Economía en la Antigua Roma La República de Roma dominaba Roma dominaba una vasta extensión de tierra con enormes recursos naturales y humanos. Como tal, la economía en la antigua Roma se mantuvo concentrada en la agricultura y el comercio. El comercio agrícola libre cambió el panorama italiano, y por el siglo a.C., las enormes haciendas dedicadas al cultivo de la vid, de los cereales y de la oliva propiedad de grandes terratenientes habían estrangulado a los pe!ue"os agricultores, !ue no pudieron igualar el precio del grano importado. La anexión de Egipto, Egipto,#icilia y #icilia y Cartago $actual Cartago $actual %úne&' %úne&' proporcionó un suministro continuo de cereales. A su ve&, el aceite de oliva y el vino (ueron las principales exportaciones de talia. )a )a por entonces se practicaba la rotación de dos ho*as, pero la productividad agrícola en general (ue ba*a+ alrededor de tonelada por hect-rea. Agricultura Agricultura
La agricultura era una actividad !ue estaba muy bien considerada dentro de la sociedad romana, al contrario de lo !ue sucedía con la artesanía. Roma, Roma, en sus orígenes, había sido una comunidad de pastores y agricultores, por lo !ue la tradición hacía de esta actividad una pro(esión casi sagrada. ncluso los atricios se atricios se dedicaban al cultivo de la tierra y a la cría del ganado+ estos patricios eran propietarios de grandes haciendas cuyo mantenimiento y explotación recaía en la mano de obra esclava !ue esclava !ue vivía en estas (incas durante todo el a"o al cuidado de un capata& !ue, a su ve&, era un esclavo de con(ian&a del propietario. Estas enormes (incas producían todo tipo de alimentos. #i se daba el caso de !ue la explotación se encontraba cerca de alguna ciudad, los (rutos de la cosecha se trasladaban diariamente a su mercado y se vendían, ya !ue solían ser productos !ue se estropeaban con el paso del tiempo, tales como (rutas, hortali&as y verduras (rescas, !ue eran muy apreciadas por los habitantes de las grandes ciudades. Escena de recolección en la /poca romana or el contrario, si la explotación agrícola se encontraba muy ale*ada de las urbes, los productos (rescos eran utili&ados para el consumo inmediato de los propietarios $!ue solían vivir en las (incas ale*adas, apartados del bullicio de las ciudades' y traba*adores libres y, en menor medida, esclavos de la explotación. Los productos !ue se vendían en la civitas $ciudad' eran los !ue no perecían con el paso del tiempo, tales como vino, uvas, aceite, aceitunas, trigo, cebada, avena etc., cultivos a los !ue se dedicaba la mayor cantidad de terreno para su producción. Existían tambi/n campesinos libres campesinos libres !ue cultivaban su propia tierra con la ayuda de sus propias (amilias, o bien los !ue arrendaban parcelas a los atricios $cuyas posesiones podían extenderse ininterrumpidamente durante 0ilómetros y 0ilómetros' a cambio de dinero o a cambio de pagos en especie, generalmente una (racción de la cosecha !ue el campesino producía. La t/cnica !ue los romanos usaban al cultivar la tierra ha perdurado, en lo esencial, hasta nuestros días. En primer lugar, como en todos los países mediterr-neos de la actualidad, se practicaba la rotación de dos ho*as. Esta
