A p r e n d e r a re r e c o r d a r es una guía ilustrada para
aumentar y mejorar su memoria. ;Y quién mejor pa p a r a gu guia iarl rlee p o r ese i n t r i n c a d o l a b e r i n t o q u e Do min ie O ’Brien, seis seis veces veces gana ga nado dorr del Campeonato Mundial de Memoria? El libro comienza con una detallada y sencilla explicación del funcionamiento de esta facultad mental, explorando los los temas de la memo ria a corto plazo, plazo, a largo plazo e inhibida, así como el arte de almace almacenar nar,, retener y recuperar información. inform ación. Incluye métodos de probada eficacia, y describe describe paso a paso pas o u n a serie de ejerci eje rcicio cioss p a r a ha hace cerr m ás efect ef ectiv ivaa la memoria, aumentando su capacidad y mejorando al mismo tiempo su precisi precisión ón y rendim iento. Enriquecida con expertos consejos, técnicas sumamente útiles y más de 100 ilustraciones a todo color, la presente obra le ayudará a recuperar todo aquello que desea recordar.
Dominic O’Brien
Aprender
recordar Técnicas prácticas y ejercicios pa p a r a m e j o r a r su m e m o r i a
m im
Título original: ¡can r lo liemember Publicado en inglés por Duncar» Baird Publishers Ltd Traducción de Nuria M artí Ilustración de cubierta: M an dy Pritty
Copyright Có Duiu.ui Baird Publishers Lid 2000 lext Copyright «s I Hin can Baird Pub lishers I.Ui 2000 Coinmissioncd Arlvvork Copyright
2000 do todas las ediciones on Imgna española: Ediciones Oniro, S.A. 85 do osla coedición para Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile: Edilorial Paidó.s, S.A.
de esleí coedición para México: Editorial Paidós Mexicana. S.A.
© de es la íoe dic ión para España y reslo de países: Ediciones Oniro. S.A.
Impreso en Singapore - Prinlcd in Singaporv
Dedicatoria Dedico este libro a iodos las personas que participan en competiciones mentales.
í n d i cc Introducción fi
La memoria en los niños 36 La memoria y la vejez 38
Breve historio sobre la memoria 12
antigüedad a la era moderna
IJfSíif la
Atrayendo los ecos 60 * •
i onio mejorar la memoria
La tradición oral 14
LI gimnasio para la memoria 62
Los antiguos griegos 16
LI arte de desarrollar la memoria 04 Eí arle de la imaginación 08 lijerdeio 4: Pintar una obra maestra de la memoria 71
Los antiguos romanos 18 La cambiante trayectoria de la memoria 19 La memoria en la actualidad 22 L1 labe rinto d e la m em or ia 2 4
Eljimcionantienlo de la memoria El paisaje mental 26 Ejercido i : Cupiar e l «jizz:»29
Los dos hemisferios del cerebro 30 Las ondas de la memoria 32 Tipos de memoria 34 Cómo se crean las distintas ciases de memoria 40 l'.jen 'uio 2; Descubre el límile de cifras tjue Iruedes recordar 43
El arle de la asociación 72 El arle de la-localización 74 El arle de la concentración 76 lijemcio 5: Meditación de precalmtamienlo para memorizar 77 El arle de la observación 78 L;micro 6: Advierte los detalles 79 El repaso y la repelición 80 La memoria y la salud 82 La memoria y los sentidos 84 lijerdáo 7; fi/ caleidoscopio de \u memoria 85 Le) memoria vv la música 86 lijereicio 8: Organiza un concierto para memorizar 87 El arle de recordar 88
La fiabilidad de la memoria 44 E;miri<> J; Organiza un foro de la memoria 47
Dormir, soñar y recordar 48
La memoria con un mapa 92 Descubrir I íi s
iécnit'as para desarrollar la memoria
La memoria y el aprendizaje' 30 Teorías sobre el olvido 32 La pérdida de memoria 34
La mnemoleenia 94 Los ganchos m en la les 96 .1.1«V.
¡X'DK'I
lijenido 9: El tedada de diez notas del bosque
lijercicio i 8: Evalúa, asimila, muerda 131
La lectura rápida 152
¡rara tuetuorizor 97
El método tio l
lijercicio 19: Comprueba fu norriprnisíéu i/d Sexto í.i.í
Recuerda fácilmente una palabra 154
99 lijerdáo 11: Teje mi hechizo mim/ími 101
I-I método del itinerario 102
lijercicio 20: Limpia el Irdio marino de la memoria 135
Ejercicio 12: Rmiirr el camina 105 Ejercido id: La casa como escenario para
Id palac io de la memoria 156
Alcanza la pleitiltul a través efe la memoria
atentai izar 107
1:1sistema D ominic tOH El sistema de la forma numérica 110 ,os Mapas Mentales 112
Vive captando los detalles 158 Un masaje a la memoria 140
l.ii memoria cu acción 114
Técnicas para desarrollar la memoria en (ti vida cotidiana *
Asocia nombres a la gente 116 E/m ido 14: ¿Qué encierra un nombre? 117 Recuerda una fecha 118
Enfréntate a las exigencias de la vida 142 Ejercicio 21: El curso de trun eulrevisla ¡43
Viaja al pasado 144 Ejercicio 22: Vuelve a los íimijws del colegio ¡ 45
labórate del pasado 146 lijercicio23: Desarma mi recuerda 147
Ejmirie 15: l/fi/rzn mía agenda mental /19
El mundo de las emociones 148
Encuentra la palabra justa 120
Ejm rbo 24: Roí viva la llama 149
E/miciu 16': id paraíso de ¡os crucigramas
Conserva la mente joven 150
121
I lablar en público 122 J.a memoria y los juegos 124
lijercicio 25: Descubre la velación enlrc los hechos 151
La memoria en el futuro 152
E/mide 17: /Vifin oriza d orden de las carias i 27
bibliografía 154
La memoria en la escuela 128
Indice analítico 156
La lectura y la retentiva 1.50
Agradecimientos 160
I N T R O D U C C I O N
«Hola, Dominio ¿Cómo es que le han admitido en esta occi sión? He oído decir que tienes cuarenta y dos años.» Esto fue lo que me preguntó un estudiante americano de diecisiete años el primer día del Campeonato Mundial de Memoria de 1999. Me habían comentado que había estado ejercitando su memoria seis horas al día durante los seis últimos meses, y que se hallaba en Lond res p o r una sola .y única razón: ga nar el Campeonato M un dial de Memoria. Aunque pienso que su pregunta inicial fue una astuta ju gada, mucha gente podría alegar que de hecho fue un co mentario acertado. Un brillante estudiante universitario de diecisiete años debería sin duda estar en una posición venta josa sobre un viejales de cuare nta y dos co mo yo. Despu és de lodo, ¿no se supone que la capacidad de recordar de un ser humano va disminuyendo con la edad? Hasta 1988, si alguien me hu bier a fo rm ulad o es la p reg un ta le habría contestado, por supuesto, que «sí». Al dar esta res puesta habría aceptado un error popular acerca de la memo ria: que la vejez y el olvid o son sinónim os. Pero en 1988 presencié un acontecimiento que hizo cambiar mi vida. Vi como un in divid uo llam ado Creighton Carve llo mem o rizaba un mazo de cartas barajadas al azar en sólo tres minutos, toda una hazaña en cuestión de memoria que incluyó su nombre en el libro de récords. M e qued é estupefacto. ¿Cóm o po día al-
I NTROtHJmON
guien memorizar a la perfección 52 cartas barajadas al azar utilizando sólo el cerebro y en tan poco tiempo? Inspirado y estimulado por un ardiente deseo de descubrir el secreto de Creighton, conseguí una baraja de cartas y empecé una in vestigación de tres meses sobre el potencial de mí propia me moria. El resultado fue un curso acelerado de aprendizaje. Mientras rechazaba las ideas que no servían y hacía mía cual4
quiera refinada técnica que produjera resultados, realicé un proceso natural de selección. A medida que pasaban los días sentí com o si despertara un g igante dentro de mí. Po r prim e ra vez en la vida, no sólo mi memoria, sino también mí poder de concentración y de imaginación empezó a revelar un po tencial que hasta aquel momento había ignorado poseer. Sin darme cuenta, estaba descubriendo el arte y las técnicas de memorizar practicados por los griegos antiguos hacía más de dos mil años. Tras entrenar mi memoria durante tres meses sentí como si me hubiera sido dado un nuevo cerebro. Al cabo de poco me incluyeron en el libro de récords por memorizar no uno,
9
I \ í KOIHKTIÓN
sino seis mazos do cartas barajadas al azar después de ver rápidamenle cada una ck' ellas sólo una vez. Al mismo tiempo que me quedaba asomb rado e im presionado de mi propia ca pacidad cerebral, sentía también una gran amargura porque nunca me habían enseñado aquellos niveles de agilidad men tal cuan do era un estud iante deb atiéndom e con los exámenes. lililí
De niño diagnosticaron que padecía dislexia. Señalaron, además, que era incapaz de concen trarme y recordar lo que los maestros me de-
1:^.
IÍI19BÉ
cían. Com o resultad o no brillé en los estudio s yi dejé el instituto a los dieciséis años. Qué pena que nadie me enseñara las técnicas descritas en
este libro. Incluso hoy día, cuando en comparación con el pa sado, tenemos muchos más conocimientos sobre el cerebro y los procesos de aprendizaje, no se enseña a los niños a estu diar con eficacia. ¿Por qué? Debo confesar que ignoro la res puesta. Durante varias décadas nos hemos concentrado en man tener en forma el cuerpo para que sea atractivo, y hemos seguido una dieta y un estilo de vida sanos para mantener nos físicame nte saluda bles. P ero a hora , con la llegada del nuevo milenio, parece el momento idóneo para empezar a alimentar, ejercitar y mantener sano el centro motor y controlador de nuestro cuerpo físico: el ce rebro. Espero que después de leer el libro y experi
I V T R O I W C I<>\
mentar los ejercicios que liguran en él descubras también el gigante que hay en lu interior, y ¡vaya gigante!
Y, po r cierto, aquel viejales de cuarenta y dos años gané» en seis ocasiones el Campeonato Mundial de Memoria. Do m inie O 'Hrten, diciem bre , 1999
!is l a b í e c e r t u s a s p i r a c i o ti cs El primer día que empieces a ejercitar la memoria puede que sólo rec uerdes dos o (res ele mentos cíe una lisia. Pero al si guíenle, quizá recuerdes 10; val otro, 20. Te presento a continuación algu nos records mun diales a los que puedes aspirar: En el Campeonato M un dial de Memoria de 1999 memoricé el orden de 18 mazos de carias barajadas (956) en una hora sin equivocarme ni una .sola vez, con lo que establecí un nuevo récord mundial. Tengo
también el récord actual por memorizar perfectamente un número de 74 cifras, pronuncia do a una veloc idad (Je una cifra por segundo. M i m ejor tiempo fue memorizar en 241,1 se gualdos un mazo de r>¿ cartas barajadas, (Audi liell posee 7 el récord mu ndial ofic ial por haberlo lo grado en >4,01 segundos.) Uno de mis objetivos es conseguir el récord de memorizar números decim ales escogidos ai azar en 1 mi nulos, mi mejor marc a no oficial es de 556,
11;
C'AI’ÍTU I O UNO
B R E V E SOBRE
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H I S T O R I A LA
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M E M O R I A
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a memoria puede considerarse una de las arles más an cestrales del genero humano. No sólo constituyó una útil
ayuda para la supervivencia de nuestros remotos antepasa dos, sino que lormó parle esencial de su vida cotidiana. Al no existir la imprenta, la memoria era la pizarra en la que se es cribía la historia. Así era como conservábamos la información que nos ayudaba a darle sentido al mundo. Los recursos para documentarse eran muy primitivos y además mucho más es casos, de modo que si los hombres de la antigüedad querían saberse al dedillo los hechos y personajes, debían recordarlos, empleando el intelecto y la imaginación. A lo largo de este primer período de la historia, gozar de una buena memoria •«■•Ti:'
era un requisito indispensable para tener éxito: los poetas épicos, en especial Homero, memorizaban sus obras mucho antes incluso de que fueran escritas; y los políticos, teólogos y filósofos persuadían al auditorio ofreciendo eficaces y con vincentes discursos, visualizando vividamente en su mente los elementos fun dam entales qu e debían recordar, fin este ca
1
pítulo se examinará cómo ha sido utilizada y considerada la memoria a lo largo de los siglos.
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BRl¿VE HISTORIA SOBRl. f.A MI!MORIA
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t r a d i c i
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C u a n d o oramos niños, o incluso de adultos, algunas de las historias más maravillosas que hemos escuchado han sido las de nuestros propios antepasados, relatos que han viajado a través de las ramas de nuestro árbol genealógico como un ejército de decididas hormi gas. Cada vez que se vuelven a contar; pueden añadirse pequeños cambios, quizá algo que embellezca y exagere la narración para mantener en vilo la atención de los inquietos y jóvenes oyentes, o una o dos invenciones para llenar un extraño vacío en los hechos conocidos. Así es como los recuerdos se van puliendo para que re sulten más sencillos y fáciles de transmitir a ios demás. Sin embargo, el cuerpo básico de la información suele conservarse intacto en su mayor parte. Iras escuchar docenas de historias, acumulamos un co nocimiento de nuestro pasado. Aunque contemplemos antiguas fo tografías familiares, sin el contexto que aquellos recuerdos nos ofre cen —ya sean de primera o de segunda mano—, esos documentos materiales se reducirán a meros dalos visuales. Si retrocedemos en el tiempo, antes de que se inventara el orga nizador personal, antes de que existieran las agendas o incluso la es critura, volvemos a visitar una época en ¡a que la tradición oral era el único método de transmitir los recuerdos de una generación a la siguiente. Todo lo que no era relatado en beneficio de los demás, es taba destinado a desaparecer de la conciencia colectiva, a ser olvida do para siempre. Por eso los hombres antiguos tenían en tan alta es tima la memoria, porque sabían que sin ella y sin los recuerdos el legado cultural se perdería. En la antigua Atenas había varías biblio tecas, y también un limitado comercio de libros, pero todo aquello 1 1 0 podía
sustituir a un sabio con buena memoria.
Todos conservamos una vaga imagen de Homero, el gran poeta épico, cuya capac idad para memorizar los reíalos que contaba no era I4
«. A I ' K A I H C I Ó N O K A l
iiK'iio.s heroica que las historias tic los guerreros griegos y Iroyanos fine narraba. Hornero sin duda dependía de una fórmula poética muy trillada, improvisada en lomo a un cuerpo de material familiar, (' incluso puede' que utilizara escritos como ayuda auxiliar, al menos para la !liada, compuesta de 16.000 estrofas. No cabe duda de que contaba con una espectacular capacidad para memonzar. Las grandes epopeyas homéricas no fueron en cierto modo transmitidas al pie de la letra hasta que en un momento dado se re produjeron por estrilo. Kn cambio, en la tradición védica de la anti gua India, se creía que un pequeño error al salmodiar cualquiera de los himnos sagrados del Kú/míri podía causar un desequilibrio en el cosmos con funestas consecuencias [jara la humanidad, Para evitar este tipo cié catástrofe, los sacerdotes védicos los memorizaban c ui dadosamente para no equivocarse nunc a al recitarlos, y eso produ jo un fenómeno muy inusual: unos esc ritos sagrados, nacidos do una tradición oral, que se cree son sumamente fieles a su forma original, transmitida oralmente. Contar historias es una manera natural de pasar las largas noc hes invernales en los pueblos, lo cual explicaría, si nos detenemos a ob servar la helad Media, la existencia de los mitos del norte de Luropa, extensos relatos de dioses, gigantes, dragones y extrañas transforma ciones, cuyos orígenes desconocemos pero que sin d uda alguna per tenecen a una tradic ión oral. La excepcional naturaleza de los lemas, con sus mágicos episodios, las convierte' en perfectas para ser mem oriza das, un vínculo evidente entre Lo surrealista y lo memorable que funcio na en tos sistemas actuales más eficaces para memo rizar. Después de todo, ¿qué podría ser más vivido que Ragnarok, la última y gran batalla apocalíptica en tre dioses y gigantes que marca el fin dc'i mundo en la mitología escandinava? listos cuentos cuestan mucho de olvidar.
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líREVF. HISTORIA SOliRi: LA Mf-.MORIA
L o s
La
a n t i g u o s
g r i e g o s
nernolecnia, palabra <|uc‘ significa un recurso <|iie ayuda a
la memoria, se relaciona con el nombre de Mneniosina. diosa griega de la memoria, de la que se decía lo conocía Lodo sol)re el pasado, ('I présenle y el ful uro. Se la consideraba la base de loda la vida y creatividad, una asociación derivada de su papel de madre de las Nueve Musas, que eran la inspiración [jara cualquier aspecto de la literatura, la ciencia y las arles. Además, e! mito afirma que si un mortal bebe agua tJel Leleo, el río ríe la Muerte, perderá lo dos sus recuerdos para siempre. De eslas asociaciones míticas pode mos dediu ir que para los antiguos griegos la memoria era la fuente de inspiración, y que perderla era sinónimo de muerte, lo cual la convertía en una facultad digna de ser tenida en gran estima. Id llamado «padre» del ejen ilamienlo de la memoria fue Simónides de (eos, un fineta lírico griego que vivió durante los siglos v-vi a. C. Después de pronunciar un discurso en un banquete, Simónides recibió el mensaje de que dos personas esperaban fuera para verle, dan pronto salió del edificio, la construcción se desmoronó aplastan do morlalmenle a loda la gente que había en su interior. Las dos personas nunca hicieron aparición, pero.se dijo que habían sido los dioses gemelos Castor y Pólux quienes salvaron a Simónides por ha berles alabado en su discurso. Los cuerpos quedaron demasiado da ñados para que las familias pudieran identificarlos, pero al recordar dónde se sentaba cada invitado durante el hanquele, Simónides pudo determinar quién era quién.
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De un golpe, Simónides había demostrado su primor principio relacionado con la memoria, el del focns o lugar, Al vincular ¡as imágenes que necesitamos reeordar con unos lugares determinados, tomo pueden ser las habitaciones de una casa o las sillas en torno a una mesa, líi
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OS A NI ICl'OS (¡RIKí'.OS
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imponemos una estructura lógica en un
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grupo de objetos que de otro modo no
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guardarían ninguna relación, ayudando de ese modo a que sean más fáciles de recordar. Para acordarse de cualquier se cuencia de datos, ya sea sus nombres, una lista de la compra o ios punios imporlanles de un discurso, un practican le de la leen tea del lugar, regresa men
lU-k t»v• *•*•?* .%/>> •«,
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talmente a los lugares en ¡o.s que Imagi na que se ha almacenado la informa ción. (Ks inlcresanle observar que la palabra inglesa «lopic», que significa asunto o tema, se deriva del vocablo griego logas, lugar.) Aunque se cree que los l exlos grie gos sobre la memoria se perdieron hace mucho tiempo, las técnicas que enseñaron se han conservado en los textos ¡aliños escritos entre el i siglo a. C. y el i d. C"(véase p IH). tn ellos ('neónIranios (¡ue los griegos establecieron y desarrollaron numerosas paulas para asegu rarse de que su método del lecas funcionara correctamente. Por
ga memoria
ejemplo, concibieron la idea de que el lugar debía ser un escenario
tmtjníjko y bello
familiar para aquel que lo memorizaba, y que en él debía incluirse
i u m i t a , s ir /f i gr e
con el mayor detalle posible la gente y las acciones que aparecían, para que las visualizaciones depositadas en el lugar fueran más me morables. Creían que los sentidos jugaban un papel muy importan
es
l í í i í I o n i o pa ra
m¡
el
aprendizaje conro par a ¡a v i d a mismo.
te' a la hora de me mor izar, en especial la vista. Y el lilósofo Aristóte
Díiilexeis
les elijo haber reconocido la importancia de las asociaciones al
400 a. C.
establecer conexiones en su mente, lo cual nos permite dar cortos y lógicos pasos al almacenar y evocar un recuerdo. Más larde trataré más a fondo todas estas ideas, porque cada una de ellas es importanle en la actualidad para acrecentar la memoria.
J /
15R!•:V]•:I í ISTO RíA SO 15RI- I A .VI l .ViORIA
Los a n t i g u o s r o m a n o s
T am b ié n los antiguos romanos dieron gran importancia a la faeullad de recordar. Los ciudadanos se impresionaban mucho con las hazañas de memorización que desplegaban los oradores experimen tados, y comprendieron pron lo su importancia en el escenario polí tico de aquella época, Creían que la capacidad de memorizar era un componente' fundamental ríe ia retórica, ya que si un orador era in capaz de recordar la estructura de un discurso, ¿cómo podía pro nunciar una apasionada petición o un convincente razonamiento? Quizá el romano más famoso que escribió sobre la memoria fue el gran político y orador Marco Cicerón ÍIOó-43 a. ( ’.), que contribu ór no haber sido por la memoria, que ha (oiulmido la dfírlorid a una jw.síírcíf¡ Ion gloriosa, nnriío aas ludiría IH05 dado ciínilíi tlei grao poder que lime Ha rnnjrt»riíi|, m de lo ílii'iiro que es. Quintiliano i lacia oí
90
ti. C.
yó Elevando las enseñanzas griegas referentes a la memoria al mun do latino en su obra De Oralore («Sobre retórica»). QuinLiliano (sñ-9'5 el. C) escribió también una influyente obra denominada /n.sliíiílioOm loria («Los fundamentos de la retórica»), en la que aplic a los princi
pios del leois (véase p. 16) a una villa romana, Sin embargo, la reco pilación más comple ta de las técnicas c lásicas para desarrollar Ja memoria aparece en Ad llcratniuiu (85 a. O, obra ante rior a los textos de Cicerón y Quintiliano, y que se dice que fue escrita por un joven (cuyo nombre se desconoce). Las técnicas descritas en las tres obras están inspiradas en su mayor parle1en los textos griegos, pero en Ad IliTeiiiiium se esiahleee una única e importante distinción entre1las
diferentes clases de memoria, que tanto Cicerón como QuinLiliano mantuvieron: cada uno de nosotros tiene una memoria natural (o capac idad innata de memorizar), pero ésta puede también mejorar se a través de1la memoria artificial, es decir, con las técnicas para de sarrollar la memoria. Cicerón poseía una buena memoria natural, gracias a la cual podía perorar durante tres horas seguidas; no obs tante, no se abstuvo ele proclamar modestamente que incluso él ne cesitaba complementarla con artificios.
IB
LA ('A.MIIIAN
rK T R A Y H ' T O K I A 1)1 LA M K M O R I A
La c a m b ¡ a n t e t r a y e c t o r i ¿ i de
la m e m o r i a
D u r a n te la Edad Media surgió una nueva manera de percibir ¡os beneficios que el ejercita miento de la memoria reportaba. Los erudi tos (la escolástica del medievo) adaptaron las técnicas de memoriza ción clásicas para enseñar ética. Al estar más cerca del hogar, el propósito de recordar el pasado era inspirar una conduela prudente en el presente y el ful uro. Además, las imágenes se consideraban impor-
Ef t e a t r o d e la m e m o r i a de G ¡ t i l i a G a m i l l o Durante el siglo xvi (‘I filósofo italiano Giulio Cantillo alcanzó gra n lamia por sus lea Iros de la memoria, cuyo propósito era despertar en la m enle (‘I recuerdo í ' O : de la divinidad En lugar de limitar- v se a describir un tealro imaginario, concibió, d iseñó y construyó teatros de madera para expone rlos por tocia Italia y Francia, donde despenaron un gran interés. Cada tealro era lo .sufiden-
tcmenle grande para que dos personas permanecieran de pie en el escenario central, y y las salas del au dito rio se í k.I.* ] llenaron; con elabora das columnas y esta tuas de dioses, para re presentar «lodo cuanto ’ J la mente puede concebir y todo cuan lo se oeulla en el alma». Gamillo afirmaba que un discurso digno de ( ne rón podía memo rizarse sitúan do mentalmente sus puntos principales en las estatuas y las columnas del leal.ro.
19
KKlíVIi HISTORIA SOItRi: I.A MI-MORIA
tantos al dolar tic vida a los vic ios y virtudes, razón por la cual mu chos usaban gráficos detalles. Durante el Renacimiento, con el resurgimiento clel interés por las tradiciones clásicas y el espíritu general de investigación humanística, volvió a despuntar el interés tanto por la memoria como por las arles v la ciencia. Los teóricos de la memoria, como Guilio Gamillo (1480-1 '544) y Giordano Bruno (1548-1600), adoptaron la teoría de Platón según la cual el género humano podía, a través de la memoria, trascender la vida y la muerte. Creían que usando la memoria se podía interpretar el orden ele la naturaleza.
Gamillo invente') una serie de elaborados «teatros do la memoria» (véase el recuadro de la p. 19), mientras que Bruno insis tía en afirmar que la clave radicaba en organizar la mente y los recuerdos que1almacenaba. Bruno concibió mu chos sistemas para desarrollar la mc'moria, y finalmente completó una sctíc ele*
ruedas para consolidarla, listas representaban el mic rocosmos
celeste, y mostraban las órbitas de las estrellas y los planetas. Incluyó en ellas símbolos de las artes, de las lenguas y las ciencias, y utilizó es tas asociaciones sensoriales para grabar en la mente imágenes y he chos relacionados con dichos símbolos. De ese modo, más larde', mien tras observase el ciclo, podría memori/ar las imágenes que había asociado con los cielos y su cerebro sería Capaz ele ordenar el mundo, lachado de hereje', Bruno fue quemado en la hoguera en 1600. Durante los siguientes siglos, a medida que el c ampo científico ad quiría mayor importancia, el arle de desarrollar la memoria dejó de despertar el mismo interés; sin embargo, el uso de técnicas fiara rete ner la información nunca llegó a desaparecer por completo. F.n el si20
I A < A, VI l i l A N T i : T R A Y E C T O R I A DI . I. A M E M O R I A
j».
OT35!
glo xvin, la Edad de la Razón, la gen le intentó comprender el funcio namiento del mundo. Se concedió una especial importancia al hecho de descubrir el sistema armonioso subyacente en ia naturaleza y la
Lo s miras f/uí 1
¿■sfriíifíijt íjí'Oijyajúi deberían saber ios rjíjrirJjjT.s rír aula
mente humana. El estudio de ¡a memoria formó parte de una investi
fri/w rorioridíi
gación general de la ciencia biológica. La gente se concentró en des
africana o tie
cubrir cómo el cerebro almacenaba los recuerdos. El interés científico
atalquier
originó que las técnicas para desarrollar la memoria que implicaban la creatividad Fueran rechazadas en gran parle, y que la idea de que una buena memoria era un signo de brillantez empezara a decaer. En t'l siglo xix, la memoria ya no se consideró un fenómeno mis terioso y espiritual, sino un recipiente vacío que podía llenarse con un aprendizaje mecánico y una repetición de los hechos. Es la ¡dea que se oculta tras ia popular imagen del maestro Victoriano, que in tenta grabar los hechos en Ja mente de sus alumnos a base de ma chacarlos continuamente. La memorización se convirtió en la base
inshfuljicaute isla del Parifico, sin conocer el nombre o d curso d d rio (¡lie itasa por sus respectivas ciudades,
Informe de un inspector de una escuela inglesa,.
1846
de los sistemas educativos. Este cambio reflejó una ética basada en el esluer/.o, y en el gran siglo de los avances científicos e industriales, se miraba con recelo la imaginación. 21
I IK E VK I I I M O K I A S O H R K I A M I - M O R I A
La memoria en la actualidad
E l siglo xx ha presenciado un cambio en el estudio de la memoria; los avances científicos nos han ayudado a comprender mejor cómo se forman y almacenan los recuerdos en el cerebro, Uno de los estudios más notables lo llevó a cabo el psicólogo ruso Alexander l.uria desde el año 1920 al 1950. Id objeto de estudio fue un periodista lla mado Shereshevsky, conocido simplemente «orno «S», que dejaba atónitos a sus colegas porque nunca lomaba notas en las reuniones. No necesitaba hacerlo: podía recordar cualquier palabra, nombre, fecha y número de teléfono que
sí 1le
dijera. Cuando l.uria puso a
prueba a S con una serie de datos cada vez más complejos, que S pudo recordar incluso al cabo de años, resultó ser que S lograba .sus sorprendentes hazañas traduciendo lodo cuanto escuchaba en unas intensas imágenes mentales o experiencias sensuales. Pero S no lo hacía a propósito, sino que actuaba condicionado por un estado de nominado sinestesia, bajo el cual las fronteras de los sentidos desa parecían esporádicamente, de modo que podía leer la palabra «puerta» y experimentar, al mismo tiempo, un sabor salado o ver el color rojo. Dicho estado viene en cierto modo a demostrar que utili zar los sentidos durante la memorización permite crear una serie de ganchos imaginarios en los que colgar los dalos. Desde la época de: S, los psicólogos han estudiado a cientos de in dividuos, algunos con inusuales defectos de retentiva, otros ron una gran memoria, y la mayoría con un funciona miento y capacidad normal. Sus investigaciones lian conducido a varias teorías sobre cómo func iona la memoria. Aunque muchos aspectos de la fisiolo gía de la memoria sigan siendo un misterio, cada vez somos más conscientes de lo bien diseñadas que estaban las técnicas que em pleaban los antiguos romanos y griegos, y cuán acertadamente se adaptaban al funcionamiento del cerebro humano. ■>)
I..A MI-MORIA I-NI I A At I LAI llíAI)
Recim lómenle, quizá el más influyente avance en cuestión tic memoria no sí ' ha producido sobre la menle humana, sino sobre las máquinas, liemos ido descuidando nuestra habilidad para memori zar a medida que dependíamos cada vez más de los recursos exter nos para almacenar información: desde el vídeo hasta el organizador personal. Valoramos nuestros ordenadores por.su capacidad de «me moria» y la velocidad con la que acceden a ella. Nos maravillamos de la versatilidad de Internet y, sin embargo, olvidamos alcanzar el ple no potencial que nuestro cerebro posee. En las esc líelas no se ense ña a desarrollar la memoria y, no obstante, se pone a prueba en los exámenes. 1.a mayoría de la gente ignora que la memoria puede au mentarse' a través de técnicas que cualquier persona puede dominar. Debemos recordar a los hombres de la antigüedad, y reavivar la le que tenían en la menle.
li l c h i p d e l a m e m o r i a A menudo se utiliza la« analogía dd ordenador para explicar el luiu ionamienlo de la memoria. ¿Pero es esto realmente corréelo? Una diferencia entre la me moria humana y j la del ordonador es la relativa ca pacidad de cada una para evaluar la información. Una vez que el or(leñador ha archi- U vado la información, y siempre que reciba las órdenes adecuadas, reproducirá fielmente la información intro ducida en su forma más reciente. Sin embargo, en la memoria hu
mana, la información que alma cenamos y recuperamos es sub jetiva y vulnerab le a los estados de ánimo, la opinión, la educa ción recibida y gran can tidad de otros (adores sociales. N. Otra diferencia J entre la memoria del ordenador y la humana es nuestra capa cidad de recordar capas de infor mación en el mismo «archivo» mental. 1-n cambio, en la memo ria de un ordenador, cuando se superpone algo, la información que había .se pierde para siempre.
