 'asdentfeson

m a te s ) a ia c u a l

.tu je ra c ! (¿ y p o r q u e « o tu is b á ín l o s ¿ c io á s h o m b r e s ? ) . E * m e q u iv a le a n e g a r s u

p r i m e n n e g a c ió n . Y e s q u e n a d ie p u e d e r e c h a z a r r o d o v a l o r o l j j e t i v u w o c o n u a d e c i r s e a s i m is m o . í/

I ’o i ú l t i m o , d f s e r c i e r t o c5 r c l a i i y i x m o , i a s o c i e d a d s e r í a u n

tá o s, p u e * e n t u n o »

: w d k p o d ría

im p o n e ? k - y c t, :io h a b r á d e r e c h o s c u c re s p e w r, n í o S u iig a d n n e tq u e c u iu p íií. S e tia im p o s ib le u n a v i d a e n n i v e l h u m a n o , e n m a l i a e le t a l d c v o i d c i : .

3 . G vu cu *. Su tesis (que algunos atribuyen m ás bien a otro sofista llamado ímaco) es la siguiente: ~La leyes m ásfiterte". C on cilo se quiere significar que !a autoridad corresponde a! que se sobrepone a ios demás, al que efectivamente puede dominar al resto a base d c energía, n o sólo física, sino aun en !a palabra, en el pensamiento, en la influencia, en «1 ¡liando. C om o com entario crítico, podemos hacer u n o solo: esta tesis es verdadera d e hecho, pero es falsa d e derecho. Efectivamente, es verdadera de hecho, puesto que así Suele suceder. I ¿i realidad d e I2 historia universal a o puede contradeciue. £1 gobernante, la autoridad, ci jefe, suelen imponerse con la fuerza, si n o es que COU la brutalidad- Afeminadamente, esto que suele suceder u o necesariamente ocurre, y tatnbiói existen autoridades que cumplen con e i derecho.

Y decimos que la tesis de C alidcs es falsa de derecho, lo cual significa que, aunque así sucia suveder, n v « lo que debería sucedes- La autoridad, el legislador, el jefe, tienen que cumplir co n ciertas condiciones para que su actuación, csíé dc acuerdo con la naturaleza d c su función. N o lodo d que se im p o n e por la fu er a am e las demás es por eso e l jefe nato. Claro está que debe saber gobernar, dirigir a los demás C incluso imponerse enérgicamente en ciertos casos pero e n la base d e todo esto hay una cualidad que es la que define a la autoridad: saber captar y prom over e í bien común. Q u ien llene este requisito, tiene cualidades para ejercer convenientemente ci cargo d c autoridad y legislador. La condusión es que la ley no es del más fuerte, sino del que sepa conocer y realizar el bien d e lo s súbditos.

Capítulo X X X III EL I D E A L I S M O P L A T Ó N I C O 1. V ida y obras fcn el capiculo VI hicim os referencia a la cosmovisión idealista dc P latón. A partir d c ella se p u ed e encender s u pensam iento co m p leto . A quí desarrollaremos solamente el aspecto que interesa a nuestro estudio d c frica. Platón (4 2 7 -3 4 7 a. J.C.) fue e í principal discípulo c e Sócrates. Sobresalen sus estríeos por la belleza dc su estilo; com puestos a manera de diálogo, su lectura cautiva a lo largo de toda la obra. Posiblemente es el autor filosófico más leído y cnmcr.rado. Fjitn: su* más famosos diálogos se encuentran: ElRanqucre. Palón. Pedro, J a República. Teeieta, Cnrón. M enón y L a A pología de Sócrates. 2 . ConoC'LMümo YOLVIDO DE LAS zx a s . El núcleo d e su pensamiento c« d en la (corta d c las Ideas. C o m o ya se ha estudiado , las Ideas son seres espirituales, n q ftc w s , subsistentes, m odelos de todo ente material. En cambio, io s entes materiales d c este mundo en realidad n o valen, n o son seres propiamente dicho»; son un pálido reflejo d e aquellas Idea». IVro entre todo esto, lo que más interesa a la Ética cu su teoría acerca d d hombre. Cada persona existe desde ante» de su nacimiento en este mundo. Las almas espirituales viven en una especie d e pa^íso en contemplación d e las Ideas, pienas dc conocimiento. Rao. por castigo d e lo s dioses, han sido condenadas a vivir en este mundo encarceladas en un cuerpo material. El hombre tiene que purificarse respecto a lo material: pero a su muerte reencarnará en otro cuerpo, y así sucesivamente hasta que iogre purificarse por completo. £sta o la famosa metempsicosis o transmigración de tas almas, teoría d c ran conocido cuño oriental. La unión co n el cuerpo ha producido el olvido d e las Ideas. Pero, dado que o to s entes guardan una semejanza con aquellas Ideas, cada ve* que venios las cosas materiales podem os recordar las Ideas que habíamos conocido y olvidado. Este proceso, según ei

cual aprender es recordar, recibe el nombre d e ¿ m á m u s it, y ha sido bellamente ¡lustrado en su diálogo e l M enón. Tambfók aquíqueda implicada la siempreatractiva teoría d e k s ideas innatas, según k cual cada persona ya crac consigo la ciencia aprendióla en eí m undo de las Iekas, eu lünua de conceptos o ideas, que son olvidadas ai uacer,y luego recordadas al contacto con las cosas de este mundo. La labor de! maestro, según csro, se redimirá a lograr que e í alumno reflexione y encuentre en sí mismo sus olvidados ccnodmicnros. i. PftixciFíO HfNi>amf.nt;Aí.r « . v a io r. Todo csro no es sino la consecuencia de! principio fundameoraJ de la cosmovisión platónica; lo que vale es la Idea espirimai; en cambio, lo» entes materiales son un no-nr. D e aquí se desprende que d cuerpo material i s quien ha producido el olvido d e nuestros conocimientos; el cuerpo es una cárcel para e l alma; la esencia del hombre es su espíritu, y cebe tratar d e purificarse d e iodo lo material. Usté pensamiento ha quedado bellamente pbsm ido cn la Alegoría de ia Caverna Oíbro V li de L a Rcpúbiiai) que, en síntesis» es la historia c e unos prisioneros encerrados cn una oscura cueva. Acostumbrados a versólo las sómbrasele ¡o que pasa externamente, están en ¡a creencia d e que esas sombras son ios únicos cn tesreales. ;Cuán grande es s u sorpresa al descubrirque ios verdaderos entes son eminentemente superioresy periccros cn comparación con ias sombras que veíanl I «raídamente sucede ccn nosotros y el mundo. Las Ideas son los verdaderos y valiosos entes; pero la materia nos .ia hecho olvidar esas Ideas. Esta supremacía de las Ideas es lo que le h a dado el nombre de idealismo a la doctrina platónica. E l nombre puede mantenerse, pero a condición de no confundirlo con el idealismo gnoseológico que, en la teoría de! conocimiento, se opone ai realismo. D e a Iro d e esta nomenclatura. Platón tiene un idealismo que n o se opone a! realismo, y por eso valdría ia pena calificarlo com o idealismo oncológico, para diferenciarlo dd idealism o gnoseológico, ta n típ ico e n autores c o m o Kanr, H egel, H usserl y Brunschwieg. A. M ateria y espíritu. La Ética platónica es una consecuencia de rodo lo dicho. 1a idea del Bien es ! a cumbre d e t o d a s las Ideas. Hila debe ser el centro d e nuesrra acritud práctica. D ebem os aspirar hacia ella y purificarnos d e todo lo material. Ascender a ese m undo ideal, espiritual y perfecto y desprenderse d e este mundo material, sensible e imperfecto, es la norma íu n d a T .e n ta ! en el pensamiento plarónico. Hn esto consiste el etosplatónico, c i amor que sublima al hombre, lo espiritualiza y lo acerca al m undo d e las Ideas c n cuyo centro está el Bien confundido con la Belleza. Esta acritud d e desprecio con respecto a lo material, se tom ó ran en serio que me la idea central del neoplatonismo de los siglos posteriores. Un Plotino y un Amonio Sacas no piensan en otra cosa sino cn elevarse hacia lo puro y perfecto, abandonando lo impuro e imperfecto de es te mundo. Hasta el cristianismo se vio influenciado por esas ideas. Los primeros filósofoscristianos eran más platónicos que aristotélicos. Todavía en I: actualidad hay mucha gente que, de

buena o d c mata le, cree que !a idea dei desprecio d c !o materia! es d c Origen cristiano, cuando en realidad, ia redención cristiana en cierto m odo es la salvación y elevación de lo que por mucho tiempo sé había tachado co m o impuro, oscuro, indigno d d hombre, a saher: la materia, d cuerpo, d sexo, d trabajo fisico. el dolor, la humillación, d fracaso, etc. Sólo dentro d c un contexto ar.tiplatónico se enriende que d cristianismo tenga com o dogma d c fe "la resurrección d e la carne y la vida perdurable". Es cierto que abundan (sobre todo, e n tiempos primitivos) ejemplos y escritos dentro del cristianismo que parecen estar d c acuerdo to n ias tesis platónicas. Eso es un hecho. Pero, repito, el onp.cn d e rales ideas no es d cristianismo, sino el platonismo adherido a los cristianos de los primeros tiempos. 5. LftSyiKSVtHS. Platón ha explicado con detalle en qué consisten las virtudes, o sea, ias perfecciones del alma. Se trata, nada menos., d c las cuatro virtudes tradicionales: prudencia, justicia,fortaleza y templanza. Cualquier cristiano creería que la explicación dc días es propia d c la doctrina aprendida com o catecism o en su niñez. Pero, cuatro siglos antes d c Jesucristo, un sabio griego las ha colocado, d c un m od o racional, en la cumbre de las perfecciones humanas. FJ alma humana seria comparabie, dice Platón en c! Pedro, a un cano con sus caballos y su auriga. Este dirige d conjuntó; aprovechando las energías dc los d os caballos. Er. d alma también hay uüa razón que debe gobernar í « apefiros de diferente sentido. La virtud propia dc la razón (el auriga) es ía prudencia, que sabe gobernar y dirigird conjunto, l a vtm id propia d d apetito irascible (de lucha) es ia fortaleza, que vence !as dificultades y ohsráculos d e la vida- La virtud propia del apetito concupiscible (de deseo) es la templanza, que « b e moderar una extremada ansia dc placeres Terrenos. La justicia es entendida por Platón como la armonía, equilibrio entre las diferentes partes d d alma humana. <í. Fi .rSiAOO. Esta misma comparación dc! carro con su auriga y sus d os caballos, aplicada al alma y sus partes^ tam bién ricnc su paralelo en d Estado y sus diferentes clases sociales. E l auriga corresponde al gobernante y, pot supuesto, su virtud característica es la prudencia, arte d c dirigir. Ta clase d e los militares corresponde a uno de los caballos (apetito irascible del hombre) y su virtud típica ha d e ser la fortaleza. La dase de lo s comerciantes y dc los productores corresponde al otro caballo {apetito concupiscible del alma) y su virtud propia CS la templanza. La justicia reina en la sociedad cuando hay armonía y equilibrio entre todas ias clases sociales. Platón dedicó varios libros, com o luí República y I ms Leyes, a la elucidación d c una csrruciura ideal para e! Estado. Pero cayó en lo que posteriormente se denominaría una utopía {sin lugar, en griego) o idealismo quim írico irrealizable. El gobernante debe Ser un filósofo (pues él ricnc la visión d e las Ideas, y, por tanto, sabe cóm o encauzar al Estado hacia ci Bien). D eb e haber dases sociales. El Estado se debe encargar d e ia educación d e niños y jóvenes, crcércrrjPiatón postula una espede dc comunicad d c bienes pora las dos Gases superiores, no para ia tercera. Por esta razón su comunismo diftere notable*Rentecon respectoai marasmo.

7. C omentario CRfrrCO, La teoría platónica es un avance positivo dentro de! pensamiento. Sus argumentos para demostrar la existencia d c D ios y la inmortalidad del alma han sido ia base para demostraciones posteriores m i ' elaboradas. Su espiritualidad, a pesar dc ias exageraciones q i* hem os hecho notar, es un llamado d c atención en contra dei materialismo reinante. E l gran m érito d c Platón estuvo en h a b n intuido las cualidades abstractas, universales y espirituales que están encarnadas en las cosas materiales, y cuyo concepto es más permanente e inmutable que lo material. Pero no es c ie n o que esas ideas existan p o t SÍ mismas, sin que nadie las piense. Siete siglos después. San Agustín nos hablará d e esas Ideas perfectas, pero en la men:e divina. El gran error d c Platón estuvo en haber menospreciado ci valor dei m undo material* del cuerpo, d c lo s sentidos, co m o si fueran una carga para, ci hom bre. N o cu cierto que el cuerpo sea una cárcel para el alma. E i hombre n o es soiamenre espíritu, o materia, sino que es síntesis dc materia y espíritu, d e cuerpo y alma, d c tal m odo que la superioridad d e ésta no debe traducirse en un menosprecio dei cuerpo. A lF .C O R Í * D E L C A R R O A IA D O

C akro

A iaía

E siaia ?

Auriga

Razón

Gobernante

Prudencia o Sabiduría

Caballo blanco

Apcriro irascible

Militares

Fortaleza

Caballo negro

Apetito concupiscible

Productores

Templanza

V ra T u r/r.s

Capítulo XXXIV EL E U D E M O N I S M O A R I S T O T É L I C O ! - V i l . a v o b r a s . A filóreles (384-322 aJ.C .) continúa la linca de Sócrates y Platón. Es c! genio sistemático y melódico que ocupa la cum bre cn d pensamiento griego por su erudición y su adecuación a ia realidad. Sus intuiciones y su lenguaje no son rail brillantes com o los d e su maestro Platón: pero, en cambio." tiene ral precisión y jan fuerre sabor realista, que co n razón se !e ha llamado. duranre siglos, "el Filósofo”. Su especialidad científica era ia Biología. Y d e allí obtuvo ¡a huella ideológica que se observa en todos sus escritos. {La ideología consiste cn 3a tendencia a u n fin, com o es ei caso del credmicnco d e las plantas y ios animales.) Pero sobre todo, la cima de su pensamiento está en si: Metafísica o Filosofía Primera, que remata en una Teología, o ciencia acerca d e Dios.. la cual supera, co n m ucho, todo lo que Se había dicho sobre la divinidad hasta esos tiempos. Sus obras principales son: Organo» (o Lógica!, Filosofía Prim era
2. ELimBMORHSMO. Esta teoría afirma que todos ¡os seres en este m undo están compuestos d e materia y d e forma. La materia es ci dem ento individualirador, v la

forma es e l elemento especificadot. Es decir: rodas ias cosas d c la misma especie tienen la mism a forma y só lo difieren por la materia, 1.a forma es. por supuesto, mucho más importante que la materia. Es equivalente, por su inrdigibiüdad. a la Idea d e Platón. Esto n o debe entenderse com o sinónim o dc figura o dc silueta, sino com o un principio que da unidad, estructura, organización o inteligibilidad a la materia, la cual por si misma es, caótica, sin orden ni unidad. E l hitemorfismo tiene una nniv impórtame aplicación a la esencia del hombre, !a cual (según Arisiécdes, y con ¿l toda la tradición escolástica) consta d c materia y de forma, qué son e l cuerpo y el alma respectivamente. E l hombre n o es só lo d espíritu, sino la substancia compuesta por el cuerpo (ia materia) y e l alma (¡a forma).Tam poco es materia solamente, lo cual es tesis que se ha d c tomar m uy en cuenta al estudiar e l marxismo. Con esto tenemos cimentadas las bases para rechazar el idealismo platónico. Efl efecto, ¡osdos mundos dc que hablaba Platón quedan sintetizados en cada cosa por medio déla marcria y la forma. I.os dos mundos no están separados, sino íntimamente unidos e n cada cosa. FJ hombre no es solamente su alma, sino la síntesis d c Cuerpo y alma. Pot tanto, el cuerpo no es despreciable, a pesar d e que e¡ alma espiritual sea superior y deba regir al cuerpo. Por supuesto. ArLsrórdcs no cree en las ideas innatas, n i en la anamnesis, rú en ia ineicrapsicosis. I a teoría d c la abstracción es su respuesta contra la teoría d c !as ideas innatas. F.i hombre nace sin conocim ientos; todo lo que tiene en la mente debe liaber pasado por los sentidos. Por m edio d c ellos se pone en contacto co n la materia, y, enseguida, el intelecto capta la forma o estructura allí contenida, dando origen así a ias ideas o conceptos universales3. Et. fcUOKMONl»<<> C on lo anterior sólo hemos hecho labor negativa, refutando a Platón, tal com o io hizo Arisrórdes. D c cualquier manera, se ha ganado mucho colocándonos desde el principio en una posición correcta acerca d e ia esencia del hombre, que va a ser !a base para definir e! valor moral dei acto humano. Aristóteles identifica la noción d c bien y d e fin. El hombre busca com o fin último su propio bien, es decir, su felicidad, o en o r o s palabras, su propia perfección, la realización d e sus potencialidades. D c esta manera, la felicidad ocupa un puesto central en su Ética, y por eso se ha denominado eudemonismoa su sistema. (¡utíbiintonia es felicidad. en griego.) Pero notemos que dicha felicidad, que es e i fin último d d hombre, no consiste, según Aristóteles, ni en el placer, n i en la fama, sii m las riquezas, sino en 5a actuación conforme a ia propia naturaleza, es decir, en la aclualizaciói>d e sus potendas, entre ias cuales e l entendimiento o razór. ocupa ei lugar privilegiado. F.¡ hombre que se gobierna por la razón, que actúa confórme a su naturaleza racional, q u e actualiza sus potencialidades propias, ese hombre, al mismo tiempo que se perfecciona, conquista su felicidad, alcanza su propio nn y se comporta honestamente. Para Aristótdcs es lo mism o ser perfecto, ser fd iz, alcanzar su propio fin y actuar con valor moral.

