.. ,.
"'
t-
HucruoNÍe Y tucHA porÍucA rN GnAMScI
Go¡.rccrór Beter.re os lp¡es
HscrMoNÍe Y tucHA POLÍTICA EN GRAMSCI SulucclóN DE TExros ANroNIo Gnaurscl
Gramsci, Antonio Hegemonfa y lucha polftica en_Gramsci ; selección de textos / Anton¡o Gramsci ; compilado por Gastón Ángrr vul,.si pioroso ; Varesi. 1a ed . - Ciudad Autónoma de BuenosAires", Lr*rnOrro, ZOIS. 158 p. ; 20 x 14 cm. - f Bataila de ideas / Atitio Alngio
^
ffi;ffAñ;ie-;i.ni''
lsBN 978-987-1 709-39_7 1. ldeologtas. 2. política . I. Varesi, Gastón Ángel, comp. ll. Varesi, Gastón Angel, prolog. lll. Título.
-
cDD3242 Buenos Aires, Argentlna
Colección Batalla de Ideas Director: Atilio A. Boron Hegemonia y lucha política en Gramsci. Selección de textos
Antonio Gramsci
SuvIRnlo
Estudio Introductorio lntroducción a la perspectiva gramsciana de la hegemonía. Intelectuales, partidos y relaciones de fuerzas Gastón Angel Varesi @ 2016 Ediciones Luxemburs Tandil 3564 dpto, E, C1407HHF Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina Email:
[email protected]
Facebook / Ediciones Luiemburg
TWitter: @eLuxembure Blog: www.edicionesluxemburg.biogspot.com
Teléfonos: [s4 11.] 461,1,6811.-/ 8d4.2703 1'Edición, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, noviembre de 2016 Edición: Ivana Brighenti y Virginia Feinmann Diseño editorial: Santángelo Diseño
Impresión: Docuprint
tictudio Introductorio Introducción a la perspectiva gramsciana de la hegemonía. Intelectuales, partidos y relaciones de fuerzas Gastón Angel Varesi
Distribución Badaraco Distribuidor Entre Ríos 932, C1O80ABE, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina Email : badaracodistribuidor@hotmaif .com Sitio \Meb : www.badaracolibros.com.ar
Teléfono: IS4
11.1
ISBN 978_987
_17
4304 2703 09 -39 -7
Análisis de las situaciones. Relaciones de fuerzas
83
La formación de los intelectuales
95
Notas sobre Maquiavelo, sobre política y
Gabriel Badaraco Ivana Brighenti Paola Gallo peláez Marcelo F. Rodríguez
el Estado El
Queda hecho el depósito que establece laLey 77723. No se permite,la reproducción totai o parcial de este liuro, ni su almacenamiento en un. sistem_a informático, ni su transmiiiO, .,rrtqri"iltr-" o po. .urlquier medio electrónico, mecánico, forocopia u otro" "r, previo der editor. -¿toáorlri"
"Jpermiso
Impreso en Argentina
Selección de textos de Antonio Gramsci
moderno
105
partido polÍtico
L73
Lucha política y guerra Paso de la guerra de
militar
119
movimiento
(y dei ataque frontal) a la guerra de posición también en el campo político
129
Introducción al estudio de la filosofÍa y del materialismo histórico fndices analítico y onomástico [de los textos de Antonio Gramsci]
131.
153
Esrupto INrRooucroRlo IxrnopucclóN A LA PERSPEcTIvA GRAMSCIANA DE LA HEGEMONIA.
INtrrgcruALES,
PARTIDoS Y RETAGIONES DE FUERZAS
GesróN Áucur VRRusI lNrnopucc¡óN Ill pcnsamiento de Antonio Gramsci, comunista italiano de principara el aná¡rios del siglo XX, muestra gran vigencia y relevancia liHis de los procesos contemporáneos' Gramsci escribió muchas de xrrs principales ideas en la cárcel, a Ia que estuvo condenado por el rógimen fascista (1927-7937), a pesar de 1o cual, en su agudeza, las socielrrrcio entrever las tendencias que comenzaban a definir a rlircles complejas, aportando claves indispensables para su estudio y transformación. EI presente trabajo constituye un estudio introductorio a la ¡rr:rspectiva gramsciana de análisis de su período carcelario, des¡rlegada a partir de Ia centralidad del concepto dehegemonía, dan' rlo cuenta tanto de la vastedad que su propuesta teórica involucra t'r¡mo de la def,nición y localización específlca de dicho concepto. ll¡r este sentido, tras delinear una primera aproximación sintética, ¡rrticulamos la construcción de hegemonía con el plan de análisis de situaciones y relaciones de fuerzas, con el fin de poder entrever el alcance multidimensional y multiescalar que debe ser atendido para captar la riqueza y complejidad del pensamiento gramsciano. l{abremos de visualizar el plan global en el que se inscribe la hegemonía para retornar luego al nivel estrictamente político donde se materializa Ia dirección de un grupo social sobre otros, en un
ESTUDIO INTRODUCTORIO
I INTRODUCCIóN
A LA PERSPECTIVA GRAMSCIANA
trayecto que universaliza_ una concepción del mundo expresando una unidad de fines políticos y ecorrámicos, intelecturi"r'f*o."_ les, definiendo los grandes temas de la agenda nacional hasta al_ canzar la fundación de un nuevo Estado.
Luego de estabrecer ra reración entre ra dimensión específica donde se juega la hegemonía y los otros niveles y escalas de las reia_ ciones de fuerzas, ubicamos ál origen Ju ¿"rrrrollo en el proceso
de complejización de. ras sociedadls, que se da entre ra sociedadciuir
", , prrti,
der cambio de barance y el tr,toio,er cuar motiva a Gramsci a
delimitar dos tipos de sociedaá"r,
o;;;; y occidente.A
partir de altÍ estabrecemos ra vincuración entre hegemonía y estrategia porÍtica, en el paso, que Gramsci define, de ia"preeminencia d.e la guerra d,e maniobras a la guerra tigaao al creciente desenvolvi_ miento de Ia sociedad -d,e.posiciones, civil. Crf*i"ri,o, dicha sección indagando la visión gramsciana sobre er Estado, ul fi., de abonar er carácter político del concepto de hegemonía'para "o. volver a preguntarnos su relación con los fenómenos a" .rra.t", y re-pensar el concepto desde la unidad detbloquehistórico. "structural, Allí se desata una búsqueaá que atraviesa un doble andarivel que transcurre estrechamente empárentado: er enfoquu a"rnrir.ip. moderno y el ror de ros intelectuatesir*uo, unidos en ras dinámicas comunes de construcción de una voluntad, colectiva lr- rrirr*, U intelectuary morar' Er príncipe moderno es abordado tanto en su carácter de "ribro viviente" ctmo de partiao porítico. Derineamos
i"
un camino que atravies:."1iygu a"f áito y i, pasión en la potítica, la interpelación y movirización que .o,rí, ra construcción de suje_ to' el carácter nacionar-popurár de 1a voluntad corectiva, las diversas acepciones de partido en Gramsci, hasta lregar a ros distintos elementos que componen una fuerza política y 10s principios rectores de la vida partidaria, como el centralismo democrático. El último apartado tiene como motivación indagar la concep_ ción gramsciana sobre los intelectu"tur, a"li*itando Ia amplitud del concepto y la función específlca. Er,;;r;
I a re I a ci ó n Á' ia" i o gí a y p orític a :d e s d e Ia ::; : H,ffJ:: 1 " " mún, la activación de los núcleo, d" ,,br"., "",-Hrffi sentido,,, a centrarnos en el rol de ra crítica como punto de inflexión para ros procesos de torna de conciencia que actúan en la base ae ta irganización y las luchas
Gesrór.¡ A¡¡csr VenpsI
por la emancipación de los grupos sociales subordinados. Esto nos lleva a vislumbrar los componentes de toda concepción del mundo y recuperar, en particular, Ia perspectiva de Gramsci sobre el mar*lsmo como concepción del mundo ligada a las clases subalternas. Lttego, se vierten reflexiones en torno a las lógicas y tensiones de la ronstrucción de hegemonía, que atraviesan tanto el rol de los intelectuales como del Príncipe moderno, abordando el debate sobre la relación intelectuales/masa y Ia unidad entre teoría y práctica[1]. Finalmente, se despliegan conclusiones que recuperan los
principales conceptos vistos en articulación con los procesos de r'nmbio que actualmente se desarrollan en América Latina, planleando la vigencia y relevancia del pensamiento de Gramsci para r:omprender y transformar nuestras sociedades.
UNe Rpnoxlueclórt AL coNcEPTo En
pr
nsculvloNÍ.A
un primer acercamiento al concepto de hegemonía, podríamos
¡leñalar que el mismo remite (ya en su antecedente leninista[2]) a la dirección política, que en Gramsci es también dirección ideológico-cultural de un grupo social sobre otros. La hegemonía es una l1] Porotraparte,abordarelpensamientodeGramscihoyconstituyeunainvitacióna 1os procesos contemporáneos en su complejidad buscando aportar a su transformación. Es voiver a plantearnos la pregunta por la revolución, en las múltiples climensiones y escalas donde se materializan estos procesos, y plantear cuáles son las estrategias que defrnen hoy el avance de los pueblos. La etapa abierta en América Latina con el nuevo siglo parte de1 resquebrajamiento de los consensos de la era neoliberal y la gesta de nuevas búsquedas, que en sus casos más radicalizados volvieron a reinstalar al socialismo como horizonte societario En este sentido, y con eI fin de mantenerla estructuración lógica de 1a articulación del entramado conceptual gramindagar
sciano, optamos por poner algunas ejemplificaciones y reflexiones sobre los procesos contemporáneos como notas al pie, de modo de facilitar algunos casos de aplicación concreta de los conceptos vistos. Estas reflexiones realizadas al pie de página serán luego 1a base para extraer conclusiones que nos permitan vincular los conceptos abordados con Ias dinámicas contemporáneas que se presentan en América Latina.
[2] En Lenin (7973a),lahegemonía remite
a Ia
conducción de una clase sobre las otras,
lo cual implica superar una fase gremial, corporativista, para convertirse en la dirección política en el plano nacional. Ei término también ha sido aplicado por Lenin (1973b) aI campo internacional para denotar la dirección en este ámbito, ligado al concepto de imperialismo (aspecto que, como veremos, Gramsci también continúa para pensar las relaciones de fuerzas internacionales). II
ESTUDIO INTRODUCTORIO INTRODUCCIóN A LA PERSPECTiVA GRAMSCIANA I
relación social que atraviesa distintas dimensiones: parte de una
base material ligada a Ia posición de las clases en la estructura y se realiza en las superestructuras, a través de una concepción der mun-
do que encarna la visión general y expresa los intereses del grupo dirigente pero de forma universalizada, al tiempo que se piár*, de formas diversas en el sentido común, en las prácticas cotidianas y, en su momento más desarrollado, en un tipo particular de Estado
(Gramsci, 2003;2003). De este modo, el concepto de hegemonía pro_ vee una herramienta analítica que permite el aborda]e a" prjt"_ máticas de índores diversas rigadas a ra lucha de crases y ar conflicto político en general, siendo este el terreno de su conformación.
En primera instancia, señalamos que Ia construcción de he_ gemonía contiene un sustrato materiar vincurado a ra estructura.
Como sostiene Campione, ,,no hay hegemonía sin base estructural, la clase hegemónica debe ser una crase principar de ra estructura de Ia sociedad, que pueda aparecer como Ia clase progresiva que realiza los intereses de toda ra sociedad" (2007:zs). Esto se vincura a que Gramsci (2008) concibe las sociedades en términ os d.e broque histórico, que se define por una relación de reciprocidad, un proceso dialéctico real, entre Ia estructura y ras superestructuras, entendidas estas como un conjunto complejo, contradictorio y discorde, que expresan el conjunto de Ias relaciones de producción, sin ser ellas un mero "resurtado" sino un compuesto de distintos erementos políticos, jurídicos, ideológicos y culturales con entidad propia y con capacidad de incidencia sobre Ia dimensión estructurar misma. Gramsci sostiene que ,,la pretensión [...] de presentar y exponer cada fluctuación de Ia política y Ia ideologí, u,a á*presiór, inmediata de la estructura, debe ser combatida"t-o teóricamurri" .o*o
un infantirismo primitivo, y prácticamente con eI testimonio auténtico de Marx" (200g: 10a). En este camino, rescata una y otra vez la cita de Marx que señala que es en el plano de Ia ideología en que Ios hombres to_
man conciencia de los conflictos en ra estructura y le dan un varor gnoseológico, ra convierten en método de anárisis. Gramsci (200g) critica la noción peyorativa de ideorogía que había arraigado en el marxismo y que identificaba a toda ideorogía como mera a arieñcia o falsa conciencia. Sostiene que este error proviene de lue solía
GasróN ANcrl V¡nsst
detrominarse ideología tanto a una superestructura que posee coffeC¡londencia necesaria a una estructura dada, como también a §lero!r elucubraciones arbitrarias de determinados individuos. En pute sentido, el error opera al identificarse una ideología no orgániee a la estructura (o arbitraria); sostener que no son las ideologías lae «¡ue modifrcan la estructura sino al revés, y entonces af,rmar gue una solución política es "ideológica", en el sentido de ser insuñelente para modificar una estructura, y así se pasa a pensar toda Itleología como pura apariencia, inúti]. Gramsci distingue entre un tlpo de ideologías que él llama "históricamente orgánicas", estreelr¿[nente ligadas a determinada estructura y al movimiento de Ia Bor:iedad, y las separa de las ideologías "arbitrarias", observando r¡rre las ideologías históricamente orgánicas organizan masas, fortIlHn conciencia e inciden en la lucha, mientras que las arbitrarias Éólo crean movimientos individuales y polémicas. A su vez, Gramsci :ubraya afirmaciones de Marx que señalan que una persuasión popular tiene a menudo la misma energía que una fuerza material[3]. EI análisis de la hegemonía va a implicar entonces distintos lltomentos que Gramsci plasma en diversos escritos, pero para una eproximación más precisa es necesario vincularlo a su plan global rle análisis de situaciones y relaciones de fuerzas, que desarrolla para
comprender Ios procesos históricos en sus múltiples dimensiones y encalas. Estamos ante una concepción del poder que, Iejos de verlo rle forma monolítica, es desagregada para profundizar en sus distintos elementos, porque Gramsci ya percibía que las sociedades ¡nodernas avanzaban hacia un proceso de complejización creciente. In este camino, Gramsci (2003) sostiene que el aná]isis de situacio¡tes debe comenzar por las relaciones de las fuerzas internacionales, Io cual nos convoca, por un lado, a indagar las variaciones en las relaciones sociales fundamentales del modo de producción globalmente dominante Y, Por otro lado, a pensar las grandes potencias, los agrupamientos de Estados en distintos bloques o sistemas
pensar albloquehistórico l:11 En este sentido, Gramsci (2008) sugiere in que 1as fuerzas materiales son su contenido y las ideologías la
teniendo en cuen-
forma, corresponrlencia visible en que las fuerzas materiales no serían concebibles históricamente sin orma y las ideologías serían caprichos individuales sin 1a fuerza materiai. f
r3
EsruDIo INTRoDUcToRIo J INTRoDUCCióN A LA pERSPEcrrvA
GesróN ÁNcrr V¿nusI
GRAMSCTANA
hegemónicos y a indagar Ias reraciones de soberanÍa o dependencia en Io que respecta a ras potencias menores[4]. Estos dos
momentos de las relaciones de fuerzas internacionares están orgánicamente vinculados[5], ya que como señala Gramsci, todo cambio en Ias re_ laciones sociales fundamentares tiene impacto en ras reraciones internacionales a nivel de los Estados, por ejemplo, a partir de sus expresiones técnico-militares. Luego, Gramsci presenta tres niveres de reraciones de fuerzas
susceptibles de ser analizados en una escala nacional. Un primer nivel refiere a "una reración de fuerzas sociares estrechamente ligada a Ia estructura, objetiva, independiente de la voluntad de los hombres [...]. sobre la base del grado de desarrollo de las fuerzas materiales de producción se dan los grupos sociales, cada uno de los cuales representa una función y tiene una posición determinada en Ia misma producción,, (Gramsci, 2OO3:57). Estamos frente a [4] Es una invitación a pensar las transformaciones del capitalismo en ra actualidad, y ver cómo se articuran las rógicas de ra acumuración (como t, t.rr".,""ro.rriirr.io, del capital, la disputa por los iecursos naturales, las relaciones de fuerzas entre sus fracciones., etc') y las disputas entre ros bloques áe Estado (ra declinanáh"g"*or-ri" unipolar de Estados unidos, que parecía incuestionada .o, a"-ñ'ü.,r¿r., soviética y el socialismo e,rropeo, y ra emergencia de nuevos"r.orup.o poros de poder global como china y Rusia en er BRICS, así iomo ra co.-nsoridación der bláque latino;;;;r.o y su ampliación de soberanía frenre a Estados unidos). rsta vinculaciá" á" á_¡r, dimensiones pone de manifresto la relevancia de ot., iápor,rr,," .r,"gáii, i""irir,", la del imperialismo.
le ¡rlr:ilrilirlild de captar un tipo de poder que emana de la estrucI¡tE e¡ lir actualidad, las grandes corporaciones transnacionales Irrtrrr'lilrs clc las cuales manejan un producto mayor que el Producto Ert|trr lrrterno de los países donde se instalan) poseen distintos iliveleH rle capacidad decisoria sobre las variables económicas ya ,llrÉ¡ l)or su volumen de negocios, sus propias acciones inciden, por eler¡¡r16, sobre el empleo, la inversión, el crecimiento, Ia formación rle ¡rrrcicls, etc. Por su parte, la cantidad de asalariados, sus conrll i,rnr,s homogéneas o heterogéneas de trabajo, su distribución gerr¡Irif rca, etc., influyen también sobre el escenario de lucha de r !aar.rrl6l. En síntesis, este nivel implica ver los grupos sociales en rii arr,'laje material, en su posición específica en las reiaciones de que en su análisis del amerilrr lr lur.ción. Incluso debemos rescatar r d¡¡rit¡o y el fordismo, Gramsci observa cómo las transformaciones rlel ¡rroceso productivo dan lugar a una forma de hegemonía que ¡ier lt, rle Ia fábrica misma. El segundo nivel refrere a las relaciones de fuerzas políticas, que tjrnrrrsci ve vinculadas al grado de homogeneidad, conciencia poiíI lr ir t'olectiva y organización, y que posee distintas gradaciones: (a) urr ¡l irclo económico-corporativo, basado en una solidaridad que se lir rrilrr al grupo profesional[7]. (b) Luego, hay un grado más avanzado rle r'orrciencia, solidaridad y organización que se extiende a todo el
[5] Estos distintos erementos habían sido previamente rescatados
por Rosa Luxemburgo, cuando rlama ra atención sobre al árácte r duar d,e la acumuracióiá-er c,api_ tal: "de un lado,-tiene rugar_en ,os sitios de prod,r..iár, de Ia plusvalía -en ra fábrica, en la en er fundo agrícora y en e1 mercado de mercrncías-. considerada así, la 1in3, acumulación es un proceso puramente económico, cuya fase i*fortrrrü" ,"r_ -a" t9s capita-listas y los trabajadores ,.rtrriájo, paz, prffiárJ" ig""üra Ir,z,1 lntre [...]. rernan aquí como formas, y era menester ra diaréctica añIada de un análisis"cienti fico para descubrir cómo en ra acumuración ¿"r".}to de propiedad se convierte en apropiación de propiedad ajena, el cambio de"lmercancías en dominio de crases. Er otro aspecto de ra acumulación "" "ipioiu.iar¡i, ig""iir¿ del cápital el capital y las formas de producción no capitaristas. irau pro."ro se "u."áii-i, desarrora ".rar" en ra escena mundial Aquí reinan como método; ra porítica co10ni*, á" titos internacionales, la política de intereses privaaos, la gueira. "r.i.t"Á, "*pr¿"Ápr;;."" ;;i""_ disimulo, la violencia, el engaño, 1a opresión yia.rpiRr. fo. cuesta trabajo descu_ brir las.leyes severas del proceso económico en esia confusión ""o de actos foíii.á, a" violencia, y en esta lucha de fuerzas, (1912:224). CoÁo recuerda Harv"y llOOijfestos dos aspectos de la acumuración están orgánicamente vincurados y r, érroi.r.i3r, r-rirtórica del capitalismo sólo puede ser comlrendid*riio. conjuntamente. I4
"rtrr¿irmos
a modo de ejemplo, cómo la última dictadura en i,r Arrl,,ntinabuscó,iegúnVillarreal (1985), heterogeneizarlas condiciones objetivas ,l¡, vrrlir rle los trabajadores para quebrar su solidaridad, mientras que procuró homoel contrario. la Erl[.rz¿rr a ]a clase dominante y forjar un nuevo bloque de poder. Por r x ¡ rr r ir,ncia de 1a Venezuela bolivariana emprendió una vasta estrategia para generar
lril l;il (,ste sentido, puede pensarse,
producción y empoderar a ios trabajadores, conformando una integral, en lo político, económico y social, que pudiera comenzar a disputarle rl ¡rrolt,so productivo a1 gran capital. En esa línea se avanzó, por un lado, en naciorrrlrzrrt.ionés y expropiaciones y, por otro, en Ia creación de empresas dirigidas por qrrn I I itt)ajadores y de empresas mixtas, cogestionadas entre trabajadores y Estado. rrrr,.vlr:r relaciones de frrt,r rrr
l'or c,jempIo, pensemos en eI caso de un trabajador de cualquier rama, supongar rr r obrero de Ia construcción; en este grado ese trabaj ador se siente y se reconoce , i,nl() ol)rero de la construcción, se organiza y lucha por sus reivindicaciones eSpecí¡r rrrr, ¡rero no toma conciencia de que e1 empleado de comercio es un trabajador igual r¡rrn i,l, ni del conjunto de ]os trabajadores y, por ende, no toma parte en luchas por la ¡ lirrr,cll su conjunto.
l/l
rr r,
,rr
r5
ESTUD,O ]NTRODUCTORIO TNTRODUCCIóN A LA PERSPECTIVA GRAMSCIANA I
grupo social, pero aún en el plano netamente económico[g], pero to_ davÍa no aparece la pregunta por el poder político, ,ro ," *"riiona la subordinación respecto de otro grupo social, ni tampoco se plantea la posibilidad de que su propia clase dirija a Ia sociedad en su con_ junto' (c) Entramos finalmente en un grado superior, estrictamente político, donde sí se plantea ra cuestión del poder en toda su magnitud, incluyendo las dimensiones anteriores, pero sobrepasándolas en un momento cuaritativamente distinto "que señala el pasaje neto de la estructura a la esfera de las superestructuras complejas,,: Es ra fase en Ia cuar ras ideol0gías ya existentes se transforman en "partido',, se confrontan y entran en ,ucha, hasta que una sola de ellas, o al menos una sola combinación de ellas, tiende a prevalecer, a imponerse, a difundirse por toda el área social, determinando, además de la unidad de 10s ñnes económicos y porÍticos, la unidad intelectual y morai, planteando todas ,as cuestiones en torno a las cuales hierve la lucha, no sobre un plano corporativo, sino sobre un plano ,,universal,,y creando así la hegemonía de un grupo social fundamental sobre una serie de grupos subordinados. Ej Estado es
concebido como organismo propio de un grupo, destinado a crear las condiciones favorables para la máxima expansión del mismo grupo; pero este desarrollo y esta expansión son concebidos y presentados como ra fuerza motriz de una expansión universal, de un desarrolro de todas ras energías "nacionaresi. El grupo dominante es coordinado concretamente con ros intereses generales de los grupos subordinados y la vida estatal es concebida como una formación y una supera_
ción continua de equilibrios inestabres (en el ámbito de ra rey) entre los intereses del grupo fundamental y los de los grupos subordinados, equilibrios en donde ros intereses del grupo dominante prevalecen pero hasta cierto punto, o sea, hasta el punto en que chocan con eI mezquino interés económico-corporativo (Gramsci, 2003: 57_Sg).
lt"lj::::=::,;lc,:i:f
o
:l
e¿emplo del obrero de
1a
construcción, esre sí se reconoce
::T,i3:,T::1j.:^1i.:]:Yl*';1'd1ra;.s3 "'g'"i'" "'-"41'-"" '"'","¿r""ii'"*"ffi: ::,:,::::::::,:lT::_"_l,yna.centrarde ,,áu,¡,áá,",l"n;;iffi;;;"";:ii"Tl; ff,;""ffi'"h:: ::1"-:::::"-.::^'.'^,1:,,"Tbiéndeaq,euasd;;;;i,q""'"i"';ffi económicos para toda la clase, como la aistrituci¿n
diciones laborales, etcétera.
aeilrngreso, la mejora
de las con-
Gnstól¡ ÁNcrL \lennsl En este punto se observan tanto las vastas implicancias que una
pérHpectiva analítica en términos de hegemonía puede abarcar, ec¡t¡lo también su ubicación específica, donde se centra dicho rec:orrido: la dimensión superestructural, en su grado estrictamente polltico, que está soldada a la realización de una concepción del Irrrrrrdo, a una reforma intelectual y moral que se plasma en acción, err clirección de un grupo social sobre otros. El párraf.o citado cons-
tltuye uno de los aportes más ricos de Ia literatura gramsciana, en tánto que en el mismo se consolidan aspectos clave de su pensar¡riento. por una parte, Ia hegemonía aparece asociada a Ia disputa Itleológica. como afirmábamos en el comienzo, la batalla de ideas ¡rcr,rpa un lugar importante en el pensamiento gramsciano; estas ce Lransforman en "partido", es decir, en un proyecto de sociedad, clt tanto es una concepción del mundo que cobra forma concreta tornando posición sobre los aspectos cardinales que atraviesan la vic.la de una nación en un momento determinado, por lo cual implicu establecer definiciones sobre los grandes temas de la agenda púlrlica ("planteando todas ]as cuestiones en torno a las cuales hierve Irr lucha") y alcanza, en ese sentido, a expresar una unidad. Esta runidad incluye distintos aspectos: es una unidad de ñnes económi«:os y políticos, lo que nos permite pensar que da forma a un proyecto de gobierno, ligado a los intereses estratégicos de Ia clase o Iracción hegemónica pero articulando concesiones en re]ación con los grupos subordinados, y es unidad intelectual y moral, modifiq:ando ideas, valores, incidiendo sobre el plano de la cultura. Pero csta hegemonía logra constituirse en tanto tal porque traspasa el nivel corporativo, y se piensa y plantea desde el Iugar de Io universal, como el desarrollo de "todas las energías nacionales", por lo que el componente consensual de la política tiende a prevalecer por sobre el componente de la coerción. Esto se debe a que la hegemonía se relaciona con el carácter dual de la'acción política, que Gramsci ve en Maquiavelo, correspondiente "a la doble naturaleza del centauro maquiavélico, de la bestia y del hombre, de la fuerza y del consenso, de Ia autoridad y de la hegemonía" (Gramsci, 2OO3:48). Es por ello que podemos entender entonces que la hegemonía, como nos recuerda Campione, es "el predominio intelectual y moral, diferente del'dominio' en el que se
r6 f7
ESTUDIO INTRODUCTORIO INTRODUCCIóN A LA PERSPECTIVA GRAMSCIANA I
encarna er momento de ra coerción, pero esa 'dirección, tiene raÍces en la base, componentes materiales junto a los ,espirituales,. Es una acción con elementos tanto ,materiales, como ,ideales,,, (2006: 3L). Como ya señalamos, no hay hegemonía sin base estructuial, por lo que Ia clase hegemónica debe ser una clase principar de ra estructura de la sociedad, que, asimismo, pueda como la clase progresiva, que realiza ros intereses de Ia "p"r""u, sociedad en su conjunto. Es por esto que er anárisis de relaciones de fuerzas a nivel nacional posee un primer niver en ras fuerzas sociales, en er anárisis material del orden de la reproducción económica, viendo el lugar y fun_ ción que los grupos sociales ocupan en la producción. pero
la clase con pretensiones hegemónicas debe superar Ia mera dominación en el plano de la economía, e incluso debe superar la
mera domina_ ción por coerción en er prano de ta porítica, y para ero debe ponerse por encima de sus propios intereses corporativos y articurairos con ciertas concesiones a otros grupos sociares para devenir
en crase dirigente, en clase hegemónica. En simultáneo, debe construir y difundir una concepción del mundo que se vaya constituyendo en sentido común, y de la que participen los grupos sociales subalter_ nos, otorgando adhesión y legitimidad al orden social[9]. Pero si la política contiene la naturaleza del centauro maquia_ vélico, entonces el momento de Ia coerción y de Ia violencia o.rp, también un importante lugar. Es por esto que Gramsci señala un tercer nivel en las reraciones de fuerzas: ras reracio nes de fuerzas militares. Gramsci sostiene er carácter decisivo de estas reraciones de fuerzas cuando son puestas enjuego[10]. EI distingue, al interior de
Gesró¡ ANcuL
V.qnrs¡
condicioarmamento, tres objetivas de las fuerzas: su tamaño, organización,
lnn mismas, dos subniveles. Uno técnico-militar, ligado a las
etc,[11]. Y otro político-militar, que refiere a Ia capacidad de desplegar formas de acción política que busquen disgregar "íntimamente" al
enemigo (por ejemplo, desmoralizándolo), o en acciones de masas a lo largo dei territorio que permitan diluir y dispersar parte de su eapacidad bélica[1-2]. Las imágenes de la guerra y de las relaciones de fuerzas militares tiñen de modo significativo la perspectiva gramsciana de ]a hegemonía. Esto se debe a que, para el análisis de ln propia dinámica política, Gramsci ha tendido a utilizar analogías de la estrategia
militar,
En síntesis, una primera aproximación al concepto de hege-
rnonía implica reconocer que es una relación social basada en la
conducción de un grupo social sobre otros, que esta dirección se en Ia cual los compolqesta en una dinámica conflictiva, de lucha, nentes consensuales tienden a prevalecer por sobre los coercitivos. Estos consensos refieren a articulación de demandas e intereses cle los subordinados dentro del marco de la concepción del mundo de los dirigentes, y en su punto más elevado tienden a expandirse por toda el área social, apareciendo como la realización de un universal, definiendo los grandes temas que puntualizan la vida de una nación, a nivel político, económico, ideológico- y cultural, y a conformar un nuevo Estado.
{9] uno de los grandes triunfos de ra burguesía en su devenir hegemónico liza
se materiacuando las clases subalternas adhielen r"r f-yu.to. aI punto de no identificar la relación de exprotación a, la.que están sujetos, " a naiurarzarra, dejando de percibir, por ejemplo, 1a estructura crasiita de las ,oái"ará"" .á*" io 1o natural o la mejor forma. po-sible), y to, ""pitaristas trrUr¡raJü" ." ,.rr_"r,"á"-r¿"á"i" a sí mismos bajo otras categorías que veran Ia desiguaidad .o.,.i"t", como ra de ciuaadano f." t""t" igualdad formal frenre a ra Iey) o-consumidor (.oáo igrrrrara y libertad formar de compra y venta de bienes).
fuerzas, Estados unidos [11] En la actualidad, en este subnivel de las relaciones de paiecería seguir siendo eI predominante en toda la línea; su capacidad de fuego, su áesarrollo te-cnológico y la-posesión de la mayor cantidad de armas de destrucción masiva 1o po.r", Jl" Cabeza, además de haber gestado un sinnúmero de ejércitos privados y mercenarios que actúan cuando su gobierno no puede hacer-lo dilectamenie. rambíán cuenta con ios países europeos comó aliados subordinados en la oTAN (Organización de1 Tratado del Atlántico Norte). Aun así, la posible unión de China_ con irr-í" y otror aiiados podría representar todo un desafío al dominio bélico unipolar.
[10] Esto se conf,rma constantemente, como en años recientes, en Ios que países como Irak o Libia fueron sometidos en tiempos mínimos por fuerzas al servicid de ras principales, naciones imperiaristas, y, ,", .o., l, i"urri¿¡ ar.""t, lri;;;;"", o a través de tropas me¡cenarias coá asistencia bélica y financierr, "" "i
ejemplos [12] Casos como Ia Revolución Cubana y la guerra de Vietnam constituyen destacados de este subnivel, donde la unidad de revolución política y las tácticas polÍtico-militares desplegadas permitieron ganar guerras que, en el subnivel técnicomilitar, sugerían pronósticos sumamente desfavorables.
r8
"" "f.r"g";d,
r9
EsruDro lNrnooucron¡o INTRoDUCcTó¡¡ e I
T¡pos
DE socrEDADEs,
le
pERSpEcrrvA GRAMscTANA
EsrRATrcre porírtcR y Esreoo
Ds Le curnnA DE MANToBRAs A LA GUERRA DE posrcroNEs
si bien la construcción de hegemonía posee ancrajes estructurales, su nivel específico es el político y, en ese sentido, debe ser compren_ dida en relación con ra estrategiaporítica.Esta articuración es despregada por Gramsci a partir der análisis que reariza de dos tipos de sociedades, disímires en cuanto ar grado de desarroro de Ia sociedad,
ciuil y el peso der Estado[13], a las que denomina oriente
y
occidente:
En Oriente eI Estado era todo, Ia sociedad civ, era primitiva y gelatinosa; en Occidente, entre Estado y sociedad civil existía ,rr" irr,"
reración y bajo el tembror der Estado se evidenciaba una robusta estructura de ra sociedad civil. El Estado só10 era una trinchera avan_ zada, detrás de ra cual existía una robusta cadena de fortarezas y casamatas (Gramsci, 2003: g3).
Encontramos entonces en Oriente un Estado preponderante y un escaso desarroilo de ra sociedad civil, mientras que en occidente se ha gestado un proceso de compreji zaci,n partir a de la ampriación de la sociedad civit, despiegando diversas instancias
qru ,"rgrrr_
dan al orden establecido.
A partir de esta caracterización, Gramsci piensa las distintas estrategias poríticas a,evar adelante según el tipo de sociedad[14], para Io que utiliza una analogía entre la guerra
militar (a partii de las experiencias dejadas por la primera-Guerra Mundialj y la lu_ cha política' La estrategia a desarroilar en oriente es ia der ataque [13] La sociedad civil remite a ros espacios "privados" de participación voruntaría (que también podrían ser pensados .ó-o a-üito, áá vi¿a p¿¡ii.r-""'".,riü,'ir.. como sindicatos, partidos, iglesias, medios de.oÁrrri.r.ro.r, centros de fomento. eno,.::: También lr" sentido estricto, lay que notar que Gramsci maneja a". ,."p"i"""J;;;i;;;,;", en rigada a ro-poríiico-jurídi.o.á, J"rrtro en la coerción (ra sociedad política) y otra ampriada, donde et ertaao *e i""a-"" tr ro.i"¿rJ.iuiiv'i" ,".i"¿ra política, el momento de ra coerción "" y aur.onr"rrro.-in tas citas sereccionadas sobre la tipificación de oriente v occidená,"lut,iza la"ersil-n der Estado en sentido estrrcto y su relación con la socieáad civil. [14] Tengamos en cuenta que Gramsci_es un dirigente revolucionario tributario del de lai sociedad., rn",tr"rlJ'fr, A
por lo que el anátisis T?Ii:1;'.t""lnismo, ob;etlvo de su transformación. 20
"riá
Gesró¡¡ ANcrl Venns¡
frtrntal, la guerra de maniobras o de movimientos. como resume Piotte: nen la guerra de movimientos, la artillería se utiliza para abrir una l¡recha en las defensas del enemigo, brecha que sea suficiente para Irrrcer posible la irrupción de las tropas y conseguir un éxito estratÉgico importante, si no definitivo" (1973: 91)' Es decir, que en las s0ciedades con escaso desarrollo de la sociedad civil, la estrategia
frontal ¡rolftica revolucionaria puede triunfar a partir del ataque (,ontra la clase dominante teniendo en cuenta que la destrucción rlel aparato estatal y de las fuerzas militares del enemigo garantizrtrían de modo casi concluyente el triunfo; esta sería la estrategia una forma¡rracticada victoriosamente en la Revolución Rusa. En y una vida con civil sociedad su de gran desarrollo sin t'ión social y directa abierta t.entrada alrededor del Estado, la confrontación ('ontra la dirección de ese Estado (en este caso, la exterminación del zarismo y sus instituciones) sumada a Ia derrota de sus fuerzas rnilitares, en un contexto de crisis signado por la Suerra mundial y la crisis económica, fue sufrciente para abrir una brecha que posibilitara el avance decisivo de las fuerzas revolucionarias. Sin embargo, esta estrategia es inadecuada para conducir un proceso de transformación en Occidente donde el Estado puede considerarse la trinchera más avanzada, pero la sociedad civil posee capacidad de reconstrucción del sistema hegemónico. En este caso, la estrategia a aplicar es la guerra de posiciones, que es la lucha por la hegemonía previa a la conquista del Estado, Ia cual requiere de esfuerzos prolongados y de gran cantidad de recursos humanos y materiales, porque, en términos militares, Ia guerra de posiciones incluye tanto las trincheras como el sistema organizativo e industrial y las fuentes de reabastecimiento. Esto debe ser traducido a Ia política: ha con[En] los Estados más avanzados, donde la "sociedad civil" se
vertido en una estructura muy compleja y resistente a las "irrupciones" catastróf,cas del elemento económico inmediato (crisis, depresiones, etc.), las superestructuras de la sociedad civil son como el sistema de trincheras en Ia guerra moderna. Así como en este ocurría que un encarnizado ataque de la artillería parecía des-
truir todo el sistema defensivo adversario, cuando en realidad sólo habÍa destruido Ia superfrcie exterior y en eI momento del ataque 2t
EsruDro lNTRoDUcroRro INTRoDUCCTóN A LA pERSpEcrrvA I GRAMSGTANA
y del avance .os asartantes se encontraban frente a una rínea
Gestó¡¡ ANcrr Ven¡s¡
de-
fensiva todavía eficiente, ro mismo ocurre en ra política durante ras grandes crisis económicas (Gramsci, 2003: 81).
Nuestras sociedades ratinoamericanas han avanzado hacia constituirse en genuinas sociedades complejas, del tipo Occidente, por Io cual los análisis de ras estrategiás poríticas en ra actuaridad deben ser vistos a la luz de la gueira de posiciones. Esto implica una apreciación minuciosa de los distintos factores poríticos, económicos y culturales que se articulan en la construcción de hege_ monía y cómo esta se disputa palmo a palmo en cada ,,trinchera,,
aaedio permanente al adversario, una concentración inaudita de Iregemonía que es, también, una nueva forma de hacer política" (1078: 310). Es necesario aclarar también que Gramsci no niega Ia Irrrportancia de Ia guerra de maniobras para occidente, pero esta ae convierte en un elemento parcial y táctico que depende de la entrategia de la guerra de posiciones[16]. En síntesis, la guerra de pclsiciones es la lucha por la hegemonía, es su construcción en las sociedades complejas: así se explicita el nexo entre hegemonía y
estrategia política.
de Ia sociedad[1S].
