Civilización romana El mundo de los romanos Xavier Espluga i Corbalàn PID_00147165
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Índice
................................................ ................................... .................................. ............................ ............ 5 Introducción ............................... ................................................. ................................. .................................. ................................... .................. 6 Objetivos ................................. .................................................. ................................. ............................ ............ 7 1. El ámbito personal ................................. 1.1. La condición de las personas ................................... ..................................................... ......................... ....... 7 1.2. La onomástica romana ................................. ................................................... ................................... ................... 8 1.3. El aspecto personal ................................... ..................................................... ................................... ...................... ..... 9 1.3.1. La indumentaria masculina ................................... .................................................. ............... 9 1.3.2. La indumentaria femenina .................................... ................................................... ............... 10 1.3.3. El calzado ................................ ................................................. .................................. .............................. ............. 10 1.3.4. El peinado y los accesorios .................................... .................................................... ................ 10 1.3.5. La higiene personal ................................... ..................................................... ............................ .......... 11 1.4. La vivienda ................................... .................................................... ................................... ................................... ................. 11 1.5. La alimentación ................................. .................................................. ................................... .............................. ............ 12 .................................. 13 2. La estructura social y la actividad pública .................................. 2.1. La familia romana .................................. ................................................... ................................... .......................... ........ 13 2.2. Las agrupaciones suprafamiliares: gens, curia y tribu ........................ ........................ 15 2.3. Los principales grupos sociales ..................................... ....................................................... ...................... 16 2.3.1. Patricios y plebeyos .................................... ....................................................... ........................... ........ 16 2.3.2. Los ordines ‘estamentos’ ................................. ................................................. ....................... ....... 17 2.4. Las actividades públicas principales .................................... ................................................. ............. 17 2.4.1. El trabajo .................................. ................................................... ................................... ............................ .......... 18 2.4.2. La educación ................................... .................................................... ................................... ..................... ... 19 2.4.3. El ocio .................................. ................................................... .................................. ................................. ................ 19 ................................................... ................................. ............................ ............ 22 3. El sistema político .................................. 3.1. Instituciones políticas de época monárquica (753 a. C. - 509 a. C.) ..................................... ...................................................... ................................... .................. 22 3.2. Instituciones políticas de época republicana (509 a. C. - 31 a. C.) ................................... .................................................... .................................... ...................... ... 23 3.2.1. Las magistraturas republicanas ..................................... ............................................. ........ 23 3.2.2. Las asambleas populares y el senado en época republicana .................................. ................................................... ................................... ......................... ....... 26 3.3. Instituciones políticas de época imperial (31 a. C. - 476 d. C.) ....... ....... 26 .................................................... .................................. ................................. ................................. ................. 28 Resumen ................................... ................................................ ................................... ................................... .................................. .................... ... 29 Glosario ...............................
Bibliografía ................................. .................................................. ................................... .................................. ............................ ............ 31
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Introducción
Este módulo didáctico, titulado Civilización romana, ha sido entendido como una primera aproximación a las formas y a las expresiones del mundo romano. Consta de tres unidades, que hacen referencia, respectivamente, a tres grandes ámbitos temáticos: la esfera personal, el entorno social y la estructura política. De este modo, se proveen las coordenadas básicas que permiten situar correctamente, dentro de su contexto histórico, las realizaciones más importantes de esta cultura. En cualquier caso, se hace difícil formular afirmaciones generales sobre las características de la civilización romana, dada su gran duración temporal. Desde la fundación de Roma, tradicionalmente fijada en el 753 a. C., hasta el fin del Imperio Romano de Occidente, que tuvo lugar en el 476 d. C., las formas de la vida cotidiana, la estructura social y las instituciones políticas experimentaron transformaciones intensas, cambios trascendentales e, incluso, mutaciones que dieron paso, finalmente, a nuevas realidades históricas. Con todo, unas constantes, relativas a la condición de las personas, a la satisfacción de sus necesidades básicas, a las peculiaridades de su estructuración social y a las características esenciales de su organización politicoinstitucional, permiten singularizar lo que denominamos el mundo de los romanos . En este sentido, este módulo intenta incidir en aquellos aspectos más peculiares, más característicos y más singulares de la civilización romana con el fin de poder captar con una perspectiva y una exhaustividad mayor su especificidad histórica y sus rasgos distintivos.
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Objetivos
Los objetivos que el estudiante debería alcanzar mediante el estudio de este módulo didáctico son los siguientes:
1. Obtener un conocimiento suficiente y contextualizado históricamente de la civilización romana. 2. Valorar la especificidad de las condiciones individuales en el mundo romano. 3. Captar la importancia de las bases familiares y suprafamiliares que sustentan la sociedad romana. 4. Obtener una visión sintética y general de la evolución política del Estado romano y de sus distintos sistemas y mecanismos de gobierno político. 5. Determinar la importancia del legado de la antigüedad romana en determinadas prácticas sociales y políticas de las sociedades modernas.
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1. El ámbito personal
La singularidad de la civilización romana se hace patente ya en la consideración que, a los ojos de la ley y de la sociedad, merecían los distintos individuos. En efecto, desde el punto de vista legal y social, había varios tipos de personas según su condición. En este apartado, se examinará el marco legal que definía los deberes y los derechos de los distintos tipos de personas, y también los mecanismos que permitían la satisfacción de las necesidades básicas de los individuos.
1.1. La condición de las personas La legislación romana distinguía nítidamente los derechos y lo s deberes de las distintas categorías de personas que formaban la sociedad romana. Así, las disposiciones legales establecían una primera gran diferencia entre la persona libre y la persona esclava. El esclavo era propiedad de otra persona y sufría su dominio, ya sea porque nacía esclavo, ya sea porque, por distintos mecanismos, había sido sometido a la servidumbre. Entre las personas libres, había una categoría especial, los libertos, es decir, los esclavos que, al haber sido manumitidos por sus propietarios, conseguían la libertad. Ingenuos o libertinos Además de los libertos, entre los libres se distinguía también entre los ingenuos, aquellas personas que habían nacido libres de padres también libres, y los libertinos, aquellos individuos que habían nacido libres de padres libertos.
Además, la ley establecía otra importante distinción entre personas sui iuris, literalmente ‘de derecho propio’, y personas alieni iuris, literalmente ‘de derecho ajeno’. Las personas sui iuris eran los individuos que no estaban sometidos a la autoridad de otra persona. Se trata, fundamentalmente, de los cabezas de familia (designados con la expresión pater familias , ‘padre de familia’), de los hombres solteros mayores de edad sin progenitor vivo y también de algunas mujeres. Las personas alieni iuris eran los individuos sometidos en una medida más grande o más pequeña a la autoridad de otra persona.
Dentro de las personas alieni iuris, la legislación distingue ulteriormente varias categorías según el grado de sumisión a la tercera persona: • Los esclavos, privados de libertad, dependían completamente de sus propietarios, que ejercen sobre ellos la dominica potestas ‘potestad señorial’.
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• Los libertos , antiguos esclavos manumitidos, y los clientes eran libres, pero quedaban sometidos, por varios motivos, a la autoridad de su patrón, autoridad que se conoce con el nombre de mancipium ‘cesión, posesión, dominio’. • Los hijos e hijas no casadas estaban sujetas a la autoridad de su progenitor hasta que éste moría. La autoridad que ejercía el padre se denomina patria potestas ‘patria potestad’. • La esposa estaba sometida a la autoridad de su marido. El poder que el marido ejercía sobre la esposa recibe el nombre de manus, literalmente ‘mano’. Sin embargo, había casos en los que la mujer podía conservar una relativa independencia.
