Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Facultad de medicina Licenciatura en Terapia Física
Escala Motora Infantil de Alberta
Docente: CPT. Lilian Gaona Osorio Alumna: Alejandrina A. Cantarell Miss
Julio 2012
Escala Motora Infantil Alberta (AIMS) Introducción En las valoraciones que se aplican a los niños con factores de alto riesgo neurológico, se encuentra la Escala Motora Infantil Alberta (AIMS). Su importancia radica, en que a través de la AIMS, podemos dar seguimiento al desarrollo motor grueso en bebés con factores de riesgo neurológico e intervenir de manera oportuna (con la estimulación temprana), ante una desviación del desarrollo motor normal en estos niños.
Recién nacido de alto riesgo neurológico Con los avances tecnológicos y científicos en medicina se ha logrado disminuir la muerte materno-infantil en el momento del parto. Esto ha originado un alto porcentaje en el número y supervivencia de niños prematuros y de bajo peso a los cuales se les ha relacionado con una mayor incidencia de lesión cerebral, o bien en niños de término que por algunos factores potenciales, también sean candidatos de posible daño neurológico. El concepto de niño de riesgo neurológico, es un niño “normal”, que por sus antecedentes prenatales, perinatales o posnatales tiene mayor probabilidad estadística de presentar déficit neurológico motor, sensorial o cognitivo. (Jaume Campistol). “Según el Dr. Neil N. Finer, profesor de neonatología de la Universidad de San Diego, CA, el límite de viabilidad para la supervivencia son, los prematuros de 23 semanas de gestación." (Raquel Nascimento Tamez).
Los niños prematuros tienen mayor desventaja en el desarrollo que los niños de término. Los prematuros pueden presentar retraso en el peso, en la talla, en el desarrollo motor, problemas auditivos, problemas visuales, retraso en el habla, alteraciones respiratorias, alteraciones cardiovasculares por mencionar sólo algunos.
1
En muchos casos aún con todos los antecedentes no favorables para el recién nacido, puede existir un daño cerebral imperceptible de sintomatología, y ante la falta de pericia en la aplicación de técnicas para detectarlos se puede perder un tiempo valioso de intervención fisioterapéutica.
Es importante saber la edad gestacional de un neonato para poder determinar las posibles complicaciones posteriores a su nacimiento. La OMS pedía la clasificación del recién nacido (RN) sólo por su peso y determinaba prematuro a todos los que presentara un peso inferior a 2.500g. La Academia Americana de Pediatría (1970), clasificó al RN sólo por la edad gestacional.
Actualmente la clasificación se realiza por la edad gestacional y por el peso del RN. (Jaume Campistol). Por la edad gestacional se clasifica en:
RN de pretérmino: Nacimiento antes de las 37 semanas.
RN de término: Nacimiento entre las 37 a 42 semanas.
RN de postérmino: Nacimiento después de las 42 semanas.
Clasificación por el peso según la edad gestacional:
GEG: Grandes para la edad gestacional.
AEG: Apropiados para la edad gestacional.
PEG: Pequeños para la edad gestacional.
La Escala Motora Infantil de Alberta (AIMS) Fue creada en Alberta Canadá en 1994, por Martha C. Piper y Johanna Darrah en 1994. El objetivo de la AIMS es dar seguimiento y evaluar el desarrollo motor de los niños, mediante el análisis observacional de la actividad motora espontánea, desde recién nacido hasta la adquisición de la marcha independiente o hasta los 18 meses de edad. La AIMS incorpora conceptos de la teoría neuromaduracional, así como de los sistemas dinámicos del desarrollo motor.
2
Esta escala evalúa a bebés de alto riesgo neurológico, que pudieran presentar disfunciones neuromotoras a largo plazo, debido a factores de riesgo, por mencionar algunos como el sufrimiento fetal, la prematurez, el peso bajo al nacer, hipoxia, etc... y en caso de que hubieran también signos de alarma en el lactante.
La AIMS realiza su evaluación en 58 ítems, basado en el desarrollo motor grueso de los niños, utilizando un puntaje que examina tres puntos relacionados con el movimiento: postura, carga de peso y movimiento antigravitatorio. Se analizan a los niños en 4 posturas: (Anexo 2) Prono
(21 ítems)
Supino
(9 ítems)
Sedente
(12 ítems)
Bípedo
(16 ítems)
Cada uno de los ítems es contado como “observado” y “no observado”; se le asigna un cero cuando el ítem no es observado y un 1 cuando se observa. El resultado del análisis, se da por la suma de todos los ítems anteriores, en donde se cuentan el número de los “observados” y de los “no observados”.
El resultado final del puntaje total junto con la edad del niño, se evalúa de acuerdo con una curva de datos normativos realizada por los creadores de esta escala, de donde se obtiene el ranking percentil en el que se encuentra el niño.