Por otra parte, es importante resaltar que Ia reflexión de Gramsci contiene una fuerte crítica ar economicismo. Esta crítica se encuentra presente, por ejemplo, en relación con el trabajo de Rosa Luxemburgo, "Huelga de masas, partido y sindicato,,, donde Ia su_ perestructura política e ideorógica aparece como mero reflejo inmediato de la estructura económica, en tanto se plantea que la crisis económica abre ra posibiridad de asarto al poder (es decir, la crisis económica sería un escenario propicio para er triunfo a través de la guerra de maniobras). Gramsci critica esta lectura tanto porque reduce la lucha porítica ar contexto económico como porque se basa en una caracterización errada der tipo de sociedad y de laestrategia necesaria para el desarrollo de un proceso revolucionario. Como ya señalamos, en contraposición a Ia estrategia del ataque frontal como estrategia revolucionaria a ser desarrollada en Oriente, Gramsci entiende necesario el despliegue, en las sociedades de tipo occidental, de la estrategia de la guerra de posiciones, que como señala Buci-Glucksmann ,,responde a una nueva fase histórica que exige una estrategia de largt aliento, un [15] También debemos notar que ra construcción de hegemonía como guerra de posiciones adquiere formas particulares cuando y, .,o u-, ,,previa,, del Estado, sino cuando sus piincipales
iá
E"qJrt"
" t"r"", ," también Eitado, como viene sucediendo en los casos de Venezueía, "/"r."n Argentina, BolÍvia y Ecuador, entre otros Esto implica vis'hrmbrar un proceso de construcción hegemónica que combina de forma singurar dinámicas piovenientes tanto de r, ,á.?"árá p"iri*" como de la sociedad civil. En este caso, ra noción de Estado ampliado en Gramsci parece de suma relevancia. 22
,,desde,,el
Creses v Esreoo
lln el análisis histórico concreto se plantea siempre una tensión r¡ue debe ser tratada cuidadosamente en el plano de Ia teoría: el problema de Ia relación entre clase social y Estado. Vemos en el marxismo clásico una tendencia a pensar los grandes movimientos estructurales de Ia historia en términos del modelo dicotómico de clases fundamentales en el capitalismo, burguesía/proletariado, y ver a Ia fuerza política que conduce al Estado como una expresión directa de la clase en el poder. Esto se vincula con los pasajes de Marx y Engels en los que sostienen, como en El ManiJtesto Comunista, que cuando la burguesía conquista el poder político a través de Ia forma de Estado representativo moderno, "el Poder público viene a ser, pura y simplemente, el Consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa" (1960: 19). Aun así, a la hora de analizar las dinámicas singulares de los procesos históricos situados en las sociedades contemporáneas, debemos procurar alejarnos de toda lectura simplificadora y reduccionista de la relación clase/Estado. Si bien, como señala ,essop, resulta imposible aprehender una teoría uniflcada sobre el Estado en Marx y Engels, ya que ellos "adoptaron diversas aproximaciones y razonamientos de acuerdo a los problemas con los Ios errores ultraizquierdis[16] Como seña1a Campione, Gramsci critica aquí "uno de ias'más clásicos: el querer destruir una construcción social hegemónica por medio de la pura fuerza militar, ignorando la importancia de la lucha cultural" (2006: 35). 23
EsruDro INTRoDUcroRro
I
INTRoDUccióN A LA pERSpEcrIvA GRAMScTANA
que se veían periódicamente enfrentados pero no intentaron nin" guna sistematización en sus diferentes foimas d" 33), sÍ nos parece necesario sostener "";i;;;;'a';;;-, una mirada crÍtica sobre las lecturas meramente instrumentaristas que podrían erigirse de la misma. Como define Jessop, ,,el enfoque instrumentalisia implica simplemente la aflrmación de que el Estado no es un sujeto polÍ_ tico independiente y soberano ,irro ,., instrumento de coerción y administración que puede ser usado para diversos propósitos
por cualquier interés que-consiga apropilrse de é1,, (rsái,-in¡. ,i, caer en el error opuesto de pensar át frtr¿o como indepurdi"r,t" y soberano, es preciso desvincurarse de ras connotaciones tanto economicistas como voruntaristas que podrían arcanzarse extremando los supuestos de la visión irrrtrrm"ntalista. Nos referimos a los derivados economicistas de reducir al Estado , *"ro gur,o, inmediato de los intereses corporativos de tar o cuar crase o fracción, y a los derivados voruntaiistas de pensar ar Estado como independiente y neutral capaz de ,", ,rráo sin mayores problemas por la fuerza que lo conduzcallTl.
A diferencia de la visión instrumentalista, parece intere-
sante rescatar ra perspectiva que construye Nicos poulantzas, retomando elementos clave de la visión que Gramsci tenía sobre el Estado, y que este lee como una
condensación de relaciones de fuerzas, sustanciándoro bajo el criterio d.e autonomía rerativa. Poulantzas (19g1) sostiene que el Estado, sin dejar d" r"pr"r"nt* de manera predominante los intereses de la clase o f.a.ción heg"_ mónica, reviste una autonomía relatíva, en tanto asegura el interés polÍtico general del conjunto del bioque en el poder[lg], organi_ zando el "equilibrio inestable de compromisos, (Gramá.i1 Jr,,r" las distintas fracciones al tiempo que organiza esta hegemonía igualmente respecto de las clases subalternas. Esta perspectiva es coherente con el planteo de Gramsci de que el grupo social en [17] Esta última derivación r se encuentra, según Jessop, en la base de las posiciones
socialdemóc¡atas. como
poulantzas,
señala [18] elbl0que en elpoder "designa una arianza especÍfipa de las clases y fracciones de crase dominani"';ir"tr, zl. isre concepto lo emparenta con el de pueblo como alianza de clases y fracciones subalternas.
Gesróu Aucrl VrRrsl
t;('enso hegemónico debe ceder a ciertas demandas de los Srupos rrtl¡ordinados para construir los consensos que Ie permitan revestll s su propio proyecto de sociedad de cierto cariz universal, para Itr r,rral el Estado que funda debe aparecer con algún grado de autnrrornía, en el sentido de que, como decía Gramsci, debe expresar Ioa intereses del grupo dirigente, pero hasta cierto punto, donde
re ¡luede chocar con aquellas demandas netamente corporativÉ8 cuyo alcance pondrían en riesgo su apariencia universal. sin elnbargo, esta autonomía es relativa porque el Estado es fundado
y, en ese ¡lnra reproducir y expandir al propio grupo hegemónico
aerrtido, es siempre la expresión de un particular. Existe un segundo tipo de tensión que versa sobre la relación entre clase y hegemonía. Por un lado, las clases parten de la estructurrr, según Ia posición y función que los grupos sociales ocupan en
lu producción, aun así las clases rebasan la dimensión estructural y se dan en su dimensión histórica en el terreno de la lucha de claH(!s, atravesadas por todos los niveles de las relaciones de fuerzas. f,or otro lado, ubicamos Ia hegemonía en el momento político de las Huperestructuras, pero que también las rebasa y no puede ser penH¡lda sin sus anclajes estructurales. ¿Cómo es entonces este vínculo
cntre clase y hegemonía?
En este punto se nos plantean dos aportes teóricos de Gramsci que son cruciales para comprender esta relación: el papel «le
los intelectualesy el partido político (el Príncipe moderno); teniendo
en cuenta que es el bloque histórico, en tanto concepto de totalidad, el centro en el cual se resuelve teóricamente dicha tensión. llsto se debe a que, como señala Portelli (7987), el bloque histórico es el vínculo orgánico entre la estructura y las superestructuras y, en ese camino, Gramsci da una expresión concreta a este vínculo: Ios intelectuales, el problema de la lucha ideológica y la estrategia política. pero no hay lucha ideológica ni política sin fuerza política organizada, y aquí entra en escena el Príncipe moderno gramsciano. De hecho, en el pensamiento de Gramsci, Príncipe moderno e intelectuales comparten un mismo núcleo, un mismo rol orgánico: la dirección ideológico-cultural ("reforma intelectual y moral") y la
dirección política (construcción de una "voluntad colectiva").
24 25
EsruDio INTRoDUcroRro
I INTRoDUCCTóN A
LA pERSpEcrlvA GRAMSGIANA
Gastó¡ ANcrL Venes¡
Er. PníNc¡ps MoDERNo
tE PEfNcIpr MoDERNo coMo LIBRo vIVIENTE ElPríncipe moderno tiene origen en las lecturas que Antonio Gral
de vraquiav"rr lrrrr¡, a la tuz de ras :::I1T:r,':.rlerlciye ce s id a des d el movi m ienro re votu dos cualidades esenciales que serán
:,il:,:,,:::,l,ll:",0". iv s d e a n p
"i";;; ;"-ff **'" :;##; cons
;" i'ñ rrruLrtrrrro: X: ;:T:lJ": trata de un "libro viviente,, rrn ";rl" ,,en manifiesto político, -o-;e^^.^:^;;."-'is qr" iá"o_ losíe política nnlíri^..,y ciencia logÍa ^,^--,-"-1,:,:,.r" potÍtica ," fro;;;:fi, ;:;;#LH#::; "f titu t
a
r
co
ce
ció
n
gr a m
scia
n
a
'mito"' (Gramsci, ,O.O?,.r.r,y es la fr"r= pof it íca, el partido, que lleva aderante ra tarea histórica ae runaar ui ,ru"ro Estado. prÍncipe Er en Maquiavero es ra personif,cación simbórica de
I:,ix",ffi :ffi
Ia
voruntadcorecti-
i:,:T:i::fi .T,:Tl"ff :,*",:"T11;i*ll*r;
realizar la educación política ae ¡...¡ ir-"trr" revolucionaria de su ra 'nación' it'ii"''"
L,fr1!;ll,l}"'i::v
(9'"T:d, ióói,
,rTlffff
ii ^,r
no p art ien d o" " manifiesto político, un ,,libro viviente,,, ya que para Gramsci, como porrantiero, ,,ta afirma posibilidrd ;; ;;"rforma¡ un pensamien_ to sobre ra porítica en acción porítica devenía de ra capacidad de construir una ideología_mito,, IZOOO: 151). por otra parte, el príncipe moderno no es un héroe individual, sino que ,,sólo puede ser un or_ ganismo, un elemento de sociedaa en el cual comience a concretarse una voluntad colectiva "o*pi";o recüocida y anrmaaa Orr"rr, mente en la acción. Este organismo ya ha sido dado por el desarrollo histórico y es el partido poiíti"o,, 1Cír_, Jr, rorr, rr¡. La centralidad del mito se vincula con la función de ,,creación de una fantasía concreta que actúa sobre un pueblo disperso y pul_ verizado para suscitar y organizar su voluntad colectiva,, (Gramsci, 2003: 10)' En este sentido, Lt rríncipe *oáur.ro debe mov,izar las pasiones, vorverse pueblo u., l, aorrrtrrr."ión de una voruntad co_ lectiva a partir de la articulación ae t,orgrupos sociales subalter_ nos, dando origen a una fuerza social y poitica transformadora que avance en un proceso de acumulación áe fuerzas hacia ra creación de un nuevo Estado.
",[ üiil: :H"l-":'Jilnff
^C
#:*;
de "libro viviente" está dado por ser un minlfiesto político que, sin ser un tratado sistemático, apela al mito p:ra rnoviliz ar y otganizar la voluntad colectiva de un pueblo, abor-
!:gtin Gramsci, el carácter
árrrrlo en su anáIisis las problemáticas que requieren ser esclareque, tanto en €lder para la concreción de determinado frn político Glra¡nsci como en Maquiavelo, refiere a la necesidad de construc€lán de un nuevo Estado, forjando también las formas organizativáB y estrategias para su consecución. Gramsci habla de libros vivientes en tanto poseen la cualidad de trascender un carácter meramente teóriCo para convertirse en nrotorizadores de la transformación social. Es decir, que conjugan el unálisis científico con el carácter literario centrado en Ia idea del Inito para dar forma a un proyecto político cuya realización requiere de la construcción de una voluntad colectiva. El Príncipe moderno, como libro viviente, en Gramsci to-
lnaría dos cuestiones fundamentales: la voluntad colectiva y la reforma intelectual y moral. Con respecto a la voluntad coTectiva, (.onstituida en objetivo cardinal de la estrategia política, indagaría !tcerca de las condiciones en las cuales esta podría desarrollarse, a partir de un análisis histórico y económico de la estructura social del país y "una representación 'dramática' de las tentativas realizaclas a través de los siglos, para suscitar esta voluntad y las razones cle sus sucesivos fracasos" (Gramsci, 2003: 13). Lareformaintelectual
y moral reflere a una disputa respecto de Ia concepción del mundo, incluyendo una reforma cultural que vaya en dirección de elevar en este sentido a los estratos sociales más bajos ligada, a su vez, a un programa de reforma económica. El Príncipe moderno debe ser quien organice y lidere estas reformas, "lo cual signiflca crear el terreno para un desarrollo ulterior de la voluntad colectiva nacional popular hacia el cumplimiento de una forma superior y total de civilización moderna" (Gramsci, 2003: 15). Gramsci lleva incluso más lejos el carácter radical de Ia transformación social liderada por el príncipe moderno, señalando que el Príncipe-partido comenzaria a ocupar el lugar de la religión en un proceso de laicización de Ia vida construyendo una nueva visión hegemónica sobre el mundo' Hay 27
ESTUDIO INTRODUCTORIO
I INTRODUCCIóN
A LA PERSPECTIVA GRAMSCIANA
que recordar que Ia rerigión es considerada (retomando a croce). que deviene en norma de vida, o ::f:::"::::,":,.r:1.1"_lmundo sea, con capacidad de incidir en ]as prácticas cotidianas. príncipe El nuevo como libro viviente tendría también una parte dedicada ar jacobinismo "en cuanto ejemprificación de cómo se formó y operó en concreto una voruntad corectiva que ar menos en algunos aspectos fue creación." nrro, original,, (Gramsci, 2003: 13). Quintana señala que el espíritu qr" r"r.r,, Gramsci del jacobinismo, y que debe incorporar el lríncipe moderno, es el que refiere "a un partido determinado de ra nuroti,"iJ., Francesa que concebía de determinada manera el desarrollo de la vida gala, con un progra_ ma determinado, apoyándose sobre determinadas fuerzas sociares y que llevó adelante una acción de partido y de gobierno con un método caracterizado por una extrema energía, decisión y resolu_ ción" (2000: 103). Estos temas mencionados der príncipe moderno como libro viviente son también inhe¡entes ,t prrtiao político, ya que es libro viv-ienJe en tanto procura ra transfoimación sociar, para ro cuar estudia las circunstancjas históricas que l,o rodean y busca generar, también en su aperación ar mito, 1a instrucción acerca de ,as herramientas políticas y estrategias para el despriegue de dicha ideorogía-mito, que en Gramsci tienen un cará< al fin de .á.,rt..ri, un nuevo bloque nrr,;.t:t"T;:l::t::'r:: H::: subalternas' Así, este eríncipe-partido deberá desempeñar un rol fundamentar en ra construcción hegemónica de una voruntad colectiva que logre articurar to. r""trilo, subarternos y gestar una fuerza social y política capaz de fundar un nuevo Estado.
Er Pnfxcrp¡ MoDERNo coMo pARTrDo REvoLUcroNARro Gramsci afirma que ,,en la época moderna el protagonista del nuevo príncipe no podría ."1 héroe personal, sino un partido -r,que polÍtico, el determinado partido en ird, _o_"nto dado y en las diversas reraciones internas ae tas diferentes naciones intente crear [...J un nuevo tipo de Estado,, (2003:2g). como señaiarRos, el PrÍncipe moderno se constituye con base en una doble tarea: 28
Gesrón Al¡crl V¿,nrs¡
gn rol ideológico-cultural, que Gramsci denomina como reforma lntelectual y moral, y un rol ligado a la estrategia política, el de eorratrucción de una voluntad colectiva. La reforma intelectual y moral implica una tarea de crítica del orden social y las formas de tlorninación vigentes, sumada a Ia construcción de concepciones del mundo alternativas y Ia difusión de dichas concepciones. La voluntad colectiva está vinculada con la articulación de ese pueblo ellaperso que, superando la dimensión económico-corporativa de lo¡¡ reclamos, alcance la dimensión estrictamente política con el fin de fundar un nuevo Estado. Esta construcción de la voluntad colecllva se vincula con su capacidad de articulación y mwilización de Ios grupos sociales subalternos, en un proceso de universalización, Fil tanto los intereses y demandas de esta fuetza social y política como aquellos ¡ruedan aparecer como portadores del bien común, La tarea nacionales. (:üpaces de dar desarrollo a "todas" Ias energías clel partido es entonces la de crear y organizar esa voluntad colectiva, de Ia cual él mismo es Ia expresión más activa, y emprender una reforma intelectual y moral en esa misma dirección, disputando la influencia ideológica y cultural de los otros grupos sociales. Así, debe servir de elemento cohesionante para el despliegue de la estrategia política y la construcción de hegemonía. Aquí podemos observar la revalorización de la subjetividad en Gramsci como un elemento central de la política que conlleva necesariamente la formación de una nueva concepción del mundo, la construcción de un sujeto-pueblo con base en una labor permanente de organización y conciencia, que apela también a la pasión. Gramsci parte de la concepción del partido político como expresión de un determinado grupo social y, en ese sentido, sostiene que "cada partido no es más que una nomenclatura de clase" (2003:32). Gramsci admite que los partidos orgánicos a cada clase puedan aparecer divididos en fracciones y presentarse como partidos particulares diferentes y que "con mucha frecuencia el Estado Mayor intelectual del partido orgánico no pertenece a ninguna de esas fracciones pero actúa como si fuese una fuerza dirigente totalmente independiente, superior a los partidos y a veces considerada así por el público" (Gramsci, 2003: 29). Este sería, por ejemplo, el caso de los periódicos y Ia prensa informativa que, si bien pueden 29
EsruDro INTRoDUcroRio INrRoDUccróN I A LA pERspEcrivA GRAMscTANA
Gestóu Aucrl Vln¡sI
Ilamarse a sí mismos ,,apolíticos,, ,,independientes,,, o defiende reproducen, en condiciones normales, los intereses fundamer les y la concepción del mundo ae t, cias" a la que son orgáni como lohace piotte (1s73),que si, por un li I::::::lil" tas fracciones1e;alcar,
partido orgánico, "partidos", se encuentran muchas der
:::":,::;:+;,,ffi
or".iJ"*ál#;;i#Jj
,"""" u, situación
de dis .:'I"TX';T;"":,1T1',::,:: j;'íJ:X
por ejemplo, en coyunturas erectorares o respecto de factores s cundarios (no ros fundamentares que atañen a la dominación de
;;;;;;;ffiffi;J ubicá por
Gramsci fue secre?¡ftteto Comunista Italiano, del cual Antonio hasla 7927' Bordiga, a desplazó cuando 1924, Fl€ general desde pot su compareemplazado fue Feio, ya prisionero del fascismo, c Palrniro Togliatti. partido, profundiliH por esto que Gramsci, como hombre de p en euáles son los elementos fundamentales del partido revoluseñala tres' Un elemento ágnutto y, en una nueva analogía bélica, que aportan partlclpaclon' por los "soldados", $lmario, compuesto y f,delidad pero que no se caracterizan por altas cualida-
ilfelptina á:t *,, cuanto
;; SlTi' "l_1ii-'^"^-l:: como organización particular y concreta, " ffi;;"mento para la resolución de uno ", d"d de ";;;la vida o varios problemas na_ cional e internacional. Luego de esta introducción general a la concepción gramscia_ na del partido, es necesario señalá. la activa prrticipr.iO-., O"ii,r", que tuvo Gramsci en su vida y el instrumento político específico al que él aportó en busca de ,a cánfiguración de ese príncipe moderno:
disciplina debe no comórdenes de cumplimiento un ¡:f éntendida aquí, no como de despliegue del pfenrlidas, sino como la asimilación consciente podría no partido ír polftica partidaria. Gramsci reconoce que el ellos, ya que EIlEtir sin ellos, pero tampoco podría existir sólo con (estos nére§itan de una fuerza que los cohesione y los direccione Ia oposición con vincula lotr los "capitanes"). Según Piotte, esto se de la masas, de Gramsci a las teorías basadas en ]a espontaneidad por qLle generan movimientos esporádicos fácilmente reprimibles su lá ctáse dirigente, ya que "las masas, comprendiendo en ellas permaacción una cabo a parte más consciente, no pueden llevar ir.r',," y continua si no se hallan encuadradas en una organización 7973: 50)' El segundo elemento' f rrertemente estructurada" (Piotter, ,,capitanes,,, corresponde a los cuadros superiores del partido Ios e incluye a los grandes organizadores, teóricos y estrategas' Es "el elemento de cohesión principal, centralizado en el campo nacional' r¡ue transforma en potente y efrciente a un conjunto de fuerzas" (Gramsci, 2003: 33) y está dotado de capacidad de inventiva y conpoclucción política. Gramsci considera que, si bien el partido no primordial el dría funcionar sólo con este elemento, es sin embargo
[19] También parece interesante recalcar que, en determinadas coyunturas, dios de comunicación pueden ,urnaor*
yaque..unejércitoexistenteseríadestruidosi]ellegasenafa]tar los capitanes, mientras que la existencia de un grupo de capitanes' acordes entre sí, con frnes comunes, no tarda en formar un ejérci-
:i:::":::i^i:]:,.]i":, y desligados de 1"":" tos intereses
ciones
fuera de estas organiza.
;";,i;i;;, o"'"r,#illu"
más sensibles a los intereses fundamentales de la clase y a la planificación política
de largo plazo[1.91. fr, sentido, ]a relación partido-clase no es una relación dlr"ltr, de"rt" expresión de intereses como reflejo, sino una acción dinámica, compleja, relacionada con la construcción de hegemonía.
,*:::,_:^1.:l:l
.oor".":.,"os en Gramsci una dobte acepción
jj.l"_':ll:partido:unanociónr*pu;-";l;il",;ffi ;;T"':"J ::::'i::1"-*ía
general superior o_",
*
d
er
á tas
partid
o
aistiniür*J;;"#;"1 "'
il;:ffi;, il *iL';
10s
me-
rir1"rgr. álTur,roo rayor intelectual,,para ocupar una posición expresamente de ,,partid-o,; ,un,roo más especÍñco. Esto ocurrlo, por ejemplo, con el estallido "., aui.o"ni.,o".,,*rario en la Argeniina en 2008, cuendo los principales grupos mediá1t;;;;;;;"."abandonaron el rol de orientacron estratégica y general para situarse ai.*ir-*""" en u¡o de los bandos e4 conflicto, oficiañdo á'.';";;J;;;;:1'.,'^i'j::::,T:"t: partidos de oposición, situación que continuarí, án los ,¡"r.ü"i""ilr.-' ssrru,rÜs
a Ia planif,cación y organización. La
to aun donde no existe,,(Gramsci, 2oo3:33). El tercer elemento es el medio, es decir, Ios cuadros intermedios, que son articuladores de los otros dos elementos y los ponen en contacto físico, moral e intelectual, en el sentido de que son el carril orgánico que los co' munica con Ia dirección y asimismo desempeña un valioso papel
3o
3r
ESTUDIO INTRODUCTORIO
J
en Ia formación de los soldados. Este elemento es también de gran importancia, ya que en caso de ser eliminados los ,,capitanes,,, se constituirá en el fermento de donde surgirán nuevos .rrdro, ,rpu_ riores. Gramsci aclara que estos tres erementos no son estancos. En este sentido, es fundamental la tarea que desarrollen el segundo y tercer elemento en ra instrucción política de ros sordados; ef artido cumple una función de creación constante de erementos dirigentes que multiplican su acción porítica en tanto aportan a consori"dar er rol del partido como movirizad.or de Ia voruntad corectiva y reformador morar e interectual, procurando desarrouar ar máximo ras capacidades de todos sus miembros y con un fluido pasaje entre los distintos elementos. Así, Gramsci concibe que ra fármáción ¿e cuadros es una tarea fundamental del partido político. El principio que Gramsci promovía para Ia organización es_ tructural y Ia vida de su partido es el centralismo democrático: El carácter "orgánico" sólo puede pertenecer ar centrarismo democrático, que es un centralismo en movimiento, vale decir, una
continua adecuación de 1a organización ar movimiento rear, una capacidad de equilibrar el impulso de la base con las directivas de la superioridad, una inserción continua de los elementos que surgen de 1o profundo de la masa en el sóiido marco del aparato de direc_ ción, el cual asegura la continuidad y la acumuiación regular de las experiencias (Gramsci, 2OO3: 92).
Gramsci considera que esta dinámica de ida y vuerta entre ros tres
elementos constitutivos der partido tiene un varor preponderante para evitar que er centrarismo democrático degenere en un centralismo burocrático, donde se estancaría este movimiento y el grupo dirigente buscaría perpetuarse en forma indefrnida prr, ,."-grr* sus privilegios. En este caso, el partido aparecería como un fin sí mismo, disociándose de su ror como herramienta "r, de transformación social. El centrarismo democrático consiste en er funcionamiento fluido entre los distintos erementos der partido generando, en términos de Piotte, una "corriente de ósmosis,, donáe los cuadros superiores provienen de los intermedios, mientras que estos provienen de los soldados. A su vez, Ios "capitanes" organizan aros cuadros intermedios, y estos a los soldados, garantizando, por un 3¿
GesróN ANcu. ve¡,rsl
]NTRODUCCIóN A LA PERSPECTIVA GRAMSCIANA
Iudo,
la democracia interna del partido, y por el otro su carácter
orgánico y centralizado.
Es importante recordar que Ia base organizativa propuesta partido _formulada por Gramsci y Togliatti en las Tesis de
para el
l,yo.,,p*."r,tadasenTg26paraellllCongresodelPartidoComunista rialiano con el objetivo de avanzar hacia la "bolchevización" del partido- es la organización por células a partir del lugar de trabajo' Al respecto, ambos señalan que "la organización por célula implica que en el partido se forme un estrato bastante amplio de elementos dirigentes [...] que son parte de la masa y permanecen en ella aunque desempeñen funciones directivas" (Gramsci y Togliatti ' \984" ia¡. r." céluia sería Ia forma organizativa por excelencia para Ia vincuiación constante del partido con la masa' Duverger, en Los Partidos Políticos (1961), distingue dos rasgos fundamentales en Ia célula: la base de agrupación y el número de miembros. La célula descansa principalmente en una base profesional, según el lugar de trabajo o de desempeño cotidiano de talos reas, pero también se contemplan células locales para reunir a con territorial. militantes dispersos en torno a una construcción respecto al número, Duverger señala que la célula debe partir al óptimo entre quince -uro, de tres miembros y alcanza su número que hacen de la célula cualidades las y veinte. También remarca anteriores: las una forma organizativa superadora de Se
trata, en primer lugar, de un grupo absoiutamente permanente'
puestoqueestáformadodondeseencuentrancotidianamente]os miembrosdelpartido'Fueradelasreunionespropiamentedichas,el contacto entre sus miembros es constante. A ia entrada o salida del
trabajo,elsecretariopuedefácilmentedifundirconsignas'repartir tareas, controlar la actividad de cada cual. Acción tanto más fuerte
cuantoelnúmeromediodemiembroseSpocoe]evado[''.]Resulta también que los miembros de la célula se conocen bien, y que Ia solidaridad hacia el partido se hace más fuerte (Duverger, 1961: 58)'
Duverger entiende que estos factores también son de especial utilidad en tiempos de clandestinidad. para concluir, debemos recordar que el accionar del Príncipe moderno se orienta, en materia de estrategia política para las 33
EsruDro INTRoDUcroRro
I INTRoDUccTóN
Gestóu Axcrl Vrnrs¡
A LA pERSpEcrrvA GRAMScTANA
sociedades complejas, a la propuesta de Gramsci de guerra de po_ siciones, que requiere un esfuerzo prorongado de construcción de hegemonía' Hegemonía que implica Ia construcción de concepciones del mundo alternativas a partir de una crítica á"r-"rL ,"_ cial imperante y que, en este sentido, se relaciona con la dirección cultural, con la reforma intelectual y moral. Hegemonía que es al mismo tiempo estrategia política paia ta conformación de una vo_ luntad colectiva, que organice ro áisperso y mov,ice ras pasiones. Una voluntad colectiva que Gramsci define como nacion al y popular. Nacional porque Gramsci retoma la concepción de Marx áu ql" f, revolución es nacionar en su forma e internacional en su contenido, porque si bien el capitalismo es un modo de producción que se expande mundialmente, cada eseenario nrcion"l, aor, ,, propio Estado, partidos, sindicatos, tradiciones culturales, etc., constituye el ámbito concreto donde se desarro,an Ias luchas cotidianas configurando el marco de la acción de las distintas fuerzas. Gramsci observa ra importante capacidad de interperación de Io nacional así como el peso der Estado-nación como espacio de desarroro de la estrategia política: frente a la derroia del proceso revolucionario llevado a cabo entre 1g1g y lg2oder cuar fue partícipe, Gramsci concluyó: "no conocÍamos Italia". Aparece entonces ra imposib,idad de reducir mutuamente clase y nación, y con esta imposibilidad emerge la necesidad de comprender al conjunto de agütes y a ta cultura de un pueblo. Así, cobra importancia to popuúr porq'r", .i bien afirma la centralidad en la clase obrera _viendo en los produc_ tores directos de prusvaror er sujeto crave para ra transformación social por ocupar er centro de ras contradicciones en ra reración capital/trabajo-, no se rimita a esta, sino que debe articurar ar conjunto de grupos sociares subarternos Lt fin de universarizar sus "o., intereses y construir,una nueva hegemonía que logre confrontar conla dominante y derrotarla; así, ios sujetos suba=lternos deben conformarse en pueblo[20]. En este sentido, Gramsci observa que
[20] En el caso de Italia, Gramsci rearizaba la autocrítica respecto de las dificultades que había tenido el movimiento our"ro ,uroiu.ioir.iJ a"r ,;,i.ularse con los reclamos der campesina¿o a"r r"r v, á"ti"oo , para poder conformar la voluntad colectiva nacional_popular. "rro,
""..i;;"i;;; ;il
es clave el rol tanto del partido político como de los intelectuales,
para organizar la nueva concepción del mundo, dar homogeneidad
y conciáncia al grupo social de sus propios intereses y objetivos' construir la unidad de ese pueblo disperso y movilizar las pasiones para el desenvolvimiento de la estrategia política'
Los ¡NTSLTCTUALES EN EL PENSAMIENTO GRAMSCIANO INTELEcTuALES: ALGANCE Ir,tÁxIuo v ruNcIóH uspucÍrlce otro Junto al enfoque del Príncipe moderno, Gramsci desarrolla covoluntad la de conformación la a componente clave en cuanto los y cultural: política lectiva nacional-popular y a su dirección prese intelectuales. ¿Pero quiénes son los intelectuales? Gramsci gunta si los intelectuales son un grupo autónomo o si cada grupo social tiene una categoría propia y especializada de intelectuales. Encuentra que en la historia se han dado dos modos fundamentales de formación de intelectuales. En primera instancia señala: Cadagruposocia],alnacerene]terrenooriginariodeunafunción
y esencial en el mundo de 1a producción económica, se crea conjunta orgánicamente uno o más rangos de intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de Ia propia función, no sólo en el campo económico sino también en el social y en el político (Gramsci, 200a:9).
En el capitalismo, junto con el empresario aparecen también los técnicos y especialistas que dan forma a la nueva economía, organizan Ia cultura, el derecho, etc. En síntesis, con cada clase se crea y forma un grupo de intelectuales orgánicos que son fundamentales prr, ,r, desarrollo y para la conformación de una concepción del mundo acorde a sus intereses que, a su vez, le permita aparecer como el portador del "bien universal", dando homogeneidad y conciencia al propio grupo al tiempo que avanza hacia la dirección política y cultural de los grupos subalternos.
Ensegundolugar,Gramsciidentificaunconjuntodeintelec. principalmente a estructuras económicas como portadores de una continuidad que y aparecen precedentes histórica no interrumpida. EI ejemplo característico, que Gramsci tuales tradicionales ligados
34 35
EsruDro INTRoDUcroRro
I INTRoDUccTóN A
GesróN A¡¡cEL Vlnnst
LA pERSPEcrrvA GRAMSCTANA
señala, es er de los ecresiásticos, que si bien en su momento fueron
intelectuales orgánicos de Ia aristocracia terrateniente, perviven en sociedades posteriores, incruso aunque haya desapaiecido la conducción política del grupo sociar que Ie dio origen. Esta continuidad les permite forjar, a los intelectuales tradicionales, un espíritu de cuerpo y generar Ia percepción de sí mismos como autónomos del grupo social dominante. Estas dinámicas a su vez tienen implicancias superestructurales sobre otros grupos de inteIectuales -como Gramsci observa en su época respecto de Ia firosofía idealista-, QUe asumen para sÍ mismos Ia creencia de constituir una categoría de interectuales independientes de 10s poderes establecidos (Gramsci, 2OO4). Luego Gramsci se pregunta sobre la amplitud de Ia categoría de los intelectuales, indagando cuál es el límite máximo qu" trlirma admite' En este punto señara que er error más difundido es e, de identificar a los intelectuales sólo con aquellos qr" a.r"rrottr' actividades específicamente interectuares y no haber buscado esta categoría partiendo del entramado de relaciones sociales en que estas actividades se enmarcan y de los grupos sociares a los cuares se vinculan. Así, Irega a visuarizar er rímlte máximo de ra categoría: Todos los hombres son intelectuales, podríamos decir, pero no todos
artista, un hombre de buen gusto, participa en una concepción del por eso conmundo, tiene una consciente línea de conducta moral' y tribuye a sostener o a modificar una concepción de1 mundo' es decir' a suscitar nuevos modos de pensar (Gramsci, 2004:13)'
Ia consEsta afirmación es de gran importancia a la hora de pensar funsocial grupo que todo que implica ya trucción de hegemonía,
damental, independientemente de la tarea específ,ca que realiza en el ámbito de Ia producción, puede generar su propía categoría
u"'"tt::Hilit;"n"r"
esta perspectiva acerca de ,a amplitud de la categoría de los intelectuales en su abordaje sobre la articulación los entrá filosofía, religión y sentido común, afirmando que "todos que hombres son'filósofos"' (2008: 7). Esta premisa se sustenta en la cual "todo es posible dar cuenta de una "fllosofía espontánea" de clave factores de el mundo" participa, brindándonos un conjunto consu mundo' para pensar la gravitación de las concepciones del iormáción y disputa, que tienen un lazo indisoluble con Ia hege-
monía. Esta ñlosofía espontánea se encuentra contenida en tres anclajes:
a) En eI lenguaje, que no es neutro ni inocuo, sino que
los hombres tienen en la sociedad Ia función de Íntelectuales [...]. Cuando se distingue entre intelectuales y no intelectuales, en rea_ lidad sóro se hace referencia a Ia inmediata función sociar de ra categoría profesional de ros interectuales, es decir, se tiene en cuenta la dirección en que gravita el mayor peso de la actividad
específica profesionar, en la eraboración inteiectuar o en er esfuerzo nerviosomuscular. Esto significa que si se puede hablar de intelectuales, no tiene sentido hablar de no intelectuales, porque ios no_intelectuales
sentidoycontenidoqueexpresaunavisióncrista]izadade ya que como 1o social. Es f,losofía y cultura de uso cotidiano, enfatiza Gramsci, en el lenguaje está contenida una determinada concePción del mundo.
b)
delasociedadydelascontradiccionesquelosatraviesan'lo cual habilita un primer paso hacia la distinción en términos
específicamente
del homo
faber
sapiens. Cada hombre, considerado fuera de ,, p.ofesión, despliega cierta actividad interectuar, es decir, es un ,,filósofo,,, un 36
En la participación del sentido común y los núcleos de buen sentido, que representan la capacidad de los grupos sociales
de tomar conciencia del lugar que ocupan en la estructura
no existen. pero Ia misma reración entre esfuerzo de eraboración intelectuar-cerebral y esfuerzo nervioso-muscurar no es siempre igual; por'eso se dan diversos grados de actividad
intelectual. No hay actividad humana de la que se pueda excluir toda intervención intelectual, no se puede separar el homo
posee
un conjunto articulado de nociones y conceptos cargados de
de clases.
c)
En la participación de distintas variantes de religión popu-
Iarydelfolklore,entendidocomounsistemadecreencias' supersticiones y modos de ver y actuar arraigados en un pueblo. 37
ESTUDIO IWTNOOUCIONTO ,NTRODUCC¡óU E I
IE
De este modo, todos son partícipes al menos de una filosofía es_ pontánea en tanto que en la más mínima actividad intelectual está contenida una concepción del mundo, lo cual nos pone frente a la problemática del conocimiento y er rol de ra crítica. Aquí se abre una disyuntiva fundamental que está en la base de cualquier proceso emancipatorio posible: se puede participar de una .or,""p.iór, d"l mundo "'impuesta' mecánicamente por er ambiente exteriro, o sea, por uno de los tantos grupos sociares en que uno se encuentra incluido" (Gramsci, 200g: g) o se puede elaborar la propia concepción del mundo de manera consciente y crítica. pero Gramsci plantáa, en esta misma mirada sobre la actitud crítica y Ia toma de conciencia, el terreno que constituye el punto de partida: la propia esfera de actividad; porque como decían Marx y Engels (fSAS) en La ideología alemana,los hombres son lo que hacen y cómo Io hacen. Esta esfera de actividad es la base para entrar en el mundo consciente y par_ ticipar activamente en ra eraboración de ra "historia der múndo,,, en tanto implica como punto de partida comprender en qué lugar de la estructura uno está inscripto. Aquí visuálizamo, o,ro pr"rr," sólido con su enfoque de los intelectuales orgánicos; cada grupo social, situado en un espacio determinado de ra producción-de la vida material, crea una categoría de intelectuales que aportan a la conformación de Ia propia visión del mundo, a la-organización y homogeneización del grupo, es decir, a su reconocimiento como coIectivo objetivo en er prano de las reraciones sociares de producción (más allá de la voluntad) y como sujeto en el prano de ra historia a través de la batara porítica e ideorógica en la que se constituye la voluntad colectiva. En este punto aparece una lectura dinámica y rica de la rela_ ción entre estructura y superestructura: el hombre como ser corectivo, en el terreno de ras reraciones de producción, está fracturado en clases sociales a partir de un conjunto de coordenadas, siendo la principal la relación trabajo asarariado/capital que divide el campo de lo social entre propietarios de medios de producción y los despo_ seídos de los mismos que sólo tienen para vender su fuerza de tra_ bajo' Pero al mismo tiempo Gramsci dice: "por ra propia concepción del mundo se pertenece siempre a un determinado ágrupamiento,, (2008: 8)' Entonces existe Ia posibilidad de una dobre pertenencia 38
G¡sróu ANcEL Vanus¡
PERSPECT,VA GRAMSCIANA
y que se que vuelve a poner el foco en la lucha por Ia hegemonía consustanarrastra ancla en las contradicciones que el capitalismo cialmente sobre la humanidad entera y muy particularmente sobre social: Ios que ocupan las posiciones subalternas en la producción incomundo del visión una tener usual, es posible, y en general es social terreno el en Y'Pata heiente con el propio lugar que se ocupa de decirlo más claramente, se puede ser un explotado y participar que lo Ia visión del explotador[21]. Por eso, como sostiene Gramsci' mediayactúadebasedecualquierposibiiidaddeliberaciónesel ,,conócete a ti mismo", porque además, "cuando la concepción del se mundo no es crítica ni coherente, sino ocasional y disgregada, pertenece simultáneamente a una multiplicidad de hombres masa" Ia defrnición misma que Gramsci da al sentido 1ZOOa, 8) y esta es absorbida com,jn, eniendiéndolo como una concepción del mundo que se los en acríticamente de numerosos ambientes culturales desarrolla la individualidad moral del hombre medio; una concepinción del mundo disgregada e incoherente, que generalmente es Aquí multittrdes. las de congruente respecto de la posición social
Gramsci se e-videncia el papel liberador de la crítica, porque según propia concepción del mundo es tornarla consciente; o
criticar la
cuáles sea, ver cuáles son las ideas que nos atraviesan y componen' implica Esto constituyendo' son esos hombres-masas que nos están
desnaturalizar las ideas y los valores, percibirlos como una construcción producto de una lucha histórica, comprendiendo que estos y no son inocuos sino que se vinculan con intereses determinados cosentido el eso Por social. orden que habilitan la reproducción del mún es siempre el sentido común dominante de una época y tiende a expresar, de forma difusa y no lineal, la resultante del conjunto las de relaciones de fuerzas, porque cristaliza toda la historia de que los grandes meUn ejemplo de esto puede encontrarse en Ia estigmatización
[21] Ias álo, ¿" áo-úr,icación generan sobre las distintas luchas sociales, por ejemplo, popular'
y movilizacionÉs sindicales, permeando un desprecio por la lucha extenderse coheienie con los intereses de los ,".ior"r patronales, que suele también frases como "dejen de á ,".,or", de las propias clases subalternás (visualizable en históricamente hacer quiiombo y ,*yr.t a laburar") las cuales se verítn y se han visto han ü.""nJi"a* por-el tiiunfo de las p;otestas, a través- de 1as cuales los trabajadoresobras salariales, jornada aumentos 1aboral, Ia de horas de i"giáá" f, disminución so-ciaIes, jubilaciones, vacaciones pagas, entre otras conquistas'
t"Jg"t
39
EsruDro INTRoDUcroRro INTRoDUccTóN A LA pERspEcrivA GRAMScTANA I
luchas con sus particulares derivaciones, que no siempre son exclusivamente favorables a las clases dominantes en todos sus pun_ tos, en tanto ras resistencias y conquistas de ros grupos subarternos también tienen incidencia. Pero entonces, si todos son, en términos amplios, intelectua_ les, ¿cuál es la impricancia y ra función específrca áe ra categoría de intelectual? ¿En qué momento esta capacidad general de los hombres
de ser "fi,ósofos" o interectuaies comienza a cumplir un ror en ra construcción de hegemonía? Esta pregunta ya ha sido resuerta en los pasajes precedentes y Gramsci lo identifica craramente: esto se produce a partir der desarroilo de la crítica consciente, que constituye un punto de inflexión ya que permite deverar la concepción del mundo que se posee, observar en ella la hegemonía construida por los grupos sociales dirigentes y generar un momento de ruptura que abra paso a la eraboración de una concepción del mundo del propio grupo social ar que se pertenece. sin este paper de Ia crítica no hay posibilidad de desarrollo de una hegemonía alternativa. Es por esto que la función de los intelectuales es la de impulsar una reforma intelectual y moral, en el proceso en que un nuevo tipo de sociedad se crea junto a una nueva superestructura, y esta reforma sólo puede iniciarse a partir de la crítica.