1.2. La onomástica romana Todo ciudadano romano tenía un nombre formado por varios elementos, el cual le identificaba ante otros ciudadanos y ante del aparato administrativo del Estado. El primer componente onomástico romano, tanto desde el punto de vista cronológico como por su posición, es el praenomen ‘prenombre, nombre personal’, que generalmente se escribe abreviado; posteriormente, tras él, fue añadido un segundo elemento onomástico llamado nomen ‘nombre’ o gentilicium ‘gentilicio’, que indicaba el nombre de la gens a la que pertenecía el individuo. El último componente onomástico fue el cognomen ‘apellido’, originariamente una especie de apodo o mote que sirvió para diferenciar las distintas ramas de una misma gens.
También fue usual desde tiempos muy antiguos indicar la filiación, que era expresada con la inicial del praenomen paterno (que se sobrentendía expresado en caso genitivo) seguida de la letra f, abreviatura de filius. Finalmente, se añadió, entre la filiación y el cognomen, la tribu, la agrupación electoral en la que estaba inscrito todo ciudadano romano.
Epitafio de un C(aius) Appuleius Tapponis l(ibertus) Philomusus , 'Cayo Apuleo Filomusus, liberto de Tappo'. Aquileia. Museo Arqueológico Nacional.
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La emancipación Precisamente de la palabra mancipium proviene la palabra emancipación, que hace referencia a la liberación de la servidumbre, de una tutela o de la patria potestad.
Dar la mano Esta expresión refleja precisamente el paso de la mujer de la autoridad de su padre a la de su marido, autoridad que se denomina manus ‘mano’.
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En época tardía, hubo una tendencia a la simplificación del nombre (a menudo aparece sólo el cognomen), aunque, entre las familias aristocráticas, se mantuvo el uso de acumular nomina y cognomina ilustres para evidenciar, naturalmente, la nobleza de la propia ascendencia. La onomástica femenina era más sencilla, ya que se reducía al nomen del padre (en femenino), el cual, en ocasiones, se complementaba con un cognomen, un apelativo del tipo maior ‘mayor, grande’ o minor ‘menor, pequeña’ y la filiación.
1.3. El aspecto personal Dadas las peculiaridades y las particularidades de la sociedad romana, no resulta extraño que el aspecto exterior de sus miembros (indumentaria, calzado, peinado, etc.) estuviese muy codificado y se estableciesen a menudo notables diferencias entre edades, entre sexos y entre estamentos sociales.
1.3.1. La indumentaria masculina Habitualmente, entre los hombres, el traje normal de andar por casa era la túnica, una pieza de ropa formada por dos telas de lino o de lana cosidas con un agujero a la altura de la cabeza, sin mangas. La túnica era blanca y lisa, aunque, en algunos casos, podía estar adornada con bordados. La toga, una pieza de lino o de lana, era el traje “nacional” del ciudadano romano. Resultaba, sin embargo, pesada e incómoda, de manera que se utilizaba sólo en las grandes solemnidades públicas y privadas. Existían los tipos de toga siguientes: • La toga de uso común, llamada toga puro o uirilis ‘toga pura o viril’, era una pieza completamente blanca o del color natural de la fibra, sin ninguna clase de galones ni bordados. Era propia de los adultos. • La toga praetexta ‘toga pretexta’, de origen etrusco, tenía un galón de púrpura en la orilla de la tela. Era llevada fundamentalmente por los niños. También podía ser utilizada por los magistrados y por los sacerdotes en determinadas solemnidades. • La toga picta ‘toga pintada’ era una toga bordada con hilo de oro. Era llevada por los generales cuando conmemoraban un triunfo militar y por algunos magistrados durante la celebración de determinadas ceremonias. Entre las piezas de abrigo estaba el sagum, un manto de origen militar, el palu-damentum, un manto de color rojo o púrpura, bordado de oro, típico de los generales, la paenula, una especie de capote de lana o de cuero y el pallium, una pieza de ropa cuadrada que, desde el hombro izquierdo, cubría la totalidad del cuerpo. En las zonas de clima frío y, especialmente, entre los galos, se
Estatua de togado de época republicana. Aquileia. Museo Arqueológico Nacional.
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usaban las braccae ‘medias’, una especie de pantalones muy ajustados que llegaban hasta los tobillos.
1.3.2. La indumentaria femenina También para las mujeres la túnica fue el traje habitual de andar por casa. Sobre la túnica llevaban la stola ‘estola’, una pieza de ropa más cómoda, muy ancha y larga. Normalmente, se abrochaba a la altura de la cintura o bajo el pecho con un cinturón. Muy pronto, la estola pasó a ser el traje propio y característico de las matronas romanas. En público, sobre la estola, se ponían la palla ‘manto’, una esclavina cuadrada de tela ligera que cubría la cabeza y los hombros.
1.3.3. El calzado Entre los romanos, hubo tres grandes tipos de calzado: las soleae ‘sandalias’, los socii ‘zuecos’ y los calcei ‘zapatos, botines’. • Las soleae ‘sandalias’, el calzado habitual de ir por casa, estaban formadas por una suela de piel, corcho o madera, cogida al pie con correas de piel. • Los socii ‘zuecos’ eran una especie de zuecos o zapatillas sin tiras, llevados, normalmente, por las mujeres. También eran el calzado característico de los personajes de la comedia. Había unos zuecos de madera, los sculponea ‘zuecos’, que eran el calzado propio de los grupos sociales más desfavorecidos. • Los calcei ‘zapatos, botines’ eran el calzado que se utilizaba normalmente en público. Lo había de varios tipos. Así, los magistrados empleaban unos zapatos de color rojo; los senadores calzaban una botina alta de color negro; los militares llevaban la caliga ‘cáliga’, un zapato con tira. Un zapato particular, el cothurnus ‘coturno’, una bota alta de suela de madera o corcho que cubría hasta media pierna, era el calzado característico de los personajes de la tragedia.
1.3.4. El peinado y los accesorios En cuanto al peinado masculino, en época arcaica, fue costumbre dejarse crecer libremente barba y cabellos, sin afeitarse y sin cortárselos. Po steriormente, por influencia griega, se puso de moda afeitarse la barba y cortarse el pelo, tal como reflejan los retratos de época republicana. En época imperial, especialmente durante el siglo II d. C., se pusieran de moda los rizos, las barbas largas y rizadas y los cabellos largos y voluminosos. El peinado femenino de época republicana fue más bien sobrio y las matronas prefirieron los peinados severos y adustos. En cambio, en época imperial, se
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pusieron de moda peinados más artificiosos, realizados con postizos y pelucas. A menudo, las mujeres se recogían el pelo mediante una redecilla. Ir con la cabeza descubierta siempre fue señal de distinción. En cambio, cubrirse la cabeza era propio de algunas ceremonias públicas, particularmente religiosas, de especial relevancia. Entre los sombreros más conocidos estaba el petasus ‘pétaso’, un sombrero de fieltro de casquete bajo, alas anchas y caídas, que se ataba con un cordón a la cabeza. Considerado el atributo del dios Mercurio, era el símbolo de quienes iniciaban un viaje. El pilleus ‘gorra’ era un casquete de piel, muy ajustado a la cabeza, distintivo de las personas libres.
Ponerse el pilleus Como el pilleus era un sombrero propio de las personas libres, a menudo lo primero que hacían los esclavos cuando eran manumitidos era ponérselo.
1.3.5. La higiene personal Originariamente, los romanos se lavaban dentro de casa con la ayuda de un barreño móvil. A partir del siglo II a. C. y por influencia griega, aparecieran las termas, unos baños públicos abiertos a todo el mundo, que se convirtieron, además, en lugar de esparcimiento, de encuentro y de diversión. La estructura del edificio termal variaba según la categoría del establecimiento. Las grandes termas, llamadas imperiales por el hecho de estar construidas por iniciativa del emperador, tenían una planta muy compleja con infinidad de estancias y con una decoración muy lujosa. Había, sin embargo, edificios más modestos, en los que se combinaba un sector reservado a los hombres y otro sector reservado a las mujeres. A los establecimientos más humildes, en los que no había una diferenciación funcional por sexos, los hombres y las mujeres accedían en horarios diferentes. En las termas se seguía un circuito predeterminado y fijo. Se empezaba por el ado-dyterium ‘vestuario’, donde se desnudaban y dejaban la ropa. Desde aquí, se pasaba al caldarium ‘caldario’, una sala calentada con bañeras de agua caliente donde se limpiaban con la ayuda de aceite y jabones; seguidamente se accedía al tepidarium ‘tepidario’, una estancia tibia que servía de pasaje hacia el frigidarium ‘frigidario’, una pequeña sala fría con bañeras con agua fría. El circuito se podía completar haciendo un baño en la natatio, una piscina al aire libre.
