Cuestionario Sobre Beccaria

Guido Antonio Curto

Cuestionario sobre Beccaria

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1.- ¿Cuál es el origen de las leyes? El origen de las leyes se produce cuando “…los hombres independientes y aislados, se reunieron en sociedad,

cansados de vivir en un continuo estado de guerra, así como de gozar una libertad inútil por la incertidumbre de conservarla. Por eso, decidieron sacrificar parte de su libertad para disfrutar del resto, seguros y tranquilos…” 2.- ¿Cuál es el origen de las penas? Continuado de 1): “… La suma de todas estas porciones de libertad sacrificadas al bien de todos, es lo que

forma la soberanía de una nacin, siendo el soberano sob erano su legítimo depositario y administrado. Pero no bastaba formar este depsito, era preciso defenderle de las usurpaciones u surpaciones de cada hombre en particular…!acían falta motivos sensibles que bastasen a disuadir el "nimo desptico de cada individuo de sumergir en el caos antiguo las leyes de la sociedad. #stos motivos sensibles son las penas establecidas contra los infractores de las leyes .” 3.- ¿ui!n y por "u! tiene autoridad para decretar las penas so#re los delitos?

“…tan solo las leyes pueden decretar las penas de los delitos, sin que esta autoridad pueda residir m"s que en el legislador, que es quien representa a la sociedad entera, unida por un contrato social. $ingún magistrado… puede con %usticia infligir penas contra otro miembro de la sociedad misma. Pero una un a pena aumentada m"s all" del límite fi%ado por las leyes, o sea, de la pena %usta, sería otra pena m"s& de modo que el magistrado no puede aumentar la pena establecida para un delincuente ciudadano, ciudad ano, aunque sea ba%o el prete'to de un celo mal entendido o del bienestar público...( $.- ¿Cuál es la ra%&n de la e'istencia de los (agistrados *oder +udicial)?

“…el soberano solo puede dictar leyes generales que obliguen a todos los miembros de aquella, pero sin que pueda %uzgar m"s al que haya violado el contrato social, porque por que entonces la nacin se dividiría en dos) una representada por el soberano que afirma la violacin del contrato, y otra representada por el acusado, que lo niega. *e modo que es necesario que haya un tercero que %uzgue de la verdad del hecho. +quí tenemos la necesidad de un magistrado cuyas sentencias sean inapelables, consistiendo en meras afirmaciones o negaciones de hechos particulares.( ,.- ¿C&(o se conci#e la interpretaci&n de la ley?

“… $i tampoco la autoridad de interpretar las leyes penales puede residir en los %ueces del orden criminal, por la misma razn de que no son legisladores. Los %ueces no han recibido las leyes de nuestros antiguos padres como una tradicin domstica y un testamento que solo de%ase a la posteridad el cuidado de obedecerlo, sino que le reciben de la sociedad viva, o del soberano que la representa como depositario legitimo del resultado actual de la voluntad de todos& es decir, que las reciben no como obligaciones de un %uramento antiguo, nulo porque ligaba facultades ine'istentes, e inicuo, porque reducía redu cía a los hombres a desde el estado de sociedad al de reba-o, sino como efectos de un %uramento, t"cito o e'preso& hecho por voluntades reunidas de los súbditos vivos al soberano, como vínculos necesarios para refrenar y regir el fermento interior de los intereses particulares. al es la autoridad física y real de las leyes…

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…#l %uez& debe hacer en todo delito un silogismo perfecto) la mayor parte de este silogismo debe ser la ley general& la menor, ser" la accin conforme o no a la ley& y finalmente, la consecuencia tendr" que ser la libertad o la pena. /i el %uez se ve obligado, o pretende hacer, en vez de uno, dos silogismos, se abre la puerta a la incertidumbre. $o hay nada m"s peligroso que el a'ioma común de que q ue precisa consultar el espíritu de la ley. #ste es al modo de dique roto por el torrente de las opiniones y me parece demostrada esta verdad que parece una parado%a a los entendimientos vulgares a quienes afecta m"s un peque-o desorden presente que las funestas, aunque menos remotas, consecuencias, que nacen de un falso principio arraigado con una nocin… …0ada hombre tiene su punto de vista, y en cada diferente tiempo cada cual tendr" el suyo distinto. #l espíritu de la ley, por lo tanto, sería el resultado de la buena o de la mala lgica de un %uez, dependiente de una f"cil o mala asimilacin… …0uando un cdigo fi%o de leyes que deben observarse a la letra no de%a al %uez otra tarea m"s que la de e'aminar los actos d ellos ciudadanos y %uzgarlos conformes o disconformes con la ley escrita& cuando la norma de lo %usto y lo in%usto…no es asunto de controversia, sino de hecho, entonces los súbditos no est"n su%etos a las peque-as tiranías de muchos…( .- ¿Cuál es la relaci&n entre: *ena /elito y 0ey?

