AZÚCAR
BLANCA
DULCE
VENENO
AZÚCARES “Todo lo que usted siempre ha querido sab er acerca de la Nutrición”. Dr. David Reuben. Editorial Diana. Páginas 207 a 235. México DF. 1981 . De¿Se puede considerar el azúcar como un alimento? Imposible, porque el azúcar blanca refinada, no es un alimento. Es una sustancia química pura, extraída de fuentes vegetales, más pura de hecho que la cocaína a la cual se parece en muchos aspectos.1 Su verdadero nombre es sucrosa o sacarosa, y su fórmula química es C12H22O11. Tiene doce átomos de carbono, veintidós de hidrógeno y once de oxígeno y absolutamente 1
nada más que ofrecer. El azúcar refinada no tiene vitaminas, no tiene minerales2 útiles, no tiene enzimas, no tiene microelementos, no tiene fibra, no tiene proteínas no tiene gras as y no es de ningún beneficio en la alimentación humana ser por todo esto, es buena. ......
1.- ¿Le parece extraña la comparación entre el azúcar y la cocaína? Veámoslo más detenidamente: 1. El azúcar es un polvo blanco y cristalino altamente refinado, también lo es la cocaína. 2. La fórmula química de la cocaína es C17H21NO4. La fórmula el azúcar es C12H22O11. Desde el punto de vista práctico la diferencia es que al azúcar le falta el átomo del nitrógeno. 3. Las dos se derivan de fuentes vegetales comunes. 4. Las dos son sustancias químicas poderosas que producen fuertes efectos físicos y emocionales. 5. Tanto el azúcar como la cocaína producen dependencia psicológica más no adicción. 6. La cocaína no está asociada médicamente con ninguna enfermedad física seria. El azúcar, en cambio, interfiere en los ataques cardiacos, en la obesidad, en la diabetes , en la insuficiencia renal, en las caries den tales y en la ceguera… sólo para citar unas cuantas. 7. Importar cocaína refinada a Estados Unidos es 2
nada más que ofrecer. El azúcar refinada no tiene vitaminas, no tiene minerales2 útiles, no tiene enzimas, no tiene microelementos, no tiene fibra, no tiene proteínas no tiene gras as y no es de ningún beneficio en la alimentación humana ser por todo esto, es buena. ......
1.- ¿Le parece extraña la comparación entre el azúcar y la cocaína? Veámoslo más detenidamente: 1. El azúcar es un polvo blanco y cristalino altamente refinado, también lo es la cocaína. 2. La fórmula química de la cocaína es C17H21NO4. La fórmula el azúcar es C12H22O11. Desde el punto de vista práctico la diferencia es que al azúcar le falta el átomo del nitrógeno. 3. Las dos se derivan de fuentes vegetales comunes. 4. Las dos son sustancias químicas poderosas que producen fuertes efectos físicos y emocionales. 5. Tanto el azúcar como la cocaína producen dependencia psicológica más no adicción. 6. La cocaína no está asociada médicamente con ninguna enfermedad física seria. El azúcar, en cambio, interfiere en los ataques cardiacos, en la obesidad, en la diabetes , en la insuficiencia renal, en las caries den tales y en la ceguera… sólo para citar unas cuantas. 7. Importar cocaína refinada a Estados Unidos es 2
un delito federal. Importar azúcar refina a Estados Unidos es un delito federal. 8. Una cantidad infinitesimal de hierro presente como una impureza no se puede calificar como Pero entonces ¿El azúcar no es una fuente excelente de energía? Si lo es, pero no del tipo de energía que usted desea. La v enta de azúcar es un gran negocio, uno de los negocios más grandes de la industria alimenticia en todo el mundo. Las ventas de azúcar, sólo en estados Unidos, llegan a los quince mil millones de kilos al año; si se vende aproximadamente a cuarenta centavos de dólar el kilo a precio de mayoreo, esto suma sesenta mil millones de dólares anuales. No está mal. Por eso la industria azucarera tiene un batallón de grupos de presión ( perdón ahora se les llama “compañías de relaciones públicas”) para convencer al público de que el azúcar refinada es buena para s u salud. Estas organizaciones de vanguardia tienen nombres muy elegantes, como “Seminario para una mejor nutrición”, “Consejo para el aprovechamiento de los alimentos” y otros seudónimos ligeramente confusos. Publican grandes anuncios en los que le dicen al consumidor que el azúcar es la mejor fuente de “energía”.
