La Guerra del Pacífico, es decir, el conflicto bélico en el que se enfrentaron Chile, Bolivia y Perú entre 1879 y 1883, tuvo consecuencias no sólo en el campo de batalla, sino que también hubo repercusiones directas a nivel diplomático, económico y en la vida cotidiana de los ciudadanos de los países participantes. Las ciudades se convirtieron en campos de batalla, fueron devastadas, saqueadas e invadidas.
Una característica común de las guerras es que, cuando finalizan, los vencedores suelen realizar cambios radicales en las poblaciones que ocupan. Esto ocurrió en Tacna, entre 1883 y 1929. En ese sentido, el tema que se analizará en este trabajo es las repercusiones sociales del proceso de chilenización ocurrido en Tacna entre los años 1883 y 1929. La investigación tiene como principal objetivo resaltar las posturas y propuestas de cuatro diferentes autores quienes ofrecen interesantes propuestas acerca de las principales repercusiones sociales del proceso de chilenización durante el periodo antes mencionado.
Sin duda, un término importante en este trabajo es el de chilenización. Los autores de los textos que se han revisado para la elaboración definen este concepto. Por tal motivo, y porque es una palabra que se repetirá varias veces en las siguientes páginas, es necesario que aquí también se incluya la definición de chilenización. En ese sentido, la historiadora Paula Hurtado realiza una correcta definición de lo que fue ese proceso llevado a cabo por las autoridades chilenas a comienzos del siglo XX en las provincias de Tacna y Arica: «El proceso de chilenización se extendió entre los años 1900 y 1926 aproximadamente y se manifestó con mayor intensidad a partir de 1908. Se caracterizó por el establecimiento de un programa fundamentado en la violencia y en la hostilidad y que contemplaba una serie de medidas radicales en perjuicio de los peruanos, tales como la clausura de escuelas e iglesias, la expulsión de maestros y sacerdotes, la censura de la prensa y la destrucción de imprentas, así como la expulsión progresiva y en masa de los peruanos, todo ello con el objeto de impedir la transmisión de los valores patrios peruanos y de reducir a la mínima expresión sus instancias de manifestación pública.» (Hurtado 2010: 142) Como se puede apreciar, la chilenización fue un programa político y social chileno que buscaba adherir a la población peruana residente en las provincias cautivas de Tacna y Arica a Chile. Los métodos para lograr este objetivo fueron violentos. Se clausuraron escuelas peruanas, iglesias, se deportaron a profesores y sacerdotes de las ciudades y hubo represalias contra cualquier manifestación a favor del Perú.
1
Sin embargo, la chilenización no siempre fue violenta. Se pueden distinguir dos etapas: una pacífica, llevada a cabo tras el término de la guerra, y otra violenta a partir de los primeros años del siglo XX.
La primera fase dentro del proceso de chilenización, que va desde la firma del Tratado de Ancón en 1883 hasta los primeros años del siglo XX se caracteriza por las buenas relaciones que intentan mantener las autoridades chilenas con la población peruana de Tacna y Arica. Se trata, entonces, de un intento pacífico de las autoridades chilenas para ganarse la adhesión de los peruanos en el futuro plebiscito que debía celebrarse1.
Una de las primeras medidas que se desarrolló, como parte del proceso de chilenización, fue la construcción de infraestructura e inversión en obras públicas en Tacna. La intención era que el tacneño vea las ventajas de permanecer bajo el control de la administración chilena y, en ese sentido, vote a favor de Chile en el futuro plebiscito. Entre las mejoras de infraestructura realizadas podemos mencionar las siguientes: pavimentación de las calles principales y de las aceras, el hermoseamiento de jardines y plazas, la canalización del río Caplina. Asimismo, se inició un proyecto que tenía como objetivo dotar de agua de mejor calidad a los tacneños2.
