UNIVERSIDAD ________________________________
CETUG Licenciatura en: Pedagogía Materia: Filosofía de la Educación CETUG
Semestre: 2°
PLANTEL ISLA, VER. Programa de estudio
NOMBRE DE LA ASIGNATURA
FILOSOFIA DE LA EDUCACION CICLO
CLAVE DE LA ASIGNATURA SEGUNDO SEMESTRE
GEPP208
OBJETIVO (S) GENERALE (S) DE LA ASIGNATURA
El alumno analizara los elementos antropológicos, teológicos y axiológicos presentes en la praxis educativa y en la reflexión filosófica de la misma para ubicarla dentro del ámbito educativo. TEMAS Y SUBTEMAS 1. La Filosofía 1.1. La Pluralidad Histórica 1.1.1 Diversidad de Tendencias 1.1.2 Corrientes y Escuelas Filosóficas 1.1.3 La Historicidad de la Filosofía 1.2. Concepciones de la Filosofía en diversas etapas del desarrollo histórico de la humanidad. 1.2.1 Edad Antigua 1.2.2 Edad Media 1.2.3 Edad Moderna 1.2.4 Edad Contemporánea. 2. La Filosofía y Sociedad: Una relación Problemática 2.1. Filosofía, Ciencia, Ideología y Utopía Convergencias Divergencias 2.2. Los conceptos Negativos y Positivos de la Filosofía F ilosofía 2.3. La División Tradicional de la Filosofía, F ilosofía, Las Disciplinas Filosóficas 2.4. Importancia, Utilidad, Tareas y Funciones del pensamiento y el quehacer Filosófico.
2.5.
Relación de la Filosofía con otras disciplinas, ubicación dentro del contexto general de la Cultura.
3. Educación, Concepto, Hecho y fenómeno 3.1. Análisis etimológico y semántico semántico 3.2. Definición de Clásicas 3.3. La Filosofía de la Educación 3.3.1 Naturaleza 3.3.2 Funciones y Tareas 3.4. El Proceso Educativo 3.4.1 Paidogénesis 3.4.2 Antropogénesis 3.4.3 Supuestos Antropológicos 3.5. Complejidad y modos de Realización del Proceso Educativo E ducativo 3.6. La concepción del Hombre y la Educación. 3.6.1 Dimensiones esenciales del Hombre. 3.6.2 La Naturaleza humana y su Dinámica 3.7. Educatividad y Educabilidad 3.8. Educación: Personalización Socialización Humanización 4. Educación como Teleología 4.1. Pluralismo Finalistico 4.2. Análisis y Crítica de las principales teleologías en la Historia de la Educación. 4.3. Taxonomía de los fines Educativos 4.4. Los Bienes Educativos y su Dimensión Cultural Cu ltural 4.5. Los Valores Educativos y la acción del Hombre sobre el Hombre 4.6. Historicidad y Formación Axiológicas
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE BAJO LA CONDUCCION DE UN DOCENTE y y y y
Exposición de temas Lectura comentada de textos Panel de discusión Análisis de cuadros comparativos
INDEPENDIENTES y y y y y y y y y
y
y
Lectura y análisis de textos Redacción de trabajos Ensayo Elaboración de controles de lectura. Investigación bibliográfica. Realizara reportes de lectura por cada uno de los temas. t emas. Subrayado ideas principales. Buscar en el diccionario palabras cuyo significado se desconoce. Elaborar un cuadro comparativo que establezca las diferencias de cada uno de los temas. Elaborar una una síntesis que aborde aborde las ideas principales características de de cada tema. Elaboración de un mapa conceptual que conforme los subtemas.
CRITERIOS Y PROCEDIMIENTOS DE EVALUACION Y ACREDITACION
y y y y y
Examen escrito Exposición de tema Entrega de ensayo Investigación bibliográfica Control de Lecturas
30% 20% 30% 10% 10%
INTRODUCCION En la historia de la humanidad, la filosofía ha sido una compañera inseparable e incondicional; la búsqueda del ser, de la finalidad de la vida, del motivo de vivir, son problemas filosóficos que el hombre se ha cuestionado para encontrar sentido a su existencia impredecible. Sin embargo, para la Filosofía no sólo es suficiente encontrar significado al devenir humano, sino que además proporciona las orientaciones últimas de la educación, entendida como la senda que logra materializar la concepción filosófica de hombre y mujer. De esta manera se analizara los elementos antropológicos, teleológicos y axiológicos presentes en la praxis educativa y en la reflexión filosófica de la misma para ubicarla dentro del ámbito educativo. La asignatura en cuestión, se ubica en el Segundo semestre, concediendo al alumno la oportunidad para su conocimiento y análisis mediante la criticidad y reflexión participante y colectiva de la práctica filosófica y educativa, permitiéndole al futuro profesional de la educación identificar su postura filosófica en particular y aquella que corresponde a la misión educativa con respecto a la educación a nivel local, regional, nacional e internacional. Los temas a tratar dentro de esta asignatura de Filosofía de la Educación se dividen en cuatro unidades temáticas, cada una de los
cuales introduce, desarrolla y proporciona al alumno de forma gradual y critica en el campo de la Filosofía de la Educación.
UNIDAD I LA FILOSOFIA
OBJETIVO DE APRENDIZAJE: El alumno valorara la importancia de la Filosofía como medio para autoconocerse con la finalidad de fortalecer su formación como docente.
1. La Filosofía 1.1 La Pluralidad Histórica 1.1.4 Diversidad de Tendencias 1.1.5 Corrientes y Escuelas Filosóficas 1.1.6 La Historicidad de la Filosofía 1.2 Concepciones de la Filosofía en diversas etapas del desarrollo histórico de la humanidad. 1.2.1 Edad Antigua 1.2.2 Edad Media 1.2.3 Edad Moderna 1.2.4 Edad Contemporánea.
BIBLIOGRAFIA. Del prólogo a la Historia de la Filosofía, por Julián Marías. Revista de Occidente; Madrid, 1941.
1.1 PLURALIDAD
HISTORICA
El tratar de la filosofía viene siendo crecientemente hacer Historia de la Filosofía. La razón está en que la filosofía es una realidad histórica, es algo que se realiza históricamente, algo que tiene o es una historia. Pero la Historia de la Filosofía debe hacerse filosóficamente, como enseña Hegel y repite Windelband, para para citar sólo autoridades de V., esto es, es filosofía. En la Historia de la Filosofía, historia y filosofía coinciden, coinciden la Historia de la Filosofía y la filosofía de la filosofía. Cómo, es tema tan interesante cuán difícil de estudio, que yo he emprendido. La Historia no puede hacerse sino desde la actualidad, en la actualidad. Los que tratan de la filosofía se diferencian en ser conscientes o inconscientes del pensar actual, suyo, desde el que tratan de la pasada. La Historia del concepto de la filosofía es la Historia de la filosofía de la filosofía, que tiene historia, como la filosofía toda. Y esto es a la vez filosofía de la filosofía, por lo apuntado en la observación anterior. De lo que se trata, es precisamente de definir la naturaleza y comprender la estructura de este capítulo primero de los tratados de filosofía y de Historia de la Filosofía. La documentación histórica contra la soberbia como esencia de la filosofía es la documentación de la máscara de la soberbia del soberbio «débil», pues yo no he caracterizado al filósofo exclusivamente por la soberbia, sino además por la «debilidad». Refinamientos como el de la soberbia de la humildad no son nada insólitos a las pasiones humanas, ni
extraños para sus buenos conocedores. La cuestión no es aducir apariencias, sino penetrar tras ellas la realidad, más o menos consciente para los sujetos mismos. Reflexionar teóricamente sobre los valores de la cultura, uno de los cuales sería Dios, según indica V. mismo, podrá presentarse, e incluso sentirse como humildad, pero mi tesis sería ésta: con Dios no hay más relación humilde que la relación propia, la relación religiosa; la relación teórica con Él, en cuanto no religiosa, es ya soberbia... El concepto del sujeto legislador, de Kant y del neokantismo, no parece el de un humilde frente a las leyes supra empíricas de lo santo y lo bueno, de lo bello y lo verdadero... La filosofía de la filosofía comprende una psicología del filósofo. Pero esta psicología, como toda psicología, no puede hacerse sino mediante conceptos que son objeto de fenomenología. Así la fenomenología de la soberbia es indispensable, a la psicología del filósofo en cuanto soberbio. Pero hay, además, una fenomenología de la filosofía y del filósofo. Esta fenomenología, como toda fenomenología, debe hacerse a base de casos o ejemplares empíricos y puede hacerse a base de uno solo e incluso imaginario o ficticio, enseñanzas todas expresas de Husserl. Pero, además, la fenomenología ha evolucionado desde Husserl hasta Heidegger en un sentido de creciente atención a los fenómenos humanos en la circunstancialidad que Ortega ha enseñado desde sus Meditaciones del Quijote. Husserl toma los fenómenos psíquicos en la abstracción en que los
venía tomando la psicología general. Se ha visto, no sólo por la filosofía, sino también por la psicología (psicología concreta, caracterología), que los
fenómenos
humanos
son concretos de aquellos y deben ser descritos y
narrados, historiados, en esta su concreción, que es su sola autenticidad. No hay inconciliabilidad entre una fenomenología de la filosofía y la definición de ésta como confesión personal. La fenomenología de la filosofía puede descubrir precisamente que la esencia de la filosofía es ser confesión personal. El concepto de confesión personal puede ser, es un concepto esencial y por ende tan susceptible de fenomenología como cualquier otro análogo: la «confesión personal» es un eidos. Y este eidos puede, tiene que ser descrito a base de un caso particular, empírico, que aquí es, tiene que ser, por la naturaleza misma de las cosas, un caso personal . En fin, Husserl, que define y practica la filosofía como fenomenología, por una omisión e inconsecuencia, no insólita ni extraña en la historia de la filosofía -los filósofos han dejado a veces lo fundamental de su pensamiento, por ser precisamente lo fundamental menos patente para cada uno de ellos, a sus continuadores, a la historia ulterior de la filosofía, que así es como se desarrolla históricamente- se ha contentado con esta definición, sin haber hecho una expresa y rigurosa fenomenología de la filosofía. Acaso, de haberla hecho, hubiera concluido que este fenómeno humano que es la filosofía, es confesión personal. Y si la filosofía es por esencia esto, claro está que no puede practicarse, ni se practica, efectivamente, sino como tal, aun cuando pueda creerse hacerlo en otra forma... La Pluralidad Histórica aborda los objetos de estudio de manera racional, analítica, crítica, histórica, sistemática, universal y reflexiva.