25
CAIMI'UI.O DOS
EL
LABERINTO LA
DE
M E M O R I A
E f / u íi c i o n a n i i e n t o
d e
l a
m e m o r i a
n el siglo iv a. C. Platón, vi filósofo griego, afirmó que los recuerdos quedaban grabados en el cerebro como las marcas que un a vara pun tiagud a im prim ía sobre la cera. C on el paso del tiempo cada grabación se desvanecerá y será reem plazada por otra nueva. La deliciosa sencillez de esta teoría se desdice con las funciones tan complicadas del cerebro que nos permiten memorizar, retener y recordar. A pesar de las enérgicas investigaciones científicas llevadas a cabo durante los últimos cien años, la memoria continúa siendo un miste rio, un impresionante fenómeno, un maravilloso laberinto en el que sorprendentemente los descubrimientos nos están es perando si estamos dispuestos a ensanchar nuestra mente para sacar m ayo r ren dim iento ele su potenc ial. Ln este capítu lo se considerará ia fisiología y la psicología básicas de la me moria en el contexto del cerebro como un todo. Como es na tural, no es necesario saber cómo funciona la electricidad para poder encender la luz. Pero conocer algunos descubri mientos científicos puede ayudarnos a ser más conscientes del milagroso clon de la memoria, por el que debemos sentirnos agradecidos. ó r*. ,• V 'l * v^‘ 1
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E I p a isa j e m e n ta 1
L a memoria siempre lia sido vital para nuestra supervivencia. Los hombres primitivos nómadas necesitaban recordar dónde estaban las fuentes más abundantes de caza, frutos secos vr bavas, vJ dónde J podían refugiarse durante el invierno. Y quizá, lo que era más im portante, debían ser rapaces de reconocer los rostros para saber si la figura que se aproximaba era la de un amigo o la de un enemigo. Nuestra memoria ha evolucionado junto con otras facetas de nues tra inteligencia y cerebro. Aunque' el cerebro sea una estructura su mamente compleja, una perspectiva general simplificada de algunas de sus regiones y funciones puede ciarnos una útil idea de cómo funciona la memoria, Fl cerebro de un adulto pesa normalmente entre 1.000 y I.500 gramos y tiene la consistencia de un lluevo pasado por agua. Sirve como centro motor y procesador ele nuestras principales funciones físicas y cognilivas, incluyendo el movimiento, el habla, el pensa miento y la percepción, lis también la fuente de la memoria. La parle inferior del cerebro contiene el bulbo raquídeo, que co necta el cerebro con la medula espinal. Unido a él se encuentra el ce rebelo, que controla los movimientos corporales. En la parle supe rior del bulbo raquídeo, se halla e¡ tálamo, que contiene el sistema límbico, el cual se cree que afée la a nuestras motivaciones y emociones. Exactamente debajo clel tálamo, está el hipotálamo, una zona clel tamaño de un guisante que regula la temperatura
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corporal y la actividad química, y que ayuda además a con-
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trolar ei sueño y las emociones. En conjunto, el tálamo y el
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hipotálamo se conocen como ei cerebro medio. Las funciones más elevadas y complejas del cerebro (las que nos dan la
c ualidad única tic1seros humanos), tienen lugar en el área supe rior de éste: en el cerebro propiamente' dicho. La memoria, ei len-
II
M I V A I I . A II -N IA í
guaje y la creatividad, son algunas (Ir sus (unciones más elevadas. La corle/a cerebral, la capa del cerebro que lo recubre, es la zona más importante en cuanto a la memoria, lis extensa y está cubierta de surcos y circunvoluciones que aumentan enormemente el área de la superficie, con ei fin de contener un mayor número de células. Aunque la corteza cerebral sólo ocupe un 25 por ciento del volumen total del cerebro, contiene un 75 por ciento de células cerebrales, co nocidas como neuronas. 1.a corteza cerebral, encardada principal mente de integrar y procesar la información sensorial, contiene dos grandes regiones denominarlas lóbulos frontales, los cuales se cree que ayudan a almacenar y evocar los recuerdos. Los lóbulos se aso cian también con nuestras emociones, personalidad e inteligencia. En su conjunto el cerebro se compone de unos diez mil millones de neuronas. Cada vez que realizamos ( ualquicr clase de actividad mental, cada una conecta con otra (3 más neuronas utilizando unas diminutas fibras conocidas como axones y dendritas. En el cerebro se aprecian grupos de neuronas, pero en principio, cada neurona puede comunicarse con cualquier otra célula cerebral para formar 27
F.L LAHJIKINIO DE f.A MEMORIA
un pensamiento o un recuerdo, o precipitar ei curso de una acción. Cada vez que usamos e! cerebro para retener un recuerdo, ciertas neuronas transmiten impulsos eléctricos a una velocidad increíble a lo largo de sus axones. t as dendritas de otras células los captan, for mando una especie de circuito eléctrico en el cerebro. Cada neurona puede tener t ientos de dendritas. Entre cada den drita y cada fibra, til final del axón, que conduce los impulsos de las células, hay un diminuto espacio conocido como sinopsis. Al utilizar í\n
ío
que se refiere
cerebro, es iodo
jrir.sk™, utnuoria iv lieclrícuíiui.
Richard N. en
Sclzer 1928
nuestro cerebro, los impulsos eléctricos transmitidos a lo largo ele los axones producen mensajeros químicos llamados neurolransmisores, que el axón de una neurona libera, y fluyen a través de la sinopsis hacia la dendrita de ia neurona colindante. Distintos tipos de ncurotransmisores llevan distintas clases de mensajes, por ejemplo, la serolonina actúa como un analgésico natural y la dopamina inhibe al«
gunos do nuestros movimientos. Hay, además, dos clases desinapsis: sinapsis excita lo ría, que estimula un impulso eléctrico a la siguiente neurona, y sinapsis inhibitoria, que impide que aquel impulso se produzca. Juntas controlan la incesante actividad del cerebro, que transmite miles de millones de impulsos en cualquier momento. La acción de las sinapsis de regular la actividad cerebral es en gran par te' responsable de cómo codificamos nuestros recuerdos. Las membranas llamadas meninges protegen al cerebro, listan rodeadas por el líquido cefalorraquídeo, que forma una cubierta para protegerlo del tranco, y le suministra atlemás oxígeno y nu trientes. 1:1 cerebro necesita un constante aporte de proteínas, enci mas, sales y otras moléculas como la glucosa y los iones de calcio para producir los neurolransmisores, y para que los axones y las dendritas se comuniquen entre sí y puedan retenerse los recuerdos. L1 constante funcionamiento del cerebro significa que necesita una gran cantidad de oxígeno para mantener vivas las neuronas. Ll cere bro emplea sólo un 3 por ciento del peso corporal, pero utiliza el 20 por ciento de la ingestión de oxígeno.
El. I’AÍSAJE MKVIAJL
Identificamos a la gente1al instante, gracias a lo que los observadores ele aves denominan «jizz» (adaptado de: Impresión General por ía Forma y ei Tama ño). Fl «jizz» humano puede componerse no sólo de los rasgos más ('viden tes de un rostro, sitio de características más sutiles, como andar con la es palda un poco encorvada, un rápido movimiento de cabeza, o bien la manera en que las manos cuelgan de unas mangas más cortas de lo normal. Este ejercicio está concebido para mostrar cómo los indicios más insignifi cantes nos ayudan a reconocer a los demás, y demuestra al propio tiempo ('I extraordinario poder del cerebro como herramienta procesadora. I. Mientras paseas por tu barrio, observa a las personas que sólo conozcas de visla. Explora con ¡a mirada y fíjale ni las figuras que están a derla distancia. Seguro que reconoces algunas que le resallan familiares, aunque no sean conocidas. 2. Enumera los rasgos que te han ayudado a reconocerías. ¿Cuál es la mayor (lisian
ría dcsíír la que puedes identificar las figuras sin equivocarle? Quizá le sorprendas de tu capacidad para reconocerlas, que depende de ¡os recuerdos guardados inconsciente mente en el cerebro.
I-I. I.AKKRINTO 1) 1: I A MI . MO kl A
Los dos hemisferios del cerebro
E l cerebro propiamente dicho o la parte superior del cerebro —donde
sí ' encuentran
los recuerdos y la habilidad para realizar co
sas, como el lenguaje— se divide en dos hemisferios, el izquierdo y el derecho. El hemisferio izquierdo controla la parle derecha cíel
i . o s n o s i i i - M is i
i. i í i o s ni'i rum
isro
Sin embargo, la distinción no os tan clara corno pareen: el hemisferio i/,quiérelo puede funcionar como un procesador paralelo si necesita hacerlo, y el derecho es capaz de efectuar un análisis lineal. Sin embargo, la especial i/ación década hemisferio se ini cia desde una edad muy temprana y parece estar ge néticamente preprogramada. l as mediciones de la ac tividad eléctrica en el cerebro de los recién nacidos demuestran que el hemisferio izquierdo responde a un ruido seco.y ci derecho a un destello ele luz. Además, ci nivel de ac tividad lógico/creal iva en cada hemisferio varía con el sexo. El cerebro ele la mujer tiende a ser más flexible que el del hombre, cuando el he misferio cerebral de1una mujer sufre1una lesión, pierde1menos su ca pacidad verbal. Para sacar el máximo rendimiento del cerebro y, por lo tanto, de1la memoria, debemos usar los dos hemisferios cerebralc's c'n lodo cuan to pensemos y hagamos. 1.a mayoría ele1las veces sucede1de manera natural. Por ejemplo, si loc amos un instrumento musical, el hemisferio derecho aprc'da la música, y el ize]uicrdo se1encarga ele1captar el tono y efectuar las acciones necesarias para tocar el instrumento. Los músicos con una lesión en el hemisferio izquierdo pueden seguir apreciando la música, aunque hayan perdido la capacidad de compo ner, tocar un instrumento o cantar en el tono. Para mejorar la memoria necesitamos utilizar de manera cons ciente ambos hemisferios cerebrales en todas las etapas ele memori zación y evocación: al recibir un nuevo dato; al almacenarlo en el cerebro (creando el recuerdo); y ai efectuar los procesos necesarios para recordar la información .1 nivel consciente. Todas Lis técnicas para desarrollar la memoria cpie aparecen en este libro siguen el principio de que debe utilizarse tanto la parle lógica como la creati va, si deseamos que un recuerdo dejo una impresión duradera en ci cerebro. Sólo en tal caso se1habrá preparado el escenario perfecto para evocar un recuerdo. ■■ti
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lahí -r i n [<> ni: la m k m o r i a
Las oíidas de la memoria
E l cerebro está continuamente activo, incluso mientras dormirnos. Durante los procesos químicos que crean los recuerdos, así como durante aquellos otros que dirigen las demás funciones mentales, las neuronas del cerebro transmiten espontáneamente impulsos a dis tintos intervalos, para crear cargas de actividad eléctrica di' diferen tes voltajes. Las distintas frecuencias de esta actividad cerebral seconoten como ondas cerebrales. Las investigaciones científicas del cerebro han determinado (|ue producimos distintas clases de ondas cerebrales, según las diversas actividades y pensamientos. LI ritmo beta es la frecuencia normal del cerebro cuando estamos despiertos y activos. La velocidad del ritmo beta varía según los niveles de actividad y lo eslrosados que nos sin tamos (si tenemos estrés emitimos un ritmo beta más rápido), ( lian do estamos despiertos, pero descansando con los ojos cerrados, las ondas cerebrales fluyen en ritmo alfa. A veces producimos dos o más ritmos distintos de ondas cerebrales al mismo tiempo. Por ejemplo, cuando dormimos profundamente emitimos una mezcla de ritmos thela (que son más lentos que los alfa) y delta (rl más lento de todos). Cuando soñamos o estamos sotnnolienlos (no del lodo dormidos ni despierlos), producimos .sólo ritmos Ilíela. Para mejorar la capacidad de recordar, retener y recuperar la in formación, necesitamos llevarlo a cabo cuando el cerebro está en un estado muy influenciable, es decir, mientras emite los ritmos thela (preferiblemente cuando se combinan con los alfa). Pero como no podemos memorizar mienlras dormimos ¿qué es lo que esto signifi ca en la práctica? Si logramos encontrar la forma ele ayudar a que nuestro cerebro emita ondas thela y allá mienlras estamos despier los, adoptaremos el «estado mental» idóneo para una óptima me morización. Para ello, lodo cuanto necesitamos es aprender a rela51 \
I.AS ONDAS l)K I.A MEMORIA
jarnos. Duran lo muchos años he practicado la meditación, con lo cual no sólo ha mejorado mi bienestar emocional, sino que además he aprendido a emitir unas ondas cerebrales más pausadas para po der memorizar con efic iencia. Uno de los ejercicios de meditación más fáciles es el de concen trarse' en la respiración; intenta hacerlo cada día durante diez minu tos para irte' acostumbrando a relajar la mente. Cierra los ojos e ins pira el aire por la nariz introduciéndolo en los pulmones con una larga y lenta inspiración. Expúlsalo después por la nariz concentrán dole mentalmente en ('I aire que sale del orificio nasal derecho. Ins pira de nuevo, y al espirar a continuación concéntrate' rn el orificio izquierdo. Alterna el objeto de concentración durante el ejercicio. Cuando tengas que memorizar algo, intenta recrear y sentir la sensación de calma (las ondas Iheta) que experimentas durante la meditación.
L I.Alil- Kl N [<) l)lí ].A MKMOKIA
Tipos de memoria
U tiliz a m o s la memoria constantemente, cada nuevo pensa- [1 miento o experiencia desencadena en el cerebro innumera bles vestigios de recuerdos, .seamos o no conscientes do ello. ;A Una vez activados, esos recuerdos interaclúan con los nuevos %
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estímulos, interpretándolos, clasificándolos y a menudo alie- m rándolo.s — sutilmente— para hacerlos concordar con aquello ¡¡ que «saben» (|ue c's verdad. Ver un hongo con el sombrerillo rojo-en el bosque puede despertar el aroma de las setas silvestres, junio con las advertencias que recibimos de niños sobre el peligro de ingerirlas. Quizá oigamos incluso la voz de uno de nuestros pa dres avisándonos. Al mismo tiempo, aparecerán un conjunto de otros fugaces recuerdos. Una parle del cerebro, quizá registre la for ma de la seta y evoque imágenes de explosiones atómicas. Otra, res ponderá a su color rojo recordando la sangre y las señales de peli gro. La mayoría de los recuerdos serán tan momentáneos que ni siquiera los notaremos, peromuchos desempeñarán un papel im portante' ('n gobernar nuestras acciones. :
Desde el siglo xix los científicos han especulado acerca de que la rica variedad de- recuerdos pueden dividirse' en diferentes categorías, -r
I
y que cada una puede (residir en un área distinta clel cerebro, Aunque sus intentos de encontrar estas áreas hayan alc anzado unos éxi/ . / los muy limitados, han perdurado algunas de las clasificaciones. La más importante es la que trace distinción entre Ja memoria sensorial, la memoria a corlo plazo (M CI1) y la mpmoria a largo plazo (M I P). La memoria sensorial es la de más corla duración. La informa
ción en bruto recogida por los sentido*!i—vista, oído, gusto, olfato y I \ laclo— Huye hacia un almacén sensorial repartido en diferentes zonas del cerebro. Cada sentido está vinculado Con un área determinada, la cual c\s responsable ele*procesar la nitrada de ladnformadón. Por 7>4
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iros
ejemplo, la información visual se procesa en la parle posterior de la corteza cerebral, mientras que el principal centro auditivo se encuen tra en el lóbulo temporal (lina parte del córlex ubicado al lado del ce rebro). bn el cerebro se hallan también las llamadas áreas de aso ciación, que conci tan ¡as zonas sensoriales y permiten que las distintas entradas de la información se reúnan en un conjunto coherente. Id cúmulo de información que puede guardar el almacén senso rial es prácticamente ilimitado, pero las informaciones sensoriales sólo duran una fracción de segundo, ya que después son sustituidas por un nuevo estímulo, Una imagen en el córlex visual —denomina da icono— dura lo suficiente para que una película moderna, pro yectada a 24 fotogramas por segundo, se perciba con una continuidad (la imagen de cada fotograma permanece todavía en la mente mien tras el siguiente se proyecta), Pero una película muda, proyectada a su velocidad original de tí! fotogramas por segundo, parece parpadear porque el icono de cada fotograma ha empezado a desaparecer antes de que el siguiente se proyecte. Por lo visto, la información auditiva dura masque la información captada por los otros sentidos y perma nece varios segundos antes ele borrarse de nuestra memoria sensorial. El almacén sensorial filtra las señales procedentes de los sentidos y las analiza a nivel inconsciente, La mayor parte de la información sensorial se descarta inmediatamente', pero un pequeño porcentaje se selecciona a través del análisis porque coincide con ciertos crite rios — por ejemplo, una imagen puede lener un intenso color, o mo verse muy deprisa, o una frase escuchada puede contener un nom bre familiar— y se traslada a la memoria a corto plazo. Pero este proceso no es tan sencillo como parece. Para la memoria sensorial, una manzana no es más que algo rojo o verde, brillante, redondo y sólido. Para que podamos percibirla, primero esta información debe ir a la memoria a largo plazo —conocida también tomo memoria permanente o referencia!— para que pueda compararse con los ele mentos que ya hay allí al intentar reconocer qué es lo que estamos viendo. Sólo después de encontrar algo que se le parezca el cerebro
di ; m i ; m o r í a
El. LABERINTO !)!•: LA MEMORIA
podrá croar una memoria a corlo plazo, lóela la c:omplica da secuen cia í 's casi instantánea. La m e m o r i a *i c o r t o p l a z o también si' conoce como memoria activa o productiva, porque depende de la actividad electroquímica de las neuronas excitadas, y suele emplearse para determinadas ta reas, como la de sumar una cuenta. La memoria a corto piara gene ralmente retiene la información sólo durante diez o veinte segundos, pero es vital para cualquier actividad que requiera el pensamiento consciente, incluso una de tan simple como comprender una frase. Sin embargo, la M C P tiene una capacidad limitada. Normalmente puede retener unos siete datos a la vez (véase p. 51), ya sean cifras, pa labras o imágenes, y cualquier nuevo dalo desplaza lo que ya había ahí, Como resultado, la memoria a corlo plazo se pierde fácilmente con las distracciones procedentes del exterior o con la llegada de otros pensamientos. No obstante, si el recuerdo es lo suficientemente fuer te, ya sea porque haya sido objeto de una intensa concentración, por que se haya repetido muchas veces, o porque nos haya causado una gran sorpresa o emoción, puede transferirse a la memoria a largo pla zo. Esto sucede cuando la actividad neurológica asociada io n ei M C P altera la estructura física del cerebro (véase p. 42), alteración que pue de durar cualquier cantidad de tiempo, desde algunos minutos hasta varias décadas, En realidad, es posible que lodos los recuerdos a largo filazo perduren toda la vida, fiero hay algunos que son más difíciles de evocar que otros. El vestigio de los recuerdos permanece en algún lugar del cerebro, pero ya no estamos seguros de cómo encontrarlo. La m e m o r i a a l a r go p l a z o fue en los setenta el tema de inves tigación de psicólogos y programadores. Se estableció que en el cere bro había dos ciases de memoria a largo plazo: la memoria declarativa (o explícita) y la memoria procedimental (o implícita), l a memoria de clarativa nos permite nombrar las cosas y reconocer el significado de los nombres, Constituye la suma de los hechos y la información acu mulada a lo largo de nuestra vida, Incluye los recuerdos triviales como, por ejemplo, qué cenamos la noche anterior (que probable56
TIPOS ÜK ,VI [¡MORIA
mente olvidaremos al cabo de pocos días), y las ocasiones trascen dentales, como los nacimientos y las muertes (que probablemente re cordaremos durante muchos años). Cualquier clase de memoria rela cionada con los acontecimientos de nuestra vida se denomina episódica. II paso del tiempo la afecta y lo que retiene será olvidado sc-
gún la mayor o menor frecuencia con que lo recordemos, y de acuer do con la importancia que otorgamos a los incidentes cuando suce dieron. Cuanto más intensa sea la impresión que nos haya producido un acontecimiento, más durará en nuestra memoria. La memoria fac- lual es el nombre que recibe el conocimiento almacenado de tipo im
personal, como las fórmulas matemáticas o el texto memori/.ado de alguna obra de Shakespeare. La memoria semántica se encarga de dar significado a toda esta información, como cuando recordamos o es cuchamos la frase «Una rosa a través de cualquier otro nombre.,,» y
¿ P u e d c 1 1 re co r d a r f o s a n i m a l e s ? La frase tener una «memoria de e Ie fante» signiIica posecr una buena memoria, mientras que tener una «memoria de mosquilo» significa tener mala memoria. Pero los animales ¿pueden realmente recor r r T / dar? Algunos tienen \ ¡ i -1 V i una memoria gené tica muy desarrolla 11 H i da, muchas especies, i it— como los caballos y las jirafas, pueden andar desde el momento que nacen, capac idad heredada de los genes Iransini li tios por sus padres, al con Lrano de los recién nacidos humanos. La mayor parte de la con-
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duela de los animales salvajes esl á p rep rt>gra ma cIa a r\tes cIe nacer A diferencia de los hurnanos, los a 11 i ma 1es saIvajes dependen más de la conduela instintiva que de las cx|) erienci a s a prendidas. No obstante, mu,ji chos propietarios de \ animales domésticos '¡ ¡ í U r* an que los ard i afirm ¿c_ iñales dan muestras de poder rcconcK er y aprent ler: piensa en como viene un galo al oír los pasos de su propietario, o cómo la mayoría de los anima les domésticos responden ( lian do se les llama por su nombre.
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I-I. IAI 5I K I V M ) 1)1 I .A M i : M O R I A
sabemos que una rosa es una flor, con un tallo espinoso, un atractivo perfume y que suele enviarse como un obsequio romántico, etcétera. Aunque este sistema de clasificación sea popular entre algunos psi cólogos, otros lo han descrito como artificial, creyendo que quizá no refleje grandes diferencias en el modo de recordar del cerebro: apren der una obra de Shakespeare, sostienen, es un episodio en la vida de un estudiante, y puede que el texto de la obra se almacene' del mis mo modo que el recuerdo do una fiesta de cumpleaños. Por otro lado, algunos expertos c reen que Ja memoria semántica puede en c ierto modo utilizar diferentes procesos mentales. Parece ser que nuestra retentiva de las normas y conceptos es mucho me nos susceptible a ser olvidada que la retentiva de los hec hos. Recor damos el significado de una frase mucho después de haber olvidado las palabras exactas que la componían. En un experimento, unos es tudiantes universitarios a tos que se explicó un relato de unos indios americanos que habían ido a cazar en canoas, al cabo de un tiempo recordaban la historia como que habían ido a pescar en barcas, por que era algo que Ies resultaba más familiar. Habían tergiversado el recuerdo do las palabras para conservar un sentido más normal, Al gunas personas creen que el olvidar determinados hechos es en par le un sacrificio para conservar Ja memoria semántica. La memoria procedí mental es muy distinta de la memoria decla rativa, y parece que implica partes del sistema nervioso totalmente distintas. No se trata ele los recuerdos de cómo son las cosas, sino tic' cómo hacer algo, y nos permite llevar a cabo unas habilidades adqui«-=»->
rielas, la mayoría de las veces de forma inconsciente, corno monlar en bicicleta e inc luso andar erguido. Ninguna de estas ha
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bilidades se adquiere fácilmente, pero suele afirmarse que,
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una vez adquirida, una memoria proccd imental dura i
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toda la vida. La gente que hace: años que no monta en bicicleta, recupera la destreza al cabo de pocos minutos. Los yóqueys que* han caído de una montura y lian sufri
do una lesión cerebral tan grave que no pueden reconocer T>8
un alba!lo o identificar a .su cabalgadura, cuando .se les pide que lo íiagan, son capaces de montarla. Por esta razón, se ha .sugerido que mienlras que la memoria declarativa existe únicamente en el cerebro, la memoria procedimental puede, en parle, almacenarse por lodo ('I cuerpo, en las células nerviosas que conírolan los músculos. Sin embargo, algunos investigadores han descubierto que la su pervivencia de la memoria procedimenlal depende ele la habilidad. Sólo las habilidades continuadas que requieren una respuesta que varía constantemente a unos estímulos que también varían cons tantemente se recuerdan durante toda la vida, como montaren bici cleta o cualquier actividad que exija equilibrio. Las llamadas habili dades diferenciadas, que requieren una sucesión ele acciones separadas, como conducir un coche, no son lan permanentes y pueden dete riorarse perceptiblemente sí dejan de practicarse, aunque sea duran te un período de relativa brevedad.
I I L/VBKR!»\í() l)K LA MI-.YIOKIA
Cómo se crean las distintas clases de memoria P a r a comprender cómo .se crea un determinado tipo de memoria, debemos tener una idea de cómo fu nciona el cerebro. 1*1cerebro hu mano no trabaja como un ordenador, aunque haya sido una de las analogías más populares establecidas con el cerebro en los años re cientes. El ordenador es sólo un mecanismo serial que acepta un único dalo antes de pasar al siguiente, lin cambio, el cerebro puede actuar como un «procesador paralelo» al aceptar muchos datos simuItálicamente y establecer vínculos entre los elementos, ha memo ria de un ordenador almacena los ciatos en un lugar preciso y los co difica para poder recuperarlos con mayor facilidad. En cambio, rl cerebro parece almacenar los recuerdos de manera memos sistemáti ca, un mismo recuerdo puede evocarse', al menos en teoría, desde distintas parles del cerebro y por una gran cantidad dr rulas. Quizá no podamos acceder a algún dalo por haberlo etiquetado de mane ra extravagante al almacenarlo y ello nos impida encontrarlo. Por ejemplo, tal vez recuerde claramente haber apagado las velas ele la tarta de* mi fiesta de aniversario a! cumplir cuarenta años, pero no tenga ni idea de quién más había en la habitación mientras lo hacía. Una posible explicación sería que el recuerdo de los invitados no se ha «archivado» como fiesta de cumpleaños, sino bajo otra inespera da etiqueta, como «la gente que me miraba». Sin embargo, en cierto modo la analogía del ordenador resulta de gran utilidad. Un recuerdo se almacena por medio ele unas seña les eléctricas que causan una alteración en la estructura física del ce rebro, y recuperarlo implica a su vez unas señales eléctricas simila res. En el momento en que percibimos —o evocamos— cualquier recuerdo, se crea (o re-crea) una memoria a corto plazo en forma de una complicada secuencia de impulsos electroquímicos que se 40
C O M O S i: ( It l .A N L A S D I S T I N T A S ( I A S I S D I M I M O R I A
transmiten y reciben m ire i<) red de neuronas del cerebro. El patrón sumamente complejo de esta retí, y las diversas frecuencias en las ( ¡ lio
las neuronas vibran, juegan un papel muy ¡mporlanle a ¡a hora
de «codificar» el recuerdo. En realidad, el patrón en la red de neuro nas no représenla, sino que literalmente es el recuerdo. Lejos de ser sólo una (‘laborada clave que la mente consciente experimenta, el patrón es un ingrediente ac tivo de la conciencia, que según la nourocieneia moderna, sólo es la suma de loda la actividad eléctrica que ocurre en ('I cerebro. Este proteso de codificación sólo es posible debido a la comple jidad del cerebro. Éste contiene miles de millones de neuronas, den dritas y sinapsis. La actividad de una simple neurona puede poner en marcha una castada de impulsos tapates, en teoría, tic Huir a tra ■II
I I J AIU KF.VJO Í)K I.A MI M O R IA
vés del cerebro v recorrer una cantidad de caminos cuyo número su f
j
pora ('I de los átomos del universo. 1.as interacciones entre las neuronas en la memoria a to rio plazo erean un patrón o huella, <|ue se pierde fácilmente a menos que se consolide en la memoria a largo plazo. Hay muchos factores que afectan a la consolidación tic la memoria a corlo plazo, por ejemplo, si en aquel momento estábamos eslresados o distraídos. En ('I proce so de la consolidación de un recuerdo participa el tálamo y una zona próxima al centro det cerebro llamarla hipocampo, que puede con siderarse como el centro que suministra la energía [jara crear los re cuerdos a largo plazo en otras parles del terebro. La consolidación de un recuerdo depende de la plasticidad del cerebro, es decir, de la forma en que continuamente se está modifi cando a sí mismo. Ya hemos visto que una memoria activa es un pa trón de impulsos eléctricos que circulan alrededor de un grupo de neuronas. Crear recuerdos a larzo plazo implica cambiar Lis caracte rísticas tísicas del terebro — incluyendo el hecho de aum entar la cantidad de sinapsis a lo largo tlel cam ino tleseado— para que algu nos patrones se activen o exciten más fácilmente que otros. Cuanto más fácil sea un patrón de generar y regenerar; más fáciles serán de crear v evocar los recuerdos asociados. /
Cuando un neurolransmisor pasa a través de una sinapsis, no sólo estimula una señal eléctrica en la denlrita, sino que favorece también la producción de ácido ribonucleico (ARN), que junto con otros elementos, controla la producción de proteínas en la célula cerebral. Investigaciones recientes han conducido a los científicos a creer que las proteínas sintetizadas en la célula se utilizan para producir más sinapsis y aum entar su tamaño en las dendritas exci tadas, para que éstas sean incluso más fáciles de excitar en un fu turo (consolidando un recuerdo determinado). Las huellas físicas en la memoria creadas a través de estas alteraciones permanen tes en la estructura del cerebro son conocidas en ocasiones como engramas. 42
C O M O S K C R E A N L A S D I S T I N T A S C I . A S L S DI- M J ' .V I OK I A
Descubre el límite de cifras que puedes recordar HjhRÍ’ItlO 2
Este ejercicio fe revelará cuánta información eres capaz de retener en tu me moria a corlo plazo (MCP) antes de que sea reemplazada. Elige al azar las se cuencias que necesitas de una serie de números del listín telefónico. /, Escribe en la primera línea de una hoja grande de papel ana secuencia de cuatro números, como 5, S, 3, 7. Escribe debajo otras dos secuencias con cuatro cifras. En la cuarta, quinta y saín línea escribe tres secuencias de cinco cifras. En las tres lincas si guientes escribe tres secuencias de seis cifras, y continúa así hasta {legar a escribir se cuencias de diez números en las tres últimas líneas. 2. Lee ahora la secuencia numérica de la primera línea a un rilmo regular. Ocúltala después cubriéndola con otro papel e mienta recordar los números en el mismo orden. Descúbrela a continuación y averigua si has recordado ios números correctamente. Si ha sido así, pasa a la primera secuencia con nn número más. En caso contrario, ia tíntalo de nuevo con la segunda línea de la misma extensión. 3. Sigue poniéndote a prueba hasta llegar a una secuencia de mayor extensión en la cual no puedas ya repetir los mí meras correctamente tras intentarlo tres veces. La enn lidad de números que puedes recordar será la contenida en la secuencia más larga que seas capaz de menwrizai: 45
Il L I . A H H K I N T O d e i . a m f . m o k i a
La fiabilidad de la memoria INIues Ira
memoria es única, una (acuitad muy personal, al igual,
por lo general, que nuestra men te. Todas las experiencias son subje tivas, y diferentes personas recordarán una misma experiencia de manera distinta (a veces con ostentible diferencia). Sin embargo, esto no quiere decir que la memoria de una persona sea mejor que la de otra, sino más bien que coloreamos nuestras experiencias con la se rie de preocupaciones personales que tenemos: lo que nos gusta o desagrada, nuestro estado de ánimo en aquel momento, etcétera. En tal caso, ¿significa que no podemos fiarnos de nuestra memoria al presentar los hechos de una situación o experiencia? ¿Debemos mostrarnos escépticos sobre lo que nuestra memoria insiste que ocurrió realmente? Si estamos convencidos de tener la respuesta a la I.íí memoria no noh présenlo lo
que nosotros elegimos, sino lo que ella quiere.
