PREGUNTAS SOBRE LA ESTRUCTURA SOCIALDescripción completa
relatoriaDescripción completa
Documento de antropología social y cultural.Descripción completa
tema: la interaccion de la cultura. tema: la interaccion de la cultura. tema: la interaccion de la cultura. tema: la interaccion de la cultura. tema: la interaccion de la cultura. …Descripción completa
Descripción completa
Descripción completa
trabajo de peritaje violencia familiar o domesticaDescripción completa
instauracionDescripción completa
Descripción completa
Descripción completa
Descripción completa
SERG10 BAGU
(¡oll - 1...02) OllUAS OF.L AUTOR
n ..cOpUU.c.t.}11 dR la o/lro fi'llprOSa de AlmaJuerte. con estudios pt'\!vlos y notas: VQl,UMT...... J. "Discunl(is ('(Hn.plptos". EdItori al ClarIVQf ;UM!J.;
n.
• ESTR UCTURA SOCIAL
dad. Buenos Aires. 1033. UEvnngélirtls cMilJ}leUls, otros e.tr.rito.t HWrurioll 11 ca'rf,rs". E tlitodal Claridad.
1)re,~¡d(mtla de 1JJst¡¡d a~ Pnidos", 'FolleLO. T alle r es GrMk:(l~ ComlncntÓl l. liU\C flOS Aires . ]948.
m!
I/l S1"OR LA COMPAiVIDA
D i : AMÉRICA ¡ ,ATiNA
"S .."tidJ) J¡j.dJrico eJe Ttna re/VTma GdUcacir;nat en Estallos Uni(foR. lJ(w/lilit'rat.u y Jonnarió1f juvenil" . Folle-
to. Tal ler el:l Gráficos Continental. DllenOl> Aires. lQ
cU1Jl.pMnd« de A'1ru1rica. ""tina". E(l.Iwrlal y úihreria "El Ateneo". Due.nos AJrt!$. J 949. -
·'I ..a cfa;'j/J media en. ra ArUC"lItj1l(t". "En volumen J. de la
colecci4n "Materiules ]Jara el ('studlo de la. clase me· di:;. en ItI Amérka .ltltlna" . Publlml'il)Dt!); dI' lu Oflci· na
.'
A , \.IlI RF;lLi¡\
"EL ATENEO"
r U >Il1Hi\ .l U
-
eU r Ntl5
IWITORt¡\L "'! II.I!.~
• PRó LO GO E st e t-rabajo ha sido e...crito de aCf/-crdo a las mis· mas líneas mel.odo1úgicas ((ue Economfa de la socie-
dad colonia l. U110 1/ otro pertenecen
~ '1UI.a
serie de
en.sa,yos sobre histo1"ia eomp(¡rarla de los pueblo.'> de América latina, que est'(..'ní:n t'inwl¡Idos por sus ideas f unclamentales y su CO'nt'apción metodol6{}ica, aunque conservando cada uno cnlcramtmlc su autonomfa co-
mo libro. Rl estmlio d.e nuestros pueblos desde el á_n gula de la hist.oria COm1JUTllri." urrnja 1mil luz reveladora sobre sus problc?i/lIs Ilcttwle8, todo.'> los cual.es t,icnen alguna leja1]fJ. _rafz prclérillf. Es por ello que la 'mejor comp,.efl~viún de 1m proceso 1lTst(írico jamás (leja de t ener cierta proyec('Íón ccmf.empo-rúnca, Por otra par. te, el método cO'ln]Jart'llivo, uuf!qne a veces p_tl.ntualice diferencias m ás que SenH!j(l'fjZ(lS, 'pig oriza siempre el sentim'i ento de pro.1:imidod ent're l.os pueblos, en par- \ i'icular entre Tos IjutJ existe 1m obvio paralelismo hisw tórico, corno e,s el caso de los de América latina.
Cv.ando en este trabajo I/(¡olamos de clase social aludimos a 1m conjunto di.! il/dividuos que desem1Je· fum, dentr o del pTOceso econúm,ieo, una f1Ln c·i6n seme· ja1ite y que, a c01/.<;ec1/.t;ndo de ello, ocupan dimtro (le
9
1(, t(odet,lnd 1ma Ithicación pa'Tccida, Hl hecho de Que f'Mli> i1Hli-v id'/ws sean propiet,arios f) 11$Uarios de los
me(iios de prodllcción,
(J
l'itulares (le capital fiduciario.
o mflno de (Jbra s'i n la pnrpledad de los medios de pr mlII4'I'f,j'l l r¡llP. utiliza es 1m Ifldar /14ltdflmen l nl para iletrnlJinllr {/ r¡u(j clase sodal pertenecen.
No queremos con esto ofrecer una defi1lici611 del cow;r:pto. ni ayo/m· su. com.pleM~l sino fijar un punto de par1 id(/, pau/, el t!st.ndio que Of}1¡'¡ hacemOs. Para nosol,ros, las clq}.t:s sociales son, en prímer término,
¡11.?Ja. r,~fJ.l.i~ _ccC!!!..~?!!it~o c iC!!... Pero eso no im1)Uca que re&lIz(!unlOS lI,1lestro esfll eno a seguir el rastro de fas clases sorinles tan 5610 elt 10 ecollQm ico V en lo $ociul. La hisf(lT'i.U. --:!i ul'dr, In vida hmnfllla- es un lado y 1I.(1(/(, hl/Y en PoU" , nadl1 IIbsol'l(lam ente, qtu: nO se i ntcgre dtmfro ,ld conjwI,r.o. que 110 g'uard e TP/ación ('m~ lu dCHllis.
'tu
Lo que creemos es. q1/C In pllrUcipociún de ese agregado h111fW11U, q'ue rl-isUn(Juiu/lJS C(.Im,o ehlse social., el1. el poder poWito --o su 110 port.icipaci6n-- esta siem1JTc snt>ordinada a su fllo1¡ción eco1'l6mica y a. S'I p(J.'iición social. Creemos asimismo que los individuos
de esas cl(J.~ es social es tienen Tnodalidades, ideas, preferencias nl.éticas. 16!Ji(' fL - n ('1/,YO est1Ulio dedicaremos 11uestro próximo 1-rauajo sobre el ]Jp.rfod9 coloniul- de la s c.'l/ules puecie huulnrse en terminos generales y cuya gé.nesis y evolm:i6n se e'llcu,t'ulrun fll.e-rl.NlHmte condicionadas p(; r el hec1l o de que es()s indiv i(hws 1JI1Tt.enece11 « tales t;llzses sIJdd.'es. ClIC/'IJrlo 'Im nyrr(Jwlo ll1/.mel1lo dc- ese tipo pre$enta, ('oml) wracterísfic:a 'llL1~y bien c'lefinida, la de con.·;r.i·
i I.u.ir 1m{tJ.1·1tP!!~Lcl{r-rqtJ·tJ.