4. L a $ v í r t u c & Gran paree d c la É tica a N kóm aco c \ i á dedicada al estudio dc las virtudes. Según Aristórdcs, una virnid es un perfeccionamiento dc una facultad humana. Las facultades, com o la intciigcncia o lo s aperiros sen sib le, nindonan ordinariamente en pos d c su objeto propio; pero esc funcionamiento es más fácil 7 eficaz a ia n d o la facultad posee una virtud, feta se puede definir co m o un hábito bueno, es decir, una disposición estable y adquirida que facilita actuar bien. Una propiedad típica d e las virtudes es la dc ser aptas para encontrar el medio adecuado entre dos extremos viciosos. Por ejemplo: la vaiem/s es un justo termino medio entre la cobardía y Ja temeridad. Hay virtudes morales c intelectuales. Las virtudes morales perfeccionan al hombre en cuanto tal, y son: la prudencia, la justicia, la fortaleza. Ja templanza, la liberalidad en c¡ gasto dc las riquezas, la amistad, etcétera. Las virtudes intelectuales {o dianoéikcu) perfeccionan al entendim iento en sus dos funciones: especulativa y práctica. l a s virtude del encendimiento especulativo son rres: la ciencia, la intuición y la sabiduría. Las cel entendim iento práctico son e l arte y la prudencia. C om o puede notarse, esta última es intelectual, en cuanto que reside en e l entendim iento, y también es moral, en cuanto que perfecciona ai hom bre como hom bre y rige a todas las demás. £ ü esta rapidísima descripción d e la £ iica aristotélica puede notarse ya cóm o está impregnada de un alio senddo moral y un fuere: racionalismo realista, que le d a a sus escritos la tónica propia d e la filosofía perenne. 5. C o m e n ' ¡ a r i o u tfn e o . La Filosofía y la Étka de Aristóteles están por endm a dd pensamiento d e cualquier filósofo griego. Aristóieles es e! iniciador y sistematizador de la Lógica, de la Metafísica, de la Psicología, etc. Con razón fue e¡ faro lum inoso dentro d e la sabiduría de la Edad Media. Pero, por supuesto, n o hay razón aiguna para ocultar sus errores y defid en das en varios terrenos. Aparte d e sus teorías físicas tan primitivas (com o e l geocentrismo, por ejemplo), dentro de nuestro ámbito etico podem js señalar las siguientes ¡mperfecdones d e su pensamiento: a ) La idea de creación y de providencia n o fijxiran en su léología. S on aportado: d e la tradición judeo-cristiana. t i dios aristotélico n o es un ente personal, en Sa vida del hombre. b ) Las ideas de obligación y d e sandón tampoco h an sido desarrolladas en la J aristotélica. Esto está en íntima coherenda con lo anterior. c) La teoría del térm ino m edio en las virtudes tiene bastantes excepciones, ejemplo, n o puede aplicarse a las virtudes teologales. Esto n o se le puede reprochar; Aristóteles, que n o se percató de la existencia de tales virtudes. d ) Su concepto d e felicidad es bastante terreno. N o materialista, puesto q u e : e insiste en la supremacía del espíritu, pero sí ¡e queda dentro de los límites de es vida terrenal y no considera el premio otorgaco por D io s al hom bre virtuoso en .

otra vida. Esto, co m o puece observarse, también es una consecuencia de la primera deficiencia aquí detectada. e) Pero, además, la felicidad ocupa un puesro prcpooderanre cn la Ética de Aristóteles. Y esto merece ura corrección muy importante, com o !o hará nouu, dieciséis siglos más tarde, Santo Tomás d e Aquino. FJ valor moral debe expresarse en función del valor trascendente, no :n función de! valor inmanenre que se va adquiriendo y que constituye la felicidad. Ia materialidad del valor es t í plano que explicó Aristóteles; pero I» formalidad del mismo quedó deficientem ente desarrollada. S e enriende esta falla desde e l m om ento en que e l dios arisrorólico no es un ser personal, creador y providente, sino un primermotor inm óvil, cuya influencia cn e i m undo sólo se ejerce com o causa final, pero no com o causa eficienre y causa formal.

Capítulo X XXV E S T O IC IS M O Y H E D O N IS M O Después d c Aristóteles, ya n o surgió ningún genio d e esa talla ni en Grecia n i en Roma. £1 pensamiento filosófico y moral cayó en franca decadencia. D e id e nuestro punto d e vista nos interesa revisar, aunque sea someramente, dos coniem es que entonces SCformaron: el estoicism o y d hedonismo. 1. E l ESTOICISM O. .Se llama así porque se erigió en e l pórñco d e Alexias (¡sod). .Su fundador es Zcnón d c C irio (3 4 2 - 2 /0 a.J.C.), y tiene representantes romanos dc gran renombre, com o .Séneca y c! emperador Marco Aurelio. También se alistaron en sus filas Epicteto y Posidonio. El ideal estoico es el sabio que se gobierna cxclusivameníe por la razón, sin dar lugar a ios impulsos dc ias pasiones, las cuales son juzgadas co m o malas. La razón debe llevar al hombre a uria adecuación eo» su propia naturaleza y co n la naturaleza del ( Cosmos. í iradas a c!!a se adquieren las virtudes y, por ende, la felicidad. Los grados más elevados d c la vida estoica están sellados por la impasibilidad, que es un equilibrio y serenidad com pletos enfrente d e los afectos, las pasiones y ias contradicciones d c !a '-ida. Fl estoico ricnc que renunciar a lo s placeres y soportar los dolores y penalidades propias. D c aquí ha surgido la tan conocida expresión: “Soportó la pena en acrinid estoica'. Es famosa la frase d e Séneca al respecto: “Si accedes de grado, e l destino re llevará; si no, te arrastrará a la fuerza'. Este autor llega a aconsejar d suicidio; y. según parece, é! m ism o lo llevó a cabo, aunque orillado por Nerón. El estoicismo ricnc posirivamcnicc] ideal d d deber, de la renuncia y d e la fraternidad universal. D ebido a eso, iuc una doctrina apreciada por los primeros cristianos. Pero en contra csrá ur. fatalismo que no da iugar a la libertad, y la valoración negativa de las pasiones y los afecros.

2. H edonism o. Tsva doctrina tiene com o principales representantes a Epicuro (3 4 1-270 a.J.C-S en G i« !a ; y a Lucrecio, en Roma. El placer {¡icát»rf. cr. griego) es el valor supremo, al cual se subordinan todos los demás. La regla d c esta conducta práctica c.s: ‘procurar el máximo d e placer con ci m ínim o de dolor". La virtud no es sino un m edio subordinado al placer. V aquí es donde se encuentra la máxima oposición con e l estoicism o. d cnai propone la virtud co m o un fin, y nü com o un m edio. A u n cuando F.picuro nunca proclamó d libertinaje, de h ech o el hedonism o, en la práctica, es e l m odo d c vida más corriente entre el com ún d c la genre, todo cuyo ideal consiste en go?ar d m áxim o dc placeres, apartándose dei dolor. C om o com entario crítico, y j hem os .señalado, ai liablar de ia jerarquía de valores, que, eiccnvamente, d placer es un valor, y, por tanto, hay que saberlo apreciar dentro dei puesto que le corresponde, teniendo cuidado d c n o exagerar, co m o el puritano y el estoico, que desprecian el placer; o co m o d hedonista puro, que coloca a csic en la cumbre del valor y en d centro d e su vida práctica.

Capítulo X X X V I EL C R I S T I A N I S M O , D O C T R I N A D E S A L V A C IÓ N F.Icristianismo, no es propiamente una filosofía. Pero existe toda una cosmovisión cristiana, a partir d e la cual se desprende un modo de vida práctico y de nivel m o n i superior, cuyo estudio es imprescindible cn la revisión de los principales pensamientos que versan sobre el problema ético. Ia Filosofía nos introduce en e! reino d e lo abstracto, d e las esencias puras, de las definiciones y d e las causas supremas. Ahora bien,Jesucristo n o hizo definiciones, ni explicó por m edio d e causas; su lenguaje es meta;óricü; n o fue un prolesor teórico; sino un maestro práctico acerca d e la vida. El cristianismo n o es un sistema conceptual; es jn a religión (religación del hombre c o n D ios); es norma d e vida. Sin embargo, hay un mensaje escrito Oa B ib lia ], y a partir de allí ha n a d d o la filosofía cristiana, que trata d e comprender e l sentido profundo d e ese mensaje y esa cosmovisión. A lo largo d e la B ib lia , pero sobre todo en lo s Evangelio! y cn las E pístolas de San Pablo, encontramos una serie d e proposiciones de clavadísimo nivel ontológico y moral. A un prescindiendo de! carácter revelado d e las Sa^aeias Escrituras, un prolano tendría que considerar el objeco d e tales juicios, y maravillarse de la profundidad humana, airara teológica y armonía ontoiógica del mensaje contenido en la B iblia, En este capítulo intentaré una síntesis sistemática d e esc contenido, que nos llevará en pocas palabras hasta la médula del pensamiento cristiano, el cual, por otra parte, ha sido transportado al lenguaje filosófico propio de Aristóteles, por Santo fom ás de Aquir.o cn el siglo Xl!i. Esta síntesis puede ser explicada alrededor d e siete ideas capitales, que son: Dios, el hom bre, Cristo, la Redención, la Iglesia, el orden sobrenatural y la transcendencia. 1. DíOS. En e l cristianismo no sólo se habla de Dios co m o creador y providente, lo cual es una idea que venía desde la tradición judaica (Antiguo ¡estam ento), sino que se

insisrc en d carácter personal lie Dios, que culmina en esa cualidad d e Padre dc rodos los hombres. D ios ya no es rento la justicia personificada, sino el Padre amoroso que quiere el bien d c iodos ios hombres, perdona las ofensas y se inclina misericordioso ante las súplicas d c sus hijos. F.Iopri mismo del cristiano no puede estar mejor fundamentado: "Io d o contribuye para el bien d c los que aman a Dios". "Dios es amor”, dice d apósrol San Juan: es. pues, la fuente d c todo el amor y amistad que puede prodigarse en la familia humana. 2. FJ.HOMBRE. A partir d c io anterior, lo fundamental en el hombre, dentro dc su acritud prácrica en la vida, consiste en la respuesta libre y meritoria que corresponde al amor d e Dios. FJ mérito d d hom bre consiste en que, teniendo un arma d c doble filo, co m o es su libre albedrío, puede voluntariamente corresponder, o no, a ese primer movimiento dc donación amorosa por pane d c Dios. Sus obligaciones emanan dc este primer principio: puede tener conciencia d d puesto que ie corresponde co m o criatura y receptor d c los dones de D ios. Sus talentos no le vienen de él m ism o, sino que son regalos d e D ios. Luego debe usarlos en corres­ pondencia al q u e primero am ó, com o ha d c hacerlo paralelamente rodo hijo con respecto a su padre. l’ero la obligación que se le im pone n o es un precepto abstracto, sin o una reladón coa un D ios personal. S e traía d c actuar en conformidad co n lo que el propio amor de correspondencia vaya dictando. “Ama y haz lo que quieras", decía San Agustín. FJ cum plim iento dc los mandamientos, o sea, d servicio d c D ios, es, pues, un acto dc fi­ delidad y d e amor. H pecado no es otra cosa sino aparrarse d c esc camino que ie corresponde al hombre, rechazar d don d c Dios, preterir vivendalmcnre d valor inferior, no amar ia voluntad dc Dios; en una palabra, retrotraer la intención hasta d bien inmanente sin considerar d Bien propiamente dicho, e l Bien trascendente. 3. G u s t o . La voluntad benevolente de D io s queda demostrada en la encarnación d e Jesucristo. D ios envía a la segunda Persona de la Santísima Trinidad, y d e esta manera queda sellada usía nueva alianza con el hombre. A partir de esto, queda claro que todos lo s hombres están en la posibilidad de participar de una nueva vida y amistad con Dios, Todos los hombres son unificados com o hijos d e una gran familia. E l Buen Pastor busca a sais ovejas y n o quiere dejar abandonada a una sola. La vocación general d d hom bre está ya definida: seguir a Cristo, imitarlo en su vida, sus obras, sus actitudes, y sobre tod o, en sus disposiciones internas. La misión del hom bre consiste, dentro d d cristianismo, en asociarse co n Cristo, continuar su obra, y ser portador del mensaje d e Cristo, ser ah er C briüuí, La cosmovisión cristiana va tom ando ya sus lincam ientos fundamentales: “T odo es para d hombre; el hombre es para Cristo, y Cristo es d e Dios” .

4. I a KH>f.Nt:i(').N. Jcsucrisxo n o solamente predica, sino que salva ai hom bre y lo ayuda en su elevación a Dios. Tsu cción salvadora d c Jesucristo se extiende a todo cuanto en e l m undo existe en la sombra. Aquello que era considerado com o indigno del hombre, es colocado en si: verdadero puesto: la humildad dei pnblicano. en contraposición a ia soberbia dd fariseo; la dignidad del trabajo manual, en contraposición a las alturas d c la sabiduría (sofisticada) d c lo s griegos. F n u n a p a la b ra ; e l d o lo r, la m u e rte , la s p e n a lid a d e s, e l fr a c a s o , las c o n tr a d ic c io n e s , las h u m illa c io n e s , l a p o b r e z a , e l s a c r ific io ; c o d o l o h u m a n o a d q u ie r e e l v a l o r q u e le c o r re s p o n d e c o r n o m e d i o p a ra e le v a r e l in te r io r d e l h o m b r e a lo s v alo res ira s cc n d co ce s .

Ia s bienaventuranzasescandalizaron a muchos; han sido una verdadera trasmutación dc valores. Algunas n i siquiera, las han entendido^ com o \ :ict7$che, que no comprendió que ci amor a l miserable es un amor que levanta y redime, n o un amor predicado por el inferior para e l demérito d e lo s demás. Caduca Íh ley de! talión; e l enemigo también es un hermauo y hay q u e buscar su bien. El perdón es básico e:i el cristianismo; quien lo práctica está revistiéndose d e la más alta nobleza, timbre del cristianismo. Nunca nadie ha hablado com o lo hizo Jesucristo. N unca nadie había notado el valor allí en don de todos consideraban el fracaso y la desvalorización hum ana. Pero, sobre todo, l a muerte y la donación d e su propia vida por amor al prójimo, es el precio d e nuestra salvación. 5 . La I G L E S I A . Pero e l hombre riene que actuar en comunidad. El esfuerzo conjunto d e ía humanidad es ei que ha d e levantar al hombre, a todos los hombres. La unificación d c todos los seres humanos, la realización organizada d c sus ideales, apoyados c o n la proyección d e Cristo en el m undo y a lo largo d c codos lo s tiempos, eso es ia Iglesia, en cuyo seno s e ha d c salvar c¡ genero humano. San Pablo comparó la sociedad humana con el cuerpo dc un hombre cuyos órganos tienen función distinta, pero en unitaria organización y armonización. Siempre habrá ciases sociales, pero esto no significa que unos han dc abusar d c io s otros, sin o ouc cada función debe ser el com plem ento d e ía otra. l a Igicúa es ía prolongación d c Jesucristo a través dc todos los tiempos. Y puede constatarse cóm o, dc hecho, la labor dc ella que va conviniéndose en realidad en sus conquistas ca da vez más valiosas. Ia abolición d c ía esdavirud. la dignificación dei trabajo manual, el trato jusro a los vencidos en la guerra, la íundadón d c las universidades en la Edad Media, d arre dc ias catedrales góricas. ias copias d e los antiguos escritos dásicos conservados e n ¡os convenros medievales, la defensa d e los proletarios en ias encíclicas sociaics, etc., hablan daramenre acerca de la huella d c vaiores que la Iglesia va dejando a su paso por el tiempo.