Montaigne 1580-16*58
pregunta, ¿podemos realmente confiar en la intensidad de nuestra convicción? Estos interrogantes se vuelven más retadores en el ámbito más profundo de la psicología, en el que varios mecanismos mentales pueden distorsionar el recuerdo de* los acontecimientos. Por ejemplo, quizá proyectemos nuestro sentimiento de culpa a otras personas, y a la luz de las emociones negativas que sentirnos hacia ellas, nuestra memoria exagere los incidentes porque no las ve con buenos ojos. O quizá inhiba lo que nos resulta doloroso del pasado, tal vez un de sagradable incidente de la niñez o de la adolescencia. Un ejemplo muy común del proceso anestésico de la mente se aprecia en el acto de dar a luz. La madre vive este momento como una experiencia do loroso y angustiosa, fiero si se le pide más tarde que cuente el re cuerdo que tiene del parlo, la mayoría afirmará que «sabe» instinti vamente que fue un momento doloroso, pero que no puede recordar ningún detalle sobre1la intensidad o la dificultad del ('ven to. Este hecho es producto de un sencillo instinto de supervivencia,
I. A H A B I M D A D DE I.A M E M O R I A
que se asegura ele que, en conjunto, las mujeres no renuncien a se guir teniendo más hijos, A un nivel más evidente, el estrés en forma de cansancio, miedo o mala salud puede afectar mucho a lo que retenemos y a la preci sión con que lo recordamos. Cuando estamos bajo cualquier tipo de presión, nuestra capacidad de concentración disminuye, y somos menos capaces de observar los detalles con fidelidad. Este problema aparece en especial cuando un testigo presencia un accidente o un crimen y se le pide que declare. La exactitud de este tipo de infor mación ha sido objeto de muchos estudios psicológicos. A pesar de que a menudo supongamos exactamente lo contrario de lo que es verdad, la psicóloga Elizabelh Lo flus descubrió que las escenas vio lentas o causantes de grandes daños, ya sean reales o ficticias (por ejemplo ¡as de una película), se recuerdan con menos claridad y pre-
Los recuerdos «flash
Cuando sucede un acontecimiento impártan le, solemos recordar una gran cantidad de detalles triviales que ocu rrieron en nuestra vida en aquel momento, como dónde estábamos y con quién. Se denominan re cuerdos «flash». Los psicólogos James Kulíck y Roger Brown, que identificaron este fenóme no en 1977, propusieron que un aco n ieci m ien to im pa el a n le
»
puede ac tivar un proceso espe cial en el cerebro, que denomi naron una «fotografía instantá nea». Al contrario de los recuerdos normales, éste «congela» el momento en la mente, como si fuera una instantánea. Los detalles más nimios, como la cualidad de la luz, pueden recordarse con una claridad meridiana. Los re cuerdos «flash» no son inmunes a la distorsión, pero muchos de ellos son de una gran precisión y duran mucho más que los re cuerdos corrientes.
s
4*5
I I L A K J Í K I . V T O 1)1 I A M l i M O K I A
cisión <]ut‘ las escenas lio violentas. En los momentos de estrés es im portante que des una oportunidad a tu memoria, trátala con com prensión, como si fuera una -persona que ha sufrido un shock, hí tenla ver la perspectiva de los demás antes de decidirle a seguir un determinado curso de acc ión. No lomes decisiones apresuradamen te. En esos momentos quizá descubras que* dependes más de lo usual de los apuntes escritos porque tu memoria se apoya en ellos. Pero una vez que el momento de estrés haya [jasado, volverás a confiar en el poder de tu memoria como antes. En pequeñas dosis el estrés puede ayudarnos a sacar información de nuestra mente. Por ejemplo, en un examen, la adrenalina quizá nos ayude a centrar la atención en los temas importantes. Sin em9
bargo, cuando el estrés nos hace tener miedo, tenderemos más que de ordinario a perder la concentración, a olvidar los detalles, o incluso a no poder recordar en absoluto una información funda menta!. Otro factor que incide en la fiabilidad de la memoria es el rela cionado con las asociaciones que establecemos, ya sea de manera consciente o inconsciente, al almacenar un recuerdo. Muchos cientí ficos creen que un recuerdo adquiere algunas características de ¡os recuerdos más antiguos grabados con mayor firmeza con los que se relaciona. De ese modo. Ja información o experiencia principal se distorsiona ligeramente al almacenarla. En unos lests clínicos se* pi dió a un grupo de personas que memorízaran imágenes sin ningún sentido, incluyendo una figura con picos que sugería el contorno de una estrella de cinco puntas. Se suponía que los participantes graba rían la imagen relacionándola mentalmente con la forma de una es trella. Cuando se les pidió que recordaran la imagen, podían acor darse de (pie la figura de la estrella no era del lodo correcta, pero no recordaban claramente la figura con picos. Ea teoría es que cuando topamos con algo que* no parece tener un marco ele referencia cu nuestra antigua experiencia, lo relacionarnos con una cosa similar, y distorsionamos el recuerdo de la información o experiencia. 46
LA FIABEUUAI) DE LA MEMORIA
O r g a n i z a u n j o r o de l a m e m o r i a KJlíRCICIO 3
Prueba este ejercido en grupo. El objetivo es recordar totalmente un evento reuniendo los recuerdos de lodos los partid pañíes. Asegúrale de que el foro no resulte formal, sino divertido, las l isas os ayudarán a todos a recordar. /. Reúne a un grupo de personas que hayan estado presentes en un mismo «confca rmenío. Podrías elegir una merienda campestre con los parientes, o una cena ron mui gos íntimos, Tal vez desees incluir algunos elementos que ayuden a despertar los recuer dos, por ejemplo, la misma comida o música defondo que había en aquella ocasión. 2. indica a los invitados qué orosid u deben recordar sólo cuando hayan llegado al foro, Dedicad diez o quince niimifos a míen Jar recordar jun ¡os cu silencio los aconleá-
mieir/os de la manera más detallada posible, anotando cada uno lo que recuerde en un papel. ¿Cómo iba vestida la gente? ¿Cuálesfueron los temas de conversación? ¿Ocurrió algo inesperado?
3. ÜJ/tfad ios muerdos por íurnos. ¿Puesfros recuerdos se parecen o son muy distintos? Si alguien se acuerda de algo que te había pasado desapercibido, ¿le despierta algún re cuerdo olvidado? Sigue escuchando a cada uno hasta que ios muerdos se agoten. 47
í : l i .a i í k r i n t o
d i: i a
m i -:m o k i a
Dorm ir, soñar y reco rd ar
JV lu c h o s expertos piensan que el sueño juega un papel importante en la consolidación de los recuerdos. La leería afirma queduranle el sueño el cerebro no necesita enfrentarse con el constante bombar deo de'estímulos exlernos que recibe durante las horas de vigilia. Mienlras dormimos, nuestra mente tiene tiempo de revisar, organi zar y archivar las experiencias del día. I:jí la soiutiolieula
El sueño se divide en cinco lases: conciencia, somnolencia, sueño li
cy o s n m j n r m ? de
gero, sueño profundo y sueño con sueños. Durante el estadio del sue-
¡a
r i ; n r ¡e/los
sueños comlmvai *
ño con sueños experimentamos unos movimientos oculares rápidos
mí irú/o a»fi ío.v
(RLM): los ojos se mueven rápidamente debajo de los párpados, y los
¡nujtnentits/
sueños son particularmente frecuentes y vividos. Durante la noche, en
desprendidos de la
varias ocasiones, experimentamos los cinco niveles en un sentido y lue
caravana diurna.
Rahindranalh Tagnre 1928
go en el sentido inverso, y los períodos con sueños (o sueño RLM) au mentan gradualmente de frecuencia y duración. Durante el RLM el t il mo del corazón aumenta v las ondas cerebrales tienen una frecuencia parecida a las que aparecen durante el estado de vigilia (véanse pp. 3233). Las investigaciones de los años sesenta han demostrado que aque llas personas a las que se había privado del sueño RLM, más larde', cuando estaban despiertas, su memoria se veía alertada. Gracias a ello sabemos que el sueño RLM c\s importante para consolidar los recuerdos. Una teoría sobre la conexión que existe entre el sueño y la fun ción de' la memoria e's que el sueño RLM estimula la actividad de l
j
hipocampo (véase' p. 42), el cual, durante el sueño, reproduce determ inadas actividades o experiencias ck'l día por c'l córlex cerebral (en ('I ejue' los recuerdos se forman y al macenan). Esto imprime aún más las huellas de los re
cuerdos en el cerebro y hac e que' sean más fácik’s ele* evocar cuando estamos despiertos. La teoría de e|ue e'l sueño RLM contribuye a la memoria está apo 48
IHJRM IK. SO ÑAR V Kl ('ORIMK
yada además por ('I hecho de que si hemos dedicado una gran par te del día a aprender una nueva información, necesitamos dormir más Los estudios lian demostrado que la dase de sueño que com pensa esta necesidad es el sueño RI'M. Aunque no podemos estar totalmente seguros de la correlación entre el sueño REM y el hec ho de recordar, las pruebas indican cilic ios sue ños son importantes para tener una buena memoria. Nues tros períodos de sueño con sueños revelan a menudo que recorda mos muc ho más de la vida de v ^ 4>1
‘ 1 , -creemos. Intenta bus
car en tus sueños indic ios que puedan hacer alusión a tu pasado. ¿El niño con el que soñaste la noche pasada, podía representarle a ti cuando eras joven? ¿Has tenido algún sueño que oc urriera en ingares que conoc ¡sle en el pasado y que hace tiempo que no visitas? Ex plorar tus sueños de esta manera puede ser a menucio revelador.
U na r e p a r a d o r a La gente suele preguntarme qué es lo que- hago para prepa rarme antes ele participar en una competición de memoria. Ejercito mi cerebro ron Ea práctica de la memori zación; y me- aseguro de que mi cireulación esté en buena forma haciendo ejercicio físi co- Pero además, inme diatamente- después cíe com petir me- aseguro de gozar de una reparadora noche. En primer lugar, la larde an terior a la competición, corro al menos sois kilómetros, lo cual significa que un a vez desapare
no c he
cida la subida de adrenalina que provoca el ejercicio, me siento cansado físicamente. En segundo lugar, ingiero un poco de ginkgo biloba, ya que aunque no tenga una relación directa con favorecer el sueño, se ha descubierto que aumenta la memoria. Y en tercer i ligar, pracfi co una meditación a ules de acostarme, para calmar la an siedad que me provoca el día siguiente (hasta los campeones mundiales se ponen nerviosos) y poner mi menle en condicio nes de dormir profundamente.
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E L I . A I J k k m O D E I.A M E M O R I A
La memoria y el aprendizaje S i n la memoria no es posible aprender. Investigaciones psicológicas han demostrado que la memoria desempeña una parle muy imporlanle en el proceso de aprendizaje, lanío en los animales como en los humanos. Incluso la ad quisición de habilidades básicas en apariencia, como la de un bebé que aprende a galear, sería imposible si no existie ra la memoria procedimenlal (o implícita). A principios del siglo xix, el filósofo alemán Hermano r
Ebbinghaus demostró que la cantidad de- información rete nida depende de la cantidad de tiempo que dedicamos a aprender (hipótesis clel «tiempo total»). Descubrió también que resulta más efectivo dividir el tiempo total dedicado a aprender en períodos cortos (de entre quince a cuarenta y cinco minutos), haciendo entre cada uno de ellos un des canso de1cinco a diez minutos. Se trata del «efecto cíe la práctica de la distribución», y funciona en parle debido a un fenómeno llamado recordación, el modo en que nuestra memoriza ción de algo mejora ostensiblemente después de un período de va rios minutos de- haber dejado de aprenderlo. Tal vez se deba a que las huellas que dejan los recuerdos se van volviendo más profundas, l a escala de tiempo para la recordación varía según el tipo de aprendizaje': a veces, sorprendentemente, puede que recordemos mejor una fotografía después de un minuto y medio de haberla es tudiado, mientras que el recuerdo de una habilidad manual es más intenso al cabo de unos diez minutos de haberla practicado. Al divi dir el aprendizaje en varias sesiones se aumenta la cantidad de pe ríodos de recordación. Además, cuando aprendemos grupos de dalos, los recuerdos creados se interfieren entre sí, y los intervalos regu lares de descanso ayudan u disminuir este efecto. rÁ)
I A M K M O K I A V Kl A I’ R I M H / A J K
Otra ostra logia de aprendizaje realizada de modo inconsciente és la ¡mrlidótt. lín 19*50 el psicólogo am ericano ( ieorge Mill.er descubrió que La memoria a corlo plazo parece ser capaz de retener .sólo sirle objelos a la vez, y ello establece un límite en el poder máximo de re tención; si observamos una serie de canicas esparcidas por el suelo, sólo seremos capares de recordaren nuestra mente, como máximo, las posiciones de siete de ellas, después ya nos confundiremos. Miller especulé) que la memoria a corlo plazo puede retener una inmensa cantidad de información, siempre que esté organizada en no más de siete coherentes «parles». Parece ser que el cerebro hace estas parti ciones automáticamente, por ejemplo, de niños no aprendimos el alfabeto como una serie ininterrumpida de 27 letras sino que, a tra vés del ritmo y la entonación, lo dividimos en algo parecido a: abcd/elg/hijk/lmmVopqrs/luv/vvxyz, sirle manejables unidades. ti,
J, a
m c ni a r i a
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i u l e l i g c n c i a
Es un común error creer que correcto métodos eficaces de pertenecemos a dos categorías aprendizaje, todos seremos ca de- inteligencia: somos brillanpaces de almacenar y recordar tes o tontos, Al igual que mu- la información, t icos no sobresalí en el Id ejerc ita míen lo de la niccolegio. lis más, acepté- la moría nos permite mejoopiniém de mis maestros rar nuestra capac idad acerca de que me fallaba de aprender, sabemos potenc ial, conocía mi luque a través de rilo gar y no intenté cam- 5 :J f í podemos aumentar litarlo. nuestro CI. Además, las habilidades de la concen Sin embargo, la realidad es (¡ue no debí haber confiado tración, imaginación y aso tan poco en mis capacidades. ciación, que constituyen ele mentos fundamentales a la hora l.a inteligencia mesurable es en gran parle frulo de la apli de memorizar, también nos cación; si utilizamos de modo ayudan a ser más brillantes.
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EL LA lí !■R FN í O DE LA VI KM O K I A
Teorías
sobre
el
oívido
¿ C u á n l o d u r a u n r e c u e r d o ? ¿ Q u e f a cie re s r ig en el o l v i d o ? La macla «teoría de la destrucción de la luidla» afirm a que las conexio n es m u r a l e s q u e f o rm a n u n o s r e cu e r d o s d e t e r m i n a d o s (v é a s e p . 4 2) pueden debilitarse y, si no se usan regularmenle, llegar a desapare c e r A c t u a l m e n t e es im p o s i b l e d e d e m o s t ra r . U n p u n i ó d e v i s ta más popular es que ruando algo ha pasado a la memor ia a lar go plazo, nunca se pierde, y que sólo es necesario recordar la asociación apropiada para recuperarlo, Sin embargo, a lo largo de r
la vida una derla cantidad de recuerdos distintos pueden llegar a /
comparlir muchas de las mismas pistas. En tal caso, será difícil selec cionar un recuerdo en particular, a no ser que haya unas razones ex cepcionales (pistas adicionales) para hacerlo. Por ejemplo, podemos
La uurt noria es
probablemente recordar el primer día que fuimos al colegio, y tam
una ral; al suca ría
bién el peor de ellos. Pero muchos de los otros días escolares son de
tiel anvya aparece
masiado insignificantes para que tengan unas pistas concretas que
¡lena de peces, ¡tero
los diferencien de los demás. No se han borrado de Ja memoria, pero
a 1rtives de ella ha pasado mrtr
ííwmfr de jímíJíj.s* de agutí s¡\ r quedar apeestula.
los hemos enterrado en nuestra menle dentro de un grupo sin for ma. No obstante, en principio habrá unas pistas, pero sutiles, que nos permitirán recordar cada día si nos esforzamos en ello. Según esta teoría, hay recuerdos que son difíciles de evocar porque «se apoderan» de las pistas de otros. La interferencia puede ser tanto una ijiliihrciófj pnmáivfí (un recuerdo existente inhibe a otro de nue vo porque ei recuerdo antiguo monopoliza las pistas), como una inhibición retroacti va (un recuerdo nuevo bloquea nuestra capacidad de recordar una
información antigua porque el nuevo le «roba» las pistas). Al guien que memorice (ios listas distintas de nombres de ciu dades en dos días seguidos recordará cada lista con me nor exactitud que alguien que memoricc una lista de nombres de ciudades v otra de razas caninas.
ri.i i r i a s
soisrií
La inhibic ión proac liva actúa tai parle porque nos obliga a establecer equivalencias. Si vemos una ra/a de perro que no podemos identificar pero que se parece a un eorgf lo almacenaremos como «algo parecido a un corgi pero que /'
no lo es». Si nos piden que recordemos el aspecto del perro, recor daremos la imagen de un corgi y seguramente habremos olvidado precisamente los diferentes rasgos que tenía la raza que necesitamos recordar. Pero parece ser que la inhibición retroactiva es un meca nismo más persistente en el olvido porque nos hace «desaprender» los antiguos recuerdos, y es fácilmente influenciada por la lógica. ( ciando aprendemos nuevos aspectos de un tema y sacamos dife rentes conclusiones de los que ya habíamos aprendido, ios nuevos aspec tos liarán que las antiguas teorías nos cuesten más de com prender, porque el recuerdo de su lógica se ha perdido.
D é j á v ¡i Deja vu («ya visto») es. ron fre
cuencia la desconcertante .sen sación
cían haberse olvidado, la men te' llena esos supuestos vacíos creando un real pero enga ñoso recuerdo de algunos
•ritos. Otra explicación estriba en el hecho de que ('I in consciente puede transferir un incidente a la memoria a I¿irgc>p Ia/<) y d es pues rea cl¡vario desde esta. O tam bién, como es natural, po demos simplemente haber olvidado una antigua ex periencia, y sentirnos des concertados ai creer reconocerla en una situación actual similar.
M m .vuio
II
lAIW KIXT O
DI
IA MI MOR IA
La p é r d i d a de m e m o r i a
E n circunstancias extremas un recuerdo puede ser tan insoportable qui' Ja persona que lo lia experimentado prefiere temporalmente ne g a r— o borrar— todas sus historias personales en lugar de afrontar lo. Hay personas aquejadas de íjimirsice psicogmiai (cono cida también como «histérica» o amnesia de «fuga»), que pueden recitar el alfabeto o recordar cómo hacer funcionar una compleja maquinaria y, sin embargo, son incapaces do recordar su nombre, dirección o cual quier otro detalle personal. Se recuperan por lo general al cabo de algunos días y no parece que padezcan nin guna lesión estructural en el cerebro. Algunos investi
///A
gadores creen que los recuerdos de la víctima se han desconectado entre sí; otros afirman que representa un rechazo consciente a recordar en lugar de una verdadera inc apacidad. 1 .a
causa más común de amnesia es la de haber recibido un gol
pe en la cabeza. Cuando un futbolista pierde el cono cimiento a c au sa ele un impacto, en primer lugar sufre una cirmiesia posiraunuítico, definida como un período de inconsciencia acompañado de la resul tante confusión y la incapacidad de* elix ir exactamente dónde se en cuentra. Cuando esta fase ha pasado, puede presentarse una ruiiricsiVi retrógrada, la incapacidad de recordar los acontecimientos anteriores
al acc idente, a veces los que se remontan a varios años. En el proce so de recuperación vuelven a evocarse los recuerdos siguiendo un proceso inverso, y el lapso de tiempo que no puede recordar queda reducido <1 unos minutos antes del accidento. Pero nunca vuelve a recordar esos últimos minutos, porque el trauma ha interferido en su consolidación. Durante' el tiempo que larda en recuperarse1, el futbo lista puede también padecer una a¡ntiesia (iitlirógnuhi, o ia dificultad para aprender nuevos hechos. Por lo visto, este problema proviene l)4
I. A P É R D I D A D E M E M O R I A
ele la consolidación de la memoria a largo plazo, ya que los tesis re velan que la memoria a corlo plazo no resulta afectada. Otro tipo de amnesia ocurre cuando el hipocampo y el tálamo resultan lesionados (a través de circunstancias como una encefalitis, un derrame cerebral, un período prolongado de excederse' en ia be bida, o una carencia de vitamina Bi). La gente con este tipo ele pro blemas suele recordar bien el pasado y los recuerdos normales rela cionados con la memoria a corto plazo, pero es incapaz de recordar lo que ha desayunado hace una hora. Su memoria proccdimenlal (véase p. 38) parece no haber sido afectada. Si se le permitiera jugar con el mismo m ismo rompecabezas, día tras tras día, día, su memoria me moria procedí men tal le ayudaría a resolverlo gradualmente cada vez con mayor rapi dez, incluso aunque no recordase haberlo compuesto antes.
f p o d e r d e I a s u g e. s I i ó n E f La hipnosis, un profu ndo estado de relajación parecido al .sueño, es inducida normalmente por una sugestión externa. Los psicoanalistas la utilizan para ayudar a los pacientes a evocar los recuerdos blo queados, Una persona en un estado hipnótico pue de responder a ins truí (ion es y con IesIeslar preguntas. Las respuestas a la hipnosis varían con siderablemente ele un indivi duo a otro, así como la claridad de los recuerdos evocados. Al
gunas personas han sido rapa ces de recordar la experiencia que vivieron cuando estaban en el claustro materno y al nacer. No se conoce con cla ridad por qué funciona la hipnosis, pero se cree que durante una profunda re lajación podemos esta blecer unas asociacio nes más Huidas en nuestra mente, al igual que lo hace mos al soñar, lo cual nos permile encontrar más [us ías que nos conduzcan a recuer dos en apariencia olvidados.
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qué ('dad pueden los niños recordar? ¿Puede un feto aprender en
la matriz? En la primera infancia no leñemos conciencia de nosotros mismos, Como resultado, los expertos solían pensar que no podíamos tener recuerdos porque no reconocíamos que los acontecimientos nos ocurrieran a nosotros. En realidad, en ('I momento de nacer, los niños sienten ya una preferencia por la voz. de su madre, supongo que por que cuando estaban en el útero han aprendido su timbre característi co. Las neuronas cerebrales del feto humano experimentan un rápido crecimiento durante Lis diez semanas anteriores al nacimiento. Empie zan a proliíerar nuevos axones, y con ello aumentan las posibilidades de comunicación entre las dendritas v jr jr los axones de otras neuronas. Este proceso permite la formación de Ja memoria (véanse pp. 40-41). Ahora la mayor parle de los investigadores aceptan, junto con el instinto de muchas madres, que los bebés las reconocen a los pocos días de nacer. Parece sor que la memoria, aunque sea rudimentaria, precede a la conciencia, y no al contrario. Podría argüirse que los los recuerdos — v la sensación de continuidad continuid ad entre ellos— son las piezas necesarias para la formación de cualquier sen sación permanente de tener conciencia de uno mismo. Aproximadamente a los ocho o nuevo meses, los niños empiez em piezan an a mostrar mos trar claros claro s signos el ele- habe ha berr desar des arro rolla llado do la Jiv» y?* - - /.
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Sha memoria explícita y la memoria a corto plazo (véanse pp. 36-17). Empiezan a señalar los objetos concretos que desean, y pueden buscarlos después de habérselos ocultado. Al cabo de varios meses o de un año, el niño empieza a hablar y pol lo tanto desarrolla la memoria semántica (véanse pp. 17-18). Sin embargo, la memoria semántica de un niño es mucho 0
más fluida que qu e la de un adulto, y c rece rece por una comb co mbinació inació n de libres asociaciones, intentos y errores. En un taso, un niño utilizó
I.A MF.MOKIA I.N IOS, NI,VOS
ia palabra «aiao para nombrar un palo en
luí
pequeño lago, más
larde para un líquido, después para una moneda eon un águi la, la, y finalmente' finalmente' para señalar señala r cu cualq alquie uierr objeto obje to en forma de tnonetnone-
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da. De manera similar, un niño que aprenda ia palabra «pelo ta» puede utilizarla para designar un globo, cualquier cosa que pueda hacerse rebotar, un guijarro redondo, etcétera. La mente del niño parece estar constantemente experimentando, haciendo pruebas, adoptando y rechazando nuevas hipótesis sobre el mundo exterior. Como resultado, sus recuerdos no son tan esta bles como ocurre en la adultez. Esto también explica por qué la comprensión do los hechos por parte del niño parece progresar a trancas y barrancas, y por qué la habilidad para el lenguaje que pa rece haber aprendido tan bien, puede temporalmente dar ia impre sión de desaparecer.
U ti a
f o f o g r a f ia p erj ecI a
La mnnoria vidfíia i (fotográfica) consisto en poder recordar algo perfectamente después de ha herir echado una breve mirada. I*n lo.s lo.s adul ad ulto toss tal h a? a fia nos maravilla, pero mu dios niños manifiestan esta capacidad de for ma natural. A princi pios del .siglo xix, los tesis de G. IV. Allport en Inglate rra y de I» K jaeusch en Alema nia demostraron que los niños de 10 a 1> años podía po dían n respon der a detalladas preguntas que les hacían sobre unas fotogralias que habían observado durante
Vi segundos, incluyendo, por ejemplo, el numero de lisias que tenía la cebra de la (oto. Desde aquella época se han realizado sorprendentemente muy pocos esludios sobre la memoria eidélka, pero los indicios indican que de un íl a un rA) por ciento de niños meno res de II años poseen esta ca pacidad eidrtica. Los psicólogos creen que su pérdida (normal mente (turante la adolescencia) puede pu ede deberse deb erse al cspc< spc< ial énfasis que se pone, durante la ('(loca ción, en las habilidades verbales.
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]-:r j. A ii r .K i v t o
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¡ a m i í .v i o r j a
L a m e m o r i a y la v e j e z
L a afirmación ele1que la memoria nos fallará cuan do seamos viejos es un mito. No es en absoluto inevitable que perderemos la memoria a medida que nos acerquemos al ocaso de nuestra vida. No obstante, sí es inevitable que cambiará la rapidez con la que el cerebro almace na los recuerdos. Este es el motivo principal por el que la gente mayor tiende a obtener unos resultados inferiores a los de los candidatos jó venes en los tests de CI con un límite de tiempo. Pero si ti la gente ma yor se le diera más tiempo para completar los.ejercicios, el promedio de los resultados tendería a ser el mismo que e! de los más jóvenes. En parte, los procesos del cerebro se vuelven más lentos cuando envejecemos porque la circulación es más lenta. Durante la vejez, el desgaste natural que nos produce* la vida afecta al corazón y las ar terias, de modo que la sangre oxigenada larda más en llegar al cere bro en la cantidad necesaria para rendir al máximo (el cerebro es el órgano del cuerpo que consume más oxígeno). Las neuronas son muy sensibles a la disminuc ión del aporte de* oxígeno, y este hecho provoca que tengan menos energía. Y si las neuronas tienen menos energía, los niveles a los que las dendritas se excitan cuando conso lidamos o evocamos los recuerdos disminuyen. J
En circunstancias normales y sanas, la capacidad de evocar los recuerdos de* la memoria a largo plazo no varía en el curso de nues tra vida (aunque la memoria a corlo plazo pueda dar muestras de disminuir), Eso se debe a que los niveles ele ARN (que controla la producción de proteínas en las células cerebrales, y ayuda a crear unas sinapsis de mayor tamaño y a consolidar mejor los recuerdos) aume ntan en el cerebro cuando envejecemos. En realidad, muchos científicos creen ahora que este* estereotipo social es uno de los factores que contribuyen al olvido que padecen los ancianos. Como esperamos que nuestra memoria se deteriore al
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I A ,Y1I -MO RI A V I A VI-.JI./
envcjra'r, inc'onscicnU'mcnlo ciamos una gran importancia a los ob jetos o a las ocasiones que olvidamos en la vida diaria (mientras que durante la juventud estos casos nos traían sin cuidado). Al mismo tiempo, esto nos causa ansiedad porque creemos que estamos vol viéndonos viejos y perdiendo agilidad mental Por supuesto la ansie dad reduce el poder de la memoria, de modo que en cuanto nos em pezamos a preocupar de que estamos envejeciendo y perdiendo la memoria, podemos acabar co nvirtié ndo nos en el arquetípic o «abue lo desmemoriado», y con ello hacemos que se cumpla la profecía. Así que, aparte de todo lo que recuerdes, ase gúrale de recordar esto: confiar en la indestructibilidad de la memoria es, con más fre cuencia que a la inversa, tener media batalla ganada para gozar de una brillante y permanente capacidad de recordar. ¡Y esto es cierto tanto si tienes 10 años como si tienes 110!
iÚ salo o pi ér de lo ! Nuestro cerebro licnde más a permanecer alerta ¿i lo largo de nuestra vida si lo mantenemos en un estado saludable. De igual modo que hacemos ejercicio para mante ner el cuerpo en for ma, y nos lijamos en lo que comemos para no enfermar, debemos también cuidar nuestro cerebro. Ejercitar la memoria es una excelente* gimnasia mental, y si los ejercicios para la memo ria forman parte de nuestra vida cotidiana, y seguimos esperan do que la memoria nos funcio ne bien, tendremos muchas
más posibilidades de lograrlo. 111 ves t¡gario nes realizar las en Japón han demostrado que una serie de personas de más de ochenta años tenían mas agilidad mental y capacidad de memorizar que sus coetáneos que rondaban los se senta. La diferencia radicaba en que los oc togenarios seguían trabajando. Pero no es necesario conservar nuestro empleo, sólo el hecho de encontrar un estímulo men tal diario nos ayudará a mante ner la memoria en buen estado, sea cual fuere nuestra edad.