Es un saber racional en tanto que sus planteamientos mantienen una coherencia lógica. Es analítico porque distingue los conceptos, tesis, argumentos, teorías y problemas. Tiene carácter crítico dado que establece juicios de valor. Posee una dimensión histórica ya que sitúa los problemas y las teorías en el contexto socio-cultural en el que surgieron, estudia su evolución a través de la historia y los actualiza en la realidad presente. Es sistemático en la medida en que aparece como un saber ordenado y coherente. Es universal pues busca los fundamentos, principios y esencia de los objetos estudiados. Es reflexivo pues su discurso vuelve de manera constante sobre sí mismo, para revisarse y actualizarse en todo momento.
Así mismo podemos decir que se ocupa de los fines de la vida humana o el destino del hombre que constituye el aspecto teológico de la educación.
1.1.1
DIVERSIDAD DE TENDENCIAS TENDENCIAS
Es preciso dejar establecido desde aquí que la periodización o cronología de la Diversidad de tendencias solo constituye un intento de organizar el amplio caudal de corrientes filosóficas que conforman esta ciencia y que solamente tiene un valor didáctico, ya que en la vida real estos hechos no se sucedieron en el marco estrecho en que aquí aparecen. Además resulta difícil encontrar consenso sobre la pertenencia de determinado pensador a una u otra corriente. En la bibliografía que hemos consultado, encontramos disparidad de opiniones sobre la posible organización de la Filosofía en escuelas, en corrientes en tendencias, sin embargo, hemos asumido aquí la que consideramos de mejor comprensión. Esta diversidad de criterios se agudiza cuando pasamos al estudio de la Filosofía Contemporánea ya que hay autores que plantean que: la Filosofía Contemporánea surge a partir de la disolución del sistema Hegeliano lo cual propició el surgimiento de pensadores y movimientos dispersos: partiendo del idealismo y del empirismo, pasando por los anti- hegelianos, por el positivismo, de un lado por otro lado la izquierda hegeliana (Feuerbach- Marx), siguiendo con la Filosofía de la vida, la fenomenología, el existencialismo, la escuela de Frankfurt, la hermenéutica y el estructuralismo. estructuralismo. Existen otros criterios y otros Mapas Conceptuales de la Filosofía Contemporánea que la organizan por países y regiones y proponen una periodización europocentrista que enumera las diferentes corrientes que se aprecian en la Europa Continental: Idealismo, Vitalismo, Existencialismo, Marxismo, Personalismo, Historicismo y Vitalismo, Filosofía Analítica, Círculo de Viena, Escuela de Frankfurt, Estructuralismo, Hermenéutica. En Inglaterra y los EEUU: Empirismo, Filosofía Analítica, Pragmatismo. Siguiendo la tendencia, de la llamada escuela soviética, apreciamos que la enmarcan a partir del momento en que la burguesía comienza a decaer como clase y abandona la
dialéctica entregándose a la apología de las relaciones sociales capitalistas y comienzan a propagar el irracionalismo y el agnosticismo. MARXISMO Marxismo, doctrina y teoría social, económica y política basada en la obra de Karl Marx y sus seguidores, indisolublemente unida a dos ideologías y movimientos políticos: el socialismo y el comunismo. Marx pretendía desvelar las leyes inherentes al desarrollo del capitalismo . Creía que cada época histórica se caracterizaba por un modo de producción específico que se correspondía con el sistema de poder establecido y, por lo tanto, con una clase dirigente en perpetuo conflicto con una clase oprimida. Así, la sociedad medieval estuvo caracterizada por el modo de producción feudal, en el que la clase poseedora de la tierra obtenía una plusvalía del campesinado que trabajaba aquélla. Las sucesivas transiciones del sistema de esclavitud al feudalismo , y del feudalismo al capitalismo, se produjeron cuando las fuerzas productivas (es decir, los grupos relacionados con el trabajo y los medios de producción como las máquinas) no podían seguir desarrollándose con las relaciones de producción existentes entre las distintas clases sociales. Así, la crisis que afectó al feudalismo cuando el capitalismo necesitaba una creciente clase trabajadora conllevó la eliminación de las bases legales e ideológicas tradicionales que ataban a los siervos a la tierra. HISTORICISMO Y VITALISMO Historicismo: Historicismo: Tendencia intelectual a reducir la realidad humana a su historicidad o condición histórica.
La tesis central de Popper consiste en que el historicismo proviene de un punto de partida erróneo en su planteamiento, y falaz en sus implicaciones: la certeza de que la evolución humana puede ser objeto de predicción mediante el descubrimiento de ritos, modelos, leyes o tendencias que supuestamente gobernarían su curso. El historicismo cree descubrir leyes históricas inexorables. Pero como el curso de la historia humana está fuertemente influido por el crecimiento de los conocimientos y no podemos predecir por métodos racionales o científicos el crecimiento futuro de nuestros conocimientos, la creencia en un destino histórico es pura superstición, ya que no puede haber predicción del curso de la historia humana. Además para el enfoque historicista el hombre individual aparece como un instrumento casi insignificante dentro del tablero general del desarrollo humano, ya que los actores realmente importantes en el escenario histórico son o bien las Grandes Naciones y sus Grandes Líderes, o bien quizás las Grandes Clases, o las Grandes Ideas. De esta manera interpretando el significado global, se podría predecir las evoluciones futuras de la humanidad y asentado así en una base sólida suministrar consejos prácticos acerca de las decisiones políticas que pueden tener éxito o que están destinadas al fracaso El historicismo pretende proporcionar una presciencia política con validez científica acerca de lo que vendrá, del futuro de la sociedad. Las figuras paradigmáticas del historicismo son Popper, Hegel y Marx, y con antecedentes remotos en la Antigüedad : Heráclito y Platón. Vitalismo: El vitalismo se caracteriza porque es es una forma de irracionalismo, irracionalismo, es decir, que niega la primacía de la razón en la Naturaleza y en las actividades humanas.
El vitalismo hace de un principio vital el principio explicativo de la vida o que afirma la irreductibilidad de la vida a toda materia. La filosofía vitalista tiene como primera distinción de las filosofías tradicionales entender la realidad como proceso. Sin hacer metafísica tratan del ser en devenir, es decir, son herederos de Heráclito. En lo antropológico la libertad es no sólo característica de la voluntad, sino esencia del ser hombre. Además se abandona el concepto tradicional de razón (abstracta, especulativa o científica) para considerar la razón como vital o histórica. El vitalismo marchará paralelo a otra corriente filosófica que coincide con él en estas características y en la crítica a las filosofías predominantes del sg. XIX (idealismo y positivismo). Ésta es el historicismo, cuyo principal representante es Dilthey. El vitalismo tiene dos principales manifestaciones. La primera de carácter científico cuyo principal portavoz es Hans Driesch, según la cual es reacción contra el mecanicismo materialista que propugna la reductibilidad de lo vivo a los procesos físico-químicos de la materia inerte. Postula la existencia necesaria de un principio vital ajeno a la materia que explica los complicados fenómenos de lo viviente. La segunda manifestación es de carácter filosófico, y es la que propiamente se llama vitalismo o filosofía de la vida. A ésta se debe que la filosofía consiguiera alejarse de las "intromisiones científicas" sobre todo de las físicas; precisamente por remarcar el carácter diferenciado de las realidades vitales no susceptibles de un tratamiento sólo matemático. También se debe al vitalismo la reacción contra el racionalismo exagerado que supuso el idealismo alemán posterior a Kant. Por estas razones exaltan los vitalistas lo siguiente: La vida como realidad radical. Ontológicamente, la vida es lo sustancial del hombre.
Gnoseológicamente, conocer la realidad prescindiendo del razonamiento y utilizando la vivencia, la intuición que simpatiza con lo que quiere conocer (más que razonar sobre las cosas hay que tener experiencias vitales de ellas o con ellas). Axiológicamente (filosofía de los valores) no hay otro criterio para jerarquizar los valores, que determinan qué es lo bueno y lo malo, más que la vida. No debemos entender el concepto vida únicamente como el proceso biológico que se desarrolla durante un período de tiempo afectando a lo animal en el hombre, sino más bien del modo más amplio posible. Los principales filósofos serán Henry Bergson (desarrolla su labor en el sg. XX), y el precursor Shopenhauer, que sin ser propiamente vitalista fue el contemporáneo de Hegel que más radicalmente se opuso a su filosofía, hasta su muerte en 1861. FENOMENOLOGÍA. Fenomenología, movimiento filosófico del siglo XX que describe las estructuras de la experiencia tal y como se presentan en la conciencia , sin recurrir a teoría, deducción o suposiciones procedentes de otras disciplinas tales como las ciencias naturales. La fenomenología ha tenido una influencia creciente sobre el pensamiento del siglo XX. Se han desarrollado interpretaciones fenomenológicas de teología, sociología, psicología, psiquiatría y crítica literaria, y la fenomenología sigue siendo una de las escuelas más importantes de la filosofía actual.Edmund Husserl, Martin Heidegger, Jean-Paul Sartre, Maurice Merleau-Ponty.
EXISTENCIALISMO Existencialismo, movimiento filosófico que resalta el papel crucial de la exi existencia, de la libertad y de la elección individual, y que gozó de gran influencia en distintos pensadores y escritores de los siglos XIX y XX. Debido a la diversidad de posiciones que se asocian al existencialismo, el término no puede ser definido con precisión. Se pueden identificar, sin embargo, algunos temas comunes en todos los autores existencialistas. El término en sí mismo sugiere uno principal: el énfasis puesto en la existencia individual concreta y, en consecuencia, en la subjetividad, la libertad individual y los conflictos de la elección. Platón, Sören Kierkegaard, Friedrich Nietzsche. NEOPOSITIVISMO Y LA FILOSOFÍA ANALÍTICA. Neopositivismo. En los años que transcurren entre las dos guerras, la reflexión sobre el método científico recibe un impulso decisivo. Durante ese período el centro principal de la filosofía de la ciencia fue la universidad de Viena, donde un grupo de científicos filósofos -reunidos en torno a Moritz Schlick- dieron vida al Círculo de Viena (el Wiener Kreis). El pensamiento de los miembros del círculo se conoce con el nombre de "neopositivismo" o "positivismo lógico", y se caracteriza por una actitud decididamente anti metafísica y por toda una serie de profundos análisis de gran relevancia acerca del lenguaje, la estructura y los métodos de las ciencias naturales, y los fundamento de la matemática. La llegada de Hitler al poder comportó el final del Círculo de Viena. Filosofía analítica, movimiento filosófico surgido en el siglo XX, principalmente en el Reino Unido y en Estados Unidos después de la II Guerra Mundial, que trata de aclarar el lenguaje y analizar los conceptos expresados en él.