pr(j!!tj~.!L~qntc i!!.l1J~lI. et'f'a. Pero, a 11.1lestra entender, n.o 1111110 .~!}..sy!'~ lJTOpmmenfe tales en llJ sociedad colo· "i(llll it::pa1toport./t!llfesll y asE fo sostenemOs Clt el texto. No creemos nectsario - por lo menos, no .~cri,a tú·
J¡ blgl.. lo
''1
cil hacerlo si fu.éramos a respetar todos los escrúpulos históricos ti lin(liiisticos- utilizar un término 'Único para referimos a la clase social (J1~e era. -eco-nómica, social y políticamente- la más poderosa de la colonia. La llh~dimOs llanuí1l.dola ciase de los grandes poseedo-¡ res, c1ase domimtntc, clase priv ileg iada o de los privl. "l Jegiados. Estas d~momitlaciotles no aspiran a tener pre- I cisi6n técnica en estet:rabttjo. Dentro de 1t1HJ clase socia.l existen lo que denomina.mos &~U~~ caJ.!B~!'~ o e~trato~ :';lOCi~s, cuyos mIembros t·lenen entre si cierta afimdad de intereses o de ocupución, o semejanza en su f1~-nci61l- eccm6mica, social o polftica. Los estratos sociales son muy numerosos en la historia hüpanolusCl 11 intentamos estudiarlos minuciosamente a todos, ni siquiera enumerarlos en forma completa. Muchas veces, la detlomínaci6n especf·. tka se refiere a In o('f.iviclad econ6m:ica Que los carac~ teriza 11 de la cual derivun St~ 7Joder politico y social: mineros, ganaderos, senhorC's de cngenho, fazendeiros de gado, comerciantes monOpOlistas, negreros, etc, Otras, a la propiedad ' crritoriaJ, en la c'ual pueden lle· varse a. cabo diversas IIct'ividades productivas: ten'atenienles, latifundi stas. rancheros, estancieros. Otras, al. no-mbre tradicional: lo~ Gran Cacao, de Venezuela,' los cargadores, co-mo en algunas partes se llamaba a los que pa1't.icipaban deL tráfico uUramarino. Llanwmos 11)I!loviUdad O inmutabilidad. a la tenden,cia de ulgu1JUs cUJ.'>es y grupos $()dale~ a cerrarse el! d, a parecerse a la8 cllstas en cuanto a la rnarc,a.da d.ifiC11Uad que otros e/e'ntentos ujenos u cllos encuentran para ingresar en esas clases o orupo,!,' y ~ la casi imposible cont ingencia de que uno de sus miembros deje de serlo. Al hablar de mutabilidad íL mQ.vilidad nos referimos a la tendencia de clases-y estrat.os a muda.r su estTuctll.ra, su asiento econ6mico JI su ubi-
,
11
rf"'II~J/ ." /WiflJ: (lsi: hi(tII (/¡-
,/,1
dllse y
romo
/l
Q
perder miembros que can-v
haya, 1Jen .mrlo sino en ella r::1W1J.do p1lS0 en boca del crxlwUeTQ de In Munl'lm. el consejo (lue hemos respet.ado eSJ'TuprtlCJ.wfI!('llf e: " S!i l,f(;ve en 111.,<; ruzQ'twmientus, quo ninguno hay gustoso si es la'rgo".
,
g(l11(¡r af'ros n1/,eL'os, que provienen
o/m rf(l.'lC .
s. B.
t,','...:pyt'u-mo.., el 'tlO rn /'Te de eslratUicación ~ocia.1 a de los distinf.o"s(¡rupos- o e.<;t'~ut.os so-
1I 1 jl'Hlr'jI/'izaci6n
1' lft/f '.1: f'n h '(' !,IJ/"II·/! IICI.
Altamar. Noviem.bre de 1951.
sí, n la T/bicaci611 qut! tienen éstos en la
Sfifo dos ,m/abras queremos agTegar uJbre la es¡HwlltT(¡. Ile eMe libro. Cada C(l1,ítulo Ira .~irlo conr.ebÍ11o 1'¡¡'IIJ(l .dntesis 'Y en él se enu.ncian las conclu.siones 111' U1Ilt investigación. T,(J.'l acolal'ione!f que siguen. a /'fIIlo !'1I1JíI1Ilo amplían a 'menwlo los COilceptO$, o mul111"/1"1/11 IQ.~ ejc7II'plo.'i, o e.7:llliCl11l l»1ís del e1/idamente por I{l/f I"ÍflS ha corrido el pcns(mLient o pora llf!gar n las f,t)//f'/7Isio/lf'S fJ'1Le exponemos en el tC:tfo de! ('apUnto. $e observord además que, en pOs de esa brevedad 11 ('fn¡,f'isi6n que perseguimos, qW3da el texto poco me71'1.( que de,·n/.'u do de referencias lJif,liográ/1cas, en 'tna
requiere con ton sillgu,laT abundancia. I'or esu mism.a causa, al prCll1'1·TOr lu BibliQgratia. que
III/Ifrf'to que lu.<:
(J/"upn la u[JU?/.da pffrt.e de este v olurnen, hemOS '11dl/irio 1m ín dice temático de la m isma, con el cua.l, f/t/r1ll(/ S de fnrilitnr el. cam.ino n otros invc.<:tifladores, 1',"/lImemos ante el lect or la rula {Jue hn ido sigtdend.(I I/1f1''\" l r a ifluc.(figaci6n en el complejo ltw§J1ico d,e proIllcm a ,~ hwhanQs. que es t odo-e11so.yo dc hisl.oria. - L o. l"ol/ris!Qn ftS, sin d'uda, el trUJo de u.n largo esff(.("·zo y uno de los legad.os mds preciosos 'Ine el áutor puede trasm.itir al l ector, Es signo de
,
i;itéiútua"Z
1ll'ofesional en el Clscritor buscarla. con ahine$])eciolmen t.e en e!dos nu.estros tie.mpos (111.0 en tan di .<:y¡er.wfs y apTemilI'rltes direcciones -reclaman la atcn-
probidac! ( 'IJ ,
dón riel hnrnúre , (.'/)11 1"
12
$€ T
en
,'if( .~
r il i " o de la eXi slelLt' ia, 1/.0
d1(/S mucho mós lento
c"ccmas
q1¿e
('crvantes
13
CA PÍTULO PREVIO
(,As'rAS y PU¡;mI¡O EN LAS SOC1EDADES I NlJICE NAS PHECOLOMBl NAS
Cuando los conquiotadores estabJccen su dominio en eslas partes de AmérIca, les pUl'bloB indígena., clue tienen organización slK'iaJ m(¡:;; eslable y signos ue más avanzada civiliz'H' ion conscrv¡m aún, como célula econÓ,01i~~~~_~cial dI;' su orgnnismo, ~ comunidad agraria prrnutlva, : Nuelt'o éfite dI.' econom.Í;:1 ag l'a ri3 cerrada, con pro. piedad colet' tinl Ut' la tierra , CQn ITIl--Jio::: ele producción muy 1locO rte";
15
Ipl'in!' n los incas; el _ca1millj.. que eXlsUa a ntes de que hlS ;1:r.t.~"S llegara n al valle de 1léxico. J~tl la gran mélyor!;), al meDos, de estas cornunida"I 'S, pers iste el sentido igualitario en las relaciones so"1011('$ e ntre !';lIS miembros y no hay grupos plivilegia11f~ ni clases que se beneficien con el esfuerzo de los ,!t'má:;;, Algunos pocos cargos administrativos son pro-vi::;tos por medio del s ufragio periódicamente, reunidos ( '1\ asa mblea las mujeres y los hombres adultos de la c'urntlOldad, Institución éstH de tan puro acento demo('l':ltico y que aún conservan a lgunas comunidades quedHla" de la sierra peruana, como Cim Alegria ha naITado en Sil admirable novela. Como en la yen':1 iroquesa estudiada por Margan y PI) otr<'l5 org¡H'liza~~inncs prhnitivas dOnde aún no ha :lp:,¡,rccid o un" sllpC'resl ruc'lUl'íl c!'itadun l bien definida, 1'1 ,~itl('hi, jeJe bl\lerl'el'o del u'y}@, e~ elegido por un l,)lazo I ¡mlt~do rle tiempo y su p ouer no