59
CAPmn.í) TRES
A T R A Y E N D O
C ó m o m ej o r a r
E
LOS
ECOS
l a m e m o ria
l pri me r paso para mej ora r la mem oria es confia r en qu e es una facultad perfectible. Al hablar de la memoria po
demos decir: «tiene la cabeza como un colador», pero no es lo mismo que quedarse calvo, ser daltónico, o tener las puntas •• de los dedos hacia dentro. A medida que empieces a utilizar técnicas sencillas para desarrollar la memoria, descubrirás que tu capacidad de recordar hechos, acontecimientos, luga res y gente se irá agudizando gradualmente. La memoria de pende de tres procesos básicos: convertir algo en memorable, almacenarlo en la mente, y recordarlo con precisión en un momento dado. En este capitulo se estudiará cómo el funcionamiento bá sico de nuestra memoria puede mejorarse aplicando las artes de la imaginación, la asociación, la localización, la concentra ción y la observación. También descubriremos cómo la salud física estimula la memoria y en qué grado nuestros sentidos con tribu yen a que reten gam os la información. Y, po r último, se describirán algunos de los principios para evocar un re cuerdo.
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¡sualiza por un minuto ilkv. mil millones de neuroiids en lu re-
rebro, Piensa mientra.*» lees las palabras tic* esta página, cómo los im pulsos eléctricos circulan rápidamente a través del cerebro estable ciendo los millones ele conexiones necesarias para poder comprender el significado clel lexlo. Imagina ahora lo maravilloso que sería si cada una de eslas conexiones pudiera ser más furrio. El ejercí la mienlo de la memoria produce precisamente osle efecto, aprovecha el poder latente del cerebro para que lu mente sea más rápida, bri llante y poderosa. Aparte de aprender a memorizar y recordar la información ade cuadamente, ejercitar la memoria puede aportarnos muchos otros beneficios. En constante estimulación de la mente mejora nuestras facultades mentales, desde la capacidad de concentrarnos en una novela o de racionalizar un argumento, hasta nueslro aptitud para apreciar una obra de arte. Mientras memor'izamos 'establecemos nuevas conexiones néurales en el cerebro v, / r de ese modo,r la transferenda de sustancias químicas entre las neuronas se efectúa ton más 6 1
1 GIM NA SIO
P AR A I A V. ' M O R I A
rapidez y facilidad Y gracias a ello, cuando deseamos acceder a una información, nuestro cerebro puede funcionar con mayor eficiencia. El cerebro no es un músculo, pero para el propósito de ilustrar los cambios que el ejercilamienlo de la memoria puede producir, resul ta una buena analogía. Cuanlo más ulili/amos la rúenle, más «linate» parece volverse. Todos sabemos qué se siente al tener todas las fa cultades mentales concentradas en una situación determinada, e! tiempo transcurre con rapidez, disfrutamos con las soluciones que nuestro esfuerzo mental nos aporta, y tenemos la sensación de en tregarnos por completo a ia tarea y de estar «capacitados» men talmente1. Pero mientras que los músculos tienen un potencial limita do, nuestra memoria posee un poder ilimitado, somos físicamente incapaces de utilizar lodo el espacio que abarca. Sin embargo, si no estimulamos el cerebro dándole suficiente trabajo en el que ocupar se', al igual que un músc ulo que no se utiliza, nuestra capacidad men tal se irá debilitando y seremos incapaces de realizar determinadas tareas mentales que antes nos parecían tan fác iles. Intenta compro barlo dedicándole durante una semana a resolver algo, pongamos, por caso, el crucigrama de tu periódico habitual, A medida que trans curra la semana, los crucigramas le resultarán más fáciles de resolver, Deja luego de* hacerlos durante una semana aproximadamente, AI reanudarlos ¿te parecen más difíciles que cuando dejaste ele hacerlos? Los cambios ocurridos no sólo .se clan en el ámbito de la agilidad menta!. Las investigaciones han demostrado que cuanlo más usamos el cerebro, mayor densidad y volumen adquiere. Dedica quince minutos diarios a agudizar tu capacidad de recor dar incidentes sencillos. Antes de dormir, intenta recordar el orden de las actividades que* hayas realizado durante el elfa. Rememora, como si las acercaras con un z.um, determinadas conversaciones, tu entorno e incluso lo que pensabas o sentías en cada una de las si tuaciones diarias, (ion la práctica, a medida que empieces a recordar y a concentrarte en los acontecimientos de la jornada, los detalles acudirán a raudales a tu mente con más facilidad. 65
AVkAY I NÍIM) IO S l-COS
El arte de desarrollar la memoria
S i tu men le fuera una ha bitación ¿cóm o sería? Para la mayoría cíe * nosotros sería acortado decir que nuostra monto c\s como un desván, con objetos bien organizados y accesibles cerca de la entrada, pero con toda c lase do tesoros (incluyendo reliquias de familia y baratijas) apilados al azar fuera del alcance, en la penumbra y al fondo. Quizá lardemos algún tiempo en encontrar algo que no se ha usado du rante uno o dos años, y nunca podemos estar seguros de poder dar con ello. Pero ¿tal vez lia llegado el momento de limpiarlo? Sí podemos aprender a utilizar mejor el espacio del que disponemos, quizá seamos capaces de retener y recordar la información con mayor efi cacia. Puede que pienses que es una comparac ión exagerada, y que El olvido es fa
simplifica demasiado la complejidad de la menlc\ que después de
Dsrrarr ¡ h u ju u i o r
todo es una de las maravillas de la biología humana. Pero, de hecho,
El que t (r Memoria
para una finalidad práctica, osla analogía es totalmente adecuada. Si
escribe sus
deseamos comprender cómo funciona la memoria, podemos imagi
f jn t m m s a s
;jmonri/V$ ¡una
narnos arc hivando, literalmente, un ciato, en rl compartimiento ade
hacérnoslos
cuado del sistema de archivo. I'l arle de almacenar, retener y rec ope
legibles.
rar los recuerdos es en realidad una cuestión do volverse organizado,
Thomas Carlyle
de poner en orden el desorden mental, por así decirlo, para que Ja
I
próxima vez que* necesitemos acceder a un dalo determinado, esté almacenado en un lugar lógico y podamos encontrarlo. Ya se ha visto que el terebro está dividido en dos hemisferios: el izquierdo, que procesa la lógica y el lenguaje; y el derecho, que pro cesa nuestra parle creativa, ha memoria, al necesitar una organiza ción lógica, es en gran parle una ac tividad clc'l hemisferio izquierdo, y en este sentido puede considerarse una c ienc ia aplicada. Pero también c's un arle', porque la información recibida a través de los sentidos puede volverse memorable si usamos creativamente la imaginación.
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lista combinación di' lógiia y pensamiento creativo vincula las retios tic lodo el cerebro, como pueriles sobre un río, y conIrihuye a que la menle .sea más eficaz creando, almacenando y recuperando cual quier clase de recuerdo. La técnica principal ofrecida en esle libro para ejercitar y mejorar la memoria es muy similar a los sistemas que tenían los antiguos griegos (véanse pp. 16-17). Después de diez años de estudiar la me moria y ejercitar mi propia menle, he resumido los métodos de los antiguos en tres ingredientes principales: la imaginación: transfor mar una nueva información en imágenes que podamos retener en la menle; la asociación: relacionar estas imágenes imaginativas con lo que ya conocemos; y la localización: asegurar estas asociaciones en la menle con el método de los loci, o «lugares», de los antiguos grie gos. l os principios básicos que subyat en en lodos estos elementos se tlest liben en Lis páginas 68-77. A lo largo del libro presento también 6)
AVRAYK.V 1)0 LOS HC'OS
oíros métodos, que van
restantes fundamentales — la imaginación y la aso ciación— , nos permite recordar cualquier cantidad de hechos que deseemos. Antes de empezar a des cribir con mayor detalle los principios que subyacen en cada uno de estos Ires elementos, quizá sea útil, para poder «probarlo», poner un ejemplo prác tico de la imaginación yf la asociación. o Esencialmente, la habilidad fundamental en el
arle ele desarrollar la memoria es crear un símbolo mental para cada dalo que queramos retener. Supongamos que deseas recordar los si guientes hechos relacionados con las expediciones históricas al polo sur: Roa Id Am undsen recorrió el polo en esquís; Ernest Shaekleton, con perros; y Roberl La Icón Scoll lo hizo, a pesar de ser una locura, con ponis. En primer lugar debes visualizar estos eventos en instan táneas mentales. Se trata clrl proceso de captación, es decir, de trans formar las palabras en un significado que capte por completo la atención de tu mente. Luego necesitas encontrar una asociación vi sual que vincule el medio de transporte con los nombres que ya (quizá vagamente’) conozcas. Roalcl puede sugerirte «rodar», de modo que le imaginas a Amundsen rodando o deslizándose con sus esquís. El nombre de Shaekleton puede hacerle pensar en los perros «anclados» a los trineos (si lo deseas, visualízalos además moviendo•P
se «con determinación» por los campos de hielo); Falcon sugiere un halcón cerniéndose sobre el mundo real, como cuando Scoll eligió ú(>
I-I. A K II ni: U KSA KKO M AK IA \ll MOR IA
¿íquel medio tic transporte tan inadecuado para las condiciones de la región anlártica. Memorizar la iníbrmación de ese modo nos ayuda a fijar en la mente no sólo los medios de transporte, sino también los nombres de los famosos exploradores (aunque en el caso de Seoll, sea el apellido, pero una vez ha quedado grabado en tu memoria, probablemente descubrirás que el nombre te resulta más fácil de re cord a r). Después de haber archivado las imágenes en la mente, debemos asegurarnos de poder retenerlas todo el tiempo que haga falla, qui za varios días o indefinidamente. Uno de los métodos más eficaces es repetir la información almacenada; con cada repaso la huella en la memoria se vuelve más profunda (véanse pp. 80-81),
5
i g u c a t e n t a ni e u l e l u p r o g r e s o
las técnicas para desarrollar ía memoria ofrendas en este libro se aprovec han mejor si se con sideran parle de un programa para ejercí lar la m emoria. Puedes intentar el siste ma de los gam Iros menta les o (‘I método del itine rario para memorizar una información aleatoria, con trolando tu progreso (ponién dole a prueba) mientras sigues (‘I programa. En las primeras etapas le costará mucho, pero si le tijas unas metas euan liíkables mien tras ejercitas tu memoria, te
ayudará a seguir el progreso de tu poder de retención y, lo que es más importante, a conservar el entusiasmo. Muchos ejercicios de este libro presentan tests, pero no le limites a hacerlos sólo una voz, modifíca los y repítelos
6 7
ATRAYENDO IOS I-ICOS
El ¿irte de la i m a g i n a c i ó n S e g ú n Aristóteles (584-322 a. C.) el lílósofo griego di' la antigüedad, la imaginación y la memoria están inexorablemente vincula das porque pertenecen a la misma parte del alma. Al margen de que creamos o no en la existencia del alma, para nosotros es natural aceptar que la imaginación y la memoria van de la mano. Al igual que la memoria, la imaginación utiliza las dos parles del cerebro, Empleamos la imaginación como una especie* de convertidor simbólico que transforma la información lineal y sistemática que procesa el hemisferio izquierdo, en la información vivida y creativa a la que nuestro hemisferio derecho respondes A nivel práctico, es importante reconocer que la imaginación es un fac tor fundamental
0 1 1 el
regular funcionamiento de la memoria,
y un aspecto en el que debemos concentrarnos si intentamos lograr que nuestra memoria sea más eficiente*, fas técnicas avanzadas para desarrollar la memoria, corno veremos más adelante, requieren que* ensanchemos la imaginación hasta unos límites que a la parle rac io nal y lógica del cerebro pueden resultarle en un principio un tanto extraños. Rememora las experiencias clel pasado que criticaste en aquel momento porque* se olvidaban fácilmente: quizá una biografía que no le llamó la atención o una entrevista radiofónica durante* la cual le* quedaste dormido. Cuando nos quejamos de* cpie algo se olvida enseguida, a menudo lo que queremos decir es que la experiencia fue aburrida, que no logre) despertar nuestra imaginación. Es decir, si tenemos que convertir algo en memorable, la imaginación es ele gran ayuda. Para usar eficazmente la memoria necesitamos animar, incluso poteneialmenle, los datos triviales: como una serie* de números, una lista ele la compra o una secuencia de direcciones callejeras. El primer paso para conseguir esta transformación es ver la imagen «5
I AKTI: 1)1- LA IiVlAí i IÍNAi' ION
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mentalmente, o sea visualizar literalmente ( I objeto real en nuestra mente: por ejemplo el número 56, un cartón de zumo de arándano, o el giro a la izquierda que eíeeluamos al llegar al reloj de torre de la ciudad. Después lomamos esla imagen mental realista y, usando la visualización, la convertimos en algo queso experimenta bajo dife rentes aspectos'. Mientras retenemos en la mente una clara imagen de su aspecto, podemos imaginar, al mismo tiempo, cómo estimula los otros sentidos. ¿Despide un olor? ¿Podemos probar su sabor? ¿Qué se siente al locarla? ¿Qué tipo de sonido produce? Sin em bargo, normalmente el hecho de evocar una experiencia sen sual no es suficiente para convertirla en memorable', necesita mos darle una nueva dimensión, utilizar la imaginación. Esto significa entrar en un mundo de infinitas posibilidades, en el que so c rean impresionc's excitantes y memorables. De modo c|ue‘ si, por ejemplo, queremos acordarnos ele- comprar naranjas, pode mos visualizarlas brillando en el cielo como solos on miniatura. O si 69
A T R A Y I M I O I O S KC O. S
en lii lista de la compra figura una lala do alón, podemos imaginar la lata con alas nadando on un hamo de pocos con sus compañeros. Otorgar movimiento y vida a los objetos inanimados, o hacer (jue los humanos o los animales se comporten o cambien de mane ra inusual, ayudará a fijar una impresión en tu menle. Cuanto más surrealista sea la imagen, más fácil será de evocar. Su propósito es adornar el objeto que desees almacenar para realzar su presencia in terior. Quizá río recordemos inmediatamente el objeto, pero en teo ría recordaremos el escenario que hemos creado para él, o incluso el hecho de haber creado un escenario. lodos sabemos que la imaginación es Ja cualidad que distingue al artista creativo, y al reflexionar sobre ello quizá nos sintamos al principio algo incómodos por aspirar a ser imaginativos. Sin embar go, nuestra imaginac ión cobra vida cada ve/, que estamos deseando hacer un viaje, salir por la noche o ir de vacaciones (imaginamos cómo será), o evocamos una imagen cuando un amigo nos cuenta una historia divertida. lía el teatro interior de ¡a mente nada hoy (pie esté fuera de nues tro alcance. Quizá (e preguntes: /cómo podré imaginar esa clase de extrañas e inesperadas transformaciones? Jodo cuanto necesitas es tener confianza, apoyada en la fe que tienes en la imaginación, ésa es la princ ipal vía para lograr mejorar tu memoria.-Experiméntalo, le sorprenderás ai ver cómo esta manera de pensarse convierte en una segunda naturaleza. Al igual que Ja memoria, nuestra imaginación se agiliza con e! uso, y cada vez nos resultará más fác il tejer los aspectos de la vida diaria en transformaciones vividas v surrealistas. *
10
.- A medida cpie veam os cómo progresamos en ello, debemos insistir en su práctica, ya que este tipo
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de invenció n imaginativa es fundamental en muchas técnicas para desarrollar la memoria que 1 si' describen en el siguiente capítulo.
70
I:L AK I I IJK LA IMAGINACIÓN
Pintar una obra maestra de la memoria I-ÍHRC I( IC) 4
La imaginación nos permite evocar imágenes surrealistas y memorables. En este ejercicio practicaremos este aspecto de la memorización «pintando» un vivido cuadro mental tic un artículo de la lista de la compra. El proceso im plica «melamorlosear» el artículo en cuestión cambiando su apariencia mentalmente para que la impresión se lije con más fuerza, y podamos re cordarlo con más facilidad. /. Íniciíjóiífí tina manzana con el máximo detalle posible, ¿lis roja o verde? ¿Grande a pequeña? ¿lis perjeela o eslá magullada? ¿Está madura o verde? Mientras eliges cada
opción, imagina que compones un cuadro que muestra la manzana con gran detalle. 2. Contempla el cuadro mentid una vez acabado. ¿Puedes cambiar el aspecto de la manzana para que sea más sorprendente? Si fuera tan grande como un balón de ba loncesto, ¿¡a harías rebotar o rodar en tu casa? Si tuviera rasgos humanos, ¿a quien pertenecerían? ¿Quizá a alguien de sonrosadas mejillas? 3. loma hasta cinco artículos de la lista y adórnalos de manera parecida. La próxima vez que vayas a la tienda, intenta recordar una lista «virtual de la compiw utilizando estas imágenes como desencadenan les. Y la siguiente vez, alarga la lista a diez pro duelos. 71
A l R A Y E N 1) 0 I O S ].< O S
El arte de la asociación
X_Jna asociación es un vínculo mental entre dos objetos dis tintos. Hacemos asociaciones constantemente. Piensa, por ejemplo, en una situación hipotética en la cual le diriges al trabajo después de almorzar y ves una furgoneta de correos que pasa por allí, l a furgoneta le recuerda que por la mañana habías pensado mandar algo por correos. Y que aquello que tenías que enviar era la postal felicitando a tu madreen su cumpleaños. Las asociaciones que has hedió, una detrás de otra, han ocurrido en una fracción de segundo, y normalmente nunea le batirías detenido a pensar que las hacías; sin embargo, forman una parle importante para recordar. Cuantío empecé a ejercitar mi memoria, advertí ense guida que las asociaciones que había hecho a lo largo de mi vida me estaban conectando de nuevo, me permitían recordar no sólo lo que había memqrizado a propósito, sino las experiencias pasadas de mi vida que había olvidado, Muchas asociaciones las hacemos de un modo natural y espon táneo, como resultado de su signilieado inherente o la tradiciém cul tura!. Por ejemplo, un palo de golf se asocia por-su función con una caña de pescar, porque ambos objetos se utilizan para una actividad de tiempo libre, Las galas se asocian con la erudición o la inteligen cia, ya que se vinculan con la lectura, Para tener una buena memo ria es necesario utilizar esta clase de asociaciones naturales y forjar además otras de nuevas e inusuales para relacionar un dalo que se olvida fácilmente con una imagen que resulte inolvidable, Por ejemplo, al conocer a alguien en una fiesta te dicen que se llama Horacio Washington. Este nombre le resultará más fácil de re cordar si piensas en asociaciones naturales: Horacio, el poeta romano; Washington, la capital de Estados Unidos, Ahora tienes unas aso ciaciones mentales concretas que son más interesantes y significativas 72
I I. A R T 1-: !>!■: I.A A S O í I A C I O N
que el mero sonido o la premune ¡ación del nombre. Si ia persona que acabas de conocer le da la impresión de ser un soñador, puedes vin cular esta raraeíeríslica con la idea de un poeta, un tejedor de sue ños, eslo quizá le ayude a grabar el nombre’ con más firmeza en tu memoria. O sí más bien te parece descuidado en su forma de pensar, de comportarse, o en su apariencia, puedes con Iras lar esta ¡dea con (’[ simétrico plano urbano de la ciudad de Washington, D. C. Ahora tienes unas asociaciones mentales relacionadas con el nombre' yi el apellido y con la persona, liste efecto reafirmanle le ayuda a que en el futuro tengas aún menos posibilidades de olvidar su nombre. Ahora bien, podría objetarse que este ejemplo es artificial: que depende de que sea un soñador, y que sería una coincidencia muy difícil. Pero siempre habrá alguna asociación que pueda funcionar, aunque sea indirectamente, Diga mos que aquella persona tiene fama de impuntual, lil nombre de Horac io puede, en tal caso, desen cadenar una irónica asociación de sonido con Oris, un fabricante de relojes suizos, (i quizá pueda dar nos la impresión de que habla de masiado despacio, induciéndonos a dividir su nombre con un juego de palabras en: «ilio!», para expresar sorpresa; y «(lortu)racio», para suge rir que es una «tortura» escucharle. lorias í'slas técnicas asociativas basadas en el significado y el soni
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do de las palabras, pueden jugar un papel importante para almacenar ¡os recuerdos y, por extensión, para rec upera ríos. 77)
ATI* AYMM l><) I O S l¿ (’ O S
E l ¿irl e d e l a ’ lo c á l i z a c i ó n
Y a se ha vislo al principio (pp. 17-18) que con relación a la memo ria los griegos y romanos valoraban el arle* de la local i/ación por en cima de lodos los demás.
1: 1 método
del iones era el principio funda
mental que utilizaban para memorizar. Creo que este principio de larga tradición es, sin duda, la clave de que ganara el Campeonato Mundial de Memoria en se is ocasiones. III hecho de situar cada dato en un lugar determinado que previamente había establecido en mi mente*, me ayude) a poder recordarlos con mayor facilidad. V con la práctica me volví muy competente en este método. Al igual que constantemente usamos las asociaciones sin darnos cuenta, con el lugar oc urre' lo mismo. Piensa en todo aquello que ha sucedido a lo largo del día. ¿Qué has hecho? Si tuvieras (|ue descri bir detalladamente a un amigo cómo ha transe urriclo la jornada para ti, es muy probable que <'l lugar figurase de manera destacada en tus recuerdos: «Me he levantado y he ido a la cocina a preparar el cafó, después me he dirigido al cuarto de baño y he' tomado una ducha antes ele sentarme en la coc ina a desayunar...» etcétera, los estudios demuestran que la gente' c]ue’ se pasa todo el día viajando rc'euerda con gran exactitud el orden e'n cpie se han produc ido los aconteci mientos a lo largo del día. Incluso los detalles de las conversaciones parecen más precisos porque* el diálogo se recuerda en el escenario en que se ha mantenido. Los diferentes lugares en los que nos en contramos mientras viajamos sirven cl<’ marco mental lineal que pone ele relieve nuestras particulares experiencias. Otra prueba ele' la importancia que tiene el lugar en e'l arte' de' desarrollar la memoria la hallamos e'n e'l problema tan común ele' per der las llaves, lodos sabemos lo frustrante <|uc' es apresurarnos por la mañana para ir a una reunión y desc ubrir que no podemos acor darnos elt'l lugar en que liemos dejado las llaves de la puerta de la 74
Ei.
a r 'í [■: d i : i a
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/ación
callo. Lo que la mayoría ele nosotros hacemos, y es totalmente lógi co, es intentar recordar lodo cuanto liemos hecho. I.a última ve/, que entró en casa debía llevar las llaves en la mano, y después lui al es tudio para escuchar los mensajes del contestador. Pero las llaves no estaban ahí, de modo que pienso en todo lo que he hecho o regreso al vestíbulo, donde he colgado el abrigo. Y sigo así hasta llegar al lu gar c'ii que había dejado las ¡laves, y normalmente las vuelvo a en contrar. Al utilizar el arte ele la localización hacemos lo mismo. Los sistemas de memorización basados en el íc ju c s funcionan por que se trata de un lugar preciso, así que podemos siempre regresar mentalmente a los mismos lugares para recoger los distintos datos que liemos dejado allí, Id sistema de asegurar la información es un punto importante en la localización. Cuando utilizamos el arle de Ja localización, situamos las imágenes o los datos, o cualquier otra cosa que deseemos recordar, como puede ser los puntos principales de. una conferencia, en un lugar preciso y tangible de nuestra mente, eomo si fuera la imagen de una casa que conocemos bien o la de un itinerario que solemos realizar. Y cuando deseamos recordar la in formación, volvemos-al‘ lugar mentalmente y descubrimos que Ja información sigue aún amarrada allí, donde la liemos dejado. Más adelante describiré una serie de técnicas específicas para elegir los lugares mentales más eficaces y asegurar ¡a in formación de la manera más segura. Li método del itinerario (pp, 102-107) desa rrolla al máximo y de modo excelente el prin cipio de la localización, y
nos
permite memo-
rizar y recordar una asombrosa cantidad de información. Lo he utilizado, por ejemplo, para recordar simultáneamente el orden de las cartas barajadas de muchos mazos. Aun que la técnica de la localización sea muy anti gua, es sin lugar a dudas una de las ayudas más poderosas para desarrollar la memoria. T .>
A l R A Y l í N 1) 0 [ .O S l - C OS
El a r l e d e 1¿i c o n c e n l r a c i ó n
U n o de los mayores enemigos para recordar algo perfectamente son Io.s primeros segundos en los que inlenlam os memo rizar algo. lil problema no radica <'n lener una mala memoria innata, lodos po seemos una buena memoria, aunque hayamos olvidado cómo usar lodo su potencial, sino en nuestro grado de concentrac ión. Concen trarse es advertir lo que vemos, escuchar.lo que oímos, sentir lo que locamos, saborear lo que probamos y olemos, y ser conscientes ele lo que pensamos. Cuando inlenlamos memorizar algo formalmente, el secreto de la concentración reside en centrarnos totalmente en la in formación que recibimos o en la experiencia que tene mos, dejando al mismo tiempo que nuestro cerebro haga las asociac iones adecua Del misino modo (¡itc tvu m a la fuerza perjudica la
das: por ejemplo, la imagen mental ele los lugares que hemos elegi do de antemano según el principio clel locas. Durante este proceso la
salml, estudiar sin
información pasa ele la memoria a corto plazo a la memoria a largo
interés daña la
plazo, donde se almacena para cpie podamos recordarla como y
memoria j v luur
cuando lo deseemos.
que no retenga nada
tic Jo tfne
absorbe.
ü'oiuirdo da Vinci I lacia el I TOO
Lo crucial aquí es nuestra capacidad de fijar la atención. Quizá creamos que podemos concentrarnos en más de una cosa a la vez, pongamos, por caso, en leer un libro y mirar una noticia en la tele visión, Sin embargo, cien líricamente, es imposible dividir la aten ción. Si intentamos hacer dos cosas a la vez, nuestra atención sallará con asombrosa velocidad de una a la otra, pero no podremos con centrarnos de lleno en ninguna. Cuando intentes memorizar algo, es importante centrarle en ello y en el sistema que usarás para recor darlo, sin dejar que ningún estímulo externo afecte en absoluto a tu concentración. La mente es capaz de concentrarse' al cien por cien. Yo medito para entrenar mi mente a estar totalmente atenta. Antes de memorizar algo, dedico unos momentos a recuperar el estado ele concentración que la meditación.me proporciona.
76
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RTK DI-! LA C' O NC L N í R AC IO N
M e d i t a c i ó n de p r e c a l e n l a m i e n t o pa ra m e m o r i z a r I: J U R ( i ( í O
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Cuando utilices técnicas de memorización como las del siguiente capítulo, necesitas poder aminorar el ritmo de las ondas cerebrales a un estado de plena concentración. Practícalo realizando este ejercicio do meditación. /. ¡iligc una habitación silenciosa para meditar, donde nadie te moleste. Coloca un al- 0
iiiohadóu cu el suelo para poder apoyar el cuello y tiéndele íwea arriba. Manten los brazos relajados al lado del cuerpo , ron las palmas hacia arriba. Deja caer los pies ha cia juera, de manera natural. 2. Cierra los ojos. Inspira lenta y profundamente por la nariz, lil diafragma debe en sancharse levantando primero el estómago y después el pecho. Ilspira (enlámenle por la boca. Signe respirando de este modo durante ¡oda la sesión de meditación.
J. Centra la atención en un espacio imaginario, justo detrás de tus ojos. Imagina gite en esle punto flota una luz pequeña y brillante. Dirige toda tu aleación hacia esa luz. 4. Imagina que la luz. blanca crece y disminuye al inspirar y ol espirar. /lien/¿rímenle imagina que se vuelve inris brillante al inspirar, y más tenue al espirar. Concéntrale en ello lauto tiempo como le resulte cómodo, hílenla practicar una meditación de esle tipo al menos una vez al día, para fortalecer lu poder de concentración. 7 7
ATRAYENDO JOS FCOS
El arte de la observación L o s antiguos griegos consideraban que
í
vista es ('I sentido más
importante con relación a la memoria. Creían que cuanto más agudo lucra nuestro poder de observación, más exacto sería nuestro recuerdo de las experiencias. En la actualidad el panorama general es más comple jo: memorizamos mejor si usamos lodos nuestros sentidos plenamente. Sin embargo, ios griegos hicieron una observación. Cuando mi ramos un objeto con toda atención, siendo plenamente conscientes de él, notando su color, forma, tamaño y rasgos característicos, las r
hui llas que se imprimen en el cerebro son más profundas que cuan Si prestas
do nos limitamos a recibir un impresión visual general. La mayoría
atención,
de las veces echamos un vistazo o miramos algo usando sólo una
comprenderás mejor lo t¡ne pasa por tn ¡nenie, l>ial(‘X(‘is 4 0 0 a . C.
parte de nuestra atención. Por ejemplo, piensa en un pájaro de ras gos característicos, uno que normalmente puedas ver. Ilaz un bos quejo de él mostrando en qué parle del plumaje tiene las manchas coloreadas. Y la próxima vez que lo veas compáralo con tu dibujo: te sorprenderá ver cuantos errores has cometido. Afinar el poder de observación resulta muy beneficioso para nuestra capacidad de recordar. Si describimos, a un desconocido cómo llegar a una calle determinada, es obvio que será muy útil po der visu alizar los diferentes puntos destacados que h ay a lo largo del camino. Pero en un aspecto más sutil, ser capaz de recordar detalles visuales concretos mentalmente forma parte de una disciplina de concentración mental y de atención que seguro resultará m uy b ene ficiosa para el ejercítamienlo de nuestra memoria. Concentrarnos en los detalles de las cosas ayudará sin duda a que nos resulten más in teresantes y, por lo tanto, más memorables. Esto a su vez contribui rá a fortalecer nuestro poder de asociación, que como ya se lia visto, >• es un instrumento vital en el proceso de grabar algo de manera per manente en la memoria.
