UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES ESCUELA DE SOCIOLOGÍA AMÉRICA LATINA CONTEMPORÁNEA I LUIS A. HERNÁNDEZ M. 24698906 CI
DEMOCRACIA REPRESENTATIVA Y CLASES POPULARES: UN ACERCAMIENTO A LA PERSPECTIVA DE GINO GERMANI
La introducción escrita por Myriam Stanley en el texto “El Populismo en América Latina” presenta Latina” presenta a grandes rasgos, la amplitud del término “populista” y su dificultad de ser
categorizado como un sistema político, una forma de gobierno o una categoría de análisis en los temas de políticas y sociedad. Como señala Stanley (2000) los estados, movimientos, partidos, líderes e ideologías que son caracterizadas como populistas pueden relacionadas con otros fenómenos variados como el nacionalismo, el anti-imperialismo, la industrialización, urbanización, migración, emancipación económica, y otros. El término populista representa un reto y a la vez, una pieza fundamental de análisis y comprensión para revisar la historia y el presente de las sociedades de América Latina. Para proporcionar bases teóricas teór icas claves para la comprensión del populismo, el autor Gino Germani, mencionado en la lectura de Stanley y con
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un apartado propio en el texto “Populismo y contradicciones de clase en Latinoamérica”, apunta
ciertos conceptos y notas propias que caracterizan a dicho autor.
El asincronismo, la simultaneidad de lo “no contemporáneo”
Un primer acercamiento a Germani proviene de lo que él llama un rasgo general de los países subdesarrollados, un fenómeno caracterizado para la existencia y convivencia simultánea de diferentes sociedades en un mismo espacio en común, diferentes específicamente en términos tecnológicos y geográficos: el asincronismo técnico y el asincronismo geográfico. Ambos puntos convergen en la diferencia entre “regiones evolucionadas” y “regiones atrasadas”, diferentes
territorios en donde existen desigualdades apreciables en el nivel científico-tecnológico detrás de las herramientas utilizadas por las diversas sociedades. Es decir, utilizando la herramienta de los campos sociales, en un mismo espacio cohabitan sociedades con campos sociales diferentes y categorizados como avanzados o atrasados con respecto al otro, tomando como diferencia el nivel técnico institucionalizado como norma o forma de proceder para las acciones. Avanzando un paso más adentro del tema, el asincronismo puede también presentarse en instancias sociales internas (psicológicas) y externas (instituciones). Lo que el autor llama “pattern tradicional”, el patrón tradicional y heredado como forma de vida, puede ser concebido
como el orden social dentro de un campo social atrasado con respecto a otro orden social considerado moderno, relacionando la presencia de habitus fundamentalmente distintos. La transición del pattern tradicional hacia lo moderno puede transitar, como escribe Germani (1973), por cambios de orden psicológico por encima de los cambios objetivos, “la revolución de aspiraciones” como la fuerza de poder naciente desde lo subjetivo y micro, o la fuerza motriz
desarrollada desde la introducción é implementación del industrialismo hacia las actitudes
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tradicionales, un orden institucional y macro como provocadora del cambio hacia la internalización de los individuos. La contraposición de lo tradicional frente a lo moderno no se presenta en los países latinoamericanos como una serie de desarrollo hacia lo moderno como una meta unificada, puesto que dentro de una misma región, por limitada que sea, coexisten diferentes niveles de “desarrollo moderno” en diversos sectores sociales y la forma de transición varía de una forma u
otra con diferencias de grados e intenciones de fuerza. Esto otorga una característica única en el análisis de América Latina dentro de la perspectiva del autor para desarrollar sus planteamientos sobre el populismo.
Los estadios del desarrollo democrático moderno y sus variantes en Latinoamérica
Para caracterizar el desarrollo político en Latinoamérica, Germani describe un esquema de puntos en donde él considera que se resume el progreso en materia política de los diversos países latinoamericanos, se presenta de la siguiente forma: 1. Guerras de liberación y proclamación formal de la independencia. 2. Guerras civiles, caudillismo, anarquía. 3. Autocracias unificantes. 4. Democracias representativas de participación “limitada”. 5. Democracias representativas de participación “extensa”. 6. Democracias representativas de participación “total”. 6ª . (Como una alternativa posible de estas tres formas de democracia): Revoluciones “nacionales- populares”.
