Adorn dorno, o, Theo Theodo dorr W. y Max Max Hork Horkhe heim imer er,, "La "La ideo ideolo logí gía" a".. En: En: La sociedad. Lecciones de sociología, sociología, Bs. As., Proteo, ! #$ragmento%, &&. '( ) '(*.
La doctri doctrina na de la ideol ideolog ogía ía sirvi sirvió ó siempre siempre para para record recordarl arle e al espíri espíritu tu su fragilidad. Pero hoy, éste debe probar su seguridad en sí mismo frente a ese aspecto suyo, y casi se puede decir que la conciencia, ya definida por Hegel, esencialmente, como momento de la negatividad, sólo puede sobrevivir en la medida en que asume en sí la crítica de la ideología. ideología. Sólo se puede hablar con sensate de ideología cuando un producto producto espiritual espiritual surge del proceso social como algo autónomo, autónomo, sustancial sustancial y dotado de legitimidad. Su no verdad, precisamente como ideología, es entonces el precio de esa separación, en que el espíritu pretende negar su propia base social. Pero incluso su momento de verdad se encuentra vinculado a esta autonomía, propia de una conciencia que es algo m!s que la simple huella de"ada por lo que es, y que trata trata de penetr penetrarl arlo. o. Hoy, Hoy, el elemen elemento to ideoló ideológi gico co tiene tiene m!s bien bien por por emble emblema ma la ausencia de esta autonomía, y no el enga#o de la pretensión de autonomía. $on la crisis de la sociedad burguesa, aun el concepto tradicional de ideología parece perder su ob"eto. %l mundo de los productos espirituales espirituales se disocia por una parte en la verdad crítica, que se despo"a del elemento de apariencia pero es esotérica y a"ena a las cone&iones sociales inmediatamente actuantes y, por la otra, en la administración plani planific ficad ada a de lo que alguna alguna ve constitu constituyó yó la ideol ideologí ogía. a. Si esta esta heren herenci cia a de la ideología es entendida como totalidad de los productos ideales que hoy llenan en gran parte la conciencia de los hombres, esta totalidad aparece sobre todo como con"unto de ob"etos confeccionados para atraer a las masas en su condición de consumidoras, y si es posible, para modelar y fi"ar a voluntad su estado de conciencia, y no tanto como espíritu autónomo inconsciente de las propias implicaciones sociales. La falsa conciencia actual, socialmente condicionada, ya no es espíritu ob"etivo, incluso en el sentido de que ya no se cristalia ciega y anónimamente sobre la base del proceso social. Por el contrario, se trata de algo científicamente adaptado a la sociedad. %sta adaptación se realia mediante los productos de la industria cultural' cine, revistas, periódicos ilustrados, radio, televisión, literatura de gran difusión, de los m!s variados tipos, dentro de la cual tienen un papel especial las biografías noveladas. (esulta dema demasi siad ado o evid eviden ente te que que los los elem elemen ento tos s de que que se comp compon one e esta esta ideo ideolo logí gía a íntimamente uniforme, con frecuencia al revés de las técnicas con que se la difunde, no son nuevos, y a menudo incluso se hallan inmoviliados y petrificados. %sto se
relaci relacion ona, a, en rigor, rigor, con la distin distinci ción ón tradic tradicion ional al,, cuyos cuyos comie comieno nos s surgen surgen en la antig)edad cl!sica, entre esfera cultural superior e inferior. %sta *ltima, sin embargo, est! racionaliada e integrada por elementos deteriorados de la esfera superior. Para la historia de los esquemas de la actual industria cultural, es posible remontarse en particular a la literatura popular inglesa en sus primeras fases, alrededor del +--' aquí ya se encuentran presentes, en su mayor parte, los estereotipos que hoy nos presentan su risa maliciosa en las pantallas cinematogr!ficas y televisivas. Pero la resp respet etab able le
anti antig) g)ed edad ad
de
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elem elemen ento tos s
cons consti titu tuti tivo vos s
de
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fenó fenóme meno no