ORlG8N DE I ,AS CAST AS ARISTOCRATICAS
Además de la comu nidad agra rin -que exisUa, no sólo entre aztel'a!'i. maytls e incas. sino entre otros pueblos de América - los conquis tador es hallarOn un li ptl de organización mucho más complejo y por cierto q ue rué éste el que primero les llenó de asombro. Em unél orgtmización eSladual , originada , no en el seno del calpulli o eJ oyllu, ¡:¡ ino en fa ctores ex6genos, En las sociedades primiUvas, la conquista rla orl o gen a la s castas, pOI' superposición de vencedorp.s s~ hre vencidos, En la historia de las sociedades inelige--
16
I
, I, !
\
nas pr ecolomb ina s, hay varios capitulos que. aunque para nosotros lleno!) de lagunas, reproducen este proCeso, Así, la llegarla de los aztecas al va lle de México es una t'mpr e<'iíl dt' cOllqu :sta militar e n perjuicio de fas tribus q ue lo pueblan de antiguo, 10 que da lugar a Que se forme la confederación azteca. Quienes la gobiernan ya no son elegidos indiscriminadamente entre la masa de la población, s ino entre ciertos grupos que se reservan el ejercic:o del poder como propio de su nueva condición social. El jefe militar de la conrede ra~ ción a la Jiegada de Hernán Cortés --el cargo que des~ empeñaba Moctezuma- tiene todav[a carácter electivo, pero quienes 10 eligen son sólo unos pocos dirigen_ tes y el jefe elegirl o debe pertenecel', según todos los indkios, R un grupn !'ioda] dado, Hay, lncuestionable~ I men te, .lJ_n_ ~i st('ma.J!~ casta~ en pleno funcionamiento ) gobernando la C;Q!lli!der!ción az.t.eca cuan do se le en~ ! trenlan los invasores bls-ñCos, • J Entre los mRyas ete Yucatán, en los últimos tiempos del denominado Nuevo Imperio, el poder político se encuentra en manos úe castas y Morley seña la varios indicios aceptables que hilcen pe.nsar Que esas castas son de origen azteca, es decir, emparentadas con los invasores aztecas que domi naron la región, En la historia polit:ca del Imperio IncaicQ, que nos es mejor conocida que la de otras sóé'ie'd'ades indígenas y que a h:;anzó estad ios de evolución s uperiores, hay un hecho inicial revelador: una tr:bu , la de los Incas, conquista a otras y eSlabJece sobre elJas su predominio militar y político. Poco a poco, esa tribu ~o~inante levantando una compleja estructura pohuco-admlOlstrativa, un ERlHdo que le permita prolongilr indefinid amente $\lS derechos de domJnadora , Los conquistadores se transforman en casta aristocrática. En el dominio incaico, la estructura po}(t'c~admi nistrativa llega a ser un verdadero y admirable estado
:a
,
17
•I Imperial. En el valle de México, la confederación azteca nunca alcanzó ese grado de cohesión ni tuvo empermlures propiamente tales. En la vasta zona maya, jmná¡;; exis tió una sola autoridad poJft:ica , sino varias. . G::sas fu eron las principales, mejor organizadas y más l:x.t.endidlls organizaciones pOJ(ticas. Pero además, en la larga y enmarañada historia , precolombina ha habl~ (h) multitud L1e organizacion es políticas menores, estados enihl'ionarios en los cuales parece repetirse, una y ot ra V (>Z, el mismo proceso de su perposic:ón de vencedores sobre vencidos, dando origen a la [ormacion de cast·as. Es posible que algunas de las llamadas aristocracias regionales en tre los aztecas, los mayas y los incoa s hayan nacido en esas circunstan ci as. Uno de lOs principios de la inteligente política imperial incaica fué la de r espetar las castas aristocráticas de los puehlos domi nados a la s cu ales, en <:I('1'ta época, se las ntra[a hacia la deslumbrante sede imperial d el Cuzco, donde los descendientes L-ec1bían una instrucción especial. il .
ARISTOCRACIAS Y COMUNiDADES AGRARIAS
Los Incas fueron, originariamente, una trIbu de ngticullores y, después de transformados en casta dominante, re~ etaron la integridad del ªylZ-u. El caz.. 11tdli fué también re.spetad·ó 'por iOS dominadores azle-- I (·a!~. Tanto el ayllu como el calpulli pasaron a ser el ¡, I cimiento de la nuevaJ.~~.li.d3ct. ,poUtica y econ6mica. r¡ 1'ranscurren añOs y siglOS. - La t ribu, prjmeroj la confederación y el imperio, después, se embarcan en arriesgadas aventuras guerreras. El territorio domina· uo se dilata. Una cultura con personalidad 3uténUca se va manifestando. Loo mayas, los aztecas, los jncas cuentan ya por decenas sus héroes nacionales y sus jefes, a cuya memoria se ligan hechos grandiosos y 18
1. I I
t.
perfodos agitados. P ero lo qu e no sufre alteraei6n sustanciéll es aquella expresi6n básiCa de la estructura econ6mi ca y soc ial: el calpn1l.i en el norte, el ayUu en el sur. Ayllu$ y cal.p;;llis hubo qu e se expandieroñ ; ótfóS.-que se eXl ingu !eron; otros, que cambiaron de índole. Pero los más perduraron, en una suerte de historia sin historia . La superposici6n de una estru ctura polftica con· federal o imperial sobre esa multitud de comunidades prim:tivas nO altera, bás icamente, los modos de producciÓn de esto~ pueblos. La agricultura continúa siendo su actividad más importante, sin que h aya ganado mayor, ni manufactura que no sea la doméstica. El c
I
.