La Escala Motora Infantil de Alberta (AIMS), debe ser aplicada por fisioterapeutas o bien por personal profesional del área de la salud, con amplio conocimiento del desarrollo psicomotor infantil y que tenga la capacitación para la aplicación de la AIMS.
Cuando un niño va a llevar un seguimiento de su desarrollo motor con la escala AIMS, debe ser siempre aplicada por el mismo examinador; la duración de cada 3
sesión evaluativa es de aproximadamente 20 a 30 minutos, ya que este es el tiempo mínimo para que el niño pueda generar motilidad espontánea.
La escala AIMS no es estricta y permite que la evaluación no siga una secuencia normativa en su metodología, pero si pide que se cumplan todas las posturas requeridas en la evaluación.
Se han realizado diversas investigaciones en la población infantil en varios países, con el objetivo de verificar la validez y confiabilidad de la utilización de la Escala Motora Infantil de Alberta (AIMS), y la gran mayoría de los artículos sobre ésta escala AIMS, la han comparado a la par con otras escalas de motricidad reconocidas como la Escala Bayley de Desarrollo Infantil (BSID) y el Desarrollo Motor Peabody (PDMS), arrojando datos muy fiables para poder ser aplicada en los niños con factores de riesgo para daño neurológico.
Es importante realizar un seguimiento del desarrollo motor, a estos niños con factores de alto riesgo neurológico, mediante la utilización de una escala confiable como la AIMS. El fin es detectar un retraso motor e intervenir oportunamente, mediante la estimulación temprana en los niños; o bien dar un seguimiento de control si no aparece la desviación motora como tal, hasta que alcancen la marcha independiente.
La estimulación temprana Ha tenido otras denominaciones como, estimulación precoz, atención precoz o atención temprana. Esta intervención está dirigida a la población infantil de 0-6 años, y tiene por objetivo atender lo más pronto posible de manera terapéutica, a las alteraciones transitorias o permanentes que presenten los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, deben ser planificadas por un equipo de profesionales y de manera interdisciplinaria. El concepto de estimulación temprana, se define como la “la estimulación regulada y continua, llevada a cabo en todas las áreas sensoriales, sin forzar en ningún 4
sentido el curso lógico de la maduración del sistema nervioso central, y determinada por su carácter sistemático y secuencial.” (Weitman)
Los niños con antecedentes de alto riesgo neurológico, deben ser enviados inmediatamente después de su egreso del hospital a un programa de estimulación temprana. El objetivo es la intervención temprana y la constante evaluación del desarrollo psicomotor por fisioterapeutas, con el propósito de detectar desviaciones del desarrollo e inhibirlas, facilitando una experiencia sensorial que le permita al nuevo ser la adquisición de habilidades motoras de acuerdo a su edad.
En un niño con factores de alto riesgo, puede caber la posibilidad de presentar nula sintomatología, por lo que es de suma importancia darle un seguimiento debido a los eventos presentados y que pueden condicionar secuelas neurológicas. Cuando se presenta la sintomatología es generalmente en los primeros meses de vida y es más perceptible con la evolución del desarrollo motor (DM), por lo que hay que darle la debida importancia realizando su evaluación y seguimiento durante las etapas posteriores al nacimiento. Los niños y las niñas que presentan discapacidades o que están en riesgo de padecerlas, tienen en la atención temprana un recurso estratégico para optimizar y compensar las limitaciones que se derivan de ellas. La finalidad de la intervención temprana es ofrecer todo aquello que desde el modo preventivo y asistencial pueda potenciar su capacidad de desarrollo y de bienestar, para lograr su máxima integración en el medio familiar, escolar y social.
La adquisición de habilidades motoras (Anexo1) Durante la infancia, la adquisición progresiva de habilidades es la tarea primordial del sistema nervioso y es el reflejo de esta maduración a lo que se denomina desarrollo. Es importante recalcar que la motricidad es el desarrollo motor que desde el punto de vista neurológico, evalúa “los aspectos cualitativos del movimiento, reflejando la madurez e integridad del cerebro y pueden ejercer un rol
5
importante en el diagnóstico temprano de los trastornos del neuromotores”. (Claudia Milena Hormiga)
La progresión en el desarrollo infantil ha sido ampliamente estudiada, por lo que se ha podido determinar en los diferentes meses las habilidades motoras claves, que son las que abren paso a otras y son la base de destrezas motoras futuras.
