TEOLOGIA DOGMATICA II Unidad 4
LAS NOTAS O PROPIEDADES DE LA IGLESIA
La Iglesia es una, santa, católica y apostólica Según afirma la LG (lumen Gentium CVII): ‘Esta es la única Iglesia de Cristo, de la que confesamos en el Credo que es una, santa, católica y apostólica’ LG8 Estos cuatro atributos son inseparables entre sí, son rasgos medulares de la Iglesia y de su misión. La Iglesia no los tiene por sí misma, es Cristo quien, por el Espíritu Santo, le da estas características. Es Cristo, quien la llama a poner en acción estas cualidades. Solo la fe puede reconocer que la Iglesia posee estas propiedades propiedades por su origen divino. Sus manifestaciones históricas son signos que hablan también con claridad a la razón humana.
(CIC 813-822) ‘El sagrado misterio de la Unidad de la Iglesia’
: el modelo y el principio del misterio de la unidad es la unidad de un solo Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, en la Trinidad de personas.
El mismo Cristo, hijo de Dios encarnado, por su cruz reconcilió a todos los hombres con Dios, restituyendo la unidad de todos en un solo pueblo y en un solo cuerpo.
Es el Espíritu Santo, quien habita en los creyentes, llena y gobierna a toda la Iglesia. Este Espíritu es quien realiza la maravillosa comunión comunión de los fieles y une a todos en Cristo. El Espíritu es principio de la unidad de la Iglesia.
La unidad de la Iglesia, se presenta con una gran diversidad, que proviene a la vez de la variedad de los dones de Dios y de la multiplicidad de las personas que los reciben. Entre los miembros de la Iglesia existe una diversidad de dones, cargos, condiciones, modos de vida. Existen legítimamente, dentro de la comunión eclesial, Iglesias particulares con sus propias tradiciones. tradiciones. (Cf LG 13) La enorme riqueza riqueza de esta diversidad no se opone a la unidad de la Iglesia.
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Es el pecado y todas sus consecuencias las que amenazan sin cesar el don de la unidad. San Pablo exhorta claramente en (Ef 4,3) a ‘guardar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz’ y (Col 3,14)
La unidad de la Iglesia, está garantizada por vínculos visibles de comunión. La profesión de una misma fe recibida de los apóstoles; La celebración común del culto divino, en especial de los sacramentos La sucesión apostólica por el sacramento del orden, lo cual conserva la concordia fraterna de la familia de Dios.
La única Iglesia de Cristo, quien después de su resurrección, resurrección, la entregó a Pedro para que la pastoreara. Le encarga a Pedro y a los demás apóstoles que difundan y gobiernen la Iglesia. Según la LG 8, esta es ta Iglesia constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia I glesia Católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él.
Ya desde los primeros siglos, esta una y única Iglesia de Dios, aparecen algunas escisiones que son severamente reprobadas como condenables. A lo largo de los siglos hubo disensiones amplias y comunidades que se separaron de la comunión con la Iglesia católica. Estas rupturas lesionan la unidad del Cuerpo de Cristo. Entre ellas distinguimos: La herejía La apostasía El cisma
Quienes hoy nacen en comunidades productos de estas rupturas, y son instruidos en la fe de Cristo, no pueden ser acusados de pecado de separación. La Iglesia los abraza con respeto y amor, ya que por el bautismo han sido incorporados incorporados a Cristo. Con razón, la Iglesia los considera hermanos en el Señor. Por ejemplo: hoy 2015, puede haber una familia luterana o metodista. Todas de raíz protestante. Ellos no son los que originaron históricamente históricamente la separación, s eparación, sino que desde su nacimiento fueron educados en la fe cristiana luterana o metodista o evangélica viven con coherencia la fe que profesan y de un modo comprometido con la realidad. Esta situación no solo no es objetable sino es testimonial. Página 2 de 11
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El Espíritu de Cristo se vale de estas Iglesias Igl esias y comunidades eclesiales como medios de salvación cuya fuerza viene de la gracia y de la verdad que Cristo ha confiado a la Iglesia católica.