19
--
t'O tlt.' su economía. F.I estado im pe rial y 1:'1 confeIIl'I':1I,1(,n precolombi.nas comprende-n esa realidad, porlila' la ('ompnrten y, además del rE'speto que les me" 'Yot ',nl 1\1 m s f:Je tar es, 110 destruyen la comunidad pri11 1111\' <1 porqu e sus propias hases p-con 6micas se derrumhUt'Í'lO . Su estrategia {'stA dirigida a asegurarse el trihUI!) y a sobreponer una estructura de castas que 1IJ1I.mtaJe convenientemente e¡" orden político. 111
, <
JE'RARQutA DE CASTAS Y ETICA SOCIAL
En el lncarlo, la historia de la ca ~a imperial IIOH l'S relativflmente bien conocida y es posible, en ~ t1 .'; lincas. Fl:enerales, que sea semeja nte a la historia di' lafl ('(jstaH dominantes de los aztecas y de los dos a.
•
j.!1':llltl!.!s lJcríouos m etyas .
Los un'as se t ransforma ron t'n grupo político y ¡:;Ot:,inl cer¡:,á7.{o, con privilegios het'~itélrios y....mont'ypuJio dc la cullura. Tomaron sobr e s( la enorme tarea dc orgnn j7.Jlr el est.ado y la llevaron a cabo con aSom· bl"Osa inlUki6n de estadistas. En el rígido eSCalOJlarnien.Lo polftic.o -administratlvo que establecieron, los rnrgos superiores, fueron reservados a los miembros de 1.1 casta dominante. Hubo también una nobleza incaica, tal vez cons· titliída pUl' fam ilias lejana~l~nte emparentadas con el emperarlor, a cuyos miembros, (1ue los español,e s Ua· mab;m "ot'C'.jones", se encomendaron otras funciones me.nos importantes en la esca la im periaL Las castas aris!ocrátic;us de las tribus dominadas, cuando las había, ingresaban igualmente en esta organi7..ación jerárquica y ejercian funciones de caráctel' regional. Los funcJona rjru¡ de menor importancia eran ele-gidos, según \parios autores, por el sufragio de la m<1S0 de los tributarios de una regi6n,
b. En (>8;:1 organ izaci ón escalonada no· es dificil llb:rt\r las rastaR y los Dutores que han hecho una enumeraci6n de el lns no difierell en nada sus tancial. LoS rn cas y su farnil! a imperial, que tambi én eran d e nomi~ natlas in<:l'lc-nccían a la casta gobernante, Morley, refiriéndose a los mayas, adelanta la hipótesJs de que esa lué la causa que impidió que se presentara n entre la casta de los sacerdotes y la cast
f
" •
g,~stas decim os y no clases, porque la mente qU.e pres:de- esfe ordenamiento socia l reposa en la idea de que cada uno de estos grupus desarrollará pOl· siempre las mismas tareas y que sus obllgaci oñ cs~ y' prerrogativas se heredan de generatlón en generación. E sta concepción .fStática\no resulta' invalidada p or la circunstancia de que el acceso a la casta aris tocrática nunca estuvo defi nitivamen te eerr;'ldo il quien, sin pertenecer por nacimiento a ella , demostra ra sobrellevar cualidades relevant('s, como lo anota Va lcárcel.
c , Aquellas L'astns aI'1stocr~ticas- no aparecen, sin ,embargo, en la historia precolombina como minorfas parasitarias, cuyos ocios se alimenten del dolor dErñH· Irares y cuJa: belicosidad resulle un fin en sI misma. Sobre sus miembro~, por lo contrario, gravitan serias
20
21
s
=. 1't!IjIlOtIRa lJiliclades. En el caso de los Incas, la. comple- , 1ft plulllfkíl.ci6n econ6~ca!)fl conquista de I
humano, si lo hace con el corar.6.n conmovido por el que le inspim lo sobrenatural y pensando que tIa víctima tien e el privil egio de o[r el llamado de los ¡dioses en su i1llnoJación, como crehm los aztecas, es lun ser éticamente más sano que el familiar del Santo \Q!!~ que, por aquellos mismos años, encendia Jañoguera para arrojar en ella pensadores, poetas, ene~ migos poJ1ticos y c.omerciales, im'ocalldo el nombre de Cristo para aumentar s u bol<;a y saciar instintos pato..
nuevas""tíe:
I ~r
II tll l phl'O! d cultivo cuando las ya poseidas resultan J' 11I'1IIr ll'll 'lltC's. la orientación del rito religioso, que en
¡
!t lj.j hll lll-:l'nas es entonces tan obsesionan te y sincero I 11111'(1 ,'1 aristócrata como para el plebeyo. " St~ E'x plica así que el aprendizaje a que eran sonlfltldus los mjembros de la realeza Incaica h aya caos.
III,u((l o una verdadera escuela de carácter, tan en vio-.
lógi cos.
\¡'III" contraste eon el cUma de perversión moral que jll'(,¡j 'llninaba en muchas dinastiíls, aristocracias y bu r .