Le nrronuA INTELECTuAL y MoRAL y
EL RoL DEL
MARxIsMo
Pero ¿qué elementos conreva una reforma interectuar
y moral?
Podemos realizar una aproximación a esta problemática a tra_ vés de Ia crítica que Gramsci hace al Ensayo popular de sociología de Bujarin, trabajo eraborado para ra difusión masiva der marxismo en la naciente unión soviética, ya que en esta crÍtica Gramsci exhibe su concepción de ra artículación interectuares/masaen er proceso de dirección ideorógico-curturar que constituye un eje crave de ra construcción de hegemonía. La tarea de la crítica atraviesa distin_ tos momentos. pone como punto de partida Ia realización de una crÍtica de Iaflosofía del sentid.o común, que es, como ya señaiamos, una concepción der mundo disgregada, absorbida acríticamente de los distintos ambientes curturares en los cuares el individuo se va 4o
Gestó¡¡ ANcrl V¿nnsI
formando, y que por lo general no guarda estricta coherencia con Ia posición social de las multitudes. Es incongruente precisamente poiqr", si no hay pensamiento crítico, se participa de concepciones del mundo impuestas por otros Srupos sociales, que expresan sus propios intereses. Entonces, la formación de un grupo social homogéneo se articula con la elaboración de una filosofía desarrollada también contra eI sentido común, por ser homogénea y sistemática (Gramsci, 2008). La crítica debe partir del sentido común, romper con él y abarcar también las formas más elaboradas del pensamiento hegemónico. En este punto Gramsci critica a Bujarin por no haber discutido con 1o más avanzando del pensamiento con el que confronta, sino, más bien, con sus caricaturizaciones, y se,,una ciencia obtiene la prueba de su eficacia y vitalidad ñala que cuando demuestra que sabe enfrentar a los grandes campeones de las tendencias opuestas, cuando resuelve con sus propios medios Ios problemas vitales que estos han planteado, o demuestra perentoriamente que tales problemas son falsos" (Gramsci, 2008: 138)' Gramsci es particularmente duro en su ciítica al trabajo de Bujarin porque entiende que el marxismo es la concepción del mundo fundamental tanto para el análisis crítico de las sociedades capitalistas como para su subversión superadora' Gramsci sostie.r" qr" Marx y Lenin son ambos creadores de esta concepción del mundo. según Gramsci, Marx realiza el paso de la utopía a la ciencia, que involucra también el paso de Ia ciencia a la acción; porque como decía Marx (1845) en Ia Tesis XI sobre Feuerbach, los filósofos se estaban dedicando a interpretar el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo. Así, el marxismo es una concepción del mundo porque contiene una teoría, con sus supuestos filosóficos, sus estrategias metodológicas, constituyéndose en ciencia, pero además trasciende el plano del análisis porque en su propia lectura están involucradas las guías para la acción, y es por esto que Gramsci lo denomina como flosofía de la praxis. Este es justamente
el movimiento dialéctico del materialismo histórico: indagar las fuerzas de la historia desde un perspectiva holística, de totalidad, que hace énfasis en la reproducción de Ia materia, en cómo los hombres entran en relación entre sí para transformar Ia naturaleza y satisfacer sus necesidades -evento que Marx y Engels (1985) 4t
EsruDro INTRoDUcroRro
I
INTRoDuccróN A LA pERSpEcrrvA GRAMSCTANA
ubican como ,,primer hecho histórico,, en La ideología alemana_, en_ tendiendo que los hombres son lo que hacen, por lo que el foco parte del análisis de los procesos de trabajo y tiene centralidad en las relaciones sociales que articulan a esos grupos de hombres. En el análisis de ras sociedades capitaiistas, er marxismo da cuenta de que los grupos humanos se encuentran divididos por relaciones de clases, en tanto el producto generado colectivamente es apropiado privadamente en virtud de ras reraciones de propiedad d" ro, medios de producción. La existencia de una minorÍa propietaria de los medios de producción supone la existencia ae ,r.ra mayo_ rÍa desprovista de los mismos. AsÍ, Marx observa cómo los grupos sociales fundamentares de las sociedades modernas están articuIados a través de una relación contradictoria: una relación de explotación, donde el trabajo es colectivo pero su fruto es apropiado privadamente dando origen a ra acumulación del capitar. y, á".a" Io más genérico del pensamiento marxista, el análisis motiva a Ia acción: identificar las dinámicas políticas, económicas y culturares de una sociedad, visuarizar sus contradicciones y desdl arítrazar las estrategias para transformarlas. Ahora bien, si en Marx se ve ei énfasis del paso de la utopía a la ciencia, Gramsci se pregunta qué lugar ocupa Lenin, si es un lu_ gar subordinado. y sostiene que no, que Lenin realiza el mismo tra_ yecto: "la fundación de una clase dirigente (esto es, de un Estado)
equivalente a la creación de una Weltanschauungf221,, (Gramsci, 2008: 81)' Lenin encarna Ia rearización concreta del marxismo como
concepción y, simultáneamente, Gramsci reconoce en Lenin Ia re_ Ievancia del concept o d.e hegemonía, diciendo que ,,la hegemonía realizada signiflca ra crítica rear de una firosofía, su rear áiat¿ctica" (2008: 8r-)' si cada crase dirigente que funda un Estado contiene una concepción del mundo, entonces, el proceso revolucionario es la realización diaréctica de ra crítica a esa concepción del mundo, pero no una crítica ideológica desgajada de la acción, sino que jus_ tamente Ia crítica rearizada es acción transformadora, es construir la fuerza político-sociar que actúe sobre las contradicciones de una
[22] Concepción del mundo. 42
GestóN Al¡crl Vennsl
sociedad particular en una época determinada para cambiar las reiaciones de fuerzas en todos sus niveles y dar lugar a la fundación partir de un nuevo Estado, a la formación de una clase dirigente a los dode Ia subalternidad, de de los que antes ocupaban el centro como minadás y los explotados en el par dialéctico trabajo/capitál unidad fundamental de las sociedades burguesas. si tanto Marx como Lenin contienen Ia relación ciencia-acción, Marx encarna el origen, la fundación de la ciencia, superando 1a utopía, y Lenin es Ia materialización de esa ciencia como momento de Ia acción realizada; es el realizador del marxismo como concepción del mundo en Ia conformación del proletariado como clase dirigente, en alianza con el campesinado, generando un bloque popular que dio lugar a la fundación de un nuevo Estado: la unión soviética como primer Estado de las clases subalternas devenidas en dominantes' En síntesis, tanto Marx como Lenin resultan clave en la con-
formación y desarrollo del materialismo histórico o marxismo[23], en una dinámica que implica la articulación teórico-práctica de la construcción de concepciones del mundo, tanto en 1a confrguración y difusión de una batalla que transculre en el plano de las ideas y de Ia cultura, como de su desenvolvimiento práctico en dirección política y que altera, asimismo, las relaciones de producción' A su vez, Gramsci rescata 7a unidad de 10s elementos constitutiuos del marxismo, dada por eI desarrollo dialéctico de las contradicciones entre hombre y materia (naturaleza-fuerzas materiales de producción). Señata que filosofía, economía y política son elementos constitutivos de toda concepción del mundo, por lo que debe haber articulación, traducción entre uno y otro elemento. En la economíael centro unitario es el valor (teoría del valor-trabajo), es decir, Ia relación entre el trabajador y las fuerzas de producción' Por esto, la teoría d.el valor-trabajo de Marx es clave: la fuerza de trabajo como única mercancía productora de un valor mayor al costo de su reproducción, que es apropiado privadamente por las clases dominantes para sustentar no sólo su propia reproducción como clase cristianismo, entendiendo que [23] Gramsci realiza una interesante analogía con el rrr"rr.o.r.epción del mundo precisa tanto de su creación originaria: lesús-Marx, como de su expansión y realización práctica: San Pablo-Lenin'
,.r.,á
43
Esruoro INTRoDUcToRIo INTRoDUcCIóN e J la pERSpEcrlvA GRAMScIANA
Gasró¡¡ ANcr¡" Venrsl
sino la acumuración der capitar mediante er reingreso de parte del plusvalor al proceso productivo ampriándoro en escara
.ru"i"rrtu 1".
por esto que Marx ya desde un inicio ve que er capitarismo tiene una tendencia a su mundialización, porqr" su ampliación constante está en su propia esencia, profundizaáa además por Ia competencia inter-capitarista)' En ra firosofía, er centro es la praxis, o sea la unidad de teoría y práctica, de condiciones espirituares y condiciones materiales, unidad entre la voluntad humana (superestructura) y la estructura económica (recordando la propuesta lramsciana de po_ der pensar al hombre mismo como br,cque históiico). En Ia porítica, se destaca la relación entre el Estado y Iá sociedad civil, o ,", l, ir,_ tervención der Estado para dar forma y conducir er ambiente sociar general; educar al educador, o sea dar forma a lo que forma, porque la sociedad civil, que remite a los espacios ,,privaáos,, ae párticipa_ ción voruntaria o que también podrÍán ser pensados como ámbitos de vida pública no estatar -tares como partidos, sindicatos, igresias, medios de comunicación, centros de fomento, clubes, entre otros_ es el ámbito primordial de construcción de sentido y hegemonía. La reciprocidad entre estos elementos constituye la unidad del marxismo como concepción del mundo. Esto lleva a Gramsci a dos reflexiones:
1) Reciprocidad no es reducción de una dimensión a otra.
a un grupo, a una sociedad" (2008: 105).
Ia concepción del mundo, los problemas que presenta el desarrollo concreto de la misma tienen que
2) Aun siendo unitaria
ver con los distintos momentos históricos que transita una sociedad y cómo se desenvuelven las fuerzas en su interior. Por eso Gramsci retoma a Rosa Luxemburgo para pensar cuáles son los problemas actuales, porque corresponden estrategias particulares cuando un grupo social se encuentra en una fase económico-corporativa, o cuando lucha por Ia hegemonía en la sociedad civil o cuando se plantea Ia construcción de un Estado donde, dice Gramsci, "todas las superestructuras deben desarrollarse, so pena de disolución del Estado" (2008: 100).
De
ahí que Gramsci desarrolle una fuerte crítica al economicis_ mo, diciendo que ,,la pretensión (presentada como postulado esencial del materialismo histórico) de presentar
y u*por",
cada fluctuación de Ia polÍtica y de Ia ideologÍa .o-o ,.,, presión inmediata de la estructura debe ser "*_ combatida teó_ ricamente como un infantilismo primitivo, y prácticamente con er testimonio auténtico de Marx, escritor áe obras poríticas e históricas concretas" (200g: 104). En obras como'Er die-
ciocho Brumario de Luís Bonaparte (Marx, 2000) o La guerra civil en Francia (Marx, 1g71), se evidencia la relevancia de los factores
ideológicos y políticos en ei proceso histórico y su no absorción en Ia economía; estructura y superestructuras se en_ cuentran dialécticamente articuladas, y de ahí que Gramsci nos convoque a pensar la relación entre los movimientts 44
estructurales y superestructurales, incorporando incluso el papel del "error" en la política, rompiendo con una mirada estrechamente racionalista y mecánica. Y también nos invita a distinguir entre Ias acciones políticas orgánicas a una época, ligadas al movimiento de la estructura, y los actos políticos ,,a necesidades internas de carácter organizativo, vinculados esto es, ligados a la necesidad de dar coherencia a un partido,
Los tNtsrrcruAtEs Y LA PRoDUccIóN: AMERIGANISMo Y FoRDrsMo EN GRAMScI
Dijimos que en su versión más amplia todo hombre es intelectual, aunque no todos realizan funciones sociales específicas de intelectual. Esto nos plantea una posibilidad relevante para la construcción de hegemonía: estas capacidades humanas implican, asimismo, que toda persona puede convertirse en un intelectual, no necesariamente en el sentido de su adscripción profesional en la división del trabajo sino de su función social. Esta es la clave de la posibilidad de conformación de grupos intelectuales en cada clase social: problema de ia creación de un nuevo grupo intelectual consiste, por lo tanto, en elaborar críticamente Ia actividad que existe en cada uno en cierto grado de desarrollo; modif,cando su relación con el
E1
45
EsruDro INTRoDUcroRro
I INTRoDUccTóN A LA pERspEcrrvA GRAMscIANA
en un nuevo equilibrío, y togrando que
:iff:il""::lJ:so_muscutar ac ti vi d a d r., J: r§:;?: ;: ::": "
::
j,T:i."lT::
:
ffi:
físico y social, llegue a ser "T; el fundamer de una nueva e integrai concepción der mundo (Gramsci, ,oon, ,lji La consigna parte entonces de eraborar críticamente Ia esfera de Ia actividad. pero, a su vez, Gramsci proUfu*rtira la relación entre los y el mundo de ra práa"..iá" y señata que esta no es
il[,"".",:ti"s
Es ,,mediata,, en
grado diverso
en todo el tejido social y en el com_ plejo de las superestructuras, en las que los intelectuales son jos
"funcionarios,,. tratos p
o
so
Sr
interec,,,,:ff
ci
a
:::J""#j*::Tr.,.ad"
I fu nd a me nt a l,
f,j
ando
rr
rrr rr",
"i
de ros diversos es-
[::iil:JJ: ;T;
las superestructuras de abajo hacia Jrriba"'.il;t (desde Ia base estructural hacia arriba). por ahora se pueden njar dos grandes planos superes_ tructuraies, el que se puede llamar de la ,,sociedad civii,,, que está formado por
el conjunto de los o.grrrir*o, vulgarmente llamados "privados,,, y el de la ,,sociedad poiti", o Estado,,; y que corresponden a la función d toda sociedad
, , ;'l:::Hiiil H:]"',':r.:::ffiH;3i.,:""1:
F:l"T""H'.,HfiH::"J:"il;il::i:l',:::iJ.:i:[*:i:',r "empleados,, del grupo dominante
para el ejercicio de las funciones social y del gobierno poiítico, a saber: (1) del ,,conse.ro,,u'"t"*onía
subalternas de ia
h
dana,adirección,rffi:r;,Htr:iil[:11Hi:t111lT: tai dominante, consenso que históricamer
por lo tanto de ra confianza) que er posición y de su función
grupo::#::::::ffi,:,JE
*rrrao a" l" "n "i rato de coerción estatat que asegura ,,"*",Í_,t1,Í,1t:::,l?,fff,;" aquelros grupos que no ,,consienten,, ni altiva ni pasivamente, pero que está preparado para toda ia sociedad en previsión de ros momentos de crisis en el comando y en ta dirección, casos en que no se da el consenso espontáneo (Gramsci, 2004:1.6). 46
Gesró¡¡
Axcrl
Venusl
articulación concreta y, mismo tiempo, poal las superestructuras con de la estructura de este modo lecevitando seen distintos grados de organicidad, organizan intelectuales turas simplificadoras o mecanicistas. Los esta articulación, posicionándose y cumpliendo su función, ya sea con mayor énfasis en las superestructuras, en la sociedad civil o en Ia sociedad política, movilizando las relaciones de fuerzas políticas,
Los intelectuales, entonces, cumplen el rol de
o en la estructura, construyendo su dirección desde el terreno de la
producción, incidiendo más directamente sobre el plano de las relaciones de fuerzas sociales. En este úItimo caso, Gramsci también destaca la necesidad de pensar al empresario capitalista mismo como un intelectual, ya que posee capacidad dirigente y técnica en distintas áreas de su esfera específica de actividad, como la organizací1nde masas para la producción, la gestación de articulaciones con inversores, compradores, etc. Incluso señala que una elite de los empresarios capitalistas debe tener la capacidad para organizar ala sociedad en general y al Estado, para crear condiciones favorables a Ia expansión de la propia clase y si no debe, al menos, tener la capacidad de seleccionar a Ios encargados ("empleados especializados") que puedan desarrollar tales tareas. Un caso donde puede observarse esta dinámica de vinculación de fenómenos estructurales y superestructurales, que nos
permite comprender al mismo tiempo con mayor profundidad la ligazón entre los cambios en las relaciones de fuerzas sociales y las políticas, es el estudio que Gramsci realiza sobre el americanismo y fordismo, comprendidos como dos caras de un mismo proce,,paso del viejo individualismo económico a Ia so que expresa eI economía planif,cada" (Gramsci, 2003: 285) dentro del capitalismo. Así, sostiene que "el hecho de que una tentativa progresista sea iniciada por una u otra fuerza social no deja de tener consecuencias fundamentales: las fuerzas subalternas, que deberían ser'manipuladas'y racionalizadas según los nuevos fines, ofrecen necesariamente una resistencia, que se produce también en algunos sectores de las fuerzas dominantes, o al menos aliados a dichas fuerzas" (2003: 285). Y a partir de esto delimita un conjunto de problemas, que atraviesan el plano de la economía, Ia cultura y la política, para pensar: el nuevo mecanismo de acumulación 47
ESTUDIO INTRODUCTORIO I ]NTRODUCCIóN A LA PERSPECTIVA GRAMSCIANA
GesróN ANoPL V¿nrst
del capital financiero basado directamente sobre la producción industrial; la cuestión sexuar; si er americanismo podía consti-
tuir toda una "época" (uno de ros grandes aciertos visionarios
de
Gramsci[24]); Ia cuestión de los altos salarios; la tentativa centrada en la industria para superar ra tendencia a ia caída de ra tasa de ganancia; entre otros. En ese camino, reflexiona sobre la visión que tenía T?otski de imponer un modero militar en las fábricas soviéticas y sobre ros análisis que aquel realizaba sobre el modo de vida, y que, según Gramsci, en Ttotski aparecían disociados. por el contrario, para Gramsci, "los nuevos métodos de trabajo son inseparabres de un determinado modo de vivir, de pensar y de sentir ra vida; no es posible obtener éxitos en un campo sin conseguir resultados tangitles en el otro" (2003: 306). Es en este sentido que comprende las distintas estrategias tejidas en er contexto der americanismo y el fordismo, que apelaban al mismo tiempo a reformar Ia producción y a las costumbres de los hombres, como una misma experiencia, expre-
sando una clara conciencia de los flnes. En el caso norteameqicano,
predominaba la visión de Tayror (todo un ejempro de interectual orgánico de la burguesía industriar) sobre er "gorila amaestrado,,, en tanto el fin procurado era "desarrorar en er trabajador, en un g{ado máximo, Ias actitudes maquinales y automáticas, destruir el viejo nexo psicofísico del trabajo profesionar calificado que exigía una cierta participación activa de ra interigencia, de la fantasía, de Ia iniciativa del trabajador, y reducir las operaciones productivas al mero aspecto físico, maquinal,, (Gramsci, 2003: 306). La Iigazón con las políticas "puritanas" de aquella época (desde Ia prohibición del alcohol hasta el control de ra vida sexuar, etc.) estaban orientadas a crear una nueva "humanidad" y "espiritualidad,, vinculada con las nuevas lógicas productivas. Es interesante cómo aparecen de forma indisoluble en Gramsci ra vincuración entre ros procesos estructurales y superestructurales, la gestación de un nuevo hombre para la Gramsci
logró entrever los grandes rasgos dei curso abierto en la década [24] del treinta y que tomarían luego las sociedades-capitaristas occidentares, que se consolidaría con posterioridad a su muerte, en er eJcenario de ra ."g""ar'ptrg,r.ri", y
duraría varias décadas hasta su decrive frente
48
a las nuevas
rógicasáel neoribe"rarismo.
construcción de una nueva sociedad, y cómo son los intelectuales orgánicos (en este caso, referentes burgueses como Taylor y Ford) quienes gestan Ia articulación entre ambos planos' no deja Si bien Gramsci aborda aquí el caso norteamericano' capitasociedad la de utilizarlo para abrir preguntas no sólo sobre que introduce lista sino también sobre el socialismo, y es por eso
eldebateconTtotskiysus(fatlidas)estrategiasparaorientaral
trabajador en el proceso productivo soviético' Además, gravitan sobre su reflexión la conjugación también inescindible entre los componentes coercitivos y consensuales de toda estrategia de reforma int"lectrral y moral ligada al plan de reforma económica, en tanto el promueEstado en su rol de modelador del ambiente social general
veiniciativaSparageStarmodifrcacioneSsuperestructuralessobre los cambios en Ia estructura. Elnuevoindustrialismoluchaprecisamentecontraese..humanismo". Las iniciativas "puritanas" no tienen más frnalidad que la
de
conservar,fueradeitrabajo,ciertoequilibriopsicofísicoqueimpida elcolapsofrsiológicodeltrabajador,exprimidoporelnuevométodo deproducción'Eseequilibrionopuedesersinomeramenteexterno por y mecánico, pero podrá hacerse interior el día que sea propuesto eltrabajadormismo,noimpuestoaltrabajadordesdefuera,sinopor unanuevaformadesociedad,conmediosadecuadosyoriginales'EI industrial norteamericano se preocupa por mantener la continuidad de Ia eficacia física del trabajador, de su eficacia muscular y ner-
viosa:esinteréssuyoelcontarconunpersonalestable,homoge. neizado permanentemente, porque también e1 complejo humano (el trabajador colectivo) de una empresa es una máquina que no debe
desmontarsedemasiadoamenudoyquenopuederenovarseensus piezas singulares sin ingentes pérdidas (Gramsci, 2003:307)'
Ahora bien, el taylorismo, con su planteo del trabajador como "gorila amaestrado", procuraba gestar una vía de escisión de prácticas especÍfrcamente intelectuales, para focalizar en la acción mecanizada, necesaria en las nuevas lógicas productivas' Sin embargo' Gramsci sostiene que los industriales norteamericanos comprendieron que esto nunca podía generarse de forma acabada y que el trabajador, aun mecanizado, sigue pensando mientras trabaja y que 49
ESTUDIO INTRODUCTORIO
J
INTRODUCCIóN A
tA
Gesrór ANcu. Venrsl
PERSPECTIVA GRAMSCIANA
su propia percepción de que se lo quiere reducir a un gorila amaes_ trado, sumada a ra nura satisfacción inmediata que lenera dicho tipo de trabajo, podía generar actitudes poco conformistas de parte
Ia homogeneidad que actúa como base de Ia conciencia y organización colectiva, clave en las relaciones de fuerzas políticas'
El americanismo es entonces la senda de asimilación hacia los nuevos trabajadores de la producción fordista, que no podÍa pro_
INr¡lrctueLES, PARTIDo porÍuco Y LA UNIDAD reoní.e v pnÁctlce
de los trabajadores.
venir sólo de iniciativas coercitivas como el prohibicionismo sino que debía "hacerse interior,,, aparecer como propuesta para y por el trabajador mismo. Así, el ,,alto salario,, cumple un rol conslrrsuat, "el cual puede ser obtenido, en las formas propias de una sociedad dada, por una mayor retribución que permita un determinado nivel de vida, capaz de mantener y reintegrar Ias fuerzas consumidas por este nuevo tipo de fatiga,,(Gramsci, 2OO3:31,\.pero, según Gramsci, es un arma de doble filo, en tanto que si se gasta masivamente en el alcohol genera efectos destructivos sobre Ia fuerza de trabajo, y de allí que el Estado mismo haya tomado en sus manos el prohibi_ cionismo o que el propio Ford en su empresa haya conforÁado ,n grupo de inspectores para controrar ra vida privada de sus trabaja-
dores y ver en qué gastan su salario.
Además, Gramsci sugiere que si se universalizaran los altos salarios, la movilidad de ra mano de obra y ra desocupación tenderían a rebajarlos. Sin embargo, entiende que los artos sararios están posibilitados por Ias condiciones de monoporio rigado a ra iniciati-
va de los nuevos métodos. Así sentencia: "a ros beneficios de monopolio corresponden salarios de monopolio,, (2003: 315). Esto nos permite pensar cómo ros centros económicos mundiares a través de sus prácticas imperiaristas y de innovación tecnorógica procuran volcar a su favor ras reraciones de fuerzas internaciJnares y recrear constantemente esta condición de monopolio que, al mismo
tiempo, Ies permite arivianar Ia contradicción principat (capitar/ trabajo) en sus propios territorios, desplazándola a la contraaiccl¿n
entre nación/imperialismo. Igualmente es necesario recordar, con Gramsci, que la situación de artos sararios no está pensada para ser universalizada ni siquiera en ras economías centrares, sino rimitada a una "aristocracia obrera". Es necesario pensar también su función en la fragmentación de las crases subarternas, que deteriora las relaciones de fuerzas sociares der campo popurar en tanto racera 5o
ENTRE
Finalmente, en la creación y consolidación de una concepción del mundo, que opera en la base de toda construcción hegemónica, la dirección política y cultural nos convoca a terminar de delinear el rol de los intelectuales y su relación con la fuerza política' Gramsci piensa en la importante gravitación que cobra un nuevo tipo de intelectual, distinto al tradicional: el intelectual orgá'nico, que posee una participación activa en la vida práctica, como Constructor y organizador, que eS permanentemente persuasivo, que se constituye en "dirigente", y cuya fórmula define como: especialista + político. Es por esto que Gramsci afrrma: "todos los
miembros de un partido político deban ser considerados como intelectuales, he ahí una afirmación que puede prestarse a 1a burla y a Ia caricatura; sin embargo, si se reflexiona, nada hay más exacto" (Gramsci, 2OO4:20).Ahora podemos comprender más claramente el rol que Gramsci concebía para el Príncipe moderno: el partido como impulsor de una reforma intelectual y moral' ¿CómosetransformaelpartidopolÍticoconrespectoalproblema
de 1os intelectuales? Se deben hacer aigunas distinciones: (1) para algunos grupos sociales el partido poIítico no es más que e1 modo de
articular Ia propia categoría de intelectuales orgánicos (que se formandeesemodoynopuedendejardeformarse,dadoslosCaracte. res generales y las condiciones de formación, de vida y de desarrollo del grupo social), directamente en el campo político y f,1osóf,co y
no ya en el campo de Ia actividad productiva
["']
(2) para todos los
grupos, el partido político es justamente el mecanismo que en la sociedad civil cumple la misma función que en medida más vasta y más sintéticamente cumple el Estado en la sociedad política, es decir, procura 1a unión entre intelectuales orgánicos de un grupo dado, el dominante, y Ios intelectuales tradicionales; y el partido cumple 5r
EsruDro INTRoDUcroRro INTRoDUccTóN A LA pERSpEcrrvA I GRAMScTANA
esta función en forma dependiente de su función fundamental, que es formar sus propios componentes, elementos de un grupo social que ha surgido y se ha desarrorado como económico, hasta convertirlos en interectuares po]íticos carificados, dirigentes, organizadores de toda ra actividad y ra función inherente ar desarroro orgánico de una sociedad integral, civil y política. Se puede decir que en su ámbito el partido porítico cumple su función de modo más completo y orgánico que ra que er Estado cumpre en un ámbito más vasto: un
interectual que entra a formar parte del partido porÍtico de un determinado grupo social se confunde con ros interectuales orgánicos del mismo grupo, se liga estrechamente al grupo (Grams ci,2OO4:19_20).
A su vez, Ia actividad interectuar puede ser distinguida en grados que van desde los "administradores" y divurgadoÁs ae Ia riqueza intelectual ya existente, hasta el más alto grado donde ,u ,üi."r, Ios creadores de ras diversas ciencias, de Ia firosofía, der arte, etc. En este sentido, su tarea conreva crear una nueva curtura acorde con el grupo social al que son orgánicos, lo cual imptica tanto el desarrollo de descubrimientos, de innovaciones en ras ciencias, eI arte, etc,, así como su -no menos importante- socialización en el trabajo de masas cotidiano. Además, Ios interectuares orgánicos de los distintos grupos sociales que buscan establecer su h-egemonía lucharán por la asimiración y la conquista ideorógica de ios inteIectuales tradicionales. Retorna aquí Ia reflexión en torno al Estado y las clases sociales. Gramsci señala que "ra unidad histórica de las crases dirigentes se produce en el Estado" (L999: a97) y que "ras crases subaliernas, por definición, no se han unificado y no pueden unificarse mientras no puedan convertirse en'Estado"' (1999: a9r). En er anárisis de ras clases subalternas, nos convoca a estudiar Ia formación objetiva de Ios grupos subordinados, indagando ias transformaciones del mundo de la producción económica, su adhesión activa pasiva o a las formaciones políticas dominantes, su capacidad para incidir en sus programas e imponer reivindicaciones propias y sus consecuencias; el nacimiento de partidos nuevos de las clases domi_ nantes orientados a mantener er consentimiento y er contror de los grupos subalternos; Ias formaciones de ros grupos subarternos pLra
G¿stóN ANcr¡. Vrnss¡
reivindicaciones de carácter reducido y parcial; Ias nuevas formapero ciones que aflrmen la autonomía de los grupos subalternos' autoIa dentro de los viejos marcos; Ias formaciones que aflrmen línea nomía integral, etc. Gramsci señala Ia necesidad de analizar la de el desarrollo hasta primitivas más de desarrollo desde las fases de y hegemonía incidencia la autonomía integral, y ver el grado de y subalternos Ias formaciones políticas de los grupos dominantes innovasobre el conjunto social, preguntarse cuáles son las fu-erzas subalternas fuerzas las de disgregada doras, rescatar la expresión de domien la historia nacional y cómo se van dando las relaciones nación y autonomía emancipatoria. tanDe este modo, vemos que según Gramsci el rol principal la construces moderno Príncipe del to de los intelectuales como
ción de hegemonía en tanto dirección política y cultural que está la Iigada a slt vez a los procesos de carácter estructural' o sea' a tadirección económica de la sociedad' Como observamos' estas
reaspartendeunacríticadelsentidocomúndominante[25]'yse
relacionan con la necesidad de dotar al grupo social de conciencia unidad y homogeneidad[26], es decir, de expresar en un proyecto 1a mundo del de fines políticos y económicos según una concepción
determinada.Esaquídondeaparecelaproblemáticadelaunidad deteoríaypráctica,ambasindispensablesparalaconstrucciónde hegemonía.Así,estaunidadestádirectamenterelacionadacon tacreaciónydifusióndeunaconcepciónde]mundocoherentey unitaria del grupo social, que supera el sentido común y se torna crítica, como paso primigenio para que luego pueda transformarse en "partido" y disputar hasta prevalecer y difundirse por toda el área social.
En este punto, parece relevante traer las reflexiones de Gramsci acerca d,e la religión. Gramsci ve a Ia religión como una [25lEntendemosqueelgradoderadicalidaddelacríticadependerádeltipodeorga. ,ri.id"d qr" ,"ristá y su carácter sistémico o antisistémico, revoiucionario, reformista o
reaccionario en rálación con el escenario de lucha de clases existente.
a que cuando la concepción del mundo no [26] La homogeneidad refiere, como vimos, masa' por L, áritl.r, se iertenece simultáneamente a una multiplicidad de hombres a otros pertenecientes mundo del concepciones de conjunto por un estar atravesádo
grupos sociales. 52
53
ESTUDIo INTRoDucToRIo
J
INTRoDUcCIóN A LA PERSPEcTIVA GRAMscIANA
"unidad de fe entre una concepción del mundo y una norma de conducta conforme a ella,, (200g: 10), y entiende que en dicha uni_ dad nace su potencia. ¿por qué no llamarla ideología y política?, se pregunta Gramsci, y esto ro lreva a un momento cruciar: ra reración entre el pensar y el obrar, entre Ia teorÍa y ra práctica. Si Ia rerigión se define por una tendencia o profesión de la unidad entre la teoría y la práctica, es usual notar un contraste entre ambas. ¿por qué? Porque puede haber una coexistencia de dos concepciones del mundo: una que se afirma en las palabras y otra en los actos. pero rápidamente Gramsci aclara qr" no es sinónimo de engaño y "rto de mala fe, sino que puede ser ra expresión las contradiccionJs propias del mundo social. y asÍ volvemos a un punto clave: estamos en presencia de un orden social basado en reraciones contradictorias. Como lo han sostenido los principales referentes del mar_ xismo, esto se funda en un modo de producción de Ia vida donde Ia unidad central, el capital como relación social, se instituye en la articulación de dos polos que se atraen al mismo tiempo qr" ," niegan. El capital como relación social, unidad.o_pr"r,, porLt pm dialéctico capitar/trabajo, constituye una reración contradictoria no.dal del modo de producción capitalista implicando una dislocación permanente, estructural, en toda sociedad burguesa en tanto Ia unidad de los contrarios se encuentra articurada como reración de explotaci ón[271. Así, en un cuerpo social escindido en clases, basado en una reración contradictoriá donde ios medios de producción material y espirituar tienden a estar concentrados en una minoría, es posible que las mayorías participen de la visión del mundo del [27] Esta relación de exorotación haua su epicentro en ra teo¡ía der val0r consistente en la apropiación privaáa aur proau.io á"i;;;;;'.;".tivo de trabajo a rravés de ra extracción de plusvaror. por un rado, ra n"gá.io;á.ñ u., tr, ."lr.ron'u. á"'prü"a"a sob¡e las que se funda ta relación á" qru haya plusvalor, base de la ganancia empresaria, debe haber ""p'I";;i;;, ;;, a" medios de producción y agentes negados de dicha oropiedad, "8;í,"ú;;;t;íJrio, o- sea dásposeídos de medios a.páá".Ii"* o" ahí que la reración de crase sea contradictoria. Éor otro lado, la extracción de plusvalía implica la negación ar trabajador de ¡"""" prr," a"i'i.oa,.r.to generado por
su fuerza productiva, escindiendo su carácter colectivo en el marco de Ia apropiación privada. Es en este proceso donde ancra Ia contradicción enire capitrt y trabajo, ra cuar se establece entre un proceso de producción q"" á. l"i".ii"o, y las relaciones de propfe_ dad que derivan en la aoropiaiio" priura"'á"ii.;;;;; Áá;;;;.ü;r;r:;-"." relaciones de explotación y dominación.
GesróN ANcul VannsI
porque la opresor. Pero esto no se resuelve de una vez para siempre cántradicción es disruptiva, y 1a ideología no puede recubrir total' mente la realidad de la opresión. Y ahí aparece este señalamiento
del desdoblamiento posible entre acción y pensamiento' Gramsci señala que cada grupo social posee una visión del mundo que se manifiesta al menos de modo ernbrionario en la acción, aun cuando en,,tiempos normales" se participe de modo subordinado, tomando en préstamo una concepción que no es la suya' Aquí resulta necesario volver al rol de la crítica y la relación entre sentido comúnybuensentido. Dijimos que el sentido común es la cristalización de un conjunto de concepciones vagas y heterogéneas que se sustancian en los múltiples espacios de socialización y que la es, al mismo tiempo, el sentido común dominante porque expresa resultante de las luchas sociales (y los que ganan tienden a escribir la historia). Pero Gramsci rescata la existencia de núcleos de buen sentido:,es posible -a través de'la reflexión crítica- Ia toma de conciencia, develar y así desarmar los mecanismos de la dominación' Hay núcleos que no pueden ser eliminados ni por la hegemonía más poderosa. ¿Por qué? Porque Ia ideología no puede elíminar la objetividad de Ia posición que se ocupa en Ia sociedad' Y es por esto que Gramsci en su análisis de situaciones no sólo rescata las rela.iorru, de fuerzas políticas, sino que también da amplia relevancia
y su anclaje estructural según ocupan en la producción. grupos sociales el lugar y función que los jornada laboral ocupa entre En las sociedades modernas donde Ia ocho y doce horas de cada día, y que define el ingreso (que a su vez habilita los distintos "estilos" de vida y patrones de consumo de las familias), es innegable la gravitación que tiene sobre las personas Ia posición ocupada en la estructura social. Pero esta cuestión no y nos Se resuelve de modo sencillo, y así Gramsci recupera a Marx recuerda que es en el plano de la ideología donde los hombres toman conciencia de los conflictos en la estructura. Entonces se hacen visibles tres problemas[28]: en primer lugar, comprender la relevancia de Ia batalla ideológica y establecer su correcta relación con la a las relaciones de fuerzas sociales,
y un tercero que [28] Dos problemas que ya venimos desarrollando
es
necesario ahora
abordar. 54
55
Estuoro INTRoDUcToRIo INTRoDUcc¡ór.¡ e la pERspEcrIVA GRAMSCIANA I
estructura; en segundo lugar, la relación entre teorÍa y práctica; y en tercer lugar, la relación entre ciencia y política. En su análisis, Gramsci invoca la importancia de la unión
entre teoría y práctica. por eso denomina ar marxismo como filosofía delapraxis,porque ra tarea der movimiento emancipatorio parte de una crítica ar sentido común, que imprica poner en evidencia Ia dominación como primer paso para tomar conciencia, y luego avanzar' a partir de esta crítica -que pone de prano las contraalcciones del orden social-, a construir una propia visión del mundo: ,,se trata, por lo tanto, de elaborar una ñlosofía que, teniendo ya difusión o difusividad por encontrarse conectada a ra vida práctiáa imprícita
en ella, se convierta en un renovado sentido común,, (ZOoS: i+¡. et trayecto es entonces ra crítica der sentido común y la elaboración de una concepción coherente con la posición o"rpá, po, uipropio grupo social, reuniendo nuevamente pensamiento y ácción. oebe partirse del sentido común, pero no se queda ahí sino que tiene que envolver las formas más avanzadas y rigurosas del ptrrro ae las ideas, es decir, alcanzar el nivel d,ela cíenciá,"o*o p"nrrmiento lógica y sistemáticamente organizado. Aquí Ilegamos a vislumbrar la amplitud que puede involucrar la construcción de hegemonía cuando la mismalogr, una nue_ va concepción del mundo que se convierte ".uar en nuevo broque histórico: se alteran las reraciones productivas, ras relaciones potíiicas, se fundan nuevos varores y creencias que comienzan a permear tanto en el sentido común como en la formas más elaboradas del pensamiento como Ia ciencia. y, a su vez, los cambios en la ciencia i"."rr, _o_ dificaciones en las lógicas productivas, siempre vinculadas con cuál es el grupo social dirigente; y simultáneamente, la ciencia aplicada al estudio de las sociedades dota a ros grupos sociares de capacidad de intervención sobre ros aspectos potiticos, ideorógicos y culturales. Es por eso que Gramsci rescata al marxismo como concepción del
mundo que arcanza el plano científrco y reariza er precepto de Ia resis XI de Marx sobre Feuerbach (Marx, 1g45), de comprender el mundo para transformarro, rearizando así Ia unidad de teoría y práctica (de allí que lo denomine como filosofía de la praxis). Pero en el desarroilo histórico concreto de Ia unidad de teoría
y práctica aparece una tensión que atraviesa todo el trayecto: la
Gesróu ANorr Venrs¡
y la masa. Mientras que las religiones (cuya potencia Gramsci ve en su capacidad de unir doctrina y acrelación entre los intelectuales
ción) tienden a restringir, como el catolicismo de su época, a las masas a lo más primitivo de su concepción del mundo -en Ia frlosofía del sentido común-, el pensamiento emancipador, la filosofía de la praxis, tiene que conducir a las masas a las formas más desarrolladas del pensamiento. Entramos directamente en el terreno de Ia
construcción de hegemonía: La comprensión
crÍtica de sí mismo
se
logra
a
través de una lucha de
"hegemonías"políticas,dedireccionescontrastantes,primeroenel campo de Ia ética, Iuego en el de ia poIítica, para arribar ñnalmente a una elaboración superior de la propia concepción de 1a realidad. La conciencia de formar parte de una determinada fuerza hegemónica (esto es, Ia conciencia política) es la primera fase para una ulterior y progresiva autoconciencia, en la cual teoría y práctica se unen frna1mente. Pero la unidad de Ia teorÍa y de ia práctica no es, de ninguna
manera,algomecánicamentedado,sinoundevenirhistórico,que tiene su fase elemental y primitiva en el sentido de "distinción",
de
"separación", de independencia instintiva' y que progresa hasta 1a posesión real y completa de una concepción del mundo coherente y unitaria. He aquÍ por qué es necesario poner de relieve que el desarrollo político de] concepto de hegemonía repfesenta un gran progre'so frlosófico, además de un progreso político práctico, porque necesariamente implica y supone una unidad intelectual y una ética conforme a una concepción de 1a realidad que ha superado el sentido común y se ha tornado crítica, aunque sólo sea dentro de límites estrechos (Gramsci, 2008 16'17).