78
1-3. AKT L I)J: LA O BS ER VAC ÍO N
A d v ie r t e los detal les E J 1 :K ( I C I O
6
Afinar el poder de observar ion es muy beneficioso para poder memorizar y recordar. Practica e.sle ejercicio para reducir la «filtración perceplual» que ocurre cuando contemplas algo, y ser capaz de ver realmente lo que está allí.
/. Coge mi lápiz y una hoja de papel y elige un jarrón coliflores o algún olio objeta como modelo. ¡i¡ nivel de capacidad artística que tengas es folalmenle irrekvnnle, en esle caso el único propósito del ejercicio es aprender a observar la escena y recrearla mentalmente con el mayor detalle posible. 2. Dedica unos cinco minutos a notar tantas características del janvn y de las flores como puedas. ¿El jarrón tiene algún dibujo? ¿Cuántos pélalos tienen las flores? ¿listas es tán totalmente abiertas? ¿.Cómo es la nemulura de las hojas? No cometas el error de pa sar por alto las cosas más obvias (color, forma, cantidad, etcétera) al observar los detalles.
.). AI ini ahora hacia otra parle y dibuja el jarrón. Escribe anotaciones en el bosquejo para indicar los colores y cualquier detedie que no puedas reflejar totalmente a través del dibujo. Luego vuelve a mirar el jarrón y compáralo con el esbozo y las anotaciones. ¿Cuán exactas han sido Írí.s olwm'í'idonns que has hecho del color, la forma y In pro porción? ¿Qué es lo que has olvidado? Repite el ejercicio regularmente con una varie dad de objetos distintos para afinar tu poder de observación. 79
A l K A Y I X I X ) I O S L C O S
El rep¿iso y la repetición
/ V p n •ndcr algo ele memoria — repitiendo los hechos una ve/ tras olra hasta grabarlos lirnirmenlc en la mente'— tiene muy mala pren sa en la educar ion. La causa se debe, en parle, a que este método es pura mente mecánico, y en cambio ahora se cree que son los hechos memorables los que atraen nuestro interés, los que nos involucran en cierto modo. Sin embargo, no cabe duda de que la repetición, en un aspecto, juega un papel fundamental en la memorización. Pero 1 1 0 se
trata de repetir cantando la información, como se hacía en las
clases de los colegios de Ja época vicloriana, para recordar el sonido antes que el significado, sino que más bien consiste en repetir el he cho de memorizar, repasando lo que se ha memorizando a interva los regulares para lijar tos diferentes caminos de asociación en nues tra mente. h.s difícil ofrecer unas paulas precisas sol)re cuán a menudo y cuánto tiempo después de haber memorizado algo, debemos volver
1 1 0 - 1 1 I),
y repetir no el
número en sí mismo, sino la versión que hayas codificado ele él, y después traduc irla de nuevo al número que representa. Si a lo que le enfrentas, por otro laclo, es al reto ele tener que así an
I I Kl PASO Y 1A KF Pir iK IÓ\’
milar la información del 'artículo de una revista puedes, si lo deseas, seguir la «regla de los einco», que consiste en repetirle los puntos fundamentales al cabo de una hora; después, un día más larde; al cabo de una semana; de dos semanas; y por último, transí urrido un mes. Uslo le servirá, a! margen del sistema que hayas utilizado para grabar la información. Sin embargo, probablemente le será muy útil si cuando grabas una información codificada en tu mente dedicas, además, tos cinco primeros minutos a repetirla varias veces, antes de aplicar la regla de los cinco. Cada vez que recordamos un dalo, el camino que nos conduce a é! se refuerza, del mismo modo que un sendero se vuelve más claro y fácil cuando se ha transitado muchas veces. La repetición no nos garantiza que podamos recordar algo pero, sin duda, nos recompen sa por el tiempo dedicado a ello dándonos una mayor oportunidad de memorizarlo adecuadamente. m
ATRAYENDO LOS KCOS
L a
A
m e m o r i a
y
l a
s a I u d
lo largo larg o do los siglos la gen le ha busca bu scado do remedio rem edioss físicos físicos para
afinar la memoria. En el siglo xvn algunos norteamericanos creían que llevar lina gorra de piel de castor desarrollaba la memoria. En otra época el tratamiento favorito fue untar la cabeza o la es palda con unas golas de aceite de ricino. Aunque las modas pasajeras respecto a la salud no cesan en su ir y venir, hoy sabe mos que uno de los medios más eficaces para desarrollar la me moria es mantenernos en forma. Un cuerpo bien alimentado es una de las claves para tener una mente bien alimentada. La mayoría de los expertos aceptan que el camino para mantener el cuerpo sano es sencillo: hacer ejerc icio con regularidad y seguir una dieta saludable'. Al margen de- que el ejercicio que practiques sea nadar
2 0 veces
la longitud de una pisc ina de vez en cuando, o andar
a paso ligero alrededor de la manzana cada día, le ayuda a mover los miembros, y como el corazón late1 más deprisa, se incrementa la cir culación de la sangre por ei cerebro. V el riego sanguíneo alimenta las neuronas con oxígeno y nutrientes, y las mantiene sanas. Mi pro pia práctica consiste en correr cada mañana y jugar al golf con re gularidad. Cuando me entreno para una competición de memoria alargo gradualmente la carrera. No obstante, [jara que el cerebro se beneficie con ello, es importante no realizar un gran esfuerzo. Las {'videncias nos indican que las hojas clel ginkgo biloba, en la antigüedad conocido como «árbol de la memoria», pueden ayudarnos a incrementar la circulación en el cerebro. S í ' decía que el filósofo alemán Johann VVolfgang von (ioelhe (1749-1832), que conservó su agili dad mental basta una edad muy avanzada, comía una hoja de ginkgo con el desayuno cada mañana. I.o.s estudios han demostrado que cuando seguimos una dieta 82
f.A MI-MORIA V I.A SAl.l I)
baja en calorías, aunque sea por poco liempo, el rendimiento de nueslra memoria es oslenliblemenle más bajo que cuando ingerimos alimentos completos con todos sus nutrientes. Las calorías de Ja comida nos clan energía, y nuestro cuerpo la usa para vigorizar el cerebro (y otros cárganos). Si no le clamos loda la energía que necesita, nueslra me moria será una ele las primeras fun ciones que nos fallará. Los alimentos ricos en vitaminas anlioxidantes A,
C,
y en especial, E,
son particularmente favorables para la salud del cerebro y, por lo tanto, de la memoria. Estas vitaminas se encuentran en los frutos y las verduras de vivos colores, como los plá tanos, los pimientos rojos, las espinacas, y las naranjas, entre otros. Nos ayudan a «limpiar» las sustancias químicas conocidas como radicales libres, libres, que qu e el c uerpo uer po contie con tiene ne de forma natural, pero que c uando uan do los los produc imos en exceso, normalmente' al sufrir estrés o ser objeto de los perjudiciales efectos ele la polución, pueden dañar una gran cantidad de células cerebrales, además de otras parles del cuerpo. Otro buen consejo práctico es comer en abundancia pescado azul. Es tan importante para la salud de nueslra mente que a menu
Ti i i oración debe cí'iiímr.Sí' en ¡ener
una menle sana en fin cuerpo sano. Juvenal
¡lacia ¡la cia 60 luuitt luuitt ¡10 ¡1 0
do recibe el sobrenombre de «alimento para el cerebro». Ll pescado azul contiene ácido (Ólico y varios ácidos grasos esenciales, todos vi tales para el desarrollo y el funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso. Intenta incluir el pescado en tu dieta al menos dos veces a la semana. Otras fuentes de proteínas, como la carne blanca, los pro ductos lácleos y el lofu, ejercen unos efectos similares para desarro llar ía memoria, aunque no sean tan pronunciados.
ÍF>
ATRAYENDO LOS ECOS
L ¿i m e m o r i a y l o s s e n t i d o s
Incorporar los cinco sentidos a cualquier técnica para desarrollar la memoria que pretiramos nos ayudará a memorizar y recordar. Su pongamos que Lina de las leen ¡cas ¡cas que usamos imp lica ima gin ar un Un ajíJNfo he reconocido el sabor
árbol. AI evocarlo con la mente, cuanlo más realista sea la imagen,
del pedazo de
más retendremos el recuerdo. A un nivel más simple, podemos evo
mm¡(hiena (hie na
car simplemente la imagen tridimensional ele un árbol. Pero si en lu
Impregnada co irir la
gar de ello imaginamos un frondoso roble con una ligera brisa sil
receta de ¡lores de te nú ¡ía limero i¡¡ te (merme... ha sinyido en nú meule, como ef decorado de nn teatro, ¡a vieja
bando entre sus hojas, y el aroma veraniego flotando por los alrededores, nos producirá una impresión más profunda, También nos permitirá hacer más asociaciones con cualquier dalo que desee mos almacenar junto al del árbol. Por lo general, los sentidos que más nos ayudan a recordar son la
casa (¡ñs de la
vista, el oído y el olíalo. La vista es el sentido interpretativo básico y
caite donde estaba
resulta cruc ial para m overnos, lí 1sonid o es es el med io prin cipal cip al con el
sa hahiíacióti.
cual nos comunicamos con los deinás. Tanto las imágenes como el
Martel Prousl
sonido juegan un papel muy importante para memorizar palabras y
í 87 J -• -•J 9 2 2
números, que de (tiro modo pueden tener una cualidad abstracta di fícil de aprehender. Los olores y sabores son unas pistas muy pode rosas para la memoria, probablemente porque los sentidos que los captan fueron en el pasado muy importantes para la supervivencia. El centro olfativo rodea el área del tálamo del bulbo raquídeo y co necta directamente con las neuronas de la corteza cerebral, creando un camino directo a la reserva de nuestra memoria. De ahí que un olor pueda transportarnos instantáneamente a un incidente muy emotivo del ¡jasado, o hacernos recordar intensamente a una perso na. Dedica un poco de tiempo intentando reconocer los olores que tengan un significado especial para ti. Considéralo un ejercicio para sintonizar con los sentidos concebido para que tu mente sea más re ceptiva cep tiva a lodo c uanto uan to experim entas, y tu mem me m oria mejorará.
84
E. A M F M O R i A
Y IOS SliNTI DOS
fíl caleidoscopio de la memoria líJlíRCLCIO 7
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( on demasiada frecuencia dependemos sólo (!(' la vista al evocar algo en nuestra mente. Este ejercicio de visual i/ación tiene po r objetivo ayudarte a valorar la importancia de los otros sentidos. AI mismo tiempo, ensancha la imaginación de un modo que favorece la práctica de las técnicas para desa rrollar la memoria, 1. Cierra los ojos e imagina un objeto complejo pero fácil de reconocer, anuo mi caíto
lío de carreras y el yóquey , VísiiíiJízíí el miadlo y su jiitele con todo detalle en íu ima ginación, el colorido de la cazadora del jinete, los ameses y la silla, la noble y unjidio
sa expresión del caladlo y el rostro del yóquey sombreado por i a visera de sa porra. 2. Al mismo tiempo, piensa en los aspcclos del tacto, sonido, olor y sabor asociados con la imagen. Para ei tacto puedes imaginar la sedosa textura de la cazadora del yó quey, ti cepillado y suave pelaje del caballo, la áspera crin; para el sonido, el ruido de los cascos ai galopar y los grifos de ánimo de la multitud; para el olor, el enero y el su dor; para el sabor, quizá el terrón de azúcar que recibe el caballo antes de la carrera (percibe, al mismo tiempo, la lengua del caballo sorbiendo el terrón entre las dedos). J. Sólo es un ejemplo escogido al azar. Piensa ahora en oirás imágenesjáciles de reco
nocer y haz lo mismo. No importa si al principio le parece que uno o dos de los senti dos no son importantes respecto a la imagen, ya que acabarás descubriendo cómo pue des introducirlos, aunque tengas que recurrir a imaginaciones surrealistas. «i
A T R A Y E N D O
I O S l.í'O S
La m e m o r i a y l a m ú s i c a
JV X u ch as personas prefieren leer o estudiar en silencio, mienlras que otras son partidarias de escuchar algún tipo de música de fon do. Aunque podamos creer que ¡a música (en especial el ritmo del rock) es adversa a la concentración, se ha demostrado que en algu nas circunstancias puede crear una atmósfera que favorece la con centración mental. En los años sesenta, el psicólogo búlgaro Georgi Cuando ¡as suaves
T.ozanov descubrió en un experimento que al escuchar la pausada
¡tolas se
música barroca, algunas personas aprendíanr con mucha más rapi-
desvanecen, la música sii}¡te
dez que otras que lo hacían en silencio o con el acompañamiento de
¡Hadaratalo cu (a
cualquier otro genero musical. Este hecho, junto con otras investiga
nrmíoriíj.
ciones científicas, ha demostrado que la música idónea para apren
I V r c y< S h c l l c yv
182 [
der (y para recordar bien) tiene el ritmo lento y relajante de un com pás por segundo. Puedes probarlo personalmente: intenta memorizar una lista al azar de 15 números mientras escuchas una música lenta compuesta por Tlandel, Bach o Vi val di, Intenta después memorizar otra lista de 15 números en silencio y compara los resultados de ambas pruebas. El experimento es rudimentario, ya que hay otros muchos factores que influyen en la cantidad de datos que puedes recordar con exac titud, pero tendrás una agradable sorpresa al descubrir que por lo visto la música favorece la capacidad de recordar. Sin embargo, el ritmo no es el único aspecto de la música que es relevante en este sentido. Se ha descubierto que los sonidos de alta frecuencia estimulan la actividad eléctrica en el cerebro, aumentan la a tención y crean un estado mental idóneo para almacenar informa ción. En cambio, los sonidos de baja frecuencia tienden a hacernos sentir aletargados y nos sumen en un estado que no propicia la me morización.
fió
LA M EM O RIA Y LA MUSICA
Organiza un concierto para memorizar EJERCICIO H
Este ejercicio te ayudará a elegir la música que le resulte más idónea para memorizar. len presentes los punios sobre el ritmo y el tono que no favore cen la retención. /. Riíscíi cu fu colección de música y pon varias piezas con un rifmo ¡aüo y relajante íjift' le hagan sentirte a guslo. Quizá haya algunas piezas que asocias con una situa ción agradable del pasado. 2. Elige fres piezas en particular como la base de lu repertorio para memorizar: Lo ideal sería que fueran piezas que le inspiren a «fundirte» con la música, disfrutando con ío ar monía de ios iris/mmenfos. Siempre que no le distraigas con las palabras, puedes también poner música vocal. Cada pieza debe durar al menos cinco minutos. La música clásica hindú puede ser particularmente relajante, al igual que los cantos gregorianos. Depende de lo que prefieras. Graba tus iros piezas predilectas, una después de otra, en un casete. 3. Comprueba la eficacia de la música que hayas elegido con unos experimentos com parativos: por ejemplo, metnoriza listas de números aleatorios, nombres de calles del listín telefónico, o el orden de las cartas mezcladas de una baraja. Averigua la relativa eficacia de cada pieza comparándola con las otras dos y, además, con el silencio.
87
ATRAY ENDO I OS ECOS
El arle de recordar E n las páginas anteriores se han visto los factores esenciales que debemos conocer si deseamos fortalecer nuestra habilidad para me morizar, factores que forman la base de las técnicas y sistemas para desarrollar la memoria que so describirán en el siguiente capítulo. También se ha visto cómo podemos propiciar el contexto adecuado para una memorización eficaz, en particular; los aspectos relaciona dos con la salud y, de un modo más experimental, con el uso de la música. Ahora, en esta visión general de los principios fundamenta ¡.afunción i ruis elevada de la rum/í es la de
mensajera.
I). II. Lavvrnue 1885-1950
les, cjs ('I momento idóneo para trasladar el énfasis a la última fase del proceso relenlivo: el hecho de recordar Nuestro cerebro retiene mucha más información de la que nun ca podríamos obtener en un momento dado. Sin embargo, nuestros recuerdos de nada sirven sí continúan encerrados en algún recove co neurología) interior. Para tener una buena me moria, necesitamos ser capaces de recuperar la información cuándo lo deseemos, en es pecial la (] lic hemos archivado siendo conscientes de ello en nuestro almacén mental. Fn primer lugar, nuestra capac idad para recuperar los recuerdos depende mucho de cómo los hayamos organizado y almacenado. Si un recuerdo se ha almacenado con desgana, sin la debida concentra ción, o no so ha repasado (véase p. 81), es muy posible que se desva nezca. O si se ha archivado incorrectamente', asegurándolo quizá con una asociación ineficaz, al igual que- cualquier artículo guardado de manera indebida, tal vez nos cueste encontrarlo. Ll arte de recordar os la habilidad que nos permite establecer el vínculo o los vínculos adecuados que nos conducen a los recuerdos que deseamos evocar. Recordar es un proceso estratégico. Iniciamos nuestra búsqueda mental no al azar, sino de manera lógica. No obstante, a pesar de uti lizar la parte izquierda y lógica del cerebro para buscar a través de
I I A KI I DI Kl.l OKI1A R
una secuencia do opciones, la parte derecha también trabaja a nivel subliminal (a nicnudo haciendo asociaciones sensuales y emotivas) para ayudarnos a completar el proceso de recordar con éxito. Por ejemplo, si intentamos recordar el nombre de una ciudad que hemos visitado el verano [jasado, podemos, en primer lugar, intentar recu perar el aspecto o el sonido del nombre, y si no lo logramos, probar otros medios lógicos de resolver el problema: las «avenidas» que cree mos que puedan conduc irnos a la respuesta. De modo que intenta mos recordar cuándo fuimos, con quién y cómo viajamos hasta el lugar. Sin embargo, es posible que Ja lógic a no sea suficiente. M ien tras seguimos una promclrdora avenida, vamos también recordan do aspectos «creativos» del acontecimiento: la primera vista de la ciudad que contemplamos desde la calle*, el aroma de los limoneros, (*l sonido del canto de Jos grillos. Y de algún modo, en medio de* eslas impresiones evocadas a propósito, aparecerá e! nombre de* re pente dc'l fondo de nuestra memoria, una experiencia a la que esla89
A I R A Y f N 1 )0 I O S I r o s
irnos acostumbrados. Podemos incluso ignorar qué pista o combina ción de pistas han sido las responsables de este éxito. Visitar de nuevo una asociación a propósito para evocar un re cuerdo no es un proceso distinto. Al eomien/.o de esle capítulo (p. 72) se ha descrito cómo recordar el nombre de Horacio Washington aso ciándolo con el poeta y la ciudad. Al pensar en este personaje', qui za lo primero que nos pase por la cabeza sea la imagen de la ciudad /.as miifiWo.s
de Washington, D. ('., y después en un llnsh, puede que recordemos
pueden encapar a ¡a
el vínculo clásico (el poeta clásico Horacio con la arquitectura neo
acción de ¡(i
clásica), el cual desencadena ei nombre, que si* revela en la mente
miunlail, pueden dormir durante ¡tuyo tiempo, pero
acompañado del silencioso grito de «ieureka!». Dada la forma en que ('1 recuerdo
surge de repente a la luz de la conciencia ¿por qué, po
ni los apila la
demos preguntarnos, hemos tenido que ir a través {¡('I engorro de
influencia
tortuosas asociaciones? La respuesta es que el nombro de Horacio
adecuado, anm/iie ésto sea ton leve
Washington no significaba nada para nosotros: no poseía ninguna
como mirr somJinr,
asociación intrínseca, de modo que teníamos muy pocas posibilida
iriiYjt'N vividos ven
des de recordarlo sin una ayuda artificial. Pero tan pronto como te
todo su intensidad, con non elementos
jemos una red de asociaciones en torno al nombre, se une a los
perfectamente
arraigados elementos de nuestra memoria. Y éstos se habían ya ga
n!>icados.
nado un lugar en el banco de la memoria. Mientras buscamos en la
John M uir
191ó
mente la respuesta, han actuado en una rápida sucesión de aconte cimientos mentales, como una hilera de pasaderas que nos condu cen a un punto que sólo hemos visitado en una ocasión. Por un ca mino conocido llegamos a un lugar desconocido. Otro aspecto del recordar es que el lodo puede evocarse por me dio de un fragmento. Por ejemplo, si intentamos recordar el nombre de la cuidad de Samarcanda, podemos recordar que tiene cuatro «a», Al recordar las cuatro «a», es probable que descubramos que el resto viene a la mente automáticamente. El entorno en el que aprendemos o experimentamos algo puede ser también una eficaz pista para evocar un recuer do. Los psicólogos llaman a este fenómeno «memoria dependiente del contexto». Cuando en un experimento se dio a los submarinistas
90
I I AR'J'K I>i: K K ORD AK
un material para que lo apren dí eran mientras estaban bajo el agua, [ludieron recordar la infor mación de un modo mucho más completo en la siguiente inmer sión que í ' ii tierra firme. Cuando una visión, un sonido o un olor desencadenan inespera damente recuerdos que parecían olvidados, este efecto se denomi na «recuerdo sorpresa fortuito», liste tipo de recuerdo inesperado indica que podríamos volver a descubrir muchos otros si encon trásemos los desencadenantes atk'cuados que los hicieran aflorar a la conciencia. La mayoría hemos experimentado ('I hecho de intentar en vano evocar un recuerdo, usando todas las pistas que se nos ocurren, para acabar descubriendo que la respuesta —quizá el nombre olvidado de un político o el título de una película— surge en la mente mucho más larde, cuando menos lo esperábamos. Al afrontar un reto difícil, nuestro cerebro tiene que buscar a través de Ja gran variedad de pistas y asociaciones de toda una vida, y a ve ces, al fijarnos en otra cosa, nuestro sistema de circuitos mental reci bí'el tiempo necesario para realizar,su sinuosa búsqueda sin experi mentar la resistencia de nuestra frustración, y esto puede si i todo cuanto necesitamos para que aparezca la información correc ta. Cuando empieces a ejercitar la memoria, intenta tener presente que inicias la formalización de un proceso que el ix1rebro ha estado haciendo por sí solo durante toda la vida. Para dominar el arle de recordar se necesita una paciente confianza, unida con el conocimiento de que no podemos forzar las respuestas 9!
CA1TÍ UI.O CUATRO
LA
M E M O R I A U N
M A PA
D e s c u b r i r la s p a r a d e s a r r o l l a r
E
CON
té c n i c a s l a ni e m o r i a
n el capítulo anterior se han analizado los principios bá sicos su bya cent es en las di (eren tes técnicas q ue pu ede s *
usar para ayudar a tu memoria a ser más eficaz, en especial, las de la imaginación, la asociación y la localización. Ahora ha llegado el momento de explicar las técnicas. Algunos de los modos de enfocarlas que se describirán en las páginas si guientes proceden de métodos de la antigüedad adaptados a las necesidades modernas; otros son de mi propia cosecha y me han ayudado a obtener un gran éxito en los diversos Campeonatos Mundiales de Memoria; y otros pertenecen al corpus del «conocimiento popular» moderno, basándose extensamente en el sentido común. Considera este capítulo como un juego de herramientas básico. Quizá encuen tres q ue algunas de las herramientas son más fác iles de usar que otras. Sin duda habrá aspec tos de ellas que desearás modificar para que sean más de tu gusto y se adapten a tus objetivos, como el pintor q ue crea sus propias mezclas. Espero qu e cu alquiera pueda encontrar algo que le sea de utilidad, y le deseo éxito y que hagas grandes descubrimientos a medida que despier tes el poder latente de tu brillante mente.
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LA Al KM O RIA CO N U X MA PA
La mnemotecnia L a palabra mnem otecnia se deriva del lérmin o griego nnirinoii, que significa «consciente», y ha originado también el nombre de Mnemosina, diosa griega de la memoria. La mnemotecnia es simplemen te un método que nos ayuda a recordar algo. Aunque en sentido estricto el término so aplique a cua lquie r técniea para desarrollar Ja memoria, suele usarse para designaren con creto las técnicas basadas en palabras, en especial las de los acrónimos o versos. Sin embargo, la mnemotecnia basada en las palabras no go/a de la aprobación universal. Muchos eruditos la califican dr ejercicios inútiles de juegos de palabras, de cnncioncillas triviales para loros cpie quieren sólo repetir un hecho en lugar de entender lo. Algunos métodos mnomolécnicos son más bien lentos de desci frar. No obstante, creo que si alguno nos ayuda a recordar la infor mación adecuada en el momento adecuado, y nos da la gran posibilidad de triunfar, no hay nada malo en utilizarlo. Un aerónimo os una palabra formada con las letras iniciales de las palabras que quieres recordar. Por ejemplo, el aerónimo MOMES que significa «casas» en inglés, puede recordarte los nombres de los cinco grandes lagos de Estados Unidos: Hurón, Ontario, M i chigan, Erio y Superior. Pero si deseas recordarlos por el orden de tamaño (empezando por el más grande'), puedes utilizar el acrónimo ampliado de: Sargento Mayor Hipnotiza Excepcional Oso. La eficacia ele estas técnicas depende, en primer lugar, ele* tu capacidad natural para recordar el aerónimo o los nombres que ollas croan. Sin embargo, si lo preocupas de hacer algunas asociaciones, ayudarás a tu cerebro a visualizar de forma crea tiva y a asimilar fácilmente una lista do datos. De modo que la próxima vez que necesites recordar los grandes lagos estadou niden ses, puedes evocar en tu mente la imagen de, pongamos por caso, tu 94
I A M V I ,VIOI l-'t \ JA
casa en la orilla
de
un lago, pura poder recordar el at rónimo
HOMES. O si (¡enes que' recordar los lagos por el orden de (amaño, puedes pensar en la impaetanle imagen del sargen to mayor hipnotizando a un enorme oso mientras da un pa seo en barca por el lago. El ritmo puede ser un medio eficaz de grabar la inlbrmaeión en la memoria. De ahí que haya tantos métodos, mnemotécnicos basados en palabras en Jorma de versos. ¿Cómo recuerdas la cantidad de días que tiene cada mes? Muchas personas utilizan el ritmo: «Treinta días tiene noviembre, con abril, junio y setiembre». Una de las rimas más «sonoras» que nos ayudan a recordar que tan to Isabel de ( astilla como Fernando ele Aragón jugaron un papel im portante' en la historia ele España es: «lanío monta, monta tanto Isa bel como Fernando».
E \ \ e n g u a j c Tn /o s n tí tu c r o s En las matemáticas, para* icxurdar el orden del cálculo (Ir complejas ecuaciones, puedes in ven («irte cu alq uier frase. Por ejemplo, las m u ¡ales de: «Piensa Menos Duerme Sin Ron ca r»r ¡n<) ¡can Pa ve n J es is, Multiplicar, Dividir, Su mar, Restan listos sencillos recursos mn emo lécnicos I lasados en palabras pueden también utilizarse para recordar una se cuencia numérica. Intenta crear tu propio recurso mnemoféc ni co para recordar los cinco pri meros números decimales de pj 5,141 59), Puedes usar, com o
mucha gente1que memoriza, el método mnemoléc nico de1cons truir una frase «on palabras que tengan la misma cantidad de le tras que cada número de ta se cuencia. Por ejemplo, en la (rase «Y gano o tengo capacidad... (para recordar p¡K la cantidad de ledras que tiene cada palabra de1 lu frase anterior al parénte sis es de 14159. l-ste sistema puede ser lento cuando tienes que recordar la inlorm ación pero, como sucede con lodos los métodos irme enotécnicos, si funciona vale* la pona utilizarlo.
95
i. A M E M O R Í A C O N U N .VI A P A
Los
ga nc ho s
m entales
P ¿ ir a impedir que desaparezcan los recuerdos almacenados — los datos memorizados d(* manera consciente a través del proceso de asi milar y recordar— es muy útil emplear un sistema para asegurarlos en la mente y fijarlos en un lugar. Uno de los métodos más seguros depende concretam ente de la asociación, pero también utiliza la ima ginación y la localización (en su forma más rudimentaria). Vincula mos mentalmente un dato de información con un «punto destacado» que podamos localizar fácilmente en la mente, una y otra vez. Sirve ,
i»
como un gancho mental o un apartado de correos: podemos volverá visitarlos siempre que queramos. Pero este método plantea dos pre guntas: ¿cómo podemos ('star seguros de recordar el punto destaca do? y ¿cómo podemos utilizare! método para recordar lina serie de datos, como una lista de nombres o una secuencia de puntos impor tantes que debemos exponer en una conferencia o una entrevista? Estas preguntas, en cierto sentido, tienen la misma respuesta. Si imaginamos no sólo una, sino una serie o un sistema de ganchos, las relaciones que guardan entre sí ayudarán a que cada uno so grabe en nuestra mentí'. Para facerle una idea de ello piensa en un pájaro, un avión y un bumerán: para recordároslas fres cosas es útil tener en cuenta que el aire es ('I elemento natu ral de todas. Una serie o un sistema de ganchos aporta un contexto a sus componentes, y éste ayuda a que se vuelvan más memorables. Si recordamos tres cosas de cuatro, la cuar ta será más fácil de evocar.si guarda relación con las otras tres. Un sistema de ganchos mentales puede, en teoría, incluir cualquier cantidad di' elementos, aunque la cantidad en sí
■■. '.■-a T.*>yv
•.ísásaftá
misma también puede ser memorable, de modo que es pre ferible que se trate de un núm ero par: nejable;
2 0 no
es un número imposible.
1 0 es
un número ma
IOS G A N C H O S M E N' TA I. KS
Eí teclado de diez notas del bosque para memorizar
•M ■*r v nn
fe ■ 1.
