UNIVERSITAT DE BARCELONA Máster Universitario en Internacionalización - MOI Temas de Economía Internacional: Prof. Juan Tugores Ques Trabajo Final: Temática Comercial
Impactos distributivos de la globalización: Riesgos y Desafíos Juan Bautista Ramada Sarasola
Palabras clave: globalización, internacionalización, integración, efectos distributivos, desigualdad, conflictos, crecimiento económico, clases medias globales, pobreza. Dirección de E-Mail del autor:
[email protected]
Resumen A los largo de las últimas décadas -sobre todo en las últimas dos-, el proceso de globalización ha sido muy marcante. La integración de la economía mundial a través del comercio y las finanzas ha alcanzado niveles sin precedentes. Este complejo proceso que aumenta la comunicación e interdependencia entre los diferentes países del mundo, unificando mercados, sociedades y culturas -o al menos intentándolo-, ha dejado una serie de consecuencias y resultados que despiertan entusiasmo y aceptación en algunos sectores y rechazo o escepticismo en otros. En cualquiera de los dos casos, no caben dudas, que la creciente globalización está teniendo implicaciones de gran alcance, especialmente desde el punto de vista distributivo. En este trabajo se intentarán analizar las opiniones y resultados de diversos artículos, publicaciones y ensayos que, desde la academia y desde la perspectiva de analistas de diversos organismos especializados, nos dejan una muestra de los posibles efectos distributivos de la globalización en la actualidad.
1. Introducción Es innegable que las relaciones internacionales y geopolítica mundial se han visto profundamente transformadas desde la caída de la Unión Soviética y consecuente desaparición del mundo bipolar. Al tiempo que hoy, la UE -y la OTAN- intentan generar una estabilidad aparente en Europa, la economía americana busca un camino de salida a la crisis y China -junto con otros países emergentes- se acomoda en su nuevo papel internacional. Los crecientes conflictos en Oriente Medio, Asia Central y África también son parte de este escenario global, que a los ojos de muchos, es poco alentador. Pero no todo son malas noticias... Analizar los efectos distributivos de la globalización y sus implicaciones económicas, políticas y sociales, puede llevar
a entender parte de este escenario, y tal vez, a desarrollar las bases para buscar soluciones a las crecientes tensiones entre países. A efectos del desarrollo de este trabajo, dado que la dimensión de la globalización depende de muchos factores y para cada país se ha dado de diferentes formas en diferentes momentos, es prudente comentar, que la perspectiva utilizada intenta simplificar el análisis, pero hay que tener en cuenta que cada país se ve afectado de forma diferente. Dicho esto, en las siguientes secciones se analizarán estos impactos. La sección 2, atacará este asunto fundamentalmente desde el punto de vista de dos grandes bloques: el de los países emergentes 1 y el de los países desarrollados. Se intentarán relacionar los efectos distributivos de la globalización entre los bloques e intra-bloques para detectar la mejor forma de medir esos impactos. En la sección 3, se analizarán las consecuencias que tiene el surgimiento de una clase media global para cada bloque y con estos planteamientos se intentará, en la sección 4, hacer las valoraciones pertinentes de cara al futuro, planteando riesgos y desafíos para ambos bloques. La sección 5 concluye.
2. Globalización y sus efectos distributivos Para empezar a entender cómo la globalización puede impactar a un país, una economía o una región en particular -y en consecuencia analizar sus efectos distributivos-, hay que empezar por delinear los límites del propio concepto. La globalización en sentido amplio abarca tantas dimensiones, que intentar resumir sus impactos en un trabajo de esta magnitud sería prácticamente imposible. Es por ello, que este ensayo limitará su análisis básicamente a dos dimensiones, la del comercio 1 Existen muchas controversias respecto de las definiciones que clasifican a los países de una u otra forma según su nivel de desarrollo. Usaremos el término “países emergentes” para referirnos a todos aquellos países que se han desarrollado considerablemente en los últimos años, pero que aún no han logrado un nivel de desarrollo que se asemeje al de los países más desarrollados.
