Stefano
CURSO DI::
•
euRSo oE ~1.Io.I,,;;I¡"'¡¡ Este manuaL presenta un recorrido didáctico desde La teoría a la
práctica de este deporte. Para ello. comienza introduciendo. en la primera parte. los conocimientos necesarios antes de entrar en el agua -el equipo, la adaptación del cuerpo al agua, La adaptación del cuerpo a la apnea- para seguir. en la segunda parte. con las técnicas de respiración y de relajación que nos preparan física y mentalmente para la práctica de la apnea . A continuación, en la tercera parte. de carácter más práctico. se desarrollan las técnicas que eL apneista debe dominar: el aleteo. la compensación, la formación en piscina yen aguas libres y la seguridad. Por último, se detalla el entrenamiento del apneista incluyendo la programación anual y La valoración de los parámetros físicos de base. El lector encontrará numerosos ejercicios profusamente ilustrados que lo guiarán paso a paso en la adquisición de una correcta técnica.
Umberto PeUznrl es uno de los principales referentes en este deporte que a lo largo de su carrera deportiva ha establecido plus marcas mundiales en todas las especialidades de Crea, en 1995, junto con Renzo Mauarri campeón mundial de pesca emy, una escueta tigación en '- .....¡,
ISBN: 84 · 80HI -1 82 ·X
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CURSO DE
APNEA
Umberto Pelizzori - Srefono Tovoglieri
Q uedan rigurosa men!e prohi bidas, sin la 3u!oriuáó n escri r3 de los ti m b res del copyrighl. ~io Ju uncioncs esl3blecid3s en las leyes. b reproducción puci31 o tot:.J1 de CSl3 obr:l. por cU3Jq uier medio o procedimiento, com prelldidos 13 repr0gr3fb y el rr:l.r:l. miemo informárico y 13 dim ibución de ejem pb rcs de d l3 med i3 me 31q ui ler o présumo públicos.
T ítulo
origin ~ l:
Corso d i apne3
Revis ión t«nia y 3 d3pl~ción: O livier Ilerrer:l
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Tr:ld ucción: G3b rie!3 Re3J Ha.rd isson Il ustr:l do ncs: Carlos Pár:I.I11 0S Diseno de cubi ert:!.: D:lvid Carretero
e 2005.
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Sreb.no Tonglie ri Edirorial l'aidotr ibo
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Polígono Les G uixe'es
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CJ de la Energía, 19-21 08915 Badalon3 (Es¡nna) Tel.: 93 323 3J 11 - Fu: 93 453 50 33
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ISBN: B4-8019-782-X FOIocom posidón:
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AGRADECIMIENTOS
La realización de eSte manual ho sido posible gracias al proyecto original de crear
una escuela de formación y de investigación de apnea subocuática, llamada Apnea Academy,
Q
la que han contribuido: Renzo Mazzar;, Marco Mardal/o, Prof Luig; Magno (Médico
hiperbárico), Prof. Luig; adaMe (Psicólogo), Dr. Nicola Sponsiello (Dietó/ogo), Dr. Angelo Azzinari. Además de las personas citadas, fundadores de Apnea Academy, este libro ha sido realizado gracias a lo colaboración de: Dr. CarIo Besnafi, Dr. Srefano Correale (Médico ORL), Dr. P. De FerroYi, Prof. Mauro Fiein; (Médico hiperbórico), Dr. Lorenzo Manfredini (Ps;coterapeuta), Dr. Pierpaolo Martini, Sandro Sola, Francesco Strologo (Logopeda), Dr. A. Tedeschi, Paola Traldi, Ing. Davide Zanatta. Un especial agradecimiento a rodos los Instructores de Apnea Academy que, con el trabajo desarrollado durante los cursos, nos han permitido recoger y sintetizar parte de la experiencia expuesta en estas póginas. Una particular mención al Dr. Umberto Berrettini por el asesoramiento médico-científico.
AGRADECIMIENTOS DE LA EDICiÓN EN CASTELLANO
A Aurora Santona Arocena (Bióloga) y, en una mención especial, a Elena Bordón Iglesias, cuyas sugerencias sobre el léxico resultaron de un valor inexpresable.
A Javier Sónchez·Pinto y Brabyn (obstetricia y ginecología), Ibrahim Trujillo Bencomo (odontología), Rosa Bordón Iglesias (medicina general), Manuel Gonzólez Beltrón, Cristina Fragoso Roig, Orlando Mixsub y Walter Herzog por las puntuafizaciones hechas en torno al vocabulario.
A Andrés Payo Garda (Ciencias del mar) que, aún de viaje por I~aonesia, alcanzó en el último momento a disipar algunas de nuestras dudas. A los canarios Paco Conzólez Castro, Nicolós Sosa Carcía y Fernando Febles Armas, apasionados apneístas, plusmarquistas nacionales y miembros del equipo español en varias ediciones de los campeonatos mundiales, instructores o simpatizantes de Apnea Academy.
A los apneístas de Santa Teresa por su pasión y amor a la naturaleza.
íNDICE
9
PRÓLOGO PRESENTACiÓN
II
INTRODUCCIÓN. En apnea a través de la historia
13
los orlgenes de la apnea: del mito a la historia 14 la historia de los récords: el primero fue un pescador griego 18
La apnea femenina 26 las especialidades 27
PRIMERA PARTE
ANTES DE ENTMP. EN EL AGUA Capítulo 1 - ACERCARSE A LA APNEA
1.1
la primera regla. Verificar las condiciones psicofisicas 31
1.2
De las gafas al lastre: cómo elegir el equipo 33
31
Breve historia de la máscara 35 - Ponerse el traje de buceo 39
Instrumentos 40 - Otros accesorios 41 Capitulo 2 - ADAPTACiÓN DEL CUERPO AL AGUA
2. 1
la física de la inmersión 45
2.2
El ciclo del oxígeno 51
45
Aparato cardiovascular 51 - Ciclo cardíaco 53 - Aparato respiratorio SS
2.3
Ver bajo el agua 66
2.4
El calor 70
Capítulo 3 - ADAPTACIÓN DEL CUERPO A LA APNEA
3.1 3.2 3.3
3.4
Naturaleza acuática del hombre 72 El reflejo de inmersión 74 El blood shif. 77 Oído. nariz y boca 79 Prevención e higiene 85 - Los tapones Doc's Proplug 87 - Controles periódicos 87
71
SEGUNDA PARTE
(
EL ARTE DE NO RESPIRAR
;
9S
Capitulo 4 - RESPIRAR Y RELAJARSE
4.1
Estrés. ansia y aburrimiento 95
;
¿Qué le sucede a nuestro organismo cuando estamos ansiosos? 96 -
;
Conocer el estrés para evitarlo 98 - Las causas del estrés en apnea 99
4.2
Técnicas de respiración 100 Mejorar la
~Iastjcidad
de la caja torácica 101 - Eje rcicios para mejorar
;
la capacidad elástica de la caja torácica (articulaciones vertebrocostales
;
vesternocostalesl 102 - Técnicas de respiración Vóguica 107 - Ejercicios para aumentar la sensibilidad respiratoria 108 - El pranayama 111 -
4.3
La respiración diafragmática 113 - La carpa 121
(
Técnicas de relajación 121
!
Efectos psicológicos de la relaj ación y efectos fisiológicos 122 -
Relajarse 123 - Cómo relajarse 124 - Entrenamiento mental y apnea 126 Relajación con los colores: Ko{obos;s 128 Capítulo 5 - RELAJADOS BAJO EL AGUA
! 131 - -
El coco, el coral y el agua, una historia con algo zen I 31
5.1
Apnea estática 132 Reloj sí, reloj no 132
5.2
Apnea dinámica 135
5.3
Apnea profunda 136
! TERCERA PARTE
HACERSE APNElsTA Capitulo 6 - EL ALETEO
6,1
141
Análisis biomecánico del aleteo 141 Ej es y planos del cuerpo humano 143
6,2
El aleteo ideal 148
!
Velocidad y peso constanle 150
6.3
Formas de aletear 152
6,4
los errores del aleteo 154
(
6.5
la monoaleta 175
9
Ejercicios preparatorios para la monoaleta 179 - Ej ercicios a cuerpo libre 179 -
9
Eje rcicios con aletas cortas 180 - Ejercicios con las aletas de apnea 181 Ejercicios con la monoaleta 182
L
9
Capitulo 7 - LA COMPENSACiÓN 7. 1
183
Maniobras de compensación 183 Tecnica de Valsalva lBS - Técnica de Marcante·Odaglia 186 Técnicas personales 187
7.2
Uso del diafragma en la compensación 187
7.3
Gimnasia tubarica 188 Para Qué sirve la gimnasia tubárica 189 - Ejercicios musculares 189 - Cómo. cuánto y cuándo ejercitarse 189 - La auto insuflación 19 1 - Advertencia 192
7.4
Compensar la mascara 195
7.S
Compensar en la cota límite 196 Resfriado, sinusitis y otros prob lemas otorrinolaringológicos 197
Capitulo 8 - LA FORMACiÓN EN PISCINA 8.1
201
La natación 202 Estilo libre 202 - Nadar estito braza 205 - Algunos consejos para nadar estilo braza 206
8.2
Ejercicios a cuerpo libre 210 Respiración en el agua 211 - Compensación en descenso vertical asistido 2 11 Braza submarina 212 - Golpe de riñón recogido 213 - Delfinetto 214 Recuperación de objetos 21 S - Ascenso a cuerpo libre 217 Apnea estática 21 7 - Análisis de una apnea estática 218 - Apnea en espiración parcial 219 - Apnea en espiración total 220 - Compensación forzada 221 Ejercicios de desplazamiento 222 - Ejercicios de sostenimiento 225
8.3
Ejercicios con el equipo 227 El lastre 227 - Desenganche rápido del cinturón de plomo 228 - Vaciado de la máscara 228 - Los golpes de riñón 229 - Vestirse en el fondo 231 Recuperación simulada de un compañero en apuros 233 Ascenso en dificultad 23S - Apnea dinámica 236 - Apnea vertical aleteando (manos en el fondo) 236 - Traslación en el fondo 237 - Apnea horizontal aleteando (manos en el muro) 238 - Recorrido sumergido mixto: piernas y brazos 239 -
Stop and {JO 239 8.4
Y ahora. juguemos con la apnea 239 Juegos para la apnea estática 240 - Juegos para la apnea dinámica 24 1
Capítulo 9 - LA FORMACiÓN EN ACUAS UBRES 9.1
El planeta océano 243
9.2
Los movimientos del agua 247 Escala anemométrica Beaufort 250
9.3
Sumergirse en aguas libres 2S7 Análisis de una inmersión en el azul 265
243
9.4 9.S
Recuperación del accidentado 26 7 Juegos en apnea en mar abierto 268
Capilulo l O- LA SEGURIDAD
27l
10.1 Peligros de la apnea 271 la hiperventilación 274
10.2 Prevención 277 Plan de inmersión 277 - Recomendaciones para el apneísta 282
10.3 Las señales manuales 282 10.4 Alimentación y protección contra el frío 285 Buenas reg las alimenticias 288
10.5 Gestión de emergencia 289 Predisponer un plan de emergencia 289 - Cómo actuar ante una emergencia en el mar 290 - Primeros auxilios 29S Capítulo II - El ENTRENAMIENTO DEL APNEíSTA
297
11 .1 la preparación fisica del apneísta 297 la carrera 299 - Cómo organizar el entrenamiento 300 - la natación 301 las pesas 301 - El srrerching: movilidad articular y elasticidad muscular 30S
11.2 El entrenamiento en el agua 310 Entrenar la apnea estática 311 - Entrenar la apnea dinámica 31 S Entrenar la apnea profunda 320
11.3 Programación anual 323 11 .4 Valoración de los parámetros físicos de base 326 BIBLIOGRAFíA
329
Pr,ÓLOGO A LA EDICIÓN EN CASTELLANO
Cuando, hace diez años, leí que Umberto Perizzar; y Renzo Mazzar; habían fundado Apnea Academy, no podía soñar que poco después llegaría a formar parte de su equipo ni que el primero me confiaría un día la revisión técnica y la adaptación de la traducción de su libro al castellano. Tampoco me hubiese atrevido entonces a imaginar que yo mismo podría organizar el Campeonato del Mundo en el que Umberto se retiraría de la alta competición logrando la victoria con Italia. Desde la aparición de las primeras escafandras autónomas, el .c buceo con botellas» ha experimentado un desarrollo muy importante gracias a la evolución de la tecnológica y de su didáctica. Hoy en día millones de personas en todo el planeta viajan y bucean en busca de las maravillas del mundo sumergido. Con su popularización, otros deportes como la pesca submarina, la natación con aletas o la orientación sub · acuática pasaron a un segundo plano, mientras la apnea, pese a ser la más antigua de las actividades subacuáticas, quedaba relegada a ser mera comparsa, el medio indispensable para realizar otras actividades como la pesca submarina. En un entorno de preponderancia del buceo con escafandra, la mayoria de las publicaciones se centraron en este deporte. Hasta hoy, cuando buscábamos en una librería o biblioteca alguna publicación sobre apnea deportiva, únicamente hallábamos - biografías aparte- publicaciones sobre buceo o pesca submari · na donde, si bien se dedicaban algunos apartados a la apnea, lo hacian de forma superficial. La inmersión en apnea, que nació de la necesidad de obtener recursos alimenticios del fondo marino hace unos 10.000 años, no empezó a adquirir entidad propia como deporte hasta las primeras gestas de los pioneros del profundismo, marcando lo que podemos considerar como el inicio de la apnea moderna y que podemos situar -con el permiso de Haggi Statti y su mítica hazaña en 1913- en 1949 cuando Raimondo Bucher, con motivo de una apuesta y con la ayuda de una suerte de péndulo (un lastre amarrado a un cabo), descendió 30 m, convirtiéndose así en «el hombre más profundo del mundo» al tiempo que hacía desmoronarse todas las teorías médicas vigentes que pronosticaron que moriría aplastado por la presión. Ennio Falca, Alberto Novelli, Americo Santerelli o el español Gerard Guignet - que conseguiría en 1954 el récord mundial de descenso en peso constante en aguas de Mónaco con · 30 m- fueron algunos de los precursores de esta época. Ya en 105 sesenta, el particular duelo entre Enza Maiorca y Jacques
Ma~ol
- llevado años más tarde al
celuloide de la mano de Luc Besson en El gran azul (J 988)- imprimió a la apnea el empujón definitivo hacia la popularidad. El relevo a esta generación vino de la mano de Pipín Ferreras y Umberto Pelizzari, quienes asimismo mantuvieron una fuerte rivalidad desde principios de los noventa. Durante la última década, y gracias a la implantación de las nuevas tecnologías de comunicación , los apasionados de la apnea de todo el mundo hemos hallado nuestro punto de encuentro en la Red. Así se gestó la nueva generación de apneistas: la Red sirvió para que se compartieran experiencias y se coordi ·
naran las primeras competiciones internacionales. Actualmente continua facilitando el flujo de informa· ción y, por consiguiente , nos ofrece la oportunidad de ampliar nuestros conocimientos. Esto explica el salto cualitativo y cuantitativo que la apnea ha experimentado durante los ultimas diez años en todos los aspectos. En este contexto, Umberto Pelizzari y Renzo Mazzar, crean en 1995 la escuela de formación e investi· gación para el buceo en apnea, Apnea Academy. Hoy esta escuela, sin duda la más prestigiosa del mundo, es el resultado de la contribución de multitud de instructores que durante años han puesto su propia expe riencia al servicio de sus grupos de trabajo. Con la didáctica y la investigación como objetivos funda· mentales, Apnea Academy ha alentado las aportaciones personales organizando todo tipo de reuniones científicas con el objetivo de profundizar en el conocimiento de la apnea. Curso de Apnea, resultado palpable de esta evolución, es una obra unica y pionera, puesto que se trata
de la primera publicación de un libro dedicado exclusivamente a la apnea deportiva. Con este libro se llena de contenido uno de los vacios que más han inquietado a los apneístas que no disponían de ninguna obra de referencia a la que poder aferrarse para aprender y ampliar sus conoci mientos, para entrenarse y mejorar sus capacidades. Curso de Apnea presenta un enfoque amplio e innovador; profundiza en el aspecto consciente (apnea consapevole), matizando el aspecto físico; incide en la seguridad; y auna teoría y práctica. Se trata de una
obra actual que recopila todos los conocimientos madurados en los ultimos años de trabajo y estudio por eminentes investigadores (psicólogos, fisiólogos, biomecánicos, médicos hiperbáricos, logopedas, etc.) y que Stefano y Umberto han sabido reunir tan acertadamente aportando además su enorme experiencia personal como apneístas y como enseñantes. Desde la primera edición en italiano (Corso di apnea, Ed. Mursia, Milán, 2001) han transcurrido cuatro años, de modo que esta edición actualizada introduce cuantas novedades han surgido en este tiempo, así como presenta nuevos apartados que complementan y perfeccionan la edición original. Invito a todos los apneistas y apasionados de las actividades subacuáticas a incluir en sus bibliotecas este libro que, por la confianza de Umberto y Stefano en su antiguo alumno, hoy me satisface enorme · mente prologar. Se trata de una obra profunda y ambiciosa que resistirá el paso del tiempo y abrirá nuevas expectativas y horizontes . la publicación de Curso de Apnea evidencia que, gracias a los precursores de la apnea moderna y a .los apneístas contemporáneos, tantos y de tan alto nivel, la apnea hace ya años que dejó de ser asunto de «extraterrestres» para convertirse en un deporte popular que gana espacio día tras día. Es preciso enten· der la apnea como una filosofía de vida, de equilibrio e integración con la naturaleza en general y el medio original en particular. la apnea, por cuanto es y representa, por las indescriptibles sensaciones que apor· ta al que la practica, constituye un deporte con tanta historia como futuro. Olivier HerrerQ CQuder
Instructor Apnea Academy y miembro de la Comisión de Apnea de la Confederación Mundial de Actividades Subacuáticas - CMAS
10
•
PRESENTACiÓN
')\ (os (ectores, ".p>leístas e ínstructo~es Una tarde de hace algunos años, en la piscina de un pueblo del extrarradio milanés, donde se impartía un curso de apnea, aconteció la siguiente escena. El instruc· tor repetía a su alumno: «Relájate». El aspirante a apneísta, en pie en la parte baja de la piscina, dejaba caer los brazos y bajaba los hombros (como si ése fuera un modo
de relajarse .. ,) con expresión perpleja, que se transformó en verdadero desconcierto cuando el instructor le dio la orden: «No hiperventileslt. El aprendiz lo miró con aire
desmoral izado y parecía decir: «¿Pero, entonces , qué hago?». En aquel pequeño episodio quedaron visibles todas las lagunas didácticas de la apnea moderna. De una parte, estaba el instructor que intentaba transm itir un nuevo modo de concebir la apnea, privilegiando la relajación ante el esfuerzo fisico, sin saber, sin embargo, cómo enseñar estas nuevas técnicas; por otra parte, se encontraba un alumno impregnado de viejas ideas que pensaba que era suficiente con llenar de aire los pul mones para realizar una inmersión. No conseguían entenderse porque, no obstante la buena voluntad de ambos, estaban privados de instrumentos didácticos: para enseñar y para aprender. Este manual ha sido concebido para cubrir tal vacío y para convertirse en un instrumento de comunicación entre alumnos y profesores. En estas páginas hemos recogido, y esperamos haberlo conseguido, todo el conocimiento que en lo s últimos años ha contribuido a cambiar el modo de hacer este deporte. Mucha de la información que encontrarán es fruto d~ nuestra experiencia: hemos aprendido tanto de nuestros errores y de nuestros logros que hemos decidido ponerlos a disposición del público.
Curso de apnea es tambien el resultado del trabajo realizado por los instructores de Apnea Academy, la escuela internacional fundada en 1996, que en estos años se ha convertido en un laboratorio teórico y práctico de altísimo nivel. Durante años recogimos la contribución de las personas a cargo de la enseñanza, y al final nos encontramos con una suerte de manual que ha sido el núcleo originario de este libro. Quizá entre nuestros lectores se esconda un futuro campeón, alguien que logrará escribir su nombre en la historia; no obstante, nuestro objetivo se vería alcanzado si con estas páginas consiguiésemos transmitir el placer por el agua y hacer saber que
11
/
•
la apnea está al alcance de todos, como un modo de entrar en contacto con nuestras raíces acuáticas, una forma de estar bien con nosotros mis mos y con los demás. Pero, sobre todo, nos daremos por satis fechos si con este trabajo transmitiésemos al menos una pequeña parte de nuestra pasión por el mar y por la apnea. Quien espere un manual puramente técnico (q ue también lo incluye), quizá quede decepcionado. Nosotros partimos del pre su puesto de que la apnea es ante todo un deporte mental. La mente debe entrenarse tanto o más que el cuerpo y para muchos esto representa un cambio radical en el modo de pensar y practicar este deporte. Pueden estar seguros que esto, de alguna manera, cambiará también su modo de ser fuera del agua. Este manual no sustituye al instructor. No cometan el error de pensar que basta leer estas pág inas para enfrentarse al mar. Piensen, en cambio, que tienen a su disposición un nuevo instrumento de aprendizaje que pueden usar por módulos, según su nive l tecnico y su preparación. Nosotros proponemos un recorrido didáctico de la teoria (Primera y Segunda Parte) a la práctica (Tercera Parte). Naturalmente, cada lector puede usar y leer el libro en base a la propia curiosidad y exigencias. Nuestro trabajo termina aqui. Nos vemos en el agua.
Umberto Pelizzlu';
srefano Tovaglier;
r
1:2
•
INTRODUCCIÓN
EN APNEA A TRAVÉS DE LA HISTORIA
L
a palabra apnea deriva del griego a-pnoia, sin respiración. Literalmente, no hace referencia a lo «acuático», pero, en el lenguaje corriente y no médico, se utiliza
para referirse a una especialidad deportiva: la inmersión en agua sin la asistencia de un equipo autónomo de respiración. la apnea es un deporte reglamentado, con especialidades bien definidas, reg istro de los récords, atletas de alta competición , cam peonatos mundiales y miles de apasionados que lo practican por diversión. Los orígenes de esta disciplina se pierden en la noche de los tiempos, en un singular conj unto de leyendas, datos históricos y crónicas. Y ello no es ninguna casualidad. la apnea, más que otros deportes, toca los reflejos atávicos del ser humano. Basta pensar que el líquido amniótico en el cual se desarrolla el feto es muy similar al agua del mar; un neonato sumergido en agua nada instintivamente a braza con continuas apneas de 40 segundos, y continúa haciéndolo hasta que aprende a caminar. Si en el individuo este impulso queda oscurecido por la conquista de la posición erecta, en la memoria de la humanidad la práctica de la apnea ha dejado trazas indelebles: leyendas, mitos. relatos de antiguos historiadores, hasta las crónicas más recientes de los atletas de nuestros días que, con sus récords, no sólo han escrito las páginas extraordinarias de la historia de este deporte, sino que han obligado a reescribir manuales enteros de fisiología humana. Cualquie r apneísta habrá oido decir, al menos una vez, la célebre frase del médico francés Cabarrou , cuando fue interrogado sobre la posibilidad que tenía un hombre de descender más allá de los SO m, y sentenció: «i1 s'écrase ... JiI. es decir, se rompe. Esto ocurría antes de que Enzo Maio rca arrancase en Ústica, en 1962 , el testigo de - S1 m volviendo indemne a la superficie. la historia de los récords es la historia misma de la apnea: cada atleta, supe rando el límite de quien lo ha precedido, ha abierto "el cami no a la evolución de las técnicas de inmersión, poniendo a punto una progresión didáctica que ha forjado nue vos campeones. Hemos recogido en esta introducción las etapas principales de la historia de la apnea para permitir a cada lector apropiarse del patrimonto-de conocimientos precedente y con ello entender mejor las técnicas y los ejercicios que encontrará en los capitulas sucesivos, sin contar que la historia de la apnea, a lo largo de los siglos, mantiene inalterada toda su fascinación.
LOS ORíGENES DE LA APNEA, DEL MITO A LA HISTORIA la inmersión en apnea nace de la necesidad de obtener recursos alimenticios del
fondo marino, entre poblaciones asentadas a lo largo de las costas de mares y lagos. Los _comedores d e conchos»
los vestigios más antiguos de la pesca en apnea son los hallazgos hechos por los paleontólogos en la costa del mar Báltico. donde. entre 7.000 y 10.000 años atrás, estaba establecida una comunidad conocida con el nombre danés de Kojkken-
modinger, «los comedores de conchas,.. El nombre fue sugerido por el encuentro de consistentes restos fosilizados de conchas en el asentamiento, un testimonio que presupone el conocimiento y la practica de adecuadas técnicas de inmersión para la recolección de moluscos del fondo marino. En las excavaciones que trajeron a la luz los restos de la civilización mesopotámica, surgida entre los ríos Tigris y Éufrates (4500 a. C.), y en las egipcias de la VI dinastía que reinó en Tebas (3200 a. C.), se han encontrado numerosos objetos ornamentales en nácar, material que sólo se puede obtener pescando conchas del fondo del mar. En todas las culturas surgidas en la cuenca mediterránea seguramente se practicó la apnea, segun confirman tanto los restos arqueológicos como las crónicas de los historiadores griegos y romanos. Muchos historiadores de la antigüedad describen el comercio de la púrpura, preciadísima sustancia colorante destinada al teñido en rojo oscuro de las tunicas de reyes y emperadores (y luego de los cardenales, prínci pes de la Iglesia). El preciado colorante se extrae de la glándula «purpur¡gena~ del
Murex brandaris o del Bofinus brandaris, moluscos gasterópodos muy comunes en el Mediterráneo que, obviamente, sólo podían pescarse en inmersión. La práctica de la apnea, sin duda, formaba parte de la vida cotidiana de las poblaciones del Mediterráneo y queda testimoniada también por numerosos mitos y leyend as llegados hasta nuestros días. Glauco,
•
e l «verde marino-
La figura mitológica más cercana a un apneísta
ante Iilteram es
probablemente la de
Glauco, el «verde marino •. El mito de Glauco pertenece a la civilización minoica que , surgida en la isla de Creta, alcanzó su máximo esplendor entre el 2000 y el 1570 a.
c.,
extendiendo su poder comercia l y mílitar sobre una am plia franja del
Med iterráneo. En el mito minoico, Glauco era hijo de Minos , rey de Creta, y de Pasífae, «aquella que todo i l umina~. De niño cayó en una vasija de miel y se ahogó. Después Poli ido, el adivino, lo devolvió a la vida gracias a una planta mágica. La leyenda llegó a Grecia, pero con la tradición la historia cambió radicalmente: Glauco se convirtió en un pes · cador transformado en dios marino por virtud de una hierba mágica que tenía el poder de hacer resucitar a los peces. Desde su morada en Delos, cada año visitaba 1;
•
105 puertos de Grecia y pronunciaba esperados oráculos para la gente de mar. Varias y desafortunadas fueron sus historias de amor. Enamorado de la ninfa Escila, se encomendó a la poderosa hechicera Circe para que lo ayudara. Fue un grave error; Circe, enamorada a su vez de Glauco, transformó a Escita en un monstruo. Intentó conquistar a Ariadna, abandonada por Teseo en la isla de Naxos, pero le fue sustraída por Oioniso ...
La fi gura del dios marino se encuentra en muchas célebres obras literarias: en las
Mefamorfosis de Ovidio, en Dante, que la recuerda en el Paraíso (canto 1, 68), y, en época más reciente, ha sido contada por luigi. Ercole Morselli en la tragedia G/auca, y citada por Gabriele D'Annunzio en el Afcyone. Cada artista ha representado a Glauco según la sensibilidad de su época, pero seguramente a todos ha fascinado como ninguno el hombre que puede vivir bajo el agua. la representación visual más segura del dios es la de un mosaico conservado en el «Gabinete de medallas» de París , en el cual aparece la figura de un centauro marino, expresamente señalada con el nombre de Glauco. En la iconografia es frecuente que sé confunda con Proteo y los Tritones. Por ello no puede asegurarse que sea de Glauco, el colosal bu sto del Vaticano. que representa a un dios marino de tupida barba. Pero la figura de Glauco es curiosa también porque en otra versión del mito,
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éste muere en el agua. Se narra que Poseidón, el dios del mar, quedó tan adm irado de una excepcional inmersión suya Que no lo devolvió a la superficie para acogerlo en su corte, entre las náyades y las sirenas. Cuando el cuerpo de Glauco emergió estaba cubierto de algas y conchas. y su barba había adquirido el color del mar. Si la representación artística de Glauco es hija del mito, aquélla que puede verse en un baj orrelieve babilonio de 1885 a.
C. está, en cambio, extraida de la realidad coti -
diana de los pescadores de la época: en la imagen está representado un hombre bajo el agua que respira por un odre colgado del pecho, a través de un tubo que sujeta fuertemente entre los labios. El del relieve babilonio es sólo uno de los tantos «pro· tosubJ heredados de los antiguos . El historiador griego Herodoto, en la narración de la guerra contra los persas, describe cómo en 480 a.
e, en
una noche oscura, el pescador Escila y su hija Cyana,
nadando bajo el agua , cortaron los cabos de anclaje de la flota pe rsa que asediaba Atenas, y destruyeron así las naves del rey persa Jerjes que , empujadas por el mis· tral, se estrellaron contra la escollera. Otro historiador ateniense, Tucídides , cuenta que en 41 S a.
e, dutante el asedio de Siracusa por parte de los atenienses , algunos
buzos fueron a cortar los palos antidesembarco de los siracusanos. También el filósofo Aristóteles relata una empresa análoga efectuada por buceadores griegos que destruyeron las defensas del puerto de Tiro , y precisa Que estos antecesores de los modernos submarinistas usaban la "le beta", una suerte de tubo conectado a una vasija sellada para permanecer má s tiempo bajo el agua. Aristóteles, observador atento
Del miro, o lo historio
de los fenómenos naturales, habla además de los problemas más comunes que, ya entonces, padecían los buceadores (dolores de oídos, sangre en la nariz, etc), e incluso hace alusión a «u na marmita volteada y llena de aire, que permanece estanca, y en la cual el hombre mantiene la cabeza». Ot ra leyenda tiene por protagonista al alumno más célebre de Aristóteles, el rey macedonio Alej andro Magno. Se cuenta que Alejandro decidió desafiar al fondo marino. y de este modo se convirtió en el primer hombre en la historia que se hizo hundir encerrado en una especie de barril de cristal confeccionado a medida. la fábula cuenta que una vez devuelto a la su perfi· cie, Alejandrp Magno sostuvo haber visto un monstruo desfilar por los alrededores durante tres días y tres noches. los urinorores
En época romana, en el siglo
IV
a.
e, se instituyó un cuerpo de verdaderos comman-
dos subacuáticos llamados urinorores, del verbo del lat ín arcaico que significa «ir bajo el agua», que tenía diversas tareas asignadas que preveían. aparte de la recuperación de anclas encalladas, el forzamiento de barreras, la defensa submarina e, incluso, acciones de guerra sumergidas. A propósito de los urinorores, una historia transmitida oralmente se desarrolla en la isla de Mozia (hoy isla de San Panta león), ultimo baluarte de la conquista punica de Sicilia. Mozia, circundada por un brazo de mar llamado «estanq ue grande» de relativo bajo fondo, estaba bien defendida por trece trirremos cartagineses que los romanos trataban de asaltar desde tierra a base de catapultas. A cada asalto, los trirremos levantaban las aneJas y ganaban el mar abierto a través de un estrecho en la extremidad este de la ensenada, lo cual tornaba así vana cada tentativa belicosa del ejército romano. la historia anduvo así por mucho tiempo y de esa manera Mozia resistió a cada asedio, hasta que un cuerpo de urinafores consiguió, trabajando sólo de noche, colocar grandes palos puntiagudos en el fondo del estrecho; contra estos palos encallaron los trirremos cartagineses, que se dice fueron hundidos y sepulta· dos por el fango que recubre el fondo de este pasaje del mar. Recientemente, un submarinista, después de una fuerte marejada, avistó uno; recuperado por completo, hoy se expone en una escuela de Marsala.
Cleopatra. última reina de Egipto (69-30 a. C), pagó a dos buceadores para gastar una broma pesada a su huésped, y enamorado, Marco Antonio. aficionado a la pesca con caña. Nadando bajo el agua y sig uiendo precisas órdenes de la emperatriz, colgaron al anzuelo de la caña de Marco Antonio un pescado de agua salada ... El historiador Tito li vio (59 a. C -17 d. C) nos ha dejado testimonio del reinad9 del macedonio Perseo (2 12-166 a. C.), cuyos buzos recuperaron valiosos tesoros naufragados. Incluso en Rodas, la ley reconocía a los rescatadores una cuota del valor de los objetos y otra de riesgo: a quien bajaba 16 cubitos de profuncjidad (poco más de 7 metros) le corres pondía la mitad de la carga recuperada .
16
,." Si en las culturas del
----,
Mediten~neo son hoy bien visibles las trazas de la práctica
de la apnea en épocas remotas (basta ir a un pueblo de pescadores de esponjas griego para encontrar los antiguos gestos y ritmos de trabajo), no se debe olvidar que esta técnica de inmers ión ha sido y es practicada en todas las latitudes_ El mundo es grande y el mar lo es todavía más; infinitos son las islas y los pueblos que del contacto con el mar han encontrado su razón de vida, motivo de sustento, posibilidad de estudio. los primeros entre todos son los pescadores de los atolones polinesios, aunque también los pescadores de perlas indios, yemeníes y del Golfo Pérsico. Por su parte, las crónicas españolas de la Conquista de ~mérica cuentan la extraordinaria capacidad de los autóctonos de las Anti llas, demostrada en casos de naufragio y en los sucesivos rescates de los galeones hundidos. Despunta, todavía hoy, la experiencia de las ama japonesas y coreanas que desde
Los amo
hace más de dos mil años se ganan la vida con el mismo método de pesca. Son sólo mujeres, divididas en tres clases definidas por la edad y la capacidad de inmersión. Entre los 17 y los SO años pescan de media unas 8-10 horas al día en un agua que difícilmente supera los 10 'C de temperatura, desnudas, con un pequeño taparrabos, y con una red que la s cubre de los hombros a la cintura, cruzada al seno, y que sirve para guardar la pesca . En los primeros tiempos recogían ostras perliferas, y luego, crustáceos y moluscos, entre los cuales se contaban los Qwabi (parecidos a las
HoUoris lomellosa pero de tamaño decididamente superior). Las ama se lanzan al agua y se dejan arrastrar hasta el fondo por una piedra atada a una cuerda que les servirá, en el momento de la emergencia, para alcanzar a fuerza de brazos la su per· ficie. Volviendo a Occidente, con el transcurso de los siglos la historia de la apnea se entrelaza de manera indisoluble con la del submarinismo: el hombre ha buscado siempre superar el limite de la propia respiración con el auxilio de la técnica. la evolución tecnológica ha puesto a disposición de los interesados instrumentos cada vez más perfectos y eficaces que permiten una inmersión más larga en los fondos mari· nos. Ya Leonar do Da Vinci (J 4S2- 1S19) realizó dibujos que ilustraban un equipo submarino rudimentario: un tubo, casi idéntico al que se usa actualmente, guantes palmiformes y una extrañísima escafandra que recuerda extraordinariamente al
(,'m!Jodo aJ¡'mlÍn (le /35.5 cOI/f.Jádo mmo El ¡¡~ahlll1to' ~ub
moderno equipo autónomo de respiración. En los siglos siguientes, la carrera tecno·
!t1'IUí l j,·II.
lógica dejó a la apnea en la sombra. Habrá que esperar hasta el inicio del siglo xx para
PG/á
ver de nuevo en escena a los apneistas.
El so/dm/o
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sallYlrif/fls similar af IJro.n'c/mlo
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Antes de llegar a nuestros días, cuando un gran número de personas se sumergen en el agua en condiciones de gran seguridad, consideramos un deber recorrer la historia de la inmersión profunda en apnea y, por tanto, de los récords modernos.
17
I
LA HISTOIIIA DE LOS IItCOIIDS, EL PIIIMEIIO FUE UN PESCADOII GIIIEGO Para revivir los albores de la apnea profunda tenemos que mirar muy atrás en el tiempo. El escenario es el Mar Egeo. la isla griega de Simi. El protagonista es un hombre.
el pescador de esponjas Haggi Statti. En aquel momento no habría pensado que su nombre iba a ser legendario en la historia de la apnea. Estamos en 1913, V Haggi Statti tiene 35 años cuando se presenta a bordo de la nave de la Real Marina Militar
italiana Regina Margherira, ancla,da en la Bahía de Picadia, en la isla de Karpazos, para recuperar su ancla, hundida en un fondo de cerca de 75 m. En compensación pide una pequeña cantidad de dinero y el permiso para poder pescar con explosivo, terri· ble práctica devastadora del fondo marino. Los médicos de la nave, y en particular, el oficial médico responsable, Giuseppe Musengo, se muestran bastante in crédulos sobre las capacidades reales de este hom· breo De hecho, no tiene las características fisicas de un tipo superdotado fisicamen· te. Statto mide 175 cm y es de cuerpo huesudo y flaco, con unos 60 kg de peso, mus·
11m!!!; SllIlli./}('Sfflf/fll" dI'
culatura grácil, frecuencia cardiaca elevada (entre 80 y 90 pulsaciones por minuto), y
('-5/lOlIj(lS f:!ri,'!!,/I. ffll/!;i1!IIÚí Il'('/I/H.'m,. f'lI
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tiene un enfisema en la parte inferior de los pulmones , una función auditiva reduci· da por la perforación de un tímpano y la falta absoluta del otro. Pero lo que más sorprende es su incapacidad para mantener la respiración fuera del agua durante más de un minuto_ Aún así, los lugareños aseguran que Haggi Staui puede aguantar bajo el agua incluso siete minutos sin respirar, y que ha llegado varias veces a la profundidad de 100 m, haciéndose arrastrar por una piedra fijada a un cabo por el que luego regresa ayudándose con los brazos. Al final, Staui sorprende a todos. Después de algunos días de búsqueda en un fondo de profundidad comprendida entre los 60 y 80 m, recupera el ancla de la Regina Margherita desde una profundidad de 76 m, después de una inmersión de casi 3 minutos. Todos los testimonios, así como lo s escrupulosos informes médicos y de a bordo sobre la autenticidad de este hecho se encuentran disponibles en el Archivo Histórico de la Marina Militar Italiana en Roma. Estupefacto y admirado, el doctor Musengo escribe: «Staui regresa en pleno vigor de sus facultades fisicas después de cada inmersión ; ta l hecho 10 corrobora el modo en que sube a la barca, sin ayuda, y en cómo menea la cabeza para sacudirse el agua de la nariz y las orejas. Ha sostenido haber bajado a 110m de profundidad, con capacidad para resistir a -30 m cerca de 7 minutoslt . En 1912, un año antes de que Haggi efectuase esta empresa, nacía en Hungría el hombre que, nacionalizado italiano, establecería el primer récord de inmersión en apnea: Raimondo Bucher. En 1949, cuando anunció que llevaría consigo a
30 m de
profundidad un pergamino cerrado en un cilindro estanco, y que lo entregaría a un submarinista que lo esperaba en el fondo fangoso de la bahía de Nápoles como si de
18
•
I
un testigo se tratase, los doctos científicos sentenciaron que ese loco capitán de la Aeronáutica Militar moriría aplastado por la presión. En aquellos años, para la medicina oficial, las variaciones fisiológicas ligadas a la profundidad de la inmersión en apnea estaban brutalmente reguladas por la ley de Boyle-Mariotte (p·v=K, el volu-
men de un gas es inversamente proporcional a la presión ejercida sobre dicho gas). No se conocía todavía el fenómeno del blood-shift, o hemocompensación pulmo(1ar: el aire presente en los pulmones, que es compresible, es sustituido por un líquido, en este caso específico la sangre, que no se comprime con la presión (del fenómeno
('(/(lIldo. 1'11 I I).¡. 1). NU¡lIIolldo /f1/1'I1('f' 1I('l'fí fOIl'\'I'¡.(O has/a !.( fUlldo rld 111111; ti :JO IIW/ro,f d,' fimJillldid(lIl. /lf! IJI'rp:aIllÍlIO
blood-shift hablaremos con mayor amplitud en el Capítulo
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No obstante, Bucher intentó la empresa y se convirtió en el hombre más «profundo»
lo opuesto de l3ucher
del mundo. Más tarde confesaría que descendió a aquella cota por una apuesta estipulada con el propio submarinista napol itano que lo esperaba en el fondo: ganó 50.000 liras, que en 1949 constituían una cifra considerable. Bucher abrió el camino a un largo sucederse de record s en peso variable absolu to, donde la máxima profundidad se alcanza con la ayuda de un lastre, sin ningún límite de peso. la superficie puede ser recuperada con el auxilio de un globo . Bucher siguió siendo el hombre más «profundo» del mundo durante dos años, hasta 1951 cuando Ennio Falco y Albe rto Novelli, otra vez en Nápoles, bajaron a - 35 m. Bucher esperó un año y en 1952, en Capri, reconquistó el record con - 39 m. En este período se construyeron las primeras escafandras submarinas para cámaras de cine y la llegada de Bucher a - 39 m constituye el primer record documentado con imáge nes. Resulta muy interesante un detalle del equipo de Raimondo Bucher: el tubo consist ía en un pedazo d e tuber ía de gas. las gafas eran rudimentarias , el volumen interno era notable y los primeros problemas de compensación se presentaban ya en torno a los 10m. Por no hablar de las aletas, hechas de goma muy blanda; el impulso que imprimían era ridículo. Además, también la dimens ión de la pala era reduc ida; existen imágenes de la epoca en las que se ve al apneísta nadando con aletas apenas algo mayores que sus pies . En el año 1956 vuelven a la carga Falca y Novelli, que establecen en Rapal10 el nuevo
El record de Sanrarell i
record mundial, con -41 m. Luego viene un intervalo de cuatro años hasta recibir desde Brasilia noticia de Americo Santarell i . que descendió en Río de Janeiro a - 43. El 1960 es su año de victorias: Santarelli visita Italia y en las aguas del Circeo toca la cota de - 44.
19
Poco después, en Siracusa, Enza Maiorca. el hO[llbre que habría de dominar la historia de la apnea en los treinta años siguientes, baja a - 45 m. Americo Santarelli se desplaza a Santa Margherita, en liguria, y alcanza los -46 m. Ma¡orca, nada impresionado, pone tres metros entre él y el brasileño con una inmersión a -49 m. siempre en aguas locales. Por fin. en 1961, Enza Maiorca alcanza por primera vez en la historia la emblemática cota de - 50 m. Y en 1962. en Ústica, para rebatirse, el siciliano arranca el testigo de - S1 m. la ciencia ha sido clamorosamente desmen· tida. Quién sabe cuál sería el estado de ánimo de Maiorca en el momento en que efec· tuaba el golp~ de riñón que precede al descenso, con toda la medicina dándolo por acabado; en tales circunstancias se ve la grandeza del hombre. Americo Santarelli se retira y Maiorca, sin adversarios, registra un ":53 m en Siracusa en agosto de 1964 y un - 54 m en Acireale en julio del año siguiente. La paz para Maiorca dura poco, pues en 1965 aparecen en el horizonte tres nuevos adversarios: Teteke Williams, Robert ~BobH Croft y Jacques Mayal. Un periodista del momento dijo de estos tres atle·
tas que fueron para Maiorca un rayo en el cielo sereno el primero, un trueno ensordecedor el segundo y una tormenta infin ita el tercero. Jacques Cousreou
la CMAS. Confédération Mondiafe des Activités Subaquatiques. se funda en Mónaco
funda lo (MAS
en 1959 bajo la presidencia del comandante Jacq ues Cousteau. Reagrupa las federaciones, las asociaciones y los organismos nacionales que operan en el sector de las actividades subacuáticas. Sustituye al Comité de deportes subacuáticos de la Confederación internacional de pesca deportiva fundado en 1952. la lengua oficial de la CMA5 es el francés. Hasta aquí la Confédération había homologado todos los récords. La llegada de los nuevos aspirantes coincide con una política más severa: los - 59 m de Williams, en Polinesia en septiembre de 1965; los -60 m de Mayal, establecido en las Bahamas en junio de 1966, y los - 64 m de Robert Croh (Florida, febre· ro de 1967) no fueron aceptados como válidos aunque sí entren, por derecho , en la historia de la inmersión. Enza Maiorca, por su parte, no se duerme en los laureles y en noviembre de 1966, desciende en las aguas de su Siracusa natal a -62 m con todos los honores de la oficialidad. El hecho de que Croh haya llegado a -64 m no lo desalienta: en Cuba , en se ptiembre de 1967, baja a la misma profundidad.
Maiorca y Moyol:
las técnicas de inmersión son diferentes: Croft, fuerte y con una capacidad pulmonar
el desafío
impresionante (n ueve litros y medio). se zambulle desnudo, sin aletas ni gafas , y cuando regresa lo hace escalando por el cabo guía. Mayal, en cambio, introduce las técnicas yoga, y trata de sustituir con la concentración ps íq uica un físico que no es preci o samente de Tarzán. En cuanto a Enza Maiorca, constancia y determinación constituyen los elementos fundamentales de su modo de meterse a capofirto nel turchino, o «de cabeza en el turquesa»l. Croft, que evidentemente no da mucha importancia a la 1 Titulo que da nombre al libro de Maiorca, Enzo. A capa(itto nel t¡¡rchino. Rizzolo. N. de la
20
•
t
\
(MAS, insiste con sus récords: en diciembre de 1967
alcanza, en Florida, los --67 m netos, pero apenas un mes despues, tamb ién en Florida. el francés nacido en Shangai Jaeques Mayol toca los -70 m. El estadounidense responde
en agosto de 1968 con -73 m. Para la (MAS todo es esfuerzo malgastado; no homologa ni una de todas estas presta-
ciones. Después de esto, (raft se ve obligado a salir de escena a causa de un enfisema pulmonar. El estímulo para Enza Maiorca es, en cualquier caso, suficiente para .llevar-
lo en agosto de 1969 a -72 m, y justo un año después, siempre en aguas de Ognina, a - 74 m. Pasa un mes y
Mayol, en Japón, alcanza primero - 75 m y después -76 m. El S de diciembre de 1970 la (MAS, siguiendo una decisión muy severa tomada por la propia comisión médica, comunica que no pretende efectuar ninguna homologación de récords de inmersión en apnea. Una de las
I tj(, filiO n'ri"I/II' d" j arl/;u's IIayo/. pudo' di' 1m I/l/eros I¡:/'I/;/,(js di' "PI/('o.
razones de más peso para ello es el peligro que su pone para los submarin istas de asistencia. Para la (MAS estas marcas tienen sólo un interés científico y la Confederación les concede un académico, aunque inútil , reconocimiento como expe· rimentación. Mayal se alinea con la investigación, mie ntras Maiorca inicialmente no acepta hacer otro tanto, para ceder al final ante el atractivo del espíritu de competi · ción. b:altado por los -76 m de Mayal, Maiorca, en agosto de 1971, descenderá a los abis-
Lo polémico
mas hasta -77 m. Se repetirá con puntualidad en Ognina y en Génova en agosto de
de lo década de 1970
los dos años sucesivos, arrancando el testigo de las cotas -78 m y -80 m. Mayal decide entonces desplazar el desafío a casa del rival y en 1973 se presenta en la isla de Elba, donde supera en unos buenos seis metros al siciliano. La reacción de Maiorca es casi inmediata y al año siguiente elige Sorrento para dar una lección definitiva: en septiembre de 1974 baja a - 87 m. Mayol. desde Elba, el año siguiente toca la cota
-92 m y trece meses después, el 23 de noviembre de 1976, conquista la mitica cot" de
- ror m.
los récords de los dos grandes rivales dejaron en aquellos años una estelQ de
polimicQ que hizo poco honor a la di sci plina. El francés sos tenía que se zambullía en los abismos no para establecer ningún récord sino simplemente para realizar estudios médicos y científicos. El siciliano rebatía que, si Mayal hub iese querido someterse a la experimentación, se habría ido solo en medio del mar, con su equipo de
•
médicos y submarinistas, lejos de las televisiones, los fotógrafos, la pren sa, los j ueces, los comisarios y los patrocinadores. En 1983, Jacques Mayal toca los -105 m y en 1988, en Siracusa, también Enza Maiorca supera el fatídico límite de los - 100 m,justa meta para un grandísimo esfuer-
21
F zo deportivo. Hasta ese momento no existía diferencia entre peso variable reglamentado y peso variable absoluto o no fimits. La distinción, como veremos, se esta-
blecerá. Década de 1980:
En estos treinta años de historia, el equipamiento del apneí.sta registra una evolución
los equipos evolucionan
técnica notable. Las gafas. hasta ahora rellenas de 5ili(ona para reducir el volumen
interno V facilitar la compe nsación, se reemplazan por lentes de contacto. En las cotas
actuales, las posibilidades son dos: bajar sin protegerse los ojos, como hacen la mayor parte de.tos atletas sudamericanos, o emplear lentillas específicas para el mar. También las aletas de goma se sustituyen por aletas más largas y rígidas. Las aletas de competición de última generación alcanzan el metro de longitud y, en los casos más sofisticados, se fabrican en fibra de carbono. Gracias a estas mejoras en los equipos, el hombre ha realizado progresos incre íbles , sobre todo en el descenso en peso constante. Peso consranre:
Esta especialidad tiene una historia rica y fascinante. El peso constante prevé que el
el réco rd de Mal..ula
atleta descienda y regrese a la superficie empujado por la fuerza de las piernas, sin poder nunca tocar el cabo y si n abandonar el lastre que lo ha ayudado a bajar. Con este reglamento, el primero en descender a la cota récord de - SO m fue Stefano Makula, un romano de origen húngaro como Bucher, que en 1978 inicia un desafio personal con Enza Maiorca y sus alumnos Nuccio y Mari o Imbesi. Por su parte, los dos hermanos tocan en septiembre de 1978 los - 52 m, y en el mismo mes Maiorca baja a - SS m. En 1979 Maku la iguala a Maiorca, aunque ambos serán superados por Enzo Liistro, que toca los - 56 m. Nuccio Imbesi hace marcar al profundímetro -57 m en junio de 1980. Pasan 16 meses y Makula, en octubre de 1981, baja a - 58. No acaba aquí porque en noviembre del mismo año Mayol, siempre él , con --6 1 m es el pr imero en batir en peso constante la barrera de los 60 m. Transcurren algunos años de tregua en el ambiente del profundismo mund ial, a excepCión de alguna esporádica aparición de Stefano Makula en peso constante primero y en peso variable después, todas ellas pruebas sin homologar. En 1988, en Giannutri, Makula desciende oficiosamente a - 102 m en peso variable y, un año después, el 23 de octubre, en Panza, es víctima de un grave incidente cuando trataba de alcanzar los - 110m.
«Pipín » Ferreros
Entre tanto en Europa comienza a circular el nombre de un destacadísimo apneísta cubano, Francisco
~ Pipin »
Ferreras , del cual hablan con estupor y maravilla todos
lo s buceadores que visitan la isla caribeña. Se cuenta de una zambullida suya a -67 m en peso constante en el otoño de 1987, y de una sucesiva a -69 m en 1988 en las aguas de Cayo Largo. Estas marcas no son homologadas porque la subida se hizo con la ayuda del cabo, cosa absolutamente prohibida por el reglamento. Aquél fue segu-
22 •
ramente un año importante para el profundismo mundial. Por su parte el francés Frank Messegué, en la isla de Reunión , toca en pe so constante los - 62 m, retomando así la competición en esta especialidad , ocho años después de que su maestro Jacques Mayal hubiese establecido los - 61 m. En Cuba, Pipín asombra de forma oficial en la especialidad de peso variable el 3 de noviembre de 1989, agujereando el mar hasta la cota de - 112 m. Ahora , él es el hombre más «profundo» del mundo. Una aclaración: en ese año 1989 la Federazione Italiana, una de las pocas que conti -
Las modificaciones
nuaron reconociendo los récords de apnea profu~da no obstante el veto de la (MAS,
del
peso variable
publica un nuevo reglamento que deja la modalidad de peso constante sin cambios, mientras modifica algunas normas concernientes a la especialidad del peso variable reglamentado. La nueva reglamentación permite disponer para el de scenso de un lastre equivalente a un tercio del propio peso corporal; el lastre se abandona en el fondo yelatleta sube por sus propios medios, y se prohíbe el uso de cualquier auxilio como globos o trajes ¡nflables. Quedan establecidas oficialmente por la Federazione las especialidades de descenso con peso constante, descenso con peso variable regla· mentado y descenso con peso variab le absoluto o no fimits (el viejo peso variable de Mayol y Maiorca, en el cual se alcanzaba la máxima profundidad con un lastre sin límite de peso y se regresaba a la superficie con la ayuda de un globo hinchable), esta última especialidad sin homologar pero oficiosamente controlada por la presencia de comisarios de la (MAS. Se retoma, decíamos , la competición partiendo de los -62 m de Messegué en peso constante, de los - 87 m de Maiorca en peso variable y de los - 112 m de Pipín en peso variable
no
limits. Pocos meses después de haber establecido los - 112 m, en sep-
tiembre de 1990, tras su traslado a Sici lia , a la corte de Enza Maiorca, Pipín lleva el récord en peso constante de - 62 m a - 63 m y el de peso variable, de - 87 m a - 92 m. Yen ese momento entra en escena Umberto Pelizzari, para sorpresa de Pipín . EllO
El primer record
de noviembre de 1990, en las aguas de Porto Azzurro, establece su primer récord
de Pelizzori
mundial en la especialidad de peso constante , arrebatándoselo a Ferreras y llevándolo a -6S m. Desde ese día se inicia el gran desafio entre los dos. equiparado tantas veces con el que existió entre Mayal y Maiorca en los años precedentes. Pipín, en julio de 1991 , fracasa primero en la tentativa en peso constante , y mejora a cont inuación en el peso variable
no ¡¡mils, baj ando el
día 6 a - 11S m. En octubre del mismo año,
en Porto Azzurro, Pelizzari responde estableciendo en un solo mes -e l d ía 2, el 22 y el 26- los récords mundiales en las tres especialidades: ~7 m en peso constante, - 95 m en peso variable, - 118 m en peso variable no limiu. En mayo de 1992 , en Varadero, en su isla natal , Pipín arrebata a Pelizzari el récord
Un nuevo desafio
más importante , el peso constante, situándolo en - 68 m. Pero sólo por pocos meses,
( 23
•
porque el 17 de septiembre .Pelo» baja dos metros más: - 70 m en Ústica, con motivo de las . Olimpiadas Azules». En el transcurso de la celebración . olímpica», Pipín intenta los - 10 1 m en variable, pero sale en sincope; después , se rehace con -120 m en el no Jimits, el 20 de septiembre de ese año. Pipín no desiste en el peso variable y el 30 de jul io de 1993 en Siracusa olvida el intento de los - 10 1 m y supera a Pelizzari en un metro: - 96 m. En respuesta, Pelizzari el I I de octubre, en las aguas de Montecristo, tras sucesivos aplazamientos debidos al mal estado de la mar, vuel· ve a ser el «sub marinista de las máximas profundidades~ tocando la cota de - 123 m en peso variable no ¡¡mits. Dura poco. Un mes después, el '2 de noviembre , en Freeport, en las Bahamas, Pipín baja a - 125 m. Pasará por esta cota otras tres veces: en julio de 1994 en 5icilia con - 126 m, en noviemb re en Florida con - 127 m y el 30 de julio de 1995, en Siracusa, con - 128 m. Nace lo AlOA
A finales de 1993 nace en Francia, por iníciativa de un grupo de submarinistas, téc· nicos , médicos y apneístas, la AlOA (Association Inrernariona/e pour le Déve/oppment
de I'Apnée). Entre sus objetivos, el reglamentar y uniformar las tentativas de récord mu nd ial en apnea. La AlOA constituye hoy la mayor referencia internacional de la discipl ina. Desde 1994 sus comisarios están presentes en todas las pruebas internacio· nales que esta asociación ampara. El 26 de julio de ese año, en Cerdeña, en Cala Gonone, Pelizzari consigue en peso variable lo que dos años antes había quedado en un intento de Pipin: supera en cinco metros al cubano y se hace con el récord de los - 101 m. Mejorará esta marca el 22 de julio de 1995 bajando a - 105 m. Seis días antes, el 16, había conseguido en Villasimius, un pueblecito a 50 km de Cagliari, el nuevo récord en peso constante: -72 m. A final de septiembre de 1995, Erie (harrier, un corso de 33 años , inte nta alcanzar los - 73 m. Tendrá problemas a su llegada a la superfic ie, por lo que se rá necesa· ria la intervención de los asistentes, cosa abso lutamente prohibida po r el reglamento. Las palabras del notario son claras: «En el momento en el que entra en contacto con el aire, Eric Charrier es víctima del malestar. Enseguida es llevado a bordo de una embarcación de apoyo, donde le es su ministrado oxígeno. Recupera el conocimiento después de cerca de un minuto». Lo CMA5 reconoce
El 1S de diciembre de 1995 la (MAS, bajo la presidencia de Achille Ferrero, con una
los récords
decisión que deja a todos sorprendidos , revisa la posic ión de la Confederación del 5
consronte
de diciembre de 1970 y vuelve a reconocer y homologar los récords en apnea pro-
en
peso
funda, limitándose a la especialidad de descenso en peso constante. Es una elección técnica importante, que valora la más trabajosa y auténtica de las tres especial idades deporti vas. El reglamento para el peso constante no sufre variaciones y la especialidad, a partir de 1996, vuelve a ser reconocida oficialmente por más de 100 países asociados a la (MAS .
•
En la temporada de 1996 aparecen dos nuevos protagonistas: el italiano Gianluca Genoni , amigo fraterno de Pelizzari y durante años su asistente en superficie, que establece el 17 de agosto el récord mundial en peso variable bajando a - 106 m,
y Michel Oliva, el mejor atleta francés en peso constante , que en el mes de octubre iguala el récord de Pelizzari al tocar la cota - 72 m.
Pelizzari se concentra en las dos especialidades con lastre variable y en una semana,
Los nuevos levas de lo
el 9 y el 16 de septiembre de 1996, reconquist~ el récord en peso variable regla-
apnea de comperición
mentado con - 110m y el no limits con - 131 m. En 1997, Genoni lleva a - 120 m el nuevo récord en peso variable reglamentado. En octubre del mismo año, Pelizzari consigue en Porto Venere otro récord en peso constante bajando a - 75 m, primicia que le será arrebatada al año siguiente por el cubano Alejandro Ravelo, que emergerá a - 76 m. El 98 es el año de Cenoni: vuelve a batir el récord en peso variable, dejándolo en -121 m, y en la especialidad no Iimits alcanza los - 135 m. El 6 de junio de 1999 un nuevo nombre francés, Loi'c Leferme , arranca el récord no Jimits a Genon i llevándolo a - 137 m. Cenon; no se rinde, y al final del verano reconquista el primado con - 138 m y pone el variable en - 122 m. Pelizzari, que había permanecido dos años fuera de la competición, entra otra vez en escena el 18 de octubre de 1999 para, a pesar de las adversas condiciones meteorológicas , reconquistar el primado en peso constante alcanzando la profundidad de
Pelizzar; se convierte en el primer hombre que superQ ," inimRginRble cota de los - 150 m en el no limits. Umberto es otra vez
-80 m. En la misma semana,
el hombre más «profundo» del mundo; debido a las pésimas condiciones atmosféri· cas, en esa ocasión deja sin batir el límite de la tercera especialidad, el descenso en peso variable, que conquistará dos años más tarde, en la Isla de Capri, al bajar los - 131 m, victoria que proclama su retiro oficial de la competición , anunciado por el mismo campeón a su salida del agua. De la última generación, y actualmente en competición , hay que señalar al austriaco Herbert Nitch, al griego Manolis Ciankos y al venezolano Carlos Coste, entre los más destacados. En el equipo italiano , encontramos jóvenes promesas y actuales campeones, como Davide Carrera, Alessandro Rignani Lolli y Marco (ircosta . En esta larga secuencia de datos se resumen 50 años de historia, metros con quistados fatigosamente centímetro a centímetro y majestuosos vuelos hacia el abismo. En este medio siglo, una veintena de individuos , motivados por culturas, ambiciones y técnicas diferentes han intentado superar los límites del hombre en apnea,
y de las mujeres, naturalmente.
, ,
LA APNEA FEMENINA la historia de la apnea femenina comienza en la década de 1960. El 26 de julio de
1965. la joven Giuliana "Joll)''' Treleani lleva a - 31 m el récord en inmersión. que hasta aquel momento tenía la alemana Hedy Roessler, quien había bajado el año anterior a -30 m y por tanto había desbancado a Francesca Trombi, con -25 m.
Algunos meses más tarde, la inglesa Evely" Petterson baja a - 33 m en las Sahamas, pero Giuliana recupera el récord con - 35 m en las islas Eolias, el 24 de julio de 1966.
Petterson
resp~nde
con -38 m desde las Bahamas. Giuliana va a Cuba acompañada por
Enza Maiorca y alcanza los - 45 m. Éstos son todos récords en peso variabl e. En aquellos días en Cuba la hermana de la Treleani, Maria. baja a -3 1 m en peso constante. Los hijos de Malorca
las hermanas Maiorca, hijas de Enzo, aparecen en escena en 1978, con Patrizia, que establece el récord en peso constante. El año siguiente se une a ella Rossana, y jun· tas bajan a -40 m. Cuando Patrizia, en 1980, suspende la actividad porque espera un hijo, Rossana llega sola a -45 m. A ello sigue n seis largos años de inactividad hasta que, en 1986, Rossana participa junto a su padre. en las aguas de Crotone, en J'Operazione Picagora, una serie de inmersiones experimentales que concluyen con un nuevo récord a -69 m en peso variable. En 1987, las hermanas Maiorca vuelven a las aguas de Siracusa: Patrizia supera por un metro el récord en peso variable de su hermana y llega a -70 m; Rossana supera en cinco el de peso constante de Patrizia y alcanza los -50 m. En 1988, en Siracusa y con motivo de /'Operazione Aretusa, Patrizia confirma sus - 70 m y Rossana bate los - 80 m. Un año después, el 3 de octubre de 1989, Angela Bandini, una chica de Rimini de 28 años, alu mna de Mayal, supera a todos, hombres incluidos: - 107 m en el variable no limils. Pero entre 1990 y 1993 se hablará só lo de Rossana Maiorca que se centrará en la especialidad de peso constante llevando el récord a -59 m, cota superior a la mayor prestación de papá Enza. Un año después decide retirarse para dedicarse a sus deberes familiares . Actualmente, la escena mundial no cuenta con italianas entre sus protagonistas. Entre las reinas, la cubana Deborah Andallo, ex campeona de natación sincronizada du rante 12 años con el equipo de su país. las mejores marcas de Deborah son: en peso constante -67 m; en peso variable
- 95 m; en peso variable absoluto no timils
-1\ S m. En septiembre de 1998, en Cerdeña, hace aparición en el circo azu l femenino Tanya 5treeter, con -67 m en peso constante. Esta chica, con pasaporte inglés y estadounidense, vive en las islas Caimán, en el Caribe, donde entrena todo el año. Se especializará en la disciplina más dura y más pura, el descenso en peso constante, en la que alcanzará los -70 m. Europa queda bien representada por la turca Yasmin
Dalkilic, jovencísima, y capacitada tanto para vencer a Andollo en la especialidad del variable como a Streeter en el constante. Todos creen que Dalkilic es el atleta que
26
•
,, dominara en el futu ro la escena feme nina, junto a otras jóvenes canadienses. estadounidenses e italianas.
lAS ESPECIALIDADES Descenso en peso constante: el atleta alcanza la máxima profundidad con la fuer-
za de sus piernas para luego emerger de la misma forma, sin poder tocar el cabo de guia; baja y sube con el mismo lastre. Es la espe¡;ialidad más pura, esforzada y significativa para el apneísta. Está igualmente reglamentada por la (MAS. En la actuali·
dad, se han superado los -90 m. Descenso en peso variable reglamentado: el deportista puede utilizar para el descenso un lastre hasta un máximo de 30 kg, mientras debe usar sus propios recuro
sos para la emergencia, es decir, brazos y piernas, sin ningún artilugio ajeno. Las (otas alcanzadas sobre pasan los - 130 m. Descenso en peso variable absoluto o no
Ii",its: el viejo peso variable de
Maiorca y Mayal. El apneís ta alcanza la máxi ma profu nd idad con un lastre de peso ilimitado y vuelve a la superficie con la ayuda de un globo. la verdadera dificultad del uso de esta suerte de _ascensor» radica en la compensación por el brutal aumento de la presión hidrostática; ya se han rebasado los - 160 m. Descenso en inmersión libre: consiste en efectuar una zambu llida en apnea sin aletas, pudiendo ayudarse del cabo guía tanto en el descenso como en el ascenso. En
torno a los -100 m. Apnea estática: el deportista debe permanecer bajo el agua el mayor tiempo posi· ble. Puede asumir cualquier pOSición siempre que las vías respiratorias queden en inmersión . Se han superado los 8 minutos.
Apnea dinámica: consiste en recorrer la máxi ma distancia posible aleteando en inmersión en una piscina. Se rondan los - 190 m .
•
I
PRIMERA PARTE
ANTES DE ENTRAR EN EL AGUA
•
CAPiTULO 1
ACERCARSE A LA APNEA
l apneista no es un superdotado sino una persona normal, que se dedica a esta
E
disciplina porque ha descubierto y vivido las emociones y las sensaciones de
placer y bienestar que sólo la apnea puede hacer sentir. Es un deporte para todos, sin embargo, la práctica de esta disciplina presupone unas buenas condiciones psicofísi -
caso Mejorar las prestaciones depende del conocimiento de uno mismo y de la evolución consecuencia del entrenamiento; por esta razón, desde los primeros pasos es importante comprender qué se entiende por idoneidad para la apnea. Un médico de confianza y un instructor competente pueden ayudar a evaluar el nivel requerido para practicarla y elegir un curso ad hoc. la inmers ión en apnea requiere, además , un equi-
po adecuado y el uso de instrumentos delicados, por lo que es determinante conocer cada componente, cómo colocarse y utilizar el equipo y cómo mantenerlo para prolongar su uso al máximo.
1.1 . LA PI\IME[l,A I\EGlA. VmIFICAI\ LAS CONDICIONES PSICOFislCAS En la introducción definimos la apnea como un «deporte que se realiza en un medio natural. ; indudablemente, es una actividad lúdica que se practica en un medio cuyas características son diferentes de las que hay en tierra firme. Los riesgos derivados de esta actividad son, por tanto, ambientales e individuales, es decir, están ligados al conocimiento de las propias capacidades técnicas, mentales y físicas. Por eso, es fundamental, antes de iniciar un curso de apnea, verificar las condiciones en que nos encontramos. La falta de un buen entrenamiento es la causa más común de accidentes. Apneistas
~eglas
generales
con sobre peso, fumadores, bebedores o en condiciones físicas y mentales ¡napropiadas se exponen con mayor facilidad a correr algun riesgo; en cambio, un apneísta en forma incrementa su seguridad y la del compañero. Para vivir con tranquilidad la emoción de un descenso en apnea, se deben tomar algunas precauciones y adquirir muchas buenas costumbres. Descansar bien y no consumir alcohol la noche anterior, así como respetar los tiempos oportunos de digestión, por ejemplo, nos alejarán de 31
I
un umbral excesivo de estrés y, por tanto, de protagonizar algún accidente. A largo plazo. una adecuada y específica preparación fisica en el agua, la práctica de ciertas técnicas de relajación y de respiración, controles médicos periódicos y una alimenta· ción equilibrada ayudarán a vivir con intensidad y placer emociones que sólo la apnea puede aportar. En concreto, si se:
~1
a
b •
es fumador
•
tiene más de 4S años
•
ha sufrido una intervención quirúrgica reciente
•
presenta sobre peso
a!
•
toma medicamentos
9'
•
sufre de problemas cardiacos o respiratorios
bl
te Y se tiene intención de practicar apnea, una visita médica y una preparación fisica pre·
C(
vias serán importantes para estar dentro de los márgenes de seguridad.
ta
ce Estado card iovascular
El agua es unas 800 veces más densa que el aire, per consecuencia, ofrece al cuerpo
idóneo
una resistencia considerable y produce una dispersión notable de energía; moverse en
ci
un ambiente líquido requiere fuerza y vigor. Todos los deportes que incrementan la
el
resistencia física general -bicicleta, jogging, natación, aeróbic, esquí de fondo, etc.-
SI
estimulan la actividad cardiovascular y son adecuados para la preparación fisica de la
le
apnea. Idoneidad cardiovascular significa un corazón más fuerte y mejor vasculariza·
e:
ción o, dicho de otro modo, una circulación sanguínea eficiente que ayude a una buena
d,
oxigenación muscular. De hecho, todo ello favorece el mantenimiento de la tempera·
o
tura corpo ral dentro de la norma y requiere menos trabajo de los pu lmones, permi-
rT,
Idoneidad pulmonar
tiendo al atleta recuperarse más deprisa entre una inmersión y otra.
.,
Es fácil intuir que un aparato respiratorio eficiente es indispensable para obtener bue-
d.
nos resultados; la ventilación preparatoria de la apnea, sea en estática o en dinámi·
y,
ti,
ca, solicita un marcado empeño de las primeras vías respiratorias, la tráquea y los pulmones. Cualquier circunstancia que limite la respiración, o los intercambios gase-
ta
osos con la sangre, genera problemas que reducen la eficacia de las prestaciones,
CI
pero sobre todo la seguridad. Apneístas con resfriado. gripe, afectados por sinusitis,
p,
sujetos a crisis asmáticas o con una secreción excesiva de las mucosas de los senos frontales o los bronquios deben necesariamente estar controlados por un especialista en medicina subacuática.
1
Una prescripción que todos deberían seguir es la de no fumar. Un examen espiro-
32
,
métrico da la información necesaria para evaluar la eficiencia respiratoria. Se puede ana·
El
lizar dicho examen y comentarlo con el instructor, pero, sobre todo, es interesante con·
d,
IrgO
frontarlo con otro examen al cabo de algunos meses de entrenamiento, pues éste dará
rtas
la oportunidad de evaluar las modificaciones que habrán tenido lugar.
nta-
No se conocen los efectos que la presión ejerce sobre sujetos que siguen una
nea
terapia farmacológica, razón por la que se aconseja zambullirse solamente cuando uno se encuentre bien o, al menos, con la aprobación del médico: renunciar a la apnea en ciertas condiciones precarias de salud es índ ice de madurez, distingue al buen apneísta del desconsiderado. Desde un punto de vista psicológ ico, por
idóne~
se entiende aquél cuya capacidad le
permite reconocer y sobrellevar las emociones ligadas a la apnea, como el temor al agua, a la profundidad, a la pérdida del control en inmersión o en superficie, y, en general, a los factores emotivos connaturales al hombre. En este deporte es preferi · ble hablar de crecimiento psicológico y psicofisico antes que de competición. los fac· tares psiquicos que pueden condicionar la práctica de esta disciplina se relacionan re-
con: el sentido de infe rioridad, de superioridad, las experiencias humillantes, los obstáculos ante las propias aspiraciones y la dificultad de conexión con las personas que comparten el tiempo con nosotros en el agua.
JO
El sentido de inferioridad es un factor que surge ante nuevas tareas o situaciones emotivas sobre las que no ejercemos un buen con trol. Cuando esto sucede,
la
emergen fuertes reacciones ancestrales de huida, desafío o autocrítica. El sentido de
.-
superioridad, por el contrario, nos lleva a exagerar las prestaciones o a minimizar
la
los peligros, pudiendo traducirse en distracciones o en incidentes traumáticos. las
a·
experiencias humillantes, aunque ocasionales, pueden provocar un se ntimiento
la
de inferioridad, la im pres ión de sentirse incapaces en aquello que se está haciendo,
,.
o un sentimiento de hostilidad hacia el instructor o el compañero que tal vez en ese
j.
momento ha pretendido ayudar más de lo debido. la dificultad de conseguir en un tiempo razonable los resultados prefijados puede generar diversos tipos de tens ión
..
emotiva que desembocan en ansiedad . A su vez, los contrastes con el ambiente pue-
j.
y, en consecuencia, minar el aprendizaje en su conjunto.
s
den condicionar el clima en el cual se desarrollan las lecciones o Jos entrenamientos Todas estas dificultades condicionan cada momento de la jornada. Tenemos, por tanto, la obligación de reconocer la caída de nuestras defensas emotivas y asumir sus consecuencias, traducidas en ansiedad, miedos, escasa concentración, etc., para así, poder actuar sobre sus efectos, contrarrestándolos o mejorándolos.
;
1.2.
DE LAS GAFAS AL LASmE: CÓMO ELEGIR EL EQUIPO
Entrar en la hidrosfera, con unas características químicas y fisica s muy distintas a las de la atmósfera en la que vivi mos. requiere el uso de un equipo especial que nos ayude
Psicológicomenre idóneo
f .~.
a adaptarnos al nuevo entorno. Los obstáculos más evidentes son la dificultad para
ver, desplazarse eficazmente, respirar y protegerse del frio. Hoy en día, estos obstáculos han sido superados con la producción de los cuatro elementos básicos para la
inmersión en apnea: las gafas, las aletas. el tubo y el traje de buzo que, según su espesor, requerirá un lastre concreto. Los nuevos materiales y la experiencia de los mejores apneístas puesta a disposición de los fabricantes han permitido, en los últimos años, producir un equipamiento cada vez más confortable y sofisticado, capaz de
aumentar la seguridad , comodidad y, por tanto, las prestaciones de quienes lo utilizan del campeón al neófito. Conocer, usar y mantener el equipo en condiciones adecuadas es un componente importante del bagaje técnico de un buen apneísta. Confiar en el propio equipo es determinante para relajarse, descender con seguridad y divertirse. l as gafos o móscara
En el mercado se encuentran dos tipos de gafas: de gran volumen y de volumen reducido. las primeras se utilizan para el submarinismo con botellas; las segundas son ideales para la práctica de la apnea. En este deporte, unas buenas gafas deben, sobre todo, tener el volumen interno reducido; de hecho, bajando, el buceador está obligado a sustraer aire de su reserva pulmonar para compensar la cámara de aire de las gafas que, a causa de la crecien· te presión hidrostática , se aplastan contra la cara provocando un efecto ventosa. las de consecuencias de este efecto ventosa san muy dolorosas y podrían incluso llegar a la lu rotura de algún capilar de los ojos. Mientras se baja, basta soplar ligeramente por la ta nariz para alejar cualquier peligro; en caso de que esto no sea posible, se debe sus· ja pender el descenso y emerger. Se deduce que cuanto menor sea el volumen de las gafas, menor será la cantidad de aire necesaria para compensarlas en el descenso, a sobre todo, si se baja a cotas medias o altas. Se ha probado que en una inmersió~ c profunda es necesario cerca de un litro de aire para compensar una máscara de volu· t . men reducido.
•
Quien opera en cinco o seis metros, quizá entre las olas , debería utilízar gafas y
con una visibilidad superior, porque la visibilidad es uno de los elementos a tamal d en consideración. la máscara con lentes bifocales responde muy bien a la relación d requerida ent re volumen interno y visibilidad. Hasta hace muy poco, el facial o fal· e dón, en contacto con la cara, se hada de goma más o menos blanda. Hoy, casi todos p los modelos en el mercado han adoptado la silicona, mucho más suave y res istente gé que la goma. El apoyo sobre la cara también se ha mejorado; debe ser lo más anatómico posible y permitir al buceador pinzar con facilidad la nariz para compensar hol· l gadamente. Algunas tienen , incluso, dos fosas que facilitan la introducción de los s dedos. Otro punto a tener en cuenta es la frente. Si el bastidor del cristal , aplastado t por la presión del agua, empujase en exceso sobre el hueso, provocaría un dolor capaz de arru inar la inmersión. Todos los modelos en el mercado permiten regular s de forma rápida la correa de sujeción , incluso en el agua. Basta con pulsar el bloqueo t
\
para Itacu-
[)REVE HISTORIA DE LA MÁSCARA
tra la ~s pe ·
fll In década de 19-10. desp/lés di' la ;5ef.{lIf1da Gllaro I/lIIulial. e.dslífl ef/ el mercado ww máscam de b'O/IIo. la
nejo·
· l/ul/ogof4.r{e., de jábricaúóll fra ncesa. q/le tenía el defeclo básico de I(I,~ gof((.~ dr flolociól/: dejaba fllero la I/ari:. por lo que sólo podía emplearse o PO('us metros dr profllndidad. anU's de qlle la presióf/ aspimse los ojos Jllera de I(/s órbitas (/r qllien las l/eraba. II/clmo las plimeras gaJas que cubrían /a "ori: emll mI/y graf/des y 110 permitía" drM'elldrl' IIIlIcho porque se dl,.iPerdiciaba defllasiado aire pom cOfllpeusarlas. I/asla q/tl!. ell /95/. ('{ profe.wr Lillgi f'1'I'roro. ('Q/U{I'rom(lo cOllla medal/o de oro 01 ~'(flor por "ober hUl/dido solo. el/ /9-13. el/ calidad de hombre Gamma. f'~ (Ieár. dr inclIrsor sllbamólico. matro llares mercal/fes a/ serricio del enemigo . .r después ell/pleado eOll/o ases%~~ réf/liro en la elllpresa C,.('.~si dI' GhlOl'o. palen/a. j/lnlo a las alelas tUouf/iue•• los prime/'(ls CO/l Cal:flllle. las gafas "morc/¡io.; IIl1a fiJ/o/logoggle. que albergaba la flan': cOllfortablemente. Lo fiPillocchio•. q/le loc/ada se fobticu hoy 1'/1 día, es el /IIode/o de iflspiroció/I de lodas lus máscaros de bllcco /IIodernas de redllcido 1'0111111('11 i//(emo. Ir///(lIII/('III('. los esllldios rea!i:ados por las empresas del.s('clor hall perlllitido fabricar lIIóscums específicas paro la /llmeo: pN/lleiias. COII buel/a risibilidad. doladas de dos crislales colocodos e/l e/lllismo plallo.r rOIl 1111 frlCl'ol blof/ o do.l" rOl/for/ahl/'.
¡m os
z de zan, 3das ~n
el
se.
nen Idas
~ rva
len · las
de plastico para liberarla y regularla a voluntad ; soltando, el bloqueo volverá a su
3 1a
lugar fijando de nuevo la correa. Además, tener problemas de vista ya no es una limi·
r la
tación para la practica de deportes subacuáticos. Existen máscaras que permiten alo-
us-
jar lentes correctivas, que pueden sustituir a los cristales sin aumen to.
las
Para elegi r unas gafas adecuadas debemos probar fuera del agua si la máscara se
so,
adapta a nuestro rostro; para ello, se debe alzar la cabeza, apoyar las gafas sobre la
ón
cara V aspirar por la nari z para fijarlas. Si hace ventosa y permanece pegada al ros'
fu·
tro. podemos estar seguros de que en el agua no se produci rán infiltraciones. Cuando estan nuevas, y en part icular, si el faldón es de silicona , convie ne lava rlas por dentro
'as
V por fuera con jabón, detergente o pasta dentífrica, que elimina lo s restos de grasa
lar
de la silicona V evita posteriores empañamientos. No hay que olvidar nunca antes
jn
de entrar en el agua ensalivar los cristales por dentro cuando la máscara
31·
está todavía seca; esto evitará que se empañe durante la inmersión. Al finalizar la
os
practica, no deben deja rse las gafas expuestas a 105 rayos solares; hay que enjua·
te
garlas después de cada uso.
ó¡I-
Llamado también snorkef, del alemán schnorchel, dis positivo de aireación de los
)S
sumergibles , aunque también definición en clave humorística de una gran nariz , el
Ip
tubo es en apariencia simplísimo: lleva una boquilla en un extremo que permite res·
lr
pirar teniendo la cara en inmersión. El tubo es importante en tanto que permite, dadas
Ir
sus características, ventilar en superficie de la mejor manera posible . Se aconseja evi·
o
tar aquéllos con el ángulo corrugado, entre cuyos pliegues se estanca el agua, cosa
El rubo de aireación
33
•
que molesta, hace ruido y dificulta el vaciado. La parte primordial es la sección del aceió tubo: si es muy estrecha, se empleará demasiada energía en el acto respiratorio; si e! punt muy ancha, el apneísta tendrá dificultades para vaciarlo completamente de agua.
l os o le tas
Las aletas son el motor de los submarinistas y quizás sean el elemento que ha expe rimentado la evolución más radical. Hasta hace poco existían sólo aletas de goma dt
tamaño medio, que se utilizaban tanto para la apnea como para la inmersión con
botellas. Después, para uso específico de los apneistas, comenzaron a producirse ale· tas más largas, c;on el calzante de goma y la pala en tecnopolimero de hasta un metr de longitud, sujeta con dos guías y uno o más tornillos. Recientemente, las palas en fibra de carbono aseguran prestaciones de altísimo nivel. La fibra de carbono, aun mater que no está todavía demasiado difundida en el sector subacuático a causa de los alto ~ elegir
costes, se perfila como un factor discriminante , sobre todo en el buceo profundo, por model su gran ligereza y su reducido espesor. Su principal característica es la rapidez dI: los m retorno y la consecuente reducción de los tiempos muertos. La recogida se distingue menO!
por la buena relación peso/ rigidez y la elasticidad del material que, en particular er pero r, la fase de inversión , pe rm ite a la pala ser muy reactiva. Así, cuando el apneísta inviel terísth te la fase del aleteo, la pala reacciona de forma inmediata en ventaja del empuje, po. es la que la fibra de carbono sometida a esfuerzo se dobla de manera uniforme por tod¡i! su superficie.
la pués ( goma lente.
piarlo: En el r las exi o con
etc, e espes( medid
vlas I)in"-' U,II ,j.·1 ai,·I",
e
ma cal ción. (
El ealzante debe reunir dos requ isitos fundamentales: sujetar el pie perfecta la pre~ mente sin constreñirlo y transmitir a la pala el movimiento de los musculos de la! su poc piernas. Por ello, las aletas de buena calidad combinan gomas de diferente dureza.
El
la más blanda se utiliza en la parte que aloja el talón y está en contacto con el tob~ ge a a 110 y el empeine; la más dura se emplea para la planta, los laterales y la parte que ciñt Existe los dedos, aunque los deje libres de moverse como en una sandalia. De esta maner\ tas de el calzante será cómodo de poner y agarrará el pie eficazmente, transmitiendo li entre I
36
Ión del
acción muscular sin dispersión de energía. Las aletas con el calzan te abierto en la
o; si es
punta, que dejan libres los dedos del pie, son la otra patente, junto a la máscara
u•.