La evolución del desarrollo normal del lactante implica cambios en el desarrollo de diversas áreas como son: la evolución de las reacciones arcaicas, el desarrollo motor grueso, el desarrollo de la motricidad fina, la sensorial, área del lenguaje y social. Todo esto es un progresivo proceso, en el aumento de los movimientos amplios e indiferenciados a otros más precisos, y que la maduración se dé con el predominio céfalo-caudal y próximo- distal. La integración de los reflejos arcaicos y el surgimiento de las reacciones de equilibrio, así como la disminución del tono muscular en las extremidades (hipertonía flexora), y el aumento del tono en el tronco, facilita los movimientos.
La secuencia evolutiva del desarrollo es la siguiente: 1. Decúbito prono, Observamos al recién nacido con la pelvis despegada de la base en donde se encuentre acostado y las rodillas flexionadas bajo el abdomen, postura que evolucionará al estar extendido sobre la base y comenzara elevar la barbilla. Posteriormente, el lactante será capaz de descansar sobre sus antebrazos y después sobre sus manos con los antebrazos extendidos. Llegará después a arrastrarse, impulsándose con las manos, inicialmente con el abdomen apoyado sobre el suelo y después gateando, para finalmente adoptar la postura erecta y andar.
2. En posición de sentado, desde que el niño nace va enderezando de manera progresiva la espalda y adquiere equilibrio, conjuntamente con el control cefálico. Pasa posteriormente, por la fase de apoyo en las manos antes de poder sentarse sin ayuda, después podrá inclinarse para recoger un juguete e incluso girarse sin 6
perder el equilibrio. Una maniobra exploratoria útil es la de “paso a sentado”. Partiendo de la posición de decúbito supino se lleva al niño a la posición de sentado, tirando suavemente de sus manos. Se debe valorar la alineación de la cabeza con respecto al tronco.
3. Bipedestación, comienza estando de pie con apoyo, después andando sujeto con las dos manos, con una mano y finalmente solo. Posteriormente aprende a subir y bajar escaleras, a sostenerse sobre una pierna y a correr.
Desviaciones del desarrollo motor Las desviaciones del desarrollo motor las podemos detectar por los signos de alarma, éstas son aquellas expresiones en el desarrollo psicomotor del niño que pueden hacernos notar una disfunción neurológica. Dentro de los signos de alarma más significativos están:
Primer mes: Puede presentar irritabilidad persistente. Hay alteración en la succión - deglución. No fija la mirada hacia el rostro de quien lo tenga en brazos. No hay ninguna reacción ante los ruidos. Segundo mes: Persistencia de la irritabilidad. Tiene sobresalto exagerado ante algún ruido. Presenta aducción del pulgar. Hay ausencia de la sonrisa social. Tercer mes: Puede presentar asimetría de actividad con las manos. No tiene seguimiento visual. No hay respuesta a los sonidos. 7
No tiene control cefálico. Cuarto mes: Hay hipoactividad muy marcada. Mantiene las manos cerradas. No emite risas sonoras. Hay hipertonía de aductores (ángulo inferior a 90º). No se orienta hacia la voz. Sexto mes: Hay presencia de hipertonía en miembros e hipotonía de cuello y tronco. No se rota sobre sí mismo. Hay persistencia de la reacción de Moro. No hay sedestación con apoyo. Hay ausencia de prensión voluntaria. No balbucea ni hace “gorgoritos”. Noveno mes: No hay desplazamiento independiente. Hay presencia de hipotonía de tronco. No se mantiene sentado. Ausencia de pinza manipulativa. No emite bisílabos. Décimo segundo mes: No hay bipedestación. Hay presencia de reflejos anormales. No vocabulario de dos palabras con/sin significado. No sigue órdenes sencillas Décimo quinto mes: 8
No camina solo. Hay ausencia de pinza superior. No arroja objetos. No tiene un vocabulario de tres o cuatro palabras. Pasa ininterrumpidamente de una actividad a otra. Décimo octavo mes: No sube escaleras. No tiene un vocabulario de 7/10 palabras. No conoce partes del cuerpo. No garabatea espontáneamente. No bebe de un vaso. No hace una torre de dos cubos
Conclusión El aumento en la sobrevivencia de neonatos prematuros o de recién nacidos de término, con factores de alto riesgo neurológico, ha abierto una nueva mirada hacia la importancia de un control de seguimiento al ser egresados estos bebés de los hospitales, donde antes estuvieron bajo vigilancia médica para regular y estabilizar sus signos vitales; pero ahora el seguimiento debe ser orientado a la vigilancia de su desarrollo psicomotor y detectar posibles desviaciones motrices. Es de vital importancia darles un adecuado control evaluativo a estos niños con factores de riesgo neurológico, debido a la importancia que tiene la maduración del sistema nervioso y su gran implicación en la adquisición de las habilidades motoras. Es posible que en un lactante con factores de riesgo, pueda haber sintomatología silenciosa que pueda condicionar secuelas neurológicas. De aquí la importancia de realizar su evaluación periódica y constante, mediante la utilización de la escala motora infantil de Alberta, en las etapas posteriores a su nacimiento. 9
Con los antecedentes de riesgo y los resultados obtenidos de la aplicación de la escala motora infantil, el objetivo de la estimulación temprana es intervenir de manera planificada, regulada y continúa las áreas sensoriales, estimulando las etapas motoras de los niños que puedan presentar trastornos transitorios o permanentes, en su desarrollo o que puedan tener la probabilidad de presentarlos, sin forzar en ningún momento, el sentido normal de la maduración del sistema nervioso. Se debe de realizar un plan de tratamiento de estimulación temprana de acuerdo a la evolución del desarrollo infantil y plantearse los objetivos específicos para cada paciente de acuerdo a su edad, realizándose así la intervención terapéutica. Posterior a la estimulación temprana, se debe de volver a aplicar la escala motora AIMS como herramienta evaluativa y determinar los avances logrados o las desviaciones motoras.