(y. Fj {)Ki!r.\ v.hwhn.v; ,;ka¡.. Pero no queda rodo aquí. lo s limites d c lo rerreno son m uy coi tos síara ias aspiraciones d d cristianismo. Desde un principio. Jesucristo ha

anunciado una devoción sobrenatural d d hombre, es decir, una nueva donación por la dial d hombre estará en condicione* para enrabiar co n D ios una ai ¡lisiad Intima. Ia gracia santificante, incrementada por las gracias acruaics. elevan al hombre a un nivd que no podría alcanzar con las solas fuer/as d e su naturaleza. Poro "la gracia supone la naturaleza” n o ¡a destruye. Por tanto, se traía d e apredar rodo lo humano, pero dentro de una estructura superior. I,as virrudes sobrenaturales o teologales son: la re, la esperanza y la caridad. í a re no destruye el papel de )a r«óxi (to m o lo pretendía un Kierkegaardí, sino que fe y razón se complementan, y elevan al hombre denrro de su propio nivel. I-a esperan» es el correlato sobrenatural del anhelo do felicidad de todo hombre- La caridad no destruye d amor humano, sino que lo fon: tica v io eüeva con una nueva motivación y fuente. F.n nn. d místico: cristiano uo o' la persona que abomina de lo hum ano, es d insrrumemo fiel dotado dé una energía superior q u e lucha por la elevación d e iodos los hombres. 7. La T B A S C O íD E N < 3 A .. l ’or fin, ía culminación d d cristianismo: la elevación de miras hasta lo trascendente. F.I crisrianismo n o es un eudemonism o. El valor supremo n o es !a felicidad del hambre. Fi mensaje y e l ejemplo d e Jesuttisto hablan claramente, t i hombre se realiza superándose, acercándose a D ios, que es e l valor supremo. I a inrención d d acto hum ano con auténtico vaior moral es la d d que tiende hasta D ios, hasra d Bien Supremo, n o a su propia felicidad- Xaniralmente, la felicidad puede ser una consecucnda, no necesaria, dei acto hum ano bueno; pero esto, aunque se (lim e en cuenca, n o es !a intendón del hombre virtuoso. F.1 objeto d e la moral no es la felicidad, sino e l Valor Supremo. Ia felicidad, com o intención, repliega al hombre sobre s í m ism o, lo liace egoísta; pero d valor lo libera d e s í m ism o y lo eleva. E sto se. expresa cn d lenguaje, bíblico así: “Q uien pierde su alma por D ios, la ganará. O mejor: "Si c¡ grano no muere, n o dará fruto". Y cn últim o término: Sed perfectos, com o m i Padre Celestial es perfecto". En resumen: Dios crea y da a i hombre ia oportunidad de corufuisiar librem ente su propio vitoi. Para esto D ios se encarna en Jesucristo, c i c u a lredim e a l hombre, ilum inando todos los riñ o n es tju¿ !a misma criatura h abía oscurecido. A p a rtir d i ¡unti la m isión del hombre esactu/ir, dentro de la sociedad cristiana (iglesia), hacia e l orden sobrenaturalque apunta en d e fin itiva a lo trascendente, e l vaior supremo. £ 1 hombre viene de D sosy ha de dirigirse a Dios-

EL T O M I S M O , F I L O S O F Í A P E R E N N E Santo Tomás d e Aquino (1225-1274) represenre ia cum bre d d pensamiento medieval. Su poder sinrérico y sistemático nos lw legado una vasta obre, cuyo meriro principal es d d e constituir un cuerpo d e Fílosofia co n estructurapermanente a través de los tiempos, fl pesar d e todas las innovaciones d c los filósofos posteriores. D e Aristóteles tom ó la expresión y el tecnicismo; d e Pistón heredó ia teoría de !a partid pación; de la Rcvdadón tom ó d teocenrrismo y el orden sobrenatural. Con dichos dem entos fraguó rodo un sistema, cuyas líneas fundamentales persisten, c o n o guía dentro d d cristianismo, y trascienden en n o pocos autores proferios. Su obra principal es la Sum a Teológica, cuya primera pan e treta d c Dios; la segunda, del hombre; y la tercera, d e Jesucristo. Escribió además la Sum a contra gentiles. D e en te c t cssentia, D c veritate, Com entarios a A riító teú t, etcétera. 1. E l FIN DEL HOMBRE Y F.I. k j d e m o k b m o . E n ia segunda p a rte d e la Suma Teológica. e n c o n tra m o s ia É tic a to m is a , q u e s e in i a a c o n la discusión acerca d e l fin ú ltim o d d h o m b re .

El ser humano viene d c D io s, es criatuca divina; y su fin es también Dios. Ia contemplación eterna d c D ios es la beatitud o felicidad sobrenatural, que encontrará d hom bre honesto después de la muerte.1 D ios es un bien objetivo, absoluto, perfecto. Por tanto, atrae a la voluntad humana d e un m odo irremisible. En consecuencia, d fin objetivo dei hom bre (o sea, e l término a! cual está indinada la voluntad humana, denrre d d orden actual dc naturaleza y gracia) es ese bien objetivo al que llamamos Dios. Éste es d fin opera del hombre.

! A a c í i a y < fx h tú a m u » I» i!nril«ckW i ilii no!«-n ro tu ra ! y w & G M xnul « u n d iB ril p ro b lc o u

c tl ¿ io a cc d e o ta « p ^ i o i u .

Hitando en posesión d c dic.ho Bicr., e l hom bre encuentra su felicidad plena. N ingún otro bien puede colmar la felicidad humana, puesto que se trataría d c bienes liraiiados, caducos (com o la riqueza, el placer, los honores, ere.}. Esta felicidad es el fin últim o s u b je tiv o del hon'bic. Y es producida por el fin últim o objetivo que c> D ios. Esta distinción (fin o b j e t o y fin subjetivo) es m uy importante, para no caer en la confusión que a continuación delataremos. S e h a ta c h a d o s la Ctica tom ista ro n í l n o m b re d e eudem onism o. y. p o r ran m , a h a p reten d id o que c o n d u c e s u n a j c i i iu d e g o ís ü t n d lu m b r e . T o d o c ó m a te , ic g ú n u le s autores, e n b u sc ar p a n si m ism o ;a felicidad pe rfe c ta e n la o tra vid a; lo d em ás deb e se r tra ta d o c o m o m ed io : m d fon-i» (dicen) »c i r i! s d c u n ;
a) En ci tomismo no se dice que la tóicklsd o ei fin ú!lii:«>. al cuai « dcócu subordinar todas lü intenciones. £40es añstotelismc, en todoe s » IVroSantoTomásdisnnguió e>fin dirimo.suhjeñvo y el fin úlüinoiibjaiw.comoaiaiximuvde ver. FJ huiubtclicixic jl fui úkiiUOobjetivoqucesDk». ÜS más(dentrodd orden acnuJde naturaieray gracia), el hombrevive inclinadoa ese «Sorabsoluto. Y, aílousmi a«i«mcruia desu alantry ¡x»c¿c>ii. .selogra ia felicidad (fifi últimosubjetivo}. Pur unió, la felicidad, dentro de la teoría romista, no es el centro dela atención, sino una consecuencia de la posesiónd t i vakirahuilutn. F.nc mtnanixmoyc i ' a üúwiííalomad Kcinpcc« : ha p n x h u t i k ) t i u í u ü : a Diosen primerlugar, con prefcrcnca alamordesi mismo. £1bien no esotra cosaque ia felicidad. Se d < & c a m a r e i B i e n , n o i a t é í i o d > ) . a u n a . a b i c r . i U ' (S e < ¡ ::c ¿ p r i m e r o a c u n a l a t e g u u d a .

b ) i:« id to m ism o s e h ab la d e l a m o r d e bcnevok-ncia q u e tie n d e a l bien d c u n m o d o desinteresado. F n contraposición r-ctá e l a m n r d r cnn cip is« T « 33 . q u é n o presencie is n m el b ie n e n M m ism o sano d p ro p io b ie n ; es, pues, u n a m o r interesado. A hora b ie n , la carid ad e s ia am istad c o n D io s; es, por rir.io . a m o r d e benevolencia, « p e .siempre .se h a p redicado, d e n tro de. esta filiuníía, p o r encam a del n iv d d d a m o r dc-concupiscencia. N o h a y lugar, pues, para u n a crítica d c egoísm o y eudem onism o envilecedor d e l hom bre. Y , p o r o u a. p arte, siem pre h a b riiq u e tener e ¡i c u e n ia q u e u n am o r ab solu tam ente desinteresado es

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psim iógicam ente im ponible en *1 Hombre. c a m a el b ie n y «empre. ve.desea q u e d c bien incremente d p ro p io b ie n . N atu ralm ente, se h a d e te n d e r c a d a vez a u n m a y o r desinterés. c ) M odernam ente. se tie n e u n a co n c ep c ió n d e m asiad o h ed o m sta d e l c u d e m u :: i.smu. Y c c q u e m

c o n fu n d e f d k i d a d c o n p la c e l S i se pu ed e lla m a r e u d e m o n ism o a la t e o r á d e S a n to T o m ii ,

Q á Ó ñ iÉM e n u se ría u n eu d em onism o, h e d o n ís ík o . Para S a n to T o m á s, w rá en p n rre r lu gar d b ie n o b je tivo . q u e e s D io s; e n se g u n d o lugar, L ¡ pcMoiói) d e í l , q u e es l a felicidad ; y , só lo e n u n tercer p a ñ o , « t í u n a consecu encia d e ral fid id d a d . q u e es tí d d d t e o placer.

P o r ú lñ m o , la t a x i razón 1 ? ta im o .se v a a ver) l o q u e c u la teo ría IOUlisia Sed a categoría d c vaioi m o ra l a ¡O S ac to s d e l hom bre- incluyendo lo s tiñ e* r/p e ra «¿ q u e in te n te. U n a c to n o tie n e valor m o ra l p o rq u e tie n d a al ú ltim o fin , sin o p o rq u e lo d icta la recta razón. Nacv-raim en te q u e la recta razón io en c a m a ra al ú ltim o fin y p o r u u c u u iu o c o rtc c to . Pero l o fo rm a l d e l valor m o ra l es su participación d e la recta razón.

2. Ixw NCIOSíiUMANOSYLAS.R®MWSi» m o r a l i d a d . A continuación. Sam o Tbmfc nos explica la psicología de! acto humano. D ebe ser voluntario (o sea, emanado d e un principio interno cn c i hombre, com o es su voluntad). Además, debe ser libre (o sea, producto d e una elección precedida de una deliberación). Ampliamente describe doce etapas d e un acto humano perfecto, Lucre la inteligencia y ia voluntad, en mutua cooperación, cada acto se va estructurando, dentro del nivel que le corresponde ai hombre. F.n !o> actos hum anos hay tres fuentes de moralidad: e! objeto, e l fin y las circunstancias. ¿1 objeto es el contenido mism o dei acto, lo que lo distingue de otros d e diferente especie, Por ejemplo: marar cieñe diferente objeto que trabajar. Fi fin es la uilénción (fin operamis) que de hecho tiene ci que ejecuta e l aa o . Las circunsra.-iciasson accidentes a ¡a substancia d d acto (com o tiempo, lugar, etc,). Es tesis fundamenta! en el tom ism o que, para que un acto sea bueno, se requiere que canco ei fin com o eí objeto sean buenos, es decir, estén d e acuerdo con la norma d e moralidad. Además, las circunstancias n o dehen viciar ia substancia del aero. Basta que alguno d e lo s dos {el fin o el objeto) sean malos, para que el acto quede viciado. L n consecuencia, jamás en las filosofías escolásticas, a pesar d e las críticas que se ¡jan hecho contra algunas d e ellas, se ha defendido que "fin justifica los medios'', tesis que. en iod o caso, fue sostenida por Maquiavclo, cn el Rcnacimicnco. I a buena intención n o basta para que eí acto sea bueno; es necesario también que d objeto !o sea. Y io mism o sucede cuando se ejecuta un acto cuyo objeto es bueno y la intención maía: d aero queda viciado. 3. LANORMAOBJKViVAoh MORALIDAD. C on csro y a se puede asentar la tesis central deí tom ism o acerca d d problema moral. Una vez elucidada ia cuestión de! fin y descrito e l proceso d d acto humano, ;cn que consiste la bondad moral d d hombre y de sus actos? La respuesta, ampliamente desarroikda por io; tomistas modernos, com o D e Finalice (Ensayo sobre e l obrar hum ano), es ’a siguiente: La norma de moralidad (o sea, e l patrón al cual deben amoldarse !os actos humanos para que sean buenos moralmente) es la recra ra?ón. U n acto es bueno, cuando está de acuerdo con la recta ta¿ón. L l m ism o autor explica en qué consiste: "La recra m ó n es 3a razón fiel a su propia esencia, la razón que funciona según sus propias leves, SU finalidad propia, en lugar d e plegarse a leves y a fines extraños, com o los d d apetito sensible”. Por otra parre. Mariurin, oiro moderno tomista, nos hau: un práctico resumen d e la fundamenradón dd valor moral con d siguiente cuadro:?

‘ O S . M > n o ¿ n . t a i m t i W f i p re lta Ú lM tÚ ¿ e A> F t h r f / u í W

p

Dios La N’aruralcTa La Ley La Rayón D el objeto La Bondad Moral **■ D e la acción

La explicación es conio sigue: “E n este cuadro, los tres primeros términos se refieren a la realidad extramenral. I a T.cy designa la ley natura! inmancp.cc al .ser do las cosas, y expresión en ellas dc la sabiduría creadora. La razón es ia regla o medida inmediata dc los actos humanos, la cual está medida o reglamentada por ¡a le y naniral y los fines esenciales del ser humany. E n consecuencia, e l objeto moral- es bueno cu sí, intrínsecamente bueno, desdo- que está conforme co n la razón". A su ves, otro romisra, R oyo M artV uos proporciona c! siguiente cuadfo d c las normas y los fúndamenros d e moralidad en el tomismo:

Fundamento objetivo últim o 0 supremo: Dios Fundamento objetivo próxim o J La namraleza humana con ^ todas sus relaciones Norm a suprema:

Ley crema

Norm a próxima:

La recra razón humana

D c rodo lo cual se puede sacar en conclusión que, dentro de esta teoría, es la recra (a7<ín la norma de moralidad, a la cual han d c ajustarse io s actos para que adquieran valor moral. 4. L ‘.XAIUFALIZAJtUMANAfNTF.OR.\MKN’iSCONSlUERAOV. Los suareciar.os, siguiendo dc.w-'caa Santo lo m a s, subrayan el hecho d eq u e la ualurakza humana, íntegramente considerada, es e i fundam ento d c moralidad: "F.l constitutivo próxim o de la bondad 3 V e r S o » I4 a tíiu T m ú -jíu M m l p j n « ¡ ¿ m i. P ? ( l

moral objetiva CSSU proporción o conveniencia co n la naturaleza racional, en cuanto tal, considerada adecuadamente".* Añaden que, para que la naturaleza humana pueda tomarse com o e l fundamento d e moralidad, hay que considerarla íntegramente, es decir, abarcando estos tres aspectos: 4 > N o sólo en su parre anim al, sin o tam bién, y sobre tod o, en su parte racional. Tvi acto humano bueno ha d e perfeccionar a la naturaleza en todos sus estratos, y n o sólo a ¡OS inferiores; p o r lo menos, n o en detrimento d c las partes superiores. b )l a naturaleza humana debe considerarse en abstracto y en concreto. En abstracto: la animalidad racional, que es la fiiente d e todas las normas que tienen validez universal, tanto para d africano co m o para e l europeo, para e l griego clásico com o para d americano moderno. F.n concrcro, considerando ¡as características peculiares de ciertas personas, es co m o se pueden derivar las normas válidas para dichas personas. Esto es muy importante, pues dc aquí s e infiere que. en una sana Ética, existe un núcleo de normas completam ente universales, por estar basadas en características universales del hom bre, al mismo tiem po q u e existe otro grupo d c normas que se aplican sólo a ciertos grupos dc seres hum anos, segiin su s características concretas. c ) La naturaleza humana d eb e considerarse en sus relaciones cor. D ios y co n las demás criaturas. Tom ando en cuenta esas relaciones es co m o se infieren las normas que rigen al hombre en sociedad y con respectó a su Creador. C om o puede notarse, er. la práctica tiene muchas aplicaciones esra fundamcntación juaredana, A partir d c sus enseñanzas, se pueden comprender y derivar, en concreto, las normas que d c h e d ió van a regir en ciertas circunstancias. 5. La c o n c i e n c i a , c o m o n o r m a s u B j r ü V A Dfc M O x . v . tii/.u. Además d e la recra razóit y d e la ley, que son, respectivamente, la norma última y próxima d e moralidad, se insiste en la conciencia c o m o norma subjetiva d e moralidad. E n efecto, cada persona d eb e regirse por Su propia conciencia, es decir, dc acuerdo co n e í juicio práctico de valor q u e él sinceramente ha formulado. Sofamenre asi aouará con valor moral, co n libertad, c o n responsabilidad. Pero esto no quita la obligación de formarse la propia con d en cía para que juzgue rectamente, o sea, d e acuerdo con las normas objetivas d e moralidad. D e esta manera, el hom bre con su conciencia e ; el que rige su acto; pero é l no es valor supremo, porque también es regido por normas objetivas. A sí se rechaza ci relativismo moral. En resumen, podem os concluir estasproposicim er, a ) A pesar dc tener tan ta im portancia e l fin últim o d e l hom bre dentro de la Plica tom ista, no se tra ta d e un eudemonismo. E lfundam ento de m oralidad no es esefin , sino la recta razón, b ) E l acto humano tien e tres elem entos de ¡os cualei dim an a su valor m o ra l y son: el objeto, e l fin y las circunstancias. L os dos prim eros tienen que ser necesariamente buenos, para que e i acto lo sea. ' S t o i á n a
¿ / ¡~a tv/r/na de m oralidad en e i tom ism o es i i recta razón. Todos los valores naturales, inclusive e lfin últim o, sola adquieren valor m o ra len m anto son aprobados)' regidosp o r la recta razón. d ) E n e l suareciam im o e l fu n dam en to de m oralidad es la natu raleza hum ana integram ente considerada, ¡ s j cual no está reñido con lo anterior, aun m ando e l p u n to de vista, con ser m áspráctico, no tiene e l alcance absoluto d e ld e los tom istas. e )J j¡ conciencia, entendida como elju icio práctico d e valor que form ula u n a persona, es su norm a su bjetiva d e m oralidad A ella debe sujetarse; y tam bién debe regirla por normas objetivas (¡a ley y la recta razón )

