EL EURO Y SU IMPACTO EN LA ECONOMÍA MUNDIAL INTRODUCCIÓN El 1 de enero de 2002, trescientos millones de ciudadanos europeos empezaron a utilizar los nuevos billetes y monedas en euros, lo que supuso un punto culminante en el largo proceso de unificación en Europa. Tras una década de preparativos, la introducción física del euro representó para los europeos la plasmación más concreta y palpable de la integración política y económica iniciada medio siglo atrás. Por primera vez en la historia, los ciudadanos de doce países del Viejo Continente iban a compartir uno de los símbolos más claros de su identidad nacional: la moneda. Ya no solo podrían viajar y cruzar fronteras sin mostrar su pasaporte, sino que tampoco necesitarían hacer los engorrosos y costosos cambios de moneda al iniciar sus vacaciones o viajes de negocios. Era, sin duda, un paso de gigante en la unificación europea —al consolidar un área monetaria amplia y estable que contribuía a aumentar la prosperidad colectiva —. Suponía, además, un cambio en la percepción de este fenómeno por parte de los ciudadanos, que veían cómo esa realidad, a menudo lejana, llamada Europa se instalaba en sus vidas diarias. El surgimiento de la nueva divisa continental, acarrea la aparición del mayor mercado importador y exportador del mundo, con cerca de 300 millones de habitantes de buen poder adquisitivo. Se prevé que esta nueva moneda se convertirá rápidamente en una divisa de reserva para el resto del mundo. A partir de la creación del euro, la responsab responsabilidad ilidad de la política monetaria de la Unión Europa corresponderá al Sistema Europeo de los Bancos Centrales, que comprende el
principal organismo ejecutivo, el Banco Central Europeo y, como entidades operativas, a los distintos bancos centrales de los once países que participan en la moneda común. América Latina no es la región que presenta vínculos más estrecho estrechoss con la zona euro. Además, el dólar es la divisa de referencia indiscutible en la región latinoamericana. No obstante, el peso no desdeñable de los lazos económicos que existen entre numerosos países latinoamericanos y el viejo continente y el interés por el proceso de construcción de la Unión Monetaria Europea están en la base de una reflexión que se desarrolla en dos planos diferentes. Por otro lado, los probables efectos directos e indirectos de la creación del euro en las relaciones económicas y financieras internacionales y sus implicaciones para América Latina comienzan a suscitar un interés creciente. Pero la tarea de analizar en términos prospectivos el impacto de la nueva moneda europea a mediano plazo en otras regiones del mundo es compleja. Esto dependerá de la intensidad de las relaciones económicas entre Europa y la región considerada. A su vez, el euro tendrá, en primer lugar, efectos en los propios países de la unión monetaria europea que no son fáciles de elucidar y que serán en gran medida determinantes para que la nueva moneda gane terreno en las transacciones internacionales (por ejemplo, los efectos del euro en el desarrollo de los mercados financieros de la eurozona). Asimismo, los efectos efectos del euro en terceros terceros países dependerán dependerán del alcance alcance del proceso de internacionalización de la nueva moneda.
OBJETIVOS Objetivo general:
Investigar el origen del euro y su impacto en la economía mundial.
Objetivos Específicos:
Puntualizar los factores determinantes en la creación del euro.
Enunciar los efectos de la creación del Banco Central Europeo
Mostrar el desarrollo y evolución del Banco Central Europeo
Enunciar el impacto del euro en los negocios internacionales, bancos, comercio e industria.
