DEFINICIÓN DE ENTORNO SOCIAL
El entorno social de cualquier individuo está formado por sus condiciones de vida y de trabajo, los estudios que ha cursado, su nivel de ingresos y la comunidad de la que forma parte. Estos factores influyen en su propia salud. Es estudiado desde disciplinas como la psicología social, que es la rama de esta ciencia basada en el supuesto de que existen procesos psicológicos que determinan el funcionamiento de la sociedad y la forma en que se lleva a cabo la interrelación social. Un ejemplo claro de promoción de mejora del entorno social, son los organismos gubernamentales, que suelen elaborar diversos planes para mejorar este entorno, es decir, para propiciar las condiciones adecuadas para el íntegro desarrollo de la persona. Existen varios conceptos que nos ayudan a profundizar acerca del entorno social. Uno de ellos es la noción de socialización, que define al proceso en aquel mediante el cual el ser humano adquiere la experiencia necesaria para interrelacionarse con el prójimo. En otras palabras, la socialización es el proceso a través del cual el individuo se adapta progresivamente al medio en el que vive.
2. ENTORNO INFANTIL Con esta área de conocimiento y experiencia se pretende favorecer en niños y niñas el proceso de descubrimiento y representación de los diferentes contextos que componen el entorno infantil, así como facilitar su inserción en ellos. Durante la etapa de Educación Infantil los niños y niñas conocen muchas facetas del entorno por primera vez. Muchas realidades les resultan nuevas y sienten curiosidad por descubrirlas. En el aula, el entorno natural y social puede ser como centro de interés un punto de partida para el aprendizaje de las diferentes áreas.
Descubrimiento de uno mismo: Los hábitos y psicomotricidad.
Los distintos lenguajes: verbal, matemático, plástico, musical.
Descubrimiento del entorno: observar y conocer sus características morfológicas.
También los niños y niñas pueden trabajar individualmente o en grupos un cierto tema que les interese para encontrar las respuestas, llegando a unas conclusiones sobre qué han aprendido. De esta forma y con la interacción educativa adecuada, niños y niñas se aproximan al conocimiento del mundo que les rodea, estructuran su pensamiento, interiorizan la percepción del tiempo, controlan y encauzan acciones futuras, y van adquiriendo mayor autonomía respecto a las personas adultas.
EL ENTORNO NATURAL Los niños y niñas sienten curiosidad por conocer el entorno natural y disfrutan cuando están en contacto directo con la naturaleza. Aunque en algunas escuelas se hacen salidas de descubrimiento de este medio, nunca podrá ser suficiente y es importante que los padres y madres también hagan posible este contacto, ya que para sus hijos/as es necesario; siempre transmitiendo que la naturaleza es un valioso patrimonio de todos, que debemos cuidar y proteger. El conocimiento del medio natural se puede realizar a partir de: -La observación directa y vivencial de la naturaleza, a través de salidas a la montaña, a la playa,.. -La observación indirecta a través de fotografías, libros, explicaciones, vídeos y otros medios multimedia. Los pequeños y pequeñas expresan las ideas y nociones (a veces intuitivas) que ya tienen, observan, formulan preguntas, reciben nuevas informaciones y a través del diálogo estructuran y ordenan todo lo que saben. De esta manera irán formando y construyendo sus propios conocimientos.
EL ENTORNO SOCIAL Las niñas y los niños crecen en un determinado entorno social: su familia, la escuela, el pueblo o el barrio,... Día a día van descubriendo este mundo más cercano que les rodea. A través de los medios de comunicación conocen también otras realidades que no son físicamente tan cercanas. Enseñar el entorno social quiere decir ayudarlos a interpretar el mundo que tienen a su alrededor. Empiezan exteriorizando la información que ya tienen, la organizamos a través del diálogo, formulamos o ellos mismos formulan nuevas preguntas que les harán profundizar y ampliar sus conocimientos. Los padres y las madres como acompañantes habituales de sus hijos/as tienen ya una excelente ocasión de convertirse en formadores/as del área del entorno. Algunos temas del entorno social que trabajamos en el ciclo de tres a seis años son: la familia, la casa, la escuela, la calle, el pueblo o barrio (servicios: tiendas, biblioteca, ayuntamiento), los medios de transporte y la educación vial, los diferentes oficios, los medios de comunicación y las tradiciones y las fiestas. El tratamiento que damos a los diferentes temas se basa en transmitir unas pautas de comportamiento social: aprender a convivir y a relacionarse con una actitud de respeto hacia todas las personas y hacia el patrimonio particular o público.
FAVORECER EL ENTORNO SALUDABLE Para promover el sentido del humor y la risa debemos educar desde la infancia dicho sentido del humor cultivando la sonrisa y la risa desde los primeros meses de vida. La capacidad de sonreír y de reír se puede cultivar desde los primeros meses de vida, no en vano en las personas la sonrisa y la risa aparecen tan pronto. De hecho, la sonrisa empieza siendo un simple movimiento muscular reflejo dentro del vientre materno, hasta que, en el segundo mes de vida fuera del útero, se convierte en sonrisa social y base de la risa.
Ser padres y madres o educadores con sentido del humor va más allá de ser alegres, divertidos y de sonreír o reír con frecuencia, aunque también lo incluya. El sentido del humor requiere también afrontar las adversidades de modo positivo, mantener el humor a pesar de las contrariedades, desarrollar el ingenio, percibir el lado cómico pueden tener las cosas, e igualmente practicar la amabilidad, suavizar o resolver los conflictos sin perder la calma, con la distancia que proporciona el humor. Es importante favorecer un entrono libre, relajado, sonriente y optimista que permita el desarrollo de un ambiente familiar y escolar que pueda contribuir a generar este entorno saludable. Ofrecemos algunas pistas para el desarrollo del sentido del humor en todas sus dimensiones:
Favorecer las muestras de humor y la actitud juguetona en los niños y niñas a la par que en nosotros.
Alentar el ingenio y la creatividad en las más variadas situaciones de la vida diaria.
Alentar la alegría, la sonrisa, el buen humor en la familia o en el aula a diario.
Controlar nuestras reacciones y utilizar un lenguaje positivo.
Practicar la risa de uno mismo ante situaciones en que nos sentimos ridículos o algo nos sale mal. Elogiar a los niños por las cosas que hacen bien. Procurar que los niños puedan ver en sus errores una oportunidad para ver las cosas con perspectiva. A través de juegos o lecturas podemos hacer mucho por explicar las formas de pensar pesimista u optimista.