Pero, como decíamos, si las religiones pueden limitar a Ias masas a las formas más primitivas de su filosofía, la fiIosofía de la praxis
tiene que llevarlas a todos los planos porque implica un camino de toma de conciencia para la emancipación. De nuevo aparece el problema de la unidad entre teoría y práctica y el rol de los intelectuales cobra centralidad. Gramsci sentencia que, a pesar de tener núcleos de buen sentido, las masas no tienden a independizarse per se,y que por eso es necesaria Ia organización y la creación, desde su seno, de un grupo activo de organizadores y dirigentes que
S6
57
EsruDro INTRoDUcroRro
I
pujen hacia adelante en esta tarea de conciencia. Gramsci anariza la dinámica intelectuares-masa y sostiene que el desarrolo de ra capa de intelectuales debe estar ligado a un movimiento anál0go de desarrollo de las masas: este es er camino de Ia reforma interectual y moral. En este trayecto advierte que la "fidelidad" de ros interectuales a las masas será puesta a prueba. También insiste en que el elemento "práctica" de Ia unidad, Ias masas, deben ir avanzando desde las fases de conciencia más ligadas a la estructura, y _como Gramsci identifrcaba en su análisis de relaciones de fuerza- pasar de las formas de conciencia económico-corporativas a formas más abarcativas aun en el prano económico, arcanzando frnarmente la conciencia polÍtica donde se desarrolla específicamente Ia lucha por la hegemonía. Gramsci destaca Ia importancia de ros partidos políticos para Ia elaboración y difusión de las concepciones der mundo, su tarea formativa y organizativa, motivando la unificación entre teoría y práctica en el movimiento histórico rear. También señara que Ia mejor forma de avanzar hacia la sustitución del sentido cámún dominante por una nueva visión der mundo es a través de Ia repetición incansable de los argumentos y de apuntar a trabajar ideológicamente con los sectores más vastos del campo poprlu prru suscitar de ellos elementos dirigentes. Asimismo, Gramsci aclara que la toma de conciencia no se da mecánicamente, sino que es un largo proceso que comienza con Ia "distinción", la separación instintiva del grupo, y progresa hasta poseer una concepción del mundo propia. para esto i.r_ ", dispensable la creación de una categorÍa de interectuares, porque no hay independencia sin organización y no hay organización sin organizadores y dirigentes, ,,es decir, sin que el aspecto teórico del nexo teoría-práctica se distinga concretamente en una capa de personas 'especializadas' en la elaboración intelectual y filosófica" (Gramsci, 2008: 17). De este modo observamos Ia relación en_ tre partido e intelectuales que expresa el movimiento de Ia unidad teoría-práctica [29].
[29] si bien una visión crítica, en u-na perspectiva revorucionaria, imprica dejar de ser dirigido por los grupos sociales dominanies que, en ra sociedad de JrrrÁ, pá.""r, 58
Gesrór.¡ A¡¡cr¡, Venrs¡
INTR.DU..TóN A LA ,ERSpEcrrvA GRAMS.TANA
y Aparece entonces eI problema de cómo identificar la teoría Uno la práctica, al que Gramsci encuentra dos caminos principales' que, teorÍa una práctica .ufr"r" a construir sobre una determinada acelecoincidiendo e identificándose con sus elementos decisivos' re el proceso histórico en acto, tornando a la práctica más homoEl géneá, coherente y efi,ciente, volviéndola poderosa al máximo' avance se teórica' posición ótro camino implica que, dada cierta puesta en a organizar el elemento práctico indispensable para su práctica. En ambas posibilidades la unidad de teoría y práctica es un acto crítico, consciente, por el cual Ia práctica se demuestra raEsto cional y necesaria, y Ia teoría se muestra racional y realista'
sevemásclaramenteen]osmomentosdetransición,cuandolas
cuando se fuerzas prácticas desatadas necesitan ser justif,cadas' o
justificados de multiplican los programas teóricos que exigen ser prácticos' movimientos por los manera realista y ser asimilables
CoNc¡.us¡oxEs. VIGENCIA DEL PENSAMIENTo
or Gneuscl
PARA
LA ACTUALIDAD LATINOAMERICANA
heGramsci es un exponente destacado del pensamiento crítico' redero de una concepción del mundo de carácter emancipatorio eladonde teoría y práctica se funden alcanzando los planos más
boradosqueconstituyensucondicióncientífrca:elmarxismo'Así'
en la Ia propia extensión que compone toda concepción del mundo
peispectiva gramsciana nos permite entrever el vasto y profundo á1.rr,." que tiene su enfoque de Ia hegemonía: parte desde el más
de 1os grupos subintereses contradictorios, potencialmente antaSónicos, respecto
alternos,basadosenlaexplotacióndeitrabajoylaapropiaciónprivadadelariqueza los de Argentina socialmente creada, cuanáo abordamos prot"sót de cambios (como otrorj que no procuran, aI menos en e1 corto plazo' Senerár un proyecto y erásil, que "rrtr" aI de la stciedaá de clases, hay que enfocar en eI grado de ruptura ál,".rr"iiuo aI que se enfrentaron' cómo se fue gesanterior vigente orden del r"rpecto fiura.,,r.,
de clases iando un camtio en las relacionás de fuerzas y cuá1es son las articulaciones lograron avanzar en incidir con á"u ""pt"t"", y si en ellas las clases subaliernaspariir de sus luchas' Esto también .r, tu.i"rrro, y conquistar mejores condiciones a ,.npti., obseríar qriérr", son áonstruidos como aáversarios y cómo se alza la crítica contra estos y su concepción del mundo' 59
ESTUDIO INTRODUCTORIO ]NTRODUCCIóN A LA PERSPECT]VA GRAMSCIANA I
básico sentido común, de las prácticas cotidianas, para romper con ellos a partir del rol de Ia crítica que permite hacer visibl", Ir, denas de la dominación, Ias incongruencias que "r, aparecer., ,*rtgr_ madas en el propio hecho de que, en las sociedades capitalistas, las grandes masas son dirigidas por minorÍas que concentran no sólo Ias riquezas sino también los resortes de ra producción ia"orogi.o-
cultural, definiendo tanto los valores como las propias crtuglrías
desde las cuales se comprende al mundo. Como muestra Gramsci, la crítica es el primer acto de liberación, pero sola no alcanza: debe ser acompañada de Ia elaboración consciente de la propia concep_ ción del mundo, coherente con la posición que las mayorías ocupan en Ia estructura social, que permita dar cuenta de Ia subordinacÍón y tejer las nuevas ideas y valores que re habiriten resquebrajar ra
dominación, conformarse como voluntad colectiva, orlrrrirír" y dar batalla en todos los pranos de ra existencia en sociedad hasta triunfar. Gramsci mismo, como cuadro del partido Comunista, dio su propia vida en esa batalla: aun incapacitado de conducir a sus ca-
maradas en la noche más oscura que atravesó su patria, encontrán_ dose en las prisiones del fascismo, dejó para la humanidad toda y para sucesivas generaciones la riqueza de sus ideas, de ahí que sus conceptos sean más punzantes que las armas. En este sentido, elegimos delinear algunas conclusiones que permitan explicitar Ia vigencia der pensamiento gramsciano recuperando las categorías vistas, tendiendo lazos al pÁr"rrtu. Re_pensar a Gramsci hoy es una invitación a prantearnos seriamente ras dinámicas de 10s procesos actuares de cara a su profundización r,pturista, es volver a poner en escena Ia pregunta por Ia revolución, asumien_ do su complejidad, las múltiples dimensiones y escalas donde se materializan estos procesos y prantear cuáles son ras estrategias que defrnen hoy el avance de los pueblos. Atravesamos en América Latina una etapa que viene caracterizada por ese avance, donde se agrietaron los consensos de Ia era neoriberar y comenzaron a aparecer nuevas búsquedas, que en sus casos más radicalizados volvieron a reinstalar al socialismo como horizonte societario. son palpabres ros cambios suscitados a niver de ras reracio-
nes de las fuerzas internacionares que, como vimos, imprican indagar en las transformaciones orgánicas der capitar a niver mundial 6o
Gnsróx ANc¡r Vrnest de y Ia conformación de las grandes potencias, los agrupamientos las y observar ístados en distintos bloques o sistemas hegemónicos a las relaciones de independencia y soberanía en Io que respecta acula de dual el carácter con potencias menores. Esto se emparenta 'mulaciónde lado'.en por un (1912): capital que veía Rosa Luxemburgo Ias minas' los de el terreno froducción de plusvalor, en las fábricas' económico y' campos, etc., donde aparece como proceso puramente polípo, átro, en eI escenario mundial, donde predomina la lógica adeen setenta años los iica colonial, el saqueo y la guerra' Desde (2005), lante se fue consolidando, como lo denomina David Harvey un ..nueuo,, imperialismo impulsado por Ia hegemonía norteamerica.
que na y apoyado por los organismos financieros internacionales' conmundo' del concepción pro*orl"ron el neoliberalismo como un fuerte formando una nueva ortodoxia económica que conllevó Fueron cambio en las relaciones de fuerzas a nivel internacional' frente concentrado capital del triunfante tiempos de una ofensiva
attraba¡oentodadimensión,dondeelcapitalfinancierocumplióun
gestando' papel central para esta fase del dominio global bulgués endeude según Harvey, una acumulaciónpor desposesión: las crisis lanza damiento externo en los países periféricos fueron la punta de y derechos de pérdidas para instalar planes de ajuste estructural, grandes puñado de un ,".rrr.o, para las clases subalternas, donde transnacionales avanzó a través de la privatizací6n de las empresas públicas y la extranjerización habilitada por las reformas neoliberadonde tan Ies, dando lugar a procesos de concentración económica mundial' riqueza la de sólo el 10% dela población controla el 85%
En América Latina estos procesos se abrieron paso prinque cipalmente a sangre y fuego, a través de férreas dictaduras eliminaron buena parte de la militancia popular, quebrando la conformación de la voluntad colectiva que, en diversas expresiones' jas clases suba]ternas venían gestando en ]as distintas naciones, y disciplinaron al conjunto de la sociedad de forma duradera' Lo
q,"t,'clasesdominantesnolograbaninstituiratravéSdelcon-
a su senso, 1o realizaron bajo el imperio de Ia coerción, que llegó reesla punto más agudo con el terrorismo de Estado' Fue sobre iructuración regresiva de las sociedades latinoamericanas donde pudieron luego erigir y fortalecer nuevos momentos de consenso' 6¡
EsruDro INTRoDUcroRro
I INTRoDUccTóN
' Gesróu A¡¡crl
A LA pERspEcrrvA GRAMScTANA
con hegemonÍas que bajo la impronta norteamericana se anclaban en valores fuertemente individuaristas y consumÍstas, coherentes con el neoliberalismo en curso. Sin embargo, toda relación de fuerzas es dinámica y lo que parecía el imperio indiscutido der gran capitar y la hegemÁía
uni-
polar de Estados unidos en el plano mundial, con ra union Europea
como aliado, comenzó a deteriorarse y a poco más de una década de caída del sociarismo europeo y ta disorución de ra unión soviética, el "fin de la historia" procramado comenzó a ser puesto en cuestión. Así, los comienzos der sigro XXI vieron forjarse un nuevo cambio 1a
en las relaciones de fuerzas a nivel internacional. por un lado, la comandancia unilaterar de Estados unidos comenzó a ser contrapesada por el fortalecimiento de naciones como China y Rusia, y su posterior articulación económica en er BRICS[30]. por átro iado, en lo que consideran como su propio ,,patio trasero,, surgieron proce_ sos populares de resistencia al neoliberalismo que avanzaron hasta convertirse en gobierno y pusieron freno a la estrategia de subordi_ na_ción económica que implicaba el ALCA[31]. Este f,iu ,, punto de inflexión clave gestado a través de ra coordinación de ros gobiernos de Hugo chávez, Lula Da silva y Néstor Kirchner en 2005. Fue un acto de soberanía fundacional, que dio aire al proceso de integra_ ción latinoamericana más vigoroso desde ra gesia independentista, dando lugar a experiencias como ra creación áe ra uivaiuR, el ALBA y la GELAC y Ia ampliación del MERCosuR. Inctuso dentro del blo_ que latinoamericano surgieron diversos procesos, encabezados por Venezuela y seguidos por Bolivia y Ecuador, entre otros, que volvie_ ron a mencionar Ia parabra prohibida: er socialismo como horizonte de emancipación de los pueblos. Ese socialismo que no puede ser ni calco ni copia, como decía Mariátegui (192g), siro cr"ación heroica de los pueblos y que por eso asume nuevas búsquedas acorde a sus
!r"al#:¿:"
consrituido por las potencias emergentes: Brasil, Rusia, India, China y
[31] El ALCA es el Acuerdo de Libre comercio de ras Amé¡icas, donde Estados unidos buscaba establecer una zona continentur r"*"r"vu"¿o a cuba) que sirviera a 1a reproducció¡r ampliada desus propias trrr,r.rr.io.rrí"q gárantizandotes un acceso prefe_ rencial por sobre las de otras potencias extra_contirientales. 6z
l
V¿,nrs¡
su propia historicidad como socialismo del siglo xXI o Socialismo del Vivir Bien, comenzando no sólo a transformar el gobierno sino a impulsar distintas formas de organización social y a
tiempos,
a,
alentar relaciones de producción alternativas. Este último factor nos sitúa directamente en u.na primera dimensión que Gramsci señala en su anáIisis de relaciones de fuerzas en Ia escala nacional, y que refiere a una relación de fuerzas sociales estrechamente ligada a la estructura, objetiva, que implica analizar a los grupos sociales en conexión con el desarrollo de las fuerzas materiales de producción, viendo la función y posición que ocupan en la producción misma. Esto involucra captar un tipo de poder que emana de la estructura. Como dijimos, hoy las grandes corporaciones transnacionales poseen distintos niveles de capacidad decisoria sobre las variables económicas de las distintas economías nacionales (así como a nivel global) ya que' por su volumen de negocio, sus propias acciones inciden, por ejemplo, sobre eI empleo, la inversión, el crecimiento, etc. Pensemos en el caso de la Argentina y su debate recurrente en torno al proceso inflacionario; esta dimensión de las relaciones de fuerzas, que muchas veces es Ia más difíci] de percibir, tiene un peso destacado, en tanto la continuidad de una eStructura económica concentrada nos enfrenta con grupos económicos con capacidad de formar precios e imponer las condiciones generales en cada cadena de valor, maximizando sus ganancias frente, por un lado, a otros agentes capitalistas de menor porte (por ejemplo, productores atomizados, empresas tercerizadas, etc') y, por otro, frente a los trabajadores que consumen los bienes ñnales, deteriorando su salario real y ampliando Ia porción para el capital en la distribución funcional del ingreso. Pero además de las condiciones oligopólicas en Ia producción se encuentra también Ia misma situación en la comercialización, donde los grandes hipermercados terminan definiendo los precios de venta flnal en condiciones sumamente favorables para ellos y desfavorables para los trabajadores[32]. Lo mismo puede pensarse en torno a ]a posesión
al entramado complejo de causas [32] Entiándase que no buscamos aquí referirnos áel'proceso inflacionario argentino, é1 cual requiere a su vez de indagar los planes de política pública y eI conjunio de estrategias de los principales agentes económicos, 6g
ESTUDIO IN,NO»UCTONTO ,TITNOOUCCIóM I E r.E PERSPECTIVA GRAMSCIANA
GnstóN ANcr¡, Venusl
de las divisas; en ra industria argentina, er reducido núcreo de 100 empresas ríderes rigadas ar procesamiento de recursos básicos exhibe una baranza comerciar positiva en unos us$15.g10 mi,ones, mientras que el resto es altamente deficitario (US$_fO.SZS
millones) (Azpiazu y schorr, 2010). Esto denota er poder estructural de este conjunto de agentes a partir de la posesión de divisas y su creciente concentración con base en el aprovechamiento del bajo costo Lboral y las ventajas comparativas naturales. A esto se le suma el po_ der de los conglomerados financieros, con capacidad de realizar, en articulación con las grandes empresas, corridas bancarias contra la moneda local, con fuerte capacidad de desestabilización[33J. Pero no sólo la bu_rguesÍa tiene poder estructural, sino que Ias clases subalternas también lo tienen, por lo que hay que observar su grado de desarroll:-.*o fuerza productiva, sus caracterfrti;;; (de mayor homogeneidad o fraccionamiento) y er niver de control que tengan sobre los medios de producción. En este sentido, puede recordarse, por ejemplo, cómo la úttima dictadura f, ariíriirr" buscó heterogeneizar las condiciones objetivas de "r, vida de los trabajadores para quebrar su soridaridad, que era favorecida a niver estructural por el alto grado de asalarización, su fuerte .""r0"r""," de empleo industriar y las homogéneas condiciones de trabajo e ingresos. A la vez, procuró homogeneizar a la clase dominrrrru yi*;r, un nuevo bloque de poder que articuiara lo económicos lácales con er gran capital 1985)' Por el contrario, ra venezuera úorivariana emprendió una vasta estrategia para generar nuevas reraciones d" p;"il;.d; poderar a los trabajadores, generando "; una fuerza integral, no sólo política, sino también económica y social, que pudiera comenzar a disputarle el proceso productivo ar gran capitar. Así se avanz6, por un lado, en nacionalizaciones y er,propi"ciones y, por otü la creación de unidades dirigidas po, "r, ,r. trabajadores
.if#ff"":*"ffif,Tff;
y empresas
sino poner de relieve rr r":]1T^.]"-.'ue sobre dicho proceso tienen las relaciones de cuando yacemos en una estructrr" qr", a pesar de tas rransforma1Y:1:r_::.,,1,:s crones sucedidas desde 2003, posee ,tto grráo;-Jcroncentración económica. "" [33] Para un anárisis comoreto de las dinámicas de -= hegemonía y acumuración en'ra Argentina posr-convertibiiidaa
r* vr.*iliffi
6q
"'
volmixtas, cogestionadas entre trabajadores y Estado' Además' se no caron cuantiosos recursos y políticas públicas para alimentar los producsólo la producción sino tarnbién la comercialización de Ia Misión en como alternativa, tos generados por esta economía una forjando y PDVAL' Alimentación, que incluye a Ia red Mercal 30 o un precios cadena de expendios de bienes de consumo masivo a 40%másbqo que en los mercados privad'os, donde circulan también Ias producciones socialistas mientras se combate Ia inflación[34]'
Elsegundonive]refrerealarelacióndefuerzaspolíticasyposee distintas gradaciones, según su condición de homogeneidad' grado conciencia política colectiva y organización, partiendo de un supegrado un finalmente económico-corporativo, hasta alcanzar
rior,estrictamentepolítico'AIIíseplantealacuestióndelpoder
l
pero en toda su magnitud, incluyendo las dimensiones anteriores donde sobrepasándolas en un momento cualitativamente distinto' hasta lucha en y entran "partido" en las ideologías se transforman desociedad' la por toda que una tiende a prevalecer y difundirse unidad la políticos, y tlrminando Ia unidad de los fines económicos las intelectual y moral, planteando todas las cuestiones en torno a socuales "hierve la lucha", no ya sobre un plano corporativo' sino social grupo un de hegemonía la bre un plano universal. Así, se crea
fundamental sobre una serie de grupos subordinados, hasta llegar a la fundación de un nuevo Estado. Aquí encontramos el lugar específlco que ocupa el concepto por ello de de hegemonía en el pensamiento gramsciano, sin dejar extensión' en dar cuenta del vasto alcance que posee su perspectiva de un grupo La hegemonía es dirección política, ideológica y cultural social sobre otros. Esta capacidad de conducción implica la predominancia de Ios componentes consensuales sobre los componentes por coercitivos (ambos constitutivos de Ia propia dimensión política), en la visión 1o que involucra la participación de los grupos dirigidos
[34]Gramscimismovivióunplocesodecambiosd.e-relacióndefuerzaquepudoha. los trabajadores conformaron
a ser culminante üando entre 1919 y 1920 aunque-luego fueconsej"os de Fábrica, tomando las riendas del proceso productivo' de modo de reformulando fue se capitaiismo propio el ,o., dá.otrdo, y más adelante
ü"i tt"g"ao
altas el coíocimiento de los trábajadóres y situarlo escindido en las más
"*pr"pir. esferas de las empresas.
6S
Esruoro INTRoDUcroRro
I
iwrnoouccróN A LA pERSpEcrrvA cRAMScTANA
GastóN ANcPl VenrsI
del mundo del grupo dirigente. Es la posibilidad de hacer aparecer realización de intereses y proyectos particulares como si fuera u¡ expansión universal, un desarrollo dál conjunto de la sociedad; pe esto no es mero "engaño", sino que tiene que ver con las distint estrategias y concesiones que el grupo dominante articula con los estos grupos a tal punto que se dificutte hasta ta misma percepción au lo, af,rmaciones no vaten sólo para ta domina.: _,^- sino .,)l que Lll,l_l-,-i:.".r.r, ción también aportan ctaves
5#:::S:Ii:":.r_*.o.,u"r,""r,
irJJrl"';#;'i:;#"."
orrr;;;;irr"rr**Ii:1.,,
pu,sp".ti.,á gramsciana de ra hege. il::,T"1"1"""1::::,^T,:^":$ra monía se basa en la percepción que ciamsci tuvo sobre d"r";.o:; de las sociedades y su complejización "l creciente, vinculada con las estrategias de transformación adecuadas. Gramsci observa que si bien et Estado conrinúa á_r;;;;rimordiat de poder, el de:i:...d" sarro'o de la sociedad civil imprica "" que et poaer se ha disgregado en una multiplicidad de "trincheras". De este modo, haciendl aialogia con las estrategias m,itares de ra primera Guerra Mundial, asim,a ra construcción de hegemonía a la guerra de posiciones,la guerra de trincheras, que requiere que las fuárzas *orili."r, esfuerzos en todas las dimensiones de lo social, en una batalla de largo aliento. ya no alcanza sóro er triunfo miritar, et ¿*ito ecor,ómico, ni ra dirección der Estado, sino que también se debe la propia visión a los di_
versos ámbitos donde t r a n s ror m ar to d a s
y
ü
"*prJir ff J,1": : l'."ff;:'
: fi::
il:ffiJ
ffi:lXl trinchera que no ocupa uno siempre la ocupa otro) y avanzar a conquistar Ia adhesión activa o pasiva de los distintos grupos sociales para dar lugar al desarrollo de un proyecto eman_ cipador. En este punto, Gramsci muestra una vez más una mirada crítica respecto de ros enfoques aet izquieraismo, de ras posiciones basa{a.1 en el maniqueísmo, *"rolárrtto,, ,, poá* I" .ü,"0" "n "r o nada"; percibe la política desde " una mirada seria de construcción de,poder, donde hay que meterse en er barro y comenzar a alterar todos los resortes es sabido que la
de reproducción de la sociedad[35].
[35] En ese sentido fue crÍtico Oorparte de la Internacional de de "frente único" contra el fascismo 1:]^1lr"O":". y de rá adopción de la porítica de la polÍtica clase contra clase' sosteniendo la necesidad a" ,i,l'."1* r"".ríJi'#tra ra derecha de su momento. 66
,
La construcción de hegemonía es entonces una batalla integral, palmo a palmo en todos los niveles de la sociedad: en Ia .ultrrr, Ios valores, las ideas, Ios espacios de todo tipo que conforman la sociedad civil (partidos, sindicatos, clubes, medios, etc'), las instituciones del Estado, así como en los lugares de trabajo. Es por esto que Gramsci aboga por ]a conformación de fuerzas igualmente integrales que, como Príncipes modernos, afronten la tarea de construir una voluntad colectiva para impulsar el proceso de transformación. Y en este punto, la formación de cuadros, de dirigentes insertos en todos los frentes de masas, es fundamental, sin dejar al mismo tiempo de aspirar a gestar organizaciones de masas, en tanto el partido aparece, en la concepción gramsciana, como Ia parte más activa de la propia voluntad colectiva en formación' Es necesario observar que Gramsci también se distancia de Ias visiones politicistas de la hegemonía. Concibe que la construcción de hegemonía contiene un sustrato material vinculado con la estructura. Y es por eso que da relevancia a las relaciones de fuerzas sociales y al análisis del mundo de producción, sin escindirlo del estudio de las otras dimensiones de las relaciones de fuerzas que constituyen las sociedades. No hay posibilidad de generar un proceso de emancipación de los grupos subalternos sin modificar el yugo del gran capital en el terreno de la producción; la voluntad colectiva que conforma un pueblo no es una mela construcción discursiva, ya que si bien la disputa de los sentidos tiene en Gramsci un lugar destacado, el sujeto popular se halla ligado a las posiciones que los grupos que conforman dicho sujeto tienen en la
vincula con que Gramsci concibe las sociedades en términos debloque histórico, que es una categoría de totalidad y que expresa el nexo orgánico entre Ia estructura y las superestructuras. La articulación de los fenómenos estructurales y superestructurales se expresan siempre de forma compleja en los procesos históricos concretos. En procesos como los que actualmente se están dando en Latinoamérica, se percibe una línea de ruptura respecto de las principales políticas neoliberales y de Ia sujeción directa y servil a Estados Unidos, evidenciando cambios a nivel de las relaciones de fuerzas internacionales y de las relaciones de fuerzas
estructura productiva. Esto
se
6l
EsruDro INTRoDucroRro I INTRoDUccTóN A LA pERspEcrrvA GRAMscTANA
políticas. Aun asÍ, en er nuevo bloque porítico latinoamericano se expresan dos grupos, uno encabezad,o por Brasil y Argentina, que avanzaron a recomponer fuertemente ras condiciones de vida de sus pueblos y han dado grandes batallas por Ia unidad regional, pero vienen desplegando proyectos que en Io económico no buscan romper con la dominación del capital, aplicando modelos de acu_ mulación de carácter neodesarroilistas, que iguarmente estabrecen importantes diferencias con Ia dominación previamente materializada a través de la concepción der mundo neoriberal. En tanto, otro grupo, encabezado por Venezuela, Bolivia y Ecuador, plantea la ne_ cesidad de trascender el propio capitalismo, buscanáo empoderar al pueblo también en el plano económico, de modo de avanzar en un proceso de riberación integrar de las clases subarternas. En este sentido, es necesario captar las particuraridades nacionales y los vínculos internacionares, dando cuenta de cómo se articuran aÁ rorma compleja Ias dimensiones estructurales y superestructurales. En ese camino, Gramsci da una expresión concreta a este vínculo que liga el bloque histórico: los intelectuaies, el problema
GestóN Axcrr Venns¡
,
de la lucha ideológica y Ia estrategia porítica. pero no hay Iucha ideo-
lógica ni política sin fuerza porítica organizada, y de arí Ia rerevancia del Príncipe moderno gramsciano. De hecho, en el pensamiento de Gramsci, Príncipe moderno e interectuares comparten un mismo núcleo, un mismo rol orgánico: ra dirección ideorógico-curturar implicada en su idea de reforma inteiectuar y morar, y Ia dirección poIítica, que parte de la construcción de una voluntad colectiva. El Príncipe moderno surge de la lectura que realiza Gramsci sobre EI Príncipe de Maquiavelo, en er que ve Ia personificación simbólica de la voluntad corectiva que procura ra concreción de un fln político, fundar un nuevo Estado, para el cual deberá ser un ins_
trumento de instrucción y convencimiento der puebro. Ahora bien, Gramsci entiende que el príncipe no podía ser un héroe individual, sino un organismo colectivo: el partido político. A su vez, Gramsci tenderá a expresar dos acepciones distintas de partido: una amplia, donde cada partido es una nomenclatura de clase, y una acotaáa al partido como organización particular. Además, es importante res_ catar que Gramsci no tiene una visión meramente racionalista.de la política, sino que da relevancia al lugar que ocupan Ia pasión y el 68
,
.
que movimito en ella, la necesidad de crear una fantasía palpable lice al pueblo y aporte a su organización' por u parte, los intelectuales constituyen una categoría que en todo hombre su amplitud máxima envuelve a todas las personas: sentido común' del es "fiIósofo", ya que participa del lenguaje, del son parfolklore y ae atglin tipo de religión popular' Es decir' todos reproducen las sólo no tícipes de diversas concepciones del mundo; sobre ellas' Y siná que accionan, consciente o inconscientemente' punto de inflexión de Ia conciencia donde podemos ubi", "r" persona posee "r, car Ia función específica de los intelectuales' Toda núcleosde..buenSentido,,,esdecir,capacidaddecobrarconciencia manera crítica las de su propio lugar en la estructura, de mirar de en él .orrcepciá.res del mundo que 1o atraviesan y que reproducen es la y u., * grupo social la dominación del grupo dirigente' Esa que crítica la se inicia: allí Lase de potiUitiara de Ia emancipación, de elaboradas más rompe eI sentido común y avanza hacia formas orgay la de pensamiento en un camino indisociable de la acción un nización colectiva. Gramsci señala que cada clase crea consigo homogea cobrar Ia ayudan que grupo de intelectuales orgánicos i"láaa y conciencia de sus propios fines' La fórmula de este tipo aquí que llegue a de intelectual es la de especialista + político. De porque abraza sostener que todo militante político es un intelectual su desarrollo a y aporta mundo una determinada concepción del de las replano el en mediante una acción organizada que incide sociedad. Así, el laciones de fuerzas alterando las dinámicas de la
Príncipemodernoestácompuestodeintelectualesorgánicos'cuya de incidir efectividad parte de nunca separarse de las masas sino de política fuerza la a en su dirección e incorporar a parte de estas la transformación.
En este camino, podemos pénsar Ia conformación del
particular imPríncipe moderno en Venezuela, que como partido del conformación la a pticaria observar las luchas que antecedieron PSUV del Ivtovimiento V Repúb1ica, su desarrol]o hasta Ia creación pero que en términos amplios incluye al conjunto de organizacio.ru, qr", como el Partido Comunista, conformaron el PoIo Patriótico' voluntad colectiva el bláque subalterno en el que se fue gestando la nacional-popularvenezolana.Allí,1are]aciónentrefuerzapolítica, 6g
Esruoro INTRoDUcroRro
I
lNrnooucclór.r e ta pERSpEcrrvA GRAMscTANA
Gesróu
intelectuales y masa se fue dando diarécticamente en ra construc. ción del nuevo poder, así como en ra resistencia frente a los intentos golpistas de los sectores de ia derecha política y patronar to.rt y tal Tanto el príncipe moderno como ros interectuares deben im-: pulsar una reforma interectuar y moral, disputando ra influenciá ideológica y cultural de los otros grupos sociales, y que sirva de elemento cohesionante para er despriegue de ra estiategia política y la construcción de hegemonía. rero ¿tué erementos conreva una reforma intelectual y moral? El punto de partida es Ia realización de una crítica de laflosofía del sentido común, que es una concepción del mundo absorbida acríticamente de ros distintos ambientls curturares en los cuares el individuo se va formando, una concepción del mundo disgrega_ da, incoherente, incongruente respecto de ra posición sociaráe las multitudes. Es incongruente precisamente porque, si no hay p"rr_ samiento crítico, se participa de concepciones del mundo impres_ tas por otros grupos sociales, que expresan sus propios intereses y valores. Entonces, la formación de un grupo social homogéneo se articula con Ia eraboración de una fllosofía desarroilada Iambién contra el sentido común, por ser homogénea y sistemática. La críti_ ca debe partir del sentido común, romper con y él abarcar tr_Ui¿r, las formas más elaboradas del pensamiento hegemónico. Como ejemplo, pensemos en ra rerevancia de los procesos que se abrieron en Argentina, Ecuador y Uruguay a partir de ta discusión y sanción de nuevas leyes de medios de comunicación. Más allá aá qr" ,li, no se hayan logrado materializar en todo su alcance, urnp"r"ro., muy rápidamente a resquebrajar el predominio del pensamiento único reinante; comenzaron a exponer a los grandes medios en su carácter de grupos económicos con intereses particulares, rompiendo parte del velo de su apariencia universalista, abriendo una brecha que permite desnaturalizar muchos preceptos que antes parecían indiscutibles, generando mejore, .orrai.iorr", pr* la construcción de concepciones arternativas y de una nueva hegemonía. La batalla de las ideas, como señalara el líder cubano Fidel Castro en numerosas oportunidades, es un aspecto clave.de la transformación y en este sentido es posible r"r, conjunto de "r,LI
Áxcrl
V¿,n¡sl
países l.atinoamericanos que comenzaron -con distintos grados de
profundidad y matices- un camino de ruptura Iespecto del orden neoliberal, cómo los grandes grupos económicos de la comunicación, representantes de los sectores más concentrados del capital y los intereses del imperialismo en la región, han estado al frente de la disputa contra las reformas populares. En América Latina se ha gestado un momento de avance tal que los medios de comunicación que generalmente se revisten de "independientes" para poder cumplir su rol de "Estado Mayor intelectual" y aportar a la diiección estratégica de los grupos subordinados en coherencia con Ios intereses y la concepción del mundo de los grupos dominantes han descendido a convertirse en genuinos partidos de oposición. Así, las grandes cadenas mediáticas en los países latinoamericanos con gobiernos populares vienen desplegando estrategias de desgaste y desestabilización, al tiempo que avalan y fomentan las
,
,
,
iniciativas opositoras. Por su parte, el Príncipe moderno debe mover las pasiones, volverse pueblo en la formación de una voluntad colectiva a partir de la articulación de los grupos sociales subalternos, dando origen a una fuerza social y política transformadora que avance en un proceso de acumulación de fuerzas hacia la creación de un nuevo Estado. La v oluntad, colectiv a representa la construcción de un suj eto pueblo, un colectivo que involucre a los diversos grupos subordinados. Gramsci define a esta voluntad como nacional-popular.Lopopular no implica la pérdida de centralidad de Ia clase obrera, sino su articulación con el conjunto de grupos sociales subalternos con el fin de universalizar sus intereses y construir una nueva hegemonía que logre confrontar con la dominante y derrotarla; así los sujetos subalternos deben conformars e en pueblo. En este sentido, Gramsci observa que es clave eI rol tanto de la fuerza política como de los intelectuales, para organizar la nueva concepción del mundo, dar homogeneidad y conciencia al grupo social de sus propios intereses y objetivos, construir la unidad de ese pueblo disperso y movilizar Ias pasiones para el desenvolvimiento de la estrategia política. En relación con 1o nacionaT, sin escindirlo del plano global (escala clave de las relaciones de fuerzas internacionales), Gramsci rescata el escenario de la nación, con su propio Estado, partidos, sindicatos, 7t
Esruoro INTRoDucroRro INTRoDUCCTóN I A LA PERSPECTIVA
GRAMSCTANA
tradiciones culturares, etc., como ámbito concreto donde se rrollan las luchas cotidianas configurando el marcoáil; , de las distintas fuerzas. Gramsci observa la importante capacid de interpelación de lo nacional en la cultura así como el peso
r Estado-nación como espacio de desarrollo de la estrategia política,,
Conocer nuestro país, conocer nuestro continente, aparei cen como condiciones necesarias para desplegar cualqui", tegia de cambio. Un gran avance en la batalla ideológica ha".",rrsido el creciente reconocimiento, en diversos países, ae q-ue la patria es nuestra América, comenzando a ver a todas Ias naciones lati: noamericanas como hermanas, sin las cuales difícilmente podamos avanzar en un proceso emancipatorio. Tras Ia gesta tiuertaaora frente a los viejos imperios, el sueño de Bolívar, Sai Uartiny iucre de una América Latina unida quedó sepurtado por las estátegias divisionistas de los nuevos imperios y tr, *urq.rinara", i. t", oligarquías locales. sin embargo, en ra actuaridad podemos ver ra estrecha reración entre er cambio de reraciones de fuerzas a nivel internacionar y a niver nacionar: ra unidad e integración ratinoame'ricana aparece como una condición indispensabre para ra riberación nacional. Los procesos de desestabilización y golpe de Estado (ya sea en su versión "suave" o exprícita) se expanden ar ritmo de la reorganización de los grupos económicos iocales, ros partidos de la reacción y los intereses imperialistas. Difícilmente se hubieran podido sortear er gorpe a chávez en 2oo2,ra desestabilización a Evo Morales en Borivia y la insurrección poriciar a correa en Ecuador, entre otros, sin la intervención ferviente de Argentinr, nrrrii y resto de los miembros del bloque regional. "t américa Latina ,prá." como el continente de la esperanza, un genuino laboratorio d" ,r.vas experiencias conducidas por gobiernos populares que llegaron a reinstalar un horizonte de riberación tanto nacionar como sociar.
Y las experiencias recientes señaran que no hay riberación nacionar
duradera posible sin liberación regional. Por un lado, la creación de una nueva hegemonía tiene lugar a través de largos procesos históricos previos a poder
alcanzai el
Estado. AsÍ, el ',Caracazo,, de L9g9 en Venezuela, la r"U"tiO., poprt* a" 2001 en ,a Argentina, Ias ruchas agrarias y obreras en Borivia y Brasil,
sirvÍeron como bisagra para deteriorar las hegemonías dominantes
GesróN Al¡cr¡. Vanrs¡
previamente vigentes y abrir pasos a los nuevos Procesos' Esto habilitó eI surgimiento de los nuevos gobiernos ]atinoamericanos que comenzaron, con distintos grados de profundidad, a crear un nuevo Estado. Para Gramsci, el Estado, en su construcción hegemónica, es concebido como organismo propio de un grupo, destinado a crear las mejores condiciones para su máxima expansión. Pero ese desarrollo y expansión son pensados y presentados como la fuerza motriz de universal, como el desarrollo de "todas las energías u.r, "*p"rrrión nacionales,'. Así, uno de los grandes alcances hegemónicos del proceso en Venezuela es el de haber logrado instituirse como heredero de toda la historia nacional, conquistando las banderas de los líderes fundacionales de dicha nación, aI punto de ser proclamada como
Revolución Bolivariana. De este modo, el chavismo no só}o apareció como expresión de un grupo particular, sino que buscó abordar el espectro de la nación. Además, una vez en el gobierno, el chavismo debió iniciar la transformación del propio Estado, que seguía representando las relaciones de fuerzas precedentes, cristalizadas en décadas: así surgieron las "misiones" y luego los consejos comunales, como nuevas formas de Estado participado popularmente'
Gramsci señala que el Estado debe tejer un conjunto de compromisos, siempre inestables, donde los intereses del grupo dirigente deben articularse con concesiones hacia los grupos subordinados. Ahora bien, debemos notar que cuanto mayor es el grado de ruptura que se gesta y mayor es el poder de los grupos antes dominantes que ahora buscan ser subordinados (eI gran capital, ias fuerzas del imperialismo, etc.), más difíci] aún es alcanzar la hegemonía del conjunto, justamente porque los sectores más concentrados de la burguesía, tras siglos de dominación, se resisten a ser rearticulados de forma supeditada en un nuevo bloque histórico dirigido por las clases subalternas y dan la batalla por todos los medios posibles: golpes de Estado, intentos de magnicidio, guerra económica. Distinto es el caso de Brasil, donde la gran burguesía mantiene el predominio en la estructura y tolera realizar concesiones a las clases subalternas, en el marco de la potente política social del PT, e incluso ligarse a nivel regional con el proceso de integración, ya que es compatible con la ampliación de su propio proceso de acumulación y el lanzamiento de Brasil como potencia 73
EsruDro INTRoDUcroRro
J
INTRoDUCCTóN A
tA
G¿sró¡¡ Axcrl. Vennst
,ERSPECTTVA GRAMSCTANA
mundial. Aun así, los sectores dominantes más reacios a realize concesiones al campo popular buscan gestar una alternativa con servadora, impulsando procesos de desgaste sobre er gobierno del Pl cuya política social activa permitió que milones ae ¡rasileño] salieran del hambre y la pobreza[36]. Asimismo, el carácter de clase y el horizonte estratégÍco quq trazan los distintos proyectos resultan clave en la construcci¿rr-Ju hegemonía. El caso de Borivia reviste gran rerevancia a niver internacional. García Linera define al proy".to societario oficial como un sociarismo comunitario der vivir Bien, que presenta actuarmente tensiones "entre Ia necesidad y voruntad de industriarización dg
las materias primas y la necesidad imprescindibre del vivir Bien entendido como ra práctica dialogante y mutuamente vivificante con la naturaleza que nos rodea,, partiendo eZ¡. ¡ZOl, de la recu_ peración estratégica de los recursos naturales, er Estado boriviano gestó un proceso que "comienza a desprenderse gradualmente de Ia Iógica capitalista de la apropiación privada como norma económica e introduce expansivamente ra lógica der varor de uso, de ra satisfacción de necesidades, del fundamento comunitario y comunista, como principio rector de actividades económicas,, (2Ott; 67). Enla misma línea, Evo Morares siempre sostuvo su carácter marxistaleninista y la vocación de crear un socialismo de nuevo tipo re_ cuperando y resignificando las prácticas corectivas de 10s pueblos originarios[37]. Esto se vincura también con proceso er de aiticura_ ción entre er movimiento obrero y el movimiento campesino en ras luchas que fueron conformando el poder popular que llevó a Evo Morales a la presidencia, que fue también un proceso de unifica_ ción de la clase obrera con las masas campesinas y sectores medios
[36] TIas nueve meses de un polémico proceso de ímpeachment, et37/8/201.6 ''elsenado brasileño destituyó a Dilma nousseff ae f a r.j.
[ñ. [37] "En eso consiste er vivi¡ Bien: en utilizar la ciencia, la tecnología y ra industria para generar riqueza, de otra manera con_qué se podrían construir carreteras, revantar postas sanitarias, escueras, producir y crecientes de ra sociedad. pero a ra vez"r*"rrtor,,áiisfacer las necesidades básicas necesitaáás preser,rar la estructura funda_ mental de nuestro entorno natural para no"o,roa y t"a g"areraciones que vendrán.que tendrán en la naturareza la rearizáción a" r"r iín"itls capacidades para satisfacer sus necesidades sociaies,, (García Linera, 2O7l: 67).