rotación consistía, y consiste, en cultivar y de*ar en barbecho los campos alternativamente, para mantener la (ertilidad del suelo y acumular humedad. Este tipo de rotación se adaptaba a los suelos arenosos y a los veranos largos y secos de la cuenca mediterr-nea, aun!ue no a los del 1oroeste de Europa $en la2alia', donde los suelos son m-s compactos y el arado romano, debido a su debilidad, no podía levantar la tierra. or ello cultivaban las tierras arenosas cali&as de las lomas, dotadas de su drena*e natural, y evitaban los suelos m-s compactos, pero m-s (/rtiles, de valles y mesetas. Lo !ue no ha perdurado hasta hoy es la t/cnica !ue los romanos usaban para arar los campos. Los arados romanos eran muy ligeros, como se acaba de insinuar. or lo tanto, al ser de madera, no de*aban los característicos surcos !ue podemos observar hoy en día en las tierras aradas. En su lugar, este arado lo único !ue conseguía era ara"ar la super(icie de la tierra, por lo !ue el agricultor tenía !ue dibu*ar una cuadrícula por toda la parcela, para aprovechar toda la extensión de /sta.3 A&ada romana de hierro, 3444 a"os de antig5edad. uede ser vista en el6ield 7useum o( 1atural 8istory$Chicago'. La /poca m-s activa en el campo era el oto"o. 8acia principios de octubre se empe&aba a sembrar el trigo y la cebada, terminando a mediados, o incluso a (inales, de noviembre. 9na ve& (inali&ada la siembra, hacia mediados de diciembre, había !ue recoger las aceitunas, !ue posteriormente eran prensadas para obtener aceite, el cual se almacenaba en tina*as de barro precintadas con brea !ue eran destinadas a la venta o a su posterior consumo por parte de los residentes en la explotación. Adem-s, el oto"o era el momento de la matan&a del ganado, con el adobe y el embutido de sus carnes $con las !ue se (abricaban ex!uisitos *amones, lomos adobados, chori&os y una especie de mortadela': del es!uile de las ove*as y del arado de las tierras. En el invierno, sin embargo, las actividades !ue se reali&aban eran menos pesadas, aun!ue igualmente importantes. La mayoría de los traba*os invernales eran de índole dom/stica, es decir, era la /poca de las reparaciones, de te*er cestos de mimbre, de (abricar !ueso, herramientas, tina*as y arados, de te*er la lana de las ove*as y curtir pieles etc. El verano era igual de intenso !ue el oto"o, ya !ue, a (inales de primavera, comen&aba la temporada de recogida de las hortali&as, seguida de la siega de la cebada y del trigo hasta casi principios del oto"o, ya en #eptiembre, !ue terminaba con la recogida de las uvas, la vendimia, y su posterior prensado para hacer vino. uede decirse !ue la vida del campesinado en tiempos de la Antigua Roma era muy dura: adem-s, los campesinos solían vivir en condiciones muy humildes, ro&ando el umbral de la pobre&a $y traspas-ndolo, generalmente', y de ninguna manera llegaban a percibir los mismos ingresos !ue un carpintero o !ue un al(arero, por e*emplo, !ue traba*ara en la ciudad, ya !ue en /sta existía un grado de especiali&ación !ue no se daba en el campo. ero los campesinos tambi/n tenían sus *ornadas de descanso. Cuatro veces al mes, cada siete días, los campesinos $libres, eso sí' detenían sus actividades y acudían a la ciudad a vender sus productos, a comprar simiente y utensilios variados e incluso a asistir al circo. 3
Adem-s, hacia (inales del invierno los campesinos reali&aban una serie de (iestas, las Paganalia, mediante las cuales por mandato de los dioses entonces reposaba el arado, pues la religión establecía el descanso tanto para el criado y el buey como para el labrador y el due"o. ; 8abitualmente, estas (iestas se reali&aban en enero, por lo !ue ni la cosecha ni las labores relativas al ganado su(rían alteración alguna. #olemos pensar !ue en lo !ue respecta al campo los romanos no hicieron grandes avances tecnológicos. A!uí nos e!uivocamos, puesto !ue, adem-s de generali&ar el arrendamiento de las parcelas de tierra $a otros ciudadanos o al Estado' promovieron el uso de molinos de agua y, en menor medida, de viento para poder moler el grano: inventaron una me*orada prensa de aceite, novedosas t/cnicas de regadío y generali&aron el uso de abonos y otros (ertili&antes naturales. [ editar ]Trabajo en la ciudad