Ambas citas, permiten entender que al inicio del proceso hubo un intento de desarrollar una buena relación entre peruanos y chilenos, todo esto en busca de generar simpatías entre los peruanos en busca de su voto a favor en el futuro plebiscito. Sin embargo, todo esto cambió cuando comenzó el nuevo siglo y empezó lo que se denominó como la chilenización violenta: «Con la expulsión de los curas peruanos en 1910, y con el saqueo de clubes, imprentas y locales de Tacna, Arica y Tarapacá en 1911, la ocupación de las provincias mencionadas comenzó a transformarse en una chilenización compulsiva. La pax castrense profundizó su contenido de violencia física, psicológica y estructural (…) Había quedado atrás, definitivamente, tanto en lo diplomático como en lo social y político, la chilenización conciliadora basada en la hegemonía, para entrar definitivamente en la pax castrense, basada en la acción de grupos violentos (…)» (González 2008: 44)
1 2
Cfr. Palacios 1974: 25 Cfr. Palacios 1974: 91 – 93
2
Como se menciona en la cita anterior, la chilenización violenta empezó con la expulsión de los curas peruanos y el saqueo a locales comerciales. También hay que mencionar los ataques a particulares y a los periódicos locales. De todo esto se puede inferir que el cambio a una chilenización violenta se debió a que no se estaban dando los resultados que las autoridades chilenas esperaban, es decir, el sentimiento de fidelidad hacia el Perú no había disminuido en la población peruana de Tacna y Arica.
La motivación para la realización de este tema surge del periodo que me tocó vivir en la ciudad de Tacna. Durante aquellos años pude conocer un poco de su historia y me sorprendió gratamente el fuerte sentimiento patriota que allí sus ciudadanos tienen. El desfile que realizan cada 28 de agosto, fecha de la reincorporación de Tacna al Perú, es realmente conmovedor. Allí participan las principales instituciones civiles, militares y educativas, así como también las mujeres que lucharon ardientemente por volver al suelo patrio.
Desde el punto de vista académico, este tema es importante debido a que, mediante su estudio, se puede realizar un acercamiento hacia un capítulo de la historia peruana en la que las relaciones diplomáticas entre Chile y Perú eran tensas. El fallo dado por el Tribunal de La Haya en 2014 ha permitido llegar a un acuerdo sobre la soberanía marítima que, por tantos años, había permanecido en litigio. En ese sentido, es importante rememorar los conflictos del pasado para hacer lo que sea posible para evitar que sucedan de nuevo. De esta manera, se podrá llegar a una auténtica reconciliación con Chile.
Para este estado de la cuestión se ha consultado a cinco autores diferentes. En primer lugar, Sergio González quien es doctor en Estudios Americanos por el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago. En segundo lugar, Raúl Palacios, él es Doctor en Historia por la Pontificia Universidad Católica del Perú, con estudios de especialización en la Florida State University; actualmente, labora como profesor en la Universidad de Lima. En tercer lugar, Jorge Basadre fue un historiador y educador peruano autor de una vasta obra historiográfica, entre la que destaca Historia de la República del Perú. En cuarto lugar, José Jiménez Borja fue lingüista y catedrático de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y, finalmente, Paula Hurtado es historiadora por la Universidad Andrés Bello de Valparaíso.