En una primera instancia, es prudente señalar el carácter teórico macro que inicialmente transmite el esquema de estadios hacia la democracia occidental, sin embargo, con el desarrollo de los estadios comparativamente entre países de la región latinoamericana se realiza un trabajo más íntimo y subjetivo, cercano a los teóricos medianos que han caracterizado a una parte del
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pensamiento crítico latinoamericano, característica que puede otorgarse a Germani como parte de la sociología argentina. Continuando el desarrollo del esquema, el autor señala que históricamente el recorrido de los países por los tres primeros estadios es similar y hasta en cierta forma, estable y con fácil comparación entre sociedades que lucharon por su independencia del carácter colonial, sufrieron penurias para estabilizar y pacificar el territorio nacional mediante guerras y pactos desde la creación de un Estado que buscaría de ser central y vital en el desarrollo de la Nación. En el estadio de las autocracias es donde comenzaría el avance de la ruptura con el pattern tradicional y en casos particulares, tendía a favorecer el camino hacia la modernización económica y social de las naciones, Germani escribe sobre la inversión de capitales extranjeros, la inmigración selectiva, la integración como nación al sistema internacional económico, la construcción de medios de transporte y progresos en la educación, entre otros incentivos para modernizar en un sentido occidental europeo-norteamericano el Estado-Nación. La transición hacia el cuarto estadio nombrado como las democracias limitadas, o las “oligarquías” requiere un examen más riguroso para caracterizar las situaciones particulares de
cada territorio. Mientras que casos como Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Costa Rica y Colombia, donde el autor describe los diversos procesos de lucha, pero exitosa, en el establecimiento de oligarquías, Paraguay, República Dominicana, Venezuela, Ecuador, Perú y otras naciones, sufrieron un largo periodo de estancamiento entre la autocracia y variados fracasos hacia regímenes democráticos, incluso hasta tiempos recientes a mediados del siglo XX. La fuerte característica que incide en estos estancamientos y procesos inestables es la participación de los sectores “populares”, grupos sociales mantenidos al margen en tiempos
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anteriores y que, con el desarrollo de las oligarquías, germinaron en deseos de participación política-social en el desarrollo conjunto del Estado-Nación. Germani describe que “La democracia representativa de “participación limitada” presenta
cierta estabilidad en los países cuya estructura económica y social está lo bastante avanzada para crear una clase media urbana que (…) logra adquirir cierta importancia política (…)” (p.18). Es decir, las clases urbanas tendrán un rol vital en el desarrollo de la democracia con perspectiva extensa y es aquí donde comienza el escudriñamiento acerca del populismo según la perspectiva del autor.
La movilización e integración como herramientas de las clases populares, el nacimiento del “orden nacional-popular”
Si bien movilización e integración pueden parecer símiles, el autor destaca ambos conceptos pero diferentes e importantes para el análisis de su perspectiva teórica. En la transición de las oligarquías a las democracias extensas, es vital el rol político-social de las clases urbanas para su establecimiento. El autor describe la democracia de participación extensa como la inclusión de las clases de las regiones centrales, un convenio entre burguesía y clases medias populares, manteniendo en la periferia la exclusión hacia grupos alejados de estas zonas centrales. Esta distinción cuela en el establecimiento del concepto de “movilización” e “integración”. Germani detalla que “El primer término corresponde al proceso psico-sociológico, en cuyo transcurso los grupos hundidos (…) adquieren cierta capacidad de comportamiento
deliberativo; alcanzan unos grados de aspiración diferentes de los fijados, (…) manifiestan cierta actividad en el terreno político.” (p. 21).