Antecedentes La creación del euro fue el resultado de muchos años de esfuerzos y negociaciones. Sus primeros antecedentes se pueden remontar, en realidad, al comienzo de la década de los setenta, cuando la unificación monetaria se intentó sin éxito por primera vez a partir del Informe Werner (1970), que preveía llegar a esa unión en un plazo de diez años, y dio lugar a la llamada Serpiente Monetaria Europea en 1972. Ya entonces se percibía la necesidad de preservar una cierta estabilidad en los tipos de cambio entre las monedas de los países comunitarios para lograr un buen funcionamiento del mercado común. Aquella tentativa se frustró, debido a las turbulencias generadas por la crisis del petróleo, pero su espíritu renació a finales de los ochenta de la mano del entonces presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors. El informe que llevó su nombre fue la semilla que permitió alumbrar el Tratado de Maastricht, acordado por el Consejo Europeo en esta ciudad holandesa en diciembre de 1991. En dicho Tratado se fijaron los plazos y condiciones —los llamados criterios de convergencia — que permitirían crear, a más tardar en 1999, una moneda única para la Unión Europea. Esos criterios de convergencia eran los siguientes: déficit público inferior al 3 % del PIB, deuda pública por debajo del 60 % del PIB, tasa de inflación no superior en más de 1.5 puntos a la media de la de los tres mejores países, tipos de interés a largo plazo no superiores en más de dos puntos a la media de los tres países con menos inflación, y tipo de cambio sin devaluación durante los dos últimos años. El Tratado de la Unión Europea, que entró en vigor en 1993 tras un largo y difícil proceso de ratificación en los Parlamentos nacionales, estableció un itinerario con tres etapas, hasta llegar a la instauración de la moneda única. La primera, hasta 1994, se basaba en
la consecución de una auténtica libertad de movimientos de capitales. La segunda, entre 1994 y 1999, tenía como principal hito la creación del Instituto Monetario Europeo, embrión de la autoridad monetaria común que desde 1998 asumiría ya el Banco Central Europeo. Finalmente, desde el 1 de enero de 1999, los países que cumplieran los requisitos de convergencia pondrían en marcha la moneda única, que había sido bautizada con el nombre de euro en el Consejo Europeo de Madrid, en diciembre de 1995. Once fueron los países —Bélgica, Alemania, España, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Austria, Portugal y Finlandia — que, a juicio del Consejo Europeo reunido en Bruselas el 1 de mayo de 1998, superaron el examen de convergencia. A estos once miembros fundadores del euro se sumaría Grecia el 1 de enero de 2001, para componer los doce países que pondrían en circulación la nueva moneda en 2002. En la antesala quedaban Reino Unido, Dinamarca (ambos en aplicación de una cláusula de «exclusión voluntaria») y Suecia, que no cumplía las condiciones de convergencia. Así pues, el euro existía ya, aunque sin expresión física, desde 1999. En los tres años de período transitorio hasta su introducción práctica —necesarios, sobre todo, para preparar todos los aspectos logísticos de la producción y distribución de los billetes y monedas —, el euro superó su bautismo de fuego en los mercados financieros, en los que fue ampliamente utilizado. De hecho, las monedas nacionales de la zona euro eran desde 1999
simples
subdivisiones
de
la
moneda
común,
el
euro.
La favorable reacción popular ante la llegada del euro, el 1 de enero de 2002, fue la mejor muestra
de
confianza
en
los
beneficios
esperados
de
la
moneda
única.
Especificaciones El euro se divide en cien céntimos. Los documentos oficiales de la UE usan los símbolos euro y cent, siempre en singular y sin puntos. En el lenguaje habitual, sin embargo, se traduce cent por el equivalente en cada idioma (en español céntimo, en griego λεπτό, en
italiano centésimo, etc.) y se pluraliza según el uso habitual de la lengua. Los billetes —de 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 euros — son idénticos para los dieciséis países. Las monedas —de 1, 2, 5, 10, 20 y 50 céntimos y 1 y 2 euros — tienen el mismo anverso en todos los países pero distinto reverso. A partir del año 2005, una directiva de la UE permite acuñar todos los años una moneda de dos euros conmemorativa en cada país de la zona euro. Estas emisiones, cuya producción es determinada por la acuñación normal de moneda en cada país, conservan el anverso común de la zona euro y en el reverso muestran el motivo conmemorativo. En los años 2007 y 2009, todos los países acuñaron en el reverso el mismo motivo conmemorativo, aunque con algunas modificaciones: el 50º aniversario del Tratado de Roma en 2007 y el 10º aniversario de la entrada del euro en 2009. Aunque estas monedas estén diseñadas para la circulación habitual, debido a su escasez y
al
interés
de
los
coleccionistas,
apenas
han
circulado.
Las monedas, sea cual sea su reverso nacional, son de validez en cualquier país de la zona euro. El motivo principal de la primera serie de billetes euro ( anexo N.5) son las "Puertas y ventanas", que representan el espíritu de apertura de la Unión Europea, así como la eliminación de fronteras y la integración representada por los puentes en el reverso del billete. Además, el tema general de la serie es "Edades y estilos", representando cada billete un estilo arquitectónico en concreto.
