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UNO
Nunca me habían dicho que la aflicción podía parecerse tanto al miedo. No es que sienta temor, pero la sensación es la misma: el estómago revuelto, la misma inquietud hasta los bostezos. Me la paso tragando saliva.
De a ratos me siento como si estuviese levemente borracho o como si me hubieran golpeado. Entre el mundo o se interpone algo así como una manta invisible. !e me hace difícil entender lo que se me dice. " tal vez resulte que no quiero entenderlo. Es tan poco interesante. # sin embargo encuentro que necesito compa$ía. Me aterran los momentos en que la casa queda vacía. %on tal de que los dem&s hablen entre ellos no se diri'an a mí.
(nesperadamente (nesperadamente ha momentos cuando algo dentro mío me trata de asegurar de que en realidad no me importa tanto, que al fin no es para tanto. )ampoco el amor ocupa la totalidad de la vida de un hombre. Era feliz antes de conocer siquiera a *. Dispongo de muchos +recursos como los llama la gente. -amos, no puede ser que la pase tan mal. no se averg/enza de escuchar esta voz pero durante un rato parece convincente. # de repente aparece una bofetada de memoria al ro'o vivo todo ese +sentido com0n se evapora como una hormiga en la boca abierta de un horno.
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# entonces viene el reflu'o uno pasa a las l&grimas al pathos. 1&grimas sensibleras. %asi, casi prefiero los momentos de agonía. 2or lo menos son ratos limpios honestos. 2ero me asquea este ba$o de autoconmiseración, autoconmiseración, esta inmersión en estos sentimientos, este odioso placer pega'oso dulzón de auto3 indulgencia. E incluso cuando me de'o llevar así s4 que me induce a desdibu'ar a la propia *. De'arme dominar por seme'ante talante en pocos minutos habr4 sustituido a la verdadera mu'er para ponerme a lloriquear sobre una mera mu$eca. Menos mal que su recuerdo es a0n demasiado vívido 56lo ser& siempre78 no alcanzo a salirme con la mía.
Es que *. no era así en absoluto. )enía la mente &gil, veloz robusta como un leopardo. Ni la pasión, ni la ternura, ni el dolor podían desarmarla. 9nte el menor atisbo de doblez o tontería te saltaba encima te derribaba antes de que supieras qu4 estaba pasando. # cu&ntas veces no pinchó mis burbu'as;
)ampoco nadie me habló nunca de la lasitud que engendra la pena. !alvo en mi traba'o en el que da la impresión de que
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# entonces viene el reflu'o uno pasa a las l&grimas al pathos. 1&grimas sensibleras. %asi, casi prefiero los momentos de agonía. 2or lo menos son ratos limpios honestos. 2ero me asquea este ba$o de autoconmiseración, autoconmiseración, esta inmersión en estos sentimientos, este odioso placer pega'oso dulzón de auto3 indulgencia. E incluso cuando me de'o llevar así s4 que me induce a desdibu'ar a la propia *. De'arme dominar por seme'ante talante en pocos minutos habr4 sustituido a la verdadera mu'er para ponerme a lloriquear sobre una mera mu$eca. Menos mal que su recuerdo es a0n demasiado vívido 56lo ser& siempre78 no alcanzo a salirme con la mía.
Es que *. no era así en absoluto. )enía la mente &gil, veloz robusta como un leopardo. Ni la pasión, ni la ternura, ni el dolor podían desarmarla. 9nte el menor atisbo de doblez o tontería te saltaba encima te derribaba antes de que supieras qu4 estaba pasando. # cu&ntas veces no pinchó mis burbu'as;
)ampoco nadie me habló nunca de la lasitud que engendra la pena. !alvo en mi traba'o en el que da la impresión de que
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la m&quina funciona m&s o menos como siempre odio tener que hacer el menor esfuerzo. No sólo escribir, sino incluso leer una carta me parece demasiado. *asta el afeitarme. 6=u4 diablos importa ahora que tenga las me'illas &speras o no7 Dicen que el hombre desgraciado desea distracciones algo que lo saque de su ensimismamiento. 2ero eso sólo al modo de un hombre e>tenuado que aceptaría una manta e>tra en una noche helada: con todo, antes de levantarse para buscarla, prefiere quedarse ahí tiritando de frío. !e comprende f&cilmente por qu4 el solitario se vuelve desproli'o finalmente sucio desagradable.
Mientras tanto, 6dónde est& Dios7 Este es uno de los síntomas m&s inquietantes. %uando uno es feliz, tan feliz que pierde la sensación de necesitarlo a Dios, tan feliz que se ve inducido a sentir !us reclamos como interrupciones, entonces si uno se llama al orden se vuelve hacia El con gratitud alabanza, da la impresión de que es acogido por lo menos así le parece con los brazos abiertos. 2ero ac4rquese a El quien padece necesidad desesperante, cuando toda otra auda es vana, 6 con qu4 se encuentra7 El portazo en la cara, el sonido de un cerro'o el ruido de dos aldabas ruidosa sucesivamente atrancadas detr&s de la puerta. # luego, silencio.
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una casa vacía. 6Estuvo habitada alguna vez7 9lguna vez así parecía. # esa sensación era tan fuerte como 4sta. 6=u4 puede significar7 62or qu4 la presencia del %omandante se siente con tanta intensidad en los tiempos prósperos resulta tan ausente en las tribulaciones7
Esta tarde trat4 de darle parte de esto a %. Me recordó que algo así parece haberle sucedido a %risto: +62or qu4 me has abandonado7. #a s4. 62ero acaso así se comprende me'or7
No que est4 5creo8 en peligro de de'ar de creer en Dios. El verdadero peligro es llegar a creer cosas tan horribles sobre El. 1o que me espanta no es +9sí que al final resulta que no había Dios, sino +
Nuestros maores se rendían decían +*&gase )u voluntad. 6# no ser& que frecuentemente el amargo resentimiento había sido ahogado con el terror que un acto de amor sí, claro, sólo una actuación era puesto en escena para ocultar la operación7
Desde luego, resulta mu f&cil decir que Dios parece ausente cuando m&s lo necesitamos porque está ausente porque
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no e>iste. # entonces 6por qu4 parece tan presente cuando, para decirlo con total franqueza, no lo buscamos7 %on todo, el matrimonio ha hecho una cosa conmigo. Nunca m&s podr4 volver a creer que la religión es producto del inconsciente de hambrientos deseos un sustituto del se>o. 2orque ocurre que durante unos pocos a$os *. o nos dimos un festín de amor? en todas sus variantes solemne alegre, rom&ntico realista, a veces como una tormenta, a veces tan confortable baladí como ponerse las pantuflas. Ninguna hendidura del corazón o del cuerpo quedó insatisfecho. !i el amor fuera un sustituto de Dios, habríamos perdido todo inter4s en El. 6=ui4n se molesta con sustitutos cuando cuenta con la cosa misma7 2ero no es eso lo que sucede. 9mbos sabíamos que queríamos algo m&s algo adem&s de nosotros mismos, algo enteramente diferente? era una necesidad de otro tipo. 2ara el caso, se podría decir igualmente que cuando los amantes se poseen completamente a no querr&n leer, o comer, o respirar.
*ace a$os, despu4s de la muerte de un amigo, tuve por alg0n tiempo la m&s vívida sensación sobre la continuidad de su vida? aun de una vida m&s intensa. *e suplicado que se me conceda eso con *. por lo menos una cent4sima de esa misma certeza. No ha respuesta. !ólo la puerta cerrada, la cortina de hierro, el vacío, el cero absoluto. +Mientras piden, no
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obtienen. @ui un imb4cil pidiendo. 2orque ahora, aun cuando se me concediera tal certidumbre, me vería obligado a desconfiar. 2ensaría que no es m&s que una sensación auto3 inducida por mis propias oraciones.
En cualquier caso, debo mantenerme ale'ado de los espiritistas. !e lo prometí a *. Ella sabía bastante de esos círculos.
Mantener las promesas hechas a los muertos o a al que sea, est& mu bien, pero advierto ahora que +el respeto por la voluntad de los muertos constitue una trampa. 9er apenas si alcanc4 a detenerme antes de decir una fruslería como que +a *. no le habría gustado eso. Esto es in'usto para con los dem&s. En poco tiempo me hallaría blandiendo frases como +lo que a *. le habría gustado a modo de instrumento de dominación dom4stica sus presuntas preferencias transform&ndose en disfraces m&s m&s tenues de mis propios gustos.
No puedo hablarle a los chicos sobre ella. En cuanto lo intento sus caras no refle'an ni pesar, ni amor, ni miedo, ni compasión sino el m&s fatal de los no3conductores, la verg/enza. Me miran como si estuviese incurriendo en una impudicia. 9nhelan que me detenga. #o me sentí e>actamente así
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despu4s de la muerte de mi madre, cada vez que mi padre la mencionaba. No los puedo culpar. 1os chicos son así.
9 veces pienso que la turbación los respetos humanos hacen tanto para inhibir actos buenos una tranquila felicidad como lo puede hacer cualquier otro vicio. # no sólo durante la infancia.
6" tienen razón los ni$os7 6=u4 pensaría *. de este peque$o terrible diario al que vuelvo una otra vez7 6No ser&n morbosas estas notas7 na vez leí la frase +me quedo despierto toda la noche con dolor de muelas pensando en el dolor de muelas en mi desvelo. 1a vida es así. na parte de toda tribulación es, por decirlo de alg0n modo, la sombra de esa misma tribulación o su propio refle'o: el hecho de que no sólo uno sufre sino que adem&s estamos obligados a pensar una otra vez en que sufrimos. No sólo vivo penando durante cada interminable día, sino que adem&s me la paso el día pensando en la pena de vivir. # me pregunto si estas notas no agravar&n este costado del asunto. 6No ser&n m&s que confirmación de la monótona e ininterrumpida marcha de mi cabeza en torno a un solo tema7 6Mas qu4 har47 No puedo prescindir de una droga, por ahora la lectura no es droga suficiente. 9l escribirlo todo 56todo7 No, sólo uno entre centenares de pensamientos8 creo que consigo mantener alg0n grado de distancia, de
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ob'etividad en todo esto. 2or lo menos así lo 'ustificaría ante *. 9unque apuesto a que a ha advertido un agu'ero en la defensa.
2ero no son sólo los ni$os. n e>tra$o subproducto de mi pena es que me do cuenta de que constituo una molestia para todo aquel con el que me topo. En el traba'o, en el club, en la calle, veo que algunos que, a medida que se apro>iman, est&n tratando de decidirse, si van a +decir algo o no. No soporto que lo hagan, tampoco me complace que no digan nada. 9 algunos les da un ataque de p&nico. A. me ha estado evitando toda la semana. 1os que me caen me'or son los 'óvenes bien educados, casi ni$os a0n, que se me acercan como si fuera el dentista, se ruborizan, cumplen con lo que tienen que decir se marchan al bar m&s pró>imo en cuanto una mínima decencia lo permite. 9 lo me'or habría que encerrar a los que est&n de duelo en establecimientos especiales, como a los leprosos.
2ara algunos so algo peor que un momento embarazoso. !o un heraldo de la muerte. %ada vez que tropiezo con un matrimonio feliz puedo sentir que ambos est&n pensando +n día uno de nosotros va a quedar como 4l ahora.
