El control vertical de un máximo de pisos ecológicos en la economía de las sociedades andinas

Giancarlo Aponte Almanza

2°año antropología

El control vertical de un máximo de pisos ecológicos en la economía de las sociedades andinas El autor analiza a los mitmaq desde un punto de vista económico, mencionando que este es una manifestación tardía de un control de un máximo de pisos ecológicos. Este ideal es compartido por  distintas etnias que se diferencian en la zona geográfica que ocupan, y también política y socialmente. Por lo cual Murra expone 5 casos de control simultaneo de pisos referidos a una época entre 1460 hasta 1560. Donde las etnias eran conquistadas por los incas e invadidas por los españoles. Primer caso: etnias pequeñas que habitaban Chaupiwaranqa en las zonas más altas del Marañón y del Huallaga. Las etnias de esta zona establecían un control a través de sus colonias(zonas periféricas) ocupadas permanentemente que estaban distantes de sus zonas de mayor población (núcleo de población y poder). Estas sociedades poseían poblaciones pequeñas de 3000 a 20000 habitantes. Estas zonas periféricas aseguraban el acceso para la comunidad de recursos que se encontraban fuera del núcleo de población. Estas colonias eran multiétnicas donde las personas personas de cada grupo cuidaban de sus intereses. Las zonas periféricas estaban ubicadas tanto por encima como por debajo del núcleo. Segundo caso: etnias grandes, verdaderos reinos altiplánicos con núcleos en la cuenca del Titicaca. Durante la invasión española se seleccionaron tres reinos uno de los el Lupaqa que a diferencia de las otras perduro con 100000 y más habitantes. Sus colonias periféricas podían estar a mayor distancia del núcleo Lupaqa. Estas zonas eran los oasis en la costa del pacifico donde cultivaban algodón y maíz, y al este del altiplano. Estos oasis eran multiétnicos, también era ocupada por la etnia Pacaxa. Los núcleos de población eran centro de cultivo y de conservación. Las zonas periféricas eran ocupadas permanentemente y sus habitantes se dedicaban a tareas de especialización como la cerámica. Después de presentar los dos primeros casos el autor se plantea sobre la existencia de archipiélagos verticales en la costa. Tercer caso: etnias pequeñas, con núcleos en la costa central. Murra estudia un expediente de 1559, que es parte de un litigio en la audiencia de los reyes que trata sobre el conflicto entre tres etnias los de canta, una subdivisión de Yauyu los Chacalla y los de Collique. La disputa se centraba en el control de un cocal en los alrededores de Quivi. Estas etnias presentaron sus testimonios donde concordaban que la zona en disputa perteneció antes a los de Collique. Esto deduce Murra que señalaría la presencia de un señorío costeño con núcleo en Collique que controlaba los recursos a unos 50 km del núcleo. Se trata entonces de archipiélagos verticales. Relacionado a este debate sobre archipiélagos costeños Murra menciona 2 estudios que permiten plantear la cuestión en discusión. El primer estudio es el arqueológico, donde el autor rescata la idea de autosuficiencia comunal de Patterson como un archipiélago vertical, ya que la idea se basa en la distribución de la comunidad en un espacio, donde había zonas de recursos ubicados cerca una de las otras a distancias mayores. El estudio etnohistórico se basa en las fuentes de información como los litigios que presentan observaciones observaciones de distintas etnias ubicadas en el mismo lugar de cultivo.

Giancarlo Aponte Almanza

2°año antropología

Cuarto caso: grandes reinos costeños Este caso es hipotético ya que no se ha comprobado que los reinos costeños tenían colonias permanentes permanentes en la sierra. Estos reinos eran etnias poderosas con miles de habitantes. El autor menciona algunos autores que presentan indicios sobre esta hipótesis. Julio C. Tello menciona que las culturas ubicadas a lo largo del litoral son derivaciones de civilizaciones andinas, Murra plantea la posibilidad de archipiélagos en la costa norte por núcleos como chavín. Refiriéndose a los Reichlen que plantean la existencia de colonias cajamarquinas cajamarquinas post-chavín pero preincaicas, Murra menciona que estos podrían ser modelos de islas multiétnicas. También menciona los estudios de datos lingüísticos y los de la etnología contemporánea, como analizables para investigaciones sobre la existencia de colonias permanentes en la sierra de reinos costeños. Quinto caso: etnias pequeñas con núcleos en las montañas aparentemente sin archipiélagos. El autor lo presenta como un caso negativo donde las personas de lugar, 200 unidades domesticas ubicadas en las yungas de La Paz en los valles alrededor del Songo, niegan el acceso a recursos fuera de su región. La penetración de los españoles en esta zona ocasiono consecuencias como la mayor productividad de la coca, pero la disminución de la población. Por lo cual se recurrió a mano de obra foránea. Tras esto el autor plantea la existencia de “islas” en el songo donde las colonias serranas eran como puentes p uentes cuando se realizaba un aumento en la producción y se requerida de la importación de mano de obra. En las yungas de La Paz se utilizaban dos pisos, el primero para el cultivo del maíz y otros productos y el segundo ubicado a cierta distancia donde se encontraban chacras de coca. Tras lo planteado el autor explica que los cocales del songo eran unas chacras estatales, una isla periférica que daba ingresos al Tahuantinsuyo. Los incas y el modelo de archipiélago vertical, la idea de verticalidad sufre una transformación en los incas. La verticalidad física pierde importancia y es reemplazada por una estructural, en los archipiélagos las isla no necesitan tener una proximidad y sus funciones son independientes de toda consideración ecológica.