Dispositivo de adquisición del lenguaje (DAL) El mayor defensor de esta postura es el lingüista norteamericano Noam Chomsky. Él y sus partidarios comprenden el lenguaje como el conjunto de características que son comunes a todas las lenguas naturales, es decir, el lenguaje es universal y al mismo tiempo forma parte del dispositivo innato, lo que significa que se trata de un mecanismo que permite la todos los niños a prender cualquier lengua. Chomsky cree que la información sobre el mundo externo, que percibimos a través de los sentidos, activa las ideas y los principios innatos que determinan la forma de los conocimientos adquiridos. Según él la experiencia lingüística de los niños es muy pobre y limitada y lo que escuchan es un número finito de expresiones que les podrían servir de modelo del lenguaje que están aprendiendo. A pesar de ello, los niños son capaces de crear enunciados gramaticalmente correctos con un número relativamente infinito de elementos lingüísticos. De eso Chomsky concluye que el niño posee una capacidad lingüística innata rica y por eso su adquisición del lenguaje se da sin que el niño le preste mayor atención o esfuerzo. Opina que en el momento de nacer, cada ser humano está dotado genéticamente del llamado Dispositivo Cerebral de Aprendizaje Lingüístico que le permite aprender una o varias lenguas. Chomsky dice: “la presencia de los datos lingüísticos prima rios en el entorno del niño en la edad de adquirir la lengua materna resulta imprescindible, sin embargo, la experiencia lingüística no produce el conocimiento lingüístico final, sino que se limita a actuar como un detonante que activa las disposiciones in natas para el lenguaje.” Al lado del carácter innato y universal del lenguaje, Chomsky destaca que la adquisición del lenguaje culmina en un periodo muy corto (aproximadamente durante los dos o tres primeros años de vida del niño), lo que es posible precisamente porque al aprender una lengua el niño parte de los elementos lingüísticos que son universales, es decir, de los que determinan las estructuras lingüísticas independientemente independientemente de las condiciones físicas, culturales, sociales, etc. Esta expresión (en inglés Language Acquisition Device o LAD, abreviada en español como DAL), se refiere a la capacidad humana para adquirir el lenguaje, común a todos los individuos y de carácter innato. Mediante este dispositivo el hablante accede al conocimiento y uso de la lengua gracias a una gramática universal que desarrolla en su mente. Desde una perspectiva lingüística, Chomsky es el primero que llama la atención sobre cómo es posible que cuando el niño adquiere su lengua materna puede aprender más de lo que aparentemente puede aprender de los datos lingüísticos a los que está expuesto, esto es, cómo adquiere un conocimiento mucho más sistemático, más abstracto, más estructurado, que el input que escucha. Noam Chomsky propone que el cerebro humano está específicamente construido para aprender el lenguaje mediante una habilidad llamada dispositivo de adquisición del lenguaje (DAL). El DAL permite a los niños analizar la lengua que escuchan y extraer las reglas gramaticales que les permiten crear oraciones absolutamente nuevas... El DAL programa al cerebro para extraer estas reglas; todo lo que se necesita son las experiencias básicas para activarlas.
La adquisición de la lengua según David Crystal. Como escribe David Crystal en su excelente Enciclopedia del lenguaje, "durante siglos se ha especulado sobre el origen del lenguaje humano. ¿Cuál es la lengua hablada más antigua del mundo? ¿Se han desarrollado todas las lenguas a partir de una fuente común? ¿Qué lengua se hablaba en el Paraíso? ¿Cómo se formaron al principio las palabras? Estas preguntas son fascinantes y han dado lugar a experimentos y debates cuya historia se remonta a hace 3.000 años. Irónicamente, esta búsqueda no ha obtenido éxito. Cada generación se plantea las mismas cuestiones y llega al mismo callejón sin salida: la carencia de pruebas a causa del enorme espacio temporal implicado. No poseemos un conocimiento directo de los orígenes y el desarrollo inicial del lenguaje, ni tampoco es fácil imaginar cómo sería posible obtenerlo" Crystal supone que globalmente el inglés va tanto a escindirse como a converger, con variantes locales que pasarán a ser menos comprensibles mutuamente y, por tanto, que necesitan el aumento de lo que él llama "inglés hablado estándar mundial" (ver también Inglés internacional). En su libro escrito en 2004 The Stories of English, una historia general del idioma inglés, describe el valor que ve en la diversidad lingüística y el acuerdo de respeto a las variedades del inglés generalmente consideradas "no estándar". Crystal es partidario de un nuevo campo de estudio, la lingüística en internet. David Crystal ha pasado a convertirse en una de las más autorizadas voces sobre el tema, tanto en el ámbito anglófono como en el hispanohablante. Dos interesantísimos y muy profusos volúmenes ha dedicado Crystal no sólo a la Internet como la tercera y más impactante revolución ocurrida en relación con el "edificio" o "museo" del lenguaje, como él suele denominar este territorio inherente a la esencia de lo estrictamente humano (Crystal, 2002,2005), sino también por el modo abierto y desprejuiciado como ha señalado que "varios de los supuestos lingüísticos que dábamos por ciertos en el siglo XX están teniendo que ser revisados en el siglo XXI" (Crystal, 2005, p. 147). Y aunque la motivación de sus trabajos parte esencialmente de la praxis y el uso en situaciones específicas de comunicación virtual (correo electrónico, chateo, telefonía celular, etc.), ninguna duda queda de que sus acertadas observaciones se sostienen sobre la base de una sólida sustentación teórica. Es ese mismo autor quien explícitamente ha resumido lo que deberían ser los diez planteamientos lingüísticos del siglo XXI, que podemos resumir de la manera siguiente: 1. El problema de las lenguas amenazadas de extinción. 2. Lo relacionado con las lenguas minoritarias, aunque no estén amenazadas. 3. La sustitución del lema "vigilancia continua" por los "buenos usos" que ha privado durante tanto tiempo, por el de "tolerancia continua" de formas y variantes sociodialectales. 4. La valoración igualitaria de todos los estilos y variedades de las lenguas. 5. La estimulación definitiva del multilingüismo. 6. El cese de las quejas recurrentes y de la catalogación de las transformaciones como deterioro.
7. La preocupación porque aprendan su lengua materna quienes tienen dificultades orgánicas o psíquicas para hacerlo. 8. El interés por que recuperen su lengua materna quienes por alguna razón la hayan perdido. 9. La vuelta a una aproximación inevitable y necesaria entre el estudio de la lengua y la literatura. 10. La consideración oficial de las lenguas como tesoros nacionales. De ese decálogo, nos interesan particularmente para este artículo, los planteamientos 4, 6 y 10. El primero por la necesidad ya referida de que se considere la cibercomunicación a la hora de formular una nueva teoría lingüística acorde con los tiempos; el sexto por lo que antes hemos abogado para que se comience a estudiar la ciberlingua sin que medien los prejuicios puristas; y el décimo, debido a que, por más que todavía no tengamos suficientemente claros cuáles serán los cambios definitivos, cualquier aproximación lingüística de esta época debe considerar entre sus variables la de las comunidades virtuales, y entre ellas, por supuesto, las comunidades virtuales relacionadas con la difusión de la creación literaria, a nuestro juicio uno de los ejes comunicativos que serán afectados de manera contundente por esta nueva realidad.