“…0uando mayor sea el número de los que entiendan y tengan en sus manos el sagrado cdigo de las leyes, tanto menos frecuentes ser"n los delitos, pues es indudable que la ignorancia y la incertidumbre de las penas ayudan a la elocuencia de las prisiones…( “…/upuesta la necesidad de la reunin de los hombres, y los pactos que necesariamente resultan de la oposicin misma de los intereses privados, encontramos con una escala de desrdenes, cuyo primer grado consiste en aquellos que destruyen inmediatamente la sociedad y el 1ltimo en la m"s peque-a in%usticia posible cometida contra los miembros particulares de ella. #ntre estos e'tremos est"n comprendidas todas las acciones opuestas al bien público, que se llaman delitos, y todas van aminor"ndose por grados insensibles desde el mayor al m"s peque-o. /i la geometría fuese adaptable a las infinitas y oscuras combinaciones de las acciones humanas, debería haber una escala correspondiente de penas, en que se graduasen desde la mayor hasta la menos dura& pero bastar" al sabio legislador se-alar los puntos principales, sin turbar el orden, no decretando contra los delitos del primer grado las penas del último…( .- ¿C&(o de#e ser la pena de prisi&n?

“La prisin es una pena que necesariamente debe preceder a la declaracin del delito, a diferencia de cualquiera otra…solo la ley puede determinar los casos en que un hombre puede merecer la pena… …estas pruebas deben estar establecidas por las leyes, y no por los %ueces, cuyas providencias se oponen siempre a la libertad política, cuando no son proposiciones particulares par ticulares de una m"'ima general que conste en el cdigo público...(



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“…0ual es el fin político de las penas3 #l terror de los hombres…( 5.- Enu(ere todos los ra%ona(ientos por los cuales l&gica(ente no de#e aplicarse la tortura.

“2n hombre no puede ser llamado reo antes de la sentencia del %uez, ni la sociedad puede quitarle la pública proteccin sino cuando est decidido que ha violado los pactos pa ctos ba%o que le fue concedida. 45u derecho sino s ino el de la fuerza, ser" el que d potestad al %uez para imponer pena a un ciudadano mientras se duda si es reo o inocente3( “4Por qu los dolores del tormento no quitar"n la mancha civil, que es6a infamia3...( “…la infamia es un dictamen no su%eto a las leyes ni a la razn, sino a la opinin común. La tortura misma ocasiona una infamia real a quien la padece& luego con este mtodo se quitar" la infamia causando la infamia…( “…el tormento que se da a los que se suponen reos cuando en su e'amen caen en contradicciones& como si el temor de la pena, la incertidumbre del %uicio, el aparato y la ma%estad del %uez. la ignorancia común a casi todos los malvados y a los inocentes, no deban probablemente hacer caer en contradiccin al inocente que teme, y al reo que procura cubrirse& como si las contradicciones comunes en los hombres cuando est"n tranquilos no deban multiplicarse en la turbacin del "nimo todo embebido con el pensamiento de salvarse del inminente peligro…( “… #ntonces el inocente sensible se llamar" reo si cree con esto hacer cesar el tormento. oda diferencia entre ellos desaparece por aquel medio mismo que se pretende empleado para encontrarla…oda accin violenta hace desaparecer las m"s peque-as diferencias de los ob%etos, por las cuales algunas veces se distingue lo verdadero de lo falso…( “…2na consecuencia e'tra-a, que necesariamente se deriva del uso de la tortura, es, que el inocente se hace de peor condicin que el reo& puesto que aplicados ambos al tormento, el primero tiene todas las combinaciones contrarias& porque, o confiesa el delito, y es condenado, o lo niega, y declarado inocente ha sufrido una pena que no debía& pero el reo r eo tiene un caso favorable para sí& ste es, cuando resistiendo a la tortura con firmeza, debe ser absuelto como inocente& pues así ha cambiado una pena mayor por una menor. Luego el inocente siempre debe perder, y el culpado puede ganar…( “…7inalmente, la tortura se da a un acusado para descubrir los cmplices de su delito8/ & pero si est" demostrado que sta no es un medio oportuno para descubrir la verdad, 9cmo podr" servir para averiguar los cmplices, que es una de las verdades de cuyo descubrimiento se trata3 0omo si el hombre que se acusa a sí mismo no acusase m"s f"cilmente a los otros. 4#s acaso %usto atormentar los hombres por el delito de otros…( 16.- ¿Cuál es !l o los ines de la pena?