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En la forma en que están redactadas es os anuncios, uno pensaría que el azúcar proporciona esa vitalidad, ese entusiasmo, esa efervescencia, usted sabe, esa ¡ENERGIA! No, la única energía que proporciona consiste en calorías. Pero no es la culpa de ellos que usted no comprenda bien, ¿verdad? A propósito esa tigresa domada, conocida como la Comisión Federal de Comercio, les ha dado un manotazo a los grupos azucareros, por sugerir que el azúcar refinada es buena. La verda d es que el azúcar lo único que hace es engordar y, todav ía peor, si usted se siente cansado y fal to de vigor, un terrón de azúcar refinada lo único que hará será hacerlo sentir más aletargado y le provocará un apetito voraz. ¿Cómo es posible que el azúcar nos haga sentir aletargados? Muy fácil. La sacarosa, sacarosa , o sea, el azúcar blanca refinada, es una combinación de dos azúcares simples, la glucosa y la fructuosa. Existe una enzima en los intestinos conocida como sucrasa que descompone rápidamente la sacarosa glucosa y fructuosa. La corriente sanguínea absorbe la glucosa y el exceso de ésta s almacena en el hígado. La glucosa es la gasolina del cuerpo y debe existir una cantidad constante de ella para poder realizar cualquier trabajo, como es el funcionamiento de los músculos, los movimientos físicos, la digestión, los latidos del corazón, hasta el acto de pensar. Como 4
resultado, se llevan a cabo una serie de mecanismos complejos en el organismo, para mantener en un mismo nivel. La concentración de la glucosa dentro de la corriente sanguínea. Esta concentración es de un promedio de cien miligramos de glucosa por cada cien mililitros de sangre, lo cual viene a ser, aproximadament e, un gramo de azúcar por cada litro. Si la concentración del azúcar en la sangre sube de este nivel, el páncreas empieza a liberar una sustancia química llamada insulina, para neutralizar la glucosa y bajar su nivel en la sangre. Si la concentración de glucosa en la sangre baja mucho el hígado, donde hay glucosa almacenada, libera este azúcar en fo rma de una sustancia llamada glucógeno. Teniendo este mecanismo básic o en mente, es fácil darse cuenta de cómo el azúcar refin ada afecta al organismo. Digamos que usted ha tenido un día muy difícil en la oficina, y a las tres de la tarde usted se siente exhausto, pero todavía faltan dos horas para salir. Entonces usted recuerda los anuncios de páginas completas que hablan de que “el azúcar es energía”. Uste d lo cree y se bebe una taza de café con mucha azúcar y, quizá se devore dos barras de ca ramelo al mismo tiempo. Acaba de congestionar su organismo con casi cien gramos de azúcar pura y la glucosa de su sangre de repente sube hasta ciento ochenta miligramos por ciento. Se ha ocasionado usted 5
mismo una “diabetes temporal”, o expresado con más delicadeza una hiperglucemia. Usted se siente débil, cansado y totalmente carente de energía. Si tiene suerte, su páncreas empezará desesperadamente a producir insulina, para contrarrestar la sobredosis de azúcar y, en una hora, más o menos, se empezará a sentir mejor. Probablemente habrá gastado un dólar, le habrá extraído a su páncreas su preciosa insulina, y se habrá saturado de setecientas cincuenta calorías que no necesitaba, ni deseaba. Además, la cantidad exagerada de insulina secretada por el páncreas ocasiona que usted empiece a sentir un hambre increíble. ¿Se siente que lo engañaron? Claro que sí. Pero, ¿Cómo es que el azúcar ha llegado a ser un negocio tan grande? No siempr e fue así. Al principio era tan popular en la alimentación como las lenguas de colibrí, y mucho más cara. En 1300, cuando se introdujo por primer a vez en Europa proveniente de la India, medio kilo de azúcar le hubiera costado el equiva lente a diez mil dólares. En un gran banquete, probablemente el rey espolvoreaba unos cuantos gramos de la sustancia blanca en sus costillas de cordero. A medida que pasó el tiempo y la producción aumentó, el precio empezó a bajar. Se establecieron plantaciones azucareras gigantescas en las Antillas y se plantó remolacha en Inglaterra. Ya en 1850 el azúcar era barata y existía en abundancia, para envenenar a las masas. En 1975 el azúcar refinada se ha 6