1.4. La vivienda La vivienda de los romanos se adaptaba a las necesidades y a los requisitos de los distintos grupos sociales. Con el nombre de domus ‘casa señorial’ se designa la vivienda unifamiliar, de desarrollo horizontal, que constituía el hogar típico de las clases pudientes. El
Larario de una casa de Pompeya.
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tipo más antiguo de domus, llamado domus de atrio, se estructuraba en torno a un atrio, un pequeño patio a cielo abierto, que servía para iluminar la casa. En el atrio estaba el fuego ancestral del hogar, los altares domésticos y el larario, es decir,la hornacina con las imágenes de los lares, las divinidades protectoras de la casa y de la familia. En torno al atrio se abría el resto de estancias, como los cubicula ‘dormitorios’ o la tablinum, una estancia en la que el propietario guardaba los papeles familiares y las imágenes de los antepasados. En el transcurso del siglo II a. C. y por influencia helenística, este esquema básico de la domus de atrio se enriqueció con el añadido, en la parte posterior de la casa, de un nuevo sector estructurado en torno al peristilo, u n pórtico a cielo abierto. Por este motivo, este nuevo tipo de domus, propio de las clases pudientes, es denominado domus de atrio y de peristilo. En el campo, aparte de las masías y de las barracas, había también grandes residencias señoriales: la uilla ‘villa’. La uilla servía al mismo tiempo de factoría agrícola y de residencia de descanso. Por ello, constaba de una pars rústica ‘parte rústica’, dedicada a la explotación agropecuaria, y de una pars dominica ‘parte señorial’, destinada a alojar con toda clase de comodidades a los propietarios. En las grandes ciudades, la falta de espacio hizo aparecer un nuevo tipo de vivienda: la insula ‘isla’. Se trataba de un edificio de desarrollo vertical formado por varias plantas con pequeños apartamentos estructurados en torno a un patio central que proveía luz y ventilación.
1.5. La alimentación Los romanos comían varias veces al día. De buena mañana tomaban un almuerzo que consistía en tostadas o pan mojado con vino. Los niños almorzaban una especie de galletas bañadas con vino de pasas. A medio día, tenía lugar una comida ligera que era complementada con una pequeña merienda a media tarde. En cualquier caso, la comida principal de la jornada era la cena, que se hacía al atardecer. Originariamente, la cena se llevaba a cabo en el atrio de la casa, donde también se cocinaba. Posteriormente, se habilitó una estancia específica para la cena, el cenaculum ‘cenáculo’, situado normalmente cerca del tablinum. Por influencia griega, las clases pudientes pasaron a comer en una estancia abierta en el atrio llamada triclinium, una palabra griega que hace referencia a la existencia de tres camas que se colocaban a los lados de una mesa donde había sido servida la cena. La cocina romana, muy sobria en sus orígenes, estaba centrada en los cereales y en las legumbres. Para condimentar las carnes y los pescados se utilizaba una gran cantidad de pimienta y también el llamado garum, una salsa de pescado (fundamentalmente caballa), sal, especias y aceite, de sabor más bien fuerte.
Del cenaculum al cenáculo Originariamente la cenaculum era la habitación donde se servía la cena. Posteriormente, este nombre pasó a designar cualquier estancia del piso superior. En este mismo sentido se utiliza a los evangelios para referirse a la sala donde Jesús y los apóstoles celebraron la última cena. De aquí proviene el significado de ‘grupo literario o reunión política’ que tiene en la actualidad la palabra cenáculo.
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2. La estructura social y la actividad pública
La familia, entendida de una manera más laxa y al mismo tiempo más restrictiva que la familia actual, era la base de la estructura social romana. Además, mediante esta institución se vehiculaba el acceso a determinadas actividades públicas y a la vida política. La mayor parte del tiempo se empleaba en satisfacer las necesidades básicas y, en este sentido, el trabajo ocupaba buena parte de la jornada de un romano medio. Con todo, la sociedad romana también conoció una serie de actividades destinadas a satisfacer otras necesidades, desde la educación hasta el ocio. En este sentido, la expresión del poeta satírico Juvenal “ panem et circenses” ‘pan y juegos de circo’ –citada a menudo– resume de manera muy plástica las necesidades globales de la población romana.
2.1. La familia romana La familia romana constituía una unidad legal, económica, social y cultual. Desde el punto de vista legal, la única unidad familiar reconocida era la familia agnaticia, la formada por los agnati, es decir, todos aquellos parientes que descendían por línea masculina de un antepasado común; se excluían los parientes de la parte materna, que legalmente no formaban parte de la misma familia.
Familia agnaticia y familia cognaticia El derecho romano distinguía entre parentesco natural (cognatio) y parentesco civil (agnatio). La cognatio es el parentesco que une a personas descendientes unas de otras en línea directa (padre/madre-hijo/hija, abuelos paternos o maternos-nietos/nietas) o que descienden de un antepasado común sin distinción de sexo (primos por parte de madre y por parte de padre, tíos paternos y maternos, etc.). En cambio, el agnatio es el parentesco que une a los descendientes masculinos en línea directa (abuelo paterno, padre, hijo) o los descendientes sólo por vía masculina de un mismo antepasado (tíos paternos, los primos hijos de los hermanos paternos y sus descendientes por vía masculina).
El cabeza familiar, el llamado pater familias ‘padre de familia’, era legalmente el cabeza absoluto de la unidad familiar. En razón de su autoridad moral y legal, tenía un poder teóricamente ilimitado sobre los otros miembros de su unidad familiar: la mujer, los hijos y sus descendientes, las hijas no casadas, los clientes y los esclavos. De acuerdo con la legislación o con la costumbre, decidía sobre algunas cuestiones legales, como la admisión de miembros en la familia, la expulsión de miembros y también la punición de algunas faltas. Desde el punto de vista eco-
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nómico, disponía a voluntad de la totalidad del patrimonio familiar. También era el cabeza religioso de la familia y se ocupaba del culto a los antepasados. El matrimonio era la unión, reconocida legalmente, entre un ciudadano romano y una ciudadana romana que gozaban del derecho particular de poder contraer nupcias legalmente válidas. Normalmente (aunque no en todos los casos), el matrimonio implicaba que la esposa pasaba de la potestad de su padre a la de su marido (o a la de su suegro).
