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1944
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rPor rPorfi firi rio o 9Jar 9Jarha ha flac flacoh oh
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fiN TOR CHAS CONTRA EL VIENTO
$IBLlOTECA
'PO 'POPULAR
DE
CULTURA
COLOMBIANA
ADVERTENCIA Este ste volu volum men corr corres espo pond nde e al núm número ero 40 de la Bibli iblio oteca teca de Cultu ltura Popul opular ar,, y es, por por tant tanto o, una una reed reediC iCió ión, n, com complem plemen en-tada y corregida de .EI .EI Corazón Ilum luminado'. En él se recoge la totalida idad de la obr obra poética ica de t'or 'orfirio irio Barba J acob, con exce excepc pció ión n de alg algunos unos poem poemas as me,lo e,lore ress que anda andan n disp disper erso soss en perió riódico icos y rev revista istass de difíc ifícil il halla llazgo. Asim simism ismo, no se ha ha podido ido incluí luír sino un fragmento de «El Cin Cinc cuentón tón., pues el tex texto com completo leto rep repos::! s::! en entre tre algu lgunas página inas iné inédita itas que el poe poeta dejó al morir. rir. La pres resente edició ición n se ela elaboró ten tenien iendo en cuenta tod todos los los lib libros ros ante anteri rior ores es publi ublica cado doss en Gua Guate tem mala, ala, Colo olombia y Méxiéxico, co, e~ e~pecia ecialm lme ente .P .Po oemas Inte Intem mporale raless., aparec recido ido en e~te últim ltimo o país hacia los los prin princ cipio ipioss de 1944, cuyas versio rsion nes estuvieron atentas a las las originales del pac pacta y a su sus últimas corr correc ecci cio ones. nes. De igu igu'3l '3l man maner era, a, nos nos fue fue parti articu cula larm rmen ente te útil til la seri serie e de carta artass dirig irigid ida a por Barba rba Jac Jacob a don Jua Juan Bautist tista a Jara Jaram millo illo Meza, eza, en dond donde e se anot anotan an las las supr supres esio ion nes, es, cam cambios bios,, etc. etc.,, con con que que el gran gran líri lírico co colo colom mbian biano o refo reform rmó ó y pulió ulió,, hasta asta el últim ltimo o inst insta ante, te, la form forma a y el fon fondo de su poesía. sía. No obs obstan tante la vig vigiilan lancia extre trema que se mantuv tuvo sobre este libro y la la seguridad de su escritura definitiva, hemos queri uerid do com complem plemen enta tarl rlo o con con un índ índice ice ele ele var varia iant ntes es para para aten aten-der a una posib sible prefe refere ren ncia y a la comprob robación ión de un pro proceso li liter terario. io. El títu ítulo escogido ido es el que Barba reserva rvaba para un breve número de cantos, «invulne lnerables -según sus propias ias palab labras ras- a la acc acción del tie tiempo.. Se exti extie ende, ahora, a toda su obra, en consideración a su calidad general y al sent sentid ido o escl esclar arec eced edor or que que le pres presta ta.. Esta edic edició ión n fUe fUe prol prolog ogad ada a y dirig irigid ida a por por Daniel Arango.
POR PORFIR FIRIO
"
BARBA JACOB
PROLOGO
PO'
R r I R I O
BAR
B A
J
A e OB
Conoz onozco co hom hombres bres que que han han hech hecho, o, sin estr stremecerse rse, el viaje iaje del útero tero al sepúlcro. Algunos son amigos míos: están en La Sorbona, en La Academia y en El Parl Parlam amen ento to.. LEON LEON BLO BLOY
L A MUERTE Nunca
Y
L A OBRA
me dieron
las sucesivas
lecturas
de
Barba
el conocimiento entrañable que obtuve de su muerte. Hay obras sometidas a este repentino vacío, y obr obras y prueba. que lo transitan como prolongaci6n Las unas, a la muerte de su creador, quedan desvinculadas de est esta muerte, viven la ,sola vi vida de la ficci6n literaria, y contra ellas la muerte lanza su «todo fué inútil», las comprobaciones desoladas de lo lo qu que ha sido, tan s6l s6lo, imaginaci6n, inteligencia, vanidad de la in inteligencia. Estas obras pueden burlarla muerte, se perpetúan contra ella también. Pero la muerte les ha impuesto la limitaci6n de su su calidad por haberla y sin sU olvidado, por haber nacido a sus espaldas (,ldvoéaci6n. Todos conocemos estas obras: las conocemos más cuando están solas, sin el respaldo material que les daba apariencia de cosa viva. Les ha mermado, la muerte, su trascendencia. Las ha circunscrito a la 6rbita de su propio orgullo. Ha revelado su carencia
de fe fertilidad,
su imposibilidad
de expresar
la
12
PROLOGO
in tima, ma, la in a u d ita e xiste n c ia d e lo que que se a n g u stia y a gon go n iza iz a . Las La s o tra tr a s, e n cam ca m bio bi o , son so n c o rro rr o b ora or a das da s po p o r la m u erte er te:: a l desa de sapa pare recc e r el c rea re a d or se h ace ac e n m á s v iv a s sus p r ese ese nci ncias, as, sus verda erdade dess y su r aíz aíz. Qued Quedaa n, d e c iert erto modo modo,, in r r tu nes nes a las las in sinuac nuaciio nes nes fata ata les, es, po p o rqu rq u e d e e llas ll as se d edu ed u ce la m u e rte rt e . P orq or q ue está es tánn e mpa mpa pad pad as d e su su ant a ntiicipa cipaci ci66 n. Por Por q ue han han al alza do, do, en fin, fin , su llam ll ama, a, sin. si n. o lvid lv idar ar que qu e la c e niza ni za ven ve n dría dr ía lue lu e g o. Hé H é a quí qu í c 6 m o la m u e rte rt e d e B a rba rb a J a cob co b m e reve re ve-la b a e l se n tid o g e n e r a l d e su su o b r a : se a p r o ximab mab a n más más lo s ace ace nto nto s pat paté tic os, os, adqu adquiir ían la verd erd ad de una una supr upr e ma c onf onfir maci maci6n 6n.. Eran Eran,, pue pue s, est estos v e r so s, hue h ue-lla s viv a s, la fija c i6 n d e u n tr á n sito mor morta l. E ste trá n sito in d u c ía a u n c o mpa mpa r tir y e r a fo rzo so e str e m e c e r se c o n él é l a ca c a d a p a s o , a c a d a v a iv é n . E s ta b a en ese ese trá tráns nsiito nues nuesttro tráns ránsiito: reco recono noci cién éndo dosse en sus sus pro p rofu fund ndid idaa d e s., s. , e n sus su s yac ya c imie im ient ntoo s p e ren re n nes, ne s, e n su c o mún mún d e n o min min a d o r d e fu g a c id a d y de de a n g u s t i a . E n e ste r e cono conoce cerr se r adi adicaba caba la u niv nivers ersa lidad dad de Bar Barba Jac J acoo b. A l b a jar ja r a sus su s p rop ro p ias ia s p rofu ro fund ndid idad adee s, noso no sotr troo s b aiáb aiábam amos os,, con con é l, a la s nué nuésstr as. as. Est Esto era, era, sin duda duda,, pero pe ro tam ta m b ién ié n e ra otra ot ra cosa co sa.. E l reco re conn ocim oc imie ient ntoo n o se o p e r a b a e n un un a zo n a fr ía , d e r a z6 n o experiencia. No N o e ra éste és te u n ase as e ntim nt imie ienn to c omp om p ara ar a tivo tiv o y lúc lú c ido id o : n o e s tá b a m o s le y e n d o a M o n ta ig n e . E r a s í e l m ism o inar inartiticul culado ado acont acontece ecerr de la la cria criattura, ura, pero pero encont encontrán rándos dosee b a io u n d o min min io c o n fu so d e de d e se o s y d e sue sue ñ o s. E n cont contrá ránd ndos osee en lucha ucha,, en agon agoníía. Pres Preser erva vaba ba la muert muertee e l se n tid o d e es es to s c a n t o s p o r q u e e r a n l a a g o n í a d e un hombr hombre, e, su lu cha cha b ajo ajo ell ella . Est Estaba aba a llí la ang ang usustia d e lo s mo m o m e n t o s r e s c a t a d o s y h u í d o s . E l f in d e l h o mbr mbr e n o s tr a ía , más más sa n g r a n te , su c e r tid u mbr mbr e p e recedera. No N o pod po d ía, ía , p ues, ue s, la m u erte er te,, m e rma rm a r la tra tr a sce sc e n den de n cia ci a de e stos can can tos p orqu orquee det detr á s de to dos dos sonab onabaa su cue cue r -
PROLOGO
13
no fr frío. Ella esperaba en la «Balada de la loca alegría» el fin de la danza, y esperaba, de Pié, al fifinal de la
«Canc Canció iónn de la vi vida da prof profun unda da», »,
el desh deshoj ojar arse se
de los días fugitivos, sobre los qu que caían, bajo sus ojos ojos,, las frut rutas y el lu luto del mundo. La muerte temblaba y volaba por las galerías de los versos, su capa verde al viento de la melodía; temblaba y volaba por las estrofas; y era lla.mada desde «Soberbia», y rech rechaz azad ada a
desd desdee
«Futuro»,
y en
todas
las palabras
dejaba el te temblor de su su paso. Como en el verso de Quevedo, no había ya cosa en qué poner los ojos qu que no fuera rec ecu uerdo suyo. Aquel giro, aquel uella embriaguez se rea realizaban
bajo su espera;
dentro de
aquella
orgía
ella iba ve vestida de má máscara. Todos los raptos y los coros y las altas noches curvadas sobre el amor la llevaban, «como la fr fruta su hueso». Cuando siguiéramos
la
ardiente
entre las gui guirnald ald:zs, zs,
juventud,
ella
«atr atristaT'ía
lanzaría
un
grito
su azul»:
«Bien sé que alucinándome con besos sin ternura me emb embriagarán un punto la ju juventud y ab abril, y qu que hay en las orgí,s un grito de pavura tras la sensualid idaad del goce juvenil! il!» Ahora se comprendía mejor el ritmo particular de estos poemas: habían sido creados frente a la muerte. Pero la muerte no estaba allí como ab abstracción, como conocimiento, como «lo que vendrá». La mue muerte circulaba por las venas de la poesía
moviendo
una sangre
awrada. Esta presencia patética condicionaba la intensidad de sus canciones. Porque la vida en pres resencia , de la muerte se hace más vida: y de allí la embriaguez y los delirios y la pasión:
«La mue muerte sopla su huracán violento y fulge más la ant antorcha de la vida.»