'Plnocchio», del profesor Luígi Ferraro: la cRondine., fruto de la experiencia bélica e Inspirada en las aletas secretas y primitivas que masacraban los dedos del incursor
1 expe-
submarino, embutidos en una especie de bolsillo de goma dura.
)ma de ón con ;'Se alemetro
La pala
es el motor que permite propulsar al deportista en profundidad y emerger
con un consumo de energía relativo. La mayoría de las palas del mercado actual son de tecnopolímero, un material elástico dotado de una discreta capacidad de retorno a la posición original. El diseño presenta por lo
g~neral
canales longitudinales y paralelos,
3.las en
que silVen para conducir el agua y para eliminar los bandazos laterales propios del
aun·
material en la ejecución del movimiento. Hoy, en los negocios especializados se pueden
altos jo, por
elegir palas de diferente rigidez, para satisfacer todos los gustos. Encontraremos desde
dez de
105
aingue
menor hidrodinámica. La aleta con la pala nervada tiene una propulsión más eficaz,
Jlar en
pero requiere más fuerza al utilizarla; es necesario, por tanto, evaluar las propias carac-
invier-
teristicas físicas y técnicas para elegir con acierto. No podemos establecer a priori cuál
e, por-
es la aleta ideal; depende del grado de preparación y de la corpulencia de cada uno.
J, IS
>r toda
modelos más blandos, adecuados a quien es ligero con musculatura grácil, hasta mode· muy rigidos, indicados para aquéllos con piernas robustas y corpulentos y con
Las aletas no requieren grandes cuidados, basta enjuagarlas en agua dulce des· pués de cada inmersión y evitar la exposición prolongada al sol, para impedir que la goma del calzante se pueda vulcanizar, haciéndose porosa y, por ello, menos resistente. Al final de la temporada, se deben desmontar los tornillos de las palas y limpiarlos con una gota de antioxidante.
En el mercado existen muchos modelos de traje de apnea que pueden satisfacer todas las exigencias. Escogeremos entre trajes hechos a medida con pantalones de talle alto o con tirantes, monoforrados o biforrados, de color negro, verde , gris, mimetizado, etc., con o sin cremallera. Sobre todo, un traje debe ser caliente , así que tendrá un
El traje de buceo
espesor suficiente para aislar el cuerpo del agua fría. Es indispensable que tenga las medidas adecuadas y un corte que se ciña perfectamente al cuerpo. No deben existir vías de agua que dispersen el calor y debe ser confeccionado en neopreno de ópti ma calidad, es decir, blando y elástico para no constreñir el tórax y limitar la ventilación. Otra característica del buen neopreno es que sea incompresible. Descendiendo,
neeta-
la presión tiende a aplastar el neopreno, cuyo espesor se reduce , perd iendo parte de
de las
su poder aislante y provocando importantes variaciones de flotación.
lureza. ~I
El traje monoforrado es más indicado para quien compite y para quien se sumer-
tobi-
ge a altas cotas todo el año. El traje biforrado conviene a quien se sumerge menos.
Je ciñe
Existe un tercer tipo de neopreno sin forrar, adoptado, casi sin excepción , por los atle-
lanera,
tas de competición. A continuación, trataremos de explicar con detalle las diferencias entre estos tipos de neopreno.
ndo la
37
El monoforrado tiene un único forro que puede ir en el interior o en el exterior, la otra superficie es lisa. La goma en contacto con la piel es suave, caliente y de buena
adherencia; por el contrario, si la parte forrada está en contacto con el cuerpo, tendremos dos ventajas: se pone con facilidad ya que el tejido resbala sobre la piel, ~ tiene un poder térmico mayor fuera del agua; el traje se secará antes al estar el neo-
preno en contacto directo con el aire, ventaja ésta que prevalece sobre todo durante los tras lados en barco en los meses fríos. Si en cambio el forro se aplica en el exterior, el traje será más res istente a los desgarros y abrasiones , en relación con uno liso, pero nos (o~tará más ponérnoslo, pues el neopreno interior no resbala sobre la piel. Un traje está biforrado cuando el neopreno está prensado entre dos forros. Es muy duro, ya que no se rompe contra las rocas y no se desgarra al ponerlo. Presenta en cambio una mayor rigidez con el uso y un menor poder térmico con respecto a uno monoforrado del mismo espesor. No obstante, es el más utilizado entre los submarini ~ tas porque dura mucho más que un traje monoforrado.
Para terminar, hablemos del traje de neopreno microporoso interior y liso exterior, comúnmente llamado « chicle ~ entre los buceadores, en el cual la parte e porosa del neopreno está en contacto con la piel. Las capas de neopreno tiene" n ambos lados vulcanizados y la zona central esponjosa, con muchas celdillas llenas de aire. Las ve ntajas de esta solución son la suavidad y el alto poder térmico , ya que el material poroso se adhiere a la piel y reduce al máximo las infiltraciones de agua, t Pero el chicle tiene dos inconvenientes, es difícil de poner y es más delicado. Cuando l' hace calor, se moja y se rocia con agua enjabonada para facilitar que se deslice sobre la piel. Debemos poner especial atención en su manipulación , pues puede romperse c incluso con la sola pres ión de los dedos. Si en cambio hace frío, y se quiere evitar e e contacto del traje mojado , se puede salpicar con polvos de talco el interior para favorecer el des lizamiento de la prenda. Existen dos tipos de traje: sin forrar y monoforrado. El primero es liso por fuera u y resulta suavísimo, porque conserva la elasticidad característica del neopreno; va f bien en invierno, pues se seca rápido, pero es muy delicado y se rompe con facilj. t dad, basta una uña para perforarlo , y si se roza contra las rocas es muy probable s que se rasgue. El segundo es igualmente caliente, pero tiene la ventaja de ser más te resi stente a abrasiones y desgarros al estar protegido por el forro exterior. Tarda
.,
más tiempo en secarse, por lo que la dispersión de calor en invierno es mayor, sobre El todo, si se producen tras lados en barca.
Los cortes más co munes de un traje de neopreno son el dos piezas y el mono- re pieza. El dos piezas está constituido por una chaqueta y un pantalón, mientras que bi el mono pieza es un traje de corte único con chaqueta y pantalón unidos, que se usa Cl generalmente en aguas cálidas. En el dos piezas la capucha viene incorporada, mien· di tras que en el monopieza constituye un accesorio aparte. El pantalón es preferible sí que sea de talle alto, porque crea menores constricciones al tórax durante la venti la· SE
.38
\
PONERSE EL TRAJE DE llUCEO
" la ~na
(OIl!('I/I'('f//f).1 por pum'mos los pWllolol/{'s: prif/wro IIII(l pierna. despllés la 01,.0, 1~;llol/(:e$. d(' licadafl/t'/I/{'. roW'IIlOs
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.0
:e
ción y es más fácil de quilar que uno de tirantes, en caso de aparecer una urgente
n
necesidad fisiológica en medio del mar,
e
los manguitos estancos en neopreno liso, llamados también aqua stop, para
~I
muñecas, tobillos y contorno facial, merecen una mención especial. limitan las infil ·
1.
¡raciones de agua pero resultan más dificiles de poner; para solucionar el problema
o
recomendamos doblarlos para que el traje resbale,
e
Por lo que se refiere a la manutención y conservación, el traje de apnea debe ser
~
considerado como un indumento. los pliegues son un inconveniente que hacen poco conforrable y fácilmente deteriorables tanto la chaquela como los panlalones ; no con · viene dejar el traje en la bolsa demasiado tiempo, tampoco con el cinturón de los piornos apoyado encima, Como el resto del equipo que hemos [(atado, el traje requiere un enjuague en agua dulce después del uso. Una vez seco, debe colgarse en un lugar fresco y seco; un armario es ideal. Si alguna vez se descosieran las costuras de los trajes forrados , se pueden bloquear quemando el hilo de nailon; los cortes pequeños se pueden reparar con neopreno líquido, a la venta en tiendas especializadas; los cortes de mayor envergadura requerirán la intervención de su proveedor habitual. El cinturón de plomo esta compuesto por un cinturón de goma elástica o nailon y
El cinrurón de plomo
unos plomos . Su función es la de equilibrar el empuje positivo del traje. Por lo que se refiere al cinturón, es preferible usar el de goma elástica. pues mantiene los plomos bien sujetos a la cintura también en profundidad. No hay que olvidar que cuando el cuerpo desciende sufre un aplastamiento debido a la presión hidroslática que hace disminuir el volumen del aire, y si se lleva un cinturón rígido, éSle tiende a rotar sobre sí mismo O a desplazarse hacia el tórax, Para este particular, los cinturones elásticos se adaplan mejor a las variaciones causadas por el aumen l O de la presión, las hebi -
39
I
lIas se fabrican en acero inoxidable y en nailon; la primera es más robusta que la
e
segunda y cierra mejor.
e
Los plomos pueden ser de medio kilo, de un kilo o de dos. Además de estos modelos estándar existen plomos de pinza O desenganche rápido, que se aplican y
(
se quitan fácilmente sin necesidad de desabrochar el cinturón. En caso de variar la
E
plomada en el último momento, podría resultar útil disponer de uno de este tipo ,
e
pues permitiría retirarlo al instante sin quitarse el cinturón. También es importante
r1
añadir una anilla de acero a la cual enganchar el mosquetón de la boya. El último peso
O
aliado opuesto'de la hebilla va fijo, así, si nos viéramos obligados a abandonar ellas·
v
tre en el fondo, podríamos recuperarlo sin perder los plomos, que, de otra manera,
e
se precipitarían en el azul. Para garantizar el buen almacenaje del cinturón conviene
n
seguir algunas pautas. Los cinturones elásticos se conservarán sin pesos ni hebilla, y
ri
espolvoreados con talco; después se enrollarán en amplias vueltas. Los cinturones de nailon entrelazado basta almacenarlos sin los plomos. Como última e importante
L
sugerencia recomendamos no transportar los plomos en la bolsa, pues a la larga
g
dañarían tanto la bolsa como el resto del equipo.
p
INSTRUMENTOS
9 d
El nivel de sofisticación tecnológica alcanzado por ciertos fabricantes ha puesto a dis·
h
posición de la apnea un instrumental compacto y eficaz. Disponer de un reloj , de un profundímetro o de un ordenador mejora la gestión de la apnea en términos de segu·
L
ridad y calidad.
c
a Reloj
El reloj debe ser un utensilio sumergible y resistente a la presión; además de medir
e
las horas que transcurrimos en el agua, si está dotado de cronómetro permite calcu·
e
lar el tiempo de inmersión. Puede ser analógico o digital. En el mercado se encuen·
c
tran gran variedad de modelos y marcas; es importante valorar la legibilidad de la
a
esfera y de las manecillas y el tipo de correa, que se debe adaptar al puño del traje.
s
Existen algunos modelos analógicos que disponen de pantalla digital donde se seña·
r
la la profundidad , que queda memorizada. l
Profundímetro
El profund ímetro es la herramienta que sirve para medir la profundidad. Analógico o
e
digital, los datos deben ser bien legibles. Todo profundímetro de calidad debe indio
a
car la máxima profundidad alcanzada.
(
f Ordenador
Recientemente, también los apneístas han podido informatizarse como sus parientes los submarinistas con equipo autónomo de respiración. Algunos fabricantes han
l
introducido en el mercado un aparato específico para quienes bucean en apnea. Además de la profundidad, del tiempo total empleado para cada descenso, este ins· trumento memoriza cada inmersión y los tiempos de recuperación. Compatible con
.0
\
'ue la
el ordenador doméstico, permite descargar los datos y analizarlos para programar entrenamientos personalizados.
estos
:an y
OTR05 ACCE501l105
iar la
El chaleco se utiliza sobre todo en los meses invernales. Habitualmente, es preferible
tipo,
combinar un chaleco con pantalones que ponerse un pantalón de tirantes, el cual
lante
resulta más incómodo. La capacidad térmica para ambas soluciones es parecida.
peso
Quizá la del chaleco sea superior porque es más cerrado. En cuanto a los materiales,
I las-
vale lo dicho para el traje : existen modelos forrados, biforrados , en varios colores y
1fra,
espesores. Los más frecuentes son de dos o tres milímetros, ya que más grueso
tiene
molestaría, sobre todo cerca del cuello y de las axilas , dado que la chaqueta apreta-
la, y
ría demasiado, y las costuras rozarían contra la piel.
Chaleco
, de ante
la función de los escarpines es mantener los pies calientes y evitar abrasiones y lIa-
3rga
gas en los puntos de rozamiento con el calzante de las aletas. Están hechos de neo-
Escarpines
preno monoforrado o biforrado. Existen escarpines más robustos, con la suela de goma dura para calzar aletas de tira, pero no sirven para la apnea. Si la temperatura del agua lo permite se pueden llevar calcetines de algodón que protegen la piel y no dis-
hacen flotar los pies.
!un ~gu-
los guantes de neopreno protegen del frío, de arañazos y de cortes inevitables
Guanres
cuando se trabaja en contacto con el fondo. En invierno, cuando se enfrían las aguas, resultan indispensables para evitar que después de una hora de permanen~ir
cia en el mar las manos comiencen a entumecerse haciendo dificultosa cualquier
cu-
operación. En contra tienen la pérdida de sensibilidad, cosa muy fastidiosa, que se
en-
compensa en algunos modelos con una rugosidad en la palma que mejora el
la
agarre . Con agua menos fría conviene optar por modelos ligeros, de tela o material
tje.
sintético antideslizante . Sin capacidad térmica apreciable, evitan los rasguños sin
ña-
restar sensibilidad.
!
l a bermuda se pone sobre el traje con la intención de limitar el intercambio de agua )o
entre chaqueta y pantalón. Se utiliza sobre todo en invierno y en los lagos , donde el
di-
agua está más fría. El grosor va de dos a tres milimetros. La talla se elige teniendo en
Dermuda
cuenta los estratos de tela superpuestos bajo la bermuda. Para que desempeñen su función , la cinturilla y el agarre de la rodilla deben estar bien adheridos al cuerpo.
os an
las tobilleras son pequeños pesos alojados en fundas adecuadas que se fijan a los
~a.
tobillos. Sirven para que no floten las aletas. Se usan para la apnea en aguas sorne-
IS-
ras (poco profundas); en profundidad se desaconsejan, pues la presión hidrostática
Jn
vuelve negativo tanto el cuerpo como las aletas. las tobilleras mas usadas son las for-
Tobilleras
4'
madas por un solo plomo, normalmente de medio kilo, dotado de dos fisuras por las
na
cuales un pasador o una tira de ve lcro fijan el cierre. Otro tipo lo constituye un saqui·
del
to de tejido resistente, sellado, relleno de bolitas de plomo y sujeto al tobillo por una hebilla de desenganche rápido. las tobilleras hacen el aleteo en superficie más dificil y, como su peso se suma al del cinturón , la notación y la búsqueda de las necesarias relajación y venti lación antes de una inmersión profunda se verán comprometidas.
ve1
~~
na<
Para la práctica de la apnea en poco fondo resultan indicadas, considerando que la
Se
mayor ventaja será la de una notabilidad mejor equilibrada.
pOI
Cuchillo
El cuchillo sirve para liberarse ante la desafortunada eventualidad de permanecer
COIí
enganchado en el fondo con algún sedal o red abandonada. Para el apneísta, que
con
necesita un equipamiento reducido a lo esencial, van bien los cuchillos pequeños, con
em
la hoja en punta y de diseño limpio. Un lado de la hoja debe ser liso, y el otro den·
bia·
tado para cortar cabos gruesos. la empuñadura depende del gusto de cada uno, lo
das
importante es que permita blandir el cuchillo con seguridad incluso con guantes y que cuando se haga fuerza no se corra el riesgo de cortarse un
Exi:
dedo. la funda de plástico debe tener un mecanismo rápido para
prir
soltarlo. El cuchillo puede fijarse a la pantorrilla, al brazo o a la cin·
resi
tura. Esta última solución tiene un inconveniente: en caso de inevi·
fic íl
tab le abandono del lastre el cuchillo se pierde también. la ventaja
roj<
es una mejor hidrodinámica de las extremidades. Para la manuten·
se t
ción conviene enjuagarlo en agua dulce después de cada inmersión;
fun
para evitar la oxidación, antes de almacenarlo hay que aplicar a la
dar
hoja una capa de grasa con silicona. Si aparecen incrustaciones
liza
ce
ofrt
aceite o con un papel de lija suave. Por último, deben sustituirse
apn
superficiales será suficiente tratarlo con un algodón embebido
periódicamente las correas de la funda antes de que se rompan y afi lar la hoja con regularidad, pues un cuchillo que no corta es un instrumento inútil. linrerna submarino
Este accesorio ilumina el fondo marino para restituir 105 verdaderos colores sustraídos por el agua que filtra la luz solar y alumbrar los valles y las cuevas y guaridas subma· rinas donde reinan las tinieblas. Un buen haz de luz devolverá la vivacidad de los colores y dará la visión de rincones ocultos, inaccesibles a nuestra mirada. El requisito fundamental de una linterna para apnea es que dé luz directa, compacta y potente a aquello que se esconde a nuestros ojos. Debe ser resistente a la presión y de peque·
42
ñas dimensiones, manejable y que abulte poco. la alimentación puede ser de pilas con·
Con
vencionales o de níquel-cadmio (recargables). En general, la segunda solución, aunque
tira~
inicialmente más costosa, a la larga permitirá ahorrar dinero en la compra de pilas. El
el Ci
interruptor es por lo común magnético, por lo que se recomienda no exponer la linter·
gan
Jr las
na a otras fuentes magnéticas que pudieran estropearlo. la parábola y la bombilla
aqui-
determinan las características del haz de luz; en caso de sustituir la bombilla conviene
. una
verificar que el voltaje sea el adecuado para evitar quemarla. Ocasionalmente, se debe
ificil
limpiar la parábola con un paño seco. Y recuerden que en el agua las manos son pre-
Irias
ciosas; fijando con una correa la linterna a la muñeca quedaremos libres para reaccio-
jaso
nar sin la preocupación de tener la mano inevitablemente ocupada .
• Ia Se trata de una lámpara intermitente de dimensiones reducidas que se sujeta al brazo por medio de una tira de velero. Es de
gra~
Estroboscópico
utilidad cuando se ope ra en agua turbia
ter
con poca visibilidad. En los entrenamientos en el lago es indispensable para que el
ue
compañero que hace la asistencia pueda vernos. Alimentada por pilas, generalmente
on
emite haces blancos muy penetrantes en aguas con mucha suspensión. En aguas tur-
n·
bias la estroboscópica es sinónimo de seguridad; no economicen sobre estas medi-
lo
das: es de extremada importanc ia que el compañero pueda vernos.
y
n
,
Existen en el mercado dos tipos de boya, la tradicional esférica y la de torpedo. La
Lo boyo
primera tiene la ventaja de verse cuando hay mar gruesa, la segunda ofrece menos resistencia a quien la arrastra. La boya tiene la misión específica de señalar en superficie la presencia del apneísta, por este motivo se fabrica en colores vistosos como el rojo, el naranja o el amarillo. Las boyas van sujetas al nadador por un mosquetón que se engancha al cinturón y tiene n un cabo algo más largo que la profundidad operativa. Si el cabo fuese demasiado largo , la boya quedada alejada del buceador en exceso y resultaría más difícil de localizar por parte de las barcas en tránsito; si fuera muy corto, ofrecería resistencia durante el buceo, cansando y retrasando al apneísta.
Como su propio nombre indica, los sujetaaletas fijan las aletas al pie. Se trata de tres tiras de goma, dispuestas en forma de aspa, que fijan a la vez el talón, el empeine y el calzante , mejorando la sujeción de las aletas y evitando que, por accidente, se salgan del pie.
Sujerooleros
lo cOJo de los repuesros
Sería una pena renunciar a una jornada de apnea porque se nos rompa la correa de la máscara y no tengamos un repuesto para solucionarlo. Una caja con algunos de los repuestos esenciales y varias herram ientas, como pinzas, destornillador o tijeras. d~bería tenerse siempre a mano. Algunos de los articulas a inclu ir son:
• correa y hebilla para las gafas • tubo de repuesto • desempa~ante para la máscara • silicona en spray • neopreno liquido • hilo y aguja • pilas y bombillas para la linterna • pequeño equipo de primeros auxilios • cuerda de nailon trenzado de 3 mm • encendedor
libro d e inmersión
El libro de inmersión se propone como el diario del apneísta. con fichas donde recoger los resultados de las lecciones de apnea, los entrenamientos y la competición, si se diera el caso. la apnea es un deporte que depende sobremanera del equipo que se emplea y de la experiencia. Es importante recopilar ordenadamente los datos sobre la experiencia práctica. las condiciones de la mar y el equipo utilizado. Resultará un medio eficaz para verificar el aprendizaje. estimulando el diálogo interpersonal necesario en el desarrollo de la propia experiencia; favorecerá asimismo el conocimiento de las propias reacciones y creará una memoria, indeleble en el tiempo, de fácil consulta.
CAPíTULO 2
! de
los
ADAPTACIÓN DEL CUERPO AL AGUA
>s,
C
ada ser de la especie humana ha pasado nueve meses en el vientre materno
antes de nacer, bien protegido en el interior de un saco, el amnios, inmerso en
el líquido amniótico, de unos 500-600 g al final de la gestación, compuesto de agua con albúmina, urea, sales de calcio, de potasio y de sodio, muy similar al agua del mar. Su origen todavía es discutido y su función consiste en proteger al feto de las presiones y los traumas. En general, el líquido amniótico se expulsa antes del parto, en el momento de la rotura de las membranas, cuando ocurre lo que se llama «romper aguas». Su coloración varía según el estadio de gestación, siendo hacia el final de un tono blanquecino. Aunque nuestros orígenes sean acuaticos, no es consecuente nuestra adaptación a este medio, en particular, si después del nacimiento transcurre demasiado tiempo antes de volver a nadar. Sumergirse en un mundo con características fisicas y químicas tan distintas de la tierra firme sobre la que vivimos supone aprender cómo nuestro cuerpo se adapta al agua: 800 veces más densa que el aire, dispersa el calor 25 veces mas deprisa, refracta la luz de manera diferente volviendo la visión subacuatica distinta, e impide oír sonidos inteligibles, pues el sonido se propaga cuatro veces mas rápido. Por ello. es indispensable estudiar algunas leyes físi· cas que expliquen, basandose en las características fisicoquímicas de la hidrosfera, por qué acontecen ciertos fenómenos. Las leyes de Arquímedes, Boyle-Mariotte y Dalton aclararán todo sobre los efectos del cuerpo inmerso en agua, en un ambiente con significativas variaciones de presión, salinidad, transparencia y temperatura. Todo buen apneísta debe poseer estos conocimientos; es la única manera de motivar eficazmente un modo de actuar seguro. En esta parte del manual nos ocuparemos de la adaptación del cuerpo al agua, analizaremos la respiración en tierra firme, la producción de energía muscular y cómo en inmersión cambian la forma de ver, de pensar y de intercambiar calor con el medio.
2.1
LA FíSICA DE LA INMERSiÓN
(onocer las leyes que regulan el comportamiento de un cuerpo inmerso en un líquido es importante para el apneísta, porque de esta manera se minimiza el factor des-
r
conocido, notable responsable del estrés. Se puede , así, contribuir a crear una buena condición de base para la relajación. El princip io de
Comencemos por el enunciado de la ley:
Arquímedes
Un cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje hacia arriba igual al peso del fluido desalojado.
Traduciend9 el enunciado a la práctica, podemos decir que si se apoya sobre la
superficie de l agua la boya de apnea -c uyo peso es de 400 9 (fuerza peso) y el volumen de agua desplazado es de 11(= 1kgh el objeto recibirá un empuje hacia arriba positivo (empuje hidrostático) de cerca de 600 9 y, por tanto, flotará. El empuje hidros-
tático es mayor que su fuerza peso y el objeto se dice que está en flotación positiva. Si se sumerge en agua un cinturón de plomo -que pesa 7 kg Y desaloja sólo 1 I de agua (:::: 1kg}-, éste recibi rá un empuje negativo hacia abajo de 6 kg, Y se hundirá. La fuerza peso, en este caso, es mayor que el empuje hidrostático y el objeto se dice que está en flotación negativa. Para terminar, si a media agua un apneísta equipado pesa 75 kg y desplaza 75 I de agua (:::: 75 kg), los empujes negativo y positivo se anulan. Podremos decir que el submarinista está en flotación neutra, o que la fuerza peso y el empuje hidrostático son iguales y, por tanto, ni va hacia arriba ni va hacia abajo, sino que permanece en la posición en la que se encuentra. Flotación positiva, negativa y neutra: éstas son las tres situaciones con las que el apneísta se enfrenta durante la inmersión. Por tanto, es oportuno adoptar estrategias precio sas para lastrarse, es decir, aportar una cierta cantidad de lastre para 1iT'$ .~ifllf/l'ItI/I/'1 (li_flll/lf/,f: }lOfllcifil/ 11010;11/'(/ (/" 1111 fJ/Jjf'lll !'I/ 1ó/llll'ljicW: jI.,fl/fI,i/l /1/'/11 m. ,'11 11/ 1"11111 1m ,'mJlIIJl'~ ~f' mll//oll '"!lf'nllflll,'(TII ,'/1 11/ ",is",f/ ('ull/, ,,'}l,,'ur/o/l 1II'1t:1I111'{/. (,//11/ 11111'
" l ohJl"'; ~I'
l'rI
ul.(¡lIIdo.
neutralizar la flotación positiva del cuerpo y del equipo: traje , gafas, guantes, escarpines y aletas. El tipo de actividad que se pretende realizar también debe ser considerado para evaluar un buen lastre, Bucear con gafas y tubo en pocos metros de agua, zambullidas profundas, apnea estática, pesca al acecho en profundidad, pesca a la caída, pesca al agujero; cada una de estas situaciones requiere un lastre diferente que garantice la seguridad y el divertimento, La calidad del fluido en el que se sumerge el cuerpo constituye una variable importante para determinar el lastre correcto. ¿Cuánto pesa el agua del volumen des-
> uena
plazado por nuestro cuerpo inmerso? El peso específico del agua dulce es siempre inferior al del agua salada, por tanto, el empuje de flotación es también inferior. Esto significa que el lastre justo en una piscina no será suficiente en el mar porque el agua de mar tiene un peso específico superior por la presencia de sales disueltas. Igualmente, el lastre escogido para el Mar Mediterráneo no será el mismo, a paridad
I al
de equipamiento, que para el Mar Rojo, donde la concentración salina alcanza valores superiores al 40%. Será necesario, entonces , prever un aumento del lastre, cuyas variaciones incidirán también en el empeño muscular, a causa de la mayor o menor
la
resistencia ofrecida a las extremidades que-empujan durante el aleteo. Así, una emer-
lu·
gencia en agua de mar desde - 30 m a la superficie requiere cierta cantidad de ener-
",.
gía muscular, que será muy superior si el esfuerzo se realiza en agua dulce.
'1·
•
a
,
En slntesis, las cuatro grandes variables de la flotación en agua son el equipamiento, la cantidad de aire que hemos inspirado, la densidad del agua y la presión hidrostática que varia en función de la profundidad. Es evidente que un traje de 7 mm de espesor confiere mayor flotabilidad respeclo a uno de 4 mm. Lo mismo resulta para una inspiración máxima respecto a una incompleta. Todo ello se refiere, además, a la profundidad operativa, Que incide de modo determinante sobre la flotación del apneísta. Para concluir, esbocemos la posibilidad de utilizar un lastre móvil a elección de las personas con exigencias particu lares, que deben economizar energías durante el descenso. Los ambientes sumergidos tienen características físicas y químicas muy diferentes del
la presión
ambiente terrestre en el que vivimos. El agua es más densa que el aire y reacciona
H= I D.DDD Presión af m osférica P= lATM= I llg/cm Z -
ATM + ATU= ATA
q
PresiÓl1 ambiellte
-JO tu= 2 ATA -20 tu: 3 ATA -30 tI1: 4 ATA -100 111=1 1ATA
-
= lATU = 2ATU
- JO
111
-20
111
-30
/JI '"
...........
3ATU
~~~~~.~ J ATM= l ,O UBAR=l O 1 J
tI1
iI¡ba r
1.11 H'/IIl's(,l/lrwiríll i!m(irrt r/t· Ir¡ IIIl'úríll UI/l/flJl/h7f(1 11'11 ./m'.~¡ríll ¡'¡rfros/rilim (1'1'1) y/m'ÚÚIl
(¡/l/hiel/lnl Ir Ij.
..7
sobre el organismo produciendo modificaciones importantes. Un aspecto que requie· re la máxima atención es la presión. Cada zambullida expone al cuerpo a variaciones de presión en función de la profundidad: en descenso aumenta, en emergencia disminuye. El aumento y la disminución , como veremos , requieren estrategias de comportamiento que explican el entrenamiento y las técnicas de inmersión empleadas. La física nos enseña que los líquido s no pueden comprimirse, mientras que los gases sí. Nuestro cuerpo está constituido por un 70% de agua y un 30% de sólidos, ambos imposibles de comprimir, y por espacios ocupados por gases, sujetos a variaciones de presión, como aquélla a la que nos sometemos cuando nos sumergimos. Esto explica, por ejemplo, por qué a medida que descendemos los espacios vacíos de nuestro cuerpo y del equipo se van aplastando. Ante este hecho, los oídos, los pul · manes y la máscara deberán ser oportunamente compe nsados, aspecto del que hablaremos en el Capítulo 7. La presión es percibida como un fenómeno de aplastamiento. En las inmersiones en aguas abiertas y a veces en piscinas con profundidad superior a 3 m, una de las sensaciones que hace advertir una variación significativa de la presión es ese fastidioso dolor de oídos, debido a la pre sión ejercida por el agua sobre los t ímpanos , o ese habitual aplastamiento de la máscara sobre la cara, si no se espira breveme nte por la nariz dentro de ella. En física, la presión es una magnitud resultante de la aplicación de una fuerza sobre una determinada superficie:
p= F/S= lkg/lcm' . 1 ATM - 1013 MILIBAR
=
760 mmHg
Con referencia a la inmersión nos interesa definir qué se entiende por: • Presión atmosférica. • Presión hidrostática. • Presión ambiental. Presión armosférico
(ATM ) Presión hidrosrórica (ATU)
Es aquélla ejercida por el peso de una columna de aire de 10.000 m de altura, las dimensiones de la atmósfera, sob re 1 cm 2 situado a nivel del mar. Es la presión ejercida por una columna de agua de 10m de altura sobre cada centímetro cuadrado de un cuerpo en inmersión . Por cada 10m de profundidad el aumento es de 1 ATM.
Presión ambiemol (ATA)
Llamada también presión absoluta, es la suma de la presión atmosférica a nivel del mar, que es siempre de 1 ATA, y de la presión hidrostática, que varía 1 ATA cada 10m de profundidad: ATA = ATM
+ ATU
=
'equíe-
Por ello,
:iones
A nivel del mar
jismi-
A - lO m
npor-
A - 20 m
+ O ATU '" 1 ATA ATA"" 1 ATM + 1 ATU = 2 ATA ATA. I ATM + 2 ATU • 3 ATA
A - 90 m
ATA · I ATM
ATA ::: 1 ATM
+ 9 ATU •
10 ATA
e los 'dos,
las leyes que siguen son necesarias para explicar qué modificaciones produce la
arianos ,
presión durante la inmersión,
; de
la ley de Boyle dice :
)ul~ue
la ley de l30yle y Marione
A temperatura constante , el volumen de un gas es inversamente proporcio nal a la presión que recibe ,
.ta-
ad va la
10
P x V '" K cuando la temperatura es constante, o también:
PI x VI '" P2 X V2 Esto significa que cuando descendemos , el volumen aéreo de nuestros pulmones se reducirá en proporción a la presión, A 50 m de profundidad, un apneísta tendrá un
a
volumen pulmonar 6 veces menor que en superficie , Para ver mejor los efectos de esta ley imaginemos que sumergimos en agua un globo de goma que en superficie tiene un volumen de 6 1. Esto es lo que sucederá:
10 m
p =:! H \
:W
P =:-1 \1\
nl
1/2
\ =2 I
Esto implica que cuanto más se desciende, más aumen ta la presión ambiental, y más se aplasta la máscara contra la cara por efecto de la reducción del volumen aéreo. Analicemos las modificaciones de las gafas durante la sumersión. Si en superficie el volumen de aire encerrado en la máscara es, por ejemplo, de 100 cc, a 10m de profundidad el vol umen interno se habrá reducido a la mitad, SO cc, y la presión se habrá, en cambio, duplicado a dos atmósferas: será necesario espirar aire por la nariz para equilibrar la presión ambiental o los 50 cc de aire a los que ha quedado reducido. Es decir, se trata de transferir aire de las vias respiratorias a la concavidad que forman la~ gafas y así compensarlas. La ley de Da lton
La ley de Dalton dice así: la presión ejercida por una mezcla de gases es igual a la suma de las presiones parciales de los gases que la componen.
Cuando estamos en tierra firme nos encontramos inmersos en la atmósfera, que está constituida por una mezcla de gases, lo que llamamos el aire. los gases que lo componen están presentes en porcentajes distintos. Para favorecer el tratamiento del argumento desde el plano didáct ico hemos simplificado Jos datos reales. Diremos que globalmente:
AIRE =
{
21911 oxígeno (0 2) 78911 nitrógeno (N 2) 0,04911 dióxido de carbon o (C0 2)
Como ya hemos visto, a nivel del mar la presión atmosférica 1ATM = 1 kg/cm 2 = 760 mmHg.
0, = 21%
PI~),
\, = 78%
Pp\, = 0,78
= 0,21
H-I O.OOOm
P
\ ¡rt'
=
""eo, = 0,00..
es:
,y
en
En relación con los porcentajes de los gases que componen el aire, variará la presión parcial de éstos. Dicho en otros términos, significa que a nivel del mar la presión del aire será igual
m
a la suma de Pp O2 + Pp N2 + Pp CO 2 , o lo que es lo mismo:
JO
P aire
la
'" Pp O2
+
Pp N2
+ Pp CO 2
o d 1 ATM - 0,21 ATM
+ 0,786
ATM +.0,004 ATM
El apneísta que hace una sumersión profunda introduce, con la última inspiración, ;
la mayor cantidad de aire posible en los pulmones y de éste sólo una parte. el 21 %, es oxigeno. Durante el descenso, el desplazamiento en el fondo y la subida, todas
sus células respiran para sobrevivir, los músculos se mueven gracias a la energía producida en presencia del oxígeno. El oxigeno metabolizado se convierte en dióxido de (aroono. la presión parcial del oxígeno, Pp O2, Y la presión parcial del dióxido de carbono, Pp COz' variaran en función de la presión ambiental pero también debido a la actividad del apneista. En los pulmones se producen intercambios gaseosos entre la sangre y el aire alveolar -el que llega a los alvéolos pulmonares- , gracias al gradiente de presión de cada uno de los gases. Dallon nos permite estudiar por separado el ciclo del oxigeno y el ciclo del dióxido de carbono, en relación con los porcentajes que componen el aire respirado. Mas adelante (La difusión, pág. 59), veremos cuán importante es la ley de Dalton para entender por qué y cómo ocurre el intercambio gaseoso en los pulmones durante la respiración.
2.2
EL CICLO DEL OXíGENO
De las primeras vías aéreas a los pulmones, de los alveolos pulmonares a la sangre, de los glóbulos rojos a las células de todo el cuerpo, el oxígeno pasa activando los procesos de oxidación que sostienen la vida de las células. Hablar de respiración y de producción energética a escala muscular requiere conocer los aparatos implicados. Comenzaremos, pues, por analizar los aparatos cardiocirculatorio y respiratorio para llegar a descubrir cómo los músculos del atleta emplean el oxigeno para moverse.
APARATO CARDIOVASCULAR Para el apneísta, la actividad del sistema cardiovascular es como el reloj para el maratoniano. Marca el ritmo, le dice cuándo empezar y cuándo acabar. las pulsaciones debidas al paso de la sangre a través de las arterias dan el ritmo a la acción de la apnea. SI
El Corazón
El corazón es el órgano central del sistema circulatorio. Importantísimo para quien practica apnea, determina el ritmo de su preparación, de su inmersión y de la recuperación ent re una prestación y la otra. Es un músculo hueco que tiene la capacidad de contraerse rítmicamente y funciona como una bomba que succiona e impu lsa: aspira la sangre de las venas y la impulsa a la periferia a través de las arterias. Está situado en la cavidad torácica entre los dos pulmones, sobre el diafragma que 10 separa de la cavidad abdominal. En el individuo adulto su peso es de unos 250 g: grande como un puño, tiene la forma de un cono volteado; cuando sus cavidades están relajadas. contiene un poco menos de medio litro de sangre. Su interior está compuesto por cuatro cavidades: dos superiores, las aurículas , y dos inferiores, los ventrículos . En sentido longitudinal distinguimos un corazón derecho formado por la aurícula y el ventriculo derechos, y un corazón izquierdo foro mado por la aurícula y el ventrículo izquierdos. las cavidades derecha e izquierda no se comunican entre ellas, mientras que cada aurícula comunica con el propio ventrículo a través de una válvula sin retorno: la válvula auriculoventricular. De esta forma, la sangre de la aurícula pasa al ventrículo y llenándolo determina el cierre de la válvula, impidiendo el reflujo de la sangre a la aurícula durante la contrac· ción del ventríc ulo. A las aurículas llega la sangre periférica transportada por las venas, mientras que en cada ventrículo nace una arteria, que transporta la sa ngre hacia la periferia. Donde nace cada arteria existe un sistema de válvu las que permite el paso de la sangre pero le impide el camino de retorno.
Las vasos sanguíneos
Los vasos sanguíneos que desde el corazón se dirigen hacia la periferia son las arte' rias; los vasos que con recorrido inverso convergen desde los tejidos y los órganos al corazón son las venas. Las arterias, a medida que se alejan del corazón, se rami fican abundantemente y al mismo tiempo disminuyen de calibre y reciben el nombre de arteriolas; luego , continúan en vasos todavía más finos llamados capila res arte· riales que, a su vez, desembocan en los capilares venosos que confluyen luego en venas de calibre mayor. Los capilares representan el punto de unión de los dos sistemas: arterial y venoso.
Las a rrerias
Las arterias son un sistema de canales de pared muscular y elástica que conducen la sa ngre expulsada por los ventriculos y la distribuyen hacia la periferia a través de una fin ísima red microscópica que alcanza todos los tejidos del cuerpo. Del corazón parten las dos grandes arterias principales: l . Del ventriculo izquierdo parte la arteria aorta, que da inicio al circuito mayor: de aquí fluye la sangre fresca y bien ox igenada que luego se distri· buye hacia la periferia. 2. Del ventrículo derecho parte la arteria pulmonar, que da inicio al circuito
52
menor: desde aquí la sa ngre procedente de la periferia es transportada a los pulmones, donde cederá dióxido de carbono y tomará oxígeno.
la onda de sangre que viene impulsada por la contracción del ventrículo en las arterias principales se propaga, gracias a su pared elástica, a la velocidad de 9 m por segundo; en las arteriolas disminuye hasta 1 mm/s para propiciar el intercambio gaseoso entre la sangre y las células de los tejidos. las venas son conductos encargados de transportar la sangre de la periferia del cuero
Los venas
po hacia el corazón. Nacen en los tejidos como conductos microscópicos, y a lo largo de su discurrir confluyen entre ellas formando vasos de calibre siempre mayor, las vénulas. hasta resultar en dos gruesos troncos: la vena cava superior y la vena cava inferior; ambas entran en la aurícula derecha. La vena cava superior recoge la sangre de la cabeza y del cuello, la vena cava inferior lleva la sangre que proviene del resto del cuerpo. Un tercer tronco principal recolecta la sangre que refluye de los pul· mones y entra en la aurícula izquierda: se trata de las venas pulmonares, que devuelven al corazón la sangre oxigenada y limpia de dióxido de carbono. No es ve rdad, pues, que todas las ve nas lleve n sangre venosa, rica en
COz, y que todas la s
arterias transporten sangre arterial, es decir, rica en oxígeno. Como hemos visto, la arteria pulmonar desplaza sangre pobre de oxígeno y la vena pulmonar, en cam· bio, traslada sangre bien oxigenada. la verdadera diferencia entre arterias y venas en realidad está en el hecho de que las primeras tienen un discurrir centrífugo, transo portando sangre del corazón hacia la periferia y las segundas conducen sangre de la periferia hacia el corazón. O sencillamente: las arterias sacan sangre del corazón, y las venas la introducen en él. los 'capilares son conductos finísimos y microscópicos, que representan el tramo terminal de las arteriolas y el inicial de los vasos venosos. Para hacer entender cuán extensa es la red formada por los capilares, baste considerar que en el hombre la superficie de sus capilares es de unos 6.300 m Z•
CICLO CARDIACO El trabajo del corazón se cumple a través de dos fases distintas que se suceden continuamente: una fase de contracción llamada sístole y una fase de distensión llamada diástole, En la diastólica tanto las aurículas como los ventrículos se encuentran en su periodo de relajación; en este momento la sangre que llega al corazón entra en las aurículas. A medida que las aurículas se llenan, se crea una diferencia de presión entre éstas y los ventrículos todavía vacíos. las válvulas auriculoventriculares, cediendo a la presión de la masa de sangre, se abren, y la sangre pasa a los ventrículos, que en poco tiempo se llenan. En este punto las aurículas se contraen empujan-
Los copilares
do la sangre a los ven trículos , los cuales a su vez entran en fase de contracción. Con el aumento de la presión en los ventrículos las válvulas auriculoventriculares se cierran. La sangre contenida en los ventrículos, a causa de la contracción, pasa a la aorta y a la arteria pulmonar. Aquí termina la fase de contracción o sístole y se inicia la fase de dilatación o diásto· le; nueva sangre llega impulsada a las aurículas y comienza un nuevo cido. En condiciones de reposo, el corazón se contrae 50·100 veces por minuto y bombea cerca de 5 I de sangre. Tal canti · dad aumenta cuando se realiza una actividad física, en caso de trabajo muscular muy fuerte, el flujo cardíaco se incre· menta alcanzando valores superiores a los 20 I por minuto. En un apneísta bien entrenado, la frecuencia cardíaca puede descender a valores notablemente inferiores respecto a la media, alcanzando inclu so las 30-40 pulsaciones, situación muy ventajosa para la apnea. La bradicardia, o reducción de la frecuencia cardiaca, puede ser también induc ida, como veremos en el Capítulo 4, con particu lares técnicas de entre· namiento autógeno, pero sobre todo es uno de los aspectos fisiológicos más interesantes que caracterizan el reflejo de I i/IIÚIl
(11· (o
rirr"llIf'Íú" s(¡"f.,,,IÍII('(/.
inmersión (véase Capítulo 3).
Circuito mayor
la circulación de la sangre se cumple a través de dos sistemas cerrados circulares que
y circuito menor
tienen en común el punto de partida y de llegada: el corazón. Éstos son la circulación pulmonar o circuito menor y la circulación sistémica o circuito mayor. El circuito menor se inicia con la arteria pulmonar, que, desde el ventrículo dere cho, penetra en los pulmones, donde se divide en numerosísimas ramificaciones que forman una tupida red de arteriolas microscópi cas que envuelven la pared de los alvéolos pulmonares. Desde aquí la sangre, después de haberse oxigenado a través de los capilares, pasa a los vasos ve nosos, los cuales a su vez se convierten en las venas pulmonares que entran en la aurícula izquierda. La sangre, entonces, es empujada hacia el ve ntrículo izquierdo a través de la válvu la que los comunica y aquí se inicia el circuito mayor. La sangre sale del corazón por la aorta para ser distribuida al resto del cuerpo a través de arterias y arteriolas. En los tej idos, la sangre arterial cede las sustancias nutritivas y el oxígeno, y recoge las sustancias de desecho de las células y el dióxido de carbono. En este punto el sistema es ya venoso y está devolvien· do al corazón sangre por oxigenar; ésta entra en la aurícula derecha por medio de las venas cavas para luego ser enviada otra vez a los pulmones a través de la arteria pulmonar, dando comienzo de nuevo el circuito menor.
la sangre es una masa líquida que circula por todas las partes del cuerpo por medio del aparato cardioci rcu latorio. Está formada por cuatro componen tes princ ipales: plasma (50%)
• glóbulos blancos (5%)
glóbulos rojos (45%)
• plaquetas
El plasma es una solución de color amarillento constituida por un 93% de agua que transporta los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las sustancias que deben ser distribuidas a todas las cé lul as de l cuerpo: sales, proteínas, grasas y azúcares, además de proteínas especiales, como son los anticuerpos y las hormonas y una cierta cantidad de gas di suelto. Los glóbulos rojos tienen la función de transportar el oxigeno, posible gracias a una sustancia contenida en estas célu las especializadas, la hemoglobina, una molécula compleja caracterizada por terminales de hierro (Fe) que tienen una particular afi nidad con el oxígeno: se oxidan. Cuando la sangre se enriquece de oxígeno adquiere un color rojo vivo; cuando el contenido de oxígeno se reduce, el color se torna rojo oscu ro. El dióx ido de carbono se transporta por varios mecanismos, cerca de la mitad va dis uelto en el plasma y el restante se combina con la hemoglobina de los tejidos, una vez liberado el oxígeno. Cuando alcanza los pul· mones, la hemog lobina cede instantáneamen te el dióxido de carbono y se liga al oxígeno de nuevo. Un individ uo adu lto posee unos 5 I de sang re; cada centímetro Cúbi(O de su sangre contiene cerca de 5 millones de glóbulos rojos.
APARATO RESPIRATORIO la respiración es el proceso de metabolización del oxígeno que se produce gracias a los aparatos card iocircu latorio y respiratorio, por los cuale s la sang re circu lante en el cuerpo se recarga de oxígeno y al mismo tiempo se libe ra de dióxido de carbono. Como para la circulación, un buen conoc imi ento del aparato respiratorio permite entrenar determinadas técnicas, en cuya base se encuentra la manipulación del ritmo respiratorio, como son el entrenamiento autógeno o la respiración diafragmática sobre las que versa el Capítulo 4. Los órganos que se ocupan del intercambio gaseoso son los pulmones . El aire llega a los pu lmones a través de las vías aéreas superiores de las que forman parte las vías nasales y la cavidad bucal. Éstas con tinúan en la tráquea, un conducto que en el lórax se divide en dos: los bronquios princi pales que entran en cada uno de los pulmones. Los pu lmones están colocados en la cavidad torácica, y la ocupan casi por completo. Tienen la forma,
grosso modo, de un cono,
de unos 20 cm de altu ra; el dere-
cho está dividido en tres lóbulos por dos profundas hendiduras ; el izquierdo sólo en dos. Los bronquios se dividen en los bronquios lobulares apenas penetran en los pulmones, luego, se ramifican todavía más en los bronquiolos para acabar formando en los bronquios terminales racimos de microscópicas vesiculas, los alvéolos
Lo sangre
pulmonares. Los intercambios gaseosos entre la sangre y el aire acontecen en estos alveolos . Si se pud ieran extender en un plano horizontal los alveolos pulmonares , estos formarían una superficie de 60·80 m2 • las paredes de las cavidades alveolares son muy finas y el oxígeno que a ellas llega debe atravesarlas por difusión para encono trarse en la sutilisima red de capilares sanguíneos que conducen a la vena pu lmonar.
la respiració n-
La respiración se compone de dos acto s distintos: la inspiración, que consiste en la entrada de aire en los pulmones, y la espiración, que permite la expulsión del aire contenido en ell?s. La mecáni ca de la re spiración es el resu ltado de la acción combi · nada de los músculos de la caja torácica y del diafragma, que, con sus rítmicos movi · mientas de contracción y relajación, aumentan y disminuyen el volumen de la cavidad. Determina, además , las variaciones de flotación en el agua y la disponibilidad de una reserva de oxígeno a favor de la apnea. La inspiración se caracteriza por la contracción de los músculos intercostales externos, con la consiguiente elevación de las costillas, y por la contracción del dia-
fragma, un músculo en forma de cúpula, base de la cavidad torácica. la elevación de las costillas y el descenso del diafragma permiten un aumento volumetrico de la caja. De acuerdo con la ley de Boyle, a medida que su vol umen aumenta, la presión dentro de ella dis minuye respecto de la ambiental reclamando cierta cantidad de aire del exterior: se inspira . Con la espiración , la caja torácica se vacía y el diafragma se
Ilrollllui..ln:(~ IIp:n' ~ill
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* Comunmente asociamos los té rminos respiración y ventilación pulmonar, que significa el flujo del aire, de entrada y de salida, entre la at mósfera y los alvéolos pulmonares (uno solo de los cuatro sucesos fun cionales en los que puede dividirse el proceso, más complejo, que es la respiración). N. del Revisor técn ico.
l
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alza, el volumen del tórax se reduce e, inevitablemente, cierta cantidad de aire se ve forzado a salir de los pulmones: se espira. Con cada acto respiratorio en reposo,
entran y salen cerca de 500 mi de aire (este volumen puede aumentar hasta superar tos 2.500 con una inspiración forzada). Las modificaciones volumétricas del tórax,
esenciales en la mecánica respiratoria, son debidas a los movimientos de las costillas provocados por la contracción muscular pero, sobre todo, por el diafragma. Por esta
razón, para preparar una buena apnea, es necesario adoptar ciertas técnicas de respiración diafragmáticas que garanticen una perfecta venti lación y el mantenimiento del justo equilibrio entre oxígeno y dióxido de carbono, evitando la hiperventilación o el descenso excesivo del anhídrido carbónico contenido en la sangre. los intercambios gaseosos se dan en los alvéolos, el oxígeno deja aquí el aire para penetrar en el torrente circulatorio mientras el dióxido de carbono efectúa el proceso inverso. En un examen espirométrico se evaluan las siguientes características: •
Frecuencia: el numero de actos respi ratorios por minuto (l3-16/ min). Por lo general, es inversamente proporcional a la talla del sujeto.
•
Ritmo: la sucesión de los actos respiratorios.
•
Volumen o aire corriente: cantidad de aire que entra y sale del aparato respiratorio (300-500 mI).
I
Volumen o aire de reser va inspiratoria: cantidad máxima de aire que, des pués de una inspiración normal, puede ser introducida todavía en los pulmones con una inspiración forzada (2.000-3.000 mi).
E~ pirariólI
•
Volumen o aire de reserva espiratoria: cantidad máxima de aire Que se puede todavía expulsar después de una espiración normal con una espiración forzada (1.000· 1.500 mI).
•
Capacidad vital : la suma del volumen corriente y de las reservas inspiratoria y espiratoria (3.500-5.000 mI).
•
Volumen residual: el que queda en el aparato respiratorio después de una espiración forzada (1.000 mI).
•
Capacidad pulmonar total: la suma de la capacidad vital y del volumen residual (6.000ml).
•
Espacio muerto broncotraqueal: de los 500 mi de aire de un acto inspiratorio
sólo 2/3 llegan a los alvéolos, el resto permanece en las vías aéreas superiores. Se tiene un espacio muerto anatómico que corresponde a las cavidades del aparato respiratorio que no contienen alvéolos y un espacio muerto fisiológi -
co que representa el volumen real de gas que no entra en equilibrio con la san gre_ En condiciones fisiológicas las dos variantes deben corresponderse,
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Oxígeno, nitrógeno
los componentes del aire atmosférico importantes para la respiración son el oxige-
y vapor de ogua
no, el nitrógeno y el vapor de agua. Este último permite mantener húmedas las mucosas que revisten las vías aéreas, El oxigeno representa el 21 % del aire y el nitrógeno el restante 79%; el dióxido de carbono se encuentra en cantidades insignificantes, el 0,04%. La composición del ai re inspirado es distinta de aquélla del aire espirado, en
lo que concierne a los porcentajes de oxigeno y de dióxido de carbono. En el aire exhalado, el oxigeno pasa del 2191) al 16,391) y el dióxido de carbono del 0,0491) al 4,5%.
Se trata de los intercambios gaseosos que se producen en los alvéolos pulmonares: parte del oxígeno pasa a la sangre e igual cantidad de dióxido de carbono pasa de la sangre a los alvéolos. Por lo que se refiere al nitrógeno , se puede apreciar un pequeño aumento en el aire espirado. Esta diferencia no es real, sino que va ligada a las variantes del oxígeno y del dióxido de carbono. El nitrógeno atmosférico, de hecho, no participa en ninguna reacción química del organismo, no se meta baliza. No obstante, este gas está disuelto en la sangre y es absorbido por los tejidos, en particu lar, los grasos, sin que se combine nunca con otro componente. Sabemos que la presión atmosférica a nivel del mar es de 760 mmHg. La presión del
La difusión
aire no es otra cosa que la suma de las presiones parciales de los gases que lo componen , siendo la presión parcial de cada gas directamente proporcional a los porcentajes de los gases de la mezcla, según enuncia la ley de Dalton. Se sabe, además, que un gas tiende a pasar de un punto de mayor presión a uno de menor pre sión hasta que la diferencia de presión se equilibre.
La sangre que circula por los capilares de las paredes de los alvéolos pulmonares se encuentra casi en contacto con el aire de los alvéolos. Llega a los pulmones a través de las arterias pulmonares y es sangre pobre en oxigeno, en cuanto procede de los tej idos del cuerpo donde lo ha cedido y se ha enriquecido de dióxido de carbono. En ella, la presión parcial del oxígeno es de 40 mmHg mientras que la del dióxido de carbono es de 46 mm Hg. En el aire alveolar, en cambio, la presión parcial de oxigeno es de 100 mmHg y la de dióxido es casi nula. Para equilibrar la diferencia de presión se crea un flujo por el cual cierta cantidad de oxígeno se difunde del alvéolo a la sangre y cierta cantidad de dióxido de carbono lo hace de la sangre al aire alveolar. En los tejidos del cuerpo ocurre un proceso análogo pero en sentido contrario; la sangre procedente del corazón, rica en oxígeno, entra en contacto con las células y los liquidas de los tejidos, llenos de dióxido de carbono y pobres en oxigeno. Se produce difusión de gases en las dos direcciones, aunque en este caso el oxigeno pasa de la sangre a las células y el dióxido de carbono de las células a la sangre. En este punto, la sangre ha perdido las características de sangre arterial y se transforma en sangre venosa, debe pues retornar a los pulmones para cargarse de oxígeno. El ser humano puede modificar a voluntad el ritmo y la intensidad del acto respiratorio; la función respiratoria puede ser en parte controlada, mientras que, por otro lado, se comporta como un reflejo no condicionado, operativo aunque seamos inconscientes de ello o pretendamos alterarlo. Los impulsos que garantizan esta autonomía proceden de un centro nervioso del encéfalo llamado centro respi ratorio, que envía continuamente impulsos a través de los nervios a los músculos intercostales y el día-
El eSTímulo respiraTorio
fragma. El centro respiratorio recibe información muy exacta acerca de la presión de CO 2 , hecha por receptores químicos que analizan la composición de la sangre. La san gre es examinada en su contenido de dióx ido de carbono; cuando se detecta, aunque sea un pequeño aumento del porcentaj e de dióxido , el centro entra en acción para corregir el exceso de gas y restablecer el equi librio 0 r C02' enviando estímulos al aparato respiratorio y modificando la intens idad y la profundidad de los movimientos. Por esta razón no es posible contener la respiración más allá de un cierto lím ite de tiempo. Las contracciones diafragmáticas, verdaderos puñetazos para el estómago, son una clar.a manifestación del organismo que, habiendo alcanzado valores altos de CO 2, demanda al apneísta que reanude la respiración. Este mismo mecanismo explica también por qué la necesidad de respirar se atenúa después de varias inspiraciones y espiraciones profundas, cuando los valores de COz contenidos en la san gre bajan respecto a la norma. Los músculos
¿Por qué existen atletas que han obtenido grandes resultados en peso constante mientras otros lo consiguen sólo en el variable? Después de todo se han entrenado incesantemente durante años, siguiendo un régimen de vida ascético basado en el ejercicio, el reposo, una férrea dieta y poco más. La respuesta es compleja y depende de muchos (infinidad) pequeños detalles, como el estado mental o incluso la con formación del calzan te o de las palas de las aletas. En un récord de descenso en peso constante, que depende sobre todo de los recursos personales en términos de potencia y resistencia, uno de los principales factores que determ inan la victoria es fisiológico: las fibras musculares de las piernas, sobre todo de los muslos, deben generar en un par de minutos o poco más una cierta potencia, manteniendo bajo el consumo de oxígeno respecto al de los adversarios que descienden en lastre variable. La investigación ha permitido profundizar sobre cómo los músculos humanos se adaptan al ejercicio - o a su ausencia- y en qué medida los músculos de un individuo se pueden modificar para adecuarse a las necesidades de distintas disciplinas, tales como el esfuerzo prolongado de una apnea dinámica, el alternado de un descenso en peso constante o la necesidad de relajación de una apnea estática. La investigación nos permite comprender por qué los plusmarquistas mundiales triunfan , pero también entender mejor las capacidades de las personas corrientes.
Lo estructuro del músculo
La musculatura esquelética constituye el tejido más abundante de l cuerpo humano y uno de los más adaptables. Entrenamientos intensivos con pesas pueden duplicar o triplicar la masa muscular, mientras que la total falta de uso tras un trauma puede reducirla en un 20% en sólo dos semanas . Un músculo es un haz de células o fibras manten idas juntas por el tejido conectivo. Cada una está formada por una membrana y muchos núcleos que yacen esparcidos a lo largo de la fibra, y miles de filamentos internos, las miofibrillas. que se
60
=
encuentran en el sarcoplasma. Las fibras musculares mayores del hombre alcanzan los 30 cm de largo V 0,05-0,15 mm de diámetro y contienen varios miles de núcleos.
las miofibrillas tienen la misma longitud de la fibra y constituyen la parte de las células capaz de contraerse en respuesta a un impulso nervioso. Las células nerviosas motrices o motoneuronas se extienden desde la médula espinal a un grupo de fibras musculares, formando una unidad motriz. En los músculos de las piernas, una sola
motoneurona puede enlazar más de mil fibras musculares. Donde es necesaria gran precisión, por ejemplo, para controlar un dedo o un globo ocular, una motoneurona
controla pocas fibras, incluso sólo una. La contracción de la miofibrilla es completada por sus minúsculos componentes, las sarcómeras, que están en la extremidad de la misma miofibrilla. Cada sarcómera está compuesta por dos proteínas filamentosas, la miosina y la act ina, cuya interacción causa la contracción. Ésta implica el plegamiento de la sarcómera en modo telescópico, donde los filamentos de actina situados en la extremidad del filamento central de miosina resbalan hacia el centro de la miosina misma. Un componente de la molecula de miosina, la llamada cadena pesada, determina las características funcionales de la fibra muscular. En el adulto, esta cadena existe en tres variedades distintas o isoformas, señaladas como 1, U·a y lI·b; las fibras que las contienen llevan el mismo nombre. Las fibras de tipo 1 son llamadas tambien fibras lentas, los tipos U-a y U-b, f ibras rápidas: la máxima velocidad de contracción de una fibra tipo I es de un décimo de la velocidad de una fibra
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61
de tipo II-b; la fibra de tipo II-a es intermedia. Además de los tres distintos tipos de fibras, existen híbridos que contienen dos isoformas de miosina, en proporciones variables. las características funcionales de estas fibras híbridas son parecidas a las del tipo dominante. Lo m a te ria
La velocidad de contracción de las fibras musculares está determinada por el modo
d e los músculos
en que éstas utilizan el adenosintrifosfato (ATP) en la cadena pesada de la miosina para extraer energía. Las fibras lentas se basan en la relativa eficacia del mecanismo aeróbico, mient~as las veloces dependen principalmente del anaeróbico. Así, las fibras lentas son importantes para actividades que requieren resistencia, como la carrera de fondo, el ciclismo o la natación, mientras que las fibras veloces son fundamentales para la potencía, como el levantamiento de pesas, la carrera corta o la apnea profunda , cuando se trata de vencer el empuje hidrostatico al principio de la inmersión O de separarse del fondo al inicio de la emergencia . El adulto medio tiene el mismo número de fibras lentas que veloces, pero como especie los seres humanos presentan una gran variabilidad. Hay personas que en el cuadriceps tienen sólo el 19911 de fibras lentas, mientras otras llegan al 95%. Un individuo con el 95% de fibras lentas podría ser un buen maratoniano, pero no tendría mucho éxito como velocista y aún menos como apneísta; lo contrario sucede con quien tiene sólo el 19% de fibras lentas.
Sacar músculos
Un principio importante que hay que considerar es que las fibras musculares no pueden multiplicarse; envejeciendo se pierde fibra pero no se puede generar nueva. Por lo tanto, un músculo puede agrandarse sólo si sus fibras se vuelven más gruesas. Lo que causa el cambio de volumen en el músculo es la creación de nuevas miofibrillas. La acción mecánica que el entrenamiento ejercita sobre los tendones y las demás estructuras conectadas a los músculos provoca la síntesis de proteínas mensajeras, las cuales activan los genes que inducen a las fibras musculares a producir mas proteínas contráctiles. Estas proteínas, principalmente miosina y actina, son necesarias para la gran cantidad de miofibrillas adicionales producidas por la fibra. Para esti mular la construcción de las nuevas proteínas y mantener una adecuada relación entre volumen celular y núcleos, es necesario sintetizar estos últimos. Las fibras musculares tienen núcleos múltiples que, dentro de la fibra , no pueden dividirse; los nuevos núcleos son donados por las llamadas células satélite . Esparcidas entre los muchos núcleos de la superfiCie de una fibra muscular, las células satélite están separadas de las células musculares, tienen un solo núcleo y se pueden reproducir por división. Después de la fusión con la fibra muscular sirven como fuente de nuevos núcleos para abastecer a la fibra en crecimiento. Las células satélite proliferan en respuesta al entrenamiento. Una teoría muy difundida sostiene que el ejercicio intenso propina minidesgarros en las fibras muscu-
_ lI:oJil':L
lares. las áreas dañadas atraen a las células satélite. que se incorporan al tejido y empiezan a producir proteínas para suplir las lagunas. A medida que estas células se multiplican, algunas permanecen como satélites de la fibra, pero otras entran a formar parte de ella. Sus núcleos resultan indistinguibles de los de la célula muscular, y con estos núcleos adicionales la fibra es capaz de generar más proteínas y crear má.s miofibrillas. Para producir una proteína, la célula muscular, como cualquier otra célula del cuerpo, debe tener un proyecto que especifique el orden en que deben ser colocados los aminoácidos que indican la proteína que será creada. Esta información resi· de en distintos genes del núcleo celular; el pr.oceso por el cual la información sale del núcleo cel ular y entra en el citoplasma, donde las proteínas son sintetizadas. se inicia con la transcripción , que acontece en el núcleo cuando la información del gen, codificada en el ADN, es copiada en el ARN mensajero (ARNm). Éste transporta la información del núcleo a los ribosomas , que ensamblan los aminoácidos de las pro· teínas -por ejemplo. actina o una de las isoforma s de miosina- según el ARNm, proceso denominado traducción.
la transformación de las fibras musculares es posible. Cuando los músculos son
Tra nsformor los músculos
sometidos repetidamente a estímulos se leccionados, como en el entrenamiento con pesas si la carga es medio alta, el número de fibras ve loces II -b disminuye por su transformación en fibras ve loces II-a; en estas últimas los núcleos dejan de expresar el gen lI·b para expresar elll-a. Si el ejercicio intenso continúa (carga elevada, ejecución lenta, número de repeticiones) durante un mes o más, las fibras musculares II -b se transforman en fibras II-a. A la par, las fibras aumentan su producción de proteína
y se vue lven más gruesas. La conversión de las do s fibras veloces, II -a y II-b, es consecuencia natural del entrenamiento y de su interrupción. En cambio, entre los tipos I y II los resultados son menos evidentes. En los últimos 20 años, los experimentos no han demostrado que la conversión sea posible, aunque al inicio de la década de 1990 se obtuvieran indio cios según los cuales un riguroso régimen de entrenamiento puede convertir las fibras lentas en fibras veloces II-a. Si un cierto tipo de ejercicio puede convertir las fibras de tipo I en II -a, seria lógico preguntarse si otro tipo de ejercicio podría lograr lo contrario. El proceso parece posible, aunque hasta ahora ningún estudio lo ha demostrado con certeza. los mejores atletas en deportes de resistencia tienen por lo general altas proporciones de fibras lentas de tipo I - hasta un 9S%- en los principales grupos de músculos, como las piernas. Hasta el momento no sabemos si estos atletas nacieron con un elevado porcentaje de fibras I y luego se orientaron hacia disciplinas de las que podían extraer ventaja dadas sus características innatas. o si fueron gradualmente elevando el porcentaje de las fibras a través de entrenamientos prolongados. Sabemos, en cualquier caso, que las fibras II-a pueden converti rse en el
¿lento o rópido?
tipo 1; el tiempo requerido es mucho más largo si se compara con el necesario para la transformación de las fibras JI-b a II -a. Podria ser que los grandes -maratonianos sean congénitamente distintos. Y también los velocistas. Estos últimos, respecto a los fondistas, tendrían la ventaja de un porcentaje reducido de fibras de tipo 1. Aún así, un aspirante a esprinter con demasiadas fibras de tipo 1 no debe rendirse: se ha demostrado que la hipertrofia producida por los entrenamientos de resistencia hace crecer las fibras de tipo 1. Así, un entrenamiento con pesas puede ampliar la sección del músculo formada por fibras veloces sin alterp,r la relación entre fibras lentas y rápidas. Los músculos
Se trata ahora de entender cuáles son las fibras que le interesa desarrollar al apneísta
del opneisro
para entrenarse en consecuencia. Hasta el presente ninguna investigación ha podido aclarar si un deportista que desciende en peso constante o un pescador submarino debe tener un conjunto muscular prevaleciente de tipo I o 11. las hipótesis formuladas sobre la experiencia de algunos atletas de alto nivel y de los médicos especialistas son contradictorias. Por el momento, nos limitaremos a observar que durante una inmersión profunda en peso constante, el buceador emplea los músculos en una acción veloz y potente (la velocidad de descenso ideal es superior a 1 mi s) para vencer la resistencia del empuje de flotación. luego, este empuje disminuye hasta alcanzar la flotabilidad neutra, a continuación prosiguen la flotabilidad negativa y la caída libre. Podríamos establecer que si al principio se necesita un aleteo potente sostenido por las fibras rápidas de tipo JI-a y JI-b, en la fase sucesiva, la acción del aleteo pasaría por un período de relajamiento muscular durante el cual se regeneran las fuentes energéticas (ATP), en economía de oxígeno, para emplear nueva potencia y velocidad al ini cio del ascenso y durante la subida. En esta fase, la carga sobre las piernas se aligera con la disminución de la presión hidrostática y el aumento del empuje de flotación que lo trae hacia la superficie. En conclusión, podríamos decir que un desarrollo equilibrado de la masa muscular, con igual reparto de los tipos de fibra, sería una combinación ventajosa para el apneísta.
Lo p roducción
Quien practica apnea debe conoce r los mecanismos energéticos que sostienen la acti-
de e ne rg ío m uscular
vidad muscular por dos razones fundamentales: planificar su preparación y distribuir el esfuerzo en el agua para economizar. la capacidad de los músculos para contraerse y relajarse constantemente crea la posibilidad del movimiento; cuanto más se ejercita nuestro físico, más resistente resulta, entendida la resistencia como capacidad motriz. la contracción de los músculos se produce por un estimulo nervioso y por una reacción química que para realizarse necesita energía. Conocer cómo acontece la reacción química que permite la contracción muscular es importante , tanto como aprender cómo se puede adquirir la energía necesaria para sostener largo tiempo la actividad del músculo. la única que el músculo puede utilizar es la energía
química liberada de la escisión del ácido adenosintrifosfato, el ATP. la particularidad
•
del ATP es que puede ser reconstituido por otras reacciones químicas, despues de haber reaccionado, haberse dividido en otras sustancias y haber producido la energía química necesaria para la contracción muscular. Esta característica es básica porque la cantidad de ATP presente en las celulas musculares es muy pequeña y sufi ciente para un número limitado de contracciones; después de los primeros 8-10 segundos debe ser regenerado por otras vías. Nuestro organismo emplea dos modos, a través de los sistemas aeróbico yanaeróbico.
En el sistema aeróbico (fig. inferior), el oxígeno transportado por la sangre sirve para
El sistem a aeróbico
la combustión de las sustancias absorbidas por la alimentación y oportunamente transformadas, que tienen el papel del carburante. Puede ser comparado con el motor de explosión. Se trata, de hecho, de un sistema en el que los músculos funcionan como un motor, en el que el carburante, el glucógeno y el oxigeno, se mezclan en el proceso de oxidación para producir energía química que es transformada por la com bustión mecánica o movimiento. En nuestro caso, la contracción de la fibra muscular acciona el músculo que mueve la extremidad . En el sistema anaeróbico (fig. inferior), las sustancias energéticas de reserva presen -
El sistema anaeróbica
tes en los músculos son transformadas muy deprisa sin el empleo de oxígeno. El uso
de este sistema crea algunos problemas para la reposición, porque necesita un tiem po que permita al oxígeno oxidar los alimentos y transportarlos al músculo para que produzca nueva energía.
SISTEMA AERÓBICO
SISTEMA ANAERÓBICO
Cllll"lí~CII" Cru~II,.
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Prol~' ínll,
65
El mecanismo aeróbico interviene cuando la actividad muscular requiere un empleo energético de intensidad limitada, por lo que el organismo tiene tiempo suficiente para la transformación de los alimentos por medio del oxígeno, y el material energético producido es suficiente para reconstru ir el ATP. En estas condiciones el trabajo muscular puede durar incluso horas, utilizando las reservas alimenticias y el oxígeno de la respi · ración. En este sistema es de particular importanc ia la capacidad del organismo para suministrar oxigeno a los músculos mediante los aparatos respiratorio y circulatorio. Para quien se sumerge en apnea esto resultaría imposible . El único aire del que dispone el apneísta está contenido en sus pulmones y además, durante una inmersión profunda, el blood shift (véase Capítulo 3) induce una vasoconstricción periférica selectiva, por la cual afluye menos sangre, y por tanto, menos oxígeno, a las extremidades. Nuestro organismo utiliza el sistema aeróbico preferentemente en actividades de cierta duración, como los recorridos de larga distancia corriendo, nadando o con esquís de fondo. Una hipótes is acreditada por la experiencia y la observación de apneístas de cate· goría es que el sistema aeróbico interviene sólo en un momento preciso del deseen· so, justo después de haber pasado el punto de flotación neutra, en torno a - 12 m, cuando la acción ya no es tan intensa como en superficie y todavía el blood shift no es significativo. La acción muscular se vuelve más suelta y fluida, no hay necesidad de desarrollar potencia, los valores de oxígeno son todavía buenos y el flujo sanguí· neo a escala periférica es aún importante. El mecanismo anaeróbico, en cambio, interviene cuando el organismo debe producir esfuerzos máximos en tiempos breves. En este caso, se libera una potencia elevada que requiere un notable consumo de enero gía en poco tiempo. Para el buceador en apnea, éste es el mecanismo energético más importante. En este tipo de acciones, los músculos utilizan exclusivamente las sus· tancias energéticas acumuladas, en particular, azúcares. En esta categoría entran actividades como la carrera corta, el salto, el lanzamiento o el levantamiento de pesas. Tal forma de uso de la energía desarrolla en el músculo reacciones químicas diferentes que determinan sensaciones e informaciones corporales muy distintas; reconocerlas es determinante para comportarse en consonancia con aquello que está sucediéndole al organismo. Por ejemplo, nuestro cuerpo reconstituye las reservas energéticas utilizando, además del oxígeno, una elevada cantidad de agua. Por ello, la actividad prolongada estimula la sed. Aunque resulte extraño, en el agua se pier· den líquidos y la sudoración no es la principal responsable, sino la producción de hormonas que estimulan la diuresis. Hay que beber para reconstituir el material energético y evitar la deshidratación que se produce después de una actividad prolongada.
2.0
VER [JAJO EL AGUA
Los ojos están preparados para ver a través del aire, que es un gas con caracteristi·
66
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l .igufllI'llto 111'1 ('I'i~lnlillo
cas físicas bien diversas de las del agua; sin una máscara, la visión subacuática se hace confusa y distinta. Además, el índice de refracción de un líqu ido y de una mezcla de gases varía notablemente. razón por la cual 105 rayos de luz sufren modifica,iones que aprecia el ojo. El ojo es el órgano sensible a las sensaciones luminosas. Es responsable del sentido
El ojo
de la vista, uno de lo s canales a través del cual nos relacionamos con el mundo. Está
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compuesto por el globo ocular y sus anexos . El globo o bulbo ocular es una estructura esférica situada dentro de la cavidad orbital constituida por tres membranas concéntricas , esclerótica, coroides y retina. y una serie de sustancias fluidas o semiflu idas. la esclerótica es espesa, resistente y de color blanco, y se vuelve más fina y transparente en la parte anterior para permitir el paso de la luz, donde recibe el nombre de córnea. La coroides es riquísima en vasos sanguíneos ; en correspondencia con la córnea cambia de aspecto y color, y forma un diafragma muscular que consti tuye el iris. En el centro, el iris es interrumpido por un orificio circular, la pupila. El iris es la parte coloreada del ojo; su co lor se debe a la presencia de célu las pigmen tadas, de cuya densidad dependen la s distintas gradac ion es que varían de individuo a individuo. El orificio de la pupila es de aspecto negro, por él entra la luz a una especie de cámara oscura fotográfica. Si pudiésemos ver un ojo cortado transversalmente, encontraríamos un espacio grande entre córnea e iris , llamado cámara anterior, lleno de un líquido límpido incoloro compuesto sobre todo por agua, el humor acuoso; la luz pasa a través de este líquido antes de llegar a la pupila. l a función del iris es la de regular el tamaño del agujero pupilar, según la intensidad lum inosa del ambiente. Al iris sigue el cristalino, una verdadera lente, convexa por ambas partes, que refracta los rayos de la luz que entran en el ojo. El cristalino es muy transparente y elástico. y puede variar constantemente de forma . De hecho, está con tenido en una cápsu la epitelial , pegada por minúscu las fibras al resto del ojo, que puede ser tensada y aplanada. Cuando cesa la tensión , la lente vuelve a su convexidad habitual. Gracias a esta tensión que hace variar la curvatura es pOSible la visión de cerca o de lejos. Esta forma de regularse se llama poder de acomodación. Una vez at ravesado el cristalino, la luz recorre la cámara posterior, llena de una sustancia semifluida. el humor vítreo. El fondo del ojo, detrás del humor vítreo, está tapizado por la retina, que es como la película sensib le de la cámara fotográfica. las células de la retina están organ izadas sobre nueve estratos, de los cuales el más importante e interesante es aquél en el que están contenidas las células sensitivas responsables del fenómeno visual , los conos y los bastoncillos. Éstos conforman una tupidisima alfombra a la que llega la luz; si los materiales refractados son integros, las imágenes se forman en la retina enfocadas . Por fin , el nervio óptico. conectado con la reti na, transfiere los impu lsos nerviosos al sistema nervioso central, razón ésta para recordar el mantener los ojos bien cerrados cuando la apnea lo permita. para reducir al mínimo la estimulación nerviosa y ahorrar oxígeno. La visión en el aire
los conos de la retina son sensibles a los estímu los ópticos y están especializados en la percepción de los colores. A la luz del día, los rayos atraviesan la córnea, el humor acuoso, la pup ila, el cristalino, el humor vítreo y, al final, se registran en la retina. El cristal ino en foca los rayos luminosos en la parte centra l de la retina, donde los conos
68
l· \ 11 IIBI
~ 0 ~-------------------
son muy abundantes. En este punto, se forma nítida la imagen del objeto mirado. En cambio, los conos situados fuera de la fóvea registran la visión privada de detalles. Por la tarde y por la noche, la luz es demasiado escasa para poder estimular los conos,
pero es suficiente para estimular los bastoncillos, los cuales, a diferencia de los conos, no son sensibles a la frecuencia que consiente el reconocimiento de los colores. los bastoncillos contienen una sustancia roja, la pú rpura retiniana, Que tiene la propie-
dad de descomponerse decolorándose a la luz y de reconstituirse en la oscuridad. Esto explica por qué, cuando se pasa de una estancia iluminada a una oscura, nos quedamos momentáneamente ciegos, hasta que la púrpura retiniana de los bastonci· lIos se reconstituye y nos permite ver en escasas condiciones de iluminación. Como ya dijimos, el agua tiene un índice de refracción distinto respecto al aire. El
Lo visión en e l aguo
punto de enfoque, en consecuencia, cae detrás de la retina y la imagen que es leída por el sistema nervioso central aparece desenfocada. La visión de los objetos es, por ello, imprecisa. La máscara o gafa subacuática asume en esta situación una función correctiva. De hecho, poniéndonosla metemos delante de los ojos una cámara de aire, que permite el enfoque habitual. Aún así, este sistema presenta un inconveniente. Los rayos luminosos alcanzan los ojos del buceador pasando primero a través del agua, después a través del cristal y luego a través del aire aprisionado en las gafas, todos ellos con un índice de refracción diferente. la imagen final que alcanza la retina se ha mod ificado respecto a la aérea: es 33% mayor y está un 25% más cerca. Además de refractar la luz de manera diferente, el agua también la absorbe. Este fenómeno altera los colores del especuo, que son absorbidos a distinta profundidad
""
en relación a su longitud de onda. En los 10 primeros metros desaparecen el rojo y el naranja, entre los 10 Y 20 metros, el amarillo y el verde, más allá de los 20 metros resta solamente el azul. Cuando una inmersión supera los 20 metros, la luz ambien· tal asume una dominante azul, y para ver los colores reales se hace indispensable una linterna, cuya luz artificial restituya como por encanto la extraordinaria policromía de los fondos. Quien haya recogido alguna vez de niño una estrella de mar a apenas un metro de profundidad y la haya traído a la superficie, recordará haber extraido del agua una criatura marroncilla que con la luz solar adquirió un bello rojo brillante, sin saber que estaba, efectuando un verdadero experimento de física.
2.4
EL CALOr,
Cuando se entra en el agua, sea en una piscina, en el mar o en un lago, es experiencia común advertir una sensación de frío, determinada por la dispersión de calor a que nos somete el agua, veinticinco veces más rápida que en el aire. No obstante, son suficientes pocos minutos para que el organismo se aclimate. los vasos sanguíneos periféricos se contraen, reduciendo la afluencia de sangre y retrasando la pérdida de calor corporal; así, se facilita el mantenimiento de la temperatura a 36 oC, favoreciendo las funciones vitales. Si el cuerpo permanece en el agua, el organismo reaccionará buscando calentarse, es decir, moverá los músculos tiritando, ejercicio que agotará la energía disponible en poco tiempo. Si el cuerpo permanece desprendiendo calor, la temperatura comenzará a caer, los escalofríos se volverán más intensos y prolongados, manos y pies se entumecerán y entraremos en situación de generar incidentes mayores. Si la temperatura corporal desciende a 35 oC se verifican las condiciones de la hipotermia, si desciende a 32 oC se anula la capacidad de razonar (de discernir ... Que es muy peligroso) y por debajo de los 32 oC hay un inmediato peligro para la vida. Con agua fría, la decisión de llevar guantes, capucha y escarpines de grosor ade· cuado debe ser tomada atentamente, considerando las variaciones de flotación que el indumento comporta. Si el fria les asalta aún más allá de sus expectativas, no duden en salir del agua y calentarse. Un buen apneista debe saber renunciar a la inmersión cuando las condiciones ambientales lo requieren; recuerden que hacen apnea por diversión y para sentirse bien, nunca para sufrir.
70
CAPíTULO J
ADAPTACIÓN DEL CUERPO A LA APNEA
unque su cuerpo haya evolucionado en tierra firme, incluso en un ambiente tre -
A
mendamente modificado por la civilización tecnológica con respecto a los
patrones naturales, el hombre ha osado desafiar al «sexto continente». Y lo ha hecho desde una posición de inferioridad si la comparamos con la de otros mamiferos. No obstante, ha consegu ido resultados extraordinarios. Durante milenios, el camino ha
sido lento, ponderado, progresivo: primero, la recolección de alimentos en aguas poco profundas; después, de esponjas, de conchas perliferas o de riquezas tragadas por las aguas. a profundidades siempre más vertiginosas. En las últimas décadas del siglo xx y hasta nuestros días, la progresión de la apnea ha registrado importantes logros. El hombre ha resquebrajado el muro de la problematica médica, en apariencia incuestionable, y de las 10.000 preguntas sobre la presión , la dispersión del calor, etc. El cuerpo humano esta constituido en su mayor parte por agua, y el feto, como hemos visto, vive en el líquido amniótico como en un remanso de mar. El recién naci · do, si es parido en inmersión como un minúsculo cetaceo, puede permanecer sumer· gido en agua templada, donde mantendra los ojos abiertos, sin atragantarse, sin agitarse, moviéndose en estilo braza como si alguien se 10 hubiera indicado; se encuentra maravillosamente bien, puesto que esta habituado a vivir en el elemento líquido. Después, con el transcurrir de los meses, esta predisposición natural, si no se cultiva como es debido, se debilita, se pierde en tentativas natatorias torpes, en brazadas caóticas, en llanto y atragantándose; y así, se hace necesario empezar todo de nuevo. la apnea es la suspensión voluntaria y temporal de la respiración . En el hombre es un comportamiento transitorio y de breve duración . De hecho, puede estar semanas sin comer, pocos días sin beber, pero sólo algunos minutos si n respirar. Para el apneísta, la acuaticidad es un componente fundamental, que le permite actuar en un mundo diferente como si fuera su habitat natural y utilizar del mejor modo los pocos minutos de que dis pone. El hábito al agua debe adquirirse de modo lento y gradual, en piscina, en su perficie, en inmersión. Para poder madurar una buena preparación, el atleta debe estudiar con atención su comportamiento. escuchándose y sintiendo el contacto con el elemento líquido sin el auxilio de equipamiento
71
alguno, pues éste sólo se empleará tras la preparación de base. En la actualidad, todas las escuelas reconocen que aquel que consigue , con la voluntad , dominar el instinto de conservación, ha alcanzado un buen nivel , controlando los pensamien· tos e impulsos negativos , causa de ca si la total idad de los inc identes. Hay que recordar que todos los sentidos , bien despiertos y desarrollados para el ambiente terrestre, cambian baj o el agua; si estos cambios no se conocen bien pueden ocasionar graves problemas. En el Capitulo 2 hemos afrontado las alteraciones perceptivas a las que se some· te nuestro cuerpo en inmersión; hemos estudiado cómo en el agua cambia el modo de pensar, de ver y de intercambiar calor. En este capítulo nos ocuparemos de las modificaciones que se producen cuando nos sumergimos en apnea. Comenzaremos por algunas consideraciones importantes sobre la capacidad acuática del hombre para entender cómo el reflejo de inmersión nos asemeja a tantos otros mamíferos. A través del estudio del blood shift (véase pág . 77) profundizaremos en el análisis de las modificaciones cardiorrespiratorias y en su relación con el sistema nervioso.