3
Uno de los temas que se destaca en las fuentes es el impacto que tuvo en el ámbito educativo la ocupación de Tacna por parte de los chilenos. Basadre y Jiménez Borja destacan el control impuesto por las autoridades chilenas en cuanto a los aprendizajes que debían ser impartidos en las aulas de clase. Asimismo, señalan que la libertad se fue haciendo cada vez más restringida y los niños fueron los primeros en sentir esta presión. Cantar el himno de Chile fue una de las primeras actividades que pasaron a ser obligatorias en los centros de estudios. Así lo dice el testimonio de un estudiante peruano en Tacna durante la chilenización: «Al salir para el Liceo mi abuela me acompañaba hasta la puerta y daba su última recomendación con un gesto. Ponía el índice de su mano derecha sobre sus labios imponiéndome un silencio forzoso. Al comenzar la diaria jornada de estudios, formados en el patio se entonaba el himno nacional chileno. Yo recordaba bien la orden. No cantar. Otros chicos también respetaban órdenes impartidas por madres, tías o hermanas mayores. Desde un pódium se tomaba nota de quienes callaban y al salir quedábamos castigados. Así todos los días. Por eso mi familia decidió enviarme a La Paz.» (Basadre y Jiménez Borja 1989: 147) Como se observa en la cita anterior, los niños recibían recomendaciones de sus familiares para que guarden silencio en el momento de la entonación del himno chileno. Se podría decir que se trataba de un patriotismo arraigado en cada una de las familias peruanas, sin embargo, esto fue tomado como un desafío hacia Chile y al final estos actos eran castigados por las autoridades. Otro de los autores, Raúl palacios, explica acerca de la peruanidad que se fomentó en las escuelas como respuesta al ambiente antiperuano impuesto por las autoridades chilenas. Si bien es cierto también se refiere a los efectos de la chilenización en el ámbito escolar, como lo señalan Basadre y Jiménez Borja, la propuesta de este autor es distinta, ya que no se dedica al estudio de lo que impuso el ejército chileno, si no que explica acerca del reforzamiento de la identidad peruana en las escuelas a raíz de estas circunstancias adversas. De esta manera, los centros escolares se convirtieron en el núcleo de la peruanidad. Allí, los niños peruanos aprendían su historia. En un primer momento, las autoridades chilenas no lo toleraron. De esta manera, los maestros peruanos se convirtieron en los paladines del espíritu nacional. Por ello, una de las primeras medidas del intendente chileno en Tacna, Manuel Francisco Palacios, fue decretar su clausura. Con esta medida se buscaba
4
impedir que los niños peruanos tengan que asistir a las escuelas chilenas en donde se les enseñaría la historia chilena. Esto se decretó a mediados de mayo de 19003. Sin embargo, en los primeros años del siglo XX, las escuelas peruanas fueron clausuradas y los maestros deportados. La única opción que tuvieron los niños tacneños fue el de asistir a las escuelas chilenas. Como se puede ver, a pesar de que los autores estudian un mismo tema, entre ellos se interesan por explicar o investigar distintos puntos en relación a la temática central, es decir, a las escuelas peruanas en Tacna durante la ocupación chilena. Otro de los temas que los autores se han interesado en investigar ha sido el del rol tanto de las mujeres como de los hombres en la ciudad de Tacna durante ese periodo. Basadre y Jiménez Borja resaltan el papel que tuvo la mujer en la sociedad tacneña de la época. Como amas del hogar, en ellas cayó la responsabilidad de mantener el espíritu patriota por lo más alto. Incluso llegaron a formar un círculo muy cerrado. Así lo afirman los autores: «Las señoritas de