E l mayn y el quechu a qu e creen honestamente que la montaña pa lpita y gime, que canta en las noches tranquilas. y se estremeCe bl'flm3nclo en sus raptos de
ItlH'¡dns de Europa en la época de la conquista. AqueIIn nud:lZ y gigantesca construcción imperial descansa~ hu L/ullre una economía de limitadas posibilidades, de ('Il'lnl'n ln les recursos, dicho esto sin cometer la injus~ Ih~ i/l d(' olvi dar los prodigios de lOs Ingenieros agróno11\0::1 del viejo Perú. Sin esa wsciplina ascética de los
•
,
ira; pata quienes un d. ios puede ser ·e l aire, o acaso el sonido melan cólico de Su flau ta de cañas es, en 6U intimidad psfquica, mucho más sano que el monotefsta recitador de cánones sagrados que justifica en laUn una matanza colectiva de inCieles. Al lln y al cabo, hay pruebas para sostener que entre los incas de principios del siglo 16 casi no había ~crj(i~iOJ> l~.~man05 y J13rcce que hacía' argú·n- fíem. po que la masa de los mdias mayas tenia en muy baja considerilci6n al n QCD?Jl, que era el sacerdote elegido de por vida para arrancar el corazón palpitante de la vfctima en el ritual propiciatorio, lo cual podría fndt~ ·car un principio de reacción popular contra esa prác~ tica búrbara. Hay oficlos que envI!rcen, porqu e su ejercicio descansa Sobre la mentira a sabiendas o sobre la perse~ cución de lo ostensiblemente nob le y justo. En la Eu· ropa del siglo 16 h abía mullitud t.le ellos y, n o pocos, en las más altali esferas polítiC
23
,
¡
~
:1
t;;
"
ocurrió en la sociedad ind1gena, cuyos sabios ronnaban parte de la ;Ir : ~tocracia y adiestraban a los mlt::mbros de ést
!ingulo técnico.-histórico, en un estadio de la barIlude. 1111
cl. La circunstanc!a de que las etapas de la ga1I11,]1'1'la, el comercio, la moneda y la acumulación de 11tltwzas e n gran escala no hub:eran aún aparecido en lu hisloria de la comunidad agraria indígena, permi/lií que ésta no cesara de ser escuela de trabajo, de 11It~nl' por la tierra y el esfuerzo Hs:co, de dJgnidad IlI'l'sonal, de sobriedad y espontaneidad. L a codicia por IOfl bienes materiales se manüest6 en escala lan ínfima qll~' no emponzoñ6 el conjunto social. El fraude no h'lIla razón de ser, ni parece haberse ejercitado sistemáticam ente. ~9__h,l.l1;lo explQ.4ciqn sin límites del tra- , 1llljO ajeno, ni desprecIo del trabajo manual. ni _dlvor~ .l 1'11) .lel hombre con la naturaleza. ~o ~Jfist ieron la esduvitud_nJ la ser vidumbre como institudolles'ecOnOlU 'c'ns, la p~-:imera ci~'las cüales h~~~~2- el más .(or~ llllble _~~~eDto de -t9rrupción SPCialJen tOdas ~l glos. Esto que-aeclIños"(tel-t:5no-éIT~rarpredomi l¡tUlle en la sociedad agraria puede ser repetido, con nlgunas salvedades, de las superestructuras polittcas Illfi ~ complejas y , por cierto, del h fiper io Incaico, la In!lS avanzada de todas, en la cual fueron desconocídns la desocupación y el hambre, Cúmulo éste de circu n!rtancias históricas que explica que las castas arlstocrática's permanecieran en la América lndfgena más en contacto con la masa del l)ueblo y tuvieran una tendencia mucho menOS' marf~;¡da u la in justicia que las aristocracias europeas dp la época . iV" .
ARISTOCRACIA Y ARTE
~~sto?:~~~~n el se<;reto ;d~]a sabi~":rla y .lleval?~n .~ºQr~1
I \
\
24
'él
humild e.
• \
Cuando una sociedad está dividida en castas, la cultura es casi siempre privilegio de una de ellas. Eso
s~ la 8ra~n .resp~m.s nbi l!dod. d~ inlc;ar en ese secreto í!; fas que gobernarían el lmp.E'.rio. - La sabldurfa y la religi6n -fntimamenle unidas como se encontraban- sirviel'on para alimentar el privilegio político y socia l y en ningún momento parecen haber enll'ado en <:on nicto con ese privIlegio. Para los integrantes de la romunidad agrada, el conocimiento de los hechos complejos no en necesario porque, aún sin él, podfan ~('g uir (>xifrtiendo en esa existencia element., t y sin grtlves alternativas que rué la del ayllu o el cn!p'uUi. .A l no presentárseles ese conocimiento como. indi spensable para sostener sus posiciones eco· nómicas, los miembros dp- la comunidad no pugnaron PQf adquirirlo. Pero télmpoc·o la casta dQminante usó la religi{in y la snbidur(a como instrumentos opresivos. El Jnca t iene
,
_
ha
Lo que resultó Dctivirlad exclusIva de minorías fué el ar~. Muy por el contrario;todo -':'modo -dé da, apetencias, necesidades material es- tendía, a hacer del arte una actividad rle grandes masas y parte misma de las neces idades diadas del hombre anónimo.
- - ---
vi-
-------
25
D · "(Ir esa ancha puerta penetramos en el más in-'\ IlIno y, sin duda, más grandioso recinto del alma de ! .ljlll'IIJI,s ¡('janas sociedades indígenas. La admiración { 111111 l'lll 1!a producirnos la arquitectura administrativa V I'l'ullónüca delIneado, la sabiduría sencilla que pre.Idl' la asamblea del ca P1¿lli se desvanecen un poco ' Illumllo entramos ell contacto ~y aqu1 el cOntacto si "M dlt'cclo-- con aquella otra arquitectura de las pl!'Amldes, Jos templos, las ciudades muertas; las estaf,IlIllIlH, las cerámicas, l os frescos, Quiénes eran los artistas. Cuántos y de dónde ve111/111, Cuá l fué m\ categorfa social. Es lógico pensar, (,I'nlt-ndo en cuenta la vastedad de esa producción arII lIll('ll, que hullo en una época dada c~ntenares y acaso mlHllfi.'s ue art.istas dedicados totalmente- a su ofiéjo. PUl' más admirable que haya sido la Intuición estética Ilpl Indígena - lo es hoy mismo-- hOy multitud de III. 'zas precolombinas que requlel'en además un amplio 111)11l1nlo técnko y un concepto Jrtistico que no se adIllth'l 'cn runo en virtud de una absorbente decUcación de llIul'llos años. Debla exis tir, pues, una ver<;!!~~I!l .ca. lTt'I'-:1 de axtist.a y Jo má s verosfmil es que el acceso a 111 misma 110 haya sido difícil. Por lo dC'más, señalemos algo que posee una conIIhlt'rabIe importancia social, a la vez que estética. De\1'~s del "Caballero Aguila", que se guarda en el Mu/1(1) Nacional de la Ciudad de :México; de las pirámides Ih' Teoühuacán;, del Templo del Sol de la ciudad del CU7.CO, hay una realidad Invisible, pero indudable. Hay una l argl.l¡~ ima' experie.!lci~. u~ ..In~~te madur!l~ (IIIC recorre la historia toda de aquellos pueblos y que viene a desembocar en lo que abora vemos - en esa f~l l\tes ~ s de lineas, en esa depuración del sentido arUs' ko, en esa casi inconcebible perfección de la té.c nica. Qué duda cabe que el escujtor del "Caballero Aguila" rué un artista maravilloso. Y que la arquitectura m o-