0. 1
NATURALEZA ACUÁTICA DEL HOMBRE
El parecido entre el hombre y el mar es incre íble, sea desde un punto de vista fisico· funcional o desde un punto de vi sta químico. Nuestro cuerpo está constituido princi' palmente por agua, que alcanza en un adulto hasta el 60% de su masa total, un 80% en el lactante e incluso el 97% en el embrión humano; como indicaba Jacques Mayal «en nosotros hay un verdadero océano». El océano que hay en ti
La afinidad que existe entre el agua del mar y la sangre es extraordinaria. Desde el punto de vista químico, el mar es bastante similar a los líquidos internos de los ani· males y vegetales que hoy lo pueblan, tanto que casi constituye para ellos sangre y linfa externos. Incluso la sangre humana tiene una composición en sales afín a la que se cree que fue la composición del océano en eras precedentes, cuando la vida animal comenzó a manifestarse en nuestro planeta. Todavía hoy en la sangre hay una fuerte concentración de cloruro de sodio , la sal común . las analog ías , aún así, no ter· minan aquí. la sangre alimenta todos los tej idos del cuerpo mediante el transporte del oxígeno y de las proteínas indispensables para la respiración y nutrición de la célula. En cierto sentido, el mar obra de la misma manera con el plancton, que cons· tituye la base de la cadena aliment icia de las distintas especies marinas. Igual que la sangre , tiene una función respiratoria; grac ias al oxígeno disuelto en sus aguas, la casi totalidad de los an imales marinos pueden respirar. El doctor Brooks escribió: «la vida que nació en el mar no pudo iniciar el camino de la tierra hasta que las fuerzas de la evolución no consiguieron crear un organismo capaz de portar consigo un peda·
72
zo de océano •. la vida se ha individualizado de és te pero ha mantenido consigo «un jirón de mar. En lo más profundo de su memoria genética, el hombre posee todavía el recue rdo de su pasado acuático». Si esto es verdad para el hombre ad ulto, qué pensar del neonato que acaba de pasar nueve meses en un ambiente líquido. El feto crece en el vientre materno nutrido y envuelto por el líquido amniótico. En esta fase vive en el agua. Sus pulmones existen pero no funcionan; lo harán por vía refleja después del nacimiento cuando el cordó n umbilical sea cortado. El oxígeno que requieren los millones de células que constituyen el feto está garantizado por la c!rculación sangu ínea, alime ntada por la placenta a través del cordón umbilical, que intermed ia entre el niño y la madre. En las últimas semanas de gestación, el feto empezará a practicar el refleja respiratorio inhalando el líquido amniótico. Otra característica anfibia impresionante del feto concierne al corazón: durante los nueve meses de vida intrauterina, el músculo card iaco se desarrolla transformándose de corazón con dos cavidades, como el de los peces, en corazón con tres cavidades, como el de los reptiles, hasta convertirse en el corazón con cuatro cavidades propio de los mamíferos. Es fácil imaginar la relación íntima, los lazos fortisimos que unen al neonato con el elemento liquido, el caldo pri· mordial del que procede. Por ello, un recién nacido no se encuentra para nada a disgusto si se sumerge en agua, pues parece existir una continuidad entre el agua de la madre y el agua en que se ha inmerso, y por ello, se encuentra en su elemento, como si no hubiera salido nunca de él. Otra cualidad acuática del hombre está ligada también a los primeros momentos de vida: en Jos primeros tres meses, la hemoglobina del neonato tiene mayor afinidad con el oxigeno que la de los adultos. Después, esta propiedad tiende a disminuir gradualmente, lo que desde un punto de vista fisiológico significa que el bebé está en estos tres meses más predispuesto a la apnea. La práctica del parto acuático está ten iendo notable éxito en muchos países. Se considera una técnica moderna, aunque muchas culturas primitivas sumergen a las mujeres en los difíciles momentos de la dilatación y del parto, como práctica derivada de tradiciones muy antiguas. Son ejemplo de ello las poblaciones pigmeas que viven en la se lva atravesada por el río Uturi, en el Congo, algunas tribus que ocupan la Amazonia peruana o los aborígenes de la costa occidental de Australia. Algunos casos de parto en el agua han sido documentados entre las antiguas poblaciones maoríes de Nueva Zelanda y entre los indios de Panamá. Esta fórmula permite evitar el trauma del brusco paso entre el familiar universo líquido del vientre materno y el ambiente seco y desconocido de la vida terrestre. Ha sido realizada una investigación muy completa, con métodos de origen psicoanalítico, sobre una población muestra de niños de 4 a 10 años, todos nacidos en el agua. El porcentaje de individuos extrovertidos, comunicativos y optimistas era cerca del 70% superior a aquél de los niños coetáneos nacidos de partos convencio-
Nacer en el aguo
na les. Según psicólogos y médicos, esto se relaciona con el hecho de que el primer empuje recibido por el neonato en el momento del nacimiento no fue el de la gravedad, violento y hacia abajo, sino el del agua, envolvente, homogéneo y hacia arriba.
Lo vuelTo o los orígenes
El difunto profesor Luigi Odone , docente de Psicología Clínica en la Universidad de Génova, se ocupó durante años del aspecto pSicodinámico y del perfil psicoactitudi nal del apneísta. Sostenía que en el agua, el hombre vuelve a los orígenes, pues durante la vida prenatal experimentó una existencia acuática que luego no olvidará completamente. El inconsciente sabe sobre sus orígenes y sobre la relación con la naturaleza, los elementos, el universo. Hemos nacido como animales marinos, en sentido tanto ontogénico, nacimiento del ser, como filogenético, nacimiento de la especie. Según el profesor Odone, el proceso de desarrollo psicológico del hombre no hace otra cosa que recapitular su precedente proceso de desarrollo biológico. y lo hace más que a escala mnemónica, en el ámbito de la percepCión: allí donde la memoria no llega de manera consciente, se llega de manera inconsciente. En el momento en que nos sumergimos, experimentamos lo que viene definido como una profunda regresión, una capacidad de retorno de la psique al estado de quietud. En el agua recuperamos con alegría aquella dimensión de aquietamiento, de con· fortable seg uridad, de paz, que disfrutábamos en el vientre materno. El nacimiento comporta una dinámica biológica, un empuje a la vida, un esfuerzo por sobrevivir (llorar, moverse, succionar del pezón de la madre , comer, digerir.,,). Desde el momento en que el neonato viene al mundo se interrumpe este estado de homeóstasis, como lo define freud, de equilibrio, que había caracterizado los primeros nueve meses de su vida. En un ambiente acuático nuestra mente es capaz de alcanzar gran armonía con las sensaciones arquetipicas de la quietud y el placer. los dos mundos, el de debajo y el de encima del agua, podrían considerarse paralelos y privados de contacto. En base a este razonamiento se explicaría la posibilidad de actuaciones asombrosas sólo en el elemento líquido. El profesor Odone sostenía la dificultad de describir este fenómeno en términos medicocientíficos; deberíamos simplemente aceptarlo. sin demostraciones. basándonos en nuestro conocimiento directo sensitivo y perceptivo del fenómeno.
0.2
EL REFLEJO DE INMERSiÓN
Para entender el verdadero significado de este reflejo, propio de 105 mamíferos, es necesario observar con atención el comportamiento de un recié n nacido; nos sorprenderá la facilidad con la que está en el agua, se diría que es su ambiente natural. Si a esta primera experiencia se le da continuidad en los primeros meses de vida, dejará sus trazas indelebles en la psique del individuo . Desde qu~ nacemos, llevamos un pequeño bagaje hereditario de reflejos que nos quedan del proceso evolutivo de la
7.
especie. Estos reflejos son actos involuntarios que tienen la función de consentir una primera adaptadón al am biente. Por ejemplo , un recien nacido sumergido en agua realiza automáticamente una apnea, reflejo de inmersión , y nada, reflejo natatorio, adoptando movimientos eficaces. El reflejo de inmersión está en todos nosotros, el apneísta sólo tiene que despertarlo. Desde el punto de vista fisiológico, está caracterizado por una bradicardia. reducción de la frecuencia cardíaca , por una vasoconsIricción periférica selectiva de los órganos resistentes a una condición hipóxica y por una reducción del metabolismo del oxígeno. Cuando nos sumergimos en agua, aunque sea poca, se verifican modificaciones fisiológica s que nos permiten una mejor adaptación al medio liquido. El reflejo de inmersión explica, por ejemplo, por Que los experimentos de apnea en seco o en cámara hiperbárica han dado siempre resultados muy alejados de los relativos a la apnea en el agua. O aclara por qué se obtienen condiciones de relajación física y concentración mental particulares . Además de la ya citada reducción del ritmo cardíaco , se produce una notable dismi-
Los modificaciones
nudón de la presión sanguínea y una relajación muscular general del aparato loco·
fisiol6gicas
motor. Baste pensar en la distensión de la columna vertebral derivada de la posición cabeza abajo y de la falta de peso ejercida por el empuje de flotación. Otro paráme· tro interesante observado en los campeones es el relativo a la producción de dióxido de carbono. El porcentaje de CO 2 encontrado en el aire espirado varía según el tipo de apnea realizada. Despues de una apnea en seco, el dióxido de carbono aumenta sigu iendo un incremento previsible. la misma apnea hecha en piscina ha arrojado un porcentaje de los gases espirados sorpre ndente respecto a las expectativas teórica s. El de CO 2 se mantiene constante, y disminuye después de una inmersión profunda Que dure el mismo tiempo; increible. Como se observa, aunque se han dado muchos pasos en este ámbito , todavía queda mucho por descubrir. Por su parte, el aparato circulatorio permite inmersiones que podríamos calificar de fantásticas. En el hombre se verifica lo que había sido observado en todos los mamíferos marinos: la sangre que irriga la periferia del cuerpo es reclamada en el tronco, la frecuencia cardíaca se reduce significativame nte, lo que asegura un importante ahorro de oxigeno. la foca, por ejemplo, que puede sumergirse hasta los 300 m de profundi· dad, reduce de golpe las propias pulsaciones de 120 a 20 pulsaciones por minuto. Algunos estudios realizados j unto a Umberto Pelizzari han revelado que, en las apne·
El estudio
as estáticas en agua, la frecuencia ca rdíaca disminuye gradualmente hasta alcanzar
en los opneísros
las 30 pulsaciones por minuto. El fenómeno es todavía más evidente en la apnea pro· funda. Como cuenta el mismo Pelizzari : «Alguna vez he permanecido un rato en el fondo, al final de inmersiones de más de 100 m, para concentrarme só lo en el corazón. Pues bien, es increíble pero advierto un latido cardíaco cada 7-8 segundos. Los médicos de mi equipo se sonríen cuando se lo comento y sostienen que es impos i-
75
ble que en un hombre la frecuencia cardíaca se reduzca a 9 pulsaciones por minuto. Veremos. Estoy convencido de que apenas se logre la impermeabilización por debajo de los 100 m de un holter, el instrumento utilizado para el registro de un electrocardiograma, tendremos este fenómeno verificadolt. la reducción del ritmo cardíaco no es exclusiva de los mamíferos marinos , está presente en todos los animales de sangre caliente y con respiración pulmonar. No sólo los castores y los hipopÓtamos, lo que es comprensible dadas sus costumbres, sino también el perro, cuando se ve obligado a meter la cabeza bajo el agua, muestra un evidente descenso de las pulsaciones. El fenómeno también lo manifiesta el pato, que no es mamífero. Ha sido definido como reflejo de inmersión y basta sumergir la cara en una palangana llena de agua para provocar una disminución automática de las pulsaciones. Se trata de una reacción instintiva , que también presentan los recién naci· dos y niños muy pequeños, todavía incapaces de nadar, pero que inmersos en una bañera desarrollan la apnea refleja. Con fármacos apropiados se puede hacer desaparece r este fenómeno: experimentando con focas, se ha visto a estos animales interrumpir bruscamente sus inmersiones dando evidentes signos de dificultad. l a s p regunras
Muchas cuest iones se han verificado en la trayectoria del conocimiento científico apli-
que esperan rodavía
cado al comportamiento del hombre en apnea , pero todavía son numerosas las dudas
una respuesta
y los fenómenos fisiológicos que esperan ser explicados. El doctor luca Torcello, que sigue a Umberto Pelizzari desde que éste diera sus primeros pasos en el
profundismo,
ha coordinado con frecuencia tests experimentales junto a él. En una entrevista hace algunos años , sostenía de un modo sincero y desarmante que al principio de cada sesión de exámenes seguían algunas líneas de trabajo con la esperanza de poder dar respuesta a interrogantes ya existentes y que, al final del período, muchísimas dudas quedaban sin resolver, habiéndose incrementado los problemas ... En su opinión, estamos al inicio de un camino misterioso y fascinante, no sabemos cómo será ni adónde llevará, pero es necesario recorrerlo. Se necesita tiempo, mucho tiempo. Un individuo en apnea que es sometido a exigencias extremas, puede reaccionar desde el punto de vista fisiológico de una forma imprevisible y peculiar. Para reducir a la mitad la presión atmosférica que tenemos a nível del mar se necesita escalar una montaña de 5.000 m, pero para dupl icarla basta sumergirse a 10m de profundidad. Esto da idea de cómo cambian mucho más deprisa las cond iciones en el agua que en el aire. y de las situaciones ambientales extremas que nos encontraremos más allá de los 100 m. ¿Cómo se puede pensar que todos los hombres que respiran y viven en una atmósfera de presión reaccionarian del mismo modo si fueran sometidos a variaciones tan extremas? Se tiende a pensar con facilidad que el límite del hombre en profundidad está ligado al tiempo de inmersión, a su permanencia bajo el agua. No es en absoluto así. Hoy en dia, con el equipamiento moderno un apneísta se sumerge a 150 m y emerge en menos de 3 minutos. Una inmersión en la que se alcanza la máxi -
76
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n
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ma profundidad empujados por un lastre y se gana la superficie arrastrados por un balón de ox ígeno puede considerarse una apnea estát ica , en cuanto no se produce ningún esfuerzo fi sico. Hay apneístas de alta competición que superan los 7 minutos ; si el resultado de la inmersión estuviese verdaderamente ligado al tiempo, deberíamos ser capaces de descender hasta 400 m y, por el momento, esto no es as í. El problema real está en la compensación de los tímpanos. Con el incremento de la profundidad, aumenta la presión que incide sobre la membrana timpánica, provocando un abombamiento hacia dentro. En ese punto se debe compensar, es decir, coger aire de 105 pulmones y mandarlo hacia 105 oídos par~ empujar el tímpano de la posición en la que se encuentra a la normal. Si esto no sucediera, la membrana se rompería; éste es el límite actual que dificulta la apnea profunda. En un descenso en lastre constante a -60 m, el volumen pulmonar es igual a un séptimo del inicial; es arduo conseguir robar aire de un pulmón en estas condiciones para empujarlo hacia 105 oídos. La solución está en la disminución de la frecuencia de compensación y en el empleo del diafragma como método para compensar (véase Capítulo 7). En la modalidad no limits, Pelizzari y otros campeones están practicando una nueva técnica que resulta bastante delicada. Consiste en quitarse el tapón de la nariz en torno alas 80 m e inundar completamente las vías aéreas superiores. Allí donde el agua sust ituya al aire se producirá un ahorro de este último, que permitirá una compensación a una cota superior. Es una práctica complicada que están experimentando sólo 105 atletas de más alto nivel.
J. J
EL OLOOD 5HIFT
En la década de 1950, el fisiólogo francés Cabarrou llegó a la conclusión de que más allá de 105 50 m de profundidad el hombre no podría descender: «Apres iI s'écrase ... », sentenció: «después, se rompe». Fue preciso casi un decenio antes de que 105 hechos pudieran desmentirlo. Enzo Maiorca, el 15 de agosto de 1961, traspasó el fatídico muro de 105 - SO m. El doctor Cabarrou había deducido sus catastróficas conclusiones del aplastamiento de algunos recipientes llevados a -45 m, que se parecían , por con · sistencia y resistencia, a una caja torácica humana. Pero el tórax no es solamente un contenedor estático que alberga corazón y pulmones , es también el envoltorio de un complejo mecanismo fisiológico que responde a reglas bien precisas . Sólo 17 años más tarde tuvimos la respuesta a los innumerables interrogantes suscitados por la inmersión de Maiorca. Al principio, se argumentó aduciendo factores hereditarios y un entrenamiento progresivo , aunque la verdadera respuesta debía ser localizada más tarde en la bradicardia y en el blood shift. En 1974, en la isla de Elba, en Italia, Jacques Mayol se sometió a un delicadísimo test
Lo pruebo d e lo
médico que consistía en una extracción de sangre durante una inmersión en apnea.
exisre ncia d e l blood shifr
77
le fue introducido un catéter a través del codo, en la vena cava superior, lo cual permitió a los médicos medir la presión venosa intratorácica a 60 y a 40 m de profundi· dad. Se constató que la cantidad de sangre contenida en el tÓrax durante la inmersión aumentaba pasando de 1 1 a 2,2 l. Fue la demostración del reclamo de sangre intratorácico, más tarde llamado blood shift por el fisiólogo de la Marina estadounidense, Karl Shaefer, que lo estudió y lo teorizó por primera vez en 1968. El blood
shifr, un automatismo fisiológico que está siempre presente en todas las inmersiones en apnea, en proporción al aumento de la profundidad, desmiente la teoría de Cabarrou. la expl.icación es simple. A nivel del mar la presión atmosférica es de 1 bar; en descenso la presión hidrostática aumenta un bar cada 10m, por tanto, a 20 m ten · dremos 3 bar; a 30 m, 4 bar, y alOa m, 11 bar. la presión actúa en todo el cuerpo, pero ahora interesa observar cómo se comportan los pulmones. El aire en ellos con· tenido, a causa del aumento de la presión, se reduce progresivamente de volumen por efecto de la ley de Boyle. A 100 m, el aire contenido en los pulmones ocupará 1/ 11 del volumen inicial y los pulmones mismos serán 11 veces menores que en superficie. El problema reside en que el espacio dejado libre no puede permanecer vacío porque se verificaría una implosión, como vaticinaba Cabarrou, un aplasta· miento torácico debido al peso del agua más la presión atmosférica externa. Po r qué el rórax
la experiencia nos enseña que el aplastamiento no se verifica gracias al blood shift.
no se a p lasra
la sangre empujada en los pulmones ocupa la parte liberada por la reducción del volumen aéreo. Como liquido, la sangre es incompresible. 10 que permite que nos adaptemos sin llegar a la implosión. El blood shift no es un fenómeno pasivo para contrarrestar la presión hidrostática, es además un fenómeno activo que permite un disfrute mayor del oxígeno por parte de los órganos más importantes como corazón y cerebro, en detrimento de los órganos y tejidos periféricos que pueden mantener una situación hipóxica. Algunos médicos sostienen que el propio blood shifr, que hoy permite inmersiones a cotas consideradas inalcanzables hasta hace algunos años, podría constituir en el futuro el límite fisiológico de la inmersión en apnea. El cora-
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78
zón, a cotas superiores, podría encontrarse ahogado por la elevada cantidad de sangre que afluye de la periferia, impidiendole su función de bombeo. Pero debemos hablar en términos de hipótesis, sobre todo despues de las innumerables rectificaciones que la ciencia y la medicina subacuática han sufrido en los últimos 30 años. los delfines, que entre los mamíferos marinos son los parientes más próximos al hombre, y los otros cetáceos alcanzan habitualmente profundidades considerables. El cachalote y el elefante marino son los primeros de esta singular competición, ya que pueden sumergirse a más de 1.000 m de profundidad. El cachalote, cuando se sumerge, almacena en los pulmones casi 3.000 I de aire, equivalentes a una botella de 20 I cargada a 150 atm. Cuando alcanza los - 1.000 m, esto es, a 101 atm, el volumen de los gases contenidos en sus pulmones debería haberse reducido a 1/1 DO, es decir, a 30 1. El cachalote debería implosionar, su inmenso cuerpo debería reventar, pero no sucede; es más, a esta profundidad el animal tiene incluso fuerza para entablar luchas furibundas con el gran calamar, su alimento preferido. Todo esto es posible gracias a que el organismo de los mamíferos marinos ha sufrido una maravillosa adaptación a un ambiente hostil. las focas, las ballenas y los delfines tienen, además de los pulmones, la tráquea y los bronquios colapsables, porque los anillos cartilaginosos que los componen no están soldados como en el hombre. Además, tienen las costillas flotantes, es decir, sin soldar anteriormente al esternón, más flexibles, por tanto, ante la compresión.
3.4
OIDO, NARIZ Y 130CA
los oídos, la nariz y la boca constituyen una parte muy delicada para el apneísta. Tener problemas en las primeras vías respiratorias o en los oidos significa renunciar a la apnea; cuidarlos supone conocerlos bien, pero, sobre todo, saber cómo hacerlos más resistentes y cómo entrenarlos para que estén siempre en buen estado. El oído, por su conformación anatómica, es el órgano más expuesto y sensible a los efec-
El oído
los de la presión en inmersión. Antes de describir las maniobras para la compensación de las cavidades anexas al órgano del oído (véase Capítulo 7), proponemos algunas nociones de anatomía y fisiología del oído y de la trompa de Eustaquio que ayudarán a comprender mejor esta problemática. Directamente expuesto a variaciones termicas y de presión durante la actividad subacuática, el oído puede sufrir lesiones que, además de ser con frecuencia muy dolorosas, pueden comprometer la función auditiva, que se resume en dos: • Transmisiva: el sonido viene transformado en estimulos mecánicos (conducto auditivo externo + oído medio, este último formado por el tímpano y la cadena osicular). • Nerviosa: los estímulos mecánicos mueven el liquido contenido en el oído interno (cóclea) para crear el impulso nervioso. 79
AnaTomía y fi siología
El oído puede ser dividido en oído externo, med io e interno. El oído externo está
del oído
formado por el pabellón auricular, que, con su forma cóncava, tiene la función de recoger los sonidos y conducirlos al canal auditivo externo. Se trata de un conducto que se introduce con recorrido levemente tortuoso y está cerrado en su extremidad interna por el tímpano, una fina membrana, elástica, sem icircular y oblicua, con un diámetro de cerca de l cm, que separa herméticamente el oído externo del medio. Su función es amplificar las vibraciones acústicas que, junto a las estructuras del oído medio, son transformadas en estimulas mecánicos precisos, de ondas sonoras en movimiento. El oído medio está situado en una pequeña cavidad del hueso temporal llamada también caja timpánica. Presenta tres orificios cerrados, uno hacia el exterior -que cierra la membrana del tímpano- y dos hacia el interior -ventanas oval y redonda. También establece comunicación con la nasofaringe mediante la trompa de
Eustaquio. un canal osteocartilaginoso que se abre al tragar y equilibra la presión en ambos lados del tímpano. Cruzando la caja timpánica hay una cadena de tres hue· secillos, el martillo , el yunque y el estribo; el primero está en contacto con el tímpa· no, el último cierra la ve ntana oval. La cade na de huesecillos o cadena osicular debe tener la máxima libertad de movimiento para suministrar una fiel transmisión del sonido, por ello es necesario que el oído medio esté siempre libre y limpio, función de la trompa de Eustaquio. las vibracione s procedentes del oído externo son recogi·
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das en impu lsos mecán icos por la cadena osicu lar y trans mitidas a través de la ventana oval al oído in terno, que es la ve rdadera sede del oído . las variaciones térm icas y de pres ión pueden dañar esta estructura de modo inmediato, directo y definitivo o lenta y gradualmente. trayendo consecue ncias no por ello menos desag radables.
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OIDO I:>;TERNO El oído interno es un conjunto de estructuras muy delicadas, compuesto por un laberinto membranoso constituido por cavidades y canales rel le nos de líqu ido, la endolinfa, y un laberinto óseo que circunda y protege tales cavidades. El espacio entre ambos laberintos lo rellena otro líquido , la peri linfa. El oído interno contiene en su parte anterior el órgano específico de la audición, la cóclea o caracol, y en su parte poste rior, el órgano del equilibrio. 81
El sentido del equilibrio
la parte posterior del oído interno contiene tres estructuras: los canales semicirculares, el sáculo y el utrículo, que funcionan como órganos del equilibrio. los canales semicirculares son tres tubos llenos de endolinfa, cuyos extremos aparecen ensanchados y provistos de unas crestas con cilios sensitivos. Cada canal describe media circunferencia en cada una de las tres direcciones del espacio, por lo que, cualquier movimiento rotatorio de la cabeza mueve el líquido estimulando las células ciliadas sensibles a tales variaciones. El utrículo y el sáculo son dos bolsitas comunicadas entre sí que forman el vestíbulo, Del utrículo nacen los tres canales semicirculares mientras que el sáculo comunica con el caracol. Estas dos bolsitas también albergan cilios sensitivos, protegidos por una masa gelat inosa que contiene diminutos cristales de carbonato cálcico (otolitos) que actúan respondiendo al movimiento recti líneo (variaciones de gravedad y aceleración lineal). El apneísta que se sumerge en peso constante asume una posición cabeza abajo, diametralmente opuesta a aquélla en la que nos encontramos cuando estamos en tierra firme. En estas condiciones los canales semicirculares reciben estimulas que son difíciles de captar. El aumento de la presión en descenso y la necesidad de compensar, la posición cabeza abajo, la velocidad de descenso y el agua fría cuando se atraviesa una termoclina se convierten en factores que limitan la profundidad y explican por qué en el descenso variable reglamentado y en el no fimits los atletas adoptan, según las técnicas más modernas, la pos ición cabeza arriba.
El senrido del oído
El sentido del oido lo suministran las estructuras nerviosas de la cóclea o caracol . los receptores nerviosos son células ci liadas agrupadas en el interior del caracol, en el órgano de (orti, y estimuladas por los movimientos del líquido coclear. En este nivel , el estimulo mecánico se transforma en un impulso bioeléctrico nervioso que alcanza el sistema nervioso central a través del nervio auditivo o vestibu lococlear. Los líquidos acompañan los movim ientos de la cadena osicu lar, puesto que en correspondencia con el oido medio, el laberinto óseo se interrumpe en dos puntos membranosos, la ventana oval y la ventana redonda. La primera está ligada al estribo que bate contra la membrana misma durante tos movimientos del tímpano y de la cadena osicular. Estos movimientos originan un empuje en el líquido coclear, empuje que luego compensa la ventana redonda; la retracción de una supone la expansión de la otra. Las características anatómicas y la acción combinada de estas estructu ras permiten la percepción fidelísima de l sonido. Una compensación adecuada se basa en la integ ridad y competencia de las estructuras del oído junto a un buen conocimiento de las maniobras y de las propias capacidades. A través de las trompas de Eustaquio se procura la equidad de presiones entre las dos caras del tímpano, clave para evitar las molestias, los dolores y las lesiones. Recuerde que una compensación superficial o inadecuada puede acarrear daños auditivos serios.
82
•
la trompa de Eustaquio es un canal osteocartilaginoso que comunica la caja del
Anaromía y fisiología de
tímpano con la pared lateral de la nasofarínge oTiene un desarrollo en dirección obli-
la trompo de Eusraquio
cua hacia el interior. para abajo y hacia delante. En el adulto tiene un tamaño entre
36 y 40 mm, 10-12 de los cuales constituyen el tramo óseo superior y los restantes representan la porción cartilaginosa inferior. La trompa ósea está formada por una expansión del hue so timpánico; situada bajo la base del cráneo, corre a lo largo del espesor de la pirámide del hueso temporal y tiene una función pasiva en la mecáni-
ca tubárica. la trompa cartilaginosa con tinua la porción ósea, presenta una andadura arqueada y se alarga progresivamente .hacia la nasofaringe. Su característica elasticidad está determinada por la lámina fibroelástica que forma el suelo y la pared externa de la trompa entera, y por sus propias láminas, la lámina lateral en la parte alta y la lámina mediana en la parte baja. Esta última presenta incisiones longitudi· nales que aísla n las placas de cartílago aumentando la elasticidad. El orificio tubá· rico, también conocido como pabellón tubárico, está situado en la pared lateral de la nasofaringe y contiene la amígdala tubárica, que pertenece a las estructuras linfáti· cas del anillo de Waldeyer. Las porciones de las trompas aparecen como dos órganos, diferentes por estruc· tura macro y microscópica y por morfologia. Se presentan como dos troncos de cono aplastados transversalmente, con las extremidades opuestas que se conjugan en el istmo tubárico formando un ángulo de 160' abierto hacia abajo. En este punto la seco ción de la trompa mide 2 mm . En reposo la trompa es un cana l virtual, que se abre sólo por medio de mecanismos fisiológicos activos (degl ución , masticación, bostezo , eructación, em isión de sonido) o mecanismos pasivos (maniobras de insuflación y diferencia de presión entre los dos extremos) cuando la trompa desempeña sus fun· ciones en el oído medio.
•
10/12 mm
IIOHFOL(K;i \ TI 'B iRU . I E\ L~ ,[JETO 11lI1 :ro 83
La dinámica tubárica se basa en la actividad de las musculaturas intrinseca y extrínseca , que consiguen vencer la fuerza elástica de la trompa cartilaginosa y la tensión superficial de las paredes tubáricas. Para facilitar la apertura, las células cali· ciformes del epitelio respiratorio segregan una sustancia ten so-activa, cuya misión es disminuir la tensión superficial que se crea entre las paredes mucosas. El epitelio no es el mismo en toda su superficie interna. Del epitelio de la porción ósea, delgado y pobre en glándulas como en el oído medio, se pasa al resistente epitelio de la trompa cartilaginosa, rico en células ciliadas , caliciformes y estructuras linfáticas, como la rinofaringe (nas.ofaringe) y las fosas nasales. Esta diferencia entre los tramos permi te un adecuado y óptimo enlace entre los sistemas auricular y respiratorio. La diná· mica de la trompa de Eustaquio depende de la acción de los músculos que actúan exclusivamente sobre la trompa cart ilaginosa, la única porción móvil. Los músculos i ntrínsecos abren y cierran el orificio tubárico, mientras otros músculos accesorios refuerzan la acción de manera ind irecta , pues la trompa mantiene relaciones tanto anatómicas como funcionales con las estructuras adyacentes. Los ejercicios de gimnasia tubárica - mandibulares. linguales. velares o mixtos(ilustrados en el Capítulo 7) tienen la finalidad de promover un uso correcto tanto de la mandíbula y la lengua como del velo del paladar, que favorezca la apertura de las trompas de Eustaquio y mejore la compensación. Se trata de movimientos simples que ayudan al control de las estructuras implicadas en tales maniobras. los funciones tubóricos
las trompas de Eustaquio tienen como objetivo garantizar la máxima operatividad y segur idad a las estructuras del oído medio, o sea, la cadena osicular y la membrana t impánica. Desempeñan tres importantes funciones: •
función de aireación o ventilación : por medio de la apertura periódica activa, la trompa asegura a las cavidades oto masto ideas un adecuado aporte de aire, para que sobre las dos caras de la membrana timpánica se mantenga un equilibrio de presión constante, coincidente con la presión externa. Esto asegura la movilidad requerida por el sistema tímpano·osícular y, en consecuencia, una fiel transmisión mecánica del estímulo sonoro. La función de aireación se resiente con cambios posturales o de presión . Variaciones bruscas de la presión externa (despegue y aterrizaje en avión , descensos subacuáticos, saltos, viajes en funicular... ) provocan la retracción de la membrana y causan sensaciones de obstruc· ción o fastidio y, en el caso de flogosis de la caja del tímpano, dolor. En ausencia de patología, la situación se resuelve con la apertura activa de la trompa - manio· bra de compensación- o con un mecanismo pasivo inducido por diferencias de presión superiores a 1S mmHg.
•
Función de defensa o protección: protege el oído med io de cualquier agente químico, físico o biológico que, alcanzada la caja del tímpano , pudiera alterar su
funcionalidad. los tejidos que la componen y los adyacentes faríngeos están preparados para activar defensas inmunológicas contra los agentes patógenos ya conocidos por el organismo. La producción de secreciones ricas en enzimas bacteriolíticas constituye su barrera de defensa. Existen, además, factores mecánicos que configuran un verdadero obstáculo a la hora de remontar la trompa : el contacto superficial casi permanente de las paredes tubáricas y un mecanismo a válvula por el cual hay una mayor resistencia al movimiento de flujo aéreo hacia el oido medio que hacia la nasofaringe.
•
Función de drenaje: limpia el canal tub~rico de secreciones excesivas y libera la caja del timpano de vertidos de residuos patológicos. El drenaje se produce gracias a los movimientos sincronizados de los cilios vibrátiles, en los que es rica la trompa cartilaginosa en dirección a la nasofaringe.
PREVENCiÓN E HIGIENE La actividad óptima de las trompas de Eustaquio depende de la perfecta integridad y
Nariz
tonicidad de todas las estructuras que componen el área rinofaringeotubárica que, directa o indirectamente, intervienen en la mecánica de la trompa. Estas estructuras deben entrenarse y cuidarse con constancia. La profilaxis y la limpieza de las vías nasales son factores esenciales para la inte gridad del orificio tubárico, colocado en la pared lateral de la nasofaringe en correspondencia con la cola del cornete inferior_ Una respiración preferentemente oral excluye esta zona del paso de aire proveniente del ambiente externo. En consecuencia, virus y bacterias pueden colonizarla sin ser estorbados, representando asi una fuente patógena peligrosa para el oído medio y la trompa misma. Se sabe que flogosis agudas y crónicas actúan sobre la mucosa respiratoria, volviéndola edematosa y espesa, y que esto, a su vez, obstaculiza de forma mecánica la apertura de las trompas haciendo imposible la compensación. Es, por tanto, aconsejable emplear la respiración nasal que permita bonificar la mucosa, eliminar agentes patógenos peligrosos y favorecer la actividad tubárica. Por el mismo motivo, la nariz debe estar siempre limpia. Parece suficiente sonarse unas diez veces al día, aún en ausencia de resfriado o alergia, para eliminar eventuales residuos procedentes del distrito auricular y de los senos paranasales_ Es importante subrayar que sorber por la nariz es contraproducente para el orificio tubárico; se crea un brusco juego de presiones que, a la larga, puede volver laxos e hipomóviles los tejidos que constituyen y circundan el orificio mismo, con la consecuente alteración de la tonicidad, de la elasticidad y de la correcta actividad de esta zona. Además de la simple atención diaria, existen otros cuidados a practicar. La terapia far-
l a limpieza de lo nariz
macológica preventiva cuenta con gotas y sprays que favorecen la profilaxis de las vias respiratorias y mejoran eventuales obstrucciones nasofaríngeas. Se trata de sol u-
85
ciones fisiológicas que lavan los conductos. Se pueden aplicar implicando a la p.ar las dos fosas nasales (moviendo la cabeza el líquido entra por un orificio de la nariz y sale por el otro) o solamente una (el liquido recorre un solo orificio). Quien practica yoga es pos ible que conozca la expresión yola neO, que traducida del sánscrito significa '< ducha nasal,.. Aconsejada antes de empezar los ejercicios respiratorios, lava y purifica la nariz. Cada dia inhalamos unos 8.000 l de aire que dejan retenidas muchas particulas; la finalidad de yola rleti es higienizar la nariz, que según los maestros de yoga es una verdadera antena de
prano, capaz de absorber la energía presente en el
aire (véase Capitulo 4). Para los occidentales, los lavados nasales han demostrado ser muy útiles sea con finalidad preventiva o curativa. En particular, las terapias termales se sirven de aguas y vapores minerales, en espeCial , de tipo sulfúreo, sulfuroso y de sales de bromo y yodo. Es un tratamiento recomendable en los períodos primaveral y estival. Las terapias más indicadas son: aerosol nasal, insuflaciones, inhalaciones, técnica de Politzer y lavados nasales . Limpieza de oídos
La única zona alcanzable de forma directa es el oído externo. Como para la nariz, proponemos algunos buenos hábitos. El conducto auditivo debe estar siempre libre y limpio. Normalmente, el oído se limpia solo, portando los detritos de cerumen y celulares hacia el exterior del conducto mismo, de donde es fácil extraerlos. El uso de bastoncillos está desaconsejado, pues suele producir el efecto opuesto de empujar los residuos y comprimirlos al término del conducto. Así, es fácil que se forme un tapón de cerumen que puede extraerse sólo con la ayuda de un médico, quien utiliza una jeringuilla sin aguja cargada de agua a temperatura ambiente para extraerlo; el agua es empujada en el conducto y provoca la salida del tapón. Para eventualidades más banales y frecuentes , como residuos ceruminosos secos, granos o costras dentro del conducto, aconsejamos aplicar emplastes locales con agua templada esterilizada y esperar la resolución espontánea. La temperatura del agua es fundamental; cuanto más se aleja de la temperatura corporal, más proclive será al movimiento de los líquidos del oído interno , que afectados podrían dañar las células nerviosas y provocar vértigos temporales. Cuando nos encontramos en el agua, los tapones especiales «Proplug" de fabricación americana responden a este problema , aislando los tímpanos del frío a la par que garantizan la comunicación con el ambiente externo , lo que permite la compensación. Por lo que respecta al oído medio , la única cosa que se puede hacer es asegurar la limpieza y el bienestar a través de una constante actividad tubárica. Por ello , aconsejamos la gimnasia tubárica y el consumo frecuente de chicles y caramelos, pues masticación y deglución solic itan la intervención espontánea de las trompas de Eustaquio. El oído med io, además, obtiene gran beneficio de la terapia termal de la insuflación, en la cual está directamente implicado. Consiste en dirigir los vapores termales benéficos del orificio tubárico a la caja del tímpano.
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En caso de inflamación aguda y recurrente del oído sería oportuno dirigirse al médico especialista, para eliminar la fuente patógena y el riesgo de hacerla degenerar en una patología crónica.
LOS TAPONES DOC5 PROPLUG Se Ira/a de lopol/es (tl/otómicos fabricados para las necesidades de los submaril/islas. 1:.'" dos l'erSiOfws. dí'f-echa e i:.qllierda. se adaptal/ pí'/fi'cIWllf'l/le al cOl/dl/clo al/di/im e.,temo (CA!!.). Por ('~'/a m::.!JII sr IIfl('rl/ de distilllas f//f'didas. Un peque/io orificio. la 1I01/lada /,á/Pllla de S('oll. pl'l"/l/ile mOl/lener en eqllilibrio la presiól/ el/he la parle il/le/'m/ .r ('.l'l rI'110 drl rOl/dllcto.
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CONmOLES PEI\IÓDICOS Quienes practican regularmente la inmersión, tanto para la competición como para el divertimento, exponen los oídos a condiciones extremas, tanto que sugerimos seguir reconocimientos médicos periódicos, muy simples pero importantes. No cabe duda de que estos controles se vuelven necesarios cuando se verifican molestias auriculares durante o después de la inmersión. Los exámenes instrumentales de rutina no son dolorosos; simplemente, estudian la funcionalidad y la integridad de las estructuras del oído. Consiste en la observación directa de la membrana timpánica. En ausencia de pato-
Oroscopia direcra
logia aparece lisa, de perfil un iforme, de color nacarado y translúcida; en transparencia debe ser visible el martillo y la luz del otoscopio debe reflejarse sobre el tim pano, creando un triángulo luminoso en la parte inferior. En caso de afección, estas características desaparecen, presentándose los distintos cuadros patológicos.
87
Trián,culo IUlllilltho 9mm
Audiometrío tonol
la audiometría tonal permite evaluar en términos cual itativos (Hz) V cuantitativos (d8) una eventual caída auditiva de tipo transmisivo o nervioso. El examen tiene lugar en una cabina insonorizada V el paciente recibe, por cascos, estimulas sonoros de variada intensidad y frecuencia. El gráfico resultante, el audiograma, tiene en el eje de abscisas la frecuencia en Hz V en el eje de ordenadas la intensidad en dB (figs. A y B,
pág. 89).
la impedanciomerría
La impedanciometría es una evaluación objetiva de la movilidad V, por tanto, de la funcionalidad del sistema timpano-osicular. No requiere ninguna colaboración por parte del paciente salvo su inmovilidad durante la ejecución. La prueba la componen la búsqueda del reflejo estapediano (relativo al estribo) V la timpanometria, o medición de la elasticidad de la membrana. En ambas pruebas se utiliza la sonda impe-
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danciométrica, que vierte en el conducto auditivo externo presión aérea y estímulos
sonoros para, simultáneamente. recoger 105 efectos producidos. La timpanometría, representada gráficamente con el timpanograma (fjg.
(l, indaga el
Tlmponomerrío
efecto de las variaciones de presión en la movilidad del sistema de transmisión. la sonda impedanciométrica expulsa una presión aérea comprendida entre
+/-
200
mmHzO (se puede llegar a valores de +/- 400 mmH 20). El flujo de presión provoca la máxima flexibilidad, Y, por tanto, la mínima impedancia , si el sistema de transmisión está libre y funcionando; encuentra un nivel de resistencia creciente al crecer la rigidez del sistema mismo_ los valores normales oscilan entre 0,5 cm de ai re en niveles de presión de
+/- so
mmH 20 .
En el diagrama de la Figura
e distinguimos:
Curva tipo A: timpanograma normal. Curva tipo B: timpanograma plano. El pico está ausente y los valores de
com-
pliance (eje de ordenadas) son iguales en toda la gama de presiones . El oído medio está completamente ocupado por líqu ido que reduce la correcta movilidad del sistema tímpano-osicular; típico cuadro de otitis media serosa y seromucosa.
Curva tipo C: el pico se mueve sobre va lores de presión negativos «SO mmH 20). Esto es signo de disfuncionalidad tubárica, que deriva de una depresión en el interior de la caja del tímpano con la consecuente retracc ión de la membrana. En presencia de una membrana timpanica intacta existen dos simple s manio-
89
J
bras que permiten evaluar la funcionalidad tubárica a través de la timpanometría. Son las pruebas de venti lación forzada que normalmente se ejecutan una detrás de otra.
Maniobra de Valsalva! el paciente exhala forzadamente por la nariz tapada y el aire se desvía a las trompas. Si la trompa funciona, el pico se mueve hacia valores de presión positivos; si está bloqueada, el píco permanece en la misma posición (fig. O).
Maniobra de Toynbee: el paciente, con la boca cerrada y la nariz tapada, debe deglutir tres veces seguidas. Esta maniobra provoca el efecto contrario a la anterior, el pico se mueve hacia valores de presión negativos (fig. D). Una trompa hipomóvil o bloqueada impipe la ejecución y altera la configuración del timpanograma.
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Los senos faciales
Los senos son las cavidades de los huesos de la cara, recubiertos de mucosa y en comunicación con las cavidades nasales a través de numerosos canales. La campen· sación de los senos faciales no comporta nil1gún problema, por cuanto, en contacto directo con las vías aéreas superiores, la equiparación con la presión externa sucede ~
espontáneamente. Aún así, el submarinista debe prestar atención en caso de con· gestión de las mucosas causada por procesos.lnflamatorios como sinusitis o resfria· do. La abundancia de secreciones que se verifica en estos casos puede determinar la obstrucción de los canales de comunicación con las cavidades nasales y crear pro· blemas de compensación durante el descenso. Si el aumento de la presión externa no se equilibra con el paso natural de aire, en los senos se crea una depresión que actúa como fuerza aspirante, reclamando sangre de los capilares. Se deriva una inflamación
90
de las mucosas hasta provocar dolor intenso, con frecuencia asociado a rotura de capilares y a epistaxis o pérd ida de sang re por la nariz. Puede suceder, aunque muy raramente, que una pequeña burbuja de aire, aprisiona-
Dienres
da en una caries o bajo un empaste mal reconstruido, pueda comprimir la pulpa den tal con el aumento de la presión y provoque dolor.
91
SEGUNDA PARTE
EL ARTE DE NO RESPIRAR
,
CAPíTULO 4
RESPIRAR Y RELAJARSE
l mejor modo de prepararse para un chapuzón en lo profundo o para sencilla-
E
mente permanecer sumergidos en el agua largo rato es aprender a respirar y a
relajarse. Hasta hace pocos decenios dominaba una corriente. que para simplificar
llamaremos «apnea de fuerza», que utilizaba una serie de técnicas «inhibitoriaslt cuyo fin era forzar el organismo más allá de sus limites. la hiperventilación, un recurso insuficiente además de peligroso del que hablaremos más adelante , es hija de este
modo de entender la apnea. El primero que rompió con estas costumbres fue Jaeques
Mayol. El apneísta fran cés adoptó métodos de relajación y de respiración tomados de ant iguas disciplinas orientales, yoga sobre todo, y de su versión occidental izada, el entrenamiento autógeno y el entrenamiento mental. Mayol abrió una nueva corriente de pensamiento, oponiendo a la apnea de fuerza, la de relajam ie nto. Esto significó para muchos una mutación radical de sus entrenamientos y 105 resultados , incluso en competición , no se hicieron esperar. En este capitulo hemos intentado resumir las motivacio nes fi siológ icas que nos ponen a favor de la apnea de relajamiento y proponemos una serie de método s yejercicios para aprender a trabajar sobre el cuerpo y la mente. Hablaremos de estrés, ansia y aburrimiento, y de los riesgos y ventajas que estos estados fisiológicos alterados suponen para el apneísta. Para alejar toda posibilidad de estrés trataremos de alcanzar, a través de las técnicas de respiración y relajación, aquella tranquilidad necesaria para tener experiencias positivas o una apnea que produzca placer, bienestar y alegría. Basta pensar en cómo pasa el tiempo durante la estática, para entender que los límites son primero mentales y luego , físicos. Hay que creerlo primero y, antes o después, llegaremos a hacer aquello que nunca habíamos logrado. Participar en un curso de apnea puede ayudar a un cambio personal en la manera de valorar los propios recursos , desde la perspectiva de obtener resultados concretos en este deporte e, incluso, en la vida de todos los días.
4.1
ESTRtS. ANSIA y A[)URRIMIENTO
El ansia es un sentimiento que surge de forma automática en situaciones que la persona considera problemáticas o potencialmente peligrosas. Al principio se desata una C).')
¿QU~ LE SUCEDE A NUESTRO ORGANISMO CUANDO ESTAMOS ANSIOSOS?
Vasoconsrricci6n : Es('o$a Q.rigrllaáón de los /eji(/os, Lel/la pr()f";s;ól/ de o,l'Ígello por p arle de lor/m; los lejidos. l'a/'oreCí' /111 (l1I1I/l'1I10 dp las ¡mlsaciol/es del com:'ó". Conrrocciones musculares y arritmia cardíaca : Serial de 11101 fi If/C;QII(ulI;el/l o cordíaco que se presento bajo
n/rias fomj(j .~. En gel/eral. I"í'duce el aporte cardíaco y contribuye a 11//(1 forma de m ,wrollslllcÚÓII. HipoxiO: {(II'('w ia grflf1m! dr o,l'Íg('IIO. LlC/'(l a /ll/a /lx/ucciólI de 1(18 filll riol/e$ del orgal/ismo .r ¡a/'orere el (//11//1'1110
r!r las ,)///Jmrio ll (,.~ del CUro;;ÓlI.
Anesresia muscular: E,~ rrw,mdo por /1/1 es/(alo de olls/N/ar!. U el'o a /'01/ l/l/O 6('1"/0 $"",Wl'ióu de impolf>lIcia ¡¡sica)" de /l/ofeslo/' gf'flf'rol. Dificulrad respiraroriO : Los /'.~I(ldos de ('0/1 !fY'("IIl' IIr/a
/111(1
/iIl/IIQr''-Ó'' d(' In actil'idad flIllScl/lar
1/('galil'Os I/CI'(III a 1/11 (jI/III('/llu de lo I'el/tilacióu .H' e.l]Jerimellto dificullad a{ respirar y s('lI s(lcióll de ahogo. állill/o
Vómiro, diarrea, acidez: La (/Ilsirdad pllede producir cO/l seClle//cios en lípicas 1I/(lIIlfe.~ I(l eioll eS de {o I/(;IIS('O
sill
beucficios.
el (¡paralO gas/roinles/illa' eOIl las
.r de Jo acide=. ¡::.s'os Iraslomos. (/ Sil I'l' =. cOl/(liáormll lIegalimlllelll e los
lIparu/o.f circlllatorio y 1Il'lI romll.s('lIlar COII 111/0 reacción ('/1 c"dello. reacción positiva que prepa ra al ind ividuo ante la situación ; un estado de alerta que mejora las condiciones de base, que se activa para afrontar la amenaza. Cada persona reacciona de modo diferente a los estímulos, depend iendo de muchos factores : ambiente familiar, experiencias precedentes , etc . En consecuencia, cada individuo tiene un umbral de tolerancia y las situaciones que uno s perciben como problemáticas o dañinas no lo son para otros . Si el estimulo es valorado como peligroso reaccionamos implicando los sistemas nervioso y endocrino, que preparan a la persona para el ataque o la huida. Si el estimu lo que recibe la persona tiene un grado óptimo , la activación será óptima y la prestación otro tanto ; si es excesivo, la activación también lo será, y la prestación no hará má s que decrecer. El síndrome de ataque o fuga comporta un aumento de la producción y la libe · ración de numerosas sustancias , entre las cuales desempeñan un papel fundamental la adrenalina y la noradrenalina, secretadas por la médula suprarrenal. la nor· adrenalina incrementa la frecuencia y la fuerza de las pu lsaciones, facilitando la respiración en cuanto provoca la dilatación de los bronquios , elevando los niveles de vigilancia y atención . Todo esto lleva al sujeto a la zona de activación óptima. Pero los efectos producidos por estas sustancias no son ún icamente pos itivos, pueden también dar lugar a una inh ibición de los procesos cognit ivos a favor de aquéllos emocionales, ligados a la actividad de las partes más ancestrales de nuestro cerebro, el tronco cerebral y el sistema límbico. Si el ansia se prolonga, desencadena el estrés o estado de tensión permanente . El sujeto está en estado de alarma , con sume mucha más energía y sus prestaciones ,
')6
fisicas y mentales, se vuelven cada vez más débiles. El aburrimiento es una causa de estrés para el organismo, en el cual domina la repetición, la rutina de lo ya hecho, de lo ya visto, de lo poco interesante, monótono, gris. En este caso, la activación no llega al nivel óptimo, el sujeto no obtiene resultados y la mente se separa de la situación sin reaccionar. Para un atleta puede tratarse de un entrenamiento repetitivo; el efecto será una pérdida de la atención, con la consecuente reducción del rendimiento.
1-
E. Mc Grath ha definido el estrés como «resultado del desequilib rio ent re
demandas requeridas al individuo y capacidad del mismo de r esponder a tales demandas». Podríamos decir que t?dos vivimos cada día un cierto nivel de estrés, que puede ser positivo porque nos advierte de un peligro, de un problema que resolver. Ciertos factores pueden cambiar un estrés positivo en uno negativo. Estos factores son la posibilidad de elección, el grado de control y la capac idad de anticipar las consecuencias. Es una experiencia común que la imposición de un problema genera tensión o est rés
Posibilid a d de elección
negativo . Y al contrario, elegir planteárselo valorando la propia capacidad y la decisión de resolverlo produce un estrés posit iv o. En apnea estática, por ejemplo, se podría dar el caso del compañero que declara: « ... Hoy debes hacer 4 minutos», cuando nuestra mejor marca es de 3 min 30 s; el estrés inducido por esta elección será
11111' 1/1/(/
úll/(/l"Ilíll/m,{¡f('/IIlÍlim ('/.wji'll/
mlm ('/1 11/1
('.(Iudo di' oh'rlf/. I~' 1,1111111/(/(10 símlrOll1t' di- o/m/lIt' 11 fiw;a.
97
CONOCER EL ESTRÉS PARA EVITARLO
lo causa del estrés E.~ illlpOrftll/fl'
las ('(/lisas qlle p',U'ml/ el eslrPs pom adra/ido (ll/ l es de qut' progrese y f/(!I'e al púnico o/ opl/píSf(t, qm' l/O lo r(!rOI/(lcr (lClI'Jolla de l'.rperiellclO,l" de prrp ¡//Cidellle, ("0//01'('1'
El estrés se aprende l/O //(tr/' /01, sil/O qlle se h(u;e ol/"(/l'I;s de 1II1/)/VCf'SO edllm/ito qlU' IMpim a 1'1'$011'/'" lo re{ació" de depelldello'a de los ¡Jarlll's. '~Y f'.~I"és. ('1I1t'fldido COII/O desl'q/ll'librio ('II/re proúlt'1I/0 y rN/lllcs(a. es aprendido COII/O 1111 fi'/IÓIl/I'IIO ligado o/ 01'.;1/1;('1/10. ¡él opn·f/(Ji::.aj" perlllite resoll'('1' si/IUlrIom's sielllpre /IIás cO/llplejas y a,mela a/ de· sarrollo poú/im df' /f>/II011'S y (¡lisias, L(¡ ".q)(',.ieflcia y f'I ¡lIs/i"lo !ol'orcl·('níl/ /0 ,opacidad de dismil/llir el ,lil,,,1 dc '~Y hO/llbre
I's/rh. El esrrés es social
TO(los 1I(I,('1II0S pom se/' .wl'loúlf's, solamellle a /ml'és de IlII IJI'O("('sO "dl/,o/il'o l/OS ,OflQCemOS ell I/ues/ra f1'laúÓII ("o" (os Olf'O,f: f'l/ !mllili" al prilll"ipio, y I/lcgo ('11 el colegio y cilIo soán/oel. \ ('cesi/alllos a los demá,f pora so/isfa· ccr I/I/es/ros df',WOS prilllordiales qm' .~Ofl de recol/ocimiell/o ,1' pl'OIeccióII, Ipr't'lldemos a in/eme/I/ur eOIl los olros fI Iml'é.J de la e''1)('riellcia de '(lS presiof/es sociales ,! 'los felllores, ~"(j,,des ((//ISUS dI' {'slrés. LII IOI'gllridtu/ de 1ft almea Nf' (mNft f' /l lm N;N I('mll di' pllrrjllN, 'lile !o/'OI'('ce l'/ ('1/('11(''''/"0 ('//1/1' il/di/'idl/os y d de.wrrollo de /I//a ac/il'idad f:(Iu' I {{tc(J" I (', El eSTrés es individual
Los ill(f¡"idl/o,~ .~l' (h~/i"gll(' " jJor SIl !Ji%gío, coró/'Ier,)' psir'ología, ".1 ('s /n:,s ('s 111/ h('('ho jJersol/a/. /10 plU'de ser ('om· por/ido, larío dI' imlirid/lo (l ifldiridllo en vase (/ la implicación que p/,('.'i('II/OI/ ollle /0 pe/""cpn'ól/ del riesgo. Si (llgllit>1/ 11(' (JI'el/flll'(¡ (¡ ('0/,1'('/"/111 riesgo superior a SI/S capaúdadlJs. rl rslrés f/t'[!ali/'o porlrí(l (¡I/mel/lor .I '/ml/Sl/l/ I · IllrSI' ('1/ pÓllifO lUMia proro('(/r 1111 incideflte.
negativo. Diferente es el efecto si, por decisión propia. se decide intentar alcanzar 4 min porque estamos preparados para lograr ta l objetivo, Grado de conTrol
Si se maneja la situación, si todo está bajo con trol , el nivel de estrés es positivo por· que mantiene al sujeto atento y en grado de resolver los problemas. Si en situaciones límite se añaden imprevistos agobiantes, por ejemplo, la corriente, la inundación de la máscara o la pérdida de una aleta, el domin io de la situación disminuye y el estrés se vuelve negativo, acercando al sujeto al umbral del pánico.
98
,
Conocer la situación implica una disminuc ión del nivel de estrés porque permite anti-
Capacidad de anticipar
cipar las consecuencias previniendo posibles complicaciones . Lo contrario sucede
los consecuencias
cuando lo ignorado infunde un fuerte estrés negativo. porque perm ite sólo atender los imprevistos en el caso de que se presentaran . El apneísta debe reconoce r al detalle el ambiente . los tiempos y la actividad para divertirse.
LAS CAUSAS DEL ESm~S EN APNEA Una férrea salud, una buena preparación física y técnica y un equipamiento adecuado ayudarán a estar un paso por delante del ,estrés. Conocer sus causas , reconocer· las y desactivarlas supone interrumpir la cadena de factores que pueden provocar un incidente. Un solo factor nunca lo desencadena. sino que la suma de varios, ni reconocidos ni resueltos, nos exponen a experiencias desagradables. Las categorias en las que se agrupan las causas del estrés son: •
Causas f ísicas.
•
Causas psicológ icas .
•
Causas debidas al equipamiento.
•
Causas ambientales .
•
Falta de capacidad t écnica y de ad iestr am iento.
Las condiciones psicofísicas cambian todos los días. Un buen entrenamiento, la partici-
Causas físicas
pación en cursos avanzados de apnea o un compañero congenial son una buena premisa para divertirse sumergidos en el azul. Una forma física ordinaria favorece el estrés físico. Si el cansancio aparece será la mejor ocasión para un descanso o para interrumpir la actividad subacuática; no se debe insistir con otro descenso. Hay que fomentar 1 //
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que los más resistentes , los más fuertes fisicamente, se adecuen al ritmo impuesto por los más débiles. Cuando las condiciones de la mar empeoran, el fi sico se res iente; entonces es oportuno un cambio de programa para adaptarse a las condiciones imperantes. Causas psicológicos
las personas que sufren de psicosis activa , de depresión, que abusan del alcohol o hacen uso de drogas o psicofármacos no deberían sumergirse en apnea. Tienen necesidad de una atención personal. El uso del alcohol influye de forma negativa so bre la valoración de la realidad y reduce la capacidad de reacción. Si se toman fármacos, se deben seguir las indicaciones precisas del médico. Los compañeros de inmersión deben sensibilizarse con estas situaciones y proponerse intervenir, si fuera necesario, para garantizar el bienestar y el divertimento de todos.
Causas debidos
La apnea subacuática requiere un equipo eSRecial que procure comodidad, seguridad
01 equipamienro
y diversión. La pérdida de una parte del equipo, una precaria manutención o una talla inadecuada colaboran poco con nuestros objetivos. El submarinista tiene que ser consciente de estos problemas y resolverlos . En el caso de que el compañero no disponga de todo lo necesario para la inme rs ión, debemos con responsabilidad y sensibilidad inducirlo a renunciar ese día.
Causas ambientales
Incluso un apneista experto puede encontrarse en dificultades si las condiciones ambientales no son idóneas o conocidas: viento fuerte , temperatura extrema, poca vis ibilidad, mucha corriente, etc. Si las condiciones no acompañan, dejémoslo para mejor ocasión.
Falto de
Son la base de la seguridad y la diversión. No saber cómo comportarse en situacio-
capacidad técnico
nes en las que se requieren capacidades técnicas especificas puede conducir a prota-
y de adiestramiento
gonizar un incidente.
4 .2
TÉCNICAS DE RESPIRACIÓN
Respirar no significa llenarse de aire ... Con frecuencia, a causa de movimientos mecáni· cos equivocados o de rigidez muscular, creemos respirar pero no lo hacemos de manera correcta. Otras veces, no somos capaces de utilizar todo el aire que tenemos en nuestros pulmones. Recordemos que la profundidad, la distancia o el tiempo de la apnea dependen del entrenamiento, la técnica y el equipo, pero sobre todo, de cómo se planea la actuación misma, es decir, de cómo nos relajamos y respiramos antes de la prestación. El control que podemos tener, con una buena relajación y con técnicas adecuadas de respi· ración durante la preparación, garantiza no sólo el mínimo empleo de oxígeno, reduciendo su metabolismo, sino un mayor conocimiento de nosotros mismos, mayor paz interior
100
y mayor seguridad en inmersión. Educar la respiración supone atender el entero sistema cuerpo y mente, a través de una práctica cotidiana y regular. El movimiento encuentra armonía con la oscilación y cada gesto no resulta un esfuerzo sino una ocasión para escu· char y percibir la respiración; tomar conciencia de ella produce regularidad y fluidez. Muchas técnicas de concentración hacen referenc ia a la dinámica de la respiración . la que es diafragmática permite un mejor con tacto con el propio cuerpo. Cuando es nor· mal, automática, no implica una particular participación por nuestra parte. Sólo a veces intervenimos voluntariamente, aunque. en estas ocasiones no dedicamos verdadera atención a su signifi cado. Lo que tenemos que hacer es habituarnos a una escucha atenta, debemos ver y sentir todo el paso del aire. Sea en el gimnasio o en el agua, busquemos ce rrar los ojos y sen t ir nuestro cuer po que r espira. Al principio puede resultar una cosa extraña, casi ridícula, pero si prolongamos la experiencia perc ibiremos en nosotros mayor sensibilidad y concie nc ia. Al inicio advertiremos la incomodidad de la posic ión, la tensión muscular in necesaria de parte del cuerpo; luego, a medida que consigamos sentir de manera nueva, podremos ver con otros ojos los movimientos que efectuábamos antes. Caminar, subir las escaleras, sentarse, correr, nadar, aletear son ejercicios complejos que comportan la coordinación de varios grupos musculares . El aprendizaje de un gesto motriz bajo el agua acontece pasando de un control consciente a uno automáti· ca cuando ganamos en capaCidad acuática, con la diferencia, y no es poca, de que debemos hacerlo todo sin respirar. Será esencial pues ahorrar en todos los movimientos aso· ciados inútiles que emplean músculos que no sirven; para eUo, tendremos que sentirlos, es decir, darnos cuenta de su existencia y de su estado, para poder abandonar al reposo los que están en tensión innecesaria. El primer paso para tomar conciencia de nuestro cuerpo y ser capaces de ver cada movimiento es la respiración.
MEJO[\A[\ LA ELASTICIDAD DE LA CAJA TOAAClCA Para re spi rar de manera correcta es necesaria la elasticidad del diafragma y del tórax. Es fundamental poseer una buena movilidad torácica que asuma los amplios movi · mientas de inspiración y espiración propiciados por el diafragma y reduzca el volu· men pulmonar residual, aquel aire que todavía permanece en los pulmones después de una espiración completa. El trabajo sobre la movilidad aumenta la famosa relación entre capacidad t otal y volumen residual, determinante de nuestro bienestar en profundidad y de la compensación en el fondo. Se recuerda que todos los ejercicios propuestos en las páginas siguientes se efectuarán sólo despuéS de contar con la opinión del propio médico. que confirme la total ausencia de contraindicaciones.
La respiración consciente
Ejercicios poro mejorar la capacidad elóstica de la caja torócica (articulaciones vertebrocostales y esternocostales)
EJERCICIO N° 1 Ejecución Nota:
Sentados en un taburete con los brazos caídos, durante una larga y lenta inspira-
Durante la ejecución,
ción, girar h~( i a fuera los brazos y los hombros; a esto sigue una apnea inspira-
no oscilar el tronco anterior o posteriormente.
taria de 3-5 segundos (fig.l l. •
En la espiración, voltear hacia dentro brazo s y hombros; después una apnea espi-
ratoria de 3-5 segundos (fig. 2). •
IIIS¡úmciúlI 10:2
Repetir 10-12 veces el cido completo.
+ (//)//1'(/ ills¡Jlm/o,.¡a de .:J.,j SI'{!/II/(Ios
EJERCICIO W 2 Ejecución
• Sentados como en el ejercicio precedente, colocar las manos contrapuestas con las puntas de los dedos apoyadas sobre el punto de unión de las dos daviculas (articulación esternocostoclavicular).
Durante una larga y lenta inspiración, llevar los codos hacia arriba, separar los dedos del punto de contacto clavicular; sigue una apnea inspiratoria de 3-5 segun-
dos (fig. 1).
• Al espirar, bajar los codos hasta que la parte interna de los brazos toque las costillas y mantener una ligera compresión en apnea espiratoria de 3-5 segundos (fig.
2). Repetir 8-10 veces el cido completo.
-
.)
III.\'fJi/'(/('iríll + (I/JlIf'(f ¡f/.I,/úmforia de .'J-5 segufldo,l'
EJERCICIO N" :3 Ejecución
• Sentados como en el ejercicio anterior, durante una larga y len ta espiración, alar-
Nota:
fuercen los movimientos
No
ni tensen el cuerpo.
gar los brazos hacia delante y hacia fuera aferrando con 105 dedos de una mano los de la otra. Inclinar la cabeza metiéndola entre los brazos.
• Estirar ligeramente los brazos, mantener una apnea espiratoria de 3-$ segundos (fig. 1). • Desde esta posición llevar los brazos detrás de la espalda a la altura del sacro, realizando una I~nta inspiración. Cogerse las manos y estirando con suavidad los brazos hacia abajo levantar la cabeza con la mirada en alto y dejar caer los hombros. Sigue una apnea inspiratoria de 3-5 segundos (fig. 2). Repetir 6-8 veces el ciclo completo.
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EJERCICIO N" 4 Ejecución
• En posición "Supina, piernas flex ionadas y un"'poco separadas. los pies en contac-
to con el suelo, las puntas de los dedos de las manos tocándose en el centro del tórax y con la punta del esternón (apófisis xifoides), las palmas de las manos apoyadas sobre las costillas. • Durante una larga, lenta y profunda espiración, seguir delicadamente con las ma-
nos el descenso de las costillas y el
tóra~,
sin apretar al final. Hacer una apnea
Nota: No comprimir con demasiada fuerza las costillas. La inspiración debe hacerse con la boca abierta y el desbloqueo debe ser lo más
espiratoria de 3-5 segundos (fi9. 1).
rápido posible. Hay que
Bloquear entonces las costillas con las manos en la posición de máxima espiración
intercalar siempre entre
e iniciar con esta presión en el tórax una larga inspiración con la boca abierta.
ciclos algunas respiraciones
Al final de la inspiración, quitar de prisa las manos del tórax . Esto producirá una
normales.
rápida entrada de aire por la boca y la veloz expansión de las costillas. •
Después de 2·3 actos respiratorios completos, repetir el ciclo 4·5 veces .
---,
/fI.I,/Jir(/('¡rJlI
+ (/1)///'(/
¡lIs/Jira/or¡o
dI'
.'J-.5 Sf'f!"II(/OS 10;)
EJERCICIO N° 5 Este ejercicio es una variante del anterior; se realiza con el cuerpo en decúbito lateral. Ejecución
Acostados de lado con las piernas cómodamente flexionadas, la cabeza apoyada sobre el brazo. • Con la mano del otro brazo. tocar la parri1la costal correspondiente. • Acompañar ~on la mano el movimiento de descenso durante la espiración, blo-
quear con delicadeza al final y permanecer en apnea 3-5 segundos (fig. 1). En la sucesiva inspiración (con la boca abierta), mantener bloqueado el costado y liberarlo rápido sólo al final.
• Descansar unos segundos y repetir el cido 3-4 veces por cada lado .
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. )
106
IlIspiracióll
TÉCNICAS DE I\ESPIRAOÓN YÓGUICA Tras educar la respiración a través del yoga como práctica cotidiana y regular, el movimiento encuentra armonia con ella, cada gesto deja de ser un esfuerzo para convertirse en una oportunidad para escucharla y percibirla; la concentración en el hecho respiratorio produce regularidad y fluidez. En cuanto se alcanza y se mantiene estable, la mente se vuelve atenta y vigilante, pacificada aunque despierta y preparada.
El yoga es un medio, un método, un sistema, un modo de ver la vida, y la conciencia de ello produce un cambio profundo en nuestro modo de reaccionar. Una aproxima-
ción inteligente al yoga, que tenga presente. siempre quiénes somos, qué cosa estamos haciendo y qué cosa querríamos, plantea bien pronto la exigencia de aplicar la acción opuesta. Cada acción que se hace en la vida, hasta la mejor calibrada, nunca es perfecta. Una atenta observación durante la rutina del yoga sugiere la inserción de movimientos, gestos, respiraciones de carácter opuesto: las contra posturas, las compensaciones , las acciones equilibrantes. Quien protagoniza prolongados descensos bajo el agua necesita una respiración que tenga un carácter opuesto al de la apnea; sólo asi , la acción principal, gracias a su opuesta , podrá continuarse sin perjuicios.
107
, ./ Ejercicios poro oumentor lo sensibilidod respirotorio Proponemos el ejercicio base de las técnicas de respiración. El cuerpo debe relajarse tomando conciencia del acto respiratorio. Se ejecuta del siguiente modo:
Inspirando, levantar un poco los brazos. Bajarlos espirando y hacer una pausa con los pulmones vacíos. Inspirando alzar los brazos un poco más, luego espirar
bajándolos y hacer otra pausa. Subir siempre un poco más los brazos con cada ins-
piración hasta
al~arlos
completamente la sexta u octava vez. Observar la respiración .
Es más fácil si cerramos los ojos, relajamos el cuerpo e imaginamos cómo el aire entra y sale de nuestros pulmones como un fluido que atraviesa el cuerpo y lo hace cambiar de color.
Presentamos a continuación dos programas de entrenamiento específico para la respiración, en los que la djfjcultad va creciendo. Recuerden que: • ES significa espiración. • IN significa inspiración. • PAUSA quiere decir una breve apnea de S segundos que insertamos dentro de un ciclo respiratorio. Aconsejamos inhalar por la nariz y exhalar por la boca. Es importante poner en práctica todas las conside raciones hechas hasta ahora a propósito de la respiración.
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11 0
(¡I"'"n al' I¡. 1~"J,inH'il-'11
\ a.pir.!!' ,in !'I''''rwrt.
-+ \ ,',', ~
EL PMNAYAMA pIe )orqllf's .1(0.1'01 qlli('1I inlrodlljo el yoga
1
('1/
pnmu es tall/bién
1
la pn'IJ(II'aeió/I para la apl/ea: eslaba CVIII'('II· cido de q/l(' ('1 call1il/o oJecl/odú para oÚ/(>l/el' bllí.'· nos resultados y I'il'ir esla e.lper/(>llcio .~e el/cOl/tra· ba ell la blísqlll'da interior. la inlrospec,ióll. la I'uella o lo.s ol'Íl!elles. hacer de /lila , disl'I;J!illa d('po,.,i/'(I 111111 disn;J/ifln de la lIIen/e.
I.. u mllllm occidental. dunde impera /a .wpa· ración en/re (,lIe'7Jo y /l/ell/e, 110 ofrecía a .l/ayol /l/é/odos apropiados: /u/'o que l'('l'/lrr;r a las (III/i· I!uas ('Idtllm ,~ o/'ielllales ('1/ las ('lIoles {'spí,.il" y
H'
suerte de el1elgío elérlril'o: 11'(110 d(, pequeijos iU/w,\' lI{'gatil'o,~ o lI/illlíS(,lIlo,~ 11//(/
paquel('s elU'rgéticos ell UII ('stado casi puro, COII 1m; qlU' Sí' prodllce UII. lIoll/élllo,~/o, lIIetabolis/l/o de la !'Ieclricidod. El orgal/islI/o absorbe (.Ji'C/riÓ· dad d(' la olmósfera, la IIIil;=<1 yla descarga a l/'(l· ,.és de (a piel: CUClillo /JIás (I('tll'O es esle III('C(II//s' 1110, IIIrís l,il'O y ell salud se ('lwOlllrará el S('I: I~} sol, los myos l'ÓS/l/iros, las IIlOsas de aglla en 1//00'i· mienlo yen l'I'aporaóón SOIl los principales laCIO· res tI<' iOlli:.ación qllP ClI/'gOIl el oire de pranu, El
rión, /l/edilación .r II/or/mielllo. 1:.1.l'0{!a es IfIIO dl' éstas . .\'0 es posible resllluir {'I/ pucas líneas los prillCl;Jios gellerah>s d(' ('"lhll'!IS como ftM qlle
pob'o, lo,~ /'Íos J" la ni{'bla lo elill/illall. Fw'oIY'('('/' e/ irllerrmllúio de prana II lrads de la piel y /M pul. /l/ol/es. I'(,,,dad('ras espolljas poro la !'I(>l""if'idad. significa I/{,/'ol' energía l'ilali:.al1le a todas las ('pllllas del orgallismo.
están en ((1 úase del yoga. SO$ lilllilaremos a dur 11110 illfo/'fllarión globali::;ada. Algul/os le,l'(OS
l.Jll /'espiraciól/ que lllili::(/ el yoga pam abso/'· ber y dislrió"ir el pnHIH 1'11 fllleslro ofganislllo
sagrados 'lile dat(1l1 de ol/'ed(,dor del Olio lOOO a. C. hablal/ del pnllla como de la «~'ullla e/l' lodas las ellergías COII/{'flidos en l,1 IlIIil'erso». SeglÍlI 10$ yog(lis. aq/lello 'lile cQf'(f('(¡>r;::a o la /'I'da (>s Sil
10flla el I/OII/bn' de pnma~all1a (prana es la ('l/el'· (!ía. ~ama sigl/ifico conlro/). Toe/os los rierácios yoga. 110 sólo las técnicas de respiración prann)u·
capacidad de o/merel pnlllit del/(/'O de sí. de (1('/1' mularlo y de /rollslorll/or/o para oC/l/a/' (>11 lo ;I/(erllo y {>I/ lo ('.':·(emo. Para (os ocách'lIlales l4
COIIIO práclicas respiralori(l.~ .wf'Ío si"'plisto. pero a la par s('río IJI'('SllIllllosO IH'I/sar ell poe/,.,r oúal" car /odas la,~ implican'Ofl{>l' sin IllIber profill/{Ii::o·
lérm;,/O etwrp:ío e.I]JI'csa 1111 cOI/l'epto menos I'(/sIO y mI/ellO I/Iá.s II/uleriol, POfYI 1111 )'ogui ellJ(>fI,m·
do. estudiado .r entendido la cU(/UI'O q'w lo ha geneme/o. Sin emhal'go. podemos /Iludo,. olgllnas
II/ielllo II/islllo es liria forlllo ~'/ltil de prnnn, ¡:;¡ pnwa (',ds/e ('1/ el "ire. en ('/ rtlif//ellto. e1l el U{llta.
jOl'/l/os y ('OI/replos úase adoplándolos o nl/eslra cullum. hóbi/os de rido .1: por supuesto. (1 filies· tras e.ni:,rellcias deportif'as. Los )"oguis dedicafl mucho a/(>IU'ión al cuidado de la I/ari:.. con~;de·
cllelpo SOfl comprefldidos ('OI!i"lllOlllenle y reulli· dos o lf'(lI·é~' de técnicas particulares de respim·
en la 111:: del sol. No es 11; o.l'Ígello 11; nitrógeno. "i r/(a/l/if/as "i ('alar, El aire. el agua. los a/iIlU'II/oS. In (u::. solar ('Olldlu'ell el pnl1lH del qlw depellde cualquier II;JO de rida onill/o/ o /'egelol . .r éSle pef/('Im ell todo el cl/elpo. ille/IISO allí donde l4 aire 110 pl/ed(' /legru: Es I//I('slra I'('rdodero "u/,.,'· ción. porque sil/ ello /la es posibl(' rida alguna, /:,'/
ma l 0p'lII/(lII o e.5le objetlt'o. Tradlicir prnnnyanlll
roda COII/O 111/0 alllt'lIa prúuirYI. cuidado que debería ('Ol/I'(','lirse en costulflbre entre los aplll'i.~. las. El ('lIsal/(:l/(/mielllo de tri nariz modifico Sil forma de ('/l/bue/o )' g uío l'I aire il/spimdo han'a =.orulS de lasfo.ws I/asales dOllde (as /ermiuoct'OIl('S
111
lter"iosas .WI/ más IIIIII/t'rosas. allí donde el yo/{ui .sillía IllIe.~/ro pril/Cliwl insll'l/l1/('nio fisiológiro para copIar el P'·IIl Ul. ('ollriel/{'. por 101/10. enlreliarse durafl/(' los ('jerriáos ('11 inspirar ensane/fOl/do {a.~ ol('los de la lIariz para jacorerer el paso (/(,{ oin' jn',H·o .. I/ejorándola. e$la capacidad beneficiará la illdispel/sou/¡' ('ol/Cl'",mció" melltal ,múre (,1 proC('SO respimlorio. Para los q/le prefierell las cer/(:::'08 de la jisiolop;ía, será tÍlil COI/O('('I' la 10('alizrwiólI de los cel/Ims o(((l/il'os del Súl('1I/0 l/('rl'loso c(,l/lral. EII el f'/Ir.W de fa eroluclól/. nll('s/ro cer('uro se ha agral/dado como 11110 ciudad que {'rece, Ilablemos de la par/e histórica, la ciudad anliguo qlle engloba los (ffl/i~//Os borrios o el cerebro reptil o primiliro. la p(t!eocor/c:;a. IAlego. rill'lIIos ('/ eflsOflrhr> de lo dudad o la lI('o,or/('::.a (·('reÚral. Las /erllliI/aclolles /wl'I'iosas sellsiúilísillltu que lopi.zan lo par/e dondl' e.~tá si/l/oda pI apara/o o/folim están en directo relación COII la ciudad ,.jeja. o ('011 aqllella parle d(,l f'1'reúro. scd(' de lo.~ ¡I/slifl/os. heredada de I//W.~tro,~ lIIá.s lejwlos wl/epasrdos. Por río /'('flejo 10('(/fIlOS ('1 ('(','('61'0 I'isCl'ml)i por cOllúglliellle, órgallos la/e.~ ('OIllU el cora::.ón. los I'OSO.~ SOf/{!/IíIH'os. la I'('ii~a. d i/l/estillo y la /'eúculo bifior: A Inl/,és di' o/ras cunexiolles illfluencia//los lalllbiéll la ¡1I/)ófiSÚ y el ¡/lIJo/álamo, que /i('lIell .H,d,. ('1/ (>/ ("('/'f'uro p,.imi/il'o; de esle /l/oda, estinllllofllo,~ eOIl las hormollos lodo el sis/emo C'l1docrino, ('1 /Jislelf/o l/el'l'ioso químico. Dada la impar/oficia de lo ('elY'(lfIía elllre sede o/folira .r paleocor/e::.a ('S opor/I/llo j(lIui/¡ori:;arIlOs eDil la jisionomía de lo 1101'1:. y, ell par/icular. /0 conjO/'marión oerodil/(ímica de las /'Íos i"lemas. I.ÁI corrienle de aif'(' qfU' pelletra se sllódiride. en cada josa. ell II'('s corredores. t.11 la reglón o/fatil'o. si/uoda ('/1 la e//l/a di' la clÍpula nasal. el aire i/lrierle fa dlf'('c('/ó" de/flujo y entra en con/aclo con
112
las :.ol/a,~ ('opa('('.~ de pacibir los %res. DI la respimción norlf/al. sólo /lila pequeijo par/e del rolu/l/en de ail'(' i"holado /'0 a /,0::'0,.10 :.olla O/fOI¡'·lf. Para (111111('1110" la eficacia de los ejercicios respiralor;os ('S illdi.~p(.'lIsabl(' dirigir consáentemel/te el 0;''(' hacia ('s/as zonas. Por ejemplo. podell/os Imaginar oh'rlll/o rosa r11ll'(fllt(> fa respiración, .\0 es por casl/afidad qm' el il/ciellso sca lIIuy empleado ya ql/P, IJ('/'jllll/al/do e/ oi/'('. eslil/lulo el cenlro olfallm. /a/'or('c/elldo aqlle//oó' parlcs sen.úbles ql/f' ('01)//11'(1/1 e/ pl'll ll a, /)esl)//(:s de esla dl'scl'liJc/ón de lo fI(tri::.. ql/e hClllos dlfi/lido ('OfllO «Wlt(,flfI pránico». Intel/temas el/il'lIder ql/é dl'slil/o tielle el pl'ana )' a tmrés dl> qué ríos plll'dl' ser disiribuido en el 01'gm'¡slllo. SeglÍlI la (fI/(//olllía yóguica. Ilupslro rlll''7)O ('S atmresodo por lII/O densa red de 72.000 lIadi. q/le ('1/ sáll,~('r¡'o q"i('re di>cir tubo. Siguieudo algullo.5 tradie/ol/es. estos nad i se CI'lI:.(1II IlltÍltiples 1'('("l'S ('// .nI ('0"';/10 hacia lo por·,e uaja di> la ('011/111110 I'erfl,/Jral. a/ruresaudo en Sll recorrido algllllos ¡Jlllllos eslmlégicos enlre los principales c huk(,l'll, /)<'lIlru de es/os conduclos los )vg//ls dis/illgl/(,II dos prll/C//Joles: ida y pinga la. Idu es la lIori:; I'II/m: nfr('.wan/e, la i::.quierda. P i l1 ~tt l a ('$ la /lo,.i::. (h'n'cha. la na,.iz sular que colit'lI/a. Par(/ ('ji'clllO,. el prmllJymna es illlporlal//(' ql/e las dos "arices estén libres y sin obsIl'IIcciof/eó'; por ('/lo. se pmeti('o al/les la lleLi. la ducho lIasal. l n sl/jelo adlllto respira IlI1aS 12 reces por ",il/lIlo 1If/ 1'01,,111('11 de IIIIOS 500 f'''''~. Es/o sl~lIiJica q//e IIl1e.5/1'(I fla,.i:; jiltra el/ 1111 mil/lila 6 I (/(, ail,(,; el/ lITIO hora . .'360. )' ell /1/1 día. S.fHO. 8011 /(¡lIlos litros. lalllú¡mo poh:o el/. SItSpensión ql/e es retel/ldo por la lIari::.. Los yogllis. orifique originariamell/e ridan fIIl/y lejos de I/l/es/1'0 lIIU1ulu urbal/o ('olllamillado. apreudieron a la/'orse la no,.I::., .Inlu Ilt l i es la ducha nasal. cuyo
objeliro t's pUI"ificor ('Off afluo .wlada los comluclos nasa/es (1IIles d(' iuiciar los rjen:icios de p n uUl , amtl.
Lo ducho nasol El iffslnm/('I/Iu qlle' los -,"ogujs IIt,lizOIl poro lo dI/dIO I/(ISO/ {'S el IOIn. /tI/a especie de /el('ln eOIl e/ pit·o n,,,ir'o que se odopto o la I/ori=. .. 1,,7 llgl/O puede S('" [r/o o co/iellle, . \' pora .mlorla es IiOjicicn/f' aliadir 111/0 ("//Charad,tll dc café de sal por l'Iro. l.Ja lé('//ien eli sencillo: se il/clina /0 cabe:;a hacia la dC'recha y ,H' in/rodo{'e el pico de lo lele-
ra
t'l orificio izquit,,.r/o hasta taponado. Se deja en/Oll('('.~ quc' e/ agua peneln': .~o ldrá sola (1 /ra,.és del aIro orificio, Impor/all/e: la boca p erfll(III('('C ('1/
oúicr/lI, .~(' n'spire o 110, Después del lo/"odo, se de/H' .sccor biell 111 IIl1ri:;. Inc/inar e/ bus/o hacio de/uu/e, miel/tras se agarmn /a.s /I/(IIJOS (/('/r!Ís de lo espaldo. /'.. "IO/Ices. . e,rlla/al' lIIuy [/lafe por lo lIal"i:; coloroudo /0 ('(fúl':;a hacia abajo. I.Alego, il/spimr eO Il igual [1/(:1':;0 leron/ando la ,obe:;o, !f(,pf'/ir IflOl'iendo /0 ('ab{':;a hacia la i:;quil'f"(/a )"
!tu'go. /wrla fa den",J¡o. Conlillllal" duran/e algul/OS fIIil/f110S
hasta
qlw /0
/UI!'i:: esté seca.