Ha recibido diversas denominaciones, como análisis lingüístico, empirismo lógico, positivismo lógico, análisis de Cambridge y filosofía de Oxford. Las dos últimas derivan de la especial influencia que tuvo en la Universidad de Cambridge y en la Universidad de Oxford. Aunque el movimiento no acepta ninguna doctrina o teoría específica de forma unánime, los filósofos analíticos y del lenguaje están de acuerdo en que la actividad propia de la filosofía es aclarar el lenguaje o, como prefieren algunos de ellos, esclarecer conceptos. El objeto de su actividad es resolver los problemas filosóficos, los cuales, afirman, se originan en la confusión lingüística. Algunos diálogos de Platón (de forma muy específica, Crátilo, dedicado al lenguaje) están destinados a aclarar términos y conceptos. Sin embargo, esta forma filosófica de reflexión cobró un énfasis renovado durante el siglo XX. Influidos por la tradición empírica británica (de John Locke, George Berkeley, David Hume y John Stuart Mill) y por los escritos del matemático y filósofo alemán Gottlob Frege, los pensadores ingleses George Edward Moore y Bertrand Russell se erigieron en fundadores del movimiento filosófico analítico. Compañeros en Cambridge, Moore y Russell rechazaron el idealismo hegeliano expuesto en la obra del metafísico inglés Francis Herbert Bradley, quien mantenía que nada es real por completo excepto lo absoluto. Su oposición al idealismo y su concepción de que la atención esmerada al lenguaje es crucial en la investigación filosófica, se convirtieron en las principales características de la filosofía anglosajona durante gran parte del siglo XX. HERMENÉUTICA. Hermenéutica, arte de interpretar textos para fijar su verdadero sentido. En un principio se utilizó en el estudio de la teología y se aplicó específicamente a la
interpretación de las Sagradas Escrituras, pero su uso se ha ampliado desde el siglo XIX hasta abarcar las teorías filosóficas del significado y la comprensión, así como las
teorías
literarias
de
la
interpretación
textual.
Los teóricos de la hermenéutica del siglo XIX, como Friedrich Schleiermacher y Wilhelm Dilthey, entendían la comprensión como un proceso de reconstrucción psicológica, es decir, de reconstrucción, por parte del lector, de la intención original del autor. En este sentido, el texto es la expresión de los sentimientos de su autor y los intérpretes deben intentar ponerse en el lugar del autor para revivir el acto creador. El problema de esta concepción es principalmente su exceso de fe en el género humano: presupone que todo el mundo tiene la misma capacidad para superar las dificultades que entraña todo proceso de comprensión. Se basa en la creencia de que es posible alcanzar una única correcta. Sin embargo, una visión algo más escéptica de la interpretación sostiene que no hay razones fundadas para emitir un juicio y por lo tanto se corre el riesgo de hundirse en la ciénaga del subjetivismo y el relativismo (el descubrimiento de que el conocimiento no es absoluto). El filósofo alemán Martin Heidegger y su discípulo Hans-Georg Gadamer describían este dilema como un círculo hermenéutico, en alusión al modo en que la comprensión y la interpretación, la parte y el todo, se relacionan de manera circular: para comprender el todo es necesario comprender las partes, y viceversa. Tal es la condición de posibilidad de toda experiencia y toda investigación humanas. TEORÍA CRÍTICA (ESCUELA DE FRANKFURT). Según Ritzer, la teoría crítica es el producto de un grupo de neomarxistas alemanes que se sentían insatisfechos con el estado de la teoría marxista y, en particular, con su tendencia hacia el determinismo económico.
La Escuela de Frankfurt fue fundada oficialmente el 23 de febrero de 1923, en Frankfurt, Alemania, como Instituto de Investigación Social (Instituto für Social Forschung), institución cultural independiente aunque asociada a la Universidad de Frankfurt, creada en los años veinte por un grupo de intelectuales burgueses ideológicamente marxistas, pero no militantes de ningún partido. Con la llegada al poder de los nazis en la década de los años treinta, sus principales figuras emigraron de Frankfurt a Nueva York en un instituto asociado a la Universidad de Columbia, para restablecerse finalmente en Europa, en los años 50. Fue innovadora al inaugurar una dirección nueva para la investigación. Rechazando la posibilidad de un positivismo marxista, los miembros de esta escuela han tratado de desarrollar una "teoría crítica" de la sociedad. Dagman y Pahre, haciendo presente la hibridación y recombinación de disciplinas científicas que caracteriza a algunas escuelas de ciencias sociales, permiten conocer a los principales exponentes de la Escuela de Frankfurt mostrando la variedad disciplinaria que los inspira. Casi todas las grandes figuras de la Escuela de Frankfurt han retomado varias disciplinas formales: Max Horkheimer (filosofía, sociología y psicología social), Theodor Adorno (filosofía, sociología, psicología, crítica cultural y musicología), Erich Fromm psicoanálisis y psicología social, y Franz Neumann y Otto Kirchheimer (ciencia política y derecho); y lo mismo puede decirse de la segunda generación de la escuela de Frankfurt, que incluye entre otros a Arkadij Gurland (economía y sociología), Jürgen Habermas (filosofía, sociología, filosofía lingüística y filosofía de la ciencia) y Claus Offe (ciencia política y sociología). Estos investigadores escaparon de la esterilidad característica de numerosos marxistas mediante la búsqueda de inspiración fuera del marxismo. La escuela adopta la forma de crítica, pero su meta última es revelar con mayor precisión la naturaleza de la sociedad. La crítica a la que hace mención su nombre,
presenta varias vertientes: la primera consiste en la crítica de la sociedad occidental capitalista y consumista contemporánea, y la segunda, en la de las ciencias sociales, especialmente de la sociología norteamericana imperante de tipo empirista y positivista. Por su parte Ritzer agrega la presencia de una crítica a la teoría marxista, del positivismo, de la sociología, de la sociedad moderna y de la cultura.
1.1.2
CORRIENTES Y ESCUELAS E SCUELAS FILOSOFICAS. FILOSOFICAS.
A lo largo de la historia de la Filosofía se han ido conformando diversas corrientes y escuelas. En todas las ramas de la filosofía hay autores que tienen opiniones irreconciliables.
POSITIVISMO
Es una rama de la epistemología que fue creado por Augusto Comte en Francia en el siglo XIX. Su característica es la defensa de un monismo metodológicamente, eso quiere decir que hay un método empleado para la explicación
de
todas
las
ciencias.
Su objetivo es dar explicación a los fenómenos y hechos reales por medio de leyes universales y generales. Además el positivismo es constructivo y útil.
El positivismo tiene una fuerte crítica, es que uno de sus métodos físicanaturaleza a dejado a un lado sus objetivos, la cultura la sociedad y la naturaleza. los cuales son muy fundamentales.
Cuando en Francia se dio el positivismo que daba explicación a los fenómenos y hechos en Alemania se dio la Hermenéutica que explicaba la compresión
de
las
cosas.
CINISMO La escuela cínica fue creada por Antistenes del siglo III al IV a.c en Grecia, cinismo significa perro. El cinismo es otra forma de pensar, actuar, y vivir dentro de las personas. Cuando este se dio en Grecia rápidamente se expandió a Constantinopla, Alejandría y Roma. Aquí se encuentra el termino Autarquía que significa la independencia de cada ser, además la persona cínica consigue la felicidad dejando todo lo material.
ESCEPTICISMO Es una corriente filosófica creada por Pirrón del siglo IV a.c al II d.c, es una corriente que se basa en la duda. La persona que es ecepticista es una persona que niega todas las posibilidades de verdad, la persona que no cree en nada o que es ecepticista,
es
la
persona
que
duda
e
investiga.
Las consecuencias que generaron la aparición del escepticismo fue la duda que sembraron algunos filósofos como Empedocles, Sócrates, entre otros.
EPICUREÍSMO Es una corriente filosófica que surgió en el siglo XX, en donde se prefieren los placeres intelectuales que los placeres sensuales ya que estos perturban la vida. Los
placeres
intelectuales
son
los
que
aportan
un
aprendizaje.
CIENTIFICISMO Es una corriente filosófica que surgió a mediados del siglo XIX en la edad media buscaba dar expoliación por medio de la ciencia, esto provocó una gran pérdida de la cultura, porque solo hacía constar que lo seres físicos eran los únicos que
existían
y
rechazaba
la
creencia
de
los
dioses
metafísicos.
MARXISMO Es el conjunto de doctrinas derivadas de la obra de Carlos Marx donde lo apoyo Federico Engels; el marxismo apoyaba el materialismo que el hombre necesitaba vivir rodeado en un medio material y se oponía al idealismo.
IDEALISMO Es una corriente filosófica que afirmaba si el mundo era eterno o natural, allí se planteaba el hombre; donde se oponen al marxismo que era el que apoyaba al materialismo, que dice que el hombre necesita vivir en un medio material, o no.
CRITICISMO El criticismo hace referencia a lo critico y se centraba entre el escepticismo que era no creer en nada y el dogmatismo que era creer en algo, allí se critica si era escepticismo
o
dogmatismo.
El criticismo es una teoría aceptada y lo conforma la gnoseología que gnosis es conocimiento y logia tratado y así se forma la teoría del conocimiento.
ESTOICISMO Fue creado por Zenón de Citio, era un conjunto de doctrinas filosóficas preocupadas por cuestiones lógicas, que buscaba decir que había que aceptar la vida como es y no se puede cambiar el destino. En él se conocen tres periodos, el estoicismo antiguo, medieval y moderno, el último periodo del estoicismo fue el que influyo en la creación del imperio Romano.
