CAPITULO I
DIAGNOSTICO
La función educativa o socializadora de la familia es un tema complejo en su abordaje, ya que se asocia a la diversidad contextual donde la familia se inserta. El escenario internacional se ha caracterizado en los inicios del siglo XXI, por una tendencia hacia la globalización de las culturas, la crisis económica y el predominio de los medios de comunicación y video juegos, en la formación de valores y modelos conductuales. En Venezuela, la familia según Hurtado (2.009), está centrada alrededor de la madre, es el llamado “matricentrismo”, el cual se caracteriza, porque el clima relacional o relaciones interpersonales en el hogar, y es animado por la madre, pues se identifica fuertemente con sus hijos, especialmente las hijas. La incorporación masiva de las mujeres al mercado laboral implica según Moreno (2.009) un cambio en la base de sustentación de la familia, pero también implica un cambio en las relaciones interpersonales, factor clave en el desarrollo del niño, niña y el adolescente, en la construcción de significados en relación a los valores. Abordar la problemática conlleva según Marín (2.009) a
deslindar
reflexivamente la diferenciación entre transmisión y formación de valores. Considera que el tratamiento de ambos términos resulta complejo y sus significados deben sustentarse en una lógica relacional, dado que la transmisión y la formación de valores constituye etapas importantes de un mismo proceso, que mantienen una relación de interdependencia, pero de igual forma, guardan entre sí, una relativa autonomia. La transmisión de valores, según su opinión, no implica necesariamente su formación y por ende, su configuración como unidad psicológica
generadora de sentidos subjetivos o construcción de significados axiológicos. Indica que entre la transmisión y la formación de un valor, actúan un conjunto de factores que van a mediatizar la interacción o no, de sus contenidos en la persona, así como el nivel de estructuración que alcancen
en su
subjetividad. Los valores constituyen una expresión de la subjetividad social que fundamentan y orientan la conducta en los diferentes niveles en los cuales, el individuo interactúa. González (2.007) les considera como contenidos morales, que se hayan condicionados socio-históricamente, se expresan en los ámbitos social, grupal e individual, agregando además que “son dimensiones reales y necesarias de las relaciones humanas y del sentido de la vida de las personas, que se personalizan y se expresan en los más diversas formas de comportamiento” (p:74) De lo anterior se infiere, que es necesario considerar la coherencia y contradicciones que pueden existir entre los valores proyectados, realizados y declarados desde la óptica de las aspiraciones sociales y la forma en que son asumidos por las diversos subsistemas de la sociedad: familia, escuela, comunidad, en los cuales el individuo se inserta y cuya influencia deviene de manera decisiva en la formación y desarrollo de la construcción de significados axiológicos. Espinoza (2.008) considera que ningún valor
se
asume de forma inmediata en base a su racionalidad, justicia o carácter necesario, previo a su internalización, los valores son interrogados, cuestionados y hasta redimensionados por los individuos. De allí, que en el proceso de transmisión de valores, se requiere en opinión de Álvarez (2.009) analizar que se transmite y como se transmite, lo cual implica la necesidad de comprender este proceso en todos su dimensión y complejidad, de tal forma, que los valores transmitidos por la familia, escuela y comunidad se convierten en contenidos efectivos, actuantes, movilizadores y por consiguiente, reguladores eficaces del comportamiento por lo tanto, es oportuno la reflexión aportada por Fernández (2.008) según el
se
refiere
a
este
aspecto,
indicando
que
“la
personalización
e
individualización de los valores, no es un acto mecánico o derivado de una operación voluntarista, sino que pasa por un largo proceso de concentración individual en la propia y cada vez más compleja interacción, que la persona va estableciendo con la realidad.” (p: 89) De allí que, la educación en valores es una tarea difícil, como se plantea anteriormente, ya que estos no se aprenden como un concepto de biología o hecho histórico, sino que tienen que vivirse, por lo tanto uno de los ideales fundamentales en el siglo XXI, es el favorecer y optimizar la calidad de la enseñanza basada en valores, colocando en manos del estado, la escuela y el docente, la responsabilidad de mejorar el proceso. Esta tendencia se ha ido consolidando en los últimos años, en la medida en que se incrementan los problemas