LA RESPIRACIÓN DIAFRAGMÁTICA Respirar correctamente, aprender a utilizar el diafragma de forma apropiada es algo muy dificil que requiere muchos meses de entrenamiento. Este tipo de ventilación deriva directamente del pranayama, el yoga que se ocupa de la dinámica de la res· piración. la actitud debe ser de abandono, distendidos en el agua, en posición prona o supina, o apoyados en el borde de la piscina, erectos y relajados. El diafragma es un músculo plano colocado entre el estómago y los pulmones, que tiene un papel esencial en la
ventilacl~n.
Nuestros pulmones pueden ser vistos,
de manera estilizada, como dos pirámides, la parte más importante, por ser más amplia, es la base. Es además la zona sobre la que por lo general no llegamos a inter· venir a través de una respiración normal. La respiración que normalmente efectuamos en cualquier momento del día es la definida como torácica, porque está localizada en la fase media·al ta del pulmón. Si cuando pensamos haber vaciado los pulmones al término de una espiración empu· jamos el diafragma hacia arriba, nos daremos cuenta de que todavía podemos soplar. Esto sucede porque el diafragma consigue sacar el aire que mantenemos en la base de los pulmones (parte sobre la que no logramos intervenir con una respiración normal) hacia arri· bao Este músculo nos permite mover en entrada y en salida mayor cantidad de aire. El diafragma puede ser considerado como el pistón cilínd rico que se mueve den· tro de la jeringa. Colocada la jeringa con el piquillo hacia arriba observamos que cuan· do sube el pistón , el aire sale y cuando desciende, la jeringa se llena de aire. Si utili· zamos correctamente el diafragma deberá suceder lo mismo en nuestros pulmones. La respiración diafragmática es la más conveniente para la apnea, sea desde el punto de vista económico (mayor cantidad de aire y menor esfuerzo), o desde el punto de vista mental (induce a la relajación). Se compone de tres fases:
11.3
• abdominal torácica •
clavicular
En inspiración, el diafragma se mueve primero, extendiéndose hacia el estómago; el aire, a través de la nariz, llenará la parte más baj a de los pulmones (fase abdominal), luego, aquélla intermedia (fase torácica), y, al final, la más alta (fase clavicular)_ La espiración se produce en sentido inverso, partiendo desde arriba para llegar al diafragma, que se desplazará de modo gradual desde el estómago hasta la base de los pulmones. Est.os movimientos deben sucederse de forma homogénea y uniforme, sin provocar la intervención o el endurecimiento de otros grupos musculares. El
tiempo de espi ración debe ser siempre doble respecto al de inspiración . Esta relación doble es fundamental . La parte inferior, más abajo del ombli· go, además, permanece bloqueada tanto en fase de in spiración como en fase de espiración. Cuando empecemos a practicarlo, puede resultar arduo hacerlo con fluidez . La parte más complicada es aquella en la que el diafragma, al final de la espiración, se debe mover hacia arriba, vaciando del todo los pulmones. Para aliviarlo, se divide en dos tiempos: en el primero se espira completamente, entonces se interrumpe la exhalación, se fuerza un poco más el músculo diafragmático y se expulsa el aire que se ha conseguido remover tras la pausa. Durante el proceso de aprendizaje es aconse · jab le concentrarse sólo en la fase abdominal de la respiración diafragmática completa. El primer paso, el más importante, consiste en incrementar la propia conciencia sobre el diafragma, aislarlo, relajarlo, moverlo en distintas direcciones. Para ello se presenta una serie de ocho ejercicios; durante su realización es importante ser siempre conscientes del
~o
respiratorio visualizando en todo momento el movimiento
del aire. Es difícil cambiar la técnica de respiración y de preparación a la apnea, sobre todo, si se ha practicado la hiperventilación durante muchos años. Al principio, se tendrá la sensación de empezar una apnea sin estar preparados, o se sentirá de inmediato necesidad de aire, apenas iniciada la inmersión. Lo importante es creérselo, estar predispuestos mentalmente. La ventaja principal que se obtiene de una correcta respiración diafragmática es la de lograr condiciones de relajación superiores en fase de preparación; yen el caso de una zambullida en profundidad, se tendrá además la ventaja de poder disponer de una mayor cantidad de aire, a cotas elevadas, para compensar tímpanos y máscara. Un mito que debe caer al practicar estos ejercicios se refiere al aumento de la capacidad pulmonar. Ésta puede aumentar sólo en la edad del crecimiento, practicando deportes aeróbicos como la natación, el ciclismo, el esquí de fondo y la carrera. Después será posible mejorar sólo la gestión del aire que conseguimos almacenar en nuestros pulmones , para lo que las técnicas de respiración diafragmática son el mejor instrumento.
114
EJERCICIO W 1 ejercicio base para entrenar la respiración diafragmática se realiza asumiendo como posición de partida el decúbito supino con las piernas nexionadas. Una vez hechas las primeras prácticas, podremos pasar a la posición sentada o de pie. El
Nota: La relajación debe ser lo más completa posible. Los
octos respiratorios han de ejecutorse con fos músculos
Ejecución
imprescindibles.
En posición supina, una mano apoyada sobre el tórax y la otra sobre la parte alta del abdomen. •
Iniciar una larga y lenta inspiración evitando la participación del tórax (la mano siente que está quieto) y constatando cómo se infla el abdomen (la otra mano siente el movimiento) (fig. 1).
•
Seguir con una apnea inspiratoria de 4-6 s.
•
Espirar pausada y profundamente desinflando el abdomen y empujándolo hacia dentro al término de la espiración (las manos controlan y siguen el movimiento)
(Iig. 2). Mantener una apnea espira· toria de 4·6 s.
IflspimriúfI
1
J0ipi,.(¡ciÓI/ .)
113
EJERCICIO N° 2 Ejecución Como el ejercicio precedente pe ro en posición sentada. la gravedad dificulta el alzamiento del diafragma y la contracción abdominal durante la espiración.
EJERCICIO W :} Ejecución Como el ejercicio 1, pero en la apnea espiratoria efectuar lentas contracciones del diafragma y del abdomen haciendo subir y bajar este último en su máximo recorrido;
evitar la tensión muscular del tórax y otras partes del cuerpo. 116
EJERCICIO N° 4 Ejecución Poner las manos sobre el vientre. por encima del hueso púbico, para poder sentir los movimientos abdominales durante el ejercicio. El movimiento de la pelvis
debería aumentar la profundidad de la respiración y la amplitud de los movimientos abdominales. Levantar lo máximo posible la cadera durante la inspiración y bajarla durante la
espiración. • La inspiración y la espiración serán siempre diafragmáticas y el movimiento de la pelvis, arriba y abajo. se acompañará siempre de flexiones del diafragma en esas direcciones.
EJERCICIO W 5 Ej ecución Adoptar la posición sentada con las piernas cruzadas y las manos apoyadas sobre las rodillas, para percibir bien la extensión de la columna vertebral. Iniciar inspirando lentamente por la nariz, bajando el diafragma al máximo (fig. A). Utilizando la misma técnica del ejercicio anterior y sin interrumpir la respiración, intentaremos extender la caja torácica y, por tanto, la parte alta del busto (fig. B). La espiración se producirá primero haciendo salir el aire de la caja torácica y luego, contrayendo el abdomen y alzando el diafragma. Para facilitar la emisión de todo el aire, se puede arquear la columna vertebral, relajándonos y llevando la cabeza hacia delante (fig. C).
117
.
EJERCICIO N° 6 Ejecución
• En decúbito supino (boca arriba), con las piernas flexionadas y las manos agarra-
das pres ionando las rodillas . •
Efectuar una larga espiración acompañándola con la flexión de las piernas sobre
el abdomen y aplastando la parte baja del tórax. El diafragma se eleva arqueándose hacia el interior del tórax (fig. 1). •
Al término de
'? espiración, empujar a intervalos las
rodillas hacia el tórax con las
manos para favorecer una ulterior exhalación.
Inspirar lenta y profundamente, devolviendo las rodillas a su posición inicial y moviendo el diafragma hacia abajo (fig. 2).
1
2
118
EJERCICIO N° 7 Ejecución •
En cuadrupedia. llevar a cabo una inspiración lenta y larga, con el consecuente descenso del diafragma, extendiendo columna vertebral y cabeza (fig. 1).
• Breve apnea de 5-6 s. • Seguir una pausada espiración y. ejercitando una presión sobre las manos, arquear la espalda hacia arriba e inclinar la cabeza hacia abajo hasta ponerla en contacto
con el esternón (fig. 2).
1
2
119
EJERCICIO N° 8 Ejecución
• Apoyar el pulgar de la mano derecha sobre la fosa nasal derecha cerrándola, y efectuar una lenta y continua inspiración diafragmática (fig. 1).
• Acabada la inspiración, mover los dedos de la misma mano de manera que obstruyamos ahora la fosa izquierda con el dedo anular (fig. 2).
Efectuar una lenta y constante espiración diafragmática por la fosa derecha. •
Terminada la espiración, inspirar por el mismo lado sin mover los dedos. Completada la inhalación, mover los dedos hasta cerrar el orificio contrario otra vez.
•
Reiniciar desde el primer punto.
2
La variante para estos-Oclío ejercicios es introducir la apnea tras cada acto respiratorio. Se comenzará con una apnea luego de la inspiración que se repetirá después de la espiración. Hay que tener en cuenta que la duración de la espiración debe ser siempre el doble que el tiempo de inspiración, y la breve apnea debe durar la mitad de lo que dura la inspiración. Por ejemplo, si se prevé una inspiración de 8 s, el ejercicio se organiza del si guiente modo:
INSPIRACIÓN - - - APNEA - - - - ESPIRACIÓN - - - APNEA
8s
120
4s
16 S
4s
LA CARPA ('0/1 n/l' lém/lilO le ic/l'IIIi{tro IIIW for//lo
mm/a sólo por (/f~"lIIm
101 !JII/I/IO/I('s. 01'
los ;//61m//('1 pn'I'¡06 (/
,I/flchos (l1J//e¡s/as SOSti~'II('tj l/O
/" inlllersiÓn.
Es 111m IPcllir(l
('(lcol/llt/rle I/il/[!,ífl beneficio. e i"dllso i,,(liCOII
("('(lucir las pl'f'sf(/ciol/('s. 1) objelo de la ('(l/7JO eJi fiel/arIo máximo posible los /mlmolles o/tér-
mino de fo ,íl/ill/o impimrió", I'ar(! ello (11101 ho,ia
/'f'ilpimdólI C/u(' sr ~ff.'Cllí(¡ 1'1/
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boml)(l q/l/' f'lI/puja, ,('rrú"do$l'.r obriéfldose, elairí.' rrsi-
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hu ,)11111101/1'6 y {)("'II/ife 11/ allel (J inicior la
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COII /lila ralllidad lillpt,,.ior 11 /n que !tflbrín il/ha/ado COI/ lUla impitw'j¡íll S//IIIJ/(' m(Í.ril/lCI.
IAI "~'fI'lIj(/ /"I'sir/e rllra /'11
fr,..
/'1/ /r'I/PI" /111
illl/I!'/;~¡Ol/N proflllldas, 1)('1"0, para !fUI' 110 se prudll:.nlll ¡ji'e/os l'u/llmiJ/(lirl/dos, /'S ¡//II)urfallfe qUl' se I'jI'cule COII
/0 /l/1Í,,"i/l/fl al/'lIl'iúll
y
SOIl de /'/tria íl//lo/r.
tu pénli¡/(¡
ifllll/'rS;ÚfI
de
pu('o mrís de aire {/ disposiriól/, para /a apllca.r /0 cO/l/pel/saáólI de los límpal/os.r la I/uís-
Il'S/)(,f/Q
sill /""'0/T'5, !:.1emlllrerimiellfo dI'
a lo
de
1/I11Il;OÚ/'(/
la relajariófI ftÚC(/
la
/l/luf'lIlall/fYI d/,llúra,t' II'mlda I{I'I'IOS /!/'galiro.,. I,as dI'SI'I'III(/j(l.~
IJllsf'(¡dr¡
1'11
/lJ(las
/I/S fi/Sl's Im'n'dl'lI/e~ de 1T','pimriúflj e/ re/nl.'O ell /a
ql/(' ell algllllO$ fl/le/as. {'QI/jO SI' ha /'erijinlllo. I)IIedf' dl/mr
l/l/a (/1)/11'(1 nltÍlim, (1111/1/'11 /(1 1(1 lellsión
(11' la
has/o /6 s:
t'1/
la pr.:pUl'(¡(·¡ÚfI
musrlllafl/m loráúm rOIl rOlls('f/lf'flfÍm fiírilps dp i/l/agil/ar paro el
n'¡aj(l-
",;('fllo. ¡';s lll m(¡lI;obm lIudó
1'11
f'ral/f;a pam ('//{'olllmr
({esllfla dijidl. y I'suí illf/ü-rula
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TÉCNICAS DE RELAJACiÓN
Una carrera a pie o en bicicleta, una caminata o un rato de natación producen modi· ficaciones concretas y verificables, en la circulación sanguínea y en la respiración, Los beneficios se manifiestan con efecto relajante también en la mente aunque, en oca· siones, no son suficientes para eliminar la tensión psíquica de una jornada laboral, El comportamiento habitual , como trabajar, interrelacionarse o vivir en familia, influen cia el metabolismo en modo significativo. De este efecto son testimonio numerosos experimentos realizados en
el ambiente laboral o familiar, donde, según los horarios,
las voces y el ritmo de la gehte, se constatan cambios físicos y psicológicos acumulativos . Esto acontece incluso sin la participación activa de los interesados, pues basta estar presente física o perceptiva mente para sufrir dicha influencia, Por simple costumbre padecemos una adaptación metabólica que choca con la autodeterminación y el autocontrol que cada uno de nosotros querría tener. Sin embargo, como demuestran las pruebas realizadas con sujetos en estado de relajación , es posible reducir el ritmo cardíaco, controlar con la voluntad el metabolismo , la respiración, la conductividad eléctrica de la piel y alcanzar un estado de profunda distensión fisiológ ica y mentaL Según el uso corriente de las palabras,
nu~ro
comportamiento es voluntario
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cuando hacemos aquello que queremos y consciente cuando somos plenamente conocedores de lo que estamos haciendo. Esto resulta fácil cuando movemos los musculos del aparato locomotor, pero casi imposible cuando pretendemos controlar los órganos internos y las glándulas. la homeóstas is o equilibrio interno del cuerpo se mantiene gracias a mecanismos involuntarios e inconscientes que reaccionan a estímulos externos o internos segun modelos estereotipados. Se considera que los centros superiores del cerebro no pueden modificar tales comportamientos sino a través de medios indirectos: el directivo angustiado puede alejarse de la oficina para distraerse, pero no es. capaz de hacer desaparecer un espasmo intestinal con un acto de voluntad, como haría para bajar y subir un brazo. Relaj a rse p ora
Cuando una persona está aterrorizada o ansiosa, cualquier reacción que reduzca el
conrro lo r el cuerpo
miedo o la angustia se presentará, aunque sea incompatible y destructiva para el normal desarrollo de la vida cotidiana, por ejemplo, encender un cigarrillo en ciertas situaciones de tensión. Un hábito neurótico se puede manifestar en momentos criticos, como un acceso de cólera, o puede permanecer enmascarado, como la cancelación de determinados pensamientos o sentimientos. En ambos casos la relajación puede ser un util instrumento de reeducación durante el cual se eliminan las conexiones negativas , mientras se imponen reacciones positivas y de mejoramiento. Con ella, obtenemos diversos beneficios fisiológ icos , psicológicos y de intercomunicación
EFEGOS PSICOLÓGICOS DE LA RELAJACiÓN
• Facilidad para comunicar abiertamente con los demás. • Más disponibilidad al contacto físico.
• Mayor estabilidad emocional. Equilibrio y potenciación de la memoria.
• Aumento de la creatividad y energía en los intercambios sociales.
Riqueza intelectual. Capacidad de concentración y duración de la
EFEGOS FISIOLÓGICOS DE LA RELAJACiÓN
atención. • Disminución del ansia, de las tendencias neuróticas y depresivas.
"-
Mayor sensibilidad en la percepCión de lo vivido por otras personas. • Reforzamiento del yo y mayor conocimiento, confianza y dominio de si. • Considerable capacidad introspectiva. Efectos sobre la comunicación interpersonal. • Menor inhibición para hablar de si mismos, de los propios pensamientos y las propias sensacion\s.
Reducción del tono metabólico. • Mengua de la concentración del ácido láctico en sangre. • Disminución significativa del ritmo respiratorio. • Aumento de la resistencia cutánea. • Reducción del ritmo cardiaco con incremento de la reserva cardiaca. • Estabilización y normalización del sueño. • Regulación de la presión arterial. • Potenciación del equilibriO fisiológico.
que hacen de las técnicas de relajación un verdadero útil para la salud personal y el auxi lio terapéutico. la profunda alienación de nuestro cuerpo y de sus procesos internos , gracias a dichas técnicas, puede ser sensiblemente reducida, abriéndose al interesante fenómeno del control del equilibrio del organismo. En lo que a nosotros concierne, resulta indiscutible la importancia que tienen para la mejora de las prestaciones en apnea.
RELAJARSE Cada vez que se habla de métodos de relajaci?n, se piensa: «m i método es el mejor, mi técnica es la más eficaz ... ». El verdadero problema no es el instrumento, sino la actitud personal respecto al propio cuadro psicológico y a las características psicofisicaso Son muchas las técnicas para relajarse: entrenamiento autógeno, entrenamiento mental, yoga, pranayama. Cada una de ellas es válida y tiene una larga tradición tras de sí. Haciendo excepción del yoga, los ejercicios de relajación se ejecutan acostados, en posición supina, con un apoyo blando para la cabeza, o sentados en una zona aireada, alejados del horario de las comidas. A través de estos ejercicíos se efectúa una secuencia de prácticas que no se ejecutan fisicamente, sino ps íq uicamente. Para relajarse se requiere una actitud de disponibilidad receptiva en relación con el propio cuerpo, manten iéndonos como espectadores pasivos de nosotros mismos. El objetivo es escuchar los mensajes que el cuerpo nos manda; debemos aprender a sentirnos . Una regla fundamental es la de ser abierto con uno mismo, alcanzar un estado de total introspección que anule los estímulos externos y, sobre todo, los fenómenos mentales perturbadores. Quien se relaja está haciendo algo para salir del estado habitual de desconcentración, mundano y poco rígido. Para afirmar en qué consiste relajarse, hace falta darse cuenta de lo poco presentes que
Lo conciencio de aquí
estamos en los asuntos cotidianos. Normalmente, notamos la tendencia de la mente a
y ahora
vagar cuando intentamos efectuar una operación mental y esta dispersión nos entorpece. En realidad, son escasas las ocasiones en que el cuerpo y la mente se encuentran en estrecha coordinación. Por lo tanto, tenemos la necesidad de calmar y controlar la mente y de comprender cómo intuir su naturaleza y su funcionamiento, con intenc ión no sólo de crear estados de bienestar o de dominar actitudes y comportamientos, sino sobre todo de intuir la naturaleza de la realidad más allá de los condi· cionamientos. En cierto sent ido, se produce un despertar respecto a cualquier cosa que acontezca, nos daros cuenta de la frecuencia con que se está desconectado de la propia experiencia. Induso, la más sencilla y agradable actividad cotidiana (comer, conversar, conducir, leer, pensar, hacer el amor, hacer proyectos, beber, recordar, manifestar los propios sentimientos ... ) ocurre con la mente proyectada en la acción sucesiva. Esta actitud abstracta, este no estar presentes se vuelve costumbre, y nos distancia de la vivencia. la conciencia ante esto puede ser transformada en acción concreta que
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rompe la cadena de pensamientos y conceptos habituales, abriéndose a posibilidades distintas de aquéllas contenidas en las familiares representaciones del espacio vital. El hecho de que mente y cuerpo puedan estar disociados, de que la mente pueda vagar, de que seamos inconscientes de dónde estamos y de lo que nuestro cuerpo y nuestra mente están haciendo, es una cuestión de simple experiencia. Cuerpo y
mente pueden ser reunidos. Podemos desarrollar hábitos en los que estén coordinados. El resultado es un consciente dominio de nosotros mismos que se hace evidente también a los demás, pues un gesto asi es reconocible por la gracia y la precisión que lo distinguen . Con el ejercicio, la conexión entre intención y acto físico resulta más estrecha, hasta que la separación desaparece casi del todo. Se revela como un tipo particular de unidad del todo natural.
CÓMO IIElAJARSE Aprender a relajarse implica admitir algunas malas costumbres mentales , modos equivocados de sentir, de actuar y de reaccionar, algunos lugares comunes que nos son propios; relajarse adoptando ciertas estrategias psicológicas que luchen contra nuestros hábitos mentales y ayuden a reencontrar el equilibrio que fácilmente se pierde en la cotidianidad. Un buen apneísta es el resultado de una correcta preparación física pero, sobre todo, de un entrenamiento mental que debe distingui r su preparación de atleta. La técnica de la relajación total puede emplearse en varias direcciones y modalidades según la incl inación del que la practica. Relajación total
La relajación total entre función tÓnica y actividad cotidiana tiene la tarea de modificar las reacciones del organismo ante el ambiente, da lugar a la adaptación psicológica y de comportamiento que caracteriza toda situación de bienestar en el hombre. Esta operación de ajuste y síntesis interna implica procesos de aprendizaje, de memoria y de creatividad, garantizando la continuidad del individuo en su desarrollo personal. Uno de sus aspectos dist intivos es la estrecha relación Que subsiste entre tono muscular y actividad psíqu ica . los músculos utilizados en el mantenimiento de la postura en la apnea estática o empleados en específicos movimientos como el aleteo en el peso constante se resienten de los condicionamientos psicológicos, por lo que la función tónica se desplaza al centro de un discurso psicosomático. Resulta determinante el control mental que, para aumentar la seg uridad , debe producir una relajación eficaz Que vuelva más eficiente la acción y más económica la prestación entera. A alcanzar
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esta condición óptima ayuda, como ya dijimos, el entrenamiento autógeno. El relajamiento total tiene el objetivo de aunar en una solución la distensión del cuerpo, de las emociones y de la mente. En una sesión de entrenamiento autógeno se empieza por la relajación física de base, Que consiste en llevar la atención a cada parte del cuerpo, de los pies a la cabeza, para reducir al mínimo la tensión muscular. Completada esta fase, se pasará al aspecto emocional. abandonándonos en la recreación de una
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escena de la naturaleza. Se trata de sumergirnos en un lugar real o imaginario para percibir con todos los sentidos cada particular de dicha escena. El perfume del aire, de l agua, de la vegetación, ver las cosas más significativas del lugar, sentir el contac· to del cuerpo con aquello que nos circunda, escuchar los ruidos, consentir, en defini· tiva, que la mente conozca una realidad virtual pOSitiva que calma y recarga. En trenarse en las técnicas de relajación, en seco o en agua, es, pues, básico para el
(onrrelar lo menre
apneista, porque crea en la mente estimulas orientados a escuchar y a manejar el pro·
poro conrrolar el cuerpo
pio cuerpo. Cuando se alcanza un estado relajado, sea éste pasivo o dinámico, el nivel de atención disminuye y se liberan numerosos automatismos motrices yexpre· siones tonicoemocionales. Con el control facultativo de la conciencia se multiplica la posibilidad de aprendizaje, se favorece la percepción del sí y se regulan las emocio· nes, que pueden ser modificadas en cada momento aprovechando los oportunos cambios mentales. Así , resultará fácil obtener la calma interior, reclamando estados favorables a la apnea con gestos simples tales como la unión del pulgar y el índice de cada mano. Como en la visión de escenas de la naturaleza, durante la relajación profunda se pueden experimentar concretas e intensas sensaciones gustativas, tácti · les, olfativas o auditivas. Incluso la percepción del cuerpo puede sufrir importantes modificaciones, pues se puede, por ejemplo, llegar a sentir las manos enormes o la cabeza hinchada. A veces, se tiene la impresión de que los brazos, las piernas o la cabeza están separadas del cuerpo; otras, de que el cuerpo está ausente; otras , de habernos vuelto minúscu los. Todas estas sensaciones pueden provocar molestias pasajeras, dolores intermitentes, de cabeza, cosquilleo en las manos, en los pies O en otros sitios. la garganta puede apretar o sentirse inflamada, la salivación puede volverse tan abundante que nos obligue constantemente a deglutir, o la boca por el contrario se seca, la nariz gotea, se estornuda o se padecen accesos de tos. Otras veces se suspira o se bosteza, incluso se producen movimientos involuntarios de succión con los labios; otras, el estómago borbotea. En raros casos se pueden sentir náuseas o la im pelente necesidad de evacuar o de orinar. Se pueden padecer pequeños espasmos musculares o ver todo tipo de imágenes, espirales, molinillos, figuras geométricas, colores vivos o luces centelleantes. A veces se tiene la impresión de que el cuerpo está inclinado, volteado o cabeza
los extraños sensaciones
abajo. No es cosa excepcional sentir intranquilidad o fuertes sensaciones emotivas,
de lo relajación
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rabia violenta o placer sexual, risa o llanto, una lista parcial de las muchas formas de descarga de la tensión que están sólo presentes al principio de la práctica, y que se superan sin más en pocos minutos. l a posibilidad de hacer propias las técnicas y los ejercicios que siguen permitirá, cuando sean repetidos en el agua durante una apnea, tener la mente ocupada, enga· ñar al tiempo y emprender nuestro recorrido mental sin dejarnos distraer por nada,
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es decir, el tiempo pasará más rápido; se creará una barre ra protectora contra la que rebote todo pensamiento perturbador, que será desactivado por nuestra mente, la cual estará en su viaje fuera del tiempo.
l os ejercicios menrales
•
Repetir palabras particular es , por ejemplo: t:mi cuerpo está completamente relajado» o ~mis músculos están distendidos», intentando emparejar a esta frase una búsqueda total de relajación física.
•
Pasar revista a todos los puntos de contacto del propio cuerpo con el suelo. ~n posición supina, se parte de la zona inferior (talón derecho, izquierdo, pantorrillas, glúteos) y se sube (los dedos de la mano derecha y de la izquierda, los codos, los hombros, la nuca). Cada vez que nos concentramos en un punto de contacto, debemos sentir que nuestro cuerpo se apoya sólo en ese punto. En el momento en que llegamos a advertir esta sensación, se pasa a otro.
•
Escuchar los ru idos que nos circundan y, partiendo de la fuente que los produce, imaginar la escena. Por ejemplo, si se advierte la voz de un niño, pen sarlo vestido de una cierta forma, intentando hacer cualquier cosa, con una expresión determinada. Se oye el canto de un pájaro, imaginémoslo en un árbol entre el follaje que mece el vie nto, etc.
•
Concentrarse en el propio latido cardíaco advirtiéndolo .de modo particular en la punta de los dedos , en el plexo solar (el punto bajo del esternón) y en la cabeza. Acompañar el latido y pensar que llegamos a dis minuir su ritmo.
•
Concentrarse en la respiración hasta observarse desde fuera, como nos vería otra persona, imaginando el movimiento rítmico del tórax.
•
Concentrarse en la pr opia frente y llegar a sentirla fresca, como si estuviera separada de la masa pesada y caliente que supone para nosotros el resto del cuerpo. La sensación de fresco debe ser vivida como un estado de calma y bienestar interior.
•
Seguir el flujo de aire pensándolo como un fluido que nos llena, haciéndonos cambiar de color, y que nos vacía, devolviéndonos al color inicial.
•
Imaginar movimientos armoniosos y rítmicos , como, por ejemplo, los que forman las ondas concéntricas que se generan en un estanque cuando lanzamos una piedra, y asociarlas a la propia res pirac ió n.
ENTRENAMIENTO MENTAL Y APNEA Por entrenamiento mental se entiende cualquier método capaz de producir una organ ización del pensamiento que alcance los objetivos preestablecidos. Se trata de habituar la mente a mantener la atención, a potenciar la memoria y a desarrollar, en definitiva, toda actividad propia de la razón que sea precisa y consciente, metas importantes para el apneista. El entrenamiento mental permite mod ificar a travé s de la distensión situaciones físicas y psíqui cas. En general, la primera aproximación a las técnicas de relajación se realiza con el instructor, que guía al alumno con la voz, a
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través de un recorrido que lo distiende. Quien se relaja de este modo sigue las indicaciones y atiende a las propias reacciones. El verdadero entrenamiento empieza luego, cuando, estando solo, elige un rato que dedicar a la contemplación de si mismo, seleccionando un recorrido que respete sus características psicosomáticas y sus propios tiempos. Utilizando ejercicios específicos, el deportista podrá obtener modificaciones espontáneas del tono muscular, la función vascular, la actividad cardiovascular. el equilibrio neurovegetativo y el estado de conciencia. Hasta hoy, quien se ha acercado a los cursos de apnea, se ha planteado el pro· blema de usar técnicas específicas de relajació.n y respiración. Pertenecen al bagaje de un apneísta de buen nivel el entrenamiento autógeno y la meditación, el yoga y el
pronoyama, el entrenamiento mental y las fantasías guiadas, todas metodologías de larga tradición y reconocida eficacia. En este manual. hemos integrado las distintas propuestas con la intención de iniciar al lector y estimularlo para que , posteriormente, pueda profundizar en ellas. El punto de partida es reconocer y afrontar algunas falsas y limitadas opiniones sobre nosotros mismos, pensamientos negativos que pueden incidir en el aprendizaje de manera desfavorable. Recordamos entre las más frecuentes: •
El cuerpo no lo puedo controlar.
•
Me siento impotente ante cualquier cosa que no sé dominar.
•
No llegaré. nunca a superar mi miedo o mi ansia.
•
Temo ser castigado o castigarme si me equivoco.
•
Pienso ser omnipotente, perfecto y estar en posesión de la verdad.
•
Me siento débil y sin energía.
•
Soy un tipo sujeto a somatizaciones.
•
No soy capaz de realizar aquello que pienso.
•
No me gusto.
•
No creo tener potencialidades.
Sólo a través del conocimiento podemos utilizar nuestras capacidades potenciales para mejorar y eliminar los pensamientos que nos limitan. Solamente a través de la disbQlina interior. del aumento de nuestra autoestima y de la confianza podremos hacer un uso mejor de los factores externos favorables. Debemos aprender a susti · tuir las actitudes y pensamientos negativos y alienantes por procesos positivos y creativos. Cada uno de nosotros vive en la propia cotidianidad distintos planos y niveles de conciencia que se manifiestan a través de los códigos culturales y del comportamiento. perceptivos y emotivos. Pues bien , estos estados de conciencia que se refieren al sueño y la vigilia determinan también la capacidad de incidir sobre la atención corpórea, emocional, mental, instintiva o creativa de cada uno de nosotros.
... Por medio de un trabajo de relajación habitual, aprendemos a tratar con nosotros mismos y con el mundo del agua enriqueciendo nuestra calidad de vida. El cerebro ha
evolucionado para transformarse, para aprender, en contacto con estímulos siempre mayores, nuevas posibilidades de acción y de reacción . El entrenamiento mental debe respetar algunas pautas que verifiquen y hagan uso de distintos planos de intros-
pección.
RELAJACIÓN CON LOS COLORES, KATABASIS Primer nivel : rojo
Tras haber adoptado una pos ición cómoda, cerremos los ojos y preparémonos para entrar en un nuevo estado imaginando el color rojo. Se comienza por la cabeza y
se localizan, sin detenernos demasiado, las sensaciones y las imágenes relacionadas con cada zona específica, empleando frases y palabras que faciliten el proceso de dis tens ión, tales como «estoy relajado ... me encuentro suelto ... estoy distendido ...•. las partes del cuerpo enfocadas son el cuero cabelludo y la frente, la nuca y los ojos, la mandíbula, el rostro y la lengua, que es un órgano importantísimo; se prosigue a lo largo de los hombros, los brazos, la espalda, el tórax, el abdomen, los órganos internos, las caderas, las piernas y los pies. De este modo, se pueden reconocer las áreas de tensión, además de flujos y movimientos in ternos del cuerpo. Se va de la escucha atenta de partes del cuerpo a la sensibi lidad de los centros nerviosos periféricos, pasando por la conciencia y profundidad de la respiración y el abandono de todo tipo de tensiones, con una simple orden mental, con una frase, con un sonido. Esta fase es la más práctica y básica de todo el procedimiento. Segundo nivel : naranjo
Con el color naranja se pasa a la r elajación del ni vel emocional, concentrándonos por algunos momentos en emociones como la alegría, la felicidad, la satisfacción, la disponibilidad, el sentirnos útiles, etc. Esta fase persigue provocar un estado de ánimo agradable, que conduzca a la consolidación de un equilibrio con el que afrontar las alternancias emotivas con razonables garantías.
Tercer nivel: amarillo
Se pasa entonces a imaginar el color amarillo o un objeto de ese color. El amarillo es el color de la relajación mental y se consigue evocando imágenes de la naturaleza calmas y serenas, cuyo fin es ayudar a alejarse de los problemas y de las preocupaciones cotidianas, a dejar fuera cualquier perturbación. Este tercer nivel nos permite uti lizar un proyecto de ralentización del pensamiento con el desarrollo de la concentración y la imaginación. Todos sabemos cuán dificil es concentrar la atención, la memoria o el pensamiento en actividades mentales superiores, creativas o asociativas por un discreto período de tiempo. El tiempo subjetivo, que determina el pensamiento y los recorridos mentales habituales, está ligado al pasado, como traza consolidada o indelebl7-V al futuro, como tentativa de formar proyectos. Con demasiada frecuencia estas estrategias mentales sirven sobre todo para provocar el ansia y dar
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al yo el máximo espacio posible de acción y control. En cambio, el tiempo subjetivo que auspiciamos es un tiempo ligado al presente, al aquí y ahora, a la transformación , a la fluidez de lo posible. Del amarillo al verde, tras haber relajado el cuerpo, las emociones y la mente. Si
Cuarro nivel: verde
hemos realizado el trabajo adecuadamente. nos veremos en paz con el mundo, como si nos encontrásemos en el tejado de nuestra propia casa observando, con toda tranquilidad, lo que sucede en el interior. Esta fase es muy útil cuando los problemas dia· rios se viven con demasiada implicación. El cuarto nivel es el plano de la paz interior, entendida como calma mental, ausencia de pensamientos, al menos de aquellos que irritan e implican un comportamiento pasional. Es el estado del vacío mental , como capacidad de vivir aqu í y ahora nuestro espacio y nuestro tiempo. No existe la pro· blemática en particular, sólo el cuerpo que se mueve, late , vive secundado por una condición de agradable abandono; no existen las expectativas y no hay implicaciones con el yo racional. Cuando nos relajamos aparecen a veces interfiriendo pensamientos, emociones y estados físicos que nos afectan. Debemos aprender a relajarnos con un cierto método y a dejar fuera ciertos pensamientos , ciertas preocupaciones, ciertos temo· res mediante el vacío mental. No es un vacío pasivo , es simplemente un jaque al yo que quiere todo, atenciones y control sobre nuestro sistema vital. El yo debe ser visto como el instrumento psicológico que tiene necesidad de evolucionar y dialo· gar con las estructuras psicológicas más desarrolladas, el si y lo que éste soporta. El vacío mental es entendido como la apertura de canales sensoriales que se produ · ce por estimulación de vibraciones energéticas ligadas al desarrollo de nuestra se nsibilidad. Del coJor verde se pasa al color azul para conce ntrarnos , como natural evolución, en
Quinto nivel: azul
los sentimientos y los afectos más genuinos que vivimos o que querríamos vivir, es decir, el sentimiento más potente, el amor. La sensibilidad se extiende en el quin · to plano de los niveles existenciales, es el nive l que nos perm ite implicarnos plena· mente en lo que hacemos. El cuerpo se vive con una participación y una expansión extraordinarias, que se traducen en fluidez energética, emocional y psicológica, donde los elementos en los que se está inmerso resultan objetos nutritivos para el alma. Del azul al añil ; se concreta la reflexión sobre nuestras aspiracloñes personales y colectivas, fin último de nuestro yo profundo o ser interior. El sexto nivel está aso· ciado a 105 objetivos, o sea, a la capacidad de penetrar la realidad. La capacidad de ser más allá del pasado y del futuro para percibir el instante , en un profundo contacto con la naturaleza, con los ritmos, con el movimiento de las cosas.
Sexto nivel: onU
Séprimo nivel: violero
Completamos la escala de los planos existenciales pasando al color violeta; se establece un contacto con la realidad más íntima, aquélla que se refiere a la dimensión espiritual. Alcanzado el nivel más alto, habremos obtenido un estado de relajación en la cual se bloquea el plano consciente, mientras la voz tranqu ila y sutil que proviene del inconsciente puede expresarse en sensaciones e imágenes. El séptimo nivel testimonia la disponibilidad de vivir las experiencias culminan tes, transpersonales, una dimensión superior en la que partici pamos cuando nuestras potencialidades se despliegan para percibir la pulsante vitalidad del universo individual . Repitiendo esta técnica aprenderemos con facilidad la concentración sobre la longitud de onda de los co lores , katabasis. Una vez aprehendida la secue ncia de los colores, se repetirá y nos permitirá superar cada etapa a través de sensaciones, imágene s y anclajes mentales.
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CAPíTULO 5
RELAJADOS [lAJO EL AGUA
«, .. el submarinista bucea para ver. El apneísra lo hace para mirarse por dentro.»
D
espués de haber analizado la preparación de la apnea en seco, tanto desde el
plano mental --con las técnicas de relajación y el entrenamiento autógen
como desde el plano físico --con las técnicas respiratorias-, veamos ahora cómo nos
debemos comportar en el momento en que las aplicamos en el agua durante la apnea. Examinaremos las tres situaciones clásicas: la apnea estática, la apnea dinámica y la apnea profunda. Es fundamental no tener prisa con los resultados porque éstos irán llegando progresivamente .
Para disfrutar de este deporte es necesario olvidar la
EL COCO. EL CORAL Y EL AGUA: UNA HISTORIA CON ALGO ZEN
tensión provocada por la sensación de tener que hacer algo a toda costa. Empleen el tiempo en utilizar todos los canales perceptivos: vis ual (viendo imágenes mentales), auditivo (oir los sonidos, la voz interior) y cinestésico (puntos de contacto del cuerpo y contacto de éste con el agua). la apnea es un viaje fuera del tiempo que se consigue a través de un esfuerzo de la mente por abolir las coordenadas temporales que caracterizan nuestra existencia. Aunque parezca un juego de pala· bras, es necesario esforzarse en no esforzarse. Para lo s principiantes será determinante crear recursos mentales que les acerquen en la menor brevedad a las condiciones psicofísicas ideales . Es importante compartir ton el compañero la alegria por un nuevo resultado obtenido, así como sentir intensamente las emociones y memorizar el evento; el recuerdo será un punto de referencia óptimo para futuras inmersiones, pues contribuirá a
t.1 L'Ü:jO pescador de las islas maldiros Brisbé comen/a: «J-Ioy le he /'isla en e/lllar. Jlfagnífico-, dice esbo:;al/do COII S l/ $ palabras /111 inglés ¡I/e/erlo. «Me gusta cómo nadas bajo el agua. Soy sólo Illll'iejo pes· c(¡(IO/: pero permílellle que le dé /111 consejo. Rec/lerdo que las cosas se p/ledl'1I IU/cer de dos maneras*. Diciendo esto. coge /111 pedazo de coral y lo lanza al mar: Illego. de mI coco abierto deja goleor en el agua el líquido o:;uc(II"(,do y ú/oncu::.co: «fes. El coral y la leche de coco ahora están en el agua. Pero el coral sigue siendo coral. mienlms que el coco se ha eOIll'erlillo en oglla de fIIW; Cuando estás bajo el agua flO debes hacer como el coral. sillo COIIIO la lec!ti' de coco: eliando estés ell apnea no te opongas al filar. 110 debes ser tú. 1u C/lc'])O, 111 piel y el océollo. sil/O q/le cada parte de 111 ser debe I!oll'erse filia con elogua •.
aumentar la autoestima y las motivaciones del apneísta. 13 1
5.1
APNEA ESTÁTICA
la condición esencial para que esta prueba sea de máxima relajación es la posición
adoptada. ya sea flotando en superficie o apoyados en el fondo de la piscina. Con frecuencia no nos damos cuenta pero, aunque nos creemos relajados, algún haz muscu lar permanece contraído en nuestro cuerpo; hay que controlarlo con la mente a través de técnicas específicas de las que ahora hablaremos . Olvidar el riempo
Desde el puntp de vista psicológico, la apnea estática es la especialidad más difícil. El nuestro es un desafio al tiempo o a nuestra percepción del tiempo. Pongamos un ejemplo simp le. Supongamos que respiramos con normalidad a la vez que fijamos la atención en el segundero de un reloj. Ci nco minutos resulta un intervalo interminable. Imaginemos, ahora, que la misma cosa acontece sin respirar. Si en cambio leemos un libro, escuchamos buena música o mantenemos con un amigo una conversación interesante, el mismo lapso de tiempo transcurrirá velozmente. Ésta es la condición mental que tenemos que reproducir debajo del agua. Mientras contenemos la respiración , tenemos que vaciar la mente de cualquier imagen perturbadora, liberarla de toda idea ligada al tiempo para ocuparla en engañarlo. los ejerc icios con los que nos hemos entrenado en seco servi rán como motivo, como argu mento para mantener la mente ocupada. Sólo trabajando con la cabeza se pueden obtener tiempos apreciables en apnea. Veamos algunas técnicas para afrontar mejor la estática y no olvidemos emerger cuando advirtamos la necesidad de respirar.
RELOJ 51, RELOJ NO dd H'loj efl 1(1 es/ática ha dado origen (f discusiolles .r cOII/rorersia,~. 1.<.1 flpl/(>{/ es albro mlly persol/al. es «.. . 1111 lIúror.fe def/lro:-. por el/o, cado I//IU sabe si la presencio de 1111 fI/('didor Pllede ayudarle psicológicamell/e o 110. P(lm alg/lllos el ("eloj cOflslilllJT? 1111 límite porque COI/ él elliell/po pasa mlÍs lell/o: les es fleceswio despla:,or la a/('/u'ión hacia olra cosa. Otros 0lmeís/os. por el cO"frmio. lltili:,(//f :!..JJ:loj rOIllO sopor/e psicolóf(Íro. ltIW sllerte dl' óllf!t·1 <1(' la guarda de la aclllación. Si ell J(t$e de IT?/ajoción se pierde la cOllcellfmción. /0 pn'mera pfl!g/lllla que 1I0S hacemos de Jorma ¡1/.~filltil'U es !,.:cuál/to tiempo habrá frf1llsmr,.ido .... Sill el reloj 110 es posible ro/re,. O la rom!i('ióll re/ajada qlle IwúíWllos fellido has/a ese momellto. 1..0 f'I/Np:ía lIIel//a/ se despla:,a sob,T? el faClor tiempo.r 110 puede ,wr recollducida. Aúrielldo los ojos, f'f/ call1úio. se pUl'de. COfllllllllíllilllO 1II0rillliellfo de la IIIw;eca. echar 1111(1 ojeada 011//;1I1I1t'1"0. Uespolldida la pregullta se 1'lIe/l'e (1 fa COI/('('lIf/"(/CiólI perdida. /:lIlSO
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1. Puntos de co ntacto
Técnicas de relajación
Es la más se ncilla de tod as las técnicas de concentración y relajación bajo el agua.
bajo el aguo
Ejecución Arrodillados en el fondo de la piscina , con la cabeza apoyada en la pared , identi· ficar los puntos de contacto (la frente, las rodillas, la punta de los pies y even· tualmente los dedos de las manos). Aislar con la mente uno de los puntos perdiendo la sensibilidad en todos los demás. Una vez lograda esta sensación, pasar al siguiente punto. •
Repetir el ejercicio con cada uno de ellos. Con la práctica debe riamos sentir que el cuerpo es sensible sólo ahí; el resto de
los puntos de contacto desaparecerán. Será como si el cuerpo se apoyase en ese punto y todo el resto flotara, en medio del agua, en posición oblicua. Si se emplean 30 segundos en encontrar la sensación deseada en cada uno de ellos, el ejercicio te r· minará después de 3 minutos, durante los cuales la mente del apneísta habrá estado ocupada en la concentración total de sí mismo y los minutos habrán volado. 2.
Revisión de cada parte del cue rpo
Otra técnica eficaz consiste en pasar revisiÓn a cada parte del cuerpo, de la punta de los pies a la cabeza, para verificar que cada músculo está en un estado de profunda relajación. Escuchando y controlando con la mente cada sector, se puede obtener un descenso del tono muscular y un estado de distensión psi cofíslca de completo bien· estar.
Ejecución Imaginemos cada parte del cuerpo y analicemos el estado en el que se encuen· tra. Comenzaremos desde abajo: la punta de los pies, el pie, los talones , las pan· torrillas, las rodillas , los muslos , los glúteos, la espalda, los abdominales, el pecho, los hombros . los brazos hasta los dedos de las manos, el cuello, la cabe· za, la frente, los párpados, las mejillas, la mandíbula, los labios, los dientes. la lengua. •
Repetir algunas frases, por ejemplo: «estoy relajado., 4C me encuentro distendido». Una vez alcanzado el estado deseado, imag inar un cambio de color que estabili· ce la ope ración . El color rojo, empleado en la
katabasis del Capítulo 4, podría ser
de gran ayuda. Nos veremos coloreados de rojo, de arriba abajo. y cada zona será abandonada con el pensamiento y la fuerza de la mente. En caso de que se advirtiese tensa o poco
1:13
relajada alguna parte del cuerpo, deberíamos insístir en el lugar especifico, buscando su total distensión. luego, proseguiremos nuestro viaje mental en busca de eventuales tensiones anidadas entre las fibras muscula res. Un punto básico es la lengua, que debe caer completamente hacia delante o hacia atrás según la posición que hayamos adoptado; si la lengua no está relajada. tampoco lo estará nuestro cuerpo. 3.
Relajarse con ruidos y sonidos
También los ruidos pueden ser utilizados para relajarse. A veces, algunos sonidos potencialment~ molestos pueden convertirse en fuentes de estímulo que favorezcan
la concentración. Será suficiente crear imágenes que representen el objeto que los produce. Ejecución •
Identificar y aislar el ruido o el sonido.
•
Intentar representar lo que oímos ahora que estamos bajo el agua. Por ejemplo, reconocer la voz de un niño e imaginar su rostro, la ropa que viste, el color de sus cabellos, la expresión de su cara, etc.
En esta tentativa habremos mantenIdo la mente ocupada en algo, logrando no pensar en el t iem po, que habrá transcurrido mucho más rápido_ Esta técnica transforma a veces una situación perturbadora en una ayuda real para el apneísta. Por ejemplo, cuan· do estamos en la piscina, practicando estática en el fondo, las personas que nadan en superficie podrían molestarnos. Concentrémonos en el ruido que hacen sus brazos y sus piernas y de ahí comencemos a imaginarnos a un nadador en su ejercicio. 4_ Concentración en el latido del corazón Ejecución •
Reconocer y escuchar el latido cardíaco a la altura de las sienes, en la punta de los dedos y en el plexo solar (sit uado en la punta del esternón).
•
Desviar la atención de un punto a otro muy despacio.
•
El paso eñrre ellos debe ser gradual, después de que el latido haya invadido esa parte del cuerpo.
•
Controlar con la mente las pulsaciones, acompañando la reducción gradual de la frecuencia, que se produce por efecto del relajamiento_
•
Se puede emplear la repetición rítmica de palabras.
5.
Revivir momentos placenteros
Activar intensamente la memoria o pensar en situaciones que desearíamos vivir tam bién puede ayudarnos; soñar, abandonarse a fantasías particulares. es un óptimo ejercicio para concentrarse y olvidar el tiempo.
134
6.
los números
También puede ser útil repetir números con cadencias determinadas. No deben responder al transcurrir de los segundos , sino seguir una secuencia casual en la que la mente está concentrada.
7. Paisajes Imaginemos que nos encontramos en un mundo de total paz y tranquilidad; en un paisaje de montaña, con un enorme prado verde entre las nieves; entre las dunas de un desierto; en una playa donde rompen la~ olas. Debemos unirnos al ambiente sintiendo los olores y lo s colores de los paisajes. Todos estos ejercicios de relajación en el agua son aplicab le s en la parte inicial e intermedia de una apnea. Al término, cuando la falta de aire se hace más evidente, es casi impOSible practicarlos. En esta última fase podría ser mucho más ventajoso practicar algún juego, como los siguientes: •
frotarse las manos
•
tocarse las yemas de los dedos, una por una
•
fijarse en un punto de la piscina
•
mover a la vez los dedos de las manos y los pies
•
seguir con la mirada el movimiento de alguna partícula en suspensión
5.2
APNEA DINÁMICA
Para la preparación de una apnea dinámica no se debe subestimar la parte precedente a la inmersión. Relajación y respiración continúan sie ndo de crucial importancia, aunque el aleteo comporte un esfuerzo fisico. En cualquier caso, es una prueba más fácil desde el punto de vista mental en cuanto, a diferencia de la apnea estática, presupone un punto de llegada. la estática es una lucha contra el tiempo; en la dinámica los metros pasan mientras el atleta está ocupado en el recorrido submarino. Una vez optimizados el aleteo y la flotación del cuerpo, nos podremos dedicar con tranquilidad a la impostación mental de la carrera. la part;...más delicada es la última, en la que las ganas de respi rar y la aparición de las contracciones diafragmáticas llevan, por instinto, a aumentar bruscamente la velocidad en la tentativa de llegar lo más rápido pOSible a la meta.
Apresurarse al final es muy peligroso porque expone a un altísi mo riesgo
El conITol
de síncope. En la parte conc1usiva de una apnea dinámica esforzada, el aumento de
de la velocidad
la velocidad lleva a perder el control de la situación, el nadador ya no domina el ritmo de la acción, ni la posición ni la técnica. llegar a la meta y respirar lo antes posible es el impulso prioritario. En la cabeza del apneísta hay sólo lugar para un pensamiento, llegar. Por ello es fácil olvidar las señales que el cuerpo nos envía para infor-
135
marnos de los límites de seguridad y evitar el síncope. Recuerden que en la base de la apnea está el autocontrol. lo que hay que buscar al final del recorrido submarino es el control total del propio cuerpo. En el momento en que salta el mecanismo que lleva a aumentar la velocidad , hay que intervenir, imponiendo una reducción de l ritmo del alet eo, relajación general y una perspicacia psicológica tal que permitan la gestión , física y psíquica , de la acción . la velocidad debe ser todavía más sostenida que en las fases precedentes . Nos debemos obligar a efectuar esta reducción del ritmo porque, así, podremos examinar cada movimiento del cuerpo. Un ejercicio útil, que permitirá entender si hemos trabajado bien en la última parte, consiste en efectuar siempre un mismo gesto a la salida. Llevarse la mano a la cabeza o mirar el tiempo de la apnea son acciones sencillas pero eficaces que permiten verifi car la lucidez. Si el final ha sido demasiado esforzado, durante el primer acto respi ratorio olvidará repetir los gestos convencionales, demostración ésta de la falta de dominio mental del gesto subacuático.
5.J
APNEA PROFUN DA
En la apnea profunda, el resultado de la actuación depende de cómo ha sido la preparación en superficie antes de la inmers ión . la tecnica de respiración previa varía ligeramente. A diferencia de la apnea estática y dinámica, cuando se va a realizar una inmersión profunda se respira por el tubo mientras la nariz permanece tapada por la máscara. El nadador se verá obligado a in spirar y espirar por la boca, con un ritmo lento y homogéneo, y un tiempo de espiración superior al de inspiración. El descenso virtual
En superficie repitamos con la imaginación toda la inmersión, golpe de riñón, aleteo contra la flotación , descenso metro a metro, compensación, posición del cuerpo, última compensación, giro en el fondo y ascenso. El entrenam iento mental es determinante desde esta perspectiva. Concluido el descenso virtual de imágenes. sensaciones y ruidos , y tras haber relajado completamente el cuerpo , el atleta estará concentrado y
listOpara in iciar la prueba. Se suceden entonces
las últimas inspiraciones,
el verdadero golpe de riñón , el aleteo intenso y potente de los primeros metros , la caída hacia el fondo. Durante la baj ada . en particular en la fase de caída libre. el apneísta debe permanecer muy relajado y consciente de cada instante, comprobando que no hayan músculos contraídos o tens iones. Con Frecuencia se han verificado rechinar de dientes y contracciones fuertes de la mandibula, cosa que debe ser evi tada. los ojos están cerrados, buscando la máxima relajación ; los abriremos sólo cada 4-5 m para comprobar que la dirección de la caída es paralela al cabo. Una vez alcanzado el fondo, nos giraremos con un movimiento ágil y veloz e iniciaremos la parte más dura, el ascenso.
1%
la mirada la mantendremos en el cabo que pende delante de nosotros, sin desviarla
Lo emergencia
ni hacia arriba ni hacia abajo. Mientras partimos con un aleteo enérgico, repetimos algunas palabras estimulantes: «Me encuentro distendido y relajado. Vuelo hacia la superficie. la distancia entre la superficie y yo disminuye cada vez más ... ». Cerrar los ojos también contribuirá a recortar la distancia psicológica. Desde el punto de vista mental, la última fase es la más complicada, pues nos encontramos en la reserva de oxígeno. Por ello es necesario dominar el cuerpo racionalmente. A 15m de la superficie es fácil advertir las contraccion es diafragmáticas. El error más común es mirar hacia arriba para recibir la impres ión de que estamos todavía demasiado lejos y desencadenar un deseo inmediato de alcanzar la superficie en la menor brevedad y así poder respirar. Con nuestra excitación habremos quemado el poco oxígeno a disposición, que al final de una apnea extrema podría suponer un síncope. Recorrer los últimos metros sin controlar la acción, el ritmo del aleteo, la amplitud de la patada; perder la concentración necesaria para mantener una buena relajación muscular y desaprovechar el empuje pOSitivo que nos impulsa hacia la superficie es bastante peligroso. la actitud debe ser positiva, puesto que ayuda a superar los instintos que conducen a una pérd ida del control. Para mantener el control mental hay que cerrar los ojos y verificar con el pensamiento
El camrol memal
el aleteo, manteniéndolo amplio y fluido. Después de tres o cuatro movimientos es
del aleTea
recomendable pensar: «Me encuentro ya a mitad del recorrido. Me falta poquísimo y luego podré respirar». El secreto para superar sufrimiento y fatiga es pensar de forma positiva; convenzámonos de la simplicidad de aquello que estamos haciendo y repi tamos de nuevo: «Otra aleteada y empezaré a flotar hacia la superficie; lo peor ya está hecho».
/
•
TERCERA PARTE
HACERSE APNEíSTA
CAPiTULO 6
EL ALETEO
uien se acerca por primera vez a la apnea, antes que tratar de mantener el alien -
Q
to, debe empezar por nadar en superficie respirando y aleteando con el equipo
adecuado. Practicar y mejorar el aleteo, la respiración por el tubo y aprender el golpe de riñón que nos permitira efectuar inmersiones correctas son los primeros objetivos que el neófito debe proponerse. La piscina constituye el ambiente ideal para iniciar
la experiencia; avanzar en el agua con el empuje de un par de aletas es sencillo, pero aletear con propiedad es un gesto técnico complejo que requiere coordinación. En
este capítulo se describen diversos modos de aletear, es decir, de nada r en superficie y en i nmersión calzando el instrumento adecuado. Conocer y entender los propios fallos es fundamental para corregir lo que estamos haciendo, por ello la últi· ma parte del capitulo enumera los errores más comunes subdivididos en tres gru · pos: errores de las extremidades infer ior es, de la posición del cuerpo y de los inducidos por aletas inadecuadas. El análisis de dichos errores
y la campa·
ración con el propio modo de interpretar el ejercicio ayudarán al lector a comprender cuál es el aleteo ideal y, sobre todo, a advertir los efectos eventuales de una acción
biomecánica especifica inc:)',a.
6.1
ANÁLISIS ClIOMECÁNICO DEL ALETEO
El aleteo es el principal sistema de locomoción del submarinista. Difiere de individuo a individuo en relación con varios factores , en parte anatómicos (altura, proporción de las partes del cuerpo, distribución de la masa y su desarrollo, movilidad articular), en parte funcionales (tono muscular, esquemas posturales), relacionados con el tipo de aletas (largo y rigidez), o con el efecto buscado (velocidad, chapoteo). De ello se desprende que no existe la aleteada estándar, válida para todos y ante cualquier situación, aunque por comodidad de exposición describiremos una como modelo, a la que haremos referencia para analizar la dinámica y corregir los errores. Para entender la biomecánica del aleteo algunos estudios científicos han realizado tomas a cámara lenta que evidenciaran qué partes del cuerpo y en qué modo intervenían en la ejecución del movimiento, utilizando señales de referencia a la altura de
,<1
la cadera, la rodilla, el tobillo , el empeine y la aleta mientras el deportista era crono· metrado. Del análisis de los distintos planos (veáse representación de la página 143) se obtuvieron los ángu los relativos a la cinemática del aleteo y al comportamiento de las aletas. Para cada una de las extremidades inferiores se distingue una fase de pata· da hacia abajo (fig. 1) llamada movim iento de
ida (fig. 2) Y una fase de patada hacia
arriba (fig. 3) llamada movimiento de vuelta (fig. 4).
/
I
!
MO\'imiemo de vuelta
/ 142
EJES Y PLANOS DEL CUERPO HUMANO Para una mejor comprensión de la relación de las extremidades con el busto del apneísta y las aletas, hemos resumido en esta tabla las definiciones de eje y plano, entendiendo el cuerpo humano (omo recorrido por tres ejes y cortado
por tres planos.
p--- --------- ---------- --. I
Eje longitudinal (z): atraviesa el cuerpo de la coronilla al punto de unión de los talones. Eje transversal (y): va de un hombro al otro. Eje sagital (x):
atraviesa del pecho a la espalda.
I I I I I I I
Dichos ejes generan los sigu ientes planos:
z
z y
Plano transversal (Yl: divide el cuerpo en dos partes asimétricas, una superior y otra infe rior (x-y).
Plano sagital «l):
Plano frontal (B):
divide el cuerpo en dos partes
divide el cuerpo en dos partes
simétricas, una izquierda y una
asimétricas , una anterior y otra
derecha (z-x).
posterior (y-z).
I I
I Eje de rotación: la línea imaginaria sobre la cual rota el cuerpo.
I
~------------------------~
la fase de ida im plica: • la fle xión plantar del pie • la fle xión del muslo la fase de vuelta implica: • la fle xión dorsal del pie • la extensión del muslo
• la extensión de la pierna • la rotación de la pelvis en el se ntido de las agujas del reloj • la flexión de la pierna • la rotación de la pelvis en sentido contrario de las ag ujas del reloj
Para el ciclo completo vale la siguiente tabla: Tnhln I I'arlinlmfiiíll di' las SI'f!/II"/iliM di' {f/.\' 1'.rln'tllidilrft'S i'ifi'r/i}Il'~ f'lI 111/1/ 1I/t'/t·tI({(j
di' O(/ :1.:; S.
O
F. D. Pie f Pierna Muslo E f--. Pelvis R. A.
Donde:
f E
=
F. D.
R. A. R. Q.
\
1H
1
- Flexión plantar = Flexión dorsal = Flexión
f.~
Periodo de aleteo 1s
2,5 s
[
F. P. E
f
~
R. Q .
Extensión = Rotación en el sentido de las agujas de l reloj = Rotación en senti do contrario a las agujas del reloj
F. D.
f
=:JR. A.
E ~
-
Para interpretar correctamente las características de l aleteo es necesario definir los siguientes parámetros. • amplitud: la distancia tran sve rsa l entre las posicio nes extremas de los tobillos respecto a la columna ve rtebral ; a velocidad normal va en función de la altura del sujeto y del tipo de aleta.
• período: cambia con la variación de la velocidad y de la amplitud; general-
mente oscila entre 0,5 y 2,5 s. • frecuencia : el numero de aleteadas efectuadas en un segundo; coincide con el inverso del período de aleteo. • velocidad media: la velocidad media del cuerpo en la dirección del movimiento. Veamos ahora el comportamiento biomecánico de las extremidades y de las articula·
Comporramienro
ciones, citando los principales músculos que intervienen. los ángulos máximos y
del pie y del robillo
mínimos obtenidos experimentalmentE:!: entran en los límites fisiológicos
articulares.
En la fase de ida: • tenemos la flexión plantar y la máxima rotación anatómica de 57 ' experimen-
tales. • los principales músculos que intervienen son el tríceps sural, tibial posterior, peroneo largo y corto, flexor largo del dedo gordo, f1exor largo de los dedos. En la fase de vuel ta : • tenemos la flexión dorsal de l pie con una rotación mínima de 10,5 ' experimentales. los principales músculos que intervienen son el tibial anterior, extensor largo del dedo gordo , extensor largo de los dedos, peroneo anterior.
\ . I"f('.ri/Í" IJhlllfllr (It·¡ !llf'.
B 1"f('.l"Í,í"
(¡Q"~1I1
d/'I pif'o
Conocer estos ángulos de las arti· culaciones permite programar junto con el entrenador los ángulos de las máquinas del gimnasio elegidas para potenciar la musculatura.
En la fase de ida: • tenemos la extensión de la pierna y alcanzamos la máxima rotación anatómi-
Comporromiento de lo pierna y lo rodillo
ca de - 5,8 ' experimentales. • el principal músculo que interviene es el cuádriceps . li5
En la fase de vuelta: • tenemos la flexión de la pierna con una rotación máxima de 76, r experimentales. • los principales músculos que intervienen son los gastrocnemios, el semitendinaso, semi membranoso, bíceps femoral, popliteo, grácil, sartorio. \ 11t'./io/l di' 11I¡¡I('rt",.
B
l~rll'II;!'I"1I
di' 111 /I/{'I'IIII.
•• \11I"ilo
\l u..;Jo
Comportamienro del muslo y lo codera
En la fase de ida: • tenemos la flexión del muslo con una rotación máxima de - 39,6 ' experimentales. • los principales músculos que intervienen son el psoasilíaco, recto femoral, sartorio, tensor de la fascia lata, haces anteriores del glúteo medio, pectíneo, aductores mediano y mayor, grácil. En la fase de vuelta: • tenemos la extensión del muslo con una rotación máxima de 21 ' experimen· tales. • los principales músculos que intervienen son el tendón largo delbíceps femo· ral, semitendinoso y semimembranoso, glúteo mayor, fibras posteriores de los abductores mayores.
n,
\ . 11".mill dd 111m/o LrI¡'/IMlíll rll,I'IIII<~/(j
\
\I u.. lo
Para simplificar la exposición hemos considerado que es la pelvis la que gira aunque ,
Comporramiento de lo
en realidad, estando unida rígidamente a la columna vertebral, es ésta la que rota res-
pelvis y de lo columno
pecto a su eje longitudinal.
verrebral
Nolac//in l/¡' [u 1'0[/(fIII/0 1'1'('ll'bml rf'l1[j('(,f(J o[ ('ji' hlll¡Úf mlil/fI[.
En la fa se de ida: • tenemos el giro horario de la pelvis con una rotación máxima de 39,3 ' experimentales. • los principales músculos que intervienen son el oblicuo interno izquierdo del abdomen, oblicuo externo derecho del abdomen, transverso izquierdo del abdomen, sacroespinal izquierdo, transversoespinoso derecho. '-\. !folrlf'iúl/ di' [a fll'll'l'~· ('1/ ('/ ~('I/Iido
di' /11.,
flJ!lI-
)11.( (M /'f'/o)'
n,
Iflllol'il)/1
d,> (/1 fl,'(ri.y
"/1 1'/ ,fl'l//ido ("(JIIlmrlo dI' (l/S 1IJ!IIJiIS
Troll('u
d(" /'f'(o).
__ ~n9G9 IIl'minult'm
En la fase de vuelta: • tenemos el giro de la pelvis en el sentido de las agujas del reloj con una rotación máxima de - 39,4 ' experimentales. • los principales músculos implicados son el oblicuo interno derecho del abdomen, oblicuo externo izquierdo del abdomen, transverso derecho del abdomen, sacroespinal derecho, transversoespinoso izquierdo.
1-+7
6.2
EL ALETEO IDEAL
Aunque la tecnología ha contribuido de forma notable al desarrollo de los materiales,
la apnea sigue siendo un deporte en el que la preparación física, el gesto atlético y la técnica son determinantes. El deporti sta debe trabajar para mejorar su rendimiento en el agua , independientemente de las aletas empleadas. En inmersión el aleteo es Fundamental: velocidad de de scenso. hidrodinámica, dirección y consumo de oxígeno dependen de él. Además. determina el estilo y es la ca racterística que primero se observa de un apne¡s~a. Existen dos escuelas, la europea y la sudamericana. La nue s-
tra es clásica, se opone al «pedaleo» de los atletas sudamericanos, que en la fase de vue lta empujan con la parte inferior de la aleta, efectuando una flexión de la rodilla de casi 90 ' que empuja hacia abajo la columna de agua y hace que el aleteo resulte simio lar a un pedaleo. Ha sido probado que la clásica asegura un rendimiento superior. El aleteo es personal
Cada apneísta tiene un tipo de aleteo que determina su estilo, en función de las pro· pias características antropométricas. La patada puede resultar veloz y ligera o amplia y potente. Con frecuencia, la estructura muscular del atleta influye en el movimiento de la pierna. Un físico potente tiende a imprimir un impulso fuerte, muy abierto, que permite un avance notable. Un deportista gráci l tendrá una patada rápida, poco amplia, quizá más armon iosa pero menos rentable. En apnea hay que considerar sobre todo el consumo energético. Es verdad que son importantes la velocidad y la penetración hidrodinámica, pero deben obtenerse con el mínimo dispendio de oxígeno. Para conseguirlo hay que encontrar la media entre ambas técnicas, una patada amplia, aunque no al límite de la apertura y un buen ritmo, no demasiaQ.? veloz . Debemos llegar a un equilibrio entre amp litud y frecuencia. Si el aleteo es exageradamente amplio es casi imposible tener un ritmo elevado y viceversa. A la luz de lo expuesto, podemos afirmar que no existe un aleteo mejor pero sí uno que resulta más eficaz. El aleteo ideal se define en base a: •
características de las aletas
•
habilidad técnica del apneísta peculiaridades antropométricas
•
tipo de entrenamiento
•
cal idad del agua (dulce o salada)
Cada una de estas variables contribuye de manera diferente en la eficacia del movimiento; están muy vin culadas en tre sí pero pueden analizarse por separado para facilitar su aprendizaje. Nos hall amos ante un movimiento ciclico, caracterizado por la repetición de la misma acción. Así, un golpe de riñón mal ejecutado malgasta energía una s91a vez, pero si el aleteo no es correcto, a cada metro se
H8
desperdicia una fuerza preciosa. Sobre el plano de la propulsión esto limita mucho más que cualquier otra componente. El apneísta experto man ifiesta una gran se nsibilidad en el uso de las aletas, aunque a veces encontramos errores de base que , por efecto de la costu mbre, son más difíciles de rectificar, sobre todo entre los autodidactas. Con frecuencia, la didáctica subacuática ignora enseñar una técnica correcta porque con las aletas en los pies cualquiera consigue moverse a mayor velocidad. Muchas veces las únicas indjcaciones sobre su uso están relacionadas con la po sición tensa de la pierna, la amplitud y la parada al llegar a la máxima apertura (que resul ta contraproducente en términos de
rendimi~nto).
El aleteo acertado cuando se usan aletas largas requiere una acción que, de los abdominales a lo s dedos de l pie, implica a todos los músculos del tronco y de las extremidades inferiores, tanto en el movimiento de ida como en el de retorno. la extremidad que avanza se dobla ligeramente para luego extenderse; en el gesto de vuelta permanece extendida hasta el pie, que se mantiene en flexión plantar. la acción debe ser sostenida, y no debe producirse ninguna pausa, sino mantenerse de modo fluido y continuo, con un ritmo que vaya en función de la actividad que se está desarrollando. El agua desplazada en un se nt ido debe ser compensada con la misma energía en sentido opuesto. El pie desem peña una función capi tal y la aleta pasa a ser percibida como parte de la extremidad, hasta el pun to de sentirla como un pie desnudo. El ritmo del aleteo, determinado por frecuencia y amplitud, depende del tipo de situación: descenso, ascenso, arranque en dinámica breve o larga. etc. En la apnea dinámica es aconsejab le no variar la frecuencia, puesto que es oportuno traslada rse a la máxima ve locidad en la mayor economía de oxígeno posible. Con la experiencia se adquiere la andadura apropiada; el entrenamiento y una gran sensibilidad permitirán al alumno conocerse y adquirir el ritmo adecuado. Esto no significa descuidar las prácti cas a velocidad variable. que resuelven problemas de técnica, además de preparar la musculatura para soportar una carga notable de ácido láctico. En la inmersión en peso constante el aleteo posterior al golpe de riñón es similar al que se necesita al iniciar la fase de ascenso apenas hemos tocado el fondo. la distribución del esfuerzo es ig ual pero invertida. En descenso, el empuje de flotación t iende a retenernos en superfiCie hasta su perar el umbral de la neutralidad en el que el buceador se vuelve negativo y cae hacia el fondo. En la subida, en cambio. el apneista debe contrarrestar el empuje negativo para ganar la superfiCie. Superados los primeros metros, por efecto de la di sm inución de la presión hidrostática, aumenta el empuje de flotación , volviéndose progresivamente más positivo hacia la superfiCie, favoreciendo el aleteo y disminuyendo la carga sobre las articul aciones inferiores.
1.9
VELOCIDAD Y PESO CONSTANTE
1 11 as/)('c/o importanle
(f
('{JI/siderar en e/ peso constaflte. Clullldo se úusca rf!ali::.ar filia úuello
lIIur.,:a. es !ul'C'/ocid(u! de d(~s("('".'W.r de> ascellsu o el¡iempo lulal de ¡f/flwf'sió". La I'elon'dud óplilila (' /)' de I III/S. lu (/"e ,<";gl/~¡;ca qllP
idcul dc()('!'Ío ser I
111;11
si /u projilfldir/or! Illrí,r;lIIa o/c(llIzada
l'S -10
fI/. ('/
tiempo
:lO s.
/. "¡'1II0 dr'/ o/(' {eo 2. hidrodiJl(ílllic(t (h'l
.'J.
{wi/re
-l.
calidad del agua
CIIl"PO
1. Ritmo del olereo ('uf/(1r"6oflm/o por la OIII/I/i,"d. el tilmo ideal es ("OIl/iJ/flO • .~if/ ill/cf'm/)(';oflt'S o pausas. ¡II principio
('(/ .mpelficie. CUfIIO a/ sepammos del fOlldo. e{ aldeo es amplio.r e{ r"lIIo MJ.,,'ellido. JI medida que la /Y',';,:"/(>,,f'ia. ('oll.mrla por/os (jeclos de /a presiólI ¡'¡dlVslá,ico. d;sll/¡III~p.'. \ '/a /'('Ioádad del apl/l'Ísla (1fI1I/(',,'O.
la o/llplil/ld ,)'(! /'edfl('('
.r el ri/1II0 dcr'rec('. la rapidez (/¡~ d(,'\;(,(>1/80 la 11101/1 i('l1e mi aleleo lIIás
(,elajae/u /1((.1'1(1 a!cal/zo/' el 60% d(~ lo. pro/flndidad,
(wle
e/I
11/01/1(>11101'11
(,1 qm>108 pi('l'I/os se parall y se pro-
('oída IifH'(', (ldop/(J/Ido /lila POÚf'iÚII que (~, w/{, a 0l)fu/'f'char la /'f,lon'dad odqflirida.
2. Hidrodinómico del cuerpo I~a po:úciún I/'//so d(, la co!J('=.a. (,1 bra=.o d(' la ('OIllIJ('I/.'iarióll ('11 POSI(';(J1/ ;//correrlo
Capílulo 9). el
('//(' '1)0
flnlfl('ado. las p;emas oH'parados
.WII
(I'éase
l odos jrwlol'es que ofrecen I1'S;slel/-
ela al afIlia .1' l'('dll{'('1I la ou'le/'ociólI del desn'lIso. Iprol'('('hol' al
lIIá.t'I·1II0
lo ('oído Ir'bre supone
f'{'11 lab;¡¡zal' la (>IU'I'gía f'lIIp /(' ado en las [ases pl'eu,e/ell/("'i.
0. Losrre Lilas/re deterfl/il/a la diMl'ilmción d('1 esfuer=.o. ,...;¡ es ('/(' I'odulol'o/'('('('/o /'('Ioúdod de bojada pero sl/pol/drá
11//0 nll p;a
pora 10.1' pÚ>f'lIOS en lo subida, Pora N/llil¡lJl'ol'
ble eslal' ('1I.!lo fof'iól/ 1/('/111'0 ('1/ lorl/O o los
- 10 111,
01111;0.\'
('osas ('s recomellda-
4 . Calidad del aguo La del/sidod del agua ('1/
lago
1m
e.s 11111.1"
cUlllúia.l" COII
rápida
para 1II(f1l((' fler filia ÚII('1I0
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Dive Computer Data System
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Modello: Apneist
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fJ ,uni(iru ¡J/JIII' ,'11 "''IIft'lIria t¡/II' /11 1'I'{l¡ridad ¡d('ol l/¡' 111/ rI,·s('/'//.m "// IJI'sO /,(1/1.1/11/1/1'. ni ('lIlIdICW"",~ u/Jllllla$ (Ir· o/ell'o. 'm/mdill/im/n/ y l(/.~/n· ,'t d,' II/Ih {l/lIlo ,'/1 d",fl'(,/lS(' ("(mil! /'/1 ~1I1)¡d(l. ('otilO f)(ldl'lIiI!,~ fll"""o"//', lo Im~(¡,/I{lidfl(llI/tÍ.Ii/llfl rI,' -,ji) /// ¡¡/' 1m II/nll/:ru!o
/'/1
IlIIi/l. /"Olllt! 1//111(11/;"
/1/ 1'1II1'rW'/I1'11/ J,/Hlo
lo .\"IIlwr(in,·.
l .) I
6.0
FORMAS DE ALETEAR
Hacer un recorrido aleteando de espaldas es divertido. La velocidad que se puede alcanzar resulta emocionante para el neófito, aunque podría ilusionarlo V distraerlo de la atención por controlar el gesto. Esto sirve para decir, en suma, que un aleteo incorrecto pro· duce una propulsión satisfactoria. El alumno que adopta distintos modos de aletear experimenta sistemas de propulsión diferentes en los que se emplean grupos musculares variados_ Es una experiencia motriz fantástica porque tiende a reequilibrar el empeño muscular, sob~e todo en los sujetos con escasa experiencia. Al principio, aletear en posiciones distintas puede ser útil para impostar bien los movimientos y no cometer errores o, por lo menos, para adquirir la sensibilidad que facilita la autocorrección. Después será indispensable para un desarrollo adecuado de las diferentes masas musculares y poder estructurar un buen entrenamiento. En concreto, cambiar de posición en el agua implica utilizar grupos musculares diversos y favorecer la relajación de aquéllos utilizados previamente. Además, los cambios de posición sensibilizan ante los distintos estados de equilibrio V percepción que las posiciones provocan, y procuran una conciencia más refinada de la propia acción. En definitiva, utilizar diferentes formas de aleteo para grandes desplazamientos en superficie, implicando así diferentes gru· pos musculares, evita el agotamiento fisico y se mejora la seguridad.
Aleteo verricol
La posición que se asume para este ejercicio es erecta; la amplitud no cambia mucho y el ritmo es lento. Las primeras veces es dificil que el aleteo sea simétrico, por ello con la oposición de las manos el alumno permanecerá en la dirección fijada. Con el tiempo los haces musculares que controlan el movimiento estarán entrenados y la acción sera correcta. Entonces se podrá utilizar un lastre oportuno para que el gesto técnico se vuelva más eficaz. Dos consejos para evitar los errores más comunes: cuando la pierna retrocede, el pie debe mantenerse en extensi~m; cuando la pierna se adelanta, la rodilla no debe doblarse en exceso. Un desplazamiento en superficie es índice de asimetría en la acción.
Aleteo en superficie
Se trata de aletear en decúbito prono (boca abajo) con los brazos extendidos hacia delante y las palmas de las manos hacia abajo. El cuerpo no está relajado, sino ligera-
152
mente arqueado a la altura de las lumbares ya que el aleteo, si es correcto, hace resbalar el busto sobre un plano diagonal respecto al del agua, lo cual permite la respiración_ Si la posición no es perfecta, la boca no emerge para respirar y la ejecución resulta imposible. Además, con frecuencia, las aletas sobresalen del agua y hacen que se pierda la propulsión. Para mejorar la posición del cuerpo es muy útil mantener las manos sobre los riñones, aferrando las muñecas y, forzando al máximo, arquearse hacia detrás para aproximar los codos lo máximo pasible. Al mismo tiempo, hay que llevar la cabeza hacia arriba (hiperextensión) como si quisiéramos mirar el cielo. Este ejercicio extenuante se practicará en breves distancias para aprender el punto justo de hundimiento de las aletas. Una vez conquistada la posición, se pasará a la postura con los brazos extendidos hacia delante y la cabeza mirando al fondo, que es la forma común de aletear en superfi· cie cuando se usan la máscara y el tubo. En esta posición la cara emerge vuelta hacia arriba, por lo que resulta fácil respirar. Es
Alereo de espaldas
ventajosa porque favorece un relajamiento general del cuerpo, que reposa sobre el agua sostenido por la flotación. Aleteando de espaldas, el cuerpo mantiene una posición más natural y facilita la constante inmersión de las aletas. Permite relajar la musculatura cansada y, con frecuencia, nos socorre en los desplazamientos de larga distancia. La cabeza, como siempre, actúa de timón de profundidad. Llevando el mentón hacia el pecho, las piernas se hundirán y el aleteo podrá ampliarse. Cuidado con exagerar porque de la posición correcta en diagonal se tiende sin advertirlo a la posición vertical, volviendo mayor la resistencia del agua y menor el deslizamiento. Si por el contrario llevamos la cabeza hacia atrás, las aletas tenderán a salir del ag ua. Un punto de referencia óptimo para verificar la correcta ejecución es el remolino que las aletas dejan en la superficie cuando despuntan sin llegar a emerger. Las manos, apoyadas sobre los muslos , pueden acompañar el movimiento de las piernas y sentir la amplitud y el ritmo. Cuidado con encajar en demasía la cabeza entre los hombros; esto causa una contracción inútil.
153
•
Alereo de lodo
Resulta una posición muy relajante, aunque para respirar haya que girar levemente la
cabeza. De lado se trabaja sobre un plano casi paralelo a la superficie , (osa que permite un aleteo sin límites de amplitud , con las aletas sumergidas sin provocar ruido ni espuma. Tiene la ventaja de permitir mirar en la dirección del desplazamiento o de observar la acción de las extre· midades inferiores para advertir eventuales errores. Un brazo va
extendido hacia delante con la palma de la mano girada hacia aba-
jo y el otro permanece apoyado sobre el costado.
6.4
LOS ERRORES DEL ALETEO
Un buen instructor ayudará a entender el origen del problema y permitirá corregir la acción para favorecer un cambio significat ivo en el modo de manejar las aletas . Es muy importante considerar las propias características antropométricas y no intentar copiar el ejercicio correcto de quien es, por ejemplo, 10 cm mas alto y tiene una estructura muscular muy diferente. Para facilitar la identificación del problema técni co personal hemos reunido los errores en tres grupos de causas: acción de las extre midades inferiores, posición del cuerpo y aletas inadecuadas.
B. A. Errores debidos a la acción incorrecta de las extremidades inferiores 1. 2. 3. 4. S. 6. 7. 8. 9. 10.
Patada demasiado amplia. Pausa en la máxima apertura. Flexión de la cadera hacia delante. Flexión de la pierna hacia la cadera. Extensión de la pierna. Movimiento de ida incompleto. Pie sin extender en la fase de vuelta. Piernas divergentes. Movimiento demasiado estrecho y veloz. Pie valgo.
Errores debidos a la posición del cuerpo 11. 12 . 13. 14. 1S.
Cabeza hiperextendida. Posición arqueada del cuerpo. Cabeza encajada en los hombros. Inversión del balanceo de los hombros. Error de hidrodinámica.
C. Ineficacia de las aletas 16. Calzante ancho. 17. Calzante blando. 18. Falta de canalizaciones laterales. 19. Un ión entre pala y calzame. 20. Ineficacia de la pala.
Analizaremos ahora los errores describiendo primero su dinámica, luego las causas y finalmente sugerimos las correcciones a adoptar.
A. Errores debidos o lo acción incorrecto de los extremidades inferiores 1. Parada demasiada amplia Descri pción:
Apertura inadecuada de las articulaciones inferiores. La articulación coxofemoral (cadera) en la ida está exageradamente flexionada mientras que en el movimiento de retorno está exageradamente hiperextendida.
3
Causas:
Interpretación falsa del avance lento y tranquilo. Quien la ejecuta cree que así la acción tiene más eficacia y estilo. • Acción controlada en demasía que evidencia la tensión de quien maniobra.
Efectos :
• Las piernas abiertas ofrecen mayor resistencia al avance. • Andadura discontinua, en la que se alternan momentos lentos y veloces.
Corrección :
La ejecución veloz del aleteo favorece la sens ibilidad del avance en agua. que es, además , menos amplio. • Adoptar distintas posiciones para controlar la acción de las piernas. Por ejemplo, sobre el lado izquierdo y derecho; en posición supina y sentados.
1.=).5
2. Pauso en la móxima apertura Descripción:
El apneísta efectúa una pausa de tiempo variable al llegar a la máxima apertura. El ritmo se interrumpe y la acción no es continua. Muchas veces este error está asociado a la patada demasiado amplia descrita en el punto anterior.
1
3
Causas:
• Sensación de seguridad y tranquilidad dada por la acción estabi lizadora de las aletas comparable a los alerones de un avión. • Movimiento demasiado controlado que evidencia la tensión de quien lo ejecuta. • Se trata de una asociación equivocada de la pausa de la braza en inmersión.
Efectos:
• las piernas ofrecen mayor resistencia.