9l principio tenía mucho miedo de ir a los lugares donde *. o habíamos sido felices nuestro pub favorito, nuestro
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bosque preferido. 2ero decidí hacerlo cuanto antes como quien reenvía a volar cuanto antes a un piloto que ha tenido un accidente. %uriosamente, no hizo diferencia alguna. !u ausencia no me parecía m&s se$alada en esos lugares que en cualquier otro. No se trata de un asunto local, en absoluto. !upongo que si se nos prohibiera salar todas las comidas, no lo notaríamos tanto m&s en unas que en otras. El sólo hecho de comer, en general, sería diferente, cada día, en cada comida. Es algo así. El acto de vivir es enteramente diferente. !u ausencia es como el cielo, lo cubre todo.
2ero no, miento. *a un lugar donde su ausencia me punza localmente sucede en un lugar que no puedo evitar. Me refiero a mi cuerpo. )enía una importancia completamente diferente mientras era el cuerpo que pertenecía al amante de *. 9hora parece una casa vacía. Mas no me de'en enga$arme. Este cuerpo se convertiría nuevamente bien pronto en algo importante si creese que le pasa algo malo.
%&ncer c&ncer c&ncer. Mi madre, mi padre, mi mu'er. Me pregunto qui4n ser& el siguiente en la lista.
# sin embargo, mientras se moría de c&ncer 5 *. lo sabía8, me di'o que pr&cticamente le había perdido el horror que anta$o le había tenido. %uando apareció la realidad, la
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palabra la idea fueron hasta cierto punto desarmados. # hasta cierto punto, casi puede decirse que entendí. Esto es importante. no nunca se topa con sólo el %&ncer, la Buerra o la (nfelicidad 5o, para el caso la @elicidad8. no sólo los encuentra a cada hora o momento en que aparecen. )odo tipo de entusiasmos depresiones. Muchos puntos negros en períodos me'ores, muchos malos durante los peores. no nunca recibe el impacto total de +la cosa en sí. 2ero la llamamos equivocadamente. 1a cosa en sí misma est& sencillamente constituida de estos momentos de algarabía tristeza? todo lo dem&s es un nombre o una idea abstracta.
Aesulta increíble cu&nta felicidad, incluso cu&nta alegría compartimos los dos a0n despu4s de haber resignado toda esperanza. %u&n largamente, cu&n tranquilamente, cu&n nutriciamente conversamos 'untos, los dos, aquella 0ltima noche;
# sin embargo, no enteramente 'untos. 1o de +una sola carne tiene sus límites. En rigor uno no puede compartir enteramente la debilidad, el miedo o el dolor del otro. 1o que uno siente 5compartiendo el dolor del otro8 puede ser malo. E incluso quiz& podría sentirse el dolor de otro con igual intensidad, aunque desconfiaría de quien reclame haber llegado a tanto. 2orque aun así, sería un dolor diferente. %uando digo
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miedo me refiero al temor puramente animal, al repliegue del organismo ante su propia destrucción? quiero decir, a la sensación de ahogo, como la de ser una rata en una trampa. Eso es intransferible. !í, la mente puede simpatizar, pero el cuerpo, no tanto. # en cierto sentido, los cuerpos de los amantes menos que menos. El comercio amoroso los ha entrenado para tener sentimientos, no id4nticos, sino complementarios, correlativos, opuestos incluso, entre sí.
1os dos lo sabíamos. #o padecía mis propias miserias? ella, las propias, no las mías. 9l t4rmino de las suas, las mías llegaban a su madurez. Nuestros caminos comenzaban a separarse. Esta fría verdad, esta terrible regulación del tr&fico 5+d., se$ora, hacia la derecha d., se$or, a la izquierda8 sólo es el comienzo de esa separación que es la muerte misma.
# supongo que esa separación nos espera a todos. Me he encontrado pensando que en nuestro caso hemos sido particularmente desafortunados, que la separación entre *. o ha sido particularmente desgarradora. 2ero presumiblemente a todos los amantes les pasa algo así. na vez ella me di'o: +9un cuando ambos muri4semos en el mismo instante, aciendo uno al lado del otro, sería tan traum&tica la separación como 4sta que tanto temes. %laro que por entonces ella no lo
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sabía, como que o tampoco. 2ero la muerte estaba cerca? lo bastante cerca como para que ella acertara en lo que adivinaba. 1e gustaba citar aquello de +!ola hacia la !oledad. Di'o que así lo sentía. # qu4 inmensamente improbable que fuera de otro modo; El tiempo, el espacio el cuerpo fueron precisamente las cosas que nos habían 'untado: los cables telefónicos por donde nos comunic&bamos. Desconectada una sola línea, o las dos simult&neamente... 6no termina igualmente la conversación en cualquiera de los dos casos7
9 menos que presumi4semos que otros medios de comunicación completamente distintos 5pero que harían el mismo traba'o8 sustituirían inmediatamente a los anteriores. Mas si así fuera, 6qu4 sentido tendría haber procedido a la descone>ión de las antiguas líneas7 69caso es Dios un paaso que s0bitamente te arrebata un plato de sopa para reemplazarlo inmediatamente por otro plato con la misma sopa7 Ni siquiera la naturaleza hace bromas así. Nunca entona e>actamente la misma melodía dos veces.
Aesulta difícil no impacientarse con las personas que dicen que +no e>iste la muerte o que +la muerte no importa. E>iste la muerte. # sea lo que sea, importa. # sea lo que sea lo que sucede, tiene sus consecuencias? ella ellas son
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irrevocables e irreversibles. 2ara el caso se podría igualmente decir que un nacimiento tampoco importa. 9lzo la vista contemplo la noche. 69caso ha una verdad menos discutible que el hecho de que si se me permitiera recorrer revisar aquellos vastos tiempos espacios de todos modos en ninguna parte encontraría su rostro, su voz, su tacto7 *a muerto. !e murió. Est& muerta. 6Es palabra tan difícil de aprender7
No conservo ninguna buena fotografía. # cuando procuro imagin&rmela no puedo ver su cara con claridad. # sin embargo esta noche cuando me acueste podr4 representarme vívidamente la cara de alg0n e>tra$o que me llamó la atención esta ma$ana en medio de la multitud. !in duda, la e>plicación es bastante sencilla. Es que hemos visto la cara de quienes conocemos me'or de manera tan variada, desde tan diversos &ngulos, ba'o tan distintas luces, con tantas e>presiones despert&ndose, durmiendo, riendo, llorando, comiendo, conversando, pensando que todas esas impresiones 'untas nos atosigan confundi4ndonos de tal modo que una imagen sucesivamente suprime la otra hasta que todo desemboca en una gran neblina. 2ero su voz permanece vívida. 1a recordada voz... que de un momento a otro puede convertirme en un ni$o sollozando. 1
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El traductor se disculpa, pero la fuerza de esta 0ltima frase desafía su oficio:
“The remembered voice . that can turn me at any moment into a whimpering child” N. del ).
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* * *
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2or primera vez he vuelto a leer estas notas. Me llenan de consternación. 2or el modo en que me he e>presado da la impresión de que la muerte de *. sólo importa por el efecto que me ha producido a mí. !u punto de vista parece haber desaparecido. 6Es posible que haa olvidado aquel momento de amargura cuando protestó +# había tanto para vivir;7 1a felicidad no había llegado a su vida prematuramente. # mil a$os de felicidad no la habrían insensibilizado. )enía fresco limpio el paladar para todos los gozos de los sentidos del intelecto. En ella nada se desperdiciaba. Bustaba de maor cantidad de cosas gozaba de ellas con m&s intensidad que ninguna otra persona que haa conocido. na noble hambruna, largamente insatisfecha, encontró por fin el alimento adecuado casi instant&neamente eso le fue arrebatado. El destino 5o lo que sea8 se complace en crear una gran capacidad para luego frustrarla.
Debo pensar m&s en *. menos en mí mismo.
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%laro, eso suena mu bien. 2ero ha un problema. Esto pensando en ella casi siempre. 2ensando en los hechos de *.
en sus palabras, en sus miradas, en sus risas gestos.
2ero es mi propia mente la que los selecciona los agrupa. #a mismo, a menos de un mes despu4s de su muerte, me do cuenta de que comienza el lento e insidioso proceso que convertir& a la *. en la que esto pensando en una persona m&s m&s imaginaria. @undada sobre la realidad, claro est&, no le agregar4 nada ficticio 5por lo menos, eso espero8. Mas inevitablemente... 6el resultado no ser& cada vez m&s de mi propia industria7 #a no e>iste la realidad para ponerme en ca'a, para llamarme al orden, como la verdadera *. lo hacía frecuentemente, de manera tan inesperada, siendo enteramente ella no o.
El m&s precioso don que me concedió el matrimonio fue este constante impacto de algo mu cercano mu íntimo que sin embargo todo el tiempo aparecía como algo inequívocamente otro, resistente en una palabra, real. 6!er& deshecho todo ese traba'o7 62uede ser que lo que a0n llamar4 *. se hundir& horriblemente hasta convertirse en no mucho m&s que uno de mis vie'os tontos ensue$os de solterón7 "h, mi querida, mi querida, regresa un instante para e>pulsar a este miserable fantasma. "h Dios, Dios, 6por qu4 te tomaste tanto traba'o en
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obligar a esta criatura a salir de su caracol si ahora est& condenada a arrastrarse hacia 4l de nuevo, a ser succionado por 4l7
*o tuve que encontrarme con un hombre que no había visto durante diez a$os. # durante todo ese tiempo había pensado que lo recordaba bien su parecido, cómo hablaba el tipo de cosas que solía decir.
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no, diez segundos, de *. en persona corregirían esto. # con todo, aun si se me concediesen esos diez segundos, enseguida recomenzarían los peque$os copos. !e ha ido para siempre ese &spero, incisivo, astringente sabor de su alteridad. =u4 lamentable gazmo$ería aquella de repetir +-ivir& para siempre en mi memoria. ¿Vivir? Eso es e>actamente lo que no va a ser. 2ara el caso podríamos pensar como los antiguos egipcios, que se puede conservar a los muertos embalsam&ndolos. 6!er& que nada nos puede persuadir de que se han ido7 6=u4 queda7 n cad&ver, un recuerdo 5en algunas versiones8 un fantasma. )odas burlas u horrores. )res modos m&s de deletrear la palabra muerto. Era *. a quien o amaba. %omo si quisiera enamorarme de su memoria, de una imagen en mi propia mente; !ería una suerte de incesto.
Aecuerdo que hace alg0n tiempo medio me horroriz4 una ma$ana de verano cuando vi a un robusto alegre traba'ador llevando consigo una azada una regadera que ingresó al cementerio de nuestra capilla , al tiempo que abría el portón, le gritó por sobre sus hombros a dos amigos: +1os ver4 luego, sólo vo a visitar a Mam&;. 1o que quería decir es que iba a remover la tierra, regar emproli'ar la tumba. Me escandalizó porque todo ese sentimentalismo, todo este asunto de los cementerios me resultaba me resulta todavía ho, inconcebible. # sin embargo, a la luz de lo que
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0ltimamente vengo pensando comienzo a preguntarme si acaso no habría bastante miga en su actitud siempre cuando uno pudiese adoptar la filosofía de aquel hombre 5o no puedo8. !u mam& se había convertido en un lecho de flores de dos por uno. Eso era su símbolo de ella, su vínculo con ella. Mantener eso significaba visitarla. visitarla. # de alg0n modo, 6no ser& eso me'or que preservar una imagen en la memoria acariciarla7 1a tumba la imagen son igualmente vínculos con lo irrecuperable símbolos de lo inimaginable. 2ero la imagen mental tiene la desventa'a de que har& lo que uno quiera. !onreir& o fruncir& el ce$o, ser& tierna, alegre, divertida o discutidora, seg0n lo e>i'a tu humor. n títere mane'ado con hilos. %laro que no todavía. 1a realidad es demasiado reciente a0n? genuinos recuerdos completamente involuntarios a0n pueden, en cualquier momento, a Dios gracias, irrumpir s0bitamente para arrebatarme los hilos de las manos. # sin embargo la fatal obediencia a la imagen que cada vez depende m&s de mí est& destinada a acentuarse. En cambio aquel lecho florido es un fragmento de ingobernable, obstinada obstinada resistente realidad, tal como indudablemente indudablemente lo fue Mam& mientras vivía. )al como era *.
