Evolución de los Enclaves Autoritarios Autoritarios en Chile y sus efectos en el Sistema Político chileno
Nicolás Miranda O.
Introducción
La existencia de enclaves autoritarios en el desarrollo de la transición o en la instauración de la democracia en Chile y sus efectos en la imposibilidad de establecer una democracia de calidad ha sido material de discusión tanto en la academia como a nivel político. El presente trabajo tiene tres objetivo, explicar cómo afectan los enclaves autoritarios a la transición, señalar el rol de la reforma constitucional del 2005 en esta materia, y explicar los enclaves que aún se mantienen y sus efectos en el sistema político. Para ello, se plantea que cada enclave dificultó efectivamente la implementación de una democracia de calidad, y provocó en algunos casos, un trade-off entre la implementación del proyecto político de la Concertación y la eliminación de los enclaves. La reforma constitucional del 2005, minimizó parte importante de los enclaves institucionales, y el rol de las FF.AA en la seguridad institucional democrática. Pero no toca temas ético-simbólicos y socio-cultural que se mantendrán presentes hasta hoy. Por último, se desarrolla la existencia de enclaves en la actualidad y además se toma la tesis de Siavelis sobre la existencia de enclaves de transición cuyos efectos son los mismos a los enclaves autoritarios. Enclaves durante la transición
Para comprender el efecto de los enclaves autoritarios durante la transición es necesario entender su concepto, Siavelis señala que éste debe 1) Tener un origen en la dinámica de un modelo político previo, 2) Ser difícil de desplazar por motivos prácticos o institucionales, y 3) Proteger o preservar los intereses políticos de los principales actores que tienen un interés en mantenerlos (2009:7). Garretón (1991) explica que los enclaves heredados desde el régimen autoritario son cuatro institucionales, actorales, socioculturales o ético-simbólicos, y que aun cuando se produce un periodo de negociación – una una vez el Gobierno Militar ha perdido el plebiscito de 1988entre el Gobierno Militar, Renovación Nacional y Concertación de Partidos por la Democracia para disminuir ciertos enclaves incluidos en la Constitución, sin embargo sólo aminora algunas. Mientras que en el caso de los DD.HH y el sistema económica, existen pactos implícitos o tácitos para que se mantengan y no se toquen (Godoy, (Godo y, 1999). 1999 ). Tal como señala Godoy (1999), lo que estaba en juego al momento de negociar, es la pugna entre dos modelos de democracia, la representativa que la Concertación abanderaba, y la protegida, perteneciente al militar y que representa el legado autoritario o enclaves que señala Garretón. De manera global, el efecto más importante dice relación con la calidad de la democracia, que es una mezcla entre democracia representativa y protegida, cuyo resultado es una democracia de baja intensidad (Garretón, 1991, 1994; Muolian, 1997; Rovira, 2007) Más allá de los avances democráticos ganados con la vuelta a la democracia, sigue existiendo la
noción de que ésta es débil, que sigue presente la amenaza militar y que los crímenes de Derechos Humanos no han tenido solución, por lo que afecta a la vida social e impiden que sus diferentes actores puedan expresar sus alternativas de manera plena, “debilitando la legitimidad de la política y la acción colectiva. En otras palabras, empobrece la vida individual y social de la nación” (Garretón, 1994:26). Superar los enclaves, significó que en algunos casos existiera un trade-off entre la implementación del proyecto político de la Concertación y la eliminación de los enclaves, negociaciones que implicaban costos en los proyectos políticos, y que se relaciona con la democracia de los consensos o de los acuerdos. Pero para entender de mejor manera los efectos de los enclaves, es necesario enfocarse en cada ámbito brevemente. En cuanto a los enclaves institucionales, representan un impedimento a la generación de cambios, ya sea a través de leyes orgánicas constitucionales u otro tipo de leyes que exigen quórums muy elevados para su transformación, así leyes emblemáticas como educación, electoral, o el mismo principio de subsidiariedad, están protegidas por quórum, lo que exige una negociación en el congreso, el cual, producto del sistema electoral, y los senadores designados, asegura una mayoría para la derecha en el senado y un desequilibrio en la cámara baja a favor de la derecha también. De esta manera generamos un círculo vicioso, que imposibilita cambios significativos en la institucionalidad, y si se logran hacer, su costo elevado. El enclave de los actores integrado por las FF. AA, a la derecha política y a cierto sector empresarial (Garretón, 1991). Siavelis señala que la Concertación supo reconocer que el sistema económico era el talón de Aquiles de la transición, por lo que el compromiso de no tocar el modelo, logró tranquilizar “a las poderosas elites económicas cuya reacción a un posible cambio en la política podría haber sido extraordinariamente desestabilizadora.”