26
•,
>
,\
\
"
numental de las pirámides y del Templo fué planeada y dirigida por hombres de la más sorprendente cap~ cidad mental. P ero. también , cuántos escultores de épocas anteriore.<¡ al "Caballero Aguila" fueron no menos capaces e Indispensables para que el autor de esta obra pudiera re;¡lizarla. Y cuántos s iglos de arquitectura monumental se nec~¡ taron para alcanzar la síntesis que se manifi esta en las pirámides y en el Templo. E l arte ind(~ena es una obra de masas, unl largo e intenso c~pí1ulo de historia. Hay varios factores efe índole diversa que contrIbuyen a crea r esa a tmós rcra tlrtfstica en la cual el indio nace, vive y crea con. la misma espontaneidad con que siembra su tV1J1l,: 1) la proximidad Hstca y espiritual de la naturaleza, en la que s_e siente el ind ividu_o integrado y a la que concibe en parte como ser humano, en parte como dios. La naturaleza c.e; aún para él el asombro de todas las horas pero no menos, por ,eso, la madre grandiOsa de todos Jos instantes; 2) la religión, tan fntimamente Ilgada a la naturaleza y a los acontecimientos humanos, que le impulsa a bl)!'l('ar la expli('adón de los fenómenos n aturales en el ritmo. en la periodicidad, en el movimiento, can lo cual el alma se familiariza COn una suerte de danza de 10 incomprensible, de armonfa perenne que envuelve tocio 10 imaginable ; 3) la forma prImitiva de concebir la propia historia . casi tan imrorhmte como el tipo de r eligi6n, historia en In q1l e 1m; hechos verdaneros se entrelazan inextrknhlempnte ron lo!; mitos. crcand() un amo b'enll;' Pflétlc-o v (le mi!:tprio, ni que la imagin ación de cada individuo"!'le traslada a diario; 4) el tipo de eronom(a agr
; ,¡"
li" 1:, "
1
1
•
ctlT1sta ncius t!eh i6 Rtll'g it' e~e rutilante d ('satío a lo im.1¡ NIIIII~
de uso diario y su vestimenta, adiestrando las
1II,II ¡n¡.¡ (>1\ las artesanías, lo, m ismo que los músculos 1'11 1'1 {,tlltivo de la tierra , Cada hogar es un pequeilo IlIlIi'r', tada indigena un peq1.J.ei10 escu ltor que modela \ 111111 pl'upios adornos. E sa intensa y con t," nua actividad 111'1I ~ I it'a - en cada hpgar, en cada comunidad, en cOlda I't',:rnll- agudizOl e l talento _natura l y le estim ula a IllItl l i rf~~ larse ;
::,1 otra consecue ncia mu y importonte de esta rU!'Iua elemen tal de organización económic(\ _ Labra-
tln su parcela, labrada la par cela a qlle le (lbl"gan las I.' vl's de su eS lado, satisfe('has las neces idalles uoméstij 'I'" nada complejas, el indigena ha de haber quedadonlt'llIpr(' Con muchos días libres al afta, No podía ser / ",d i";ldo su csfufrzo, sr.:; -c mb8I'go, a acum u);;¡T rique1'.11:, de te n :e.rQs, ni le hubiera 1'IO'sul tndo ~at: ¡::fac t ol'io , '1"11'1- 1'11 el oc io, que aquellas socicdodes condenaban ta n 1i,'\'t'I-am e nte. Habla siempre, puel", un exceden le de 11'UIJ,lj U social. U n enOl"me exceden te, que las m
\
S EN TIDO DE I NTE<':RAt..: ltlb!
Nos faltan aún informac iones que nos perm itan Intima r más con Jo.. ment.alidad, los modos de prod uc~ t'i{~n y hH3 in s tituciones de aquellas soc:edmJes. de la PI""tuhi stol'i;;¡ a mericana , Pero ex;stcD hue llas, (elizlUenlC, r uyo s ignlficíldo es menester a prec ia!' en toda RlI m
28
, "
(
l}{:,sihle quo es la dlldoci de Monte _A}1"!~11 , ~onstruída ) p or los za ))otecas en e l actu-aT -e~;[ad o de Oaxaca. en México. Cumplien do un plan predeterrnin odo, cuarenta \ kilómetroE!. úe mont
29
¡ 1
-~"'-
¡,JI historiador que duda de que pudiera encontrar~ .,. NI lllHI sociedad primitiva tan asombrosa posibiUw !lftd di' l11nnificaci 60 y ese sentido ético de la poHtica 1111/\)'11 adv irtiera el Padre Calancha, demue.."ltra la mis· 1111\ hH'nll<.lCidad de comprensión que el escritor romáD111"1 tllI(' , en el extl'cmo opues to, propone un retorno .. llIlIhRU(llo de la his toria como únka salida de nuestros
I I
RrSGUAADOS
IIInll'H presentes,
I
I
t \
I l,
I
I L I
I
.l.
t I
I
)
PO
ACOTACIONES
1
En el re-sguardo Indfgena colombiano hay huc.Ua tamblfn de la comunidad ..grarla prirnltlva. H e rná nde.t ROdrt· guez ha hecho un es tudio de ex¡;epcJonal valor titulado DII JO$ chibclul$ o- llJ COl O1l1n 11 11. la República (Del don G la eJ'l,comíenda 1I _ál ¡
í
dia cómo loda la estructura de la encomienda h ispana se levant6 sol!re ~a~ .ba~es dellw¡:; roif.icas y econ6m lcus de 1':;5 . antiguas organt?:a¡·loncs Inrlfgerl 3s y l{lmQ dura nte la repu.j bllcü suhsif!te u n fnl,ímcl1 o se.m p j;lt1le. E s as l cómo el res~u_a!.do. ..resultll ~ er una r.(~!! nun clón de l':l. cprnunlctad. indi@!!.!!. .Rr9_~ni~.l!i1"I l' rr. en ef cual la propiedad colectlva de la tiefrá sigue siendo una realltlad 0, pOr 10 menoS, un derecho reclamado .por sus mlemuros. As[ lo explIca el al!tof (278): "ElI resguardo consIste ftn UDa parcialidad inrlfg('lUl, $egUl'amcnl e una antigua tribu o clan, que tiene o nlcgn un derecho colectivo de propleclar1 sobre la tielTa en q ue vive con !:l1j oclón a yuxtnpu estas normas de pr&.eul'.ncl a ab o rl ~e n , colonial y repu blicana. "Los ri>sguar(]o¡; no se e," plic:m ¡:;¡no sobr e la preexisten cia de unCt propi.edad c":olcet!vn del clan o de la trIbu fl obrE' la tIerra" .