convertido en el adulterante más común que se usa en la mayor parte de la industria procesadora de alimentos. Espere. ¿Qué quiere usted decir con “para envenenar a las masas” y “el adultera nte más común”? ¿No es eso demasiado fuerte? Si quiere la verdad, no es demasiado fuerte. Originalmente el azúcar se usaba como agente dulcificante. Pero desde hace cincuenta años se ha estado usando para adulterar los alimentos. Consultemos el Taber’s Cyclopedic Medical Dictionary en la página A-26 para la definición de “adulteran te” : “Es aquello que adultera o debilita una sustancia”. En la mayoría de las harinas preparadas para pasteles y galletas encontrará más azúcar que harina. El helado y todas sus versiones inferiores, entre las leches malteadas, las imitaciones de leches malteadas, las imitaciones de helado, los postres helados, las imitaciones de postres helados, tienen una cosa en común: casi siempre contienen más azúcar refinada que cualquier otro ingrediente, incluso que “crema”. ¿Cómo es eso? Porque el azúcar es el alimento común más pesado que existe. Y es barata. Las harinas preparadas se venden por peso, lo dice en la caja para que uno piense que, si la caja viene a la mitad, lo están engañando a uno (¿no es así ?). Una taza de harina pesa cien gramos. Una taza de azúcar pesa doscientos. Se necesita más o menos cuatro tazas y media de 7
harina para llenar la caja de harina prepar ada y cuarto de azúcar refinada. Y entonces, la industria de la alimentación vende al mismo precio la mitad del producto. Es una buena utilidad. El azúcar también se usa para adulterar el cereal para el desayuno. ¿Qué le hace pensar eso? El diccionario médico dice que el cereal es “gramos comestibles ”. La etiqueta en la caja típica de “cereal” dice “cereal”. La etiqueta en el costado de la caja de uno de los “cereales” que más se venden, admit que éste contiene 49.38 por ciento de “sucrosa y otros azúcares”. Por definición “la sucrosa y otros azúcares” son adulterantes en el “cereal” de caja. ¿Preguntas?. El azúcar también se usa para adulterar el pan. El “pan blanco enriquecido” que venden en el supermercado contiene alrededor del diez por ciento de azúcar refinada. Su propósito es hacer al producto más dulce y pesado, ya que el pan también se vende por peso. También encub re el sabor horroroso de la harina r efinada y de las diversas sustancias químicas que le agregan. Si el pan está “enriquecido” con algo es con azúca refinada. En esta forma el azúcar se usa par adulterar el pan. También se encuentra el azúcar como ingrediente prominente en muchos otros alimentos en los que no tienen por qué estar. ¿Cuando usted hace sopa en casa, le agrega azúcar? ¿O a la mayonesa? ¿ las galletas saladas? ¿A las verduras frescas? Los procesadores de alimentos añaden azúcar a 8
todos los productos. El azúcar también es un ingrediente prominente en cada uno de los siguientes alimentos semipreparados, o ya preparados. Crema de cacahuate (maní), alimentos para el bebé, salsa para tallarines, comidas congeladas, pizza congelada, aderezos para ensaladas, algunos cafés instantáneos, postres de gelatina, verduras enlatadas, jugo de tomate, salchichas y esos polvos de colores brillantes que se usan para preparar bebidas con sabor a frutas para los niños. Pero, ¿el azúcar no es necesaria para endulzar esos productos? Sea usted mismo el juez.
