Al periodo que abarca de 1910 a 1940 se le ha denominado Periodo cardenista o Postrevolucionario Postrevolucionario que en términos generales estuvo vigente desde el gobierno de Venustiano Carranza hasta el gobierno de Lázaro Cárdenas. En él, los actores principales fueron militares quienes combatieron en la revolución y que por lo tanto sabían de principios de guerra que aunados a los principios políticos, hicieron del país una República en la que veían primero por los intereses de las clases políticas. En el periodo comprendido entre 1914 y 1946 los presidentes que gobernaron fueron generales quienes redujeron el monto de la deuda sin necesidad de pagar ni amortizaciones ni intereses. Estos hombres, que no eran expertos en finanzas pero si sabían de política supieron dignificar al país y fortalecer la soberanía. Sin embargo, a mediados de los cuarenta, se inicia una nueva era en la historia de México. Una vez concluido el periodo postrevolucionario y con la llegada al poder de los civiles, se dio un giro en la política polít ica a seguir respecto de los intereses nacionales. A partir de 1946 los hombres en el gobierno, ahora civiles y empresarios, alteraron la constitución política y jurídica o escrita, modificando los principios sociales generados por la revolución. México volvía una vez más a la misma situación en la que se hallaba a finales del siglo XIX, esto es, apoyando una política en beneficio del extranjero bajo el pretexto de que era necesaria la modernización para estar a la altura de otros países, empleando además el argumento que vienen propagando las potencias más ricas, el de la interdependencia. interdependencia. A partir del sexenio de gobierno del presidente Miguel Alemán, continua el viraje hacía la dependencia exterior, a los créditos externos, a pagar la deuda y sus intereses por lo que al término de su mandato en 1952, el monto de la deuda se encontraba en 346 millones de dólares. Posteriormente, durante el gobierno del presidente Adolfo Ruiz Cortínez, el monto de la deuda externa ascendió a 602,2 millones de dólares. Al finalizar el sexenio de Adolfo López Mateos, la deuda externa casi se triplico elevándose a 1.724 millones de dólares. Por su parte, el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, elevó la cifra de 4.000 millones de dólares que sumados a los 2.000 millones de deuda privada sumaban alrededor de 6.000 millones de dólares. Para el sexenio de Luis Echeverría Álvarez, el endeudamiento público externo se desbordó al alcanzar la cifra de 20.000 millones de dólares, que sumados a los 10.000 millones de deuda del sector privado daban un total de cerca De 30.000 millones de dólares. 2.-
Al concluir la segunda guerra mundial con el triunfo de los países aliados, el panorama político nacional e internacional habían cambiado, era necesario adaptarse a las nuevas circunstancias político y económicas que presentaba la posguerra. Por tanto, el gobierno decidió alinearse a la realidad que presentaba el ámbito internacional y pasar del discurso de la unidad nacional a otro donde se asumieran los enunciados de la nueva era democrática. Así, civilismo y democracia surgirían como los nuevos pilares del Estado mexicano contemporáneo. Entre estos ajustes se dio la transformación del PRM Partido Revolucionario Institucional (PRI), en enero de 1946. El contraste fundamental con el PNR fue el concepto "institucional", a través del cual se canceló la época de lucha de clases y se señalo el camino hacia un régimen de perfeccionamiento institucional. Para cuidar de la disciplina de los representantes electos al Congreso de la Unión, se establecieron dos secretarías de Acción Política, a cargo de un diputado y un senador respectivamente. Con la promulgación de la Ley Federal Electoral en 1946, arranca la primera etapa en la conformación de un sistema d partidos, al otorgárseles personalidad jurídica. Se conservó el sistema de escrutinio de mayoría relativa en distritos uninominales vigente desde 1912, pero estableció la exclusividad en la participación electoral a los partidos políticos nacionales, y centralizó 1a organización y vigilancia de los comicios en órganos colegiado federales dominados por el gobierno. La finalidad era propiciar el surgimiento de organizaciones más estructuradas y menos coyunturales o " electoreras ", a fin de controlar el surgimiento de aquellas con características y potencial desconocido. Se crearon instancias como la Comisión Federal de Vigilancia Electoral, que depositó por primera vez la organización a supervisión del proceso en un organismo federal. De igual importancia resultó la federalización del empadronamiento que quedó, cargo del Consejo del Padrón Electoral, transfiriéndole las facultades que en esa materia desempeñaban las autoridades estatales e municipales. A través de estos cuerpos se dio un paso adelante e la tarea de garantizar el buen desempeño de los comicios, eliminando las injerencias locales permeadas por