• la velocidad se ve reducida por las pausas. • Se alternan momentos veloces y lentos. Corrección:
• Ejecución veloz del aleteo, sin perder el ritmo en la máxima apertura para crear un movimiento con· tinuo. • logrado un aleteo adecuado, reducir progresivamente la velocidad sin alargar la patada.
156
0. Flexión de lo cadera hacia delante Descripción:
En la fase de ida la rodilla se desplaza demasiado y provoca la flexión excesiva de la cadera. la aleta pierde su función porque no desplaza agua.
2
1
3
Causas:
• Poco entrenamiento; tono muscular de los flexore s de la cadera insuficiente. El apneísta acusa la resi stencia del agua sobre la aleta y la evita. • Aletas demasiado duras o largas.
Efectos:
la cadera flexionada hasta los 90 ' adelanta al muslo que desplaza agua hacia delante y frena el avance. En la fase de ida, la parte superior de la pala no lleva agua.
Corrección:
• Aletear en vertical, aumentando poco a poco el lastre. • Adopta r di stintas posturas para controlar la acc ión de las pie rnas. Por ejemplo, sobre el lado dere· cho o izqu ierdo, en pos ición supina , sentados, con la tabla en superficie. • Aletear con las manos sobre los muslos para sentir cómo se dirige hacia delante.
137
4. Flexión de lo pierna hacia lo codera Descripción:
En la fase de vuelta el apneísta dobla la pierna hacia la cadera. El sistema pie-aleta, se cescurre» en el agua evitando la res istencia que ésta ofrece.
2
3
4
~c Causas:
• Poco entrenamiento; tono muscular de los extensores de la cadera insuficiente. El nadador acusa la resistencia del agua y la evita_ • Aletas demasiado largas o duras.
Efectos:
• Ineficacia de la propulsión; la parte posterior de la pala no lleva agua y el ava nce es nulo.
Corrección:
Aletear en vertical , aumentando progresivamente el lastre. Adoptar desplazamientos en distintas posiciones, por ejemplo, sobre el lado izquierdo y derecho, posición supina, sentados, con la tabla en superficie.
5. Extensión de lo pierna Descripción:
El inicio de la fa se de ida es correcto; la extremidad avanza con la rodilla semif]exionada pero el error se verifica en la parte final de la ida cuando la incompleta extensión de la pierna favorece el inicio del movimiento de retorno permitiendo una ligera extensión de la cadera hasta el alineamiento de la rodilla ya en la fase de retorno.
2
4
3
Causas:
• Poco entrenamiento. Tono muscular de los extensores de la pierna insuficiente: cuádriceps femoral débil. Aletas excesivamente duras o largas .
Efectos:
• Ineficacia parcial de la propulsión del movimiento de ida. El deportista acusa la resistenc ia del agua y la evita invirtiendo la acción antes de completarla . • Pérdida del empuje de la parte final del movi miento de ida.
Corrección:
• Potenciación del cuádriceps en el gimnasio: la leg exrention (extensión de la pierna) calibrada entre 10' y 70' aumenta la fuerza del muslo. • Centrar la atención en la contracción del cuádriceps sintie ndo la extensión completa de la pierna. Cuidado con efectuar pausas al final del movi miento.
159
6. Movimiento de ido incompleto Descripción:
El aleteo no es simétrico respecto al plano frontal y se desarrolla exclusivamente en la parte posterior, es decir, hacia atrás. El movimiento de ida es incompleto, la extremidad no supera nunca el plano frontal de referencia, el abdomen, para completar el aleteo. En una posición prona (horizontal boca abajo; aquélla adoptada durante la apnea dinámica) la acción del aleteo será siempre hacia atrás, hacia abajo.
2
4
Causas:
Escasa percepción del movimiento y de la postura. Tensión muscular. En general, se manifiesta en sujetos con poca acuaticidad. Lastre demasiado positivo. • Posición incorrecta del cuerpo, a veces causada por la postura errada de la cabeza, que está demasiado tensa, por lo que el movimiento de hipere xte nsión de las extremidades inferiores, en la fase de regreso, representa la tentativa de corregir la hidrodinámica del cuerpo.
Efectos:
• Postura poco hidrodinám ica del cuerpo. • Postura de avance oblicua, poco hidrod inámica. Poca resistencia a causa de la notable tensión muscular acumulada .
Corrección:
• Traslación en el fondo. • Cambiar el lastre o reducir la cantidad de aire en los pulmones. • En la apnea dinámica, empujar los pies hacia abajo_
160
7. Pie sin exrender en lo fose de vuelTO Descripción:
El pie está en completa flexión, en ángulo recto respecto a la pierna. En general, este error está asociado a la fle xión de la pierna hacia la cadera.
1
2
3
Causas:
• Poca fuerza de la estructura muscular de la pierna. • Fuertes tensiones musculares a cargo de los tibiales anteriores y del pie. • Problemas de la articulación del tobillo, de la rodilla, del muslo. • Atetas con el calzante o la pala demasiado rígida.
Efectos:
• Ineficacia total de la propulsión de las aletas en la fase de vuelta. • Sumado a la correcta aleteada en fase de ida, produce un movimiento rotatorio del busto sobre el eje longitudinal y provoca continuas variaciones de flo tación.
Corrección :
• Aletear velozmente en vertical. • Controlar con la vista la acción del pie. aleteando de lado. • Ejercicios de movilidad articular del tobillo en tierra firme; estiramientos.
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8. Piemos divergentes Descripción:
las extremidades inferiores no están ni paralelas entre sí ni con el eje del tronco. Divergen también respecto al eje longitudinal del cuerpo.
2
3
Causas:
4
• En general , este error se asocia al pie valgo; las aletas chocan entre sí y se tiende a separar las piernas para que no rocen. • Tensiones musculares en las extremidades inferiores.
Efectos:
• Notable pérdida de energía. la acción, aunque eficaz, no es económica. • Oscilación excesiva del busto. Flotación incorrecta del cuerpo; tensiones musculares asociadas dañinas .
Corrección:
• Sentados sobre el borde de la piscina, aletear controlando la alineación del eje del pie. Potenciar la musculatura de la pierna y del pie. Movi lizar el tobillo. Reforzar la musculatura.
1(¡2
Q. Movimienro demasiado esrrecho y veloz Descripción:
la frecuencia del aleteo es demasiado elevada comprometiendo la economía del desplazamiento .
2
Causas:
• Excesiva tensión emotiva; falta de control sobre la situación.
Efectos:
• Consumo elevado de oxígeno. • Escasa relajación y dificultad para integrarse en el ambie nte.
Corrección:
• Preparar bien la inmersión mentalmente. • Imaginar la ejecución lenta y con una patada amplia. • Co ntrol ar la frecuencia contando.
160
10. Pie va lgo Descripción:
El pie valgo se refleja en las aletas con la unión de la punta de las palas; el eje de éstas no está aline-
ado con el de las extremidades.
Causas:
• Carencia ligamentosa del tobillo y el pie. Escaso tono muscular del tibial anterior y posterior, del peroneo anterior y de los peroneos largo y
corto. • Falta de control de la acción por el uso de aletas con palas demasiado largas , rígidas o sin canali ·
zaciones laterales (véase pág. 173).
Efectos:
Las palas se tocan entre sí y el apneísta tiende a corregir esto separando las rodillas (véase pág. 162).
• El empuje es ineficaz y antieconómieo. Corrección:
• Control activo de la acción. • Aletear de espaldas y observarse. Movilizar los tobillos y potenciar su estructura muscular. • Sentados en el borde de la piscina, aletear comprobando la alineación de los ejes de los pies y de las piernas.
164
ASIMEmlA DE LA ACCIÓN Descripción:
Los errores 3, 4. 5, 6 V 7 pueden manifestarse en un solo lado. a izquierda o a derecha.
Causas:
• Poca fuerza en una de las dos piernas. • Escasa sensibilidad que no permite sentir la diferencia.
• Problemas con las articulaciones: cadera, rodilla. tobillo. • Tensiones musculares en ,la parte derecha o izquierda.
Efectos:
Posición del cuerpo equivocada. • Avance a izquierda o derecha, no en línea recta.
Corrección:
• Aletear en vertical y observar el movimiento.
• Potenciar la musculatura más débil. • Aletear de lado en superficie.
• Relajación analítica de las partes contraídas.
165
o. Errores debidos o la posición del cuerpo 1 1. Cabeza hiperexrendida Descripción:
Como un hombre que en t ierra firme mira la dirección en la que camina, el apneísta en inmersión tien de a mirar el sentido en el que se mueve. Es instintivo; y precisamente por este motivo, consideran · do que en el agua nos desplazamos por el eje longitudinal , se realiza una hiperextensión de la cabeza para mirar hacia delante.
Causas:
Factores psicológicos: ansia generada por miedo a colisionar, a lo desconocido, etc. • Rigidez del cuello.
Efectos:
• Contracción de los músculos cervicales y del trapecio. Consumo de oxígeno. Variaciones de flotabilidad.
Corrección:
• Mantener el mentón cerca del esternón. • En apnea profunda, mirar el cabo manteniendo la cabeza entre los brazos . • Efectuar recorridos en apnea dinám ica con los brazos extendidos hacia delante: las orejas deben rozar los brazos. • Mirarse el abdomen.
166
12. Posición arqueado del cuerpo Descripción:
la posición del submarinista es arqueada, la cabeza V la columna vertebral están hiperextendidas. el busto se arquea hacia arriba.
Causas:
• Hiperextensión de la cabeza. • Tensión muscular del tronco debida a inseguridad o ans iedad. Rigidez de la pelvis y de los hombros.
Efectos:
• Hidrodinámica escasa. • Dificultad para mantener la profundidad en la apnea dinámica. Flotabilidad demasiado positiva. • Alejamiento del cabo en apnea profunda. • Escaso rendimiento, rápido cansancio.
Corrección:
• Natación con aletas en superficie buscando el máximo estiramiento. Apnea dinámica con los brazos extendidos hacia delante y la cabeza mantenida entre ellos . Estiramiento del raquis (columna vertebral).
1(,7
13. Hombros elevados y cabezo encojado en e llos Descripción:
los hombros están encogidos y la cabeza encajada en ellos, con lo que se revela una tensión muscular en la parte alta del tronco, sobre todo, a cargo de los hombros.
Causas:
• Carga emotiva: ansia. • Tensión muscular de la parte alta del dorso. • Problemas articulares de la cintura escapular. • Frio.
Efectos:
• Reducción del balanceo del busto y, en consecuencia, de la penetración en el fluido. • Posición del cue rpo poco relajada y posible lastre errado. • La postura, combinada co n el aleteo correcto en la fase de ¡da, produce un movimiento rotatorio del busto sobre el eje longitudina l, lo que induce a continuas variaciones de flotabilidad.
Corrección:
• Efectuar recorridos breves. • Controlar los brazos: deben estar relajados. • Efectuar pequeños movimientos imperceptibles con la cabeza y los hombros para verificar el esta· do de tensión cervical, de los trapecios y del cíngu lo humeroescapular. • Sentir el empuje del ag ua sobre los hombros y dejar que asuman una posición natu ral.
168
14. Inversión del balanceo de los hombros Descripción:
Como sucede al caminar en relación con el avance de la extremidad inferior (en el aleteo equivale a la fase de empuje en la ida). se produce el movimiento de avance del hombro opuesto: hombro derecho· pierna izquierda y hombro izquierdo-pierna derecha. En este caso. la acción está invertida y el movimiento de la pierna derecha se combina con el brazo derecho.
Causas:
Falta de control de la acción: dificultad de coordinación por estrés. En la apnea profunda. relajación excesiva y pérdida del dominio del ejercicio.
Efectos:
• Inversión del balanceo de los hombros y el tronco que, asociado al movimiento de las extremidades inferiores, produce continuos cambios de flotabilidad del cuerpo, pasando de la posición del flanco derecho al izquierdo. • En la apnea profunda, se evidencian rotaciones sobre el eje longitudinal del cuerpo y continuas osci · laciones del cuerpo a derecha e izquierda.
Corrección:
• Aletear en posición vertical teniendo los hombros fuera del agua o a nivel de la superficie . Utilizar lastres progresivos para aumentar la carga sobre las piernas y mejorar la capacidad de control bajo estrés . • Aletear en vertical sujetándonos al borde de la piscina. Con los brazos estirados , sentir el empuje sobre la mano izquierda en la fase de ida de la pierna izquierda y viceversa.
169
=
15. Error de hidrodinómico Descripción:
Durante un descenso en lastre constante , el apneísta, debiendo compensar con el método Valsalva, se lleva la mano a la nariz con el codo alejado del cuerpo.
2
Causas:
SI
3
• Tensión emotiva: ansia. Falta de contro l sobre la acción.
• Problemas articulares de la cintura escapular. Efectos:
• Ralentización del descenso por efecto de la resistencia ofrecida por el brazo. • Pérdida de la posición hidrodinámica del cuerpo.
Corrección:
• Concentrar la atención en el codo. • El movimiento relajado de la mano debe seguir la línea mediana del cuerpo. • Adoptar la técnica de Marcante-Odaglia (Frenzel) para la compensación (véase Capítu lo 7).
170
C. Ineficacia de las aletas Después de haber visto en detalle los errores y las consecuencias de movimientos incorrectos del cuerpo, pasemos a analizar los problemas que pueden presentarse a causa de la ineficacia de las aletas .
16. Calzonte ancha Descripción:
Uno de los motivos más relevantes en la pérdida de eficacia de las aletas es la poca compatibilidad entre el pie y el calzan te.
Causas:
Los modelos de calzante son pocos y, por ello, casi siempre se está obligado a elegir aletas que a veces no calzan perfectamente. El compromiso entre la comodidad del pie y la eficiencia de la transmisión del movimiento a la pala va casi siempre en perjuicio de esta última.
Efectos:
El juego del pie en el calzante repercute en la transmisión de la fuerza que debe imprimirse a la pala. Muchos apneistas intentan obviar este problema con el uso de escarpines o calcetines de grosor adecuado. Esta solución no consigue, sin embargo, reducir los espacios situados bajo el puente y sobre los dedos. No es fácil darse cuenta de este problema; hace falta atención y sensibilidad y sólo la personalización del calzante podrá resolver el problema.
Corrección:
Se puede intentar reducir el juego del pie con espesores de neopreno que lo mantengan sin sacrifi · carla demasiado. En la natación con aletas, los atletas adoptan las punteras, una especie de escarpi nes que encapuchan los dedos y empujan el pie hacia los talones. Otros encolan pedazos de neopre no en el interior del calzante, forrándolo por completo. Más sencillo resulta cortar una plantilla de neopreno para fijarla dentro.
171
17. Calzanre blando Descripción:
Un calzante demasiado blando depende de la estructura y de la mezcla de goma con la que está construido. En los últimos tiempos se ha empezado a evaluar el componente técnico además de la comodidad, en particular, se está contemplando la necesidad de un calzante que favorezca la transmisión eficaz del movimiento.
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DEFORMACIÓN ELÁSTICA
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Causas:
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Excesiva suavidad de algunas mezclas de goma de los calzantes, explicable por la búsqueda de comodidad. Forma del (alzante inadecuada. los espesores y los refuerzos con los que ha sido proyectada no son suficientes para garantizar la transmisión de la fuerza.
Efectos:
En la fase de empuje, la aleta está sujeta a una deformación elástica importante, de manera particular en condiciones limite, como en la separación del fondo o tras el golpe de riñón cuando la resistencia, consecuencia de la pres ión hidrostática, es mayor. En esos momentos, dichas deformaciones determinan una pérdida de adherencia al agua. En la fase de ida el pie se apoya sobre el empeine y crea un espacio bajo la planta; en la fase de retorno la planta del pie se soporta en la suela y provoca un alejamiento del talón. De este modo, la suela del calzante demasiado blanda no forma un cue rpo único con las guias laterales y se produ ce una flexión a mitad del puente, exactamente donde termina la inserción de la pala bajo la suela, lo que da lugar a un ulterior alargamiento del talón del calzante. Los movi mientos producidos por la acción del nadador se dispersan a causa de la blandura de la goma y se desperdicia mucha energía.
Corrección:
Evitar calzantes demasiado blandos; mejor renunciar a la comodidad en favor de una mayor adheren cia y eficacia.
172
18. Folto de canalizaciones laterales Descripción:
Algunas pruebas experimentales han evidenciado que las aletas largas, dotadas de guías que llegan hasta la mitad de la pala, dispersan lateralmente casi un 20% del agua desalojada.
Di~ l lrr~i{¡n
1
Causas:
la falta de canalizaciones laterales que encaucen el flujo de agua producido por el aleteo.
Efectos:
las aletas derrapan de lado, el aleteo con frecuencia no es correcto: los pies resultan valgas (véase
pág. 164). Corrección:
Para redu cir esta dispersión lateral, que vuelve las aletas inestables , es suficiente aplicar a las palas sencillos perfiles de goma en forma de
~ ln
como los utilizados para aislar las ventanas. Para que esta
medida no resulte contraproducente, los apliques no deben ser demasiado pesados porque reducirían la respuesta elástica de la pala y reducirían su capacidad para regresar a la pos ición original , ni demasiado ligeros porque no cumplirían su función . Cuidado con confundir las canalizaciones laterales con las nervaduras presentes sobre la superficie de las aletas, que sirven para hacer más rígida la pala, por su mayor espesor, y no para canalizar los flujos de agua.
17:1
19. Lo unión entre polo y colzonre Descripción:
En las aletas con pala intercambiable, un punto critico es la unión entre la pala y el calzan te, por lo que, si las dos partes no están bien acopladas, se produ cirá un cierto «juego».
Causas:
la pala está fija sólo por los tornillos; el montaje no ha sido bien realizado.
Efectos:
Hay una cierta dispersión de ene~gia aunque ésta no es comparable a la del calzan te ancho y blando.
Corrección:
Este inconveniente se obvia de manera simple, sellando con silicona el espacio entre pala y calzante y el espesor de las guías. Quitar los tornillos, desmontar la pala y montarla utilizando la silicona es una operación que permite transformar la pala y el calzante en un cuerpo único, evitando los inconve nientes de que la pala se suel te y de dispersión de la energia.
20. Ineficacia de lo polo Descripc ión:
Con el tiempo la elasticidad de las palas no es la misma, y los materiales en general se debilitan y exponen la aleta a posibles roturas.
Causas:
lo dicho vale sobre todo para los materiales plásticos; el carbono t iene una gran resistencia al uso.
Efectos:
No es fácil darse cuenta de la disminución de las prestaciones de las propias aletas.
Corrección:
Es oportuno probar con frecue nc ia otros modelos para entender la diferencia en términos de esfuerzo y recogida.
17.
6. 5
LA MONOALETA
La historia del hombre está llena de experiencias en las que la observación de la naturaleza ha sido fundamental para inspirar soluciones tecnológicas revolucionarias. Basta recordar el sueño de Leonardo da Vinci de poder volar y luego, observar un moderno 80eing para comprender el largo camino recorrido. Observando las aves nació la idea de volar, viendo un tronco flotar, la de navegar, siguiendo a los mamí· feros marinos -los delfines, las ballenas- , Mayal encontró las respuestas a las cuestiones planteadas en su libro Horno Delphinu~, o al vínculo del apneista con sus orígenes acuáticos. Empujados por un peso hacia el abismo y por un globo hacia la luz, Maya l y Maiorca entab laron una lucha por la conquista del azul que duró décadas, pero, ni el uno ni el otro, se propusieron nunca inventar un instrumento que, como alternativa a las aletas clásicas, pudiera dar al hombre, al buceador, un sistema de propulsión más eficaz. La solución estaba en la monoaleta. De la técnica de base de la natación con aletas, que desde hace años propone en la competición el uso de este útil, se originó la búsqueda de un gesto adecuado a las exigencias de los profundistas. Quedó claro que las monoaletas utilizadas habían sido proyectadas y construidas para la natación, una acción que se ejecuta en horizontal y en la que el deportista no está sujeto a ninguna variación de presión. Faltaba responder a cómo habria funcionado en profundidad, donde la presión hidrostática cambia de forma significativa en descenso y en emergencia. Daba inicio una nueva era también para los apneistas que comenzaban a modificar la técnica, a adaptarse sintiendo que tenían, no dos pies, dos extremidades independientes, diferenciadas, sino una cola, una sola aleta, un gesto nuevo, de mayor implicación en el plano técnico y emocional. Un modo nuevo de moverse bajo el agua, de expresarse, de hacer apnea, de experimentar sensaciones, de soltarse en inmersión, de senti rse a través de un estar más cercano a los delfines , que implica un número mayor de múscu los no localizados principalmente en las extremidades inferiores como sucede con la doble aleta. En igualdad de condiciones, el trabajo parecia menos fatigoso y más rentable desde el punto de vista de la velocidad y, por tanto, de los tiempos de inmersión.
La primera que utilizó la monoaleta en peso constante fue nada menos que la hija mayor de Enzo Maiorca, Rossana. El 4 de julio de 1992,
175
Rossana Maiorca, fue la primera apneísta que realizó un récord: - 58 m en 1 min 48 s, dieciséis segundos menos respecto a los - 56 m del año anterior. Algo más de una década después, esta modalidad se practica como un modo de sumergirse más natural, inspirado en los cetáceos, que nos han propuesto una forma díferente de buscar la profundidad pura. y se ha confirmado unánimemente que el lastre constante con la monoaleta es más rápido y económico, incluso parece perfilarse una cierta facilidad en la compensación ligada a la acción del busto , la caja torácica y el abdomen, que no permanecen quietos, si no que acompañan como una onda el gesto. Si se considera que el tiempo
tot~1
de una inmersión a la misma cota es del 30% más breve respecto
a las dos aletas, la compensación debería resultar más dificil
-o por lo menos , más
precipitada-, mientras que en realidad todo acontece de forma más fácil. La sensación común de muchos buceadores es que la acción ondulatoria del cuerpo favorece la compensación, sobre todo, si el ritmo del movimiento es fluido. Tal vez como efecto de la sensación agradable y de la relajación a la que induce, el hecho es que la onda que recorre el cuerpo aplica cierta presión sobre el diafragma sirviéndose del abdomen que, junto a los glúteos y los abductores de las extremidades inferiores, participa en el movimiento conclusivo. En la patada hacia abajo, el arqueamiento del busto favorecería la presión sobre el diafragma y el desplazamiento de aire de los pulmones a la cabeza, es decir, hacia los oídos. Así lo manifiestan algunos atletas. Lo elección
Las monoaletas disponibles han sido concebidas para satisfacer el gesto de la nata-
de lo monoolero
ción con aletas. En función de la modalidad de competición -velocismo, fondo, etc.y de las características antropométricas del nadador, la pala manifestará cierta flexión y elasticidad (kilogramos de empuje). Los materiales pueden ser cuatro: plástico, fibra de vidrio, carbono y
carbon mix (mixto de
fibra de vidrio y carbono). Cada uno
de estos materiales tiene características físicas que favorecen más o menos la prestación. Las grabaciones hechas a los profundistas ponen en evidencia cómo las alas laterales se doblan de forma importante y pierden eficacia en el apoyo y empuje de la pala. Para subsanar este defecto, algunos atletas han sugerido la fabricación de la aleta de tal modo que ofrezca un punto de apoyo al avance más eficaz, a efecto cuchara, para que sea capaz de plegarse en el centro, manteniendo una cierta rigidez sobre los perfiles externos, para dirigir el flujo de agua desplazado hacia el centro. Una vez más la idea nace de la observación de las aletas caudales de cetáceos como los delfines. En Rusia ya se han hecho experimentos en este sentido, aunque orien· tados a la natación con aletas. Desde el mar pueden verse con frecuencia las hélices de los motores de las embarcaciones que pasan; no hay una igual a otra, porque cambian los motores a los que van asociados y varía la andadura que se pretende tener. Lo mismo ocurre con las ale· tas; no existirá un artilugio que nos impulse más, podrá sólo hacernos aprovechar mejor nuestro potencial para el objetivo que nos proponemos. La elección de las ale-
176
tas tradicionales o de la monoaleta nace del compromiso entre la prestación requerida y el esfuerzo que se está dispuesto a sostener. En este tipo de aletas, el coste es con frecuencia sinónimo de materiales especiales y de métodos de producción al detalle, casi artesanales. En general, la fibra de carbono utilizada para las palas se presenta en forma de tejido, la trama se dispone con una orientación que consiente obtener la resistencia y la elasticidad buscadas. El porcentaje de fibra de carbono en el compuesto puede alcanzar el 60% y confiere propiedades mecánicas óptimas al material, mientras la matriz sirve para proteger las fibras y redistribuir las cargas de modo uniforme, aunque, en realidad, con frecuencia contienen fibra de vidrio en su parte interna. los compuestos a base de tejidos de fibra de vidrio o vitrocarbono y resina epoxi se utilizan para la fabricación de la monoaleta. Tienen la ve ntaja de tener un coste inferior a los tejidos en carbono puro, manteniendo las propiedades mecánicas. En cuanto a las propiedades elásticas, si suponemos que la deformación es directamente proporcional a la fuerza aplicada, podemos definir la rigidez como la constante de proporcionalidad. En otros términos, para deformar de la misma forma una pala dos veces más rígida será necesaria una fuerza doble. Algunos modelos de monoaleta vie-
Pala sin deformar en el plano frontal
nen clasificados con un número expresado en kilogramos de
=o-
empuje, que valora la rigidez en cuanto describe los kilogramos de peso aplicados a un punto de la aleta para obtener una determinada deformación. Cuanto más rígida es la aleta, mayor peso se necesitará para doblarla. Se trata, en cualquier caso, de un parámetro puramente indicativo. El tipo de rigidez se define según el tipo de fuerza aplicada. A nosotros nos interesa la rigidez de flexión en el plano sagital y en el transversal (fig 1). Esta propiedad de flexión
Flexión en el plano sagital
-----iL--__-==___
---o
trans~frsaj
Fluión en el plano (bordes m~s rígidos que el centro) Ef«to cuchar¡
~ FI.,," ,".1 ,~"'~ pi..,
.."
_ _ _ _ _ _ _ (centro mas rigido que 105 bordes)
depende del material y de la sección de la pala. Comparando palas en material polimérico y en material compuesto, observamos que en el primero la flexibilidad la da un espesor elevado, mientras que en el segundo la da el propio material ,
~ Torsión
___ - -7'""""""--
en el plano
trans~ersal
más rígido, pero con espesores tales que hacen la pala compuesta igualo más flexible que la polimérica.
F,¡tllm ,. I h:!uI'l/Iol'iOlIl'.f
di'
(11 ,mlo.
177
la monoaleta puede ser comparada con una placa; es necesario valorar la flexibili dad en relación con un plano ortogonal al del movimiento (plano transversal) y al de la torsión. la gran ventaja de los materiales compuestos , sean de fibra de vidrio, carbono o mixtos respecto a los materiales tradicionales, es que eligiendo de manera oportuna la disposición de las láminas se pueden obtener elasticidades diferentes a partir del mismo material de base. Encontraremos aletas más rígidas por el centro y flexibles en los extremos o viceversa o más flexibles por el centro, que son capaces de crear el efecto cuchara (arqueado convexo). Una resistencia a la torsión elevada es siempre recomendable para evitar deformaciones en forma de «$» a lo largo del borde libre. la propiedad más importante es la flexibilidad en el sentido del movimiento. Como ya dijimos, depende también del espesor, así que para tener una aleta flexible
178
==
necesitamos espesores moderados. Una pala flexible pero resistente en los puntos justos (en la junta entre la pala y el calzante y al final de las guias) adopta un perfil con sección variable, más fino donde se requiere flexibilidad y más grueso donde se
exige resistencia.
EJEflClClOS PREPAf\ATQRIOS PAfIA lA MONOALETA Aletear bajo el agua con la monoaleta es más complicado que con las dos aletas. Aunque ventajosa, la monoaleta requiere una disponibilidad articular de la columna y una coordinación más compleja respecto a la requerida por la acción alternada de las extremidades inferiores. El punto débil de una acción correcta es casi siempre la zona lumbar y las articulaciones de la cintura escapular (los hombros). Con frecuen cia los bloqueos parciales en la zona lumbar o la rigidez articular de esta zona de la columna vertebral constituyen un límite a la fluidez de la acción. La imposibilidad de alargar más allá de la cabeza y de alinear los brazos con la espalda, a causa de una escasa movilidad articular en la cintura escapular, hace dificil que se dé una hidrodinámica favorable, y aumenta la resistencia al avance, con una pérdida de eficacia en la propulsión para la cual se emplea tanta energía. La poca movilidad de la columna vertebral o incluso el bloqueo lumbar impiden el paso, en la cadena biomecánica que implica la acción de la cabeza a los pies, del movimiento ondulatorio que caracteriza el gesto. Esta situación favorece la descarga de la propulsión sobre las rodillas que se doblan para generar un empuje compensatorio que luego resulta ser poco efectivo y antieconómico. A la luz de las consideraciones expuestas, los ejercicios propuestos a continuación pretenden hacer sentir el movimiento en el agua y, por tanto:
• movilizar las articulaciones implicadas mejorar la elasticidad muscular y potenciar fuerza y resistencia aumentar la coordinación de las acciones que componen la técnica Se trata de una progresión didáctica precisa de acercamiento al gesto de la monoaleta. Empezaremos a cuerpo libre para proseguir con las aletas cortas y concluir con la monoaleta. Así, la resistencia a la propulsión será gradual y beneficiará la sensibilidad motriz necesaria para coordinar un gesto complejo que implica numerosos músculos y articulaciones particularmente delicados, como la columna y los hombros.
EJERCICIOS A CUERPO llORE Se trata de adoptar distintas posiciones para sensibilizarse con el movimiento oscilatorio de la pelvis que genera una onda que se propaga a través del cuerpo hasta des cargar en la monoaleta, punto de apoyo para el avance. Todos los músculos deben trabajar en sinergia; es importante conocerlos, sentirlos. Los ejercicios que siguen tienen esta finalidad:
179
l . De espaldas, con los brazos en los costados , efectuar la patada de mariposa manteniendo la cabeza alineada con la columna vertebral. la acción debe ejecutarse con toda la espina dorsal. Un buen punto de referencia donde mantener la aten· ción es la pelvis , que debe seguir un movim iento oscilatorio. 2. En posición prona, mantener los brazos en los costados y dar una patada de mariposa; la cara permanecerá inmersa si mantenemos la cabeza alineada con la columna. Para respirar, levantar la cabeza hacia delante cada cierto tiempo. El centro de la acció~ son las caderas; concentrar la atención sobre su movimiento oscilatorio arriba/abajo. 3.
En posición lateral derecha adoptar la postura descrita ejecutando la patada de mariposa. Desde aquí se puede controlar con la vista el movimiento incorrecto de las rodillas.
4. Repetir en posición lateral izquierda. 5. los mismos ejercicios pueden realizarse con los brazos estirados por encima de la cabeza. Resultan muy útiles para mejorar la movilidad de los hombros y los codos en la alineación de los antebrazos, además de potenciar los músculos empleados en la fase de apoyo para el mantenim iento de la hidrodinámica en inmersión .
EJERCICIOS CON ALETAS COIITAS Son los mismos ejercicios que a cuerpo libre. Cambia la resistencia ofrecida por las aletas cortas, que es el punto de apoyo sobre el que se descarga la energía ondulatoria que se propaga y que tiene por efecto un avance efectivo. Cambia también la tensión muscular del mantenimiento de la hidrodinámica. Representan un paso hacia el uso correcto de la monoaleta. 6. Colocarse de lado con los brazos en los costados y ejecutar la patada. Mantener la cabeza alineada con la columna vertebral. Mantener la atención en la pelvis y las rodillas; la primera debe oscilar libremente, mientras que las segundas deben moderar la flexión. 7. En posición prona, con los brazos en los costados , mover las piernas en estilo mariposa buscando mantener la cabeza alineada. Como la cara permanece sumergida, resultará más sencillo realizar este ejercicio ayudándose del tubo central usado para la natación con aletas ; en ausencia del tubo, levantar la cabeza para respirar hacia delante.
ISO
8. Sobre el lado derecho, practicar la patada de mariposa atendiendo a la alineación de la cabeza y la columna vertebral. Como en el ejercicio análogo a cuerpo libre, se puede controlar con el rabillo del ojo el movimiento correcto de las extremidades. 9.
Repetimos el ejercicio sobre el lado izquierdo.
10. Damos un paso adelante colocando los brazos extendidos por encima de la cabeza; así se favorece la tensión necesaria ~ara el buen apoyo del cuerpo y la flotabilidad correcta. Se consigue una mayor hidroainámica y un gesto global similar al que se realizará con la monoaleta.
EJErlClCIOS CON LAS ALETAS DE APNEA Para acercarnos a los ejercicios preparatorios para la monoaleta, respetando el criterio de la progresión, podemos sustituir las aletas cortas por las largas. El efecto será un punto de apoyo mayor y un avance más eficaz. El fin es aumentar la sensación de resistencia en los pies. 11. De espaldas, con los brazos en los costados, ejecutar la patada . La mirada apuntará a lo alto, un punto de referencia óptimo para el control de la posición . La pel · vis debe oscilar hacia arriba y hacia abajo, mientras el movimiento ondulatorio que se consigue debe pasar ininterrumpido de los hombros a las aletas. 12. En posición prona, con los brazos en los costados, batir las piernas en estilo mari· posa alineando columna y cabeza. Respirar alzándola o haciendo uso del tubo cen° tral. No olviden prestar atención al movimiento de la pelvis. 13. Sobre el lado derecho , adoptar posición y patada. Con pequeños movimientos de cabeza, controlar el movimiento de piernas y caderas. Junto a las sensaciones de la acción será fácil tener una idea precisa del gesto para corregirlo. Recuerden que comienza en la pelvis con un movimiento oscilatorio que, dada la posición, se desarrolla en sentido lateral. 14. Repet imos el ejercicio sobre el lado izquierdo. 15. Todos los ejercicios pueden practicarse con los brazos estirados por encima de la cabeza, la postura más hidrodinámica, éstos se convierten en el punto de apoyo de la acción ondulatoria, que encuentra así la forma de descargar la onda de la oscilación de la cadera.
18 1
16. En posición prona, batir la patada de mariposa teniendo las manos, una sobre la otra, apoyadas en el centro de una tabla. la cabeza debe alinearse sin tensiones con la columna vertebral sin alcanzar la hiperextensión. Empujar la tabla hacia delante y no hacia abajo para distender hombros y brazos para propiciar una posi· ción más adecuada. El uso del tubo de natación con aletas permitirá respirar sin levantar la cabeza.
EJERCICIOS CON LA MONOALETA Después de haber probado, sentido, comprendido el movimiento oscilatorio de la pel· vis con distintos tipos de resistencia en los pies, ha llegado el momento de calzar la monoafeta. Aconsejamos utilizar al principio una pala muy blanda y de superficie redu· cida. Las sensaciones iniciales serán agradables, pero hay que tener cuidado de no dejarse llevar por la emoción de la velocidad aunque la acción no sea correcta, un error que, una vez automatizado, requerirá tiempo corregir.
J 7. De espaldas, con los brazos en los costados, mover las piernas en estilo maripo· sa buscando la alineación de espalda y cabeza. la monoaleta ofrece una superfi· cie de apoyo mucho mayor. Se producirá una sensación de vuelo. Cuidado con la emoción del deslizamiento que puede hacer olvidar el movimiento ondulatorio de la cadera y llevar a doblar las rodillas. Recuerden que todo empieza desde la pel· vis que oscila y que el movimiento ondulatorio debe pasar sin interrupciones, de los hombros a la pala de la aleta a través de todo el cuerpo. 18. En posición prona, con los brazos en los costados, batir la patada de mariposa. Con el tubo central no hará falta levantar la cabeza, con lo que será más fácil mano tener la continuidad de la acción para sensibilizarse con ella.
J 9. Sobre el lado derecho, ejecutar la patada de mariposa manteniendo en linea el cuerpo. Realizado en inmersión ya media agua, puede resultar un poco problemá· tico. Observando con la máscara se pueden controlar y corregir eventuales errores. 20. Realizamos el mismo ejercicio sobre el lado izquierdo. 21. Todos los ejercicios deben practicarse con los brazos extendidos hacia arriba. Ésta es la posición final que caracteriza la técnica de la monoaleta. Todos los ejercicios propuestos con los brazos estirados tienen la finalidad de sensibilizar, movi lizar y reforzar las estructuras articulares y musculares empleadas en las tensiones de apoyo al movimiento ondulatorio consecuente con la oscilación de la cadera. Con la monoaleta nos ponemos a prueba acercándonos al gesto final de la investiga· ción técn ica.
182
CAPiTULO 7
LA COMPENSACIÓN
oy no logro compensar». «Con los oídos en estas condiciones, no podré
«H entrar en el agua ... ». Son algunas de las frases más comunes de los apneístas
que tienen una sensibilidad especial por el estado de salud de sus oídos. Sensibilidad más que justificada, porque cualquier problema del aparato auditivo tiene siempre una ún ica consecuencia: nada de inmersiones. Compensar significa evitar Que los tímpanos sean aplastados hacia dentro por el aumento de la presión hidrostática durante la
inmersión; para ello, es necesario introducir aire en el oído medio a través de las maniobras descritas en este capítulo, con objeto de devolver el tímpano a su posición original. Por efecto de la presión, durante el descenso, todo nuestro cuerpo sufre una compresión. los tejidos que nos componen están constituidos en su mayoría por liquidos y huesos, por lo que pueden considerarse incompresibles. Pero existen además cavidades que deben ser equilibradas con la presión ambiental. A medida que bajamos será necesario practicar una maniobra que facilite la afluencia de aire a tales cavidades -oídos, senos frontales y paranasales- , para compensar las variaciones de presión externas. Si esto no ocurriese, los órganos y las estructuras anatómicas en cuestión sufrirían daños (barotraumas) a causa de la diferencia de presión. Durante una inmersión en apnea, la compensación implica no sólo los oídos y los senos, sino también la máscara. Esta parte del equipo constituye otro espacio importante --en comunicación con la nariz- sujeto a las mismas variaciones. En este capítulo proponemos las técnicas y las maniobras necesarias que si son ejecutadas con corrección evitarán problemas.
7. 1
MANI013RAS DE COMPENSACiÓN
la compensación es una manipulación subjetiva. A las preguntas «¿cada cuánto com-
pensar?», «¿cuántas compensaciones haces en los primeros veinte metros?» es imposible responder. De hecho, no existe una ley fisica precisa, sino que depende de la sensibilidad del tímpano. los primeros 15 o 20 m son los más delicados, pues la frecuencia de compensación es mayor y también la capacidad por parte del apneísta de mandar más o menos aire de los pulmones hacia los tímpanos. Esto es debido a que la presión a -10m se dobla respecto a la superficie (pasa de 1 a 2 atm), mientras que,
a partir de ahí, aunque aumente siempre 1 atm cada 10m, proporcionalmente se produce un incremento menor. Traducido en términos prácticos , los primeros 10 metros requieren un número de maniobras mayor respecto, por ejemplo, a la cota de los 20 a los 30 m; los problemas debidos a alguna patología surgen siempre en los primeros metros de profundidad y raramente a cotas más elevadas. La primera compensación debe producirse apenas terminado el golpe de riñón , a menos de 1 m de profundidad y debe continuar hasta que se toque la cota máxima. Las técnicas son fundamentalmente dos, la primera, más sencilla, toma el nombre de Antonio Valsalva; la segu l'!da, un poco más compleja , de Marcante y Odaglia, sus descubridores, más conocida en algunos países como maniobra de Frenzel. Maniobro de Volsolva
Se efectúa cerrando la boca y apretando la nariz con los dedos. Es seguramente la más fácil y espontánea_ Basta soplar. El aire, no pudiendo salir por la nariz o la boca, llega directamente al oido medio y, por tanto , al tímpano.
Maniobro
La compensación se produce combinando determinados movimientos de la mandí-
de Marcanre-Odoglla
bula y de sus haces musculares con el movimiento de la lengua, que ejerce cierta presión sobre el velo del paladar. La manipulación de Marcante-Odaglia o de Frenzel es un poco más dificil de realizar; con frecuencia , fuera del agua se logra practicarla, pero en inmersión las posibilidades de fracaso son muy altas. La capacidad de compensar en el agua con esta técnica depende, sobre todo al principio, de una predisposición natural del individuo, aunque es posible llegar a realizarla con el entrenamiento y la gimnasia tubárica.
Orras maniobras
Existen otras técnicas de compensación que se efectúan con particulares movimientos de la lengua, de la campanilla y de la mandíbula. La acción controlada de estas estructuras permite actuar sobre los grupos musculares que determinan la apertura de las trompas de Eustaquio y la reducción del vol umen faríngeo, forzando así el aire en el oído medio. Los argumentos a fa vor de la compensación realizada con maniobras linguo-m andíbulo-ve lares o del tipo Marcante-Od aglia son evidentes: • Es más suave, menos traumática para el tímpano. • Permite mantener las dos manos libres, pues en sujetos bien entrenados basta la presión de la máscara contra la nariz para compensar. No requiere la intervención de una sobre presión pulmonar, ni tiene en los pulmones reflejo alguno, por lo que evita cualquier alteración cardiocirculatoria, excluyendo los inconvenientes de la maniobra de Valsalva. • Se puede conseguir un resultado igual de pres ión incluso en condiciones de espiración, por este motivo resulta recomendable para las inmersiones muy profundas.
18.
Aún requiriendo una ejecución más compleja y una capacidad particular, puede obtenerse una presión superior a la maniobra de Valsalva, sin que el apneísta sea musculoso . • Además de aumentar la presión , a la par activa movimientos similares a los de la deglución, aunque más intensos y localizados en los orificios de la trompa de Eustaquio, favoreciendo su apertura, por lo que se compensa con pres iones inferiores a las que requiere el método de Valsalva. Emplea haces musculares reducidísimos en relación con los empleados en el método Valsalva, de aquí su valor. Es de rápida ejecución y puede ser repetida continuamente con un mínimo esfuerzo y con extrema facilidad.
TtCNICA DE VA15ALVA Antonio Maria Valsalva (1666-1723), célebre anatomista y autor del tratado De Aura
Humana, ha dado el nombre a la maniobra de compensación usada por millones de submarinistas. A principios de 1700, Antonio Valsalva empleaba esta manipulac ión para expeler, agujereada la membrana timpánica, las sustancias purulentas de la oti· tis media. Posteriormente, el método de Valsalva se empleó en inmersión y se acuñó su enunciación correcta en relación con la ley de Pascal: «Creando una pr esión en la cavidad mayor ésta será difundida de modo uniforme en todas las cav i · dades menores comun icantes_o La maniobra consiste en ejecutar un esfuerzo respiratorio máximo, iniciándolo en apnea inspiratoria y manteniendo, como dicen los escritos, «fue rtemente cerradas la boca y la nariz». El esfuerzo espiratorio, estando cerradas las salidas naturales, provoca un aumento de la presión intratorácica, que, en esas condiciones, encuentra su escape hacia el ambiente externo en la dirección del tímpano. Dado que la presión la provoca un esfuerzo espiratorio, es decir, una disminución del volumen endotorácico, para alcanzar su m áxima eficacia debe practicarse en apnea inspi ratoria. De esto se tendería a pensar que un sujeto en espiración forzada no podría ejecutar esta técnica, y un apneísta que se encuentra en cotas muy profundas no podría obtener la máx ima potencia, o sea la máxima presión , y tendría dificultades para compensar, siendo el vol umen de aire pulmonar proporcionalmente reducido respecto a la pro· fundidad. Sin embargo, esto no sucede así; de hecho, muchos apneístas que descienden a cotas muy profundas utilizan al inicio la técnica de Marcante·Odaglia, para luego pasar, en la última fase, a la técnica Valsalva. El resultado no dependerá de la fuerza sino de la capacidad de permanecer relajados y comportarse en el fondo con
IS,j
la misma soltura y control con los que se actúa en superficie. El método Valsalva es útil cuando la compensación del oído medio resu lta dificultosa. En estos casos , es necesario compensar con mucha frecuencia ya que es suficiente un breve retraso en iniciar la siguiente maniobra para que el golpe de ventosa en la trompa de Eustaquio comprometa la acción de compensación . Una estrategia es mantener abiertas las trompas en los primeros 10-20 m de descenso. Una buena habilidad en la compen sación permitirá, sea con Valsalva o Marcante-Odaglia , tener las trompas abiertas, favoreciendo un continuo paso de aire para equilibrar la presión del oído medio.
TÉCNICA DE MARCANTE-ODAGLlA Duilio Marcante, uno de los padres fundadores del submarinismo italiano, y el profesor Giorgio Odaglia. pionero de la medicina hiperbárica, han dado el nombre a la maniobra de compensación conocida como Marcante -Odaglia y que en algunos países se conoce con el nombre de maniobra de Frenzel. El principio inspirador de esta técnica es simple: es mucho más ventajoso y menos costoso poner bajo presión
un espacio aéreo restringido, como el tramo rinofaríngeo, antes que uno amplio, como el ocupado por todo el árbol respiratorio. la cuestión estriba en conseguir aislar la región de la rinofaringe -donde, recordamos, desembocan las trompas de Eustaquio- de las restantes cavidades aéreas internas y externas. la separación del ambiente externo se logra cerrando la nariz. apretando con los dedos o aprovechando la compresión ejercida por la máscara; la separación de las vías respiratorias , empujando el velo del paladar hacia arriba. De este modo, se provoca la reducción de este pequeño espacio y del volumen de gas que contiene. Dado que el volumen es inversamente proporcional a la presión (ley de Boyle), esta última aumenta. Ocurre asi porque la lengua retrocede, llena la orofaringe. es empujada contra el velo del paladar, en una posición similar a la que asume en la deglución. Accionándola como un pistón hacia arriba, comprime el aire contenido en la pequeña cavidad. A la acción de la lengua , además , va asociada la contracción de los músculos faríngeos necesarios para el movimiento inicial ya descrito. Estos múscu los próximos a los orificios de las trompas de Eustaquio favorecen su apertura y, por tanto, el paso del aire a presión hacia el oído medio. Con frecuencia, apneistas expertos utilizan maniobras de compensación identifi· cadas como Valsalva que, en cambio, en un análisis más profundo, se revelan como variantes de la Marcante-Odaglia. Para asegurarse, basta probar a compensar repetidamente con la boca abierta en espiración manteniendo una mano sobre la zona epigástrica (por debajo de las costillas). Si se advierte en los tímpanos la clásica vibración,
186
síntoma del aumento de la presión, y la zona epigástrica permanece inmóvil, quiere decir que la maniobra ejecutada es la Marcante-Odaglia y no la Valsalva. Pero, atención, a veces sucede que, aun realizando esta maniobra correcta, el aparato respiratorio, tal vez por costumbre o por reflejo, se mueve. Si esto ocurre, será necesario intentarlo sin mover ni costillas ni diafragma. Otra forma sencilla de verificar que manipulación se está efectuando consiste en realizarla con la boca abierta; en la Valsalva el aire saldrá por la boca, mientras que con el metodo Marcante-Odaglia funcionará. Como ya dijimos, el Marcante-Odaglia será positivo cuando la mano apoyada sobre el estómago no advierta movimientos. cuando se sientan las. trompas abiertas y las dos membranas timpánicas tensas hacia fuera por la presión que actúa desde la cara interna.
TÉCNICAS PEr,SONALES Las maniobras de compensación expuestas ayudarán a desarrollar el metodo que mejor se adapte a las características y exigencias individuales; más dificil será adquirir la sen· sibilidad necesaria para emplear las diversas tecnicas en situaciones extremas. No esperar nunca al dolor para compensar es fundamental . anticipar y recordar que la mejor maniobra es aquella que se hace con menos esfuerzo. Antes que conocer todas las maniobras sin saber cómo ejecutarlas, es mejor adaptarse a la presión con una maniobra personal que sea eficaz. Es important ísimo para la seguridad que cada apneísta comprenda la ejecución de su maniobra de compensación. A veces las maniobras personalizadas resultan ser una combinación de las descritas y responden adecuadamente a las características del buceador. Desatender este aspecto simple. pero determinante, puede representar un verdadero riesgo para la incolumidad de los oídos. Por ello, en la piscina se pueden experimentar estas tecnicas. primero cabeza arriba y luego cabeza abajo. para poner a punto el propio metodo. No existen ejercicios especificos, aunque es posible compensar cabeza arriba agarrados a un cabo lastrado o a una esca· lerilla lo bastante profunda. Se pueden efectuar maniobras de compensación en situación extrema de máxima espiración, una vez alcanzado el fondo. Durante el descenso se intenta mover la mandíbula hacia delante o hacia atrás. Se puede mover la lengua desde, casi acariciar, la parte más estrecha y elevada del paladar hasta la parte más blanda posterior. Se puede mover la lengua plegándola completamente hacia atrás, como si se intentase llevarla a la garganta, o se puede realizar una maniobra normal de deglución.
7.2
USO DEL DIAFRAGMA EN LA COMPENSACiÓN
Como vimos en el Capítu lo 2. el diafragma es un músculo plano situado entre los pulmones y el estómago. Determinante en la respiración, favorece el uso de la parte baja de 105 pulmones, la más importante por su capacidad, ya que mueve mayor cantidad 187
de aire tanto en inspiración como en espiración. $i este músculo está bien entrenado, puede resultar fundamental en las fases más difíciles de la compensación. Un apneísta que controla el diafragma podrá beneficiarse de una reserva de aire para compensar. Como sabemos, el volumen de aire contenido en los pulmones se reduce con el aumen to de la presión (ley de Boyle). A ciertas cotas, y considerando además que parte del aire inspirado en superficie ya ha sido utilizado para compensar las gafas y los oídos, la reserva de aire ,será mínima y la compensación, más difícil. A cotas profundas, por tanto, y por profundas se entiende cotas del todo relativas al nivel de experiencia, resulta determinante coger aire de la parte baja de los pulmones para compensar. Llegar a mover correctamente el diafrag· ma permite superar ese umbral crítico más allá del cual se advierte la sensación de no poder continuar, cuando se piensa:
no tengo más
aire para compensar». En cuanto se siente, a causa de la profundidad alcanzada, la imposibi lidad de empujar más ai re hacia los tímpanos, el único disponible es el que, con el diafragma, se logra mover de los pulmones hacia los oídos, que, además, en la inmersión en apnea y en las tentativas de marca en peso constante, a causa de la posición cabeza abajo, se encuentran por debajo respecto a los pulmones. Es esencial no ponerse rígidos y mantener toda la muscu latura de la caja torácica y del cuello completamente relajada. Si el movimiento del diafragma es justo, la maniobra resultará eficaz, con un desplazamiento de aire en dirección a la cabeza y los oídos, aire que una compensación tradicional niega al apneísta. Acabado este reclamo del diafragma, se efectúa una maniobra normal de compensación y todo debería funcionar. Una buena movilidad del tórax y un control voluntario del diafragma permitirán utilizar mejor las reservas de aire para compensar. Hemos visto en el Apartado 4.2 qué ejercicios practicar para entrenar la respiración diafragmática V movilizar la caja torácica; con frecuencia, para los neófitos se trata de rehabilitar el uso correcto de esta parte del cuerpo de la que, habitualmente. no se tiene conciencia. Ejercitar el diafragma es tan básico como en trenar las piernas. la resistencia generala la apnea estática.
7.0 GIMNASIA TUI3ÁRICA Las prácticas que proponemos a continuación constituyen un acercamiento a la actividad de la compensación. Tienen el objetivo de entrenar todas las estructuras IH8
rino-tubárico·faríngeas que, directa o indirectamente, intervienen en la mecánica de la trompa de Eustaquio, con la intención de crear un sistema tónico y eficiente, listo para afrontar la compensación en inmersión . Los hemos dividido en dos categorías: los ejercicios musculares para reforzar y armonizar las estructuras implicadas. y las maniobras de autoinsuflación para la preparación es pecifica de las trompas de Eustaquio. Estas prácticas deben ejecutarse fuera del agua.
PARA QUÉ SIRVE LA GIMNASIA TUOÁRICA
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EJERCICIOS MUSCULARES El t rabajo propuesto debe llevarse a cabo intentando alcanzar cada vez una coo rdi · nación mejor, pero sin forzar las estructuras.
CÓMO, CUÁNTO Y CUÁNDO EJERCITARSE COIIIO
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illmersión. (le form(l q/ll' prepal1!//lUs las I'I/mt/!lm.~.
Sacar la lengua hacia el mentón tanto como podamos, entonces retirarla llevándola muy atrás, manteniendo la punta pegada al suelo oral. Barrer con la lengua el paladar en dirección anteroposterior, intentando alcanzar el velo del paladar. La ejecución correcta de este ejercicio con frecuencia va acompañada del reflejo de vóm ito. Recorrer el perímetro lab ial externo con movimientos linguales rotatorios en el sentido de las agujas del reloj y luego en sentido contrario.
Ejercicios linguales
(1
111
Ejercicios m o ndibulo res
Abrir y cerrar repetidamente la boca. Efectuar movimientos laterales a derecha e izquierda, sin contraer los labios. Realizar rotaciones mandibulares sobre el plano frontal, en el sentido de las agu o jas del reloj y contrario a éste. Hacer lo mismo sobre el plano transversal. Durante la acción , si uno o ambos oídos vertiesen algo de mucosidad en la caja del tímpano, es fácil que el sujeto advierta un ruido de papel arrugado en la parte mencionada. Si el oído medio está libre, el único sonido presente será el de la articu · lación temporomandibular. Estos ejerciciqs son muy importantes, ya que los músculos del velo del paladar desempeñan un papel primordial en la gimnasia tubárica. Cuando sea posible, aconsejamos observar el velo para analizar la calidad de los movimientos. Pronunciar una serie de tres
lal
sucesivas, breves y enérgicas, luego, cerrar la
boca durante algunos segundos y recomenzar. Las vocalizaciones deben provocar una contracción decidida y completa del velo del paladar; si no, hay que insistir en el ejercicio. la pausa aconsejada responde a que series más largas podrían provocar una contracción velar continua, haciendo impero ceptibles los movimientos. Del mismo modo pronunciar series sucesivas de
IV, lel, 101, l ul , l ik/, l ak/ ,
/ ok/ , / uk/. Contraer el velo sin emitir sonido (corresponde a la ejecución de una
l al
áfona).
Sirviéndose de un depresor lingual o de una cucharilla se puede rozar el velo del paladar provocando una contracción por reflejo. Para algunas personas este ejercicio no es adecuado, pues estimula el vómito. Ejercicios soplados
Apagar una vela colocada a distancia creciente, inflar un globo, sop lar por una pajita en un vaso de agua. El ejercicio presupone un cierre ve lar perfecto, por lo que no debería escapar aire por la nariz. Emitir vocales aisladas a intensidad y frecuencia variables. Este ejercicio implica excursiones laríngeas y velares.
Ejercicios linguo·velores
Hacer resbalar la lengua por el paladar, teniéndola bien adherida, en dirección ante· roposterior, hasta que no cabe y se despega produciendo un sonido característico (ejercicio del chasquido del caballo). En general, se tiende a reproducir este sonido batiendo rápida y repetidamente la punta de la lengua contra los alvéolos dentales inferiores; es oportuno hacer notar que el ejercicio correcto implica, en cambio, también el dorso de la lengua y cómo el ápice cae más adelante. Teniendo la boca abierta, mover la lengua como un pistón hacia el velo y, a la vez, contraer este último sin emitir ningún sonido.
La punta de la lengua debe mantenerse adherida al pavimento oral.
190
Intentar inducir un bostezo a través de una inspiración oral profunda, seguida por
Ejercicios
una apnea de 2-3 s, durante los cuales, teniendo la boca abierta, se contrae el velo
linguo-mondíbulo-velores
sin emitir sonido, para Juego soltar el aire en espiración oral. El bostezo es un acto fisiológico básico que implica varios músculos y provoca una apertura tubárica activa. Ejecutar la siguiente sucesión de movimientos: • Extender V bajar la mandíbula. • Empujar la lengua fuera de la boca, lo más posible hacia el mentón. Retirar la lengua barriendo el paladar en dirección anteroposterior, teniendo la boca abierta. Emitir una
lal
sonora.
• Cerrar la boca V retraer ligeramente la mandíbula. Coger un sorbo de agua, cerrar la nariz con dos dedos V deglutir bajando la cabeza.
Ejercicios de deglución
Esta posición dirige el aire desplazado por el líquido hacia la trompa V protege las vías aéreas, evitando episodios de inhalación y tos. Puede realizarse ut ilizando cualquier bebida . Cuanto más denso V volum inoso es el líquido (jugos de fruta, leche, batidos ... ), más ai re será desplazado. la apertura tubárica se produce también gracias a la eructación, por lo tanto, se pueden usar bebidas con gas, cerrando la nariz en el momento de la subida del aire. Esta práctica favorece la respiración nasal, la apertura tubárica (gracias a los juegos
Ejercicios de espiración
de presión que se crean durante tal tipo de respiración), la aireación de la rinofaringe V fosas nasales V la estimulación de los movimientos velares. Primero, una fosa nasal por vez, cerrando la otra con la simple presión de un dedo, V, luego, ambas. • Inspiración nasal V espiración oral. • Inspiración V espiración tranquilas. Inspiración breve V enérgica seguida de espiración tranquila. Inspiración tranquila seguida de espiración breve V enérgica. Inspiración V espiración breves v enérgicas.
LA AUTOINSUFLAClÓN El término «maniobra de autoinsuflaciónlt se utiliza para identificar los ejercicios úti· les para la preparación de las trompas de Eustaquio. la actividad óptima de la trompa - fundamento de la compensación- se basa en un entrenamiento muscular conti nuo V equilibrado. En este apartado veremos en detalle algunas maniobras de compensación ejecutadas en seco. En la g imnasia tubarica los ej ercicios deben realizarse en el modo indicado en las páginas sig uientes; durante la inmersión, 19 1
f-
pueden producirse algunas variaciones en base a la libertad de
ADVERTENCIA
movimiento y a las exigencias individuale s. Tanto fuera del agua como en inmersión, es necesario recordar que tales maniobras
/Jtmmle 1" fl/ol/iobm de (I/lloiIlS/ljlm:üíll. lo
no deben efectuarse nunca en caso de inflamación del
III(~I'Q" pm1e
aper-
oído o de resfriado fuerte, para evitar que los agentes pató-
dkk de/l/m del oído.
genos escalen la trompa y que el desplazamiento de aire y líqui-
I/lr(¡
dI' las I)('NQII(lS m/¡-iert;'1I la
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111/
lIolt'slúlN
l'IV'II//HlIt'~ dllmllll'
cirius
debe" (¡I"mm,.; obed"f'ell a los
ejer-
do en el oído medio pueda causar dolor y dañar las estructuras.
1/I00'i-
En cambio, son muy provechosos en estos casos los eje rcicios
11111/ 1111' 111 -
musculare s que mantienen en movim ie nto la trompa , favore-
pe,.iodo di'
ciendo la aireación y la limpieza del oído inflamado . Las manio-
linl/po p/lJ/olIg'(mo y desapar('r('lYíll (llll'l/as SI'
bras de co mpen sac ión pueden proteger el oído y hacer más
,,1 ('slU('fU) di' ll'Y'ú¡)/I. :";i la fIIole.fllo
agradables las inmersio nes si se las conoce y realiza de forma
110
10$ pllll/el'Os
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¡lISe il/icial del
oídu 1II('(lio.
correcta y adecuada a la situación. Su éxito radica en una actividad tubárica adecuada y constantemente estimulada. Como ya hemos subrayado, los ejercicios permiten a cada uno obtener un mayor dominio de las estructuras que intervienen en la maniobra, de modo que entrenando en piscina, cuando la s condiciones físicas y ambientales lo permit ieran, la s maniobras de Valsalva y Marcante-Odaglia podrían ser sust itui-
das por un movimiento concreto de algunos múscu los, obteniendo el mismo resultado con menor dispendio de aire y energía. Maniobra de Volsolva
1. Efectuar una inspiración oral medianamente profunda. 2. Cerrar la boca, bajar la cabeza y pinzar un poco la nariz con dos dedos . 3. So plar fuerte si n inflar las mej illas ni abrir la boca. 4.
Mantenerse así unos 4-5 s.
5.
Liberar la nariz dejando salir el aire. La maniobra debe ser breve y es aconsejable respetar un momento de relajación
entre una ejecución y otra para evitar la hipe rventilación . La Valsalva es eficaz si el momentáneo estado de presión que se crea en la rinofaringe durante el ejercicio es suficiente para provocar la apertura tubárica. De hecho, en el caso de que sea necesaria una presión más elevada, la apertura improvisada podría ser incluso dañina. Para reducir la presión torácica que se crea durante la operación es posible. después de la inspiración oral, pron unciar dos vocales en sucesión antes de proceder a la autoinsuflación. Maniobra de Mysuria
1. Inspiración oral no demasiado profunda. 2.
Hinchar los carrillos con el aire inspirado y pinzar la nariz con los dedos de una mano.
3.
Utilizar la segun da mano apoyando el pulgar sobre una mejilla, la palma en la boca y lo s restantes dedos so bre la otra mejilla.
192
4. Apoyar la base de la lengua contra el paladar y empujarla ligeramente hacia atrás. s. Desinflar los carrillos con una leve presión de los dedos sin dejar salir el aire por la boca y, al mismo tiempo, bajar la cabeza deglutiendo. La maniobra de Mysuria auna la sobrepresión del tramo nasofaríngeo y la con· tracción de toda la zona velofaringea determinada por el acto de deglución. Esto ami· nora los valores de presión necesarios para la apertura tubárica en relación con los de la maniobra de Valsalva. La rinofaringe o nasofaringe es una cavidad cerrada llena de aire a presión que con
Maniobro
facilidad se puede empujar hacia el oído medio a través de la trompa de Eustaquio.
de Morconre-Odaglia
lo hemos tratado con amplitud en los apartados precedentes, aunque puede ser útil
o Frenzel
recordar que es la operación que requiere más coordinación. 1. Introducir aire en el tramo oral a través de una acción de bombeo de la base de la lengua. 2. Mantener a un tiempo la nariz cerrada y la glotis apretada (igual que durante un esfuerzo) mientras se realiza la acción. 3. En la ejecución, el velo del paladar debe ser repetidamente contraído.
Existen en el mercado dispositivos que favorecen la compensación justa del oído
Uso del dispositivo
medio, garantizando el buen funcionamiento del sistema de transmisión timpánico-
de autoinsufloción
osicular y una ventilación adecuada de la caja del tímpano. Gracias a estos di spos iti· vos, se inyecta aire desde la nariz hac ia la bóveda rinofaríngea , donde está ubicado el orificio de la trompa de Eustaquio. El éxito está asegurado sólo por la existencia de una trompa anatómica y fisiológicamente normal, sobre la que han sido delineadas las características del dispositivo. Si tal situación no se presenta y las alteraciones de la presión y funcionales del oído medio derivan de un prolongado estado de insufi· ciencia o inactividad tubárica, hay que hacer preceder y, en un seg undo momento, apoyar el uso del dispositivo con un programa de gimnasia tubárica, para realizar un tratamiento específico y completo.
Indicaciones para utilizar con corrección el dispositivo de autoinsuflación: 1. Conectar el globo a la perita de plástico. 2. Colocar la parte redonda en contacto con uno de los orificios nasales y cerrar el otro con un dedo. 3.
Realizar una inspiración oral profunda y cerrar la boca.
4.
Soplar el aire de la nariz e inflar el globo. Sugerimos algunos ejercicios para llevar a cabo con este
dispositivo. No olviden que, para una correcta y completa eje· cución, deben realizarse por los dos orificios.
Ejercicio A
l. Hinchar el globo hasta la dimensión deseada. 2. Aspirar el aire por la nariz . 3. Deglutir. El ejercicio de deglución asocia la apertura tubárica activa, provocada por la deglución misma, a un mecanismo de apertura paSivo creado por el dispositivo. Tal combinación , gracias a la movilización de flujo s aéreos consistentes , permite una aireación óptima del oído medio y una limpieza tubárica eficaz.
Ejercicio O
1.
Inflar el globo.
2.
Pronunciar las frases propuestas a continuación con intensidad sostenida, articu ' landa y separando bien los distintos fonemas: Tu guante está roto.
El gomero gasta gustoso.
El gusto de la golosina.
El tótem está partido.
El agua gotea.
El gato grande juega con la gatita.
El coche chorrea agua .
Gato , gata, gato.
3. Con la mandíbula ligeramente desencajada , pronunciar: tlAug, aug , aug ... » tlGu í, gui , ga/ go/ gue/ gui/gu» tlKi , k i, ka/ ko/ ke/ ki/ku» tlGlug, glug , glug .»
19-+
Durante la subida del aire por la cavidad rinofaríngea y la trompa de Eustaqu ío, la voz adquiere un t imbre característico que puede ser definido como intermitente , monótono, sucio, vibrante. Simultáneamente a la emis ión vocal es posible advert ir sensaciones de oído libre, de aire en movimiento o en subida hacia el oído, de con fusión o aturdimiento, de limpieza y frescura. El ejercicio fonético tiene el mismo fin que el anterior. la apertura activa de la trompa se produce a través de la pronunciación de precisas sucesiones fonéticas. En general, los fonemas que provocan la apero tura tubárica son aquéllos cuya correcta articulación requiere movimientos velares decididos. aunque cada uno debe encontrar I~ frase más efectiva para sí.
7.4
COMPEN SAR LA MÁSCARA
Al sumergirse en profundidad se advierte el aplastamiento provocado por la presión del agua sobre los tímpanos. Para evitar el dolor o la rotura timpánica que este inconveniente puede causar, se efectúa la maniobra de compensación, con las técnicas precedentemente descritas. Existe, sin embargo, otra cavidad aérea que sufre este fenómeno, la máscara, por lo que, como ya dijimos en el Capítulo 1, la m ás indicada para practicar apnea es la de menor volumen. Cuanto más reducido sea el volumen interno, menos aire habrá que emplear para equilibrar las presiones interna y externa, con lo que se evitará el fastidioso golpe de ventosa. De hecho, el aumento de la presión hidrostática provoca el aplastamiento de las gafas contra el rostro con el consecuente efecto ventosa. Esta complicación sobreviene con el aumento de la presión y, por tanto, de la profundidad, y debe prevenirse a toda costa para evitar lesiones capi lares en el globo ocular, que se generan por el efecto de vacío entre la máscara y la cara. Las gafas deben compensarse, al igual que la membrana timpánica. La
El volumen de los gafos
maniobra de compensación es muy sencilla: durante el descenso es suficiente soplar aire a través de la nariz, para mantener constante el volumen interno y conseguir que la máscara se mantenga distanciada del rostro. Por este motivo. es imposible bajar con gafas de natación, pues la nariz no está comunicada y no puede evitarse el efeclo del aplastamiento. las máscaras de apnea presentan la caracte rística de tener el volumen interno reducido para compensarlas con menor cant idad de ai re, aire que ya no quedará a disposición de los tímpanos. El limite impuesto por la imposibilidad de compensar las gafas existe para los apneístas de buen nivel en cuanto sobrepasan cotas superiores a los 20 m. No debemos desalentarnos Iras las primeras tentativas ; es una maniobra que se puede entrenar, mejorando la sen sibili · dad para llegar a entender cuándo y, sobre todo, cuánto aire debe soplarse en la máscara. Aconsejamos anticipar el aplastamiento de las gafas sobre la cara varios metros antes de que acontezca, aunque no se advierta la necesidad. Esto permite evitar el
1%
brusco e intenso reclamo de aire de los pulmones para vencer la fuerte presión sobre la cara cuando se está al límite de la compensación. El aire no debe ser expulsado sin criterio, el apneista no es un submarinista con enormes reservas de aire embotellado, dispone sólo del aire de sus pulmones. Se debe soplar el mínimo indis· pensable, tanto para los tímpanos como para las gafas, evitando que el aire salga, siendo desaprovechado. De gran utilidad resulta iniciar la inmersión con la másca· ra completamente compensada, situación que podría parecer normal aunque, si la observamos, no siempre se cumple. De hecho, cuando estamos en superficie y ventilamos, además de tomar aire por la boca, inspira· mos también por la nariz, por lo que en el momento de sumergirnos, las gafas requieren ya una compensación parcial. Para evitarlo, en la última fase de la ventilación , la espiración debe realizarse no sólo por la boca, sino también por la nariz, para llenar la cavidad de la más· cara. Un error que se comete en profundidad es el de robar aire de las gafas en la tentativa de compensar los tímpanos. Esto provoca un aplastamiento total sobre la cara, antes incluso de tocar la cota crítica. Este incon·
.....
veniente se puede evitar recurriendo al diafragma,
...
como hemos explicado: si activamos este músculo de un modo correcto, nos permite utilizar aire residual de los pulmones que no solemos emplear.
7.5
COMPENSAR EN LA COTA LIMITE
Son muchos los apneístas, incluso expertos, que , hablando de profundida.d límite, manifiestan certezas irrebatibles acerca de la imposi bilidad de superar ciertas cotas. El buceador se ve obligado a interrumpir el descenso por absoluta falta de aire para compensar la máscara V los tímpanos, aunque cuando emerge tiene oxígeno de reserva a disposición. Observados atentamente en la fase final de la inmersión , cero ca nos a la profundidad máxima, su posición de caída cambia por completo, sus cuero pos, hidrodinámicos y relajados , se vuelven de pronto rígidos, la espalda se arquea, las piernas se doblan y, sobre todo, error importantísimo, la cabeza se hiperextien· de hacia atrás, como si mirara el fondo. Cuando la cabeza se encuentra en esta pos;·
196
RESFRIADO. SINUSITIS Y OTROS PROIlLEMAS OTORRINOLARINGOLÓGICOS f1 oído 1fIf!(/jO J: ell part¡,ular. la caja timpánica. las trompas de f,'/ISlaqllio. J' el complejo de los
S('IIOS
paf"(lIIllSoles y las fosas f/(lsales rofIJIlituyl'/Ila IIl/idud de la
l/l/a compel/sación I/orlllol eOIl /11m /'('I/Iilació" correc/o,
el o/)//dsla- I/ecesi/a sf'g/lir de
fI/(IIICfYI
que creo
1I/1f1
tfefJ!'lIdl'
El 81IV",m1I11s(a -:r ('11
CO/WH'lo
asidua la cmluciólI de SI/S pOlologías pum Cá/M
¡/rllios permollcllles.r difícilmellte ell lll f'm/(¡bll'S. Il '·~rr/lld(¡.
'111('
,Por e}t'mplo.
111/(/
ballal r/l/ i" s.
ob.'/mrriÓ" de los fosas l/asa/es por hipertrofio de los
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mI!!,,!"
CO/'l/('/I'S
mferiOf,(!8.r medios. puede impellir la compc//saciófI de lo.! sellM !Jaral/a,m/es. 1;.'" generi/f, se lrata del efeelo de la illfla · /l/OciÓII
que
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/a IIIlIcosa
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mismos,
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drel/aje de los onficios s¡'wsales.
JJ fII/H/III'O dI" f,M
(}f~fiáll., simwd"$, qlle sI/cede
si"
/'(/riaciOIlI'I (It, presión alllbie/llal, prrxluce alguf/as allemciQlIPS ('fI
el jfl/erior de
los seU03. Por ejemplo. /a absorciÓI/
de/ (jire /Jn.'eJ·js/efl/e. el/ de/rimefl/o de la /)resiófI ifl/msliwlal: el (11'''/"01/11'
r!('
1II1ICOS(I. nIQl/do
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fenómcno (Je esle tipo 5(' pffSel//(1
tI/mlllle el d"lcellso, {a dismillllción (le la presión CfI elfas Cl/,-idadl'l se I"I/e!t'/' sil'l/Ipl"f' maJ'O/" .1: cOI/frecuencia. se
/"('/1-
fiCllll rofums de l'OIOS capilares de /a IIlIleOS(l j" hemormgias CO/l episla:/"is, f,'u gt'fIf'ml. es/os ('pisodios plY'Q("lIpml al ¡múmari"is/a, míll siendo mellos gm/"e$ que cualquier o/m ('1'1,,110 .
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Efla obst/"wció", que impide el reflujo
"a/llml del (liN.'. cuell/a efltre sus causas la iflflamaciófI dI' /(/ IIII/('OSlI,
111/
'l/lis','
o (l/g/in póbilo del/lro (Iel sello.
Por este
fIIo/i,.o, rI f'(/"i/ibrio de /)lY'liol/('$ (/"1' es corree/o en el descel/lO puddo l/O Sf'rlO dumll/(, I AI Ji/l/Il.lillS f"/"
el (lSceIlIO.
I'J]HJIIf'
(l/mI/lilaS los SCI/OS y el oído
IIlf'dio. /)o/" lo qlle desacoflsejamos lomelerse II I"arif/ciofles de presión. 1..<18 clioJogi(ll IIlnl COIIIIII/('I SOIl fas alergias, la ¡rn"lación cró"ica ca/lsada por el hllfllO, el /ISO prolol/godo de msocom/IlCIÚn'l fÓ/li,os. 1(1 n"nifis /'f/solllofom. 1,(/ (IIII IS !1fIn!fnllllllúfll'a IJ.I!/l dll Sf' manifiesfa eJ'c/us/f'(lmellfe dUroll/f' d (/e$("('lIso. deci/", 1'11 la fose de compresión exfema, Cltaudo la aper/uro for:atfo df' la 11"Vllllm
f'S /lO
197
('1;
bojuda Jlufn'Il'/II01I1/W (lismll/l/f'ión prof!resira de lo pll"
comple/a, ,'11 ('011/1/1/1(11/10,111
$/Óll mdo/illlfJ(Íul('(l I/(Is/a 11t'!!fIr al lIalllodo b!O(/IWO
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SIIllI/IU;lIeO del on'ficio IlIbútl('o ,obll' 1'1 1/'(/('/0 (,,,dolimpá,,ico,l" sobl'e la /'('l'lie(/l(' //(/1(11, 3e [.{l'//('m mIl/m
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f'lI
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el ('111'811 dI' I'(jl'iaf'io·
dp presiólI e.rle/'f/II,
ción es casi imposible el paso del aire desde 105 pulmones hacia los tímpanos y, en consecue nc ia, la compensación no puede producirse. Todavía más evidente es el problema en el caso de la compensación de las gafas, donde la cantidad de aire Que insuflar y la diferencia de pre sión son mayores. Nuestro consejo principal es mano tener la cabeza en la línea del cuerpo , entre los brazos, sin hiperextender hacia atrás en la última fase de la caída, El cuello tenderá a relajarse y la espalda perderá la posi· ción contraída, en arco y poco hidrodinámica, El hecho que la soltura y relajación Que caracterizan a la primera parte del recorrido falten al final puede deberse a dos factores: problema emotivo (miedo a ciertas cotas) o fisiológico (falta de adaptación del cuerpo a la profundidad),
La imposibilidad de compensar dispara un mecanismo de defensa del organismo, que sabe que no está integrado en el ambiente y frena el descenso . La solución a este problema es sencillo: para resolver la dificultad de compensar a ciertas cotas, hay que bajar a esas cotas. A dicha profundidad , controlar la posición de la cabeza, relajar la glotis, el tramo cervical, los hombros ... se hace de forma progresiva para entrenar la compensación; no se desciende en peso constante, aleteando, sino empujados, por ejemplo, por un lastre o con los brazos ayudados por el cabo, ahorrando energia y oxigeno. Llegaremos así al punto crítico con más margen para remontar y podremos dedicar más tiempo a las maniobras. En los úl~imos metros, se podrá reducir la velocidad de descenso, frenando con las manos sobre el cabo. Alcanzada la profundidad establecida, el apneísta interrumpirá su caída, agarrándose al cabo, comprobará si se encuentra relajado, con la cabeza en línea con el cuerpo, y con un movimiento suave y armonioso empujará con el diafragma hacia la base de los pulmones, como hemos indicado en el Apartado 7.2. Todo debería ocurrir controlando con la mente cada acción y asegurando la máxima relajación. Entonces se procederá a la compensación de los tímpanos y de la máscara. Esta parada en el fondo durará pocos segundos, después de lo cual iniciará el ascenso de forma pausada. Repitiendo este ejercicio en la cota crítica, nuestro cuerpo se habituará psicológica y fisiológicamente a la presión.
199
CAPíTULO 8
LA FORMACIÓN EN PISCINA
l objetivo de este manual es introducir al lector en la práctica de una apnea segu-
E
ra y divertida en aguas libres, sea en el mar o en un lago, lugares en los que las
variables ambientales (temperatura del agua, visibilidad, corrientes ... ) requieren una buena capacidad de adaptación y una buena técnica. El camino que lleva a las aguas libres se inicia en la piscina, donde los factores son constantes; en síntesis, un entorno protegido en el que el neófito puede con facilidad evaluar y entender las sensa-
ciones provocadas por el desarrollo de los ejercicios: sentir, oír y ver el propio cuer-
po y analizar las reacciones psicofisicas. El primer paso es aprender a estar en el agua sintiéndonos cómodos V capaces de controlar cada gesto, en dos palabras , ambientarnos V sentirnos seguros. Desde el punto de vista motriz, se trata de volver eficaz cada acción, que todos los movimientos reduzcan a lo esencial el trabajo muscular para un mínimo consumo energético. Desde el punto de vista mental, presupone una condición de relajamiento V concentración válida para la apnea. En cada momento del aprendizaje en el agua recuerden las tres
~ E,.:
• Eficacia de los movimientos en relación con: - el equipo del que se dispone. - las capacidades: fuerza, resistencia, velocidad V movilidad articular. • Economía del consumo energético V de O2 que depende de un buen equilibrio psicofisico. • EfiCiencia de las condiciones físicas V mentales. la natación V los ejercicios a cuerpo libre (sin equipo) tienen la misión de mejorar la sensibilidad del alumno, la eficiencia de su acción en el agua V la disminución del nivel de estrés. En este capítulo proponemos los ejercicios que favorecen la coordinación, la respiración V el control de los movimientos en un ambiente que produce una infinidad de modificaciones sobre el organismo. Con estas prácticas sin equipo, el aspirante a apneísta podrá aprender a relajarse, a sentir el contacto con el elemento liquido, a abandonarse percibiendo la respuesta del cuerpo inmerso V, por consi-
guiente, del empuje de flotación, de modo consciente y económico, aprovechando todas las ventajas del medio acuático y, más tarde, llegado el momento de ponerse
el equipo, adquirirá las tecnicas especificas de la inmersión en apnea Que completan
la formación necesaria para conquistar el mundo subacuático.
8 .1 LA NATACiÓN La natación es , una actividad de base importantísima porque mejora la acuati(idad; la coordinación requerida por el estilo libre y la braza estimulan la forma de estar en el agua de manera relajada y consciente. Coordinar un gesto complejo sig-
nifica pensar, razonar, controlar distintas acciones y secuencias de movimientos. Esto es posible sólo si se siente el cuerpo con la correcta atención de la mente; es neceo sario organizar pensamientos y acciones hasta que, después de haberlas repetido decenas de veces, se vuelvan automáticas. Sólo a este nivel el apneísta resulta efi· caz, económico y eficiente.
ESTILO llORE Para nadar de forma adecuada el estilo libre hay que intentar concebir el agua como un punto de apoyo o fulcro sobre el que actuar, para empujar y tirar del cuerpo con el uso de los brazos, siendo el fulcro tanto más ventajoso cuanta más agua se consigue desplazar. Si esta visión es clara, será más sencillo sentir el contacto con el agua, el deslizam iento por la superficie y la corrección de eventuales errores. El cuerpo
Asume en el agua la posición horizontal de decúbito prono que ofrece la menor resistencia al avance.
lo cobezo
Debe apoyarse sobre la supeñicie líquida , de manera que el agua llegue a las cejas.
Los brazos
En el estilo libre , la brazada reviste una enorme importancia, puesto Que repre· senta mas del 80 % del empuje.
Figuras esrilo libre
El movimiento de la brazada se divide convencionalmente en dos momentos, uno aéreo, llamado de recuperación (figs. 8 y 9, brazo derecho), y uno sumergido, llamado de tracción (figs. 1, 2, 3, 4, S, 6 Y 7, brazo derecho).
la t racción se divide a su vez en relación con el brazo derecho en apoyo (fig. 1), agarre (fig. 2), tirón (figs. 3, 4 Y 5) Y empuje (figs. 6 y 7). la primera fase la compone el recorrido que el brazo realiza bajo la superficie del agua antes de poder llegar al agarre y, por tanto, a la fase provechosa de la tracción; la segunda fase
202
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Apoyo
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Agorre
Tirón
Empuje
r\ecuperoción
203
lleva el brazo desde el agarre a la pos ición de perpendicularidad respecto a la super· ficie del agua; en este punto se inicia la fase de empuje, que representa el último tramo de la tracción: el brazo, en particular, la mano, empuja el agua hacia atrás, hacia los pies . Despues de habe r recorrido la trayectoria sumergida , sobre la posición orto· gonal de la línea media del cuerpo, el brazo completa la fase aérea de recuperación para sumergirse de nuevo hacia delante, en línea con el hombro. la recupera· ción debe realizarse lo más próxima al tronco posible; para ello, el brazo se dobla y ejecuta una trayectoria semicircular sobre la superficie del agua, sin tocar· la. Además el br~zo, durante la recuperación , debe estar relajado, para emplear la energia de un modo óptimo. No desatender el hecho de que los músculos contraí· dos en movimientos superfluos comportan un considerable consumo de oxígeno. En la primera fase de la tracción se produce una cierta propulsión , aunque míni· ma, siempre que la mano mantenga el grado óptimo de agarre. El modo más rentable es, sin duda, el llamado en nuestra jerga, " en S.. , que describe con la mano una doble curva, la primera hacia el exte rior seguida por una hacia el interior, al término de la cual la mano se encontrará a la altura del centro de los hombros . El modo menos provechoso de ejecutar esta fase consiste en describir un semicírculo, perpendicular al eje longitudinal del cuerpo. Este error, muy común, anula cualquier empuje , en cuanto la resultante de esta acción comporta un empuje inútil hacia arriba. No es fácil as imilar el movimiento «en Slt por lo que, sobre todo para los principiantes, convendria adoptar la siguiente estrategia: cuando el brazo está extendido y se acaba de sumergi r la mano, manteniendo quieto el codo , la mano en forma de cuchara - formando un ángulo perpendicular al eje sagital- recoge el agua para llevarla a la altura de la cabeza. En este punto, la superficie apoyada sobre el agua no es sólo la de la mano sino tambien la del antebrazo. Mano y antebrazo, con la ayuaa del codo, empujan una notable cantidad de agua (el fulcro), en eje con el cuerpo, hacia atrás, favoreciendo una apreciable propulsión . La mayor altura del codo determina un desplazamiento menor del brazo y acelera la búsqueda del punto de agarre para el inicio de la fase activa de la tracción. Los dos brazos siguen un movimiento alternado continuo. de manera tal que, mientras uno está en fase de recuperación, el otro actúa en la tracción , manteniendo continua la propulsión y elim inando los tiempos muertos . Las p iernas
Los movimientos de las piernas parten de la articulación de la cadera, implicando tambien las articu laciones de la rodilla y del pie que , en particular, debe comportarse de modo muy flex ible y suelto. las piernas se alternan con un movimiento continuo de arriba abajo y de abajo arriba, de manera que en el extremo , los pies recorran , baj o la superficie del agua, una trayectoria en forma de arco de unos 30·40 cm; esta acción es muy similar al aleteo descrito en el Capítulo 6. En el movimiento de arriba abajo resulta evidente la intervención de la articu lación de la rodilla, mientras que en la fase contraria, de abajo arriba, se recomienda la máxima extensión de la pierna.
