Conflicto en siria Resumen:
Mundialmente la guerra en Siria ha sido considerada la mayor catástrofe
humanitaria del siglo XXI, debido a que dio como resultado más de 250.000 muertos, cinco millones de refugiados en los países vecinos y otros millones más de desplazados internos han sido el resultado de una guerra civil que arrastra ya cinco años y sin una solución a la vista. Cada día que pasa decenas de civiles mueren a causa de la explosión de una bomba barril o huyen de las garras garr as del Estado Islámico por ser minoría religiosa. Aqu ellos que han conseguido huir de la guerra viven en condiciones miserables en campos de refugiados en Jordania, El Líbano, Irak o Turquía, en condiciones que les privan de un futuro, sin poder completar sus carreras universitarias, sin encontrar un trabajo, muchos sirios no encuentran más solución que pagar 2.000 o 3.000 euros a las mafias locales para que los lleven a Europa. Un viaje para muchos sin retorno que se ha cobrado cada día cientos de vidas en el mar o por tierra. Abstract:
Globally, the war in Syria has been considered the greatest humanitarian catastrophe of the 21st century, because it has resulted in more than 250,000 deaths, five million deaths in the social network that has dragged on for five years and without a solution in sight. Every day that dozens of civilians die because of the explosion of a barrel bomb or flee from the clutches of the Islamic State for being a religious minority. This has been achieved in the war, in miserable conditions, in the refugee camps, in Jordan, Lebanon, Iraq or Turkey, in the conditions of privacy in the future, unable to complete university careers, without finding a job. , many Syrians will not Find more solutions to pay 2,000 or 3,000 euros to the local mafias to take them to Europe. Hundreds of lives in the sea or land. Palabras clave: Siria, Guerra, economía, Religión. Keywords: Syria, War, Economy, Religion.
La República Árabe Siria con una superficie de 185.180 km² se ubica en el costado este del mar Mediterráneo, comparte fronteras con Turquía, Irak, Israel, Jordania y Líbano, ocupando una posición geoestratégica muy sensible. Tiene una población de 22’517.750 de habitantes, con una tasa del 19,09 % de desempleo, su PIB es de $106.4 miles de millones, su economía principalmente gira en torno a la producción de petróleo, gas natural, actividades de agricultura, ganadería, industria textil, metalúrgica, madera y cemento. Su sistema de gobierno es democrático socialista, compuesto por un poder ejecutivo y legislativo, electos cada siete años. Tiene un sistema de partido político único, conocido como Partido del Renacimiento Árabe Socialista, Baaz, que se encuentra en el poder desde 1963; su presidente es Basharal Asad quien está en el poder desde el año 2000. La población de Siria incluye diferentes grupos étnicos y grupos religiosos, la mayoría de los sirios, más o menos 90% de la población, son árabes étnicos, sin embargo el país tiene pequeñas minorías étnicas, en particular los kurdos. De mayor importancia en Siria son las diferencias sectarias religiosas, la mayoría musulmana sunita representa más del 74% de la población; mientras que entre las minorías sectarias religiosas están las sectas musulmanas: chiítas y alauitas 13%, drusos 3%y varias denominaciones cristianas10%. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2013), establece que entre 1980 y 2012 el Índice de Desarrollo Humano, IDH, de Siria, creció en un 1.1% anual, pasando desde el 0.501 hasta el 0.648, lo que coloca al país en la posición 116 de los 187 países. El IDH de los estados árabes como región ha pasado del 0.443 de 1980 al 0.652 en el 2012, por lo que Siria se sitúa por debajo de la media regional. Actualmente la situación en Siria ha sido influenciada por los grandes levantamientos que comenzaron en otras partes de la región, las protestas antigubernamentales en Siria estallaron en la provincia sureña de Dará en marzo del 2011, los manifestantes demandaban la derogación de leyes restrictivas, la legalización de los partidos políticos, la destitución de los funcionarios locales corruptos y plena democracia. En un principio, ante las crecientes protestas y la condena internacional, el presidente al Asad levantó el estado de excepción, abolió el Tribunal Supremo de Seguridad del Estado, dictó varias amnistías, aprobó decretos que permitían las manifestaciones pacíficas y el registro oficial de partidos políticos distintos al partido Baas; sin embargo estas reformas no surtieron efecto, por la brutal represión.