La superposjdón de una tribu vencp.dora sobre una ma· sa de veocldos epmo origen de un s.istema de caSlas Be observa con n itidez en la In(lia. J a waharJa l Nehru Tecuerda ~mo 108 artos, tribu de agricu ltores, después de conquistar una vasta reglón de antigua cultura, organizaron el s istema de castas, creando cuatro de éstas: los Brahmanes, s ac.erdotes· y pensadores: los K s hal 1'1.YOs, gobt>rnantes y guerreros; los Vats-h1l6l, agrLculto·res , artesanos y m ercaderes y los Shudra8, trabajadores de categerla inferior a los anterIores. Lile semejan7..as que pueden ellcont ra rse con el Imperio Incaico oon muy interesantes, Como ocurrIó con la palabra
31
{?IC'n , Ario f.le rtlió su
~ lg nlficMo I~"r.l al oriE ina rlo dl~ 110Me. No 'Sólo dh'idit:ron los
y pasó a
I
IIl(l!{'ilf In ca lltl.a.u arios a la "'I('led'nd e n r;uall'o casta¡¡, S1I10 qu e lombién cilvldl:'t'on ¡1' lo ~ lud!\'lrl u{,s e l\ (!1I;llrO grupos, de aC'urrdo a RUS edades (Neh· 1'11. 7~ L il) I t U~ I'eeuerda 1.. divisiÓn slmil¡¡r Pl!l' g ru!>os esla· hlH'idtl pOI' los Incas, Hay una dlf.l·enda Importante: ~n aquella soclt!dad de l:l ¡IHlia nntigua ya ha apai(!cido el comerl'io y hay más
Ul'oflmdtls mlitandas sol'lulcs enu'e los grup'os, Hay ciudades ¡H,_!luJosas habitadas por comert'iantea y villas d ~ artellan08 ~lue producen para el in terca mbio. Los shvdras quid hayan sido campesinos dt>spojados de !'=tL'l tie rra!;, q ue Quedaban, por eso, sin ocu pación fi ja. Este tipo social 110 c xlstfa entre lns ]l1eas. URIGr.N DE LOS INC.\S.
AUSENCIA DE UN ~.eRiopO PA STORIL
V.. lcá rcel at ribuye lmport: "La (,"i a,'e est,¡ en que ' l'l grullO l ll c con F.-er vnron siempre un scntlmh;nto .reverencial" (Cult, 011/ ., l . 1, 192). Agrega más adela nle: "Con!iecuencla tamblé¡\ ésta de no halJcrsl'! r<.o m¡;:u.lo la su pn' m'l entidad poUtica por sobreposición tle llntorl's IIJJma(les a Olra c;.¡P¡¡ más gruesa ue s", nt ~Íl ca mpesina!,;. La flu ¡;e nC;ia del drr.u lO eJ.e cul· tura pastoril determ ina el carácter llrop1o del Estado ame· ric~lI1o y perua no en particular y, romo lógko reS,u ltado, un género de relaciones muy eSpecia l eutre pOlluca y e-cO[lomla" (Cult. ant., J, 1. 192). SAC:R1FIC IOS HUM .... NOJl;
,-
tTICA, PQÚTTCA Y J:CONOMi A
I \
t
• •. \' lIt'l'len Olra cosa hOI'rible y abomi nable y digna de ser plml du , que hasla h(ly (he?) visto en ninguna parte, y 4/S qu~ todas las veces que alguna cosa quieren pedir a sus
32
1do108, para que más ac('ptación tc.>nga su petición, toman muchas nlft,aH y !li ftos, y- aun hombres y mujeres de más de mayor erlad , y ell presencia de or¡uellos ¡dolos los abren vivos por los pet'hOf; y kg s(¡can ei cor azón y laa entrañas, y queman las d ichas e nlrafl as y corazones dc lante de los ídolos, orr eciéndoles en sacr:i ficio aque l h umo. Esto habemos visto algunos de 110S0U'Os, y los que lo han visto dicen que es la más terrible y espantosa cosa de ver que jamás han visto". As! escribía Hcrnán Cortés (I, 3), desde Veracr\J.t, ellO de julio de 1510, a la Reina Doña Juana y a Carlos Y, monarcas de un pals donde e l sacrificio de vlctlmas huma· nas con I>ro~si tos religiosos Ueguba a adquidr, en aquella época, caracteres de re nnada y t emible arma d!! persecución polltlca e Ideológica, Que sepamos, nunca lós may.as ni Jos a2tccas llevaron al sacrlrlcio ritua l a s us B5\rónomos. ni a sus pensadores, ni a s u. a tlis tas. Pllrece (IUe entre los Inras Jos s
J
t , ¡,
l . F ray Ant.onlo de la enlancha, que escrlbIa en el siglo 16, tiene páginas elocuentes --y s.inceros cuando se refiere al sentido é Uco de la polltlca incaic.... En su clásica B Utona menlli~dCl del orden de San ADusl{n. en el, Perú, cuya primera parte apareció en Barcelona en 1638, dice asI de los In cas: "SU!!! leyes [ueron de las más conformes a la ra?6n natural, que Gentiles han tenido. ni oh'os preceptos, fuera de los de n uestra fe cat6l1ca, les han igualadQ. Eran Inviolables en ejecutar las penas, y cuidadosos en destruir los excesos. Las penas eran , o casUgo afrentoso, o muerte cruel : morla el que hurtaba, ahogaban al q ue ment!a, despefiabnn a l adúl · tero, dcspeda?..aban al homicida, afrentaban a l sensual, y moría con toda Sil raml1il~ el Iral(IOI"; y por set'1 tan castigado el h urto. y de lanto terror el homIcidio, ni guat"daban SU!! bienes e n cajas (3\111 dura aqul csto) nl aseguraban la vIda con pa~e9 nI llaves" (84). SI d'e-SC
,
33
para nlC'dir lo, s(' nli llnlld ;'l~j~- y :;. 1 tl'aldor, pt' rsoIl1'l jc!:i lo!:! 11 f'lo! fu.m ea hit'll vi~ t.m:;, ¿/¡u
\JI'f"
Irup !M';llljlht:HJ, I¡¡:c; l{' y(1'I ¡nc"iea;.;? .:Qué manos· no Si' fatiga · I'f:')l I\t' l ilI'lt(1 ajusti~' ia l', :1hOK¡,r y di's pt'r.ar? I.:i civilización Im:aJcll, seg'Ún I ~, r:lasillclJ Morgan, se e n-
I
