37. BASES ANTROPOLÓGICAS DE LA CONDUCTA MORAL. ÍNDICE.
Introducción. Antropología de la moral. Sobre el progreso moral. o Hobbes. Rousseau. Etnografía de la moral. Los bosquimanos. o Moral económica. Moral política. Moral religiosa. Justicia. Conclusión: Rousseau y los bosquimanos. Bibliografía.
INTRODUCCIÓN. Ateniéndome al epígrafe, estudiaré la moral en las sociedades denominadas “primitivas”, “simples”, “pequeñas” que han sido el objeto de estudio tradicional de la antropología cultural o social (aunque ahora la antropología pretende ampliar su ámbito de estudio a sociedades más complejas, estatales, industriales, etc.).
ANTROPOLOGÍA DE LA MORAL. La antropología de la moral suscita una problemática básica sobre la capacidad de esta ciencia de tratar la moral. Esta problemática específica se inserta en la más amplia sobre la reductibilidad/irreductibilidad de la moral. ¿Puede la antropología cultural (u otra ciencia cualquiera, ej.: la genética) explicar o comprender la moral? La respuesta a esta pregunta depende de que se adopte una posición reduccionista (ej.: la sociobiología) o no (ej.: la axiología de Scheler); no voy a entrar en esta cuestión, tan solo decir que la posición aquí defendida es la de que ciertos valores o principios morales no dependen de condiciones sociales, históricas o biológicas, sino que trascienden a éstas, pero lo que sí es cierto, es que tales condiciones pueden determinar, o por lo menos influir, en que se den de hecho los valores morales. Desde este punto de vista, las ciencias que estudian la moral pueden estudiar las condiciones para que se de la moral, pero nada pueden decir sobre la moral en sí misma, pueden investigar, por ejemplo, cuales son las condiciones para que una sociedad desarrolle una moral correcta, pero no pueden decir nada sobre si tal o cual moral o código de conducta refrendado socialmente es correcto o no. Todas las sociedades conocidas tienen algún tipo de moral. Algunos rasgos universales de tipo moral que se dan en todas las sociedades humanas suelen ser el de la sociabilidad, el respeto por la vida humana y el amor al orden. Las explicaciones antropológicas sobre la moral son tantas como escuelas o autores. La moral puede tener un carácter funcional: de tipo económico y ecológico, es decir, una moral adecuada para la supervivencia en un hábitat determinado (en la línea del materialismo cultural); de tipo sociopolítico, según el cual la moral suele ser un mecanismo para mantener el orden y la armonía del grupo, suele cumplir una función de integración, armonización, estabilización de los sistemas sociales, es decir, una función de autoconservación colectiva. La moral no tiene porque ser funcional; puede ser la expresión del carácter biológico del hombre (en una línea más genetista y biologista) o de su carácter espiritual o mental (en una línea más estructuralista). También puede tener un carácter simbólico, una configuración determinada por patrones simbólicos de algún tipo (de acuerdo a la antropología simbólica).
SOBRE EL PROGRESO MORAL. Este estudio tiene implicaciones en relación al origen de la moral, ya que las sociedades primitivas estudiadas por la antropología social son consideradas como tales al verse diacrónicamente como estadios primitivos de las sociedades más complejas. Al margen de consideraciones evolucionistas decimonónicas a lo Taylor o Morgan, los registros arqueológicos e históricos muestran que las sociedades industriales actuales derivan de sociedades más simples. Las concepciones sobre el proceso generativo-evolutivo social de la moral son de dos tipos según dos direcciones opuestas: a) De lo bueno a lo malo. Ej.: el relato del Génesis, del Edén a la expulsión de éste de Adán y Eva; Rousseau. b) De lo malo a lo bueno. Ej.: Hobbes, del estado de guerra al estado civil.
A modo de ejemplo expondré las dos concepciones modernas emblemáticas de cada posición.
HOBBES. ROUSSEAU. Los ilustrados franceses (especialmente Turgot) fueron predominantemente partidarios del progresismo social. Rousseau se opone al progresismo ilustrado. Rousseau ya denuncia este progresismo en el Discurso sobre las ciencias y las artes, donde los progresistas ven progreso y civilización él ve explotación y desigualdad; pero es en el Discurso sobre el origen y fundamento de la desigualdad entre los hombres donde más desarrollará esta posición. En el discurso sobre la desigualdad desarrolla una genealogía sobre como se ha llegado a la situación social actual de desigualdad humana; desigualdad en el sentido ético político, que es la que R considera como injustificada, pero nada tiene que decir contra la desigualdad natural (edad, condiciones físicas, sexuales, etc.), ya que nada puede hacerse contra ésta al ser natural. R desvincula la naturaleza de la historia, con lo que niega la transición de un estado natural al estado histórico. El estado de naturaleza humana es tan solo un constructo ideal, que talvez nunca haya existido, pero que sirve para juzgar y evaluar la sociedad actual. De todas maneras, R sí que estudió muchos registros etnográficos, de desigual valor, que circulaban en aquella época, de los cuales muchos expresaban la concepción del “buen salvaje” que R aceptó fervientemente.