“ porcuantoledisteautoridadsobretodoserhumanoparaquedévidaeternaatodos porcuantoledisteautoridadsobretodoserhumanoparaquedévidaeternaatodos
losquetúlehasdado. ”
El don de la unidad, Cristo lo da permanentemente a su Iglesia, Él mismo rogó en la hora de la Pasión, y no deja de rogar por esto. Pero la Iglesia, debe orar y t rabajar siempre para mantener, mantener, reforzar y perfeccionar perfeccionar la unidad que Cristo quiere quiere de ella. El deseo de volver a encontrar la unidad de todos los cristianos, es un don de Cristo y simultáneamente, un llamado del Espíritu Santo. Para poder ser capaces de responder de modo adecuado a este llamado se nos pide:
de la Iglesia, en una fidelidad mayor a su vocación. para poder ser capaces de llevar una vida más pura según el Evangelio. La infidelidad de los miembros al don de Cristo, causa divisiones. Por un lado, la conversión del corazón y la santidad de vida, con las oraciones privados o públicas por la unidad de los cristianos, son el alma del movimiento ecuménico. entre fieles de diferentes profesiones religiosas.
por ejemplo, entre teólogos luteranos, y católicos
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como las adicciones, la trata de personas…. restablecer la unidad, le atañe a toda la Iglesia tanto fieles como pastores. Nos tenemos que ocupar todos, con la confianza puesta en la oración de Cristo por su Iglesia. Es una pretensión que excede nuestras fuerzas y capacidades humanas.
(CIC 823 – 823 – 829) 829) La fe confiesa que la Iglesia no puede dejar de ser santa. Cristo, Hijo de Dios, a quien con el Padre y con el Espíritu se proclama ‘el solo santo’, amó a su Iglesia como a su esposa. Cristo se entregó por ella para para santificarla, la unió a sí mismo como su propio propio cuerpo y la llenó del don del Espíritu Santo para gloria de Dios (Cf LG 39)
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La Iglesia es, ‘el Pueblo santo de Dios’ (LG Dios’ (LG 12) y sus miembros miembros son llamados llamados ‘santos’ (cf ‘santos’ (cf 1 Co 6,1) La Iglesia unida a Cristo está santificado por Él. Por Él y con Él ella es santificadora. En la Iglesia está depositada ‘la plenitud total de los medios de salvación. En ella, llegamos a la santidad por la gracia de Dios. (Cf LG 48) Aunque está llena de imperfecciones, la Iglesia en la tierra se caracteriza por una verdadera santidad. Cada uno de los miembros, cada uno en su condición o estado, está llamado por su camino, a la santidad, donde el modelo es el Padre (Mt 5,48) La caridad, es el alma de la santidad a la que todos están llamados. Cristo santo, inocente, sin mancha, no conoció el pecado, vino solamente a expiar (redimir) los pecados del pueblo. La Iglesia, abraza en su seno a los pecadores, es a la vez santa y siempre necesitada de purificación, por esto busca incesantemente la conversión y renovación. (Cf LG 8) Todos los miembros de la Iglesia, I glesia, incluso los ministros, deben reconocerse reconocerse pecadores. Leamos Mt 13, 24-30, en toda la cizaña del pecado todavía está mezclada con la buena semilla del Evangelio hasta el final de los tiempos. En conclusión, podemos afirmar que la Iglesia congrega a pecadores ya alcanzados por la salvación de Cristo, pero aún en vías de santificación. Cuando la Iglesia proclama solemnemente que algunos fieles han practicado heroicamente las virtudes y han vivido en la fidelidad a la gracia de Dios, la Iglesia reconoce el poder del Espíritu de santidad, que está en ella, y sostiene la esperanza de los fieles al proponer a los santos como modelos e intercesores. Los santos/as han sido siempre fuente y origen de renovación en tiempos difíciles de la historia de la Iglesia. En la Virgen María, la Iglesia, ya llegó a la santidad, sin mancha ni arruga. Nosotros los creyentes, nos esforzamos aún en vencer el pecado, para crecer en santidad, por esto es tan valiosa la mirada y oración a María, en quien la Iglesia ya es enteramente santa.