14
PROLOGO
Por Porque que la vida en pre pre se nci ncia de la mti mtiert erte r e é o n oce oce su c u r so e fímer mer o : y d e a Ut e l sen sen timie mie n to d e la va n id a d d e la s c o sa s, d e a U t la a n g u stia d e l tie mpo mpo y e l a n s ia d e e te r n id a d . P o r q u e la v id a e n p r e s e n c ia d e la muer muer te se es e stremec emece: e: y d e a llí el es estr e r neci necimi mien entto d e est estos ver verssos, os, su a leta eta zo p ávi ávido, do, e l c ont onteni enido te mb lo r d e lo que que v a a ser ser heri herido. do. LOS LO S T E M A S La tem te m á tic ti c a de B arba ar ba J acob ac ob e xpre xp resa sa las la s inqu in quie ieta tannte s vo c e s d e l sér , su s u s m á s h o n d o s mot motiv o s. E sto n o lo aprox aproxiima, sine sinemba mbarg rgo, o, a lo s más más g r a n des des ltricos cos. Los L os tem te m a s, com co m o tale ta les,s, son so n a bstr bs trac acci cioo nes, ne s, conc co ncep epto tos,s, cat categor egoríías; as; molde moldes, s, tan sól sólo, a los que hay que animar d e sd e d e n tro y c u y a e n u n c ia c ió n n o e s de p o r sí sí un un i v e r sa l. Jo J o s é A s u n c ió n S ilv a e n s u « R e s p u e s ta d e la T ierr err a» fo r mul muló pre pre g unt untas tr a sc ende endent ntaa les: es: n o lo gró, gró, sin emba embarr g o , comu comunn icar car n os con con .g r a n fu erz erza . los tr emend mendoo s in te r r o g ant antes que que p r o pon pon ía . Est Este mis mismo poet poetaa se de de tu v o , e n c a mbi mbio , b a jo u n a n o c h e d e sp le g a d a , m ie n tr a s la lu n a d e pr pr i m a v e r a f u n d í a e n u n a d o s so mbr mbr a s so b r e la se n d a d e u n a lla n u r a , y en e n to n c e s mun d o c r u za lo s al alto s ci cie lo s, y se un so p lo d e tr a smun nos nos v u elv elve in fin ito el pe pe q ueño ueño cuad cuadrr o , y nos nos comb combat atee , a rá ja g a s, la in fin ita d e se sp e r a n za . S e e s o n o se se e s d e n tr o d e lo s te mas mas. Bar Barb a J a c o b n o pr p r e g u n ta n a d a . T a n s6 lo , e n «La nquier eree por por «La estr estrel ella la de la la ttar arde de», », inqui la c a u sa d e un va g o r u mor mor , p o r la an an s ie d a d o c u l ta , por p or las la s infl in flue uenc ncia iass que qu e m itig it igan an su d ueio ue io y lo hac ha c en c o n te mpl mpla r , ya so se g a d o , e l luc luc e r o q u e a so ma so b r e los campos. Y si B a r b a J a c o b se p r e g u n ta , y si d u d a, -tan p oca oca s v e ces ces dent dentrro d e sus poe poema mass- su s dud dud as y sus su s pre pr e gun gu n tas ta s cons co nser erva vann la a ngus ng ustitiaa h umil um ilde de,, sin si n énJa énJasi siss, de qui quien se sabe sabe trans ransiitori orio:
PROLOGO
15
«Mor «Morir ir .... ? Conq Conque ue esta esta carn carnee cerú cerúle lea, a, mace macera rada da en los ju jugos del mar mar, suave y ardiente, será será po porr el dolor dolor'' acon acongo goja jada da?? ser bell belloo en la tier tierra ra enca encant ntad ada, a,-y el ser soñar en la noche i1uminada ada,y el soñ y la i1 i1us usi6 i6n, n, de sole soless di diad adem emad ada, a,-y el vigor .... y el am amor.. .. ¿ fué na nada, nada? . Los grandes
temas que circundan
la vida no
expresados por Barba J acob como concepción tual, ni val valorado ados en propo oporción a su sent sentid ido o
están
intelecy tras-
cendencia. De ser así, no se sería un poeta. Barba Jacob vive esos temas, esos motivos que lo mueven al canto. Los vive, como el hombre de Unamuno, con el vientre
y la sangre. Les imprime
el sello de su vida, sus desn desnud udec eces es y embr embria iagu guec eces es,, su lam lament ento part partiicula cular» r».. EnEntre el dolor humano yo expreso otro dolor», decía.