El traba*o !ue se reali&aba en las ciudades era muy distinto !ue el reali&ado en el campo. ara los romanos, al contrario de lo !ue sucedía con la agricultura, el comercio y el traba*o manual no go&aban de gran consideración.< Era normal de*arlo en manos de clases sociales in(eriores, de extran*eros e incluso de esclavos. Esto puede hacernos pensar !ue en las ciudades romanas había muy pocos artesanos y (abricantes de utensilios, pero, en realidad, no (ue así. ncluso, paradó*icamente, el =erecho romano permitía y promovía una considerable libertad de empresa y no penali&aba las operaciones comerciales.3 Este =erecho cuidaba del cumplimiento estricto de los contratos, de hacer respetar el derecho de propiedad privada y de llegar a un acuerdo r-pido en las disputas. hay !ue decir, en lo re(erente a los contratos, !ue su uso era tan común como hoy en día. Los contratos !ue se reali&aban con el Estado, generalmente de arrendamiento de tierras para el pasto del ganado, podían tener (iadores $ praevides'. %ambi/n existían lasTabulae $el contrato de esponsales'. =e los contratos se exigía su cumplimiento, !ue, de lo contrario, suponía el tener !ue pagar una indemni&ación por parte del in(ractor. %ambi/n existían contratos para las ventas $ emancipatio'. >stos se reali&aban con la entrega del bien y el pago correspondiente ante testigos, siendo entonces una venta per(ecta. #i se incumplían los t/rminos, el in(ractor debía indemni&ar a la otra parte como si le hubiera robado el bien. ncluso tambi/n se hacían contratos para el pr/stamo de dinero. El prestamista entregaba la suma de dinero al prestatario ante testigos, y este último tenía la obligación $nexum' de devolver el capital m-s los intereses, ? un 4 @ anual, generalmente. #i el prestatario no pagaba, el prestamista, despu/s del obligado proceso *udicial, podía desposeerle de todas sus propiedades para recuperar lo prestado, convertirle en esclavo suyo e incluso matarlo, aun!ue en tiempos m-s tardíos de la historia de Roma esta pr-ctica cayó en desuso. El (oro romano, centro de la actividad económica en la Antigua Roma Como se acaba de mencionar, en las ciudades romanas existían numerosos talleres y empresasB. Cada ciudadano, (uera libre o esclavo, desarrollaba una actividad, desde la manu(actura y el comercio hasta las pro(esiones de maestro, ban!uero y ar!uitecto, aun!ue /stas últimas no tenían la misma consideración !ue se las da hoy en día. %e*edores, al(areros, &apateros, herreros, tintoreros, vidrieros, or(ebres y un largo etc/tera o(recían sus productos al público en el mismo lugar ;
donde los (abricaban, atrayendo a los posibles compradores con toda suerte de artima"as y predicando a voces la excelencia de sus productos y lo irrisorio de sus precios. %oda calle romana era una ruidosa me&cla de gente, ni"os *ugando, mendigos y comerciantes dando a conocer a voces sus productos, cada cual m-s alto para tapar a la competencia. Los m-s abundantes, y los !ue m-s voci(eraban, eran los comerciantes de alimentos, y no existía lugar público donde no se les encontrara, al igual !ue a los tra(icantes de esclavos. %ambi/n las obras públicas movili&aban a in(inidad de especialistas+ alba"iles, carpinteros, canteros, (ontaneros, ingenieros, ar!uitectos etc. or su parte, el Estado mantenía servicios públicos tan importantes como el abastecimiento de agua, los bomberos $la c/lebre militia vigilum, instaurada por el emperador Augusto en el a"o 33 a. C.' y las termas, los ba"os públicos donde la gente acudía regularmente a charlar y a divertirse, atendidas todas ellas por mano de obra esclava. [ editar ]El comercio en Roma
Artículo principal: Comercio en la antigua Roma .