Muchos pediatras aún hoy en día suelen decir que algunos bebés son flojos por que no alcanzan sus etapas motoras en la edad que les corresponde, con lo anteriormente expresado en este ensayo, me atrevo a decir que los niños flojos no existen, sino que son niños con retraso psicomotor y que requieren una atención especializada y con un buen seguimiento evaluativo con la escala AIMS. No hay que olvidar que la adquisición de las habilidades motoras gruesas es el principal signo que tenemos los seres vivos, y que es indispensable para la sobrevivencia, así como para realizar nuestra actividades a futuro. Cualquier ausencia o desviación anormal es un signo de alarma muy importante y no hay que minimizarlo.
10
Bibliografía y fuentes consultadas. Emilio Fernández Álvares, Pilar Póo Argüelles. «Desarrollo Psicomotor.» Natalio Fejerman, Emilio Fernández Álvarez. Neurología Pediátrica. Argentina: EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA S.A, 2008. 25-31. Esquivel, Ana López. «Desarrollo motor en el nño.» Revista Médica pediátrica (2009): 37-41. Gisela Rodríguez, M. Lucrecia Cúneo Libarona, Iris T. Schapira. «Redalyc, Sistema de Información Científica.» 2009. Lista acotada de adquisiciones motoras del desarrollo durante el primer año. 15 de junio de 2012 . Jaume Campistol, Pilar Póo Argüelles. «Recién nacido de alto riesgo neurológico.» Natalio Fejerman, Emilio Fernández Álvarez. Neurología pediátrica. Argentina: EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA, S.A., 2008. 203-206. Juan Luis Castejon Costa, Carlota González, Leandro Nava Martínez. Unas bases psicológicas de la educación especial. España: Editorial Club Universitario, 2007. Kénnea Martins Ameida, María Virginia Peixoto Dutra, Rosane de Reyes Mello, Reyes Ana Beatriz Rodríguez, Priscila Silveira Martíns. «Scielo.» Octubre de 2008. Validade concorrente e confiabilidade da Alberta Infant Motor Scale em lactentes nascidos prematuros. 15 de junio de 2012 . Loreto Quezada Villalobos, Ivannia Soto García, Máximo Escobar cabello, Antonio López Suárez. Scielo. mayo/agosto de 2010. junio de 2012 . Moreno, Pablo De Cabo. «RIUMA.» Mayo de 2009. Desarrollo motor durante los dos priemros años de vida de nacidos con peso inferior a 1500 gramos. Factores determinantes del desarrollo y evaluación de un programa de estimulación. 14 de junio de 2012 . Raquel Nascimento Tamez, María Jones Pantoja Silva. Enfermería en la unidad de Cuidados intensivos Neonatal. Argentina: EDITORIAL MEDICA PANAMERICANA, S.A., 2008. 11
Saltillo, Ana López. «Desarrollo motor del niño.» Revista Médica Pediátrica (2008): 37-41. —. «Desarrollo Motor en el niño.» Revista Médica Pediátrica (2008): 37-41. Sonia Mancero, Magda Nunes Lahorgue. «Scielo Brazil.» Febrero de 2008. Avaliação do desempenho motor de prematuros nos primeiros meses de vida na Escala Motora Infantil de Alberta (AIMS). 14 de junio de 2012 . Weitman, Mariana. Terapias de Rehabilitación en Niños con o en riesgo de Parálisis Cerebral. 2006. 16 de junio de 2012 .
12
Anexo
Figura 1. Evolución de desarrollo normal
13
Figura 2. Aplicación de la escala motora infantil de Alberta en un infante prematuro de 6 meses, en los 4 planos gravitacionales: (A) prona, (B) Supina, (C) Sedestación y (D) Bipedestación.
14