(2009: 16) En lo referido a las FF.AA, Godoy (1999) señala que al pactar la transición, ninguna de las partes quiso o pudo negociar la institucionalidad política de las Fuerzas Armadas, el fuero parlamentario de Pinochet y con ello su inmunidad, ni la ley de amnistía. Portales (1999), describe los diferentes momentos en los que los gobiernos “… han cedido una y otra vez a las presiones de las Fuerzas Armadas para barrer cuestiones incómodas bajo la alfombra y pretender que no existen…” (Heine, 2001: 357), comenzando con el “boinazo” en 1991 hasta el “servilletazo” el año 20001. También existe la frase de Enrique Correa “la transición vale más que tres millones de dólares” (Heine, 2001: 357). Este enclave está directamente relacionado con dos elementos, el temor a retroceder y que los militares volvieran al poder, y segundo, el relacionado con el esclarecimiento y justicia por los casos de Derechos Humanos. 1
El 15 de mayo del 2000, los comandantes en jefe de las tres ramas del ejército y el Director General de Carabineros se reúnen públicamente en un restaurante de Vitacura para trasmitir un mensaje de cohesión de las Fuerzas Armadas, episodio que se conoció como "el servilletazo". http://www.ua.es/up/pinochet/noticias/agosto/02-agosto-tercera4.html y http://www.lanuevaopcion.cl/?p=5239 ambas consultadas el día 15 de Julio de 2012.
Garretón (1991) señala que el enclave ético-simbólico se refiere al tema de los Derechos Humanos, Godoy (1999) describe que dentro del pacto tácito de la transición existió la intangibilidad de la ley de amnistía y si a eso se le agrega el rol de las FF.AA, da como resultado un espacio de maniobra menor al esperado, especialmente en la justicia por la violación de los DD. HH. Aun así, se logra avanzar en una verdad histórica y en el reconocimiento por parte del Estado, a través del Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación el año 19912, y posteriormente el informe Valech el año 2004. El último enclave socio-cultural, según Garretón se relaciona “…con los rasgos clásicos de una sociedad que ha vivido más de una década de dictadura que ha buscado implementar un nuevo modelo de relaciones entre Estado y sociedad, erradicar la política, someter las interacciones societales al modelo de mercado…” (1990: 117). Moulian (1997) señala que la matriz del Chile actual, tiene sus orígenes en una profunda transformación capitalista implementada en dictadura y que la manera de llevar la transición por parte de la Concertación – consenso, la democracia protegida por la Constitución de 1980, y la sombra del General Pinochet, llevaron a que las personas, para poder conformarse con esta realidad, fueran “ciudadanos credit-card, producto del modelo económico liberal que los ha llevado a la masificación del consumo y encontrar en el “paseo al mall” su paraíso” (Soto, 1997: 104). Rovira (2007) a partir de Lechner (1997), explica que el neoliberalismo tenía dos fines, el explícito de despolitizar la economía, y el implícito de despolitización de la vida social. Esto sumado a la desarticulación de las instituciones intermedias de carácter social y político, ya sea de manera represiva como a través del discurso, resulta un excesivo individualismo “por ello, todo lo que tiene algún rasgo comunitario empieza a ser visto con desconfianza…” (Rovira, 2007: 347). Los esfuerzos de la Concertación estuvieron en superar los enclaves institucional, el actoral, y en cierta medida el ético-simbólico. Sin embargo poco fue lo realizado en el enclave socio-cultural, más cuando pensamos en que el modelo económico se corrige solucionando algunos problemas presentes y reforzando algunas políticas sociales, y tal como describe Rovira a partir de los informes del PNUD de 1998 y 2002, una vez que se instauran los gobiernos democráticos de la Concertación, comienza la desmovilización social “aunque parezca paradójico, con la llegada de los gobiernos postautoritarios se ha producido una desmovilización y despolitización de la sociedad chilena, lo cual disminuye la capacidad de autodeterminación colectiva e incentiva el anclaje de la autorregulación funcional de la sociedad” (2007: 345). Así, al llegar el 2005, las fuerzas armadas están completamente en sus cuarteles; en el caso de los empresarios, la relación del ex presidente Lagos con este grupo fue excelente3 y la UDI es un actor más dentro del juego democrático, aunque siga siendo un actor de veto colectivo clave para la mantención de los legados autoritarios. 2
http://www.ddhh.gov.cl/ddhh_rettig.html Consultado el día 16 de Julio de 2012.