El comercio romano (ue el motor !ue condu*o a la economía de (inales de la República y principios delmperio. 7odas y tendencias de la historiogra(ía y cultura popular han tendido a no ocuparse de la base económica del imperio en (avor de la lengua (ranca !ue (ue el latín y las ha&a"as de las legiones. %anto la lengua como las legiones (ueron apoyadas por el comercio, siendo al mismo tiempo parte de su espina dorsal. Los romanos eran hombres de negocios y la longevidad de su imperio se debió a su comercio. =ebido a !ue, ya en el último siglo de la República $y no digamos en la /poca imperial', la península italiana no podía mantener a una población tan numerosa solamente con los recursos locales, se importaban los productos necesarios para la manutención y el buen (uncionamiento de la industria y la vida romana de las provincias donde se producían. 2racias a la denominada Pax Romana, el comercio se desarrolló en las condiciones m-s (avorables. 9na de las mayores exportaciones de talia en tiempos de la Antigua Roma (ueron sus excelentes vinos. Así, la piratería y el bandida*e, !ue habían supuesto serias amena&as para el comercio, habían sido eliminados casi por completo. ero la ya citada Pax romana no sólo hi&o posible el auge del comercio hasta cotas nunca antes vistas, sino !ue provocó un espectacular crecimiento demogr-(ico. Este crecimiento (ue m-s acusado en el 7editerr-neo occidental, ya !ue el oriente estaba muy poblado. ), como todos los economistas saben, un aumento de la población suele producirse por un aumento en el nivel de vida de los ciudadanos. #egún diversas estimaciones, la población del mperio en tiempos deC/sar oscilaba en torno a los 4 millones de personas. arece probable !ue el número de habitantes del mperio a la muerte de7arco Aurelio $D4 d. C.', (uese, al menos, el doble !ue a la muerte de ulio C/sar $<< a. C.'. 3 Estas ci(ras atestiguan, por sí solas, el espectacular aumento demogr-(ico !ue se produ*o, ya !ue en unos 33< a"os, la población del mperio se multiplicó por dos. ) es muy probable !ue estas personas !ue habitaban el mperio estuvieran en una situación económica superior a la de <
millones de personas, tanto de -mbito agrícola como urbano, de Asia, F(rica y #ur Am/rica de hoy en día.3 2eneralmente, la vía de transporte m-s utili&ada, a pesar de las (amosas cal&adas romanas, era el7editerr-neo, !ue se convirtió en la gran vía del tr-(ico comercial, con una prosperidad !ue nunca antes había alcan&ado. ), dicho sea de paso, rara ve& volvería a brillar con tanta luminosidad. Como es (-cil imaginar, el próspero comercio arrastraba consigo gentes, lenguas, costumbres, religiones y problemas de mil orígenes y naturale&as, convirtiendo a Roma en un (oro internacional. [ editar ]La moneda romana
Artículo principal: 7oneda en la antigua Roma .
El movimiento de mercancías por el mperio romano era, adem-s de muy antiguo, muy (luido. Como todos los economistas saben, para !ue el comercio sea (luido debe existir una mercancíaB cuyo valor uni(i!ue el de todos los dem-s productos. Es decir, debe haber algo !ue pueda ser utili&ado como patrón para medirB el valor de las cosas. En sus orígenes, como en los de todas las civili&aciones, el comercio romano no precisaba de la utili&ación de la moneda, ya !ue se utili&aba comúnmente el true!ue como medio para reali&ar las transacciones. Esto !ueda demostrado, incluso, en el =erecho romano m-s primitivo, el cual establece !ue las multas y sanciones se deben pagar con las cabe&as de ganado correspondientes. ero cuando Roma empe&ó a expandirse por talia y a con!uistar a otros pueblos, sobre todo a los helenos !ue estaban asentados en la Campania, penetró en un sistema de estados constituidos a la manera griega. Así, Roma adoptó el sistema monetario de los helenos. G Como los romanos necesitaban importar metales para (abricar instrumentos para el cultivo o bien para (abricar armas, el cobre y el bronce constituyeron muy pronto otro artículo de cambio. 3 Así, las primeras monedas romanas, por lo menos de las !ue tenemos constancia, (ueron de cobre, aun!ue su valor se medía con respecto al lingote de bronce $ Aes' y tomaron el nombre de este metal. or supuesto, nos estamos re(iriendo al asB romano. Con sus monedas de cobre, el comercio romano muy pronto se extendió por todo el Lacio, por Etruria y llegó hasta el sur de talia. ero a!uí a los romanos se les presentó un problema, ya !ue los griegos !ue estaban asentados en el sur de talia utili&aban monedas de plata, así !ue tuvieron !ue reali&ar unos primitivos tipos de cambioB.3 Cuando, tras la guerra contra el rey irro del Epiro $3D4H3G? a. C.', Roma con!uistó el sur de talia y, con /l, todas sus ciudades griegas, entre ellas la actual %arento, el #enado romano, hacia el 3D a. C., no toleró la diversidad de monedas nada m-s !ue para las (racciones en grandes cantidades. Así se adoptó un tipo de moneda común para toda talia y se centró su acu"ación en Roma. D Esta nueva moneda (ue acu"ada en platay tuvo por base el valor legal relativo de los dos metales, es decir el tipo de cambio existente entre el bronce y la plata. Esta base (ue la pie&a de die& ases, ya !ue die& ases e!uivalían a una moneda de plata de %arento. Así, el nuevo dineroB romano, o denarius, acu"ado, como acabamos de decir, en plata, pesaba poco m-s !ue el dracma de Atenas. #u peso nominal ?