Qué do dolor podría expresar Barba que fu fuera otro, que ya no fuera universal como los dolores, que fuera su yo tan sólo.' Ninguno sino el dolor de su propia vida. El dolor suyo,
el qu que brotaba al golpe
de los de..,
más dolores res generales y que él solamente podía sentir. Hé aquí cómo se enriquecían los motivos y se individualizaban los temas: una vida cantaba y luchaba en ellos, y esto sí acerca a Ba B arba J acob a los los mayo mayores res líricos unive verrsales, por enci ncima o debajo de su cre crea ación literar raria. «Si la substancia de la líric rica -escr scribió Rodóestá libre de la pos posibilidad de consumirse y agotarse con el transcurso del tiempo, débese a la complejidad y originalidad de todo sentimiento real. Porque aunque cualquiera manifestación de la hum humana naturaleza ha ya de contenerse, hasta el fin de las generaciones, dent dentro ro de cier cierto to núme número ro de sent sentiimien miento toss funda undam menta entalles y eternos; aunque el último poeta muera cantando lo que el pr primero
cantó en la
edad
florida
del Mundo,
16
PROLOGO
siempre cada sentimiento tomará del alma individual en que aparezca, no sólo el sello del tiempo y de la raza sino también el sello de la personalidad, y si siem pre el poeta de genio, al convertir en imágenes la manera como se ma manifiesta un sentimiento en su alma, sabrá hacer sensible ese «principio de individuación, esa esa orig origin inal aliidad dad pers person ona al del del sent sentim imiiento ento» ». Barba Jacob recoge, pues, las voces antiguas decirlas nuevamente. La flor fugaz del mo momento sido cortada por Anacreonte y Omar Khayyam, se incorpora,
tan solo, tras de siglos,
para ya ha y él
a la concepción
hedonística. La vanidad de la vid vida y la inutilidad de todo esfuerzo, gritos con que él golpea, reprochando, las puertas del mundo, desci scienden tética del Eclesiastés y retumban,
con igual voz pade época en época,
dentro de los gra grandes desolados. Aquel que brota de todo deleite y que enturbia su ju j uvenil
vino, ya lo ha han sentido
los
sabor amargo un momento labios de
Lu-
crecio, de Leopardi, de Kea Keats. El mi:sterio del mundo ya ha soplado en todas las liras, «las ha hecho cantar». La muerte se ha paseado, implacable, desde si siem pre, por entre las flores y las canciones. Y si nues nuestr tro o poeta siente que sus días no alcanzan zan el ocu oculto cenit, Job ya ha dicho: «Mi alma siente tedio de mi vida». Qué hay, pues, en él de d e nuevo, si ya los dí días se han ido por entre viejas manos, con an angustia; si se se ha expresado ya el te terror de «no saber nada»; si es la misma
ansiedad
pretérita
y son las mi mismas
nubes de
antaño las que ahora oscurecen los sueños brillantes? Nada de nuevo y mucho de nacimiento reciente. Para el po poeta todo es nuevo bajo el sol sol. Ningún sentimiento, ni ningún concepto universal está agotado mientras viva un poeta. Los pensamientos anteriores de Rodó son profundos. Nosotros no re repetimos la sangre que nos entregan: siempre hay una mirada por descubrir
PROLOGO
17
y u n gest ge stoo que qu e se exp ex p resa re sa de u n únic ún icoo m o do. do . B a rba rb a vive vi ve su vid vida de n tro d e su su p o e sía . Qué Qué impo mpo rta q u e lo s te m a s s e a n e te r n o s! S u v id a e s e fím e r a y e s s u v id a . E l c o m p lic a r ía e l la m e n to u n iv e r sa l c o n s u p ro p io lamento. « Hay Hay que des desentr ntra ñ ar mi p oes oesía e n la c omp omp le jidad d e su s u s e m o c i o n e s y n o d e s u s p e n s a m i e n to s . Mi poe p oesí síaa es p a ra hech he chiz izaa dos» do s».. E stas st as p ala al a b ras ra s de B arb ar b a Jaco Ja cobb resu re sum m en lo ya dich di choo sobr so bree su líri lí rica ca.. E sta st a com co m ple p lejijida dadd de emo em o cio ci o nes ne s es la fuen fu ente te de don do n de surg su rgee su prop propiia mane manerra, su fuer uerza ori orig inal nal. Est Esta compl omplee jid a d e s la q u e nos nos h a c e cons onside rar su p oes oesía de ntr ntro d e la po p o esía y e l h ec h iza mie mien to n o s h a c e des desc u b rir su s nuev nuevos os ful fulgore gores, s, sus sus rel relámpa ámpago goss suce sucesi sivo vos. s. Porqu Porquee cancantó com comoo hechi echizzado, ado, sus poe poemas mas son del delirant antes. De est esta ebr ebriedad edad prov proviienen enen los movi movimi mien enttos dion dioniisíacos acos:: «Ah «Ah! q u e la v Ha e s her hermos mosa y es inmor nmorttal la llamea ameant ntee juventud! A danz anza r, a reír al sopl oplo d e Dion Dioniiso s a unq unq u e la mue mue rte v en g a ! A rde n y tie mbl mbla n la s estro fa s c o mo « los ca ca mpo mpo s e n abr abril» . Mi poe poe sía es par para he c h izado ado s! S ó lo el que esté hec hech iza d o entr ntre ve rá las v ago ago s c ie lo s, rec ib irá to d a la mi mie l d e l dí dí a , p o d r á s e n t i r , e n t r e e l v ie n to de la s esp esp ig a s, la bri brisa h ela d a q u e d e sc ie n d e desde desde el mis m iste teri rio! o! De D e esta es tass dos do s fuen fu ente tess que qu e el m ism is m o p o eta et a seña se ñala la,, -su s e moc moc io n e s y su he c h izo - su rg e e l a c e n to . E sto e s lo l o pr p r o p io d e B a rb a J a c o b y lo q u e s in g u la r iza su act actitud ant ante los eterno ernoss mot motivos. os. El acen acentto: conf conflluenuenc ia in e x pre pre sabl able de mod mod os v erbal bales, d e inte nteriore ores múmús i c a s , d e u n a d e m á n e s p i r i tu a l r e s u e l t o e n s o p l o s , insi nsin uac uac ione one s, in d e te rmina minadd os mat matic e s y bri brillo s. Est Este a c en to e s lo lo in tra d u c ib le. L o q u e , sien d o la fo fo rma, ma, es la e s e n c ia d e la e m o c ió n , s u p o d e r c o n m o v id o y melódico. Rel R elaa cion ci onaa dos do s can ca n su tra tr a ducc du cció iónn exis ex iste tenn , a m i ver,
PROLOGO
18
dos clases de po poemas: los que que se apoyan, casi totalmente, en el pe pensamiento poético, en la idea poética, en el sen sentimiento poético, co, y los que desenvuelven su atmósfera de encanto en torno a su propia eufonía y a ciertas características formales insusti stituíbles. Estos poemas últimos, a diferencia de los primeros, preservan su entrega total. No dudo de que su traducción pueda conservar los motivos centrales e, inclusive, consiga trasladar a la las circunstancias similares del ot otro idioma su ambiente y su cadencia. No dudo de que la poesía siga siendo poesía. Lo que si no podrá ser más es la poesía del poeta traducido. Lo que llamaba Unamuno «lo mío en mí». Y no podrá ser más la poesía del poeta, porque esta índole de cantos se sostiene sobre el acento. Sobre cierto tono particular, de donde escapan julgencias, que prolonga, enriquece y hace única tomporáne ánea, -Por -Ah!
la ex expresión.
En
dos pe perso rsonajes
una
célebre
hablan
novela con-
así:
qué siento este am amor? Esto es algo qu que se se re relaciona
con
tu
vida,
con lo que has hecho y has deiado de hacer y has has sisido en tu vida. De igual modo, el acento es algo que se relaciona profundamente con la vida del poeta. Y quié quién n podr podríía vivir la vida de otro? Cómo podría traducirse el acen.,. to si su expresión
es él él mi mismo,
si sobre él
ensaya
la
.poesía, de esa manera y nunca más de otra, ese mo m ovimiento remoto, ese inédito giro sonámbulo que abre, dentro de los mismos espacios, como un relámpago, un inst instan antá táne neo o
ciel cielo? o?
Ejemplo de esta primera índole de poemas que hé (:motado pueden ser las «Coplas» de }orgeManriqu }orgeManrique. e. Ejemplo Darto,
de la segunda,
casi toda
en donde la música,
la obra de
el color y
Rubén
la gr gracia
son
PR O LO G O intraducibles.
19
Pero remitiéndome
a
Barba}
acob, po po~
dría nombrar la« Canc Canció iónn de la la vida vida prof profun unda da»» ilustrativa del primer caso, y «Lam «Lamen enta taci ción ón de
como
Octu Octu-bre», «Bal alaada de la loca loca al aleegría», a», «La infanta de las como poem poemas as repr repres esen enta tattivos ivos del del segu segund ndll>. maravillas» com La «Can establ blec ecee su cali cali-«Canci ción ón de la vida vida prof profun unda da»» esta dad en los los sucesivos pensamientos poéticos. Con ser admirable la fo forma, su poder máximo reside en ellos, y ellos revelan, otra vez, en el lector, los dolorosos, serenos y embriagados días de la vida. No sucede esto mismo con «Lam sentim imie ient nto o «Lamen enta taci ción ón de Octu Octubr bre» e» : el sent está en este. poema muy ligado a su forma, a sus palabras consonantes, y se enriquece, por ellas, de melancolía, de desoladas irisa risacciones y de asp aspiraciones ladda de la loca ale leggría» se dan rematas. En la «Bala las manás las palabras para jormar el cor corro danzante y hacer más jubiloso as el giro. Y la «Infanta de lla
maravillas»
se tornasol sola de perdi rdidos refleios, se ahonda de distancias perdidas, de recuerdos recónditos. Ciertos dejos verbales y cierta música que va pautan~ do, meditativa, va, el poema, logran ran ejectos mi milagrosos sos. Su traducción nos podría llevar a una pradera .en donde bril rillaran las flores res a un resplandor último. Podr odríamos ver en ella a una soñada niña de ayer. Pero no serían ya esa pradera, ni esas flores, ni es esa es esbelta mu muchacha que aparecen en el poema de Barba, en medio de un conjuso llanto.