En los primeros meses del 2011 los rebeldes se reforzaron en diversos puntos del norte, este y sur de Siria sobre todo en torno a Alepo, Homs y Deraa, mientras que el gobierno mantuvo el control del norte, la costa occidental y Damasco, fortificando la red de carreteras que unen esas zonas. Las revoluciones árabes anteriores triunfaron gracias al factor sorpresa y al apoyo e incitación mediática que promovieron la cadena qatarí al Jazeeray los medios occidentales, pero en el caso de Siria salió a la luz la guerra sucia consistente en el envío constante de mercenarios a través de Turquía y Jordania. (Pereyra Mele, 2013) Los estados occidentales así como los árabes del Golfo están a favor de la formación de un gobierno de transición, insisten que el presidente al Asad debería ceder el poder, que es una condición inaceptable para Moscú. Rusia es un aliado de larga data del Gobierno de al Asad y mantiene una base naval en la costa mediterránea de Siria. Los poderes de veto de Rusia y China impiden un acuerdo en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre medidas más estrictas.(Center for Security Studies, 2012) En medio de grandes daños en las principales zonas urbanas y los informes que atribuyen los crímenes de guerra al gobierno las fuerzas de la oposición, la lucha ha creado una emergencia humanitaria regional. Algunas estimaciones sugieren más de 100.000 muertos desde el inicio de los disturbios en marzo del 2011, y existen más de 1,5 millones de desplazados. Después de haber sufrido una serie de reveses, las fuerzas del gobierno sirio, con ayuda de Irán, Hezbolá y Rusia, han recuperado algunos territorios en los alrededores de Damasco y la ciudad de Homs. En junio de 2013, el conflicto armado en Siria no muestra signos de disminuir, los recientes aumentos de fuerzas gubernamentales parecen haber reforzado la confianza del régimen, que con un cambio en las tácticas junto con una infusión de ayuda extranjera socavó parcialmente los avances rebeldes. Ghaleb Kandil y Pierre Khalaf consideran que la victoria del Ejército Árabe Sirio en la región de Qusairen junio del 2013, no es una excepción sino una tendencia general ya confirmada, las bandas terroristas rebeldes se derrumban por falta de respaldo popular a la rebelión armada. Informes de la OTAN estiman que cerca de dos tercios de los sirios apoyan a su presidente. Esas realidades son resultado del apego de la mayoría de los sirios a su propio Estado, el hecho de utilizar los grupos rebeldes como principal herramienta hizo
que los sirios comprendieran rápidamente la naturaleza del complot occidental diseñado contra su patria. Respecto a la economía siria desde que iniciaron los disturbios, estaba en caída libre, el sector del turismo-que generaba anualmente 4.000 millones de dólares estadounidenses- se hundió, y las importaciones se redujeron debido al bajo nivel de reservas de divisas. Anteriormente los Estados miembros de la Unión Europea, UE, compraban alrededor del 95% de las exportaciones de petróleo de Siria, pero en noviembre del 2011 entró en vigor un embargo de la UE a las importaciones de petróleo que pronto empezó a hacerse sentir en la economía siria. Las posibles causas según Kofi Annan: "A partir de marzo de 2011 surge en Siria un movimiento de masas nacido de la demanda de derechos civiles y políticos y de un clamor por cambios. Sin embargo, a pesar del extraordinario coraje de los manifestantes, necesario para marchar cada día en medio de una creciente violencia gubernamental, las posibilidades de superarla se esfumaron en medio de la violencia". El fuerte crecimiento demográfico de la población siria (3.26% entre 2005 y 2010) combinado con una economía frágil, un sector de trabajo informal, y un reparto cada vez más desigual de las riquezas ha desembocado en los últimos años en una grave precariedad social y en un empobrecimiento gradual de la población. Paralelamente, un importante fenómeno de corrupción, tanto en las altas esferas como a nivel de los funcionarios de base y en las prácticas cotidianas, se ha extendido visiblemente durante la presidencia de Bachar al-Assad. Diversas causas han llevado a la militarización del conflicto: la exorbitante represión de las protestas, las represalias por parte de los rebeldes, atentados terroristas y masacres espectaculares, el armamento desde el exterior del país, y la llegada de milicianos extranjeros y de Unidades Especiales. (Vandepitte, 2012) Dentro de contexto internacional político, esta crisis en el mundo árabe, resalta la importancia geoestratégica y económica que tiene la región de Medio Oriente y Norte de África, debido a que se constituye en la mayor reserva de petróleo y gas natural a nivel mundial, 64 % y 60 % respectivamente; también por esta zona se transporta el 40% de crudo, razones suficientes para que potencias mundiales como EE.UU, Francia y Reino Unido hayan intervenido de manera directa en las revueltas bajo la aparente justificación de