“…#l fin, pues, no es otro que impedir al reo causar nuevos da-os a sus ciudadanos, y retraer los dem"s de la comisin de otros iguales. Luego deber"n ser escogidas aquellas penas y aquel mtodo de imponerlas, que guardada la proporcin hagan una impresin impres in m"s eficaz y m"s durable sobre los "nimos de los hombres, y la



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pueda producir una revolucin peligrosa en e n la forma de gobierno establecida. #ntonces ser" su muerte necesaria, cuando la $acin recupera o pierde la libertad& o en el tiempo de la anarquía, cuando los mismos desrdenes tienen lugar de leyes& pero durante el reino tranquilo de stas en una forma de gobierno, por la cual los votos de la $acin estn reunidos, bien prevenida dentro y fuera con la fuerza y con la opinin, acaso m"s eficaz que la misma fuerza donde el mando reside slo en el verdadero /oberano, donde las riquezas compran placeres y no autoridad& no veo yo necesidad alguna de destruir a un ciudadano, a menos que su muerte fuese el verdadero y único freno que contuviese a otros, y los separase de cometer delitos, segundo motivo porque se puede creer %usta y necesaria la muerte de un ciudadano…( 12.- Caracter8sticas de todas las penas: 9ustas y 7tiles.

“…anto m"s %usta y útil /er" la pena cuanto m"s pronta fuere y m"s vecina al delito cometido. *igo m"s %usta porque evita en el reo los inútiles y fieros tormentos de la incertidumbre que cr ecen con el vigor de la imaginacin y con el principio de la propia flaqueza) m"s %usta porque siendo una especie de pena la privacin de la libertad no puede preceder a la sentencia sino en cuanto la necesidad obliga. La c"rcel es slo la simple custodia de un ciudadano hasta tanto que sea declarado reo& y esta custodia, siendo por9su naturaleza penosa, debe durar el menos tiempo posible, y debe ser la menos dura que se pueda…( “…!e dicho que la prontitud de las penas es m"s útil porque cuanto es menor la distancia del tiempo que pasa entre la pena y el delito, tanto es m"s fuerte y durable en el "nimo la asociacin de estas dos ideas delito y pena& de tal modo, que se consideran el uno un o como causa, y la otra como efecto consiguiente y necesario…( necesa rio…( 13.- E'pli"ue la relaci&n entre los indultos y las penas.

“…+ medida que las penas son m"s dulces, la clemencia y el perdn son menos necesarios. i *ichosa aquella nacin en que fuesen funestos: #sta clemencia, esta virtud, que ha sido alguna vez en un /oberano el suplemento de todas las obligaciones del trono, debería ser e'cluida en una perfecta legislacin, donde las penas fuesen suaves y el mtodo de %uzgar %uzga r arreglado y corriente… …Pero considrese que la clemencia es virtud del legislador, no del e%ecutor de las leyes& que debe resplandecer en el 0dice, no en los %uicios particulares& que hacer ver a los hombres la posibilidad de perdonar los delitos, y que la pena no es necesaria n ecesaria consecuencia suya& es fomentar el halago de la impunidad, y manifestar, que pudindose perdonar, las sentencias s entencias no perdonadas son m"s bien violencias de d e la fuerza que providencias de la %usticia...(

1$.- ¿C&(o se preiene los delitos?

“…5ueris evitar los delitos3 !aced que las leyes sean claras y simples, y que toda la fuerza de la nacin est empleada en defenderlas, ninguna parte en destruirlas. !aced que las leyes favorezcan menos las clases de los hombres que los hombres mismos. !aced que los hombres las teman, y no teman m"s que a ellas…( “… 45ueris evitar los delitos3 !aced que acompa-en las luces a la libertad. Los males que nacen de los



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principalmente comparada con el peligro del atentado… + vista de las luces esparcidas espar cidas con profusin en una nacin calla la ignorancia calumniosa, y tiembla la autoridad, desarmada de razones, en tanto que la vigorosa fuerza de las leyes permanece inalterable…( “;tro medio de evitar los delitos es recompensar la virtud…4por qu los premios distribuidos por la benfica mano del /oberano no multiplicarían asimismo las acciones virtuosas3..( “7inalmente, el m"s seguro, pero m"s difícil medio de evitar los delitos es perfeccionar la educacin, ob%eto muy vasto, y que e'cede los límites que me he se-alado)

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