204
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El balanceo del busto sobre el eje longitudinal del cuerpo comporta una ventaja nota-
El bUSTO
ble en la mecánica de la natación. En el momento en que un brazo ejecuta la recuperación, la cabeza se gira para respirar. Si se efectúa el balanceo con la torsión del busto , el hombro se eleva y facilita la inspiración (fig5. 7 Y 8, pág. 203). El balanceo
produce otros beneficios, sobre todo, evita forzar la articulación del hombro. Implica, además. una mayor penetración en el agua, un mejor estiram iento del brazo y disminuye los efectos negativos en la recuperación. La respiración se efectúa rotando la cabeza ,de forma indistinta hacia la dere-
La respiración
(ha o hacia la izquierda. Sólo hay que atender que no altere la posición de l busto. Se considera que una rotación marcada de la cabeza comporta una excesiva torsión del cuerpo, lo que obstaculiza el avance y la coordinación general. El avance produce , por debajo del mentón, un hueco que favorece la fase inspiratoria sin tener que forzar la rotación de la cabeza. A este propósito es necesario recordar que es esencial completar la espiración por debajo de la superficie (fig. 7, pág. 203), de manera que la siguiente inspiración pueda hacerse con rapidez y sin romper el ritmo de la brazada. La elección del momento en el que volver la cabeza para inspirar es muy importante para la armonia estilística: en el esti lo libre moderno, ésta se inserta en el momento en el que el brazo está iniciando la fase de recuperación. La relación patada-brazada determina el rendimiento de la natación. Se podría deducir que un elevadísimo número de patadas, seguido de un proporcional número de brazadas, produzca a su vez una gran velocidad. Pero existen límites determinantes, sobre todo, ante la posibilidad de mantener una coordinación motriz adecuada. Por ello, incluso si el peligro requi riese una actuación veloz, no se debe nunca ejecutar un estilo de forma apresurada. Si se valora que en competición el nadador emplea la energia a contrarreloj, es aceptable que alcance la meta completamente exhausto. En cambio, en el deporte que nos ocupa, esto no es posible; es evidente que en los entrenamientos de apnea, la velocidad no representa un objetivo. En el mar se recorren distancias relevantes, con la complicación añadida de las olas; hay que buscar el máxi mo rend imiento con el mínimo gasto energético (esfuerzo). Lo mejor es trabajar la resistencia, con dos O cuatro patadas por cada brazada. A los principiantes se les recomienda una coordinación de seis patadas por cada ciclo de brazada.
NADAR ESTI LO ORAZA Esta forma de nadar presenta movimientos que, sobre todo en cuanto a las piernas , se parecen a los de una rana. La braza es un estilo más lento y connatural al hombre y, por ello, muchos instructores lo emplean en la fase de acercam iento a la natación. Es la unia técnica de natación que podemos ejecutar también debaj o del agua. La braza recibe un impulso muy distinto de los brazos -que trabajan en tracción- que de las piernas -que trabajan en empuje- , Por este motivo, y a diferen-
205
ALGUNOS CONSEJOS PARA NADAR ESTILO ORAZA fn /a
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cia del estilo libre, no es continuo y fluido, sino que alterna rítmicas reducciones de la marcha. Mientras en inmersión se nada a braza de varias maneras, en superficie se nada con estilo, es decir, coordinando los movimientos de las extremidades con la posibili· dad de inspirar. En superficie la necesidad de coordinar los movimientos con la respi· ración no permite desarrollar plenamente la brazada; en inmersión esta dificultad des· aparece. la braza de estilo o competición, revisada y corregida para las necesidades del apneísta, diferentes de las del nadador, requiere acciones simétricas y acordes. El cuerpo
El cuerpo no debe presentar oscilaciones laterales, sus movimientos son simétricos y flotamos en posición prona sobre el agua; la respiración no se efectúa de lado, como en el estilo libre, sino de forma frontal y, por lo tanto, se ve facilitada por el hecho de que la boca no inspira a ras del agua, emergiendo por completo la cabeza, la cual para inspirar se eleva rítmicamente de manera notable. Esto hace que los pies se huno dan y actúen en inmersión. La espiración se da cuando estamos sumergidos, duran· te la pausa que permite aprovechar en rePOSO la parte inicial y más potente del empu ·
206
je. las piernas inician la recuperación mientras los brazos la terminan (fig. 4) Y permanecen extendidos hacia delante (fig. 6), acabando así la recuperación . El impulso comienza, por tanto, con el movimiento de tirón de los brazos (figs . 1y 2), por ello la pausa es única al final de los dos empujes. El buceador, que no está en lucha con el cronómetro sino con el consumo, disfruta relajadamente mientras concluye el empu je de las piernas, con los brazos, las piernas y los pies extendidos . la braza t ie ne t res ca racteríst icas fundame ntales: la recuperación se produce bajo la superficie del agua, no tiene la fase de emp~je y todos los movimientos deben ejecutarse simétrica y simu ltá neame nte. Distendidos hacia delante , con las palmas de las manos vueltas hacia abajo, después
l os brazos
de haber efectuado una ligera rotación de las palmas hacia fuera (fig. 1), los brazos recorren una trayectoria hacia el exterior y un poco hacia abajo, doblándose progresivamente, hasta ponerse en línea con los hombros (figs. 2 y 3), sobre la perpendicular del agua; entonces se unen los codos y los brazos vuelven a la posición inicial (figs. 4 y 5). la tracción se divide en dos fases, el agarre y el tirón; el empuje no exis· te porque los brazos no van más allá de la línea de los hombros . la recuperación, como dijimos , acontece bajo la superficie del agua y consiste en soltar hac ia delante.
la patada también presenta sus particularidades , y en especial, se distingue con cla-
las p iemos
ridad la fase de empuje de la de recuperación. Como para la brazada, la acción de las extremidades inferiores debe ser simétrica y simultánea. Para describir el movimien · to, partamos de la posición con las piernas relajadas. Mientras la pelvis se hunde ligeramente, las extremidades se recogen doblando las piernas hacia los muslos, acercando los talones a los glúteos (fig. 2); para ello . habremos rotado las puntas de los pies hacia fuera (pie a martillo, fig. 3); las piernas se distienden con un movimiento semicircular hasta volver a la posición de máxima relajación, unidas entre sí y con los pies distendidos (figs. 4, S y 6). Tal movimiento debe realizarse sin que las rodillas diverjan demasiado. Un error grave es la posición incorrecta de los pies cuando se tensan en forma de martillo; algunos no empujan el agua con las plantas de los pies, como correspondería si se adopta esta posición , sino con el empeine , como sucede nadando estilo mariposa. Uno de los ejercicios más útiles para corregir este defecto consiste en dar un golpe de piernas con los brazos a lo largo del cuer-
po, de manera que la punta de los pies vuelta hacia fuera (a martillo) toque la punta de las manos. Otra práctica puede hacerse en agua o en tierra, con el instructor que empuja con la palma de las manos la punta de los pies del alumno, forzando el movi miento, de manera que se cree la necesaria sensibilidad neuromuscular. Bastante común es el defecto de recuperar las piernas doblando las rodillas hacia delante. la flexión de la cadera ofrece mucha resistencia, de tal entidad que anula el empuje pro-
207
20B
ducido por el cierre de las piernas. Un trabajo óptimo para mejorar este aspecto con · siste en ejecutar la acc ión de las piernas en pos ición vertical , a unos 10 cm de la pared de la piscina. De este modo, resultará fácil descubrir cualquier error de recu · peración porque las rodillas golpearán la pared. En teoría, se podría nadar manteniendo la cabeza fuera del agua sin tener problemas
Lo respiración
de respiración, pero resulta contraproducente para la economía de la natación. Desde hace muchos anos se sabe que nadando con la cabeza inmersa se consigue manteo ner una posición hidrodinámica mejor y may~r velocidad. Nació así la braza subma· rina, que luego, fue eliminada del reglamento, según el cual, la cabeza no puede sumergirse por completo, sino que debe romper siempre la superficie del agua; así la
209
cabeza permanece hundida con la coroni lla emergente segun la prescripción reglamentaria. la inspiración se produce cuando los brazos se encue ntran en la máx ima apertura y se ejecuta con la mínima extensión de la cabeza hacia atrás, para evitar cualquier movimiento lateral , que podría desestabilizar la simetría del cuerpo res· pecto a la superficie del agua. Lo coordinación
Coordinar los brazos y las piernas es determinante para no comprometer la dinámi·
de brozas y piernas
ca del estilo. Partiendo de la posición horizontal con las extremidades superiores hacia delantey las inferiores distendidas, los brazos empiezan primero el movimiento y sólo al final de l tirón las piernas comienzan a doblarse para efectuar la fase de empuje, al tiempo que se recuperan los brazos, de modo que el cuerpo asume una posición horizontal para un mejor deslizamiento. Una falta de consonancia entre las extremidades supone un gran defecto que hasta puede impedir, en los casos más extremos, el avance. los problemas de coordinación pueden resolverse con el siguiente ejercicio: partiendo de la posición horizontal con piernas y brazos
extendidos. realizar primero la brazada completa y después dar la patada, Reducir gradualmente los tiempos muertos hasta alcanzar una coordinación fluida.
8.2
EJERCICIOS A CUERPO LlGRE
los ejercicios propuestos en estas páginas sirven para mejorar la capacidad acuática general y favorecer la adquisición de la sensibilidad ligada al contacto del cuerpo con el agua. Actuar en situaciones difíciles sobre el plano de la coordinación y de la resistencia a la apnea sirve para estimular el autocontrol. Este conocimiento es un indicador importante del nivel de seguridad adquirido por el deportista. Todas las prácticas que siguen se realizan sin equipo. Se permite sólo el uso de las gafas de natación; del traje y del lastre cuando sean necesarios. No se permite llevar máscara o aletas. los ejercicios seleccionados son:
1. Respiración en el agua 2. Compensación en descenso
Apnea en espiración parcial
10.
Apnea en espiración total
11 .
Compensación forzada
3. Braza submarina
12.
Ejercicios de desplazamiento
4. Golpe de riñón recogido
13.
Ejercicios de sostenimiento
vertical asistido
5. Delfinetto 6. Recuperación de objetos 7. Ascenso a cuerpo libre 8. Apnea estática
2 10
9.
RESPIIlAClÓN EN EL AGUA Respirar en el agua es un ejercicio esencial que cons tituye la base de todos los restantes. Ejecución •
Apoyar las manos en el borde de la piscina y, si hay poca profundidad, arrodillarse sob re el fondo.
I
Inspirar profundamente, mejor por la nariz.
• Espirar por la boca con la cara
in~ersa.
Se
debe mantener un ritmo sin pausa: que el tiempo de espiración al menos do bl e el de inspiración
(por ej., inspiración 4 s, esp iración 8 s). (Para la descripción de la mecánica de l acto respiratorio con control del diafragma consultar el Capítulo 4.)
Con el entrenamiento es importante aumentar los tiempos del ciclo respiratorio llegando, si es posible, a un tiempo total de I min (20 s de inspiración y 40 5 de espiración). Este ejercicio puede realizarse también moviendo las piernas y en los recorridos en piscina con tabla de corcho _
COMPENSACIÓN EN DESCENSO VERTICAL ASISTIDO Fundamental para mejorar la sensibi lidad ante las variaciones de presión en los tímpanos_ Ejecución •
Utilizando una pértiga disp uesta sobre un fondo de al menos 3 m, descender con las manos.
•
Compe nsar con atención y progresión (véase Capítu lo 7).
•
Sentir y evaluar las reacciones físicas del cuerpo mientras se compensa. Al principio es aconsejable sumergirse con la cabeza hacia arri-
ba. Una vez hecha nuestra la técnica de compensación y en ausencia de dolores o molestias, iniciar los descensos en horizontal y luego cabeza abajo. Para tener éxito, mantener siempre la máxima relajación .
, 2 11
DMZA SUDMAI
yados en el muro. Ejecución •
los brazos extendidos hacia delante, las piernas unidas y también extendidas.
•
Manteniendo la posición horizontal prona, comenzar con una tracción completa de los miel!lbros superiores para dar un impulso notable que, aprovechado de forma adecuada, permitirá avanzar dada la posición hidrodinámica del cuerpo: recordar mantener la cabeza relajada y alineada con la co lumna vertebral.
•
Los brazos hacen una breve pausa cuando alcanzan los costados, donde los habrá llevado la tracción.
•
Ambas extremidades se recuperan al mismo tiempo. La tracción sucesiva de las piernas encuentra el cuerpo en una condición ideal para disfrutar del empuje. Tendremos, por tanto, dos tracciones bien distintas y separadas por una pausa:
una de los brazos y otra de las piernas; dos pausas y dos tiempos. La posición distendida de partida facilita el aprendizaje; para una mejor coordinación puede resultar uti l repetir durante la ejecución las siguientes órdenes: a) brazos, pausa ; b) piernas, pausa;
cl brazos , pausa; d) piernas, pausa .
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En la fase de instrucción no hay que te ner prisa y el trabajo debe llevarse a cabo despacio: las extremidades no han de proceder sin la guía del pensam iento. El objetivo es alcanzar una acción relajada pero eficaz con un uso muscular mínimo y, por tanto, económico, y un avance significativo_ En inmersión, al contrario que en superficie, los brazos pueden realizar una tracción completa, por lo que las manos llegan más allá de la línea de los hombros, hasta las caderas, lo cual da paso a una fase de tirón y otra de empuje que volverá mucho más provechoso el movimiento_ Si consideramos que uno de los errores más comunes de la braza en superficie es la patada incorrecta, los brazos sumergidos favorecen el avance incluso con un empuje de piernas defectuoso_ La ejecución en seco permi· tirá la coordinación de los movimientos bajo el agua.
212
GOLPE DE IIIÑÓN IIECOGIDO El golpe de riñón es la técnica que permite pasar de la posición horizontal prona a la posición vertical cabeza abajo. Intentamos abandonar la superficie para iniciar la
inmersión del mejor modo, empleando poca energía y descendiendo a la máxima profund idad posible. Existen distintos modos de girarse para emprender la sumersión en apnea; el aquí descrito requiere el recogimiento de las piernas contra los muslos y el conjunto de las extremidades inferiores hacia el tronco. Por ello, se conoce como golpe de riñón recog ido o en recogida. Lo utilizan quienes se zambullen sin equi -
po y tienen la necesidad de respirar con la boca,. por lo que permanecerán con el cuerpo en posición casi vertical. Ejecución •
Al inicio el cuerpo se en-
•
cuentra en posición algo
e
oblicua respecto a la superficie. sostenido por la braza vertical y la oposición de las manos. los movimientos serán mini· mas pero suficientes para mantener la boca fue -
,
ra del agua (fig. A).
•
la primera acción será extenderse sobre la superficie con una tracción de piernas esti lo braza.
I
los
brazos
estirados
efectúan una tracción semicircular completa hasta llegar a la altura de las caderas. las manos están perpendicu lares a la superficie y las palmas miran a los pies. De esta manera obtendremos un desplazamiento hacia delante (fig . B). I
llevar las rodillas al pecho y al mismo tiempo doblar el busto hacia el fondo (fig. O).
•
Simultáneamente, mientras se logra esta posición fetal, se inicia la tercera fase: el avance de los brazos en dirección al fondo favorecerá una decidida oposición al avance obtenido con la tracción de los brazos, induciendo al cuerpo con facilidad a girarse hacia lo profundo (fig. E).
I
El extender las piernas hacia arriba (fig. F) ayudará al hundimiento perpendicular.
2 13
Para facilitar el aprendizaje, las tres fases se pueden probar por separado, y luego. en secuencia con un ritmo lento que permita asimilarlas. Ejecutada donde la profundidad no supere el metro y medio. apoyando al término del giro las manos sobre el fondo de la piscina y alcanzando la vertical. será más sencillo sentir la flota· ción del cuerpo respecto al plano horizontal de la superficie. Entonces podremos pasar a practicarla en aguas más profundas. la eficacia del golpe de riñón, y del huno dimiento que se deriva, es consecuencia de la perfecta posició n vertical e hidro· dinámica del cuerpo, de la porción emergida de las piernas y del buen rendimiento de la tracción ini,ci al de los brazos. Si se realiza con corrección, el golpe consentirá al submarinista sumergirse en apnea inspiratoria máxima, por ejemplo, en agua dulce, hasta una profundidad de unos 4 m. El neófito encontrará alguna dificultad al principio: el empuje positivo de la apnea inspiratoria, los movimientos inadecuados y poco armónicos, el impulso incontrolado, la falta del sentido de la posición, la necesidad de girarse sin el uso de las extremidades inferiores que deben sumergirse sin agitarse inútilmente en la superficie. Todo ello puede corregirse con mucha práctica, tranquilidad y coordina· ción. Identifiquemos los errores más frecuentes . El más común lo provoca un emp u· j e i nsuficiente de las pi ernas y de los brazos, que frenan la rotación hacia delan· te del busto cuando no han sido bien combinados; las piernas se elevarán sin alcanzar la verticalidad. Muy usual es el error opuesto: mov imientos ejecutados con exces iva fuerza y frene si, combinados con un impulso inicial demasiado deci· dido. Las piernas sobrepasarán con facilidad la linea media. Un problema análogo se verifica cuando las piernas se elevan con retraso; su movimiento proseguirá más altá del busto y la cabeza. En fin, las extremidades inferiores, extendidas hacia arriba en posición vertical, deben permanecer unidas y apretadas hasta el completo hundi · miento.
DELFINffiO Se trata de un ejercicio muy efectivo para relajarse y recuperarse después de un intenso trabajo. Las primeras veces, por falta de coordinación, resultará trabajoso y can· sado, pero después de familiarizarse se volverá agradable y muy relajante. El ejerci· cio puede realizarse espirando durante el descenso o en apnea. El golpe de riñÓn en recogida determina el éxito de esta práctica. Ejecución •
Realizar un golpe de riñón en recogida.
•
Llegados al fondo, apoyar bien los pies y semi flexionar las piernas.
•
Con los brazos extendidos hacia arriba, vo lver a la superficie con el empuje de las piernas juntas.
•
21-+
Llegar en posición extendida y en fase de espiración.
•
Inspirar, efectuar una tracción de brazos estilo braza y reinic iar con otro golpe de riñón recogido. Recorrer una o más piscinas coordinando la respiración, el golpe de ri ñón, el des·
censo, la posición acuclillada en el fondo y la vuel ta a la superficie. Todo debe ejecu· tarse de forma relajada.
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~EcupmAClÓN DE OOJETOS El objetivo es crear una situación compleja. Se trata de organizar varias acciones consecu tivas para recuperar un cierto nú mero de objetos de l fondo de la piscina. El enlace entre un ejercicio y otro en la superficie o la coordinación de la respiración y el golpe de riñón so n determinantes.
Necesario Objetos visibles en el fondo.
Ejecución •
Sume rgirse con un gol pe de riñón en recogida.
•
Alcanzar el fondo y recuperar el primer objeto.
•
Preparar la subida apoyando bien los pies y semi flexionando las piernas con 105 brazos esti rados hacia arriba. El objeto lo sostendremos con la mano cerca·
na al borde. •
En cada descenso debe recuperarse un solo objeto, que dejaremos en el borde sin apoyarnos.
•
Depositado el objeto. sumerg irse de nuevo sin hacer ninguna pausa.
2 1.5
•
Rescatar otro objeto y repetir la operación.
la repetición favorecerá el aprendizaje automático de secuencias operativas importantísimas: al
respiración
bl golpe de r iñón cl descenso d)
arranqu~
del fondo
e) ascenso f)
enlace en superficie para el sucesivo golpe de riñón
!
Conocer y controlar bien esta secuencia puede ser fundamental en situaciones de urgencia, por ejemplo, cuando un apneísta debe realizar una búsqueda en el fondo. El dominio en la ejecución y un ritmo adecuado favore· cerán la superación de factores emoti· vos que podrían inh ibir la acción del socorrista. Evaluar el autocontrol mien· tras la atención está puesta en la recu· peración de objetos resultará más fácil.
2 16
ASCENSO A CUERPO llORE Percibir el empuje de notación del propio cuerpo es un aspecto de verdad importante para la relajación en el agua y la seg uridad. Iniciar en la superficie, dosificando el aire de los pulmones con lastre de diversa magnitud ayudará a reconocer la notabili -
dad a distintas cotas cuando se hacen las primeras inmersiones. la ventaja la da una mayor tranquilidad y una actividad muscular muy reducida. Con tal finalidad reco-
mendamos que el ejercicio se inicie sin el traje de buceo, el cual podrá usarse luego, probando diferentes lastres hasta calibrar el lastrado óptimo.
Saber con precisión qué flotabilidad s;e tiene a distintas cotas - y sobre
todo. estar habituados a sentirla- ayuda mucho. Desde el punto de vista psicológico, favorece la calma y reduce el movimiento muscular, con lo que se ahorra energia.
APNEA ESTÁTICA El componente básico del ejercicio es la relajación física total en el agua, en flotación o en el fondo. La relajación comienza en la fase preparatoria, combinada con una correcta respiración, y se completa después de haber asumido la posición deseada en la superficie o sumergidos. No es capital lograr un tiempo elevado, sino más bien alcanzar el bienestar y el placer del contacto físico con el agua. 21 7
ANÁLISIS DE UNA APNEA ESTÁTICA l,os 11/011/('1/10$ (1 'OIMitll'fT/N'" IIIIU (I()/Ieíl csuí,;('(/ $011 lres: ollles. dmullle .\' después, I~ ('Si'lIciol poxlisPQllprge lI/ell/a!yfisic(lII/(,II!e. I"f('.~ [j primer ¡XISO l'8 lomar 1)Olició" ,'TI la !)ÚcifW. N/
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Ir, !)osiri{JII. parclaflllen/e emergida, y dd rOl/lacio de( líquido ti, es/a prlll/e/'(¡ ¡me de
d¡.~(('IIÚÚII flllI8m/m'
es impor/al/le.
lfespiraclrJlI y n.¡ajac/ólI (Capi/lllo ~) son ¡I/separaúles.
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raciar los pldmOI/f'S lo "I/iximo posible,
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1If'C1'sml0S pwn pl'r!par(lr los pulmul/es y In mjo lonírica l)(Im IIfOgt'r la jllsla
lit/lid de lIil'(' 1,,,la líllimo l1's/>im('iólI. sill (/('/11/111/(11' lellsiofles fl/II,'fIIIrII'r!S. dició" óplifl/o fsieo
de /or/l/o apropiada,
fOIllO /,;IIIU$ /'// e/ ((/pílll/o ,1), rI's¡)/ml'
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[(/l/_
slIerle (le esliromimlo del lómx, llcafl;!ula lo COff-
y 11//'/1101. eslw~'lI/os lislos pllm l/(lrl'r la ,íllil//a illlmlarió" X posiriol/nrt/os 1'1/ ,,¡ (I{{I/a. Hl'fIIl!nJl!fI fll/e ItI IÍI/i-
1110 inspirariól/ tlO debl.' 11II1)pml' el ':'0% de la C(tparidad pulmotlor 10101,
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( /',uj!' fill'ra dt'l/i{'fIIl)()>>' difllf'II$lÓ" qm' rnm,/eri:a 1I//('8fl'(/ f',rú//'"ria
y /'ollf/'(/ la mol dd)('flW,~ II/('hol' il/dire,lomen/e, f" el
Ctlpíll/lo:; ('lIcolllmrál/ 1m Ilc/lims (le las ('I/a/('s par/;r pam 1l'{'¡i:1Ir {'Sf/' (j(".,.,riU, ¡;.JI'IlI'hm'llIs s/,/;(//¡,s del cl/erpu, sobre lodo, l{Js rOlllmrl'i/j"ps diafi~lg/l/tÍli('(M. l/OS hará en/pudel' cuá"do il/ll'rfllfllpirlu (1/)//('0, 11ji/l(I/;;!//' PS ¡/llen's/m/c fI/(III/('I/('r 11//(/ /)QsiciólI adeClffulo
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218
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APNEA EN ESPIAAClÓN PARCIAL Favorece el hábito de la valoración y el conocimiento de la propia flotabilidad en el agua, básico para la seguridad del apneísta. la finalidad de este ejercicio es modular
la cantidad de aire pulmonar para resultar neutros a 1,5-2 m de la superficie o a una cota relativamente baja, como muestra la figura. Ejecución
•
Asumir la posición vertical bajo el agua y mantenerla sin efectuar ningún movi miento; sólo las manos pueden
desplazar~e
el mínimo indispensable para estabi-
lizar la postura. I
Alcanzar la flotabilidad neutra a la cota prevista.
•
Ponerse de cara a la pared de la piscina con los pulmones llenos de la cantidad de aire necesaria para mantener la flotabilidad deseada (es más sencillo si en la pared hay visible un punto de referencia).
•
lograda la posición, aguantar unos 30 s de apnea, a 1 m de la superficie y a 1 m de la pared .
•
Durante la realizac ión estamos en vertical, los brazos permanecen cerca de los costados, las piernas y los pies están unidos y estirados. Un rítmico y continuo movimiento de las manos hace que conservemos la posición.
Esta práctica mejora la sensibilidad en la orientación y en el sostenimiento de la flotabilidad en apnea casi espiratoria: se deben mantener la cota y la distancia del muro de la piscina con la máxima compostura y sin máscara. Una condición esencial es el empuje hidrostático negativo, que debe ser mínimo en la cota elegida. El mismo trabajo realizado con o sin traje puede ayudar a familiarizarse con el cinturón de plomo y los pesos. Se mejora también la comprensión de las variaciones de flotabilidad en las diferentes cotas, con lo que se consigue una mayor tranquilidad, una relajación más profunda y una actividad muscular reducida. Se hará más fácil dosificar la acción muscular del aleteo y aprovechar la caída con el consiguien te ahorro de energía. Ser conscientes del peso 219
del cuerpo en el agua permite reducir al mínimo los movimientos y economizar la actividad muscular y el consumo de 0 2'
APNEA EN ESPIRACIÓN TOTAL El ejercicio consiste en efectuar una inmersión en apnea espiratoria completa. Se aconseja, sobre todo a los principiantes, mantenerse dentro de los 3 m de profundi · dad.
Ejecución • •
Espirar. Sumergirse dejándose llevar por la falta de aire y la hidrodinámica de la posición vertical, a la que contribuyen las manos extendidas por encima de la cabeza
(figs. 1 y 2). •
Llegados a la cota preestablecida (en general , el fondo de la piscina), compensar
•
(fig. 3). Prepararse para el ascenso semiflexionando las piernas, con los pies bien apoyados en el fondo (figs . 3 y 4). Descender con los pulmones vacíos supone vivir sensaciones fuertes que entrenan el autocontrol en condiciones extremas, aunque creadas artificial· mente.
Advertencia: es preferible realizar el ejercicio sin gafas. 2:20
COMPENSACIÓN FORZADA Esta práctica entrena la maniobra de compensación en condiciones extremas, pues, efectuada con poco aire en los pulmones. resulta mucho más compleja y requiere mayor sensibilidad y el empleo correcto del diafragma para empujar el aire hacia las trompas de Eustaquio; resulta muy
útil para trabajar la elasticidad del diafragma.
Ejecución •
Verificar una inmersión en espiración total como hemos descrito en el ejercicio
precedente. •
Compensar con el diafragma (véase Capítulo 7). Al inicio se puede descender con un poco de aire en los pulmones para adaptar-
se a la Situación; luego, se deben vaciar bien para estimular la compensación con el
diafragma. Como efecto de esta compensación forzada se retrae enormemente la pared abdominal, con el consecuente retroceso de las vísceras . Un compañero de inmersión podrá observar el evento incluso a poca profundidad. Advertencia: cuanto mayor sea la profundidad alcanzada, más eficaz será el entrenamiento. Por ello, disponer de una piscina con 4-5 m de profundidad ayudará al apneísta a sumar metros con los que experimentar en su cota de seguridad . Se debe proceder con cautela y progresión.
P I\ES I 6~ I
221
EJmClCIOS DE DESPLAZAMIENTO En inmersión, el movimiento de rana de la braza , con algunas variantes , y el uso de los brazos son la única posibilidad de desplazarse eficientemente. En caso de que no fuera posible usar las piernas para avanzar, los brazos serian nuestra única alternati· va. En este epígrafe veremos que algunos ejercicios de desplazamiento tienen movimientos amplios y lentos pero altamente eficaces. La oposición de los brazos consigue desplazar el cuerpo sobre el plano sagital.
Oposición de los brazos
en superficie
Se trata del mis-:no movimiento empleado para el golpe de riñón; en inmersión pro-
voca una rotación hacia delante que llamaremos I
De la pos ición de flotación prona, con los brazos extendidos al frente (fig A. pág . 213), iniciar la acción con una tracción completa de los brazos estilo braza. Las manos deben llegar hasta las caderas (fig. B, pág. 213), de este modo se pro· duce un deslizamiento del cuerpo hacia delante.
•
A cont inuación , las extremidades superiores , giradas . y con las manos actuando de remos , se desplazan hasta alcanzar la perpendicularidad (fig . C, pág. 21 3). Con esta segunda acción se logra una oposición al avance del cuerpo creado con la precedente tracción de brazos.
•
Simultáneamente a este segundo gesto, doblar el busto hacia delante alineándolo con los brazos y el fondo.
/ Oposición de los brazos en inmersión. «~ueda
Ejecución •
hacia delante»
Tras hundirnos de pie (figs. 1 y 2, pág . 220), partimos de la posición vertical con los brazos en los costados. Giramos las palmas de las manos hacia arriba y exten demos los brazos hacia delante (fig.l, pág. 223).
•
Plegamos el busto hasta lograr la posic ión paralela al fondo (fig. 2). De esta manera se activa una rotación de todo el cuerpo en torno al eje tran so
versal llamada «rueda hacia delante»; de hecho, manteniendo la acción de los brazos es posible completar el giro de 360 · y volver a la posición de partida. Como se observa, el cuerpo se pliega formando un ángulo de 90 · . Cuando las manos se alinean con el busto, éstas o el antebrazo deben rotar hacia delante .
Oposición de los brozas
La acción se produce en inmersión después de entrar en el agua de pie (figs. 1 y 2,
en inmersión. «~ueda
pág. 220). Desde la posición vertical , el empleo de brazos y manos, en el modo ilus-
hacio atrós»
trado en el cuadro de la página siguiente, permite efectuar una «rueda hac ia atrás» sobre el plano sagital (figs . l y 2, pág. 223). El radio de la rueda lo determina el arco que describe la columna vertebral. Cuanto má s se arquee la columna, menor será el
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radio de la rueda descrita por el cuerpo del apneísta. El movimiento lo produce la oposición de los brazos hacia abajo; desde las caderas, los brazos se distienden hacia arriba con las palmas vueltas hacia delante, luego, la rotación hacia delante mueve el cuerpo hacia atrás como muestra la figura. la acción es lenta. En este tipo de rueda no es fácil mantener la rotación en el plano sagital, para ello es necesario forzar mucho con las palmas. Colocando las manos ligeramente divergentes será más fácil actuar en ambos lados y evitar inclinaciones laterales. Desp lazamiento
Resulta muy útil ,uando maniobramos en el fondo. Es clásico el levantamiento de un
con las manos
fondo fangoso, que puede resultar delicado y peligroso si nos encontramos dentro de una cueva, un barco hundido, un conjunto coralino, etc. Alzarnos o desplazarnos con el empleo de las manos es índice de un buen nivel técnico y acuático. El movimiento consiste en oponer las manos de forma más o menos simétrica, en función del lado hacia el cual nos queremos dirigir. En algunos casos , sirve el gesto de brazos de la braza, que resulta más eficaz , incluso con un solo miembro (desplazamiento lateral).
Recorridos boco crribo
Realizar recorridos submarinos horizontales est ilo braza en posición supina o boca arriba, utilizando los brazos a modo de t imón, contribuye en modo sustancial a incrementar nuestra acuaticidad. la dificultad reside en la ausencia de un punto de refe· rencia claro al que atenerse. Sirve para entrenar el sistema laberíntico, pues, cam· biando de posición , alteramos el sistema de referencia y el equilibrio. Permite además corregir algunos errores: la recuperación de las piernas en la braza si se doblan en exceso, los muslos adelantados y el desplazamiento no horizontal. Se recomienda lIe· var a cabo el trabajo con máscara o pinzas para la nariz para evitar que nos entre agua.
(onsiste en realizar un verdadero ballet
Danza en inmersión
acuático, imaginando una música que acompañe o escuchando un hidrófono si está disponible. la acción de las piernas y de los brazos debe ser lenta, armoniosa, continua, sobre la base de los ejercicios de desplazamiento vistos con anterioridad. Es un trabajo importante para ejercitar la acuaticidad, estimula la creación de movi mientos, favorece la percepción del cuero po en el ag ua y aumenta la elegancia del gesto subacuático a la vez que facilita la adquisición de un estilo personal. Se trata de evoluciones no codificadas que se originan de la predisposición al movimiento en el agua, en relación con la capacidad de sentir la inmersión. En los momentos en que nos encontramos boca arriba hay que soplar para evitar que el agua entre por la nariz; para quienes tienen un buen control será suficiente aumentar la presión del aire de las fosas. Si al terminar la práctica el apneista ha soltado aire, se encontrará en una flotabilidad más negativa que al prin(ipio.
EJERCICIOS DE SOSTENIMIENTO Estos ejercicios tienen la finalidad de mejorar la capacidad acuática general. Utilizar las manos y los brazos para flotar, como alternativa a las extremidades inferiores, supone emplear músculos más pequeños y reducir el consumo de 0 2' la eficacia del gesto y la economia energética mejoran el rendimiento. la intención es mantener las vías aéreas perfectamente emergidas permane-
Orozo simérrica verrical
dendo en un espacio determinado, en posición erecta. El movimiento de las piernas es el mismo que en el estilo braza, su acción impone una variación rítmica de la flotación y sólo la oposición de las manos compensa, apenas, el efecto del hundimien· tooLas manos, por tanto , alineadas con los antebrazos, deben moverse sobre el plano transversal, acercándose y alejándose como hemos descrito en el ejercicio Oposición
de. las manos. Dosificando la potencia del empuje de las piernas y cuidando el ritmo y la soltura de la recuperación , se podrá minimizar la variación de flotación. Una potencia exagerada de la patada hará emerger en exceso el cuerpo, un peso consistente que tendrá el efecto de un sucesivo hundimiento. La angulación oportuna de la
225
ingle favorecerá el impu lso de los pies hacia ner la posición en el agua. Oraza alre rnada vertical
la finalidad y la ejecución son idén · ticas a las del ejercicio precedente.
Cambia la acción de las piernas. No tiene la potencia de la braza simétrica vertical, que aprovecha al máximo el empuje obtenido del recogimiento de las piernas, pero pone en acción coetánea un movimiento pasivo y uno activo, favore· ciendo una flotación constante. Además, a diferencia de la simétri· ca, la braza alternada consiente movimientos de piernas rapidísi· mas, con una eficacia superior a la simétrica, en la que la recuperación debe ser lenta. Sin embargo, es inferior en la relación entre el esfuerzo y los resultados. Oposición d e la s manos
los codos mantienen un ángulo de 90 ' y los antebrazos se separan lo menos posi· ble de los costados , intentando sostener los codos un poco más atrás del plano fron· tal. las manos, abiertas y con los dedos juntos y alineadas con el antebrazo, se giran asumiendo las dos posiciones a 45 ' respecto al plano transversal, gracias a la rota· ción del antebrazo. la articulación de la muñeca permanece inmóvil. la acción con ·
226
siste en mover las manos sobre el plano transversal inclinadas 45 ' y alejarlas después de haberlas rotado -siempre a 45 '- en la dirección opuesta .
8.3
EJERCICIOS CON EL EQUIPO
Aletas, máscaras, tubo, traje de buzo y cinturón de lastre representan el equi po de base. Después de las prácticas propuestas para mejorar la acuaticidad, es el momento de detenernos en las técnicas de inmersión en apnea que permitan moverse en el agua de modo adecuado. Utilizar correctamente la máscara, respirar por el tubo, aletear, protegerse del frío y elegir la flotabilidad adecuada a la actividad a desempeñar son los principales objetivos de los ejercicios que siguen. l. El lastre
2. Desenganche rápido del cinturón de plomo
l. Vaciado de la máscara
4. los golpes de riñón 5. Vestirse en el fondo 6. Recuperación simulada de un compañero en apuros
7. Ascenso en dificultad
8. Apnea vertical aleteando 9. Traslación en el fondo 10. Apnea horizontal aleteando (manos en el muro)
11. Recorrido sumergido mixto (piernas y brazos)
12. Stop and go
EL LASTflE la técnica sugerida permite definir la cantidad de lastre que se debe llevar en el cinturón para compensar, a una cota preestab lecida, la flotabilidad positiva conferida por el equipo. Por seguridad, es importante recordar que los últimos metros de una emergencia esforzada son los más peligrosos por el riesgo de sincope que suponen (véase Capítulo 10). Además. en la última fase de la subida, se está más cansado, razón por la cual ser más ligeros ayuda a las piernas
y ahorra oxigeno. Por ello, insistimos a fin de que se aprenda a estar en flotabilidad positiva durante esta fase. los atletas de alto nivel que se sumergen a más de 40 m valoran la propia pesada neutra a 10m de profundidad; de este modo, el último tramo entraña menor dificultad. En cambio, en piscina, durante el entrenamiento, será suficiente com pensar la flotadura del traje en superficie. El lastre en piscina se evalúa del siguiente modo: estan do quietos en vertical se debe flotar con el agua a nivel del
227
cuello en inspiración V hundirse en fa se de espiración. la flotabilidad neutra a una cota preestablecida se establece bajando a esta profundidad y, una vez adoptada la posición horizontal con piernas y brazos abiertos a modo de un paracaidista, sintiendo que se permanece sin cambiar de cota; sabremos entonces que nuestro lastre es adecuado. la última inspiración debe ser lo más real posible.
DESENGANCHE RÁPIDO DEL CINTURÓN DE PLOMO Esta maniobra es determinante en situaciones de urgencia. Se trata de establecer una flotabilidad posiüva inmediata para emerger de forma rápida V segura y garantizar la flotación en supe rficie. Es fundamental observar algunos requisitos:
• la lengüeta sobrante del cinturón no debe ser superior a 10-15 cm . • Esta lengüeta nunca debe sujetarse por debajo del cinto o se correrá el riesgo de que quede enganchada. la técnica es muy simple. Se trata de apoyar las manos sobre los muslos y, haciéndolas resbalar hacia la cintura, ir al encuentro del cinturón. Desde aquí, siguiéndolo, será fácil localizar la hebilla de desenganche y actuar. Esta maniobra puede parecer complicada; en cualquier caso, conviene considerar que, con frecuencia, mientras buceamos , el cinturón del lastre puede girarse, sobre todo, si no es elástico sino de nailon trenzado, lo cual dificulta la localización de la hebilla. También los principiantes evitarán con esta técnica la desagradable sorpresa de no encontrar la hebilla en el lugar imaginado después de llevarse las manos al abdomen.
VACIADO DE LA MÁSCARA la máscara puede inundarse en dos si tuaciones, en superficie y en inmersión. En el primer caso se rá suficiente separarla del rostro y dejar que el agua salga por debajo. Es oportuno familiarizarse con la máscara y aprender a colocarla bien sobre la cara, asegurándose de que los cabellos o el contorno de la capucha no queden bajo el borde. En inmersión, la situación puede ser aparentemente más compleja. Sobre todo las primeras veces resulta molesto porque el agua entra en la nariz y en los ojos. Basta un poco de experiencia para adaptarse. El ejercicio en la piscina pretende habituar al alumno a este inconveniente. la entrada de agua por la nariz se reduce emitiendo pequeñas burbujas en el momento del anegamiento. la intención es enseñar a resolver el problema para cuando se verifique en inmersión; se trata de mantener la necesaria lucidez para razonar o controlar la situación, mientras se pasa de una apnea inspiratoria a una condición en la que se espira para vaciar la máscara. la máscara debe estar inundada por completo para separarla del rostro mientras se mira hacia abajo. Entonces se vacía teniendo la cabeza indinada a 45 -. Será fácil encontrar la postura justa alzando la mirada hacia la superficie. El aire
exhalado por la nariz llena la máscara expulsando toda el agua, sube naturalmente hacia la superficie y, al no poder salir. ocupa el espacio interno de la máscara, empujando el agua por debajo. Para el éxito de la operación, el borde superior debe
estar presionado contra la frente; de este modo, la única salida posible para el agua es la parte inferior. la posición de las manos es determinante en la ejecución. Cuando cierran bien la parte superior de la máscara y la emisión de aire es continua, es más sencillo dosificar el vaciado y no malga,starlo. Para ello, la emisión debe ser continua pero no vio lenta. Durante las primeras tentativas es suficiente un débil murmullo con la boca cerrada: «mmmrn ... ». De este modo, se conseguirá expulsar la cantidad justa de aire por la nariz y de manera continuadaa.~'E~,n:rf'icl;==:!:::=====-;;:!>._:""-======-~ inmersión , tras la operación se debe emerger a la s
LOS GOLPES DE RIÑÓN El paso de la posición horizontal prona en superficie a la vertical cabeza abajo y. en sentido general, el paso de la natación en superficie a la de inmersión es facilitado por la realización de unas técnicas concretas: el golpe de riñón en escuadra, a la pescadora y la inmersión de pie. Colpe de riñón y aleteo correcto demuestran la habilidad de un buen apneista en superficie. La interpretación personal y, por ende, el estilo perfecto en la ejecución de estas técnicas, en cambio, expresan la total adaptación al ambiente y la situación. No se trata de un valor puramente estilístico; el estilo implica eficacia, economía y eficiencia de los movimientos y, por tanto, el máximo rendimiento, por lo que podemos decir que el estilo tiene un valor practico notable. Quien realiza un golpe de riñón de forma mecánica alcanzará el fondo de modo más eficaz (el tiempo aquí es precioso), los desplazamientos son controlados pero esforzados; con un buen estilo, la misma acción resulta ademas económica y eficiente, y se evita un empeño muscular superfluo que en apnea es contraproducente. Un golpe de riñón correcto lo caracterizan acciones bien precisas. Con naturalidad y
El golpe de riñón
con un imperceptible aleteo, se puede mantener la posición de base horizontal desde
en escuadro
la cual ejecutar con simplicidad cualquier giro. las piernas, inmóviles de principio a fin, están estiradas, unidas y con los pies extendidos. la mirada va siempre dirigida hacia la vertical, hacia el fondo. El tubo permite respirar con la cara y la boca sumergidas, una postura que nos deja flotar en superficie sin limite de tiempo, serenos e inmóviles, sostenidos sólo por el empuje hidrostático, escrutando el profundo azul.
La acción se inicia con el movimiento de los brazos que, al principio, están relajados junto a los costados. Desde ahí se dirigen hacia el fondo hasta alcanzar la perpendicular respecto a la superficie. La acción de oposición de las manos eS determi-
nante, pues ayuda al busto a dirigirse hacia el fondo, siguiendo a las extremidades superiores mientras se tira de las inferiores. En esta modalidad, las piernas se elevan extendidas , pasan por la posición en escuadra y alcanzan la vertical, alineándose con el busto y los brazos. Cuidado con la cabeza, mirar hacia el fondo supone oponer una mayor resistencia al agua, y ello hace peligrar la efectividad del golpe; lo correcto será, durante el descenso, mantenerla en línea con el busto hasta alcanzar las inmediaciones del fondo. Este golpe de riñón es el más utilizado. sobre todo para las grandes profundidades, porque permite hundirse aprovechando el peso de una parte emergida importante del cuerpo, las extremidades inferiores. Golpe de riñón
Este tipo de golpe quizás no es tan eficaz pero es más fluido y permite un desplaza-
o lo pescodoro
miento Óptimo hacia el fondo con poquísimo esfuerzo y sin el uso de las manos para estabilizar el descenso. Es muy sencillo, de la posición horizontal, mientras el busto
230
se pliega 90 ' hacia el fondo, una pierna se alza y la otra permanece inmóvil a ras del agua. El peso de la pierna levantada hará que el cuerpo se sumerja en la dirección adoptada por el busto y las dos piernas se juntarán en el momento de la inmersión de las aletas. De la posición vertical cabeza abaj o, será fácil iniciar el descenso de modo correcto y ágil , con un impulso oportunamente dosificado. El golpe de riñón a la pescadora es más rápido, fluido y elegante, «una escabullida lenta y silenciosalJ empleada por los pescadores para no alertar a la presa. Esta técnica, aunque parezca ext raña y poco. económica, es una solución ideal para lugares angostos, cuando la superficie no permite amplios movimientos. En la posición vertical el apneísta se sostiene aleteando, con los brazos abiertos lateralmente, apoyados en la superficie. La acción comienza con un enérgico aleteo coordinado con el cierre de los brazos. El objeto de esta acción es hacer salir lo máximo posible el cuerpo del agua; de este modo, será el propio peso el que lo hará hundirse y, por tanto , será necesario, después de haber realizado el impulso, permanecer en una postura hidrodinámica , manteniendo los brazos en los costados con las piernas unidas y los pies hacia abajo de forma que las aletas guíen hacia el fondo sin ofrecer resistencia. Para favorecer la inmersión, el apneísta puede mover los brazos hacia arriba empujando el cuerpo hacia el fondo. Alcanzada una cierta profundidad -es suficien· te incl uso un metro-, es sencillo girarse en horizontal e iniciar el descenso en la dirección deseada.
VESTIRSE EN EL FONDO Este ejercicio propone una simulación que requiere notables dotes acuáticas y de coordinación . Se trata de sumergirse sin equipo -con un golpe de riñón recogido- y ponerse, antes de emerger, aletas, gafas y tubo, que habrán sido ubicados en el fondo de la piscina.
Inmersión de p ie
Ej ecución (véase figura)
1. Efectuar un golpe de riñón recogido sobre la vertical del equipo dispuesto en el fondo para alcanzarlo en pocos segundos. 2.
Llegados al fondo, después de haber recuperado cada parte del equipo, calzarse primero las aletas , luego. la máscara, colocar el tubo bajo la correa (si no está ya ligado a las gafas) y vaciar la máscara. Empezar el vaciado en el fondo facilitará la operación economizando aire y energía. El volumen de aire emitido en profun·
didad dentro de la máscara, al subir se expandirá por la disminución de la presión y favorecerá el vaciado completo y el ahorro.
3. Con la máscara sobre el rostro y el tubo por debajo de la correa, iniciar el ascen so cabeza arriba. Estas acciones precisan un alto autocontrol y por ello constituyen un buen indicador de la concentración y del nivel tecnico alcanzado. los componentes que conducen al éxito de esta práctica son el golpe de riñón , la colocación del equipo y su sucesivo uso correcto, el vaciado de la máscara, la colocación del tubo sólo después de la primera inspiración, el manten i m iento de un punto fijo, y la tranquilidad. las gafas deben vaciarse antes de emerger. Una vez alcanzada la superficie , y tras inspirar un sola vez, se debe colocar el tubo en la boca y vaciarlo antes de retomar la respiración. Con frecuencia, la perspectiva de hacer las cosas en una sola inmersión suscita aprensión por la dificu ltad de evaluar el tiempo requerido. Con movimientos lentos y una ejecución tranquila el ejercicio puede ser completado en un tiempo máximo de 40 s y con un modesto consumo de energías_ Los apneíslas con flotabilidad positiva serán los más desfavorecidos; para ellos, es determinante la cantidad exacta de aire inhalada por los pulmones. En tales casos hay quien, mientras se calza las aletas, llega incluso a emerger, en particular, si la piscina es poco profunda. Aconsejamos no agitarse para contrarrestar la subida, sino dejarse transo portar hasta la superficie por el empuje del agua , en la posición que el cuerpo asume mientras se calzan las aletas , intentando evitar cualqu ier movimiento que acelere la subida, para no desperd iciar una energía valiosa. No es conveniente hacer un lleno de aire, sino dosificar una cantidad inspirada menor que evite la flotabilidad positiva. Una lentísima aleteada cabeza abajo ayuda a mantenerse en el fondo hasta que la máscara haya sido colocada en su sitio, comprobando que los cabellos queden por fuera y la cinturilla esté ajustada. Sólo en este momento se acomoda el tubo ; desplazándolo hacia detrás se ev itará que se zafe mientras se vacian las gafas y no habrá que recolocarlo llegados a la superficie.
RECUPERACIÓN SIMULADA DE UN COMPAÑmO EN APUROS En esta práctica de salvamento confluyen las dotes que un buen apneísta debe poseer para manejar una situación de emergencia en la cual es necesario prestar toda la atención a la víctima. Ejecución 1. Socorrista y víctima se encuentran uno frente al otro a cierta distanc ia. Ambos están equipados con el traje de buzo , las aletas, la máscara, el tubo y el cinturón de lastre . 2. Tras una señal convenida el socorrista nada la distan cia que lo separa de la vícti-
ma lo más rápido posible. Efectúa una parte del recorrido aleteando en superficie y después, con un golpe de riñón , se sumerge y, tras un tramo submarino, que podrá prolongarse con el entrenamiento, alcanza el objetivo. 3.
El compañero, en el momento en que el socorrista se sumerge, se deja caer y se coloca en posición prona en el fondo.
4.
El socorrista, después de recorrer en apnea la última parte del trayecto, encuen· tra a la víctima tendida en el fondo .
5.
libera del cinturón de lastre al compañero y abandona el suyo.
6.
Establecida la flotabilidad positiva, emerge a la superfiCie transportando consigo al accidentado mediante una de las técnicas ilustradas en el Capítulo 9, epígrafe 4.
7. Ganada la superfiCie, el socorrista debe quitarle la máscara al compañero y, man° teniéndole el rostro emergido, llevarlo al lugar de salida aleteando de espaldas. 8.
llegados al borde de la piscina, y sosteniendo la cabeza de la víctima fuera del agua, se la traslada fuera y concluye el ejercicio.
Una ejecución satisfactoria se caracteriza por una velocidad acertada de acerca· miento a la víctima, una recuperación del fondo rápida y eficaz, un transporte a ras del agua con la cabeza del accidentado siempre en la superficie, una correcta eva· cuación fuera del agua y por el adecuado posic ionamiento de la víctima, apoyada de costado siguiendo las indicaciones de los primeros auxilios. Este ejercicio es muy importante y formati vo; un buen apneísta debe realizar cada acción siguiendo la secuencia sin interrupciones, lo que requiere una preparación téc· nica y física notables para soportar la carga de trabajo que supone el transporte del compañero. El socorro en el agua debe converti r se en una acción automática, por lo que debemos repetir con frecuencia el si mulacro. Para que la atención del socorrista no se desvíe del accidentado, la ejecución puede incluso ser imperfecta; 23-+
basta seguir atentamente la evolución de la cabeza emergida, lograr sacarlo del agua
y dejarlo tendido de costado como indican las normas de primeros auxilios. la práctica descrita sirve para coordinar las acciones precisas para la . recuperación del accidentado. - ejercicio que se realiza en aguas libres de forma más realista-. la gestión de una emergencia simulada debería completarse con la activación del primer control, pero para ello es necesario conocer la reanimación cardiopulmonar (RCP); un curso de primeros auxilios seria indispensable para terminar la formación.
ASCENSO EN DIFICULTAD El ejercicio se desarrollará preferiblemente en piscina profunda .
Ejecución 1. Con un golpe de riñón, alcanzar el fondo donde se encuentran dos ci nturones de lastre . los kilos deben elegirse en función del equipo y de la flotabilidad. 2.
Ponerse los dos cinturones y volver a la superficie.
3. Pararse cerca de 1/2 m de la superficie , aleteando para sostener la verticalidad. 4. Transcurrido el tiempo suficien te para verificar la correcta aleteada y las sensaciones de autocontrol, emerger tras abandonar uno o los dos cinturones.
Advertencia: los ci nturones, al caer al fondo, pueden dañar el revestimiento de la piscina , por lo que sería oportuno utilizar plomos forrados de plástico o cinturones con sacos de neopreno. Lo ideal es confiarlos a dos asistentes antes que dejarlos caer. Estamos ante una simulación casi real de una emergencia en dificultad; considerado el esfuerzo. esta prueba convie ne que se realice bajo supervisión constante. Tiempos largos de ejecución aproximan mejor a la situación real. Quien tolera poco una tasa alta de COz tendrá dificultades para permanecer en la pOSición a media agua por mucho tiempo, aunque el objetivo es probar la incidencia de un esfuerzo físico imprevisto. que podría acontecer en una emergencia de urgencia desde una gran profundidad.
235
-
APNEA DINÁMICA
SI' 11"010 de r('(orll'/, ('/1 aplica 1(1111(~H)r disloncia posible a 111/0 profillldidad C(/,f/" (OIl$IO/l(t', Da pi/rlc preccde,,/e a /a salida {'S fillldoll/('I/(o!: relajarse jisira y psico/óg;('(IlI/cl/fC.r f'l!spimr de lIIodo correelo SOIl 10.$ dos reqllúitos de [)(/S('. la {¡eIllQ.~ afrol/lado l" aspecto psicológico ,1' de relajación de (,b'fa disCli,/il/fI l'" e( Capítlllo 5. Ahora 1108 O("flpall'lIIos di' wwfi:;or foiO ('GmpOnel/les técnicos. La último illspimció" 110 debe fiel" complela. pI/es el fOl/do de fa pisrilla l/O 8/1('11, Sllpl'ml" los 3 111 1'/1 la parle lIIás hOlldo, .\ (¡dM eOI/ los ¡J/llmol/f'ti I/CI/OS fill'olY!cería lo jlofobi/idad: ell 'OIISI'{'/U'IIn'a. el e/l/pllje del ale/ea l/O sólo serr¡"¡o para hocer 0/'01/:;01' el ('11f''7)O, sil/O (olllbiéf/ paro mal/teucrio slImergidu displ'I'súfldose el ¡I/I/mlso. Mejor slImergirse COI/ los pl/III/ol/es a /111 )0% de Sil capacidad, 1,0 salida dcb(> se/' ógi/y ro/II/or/a, ('011 WI gol/Jf' de ri,,611 q/ll' l/OS pcnl/ifa o/mf/zo/' f'¡ fOlldo COfl 111/0 Iras/aciól/ Oú!iCIIO, El ('(¡("PO d,..ú(' es/al' s/Il'/( o y lo ale/cada ser amplio .r hOfll OW~IH'(I, PI/ro q//(' la apll(!(/ di"á/lli('(l sea c('{)lIómi('(/ ,1' eficil'lIle, /0 fémica ({('úe ser depurada. COfllO i/lIs/ro el Capttl/lo 6. Es imposible efectua/' 1If/O al('/eada colI/plda y (/lIIplia CQIIIO ('11 el desc('fIso ell proflllldir/ad: lo pl'l!.~e1/ci(/ delfo/ldo df' /0 piscllla limifo lo aff/plitud del mor/miel/lO hacta oúajo. fI lIIellO,~ q/le sc log!"/;' froflsita!" (l I 11/ dd mismo, SiclI/pn' ('11 bllSffI de la má.l'illla relajació". ('$ (/cof/sl,/aúle 1II(lIIfef/er los úm:.os ell los cosfados paro ef·ilar 1('1Is10IlCS mllSClllal"r,f (l /0 o/film de los 1/011/bros y dl' la espalda. PodfYíll ir (,.I'Ielldidos hacia delallf(' para b/w'w' II/OYo/, hidrodil/(ímiw ell el caso de enlrenl/miel/los espefÍjicos qm' prf'/"('(/II orrollqll('s el/ dil/ámica a rel()('idod l'.'·'n'/I/(/. La wbt':(1 debe estol" a{il/eada fOI/ el Cllt'lpO: laal/farla para miror prol'oca. además de ul/a I/ofable pé/y/id" d(' la n.'iojaciólI. IlII alllllellto de la res/stellcio del 0l. .uO. lllo 1Yj('I"rIll'io óplima poro determinar la Im.H'('loáo SOIl 1m fíl/('(l~ direniof/ales de las eolJes de la púcilla. El giro fambiéll n:q/liell.' SIl /libado. Llegados al fi f/o/ de la ralle. si $e gira hacia la i:.q/lienJo. el bm:.o derecho se apo,lYI e/l el/l/I/ro pomfocililf".lo ff/olliobro. miel/Iros d izquinYlo 1'(1 ('11 lo di'Y'ccióll de /a fllIcr'o fIlordIO. E:", ('1 ('oso d(' pom profulldidad. el brazo izquierdo SI' opoyoró ('11 14 fOlldo y /¡MÓ de eje de rolaciólI al fIIOl'l/l/i"l/to del ('//e/po. Si se quien' ffimr a /0 derecha . .si,.,,(' /0 d(',~cri,)(,¡ól/ opu/'sla, El re('orrido debe concluirse COII //1/ a/eleo rO I/.~ /(III/ (' y /il/(>(I!. f!l'iffllldo wlI/wl//ar 1'1 /'itl/lo, que f'S pelignufsi/l/o. (>1/ /0 fC/lfa/ú'o de respiml" lo (¡lIfes posi()Ie (l'hISf' (optl/l/O .5, ('"fgroj;' 2). Se deve recordar, al /'01111'1'1' la apl/ea, l/O !"espirar!uer!e o illlplIl.si,'(llflellle (I'(!ase ('apffl/lo 10. ('pfgrofe 1),
APNEA VERTICAL ALETEANDO ( manos en el fonda ) la intención es colocar al apneísta en la posic ión cabeza abajo que asume durante una inmersión en peso constante. Así se reproduce el gesto y el esfuerzo de un descenso profundo estando en la piscina. Está claro Que el efecto de la presión y la consecuente compensación dependen de la profund idad de la piscina,
Ejecución 1. Después de haber realizado el golpe de riñón y alcanzado el fondo, el apneísta se coloca en vertical con los brazos extendidos y las manos apoyadas en ebiondo. La cabeza debe mantenerse relajada y en línea con el busto en med io de los brazos. No obstante, y solamente para facilitar la adaptación a esta posición se podrá
permitir en las primeras repeticiones una hiperextens ión de la cabeza para poder ver el Fondo donde nos apoyamos . 2. Manten iendo la posición , se inicia un aleteo amplio y homogéneo que imita el ritmo, intens idad y amplitud del descen so en proFundidad .
En esta postura , los centros vestibulares, sede del equilibrio,
reciben los mismos estimulos a los que están sujetos durante un descenso en peso constante . Si se aumenta el tiempo de inmersión y se . . .aría la amplitud y el ritmo, se podrá trabajar en condiciones hipóxicas.
TRASLACIÓ N EN EL FONDO Es un ejercicio de destreza óptimo para mejorar el aleteo, el autocontrol y, sobre todo,
el sentido del equilibrio cabeza abajo y la orientación en el agua. Se trata de caminar sobre las manos buscando la máxima adherencia al fondo con una aleteada apropiada.
Ejecución 1. Tras alcanzar el fondo con un golpe de riñón en escuadra. se adopta la vertica l, apoyándose sobre las dos manos . 2. La cabeza debe estar alineada con la columna verteb ral Uusto entre los brazos) para mantener la posición durante el desarrollo de la práctica.
3. Asumida la postura, se empieza a aletear para conservar la adherencia al fondo y avanzar moviendo primero una mano y después la otra. 4. Caminar con las manos hacia atrás, en la dirección opuesta a la que se mira. 5. Terminada la traslación, girarse y emerger. El aleteo debe ser amplio, lento y simétrico, para garantizar la vertical y un adecuado avance. La acción se da en agua profunda; podrá realizarse llevando la más cara y luego, operar sin ella para mejorar la percepción del cuerpo en relación con el agua, el equilibrio ,y, en su conjunto, el autocontrol. La buena realización se distingue por el mantenimiento de la vertical, la amplitud del aleteo, la coordi nación del desplazamiento de los brazos y, sobre todo, por la tranquilidad y el estilo personal, que son índice de serenidad y armonía.
APNEA HOr\IZONTAL ALETEANDO (manos en el mura) El ejercicio es prácticamente como el anterior, con la diferencia de que la posición del apneísta ha girado 90 ' - perpendicular a la pared-, para permitirle asumir una pos ición horizontal que si mule la apnea dinámica. Ejecución 1. las manos se apoyan en la pared , los brazos se mantienen derechos y la cabeza, en la línea del cuerpo. 2. Las piernas aletean de modo regular y uniforme. Aumentando el tiempo de inmersión, la amplitud y el ritmo, sentimos los estímulos especificas del entrenamiento.
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RECORRIDO SUMERGIDO MIXTO, PIERNAS Y ¡¡!\AlOS Se trata de hacer un recorrido mixto en inmersión. Si la ida se hace aleteando, la vuelta debemos hacerla deslizándonos por un cabo predispuesto. Se puede elegir una piscina o las aguas abiertas disponiendo una guía a profundidad constante .
Ejecución
l. Aleteo correcto. 2. Movimiento de los brazos lento y regular. 3. Tranqui lidad en la inmersión.
4. Ausencia de trabajo muscular de las partes no implicadas en cada fase del recorrido.
Este ejercicio es preparatorio para la inmersión a lo largo de un cabo guía , que se emplea en aguas libres para el peso constante. Adoptando procedimientos dife-
rentes, la ida con aletas y la vuelta con los brazos, el apneista adquiere. piscina tras piscina, sensibilidad para distender los sectores musculares que no deben utilizarse.
5TOP ANDGO Después de haber depositado varios cinturones de lastre en la piscina, partir haciendo un recorrido con aletas. Llegados al final, realizar una apnea estática, empleando los cinturones para permanecer anclados al fondo el tiempo oportuno, que podrá aumentarse en base a la práctica. Sin emerger, completar el recorrido de vuelta. Como variante, efectuar una apnea estática antes de partir y otra a mitad o al final del recorrido. Combinando varios stop
ano go,
crearemos nuevas situaciones de entrena-
miento, sobre todo, mentalmente. Evaluar los siguientes factores: aleteada correcta y regular, posición justa y relajada en la apnea estática (ni demasiado larga, ni demasiado corta), control de la acción en el recorrido de vuelta. Este ejercicio propone una apnea a la espera, combina la dinámica con la estática, y trata de encontrar un equi librio entre aletear de modo suelto y con el menor esfuerzo posible, transcurrir el tiempo de estática en absoluto relax y completar el recorrido con pausa y tranquilidad.
8. 4 Y AHO RA, JUGUEMOS CON LA APNEA Jugar en apnea se puede y se debe . No sólo porque el juego. demostrado por decenas de estudios, es el mejor modo de aprender (todos los cachorros de cada especie aprenden jugando), sino porque incluir momentos lúdicos al final de un entrenamie nto es ideal para relajarse y reencontrarse con los compañeros. Al terminar, el juego favorece la recuperación de la atención que nos acerca al ambiente en que nos encontramos, descargando las tensiones que hayan podido acumularse . En las
239
•
primeras inmersiones. el juego es un i nst rument o útil para au mentar la capacidad acu áti ca en ambientes sin protección. Sin contar con que, divirtiéndose, el apneísta olvida el tiempo y las prestaciones, porque su atención está centrada en un
objetivo lúdico. No pensar en la apnea es óptimo para realizar un buen tiempo, un
buen descenso o una buena distancia, además de potenciar las motivaciones. la introducción del entretenimiento en la práctica de la apnea permite acercar el espíritu colectivo a un deporte en apariencia individual y satisfacer esa propensión del individuo a la socialización, cosa gratificante. El disfrute no significa irresponsabilidad , jugar no quiere decir olvidar la seguridad . Todos los partidos requ ieren dos o más personas 'y esto supone, de hecho, atención. Proponemos ahora varios juegos, entre los cuales, algunos necesitan material de apoyo: una pizarra de plástico, un lápiz , una goma, globos, cuerdas de distinto color, el tablero de damas oportunamente lastrado y las fichas un poco modificadas para poder usarlas bajo el agua, aros y sogas de distinto tipo como ejemplo para crear situaciones lúdicas sumergidas.
JUEGOS PARA LA APNEA ESTÁTICA Todos los juegos que proponemos se hacen con un seguimiento recíproco y constante. Con el compañero o en grupo, la seguridad es una cuestión de vigilancia y atención: la presión de una mano da mucha información sobre el bienestar de una persona. Tijeras, piedra y papel
El pasatiempo es muy sencillo , cada participante puede simular tres objetos con las manos: Papel
- mano abierta
Piedra
- puño cerrado
Tijeras . dedos índice y medio extendidos Los dos apneístas se ponen uno frente al otro y a una señal convenida muestran la mano, hasta ese momento mantenida detrás de la espalda. las reglas son:
• tijeras gana al papel • papel gana a la piedra
• piedra gana a las tijeras Por supuesto, vence quien logra permanecer más partidas sumergido. lo descarga
Un grupo de tres o más se dispone en círculo cogidos de la mano. Un elegido hace de central eléctrica y manda una descarga o apretón de manos, que pasará de mano en mano hasta volver a la central. El objetivo del grupo es hacer girar la descarga lo máximo posible.
Puntos y líneas. El transmisor lo representan los dedos de las manos. Uno envía un
Alfabeto morse
mensaje, el siguiente lo transmite. la dificultad estriba en conservar el mensaje original y resistir lo máximo posible. Al terminar la cadena, el receptor final podría, si dispone de una pizarra submarina , escrib ir el mensaje para el control final y la comparación con los otros grupos que compiten. Es un ejercicio óptimo para el entrenamiento y el calentamiento. En superficie o en
Lo espiración mós largo
tierra, espirar largamente. Un cronómetro y el compañero son suficientes para un desafío entusiasta. Soltar las burbujas más hermosas desde el fondo marino, mientras otra persona vigi-
Ourbujos
la desde la superficie. Un juez establece los tiempos de apnea y los concursantes deben permanecer bajo el
El reloj
agua sin reloj el tiempo establecido. Triunfa quien más se aproxime al tiempo pedido. Variante: todos se sumergen tras la indicación del juez vigilante, que los hará romper la apnea a una señal convenida . Gana quien dictamine con mayor exactitud el tiempo transcurrido. De la posición de flor de loto a la vertical cabeza abajo, dejar correr la imaginación
El budo
creando figuras que duren el mayor tiempo posible. Hacer paradas en el fondo en espiración completa. Domina el que más aguante.
Pulmones vocíos
Una partida de damas particular, pues los movimientos se efectúan bajo el agua. Al
Los damos
emerger, cada contrincante debe quitarse la máscara para no poder ver desde la superficie y volvérsela a poner sólo en el momento de ir al fondo y jugar de nuevo. Cada jugador prepara una moneda para la carrera de la pulga, que se realiza en el
Lo pulgo
fondo. la intención es llegar el primero a la meta. la pulga debe moverse sin ser tocada , sólo con el desplazamiento de agua que provocan las manos o, con apneístas de buen nivel, el chorro de la boca. Se puede emerger a coger aire a sab iendas de que supone un retraso en el objetivo, alcanzar la meta.
JUEGOS PARA LA APNEA DINÁMICA Preestablecido un recorrido sumergido, el vencedor es aquél que llega el último. los
El caracol
participantes no pueden pararse, sólo dosificar la frecuencia del aleteo. Es un buen medio para desarrollar habilidad y propulsión. Determinado un recorrido
~elevos
más o menos complicado, organizar varios equipos con dos o más apneístas y dis-
2-+1
ponerlos en los extremos o sobre el bordillo de la piscina, según la longitud y el nivel de preparación de los participantes. Cualquier cosa puede servir de testigo. Los tra· yectos su mergidos, dependiendo del material didáctico disponible, podrán ser de dis· tinta dificultad. Recorridos submarinos
En el mar, los itinerarios submarinos pueden ayudar a descubrir el entorno. Se trata de pasajes en grutas abiertas, o a traves de objetos preparados y predispuestos como aros, cuadrados, cabos, etc.
Recorridos en parejo
Formadas las parejas, cada una salvará una determinada distancia. Uno de los dos componentes empujará al otro por los pies, que estarán apoyados sobre sus hom· bros. El compañero que va delante debe só lo corregir la dirección. Al llegar a la mitad del recorrido, cambiarán los papeles y volverán al punto de partida.
Lo oruga
El juego anterior puede volverse más divertido con la participación de otros apneís· tas, componiendo una oruga submarina, que recorrerá cierto trecho antes de invertir el sentido del desplazamiento.
El ciego
Utilizando una máscara con los cristales oscurecidos, el jugador debe efectuar un recorrido en el que se habrán predispuesto diversos obstáculos (cabos, aros, escua· dras, etc.). Cana quien llega en el menor tiempo posible a la meta.
Pies pesados
Oportunamente lastrados, sin aletas pero con gafas, se pueden hacer trayectos, carre· ra de relevos o luchas para esquivar al adversario. Todo bajo el agua, naturalmente, en el mar o en piscina, aunque poco profunda.
Hockey submarino
El disco podría ser un plomo pequeño de medio kilo. Provistos del tubo, que usarán como stick, los jugadores deben puntuar en la portería contraria, representada por el muro de la piscina.
Paracaídas
Disponer en el fondo pequeños saquitos de plástico numerados o de diferentes colo· res, anclados por un peso. Cada equipo debe hacer despegar su paracaídas descargando aire de los pulmones dentro del saco, quizá despues de haber realizado un breve recorrido. Vencen los que consiguen que su paracaídas emerja el primero.
CAPiTULO 9
LA FORMACiÓN EN AGUAS LIBRES
Un cabo del que nunca he visto el final, quizá por eso atrae mi curiosidad.
H
a llegado el momento de sumergirnos en las aguas del mar abierto o de los lagos y de poner a prueba todo lo que hemos aprendido en la piscina. Las aguas libres
se deben experimentar con progresión y prudencia, sabiendo desde el principio que
estaremos en una situación en la que hay que considerar las variaciones ambientales como la corriente, las mareas, las olas, la temperatura, las condiciones meteorológi· cas , etc. En los primeros epígrafes de este capitulo hemos resumido las princ ipales nociones sobre el ambiente submarino, sus características fisicas y movimientos; no encontrarán nada en este libro sobre la flora y la fauna, que representa para muchos una de las motivaciones para practicar apnea, porque su vastedad requeriría todo un volumen (en la bibliografia aparecen textos especificos que pueden consultarse). Por lo que a nosotros concierne, nos limitaremos a una única recomendación: sumergirse en apnea en las aguas del mar o de un lago supone penetrar silenciosamente y con gracia en un ambiente que todavía hoy reserva tantas sorpresas. Uno de los placeres que convierte en fascinante la apnea o el buceo con máscara y tubo es la observación de la vida marina. Las aguas constituyen ambientes biológicos muy distintos entre sí y hospedan gran variedad de seres vivos. Durante cada inmersión, el apneísta debe proceder como un visitante educado, como un huésped cortés y no como un rapiñador, cada amante del mar debe ser consciente de los daños potenciales que un comportamiento inadecuado podría provocar.
9 .1
El PLANETA OCÉANO
Las imágenes que recibimos desde el espacio muestran la Tierra cubierta por el agua, un planeta oceánico, con el 71 96 de su superficie ocupada por los mares, el 55% de los cuales son profundos . La oceanografía es una ciencia relativamente reciente, pues empezó su desarrollo a finales del siglo XVIII. Hasta entonces. los movimientos de las masas de agua y la geología del fondo marino se estudiaban sólo en función de la navegación. Hacia finales del XVIII, el arte de la navegación y las ciencias del mar se
separaron para seguir cada uno su propio curso. Hoy, los geógrafos se inclinan por considerar que el océano es, en realidad , uno 5010, aunque reciba tres nombres dis· tintos. El océano representa una parte de la hidrosfera, que está constituida por el conjunto de todas las aguas presentes en el planeta en sus distintos estados. En términos de volumen, el 9 7% de la hidrosfera la constituyen las aguas marinas oceá· nicas, mientras que los otros componentes son las aguas continentales de superficie: los glaciares, los cursos de aguas y los lagos, las aguas subterráneas y el vapor de agua atmosférico. La necesidad de uniformar el conocimiento ha llevado a definir de
IIIIJIlOSFEHA
Ilicios ) I.iclos pola rcs 2, 1%
•
Ln"os o y cursos dc agua
Océallos \ IlIare$
Acuíferos ~lIbterníneos 0_6%
•
•
Atlnósfcra 0,00 1%
Biosfera 0 .0000,%
0.01 %
97.3% forma muy esquemática el Océano Mundial como constituido por un cuerpo de agua único, distribuido en torno a la Antártida, que se extiende hacia el norte a tra· vés de tres «golfos» principales, comprendidos entre las masas continentales. Estos golfos son los océanos Atlántico, índico y Pacifico. Cada porción de océano encerrada entre las partes continentales se diversificó a través de importantes cambios fisicoquímicos que han influido en el sistema climático, biológico y geoquímico, asumiendo el nombre de mar. Las propiedades fisicas de los mares dependen de la temperatura, densidad y concentración de sus sales. Temperatura y salinidad están sujetas a variaciones, sobre todo, en superficie, donde el océano interactúa con la atmósfera. En esta interacción se produce el intercambio de energía, calor y materia, ya sea en forma gaseosa (burbujas), líquida (gotas) o sólida (d isuelta o en suspensión), lo que produce la diversidad en las distintas latitudes. La salinidad del Mar del Norte es del 9 %o frente al 40 %o del Mar Rojo. Las teorias sobre la formación de los océanos son varias, aunque existe una hipó· tesis que la explica como producto de la condensación del vapor de agua que, pre-
sente en la atmósfera primordial,
comenzó a caer
sobre la tierra bajo forma de lluvia
cuando se enfrió el planeta. Estas ll uvias torrenciales fueron concentrándose en las zonas más bajas del globo hasta que llenaron las cuencas hoy llamadas oceánicas, que contienen cerca de 1.500 millones de km) de agua. El agua, al caer sobre la superficie terrestre, arrastró consigo, antes de llegar a las cuencas, mu ltitud de sales minerales que, junto a las producidas por la in tensa actividad volcánica, son responsables de la salinidad de los océanos. Como sucede con el aire, el agua fría es más. densa y tiende a estratificarse bajo la
Lo rermocl ino
más cálida. Se crean así verdaderos estratos de agua de distinta temperatura a distinta profundidad. La delimitación de las capas de agua a la misma temperatura se llama termoclina. Hablando de la génes is de los océanos, nombramos la temperatura del agua, imputando a esta caracte rística física una importante responsabilidad, incluso en la determinación del clima: los cambios de estado del agua, por ejemplo, la evaporación, hacen la función de un gran termostato en las regiones costeras. La principal fuente térmica que calienta el mar es la radiación solar¡ la penetración en profundidad de las radiaciones está asociada a la turbidez del agua, es decir, a la cantidad de partículas en suspensión. En pleno océano, y en condiciones normales, el 8096 de la energía es absorbida entre la superficie y el primer metro de profundidad, mientras que la asimilada a l Oa m es sólo del 0,4596 del total de la energía almacenada por las aguas marinas. El calentamiento de las aguas profundas puede producirse por conducción, es decir, por la transmisión de calor de una partícula caliente a otra más fría, o por convección, un fenómeno mucho más significativo. La convección se verifica en las ag uas marinas, en medio del movimiento turbulento de las aguas superficiales, como las olas y los movimientos verticales debidos a la diferencia de sali nidad, sobre todo, donde la evapo ración es muy fuerte, o donde la temperatura de las masas de aire es muy baja, cerca de los polos. la vida marina está condicionada por la temperatura del agua y para el hombre que se sumerge es impresci nd ible conocer su magnitud con el fin de determ inar una protección térmica adecuada. En el Capítulo 1 dijimos que en el agua el calor corporal se difunde 25 veces más rápido que en el aire,
razón que justifica el uso de
un traje de
neopreno de espesor adecuado al ambiente. la presencia de la termoclina añade una ulterior motivación para elegir un traje; tanto en el mar como en el lago. se veri-
4>
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fican saltos de temperatura entre la superficie, en general, más caliente, y los estratos en profundidad . que a veces superan incluso los IO ' C, sobre todo, en los lagos, que son más pequeños y menos profundos. Por lo tanto, cuando nos sumergimos hay que tener en cuenta que la diferencia entre la temperatura en superficie y en profundidad es notable. La vestimenta debe ser adecuada a las condiciones que encontraremos en el fondo y no en superficie. En las aguas tro· picales, en cambio, la diferencia de temperatura en general es insignificante.
La salinidad
La salinidad del mar tiene un valor medio que se mueve en torno al 35960, lo que significa que la masa total de sustancia sólida contenida en 1.000 g de agua (cerca de 1 1) tiene un valor medio de unos 35 g. En realidad, existen variaciones que en ciertos casos alcanzan valores relevantes, tanto en superficie como en el fondo. En los océa· nos, los valores de salinidad más altos se encuentran en las zonas tropicales, donde alcanzan el 37960. En el ecuador, donde las precipitaciones son elevadas y la nubosi· dad atenúa la acción de las radiaciones solares, la salinidad del agua, en general , es inferior. En las latitudes altas y hacia los polos , la cantidad de sal desciende hasta registrar valores en torno al 33-34%0. En estas zonas, la evaporación es menos intensa y el aporte de agua dulce, que se origina cuando se funden los hielos, es nota· ble. Pero todo lo dicho sobre la distribución de la salinidad cambia si se trata de los mares o de la porción de océano encerrada por un continente; aquí, la cuantía de sal en agua denota variaciones. Así, en la Manga, la salinidad es del 35960; en la costa danesa del Mar del Norte se rebaja al 32960, y en el golfo de Fi nlandia, tierra de mil ríos, se llega al 3·4960, dada la importante afluencia de agua dulce. La reducción de la sali· nidad en esta agua eleva el punto de congelación, por lo que, contrariamente al agua marina, que se conge la en torno a los - 2 ' C, en estas con diciones, las aguas se con· gelan a O' C. ocasionando problemas para la navegación. Pasando al Mar Rojo, encor· setado entre tierras desérticas, su concentración salina está entre las más altas de los mares abiertos, y el valor varia del 41 al 43%0, con una temperatura media del agua de 24 ' C contra los 13-14 ' C de los océanos. En el Mediterráneo, la salinidad media pasa al 36960. aunque los valores varían mucho según las zonas, y van del 18%0 en el Mar Negro. debido al abundante aporte de agua dulce de los ríos rusos, hasta el 40%0 de concentración salina del Mar de levante , donde la costa africana es desértica.
La salinidad y la temperatura definen la densidad del agua, de la que, en defin itiva , depende el empuje de flotación (véase el principio de Arquímedes descrito en el Capítulo 2), que determina la flotabi lidad del apneista. Todo buen submarinista y amante del mar debe conocer todo esto para escoger el lastre adecuado, que en el Mediterráneo será evidentemente distinto al del Mar Rojo. la alta concentración salina en este último requiere un aumento adicional de peso a paridad de equipa· miento, para compensar la mayor densidad y, por tanto, el mayor empuje de flotación.
Hubo un tiempo en que, la transparencia del agua de mar se media basándose en la
lo transparencia
visibilidad de un disco blanco de un diámetro de 30 cm puesto en el agua. Con este método se registraron en los mares subtropicales valores oscilantes entre los 30 y los 60 m de profundidad, aunque un vislumbre de reflejos se registraba hasta cotas preabisales. Hoy la técnica para medir la transparencia del agua marina ha cambiado y en lugar del disco blanco se usan células fotoeléctricas que perm iten medir el alcance de una determinada longitud de onda del espectro luminoso a una cierta profundidad. Como aprendimos en el Capítulo 2 al hablar de la absorción de los colores, bajo los 20 m todo es azul. Aun así, un .componente fundamental del grado de trans parencia es la suspens ión de las partícu las que vuelven el agua más turbia, impidie ndo el paso de la luz, cosa que tiene una impo rtancia primordial para la vida marina. la cadena alimenticia tiene como primer es labón el plancton, constituido por seres vivos microscópicos, animales (zooplancton) y vegetales (fitoplancton), de los cuales este último precisa la luz para realizar la fotosíntesis necesaria para mantenerse con vida. No es difícil intuir a partir de estas pocas observaciones cómo la con· tam inación física del agua puede modificar profundamente la cade na alimenticia y provocar la ruptura de ecosistemas enteros.
9.2
LOS MOVIMIENTOS DEL AGUA
El mar está en constante exposición a la acción de fuerzas como la atracción gravitatoria del sol y la luna, el viento y la presión atmosférica, y a las fuerzas generadas por la variación de algunas características, como la densidad, la salinidad y la temperatu ra. Estos factores determinan cambios en las masas de agua que generan:
•
las olas
•
las corrientes
•
las mareas
Estos movimientos inciden sobre la actividad subacuática y es necesario conocerlos para poder planificar mejor las inmersiones, haciéndolas más seguras y divertidas. Con frecuencia, son las olas y la corrien te las que inspiran mayor temor a quien se aproxima al mar; com prendiéndolas será más fáci l prever la evolución del mar y, sobre todo, adoptar estrategias de comportamiento adecuadas . Las olas u ondas cortas son los movimientos de la superficie del mar más conocidos. La causa más frecuente de las olas es el viento. Menos común, pero también significativa, es la actividad sísmica que produce, a veces, maremotos de intensidad enorme, que ge neran un grupo reducido de gigantes ondas li bres. Cada ola causada por el viento se
los olas
forma de la misma manera. Para conocer el fenómeno que produce las olas imagi nemos la superficie del mar o del lago en calma y la acción del viento que. improvisadamente, golpea la extensión de agua. Ésta provoca al inicio la formación de pequeñas crestas y, si la acción del viento continúa superando los 4·5 m por segundo, el flanco inclinado de cada cresta presentará una superficie mayor sobre la que el viento podrá empujar con ángulos de impacto cercanos a la perpendicularidad. Dada la naturaleza turbulenta del flujo de aire, se formarán primero olas pequeñas. Las más inclinadas se romperán V cederán parte de su energía a otras más estables, por las que serán alcanzadas. Si con· tinúa, la acción .del viento inten si fi cará el movimiento ondulatorio y originará las olas forzadas, crecientes en dimensión y velocidad, hasta que alcancen un estado estacio· nario con tamaño y velocidad constantes, compatibles con la fuerza del viento y la ten· sión superficial. Si la velocidad del viento fuera más rápida que la ola, la cresta se incl i· naría fuertemente hasta precipitar y desaparecer en el seno, dando lugar a una mar rizada caracterizada por la pre sencia de espuma en las crestas, de lo que se desprende que las caracteristicas del viento que genera la ola serán determinantes. Tres son los factores que determinan el tamaño que la onda puede alcanzar: 1.