(con sus asociaciones de vecinos, el movimiento estudiantil y organizaciones de mujeres). El componente indigenista del proceso de
transformación encuentra en el ayllu, que deflne como "una compleja forma de trabajo colectivo con base en un uso determinado de Ia tierra" (Arriarán, 2OO7:36), un componente clave que, como Mariátegui en su tiempo, recuperan en Ia actualidad los intelectuaies orgánicos bolivianos ligados al gobierno. En todos los casos, es visible que los derechos nunca se regalan y las fuerzas de la reacción operan y accionan en todos los niveles e incluso, cuando ya no es suficiente con el sutil saqueo económico de las corporaciones transnacionales, se apela a Ia invasión y al saqueo directo de los recursos naturales, a la guerra' Aquí llegamos a la tercera
y última dimensión que Gramsci señala:
7a relaciín de
Libia fueron barridos en tiempos fuerzas militares. Países como lrak o
mínimos, ya sea mediante una invasión directa como en eI primer caso, o a través de tropas mercenarias, como en el segundo' Hoy, los
sectores más reaccionarios de Estados Unidos llaman abiertamente a intervenir militarmente en Venezuela liusto cuando en Colombia avanzan, más allá de las dificultades, los diálogos de paz), 1o que
podría traer la guerra al continente. Al mismo tiempo, los conflictos
bélicos en Ucrania y en Siria constituyen terrenos donde también se juega la disputa entre Rusia y Ia OTAN, gestando un escenario de fuerte inestabilidad que podría profundizarse si se produjera un enfrentamiento directo entre las potencias. Así, vemos por qué Gramsci sostiene el carácter decisivo de estas relaciones de fuerzas. Las diversas luchas por dar forma al orden social atraviesan los distintos grados de ]as relaciones de fuerzas y dejan sus marcas en Ia historia. La hegemonía de un grupo dominante puede ser tan fuerte al punto de hacer que resulte casi imposible para los grupos subordinados percibir Ia dominación; se basa, justamente, por el contrario, en hacerlos sentir parte o benefrciarios de la concepción
del mundo que se despliega en los proyectos societarios. un caso paradójico fue la hegemonía menemista[38] en la Argentina de los años noventa, que logró construir consensos masivos en torno a [38] Para comprender
1a
hegemonía menemista se recomienda ia lectura de Bonnet
(2008).
74 75
EsruDro INTRoDUcroRro
I INTRoDUccTóN
Gestóu Axcrl v¿nnsI
A LA pERS,EcrlvA GRAMScIANA
las privatizaciones, ,egando a convencer a 10s propios trabajadores
(que luego iban a quedar desocupados e integrar las fllas de ros ,,nuevos" pobres), de que la.venta de la empresa era Io mejor que les po_ día pasar' Aquí se aperó a un discurso áe 'Argentina primer Mundo,,, en el que las privatÍzaciones eran presentadas como un paso necesario para la modernización en er tren inevitabre de Ia groLarización.
Incluso se convenció a muchos trabajadores de que loLejor era de_ jar de ser tai, de que podían cumplir ,,sueño él americano,,y pasar de ser empleados a propietarios, porque les darían algunas ,á.io.,", d" la empresa y una indemnización por despido jubilación o aderantada' Así m,es de trabajadores participaron de una visión de ras cosas que los iba a arruinar y con sus indemnizaciones realizaron peque_ ños emprendimientos, hasta que Ias recurrentes crisis los fueron dejando con poco y nada' pero la hegemonía der capital conce,trrdo habÍa llegado a ese punto, a hacer.*ugu al trabajado, a"* propi" condición de trabajador. pensemos qué contrapunto constituye esto frente al escenario de los años ,"r"rrt, y setenta, cuando ser obrero era visto de forma prestigiosa, al punto de que amplias capas de los sectores medios querían proletarizarse y abrazar la ,,causa del pue_ blo"' Pero observemos también qué diferencias existen entre el iun-
to más alto de ra hegemonía del gran capitar a niver ideológico eir ros años noventa con respecto ar escenario que
comenzó a conformarse desde principios del nuevo sigro: no debemos orvidar desde dónde venimos, porque er cambio de reraciones de fuerzas es esta rucha,
trinchera por trinchera, para avanzar a desmontar ios resortes del
poder del gran capital en todas sus dimensiones. En este sentido, parece importante recordar
a aquel gigante visionario que fue Hugo chávez, que cuando aún resonaban las cam_ panas del fin de la historia y la burguesía mundiar todavía brindaba por el colapso de la Unión Soviética, se paró desde Venez,r"t*,¡.r.,to a.la Cuba socialista, para decir que el camino era la liberación na_ cional y social, que el camino era la revolución, un genuino proceso de transformación sociar concreto, de masas, que comenzó a conformar una voluntad corectiva mientras avanzaba a arterar ras condiciones de vida del pueblo, porque fue una revolución que se hizo pueblo y cobró forma con er esfuerzo de los trabajadores y los antes marginados' Algunos rasgos de esta revolución ya se insinuaban en
76
la constitución de 1999: una propuesta de democracia participativa, profundizada en Io político-institucional a través del impulso ecode consejos comunales y los referendos, con una dimensión a exestímulo decidido nómico-social que se expande a partir del lideró periencias de producción autogestivas y cogestivas' Chávez la conformación de un genuino Príncipe moderno como imaginara Movilizando las pasiones, esa construcción hizo su propio Gramsci.
camino aI andar, donde democracia y socialismo aparecen vinculadefinido dos, y tienen su nudo en la construcción de poder popular' en pueblo ""1 ejercicio pleno de Ia soberanía por parte del y "orná lo político, económico, social, cultural, ambiental, internacional' la sociedad, de y desarrollo en todo ámbito del desenvolvimiento que a través de sus diversas y disímiles formas de organización' att.2). edifican el Estado comunal" (Ley orgánica de Poder Popular, la reforY para esto eI nuevo Príncipe venezoiano comenzó a gestar íntima en ideológico-cultural ma intelectual y moral, la dirección de Ia económica vinculación con un programa de transformación Ia se definió sociedad, que tuvo un momento clave en 2006 cuando por el Socialismo del siglo XXI' Esta opción fue también ella opción
que misma una construcción, una necesidad del proceso histórico distribumayor una en daba cuenta de que, para poder avanzat ción de los recursos y en una mejora general de las condiciones de vida de los sectores populares, era urgente comenzal a trazar una estrategia de superación del propio capitalismo. Pero los cuadros
queconducíandichoprocesodemodoinescindibledelasmasas
eran conscientes de que para hacer la revolución no alcanzaba con proclamarla, por lo que comenzaron a lrazar las bases del proyecio socialista, Ias bases del nuevo poder que hicieran posibles las nuevas conquistas. Este ejemplo mostró que el carácter nacionalpopular de Ia voluntad colectiva no está separado sino íntimamente iigrao a la profundización de las rupturas frente al orden social, y que sólo el pueblo va a defender las conquistas del pueblo y a los
jobiernos del pueblo, por lo que todo camino de liberación nacional consecuente debe desembocar en un camino de liberación social. EI pensamiento gramsciano constituye un arma indispensable para estabatalla, que se da en simultáneo en el plano de las ideas, de l,os valores, de Ia política y de Ia economía, en la multiplicidad
77
EsruDro INTRoDUcroRro
I INTRoDUCCTóN
A r.A pERspEcrrvA GRAMSCTANA
de dimensiones y escalas que atraviesan a las sociedades, y que conforman a los pueblos en su lucha por la emancipaciOn. ¡áta es la vigencia de Gramsci, la de seguir siendo un partÍcipe necesario para la comprensión de nuestras sociedad", y pr., la transformación de Ias mismas. La Plata, agosto de 2015
B¡gLrocnaríe Arriarán, samuer 2oo7 La derrota der neoriberarismo en Botívia (México DF: Editorial Torres Asociados). Azpiazu, Daniel y Schorr, Martín 2Ol,OHecho en Argentina.Industria y economía,1976_2007 (Buenos Aires: Siglo XXI). Bonnet, Alberto 20 Og La he gemonía menemista (Buenos Prometeo).
Aires
:
Buci-Glucksmann, Christine ir97g
Gramscí y et Estado (Hacia una teoría materiatista deta fitosofía) (México Or: Sigü XXr). campione, Daniel 2oo7 paraleer a Gramsci (Buenos Aires: sáiciones
del CCC). Campione, Daniel 2006,Antonio Gramsci. Breves apuntes sobre su Vida y pensamiento,, en
.ar/1_2/
Campione_apuntes.htm>. Duverger, MaurÍce L96t (LgSl-) Los partidos polítícos (México DF: Fondo de Cultura Económica). García Linera, Álvaro 2071, Las tensiones creativas de ra
revorución.
La quinta fase del proceso de cambio (La paz: Vicepresidencia
del Estado plurinacional presidencia de la Asamblea
Legislativa plurinacional).
Gramsci, Antonio 2008 EI materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce (Buenos Aires: Nueva Visión). Gramsci, Antonio 2oo4 Los interectuares y ra organización de ra curtura (Buenos Aires: Nueva Visión). Gramsci, Antonio 2003 Notas sobre Maquiavelo, sobre la potítica y
sobre el Estado moderno (Buenos Aires: Nueva Visión). Gramsci, Antonio L999 Antología (México DF: Siglo XXI). Gramsci, Antonio y Togliatti, palmiro 1rg84 (1gi6) Tesis de Lyon (Lima: Ediciones Alborada).
t8
GesróN ANcsL V¡nsst
Harvey, David 2005 "El'nuevo' imperialismo: acumulación por desposesión"enSocialistRegister2004(BuenosAires:CLACSO)' Horacio (comp') Jessop, Bob 1982 "The capitalist State" en Tarcus, Marxy elEstado II (La Plata: Cuadernos de la Cátedra de Teoría Política, FAHCE-UNLP). Lenin, Vladimir 1. 1973a El derecho de autod'etetminación de las naciones (Moscú: Editorial Progreso)' Disponible en
. Lenin, vladimir l.1g73b El imperialismo, fase superior del capitalismo (Moscú: Editorial Progreso). Disponible en . Luxemburgo, Rosa 1912La acumulación del capital (Germinal' Edicions Internacionals Sedov).
Maquiavelo 1995
(151-3) ElPríncipe. Notas
y
comentarios de Napoleón
Bonaparte (Barcelona: Ediciones O &C). Mariátegui, José Carlos 1928 'Aniversario y balance" en Amauta (Lima)Año III, N" 17. Disponible en . Marx, Karl 2000 El dieciochoBrumario deLuisBonaparte
(Buenos Aires: Siglo Veintidós)' Marx, Karl !871-La guerra civil enFrancia. Disponible en
/
m- e / 187 0s / gcfran/>'
Marx, Karl 1845 Tesis sobre Feuerbach. Disponible en .
Marx, Karl y Engels, Friedrich 1985 La ideología alemana (Buenos Aires: Ediciones Pueblos Unidos/Editorial Cartago)' Marx, Karl y Engels, Friedrich 1960 El Maniftesto Comunista (La Habana: Ediciones Sociales).
piotte,lean Marc 1973 El pensamiento político de Antonio Gramsci (Buenos Aires: Cuadernos de Cultura Revolucionaria)' Portantiero, Juan Carlos 2000 "Gramsci, lector de Maquiavelo" en Várnagy, Tomás (comp.) Eortunay Virtud enlarepública democr ática. Ens ayos sobr e Maquiauelo (Bu enos Aire s : CLAC S O)'
portelli, Hugues 1987 Gramsciy elbloquehistórico (México DF: siglo XXI). 79
EsruDro lNTRoDUcroRro I INTR.DU..TóN A LA pERspEcrrvA GRAM'.TANA
Poulantzas, Nicos 19g1 (1976) Las crases sociare s en er capitarismo actual (México DF: Siglo XXI). Quintana, Eduardo Martín 2O0O Aproximación a Gramsci (Buenos Aires: Ediciones de la Universidad Católica
Argentina).
Varesi, Gastón A. ZOLS,,Modelo de acumulación y hegemonía en Ia Argentina post-convertibilidad ,2002-200g,,, Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales, FAHCE_UNLp. Disponible en . Villarreal, Juan 1985 ,,Los hilos sociales del poder,, en Crisís dela dictadura argentina (Buenos Aires: Siglo XXI).
SrrrcclóN DE Tuxros DE ANtoNIo Gneuscl
8o
ANÁusIS DE LAs SITUAcIoNES.
RrlecloNEs
DE FUERZAS
un estudio sobre la forma en que es preciso analizar las "situaciones", o sea, Ia forma en que es preciso establecer los diversos grados de relaciones de fuerzas, puede prestarse a una exposición de ciencia y arte político, entendida como un conjunto de "l"*.rrtrl cánones prácticos de investigación y de observaciones particulares; útiles para subrayar el interés por la realidad efectiva y suscitar intuiciones políticas más rigurosas y vigorosas. Al mismo tiempo hay que agregar la exposición de lo que en política es necesario entender por estrategia y táctica, por "plan" estratégico, por propa-
ganda y agitación, por "orgánica" o ciencia de la organización y de
la administración en Política. Los elementos de observación empírica que por lo general son expuestos en forma desordenada en los tratados de ciencia política[1] en ]a medida en que no son cuestiones abstractas o sin fundamento, deberían encontrar ubicación en los diversos grados de las relaciones de fuerzas, comenzando por las relaciones de las fuerzas internacionales (donde se ubicarían las notas escritas sobre 1o que es una gran potencia, sobre los agrupamientos de Estados en sistemas hegemónicos y, por consiguiente, sobre el concepto de independencia y soberanía, en 1o que respecta a las potencias medianas y pequeñas), Para pasar a las relaciones objetivas sociales,
[1]
Se
puede tomar como ejemplo la obra de 83
G.
Mosca: Elementi di scienza politica.
AuÁltsts
DE LAS sITuAcIoNEs. RELAcIoNEs DE FUERZAs
Ar.¡toNto Gn.aIr¿scl
o sea, al grado de desarrollo de las fuerzas productivas, a las rela, ciones de fuerza política y de partido (sistemas hegemónicos en eI interior del Estado) y a las reraciones poríticas inmediatas (es decir,
' Potencialmente militares). ¿Las relaciones internacionales preceden o siguen (lógica_ mente) a las relaciones sociares fundamentares? Indudabtemente las siguen. Toda renovación orgánica en la estructura modifica, también orgánicamente Ias reraciones absorutas y relativas
campo internacional a través de sus expresiones "r, "i técnico_militares. Aun la misma posición geográfrca de un Estado nacionar no precede sino que sigue (lógicamente) las innovaciones estructrrrlu", irr"i_ diendo sobre ellas, sin embargo, en cierta medida (precisamente en Ia medida en que las superestructuras inciden sobre la estruct;;; Ia política sobre la economía, etc.). por otro lado, las relaciones in_ ternacionales inciden en forma pasiva o activa sobre ras reraciones políticas (de hegemonía de los partidos). cuanto más subordinada a las relaciones internacionares está ra vida económica inmediata de una nación, tanto más un partido determinado representa esta
situación y la explota para impedir el adelanto de los partidos ad_ üersarios (recordar er famoso discurso de Nitti sobre la revolución italiana itécnicamente imposibler). De esta serie de datos se puede Ilegar
a
la conclusión de que, con frecuencia, er lramado "partido del
extranjero" no es precisamente aquel que es vulgarmente indicado como tal, sino el partido más nacionalista, que en realidad, más que representar a las fuerzas vitales del propio país, representa la subordinación y el sometimiento económico a las naciones, o a un grupo de naciones hegemónicas[2]. Es el problema de las relaciones entre estructura y superestructuras el que es necesario prantear exactamente y resorver para llegar a un análisis justo de ras fuerzas que operan en Ia historia de un período determinado y definir su reración. Es preciso moverse en el ámbito de dos principios: (1) ninguna sociedad se propone tareas para cuya sorución no existan ya las condiciones necesarias [2] una mención a este elemento internacionar "represivo,, de ]as energías internas se encuentra en los artícuros pubricados por G. volpe en eI corriere deua"sera der 22 y 23 de marzo de 1932.
,
r
r,
,
r
y sufrcientes o no estén, al menos, en vía de aparición y de desarrollo; (2) ninguna sociedad desaparece y puede ser sustituida si antes no desarrolló todas las formas de vida que están implícitas en sus relaciones[3]. A partir de la reflexión sobre estos dos cánones se puede llegar al desarrollo de toda una serie de otros principios de metodología histórica. Sin embargo, en el estudio de una estructura es necesario distinguir los movimientos orgánicos (relativamente peImanentes) de los movimientos que se pueden llamar "de coyuntura" (y se presentan como ocasionales, inmediatos, casi accidentales). Los fenómenos de coyuntura dependen también de movimientos orgánicos, pero su significado no es de gran importancia histórica; dan lugar a una crítica política mezquina, cotidiana, que se dirige a los pequeños grupos dirigentes y a las personalidades que tienen la responsabilidad inmediata del poder. Los fenómenoé orgánicos dan lugar a Ia crítica histórico-social que se dirige a los grandes agrupamientos, más altá de las personas inmediatamente responsables y del personal dirigente. Al estudiar un período histórico, aparece la
gran importancia de esta distinción. Tiene lugar una crisis que a veces se prolonga por decenas de años. Esta duración excepcional significa que en la estructura se han revelado (maduraron) contradicciones incurables y que las fuerzas políticas, que obran positivamente en la conservación y defensa de la estructura misma, se esfuerzan, sin embargo, por Sanear y por Superar dentro de ciertos Iímites. Estos esfuerzos incesantes y perseverantes (ya que ninguna forma social querrá confesar jamás que está superada) forman el terreno de lo "ocasional" sobre el cual se organizan las fuerzas antagónicas que tienden a demostrar (demostración que en última instancia se logra y es "verdadera" si se transforma en una nueva realidad, si las fuerzas antagónicas triunfan; pero inmediatamente ,,Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fueryjamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurádo en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemós siempre que estos objetivos sóIo nacen cuando ya se dan o, por lo menos, se están gestando, ias condiciones materiales para su realización" (Karl Marx, Prólogo a
[3]
zas prod"uctivas que caben dentro de e1Ia
la Crítica de
84
7a Economía
Política). 85
AxÁr.tsis
DE LAS
srruAcIoNES. RELActoNEs DE FUERZAs
ANToNIo Gn¡usct
se desarrolla una serie de porémicas ideológicas, rerigiosas, frrosó., ficas' políticas, jurídicas, etc., cuyo carácter concreto es varorabre en la medida en que son convincentes y desplazan la anterior disposición de las fuerzas sociales) qrr" u*írt"r, ya las condiciones necesarias y suñcientes para que determinadas tareas pr"d;;, ;;, consiguiente, deban ser resueltas históricam;" hi stóric o au menta er de s orden .,"." r ::::: iT:_T:_1:l prepara catástrofes_r"o:, ".io*| más graves).
i;,i;;;"ilií*
El error en el que se cae frecuentemente en el análisis históri_ co-político consiste en no saber encontrar la relaciónjusta entre lo orgánico y lo ocasional. Se llega así a exponer como inmediatamente activas causas que operan en cambio de una manera mediata, o por el contrario a añrmar que ras causas inmediatas son ras únicas eficientes. En un caso se tiene.un exceso de ,,economicismo,, o de doctrinarismo pedante; en el otro, un exceso de ,,ideologismo,,; en un caso se sobrestiman ras causas mecánicas, en el 0tro s=e exarta el elemento voluntarista e individuar, La distinción entre ,,movimientos" y hechos orgánicos y de ,,coyuntura,,, u ocasionales, debe ser
aplicada a todas ras situaciones, no sóro a aquelras en donde se verifica un desarrollo regresivo o de crisis aguda, sino también a aque_ llas en donde se verifica. un desarrollo págreriro, o de prosperiáad, y a aquellas en donde tiene lugar un estancamiento de ras fuerzas productivas. El nexo diatéctico entre Ios dos órdenes ;";;;ir_"rto y' en consecuencia, de investigación, es difícilmente estabrecido con exactitud; y si el error es grave en la historiografía, es aún más grave en el arte político, cuando no se trata de reconstruir ra historia pasada sino de construir la presente y la futura[4].
deseos de los hombres y sus pasiones menos nobles e inmediatas las causas del error, en cuanto se superponen Son los
,
*ir*o,
al análisis objetivo e imparcial, y esto ocurre no como un "medio" consciente para estimular a Ia acción sino como un autoengaño' La serpiente, también en este caso, muerde al charlatán, o sea' el demagogo es la primera víctima de su demagogia' Estos criterios metodológicos pueden adquirir visible y didácticamente todo su signif,cado si se aplican al examen de los hechos históricos concretos. Se 1o podría hacer con utilidad en el caso de los acontecimientos desarrollados en Francia de 1789 a 1g70. para mayor claridad en la exposición sería necesario abrazat todo este período. En efecto, sólo en t87O-7871-, con la tentativa de la Comuna, se agotan históricamente todos los gérmenes nacidos en 7789,1o cual signilca que la nueva clase que lucha por el poder no sólo derrota a los representantes de la vieja sociedad que se niegan a considerarla perimida sino también a los grupos más nuevos que consideran como superada también a Ia nueva estructura surgida de los cambios promovidos en 1789. Dicha clase demuestra así su vitalidad frente a lo viejo y frente a lo más nuevo. Además, en 1,870-1871 pierde efrcacia el conjunto de principios de estrategia y de táctica política nacidos prácticamente en que 7789 y desarrollados en forma ideológica alrededor de 1848 (y se resumen en la fórmula de "revolución permanente"[5]. Sería y que facilitauna serie de exposiciones que se dicen ligadas a la fiIosofía de la praxis ron el desarroll-o d" for*al it fantiles de optimismo y de necedad'
[5]Laexpresión,,revoluciónpermanente"seencuentraenelMensajedelconsejo Zint ol oia tiga de los Comunistai (KarI Marx, Reuelaciones sobre elproceso de los comunis-
[4] El hecho de no haber considerado er eremento inmediato de ras ,,relaciones de fuerzas" está vincurado con, residuos a" ü .""."p.ión riberar vulgar, de ra cuar eI sindicalismo es una manifestación que.*i" rui-á, uvanzada cuando en la realidad daba un paso atrás' En efecto, ta concepción iib".ái urrg"r, dando importancia a ra retación de las fuerzas notíticar, orgrriráár.;;i;;;;;"."", formas de partido (lecto_ res de periódicos, elecciones prrlrá"rt".á, i1".f"r, de masa de los partidos y de los sindicatos en.sent¡.rlo_estrictá1,ái, *i, ".srnizaciones avanzada que el sindicaiismo que daba una importancia primordiar , l" r"ii.lá"'iüdamenrar
y sólo a esta. La concepción riU"r"t urtjr. t".,á;;;;";, también, "'"""áÁi""_r..irr en forma implícita, tales relaciones (como tantos eremenios r" a"*"ürrr¡ pero insistía sobre todt en relación de las fuerzas políticas,,q"" u.r.r""" la las contenían Estos residuos de rá concepción "*f."rü, a" lr. otras y que en realidad r-if,"rJirrgrr re pueden ha,ar en toda 86
el de lograr Ia tas de Colonialeuenos Aires: Lautáro, 7946:207y 209): "nuestro deber es
p"r*rr,"tt" [...] su grito de guerra debe ser:Ia revoiución en permanenestá consigna, ¿é 1á revólución de r3+e, Trotski partió para elaborar su teoría partes fundamental de la=revolución permanente, criticada por Gramsci en diversas sobre la áe esta obra y en los demás Cuadernos dela Cárcel. Frente a las tesis de Lenin alianza del pioletariado .á., ür ."*p"rinos pobres, las tesis dá frotski, impregnadas il;"; ;;i""da desconfranza a las masas iampesinas, tienden a hacer caer sobre lo, .rÁi".i"os 1a coerción de una minoría proletaria y sobre el-proletariado mismo nota una coerción de carácter militar que sólo puede conducir a la derrota. En una ataque (y del de movimiento guerra ia passato de (p. 71), tituladá,,pasaje epresente de frontal) a Ia guerra áe pásición, también en eI terreno político", Gramsci considera ,,el teórico político del ataque frontal en un período en que este tipo a frotsii corño de ataque sólo puede conducir a ia derrota". Enemigo declarado de las revoluciones
revolución
.ir,l ¡"
87
ANÁLISIS DE LAS SITUAcIoNES. RELAcIoNEs DE FUERZAS
ANToNIo Gna¡r¿sct
interesante estudiar cuánto de esta fórmura ha pasado a la estrategia mazziniana -en el caso, por ejemplo, de la insurrección de Milán de 1853- y si ocurrió en forma coniciente o no). un elemento que muestra lo acertado de este punto de vista es er hecho de que los historiadores no están en absoruto de acuerdo (y es imposibre que lo estén) cuando se trata de fijar los límites aár conjunto de acontecimientos que constituyen ra Revolución Francesa. para ar. gunos (Salvemini, por ejemplo), Ia revolución se cumplió en Valmy. Francia creó el Estado nuevo y supo organizar la fuerza político_ militar que afirmó y defendió su soberanía territorial. para otros, la revolución continúa hasta Termidor, o mejor, hablan de varias revoluciones (el 10 de agosto sería una revolución en sí, etc.)[6]. El modo de interpretar a Termidor y ra obra de Napoleón orráce las más ásperas contradicciones: ¿se trata de una revorución o de una contrarrevolución? según otros, la historia de la revorución continúa hasta 1"830, 184g, 1.g70 y aun hasta la guerra mundial de 1914. En todos estos puntos de vista existe una parte de verdad. En rearidad, las contradicciones internas de ra estructura sociar francesa, que se desarrollan después de17g9,sóro encuentran un equÍribrio relativo con la tercera repúbrica y Francia conoce entonces sesenta años de vida política equilibrada ruego de ochenta años de conmociones producidas en oleadas cada vez más espaciadas: L7g9,
1794,'1,804, L8r-5, 1830, 1.94g, 7970. Er estudio de estas,,oleadas,, de amplitudes diferentes es precisamente Io que permite reconstruir
las relaciones entre estructura y superestructura por un lado, y por el otro, entre el desarrollo del movimiento orgánico y del mo_ vimiento coyuntural de Ia estructura. Se puede decir, poi lo tanto, que la mediación diaréctica entre ros dos principio, *"todológi"o, enunciados ar comienzo de esta nota puede encontrarse en li'rormula político-histórica de la revolución permanente.
democráticas basadas en un amprio frente de crases, Trotski procrama ra necesidad mundlar y combate Ia tesis áer,,sociárm" ,"ür"lr".
de 1a revolución sociarista
(N. de Ia E.).
"" ""
[6]. ver Albert Mathiez, La Reuorution Frangaíse (corección Armand colin). De esta obr¿ existe traducción casterana: Arbert Mathiez ia Reuorucíón Francesa (Barcelona: ,
1935) 3 Tomos (N. de la E.).
88
Labor,
Un aspecto del mismo problema es la llamada cuestión de las relaciones de fuerzas. Se lee con frecuencia en las narraciones históricas la expresión genérica: "relaciones de fuerzas favorables, desfavorables a tal o cual tendencia". Planteada así, en abstracto, esta fórmula no explica nada o casi nada, porque no se hace más que repetir el hecho que debe explicarse presentándolo una vez como hecho y otra como ley abstracta o como explicación. El error teórico consiste, por lo tanto, en ofrecer como "causa histórica" un canon de búsquéda y de interpretación. En la "relación de fierza", mientras tanto, es necesario distinguir diversos momentos o grados, que en lo fundamental son los siguientes: (1) una relación de fuerzas sociales estrechamente tigadas a la estructura, objetiva, independiente de la voluntad de los hombres, que puede ser medida con los sistemas de las ciencias exactas o físicas. sobre la base del grado de desarrollo de las fuerzas materiales de producción se dan los grupos sociales, cada uno de 1os cuales representa una función y tiene una posición determinada en la misma producción. Esta relación es lo que es, una realidad rebelde: nadie puede modificar el número de las empresas y de sus empleados, el número de las ciudades y de la población urbana, etc' Esta fundamental disposición de fuerzas permite estudiar si existen en la sociedad las condiciones necesarias y suf,cientes para su transformación, o sea, permite controlar el grado de realismo y de posibilidades de realización de las diversas ideologías que nacieron en ella misma, en el terreno de las contradicciones que generó durante su desarrollo; (2) un momento sucesivo es la relación de las fuerzas políticas; es decir, la valoración del grado de homogeneidad, autoconciencia y organización alcanzado por los diferentes grupos sociales. Este momento, a su vez, puede ser analizado y dividido en diferentes grados que corresponden a los diferentes mofnentos de Ia conciencia política colectiva, tal como se manifestaron hasta ahora en la historia. El primero y más elemental es el económicocorporativo: un comerciante siente que debe ser solidario con otro comerciante, un fabricante con otro fabricante, etc., pero el comerciante no se siente aún solidario con eI fabricante; o sea, es sentida Ia unidad homogénea del grupo profesional y el deber de organizarla, pero no se siente aún la unidad con el grupo social más vasto' 89
Al¡Ál¡sls
DE LAs
srruAcroNEs. RELACToNES DE FUERZAS
Un segundo momento es aquel donde se Iogra la conciencia de la solidaridad de intereses entre todos ros miembros der grupo social; pero todavía en el campo meramente económico. ya en este mo: mento se plantea la cuestión der Estado, pero sóro en er terreno de lograr una igualdad política-jurídica con los grupos dominantes, ya que se reivindica er derecho de participar en ra legislación y en la administración y hasta de modificarla, de reformarla, pero en los mar_ cos fundamentares existentes. un tercer momento es aquer donde se logra la conciencia de que los propios intereses corporativos, en su desarrollo actual y futuro, superan Ios límites de Ia corporr"iórr, de un grupo puramente económico y pueden y deben convertirse en Ios intereses de otros grupos subordinados. Esta es la fase más estrictamente porítica, que señara er neto pasaje de ra estructura a la esfera de las superestructuras comprejas; es Ia fase en ra cuar ras ideologías ya existentes se transforman en "partido,,, se confrontan y entran en lucha, hasta que una sola de ellas, o al menos una sola combinación de ellas, tiende a prevarecer, a imponerse, a difundirse por toda el área sociar, determinando, además de ra unidad de ros fines económicos y políticos, la unidad intelectual y moral, plan_ teando todas las cuestiones en torno a ras cuales hierve Ia rucha, no sobre un plano corporativo, sino sobre un plano ,,universal,, y creando así la hegemonía de un grupo social fundamental sobre una serie de grupos subordinados. EI Estado es concebido como organismo propio de un grupo, destinado a crear las condiciones favorables para la máxima expansión del mismo grupo; pero este desarrollo y esta expansión son concebidos y presentados como ra fuerza motriz de una expansión universar, de un desarroro de todas las
energías "nacionales". El grupo dominante es coordinado concretamente con Ios intereses generales de ]os grupos subordinados y ra vida estatal es concebida como una formación y una superación continua de equilibrios inestabres (en er ámbito de ra rey) entre los intereses del
grupo fundamental y los de los grupos subordinados; equilibrios en donde los intereses der grupo dominante prevarecen páro hasta cierto punto, o sea, hasta el punto en que chocan con el mezquino interés económico-corporativo. En la historia real estos momentos se influyen recíprocamen_ te, en forma horizontal y vertical, por así expresarlo, vale decir: 9o
ANToNIo GRAMScI
según las actividades económicas sociales (horizontales) y según los territorios (verticales), combinándose y escindiéndose de diversas maneras; cada una de estas combinaciones puede ser representada por su propia expresión organizada, económica y política. sin embargo, es necesario tener en cuenta que estas relaciones internaS
de un Estado-nación se confunden con las relaciones internacionales, creando nuevas combinaciones originales e históricamente concretas. una ideología nacida en un país muy desarrollado se difunde en países menos desarrollados, incidiendo en el juego local de las combinaciones[7].
Esta relación entre fuerzas internacionales y fuerzas nacionales se complica aún más por la existencia en el interior de cada Estado de muchas secciones territoriales de estructuras diferentes
y de relaciones de fuerzas también diferentes en todos los grados (la vendée, por ejemplo, estaba aliada a las fuerzas reaccionarias y las representaba en eI seno de Ia unidad territorial francesa; así también Lyon en la Revolución Francesa presentaba un núcleo particular de relaciones). (3) rl tercer momento es el de la relación de las fuerzas militares, inmediatamente decisivo según las circunstancias (el desarrollo histórico oscila continuamente entre el primer y el tercer momento, con la mediación del segundo). Pero este no es un momento de carácter indistinto e identificable inmediatamente en forma esquemática; también en él se pueden distinguir dos grados: uno militar en sentido estricto, o técnico-militar, y otro que puede denominarse político-militar. En el curso del desarrollo histórico estos dos grados se presentaron en una gran variedad de combinaciones. un ejemplo típico que puede servir como demostración-límite es el de la relación de opresión militar de un Estado [7]Lareligión,porejemplo,hasidosiempreunafuenteparatalescombina-cionesideoo internacionales, y con la religión las otras formaciones infurnaóionales, la masonería, el Rotary Club, los ludíos, 1a diplomacia de carrera, que sugieren expedientes políticos de diversos orígenes históricos y los hacen triunfar en?etermiiados países, funcionando como partido político internacional que opera en Cada naci.ón con todas sus fuerzas internacionales concentradas. Religión, masonería, Rotary, )udíos, etc., pueden entrar en Ia categoría social de ios "intelectuales", los cuya iuncióí, en escala intlrnacional, es la de mediar 1os extremos, de "socializar" ex-pedientes técnicos que hacen funcionar toda actividad de dirección, de encontrar ioá compromisos y los medios de escapar a las soluciones extremas'
iaii.".-páitl.ás naiionales
9r
AuÁr,rsis DE LAS srruAcIoNES. RELAcIoNEs DE FuERZAS
ANToNIo GRAMScI
sofrl una nación que trata de lograr su independencia estatal. relación no es puramente militar, sino político-militar; y un tipo tal de opresión sería inexplicabü "., "i" siner estado ae aisgreglra pasividad de su mayoría; por ro :::",?:iij:,^r^Trl:,:l,lmi{o¡ tanto, la independencia no podrá serlograda con fuerzas puram militares, sino militares y político_miñares. En efecto, si la na oprimida, para iniciar la lucha por la i"a"p"naur"i;,'JJr#;il'
toda forma de presentarse, de una misma cuestión, como si fuese un problema independiente y nuevo. se puede excluir que las crisis económicas produzcan, por sí mismaS, acontecimientos fundamentales; sólo pueden crear un terreno más favorable a la difusión de
:'^::*T1"*"1f :1i1,".n"*emónicolepermitieraorgr,irarr".¡¿i.i, to propio, en er sentido estricto y técnico
de ta parabrr, ,"r,ariá qru.i (ptede ocurrir.que ra reivindicación de ::::l::::.^,^r"l]e propio sea satisfecha por Ia nación hegemónica, "" "Ér;;;. p";;;;;;ffi;;
dela rucha ya ha sido desarroilada y venc-ida en :,".1::igil1l:.," el terreno potítico-mititar). La nación I ,j mititar hegemónica una fuerza 3:,1,111:],tnt1,1ra or" ,urá sólo "política-militar,,,fuerza o sea, una formá de acción política que posea Ia virtud de determinar reflejos de carácter militar en el sentiáo: (r) sea eficiente para disgregar Íntimamente O": la eficacia bélica 9"
"prili;;;;;l; ir;;,'";#
de
;;;;i;;;;',","*á,1,:,
ca a diluirse y dispersarse en un gran territorio, anulando""r rrrn parte su capacidad bélica. En el Risorgimento italiano, se evidencia la trágica ausencia de.una dirección pátitico-mititar, especiarmente en el Partido de Acción (por incapacidad congéni,rj, p"r" ,"*ürU, en el Partido piamontés_moderado, tanto antes como a"rpre, Iu L848, no ciertamente por incapacidad, sino por ,,,malturirnir.no] económico-político,,, esto es, porque no se querÍa ni siquiera *""_ cionar la posibilidad de una reforma agraria y porque no se deseaba la convocatoria de una asamblea nacionar constituyent" y ,oro Il tendía a que la monarquía piamontesa, sin condiciones o rimita_ ciones de origen popular, se extendiese por toda Italia mediante la simple sanción de los plebiscitos regionáles. otra cuestión ligada a las precedentes es la de determinar si las crisis históricas fundamentaü. .o, provocadas inmediatamente por las crisis económicas. La respuesta a la cuestión está con_ tenida en forma implícita en los parágrafos precedentes, donde se tratan cuestiones que no son más qu€ otra manera de presentar Ias que tratamos ahora aquí. Sin embargo, es
siempre
zones didácticas, dado el público a las que están 92
"".árrrio airigid"r,
for."_
"*r*ir,r,
I ,
' r
',
ciertas maneras de pensar, de plantear y resolver las cuestiones que hacen a todo el desarrollo ulterior de Ia vida estatal. Por otro lado, todas las afirmaciones que conciernen a los períodos de crisis o de prosperidad pueden dar lugar a juicios unilaterales' En su compenálo au historia de la Revolución Francesa, Mathiez, oponiéndose a la vulgar historia tradicional, que a priori "encuentra" una crisis coincidente con la gran ruptura del equilibrio social, afirma que hacia 7789
la situación económica era más bien buena en 1o inmediato,
por lo que no se puede decir que la catástrofe del Estado absoluto se haya debido a una crisis de empobrecimiento. Es necesario observar que el Estado estaba enfrentado a una mortal crisis frnanciera y se planteaba Ia cuestión de saber sobre cuál de los tres estratos sociales privilegiados debían recaer los sacrificios y las cargas pala poner en orden las finanzas del Estado y del rey. Además, si la posición económica de la burguesía era floreciente, no era buena por cierto la situación de las clases populares de la ciudad y del campo, especialmente de aquellas atormentadas por una miseria endémica. En todo caso, la ruptura del equilibrio de fuerzas no ocurre por causas mecánicas inmediatas de empobrecimiento del grupo social que tiene
interés en romper el equilibrio y de hecho lo rompe; ocurre, por eI contrario, en el cuadro de conflictos superiores al mundo económico inmediato, vinculados aI "prestigio" de clase (intereses económicos futuros), a una exasperación del sentimiento de independencia, de autonomía y de poder. La cuestión particular del malestar o bienestar económico como causa de nuevas realidades históricas es un aspecto parcial de la cuestión de las relaciones de fuerzas en Sus diversos grados. Pueden producirse novedades tanto porque una situación de bienestar está amenazada por el egoísmo mezquino de un grupo adversario, como porque el malestar se ha hecho intolerable y no se vislumbra en la vieja sociedad ninguna fuerza capaz de mitigarlo y de restablecer una normalidad a través de medios legales. Se puede decir, por lo tanto, que todos estos elementos son Ia manifestación concreta de las fluctuaciones de coyuntura del 93
ANÁusIs
DE LAS SITUAGIoNES. RELAcIoNES DE FUERZAs
conjunto de las relaciones sociales de fuerzas, sobre cuyo terre adviene el pasaje de estas a reraciones poríticas de fuerzas para c. minar en la relación militar decisiva. Si falta este proceso de desarrollo que permite pasar d" ,n momento al otro, y si es esencialmente un proceso que tiene por ?c+ tores a los hombres y su voluntad y su capacidad, la situacián per_ manece sin cambios, y pueden darse conclusiones contradictorias.l La vieja sociedad resiste y se asegura un período de ,,respiro,,, eXt€tminando físicamente a ra erite adversaria y aterrorizando a ras masas de reserva; o bien ocurre ra destrucción recíproca de las fuerzas' en conflicto con la instauración de Ia paz de toi cementerios y, enel peor de los casos, bajo la vigilancia de un centinela extranjero.