Tacna en misa, se sentaban al lado de otras señoras y señoritas peruanas. Se visitaban entre ellas y formaban un círculo muy cerrado en el que no se colaba ningún varón ni dama que no fuese peruana. Así envejecieron y se quedaron solteras. Yo vi (sic) marchitarse a mi tía, poco a poco, sin perder su compostura, ni apoyar la espalda en el respaldo de los sillones, con dignidad de nardo que se desmaya lentamente.» (Basadre y Jiménez Borja 1989: 150) El empeño y la seriedad con que las mujeres de Tacna buscaron mantener la identidad nacional fue un gran ejemplo para toda la sociedad. La mujer tacneña fue la responsable que el amor a la patria perdure entre los tacneños. Ellas eran las que enseñaban, en las escuelas clandestinas, las primeras letras a los niños y se encargan de transmitir la peruanidad. En las casas, eran las responsables de preparar las celebraciones por las fiestas patrias, que habían sido prohibidas por las autoridades chilenas. Ellas inculcaban a los niños que el 7 de junio era un día de tristeza porque se recordaba el heroísmo de Bolognesi y de otros peruanos que, sabiéndose en inferioridad de condiciones, marcharon hacia el encuentro de la muerte por la defensa de la patria4. En cuanto al ámbito hogareño y laboral, las mujeres de Tacna, ante la ausencia de hombres, tuvieron que asumir las riendas de los hogares, en una época en que esto no era 3 4
Cfr. Palacios 1974: 69 Cfr. Basadre y Jiménez Borja: 1989: 147 - 152
5
la común. En adelante, ellas ocuparon el espacio doméstico enseñándoles las primeras letras a sus hijos y manteniendo vivo el amor a la patria. Pero también tuvieron que ocupar el espacio público para conseguir dinero para mantener los hogares. Las mujeres de Tacna comenzaron a desarrollar ciertas labores que les permitieron ganar algo de dinero. No será raro encontrar mujeres dedicándose a la costura, la preparación de alimentos o dando pensión e sus casas para ganar dinero5. De este modo, como lo señala Hurtado, el rol que cumplió la mujer tacneña en el periodo de cautiverio trascendió los límites del hogar. No solamente se dedicaron a las labores propias en casa, sino que también buscaron el sustento fuera de él debido a la ausencia de los varones. Con respecto a la situación de los hombres peruanos en Tacna, un testimonio recogido del libro de Basadre y Jiménez Borja da fe de la experiencia de una familia en la que el padre era un visitante más en el hogar: «Tacna era una ciudad sin hombres. Mi padre y mis tíos vivían lejos de vejaciones y mal tratos. Mi tía al atardecer se vestía cuidadosamente, y recibía a sus amigas, devolvía visitas, tocaba en el piano “Mi Patria y mi Bandera”. Yo veía a mi padre, de tarde en tarde, eran visitas fugaces, casi secretas. Cuando partía mi madre entristecía por largo tiempo. Este mundo sin risas, silencioso (…)» (Basadre y Jiménez Borja 1989: 148) De esta manera, se puede observar que efectivamente, los hombres eran personas de paso por la ciudad, eran visitas «casi secretas» menciona el testimonio. Así, se puede inferir que la presencia de los hombres en Tacna estaba muy regularizada por las autoridades chilenas, todo esto como parte de la chilenización que se llevaba a cabo en la ciudad heroica. Sin duda, es muy importante conocer de qué manera afectó a la ciudadanía un proceso tan impactante como la ocupación de Tacna. En ese sentido, se destaca la investigación de los autores tanto sobre las acciones de las mujeres, de los niños como de los hombres. Como se ha visto, el impacto a nivel social se puede estudiar desde puntos diferentes y, debido a ello, se llega también a conocer de una forma más cercana el comportamiento de una población en un periodo determinado.