El diseño de los billetes es de Robert Kalina de ÖBS (Banco Central de Austria). El diseño de la cara común de las monedas es obra de Luc Luycx de la Real Fábrica de Monedas de Bélgica. El euro es el sucesor del ECU, unidad monetaria europea (European Currency Unit). El símbolo del euro (€), desarrollado por la Comisión Europea, se inspira en la letra épsilon (ε) del alfabeto griego. Se escogió este símbolo como referencia a la inicial de
Europa, E. Las dos líneas paralelas hacen referencia a la estabilidad dentro del área euro. Como el resto de las monedas, es un nombre común y debe escribirse con minúscula. Su plural es euros. La abreviatura internacional oficial para el euro es EUR y ha sido registrada en la Organización Internacional de Normalización (ISO); se utiliza con fines empresariales, comerciales y financieros. No existe un símbolo oficial para el céntimo, aunque se utiliza a menudo una c minúscula, o, en España, ct (plural cts) como reminiscencia del céntimo de peseta. En Irlanda se utiliza
a
veces
en
las
tiendas
el
símbolo
¢.
El papel usado para los billetes es de 100% pura fibra de algodón, el cual mejora su durabilidad
a
la
vez
que
le
da
un
tacto
característico.
Las regiones ultra periféricas y territorios de ultramar miembros de la UE que se muestran en los billetes son: Azores, Guayana francesa, Guadalupe, Islas Canarias, Madeira, Martinica y Reunión. Chipre y Malta no se muestran ya que se unieron a la UE en 2004; además, Malta es demasiado pequeña para ser mostrada ya que el tamaño mínimo es de 400 km². Estos diseños llevaban la firma de Wim Duisenberg, la cual ha sido reemplazada por la de Jean-Claude Trichet, el actual presidente del ECB.
Porque la Creación del Euro Con la creación del EURO como moneda única europea, como consecuencia de la unión económica europea, que se inició en 1947 y que marca el éxito de este proceso de integración y de los esfuerzos por cumplir con las exigencias del tratado de Masstricht, se abre una nueva etapa en la competencia económica mundial. Esta nueva súper moneda estaría destinada a reemplazar los marcos, florines, pesetas, etc., poniendo en peligro la hegemonía del dólar como moneda de reserva mundial. Para la comunidad financiera internacional, el euro sería un medio para equilibrar el sistema internacional y de contrabalancear la supremacía del dólar estadounidense, que existe en gran parte como consecuencia de la división de Europa. El continente europeo superó dos guerras mundiales, manteniéndose unida sin inflación, con excedentes comerciales con una gran capacidad de ahorro superior al de USA. Entonces, el euro nace con una posición de fuerza frente a la hegemonía norteamericana. Con el euro, se pretendía que hubiera una moneda que representara una zona económica con un potencial financiero y comercial equivalente al de los Estados Unidos, que reequilibrara el sistema financiero internacional, que no pudiera depender únicamente del dólar y de igual forma desplazara capitales hacia Europa. Esto ayudaría a corregir los excesos de los mercados de capitales estadounidenses y podría llevar a un aumento de la tasa de interés en los Estados Unidos, nivelándola con las de Europa. Con eso se neutralizaría el premio del dólar
A nivel económico: Euro empezó a cotizar el 4 de enero de 1999 al precio de 1.1789 dólares estadounidenses (USD). El 27 de enero de 2000 perdió la paridad respecto a dicha moneda por primera vez en su historia que volvió a superar el 22 de febrero de 2000. El 1 de enero de 2002, primer día de circulación de la nueva moneda europea, 1 euro se cambió por 0.9038 dólares. El 15 de julio de 2008 el euro alcanzó una cotización con respecto al dólar de 1.5990 $, el máximo valor de cambio desde su introducción. Por otro lado, en diciembre de 2006 desplazó al dólar como moneda más usada para pago en efectivo. Ese mes, circulaban por el mundo unos 614,000 millones de euros, mientras que los dólares totalizaban 588,000 millones en euros. Además, hay que tener en cuenta que el euro es la moneda de la primera potencia económica mundial y que la economía europea está más saneada que la estadounidense, lo cual hace que sea una moneda más segura y fuerte que el dólar estadounidense. Sin embargo, tras el rechazo en referéndum de Francia y Países Bajos a la Constitución Europea y la incertidumbre, por tanto, generada respecto al futuro de la Unión, la moneda ha frenado en su auge y se ha devaluado (aunque manteniéndose superior al dólar); estado del que lentamente se va recuperando, pues, hasta que no entre en vigor un nuevo tratado, su economía queda blindada pudiendo sólo alzarse al quedar imposibilitada cualquier anexión de países más pobres a la UE y estando asegurada la anexión de nuevos socios a la Eurozona (Eslovaquia en 2009).