Pero la observación más importante a plantear, a propósito de todo análisis concreto de las reraciones de fuerzas,
es lá siiuiente: que tales análisis no pueden y no deben convertirse en f,nes en sí mismos (a menos que se escriba un capítulo de historia d"t prrr_ do) y que adquieren un significado sólo en cuanto sirven p"r, ¡rrJ_ ficar una acción práctica, una iniciativa de voluntad. Ellos muestran
cuáles son los puntos de menor resistencia donde la fuerza de la voluntad puede ser aplicada de manera más fructífera,
sugieren las operaciones tácticas inmediatas, indiran cómo se puede IÁzar mejor una campaña de agitación politica, qué lenguaje será el mejor comprendido por las multitudes, etc. EI elemento decisivo de toda situación es la fuerza permanentemente organizada y predispuesta desde largo tiempo, que se puede hacer avanzar cuando se juzga que una situación es favorabre (y es favorabre sóro en ra mediáa en que una fuerza tar exista y esté impregnada de ardor combativo). Es por ello una tarea esencial la de velar sistemática y paciente_ mente por formar, desarrollar y tornar cada vez más homogénea, compacta y consciente de sí misma a esta fuerza. Esto se ve- en ra historia militar y en el cuidado con que en todas Ias épocas fue_ ron predispuestos los ejércitos para iniciar una guerra en cualquier momento. Los grandes Estados han lregado a serro precisamlnte porque en todos los momentos estaban preparados para insertarse eñcazmente en las coyunturas internacionales favárables, y estas eran tales porque ofrecían la posibilidad concreta de insertarse corr eficacia en ellas. 94
Le ronMAGIóN DE Los INTELECTUALES
un grupo social autónomo e independiente, grupo social su categoría propia especializada de cada tiene o bien es complejo por las varias formas que ha problema intelectuales? El tomado hasta ahora el proceso histórico real de formación de las diversas categorías intelectuales. Las más importantes de esas formas son dos: ¿Son los intelectuales
de una económica, producción la de mundo el en función esencial se crea al mismo tiempo y orgánicamente una o más capas de intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de su propia función, no sólo en el campo económico, sino también
1) Todo grupo social, como nace en el terreno originario
enelsocialypolítico:elempresariocapitalistacreaconsigo mismo el técnico industrial, el científico de la economía política, eI organizador de una nueva cultura, de un nuevo derecho, etc. Hay que observar el hecho de que el empresario representa una elaboración social superior, ya caracterizada por una cierta capacidad dirigente y técnica (o sea, intelectual); ha de tener, además, una cierta capacidad técnica fuera de la esfera limitada de su actividad y de su iniciativa, o sea, también en otras esferas, en aquellas, por lo menos, más próximas a Ia producción económica (tiene que ser un organizador de masas de hombres; tiene que ser un organizador de la "conñanza" de los sujetos que ahorran en su empresa, 95
Le ronuec¡óN DE Los INTET,EcTuALES
de los compradores de su mercancía, etc.). Una elite, al me_ nos, de los empresarios, si no todos, ha de tener una capa_ cidad de organización de la sociedad en general, en todo su complejo organismo de servicios, hasta llegar al organismo
estatal, por la necesidad de crear las condiciones más favorables a la expansión de su propia clase; o ha de tener al menos la capacidad de escoger los ,,administradores,, (empleados especializados) a quienes confrar esa actividad organizativa de las relaciones generales exteriores a la empresa. puede observarse que los intelectuales ,,orgánicos,, producidos por cada nueva clase al constituirse ella misma en su progresi_
vo desarrollo son en su mayor parte "especiarizaciones,, de aspectos parciales de ra actividad primitiva del tipo sociar nuevo sacado a la luz por la nueva clase[1]. También los señores feudales poseían una particular capa_ cidad técnica, que era la militar, y precisamente ra crisis del feudalismo empieza en el momento en que la aristocracia pierde el monopolio de ra capacidad técnico-militar. pero ra formación de los intelectuales en el mundo feudal y en el anterior mundo crásico es una cuestión que debe estudiarse aparte: esa formación y elaboración procede por vías y modos que hay que estudiar concretamente. Así, es necesario observar que la masa de los campesinos, aunque tenga una función esencial en er mundo de ra producción, no erabára intelectuales "orgánicos', propios suyos ni se ,,asimila,,nunca a una capa de intelectuales ,,tradicionales,,, aunque estos gru_ pos sociales toman muchos de sus intelectuales de la masa de los campesinos, y gran parte de Ios intelectuales tradicio_ nales son de origen campesino.
[1] Los Elementi di s.cienza poritíc.a de Mosca (nueva edición, aumentada, de 1923) deben examinarse ya bajo esta rúbrica. La llamada ,,clase política,, de Mosca .ro t" categoría intelectual del grupo sociar dominante; eiconcepto "r'rirro de,,crase poiítica,,de
tiene que relacionarse con el concepto de erite de paráto, que es otró intento de interpretar el fenómeno histórico de ros iniele_ctuales y su función en ra vida estatar y social. El libro de Mosca es un enorme cajón de sastráde carácter r".i"rogi""-i"ritivista, a lo que se añade ra tendenciosidadde la política inmediata, q"" i" hi;";;;", indigesto y más vivo literariamente. Mosca
96
ANToNIo GRAMScI
2) Pero todo grupo social "esencial", al surgir en la historia a partir de la estructura anterior y como expresión de un desarrollo de esta (de esta estructura), ha encontrado, al menos en Ia historia hasta el momento ocurrida, categorías intelectuales preexistentes y que hasta parecían representar una continuidad histórica ininterrumpida, a pesar de los cambios más complicados y radicales de las formas sociales y políticas.
Lamástípicadeestascategoríasinte]ectua]eses]ade]os clérigos, monopolizadores durante mucho tiempo (durante toda una fase histórica que se caracteriza incluso, en parte, por ese monopolio) de algunos servicios importantes: la ideología religiosa, o sea, la filosofía y la ciencia de la época, junto con la escuela, la instrucción, Ia moral, la justicia, la benefrcencia, la asistencia, etc. La categoría de los eclesiásticos puede considerarse como la categoría intelectual orgánicamente vinculada con Ia aristocracia de 1a tierra: estaba jurídicamente equiparada a Ia aristocracia, con la que se repartía el ejercicio de la propiedad feudal de la tierra y el uso
de los privilegios estatales dimanantes de Ia propiedad[2]' Pero el monopolio de las superestructuras por parte de los clérigos[3] no se ha ejercido nunca sin luchas y limitaciones, y así se ha producido el nacimiento -en varias formas que
[2]Paraunadescripcióndeestosinte]ectuales(talvezlacategoríamásimpoltante 1a_función social que ha tenido en las soál.prrer a" t" ,,"clesiástica", por eI prestigio yi'médicos" en sentido amplio, o sea, todos .i"árá"r primitivas, sea Ia categoiía de Íos
que los que "luchan" o parecen 1ucñar contra la muerte y las enfermedades)' habrá conexión una que ha habido Recordar Castiglioni. Arturo de ver 1a Storia dell a*"áiríno i" religión y ia medicina, y que sigue existiendo en algunas zonas; hospirales ";i;;*rrro. Aét ctáo en relación con cierias funciones organizativas, además de que "r, ,p"r"." eI médico aparece eI sacerdote (exorcismos, asistencias varias, etc.). áorá" frguras religiosas eran y fueron-entendidas como grandes "terapeurtlr.t se "tlrr.ra"s iáea del mllagro, haita la resurrección de muertos' También de los reyes tas": Ia de las siguió creyendo durinte mucho tiempo que curaban mediante la iniposición
manos, etcétera. o influidas profundamente por las [3] De aquí en muchas lenguas de origen neolatino
iái-rj"". i-r"or"tinas a travé"s deI 1atín ác1esiástico, 1a acepción general d_e "intelectual" i"'rp".i"tirt",,, que tiene Ia palabra "clérigo", con su correlativo "laico", en el sentido o de profano, no esPecialista. 97
Le ron¡r¡ec¡óN DE Los TNTELEcTuALES
hay que investigar y estudiar concretamente_ de otras ca_ tegorías, favorecidas y ampriadas por er reforzamiento der poder central del monarca hasta el absolutismo. Así se va formando Ia aristocracia de Ia toga, con sus privilegios propios, y una capa de administradores, científicos, teóricos, filósofos no eclesiásticos, etcétera.
Dado que esas varias categorías de interectuares tradicionales sienten con "espíritu de cuerpo" su ininterrumpida continuidad histórica y su "calificación", se presentan ellos mismos como autónomos e independientes del grupo sociar dominante. Esta autoafirmación no carece de consecuencias de mucho alcance en el terreno ideológico
y político: toda la filosofía idealista puede relacionarse fácilmente con esa posición adoptada por er complejo social de los intelectuales, y puede entenderse como ra expresión de ra utopía sociar por ra cual los intelectuales se creen "independientes", autónomos, revestidos de sus caracteres propios, etc. pero obsérvese que si el papa y la alta jerarquía de la Iglesia se creen más vinculadts con cristo y con los apóstoles que con los senadores Agnelli y Benni[4], no puede decirse lo mismo de Gentile y Croce, por ejemplo: Croce so_ bre todo se siente intensamente vinculado con Aristóteles y platón, pero nunca esconde, sino al contrario, que está vinculado con los senadores Agnelli y Benni, y precisamente en esto hay que ver el carácter más destacado de la f,losofía de Croce. ,,máximos,,de ¿Cuáles son los límites Ia acepción de ,,inte_ lectual"T ¿Puede hallarse un criterio unitario para caracterizar por igual todas las varias y diversas actividades interectuale, y pr* distinguirlas al mismo tiempo y de un modo esenciar de ras áctividades de los demás grupos sociares? Er error metódico más frecuente parece consistir en buscar ese criterio de distinción en el núcleo intrínseco de las actividades interectuares, en vez de verro en el conjunto del sistema de relaciones en el cual dichas actividades (y, por tanto, los grupos que las personifican) se encuentran en el complejo general de las relaciones sociales. pues el obrero o proletario, por ejemplo, no se caracteriza específ,camente por el [4] Poderosos industriales (Agnelli, de la Fiat) g8
ANToNIo GRAMSCI
trabajo manual o instrumental, sino por ese trabajo en determina-
dascondicionesyendeterminadasrelacionessociales(apartedel y que la hecho de que no existe ningún trabajo puramente físico' ,,gorila amaestrado", es una mera metámisma expiesión de Taylor, trabajo fora para indicar un límite,en cierta dirección: en cualquier mínimo un hay físicá, incluso en el más mecánico y degradado' intelectual de calificación técnica, o sea, un mínimo de actividad por su misma creadora). Y ya se ha observado que el empresario' de cacalificaciones algunas medida función, ha de tener en cierta por determinada está no rácter intelectual, aunque su figura social que caracterizan' ellas, sino por las relaciones sociales generales precisamente, la posición del empresario en la industria' Poresopodríadecirsequetodosloshombressonintelectuade les; pero no todos los hombres tienen en la sociedad la función intelectuales [5]. Cuandosedistingueentreintelectualesynointelectuales función social inse refiere uno en realidad y exclusivamente a Ia es decir, se intelectuales, los mediata de la categoría profesional de la actividad de piensa en la dirección en que gravita eI peso mayor profesionalespecífica;enlaelaboraciónintelectualoenelesfuerzo innervioso-muscular. Eso significa que, aunque se puede hablar de exisporque no telectuales, no se puede hablar de no intelectuales, de ten lolpo intelectuales. Pero tampoco la relación entre esfuerzo es elaboráción intelectual-cerebral y esfuerzo nervioso-muscular intelectual actividad de grados varios siempre igual; por eso hay No hay actividad humana de Ia que pueda excluirse toda "rp""ífi.r. iniervención intelectual: no se puede separar alhomofaber de1homo algusapiens. AI cabo, todo hombre, fuera de su profesión, despliega de hombre un artista, un "filósofo", es un ná actividad intelectual, Iínea una tiene mundo, del buen gusto, participa de una concepción consciente de conducta moral y contribuye, por tanto, a sostener o a modificar una concepción del mundo, o sea, a suscitar nuevos modos de pensar.
[5]Delmismomodo,nosediráquetodos.Ioshombressoncocinerosysastresporei o coserse ilácf,o ¿e que cada cual puede fréírse en algún momento un par de huevos' un desgarrón de Ia chaqueta. 99
L¡ ronuec¡ó¡¡
DE Los TNTELEcTuAIES
El problema de la creación de una nueva capa intelectual consiste, por tanto, en elaborar críticamente Ia actividad intelectual que existe en cada individuo con cierto grado de desarrollo, modiñcando su relación con el esfuerzo nervioso-muscular en busca de un nuevo equilibrio, y consiguiendo que el mismo esfuerzo nervioso-muscular, en cuanto elemento de actividad práctica general que innova cons-
tantemente el mundo fÍsico y social, se convierta en fundamento de una concepción der mundo nueva e integrar. El tipo tradicionar y vulgarizado del intelectuar es er ofrecido por er riterato, el fi.rósofo, el artista. Por eso los periodistas, que se consideran riteratos, firósofos y artistas, se consideran también como los "verdaderos" intelectuales. Pero en el mundo moderno la base der nuevo tipo fu intelectuar debe darla la educación técnica, íntimamente relacionada con el trabajo industrial, incluso el más primitivo y carente de cariñcación. Sobre esa base trabajó el semanario liOrdine Nuouo para de_ sarrollar ciertas formas de nueva intelectualidad y para áeterminar los nuevos conceptos, y no fue esa una de las menores razones de su éxito, porque ese planteamiento correspondía a aspiraciones latentes y concordaba con el desarroilo de ras formas reares de la vida. El modo de ser del nuevo intelectuar no puede ya consistir en la elocuencia, motor exterior y momentáneo de los afectos y las pa_ siones, sino en el mezclarse activo en ra vida práctica, ao*o aoratructor, organizador, "persuasor permanente,, precisamente por no ser puro orador, y, sin embargo, superior al espíritu abstracto mate_ mático; de Ia técnica-trabajo pasa a la técnica-ciencia y a la concepción humanista histórica, sin la cual se sigue siendo ,,especialista,, y no se llega a "dirigente" (especialista + político). Así se forman históricamente categorías especializadas para el ejercicio de la función intelectual. se forman en conexión con todos los grupos sociales, pero especialmente con los grupos socia_ les más importantes, y experimentan elaboraciones más amplias y complicadas en relación con er grupo sociar dominante. una de ras características más salientes de todo grupo que se desarrolla hacia el dominio es su lucha por la asimilación y la conquista ,,ideológica,, de los intelectuales tradicionares, asimilación y conquista qr" tanto más rápida y efi.caz cuanto más elabora al mismo tiempo ". el sus propios intelectuales orgánicos.
:j:r"
ANTONIO GRAMSCI
EI enorme desarrollo que han tomado
la actividad y Ia orga-
nizacióndelaescuela(ensentidoamplio)enlassociedadessurgidas del mundo medieval indica Ia importancia que han llegado á adquirir en el mundo moderno las categorías y las funciones la intelectuales; igual que se ha intentado profundizar y dilatar "intelectualidad" de cada individuo, así también se han intentado por los multiplicar las especializaciones y refinarlas' Eso se aprecia
llegar a los diversos grados de las instituciones de enseñanza, hasta todos organismos que promueven la llamada "cultura superior" en los campos de la ciencia y de Ia técnica' inteLa escuela es eI instrumento para la elaboración de los
lectualesdelosdiversosgrados.Lacomplejidaddelafuncióninte.
por la lectual en los diversos Estados puede medirse objetivamente
cantidaddeescuelasespecializadasyporsujerarquización:cuanto más extensa es el "área" escolar y cuanto más numerosos son los "grados" "verticales" de Ia enseñanza, tanto más complejo es En Ia et mundo cultural, la civilización de un Estado determinado. comesfera de Ia técnica industrial puede obtenerse un término de para por equipo su mide país se un paración: la industrialización de instrufabricar para ia construcción de máquinas y por su equipo mámentos cada vez más precisos destinados a la construcción de que quinas y de instrumentos para construir máquinas, etc' El país gabinetes para los instrumentos mejor equipo tiene para construir desespecializados de Ios científ,cos y para construir instrumentos tinados a la verificación de esos instrumentos puede considerarse el como eI'\nás complicado en el terreno técnico-industrial' como a la que hace 1o por también ocurre país más civilizado, etc. Así preparación de los intelectuales y a las escuelas dedicadas a esa preparación: las escuelas y las instituciones de alta cultura son asimilables.TampocoenestecampopuedeSepararselacualidad de la cantidad. A Ia especialización técnico-cultural más refinada tiene que corresponder la mayor extensión posible de la difusión los grade Ia instrucción primaria y la mayor solicitud en favorecer dos intermedios en el mayor número posible' Como es natural' esa necesidad de crear la más amplia base posible para la selección y la elaboración de las calificaciones intelectuales más altas -es decir, de dar a la cultura y a la técnica superiores una estructura
Ln ronn¿ecró¡¡ DE Los TNTELECTuALES
democrática- no carece de inconvenientes: así se crea Ia posibilidad de grandes crisis de paro de ros estratos medios interectuares, como
efectivamente ocurre en todas las sociedades modernas. Hay que observar que Ia eraboración de las capas interectuales en la realidad concreta no se produce en un terreno democrático abstracto, sino según procesos históricos tradicionales muy concretos. Se han formado capas que tradicionalmente ,,producen,, intelectuales, y son las mismas capas que tradicionarmente se han especializado en el "ahorro,,, o sea, la burguesía rural pequeña y media y algunos estratos de la burguesía urbana pequeRa ymedia. La variada distribución de ros diversos tipos de escuela qciásrcos y profesionales) en el territorio "económico" y ras varias aspiraciones de las diversas categorías de esas capas determinan o dan forma a la producción de las diversas ramas de especiari zacilninterectuar. Así, por ejemplo, en Italia la burguesía rural produce especialmente funcionarios estatales y miembros de ras profesiones riberales, mientras que la burguesía urbana produce técnicos para la industria, y por eso la Italia der norte produce especiarmente técnicos y Ia Italia del sur produce especiarmente funcionarios y miembros de Ias profesiones liberales. La relación entre los intelectuales y el mundo de la produc_ ción no es inmediata, como ocurre con ros grupos sociares fundamentales, sino que está ,,mediada,,, en grados diversos, por todo el tejido social, por el complejo de las superestructuras, cuyos ,,fun_ cionarios" son precisamente los interectuares. podría medirse la "organicidad" de los diversos estratos intelectuares, su conexión más o menos íntima con un grupo social fundamental, estable_ ciendo una gradación de ras funciones y de las superestructuras de abajo a arriba (desde ra base estructurar hacia airiba). por ahora es posible fijar dos grandes ,,planos,, superestructurales; el que puede llamarse de la "sociedad civil", es decir, der conjunto de los organismos vulgarmente lramados "privados", y el de Ia "sociedad política o Estado", que corresponden, respectivamente, a la función de "hegemonÍa" que el grupo dominante ejerce en toda ra sociedad y a la de "dominio directo" o de mando, que se expresa en er Estado y en el gobierno "jurídico". Estas funciones son muy precisamente. organizativas y conectivas. Los intelectuales son los ,,gestores,,del ro2
ANToNIo GRAMScl
grupo dominante para el ejercicio de las funciones subalternas de consentit-" fr"g"mor,ía social y del gobierno político, o sea: (1) del a población la de masas grandes por las mienio "espontáneo", dado fungrupo dominante por el la orientación impresa a Ia vida social damental, consentimiento que nace "históricamente" del prestigio su (y, por tanto, de la confianza) que el grupo dominante obtiene de apa(2) del producción; Ia de mundo el pori.ia, y de su función en rato de coerción estatal, que asegura "legalmente" la disciplina de los grupos que no dan su "consentimiento" ni activa ni pasivamente; pero el aparato se construye teniendo en cuenta toda la sociede dad, en previsión de los momentos de crisis de mando y de crisis espontáneo. consentimiento la dirección, en los cuales se disipa el Este planteamiento del problema da como resultado una expotensión muy grande del concepto de intelectual, pero sólo así es sible llegar a una aproximación concreta de Ia realidad. Este modo de plantear Ia cuestión choca con los prejuicios de casta: es verdad qrá t" misma función organizativa de la hegemonía social y del dominio estatal produce una cierta división del trabajo -Y, Por tanto' toda una tradición de calif,caciones' en algunas de las cuales no aparece ya ninguna atribución directiva ni organizativa: existe en ei aparato de dirección social y estatal toda una serie de empleos de carácter manual e instrumental (de orden y no de concepto' de agente y no de oficial o funcionario, etc')-, pero hay que introducir evidentemente esta distinción, como habrá que admitir algunas más. De hecho, ]a actividad intelectual tiene que dividirse y distinguirse por grados también desde el punto de vista interno, grados que en los momentos de oposición extrema dan una diferencia cuaIitativa prgpiamente dicha: en el escalón más alto hay que colocar a los creador\s de las varias ciencias: de la filosofía, del arte, etc.; en el más bajo, a los más humildes "administradores" y divulgadores de Ia riqueza intelectual ya existente, tradicional, acumulada[6]' este caso, un modeio de esas complejas [6] La organización militar ofrece, también en jefes, generales, Estado Ir4ayor' y no hay queolvidar oficiales oÍcia1es, ii'"Jr.ioi-r"t' a lo que suele creerse. Es inte1-as clases de tropa, cuya importancia ieal es superior p"rt". se sienten solidarias, y que Ios estratos inferiores resante notar que todás ".", manifiestan incluso un espíriiu de cuerpo más evidente y obtienen de él un "orgullo" que a menudo los expone a chistes y apodos'
ro3
La rour¿acró¡¡ DE Los INTELEcTUALES
En el mundo moderno se ha ampliado de un modo inaudi_ to Ia categoría de ros interectuares así entendida. EI sistema social democrático-burgués ha elaborado masas imponentes, no todas justificadas por las necesidades sociares de Ia producción, aunque lo están por las necesidades políticas del grupo dominante funda_ mental. De aquí la concepción Ioriana[7] del "tiabajador,,improduc_ tivo (pero ¿improductivo respecto de quién, y respecto de qué modo de producción?), que podrÍa justificarse parcialmente si se tiene en cuenta que esas masas explotan su posición para conseguir diez_ mos ingentes de la renta nacional. La formación de *rrri, estandarizado a los individuos en cuanto a su calificación individual y a su psicología, determinando los mismos fenómenos que en todas las masas estandarizadas): competición que prantea Ia necesidad de Ja organización profesional de defensa, paro, superproducción de las escuelas, emigración, etcétera.
Notes soBRE MequlAvElo,
soBRE PoLíTICA Y EL ESTADO MODERNO
Er. PníNcIps MoDERNo ApuNrus soBRE LA polfrlce DE MAQUIAvELo
El carácter fundamental de El Príncipe no es el de ser un tratado sistemático, sino un libro "viviente", donde 1a ideología política y la ciencia política se fundan en la forma dramática del "mito"' Entre la utopÍa y el tratado escolástico, formas bajo las cuales se configuraba la ciencia política de Ia época, Maquiavelo dio a su concepción una forma imaginativa y artística, donde el elemento doctrinal y racional se personificaba en un condottiero [capitán] que representa en forma plástica y "antropomórfrca" el símbolo de la "voluntad colectiva". El proceso de formación de una determinada voluntad colectiva, que tiene un determinado fin político, no es representado a través de pedantescas disquisiciones y clasificaciones de principios y criterios de un método de acción, sino como las cualidades, Ios rasgos característicos, deberes, necesidades, de una persona concreta, despertando así la fantasía artística de aquellos a quienes se procura convencer y dando una forma más concreta a las pasiones políticas [1].
t'
[7] Del socialdemócrata Gramsci.
posltivista Achille Lo¡ia, frecuente objeto de la burla áe
precedieron a Maquiavelo la [1] Será necesarid buscar en los escritores políticos que existencia de escritos configurados como El Príncipe. Su misma conclusión está ligada a este carácter "mítico" del libro. Luego de haber representado a1 condottiero ideal, en un pasaje de gran eñcacia artística, Maquiavelo invoca al condottiero real que
fo4 ro5
NorAS soBRE MAeurAvELo, soBRE poLÍTrcA y EL EsrADo MoDERNo
El Príncipe de Maquiavelo podría ser estudiado como una ejempliñcación histórica del "mito" de sorel, es decir, de una ideología política que no se presenta como una fría utopía, ni como una argumentación doctrinaria, sino como la creación de una fantasía concreta que actúa sobre un pueblo disperso y pulverizado para suscitar y organizar su voluntad colectiva. El carácter utópico áe El Príncipe reside en el hecho de que un príncipe tal no existía en la realidad histórica, no se presentaba al pueblo italiano con caracteres de inmediatez objetiva, sino que era una pura abstracción doctrinaria, el símbolo del jefe, der condottiero idear; pero ros erementos pasionales, míticos, contenidos en el pequeño volumen y planteados con recursos dramáticos de gran efecto, se resumen y convierten en elementos, vivos en Ia concrusión, en ra invocación de un príncipe "realmente existente". En el pequeño volumen, Maquiavelo trata de cómo debe ser el príncipe para conducir un puebro a ra fundación de un nuevo Estado, y la investigación es ilevada con rigor lógico y desapego científico. En la conclusión, Maquiavelo mismo se vuelve pueblo, se confunde con el pueblo, mas no con un pueblo concebido en forma "genérica,,, sino con el pueblo que Maquiavelo previamente ha convencido con su trabajo, del cual procede y se siente conciencia y expresión y con quien se identifica totalmente. Parece como si todo el trabajo "lógico" no fuera otra cosa que una autorreflexión del pueblo, un razonamiento interno, que se hace en la conciencia popular y que concluye con un grito apasionado, in_ mediato. La pasión, de razonamiento sobre sí misma se transforma en "afecto", f,ebre, fanatismo de acción. He aquí por qué el epílogo deElPríncrpe no es extrínseco, "pegado" desde afuera, retórico, sino que por el contrario debe ser explicado como un elemento necesario de Ia obra, o mejor, como el elemento que ilurnina toda Ia obra y que aparece como su "manifiesto polÍtico,,. Se puede estudiar cómo Sorel, partiendo de la concepción de la ideología-mito no llegó a comprender el fenómeno del partido político históricamente 1o personiflque;.y es esta invocación apasionada, que se refleja en todo la que le confi.ere precisamente er carácter áramático. en to, rror.gá..ri :1 li!r_", 4" Luigi Russo, Maquiavelo es ilamado er artista de ia política y una vez ," á.,r".,ar" también 1a expresión "mito", pero no precisamente en el sentido aquí indicado. ro6
ANToNIo GRAMSCI
y se detuvo en la concepción del sindicato profesional. Aunque es verdad que para sorel el "mito" no encontraba su mayor expresión en el sindicato como organización de una voluntad colectiva, sino
en la acción práctica del sindicato y de una voluntad colectiva ya actuante. La realización máxima de dicha acción práctica debía ser Ia huelga general, es decir, una "actividad pasiva" de carácter negativo y pr"ii-ir,", (el carácter positivo está dado solamente por el acuerdo
Iogrado en las voluntades asociadas) que no preveía una verdadera ,,activa y constructiva". En sorel, por consiguiente, se enfrentafase ban dos necesidades: la del mito y Ia de la crítica del mito, en cuanto ,,todo plan preestablecido es utópico y reaccionario". La solución era abandonada al impulso de Io irracional, de lo "arbitrario" (en el sen,,impulso vital") o sea, de Ia "espontaneidad"[2]. tido bergsoniano de
Pero ¿puede un mito, sin embargo, ser "no constructivo"? de Sorel, que sea ¿Puede imaginarse, en el orden de intuiciones productivo en realizaciones un instrumento que deja la voluntad colectiva en la fase primitiva y elemental del mero formarse, por ,,escisión"[3]), aunque sea con violencia, es decir, distinción (por destruyendo las relaciones morales y jurídicas existentes? Esta [2]HabrÍaqueanotarunacontradicciónimplícitaene]modo'enqueCloceplantea de pensar del mis-
de historia y antihistoria con respecto a otros modos mo autor: su aversión alos "partidos políticos" y su forma de plantear Ia cuestión primera, áe la,,previsibilidad" de los héchos sociales (ver Conversazione critíche, serie (T\rrín: social prevísione deiJatti La Limentani, Ludovico libro de del pp. fSó-fSZ, reseña iilcca, 1902). Si los hechos sociales son imprevisibles y el mismo concepto. de previsión es puró sueño, Io irracional no puede menos que dominar y toda organización de y hombres es antihistórica, es un "prejuicio". sólo corresponde resolver en cada-caso por e1 desaplanteados prácticos problemas particülaies tos inmediato con criterio irollo histórico (ver el artículo de Croce,l'11 partito come giudizio e come pregiudizio" en cultura e vita morale) y el oportunismo es Ia única línea polÍtica posible.
l,i prour"*,
[3] para sorel
es
vital que la clase obrera no establezca ninguna clase de compromiso
tantó en el dominio político (antiparlamentarismo) como en el dominio ecoiómico (organización de Ia cáoperación obrera). La organización cooperativa posibilitaría et paJo del instinto de c1áse a Ia conciencia de clase del proietariado, vale decir, eI triunfo de la "escisión" de la sociedad. Dicha escisión, "sin Ia cual sería iÁposible'para eI socialismo cumplir con su papel histórico", peligra a veces cuando l, ürrgr"si", temerosa de su futuio, cede en parte a 1as exigencias dei proletariado. rsto eiplica ia importancia que tiene en Sorel la teoría de 1a "huelga general": "Gracias al a e1la ei sociaTisrno subsiste joven, parecen infantiles las tentativas encaminadas Iogro de Ia paz social y las dáserciones de los compañeros que se aburguesan, sobre nJdesanimar a las masas, les impelen más Ia rebeldía. En suma: la escisión no corre peligro de desaparecer" (Sorel, Reflexion es sobre la uiolencia, pág' 123)'
.o, I" brrgr".ía,
NorAS soBRE MAeurAvELo, soBRE poLíTrcA y EL EsrADo MoDERNo
ANToNIo GRAMScI
voluntad colectiva así formada de manera elementar, ¿no cesará súbitamente de existir, disolviéndose en una infinidad de voluntades singulares que en ra fase positiva seguirán direcciones diferentes y contradictoriasT, ar margen de Ia cuestión de que no puede existir destrucción, negación, sin una construcción y una afirmación im_ plÍcitas, entendida esta no en un sentido "metafísico,,sino práctico, o sea políticamente, como programa de partido. En este .áro ," ,u con claridad que detrás de Ia espontaneidad se supone un mecanicismo puro, detrás de ra ribertad (libre impurso vital) un máximo determinismo, detrás der idearismo un materiarismo absoruto. El moderno príncipe, el mito_príncipe, no puede ser una per_ sona real, un individuo concreto; sólo puede ser un organismo, un elemento de sociedad comprejo en er cuar comience a concretarse una voluntad colectiva reconocida y afrrmada parciarmente en ra ac-
ción. Este organismo ya ha sido dado por er desarroilo histórico y es er partido político: la primera cérura en Ia que se resumen los gérÁenes de voluntad colectiva que tienden a devenir universares y totales. En
el mundo moderno sóro una acción histórico-porítica inmediata e inminente, caracterizada por la necesidad de un procedimiento rápido
y fulminante, puede encarnarse míticamente en un individuo concreto. La rapidez se torna necesaria solamente cuando se enfrenta un gran peligro inminente que provoca Ia inmediata exacerbación de las pasiones y del fanatismo, aniquilando el sentido crítico y la corrosividad irónica que pueden destruir er carácter "carismático,, del condottiero (tal es lo que ha ocurrid.o en ra ventura de Boulanger). Pero una acción inmediata de tar especie, por su misma naturaleza,
no puede ser de vasto arcance y de carácter orgánico. será casi siempre del tipo restauración y reorganización y no del tipo característico de Ia fundación de nuevos Estados y nuevas estructuras nacionares
y sociales, tal como en el caso de Et príncipe de Maquiavelo, donde el aspecto de restauración sóro era un eremento retórico, Iigado al concepto literario de la Italia descendiente de Roma y que debía restaurar el orden y la potencia de Roma[4]; será de tipo ,,defensivo,, y [a] Más que por el modero ejemplar de ras grandes monarquías absorutas de Franciq y de España, Maquiavelo fue impulsado a sú concepciór, políti", d" l" re..ridod-áu ,r, Estado unitario itariano por el recuerdo de] pasadt de Roma. Es necesario poner de ro8
no creativo original. Podrá tener vigencia donde se suponga que una voluntad colectiva ya existente, aunque sea desmembrada, dispersa' haya sufrido un colapso peligroso y amenazador, mas no decisivo y catastrófico, y sea necesario reconcentrarla y robustecerla. Pero no podrá tener vigencia donde haya que crear ex nouo una voluntad colectiva, ende5ezándola hacia metas concretas y racionales, pero por de una concreción y racionalidad aún no verifrcadas y criticadas conocida' una experiencia histórica efectiva y universalmente ,,abstracto" de la concepción soreliana del "mito" El carácter aparece en Ia aversión (que asume la forma pasional de una re-
pugnanciaética)porlosjacobinos,quienesfueronciertamenteuna lencarnación categórica" del Príncipe de Maquiavelo, El moderno príncipe debe tener una parte destinada al jacobinismo (en el significado integral que esta noción ha tenido históricamente y debe tener conceptualmente), en cuanto ejemplificación de cómo se formó y operó en concreto una voluntad colectiva que al menos en algunos ,tpu"tot fue creación exnovo,original. Y es necesario que la voluntad colectiva y la voluntad política en general sean definidas en el sentido moderno; Ia voluntad como conciencia activa de la necesidad histórica, como protagonista de un efectivo y real drama histórico. Una de las primeras partes debería estar dedicada, precisamente, a la "voluntad colectiva", planteando así la cuestión: "¿Cuándo puede decirse que existen las condiciones para que se pueda suscitar y desarrollar una voluntad colectiva nacional-popular?", o sea efectuando un análisis histórico (económico) de la Lstructura social del país dado y una representación "dramática" de las tentativas realizadas a través de los siglos, para suscitar esta voluntad y las razones de sus sucesivos fracasos. ¿Por qué en Italia no se dio la monarquía absoluta en la época de Maquiavelo? reiieve, sin embargo, que Maquiavelo no debe por ello ser confundido con 1a tradición y literario-retórica. primero, poique este elemento no es exclusivo, ni aún dominante, el mismo Ia necesidad de un gran Esiado nacional no es deducida de é1; luego, porque en reclamo a Roma es menos abstracto de 1o que parece si es colocado puntualmente El arte de la guerra se e1 clima del Humanismo y del Renacimiento. En el libro vll de se lee: ,,Esta provincia (tt_qJia) parece nacida para resucitar las cosas muertas, como ."ro d" iilio.rir, la pinturá y Ia escultura", ¿por qué no encontraría Li-, ii" "i.io 1a virtud "l militar? Habrá que reagrupar las otras menciones del mismo tipo entonces para establecer su carácter exacto.
ro9
NorAS soBRE MAeurAvELo, soBRE poLÍTrcA y EL EsrADo MoDERNo
Es necesario remontarse hasta el Imperio Romano (cuestiones de
la lengua, los intelectuales, etc.), comprender la función de
las Comunas medievales, ei significado del catolicismo, etc. Es necesario, en suma, hacer un esbozo de toda Ia historia itariana, sintético pero exacto[5]. Las razones de los sucesivos fracasos de ras tentativas de
crear una voluntad colectiva nacional_popular hay que buscarlas en la existencia de determinados grupos sociales que se forman de la disolución de la burguesía comunar, en er carácier particurar de otros grupos que reflejan la función internacional de Italia como sede de Ia Iglesia y depositaria der sacro Imperio Romano. Esta función y la posición consiguiente determinan una situación interna que se puede llamar ,,económico-corporativa,,, es decir, política_ mente, Ia peor de las formas de sociedad feudal, la forma *áro, pro_ gresiva y más estancada. Faltó siempre, y no podía constituirse, una fuerza jacobina eficiente, precisamente Ia fuerza que en las otras naciones ha suscitado y organizado ra voruntad colectiva nacionar popular fundando los Estados modernos. Finalmente, ¿existen las condiciones para esta voluntad?, o sea, ¿cuál es Ia actual relación entre estas condiciones y las fuerzas opuestas? Tyadicionarmente las fuerzas opuestas fueron la aristocracia terrateniente y más ge_ neralmente Ia propiedad fundiaria (del suelo) en su conjunto, con el característico elemento italiano de una "burguesía rural,, especial, herencia de parasitismo legada a los tiempos mode.nos poi Ia destrucción, como clase, de Ia burguesía comunal (las cien ciuda_ des, Ias ciudades del silencio)[6]. Las condiciones positivas hay que buscarlas en la existencia de grupos sociares urbanos, "o.rr"ari"rrtemente desarrollados en el campo de ra producción industriar y [5] Gramsci desarrolla estos probremas tanto en ros ínterectuares y ra organizaci[n de ra cultura como enLiteratura y vidanacíonar. sobre ras comunas, ver li Risorlimento, donde a111i2.3 las causas- que impidieron a 1as comunas superar ra fase "ecoñómica-corporativa" para constituirse en Estados capitalistas plenos.
[6] ciudades del silencio (cittá del silenzio) fueron llamadas por Gabriele D,Annunzio, en sus laudi, las ciudades itarianas que ruego de haber.oro"ido un perÍodo a" pi""" florecimiento en el pasado decayeron y se iedujeron a centros burocrático-administrativos de escasa importancia. De sú pasado esprendor aún conservan rastros ep los m.onumentos y joyas arquitectónicas, lo cual las convierte en centro del turismo mundial, por ejemplo: Ravena, Siena, Bergamo, etcétera.
ANToNIo GRAMSCI
que hayan alcanzado un determinado nivel de cultura históricopolítica. Es imposible cualquier formación de voluntad colectiva nacional-popular si las grandes masas de campesinos cultivadores no irrumpen simultáneamente en la vida política. Esto es lo que intenta10 ba logiar Maquiavelo a través de la reforma de la milicia; esto es que hicieron los jacobinos en la Revolución Francesa. En esta comprensión hay que identificar un jacobinismo precoz en Maquiavelo' g"r*"r, (más o menos fecundo) de su concepción de Ia revolución "l nacional. Toda la historia de 1815 en adelante muestra el esfuerzo de las clases tradicionales para impedir la formación de una voIuntad colectiva de este tipo, para mantener el poder "económicocorporativo" en un sistema internacional de equilibrio pasivo'
UnaparteimportantedelmodernoPríncipe[7]deberáestar dedicada a la cuestión de una reforma intelectual y moral, es decir, cuestión religiosa o de una concepción del mundo. También en este campo encontramos en la tradición ausencia de jacobinismo y miedo del jacobinismo (la última expresión filosóf,ca de tal miedo es la actitud malthusiana de B. croce hacia la religión). El moderno Príncipe debe ser, y no puede dejar de ser, el abanderado y el organizador de una reforma intelectual y moral, lo cual signifrca crear el terreno para un desarrollo ulterior de la voluntad colectiva nacional popular hacia el cumplimiento de una forma superior y total de civilización moderna.
a Ia
Estosdospuntosfundamentales:laformacióndeunavo]untad colectiva nacional-popular -de 1a cual el moderno Príncipe es al mismo tiempo el organizador y la expresión activa y operante- y la reforma intelectual y moral deberían constituir la estructura del trabajo. Los puntos concretos del programa deben ser incorporados en Ia primera parte, es decir, deben resultar "dramáticamente" del discurso y no ser una fría y pedante exposición de razonamientos.
¿Puedehaberunareformacultural,esdecir,unaelevación civil de los estratos deprimidos de la sociedad, sin una precedente reforma económica y un cambio en la posición so-
de la conciencia
cial y en el mundo económico? una reforma intelectual y moral no de la Teoría del Partido de la [7] Gramsci hace mención aquí, como es evidente,
clase obrera.