Para profundizar la relación entre el ex presidente Lagos y el empresariado, leer Claude, Marcel. 2006 “El Retorno de Fausto Ricardo Lagos y La Concentración del Poder Económico ” LOM, Santigo. 3
Las reformas constitucionales del 2005 transforman los enclaves autoritarios institucionales. Cumplido señala que esta reforma logró “…remover definitivamente los enclaves de la existencia de senadores designados y vitalicios; el poder de seguridad de las fuerzas armadas; la integración, las atribuciones y el sistema de nombramiento de los ministros del Tribunal Constitucional...” (2006: 106). Al analizar las reformas, Cumplido establece un eje relacionado con el poder de seguridad establecido en la Constitución. Así el garante último de la seguridad nacional e institucional, eran las FF.AA, alterando claramente la tradición constitucional de Chile (Godoy, 1996). Pero tras la reforma son diversos órganos del Estado los encargados de velar por la seguridad institucional, agrega transformaciones al Consejo de Seguridad Nacional en cuanto a su naturaleza y funciones, quedando ahora como órgano asesor del Presidente. También se establece la capacidad del Presidente para llamar a retiro a los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y al general director de Carabineros, entre otras. (Cumplido, 2006) Se modifica la composición del Senado, eliminando aquellos que eran designados y vitalicios, así su composición corresponde a los 38 senadores elegidos a través de las elecciones, con lo que se termina uno de los enclaves más criticados y que posibilita que la Concertación tenga la posibilidad de tener mayoría en esta cámara, como lo es desde las elecciones del 2009. En cuanto al sistema electoral, se modifica el procedimiento para cambiar el sistema binominal, pero aun así, para que esto ocurra, será necesaria la voluntad de todos los sectores políticos. También modifica al Tribunal Constitucional, democratizando el nombramiento de sus integrantes, “…entregándolo al presidente de la República, la Cámara de Diputados y el Senado, además de la Corte Suprema, y suprimiendo la intervención del Consejo de Seguridad Nacional (…) la reforma constitucional disminuye el plazo de duración del mandato de sus ministros, no permite su reelección”(Cumplido, 2006: 108). De igual
manera, modifica las funciones del Tribunal, con el cual ahora tiene un carácter de superpoder en el régimen político chileno. Sin embargo estas reformas no significaron el fin de los enclaves. Durante vente años de gobiernos de la Concertación no se promovió una cultura política y social contraria a la visión de mercado – enclave socio-cultural. Las grandes movilizaciones, principalmente de los estudiantes que se comienzan a ver desde el 2005 con la revolución pingüina, son concebidas a partir de una crítica al sistema educacional, son rupturistas, con una postura “radical” no en el sentido violento, sino como contraria a la forma en que se venía haciendo política, es decir, ya no más búsqueda de consensos. Este intento de superación del enclave socio-cultural es a partir de la propia sociedad, pero a su vez ha generado un problema de deslegitimación de las instituciones y la clase política. Lo mismo ocurre con el sistema económico, donde se mantiene el principio de subsidiariedad que sustenta el principio económico en cada esfera de la sociedad como Educación, Salud y Sistema de pensiones por ejemplo, y además define el rol del Estado en cada una de estos ámbitos. Siavelis plantea que dentro de los enclaves de transición se