Tomemos un producto que la mayoría de los norteamericanos usan por lo menos una vez al día. Tiene varios nombres: “Crema instantánea de origen vegetal para cafés”, “sustitutivo de crema para café” y muchos otros nombr es. Si uno no quiere ponerle leche al café, le pone este polvi to. Parece leche en polvo, y mucha gente lo usa en vez de azúcar o crema. Usted sabe, quieren ingerir menos calorías. Pero ese es su primer error. ¿Por qué es un error? Consultemos una lista típica de ingredientes: Sólidos de miel de maíz, grasa vegetal, caseinato de sodio, fosfato de potasio, monoglicéridos, aluminato sílico de sodio, trifosfato de sodio, caroteno beta y 9
riboflavina. Esa mezcla podría haber salido del juego de química de un niño, pero eso no es lo que nos importa más ahora. Si usted le pone eso a su café para reducir su ingestión de azúca r se llevará una gran sorpresa, porque básicamente es azúcar. “Sólidos de miel de maíz” es una forma furtiva de tratar de disimular que el ingrediente dominante del producto es una forma barata de dextrosa, conocida también como glucosa. (Por cierto que el “aceite vegetal” o “grasa vegetal” de seguro no es otra cosa que aceite de coc o3). Una cucharadita de este producto es más o menos media cucharadita de azúca r y media cucharadita de aceite de coco. ¡Vaya! Las otras sustancias químicas están presentes para evitar que el producto se vuelva color caf é, o gomoso, o que en alguna forma traicione su vulgar origen ¿Calorías? Más o menos doce por cucharadita, o sea, el doble que si le pusiera leche. La próxima vez que una mesera o azafata le present e ese producto para su café, mejor pídale leche natural. Se estará haciendo a si mismo un favor. Una rápida revisión a los productos alimenticios más comunes le mostrará lo fácil que es llegar a los setenta y cinco kilos de azúcar, que la mayoría de los norteamericanos cons ume al año. 4 (Yo nunca tomo azúcar refinada, y probablemente usted tampoco tomará tanta, como antes, cuando termine de leer este capítulo). Las bebidas de cola proporcionan el ciento por 10
ciento de sus calorías del azúcar que contienen. A veces las madres se sienten culpables y les dan a sus hijos esos concentrados en polvo para preparar bebidas con sabor a frutas. Eso está mejor, solamente proporcionan el noventa y ocho por ciento de las calorías del azúcar que contienen. Los padres que creen en los comercia les de la televisión, en cuanto vieron el anuncio, cambiaron en seguida a las bebidas de naranja que vienen en polvo, sabe a que tipo de bebida me refiero, ¿verdad? Esas, reducen la ingestión de azúcar en los niños a …, noventa y ciento por ciento de las calorías contenid as. Les diré que, si desean reducir la ingestió n de azúcar de sus niños, para disminuir el porcentaje de calorías que reciben, es mejor darles una barra de chocolate en el desayuno, en lugar d e una de esas bebidas. Con la barra de chocolate solamente ingerirán alrededor de un treinta por ciento de azúcar. 3. Si le sirve de consuelo, yo no creo que lo sea, pero en fin, pronto se forzará a las compañías procesadoras de alimentos a especificar exactamente que tipo de “grasa vegetal” le están poniendo a la comida. Será interesante ver los resultados. 4. A menos que se especifique otra cosa, esta cifra, al igual que todas las otras que se refier an al “azúcar”, se refiere a su vez a todas las formas de azúcar refinada: sacarosa, dextrosa, maltosa, 11
lactosa, etcetera. 5. Sería mejor darle simplemente una manzana o una naranja de verdad. Pero hay que expli carle lo que es, ya que no hay ningún anuncio en la televisión que diga: “Esta es una fruta de verdad. No te hará ningún daño”. ¿Ya está cansado de postes dulces como los bizcochos que se hacen con harina ya preparada? Está bien, cambie a una marca popular de postre de gelatina, ligero, delicioso y con sabor a fruta s. Pero no espere ingerir menos azúcar. Bocado tras bocado usted ingiere el doble de azúcar con la gelatina de sabores. La harina preparada para bizcochos contiene alrededor de un treinta y tres por ciento de azúcar. ¡Espero que teng a un páncreas fuerte! ¿Y cómo empezó este negocio del azúcar en todos los productos? Bueno, además de ser barata y pesado , el azúcar es una buena amiga, de los procesador es en muchos otros aspectos. Disimula el sabor de ingredientes inferiores y, a veces, hasta en estado de descomposición. La carne para almuerzo que probablemente uno no podría tomar en otra forma, casi sabe bien cuando s e le agrega azúcar. Las cadenas de restaurantes de comidas rápidamente aman el azúcar. La ponen en la carne molida inferior, en los hot dogs, en el pollo frito, en los hot cakes, en las tortas de pesc ado y en casi todo. Si tienen suficiente azúcar (y sal), la mayoría de los alimentos de rápida preparac ión 12
