DEVOLVER MAL POR MAL
6 de agosto de 2009
Introducción Conformamos una sociedad de personas que suelen fallar en las relaciones unos con otros. Como discípulos de Jesús estamos aprendiendo a no pecar contra Dios ni contra nuestros semejantes. Tratamos de no hacer mal a nadie, ya sea por descuido o intencionalmente. El Señor nos enseña a amar a todos y hacer el bien sin discriminar a nadie. Si pecamos contra alguien debemos arrepentirnos, confesar nuestro mal, y reparar nuestro daño. Pero como discípulos de Jesús... • •
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¿Qué hacer cuando es otro el que nos hace mal a nosotros? ¿Cómo reaccionar si alguien nos ofende o nos trata injustamente? ¿Cómo debemos comportarnos ante la persona que nos hizo daño?
La respuesta a estas preguntas son el tema que desarrollaremos en el presente estudio.
¿QUÉ SIGNIFICA DEVOLVER MAL POR MAL? ¿Qué dice la Biblia al respecto? Leamos 3 textos del Nuevo Testamento.
Romanos.12.17-19. "No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. (18) Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. (19) No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. (20) Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. (21) No seas vencido de lo malo, malo, sino vence con el bien el mal" mal" .
1 Tesalonicenses.5.15. "Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos".
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1 Pedro.3.9. "No devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición".
El mal que otros pueden hacernos, suelen ser agresiones verbales, gestuales o físicas; puede tratarse de un daño moral o material, una injusticia contra nuestro honor, posición, bienes, familia o persona. Ante cualquier clase de mal que nos hagan, la Palabra de Dios nos exhorta a no resistir al que es malo Mateo.5.38-39, y a no devolver a nadie mal por mal. Pagar mal por mal es una reacción natural del hombre carnal que actúa en represalia por el daño recibido. La represalia es un derecho que uno mismo se atribuye para devolver o causar un daño proporcional al recibido. Generalmente es una reacción espontánea y directa: "Me gritas, te grito; si me pegas, te pego, si me insultas, te insulto. Pero en ocasiones, por la alteración de los ánimos, el mal devuelto resulta mayor que el daño recibido. No es infrecuente que ante un insulto, alguien se llene de ira y devuelva el insulto junto con una agresión. Devolver el daño que uno ha recibido va acompañado a un sentimiento personal de justicia, pues se hace para compensar: "ojo por ojo diente por diente". Es querer hacer justicia con nuestras propias manos, lo cual degenera en venganza. El Señor nos prohíbe vengarnos al decirnos en
Romanos.12.19 "Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor...no os venguéis vosotros mismos". El espíritu de devolver mal por mal es uno de los sentimientos más dominantes del corazón humano. Esta reacción se manifiesta tanto en un niño, como en un hombre maduro, en el matrimonio, en la familia, entre hermanos o entre compañeros. A veces, en cosas triviales y cotidianas, otras en males más profundos con consecuencias graves.
DIFERENTES MANERAS DE DEVOLVER MAL POR MAL. ¿Cómo solemos reaccionar cuando nos hacen mal? Consideremos algunas actitudes carnales y equivocadas que debemos desechar:
Reacciones interiores: Guardar rencor y resentimiento; desear el mal a quien nos dañó; maldecir secretamente a la persona; odiarlo; alegrarnos de su desdicha; ignorarlo.
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Agresiones directas y manifiestas: ofender e insultar; gritar o herir con palabras; burlarse o menospreciar; amenazar; golpear físicamente; hacer gestos groseros; poner mala cara; retirar la ayuda; retirar el saludo o la palabra; vengarse; hacerle sufrir; dejarle sufrir; hurtar, robarle; matar; hacer cualquier clase de daño contra su persona, familia, bienes, salud u honor.
Agresiones ocultas: hablar mal de la persona a otros; chisme, detracciones, calumnias. Nuestra reacción carnal más frecuente y cotidiana es tratar mal a quien nos trata mal.
CRISTO NOS ENSEÑA A VENCER CON EL BIEN EL MAL. Jesucristo es nuestro Señor, no podemos hacer lo que queramos. El nos dio mandamientos claros. El crucificó nuestro viejo hombre, y dándonos su Espíritu Santo, no compartió todo el poder necesario para que hagamos su voluntad.
Gálatas.2.20. "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí".
Filipenses.4.13. "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece".
En Mateo.5.38-48 y en Lucas.6.27-36 Cristo nos enseña: • • • • • •
A no resistir al malo. A sufrir el daño y no defendernos. A amar a nuestros enemigos. A bendecir a los que nos maldicen. A hacer bien a los que nos aborrecen. A orar por los que nos ultrajan y nos calumnian.
En Mateo.6.14-15 y en Marcos.11.25-26 nos enseña: •
A perdonar de todo corazón a los hombres sus ofensas.
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En Efesios.4.32 y Colosenses.3.13 Pablo nos enseña: • • •
A ser benignos, misericordiosos unos con otros. A perdonar como Dios nos perdonó en Cristo. A soportarnos los unos a los otros.
En Romanos.12.17-21. Pablo enseña: • • • •
A no pagar a nadie mal por mal, no vengarnos. A procurar la paz con todos los hombres. A dar de comer y beber a nuestro enemigo si lo necesita. A vencer con el bien el mal.
En 1 Pedro.2.21-23 y 3.8-13 Pedro nos enseña a que siguiendo el ejemplo de Cristo: • • • • •
Cuando nos maldigan, no respondamos con maldición. Cuando padezcamos injustamente, no amenacemos. Que seamos compasivos, misericordiosos y amigables. Que no devolvamos mal por mal. Que bendigamos.
Finalmente, el Señor nos enseña en Mateo.6.10-12: •
Que cuando nos toque sufrir injustamente, lejos de tener un sentimiento de tristeza y autocompasión, nos gocemos y alegremos porque nuestro galardón es grande.
La virtud superlativa del cristiano es devolver bien por mal. Esto sólo es posible por la presencia de Cristo resucitado en la vida del creyente.
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