EL F O R M A L I S M O " A P R l O R I " D E K A N T Kant cí e l m is famoso enrre ¡o< filósofos modernos, d que má» ha influido cn el pensamiento actual. y d m i; revolucionario enrre los pensadores d e los últim os siglos. Prusiano, educado cn c! rigorismo d e ios pictísias (secta protegíante muy cercana ¿1 puritanismo), vive metódica y honestamente una vida dcdkada por com pleto a ia enseñanza y a la invcsrigación filosófica. Sus obras m is imporranre* en f.rioa son.- C .r íik u d e U ro zó n p rá c tic a , b u fu la m en ta á ó n d e la m eta física d e ¡ai costum bres y M t u f.ú c a d e la> c o iu m b r n . Además, descuella, dentro d e la teoría d d conodm ien to. La C ritica de la razón pura. Su característica prindpal es d racionalismo, d apriorismoy d formalismo, que empapa axlo su pensamiento. Fsro le da a su Itrios un cuáctet d e nobkza y altura moral capaz de asombrar al hombre que basca con sinceridad !a elevación d e sus horizontes ideaíes. Pero como vetemos) se trata de un espejismo, irrealizable en d plano netamente humano. 1. Fl.'NfMMT.vror » vok.m i i m i ». Kan» critica sevenuneoie los sistema* ético* antenotes a éL Los tacha com o ¿ricas d e bienes y d e f in o que, por u n to , se basan empíricamente cn d e n o s objetos que consideramos com o buenos y a los cualo debemos tender si es que queremos ser bucnoc Conrra esto arguyedo» cosas: Primero, q u e nadie se puede poner d e acuerdo acerca d e cuál es d objeto efectivamente bueno al que debemos tender. U nos creta q u e es la felicidad, otros dicen que a d placer, o las tiquc/as, etcétera. Pero, además, fundamentar la I-rica en un fin bueno cuya posesión no» perfeccione y hapa felices, equivale a encauzar al hombre por d cam ino del egoísm o y d e la tendencia a su propio bien. Pero eso lo hace e l hom bre po: instinto. N o hay necesidad d e darle ob!igador.es en tal sentido; tales objetivos quedan todavía por debajo d d piano moral.

Por tatito, «rl nivel moral debe estar colocado en un horizonte superior al d c ios bienes empíricos, en un piano puramente racional y a p rio ri. com o se va a ver. Paia Kant, e! fundamento d e moralidad es et puro respeto ai deher. Esro significa que un a persona adquiere valor moral, no ramo por io que hace, sino por ig. intención to n q u e lo ejecuta, y que, en todo caso, ha d c ser el puro respeto al debef. En consecuencia, n o basta cumplir materialmente co n ci deber, sino que dcl>c cumplirse única y exclusivamente motivado por el puro respeto a dicho deber. Cualquier otro m otivo, com o la búsqueda d c !a felicidad, o c! placer o hasra ia com pasión u otra tendencia impurifica el acto y le quira valor moral. S i ur:a persona cumple con su deber, alcanza ci nivel legal; pen» si, adessiás, cumple con su deber movido sólo por ci respeto o sumisión voluntaria a ese deber, entonces alcanza un nive! moral. C o m o puede notarse. Kant es sumamente riguroso en su concepción d d valor moral. Este sóLo se da cuando d sujeto cumple con So deber motivado por d respeto a ese mismo deber. El fundamento dc moralidad es, pises, ei deber por el deber mismo. 2. E l i m p e r a t i v o c a t e c O r t c x ) . D c ¡ o dicho se puede ir observando c ó m o realiza Kant s u pretensión racionalista en com pleta oposición al empirismo. E n efecto, d fúndamenro d c moralidad (o sea. Ja base d e todo el nivel moral) ya no « u n bien empírico o nna finalidad objetiva, sino que es algo completamente interior al hombre, com o es su intención d c actuar respetando el deber. La conducta humana ya no está ligada o subordinadaa Tutes exteriores. Si u n mandato subordina lo mandado a orra condición o fin ulterior, entonces se llam a im perativo hipotético, y no tiene, por eso mismo, valor moral. Por ejemplo: ~si quieres ganar dinero, trabaja''. La subordinadón d d trabajo a otra finalidad le ha quitado valor moral. En cam bio, d im perativo categórico, por oposición, es e l que m anda d g o d c un modo absóluro, sin subordinarlo a ninguna otra cosa. Y, por esta razón, e l imperativo categórico sí riene lugar dentro d d mvel moral. Por ejemplo: “respeta a rus padres”. Solam ente logra este nivel moral quien actúa a base de imperativos categóricos. Kan? da varias fórmulas del imperativo categórico absolutamente universal y formal (o sea, sin contenido concreto). La principal es la siguiente: 'Actúa d c tal manera que la máxima d c tu acción pueda convertirse en ley universal", o esta otra: "Actúa d c ral manera que trates al hombre com o fin y no com o medio- . C on ayuda d c estas dos fórmulas una persona podría ir encontrando cuál es su deber particular en un caso concreto. La primera fórmula nos indica que el hombre debe actuar d c m odo tal, que. sil acción pueda ser/ir c o m o m od elo a tod os los hombres sim ados en las mismas circunsfandas. La mentira es mala, d e acuerdo con eso. porque no puede ser ley universal para todos los hombres, dado que contradice ia fu ndón misma d e la palabra, que es expresar e l propio pensamiento. Igualmente, matar, robar, no so n bueaos, porque no pueden convertirse en leyes universales.

C om o puede notarse, p í a K am la bondad queda subordinada a la universalidad de la ley. Según vetean», debe iCr al revés. o sea: la universalidad dc una ley em ana de la bondad intrínseca d e lo prescrito. 3 . La A U T O N O M I A d e l H O M B R E . E l imperativo ca regó rico da al hom bre un a autonomía completa. E l nombre debe actuar por sí m ism o, d c acuerdo co n c i deber emanado d e su propia razón, sin aceptar coacciones o morivaesones o subordinaciones externa» a él mismo. La heteronomia ( o sea, la legislación moral ajena al sujeto) queda gravemenre comprometida dentro d c o ta teoría. Según, Kani, ci hom bie sólo tiene valor moral cuando cum ple co n su deber por respeto a dicho deber, siendo él m ism o, con su razón, quien h a d e dictar ese deber. C on esto Kant está completamente dentro de las exigencias d c la totalidad d e su filosofía, fcn efecto, su Etica es puramente a p r w r i sea, independiente de los bienes empírico» conocidos a posteriori, y d e toda subordinación a un legislador ajeno (heteronomia). Además, ha logrado una Etica formalista, o sea, que rige soíameute la forma d d a u o la intención o estructura interna), y d o la materia u objeto realizado externamente. En atención a eso. d sistema c a co d c Kan: h a recibido e l nombre de formalismo a priori. Por últim o. Kant r o s habla d e los tres postulados d e la razón práctka (es decir, tres verdades que. según él, se basan en e l orden moral, tal com o lo lia descrito). El primero d c ellos es la libertad humana. En efecto, condición indispensable p a n que haya deber es q u e el hom bre sea libre. Igualm ente, la existencia d c D io s y la inmortalidad del alm a se derivan del hecho moral. El alm a tiene que ser inmortal, porque sólo asi se consigue ia justicia plena que exige sancionar el valor moral que se haya realizado. Y solamente un ser infinito, com o D io s, puede conceder esc premio ererno. Al fin d c cuenras. Kant ha invenido e! orden d e la fú ndim en tación de la Édca y la Metafísica. F.n realidad, la M etafísica fundamenta a la Ética; pero Kant lo ha dispuesto al revés, o sea: para él. la lírica es la que presta su base a las verdades d c orden m etaffsico, c o m o es la existen cia d c D io s , y tam bién, en cierto sen tid o, la inmortalidad y la libenad del alma. La M etafísica ha quedado (dentro d e la filosofía kantiana) fuera dei orden cienrífico q u e estudia fenóm enos, pero colocada en el orden d c la fe , com o una serie d c posrulados acerca del noúmeno.

4 . CoMbKiAKJoadnco. A partir d c esra exposición podemos, en lincas generales, juzgar lo aceptable y lo n o aceptable en este sistema: a) Positivamente es un acicno d e Kant e l intento d c hacer depender la Ética en función d e la razón. Sin embargo, su pensam iento es excesivamente racionalista, al grado d c asemejarse al puritanismo y al estoicismo, c o m o se ha visto.

b)Tam bién acierta al pretender fundar la moral eu funeióndé un principio interno, com o es la buena volunrad. Sin embargo, hay que insistir que no sólo la forma del a a o . sino también el objeto o materia del mism o tiene su propia bondad, Ríc-,!t;rd«if l o dicho acerca de¿valor moral de la razón y ia voluntad como participación de lo Absoluto. Kani adetta al «¡ucrcrdesliar d valor m o r a l con respecto 3 los bienesempíneos. Recurre rmoníw a ¡3 razón v a ls voluntad como notisia de nxinlkbJ. Sin embargo, allí te queda, y !a lúasttticudat í < ];« ; w cxjlra < i ? m a t i a i ¡ o l a autonomía del b o x i b x c . L o c i c r t o a q u e ¡ a rayóny ia voHinnd d o coasriruyen !o absoluto y definitivoen vaior mora!; sóto son panicipacionc» de mi Bku ALwiIuioa! cual iitmien a prior!. Eivaiormoralde un actodepende, pues, no tanro del objeto empírico, sino deí recto a p e t i t o raiiuruiL Pero al decir rerp) es t a m o s hablando de su aut&uiút y efectiva paftídjiaiwSi! d? io Absoluto, c) N o se puede rachar com o egoísta ia búsqueda del bien. Ei amor d e sí mismo, ¡a conducta motivada por un gusto 11 otra tendencia n o ha i e ser necesariamente carente d e valor moral. Este rigorismo kantiano convierte su pensamiento cn :ina morai inhumana. d ) Kant subraya tanro la autonom ía que, al parecer, se dene despreciar la heteronomia. Sin embargo, se pueden sintetizar. N o hay razón para desechar los mandatos emanados d e una autoridad legítima.1 ) La aplicación d e la fórmula dei imperativo categórico ricnc que romar en cuenta la materialidad del acto, su naturaleza, a pesar de que Kanr hace residir la moralidad en ía pura forma. Para saber si una máxima de acción c¿ universalizable, es necesario recurrir a las caracrerísricas concretas del acto, cuya n á f r a le » debe r e s p e tá is * y no ponerse en contradicción consigo misma. f) Se le da demasiado énfasis al deber por ci deber m sm o. Fi deber fundamenta el bien, siendo que el deber Surge a partir d e lo que ya es bueno cn sí. g» Lo más humano uo es ei deber por el deber mismo, sino ei bien por el bien m ism o, o mejor todavía: e l amor del bien en cuanto hien, ral com o lo propone el tomismo. h ) Kant explica su lírica y sobre ella construye ciertas verdadespropias d e Metafísica, com o son los postulados d e la razón práctica. En rcaüdai, es ai revés: ia Metafísica es la base d e la Étic3. D ios, fundamento del valor, es rema d e la Metafísica, y sólo posteriormente puede desarrollarse Ja doctrina ética en función dei valor absoluto.

’ C fr. [ V K r j r ^ r . £ : ^ u ' g M ' t l t , j>. 2 2 3 . E l h o o i h i c o n>

BU» x t i l o i t a r á á

m a sfc v d » !CÍ1 W IÍIO flW rÚ A

ix rá n im n ic ijs i& i. n r ó r . :i ■ k m y y s r í » h a á e v iv ir

Capítulo XXIX EL M A T E R I A L I S M O D I A L É C T I C O D E M A R X I.a doctrina d c Carlos -Marx es la base del materialismo dialéctico >' está expuesta e n sus principales obras, escritas en colaboración co n Federico Engcls, co m o son: P-l G a p ilo í M anifiesto d e lp a rtid o com unista. Ideología alem ana, M anuscritos económico filosóficos. ! . tA COSMOVISION WaRXKTA. Las principales tesis d e la cosiüüvisión marxisca se pueden reunir alrededor dc ios siguientes incisos: a) M aterialism o. Los comunistas se preguntan: ;<¡ué es primero, la materia o el espiriru? Según F.ngds. lo primero es la materia., ella produce a! espíritu y no ai revés.1 í-os que piensan al revés se llaman idealistas. Cualquier persona que crea en D ios, ser espiritual y creador del universo material, es tachado co m o idealista. Según el marxismo, rodo ser es materia o se reduce a materia. Lnrienden por materia d objetivo,«píceoste independientemente de ¿aconciencia, produce nuestros conocimientos y se capta con los senridos/ l a conciencia y d pensamiento, con ser inmateriales/ DO pasan dc ser lilla propiedad, fiínción y producto d e la materia.4 N o hay seres espirituales independiemos d e 'a materia: por tanto. D ios, entendido com o un espíritu puro, oteador del Universo- no existe.’ sino que es una idea creada por la m ente humana. Tampoco existe el alma cspirimaJ e inmortal.6

1 C f e f c ji jx ta ¡M Ó O g f m t r i x t fr . p ) i . ! "-i _v ¡ (>.T j u i i i á i . e:> u n t r a u i o m o á í r - f 5 , iú ^ n i u n ó n o v . f . V .. * U . f í S e t f f c n t r > y ü K _ lir ,.r ,J 0 < ií» P .i.n " l . i ; . L r e i n . '. ' « ¡ / r r ó t m v *

1 Kor.winv-Qj'. ibtirm. ( . 1 J7. ’ Ü 'tá m - p . 1 5 7 v ' i ? * K O O M M Ü M V . °? * ¡ é ú i m , j>. ! 53.

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21 .

} y Ififi-

« ¡ .c ir to . M ¿ u o > . ¡ 9 G i . p p . ¡ 0 I ? . p . p . ¡ 2 i í ! » ' . A d á t i l . K o r ü i f l Ó R C ''. ¿ p . C f f . p . 1 1 4

E l . M A T E R IA L IS M O D T A f . P c n O . O O H ,W A S X

257

b ) D ialéctica. l o s comunista.? esran pronto» para afirmar que su materialismo es dialéctico y n o vulgar o estático. l& palabra dialéctica ha recibido varias acepciones a través dc la historia dc la Filosofía; •' aquí significa evolución, cambio continuo, m ovi­ m iento y evolución constante.'1 Y es que. en efecto, en contraposición a un "grosero’’ materialismo m arico, anterior a! d e Mane, se afirma ahora que rodo « * á en conr:n a o devenir, no hay nada terminado, fijo, estable. Esta evolución va d c acuerdo con las famosas leyes d c "íTegei acerca d c la tesis, Sa antítesis y síntesis. U na primera etapa en cualquier proceso evolutivo recibe el nom bre d c tetir, pero allí m ism o CStá contenido un contraria que poco después se manifiesta con mayor énfasis; tenemos pues ¡a m irla n . Enseguida, la lucha* de los contrarios provoca una tercera etapa, que es la síntesis, o “negación d e la negación- ’ La aplicación más interésame de estas leyes dialécticas está en la interpretación dc! proceso histórico.10 La sociedad siempre ha reñido clases sociales en oposición. Según predomine una u otra, tenemos la tesis y la antítesis. La ludia atinada acelera ei proceso evolutivo y se logra unasíntesis. É l motor dc la historia ;s h lucha d e clases.'' G>ino puede ¡-.ouunc. a p n r dc aquí la ¡unificación dc ia revoiocióc rrsiltatuamneMgfidí. En d M arúfaodAptnúk,áñikm sies* impcfcalo»!«okiai*wa arevolud¿u:al finyal caboioánk» que pueden pexunios!- (Fin del¡íanifiena M partido tomunkta.) c) A lienación relipm a. El marxismo pretende salvar al hombre d e las alienaciones que sufre. Una alienación, en genera! {aüenus, en tarín, significa: lo ajeno), es lo mismo que una enajenación o supresión d c algún aspecto d e ¡a personalidad humana.13 U n o dc los ideales manásras consiste, pues, en suprimir las alienaciones, «3 decir, lograr que ei hombre viva dc acuerdo con el nivel que le corresponde como hombre, sin las explotaciones, opresiones y tiranías 3 que ha sido sometido a lo largo de la historia. Entre estas alienaciones tiene un lugar importante la alienación religiosa que, según e l marxismo. Consisteen la elaboración mental d e la idea dc D ios a partir d e lo mejor que tiene el hombre, para luego ¡lipostasiar dicha idea, es decir, conferirle e x i s t e n c i a real, y enseguida vivir somcrido a la pseudokgisladóil originada en ral dios, cuya existencia se cree rea! v verdadera.'-'En uxia palabra. Ia religión es una H V < nSau*. - i O m m d r ü H lta f& t r v e d m u i, p . 2 * 5 y 22A . K O a ñ i t o á n A ; ¿ p . t u . , p . 1X7.

p.