ayudar a liberar a los pueblos árabes de los dictadores y la protección de los derechos humanos. Mientras que por su lado Rusia y China no apoyaron la intervención militar en Siria, permitiéndoles afianzar sus posturas diplomáticas en la región, con el único propósito de tener influencia y control de los recursos de la región y poder hacer frente de esta manera a EE.UU. (Erazo, 2012). Según el analista geopolítico Fawzi Shueibi, Siria tiene como punto de confluencia a los corredores energéticos alternativos, en relación con los que pasan por Turquía y a través de otros trayectos controlados por compañías estadounidenses y europeas. A pesar de la oposición de Washington, Damasco y Bagdad han puesto en marcha el proyecto de construcción de dos oleoductos y un gasoducto que conectarán los yacimientos iraquíes con el Mediterráneo, a través de Siria. El régimen de Siria, encabezado por el presidente Bachar al Asad, inició hace 5 años una violenta represión contra los activistas que exigían prosperidad económica, y libertades políticas y civiles. Esto desencadenó un levantamiento nacional y finalmente una guerra civil contra los rebeldes armados, de los cuales muchos habían desertado de las fuerzas armadas. Se calcula que para julio, el conflicto se había cobrado la vida de 17.000 personas, la mayoría civiles, según las Naciones Unidas. Más de 170.000 habían escapado de la nación de Medio Oriente para buscar refugio en países vecinos como Iraq, Turquía y Jordania. Durante el levantamiento, el gobierno sirio ha tildado a la oposición de terroristas que tratan de desestabilizar al país. Los líderes de la oposición dicen que solo es la justificación para los ataques del régimen. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y muchos otros líderes mundiales, han exhortado a al Asad a ceder el poder que su familia ha tenido desde 1970. También impusieron sanciones económicas sobre Siria mientras tratan de encontrar una solución diplomática a la crisis. 1.2. El conflicto Sirio. En enero de 2011, la revolución en Túnez marcó el inicio de la llamada Primavera Árabe. El levantamiento exitoso de Túnez inspiró una inestabilidad similar en los países a lo largo del norte de África y Medio Oriente que, como Túnez, experimentaban un desempleo elevado, corrupción y represión política de parte de dictadores. En marzo de 2011, la violencia se desató en Daraa, Siria, luego de que un grupo de niños y adolescentes quedara arrestado por pintar un grafiti con motivos políticos. Docenas de personas murieron cuando las fuerzas de seguridad se enfrentaron a los manifestantes. Los manifestantes pronto pidieron que al
Asad dejara el cargo al igual que Hosni Mubarak, de Egipto, y Zine el Abidine Ben Alí, de Túnez. Al Asad prometió hacer cambios y levantó el estado de emergencia en el país, que durante 48 años le dio al régimen el poder de detener a cualquier persona por tiempo indefinido sin levantarle cargos. Sin embargo, solo cuatro días después de que se levantara el estado de emergencia, en abril de 2011, el régimen sirio envió miles de soldados a Daraa para emprender una campaña de represión, de acuerdo con los testigos. Desde entonces, la violencia ha empeorado y se ha esparcido por todo el país; se ha convertido en una guerra civil total entre el régimen y la resistencia armada. Para mediados de 2012, los enfrentamientos habían llegado a Damasco, la capital, y a Alepo, la ciudad más grande. Siria forma parte del grupo de países surgidos de la desaparición del Imperio Otomano en 1918. Con el fin de la Primera Guerra mundial se instaura el sistema de mandatos de la Sociedad de Naciones. De acuerdo con el Acuerdo de Sykes-Picot que se firmó entre Reino Unido y Francia, el Reino Unido controlaba la mayor parte Otomana (Irak moderno) y el sudeste de la Siria Otomana (Palestina y Jordania), mientras Francia controlaba el resto de la Siria Otomana (Siria moderna, Líbano, Alejandreta-Hatay) y otras porciones del sudeste de Turquía (mapas 1 y 2 en el anexo). El 25 de julio de 1920 las tropas francesas al mando del general Gouraud invadieron Damasco. Un gobierno parlamentario árabe se estableció en Damasco, el emir Faisal, fue declarado rey de Siria y Ali Rida Pasha ar-Rikabi gobernador militar. El mandato francés de Siria terminó en 1943, cuando Siria y Líbano se independizaron, además de Hatay, que se había unido a Turquía en 1939. Las tropas francesas abandonaron Siria y Líbano definitivamente en 1946. Siria se constituye como un país con una gran diversidad étnica, siendo los sunitas el grupo musulmán mayoritario. Las minorías más importantes en número son los chiitas, los kurdos y los cristianos (maronitas y ortodoxos). Desde su independencia de Francia en 1946, Siria ha estado marcada por la inestabilidad política (en diez años tuvo 20 gabinetes políticos). En 1944 se inició el movimiento de la 'Gran Siria' para fundar un estado árabe que englobaría Líbano, Siria y las actuales Jordania e Israel. Sin embargo, muchos sirios se oponían, temerosos de que Siria quedara absorbida en un gran estado árabe donde perdiera su identidad nacional. No obstante, el movimiento impulsó la adhesión siria a la Liga Árabe, que se formó en un principio para prevenir la creación de un Estado judío en Palestina. Siria participó en la guerra de 1948 que enfrentó a