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La movilización es la posibilidad de participar y ejercer voz y acción en los intereses particulares de un sector social, cuando antes esto era impedido, y resulta en un alejamiento de los patrones de conducta del orden social tradicional. Dentro de esta intervención de la movilización de los grupos, se encuentra la integración, lo que el autor percibe como la unión de dos características: 1. Una participación legal dentro de los marcos institucionales, avalada y protegida por éstas, y 2. Un sentimiento de legitimidad exclusivo del grupo movilizado, que otorga unidad dentro del mismo. El autor también señala que más que una legitimidad legal, se refiere a una actitud internalizada de legitimidad de los individuos pertenecientes al grupo, otorgando la posibilidad de estar en un papel antagónico a las instituciones, comprendido en grados desde la inconformidad hasta el rechazo total del orden social existente. La participación de los grupos populares altera la evolución clásica de los estadios hacia la democracia plena, sin establecer de qué forma negativa o positiva, con las explicaciones basadas en las diferencias de: 1. Estructura social y cultura con respecto a los países occidentales modernos, 2. Orden de los sectores sociales, interviniendo los cambios veloces en su evolución, y 3. Épocas históricas y circunstancias sociales particulares. En este punto, lo más relevante para destacar es el resultado de la aparición de los regímenes “nacionales- populares”, concebidos desde élites nacionales que perdiendo la energía incentivadora de la democracia como “modelo de modernización”, pasó a convertir el desarrollo de democrático como una forma de perpetuar
el orden internacional en una relación centro-periferia de dependencia, una evolución particular desde países con culturas y economías aún no modernizadas en donde el impulso modernizador contendrá un carácter impulso en contra del pattern democratizador de los países democráticos ex-colonizadores.
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A medida que ésta tendencia “nacionalista” fuera proyectada como valor hacia las clases urbanas y éstas asimilan el patrón de orden social, adquiere la connotación de “popular”,
tendencia que ocurre en todos los países de Latinoamérica en medida que la movilización y la integración lo permiten, a veces de formas muy inestables. El clima histórico tendrá un rol determinante en la transformación de estos regímenes así como en su éxito o no.
La ideología de la industrialización, categoría central de los gobiernos populistas
Para el autor, el desarrollo de los gobiernos “populistas” está directamente relacionado
con las capacidades económicas y sociales de cada región. Germani explica el grado de correlación entre los países con integración popular parcial o desarrollada (Argentina, Brasil, México, Chile, Uruguay) como los más desarrollados en materia económica. Así mismo, se presenta una característica determinante en la tendencia populista, “la ideología de industrialización” como incentivo hacia el desarrollismo sin determinar entre la visión clásica de “izquierda-derecha”, utilizando fórmulas variadas que crean un espectro de situaciones políticas
diversas, abriendo un abanico de posibilidades populistas, justamente el punto de lo complicado de determinar alguna situación como populista o no. En palabras del autor, nacionalismo, autoritarismo, socialismo, colectivismo, capitalismo de Estado, entre otras situaciones, generan aún más posibilidades como autoritarismos de izquierda y socialismos de derecha. El carácter amorfo del populismo haya su máxima expresión en el sentido de utilizar los recursos y expresiones políticas de la mejor manera posible, a través del consenso y apoyo de los sectores populares en alianza al poder político, sin presentar una brújula ideológica clara que muestre una tendencia clásica.
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Lo que Germani llama “experiencia de participación” es la opinión general y sensación
de participar en el poder político de los grupos populares en interacción conjunta, el apoyo popular expresado en grado de satisfacción y conformidad con el cumplimiento de las promesas populistas de turno, que llenan de legitimidad la toma de decisiones gubernamentales y, de las que lamentablemente, diversos gobiernos aprovechan de malograr la participación ciudadana como forma de legitimar intereses particulares que corrompen la intención popular y conllevan a situaciones críticas dentro de los países latinoamericanos hasta los tiempos actuales.
Referencias -
Germani, G., Di Tella, T. S. y Ianni, O. (1973). Populismo y contradicciones de clase en Latinoamérica. México. Ed. Serie popular Era.
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Stanley, M. (2000). El Populismo en América Latina. Argentina.
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