' líid r m . 2SÍ>. !kidfn>, p . 3 " í> .

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5CVj 'S v i.

e t c! Mm¿ d t 1. ¡&nx d - M a n ripiada M&afiatvdd. prnúfo tm /ixiaj.

' ¡:C r i j i v c i , E í p m i B ñ m t e d t C s r b t M e rx . p f . & M ¡ ) .

KonloiMañ o^. ai., ¡i. 583i

alienación, porque c i h o m b re se som ete a leyes procedentes d e un s e r quim érico. E ntré religión y su p erstició n n o hay apenas diferencia. De CSfa manera d íüaCÜíjnO 1* exiiicacta de la religión«UCongruencia a m Ku iteúmo. No habiendoDios, la teíiftión« un productode ¡aactividad fwxjuienn>ran.violencias'ni redamaciones. "La rdigión esd opio de ¡ e* lo mismo que degradar al hombre. Ln 1ugar de. ten a sus klttdci¡reatos ñrmemcr.ie «*>:«¡a cierra. ¡o fngtñ a:i ton la esperan» ñuWrJa de :a oua vida. F.s acc«3Jio. pi:«. quiúr b aÜcoadón rdigio». !u mismo que la a fta& ü a «o n ó smcv*

d) Alienación económica, T.a p ro p a g a n d a c o m u n ista co m ien za.g en eralm en te delatando la o c p lo a c ió n d e q u e so n ob jetó lo s trabajadores p o r p an e de los capitalistas; Esa explotación p o r ia cu al e l trabajador es menospreciado c n sus derechos y c í obligado a vivir m aterialm ente c n u n n iv d in frahum ano, CS ia alienación económ ica.1' ü n U base de o ta ¿dación«sd mh!;iu : u í iccria sobre el vdor eeon£ndco.Scg$n 4 P «d o * una.¡ucrcanda « r f medido en función dd trabajo humano allí plasmado. D e scoerdocDn ‘las h oí»
Ahora bien, d trabajadores el dueño natural de esc articulo que haelaborado. Perocn d sistema capitalista,, el oabajaikiro quien no pow nada; redi¡c un salario de hatnbfc. quedando d producto en poderr quedaconfinado en I: clase prolersria. a M u ia m a w inerme. rin derechos, y «in energías pa»e^gW «.«í
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El origen del capiral (según e l marxismo) es el "ahorro torrado* que lia sufrido el trabajador. Por ranro, expropiar al capitalista no equivale a una usurpación d«r bienes, sino que es un acto d c justicia, por el cual se devuelve a los obreros el salario no pagado o plusvalía del capitalista. Hn consecuencia, las empresas, las fábricas y los capitales productivos en general, deben quedar en m anos del proletariado o de sus represenranres, com o e l Estado, por ejemplo. A parrir d e Aquí, surge la famosa tesis dc la propicnad colectiva d e los bienes d e producción, co n la consiguiente reprobación dc la tesis dc la propiedad privada de esos mismos bienes. 2 . L \ i .'u; j\ MAKXISiA. En lo s escritos d c Marx. Fjigels y constan algunos juicios d c valoración uioral, que se pueden resumir d-d siguieute m odo:1* a ) D io i no cxiiic. l'or tanto, es absurdo fundamentar el vaior moral en esc enre quimérico. F.I hombre queda alienado al subordinarse á é¡. Quitar esta alienación equivale a elevar al hombre a un nivel propiamente humano. b ) F lfuiidim em o o basepara distin gu ir io bunio y lo tuafa o fid elid a d a! comunismo. Fs bueno todo lo que favorezca el advenimiento dei com unism o,1* todo lo que acelere ei proceso para que se instaure “una sociedad sin eíases". Segur. Lenin. “La moralidad com unista tiene por base la lucha por e l fortalecim iento y la realización del com unism o'.”5 Éste es e l principio supremo dc.su Ética. c) luí burguesía)' ios capitatisras M n sliw yt» U "¡ancha m orald e la hum anidad. Son los responsables d e la injusricia. explotación >• abuso a que han sido someridos los trabajadores. N o merecen sino o d io y repulsión. Es necesario expropiar ¡o que han robado o ganado a costa dc los Trabajadores. Además, sus costumbres deben quedar lejos del ambiente normal en qt:e ha d c vivir el proletario. I * moral burguesa nene com o principio básico e¡ individualismo y e l egoísmo; está altada con la religión para engañar a las masas y predicar la salvación persona! en la otra vida, l'or supuesto, inculca cJ respeto a ia propiedad privada y al poder vigente y ¿ sus leyes.21 d ) Se proponen, como irUnly m itiiea deipartido, ¡a ju sticia social Por tanto, hay que darle al obrero según su capacidad y según sus necesidades. F.I proletario debe asumir el control d e los brene.s productivos, de io s cuales es dueño legítimo. Se suprime la propiedad privada d c esos bienes. Se debe luchar “por una sociedad si n clases'. Inclusivellegará un momenro en el que liasia e l Estado quedará suprimido. Fji LittitraMt
n o fK r& iS dM iiIiliii- M u i* ,'in í n l o 'p i . I ||( m i * K pV .7 J!\ £OÍ"iB(S1 i k l t l i u á n - ü i i tic ’.i»■ cí 11> Í p i q m p ío . Ia u l n . J e I* i» l¡ n . fiir a i i n . f f l . G ñ jjlfco. M í á c o , 1 9 * í. ” C lr. b h á ü n . e p . a:.. C .ip. S. • C f t K u i u n m i r a » , *p; II

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humanidad trabajadora y c . ¡ki* a o . b moral másjusta y noWe del mundo-." I- moral rcurxiíta nu o u%o impuesto desde forra, sino que nace dc la* nixctidadcs humanas. 1 ¡ene ;-emas como "uno para rtx&» y ’-udi» para,uno*, o bien “quien uo trabaja- que no c o n u . Pmiica el amor, no sólo al prójimo, sino a toda. I;. humanidad: <■-■la (.amaniderlason valores pesidvos. En cambio, d tw h a d jiikii fibre y b mezquindadegoísta.” Eo fin,el comunismo íc proclamo. tomo u¡ia ideologíasalvadora dc la hunumdad. Suprimir las alienaciones, elevar la vida al nivel cue le c*»rre*jx>ndr. tal ex i*l propósito final que alimenta la educacióncomunista. e) luz M oral es unaform a de la concitncia social, y, p o r UWUi, 4¿¡>e»Ae de U< relaciones económ ico sociales d c la época. L as normas morales se encuentran condicionarías históricamente d c ral manera q u e n o hay normas eternas (Engels). Cada clase social riene sus propias normas*, y , por supuesto* en una época determinada impera la mora! d e b e la se dominante. I lay que rechazar todo a p o d e normas absolutas y eternas que no sean eximidas d e ¡as mismas necesidades humanas, sino d e una supuesta voluntad divbia o una razón absoluta. Por ejemplo, el mandamiento "no robarás'' u o es eterno, pues en el comunism o, suprimida la propiedad privada d e los medios de producción, y con abundancia para torios según sus necesidades, n o será necesario aplicarlo.11 3. COMENiak;i >CK¡'nt:<>. Igual que toda filosofía, e l marxismo posee ciertas verdades, que es necesario distinguir para separar los errores: a ) E l marxismo ha insistido en ¡a importancia d c la causalidad material y de ias estructuras económicas dentro á c ia vida humana y en la evolución histórica. Esto, desde luego, tiene un aspecto verdadero.1' Nadie puede negar la influencia d c dichos tactores. Pero e l marxismo lia exagerado ia importancia d c la materia, y se ha constituido com o un materialismo; con lo cual queda mutilada la realidad total, en la que ya no se consideran a lo s seres espirituales, co m o D io s y el aima inmortal. b ) Respecto a la dialéctua, idea tomada dc líegei. lo positivo es que se traca de una ley propia dei pensamiento. E n efecto, el pensamier.ro evoluciona dialécticamente, es decir, va progresivamente enriquedóldosc en función de tesis, anriresis y síntesis.26 Pero en cuanto se pretende aplicarla a toda !a realidad, se convierte en un principio metansico; y, para justificado, n o sólo com o un hecho, sino en el plano de derecho, tendría que hacerse Metafísica; pero e l marxismo rechaza abiertamente la Metafísica.2*

a C f i . X o i u n n i i n e Y , e fi. a ¡ , ? . 5 7 6 .

ü 'íuü-c. | . y'.'. ^ ¡i. y;A. i i r . M u i u u - . . HiMlniDW itKfrii f» 1 S ; y u m b i ¿ n j a r t c n , J M . . S m v rlip & á tn n m r i / S á yfi¡njliaiu, f. 6i. í.’n «5ni!¡Ai en U cbia d e Mari, ¿.ví*ffs« t f t i i « f i r m o s r , íjrcái*. Mntrád. 1S6*. x> Cfi. RoroonúniM'. op. ¿ir., a. 1 0 .

E n consecuencia, e l marxismo afirma ia diaiccríca com o "iijb exigencia, una visión, absolutamente a p r io ri un puro postulado, una piadosa creencia en una divinidad s u b te rrá n e a

*.28

c) Re&pecto a ia mutabilidad d c las normas morales, es un hecho que la conciencia moral d e cada sociedad va cambiando dc acuerdo con sus circunstancias históricas, fcsto es lo positivo d e las afirmaciones marxisras. 1’ero a la Ética no le interesa ranro el piano d c hecho ¡eso interesaría, en todo caso, a la Sociología), sino ci plano dc derecho. Y lo importante para nuestra ciencia es la determinación d e lo que es bueno en sí. a partir dc lo cual se puede juzgar que es lo justo y que es lo injusto. Existen cierras normas invariables39 d e las cuales se pueden hacer aplicaciones concretas según ¡os casas particulares.30 d ) l ’or últim o, en ci marxismo es. positivo el idcai d e justicia social y d e humanismo, ía supresión dc la alienación económ ica, la solidaridad y la fraternidad, e l sm or al trabajo, ia aversión a una acritud parasitaria r> "aburguesada’1, etcétera. Nada más que esto no es ninguna novedad cu Etica. Ya e l cristianismo predicó esto m ism o, desde hace veinte siglos.5' Lo importante en Erica consiste en fundamentar racionalmente esas normas. El marxismo propone, co m o norma fundamental, “la lucha por c: fortalecimiento y ia realización del comunismo". "Pero « 1 0 n o puede ser norma suprema, porque cs-a lucha se hace er. nom bre dc ¡a justicia, y queda por decidir lo que es jiiSro y io que no. y por qué ha d e considerarse algo com o justo o com o injusto."u

Vanean. Honradr¡KH¿< tvxuv>f~m*t4. o.17. ”

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c ú c r . l i n p j í i i ¡ y .'iiihwí . l o n i cv i m ¡ .jn |i> c q a i> w > . S i d p r a e p t e 'n o n t e r z C i i i í í f j ccr. d o o m u n i m o . [a u p é n» !¡Jí i'u r t liim y m n u M m , p i r a l í n i » . m i ¿ ( j l i l i o ) in n » q u r «K J. ¡í)‘ r & x jl S u v a p c d ú í o SU VOÍÜO c b ^ K i 1 ¿ « H iltlO D K :

Ifx a>OMCYA(»%<• ik «i B u r jr n v p lo ro i n ( i o i u r / J o

q u e eJ r i j t í í o á é p e n u n i¿ « ii ( a o iiv .ia iiíi o i i c i i n

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c o n iu , p e í c > i u |t l : i . i i íu i l i » J e i¡a* % . \ : r d i p ii n . H v a ln f « o p ^ t u í t o . U f c u r g u ré a , U R v o l u o á n . < « . E Ó l o í a p t o x c t

corre |»:>dieni* vir ate til*» *- onom ixtín *£yn>- irfru .oTK rm iaxn j c*»i pun:w.

Capítulo XL EL E X IS T E N C IA L IS M O D E S A R T R E 1. C asactesísíIcas ofnhk.v! k\ i i i - i . t i l cxistencialismo fue la filosofía d í moda. A partir de la Segunda Guerra Mundial, cuando ¡a escala de valores estaba en baniunutai la corriente aúsccnciafara fiic ¡m poniendo su mtKÍai¡d¿d: d e í¿1 r ú a « a yu c hasta llegó a convertirse cu objeto de curiosidad mrísnca y rema de novela. t i existcndalismo nadó cn d siglo pasado, con !a obra d d danés Sorer. Kieikegaard, d cual imprimió t n su pensamiento una K i c i t c oricnración religiosa ai estilo protestante. La obrad e este aucor ha sido la base, a partir de la cual la Filosofía ha virado en « senado d e la existencia. En el siglo x x sobresalen, de Alemania TJcidegger [S ery tiem po) y jaspers (.Filosofal), y d e Francia Sartre {E l sery b t nada) y Marcel {Sery ¡ener). 'lodos ellos tienen tu m o único law> d e unión su lucha cn contra del racionalismo (que culm inó co n Hegel). Positivamente afirman la primacía d e ia existenda humana y concreta, c o m o tema propio d e la Filosofía, cn lugar d e ias esencias abstractas y racionales, q u e ocupaban a los antiguos pensadores. FJ método fenom cnológico d e Husscrl (con serias modificaciones) es el procedi­ miento usual de estos autores eu el desarrollo de SU filosofía. Entre todos, e l más famoso y popular es. sin duda, Jean Paul Sartre (nacido en 19 0 5 , en París), y p or ello nos ocuparemos d e él co n cierto detalle. 2. FxiSTEN'C’A v UBERTÁb. Según Sai tre, el hombre es liberrad. Trasciende por com pleto el orden material {ser en-u)* por su liberiad, con ia cual está, fabricando su propia esencia. Su existencia libre es, pues, superior, y precede a ia esencia. Lo ya vivido. Ia autobiografía, que quedó, conso un hecho inmutable, cn e! pasado. lo llama «-,! esencia; pero lo característico del ser hum ano CS SU evisrencia. o sea. su libertad, que rambicn recibe e l nombre d e ser- p a ra • >¡,

Hata libertad vive en continuo proycc.ro. S e lanza hacia el futuro decidiendo lo que va a integrar a su pasado. Todo hombre vive en función dc un proyecto fundamental: hacerse D io s (o sea. tratar d c sintetizar en sí m isino el «r-ew-w'y e l ícr-p a ra sí.). l’ero c i t o es imposible, pues nunca se puede s e r simultáneamente lleno y hueco, estático y dinámico. Luego, n i D ios existe, ni e l hom bre puede lograrlo. E l fracaso es ¡a tónica general d e la '•ida humana. D e cualquier manera. ío único co n q u e cuenta c! hombre es su libertad, y, s: quiere vivir una existencia auténtica, debe vivir efectivamente su libertad, esto es, ha d c elegir p o r sí mismo, con perfccro auroronrro! d e su conducta, sin dejarse llevar por la continua tentación dc adoptar los cam inos ya hechos. En una palabra, debe ser autónomo. 3. VuORESYVORAt.. Los v a lo r» son creaciones d c la libertad humana. El hombre cica el valor cuando actúa co n übenad. co n plena autonomía. Lo valioso es el acto humano, siempre y cuando esté originado en la libesutd, cualquiera que éste sea. Lo ya hecho, lo que ya está cosificado, faemaiizado, en la región de las esencias, n o tiene valor. “N o hay naturaleza humana" y. por tanto, n¡0 se ad’iúle este fundamento objetivo y universal d d valor moral. D e aquí surge e i llamado amoralistno d e la. teoría de Sartre. E n efecto: cada persona vale por su acco libre, no por la .sumisión a una jerarquía dc valora y a hechos. Tal sumisión equivale a renunciar a la propia libertad, co n lo cual el acto pierde su valor. l’ero, en la prácrica. ci uso d e la libertad lleva una angustia congenio, ia d c ia responsabilidad que trac consigo una Cfeceióu absolutamente libre, originada por completo en d sujero que la t a i ¡ya, sin escudarse en normas y valores que otros ya han elegido. La exisrenda auténtica, en pleno uso d e la libertad, es una existencia angustiada. Por eso no abundan las existencias autenticas, poique se prefiere eludir la angusria que lleva consigo. Sartre llama “cochinos" {taku¿$) a los que, cobardemente, d e "maia te , se autoengañan y se refugian en. normas hechas y eluden asi su propia responsa­ bilidad. F.i héroe sarrriano vive co n lucidez su libertad y sus consecuencias. D c cualquier manera, el hombre está cond enado al fracaso. La existencia es absurda, ci hombre csrá d c más en este mundo; viemr d c ia nada y se dirige a la nada: no hay Dios; pues, si existiera, sería incompatible co n el hecho d e la libertad humana: ia muerre lo rermina todo; “d hombre es una pasión inútil". 4 . R-.iACONES SNiHRPMisoNALiS. Sartre pretende salir del solipsismo idealista, a partir d c la experiencia d e la veigiien¿a producida por la mirada d c otros. C on d ia se sienre objeto, cosificado; y de aquí deduce q u e debe haber otros sujetos com o él. Pero ias ¿daciones iuterhurtiaiias se realizan siempre bajo la tónica de la íueba. Cada vez que dos pesw nas se encuentran, se entabla un com bjte pugnando por el dom inio d e ia oirá libertad. Fita lucha puede tomar dos caminos. E! sujeto trata dc reducir al otro cov.<:d-ríndo!o com o un objeto o cosa, y tal sería la función d d sadismo, e l deseo sexual y ci odio. ( ) s

bien, e l sujeto asume !a condición d e objeto atrayendo y acaparando hacia sí mismo ia libertad y e l radio de acción del otro. Tal sería la función del amor, y !a expresión d d masoquismo. £1 amor n o es otra cosa sino el deseo d e atrapar al otro. E n realidad («dice Sartre) es un círculo vicioso, o sea: “amo cuando quiero ser amado". Eu estos casos las relaciones interpersonaies tam poco tienen un resultado exitoso. Pues siem pre se está cn continua lucha con los d em is.1“ El infierno son lo s otros."* I.a buena fe es imposible.3 5. C o m et a r io CRfTTCO. Lo positivo d e Sartre es su apreciación d e la Aberrad humana; la trascendencia de la persona, com o diferenre al ser cn sí o materia, y la evaluación d e 1a autonomía. Sin embargo, Sartre exagera la libertad, hasta negar a D ios y la naturaleza humana (y, por tam o, e l fundamento d e moralidad): subraya la trascendencia hasta llamarla nada y carga tanto el acento en la autonomía que desprecia la hercronomí». Tampoco es aceptable esc pesimismo cn torno a las relaciones ioicrpersonales. De hecho suele suceder así, pero no siempre; ei amor se realiza tam bién, aunque en menor proporción, com o amor d e benevolencia. Pero io Jundamenrai es la dependencia dei vaior en fo n d ó n áe la liberiad. “Q ue la libertad sea e l fundamento de los valore?, significa. entre orras COSAS, q u e esta filosofía es, sin duda, buena y verdadera para su creador, pero que no lo es para nadie más.”*

' F casí d e

A í.vc".! cetraái.