LO L O D E M O N I A C O En la indagación su obra literaria, Stefan
Zweig
espí espíri rittus guna
sicológica
más
brillante
«La lu lucha contra
estudia
la sob sobrésaltada
crea creado dore res: s: Holde olderl rliin,
vida como la de de
estos
de toda
el demonio», parábola de tres
Klei Kleist st y Niet Nietzc zche. he. NinNintres
grandes
poetas
se
PROLOGO
20
asemeja
de igual manera,
en su
impulso
febril
y en
a la de Porfirio su inqu inquie ietu tud d ultr ultrah ahum uman ana, a, Barba } acob. Todas ellas están envueltas en el abrazo demoníaco, todas albergan su atormentado fermento y su evasión al infinito. Quien es poseído por el demonio vivirá bajo un viento siniestro, irresistible y trágico. Vivi Vivirá rá some someti tido do a su fue fuerza rza frené renéti ticca. L o demoníaco a lo anula en el hombre las fro fronteras y lo arrastra desconocido. L o demoníaco mueve a una una furi furibu bund nda a odisea sin término, a es ese pertenecer sin escape a la fatalidad que un día expresó Nietzche con estas palabras: «Ser devorados por el juego que no podemos dominar». Qué otra cosa s ino esta perpetua lucha con el de demonio fue la vida de Barba, descentrada, batida, perdida de sí sí mis misma, instada siempre a un exceso exc eso mayor mayor,, a una quimérica inmensidad? L o demoníaco no es esa suerte de tufillo luciferino con que han querido mostrar los anecdotistas del poeta su errancia ashaverica. Es algo más más profundo y extenso: algo
que abarca
la lucha patética
del
hombre
intenso sentido de su poesía. Porque el demonio da tr tregua y an anula la vo voluntad, (la voluntad ya
y el no no
rige: so son esclavos, posesos, dice Zweig) y en este nudo inexorable radican la angustia y la tr tremenda exaltación. Bien sé que no hay nada más vano, más estéril, que la la abusiva disección espiritual de un hombre. Dispersa en cierto género literario de boletines clínicos, si sicoanalíticos, tan poco poco parec arecid ida a
anda la vida de Federico Amiel, a su vida como la de un ser elemen-
tal a su fo forma ya disecada. seductora ora ex exist isten encia cia La seduct de L Leeonardo está secá también, como un nervio extraído, en pr presuntuosos folletos ajenos a la vari varied edad ad y riqueza cientificismo
de un sér actuante. y pa para quienes
Dejo para esta clase de se
creen
autorizados
a
relatar cierta índole de sub-biografía
la re realización
del
depl deplor orab able lepr prop opós ósit itr5 r5.. La orie orient ntac ació ión n de este este seg segui uimi mien ento to que he intentado se refiere, tan sólo, a directrices, a huellas muy patentes de la vida de Barba, de su obra obra que la refl reflej eja a, y que puede denominarse también »La »La lu luch chaa cont contra ra el demo demoni nio» o».. Es necesario, de antemano, prescindir de cualquiera interpretación que desvíe esta palabra -demonicdel significado con que Zweig la dirige y que es éste: «el demonio es, en nosotros, lo peligroso, lo que empuja hacia el éxtasis, al exc exceso. Es una magnífica y convulsa levadura del alma. Su dominio comienza cuando la tensión que desarrolla se, convierte en un una hipertensión, en una exaltación, es de decir, cuando el al alma se pre precipita dentro tro del del torb torbel elli lino no volc volcán ánic ico» o».. No conozco detalles de la peregrinación peregrinación material de Barba ]acob. Su itinerario está confuso y apenas sé que iba impulsado de un sitio a otro otro,, como omo un eter eterno no inquieto. La naturaleza demoníaca es nómada, no la detienen sino un momento el amor, los afectos, la comodidad. En un relato melodioso, el mismo poeta va marcando su hu ída , si sin finalidad ni rumbo. Costa Rica, L a Habana, San Salvador, Honduras, México, son puntos de partida, de regreso. Este ir y volver volver de una a otra parte es, realmente, un acoso, una carrera arbitraria
y loca:
Y errar, errar, errar a sol solas, la luz de Saturno en mi sien, roco oco mástil sobre bre las olas en vaiv vaivén én:.:... 4:
El demonio lo empuja a un vagabundaje vagabundaje perpetuo. L a Ceiba, /tuango, San Pablo, todos los nombres de Centroamérica, de sus sus islas, han sido recordados por el po poeta bajo la emb embriaguez
del recuerdo.
Cualquiera
;
P~ÓLÓGÓ
de est estos sitios podr podríía reten etener erllo; en todos odos ser sería pos posible ble so ñ a r y c a n ta r . P e r o e l p o e ta se al a le j a y lo s l u g a r e s se tor tor n a n , ta n só lo , e n pu p u n t o s d e t r á n s i to , e n e s q u in a s d e u n a m isma vu e lta in a rtic u la d a . H é aqu aqu í q u e e l vie vie n to so p la , q u e exi exig e e l de de mon mon io . S o p la el d emoemonio nio su inci ncitaci ación tras rashuma humant ntee y es nece necessari ario segui eguirl rla. a. Canción de la vida pro Los Lo s p rim ri m e ros ro s vers ve rsos os de la «Can funda» n o sign signiific a n par para Bar Bar b a } a c o b a lg u n os d ía s: signi gnifican can la vida vida:: e Hay
días en qu que som somos tan móviles, tan móviles como las leves briznas al viento y al azar. Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonríe ... , ~ L a Glo Glo r ia n o so so n ríe e n nin nin g u n a
p a r te p o r q u e , l le g a d o a e se c ie lo , ya o tro se se di di v i s a y e s n e c e s a r i o par p artir tir.. E l vien vi ento to y el azar az ar m ueve ue venn su frá fr á gil gi l rum ru m bo, bo , lo b a te n , acr acre cen cen so b r e é l su c a r a c o l tr e men men d o y crec ie n te . L a v id a e sp e r a , esp esp e r a siempr empree más más a llá :
«Deci Decidd cuand uandoo yo mu muer eraa -y el día esté esté le leja jano no!!:'" :'" sobe soberb rbio io y desd esdeño eñoso, so, pród pródig igoo y tu turb rbul uleent ntoo, en el vit vital deliquio por siempre insac saciado era una llama al viento .... ~ \ «En «E n e l vita vi tall deliq de liqui uioo por po r siem si empr pree insa in sacc iado ia do .... ... . », e scri cribe Bar Barb a. L o insa nsa c ia d o es lo lo d e mon mon ía c o. Per Pero nó nó to d o in in sa c ia d o e s d e m o n ía c o , p u e s e l d e mon mon io só lo a p a re c e c u a n d o la in sa c ie d a d r o mpe mpe la s e sc lu sa s d e l sér. L o d e mon mon ía c o e c h a por por tie rra la c o n te n c ió n y e l e q u i li b r i o y s e l a n z a e n u n v é r t ig o , c o n r e n o v a d o f u ro r , c o n ang ang u stia sa lva je , c o mo so s o b r e e l a g u a e l h id ró p ic o . B a r b a }a c o b re v e la , a to t o d o lo l a r g o d e s u o b r a , e s t e p a s a r d e s e n c a d e n a d o y e s t a n a t u r a le z a diabólica:
PROLOGO
23
«El són són del viento en la arcada tiene la cl clave de mí mismo: soy soy un unaa fuerza exacerbada y soy un clamor de abismo». «Alg «Algoo que que saci sacie! e! Ráfa Ráfaga gass lú lúgu gubr bres es baten el al alm ma, ráen la car carne; torm to rmen enta tass sord sordaas de mar mares ló lóbr breego goss rasgan la lass velas de mi razón». Esta naturaleza demoníaca trae consigo una sensualidad arrebatada, demoníaca también. Esta sensualidad ha sido descrita por el poeta en un poema «La dama de cabellos ardiensimb simból ólic ico o titu titula lado do:: tes», plen pleno o de sens sensac acio ione ness y de de dejos jos melódicos. Esta sensualidad exagerada, este instinto sexual sobrecargado y difu difuso so,, ex extr trav avia iado do y ardiente, que alcanza las más desnudas formas de la pa pasión erótica, se advierte en en varios pasajes de su su obra, no en los mej mejores, La y llena de intenso sabor muchos de sus cantos. vida de Ba B arba Jacob está teñida de este hervor pasional, y su excesiva fuerza, su desatado bullir, nos distancia el amor de su obra:
«No tuve amor, y hu huía íann la lass herm hermos osas as dela delant ntee de mis furi furias as mo mons nstr truo uosa sas. s. Lauros negros mi oprobio me ciñ iñóó". Siempre el amor está tratado en Barba como lo que no fue, como lo que no pu pudo ser, como lo que no será será nunc nunca: a:
«Por ese anh anhelo, entre los ac acres pin inoos y las rosas en llamas del ocaso, al hab hablar dejo la pal palabra trunca. El tiempo es breve y el vigor escaso, y la Amada ideal no vino num,;a",
24
PROLOOO
La L a últi úl tim m a estr es trof ofaa de «Lam «L amen enta taci ción ón de octu oc tubb re» re » eses tá impreg mpregnad nadaa también ambién de esta esta deso desollada ada compr comproba obaci ción ón.. y en la «Nue «Nueva va canci canción ón de la vida vida prof profun unda da»» le parece a l p o e ta q u e ju j u e e n A b r il c u a n d o tu v o u n a n o v ia . E n Abr A bril: il: esto es to es, es , cuan cu ando do el dem de m onio on io no habí ha bíaa surg su rgid idoo sobr obre su v id a y el de desper pertar de la san s angg re le iba mosmostrando a la mujer, a la se n c illa muc muc ha c h a qu e ca can ta b a en e l p ro fu n d o ca mpo mpo , « en su su p a z mel melód ic a d e «La dama dama aldea» aldea».. Barba Barba J acob a cob no vol volverí veríaa a ell ella. En «La de cabel cabello loss ardi ardien ente tes» s» lo su eñ a , lo b a lb u ce a , p a ra luego uego entr entreg egar arse se al dest destiino fata fatal,l, a su ley oscu oscura ra::
«Yo vol volver vería! ía! Luna en San Pablo, novia de sie siempre, yo volvería, aún en abril Mas la Dam Dama, sortílega a mi lad lado, besó besó m i boca oca ... ..... E l p o e ta qui quie re v o lve r. H a y u n mome momenn to : d e su v ida e n que que c e sa la te mpe mpesta d , e n q u e s e si s i le n c i a e l v ien to n efa sto , y u n a u ra , u n a rá fa ga mon mon te sin a , u n a b r i s a q u e t r a e a z a h a r le r e c u e r d a n la s le j a n a s mon mon ta ña s y la simpl mple vida p a sa da :
«Mis pies pies se hincaban en el sue suelo cual cual pezu pezuña ña de Luci Lucife fer, r, y algo en mí tendía el vuelo, por la niebla, hacia el rosicler .... ~ E n to d o d emon mon ía c o c o e x iste n d o s mun mun do s, do s zo zo nas nas d e luz luz y somb sombrra , d o s cie los enfr nfrentad ntados os:: te mpe mpe stu o so e l un u n o , a zu l e l ot o tro . Dos Dos e xte n sio n e s. Como Como en la caí caída de una una par parábol bola, el mund mundoo clar claroo se pres presen entta cuan cuanddo el vért értigo, go, llegad egadoo a su última alt altura, ura, dis dismimin u y e e n ten ten sió n . E n to n c e s e l p o e ta re to rn a , mír míra su
injancia,
su juventud.