Fuerza del viento (velocidad).
2.
Duración del viento (tiempo).
3.
La superficie libre de obstácul os sobre la que está actuando el viento o zona de fe tch.
El movimiento ondulatorio no cesa en concomi tancia con la caída del viento, sino que se atenúa ligeramente en relación con la dispersión de la energía. Además del oleaje, la superficie del mar presenta movimiento s oscilatorios más lentos, asociados a la presencia de ondas largas. Entre las ondas largas más conocidas destaca la marea astronó· mica y el Uunam; u onda libre, Que, de
aspecto
más
r egular y estable. se propaga a gran· des distanc ias.
Si se observan los objetos flotante s durante la manife stación del fenómeno de la onda corta y en ausencia de viento, es fácil recibir la sensación de que éstos se mue· ven hacia delante y hacia atrás como hacia arriba y hacia abajo, sin avanzar ni retro· ceder. Si hubiese transporte de agua, también Jos objetos flotantes serían arrastrados
248
en la dirección del desplazamiento de las olas. En realidad , se trata de un movi· miento oscilatorio que depende del movimiento de las partículas de agua. Cada partícu la está sujeta a la acción del viento, a la fuerza de gravedad y a la tensión superficial (la fuerza de cohesión de las molécu las que constituyen el líq uido), por lo que describen órbitas circulares. Sobre la parte más elevada de la ola, la cresta, se moverán en la misma dirección que és ta, mientras que en la parte más deprimida, el seno, lo harán en la dirección opuesta. Estos movimientos se transmiten a las partí· culas más profundas, pero el diámetro de las órbitas circulares descritas disminuye rápidamente a una profundidad par a la mi t ~d de la longitud de la ola. Por esta razón, superada la superficie agitada, bajo el agua reina la quietud. Cada ola se caracte riza, entonces, por longitud, altura y período. La longitud de la ola es la distancia entre dos crestas consecutivas. La altura es el valor del desnivel entre cresta y seno y es igual al diámetro de las órbitas recorridas por las partículas de agua en superficie. El período es el tiempo empleado por dos crestas consecutivas en pasar por el mismo punto de referenc ia. CtESTA
CRESTA
I AlTUItA DE LA
ou. Nlvtl DE AA"'.
•
LONGITUD DE ONDA
En mar abierto, cuando las olas mayores caen por su propio peso, en el seno se forman olas más pequeñas. Las olas más grandes viajan a mayor velocidad que las más pequeñas. Así, lejos de la zona de fetch, las olas se propagan como una sucesión de olas grandes seguidas de una serie de olas pequeñas, generando una mar ordenada. Este estado de mar se llama ~ mar de fondo ~ u oleaje tipo ~ swell " para distinguirlo del mar desordenado y caótico que se da en la zona de fecth, denominado ~ mar de viento" u oleaje tipo ~sea" _ En ocasiones, la rotación del viento puede determinar la propagación de la energía de la ola en distintas direcciones, foro mando una situación de aguas confusas que se mueven en dos o más direcciones. Cuando la ola se acerca a la costa y alcanza aguas más bajas que la mitad de su Ion· gitud de onda, la velocidad disminuye y las partículas de agua más profundas , en con· tacto con el fondo, pierden velocidad debido al roce. El fondo ejerce una acción de frenado, por lo que la base de la ola va más lenta; la cresta, en cambio, procede sin variar la velocidad, adquiere una forma aguda y su altura aumenta hasta que sobrepasa el limite de la estabilidad y se precipita en el seno, provocando la rotura del oleaje de fondo, donde se produce el paso del movimiento oscilatorio al transporte de la masa
ESCALA ANEMOMtrRICA DEAUFORT
Velocidad media 1 del viento a una ahura de 10m sobre un terreno llano y descubierto
Denominación
Cifra Beaufort
del "leolO
1-
En tierra
nudos
km/h
Calma
0-1
0-1
Calma. El humo se eleva verticalmente.
Ventolina
1-3
1-5
El humo revela la dirección del viento.
Flojito (Brisa muy débil)
4-6
6·11
3
Flojo (8risa débil)
7-10
4
Bonancibe o moderado (brisa moderada)
11·16
20-28
El viento levanta el polvo y las hojas de papel; los ramos se agitan.
5
Fresquito (brisa fresca)
17-21
29·38
Los arbustos comienzan a ondear; en las aguas de tierra firme se forman pequeñas olas con crestas_
6
fresco (brisa fuerte)
22-27
39-49
las ramas gruesas se agitan; los hilos telegraficos silban; el uso del paraguas es dificil.
7
Frescachón (Viento fuerte)
28-33
50-6 1
Los arboles se agitan enteramente, caminar contra el viento resula dificil.
8
Temporal
34-40
62-74
El viento rompe las ramas; caminar contra el viento se vuelve muy dificil.
9
Temporal fuerte
41-47
75-88
El viento causa daños a 105 edificios (tejas, alerones, chimeneas).
10
Temporal duro
48-55
89-102
Árboles arrancados de cuajo; daños de importancia en los edificios.
11
Temporal muy duro
55-63
103-117
5e verifica muy rara vez; devastaciones graves y extensas.
12
Temporal huracanado
64 y más
118 y más
-
O
1 2
¡
Se percibe el viento en el rostro; las hojas se mueven; una veleta normal se pone en movimiento.
12-19
Hojas y ramilletes en constante movimiento; el viento
ondea banderas ligeras.
I 2S0
Descripción de los efectos
-
- j;
,
Descripción de los efectos
Altura
de las olas
En la costa
En alta mar
m
• El mar es como un espeJo.
Calma.
Se forman pequeñas crestas que parecen escamas de pez, pero
las barcas de pesca apenas se mueven.
0,1 (0,1)
El viento infla las ve las de los barcos que se deslizan a 1-2 nudos.
0,2 (0,3)
tienen aspecto vítreo, pero no se rompen. Olas muy pequeñas; las crestas más grandes comienzan a romper: espuma de aspecto vítreo; borreguillos dispersos.
las barcas asumen una andadura ligera y navegan a 3-4 nudos.
0,6 (1)
Olas pequeñas que se vuelven más largas; abundantes borreguil los.
Viento moderado; las embarcaciones izan todas las velas y asumen una buena andadura.
1 (1,5)
Olas moderadas que asumen una forma netamente alargada; gran abundancia de borreguillos. Algunos rociones.
las embarcaciones recortan velas.
2 (2,5)
Comienzan a formarse olas más grandes; crestas de espuma blanca ampliamente extendidas. aumento de los rociones.
Imposible la navegación de embarcaciones menores. las embarcaciones bajan a dos rizos; la pesca requiere precauciones.
la mar se vuelve gruesa; la espuma blanca proveniente de las olas mas grandes que se rompen comienza a ser soplada en tiras que se disponen en el lecho del viento.
las embarcaciones permanecen en puerto; las que se encuentran en el mar, se meten a la capa. Es peligrosa la navegación de buques con cubierta.
Grandes olas de altura media y más largas; del borde superior de las crestas comienzan a separarse vórtices de salpicaduras; la espuma es soplada en tiras muy netas que se disponen en el lecho del viento.
Es peligrosa la navegación de buques grandes. Todas las embarcaciones se dirigen a puerto.
sin rastro de espuma.
Crestas todavía pequeñas pero más evidentes; las crestas
3 (4)
4 (5,5)
5,5 (7,5)
Olas gruesas; espesas tiras de espuma sobre el lecho del viento; las crestas comienzan a vacilar, a hundirse y a romperse en tubos; la mar em ieza a rugir; las salpicaduras pueden reducir la visibilidad.
7 (10)
Olas muy gruesas con grandes crestas; la espuma se dispone en anchos bancos y es soplada en el lecho del viento en espesas tiras blancas; la mar aparece blanca y su rugido es intenso; la rotura en tubos se vuelve constante y violenta; la viSibilidad es reducida.
9 (12,5)
GruesiSlma marejada (las embarcaciones de pequeño y mediano tonelaje desaparecen de la vista); el mar esta totalmente cubierto de bancos de espuma blanca alargados en la dirección del viento; el viento dispersa el borde de la cresta de las olas, que asume un aspecto espumoso; visibilidad reducida.
11,5(15)
El aire está lleno de espuma y salpicaduras; el mar está completamente blanco de espuma a la deriva; la visibilidad es extremadamente reducida.
14 (1 7,5)
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LOlIgi lllfl d(' olido del oli'ajt'
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líquida. Para una misma ola. la forma de rotura depende de la pendiente del fondo: cuando la ola encuentra un fondo empinado, rompe cerca de la costa (zona de rompiente estrecha), aumentando bruscamente su altura y avanzando con gran energía; si el fondo es de suave pendiente, la ola comienza a romper lejos de la línea costera de forma suave, pudiéndose observar varios frentes de ola rompiendo a la vez (zona de rompiente ancha). Para entrar en el mar por la zona de rompiente. hay que observar la escena para entender el periodo de la serie de olas y escoger el momento más propicio. El agua que se descarga en la costa del rompiente debe luego volver al mar. Esta vuelta genera una corriente de retorno o resaca. Las corrienres
las corrientes marinas pueden originarse por varios motivos. La tendencia a restablecer el equilibrio de las características fisicoquímicas del agua crea el desplazamiento de las masas y, por tanto , genera las corrientes. En particular, la diferencia de: •
temperatura
•
salinidad
•
evaporación de la superfi cie
•
aporte de agua dulce
pone en movimiento las partícu las de agua y produce las corrientes. No obstante. la principal causa es la acción del viento. Cuando éste actúa sobre la superficie del mar provocando el movimiento de las olas, parte de la energía recibida por la masa de agua superficial se transm ite en profundidad . Cuanto más se transfiera el impulso a los estratos más hondos, menor será la intensidad por efecto del rozamiento hasta que se anule. Durante la transmisión del movimiento hacia abajo se verifica un fenómeno importante: el agua en superficie, golpeada por la masa de aire. no se mueve en la misma dirección del viento. sino que por el efecto de Coriolis -derivado de la rota·
ción de la TIerra- tiende a desviarse respecto al viento a izq uierda y derecha, según se encuentre en el hemisferio Sur o Norte, respectivamente (ley de Ferrel). Suponiendo que la masa de agua implicada en el
fenómeno fuese dividida en estratos superpuestos, se obtiene que la desviación del movimiento se acentúa en el paso de una capa a otra. La ley que regula la desvia-
~ !/~¡;·v7--Om I _ ~.•
' +--57 4
ción del movimiento en la transmisión de energía de la
atmósfera al mar sirve también para cada
~strato
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de
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agua Que transmite el impulso al inferior. Se forma así una espiral, ll amada de Ekman, que tiene como efecto
1
último la formación de un flujo de agua a unos 100 m de profundidad, cuya dirección describe un ángulo de
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cerca de 90 ' respecto a la dirección del viento. El pro-
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ceso activado por éste y la dinámica de las masas de
100m
agua, combinadas con el efecto de rotación terrestre,
I.EY DE FERREL
•
generan las grandes corrientes oceán icas que determinan su dirección. Se trata de corrientes importantísimas que bordean los continentes e influyen en el clima. Entre las más conocidas mencionaremos la Corriente del Golfo, un sistema que del Mar de los Sargazos bor-
D\I: Din"t'('ión dtl movitnHomo drl \;f"nlO DF: Dil'fiTiún d('1 nu'o l)\,: n in-c'rjtlll
dea el Golfo de México y la costa oriental de Estados Unidos, hasta alcanzar el banco de Terranova.
De importancia fundamental para la inmersión es el conocimiento de las corrientes que se propagan próximas a la línea costera. la observación de la costa yel movimiento de l agua en superficie serán determinantes para la planificación de una buena actividad submarina. Si no se conoce la zona de inmersión, es aconsejable pedir información en un centro de buceo cercano o entre los pescadores del lugar. la más común entre las distintas formas de corriente costera es la generada en la zona de rompientes. Se trata de corrientes que circulan a lo largo de la costa, producidas por olas que llegan oblicuas a la linea costera e impiden el regular retorno al mar del agua acumulada en tierra por el transporte del oleaje en rotura. De este modo, se genera una corriente paralela a la línea costera. la otra forma importante es la corriente de resaca.
En general, la origina la acumulación de agua en el litoral debida al transporte asociado a la rotura del oleaje; para volver al mar, el agua se moverá de las zonas de mayor acumulación (mayor presión) a las de menor acumulación (menor presión). Estos gradientes puede generarlos el propio oleaje incidente, como, por ejemplo, dos frentes de oleaje con incidencia oblicua, que acumulan más agua en las zonas de la playa donde coinciden dos crestas; el agua tiende a salir por la zona de senos. También una orografía irregular puede generar gradientes en la acumulación del agua, como, por ejemplo, un cabo.
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CORRIENTE SUR ECUAOOR CORRIENTE NORTE ECUAOOR
CORRIENTE NORTE ATlÁNTICA CORRIENTE DE lAS CANARIAS
CORRIENTE DEL GOLFO
CORRIENTE DEllABRAOOR
..., 4-
1..
Partiendo desde tierra se puede aprovechar
-
la resaca para entrar en el mar, y las olas para salir de él. Por tanto, es necesario evaluar la dirección de la corriente para
estar seguros de que saldremos en el punto prefijado del litoral. Si la corriente
fuese
contraria
e
intensa en ese punto, se debe cortar diagonalmente: una vez de regreso a tierra sera posible volver a la base. Es difícil y fatigoso remontar la corriente en
OIRECOÓN DE LACOnlíNTt
apnea; por esta razón, el buceador se desplaza por lo general durante sus inmersiones en el sentido de la corriente. Con el apoyo de una embarcación, hay varias maneras de organizar la situación:
l. La embarcación deja a los apneístas en un punto y los recoge al final del recorrido en una zona acordada. 2. La embarcación sigue a los submarinistas o a la boya de señalización. Sumergirse
en
presencia
" N
de
corrientes fuertes es muy peligroso y comprometido; conviene sumergirse y emerger siempre con la corriente a favor para dejarse transportar. Recuerden que alcanzar una determinada cota, si existen corri entes submarinas. se hará más largo, tanto en descenso como en subida.
s~
Los mareos
El periódico subir y bajar del nivel del mar por efecto de la atracción gravitatoria de la Luna y del Sol sobre las masas de agua de la Tierra es un fenómeno conocido como marea. La Luna se encuentra muy cerca del planeta y el Sol tiene una masa muy grande que, aunque distante, ejerce una influencia decisiva.
Mareo alto
A
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B
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TIERRA
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Mareo bajo
El sistema de la Tierra y la Luna tiene un centro de masa M ubicado en el eje de rotación S-S', en torno al cual giran las dos masas; el centro de este eje se encuentra a 1.600 km bajo la superficie terrestre. Cuando los dos cuerpos rotan alrededor del centro del sistema, entran en juego dos fuerzas : la primera es la atracción recíproca, la segunda es la fuerza centrífuga. La Luna ejerce su máxima influencia en el punto A, que es el vértice de la semiesfera vuelta hacia La Luna; la atracción mínima se encuentra en N, vértice de la se mie sfe ra opuesta a la Luna. Girando en torno al eje SS', el sistema tendrá una fuerza centrífuga que sobre el planeta será máxima en N y mínima en A. Esto explica la acumulación de agua a lo largo del eje A-A', marea alta o pleamar, y un desce nso del nivel a lo largo del eje B-B', marea baja o baj amar. Puesto que la Tierra rota sob re si misma en 24 horas y la Luna gira alrededor de la Tierra en unos 27 dias, es decir, mucho más despacio, la onda de marea que se tiene en correspondencia con la Luna va en se ntido inverso a la rotación terrestre y con un intervalo entre una y otra de 6 horas, 12 minutos y 37 segundos. En realidad, el fenómeno no es tan regular, dada la interferencia de la superficie terrestre que, con la
/
\
•
e
•
______________l_UNA __~
"
diversidad del fondo y de la costa, produce mareas de distinta duración e intensidad según los lugares del planeta. Por ello, existen las tablas de mareas , que dan información precisa sobre la evolución de las mareas en el globo. Entre los movimientos de la alta y la bajamar y viceversa hay un período de calma de las aguas llamado de
reparo. Los desplazamientos de las masas de agua que provocan la subida y la regresión del mar generan corrientes marinas. Cuando la marea llega a tierra y el nivel
del mar se eleva, sigue una corriente de aluvión. Cuando la marea se retira y las
aguas vuelven a mar abierto, sigue una corriente de reflujo. Son éstas las mareas que más nos interesan, pues desplazan agua hacia la costa y hacia mar abierto co ndicionando la entrada y salida de las excursiones en apnea. Es obvio que el mejor momento es el periodo de reparo, cuando las aguas están en calma.
9 .3
SUMERGIRSE EN AGUAS llORES
los ejercicios que sigue n favorecen la familiari zadón con el ambiente del principiante y su introducción a la nueva experiencia en mar abierto. No existe una técnica ideal para entrar en el agua. El modo más apropiado es aquél
l o entrado
que resulte más fácil, seg uro y que desoriente menos. Cada situación requiere una forma adecuada. Veamos varias fórmulas que responden a diversos supuestos: Es una solución muy adecuada para entrar en el agua desde la plataforma baja de una
Entrar senrados
embarcación, una zodiac o un pantalán cuando se llevan aletas largas.
257
Ejecución • Sentarse sobre el borde con las piernas colgando. • Girar el busto a izquierda o derecha hasta colocar los brazos con las manos en dirección opuesta al agua . • Teniendo las manos sobre el borde , con los pulgares que lo enganchan para no resbalar en el momento de mayor esfuerzo, se empuja hacia el agua , haciendo rodar el cuerpo para entrar lentamente y lograr el menor impacto. Cuidado con las aletas largas. Para sumergirse sin crear resistencia, es necesario mantener los pies bien extendidos con la punta de las aletas hacia abajo.
Entrar de tijeras
Llamada también «paso de gigante», es la entrada más frecuente cuando no se llevan aletas largas.
Ejecución • De pie sobre un pantalán o la plataforma de una embarcación , situarse con las aletas juntas sobre el borde próximo al agua. • Poner una mano en el cinturón de plomo y otra en la máscara. • Dar un paso hacia delante manteniendo hacia abajo los talones y la punta de las aletas hacia arri· bao La descompensación del paso de tijera les dejará en el agua. 2.')8
,
Es aconsejable sólo cuando los espacios son reducidos, como en una pequeña embar-
.
-
~<
Caído hacia arrós
cación, y no existe otra solución. Este tipo de entrada crea a veces problemas de orientación porque la caída hacia atrás estimula los centros vestibulares, que controlan el equilibrio.
Ejecución • Sentarse sobre el borde de la embarcación de espaldas al mar; poner una mano en la máscara y la otra, en el cinturón. Dejarse caer hacia atrás.
Para entrar al mar por la orilla o por la playa emplearemos el método más fácil y
Enrroda por el mor
menos arriesgado. Para ello, es indispensable evaluar las condiciones ambientales.
Con mar movido y rompiente: se entra en el agua caminando hacia atrás con las aletas puestas. Una vez alcanzada cierta profundidad en la que no molesten las olas, hay que girarse para salir nadando a mar abierto. Con mar tranquilo: con las aletas en la mano, se anda hasta tener el agua por las rodillas o la cintura. Entonces, se calzan las aletas.
Lo enrrado mejor es: • la más fácil • la más segura • la que desorienta menos
2.')9
El aleteo
El aleteo es una técnica que, aunque efectuada correctamente en piscina, puede revestir cierta dificu ltad cuando se practica en aguas libres, sobre todo, por los amplios espacios que se afrontan y los movimientos del agua. Aletear llevando el traje, con la consiguiente variación hidrostática, y el cinturón de lastre y con las condiciones ambientales, no siempre ideales, puede ser un problema. Debemos entrenarnos para afrontar estas situaciones nuevas y cambiantes. Lo importante es adoptar una actitud que permita que nos mantengamos seguros. En 105 trayectos
largos . por ejemplo, hay que emplear distin tos tipos de aleteo, cambiando de posición. De es~a manera, no se cansarán sólo ciertas partes de los músculos empleados en la acción sino que se distribuirá el esfuerzo entre otras franjas de dichos grupos musculares. Adaptemos nuestro modo de aletear a las condiciones ambientales del momento y al tipo de actividad desarrollada, variando amplitud y ritmo en base a las exigencias ya la disponibilidad de energías.
El losrre
Para calibrar el lastre en aguas libres , además del equipo y de la calidad del agua - dulce o salada-, se debe considerar la actividad que el apneísta pretende realizar. Pongamos algún ejemplo. Al bucear cerca de una barrera coralina con pocos metros de profundidad, las zambullidas servirán para observar el ambiente circundante; en este caso, el lastre ideal nos permitirá mantenernos en flotabilidad positiva en superficie y neutra a 5-6 m de profundidad, así, podremos curiosear por el fondo aleteando sin demasiado esfuerzo. Si el lastre nos coloca en flotabilidad negativa en superficie -demasiado peso-, dificultará los desplazamientos , cansándonos inútilmente, y sumergidos, el aleteo será pesado, lo cual supone un riesgo para el ambiente. dado el roce de las aletas en el fondo. Una
inmersión profunda en el azul requiere otras consi· deraciones. Antes que nada es necesario conocer las
cotas operativas para adoptar un lastre que nos haga tener una flotab ilidad neutra en los ultimas metros de la subida. Esto permitirá al apneista tener el empuje hidrostático a favor cuando las piernas estén cansadas y el oxígeno reducido al minimo. Si la cota operativa está por debajo de los -20 m, es oportuno tener flotabilidad neutra a - 10m.
260
J.
En aguas abiertas, nos sumergimos en presencia de olas , corrientes, escasa visibili-
El golpe de riñón
dad, con el traje de buceo y el lastre, todos facto res que limitan la libertad de movi· miento a la que se está habituado en piscina. El aspecto que más desorienta al principiante es la total falta de refe-
rencias visuales, sobre todo, si se encuentra en el profundo azulo en un lago en el que no se ve el fondo. El uso de un cabo guia será básico para trazar la linea vertical de descenso, que con frecuencia el inexperto no consigue seguir por falta de sensibilidad. El cabo se. convierte en una rampa de lanzamiento hacia el infinito mundo sumer-
gido y prepara al apneísta para afrontar situaciones ambientales desfavorables. las técnicas de ejecución son las descritas en el Capítulo 8. la diferencia está en el lastre, que cambiará la flotabilidad. Para una inmersión profunda se partirá con poco peso y así el golpe de riñón resultará más costoso, debiendo vencer en superficie una resistencia mayor.
Uno de los primeros ejercicios de ambientación en las salidas al mar es el de la com-
Lo compensación
pensación . la temperatura, más baja respecto a la piscina, crea algunas dificultades, sin contar con la tensión emotiva y física que acompaña las primeras tentativas: en las experiencias iniciales, la compensación puede representar un problema. las que siguen son algunas prácticas que pe rmiten una aproximación gradual , favoreciendo la sensibilidad sobre el aumento de la presión en relación con los tiempos de compensación. 1. Descender con los brazos y cabeza arriba. 2. Descender cabeza arriba , cogiendo lentamente el cabo y haciendo variar la posición para terminar cabeza abajo. 3. Descender cabeza abajo.
261
No nos cansaremos nunca de recomendar la máxima relajación; con frecuencia, las dificultades de compensación dependen de tensiones emotivas de las que no se es consciente y no de problemas técnicos de mala ejecución. Desde el comienzo, es muy útil intentar mover el diafragma hacia las primeras vías respiratorias -en dirección a la cabeza- y hacer que la combinación diafragma-compensación sea automática, lo cual simplificará la maniobra en profundidad. Concéntrense en los tímpanos y en las variaciones de presión. Un consej o i mportante: duran te la última i nspi-
ración, hay que compensar oídos y mascara. Para ello, se debe interrumpir brevemente la insRiración y llenar de aire las t rompas de Eustaqu io, los oídos y
las gafas lo máximo posible antes de completar la máxima inspiración, extra del que se podrá disponer luego en la inmersión.
Descenso y ascenso a brazos
dual acercamiento a la apnea profunda sin excesivos esfuerzos y permite al princi-
por e l cabo guía
piante - y al experto- ambientarse poco a poco en la práctica_ A los principiantes, el
Es un buen ejercicio de aproximación al cabo guia y a la profundidad, favorece un gra-
contacto con el cabo les ayudará a tener bajo control el estrés y la maniobra de como pensación_
Ej ecuc ión • Sumergirse cabeza abajo con las manos por el cabo, aleteando y controlando la velocidad de descenso. • Prestar atención a la amplitud de las brazadas: no se debe tener prisa por aferrar la cuerda después de la tracción; mejor esperar a agotar el impulso y mantener la mano en torno al cabo guia pero sin apretarlo - sintiendo la cuerda correr entre las manos- y cerrar los ojos. • Relajarse llevando la atención al punto de contacto entre mano y cabo. Esta técnica es conveniente adoptarla tanto al descender como al ascender. Para mayor seguridad y para disminuir el nivel de estrés, el buceador puede efectuar algunas pruebas sin plomos, utilizando el cabo guía para bajar. Esto permite tener una flotabilidad positiva durante la subida y ascender sin ningún esfuerzo.
2(,2
Considerada por muchos la más pura de las disciplinas, sólo la fuerza de la mente y
Descenso
un físico bien entrenado pueden llevar allí donde el «azul es más azu l•. Es la verdadera inmersión en apnea.
en peso constante
Ejecución • Disponer la asistencia en superficie (véase Capítulo 10) acordando con el compañero la profundidad. las eventuales paradas en el fondo. el tiem· po de inmersión y las señales de comunicación . • Iniciar la inmersión con el golpe de riñón tomando posición sobre el cabo guía. Aletear hacia el fondo teniendo el cabo guía de lante de los ojos y a mano. • Ll egados a la cota establecida, inverti r con ca lma la di rección y volver sin pre· cipitarse. Lo que decreta el éxito del ejercicio es el control de la situación, la calma con la que se ha realizado y la capacidad de fundi rse en el az ul.
El uso de un lastre móvi l fa vorece la velocidad de descenso sin comprometer la flotabi lidad y, por tanto, la seguridad duran te la emergencia. Se trata de una inmersión en peso variable porque el lastre se abandona en el fondo. Las soluciones usadas son muchas. La historia de los récords nos propone una amplia gama de aparatos creados con materiales y estructuras diferentes. Mayal se sumergía cabeza abajo empu jado por un lastre dotado de freno para cont rolar la velocidad y facilitar la campen -
Peso varia b le
sación; Pelizzari utilizó en su último récord un trineo con forma de ojiva para tener mayor hidrodinámica y descender más rápido. Para empezar, el sistema más senci· 110 es utilizar un simple peso asegurado a un cabo de la misma longitud que la pro· fundidad establecida, que facitite luego su recuperación desde la superficie. Es evidente que cuanto más consistente es el peso, mayor será la velocidad de descenso y, en consecuencia, será determinante una adaptación adecuada a la compensación. En superficie, hay que prepararse mental y físicamente venti lando por el tubo y tenien do a mano el lastre o el cabo si se utiliza uno móvil.
Si hay disponible un trineo, una vez tomada la posición en el aparato, la cabeza quedará fuera del agua, por lo que se respirará sin el tubo. Sólo después de alcanzar la concentración necesaria, y tras efectuar la última inspiración, que en ese caso debe ser máxima por exigencias de la compensación, el apneísta levanta un brazo como señal de que está listo para bajar. los asistentes en superficie liberan el lastre o el trineo, dando inicio al descenso. Toda la atención debe estar centrada en la relajación física y mental y, en panicular, en la compensación, y hay que anticiparse a cualquier variación de presión y disfrutar de las sensaciones increíbles que este modo de sumergirse regala. Alcanzado el objetivo, nos giramos y comenzamos la emergencia tirando del cabo con los brazos, según hemos descrito en el primer ejercicio de este apartado_ los descensos en variable resultan ideales para entrenar la adaptación a la presión, el blood shift. Permiten, de hecho , alcanzar cotas importantes en tiempos breves y sin esfuerzo, y dejar espacio a la relajación y al control total de la compensación. Unas breves paradas en el fondo permitirán al organismo adaptarse a la profundidad.
264
ANÁLISIS DE UNA INMERSiÓN EN EL AZUL
L
a preparociúlI paro la aplwa $(' bll8Cl1 el/ eomple/a ¡l/mOrifiliad y ahsQJlllo relajación. /{equier(' col/lrolor la fl'spiro(iOI/ fOil ocios l'i'spimlO/ios diafmgmálicos {¡'l/fOS.r IlYlllqllilos. pre!erib/rll/fllle COII fos ojos cermdos. Isí será II/(í$ fiíál
('/lcolllm,. la ,Of/(i'fllrori(m 1l('("('U/n"a paro imaginar melro (/ melro
do el/ el plllllo
.5.,1).
el descellso <¡l/e $(' debe
(siglliendo lo ('.Iplica·
reali::.ar
IlIles del golpe de ,.ifIÓff. fre.f respirariolles dioji-aglluílico$ complt'/as efectuadas
COII
C(,lfIIQ u.Hu¡arilll
a descorgnl' INlsio //l's /l'sidm¡/('s y (1 preparo,. los pulmo/les para rec0W',. COII fo tÍltillla il/spimció" la moyo/" cantidad de OiN' posible, fu esle caso. la tellsió" lo/tícica ql/e S(' podda (mll/llllar ('1/ /lfIO inspiració" fOr7.oda nlmá:rimo es ¡rre/el'OIl' fl'; (/ los 10111 de profllndidad. de /techo. ell'O//Il1/ell de (ji/~' se 1/(/ r/'dll('i(/o (¡ la milad y el Ión1./" I'/Iell'e a estar elástico.r distendido. desmrgulldo toda /ellsiófI daiiilla, IJllnm/e la ,íltiflw i/l''1)/'máól/ debel/ compensarse oídos.r máscara, poro di,~poller de más air(' ell las colas profu/ldos ql/e aYll d('1/
(l
la fOIllp<'I/,wclón, lJesl )¡¡h
,W'
('jN'II/ a p/ golpe de rilión, pu/el/h' pero lranquilo, elléJgico pero sill derrochor
I/i predpi/(l/'IiI!, Ilay ql/e /'I'I'orrlar que normalmente los proúlemas ('liIpie=III' oquí: In prisa por separarse de la supe/fid,' (1 //I(lIIioúms nípidas. qlie seró/I cOl/tmídas e ifllprecisas. y WIIII/'lItW'IÍ1I 1'1 /'OIlSl/IIIO dI' 0.I'Íp!1I0 sin 'lile se tradll=('(1/1 /'11 /111 drspla=ami/'fl/o ,í,il hacia el fOlldo. Si el esflle,.=o il/iúol es e,rogt'rado. el op,wísfl¡ se el/menlm COf/ las r('serras de el/er[lío yo a milad, ('on CQllsecl/I!lIáas obria,f poro lo CUll fI'lIlmció". 11r(1' que preslar especiol aleució" al a/eleo y (j lo dislrilmóólI dl'll'Sjf/l'I-:'o. Despllés del golpe (le ririófI, se (Iebe fol'=(I/' almá.";fllO p(lm /'I'I/ce/' la jlolaúilidod posilim y bajor. wlI/que ¡>O('O.f fIIl'lro,f desp"és. el csfuer...(J se haúflí reducido fIIucho. El olel('o dcúe !J('I' owplio y poll'/Ite, Pasado el pUlllo /I/'lItro y.r0 fOil el /'IIII)//je ¡'idroslálico a Jaror. /,wla,.áll fllllplifud.r /'i/IIIO .1: COII ellos. (.¡ (>fllpnio fIIl/sCldar. haslo lIeWIl' 01
¡lId'/f'I'
pI/lila el1 qlle 10!J pi(>rlws ine/llso se pO/nnín para dl'scans(lr y !JI' ¡>l"Ose[l/liní dinámica .1' fl'lojo(/a posibl(': en g('f/eml. s(' oletca
el 60% de la colo
De la II/;SI//O JOI7lIO. el/ /,1 (M('em¡o de (l/m inlllersió" proJllllda. hocia la s/l¡>I"firic seflí l/IaJ"01' al il/icio. pel"O dislllirllfiní
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lIIedir/o q/II' el aplleísla S(' OferfO a lo $IIperftcie y se '/01/(1 en jlu-
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moo guío es l'$I'IIr/ol. 111/(1
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cabf!=a ardba, pl/ede /'('10111(11' el romil/O de 1(1 SlIperftcie limlldo del
C(¡oo COII 1/1
y eflcol/ lníl/dose a!tol'(/ el de!J-
/IIallO rOIl la q/l/' !J(' ha bloq/leado
f1'1/S0. /"0 //1/11/0 /'epIY'!J(,l/la el ¡Jllllfo en 101'1/0 al cl/al se prodl/c¡> 1'1 giro, /)/I/'(1IIf(' lo eIllP/'gt'lll'ia, los bra:.fJs pef'll'(l//ecení" re/ajados /'11 los rO!J/odO!J, La mbl'=tl esltÍ cn líllea COII ('1 cuerpo y la mirada fJ/U'sla lo sUfJcrfiá/' ('S i"'por/I/llfe I'oll'er a I'/!!Jpimr sill que lo prillll'l'Cl 1'~p i/'(láólI
Un
d cobo que liel/e deJa l/ /e, Llcgados o
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,ff'(1 for:oda.
fO/IIO IlI'mos ¡/l'srrilo ell el pUI/ /o 10. 1,
aslWCfO (JIU' l/O dl,/)(, desuI('l/(ler!Jf' dl/ml///' el ¡/r,YfI'I/SO es la I'l'rlifo/idod.'" lo posirión del ('I/erpo , en par/imlw; la
cobe=a. qu/' h(Jr/' de /i/llófl. ,\ 0 del)/' f'.I'h'flder!J1.' horia o/nÍIJ,
1.'.5
dl'cir, (¡duplo!' /1//0 poú6óI/ JOf,:oda mimlldo el fOfldo pl/CS
('l/millO fl'r/'iml pe,."I/III('('(''';a cOf/I/'oído. impidiendo lo relojaáóf/ /I/'(' /'sorio 10m/JipfI para In compell,wciólI el/ los 1/I01l1l'fI10!J crílicos, I"¡('hos ImCl'o(/orf'.s 110 funsi!!,U'1I dl'!Jfl,,,d('r si~lú('//do mCf/OS (¡/l/pl;a 101110 ell r/I'SCf>l/.fO roll/O en asccl/!Jo: éslc cs
111/
/111(/
lírU'o /'ertiral. JJiI/O 11/11: de!Jcribell
Ilf/(j
espiral más o
er/'Or co/'/'('éú/e. f/ecesorio l)(Im lo economía (le la acfión.'" la
sc{{uridad, III COI'I'('C/O d"$C<'lIso rerfiml el'i/aro pen/('r 1/1I0S ,H'l{fllulw />n·fiosos
{l' o.ríf-'I'"O,
loclada más /'(llioso) Jlel'Cllldo
(/('I'('cllo 01 obje/iro. 'lillllúih¡ las e.l'fll'lIIidadl'S superiores sal/ delerm;mll/{l'!J
1'1/
/'¡ ('Ol/Irol de
'alím'(I de dl'sl'l'//so J' d{' lo poúciól/ del mer-
po. E,l,te"didos I/(/('/a delolllt' -hllcia el fondo- (¡clfían como 0/("(1$ direcciollo/es: las mimos. el/ ¡>or"'('//Ior. //I0dific(¡U/1I 11'(1,l"ITlodo rOfllo lo hadall fo" oh'/'OI/(,s de
IIf/
O/·ió".
I.{I compellsa('/ól/. 1.'0///0 dij·imos. puede compli/'ll/' l/oloúll'lI/enll' la (/if'ersión
{'II
las primeros e.rperielldos. Por 1'110.
acomejal//os alg/l/los ('jereir/os de p"lIIlI(/sia lubán"co (lY!ose Capíllllo -:) (m/N de {'I/Imr {'I/ elllglla. J)c esl(' fIIodo. se pl'f!'
y $(' ftl/'Of'f!/'I!II I(/s maniobras dc ,..,'i se adf'ief'te la apariciólI de UII eSfa(/o (/IIsIo,m dlll1l11ll·lo p/'('poració" 1'11 s"pr/firie. 1/0 se deoc dmla/" 1'11 COI/ceder más /¡'('mpo o/a rr!ojllción y si pcrsis/e es IIwjor ref//l/lciO/: Sobl'/' aúol/dollo/' se/'(>II(1l11ell/e frellle a II/Ilf illmerúól/
pUfll/l los rs/nll'IlIlYIs IIlmcllhlrl!!J ¡'¡/I/Jlicadas e/l la ape/'/1I1Y1 de hl$ //'OlIIpa$ de J:il$laqllio, COfllp(,lIsac/ón.
for..oda por IIIOI;,'os pe/'!Jolmles {!!J (I/dicc de I/Iadlll-e=,
265
Apnea d inóm ico
Tecnicamente, el ejercicio no constituye una dificultad, salvo por el hecho de conca-
en profundidad
tenar varias acciones bien precisas que neces itan una buena ejecución, demostrativa de la capacidad del apneísta para mantener el control de la situación yeventualmente, el estilo, indicador de su capacidad acuática. Se trata de efectuar un recorrido sumergido en apnea aleteando a profundidad constante, por ejemplo, - 7m .
Ejecución • Sumergirse con un golpe de riñón. • Alcanzadilla profundidad elegida, empezar a aletear con un ritmo adecuado a las condiciones, sin tocar el fondo. • Por seguridad, después del golpe de riñón y hasta el final de la inmersión , hay que quitarse el tubo de la boca.
Con tiempo y entrenamiento se podrá aumentar la dificultad del recorrido, la longitud , la durac ión de la inmersión y la profundidad para crear estímulos que mejoren nuestras prestaciones.
2hÓ
9 .4
RECUPERACiÓN DEL ACCIDENTADO
Se trata de reproducir el salvamento en profundidad de un apneísta en estado de
inconscienc ia. El objetivo es llevar al accidentado a la superficie lo más rápido posible y hacer que vuelva a respirar. la simulación en piscina de esta técnica (véase Capítulo 8) resultará extremadamente útil. Estar preparados en caso de
necesidad es una justa responsabilidad del apneísta. Practicaremos como se describe a continuación, operando en un fondo que puede variar de los l Oa los 15m,
con un compañero y un asistente en superficie. Establecido quién desempeñara el papel de socorrista y de víctima , procederemos como sigue.
Ejecución • la víctim a partirá primero. Una vez alcanzado el fondo, se pondrá en posición prona en apnea estática. El mismo ejercicio puede desarrollarse cerca de un cabo guia. En tal caso, el accidentado se mantendrá a la cota establecida suje· tándose con las manos al cabo. • Después de controlar desde la su perficie , parte el socorrista, alcanza a la víc· ti ma, le quita V se quita el cinturón de lastre, V los abandona en el fondo. • En flotabil idad positiva, inician el ascenso en pareja. Ex isten distintos modos de llevar a la superficie a un apneista en estado de inconsciencia. Es el más fácil (fig.
A, pág.
268). El socorrista pasa un brazo por debajo de la axila
Orazo baj o lo axi la
de la víctima, le coge la cabeza con la mano del mismo brazo agarrando la mandíbula. con lo que se enco ntrará en un plano perpendicular respecto a la víctim a. disponiendo de todo el espacio necesario para aletear. Para evitar que el cuerpo del accidentado ofrezca resistencia al agua, es necesario que el socorrista aproxime al socorrido a su costado con el brazo. El socorrista toma al accidentado por las ax ilas y, con los brazos extendidos hacia
Con los b razos tensos
arriba, in icia el ascenso aleteando de modo decidido (fig. B, pág. 268). Se podrá colo-
bajo los axilas
car delante o detrás de él, según la corpu lencia y la situación. En cualquier caso, sus piernas estarán por debajo de las de la víctima y tend rán espacio suficiente para ale· tear. Llegados a la superficie, el socorrista debe mantener la cabeza del acciden tado fuera del agua; luego, debe quitarle las gafas y as istirlo con la respi ración boca a boca, mientras lo transporta rápido hacia el punto de salida mas seguro. Las técnicas de sacarrismo aparecen más detalladas en el Capítu lo 10.
2ú7
A
9 .5
JUEGOS EN APNEA EN MAR AOIERTO
Estos juegos deben controlarlos desde la superficie personas expertas en casos de urgencia médica.
Pulmones vacios
Se trata de bajar algún metro con los pulmones vacíos. Es un ejercicio utilísimo para entrenar la compensación.
Descensos
Sin lastre alguno y con el traje de neopreno, practicar evoluciones fantasiosas dejan-
con flotabilidad positiva
do espacio a la creatividad personal. La flotabilidad pOSitiva requiere buenas técnicas de inmersión para vencer el empuje del agua. Los golpes de riñón deben ser perfec·
tos para facilitar la bajada. Esprinr en subida
Varios apneistas, después de haber alcanzado j untos la profundidad deseada, vuelan hacia la superficie. Gana el que llega primero.
El ciego
Utilizando una máscara oscurecida, tal como hemos descrito en el Capítulo 8, debe efectuar un descenso a lo largo de un cabo previamente dispuesto y alcanzar un disco del que desenganchar un testigo que debe llevarse a la superficie. Después de la partida, el jugador no puede impulsarse tirando del cabo con las manos, pero le está permitido resbalar por él.
26H
Se trata de emerger intentando salir del agua lo máximo posible como dando un
Salro de lo orco
salto. Consiste en descender alrededor de un cabo efectuando el mayor número de giros
Tornillo
posible hasta llegar a la meta. Vence quien gire más , tanto en bajada como en subida . La idea de este juego es hacer una parada a una determinada cota para escribir algo,
Escribir
lo que requiere cierta lucidez y experiencia. Basta disponer una pizarra pequeña con lápiz para anotar las respuestas a cuestione~ matemáticas o de otro tipo. Tras haber inventado un mapa inicial con referencias precisas en profundidad y en
Cazo 0 1 te soro
superficie y, después de haber escondido las pistas que llevan al tesoro, los equipos deben seguirlas y encontrarlo. Ganan los que recuperan el tesoro. Es obvio que no se trata de esquí alpino, sino de un descenso en apnea sin aletas y
Descenso libre
tirando del cabo. La bajada será lo más lenta posible , y a lo largo del recorrido, el j ugador podrá encontrar, oportunamente dispuestas, algunas tareas que desempeñar: deshacer o hacer un nudo, utilizar una pizarra, inflar un globo, etc. Se trata de descender con un lastre atado al cabo que, desde la superficie, se emple·
Ascensor
ará para subir al apneísta, quien , concluido el descenso , será recuperado por los asis· tentes de la barca. La embarcación debe ser adecuada a tal propósito . Si se dispone de un globo inflable, vinculado al cabo como en el variable no ¡¡mirs, el ascenso podrá hacerse con él. Como en la natación sincronizada donde las nadadoras crean figuras en la superficie
Pi róm ide
del agua apoyándose en la acción de soporte de las compañeras, aquí los apneístas pueden sostener, aleteando adecuadamente, a otros compañeros para componer dis· tintas figuras. Un jurado dictaminará la originalidad de las figuras creadas por cada equipo y su nivel de dificultad. Utilizando un lastre móvil atado a un cabo, varios apneístas descienden juntos , sol-
Descenso en grupo
tándose cada uno en su cota . Se asciende aleteando a lo largo del cabo. La acción de los buceadores debe ser coordinada, para lo cual han de aletear todos juntos y man o tener así el contacto con el lastre. Consiste en efectuar paradas programadas en descenso y ascenso, a distintas cotas .
Srop ond 90
CAPíTULO 10
LA SEGURIDAD
L
a apnea es una disciplina que requiere un gran esfuerzo individual sin que por ello deba practicarse en soledad. El sistema de parejas const ituye la primera
reg la de la seguridad en el agua. En este capitulo trataremos cada aspecto de la seguridad. comenzando por el estudio de los peligros potenciales: la hipeIVentilación (técnica altamente contraindicada y superada por la ventilación asociada a la relajación),
los estados presincopales y el sincope. Veremos las reglas de la prevención que garantizan una apnea sin riesgos y divertida, el sistema de parejas , junto con la ali · mentación, la hidratación y la protección del frío. la seguridad depende también del estado mental; resulta determinante conocerse en el plano psicológico, ser capaces de escuchar y guiar el propio pensamiento, saber controlar ciertas reacciones, dominar los impulsos, así como articular las acciones interiores conscientes e inconscientes, los pensamientos pesimistas y optimistas, las decisiones y las dudas. Finalmente, consideramos que también forma parte del bagaje del apneísta el conocimiento de las técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP), por lo cual aconsejamos seguir un curso específico, pues leer un libro o estudiarlas no nos parece suficiente. Confíen en los especialistas y aprenderán las maniobras que precisa una emergencia.
10.1 PELIGROS DE LA APNEA Conocer los r iesgos que caracterizan la inmersión es responsabilidad del propio apneísta, por dos razones: permite hacer frente a las posibles urgencias del compañero y a la vez adoptar el comportamiento adecuado que garantice una actividad segura. La medicina deportiva ha hecho en los últimos años progresos notables y ha descubierto algunos peligros relacionados con técnicas en uso desde hace tiempo, como, por ejemplo, la hiperv entilación , considerada hoy causa de muchos síncopes.
27 1
Hiperventiloción
Hace cerca de 40 años algunos precursores del profundismo italiano pusieron a punto un sistema de ventilación que parecía permitir al hombre permanecer en apnea más tiempo. Esta técnica fue definida como hiperventilación. Adoptada como método de referencia, fue empleada por un grupo de pescadores submarinos; algunos la siguen todavía hoy porque desconocen sus desventajas y riesgos. Antes de efectuar el golpe de riñón, se practicaba una respiración particular: la frecuencia de 105 actos respiratorios era elevada, y se mantenían durante algunos minutos pero, sobre todo, la forma de terminar la fase espiratoria era especiaL la maniobra era forzada, tanto que se. oía, proveniente del tubo, un silbido estridente, como un gemido, un lamento al final de cada acto exhalatorio. la eficacia de la técnica parecía esconderse justo detrás de la intensidad de aquel sonido «asmát ico», Muchos pescado· res submarinos del pasado respiraban como un fuelle sirviéndose de movimientos alternados de los brazos : apertura y cierre repetitivos , para dilatar y vaciar hasta el espasmo la caja torácica. El objetivo era eliminar todo el aire viejo, o al menos la mayor parte, y cargarse lo más pOSible de oxígeno, de modo que el organismo fuese autónomo por cierto tiempo. Después de dos o tres minutos de hiperventilación, a veces incluso menos, la cabeza empezaba a dar vueltas, y las yemas de 105 dedos y las puntas de las extremidades hormigueaban. Observando a los atletas que hiperventilaban antes de sumergirse, el profesor Mauro Ficini - fallecido en agosto de 1996- se dio cuenta de que algo no funcionaba, comenzó a verificar la validez del método, y descubrió que no sólo no era operativo como se creía¡ sino que repre· sentaba incluso un peligro. Durante la hiperventilación, de hecho, no se acumula mayor cantidad de oxígeno en los alvéolos pulmonares. Después de dos o tres actos respiratorios profundos, la hemoglobina presente en los glóbulos rojos para el transporte del oxígeno a los órganos está ya saturada. En compensación, la respiración forzada provoca la bajada de la tasa de CO 2 , el gas de descarga producido por el trabajo metabólico de las células que respiran , es decir, las que oxidan moléculas de caro bono para producir la energía empleada por el organismo. la desorientación, el atur· dimiento, la se nsación extraña que se acusa al término de la hiperventilación no son señal de una hiperoxigenación, sino el aviso inequivoco de que los valores de presión del CO 2 han alcanzado un nivel demasiado bajo. Nuestro organismo es complejo y está dotado de mecanismos sofisticados destinados a suministrar señales útiles, aptas para reconocer que algo en el sistema no funciona y avisarnos a tiempo. Cuando se contiene la respiración , ocurre que al principio se está bien , no se advierte la necesidad de recargar el aire; esto sucede porque los intercambios celulares vitales continúan con los dos gases protagonistas: el Oz captado por los alvéolo s pulmonares y dirigido a las células, y el CO 2 que está siendo acumulado como producto de desecho. El estado de bienestar se mantiene hasta que los receptores sens ibilisimos del cuerpo humano captan que los parámetros de control no se encuentran entre los límites preestablecidos. El organismo está llegan -
27'2
do a una fase critica y nos pone en guardia. El O2 pasa de 100· 105 mmHg (milíme· tros de mercurio), valores medidos en los alveolos pulmonares en la primerísima fase inspiratoria, a 80 mmHg de presión parcial. El CO 2 continúa siendo expulsado de las células que componen los órganos y entra en la sangre: de una presión parcial inicial de 40 mmHg crece hasta va lores próximos a los 55-60 mmHg. Las campanas de alar· ma que saltan al advertir estos datos se ponen a funcionar: especiales núcleos de células nerviosas, quimiorreceptores carotídeos, aórticos y bulbares. receptivos sobre todo al aumento de la presión del CO 2 en el flujo hemático arterial. a las variaciones infinitesimales del grado de pH y, en segun~o análisis, a la carencia de O2• ordenan al centro respiratorio tomar aire. ¿Qué le sucede al atleta que mantiene la respiración conscientemente? Primero se verifica el deseo creciente de aire que se vuelve pronto una necesidad irresistible de respirar, la llamada hambre de aire. Forzando la apnea, el deportista sentirá una molestia difusa en el estómago. en la glotis. hasta que se produzca un sobresalto espasmódico de los músculos respiratorios, las conocidas contracciones diafragmáticas. A decir verdad, no todas las personas acusan los mismos síntomas, lo que significa que algunos pueden, en condiciones de apnea forzada, no sentir las contracciones, por falta de sensibilidad o por ausencia de tal manifestación. Luego. llega el punto de ruptura de la apnea y el sujeto está obligado a volver a respirar para no correr el riesgo de sufrir un síncope. Con la hi perventila· ción se engañan los centros bulbar es que estimulan el reinicio de la respiración. Es cierto, ha sido detectado que después de algunos minutos de hiperventi· lación, el nivel de presión de CO 2 baja hasta alcanzar valores de 25·30 mmHg. El organismo. antes de sentir los estímulos inducidos por el incremento del dióxido de car bono, se arriesga a entrar en colapso debido a la escasez de oxígeno: Oz break poinr o punto de ruptura del oxigeno. De hecho. hiperventilando, el apneísta no advierte. o lo advierte en menor medida, el hambre de aire, la necesl · dad de respirar, y es probable que pueda entrar en síncope. En inmersión -donde entra en juego la presión hidrostática que modifica tanto el volumen pulmonar como la presión parcial de los gases respiratorios dentro de los alvéolos- , el problema de la hiperventilación se agrava. El O2 pasa del alvéolo al torrente hemáttco con facilidad, ayudado por la presión parcial incrementada, e indu· ce a entretenerse en el fondo, ya que el oxigeno a disposición parece engañosamen· te abundante. En el ascenso, en cambio, los valores del vol umen pulmonar y de la s presiones parciales de los gases van disminuyendo hasta recuperar la normalidad, descubriendo que el oxígeno se ha consumido en exceso, hasta el punto de no tener el suficiente para alcanzar la superficie. Durante una apnea realizada después de una hiperventilación y, por tanto, iniciada con una tasa de CO 2 más baja, la llegada de las primeras contracciones diafragmáticas se retrasa, el intervalo entre una contracción
y otra se reduce y su intensidad crece. Además, se provoca un aumento de la freo cuencia cardíaca (han sido registrados valores hasta de 110 latidos por minuto), una
subida de la presión sanguínea y la inevitable contracción de
LA HIPEfWENTILAClÓN
muchos haces musculares, tres condiciones muy desfavorables a la apnea. Esto puede ser suficiente para convencer a cualquiera del
o/m COS(I qll(' /1/10 ,écf/i("(I fO/-:.flda ,"
hecho de que la hiperventilación no sirve para nada . • Quien hiper-
n"o:; di' ('s¡úroc;ó/I l' illsp;mriólI qlU' !lem. a lIird fisioló{dco. (I /11/(/ ('''(//I("("/Ofl dl' la lJ/y.'siól/ pardal dI'! rfió.ridú df> ror!Jollo;
ventila se engaña a sí mismo», decía Jacques Mayol. Cuando las condiciones fisiológicas normales tienden a restablecerse, como
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facilidad. Como vimos en el Capitulo 3, el hombre posee un reflejo
creer,
de inmersión que se manifiesta con una relajación general de los
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sucede durante el ascenso, el síncope puede sobrevenir con mayor
músculos y una disminución de la frecuencia cardíaca y de la pre· sión sanguínea. Con la hiperventilación, se desencadenan reacciones que son contrarias a las que nuestro cuerpo logra cuando está inmerso en apnea.
No hiperventilar jamás antes de la apnea. ESTados presincopoles
la función cerebral normal depende de un adecuado aporte de oxigeno y glucosa al
y síncope
cerebro. la disminución , más allá de ciertos limites , de estos dos factores lleva a la pérdida del conocimiento. En nuestro caso, el anegamiento de los pulmones es el resultado más frecuente del desmayo en el agua. la mayor parte de las muertes se deben casi siempre al hecho de que el buceador no es asistido con inmediatez. El ane · gamiento que determina que se encharquen los pulmones puede, además, enmasca-
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rar la verdadera causa del desmayo, que se define como sincope y que puede tam bién ser seco. Puede ocurrir que no se produzca el anegamiento de los pulmones por una serie de causas fortuitas, como la posición en la que el buceador se apoya en el fondo y al concomitante trismo de la mandíbula que cierra la boca e impide la entrada del agua. De esta manera han sido rescatados submarinistas tras muchos minutos de parada respiratoria. La oxigenación cardíaca y cerebral se mantuvo por el aumen· to de la presión parcial del poco oxígeno que quedaba en circulación. La secuencia mas común en un incidente de este tipo es la siguiente: el apneista realiza una larga hiperventilación para prolongar el tiempo y !a profundidad de inmersión, disminuye así los valores de CO 2 -que pueden alcanzar los 15 mmHg- y aumenta la presión par· cial de oxígeno (Pp O2) hasta 140 mmHg. Por efecto del incremento de la presión par· cial de los gases alveolares, a un cierto punto del trayecto, mas allá de los -20 m, el CO 2 alveolar se difunde hacia la sa ngre por efecto del llamado «gradiente invertido»; los estímulos o contracciones diafragmaticas, asociadas al hambre de aire, aparecen con retraso. El O2 he matico se mantiene siempre elevado por efecto de la presión hidrostatica, determinando lo que conocemos como «período de bienestan.. Los hechos que llevan al síncope son simples si consideramos que el principio base
El síncope: defensa
que regula cada actividad fisiológica es la conservación de la vida incluso a costa de
extremo del cuerpo
lesiones permanentes. Estar en apnea, contener voluntariamente la respiración, conduce hacia un gradual consumo del oxígeno presente en los pulmones y. por tanto, en la sangre, con el correspondiente aumento del dióxido de carbono. Los receptores que sirven para la medición de los gases presentes en la sangre analizan con cons· tancia estas variaciones y comunican al cerebro el estado de las cosas. Apenas el dióxido de carbono supera cierto nivel , salta el reflejo respiratorio bajo forma de contracciones, el apneísta ignora este estímulo mientras los niveles de ambos gases continúan uno subiendo y otro bajando. El cerebro acelera sus señales, a través de un lenguaje cada vez mas elocuente; si se continúa sin satisfacer esta necesidad se llega a un punto en el que la parte autónoma del cerebro asume el control de la situación, interrumpiendo la función voluntaria: llega el sincope, un evento orientado a reducir toda actividad metabólica para favorecer una, aunque sea mínima, oxigenación del corazón y del cerebro. Por tanto, debemos ver el síncope como una tentativa extrema de salvamento y no como el primer acto del ... fin. El apneísta es quien decide (por error o por necesidad) dejar de respirar, deter· minación interrumpida, a la postre, por el propio organismo, que toma las riendas y reactiva la respiración. Cuando metemos la cara en el agua se bloquea la respiración. Dicho bloqueo es mas poderoso que el impulso de respirar, lo cual es absolutamente obvio (y un acto reflejo del cuerpo, que sabe que respirar liquido significa ahogarse y, por tanto, existe un eficiente sistema que se opone a esta posibilidad). No siem· pre se pasa directamente del estado consciente al síncope; existen situaciones
intermedias, conocidas como estados presincopales o presíncope. Se trata de momentos en los que el sujeto no sabe lo que hace, pero no se ha desmayado, se mueve, aunque de modo desordenado y convu lso, tanto que en nuestra jerga este estado se llama
iC samba ~
(por el parecido de muchos estados presincopales con una
danza poco coordinada). Tanto del síncope como de la
ttsamba~
se puede sali r
sin consecuencia alguna, basta tener un asistente que nos ayude a volver a r espi r ar aire y que esté al lado en el momento de retomar el estado de conciencia. Sepamos
qu~
existen síncopes de los cuales el sujeto sale muy rápido, y estados
en los que se requiere un experto y un reanimador equipado. Puede darse una violentísima oclusión de la mandíbula (trismo) por alargarse la condición de hipoxia, para la cual se requieren: un instrumento capaz de forzar la mandíbula, maniobra de respiración artificial e incluso suministro de oxigeno. A veces, en el presíncope las contracciones son tan bruscas que son necesarias dos personas para sujetar al accidentado y poder reactivar la respiración regular. Apneístas de altísimo nivel que han tenido, y superado, distintos síncopes, cuentan no haber acusado el umbral del peli· gro, así como tantos otros han alcanzado notables resultados en este deporte sin conocer ni «samba» ni desmayo. El profesor Ficin! solía decir que existen los predispuestos o «con la tendencia»; mientras no existan datos científicos al respecto, es probable que tuviese razón. Otro dato sorprendente, sobre todo por la frecuencia con la que se presenta, es que casi todos aquellos que lo han padecido lo niegan. yalgu· nos no aceptan la idea de haber sido socorridos. Para evitar el riesgo hay que conocerse bien a sí mismo y los propios límites, ser conscientes del nivel de apnea adquirido y no ir más allá, pero , ante todo, respirar de modo
Lo p¡Y'COlltlÚI/ de l/O l'Spirar ("01/ IlIcI-=(I uf jif/oli:,or 11ff" 0IJl/I'o /'S /{II geslo imporlalllísi1110. I///e Pllede I'sloúl('("('/·Io difi'/"t'//rio I'I/In' fa I'ido y 111/(1 desagradaúle f'.'lJe/"iellcla: pora la seg/lridar! dr! (/lIt'I(/ deúe cOII/·"rlirse 1'1/ IIfI (WIOIll(lIÍ.WIO 01 lérmi"o de roda apl/eo. ya sea esltÍlien. dimími/"(/ o fJrofilllda.
correcto antes de sumergirse y evitar la hiperve nti lación. la fase más crítica y delicada después de una apnea extrema es la salida. lo adecuado de la primera respiración a la salida del agua puede decidir el éxito de la inmersión y la ausencia de síncope. El acto respiratorio inicial debe ser siempre espirar, para dejar espacio en los pulmones a nuevo aire oxigenado. El error que se comete con frecuencia es el de descargar con fuerza por la boca apenas se emerge del agua; o
incluso peor, comenzar a espirar durante el ascenso. Esto provoca una bajada repen· tina de la presión parcial de oxigeno en la sangre con la consecuente «samba» o, al límite, síncope. Eviten exhalar forzadamente después de una apnea . Conviene, en cambio, espi rar con suavidad el ai re por la boca sin vaciar del todo los pulmones y tomar aire de inmediato con decisión para volver a cargarlos de oxígeno. luego, se podrán vaciar del todo, volviendo a una respiración normal. De esta forma se permite que la presión parcial de oxígeno no caiga por debajo de los valores que llevarían a la «samba» o al síncope.
276
10.2 PREVENCIÓN los procesos químicos que posibilitan la vida son regulados por mecanismos neuro·
hormonales que no acontecen en el mismo momento y de la misma forma para todos. Traducido a la práctica, significa que se tiene distin ta resistencia al frío, al cansancio, diferentes tiempos de digestión y asimilación de los alimentos, diversos tiempos de apnea y de recuperación, etc. Otro aspecto destacable es la causa más grave del estrés: lo desconocido. No conocer la situación que se decide afrontar produce en el individuo un aumento de la tensión. Por esta ~azón, es responsabilidad del apneísta, como en toda actividad subacuática, predisponer un plan de emergencia y comunicarlo al compañero, junto al resto de la información que precede a la actividad, La finalidad es considerar cualquier aspecto de la inmersión con el objeto de minimizar el factor riesgo , la improvisación abre el camino más breve al estrés y al potencial incidente. El primer paso, por lo tanto, es recoger la información necesaria para conocer la situación en tierra, en el barco y en el agua. Las condiciones meteorológicas y el estado de la mar, la orografía del lugar y la bati-
Saber prever
metría nos dirán cómo plan ificar la actividad. Cartas náuticas, previsión del tiempo,
poro proveer
boletín del mar, capitanía del puerto, centros de submarinismo y pescadores del lugar --como todas las personas que cotidianamente viven en esa zona- podrán suministrar las indicaciones justas, Después se
PLAN DE INMERSI6N
deben establecer y convenir los tiempos de entrada y salida del agua, la dirección, los traslados a las zonas consideradas de interés, la profundidad de los descensos y el tipo de entre-
•
~'CÚIIO:::('O uiclI /0 ú/llaciólI en la l'lIIúorca-
I'iÚI/
namiento o de actividad que se realizará. Un buen plan de
.r ('1/ //('/'/'(/?
inmersión debe prever también el comportamiento en caso
• f.· /.Jo /w preporodo lodo.'"
de imprevistos, un tema que se trata con profundidad en el
•
apartado 10,5, Después de haber predispuesto y discutido el
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plan de emergencia con el grupo, cada uno de sus compo-
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nentes repasará las señales para asegurarse de que hablan
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todos «la misma lengua» e incluso comprobar de nuevo,
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mediante pregunta s, que todos hayan entendido la informa-
1;/'(1,'"
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ción concerniente a la jornada de apnea. Una buena organización del sistema de pareja permitirá estar más tranquilos y pres-
El sistema de parejo
tar mayor atención al compañero durante su actuación, teniendo la certeza de disponer de un «ángel de la guarda» en superficie. Podemos afirmar que prevenir los potenciales riesgos de inmersión en cualquier situación - aguas abiertas o piscinapasa por activar un sistema de pareja eficaz. Es el momento de describir los requisitos y las reglas de comportamiento del sistema de apneístas que constituyen la
'2 77
pareja. Ser un buen compañero de inm ersión supone tener la misma pasión , acti· tud y preparación en apnea. El entusiasmo y la dedicación en el mar nacen también de la idea de poder disfrutar con un amigo pailttulares emociones y sensaciones. Un compañero adecuado debería:
• Tener una buena preparación ; al menos igual a la del otro componente de la pareja. Haber recibido una buena formación y conocer todos los problemas de la inmersió~
en apnea.
• Saber realizar las técnicas de reanimación (RCP): masaje cardiaco y respiración artificial.
No es suficiente tener una pareja valida, es preciso Que ambos sean responsables y Que sepan seguir algunas reglas sencillas. En particular, sería necesario: • Respetar el plan de inmersión previsto y discutido con el compañero. • Adecuar el programa y las expectativas a las exigencias del menos experto. Comunicar toda variación en la situación personal o ambiental que requiera un cambio en el plan de inmersión. • Adoptar la regla de «uno arriba y otro abajo •. • Jamás perderse de vista. Lo asistencia
Todo ejercicio de apnea empieza con la formación de las parejas, establecidas las cua·
01 compañero
les cada participante debe conocer siempre dónde se encuentra el compañero y Qué está haciendo. Determinante para el éxito de la experiencia es la adecuadón de las capaci· dades técnicas y atléticas del más fuerte a las capacidades del menos experto o menos en forma. Veamos algunas simples normas de seguridad para activar el sistema de pare· ja y, por tanto, la asistencia durante la apnea estática, la dinámica y el peso constante.
Lo asistencia
la apnea estática consiste en permanecer Quietos, in móviles y flotando en superficie
en lo apnea estórica
durante el mayor tiempo posible. Garantizar la seguridad para el asistente es bastante sencillo y poco atareado desde el punto de vista físico. Desde el punto de vista de la atención, resulta mucho más trabajoso, porque debe informar del cronómetro respetan· do la concentración de quien la ejecuta. Se está cercano al compañero y al mismo tiempo se cronometra. El ayudante debe, con un ligero toque acordado previamente, verifi· car el estado de conciencia cada cierto tiempo. El que ejecuta la apnea estática debe responder al control con un gesto simple e inequívoco como, por ejemplo, un OK hecho uniendo el índice y pulgar de una mano. Si no se obtuviera contestación, el auxiliar debe· rá repetir inmediatamente la mencionada señal y, si a la segunda comprobación tampo· ca hubiese respuesta, entonces tendrá Que interrumpir la actuación del compañero.
Otro aspecto por definir es la cadencia del control en orden de tiempo. Dos son los metodos: A. Las señales se dan cas ualmente cada 10·20 s; este sistema tiene la ventaja de no condicionar en ningún modo la prestación. 8. Las señales siguen un tiempo preestablecido; por ejemplo, la primera des pues del primer minuto y luego cada 30 s. De este modo, se está informado sobre el paso del tiempo.
Psicológicamente el segundo es más duro. Aunque es verdad que hacer una apnea estát ica supone hacer un viaje fuera del tiempo, de este modo se interfiere en la con · centración y la relajación incitando al intento de superarse y, por tanto, induciendo a una apnea de fuerza en vez de a una apnea mental. El que asiste debe recordar que su función no termina cuando el compañero se mueve para interrumpir su prestación . La experiencia enseña que varios segundos despues de acabar puede surgir el malestar. Recuerden observar al compañero incluso después de que haya emergido y controlar por un momento su estado de conciencia y su respiración . El objetivo de la apnea dinámica es recorrer la mayor distancia posible a profundidad
La asistencia
constante. El riesgo es muy alto en los últimos metros. El as istente sigue al apneísta
en lo apnea dinómica
desde la superficie y se mantiene cas i sobre la vertical del buceador. Nadando con aletas, máscara, tubo y una tabla en las manos podrá mirar, respirar y controlar al compañero con facilidad, preparado para intervenir en caso de necesidad y ofrecién · dole un soporte a la flotación (figs. A y B, pág. 280). Esta técnica de asistencia, llamada 'uno arriba y otro abajo», también se adopta para el peso constante y cualquier inmersión en aguas abiertas. ~79
/ lo asisTencia
El descenso en peso constante se practica en aguas libres, y consiste en bajar a la
en el descenso en
maxima profundidad posible propulsado por las aletas y con una cierta cantidad de
peso conSTonre
lastre en la cintura. con la que se volverá a emerger aleteando. Es obvio que el auxiliar no puede acompañar durante todo el descenso a quien se sumerge. la asisten-
cia, en este caso, se practica en los últimos metros antes de llegar a la superficie. los de mayor riesgo de sincope.
Antes de comenzar, comprobar si el lastre es correcto, recordando que si la flotabilidad es demasiado positiva, el descenso resultará cansado, pero si es muy negativa, durante el ascenso será peligroso: evaluar la notabilidad neutra con el asisten te, Que debe venir determinada por la profundidad que se presume alcanzar. La familiaridad con la inmersión profunda, la tranquilidad y la serenidad o, por el con-
2HO
10.0 LAS SEÑALES MANUALES RECOMENDACIONES PARA EL APNEíSTA
El aparato auditivo en inmersión no es capaz de recibir sonidos inteligibles; no obstante, es posible sentir un fondo
•
Nunca sumergirse solo.
de ruidos, típicos del ambiente marino. En tierra firme, el
•
Llevar siempre la boya consigo.
sonido se propaga por el aire con una velocidad tal que la
• •
•
llevar un lastre en que la flotabilidad
onda sonora es percibida primero por un oído y luego, por
neutra se consiga a - 10m.
el otro. El sistema nervioso central se vale de este interva-
Compensar antes de que sobrevenga
lo de tiempo para definir la dirección de la que procede el
el dolor.
sonido. En el agua, el sonido viaja cuatro veces más rápido
Dejar en t rar agua en la capucha antes de l
por efecto de la densidad del líquido en relación con los
descenso, evitando que quede aire entre
gases que componen la atmósfera. Nuestro aparato auditi-
el neopreno y el tímpano.
vo registra el rumor pero no distingue la procedencia de las
Quitarse el tubo de la boca durante
vibraciones, por la brevedad del intervalo de llegada entre
la inmersión.
un oido y otro. Ésta es una buena razón para mirar alrede-
Nunca espirar con fuerza y por completo
dor, girando 360 ' , si emergiendo del fondo se oye el motor
al final de la apnea.
de una embarcación; no podemos estar seguros ni de la dis-
•
Compensar la máscara durante la bajada.
tancia ni de la dirección de la que procede, de la variación
•
Evitar la apnea si no se encuentran en
en la intensidad del ruido sólo se puede interpretar si la
buenas condiciones.
embarcación se está alejando o acercando. Durante la pre-
•
paración de una inmersión, mientras nos relajamos y respiramos en superficie, es difici l oir el motor de un barco que se aproxima y, por ello, este momento constituye una situación potencialmente peligrosa para el apneísta. Para permanecer tranquilos y poder abandonarnos, una boya de señalización y un buen compañero vigilante son determinantes y necesarios. Resultar visibles al patrón de una embarcación propicia el que se mantenga distante del punto de nuestra inmersión. Examinar la zona circundante verificando que no hayan barcos peligrosos en las cercanías garantizará la estabilidad y la tranquilidad del apneista que se prepara para sumergirse. Comunicarse
la imposibilidad de comunicarse verbalmente bajo el agua ha empujado a los sub-
bajo el agua
marinistas a codificar un lenguaje hecho de señales convencionales que, combinadas , permiten crear frases.
OK Pn'gullla
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o ti.!!'. -
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10.4 ALIMENTACiÓN Y PROTECCiÓN CONTRA EL
mio
la relación entre apnea y alimentación no ha sido todavía definida con precisión por los investigadores. No existen datos exactos aunque se disponga de información y se hayan registrado fenómenos a 105 que, en cualquier caso, no les ha sido dada una explicación fundamentada. Éste es uno de los motivos de tanto empirismo e improvi-
sación. Algunos atletas, aun teniendo extraños hábitos, obtienen resultados sobresalientes; a veces son imitados de manera torpe e ¡napropiada, lo que causa sólo el
empeoramiento de las condiciones base de 10,5 imitadores. El primer paso imprescindible es el propiO examen: hay que conocerse profundamente, fiarse de las propias sensaciones, buscando responderlas y secundarlas. Horarios, cansancio, hambre, sed, ritmos, frío son elementos a los que convendrá siempre atender. Conocer el gasto energético es fundamental; todavía no se conocen los mecanismos precisos, pero en los apneístas se produce un consumo energético muy elevado que no depende sólo de la temperatura del agua, de las condiciones de la mar, de la carga individual y de los otros factores. Hay que suministrar al organismo una cantidad adecuada de comida y jamás practitar apnea en ayunas . El gasto de glucosa expresa una parte de la energía necesaria a una actividad motriz: en las apneas repetidas se ha calculado un con· sumo global alto frente a una actividad muscular modesta, por lo que se entiende que existe un consumo consistente. Al apneista, como a cualquier otro deportista, le sirve la energía de todos los principios nutritivos. Consideremos algunas hipótesis.
mar
La noche precedente cenar un plato principal con un alto contenido de proteínas (car-
Solida a l
nes, huevos, pescado). Las legumbres (proteínas vegetales), aunque representen un
de un día enrero
aspecto muy estimado por cualquier nutricionista que se respete, en nuestro campo tienen algunas contraindicaciones. La producción de gases en el intestino provoca distensión abdominal (y menor movilidad pulmonar) y posibles dolores por las variaciones de la presión durante las inmersiones; tómenlo en consideración. Por la mañana, el desayuno debe preceder al menos una hora y media la entrada en el agua; un abundante componente liquido hará más rápido el tránsito a través del tubo digestivo. Elijan qué consum ir según la propia facilidad de digestión, teniendo en cuenta que no están recomendados ni el té ni el café demasiado fuertes , pues aumentan la excitación y el consumo de oxigeno. los zumos de fruta , en particular, los cítricos, provocan acidez; el riesgo, consecuente con la posición cabeza abajo, es el de sentir los jugos gástricos llegar al esófago, o incluso a la boca. la leche requiere una diges· tión laboriosa. Infusiones y tisanas no tienen sólo el efecto por el cual se comerciali zan, sino que pueden producir otros colaterales. Como conclusión de lo dicho, una sola cosa: iconózcanse! Consuman sólo aquello que ya hayan experimentado. El componente sólido debe tener un alto contenido de carbohidratos de cade na larga, es decir, cereales, pan, galletas, bizcocho. Ingiéranlos en cantidad generosa
pero no exagerada porque les limitará la apnea . Resultan óptimos la mermelada y la miel , siempre que hagan una buena digestión y un consumo moderado. El yogur sustituye las cualidades nutritivas de la leche , pero es más denso, por lo que lo diluiremos en otro líquido (incluso agua) . Tengan en cuenta que es ácido, por ello, sirven las mismas consideraciones que para los zumos de fruta. Desaconsejamos el des· ayuno a la inglesa o a la alemana: su altísimo contenido en grasas garantiza una notable reserva de energía, pero su digestión es demasiado larga. Si piensan estar muchas horas en el mar, les ayudará alguna galleta o un poco de pan, no todo junto, sino en dos o t~es tomas. Al volver a tierra después de varias horas haciendo apnea, tendremos cierta carencia de agua y sales (sodiO en particular). Algo de fruta yagua sirven como reintegradores, equiparables a los que se comercializan. Las bebidas azucaradas van muy bien. La comida más copiosa, la cena, comprenderá los nutrientes que nos han faltado durante la jornada (proteínas) y, como queda por delante la noche completa para digerir, no se descarta ningún al imento; recomendamos los vegetales, tanto crudos como cocidos, de los que obtener el aporte de fibra que permita un buen tránsito intestinal y una oportuna eliminación de los residuos. Solid o 01 mor
Un buen desayuno por la mañana es la manera justa de comenzar, procurando que
después de mediodía
no carezca de ninguno de los principios nutritivos. Al menos dos horas antes de sumergirse, un pequeño bocadillo, una media ración de pasta o un poco de fruta pro· veerán las energías necesarias hasta la noche.
Qué comer y qué evita r
•
Bebidas g aseosas (refrescos, agua, cerveza): el CO 2 añadido las hace poco indicadas antes y durante la actividad en cuanto distienden la pared del estómago y empujan hacia arriba el diafragma. En el caso de la cerveza, está contraindicada hasta 4·5 h antes de sumergirse por sus efectos sobre la digestión.
•
Alcohol: en general, debería evitarse con decisión. El vino en pequeñas dosis (una copa en las comidas) no produce consecuencias; sin embargo, no debe tomarse antes de una inmersión.
•
Dulces: preferibles los poco elaborados , por mot ivos obvios de digestibilidad. Prohibidos los caramelos antes de entrar en el agua.
•
Chocolate: contiene discretas dosis de un excitante similar a la cafeína; su efecto es irrelevante en pequeñas cantidades (por ej., para darle gusto a la leche del desayuno). Por otro lado, el chocolate contiene, además, sales minerales y ... ies tan bueno!
286
•
Chicles: masticando se usan, aunque sea indirectamente, algunos músculos úti· les para la compensación; contra esta ventaja añadamos que el chicle estimula los jugos gástricos - uno de los reflejos de la masticación- , que pueden empeorar los síntomas de acidez que acarrea la posición del descenso en apnea, de los que ya hemos hablado, además aumenta la secreción de la saliva, que hace disminuir las sales ci rcu lantes . Mej or rehu irlos.
•
Ajos. cebollas y puerros: se dice que tienen un efecto positivo y Jacques Mayol los hizo populares en el ambiente de nu.estro deporte. Su efecto debería estar ligado a acciones seudofarmacológicas todavía sin comprobar. Tienen una acción vasodilatadora periférica, que actúa contra la vasoconstricción que determina el fenómeno del blood shifr descrito en el Capítulo 3; sobre esta base , sería conveniente eliminarlos. En cualquier caso, no existen datos exactos ni sobre los daños ni sobre las ventajas derivados de estas hortalizas .
•
Antioxidantes: las vitaminas
e y E desempeñan una acción antagonista a la de
los radicales libres, que muchos estudios demuestran que son producidos en abundancia durante la apnea cuando los tejidos se encuentran en condición hipó· xica. La producción de radicales libres es objeto de atentos análisis tanto en el hombre sano como en el enfermo, pues son corresponsables de muchos males . Uno de los efectos negativos , que desde hace poco se considera a cargo de las células cerebrales de quien practica apnea con constancia, podría estar directamente relacionado con la adquisición de los radicales libres. Parece ser que sólo quien se sumerge a profundidades elevadas y con mucha frecuencia está expuesto a este riesgo. La investigación en este campo está poco desarrollada; también la ciencia está sujeta a las leyes del mercado y la apnea no tiene todavía suficiente peso comercial. No se puede pensar en anular el problema de los radicales libres comiendo alimentos ricos en principios antioxidantes , aunque ingiriendo alimentos ricos en vitaminas
e, E y A Y en ácidos grasos poliinsaturados
nos reforzare·
mas para reducir al mínimo el daño. Fruta y verdura, leche y carnes (hígado), acei te, pescado y frutos secos serán bienvenidos en nuestra mesa .
•
Regaliz: tiene como efectos importantes reducir la irritación de la mucosa faríngea, útil en invierno cuando el aire es frío y en caso de tos ligera, e inducir la retención de potasio, una sal que perdemos abundantemente durante la práctica deportiva. No abusar de ella , uno o dos caramelos serán suficientes .
•
Integradores alimenticios: en el mercado existen de todo tipo. Los productos compuestos por el 55% de carhohidratos, el 30% de lípidos y el 15% de proteínas
:W7
pueden ser la solución a muchos problemas. Son muy digesti-
QUENAS REGLAS ALIMENTICIAS
vos, tienen un volumen reducido y pocos desechos , represen-
tan el mejor modo de aguantar una jornada de mucho trabajo. •
Disueltos en agua y tomados a sorbos. pueden obviar el défi ·
\"00,\111101'
• BI,b(',. of.{I/(J • Ilar'f'!'
I/f/O
cit energético de aquéllos que no consiguen comer por la
rOIl fi'('('/u"lclu
(,ol/lida a/ día rita rl/ jJm(eíl/(/s
mañana. También son muy indicados en los fines de semana
• f~'¡lor el o/follol •
!Jerar e/ COl/!mlllO
intensos transcurridos en lugares perdidos donde no se encuentra el alimento adecuado. Otros integradores útiles al
dp 1m/a ," r(,l'dull.l
• Elimillar el (',I"('i',W de peso, poco $(//1I(/0!J/(' • F,swc!/Of',H' y (/1(,lId(,f;~{,
.
apneísta son los salinos, en particular, el magnesio, que participa en varios procesos bioquímicos ligados a la respiración, durante la fatiga psicofisica.
Cómo y cuóndo beber
Durante una salida al mar, convendría beber a sorbos de vez en cuando un poco de agua, aunque no se tenga sed; la humidificación continua de las mucosas de la boca da una falsa señal a nuestro centro regulador de la sed. La actividad submarina provoca un aumento de la producción de orina, que en esos momentos es fundamental mente hipotónica, se parece muchísimo al agua y la produce una hormona específica que favorece el empobrecimiento de sodio. Esto explica por qué con frecuenci a sen timos la necesidad de comer cosas saladas después de las largas horas pasadas en el mar. Seber agua bastará para reintegrar la pérdida.
Lo remperatura corporal
Cuando nos sumergimos en el agua, advertimos un estremecimiento de frío Que depende del hecho de que el calor corporal, que se mantiene constante en torno a las 37'C, se pierde mucho más rápido, a causa del coeficiente de conductividad térmica del agua, Que es 25 veces superior al del aire. En breve, se produce una adaptación Que nos hace sentir la temperatura más agradable, y nuestro organ ismo se adecua al frío con una vasoconstricción periférica, por la que los vasos sanguíneos se contraen y afluye menos sangre a la superficie cutánea. De esta forma se disminuye la dispersión de calor, manteniéndolo en la profundidad del envoltorio corporal. Sin embargo, al permanecer largo rato en el agua, los mecanismos de aclimatación no serán suficientes y se comenzará a temblar; los escalofríos son la respuesta fisiológica del cuerpo que intenta calentarse contrayendo espasmódicamente los músculos para producir calor, en una acción que reclama mucha energía. Los escalofrios suponen el síntoma Que advier· te al apneista de su entrada en una situación de reserva, una buena razón para salir. El fria no se vence. Se puede prevenir llevando un traje de buceo de espesor adecuado a las condiciones y, como ya hemos aprendido hablando de alimentación, adoptando estrategias orientadas a Que aguantemos en el agua. Con la permanencia en el agua fria, la temperatura corporal empieza a bajar, los temblores serán más intensos
y prolongados y las manos y
105 pies se entumecerán. Cuando baja en torno a los 3S ' C
se verifica la condición de hipotermia, que representa un serio peligro. Si la exposición
al fria se prolonga y la temperatura desciende a 32 ' e, la capacidad de razonar disminuye, y por debajo de los 32 ' e existe una inmediata amenaza para la vi da.
10.5 GESTiÓN DE EMERGENCIA El riesgo mayor para el apneísta es la asfixia por anegamiento de los pulmones . Por esta razón, debería saber aplicar correctamente las técnicas de primeros auxilios y en particular, la reanimación cardiopulmonar
(RC~) .
Este tema no se puede tratar en pro-
fundidad dentro de un curso de apnea, en cuanto que requiere tiempo, un maniquí cada dos alumnos y, sobre todo, la guia de una persona experta y competente en la materia, un instructor de RCP. Recomendamos completar la formación participando en un curso de primeros auxilios y, por tranquilidad y seguridad , comprobar que el compañero también sepa socorrer con las maniobras de reanimación.