" como *. es. 62uedo honestamente decir que creo que ahora no es nada7 1a inmensa maoría de la gente que conozco, digamos, en mi traba'o, seguramente pensar& que no. 9unque naturalmente no se empe$ar&n en se$al&rmelo. No por ahora, por
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lo menos. 6En el fondo qu4 creo7 !iempre he podido rezar por otros finados todavía lo hago con alguna confianza. 2ero cuando de *. se trata, me detengo. Me embarga el desconcierto un enorme asombro. Me acosa una horrible sensación de irrealidad, como si me estuviese dirigiendo a un vacío, como si le hablara a una gran nada.
1a razón de esta diferencia es evidente. En realidad nunca sabemos hasta qu4 punto creemos seriamente en alguna cosa hasta que la verdad o falsedad de esa cosa se transforma en cuestión de vida o muerte. Es f&cil decir que creemos que una soga es fuerte resistente mientras la usamos sólo para atar una ca'a. 2ero supongamos que uno se viese obligado a usar esa misma soga para colgarse desde un precipicio. 6No sería reci4n entonces que descubrimos hasta qu4 punto realmente confiamos en la resistencia de esa soga7 "curre lo mismo con la gente. Durante a$os habría dicho que confiaba perfectamente en <. A. *asta que llegó un día en el que debía decidir si le confiaría o no un secreto realmente importante. Eso echó una luz completamente nueva sobre lo que hasta entonces llamaba +confianza en 4l. # descubrí que no había tal cosa. !ólo un riesgo verdadero pone a prueba la realidad de una creencia. 9parentemente la fe o creía que de eso se trataba que me permitía rezar por otros difuntos era sólida sólo porque nunca
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me importó demasiado, por lo menos no desesperadamente, si los fallecidos e>istían o no. # sin embargo, creía que sí.
2ero ha m&s dificultades. +6Dónde est& ahora7. Esto es, en qué lugar est& est& en este momento. momento . 2ero si *. a no es un cuerpo el cuerpo que am4 ciertamente a no es ella entonces no est& en ning0n lugar. # +este momento es una fecha o momento de nuestra secuencia temporal. Es como si estuviese de via'e sin que o la acompa$ara que me di'era, mientras consulto mi relo', +Me pregunto si a habr& llegado a 1ondres. # sin embargo, a menos que *. est4 desplaz&ndose en un tiempo equivalente a nuestros sesenta3segundos3por3minuto sesenta3segundos3por3minuto que es el tiempo nuestro, 6qu4 podr& significar ahora7 ahora7 !i los muertos a no est&n en el tiempo, o por lo menos, si est&n en un tipo de tiempo distinto al nuestro, 6tiene sentido aplicarles las locuciones era, era, es, es, será7 será7
M&s de una amable persona me ha dicho +Est& con Dios. En cierto sentido, eso es indiscutible. Es, al igual que Dios, incomprehensibe incomprehensibe e inimaginable.
2ero se me hace que esta cuestión, por importante que pueda ser en sí misma, no tiene, despu4s de todo, demasiada relevancia respecto de nuestro pesar. !upongamos que las vidas terrenas que durante algunos a$os hemos compartido, ella o,
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fueran en realidad sólo la base de, o el preludio a, o la apariencia terrestre de, dos inimaginables, supercósmicos, eternos algos. Esos algos podrían representarse como esferas o globos. 9llí donde la Naturaleza los corta es decir, en su vida terrena aparecen como dos círculos 5los círculos son como ta'adas de esferas8. Dos círculos que se tocan. Mas esos dos círculos, sobre todo en el punto en que se tocaron, son precisamente lo que esto velando, lo que e>tra$o, por lo que me muero de hambre. !e me dice +ella contin0a. 2ero el corazón el cuerpo me gritan que regrese, que regrese. !4 un círculo, tocando mi círculo en el plano de la Naturaleza. Me do cuenta de que es imposible. !4 perfectamente que lo que quiero es e>actamente lo que nunca obtendr4. 9quella vie'a vida de entonces, las bromas, los tragos, las discusiones, la se>ualidad compartida, los peque$os h&bitos que teníamos en com0n que ahora me destrozan el corazón. !ea cual fuere la perspectiva desde la cual se lo mire, decir +*. se murió quiere decir +)odo eso se ha ido. Es parte del pasado. # el pasado es el pasado eso es lo que significa el tiempo, el tiempo mismo no es m&s que un nombre m&s para la muerte, el %ielo mismo es un estado en que +lo de antes pasó.
=ue me hablen sobre la verdad de la religión escucho de buen grado. =ue me hablen de los deberes de la religión
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escucho sumiso. 2ero no me vengan con los consuelos de la religión o sospechar4 que no entienden.
9 menos, claro, que podamos creer al pie de la letra en todo aquello de las reuniones familiares +del otro lado del río todo eso imaginado en t4rminos terrenales. # no ha nada de eso en las Escrituras. )odo eso proviene de detestables himnos horrendas litografías. De eso no ha ni una palabra en la actamente lo mismo. # qu4 bien se auto3promocionan los espiritistas; +1as cosas de este lado no son, despu4s de todo, tan diferentes. En el %ielo ha cigarros. 2ues eso es lo que querríamos. Aestauración de un pasado feliz.
# precisamente, e>actamente eso es lo que a$oro con toda mi alma, con enloquecidas amorosas s0plicas, a medianoche, pronunciadas en el aire, proclamadas al vacío.
# el pobre %. me cita +No te lamentes como quien a no tiene esperanza. Me asombra esta manera que tienen los que nos invitan a que nos apliquemos a nosotros mismos palabras obviamente dirigidas a nuestros maores. 1o que dice !an 2ablo sólo puede reconfortar a los que aman a Dios m&s que a los
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muertos a los muertos m&s que a sí mismos. !i una madre no llora al hi'o por lo que significa esa p4rdida para ella sino por lo que el ni$o ha perdido, resulta consolador creer que por lo menos el ni$o no se ha quedado sin el fin para el cual fue creado. # tambi4n resulta consolador creer que ella misma, al perder su principal o 0nica fuente de felicidad natural, no ha perdido algo m&s grande a0n, sino que todavía puede esperar +glorificar a Dios un día gozar de El por siempre 'am&s. n consuelo para el espíritu eterno que Dios dirige que habita en ella. 2ero no es consuelo alguno para su maternidad. 1a específica felicidad maternal debe ser definitivamente dada de ba'a. Nunca m&s, en ning0n lugar o tiempo volver& a tener al hi'o sobre su regazo, ni lo ba$ar&, ni le contar& historias, ni planear& su futuro, ni ver& su nieto.
Me dicen que *. est& feliz ahora, me dicen que est& en paz. 6%ómo pueden estar tan seguros7 No quiero decir con esto que me temo lo peor. %asi al final sus palabras fueron +Esto en paz con Dios. # no siempre había sido así. # nunca mentía. # tampoco se enga$aba con facilidad? mucho menos a favor suo. 62ero por qu4 est&n todos tan seguros de que con la muerte se acaba toda angustia7 M&s de la mitad del mundo cristiano millones en "riente, piensan de otro modo. 6%ómo saben que est& en paz7 62or qu4 la separación 5por no mencionar otras
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cosas8 que de tal modo hace sufrir al amante que quedó atr&s, sería indolora para quien se fue7
+2orque est& en manos de Dios. 2ero para el caso, siempre estuvo en manos de Dios, he visto lo que le han hecho aquí aba'o. 6!er& que de repente se vuelven m&s amables con nosotros en cuanto abandonamos el cuerpo7 # si es así 6por qu47 !i la bondad de Dios no se compadece con que nos lastimen, entonces o Dios no es bueno o no ha Dios: pues en la 0nica vida que conocemos El nos lastima m&s all& de nuestras m&s temidas previsiones m&s all& de lo imaginable. !i su bondad resulta consistente con que nos lastime de ese modo en esta vida, entonces bien puede herirnos despu4s de muertos de manera igualmente insoportable.
De a ratos resulta difícil no decir +=ue Dios perdone a Dios. # a veces resulta difícil decir tanto. 2ero si nuestra fe es verdadera no 1o perdonó. 1o crucificó.
-amos, 6qu4 ganamos con estos escapismos7 Nos encontramos en el potro de tormentos no ha escape posible. Mirada de frente, la realidad es insoportable. 6# por qu4 esta realidad florece 5o se pudre8 aquí all& en este terrible fenómeno que llamamos conciencia7 62or qu4 produce cosas como nosotros que la podemos ver, al verla, odiarla, mientras nos replegamos
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espantados7 # m&s raro todavía sin que nadie lo mande, 6qui4n querría ver todo esto con claridad tomarse el traba'o de averiguar qu4 significa cuando con sólo verlo se ulcera el corazón7 !ólo gente como la propia *., para la cual la verdad no tenía precio.
!i *. +no es entonces nunca fue. Me enga$4 creendo que una nube de &tomos era una persona. 1a muerte sólo revela el vacío que siempre estuvo ahí. 9quellos que llamamos vivientes son simplemente los que a0n no han sido desenmascarados. )odos igualmente en bancarrota, bien que algunos a0n no declarados tales.
Mas esto debe ser disparate? el vacío, 6revelado a qui4n7 9 otras ca'as de fuegos artificiales, a otras nubes de &tomos. Nunca creer4 m&s a0n, no lo puedo creer que un con'unto de sucedidos físicos pueda ser, o cometer, un error acerca de otro con'unto.
No, en realidad no temo al materialismo. !i fuera verdad, nosotros o aquello que confundimos llam&ndolo +nosotros podríamos salir, escapar del potro de tormentos.
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creo, que +Dios siempre geometriza. 6# si la verdad fuera que +Dios siempre vivisecciona7
)arde o temprano me ver4 obligado a enfrentar la cuestión lisa llanamente. 6=u4 razón tenemos, salvo la de nuestros desesperados deseos, para creer que Dios es, de acuerdo al criterio que se quiera concebir, +bueno7 69caso toda la evidencia con la que prima !acie contamos no indica lo contrario7 6# qu4 tenemos para contrarrestar toda esa prueba7 %ontamos con %risto. 6# si El estuviese equivocado7 !us casi 0ltimas palabras podrían tener un sentido perfectamente claro. *abía descubierto que el !er al que llamaba +2adre era horrible e infinitamente distinto de lo que había supuesto. # la trampa, morosa cuidadosamente preparada, el imperceptible cebo sutilmente colocado, hasta que se puso por fin de manifiesto: la cruz. 1a vil broma había resultado.