saben lo suficientemente bien como para comerlos. Pero el truco más sucio, en lo que se refiere al azúcar, se les juega a los consumidores más inocentes e indefensos de todos. A quienes? A los bebes. Las compañías gigantescas que elaboran “alimentos” para bebés, saben dos cosas importantes referente a la venta de estos productos. En primer lugar, tienen que hacer que los bebés se coman su productos. Y eso es un problema. La “comida” para bebés está sobre cocinada sobre procesada, es simple y no tiene sabor. Por eso es tan esponjosa, pastosa y espantosa a la vista. Pero el ingrediente secret o es el azúcar. Una buena cantidad de azúcar hace que las verduras, las frutas, y todo lo demás que se prepara para el bebé, sea más aceptable para éste y, particularmente, para la mamá. Si los niños se comen esta pasta salada impregnada de azúcar, que pasa por “alimento” para el bebé, la mamá se siente feliz. Da de comer a su bebé más rápido y fácil y le queda tiempo para sus interminables tareas. Pero existe, además, otra ventaja comercial para agregar azúca r a la “comida” para bebé, lo engorda. Hace setenta y cinco años la tuberculosis era un proble ma serio de salud, y uno de los síntomas obvios de esta enfermedad era una grave falta de peso. En esa época los niños gordos estaban libres de tuberculosis. 13
Aunque hoy día la tuberculosis está bajo control, a las madres modernas todavía les gus tan los bebés gordos. Y los pediatras lo pesa n en cada visita y anotan su peso en su registro especial. Los niños que se alimentan con “comida” especial ya preparada, para bebés, son gordos y los bebés gordos producen utilidades. Pero, ¿en realidad los bebes gordos están sanos? No. Los niños delgados son sanos. Los bebés gordos serán adultos gordos. Los adultos gordos tienden a ser adultos muertos. El azúcar no tiene por qué estar en los alimentos del bebé. Y solamente hay otro alimento en el que el azúcar hace más daño, que en los llamadas “alimentos” para bebé. ¿Cuál es? En las fórmulas para lactantes. Sólo existe un alimento nutritivamente adecuado para los lactantes: la leche humana. Es perfecta desde todos los aspectos, tanto para la madre como para el recién nacido. Nada más no hay utilidades de la venta de leche materna, y si las hay, inmensas, en la venta de leches de imitación, conocidas como “fórmulas para lactantes”. Son baratas en su elaboración, duran indefinidamente y se venden a precios muy altos. Engorda n a los bebés, le hacen más fácil la vida a la madre y enriquecen a las compañías que las venden pero no son buenas para los bebés.
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Pero si no son buenas para los bebés ¿Cómo es que las venden tanto y cómo es que los pediatras las recomiendan? Porque los pediatras no son expertos en nutrición. Son hombres y mujeres bien intencionados que trabajan intensamente, en su diaria lucha contra la enfermedad. La mayor parte de ellos simplemente no tienen el tiempo, o los antecedentes necesarios, para dedicarse a estudiar una mejor nutrición para que los bebés crezcan más sanos. Además, los vendedores de leche artificial les llevan la ventaja. En la actualidad, cuando una madre sale del hospital, en Estados Unidos , le dan gratis una gran caja de leche artificial, para que la madre se la dé al bebé y este se aficione a ella. Una de las compañías internacionales más grandes que elabora “formulas para lactantes”, hasta contrata mujeres vendedoras y las viste como enfermeras, para que recorran las atrasadas poblaciones africanas, diciéndoles a las madres que su leche enfermará a los bebés, y que su única esperanza es comprar la fórmula artificial. Veamos que contienen estas leches artificiales, para poder juzgar. El ingrediente básico de estas “fórmulas”, es leche de vaca descremada y desecada. El segundo ingrediente, generalmente, es lactosa, un tipo de azúcar refinada compuesta de glucosa y galactosa. El siguiente ingrediente en orden de cantidad es nuestro viejo amigo el aceite de coco. ¡Uf! Ingiera una mezcla de leche descremada en polvo, azúcar y aceit e de coco durante el día y comprenderá por qué s u bebé la 15
escupe. El resto de la larga lista de vitaminas y minerales artificiales está presente en la mezcla en cantidades infinitesimales. La única razón por la que los bebés beben estas fórmulas, es porque ellos no pueden salirse de la cuna e ir al refrigerador para buscar algo decente que comer. Y, es más, las “fórmulas para lactantes” y los “alimentos” para bebé que contienen sobre dosis de azúcar predisponen a los chicos a cos as peores. ¿Aquécosas? A una vida de adicción al azúcar. Una vez que el sabor de los alimentos endulzados en extremo queda grabado en el paladar d el niño, permanece ahí para siempre. El niño promedio norteamericano consume al año más de diez kilos de dulces y caramelos, casi quinientas botellas de bebidas endulzadas y doscientas piezas de chicle para mascar endulzado. La mayoría de los adultos no ingieren nada que no esté muy azucarado, desde vino, cerveza y cocteles, hasta bocadillos, refrigerios y verduras congeladas. (Si, la cerveza contiene mucha azúcar, se llama maltosa). Estas son malas noticias para todos, excepto para los que venden azúcar. Uno de los aspectos de estas malas noticias son las caries dental es. El costo de los tratamientos dentales actualmente, en Estados Unidos, llegan a seis millones de dólares. Y la tasa de dientes cariados aumenta tan rápido, que 16