Para que esta unión fuera completamente válida, eran necesarios varios requisitos, como que los prometidos fuesen púberes, es decir, aptos para tener hijos, y que gozasen del derecho del connubium ‘connubio’, es decir, de la facultad legal de poder contraer nupcias legítimas. Naturalmente, era necesaria la autorización del pater familias si los novios estaban aún bajo la potestad paterna. La celebración del matrimonio estaba normalmente rodeada de numerosas solemnidades y tradiciones. Mediante todos estos actos de la ceremonia nupcial se quería hacer evidente la conformidad de los esposos y de sus familias. Esta conformidad se manifestaba en la selladura de lo s pactos y en la posterior deductio ‘traslado’ de la esposa desde el hogar paterno, donde tenía lugar la ceremonia nupcial, hasta la casa del marido. La ceremonia nupcial Con anterioridad a las nupcias, tenían lugar los sponsalia ‘esponsales’, una ceremonia en la que el prometido entregaba a su esposa una cantidad de plata o un anillo. La víspera de la boda, la novia recogía sus juguetes y los consagraba a una divinidad. Al día siguiente, en presencia de los novios y de los invitados, el padre de la novia iniciaba la ceremonia con un sacrificio a las divinidades. Posteriormente, se firmaban los capítulos matrimoniales en presencia de varios testigos; una vez acabado, los participantes gritaban feliciter, feliciter, feliciter ‘felicidad’, mientras se procedía a iniciar el banquete nupcial. Al final del banquete y antes de abandonar el hogar paterno, la novia y sus compañeras simulaban lloros y lamentos, fingiendo que el esposo arrebataba a su nueva mujer, ficción que servía para recordar los antiguos raptos nupciales. Entonces, se ponía en marcha la comitiva nupcial hacia el hogar del marido, invocando Thalassio, Thalassio, un grito de origen incierto con el que se quería desear felicidad a los nuevos esposos. Al llegar a la casa del marido, éste entregaba a la nueva esposa un poco de aceite para lustrar la puerta y una madeja de lana. Antes de atravesar el umbral, el esposo preguntaba a su esposa quién era y ésta respondía con una fórmula tradicional: ubi tú Gaius, ego Nesga ‘donde tú eres Cayo, yo soy Nesga’; a continuación, el esposo tomaba a la novia en brazos para que no tropezase con el umbral, hecho que era considerado señal de mala suerte, y la introducía en su nuevo domicilio. Una vez dentro, le entregaba agua y fuego, símbolos de acogida, y la novia rezaba a las divinidades del nuevo hogar.
La legislación romana permitía el divorcio sin demasiadas formalidades. También admitía la disolución del matrimonio si el esposo perdía la ciudadanía romana. El nacimiento de un niño, sobre todo varón, proporcionaba gran felicidad a la familia. La casa paterna se adornaba y sobre la puerta se colocaba una corona. Al cabo de ocho o nueve días de haber nacido, se efectuaba la lustratio ‘lustración’, una ceremonia en la que se ponía el praenomen ‘prenombre’ al recién nacido y se le daba la bulla, una cápsula de metal de forma redonda que se colgaba en el cuello.
La bulla Originariamente, la bulla , un amuleto de origen etrusco, era distintiva sólo de los hijos de algunos magistrados. Posteriormente, su uso se generalizó y se convirtió en una especie de amuleto protector.
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La legislación reconocía la posibilidad de adoptar hijos. Así, mediante la arrogatio, una persona sui iuris se sometía a la patria potestad de otra persona sui iuris; la adoptio consistía en el paso de una persona alieni iuris a la patria potestad de otro sui iuris. Gracias a la legitimatio ‘legitimación’ se podían reconocer a los hijos naturales nacidos fuera de la institución matrimonial. Cuando llegaban a los diecisiete o dieciocho años, durante los Liberalia, unas fiestas en honor del dios Líber que se celebraban en primavera, los chicos se quitaban la bulla y la consagraban a la divinidad. Entonces, cambiaban la toga praetexta por la toga uirilis. Posteriormente, el adolescente era inscrito en los registros oficiales y pasaba a ser apto para el servicio militar. Era el símbolo del paso a la vida adulta. Desde el punto de vista legal, el pater familias tenía una autoridad amplísima sobre sus hijos. Con todo, a pesar de quedar sometidos a la autoridad de su cabeza de familia, los hijos tenían personalidad jurídica propia reconocida por el derecho civil, gozaban de derechos políticos y podían ejercer cargos públicos.
2.2. Las agrupaciones suprafamiliares:
gens curia ,
y tribu
Además de la familia, había varias agrupaciones suprafamiliares que canalizaban la participación de los ciudadanos en las instituciones sociales romanas. Aunque no siempre resulta clara la diferencia entre gens y familia, la gens era la principal agrupación suprafamiliar y constituía un puntal de la sociedad. En general, se está de acuerdo en creer que la gens era la unión de varias familias que descendían de un mismo antepasado común por línea masculina. Los miembros de una misma gens compartían cultos, ritos y, en ocasiones, el lugar de sepultura; y tenían, obviamente, el mismo nomen, el cual, por este motivo, se llama también gentilicium ‘gentilicio’.
En época arcaica, la sociedad romana presentaba una fuerte estructura gentilicia, ya que muchas instituciones, como las agrupaciones electorales, las unidades militares o algunas ceremonias religiosas, se basaban en la gens. Con el paso del tiempo, a medida que aumentaran las manumisiones de esclavos y se ramificaran las ramas familiares, la organización gentilicia fue perdiendo importancia. La curia era una agrupación de varias gentes que tuvo una gran importancia en la vida pública de época monárquica, ya que realizaban algunas funciones religiosas y constituían la base de las asambleas electorales –los comitia curiata, es decir, las ‘asambleas de las curias’– y del ejército, por lo menos hasta las reformas institucionales que la tradición atribuye al rey Servio Tul io (s. VII a. C.). La tribu era una agrupación que reunía, siguiendo criterios étnicos o geográficos, un número determinado de curias y que sirvió, en época republicana,
El origen de la gens Originariamente, según algunos autores, la creación de este tipo de parentelas fue un privilegio de los patricios, que posteriormente se extendió también a los plebeyos.
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como base de las asambleas electorales. En este caso, las votaciones eran llamadas comitia tributa ‘comicios por tribus’. Según la tradición, el fundador de Roma, Rómulo, creó tres tribus, probablemente de carácter étnico, llamadas Tities, Ramnes, Luceres (denominaciones de origen etrusco), las cuales, posteriormente, desaparecieron sin dejar rastro. Posteriormente, en época republicana, la tribu adoptó un carácter territorial, reuniendo a las gentes y las familias que habitaban una determinada zona. Las tribus romanas Hacia el final de la monarquía, había cuatro tribus (SubSuburana, Esquilina, Collina y Palatina) que correspondían a los distintos barrios de la ciudad de Roma. Por este motivo, estas cuatro tribus fueron llamadas urbanas. Sucesivamente, el número de tribus aumentó para acoger a los nuevos miembros del cuerpo cívico romano. Estas nuevas tribus, que tenían ámbito territorial extraurbano, fueran llamadas rurales. Al final de la República hubo, pues, 35 tribus: 4 urbanas y 31 rurales.
2.3. Los principales grupos sociales La sociedad romana presentaba una rígida jerarquía social en la que estaba muy definida la posición y la condición de cada grupo social.
2.3.1. Patricios y plebeyos Por lo menos desde la época monárquica, la ley reconoció la existencia separada de dos comunidades diferenciadas: los patricios y los plebeyos. El origen de los patricios (de patres ‘padres’) parece muy claro, ya que para la mayor parte de los autores, los patricios son los descendientes de los antiguos cabezas de las familias fundadoras de la ciudad. En cambio, más controvertido es determinar el origen de los plebeyos, que ocuparon inicialmente una posición subalterna con respecto a los patricios.
Para unos autores, los plebeyos serían descendientes de los pueblos vencidos que habrían sido incorporados al cuerpo cívico romano y que pasarían a depender, por un vínculo de clientela, de los patricios. Otros autores creen que los plebeyos eran o bien extranjeros que habrían adquirido la ciudadanía o bien antiguos esclavos rurales manumitidos. Los siglos V y IV a. C. vieron una serie de conflictos entre los patricios y los plebeyos, ya que estos últimos querían conseguir la plena igualdad de derechos y deberes. Durante la primera fase del conflicto (primera mitad del siglo V a. C.), los enfrentamientos fueron muy radicales. En efecto, durante los primeros decenios de la República, la legislación forzó la separación legal entre ambas comunidades y prohibía los matrimonios mixtos. En estos años, los patricios monopolizaron los cargos y las magistraturas del Estado, y redujeron a los plebeyos a una posición
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de clara inferioridad. Ante esta situación de hecho, los plebeyos, mediante la táctica de la secesión política y militar, amenazaron con abandonar el Estado romano y formar otro. Gracias a estas maniobras, los plebeyos consiguieron avanzar, progresivamente, en la equiparación legal. Así, las Leges Liciniae Sextiae (367 a. C.) mejoraron la situación económica de la plebe, equipararon legalmente los derechos y los deberes de los dos grupos sociales y abrieron legalmente el acceso de los plebeyos a casi todos los cargos públicos.