1.1.3
LA HISTORICIDAD DE LA FILOSOFIA
Ocuparse de historia no es una simple curiosidad. Lo sería si la historia fuera una simple ciencia del pasado. Pero: 1. La historia no es una simple ciencia. 2. o No se ocupa del pasado, en cuanto ya no existe. No es una simple ciencia, sino que existe una realidad histórica. La historicidad es, en efecto, una dimensión de este ente real que se llama hombre. Y esta su historicidad no proviene exclusiva ni primariamente de que el pasado avanza hacia un presente y lo empuja hacia el porvenir. Es ésta una interpretación positiva de la historia, absolutamente insuficiente. Supone, en efecto, que el presente es sólo algo que pasa, y que, el pasar, es no ser lo que una vez fue. La verdad, por el contrario, consiste más bien en que una realidad actual por tanto, presente, el hombre, se halla constituida parcialmente por una posesión de sí misma, en forma tal que, al entrar en sí, se encuentra siendo lo que es, porque tuvo un pasado y se está realizando desde un futuro. El "presente" es esa maravillosa unidad de estos tres momentos, cuyo despliegue sucesivo constituye la trayectoria histórica: el punto en que el hombre, ser temporal, se hace paradójicamente tangente a la eternidad. La definición clásica de la eternidad envuelve, en efecto, desde Boecio, además de la interminable vida. Recíprocamente, la realidad del hombre presente está constituida, entre otras cosas, por ese concreto punto de tangencia cuyo lugar geométrico se llama situación. Al entrar en nosotros mismos, nos descubrimos en una situación que nos pertenece constitutivamente, y en la cual se haya inscrito nuestro peculiar destino,
elegido unas veces, impuesto otras. Y aunque la situación no predetermina forzosamente ni el contenido de nuestra vida ni el de sus problemas, circunscribe evidentemente el ámbito de estos problemas, y, sobre todo, limita las posibilidades de su solución. Con lo cual, la historia como ciencia, es mucho más una ciencia del presente que una ciencia del pasado. Por lo que hace a la filosofía, es ello más verdad que lo que pudiera serlo para cualquier otra ocupación intelectual, porque el carácter del conocimiento filosófico hace de él algo constitutivamente problemático: Zetouméne epistéme, el saber que se busca, lo llamaba casi siempre Aristóteles. Nada de extraño que, a los ojos profanos, este problema tenga aires de discordia. En el curso de la historia nos encontramos con tres conceptos distintos de la filosofía, que emergen, en última instancia, de tres dimensiones del hombre: 1) La filosofía como un saber acerca de las cosas. 2) La filosofía como una dirección para el mundo y la vida. 3) La filosofía como una forma de vida, y, por tanto, como algo que acontece. En realidad, estas tres concepciones de la filosofía, que corresponden a tres concepciones distintas de la inteligencia, conducen a tres formas absolutamente distintas
de
intelectualidad.
De
ellas
ha
ido
nutriéndose
sucesiva
y
simultáneamente el mundo, y, a veces, hasta un mismo pensador. Las tres convergen de una manera especial en nuestra situación, y plantean de nuevo, en forma punzante y urgente, el problema de la filosofía y de la inteligencia misma. Esas tres dimensiones de la inteligencia nos han llegado, tal vez dislocadas, por los cauces de la historia, y la inteligencia ha comenzado a pagar en sí misma su propia deformación. Al tratar de reformarse, reservará seguramente para el futuro formas nuevas de intelectualidad. Como todas las precedentes, serán defectuosas, mejor
aún, limitadas, lo cual no las descalifica, porque el hombre es siempre lo que es gracias a sus limitaciones, que le dan a elegir lo que puede ser. Y al sentir su propia limitación, los intelectuales de entonces volverán a la raíz de donde partieron, como nos vemos retrotraídos hoy a la raíz de donde partimos. Y esto es la historia: una situación que implica otra pasada, como algo real que está posibilitando nuestra propia situación. Ocuparse de la historia de la filosofía no es, pues, una simple curiosidad: es el movimiento mismo a que se ve sometida la inteligencia cuando intenta precisamente la ingente tarea de ponerse en marcha a sí misma desde su última raíz. Por esto la historia de la filosofía no es extrínseca a la filosofía misma, como pudiera serlo la historia de la mecánica a la mecánica. La filosofía no es su historia; pero la historia de la filosofía es filosofía, porque la entrada de la inteligencia en sí misma, en la situación concreta y radical en que se encuentra instalada, es el origen y la puesta en marcha de la filosofía. El problema de la filosofía no es sino el problema mismo de la inteligencia. Con esta afirmación, que en el fondo remonta al viejo Parménides, comenzó a existir la filosofía en la Tierra. Y Platón nos decía, por esto, que la filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma en todo al ser. Con todo, difícilmente logrará el científico al uso librarse de la idea de que la filosofía, si no en toda su amplitud, por lo menos en la medida en que envuelve un saber acerca de las cosas, se pierde en los abismos de una discordia que disuelve su propia esencia. Es innegable que en el curso de su historia la filosofía ha entendido de modos muy diversos su propia definición como un saber acerca de las cosas. Y la primera actitud del filósofo ha de consistir en no dejarse llevar de dos tendencias antagónicas que surgen espontáneamente en un espíritu principiante: la de perderse en el escepticismo o la de decidirse a adherir polémicamente a una
fórmula con preferencia a otra, tratando incluso de forjar una nueva. Dejemos estas actitudes para otros. Al recorrer este rico formulario de definiciones no puede menos de sobrecogernos la impresión de que algo muy grave late bajo esta diversidad. Si realmente, tan distintas son las concepciones de la filosofía como un saber teorético, resultará claro que esa diversidad significa precisamente que no sólo el contenido de sus soluciones, sino la idea misma de filosofía, continúa siendo problemática. La diversidad de definiciones actualiza, ante nuestra mente, el problema mismo de la filosofía como un verdadero saber acerca de las cosas. Y pensar que la existencia de semejante problema pudiera descalificar el saber teórico es condenarse a perpetuidad a no entrar ni en el zaguán de la filosofía. Los problemas de la filosofía no son, en el fondo, sino el problema de la filosofía. Pero quizá la cuestión resurja con nueva angustia al tratar de precisar la índole de este saber teorético. No es una cuestión nueva. De tiempo atrás, desde hace siglos, se ha formulado la misma pregunta con otros términos: ¿Posee carácter científico la filosofía? No es indiferente, sin embargo, esta manera de presentar el problema. Según ella, el "saber de las cosas" adquiere su expresión plenaria y ejemplar en lo que se llama "un saber científico". Y este supuesto ha sido decisivo para la suerte de la idea de filosofía en los tiempos modernos. Bajo formas diversas, en efecto, se ha hecho observar repetidas veces que la filosofía está muy lejos de ser una ciencia; que en la mejor de las hipótesis no pasa de ser una pretensión de ciencia. Y ello, sea que conduzca a un escepticismo acerca de la filosofía, sea que conduzca a un máximo optimismo acerca de ella, como acontece precisamente en Hegel, cuando, en las primeras páginas de la Fenomenología del espíritu afirma rotundamente que se propone "colaborar a que la filosofía se aproxime a la forma de ciencia..., mostrar que la elevación de la filosofía a ciencia está en el tiempo", y cuando, más tarde, repite resueltamente
que es menester que la filosofía deje, de una vez por todas, de ser un simple amor de la sabiduría para convertirse en una sabiduría efectiva. (Para Hegel, "ciencia" no significa una ciencia en el mismo sentido que las demás.) Con propósito diverso, pero con no menor energía, en las primeras líneas del prólogo a la segunda edición de la Crítica de la Razón Pura, comienza Kant diciendo lo siguiente: "Si la elaboración de conocimientos... ha emprendido o no el seguro camino de una ciencia, es cosa que se ve pronto por los resultados. Si después de muchos preparativos y aderezos, en cuanto comienza con su objeto queda detenida, o si, para lograrlo, necesita volver una y otra vez al punto de partida y emprender un nuevo camino; igualmente, si tampoco es posible poner de acuerdo a los distintos colaboradores acerca de la manera como ha de conducirse esta labor común, se puede tener entonces la firme persuasión de que semejante estudio no se halla, ni de lejos, en el seguro camino de una ciencia, sino que es un simple tanteo...", y a diferencia de lo que acontece precisamente en la lógica, en la matemática, en la física, etc., en metafísica el "destino no ha sido tan favorable que haya podido emprender el seguro camino de la ciencia, a pesar de ser más antigua que todas las demás". Hace un cuarto de siglo que Husserl publicaba un vibrante estudio en la revista Logos, intitulado "La filosofía como ciencia estricta y rigurosa". En él, después de hacer ver que sería un contrasentido discutir, por ejemplo, un problema de física o de matemáticas haciendo entrar en juego los puntos de vista de su autor, sus opiniones, sus preferencias o su sentido del mundo y de la vida, propugna resueltamente la necesidad de hacer también de la filosofía una ciencia de evidencias apodícticas y absolutas. No hace sino referirse, en última instancia, a la obra de Descartes.
Descartes, con gran cautela, pero diciendo, en el fondo, lo mismo, comienza sus Principios de Filosofía con las siguientes palabras: "Como nacemos en estado de infancia y emitimos muchos juicios acerca de las cosas sensibles antes de poseer el uso íntegro de nuestra razón, resulta que nos hallamos desviados, por muchos prejuicios, del conocimiento de la verdad, y nos parece que no podemos librarnos de ellos más que tratando de poner en duda, una vez por lo menos en la vida, todo aquello en que encontremos el menor indicio de incertidumbre". De esta exposición de la cuestión se deducen algunas observaciones importantes:
Descartes, Kant, Husserl, comparan la filosofía y las demás ciencias desde el punto de vista del tipo de conocimiento que suministran: ¿posee o no posee la filosofía un género de evidencia apodíctica comparable al de la matemática o al de la física teorética?
Esta comparación revierte después sobre el método que conduce a semejante evidencias: ¿posee o no la filosofía un método que conduzca con seguridad, por necesidad interna y no sólo por azar, a evidencias análogas a las que obtienen las demás ciencias?
Ello conduce finalmente a un criterio: en la medida en que la filosofía no posea este tipo de conocimiento y este método seguro de las demás ciencias, su defecto se convierte en una objeción contra el carácter científico de la filosofía. Ahora bien: frente a este planteamiento de la cuestión debemos afirmar
enérgicamente: a) Que la diferencia que Husserl, Kant, Descartes señalan entre la ciencia y la filosofía, cope ser muy honda, no es, en definitiva, suficientemente radical.