internacional y la del movimiento internacional de capitales. En algunos casos, se incluirán otras variables que también ayuden a entender esos impactos distributivos, como la libre movilidad del factor trabajo o la facilidad de incorporación de nuevas tecnologías. Para evitar un enfoque maniqueísta tampoco serán consideradas las diferentes posturas entre aquellos que creen en los beneficios de la globalización y aquellos que denuncian los mercados globales por su naturaleza destructiva. En términos generales, los datos de la Figura 2.1 muestran que el comercio internacional mundial como porcentaje del PIB ha crecido mucho en las últimas décadas, confirmando una creciente globalización en este sentido. Como se puede ver en la Figura 2.2, esta tendencia también se confirma a través de las inversiones externas directas que muestran un especial crecimiento como porcentaje del PIB sobre todo en la primer década de este siglo. No cabe duda entonces, que la globalización como fenómeno mundial -al menos en estas dos dimensiones-, ha afectado de forma agregada a todo el mundo. En los próximos apartados se estudiarán los impactos que este fenómeno ha causado en términos de distribución, tanto en el bloque de países emergentes, como en el de países desarrollados. Figura 2.1: Evolución del comercio como porcentaje del PIB (1960 - 2010)
Fuente: Autor. Datos de World DataBank – Banco Mundial
Figura 2.2: Evolución de la inversión extranjera directa como porcentaje del PIB (1960 - 2010)
Fuente: Autor. Datos de World DataBank – Banco Mundial
2.1 Impacto distributivo de la globalización en los países emergentes: Al hablar de los impactos distributivos de la globalización a cualquier nivel, la primer pregunta que se debe plantear es, a través de qué canales o medios se pueden ver afectados los individuos por una creciente apertura hacia los mercados globales. Goldberg y Pavcnik (2007) sugieren que la globalización puede afectar a los individuos fundamentalmente por medio de tres canales. Por cambios en sus fuentes de ingresos, por cambios en los precios relativos -que pueden tener un impacto en el consumo- y por cambios en las decisiones de producción para consumo propio. Aún no pudiendo llegar a resultados conclusivos sobre cuáles mecanismos son los que afectan en mayor medida a los países emergentes en términos de desigualdad, los datos muestran que durante los últimos veinte años hubo un aumento de los niveles de globalización -con su consecuente apertura comercial y financiera- en estos países, así como también aumentaron las distancias entre los ingresos de individuos con mayor grado de calificación y los de menor grado. El reto que queda pendiente es lograr establecer relaciones de causa-efecto consistentes que permitan detectar los mecanismos que ampliaron esas brechas.
Un aspecto interesante destacado por estos autores, y a tener en cuenta, es el hecho que la propia dinámica cambiante de la globalización, hace que las bases que afectan a los individuos dentro de esta realidad también cambien, y por ende, fuerzan a una permanente revisión de los marcos tradicionales de análisis, que casi siempre se limitan a un país o a una región. Cada vez más, se hace necesario estudiar la estructura y operación de las grandes empresas internacionales que a través de sus redes globales de producción y de su logística integrada pueden condicionar e influenciar los resultados. Por su parte, Harrison (2006), en su working paper “Globalization and Poverty”, también concluye que los países emergentes hoy están más globalizados que antes -al menos medido en términos de mayores exportaciones-, pero deja claro que las relaciones de causalidad entre globalización y disminución de la pobreza son complejas y que no sólo dependen de las dimensiones comerciales y financieras, sino que en muchos casos dependen de la