la a~I !'I(,t'neia del Estado en casos aÍln m ¡is U!ltt m::lh k'; n i n g ún h llmbro, por allo f Jl lt ' ¡·" tú ' 11 la j ¡'r :'I I'(!ufil , ¡kIlI' ¡j¡' l'e('!lo de de:;pn ja r vi tales. N:l¡Jie. CI< (1m ¡ lt ItlC¡¡:¡';(l - ni • I llllw l uls ln{J- fl ,Ut! acumu!e en t;US m QllO~ !,h' n, 's l:.o lltll.:! !J u ~' a l ~ lIno e.n e l pueblo 1)sdeZC3 por eHo (le nPf ·".~ ¡ ",;'lt ¡ ill ... ¡llisrc.,'ll n. "No huy 11 11111),1'0, IllUjL' I', Il lrlu o allcl;:lllo, enfentlO o Inv~ lI do que sufra In ;)IigU ¡¡U ¡1 ti I ~flla.n dQno, la miser ia o el h ambre, 1'\.I(IOs, "In eXC~ I)Cló r:;, tienen el t r;¡b ajo. que esté pul' com I)l e l,) Il1hn lJil illlllo ¡ml':\ cun cuLTlr (!ún su cuota a ¡lA producdón ~od¡) l . E l nhi,' de clnco aiil)S y la vieja de ocl1enta ha. ccn su pal1e, En relr;<,Uin con SUR ru t:Za!l. y eso basla; porque la ética del t.rabajO a nadic exige, m5:'1 de lo que pl.llolde dar". I'Ilngullo
,'(¡lIt n¡ha (I(!n tro de la clapa merlla I.le J~ i)ar!)¡¡r je, Ya hacIa I1llwlw qlJe hablan saiillo ne e~ perrodo InferIor y abandolHulu (' 1 polltefsmo idl)látrleo, Jos 'mon:m;as a qldenes el mis· 1111) severo y minudoto F'ray Antonio de la en lancha se re,
{Je're' en otras páginas de su obra: "". v eráse en la historia tic España escrita por e l Rey don Alonso el Sabio; en la cUQrt.l parle, capít.ulo di r-z dice: e l Rey don Alon1!O IX de, LL~n hizo gu, rra contra su hijo don F e rn ando el Santo, y el hIjo viendo los gr"mlE'S dofios, env,ir'i u $a-hp.r a s,u pndre. cual era l:l causa de ta n sangri enta gut' l'r a , q ue se Jo avi· fi¡\Se, y 108 en ml'ntlarfa, y le Tespondió por csento, (¡tle hacia In gUf'TTll, porque n.o le pagaba diez nli ! mO T\lVcdis que le ,¡ ehln; pagó!>f!I\Js y cf'.s6 la gu ~rl'a: mnnlnn t l'clnta y seis P"SO!l y seis I1'ales y cuatro m nravedf.s, Un pndl'e contra un hijo. y un Rey Oatólico (:o nLra otro Sil " eci no, t r atan do mfl Ulrle por tn~lnta y l:iels p~!SOs y f;e.I ~ r'Cah's , que hoy los gasta un palanqufn en dar un almuerzo" (17n.
('1'1
ex('1l1{I !1'I r'!(l
Ul lc s. 1 '~'n ), lo ~ I II ' l·~
I, ,
J
2. Sobre econotnla y moral en el <1nligoo P er ú, dice as[ Valcárc-el (Cult. 411t ., r, ll , 13): " Pocas \'eCCS se presentan CQn mayor nltidf>z las estref:has rel
TRIBUTO
Recurra mos a Ga r<'ila!'.O. Es .... '~ rdnd que exageró en muchos ¡J8S;¡j 1'1. P ero S ll h Sl lmon io s igue siendo, en la mayo. rla de loB ca~(!;.;, uj U!il;ldo a Jil vCl'flad. Aparle de que su p lu · ma alcrclopeJaLla y m ElancóUca - " lIo.... 17.n8 de recuerdos" llanta P icón Salas a los C011te1l.tarlQs_ liene una s ingular capacidad de evocación y deja d lslizar, at¡u! y allá, Juicios de saludabL.! hEterodoxia, que pudiel'on h:lbt'r-se tnlllsfOl'ma' du e n 1l l.oelccldO hocado d\! los ranlllJal'es del Santo Oficio, }-{efiriún dose a la m;)llCra cómo el I nca requ('rla el tributo y cómo lo satl;.;fucfan sus vnsa llos, Garcilaso descarga ¡¡obre el pad're ACQ..,la la respónsabJJldad d~ la cita: "Por ('Sta suavidad (W ~' (:11 1>11" kYl r. h~ hla , ¡'\t'\h,U¡¡n los vasa llos a servir al l'nt'u "ul, l:mtu ])rontiltl u y contl'nto, qut' hahlandO en el mlslIlo I m' I"J~illl dice lln fumoso hi~tol'i auor €spai\ol estas pa labras: p r l'o 1<1 mHyor I'lr¡ucz
34 35
V· [ !
it
a
;;
\.
hada sen·i(l um lJrc, ~illCI \·¡tla m u y rlic:hmw: hasta ar¡lll (:~ .ll~PIl(). y hol ¡; u~ lJO U('I'"IO a quf. (:(JI110 po mire e n sus lug,ltf>S "I ra!'; co[;as tiesta m\ty '·encrado auJor, que es f' l P . .Jo~é de 1\1"09;101., 01" la C-omp:;¡nía de .Ic~(¡s; de cuya autor idail, y de I ,¡~ dvmás histori
¡
.
1
~LA.\rl"rlJD
1. Landa c ree q ue, ent l'C I fI~ l\luy d e· dr, cuando ('ome n¡o.[.ban a p l'"(lduclr!':~ en ella ~odcu ad dire!"C'nf:'l ac!onf' s de cJa$!s que> podía n p reludiar la sociedad moderna. Morlcy (2{l1) prefIere p etl!;ar quo ya en el Viejo IIII¡JCrio de!)en h::rhe r existido los p-pentocQo/J, n fJ \lienes a l, ,(HilOS autorell n lpQtlCn e~(.'\I:l. \· o 5 y. se ha¡:;a, para cUo , en. que \'H los m onumento!'; d e la éJlOca :lp:)J:E't~en n g llnlg d e C3UtlVO$, V;¡illant (lHI) describe un lipa elc csdavit nd , 'oIUlltarln ¡..'n l'i territo rio azte(,a. El padl'e Ca lanchn (.t9 ) observa qu e 110 hal,ía f!gi,'lél."vi.uld (' n e l Incario y Valcáreel ( Cult, ant" 1, J, (77) !;I..lstte ne ter· Ininantemente l a m ism a tesis, con ; Rotll'fgue'l.. que ha ex .. minado tan mlnucio· !-:amente tOflos I{"ISo dOC\lmenlos es('ritos que quedan sobre 1:1 c! vilizad ón ch¡bch a, llega a la l'onclusi{'1I rl~ que, aunfjue 1C1!~ cronistas de la Mlonta "¡; ug1el"t:~ n Ulla pl'e;;ull ta existencia de es(·lavltlld I)rejlmeu lana entre !{"Is chihr: ha,>", n •., se d es('ubre en, ('/Jos " ningun o in ronno1;"i Ón qlH~ perl.nita establecer I·uáles era n 10:0. or¡gelle~ 11e e:gaclón Hnica . L;-¡ csdél\' ltuli - 11II~·l! oota l"- no Cfm~' titula \ma fu el1te impol'tante de c;;pCC'inilznción ocll!¡aci
:11;