2.3.2. Los ordines ‘estamentos’ A finales de la República, se consolidó una rígida estructura social con varios estamentos, denominados ordines (de ordo ‘orden’), legalmente diferenciados. En la cima de la jerarquía social, había dos estamentos: el ordo senatorius ‘orden senatorial’, formado por las familias de los senadores, y el ordo equester ‘orden ecuestre’, constituido por las familias de los equites ‘caballeros’.
El ordo senatorius estaba integrado por las familias de todos aquellos que hubiesen ejercido una magistratura, quienes, después de ejercerla, pasaban a formar parte del senado. Entre los rasgos distintivos de este grupo social, destaca la toga con un ancho galón de púrpura (el latus clavus ‘borde ancho’) y la botina negra. El ordo equester estaba formado por aquellos que tenían un censo superior a los 400.000 sestercios. Entre los rasgos distintivos de este grupo social, destacan el caballo, ya que originalmente constituían el grueso de la caballería, el anillo de oro y una toga con un estrecho galón de púrpura (la angustus clavus ‘borde estrecho’). En los estratos inferiores de la escala social estaban, obviamente, los esclavos, privados de libertad, los libertos, los antiguos esclavos manumitidos, y el pueblo bajo (a menudo llamado, impropiamente, plebe).
Los libertos, aunque tenían numerosas restricciones legales para el desarrollo de una carrera política y mantenían el estigma de la esclavitud, conseguían a menudo amasar auténticas fortunas. Por ello, y porque tenían a menudo el mal gusto propio de los nuevos ricos, eran objeto de escarnio y de burla.
2.4. Las actividades públicas principales Como ya hemos dicho, el trabajo ocupaba buena parte de la vida de un romano medio. Con todo, también hubo lugar en la sociedad romana para actividades destinadas a satisfacer las exigencias formativas, como la edu-
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cación, y también para actividades destinadas a llenar las horas de ocio de los romanos.
2.4.1. El trabajo Como en la mayor parte de las sociedades precapitalistas, las actividades del sector agropecuario, mayoritarias, eran una de las principales fuentes de riqueza.
Había varios tipos de explotaciones agrícolas, desde las pequeñas propiedades, cultivadas directamente por sus propietarios o por aparceros, libres o también esclavos, hasta las grandes plantaciones y los grandes latifundios, explotados con jornaleros asalariados y con grandes masas de esclavos, supervisados por capataces.
La producción manufacturera se llevaba a cabo a pequeña escala, obra de artesanos libres o esclavos que trabajaban por cuenta ajena y que producían objetos de consumo masivo (terrizas) o productos de lujo.
Estela con la representación de unos herreros trabajando. Aquileia. Museo Arqueológico Nacional.
El comercio fue otra fuente de empleo para los romanos. Además del comercio a pequeña escala, fue muy importante el comercio a larga distancia por vía marítima o fluvial. Se intercambiaban tanto productos de primera necesidad (trigo y aceite de África y de Egipto, aceite y garum ‘salsa de pescado’ de Hispania), como productos de lujo, especialmente sedas, especias, mármoles, maderas y animales exóticos. Gracias a la anona ‘provisión de víveres anual’, el Estado garantizaba el suministro a las unidades militares y a la población de las grandes ciudades, particularmente Roma, de determinados productos alimentarios de primera necesidad, como el trigo y el aceite, producidos en las provincias.
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2.4.2. La educación En muchos casos, el acceso a la educación estaba limitado a las clases altas y medias de ambiente urbano. La educación escolar romana constaba de tres grandes fases, en las que el niño era instruido sucesivamente por un magister ludi ‘maestro de escuela’, por un grammaticus ‘gramático’ y por un rhetor ‘maestro de retórica’.
De los siete a los doce años, el niño frecuentaba la escuela de un magister ludi ‘maestro de escuela’. En esta fase, se aprendía a leer, escribir y contar. Se estudiaban los poetas, las cuatro reglas de aritmética, las Leyes de las Doce Tablas y una serie de máximas y proverbios. Los hijos de las familias más pudientes disponían de un paedagogus ‘pedagogo’, un esclavo que velaba por la educación del niño y que lo acompañaba en este ciclo educativo. A los doce años, los escolares pasaban a estudiar con un grammaticus ‘gramático’. Se ampliaban los estudios con la lectura y el comentario de textos de naturaleza variada. Normalmente, el gramático hablaba mucho y los alumnos tomaban apuntes en sus tabletas de cera. A su vez, los alumnos se ejercitaban sobre todo en la teoría y en la práctica de la retórica y ampliaban los conocimientos jurídicos, legales y políticos. Finalmente, bajo la dirección de un rhetor ‘maestro de retórica’ tenía lugar la última fase del proceso educativo. Básicamente se mejoraba en el estudio de las técnicas retóricas y de los procedimientos de la oratoria, y se discutía sobre cuestiones legales, políticas, éticas y filosóficas, aportando elementos de juicio y rebatiéndolos. El Estado también intervino en la promoción educativa. Por ejemplo, Quintiliano, el famoso escritor originario de Bílbilis (el actual Calatayud), fue el primer profesor de retórica pagado por la Administración estatal. Posteriormente, en época tardía, por iniciativa imperial, se reunió en Constantinopla una especie de universidad formada por oradores, gramáticos, filósofos y juristas. Con la difusión del cristianismo empiezan a aparecer escuelas vinculadas a un obispo o a un monasterio, las cuales, naturalmente, dedican más atención a la exégesis e interpretación de los textos bíblicos, y al análisis de la doctrina religiosa.
2.4.3. El ocio La sociedad romana ofrecía a sus miembros un amplio abanico de actividades lúdicas, a menudo institucionalizadas y financiadas por los cargos institucionales. Inicialmente, muchas de estas manifestaciones lúdicas estaban re-
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lacionadas con las festividades religiosas, ya que tenían lugar después de la celebración de los actos religiosos. Posteriormente, los juegos se fueron “s ecularizando”. Fueron organizados por los magistrados públicos y podían durar varios días. Se iniciaban con un desfile triunfal de carácter religioso, encabezado por el magistrado que los organizaba. En el transcurso de los juegos, podían tener lugar varios tipos de espectáculo, como el ludus Troianus, el combate de gladiadores, las naumaquias, las cacerías y las carreras de carros.
• El ludus Troianus ‘juego troyano’ era un combate entablado entre caballeros y soldados de infantería en el que tomaban parte los hijos de las familias nobles. • Los desultores ‘saltadores’ eran jinetes que tomaban parte en una carrera de relieves, saltando de un caballo al otro. • El combate de gladiadores fue un espectáculo muy apreciado en el que se enfrentaban, por parejas, gladiadores de categorías diferentes. Los tipos de gladiadores Había varios tipos de gladiadores diferenciados según el armamento que utilizaban. El gladiador llamado samnita llevaba un casco cerrado con dos alas, penacho y visera, un escudo largo y oblongo, un protector en el brazo derecho, una espada corta y una greba de cuero o metal en la pierna izquierda. El homoplachus llevaba casco esférico cerrado, grebas que le cubrían completamente el muslo izquierdo y protectores de cuero en los tobillos y en las muñecas. El tracio llevaba un escudo pequeño, generalmente redondo, y un pequeño sable curvado. El reciario llevaba túnica corta y cinturón de piel. Sus armas eran una red, un tridente y un puñal. Se cubría el brazo izquierdo con una manga de cuero. El galo tenía un escudo rectangular muy largo, una pequeña daga y un casco, adornado con un pez.