“ ü jitrí, B x try i i 3 A *w , p . 92-

p p . 4 S í y i.M .

V e r n f íu x . J líjio ’ i i i d i U F ñ e f f i s <ó« í< w y o r¿ .-x í. o.

Capítulo X LI P R A G M A T IS M O Y S O C IO L O G IS M O 1. F.¡ vraCMáTISMO- Es un a m od alidad d e l relativism o. S u s principales representantes son norteamericanos, com o i ’eiice, William jam es (1 $ 4 2 -1 9 1 0) y John Dcwcy. rodos ellos del siglo xx. Seg¿n csra com ente, que se extendió de un m odo notable, solamente se admire com o verdadero aquello que produce éxito en Ja práctica. (Pragmatismo;praxis, práct:ca>. F i bueno lo que conduce eficazmente hacia e i ¡ogro de un fin. Incluso se llega a afirmar que la existencia d e D ios debe aceptarse, « l cua¡i’o que produce en los hombres un deseo d e mejoramiento. S e i rara c e una reoría m uy simple. (Colocar la verdad y el bien en función dc! éxito q u e puedan producir. Pero basta reflexionar nn poco para notar que la verdad y el bien son objetivos, eí decir, están en función de los ob;eros. independientemente de que sean conocidos o ;io, o dc que produzcan alguna utilidad o no. Si w aceptara el pragmatismo, continuamente se incurriríaen contradicciones, puoto que ¡o que para unos tiene óciro. para otros no. Líi verdad CS la adecuación del pensamiento con !a realidad. Naturalmente- x espera que X puede obtener alguna utilidad de las verdades conocidas, mas su <.¿r¿cte d c vcidad n o queda afectado por la carencia d e utilidad. Ivs el caso d c las M a te m itx » superiores, que durante m u ch o tiempo no m vieron aplicaciones prácticas y. an embargo, n o por eso dejaron d c ser verdaderas enronces. Igualmente puede > u«d c: con verdades d e ripo merafisico. La m ente las c ít q . simplemente por conooédai.siu tener necesidad dc encontrar una aplicación P or último, las verdades dc derecho, com o son ias d c la ¿tica, fácilmente atacarse porque, según algunos, no producen “éxito- en !a práctica, desviar-áísenticio dc! éxito al terreno económ ico. Evidentemente, hay ciertas normas que lim itan el deseo dc lucro en los negocios y no permiten las ganancias in^usu*.

Pero (o definitivo contra d pragm atism o es esto: ¿ C ó m o se sabe <)iic u n a situación dada tiene realm ente cidro? ;N o es cierro q u e f'recucnccmcnre se ju7ga el ó tic o como fracaso, y viccvéfsa? E sto significa q u e a u n e l 6 d tó debe rener orro fu n d a m e n to que >¡rva de basé p are juzgarlo. t a realidad d e las cosas, los objetos tal co m o so n , n o s dan esa base a p a rtir de la cual podem os elaborar juicios verdaderos, ta n to en d terreno de los hechos c o m o cn el d e los derechos. Lo específico d e la verdad es su adecuación a la realidad. Lo específico d e l b ien es s u capacidad p a ra perfeccionar u n objeto; independientem ente d e q u e , para alguno», esto tenga, o n o , éxito e n la práctica. 2. Ei.!¡ 0 (jQ ix x ¿ iS M 0 . Éste consiste e n la exageración del papel que tiene la Sodología e n tre las ciencias. Se m en cio n a a E m ilio D u rk lid m com o e l principal representante d e esta tendencia. La Sociología es una ciencia que proporcio:ia datos m uy valiosos c n el e stu d io del hom bre. Pero es una d e u d a de carácter fáetico, reporta hechos y costum bres. N o tiene n in g ú n carácter norm ativo. La S ociología nos dice, por ejem plo, q u e la raíz d e ciertas obligaciones en determinadas personas está en la presión que ejerce la sociedad sobre eüas. M uchos tabúes y convencionalismos sociales son expresión d e toda una época y n a tienen mayor hindam eníación que !a costumbre que se ha id o im poniendo. En esto acierta la Sociología; porque expresa hechos/ Pero la Sociología y a n o está en su propio terreno cuando afirma que la ¿nica fuente de las obligadones está en la presión soda!. “Nuestra conciencia m oral es obra de la sociedad y es s u expresión; cuando nuesrra condcncia habla, es la sociedad la que está hablando por m edio de nosotros. Pero hay más: no solamente la soc ¡edad ea una autoridad moráis sino que hay que aceptar que la sociedad es el tipo y la fuente de roda autoridad moral.- ! Tal es la tesis de Durkheim en sus propias palabras. Esto, además d e estar cn oposición co n los hechos, n o es d e la incum hcnda d e la Sociología. La investigación acerca del fundam ento d e ía obligadón moral es tarea c e la Ética, pu es ya n o se trata d e hechos, sino d e derechos, es decir, se tiene que traspasar el plano tic los hechos comprobables y plantear el problema del fundamento de la obligación ral com o debe ser, aunque cn la práctica m uchos no So realicen así. Después d e estudiar lo que es !a lev moral, veremos cuál es el fundam ento de una propiedad d e las normas morales, ü saber: I3 obligación. Entonces recordaremos que, aunque, efectivamenre. para muchos la obligadón se reduce a la presión que ejerce la sociedad, no e s ésa. ni m ucho m enos, la auténtica obligación que tiene valor moral. 1ü verdadera obligación moral se fundamenta cn un cim iento mucho mi? sólido que la simple presión social.

PRAGMATISMO V .SOClOLWiS.NÍO

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F.n conclusión, tanto c i pragmatismo com o e l sockrfogismo son dos rormas dc empirismo, que. dentro ¿ c íaicorfa del conocim iento, pretende basar sus conclusión» c» datos experimentales, sin lom ar en consideración lo q u e puede deducir la razón, basándose en lo s hechos, pero en un nivel superior a esos hechos.

Capítulo X LII EL P S I C O A N Á L I S I S D E F R E U D S ig m y n d F reu d es, sin duda, u n genio com o psicólogo, y s u obra pasará a los anales d c la ciencia d e n tro d e ias investigaciones sobresal ¡en tes en CSCterreno. M édico vienés, nacido en 1856 y m u erto e n 1939. se hizo fam oso a p a tiir d c ia publicación dc su libro Im interpretación de ¡os sueños. Tam bién so n im portantes: Introducción a l psicoanálisis, B p o rven ir de una ilusión, T ótem y tabú. M nopsiquica, í'skopatologia d e la vida cothiiana. U na teoría sexual\ etcétera. 1. Inconsciente y psícoakáusis. F.l gran d escu b rim ien to d e Freud es el inconsciente, que consiste en un conjunro d e representaciones y energías que, por algún m otivo, han sido reprimidas a una zona de la personalidad donde permanecen desconocidas para el propio sujeto: pero, continúan influyendo en la vida consciente d e *
EL PSICOANALISIS-1». PftFKD

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ayuda d d psicólogo, dc tal modo que d m ism o sujeto poco a poco vaya palpando,-como a ciegas, d nú deo d c recuerdos, inhibiciones y represiones que io han estado agobiando.

Fstos recuerdos pósibkrtKnrc fiieron guardador

en la 7ona inam scientt desde ia

nilif?; y. debido a eso, se manifiestan raros síntomas de tipo psíquico (fobias, angustias, obsesiones, y. e n casos extremos, parálisis) inexplicables por métodos fisiología». FJ psicoanálisis es com o el hilo conductor q u e pcco a poco va sacando a la luz esa especio d e tumor que molestaba desde la zona inconsdence. Una ve? reconocidos esos iccucrdos reprimidos desde hacía tanto tiempo, el paciente está en posibilidad d e integrar su personalidad y actuar sin esa molestia inconsciente. Por ejemplo: lin niño d e tresaiios vio morir a su madre eu un accidente automovilístico. Cuando crece, nunca mas vuelve a hacer consciente ese trágico cuadro, que queda reprimido en d inconsciente. Pero, en s u edad adulta, poco a p o co se van manifestando síntomas extraños: n o puede conciliar d sueño, y ante cualquier conversador, que verse- acerca d c la muerte, sin saber por qué. suda frío, se angustia y sienre impulsos d e abandonar ese grupo. H psicoanálisis bien llevado logra descubrir ese recuerdo enterrado en el inconsciente; y desde en ronces el sujeto se controla m ucho mejor, cada vc¿ que se habla acerca de la m uerte. h'reud descubrió d inconsciente d istinguiendo p o r lo m e n o s dos grandes grupos d e elem entos q u e lo integran: ei tilo y el S u p tr Yo. t ! El-lo está c o n s tru id o p o r energías q u e , a m anera d c in stin to s reprim idos, a Cutan desde el incon scien te co m o fuerzas, im pulsos y tendencias q u e im prim en al sujeto u n a determ inada influencia y que, si llegar. . 1 ser excesivas, pueden desquiciar la personalidad. T o d o ei m u n d o tiene esas» fuerzas inconscientes, q u e son inofensivas las m is d e las veces, y sóio en u n o s cuantos casos pueden llegar 3 desbordarse p o r caminos anorm ales, co :i ) 0 p o r ejem plo: la obsesión p o r e l suicidio, o e5 im pulso a m atar o a robar (cleptom anía), etcétera. E l S'.tpcr & e s un conjunto de normas estrictas que se van adquiriendo a lo laigo de la educación. S e debe principalmente a la acción d e una autoritfed prepotente, que logra introyectar en la mentalidad d e l niño ciertas órdenes, mandatos y normas (generalmente Inflexibles, severas) que pasan a k zona inconsciente y que en la juventud y en 1a madurcrz pueden aparecer influyendo “misteriosamente" en la conducta del sujeto. Por ejemplo: U n niño oye continuam ente en su hogar las críticas acerbas que sus padres profieren en contra d e la raza negra. Después n o recuerda elidías críticas; pero en su madurez, aunque nunca h a tratado a ningún negro, experimenta una fuerte repulsión por esa raya, sin poder explicarse e l fenóm eno. Es necesario adarara estasalturas que todo hombre tiene un d e n o caudal d e elementos inconscientes. Pero no necesariamente son enfermizoso peligrosos. Solamente d conflicto de dichos elem entos dentro d d inconsciente, o d choque con respecto a una tendencia o fuerza consciente, es lo que podría causar disturbios, si es que n o se resuelve dinámicamente d conflicto o la represión. N i siquiera la presenda dc conflictos es síntoma de enfermedad psíquica. Sin embargo, un estancamiento dc esas energías eo conflicto, a la Sarga, puede producir la neurosis.

2. P a N'SEXU a L I S M O . U no de ios pumos más discutido* sobre la doctrina d e Freud es e l pansexuaiismo que profesó: rodo está influido por d sexo, todo tiene su origen cn c i sexo; las actividades más disimiles, com o la religiosidad, c! arre y la ciencia, rto son sino e l instin to sexual sublimado. F.n oteas palabras: para I:reud. funciona cn c« hombre una energía sexual que llama libid o ; y, a partir de ella, encauzando esa energía cn una u otra actividad, es com o se realizan las diferentes conductas del hombre. Si esa lib id o n o se em pica en su objero especifico, sino en otros niveles superiores, se dice que se h a sublim ado la energía sexual. Esta sublimación es. pues, ei origen del arle, d e ia ciencia y d e ia religión. Algunos autores han proresrado diciendo que se ha malintcrprcrado a Freud, pues el u » Ja palabra “sexual" cn un sentido muy amplio, designando rodo lo que se refiere a placer o gusto. E n cambio, reserva ia palabra "genirai" para calificar lo ¿Suidamente sexual. D e esta manera, su pansexuaiismo resultaría nasranre mitigado, y n o habría necesidad de hac-cric tantos reproches. Sin embargo, aun admitiendo « o s significados, que no son del rodo normales, todavía cabe insistir cn el sentido pleno de au pansexuaiismo .si se observan CMOS hechos: Primero: En la interpretación de ios sueños usa una equivalencia d e sím bolos netamente sexuales, v n o hay m odo de mitigar aiií el significado d e Jas palabras usadas. Segundo: S o s princip ies amigos y discípulos (Breuer, Juug, Adier), de hecho lueron separándose de ¿1, a medida que se fu e deslindando, cada vez c o n mayor insistencia, esa postura c» donde proponía ci sexo com o fuente de toda conducra humana. F.n v¡sta de estas dos razones, m e parece adecuado e l calificativo d e pansexuaiismo y, por tanto, las objeciones que se hagan contra el. Se explica, sin cmbaigu, w ta posición, puesto que Fcetid estudió infinidad d e casos d e enfermos mcrktaíiS. En ellos, la incidencia de esra preponderancia del instinto sexual es m uy elevada. FJ criar estuvo en haber generalizado (ai hallazgo, com o si rodo cí mundo esnrvicra en las mismas condicionesd e ios casos enfermizos. Lo oral, por supuesto, no debe hacercaer a nadie en el extremo opuesto, o sea, negar por completo ia influencia de la acrr»rioad s c u a ! en la conducta humana y en el origen d e ias neurosis. Freud encontró un hecho en ios enfermos: pero no era procedente.hacer ia generalización a rodo hombre, fuera Sauo o enfermo. Por su paite, otro psicólogo d e lo profundo, C . G . Jung, habla d e una energía psíquica ¡ndifereiiciatla. de la cual emanan rodas las actividades humanas (incluyendo, enrre ellas, la actividad sexual). D e esta manera se evita ci pansexuaiismo y se mantiene el n ó d eo valioso d e esta teoría de origen frcitdiano.1 Existe, además-, otra exageración alrededor d d pansexuaiismo. Algunos pretenden, cn n o m b r e d e Freud, dar rienda sucira ai instinto sexual, “para n o tener reprimido CSC instinto, y l i o ta er en la neurosis-. Pero, analizando con detenim iento e l asum o, in­ observa lo siguiente: Prim ero: F reu d jamás aconsejó explícitam ente e l libertinaje sexual. ’ O f t . I g n a c io L t f f . C & ' i á s á a , I t a i r i U ' J t ¡ a lm a . p . 6 5 .