b) Que la diferencia entre la ciencia y la filosofía no es una objeción contra el carácter de la filosofía como un saber estricto acerca de las cosas. Porque, en definitiva, la objeción contra la filosofía procede de una cierta concepción de la ciencia que, sin previa discusión, pretende aplicarse unívocamente a todo saber estricto y riguroso. La diferencia radical que separa a la filosofía y a las ciencias no procede del estado del conocimiento científico y filosófico. No parece, escuchando a Kant, sino que de lo único de que se trata es de que, relativamente a su objeto, la filosofía, a diferencia de la ciencia, no ha acertado aún a dar ningún paso firme que nos lleve a aquél. Y decimos que esta diferencia no es bastante radical, porque, ingenuamente, se da por supuesto en ella que el objeto de la filosofía está ahí, en el mundo, y que de lo único de que se trata es de encontrar el camino seguro que nos lleve a él. La situación sería mucho más grave si resultara que lo problemático es el objeto mismo de la filosofía: ¿existe el objeto de la filosofía? Esta pregunta es lo que radicalmente escinde a la filosofía de todas las demás ciencias. Mientras que éstas parten de la posesión de su objeto y de lo que tratan es simplemente de estudiarlo, la filosofía tiene que comenzar por justificar activamente la existencia de su objeto: su posesión es el término, y no el supuesto de su estudio, y no puede mantenerse sino reivindicando constantemente su existencia. Cuando Aristóteles la llamada Zetouméne epistéme, entendía que lo que se buscaba no era sólo el método, sino, además, el objeto mismo de la filosofía. ¿Qué significa que la existencia misma de su objeto sea problemática? Si se tratase simplemente de que se ignore cuál es el objeto de la filosofía, el problema, con ser grave, seria, en el fondo, simple. Sería cuestión de decir: o bien
que la humanidad no ha llegado todavía a descubrir ese objeto, o que éste es lo bastante complicado para que su aprehensión resulte oscura. En realidad, es lo que ha acontecido durante milenios con todas las ciencias, y por eso sus objetos no se han descubierto simultáneamente en la Historia: unas ciencias han nacido, así, más tarde que otras. O bien: silo que resultara es que este objeto fuese demasiado complicado, sería cuestión de intentar mostrarlo sólo a las mentes que hubiesen obtenido madurez suficiente. Tal sería la dificultad de quien pretendiese explicar a un alumno de matemáticas de una escuela primaria el objeto propio de la geometría diferencial. En cualquiera de estos casos, y pese a todas las vicisitudes históricas o dificultades didácticas, se trataría simplemente de un problema deíctico de un esfuerzo colectivo e individual para indicar (deîxis) cuál es ese objeto que anda perdido por ahí entre los demás objetos del mundo. Todo hace sospechar que no se trata de esto. El problematismo del objeto de la filosofía no procede tan sólo de que de hecho no se haya reparado en él, sino de que, a diferencia de todo otro objeto posible, el de la filosofía es constitutivamente latente; entendiendo aquí por objeto el término real o ideal sobre que versa, no sólo una ciencia, sino cualquier otra actividad humana. En tal caso, es claro que: 1. Este objeto latente no es en manera alguna comparable a ningún otro objeto. Por tanto, cuanto se quiera decir acerca del objeto de la filosofía, tendrá que moverse en un plano de consideraciones radicalmente ajeno al de todas las demás ciencias. Si toda ciencia versa sobre un objeto real, ficticio o ideal, el objeto de la filosofía no es ni real, ni ficticio, ni ideal: es otra cosa, tan otra, que no es cosa.
2. Se comprende entonces que este peculiar objeto no pueda hallarse separado de ningún otro objeto real, ficticio o ideal, sino incluido en todos ellos, sin identificarse con ninguno. Esto es lo que queremos decir al afirmar que es constitutivamente latente: latente bajo todo objeto. Como el hombre se halla constitutivamente vertido hacia los objetos reales, ficticios o ideales, con los que hace su vida y elabora sus ciencias, resulta que ese objeto constitutivamente latente es también por su propia índole esencialmente fugitivo. 3. De lo que huye dicho objeto es precisamente de la simple mirada de la mente. A diferencia, pues, de lo que pretendía Descartes, el objeto de la filosofía jamás puede ser descubierto formalmente por una simple mentís inspector, sino que es menester que después de haber aprehendido los objetos bajo quienes late, un nuevo acto mental reobre sobre el anterior para colocar al objeto en una nueva dimensión que haga, no transparente, sino visible, esa otra dimensión suya. El acto con que se hace patente el objeto de la filosofía no es una aprehensión, ni una intuición, sino una reflexión. Una reflexión que no descubre, por tanto, un nuevo objeto entre los demás, sino una nueva dimensión de todo objeto, cualquiera que sea. No es un acto que enriquezca nuestro conocimiento de lo que las cosas son. No hay que esperar de la filosofía que nos cuente, por ejemplo, de las fuerzas físicas, de los organismos o de los triángulos nada que fuera inaccesible para la matemática, la física o la biología. Nos enriquece simplemente llevándonos a otro tipo de consideraciones. Para evitar equívocos, conviene observar que la palabra reflexión se emplea aquí en su sentido más inocente y vulgar: un acto o una serie de actos que, en una u otra forma, vuelven sobre el objeto de un acto anterior a través de éste. Reflexión no significa aquí simplemente un acto de meditación, ni un acto de
introspección, como cuando se habla de conciencia refleja, por oposición a la conciencia directa. La reflexión de que aquí se trata consiste en una serie de actos por los que se coloca en nueva perspectiva el mundo entero de nuestra vida, incluyendo los objetos y cuantos conocimientos científicos hayamos adquirido sobre ellos. Obsérvese, en segundo lugar, que el que la reflexión y lo que ella nos descubre sean irreductibles a la actitud natural y a lo que ella nos descubre no significa que espontáneamente, en uno u otro grado, en una u otra medida, no sea tan primitiva e ingénita como la actitud natural. Resultará entonces que esta diferencia radical entre la ciencia y la filosofía no se vuelve contra esta última como una objeción. No significa que la filosofía no sea un saber estricto, sino que es un saber distinto. Mientras la ciencia es un conocimiento que estudia un objeto que está ahí, la filosofía, por tratar de un objeto que por su propia índole huye, que es evanescente, será un conocimiento que necesita perseguir a su objeto y retenerlo ante la mirada humana, conquistarlo. La filosofía no consiste sino en la constitución activa de su propio objeto, en la puesta en marcha de la reflexión. El grave error de Hegel ha sido de signo opuesto al kantiano. Mientras éste desposee, en definitiva, a la filosofía de un objeto propio, haciéndola recaer tan sólo sobre nuestro modo de conocimiento, Hegel sustantiva el objeto de la filosofía haciendo de él todo de donde emergen dialécticamente y donde se mantienen, también dialécticamente, todos los demás objetos. No es menester, por ahora, precisar el carácter más hondo del objeto de la filosofía y su método formal. Lo único que me importa aquí es subrayar, frente a todo irracionalismo, que el objeto de la filosofía es estrictamente objeto de conocimiento; pero que este objeto es radicalmente distinto de los demás.
Mientras cualquier ciencia y cualquier actividad humana considera las cosas que son y tales como son (hos éstin), la filosofía considera las cosas en cuanto son (hei éstin; Arit., Metaf., 1064 a 3). Dicho en otros términos: el objeto de la filosofía es transcendental, y, como tal, accesible solamente a una reflexión. El "escándalo de la ciencia" no solamente no es una objeción contra la filosofía que hubiera que resolver, sino una positiva dimensión que es preciso conservar. Por esto decía Hegel que la filosofía es el mundo al revés. La explanación de este escándalo es precisamente el problema, el contenido y el destino de la filosofía. Por esto, aunque no sea exacto lo que decía Kant: "N o se aprende filosofía; sólo se aprende a filosofar " ", resulta absolutamente cierto que sólo se aprende filosofía poniéndose
a filosofar.
1.2
CONCEPCIONESDE LA FILOSOFIA EN DIVERSAS ETAPAS DEL DESARROLLO HISTORICO DE LA HUMANIDAD.
En el s. XIX, Hegel le dio un sentido más amplio a la filosofía de la historia y diferenciado a lo considerado por Voltaire. Él fue el primero en incorporar a la Universidad de Berlín esta disciplina. Para Hegel la filosofía de la historia hay que entenderla como una historia global o universal. El sentido de la disciplina de la historia sufrirá un cambio en la escuela positivista con Leopold von Ranke. Para él eran el gobierno de las leyes generales y universales que rigen el mundo y que deben ser relatados por la historia como una ciencia empírica. La respuesta a por qué no surge antes del XVIII esta disciplina es debido a que los filósofos de otras épocas se han centrado en otras cuestiones, en la Antigua Grecia por la física, matemática, etc. En la Edad Media por la teología y más tarde en las ciencias naturales y finalmente los filósofos sintieron la necesidad de reflexionar sobre la historia en el siglo XVIII y que cuyo objeto era el pasado. Esta historia plantea una serie de problemas que se dividen en cuatro apartados: y
La naturaleza de la historia: gira en torno a la posibilidad de elaborar un método de lo que podemos llamar ciencias, es decir, es susceptible de plantear problemas capaces de ser resueltos.
y
El objeto de la historia: son las acciones pasadas de los hombres del pasado.
y
El método de la historia: es la interpretación de los testimonios, que le permite al historiador responder y analizar en base a los signos dejados por el pasado.
y
Valor y sentido de la historia: el saber histórico nos permite conocer mejor al ser humano, ya que la mejor forma de conocernos, es estudiando nuestras obras.
La concepción de la filosofía de la historia es inseparable y depende de la concepción de la historia, y por tanto, la comprensión del objeto está condicionada por la interpretación que hace la filosofía de la historia. Tuvo una interpretación ilustrada, resultado de una concepción renacentista de la historia, que a su vez es el precipitado de fenómenos de la Antigüedad y el Medievo, Moderna y Contemporánea. EDAD ANTIGUA Es la etapa de la Historia que comenzó cuando se inventó la escritura, aproximadamente en el año 3.000 antes de Cristo y finalizó cuando terminó el Imperio Romano, en el año 476 después de Cristo. Cuando se inventó la escritura no se hacía como lo hacemos hoy, sino que se trazaban símbolos y dibujos sobre piedras u otros materiales. Tampoco sabía escribir mucha gente sino solamente unos pocos. Pero gracias a lo que ellos escribieron
hemos
podido
conocer
mucho
sobre
aquellos
tiempos.
Al principio de la Edad Antigua en Andalucía habitaba el pueblo de Tartesos y en el resto de la Península otros pueblos que tenían entre sí muchos rasgos que los diferenciaban, como los íberos del este de la Península, los galaicos, astures, cántabros y vascos del norte y los celtíberos del centro. Otros pueblos de lugares más lejanos vinieron a la Península y se establecieron en ella. Eran los pueblos colonizadores que enseñaron a los habitantes de este lugar sus costumbres y sus conocimientos y crearon o fundaron bastantes poblados o ciudades a los que llamaron colonias colonias.. Estos pueblos fueron los
fenicios,
los
griegos
y
los
cartagineses.
Pero algún tiempo después existió el pueblo romano que desarrolló una gran civilización, aprendida en parte de los griegos y que ha influido muchísimo en nuestra cultura y formas de vida. Hace unos 2.000 años el pueblo romano consiguió ser el más poderoso de su época. Formaron un imperio, es decir, un inmenso territorio bajo el poder de su emperador. Este imperio llegó a extenderse por el Mediterráneo ocupando casi toda Europa y parte de Asia y de África. El primer emperador del Imperio Romano fue Octavio César Augusto en el año 27 antes del nacimiento de Cristo. La capital del imperio fue Roma y en ella comenzaban grandes vías o calzadas
que
la
comunicaban
con
el
resto
del
imperio.