(CIC 830 – 830 – 856) 856)
Significa ‘universal’, en el sentido de ‘según la totalidad’. Si lo aplicamos a la Iglesia esto implica un doble sentido:
Es católica porque Cristo está presente en ella. En la Iglesia subsiste la plenitud del Cuerpo de Cristo unido a su Cabeza, o sea, ella recibe de Cristo, ‘la plenitud de los medios de salvación’ (AG 6): confesión de recta y completa, vida Página 4 de 11
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sacramental íntegra y ministerio ordenado en la sucesión apostólica. En este sentido, la Iglesia era católica el día de Pentecostés y lo seguirá siendo hasta el día de la Parusía (final de los tiempos)
Es católica porque ha sido enviada por Cristo en misión a la totalidad del género humano (Mt 28, 19)
En todas las legítimas comunidades locales de fieles, unidas a su pastor, esta Iglesia Católica de Cristo, está realmente presente. En el Nuevo Testamento, estas comunidades locales, reciben el nombre nombre de Iglesias…Ellas se reúnen por el anuncio del Evangelio de Cristo y se celebra el misterio de la Cena del Señor. Podemos hablar entonces, a modo de ejemplo que la Diócesis de Rafaela, es católica y su misión es el anuncio del Evangelio de Cristo y se celebra la eucaristía y demás sacramentos. También agreguemos que, aunque estas comunidades sean muy pobres, o pequeñas o estén muy alejadas y dispersas está presente Cristo quien la constituye. Es sinónimo hablar de Iglesia particular, o diócesis lo cual implica: una comunidad de fieles cristianos en comunión en la fe y en los sacramentos con su obispo ordenado en la sucesión apostólica. Cada Iglesia particular es plenamente católica, por la comunión con cada una de ellas, de la Iglesia de Roma. ‘En el pensamiento del Señor es la Iglesia, universal por vocación y por misión, la que, echando sus raíces en la variedad de terrenos culturales, sociales, humanos, toma en cada parte del mundo aspectos, expresiones externas diversas’ ( EN 62) Por ejemplo, celebrar la eucaristía, en la catedral de la ciudad de Rafaela, recoge, expresa, un estilo de vida, una cultura, a través de cantos, oraciones, ornamentación.… Muy distinto será celebrar la eucaristía en Mozambique, África, ya que culturalmente tiene otras y muy distintas características. Entendido, este aspecto cuidemos de concebir la Iglesia universal como la suma o federación de Iglesias particulares. La enorme riqueza de ritos litúrgicos, de patrimonios teológicos, y espirituales propios de cada Iglesia local, con un mismo objetivo, muestra claramente la catolicidad de la Iglesia indivisa. LG 14 ‘El sagrado Concilio pone ante todo su atención en los fieles católicos. Y enseña, apoyándose en la Sagrada Escritura y en la Tradición, que esta Iglesia peregrina es necesaria para la salvación. Pues solamente Cristo es el Mediador y el camino de salvación, presente a nosotros en su Cuerpo, que es la Iglesia, y Él, inculcando con Página 5 de 11
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palabras concretas la necesidad de la fe y del bautismo (cf Mc 16,16; Jn 3,5) confirmó a un tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que los hombres entran por el bautismo como puerta. Por lo cual no podrían salvarse quienes, no ignorando que Dios fundó por medio de Jesucristo la Iglesia católica como necesaria, con todo, no quisieran entrar o perseverar en ella. A la sociedad de la Iglesia se incorporan plenamente plenamente los que, poseyendo el Espíritu de Cristo, reciben íntegramente sus disposiciones y todos los medios de salvación depositados en ella, y se unen por los vínculos de la profesión de la fe, de los sacramentos, del régimen eclesiástico y de la comunión, a su organización visible con Cristo, que la dirige por medio del Sumo Pontífice y de los Obispos. Sin embargo, no alcanza la salvación, aunque esté incorporado a la Iglesia, quien, no perseverando en la caridad, permanece en el seno de la Iglesia ‘con el cuerpo’, pero no ‘con el corazón’. No olviden, con todos, los hijos de la Iglesia que su excelsa condición no deben atribuirla a sus propios méritos, sino a una gracia especial de Cristo; y si no responden a ella con el pensamiento, las palabras y las obras lejos de salvarse, serán juzgados con mayor mayor severidad. Los catecúmenos que, por la moción del Espíritu Santo, solicitan con voluntad expresa ser incorporados incorporados a la Iglesia, se unen a ella por este mismo deseo; y la madre Iglesia los abraza ya amorosa y solícitamente como a hijos.