Desde una perspectiva individualista (posiblemente de origen pietista), niega que el hombre sea por naturaleza sociable, al contrario, el hombre es un ser aislado. En el estado de naturaleza el hombre solo mantendría contactos fugaces con otros para reproducirse. Al no estar abocado a la vida social, el hombre natural es libre y bueno. La sociedad es considerada muy negativamente por R; el hombre es bueno por naturaleza, pero la sociedad, al coaccionarlo, impide que esa bondad se desarrolle libremente, condicionándolo hacia la maldad. La bondad está en el mismo individuo, de forma instintiva, lo que hace a R oponerse al racionalismo; todo lo que sea externo a éste resulta sospechoso de ser bueno, incluso la salud debe generarse en uno mismo, la medicina es rechazada por R. El hombre natural es considerado por R como libre, sano, bueno y feliz; se guía por dos instintos básicos: el amor a sí mismo o instinto de conservación (que no hay que confundir con el egoísmo) y la conmiseración o respeto total por los demás individuos. Este es el estado dichoso de la humanidad. La historia del hombre será la historia de la corrupción de éste estado natural. Los cambios históricos no atienden a una ley histórica que los determina, son fortuitos. Estos cambios no son procesos continuos, sino transformaciones revolucionarias. Es la
aparición azarosa de algo nuevo lo que transforma revolucionariamente el estado de la humanidad. Ante las amenazas naturales el hombre necesita unirse y formar sociedades para combatir dichas amenazas; así aparece el salvaje, en sociedades primitivas de cazadores nómadas en las que los individuos todavía no han perdido su bondad natural. El elemento revolucionario que en general transformó a la humanidad radicalmente fue la aparición de la propiedad privada y, con ella, la desigualdad. Aquí se encuentran los fundamentos del progreso cultural que defienden los ilustrados; el sedentarismo y la apropiación del suelo, la aparición de la agricultura y la metalurgia y la consecuente división profesional en agricultores y herreros (que hizo depender a unos hombres del trabajo de otros); a esto le siguieron todas las otras formaciones socioculturales. A partir de la propiedad privada se genera un nuevo estado natural que se corresponde con el hobbesiano, el estado de guerra de todos contra todos; la lucha por la propiedad sumerge a los hombres en un estado de violencia y de derecho de la fuerza. El hombre transforma su instinto primitivo de amor a sí por el egoísmo. De este estado de naturaleza se sale mediante el pacto, de acuerdo a la tradición contractualista; pero el pacto del que ahora habla R será diferente al que expone en el Contrato social , se trata de un pacto que fraguan los ricos para su propio beneficio, éstos, viendo que su riqueza corre peligro, convencen a todos de que es más provechoso constituir el estado civil; de ésta manera, las desigualdades obtienen el respaldo de la ley civil que no es otra cosa que la ley del más fuerte institucionalizada. El progreso social no es más que el proceso, cada vez más complejo, de la institucionalización de la desigualdad. R invierte la concepción hobbesiana, considera que el ver el estado de naturaleza como un estado de guerra no es más que proyectar sobre el estado natural lo propio que caracteriza a la civilización.