%ada oración cada esperanza resulta ahogada por el recuerdo de todas las oraciones que *. o ofrecimos todas las vanas ilusiones que abrig&bamos. No sólo esperanzas basadas en e>presiones de deseo? tambi4n alentadas, impuestas sobre nosotros a fuerza de diagnósticos equivocados, placas de raos F, e>tra$as recuperaciones temporales que parecían milagro. 2aso a paso se nos +condu'o por el sendero del
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'ardín. na otra vez, cuando m&s amable parecía, en realidad estaba preparando la pró>ima tortura.
Escribí eso anoche. @ue m&s un alarido que una refle>ión. -eamos si puedo intentarlo de nuevo. 6Es racional creer en un Dios malo7 6" por lo menos, en un Dios tan malo como eso7 6En el !&dico %ósmico, en el imb4cil resentido7 Me parece que por lo menos es demasiado antropomórfico. # bien pensado, es mucho m&s antropomórfico que figur&rselo como un vie'o grave re con una larga barba. Esa imagen constitue un arquetipo 'ungiano. -incula a Dios con todos los vie'os sabios rees de los cuentos de hadas, con los profetas, los sabios los magos. 9unque resulte 5formalmente8 el retrato de un hombre, tambi4n sugiere algo m&s que mera humanidad. 2or lo menos inclue la idea de algo m&s antiguo que uno mismo, la idea de alguien que sabe m&s, la idea de algo que uno no puede adivinar enteramente. 2reserva el misterio. 2or tanto, es un lugar para la esperanza. 1uego, constitue un espacio para un temor una esperanza que no tienen por qu4 ser el miedo a un ser resentido malicioso. 2or el contrario, el retrato que estaba construendo anoche resulta ser sólo el de un tipo como !. %. que se sentaba al lado mío a la hora de la cena para contarme lo que había estado haci4ndole a los gatos aquella tarde. 9hora bien, un ser como !. %., por m&s que lo magnifique e>traordinariamente,
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no podría inventar o crear o gobernar cosa alguna. %iertamente sería capaz de colocar trampas con cebos cuidadosamente preparados. Mas 'am&s habría pensado en cebos como el amor, o la risa, o los narcisos o un helado atardecer. 6"l, hacer un universo7 Ni siquiera podría inventar una broma, o un arco, o una disculpa, o un amigo.
" tal vez 6se podría seriamente proponer la idea de un Dios malo, meterlo como de contrabando mediante una suerte de calvinismo e>tremo7 !e podría decir que somos una raza caída, que somos seres depravados. # tan depravados que nuestras nociones sobre el bien importan bien poco? o menos que nada que el mero hecho de que pensemos que algo es bueno sería suficiente indicio de que en realidad no lo es. 2ues bien, Dios, en efecto, posee nuestros peores miedos se convierten en realidad todas las características de un ser malo: es irracional, vanidoso, vengativo, in'usto, cruel. 2ero todos estos negros 5tal como se nos aparecen8 en realidad son blancos. !ólo que nuestra condición de depravados nos induce a enga$o a creer que algo blanco es negro.
6Entonces qu47 En la pr&ctica 5tanto como en el orden especulativo8 esto equivale a borrar a Dios del pizarrón. 9sí la palabra bueno aplicada a El se convierte en algo carente de significado: como decir abracadabra. No ha razón alguna para
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obedecerle. Ni siquiera el temor. Es cierto que contamos con !us amenazas promesas. 62ero por qu4 habríamos de creer en ellas7 2ara el caso, si desde !u punto de vista la crueldad resulta +buena 6por qu4 no ser& +bueno mentir, por e'emplo7 # aunque fueran verdad, 6qu47 !us ideas acerca del bien son tan distintas a las nuestras que lo que El llama +%ielo bien podría ser lo que nosotros llamamos +(nfierno viceversa. 2or 0ltimo, si la raíz de la realidad tiene tan poco sentido para nosotros o, mir&ndolo de otro modo, si somos tan completamente imb4ciles 6de qu4 sirve tratar de pensar sobre Dios o acerca de cosa alguna7 En cuanto tratas de tirar de las cuerdas para apretar este nudo, se deshace.
62or qu4 le hago lugar en mi cabeza a tanta suciedad sinsentido7 69caso creo que disfrazar mis sentimientos con ideas disminuir& el sufrimiento7 6No son todas estas notas insensatas contorsiones de un hombre que no quiere aceptar que no se puede hacer otra cosa con los padecimientos que padecerlos7 =ue a0n cree que e>iste alg0n recurso 5si sólo diera con 4l8 por el cual el dolor se transforma en otra cosa que no sea dolor. En realidad importa bien poco que uno se aferre a los brazos del sillón del dentista o de'a descansar sus distentidas manos sobre la falda: el taladro contin0a impert4rrito.
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# el pesar sigue sinti4ndose igual que el miedo. =uiz&, m&s precisamente, como el suspenso. " como la espera? simplemente dando vueltas mientras se espera que algo suceda. 1e da a la vida una impronta de permanente provisoriedad. No parece que merezca la pena empezar nada. No consigo quedarme quieto. ceso. *asta que sucediera esto, siempre me encontraba corto de tiempo. # ahora, no ha m&s que tiempo. %asi puro tiempo, una sucesión de vacíos.
na carne. ", si se prefiere, un barco. !e detuvo el motor de estribor. #o, el de babor, debo arregl&rmelas con mi motorcito para llegar a puerto. ", m&s e>actamente, llegar al fin del via'e. 6%ómo puedo presumir que e>iste un puerto7 M&s bien un litoral a sotavento, o una noche oscura, una tempestad ensordecedora enormes olas si se ve alguna luz en tierra, probablemente sean se$ales de na0fragos. 9sí recaló *. 9sí, mi madre. *e dicho que recalaron, no que llegaron.
* * *
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Mentiría si di'ese que me paso el día entero pensando en *. El traba'o la conversación hacen que eso sea imposible. 2ero tal vez esos sean los peores momentos puesto que entonces, aunque no tenga presente la razón, todo aparece cubierto con una vaga sensación de malestar, la sensación de que algo anda terriblemente mal. %omo en esos sue$os en los que no sucede nada específicamente terrible algo que ni siquiera sería de notar, contado a la ma$ana siguiente al desauno sin embargo la atmósfera, el gusto de todo es mortífero. 9sí con esto. -eo enro'ecer las serbas por un instante me olvido por qu4, ellas, tan inocentes, podrían deprimirme. Escucho la campanada de un relo' me parece que a no tiene una cierta calidad de sonido, un timbre en
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particular que ha desaparecido. 6=u4 pasa con el mundo que me parece tan chato, mustio, desgastado7 # entonces me acuerdo.
Esta es una de las cosas que temo. Naturalmente, con el tiempo las agonías, las locuras en medio de la noche se ir&n desvaneciendo. 62ero qu4 seguir& luego7 6!ólo esta apatía, esta llanura vacía7 6# no llegar& el día en que a no me preguntar4 por qu4 el mundo parece una sórdida calle, habi4ndome acostumbrado a a su escu&lida apariencia7 6!er& que la pesadumbre finalmente aflo'a para dar lugar al tedio levemente te$ido de n&usea7 !entimientos, sentimientos, sentimientos. Me'or, pensar un poco. Desde un punto de vista racional, con la muerte de *. 6qu4 nuevo factor se ha introducido en la cuestión del universo7 6En qu4 me basaría para dudar de todo lo que siempre creí7 !abía perfectamente que estas cosas cosas peores ocurren diariamente. Guraría que siempre fui perfectamente conciente de ellas. !e me había advertido o mismo me lo había dicho que no debía contar con la felicidad terrenal. 9l contrario, se nos había prometido sufrimientos. =ue eran parte del programa. (ncluso que son +bienaventurados los que sufren o lo había aceptado. No he recibido nada que no fuera parte del trato. %laro que es distinto cuando le toca en suerte a uno, no a los dem&s? en serio, realmente, no en la imaginación. De acuerdo? mas esta diferencia entre lo
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real lo que uno imagina 6debiese resultar tan notable en un hombre cuerdo7 No. # no sería tan distinto para quien contase con una fe verdadera una real solicitud por con los que sufren. El caso est& claro por dem&s. !i mi castillo se ha derrumbado de un solo golpe es porque era un castillo de naipes. 1a fe con que tomaba en cuenta estas cuestiones no era fe, sino imaginación. # el tenerlas en cuenta no era simpatía real. !i las tribulaciones del mundo me hubiesen importado tanto como o creía que me importaban, no habría quedado tan desbordado cuando me llegaba el turno a mí. *a sido una fe imaginaria una fe que hacía malabares, que 'ugaba con inocuas etiquetas como +Enfermedad, +Dolor, +Muerte +!oledad. %reía que confiaba en la soga hasta que qued4 colgado de ella se puso en 'uego la cuestión de si soportaría mi peso. # ahora que sí importa, encuentro que no, que no confiaba en ella tanto como creía.
Me dicen los 'ugadores de bridge que en el partido debe haber dinero de por medio, que de otro modo nadie se lo toma en serio. # a fe mía, eso parece. 1a apuesta a favor de la e>istencia de Dios, a favor de su ine>istencia, a favor de un Dios 2rovidente
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hasta que uno descubra que no est& 'ugando por minucias o monedas, sino que se est& 'ugando hasta el 0ltimo c4ntimo que tiene en este mundo. Menos que esto no conmover& a un hombre por lo menos a un hombre como o ni lo sacar& de sus pensamientos meramente intelectuales, de sus creencias puramente nocionales. !ólo una trompada que lo de'e medio tonto puede hacer que recupere el sentido. !ólo ba'o tortura descubrir& esto.
#
me veo obligado a admitir
f&cilmente *. me habría
forzado a aceptarlo con unos pocos pases dial4cticos que cuanto antes se derrumbe el castillo de naipes, me'or. # que eso sólo se puede hacer con sufrimiento. %laro que entonces el %ósmico !&dico el Eterno -iviseccionador desaparecen como hipótesis por completo innecesarias.