Escena de luchas de gladiadores. Mosaico africano de época imperial. Túnez. Museo del Bardo.
• Las naumachiae ‘naumaquias’ eran simulacros de combates navales. • Las uenationes ‘cacerías’ consistían en combates entre fieras o cacerías entre hombres y animales.
Aue Caesar !
La tradición dice que, en presencia del emperador, los gladiadores, antes de iniciar el combate, se le dirigían, diciendo: Aue Caesar! Morituri te salutant ‘Ave César, te saludan los que se disponen a morir’.
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• Las carreras de carros eran el espectáculo que suscitaba más pasiones y más fervor popular. Los carros podían ser de cuatro caballos, las cuadrigas, o de sólo dos, las bigas. Debían dar varias vueltas a la parte central del circo, llamada spina ‘espina’, dificultando los movimientos de los contrincantes y poniendo mucha atención a la hora de dar la vuelta a los dos extremos de la spina. Había cuatro equipos o facciones, diferenciados según el color de los aurigas: los rojos, los blancos, los azules y los verdes. • Las representaciones teatrales, de danza, de mímica también gozaron del favor popular. Inicialmente, tenían lugar en espacios abiertos habilitados, pero, a finales de la República, se construyeron los primeros teatros y odeones estables. La estructura del teatro romano El teatro romano constaba de varias partes: la cavea ‘grada’, la orquesta y la escena. La cávea era una grada semicircular en la que sentaba el público. Las primeras filas estaban reservadas para las autoridades, mientras que las mujeres y los esclavos se sentaban en la parte más elevada de la grada. Las autoridades también se sentaban en la orquesta, también semicircular. En la escena, elevada con respecto a la orquesta, actuaban los actores. El fondo de la escena, llamada frons scaenae ‘frente de la escena’, estaba decorada con la fachada de una casa de varios pisos. Las dos entradas laterales simbolizaban el camino hacia la ciudad y el camino hacia el campo. Los días de sol o de lluvia se podía cubrir el teatro con un gran telón.
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3. El sistema político
En el transcurso de su historia, el sistema político romano varió. Inicialmente, la ciudad tuvo un régimen monárquico que posteriormente dio paso a un régimen republicano muy peculiar. Finalmente, con Augusto, la ciudad volvió a tener un sistema de gobierno unipersonal, el régimen imperial, en el que, por motivos particulares, el gobernante único recibió el nombre de césar o de emperador.
3.1. Instituciones políticas de época monárquica (753 a. C. - 509 a. C.) Según la tradición romana, desde sus orígenes, Roma tuvo un régimen monárquico que gobernó la ciudad desde su fundación (753 a. C.) hasta la expulsión de Tarquino el Soberbio, el último rey (509 a. C.). Los primeros reyes fueron de origen lacial o sabino (Rómulo, el fundador mítico, Tito Tacio, el rey de los aliados sabinos incorporados a la ciudad, Numa Pompilio, Tulio Hostilio y Anco Marcio). En una segunda fase tomaron el poder tres reyes de origen etrusco (Tarquinio Prisco, Servio Tulio y Tarquino el Soberbio). Durante este período, fueron introducidas desde Etruria a Roma algunas manifestaciones externas del poder supremo como la silla curulis, el antiguo trono real que pasa a ser la silla de los magistrados, las fasces ‘haces’, el conjunto de varas atadas alrededor de un hacha que llevaban los lictores que acompañaban los magistrados, el cetro de marfil con el águila, la corona de oro con hojas de encina.
La monarquía romana no fue hereditaria, sino electiva, ya que el rex ‘rey’ era elegido por una asamblea de notables. El rey era el cabeza político, militar y religioso del Estado romano; gozaba de imperium ‘imperio’, es decir, el poder de mando por encima de todo y de todo el mundo, y tenía el derecho de auspicium ‘auspicios’, es decir, el derecho a poder consultar los auspicios.
Al lado del rey hubo otras instituciones políticas que participaban en la toma de decisiones públicas, como el senado o las asambleas ciudadanas. Originariamente, el senado fue la reunión de los cabezas de familia más importantes, quienes aconsejaban el rey en determinados asuntos. Ya desde época monárquica están documentadas varias asambleas de ciudadanos, como los comitia curiata ‘comicios por curias’, es decir, la asamblea de ciudadanos agrupados según la curia a la que pertenecían, y los comitia centuriata ‘comicios por centurias’, es decir, la asamblea de ciudadanos agrupados según su centuria.
La etimología de rex Etimológicamente, el término rex deriva de una raíz indoeuropea que significa ‘dirigir, comandar’, relacionada, entre otros, con el término indio rajá .
Patres et conscripti
Formalmente, los senadores se llamaban patres ‘padres’ y conscripti ‘conscriptos, elegidos’, en recuerdo de los dos componentes originales de la asamblea senatorial: los patres eran los antiguos cabezas de las gentes patricias; los conscripti , en cambio, eran los senadores de origen plebeyo.
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Según la tradición, los comicios centuriados fueron instituidos por el rey Servio Tulio, probablemente a partir de una reunión de soldados. Por este motivo, los comicios centuriados se debían llevar a cabo siempre fuera del recinto de la ciudad, ya que estaba prohibido que los ejércitos entrasen al interior urbano.
La Curia Hostilia en Roma, con el resto de los edificios del Foro Romano. Roma.
3.2. Instituciones políticas de época republicana (509 a. C. - 31 a. C.) Según la tradición, hacia el 509 a. C., como consecuencia de los abusos y excesos del último rey, Tarquino el Soberbio, la nobleza romana decidió expulsar al soberano y abolir el régimen monárquico. En el lugar de la monarquía, se instauró la República, en la que el poder estaba repartido entre varios magistrados. El poder supremo estuvo en manos de dos magistrados, elegidos anualmente, llamados cónsules.
3.2.1. Las magistraturas republicanas Durante la República, varios cargos institucionales compartían, en mayor o menor medida, las tareas de gobierno. Los poderes de estos magistrados eran muy amplios y sus atribuciones estaban muy especializadas y definidas. Todos los magistrados tenían potestas ‘potestad’, es decir, autoridad ante terceras personas. Los magistrados más importantes, aparte de esta atribución general, tenían poderes específicos, en concreto, el imperium ‘imperio’, y la auspicium, la facultad de poder consultar los auspicios. La estructura institucional de las magistraturas republicanas está regida por los tres principios básicos siguientes: • Principio de colegialidad. Las magistraturas ordinarias las ejercían simultáneamente varias personas, que gozaban durante el mismo perío-
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La Curia Hostilia Inicialmente, la palabra curia designaba una agrupación suprafamiliar de carácter gentilicio. Posteriormente, sin embargo, la palabra pasó a designar el lugar físico donde se reunía el senado. En Roma, en el foro romano, la Curia Hostilia, edificada por el rey Tulo Hostilio, era la sede oficial del senado, aunque esta asamblea se podía reunir también en otros lugares.
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do de tiempo de las mismas competencias. La única excepción era la dictadura. • Principio de temporalidad. Las magistraturas no eran vitalicias, sino que tenían una vigencia temporal fija y limitada, generalmente un año. Al acabar su mandato, el magistrado cesaba automáticamente. • Principio de jerarquía. Cada magistratura tenía una esfera de actuación propia con una serie de competencias exclusivas, de manera que se evitaban las interferencias en la actuación de los distintos magistrados. Aun así, había una escala de magistraturas según su importancia. Las leyes regularon los requisitos y las condiciones que regían el ejercicio de las distintas magistraturas. Se debía seguir un orden muy riguroso en su ejercicio, el denominado cursus honorum ‘carrera política’, sin saltarse ningún paso. En cuanto a las diferentes magistraturas, hay que efectuar varias distinciones entre magistraturas ordinarias y magistraturas extraordinarias, magistraturas curules y magistraturas no curules, y magistraturas inferiores y magistraturas superiores.