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•
8. ciervo
JJ. *
2. raíces
1. serpienle Vi í T
3, hoja
W 1 ■ tt
4. flor
w VK ? >
8. pájaro carpintero
,M', Xlili. *J■' ■• -
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7
*>. lirtva
1:1 teclado
9. mariposa
10, hormigo
(k'L bosque: para memorizar se compone cié diez elementos que si
guen un orden lógico; cada serie de cinco se lia ordenado según el tamaño, I. Atemoriza d talado visualizimdo cada secuencia. Una ayuda: cada serie de cinco se inicia con el elemento más grande y finaliza con el más pequeño (del árbol a la baya; del ciervo a la hormiga); las plañías y los animales son jáciles de recordar porque constitu yen una sencilla serie de diez pistas, y están relacionadas entre sí por el elemento bosque. 2. Como ejemplo, utiliza este teclado para memorizar los diez primeros libros del An tiguo ¡estamento por orden-.Génesis, Éxodo, Levílico, Números, Deuleronomio, Josué, l,os ¡ucees, Ruth, Samuel \, Sn/mcei 2. 1:1 árbol puede sugerirle un árbol genealógico mostrándole la génesis de tu fam ilia; las raíces se extienden bajo el suelo, como si fue ran un éxodo del propio árbol; para recordar el nombre de Levílico puedes pensar en una hoja Aceitando» en medio de una suave brisa; etcétera. 07
A MI'.MOR IA CON l ’N MARA
E m é t o d o de la hi st o r ia 1
■ M em oriza r a Ira ves de crear una historia nos ofrece una gozosa oportunidad de ensanchar la imaginación. Si piensas en el pasado, probablemeníe recuerdes muchas historias que le contaron de niño, quizá porque eran sensacionales, llenas de colorido, suspense y amenidad; venando las oíste le parecieron muy interesantes. En el sistema de los ganchos éstos se prescleecionan, pero en el método de la historia el reíalo se ('labora lomando como base los elementos que necesitamos recordar. Para utilizar este método, com ponemos una historia hecha a medida con la lisia de elementos o acontecimientos que deseamos memorizar. (Ireamos una nueva his toria para cada nueva lista, y es memorable porque usamos la ima ginación para cnfalizar, exagerar y ('laborar ¡a narración lal como un buen cuentista haría. Tanto si vinculamos datos que guardan una relación intrínseca (como las capitales de los países europeos o los reyes y reinas de Es paña), como datos que no guardan ninguna relación entre sí (como (’n el ejercicio de la página siguiente), Jos principios son los mismos. Los vínculos formados entre' los dalos deben ser lo suficienlemenle r
inleresanles para atraer nuestra atención, un vínculo aburrido no se relendrá en la memoria. Para quesean interesantes emplea el recur so de crear escenas surrealistas, con movimiento y color. Por ejem plo, si los dos primeros artículos de una lista son una «mochila» y un «anillo de brillantes», puedes vincularlos del siguiente modo: «Me puse a buscar en mí sucia mochila el deslumbrante anillo de bri llantes», Intenta no cometer el error de creer que recordarás ciertos datos sin adornarlos: al hacer que sean más vividos y visualizarlos con más precisión, lo cual inc luye imaginar cualquier sonido que emitan o olor que despidan, los consolidarás en tu menle, Si un dato te cuesta de visualizar, como puede ser que te ocurra W5
M i\1 m o n o DI-, I.A IMS I O RI A
Creí* uiifl cadena par a m e m o r i z a r EJIiRl IC JO 10
IJliliza este ejercicio para crear vínculos mentales más eficaces. La habilidad adquirida le ayudará a sacar el máximo provecho del método de la historia. 1. Utiliza esta Ji.sííi depalabras: mantequilla, cocodrilo, teléfono, gasolina, tijeras, pan
(ilíones, lúece, palo, piano, maleta. Piensa en un vínculo ipie conecte la mantequilla con el cocodrilo. ¡So oí cides frí ífízcir parles de palabras si te resalla más fácil [quizá resalle más m r n i o m í j í r pensar en mía tableta de mantequilla dentro de un bello recipiente de madera de coco, que en mí cocodrilo comiéndose la mantequilla; véase p. 100). 2. Después de hacer el primer vínculo, piensa en eí ron/aío en que lo has situado. ¿Cuál es el escenario? Si has relacionado la manlequilla con el recipiente de madera de coco, debes imaginarte la escena en la cocina. Al situar el resto de los objetos en el mis mo lugar, los vínculos serán más memorables porgue licúen el nexo común del lugar. J. Continúa vinculando las palabras. Si alguna le resulta difícil de visualizar en el contexto, piensa en ¡os detalles de la escena. Por ejemplo, la «nieve» podría aparecer en una postal colgada del tablón de anuncios de la cocinaqne muestra una montaña cu bierta de nieve; o el congelador de tu nevera podría estar Heno de «nieven helada. 4. Cuando termines, espera media hora, luego, sin mirar esta página, intenta recor dar lodos los elementos utilizando los vínculos creados. Anótalos en un papel y des pues descubre la página para comprobar cuántos has recordado. 99
L A MI-: M O R I A C O N U N M A R A
si tienes que memorizar, pongamos por caso, las capitales de los paí ses europeos, puedes probar el sistema de la «partición de palabras», en el que lomas la primera sílaba principal o las primeras del nom bre del dato y formas el vínculo necesario utilizando otra palabra que c ontenga alguna de sus sílabas. Por ejemplo, si tienes que rela cionar el país de Estonia con Tállinn, su capital, podrías imaginar a tu amiga Ester comiéndose un plato de tallarines. Esté ejemplo se basa en palabras, pero también puedes seguir un sistema basado en imágenes, en el que se otorga a los datos que de seamos recordar una forma visual simbólica. Supongamos que que remos recordar los signos del zodíaco en su orden celeste. En primer lugar, nos lijaremos en los signos y en sus símbolos porque estos úl— ,
r
timos resultan de inmediato más memorables (y más visuales) que ios nombres (Aries el carnero, Tauro el loro, Géminis los gemelos, et cétera). Después empezaremos a elaborar una historia con la imagen de un carnero. Recuerda que las mejores historias tienen un princi pio, un intermedio y un final, y están llenas de suspense y acción. In tenta se r lo más creativo posible; si te sirve de ayuda relata el cuen to en voz alta a un público imaginario, y utiliza el ritmo y el tono para animar la historia. Puedes imaginar que estás de pie ('ir una lla nura que se extiende hasta la lejanía. De repente, a lo lejos, aparece un carnero que se abalanza a gran velocidad sobre ti, Cuando estás a punto de apartarle, oyes el atronador ritmo de unos cascos y des cubres que el carnero está huyendo de la embestida de un toro. Cuando el loro aparece en el horizonte, arrojando furiosamente el resuello en el aire, ves sobre su lomo a dos pequeñas figuras, los ge melos que gritan pidiendo ayuda... etcétera. Ahora intenta hacer el ejercicio de la página 99 para aprender a formar vínculos con una lista de datos sin ninguna relación, y des pués a la inversa, con una serie de dalos relacionados.
ton
Teje un hechizo narrativo EJERCICIO J J
Crear una historia es un acto personal, pero el relato dt'be seguir una .se cuencia de acontec imientos que puedas imaginar vividamente. Intenta crear uno que le ayude a recordar el orden de los planetas. Adapta este método para memorizar cualquier otro tipo de información. «
1. La secuencia de ¡as ¡Amulas es Mercurio, Venus, la Tierra, Alarle, Júpiter ; Saturno, Urano, Neptuno y Pintón. Visualiza cada uno con una jornia asociada a su nombre: Mercurio podría ser un termómetro; Venus, una bella mujer, como la diosa. 2. Piensa en el escenario para tu historia. ¿Ocurrirá en el espacio o en la Tierra? Si se
desarrolla en la Tierra ¿en qué lugar? Imagina la escena con lodo detalle. ¿Cómo es el paisaje? ¿Hay gente por los alrededores? ¿Qué tiempo hace? ¿Qué ruidos se oyen? Luí pieza íi tejer el relato de la escena. ¿Qué papel tendrá el primer planeta? 3. incluye, por orden, a los planetas restantes. .Sé creativo. Un planeta representa un personaje (¿.Venus?); otro, un lugar (¿la Tierra?); otro, un animal (¿Pintón?). 4. Cuando hayas terminado la historia, espera una hora y ponte a prueba. Al utili zarla como guía, ¿puedes recordar los planetas por orden? ¿Los vínculos que has for mado eran demasiado débiles? En tal caso, cambia los.
L A M K M O R I A C O N US M A P A
El m é t o d o del i t i n e ra r i o
E l método del itinerario combina el método ció los ganchos con el ele la historia. Los dos óllimos utilizan sólo dos de los Ires ingre dientes funda mentales para memorizar: la imaginación y la aso ciación. En cambio, e! método del itinerario lleva las cosas un poco más lejos y utiliza también el de la localización. Por este motivo creo que ei método del itinerario es la técnica mnomolécnica más poderosa de todas. El método se basa en un itinerario mental planificado de ante mano a lo largo clel cual hay un número establecido ele tramos que actúan asegurando los ciatos que necesitamos memorizar. Cuando un recuerdo so fija medíanle la asoc iac ión siguiendo el método ele ¡os ganchos, siempre existe el peligro de que el vinculo sea dema siado débil para poder evocarlo enseguida. En cambio, con el mé todo del itinerario los eslabones ele la cadena son mucho más fuer tes porque los tramos del itinerario están vinculados por la geografía.del itinerario determinado de antemano, y cada dato que debemos recordarse «lija» en un determinado punto destacado del camino. Soy un entusiasta del golf y a menudo oigo que los otros >1 Pistas
del club emplean el método del itinerario sin si
quiera saberlo, al relatar con pelos y señales sus jugadas. Recuerdan perfectamente cada hoyo: qué palos eligie ron ellos y sus adversarios; cuántas veces tuvieron que golpear la bola, la puntuación recibida, etcétera. Lo que recuerdan es una complejísima lista de dalos numéricos. De repente, cada jugador de golf del club tiene una me moria fantástica, ¿por qué? Porque utilizan el método del itinerario. Cada golfista ha utilizado una ruta mental que consiste en Itt tramos alred edor clel campo de golf. En cada tramo ! 02
1:1 METODO 1)1.1. I II NGRARIO
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ha emplazado hechos connrlos di' su juego. Al rememorar mcnlalnienle lo.s pasos dados, los golfistas recuerdan, a Iravés de la aso ciación, los detalles que han ido almacenando a lo largo del itine rario. Quizá pensemos que nada hay de sorprendente en la facilidad con que almacenan la información, y en muchos sentidos tendría mos razón, Es totalmente lógico. Todos utilizamos el método del ilinerario de ve/, en cuando, independientemente de que intentemos recordar una vuelta de golf o el lugar del supermercado donde es tán los huevos. Cuando los datos se encuentran en el contexto de un itinerario, es obvio que al «recorrerlo» mentalmente obtendre mos los dalos que necesitamos. Sin embargo, he llegado a la eondCisión de que podemos colocar a lo largo del mismo itinerario da tos que no guarden ninguna relación (digamos que en el campo cíe goll o el supermercado) y recuperarlos al recorrer el camino men talmente. Lo que en realidad he hecho ha sido reconocer algo que i Os
LA MEMORIA CON CX' MALA
todos hacemos espontáneamente, y empezar a utilizarlo con un objetivo. De modo que ¿cómo elegimos el itinerario? Cualquier camino conocido servirá, lo importante es que los tramos o puntos de re ferencia destaquen. Dedica ahora unos momentos a pensar en un itinerario que hayas recorrido muchas voces: quizá el camino que haces cada mañana de casa al trabajo o el trayecto desde tu casa a la de tiis padres. Puede ser incluso uno de tu niñez, como el paseo que dabas por el bosque o el recorrido para ir a la escuela. Quizá, igual que yo, decidas seguir mentalmente el itinerario de tu campo de golf preferido, Sea cual sea el itinerario elegido, visualiza cada tramo con el máximo detalle posible. Si eliges el camino desde tu casa a la tienda del barrio, imagina que estás en la puerta a punto de recorrerlo. Visualiza que atraviesas el porche, tomas el sendero que conduce a la entrada, y luego giras a la derecha para salir a la calle. ¿Delante de qué estás pasando? Imagina cada edificio o pun to destacado frente al que pases con el máximo detalle posible, Si es un edificio, ¿qué tipo de arquitectura tiene? ¿Qué ocurre dentro de él? Si, por ejemplo, es una tienda, ¿qué vende? ¿Quién es el pro pietario? Quizá sea una panadería y el aroma del pan recién hecho ilota por la calle. Intenta ver cada punto destacado de manera tri dimensional. ¿Cómo cambia tu perspectiva al pasar delante de cada uno? ¿Podría cualquiera de ellos servir de tramos determinados en los que fijas los datos que deseas memorizar? Por supuesto, cuanto más llamativos sean, mejor, intenta incluir tantos puntos destaca dos como puedas, quizá un monumento en memoria de los caídos o una fábrica desvencijada. El número ele tramos determinará la cantidad de dalos que puedes lijar en ese itinerario concreto, de modo que si tiene 24 tramos, puedes colocar 24 artículos de la lista de la compra, 24 puntos importantes de una conferencia, o 24 per sonas ('ii una habitación. Pero al principio no esperes demasiado de ti mismo, empieza con unos diez tramos. 104
■I. M Í T O D O !)]■[. [ T I N F . R A R i O
Recorre el camino EJERCICIO 12
Si al principio le cuesta recordar los dalos que has ido fijando a lo largo del itinerario, este ejercicio entrenará lu mente a formar unas asociaciones más sólidas invitándote a «recorrer el camino». /. Elige mi ilitierario Jo Jo suficientemente corlo para poder hacerlo a pie, quizá un pa seo por tu parque favorito.-Antes de ir; visu aliza a eí reco recorri rrido do y Jija ij a diez iez tramos. tramos. Podrían Podrían ir; visualiz ser tu bancofavor favorito ito,, un jardí jardín n de de rosales, un parqu arque e infanti infantil l o o im pequeño lago. 2. Escribe la siguiente lista en mi papel: rueda, explosión, gorila, coche, alfil, lápiz, jaula, jaula, azul , ordenador, ordenador, champán, champán, ¡.lévate ¡.lévate la lista lista y sal a «recorrer «recorrer el camino». camino». 3. Cuando llegues llegues al primer prime r tramo, párale. Forma Forma una asociación im imag agin inar aria ia que que vincule éste y el primer objeto de la lista. Coni iruin ruin dcs/més vinculando cada objeto con los luimos luimos restantes. 4. Al regresar a casa recuerda recuerda el itine itinerar rario io mentalmen mentalmente te y piensa en los objeto objetoss que que luis vinculado con lisia a de objetos objetos si es es necesario. necesario. con cada (rumo, (rumo, Consulta la lisi 5. Haz Haz el mismo recorrido recorrido al día siguiente siguiente pero pero esta vez vez sin la lista. Cuando Cuando llegues llegues a cada tramo tramo recuerd recuerda a el objeto objeto que que has fija fijad do en él mentalmente. Al día siguiente, siguiente, teco teco
sólo con Jo imaginación; ¿puedes recordar lodos ¡os objetos? rrc el itinerario sólo 103
L..YIO IOK K IA ( O.V l ’ X M A P A I.A YI i L..Y
Para poner en práctica el método del itinerario colocamos los artículos t|ue necesitamos recordar a lo largo del itinerario elegido v visual i/amos una asociación, escena o cua dro mentalmen men talmente. te. Supongamos que necesitas recordar una lista de actores famosos. ¿Cómo situarías a cada uno de forma memorable* en el punto des tacado idóneo? Por ejemplo, Clinl Easlwood podría estar apoyado en la entrada del jardín vestido de* cowboy sujetando una escofieta con el cañón humeante. Cuanto más imaginativos sean tus parajes, más memorables serán. Así que en lugar de lijar un punto ele* apo yo tan vulgar para tu estrella de cine, imagina que la entrada del jard ja rdín ín se co nv nvie iert rtee en las dos puerta pue rtass de un unaa cant ca ntina ina,, y q u e c u a n do Clinl sale* empujándolas de* golpe con su arrogante* caminar ele* cowboy, ¡a calle queda sumida en silencio. Al terminar tu itinerario éste estará lleno, de un modo surrealista, de adores tal como son haciendo sus cosas típicas.
Por supuesto, no hay ninguna razón para recordar sólo un iti nerario. Yo tengo una provisión de distintos trayectos (como una serie de cintas de víd eo mentid es), cada un uno o me sirv irve* para recordar cierto tipo de* informaciém: el campo de* golf, fiara memorizar un mazo de cartas; un camino de* mi niñez, para memorizar los nombres ele la gente de las conferencias a las que asisto, Si necesito recordar una lista de la compra, coloco los artículos en un itine rario alrededor de mi casa. Sin duda este método es una ampliación de* Ja técnica romana ele la «villa para memorizar». Del mismo modo que los romanos crea ban imágenes mentales ele* sus hogares, pienso que el método del itinerario funciona mejor si se desarrolla en un lugar conoc ido.
106
M M I - T O D O 1)1 í. tT IN K RA RI O
La casa corno escenario para memorizar EJERCICIO
I
Este ejercicio sirve de base para memorizar, por ejemplo, diez artículos de la lista de la compra que se depositan en un itinerario alrededor del hogar. /. Visualiza el interior de lu hogar. Imagina que visitas lodos las imbibiciones, desde la entrada hasta la cocina, (a sala de estar, el comedor y, por último, el dormitorio. 2. Establece diez tramos en los que colocar los artículos que desees recordar: el espejo del vestíbulo, elfregadero de la cocina, !í¡ medin de noche..., en el orden en que los irás cruzando.
a Recorre mmln/me/i/í' íjí hogar colocando cada uno de los siguientes artículos en el orden corréelo: queso, leche, naranjas, helado, cereales, plátanos, pan, hrócoli, pescado, tamales. Sé imaginativo: el queso está colgado del respaldo de la silla del vestíbulo como si juera tm abrigo, la leche sale del grifo del fregadero de ¡a cocina, el tomate es el pie de la lámpara de la iuesila de noche. 4. Espera ahora durante cerca de una hora, y después imagina de nuevo el itinerario, Cuando llegues a cada ¡ramo, debes recordar el artículo que has colocado. Y cuando va yas a la tienda de comestibles, recuerda el ¡iniciaría mental que has recorrido ni trisa. 107
LA MEMORIA CON UN' MAPA
El sistema Dominic Intentar recordar números conlleva la dificultad de que fuera de su mundo abstracto tienen muy poco significado. Para vencer este obs táculo, he desarrollado el sistema D O M IN IC (Descifre De los Núme ros Representados Mnemotécnicamenle En Personajes), como un medio para relacionar los números con el estimulante y mucho más memorable' mundo exterior. El núcleo del sistema DOMINIC es tu imaginación, ya que la em pleas para desarrollar una forma de «ver» los números como si fue ran imágenes (y, de ese modo, resulta una alternativa o un comple mento al sistema de la forma numérica descrito en las pp. 110-111). Las imágenes que más éxito tienen para este objetivo son las de per sonas, porque son flexibles, móviles y reactivas, elementos que el sistema D O M IN IC utiliza para ayud ar a recordar. Así que ¿cómo funciona el sistema? En pri mer lugar pienso en números que se asocien automáticamente con gente (al menos, para mí), Por ejemplo, el 07 se convierte en James Bond (que es el agente número 007), el 10 se con vier te en Dudley Moore (la estrella de la película 10), y el 39, en Mister Memory (de la novela de
John Ruchan irania y nueve escalones). Sin embar go, para los números que no evocan una aso ciación inmediata es necesario construir una serie de pasaderas mentales para vincular el número con la imagen, y esto se realiza a través de un alfabeto de 10 letras. A cada una de las c i fras 0, I, 2, 5, 4, 5, 6, 7, fi, 9 se le adjudica una le tra; para ('I 1 podemos usar la A, la primera le tra del alfabeto, para el 2 la li, y para el 5 la C, etcétera. Pero a menudo 10 »
(la mejor resultado mezclar vinculaciones lógicas con otras creativas: el 0 podemos vincularlo ton la letra O por la forma que tiene, y el 6 con la letra S porque «seis» tiene dos eses. 1:1.siguiente paso es agrupar ios números en pares, que después se utilizarán para crear las iniciales de personas. Para las unidades del 0 al 9, añadiremos un cero al principio: 01, 02, 03, etcétera. El 00 repre senta el propio 0. A partir de este punto, como es obvio, los números siguientes basta el 99 ya tienen dos cifras. E)c modo que el 66 podría convertirse en S(ylvesler) S(tallone) y el 12 en Aína) B(olena). La clec/ j
ción de los personajes debe ser tan diversa tomo sea posible. No es necesario que te formes una imagen mental completa de cada uno, pero es importante que seas capaz de asociarlos ton una acción o ac cesorio característicos suyos: Stallone, con una ametrallado ra; Ana Bolena, con la decapitación. Y a través de ello empe-
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zara a aparecer un vocabulario que necesitarás ir ampliando para poder cubrir todos los números del 0 al 99. Al principio
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quizá te parezca una tarea tic' enormes proporciones, pero si le fi jas el objetivo de crear cada semana los personajes para 20 números, le sorprenderá ver la rapidez ton que aprendes este nuevo lenguaje. La clave está en asegurarle de que las asociaciones sean obvias. Así que, para recordar el número del seguro médico (supongamos que es el 071237) piensa en un lugar, como el consultorio de tu barrio. Divide t'l número en pares y adjudícale las letras correspondientes (y después los personajes y acciones) siguiendo el sistema D O M IN IO el 07 es James Bond/ccinduciendo velozmente un coche, el 12 se convier te' en Aína) B(olena)/decapitación, y el 37 en Cílaudia) Síc:hiffer)/dcsfi lando por la pasarela. Elabora luego una minihisloria utilizando un sistema de persona-acción-persona-acción. De modo que el 071237 se convierte en una escena que se desarrolla en un consultorio, donde James Bond (persona) decapita (acción) a Claudia Schiffer (persona). Si le queda un número después de for mar los1pares (supongamos que el número fuera 0712374), combina el sistema DOMINIO con el sistema de la forma numérica.
I A M E M O R I A C<) .\ l ' K M A P A
El sistema de la forma numérica I mundo moderno está lleno de números cjue intentan hacernos la vida más fácil Tenemos que recordar los nú meros P IN para nuestras tárjelas banca rías, los códigos de seguridad para entraren el edificio en {'I que traba jamos, í 'I número secreto para programar el televisor o impedir que nuestros hijos vean determinadas pelícu las, y para qué hablar de los números de teléfono de los amigos, familiares, colegas y (Mentes. Si olvidamos en r
casa ('I organizador personal o la libreta de direcciones, nos sentimos totalmente perdidos. Ls el momento de reintegrar el único organizador personal que nunca perdemos: nuestro cerebro. Memorizar números presenta ('I problema de que para los que no sentimos una gran pasión por la arimética nos inspiran muy poco. Son estáticos, inexpresivos e impersonales. Aparentemente se relacionan sólo con la parle lógica de nuestro cerebro. Para lograr que sean más memorables, debemos hacerlos más atractivos con nuestro aspecto creativo, debemos convertirlos en Huidos, visuales o imaginativos. Uno de los métodos más populares es el sistema de la forma nu mérica, en c'l que cada número, incluyendo el ó y el 9 se convierte' en un objeto concreto relacionado con su forma numérica. Por ejemplo, el 0 (cero) podría verse como un anillo ele oro o una pelota de fútbol; el 1 podría ser una vela o un lápiz; el 2, un cisne1o una serpiente; el 3, unos labios de perfil o unas esposas; el 4, un velero navegando o una bandera; el 5, un caballito ele maro un anzuelo; el 6, la trompa de un elefante o un palo ele golf; el 7, un bumerán o un trampolín; el ti, un muñeco ele nieve o un reloj de arena; y el 9, un globo alado a un cor del. Puedes elegir Sus propias asociaciones, intenta que sean relevantes en tu vida incluyendo objetos de tus aficiones favoritas, etcétera. Después de haber hecho las asociaciones, podemos crear histo10
4
i. si.si i■:.via di; i a forma
rías para recordar las secuencias numéricas. Por ejemplo, si el núme ro secreto de tu tarjeta banca lia es el 4291, podrías imaginar (¡de para llegar al banco tienes que navegar (4) por un río, pasar por (le íanle- de un cisne (2), (¡cíe- sujeta con ei pico un cordel al final del cual hay un globo (9). Al otro extremo del cordel está alacio un lápiz (1), que coges para firmar con tu nombre1. Para secuencias más largas, intenta utilizar el método ele-i itinera
homérica
A I il a jn r m\ mf
al mam/o de las
NraJfNrriirtas,
mis cjrtojrJrfrurets rnírr jírcíí'c'.sas c/r¿e a freías
ve\ r cí>j rao
la jrjús Ñfin mema de
¡ns actividades
Uiutmtios v lo
rio (véanse pp. 102-107) combinado con el sistema de- la forma nu
ma.s
mérica. Así (¡ue- si los ¡res primeros números de una secuencia de- 12
de írr pama.
son el 8, e-l 0 y e! .3, y el itinerario elegido es el campo ele golf, podc1-
Sin emita ajo, apa/ es (h ud e el a elisia
inos imaginar que en e-l primer lee (e-l primer Iritmo del'ilinerario) hay
lia te más
un muñeco de nieve; que e-n e-l fondo del cilindro metálico del primer
¡f os il ti li da de s de
hoyo (sc'gundo tramo) brilla un anillo de- oro; (¡ue- en el siguiente icx1 (tercer ¡ramo), un golfista esposado inle-nla golpear una hola, ele.
íiesafrailar .ve imaginación.
llavelock El lis
[925
Cómo recordar los números de tres cifras Para recordar los números de Ires cifras podemos' com binar el sistema DOMINIC con el sis— lema de la forma numérica, Todo t Lian lo necesitamos es dividir el número en un par ele cifras y en una /Tí7 unidad. I Por ejemplo, el 150 se Convierte en 15-0. Según el sislema D O M IN IC el 15 es AID mientras que en el sislema de la forma numérica el 0 po dría recordarse tomo una pelola ele (úlhol. Para recordar el numero 150, combinamos los dos siste
mas. De ese modo, por ejemplo, quiza Alherl lunslein (AID esta chutando una pelóla. ¿Y qué ocurre si quieres re cordar que lu amigo vive en ('1 número 125? TI 12 es AB en el. sisA lema D O M IN IC, o sea \ /
I Li
LA M I-MORI A CON UN MA PA
Los Mapas Mentales L o s Mapas Mentales fueron inventados por Tony Buzan, que ha es crito o lia sido coautor de 80 besl-séllers sobre1e! cerebro y el apren dizaje*, y es además cofundador de* la Olimpiada de Deportes Menta les. Un Mapa Mental puede* verse como una represen lack'm física ele la información que debe retenerse e*n la memoria, al igual que el método ek'l itinerario c*s una represen tac km mental. Son ayudas e*fi— car ísimas para grabar y rele'nc'r los dalos porque condensan los le mas a sus puntos básicos y le ofrecen un resumen del conocimiento fundamental que puedes retener mentalmente. Todo cuanto necesi tas es una hoja ele* papel y varios lápices de* colores. Un Mapa Mental puede imaginarse como una visión panorámi ca ele un árbol cuyas ramas no crecen hacia arriba, sino hac ia los la dos del tronco. Tiene* una imagen central que* «'presenta el lema de*l mapa, l as línc'as (ele-nominadas «ramas») se* dibujan irradiando del tronco central y cada una representa un tema principal. Lo ideal se ría dibujar cada línea con un color distinto. Cada lema se* represen ta con un esbozo a modo de etiqueta que indica el contenido de la rama perlinc*nlc‘. Además, nacit'ndq de* las ramas principales, se* di bujan unas líneas (ramas secundarias) adicionales en las que* so es criben palabras clave (o se representan pictóricamente) para indicar la información relacionada con ollas. Lo ideal sería t]ue* tocias las lí neas que* nacen ele* una rama principal tuvieran el mismo color, para que los grupos de'información [ludieran reconocerse al instante. í.as líneas se van ramifieando, volviéndose más pequeñas y aumentan do los detalles específicos que hay anotados en ellas, Para crear, por ejemplo, un Mapa Mental de este libro, coge* una hoja gránele de pape*! y empieza con una imagen central. Puedes dibujar una cabeza y etiquetarla como «Memoria», Cada rama sólo debe* tener una palabra o frase* clave, por ejemplo, «I listo— 1 12
IOS MACAS MEXTAI.KS
riii» o «Cerebro», y ha de sor do dislinto color. Dibuja imágenes sim bólicas a lo largo do ollas para que sirvan do ayudas para momorizar. Naciendo do cada rama principal, dibuja ramas secundarias y diquélalas con los lomas adecuados, por ejemplo, «Narradores do historias» y «Griegos» procedemos do la rama do «Historia». Si se le ocurro un pensamiento asociado, anótalo y dibuja una línea que nazca do la rama correspondiente. Una ventaja do los Mapas Mentales os quo nos ofrecen un medio para dar forma coherente al conocimiento que crece al azar, según los pensamientos que tenemos y la información que acumulamos. Por complejos que sean, siempre4habrá sitio para cualquier nuevo elemento que deseemos añadir. 1:1 Mapa Mental, al ir creciendo, te ayuda y a la vez refleja la evolución de tu comprensión del lema. Id M apa M e n laP ™ es una marc a registrada po r'to ny Buzan en listados Un i dos v el Reino l'nidn.
1Is
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H t u e .o c i n c o
LA
M E M O R I A
EN
A C C I Ó N
7 é cn ic as
p a r a
en
la
d e s a r r o l l a r
vida
la
m e m o r i a
calidi ana
la mayo ría d e nosotros n o nos c ostaría imaginar cómo el hecho de tener una buena memoria mejoraría nuestra •»
vida cotidiana. Poder asignar con precisión un nombre a una cara, recordar al instante el número de teléfono o la dirección cié un amigo, recordar la información en el aclo, llevar una agenda mental de los aniversarios y poder encontrar siempre la palabra justa, estas aptitudes están al alcance de cualquier persona que desee experimentar nuevos enfoques para apr en de r a desarrollar su memoria. En este capítulo se descri birán técnicas que sirven para todas estas tareas cotidianas, y además para ganar las partidas de cartas y ajedrez, y ser un eficiente orador sin utilizar notas. Veremos las aplicaciones concretas que tiene en nuestra vida gozar de una buena me moria, y quizá quedemos sorprendidos al ver el gran poten cial qué tenemos de incrementar el placer que produce el ha cer algo bien.