sociales y disminuye la capacidad educativa de la familia y otras instancias socializadoras. Esta demanda agregada a la escuela de educar en valores, se refleja en las nuevas reformas educativas y en los términos educativos emergentes, como es ejemplo de ello, la transversalidad propuesta por Yus Ramos. Ramos (2.008) establece que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) promueve planes para orientar y soportar esfuerzos que rescaten e impulsen el desarrollo de los sistemas educativos en los países latinoamericanos, con el cual afianzarían así los principios fundamentales para la vida y la convivencia de las personas sobre la base de los valores éticos, morales, culturales y democráticos. Dentro de estos planes, la UNESCO establece en la Conferencia de Paris, en 1990, los aprendizajes fundamentales que debe poseer una educación de calidad; haciendo especial hincapié en la formación de valores en el educando, a través del Aprender a Ser y Aprender a Convivir, los cuales son complemento del Aprender a Conocer y Aprender a Hacer. Aguirre (2.009) afirma que, el educar en valores supone la revisión critica de la ubicación y significación que le asigna el sujeto que aprende, a
su identidad individual y cultural, al encuentro consigo, así como a su pertenencia con una cultura propia, con su ser hombre o mujer, con su potencial de ser; es una educación que debe adaptarse del conjunto de negociaciones y discriminaciones que aun en la escuela pueden perdurar, en relación al genero, cultura, condición social o ética. Recomienda Briceño Salas (2.009) que en el caso especifico de Venezuela, la realidad social que se observa en el país, hace necesaria la instrumentación de una educación en la cual, se le asigne mayor énfasis a los valores, que conlleven a mejorar las relaciones entre los ciudadanos. En base a lo anteriormente expuesto, Manrique (2008) indica lo siguiente: “ En un mundo convulsivo y en creciente deterioro, de cuyas problemática no escapa Venezuela, se presera de urgentes cambios en la vida cotidiana, de sus instituciones si se desean ingresar a la globalización con perceptivas perdurabilidad, pero tales cambios no serán posibles, si se toma como base a los ciudadanos que se han formado hasta ahora (P:78)” Lo antes planteado requiere la necesidad de implementar cambios significativos en la práctica del proceso educativo, sobre la base de generar la formación de un ciudadano con claros sentidos y conciencia social. En la ejecución de esos cambios es importante la identificación efectiva de los factores que influyen en la formación de ese ciudadano, a los efectos de promover las acciones determinadas a favorecer su presencia permanente. En contraste con la realidad, Pérez Esclarin (2008) advierte, que se evidencia en el entorno familiar así como en la condición del proceso educativo del docente, en las acciones orientadas al desarrollo de una educación en valores, una carencias en el núcleo familiar y en la práctica profesional del docente lo cual, se va a reflejar en la formación del comportamiento ético-moral del niño o niña de educación primaria. Ante esta realidad de clara tendencia negativa, el docente en su accionar pedagógico debe crear estrategias de compensación con el
propósito de fomentar experiencias vinculadas con la realidad social y cultural, en los cuales los estudiantes, afectivamente se identifique con el otro, asumiendo así, roles de ayuda, cooperación, aliento, desprendimiento, necesidad de compartir y aplazar beneficios de inmediato, a favor de una conducta pro social. Castillo (2009) hace un señalamiento alarmante al decir que la gran mayoría de niños y niñas de educación primaria, han sustituido los valores por antivalores: “El amor por el odio, la solidaridad por el egoísmo, la tolerancia por la violencia, entre sus pares” (P: 24). Ante esta eventualidad, el Sistema Educativo Bolivariano (SEB), en el Currículum de Educación Primaria, incorpora en sus pilares el Aprender a Convivir y Participar, así como el Aprender a Valorar, haciendo especial atención a la promoción de valores sociales e individuales que consoliden la libertad, solidaridad, cooperación, justicia, equidad, integración, bien común, participación
protagónica,
independencia,
convivencia,
tolerancia
y
promoción del trabajo liberador; así como el afecto, la honestidad, honradez, cortesía y modestia en sus acciones y actuaciones” (P:17). Tomando como punto de referencia los propósitos axiológicos del Sistema Educativo Bolivariano, se procede a realizar una visita a la Unidad Educativa donde
se
Estadal “Hispopal”, ubicada en el caserío del mismo nombre, estableció
comunicación
con
el
Prof.