A nivel político: Algunos estados favorecen el uso del euro, perjudicando al dólar, por estar en desacuerdo con la política que toma los Estados Unidos en temas como la economía o la diplomacia internacional y lo cual, en muchos casos, no significa tener una postura pro-europea, sino una postura anti-estadounidense. Algunos ejemplos son Cuba, Iraq o Corea del Norte. Cuba prohibió que el dólar estadounidense se usase en su territorio a partir del 8 de noviembre de 2004 y todo dólar que ingrese a Cuba deberá ser cambiado a Peso cubano convertible, con un gravamen del 10%, gravamen que no tiene el euro, ni otras monedas, como el franco suizo. Respecto a Iraq, antes de que fuese invadido por Estados Unidos, cambió los dólares por euros, algunos sectores sociales veían en este cambio uno de los motivos por los cuales George W. Bush estaba interesado en intervenir en Iraq, y así reinstaurar el dólar estadounidense en ese estado árabe y evitar que la OPEP se cambiase al euro, hecho que tendría consecuencias nefastas para la economía estadounidense, además de poner fin a la hegemonía del dólar.
IMPACTO DEL EURO
A nivel de Europa La creación de la Unión Monetaria Europea y la introducción del Euro como moneda única en Europa se pueden considerar como el evento más importante para los mercados financieros internacionales desde el colapso del sistema de tipos de cambio fijos de Breton Woods. El Euro no solo supone una oportunidad única para impulsar la creación en Europa del mercado financiero más grande del mundo, sino que también representa una alternativa real al dólar como moneda de reserva internacional. Este hecho ha quedado corroborado en los recientes movimientos de algunos bancos centrales asiáticos que han decidido mantener parte de sus reservas en euros (hasta este momento todas las reservas se mantenían exclusivamente en dólares) para tratar de protegerse ante posibles devaluaciones del dólar (sobre todo teniendo en cuenta el importante déficit tanto comercial como presupuestario de los Estados Unidos de América). Poco después de la fundación de la Unión Monetaria Europea en 1999, se observaron diversas transformaciones tanto de los mercados financieros europeos como de las políticas y estructuras nacionales que habían existido hasta entonces: El mercado de divisas pasó automáticamente a operar en Euros, los gobiernos nacionales perdieron el poder de implementar políticas monetarias (políticas que pasaron a dictarse de manera unitaria desde el Banco Central Europeo), se introdujo un sistema de pagos unificado que permitía transferencias en tiempo real entre países del área euro, la deuda del gobierno se re-denominó en euros y las empresas más importantes del continente empezaron a emitir deuda para venderla en el mercado de capitales y obtener así financiación de
manera más rápida y alternativa a los tradicionales créditos bancarios. Bancos y empresas de toda Europa formaron nuevas alianzas transformándolos en conglomerados de alcance internacional. Aunque estos efectos a corto plazo fueron importantes y se deben tomar en consideración, la Unión Monetaria y la introducción del Euro fueron diseñadas como proyecto de largo plazo. Sus mayores beneficios se representan de manera indirecta y son de naturaleza estructural, y por lo tanto, su magnitud solo puede ser valorada a largo plazo. Por esta razón, después de 8 años de la introducción del euro, actualmente se están presentando en Europa diversos estudios que enumeran, cuantifican y cualifican los efectos a medio-largo plazo de la moneda única en los mercados financieros Europeos. A nivel teórico se pueden distinguir los efectos directos e indirectos de la introducción del Euro en los mercados de capitales Europeos. De los efectos directos destacan la estandarización y transparencia en los precios, la contracción del mercado de divisas, la eliminación del riesgo cambiario, la supresión de regulación en el área de inversiones en divisas y la homogeneización de los mercados de deuda pública y de los procesos de refinanciación bancaria a nivel Europeo. Entre los efectos indirectos ocasionados por el Euro cabe destacar la reducción del coste de las transacciones entre países que pertenecen al área Euro, la reducción del riesgo de falta de liquidez en los mercados financieros Europeos (ya que la eliminación del riesgo cambiario aumenta la demanda en el mercado provocando un incremento en la cantidad de activos intercambiados y reduciendo el riesgo de falta de liquidez en el mercado). Así mismo, el avance en la integración de los mercados financieros europeos gracias a la reducción de los problemas de información y el aumento en la transparencia, dio lugar a