Al fondo
hay
un
huerto:
la
abuela se pasea, distraída, por entre las brumas del día, bajo las nubes que yerran, que cruzan la bóveda trémula. Un agua suena, y el po poeta recuerda que era azulina, láctea, brillante, como contemplada a travfs de las lágrimas. En la noc noche aroman jamiliarmente las ye yerbas humildes: el saúco, el toronjil, el en eneldo. Las campanas se oyen. En dónde? Qué es el tiempo? y la vida? El poeta no es más que sollozos, ángeles, tier tierno noss años años.. Las Las astr astrom omel elia iass brot brotan an flor flores es:: «brotaban
flor flores es la lass astr astrom omel elia iass de Sope Sopetr trán án,,
escr escrib ibe. e. Brot Brotan an:: nó crecen, no se se ab abren pausadamente con les días, porque éste es un momento mágico, es ésto la niñez, y las jlores son repentinas como en los cuentes. Ya la ni niñez toda es un cuento. Al borde del sueño la voz antigua, la voz me melodiosa, promete un viaje por el Ca C auca, por el ho h ondo Cuando tú crezcas ....
río.
Cuando
tú crezcas ....
El poeta cierra los ojos. Ha pasado la vida y le azahar vuela en la br brisa, por un pueblo cualquiera entre las mo montañas, en An Antioquia. Ha reemplazado a la abuela un balcón, y so sobre él se se asoma una mu«Aún baña baña,, como como a lam lamppos, os, mi recu recuer erddo, su chacha: «Aú cab cabellera era rubia en el balcón ... » El mundo ofrece su melodía incierta. El amor es es esta vaga idea de er er.cuentro, y esta paloma, y este río río, y es esta dor dorada tarde «Todos os tetedel campo, y el beso qu que se presiente. «Tod
níam ní amos os no novi viaa ... ... » Juan
Todos:
los compañeros:
Ricardo,
«Canci ción ón de Este poema se titula «Can impo im posi sibl ble» e».. Azul. Abril. Estas palabras sig-
de Dios. "
un azul azul
nifican para el poeta lo diájano, lo que ju jue puro y no volverá. Estas palabras se apa aparecen cuando el de demonio se al aleja. De estos momentos son algunos poemas serenos, nostálgicos, en que se aspira a un mundo perdido,
en que se desea vivir de acuerdo
con un una
nor norma univ univer ersa sall de rev ever eren enci cia. a. de jus justeza teza,, de paz paz. De Desper erta tarr», «El cora corazó zónn re~ re~ esto estoss mome moment ntos os son son «El Desp
bosant bosa nte» e»,, «Par «Paráb ábol olaa del del ret retor orno no», », «Can «Canci ción ón de de vn azu azull impo im posi sibl ble» e»,, «Act «Actoo de agrs agrsde deci cimi mien ento to». ». Los tin tinos, os, esescritos cuando el demonio no ex exigía, en la pri primera época de la creación literaria; los otros, cuando el demonio per permitía, de pronto, la visión del paisaje senc sencil illo lo.. Mome Moment ntos os nada nada más. más.
«Oh juventud, y el cor corazón y ella, música en el silencio del palmar ..... » Momentos tan sólo. «Hue «Huell llaa la flor flor azu azul pata pata'' 1115ésto se 'va borr borran ando do.. Sobr Sobree el palm palmar ar se desat desata a civa» y ésto un oscuró viento y la melo elodía día crec crecee de vag vago són són a gemi gemido do,, a ina inaudit uditas as sonor onorid idad ades es de borr borras asca ca.. La paparábo rábola la empi empiez ez~ ~ su curs curso o asce ascend nden ente te,, volv volver erá á a empe empeza zar r totall no lle llega si sino cuando y a empezar. El descanso tota la vida vida ha ter termina minado do.. Quie Quien n es pose poseíd ído o por por el demo demoni nio o no enc encon ontr trar ará á paz, paz, y ~rba }acobno la encontró nun nunca. Cuantas veces quie quierre elud eludir ir el abr abrazo azo sinie iniesstro, tro, otr otras tánt tántas as volv volver erá á a él, irresistiblemente. En vano pide descanso; en en vano qu quiere una vida sim simple, oscura, en la cual el trab trabaj ajo o lo conf confor orte te,, lo ele eleve ve,, lo aquiete: quiete:
«Bu «Busco sco un unaa vid idaa sim impl ple, e, y, a es espald paldas as de la la ml ml,.,.le lert rte, e, no triunfar, no fulgir, oscuro trabajar, pens pensam amie ient ntos os humi humild ldes es y senc sencil illa lass acci accion ones es hasta el dí día en que, al fin, habré de reposar. Vivir aquí, labrando las tierras de Sayula, potqqe me diese un día, a cam cambio de sudor, -ya extin inta ta mi inquie iettud, calladas mis cancio ionnes¡paz! ¡paz en mis entrañas! ¡silencio en mi redor!
PROLO GO
27
Imaginaciones! Imaginaciones! Imaginaciones! Imaginaciones! dice el poeta al final de esto stos verso rsos. Se ha dado ado cuen uenta de que el demo emonio nio es su destino y no puede escapar. L a sangr sangree demodemoníaca lo mueve. Ent Entre la armonía del mundo, entre las las cosa cosass inar inarti ticu cula lada dass o plen plenas as,, some someti tida dass a 14na 14na ley, ley, al repo reposo so de un cauc auce jus justo, to, él no pued uede vivir ivir.. «Entre tre bs coro coross estel estelar ares es~~ oj ojgo go al algo gomÍ mÍt> t> diso disona nar» r» escribe en «La voz del vjento». Y .estos .estos ve verso rsoss projun projundos dos,, tre tremen mendos, dos, admir mirable abless hasta sta el mayor yor elogi logio o, son la verd ve rdad ad de de su ex exis iste tenc ncia ia tris triste te y deso desorb rbit itad ada. a. Entr Entree los los cor coros este estela lare res, s, entre tre la vasta sta armo rmonía nía del del cie cielo que cant canta, a, sile silenc ncio ioso so,, estr estrel ella lado do,, el. el. poet poeta a sent sentía ía diso disona narr su voz. voz. Lo prop propio io del del demo demoni nio o es perv perver erti tirr esa esa armo armoní nía, a, contr ntrade adecir cirla, la, olvid lvida arla rla. Pero Pero ésto sto no no es tris triste te,, no es dolo doloro roso so tan tan s610 s610.. El arre rrebato ato jebr jebril il tam también ién da una suer suerte te de aleg alegrí ría. a. Una Una índo índole le de aleg alegrí ría a que que blas blasje jema ma,, que que ruge ruge,, que que se prec precip ipit ita a en rapt raptos os innu innume mera rabl bles es::
cCompensé mi dolor con mi locura y nadie ha sido más feliz que que yo!it Pues aquel que es sujeto por el demonio conocerá el mayor mayor dolo dolor r y la más. más. agr agria ia aleg alegrí ría a de la tie tierr rra. a. LA ANGUSTIA
DEL DEMONIACO
Quie uiero comple mpleta tarr esta sta mirad mirada a sob sobre lo demon emonía íacco en Barba, con una observaci6n en torno a la angustia tia que que se des despren prend de de este ste esta stado. L a ·ángu ·ángusti stia, a, cocomo' mo' 'tem 'tema a gene genera rall de su obra obra;; abar abarca carí ría a un camp campo o más más exten tenso: so: est esta aría ría rela relaci cio onada con con la desaz esaz6 6n de to todo hom hombre bre vivie ivien nte, te, con su luch lucha a entre tre la real realid ida ad y el deseo seo, con con su dese desesp speerado rado sen sentim timien iento ante el mist misteerio rio, la muer muerte te,, la fug fuga del tiem tiemp po y la vanidad de tod toda lab labor ter terren rena. Esta Esta ang angustia stia está stá impl implíc ícit ita a, ex ex--
pltúLOOO
28
presada, en los poemas de Barba }acob, y sólo su lectura podría dar el tono de su intensidad. Deseo referirme solamente a otra índole de an angustia, a la la que provi oviene ene de lo demonía níaco, co, y que consiste en la presencia bien.