III
NorAS soBRE MAeurAvELo, soBRE poLÍTrcA y EL EsrADo M.DERN.
puede dejar de estar ligada a un programa de reforma económica, o mejor, el programa de reforma económica es precisamente la manera concreta de presentarse de toda reforma inteiectuar y morar. EI moderno príncipe, desarrollándose, perturba todo el sisiema de relaciones intelectuares y morares en cuanto su desarroilo signiflca que cada acto es concebido como útil o dañoso, como virtuoso o perverso, sólo en cuanto tiene como punto de referencia ar moderno PrÍncipe mismo y sirve para incrementar su poder u oponerse a é1. El Príncipe ocupa, en las conciencias, el lugar de la divinidad o del imperativo categórico; deviene la base de un laicismo moderno y de una completa laicización de toda la vida y de todas ras relacio-
E¡.
penrlDo PoLÍTIco
nes de costumbres.
tiey ne una tarea precisa y permanente, produce muchas discusiones que a menudo también, desgraciadamente, una forma de orgullo naciones" las de "orgullo que el no es menos ridículo y peligroso del que habla Vico' Verdaderamente puede decirse que un partido nunca perfecto y formado, en el sentido de que todo desa,o "rtá rrollo crea nuevas obligaciones y tareas y en el sentido de que para y algunos partidos se comprueba la paradoja de que están perfectos ha se su existencia cuando foimados cuando ya no existen, es decir, hecho históricamente inútil. Y así como un partido no es sino una nomenclatura de clase, resulta evidente que, para el partido que se propone anular la división en clases, su perfección y cumplimiento tonsisten en haber dejado de existir porque no existen ya clases, ni tampoco, por tanto, sus expresiones. Pero aquí se desea aludir a un particular momento de ese proceso de desarrollo, el momento inmediatamente posterior a aquel en el cual un hecho puede tener existencia o no tenerla, en el sentido de que la necesidad de su existencia no ha llegado todavía a ser "perentoria", sino que depende ,,en gran parte,, de la existencia de personas de extraordinaria potencia volitiva y de extraordinaria voluntad' un partido? ¿Cuándo se hace históricamente "necesario" converindefectible su de cuando las condiciones de su "triunfo", permiten y sión en Estado, están al menos en vías de formación
La cuestión de cuándo se ha formado un partido, o sea, cuándo
EL PARTIDo PoLíTICo
ANToNIo Gneuscl
prever normalmente sus ulteriores desarrolros. pero ¿cuándo pr"de decirse, en condiciones tales, que un partido no podrá ,", d"r_, truido con medios normales? para contestar a esa pregunta hay que desarrollar un razonamiento: para que exista un paitido ,u""1 ,, sario que confluyan tres elementos fundamentales (propiamente, ", tres grupos de elementos): (1) un elemento difuso, de hombres co_ munes, medios, cuya participación está posibilitada por Ia discipli_ na y la f,delidad, no por un espíritu creador y muy organizador. Sin ,, ellos, es verdad, el partido no existiría, pero también ,"rara qr" ". una fuerza el partido no existiría "soramente" con eilos. Ellos son en la medida en que haya alguien que los centralice, organice y discipline, pero si falta esta otra fuerza de cohesión, se displrsarán y se anularán en una pulverización impotente. No se trata de negar que cada uno de estos elementos pueda convertirse en una de las fuerzas de cohesión, pero se habla de ellos en el momento en que no lo son ni están en condiciones de serlo, o, si lo son, lo son sólo en un ámbito reducido, poríticamente ineficaz y sin consecuencias.; (2) el elemento principal de cohesión, que centraliza en el ámbito nacional, que da efrcacia y potencia a un conjunto de fuerzas que, abandonadas a sí mismas, contarían cero o poco más. Este elemlnto está dotado de una fuerza intensamente cohesiva, centrarizadora y disciplinadora, y también, o incluso tal vez por eso, inventiva (si se entiende "inventiva" en cierta orientación, según ciertas ríneas de fuerza, ciertas perspectivas y también cierias premisas). También es verdad que este elemento solo no formaría el parti_ do, pero lo formaría, de todos modos, más que el primer elemento considerado. se habla de capitanes sin ejército, pero en rearidad es más fácil formar un ejército que formar capitanes. Tanto es asÍ que un ejército ya existente queda destruido si se queda sin capitanes, mientras que la existencia de un grupo de capitane., .ooráirrrdor,
Dadas esas consideraciones, se puede decir que es imposible
,
'
de acuerdo entre ellos, con frnalidades comunes, no tarda en
formar un eremento medio que arti-
un ejército incluso donde no existe; (3) cule el primero con el segundo, los ponga en contacto no solamente "físico", sino también moral e intelectual. En la realidad y para cada partido existen "proporciones definidas,,entre esos tres elementos, y se alcanza el máximo de eficacia cuando se,realizan ,,propor. esas ciones definidas". r74
,
,
destruir un partido con medios normales cuando, por existir necesariamente el segundo elemento -cuyo nacimiento depende de la existencia de las condiciones materiales objetivas (y si no existe este segundo elemento, todo razonamiento es vacío)-, aunque sea en un estado disperso y no fijo, no pueden sino formarse los otros dos, o sea, el primero, que necesariamente forma el tercero como continuación suya y modo de expresarse' Para que eso ocurra es necesario que se haya formado la convicción férrea de que es necesaria una determinada solución de Ios probiemas vitales. Sin esa convicción no se formará el segundo elemento, cuya destrucción es Ia más fácil, por su escasez numérica; pero es necesario que este segundo elemento, cuando es destruido' áeje como herencia un fermento a partir del cual pueda reconstituirse. ¿Y dónde podrá subsistir mejor ese fermento y formarse luego, sino en los elementos primero y tercero, que, evidentemente' ,on lo, más homogéneos con el segundo? La actividad del segundo elemento para constituir este fermento es, por tanto, fundamental: el criterio para )uzgar a este segundo elemento debe verse: (1) en Io que realmente hace; (2) en Io que prepara para la hipótesis de su propia destrucción. Es difícil decir cuál de esas dos cosas es más importante. Como en la lucha hay que prever siempre la derrota' la preparación de Ios sucesores de uno es un elemento tan importante como lo que se hace Para vencer. A propósito del "orgullo" de partido, puede decirse que es peor que el "orgullo de las naciones" del que habla Vico' ¿Por qué? torqr" una nación no puede no existir, y en el mero hecho de que existe es siempre posible, aunque sea con buena voluntad y forzando los textos, descubrir que la existencia en cuestión rebosa destino y signif,cado. En cambio, un partido puede no existir por fuerza intrínseca. No hay que olvidar nunca que' en Ia lucha entre las naciones, cada una de ellas tiene interés en que la otra se debilite por luchas internas, y que los partidos son precisamente los elementos de las luchas internas. Por tanto, para los partidos es siempre posible la pregunta de si existen por su fuerza propia, por auténtica necesidad, o si existen sólo por intereses ajenos, y efectivamente, en las polémicas esto no se olvida nunca, sino que es II5
EL PARTTDo
polÍTrco
incluso un motivo insistentemente usado, especiarmente cuando la respuesta no es dudosa, lo que quiere decir que tiene garra y deja con dudas. Está claro que el que se deja desgarrar por esa duda será un necio. Políticamente la cuestión tiene una importancia sólo mo, mentánea. En Ia historia de lo que suele llamarse ,,principio de las nacionalidades", las intervenciones extranjeras a favor de los partidos nacionales que perturban el orden interior de los Estado, ,rrtr_ gonistas son innumerables, hasta el punto de que cuando se habla, por ejemplo, de la "política oriental,,de Cavour lo que se pregunta es si se trataba de una "política,,, o sea, de una línea de acción perma, nente' o de una estratagema momentánea para debilitar a Austria en vista de lo ocurrido en 1859 y 1g66. Del mismo modo se ve en los movimientos mazzinianos de principios de 1g70 (ejemplo, asunto Barsanti[1]) la intervención de Bismarck, que, en vista de la guerra con Francia y del peligro de una arianza ítaro-francesa, pensaba debilitar Italia mediante conflictos internos. y análogamente ven algunos en los acontecimientos de junio de L9t4l2j Ia intervención del Estado Mayor austríaco previendo ra guerra inminente. como se ve, Ia casuística es numerosa, y es necesario tener ideas claras al respecto. siempre que se hace argo se está haciendo el juego de alguien: lo, importante es intentar por todos los medios hacer bien eljuego de uno, es decir, vencer claramente. En cualquier caso, hay que despreciar el "orgullo" del partido y sustituirlo por hechos concretos. si, en cambio, se sustituyen los hechos concretos por el orgullo, o se practica la política del orgullo, estará justificada sin más Ia sospecha de escasa seriedad. No es necesario añadir que también hay que evitar a los partidos la apariencia ,,justifrcada,, de que se está haciendo el juego a alguien, especiarmente si ese arguien es
[1] Intentos revolucionarios de Mazzini que fueron fácilmente reprimidos. En el úrd.e ellos el propio Mazzini se decidió a pasar de sicilia a Roma poco antes de la conquista de esta capital por el reino de Italia. un espía facilitó su detánción en sicilia. Durante su prisión cayó Roma en manos del naciente Estado italiano.
timo
ANToNIo GRAMSCI
un Estado extranjero; pero si a pesar de todo se sigue especulando' hay que darse cuenta de que no se puede impedir que eso ocurra' Es difícil excluir que cualquier partido (de los grupos dominantes, pero también de los grupos subalternos) realice alguna función de policía, o sea, de tutela de cierto orden político y legal' Si la cosa se demostrara concluyentemente, habría que plantear la cuestión de otro rnodo, preguntándose por las maneras y las orientaciones con las cuales se ejerce esa función' ¿Es su sentido represivo o par-
difusivo? ¿De carácter reaccionario o de carácter progresivo? El tido dado, ¿ejerce su función de policía para conservar un orden exterior, extrínseco, traba de las fuerzas vivas de Ia historia, o la ejerce en el sentido que tiende a llevar al pueblo a un nivel de civilización, expresión programática de la cual es ese orden político y legal' En la práctica, los que infringen una ley pueden encontrarse: (1) entre los elementos sociales reaccionarios desposeídos del poder por la ley; (3) entre (2) entre los elementos progresivos comprimidos por la ley; los elementos que no han alcanzado aún el nivel de civilización que puede' Ia ley puede representar. La función de policía de un partido tiende cuando progresiva es regresiva: o por tanto, ser progresiva reaccionarias fuerzas las a á mantener en Ia órbita de la legalidad despojadas del poder y a levantar las masas atrasadas al nivel de la ,rrurc legatidad. Es regresiva cuando tiende a comprimir las fuerzas vivas de la historia y a mantener una'legalidad superada, antihistórica, hecha extrínseca' Por lo demás, eI funcionamiento del partido dado suministra criterios de discriminación: cuando el partido es progresivo, funciona "democráticamente" (en el sentido del centraiismo democrático); cuando el partido es regresivo funciona "burocráticamente,, (en el sentido del centralismo burocrático). En este segundo caso el partido es un mero ejecutor no deliberante: es entonces, técnicamente, un órgano de policía, y su nombre de "partido político" es una pura metáfora de carácter mitológico'
[2] Huelga geaeral proclamada en toda Itaria por 1a ccr y er esr er 8 de junio de 1914 en protesta por los disparos de Ia fuerza pública contra 1oi obreros ."rlrrido, en Ancona para oír un discurso de Errico Malatesta. Manifestación en T\.rrín, contra la cual tam-. bién dispararon los carabinieri (dos obreros muertos, ocho heriáos). Descripción en Paolo Spriano, Torino operaria nella grande guerra (Turín,1960: 60 y ss.). r15
1t7
polÍtlcA
Y GUERRA MITITAR
LucHn,
Enlaguerramilitar,logradoe]finestratégicode]adestruccióndel paz' ejérciio enemigo y de la ocupación de su territorio, se da Ia guerra Ia Es preciso señalar, por otro lado, que para que concluya basta con que el fln estratégico sea alcanzado sólo potencialmente; puede o sea, basta con que no exista duda de que un ejército no combatirmásyqueelejércitovictorioso"puede"ocuparelterritorio enemigo. La lucha política es enormemente más compleja' En
o cierto sentido puede ser parangonada con las guerras coloniales con las viejas guerras de conquista, cuando el ejército victorioso parte del ocupa o se propone ocupar en forma estable todo o una desarmado es territorio conquistado. Entonces, eI ejército vencido y dispersado, p"ro Ia lucha continúa en el terreno político y en eI á" l, "pr"p"ración" militar. Así, la lucha política de la India con-
tralosingleses(yenciertamedidaladeA]emaniaContraFrancia
de o de uunlrí" .ortrc Ia Pequeña Entente)[L] conoce tres formas resistencia La guerras: áe movimiento, de posición y subterránea'
que el 14 de agosto de 1920 unió a [1] La Pequeña Entente es la alianza defensiva pronto se agregó Rumania' y que estaba que muy a 1as y v,1g;rrruü checoslovaquia, 10 toda ientqtiva ae Hungiíá de reconquistar total o_ parcialmente á"i'ti.r"a" "i*pedirlu *o.r".qrría austro.-húngara en.el tratado de paz' Los contratantes que había perdido nueva fea toda reconstrucción dá la antigua monarquía y a toda áá.rrir" Contra húngaro' ataque "p"""rse de caso en recíproco apoyo a un y comprometen deración, se Hungría se vio llevada a inclinarse cada 1a Pequeña Entente, patrocinada por francial Italia. .iá", á"rp"és dei surgimientá de ios regímenei fascistas, hacia Alemania e
"",
II9
LUcHA PoLÍTIcA Y GuERRA MILITAR
pasiva de Gandhi es una guerra de posición, que en algunos mo_ mentos se convierte en guerra de movimiento y en otros en guerra subterránea; el boicot es guerra de posición, las huelgas ,o., gr"r* de movimiento, la preparación crandestina de armas y de elámentos combativos de asalto es guerra subterránea. Hay una forma de arditismo, pero es empleada con mucha ponderación. Si ros ingleses tuviesen la convicción de que se prepara un gran movimiento insurreccional destinado a destruir su actual superioridad estratégica (que consiste, en cierto sentido, en su posibilidad de maniobrir a través de líneas interiores y de concentrar sus fuerzas en er punto "esporádicamente" más peligroso) con er ahogamiento de masa 1es decir, constriñéndolos a diluir sus fuerzas en un teatro bérico generalizado en forma simurtánea), res convend.ríaprovocar Ia sarida prematura de las fuerzas combatientes indias para identificarras y decapitar el movimiento general. Así, a Francia le convendría que Ia derecha nacionalista aremana fuese envuerta en un golpe de ustado aventurado que impulsara a ra presunta organización militar ilegal
a manifestarse prematuramente, permitiendo una intervención afortunada desde el punto de vista francés. He aquí por qué en es_ tas formas mixtas de lucha, cuyo carácter militar es fundamental y el carácter político preponderante (toda lucha política tiene siempre un sustrato militar), el empleo de los arditi demanda un desarroIlo táctico original, para cuya concepción ra experiencia de guerra sólo puede dar un estímulo y no un modelo. El problema de los comitadjis[2] barcánicos merece un tratamiento aparte, ya que están Iigados a condiciones particurares der ambiente físico-geográfico regional, a la formación de las clases rurales e igualmente a la eficiencia real de los gobiernos. Lo mismo para el caso de las bandas irlandesas, cuya forma de guerra y de or_ ganización estaba ligada a la estructura social de ese país. tás comitadjis, los irlandeses y las otras formas de guerra de guerrillas deben ser separadas de la cuestión del arditismo, si bien parecen tener pun_ tos de contacto con ella. Estas formas de lucha son propias de mi_ norías débiles pero exasperadas contra mayorías bien organizadas, [2] Nombre dado a las bandas de combatientes irregurares que operaban en ra penín-' sula balcánica y preparaban la lucha contra los turáos. 720
ANToNIo GRAMSCI
mientras que el arditismo moderno presupone una gran reserva, inmovilizada por diversas razones pero potencialmente eficiente, que lo sostiene y lo alimenta con aportes individuales'
ARTE MILITAR Y ARTE
Porfuco
Una vez más sobre los arditi. La relación existente en 1917-1918 entre las formaciones de arditiy el ejército en su conjunto puede conducir y condujo ya a los dirigentes políticos a erróneas formulaciones en sus planes de lucha. Se olvida: (1) que los arditi son simples forma-
ciones tácticas que presuponen un ejército poco eficiente, mas no inerte por completo, puesto que si Ia disciplina y el espíritu militar pesar se reflejaron hasta aconsejar una nueva disposición táctica, a se ella con y correspondencia de todo existen en cierta medida, en prose da justamente la nueva formación táctica; de otra manera, duciría inevitablemente la derrota y la fuga; (2) que es preciso no considerar al arditismo como un signo de la combatividad general de la masa militar, sino, por el contrario, como un signo de su pasividad y de su relativa desmoralización. Esto sea dicho manteniendo implícito el criterio general de que los parangones entre el arte militar y Ia política deben ser esta-
blecidos siempre cum grano salis, es decir, sólo como estímulos para el pensamiento y como términos de simplificación ad absurdum. En
efecto, en la militancia política falta la sanción penal implacable para quien yerra o no obedece exactamente, falta la ley marcial, sin contar con el hecho de que ta disposición de las fuerzas políticas no es ni de lejos comparable al encuadramiento militar. En Ia lucha política, además de la guerra de movimiento y de la guerra de asedio o de posición, existen otras formas. El verdadero arditismo, o sea eI arditismo moderno, es propio de la guerra de posición, tal como se reveló en 7914-1918. La guerra de movimiento y la de asedio de los períodos precedentes tenían también, en cierto sentido, sus arditi. La caballería ligera y pesada, losbersaglieri, etc., las tropas veloces en general, cumplían en parte una función de arditi; así, por ejemplo, en el arte de organizar las patrullas estaba contenido el germen del arditismo moderno. En la guerra de asedio dicho germen t27
Lucsa porÍr¡cA y
cuERRA MILTTAR
existía más que en la guerra de movimiento: servicio de patruras más extendido y, sobre todo, el arte de organizar salidas y asaltos imprevistos por medio de elementos escogidos.
Otro elemento digno de tenerse presente es el siguiente: en la lucha política es preciso no imitar ros métodos de rucha de las clases dominantes, para no caer en fáciles emboscadas. En las luchas actuales este fenómeno se verifica con mucha frecuencia. una organización estatar debititada es como un ejército que ha perdido todo su vigor; entran en el campo los arditi, o sea, las g or iir^_ ciones armadas privadas que tienen dos objetivos: hace*Jo a" t, ilegalidad, mientras er Estado parece permanecer en la legaridad, como medio de reorganizar al mismo Estado; creer que a la activi_ dad privada ilegal se re puede contraponer otra actividad similar, es decir, combatir el arditismo con el arditismo.Esto es algo estúpido. significa creer que er Estado permanecerá siempre inárte, ro cuar no ocurre jamás, al margen de las otras condiciones diferentes. El carácter de clase lleva a una diferencia fundamentar: una crase que debe trabajar todos ros días con horario ñjo no puede tener organizaciones de asalto permanentes y especializadas ,rr* Ilrr" "o*oligada, con que tiene amplias posibilidades financieras y no está todos sus miembros, a un horario fijo. A cualquier hora del aía y de la noche, estas organizaciones convertidas en profesionares pueden descargar golpes decisivos y utirizar Ia sorpresa. La táctica de los arditi no puede tener, por lo tanto, la misma importancia para una clase que para otra. para ciertas clases es necesaria, porque le es propia, la guerra de movimiento y de maniobra q.ru, "r, "i.rro de la lucha política, puede combinarse con un útir y hasta indispensable uso de la táctica de los arditi. pero fijarse en un modero militar es una tontería: la política debe ser, también aquí, superior a la parte militar. sólo la porítica crea la posibilidad de la maniobra y del movimiento. De todo lo dicho se advierte que en er fenómeno der arditismo militar es preciso distinguir entre función técnica de arma especial ligada a Ia moderna guerra de posición y función político-miIitar: como función de arma especiar er arditismo existió en todos los ejércitos que participaron en ra guerra mundiar; como función político-militar existió en los países políticamente no homogéneos 722
ANToNIo GRAMSCI
y debilitados, Ios que, por consiguiente, tenían como expresión un L¡ército nacional poco combativo y un Estado Mayor burocratizado y fosilizado en la carrera (1929-1930). A propósito de la comparación entre los conceptos de guerra de maniobra y guerra de posición en el arte militar y los conceptos correspondientes en el arte pólítico, debe recordarse el folleto de Rosa Luxemburgo, traducido del francés al italiano en 1919 por c. Alessandri[3]. En eI folleto se teorizan un poco apresuradamente y en forma superficial las experiencias históricas de 1905. En efecto, Rosa descuidó los elementos "voluntarios" y organizativos que en aquellos acontecimientos eran mucho más eficientes y numerosos de lo que ella creía, víctima de un cierto prejuicio "economicista" y espontaneísta. Sin embargo, este folleto (y otros escritos de la misma autora) es uno de los documentos más signiflcativos de la teorización de la guerra de maniobra aplicada al arte político. El elemento económico inmediato (crisis, etc.) es considerado como la artillería de campaña que, en la guerra, abre una brecha en la defensa enemiga, brecha suficiente como para que las tropas propias irrumpan y obtengan un éxito definitivo (estratégico) o al menos importante en la dirección de Ia línea estratégica. Naturalmente, en la ciencia histórica Ia eficacia del elemento económico inmediato es considerada como mucho más compleja que la de la artillería pesada en la guerra de maniobra, ya que este elemento era concebido como causante de un triple efecto: (1) abrir una brecha en la defensa enerniga luego de haber llevado la confusión a los cuadros adversarios, abatida su confianza en sí mismos, en sus fuerzas y en su porvenir; (2) organizar con una rapidez fulminante las propias tropas, crear sus cuadros, o al menos ubicar con una celeridad fulminante los cuadros existentes (elaborados hasta entonces por el proceso histórico general) en su puesto de encuadre de las tropas diseminadas; (3) crear en forma instantánea Ia concentración ideo' lógica de la identidad de los ñnes a alcanzar. Era una forma de férreo determinismo economista, con el agravante de que los efectos eran concebidos como inmediatos en el tiempo y en el espacio; se ,'Huelga de masa, partido y sindicatos" en cuadernos [3] Rosa Luxemburgo, Presente
N'13 (Córdoba)
de Pasado y
1970.
123
LUcHA PoLÍTIcA Y GuERRA MILITAR
trataba por ello de un verdadero misticismo histórico, de Ia espera de una especie de destello milagroso. La observación del general Krasnov (en su novela) de que la Entente (que no quería una victoria de la Rusia imperial para que no fuese resuelta definitivamente a favor del zarismo Ia cuestión áriental) impuso al Estado Mayor ruso ra guerra de trinchera (absurda, dado el enorme desarrollo del frente del Báltico al Mar Negro, con grandes zonas palúdicas y boscosas) mientras que la única posible era la guerra de maniobra es una tontería. El ejército ruso en realidad intentó la guerra de maniobra y de profundización especiarmente en el sector austríaco (pero también en Ia prusia oriental) y obtuvo éxitos brillantísimos aunque efímeros. La verdad es que no se puede escoger la forma de guerra que se dese,a, a menos que súbitamente se tenga una superioridad abrumadora sobre el enemigo, y sabido es cuántas pérdidas costó la obstinación de los Estados Mayores en no querer reconocer que la guerra de posición era "impuesta,,por Ias relaciones generales de las fuerzas que se enfrentaban. La guárra de posición, en efecto, no está constituida sólo por las trincheras propiamente dichas, sino por todo el sistema organizativo e indusirial del territorio que está ubicado a espaldas del ejército: y es impuesta, sobre todo, por el tiro rápido de los cañones, por las ametralladoras, los fusiles, la concentración de las armas en un deterrninado punto y además por la abundancia der reabastecimiento que permite sustituir en forma rápida el material perdido luego de un avance o de un retroceso. Otro elemento es la gran masa de hombres que constituyen Ias fuerzas desplegadas, de valor muy desigual y que justamente sólo pueden operar como masa. se ve cómo en el frente oriental una cosa era irrumpir en el sector alemán y otra diferente en el sector austríaco y cómo también en el sector austríaco, reforzado por tropas escogidas alemanas y comandadas por alemanes, el ataque de choque como táctica termina en un desastre[4]. Algo
ANtoxIo
GnR¡r¿SCl
análogo se observa en la guerra polaca[5] de1920, cuando el avance que parecía irresistible fue detenido delante de Varsovia por el g"r,ur"fw"ygand en la línea comandada por los oficiales franceses. Los mismos técnicos militares que ahora se atienen ñjamente a la guerra de posición como antes se atenían a la guerra de maniobra no sostienen, por cierto, que el tipo precedente debe ser suprimido de la ciencia, sino que en las guerras entre los Estados más avanzados industrial y civilmente se debe considerar a ese tipo como reducido a una función más táctica que estratégica; se lo debe considerar en la misma posición en que se encontraban en una época anterior la guerra de asedio con respecto a la de maniobra. La misma reducción debe ser realizada en eI arte y la ciencia política, al menos en Io que respecta a los Estados más avanzados, donde Ia "sociedad civil,' se ha convertido en una estructura muy compleja y resistente ,,irrupciones" catastrófrcas del elemento económico inmediato a las (crisis, depresiones, etc.): las superestructuras de Ia sociedad civil son como el sistema de trincheras en la guerra moderna. Así como en este ocurría que un encarnizado ataque de la artillería parecía
destruir todo el sistema defensivo adversario, cuando en realidad sólo había destruido la superficie exterior y en el momento del ataque y del avance los asaltantes se encontraron frente a una línea defensiva todavía efrciente, 1o mismo ocurre en Ia política durante las grandes crisis económicas. Ni las tropas asaltantes, por efecto de Ias crisis, se organizan en forma fulminante en el tiempo y el espacio, ni tanto menos adquieren un espíritu agresivo; recíprocamente, Ios asaltados no se desmoralizan ni abandonan Ia defensa, aun entre los escombros, ni pierden la conflanza en las propias fuerzas ni en su porvenir. Las cosas, por cierto, no permanecen tal cual eran, p.ro verdad que llegan , frltrt los elementos de rapidez, de ritmo ", acelerado, de marcha progresiva def,nitiva que esperaban encontrar y reforzadas por ios cuerpos alemanes del general Mackensen'
[4] Alusiónalasofensivasrusasdelosaños1914-1915;mientrasqueenlapartenorte del frente oriental, en manos de los alemanes, los rusos habían süfrido revieses desde el comienzo de la campaña, su superioridad numérica, explotada en particular en el ataque precipitado del verano de 1974,les había permirido;plastar inicialmente a las tropas austro-húrrgaras y ocupar Galitzia. Durante el veranó de 1915, esos resultados . quedaron anulados por un contraataque de las tropas austro-húngaras encuadradas 124
[5] Pilsudski,enabrilde!92O,tanzóa.PoloniaaunaofensivacontralaRusiasoviética, urp"rr.rao aprovechar su debilidad y 1as luchas contrarlevolucionarias. Pero su ofen-
siva fue deténida en ucrania desde ei mes de mayo (contraofensiva de Tirjachevski). La ofensiva rusa condujo a Budienny hasta las inmediaciones de varsovia. Pilsudski se saivó por e1 apoyo de Francia, que le envió municiones y ofrciales, entre estos el general Weygand.
t25
LuciT¿, poTÍTIcA Y GUERRA MILITAR
ANToNIo GRAMScI
los estrategas del cadornismo político. EI último hecho de este tipo en la historia de la política son los acontecimientos de 1917. Eilos señalaron un cambio decisivo en ra historia der arte y de ra ciencia de la política. se trata, por consiguiente, de estudiar con "profundidad,,
cuáles son los elementos de la sociedad civil qr" .orr"rponden a los sistemas de defensa en Ia guerra de posición. Se dice con ,,profundidad" intencionadamente, ya que fueron estudiados, pero desde pun. tos de vista superficiares y triviales, tal como ciertos historiaáores de costumbres estudian ras rarezas de Ia moda femenina desde un punto de vista "racionarista", es decir, persuadidos de que a ciertos fenómenos se los destruye tan sóro con expricarros en forma ,,realista", como si fuesen supersticiones populares (que por otro lado tampoco se destruyen con el hecho de explicarlas). Es necesario ver si Ia famosa teoría de Bronstein sobre la permanencia[6] del movimiento no es el reflejo político de la teoría
de la guerra de maniobra (recordar Ia observación der generar de cosacos Krasnov), en última instancia, el reflejo de las condicio_ nes generales económico-curturar-sociales de un país donde los cuadros de la vida nacional son embrionarios y desligados, y no pueden transformarse en "trinchera o fortaleza,,. rn este ," podría decir que Bronstein, que aparece como un "occidentarista,,, ""rá, era en cambio un cosmopilta, es decir, superficialmente nacional y superficialmente occidentalista o europeo. Ilich[7], en cambio, era profundamente nacional y profundamente europeo. Es sus memorias, Bronstein recuerda que se le dijo que su teoría había demostrado ser válida luego de... quince años, y res_ ponde al epigrama con otro epigrama. En realidad, su teorÍa como tal no era válida ni quince años antes ni quince años después: como ocurre con ios obstinados, de los que habra Guicciardini, ér adivinó grosso modo, es decir, tuvo razón en la previsión práctica más gene_ ral' Es como afirmar que una niña de cuatro años se convertirá en madre y al ocurrir esto, a los veinte años, decir: "ro había adivinado", no recordando sin embargo que cuando tenía cuatro años se
[6]
Se refiere a Trotski
[7] Se ref,ere a Lenin.
tz6
y a su teoría de la ,,revolución permanente,
deseaba violarla, en la seguridad de que se convertiría en madre'
Me parece que Ilich había comprendido que era necesario pasar de de ta guerra de maniobra, aplicada victoriosamente en Oriente l-fl77,;la guerra de posición que era la única posible en occidente donde, como observa Krasnov, en breve lapso los ejércitos podían acumular interminables cantidades de municiones, donde los cuadros sociales eran de por sí capaces de transformarse en trincheras
muyprovistas.Ymeparecequeesteeselsignificadodelafórmu]a dell'frente único", que corresPonde a Ia concepción de un solo frente'de la Entente bajo et comando único de Foch'
Sóloquellichnotuvotiempodeprofundizarsufórmula,aun
teniendo en cuenta el hecho de que podía ser profundizada, sólo teóricamente, rnientras que la tarea fundamental era nacional, es decir, exigía un reconocimiento del terreno y una fijación de los elementos de trinchera y de fortaleza representados por los elementos de la sociedad civil, etc. En oriente, el Estado era todo, la sociedad civil era primitiva y gelatinosa; en occidente, entre Estado y sociedad civil existía una justa relación y bajo el temblor del Estado se evidenciaba una robusta estructura de la sociedad civil. El estado sólo era una trinchera avanzada, detrás de Ia cual existía una robusta cadena de fortalezas y casamatas; en mayor o menor medida de un Estado a otro, se entiende, pero esto precisamente exigía un reconocimiento de carácter nacional. La teoría de Bronstein puede ser comparada con Ia de ciertos sindicalistas franceses sobre la huelga general y con Ia teoría de Rosa expuesta en el folleto traducido por Alessandri. El folleto de Rosa y sus teorías, por otro lado, influyeron sobre los sindicalistas franceses, tal como se evidencia en ciertos artículos de Rosmer sobre Alemania aparecidos en la vie ouvriére (primera serie en pequeños fascículos). Dicha teoría depende en parte también de la teoría de la espontaneidad.
Peso DE LA GUERRA DE MOVIMIENTO
(v orr. ATAquE FRoNte,r) A LA GUERRA DE POSICION reMstÉN EN Et cAMPo PoLítIco Esta me parece Ia cuestión de teoría política más importante plan-
teada por eI período de la posguerra, y la más difícil de resolver acertadamente. Está relacionada con las cuestiones suscitadas por Bronstein [Trotski], quien puede considerarse, de un modo u otro, como el teórico político del ataque frontal en un período en el cual ese ataque sólo es causa de derrotas. Este paso en la ciencia política no está relacionado con el ocurrido en el campo militar, sino indirectamente (mediatamente), aunque desde luego hay una relación, y esencial, entre ambos. La guerra de posición requiere sacrificios Lrror*", y masas inmensas de población; por eso hace falta en eIIa una inaudita concentración de la hegemonía y, por tanto, una forma de gobierno más "intervencionista", que tome más abiertamente Ia ofensiva contra los grupos de oposición y organice permanen,,imposibilidad" de disgregación interna, con controles temente la de toda clase, políticos, administrativos, etc., consolidación de las "posiciones" hegemónicas del grupo dominante, etc' Todo eso indi.á qr" se ha entrado en una fase culminante de la situación político-histórica, porque en la política la "guerra de posición", una vez conseguida la victoria en ella, es definitivamente decisiva. o sea: en la política se tiene guerra de movimiento mientras se trata de conquistar posiciones no decisivas y, por tanto, no se movilizan todos los recursos de Ia hegemonía del Estado; pero cuando, por una u otra razón, esas posiciones han perdido todo valor y sólo importan t29
PAso DE LA GUERRA DE MovIMIENTo ...
las posiciones decisivas, entonces se pasa a ra guerra de cerco, com.
primida, difícil, en la que se requieren cualidades excepcionales de paciencia y espíritu de invención. En ra política er cerco es recíproco, a pesar de todas las apariencias, y el mero hecho de que el dominante tenga que sacar a rerucir todos sus recursos prueba
cálculo que hizo acerca del adversario.
INtRopuccIóN At EsruDIo
el
DE LA FILOSOTíA Y DEL IVIATERIALISMO HISTóNICO
ArcuNos PuNTos
DE REFERENcIA PRELIMINARES
preciso destruir el muy difundido prejuicio de que la filosofía es algo sumamente difícil por ser la actividad intelectual propia de una determinada categoría de científicos especialistas o de filósofos profesionales y sistemáticos. Es preciso, por tanto, demostrar, antes que nada, que todos los hombres son "fi]ósofos", y definir los límites y los caracteres de esta "filosofía espontánea", propia de "todo el mundo", esto es, de Ia filosofía que se halla contenida: (1) en el Ienguaje mismo, que es un conjunto de nociones y conceptos determinados, y no simplemente de palabras vaciadas de contenido; (2) en el sentido común, y en el buen sentido; (3) en la religión popular y, por consiguiente, en todo el sistema de creencias, supersticiones, opiniones, maneras de ver y de obrar que se manifiestan en Io que se IIama generalmente "folklore". Después de demostrar que todos son filósofos -a su manera'
Es
inconscientemente, porque incluso en Ia más mínima manifestación de una actividad intelectual cualquiera, la del "lenguaje", está contenida una determinada concepción del mundo-, se pasa al segundo momento, el de la crítica y el conocimiento, esto es, se plantea el siguiente problema: ¿es preferible "pensar" sin tener conocimiento crítico, de manera disgregada y ocasional, es decir, "participar" de una concepción del mundo "impuesta" r30
I3I
INrnopucc¡óN AL ESTUDT. or i,e rrrosorÍA y
DEL MATERIALT'M.
mecánicamente por el ambiente externo, es decir, por uno de los tantos grupos sociales en que uno se encuentra incluido automá_ ticamente hasta su entrada en el mundo consciente (y que puede ser la aldea o la provincia, que puede tener origen en la parroquia y en la "actividad interectual" der cura o del vejete patriárcal "sabiduría" dicta ra rey; de ra mujercita que ha heredado "ry, la sabiduría de las brujas o del pequeño intelectual avinagrado en su propia estupidez e incapacidad para obrar), o es mejor elaborar propia la concepción del mundo de manera consciente y crÍtica, y, por lo mismo, en vinculación con semejante trabajo intelectual, la propia esfera de actividad, participar activamente "r"og", en ra eraboiación de la historia del mundo, ser el guía de sÍ mismo y no aceptar del exterior, pasiva y supinamente, la huella que se imprime sobre 1a propia personalidad? Nota I. Por la propia concepción del mundo se pertenece siempre a un determinado agrupamiento, y precisamente al de todos los elembntos sociales que participan de un mismo modo de pensar y de obrar. Se es conformista de algún conformismo, se es siempre hombre masa u hombre colectivo. El problema es este: ¿a qué tipo
histórico pertenece el conformismo, el hombre masa del cual se participa? cuando la concepción del mundo no es crÍtica ni coherente, sino ocasional y disgregada, se pertenece simultáneamente a una multiplicidad de ho¡rrbres masa, y la propia personaridad se forma de manera caprichosa: hay en ela erementos der hombre de las cavernas y principios de la ciencia más moderna y avanzada; prejuicios de las etapas históricas pasadas, groseramente rocaristas, e intuiciones de una firosofía der porvenir que será propia del género humano mundialmente unificado. Criticai Ia propia.or,".pción del mundo es tornarla, entonces, consciente, y elevarla hasta el punto al que ha llegado er pensamiento mundial más avanzado. Significa también, por consiguiente, criticar toda la filoso_ fía existente hasta ahora, en ra medida en que ha dejado estratificaciones consolidadas en ra f,rosofÍa popurar. Er comienzo de Ia elaboración crítica es Ia conciencia de ro que rearmente se es, es decir, un "conócete a ti mismo" como producto der proceso históri- . co desarrollado hasta ahora y que ha dejado en ti una inflnidad de r32
ANToNIo GRAMScI
r¡sróarco
huellas recibidas sin beneficio de inventario. Es preciso efectuar, inicialmente, ese inventario.
r
Nota II. No se pueden separar Ia fllosofía y la historia de la filosofía, ni la cultura y Ia historia de la cultura. En el sentido más inmediato y determinado, no se puede ser filósofo, es decir, tener una conceptión críticamente coherente del mundo, sin tener conocimiento de
su historicidad, de la fase de desarrollo por ella representada y del hecho de que ella se halla en contradicción con otras concepciones
o con elementos de otras concepciones. La propia concepción del mundo responde a ciertos problemas planteados por la realidad, que son bien determinados y "originales" en su actualidad' ¿Cómo es posible pensar eI presente, y un presente bien determinado, con un pensamiento trabajado por problemas de un pasado remoto y superado? Si ello ocurre, significa que se es "anacrónico" en relación con el tiempo en que se vive, que se pertenece a los fósiles y no a los seres modernos. O, por 1o menos, que se está "compuesto" de manera caprichosa. Y, realmente, ocurre que grupos sociales que en determinados aspectos expresan la modernidad más desarrollada, en otros se hallan en retraso con su situación social, y por lo tanto son incapaces de una total autonomía histórica' Nota III. Si es verdad que cada idioma tiene los elementos de una concepción del mundo y de una cultura, también será verdad que el lenguaje de cada uno permite iuzgar acerca de Ia mayor o menor complejidad de su concepción del mundo. Quien habla solamente el dialecto o comprende Ia lengua nacional en distintos grados, participa necesariamente de una concepción del mundo más o menos estrecha o provinciana, fosilizada, anacrónica en relación con las grandes corrientes que determinan la historia mundial' Sus intereses serán estrechos, más o menos corporativos o económicos, no universales. Si no siempre resulta posible aprender más idiomas,extranjeros para ponerse en contacto con vidas culturales distintas, es preciso, por Io menos, aprender bien el idioma nacional. una cultura puede traducirse al idioma de otra gran cultura, es decir: un gran idioma nacional históricamente rico y complejo puede traducir cualquier otra gran cultura; en otras palabras, I33
INrnoouccrór.¡ AL ESTUDT. pr re r*osorÍA y DEL MATERTALT'Mo ¡:rsrónrco
ANToNIo GRAMSci
puede ser una expresión mundiar. pero con un dialecto no es posible hacer lo mismo. Nota I\¿ crear una nueva cultura no significa sólo hacer individualmente descubrimientos,,originales,,; significa también, y especial_ mente, difundir verdades ya descubiertas, ,,socializarlas,,, por así decir, convertirlas en base de acciones vitales, en elemento de coordinación y de orden intelectual y moral.
Que una masa de hombres sea Ilevada a pensar coherente_ mente y en forma unitaria ra rearidad presente es un hecho ,,firosófico" mucho más importante y,,original,,que el hallazgo, por parte de un "genio" filosófico, de una nueva verdad que sea pátri*orrio a" pequeños grupos de intelectuales.
VrNcur..e,c¡óN ENTRE EL sENTrDo couúN,
re r¡rosorÍe
re R¡r.¡c¡óN v
La fllosofÍa es un orden intelectual, cosa que no pueden ser la reiigión ni el sentido común. Véase cómo, en Ia realidad, tampoco coinciden religión y sentido común. sin embargo, ra religión es un
elemento del sentido común disgregado. por otra parte, "sentido común" es nombre colectivo, como,,religión,,; no existe un solo senti_ do común, pues también este es un producto y un devenir histórico. La filosofía y Ia crítica son la superación de la religión y del sentido común y, en ese asp\cto, coinciden con el ,,buen sentido,, que se contrapone al sentido común.
RurecIóN
ENTRE
cIENcrA, n¡rtcróN y SENTIDo
couútr
La religión y el sentido común no pueden constituir un orden intelectual porque no pueden reducirse a unidad y coherencia ni siquiera en la conciencia individual, y no habiemos ya de la conciencia colectiva; no pueden reducirse a unidad y coherencia "libremente,,, aunque por imposición "autoritaria,, ello podría ocurrir, como en verdad ocurrió en el pasado dentro de ciertos límites. EI problema r34
.
de Ia religión, entendido no en el sentido confesional, sino en el Iaico, de unidad de fe entre una concepción del mundo y una norma de conducta conforme a ella: pero ¿para qué llamar "religión" a esta unidad de fe en lugar de llamarla "ideología", o más bien "política"? En verdad, no existe la filosofía en general: existen diversas filosofías o concepciones del mundo, y siempre se hace una elección entre ellas. ¿cómo se produce esta elección? ¿Es un hecho puramente intelectual o más complejo? ¿Y no ocurre a menudo que ántre el hecho intelectual y la norma de conducta exista contradicción? ¿Cuál será, entonces, la verdadera concepción del mundo: la afirmada lógicamente como hecho intelectual o la que resulta de Ia real actividad de cada cual, que se halla implícita en su obrar? Puesto que el obrar es siempre un obrar político, ¿no puede decirse que la filosofía real de cada cual se halla toda contenida en su política? Este contraste entre el pensar y el obrar, esto es, Ia coexistencia de dos concepciones del mundo -una afirmada en palabras y la otra manifestándose en el obrar mismo-, no se debe siempre a la mala fe. La mala fe puede ser una explicación satisfactoria para algunos individuos singularmente considerados, o también para grupos más o menos numerosos, pero es satisfactoria cuando el contraste se verif,ca en las manifestaciones de Ia vida de las amplias masas; en tal caso dicho contraste sólo puede ser la expresión de contradicciones más profundas de orden histórico-social' Ello significa que un Srupo social tiene su propia concepción del mundo, aunque embrionaria, que se manifiesta en la acción, y que cuando irregular y ocasionalmente -es decir, cuando se mueve como un todo orgáni.o-, po, razones de sumisión y subordinación intelectual, toma en préstamo una concepción que no es la suya, una concepción de otro grupo social, la afirma de palabra y cree seguirla, es porque la sigue en "tiempos normales", es decir, cuando la conducta no es independiente y autónoma, sino precisamente sometida y subordinada. He ahí también por qué no se puede separar Ia frlosofía de la política, y por qué se puede demostrar, al contrario, que la eleccién de la concepción del mundo es también un acto político. Es preciso, por consiguiente, explicar por qué sucede que en cada época coexistan muchos sistemas y corrientes filosófrcas; cómo nacen, cómo se difunden, por qué la difusión sigue ciertas r35
INrnooucctó¡¡ AL ESTUDTo or le urosorÍA y
DEL MATERTALT'M.