Según nos enseña la LG 16: ‘Los que todavía no han recibido el Evangelio también están ordenados ordenados al Pueblo de Dios de diversas maneras’ En otras palabras, podemos decir, que quienes aún no conocen el Evangelio, están llamados a pertenecer, al Pueblo de Dios. No quedan por esto excluidos. En la tarea misionera de la Iglesia, es fundamental el diálogo respetuoso con quienes todavía no aceptan el Evangelio. Los creyentes pueden aprender en este diálogo, cuanta sabiduría, verdad y gracia hay en pueblos, personas como dando cuenta de una secreta presencia de Dios. Este testimonio no disminuye la importancia de anunciar la Buena Nueva de Cristo, a quienes no la conocen ya que lo Iglesia lo hace para consolidar, completar completar y elevar a la verdad y al bien que Dios distribuye entre los hombres hombres y pueblos, para purificarlos del error, y del mal. CIC 856
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Como hemos estudiado estudiado en Teología Dogmática Dogmática I, el israelita, con su fe ya reflejaba una respuesta a la revelación de Dios en la Antigua Alianza. Pertenece al pueblo judío, la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto, las promesas, los patriarcas, Cristo procede según la carne de todo esto (Cf Rm 9,4-5) 9,4- 5) ‘porque los dones y la vocación de Dios son irrevocables’ (Rm11,29) La Iglesia, Pueblo de Dios, en la Nueva Alianza, al sondear su propio misterio descubre su profunda vinculación con el pueblo judío, a quien Dios ha hablado primero. Esta peculiaridad hace que, dentro de las religiones no cristianas, la fe judía, sea peculiar. Podemos afirmar, afirmar, en la misma línea que tanto el Pueblo de Dios de la Antigua Alianza y el nuevo Pueblo de Dios, la Iglesia, si miran al futuro, tienden hacia fines análogos: LA ESPERA DE LA VENIDA (O EL RETORNO) DEL MESIAS.
Para los es la espera de la vuelta del mesías, muerto y resucitado, reconocido como Señor e Hijo de Dios Para los es la venida del Mesías cuyos rasgos permanecen permanecen velados hasta el fin de los tiempos. Esta espera implica la ignorancia o el rechazo de Cristo Jesús.
Según LG 16 enseña, que el designio de salvación comprende también a los que reconocen al Creador, como los musulmanes. Quienes profesan tener la fe de Abraham adoran con nosotros al Dios único y misericordioso misericordioso que juzgará a todos al final de los tiempos.
Este vínculo está en primer lugar en el origen y fin f in común del género humano. Dios hizo habitar a todo el género humano en la tierra, como también el único fin f in último, Dios cuya bondad se prolonga a todos. La Iglesia reconoce en las religiones su búsqueda, aún en sombras bajo imágenes, del Dios desconocido, y próximo. Ya que es Dios quien da a toda vida, aliento y todas las cosas y quiere que todos se salven. La Iglesia estima todo lo bueno y verdadero que puede haber en las religiones, como preparación al Evangelio y como don de Dios para que todos tengan vida.
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Ahora bien, en su comportamiento religioso, los hombres también muestran límites y errores, con lo cual desfiguran la imagen de Dios. El Padre quiso convocar a toda la humanidad en la Iglesia de su Hijo para reunir de nuevo a todos sus hijos que el pecado había dispersado y extraviado. La Iglesia es el lugar donde la humanidad vuelve a encontrar su unidad y salvación.
: Como ya hemos dicho, la Iglesia es enviada por Dios a la humanidad para para ser ‘sacramento universal de salvación’, por exigencia íntima de su catolicidad, respondiendo respondiendo fielmente al mandato misionero de su Fundador. Por esto se esfuerza es fuerza por anunciar el Evangelio a todos los hombres. Mt 28,19-20
La fuente última de este mandato misionero del Señor, está en el amor eterno de la Sma Trinidad, o sea, en la misión del Hijo, y la misión del Espíritu Santo según el plan de Dios Padre. El fin último de la misión es hacer participar a los hombres en la comunión que existe entre el Padre y el Hijo en su Espíritu Santo de amor.
De este amor de Dios por toda la humanidad, la Iglesia ha sacado el alimento para la obligación y la fuerza de su impulso misionero. (Leer 1 Tm 2,4) Sin duda, Dios quiere la salvación de todos por el conocimiento de la verdad. Dicha salvación está en la verdad, quienes la obedecen ya están en el camino camino de salvación. A la Iglesia se le confiado, esta verdad tiene que ir siempre al encuentro de quienes la buscan.
El protagonista de toda misión eclesial es el Espíritu Santo. Él es quien conduce los caminos de la misión. La Iglesia continúa y desarrolla en el devenir de la historia la misión del propio Cristo, quien fue enviado a evangelizar a los pobres. La Iglesia impulsada por el Espíritu Santo, tiene que avanzar por el mismo camino que avanzó Cristo – Cristo – camino camino de pobreza, obediencia, obediencia, servicio y la inmolación de sí mismo hasta la muerte, de donde surge victorioso por su resurrección. En esta peregrinación, la Iglesia experimenta la inmensa distancia entre el mensaje que proclama y la debilidad humana de aquellos que se les confía el Evangelio. El verdadero avance está en la ‘conversión y renovación renovación.. La misión de la Iglesia avanza con la humanidad por esto, experimenta experimenta la misma suerte terrena del mundo. Existe como fermento y alma de la sociedad humana que debe ser renovada en Cristo y transformada en familia de Dios (Cf GS 40,2) Página 8 de 11
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La misión de la Iglesia pide un gran esfuerzo ‘hacia la unidad de los cristianos’, cristianos’, ya que toda división entre los cristianos es un obstáculo para que la Iglesia lleve a cabo su catolicidad. Como ya aclaramos en puntos anteriores, la misión de la Iglesia requiere un diálogo respetuoso con quienes aún no aceptan el Evangelio.
