LA NOCHE BOCA ARRIBA (ANÁLISIS)
Estudiante: FRANK EDUARD PÉREZ SANDOVAL Curso: Historia De La Pedagogía De La Literatura. Semestre: VI Curso: Licenciatura Básica En Lengua Castellana La primera impresión que me generó el cuento “La Noche Boca Arriba” fue la de conocer
los instantes próximos a la muerte, los cuales, según el cuento, parecieran ser no tan dolorosos como todo el mundo los cree y a su vez el pánico, que todos vivimos ante ese inexorable momento, no dura mucho según los mismos aconteceres que el narrador propone. Así mismo este cuento me genera la necesidad de trabajar el par de historias paralelas de manera separadas; exige no dejarse llevar por un tiempo sincrónico entre el accidente, tiempo y lugar de cada suceso de un protagonista con el acontecer del otro, porque en ese método no son consecuentes; cada personaje lleva su historia y llevados separadamente se podrán identificar los factores comunes, desde un plano concreto y otro irreal para cada historia. El cuento propone, muy al estilo de Cortazar, dos historias paralelas, a veces coincidentes y a veces opuestas, las cuales se entrecruzan a través de acciones de “ parpadeos parpadeos” ” relacionados con sueños, que distorsionan la posibilidad primera de acertar cual de los dos personajes es el real y cual pertenece a lo onírico; y el de los olores, que genera una serie de sensaciones durante todo el relato y entre los cuales se estableciera un cordón que los une y mientras el uno percibe, el otro responde orgánicamente al estímulo sensorial. Esos sueños, los que conforman el plano irreal del relato, son inspirados a razón de actos de delirio del motociclista a causa de una fiebre y el segundo a razón de la persecución que sufría sufría en la Guerra Florida. En el mismo sentido, los olores configuran configuran el plano real del relato, el plano configurado por lo sensible, por lo orgánico. En conclusión, esto permitirá entonces trabajar desde el plano de los sueños y desde el plano de los hechos reales, sucedidos a los personajes y en un estilo de moneda, con cara y cruz. De esta manera en este análisis se trabajarán dos cosas: primero, proponer un paralelo entre acciones y lugares símiles ocurridos a ambos personajes y en segundo lugar establecer un contraste entre ciertas condiciones, lugares y sensaciones que circundan o acaecen. El desempeño de ambos personajes inicia con un traslado, el primero hace un paseo en moto mientras que el otro hace una huída a través de la selva, seguidamente, mientras el motociclista toma la derecha de la calzada de la calle donde circula, el aborigen corre por la derecha de la calzada de la jungla, inclusive ambos personajes hacen un cambio de carril, por decirlo de alguna manera, hacia la izquierda, para encontrarse cada uno con lo
fatal, para el primero, la señora que se le atraviesa y lo conduce al accidente y para el segundo, el lugar de los tembladerales donde finalmente es capturado; como si se quisiera demostrar que es el destino la fuerza que vence al hombre. Sucedidos los dos hechos fatales, al motociclista le sucede un desmayo mientras que al relato del moteca hacen una supresión del tiempo que permanece en los tembladerales. En este primer espacio vacío que sucede en ambos personajes existe un asunto común, un conector de los dos planos que suceden paralelamente y es que ambos personajes se funden en un sueño donde mientras el moteca percibe “olores” el segundo respondiera a esos mismo con la sensación de “nausea”. Del mismo lado, acá se da un primer contraste,
los olores percibidos por el motociclista son olores limpios: a hospital, cuando lo ingresan a la pieza de la farmacia y a comidas, cuando siente cerca de sí un caldo que olía a puerro, a apio y a perejil, mientras que el aborigen referenciaba olores más crudos como el del pantano, a jungla, a guerra florida y a muerte. En el acto siguiente, el narrador transmite la confusión del accidentado al despertar cuando titubea en la cantidad de hombres que lo levantan: “Cuatro o cinco hombres jóvenes” como si la imagen viniera de un sueño confuso que es difícil recordar, sólo
comparado con el relato claro y acertado de la escena cuando “cuatro hombres” llevan al capturado al sacrificio. No obstante esto, y estableciendo el paralelo, la imagen dubitativa de uno con relación al otro, se opone a la similitud de la sensación de “humedad ” que percibió cada uno, el primero cuando le pusieron una “ placa” sobre el pecho en la “sala de radio” y el otro, también a través del cuerpo, ya retenido y amarrado “en las muñecas y los tobillos”. Nuevamente acá, encontramos ese paralelo opuesto entre lo real y lo onírico,
lo sensorial y lo imaginativo. Estando el motociclista en el hospital, “alguien de blanco, alto y delgado, se le acercó…sonriendo, con algo que le brillaba en la mano derecha… e hizo una seña ” escena
comparada con el capturado que percibe las imagen “del sacrificador que venía hacia él con el cuchillo de piedra en la mano.” Para uno, la sensación era de calma, sociego, “todo era grato y seguro” mientras que para el otro todo era miedo y agobio. Así mismo, desde el plano físico, ambos registraban cansancio, el uno “ como si hubiera estado corriendo kilómetros” y el otro porque en realidad los corrió , por eso también ambos sentían sed, sólo que uno la sació con “la frescura del agua mineral ” mientras que el otro solo
encuentra alivio en la muerte. La ubicación, el espacio físico de cada uno de los personajes cuando comparten “La noche boca arriba” es revelador y determinante, el uno tendido sobre “un suelo de lajas frío y húmedo” mientras que el otro pudo tenderse a gusto en una camilla blanda. En esa misma estancia, en las mazmorras y el hospital, ambos se rodean por elementos físicos del
contorno, el moteca referencia un “puñal” mientras que el otro identifica un “bisturí ”, el
uno semejaba “una lámpara violeta como un ojo protector ” y a su vez el otro buscaba “torpemente… su amuleto” y así mismo, mientras el moteca reposa sobre una “ piedra roja del sacrificio” el motociclista está en la “sala de operaciones”. En la misma línea comparativa, el estado del ánimo, del pensamiento y las sensaciones o emociones también muestran un negativo del personaje paralelo. El accidentado se encuentra bajo los efectos de un shock febril, el capturado estuvo con todos sus sentidos alertas y vigilantes. Sin embargo, se unen nuevamente en el intento de conciliar o despertar de un sueño, el primero siente “el deseo de dormir al llegar al hospital ” mientras que el segundo piensa, cree estar soñando una horrible pesadilla y quiere “ pasar al otro lado… gimiendo por despertar … boca arriba con los ojos cerrados en las hog ueras”,
para definir en el último suspiro del relato quién era parte de la realidad y quién fue fabricado por un sueño.