A¡¡toNIo
ltrsrón¡co
líneas de ruptura y ciertas direcciones, etc. Esto nos muestra cuán necesario es sistematizar crítica y coherentemente nuestras intuiciones del mundo y de Ia vida, fijando con exactitud lo que debe entenderse por "sistema", a fin de que no sea comprendido en el sentido pedantesco y profesorar de Ia palabra. pero esta eraboración sólo puede y debe ser hecha en el cuadro de la historia de Ia filosofía, que muestra qué eraboración ha sufrido er pensamiento en el curso de los siglos y qué esfuerzo corectivo ha costado nuestro actual modo de pensar, que resume y compendia toda la historia pasada, incluso en sus errores y delirios, que no por haber sido co_ metidos en el pasado, cuando eran correctos, tienen que ser reproducidos en el presente, cuando no son necesariamente correctás. ¿Qué idea se hace el pueblo de la filosofía? Se Ia puede re_ construir a través de los modos de decir del lenguaje común, uno de los más difundidos es aquer de "tomar ras cosas con flrosofía', que, una vez analizado, no tiene por qué ser rechazado totalmente. Es cierto que se contiene en ér una imprícita invitación a ra resignación y a Ia paciencia; pero, en apariencia, el punto más importante es su invitación a la reflexión, a tomar conciencia de que lo que sucede es en el fondo racional y que como tar es preciso encararlo, concentrando las fuerzas racionales y no dejándose arrastrar por los impulsos instintivos y violentos. se podrían reagrupar estos modos de decir popurares junto a las expresiones similares de escritores de carácter popular -tomándolas de los grandes vocabularios-, de las que forman parte los términos ,,f,losofía,, y ,,fi_ losóficamente", y se podrá ver que estas tienen un significado muy preciso, de superación de las pasiones bestiales y elementales, en una concepción de la necesidad que da al obrar una dirección consciente. Este es el núcleo sano del sentido común, lo que podría llamarse el buen sentido y que merece ser desarrollado y convertido en cosa unitaria y coherente. Así aparece claro por qué no es posible separar lo que se llama "filosofía científica" de la fllosofía ,,vulgar y popular", que es sólo un conjunto disgregado de ideas y opiniones. Pero en este punto se plantea el problema fundamental de toda concepción del mundo, de toda filosofía que se haya convertido en una "religión", una "fe"; es decir, que haya producido una acti_ vidad práctica y una voluntad, y que esté contenida en estas como
B6
GRAMSCI
"premisa" teórica implícita (una "ideologÍa", se podría decir, si al término ideología se le diera el significado más alto de concepción del mundo que se manifiesta implícitamente en el arte, en el derecho, en la actividad económica, en todas las manifestaciones de la vida individual y colectiva); esto es, el problema de conservar la unidad ideológica de todo el bloque social, que precisamente es cimentado y unificado por esta ideología. La fuerza de las religiones, y especialmente de la iglesia católica, ha consistido y consiste en que ellas sienten enérgicamente Ia necesidad de la unión doctrinaria de toda la masa "religiosa" y luchan para que los estratos intelectualmente superiores no se separen de los inferiores. La iglesia romana ha sido siempre Ia más tenaz en la lucha por impedir que se formen "oflcialmente" dos religiones: la de los "intelectuales" y Ia de las "almas simples". Esta lucha no ha transcurrido sin grandes inconvenientes para la iglesia misma; pero tales inconvenientes están unidos al proceso histórico que transforma toda la sociedad civil y que contiene en bloque una crítica corrosiva de las religiones. Por lo mismo, resulta mucho más la capacidad organizativa del clero en Ia esfera de la cultura, y Ia relación abstractamente racional y justa que Ia iglesia en su ámbito ha sabido establecer entre intelectuales y simples. Los jesuitas han sido, indudablemente, Ios mayores artíflces de este equilibrio, y para conservarlo han impreso a la iglesia un movimiento progresista que tiende a dar ciertas satisfacciones a las exigencias de la ciencia y de la filosofía, pero con ritmo tan lento y metódico que las mutaciones no han sido percibidas por la masa de los simples, si bien aparecen como "revolucionarias" y demagógicas ante los "integralistas". Una de las mayores debilidades de las f,losofías inmanentistas en general consiste precisamente en no haber sabido crear una
.
unidad ideológica entre lo bajo y lo alto, entre los "simples" y los intelectuales. En Ia historia de Ia civilización occidental el hecho se ha verificado en escala europea, con el fracaso inmediato del Renacimiento, y también, en parte, de la Reforma, en comparación con Ia iglesia católica. Esta debilidad se manifiesta en Ia cuestión escolástica, en cuanto que partiendo de las fllosofías inmanentistas no se ha intentado siquiera construir una concepción que pudiera sustituir la religión en Ia educación infantil; de ahí el sofisma seudohistórico por el cual pedagogos no religiosos (aconfesionales) y r37
INrnoouccrór.¡ AL EsruDro or
le ulosoríA y DEL MATERTALT'Mo nrsrónrco
en realidad ateos permiten ra enseñanza de ra rerigión, porque Ia religión es la filosofía de Ia infancia de la humanidad qr" ," ,"r,rr"r, en cada infancia no metafórica. Er idearismo se ha mostrado también adverso a los movimientos curturares de "ir hacia er puebro,,, que se manifiestan en ras lramadas universidades popurares e instituciones similares, y no sólo por sus aspectos negativos, porque en tal caso sólo habría tenido que tratar de hacer algo mejor. Sin embargo, estos movimientos eran dignos de interés y merecían ser estudiados; tuvieron éxito, en el sentido de que de_ mostraron, de parte de los ,,simples,,, un entusiasmo sincero y una fuerte voluntad de elevarse hacia una forma superior de curtura y de concepción del mundo. Carecían, sin embargo, toda organicidad "de de pensamiento filosófico o de soridez y centralización culturar; se tenía la impresión de que se parecían a los primeros contactos entre los mercaderes ingleses y los negros de Africa, en ros que se entregaban mercancías de pacotilla por pepitas de oro. por átra parte, la organicidad de pensamiento y la solidez cultural podían iogrrrr" solamente si entre los interectuares y ros simples hubiera existido la misma unidad que debe darse entre la teoría y Ia práctica, si los intelectuales hubiesen sido intelectuales orgánicamente pertenecientes a esas masas, si hubiesen elaborado y dado coherencia a los principios y problemas que estas planteaban con su actividad, constituyendo así un broque curturar y sociar. Tfatábase, pues, de la misma cuestión señarada:un movimiento firosófrco es tafcuando se aplica a desarrollar una curtura firosófica para grupos restringidos de intelectuales o, al contrario, sólo es tal cuando, en el trabajo de elaboración de un pensamiento superior al sentido común y científicamente coherente, no se olvida jamás de mantener el contacto con Ios "simples" y, antes bien, hara en dicho contacto ia fuente de los problemas que estudiar y resorver. sólo mediante este contacto una filosofía deviene "histórica", se depura de los elementos intelectuaIistas de naturaleza individual y se hace ,,vida,,[1].
[]
Quizás sea útil distinguir "prácticamente" ra firosofía der sentido común para indicar mejor el paso de un momento ar otro. En ra firosofÍa sobresalen los caracteres de la elaboración individual del pensamiento; en el rurriido "rp".iirrro"t" común, en cambio, los caracteres difusos y dispersos de un pensamiento genérico de cierta época y de cierto ambiente populai. neró toda ñlosofíá tiende a conv"ertirse ,"rriido
"r,
r38
ANToNIo GRAMScI
Una filosofía de la praxis sólo puede presentarse inicialmente en actitud polémica y crítica, como superación del modo de pensar precedente y del pensamiento concreto existente (o del mundo cultural existente). Es decir, sobre todo, como crítica del "sentido común" (luego de haberse basado en el sentido común para demostrar que,,todos" son filósofos y que no se trata de introduciÍ exnovo
una ciencia en la vida individual de "todos", sino de innovar y tornar,,crítica,,una actividad ya existente) y luego de la f,losofía de los intelectuales, que ha dado lugar a la historia de la filosofía y que, en cuanto individual (y, en rigor, de desarrollo esencial en la actividad de algunos individuos particularmente dotados), puede considerarse como la "cumbre" del progreso del sentido común, por lo menos del sentido común de los estratos más cultos de la sociedad y, a través de estos, también del sentido común popular. He aquí por qué una introducción al estudio de la filosofía debe exponer sintéticamente los problemas nacidos del proceso de desarrollo de la cultura general, que se refleja sólo parcialmente en la historia de la filosofía y que, a pesar de ello, en ausencia de una historia del sentido común (imposible de construir por falta de material documental), sigue siendo la fuente máxima de referencia para criticarlos, demostrar su valor real (si aún Io tienen) o el signiflcado que han tenido como anillos superados de una cadena, y para fijar los nuevos problemas actuales o la ubicación actual de los viejos problemas. La relación entre filosofía "superior" y sentido común está asegurada por la "política", así como está asegurada por la política la relación entre eI catolicismo de los intelectuales y el de los "simples". Las diferencias existentes entre ambos casos son, sin embargo, fundamentales. EI hecho de que Ia iglesia deba afrontar el problema de los "simples" signifrca, en verdad, que ha habido ruptura en la comunidad de Ios "fieles", ruptura que no puede ser eliminada elevando a los "simples" al nivel de los intelectuales (tampoco se común de un ambÍente, sibien restringido (de todos 1os intelectuales). se trata, por Io tanto, de elaborar una frlosofía que, teniendo ya difusión o difusividad por encontrarse conectada a la vida práctica implícita en ella, se convierta en un renovado sentido común, con Ia coherencia y el nervio de 1as filosofías individuales. Esto no puede lograrse si no se siente permanentemente la exigencia del contacto cultural con 1os "simples". r39
Ir.¡rnoouccróN AL ESTUDTo or re r¡losorÍA y DEL MATERTALT'Mo Hrsrónrco
propone la iglesia este objetivo, ideal y económicamente desproporcionado a sus fuerzas actuales), sino ejerciendo una discipiina de hierro sobre los intelectuales a fin de que no pasen de ciertos límites en la distinción y no Ia tornen catastrófica e irreparable. En el pasado estas "rupturas" en la comunidad de los f,eles eran remediadas por fuertes movimientos de masas que determinaban, o se resolvían en, la formación de nuevas órdenes rerigiosas en torno a fuertes personalidades (Domingo, Francisco)[2]. Pero la contrarreforma esterilizó este pururar de fuerzas populares. La Compañía de Jesús es la última gran orden religiosa de ori_ gen reaccionario y autoritario, con caráeter represivo y "diplomático", que señaló con su nacimiento el endurecimiento del organismo católico. Las nuevas órdenes aparecidas después tienen escasísimo
significado "religioso" y un gran significado "disciplinario" sobre ra masa de los fieles; son ramif,caciones y tentáculos de la compañÍa de Jesús, o se convirtieron en tales, instrumentos de ,,resistencia,, para conservar las posiciones políticas adquiridas, no fuerzas renovadoras y de desarrollo. El catolicismo se ha convertido en ,,jesuitismo". EI modernismo no creó órdenes religiosas, sino un partido
político: la democracia cristiana[3].
La posición de la f,losofía de la
praxis es antitética a la católica: la fllosofía de la praxis no tiende a mantener a los "simples,,en su fi-
losofía primitiva del sentido común, sino, al contrario, a conducirlos hacia una concepción superior de la vida. se aflrma la exigencia del contacto entre intelectuales y simples, no para limitar la actividad científica y mantener Ia unidad al bajo nivel de las masas, sino para [2] Los movimientos heréticos del Medioevo como reacción simultánea contra la po-
litiquería de la iglesia y contra ra ñIosofía escoiástica que fue su expresión, sobre Ia base del nacimiento de las comunas, han sido una "rupiura,, entre ra masa to. irrt"lectuales. en la iglesia, ruptura cicatrizada por ra formlción de movimieniÁf p"p"rr-
res, religiosos, reabsorbidos por ia iglesia en la formación de Ias órdenes y en una nueva unidad religiosa.
*".rái.árrt",
[3] Recordar la.anécdota (relatada por Steed en sus Memorias) del cardenal que explica al protestante inglés frlo-católico que los milagros de san Genaro son artíiulos áe fe para el populacho napolitano, no para los intelectuales; que también en los evange_ lios hay "exageraciones". y que a la pregunta "¿pero no somos cristianos?,,, responde: "nosotros somos 'prelados', esto es, ,poIítÍcos,áe la iglesia de Roma,,. 140
ANToNIo GRAMSCI
construir un bloque intelectual-moral que haga posible un progreso intelectual de masas y no sólo para pocos grupos intelectuales' El hombre activo, de masa, obra prácticamente, pero no tiene clara conciencia teórica de su obrar, que sin embargo es un conocimiento del mundo en cuanto lo transforma. Su conciencia teórica puede estar, históricamente, incluso en contradicción con su obrar. Casi se puede decir que tiene dos conciencias teóricas (o una conciencia contradictoria): una implícita en su obrar y que realmente 1o une a todos sus colaboradores en la transformación práctica de Ia realidad; y otra superficialmente explícita o verbal, que ha heredado del pasado y acogido sin crítica. sin embargo, esta conciencia "verbal" no carece de consecuencias: unifica a un grupo social determinado, influye sobre la conducta moral, sobre la dirección de la voluntad, de manera más o menos enérgica, que puede llegar hasta un punto en que la contradictoriedad de la conciencia no permita acción alguna, ninguna decisión, ninguna elección, y produzca un estado de pasividad moral y potítica. La comprensión crítica de sí mismo se logra a través de una lucha de "hegemonías" políticas, de direcciones contrastantes, primero en el campo de ]a ética, luego en el de la política, para arribar flnalmente a una elaboración superior de la propia concepción de la realidad. La conciencia de formar parte de una determinada fuerza hegemónica (esto es, la conciencia política) es la primera fase para una ulterior y progresiva autoconciencia, en la cual teoría y práctica se unen finalmente. Pero la unidad de la teoría y de la práctica no es, de ninguna manera, algo mecánicamente dado, sino un devenir histórico, que tiene su fase elemental y primitiva en el sentido de "distinción", de "separación", de independencia instintiva, y que progresa hasta la posesión real y completa de una concepción del mundo coherente y unitaria' He aquí por qué es necesario poner de relieve que el desarrollo político del concepto de hegemonía representa un gran progreso filosófrco, además de un progreso político práctico; porque necesariamente implica y supone una unidad intelectual y una ética conforme a una concepción de la realidad que ha superado el sentido común y se ha tornado crítica, aunque sólo sea dentro de límites estrechos. Sin embargo, en los más recientes desarrollos de la filosofía de la praxis, Ia profundización del concepto de unidad entre la teoría y
r4t
I¡¡tnoouccróN AL ESTUDTo or ¡.e rrlosorÍA y
DEL MATERTALT'Mo
Ia práctica se halta aún en su fase inicial; quedan todavía residuos de mecanicismo, puesto que se habla de la teoría como ,,complemento,', como "accesorio" de la práctica, de Ia teoría como sierva de ra prác-
tica. Parece correcto que también este problema deba ser ubicado históricamente, es decir, como un aspecto del problema práctico de los intelectuales. Autoconciencia crítica significa, histórica y políti-
camente, Ia creación de una elite de intelectuales; una masa humana no se "distingue" y no se torna independienre per se, sin organizarse (en sentido lato), y no hay organización sin interectuares, o sea, sin organizadores y dirigentes, es decir, sin que el aspecto teórico del nexo teoría-práctica se distinga concretamente en una capa de personas "especializadas" en Ia elaboración conceptual y fllosófica. Pero este proceso de creación de interectuares es largo, difícil, lleno de contradicciones, de avances y retrocesos, desbandes y reagrupa_
mientos, y en él la "fidelidad" de las masas (y ra fideridaa y ta aisciplina son inicialmente la forma que asume la adhesión de la masa y su colaboración al desarrollo de todo fenómeno cultural) es puesta a dura prueba' EI proceso de desarrolo está vincurado con una dialéctica intelectuales/masa; el estrato de los intelectuales se desarrolla cuantitativa y cualitativamente, pero todo salto hacia una nueva "amplitud" y complejidad del estrato de los intelectuales está ligado a un movimiento análogo de la masa de los simples, que se eleva hacia niveles superiores de cultura y amplía simultáneamente su esfera de influencia, entre eminencias individuares o grupos más o menos importantes en el estrato de los intelectuales especializados. Sin embargo, en el proceso se repiten continuamente mo_ mentos en los cuales se produce, entre masa e intelectuales (o entre algunos de ellos; o entre grupos de ellos) una separación, una pérdida de contacto. De ahí la impresión de ,,accesorio,,, de comple_ mentario, de subordinado. Insistir sobre el elemento "práctica,, del nexo teoría-práctica, luego de haber escindido, separado y no sólo distinguido ambos elementos (operación meramente mecánica y convencional), signiñca que se atraviesa una fase histórica relativamente primitiva, una fase aún económico-corporativa, en ia cual se transforma cuantitativamente el cuadro general de Ia ,,estructura,,, y la cualidad-superestructura está en vÍas de surgir, aunque no está todavÍa orgánicamente formada. Hay que destacar la importancia y r42
ANToNIo Gnallscl
r¡tsrónrco
el signifrcado que tienen, en el mundo moderno, los partidos políticos, para Ia elaboración y la difusión de las concepciones del mundo, en cuanto elaboran la ética y Ia política conforme a las mismas' es decir, funcionan como "experimentadores" de dichas concepcio-
nes. Los partidos seleccionan individualmente la masa actuante, y Ia selección se produce conjuntamente en el campo práctico y en el teórico, con una relación tanto más estrecha entre teoría y práctica cuanto más radicalmente innovadora y antagónica de los viejos modos de pensamiento es la concepción. Por ello se puede decir que
Ios partidos son los elaboradores de las nuevas intelectualidades integrales y totalitarias, esto es, el crisol de la unifrcación de teoría y práctica, entendida como Proceso histórico real; y se comprende qrr" r, formación sea necesaria a través de la adhesión individual y no at modo ..laborista,,, puesto que si Se trata de dirigir orgánicamente a "toda la masa económicamente activa", ello no debe hacerse según viejos esquemas' sino innovando, y Ia innovación no puede ser de masas, en sus primeros estadios, sino por intermedio de una elite en la cual la concepción implícita en la actividad humana se haya convertido, en cierta medida, en conciencia actual, coherente y sistemática, y en voluntad precisa y decidida' Es posible estudiar una de estas fases en la discusión a través de la cual se verificaron los más recientes desarrollos de Ia filosofía de la praxis, discusión resumida en un artículo de D.s. Mirski, colaborador de Cultural4].Puede verse cómo se ha producido el paso de una concepción mecanicista y puramente exterior a una concepción activista, que se acerca más, como se ha observado, a una justa comprensión de la unidad entre teoría y práctica, aun cuando no haya captado todavía todo el significado sintético. se puede observar que el elemento determinista, fatalista, mecanicista, ha sido un "aroma" ideológico inmediato de la filosofía de la praxis, una forma de religión y de excitante (al modo de los estupefacientes), pero necesario y justificado históricamente por el carácter "subalterno" de determinados estratos sociales.
und Par-tei im [a] Alude probablemente a1 artículo de D.s. Mirski, "Demokratie iálsefrewiimus,,, en la selección Demokrate und Partei, preparada por P.R. Rhoden,
VÍena, 1932, de Ia cual habla Glaeser, Bíbliografiafascista, 1933'
143
IxrnoouccróN AL ESTUDTo pr le r¡losorÍA y
DEL MATERTALTsMo
Cuando no se tiene la iniciativa en Ia lucha, y cuando la lucha misma termina por identificarse con una serie de derrotas, el determinismo mecánico se convierte en una fuerza formidable de resistencia moral, de cohesión, de perseverancia paciente y obstinada. "He sido vencido momentáneamente, pero la fuerza de las cosas trabaja para mí y a Ia larga...", etc. La voluntad real se disfraza de acto de fe en cierta racionalidad de la historia, en una forma empírica y primitiva de finalismo apasionado, que aparece como un
sustituto de predestinación, de la providencia, etc., de Ias religiones confesionales. Es necesario insistir en el hecho de que aun en ese caso existe realmente una fuerte actividad volitiva, una intervención directa sobre la "fuerza de las cosas", pero de manera implícita, velada, que se avergüenza de sí misma, y por lo tanto, la conciencia es contradictoria, carece de unidad crítica, etc. pero cuando el ,,subalterno" se torna dirigente y responsable de la actividad económica de masas, el mecanicismo aparece en cierto momento como un peligro inminente, y se produce una revisión de toda la manera de pensar porque ha ocurrido un cambio en el modo social de ser. Los límites y el dominio de la "fuerza de las cosas,, son restringidos. ¿Por qué? Porque, en el fondo, si el subalterno era ayer una cosa, hoy ya no 1o es; hoy es una persona histórica, un protagonista; si ayer era irresponsable porque era "resistente" a una voluntad extraña, hoy se siente responsable porque ya no es resistente, sino operante y necesariamente activo y emprendedor. Pero incluso ayer, ¿fue solamente mera "resistencia,,, mera "cosa", mera "irresponsabilidad"? Ciertamente, no. AI contrario, es menester poner de relieve que el fatalismo no es sino la forma en que los débiles se revisten de una voluntad activa y real. He ahí por qué es necesario siempre demostrar la futilidad del determinismo mecánico, el cual, explicable como filosofía ingenua de la masa -y, sólo como tal, elemento intrínseco de fuerza-, cuando es elevad.o a ñlosofía reflexiva y coherente por los intelectuales se convierte en causa de pasividad, de imbécil autosuf,ciencia, y ello sin esperar que el subalterno haya llegado a ser dirigente y responsable. Una parte de Ia masa, aunque subalterna, es siempre dirigente y responsable, y Ia filosofía de la parte precede siempre a la filosofía del
todo, no sólo como anticipación teórica, sino como necesidad actual. r44
ANToNIo Gnausct
nrsróRrco
ha sido una religión de subQue la concepción mecanicista
alternossurgedeunanálisisdeldesarrollodelareligióncristiana' deterque en cierú período histórico y en condiciones históricas una forma minadas ha sido y continúa siendo una "necesidad"' forma deuna populares, necesaria de la voluntad de las masas que señaló los vida, Ia terminada de racionalidad del mundo y de pasaje este En real' cuadros generales para Ia actividad práctica pagano e inde un ariícuto de 1a Ciuiltd Cattolica ("Individualismo me parece bien dividualismo cristiano", fasc., 5 de marzo de 1932) expresada Ia mencionada función del cristianismo:
del alma destinada La fe en un porvenir seguro, en la inmortalidad goce eterno' fue el al a Ia beatitud, en Ia seguridad de poder llegar
resortedepropulsiónhaciauntrabajodeintensaperfeccióninternaydeelevaciónespiritual.Elverdaderoindividua]ismocristiano hahailadoaquíeiimpulsoparaSusvictorias'Todaslasfuerzasdel cristianofueronconcentradasalrededordeestenobleñn'Liberado
el alma a la duda' de las fluctuaciones especulativas que arrojaban
eiluminadoporprincipiosinmortales'elhombresintiórenacerlas
Io apuntaiaba en la esperanzas; seguro de que una fuerza superior
y venció al mundo' lucha contra el mai, se hizo violencia a sí mismo
no del cristiaPero en este caso se trata del cristianismo ingenuo, para las masas nismo jesuitizado, convertido en un puro narcótico populares.
de Pero la posición del calvinismo, con su férrea concepción expansión vasta una la predestin"áOn y de Ia gracia que determina de este movidei espíritu de iniciativa (o se convierte en una forma
mienio), es aún más expresiva y signifrcativa[5]' y llegan a ser populares' Ias ¿eo, qré y cómo se difunden, proceso de difusión (que este ,rr"rm concepciones del mundo? En yi muy a menudo' es, aI mismo tiempo, de sustitución de lo viejo (¿cómo y en qué de combinación entre lo nuevo y Io viejo) influyen
[5]Enestesentido,verMaxWeber,I:elicaprotestanteelospirito.delcapitalismo,publicatig'ientes' v ei libro de B Groethuysen sobre
do en los Nuoui Studí, fascículo, du isar y Ios orígenes religiosos ae'tia*ülg""rráá I : L'Eglise et la bour eeoisie, P aris, 7927)'
rá"
cía PiÁgines d,el'espritbourgerís enTrance.
r45
INtnoouccróN AL ESTUDI. or ra rtrosoríA y
DEL MATERIALT'M.
¡¡Istónrco
medida?) la forma racionar mediante la cual Ia nueva concepción es expuesta y presentada, la autoridad (en cuanto sea reconocida
y apreciada, por lo menos genéricamente) del expositor y de los
pensadores y científrcos a los cuales llama en su apoyo el exposi_ tor, y el pertenecer a la misma organización de quien sostiene Ia nueva concepción (pero luego de haber entrado en Ia organización por un motivo que no es el de participar de la nueva concepción). Estos elementos, en reaiidad, varían según el grupo social áe que se trate y del nivel del mismo. pero la investigación interesa espe_ cialmente en 1o que respecta a las masas populares, que cambian de concepciones más difícilmente y que, en todo caso, no la aceptan jamás en la forma "pura',, por decirlo así, sino siempre y solarÁnte como combinación más o menos heteróclita y abigarrada. La forma racional, Iógicamente coherente, Ia amplitud del razonamiento que no descuida ningún argumento positivo o negativo de cierto peso, tienen su importancia, pero están lejos de ser decisivas; pueden ser decisivas de manera subordinada, cuando determinada persona se
halla ya en crisis intelectual y vacila entre lo viejo y Io nuevo, ha perdido la fe en Io viejo sin decidirse todavía por Io nuevo, etcétera. Lo mismo puede decirse de la autoridad de los pensadores y científicos. EIla es muy grande en el pueblo. pero, en rigor, cada concepción del mundo tiene sus pensadores y científicos que poner por delante, y la autoridad se halla dividida. por otra parte es posible para cada pensador distinguir, poner en duda que haya di_ cho las cosas en determinado sentido, etc. Se puede concluir que el proceso de difusión de las nuevas concepciones se realiza por razones políticas, es decir, en última instancia, sociales; pero que el elemento autoritario y el organizativo tienen en este proceso una función muy grande, inmediatamente después de producida la orientación general, tanto en los individuos como en los grupos nu_ merosos. De allí se concluye, sin embargo, que las masas en cuanto tales sólo pueden vivir la firosofía como una fe. Es de imaginarse, por otra parte, Ia posición intelectual de un hombre del pueblo: se ha formado opiniones, convicciones, criterios de discriminación y normas de conducta. cada sostenedor de un punto de vista opuesto al suyo, en cuanto es intelectualmente superior, sabe argumentar sus razones mejor que é1, y lógicamente Io derrota en la discusión. r46
ANToNIo GnRuscI
convicciones el hombre del pueblo? ¿Y ¿Debe, por ello, cambiar de
por el hecho de que en la discusión inmediata no sabe hacerlas vaque ier? si así fuese, eso debería sucederle una vez por día' cada vez
enfrentaseaunadversarioideológicointelectualmentesuperior. entonces, su filosofía' y especial¿Sobre qué elementos se funda, mente su filosofía en la forma que tiene para él la mayor importanciacomonormadeconducta?Elelementomásimportantetiene,
qué indudablemente, carácter no racional, de fe. Pero ¿en quién y en en cuancosa? Especialmente en el grupo social al cual pertenece' pueblo del hombre el to piensá las cosas difusamente como este: como raíz' de piensa que entre tanta gente no puede equivocarse es el adversario argumentador quería hacerle creer; que él mismo' cierto, no es capaz de sostener y desarrollar las propias razones sabe como el adversario las suyas, pero en su grupo hay quien lo recuerda y él hacer incluso mejor que ese adversario determinado' haberlo oído exponer las razones de su fe, detenida y coherente-
mente, de tal manera que lo ha convencido. No recuerda las razones porque las en concreto y no sabría repetirias, pero sabe que existen una convencido sido ha oído exponer y lo han convencido. El haber persistencia vez de manera fulgurante es la razón permanente de Ia de la convicción, aun cuando no se la sepa argumentar'
Peroestasconsideracionesconducena]aconclusióndeuna
popuextrema labilidad de las nuevas convicciones de las masas Iares, especialmente cuando estas nuevas convicciones contrastan con las convicciones (también nuevas) ortodoxas, socialmente conformistas según los intereses de las clases dominantes. Esto se puede ver cuando se reflexiona sobre Ia fortuna de las religiones
ylasiglesias.Lareligiónounadeterminadaiglesiamantienesu comunidad de fieles (dentro de ciertos límites de las necesidades
perdel desarrollo histórico-general) en la medida en que mantiene infatiapologética la manente y organizadamente la fe, repitiendo gablemente, luchando siempre y en cada momento con argumentos
simiiares, y manteniendo una jerarquía de intelectuales que den pensamiento' a la fe, por lo menos, una apariencia de dignidad de 6ada vez que Ia continuidad de las relaciones entre la iglesia y los freles se interrumpe violentamente por razones políticas' como por aconteció durante la Revolución Francesa, Ias pérdidas sufridas
I¡¡tnoouccró¡¡ AL ESTUDTo or ta ulosoríA y
DEL MATERIALISMo
r¡¡sróntco
la iglesia resultan incalculables; y si las condiciones de difícil ejercicio de las prácticas acostumbradas se hubiesen prolongado más allá de ciertos límites de tiempo, existen todas las razones para pensar que tales pérdidas habrían sido definitivas, y una nueva religión habría surgido, como por otra parte surgió en Francia, en combinación con el viejo catolicismo. De allí se deducen determinadas necesidades para cada movimiento cultural que tienda a sustituir al sentido común y Ias viejas concepciones el mundo en general: (1) no cansarse jamás de repetir los argumentos (variando iiterariamente la forma): la repetición es el medio didáctico más eficaz para obrar sobre la mentaiidad popular; (2) trabajar sin cesar para elevar intelectualmente a más vastos estratos populares, esto es, para dar personalidad al amorfo elemento de masa, cosa que significa trabajar para suscitar elites de intelectuales de un tipo nuevo, que surjan directamente de Ia masa y que permanezcan en contacto con ella, para llegar a ser las "ballenas de corsé"[6]. Esta segunda necesidad, cuando es satisfecha, es la que modifrca realmente el "panorama ideológico" de una época. por lo demás, estas elites no pueden constituirse y organizarse sin que en su interior se verifique una jerarquización de autoridad y competencia intelectual, que puede culminar en un gran filósofo individual, si este es capaz de revivir concretamente las exigencias de la sólida comunidad ideológica, de comprender que esta no puede tener la rapidez de movimientos propia de un cerebro individual, y de elaborar formalmente la doctrina colectiva de la manera más adherente y adecuada al modo de ser colectivo. Es evidente que una construcción de masas de tal género no puede producirse "arbitrariamente", en torno a una ideología cualquiera, por la voluntad formalmente constructiva de una personalidad o de un grupo que se 1o proponga por el fanatismo de sus convicciones filosóflcas o religiosas. La adhesión o no adhesión de masas a una ideología es el modo en que se verifica la crítica real
[6] Gramsci quiere significar con dicha expresión, indudablemente, que los intelectuales de nuevo tipo deben ser los sostenes ideológicos y organizativos de las masas. Preferimos traducirla literalmente por no haber hallado un equivalente en castellano de la misma expresividad (stecche del busto). r48
ANToNIo Gn¿usct
modos de pensar' Las consde Ia racionalidad e historicidad de los
truccionesarbitrariaSsonmásomenosrápidamenteeliminadasde por una combinación la competición histórica, aun cuando a veces' a gozar de cierta alcanzan de circunstancias inmediatas favorables' que corresponden a popularidad, mientras que las construcciones terminan siempre ias exlgencias de un periodo complejo y orgánico muchas fases por imponerse y prevalecer, aun cuando atraviesan se produce sólo en intermedias durante las cuales su afirmación y heteróclitas' combinaciones más o menos abigarradas los más imEstos desarrollos plantean muchos problemas' en el modo y la catidad de las portantes de los cuales '""*"'' '" califrcados' relaciones entre los diversos estratos intelectualmente el aportener puede y que debe es decir, Ia importancia y Ia función la capacidad con te creador de los grrpo, superiores, en conexión críticos o.gani., ae aiscusi¿n y de áesarrollo de nuevos conceptos Se trata' poi parte de los estratos intelectualmente subordinados' y propaganda de libertad Ia po, .or,rig,riente, de fijar Ios límites de adsentido el en de discusión, libertad que no debe ser entendida que los ministrativo y policial, ,i,o u" el sentido de autolimitación sea' en sentido propio' dirigentes acuerdan a su propia activid'ad' o cultural' Ia filación de una orientación a la política de la ciencia" En otras palabras: ¿quién fijará los "derechos estos límiy los límites de ias investigáclones científlcas? ¿Pueden que derechos ser Áalmente fijados? Parece necesario ,", y "rro, verdades y de mejores' más eI trabajo de investigación de nuevas verdades mismas sea coherentes y ciaras formulaciones de las los científlcos' aunclue dejado a la iibre iniciativa de cada uno de discusión los principios estos vuelven a poner continuamente en será difícil descubrir que parecen más esenciales' Por lo demás' no
cuándotalesiniciativasdediscusióntienenmotivosinteresados pensar que las y no de carácter científ,co' Tampoco es imposible iniciativasindividualesdebenserdisciplinadasyordenadas'detal e institutos cultusuerte que pasen por Ia criba de ias academias sean seleccionadas rales de diversos géneros, y sólo después de hechas Públicas, etcétera' para un país deterSería interesante estudiar en concreto' en movimiento el mantiene que minado, la organización cultural f49
I¡¡tnooucclóN AL ESTUDIo or re urosorÍA y
DEL MATERIALTsMo
ANToNIo GRAMScI
u¡sróntco
mundo ideológico y examinar su funcionamiento práctico. un estudio de Ia relación numérica existente entre el personal que profesionalmente se dedica al trabajo cultural activo y la población de cada país sería también útil junto con un cálculo aproximativo de las fuerzas libres. La escuela, en todos sus grados, y Ia iglesia son Ias dos mayores organizaciones curturares de cada país, por Ia cantidad de personal que ocupan. Los diarios, ras revistas, la actividad Iiteraria y las instituciones escolares privadas, ya sea como integrantes de Ia escuela del Estado o como instituciones de cultura del tipo de las universidades populares. otras profesiones incorporan a su actividad especializada una fracción culturai no indiferente, como la de los médicos, oficiales del ejército, magistratura.
y com-
el historiador, con toda la perspectiva necesaria, puede fijar prender que los comienzos de un mundo nuevo, siempre ásperos y pedregosos, son superiores a Ia declinación de un mundo de agonía y a su canto de cisne[7].
Pero es de notarse que en todos los países, aun cuando en dis_
tinta medida, existe una gran fractura entre las masas populares y Ios grupos intelectuales, incrusive los más numerosos y próximos a 1a periferia nacional, como los maestros y los curas. y ello ocurre porque, aun cuando los gobernantes digan lo contrario, el Estado como tal no tiene una concepción unitaria, coherente y homogénea, por lo cual, los grupos intelectuales están disgregados entre estrato y estrato y en la esfera del mismo estrato. Las universidades, salvo en algunos países, no ejercen ninguna función unificadora; a me_ nudo un pensador libre tiene más influencia que toda la institución universitaria, etcétera. A propósito de Ia función histórica desarrollada por la con_ cepción fatalista de la filosofía de la praxis, se podría hacer su elogio fúnebre reivindicando su utilidad para un período histórico, pero justamente por ello, sosteniendo la necesidad de sepultarla con todos los honores del caso. se podría parangonar realmente su función con ia teoría de la predestinación y de ra gracia en los comienzos del mundo moderno, teorÍa que posteriormente culminó con Ia filosofía clásica alemana y con su concepción de Ia libertad como conciencia de Ia necesidad. Fue sustituto popular del grito "Dios Io quiere", aun cuando en este plano primitivo y elemental fuera el comienzo de una concepción más moderna y fecunda que Ia contenida en el "Dios 1o quiere" o en Ia teoría de la gracia. ¿puede acaso ocurrir que "formalmente" una nueva concepción se presen_ te con otro traje que el rústico y confuso de la plebe? y sin embargo, r50
..mecanicismo,,indica un gran recodo histórl[7] La declinación de]..fatalismo,,y del Recuérdese de alií la gran impresión prodúcida por eI estudio sintético de Mirski. con e1 abogaFlorencia en discusión Ia Recuérdese mlsmo. e1 ruscitado i"á" i"q"" fr? de bergsonismo' do luario TYozzi, en noviembre de !917, y 1a primera manifestación ,rotrrri"rir*o, eic. se podría hacer un cúadrá semiserio de cómo se presentaba realconcepción. Recuérdese también la discusión con eI profesor Pressutti' ,n"rr," por G M' "rt" en Roma, en junió d.e 7924. La comparación con el capitán Giulietti' hecha era i"r*iri, V q"á para él fue decisiva y de condenación total. Para Serratti, Giulietti áonfuáionista para e1 taoíita; el chino del sur, mercader activo y operante, .orno "i mandaiín del norte, que miraba con supremo desprecio de iluminado, paia elliterario no tiene ya misteiios, a estos hombrecitos del sur' que creían que vida la iaru eI cual de .o., ,].r, movimientos inquiátos de hormiga podrían "forzar el camino". Discurso de profeta Claudio T?eves sobre 1a áxpiación. Había en este discurso cierto espíritu de. sus bíblico: 1os que habían quárido y hecho la guerra, los que sacaron al-mundo y expiar debían posguerra' 1a desorden-de del ,urpor,r"bles por t"r,to, y goznes eran, pecado de "voluntarismo" Habían desorden. dicho de lo¡rettevar la'ásponsabilidad en ese y a"Uir" se. ca"tgados por su pecado, etc' Xxistía cierta grandeza sacerdotal de maldiciones que debían petrificar de espanto y' por el contraáir.rr.o, ,., gran consuelo, porque indicaban que el sepulturero aún no se hallaba rio, fueron un"rtriáor listo y que Lázaro podía resucitar.
iJ;
I5I
fNotcrs eNelÍrtco Y oNonnÁst¡co Gnerrrscl] [ou r.os rExros ou ANtonlo
Esr¡Po/s 83-84, 88, 9o-94' ror-ro3, to5-106, ro8-rto, t r3, r 16-r17' t2o' !22-125'
LUCHAPolÍttce rr9-r22
ix
127, T29, LSO ESTRUCTURA
84'85, 87 -9O' 97' TOT'
ro9, r r r, r2O' r25' r'27 , r42
ru,osorÍ.e DE LA PRAxIS 87,
Í3g-t4r, r43, r50 FRANCIA 87-88, l08, tr6, rr9, l2O, r25' r45, 148 G GUERRA
f29 ;
ri!l
Mequnvr¡.o ro5-ro6, ro8-ro9, III
o oncÁNtce 83-8+,t49 oncÁNtceurNTE 84, 95, 97' r38t
r42-r43 oncÁxlco/s 85-86, 88, 95, too,
DE MANIOBRA . f.23-t27
cuERRA os Poslc¡óN ,rl:
M
ro8, r35, r49
ii'
,,{l
87, rzo-t27,
penrmo/s 84, 86, 9o-9r, ro6-ro8' fr3-Íf7, f23, r4O, r43
Hscrr\iloxÍr v ¡,ucue polft¡ce un Gneuscr. SEluccrów
SoCIEDAD
R RETACTóN DE FUERZA/S
89
RrvoluclóN Fnexcrse 88, 9r, 93,
flr,
r47
Rosa [LuxrrvlBURGo, Rose] rz3,
f27
DE
TExros
CML
rO2, 125'127, r.37
Sonr:. ro6-ro7 SUBALTERNo/A
r+3-r++
suPERESTRUcrune 88, r4z
T rÉcNlco-tr¿nrten 9r, 96
SENTIDO COtr'IÚX
t3t, fg4, t36,
r38-r4r, r48
l,r .
,i
.:
r56
Esta edición se terminó de imprimir en el mes de noviembre de 2016 en Docuprint. Tacuari 123, CABA, C1O71.AAC