Los magistrados ordinarios eran los encargados de gobernar la ciudad en circunstancias normales (cónsules, pretores, ediles curules, cuestores, tribunos y ediles de la plebe, censores). Los magistrados extraordinarios eran nombrados en circunstancias de especial peligro (dictador). Los magistrados curules eran aquellos que tenían derecho a sentarse en la silla curulis ‘trono curul’, el antiguo trono real; entre éstos hay que contar a censores, cónsules, pretores y ediles curules; los magistrados no curules no disponían de esta prerrogativa (tribunos y ediles de la plebe y cuestores). Los magistrados superiores (censores, cónsules y pretores), elegidos por los comicios centuriados, gozaban de imperium. Los magistrados inferiores (tribunos y ediles de la plebe, ediles y cuestores), elegidos por los comicios tributos, gozaban de potestas. Las principales magistraturas ordinarias del ordenamiento político romano son las siguientes: • En la escala inferior de las magistraturas republicanas estaban los cuestores, que se encargaban de la administración de las finanzas del Estado. Llevaban la contabilidad y la caja del Estado, llamada aerarium, recaudaban los impuestos, recibían los precios de multas y los alquileres de las propiedades estatales, y se hacían cargo de todos los gastos normales de la administración del Estado (pago de los abastecedores y de las soldadas de los militares).
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• Por encima de la cuestura estaban los ediles curules, que se encargaban de la administración de los mercados, del control de pesos y medidas, y de la corrección de las transacciones comerciales. Se encargaban de la seguridad ciudadana y del mantenimiento de las infraestructuras y de los edificios públicos. • Por encima de la edilidad curul estaban los pretores, que tenían tareas judiciales. Se encargaban de administrar justicia y de dirimir los pleitos civiles y penales. El primer pretor, llamado urbano, fue elgido en el 367 a. C. para impartir justicia en la urbe; el segundo pretor, llamado peregrino, fue creado en el 242 a. C. para juzgar las causas entre ciudadanos romanos y extranjeros (llamado en latín peregrini ‘extranjeros’).
El edicto del pretor Al empezar su mandato, el pretor hacía público un documento en el que exponían los criterios judiciales que pensaban emplear en los juicios que presidían, documento que fue llamado edicto del pretor .
• En lo alto de la organización política republicana estaban los dos cónsules, que tenían un poder casi absoluto durante el año de mandato. Tenían amplias atribuciones en cuanto a los asuntos militares, económicos, politicoadministrativos, legislativos y judiciales. Comandaban el ejército, dirigían las actividades militares, hacían la leva, imponían contribuciones e impuestos, presidían los comicios, proponían leyes a las asambleas electorales, intervenían en el senado, etc. • Una magistratura particular fue la censura, creada en el 443 a. C., que se ejercía por espacio de dieciocho meses cada cinco años. Normalmente era ejercida por dos antiguos magistrados de gran prestigio que se encargaban de confeccionar el censo de los ciudadanos y de hacer el álbum, la lista de caballeros y de senadores. Posteriormente, también pasaron a administrar, alquilar y adjudicar varias propiedades públicas, arrendaban la recaudación de los impuestos a los publicanos, adjudicaban en subasta las obras públicas y establecían los contratos de suministro. Aparte de estos cargos, había también dos magistraturas que se encargaban, en exclusiva, de velar por los intereses de la plebe: los ediles de la plebe y los tribunos de la plebe. Los ediles de la plebe velaban por el archivo de la plebe, ubicado en el templo de Ceres, Liber y Libera en el Aventino y organizaban los Juegos Plebeyos. Los tribunos de la plebe, considerados sacrosantos e inviolables, tenían amplios poderes para impedir cualquier decisión que fuera contraria a los intereses de la plebe y también podían presentar leyes en las asambleas. A finales de la República, el tribunado de la plebe fue una importante arma política, ya que, imponiendo su veto, podía paralizar las decisi ones de los comicios, de los magistrados y del senado. En circunstancias de gran peligro exterior o interior, se activaba excepcionalmente una magistratura extraordinaria: la dictadura. En estos casos, los dos cónsules elegían a una persona, el dictador , que, durante seis meses, tenía poder absoluto para poner orden, hacer frente al peligro y restablecer la normalidad.
La censoria nota Una vez efectuado Yalbum, los censores escribían cuándo era necesaria la censoria nota , es decir, un comentario sobre el comportamiento censurable de ciertos senadores.
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3.2.2. Las asambleas populares y el senado en época republicana Los ciudadanos romanos eran convocados en varias asambleas que tenían como misión la elección de los magistrados y la aprobación de las leyes que les proponían. La asamblea más antigua fue los comicios curiados, la asamblea del pueblo en curias, nacida en época monárquica. Posteriormente, fue una asamblea testimonial que tuvo como única misión votar una ley con la que se confería el imperium a los magistrados elegidos por las otras asambleas. Los comicios centuriados, la asamblea del pueblo en centurias, nació con las reformas atribuidas al rey Servio Tulio. Agrupaba a los ciudadanos en centurias según su riqueza y no siguiendo criterios gentilicios. Estos comicios tuvieron amplias competencias en materia electoral, legislativa y judicial: elegían a lo s magistrados superiores, aprobaban las leyes que les proponían (aunque no las podían enmendar ni modificar) y participaban en la declaración de guerra y en la conclusión de los tratados de paz. Los comicios tribus eran la asamblea de los ciudadanos según su tribu. Tenían las mismas competencias que los comicios centuriados, pero de grado menor: elegían los magistrados inferiores, se pronunciaban en casos de apelación judicial y votaban también determinados tipos de leyes. El senado de la época republicana estaba formado por un determinado número de senadores (inicialmente trescientos, que a finales de la República pasaron a ser seiscientos) nombrados por los cónsules o por los censores de entre los antiguos magistrados. La asamblea tenía un gran prestigio y consideración. Por esta razón y por la amplia experiencia de sus miembros, el senado fue aumentando el ámbito de sus competencias, en detrimento de los magistrados.
Así, el senado compartió con el resto de cargos institucionales el gobierno del estado y tuvo amplias atribuciones en cuestiones de política exterior (recibía a los embajadores extranjeros, negociaba las alianzas y los tratados), en asuntos culturales y religiosos (aprobaba o prohibía la introducción de nuevos cultos, fijaba las fiestas y las celebraciones religiosas, autorizaba la dedicación de nuevos templos) y en materia financiera (autorizaba los gastos ordinarios, administraba las propiedades estatales y fijaba el importe de los tributos y de las recaudaciones).
3.3. Instituciones políticas de época imperial (31 a. C. - 476 d. C.) Después de la batalla de Accitano (31 a. C.), las fuentes del poder político pasaron de facto a una única persona: el emperador .
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La génesis de la estructura política de época imperial es el resultado de los compromisos realizados por Augusto, el primer emperador (31 a. C. - 14 d. C.). Aunque formalmente se mantuvieron y se respetaron la mayor parte de las instituciones políticas republicanas, en buena parte vacías de contenido, Augusto basó su poder tanto en su carisma y en su autoridad personal como en el ejercicio de varias magistraturas y cargos. En época imperial, el poder de los emperadores se sustentó en las tres grandes fuentes siguientes: – La potestad tribunicia, mediante la que el emperador gozaba de los poderes de un tribuno de la plebe. Podía proponer leyes a las asambleas y oponerse a cualquier decisión de los comicios, de los magistrados y del senado. – El imperio proconsular, con el que el emperador gozaba de un imperium permanente, es decir, tenía un poder supremo de mando en el ámbito político, militar, civil y judicial, sin límites espaciales ni temporales. Gracias a esta prerrogativa podía comandar el ejército, gobernar y administrar determinadas provincias, vigilar la acuñación de moneda, inspeccionar la actividad administrativa, ejercer como última instancia judicial, etc. – El pontificado máximo, por el que el emperador era el cabeza religioso del Imperio. Además, en algunos casos, el emperador podía ejercer las magistraturas tradicionales (el consulado o la censura) o concederlas a sus colaboradores. A pesar de la pervivencia de las magistraturas republicanas, los emperadores también crearon cargos nuevos para que se encargasen, por delegación, de determinadas tareas. Los más importantes fueron el praefectus praetorio ‘prefecto del pretorio’, el encargado de la guardia pretoriana de Roma, y el praefectus urbis, ‘prefecto de la ciudad’, que se encargaba de la ciudad de Roma. En la Administración provincial también se experimentaron cambios. Inicialmente, en época republicana, las provincias eran administradas por magistrados en ejercicio, que veían prorrogado su mandato. A partir de Augusto, se configuró una nueva organización de la Administración provincial, en la que se distinguía entre provincias del pueblo romano o senatoriales y provincias imperiales. Las primeras, formadas por los territorios conquistados y pacificados desde hacía tiempo, quedaron bajo la autoridad de un gobernador nombrado por el senado. Las provincias imperiales eran gobernadas por un lugarteniente, nombrado directamente por el emperador.