intereses locales o de grupo. Asimismo se instauraron las Comisiones Locales Electorales, los Comités Distritales, la Junta Computadora y las Mesas de Casilla. Se concedió a la Suprema Corte de Justicia la facultad de intervenir para solucionar los conflictos surgidos de la votación. Con Miguel Alemán en la Presidencia, el civilismo habría de ganar la batalla definitiva al militarismo, al igual que la industria lo haría sobre la agricultura y concretamente sobre. La política proejidal. La principal preocupación no fue ya la de otorgar tierras a los núcleos de población sino mas bien, la de dotar al país de una infraestructura sólida. El apoyo más importante para realizar este proyecto no serían ni obreros ni campesinos, sino el sector empresarial. El proceso de centralización del poder era un hecho, L presidencia había adquirido supremacia política como institución independientemente de los rasgos de su ocupante; el Estado mexicano estaba ya consolidado sobre la base del pacto social contraído a finales de los años treinta y sus principales instituciones habían adquirido
sus rasgos distintivos teniendo al nacionalismo como referente ideológico. En diciembre de 1946, se tumó a la Cámara de Senadores para su aprobación, la iniciativa presidencial de reforma al artículo 115, señalando como un " acto de conveniencia nacional " la participación de la mujer en las elecciones municipales. Ante el fortalecimiento de la figura presidencial a partir de 1935, los puestos de senadores y diputados carecieron de poder real, aun cuando no de prestigio. Quienes los detentaron recibieron -además de evidentes ventajas económicas- un reconocimiento a su influencia y lealtad por parte de las autoridades que negociaban su ingreso a las cámaras. Ocupar una curul indicaba no sólo motivo c le pertenencia sino la garantía de permanecer dentro del juego político.
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El 18 de enero de 1946, se declaró oficialmente desaparecido el Partido de la Revolución Mexicana, surgiendo en su lugar el PRI con la finalidad de continuar la búsqueda de "... convertir en realidades elocuentes el programa social, económico y político que se trazó la Revolución Mexicana..." con su lema de "democracia y justicia social". Institucionalizada ya la Revolución, Miguel Alemán Valdez reafirma el concepto de la Revolución del cual se parte y hacía el cual se va en cuanto a sus principios e ideales y cuyo cumplimiento se va postergando de manera sexenal en la medida en que crecen y se desarrollan nuevas necesidades sociales de la población mexicana. Al respecto, el líder del PRI, Rodolfo Sánchez Taboada advertía por medio de la prensa que en su partido "... (sólo) aceptaremos a todo aquel que... acate las leyes, el programa y los principios de la Revolución" En esos momentos, los medios mostraban su simpatía por cierta difusión distinta a la institucional pero sin salirse de las normas, por ello publicaban afirmaciones como la de que el PRI ni era partido ni era revolucionario, puesto que lejos de cumplir con los ideales de la Revolución estaba al servicio de una camarilla, misma que a través de la coptación o de la represión en su caso, acababan con sus opositores, al viejo estilo del porfirismo. Sólo que la incidencia ante la opinión pública de los medios impresos era tan poca como aún lo es en la actualidad, por lo que este tipo de declaraciones no llegaba a la población poco instruida en la lectura de medios, como hasta la fecha, toda vez que la población generalmente norma su criterio con base en los programas radiofónicos en un primer momento y después televisivos que les dictan normas de conductas y comportamiento. Esas eran las primeras críticas públicas al discurso de la Revolución y sus ideales a cumplir como metas de gobierno, ya que denunciaba la existencia de una nueva
dictadura, la del Presidente. Pese a ello, la disputa por la representatividad de la Revolución cuando menos en el discurso, era el centro de la lucha política de las distintas facciones que buscaban la paternidad del termino y para ello se valían de los medios de comunicación. Adolfo Ruiz Cortinez, ya como Presidente electo declararía que el propósito de su gobierno sería el de que todos los mexicanos disfrutaran de los logros de la Revolución en materia de paz, trabajo y justicia. Esto porque "... para la Revolución... la patria es una, donde caben y deben caber todos los mexicanos, sin distinci¢n de credos religiosos o políticos, de condición social y económica y de la actividad a que se dediquen...". Aunque el triunfo electoral de Ruiz Cortinez fue cuestionado, el discurso de la Revolución que los medios recogían sirvió para proclamar que los programas y las conquistas revolucionarias se cumplirían, ya que quienes se oponen están en contra de este proceso y de estas conquistas con lo que se ganan el repudio del pueblo revolucionario o educado bajo ese discurso que dio forma a la cultura política del régimen.