La Iglesia es apostólica porque está fundada sobre los apóstoles. Esta afirmación en un triple sentido:
(Ef 2,20; Hech 21.14) testigos elegidos y enviados por el mismo Cristo (MT28,16-10 ; Hech 1,8; 1 Co 9,1)
con la ayuda del Espíritu Santo que la habita, la (2 Tm1,13-14)
, sucesores de los apóstoles en el ministerio pastoral.
Despuéssubióalmonte,yllamóasíalosqueélquiso;yvinierona “ Despuéssubióalmonte,yllamóasíalosqueélquiso;yvinierona él.Yestablecióadoce,paraqueestuviesenconél,yparaenviarlosapredicar ” “—¡Lapazseaconustedes!—repitióJesús—.ComoelPadremeenvióa
mí,asíyolosenvíoaustedes. Actoseguido,soplósobreellosylesdijo: —RecibanelEspírituSanto.Aquieneslesperdonensuspecados,lesserán
perdonados;aquienesnoselosperdonen,nolesseránperdonados.” PerosóloDiosdecidequiénesseránlosmásimportantesenmi “ PerosóloDiosdecidequiénesseránlosmásimportantesenmi reino.Esonolodecidoyo.” queavosotrosoye,amímeoye;yelqueavosotrosdesecha,amí “El queavosotrosoye,amímeoye;yelqueavosotrosdesecha,amí medesecha;yelquemedesechaamí,desechaalquemeenvió.”
Según estos textos, entre otros podemos afirmar que Jesús es el ‘enviado’ del Padre. Padre. Desde un inicio, ‘llamó a los que Él quiso…’ Instituyó a Doce para que estuvieran con Él y fueran a predicar. En ellos continúa su propia misión. El ministerio de los Doce es Página 9 de 11
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continuación de la misión misión de Cristo. Justamente, el término término apóstoles proviene del griego ‘apostoloi’, que significa enviados. Jesús desde el comienzo los asocia a su misión, la que ha recibido del Padre Leamos Jn 5,19.30. Todo lo recibe del Padre que lo envía. Del mismo modo, a quienes Jesús envía no pueden hacer nada sin Él (Jn 15,5) De Jesús reciben el encargo de la misión y el poder para cumplirla. Los apóstoles saben son los ‘ministros de una nueva alianza’ (2 Co 3, 6), los ministros de Dios (2 Co 6,4), servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios (1 Co 4,1) En este encargo dado a los apóstoles hay un aspecto que es intransferible:
Ser los
Hay otro aspecto permanente: permanente: (Mt 28.20)
Esta
Los apóstoles para continuar la misión después de su muerte, confían mediante una especie de testamento a sus colaboradores colaboradores más inmediatos que terminaran y consolidaran la obra que ellos empezaron. Les encomiendan que cuiden al rebaño en el que el Espíritu Santo los había puesto. Para ello nombran algunos varones sucesores después de su muerte. Del mismo modo, en que permanece el ministerio confiado personalmente por el Señor a Pedro, ministerio transmitido a sus sucesores (Papas); de la misma manera, permanece el ministerio de los apóstoles de apacentar la Iglesia, que debe ser elegido para siempre por el orden sagrado de los obispos. La Iglesia, enseña en LG 20 : ‘por institución divina los obispos han sucedido a los apóstoles como pastores de la Iglesia. Él que los escucha, escucha a Cristo; el que, en cambio, los desprecia, desprecia a Cristo y al que lo envío’.
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Toda la Iglesia es APOSTÓLICA, en la medida que permanece a través de los sucesores de Pedro y de los apóstoles, en comunión de fe y de vida con su origen.
Toda la Iglesia es APOSTÓLICA, ya que ella es también enviada al mundo entero. entero. Todos sus miembros, de diferente modo tienen en el envío.
Es Cristo, enviado por el Padre, fuente y origen de todo apostolado de la Iglesia. Por lo tanto, la eficacia y fecundidad de la tarea (del apostolado de sacerdotes y laicos) depende de la unión vial con Cristo.
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