Estos 0ltimos asientos... 6ser& que so incurable7 6No ser& que cuando la realidad tritura mis ilusiones reduci4ndolas a escombros que mientras duran los efectos del primer shocH me pongo a llorar como una Magdalena gru$o resentido para poco despu4s, ponerme paciente, est0pidamente, a recomenzar la reconstrucción, pieza por pieza, de la misma enso$ación7 6# así una otra vez7 6=ue no importa cu&ntas veces se derrumbe el castillo, si de todos modos me pondr4 a
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reconstruirlo otra vez7 6No es precisamente eso lo que esto haciendo ahora7
Efectivamente, si se da esto que do en llamar la +restauración de la fe, probablemente no sea m&s que otro castillo de naipes. # no lo sabr4 de cierto hasta que reciba el pró>imo golpe cuando, por caso, me diagnostiquen una enfermedad incurable, o estalle una guerra, o se me arruine la carrera acad4mica por un horrible error. 2ero ha aquí dos cuestiones. 6En qu4 sentido se trata de un castillo de naipes7 6En el sentido de que las cosas en las que creo son sólo enso$aciones o porque lo de creer en ellas no es m&s que una enso$ación7 En cuanto a las cosas mismas, 6por qu4 las cosas en que pensaba hace una semana habrían de ser m&s dignas de confianza que estas otras 5me'ores8 en que pienso ahora7
En general,
esto seguro de que esto un poco m&s cuerdo que entonces. 6# por qu4 serían especialmente confiables las desesperadas imaginaciones de un hombre aturdido 5a di'e que era como haber sufrido una concusión87
62orque en ellas no había e>presión de deseos7 62or qu4 en la medida en que eran espantosas aumentaban las probabilidades de que fueran ciertas7 2ero ha sue$os en que se cumplen los peores temores otros en que se realizan los m&s ardientes
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deseos. 9dem&s, 6eran tan enteramente desagradables7 No. De alguna manera
me gustaban. (ncluso so conciente de que en
alguna medida sentía cierta reticencia en aceptar lo contrario. )odo eso acerca del Bran !&dico %ósmico no era tanto cuestión de ideas cuanto e>presión de odio. # de allí deriva el 0nico placer que puede tener un hombre angustiado como o: el gusto de contragolpear. En verdad, no m&s que el gusto de una buena puteada, grit&ndole a Dios lo que pienso sobre El. # por supuesto, como en cualquier lengua'e de denuestos +lo que pensaba sobre El no quería decir que creese que fuera verdad, sino sólo lo que creía que podía ofenderlo m&s, a El a sus adoradores. Esa clase de cosas nunca se dicen sin una especie de placer. )e lo +sac&s de encima. 2or un momento uno se siente me'or.
%laro que mi humor no significa nada. Desde luego que el gato gru$ir& escupir& cuando se le acerque el ciru'ano por cierto que tratar& de morderlo si puede. 2ero la cuestión de fondo est& en saber si el ciru'ano es un veterinario o un viviseccionador. El mal humor los insultos no nos suministrar&n pista alguna sobre el particular.
# cuando pienso en mis sufrimientos bien puedo creer que El es un veterinario. M&s duro es cuando pienso en los de ella. 6=u4 cosa es la pena comparada con el dolor físico7 M&s
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all& de lo que digan los tontos, indiscutiblemente el cuerpo puede sufrir veinte veces m&s que el alma. 1a mente siempre dispone de alg0n medio de evasión. 9 lo sumo, los insoportables pensamientos pueden volver una otra vez en cambio el dolor físico puede tener perfecta continuidad. 1a pena es como un bombardero que evoluciona en lo alto de'ando caer sus bombas cada vez que su circunvalación lo de'a encima del blanco? el dolor físico es como las incesantes andanadas del enemigo sobre una trinchera de la 2rimera Buerra Mundial horas de eso sin un solo momento de respiro. El pensamiento nunca es est&tico, en cambio el dolor frecuentemente lo es. 6=u4 clase de amante so que pienso tanto en mi propia aflicción tan poco en la sua7 (ncluso el insensato reclamo instando a que +regrese est& inspirado e>clusivamente en mi propio beneficio. Ni por un instante se me ocurrió considerar si tal regreso, aun si fuese posible, sería bueno para ella o no. 1a quiero de nuevo conmigo como un ingrediente de la restauración de mi pasado. 6# acaso le podría haber deseado algo peor7 6=ue una vez franqueado el umbral de la muerte, vuelva otra vez para tener que morir de nuevo, una vez m&s7 Dicen que Esteban es el protom&rtir. 6# a 1&zaro no le tocó peor suerte7
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Empiezo a ver. Mi amor por *. era de una calidad mu parecida a mi fe en Dios. %on todo, no quiero e>agerar. !i había algo m&s que pura imaginación en mi fe, o algo m&s que puro egoísmo en mi amor, sólo Dios lo sabe. No o. )al vez hubiera algo m&s? especialmente en mi amor por *. 2ero resulta que en ninguno de los dos casos las cosas resultaron ser lo que creía. 9l final resulta que había bastante de castillos en el aire en ambos asuntos.
6=u4 importancia podr& tener cómo evoluciona mi pena o qu4 me hago con ella7 6=u4 importancia tiene cómo la recuerdo o el sólo hecho que la recuerde7 Ninguna de esas cosas aliviar& o agravar& las tribulaciones por las que pasó. !us aflicciones del pasado. 6# qu4 s4 o si todos sus tormentos cesaron7 Nunca creí me parecía altamente improbable que las almas m&s fieles podían de un salto pasar a la perfección a la paz en cuanto la muerte completaba su traba'o. # si creese eso ahora, no sería m&s que una e>presión de deseos tom&ndose revancha por mi anterior incredulidad. *. era espl4ndida? un alma recta, brillante templada como una espada. Mas no una santa perfecta. na pecadora casada con un pecador? dos de los pacientes de Dios, a0n no enteramente curados. !4 bien que no sólo ha que en'ugar l&grimas sino que tambi4n ha que remover manchas. 1a espada brillar& a0n m&s.
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2ero, oh Dios, con ternura, tiernamente. En el potro de tormentos a le quebraste el cuerpo, mientras a0n lo poseía, mes tras mes semana tras semana. 6# no alcanza con eso7 6No es suficiente7
1o terrible es que un Dios perfectamente bueno no resulta en este caso menos formidable que el !&dico del %osmos. %uanto m&s creamos que Dios lastima sólo para curar, menos podemos creer que implorar ternura sirve de algo. n hombre cruel puede ser sobornado, quiz& se canse de sus viles 'ueguitos, tal vez tenga un temporario arranque de compasión 5como los alcohólicos que a veces pasan por fases de sobriedad8. Mas imaginemos que nos hallamos frente a un ciru'ano con intenciones enteramente buenas. %uanto m&s bondadoso concienzudo sea, m&s ine>orablemente continuar& cortando. !i se rindiera a nuestros ruegos, si se interrumpe antes de terminar la operación, todo el dolor soportado hasta entonces resultar& de balde. # bien, 6es verosímil que tales e>tremos de tortura son necesarios para nuestro bien7 *a que optar. 1as torturas ocurren. !i no son necesarias, pues entonces no ha Dios, o es un ser malo. 2ero si ha un Dios es bueno, entonces estas torturas resultan necesarias. 2orque ni siquiera un Dios moderadamente bueno podría infligirlas o permitirlas si no lo fueran.
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En cualquier caso, estamos 'odidos.
6=u4 quiere decir la gente cuando repite +No le tengo miedo a Dios porque s4 que es bueno7 6=u4, nunca fueron a un dentista7
# sin embargo esto es insoportable. # entonces uno dice disparates: +!i sólo pudiera soportarlo o, por lo menos la peor parte, o al menos alguna parte, en su lugar, en lugar de ella. 2ero no se puede saber cu&n seria ser& la apuesta, puesto que nadie habló en plata. # si de repente se convirtiese en una posibilidad real, entonces, por primera vez, descubriríamos hasta qu4 punto habl&bamos en serio. Mas, 6se ha permitido eso alguna vez7 !e ha dicho que se le permitió a no, puedo volver a creer que vicariamente ha hecho cuanto se podía. El responde a nuestros disparates: +stedes no pueden no os atreveríais. #o pude me anim4.
*a sucedido algo por completo inesperado. "currió temprano, esta ma$ana. 2or una variedad de razones, no todas ellas misteriosas ni mucho menos, me he hallado con el corazón considerablemente aliviado por primera vez despu4s de muchas semanas. 2ara empezar, supongo que me esto recuperando
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físicamente de una buena dosis de puro agotamiento. # aer pas4 por doce horas de bastante esfuerzo pero mu saludables luego dormí m&s profundamente. # luego, despu4s de diez días de cielos cubiertos plomizos de c&lida est&tica humedad, ho ha salido el sol corre una leve brisa. # de golpe, en el preciso instante en el que, hasta ahora, e>tra$aba menos a *., la record4 me'or que nunca. En verdad fue algo 5casi8 me'or que un recuerdo? una impresión instant&nea, incontestable. Decir que fue como un encuentro sería ir demasiado le'os. # sin embargo pasó algo que induce a utilizar palabras como esas. %omo si al aliviarse la pena se removía una barrera.
62or qu4 nadie me ha dicho estas cosas7 %on qu4 facilidad no podría haber 'uzgado mal a otro en igual situación. 2odría haber pensado +9 este se le pasó. *a olvidado a su mu'er, cuando la verdad era +En alguna medida la recuerda me'or porque la pena est& cediendo.
9sí fue. # presumo que puedo encontrarle alg0n sentido. No se puede ver bien cuando los o'os est&n velados de l&grimas. *abitualmente no se puede obtener lo que se quiere si se lo desea demasiado desesperadamente: por lo menos, no enteramente lo que se quiere, no la me'or parte. +Mu bien; 9hora sí que vamos a conversar en serio; el universo queda reducido a un
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enorme silencio. +*o tengo que dormir bien es una buena fórmula para quedar perfectamente despabilado durante toda la noche. !e desperdician bebidas deliciosas en quien padece una sed realmente intensa. 6No ser&, de igual modo, que la intensidad misma del anhelo hace ba'ar esa cortina de hierro que nos hace sentir como que estamos contemplando el vacío cuando pensamos en nuestros muertos7 +9 los que piden 5por lo menos a los que piden inoportunamente8 no se les dar&. =uiz& no pueden recibir.
# así, tal vez, sea con Dios. 2oco a poco he ido cambiando de tal manera que a no siento que la puerta est4 cerrada con llave, ni atrancada del otro lado. 6No ser& mi desesperada necesidad la que me la cerró en la cara en primer lugar7 =uiz& durante los momentos cuando no ha nada en el alma e>cepto una s0plica de au>ilio, son precisamente los tiempos en que Dios no puede suministrarlo: como el hombre que se ahoga que nadie puede audar precisamente porque en su desesperación se contorsiona convulsivamente queriendo aferrarse a algo firme. =uiz& los mismos gritos de au>ilio que lanza lo ensordece para oír las voces que esperaba escuchar.
2or otra parte: +Bolpead se os abrir&. 6!ignifica eso que debamos martillar patear la puerta como un maníaco7 # luego, tambi4n est& aquello de que +9l que tiene se le dar&
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m&s a0n. Despu4s de todo, se requiere una cierta capacidad de recepción so pena de que ni siquiera la "mnipotencia nos pueda dar. )al vez esa capacidad de recibir se ve temporalmente inhibida por esa pasión.
Es que cuando uno trata con El, pueden aparecer toda clase de equívocos. *ace mucho tiempo, antes de que estuvi4semos casados, un día mientras traba'aba *., se sintió obsesionada durante toda la ma$ana con la oscura persistente idea de que Dios 5por así decirlo8 estaba requiriendo su atención. # desde luego, no siendo una santa perfecta, pensaba que sería cuestión como suele suceder de alg0n pecado del que no se había arrepentido o alg0n tedioso deber pendiente. 9l fin se dio por vencida 5s4 bien cómo uno tiende a postergar ese momento8 se decidió a encarar1o. 2ero el mensa'e era +=uiero darte algo e inmediatamente la asaltó un gran '0bilo. %reo que empiezo a entender por qu4 el pesar se siente como suspenso. 2rocede de la frustración de tantos impulsos que se habían hecho habituales. (dea tras idea, sentimiento tras sentimiento, acción tras acción, todos tenían a *. por ob'eto. 9hora el ob'etivo ha desaparecido. 2or costumbre sigo colocando una flecha sobre la cuerda tensando el arco que luego debo ba'ar. )antos eran los senderos de mi pensamiento que conducían hacia *. Me puse a seguir uno de ellos. Mas ahora invariablemente me topo con un insalvable obst&culo
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poste indicador de una frontera infranqueable. )antos senderos, antes. # ahora tantas calles sin salida.