Cabeza de Augusto como pontífice máximo. Túnez. Museo de Cartago.
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Resumen
Este módulo didáctico ha sido dedicado al estudio de los distintos elementos que conforman desde el punto de vista legal, social y político las bases de la civilización romana. En el primero apartado, se han tomado en consideración varios aspectos que hacen referencia a la diferente condición de las personas y a su estatuto civil personal. A continuación, se han analizado cómo se cubrían las necesidades básicas de los individuos: vestido, calzado, peinado, higiene, alimentación y vivienda. En el segundo apartado, se ha centrado la atención en la determinación de las bases familiares y suprafamiliares de la sociedad romana. A continuación, se han estudiado las principales actividades laborales, educativas y lúdicas del mundo romano. Finalmente, en el tercer y último apartado, se ha examinado la evolución de los tres regímenes políticos que tuvo el mundo romano (monarquía, república e imperio) y también se ha descrito la estructura institucional de cada uno de estos tres sistemas políticos.
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Glosario agnatio (f sing )
Parentesco entre personas descendientes de un antepasado común por vía masculina. alieni iuris
‘de derecho ajeno’. Persona sometida a la autoridad de otra persona. bulla (f ; pl bullae)
Cápsula esférica, normalmente de metal, de origen etrusco, que llevaban los infantes colgada al cuello.
centuria Agrupación de ciudadanos según su riqueza censal. cliente Persona libre que tenía un vínculo de dependencia económica, social, moral con otra persona, llamada patrón. cognatio (f sing )
Parentesco natural entre personas. cognomen (n; pl cognomina)
‘apellido’. Sobrenombre que formaba parte de la onomástica romana. comitia centuriata (n pl)
Asambleas con funciones electorales en las que los ciudadanos eran agrupados según la centuria a la que pertenecían. comitia curiata (n pl)
Asambleas con funciones electorales en las que los ciudadanos eran agrupados según la curia a la que pertenecían. comitia tributa (n pl)
Asambleas con funciones electorales en las que los ciudadanos eran agrupados según la tribu a la que pertenecían. connubium (n sing )
‘connubio’. Derecho a poder celebrar unas iustae nuptiae, es decir, un matrimonio legalmente válido.
cursus honorum ‘carrera de cargos’. Orden en el que las magistraturas eran ejercidas. Por extensión, carrera política. curia (f ; pl curiae)
Agrupación suprafamiliar romana que reunía un determinado número de gentes.
curul Dicho de los magistrados que tenían derecho a sentarse en la sella curulis. dominica potestas
‘potestad señorial’. Autoridad de un propietario hacia sus esclavos. domus (f ; pl domus)
Casa aristocrática de desarrollo horizontal. gens (f ; pl gentes)
Agrupación suprafamiliar romana que reunía varias familias descendientes de un antepasado común. imperium (n sing )
Poder supremo de mando que tenían los magistrados superiores durante el ejercicio de su cargo. Designa también un conjunto de facultades que otorgan un poder de mando total. insula (f ; pl insulae)
Bloque de pisos formado por un edificio de varias plantas con numerosos apartamentos de dimensiones modestas.
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lares Divinidades protectoras de la casa, de la familia, de las calles y de las encrucijadas. larario Hornacina situada en el atrio que contenía las imágenes de los lares. lustrum (n sing )
Ceremonia religiosa con la que los censores cerraban la confección de los censos que realizaban cada cinco años. Por extensión, pasó a designar un espacio de tiempo de cinco años. manus (f pl manus)
‘mano’. Autoridad y poder del marido con respecto a su esposa.
naumaquia Simulacro de combate naval. nomen (n.; pl. nomina) ‘nombre’. indicaba su gens.
Componente del nombre de un ciudadano romano que
pater familias
‘padre de familia’. Cabeza de la unidad familiar que tenía autoridad por encima de los miembros de su propia familia. patria potestas
‘patria potestad’. Autoridad que el padre tenía por encima de sus hijos. praenomen (n; pl praenomina)
‘prenombre’. Primer componente de la onomástica de un ciudadano romano. sui iuris
‘de derecho propio’. Dicho del individuo no sometido a la autoridad de otra persona. tablinum (n sing )
Estancia situada al final del atrio donde el propietario guardaba el archivo familiar. toga praetexta (f sing )
Toga adornada con un galón de púrpura que llevaban los niños. triclinium (n sing )
‘triclinio’. Estancia con tres camas donde se llevaban a cabo las cenas. toga uirilis ( f sing )
Toga completamente blanca que llevaban los adultos. uenatio (f ; pl uenationes)
Cacería en la que se enfrentaban un grupo de cazadores con varios animales salvajes, normalmente exóticos. uilla (f ; pl uillae)
Residencia rural de grandes dimensiones.
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Bibliografía Alfoldy, G. (1987). Historia social de Roma. Madrid: Alianza. Traducción castellana del original alemán de 1984. Hace un repaso exhaustivo a la historia social de Roma, desde los orígenes hasta la caída del Imperio. Auguet, R. (1972). Crueldad y civilización. Los juegos romanos. Barcelona: Aymà. Traducción castellana del original francés de 1970. Es una exposición interesante de los principales espectáculos de la Roma antigua. Bonner, S. F. (1984). La educación en la Antigua Roma. Desde Catón el Viejo a Plinio el Joven. Barcelona: Herder. Carcopino, J. (1993). La vida cotidiana en Roma en el apogeo del Imperio. Madrid: Temas Hoy. Traducción castellana del original en francés de 1939. La primera parte describe el medio físico (fundamentalmente Roma) y moral (sociedad, familia, educación). La segunda parte se centra en la descripción de las actividades principales. Ellul, J. (1970). Historia de las instituciones en la Antigüedad. Madrid: Aguilar. Es un estudio interesante y amplio de las instituciones políticas de varias sociedades antiguas, entre éstas, la sociedad romana. Etienne, R. (1992). La vida cotidiana en Pompeia. Madrid: Temas Hoy. Friedlànder, L. (1967). La sociedad romana. Historia de las costumbres en Roma desde Augusto hasta los Antoninos. México: Fondo de Cultura Económica. Traducción castellana del original alemán de 1921. Es un valioso tesoro lleno de referencias a la vida cotidiana de la primera época imperial. Guillén, J. (1988): Urbs Roma. Vida y costumbre de los romanos. Salamanca: Sígueme. Se trata de una obra en varios volúmenes, muy útil para captar los distintos aspectos de la civilización romana, ilustrada con referencias bibliográficas y con citaciones directas de los autores latinos. Marrou, H. I. (1985). Historia de la educación en la Antigüedad. Madrid: Akal. Es un estudio clásico de las fases de la educación romana. Paoli, U. E. (1964). Urbs. La vida en la Roma antigua. Barcelona: Iberia. Zielinski, T. (1987). Historia de la civilización antigua. Madrid: Aguilar.
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