forma en que interactúan las variables de la globalización con el resto del ambiente (i.e. estabilidad macroeconómica, buena gobernanza y calidad institucional, nivel de inversión en capital humano e infraestructuras, políticas de promoción de créditos y asistencia técnica, etc.). Los estudios empíricos muestran una clara tendencia al descenso en la tasa de pobreza en aquellos países emergentes que han podido aumentar sus exportaciones -o dicho de otra forma, la globalización en su dimensión comercial, tiene un impacto negativo sobre la pobreza-. Garantizar un mayor acceso a los principales mercados es un punto fundamental para disminuir las desigualdades. En contrapartida, los trabajadores más desfavorecidos que están implicados en sectores sensibles a la importación de productos más competitivos agudizarán su situación de pobreza. Una pregunta lógica que surge de esta dinámica, es saber hasta qué punto es sostenible que los países emergentes puedan mantener barreras a la importación para proteger
determinados sectores desfavorecidos -o menos eficientes- y conjuntamente forzar el acceso a nuevos mercados en países desarrollados. La capacidad de negociación de cada país en este sentido, podrá ayudar a maximizar los impactos positivos de una creciente apertura y minimizar los impactos negativos en los sectores más sensibles. Lo que sí queda claro, es que hasta ahora, la capacidad de negociación de estos países ha sido muy limitada. A su vez, la globalización financiera a través de la inversión extranjera directa, o incluso, a través de inversiones más volátiles, también muestran una correlación negativa hacia la pobreza. Un aumento en la globalización financiera ayudarían a disminuir la pobreza en estos países a través de un mayor empleo o una mayor capacidad de financiación. Pero irónicamente, una mayor globalización también significa una mayor exposición a los riesgos y efectos de las crisis financieras globales, y consecuentemente, puede haber un aumento de las desigualdades en aquellos sectores que son más vulnerables. Un asunto fundamental que podría ayudar a explicar la relación entre globalización y las crecientes desigualdades en estos países, es la poca capacidad que tienen los trabajadores menos favorecidos en lograr una buena movilidad laboral entre sectores -o incluso entre países2-. Esto se traduce en una ampliación de las desigualdades y un aumento de la pobreza. Una mayor flexibilidad en las normas o condiciones laborales -o mecanismos de ajuste más aceitados- permitiría una transición más rápida de los más afectados a las nuevas condiciones que surgen de la globalización. Por último, de estos textos se desprende una de las grandes limitaciones de los estudios en este sentido, que tienen que ver con la propia naturaleza de los países 2 Haciendo una analogía con la UE como ejemplo de mercado integrado -aunque imperfecto(¿globalización regional?), una de las principales causas de las asimetrías entre los países del bloque, se debe a la falta de mecanismos de ajuste adecuados que permitan una mayor flexibilidad y movilidad de los factores productivos -en especial del factor trabajo-. Esto tiene como consecuencia que los más afectados de una determinada zona no logran mejorar su situación por no emigrar a otra, generando de esta forma una desigualdad mayor entre los países y entre los individuos de cada país.
menos desarrollados. Los datos utilizados para analizar variables socio-económicas en los países más pobres, incluso en países emergentes no tan pobres, no siempre son fiables. El hecho de que históricamente estos países hayan estado más propensos a sufrir las consecuencias de los shocks externos, generó -en algunos casos-, una desconfianza hacia el propio sistema y la consecuente aparición de una economía paralela difícil de cuantificar e incluir en los estudios.