5
Cfr. Hurtado 2010: 147 – 150
6
Como se ha visto, la mayoría de las fuentes destacan el tema de la defensa de la peruanidad frente a las imposiciones chilenas en distintos ámbitos. Sin embargo, algunos autores se dedican a destacar especialmente la violencia que ejercieron los miembros del ejército durante su permanencia en el territorio peruano. Las autoridades peruanas no eran ajenas a la situación violenta que se producía en las provincias cautivas y que eran constantes las denuncias por los actos que realizaba el gobierno chileno en contra de la población peruana. Sin embargo, las soluciones no llegaban. La única de los autores que se dedica a la investigación de este tema es Paula Hurtado. Como ella señala, ante la situación de injusticia e impotencia, fueron los ciudadanos peruanos de aquellas provincias los principales defensores de sus derechos y de sus sentimientos fieles a la nación peruana. Son muchas las actitudes que tomaron los peruanos en pos de defender su peruanidad ante la violencia de la chilenización: «Durante el período investigado [chilenización de Tacna y Arica] se observa una creciente hostilidad y violencia contra los habitantes peruanos (con mayor intensidad desde fines de 1910) que llevó a la aplicación de medidas extremas como la clausura de escuelas e iglesias, la expulsión de maestros y sacerdotes, la censura de la prensa, la prohibición de manifestar en público su peruanidad y la expulsión progresiva y en masa. Todo esto iba de la mano de un sentimiento de desencanto y desamparo experimentado por las víctimas, quienes observaban con dolor y desconcierto la indiferencia de la Iglesia y de las autoridades civiles frente a los abusos cometidos. Sin embargo, nada logró apabullar su sentimiento patrio, por lo que comenzaron a llevar una vida en la clandestinidad, fundando sus propias escuelas, habilitando lugares como templos, conmemorando a sus próceres y celebrando las principales fiestas dentro de sus hogares, entre otras cosas» (Hurtado 2010: 150) A partir de esta cita se puede concluir que la chilenización violenta no logró las metas que se proponía, ya que los ciudadanos peruanos no perdieron el sentimiento de sentirse peruanos. Ante el peligro de hacer público sus sentires, se optó muchas veces por la clandestinidad para realizar actividades vinculadas al amor por el Perú.
Por otro lado, además del control de las escuelas en la ciudad y el constante hostigamiento hacia gran parte de la población tacneña, otro componente de la chilenización en Tacna que investigan los autores que han sido revisados para este trabajo es el de la vigilancia a los miembros del clero. Este tema también es investigado ampliamente por dos de los autores revisados en esta investigación: Jorge Basadre y Paula Hurtado.
7
En ese sentido, el control de las actividades religiosas fue otro aspecto que a las autoridades chilenas les interesó obtener. Por ello, después de un largo análisis, las autoridades determinaron que los nombramientos de los curas de Tacna debían recibir un visado de la cancillería chilena. De esta manera, el gobierno chileno se aseguró el control de los nombramientos de los religiosos. Uno a uno, los curas peruanos vieron como sus nombramientos eran revocados y debían abandonar Tacna causando la molestia y enojo de los peruanos. En su reemplazo se nombró a carmelitas españoles6. De lo anterior dicho, se puede entender que el control sobre las actividades religiosas en la ciudad debió de ser muy urgente para las autoridades chilenas, ya que los sacerdotes peruanos tenían gran influencia en la población, al igual que los profesores en los alumnos. Poco a poco los sacerdotes peruanos fueron obligados a abandonar Tacna.
Un ejemplo de resistencia ofrecida por el clero tacneño fue el ocurrido en el distrito de Pachia, allí los sacerdotes realizaron lo más que pudieron para ayudar a la resistencia de la ciudad: «Los últimos curas en ser expulsados de Tacna fueron los que se encargaban de las tareas religiosas en el pago de Pachía. Antes de retirarse, los sacerdotes escondieron prolijamente los objetos de valor de la iglesia para que no cayeran en manos chilenas. Asimismo, optaron por llevarse los libros de los registros parroquiales para que las autoridades políticas no dispusieran de esa valiosa información.» (Hurtado 2010: 150) Según la cita, los sacerdotes del distrito de Pachía hicieron todo lo posible para evitar que las autoridades chilenas se hicieran con los objetos de valor de la iglesia. Sin embargo, lo más rescatable de su labor fue que se llevaron los libros de registros parroquiales, ya que de esa manera Chile no contaría con esa valiosa información para utilizarla - y tal vez adulterarla - en el futuro plebiscito.
