Fernández Christlieb. Psicología social como ciencia de la comunicación,Rrevista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales No. 13,, México, FCPyS, enero-marzo, 1988, pp 41 - 50 El lenguaje es un sistema simból ico, es decir un sistema de expresión, intercambio e interpretación de símbolos para significar la realidad.
Pareciera ser el único porque al tratar de definir o explicar teorías nos remitimos nuevamente al lenguaje, es decir estamos atrapados y limitados por el mismo. Sin embargo también utilizamos otros sistemas simbólicos.
Sistema plástico o visual, toda
Sistema corporal o gestual,
la simbología basada en la
simboliza mediante
forma y el color; Sistema
Sistema indumentario propio de la sociedad industrial
movimientos y posturas
auditivo, presenta algo real
y cosificado por el consumismo, como sería lo
corporales que varían según
que no puede expresarse con
denominado moda.
la época y cultura (grupos)
palabras como una sinfonía o ruido de la calle
Esos sistemas simbólicos por si mismos no estás separados, sino que interaccionan entre si al expresar, intercambiar e interpretar símbolos. Es decir, al utilizar e l lenguaje para mantener una conversación también se presentan los demás sistemas como el corpóreo, indumentario y visual, registramos todos a su vez. Por ejemplo al platicar en un café con los amigos prestamos atención a lo que di cen, la entonación en que lo dicen, la manera de mover las manos y gestos faciales,
En relación al mapa mental anterior comprendo que la definición de comunicación es el proceso mediante el cual expresamos, intercambiamos e interpretamos significados, mismos que pretenden dar cuenta de una realidad dada, o mejor dicho construimos dicha realidad; en la medida que enunciamos damos existencia a las cosas (este enunciar no es sólo mediante el lenguaje o la palabra, desde mi perspectiva hay maneras de enunciar que escapan de las limitantes del lenguaje como bien se ha analizado en los otros sistemas simbólicos) Niveles El primero es estrictamente privado, es el espacio íntimo de las personas, la comunicación personal, en el plano de la intersubjetividad en el cual dialogamos con nosotros mismos sin reservas; el segundo es la comunicación interpersonal, que focaliza su atención en las relaciones entre participantes de una misma interacción, es decir al comunicación cara a cara entre iguales en el espacio de la esfera privada, las conversaciones coloquiales entre amigos etc.; y el tercer nivel es el momento en que estos significados emergentes de la esfera privada encuentran símbolos para transgredir la esfera de lo público, es decir las afecciones de lo privado permean lo público, ejemplo de ello sería el arte o movilizaciones de protesta como el caso de los padres de los normalistas. Por último para ejemplificar estos tres niveles desde mi experiencia, podría decir que en el primer nivel se encuentra el momento que al leer una de las lecturas destinadas al curso, debato conmigo mismo si estoy de acuerdo o no con lo que el autor plantea, si me genera agrado o desagrado, etc. (que por cierto agradezco esta lectura, a diferencia de las pasadas me pareció mucho más analítica y crítica que las anteriores que se remiten meramente al pensamiento positivi sta de lo que es la psicología como ciencia y más con su apellido social). En segundo nivel podría poner los debates que mantengo con mi pareja después de haber hecho las lecturas, esos momentos en los cuales generamos conversaciones por el puro placer de platicar y encontrar perspectivas distintas a las que desde lo interno desarrollamos. Y en el tercer nivel me parece un tanto más complejo ejemplificarlo a nivel personal, podría pensar situaciones en las que dichos debates con pareja o amigos desembocan en intentos o acciones para modificar nuestra “realidad”, como sería la participación en protestas, la búsqueda por implementar proyectos con asociaciones civiles, etc. Sin embargo insisto que este tercer nivel me parece el más complejo de ejemplificar dado que en nuestro actual contexto dicha inferencia de lo privado en lo público se ve difuminada, el desencanto que permea el contexto contemporáneo que hemos construido enmudece las expresiones y obtura las posibilidades de interpretación de significados.