2orque una buena esposa re0ne tantas personas dentro suo. 6=u4 no era *. para mí7 Era mi hi'a mi madre, mi pupila mi maestra, mi s0bdita mi reina? en todo tiempo, a la vez que desempe$aba todos estos roles, mi colega de confianza, mi amiga, mi compa$era de via'e, mi camarada. Mi amante? pero tambi4n todo lo que es un buen amigo 5 los tengo buenos en cantidad8. # quiz& un poco m&s. !i nunca nos hubi4semos enamorado, igualmente habríamos seguido 'untos siempre armado con eso un esc&ndalo. Es lo que quería indicarle la vez que la alab4 por sus +virtudes masculinas.
El re !alomón llamó a su esposa +hermana. 6# acaso podría una mu'er ser completamente esposa si no alcanzara a ser, por un momento en determinada situación, alguien a quien uno casi llamaría +hermano7
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+Era demasiado perfecto para durar, esto tentado de decir respecto de mi matrimonio. 2ero esto puede interpretarse de dos maneras. 2uede ser una afirmación l0gubre pesimista como si Dios ni bien viera a dos de sus creaturas e>tremadamente felices le pusiera fin a la cosa 5+9quí nada de eso;8. %omo si fuera una de esas anfitrionas de un cóctel que ni bien detecta que dos de sus invitados parecen haberse entendido est&n conversando intensamente aparece entre ellos para interrumpirlos. Mas tambi4n podría significar +Esto ha llegado a su perfección propia. Esto se ha convertido en lo que estaba destinado a ser. 2or tanto, desde luego, no debe ser prolongado. %omo si Dios di'ese +Mu bien, hab4is dominado este e'ercicio. Me siento mu complacido por eso. # ahora est&is listo para pasar al siguiente. na vez que uno ha aprendido los e'ercicios de raíz cuadrada comienza a divertirse haci4ndolos no pasar& mucho tiempo sin que el profesor aparezca para pasar a otras cosas. 2orque una cosa sí que aprendimos logramos. E>iste, escondida o en plena e>hibición, una espada entre un hombre una mu'er que sólo un perfecto matrimonio puede reconciliar plenamente. %onstitue una arrogancia de parte de los hombres calificar como +masculinas a las virtudes de franqueza, equidad caballerosidad que advertimos en los hombres no menos arrogantes son las mu'eres cuando califican de +femeninas a la sensibilidad o la ternura. 9hora, cu&n pobres
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torcidos no ser&n los fragmentos de humanidad en tantos hombres mu'eres que tornan verosímiles las implicancias de seme'ante arrogancia. El matrimonio remedia esto. Guntos, ambos, los dos se vuelven plenamente humanos. +Dios los creó a su imagen seme'anza. 9sí entonces, paradó'icamente, este carnaval de se>ualidad nos conduce m&s all& de nuestro se>o particular.
# luego uno u otro, muere. # pensamos que se trata de un amor interrumpido? como un baile detenido en pleno giro o una flor desafortunadamente arrancada algo trunco por tanto, falto de su forma completa. No s4. !i, como no puedo de'ar de sospechar, los muertos tambi4n sienten pena por razón de la separación 5 bien podría ser que fuera parte de sus sufrimientos en el purgatorio8, entonces para ambos amantes, para todos los amantes sin e>cepción, el luto por el que se ha ido el otro, en todo tiempo lugar constitue una parte integral e inescindible de nuestra e>periencia del amor conugal. !igue al matrimonio de modo tan natural como el matrimonio sigue al noviazgo o el oto$o sigue al verano. No se trata de la interrupción de un proceso sino que es sólo una de sus fases? no la detención de un baile, sino su pró>imo paso. Mientras contamos con la presencia de aquel a quien amamos, esa presencia nos entusiasma, estamos como +sacados de nosotros mismos. 1uego viene el nuevo tr&gico paso de danza
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en el que hemos de aprender a seguir fuera de nosotros mismos aunque la presencia corporal nos haa sido quitada continuar amando a quien no est& físicamente presente para pasar a amar su !er esencial, no caer en un mórbido amor por nuestro pasado com0n, o nuestras memorias, o nuestra pena, o nuestra pena aliviada, o nuestro propio amor.
Mirando retrospectivamente las cosas caigo en la cuenta de que hace poco estaba mu preocupado por mis recuerdos de *. de la posibilidad de que con el paso del tiempo se fueran desdibu'ando. 2or alguna razón el misericordioso buen sentido de Dios es lo 0nico que se me ocurre como causa de esto he cesado de penar por esto. # lo m&s notable es que desde que me he despreocupado respecto de este asunto pareciera como que *. me sale al encuentro en todas partes. #l encuentro es locución e>cesiva para el caso. Ni remotamente me refiero con esto a algo así como una aparición o una voz. # ni siquiera me refiero con esto a algo así como la e>periencia en determinado momento de una intensa e>periencia emotiva. M&s bien, se trata de una sensación discreta, aunque tambi4n concreta, de que ella es como siempre lo fue un hecho con el que ha que contar.
=uiz& la e>presión +que ha que tener en cuenta sea desafortunada. !uena como si ella fuera un hacha o una espada
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de guerra. 6%ómo decirlo me'or7 6No ser& me'or +moment&neamente real u +obstinadamente real7 Es como si la e>periencia me di'era +Est&s, tal como son las cosas, e>tremadamente contento de que *. permanezca siendo algo real, un hecho. Mas recuerda que igualmente lo sería, m&s all& de que te guste o no. )us gustos no han sido tomados en cuenta.
6*asta dónde he llegado7 )an le'os, creo, como un viudo de otro tipo quien de repente se detiene en su traba'o, se apoa sobre su pala dice algo así como +Bracias. No ha que que'arse. En verdad que la e>tra$o horriblemente. 2ero se dice por allí que estas son pruebas que nos tocan en suerte. # hemos arribado al mismo punto: 4l con su pala o, que no so mu bueno cavando, con mi propio instrumento de traba'o. %laro que ha que interpretar la locución +pruebas que se nos mandan correctamente. Dios no ha intentado un e>perimento para averiguar cu&l es la calidad de mi fe de mi amor. #a sabía cu&nto había en eso. Era o el que no lo sabía. En este 'uicio nos hace ocupar el banquillo de acusados, el sitial de los testigos el lugar de los abogados, todo a una. !iempre supo que mi templo no era m&s que un castillo de naipes. !ólo derrib&ndolo podía hacer que o mismo caese en la cuenta.
6)an pronto me esto recuperando7 2ero las palabras son ambiguas. Decirle a un paciente que se est& recuperando
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despu4s de una operación de apendicitis es una cosa? mu otra cosa resulta si es despu4s de la amputación de una pierna. Despu4s de seme'ante operación o el mu$ón se cura, o el paciente se muere. !i se cura, el dolor furioso, intenso, amaina hasta finalmente cesar por completo. 2ronto recuperar& fuerzas podr& co'ear con el au>ilio de una pierna de madera. !e ha +recuperado. 2ero probablemente sufrir& recurrentemente durante toda la vida por causa del mu$ón? posiblemente los dolores sean bastante molestos? siempre ser& un co'o. 9penas si habr& un momento en que pueda olvidarlo.
incluso acostarse, todo ser&
distinto. !u vida entera habr& cambiado. )oda clase de placeres actividades que en un tiempo daba por sentados deber&n sencillamente suprimirse. )ambi4n algunas obligaciones. De momento esto aprendiendo a mane'arme con muletas. )al vez m&s adelante se me suministre una pata de madera. 2ero 'am&s volver4 a ser bípedo. # sin embargo, no puedo negar que en alg0n sentido +me siento me'or, con eso me embarga una cierta verg/enza, una sensación de que uno debiera cuidar fomentar prolongar la propia infelicidad. *abía leído sobre esto en libros pero nunca pens4 que me pasaría a mí. Esto seguro de que *. no lo aprobaría. Me diría que no sea bobo. #, Dios, creo, tambi4n. 6=u4 ha detr&s de esto7
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En parte, indudablemente, vanidad. =ueremos demostrarnos que somos amantes a lo grande, h4roes tr&gicos? no simples soldados rasos del enorme e'4rcito de enlutados, marchando cansinamente tratando de no desempe$ar un papel demasiado malo. 2ero eso no lo e>plica todo.
%reo que tambi4n ha una confusión. En realidad, no queremos que la pena primera, el intenso pesar del principio, se prolongue: nadie podría querer seme'ante cosa. 2ero sí queremos algo diferente de lo cual la pena es síntoma frecuente? luego confundimos el síntoma con la cosa en sí. 1a otra noche escribí que el duelo no es una interrupción del amor matrimonial sino una de sus fases regulares como la luna de miel. 1o que queremos es vivir fiel buenamente nuestro matrimonio durante esta fase tambi4n. !i duele 5 ciertamente así ha de ser8 aceptamos las penas como parte necesaria de esta fase. No queremos eludirlas al precio de la deserción o el divorcio. Matando a los muertos por segunda vez. Eramos una sola carne. 9hora que ha sido cortada en dos no queremos fingir que est& entera completa. =ue a0n estamos casados enamorados. # que por tanto persistir& el dolor. Mas en modo alguno si nos entendemos bien estamos buscando el dolor por el dolor mismo. Mientras menos haa, me'or, con tal de que se conserve el matrimonio. # cuanto m&s '0bilo pueda haber en el matrimonio entre vivo muerto, me'or.
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Me'or en todo sentido. 2ues, seg0n he descubierto, la pena apasionada no nos liga de me'or modo con los muertos? nos aparta de ellos. -eo esto m&s m&s claramente. 2recisamente en aquellos instantes en que siento menos tristeza por e'emplo, durante la ducha de la ma$ana es que *. aparece intensamente en mis recuerdos con toda su realidad, con toda su otreidad. No, como sucede en mis peores momentos, todos te$idos de patetismo solemnizados por mis miserias, sino como ella es, por derecho propio. Esto es bueno tonificante.
%reo recordar aunque en este momento no se me ocurre un e'emplo toda suerte de baladas cuentos folHlóricos en que los muertos nos dicen que nuestro luto, que nuestras lamentaciones, les hace alguna clase de da$o. # que nos suplican que terminemos con eso. actamente como estaba cuando +el que se fue vivía? 'am&s mencionando a los finados o siempre con un tono especial, o incluso 5como lo hacía la reina -ictoria8 sacar la ropa del muerto todas las noches para la cena era como una
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momificación. *acía que los muertos se volviesen mucho m&s muertos.
6" no sería esa, aunque inconscientemente, su intención7 9quí bien podría ser que estuviesen en 'uego fuerzas tremendamente primitivas. Entre los antiguos, mantener a los muertos definitivamente muertos, asegurarse de que no volvieran a filtrarse entre los vivos constituía una de sus principales
preocupaciones. 9 cualquier precio, había que
+mantenerlos allí, quietos donde estaban. %iertamente que aquellos ritos enfatizan la muerte de quien se murió. =uiz& este resultado no era, en realidad, tan desagradable como imaginan quienes estudiaron estos fenómenos.