ETNOGRAFÍA DE LA MORAL. Como es obvio no se puede hacer un repaso de las morales de los cientos o miles de etnias y sociedades que hay en los registros antropológicos o preantropológicos (viajeros y exploradores, misioneros, etc.). Por esta razón me centraré en una única etnia, pero no elegida arbitrariamente sino que se trata de una etnia emblemática para la antropología, e incluso para la historia de la humanidad. Me refiero a los bosquimanos. La importancia de esta etnia ha superado en la actualidad, a raíz de investigaciones reciente, el mero interés etnográfico para convertirse en algo de relevancia fundamental para la humanidad; resumiendo, parece ser que los estudios genéticos, lingüísticos y anatómicos realizados a nivel mundial coinciden en que todos los seres humanos, todos los homo sapiens sapiens actuales somos bosquimanos o, si se prefiere, variantes de los bosquimanos africanos. Aunque mejor habría que precisar que los bosquimanos actuales son la etnia que mayor semejanza posee con los homo sapiens sapiens africanos de los cuales todos descendemos. Se calcula que hace unos 50.000 años los homo sapiens sapiens que vivían en África, esos antiguos bosquimanos, salieron del continente africano y
poblaron el resto del planeta; con lo que el resto de etnias humanas no son más que bosquimanos que han variado algunos rasgos por causa de adaptaciones ambientales. No se puede afirmar que la cultura bosquimana actual sea la misma que tenían nuestros antepasados; pero parece razonable creer que de las culturas primitivas conocidas ésta tiene que ser la más parecida a aquella del pasado y por la que podemos orientarnos para conjeturar algo sobre aquella. También hay que tener en cuenta que el homo sapiens sapiens convivió en muchas partes del globo con otra especie de homínido, la neandertal, que pudo influir culturalmente en la sapiens.
LOS BOSQUIMANOS. Me voy a basar en la investigación de campo realizada (durante los años sesenta, cuando aún quedaban grupos poco inculturizados) por Silberbauer entre los bosquimanos G/wi; teniendo en cuenta que hay otros grupos de bosquimanos, pero todos comparten formas socioculturales muy parecidas. Los bosquimanos son una etnia que vive en el desierto del Kalahari (principalmente en Botswana)1. Hasta hace unos años todavía conservaban su cultura tradicional, pero ésta ha ido desapareciendo o corrompiéndose hasta tal punto que la mayoría de los bosquimanos viven (normalmente de forma voluntaria, sobretodo a causa del agua potable) actualmente en reservas en las que han abandonado sus costumbres ancestrales. La sociedad bosquimana tradicional era una sociedad cazadora recolectora (no conocían la agricultura ni la ganadería) y nómada. Los bosquimanos vivían en grupos autónomos de entre cuarenta y ochenta personas. Las condiciones de subsistencia para esta etnia eran durísimas al vivir en el desierto; esto les obligó a desarrollar una cultura sencilla pero cargada de detalles ingeniosos.
Moral económica. El sistema económico bosquimano era lo más representativo que se puede encontrar de eso que se ha solido denominar “comunismo primitivo”. El fin de las relaciones de intercambio de bienes no era el enriquecimiento egoísta (como ocurre en el capitalismo), sino equilibrar las posibles desigualdades entre los miembros del grupo. Este igualitarismo buscaba ante todo la armonía social. Dentro de un mismo hogar la propiedad privada es prácticamente inexistente, excluyendo algunos utensilios como instrumentos de caza; ej.: el cazador caza para todos los miembros del hogar, las piezas pertenecen al hogar y no al que las caza. El intercambio de bienes y favores dentro de una misma banda solo se desarrolla entre hogares diferentes, nunca dentro del mismo hogar; funciona de acuerdo a un mecanismo de reciprocidad que busca el equilibrio económico de las gentes; se otorgan bienes y favores a los que los necesitan aunque estos no puedan devolverlos inmediatamente. En otras ocasiones no hay intercambio alguno, solamente regalo sin esperar nada a cambio.
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Una visión cinematográfica en tono cómico de estas gentes puede verse en la película Los dioses deben de estar locos, en la que actúan bosquimanos de verdad.
Moral política. El igualitarismo no solamente era económico sino también político-social. Los estatus y clases sociales no tenían un valor de rango (con excepción de la paternidad sobre los hijos). Todos los adultos o cuasiadultos tenían el mismo grado de poder político. Las decisiones colectivas se tomaban por consenso. Este consenso no tenía porque ser siempre el resultado de una posición compartida por todos o mayoritariamente, podía ocurrir que se realizase un consenso en función a una sola persona, si esto la beneficiaba a ella y a la comunidad. Ej.: la mujer de un hombre abandonó a ésta para irse con un amigo suyo, aquél al no encontrar una nueva pareja se lamentaba constantemente incomodando a toda la comunidad, por lo que el grupo tomó la decisión de permitir la poliandria aunque no fuera una práctica aceptada, de ésta manera se beneficiaba al hombre desdichado ya que volvía a tener pareja y recuperaba a su amigo. Con este ejemplo se ve la preocupación del grupo por todos los miembros que lo integran, tanto a un nivel colectivo como individual.