Segundo: la represión que, según é l, e i ««urógena, e s !’. represión inconsciente, la que n o es producto d c una determinación conscience y libre. Por tanto, n o hay base suficiente para el libertinaje sexual que m u d io s fieudianos aconsejan. C on todo, hay que aiim ilil una cierra oscuridad y ambigüedad d e la docrrina d c freud en este y en otros p u n ios, lo cual se ha prestado a las interpretaciones exageradas d c algunos de sus prosélitos, los oíales, ya sin ningún escrúpulo, aconsejan abierramenre el rechazo d e toda barrera moral en el orden sexuaL 3. EtSt'PKí Y o VIA moral, lií pensamiento treudiano Se enlaza co n la Ética, no tanto por el pansexualismo que (como hem os visto) ha sido exagerado en varias formas p or algunos d e sus adeptos, sino por la teoría del Super Yo (« u n o vamos a ver}. Es un lic d io que e l niño recibe pasivamente im conjunto de normas d c conducta e n su c on tad o con las autoridades (padres,- maestros, etc.), latnbicn es un hecho que el excesivo rigor en el ejercicio dc la autoridad produce en e¡ nilio ciertas acritudes anormales, d e timidez o d e rebeldía. Y, por últim o, es un h e d ió que en e l inconsciente del uiíio se van grabando esas reglas estrictas que La autoridad inttoyccta con su energía desmedida. A partir d e estos hechos, Freud obtiene un a condusíón: la conciencia moral d c todo hom bre rienesn origen en esas normas intfoyciladascn el niño, v q u e reciben el nombre d e Super Yo. fcn otros lugares llega a identificar la conciencia moral y el Sup?r Yo.2 E n este mom ento incurre en ci sofisma ( y d c la misma naturaleza que los anteriores): falsas gencralaacioncs, a parrirde cienos c3so<¡concretosy verdaderos, pero insuficienres. La falsedad de esta conclusión queda el ara, si se observ a lo siguiente: Primero: d Supct Yo is inconsciente: e n cam bio, la conciencia mota!, couto su nom bre 1o dice, lia d e ser consciente. Segundo: d c hecho, el SuperYo puede enerar en conflicto cou la actividad consciente del hom bre, y co n su auténtica conciencia moral; poi ejemplo: una persona siente una fuerce fobia contra alguien (una autoridad, tom em os por casoii y, sin embargo, conscientemente se conrrola y rrara con ella, puesto que su auténtica conciencia mota! le d ice que debe guardar un comportamiento, al menos, curtís con esa persona. Fito prueba que, además del inconsciente, existe una conciencia moral, que es dc otro orden. Tercero: el mérito moral se inscribe dentro de la parce conscienrc d d hom b re, no en lo inconsciente. Si se identificara conciencia moral con inconsciente, difícilmente habría unifico o culpa en el hombre. La conciencia moral es. pues, algo muy distinto al Super Yo. I o cual no excluye ia existencia d e casos anormales (por ejemplo, c3 de aquel hombre que, no habiendo recibido una educación autenrieamonre moral, o sea, por convencimiento, con base en razones, etc., n o tiene más remed io que acmar d e acuerdo co u sus impulsos espontáneos, vengan d d inconsciente, o d e la presión social, o d c cualquier otra causa cxrerna a su propia personalidad consciente). ~

FffilAflkm tm flfíti, i. II. |i. Til.

Esto constituye una aportación a lo s educadores. Antiguamente se abusaba dc « - a maleabilidad dc ¡O S niños. S e les exigía, a base d c gritos y amenazas. un cieno comportam iento (“La letra, co n sangre entra”). Evidentemente, el niño “tenía" que actuar así. Pero, en cuanto crecía y entraba en conflicto ese Super Yo co n otra? inclinaciones propias d e S u edad, venía el conflicto, o,sim plem ente, e l triunfo de la fuerza más poderosa. Lo correcto es ir form ando la conciencia co n base en razones, en !a medida en que el niño sea capaz d c entenderlas; }', al ¡HiífliO ú cir.po, modelar el Super Yo con reglas y hábitos sanos, moderados y flexibles. La auténtica conciencia moral, respaldada por un Super Yo n o exagerado, puede garantizar e! equilibrio v la armonía d c ¡a personalidad futura. D c manera que n o es e l m iedo a las represalias dei Super Yo (sentim iento de culpabilidad) lo que motiva e¡ valor moral, sino la conciencia moral (consciente, si vale la pena recalcar) la que nos ha d e indicare) camino concreto d d valor morai. El pecado y la falra moral no es lo mism o que la actuación en conera del Super Yo. La vcidadeia culpa no es lo mism o que el sencimienro d c culpabilidad, io d o s estos elementos de origen inconsciente se deben romar en cuenta siempre; pero, por encim a d e ellos, está la ra7«$n y la libenad, que dan valor hum ano a nuestra conducra. Por últim o, nótese en Freud un erro» paralelo al del socioíogism o estudiado en el cap íañ o anterior. El socioíogism o exagera diciendo que la obligación moral tiene su líjente cu la presión soda;. Freud exageía diciendo que !a conciencia moral riene su origen CU el Super Yo. C om o veremos pronto, esto, aunque piiede.ser válido en ciertos casos particulares, n o es, n i mucho m enos, la lundamentación sólida dc la obligación mora]. Aunque la sociedad y el Super Yo presionen en cierro sentido, ia auténtica obligación puede regir precisamente e n sentido opuesto. Estudiaremos en qué se fundamenta esa obligación moral más adelante. 4. CONCLUSJOK. Frcud fiic genial en sus intuiciones d c orden psicológico: descubrió el inconsciente y trató de descifrarlo p o r m edio de! psicoanálisis; fetos so n sus dos grandes éxitos. Pero Freud m ism o en su Autobiografía* se confiesa com o incapaz para la Filosofía.' Es un a lástima, porque además d e ias deficiencias d c método (falsas generalizaciones, « u fu iio n e s dc hechos y d c ícorías explicativas, ccc.). estuvo poco acertado e n sus afirmaciones sobre d libre albedrío, la religión, la moral y el pansexualismo. A Freud le sucedió ío que a todos los genios: tanro se deslumbran por su nropio descubrimiento que se ciegan y ya n o v en lo que otros han asaltado alrededor dé dios. Freud quedó deslumbrado por e í inconsciente* al gradó deya no v^relpodery ei valor dc la parte consciente d d hombre. Afortunadamente, orros [sicólogos, siguiendo su huella, han superado esas posiciones insuficientes o exageradas.*

Capítulo X LIII LA A X IO L O C ÍA D E SC H E LE R 1. La OB1UDe S c: íeler. M ax Schdcc (1874-^-19Z8)es, junco con Nicoiai 1taianam ; un o d e los principales axiólogos d d siglo xx. Influenciado por la fenom enología de I Iiuscrl. aplicó con eficacia este método a la esfera d e lo s valores y a ia vida em odom l dei hombre. Su obra principal « la É tica (el título jlcm in v m A tw r ínrrgromcnrf así: E lform alism o en la É tica yla É tica m aterialde ¡o í valora]. Son también importantes: Esenciay form as de la sim paría, D e lo eterno en e l hombre y FJpu etto d ¿ i hom bre en el Cosmos. E n la É tica han quedado consignadas las críticas más fuci lo* que se han asestados! sistema moral d e Kant. Para Schcler, n o es el deber el que fundamenta el valor, sino que es ai revés: el vaior fundamenta e l deber. Scheler deniuCMt3 que en Kanr hubo una confusión entre formalismo y a p rio ri. no siendo necesaria la implicación d e esr>s dos t& m ínos. I o s valores son (según Schclcr) a p rio ri (o sea, independientes d e !a experiencia): pero n o por eso han d e ser formales (o sea, sin contenido). La CCSiS central d e Schcicr es la materialidad y objetividad t i c l o s valores c n contra del formalismo kantiano.' Según Schclcr, los valores se conocen por m edio de ¡a in tuición y n o son accesibles a la razón, esta es ciega para los valores. Existen dos ciases d e intuición: cidctica y emocional. La intuición eid^tica es "ic u p o racional* y po< m edio d e ella se captan las esencias iógicas, com o serían, por ejemplo, los axiomas matemáticos. E n cambio, por la intuición emocional secapn n otro up o de objetos, las esencias alógicas* com o los valore*. Los valores son, pues, los objeros donde termina la intencionalidad de: sennmi,-nio.

K c .iA 'rd c ’í ■ ' v "i-_ :V ..» lu :l> n u tia i x y i n l l i u c i i F i io u iK l.

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2. CARAcrtRfsncAsr>F.tos vaiores. Para Sdtdcr, luí valorapresentan las siguiente» características: a! Son cualidades ¡denles.« decir, n o se han d c confundir con las seres rcale». que exilien en ei espacio y en e l riempo. b ) Son alógicos, es decir, no son caprabíes por la razón. c ) Son contenidos a p rio ri. o sea. n o dependen d c la experiencia. A l contrario, cuando vivimos la experiencia, ya tenem os en nuestro poder la intuición del sa-or. con la cual juzgamos esa experiencia. d ) Son objetivos, a decir, se dan independientemente d e que sean conocido» o estimados. e ) Son trascendentes, por el hecho d c ser cualidades ideal». f ) Son materiales, en contraposición al formalisiuy kantiano, corno ya se h a explicado, llen en , pues, un contenido concreto v positivo, de tal manera que n o se reducen a una pura forma o esrrucrura universa!. g j Se distinguen respecro d c los biene>, que son lo» depositarios del valor. F.l bien puede ser destruido, pero « o n o implica la destrucción del correspondiente valor. Además, los valores 4011 jerarquizablc», d e acuerdo co n su mayor duración, divisibilidad, satisfacción, etc. Distingue cuatro categorías: valor d e lo agradable y io desagradable, valores sítales, valores espirituales y valores religiosos. N ótese que lo s valores morales n o quedan integrados en esra jerarquía. F.S que, para Scheler, este ripo dc valoro son d c una naturaleza diferente: quedan realizados en ur.a persona que atóm e en so vida esa jerarquía, y que d c hecho prefiere y elige deacuerdo C O K el orden objetivo de lo» valore», ¿ s u es la tesis central d e Schder en tom o al valor moral. 3- C omkv ’^io c c u c o . C o t i l o com entario crítico, podem os asentar aquí lo siguiente: a ) Lo posiuvo d c Sciieler es el haber afirmado 1a objetividad d e lo s vaiores com o esencias positivas, lleno» d e contenido, en contra del formalismo Scanriano. Igualmente,
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P o d r* « k i í i k « u í b o t a ^ i ^ : r X : K t ^ ^ A i a « n h u , , !a ^ » ^ n d c b * v ^ ^ f e w Á f e M a t M . S A c k r y N . H a n a w n n ha n visto b p a tc p c * n t e u n a pcrspcctivi [unam ente rjcionsii-'i j , >'la n « x * id aá d ? n x u ír it » u” e le m e n to cm p a w n iid u c o n el o rd e n casdcneU l v afccúvo: lo q o c n o b u v w o . d i raTnn d e so m e ia fe n » , n < i ^ « w A m e n to u o < * V » b u s o d o . d * * „ « * u a i m » l y r ^ m e n t r . , 1 d e la * c n ~ d propiam ente.
q « * u b « n d e « b «***”

actividad ispirioiaT .

En pocas palabras: n o es ni la razón n i Ja em oción las que captan ci vaior, sin o cuc « codo d ímpetu intencional del hombre d que se enfoca por prop-a n a c u n d á haría c! valor.

J cír. Uaa. r> lio. noci

ÍN D IC E P r ó l o g o . . ................................................................................................................................................................................

PWMERAt o - I A É H C A E N E L A M é l T O C I l ^ J l F i a ) Y 1-ILO SÓ FiC O C Á P r i Ü W » I- L O S P B O B U ÍM A S D E * A É T IC A

1

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O p r o 5 > l a : i l <¿í U « K v r a f c f e d

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« í t e m » l U O r a l c * ...............................................................................................

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F J p ro b le m a cic la U bcn& f h u m a n a ............................................................................................... ^ 3¿

t í p r o b i e i o a d c i o s v a l u i c í .........................................................................................................................................

H1ptoblenw «5cl lu í y k>«medios .. 5. U. problatu dc U obJ¡g»dóamoral. 6 . I :i d ife ie B c ii c iiu c É l k a y if lo n d . . , Á.

..... ..... .......>3 ......................................................... 1 3

C A P IT U L O II I-A É T IC A Y S U M É T O D O

1.

^

D c í io io ó n iiu m in al d e í . i i t a ................................................................................... .............................

'

2 . D efin ició n re*l dc É l i t í ....................................................................................................................‘ 3 . E l cara erer i'it:: tífico y r jd o ü a i d e U f i k a ................................................................................. ^

4.

................................................................................................................................................

5 . E í< on<*pr»de & k a manejado’« n«a*‘lil* © ............................................................................... 6 . E l m t i
.

7. (xinowuiiliwóónyOTWKiHÚcnto^li^ocnFiKa.....................................................

CAPÍl u u 1 in. Los CKfíHflOS Dí IA CONDU:iASKJMANA I . l ü c riirtio b asad o e n el placer y lo* ¡tu iim o s ............................................................................... ....... 7- E l « iberio basado n i e l S u p á Y o.................................................................................................... 3 . t i c riiíH n basado m la presión * h.LiI ........................................................................................... 4 . F i .l e g a s ................................................................................................................................................ 5 . lil c rireñ o ........................................................................................................................... ................. (I. FJ aiictSÓ bx«
OVPflViO IV KríAC lON D f LA ÉTICA CON* OTRAS DISCITLINAS . Reixámmitiurv la Fj iia y L Püuiiógja............................................. .. ........................ . Rcbcioncs enríe b Erica y b Sociología........................................................................... - Relacionoentre !a F.líia y C Dcrcdao.............................................................................. . Relaciones entre u Ética y b F m n n n ú ........................................................................... . f e b á o n » a i » ' b R.iw y b IVxbgog»........................................................................... . Relaciones entre b Érica r b Viera»™*........................................................................... . Rrbcáimta entre ia Ética y blcoíogía......................................................... .. . .......... . Relaciones entre b Ética y b Religión..............................................................................

1 2 3 4 5 6 7 8

c \ rfiT :m v. Ki. m o k i /o n t k m o s ó F tc o

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1. b F ü o« )fú o cx )im o tJ U 5 d » d u id ................ ..............................................................

2. i.

4. 56. 7. 8. 9. 10.

La tilosoíla como estudiode bs causassupremas d d u n w w ».............................................

1a Filiwifij en cuanto u o k u .......................................................................................... U objeto maierul dc b lilosofia.............. ....................................................................... Fi objeto forma! «le te Filoootia......................................................................................... La Filosofía como coituo^isión...................................................... ............ I a Filotofía comocriterioaxioiógico............................................................................... La imponancb y b utilidadde b Iilosofia...................................................................... I * ramas
ovMiv l o

v i L as i h i n c i m i j » c o s m o v » i o \ ks La cosmovisión idealistade Piaron...................................... .......................................... la cosmovisió:: rvaüilaticAiOLÓldci......................................... .......................... Lacosmovisión troctfnrnca de SantoTomivdeAquino................................................... La fcuMiio«i>ióci pesimista de behopenhauet......... ................................................... — Lacosmovisión djonin'aca de Nien.sche........................................................................... i a u&moviñón revolucionariad d marasmo................................................................... I JCosmnviaón«i»tríh'iali»»ad<,Sanr«:........................................................................... L*w»tiiuvi»ió«iuucguduiapropuestaen estelibro......................................................... A P É N D IC E Precedentes tikwóíia* de lacmjnovinón ir.K^radim......................................

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

CAPfnnO V il DtfttFNCtA FNTRr. ÉTICA Y MORAL 1. !-» a n a e rb á tm d c la m o ra l............................................... 2 . L a s c a ra a e ris O c a s d e b E o c a ................................................. 5 . S c m e ja fiü i y difcrcncia» c a u c É iica y B O r d ............. 4 . L a m oral e n c u a n to e s m i o v n nó rtic a cn erciriv a............. 5 . 1j faica « i cuanu» io u ll a d o d c u n a reflexión p e rso n a l. . ......... ................................ ....... 71 C. L i carácter avoS ógir» d e u n nivel su p erio r d e É r k a ...................................................................... “ i 7 . V cw asid y V en au n ftcn cdco ao cim icn to d e m o ra l y É r ic a .........................................................72 8.

Ices diferencias en tre Frica y m o ra l..................................................................................................72

S E G U N D A P - ' R T F; U B l i K T A D Y V A L O R E S C A P ÍT U L O V11L L o s A C T O S H U M A N O S

1. F.i h e d ió m o ral c o m o d a to básico d e la É tic a .................................................................................... 2. Acto» h u m anos y a ctos del h o m b re .................................................... ........................................... •• 3 . N o d ó í! d e fin o ................................................................................................................................... ' ' 4. C iases d e f i n ......................................................................................................................................... 1 a felicidad e n c u a n l o fin ú ltim o del h o m b re .............................................................................. C A P ÍT U L O IX. E l . C O N C E P T O I>F. I i B t S T A D

1. La escocí* d e la lib e rta d ....................................................................................................................^ l a ¡¡lo ria d se ejerce en fu n d ó n d e « l o t e s ................................................................................... ‘

2, 3-

D o s m © d o * d e p e r c i b i r l o s v a l o r e * .....................................................................................................................................r *

4. I .ib e rta d -d c y lib e ria d -p a ia ............................................................................................................. 5 . Relación em re lo s d o s tipo* d e l i b e r a d .......................................................................................88 6 . l a lib e rta d h u m an a e s lim ita d a ...................................................................................................... ^ C A P ÍT U L O X L o s O B S T Á C U L O S A I A liB E R T A I*

1 . L a ............................................................................................................................................................. 91

2. FJ m ie d o ................................................................................................................................................ 3.

L u c ó l e r a y o i r .¡ * p-.u.L oiiei

4.

l a v i o l e n d a ..................................................................................................................................................................................