las fuerzas árabes y al recién creado Estado de Israel; la guerra concluyó con un armisticio en julio de ese mismo año. El 30 de marzo de 1949 una junta militar dirigida por el general Husni al-Zaim, miembro de la minoría kurda, se hizo con el poder. En 1954 el coronel Adib al-Sisakli llega al poder con otro golpe de Estado En 1958 se creó la República Árabe Unida, gobernada por un comité militar presidido por Nasser. La República Árabe Unida era la unión política entre Egipto y Siria; impulsada principalmente por Nasser. Nasser se había legitimado como líder árabe frente al mundo occidental después de la crisis de Suez de 1956. Este acontecimiento fomentó el nacionalismo árabe en la región y permitió la aprobación de la unión de los dos países. Bajo la República Árabe Unida se disolvieron los partidos políticos y se eliminaron las libertades fundamentales. En julio de 1961 Nasser tomó una serie de medidas de nacionalización de empresas y profundización de la reforma agraria. El descontento de los terratenientes ante las expropiaciones que se proponían y el temor de la burguesía comercial ante las nacionalizaciones dieron paso al surgimiento de un movimiento que sentía la unión de Egipto y Siria como una discriminación de los sirios frente a los egipcios. Se inicia un período de conflictividad entre el gobierno y los opositores y se disuelve la República Árabe Unida en septiembre de 1961. El Baaz (partido que ya había formado parte del gobierno durante la República Árabe Unida hasta 1959), con una ideología socialista secular, anticolonial y nacionalista panárabe, es el partido que en 1963 vuelve al poder con un golpe de Estado. El Baaz forma un comité militar y toma el control del Estado, de la economía y, mediante los medios de comunicación, de la sociedad en general. Se constituye un Consejo Nacional de la Revolución (CNR) bajo la comandancia del general Atassi, mientras que el jefe del ala derecha del Baaz, Salah al-Din Bitar, forma el nuevo gobierno. A partir de 1964 la Hermandad musulmana, organización política con ideario basado en el Islam, incrementa sus apoyos sociales. Se inicia un período de manifestaciones por los derechos civiles, que son reprimidas por el gobierno, hasta que el gobierno sirio tiene que disolverse. El período que sigue está marcado por las luchas internas entre los fundadores del partido Baaz y una nueva generación de militantes del partido. El general Amin alHafez se convierte en Presidente del Consejo Nacional de la Revolución. El CNR promulga una Constitución
provisional el 25 de Abril de 1964 que insiste en la vocación unitaria de la Siria gobernada por el Baaz. En 1967, Siria participa en la 3ª guerra árabe-israelí o guerra de los Seis Días (Egipto, Siria, Jordania enfrentados a Israel). En esta guerra Siria pierde los Altos del Golán. Hasta 1971 las diferentes facciones del Baaz conviven en el gobierno. Pero en 1971, Hafez Al Assad, el ministro de defensa, toma el control. Gobierna el país durante 30 años. Durante su mandato se establece en Siria la hegemonía del partido Baaz (socialista, nacionalista árabe y secular) y el Estado policíaco. Para mantenerse en el gobierno, debe limitar el poder de los Hermanos Musulmanes y alejarse de las tesis fundacionales del Baaz. Pero el desafío más importante al que se enfrentó el gobierno de Assad es la Guerra árabe-israelí de 1973. La guerra árabe-israelí de 1973, también conocida por el nombre de festividades religiosas judía (Guerra del Yom Kippur) y musulmana (Guerra del Ramadán), enfrentó a Israel contra Egipto y Siria. Los factores principales que explican su desencadenamiento son: el fracaso en la resolución de los problemas surgidos de la guerra de 1967; la negativa israelí a devolver los territorios arrebatados a Siria (los altos del Golán) y a Egipto (la península del Sinaí); y el fracaso de las propuestas de paz de Anuar el Sadat . Además la resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía la retirada de Israel de los territorios ocupados en 1967 no se cumplía. El ataque árabe empezó por sorpresa el 6 de octubre de 1973 (el día del Yom Kippur). Los avances egipcio y sirio fueron muy rápidos en un primer momento. Los egipcios cruzaron el Canal de Suez y los sirios tomaron los Altos del Golán. Sin embargo, a partir del 10 de octubre se inició el contraataque israelí. En ese momento tanto la URSS como Estados Unidos organizaron puentes aéreos masivos llevando armas a sus aliados (la URSS a los países árabes y EEUU a Israel). Las tropas israelíes reconquistaron los Altos del Golán y volvieron a cruzar Suez. Estas son las fronteras que rigen en la actualidad en el Estado sirio, que limita al norte con Turquía, al Este con Irak, al Sur con Jordania y al Oeste con Israel, Líbano y el mar Mediterráneo (mapa 3 en el anexo). Bachar al Asad ha sido presidente desde que su padre, Hafez, murió en 2000. Hafez gobernó Siria por casi 30 años y se suponía que lo sucedería su hijo mayor, Basel, quien murió en un accidente automovilístico en 1994. Bashar llegó al poder como un reformista en comparación al régimen intensamente dictatorial heredado del padre. Las esperanzas de apertura democrática, alentadas por unas amnistías parciales de presos políticos y un