era de <,?D gramos, aun!ue en el a"o 3G a. C. se reba*ó a ;,I gramos. #i en la moneda aparecía el símbolo J ó K signi(icaba !ue tenía un valor e!uivalente a die& ases, es decir, !ue pesaba exactamente el peso establecido por ley. 1o se debe pensar !ue, con la (abricación de la nueva moneda, los ases de cobre de*aron de existir. Los denarios se utili&aban sólo en las medianas y grandes transacciones, de*ando el uso general del as de cobre para las pe!ue"as. ero muy pronto resultó evidente !ue el as era demasiado pe!ue"o para dichas transacciones $ya !ue, con la llegada del denario de plata, se trans(ormó en poco m-s !ue calderilla, al ser una moneda (raccionaria', así !ue se acu"ó otra moneda en plata. Esta moneda tenía menos cantidad de plata $pesaba menos' !ue el denario. Así, se (i*ó !ue la nueva moneda, a la !ue se llamó sestercioB, e!uivaldría a de denario y a 3,? ases. Es decir, el denario, la moneda principal, estaría dividida en cuatro sestercios yMo en die& ases. ), al igual !ue ocurrió con el sestercio, a la larga el estado romano se vio obligado a admitir la necesidad de otra moneda, ya en tiempos del emperador 1erón, !ue pudiera ser utili&ada por el Estado en sus enormes transacciones, ya !ue el empleo de millones de denarios o sestercios era algo engorroso. Así se acu"ó, de nuevo, otra moneda, esta ve& en oro. La aparición de esta moneda de oro hi&o necesaria la especi(icación de denarius argentus para el denario original de plata y NNdenarius aureusNN para el de oro, ya !ue así se llamaba esta nueva moneda, !ue (ue acu"ada con un peso e!uivalente a M<4 de la libra romana $D,D gr.', con la intención, adem-s de la ya mencionada, de sustituir a las estateras de 6ilipo de 7acedonia $!ue circulaban con pro(usión en Roma' por una moneda !ue a la ve& guardase una relación sencilla con las de plata. 9n denario -ureo e!uivalía a 3? denarios arg/nteos o a 44 sestercios de plata. ero a partir del a"o 4 d. C., tanto la ley del metal como el peso (ueron ba*ando gradualmente, hasta llegar, en los tiempos de Caracalla, a pesar ,?? gr. Así, tras el mandato de 1erón, existían cuatro tipos de monedas romanas principales !ue, como es de suponer, circulaban por todo el mediterr-neo+ •
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Acu"ado en cobre, el As. Acu"ados en plata estaban el #estercio $3,? ases' y el =enarius argentus $< sestercios yMo 4 ases'. ) acu"ado en oro estaba el denarius aureus $3? denarius argentus, 44 sestercios yMo 3?4 ases'.
Arriba+ c. ?G a. C. República Romana, c. A= G; %ito 6lavio Oespasiano, c. 7arco Aurelio, c. I< #eptimio #evero: Aba*o+ c. II Caracalla, c. 344 ulia =omna, c. 3I 8eliog-balo, c. 3; 7aximino el %racio. [ editar ]Impuestos en Roma
Aun!ue el estado romano, obviamente, no puede compararse, en cuanto a instituciones, gasto social y desarrollo, a los modernos países de hoy en día, /stos últimos y el primero tenían algo en común+ necesitandinero para cubrir los gastos. ero, a di(erencia de lo !ue ocurre hoy en día, donde la mayoría de los gastos est-n destinados a lo !ue se denomina el gasto socialB
$#anidad, Educación, #ubvenciones, #ubsidiosP', en Roma la mayor parte, por no decir la totalidad, de los gastos estatales estaban destinados a cubrir las necesidades militares. #i bien es cierto !ue el gobierno de Roma mantenía ciertos gastos !ue hoy podríamos considerar como sociales $distribución gratuita de grano, policía urbana, termas, *uegos, abastecimiento de aguaP' la mayor parte del dinero !ue poseía el (isco iba a parar a las legiones. En Roma, aun!ue la escuela era una institución reconocida por el Estado, no era pública, por lo !ue el gobierno no se hacía cargo de su mantenimiento. ) en cuanto a la #anidad, solamente podemos decir !ue no existía tal y como la conocemos hoy en día. #í, es cierto !ue había m/dicos, pero, en el me*or de los casos, atendían a los en(ermos en los propios hogares de /stos y cobraban por los servicios prestados. 