cualitativamente nuevo es un argumento para de"arse mistificar en su consideración como como fenóme fenómeno no social social,, y mucho mucho menos menos la deduc deducció ción, n, que que se quiere quiere hacer hacer,, de presun presuntas tas necesi necesidad dades es funda fundamen mental tales es que que de esta esta manera manera resul resultar tarían ían siempr siempre e satisf satisfech echas. as. Lo que cuesta cuesta no son, son, en reali realidad dad,, los elemen elementos tos consti constitut tutivo ivos, s, y ni siquiera la persistencia de los rasgos de primitivismo en la actual cultura de masas a través de largas épocas de minoría de edad de la humanidad, sino el hecho de que todos esos elementos y caracteres est!n hoy subordinados en su con"unto a una direcc dirección ión org!n org!nica ica,, que ha hecho hecho del del todo todo un sistem sistema a cohere coherente nte.. a no se tolera tolera ninguna fuga, los individuos humanos est!n cercados por todas partes. Las tendencias regresivas ya puestas en movimiento por el crecimiento de la presión social, son favorecidas gracias a las conquistas de una psicología social pervertida, o, como bien se llamó a esta pr!ctica, de un psicoan!lisis al revés. La sociología est! impregnada, en esta esfera, de los instrumentos de investigación de la communication research+, el estudio de los medios de comunicación de masas, y dedica particular atención a las reacciones de los consumidores y a la estructura de las interacciones interacciones recíprocas entre consumidores y productores. %stas investigaciones, que no ocultan su origen en los estudios de mercado, dan por cierto algunos frutos. Pero m!s importante que el simple hecho de subrayar la actividad de los medios de comunicación de masas ser! su an!/ lisis crítico/ideológico, tanto m!s cuanto que el reconocimiento t!cito concedido a esta actividad de la investigación descriptiva constituye también un elemento de la moderna ideología 0. %l estudio concreto del contenido ideológico de los medios de comunicación comunicación de masas es tanto m!s urgente cuanto que se observa la inconcebible violencia que Cf., por ejemplo, Bernard Berelson, Content Analysis in Communication Research [El análisis del contenido en el estudio de la comunicación], Glencoe. . !"#$% &aul '. (a)arfeld y 'ran* +. tanton, tanton, Communica Communication tion Research Research !"-/!"-" !"-/!"-" [Estudios [Estudios de comunicac comunicación, ión, !"-/!"-" !"-/!"-"], ], +ue0a 1or*, !"-"% &aul '. (a)arsfeld. Bemard Berelson, 2a)el Gaudet, 3he people4s choice [(a elección popular], +ue0a 1or*, !"-. Cf. 5ulturindus 5ulturindustrie6 trie6 7(a industria industria cultural6 cultural6 el esclarecim esclarecimiento iento como en8a9o de masas], en 2or*heimer y Adorno, :iale*ti* der Auf*larun), cit, pp. !-- y ss. 1
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e"ercen sobre los hombres 1dicho sea de paso, "unto con el deporte, que de un tiempo a esta parte pasó a integrar la ideología en sentido lato2. 3enemos aquí la producción sintética de la identificación de las masas con las normas y las condiciones que rigen anón anónim imam amen ente te detr detr!s !s de la indu indust stri ria a cult cultur ural al,, o bien bien con con las las que que se difu difund nden en intencionalmente, o con ambas. $ualquier vo que se manifieste en desacuerdo es ob"eto ob"eto de censur censura. a. %l adiest adiestram ramien iento to para para el confor conformis mismo mo se e&tie e&tiende nde hasta hasta las emociones m!s íntimas y sutiles. %n este "uego, la industria cultural logra presentarse como espíritu ob"etivo en la misma medida en que retoma, cada ve m!s, tendencias antrop antropoló ológic gicame amente nte vivas vivas en sus client clientes. es. 4l apega apegarse rse a estas estas tenden tendencia cias, s, al corroborarlas y ofrecerles una confirmación, puede al mismo tiempo suprimir, o aun conde condenar nar e&plíc e&plícita itamen mente, te, todo todo aquel aquello lo que recha rechace ce la subor subordi dinac nació