encuentra el de la intocabilidad del modelo económico heredado del gobierno de Pinochet, “el cuestionamiento sobre las raíces del éxito económico y donde tiene lugar el crédito o la culpa, siguen siendo divisivos en Chile” (2009:15). Agrega que los críticos del modelo económico señalan que “… la exhaustiva privatización de la salud, educación y los sistemas de seguridad social que se realizaron durante el gobierno de Pinochet han creado un eficaz sistema de dos niveles donde aquellos que tienen acceso a la privatización de bienes sociales gozan de mayores niveles de calidad y acceso.” (2009: 15). Y si a eso le agregamos la falta de voluntad para discutir el modelo, nos da como resultado un cúmulo de críticas hacia la concertación y al sistema político en general hoy en día. En el ámbito institucional, el sistema electoral sigue siendo presa de críticas de diversos sectores, tal como señala Cumplido (2006) éste, que no es ni mayoritario ni proporcional, sino arbitrario, que impide que el congreso sea una instancia representativa y dificulta la posibilidad de modificaciones al sistema político, social y económico, por lo que sigue cumpliendo su rol de enclave. Los quórum siguen siendo elevados para poder modificar materias o principios constitucionales, etc. El tema de los DD.HH sigue un camino similar a lo transcurrido a lo largo de los veinte años, si bien la detención de Pinochet marcó un hito en los procesos por la búsqueda de esclarecer lo ocurrido así como enjuiciar la violación de los DD.HH, aún se mantiene intocable la ley de amnistía. Por último, Siavelis (2009) plantea que la transición generó nuevos enclaves, que al igual que los otros, dificultan el desarrollo de una democracia representativa de calidad. Para el autor los enclaves son “…el cuoteo, control de la élite en la selección de candidatos y la política electoral, dominación de los partidos en la política, formulación de políticas elitista y extrainstitucional, y la intocabilidad del modelo económico.”(2009:3). De esta manera tenemos que no tan sólo el legado autoritario está presente, sino que aparecen nuevos “patrones” de comportamiento que se van manteniendo en el tiempo, difíciles de cambiar y que afectan la calidad y el “buen” funcionamiento del sistema político.
Conclusión
Los cuatro tipos de enclaves autoritarios afectaron diversas áreas del funcionamiento del sistema político y social durante la transición y actualmente continúan haciéndolo. Algunos de ellos tuvieron más atención que otros, como fue el caso de los enclaves institucionales, y actorales, en el caso del enclave ético-simbólico los esfuerzos por esclarecer y por justicia, fueron en la medida de lo posible, hubo avances en materia de reconocimiento y en búsqueda de verdad histórica y por saber el paradero de los detenidos desaparecidos, pero fue y ha sido imposible tocar la ley de amnistía. Sin embargo, en lo que respecta al último enclave, socio-cultural, poco y nada se hizo, y más bien se profundizó, despolitizando y desmovilizando a la ciudadanía, y cuyas consecuencias fue el despertar de toda una generación llamada “hija de la democracia” con una postura mucho más “radical”, contraria a la democracia de los acuerdos. Las reformas del 20005, lograron modificar en gran medida los enclaves autoritarios en el ámbito institucional, aunque quedaron importantes remanentes, el avance fue significativo.
A la fecha, aún existen enclaves autoritarios, principalmente en el ámbito socio-cultural, y no menos importantes, los institucionales y ético-simbólico. Se mantiene el modelo económico y el principio de subsidiariedad, el sistema electoral, los quórum calificados, la ley de amnistía y el desconocimiento de detenidos durante el período de la dictadura. El actual momento de movilizaciones sociales, se puede atribuir a diversas razones, pero no se puede negar que ha contribuido la exclusión de la sociedad en la toma de decisiones, en esa incapacidad de generar una cultura cívica y política inclusiva, además de los nuevos patrones de comportamientos que ha generado la transición o los enclaves de transición que plantea Siavelis, que dificultan el desarrollo de una democracia plena.
Bibliografía
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Otras fuentes
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