del pecado,
en una
relación forzosa
con el
«Lo dem demoníaco es una relación forzosa con el escrib ibee Kier Kierke kega gaar ard d bien, es la angustia del bien», escr en «El Concepto de la Angu gustia gusstia». Esta angus del bi bien se advierte en Barba }acob, existencia como en su su obra, y aleja
tanto en su la de denomina-
ción de pagano con que han querido catalogarlo algunos recordadores ocasionales. El pagano no se angustia del bien, no cre cree estar contrariando ninguna instancia normativa. El pagano, como tal, no pue puede ser dem demoníaco. Lo propio del de demoníaco es esta angustia. «Oh carne! y tú dest destil ilas as el peca pecado do», », escribe Barba }acob
en
«Acuarimántima».
En
cambio,
el pagano no puede sentir que su carne es pe pecadora pues dejaría infiltrar la angustia del bien que suscita el pecado;
dejaría,
simplemente,
de ser pagano.
Ninguno recreación paganismo
de los poemas de Barba logran esta tranquila, segura: lo que es llamado su me parece, tan sólo, la realización de
una sensualidad arrebatada. Esta realización era fatal, pugnaba con su yacimiento religioso, y de ahí que aparezca en st¡. poesía ese núcleo de angustia, de angustia del bien, originada por la presencia del pe pecado. Se dirá que en la «Bal «Balaada de la loca oca ale legr gría ía»» no está esa angustia. Yo creo ad advertir, inclusive en ella, un exceso de gi giro, un aturdimiento consciente, una sobreexcitación dionisíaca, propios de quien le vuelve la es e spalda a su su reclamo y de quien resuelve en concepción literaria una forma vital. Le fu fue necesario además,
al poeta,
incluír
a
la mu muerte
como fi fin
PROLOGO
29
d e fin e s, c o mo tér min min o ú ltimo, mo, p a ra ju stific a r la abi abigarr garrad adaa cong congre rega gaci ción ón de cort cortes esan anas as y donceles:
«Re «Reíd íd,, danz danzaad en báqu báquic icaa ale legr gría ía,, hacedd brot brotar ar la ssng ssngre re qu quee embr embrie iega ga al cora corazzón ón.. y hace la Muerte viene, todo será poI yo: Polvo de Augu gussto, polvo de Lucre ucreccio, polvo de Numa, polvo de Nerón!» . B a r b a la c o b s ie n te la a n g u s tia d e l b ie n . P o r q u e el demo demoni nioo lo alej alejaa de su real ealizaci ación y lo acerca tamb ién , d e pr p ro n to , a su s u p o s ib ilid a d d e e je r c i c io . E l p e c a d o pr pro vie n e d e est esta in ú til p o sib ilid a d , a sí c o mo la a n g u stia . A lg u n o s p a sa je s in te n so s d e su su o b r a s e d e ben, ben, sin duda duda,, a este este trági trágico co y súbit súbitoo ser.t ser.timi imient ento. o. VALENCIA
Y
BARBA
lA C O B
A prop propós ósiito de la sent senten enci ciaa de Col Coleri eridge, dge, «se n8ce aristo aristotél télico ico o plat6 plat6nic nico», o», Guil Guillermo ermo Díaz Díaz Plaj Plajaa escr escriibe «Introdu duccci6n al estud udiio del del rolo sig u ie n te e n su s u «In mantic manticism ismoo españo español»: l»: «Si «Si p a rtimos mos de los los c o n c e ptc ptc s de poesía poesía de Aris Aristó tóte tele less y Pla Pla tó n , o tse rva re mos mos q u e cabe cabenn en ell ellos todas odas las conc concep epci cion ones es de la lírica pos poste rio r. P a ra A ristó te le s la p o e sía e s u n a Mímf Mímfssis, u n a im i ta c ió n ; p a r a P la tó n e s u n a e m b r ia g u e z q u e arr arre b a ta a l po po e ta . Con Con est esto p u ede ede que que d a r des deslin d a do e l ca c a mpo mpo d e lo s que que ve n e n .la p o e sía u n e je rc ic io e n el que que cuen cuenta ta la habi habillidad idad,, y e l d e lo s q u e la c o n c e ptú a n c omo una una e n a je n a c ió n e n la q u e c u e n ta la in s pir p irac ació ión. n. N o es difí di fíci cill segu se guir ir el rast ra stro ro de amba am bass tendencias a lo la l a r g o d e n u e s tr a lite r a tu r a . E n e l s ig lo X V -s i g lo d e e n c r u c ij a d a o ím o s a l ma ma r q u és d e S a n tilla n a d e c ir -a -a risto télic a men men tc q u e la p o e s ía e s u n a « fe rmos mosa c o b e rtu ra » , mie mie n tra s lu a n A ljo n so d e Bae B aenn a asev as ever er~~ -pla -p lató tóni nica cam m ente en te-que qu e la poes po esta ta es una un a
PROLOGO
30
«gracia infusa del Señor Dios». Becquer había tratado ya los dos términos de esta cuestión en est estas líneas: «Hay una poesía magnífica y sonora; una poesía hija de la meditación y del arte que se engalana con todas las pompas de la lengua, cadencio ciosa majestad tad, habla a la sus cuadros y la conduce a su su desc descon onoc ocid ido, o, sedu seduci cién éndo dola la con con su su
que se mueve con una ima imagina inación, ón, com completa leta antojo por un sendero armo armoní nía a y herm hermos osur ura. a.
Hay otra natural, breve, seca, que brota del alma como una chispa eléctrica, que hiere el sentimiento con una palabra y huye, y desnuda de artificio, desembarazada dentro de una jorma libre, des despierta, con una que las toca, las mi mil ideas que du duermen en el océano sin fondo de la jan jantasía». Pueden señalarse en nuestra historia literaria estas dos vertientes para situar a Guillermo Valencia y a Porfirio Barba Jacob. Hé ahí la obra de Valencia, «magnífica y sonora, hija de la meditación y del arte, que se engalana con todas las pompas de la lengua, que se mue mueve con una cadenciosa majestad». Está situada en la vertiente aristotélica en cuanto su actitud ante la poesía. Situada históricamente en la proyección parnasiana. del mo modernismo en cuanto a su localiza izaciónhist istórica. Hé ahí la otra, la de Barba Jacob, «que hie hiere el sentimiento con una palabra», sinteti zada por Platón en «Ion» y en «Fedro»: «Por «Porqu quee los los poetas,
afiebrados,
cantan
muchas
cosas
estupendas,
las que después, cesado el furor, apenas ellos mis mismos entienden, como si no las hubiera pronunciado sino Dios por su boca. Así los preclaros poemas no son invención de fi filósofos sino dones de Dios, y ni ninguno, por diligentísimo y eruditísimo sea, llega a ser ser poet poeta a si no no está tocado del divino jurar». Este furor, esta suerte de fiebr ebre lúcid cida, le pres presta ta a los los poemas de Ba Barba ~l zoz zozobrante
acento, to,
la enton tonación ión
embriagada.
I3arb arba
31
PROLOGO
trasmite
las ondas fatales
con el so sorprendido
gesto de
quien lanza una cosa candente que le ha caído, de pronto, a las manos. Pero este gesto es, además de aterrado, inaudito y ma maravilloso. Significa, en res resumen,
lo es espontáneo,
su fue fuerza
viva, Si Significa,
precisa-
mente, la ausencia de elaboración original, de co cons· trucción, de trabajo. Cosas éstas patentes, medulares, de la la primera corriente, en la que se encuentra la obra bra de Guil uillerm lermo o Valen alenci cia a. El maestro payanés finca sus cualidades en una magnífica recreación de la línea, en un abuso experto de la letra, y es su concepción la del artista que dirige su obra hacia la búsqueda de una satisfacción hedonista. Cuantas veces se habla de ella hay que fijar primordialmente primordialmente la atención sobre sus excelencias estéticas. Hay que mostrar como reflejo y símbolo de una época su entraña, aunque sus apariencias formales se perpetúen por encima de ella. iCuáles son los ce centros vitales de es esta poesía? miento humano? El proposito de
Cuál es su yacieste ensayo me im-
pide juzgar la obra Valenciana con detenimiento, detenimiento, y sólo pu puedo tomar de ella lo indispensable para lograr la com comparac aració ión n de dos dos opue opuest sta as acti ctitude tudess espir spiriitual tualees. La glosas y juicios que han escrito en torno a ella algunos poetas colombianos, tienen para mí fuerza de verdad crítica. Todos ellos aceptan que «los con conflictos propiamente vitales no hallan eco en la inspiración de este artista» y que «la vida, bella y cruel, no desgarra la túnica del esteta, que proclama que la existenc tencia ia de los los diose iosess es matem temátic tica, y pone one por encim ncima a del poe poeta que traduce los valores afectivos, al hombre de cie ciencia que jue juega Don Baldomero
(1) Rafael Maya.
con valores abstractos.