6ueran los gastos !ue (uesen, el gobierno romano debía hacerles (rente y, por tanto, tambi/n tenía necesidad de percibir los ingresos correspondientes. Las arcas del Estado (ueron continuos picos a la al&a y a la ba*a, dependiendo de la buena o mala administración del #enado, en tiempos de la República, o del emperador , en tiempos del mperio. En el caso de /stos últimos, los emperadores, unos se caracteri&aron por su buena gestión de las (inan&as y por los super-vit !ue acumularon $como Augusto o %ra*ano': otros, por lo austeros y taca"osB !ue eran en el tema del gasto público $como %iberio o Claudio': y los dem-s por derrochar los super-vit !ue los taca"osB y los buenos administradoresB consiguieron en la reali&ación de costosos espect-culos públicos, grandes obras monumentales yMo para dar gusto a su opulencia, construy/ndose suntuosos palacios con todo el lu*o imaginable $como Calígula, 1erón, =omiciano, Cómodo, CaracallaP'. Raramente el gobierno cubría los gastos sólo con los impuestos !ue cobraba, así !ue, cuando había !ue reali&ar grandes desembolsos, Roma recurría a la guerra para sacar un sustancioso botín de los países con!uistados, !ue se utili&aba para cubrir los gastos restantes. A!uí tenemos una de las posibles causas de la caída de Roma, ya !ue, cuando el mperio pasó a estar a la de(ensiva, se le hi&o casi imposible cubrir sus propios gastos, deriv-ndose de ello una monumental crisis (iscal, monetaria, económica y, por consiguiente, política !ue sacudió los cimientos del estado romano, propiciando su desplome. 9no de los primeros impuestos !ue se impusieron a los ciudadanos de Roma, y del !ue tenemos noticias, (ue la Moenia, en tiempos de los reyes. Este impuesto consistía en prestaciones en las (incas reales, en edi(icios de la ciudad y en obras públicas.I Qtro de los m-s antiguos impuestos era el Sacramentum, el cual era pagado por la persona !ue perdía un *uicio. Este impuesto consistía en !ue, a la vista de un *uicio, las dos partes litigantes depositaban un (ondo, !ue perdía a!uella parte !ue perdía el litigio, el cual era ad*udicado a los sacerdotes para !ue lo emplearan en los sacri(icios públicos. 3 ncluso desde los tiempos de los reyes, Roma era ya un conglomerado de gentes. %ambi/n se gravó un impuesto para los residentes en Roma !ue no poseían la ciudadanía romana, los llamados aeraii , !uienes pagaban una renta. ncluso el pastoreo del ganado en los dominios de tierra pública $ Ager Publicus' estaba G
gravado mediante la Scriptura, la cual había !ue desembolsar. ) devengaba tambi/n el arriendo de tierras estatales $del Ager Publicus' mediante un impuesto llamado Vectigalia. ero, con(orme (ue pasando el tiempo y el estado romano (ue haci/ndose m-s y m-s grande, algunos de los impuestos (ueron desapareciendo, como la Moenia. ncluso los ciudadanos romanos tuvieron el privilegio de estar exentos de los impuestos directos, ya !ue sólo contribuían con las rentas del Ager Publicus $Scriptura yVectigalia ' y con algunos otros como el Sacramentum: situación de privilegio !ue tras la denominada 2uerra #ocial o de los aliados $I a. C.HDI d. C.' se extendió a toda talia, ya !ue tras esta guerra todos los ciudadanos de talia (ueron reconocidos como ciudadanos romanos. Así, con el tiempo, la mayor parte de los impuestos la tuvieron !ue pagar los provincianos, !ue era en los !ue realmente se depositaban casi todas las contribuciones al (isco. En las provincias se establecieron dos clases de impuestos, un impuesto territorial $Tributum Soldi ' y un impuesto por cabe&a $ Tributum Capitis'.4 Era de las rovincias de donde Roma sacaba la mayor parte de sus ingresos. En el mapa, rovincias del mperio romano en el momento de su m-xima extensión, hacia el G d.C. El Tributum Soldi lo pagaban todos a!uellos !ue eran propietarios de bienes raíces, todos los provincianos y todos los ciudadanos romanos !ue vivían (uera de talia. #olamente estaban exentas de pagar este impuesto las ciudades !ue poseían el us talicum, es decir, las ciudades de talia. or el contrario, el Tributum Capitis lo pagaban sólo los provincianos, ya !ue los ciudadanos romanos estaban exentos. Este impuesto se gravaba sobre el capital y los bienes inmuebles y debían tributarlo los hombres y las mu*eres, exceptuando los ni"os menores de doce a"os y los ancianos. Adem-s, para los provincianos se ampliaron los Vectigalia, !ue recogían, adem-s del arriendo de tierras del Ager Publicus, algunos impuestos indirectos recaudados por compa"ías de publicani $publicanos', entre los !ue se encontraban los derechos de aduana $ Portoria', el impuesto sobre manumisiones o liberación de esclavos $?