Escuela Superior Politécnica del Litoral Escuela de Diseño y Comunicación Visual Historia del Arte Profesora: Cristina Morales Alumno: Julio Herrera
Relación entre Prometeo, el Renacimiento, la Historia del Arte y los conceptos de evolución y progreso
El Renacimiento: retorno al uso del canon clásico, Prometeo: Mito griego símbolo de la independencia humana, Historia del arte: ¿una evolución o progreso? Veremos cómo se relacionan todos estos temas atando cada punto en común en ellos. Tomaré como referencia el simbolismo del mito de Prometeo para igualarlo a la característica esencial del Renacimiento y con esta acción establecer si la Historia del Arte es evolucionista o progresista, citando además teorías y planteamientos hechos por Meiss, Read, Spencer y Allen. En un resumen del mito de Prometeo, este engaña a Zeus el padre de los dioses para robar el fuego y entregárselo a los hombres, por lo que luego es castigado severamente: “Prometeo roba a Hefesto y a Atenea la sabiduría de las artes junto con el fuego (ya que sin el fuego era imposible que aquella fuese adquirida por nadie o resultase útil) y se la ofrece, así, como regalo al hombre. Con ella recibió el hombre la sabiduría para conservar la vida, pero no recibió la sabiduría política, porque estaba en poder de Zeus y a Prometeo no le estaba permitido acceder a la mansión de Zeus, en la acrópolis, a cuya entrada había dos guardianes terribles. Pero entró furtivamente al taller común de Atenea y Hefesto en el que practicaban juntos sus artes y, robando el arte del fuego de Hefesto y las demás de Atenea, se
las dio al hombre. Y, debido a esto, el hombre adquiere los recursos necesarios para la vida, pero sobre Prometeo, por culpa de Epimeteo, recayó luego, según se cuenta, el castigo del robo.” Platón, Protágoras, 320d-321d
Un astuto titán griego da poder a los humanos. El hombre, sabiendo que tiene el poder en sus manos, ya no necesita de los dioses para subsistir. Percatándose de sus capacidades, puede hacer u deshacer a su antojo y podría quizás, ser él mismo un dios. Este mito proviene de la Grecia antigua. Además de estar referenciado en el Protágoras de Platón, también aparece en la Biblioteca Mitológica, un libro recopilatorio con casi toda las historias de la misma época. En el Renacimiento se retoman los cánones establecidos en esa época, la Grecia antigua, pero, citar un mito griego no es lo renacentista. Lo Renacentista está en el hecho de que para ese entonces, el hombre comienza su autodescubrimiento, empieza a darse cuenta de todas sus capacidades, de lo que puede crear y construir con su inteligencia: “Este mito de Prometeo proporciona los elementos para la imaginación prometeica a partir del Renacimiento. Todos los mitos construidos desde el del Prometeo griego tienen un rasgo común, que los distingue a todos del mito griego: en ellos Prometeo es visto como un hombre rebelde que se levanta frente a los dioses, deja de ser un dios y se transforma en hombre. El mito griego sirve más bien como una cantera para la reconstrucción mítica de una rebeldía y emancipación humanas, la cual es realizada por la sociedad moderna a partir del Renacimiento.” Franz Hinkelammert, Prometeo: el discernimiento de los dioses y la ética del sujeto, p2-3
Ya el hombre no trabajará al servicio de la religión. Las obras del hombre están al servicio de él mismo y su sociedad. (Francisco Samaranch Kirner, p146) “Protagoras pretende que el hombre sea la medida de todas las cosas”. Es la puesta en marcha del mito de Prometeo, los humanos con el fuego para establecerse como centro de todo y ente más capaz que algún ser divino. La sabiduría puesta en el hombre por Prometeo que es usada para discernir a los dioses y el hecho de que existan. Ahora, ¿el retorno a ideales o simbolismos de épocas pasadas es un síntoma de evolución o progreso? Retomamos propuestas engendradas en la edad antigua para hacer un renacer artístico y hasta de pensamientos. Según Spencer, Meiss y Read, el sentido artístico y estético del hombre va evolucionando biológicamente, es decir, nuestro gusto se va refinando con el tiempo y a medida que nos reproducimos, lo vamos pasando de generación en generación, con lo que se podría afirmar que todo el producto artístico es causa de una continua transformación y transmisión biológica de lo aprendido, va mutando constantemente sin que cada una de sus manifestaciones pierda importancia por aparecer después que alguna otra. Por lo tanto, podríamos decir que el período renacentista es una transformación, una nueva versión de una corriente de pensamiento o práctica de la edad antigua, no es tanto un progreso o mejora con respecto a lo que le precedía, ya que el progreso implica un desarrollo y una clara mejora. Allen, a pesar de que acepta el concepto de evolución Darwiniana para su aplicación al arte, también acepta que la evolución va de la mano con un progreso. Menciona que la facultad estética ha progresado sin alguna discontinuidad. La Historia del Arte, al estar sujeta a unas referencias cronológicas de sus hechos, podría verse como una progresión más que como una simple evolución, lo cual no quiere decir que sea del todo cierto ya que dentro de toda la historia hay un retorno constante a líneas de pensamiento utilizadas en el pasado generando así una especie de reciclaje de ideas. En casi toda la Historia del Arte pasa de manera similar. Se encuentran muchas corrientes artísticas que toman prestados elementos una de la otra y de ninguna de ellas se puede decir que alguna característica la haga mejor que las otras porque cada una es muy buena en su concepción y conceptualización. Por estas razones no se puede concluir de forma definitiva que el arte vaya mejorando cada día y que lo que tenemos ahora es mucho
mejor que lo que teníamos antes.Aún seguimos venerando las pinturas de Rembrandt, Caravaggio sigue impresionando con su extremo realismo, el Bosco nos sigue intrigando con sus pinturas y seguimos estudiando las pinturas rupestres. El Prometeo está en el Renacimiento, se reutiliza una idea abandonada, se evoluciona, no se progresa. Todo esto nos deja que el arte es una mutación constante, un retorno a los ideales pasados para proponer una nueva especie en el cual el orden cronológico no sea parte fundamental y más bien lo sea el cambio radical que propuso.