Mas todo esto no me incumbe. !ólo esto especulando? me'or guardar energías para lo que me toca. En cualquier caso, el programa para mí est& clarito: me volver4 hacia ella cuantas veces pueda con alegría. (ncluso la saludar4 con una risa. %uanto menos me conduelo por ella, m&s cerca la siento. n programa admirable. Desafortunadamente no puede llevarse a cabo. Esta misma noche se desataron nuevamente todas las penas infernales de un dolor 'oven, de una tristeza fresca: palabras enloquecidas, amargos resentimientos, el estómago revuelto, la irrealidad de pesadilla, la congo'a ahogada en l&grimas. Es que con la pena nada se queda +se queda allí, quieto.
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Aecurrentemente uno sale de una fase luego inevitablemente recae en ella de nuevo. Dando vueltas sobre lo mismo. )odo se repite. 6Esto girando en círculos o me permitir4 abrigar la esperanza de que esto en un espiral7
2ero si es un via'e helicoidal, 6estar4 subiendo o ba'ando7 6%u&ntas veces 6ser& por siempre7 cu&ntas veces el vacío universo no me sorprender& de nuevo con la inesperada sorprendente noticia que me hace e>clamar +No me había dado cuenta hasta este momento de lo que significa su p4rdida7
Me
amputan la pierna una otra vez. 1a incisión en las carnes se siente, reiteradamente, como si fuera la primera vez.
Dicen que +el cobarde muere muchas veces? tambi4n la amada. 6# acaso el &guila no encuentra en 2rometeo un renovado hígado que desgarrar cada vez que cena7
* * *
CUATRO
Este es el cuarto el 0ltimo cuaderno vacío que pude hallar en casa.
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m&s cuadernos con este propósito. En la medida en que estos registros sirvieron como defensa contra un colapso completo, como una v&lvula de escape, alg0n bien han hecho. 2ero resulta que el otro propósito que tenía en mente se basó sobre un malentendido. 2ens4 que podía describir un estado? como un mapa del dolor. # sin embargo, ocurre que la pena no es un estado, sino un proceso. No requiere de un mapa cuanto de una historia si no detengo mi relación en alg0n punto m&s o menos arbitrario, podría continuar indefinidamente. )odos los días aparece algo nuevo que amerita la crónica. 1a pena es como un largo valle, un valle sinuoso donde cada curva puede revelar un paisa'e completamente nuevo. %omo a he notado, no siempre es así. 1o sorprendente es que a veces, contrariamente a lo que vengo diciendo, se nos presenta e>actamente el mismo paisa'e que creíamos haber de'ado atr&s hace mucho tiempo. # es entonces que uno comienza a cavilar pensar si acaso el valle no es, en realidad, una trinchera circular. 2ero no. E>isten recurrencias parciales, sí, pero la secuencia no se repite. 9quí, por e'emplo, una nueva fase una nueva p4rdida. !algo paseo cuanto puedo, pues sería insensato acostarse sin estar cansado. *o he estado de visita en vie'os lugares, he hecho una de esas largas caminatas que me hacían tan feliz cuando soltero. # esta vez la faz de la naturaleza no me ha parecido vacía de belleza 5como me que'aba no hace tanto8, ni
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como una sórdida calle. 9l contrario, cada horizonte, cada cerco o con'unto de &rboles me convocaba a un tipo de felicidad an&loga a la que conocí antes de conocer la que compartí con *. 2ero la invitación me parecía horrible. 1a felicidad a la que se me invitaba me parecía insípida. Encuentro que no quiero volver al pasado para ser feliz de esa manera. Me asusta, incluso, la sola idea de que sea posible volver al pasado así. Es que seme'ante destino se me anto'a como el peor de todos: alcanzar un estado en el que mis a$os de amor matrimonio aparecieran retrospectivamente como un episodio encantador algo así como unas vacaciones que habrían sido como un breve interludio en mi interminable vida normal, de siempre, al que podría volver como si nada. # luego, todo ese intervalo se me aparecería como algo irreal algo e>tra$o a la trama habitual de mi historia de tal manera que casi podría llegar a creer que le había sucedido a otro. De ese modo *. moriría para mí por segunda vez? un duelo peor que el primero. %ualquier cosa antes que eso.
6!abes, mi amor, cu&nto te has llevado contigo cuando me de'aste7 Me has privado incluso de mi pasado, aun de las cosas que nunca compartimos. Me equivoqu4 al decir que el mu$ón se estaba recuperando del dolor de la amputación. Me enga$4
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porque tiene tantos modos de lastimarme que sólo los vo descubriendo uno por uno.
%on todo, ha dos enormes beneficios aunque me conozco demasiado para creer que durar&n para siempre. -uelto hacia Dios mi mente a no se topa con esa puerta atrancada? si me vuelvo hacia *. a no me encuentro con el vacío ni tampoco subsiste todo esa alharaca en torno a la imagen mental que de ella me hago. Mis notas revelan en alg0n grado ese proceso, pero no tanto como esperaba. =uiz& estas mutaciones no eran enteramente observables. No hubo una repentina, sorprendente metamorfosis emocional. Mas bien, ha sido como una habitación que se fue caldeando o el advenimiento de la luz del día que cuando uno las nota, ocurre que vienen sucediendo hace alg0n tiempo a.
1as notas que he asentado han sido sobre mí mismo, sobre *. sobre Dios. En ese orden. # el orden las proporciones han sido e>actamente lo que no debieran haber sido. # ahora advierto que en ning0n caso hubo de mi parte eso que damos en llamar alabanza. !iendo que eso me habría convenido. 1a alabanza es el modo de amor que siempre contiene algo de '0bilo. 1a alabanza en su orden? alabarlo a El, como dador que es? alabarla a ella, como el don. 69caso no gozamos con la alabanza de lo alabado, por le'os que estemos de ello7 Es
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preciso que lo haga m&s a menudo. *e perdido la fruición que alguna vez tuve de *. # esto le'os, mu le'os en el valle de la disimilitud, de la fruición que, si su merced infinita lo permite, alguna vez gozar4 de Dios. Mas todavía puedo, alabando, gozar en alguna medida de ella, a mismo, en esta vida, en alg0n grado de El. Me'or que nada.
2ero quiz& carezca del don. 9dvierto que he comparado a *. con una espada. Es verdad en determinado conte>to.
2ero
completamente inadecuado en sí mismo, induce a error. Debí contrapesarlo. Debí decir +pero tambi4n como un 'ardín. %omo un nido de 'ardines, muralla tras muralla, cerco tras cerco, m&s escondido, m&s lleno de vida fragante f4rtil cuanto m&s uno se interna.
# luego de ella, como tambi4n de toda las creaturas del mundo que alabo, debería decir +De alguna manera, en cierto modo enteramente 0nico, son como El, El que las hizo.
9sí, ascendiendo desde el 'ardín hasta el Gardinero, desde la espada hasta su *errero. *asta la -ida que da vida hasta la
+Est& en manos de Dios. Eso gana en energía cuando pienso en ella como una espada. =uiz& la vida terrena que compartí
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con ella no era m&s que parte del templado. )al vez ahora El la ase por la empu$adura sopesa el arma nueva? la hace relampaguear en los aires. +na buena ho'a de Gerusal4n.
no de los instantes de anoche sólo puede describirse con símiles? de otro modo sería indecible. (maginad un hombre envuelto en la m&s completa oscuridad. %ree que est& en un sótano o encarcelado en una celda. De repente oe un sonido. !e inclina a creer que se trata de un sonido distante como de olas, o de una arboleda meci4ndose en el viento o de ganado en la distancia. 2ero si es así, significa que no est& encerrado en un sótano sino que se encuentra a la buena, en pleno aire libre. " podría quiz& ser un sonido mucho m&s cercano, como por e'emplo una risita ahogada. # si así fuera, significa que un amigo est& 'unto a 4l, en la oscuridad. %omo fuere, un sonido bueno, mu bueno. No esto tan loco como para interpretar tales e>periencias como evidencias de nada. !ólo se trata de una composición de lugar, un e'ercicio imaginario por el que uno se hace a la idea que siempre teóricamente acept4 de que a lo me'or o, para el caso cualquier otro mortal en cualquier momento, puede estar completamente equivocado acerca de la situación en la que en realidad se encuentra.
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%inco sentidos? un intelecto incurablemente abstracto? una memoria azarosamente selectiva? un con'unto de pre'uicios presupuestos tan numerosos que nunca llego a e>aminar sino una peque$a proporción ni siquiera cobro conciencia de todos ellos. %on seme'ante aparato de captación 6qu4 proporción de la realidad total logra filtrarse hasta mí7
!i puedo no me de'ar4 reducir a ninguna de dos convicciones enteramente distintas que cada vez me hacen m&s fuerza. na, es que el -eterinario Eterno resulta m&s ine>orable todavía que posiblemente me tenga reservadas operaciones inconcebiblemente m&s dolorosas aun. 2ero la otra, es que +todo resultar& bien, todos estar&n bien, todas las cosas estar&n bien.
No importa que las fotografías de *. sean malas. No importa no mucho que mis recuerdos de ella sean imperfectos. !on sólo vínculos. *agamos una analogía con algo perteneciente a una dimensión infinitamente m&s elevada. Ma$ana por la ma$ana un sacerdote me dar4 una peque$a cosa redonda, una delgada fría hostia, completamente careciente de gusto. 69caso es una desventa'a no es acaso en cierto sentido una venta'a el hecho de que no puede pretender el menor parecido con aquello a lo que me une7
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Necesito a %risto, no algo que se le parezca. =uiero a *., no algo que se le parezca. na fotografía realmente buena podría convertirse a la larga en una trampa, un horror, un obst&culo.
1as im&genes, debo suponer, tienen sus usos o no serían tan populares. 52oco importa si son im&genes o estatuas fuera de la mente o construcciones imaginarias8. %on todo, sus peligros se me hacen cada vez m&s obvios. 1as im&genes de lo !anto mu pronto se convierten en im&genes santas sacrosantas im&genes. 1a idea que tengo de Dios no es una idea divina. Debe ser destruida una otra vez. El mismo las destrue. El es el gran iconoclasta. 6No podríamos casi decir que estas destrucciones son una de las se$as de !u 2resencia7 1a Encarnación es el e'emplo supremo? todas las ideas que precedentemente se hicieron acerca del Mesías quedan en ruinas. # la maoría se siente +ofendida por estas acciones iconoclastas: benditos los que no. 2ero lo mismo ocurre con nuestras oraciones privadas.
)oda la realidad es iconoclasta. El ser amado en esta tierra, incluso durante esta vida, sobrepasa una otra vez la idea que de 4l tenemos. # es lo que queremos? queremos a esa persona con todas sus resistencias, todas sus faltas, todas sus inesperadas salidas. Esto es, en toda su densa e
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independiente realidad. # esto, no una imagen ni un recuerdo de ella, es lo que hemos de amar, incluso despu4s de muerta.
2ero +esto resulta ahora inimaginable. En ese sentido *. todos los muertos son como Dios. En ese sentido, amarla se ha transformado, en alguna medida, en algo como el amor a Dios. En ambos casos he de tender los brazos las manos del amor aquí los o'os no sirven de nada atravesando toda la enmara$ada cambiante fantasmagoría de mis pensamientos, pasiones e imaginaciones, hasta alcanzar la realidad. No debo instalarme satisfecho con la fantasmagoría adorarla en lugar de adorarlo a El, o amar eso en lugar de ella.