@', el impuesto sobre la venta de esclavos $<@' y el impuesto sobre el transporte de grano. %odos estos impuestos indirectos eran recogidos por las ciudades, !uienes lo enviaban a Roma. %odas las ciudades debían enviar a Roma el dinero recogido de los impuestos $Stipendium'. ero /stas tambi/n cobraban cierta cantidad para el mantenimiento de sus vías y de sus edi(icios públicos, aun!ue /sta cantidad municipalB era cobrada aparte de los impuestos estatalesB. %ambi/n existían algunas tari(as en los puentes, en los pasos de monta"a, y para la navegación (luvial !ue eran recogidos por publicanos y !ue engrosaban las arcas de las ciudades. ncluso se dispuso una tasa !ue gravaba el consumo de agua pública $la !ue traían los acueductos', !ue había !ue abonar cada ve& !ue se sacaba agua de una (uente pública. #i toda esta salva de impuestos nos parecen demasiados, no debemos pasar por alto los impuestos extraordinarios !ue, generalmente, se reali&aban en (orma de re!uisas y eran cobrados por la administración militar. Los ciudadanos de las provincias estaban obligados a aportar, entre otras cosas, una habitación temporal para los soldados $hasta !ue se construía el campamento estable': todo tipo de D
herramientas: le"a, trigo y, en algunas ocasiones, los barcos de las poblaciones marítimas o de los puertos (luviales: los adinerados tampoco se libraban de las cargas, debiendo aportar esclavos, telas, cueros, plata y otros ob*etos de valor. #i todo esto no nos basta, durante la República la conducta de los gobernadores de las provincias no (ue del todo correctaB. 7-s bien, no (ue correcta ni de los gobernadores ni de los Publicani !ue recogían los impuestos. La República siempre recurrió al sector privado para !ue aportara la necesaria experiencia recaudatoria.Este sector privadoB recogía los impuestos directos e indirectos y se bastaba por sí solo para provocar la desesperación de los pobres provincianos. El sistema de recaudación consistía en !ue se subastaban públicamente los contratos de recaudación de impuestos, y a!uellos !ue ganaban avan&aban al Estado el total del impuesto !ue debían recaudar.3 Con el tiempo, los multimillonarios vieron el negocio y se asociaron en empresas !ue incluso emitían acciones, celebraban *untas generales y elegían directores !ue lideraban el conse*o de administración.3 Qbviamente, toda empresa tiene el derecho de sacar bene(icio a raí& de sus actividades. ero es !ue los ublicani no tenían ningún pudor a la hora de recuperar su inversión. 1o sólo recaudaban la multimillonaria cantidad !ue habían avan&ado al estado, sino !ue tambi/n tenían como ob*etivo el (or&ar a los provincianos a pagar un extra por el privilegio de ser desplumados.3 Los Publicani no conocían límites. 1i los conocían ni se los auto imponían. #e puede pensar !ue los gobernadores estaban obligados a mantener la *usticia y la pa& entre sus súbditos. Al menos eso decían los m-ximos ideales republicanos. ero lo cierto es !ue los sobornos !ue se o(recían a estos gobernadores eran tan enormes !ue incluso los principios m-s severos acostumbraban a disolverse y convertirse en polvo.3 1aturalmente, aun!ue los provincianos siguieron estando ba*o una tremenda presión (iscal, toda esta corrupción cesó, o al menos se aminoró en gran parte, con el establecimiento del r/gimen mperial. =urante laRepública, los gobernadores de las provincias eran los mismos senadores, los Patres !ue dirigían el Estado. Estos Patres no tenían !ue rendir cuentas a nadie sobre su gestión, a menos !ue alguien les denunciara públicamente y el caso entrara a (ormar