un incremento de los flujos de activos entre países y a la adaptación de una visión europea en las decisiones de asignación de inversiones (en sustitución a la antigua visión nacional). Por último, la introducción del Euro también provocó cambios a nivel institucional como la reestructuración en el sistema bancario. Todos estos efectos tanto directos como indirectos arriba mencionados son de gran importancia, mas algunos investigadores han resaltado una serie de restricciones que están impidiendo la plena realización de estas acciones. Estas limitaciones se explican en parte, por diferentes situaciones de partida pre-euro en los diferentes países Europeos y, en otra parte, por las desigualdades legales, culturales, tradicionales y estructurales que todavía persisten entre los países Europeos. Aunque las tendencias generales observadas son las mismas, el impacto individual en cada uno de los mercados financieros europeos es distinto. Esta es la principal justificación de que en Europa todavía existan niveles de integración de los mercados financieros muy inferiores a los de Estados Unidos. En un intento de eliminar o minimizar estas diferencias existentes, la Comisión Europea adoptó en 1999 el ―Financial Services Action Plan‖ que consiste en un paquete de
medidas tanto legislativas como no legislativas, que tenía como objetivo impulsar la creación de un mercado interno europeo de servicios financieros. De todas maneras, la falta de implementación del mencionado plan por parte de los estados miembros ha impedido la creación de un verdadero mercado interno de servicios financieros y mucha de la anterior fragmentación todavía persiste. De forma similar, el ―Bank for International Settlements‖ ha expresado su preocupación
por la necesidad de los bancos europeos de adaptarse a la nueva situación creada por el Euro. La principal razón de preocupación reside en el hecho de que aunque el efecto
inmediato del Euro en el mercado bancario es mínimo comparado con los efectos en los mercados de bonos y de divisas, el cambio progresivo de las empresas europeas desde una financiación bancaria hacia los mercados de capitales está imponiendo presión competitiva sobre estos bancos. Otro aspecto a considerar en este análisis es la dificultad de aislar el efecto que ha tenido el Euro en los mercados financieros de los países europeos, de los efectos sobre estos mercados originados por la progresiva globalización del sistema financiero internacional, el proceso de desregulación financiera y los avances tecnológicos que han ocurrido en el mismo periodo de tiempo. Como se ha podido observar, son muchos los beneficios potenciales que puede provocar la introducción del Euro en los mercados financieros Europeos. Algunos de estos ya se han materializado en Europa pero otros están restringidos por una serie de limitaciones legales, estructurales, tradicionales y culturales que todavía impiden la plena realización de un mercado interno de servicios financieros en Europa.
A nivel de América Latina El peso económico de la zona de emisión y la voluntad de las autoridades europeas de no impedir el proceso de internacionalización de la nueva moneda hacen pensar que la irrupción del euro puede traducirse en sustantivas modificaciones en el plano monetario y financiero internacional. América Latina no es la región que presenta vínculos más estrechos con la zona euro. Además, el dólar es la divisa de referencia indiscutible en la región latinoamericana. No obstante, el peso no desdeñable de los lazos económicos que existen entre numerosos países latinoamericanos y el viejo continente y el interés por el proceso de construcción de la Unión Monetaria Europea están en la base de una reflexión que se desarrolla en dos planos diferentes.
Los probables efectos directos e indirectos de la creación del euro en las relaciones económicas y financieras internacionales y sus implicaciones para América Latina comienzan a suscitar un interés creciente. Pero la tarea de analizar en términos prospectivos el impacto de la nueva moneda europea a mediano plazo en otras regiones del mundo es compleja. Esto dependerá de la intensidad de las relaciones económicas entre Europa y la región considerada. A su vez, el euro tendrá, en primer lugar, efectos en los propios países de la unión monetaria europea que no son fáciles de elucidar y que serán en gran medida determinantes para que la nueva moneda gane terreno en las transacciones internacionales (por ejemplo, los efectos del euro en el desarrollo de los mercados financieros de la eurozona). Asimismo, los efectos del euro en terceros países dependerán del alcance del proceso de internacionalización de la nueva moneda.
Como ya se señaló, del alcance del proceso de internacionalización del euro dependerán, en buena medida, los efectos de la moneda única europea en las distintas regiones del mundo, en este caso la región latinoamericana y, más específicamente, los países que conforman el Mercosur. Asimismo, los efectos del euro dependerán de la intensidad de las relaciones económicas entre Europa y América Latina. Antes de hacer algunas consideraciones sobre el caso específico del Mercosur, se presentan a continuación las principales conclusiones refereridas a América Latina del estudio ya citado (Miotti y alli. op.cit.)