Moral religiosa. El igualitarismo económico y sociopolítico estaba refrendado por la religión. El mundo, con todo lo que contiene (incluyendo a los hombres) pertenece a N!adima, el único dios. Las cosas solo pasaban a propiedad de alguien una vez recolectadas, cazadas o fabricadas; pero era una afrenta a la divinidad el poseer más de lo que se necesitaba. Con esto critican la codicia y las implicaciones desiguales que puede conllevar ésta. Una afrenta individual se considera como un peligro para todo el grupo, ya que no se está seguro si N!adima castigará a toda la tribu aunque el mal lo haya cometido una sola persona. Es obvio que las acciones individuales casi nunca suelen tener efectos individuales, sino que suelen afectar a otros, y en una sociedad pequeña puede llegar a afectar a toda la comunidad; el individualismo que defiende el liberalismo (al margen de que sea una ideología fantasiosa o no) no tendría cabida en una sociedad como la bosquimana. No poseían una clase sacerdotal, ya que esto hubiera implicado una posible fuente de acumulación de poder con sus implicaciones en la igualdad social.
Justicia. Aunque nos parezca idílico lo que se ha descrito sobre la sociedad bosquimano, lo cierto es que en estos grupos solía haber conflictos, eso sí, de baja intensidad; eran frecuentes cosas como los adulterios o el demorarse excesivamente en devolver un favor, también podía haber conflictos por chismorreos o actitudes de pereza. Los conflictos entre los bosquimanos, como en otras etnias, se solían resolver por medio de diferentes tipos de diálogo. En unos casos algún familiar autorizado tenía el derecho de reprochar con gran libertad el mal comportamiento de una persona de su familia. En el caso de que el conflicto sea delicado y pueda ser muy inflamable, se utilizaba una técnica de reproches y contra reproches oblicuos e indirectos en forma de gritos.
Sea como fuere la violencia siempre solía ser verbal, en algunos casos podía llegar a pequeños golpes pero era completamente deshonroso llegar a una violencia física intensa. A los reincidentes se les solía aplicar el ostracismo, los otros miembros de la tribu no se comunicaban con el reincidente, se ignoraban sus peticiones, sugerencias, chistes, etc., indicando con ello que se fuera a otra tribu. La justicia se solía aplicar muy moderadamente, se intentaban evitar las condenas extremas, incluso en los casos más graves de asesinato e incesto. En muchos casos se buscaba minimizar o hacer desaparecer el crimen: ponerse de acuerdo colectivamente en desmentir los hechos aunque las evidencias al respecto fueran irrefutables; evitar los castigos pero dar compensaciones al afectado como si fueran referidas a otra cosa; declarar loco al malhechor. Castigos más graves como el destierro eran raros, la pena de muerte era prácticamente inexistente. Hay que darse cuenta que en una comunidad pequeña y muy integrada estos castigos extremos pueden implicar nuevos conflictos en la tribu, ¿cómo alguien puede convivir con el verdugo de su hermano?, por ello se buscan soluciones que no añadan más leña al fuego.
CONCLUSIÓN: ROUSSEAU Y LOS BOSQUIMANOS. De los dos modelos genético-evolutivos de la moral humana que se han visto, es evidente que el roussoniano es el más acorde a la sociedad bosquimana. Esto es así especialmente en lo que se refiere al asunto de la falta de desigualdad social; pero hay que tener en cuenta que el individualismo roussionano es insostenible antropológicamente. Evidentemente las especulaciones de R no tenían un carácter etnológico en sentido estricto, así reconocido por él mismo, su carácter era más ético-político. Pero ahora, gracias a la etnografía, sí que puede conjeturarse con fundamento sobre la posibilidad de una buena base antropológica de la moral humana. Resulta evidente que las primitivas sociedades humanas vivían más en un estado de paz y colaboración que en un estado de guerra permanente y competitivismo egoísta. Esta polémica, dentro del discurso evolucionista decimonónico, ya fue mantenida por los spenceristas, defensores del darwinismo social, y Kropotkin, el cual consideraba que el principal motor de la evolución era la ayuda mutua y no la competición.
BIBLIOGRAFÍA. Clásicos. -
Hobbes. Leviatán, Alianza. Kropotkin. La ayuda mutua, Júcar. Rousseau. Discurso sobre el origen y fundamento de la desigualdad entre los hombres , Alianza.
Sobre antropología y sociología de la moral. -
Godelier. Las sociedades primitivas y el nacimiento de las sociedades de clases según Marx y Engels, La oveja negra. Juliá, Martínez. Teoría e historia de los sistemas sociales, UNED.
Sobre los bosquimanos. -
José Manuel de Prada Samper. La niña que creó las estrellas, Lengua de Trapo. Silberbauer. Cazadores del desierto , Mitre.