parte de los tribunales. ero, normalmente, los senadores eran las personas m-s in(luyentes, ricas y poderosas de Roma, así !ue, bien ayudados por sus innumerables clientes, bien utili&ando su enorme (ortuna, en la mayoría de las ocasiones conseguían corromper a los tribunales y salir así airosos del problema. ), como esto ocurría casi continuamente, !uien se atrevía a denunciar públicamente las irregularidades cometidas por un gobernador cavaba, literalmente, su propia tumba. ero con la llegada del mperio los gobernadores !ue, por otra parte, ya no eran senadores, sino in(luyentes persona*es de otro grupo social, los caballeros $ NNE!uitesNN, !ue eran los acomodados pero sin rango senatorial'S sí !ue tenían !ue rendir cuentas de su gestión ante un superior, el Emperador , !ue no consentía la m-s mínima discordia civil en sus provincias. ) el abuso en el cobro de impuestos podía ser un motivo muy propicio para causar una sedición entre los súbditos de Roma, así !ue los gobernadores provinciales pre(irieron salvar antes sus cuellos !ue enri!uecerse m-s aún, pero esto último, aun!ue a escondidasB, lo siguieron haciendo. 1o obstante, ba*o la (/rrea tutela de los C/sares, la corrupción descendió de tal modo !ue al pueblo no le importó el recorte de libertades !ue su(rieron tras la aboliciónB I
del gobierno República romanaTrepublicano, ya !ue todos los ciudadanos del mperio Urecelaban del gobierno del #enado PS a causa de la avaricia de los magistrados, result-ndoles ine(ica& el auxilio de las leyes, !ue eran distorsionadas por la (uer&a, el soborno y, a (in de cuentas, por el dineroU. Cornelio %-cito, Anales, ,3. [editar ] Capitación
La capitación era un impuesto romano !ue englobaba varios tipos de tasas y variaba de una región a otra. Era de tipo personal e individual en las ciudades. En el -mbito rural era una base tributaria !ue servía para e(ectuar el c-lculo del impuesto territorial.3 Las re(ormas (iscales emprendidas por ulio C/sar y concluidas por C/sar Augusto, establecieron como base tributaria del estado romano una contribución personal Vel tributum capitisV y un tributo sobre los bienes raíces Vel tributum soli V. %ras las crisis del siglo , y como continuación de las re(ormas emprendidas durante los #everos, con los impuestos annonarios, =iocleciano estableció la capitación tal como m-s (recuentemente es conocida. #e mantenía, de alguna manera, el antiguo tributum capitis, pero llamado capitatio plebeia Ven la 2aliaV, o capitatio umana Ven %raciaV. A su ve&, se establecían varias capitaciones rurales, basadas en la estimación de la productividad virtual agrícola, y a veces ganadera. La iugatio!capitatio era la base tributaria establecida a partir de la cantidad de unidades de tierra ViugadasV aptas para ser cultivadas y aprovechadas por un traba*ador agrario apto Vcaput V. La cantidad de iugadaspor caput podía oscilar entre las ? $,;? 8a' en caso de buena vi"a, a las I4 $3? 8a' en caso de suelos de cereal pobres: o 33? olivos en llano, o 4 olivos en monta"a. La capacidad de producción Va e(ectos tributariosV de una mu*er generalmente era la mitad de un hombre. El rendimiento obtenido era puramente teórico y virtual, pero constituía la base para exigir la cuota tributaria. #e tienen noticias de la existencia de una capitatio animalium, !ue gravaba la explotación ganadera. La capitación era pagadera en especies, generalmente se recaudaba de manera trienal, y podía li!uidarse en tres pagos. Era un impuesto su*eto a (recuentes desgravaciones, así como a exenciones para el personal militar. La capitación urbana egipcia $según mención de abundantes papiros de Qxirrinco' (ue, al parecer, de <44 dracmas anuales por persona. 6ue desapareciendo de las ciudades, y hacia (inales del siglo O pr-cticamente solo la pagaban los campesinos libres, en su (orma de impuesto territorial. La tendencia (ue sustituir este impuesto, en su (orma individual, por una vinculación vitalicia del colono a la tierra $inicio de los siervos'. [ editar ]
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