Basadre también menciona esta actitud heroica por parte de los curas de este distrito y menciona que los curas de Pachía fueron los últimos en ser expulsados de Tacna. Su expulsión significó que perdieron el control de los libros de la iglesia. De esta manera, parejas venidas de distintos lugares de Chile procedieron a casarse en Pachía y sus matrimonios fueron inscritos en los libros de matrimonio. Así, el país del sur se asegura un voto en el esperado plebiscito. La misma suerte corrieron los libros de bautismo. En 6
Cfr. Hurtado 2010: 147 – 150
8
adelante, ningún niño peruano pudo ser inscrito como nacido en Tacna, con lo cual se convertían en niños irredentos7. La idea del gobierno de Chile era que parejas de chilenos fueran a Tacna a casarse para que de esta manera pudieran participar en el venidero plebiscito y así sumar más adeptos a la causa chilena. Entonces, el robo de los libros parroquiales por parte de los sacerdotes peruanos fue una gran ayuda para poder contrarrestar esta movida política chilena.
A partir de lo desarrollado en las páginas anteriores, se puede poner de manifiesto el impacto de la ocupación chilena en el sentimiento patriótico de los distintos sectores sociales tacneños. Por un lado, los centros educativos escolares en Tacna fueron promovidos como espacios de chilenización de los estudiantes peruanos. Sin embargo, distintas referencias constatan que, por el contrario, estos centros escolares mantuvieron sigilosamente la enseñanza y promoción del patriotismo peruano, pese a las restricciones impuestas por el gobierno chileno.
Un segundo punto tratado está vinculado con el rol que tuvieron los hombres y las mujeres durante el periodo en cuestión. En el caso de los hombres, se constata que estos tenían una presencia infrecuente en la vida citadina. En oposición, las mujeres jugaron un gran rol en la propagación del sentimiento patriótico en la medida que educaban a los niños bajo una cultura de añoranza al Perú.
Para complementar los puntos anteriores, una siguiente parte del trabajo trata de los esfuerzos de las autoridades chilenas por restringir las festividades peruanas. Esto implicó un conflicto entre las cancillerías peruanas y chilenas. Desde el Perú se emitían notas de protestas, mientras que desde Chile se justificaba la actuación de su gobierno. Conviene notar en esta sección se pone de relieve que el conflicto alcanzó un nivel diplomático.
Un último punto tratado en el trabajo expone el papel del clero. Los curas fueron afectados por la ocupación chilena, quienes veían en ellos potenciales enemigos en el proceso de chilenización. Por ello, se promovió un conjunto de medidas para desplazarlos de sus
7
Cfr. Basadre 1989: 90-91
9
actividades e instaurar nuevo personal eclesiástico. En este proceso, el rol de los curas fue importante en tanto permitieron la preservación del patrimonio peruano.
A partir de lo trabajo en el estado de la cuestión, planteo que las políticas de chilenización en Tacna, contrariamente a lo pretendido por el gobierno de Chile, lograron promover una mayor cultura patriótica entre los distintos sectores de la población tacneña.
Dos cuestionamientos podrían enriquecer aún más el trabajo realizado: ¿Cómo los espacios públicos pudieron servir para promover el patriotismo entre los distintos sectores sociales tratados en este trabajo?, y ¿En qué medida la actuación política tacneña pudo desarrollarse en medio del clima de hostilidad instaurado por la ocupación? Una profundización en el estudio del tema podrá resolver estas dudas y aclarar aún más el panorama social tacneño durante el periodo de ocupación.
Bibliografía BASADRE, Jorge y Jiménez Borja, Arturo (1989) El alma de Tacna: ensayo de interpretación histórica. 2 ed. Lima: Cofide.
GONZÁLEZ, Sergio (2008) La lleva y el candado: el conflicto entre Perú y Chile por las provincias de Tacna y Arica (1883 – 1929). Santiago: LOM.
HURTADO, Paula (2010) Sin Dios ni ley: violencia, incomprensión y desamparo. La situación de Tacna, Arica y Tarapacá tras la Guerra del Pacífico, a la luz del diario El Comercio y la revista Variedades, 1910-1912, pp. 133 – 153. En: Letras Históricas N° 2. PALACIOS, Raúl (1974) La chilenización de Tacna y Arica 1883 – 1929. Lima: Arica.
10