No mi idea de Dios, sino Dios. No mi idea de *., sino *. !í, ni tampoco mi idea sobre el vecino, sino mi vecino. 2orque 6acaso no cometemos este error con los dem&s, con seres vivientes que est&n con nosotros en la misma habitación7 6" no ocurre que muchas veces no hablamos a la persona en sí misma sino a la imagen casi a su resumen, casi a un bosque'o de sí mismo que de 4l nos hemos formado7 # resulta necesario que ese alguien haga algo considerablemente ale'ado de ese retrato que nos hemos for'ado de ella para que siquiera caigamos en la cuenta de lo que ocurre. !i observamos atentamente la cosa, en la vida real a diferencia de lo que ocurre en las novelas las palabras acciones de los
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persona'es nunca se corresponden e>actamente con su personalidad, quiero decir, con aquello que nosotros llamamos su personalidad. 1a persona real siempre tiene en su mazo un naipe con el que nos sorprende que no podíamos adivinar.
1a razón por la que presumo que hago esto con otros procede del hecho de que tan frecuentemente encuentro que obviamente los dem&s lo hacen conmigo. )odos creemos que conocemos perfectamente al otro.
# todo el tiempo puede que, una vez m&s, me est4 construendo otro castillo de naipes. # si así es, El me lo barrer& otra vez. %uantas veces sea necesario, derribar& mis construcciones. 9 menos que tenga que darme por caso perdido de'&ndome construir palacios de cartón eternamente en el (nfierno, +libre para siempre.
# por e'emplo, 6no estar4 poni4ndome ahora del lado de Dios porque s4 que si ha un camino que conduce hasta *., pasa a trav4s de El7
2ero luego, claro que s4 perfectamente de que
El no puede ser usado como un camino. !i uno se acerca a El no como un fin sino como un medio, en realidad no se 1e est& acercando nada. Eso es lo que induce a error en todas esas im&genes populares de felices reuniones +del otro lado del río? no porque est4n mal en sí mismas aquellas sencillas
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mu terrenales im&genes, sino porque tienden a transformar en @in lo que no puede sino ser un subproducto del verdadero @in.
!e$or, 6en verdad son 4stas tus condiciones7 6!er& que no pueda reunirme con *., a menos que aprenda a amarte tanto que a no me importe si la reencuentro o no7 %onsidera, !e$or, cómo se ve desde aquí aba'o. 6=u4 pensarían los chicos si les di'ese +Ning0n caramelo por ahora. 2ero cuando crezcan a no deseen realmente caramelos podr4is tomar todos los que quieran.
!i supiese que permanecer eternamente separado de *. en un permanente olvido de su parte fuera a agregar m&s gozo esplendor a su ser, desde a que diría +adelante, pues. E>actamente como cuando, estando a0n en esta tierra, si hubiese podido curarle el c&ncer sólo con no verla m&s, eso habría hecho. Me hubiese visto obligado. %ualquier persona decente hubiese hecho eso. 2ero no es la situación en la que me encuentro.
%uando me interrogo sobre todo esto delante de Dios no obtengo respuesta alguna. 9unque es una +no3respuesta mu particular. No es una puerta cerrada con llave. !e parece m&s a una mirada silenciosa, ciertamente no e>enta de compasión. %omo si El sacudiese la cabeza, no tanto como para negarse a
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responder, sino como quien aparta la pregunta misma: como si di'ese +)ranquilo, ni$o? no entiendes.
69caso puede un mortal hacer preguntas que Dios encuentra incontestables7 @&cilmente, creo. )odas las preguntas insensatas son incontestables. 6%u&ntas horas ha en un Hilómetro7 El amarillo, 6es cuadrado o redondo7 2robablemente la mitad de nuestras preguntas la mitad de nuestros grandes planteos metafísicos teológicos son algo así.
# ahora que lo pienso, no me queda ning0n problema de orden pr&ctico. %onozco los dos grandes mandamientos m&s vale que me ocupe de ellos. %iertamente, la muerte de *. ha finiquitado el problema pr&ctico. Mientras vivía, podía, en la pr&ctica estar tentado de ponerla antes que Dios? esto es, hacer la voluntad de *. en lugar de la de Dios? si acaso surgía alg0n conflicto. 1o que queda no es un problema ante el cual pueda hacer cosa alguna. 9hora todo gira en torno a intensos sentimientos, sensaciones, motivos cosas así. !on problemas que o mismo me planteo. No creo que haa sido Dios. 1a fruición de Dios. 1a re3unión con los muertos. Estas cosas no pueden figurar entre mis pensamientos m&s que cómo rótulos. %heques en blanco. Mis nociones acerca de lo primero son tambi4n una audaz e>trapolación inferida desde unas mu escasas breves e>periencias en esta vida. 2robablemente no
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tan valiosas como creo. =uiz& incluso de menor valía que otras que no tengo en cuenta. Mis ideas acerca de lo segundo tambi4n no son m&s que una e>trapolación. 1a realidad de ambas el cobro de los cheques probablemente haría a$icos todas mis nociones acerca de ellas 5por no hablar de las relaciones entre ambas8.
2or un lado, la unión mística. 2or el otro, la resurrección del cuerpo. No alcanzo a delinear ni el fantasma de una imagen, o una fórmula ni siquiera una sensación que los combine. 2ero, se nos ha dado a entender, la realidad sí que lo hace. 1a realidad: otra vez el gran iconoclasta. El cielo resolver& nuestras dudas, pero no, creo o, mostr&ndonos sutiles modos de conciliar proposiciones aparentemente contradictorias. Nuestras nociones ser&n barridas de un saque -eremos que nunca hubo tales contradicciones. # luego, m&s de una vez, esta impresión que no puedo describir e>cepto diciendo que se parece al sonido de una risa ahogada en la oscuridad. 1a sensación de que una encantadora demoledora sencillez es la respuesta verdadera. E>iste la generalizada noción de que los muertos pueden vernos. # nosotros presumimos, razonablemente o no, que si es así la cosa, entonces quiere decir que nos ven mucho m&s claramente que antes. 6-er& *. cuanto de oropel pura espuma había en eso que dimos en llamar, ella o, mi amor7 =ue así
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sea. Mira todo lo que puedas, querida mía. No me escondería aun si pudiera. %iertamente que nunca nos idealizamos recíprocamente. Nos esforzamos en no guardar ning0n secreto el uno para el otro. #a conoces la maor parte de mis podredumbres. # si ahora ves algo peor todavía, lo puedo aceptar. # t0 tambi4n. Aefuta, e>plica, b0rlate, perdona. 2orque este es uno de los milagros del amor? reviste a los enamorados de una particular potestad aunque quiz& especialmente a la mu'er la potestad de ver a trav4s de los encantos, la de ver m&s all& del encantamiento sin que por eso queden desencantados.
1a de ver, en alguna medida, como Dios. !u amor !u conocimiento no se diferencian el uno del otro, ni de El mismo. %asi podríamos decir que El ve porque El ama que por tanto ama aunque ve.
9 veces, mi Dios, uno est& tentado de decir que si quisieras que nos comport&semos como los lirios del campo deberías habernos dotado con una organización an&loga a la de ellos. 2ero claro, supongo que precisamente 4se es el gran e>perimento. " no? no un e>perimento, a que no los necesitas para averiguar cómo son las cosas.
M&s bien, tu gran empresa.
%rear un organismo que tambi4n es un espíritu? completar ese terrible o>ímoron que es un +animal espiritual. )omar un
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pobre primate, una bestia llena de terminaciones nerviosas, una creatura con un estómago que requiere que se lo llene, un animal de cría que desea pare'a decirle +Mu bien, ahora adelante con esto. !4 un dios.
*e dicho, varios cuadernos atr&s, que a0n si contara con lo que pareciera la seguridad de que *. est& realmente presente, no lo creería. @&cil de decir, eso. 9hora mismo, sin embargo, no trataría ninguna cosa de esas como evidencia de nada. En realidad la sensación que tuve anoche, no lo que demuestra sino su calidad 'ustifique que la ponga por escrito. Era algo increíblemente neutral, desprovista de emoción alguna. !ólo la impresión de que su mente moment&neamente se enfrentaba a la mía. Mente, no +alma como habitualmente la entendemos. 2or cierto, lo contrario de aquello que llamamos +conmovedor. Nada que ver con una e>t&tica re3unión de amantes. Mucho m&s parecido a la recepción de una llamada telefónica o de un telegrama de su parte con fines enteramente pr&cticos. # no incluía ning0n +mensa'e? sólo inteligencia atención. Ninguna sensación de '0bilo o de aflicción. Ni siquiera amor, en el sentido en que normalmente lo entendemos. Ning0n desamor. Gam&s se me había ocurrido, me sintiera como me sintiera, que los muertos podían ser tan, bueno, tan fríamente pragm&ticos. # con todo, la cosa
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incluía una intensa cordial intimidad. na intimidad que no había pasado por sentido u emoción alguna.
!i esto fue un e>abrupto de mi inconsciente, entonces mi inconsciente debe ser una región mucho m&s interesante que lo que los psicólogos profundos me hacían suponer. 2ara empezar, parece una región mucho menos primitiva que la de mi vida consciente.
2ero procediera de donde procediera, lo cierto es que resultó en una especie de limpieza mental a fondo. =uiz& los muertos sean así: puras inteligencias. n filósofo griego no se habría sorprendido con una e>periencia como la mía. *abría anticipado que si algo nuestro permanece en el m&s all&, sería precisamente eso. *asta ahora siempre me había parecido una idea terriblemente &rida estremecedora. Me repelía la completa ausencia de emoción. # sin embargo en este contacto 5real o aparente8 no resultó así. 1a intimidad era completa restauradora tonificante tambi4n eso sin emoción alguna. 6No ser& que esta intimidad es el amor en sí mismo
un amor que en esta vida viene acompa$ada de
emociones, no porque el amor sea en sí mismo una emoción, ni porque propiamente lo requiere, sino porque nuestra alma animal, nuestro sistema nervioso, nuestra imaginación obligadamente responden a 4l de ese modo7 !i fuera así,
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cu&ntos pre'uicios no deberíamos suprimir; na sociedad, una comunión de pura inteligencia, no sería fría, monótona desconsolada. 2or otra parte, sería mu parecido a lo que la gente quiere dar a entender cuando usa palabras como +espiritual, +místico o +santo. !eme'ante comunión sería... si pudiese atisbarlo bueno, casi me asustan los ad'etivos a los que me veo obligado a recurrir, 6en4rgica7 6alegre7 6aguda, incisiva7 6alerta7 6intensa7 6despierta7 2or sobre todo, sólida, %ompletamente fiable. @irme. No caben disparates trat&ndose de muertos.
%uando digo +inteligencia incluo a la voluntad. 1a atención es un acto de la voluntad. 1a inteligencia en acción constitue supremamente una voluntad. 9quello que me salió al encuentro estaba enteramente resuelto.
%asi al final, le di'e +!i puedes, si est& permitido tambi4n t0, acude a mi lado cuando est4 en mi lecho de muerte. +2ermitido; e>clamó. +El cielo tendría que esforzarse denodadamente para detenerme? si hablamos del (nfierno, lo haría saltar en pedazos. !abía que hablaba en una especie de lengua'e mitológico, con algo de comedia incluso. Gunto con una l&grima, había un destello en sus o'os. Mas en lo que hace a su voluntad, no había mito ni broma una