..................................................................................................... “ “

5 . Lo» desajuste.' p síq u ic o s .................................................................................................................... C A r f t u i o x s . I a s p r u e b a s o f . i a u b e k x w v f j. d e t ü r m in is m o

1. Las prueba* d e la l i b e r a d ................................................................................................................. ^

2.

I m i c m í J í d e te rm in ista s...................................................................................................................97 3 . E ld e re rm in iw n o d e F r e u d ............................................................................................................... 4 . C om entan© * c ríik n » a¡ d c te ím in « m o fre u d ia n o .......................................................................98

5. 151d c re n rlin ism o d e S k in n e r ............................................................................................................^ 6- C o m e n ta rio s C r in a » a la postura d e S k in n e r...............................................................................99 7 . Hl d w rm in i* m o biológico y . b io l ó g ic o ................................................................................... 10 0 8 . 1 a lib e rta d y lo» ac:«» h u m a n o s ...................................................................................................., 0 * 9 . L a lib e rta d c n É tic a ..........................................................................................................................1
1 . i ia « n á d e ía b o n d a d e n g e n e ra l................................................................................. 2 . L a esencia de! v a lo re n g e n e ra l...................................................................................................... 3 . L a o e n d a d d v alor m o ra l............................................................. - .............................................

104

D c jilip d ó n de! valor m o ra l.......................................................................................................... 5 . F.I re la tiv á m o m o ra ! ....................................................................................... - .............................. 6. 7.

............................................................................................................................................. l a fin c a d e situ a c ió n S alud m enraí. educación y v alor :tu

113

CAPÍTULO X112. LA ÜBlíTJIVtt>Áp D e l VALOR ' - l a o b jetiv id a d y subjetividad d e lo s valores................................................................................114 2 . L¿* cMruLiuras :to¿tica> y la ubjeUvxfád d<¡ v a lo r............... .....................................................116 3 . D escripción d c algunas virtudes e n función d c lo s co n sau cto s m en tales.............................. 117 fiA p rn n r> xtv. I a r i k i l a r i d a o i> r t o s v w o r f s 1. l á m a l a b ip o la r ...............................................................................................................................123 7 . S_aescala d c m últiples valores positivos y te g a tiv u s...................................................................124 3- ! a « u i l i ile la no rm a lid a d « n t r a ! ...............................................................................................124 4 . L a escala d e l c e ro a b s o lu to ............................................................................................................. 125 C A P ÍltllO XV i A WtKHKKIHICJIÍAI) !)F LOSVALORES 1. ! ««valore* arra p a n la arención del h o m b re ............................................................................... 128 2 . L ac c t;u e ia a x io li% ic a....................................................................................................................129. 3- I a educación axiológica................................................................................................................... 130 4 . L lm u n d o a x ío ló g ic o d c u iia p c iso iia ............................................................................................131 5 . ¡ a m otivación axiológica............................................................................................................... 132 6 . La o r a c i ó n d c v a lo re s..................................................................................................................... 134 ? • 1.a Trascendencia d e io s valore?..................................................................................................... 135 CAPÍTULO XVI. lA jK taR Q «:i?.A C iriN i>fc ix is VALORES 1. V aloicvirilralitiiiisno*.................................................................................. .............................

136

2 . Valores h u m an o s intram orafes.....................................................................................................157 3- Valores múrale*;....................................................................... .........................................................137 4 . Valores religiosos......... .................................................................................................................... 138 >. i ; jerarquía dc M ax S c h rie r......................................................................................................... 138 6

I.os criterios p ara ordenar u n a jerarquía de v aloies................................................................... ¡3 £

C '.r- íllll.o x v i; l.Xls N¡VH>¿ i> n AMOR I a c.icT'.cii d e i a m o r .................................................. ....................................... ........................... 2.

140

L l a m o r s ú n b ió i k o ...........................................................................................................................!4 1

3 . F.I a m o r in rc irs s d o o a c to d e q u e re r ............................................................................................142 4 . La c o m p tc u sió n ¡iiic ik x d d M a m a d o ...................................................................................... 143 5 . I a em patia o arre d e co m p ren d er ?ao esrriirruras d e l in rerlo cu to r........................................ 144 6 . L la fc a o , « p a c ió c m o d o n a l lia d a d o n o .................................................................................. 145 7 . F.I ta riñ n o arre d e tm p a rrir caricias atérr.xvsas ............. .................................................. .. 146 8 . t i enam oram iento o « fca iia c íó ií d e i ie i ain a d o .........................................................................147 ¡). FJ a m o r sexc»), la m m nni& K ion inrim a c o n la pa reja............................................................. 148 1 0 . L l am or d c b v o íu n ia d o qucies cS b k u d d u u o ....................................................................... ¡49 i 1. F.I mpromi«> a m o r o io ............................................................................................................... 151 12. L l am or universal o d c in te g rac ió n ........................................................................................... . 152 1 3 . I a f a r i d a d o á g a p e . ...................................................................................... ................................153 1 4 . C o m en tario s globales............. .................................................................................................. . .. ¡54

CAPÍTUEO XVTIL E l. PROBLEMA DEL MAL I . L a p o s iu s a tk ijíu u íiq u c á a io f s c a ic a lü ia l..................................................................................155 I a jw x n irí d r la Filosofía aristotélico r o m iira ............................................................................15<> 3 . L a positividad de! s e i ....................................................................................................................... 157 A. D if a e m c s « c a l» p a ra r e f e rir s e a lm a ? ......................................................................................... 5 . I a p in tu r a d r Pw rre T eilhard d e ( D izrditi.................... ......................................................... 159

6. F I a>iKKÍnt¡eoio h o f c i k o frcn ic a l m a l ....................................... ............................................159 7 . L a « ¿ s te n c ta de! m a l y la b o n d a d 6 e D k » ................. ................................................................ 1Cil 8 . I j tf»w >n«ibiliikd d d tiá tu b ic í ic a ic a l n ía !............................................................................ . 162 9 . L a a c titu d positiva fre n te a! roa?...................................................................................................I ® T H « Í K .\ P a k ik- I.F .Y Y O R iíG A C tÓ N CAPÍTULO XIX . Dw-'INJCIÓN Y DIVISION d e IA LEY MORAL 1 . N aniraltr/a
2.

D i* isióu d e ía lc>' n io ra i.................................................................................................................. 169

OAPÍTLIO XX. JERARQUIA DE LAS LEYES ¡ . l a ] e y e te m > .......................................................................................................................................170

2. La lc > 'n a tu ra l............. ....................................................................................................................... 170 } . {a ley p o s i t i v a . . . . .......................................................................................................................... 172 CAPÍTULO XXL LA OBLIGACION MOKAL !. N o cio n es insuficientes d e obligación m o » ¡ ............................................................................... i 7:1 2 . Iaaot¿nrKaii}>lig^»:ión m u ra l....................................................................................... ...............17*4 3 . Hl .AiniLuiicutu d e ia obligación m o ra l.............................................................. ......................... 175. CATÍTULO XX1L AUTONOMIA V HHI KKONOM1A

1. D e fin ic io n e s.......................................................................................................................................17S 2 . D e ia hpteniiióiH Íaa la u u lu m im ia ................................................................................................ I7H 3 . Síntesis d e autonom ía y h e w ro n o m ía .......................................................................................... 179 4 . C o n d u M o cx a.............................................................................. ....................................................ISO CUAKTA P aktf . R E A L IZ A C IÓ N M O R A L CAPITULO XXIU. PK O W K IW n* l»H. ACTO HONESTO 1. R esponsabilidad................................................................................................................................1S> 2 . F.i m e m o ............................................................................................................................................. 1£6 3 . La s a n c ió n ............................................................................ ............................................................. IN* 4 . F.I prclgr& o m u ra l............................................................................................................................. 1S7 ( ’A P r n j iO XXIV. L% I3KNCW Dfe IA VHfH.IO !. D efin ició n d e la v irtu d ......................................... .......................................................................... • 89 I j reoría arM océlica «>5>n: v iz iu d d .............................................................................................. 190

3.

L a s p r i n d p a k s v i r t u d e s ............................................................................................................................................. 1 9 0

4.

I n a n i c i o n e s q u e i n t e r v i e n e n e n l a m o r a l L a d ó j i .......................................................................................1 9 ]

C W Í T Ú I O XXV. L o s D K B E R tS C O N R E S P E C T O A D l O S 1.

D e f i n i c i ó n y d i v i s i ó n d e l a r e l i g i ó n .....................................................................................................................! 9 2

2.

F u n d a m e n t o d c l a r e l i g i ó n .......................................................................................................................................¡ 9 3

.3 .

L a p r f c i k a d c l a r e l i g i ó n ........................................................................................................................................... ¡9*4

4.

I j l i b e r t a d r d i g i o s a ......................................................................................................................................................1 9 5

5.

L a e d u c a c i ó n l a i c a .................................................................................. ................ .. .. ................................................1 9 5

c a p it u l o

x x v i . D e b e r e s f a m il ia r e s

J.

D e f i n i c i ó n , f i n e s y p r o p i e d a d e s d d m a t r i m o n i o .......... - ........................................................................... 1 9 7

2.

E l d i v o r c i o ...........................................................................................................................................................................1 9 8

c a p it u l o

x x v i i . D e b e r e s e c o n ó m i c o -s o c i a l e s

1.

P r i n c i p i o s re la tiv o - , a l t r a b a j o ................................................................................................................................. 2 0 0

2.

P r i n d p i o * a c e r c a d e l s a l a r i o .................................................................................................................................... 2 0 1

3.

P r i n c i p i o s a c e r c a d d d e r e c h o d e p r o p i e d a d .................................................................................................. ?.()?.

c a p í 'i u l o

x x v u i. M o r a l c iv il e in t e r n a c io n a l

1.

M o r a l c i v i l ...........................................................................................................................................................................2 0 3

2.

M o r a l i n t e r n a c i o n a l ..................................................................................................................................................... 2 0 4

c a p ít u l o

1.

x x i x . É t i c a p r o f e s i o n ai .

L a v o c a c i ó n ....................................................................................................................................................................... 2 0 5

2.

F i n a l i d a d d e l a p r o f e i ó n ................................... ...................................................................................................... 2 0 5

3.

E l p r o p i o b e n e f i d o ........................................................................................................................................................2 0 6

4.

C a p a d d a d d e l p r o f o i o n a i ....................................................................................................................................... 2 0 6

5.

L o s d e b e r e s p r o f e s i o n a l e s .........................................................................................................................................2 0 7

O iftc u iv

x x x P r o b l e m a s m o r a l e s d e A c n iA u r> A í>

1.

F.I a h o r r o .............................................................................................................................................................................. 2 0 8

2

L a e u t a n a s i a ................................................................................................................................................. .. .................. 2 1 1

3-

[ j d r o g a d i c c i ó n .............................................................................................................................................................. 2 1 3

4.

L a p r o s d i u d ó n ................................................................................................................................................................2 1 4

5-

L a c o r r u p c i ó n ...................................................................................................................................................................2 1 6

6.

A g r e s i v i d a d i n d i v i d u a l y * x a a ! ..............................................................................................................................2 ! ?

A P É N D I C E 1 : l a m u j e r e n La s o c i e d a d a a u a J .................................................................................................. 2 1 9 A P É N D I C E 2 : N o d o t i a w > b re É t i c a a n a l í t i c a ................................................................................................. 2 2 1

C A p r n n x ) x x x i . S ó c r a t e s , f u n d a d o r d e i a É t ic a . ].

E l i n í r o d o d c ü d c i a i o ....................................................................................................

2.

í a

3.

L l C i d c n a d ? i n j u s t i c i a . ' ...........................................................................

C í O í í a ¿ ¡ t e r c a l i e l a v i r t u d .......................................

225 .. 2 2 6 .2 2 6

C A P I T U L O X X X II. I x i S S O F IS T A S V H . R E L A T I V K M O M O R A L ! . P r o c á g o r a * ................................................................................................................................. 2 . R c f i i u d ó n d d r e l a t i v i s m o ......................................................

.2 2 8 , .2 2 9

3 . C i l i d c í .......................................................................................................................................... '

c a p ít c

.-.o

. 231

x x x i ü . E i. h h -a l is m o p l a t ó n i c o

1.

V ¡ d a y o b l a s .............................................................................................................................

2.

C o n o c i m i e n t o y o l v i d o d c ! a * M w s ......................................................................

3.

P r i n c i p i o f a n d a m t n i a ! : e ¡ v a i o r ...............................................................................

\ .

M a t e r i a y o p í r i n i ................................................................................................

5;

L a s v i r t u d e s .................. ..............................................................................................................

6.

E J L s a d u ........................................................................................................................................

7.

C o m e n t a r i o c r í t i c o ................................ . . . . . . ................................

.2 3 2 - 232 - 233 . 233 . 234 . 234 -

235

C A P I T U L O X X X IV . E l t U T > P , V O N l i . M Ü A M S T O í ' ¿ U L U 1 - V i d a y o b r a s ....................................................................................................... 2 .

E ! h ü e m o r f í s i i s o ........................................................................ ......................... .................

3.

£ 3 e u d e m o n i s m o ............................................................................................

4.

L a s v i m i d c s .........................................................................................................................

5.

C o m e n t a r i o e r í t k o ....................................................................................

c a p it u l o x x x v

I2 .

. Es íO jo s m o y

. 236 . 236 . 237 . 238 . 238

h e d o n is m o

E l e s t o k i a i n o ............................................................................ ............................... i I c d o s m m o ...........................................................................................

. 240 . 241

C A P ÍT U L O X X X V ). H l C R IS T IA N I S M O . D O C T R I N A v e s a l v a c i ó n 1.

D i o s .................................................................................................................................

2.

E l h o m b r e ....................................................................................................................................

}.

C r i s t o ............................................................................................................................

4 .

I a R e d e n c i ó n ............................................................. ..............................................................

5.

L a I g l e s i a ..................................................................................................................

6.

F J o r d e n s o b r e n a t u r a ! ........................................................................................................

7.

L a U & K c i i d « B c a ..........................................................

- 242 .2 4 3 . 243 . 244 . 244

. 244 .

245

c a p ít u lo

xxxvü.

'¿l T o m i s m o .

Fn.osoF¡A

P iR tN N K

FJ f i n d d i l O í ü b l f y eS e u d t'm o n á iiio ...........................................................................................................................2 ñ 6 2 . L o s a a o « hum ano» y la s !u e n c « d e m o ra lid a d ...................................................................... . 248 1.

3 . l a n o rm a o b jetiva ¿ a m o r a lid a d .................................................................................................. 248 4 . La naturaleza h¡miana^ ínte g ram e n te c o n ñ d a a d a .....................................................................249 5 - ! a ooncicncia, c o m o norm a subjetiva d cm o raJid w í.................................................................250 CAPÍTULO XXXVIII. Kl. FORMALISMO *A PIWORI' RE K aNT

1. 2.

F u n d a m e n to d e m o ra lid a d ............................................................................................................ - 5 2

F.1 im perativo c a tc íjó ik o .............................................................................................................. 253 3 . L a au to n o m ía dc! h o m b re .............................................................................................................. 254

4 . Com entario ..........................................................................................................................-*54 t'-APÍTULO XXXIX. E l:

1.

MAI

KRiAlJSMO DlAlÉCTiCO J>K M arx

L a cosm ovisión m a rx ista ................................................................................................................256

2 . La Frica m arxista.............................................................................................................................. 2 59 3 - (x > m e a ta rio c rIn « > .......................................................................................................................... 260 c a p ít u l o

x l

K i. a a s r m a A iiS M O p e Sa r ik h

! . C aracterística' generales d e l a á sccn cialism o .................................................................................262 2 . F.xistcntij y lib e rta d ........................................................................................................................... 2 6 2 3 . Valores y m o ra l ....................................................................................................................................2 63 4 . Relacione» ¡iiterpcrsonaic’. ' ............................................................................................................... 263 5 - C o m e n ta rio c rin e n ................................................................................................ ........................ • ■ 264 CAPITULO XIJ; PRAGMA71SMO Y SOCSOlOGlSMO

1. P.lpragm atism o................................................................................................................... ^ 5

2.

E l sociologism o................................................................................................................................. 2 6 6

c a p ítu lo x

1.

rn fj.

psico a n Alisjs o t

F reu o

l n c o i u d m te y psicoanálisis — .................................................................................................. 2 6 8 .. ............................................................................................................................................................. 2 .0

3 . U S u p er V o y la m o ra l..................................................................................................................... 271 4 . C o n c lu s ió n ........................................................................................................................................ 272 l a « q o l o g i a d e S c h b .k k L a obra d e S c h e lc r........................ ................................................................................................... 2 7 3 2 . CaractcrÍH Ícasde lo sv ak irc* ......................................................................................................... 2 / 4 C A p r n jL O x u i i .

1.

3 . Comenta™», critic o ............................................ .................................................................... ....

274

..................................................................... 2 7 6 ...................................................................................

esté UBRO n r r im p u s o TENCUa h hlnado fcL n DF. J U U O DE 399(J, T S L O S T .U .L K Z T S I>£

K*OTH rWXZSORtt. S A CmUrux ¡09, 09*10, M m n , I). t .