2.2 Impacto distributivo de la globalización en los países desarrollados: Al igual que se intentaron analizar los posibles efectos distributivos de la globalización en los países emergentes, ahora cabe preguntarse, cómo se ven afectados los países desarrollados en este sentido y qué consecuencias pueden surgir a nivel de desigualdades. Para ello, es interesante analizar los impactos de una creciente apertura comercial y financiera en los principales mercados económicos del mundo desarrollado, en especial en Estados Unidos y la Unión Europea. Como punto de partida, es de particular interés destacar el razonamiento de Krugman (1995) que desarrolla sus argumentos dentro del marco teórico de Heckscher-Ohlin, relacionando los impactos de la creciente globalización con los factores de trabajo no calificado y altamente calificado de los bloques desarrollados. El argumento es bastante intuitivo y simple: Si cuando hay una caída en la demanda relativa por trabajo no calificado en los países desarrollados no se permite una reducción en los niveles de ingresos relativos -por ejemplo, por exceso de rigidez en las normas laborales-, el resultado será el surgimiento de desempleo en ese sector o país. Y esto a su vez, llevará a una súperespecialización en sectores que demandan mano de obra calificada. Eso permite que exista una mayor demanda relativa por trabajo no calificado en regiones con salarios
más bajos -mercados emergentes- y donde las normas laborales son menos estrictas. En el artículo del European Economic Advisory Group (EEAG), “The effects of Globalization on Western European Jobs: curse or blessing?”, también se analizan los efectos sobre el empleo y la desigualdad, ¿Qué pasaría entonces, si los salarios fuesen más flexibles? Si este fuera el caso, los países desarrollados continuarían especializándose en sectores más intensivos en manos de obra calificada, pero de forma menos sesgada, porque los salarios flexibles también permitirían mantener vivos a los sectores más intensivos en mano de obra no calificada. Con el mismo razonamiento, una creciente globalización financiera también generaría mayor desempleo, porque la imposibilidad de ajuste de los salarios a la baja disminuiría el retorno del capital invertido, forzando la salida de ese capital hacia regiones con salarios más bajos y retornos más altos -i.e. países emergentes-. En países con normas laborales más flexibles, el retorno sobre el capital invertido no se vería tan afectado y el capital se quedaría en la región, evitándose de esta forma el desempleo. De forma anticipada, esto llevaría a una conclusión importante y es que en países anglosajones como Estados Unidos, donde la flexibilidad laboral es mayor, una creciente globalización puede llevar a una mayor desigualdad entre sus individuos por medio del ajuste a la baja de los salarios. Y en países con menor flexibilidad laboral, como los países europeos, la consecuencia sería un mayor desempleo -que a la larga, también llevaría a crecientes desigualdades-. De esta conclusión se desprende otro punto importante, y es que una mayor flexibilidad y apertura mundial aumentaría la eficiencia y llevaría a mayores ganancias agregadas, pero también llevaría al surgimiento de grandes grupos de perdedores. Lo fundamental para evitar esas distancias, es el diseño de los mecanismos de ajuste que permitan transferir esas ganancias hacia los grupos más perjudicados.
3. Desigualdad global y el surgimiento de las clases medias globales Un enfoque interesante propuesto por Anand y Segal (2008), y que incluye varios estudios ya realizados en esta materia como los de Bourguignon y Morrison (2002) o Sala-i-Martin (2006), destaca el hecho que no es posible llegar a una conclusión definitiva sobre los cambios en la desigualdad global en las últimas tres décadas. La vasta literatura analizada por estos autores lleva a resultados que incluso pueden ser contradictorios. Esto no es un detalle menor, porque la diversidad de resultados -en muchos casos contradictorios- puede ser usada como una poderosa herramienta de argumentación a favor o en contra del proceso de globalización. El único punto de encuentro en su análisis es que, para todos los casos, los niveles de desigualdad global aún son muy altos. Argumentos como éste, sumados al surgimiento de grandes grupos de perdedores, nos lleva a preguntarnos por el futuro de la estabilidad de ambos bloques y en consecuencia de las posibles tensiones geopolíticas que puedan resultar de esta dinámica. Muchos economistas coinciden con que la estabilidad de ciertas regiones está dada por su estructura social. Una fuerte clase