Sanín
(1)
Cano, en ensayo que no ten-
32
PROLOGO
go a la man manoo per pero que cr e o in te rpre pre ta r exact acta ment mentee , c re yó e n c o n tra r e n la o b ra d e V a le n c ia « to d o el c a n sa n c io , to da la fiéb re , to d a e l h a mbr mbre » d e l es e s p ír itu . Ah, A h, n ó! N o es sufic su ficie ienn te con co n sign si gnaa r los lo s gran gr ande dess voca vo ca-b lo s. E l p o e ta p u e de ha b la r d e lo s su e ño s y de de la la mue mue rte, d e la ale ale g ría y de la ás p e ra re ali alid ad; ad; más más n o h a e xp re sa d o e sto s mot motivo s mie mien tra s n o co mun mun iq u e , c o n fu e rza n u n c a dismin min u íd a , su p ro p io c a n sa n c io , y su s su e ñ o s y su su ale ale gr ía ; mie mie n tra s n o p e r p e tú e e n e l le c to r su tr a n sp o rte y el e l e n c o n tra r q u e e l mun mun d o es inferior a su des deseo. eo. Val Valenci enciaa es el el tíPico Pico escr escriitoror-eses pec p ecta tado dor,r, que qu e u n agu ag u do ensa en sayi yist staa con co n tem te m p o ráne rá neoo o p o nía nía al es es cr itoror-a g oni onista, q ue par para e ste c aso aso es Bar Bar b a Jaco Ja cob. b. E l p rim ri m ero er o con co n tem te m p la, la , rela re lata ta;; el o tro tr o vive vi ve.. A l prim pr imer eroo le falt fa ltaa u n sost so stén én de exis ex iste tenn cia ci a , ese es e den de n so r e s p a l d o . E l o t r o i n c o r p o r a s u v id a e n s u o b r a , la refl reflej eja, a, la compr compromet ometee a se r c o mo e lla . V a len c ia n o s r e lata, ata, por por e je mpl mplo, e l triunf unfo d e l c r is tiani anismo sobr obre e l p a g a n is m o e n u n p o e m a d e im á g e n e s s o r p r e n d e n te s. P o r la vida de Ba Ba r b a J a c o b , p o r s u p o e s ía , h u ye ta m b ién , d e p ro n to , e l c e n ta u ro , c o mo cu a n do exclama:
«Oh car carne! Es hora ya del dón eucarís rístico!l> Ent Entre las riquez quezas as que que el sol soloo empe empeñño art artístico conconsigu siguió ió,, y el contu conturb rbad adoo preg pregunt untar ar del del mist mister erio io,, es fáci fácill esescoge cogerr en en cier cierttas noche noches, s, en cier cierta tass horas horas de la vida, vida, cuancuando la la poesía poesía nos recla reclama. ma. La mano se tiende con frecuen· cia cia may mayor haci acia los libr libros os ardi ardien enttes, es, y en ellos encon encon-tramos amos la mis mis ma amar amargg ura, ura, e l mis mismo d e saso aso s ie g o y la mis mis m a tre m e n d a a le g ría c o n q u e g im e por por den den tro e l sér. Nos Nos enco encont ntrramos amos en esos esos libr libros os con con nues nuesttra alma alma,, y en ese es e encu en cuen entr troo resi re side de su sign si gnifi ifica caci ción ón u n iver iv ersa sal,l, su perm pe rmaa n ente en te juve ju vent ntuu d. M u chas ch as vece ve cess oím oí m os en el grito gr ito d e Bar Barb a e l nu nu és tr o p ro p io . Muc Muc h a s ve c e s e s nu nu é s t r a
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PROLOGO
su espe espera ranz nza, a,
y muchas veces, como si fuera
espejo de
nuestras horas, contemplamos en él los su~ños perdidos, el cam caminar de los años que avanzan,. entre flores, entre sonrisas, entre zl dol dolor de la vida y el amor, haci hacia a la muert uertee.
INF IN F L U E N C IAS IA S ,
C R O N O L O G IA, IA , C R E A C ION IO N
Aunque desconoc idas las fechas de algunos poemas, podría asegurarse que lo fundamental fundamental en la obra de Barba está realizado entre los años que van de 1906 a 192): 92): los versos escritos posteriormente no añaden nada vital a su poesía y antes bien la pro prolongan con tibieza. Es muy breve esta obra: 80 poemas, más o menos, -sin incluír los pocos que andan dispersosentre los cua cuales no pasarían de 2) los que aspiran a un siti sitio o antol tológic ógico. o. Barb Barba a Jaco acob se enred nreda a con con fre frecuenuencia en un un estilo literario que participa de ·un doble influjo vulnerable: la expresión de un romanticismo descaecido y la la po pompa externa del modernismo. En los primeros versos se observa el influjo de esta forma romántica desvirtuada, y ella pr produce una serie de poemas desiguales, cuyo arquetipo es «Acuarimántima». En muchos otros la pompa modernista seduce al poe poeta, y entonces se deslumbra de innecesarios centelleos. El jantasma de «lo li literario» planea sobre la expr ex pres esió ión n,
pre presidi sidien endo do
el va vano cabri abrill lleeo de la form forma a:
«Sob «Sobre re el cris crista tall undí undíva vago go qu quee al sol reve reverb rber erab abaa Bajo el turq urquí lum umííni nicco qu quee el ámbito env nvol olví víaa Diademas,
soles- profusos,
recargan
» »
la perspectiva
interior del ver verso. Esta poesía, «fastuosa de tes tesoros», trémula de riquezas sensuales, es típ típica del modernismo. Barba Jacob creció vecino al gran caudal y a él aflu afluye yero ron n
innu innume mera rabl bles es
vena ve nas, s, ines inesca capa pabl bles es corr corrie ient ntes es tete-
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PROLOGO
m6tic 6ticas as,, voca vocabu bula lare ress, métr étricas icas.. Sus Sus mejor ejores es ve vers rsos os está están n colocados fuera del exceso de estas dos inf influencias: en ellos conquista el po poeta un lenguaje estético perdurable, le, plen pleno o de senci encill llez ez y tran transp spar aren enci cia a bajo ajo sus sus tor tornanasoles soles verbal verbales. es. En toda esta época, en este largo transcurso de años .:. .. en que la poesía se renueva, se pier-1906 a 1 9 2 5 .:... de, se reencuentra
bajo otra for forma,
la obra de
Barba
} acob no sufre otro cambio que el del natural aquilatam tamien iento de su expresi6n y profundidad. Este gr grupo de reacci reaccione oness y dire direcc ccio ione ness m6s o meno enos inte intele lect ctu uales ales;; estos pr procedimientos de sín síntesis, de analogías de alquit quitar arac aci6 i6n; n; este este requ requer erim imie ient nto o a la esencia poética, en una búsqueda que va de de lo ex exterior a lo inte intern rno, o, del objeto al sujeto, en cierta especie de reencuentro al revés; estos den;minadores comunes de la la es estética nueva, desde un punto de vista técnico, no alteran ni conmueven la obra de Barba, no la desvían de su pr pro pia manera expresiva ni de sus motivos fundamentales. Quien lleva déntro una voz pod poderosa que lo lo dirige, esta estará rá siem iempre pre sordo ordo a los cánticos de las sirenas. Guer Guerra ra,, post postgu guer erra ra,, estr estrid iden enci cias as y piro pirote tecn cnia iass del del crea crea-cion cionis ism mo, del dada adaísm ísmo, de todo todoss los los ism ismos y sub-ismos, toda esa suerte de nuevos reclamos, fecundos y transitorios a la vez vez, no logran impedir un solo momento la direcci6n de es esta fuerza poética desatada. Nunca busc6 Barba} acob «hacer poesía»; nunca se preocup6 por el concepto de poesía pura ni por cercar su esencia con cierto rigor intelectual, con esa suerte de tatalento literario a que se han aplicado un sinnúmero de poetas contempor6neos. Barba } acob era un poeta element mental al,, torr torren ento toso so,, y su batalla sobre la fo forma se li libr6 en consecuencia con ese pedido profundo. Su obra es est6tica, como es es estática la obr obra de An Antonio Machado, de González Martínez. Esto es: está quieta en su
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PROLOGO
concepción parten de
técnica, no trae nada, no aporta nada, no ella corrientes compartibles, innovaciones
de escuela, sugestiones creadoras que süsciten imitación. La obra de de Juan Ramón }iménez, por ejemplo, inaugura un estilo, un intento fértil, y tras de-él se uniforma un grupo de poe poetas españoles y americanos. Quién podría imitar a Barba Jacob, en cambio? Podrían copiárse rsele palabras, formas verbales, naderías en total. Su impulso demoníaco, su actitud ante el mu mundo y su sus correspondencias vitales permanecerían inatacables, porque lo fundamental no puede imitarse sin que se nos mu"estre vacío. Barba }acob es un poeta sin fronteras, sin localización determinada de escuela ni de co corrientes. Desde luego, su situación cronol6gica es constatable porque también la poesía sía se adelanta en un ritmo de progreso y de superación, y porq porque ue su asce ascenndencia modernista y su movimiento por territorios estéticos ya conquistados es visible. Pero su voz es ya de todos los tiempos: como el corazón, como la sangre, como como los los dolo dolore ress hum humanos anos.. Se ha señ señalado la influencia de Rubén Daría sobre la obra del poeta antioqueño. Esto es exacto, y se prolonga más allá de la solas analogías mel6dicas fi jadas. Barba }acob toma de Darío el paisaje cambiante del verso, el ori oriente de la inflexi6n, los perdidos esmaltes y la aleaci6n rara y secreta. Y no tan solo ésto, que se refiere de modo directo a la métrica y el estilo: semejanzas profusas en les temas y las ideas atestiguan en la obra del gran colombiano una vecindad más completa. Son sí los temas y los movimientos eternos que rodean a todo poeta y nacen de él, pero ya no en sus inmutables perspectivas ni en la verdad de un una fuente común y par participante. Particulares sim similitudes y direcciones acercan ambos vuelos, relacionándolos.