El nivel de las relaciones comerciales, la Unión Europea es un socio importante de América Latina, pero su peso relativo ha ido disminuyendo en los años 90, para ser en la actualidad bastante inferior al que tiene Estados Unidos en el comercio exterior latinoamericano. No es de esperar que el impacto del euro en las relaciones euro-latinoamericanas a través de los canales comerciales sea muy importante. Por otra parte, como lo señalan algunos autores, dado el bajo grado de apertura comercial de una buena parte de los países latinoamericanos (y, en particular, de algunos de los que presentan relaciones comerciales más fuertes con la zona euro), no parece, a priori, que los cambios inducidos por las variaciones de las tasas de cambio reales efectivas, por la disminución de los costos de transacción o por las fluctuaciones del nivel de actividad en los países europeos, tengan un impacto significativo en el crecimiento de las economías latinoamericanas
(Levy
Yeyati
y
Sturzenegger,
1999b).
En cambio, las relaciones financieras euro-latinoamericanas han experimentado una
notable intensificación en los años 90, al tiempo que existe un amplio consenso respecto a que la influencia del euro en la región latinoamericana se verificará de modo mucho significativo a través de los canales financieros. Uno de los aspectos más relevantes de la intensificación de la dinámica reciente de las relaciones financieras euro – latinoamericanas es la expansión de los préstamos bancarios europeos a América Latina. En el marco de la estrategia de diversificación geográfica implementada por los bancos europeos, esta expansión acompañó el auge de la inversión extranjera directa proveniente del viejo continente. El canal del financiamiento bancario podría favorecer una mayor utilización internacional del euro. Hasta ahora, el grueso de los préstamos internacionales se ha otorgado en dólares. Sin embargo, la articulación entre el financiamiento bancario y la IED originados en Europa podría traducirse en una mayor utilización del euro. En efecto, se puede es perar un mayor uso del euro como moneda de relación entre las casas matrices y las filiales y una mayor proporción de créditos en esa moneda, que podría reducir o eliminar el riesgo de cambio para las empresas y bancos involucrados. La intensificación de los lazos financieros entre Europa y América Latina, que puede generar mejores oportunidades para la captación de recursos por parte de los países latinoamericanos, se tradujo en un incremento sostenido de la proporción de las emisiones internacionales de bonos en euros, sobre todo del sector público latinoamericano. Este es otro de los rasgos distintivos de la dinámica de las relaciones eurolatinoamericanas durante la segunda mitad de los años 90. A su vez, las emisiones en euros del sector privado latinoamericano, pese a su aumento considerable en 1999 y 2000, son todavía incipientes.
Estos fenómenos, que forman parte del auge de los mercados de obligaciones denominadas en euros, tienen varias consecuencias importantes. Por un lado, favorece el aumento de la liquidez y de la profundidad de los mercados de obligaciones emergentes en euros, aunque, como se vio, este proceso está en sus inicios. Por otro lado, el peso creciente de los compromisos externos denominados en euros lleva a considerar la política de gestión del endeudamiento por divisas. En este marco, en el estudio antes citado exploramos las posibles implicaciones del euro a nivel de la función de unidad de cuenta (utilización pública), es decir como moneda de referencia o de anclaje para los países latinoamericanos. Para ello se abordó en primer lugar la cuestión de la determinación de facto de los anclajes monetarios, definidos por oposición a los anclajes declarados en tanto que regímenes oficiales, es decir los publicados por el F.M.I. (en el An nual Report on Exchange Arrangements and Exchange Restrictions). Siguiendo el enfoque de Bénassy – Quéré y Cœuré (2000), se presentó una estimación de los regímenes cambiarios de facto
a través de la utilización de ecuaciones econométricas basadas en el método de los momentos generalizados (anclajes implícitos de 111 monedas estimados a partir de datos semanales antes y después de las crisis financieras en los países emergentes de 1997 – 1998). Luego se estudiaron los determinantes reales y financieros de las opciones adoptadas por los países en desarrollo en materia de anclaje de facto a partir de un análisis econométrico realizado para 93 economías de países en desarrollo. El cuadro siguiente presenta las correlaciones entre les coeficientes de anclaje y las variables comerciales, financieras y geográficas.