media, permite una mayor estabilidad, y por el contrario, muchas diferencias de clase -que pueden ser traducidas en desigualdades- llevan a crecientes tensiones. Es por ello, que el surgimiento de las nuevas clases medias globales merece especial atención. Ravallion 2009, estima que la clase media global deberá crecer de las actuales 430 millones de personas que la componen a sorprendentes 1.150 millones de personas en 2030 (considerando clase media quien gana entre USD 10 y USD 20 por día). Pero un dato que es todavía más sorprendente, es el hecho que en el año 2000, los países emergentes albergaban cerca de un 50% de las clases medias de todo el mundo, y hacia 2030 pasarán a representar el 93%. Desde el punto de vista global,
las tendencias muestran una nueva clase media en ascenso en el bloque emergente y una clase media estancada o empobrecida en los países desarrollados y aunque los pronósticos de crecimiento de esas nuevas clases medias son alentadores para el bloque emergente -y para el mundo-, el carácter dinámico de las clases sociales no permite hacer ninguna afirmación. Considerando las tendencias actuales, el bloque emergente se ve con mucho mayor potencial de estabilidad y crecimiento para los próximos años que los tradicionales países del bloque desarrollado. En su estudio sobre desigualdad entre los ciudadanos del mundo, Bourguignon y Morrison (2002), observan que el aumento de la globalización en los últimos años, acercó mucho las diferencias que existían entre países emergentes y países desarrollados, pero curiosamente, también observó que las diferencias intra-país, también aumentaron. Esto es importante, porque las formas para solucionar este tipo de desigualdades, es bastante diferente si se encara desde una perspectiva u otra. Para sorpresa de muchos, incluso desde la tradicional ortodoxia del FMI -hay que reconocer que en los últimos años han intentado matizar un poco sus posiciones (¿para recuperar credibilidad?)- se reconoce que en los últimos veinte años la desigualdad ha ido en aumento en los países en todos los niveles de ingreso, salvo en los clasificados como de ingreso bajo. La proporción del ingreso del quintil más rico se ha incrementado, mientras que las de los quintiles restantes se han reducido. El FMI atribuye estas desigualdades fundamentalmente al progreso tecnológico 3 y afirma que la globalización en su dimensión comercial ha tenido un impacto positivo que compensaría el impacto negativo de la IED4 y del progreso tecnológico.
3 La inversión en avances tecnológicos tiene un impacto de aumento de la desigualdad, en tanto que incrementa la prima por nivel de calificación en ambos bloques, al automatizar los procesos que normalmente eran ejecutados por trabajadores relativamente poco calificados. 4 La inversión extranjera directa ha tenido, en promedio, un impacto de aumento de la desigualdad en la distribución del ingreso, ya que el incremento de los flujos de inversión extranjera directa ha
4. Comentarios Finales: Riesgos y desafíos para ambos bloques La conclusión más evidente es que de forma general el mundo está más globalizado que nunca y que a pesar de las posturas más o menos ortodoxas, todos los autores coinciden que esto ha llevado a un incremento de las desigualdades. Si bien hay algunos estudios contradictorios, la mayoría de los autores también coincide en que las brechas de desigualdad entre los países emergentes y los desarrollados han disminuido y que dentro de los países de ambos bloques, las desigualdades han aumentado. La argumentación acerca de los factores que causan estas diferencias son variados, algunos se la atribuyen a la dimensión comercial, otros a la dimensión financiera, especialmente a las IED (a pesar de que algunos trabajos se escribieran con posterioridad a la crisis, curiosamente ningún autor menciona a los excesos del sistema financiero que contribuyó de forma masiva al empobrecimiento de las personas de Main Street a favor de los ejecutivos de Wall Street) y por último, algunos le atribuyen al progreso tecnológico la causa de estas desigualdades. Vale la pena comentar algunos puntos importantes de cara al futuro: •
En primer lugar, la experiencia histórica demuestra que en momentos de una fuerte globalización de los mercados, las tensiones económicas y políticas pueden culminar en grandes conflictos internacionales. Pero además, son un caldo de cultivo ideal para el surgimiento de movimientos nacionalistas que incrementen el riesgo de esos conflictos. Aprender de la experiencia pasada y buscar un consenso entre los países es el camino de salida para resolver esas tensiones.