si los dentistas del país trabajan veinticuatro horas diarias, durante los siet e días de la semana, tapando dientes cariados, al final del año habría la misma cantidad de dientes esperando ser tapados, que los que había al principio del año. Viéndolo de otra manera, en cada cien hombres que entran al serv icio militar en Estados Unidos, los dentistas militares tapan seiscientos dientes, hacen ciento doce extracciones y colocan cuarenta piezas dentales postizas. La causa principal de las caries dentales, la constituye el azúcar refinada en la alimentación. ¿Qué lo hace estar tan seguro de eso? Solamente eche una ojeada a las revistas médicas y estará tan seguro como yo . El gobierno inglés hizo uno de los estudios dentales que se consideran clásicos , en las islas de Tristán da Cunha, en medio del océano Atlántico, entre Africa y Sudamérica. Debido a su aislamiento durante tantos años, los nativos de las islas subsistían a base de pescado y papas. No consumían azúcar refinada y los dentistas oficiales de la Marina Inglesa los revisaban periódicamente. En 1938 no se encontró ningún primer molar cariado en los residentes que tenían menos de veinte años, en toda la isla. En 1962, los nativos de las islas ya tomaban medio kilo de azúcar por persona a la semana, más o menos una tercera parte de los que toma un norteamericano en promedio. Entonces, la mitad de los nativos tenían caries. 17
Pero ese es solo un ejemplo ¿no es así? Si, pero ¿quiere algunos más? Existen más de cien estudios, casi iguales, llevados a cabo en Ghana, Sudáfrica, Estados Unidos, Inglaterra, Austria, Suecia, Noruega y en otras dos docenas de países. En todos los casos los resultados han sido los mismos: el azúcar refinada produce caries dentales, muy rápido. ¿Cree usted que tiene sentido gastar cientos de millones de dólares en agregar al agua, y a las pastas dentales, pequeñas cantidades de una sustancia química venenosa, el fluoruro cuando satura su boca con tales cantidades de azúcar, que dañan la dentadura?
Hay una solución más segura y efect iva: dejar de ingerir azúcar refinada. Y dejar de darle a los niños alimentos adulterados con azúcar. Por cierto, ¿qué tomaron hoy en el desayuno? ¿No sería uno de esos cereales azucarados, de marca reconocida a nivel nacional, con tod o ese bla bla nutritivo en la etiqueta? Una de las compañías que hace uno de esos cereales dice: “Somos serios cuando se trata de nutrición”. Su suculento producto cubierto de azúcar contiene tres dulcificantes diferentes y, según sus cálculos, contiene un 56.45 por ciento de sacarosa y otros azúcares”. Sumemos a esta la cifra que ellos dan de “almidón y carbohidratos”, 31.75 por ciento y tenemos un cereal ( ? ) que consiste en 88.2 por ciento de almidón, azúcar y 18
carbohidratos refinados ¿Serios cuando se trata de nutrición? También hay otro pequeño problema cuando se ingiere tanta azúcar. ¿Cuál es? Que le puede causar a uno la muerte. No hay duda de que la diabetes mellitus, conocida como “diabetes de azúcar”, es ocasionada por el consumo excesivo de azúcar refinada y, en menor grado, de carbohidratos refinados. Veamos en qué consiste la diabetes, para ve r qué papel juega el azúcar en su origen. Cuando se consume azúcar refinada, y ésta penetra en el torrente sanguíneo, el páncreas produce una sustancia química llamada insulina, que regula el nivel del azúcar en la sangre. La insulina tiene efectos inmediatos en la reducción del nivel de azúcar en la sangre, para proteger a los órganos vitales, incluyendo al cerebro, de una sobredosis de azúcar. Una cantidad excesiva de azúcar en la sangre puede ocasionar un padecimiento que se conoce como coma diabético, el cual puede producir daño rápido y permanente en el cerebr o y, después la muerte. Una cantidad excesiva de insulina, puede provocar un choque insulínico, que también puede producir daño cerebral y la muerte. Por eso el pobre diabético, durante toda su vida, oscila entre el coma diabético y el choque insulínico. Y todavía peor, los diabéticos y sus parientes tienen que acep tar la realidad, no importa lo desagradable que sea, si quieren tener una oportunidad para superar su enfermedad. La 19
diabetes, para un gran número de per sonas que la padecen, significa una vida llena de gastos astronómicos, de terribles sorpresas desagradables y de una muerte prematura.