PREDISPONER UN PLAN DE EMERGENCIA El plan de emergencia debe ser simple y claro. En cualquier situación que se presen · te, cada componente del grupo debe saber qué hacer, y activar en un tiempo breve el proceso que permita a los socorristas atender de forma adecuada a la víctima y solicitar ayuda médica. Un plan de emergencia debe prever tres cosas precisas :
• Kit de primeros auxilios . • Kir para el suministro de 0 2' • Sistema de comunicación con el Servicio Médico de Urgencias. Debe llevarse siempre. Se trata de una caja que contiene útiles y medicamentos para
Kit de p rimeros auxilios
asistir las pequeñas urgencias que se puedan presentar en un ambiente marino. Atención a la caducidad de los productos. El O2 es fundamental ante una emergencia subacuática. En el lugar de in mers ión debe
Kit
haber dispon ible una botella de 0 2; en caso de sincope, es de gran utilidad para favo·
de O 2
para el suminisrro
recer la recuperación respiratoria. Saber quién, dónde y cuándo llamar al servicio médico de urgencias supone, en un
SiSTema de comunicación
caso serio, ser rápidos en el auxilio y no perder un tiempo precioso. Datos de la
con el Servicio t-Aédica
American Heart Association que ponen en relación la intervención de la unidad de
de Urgencias
reanimación con los tiempos de activación de la RPe dicen que si ésta se efectúa en los primeros 4 min del episodio que ha producido el paro cardiaco, y la unidad interviene en los primeros 8 min , las probabilidades de éxito son del 43!1(i, frente a un 1()!I(i si la unidad llega entre los 8 y los 12 mino
289
CÓMO AGUAR ANTE UNA EMERGENCIA EN EL MAR Mientras la actuación ante una urgencia en piscina es competencia del socorrista del lugar, la gestión de una situación en el mar corre a nuestro cargo. Tener en la memoria del teléfono móvil un número útil de la zona que se frecuenta no es suficiente; hace falta que todos los componentes del grupo sepan cómo utilizar el teléfono. Esta información se acuerda con el compañero durante el briefing (charla previa a la actividad).
Qué hacer en coso de emergencia
En el momento en que se percibe que la persona que está inmersa se encuentra en dificultades, debe iniciarse una secuencia de operaciones prec isas, que tendrán éxito si se ha dispuesto un plan de emergencia adecuado a la situación; veamos cuáles.
l1úsqueda del cuerpo
Podría ocurrir que el accidentado se viera desde la superficie; en este caso, sumer-
de la vícrima
girse sólo si está tranquilo. Si acabáis de emerger, haced el intento después de haberos recuperado por completo y valorado que la emoción no os haya provocado una
taquicardia elevada , librarse de rodo
librarse de todo el equipo superfluo (fusites, linterna, portapeces) sin preocuparse de
el equipo superiluo
perderlo. Si se está atado. in tentar ligar a la víctima pasándole el cabo bajo las axilas; liberarlo de los plomos e intentar recuperarlo desde la superficie. Una alternativa válida, si el propio cinturón está atado, es la de abandonar los plomos e intentar res catar a la víctima aferrándola con las manos. Si resbalase o no se alcanzara la superficie, se podría entonces recuperar con el cabo. En el caso de que el apneísta no se viera desde la superficie, rastrear desde una cota útil que permita ver bien el fondo. La búsqueda se realiza en recorridos circulares concéntricos, cada vez más amplios respecto a un punto referencial en lo profundo y cercano al presunto lugar de desaparición de la víctima.
Recuperación
El fin de esta acc ión es llevar lo más rápido posible al accidentado a la superficie. Hay
en profundidad de un
varios modos de ejecutar esta maniobra; en cualquier caso, apenas el socorrista
apneísra Inconscienre
alcance al socorrido, debe quitarse y quitarle el cinturón de lastre y abandonarlos en el fondo. Con lastre positivo, se inicia el ascenso en pareja. Se cogerá a la víctima pasándole un brazo bajo la axi la y sosteniéndole la cabeza con la mano. Si es alcanzada durante la subida, y por tanto, a media agua, podrá ser conducida a la superficie -después de abandonar el cinturón de lastre- sosten ié ndola con los brazos extendidos y las manos apoyadas bajo las axi las (como se explica en el Apartado 9.4). El socorrista puede colocarse de frente o detrás del accidentado; lo importante es aletear enérgicamente y mantenerlo con los brazos extendidos favoreciendo la hidrodinámica y el empuje de flotación.
190
Apenas alcanzada la su perficie, se intentará establecer una flotabilidad cómoda para
Operaciones a realizar
la víctima y el socorrista, deshaciéndose de cualquier peso superfluo. En este mamen·
en lo superficie
to, se debe colocar al ahogado de modo que favorezca la respirac ión espontánea, o la aplicación de la artificial, que puede ejecutarse también en el agua. Para ello, el soco· rrista debe ponerse a sus espaldas y sostenerle la cabeza colocando las manos sobre la mandíbula de modo que los dedos sigan la línea del hueso; mantener alto el men o tón y, sin quitarle la máscara, sacarle el tubo de la boca. Para transportarlo , apoyar la nuca de la víctima sobre el propio esternón y aletear de espaldas. Si la respiración no empezase espontáneamente, iniciar la respira¡;:ión artificial boca·tubo (véase fig.). Este procedimiento permite al socorrista elevar el mentón y tener abiertas las vías aéreas mientras nada con facilidad. Para hacer esto, el socorrista debe qu itarle la máscara y recolocar el tubo en la boca, cerrándola de forma hermética con la mano izquierda. El meñique hará presión bajo el mentón, y el anular y el medio lo harán en torno al tubo sobre los labios , ejerciendo una presión adecuada, mientras que el índice y el pulgar taparán la naríz. Hay que recordar que para mantener las vías aéreas libres es necesario sost ener la cabeza hacia atrás. la mano derecha servirá para guiar el tubo a la boca y efectuar la insuflación cada cinco segundos, para ello se debe repe· tir: «mil uno, mit dos , mil tres, mil cuatro y mil cinco •. Asegúrense de que no haya agua antes de comenzar. Muchas víctimas han podido restablecerse gracias a la eficaz venti· lación recibida en el mar. los apneístas requieren una respiración artificial más pro· longada que los bañistas a causa de la distan· cia que los separa del punto de salida. Además de la descrita, existen otras técnicas, entre ellas, las empleadas por la Cruz Roja y el Nariona/ Safety Council, en las que se reco· mienda siempre la triple maniobra: • mover la cabeza hacia aIras • elevar la mand íbula • abrir la boca Son pocos los métodos de respiración artificial en el agua que dotan de un ade· cuado soporte a la mandíbula para mantener abiertas las vías aéreas de la víctima. En el caso de una incorrecta apertura, el aire en vez de el"trar en los pulmones lo hace en el estómago, éste empuja el diafragma e impide que el aire insuflado por el so· corrista penetre en los pulmones. Es muy probable que se produzcan ataques de vómito, por lo que, si es posible, durante la respiración artificial haria falta tener levantada la mandíbula. Recomendamos el sistema de la mascarilla de bolsillo (poc· 291
ker mask), en el cual se aplican las tres maniobras. la sujeción con las dos manos levantando la mandíbu la mantiene las vías aéreas abiertas y ayuda a mantener la boca del accidentado lejos del agua, permite ventilar a traves de la boca o de la nariz, elimina el contacto boca a boca con la víctima y deja al socorrista nadar sin dificul tades. Por ello, cada buceador debería llevar consigo una mascarilla, tal vez engan chada a la boya. Hay que evitar las bofetadas. sacudidas y otros proced imientos afines: no obedecen a ninguna indicación cientifica. Sacar o lo víctima
Una vez alcanzad,a la barca o la orilla, se intentará sacar al desventurado del agua. En
del aguo
tierra, las tecnicas de reanimación resultarán más efectivas. El socorrista decidirá si le quita las aletas al accidentado an tes de salir o no y considerará si otras personas en la superficie pueden ayudar. Tres son las situaciones en las que nos podemos encontrar operando: en la barc.a, en la playa o en los escollos. Ayudar al compañero a subir a la embarcación puede resultar difici l, especialmente si no se tiene una esca· lera o una plataforma. Un cabo o una red serán de ayuda en el momento de izar a una persona inconsciente (vease fig. , pág. 293). En esta situación el procedimiento de rodar funciona bien, pues evita malgastar energías . En embarcaciones bajas, como una zódiac, el sencillo alzamiento del cuerpo inanimado pod ría bastar; se debe recor· dar que aprovechar el empuje del agua puede ayudar a levantarlo. Si se llega a una playa, hay que dejarse llevar por la rompiente. Ya en la costa, usar el propio cuerpo para frenar las olas de modo que el compañero no trague agua. Una vez fuera del agua, se puede cargar al accidentado acomodándol9 en la espalda, como muestran las figuras. Para trasladarlo bien sin esforzarse demasiado y sin dañarse, conviene actuar con poca agua. Un tanto acuclillados, de modo que la espal · da se encuent re a nivel de la superficie, se agarra a la víctima y se la apoya en los hombros o en las caderas. luego, se la levanta y se camina hacia la playa. Para des· cargarlo, arrodi llarse y agarrándo le la cabeza hacer rodar la persona desmayada hasta apoyarla de espaldas en el suelo. Llevar al compañero a la orilla es una empresa dificil, así que lo mejor es extremar las precauciones. Si el mar está agitado, eva' luar atentamente el moment o propicio cuando, entre una ola y otra, hay un momento de calma. Si se está en una costa rocosa, el salvamento es muy pe ligroso, por lo que será mejor esperar la pausa entre olas antes de nadar hacia los escollos. lo mejor es agarrarse bien a las piedras mientras se retira el agua, y luego, intentar levantar o hacer rodar a la víctima hacia el lugar más alto antes de que rompa la siguiente ola. Cualquier método será más fácil y seguro si colaboran otras personas.
Qué hacer cuando
Una vez en la orilla, la cabeza del accidentado debe orientarse hacia el mar y los pies
se estó por fin fuero
hacia tierra; si se está en una barca, la cabeza irá hacia popa y los pies hacia proa; de
del aguo
este modo, la cabeza quedará más baja para favorecer la circulación del corazón y del cerebro. Es mejor practicar las maniobras de respiración artificial en seco; y, en
292
\
'fiy'S pos/M,'" ¡'lrlllas ¡f.>XI/ro,.
t/
1ft
"í", ¡lila fiwm (/{'/ {fl!lIa.
caso de necesidad, debe saberse administrar una R(P completa. El último consejo:
hacer que el agua alojada en los pulmones salga. Para ello, si esta embarcado, elevar los pies de la víctima , que debe encontrarse en posición prona. En la costa, intentar
lo mismo girando el cuerpo; si la orilla es muy empinada, girarlo sobre el flanco izquierdo en posición de seguridad durante algunos segundos y dejar que el agua
salga sola por efecto de la pendiente.
Tiempo o disposición
Desde el momento en que el apneista entra en sincope hasta que el corazón, si no se logra reactivar la respiración, deja de latir, pueden transcurrir hasta 8 minutos. Éste es el periodo útil para procurar el socorro adecuado al ahogado. Una vez que el cara· zón se para (muerte clínica o aparente), las cél ulas cerebrales comienzan a morir y el cerebro sufre daños irreversibles debidos a la anoxia. Después de 3·4 min de para· da cardiaca acontece la muerte biológica (electroencefalograma plano). Es evidente que dada la escasez de tiempo. el socorrista deberia poder diagnosticar la parada res· piratoria con rapidez, controlar el latido cardíaco y, revelada la gravedad del problema, tomar la decisión de intervenir en el modo más adecuado. Los elementos necesarios para una diagnosis se pueden observar en el rostro del sujeto; esta circunstancia resulta muy útil, visto que los apneístas suelen vestir un atuendo difí· cil de quitar. Como primera cosa, entonces. hay que retirar la mascara de la cara
de la víctima, y examinar sus labios y sus pupilas. Si los labios están azulados significa que la sangre que corre por debajo de la fina capa de piel que los cubre es pobre en oxígeno: el estado de hipoxia es ya avanzado. Situación todavia más grave es aquella en que la pupila se presenta dilatada al máximo y arrefléxica, es decir, insensible a las variaciones de la luz: es una indicación de que los centros nerviosos de la pupi la han entrado también en estado de hipoxia y, en términos generalizados, que las células cerebrales no reciben más oxigeno, signo de que el corazón se ha parado. En uno y otro caso, la primera operación a realizar es la respiración arti · ficial. No es posible practicar una RCP en el agua, por lo que hay que llevar ~ la victima lo más deprisa posible fuera de ella, para aplicarle todos los cuidados necesarios. No pierdan un tiempo precioso intentando que expulse toda el agua inhalada: también en un principio de anegamiento pulmonar el problema principal es la falta de oxígeno para los tejidos; suministrar aire de inmediato insuflándolo con el boca a boca o, mejor todavía, con la mascarilla de bolsillo. Por ello, retrasar la intervención para vaciar los pulmones , con la intención de volve r más efectiva la respiración art i· ficial , podria en realidad comprometer el éxito de la operación. Hay que subrayar que si el síncope acontece en aguas frías, la reducción del consumo metabólico causado por la hipotermia consiente soportar mejor una mengua del flujo sanguíneo cerebral: con una temperatura interna de 30 ' C el suministro de oxígeno al cerebro puede pararse durante 10 min sin causar daños de tipo neurológico. La literatura médica relata casos de reanimación concluidos felizmente después de algunas decenas de minutos de parada respiratoria. Esto significa que, además de la necesidad de prove er la reanimación en el plazo más breve posible, se puede y se debe intentar la
intervención incluso en sujetos para los cuales se supone que ya ha transcurrido el límite de tiempo útil de reanimación.
PRIMEROS AUXILIOS los primeros auxilios, como la fase in icial de los cuidados de emergencia que prec isa un enfermo O un accidentado, son, con frecuencia, si no olvidados, al menos infra-
valorados . El papel de los médicos de urgencias comienza en el momento en el que
la víctima llega a la entrada de urgencias de un hospital. Existe, por tanto, una pausa del auxilio larga y peligrosa que va del momento del incidente al inicio de la intervención médica. En este texto no han sido tratadas, intencionadamente, las técnicas de reanimación y primeros auxilios porque existen insti tu,ciones y centros previstos para tal fin que organizan cursos de formación especializados, en los que animamos a participar. Es evidente que no só lo cada instructor de apnea, sino también cada apneísta res· ponsable, debe saber ap licar las técnicas de reanimación, no sólo por la propia segu· ridad, sino por la del grupo y la del compañero.
CAPíTULO 11
EL ENTRENAMIENTO DEL APNEíSTA
E
l mundo de la apnea está atravesando una fase de profunda transformación, pasando de un período pionero y poético a otro que podemos definir como pro-
fesional, en el cual la racionalización de los métodos de entrenamiento y de la s técnicas caminan en paralelo con la investigación. La programación de la actividad fisica reviste cada vez mayor importancia, y el trabajo es dosificado cualitativa y cuantitati-
vam ente, respetando la genética del atleta. Un apneísta de alto nivel no es un superdotado, es un deportista que se entrena de modo serio, siguiendo unas tablas con-
cretas y una preparación que va del trabajo físico al psíquico, técnico y táctico. Por fin se ha abandonado la idea de que el apneísta debía ser un sujeto dotado de particulares y misteriosas capacidades mentales, o provisto de poderes no identificables desde un punto de vista médico, cosa a la que ha ayudado el hecho de que el número de apneístas de alto nivel va en aumento_ Se entrena más y de forma coordinada , a través del análisis y de la identificación de los factores que caracterizan la actividad , y se programa en consecuencia. No existe un recetario milagroso para convertirse en campeón de apnea, só lo un largo trabajo de paciencia y voluntad. El físico es la base de toda actividad deportiva, y sin una adecuada preparación física es imposib le llegar a resultados satisfactorios. El entrenamiento del apneísta de competición se divide en una preparación física genérica (natación, carrera, pesos) y una específica (apnea estática, dinámica y profunda). En los capítulos anteriores hemos visto las principales técnicas de inmersión; si la pasión por la apnea les ha conquistado y han decidido mejorar sus prestaciones, la lectura de las páginas siguientes podrá se ries útil.
11.1 LA PREPARACIÓN FíSICA DEL APNEíSTA El entrenamiento genérico en seco debe darse a lo largo del año y organizar los estímulos necesarios, llamados «cargas de trabajo», capaces de crear la adaptación orgánica orientada a mejorar las marcas. Constancia y gradualidad son las dos palabras fundamentales en el entrenamiento del apneísta. La preparación física tiene un papel fundamental en el período invernal, de al menos unos cinco meses . Este tipo de trabajo tenderá luego a disminuir en intensidad y tiempo para dar paso al entrenamien-
297
to específico o en el agua. Todavía son muchos los aspectos oscuros sobre la fisiología del hombre en apnea. Entre éstos, el hecho de que no se conozca desde que momento una actuación de descenso en peso constante o en apnea dinámica se transforma de gesto aeróbico en anaeróbico. Otro punto importante para la apnea bajo agua seria poder entender cuáles fibras a nivel muscular son preferibles, si las blancas o las rojas. Una vez comprendidas éstas y otras cuestiones se podrá, también, entender mejor cómo efectuar en los detalles un entrenamiento fís ico para la apnea. Es muy importante no tener dudas sobre el hecho de que el entrenamiento físi co no puede y 1')0 debe sustituir al específico en el agua, debe insertarse en el programa só lo si el tiempo a disposición lo permite y como complemento del agua. Existen todavía enormes dudas referidas a la preparación del apneísta; incógnitas en el campo fisiológico no permiten plantear el trabajo de manera más específica. Aún hoy no se sabe con exactitud si es conveniente desarrollar la fibra blanca o bien la roja de los músculos; en este sentido, distintos equipos médicos han realizado estudios que resultan opuestos entre sí. Dudas similares se plantean para el entrenamiento especifico del descenso en peso constante. Esta especialidad, desde el punto de vista fisiológico, se considera inicialmente como anaeróbica aláctica, luego, aeróbica y al final anaeróbica láct ica. No faltan especialistas que cuestionan esta secuencia, y el pun to capital es que no se sabe en qué momento se produce el paso de una situación a otra. El día en que todas estas incógn itas sean despejadas, el entrenamiento físico podrá acercarse mucho más a las exigencias de la apnea. Como norma general, los dos primeros meses de trabajo del año se dedican por entero a la preparación física genérica; luego. se introduce paulatinamente la preparación específica para llegar a la fase de máxima carga, en la que se combinan los dos tipos, ya en abril y mayo. A partir de junio el entrenamiento en seco tiende a desaparecer para ceder espacio a las prestaciones en el agua. Así, nos acercamos al momento más importante, el período estival. Cuando el trabajo físico específico es predominante, se puede introducir una cita semanal de entrenamiento en apnea, aunque en esta fase no se deben tener prestaciones elevadas en el agua. Como en todos los deportes, no es posible mantener la forma al máximo por periodos demasiado largos. Será necesario programarse de manera que se alcancen las mejores condiciones en la parte más importante de la temporada, la competición. Si se inician con demasiada anticipación las tablas, se corre el riesgo de entrar en forma demasiado pronto y de encontrarse en plena estación de competición ya en fase de caída; éste es el problema del exceso de entrenamiento. Éste es uno de los problemas que la mayor parte de los apneistas de elite tiene que resol ver: cómo entrenarse para poder estar en forma en el período justo, ni antes ni después. Si se registran durante el año todos los entrenamientos, se tendrá una agenda de trabajo que permitirá entender mejor cómo nos deberemos comportar el próximo año. anticipando o posponiendo las diversas fases, independientemente del «retraso» o «anticipación,. advertido en el estado en forma en el agua.
298
I El objetivo de la preparación física es entrenar dos factores básicos: la capacidad anaeróbica y la potenc ia aeróbica (\t02máx ). la potenc ia aeróbica es erróneamente, V con frecuencia, desatendida cuando se habla de apnea, en cambio, es un factor capitaL la V0 2máx mide la cantidad de oxígeno que los músculos pueden utilizar en una unidad de tiempo para producir energía. Un atleta que posea una buena V0 2 máx tendrá características favorables para la practica de la apnea: gran número de glóbulos rojos, valor alto de hemoglobina. baja frecuencia cardíaca, elevada capacidad vital consecuente al entrenamiento aeróbico. La capacidad anaeróbica bien trabajada permite soportar los altos niveles de ácido láctico que ~e forman, por ejemplo, despues de una aleteada veloz en apnea. Es importante que todos los músculos mantengan su elasticidad (es fundamental estirar antes y después del deporte) y que el corazón se habitúe al esfuerzo. Cada ejercicio se aumenta de modo gradual. subiendo el ritmo y la intensidad semana tras semana. El entrenamiento personalizado de un apneísta de competición requiere la presencia de un equipo medico especializado que pueda evaluar la base de partida del sujeto a traves de los métodos descritos. luego, con la ayuda de un preparador fisico, puede estudiarse una tabla que permita, por un lado, potenc iar en su conjunto todos los apartados implicados en la prestación y, por otro, detectar los sectores carentes para correg ir en func ión de ellos el trabajo. Es indispensable in stituir controles intermedios que sigan la justa evolución de la preparación. El aspecto psicológico reviste asimismo mucha importancia y no puede descuidarse; es fundamental crear una relación de confianza y reciproco conocimiento entre el atleta, el preparador, el equipo médico y el psicólogo, con el fin de asegurar que 10 que se ejecuta, aun en el máximo rigor científico, no sea invalidado por lo que condiciona inexorablemente la duración de la apnea en el hombre: las sensaciones psicosomáticas. las tablas de entrenamiento presentadas en este capítulo, relativas a la carrera, a la natación y a las pesas, han sido expresadas con números indicativos y para servir de ejemplo. Los valores deberán ser modificados dependiendo de la preparación y del nivel personal. Entre todos los deportes que sirven para preparar la apnea, la natación es el esencial y el más útil. Si por motivos de tiempo se está obligado a elegir, la natación debe tener prioridad sobre la carrera y las pesas. Existen otros deportes beneficiosos para el apneísta (esqui de fondo, mounroin bike, ciclismo".) que por motivos evidentes no podrán ser tratados aquí con detenimiento.
LA CARRERA La carrera es protagonista en los cinco meses iniciales de la preparación. Durante los dos primeros, el ritmo debe mantenerse bajo, incrementando la duración del trabajo, pasando de los 30 min iniciales a los 60 min de carrera en 60 días. Terminada esta fase considerada de base. en los tres meses restantes los ejercicios tienen la finalidad de adaptar el organismo a tolerar condiciones de hipoxia elevada, trabajando la capacidad anaeróbica láctica. los ejercicios principales son:
299
/
Al Carrera con el control de la respiración : correr a ritmo reducido espirando e inspirando muy despacio, manteniendo constante el numero de pasos de las dos fases respiratorias. El tiempo de espiración debe ser doble que el de inspiración (por ej., 10 zancadas en espiración - S zancadas en inspiración).
Objetivo 1: aumentar el tiempo de carrera a paridad de pasos en inspiración y en espiración. Objetivo 2: incrementar el número de pasos en espiración y en inspiración manteniendo el mismo tiempo total de carrera.
B) Carrera con el control de la respiración y breves apneas al término de cada fase respiratoria: por ejemplo, 10 zancadas en espiración - 2 zancadas en apnea - 5 zancadas en inspiración - 2 zancadas en apnea. Objetivos: iguales a los del ejercicio precedente.
el Serie de recorridos en apnea con breve recuperación: por ejemplo, 10 zan · cadas en apnea - 5 zancadas respirando repetido 20 veces. Objetivo 1: aumentar el número de apneas. Objetivo 2: aumentar el recorrido de la carrera en apnea. O) Máximas distancias en apnea a bajo ritmo con elevada recuperación: por ejemplo, 50 zancadas de carrera en apnea con recuperación total repetido 10 veces. Objetivo: aumentar el recorrido en apnea. E)
Máxima velocidad con larga recuperación. Objetivo: aumentar la distancia en apnea a paridad de velocidad.
CÓMO ORGANIZAR EL ENmENAMIENTO
PropO/U'1II0S algul/os módulos de efl/rel/alll;en/o para repelidos de manC/"a ártica: Ilrídlllo / 10 mi" de car,.el"(¡ úase di' ,olef//(ulI;elllo. JI (20111;11),
e (/5 m;II). D (/5 //Iill): psli
I"(If"ú'I/IOS
lIódulo :! /0111;11 de carrero úase de calefl/amieuto. /J (20 min). F (1,' lIIill), E (/5/11;/1): es/ira lIIiell/os l/(idlllo ,1 10 111;1/ de carrera úas/' de calellla//liet/lo. JI (20 llti,,). r (15 //Iill). D (1" mili): pSlim mll'lIlos
l/tíd/llo -1 10 II/ill de carrera base de calen/amiento. J1 (20 mili), mil'lIlos 300
e (15 mi/l). E (/5min): eslim
F) Incremento gradual de la dista ncia con recuperación constante: por ejemplo, 2 zancadas en apnea - 10 zancadas respirando - 4 zancadas en apnea - 10 zancadas respirando - 6 zancadas en apnea - 10 zancadas respirando - 20 zancadas en apnea - 10 zancadas respirando ... ).
Objetivo 1: incrementar la distancia máxima en apnea. Objetivo 2: disminuir los pasos de recuperación a paridad de distancia recorri da en apnea. Como se puede apreciar, la medida de
lo~
ejercicios no la constituyen los segun-
dos o los minutos, sino los pasos. Así, evitaremos pasar el tiempo con los ojos fijos en el reloj. Cada atleta tiene su paso como unidad de medida, que podría ser del todo distinta a la de otro deportista; ésta es una buena razón para no imitar la ejecución de otro.
LA NATACIÓN Un óptimo nadador puede convertirse con facilidad en un buen apneista, si no tiene problemas de compensación, pues ser hábil nadando presupone una buena acuaticidad, la característica más importante para un apneísta de cualquier nivel. Además, la natación es fundamental por los beneficios que aporta en el ámbito de la respiración y cardiovascular, así como por la pOSibilidad que ofrece de entrenar los grupos musculares empleados en ausencia de gravedad, con ventajas notables para la movilidad articular. Un músculo preparado a través de la natación, ejercicio aeróbico por excelencia, mantendrá una forma más grácil e hidrodinámica respecto a uno ejercitado por medio de una actividad en seco. Sin embargo, existen secuencias de trabajo distintas. Es aconsejable insertar al final de cada entrenamiento unos 20 min de natación con aletas, que mantengan en forma los músculos que intervienen en el aleteo. Para aumentar las cargas de trabajo se pueden usar cinturones de lastre o tobilleras. Proponemos a continuación y como ejemplo seis tablas de entrenamiento de natación pura, con tiempos y distancias referenciales, adecuadas para un nadador medio. La Indicación esencial que se desprende de los ejercicios siguientes es Que el trabajo debe ser muy variado.
LAS PESAS El periodo de entrenamiento con pesas se divide en tres fases fundamentales, bien distintas entre sí, que duran en total unos cinco meses. En ellas se atenderán los haces musculares que intervienen en el aleteo y también el resto del cuerpo. El apneísta debe evitar cargas de trabajo elevadas con movimientos lentos destinados a incrementar el volumen de la masa Que provocaría una hipertrofia muscular y, en consecuencia, un aumento del consumo de oxigeno. Al principio de la estación, normalmente hacia
TIPO DE ENTRENAMJENTO
CALIDADES DESARROLLADAS EN TÉRMINOS PORCENTUALES
• entrenamiento
• resistencia 80%
velocidad 20%
• entrenamiento frQccionado
• resistencia 80%
velocidad 15%
• entrenamiento de velocidad
• resistencia 85%
velocidad 15%
TAOLA O
nPODE ENTRENAMIENTO
CALIDADES DESARROLLADAS EN TÉRMINOS PORCENTUALES
• 200 m calentamiento • 4 x 100 m erol, 20 s reposo • 3 x 100 m erol, 10 s reposo • 2 x 100 m erol, S s reposo
• entrenamiento fraccionado
• resistencia 80%
velocidad 20%
• 5 x 50 m sólo brazos, 15 s reposo (resp. hipóxica)
• entrenamiento fraccionado
• resistencia 80%
velocidad 20%
• 2 x 150, 3 min
• entrenamiento fraccionado • entrenamiento fraccionado
• resistencia 80%
velocidad 20%
• resistencia 1096
velocidad 9096
TAOLA C
TIPO DE ENTRENAMJENTO
CALIDADES DESARROLLADAS EN TÉRMINOS PORCENTUALES
• •
200 m calentamiento 2 x 200 m, 20 s reposo • 2 x 100 m, 15 s reposo • 2 X SO m, la s reposo
• entrenamiento fraccionado
• resistencia 8096
velocidad 2096
• escalera: 50. 100, 200. 300,
• entrenamiento de repetición
• resistencia 4596
velocidad 55%
• entrenamiento de velocidad
• resistencia 8596
velocidad 15%
TAOLA A
• 200 m calentamiento
fraccionado • 4 x 100 m eral, 10 s reposo
• 3 x 200 m erol, sólo brazos, 15 s reposo
•
nadar 1 piscina lenta (P: L.), 1 piscina ve loz (P. V.); 2 P. L., 2 P.
v.;
J P L., J P. V.; 4 P L., 4 P. V.; J P L., J P. V.; 2 PL., 2 P V.; IPL.,IP.V.
reposo
• 4 x 50 m máxima velocidad, 1min reposo
200, 100, 50 con 1 min de reposo entre un ejercicio y otro a ritmo veloz • 300 m sólo brazos, 2 piscinas lentas, 1 muy rápida
30:2
I
-
/
TAOLA D
TIPO DE ENmENAMJENTO
CALIDADES DESARROUADAS EN TÉRMINOS PORCENTUALES
• enfrenamiento
• res istencia 80%
velocidad 2096
• resistencia 75%
velocidad 25%
esprinr
• resistencia 10%
velocidad 9096
• esprint
• resistencia 10%
velocidad 90%
TAOLA F
TIPO DE ENmENAMIENTO
CAUDADES DESARROLLADAS EN TÉRMINOS PORCENTUALES
• 200 m calentamiento
• entrenamiento fraccionado
• resistencia 80% velocidad 20%
• 5 x 75 m, salida cada 1 min 45 s (respiración hipóxica)
• entrenamiento fraccionado
• resistencia 80% velocidad 20%
• entrenamiento continuo + entrenamiento de repetición
• resistencia 72,596 velocidad 27,596
r• 200 m calentamiento • 3 x 100 m, 20 S reposo
fraccionado
• 3 x 75 m, 15 s reposo • 3 x SO m, 10 s reposo • 5 x 50 m, lOs reposo
• entrenamiento fraccionado
(respiración hipóxica)
• 6 x 2S m, salida cada 1 min a máxima velocidad • 3 x 50 m, salida cada 2 min a máxima velocidad
I
TAOLA E
• 200 m calentamiento
• 4 x 50 m, salida cada I min 30 s • 400 m sólo piernas 400 m sólo brazos (respi ración hipóxica)
• 2 x 400 m, con reposo de 30 s entre uno y otro, I piscina lenta,
1 piscina veloz
5 x SO m, sólo brazos cada I min 45 s (resp. hipóxica) 1.000 m: 100 lentos, 100 veloces, 200 lentos, 200 veloces, 100 lentos, 100 veloces, ultimas 200 a la máxima velocidad
l
diciembre, se efectúa una preparac ión general (macrociclo) de unos dos meses, con tres o cÓatro citas semanales. Los objetivos son los siguientes: A)
Preparación muscular de la parte inferior del cuerpo, del tronco yextremidades superiore s.
Bl
Tonificación de la musculatura postural (abdominales y lumbares).
C)
Mantenimiento y gradual potenciación de la actividad cardiovascular (poten· cia aeróbica).
Los dos métodos más eficaces para alcanzar los objetivos precedentes son el PHA
training (Peripheral Heart Action) y el Circuit training que, además, pueden combinarse en una misma sesión de entrenamiento.
PHA
training
El PHA consiste en 5·10 microcircuitos compuestos por 4·6 ejercicios. Cada microcir· cuita debe repeti rse 2·3 veces antes de pasar a1 sucesivo. Las repeticiones de cada ejercicio individual se sitúan entre 20 y 40, Y se ejecutan rápidamente , con una carga cercana al 30% del máximo. La recuperación entre ejercicios es de 1S - 30 s y la pausa entre circu itos es de 1 min 30 s con aparatos aeróbicos (remos, bic icleta, step, cinta).
Circuit training
El Circuir rraining es un entrenamiento aeróbico de tipo mi xto, basado en una serie de prácticas que movilizan las partes del cuerpo donde con mayor frecuencia se veri · fican problemas circulatorios y acumulación de grasa. (onsiste en un único circuito co nstituido por 10·1 S ejercicios que debemos repetir 2·4 veces. Las repeticiones de cada ejercicio son elevadas, de 30 a SO, o el máximo que es posible ejecutar en un tiempo que va de 45 s a 1 min con una recuperación de 1S s entre un ejercicio y otro, y con una carga de trabajo del 25% al 40%. La frecuencia cardiaca y el consumo de oxígeno son altos. Los grupos musculares empleados son sobre todo de las extremi· dades inferiores (cuádriceps y bíceps femoral, glúteos, gemelos, tibiales), abdomina· les, lumbares, pectorales, deltoides, dorsales, tríceps y bíceps. Los medios que se emplean son los aparatos compute rizados que permiten reproducir y simular, de manera más o menos fiel, los ejercicios típicos de actividades al aire libre: correr, escalar, remar, subir escaleras, etc., con la ve ntaja de poder, en cada instante, con· trolar el tipo de esfuerzo realizado (control de la frecue ncia cardíaca, del consumo de oxigeno. etc). Terminada esta primera fase, se prosigue con un período de preparación especial, o mesocic1o, que durará cerca de dos meses, en los cuales se frecuentará el gimna sio dos o tres veces por semana. En esta fase, se retomarán los ejercicios preceden· tes, pero se realizarán a alta velocidad y con una ca rga en torno al 10· 15% del máximo para llegar a 60 repeticiones . Seguirá, por último, un período muy delicado, el microcic1o, de un mes de duración con dos citas se manales, cuya utilidad y validez
304
dependen de la seriedad con que se hayan llevado a cabo las dos primeras fases. Se repetirán las prácticas del segundo período con la misma carga, pero esta vez se efec· tuarán en apnea. El número de repeticiones depende del nivel de preparación y de la capacidad de mantener la apnea en seco cuando se está en movimiento. Los objetivos son: • Mayor tolerancia a la concentración alta de ácido láctico y mejoramiento del umbral de potencia. Trabajo muscular en apnea para
estim~lar
la acidosis muscular (aumento del
CO 2 y disminución del 02)'
EL STI'.ETCHING, MOVILI DAD ARTI CULAR Y ELASTICIDAD MUSCULAR la elasticidad muscular y la movilidad articular son siempre garantía de un gesto atlético y eficaz , a menudo estas dos cualidades resultan ser en algu nas disciplinas deportivas los puntos fuertes que pueden marcar la diferencia final. La apnea entra en el grupo de estas disciplinas deportivas, en las que estas cualidades físicas juegan un importante papel en la economía general de la prestación. Cualquiera que haya estado un período sin practi car ningún tipo de actividad física habrá notado que en poco tiempo se produjo una disminución de estas dos capacidades físicas junto con la condición física general. Naturalmente, apenas se retoman los entrenamientos, se recu pera la buena movilidad articular y elasticidad muscular junto con la condición fisica general. No obstante , es importante no descuidar aquellos ejercicios específicos que deberán siempre formar parte de un entrenamiento completo. Un músculo inactivo pierde tono en un tiempo muy breve, se debilita y se vuelve rígido perdiendo elasticidad, del mismo modo las principales articulaciones se resienten notablemente, perdiendo ese equilibrio perfecto que sólo la sinergia de un aparato tendinomuscular perfectamente funcional y activo está en grado de garantizar, asimismo, el grado de amplitud del movimiento de la articulación sufrirá una influencia negativa. La elasticidad muscular es una propiedad que permite vivir el movimien to en un modo más sereno, cualquiera sea la actividad realizada, prescin diendo de si se practica o no actividad física, es siempre importante tener una buena movilidad articular y elasticidad muscular. En lo referido a la actividad subacuática en apnea, podemos entender porqué un físico poco entrenado pero dotado de una buena elasticidad muscular logrará desenvolverse en el modo más aceptable en la mayor parte de las situaciones, si bien la prestación final se resentirá por la carencia objetiva de condición física.
305
los músculos poseen propiedades increíb les , una de ellas es la
capa~idad
de esti ramiento; naturalmente, esto se deberá conseguir de manera gradual para evitar traumas en los tejidos y las fibras musculares. Un músculo expuesto a regulares y constantes actividades de esti ramien to está preparado para efectuar en un modo más rápido y eficaz cualquier tipo de movimiento, es más fácil el paso del estado de inactividad a la fase activa, ya que se ve favorecida la amplitud del movimiento y sobre todo dis· minuye la posibilidad de traumas derivados de la escasa elasticidad muscu· lar, como puede ser el caso de la tendinitis. Un deportista perfectamente entrenado tampoco debe descuidar la s bre o ves sesiones de estiramientos (stretching) tanto antes co mo después del entrenamiento. Un músculo bien entrenado necesita aún más ejercicios de estiramiento antes de la actividad física para evitar lesiones y favorecer una mayor amplitud articular, y después de la actividad física o del entrenamiento para distender las fibras, ya que debido a la contracción muscular producida por el ejercic io, se ocasiona una nueva situació n de rigidez e hinchazón. ¿Cuántos apneístas han sufrido de tendinitis, especia lmente en el tendón de Aqui les? Probablemente muchos. las mayores molestias pueden experi mentarse, con más frecuencia, en las articu laciones inferiores que transmi ten la energía a las aletas. los apneístas que utilizan la monoaleta no pueden descuidar en ningún modo el stretching, que junto con un adecuado entrenamiento garantiza una perfecta movilidad articular de todas las zonas implicadas en el movimiento. Una buena práctica de stretching se consigue realizando lo s ejercicios con toda tranquilidad. Podemos hacer los ejercicios incluso en nuestra s casas y sin necesidad de aparatos especiales. las sesiones de estiramie ntos deben ser concebidas como un momento de relajación en el que se busca devolver a la musculatura y a las articu laciones la elasticidad original. Como ya se ha seña lado, el stretching ayudará notablemente al aparato musculoesquefético aun sin el acompañamiento de un entrenamiento específico que es siempre aconsejab le. la elast icidad muscular con la consig ui ente movilidad articular son nuestras aliadas en el momento en que nos sumergimos , nuestra vue lta , luego, será más fluida y natural sin el riesgo de poder sufrir algún trauma en la zona lumbar por frío . Notamos que los miembros superiores, que contribuyen a balancear la acción del cuerpo, mantendrán una posición más hidrodinámica y relajada. los miembros inferiores podrán realizar la acción de propulsión con un movimiento decidido y continuo y podrán oscilar libre· mente hasta la máxima apertura que las articulaciones de la cadera, de las rodi ll as y de los tobillos permitan.
:3 06
Supongamos que no hemos realizado actividad fisica por un largo perío· do y que no somos capaces, desde la posición erecta, de llevar el busto hacia delante y bajar hasta tocar la punta de los pies con las manos sin doblar las piernas porque nuestra musculatura perdió elasticidad. En el momento que queramos dar amplitud y potencia a la zancada, nos daremos cuenta que esto será dificultoso y hasta doloroso, no lograremos distender completamente nuestros miembros haciendo trabajar en el mejor de los modos la pala de las aletas, y, si insistimos, podremos incluso provocar traumas a la musculatura que se manifestarán bajo la forma de molestos y dolorosos estiramientos y contracturas. Para aquellos que practican la apnea con la monoaleta, el strerching resulta aún más importante, ya que para realizar un gesto correcto es necesaria una gran movilidad articular y elasticidad muscular. Pensemos en un buzo que no consigue extender los miembros superiores entrenados hasta el eje longitudinal del cuerpo, además de la cabeza, en modo perfecto , o, que tenga una movilidad articular limitada del tracto lum· bar o en algún otro de los sectores mayormente influyentes, seg uro que toda su acción de propulsión se resentirá en un modo relevante co n consecuen cias negativas. Una perfecta elasticidad muscular y movilidad articular se rán indi spensables para cualquier movimiento en inmersión; un cuerpo flexible y elástico podrá cambiar de posición, torcerse, flexionarse y distenderse sin problemas, dando eficacia a la acción en general. Una acción armónica y fluida pero mitirá también consumir menor cantidad de oxígeno. Podemos realizar nuestras sesiones de strerching sin tenerlas que añadir a otros entrenamientos particulares dedicando para ello los momentos de mayor tranquilidad, por ejemplo, mientras miramos la televisión o escuchamos música; muchos ejercicios podrán realizarse en grupo mientras se ¡man tiene una charla placentera.
11
Por la mañana, en pocos minutos , para iniciar la jornada en la mejor de las condiciones.
Cuándo practicar ejercicios de stretching
Durante el trabajo para disminuir la tensión nerviosa y reencontrar un mínimo de re lajación . • Tras haber permanecido por un largo período de tiempo en posición estática. Cuando nos sentimos rígidos y una buena relajación nos puede ayudar. Reduce la tensión muscular y favorece la relajación psicofisica.
Por qué practicar
Ayuda a la coordinación motora garantizando mayor eficacia y libertad
stretching
en los movimientos.
307
• Previene las posibles lesiones que puede ocasionar la actividad mu scu· lar en frío o con escaso calentamiento como los tirones, desga rros y tendinitis. • Hace más fácil afrontar actividades comprometidas preparando los músculos principalmente implicados en la acción. • Desarrolla la conciencia del propio cuerpo. Practicar preferiblemente el
srrerching junto con una sesión de relajación aumenta notablemente la s ve ntajas y los beneficios _ • Permite a ,la mente tomar conciencia de las percepciones cinestésicas provenientes del cuerpo como de posibles elementos de molestia y ten sión. • Favorece la circulación sanguínea. • Produce sensación de bienestar.
Cómo realizar los ejercicios de stretching y por cuánto tiempo
El stretching es una práctica muy útil y so bre todo accesible para cualquiera sin necesidad de preparación física o dotes físicas particulares. Los ejercicios pueden ser realizados por personas de todas las edades que tengan buena salud y no presenten problemas físicos especificas. Para obtener beneficios se requiere de un tiempo de práctica relativamente breve. son suficientes 10 o 15 minutos al día para poder apreciar los resultados en pocas sesiones. Para un apneísta, que se sumerge en agua, tener una buena elasticidad y movilidad articular son cualidades indispensables para poder hacer frente a la resistencia del medio y moverse con soltura con el equipo. Para que el trabajo realizado sea eficaz y no produzca consecuencias con· traproducentes se deben seguir unas reglas muy simples, al menos al principio. La técnica de estiramiento debe ser suave y progresiva, es un error forzar en exceso el músculo en la primera sesión. Los músculos poseen un reflejo de estiramiento que interviene cuando las fibras se estiran en exceso causando una contracción instantánea que tenderá a poner rígido el mú scu lo que se quería estirar. Por el contrario, se buscará estirar la musculatura en forma progresiva, con decisión pero sin llegar al umbral del dolor. Se deberá experimentar una sensación de relajación de las tensiones musculares. Naturalmente, trabajando de este modo, se necesitará, seguramente. mayor tiempo, pero 105 resultados llegarán y nos daremos cuenta de que nos podemos mover con mayor soltura y naturalidad. Las primeras sesiones se caracterizarán por estiramientos que no llegarán al umbral del dolor y con una duración de entre 30 a 40 segundos, la sensación de tensión tenderá a desaparecer cuando el músculo se relaje, en cada repetición nos daremos cuenta de que el grado de elongación tenderá lentamente a aumentar y lograremos alcanzar puntos del cuerpo cada vez más
308
lejanos. Después de esta fase predominantemente estática se pasará a la fase en la que durante el stretching se introducirán los movimientos de estiramiento progresivo, es decir, una vez que se alcanza la posición y se la man tiene por algunos segundos , se estirará un poco más pero sin llegar al umbral del excesivo dolor, esta acción podrá durar inicialmente entre 30 y
90 segundos para seguidamente experimentar la sensación de bienestar fruto de la descontracción y del ritmo de la respiración. La práctica del stretching debería siempre preceder y seguir a la sesión de entrenamiento. El máximo nivel de una sesión de srretching se consigue cuando los estiramientos se realizan acompañados de una correcta respiración, como hemos visto al tratar el tema de la relajación. La respiración es fundamental en cualquier tipo de técnica que busque la relajación ya sea mental o física. Acompañando al estiramiento, la respiración deberá ser lenta, rítmica y controlada. Como en el Pranayama, la fase espiratoria será profunda y lenta acompañando el estiramiento del músculo; en la fase inspiratoria mantendremos la posición y después con una larga espiración intentaremos estirar un poco más para Finalmente relajar el músculo. Este trabajo deberá realizarse en el modo más natural posible. $i encontramos que nos resulta dificil regular y mantener una respiración correcta y rítmica, seguramente se debe a una búsqueda excesiva del estiramiento muscular, quizás exagera do; en este caso, debemos disminuir ligeramente la tensión para reencon trar la respiración más natural posible. Este ejercicio, si se realiza correcta· mente, nos proporcionará una sensación de relajación, descontracción muscular y tranquilidad mental, fundamental en la concepción moderna de la apnea. El cuerpo humano comprende un elevadísimo número de músculos , más o menos implicados en algunos movimientds específicos que un apneísta o pescador submarino realizan habitualmente; como regla general, es importante practicar estiramientos en modo global para así conseguir una elas -
Los músculos y las zonas que más necesitan del stretching para la inmersión en apnea
ticidad y buena movilidad en el conjunto de las articulaciones de todo nuestro cuerpo . Cada uno de nosotros tiene una estructura muscular y conformación física diferentes, primero deberemos determinar cuále s son las zonas corporales que más necesitan de una intervención para conseguir una armonia en el conjunto del movimiento, para después desarrollar un trabajo específico dirigido a distintas zonas y asociado también a un tra bajo más genérico. Una vez se hayan obtenido buenas condiciones generales, se puede pasar a un trabajo más específico dirigido a aquellas zonas que están más implicadas en la acción de propulSión de las aletas tradicio -
309
nales o de la monoaleta durante la inmersión. Con el uso de las aletas tradicionales, los músculos más implicados serán los que parten de la zona lumbar hasta los flexores y extensores de los dedos de los pies; en cambio, aquellos que utilicen la monoaleta, como el movimiento es más complejo y generado en la casi totalidad de los músculos, será absolutamente necesario un trabajo de stretching que comprenda por igual todos los grupos musculares. Naturalmente, a nadie le hará daño hacer estiramientos, incluso si n la necesidad de tener que usar la monoaleta, antes bien, moverse en el fondo del m~r como una anguila es fundamental para cualquier pescador en apnea; con frecuencia ante la conformación del fondo o el imprevisto acercamiento de una presa es necesario realizar movimientos o torsiones dignos de un elástico. En cada caso es una buena regla practicar estiramientos para permitir a las articulacione s principales estar siempre libres de cualquier impedimento y mantener todos los grados de movimiento con que la naturaleza nos ha dotado, en particular, la articulación escapulohumeral y la coxofemoral necesitarán una atención especial ya que el equilibrio muscular que las regula es mucho más delicado.
11.2 EL ENTRENAMIENTO EN EL AGUA El mejor entrenamiento para la apnea es la apnea. En este epígrafe ve remos con qué frecuencia, orden y cadencia se deben organizar las prácticas en apnea estática, diná· mica y de descenso. Hay reglas genera les que es oportuno respetar y que hemos recopilado en la tabla RecomendaCiones para el apneísra de la página 282. Resultará útil al lector para evitar los errores más comunes. Un consejo fundamental es no nadar nunc;a. antes de una sesió n de apnea. La natación provoca un aumento del ritmo cardiaco)' la intervención de los grupos musculares que requiere el estilo adoptado y hace vana la relajación. Los tres tipos de apnea son muy distintos entre sí, aunque es posible relacionarlos en la acción: en general, l min de apnea estática permite llegar a 20/22 m de apnea horizontal y a 10m de apnea profunda . No puede decirse que sea siempre así, pero con frecuencia, si esta regla no se verifica, es a causa de factores emotivos y psicológicos o por falta de técnica; un buen instructor puede ayudar a localizar y anali zar esta limitación. Una ficha personalizada es básica como instrumento de control y verificación de las progresiones observadas. El entrenamiento no es otra cosa que un cambio y una adaptación funcional de nuestro organismo al esfuerzo de una carga. Es necesario identificar todos los parámetros de esta carga a fin de poder programar el entrenamiento y modularlo. En el ciclismo, por ejemplo, el kilometraje recorrido y la velocidad constituyen dos de los aspec:j
IO
tos de carga, definidos también como volumen e intensidad. En el caso de la apnea, sea en el mar o en piscina, la carga la constituyen el tiempo de apnea (profundidad o dis· tancia) y de recuperación. Volviendo al ejemplo del ciclista, se puede hablar de factores que inciden sobre la carga: dos horas de bicicleta a 40 km/ h, a una temperatura de 35 ' C, son más duras que el mismo tiempo a igual velocidad en una jornada más fres ca. En apnea son muchas las circunstancias que pueden hacer variar las dos cargas que nos interesan. Una inmersión a 30 m, con agua a 12 ' C, es más dificil que la misma inmersión en aguas tropicales. Del mismo modo, 75 m de apnea dinámica en una piscina de 25 m con aletas pequeñas de goma so~ más duros que 75 m en piscina de 50 m con aletas largas. Podrían citarse muchos ejemplos como éste. Veamos los factores que pueden influenciar una carga de trabajo en apnea, factores que se deben tener en cuenta, para poder variar el programa y entender eventuales mejorías o caídas en el rendimiento imprevistas. Recuerden que nunca se debe hacer una inmersión en solitario y consulten el Capítulo 10 para aprender a organizar una sesión de entrenamiento con todas las garantías de seguridad requeridas por este deporte.
• Temperatura del agua • Tiempo transcurrido ya en el agua • Intensidad del trabajo realizado • Visibilidad • lastre • Material técnico a disposición • Corriente • Concentración • Forma fisica • Estrés
MUY
)
IMPO~TANTE
En las tablas y ejercicios que siguen, los valores indicados (tiempos de apnea, tiempos de recuperación, medida de las distancias, profundidad) sirven de ejemplo. Cada apneista debe atenerse a su propio nivel y capacidad.
ENTRENAr. LA APNEA ESTÁTICA En este epígrafe se encuentran las tablas para organizar el entrenamiento, que resultará más eficaz si se t ienen presentes las siguientes y sencillas reglas : • Nunca hacer apnea sin una asistencia adecuada. • No calentar (natación, apnea dinámica) antes de la estática. Si la temperatura es baja, usar el traje de buzo durante la sesión. • La posición puede variar de apneísta a apneísta y debe ser de absoluta relajación.
3 11
• Antes de empezar conviene efectuar tres o cuatro apneas de calentamiento que permitan un acercamiento al primer punto de la tabla . • La tabla debe ser personalizada en función del propio nivel. En las tablas que siguen , los tiempos indicados corresponden a un apneísta que alcance los 4 min de apnea estática. Los de mayor capacidad podrán aumentar los tiempos de apnea o disminuir los tiempos de recuperación. Los más modestos reducirán los tiempos de ejecución y ampliarán los tiempos de recuperación. Las apneas estáticas en piscina se efectuan llenando los pulmones al 70-7 5%
d~
su capacidad total. Una inspiración completa no per m i te
alcanzar la rel~ación y distensión necesarias . Siguiendo las secuencias propuestas en estas páginas, hay Que recordar no superar nunca las ocho apneas de una misma tabla. En el caso de que se logren las ocho con facilidad, se debe aumentar la intensidad del trabajo (incremen· tar el tiempo de apnea o reducir el intervalo de recuperación). Entrenar la apnea estática no significa meterse en el agua e intentar res isti r un poco más que la última vez. Existen programaciones Que nos permiten mejorar grao dualmente nuestro nivel de preparación. Las dos tablas propuestas (A y B) constitu· yen la base para un buen trabajo. El primer paso es realizar la propia tabla de entre· namiento dedicando la primera cita a encontrar, con la ayuda del compañero o del instructor, los tiempos y la recuperación que servirán de tabla de partida. Si en fase de realización (A o B) nos encontramos sin aliento después de tres o cuatro apneas, significa Que las cargas deben revisarse y aligerarse . Si por el contrario se llega a la octava apnea con mucha facilidad , procederemos a aumentar los tiempos de apnea y a reducir los de recuperación; es preferible no tener nunca un tiempo de recuperación superior a tres minutos. Si las tablas de base no son lo más cercanas a nuestra capa· cidad, no debemos preocuparnos ; de hecho, los objetivos se alcanzarán de forma cada vez más veloz, e incrementaremos la dificultad de nuestra tabla.
a12
TABlA A TIEMPOS DE APNEA CONSTANTES DISMINUYENDO LOS TIEMPOS DE RECUPERACIÓN
TAIlLA A 2 min APNEA 2 min APNEA 2 min APNEA 2 min APNEA
2 min APNEA
2 min APNEA 2 min APNEA
> > > > > > >
3 min 2 min 50 s
RECUPERACIÓN
2 min 40 s 2 min 30 s 2min20s
RECUPERACiÓN
2minl0s
RECUPERACiÓN
2 min
RECUPERACIÓN
El tiempo de apnea es el 50/60%
FIN
del tiempo máximo.
2 min APNEA
RECUPERACiÓN RECUPERACiÓN RECUPERACiÓN
Cada apneista tendrá una Tabla A y una Tabla S, que serán básicas, de las cuales se partirá para trabajar sobre un preciso objetivo.
En cada entrenamiento hay que
proponerse un solo objetivo. la tabla obtenida alcanzando el objetivo 3 constituye la nueva tabla base, que sustituirá a la anterior, y de la que se debe partir para tocar los nuevos objetivos 1 y 2. los máximos deben probarse una vez cada dos meses, no con más frecuencia. Objetivo 1: aumentar el número de apneas con el mínimo intervalo de recuperación
(e n el ejemplo, dismi nu ir 105 tiempos de recuperación empezando con 2 min 50 s de primer intervalo, en lugar de los 3 min iniciales de la tabla, para lograr repetir 105 2 min de recuperación ):
TAIlLA A 2 min APNEA 2 min APNEA 2 min APNEA 2 min APNEA 2 min APNEA 2 min APNEA 2 min APNEA 2 min APNEA
> > > > > > >
2min50s R~CUPERACIÓN 2 min 40 5 R CUPERACIÓN 2 min 30 s RECUPERACiÓN 2 min 20 5 RECUPERACIÓN 2min l Os RECUPERACIÓN 2 min
RECUPERACiÓN
2 min
RECUPERACiÓN FIN
Objetivo 2: llegar a disminuir el intervalo de recuperación mínimo (en el ejemplo,
pasar de una recuperación mínima de 2 min a una de 1 min SO s).
3 13
Objetivo 3: incrementar el tiempo constante de apnea con el mismo tiempo de descanso (en nuestro ejemplo, pasar de 8 apneas de 2 min a 8 apneas de 2 min lOs con la misma recuperación)_ Recuerden que la tabla obtenida alcanzando este
nuevo objetivo constituye la nueva tabla de base. TABLA B
AUMENTO DE LOS TIEMPOS DE APNEA MANTENIENDO CONSTANTE EL TIEMPO DE RECUPERACiÓN
TABLA B 2 min
APNEA >
2min45s
RECUPERACIÓN
2minlOs
2 min 45 s
RECUPERACIÓN
2min20s
APNEA > APNEA >
2min45s
RECUPERACIÓN
2 min 30 s
APNEA >
2min45s
RECUPERACIÓN
2 min 40 s
APNEA >
2min45s
RECUPERACiÓN
2 mi n 50 s
APNEA >
2min45s
RECUPERACiÓN
El tiempo inic ial de apnea es el
3 mi n
2 min 45 s
RECUPERACiÓN
50% del tiempo máximo.
3 min lOs
APNEA > APNEA
FIN
Objetivo 1: aumentar el número de apneas de tiempo máximo con el mismo tiempo de recuperación (en el ejemplo, iniciar con una apnea de 2 min lOs en lugar de los 2 min iniciales de la tabla para repetir los 3 min lOs).
Objetivo 2: incrementar el tiempo máximo de apnea manteniendo constante el intervalo de descanso (en el ejemp lo, superar los 3 min lO s).
Objetivo 3: disminuir los tiempos de recuperación. Pasar a un tiempo inferior de descanso con los mismos tiempos de apnea (en el ejemplo, pasar de 8 intervalos de 2 min 45 s a 8 intervalos de 2 min 30 s con indéntica secuencia de apnea). Recordad que la tabla que se ha obtenido al alcanzar este nuevo objetivo constituye la nueva tabla de base. los pasos de incremento en los tiempos de apnea y de dism inución en los intervalos de recuperación varian dependiendo del nivel del apneista. Para quien empieza con estas tablas, será fácil mejorar, alcanzar el objetivo 3 con tranquilidad, aumentar la apnea y disminuir los intervalos , incluso hasta 15 s. Cuando progrese, será más dificil; sobre valores al limite, los pasos pueden ser de 2-3 s. Hay días en que resulta casi imposible concentrarse, convivir y sufrir las contracciones diafragmáticas o alcanzar los tiempos de apnea habituales; no nos desmoralicemos. En lugar de entre·
.'3 14
nar con las tablas A o S, efectuemos trabajos alternativos, cuya implicación ps icológica sea me nor: • apneas estáticas sin tiempos fijos preestablecidos , durante las cuales practicar nuevas técnicas de relajación y concentración. • apneas es táticas a pulmón vacio. • serie de ap neas con un solo acto respiratorio completo. serie de apneas co n de sca nsos muy breves. Combinando las Tablas A y S se puede obtener una Tabla
e en la cual los t iempos
de apnea crecen y los tiempos de recuperación disminuyen.
TABLA C AUMENTO DE LOS TIEMPOS DE APNEA Y DISMIN UCiÓN DE LOS TIEMPOS DE RECUPERACiÓN
TA[)LA e 2 min
APNEA 3 min 30 s
RECUPERACIÓN
2min lO s
APNEA 3 min 20 s
RECUPERACIÓN
2 min 20 s
APNEA 3min l Os
RECUPERACIÓN
2 min 30 s
APNEA 3 min
RECUPERACiÓN
2 min 40 s
APNEA 2 min SO s
RECUPERACIÓN
2 min SO s
APNEA 2 min 40 s
RECUPERACIÓN
3 min
APNEA 2 min 30 s
RECUPERACiÓN
3 min 10 s
APNEA
FI N
ENmENAR LA APNEA DINÁMICA Algunos co nsejos que recomendamos seguir: • En general, la apnea dinamica se desarrolla en piscina , donde la temperatura del agua es agradable, por lo que el bañador es suficiente atuendo; el traje de buzo no es necesario. El contacto directo con el agua, ade más, favorece la se nsibilidad en la acción del aleteo. • Antes de iniciar la tabla de entrenam iento, realiza r algunas apneas dinamicas de calentamiento que serviran para regu lar la velocidad. en el caso de que el eje rcicio prevea un tiempo preciso de ejecución (veanse ejercicios E y F). • Hay que llegar a controlar, incl uso reducir, la velocidad del aleteo, sobre todo , en la última fase del recorrido de una apnea prolongada cuando, por instinto, manifestemos la tendencia a acelerar el ritmo.
3 15
Si están previstas para el mismo día, entrenar la apnea dinámica siempre despues de la estática. • En las tablas que siguen, los tiempos propuestos son puramente indicativos, para dar una idea sobre el tipo de trabajo a ejecutar. El apneísta adoptará valores apropiados a su nivel. Lo importante es mantener las lineas de gu ía de cada ejercicio. En los recorridos en apnea dinámica, los brazos deben mantenerse en los cos tados par~ propiciar el máximo relajamiento, mientras que en las salidas en velocidad se aconseja tenerlos estirados hacia delante para ser mas hidrodinámicos y por seguridad a la llegada al borde. • En las tablas desaconsejamos superar el número de apneas propuestas. Es preferible trabajar sobre las cargas , incrementando la intensidad (aumento de la distancia, reducción de los tiempos de recuperación). • Au mento de la carga con resistencias artificiales: apneas dinamicas con trajes de distinto grosor, cinturones de lastre, ropa. elásticos ligados a la cintura y fijados al borde de la piscina, o tabla de corcho en pos ición de resistencia al avance. De la serie de tablas de entrenamientos que sigue, aconsejamos trabajar con tres tablas distintas.
Toblo A SERIE DE APNEAS HORIZONTALES CON CONTRO L DE DISTANCIA Y TI EMPO Ejemp lo: 10 x 50 m con I min de reposo. Objetivo 1: au mentar la distancia recorrida a paridad de recuperación (10 x 55 con l min de recu peración). Objetivo 2: mantener la misma distancia disminuyendo el intervalo de descanso (10 x SO con SS s de recupe ración).
3 16
Tabla O SERIE DE RECORRIDOS HORIZONTALES CON SALIDA EN TIEMPO PREFUADO Ejemplo: 10 x SO m con salida cada 2 mino
De este modo, nadando más rápido, se descansa más tiempo y viceversa (si se recorren 50 m en 50 s, se descansa 1 min lOs, si se recorren en 1 min 15 s, se descansan 45 s).
Objetivo 1: incrementar la distancia recorrida con los mismos tiempos de salida. Objetivo 2: disminuir el tiempo de salida respetando el recorrido.
Tabla
e
CARRERA RÁPIDA EN CORTAS DISTANCIAS CON BREVE INTERVALO DE RECUPERACIÓN Ejemplo: 6 veces 2S m de apnea muy rápida con 1 min 30 s de reposo. Objetivo 1: aumentar el número de apneas hasta 1Q.
Objetivo 2: aumentar la distancia recorrida a velocidad máxima. IMPORTANTE: para evitar posibles traumas musculares, este trabajo no debe efec· tuarse sin calentamiento previo. La idea es quemar el máximo de oxigeno a disposi· ción en un breve recorrido. Si el ejercicio no se realiza a la máxima velocidad, la intención será vana.
Tabla D SERIE DE RECORRIDOS EN APNEA CON RECUPERACiÓN NADANDO (ideal en entrenamiento con agua poco caliente) Ejemplo: 25 m de apnea con 25 m de recuperación, nadando 10 veces, sin pararse. Total 500 m.
Objetivo 1: aumentar el tramo recorrido en apnea. Objetivo 2: incrementar la distancia total recorrida, manteniendo la relación de apneas y recuperaciones nadando. IMPORTANTE: no interrumpir nunca para descansar. Se trata de conseguir economizar las fuerzas y el consumo de oxígeno sobre el recorrido total. Si no fuera posible, empezar por trayectos más cortos e intervalos nadando más largos.
:J 17
,
Toblo E SERIE PROGRESIVA DE TRABAJO PREDOMINANTE HIPERCÁPNICO (nadamos siempre más rápido y descansamos menos) Ejemplo: VELOCIDAD
RECUPERACiÓN
10 x SO m
SALIDA
2 X 50 m
3 min
I min 20 s
min 40 s
2 x 50 2 x SO 2 x 50 2 x SO
m
2min4Ss
1 min 10 s
min 35 s
m
2 min 30 s 2 min 1S S 2 min
1 min
min 30 s
SO s
min 2S s
40 s
min 20 s
m m
Toblo F SERIE PROGRESIVA DE TRABAJO PREDOMINANTE HIPÓXICO (nadamos siempre más despacio y descansamos menos)
Ejemplo: 10 x 50 m
SALIDA
VELOCIDAD
2 x 50 m
2 min 30 s
SO s
2 x 50 2 x 50 2 x 50 2 x 50
2 min 30 s
60 s
RECUPERACiÓN
m m m
2 min 30 s
min 10 s
1 min 40 s 1 min 30 s min 20 s
2min30s
min 20 s
min 10 s
m
2min30s
min 30 s
min
En el caso de las tablas E y F, si las cargas son demasiado altas, podemos reducir las distancias (10 x 2S m en lugar de 10 x 50) y aumentar los tiempos de salida
(empezar en 4 min en vez de en 3 min para la tabla E y salir cada 3 min 30 s en lugar de cada 2 min 30 s en la tabla eje rcic io.
3 18
n. lo importante es que se sigan las líneas de guía del
Toblo G SERIE DE APNEAS DINÁMICAS CON UN SOLO ACTO RESPIRATORIO DE RECUPERACiÓN
Ejemplo: 500 m recorridos en apneas dinámicas de 10m con un solo acto respiratorio de recuperación . Objetivo 1: aumentar la distancia de la fracción recorrida en apnea.
Objetivo 2: aumentar la distancia total recorrida. IMPORTANTE: No interrumpir la secuencia de las apneas para descansar antes de haber concluido el recorrido. Si esto no fuera posible, convendría efectuar apneas
más cortas, pero siempre con un solo acto respiratorio.
Toblo H SERIE DE APNEAS DINÁMICAS COMBINADAS CON APNEAS ESTÁTICAS (stop and go)
l. ESTÁTICA
DINÁMICA
2. DINÁMICA
ESTÁTICA
3. ESTÁTICA
DINÁMICA
ESTÁTICA
4. DINÁMI CA
ESTÁTICA
DINÁMICA
Objetivo 1: incrementar los tiempos de estática manteniendo constantes los metfOS recorridos en dinámica.
Objetivo 2: incrementar las distancias recorridas en dinámica manteniendo fijos los tiempos de estática.
Objetivo 3: incrementar los tiempos de estática y las distancias recorridas en diná· mica.
3 19
Si no contamos con el equ ipo adecuado (aletas , gafas. traje de buzo, etc). podemos proponer una alternativa para la apnea dinámica que describimos a continuación:
SERIE DE PISCINAS A ESTILO UBRE (disminuyendo de forma gradual la frecuencia de la respiración) No aumentar in~efinidamente el número de brazadas en apnea, sino pararse al máximo núme ro que perm ita cubrir los 50 m. 50 m estilo libre respirando cada 2 brazadas
400 m esti lo libre
. / 50 m estilo libre respirando cada 3 brazadas /"
50 m estilo libre respirando cada 4 brazadas ...
~
50 m estilo libre respirando cada 9 brazadas
ENTI\ENAR LA APNEA PROFUNDA Tantos metros de agua sobre la cabeza deberían hacernos reflexionar requiriendo nuestra maxima atención ; recordemos por tanto: •
Sumergirse siempre a lo largo de un cabo guía.
•
Disponer en todo momento de la asistencia adecuada.
•
Efectuar dos o tres descensos de calentamiento antes de iniciar el entrenamiento.
•
Una apnea profunda requiere una inspiración total y máxima.
•
En el caso de apneas a gran profundidad en las que los problemas de compensación de gafas y oídos comienzan a notarse, podría ser de utilidad iniciar la inmersión con la boca llena de aire.
•
El lastre debe permitir la flotación positiva a partir de los 10m.
•
Durante el descenso, los brazos irán por delante de la cabeza y en el ascenso caerán a lo largo del tronco.
•
IMPORTANTíSIMO: incluso en el caso de tablas con intervalos de recuperación decr eciente. el t iempo míni mo de recuperación en supeñici e debe ser SIEMPRE al menos TRES VECES más largo que el tiempo de la inmersión. Ejemplo: si el tiempo de apnea total es de 1 min, el reposo debe ser, como mínimo, de 3 mino
•
Las tablas que proponemos pueden dividirse en varios días.
•
Recuerden que la profundidad y los tiempos de recuperación son sólo orientati vos; cada apneísta trabajará dependiendo del propio nivel y variando las cargas y tiempos de recuperación.
320
las tablas A y B no son programas de entrenamiento, sino más bien ejercicios que permiten un acercamiento gradual a una nueva profundidad, limitando las dudas y los miedos que el salto de algún metro hac ia una cota nunca antes establecida puede provocar. A la nueva profundidad se llega a través de pasos intermedios de dificultad creciente. las tablas A y B son muy útiles también para practicar la compensación en condiciones de mayor seguridad en nuevas cotas o en aquellas que ya se han alcan-
Toblo A
zado pero en las que se tienen problemas de compensación.
ENTRENAMIENTO PARA ALCANZAR UNA NUEVA COTA CON CARGAS DE TRABAJO CRECIENTES USANDO EL LASTRE IDEAL DESCENSO CON LOS BRAZOS
----;.~
EMERGENCIA CON LOS BRAZOS
DESCENSO CON ALETAS
•
EMERGENCIA CON LOS BRAZOS
DESCENSO CON LOS BRAZOS
•
EMERGENCIA CON ALETAS
DESCENSO CON LOS BRAZOS·
PAUSA
- _ o EMERGENCIA CON LOS BRAZOS
•
PAUSA
-_o
DESCENSO CON ALETAS DESCENSO CON LOS BRAZOS
----;.~
DESCENSO CON ALETAS
----;.~
PAUSA EMERGENCIA CON ALETAS
EMERGENCIA CON LOS BRAZOS
--... EMERGENCIA CON ALETAS
Todos los descensos se suponen realizados a la máxima cota nueva. Cada descenso y ascenso se entienden a lo largo del cabo guía. la última inmersión de la tabla es un descenso en peso constante; se ha llegado respetando el criterio de la progresión. Al finalizar esta tabla, la cota sobre la que se ha trabajado se convierte en profundidad segura para el apneísta.
Toblo
a
ENTRENAMIENTO POR ACERCAMIENTO A UNA NUEVA COTA CON CARGAS DE TRABAJO CRECIENTES Y USANDO LASTRES MÓVILES VARIABLES Ejemplo: si el lastre ideal es de 4 kg. DESCENSO
DESENGANCHE
10 kg
10 kg
O kg
9 kg
B kg
I kg
B kg
6 kg
2 kg
7 kg
4 kg
Jkg
6 kg
2 kg
4 kg
S kg
I kg
4 kg
4 kg
O kg
4 kg
EMERGENCIA
32 1
Todos Jos descensos se suponen real izados a la máxima cota nueva. El séptimo descenso es una inmersión en lastre con stante . Como se observa en la tabla , cada bajada implica mayor dificultad que la anterior. Es necesario trabajar con dos cinturones de lastre , uno móvil que se deposita en el fondo y otro fijo en la cintura. En la sub ida se seguirá el cabo del cintu rón de lastre dejado en el fondo y unido a una boya en la superficie. La s tablas
e y D son programas de entrenamiento en
lo s que nos mantendremos
siempre por debajo de la cota máxima pero con tiempos de recuperación reducidos.
Toblo
e SERIE DE APNEAS EN LASTRE CONSTANTE (MÁX SI REDUC IENDO GRADUALMENTE EL INTERVALO DE RECUPERACiÓN Ejemplo:
2S m
4 min
RECUPERACiÓN
2S m
3 min4Ss
RECUPERACIÓN
2S m
3 min 30 S
RECUPERACIÓN
2S m
3 min 15 s
RECUPERACIÓN
25 m
3 min
RECUPERACIÓN
2S m
2min4Ss
RECUPERACIÓN
25 m
2 min 30 S
RECUPERACiÓN
25 m
FIN
Este trabajo debe efectuarse en profundidade s cercanas al 60%de la cota máxima . Objetivo 1: disminuir el intervalo de recuperac ión re spetando siempre que su duración sea el triple de l tiempo de inmersión. Objetivo 2: incrementar la profundidad tocada a paridad de tiempo de descan so.
Toblo D SERIE DE APNEAS EN LASTRE CONSTANTE (MÁX. SI AUMENTANDO LA PROFUNDIDAD Y MANTENIENDO CONSTANTE LA RECUPERACIÓN Ejemplo:
20 m 22 m 24 m 26m 2S m 30 m 32 m 34 m
• • • • •
• •
•
3minl5s
RECUPERACiÓN
3min 15s
RECUPERACiÓN
3m inl5s
RECUPERACiÓN
3minl5s
RECUPERACiÓN
3 min 15 s
RECUPERACIÓN
3 min 15 s
RECUPERACIÓN
3 min 15 s
RECUPERACIÓN FIN
La profundidad de partida debe rondar el 50% de la cota máxima .
.32 ~
CARRERA:
De base
PESAS:
I el mes de macrociclo
NATACIÓN:
De base
APNEA:
NATACiÓN:
De base 2° mes de macrociclo De base
APNEA:
Una vez semanal
CARRERA: PESAS:
Trabajos específicos (véanse págs. 300·30 1) 1el mes de preparación especial
NATACiÓN:
véanse tablas en págs. 302·303
AP. ESTÁTICA:
Una vez semanal
AP. DINÁMICA:
Una vez semanal
CARRERA: PESAS:
AP. PROFUNDA:
CARRERA:
AP. ESTÁTICA:
Trabajos específicos (véanse págs. 300-301) 2° mes de preparación especial véanse tablas en páginas 302·303 Dos veces semanales
AP. DINÁMICA:
Una vez semanal
PESAS: NATACIÓN:
AP. PROFUNDA: CARRERA:
Trabajos específicos (véanse págs. 300-30 1)
PESAS:
Preparación final
NATACiÓN: AP. DINÁMICA:
véanse tablas en páginas 302-303 Dos veces semanales Dos veces semanales
AP. PROFUNDA:
Una vez semanal
CARRERA:
Trabajos específicos (disminución gradual)
AP. ESTÁTICA:
PESAS: NATACiÓN:
véanse tablas en págs. 302·303
AP. ESTÁTICA:
Dos veces semanales
AP. DINÁMICA:
Dos veces semanales Dos veces semanales
AP. PROFUNDA:
32 4
CARRERA: PESAS: NATACIÓN: AP. ESTÁTICA:
Una vez semanal
AP. DINÁMICA
Dos veces semanales Tres veces semanales
AP. PROfUNDA CARRERA: PESAS: NATACiÓN: AP. ESTÁTICA:
Una vez semanal
AP. DINÁMICA:
Una vez semanal
AP. PROfUNDA:
Lo máximo posible
CARRERA: PESAS: NATACIÓN: AP. ESTÁTICA: AP. DINÁMICA: AP. PROfUNDA:
lo máximo posible
CARRERA: PESAS: NATACiÓN: AP. ESTÁTICA: AP. DINÁMICA: AP. PROfUNDA:
lo máximo posible
DESCANSO SÓLO ALG UNA SALIDA DE PESCA SUBMARINA O APNEA EN EL MAR
325
11.4 VALORACiÓN DE LOS PARÁMETROS FíSICOS DE [JASE En la preparación de un apneista de alto nivel hay que considerar algunos parámetros
que permitan entender el estado físico del sujeto, las modificaciones que su organismo experimenta, autorregulándose, tanto en el entrenamiento físico como en la fase de apnea. El profesor Magno nos ha proporcionado una lista de exámenes y tests que permiten entender si el trabajo evoluciona convenientemente. Analizados estos resul · tados, se puede proceder a una personalización del entrenamiento. Exornen
hemocromociromérrico
Para
conocer al detalle la cantidad y la morfología de la parte corpuscular de la san-
9re es necesario este examen: los valores del hematocrito y de la hemog lobi na , la morfologia de los hematíes; datos que consentirán calcular la capacidad de oxigenación del sujeto.
Examen radiogrófico
Habitualmente, se realiza una radiografia del tórax en la proyección P-A, que permi-
del tórax
te estudiar la morfologia de la caja torácica y, de forma indirecta, de la columna vertebral , el parénquima pulmonar con el árbol bronquial, el corazón y los grandes vasos , los se nos pleurales. Para un conocimiento más completo es oportuno realizar dos radiografías del tórax -en espiración yen inspiración máximas- con el fin de evaluar el grado de movilidad de los dos hemidiafragmas que permitiría, tras un entrenamiento dirigido, reducir el espacio muerto respiratorio. En realidad, para el detalle del diafragma seria necesario controlar al atleta por medio de una radiografia dinámica (e ndoscopia) en la que se observa el diafragma en espiración máxima y luego, en inspiración máxima , aunque este método no es siempre bien aceptado por el sujeto, por el evidente aumento del tiempo de exposición a las radiaciones y por el riesgo iatrogénico a las exposiciones sucesivas_
Elecrrocardiograma en
Una prueba indispensable para valorar las condiciones reales de la conducción cardia-
reposo y bajo esfuerzo
ca. Considerando el examen efectuado bajo esfuerzo seria más indicado ut ilizar una cinta rodante en lugar de un cicloergómetro. Para comprender mejor las respuestas del organismo a un esfuerzo, deberíamos someter al atleta a la prueba dos veces, la primera respirando con normalidad y la segunda en apnea, después de haber seguido una hiperventilación controlada, en dos momentos separados entre si, manteniendo constantes los vatios a una intens idad media (80 Watt), para evaluar las modificaciones de la frecuencia cardiaca, del estado de reposo a la rotura de la apnea_ Resulta evidente que cuanto más entrenado está el sujeto, la ruptura de la apnea se produce a frecuencias menores, y este dato puede ya evidenciar el grado de entrenamiento del atleta. Hay que recordar, además, que siguiendo este tipo de examen pueden aparecer arritm ias, para las que el deport ista debe estar preparado.
326
Con este método se pueden medir los volúmenes pulmonares estáticos y dinám icos.
Espiromerrío
Se determinan: volumen corriente (VC) • capacidad vital (CV) • volumen de reserva inspiratoria (VRI) • volumen de reserva espiratoria (VRE) • volumen de reserva espiratoria máxima por segundo (VEMSl • flujos espiratorios forzados (FEF) Todo ello es indispensable para la valoración de las pequeñas y medianas vías aéreas de base. Antes de efectuar el examen , es necesario hiperventilar a fin de obte ner una óptima ventilac ión alveolar. Resultan muy interesantes los estudios asociados a las reacciones a la apnea que muchos pacientes asmáticos presentan: la sintomatología mejoraba hasta casi su desaparición si la apnea se practicaba con regularidad. Intentando explicar el motivo de tales reacciones, se ha planteado la hipótesis de que la hiperventilación , seguida de una apnea más o menos prolongada, crea una distensión alveolar con un buen nivel de oxigenación que, con el tiempo, controla la bron coconstricción como respuesta a los estímulos que inducen la crisis asmática. Resulta imprescind ible la medición de los espac ios intercostales, en particular, entre
Medición de los dióm(
la 111 y la IV costilla y entre la VII y la X, porque para el sujeto que practica apnea no
Tros torócicos
es importante potenciar los músculos pectorales o el trapecio , implicados en la respiración aunque de manera indirecta, sino desarrollar los mú sculos intercostales. Trabajando los músculos asociados de forma directa a los movimientos de inspiración y espiración, se obtiene un aumento de la amplitud torácica en cada acto respiratorio, consintiendo atrapar más aire en los pulmones antes de una apnea. La pliometría es indispensable para evaluar la densidad y la masa corporal. El peso es un parámetro muy importante y debe controlarse porque constituye un elemento cuantitativo del equilibrio energético del deportista, es decir, de la relación entre las calorías introducidas y las consumidas; de hecho. las oscilaciones de peso indican si el régimen dietético que sigue es correcto. Para determinar el peso ideal en relación con la altura del sujeto se han empleado varias reglas, que van de la de Broca a la usada actualmente, la cual considera el ¡ndice de la masa corporal (Body Mass IndexJ obtenido de: BMI - Peso corporalj(altura en metros)2
Pliomerr¡o
Conside rando que:
• sujeto normal • sujeto con sobre peso
19,5-24 ,0 24 ,1-29,0
BMI BMI
•
> 29,0
BMI
sujeto obeso
El peso corporal total está constitu ido por la masa corporal magra (MCM) y la grasa corporal (GC), que en el hombre joven y sedentario es del 15%, mientras que en la mujer es del 26%. La MCM se obtiene sustrayendo al peso corporal total, el peso de la grasa; esta ~asa se refiere a la masa muscular aunque, en realidad, contiene el peso de otros tejidos y órganos (hígado, riñ ón, huesos, etc.). La masa muscular constituye cerca del 40-5096 de la MCM, cuyo peso es tanto mayor cuanto menor sea la grasa corpo ral. Con la pliometría se puede valorar la CC midiendo el espesor de los pliegues cutáneos en el triceps, omóplato y abdomen. VisiTO ORL
Esencial por la timpanometria y el examen impedanciométrico (véase Capítulo 3) para el estudio morfológico del único responsable de una buena compensación , indispensable para el apneísta, quien debiendo descender y ascender mucho más rápido de lo que lo haría un submarinista con equipo autónomo de respiración , no puede perder tiempo en la compensación.
GasomelTía arterial
Indispensable para evaluar la concentración hemática de O2 que, como se ha visto, desempeña un papel esencial en los receptores carotídeos y bulbares para reprender la respiración. Se puede efectuar mejor en el momento de ruptura de una apnea en seco. Importante la valoración de pH, pC0 2 , p02' bases, etc. Más sencillo y menos invasor es el método de la saturometría durante la apnea en seco, para valorar a qué nivel de saturación de la Hb se produce la ruptura de la apnea.
Medición muscular
Efectuada en los músculos de las extremidades inferiores antes y durante un entrenamiento.
Ecocardiograma en seco y en agua
Útil, tanto en condiciones de esfuerzo como en reposo, para estudiar eventuales modificaciones de los parámetros cardíacos tales como el espesor del septo I.v. o la pared posterior, ya que, como se sabe , el corazón del apneísta tiende a la bradicar· dia, con reducción de la fuerza de contracción y de la fracción de expulsión, y por tanto, al consecuente ahorro de 0 2.
.328
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329
,
Han colaborado :
En los ejercicios para mejorar, la elasticidad de la caja torácica y la función muscular y respiratoria: Sandro Sola, Fisioterapeuta. En el entrenamiento del apneísta: el profesor Luigi Magno, los doctores De Ferrari y Tedeschi. En el análisis y los errores del aleteo: Marco Mardollo, instructor Apnea Academy. En la anatomía y la alimentación del apneísta: el doctor Nicola Sponsiello, dietólogo. En la biomecánica del aleteo: el ingeniero Davide Zanatta. En la didáctica y la técnica de inmersión: Cario Besnati, Marco Mardollo. Pierpaolo Martini, Renzo Mazzari, Nicola Sponsiello. En las técnicas de relajación: el doctor Lorenzo Manfredini, psicoterapeuta. En las técnicas yoga: Paola Traldi, instructora de yoga. En la historia de la apnea: Tino Quijano. las secciones médicas y cientificas se han realizado gracias a la colaboración del profesor Umberto Berrettini, cardiólogo, y el doctor $tefano Correale, otorrinolaringólogo.
euRSo oE
iAU'u.&.::Il.oI
Este manual presenta un recorrido didáctico desde la teoría a la práctica de este deporte. Para ello. comienza introduciendo. en la primera parte. los conocimientos necesarios antes de entrar en el agua -eL equipo. La adaptación del cuerpo al agua, la adaptación del cuerpo a la apnea- para seguir, en la segunda parte. con las técnicas de respiración y de relajación que nos preparan física y mentalmente para la práctica de la apnea. A continuación, en la tercera parte, de carácter más práctico. se desarrollan las técnicas que el apneísta debe dominar: el aleteo. la compensación. la formación en piscina
yen aguas libres y la seguridad. Por ultimo. se detalla el entrenamiento del apneísta incluyendo la programación anual y la valoración de los parámetros físicos de base. El lector encontrará numerosos ejercicios profusamente ilustrados que lo guiarán paso a paso en la adquisición de una correcta técnica.
Umberta PelIzDrI es uno de los principales referentes en este deporte que a lo carrera deportiva ha establecido mundiales en todas las Crea. en 1995. junto con campeón mundial de emy. una escueta para tigación en ..
9 www.paidotribo.com