•
Por otro lado, el crecimiento exponencial de las clases medias globales que se concentran principalmente en los países emergentes -especialmente en China
aumentado la demanda de mano de obra calificada, mientras que en las economías avanzadas la IED saliente ha reducido la demanda de mano de obra relativamente poco calificada en estos países.
e India- plantean un escenario positivo para este bloque de cara a la estabilidad social y al crecimiento. En contrapartida el empobrecimiento de las clases medias del bloque desarrollado sumado a su lento crecimiento, llevará a más inestabilidad en estos países. El desafío radica en encontrar mecanismos adecuados que permitan transferir las ganancias entre sectores para compensar a los más afectados por la globalización. •
De toda la literatura analizada, queda claro que los criterios que se utilizan para medir las variables afectadas por la globalización -aunque todos válidospueden llevar a resultados diferentes y contradictorios. Es importante lograr uniformizar los datos y métodos, de tal manera que puedan ser fiables y objetivos, evitando de esta forma el uso inadecuado por parte de algunos grupos políticos o lobbies que pueden intentar manipular la información a favor de sus objetivos.
5. Conclusión A modo de cierre, es importante destacar que independientemente de las posturas ideológicas, evitar el aislamiento y fomentar una mayor apertura mundial -globalización- aumentaría la eficiencia de las economías y llevaría a mayores ganancias agregadas. Lo crucial para evitar tensiones geopolíticas y el aumento de las desigualdades, es coordinar de forma conjunta, mecanismos de ajuste regionales y mundiales que permitan transferir parte de esas ganancias agregadas hacia los grandes grupos de perdedores que surgen en el proceso. Lo que queda claro, es que en un mundo creciente con recursos menguantes, buscar el diálogo y la coordinación entre las partes es la solución más inteligente.
Bibliografía
Anand, Sudhir y Segal, Paul (2008), “What do we know about global income inequality?”, Journal of Economic Literature. Bloom, Nicholas et al. (2011), “A Trapped Factors Model of Innovation”, paper presentado al AEA. Bloom, Nicholas, et al. (2011), “Trade Induced Technical Change? The Impact of Chinese Imports on Innovation, IT and Productivity”, NBER wp 16717, The National Bureau of Economic Research. Bourguignon, François y Morrison, Christian (2002), “Inequality among World Citizens: 1820-1992”, American Economic Review. EEAG (2008), “The effects of Globalization on Western European Jobs: curse or blessing?”, cap. 3 de Europe in a Globalised World - EEAG Report on the European Economy 2008, CESifo, 2008. Feenstra, Robert (2007), “Globalization and its Impact on Labor”, Global Economy Lecture, Vienna Institute for International Economic Studies. FMI (2007), “Globalization and Inequality”, cap. 4 de World Economic Outlook, Fondo Monetario Internacional. FMI (2007), “Globalization of Labor”, cap. 5 de World Economic Outlook, Fondo Monetario Internacional. Goldberg, P.K. y Pavcnik, N. (2007), “Distributional Effects of Globalization in Developing Countries”, Journal of Economic Literature. Harrison, Ann (2006), “Globalization and poverty”, NBER wp 12347, The National Bureau of Economic Research. Krugman, Paul (2008), “Trade and Wages, reconsidered”, Brookings Papers on Economic Activity, 2008:1. Kumhof, Michael i Rancière, Romain (2010), “Inequality, Leverage, and Crises”, IMF wp 10/268, Fondo Monetario Internacional. Martin, Julien y Méjean, Isabelle (2011), “Low-Wage Countries’ Competition, Reallocation Across Firms and the Quality Content of Exports”, CEPR discussion paper 8231.
OCDE (2008), “Growing Unequal? Income Distribution and Poverty in OECD Countries”, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. OMC, Informe sobre el Comercio Mundial (2008), “Consecuencias distributivas del comercio”, Organización Mundial del Comercio. Pinkovskiy, Maxim y Sala-i-Martin, Xavier (2009), “Parametric Estimations of the World Distribution of Income”, NBER wp 15433, The National Bureau of Economic Research. Rajan, Raghuram (2010), “Fault Lines: How Hidden Fractures Still Threaten the World Economy”, Princeton University Press. Ravallion, Martin (2009), “The Developing World's Bulging (but Vulnerable) ''Middle Class''”, Policy Research wp 4816, Development Research Group, The World Bank. Sala-i-Martin, Xavier (2006), “The World Distribution of Income: Falling Poverty and…Convergence, Period”, Quarterly Journal of Economics.