ión. n. La rigid rigide e carente de e&periencia del mecanismo de pensamiento dominante en la sociedad de masas masas se vuelve, pues, si ello es posible posible,, m!s infle&ible infle&ible aun, y la propia ideología ideología impide desenmascarar el producto ofrecido en su calidad de ob"eto premeditado para los fines del control social, gracias a un puntual seudorrealismo, que proporciona, ba"o el aspect aspecto o de la e&ter e&terio iorid ridad ad,, una image imagen n contin continuam uamen ente te e&acta e&acta de la realid realidad ad empírica. $uanto m!s alicuados a los hombres se encuentran los bienes culturales así elabor elaborad ados, os, tanto tanto m!s m!s se los convence convence de encon encontra trarr en ellos ellos el mundo mundo que les pertenece. 5emos en las pantallas de la televisión cosas que quieren parecerse a las m!s familiares y habituales, y entretanto el contrabando de consignas como la de que todo e&tran"ero es sospechoso, o que el é&ito y la carrera son las cosas m!s elevadas de la vida, ya est! dado por aceptado y puesto en libre pr!ctica de una ve para siempre. Para resumir en una sola frase la tendencia inmanente a la ideología de la cultura de masas, sería necesario representarla en una parodia del dicho 6$onviértete en lo que eres6, como duplicación y "ustificación ultravalidadora de la situación ya e&istente, lo cual destruiría toda perspectiva de trascendencia y de crítica. %l espíritu socialmente actuante y efica se limita aquí a poner una ve m!s, ba"o los o"os de los nombres, lo que ya constituye la condición de su e&istencia, a la ve que proclama ese e&istente como su propia norma7 de ese modo, los confirma y consolida en la creencia carente de verdadera fe en su mero e&istir. 8e la ideología sólo queda el reconocimiento tributado a lo que subsiste, un con"unto de modelos de comportamiento adecuados al poderío de las condiciones dominantes. %s poco verosímil que las metafísicas m!s eficaces hoy en día sean sólo por casualidad las que se refieren al término 6e&istencia6, pretendiendo identificar, la 9duplica 9duplicación ción del mero e&istir en las m!s altas determinacio determinaciones nes abstractas abstractas que es
posible obtener con el sentido mismo de ese e&istir. 4 esta duplicación corresponde, en los resulta resultados dos,, y en gran gran medida medida,, la situac situació ión n e&iste e&istente nte en la cabea cabea de los los hombres, quienes quienes no sufren ya la condición absurda :en la que, frente a la posibilidad abierta de la felicidad, se hace sentir día tras día la amenaa de la cat!strofe inevitable : de considerar esta situación como e&presión de una idea, como todavía podría ser la actitu actitud d adopt adoptada ada frent frente e al sistem sistema a burgu burgués és de los %stad %stados os nacio nacional nales7 es7 hoy se adapta uno a las condiciones dadas en nombre del realismo. Los individuos se sienten desde el comieno como pieas del "uego, y de"an el coraón en pa. Pero desde que la ideología casi no asegura ya nada, como no sea que las cosas son lo que son, hasta su no verdad específica se reduce al pobre a&ioma de que no podrían ser distintas de lo que son. Los hombres se adecuan a esta mentira, pero al mismo tiempo ven a través de su velo. La celebración del poder y la irresistibilidad del simple e&istir son las condiciones de la ruptura de su encanto. La ideología ya no es una c!scara, sino la imagen misma, amenaadora, del mundo. ;o sólo sólo por por el entr entrel ela aam amie ient nto o en que que se encu encuen entr tra a con con la acci acción ón propagandística, sino en virtud de su propia configuración, se convierte en terrorismo. Pero "ustamente porque la ideología y la realidad corren de esta manera una hacia la otra7 porque la realidad dada, a falta de otra ideología m!s convincente, se convierte en ideología de sí misma, bastaría al espíritu un peque#o esfuero para liberarse del velo de esta apariencia omnipotente, y ello con casi nada. Pero este esfuero parece el m!s difícil de todos.