En las familias eran los hombres los que tenían toda la autoridad sobre los demás. Las mujeres trabajaban en la casa y cuidaban a los hijos. Los niños y niñas iban a la escuela desde los 7 a los 12 años de edad. Los esclavos hacían los trabajos más duros. En todo el imperio se hablaba la misma lengua: el latín, que luego se ha ido transformando en las lenguas que hoy hablamos. También eran las mismas leyes las que existían para todos los habitantes de ese gran territorio. Los romanos eran politeístas, es decir, creían en la existencia de muchos dioses a los que adoraban en sus templos respectivos. Se divertían en grandes espectáculos, como la lucha de gladiadores que se hacía en los anfiteatros, las comedias en el teatro y las carreras c arreras en el circo. Acudían a bañarse a los baños públicos llamados termas. Crearon grandes ciudades que tenían amplias calles empedradas, edificios públicos, monumentos y fuentes. En cada ciudad el acueducto llevaba agua a las
fuentes y a las termas. En los templos se adoraba al dios correspondiente. El foro era el centro de la ciudad y allí se reunían para comentar asuntos importantes. Las murallas protegían la ciudad de los ataques de los enemigos del Imperio. LA EDAD ANTIGUA EN ES PAÑA Y EN ANDALUCÍA. Al territorio de la Península Ibérica los romanos le llamaron Hispania. En ella había tres provincias: la Tarraconense, Lusitania y la Bética, al sur. Este nombre era debido al río Guadalquivir, al que ellos llamaron Betis y que usaban
para
comunicar
con
barco
algunas
ciudades
de
la
Bética.
Aquí, en el sur, los romanos vencieron al pueblo cartaginés y con el tiempo los habitantes de la Bética se romanizaron, es decir, aprendieron el latín y aceptaron las leyes, la religión y las costumbres romanas. En la Bética nacieron algunos personajes muy importantes del imperio, como los emperadores Trajano y Adriano, el filósofo Séneca y el escritor Lucano. Con los romanos aumentaron su tamaño o se fundaron las primeras grandes ciudades de Andalucía. Además de Cádiz o Málaga que ya existían fundaron otras como Itálica (junto a Santiponce, en Sevilla), Sevilla, Écija o Córdoba que era la capital de la Bética. Construyeron templos y vías o calzadas de las que aún quedan restos. Los puentes fueron muy resistentes. Muchos perduran aún, como el de Córdoba y Utrera. También quedan restos de anfiteatros en Cádiz, Carmona y otros lugares. El acueducto de Nerja es uno de los que mejor se conserva. La Bética se convirtió en una zona muy próspera pues los romanos supieron aprovechar bien sus recursos.
Seguro que has comido alguna vez bacalao o incluso sardinas-arenques que se compran saladas en las tiendas. Bien, pues esta técnica de conservar el pescado por más tiempo añadiéndole sal la inventaron las personas que vivieron en la Edad Antigua. Hoy seguimos haciéndolo igual. El pescado lo salaban en las fábricas de salazón, como la que había en Almuñécar, en la provincia de Granada, a la que continuaron llamando Sexi. Después exportaban el pescado, es decir, se llevaba a muchos lugares del imperio, algunos muy lejanos, en donde lo podían consumir sin que se alterara.
EDAD MEDIA Es la etapa histórica que comenzó en el año 476 después de Cristo, cuando cayó el Imperio Romano y finalizó en 1492 en que se descubrió América. En España y en Andalucía, la Edad Media fue una etapa especialmente interesante. Durante este período convivieron en nuestra tierra gentes de tres culturas y religiones muy distintas: cristianos, musulmanes y judíos. Hubo épocas de
paz
pero
otras,
de
luchas
y
abiertos
enfrentamientos.
¿Cómo comenzó todo esto? El Imperio Romano que había sido tan potente y que tanto mundo había conquistado, fue perdiendo importancia poco a poco. Hubo grandes problemas económicos, políticos y sociales que hicieron su poder cada vez más débil. Incluso la religión romana que había sido politeísta, fue cediendo creyentes a una nueva religión a la que llamaron cristianismo y que había predicado un Hombre, el mismo hijo de Dios, llamado Jesús de Nazaret. Esta religión decía que hay que amar a Dios y a las demás personas y que siguiendo el camino que nos enseñan Los Evangelios, se alcanza la salvación eterna. Para los romanos fue inaceptable, entre otras cosas porque los cristianos predicaban que sólo existe un único Dios, al contrario de los muchos dioses a los que ellos adoraban, entre ellos al propio emperador. Así los romanos persiguieron, martirizaron y asesinaron a muchos de los primeros cristianos hasta que, en el siglo IV, autorizaban esta religión que fue propagándose por todo el imperio, especialmente por lo que ahora llamamos Europa.
Además, los pueblos bárbaros, que era así como los romanos llamaban a los pueblos guerreros que habitaban en el este de Europa, invadieron por fin muchos territorios
del
imperio
romano,
aprovechando
su
debilidad.
Así, por ejemplo, los visigodos, uno de estos pueblos bárbaros, vinieron hacia el sur y se establecieron en nuestra península. Los historiadores piensan que en el año 476 después de Cristo, en que los pueblos bárbaros invadieron el Imperio Romano, comienza la Edad Media, porque todo volvería a cambiar en la vida de las personas. Los visigodos desarrollaron en la Bética una cultura floreciente. Pero se llevaban a cabo muchas luchas entre los propios visigodos. Estas luchas las aprovecharon los musulmanes del norte de África para invadir la península, en el año 711. Algunos visigodos se refugiaron en las montañas del norte peninsular y crearon los primeros reinos cristianos. Deseaban reconquistar los territorios perdidos. Desde el norte de de la Península iniciaron la la Reconquista para expulsar a los musulmanes del territorio que les habían invadido. Esta lenta reconquista tardaría casi ochocientos años en finalizar, hasta que los Reyes Católicos, en el año 1492, expulsaron al último rey árabe del Reino de Granada. ¿QUÉ ES EL ISLAM? El Islam es una religión monoteísta, es decir, que predica la existencia de un solo Dios. Hace unos 1400 años un comerciante llamado Mahoma predicó en la ciudad de La Meca, en Arabia, esta nueva religión. Los que la practican se llaman musulmanes y el libro en donde se escribió esta doctrina religiosa se llama El Corán. Los musulmanes se reúnen para rezar en un templo llamado mezquita.
Los cinco mandamientos básicos que debe cumplir cualquier musulmán son: y
creer que hay un sólo Dios, al que llaman Alá, y Mahoma es su profeta.
y
orar, es decir, rezar cinco veces al día.
y
ayunar durante el mes llamado Ramadán.
y
dar limosna.
y
peregrinar a la ciudad de La Meca al a l menos una vez en la vida.
El dominio musulmán en la Península Ibérica. Los musulmanes llamaron AlÁndalus al territorio que conquistaron en la Península Ibérica. Los territorios dominados por los musulmanes se dividían en califatos, llegando a ser el Califato de Córdoba uno de los más importantes de la época. En cada califato había un califa que era la persona que tenía la máxima autoridad política y religiosa; además dictaba las leyes que el pueblo debía cumplir y era el juez más importante. En las familias eran los hombres los que trabajaban el campo o se dedicaban a la artesanía y al comercio. Las mujeres debían obediencia absoluta a su esposo, a su padre o a su hermano. Los hijos aprendían a leer y a escribir y sólo los hijos de los ricos iban a la universidad, que ya empezaban a existir. Las hijas permanecían permanecían en casa. Los esclavos trabajaban en el campo o en los talleres artesanales. La lengua que se hablaba en todo el Islam era el árabe. Durante aquellos siglos los musulmanes desarrollaron una cultura muy importante. Para divertirse los musulmanes iban a espectáculos musicales, cómicos o poéticos; hacían bailes, jugaban al ajedrez o acudían a baños públicos. Los musulmanes estuvieron en la península casi ochocientos años, por lo que nos dejaron una gran influencia en nuestra cultura. Así por ejemplo, las matemáticas las desarrollaron mucho y hoy usamos las cifras que ellos nos enseñaron. En la agricultura introdujeron nuevos sistemas de riego, desconocidos aquí hasta entonces, y el cultivo de plantas que no
se conocían, como co mo el arroz, arr oz, las naranjas o el azafrán. En la artesanía y en la industria desarrollaron la fabricación de objetos de cuero, tejidos, vidrio y cerámica. Muchas palabras del castellano tienen origen árabe, como Guadalquivir, azulejo, almohada, alcachofa,... También gran parte de nuestros platos típicos tienen este origen. Pero donde se percibe más notablemente su huella es en las construcciones que nos dejaron y que en gran número siguen en pie. Hoy día son monumentos de gran interés que visitan anualmente millares de personas de todo el mundo. LOS REINOS CRISTIANOS En la Edad Media Media se llamaba La Cristiandad a todo el territorio que ocupaban los distintos reinos cristianos. El Papa ya era la máxima autoridad religiosa; incluso sus decisiones las obedecían casi todos los reyes cristianos. Dentro de cada reino cristiano reinaba un rey que gobernaba el reino con la ayuda de los nobles. A finales de la Edad Media había en la Península varios reinos cristianos, como por ejemplo los reinos de Castilla, de Aragón, de León, de Navarra o el reino de Portugal. Otras personas con mucho poder eran los nobles, dueños de grandes extensiones de tierra y que vivían en castillos para defenderse de sus enemigos. Ayudaban al rey en las guerras y este les premiaba dándoles grandes extensiones de tierra. Los campesinos trabajaban las tierras de los señores; cada año debían entregar parte de la cosecha a los nobles y a la iglesia. Vivían en aldeas cercanas a los castillos. Cuando estaban en peligro por las guerras se refugiaban en el castillo del noble. Los monjes vivían en monasterios y se dedicaban a la oración, orac ión, a la agricultura y a la artesanía. En las bibliotecas de estos monasterios los monjes
guardaban toda la cultura y el saber de la antigüedad. La actividad más importante de los monjes fue copiar a mano documentos muy antiguos. Por eso muchos de ellos han podido conocerse en nuestros días. Al principio de la Edad Media la mayor parte de la población peninsular hablaba el latín, la lengua de Roma; pero fue transformándose según los lugares y de él se formaron las lenguas romances: castellano, catalán, gallego, francés, italiano,... Cuando poco a poco casi toda Andalucía fue reconquistada por los cristianos, muchos musulmanes fueron expulsados de las ciudades y otros otros huyeron al norte de África. Las ciudades fueron repobladas por cristianos de los reinos de Castilla y de León que trajeron también nuevas formas de organización y costumbres. En aquellos tiempos nacieron los primeros Ayuntamientos andaluces. MONUMENTOS MEDIEVALES ANDALUCES Durante la Edad Media se realizaron en Andalucía muchas construcciones que se usaban principalmente para celebraciones religiosas. Cuando los musulmanes construyeron sus edificaciones lo hicieron con unas formas y características determinadas. A esta manera de construir se le llamó estilo islámico. Se usaban ladrillos y yeso, arcos con forma de herradura y se adornaban los interiores de los edificios con patios, fuentes, azulejos y decoración geométrica, como se ve en La Alhambra. De la época musulmana Andalucía posee numerosos monumentos y construcciones de gran belleza. De todos ellos los más importantes y mundialmente conocidos son: y
La Alhambra de Granada es el palacio donde residían los últimos reyes musulmanes hasta que fueron expulsados de la Península. Es una gran fortaleza construida en lo alto de una colina y está formada por un conjunto
de habitaciones, patios y jardines muy bonitos. Junto con los jardines del Generalife, es uno de los monumentos más visitados de todo el mundo. y
La Mezquita de Córdoba es una de las más hermosas del mundo. Las mezquitas son los lugares donde se reúnen los musulmanes para rezar.
y
En las mezquitas hay un minarete o torre, desde ella se llama a la gente para la oración. La Giralda sevillana es el minarete mi narete que tenía una antigua mezquita que ya no existe.
y
Las alcazabas eran era n unos recintos amurallados que se usaban para defenderse, al igual que los castillos cristianos; algunas se conservan aún, como la de Almería o la de Málaga.