No importa el cuidado con que controle su dieta no importa la constancia con que tome su insulina, el diabético puede adquirir una grave infección a partir del más leve rasguño , o puede empezar a sufrir gangrena en ded os de manos y pies, así como en otras partes del cuerpo , sin previo aviso, teniendo que sufrir su amputación. Es extremadamente vulnerable a la presión sanguínea alta, existe una tasa inmensamente elevada de ataques cardiacos entre los diabéticos y también la posibilidad de que que den ciegos parcial o totalmente. La insuficiencia renal es otro peligro serio que corr en los diabéticos. Muchos diabéticos varones pueden esperar una impotencia sexual total y permanente, la cual todavía no es curable, ni existe tratamiento para ella. Hasta la tuberculosis ocurre dos veces más entre diabéticos que entre los que no lo son. Y la medicina “moderna” no tiene otra cosa que ofrecer al diabético que una receta para una jeringa, una aguja y un frasco de insulina. El médico prescribe una dieta, que ninguna persona normal podría seguir, y le da otra cita para el mes 20
siguiente. Este tratamient o es el que ha enriquecido fabulosamente a los pocos laboratorios que produ cen la insulina y, al mismo tiempo, ha convertido en adictos a la insulina a los doce millones de diabéticos que se calcula que hay en Estados Unidos. Pero ¿por lo menos la insulina ayuda al diabético a vivir más? Quizá sí, en casos individuales. Sin embargo las estadísticas no apoyan eso. En 1900, de acuerdo con informes de las compañías inglesas de seguros de vida, la diabetes ocup a el vigesimoséptimo lugar, como causa de muerte. La insulina se empezó a producir comercialmente en 1922. En 1950, la diabetes ocupaba el tercer lugar, como causa de muerte. ¿Se deberá es to, quizá, a que otras enfermedades se empezaron a controlar más, y la diabetes siguió reclamando vidas? No es muy probable, porqu e, en 1900, la tasa de mortandad por diabetes en Estados Unidos era de 12.2 por 100000 habitantes. En 1971, casi tres cuartos de siglo de “progreso” más tarde, la tasa de mortandad por diabet es era de 18.5 por 100000 habitantes. A pesar del tratamiento “ moderno ” para la diabetes , a pesar de la insulina, la tasa de mortandad por diabetes ha aumentado en un ¡cincuenta y dos por cien to en los últimos setenta años!.
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Pero aunque el diabético sobreviva mucho tiempo, su enfermedad es muy cara. El diabético en promedio gasta, por lo menos, diez dólares al mes en insulina, agujas y jeringas. Una visita mensual al médico, junto con pruebas de laboratorio, le cuesta un mínimo de treinta dólares mensuales. Con que tenga una sobredosis de insulina, o una deficiencia de ésta al año, la hospitalización le cuesta otro s mil dólares. Por lo tanto, si los diabéticos de Norteamérica solamente gastaran la mitad de esa cantidad, o sea, alrededor de setecientos cincuenta dólares al año, la suma alcanza la cantidad de nueve mil millones de dólares anuales. Se han elaborado medicamentos antidiabéticos orales, pero no han sido muy efectivos , y ya se han retirado apresuradamente del mercado uno o dos de ellos. Pero existe una manera para mejorar la salud del diabético que no cuesta un centavo y que, en realidad, lo puede ayuda r a superar con demasía su enfermedad. ¿Cuál es ? Bueno, en primer lugar tenemos que comprender que la diabetes no es simplemente una deficiencia de insulina. De hecho el diabético tiende a tener más insulina que lo que uno esperaría. La diabetes es el resultado del agotamiento del páncreas debido a una constante sobredosis de azúcar refinada y carbohidratos refinados. Existen tantas pruebas de esto que es increíble que se haya pasado por alto durante tanto tiempo. El resultado que viene a continuación es la evidencia científica, 22