ensayo de libertad de expresión que fue conocido como la Primavera de Damasco, no tardaron en desvanecerse. Assad, refrendado sin oposición en el cargo en 2007, confirmó y aún reforzó el vasto aparato de la seguridad interna. Durante el gobierno de Bashar Al Assad los partidos políticos han seguido prohibidos y se ha hecho hincapié en una ideología secular que intenta eliminar la segmentación religiosa entre laicos, chiitas y sunitas (aunque como muestra la situación actual no se ha conseguido). También se ha liberalizado cautamente la economía siria, pero esto no ha traído el bienestar material esperado a la población. En la política exterior, el vehemente rechazo de Al Assad a la guerra de Irak y su disentimiento sobre el concepto de terrorismo le pusieron en el punto de mira de Estados Unidos, que en 2004 sancionó a Siria por, entre otras acusaciones, no impedir el paso de combatientes al país ocupado y dar soporte a los grupos palestinos y al Hezbollah libanés. La última imputación fundamentó las amenazas particulares de Israel, al que el dirigente sirio fue incapaz de arrancar negociaciones de paz ligadas a la devolución de los Altos del Golán. La oposición ha crecido, está mejor organizada y mejor armada desde que inició el levantamiento. Muchos de los combatientes son ex soldados que desertaron de las fuerzas armadas, pero también hay civiles que han tomado las armas contra el régimen de al Asad. “Voy a la guerra por mi familia, por mi país”, dijo Soukrot Amin, voluntario de 23 años
con el Ejército Libre de Siria. “Porque (al Asad) ha matado a todos. Mató a mi primo. Destruyó mi aldea. Destruyó mi hogar”. El Ejército Libre de Siria, el principal grupo de
oposición, surgió en julio de 2011 y se atribuyó un ataque contra una base de inteligencia aérea. No es la única milicia que se opone a al Asad y existen dudas sobre la verdadera unión de la oposición. En general, los rebeldes han demostrado que pueden atacar eficazmente al régimen, pero no han podido conservar el control de las grandes ciudades por mucho tiempo y con frecuencia se retiran bajo la presión de un Ejército sirio mejor preparado y con capacidad de acción aérea. Oriente Próximo asiste a una época de enormes trasformaciones de las que derivan implicaciones estratégicas muy inciertas. Estas transformaciones han realineado las alianzas entre los distintos países en la región y en el resto del mundo. Siria es uno de los países como Túnez, Egipto, Libia, Yemen, Argelia…- en los que recientemente se ha iniciado una
revolución contra el gobierno autocrático del país. Estas revoluciones se caracterizan por iniciarse con protestas contra el régimen autocrático, que son reprimidas; aunque en Siria la duración de estas represiones es especialmente larga. El 15 de marzo de 2011, se iniciaron en Siria protestas ciudadanas en solidaridad a la revuelta egipcia. El régimen de Al Assad utilizó la represión para intentar evitar las revueltas en Siria, sin conseguirlo hasta el momento e iniciando una guerra civil que cuenta ya con dos años desde las primeras protestas que conllevaron las primeras muertes, en la ciudad de Deraa. Los acontecimientos más relevantes que siguieron al inicio del conflicto armado son los siguientes. El 15 de mayo de 2011, Estados Unidos acusó al régimen sirio de violaciones de derechos humanos e impuso sanciones contra la agencia de inteligencia Siria y contra los miembros de la familia Al Assad. Por su lado, la Unión Europea impuso un embargo de armas. El 23 de agosto de 2011, grupos opositores se reunieron en torno al denominado Consejo Nacional Sirio. El 4 de octubre de 2011, el Consejo de Seguridad votó una propuesta de sanciones contra Siria por la represión contra la población civil, que Rusia y China vetaron. El 12 de febrero de 2012, Al Qaeda y otros grupos afines declararon su apoyo a la rebelión contra Al Assad, hecho que ha enfriado las intenciones de intervención armada en Siria por parte de los países occidentales. El 21 de abril de 2012, la Resolución aprobada por el Consejo de Seguridad 2043 (2012)11 estableció un período de 90 días durante los cuales las Naciones Unidas enviaron a un equipo de 300 observadores militares no armados a territorio sirio para la pacificación del conflicto y el inicio de la transición del país (Misión de Supervisión de las Naciones Unidas en Siria). El 16 de junio de 2012, las Naciones Unidas suspendieron su misión de observadores en Siria debido al aumento de la violencia. El 18 de julio de 2012, el Ejército Libre de Siria atentó contra la sede de la Seguridad Nacional en Damasco, y mató al ministro de Defensa junto a otros cargos del régimen. El 20 de agosto de 2012, Barack Obama advirtió de que intervendría militarmente en Siria si el régimen usa armas de destrucción masiva. El 11 de noviembre de 2012, la oposición se unificó en una Coalición Nacional, reconocida como representante legítima del pueblo sirio por Estados Unidos, la Unión Europea y los países del Golfo Pérsico posicionados en contra del régimen de Al Assad; pero las milicias islamistas rechazaron esta representación. El 6 de marzo de 2013, los opositores al régimen afirmaron que controlaban la ciudad de Raqqa. El 5 de mayo de 2013, Israel disparó contra el oeste de Damasco, atacando contra un convoy que