Además de las construcciones musulmanas, durante la Edad Media los reyes cristianos mandaron construir gran número de bellísimos edificios. Pero estos edificios se construían de forma distinta al estilo islámico, islámico, con unas características determinadas que eran comunes al resto de la Cristiandad; a esta forma de construir se le llamó estilo gótico y lo podemos observar en muchas iglesias y catedrales.
Estas construcciones se decoraban con grandes ventanales de
vidrieras, algunas circulares que se llaman rosetones y arcos apuntados por arriba. Algunas construcciones de los reinos cristianos eran: y
Los castillos eran fuertes construcciones de piedra que se edificaban sobre sobre colinas para poder ver al enemigo a tiempo cuando se acercaba. Para defenderlos mejor se rodeaban de altas murallas y de un foso lleno de agua que no podía cruzarse sin bajar el puente levadizo. El señor del castillo vivía en la torre torre principal que se llamaba torre del homenaje. En el castillo se guardaba ganado, trigo y agua en depósitos que los musulmanes llamaban aljibes. Cuando había guerra los atacantes sitiaban el castillo, es decir, lo rodeaban durante meses sin dejar entrar ni salir a nadie, hasta que los
sitiados, que eran los que estaban dentro del castillo, se quedaban sin agua o
sin
comida
y
se
rendían.
En Andalucía quedan aún muchos castillos medievales como los de Almodóvar del Río (Córdoba) y Cortegana (Huelva), además de las alcazabas árabes de Almería y Málaga. y
También quedan en las ciudades restos de las altas murallas con las que se protegían de los ataques y sólo se podía entrar a la ciudad por unas pocas puertas.
y
Las catedrales eran grandes iglesias construidas por los cristianos. Al final de la época medieval se construyeron las catedrales de Sevilla y Granada.
y
Los monasterios eran edificios donde vivían una comunidad de frailes o de monjas, como el Monasterio de San Isidoro del Campo que está situado en Santiponce (Sevilla).
1.2.3 EDAD MODERNA
Históricamente se conoce como una de las etapas en la que se divide tradicionalmente la historia, extendiéndose desde la toma de Constantinopla por los turcos en el año 1453 hasta el inicio de la Revolución Francesa en el año 1789. Otros historiadores fijan como fecha de inicio el descubrimiento de América en1492, o el inicio de la Reforma Protestante en 1517. En este periodo destacan la invención de la imprenta, los grandes descubrimientos geográficos como el descubrimiento de América, el Renacimiento, la Reforma Protestante, la Contra reforma Política etc. Conforme transcurrían los años, las ciudades fueron creciendo, y es así como durante el período medieval, ya en el siglo XV, Europa presentaba un gran desarrollo urbano. También con el crecimiento de las ciudades se produjo un cambio en el sistema económico: la economía feudal dio paso a los primeros indicios del sistema capitalista. Obviamente el desarrollo comercial del Mediterráneo y el crecimiento de la actividad industrial fueron aprovechados por la burguesía, la clase social que estaba creciendo junto con las ciudades. Respectivamente toda esta actividad condujo a la necesidad de buscar nuevas tierras donde conseguir las materias primas, necesarias para fabricar los productos. Además, significó la apertura de nuevos mercados donde venderlos. Durante esta época, el comercio mediterráneo estaba bloqueado por los turcos, y todos los progresos logrados con las técnicas de navegación, impulsaron a los hombres del siglo XV a las exploraciones de ultramar.
ESPAÑA Y PORTUGAL Desde principios del siglo XV, Portugal exploró las costas africanas para buscar una ruta hacia India, pero sólo en 1487 Bartolomé Díaz descubrió el cabo de Buena Esperanza, y en 1498 la expedición de Vasco de Gama llegó a la ciudad de Calicut. Estos hitos van a consolidar la presencia portuguesa en el Océano Indico y van a transformar a Lisboa en centro de comercio de las especies. España, por su parte, obtuvo un gran éxito cuando la primera expedición de Cristóbal Colón descubrió América. Este triunfo se debió al esfuerzo personal de Colón, y al apoyo oficial de los Reyes Católicos. La idea de Colón era llegar a las costas orientales de Asia, pero estaba equivocado en el cálculo de la distancia que separaba a Europa de estas tierras, razón por la cual pensó que era India el territorio al que había llegado, cuando realmente era América. El día 3 de agosto de 1492, Colón partió del puerto de Palos con tres carabelas: la Pinta, la Niña y la Santa María. Realizó una escala en las islas Canarias para aprovisionarse de agua y alimentos, y después de mucho navegar llegó, el día 12 de octubre, a la isla de Guanahani, que bautizó como San Salvador. NUEVAS TIERRAS A LA VISTA Desde el descubrimiento de América en 1492, hasta la primera vuelta al mundo en 1522, los conocimientos geográficos sobre la Tierra avanzaron muchísimo. Cerca del año 1500 se descubrió el golfo del Darién, la costa de Venezuela, las Antillas y las costas de Brasil. En el año 1500, con la expedición portuguesa de Pedro Alvares Cabral al Brasil, se consideró este territorio como propiedad de la corona de Portugal.
En 1513, Vasco Núñez de Balboa descubrió el Mar del Sur, Océano Pacífico, confirmándose que América era un nuevo continente. Entre los años 1519 - 1522 se realiza la primera vuelta al mundo, realizada por Hernando de Magallanes, y que finaliza Sebastián Elcano, debido a la muerte del primero. Con este viaje se confirma la redondez de la Tierra y se descubre el paso que une el Océano Atlántico y el Pacífico en América del Sur, llamado, posteriormente, Estrecho de Magallanes. CONSECUENCIAS... El impacto que el descubrimiento de América significó para el mundo fue grande: las consecuencias demográficas, económicas y culturales se dejaron sentir inmediatamente: Demográficas: la emigración o traslado de población europea hacia las colonias americanas, la mezcla entre la raza nativa y la europea (mestizaje racial), el tráfico de esclavos negros y el intercambio continental de epidemias que hizo disminuir la población indígena americana. Económicas: se desplazó la actividad económica desde el Mediterráneo hacia el Atlántico. El hallazgo de numerosos yacimientos de metales preciosos en América, fomentó la tendencia al atesoramiento de oro. El intercambio de productos entre los dos continentes provocó que en América se conocieran el trigo, el café, la caña de azúcar y el olivo, Europa recibió de América el cultivo del maíz, el cacao y la papa. Culturales: los pueblos europeos trajeron a América su forma de pensar, valores, idioma, religión, arte y sentido del derecho, entre otros aspectos.
FORMACIÓN DEL ESTADO MODERNO El período conocido como Época Moderna significó para Europa importantes cambios en su ordenamiento político. El fenómeno más destacado fue el surgimiento del Estado Moderno: un territorio con fronteras determinadas, un gobierno común y un sentimiento de identificación cultural y nacional de sus habitantes. Los reyes fueron quienes iniciaron este proceso a lo largo de los siglos XIV y XV. Interesados en concentrar el poder en su persona, debieron negociar con los señores feudales, quienes cedieron sus derechos individuales sobre sus feudos, a cambio de una serie de privilegios. Los que no estuvieron dispuestos a transar, fueron sometidos a través de violentas guerras. Para éstas, los reyes contaron con el apoyo de los burgueses, a quienes les interesaba dejar de depender del señor feudal. De este modo, el concepto feudal de lealtad fue reemplazado por los de autoridad y obediencia, propios de un Estado con poder centralizado. En el siglo XVII, el poder político de los monarcas se fortaleció hasta eliminar cualquier representatividad, dando lugar a las monarquías absolutas. La monarquía constituyó un estado moderno sobre la base de una dirección fuerte, contando con los medios para sostenerla. Con esto, el rey consiguió la resignación de la sociedad, a cambio de un cierto orden y progreso. Uno de los más claros ejemplos del absolutismo fue Francia. Durante el siglo XVII, este país se convirtió en la mayor potencia europea, después de consolidar sus fronteras, gracias a innumerables guerras con los países vecinos. El rey Luis XIV (1643-1715) fue la mejor personificación de la imagen del monarca absoluto. A él se atribuye la frase: "El Estado soy yo".