LA M E M O R I A E N A C C IÓ N
Asocia nombres a la gente L a mayoría tendemos a poder reconocer una cara que hemos visto antes, pero nos cuesta recordar su nombre, Una de las ventajas dia rias más agradables de gozar de una buena memoria es la capacidad de recordar el nombre de alguien que nos hayan presentado breve mente, aunque la presentación haya ocurrido hace varios años, La clave radica en vincular la cara, el nombre y el lugar en una cadena de asociaciones, Cuando le presenten a alguien, estudia su rostro. ¿Tiene algún rasgo característico? Si tuvieras que dibujar una caricatura de su cara, ¿qué parles exagerarías? ¿La cara da la impre sión de ser cálida o fría; feliz o triste’; vital o c ansada; segura o tím i da? Eticamente es muy cuestionable enjuiciar a los demás basándo nos en su aspecto. No obstante, los estudios han demostrado que a los individuos que se les pidió que hiceran suposiciones sobre la J’ffl1alguna razón oculta hay en
personalidad de alguien basándose sólo en su «aspecto», fueron ca
nuestro rostro
paces de recordar mucho mejor el nombre de aquella persona. En
ciertos caracteres
beneficio de tu memoria, olvida ia cuestión etica, pero no dejos que
(¡tie conllevan
tus juicios influyan en la impresión que te formes de una persona.
el Jffiiíi de nuestra tilma, y a pesar
Cualquier cosa que se te ocurra sobre ella o sus rasgos ¿cómo puede
fíe no rstnr escritos
reflejarse en su nombre;? Supongamos que te presentan a una mujer
con ¡as letras
que se llama Valeria Palomo. Tiene una cara feliz, la nariz puntiguda
del alfabeto,
y el cabello castaño con reflejos cobrizos. Puedes visualizar una be
¡ntede leerse en ellos nuestra naturaleza.
Sir Thomas Brovvne
lla paloma torcaz descendiendo felizmente en picado sobre el valle. El valle desencadena el nombre ele Valeria
y
como la paloma torcaz
tiene el pecho rojo cobrizo, la imagen le evoca su apellido; la nariz puntiaguda refuerza la ¡dea del pájaro. Resume la imagen: visualiza la paloma anidando en su cabello. V cuando desees recordar su nombre, su cara te evocará la imagen del pájaro sobre su cabeza, despertando la cadena de asociaciones.
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A S O C IA N O M B R F . S A
LA
(»EN'Tli
¿Qué encierra un n o m b r e ? EJERCICIO 14
Este ejercicio le servirá para acostumbrarle a formar imágenes y asociac io nes que le ayuden a recordar nombres y caras. Para simular un primer en cuentro, haz este ejercicio con un amigo. 1. De mi montón tic revistas y periódicos recortad cada uno diezfotografías de rostros desconocidos. Si no tienen ningún pie de foto para identificarías, podéis inventaros al gunos nombres adecuados y escribirlos en el dorso de las imágenes, 2. Intercambia tus fotografías con las de tn amigo. Extiéndelas y estudia los rostros antes de mirar sus nombres. Trabaja con tas impresiones iniciales. ¿Cómo debe esta persona ganarse la vida? ¿Tiene una cara agradable, severa, desgastada, jovial, ansio sa, traviesa, etcétera? ¿Dónde es posible que viva? 3. Deja que tu imaginación forme asociaciones con los rostros y los nombres. Limifrí el tiempo dedicado a ello a menos de im minuto por cara. 4. Deja ahora ¡as fotografías a un lado y espera rwos quince minutos o más si lo de seas. Ton a prueba a tu compañero mostrándole tasjotos y cubriendo ios /lomfws. JYdeie que haga a su vez lo mismo co/ilú/o. ¿Cuántos nombres has recordado correcta mente? 117
I A iVl \.iVl O K I A ! N A C C IÓ N
Recuerda una fecha
Im ag in a .si, mrs tras mrs, pudieras confiar en que le acordarás de lo dos los cumpleaños y aniversarios que necesitas recordar y pudieras verlos llegara medida quo la fecha so fuera aproximando; y re cordar también las fechas de las reuniones laborales o el plazo de entrega de un trabajo. Imagina además que pudieras hacer lo sin tener que depender de ningún papel, agenda o ayudante. So cial mente, serías capaz de responder de inmediato cuando alguien Le preguntara si querías reunirle con ellos la semana próxima; siempre harías que tu pareja se sintiera especial al no tener que recordarte vuestro aniversario más importante; y en los negocios dejarías im La memoria
es ¡n
«yenda que lodos ¡levamos siempre
anima.
presionados tanto a los clientes como a los jefes con tu conocimien to mental dei programa. Puedes utilizar el método del itinerario para construir una agenda mental mensual que le ayudará a recordar las fechas *
O se tir W i l d c
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importantes. La idea básica es situar cada acontecimiento importante a lo largo de los 31 tramos de un itinerario elegido de
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antemano (véase el ejercicio de la derecha), en el que cada tramo representa un día del mes. Como es natural, algunos días deberán tener más ríe un dalo: quizá dos reuniones por la larde o un día en el que dos amigos tuyos cumplan años. En tales casos, necesitarás usar la imaginaciéin. Puedes imaginar una reunión con una agenda híbrida y surrealista: si una reunión ha de tratar di' cuestiones rnonefarias y otra de control de calidad, puedes pensar en un billete de banco estropeado. O visualizar a los dos amigos en el mismo acon tecimiento: ¿cómo funcionaría la química entre* ellos? (lomo ocurre siempre con los sistemas de memorización más elaborados, son más efectivos si los experimentas y adaptas hasta obtener un método que le funcione v en el cual creas.
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KI.C Uí-'RDA l VA i ECHA
Utiliza una agenda mental EJERC ICIO
15
Este ejercicio le ayudará a crear tu agenda mental mensual. 1. lilige un itinerario con 3 1Iranios, uno por día del mes (no importa si algunos me ses lienen un día nífjuwj. intenta iniciarlo en un pimío elevado , como la cima de una colina, desde donde puedas ver todo el camino, o sea el mes que tienes por delante. 2. Refuerza la mitad del mes (día 15) dándole un atribulo único, quizá marcando el tramo con una escalera que deberás subir o un arroyo que deberás cruzar de un solio. Te ayudará a conocer con exactitud iu posiricfri «actual» con relación al resto del mes. 3. Sintetiza cada cita con un símbolo, quizá tu aniversario puede representarlo tu pa reja jugando con un anillo enorme de matrimonio como si fuera un «Inda hop ». ío loca cada símbolo en el tramo pertinente del itinerario . Intenta hacer que los símbolos y ios iranios irileractúen entre sí. Supongamos que el día 4 debes reunirtecon tu jefe y que en el cuarto tramo hay un campanario, en tal caso puedes imaginar que tu jefe se balancea colgado de la cuerda de la campana. Al finalizar el mes, visualiza que sacas todas las imágenes de los ¡ramos, y vuelve a colocar cualquier cita que hayas conceda do de antemano para el próximo mes. 119
I A MI M O K I A KN A ( T I ( ) \
E n c u e n t r a I a p a l a b r a j us 1a
L a red internacional de lectores reúne en ('I Oxford W orld Kcading Prograinme cerca de Ift.CKK) nuevas palabras y modismos cada mes, sólo en inglós. Si las añades a las palabras ya existentes, ¿no resulta asombroso que a veces seamos incapaces de encontrar la palabra ay varias técnicas que sirven para recordar una palabra, pero una de las más sencillas es trabajar con las primeras letras del alfa beto, probando tina letra cada vez, hasta que tengas la sensación de haber encontrado la inicial de la palabra buscada, Cuando creas te nerla, deslízala por tu lengua, pronunciándola en voz alta. Y después comprueba si la palabra aparece espontáneamente. Si no es así, y si la palabra empieza con una consonante, prueba de añadirle cual quiera do las cinco vocales, para ver si la recuerdas. Pero si empieza con una vocal, la tarea será más laboriosa, porque tendrás que ir probando con todas las consonantes. Otra forma de recordar una palabra sería empezar a expresar en voz alta, con una serio de frases distintas, su significado. Al empezar cada frase, confía en que la palabra olvidada aflorará tlel fondo de tu mente. Para recordar las palabras también es útil conocer su etimología ti origen, la raíz de la que proceden históricamente (suelen derivarse1 del latín o del griego). Sin embargo, la propia etimología clave que nos inventamos puede ser igual de útil. A menudo una sílaba clave traerá a nuestra mente el significado de la palabra. Por •« . . . »
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ejemplo, cuando grabamos en la memoria la palabra
.
• .............. .....
«amortizar», que significa recuperar el coste1de una inver1 sión, podemos pensar en la palabra morí (que en francés signiíicm «imiorle») como si se malara o eliminara el eosle.
120
£/ p a r a í s o de los c r u c i g r a ma s EJERCICIO
16
Un crucigrama puede ser un frustrante pasatiempo si no logramos encon trar tas palabras que nos faltan para completarlo. Usa las siguientes ¡deas para llenar los espacios en blanco y acabarlo i.sin consultar el diccionario! í, Gañir/o hayas rellenado las casillas con alguna klra , copíalas en una hoja de pa pe! dejando ¡os espacios ni ida neo (no (races líneas para indicar ios ¡dáñeos). Observa la palabra, ¡úfenla no mirarla fijamente: relaja eljoco de tu mirada e imagina que ves «a través» del papel (ti otro lado, Luego, vuelve a tmjocar ia mirada e intenta encontrar en tu mente, mientras tu cisión se ajina , ios letras que faltan. ¿Aparece la palabra? 2. O bien utiliza un sistema de ubicación para encontrar la palabra. Piensa en la pis ta que le da el crucigrama, ¿has hablado alguna vez con alguien sobre esle tema? Por ejemplo, si la pista es«Bastón intercambiado en uno carrera de relevos (5)», intenta re contar una conversación que tuviste, supongamos que juera sobre las olimpiadas. ¿Con quién la mantuviste? ¿Dónde estabas en aquel momento? Y espero que al pensar en el tema le acuerdes de la palabra que necesitas (en este caso «testigo»)-
3 O, si no encuentras la solución, podría también deberse a que no le estás atribu yendo la construcción gramatical correcta. Por ejemplo, la sílaba «c?ab puede tener una consonante cu medio (cha!) en lugar de una vocal (cual).
A i V t K M O R I A t-N A i < IO i \
Habla r e n pú bli co H ablar
en público puede hacer estremecer de miedo hasta al me
jor orador. Incluso los actores, comediantes, abogados, sacerdotes, y Nunca pude dar
muchas otras personas que regularmente hablan en público confie
fíjr líffor discurso
san que se ponen nerviosos antes de su «actuación». Sin embargo, si
improvisado mm
confiamos en nuestra memoria, hemos organizado bien el discurso,
ífNk'.s-' hahcrh preparado durante varias honis.
.VLirk ivvai n 1879
y somos capaces de idear un sistema que desencadene nuestros pri meros pensamientos y después los siguientes, en tal taso el nervio sismo habrá pasado a la historia. Usar adecuadamente el método del itinerario (véanse pp. 102-107) puede ofrecernos uno de los mejores medios para memorizar efi cientemente un discurso. En primer lugar, nos suministra un «primer pensamiento» establecido de antemano (el punto de partida del iti nerario), eliminando la tensión de tener que recordar las primeras palabras de un discurso. Pero lo que es más importante aún, crea un sis tema visual y lógico mediante el cual somos capaces de asegurar todos los puntos principales que queremos exponer. Si no estás acostumbrado a hablar en públi co, dedica un rato a establecer el contenido del texto y a asegurarte de que sea lógico, coheren te e imaginativo, ya que esto ayudará a que se vuelva más memorable para Si. Utiliza un Mapa Mental para organizar los puntos más importantes cpie quieras exponer, Escribe des pués un párrafo sobre cada punto, aseguránd o
sfei-i-wsríS’w* •*
te de que el argumento sigue un hilo discursi vo lógico. Puedes pedir a un amigo que lo lea y Le haga alguna sugerencia. Una vez escrito, vuelve a leerlo dos ve
! 22
MA UL AR I \ t'C IU l< O
tes cuando es le terminado para familiarizarlo lo laJm enle con su conlcnido. Decide qué itinerario servirá de mareo para el discurso. Puedes elegir uno relat ionatlo con el aconlet ¡miento sobre el que has
L A M E M O R I A I: N A C C I Ó N
La m e m o r i a y los j u e g o s
S e g ú n está convenido, a cada casilla del tablero de ajedrez le co rresponde un número y una letra. Los números (del uno al ocho) se encuentran al extremo del tablero, y las letras, van de izquierda a de recha. Las piezas blancas empiezan a jugar en la primera y segunda línea; y las negras, en la séptima y octava. Todas las «piezas» de ajedrez, excepto los peones, reciben una letra: Reina, D; Rey, K; Caballo, C; Torre, T; Alfil, A. Ln el sistema DOM1NTC ya hemos aprendido (véase p. 108) a asignar letras a los números (I = A; 2 = B; etcétera). Como cada casilla del tablero de aje drez puede identificarse con un número y una letra, este código puede convertirse fácilmente en iniciales (o sea en un personaje). Quizá la primera jugada sea la del caballo al c3 (0:3). Se gún el sistema DOMINIC, c3 = CC (supongamos, Charles Chaplin), de modo que el caballo se mueve al Charles Chaplin. ¿Pero resulta esto memorable? Todavía no. Cada pieza de ajedrez necesita estar representada por un personaje, blige los que más se «adapten» a las piezas. Quizá las reinas podrían ser Isabel de Castilla; los caballeros, el Cid Campeador; etcétera, Sólo necesitas un personaje para cada tipo de pieza (sin embargo, necesitas inventar un sistema que te ayude a recordar cuál ele tus caballos se mueve a una casilla a la que ambos puedan acceder; y también respecto a las torres), Los peones no necesitan estar representados por un personaje, el movimiento de un peón lo recordarás como si implicara sólo al personaje de la casilla, En el ejemplo anterior, Cc3, que es el Cid Campeador (el caballo), se mueve al Charles Chaplin (casilla c3). Para recordar el orden de la ju gada, necesitamos depositar cada movimiento en los tramos de un viaje. Así que, si Cc3 es el primer movimiento de las blancas, primero combinamos los dos personajes en una sola imagen: el Cid Campea 124
I A M EM O R IA V I OS JUEGOS
dor adopta la acción o los accesorios íic Charles Chaplin (¿podría ser quizá el Cid Campeador compitiendo en una justa con el bastón de Chaplin?). Luego colocamos esta imagen en un tramo del itinerario. La respuesta de las negras (que colocaremos en el segundo tramo) podría ser Ció, el Cid Campeador cantando como I rank Sinatra (en el sistema DOMINIC, el seis recibí' la letra «s»). Un itinerario de 12 tramos nos permitirá moni oriza r un gambito; y uno de ó() iquizá toda la partida! Una de las mayores ventajas de tener una buena memoria en los juegos se aprecia en las cartas. El recuadro (de la parle inferior) nos presenla las' técnicas para memori/ar una partida de black-jack. Sin em bargo, si juegas a las cartas ¡ten cuidado!, ningún sistema es infalible. Aprender a memo rizar una baraja de cartas mezcladas es una ¡me na forma, por lo general, de ejercitar tu memoria. Mi [trucha favorita en los Campeonatos de Memoria es la de las «cartas rápidas» (memorizar
C ó m o í ) a n a r l a p a r i i d a Podría escribirse un libro ente ro sobre cómo contar las tartas, pero he aquí un breve* resumen de mi técnica. Hn el black-jak, cuantas más cartas altas que den en el snlwf del cru pier, mejores serán las cartas que se servirán. Para recor dar las cartas dLstri buidas, adjudico a c ada una un valor numérico. Los naipes del dos al seis = 1; del siete al nue ve = 0; y el 10, el as y tas figu ras = -I. ( liento el total de los valores de las cartas distribuidas. Las apuestas han de lijarse cada
vez antes de repartir las car las, así que si el total es mayor de + L sé que aún quedan cartas altas en el j a í i o J del crupier y au mento la siguiente apuesta; y viceversa. Esta técnica es buena para una sota baraja, pero los casinos utilizan un siilwl con ocho liara jas de cartas, de modo que un «verdadero» cálculo sólo pue de conseguirse dividiendo el to tal de los valores ele las cartas distribuidas por el número apro ximado de barajas que quedan aún por repartir.
LA MI-.MOKIA I X AC ( IO\'
Lina baraja de tartas a contra reloj). Para ello utilizo la técnica siguiente. l£n primer lugar debemos aplicar los tres puntos claves para me mo riz ar — la imaginac ión, la asociación y la localización— a través del método del itinerario. Un camino familiar de *>2 (ramos nos ofrecerá una cinta ele vídeo mental en la cjue podremos grabar el orden aleato rio de todas ¡as cartas de la baraja, El itinerario debe ser especialmen te familiar. Antes de coger una carta de ¡a baraja, piensa atentamente en c'l itinerario y establece con precisión los >2 puntos destac ados. Pasa el vídeo en to mente una y otra vez hasta que queden grabados. Por último, coge una baraja de cartas. Para poder recordarlas to das en cualquier orden, necesitas clara cada una su propio código vi sual permanente, Representa cada carta con una persona que pueda inleractuar con los tramos del itinerario, para que se vuelva memora ble. Coge los naipes de las figuras y examina sus rostros. Imagina que cada una es una persona conocida, quizá la sota de corazones se pa rezca en c ierto modo a tu sobrino Si las figuras no te recuerdan a na die que conozcas, asígnales la identidad de algún personaje famoso. Representa después las otras carias con otras personas. Esto es más difícil, pero una voz domines esta parte1clti código, podrás me morizar toda la baraja. Aunque al principio le cueste, tómatelo con calma y lo lograrás. Elige una letra adecuada para cada uno: ( para los Corazones; I [jara los Tréboles; U para los Diamantes; y I1para las Picas, Utiliza el sistema D O M IN IC para adjudicar a cada número, del 1 al 10, una letra. Después de haberles dado letras a los palos y nú meros, cada enría tendrá un código de dos ledras: el cinco de dia mantes será ED; el dos de tréboles, BT; etcétera. Utiliza estas letras como si fueran las iniciales de una persona, ya sean las de un cono cido
cj
las de alguien lamoso. Por ejemplo, ED podría ser un amigo
con estas iniciales, mientras que BT podría ser Berlrand lavernier. No es necesario seguir estrictamente el sistema D O M IN IC : si el as de co razones lo resulta más memorable viéndolo como tu pareja, en lal taso ihazlo! Utiliza la imaginación, crea una serie de visual izariones que le susc iten lina poderosa respuesta subjetiva. lia
I.A M K A I O K I A V I.OS íl'I O O S
I Recorre mentalmente los 52 iranios dd itinerario, para asegurarte de que han que dado grabados en Iíi mente. Ve pasando después rápidamente las cartas de ¡a baraja sin intentar memorizar el orden, muerda sólo la persona asm 13282391 ' ’
1
r
2. Baraja las aulas. Respira profundamente, concéntrate y flrscirlíre la primera. Ima gina que la persona que representa está en d primer Immo de lu itinerario. Adjudícale una acción u objeto : sí tó Bertrand luveruier quizá podría sostener una cámara de cine. .1. Sigue descubriendo las cartas poco a poco, ponías uno encima de otra, sííoíiíjíÍo mentalmente a cada persona a lo Ungo dd itinerario, lómatelo con calma. Cuando hayas terminado el mazo, repasa mentalmente el itinerario y anota todas las personas que recuerdes. Descifra ahora in código en las cartas correspondientes. Contrasta las anotaciones con la baraja. No te preocupes si ¡e has equivocado, ¡la práctica hace al maestro! La próxima vez que lo miento, aMiIrula d tiempo que tardas.
1 2 7
LA AS K .VI O R I A J; N A C C IÓ N
L¿i m e m o r i a e n la e s c u e l a S o n muy pocas las escuelas que dan lecciones para enseñar a aprender, aunque eso ayudaría a que la vida de los estudianles y maestros fuera mucho más fácil. Por eso lie creído importante incluir en este libro algunos párrafos dedicados a las técnicas para desarro llar la memoria que ayudan a aprender con eficacia. Los principios básicos para tener una buena memoria pueden aplicarse a toda clase de enseñanzas y a prendí/ajes, sea cual sea tu edad. Una vez has comprobado que puedes memorizar una lisia de 10 o 20 palabras que no guardan ninguna relación entre sí utilizan do el método de la cadena (véase p. 97), el método del itinerario (véanse pp, 102-107) o cualquier otro que le guste, te resultará fácil descubrir que puedes aplicar las mismas técnicas a muchos temas relacionados con los estudios. ¿Cómo puedes utilizar la imaginación y la asociación para formar relaciones que le ayuden a memorizar las capitales de los países eu ropeos? Por ejemplo, la capital de Finlandia es Helsinki, de modo que quizá puedes visualizara una bella finlandesa comiendo un he lado sentada en una sauna, esto te ayudará a recordar el país de Fin landia porque sabes que es famoso por sus satinas. Del mismo modo, la ninemotécnica iingüíslica puede ayudarte a recordar cualquier cantidad de hechos y figuras, inc luyendo las fechas de acontecimientos históricos, como cuándo Colón desembarcó en el Nuevo Mundo: «En mil cuatrocientos noventa y dos Colón descubrió a los indios»; e incluso lemas científicos de biología y química. Por íejem plo, las tres enzimas del cuerpo que convierten el almidón y el glucógeno en azúcares son la amilasa, la fripasa y la 1ipasa. ¿Qué método mnemotécnico puede ayudarle a recordar estos nombres? Podrías pensar en tu aventurero amigo
I.A MI M O R IA I \ LA LSI I I I A
Amicleo: «Am¡ con .sli trinco ha sufrido una lipotimia de pigmeo», Intenta utilizar el sis lema de la Idrma numérica (véanse pp. 110111) para recordar las labias ele datos o Jos números atómicos de los elementos químicos. Por ejemplo, el número aléimico del carbono es el seis, de modo que podríamos ver un ('leíanle que con la trompa (la imagen que hemos elegido para representar el número seis) avi va un fuego ('(liándole carbéin, (el carbón, por supuesto, es el carbo no), o podríamos visualizar-un ( leíante sosteniendo un carboncillo con la trompa mientras intenta hacer sus deberes de química. Las técnicas para desarrollar la memoria trascienden Lis barreras del lenguaje, así que también pueden usarse para recordar palabras extranjeras cuando aprendemos un nuevo idioma. Por ejemplo, si queremos recordar la palabra italiana framwbollo, que significa «sello», podríamos formar una minihistoria e imaginar lo asombrados que nos quedaríamos si viéramos a nuestro amigo ítcímc ísco intentando engullirse' un bollo con la boca sellada. 129
LA MI- MO RI A I: N A( ( l( )\
L ¿i l e c t u r a y la r e t e n t i va L a ventaja de aprender de los libros, periódicos, informes, etcétera, es que podemos trabajar a nuestro propio ritmo, 'leñemos todo el control de cuánto material presentamos a nuestro cerebro para que lo retenga, y durante cuánto tiempo. Podemos también ser selec ti vos, eligiendo pasar por alto la información que no nos parezca útil. La desventaja es que nos perdemos el impacto ejercido cuando al guien nos presenta la información: la animación, el énfasis verbal y el estímulo visual. Leer para aprender constituye un esfuerzo porque ••
el único estímulo que recibimos son las propias palabras. Lste punto destaca la importancia que tiene* el interés intrínseco: el análisis económico para la reunión general anual podría tocarte tu libra sensible. En tal caso, ¿qué podemos hac er para estar seguros de retener aquello que seleccionemos do nuestra lectura, al margen del tema que sea? A falla de ningún otro estímulo visual (habrá de vez en cuando alguna ilustración), dependemos de la imaginac ión para crear el im pacto. Pero antes de embarcarte en este reto, planifica lu lectura. Evalúa el material para no perder el tierppo leyendo datos u opiniones que no son necesarios. Sentirle' obligado a leer algo de arriba abajo, sólo hará que le sientas abrumado por las páginas que le* quedan por leer, y posiblemente significará que le concentrarás más en acabar las que en el contenido. No intentes leer de un modo pasivo, sino ac tivo: cuestiónale la lógica que ene ierra cada afirmación. Desem peñar un papel activo en la lectura aumentará mucho <'
más tu comprensión y, por lo tanto, tu memoria. Por úllimo, anima y repasa la información dibujando un Mapa Mental (véanse' pp. 112-1 13), o al menos escribiendo una lista de breves pistas en forma de nombres y lemas, o de punios importantes.
150
LA L EC TU RA V LA RI-TI-\ l'IVA
Evalúa, asimila, recuerda EJERCIC IO
ia
Retener ¡a información de la lectura, en especial si se trata de temas que des pierten poco interés, exige una estrategia de conjunto. 1. Prepara, como objetivo, una lista de 3 a 5 preguntas, las respuestas que esperas en contrar en el texto. Supongamos que deseas leer sobre la querrá civil española; podrías preguntarle: ¿cuándo ocurrió? ¿Porqué empezó? ¿Cuálesfueron las figuras implicadas más importantes, en ambos bandos? ¿Cómo se rreoim el conflicto? 2. Revisa el contenido del libro para descubrir dónde se encuentra la información esencial. Luego, analiza el índice y anota las referencias sobre los lemas que necesitas estudiar para encontrar las respuestas que buscas. Concéntrale sólo en esas páginas. 3. lin cada párrafo habrá normalmente una «frase del lema» que resuma el punto ce n tral. Líjale en especia! en ella, y además en cualquier nombre, término, fecha o fórmula decisivos. Sigue la lógica del argumento, ¡m una discusión ¿podrías reproducir su lógica? 4. Dibuja im Al apa Mental. Partiendo de la imagen central, dibuja diferentes lineas para cada lema. Surgiendo de éstas, traza otras reservadas a las frases de los diversos lemas. Sigue componiéndolo hasta obtener un gráfico de referencia instantáneo.
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I A .VI Lí .VI ORI A l-X A C C I Ó N
L a Ie ctura rá p i d a
L a kx'lura rápida no sólo consisU' en ser capaz de mover los ojos rápkkmicnle sobre la página, sino en poder almacenar «ulemas la infor mación con rapidez, en cierto sentido es también una «memorizarión rápida». Algunas personas crecen que leer despacio, prestando Men ción al lenguaje y al significado, da lugar a distracciones innecesarias;
además, cuando interrumpimos y reanudamos la lee lúa, tendemos a l.iTv despacio
y ion alaicicvi i
perde r la concentración y a dejar divagar la mente. Necesitamos ig
no es titui recelo
norar el hec ho de que el lenguaje divide un pasaje en complejas ora-
puya iominrmky
dones que se relacionan entre' .sí, y desarrollar nuestra concentración
e-J JíwJí», sino jscSÍíi jwjrfl ionírr
para que esté lolalrnenle (entrada y de forma continuada en los pun
despierto.
tos importantes que enc ierra el texto. Id ritmo de la lectura rápida nos ayuda a concentrarnos y, por lo tanto, a comprender mejor.
Sean Adamr
Qin[H'«n mundial de l.ftlura Rápida
La mayoría somos capaces de aumentar el promedio de la velo cidad do la lectura de t¿00 a óOO palabras por minuto con muy poco esfuerzo. Para lograrlo necesitamos, en primer lugar, asegurarnos de leer de un modo continuado. Intenta no interrumpir ningún pasaje mientras.lo leas. Usa un objeto señalizador, por ejemplo, un lápiz, para enfrenar tus ojos a ir siguiendo con regularidad las palabras de cada línea y muévelos rápidamente de una línea a la siguiente. Una forma de comprobar si mueves los ojos correctamente es poner un dedo levantado delante de ellos y usarlo para guiarlos con suavidad 4 por la habitación. Examínala ahora sin usar el dedo, notarás en
seguida que ('I movimiento es más entrecortado. Cuando realices la lectura rápida, apoya el objeto señalizador ('ti la página, justo debajo de la primera línea del texto y muévelo de izquierda a derecha para que tus ojos puedan seguirlo a lo largo del texto sin hacer ninguna pausa. Manten un ritmo suave y regular. Aumenta gradualmente la velocidad con la que mueves el objeto se ñalizador. \Y2
3.A 1.1( 1 L k A K Á H DA
Comprueba la comprensión del texto E J E K C K K ) 19
Al realizar la lectura rápida, verifiquemos si hemos comprendido el texto. 1. Determina la velocidad con la que lees. Controla euánlo tiempo tardas ni leer el tex to «Los dos hemisferios del cerebro», pp. 30-31. Divide el número de palabras que can
licué (619) por el tiempo ¡pie has lardado en leerlo (redondea en minutos). 2. Responde a las sicpoVíiírs preguntas para verificar tu comprensión del texto: ¿qué nombre recibe la red de fibras que se encuentra entre los dos hemisferios cerebrales ? ¿Qué hemisferio participa en el procesamiento pándelo? ¿Dónde se almacena la me moria que nos permite tocar un instrumento? 3. Utiliza ahora el método de la lectura rápida para leer el lexío principal de las«Teo rías sobre el olvido» (pp. 52-53). Contiene 442 palabras. Controla el ¡lempo que lardas y calcula íu nuevo promedio. 4. Verifica si has comprendido el texto. ¿Qué es la inhibición proactiva? ¿Porqué la iu hihicióu retroactiva parece ser más persistente? ¿Qué es la «destrucción de la huella»? Como una quía aproximada, tu comprensión deberá ser por lo menos la misma, poí no decir mejor, que la del pasaje leído de manera normal.
LA
«VI Ji.VIOKI A KN A C C I Ó N
R e c u e r d a f á c i l m e n t e u n a p a 1a b r a El fenómeno «lo tengo en Ia punta de la lengua» es una experiencia común. Sabemos con certeza que conocemos un nombre, un lugar, una t ila, un hecho, pero no conseguimos recordarlo. Y cuando sur ge, parece llegar de pronlo de la nada, a menudo m¡nulos ti horas después de haber inlenlado recordarlo. Si hubiera algún método t|ue provocara este efecto, que se las ingeniara para hacer aflorar el re cuerdo, podríamos evitaren gran parle la frustración que nos causa. Existen varias maneras de persuadir a un recuerdo a adorar cuan do se obstina en no hacerlo, aunque ninguna garantiza el éxilo. Parle del secreto consiste en no forzarlo a aparecer, ya que eso tiende a pro ducir el idéelo contrario, como si ios recuerdos fueran unas criaturas tímidas, asustadas por las grandes y elaboradas trampas que ponemos para tazarlas. En lugar de forzar el recuerdo, puedes usar la astucia para persuadirle a acercarse, La manera de animara un galo tímido a aproximarse es ignorarle. Considera tus recuerdos de¡ mismo modo y distráete, levántale y haz. otra cosa durante un ralo, incluso algo tan sencillo como prepararte una bebida caliente o leer el periódico, Puedes también intentar encontrar una palabra parecida. Un recuerdo similar es un «huésped educado» que comparas con la pa labra olvidada para ver si se te ocurre una correspondencia. Es evidente que si intentas recordar, pringamos por ejemplo un nom bre, tienes muy pot as probabilidades de poder dar casualmente con él, pero si intentas recordar una palabra parecida, puedes llegar a sentir que, en parle, es torréela. En tal caso, ¿intuyes que tiene la cantidad de silabas correcta? ¿Empieza por la inicial adecuada? ¿Transmite la «atmt>sfera» idónea? Si sientes que se le parece en par le, deja que la palabra se asiente en tu mente sin forzarla. Y espera a ver si la asociación tiene la suficiente fuerza para atraer a lu mentí' la palabra olvidada.