transportaba un sistema de misiles, aunque según el espionaje occidental el objetivo era Líbano. El 28 de mayo de 2013, la Unión Europea finalizó el embargo de armas a Siria para suministrar a la oposición. El 21 de agosto de 2013, los opositores denunciaron un ataque químico que deja más de 1.400 muertos en las cercanías de Damasco del cual se ha responsabilizado al régimen de Bashar Al Assad.12 La utilización de armas químicas constituye una violación del derecho internacional. Este acontecimiento merece un apartado propio porque ha sido determinante para el curso del conflicto internacional, así como para su posible resolución. El 31 de agosto de 2013, Obama afirma que prepara una misión militar para atacar las bases militares de Al Assad en respuesta al uso de armamento químico, que define como “un
asalto a la dignidad humana”. La oposición siria demanda una intervención militar amplia, mientras el régimen afirma estar preparado para ganar una guerra internacional. Obama intenta establecer una coalición internacional multilateral para atacar a Siria, llegando a conseguir que once países del G-20 (Francia, Turquía, Reino Unido, Italia, Japón, Corea del Sur, Arabia Saudí, Australia y España) firmen una declaración el 6 de septiembre de 2013 condenando el uso de armas químicas por parte de Assad y apoyando una solución al conflicto fuera del mandato del Consejo de Seguridad, que a diferencia de lo que sucedió en el caso de Libia (donde la Resolución 1973autorizó ciertas acciones armadas contra el régimen de Gadafi) no autorizaría la intervención armada en Siria por el veto de Rusia y China. Pero solo Francia y Turquía se muestran proclives a seguir a Estados Unidos en una intervención militar (Reino Unido no ha obtenido la autorización del Parlamento, que quiere evitar un fracaso similar al de la guerra de Irak). Rusia se posiciona también en contra del uso de armas químicas19, aunque no apoya la intervención armada en Siria. Frente a esta situación, Estados Unidos, Rusia, Irán y Siria han iniciado una serie de acercamientos diplomáticos. El 10 de septiembre de 2013, Kerry -el secretario de Estado de Estados Unidos- propone que Siria entregue su arsenal químico para iniciar un expediente sancionatorio en el seno de las Naciones Unidas, propuesta que Putin apoya y que Al Assad afirma aceptar. El 14 de septiembre de 2013, se celebra una cumbre en Ginebra en la que Estados Unidos y Rusia pactan un proyecto de Resolución del Consejo de Seguridad para el desarme químico de Siria; y el 21 de septiembre Al Assad entrega la primera lista de armamento químico. De esta manera se abre una posible vía diplomática de negociación,
aunque Rusia ha impedido que en el texto se especifiquen sanciones20 (pese a que Estados Unidos y Francia querían incluir la amenaza de intervención militar en este proyecto), y tampoco se han recogido las peticiones del Comité Internacional de la Cruz Roja sobre el cumplimiento del derecho humanitario.21 El 27 de septiembre se aprueba una resolución22 por unanimidad en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que exige la erradicación de las armas químicas en Siria. En ella se reafirma la colaboración de la ONU con la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, que envía el 1 de octubre de 2013 un equipo de inspectores a territorio sirio, pero el incumplimiento de la resolución no va acompañado de la aplicación automática del capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, es decir, no se establece ningún tipo de sanción si no se cumple con la resolución y se descarta la acción militar contra el régimen de Bashar Al Assad. Aun así, este acuerdo entre todos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad es muy significativo porque termina con el bloqueo del que adolecía el órgano de las Naciones Unidas. A raíz del ataque con armamento químico, el debate sobre la posibilidad de intervenir en Siria se centra en el uso de armas químicas, aunque estas solo han supuesto un 2% de las víctimas del conflicto. Deraa, Latakia, Homs, Hama, Baniyas, Tafas, Tel Kalaj y la propia Damasco son el escenario casi diario de unas masacres que hasta el momento acumulan más de 100.000 muertos, 2,1 millones de refugiados y 5 millones de desplazados en el interior del país, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Con la oposición de una parte importante del pueblo sirio, el régimen de Al Assad ha tenido que incrementar su carga (cambiando su conducta hacia una mayor represión) para mantener la prosecución de sus objetivos. El Informe del Consejo de Derechos humanos de las Naciones Unidas acusa al régimen sirio de perpetrar violación de los derechos humanos, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, incluyendo los asesinatos arbitrarios como instrumento utilizado regularmente para implantar el terror, las ejecuciones sin proceso ni garantías judiciales, la privación del derecho fundamental de presunción de inocencia y del derecho a ser informado de los cargos de acusación, las torturas y los maltratos a detenidos, las violaciones y la violencia sexual, los ataques directos a zonas densamente pobladas, los secuestros y las desapariciones forzadas, la interferencia en la vida familiar y privada, la apropiación o destrucción de propiedad privada en ausencia de necesidad militar (p. 2). Asimismo también acusa a las fuerzas de oposición de los crímenes
de guerra de asesinato, ejecución sin proceso, secuestro, ataques directos a zonas densamente pobladas y uso desproporcionado de la fuerza (p.47). Para finalizar este conflicto, Estados Unidos (aliado de los grupos opositores) y Rusia (aliado del régimen) han programado la Cumbre de Ginebra, a la que la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y de la Revolución Sirias ya ha negado su asistencia. Mientras, en Siria los combates se mantienen sin resolver si habrá un bando ganador. El régimen de Al Assad controla las zonas estratégicamente más relevantes: Damasco; las grandes ciudades, con la excepción de Alepo; las zonas económicamente más potentes y las líneas de comunicación más importantes. Los rebeldes, por su parte, controlan regiones en el norte y el este del país. Además Estados Unidos y muchos de sus aliados occidentales han impuesto sanciones económicas contra Siria, condenaron a al Asad y exigieron que abandonara el poder. Sin embargo, no han persuadido al Consejo de Seguridad de la ONU a que haga lo mismo. China y Rusia, dos de los socios comerciales de Siria, vetaron varias de las resoluciones propuestas respecto a Siria. Sin el consenso internacional, la mayoría de los países ha dudado en intervenir militarmente. Se cree que Arabia Saudita y Qatar, dos países en Medio Oriente bajo el mando de los sunitas, están enviando armas a la oposición. Sin embargo, Estados Unidos solo está proporcionando asistencia no letal y humanitaria. Irán apoya a al Asad y al régimen sirio, a la vez que Hezbolá, un aliado chiita en Líbano. La ONU, a través de su ex secretario general, Kofi Annan, propuso un plan de paz este año y envió un equipo de observadores al país para implementar una tregua que se supone que entraría en vigor. Sin embargo, persistió la violencia, los observadores se retiraron y Annan renunció a su cargo como enviado especial. Hoy en día Siria sufre una crisis humanitaria: la gente está muriendo, pasan hambre y necesitan ayuda. La ONU señala que la violencia ha dificultado el acceso al agua, alimentos, energía eléctrica y suministros médicos a muchos sirios, lo que ha obligado a miles a abandonar el país. Unos 14 millones de niños de la región sufren los efectos del cada vez más intenso conflicto que se desarrolla en Siria y gran parte de Irak. Más de 4 años de guerra están dejando profundas cicatrices en: 5,6 millones de niños que sufren situaciones extremas dentro de Siria: pobreza, desplazamiento y estado de sitio. 2 millones de niños que viven ahora como refugiados en Líbano, Jordania, Irak, Turquía, Egipto y
otros países del norte de África. 3,6 millones de niños de las comunidades vulnerables en las que se albergan otros refugiados. 2,8 millones de niños iraquíes obligados a abandonar sus hogares, muchos de los cuales se encuentran atrapados en las zonas controladas por los grupos armados. Todo ello ha generado una crisis de refugiados y migrantes sin precedentes en la Unión Europea (UE) desde la Segunda Guerra Mundial. Unas 530.000 personas han llegado a Europa por mar en lo que va de 2015, la mayoría huyendo de la guerra en Siria. Uno de cada cuatro solicitantes de asilo son niños. Casi todos los refugiados y migrantes arriban al Viejo Continente después de varios meses sin acceso a servicios básicos y traumatizados por la violencia que han experimentado o presenciado en Siria y por la que han sufrido durante su viaje, víctimas de malos tratos y abusos a manos de traficantes y bandas locales. La llegada del invierno no hará más que complicar este periplo. Políticamente hablando Siria cumple un rol crucial en el corazón de Medio Oriente esto implica que también habrá consecuencias políticas a largo plazo. Muchos analistas creen que el conflicto es una guerra entre Irán y sus rivales árabes sunitas en la región, entre Irán y Estados Unidos e incluso entre Estados Unidos y Rusia; este último enfrentamiento gira alrededor de “quién tendrá mayor influencia en el futuro de la región y en qué términos intervendrá la comunidad internacional en conflictos como el de Siria”, dijo Nader