Sólo que, ya en la
altura
decisiva,
el
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PROLOGO
de D:ui D:uio se res resuel uelve en grac graciia y e l d e B a r b a e n la lamen men to . P o r e l ve r so de de l uno uno a so ma, ma, a ú n e n la s h o n das das e x p r esio esio n " e s, e l ro ro str o d e Ban Ban v ille . S ost ostie nen nen la dime dimens nsiión sangr angran antte, en el otro otro,, las des desgarr garrad adas as veces eces d el «Eclesiastés». Un vers erso, un solo olo vers erso, un idént déntiico sen senttimien mientto exex pre pr e sado sa do por po r ambo am bos,s, e ntre nt re m u chos ch os vers ve rsos os y sentimien. te s q u e n o q u ie r o r e u n ir c o mpa mpa r a tiv a men men te , p e d r á erteilus ilustr trar ar lo anota anotado: do: «Vamos al reino d~ la muert porr el cami po camino no del del amor amor!» !» escr escriibe Dari Darioo en el «Poema del Ot Otoñ oño» o».. «Oh, «Oh, no noch chee del del cami caminno vasta asta y ~ola- en exclaa ma Bar Bar ba. ba. He medio de la muerte rte y del amor!» r!» excl to mad mad o e ste ve r so d e Dar Dar io c o mo a r q u e tip o d e u n a c J n st:ln te p c é tic a q u e c ru za su o b r a y n ó c o mo r e ve h d o r d e su su a c titu d a n te la mue mu e rte . B ie n sé q u e ta mb ién exp exp r esó esó e l ter ter r o r e n «Lo fatal» y en muc mucho hoss otro otross poe p oem m a s. P e ro e ste st e vers ve rso, o, e sta st a p osic os ició iónn que qu e expr ex pres esaa ant ante la vida vida,, viene ene a ser ser más suya suya que que el sacud acudiimien mien-to ater aterra rado do y la cieg ciegaa dese desesp sper eran anzza. A la inver nverssa, en Bar B arba ba Jaco Ja cobb tam ta m bién bi én se perc pe rcib ibee n las la s hue hu e llas ll as d el «Poembién se v a p or e l cami camino no del del a mor mor ma de Otoño» ; t:lmbi mue. te , y la muer muertte ñ d impo mpo r ta si exis existte est este cacaa la mue. min min o b a jo la s mie mie le s'" d e l dia dia . Per Pero lo su yo , su n o ta sobre obreco cogi gida da,, es es esta nech nechee sola, ola, est esta nech nechee vas vastísima, ma, e ste c a min min o e n tr e la s ro sa s y la so mbr mbr a . E n tre la s r o sa s que que se ililu min min a n d e l re r e sp la n d o r o sc u r o q u e le s la n za la mue mue r te , y la mue mue rte , impa mpa sib le , a la q u e apen apen''J.s J.s lleg llega, a, sin sin venc vencer er,, el aroma aroma embri embriag agad ado. o. Las L as refl re flex exio ionn es vert ve rtid idaa s en este es te ensa en sayo yo repr re pres esee nta nt a n, ta n só lo , el e l h a lla zg o d e u n a fiso n o mía mía lite r a r ia . N o he podi podido do sino traz razar linder nderos os a e sta o b ra , y al a l fin de est estas pági página nass me asal asaltta el tem temor or de habe haberr para parallizado un ímpet mpetu, u, de habe haberr reduc educiido el signi gnificado cado de est estos
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PROLOGO
poemas.- Barba}acob miento miento interi interior, or,
y
es un poeta de complejo esclareci-
en lengua española
no he leído ver-
sos ta tan intensos como los su suyos, tan angustiados, de un acento tan particular y delirante. No hay duda de que hay líricos, en nuestro idioma, más ambiciosos y terminados, más importantes para un momento literario cualquiera o para la pe perspectiva total de la poesía. Dudo en ca cambio de que alguno nos comunique con fuerza igual y co con iguales iluminaciones ciertos abismes del corazón y del hombre. El valor de Barba }aeob dentro de los temas universales reside -ya lo he di dieho- en la manera individual y úniea con qu q ue nos lleva por ellQs. Valga recordar, entre todos, ciertos momentos de la niñ niñez, de la juve juvent ntud ud,, de la deses esespe pera ranz nza a J I la reb rebeld eldía, ía, a los que re retornamos mejor baja sus versos. Hay muchos sities y luces y sensaciones a los que sólo sólo volve olvere rem mos guiados por esta mano melódica, así como al chocar de los árboles recordaremos siempre el rumor que llenaba, de tr tristeza y fe felicidad, en las inmensas noches rusas, el corazón infinito de Sacha Pogodín. El poeta concentra nuestras experiencias en un solo instante. Sobre todas las lluvias, sobre las lluvias que hemos visto tras los cristales, y las que hemos soñado y nos han recogido a la melancolía, oiremos, cayendo para siempre, laine.
la que repicaba
sobre el techo de Ver-
Esto se escapa a cualquier fijación crítica. Si pr precisamos sus temas; si, vueltos luego a su resonancia, comprendemos el poder milagroso, fatal, de comunicarnos su emoción con igual fuerza repetida; si descubrimos su entraña americana dentro de su órbita universal y contemplamos la aparición de nuestras flores y montañas y, entre el estupor nocturno, la rájaga de los mai maizales;
si
lo
relacionamos
con nues-
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PROLOGO
tra historia
literaria
desde su ins6lito
sitio,
y vueltos
luego a la lectura de lo los may mayores poetas de nuestra lengua no encontramos en ni ninguno su transcurso pávido y su su infinito delirar; si entregados, tan s610, al estudio de su su creaci6n ret6rica nos deslumbramos con la ca calidad de la las expresiones, con los infusos visos que recrean la palabra, con las cesuras musicales y el ritmo extraño que le conceden a su verso la per perennidad artística; si en el momento de reclamar nuestra participaci6n en la más alta lírica lo hacemos en nombre de es este americano de Santa Rosa de Osos, desmesurado y bfblico; si, en fin, ordenamos las anteriores reflexiones, hemos de con confesar q~e no representan sino un lindero, una enumeraci6n de fronteras. Barba ]acob reside en todo ello, per pero en sí mismo. Como al po poeta con la poesía, también al crítico le queda el trueno relámpago.
entre las manos,
tras
la
visi6n
del
Muchas veces, más que otra cualquiera, yo he leído esta poesía sin posibilidad de ago agotarla. Cuantas veces he querido pensar en ella, he tenido que volver a ella. Nada me ha sido más venturoso que esta tremenda compañía, con sus aullidos y sus «puertos de gr gracia y amor». Las anteriores páginas aluden, solamente, a esa temperatura sin medida. Yo no he hecho más que aludirla. Así como se al alude, según palabras insignes, «enigmáticamente, en las las poblaciones, al pa paso señorial
y remo emoto de unas
alas extra trañas». DANIEL
Bogotá, abril
de 1944.
ARANGO