Implicaciones para América Latina y el Mercosur Como ya se señaló, del alcance del proceso de internacionalización del euro dependerán, en buena medida, los efectos de la moneda única europea en las distintas regiones del mundo, en este caso la región latinoamericana y, más específicamente, los países que conforman el Mercosur. Asimismo, los efectos del euro dependerán de la intensidad de las relaciones económicas entre Europa y América Latina. Antes de hacer algunas consideraciones sobre el caso específico del Mercosur, se presentan a continuación las principales conclusiones refereridas a América Latina del estudio ya citado (Miotti y alli. op.cit.) A nivel de las relaciones comerciales, la Unión Europea es un socio importante de América Latina, pero su peso relativo ha ido disminuyendo en los años 90, para ser en la actualidad bastante inferior al que tiene Estados Unidos en el comercio exterior latinoamericano. No es de esperar que el impacto del euro en las relaciones eurolatinoamericanas a través de los canales comerciales sea muy importante. Por otra parte, como lo señalan algunos autores, dado el bajo grado de apertura comercial de una buena parte de los países latinoamericanos (y, en particular, de algunos de los que presentan relaciones comerciales más fuertes con la zona euro), no parece, a priori, que los cambios inducidos por las variaciones de las tasas de cambio reales efectivas, por la disminución de los costos de transacción o por las fluctuaciones del nivel de actividad en los países europeos, tengan un impacto significativo en el crecimiento de las economías latinoamericanas (Levy Yeyati y Sturzenegger, 1999b). En cambio, las relaciones financieras euro-latinoamericanas han experimentado una notable intensificación en los años 90, al tiempo que existe un amplio consenso respecto a que la influencia del euro en la región latinoamericana se verificará de modo mucho significativo a través de los canales financieros. Uno de los aspectos más relevantes de la intensificación de la dinámica reciente de las relaciones financieras euro –latinoamericanas
es la expansión de los préstamos bancarios europeos a América Latina. En el marco de la estrategia de diversificación geográfica implementada por los bancos europeos, esta expansión acompañó el auge de la inversión extranjera directa proveniente del viejo continente. El canal del financiamiento bancario podría favorecer una mayor utilización internacional del euro. Hasta ahora, el grueso de los préstamos internacionales se ha otorgado en dólares. Sin embargo, la articulación entre el financiamiento bancario y la IED originados en Europa podría traducirse en una mayor utilización del euro. En efecto, se puede es perar un mayor uso del euro como moneda de relación entre las casas matrices y las filiales y una mayor proporción de créditos en esa moneda, que podría reducir o eliminar el riesgo de cambio para las empresas y bancos involucrados. La intensificación de los lazos financieros entre Europa y América Latina, que puede generar mejores oportunidades para la captación de recursos por parte de los países latinoamericanos, se tradujo en un incremento sostenido de la proporción de las emisiones internacionales de bonos en euros, sobre todo del sector público latinoamericano. Este es otro de los rasgos distintivos de la dinámica de las relaciones euro-latinoamericanas durante la segunda mitad de los años 90. A su vez, las emisiones en euros del sector privado latinoamericano, pese a su aumento considerable en 1999 y 2000, son todavía incipientes. Estos fenómenos, que forman parte del auge de los mercados de obligaciones denominadas en euros, tienen varias consecuencias importantes. Por un lado, favorece el aumento de la liquidez y de la profundidad de los mercados de obligaciones emergentes en euros, aunque, como se vio, este proceso está en sus inicios. Por otro lado, el peso creciente de los compromisos externos denominados en euros lleva a considerar la política de gestión del endeudamiento por divisas. En este marco, en el estudio antes citado exploramos las posibles implicaciones del euro a nivel de la función de unidad de cuenta (utilización pública), es decir como moneda de referencia o de anclaje para los países latinoamericanos. Para ello se abordó en primer
lugar la cuestión de la determinación de facto de los anclajes monetarios, definidos por oposición a los anclajes declarados en tanto que regímenes oficiales, es decir los publicados por el F.M.I. (en el Annual Report on Exchange Arrangements and Exchange Restrictions). Siguiendo el enfoque de Bénassy –Quéré y Coeuré (2000), se presentó una estimación de los regímenes cambiarios de facto a través de la utilización de ecuaciones econométricas basadas en el método de los momentos generalizados (anclajes implícitos de 111 monedas estimados a partir de datos semanales antes y después de las crisis financieras en los países emergentes de 1997 –1998). Los países del Mercosur se encuentran entre los que han intensificado fuertemente sus relaciones financieras con Europa en los años 90. Además, para dichos países la zona euro es un socio comercial importante relativamente importante (aproximadamente 22%/23% de las importaciones y de las exportaciones totales del Mercosur ―ampliado‖, es decir incluyendo a Chile y Bolivia), comparativamente al resto de América Latina. Por ello se puede argumentar que los del Mercosur son los países que se encuentran en la primera línea, entre los que podrían considerar la perspectiva de anclar sus monedas a una canasta incluyendo el euro. A su vez, este podría ser uno de los puntos a considerar en la perspectiva de la coordinación de políticas macroeconómicas, en la medida en que ésta debería incluir el objetivo de disminuir la variabilidad del tipo de cambio entre los países miembros y entre éstos y el resto del mundo. Por supuesto, para abordar este tema se requiere el restablecimiento de la estabilidad económica en los países miembros del Mercosur -en especial sus dos socios principales y, a partir de ello, la elaboración de una nueva –y realista - agenda regional. Por otra parte, en lo inmediato, la prosecución de la crisis regional tiende a acentuar algunas tendencias que afectan negativamente las relaciones económicas entre Europa y América Latina.