Mousavizadeh, director ejecutivo de Oxford Analytica. Como el régimen sirio es alauí y la mayoría del país es sunita, también existe el riesgo de que el conflicto en Siria derive en una sangrienta batalla sectaria, como ocurrió en Irán, que podría desestabilizar aún más a la región. Siempre que se habla de inestabilidad en Medio Oriente, surge la preocupación de que al Qaeda y otros grupos militantes de línea dura llenen los posibles vacíos de poder o suplan a los Estados fallidos. En el ámbito económico desde
el inicio del conflicto en Siria, las exportaciones de
petróleo sirio han decrecido debido en parte a las sanciones económicas impuestas. El sector manufacturero también se ha contraído a causa de las sanciones y de la destrucción de las fábricas. La quema de campos y cosechas como medio para esparcir el terror ha perjudicado al sector agrícola, se ha disminuido la producción y los precios de los productos básicos se han elevado. A pesar de la urgencia humanitaria que existe en Siria a
causa de la violencia y el hambre, el gobierno y algunos grupos armados de oposición al gobierno han obstruido hasta el momento la llegada de ayuda y asistencia humanitaria; dejando algunas localidades inaccesibles. Actualmente 2,8 millones están necesitados de los bienes más básicos en el interior del país (ayuda que las Naciones Unidas han estimado en 3,1 miles de millones de dólares). En enero de 2013, las Naciones Unidas celebraron una conferencia en Kuwait para pedir donaciones internacionales, en la que Kuwait, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, la Unión Europea y los Estados Unidos se comprometieron a donar los 1,5 mil millones de dólares estadounidenses que las Naciones Unidas consideran necesarios para la crisis humanitaria siria. Además las Naciones Unidas prevén que, a finales de 2013, 10 millones de sirios (el 50% de la población) necesitarán ayuda humanitaria. Las situaciones más graves se viven a las afueras de Aleppo, Homs, Idlib y Damasco. CONCLUSIONES –
No es la primera vez que Siria vive algo así. En 1982, el padre del actual presidente, Hafez Al Assad, no dudó en reprimir violentamente una revuelta islamista en la ciudad de Homs. Murieron 30.000 personas. Por eso, cuando Bashar Al Assad asumió el poder en julio del 2000, su figura suscitó esperanzas de cambio y democracia, algo que, su discurso ante el Parlamento sirio, cargado de mensajes de aperturismo y modernidad, reforzó. Pero no ha sido así, Siria vuelve a ver cómo se repite la historia. - Pese al surgimiento de nuevos actores transnacionales, el Estado sigue siendo un elemento central en la articulación del orden internacional. Este actor es el único que podría regular de manera más efectiva la protección de los derechos humanos fundamentales, pero por el momento no se observa una voluntad clara de hacerlo (o los Estados que estarían dispuestos a hacerlo no son suficientemente poderosos para convencer o imponerse sobre el resto). Si consideramos a los actores internacionales en general, tampoco se observan fuerzas transnacionales capaces de forzar a los Estados a autorregularse de una manera más rigurosa. Los movimientos políticos transnacionales en los cuales la ciudadanía se organiza para exigir más derechos o algunas Organizaciones internacionales y Organizaciones no gubernamentales (ONG) son los actores internacionales que actualmente intentan conseguir objetivos en esta dirección. En Siria se han aplicado sanciones de todo tipo, excepto la sanción militar, para intervenir
en el curso político interno: sanciones no militares autorizadas por el Consejo de Seguridad, retorsiones y contramedidas económicas, la actuación de la Asamblea General, del Consejo de Derechos Humanos, de los Comités contra la tortura y por los derechos del niño de las Naciones Unidas, etc. Una posibilidad no llevada a término es llevar a Al Assad ante la Corte Penal Internacional con la jurisdicción penal universal. Es de importancia resaltar que la posición geoestratégica de Siria, sumado a la importancia económica que tiene la región de Medio Oriente, debido a la posesión de recursos energéticos como gas natural y petróleo permite que potencias mundiales como EE.UU, Rusia, Francia e Inglaterra tengan interés económicos y políticos en los países que participan en la Primavera Árabe, como es el caso de Siria, país que vive una guerra civil en la que tanto las fuerzas del régimen como los rebeldes han recibido ayuda de países y organización externas, lo que ha permitido que el conflicto se prolongue originado miles de muertos, desplazados y refugiados. Deduzco que el colapso del régimen del presidente Bashar al Asad causaría un significativo daño a sus aliados, como Irán o Hezbolá, posiblemente augurando un cambio profundo en el equilibrio estratégico regional de la energía.
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