K I X X ' E R I í A J-A-C’ I I..V11*N T [• t'Y A RAL A 15R A
Limpia el lecho marino de la memoria ÍÍJl.RCKIO 20
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Hay varias formas de obligar a un recuerdo a salir cuando se obstina en no hacerlo, pero este ejercicio se basa en la idea de que si logramos limpiar el de sorden mental, nuestra en apariencia escurridiza presa tal vez. salga por sí sola. í , Encuenlm un lugar fmnrjmlo y silencioso para hacer esk ejercicio, quizá cu el jar dín o el dormitorio, Ponte cómodo, respira kniamenle y relájate. 2. ¡lítenla ver aquello que buscas como una niela y no como mi problema, recuerda que concentrarse demasiado o intentar evocar un recuerdo es lo mismo que alejarlo. Confía ni que la respuesta aparecerá.
,f. Cierra los ojos e imagina que fus pnisnmíciilps afloran del fondo y se alejan em pujados por la corriente, uno por uno. Contempla mentalmente cómo desaparecen en el horizonte, (diora no debes preocuparte por ellos, porque puedes evocarlos más tarde. 4. /IIrora que fu mente esId clara, el recuerdo tiene la oportunidad ele aflorar. 1V0 ¡fí
jenles atraerlo a lu mente, quédale simplemente donde estás gozando de la paz del en torno. Y con rnr poco de suerte, lo siguiente que aparecerá sera la respuesta buscada.
155
C'Aí'N UI.U S K I S
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P A L A C I O
D E
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M E M O R I A
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p í e n i i u d a I ra vés
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i a m e ni o r i a
ejorar la memoria puede enriquecer muchos aspectos de nuestra vida, inc luso las más pe qu eñ as ventajas y
satisfacciones que aporta una buena memoria —la capacidad de recordar un número de teléfono, o de dar placer a al guien recordando su cumpleaños— puede fortalecer la confianza en nosotros mismos. Si ejercitamos la memoria para que sea más eficaz, también afinaremos nuestra con centración, ya que nos centraremos más en lo que realmen te importa, desde la información que recogemos de la familia y amigos, hasta los problemas actuales de nuestra ciudad y aquellos que la trascienden. Seremos capaces de trabajar o es tudiar con mayor eficiencia, y en nuestra vida privada sere mos más organizados y felices. Incluso podremos descubrir cómo recuperar los detalles olvidados del pasado, un manan tial de recuerdos que nos ayuda a comprender el trayecto que hemos recorrido para poder llegar al lugar donde ahora esta mos: nuestro complejo yo, rico en experiencias y que, al mis mo tiempo, vive plenamente el ahora. Este capítulo trata lo dos estos aspectos y concluye con un epílogo acerca del futuro del ejcuitamiento de la memoria con relación a la nueva in vestigación en la qu e tengo el privilegio cíe participa!’.
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I. A M E M O R Í A
Vive captando los detalles
L o s en foque'?) más ambiciosos relacionados ion la memoriza ción, como ('I método del itinerario, no sólo ejercitan la me moria sino también el poder de concentración. Si estoy .senta do en una sala pública con 20 competidores más intentando memorizar el orden de 20 mazos de cartas barajadas — 1.040 dalos— no puedo distraerme ni un se gundo pensando que he de enviar una carta. La concentración debe ser total, porque de lo contrario parle de ia capacidad mental se perderá. Ll aprendizaje de la concentración, aplicado a la vida cotidiana, agudiza nuestro conocimiento del mundo que nos rodea, y enrique ce nuestra experiencia, Imagina que vas solo de excursión al campo. Quizá c'.slés tan preocupado por tus problemas personales que du rante" toda la caminata permaneces encerrado en tu propio mundo interior. í) tal vez vayas alternando tus propios pensamientos con las impresiones sensoriales que recibes de* todas direcciones. O puedes estar totalmente alerta a lo que tus sentidos captan, centrado en el presente y, por lo tanto, podiendo ver fugazmente un pájaro carpin tero y oír débilmente sus gol peritos, o advertir una orquídea escon dida entre la maleza. Uno tendría que ser un naturalista muy dedi cado para hacer una caminata sin pensar ni lina sola vez en el hogar ni en el trabajo. Pero lo que deseo recalcar os que concentrarse en el mundo exterior tiene sus recompensas: nos da ia oportunidad de gozar do Jos placeres de Jos sentidos, y también de ver nuestros pro blemas personales con más objetividad. Vivir captando los detalles beneficia también nuestras rela ciones. Con la pareja, familia o amigos participamos en un constante intercambio do dalos, y con cada preciosa observa ción que pasamos por alto nos empobrecemos. El mero hecho de recordar un nombre ya complace a un conocido. Piensa en la ge-
viví
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limosidad que puedes'irradiar si comentas en una conversación lo que esta persona le dijo sobre' ella hace lres meses. Captar los deta lles del cambio de situación que ha sufrido Eu pareja fortalece vues tro vínculo, al igual que no saber escuchar o pasar por alto los deta lles es con demasiada frecuencia el motivo de la primera disputa. Incluso los quehaceres domésticos pueden volverse menos pesa dos si se emprenden con un espíritu de lolal concentración, l a prác tica de ejercitar la memoria nos enseña a apreciar más lo valioso que es cada momento. La filosofía budista recomienda «ser consciente», una clase de meditación en la que la mente se centra en un solo ob jeto o tarea. A través de ella apreciamos ei objeto o la tarea en sí mis mos, vemos la belleza de un grano de arroz, el valor de una actividad tan trivial como barrer el palio. Cuando nuestra mente está centrada de ese modo, nos relajarnos automáticamente', al ser conscientes nos liberamos de la confusión dei torbellino de pensamientos. ¡V)
LL I VU AC IO Di: I.A M lí.vm k I A
U n m a s a j e a la m e m o r i a
A
lo largo de nuestra vida nos sentimos impulsados a vivir el presen
te o a planificar el luturo. Pero cerrarnos al pasado es sellar una de las cdina ras que forman parle de lo más íntimo de nuestro ser. Núes Ira vida es incompleta si no reconocemos el valor de la memoria como una dimensión positiva o importante de nosotros mismos. Puede ayudarnos a comprender quiénes somos, en qué nos hemos convertido y por qué. Mejorar la memoria es uno de los caminos más gratificantes de la vida, social y profesionalmenle, pero además con relación a nuestra realización cultural y espiritual, nos volvemos más profundos a me dida que acumulamos experiencia. Cuando los problemas del presen te o las preocupaciones sobre el futuro liaren que nos sintamos pre sionados, las remembranzas positivas pueden ayudarnos a elevar el estado de ánimo y ver nuestras preocupaciones ron más objetividad. Aunque no debamos vivir en ('I pasado, no hay ninguna razón por la que
1 1 0 podamos
inspirarnos en él para elevar nuestro espíritu.
Invitar los sentidos a atraer los recuerdos felices a la luz de la conciencia es un modo maravilloso de conectar con los reconstitu yentes episodios del [lasado. Intenta relajarle' gozando de una sen sual sesión de «masajear la memoria» con tu pareja o amigo, como se' describirá más adelante'. Pue'de sor renovador tanto recibir romo dar un masaje t'n un ambiente que nos anime a rocorelar tiempos pasados, o a revitalizar imágenc's mentales que se' estén desvane c ió
U|\ M ASA J !■ A I.A MI- MORI A
riendo. Durante el masaje, podemos ^empaparnos» de nuestros agradables recuerdos y disfrutar además de los de nuestra pareja. Prepara el escenario eligiendo una habitación cálida, cómoda y con una luz tenue, en la que nadie le moleste. La forma más relajan te de masajear la memoria es con el ejjieurnge — una fricción suave pero fírme— indicada no sólo para las grandes áreas como la espal da, sino para zonas más delicadas, incluyendo la cara, Mientras tu pareja Le masajea suavemente el cuerpo, invita tus recuerdos más placenteros a venir a la mente. Hablando con suavidad y armoni zándole' con el ritmo del masaje’ de’ tu purc'ja, describe sólo los re cuerdos que afloren a tu mente. Deja que las fluidas caricias clel ma saje' desbloqueen y hagan fluir las remembranzas, deja que regresen a la orilla del presente, como si fueran las maderas de lidias íórmas que el mar arrastra hasta la playa.
Las r e c u e r d o s e n u n a b o t e l l a Los olores tienen un gran po der
por sus propiedades antiamnesicas (las mujeres embarazadas no dídien usarlo). El aceite esencial de limón también sirve 4 para evocar •los recuerdos. Siempre llevo una botella de este aceite * onmigo en las competiciones: su aro mé* activa mi memoria y además me relaja. La ma dera de sándalo estimula la con templarion c inspira pensamien tos creativos. Según los yoguis hindúes, tiene propiedades afro disíacas, de modo que e.s indi cada para despertar recuerdos eróticos.
[-11
I. P A L A C I O
\ ) Y
l./\ M E M O R I A
E n f r é n t a t e a las e x i g c n c i a s de la vi da ¿L lg u n a s personas podrían decir <]cit' una memoria brillante tiene sus desventajas. Si podemos recordar lodo lo que debemos hacer, ¿no nos causará más estrés? En un mundo en el que nos sentimos tan presionados a lodos los niveles, es de suponer que deseamos que nuestro cerebro retenga menos cosas, y no más. Intenta ahuyentar estos pensamientos de tu mente. El secreto para enfrentarte con éxito a las exigencias del mundo exterior *
radica en verlas no como presiones, sino como factores de nuestro entorno. Son externas y nunca podrán llegar a afectar a nuestra identidad o autoestima, a no ser que se lo pe rmitamos. Si nos organizamos, siendo ordenados con nuestros archivos y co rrespondencia y estableciendo nuestras prioridades juiciosamente, tendremos las condiciones favorables para realizar cualquier cosa que se nos exija. Y si tu memoria se vuelve hiperePicieníe, tanto me jo r l.o que nos causa esIres no es lo que captamos en nuestra vida, sino lo que dejamos de captar, Generalmente, una de las ventajas de armonizar la mente, al igual que ocurre con el ejercita miento de la memoria, es que dejamos ele preocuparnos. Sólo loma unos momentos reflexionar sobre lo contra producente que resulta preocuparse'. Si le sientes agobiado por algo, de dica unos minutos a practicar la meditación de recordar. Elige' un re cuerdo positivo (quizá un almuerzo romántico con tu pareja o una tranquila puesta de sol). Sintetízalo en un símbolo, céntrale después interiormente en él y/ visualízalo en sus más mínimos detalles. Imagina ► O que recibes (odas las emocione s positivas de aquel momento, como si sus rayos de luz. te bañaran con su sustentador resplandor. Abre' los ojos y ahora, sintiéndole renovado, concéntrate' de nuevo en tus tareas coti dianas. 142
Una de las situaciones más estresantes en las que podemos encontrarnos es la de una entrevista de trabajo. Cuando nos sentimos juzgados, Ja necesidad de aduar bien puede llegar a abrumarnos mucho, Olvidamos puntos im portantes (¡ue podrían haber actuado a nuestro favor, y podemos además olvidar ¡o que nos dicen sobre el trabajo. Los siguientes consejos le ayuda rán a centrar la mente en la entrevista v a tener éxito en ella. inca4 4ejercicios de de respiración respiración o de meditac meditación ión antes de acud acudir ir a la entrevista puede I. í inca ayudarle a estar en mí mí espalo nimia! iikís relajado. 2. Utiliz tiliza a técnicas técnicas para memor memoriza izarr y grab graba a en en tu mente diez diez punios punios importantes sobr sobre e
Imtiíiíói ti mismo: ias cualidades positivas que te capacitan para el posible trabajo, y Imtiíiíói iris gra/miios básicas que desea deseass formul formular ar.. Quiz Quizá á encuentres que ci sistema de los los pan chos es más más indicado que el método del itinerario porque desconoces lo que el entrevis tador le preguntará. 3. Cuando Cuando formules formules alguna alguna pregunta , «mmilmíe lolalniente en las respuestas. In tenta visualizar cada dalo importante, quizá relacionándolo con una imagen sunca lista lista memorable. Desp Despué uéss de de la entrevista, entrevista, mióla lo que m uerdes. Quizá le llamen para una segunda reunión, y esta información puede serte útil.
J i.
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V'i ci j a ci 1 p a s a d o D espués
de practicar las técnicas para desarrollar la memoria du
ran Uv mucho mu cho tiempo, tiempo, nos volvem vol vemos os unos expertos expertos en en alm acena ace narr y recuperar nueva información. ¿Pero qué ocurre con los recuerdos del pasado? El pasado constituye una parlé’importante de nuestro carácter: define quiénes somos. Viajar al pasarlo o descorrer la cortina del tiempo perdido, es uno Ale tjnsla mucho atatulo la /jenle me menta cosas
de mis ejercicios favoritos para desarrollar la memoria. Su objetivo os hacernos regresar a un momento y un lugar del pasado, para pov
sobre su uiuez.
der recordar la experiencia con ('I máximo detalle posible. Empeza
Pero leudrán que
mos con un simple detalle y lo trabajamos, elaborando gradualmen
ser ¡fines o les
te una Imagen usando paso a paso las asociaciones para explorar los
rehilaré la mía.
recuerdos. Si abrimos nueslra mente' en una habitación silenciosa vt
Dylcin Tilomas j
cómoda, con una luz tenue', quizá podamos con el tiempo recordar
1914-19155
incluso sonidos, texturas, sabores, aromas y emociones. Por ejemplo, intenta evocar algún sonido: el crujido de una silla, el chirrido do una puerta, el chisporrotear del fuego. Trabaja con un detalle que re cuerdes con claridad, pongamos por caso el ruidoso reloj de pared que había en el vestíbulo ele la casa de tus abuelos. Piensa en su so nido como si estuviera dando la hora. Cualquier visita tenía que pa sar forzosamente por delante de él. Cuando eras niño ¿qué sentías al recorrer el sendero que conducía a la casa de tus abuelos, al ena.
trar en el vestíbulo vestíb ulo y mirar el reloj? ¿Qué ¿Q ué emociones te susci susci taba aquel reloj de pared? AI imaginarlo ¿ves Lis manecillas señalando alguna hora en particular? ¿Qué solían hacer tus abuelos a esa hora? Puedes intentar dibujar un Mapa Mental de lu niñez (véa (v éan n se pp. 112-115), empo em poza zand ndo o por p or tu casa y las de tus fa
miliares. Explora también los recuerdos de alguien más, eso puede despertar una cadena do nuevas asociaciones en lu mente. 144
VIAJA Al PASADO
Vuelve a los tiempos del colegio JvJli JvJliRC RCIC ICK) K) 22 22
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3f
lisie ejercicio le transportará a los años escolares. Utiliza fotografías del co legio, antiguos libros do texto, trofeos, etcétera, para ayudar a despertar tus recuerdos. i . . I'dige i/ií i/ií lugar que te evoque una variedad de recuerdos incidentales, como lu anti guo colegio. Encuentra un pimío determinado para empezar, como ei asía de bandera en el patio de rec recre reo, o, la pisl pisla a de baloncesto o el despedí o del director. 2. Introdúcele Introdúcele ahora ahora en en esta esta imagen mental. ¿Cuánto ¿Cuántoss años licites? ¿Quiénes ¿Quiénes son Itis
enligas? ¿Qué ropa llevas? ¿Qué incidentes divertidos o lerrihles recuerdas? 3. Amplía plía el pimío pimío elegido. elegido. ¿Puedes ¿Puedes ver la clase y el lugar lugar en que le sen!alta sen!altas? s? ¿Recuerdas algún sonido , niino la banda banda de la escuela ensayando, los grit gritos os de los espe espectad ctadore oress en en el campo campo de fútbol, el chirri chirriar ar de la liza deslizán deslizándos dose e por por la pizarr pizarra? a? ¿Puedes ¿Puedes oír la voz voz del del maestro? V olores, ¿recuerdas el olor olor de de lu arma armari rio o o el de de la cafetería? cafetería? P,\ P,\- V qué hay de los olores, plora plora de uno en uno los recuerdo recuerdoss relacionad relacionados os con cada sentido. 4. Piensa Piensa ahora ahora cómo cómo te sentías. ¿Qué clases clases le gustab gustaban an o le disgust disgustaba aban? n? Tus Tus mees
/ros ¿eran eslrktos o eme eme Ides? es? ¿le sentías feliz, ansioso, aburrido? Conserva en tu mente la la imer/rii elaborada de la escuela durante un ralo, para ver qué otros recuerdos afloran. 145
EL PALACIO DE I.A MEMORIA
L i b é r a te d e 1 p a s a d o M
¡entras que los recuerdos positivos enriquecen nuestra
vida, los negativos pueden perturbar nuestra paz mental de un modo inútil e incluso destructivo. A pesar de saber que no pode mos cam biar el pasado aunque pensemos en él, nos sentimos en cierto modo prisioneros de nuestras malas experiencias, errores o arrepentimientos. ¿Cómo podemos abandonar estas cargas? Una experiencia intensamente' emocional turne el efecto de gra barse en la memoria como un fijador que impide que la pintura se r
corra. Si podemos aprender a despojar un recuerdo de su carga tiirrr wwJrfitSjr
emocional, fiara que ésta no vuelva arrastrada con él, en tal caso el
jrtmvjriíi para
incidente que nos acosa es menos probable que siga adorando a
nneslra ex is la rcut no es el poder de rcam lai;
nuestra mente. Necesitamos observar los recuerdos desagradables con un espíri
sino al contrarío ,
tu práctico. Desprendernos de las experiencias negativas no significa
el poder de olvidar.
que debamos limpiar una parte de nuestra conciencia en un acto de
Shoicm Ascti
liberado de represión, sino tan sólo que necesitamos cambiar de
1959
perspectiva. Es útil pensaren el pasado como si fuera una escuela de sabiduría práctica, basada en toda nuestra experiencia, tanto positiva como negativa. Un error de juicio, al igual que un logro personal, es en ('I archivo de esta escuela, como una brújula que has utilizado para señalar las direcciones que seguirás en la vida. No se trata del debe y el haber, en lugar de ello imagina tocia la información archi vada en orden cronológico ron cubiertas del mismo color. Ten presente que el pasado es
lio
paisaje lejano, un
panorama inalterable, y que no debemos seguir desean do cambiar partes suyas como si quisiéramos que las cumbres del 11¡malaya estuvieran pobladas de* árboles. ' ‘ 1 I Ya no vivirnos en el pasado: los incidentes que ocurrieron no nos provocan ninguna emoción.
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.115 F.R A l lí l>RL P A S A 1)0
Desarma un recuerdo EJERCICIO 27> Wy■ ••. o.'— v *: .
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vv-y*-, >vy.
Cuando le haya ocurrido algo penoso, intenta afrontar el recuerdo negativo antes de que tenga la oportunidad de grabarse en ¡a mente como si Ibera un transmisor emocional. Este ejercicio le ofrece un eficaz recurso de primeros au xilios. Una vez ya pasado el incidente, puedes hacerlo en cualquier momento, al cabo de cinco minutos, de varias horas, al día siguiente, o incluso más larde. 1. Evoca el recuerdo de fe que ha sucedido exactameiúc. ¡atenta mentalmente tradu cirlo en palabras e imágenes. Identifica cualquier emoción que le suscite. Pregúntate por qué razón le la causa. 2. inspira profundamente y «gira el aire con lentitud. Al espirar imagma que hin chas un globo. El aire expulsado acarrea todas las emociones negativas relacionadas con el recuerdo, y mientras lo espiras el globo se va frimfimjdo. Imagina que anudas el extremo del globo y que lo sudlcís. Ahora el recuerdo se ha liberado de las malas sen sudones que le producía 3. imagina que ahora ves el recuerdo con claridad. Piensa en él sólo en términos prác ticos y lógicos. ¿Qué es lo quefue mal? ¿Cómo se solucionó (o cómo hubieras podido solucionarlo)? Si la experiencia juera un mensajero, ¿qué mensaje le traería? Y, por ríí
fimo, imagina queguardas el recuerdo en im archivo. Ya no necesitarás consultarlo de nuevo. 147
El. l>AL/\nn DE LA MLYHJKIA
El
mundo de las emociones
¿ C u á le s son lu.s recuerdos má.s vivido s? AI responder a esta pre gunta la mayoría de las personas citarían episodios personales car gados de un significado emocional. Las asociaciones emocionales graban estos incidentes con más intensidad en nuestra mente, a me nudo de un modo indeleble, aunque siempre subjetivo. Hay una razón científica para este avanzado nivel ele retención, Los científicos creen que los recuerdos emocionales se procesal! en un área cercana al hipocampo (véase p. 42) en el centro del cerebro, llamada amígdala, Esle diminuto órgano en forma de almendra, es Una experiencia puede ser ¡an
conocido como el encargado de regular nuestras emociones. Duran
exiliante
te las experiencias emocionales (buenas o malas), la amígdala libera
nuotioilrtlíjlt'fllf
unas hormonas relacionadas con el estres que hacen que el corazón
íjiíc tvisi es como si dejara muí marfil en el
lata más cleprisa, incrementando la cantidad de oxígeno enviado al
terebra!.
iatu James 1890
cerebro, lo cual ayuda a nuestra memoria a volverse más oficienle. Más larde, en la etapa de evocar ei recuerdo, la amígdala estimula una reacción emocional física que desencadena un recuerdo. Oímos una canción y sentimos una oleada de añoranza, después recorda mos que en el pasado la locaba una persona ele la que nos habíamos enamorado y que perdimos hace mucho liempo. Los recuerdos sensoriales pueden también desencadenar emo ciones positivas. Al contemplar una puesta de sol en soledad, quizá nos sintamos muy contentos, aunque no podamos fieeir por qué. Esta sensación podría deberse' al placer estético que nos causa, o al hecho de asociarla con otra clel [jasado, quizá un atardecer en el que al guien nos susurraba unas tiernas palabras. Estas sensaciones tienden a recuperarse' con menos facili dad, pero c'l ejercicio de la página siguiente' sugiereuna forma de hacerlo.
íf.
I) H I..AS EM O C IO N ES
ReflWl/rt írt /IfllTlrt E J E R C I C IO ¿ 4
No existe una lista oficial de emociones positivas, pero una lista aproxima da podría incluir la Fe!¡ciclad, el amor, la empalia, la capacidad de asombrar se, la risa, la confianza y el oplimismo. Cuando !a vida nos parece un poco sosa, podemos beneficiarnos ele evocar algunas emociones del pasado para volver a vibrar con la vida. f. Supongamos guc estás maléalo con im mingo, sin que haya mui razón apárenle. Recuerda inri vividamente como puedas la última vez que te sentiste muy arca de él, quizá mientras estaba pasando por un mal momento, o enmielo demostró tener aque lias cualidades ian admirables. 2. Visualiza un trofeo de oro, el Upo de premio que los deportistas reciben, ¡la sido realizado para celebrar las especiales cualidades que lu amigo demostró en aquella oca sióti
J. Imagina ahora que sorprendes a lu amigo regalándole esíe trofeo. Te sientes orgu lloso de la relación que mantienes con él lodo tu descontento desaparece. Pronuncia meutahnenle un breve discurso de agradecimiento explicando por qué lu amigo se me rece el trofeo. 149
ti. P A L A C I O
DE LA MI-M O RI A
C o n s e r v a la m e n t e j o v e n L a s personas envejecen a ritmos distintos. Las que aspiran a rt'l rasar ('I envejecí míenlo quizá decidan comer alimentos sa nos, o nadar cada día a los 65 años. Pero si deseamos man tenernos jóvenes, debemos cuidar lanío la mente como el cuerpo. Una dimensión importante para conservar el máximo po tencia! de la mente y la memoria es el interés, el grado en que parti cipamos de lo que ocurre' a nuestro alrededor, desde la escala local Ser capaz de gozar de i pasudo es vivir
dos veces. Marcial 86 ti. C.
hasta la global. El interés, al igual que la concentración, aporta una sólida base para una buena memorización. Cuando éramos niños, lodo nos excitaba muc ho porque no lo habíamos visto antes. A me dida que nos hacemos mayores corremos el riesgo de hartarnos de todo, tendemos a sentirnos memos fascinados por nuestro entorno. El secreto para recuperar el entusiasmo es ver más allá del velo fa miliar, estar atento a las sorpresas que nos rodean, observar las mis teriosas conexiones que moldean nuestras experiencias y encuen tros. Nunca debemos dejar de apreciar el mundo: observa la luna con unos prismáticos e identifica los cráteres; aprende las especies de árboles que hay en el parque de tu barrio; visita una exposición de pinturas dorales para conocer el comercio holandés de tulipanes que había en el siglo xvn, cuando se utilizaban como moneda. Envejecer no debe verse como un inevitable presagio de pérdida de memoria (véase p. 58). Una vez rec hazamos ia idea de que nuestra mente empezará a fallarnos con la edad, podemos mirar el futuro con una ac titud positiva. Nuestros recuerdos se enriquecen a medida que acumulamos experiencias con un espíritu de interesarnos ac tivamente por el mundo que nos rodea y de participar en él.
CONSERVA LA MLN'llí JOVEN
Descubre la relación enlre los hechos E J E R C I C I O 25
1:1conocimiento no existe do manera aislada, Al situar cada toma en su con texto, adquieres una (:om prensión mayor, La información se vuelve más sig nificativa, más interesante y, por lo tanto, más memorable. /. Observa ¡as actividades de tiempo libre en su propio contexto y aprende sobre sn procedencia, no solo a través de ios libros, sino de lo observación. Un jardinero quizá lea sobre las personas que se interesan por el inundo vegetal y las que en el pasado des cubrieron las pfíinfrts que ahora e'l cultiva, y tal vez lleve un diario de su jardín cún las épocas de floración, las observaciones sobre la fauna y flora, etc. 2. Observa las noticias recientes desde la perspectiva de su origen /listonar j\’o existe
ííiiíj doro separación entre la historia y los lemas acltudes. La historia está ocurriendo en este momento, en lodo el mundo, mientras leemos este libro. Descubre el pasado de donde proceden los incidentes actuales. J. Cuando te encuentres con una coincidencia —dos fuentes distintas que mencionan el mismo nombre o información
interprétalo como tm signo de que quizá valga la
pena ahondar más sobre el lema. Por ejemplo, en una biografía, asegúrale además de leer sobre la familia y los amigos del personaje, emprende alguna investigación sobre la vida de estasfiguras.
I.
V M M
IO DE LA MH,VIO RIA
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m e m o r i a
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f u t u r o
E n la actualidad, los competidores que participan en la Olimpiada Deportiva Mental anual, de la que el Campeonato Mundial de Me moria forma parte, aunque compilan en el campo dei ajedrez, la me moria, el bridge o de la lectura rápida, reciben el nombre (fe «atletas mentales», lisie término refleja la creciente fascinación pública que el verdadero potencial de nuestro cerebro provoca. Al mismo tiempo, cada vez se hace más patente que las hazañas de memoria no son solamente trucos de presüdigitaeión o los inten tos nacidos de una gran perseverancia y aplicación para incluir fu nombre en ('I libro ele los récords, c:omo alguien que ha dedicado una Inaudita cantidad de. tiempo memorizanclo un listín telefónico. No, los campeones de la memoria demuestran algo mucho más trascen dente que lodo esto: la perfectibilidad ele la capac idad mental, el im portante hecho científico de que el cerebro puede rendir mucho más de lo que la gente piensa. La mente que nos ha dado la naturaleza es mucho más rica y brillante de lo que nunca hayamos podido soñar. Es tranquilizador ver que en un siglo en el que las novedades tecnológicas están dominadas masivamente por los ordenadores, para que la -información comunitaria y personal sea más asequible por medio de un software «ida vez más inteligente, dedi camos todavía un rincón de nuestros pen samientos a! tema de larga tradición de Ja memoria humana. Incluso mientras ahora lee s, se están llevando a cabo una serie de nuevos y excitantes descubrimientos en al gunos laboratorios esparcidos por el plane ta. Espero que tos estudios cognitivos y psi cológicos sigan realizándose teniendo en cuenta sus aplicaciones r>2
.A M E M O R I A
prácticas en la vida cotidiana, en particular sohrc la cues1ion de qué técnicas funcionan mejor para almacenar y evocar datos concretos de información. De lo (¡ue sí podemos ('.star seguros es que ninguno de no sotros necesita «trucos», como los ordenadores portátiles y los organizadores personales, para poder recordar, ¡querer es poder! Lo que los campeones do la memoria podemos hacer, al menos por el momento, es transmitir Lis técnicas que hemos aprendido a través de un largo proceso de experimentación y perfeccionamiento. Me gustaría pensar que somos pioneros, no prestigiddadores. ¿Qué prestigiditador estaría tan dispuesto a revelar el secreto de sus trucos a un curioso público? Con el tie mpo espero que cada vez. habrá más personas entre nosotros que puedan abrir nuevos aposentos dei pa lacio de la memoria y adquirir los tesoros que encierran. 1
A p a r a l o
t d e o n d a s c e i e h ra l e s
i:i aparato ¡ de ondas cerebrales ha sido fabril ;ada por ('1 Al phalearning Instilóle, con base en Suiza, [.as menles más gran des de la historia, desde Leo nardo da Vinci a Alberl Einstein, fueron las que usaron con eficacia ambos hemisferios ce rebrales, Esta reiienle tecnolo gía nos ayuda a alcanzar un equilibrio mental en nuestros pensamientos cotidianos. Para usarla se requiere ponerse unas gafas con diodos emisores de luz, I.EI)f que vibran a distintas velocidades. Al mismo tiempo, hay que llevar unos auric ulares
que emiten un rilmo sincroni/ado con las luces de las galas. La combiiuirión de luz y sonido enseña al cerebro a «sintonizar» con las frecuencias más favora bles para la concentración y la relajación, y equilibra las ondas cerebrales de ambos hemisfe rios. Aclualmenle hay muy poca gente cpie conozca esta tecno logía. Espero que en el futuro se emplee en beneficio de cual quier tipo de industria, desde las empresas hasta los deportes, Yr especialmente, en la edticai ion,
I i \ El . [■'L."l U R O
B i b Ii o g r a fi a
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