En efecto, la evolución reciente de las relaciones financieras entre Europa y América Latina conduce a plantearse algunos interrogantes. Uno de ellos tiene que ver con la reversión del dinamismo observado en los 90. Los flujos de inversión directa europea –en el marco de una desaceleración general de los flujos de inversión externa hacia la regiónen América Latina son actualmente menos elevados que en la década pasada. Uno de los factores que acentúa esta desaceleración es la crisis de los países del Mercosur especialmente el caso de Argentina-. Por otro lado, en un marco de perpectivas poco alentadoras de la economía mundial y de creciente aversión al riesgo, la retracción de los inversores respecto de América Latina -y en particular Mercosur- conduce a una disminución de las emisiones internacionales de obligaciones. A su vez, la importante caída observada a partir de 2000 en las emisiones internacionales de los estados latinoamericanos coexiste con una disminución aún más fuerte de las colocaciones en euros, lo que muestra la influencia del diferencial de tasa de interés con las emisiones comparables en dólares (Escaith, 2002). Este diferencial favoreció a los emisores en la moneda europea hasta 1999, para luego disminuir gradualmente y anularse en 2001. Además, aun cuando las inversiones extranjeras directas realizadas en los países del Mercosur por las empresas europeas pueden tener repercusiones favorables sobre el comercio transatlántico, a corto plazo no es posible esperar una redinamización de las relaciones comerciales entre el bloque regional sudamericano y los países europeos. A diferencia del caso de México y Chile, que concluyeron acuerdos de libre comercio y cooperación con la Union Europea, las negociaciones entre ésta y el Mercosur serán, como es sabido, mucho más lentas y difíciles. En síntesis, la importancia de la moneda única europea para los países del Mercosur dependerá principalmente de la velocidad a la que se intensifiquen los lazos comerciales y
financieros entre el bloque regional del cono sur y la zona euro. A diferencia de lo observado durante los años 90, numerosos factores de diversa índole (coyuntura internacional poco favorable, creciente aversión al riesgo de los inversores, situación actual y expectativas en materia de costos financieros y de riesgo cambiario del euro, prioridades actuales de la Unión Europea y dificultades en las negociaciones comerciales entre las dos zonas, crisis del Mercosur...) juegan, a corto plazo, en un sentido desfavorable a la intensificación de los relaciones económicas entre la Unión Europea y el Mercosur.
CONCLUSIONES
El euro moneda de un conjunto de países Europeos, cuyo nacimiento es el resultado de una serie de tratados de los cuales algunos resultaron fallidos, de igual manera un proceso que llevo años de negociaciones por parte de de dichos países, hasta llegar al 2002 con el gran resultado de la circulación del euro
En 1992, con la firma del Tratado de Maastricht, se proyecta la unión económica y monetaria; se amplía todavía más la integración a través de la libre circulación sin fronteras, la unión monetaria, las políticas de ayuda a las regiones menos desarrolladas de la Unión y las políticas comunes en materia de defensa y relaciones exteriores con otros países.
A partir de la creación del euro, la responsabilidad de la política monetaria de la Unión Europa corresponderá al Sistema Europeo de los Bancos Centrales, que comprende el principal organismo ejecutivo, el Banco Central Europeo y, como entidades operativas, a los distintos bancos centrales de los once países que participan en la moneda común.
El nacimiento de una nueva divisa continental, que trajo consigo un mayor mercado importador y exportador al mundo, con lo que las economías de todo el globo terráqueo se ven afectadas por el surgimiento de dicha divisa y hoy en día son muchas las economías que tienen fijada su moneda al euro.
BIBLIOGRAFIA
Triangulación Asia-España- América Latina año 2006
Relaciones entre Asia y América Latina año 2009
Revista Económica disponible en www.liderempresarial.com
Página de conceptos disponible en www.wikipedia.com
Opiniones disponible en www.impacto-economico.blogst.com
Banco Central de Honduras disponible en www.bch.hn
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Página web: http://www.filtroeconomico.com/archives/348