EL RENACIMIENTO... Se conoce como Renacimiento al gran movimiento de renovación que se produjo en Europa durante los siglos XV y XVI. Este movimiento hizo que se replantearan muchas de las ideas que perduraron durante el mundo medieval. Se extendió la actitud crítica, la observación de la naturaleza, la experimentación científica y se alcanzaron notables avances técnicos, así como una extraordinaria expansión de las artes. Italia fue el lugar donde surgió el proceso renacentista. Sin embargo, el Renacimiento se convirtió en un fenómeno europeo que potenció y difundió las grandes conquistas de la cultura clásica, como la forma de pensar, el idioma y el arte del mundo greco-romano. En lo que se refiere al arte, muchos son los artistas que destacaron en este período, sobre todo pintores y escultores: Botticelli, Miguel Angel, Rafael, Durero, El Greco. Pero fue Leonardo da Vinci quien con mayor fuerza representó el espíritu renacentista. En él se mezclan la curiosidad científica y la inclinación al arte. Leonardo diseñó máquinas muy ingeniosas para su época, como lo muestran sus bocetos de helicópteros. Realizó estudios de anatomía, y se consagró como pintor. El aspecto intelectual del Renacimiento se conoció con el nombre de Humanismo. Éste contenía el conjunto de ideas que desarrollaron los escritores de esa época. Durante este período, se reafirma el valor del hombre y se lo considera como el protagonista de la historia, exaltándose la idea del individualismo. Una de las características de este movimiento, fue el estudio de la Antigüedad Clásica, especialmente de los idiomas griegos y latín. Entre los grandes humanistas destacan Erasmo de Rotterdam (1469-1536), que influyó en casi todos los
pensadores y políticos de su época. Por otro lado, gracias a la invención de la imprenta, fue posible la difusión amplia y rápida de las nuevas ideas e inventos. Durante el Renacimiento se inició la ciencia moderna, que se basó en la observación y la experimentación. A los grandes avances en el conocimiento de la geografía y la cartografía, proyecciones de Mercator, le siguieron los de la medicina, descubrimiento de la circulación de la sangre por Miguel Servet. Pero fue Copérnico quien hizo uno de los más grandes descubrimientos, la teoría heliocéntrica: según la cual el Sol y no la Tierra, era el centro del universo. Globo terráqueo elaborado por Martín Behaim, en 1492, considerado el más antiguo. En él figuran todos los conocimientos geográficos antes del Descubrimiento de América. LA CRISIS RELIGIOSA Los vientos de modernidad no sólo trajeron cambios a nivel político y económico. La crisis que sufrió la Iglesia Católica en el siglo XVI fue uno de los acontecimientos relevantes del período, que posteriormente se llamó Reforma. Este proceso dividió a la Iglesia entre católicos y protestantes. Las razones que explican la división del catolicismo son numerosas. En el aspecto político, el desarrollo del sentimiento nacional y soberano hizo que los Estados se rebelaran contra la autoridad del Papa. El motivo era la profunda crisis moral que afectaba a la Iglesia: venta de indulgencias, la simonía (compraventa de situaciones de orden espiritual o religioso), el incumplimiento de los votos sacerdotales, los abusos de poder, etcétera.
En el ámbito económico, las extensas tierras que estaban en poder de la Iglesia y los impuestos que cobraba en cada rincón de Europa, fueron motivos suficientes para que los Estados nacientes buscaran desligarse de estas obligaciones tributarias, y pretendieran anexar al territorio nacional los dominios eclesiásticos. Quien inició el proceso de ruptura definitiva con la Iglesia Católica fue el monje alemán Martín Lutero (1483-1546). Muy molesto por la venta de indulgencias en Wittemberg, pueblo donde enseñaba en una Universidad, Lutero redactó 95 razones, las 95 tesis, con las que acusó a la Iglesia de corrupta. El Papa León X lo excomulgó, pues Lutero se negó a arrepentirse de sus acusaciones. Los príncipes alemanes apoyaron al monje, puesto que en la lucha del sacerdote, vieron la posibilidad de desligarse del dominio de la Iglesia. Rápidamente, los seguidores de Lutero aumentaron, y surgió la nueva doctrina. El luteranismo eliminó algunos sacramentos, negó la adoración a los santos, suprimió el latín como idioma oficial de la Iglesia Católica y desconoció la autoridad del Papa como máximo representante de Dios en la Tierra. En otros países, las ideas protestantes se difundieron rápidamente; en Suiza, Juan Calvino dio origen al Calvinismo; y en Inglaterra, el rey Enrique VIII se separó de la Iglesia Católica y formuló una nueva religión, el Anglicanismo. Después de este duro golpe, la Iglesia Católica determinó hacer una profunda revisión interna. Para ello, convocó a un Concilio en la ciudad de Trento, el que se inició en 1545. Tras esta reunión, que duró varios años, la Iglesia definió su doctrina:
Validez de la autoridad del Papa, El celibato eclesiástico, La devoción a los santos, Ratificó la validez de los sacramentos, etcétera. A este movimiento católico se le llamó Contrarreforma. Como consecuencia de la división de la fe, estallaron guerras en todo el continente. Las llamadas Guerras de Religión se extendieron por más de cuarenta años, enfrentándose católicos y protestantes con una violencia, que sólo se justificaba por el afán de poder político, y por la defensa cerrada de la fe de cada uno de los bandos. EL RENACER DEL HUMANISMO A fines de la Edad Media se desarrolló lentamente un movimiento que retornaba a los antiguos conocimientos y artes clásicos de Roma y Grecia. Esta corriente, originada en Italia, que abarcó la mayor parte de Europa y que tuvo grandes genios que la representaron fiel y magníficamente en sus obras, se llamó Renacimiento, y su principal fundamento filosófico fue el Humanismo, al focalizar al hombre en el centro de todas las cosas. Esta tendencia, extendida en los siglos XV y XVI, significó un cambio en todos los aspectos de la vida de la sociedad europea y fue la puerta de entrada entra da a la Edad Moderna. ¿POR QUÉ SURGIÓ EL RENACIMIENTO? No hay que dejarse engañar por la palabra renacimiento, en el sentido de que antes de ese período las artes estaban poco desarrolladas o que no existían, y que después se produjo una repentina resurrección. La Edad Media había tenido su arte original, el arte ojival en la arquitectura. Del siglo XIII al XIV se construyeron
grandes monumentos, como las catedrales francesas, que Europa entera imitó y que el Renacimiento no tuvo bastante poder para hacerlas mejores aún. Ese grado de perfección al que habían llegado las artes, principalmente en los siglos XIV y XV, motivaron a describir esos siglos como los precursores del Renacimiento. El Renacimiento es el renacimiento de la antigüedad clásica, el regreso a las tradiciones griegas y romanas. Las obras de la época grecorromana eran desconocidas hasta entonces y abrieron a los artistas nuevas fuentes de inspiración. Otro factor que se sumó a crear este caldo de cultivo para el Renacimiento, fue la invención de la imprenta, que permitió la difusión rápida y casi universal de sus ideas y conocimientos. Los últimos elementos decisivos en la gestación y apogeo de este movimiento fueron el desarrollo general de la riqueza en ciudades claves en la gestación del Renacimiento (que en esa época eran verdaderos estados aparte), como Florencia y Venecia, y la protección y los estímulos dados en todos los países a las artes por poderosos personajes llamados mecenas, que frecuentemente eran los mismos jefes de los Estados o los príncipes, papas y reyes. También se produjo un cambio en las ideas. En la Edad Media, los hombres habían pensado más en el cielo que en la Tierra. Sometidos a la doctrina de la Iglesia católica, habían aceptado el lugar que el nacimiento y la tradición les habían impuesto en la sociedad. Pero en el Renacimiento se entregaron a los goces de este mundo, se apropiaron del derecho a expresar sus ideas personales sobre la vida y la verdad, y lucharon por el poder y la gloria. Surgió un fuerte individualismo y nació un nuevo concepto de la libertad.
EDAD CONTEMPORANEA Se denomina Edad Contemporánea al periodo histórico comprendido entre la Revolución francesa (1789) y la actualidad. Es una época caracterizada por las revoluciones y por las grandes transformaciones artísticas, demográficas, sociales, políticas, tecnológicas y económicas. Con la Revolución Industrial, surge una nueva sociedad de clases presidida por la burguesía y se desarrolla el movimiento obrero. Progresa la ciencia y la tecnología, aparece el automóvil, el avión, los medios de comunicación de masas y la sociedad de consumo. Por otro lado, el inicio del siglo XX está protagonizado por la Primera Guerra Mundial y el crack de Wall Street en 1929, que conducen a una época de recesión y de conflictos que desencadenarán la Segunda Guerra Mundial y que provocan una situación de vacío, de desolación y de pérdida del sentido. Resumiendo, podemos decir que Europa vive a comienzos del siglo XX una profunda crisis causada por todos estos grandes cambios sociales, económicos, científicos, tecnológicos, por la aceleración histórica, el progreso, el desarrollo y por la transformación los valores. En este contexto surgen las vanguardias artísticas, que buscan un nuevo lenguaje estético coherente con la nueva sociedad del siglo XX, en la que se encuentran los automóviles, los aviones, etc., y con el hombre moderno, nacido de la revolución industrial. Se denominan vanguardias históricas o ismos a los diversos movimientos de protesta que se suceden entre 1910 y 1940 y que rompen con los modelos tradicionales propugnando un nuevo lenguaje expresivo y la libertad del artista.
Se emplea el término militar vanguardias porque hace referencia a la "primera línea", a la parte más adelantada del ejército, la que realiza las funciones de exploración y la que primero se encuentra con el enemigo. En el campo artístico, la vanguardia es la "primera línea", es decir, todos aquellos movimientos que de forma brusca y radical buscaron la renovación y la ruptura con el pasado. Entre estos movimientos de vanguardia de principios del siglo XX destacan el Fauvismo, el Expresionismo, el Cubismo, el Futurismo, el Dadaísmo, el Surrealismo y la Abstracción. Cada uno tiene unos planteamientos diferentes, pero todos ellos quieren la liberación del arte. La característica principal es la libertad de expresión y su actitud provocadora, emplean un lenguaje y un vocabulario que escandaliza y que critica de forma humorística la cultura y la época del momento. Publican sus propios manifiestos en los que defienden sus ideales, reivindican lo original y atacan a todo lo producido anteriormente por considerarlo desfasado. El arte abandona la imitación de la naturaleza y se centra en el mundo interior de los personajes, en lo sensitivo, en lo conceptual y en el lenguaje de las formas. Prevalece el inconsciente, la reconstrucción mental de la obra, exigiéndole al espectador una nueva actitud ante la obra de arte. La pintura y la escultura huyen de la figuración y se encaminan hacia lo abstracto. Rompen con las líneas, con los colores tradicionales y con la perspectiva única. Crean diseños geométricos y la visión simultánea de varias configuraciones de un objeto. La arquitectura, por su parte, abandonará la simetría para dar paso a la asimetría.
BIBLIOGRAFIA Hessen J., Tratado de filosofía, Ed. Sudamérica, Buenos Aires, 1970. Iribarne Julia V., La intersubjetividad en Husserl, Ediciones Carlos Lohlé, Buenos Aires, 1988. Keller Albert, Teoría General del Conocimiento, Ed. Herder, Barcelona, 1988. Salazar Ramos Roberto J, Filosofía contemporánea, esbozos y textos, Ed. USTA, Bogotá, 1987. Sitio Web: http://www.filosofia.org/indices.htm
Pd. Esta bibliografía se a completara conforme nos vaya pidiendo los temas.