Luis
Rosales,
quien se desempeña como director de este plantel allí se le presento nuestra iniciativa de investigación, la cual fue aceptada y además se propuso una segunda reunión ampliada con la totalidad del personal docente, con el propósito de detectar las necesidades relacionadas con la praxis pedagógica y que afectan al proceso de enseñanza y aprendizaje. La reunión para elaborar el diagnostico se efectuó en la Escuela Rural Estadal “ Sixto Sarmiento”..El diagnostico según Gaona (2008) es esencial para la elaboración de un proyecto, ya que permite determinar los nudos críticos que afectan el desempeño de una organización. En la elaboración
del diagnostico se aplico la técnica de lluvia de idea con el fin de incentivar la participación de todos los asistentes, en cuanto a exponer los problemas, así como su posterior jerarquización. En este sentido se logro identificar a través de la técnica antes indicada, los problemas que confrontan los docentes en su praxis pedagógica destacando: deficiente motivación al logro; poca participación de los padres y deficiente consolidación de los valores en los niños y niñas.
Cuadro Nº 1 Demostración de las Necesidades. Necesidades
Frecuencia
Porcentaje
05
25%
y
07
32%
Deficiente consolidación de los valores en los
10
45%
22
100%
Deficiente motivación al logro Poca
participación
de
los
padres
representantes.
niños y niñas. Total Fuente: Equipo Investigador 2.009
Grafico Nº 1 Demostración en la motivación al logro Poca participación de los padres y representantes. Deficiente consolidación de los valores en los niños y niñas.
Fuente: Equipo Investigador 2.010
Análisis: Como se puede observar en el grafico Nº 1 las problemáticas de mayor relevancia planteados en el diagnostico situacional, fueron: poca participación de los padres y representantes con un
32 %
y deficiente
consolidación de los valores en los niños y niñas con un 45 % razón por la cual, la deficiente consolidación de los valores constituye el problema de mayor relevancia. Esta situación problema es reflejo de la crisis de valores que presenta la sociedad venezolana y en general, en el mundo entero, razón por la cual, según la refiere la UNESCO (1990) a la escuela le corresponde el reto de asumir con mayor consistencia y de manera adecuada la formación de valores, lo cual implica, clasificar conceptualmente el significado y alcances de la formación de valores, proponer y llevar a la práctica nuevas metodologías y estrategias, reforzar y consolidar los contenidos curriculares en los proyectos de aprendizaje y en los Proyectos Educativos de Integración Comunitaria (PEIC) con el propósito de fortalecer la formación integral de os educandos. Este proyecto busca realizar un aporte al proceso de fortalecimiento de la formación en los valores desde el punto de vista curricular, por cuanto, allí se contemplan entre los pilares fundamentales que la educación primaria el Aprender a Convivir y Participar, así como el Aprender a Valorar, estos pilares requieren de un tratamiento teorico-metodologico de los valores con metodología adecuada, pertinentes y sencillas, que permitan avanzar en el proceso de transmisión y formación en valores.
Objetivos del Proyecto. Objetivo General. Desarrollar estrategias didácticas para el fortalecimiento de los valores en los niños y niñas del primer grado de Educación Primaria, en la Unidad Educativa Estadal “Hispopal”,
ubicada en el caserío Hispopal, municipio
Torres, estado Lara. Objetivos específicos. Diagnosticar los problemas que confrontan el personal docente para el desempeño de su praxis pedagógica. Planificar actividades didácticas que fortalezcan los valores en los niños y niñas del primer grado de educación primaria. Ejecutar las actividades planificadas con los niños y niñas del primer grado de educación primaria. Evaluar los resultados alcanzados en la implementación del proyecto de educación.
CAPÍTULO II
MARCO REFERENCIAL. Antecedentes…
Bases Teóricas Teoría del Desarrollo Moral Kohlberg (Citado por Roger 1995) sistematizo la investigación en desarrollo moral a partir del pensamiento de Jhon Dewey sobre el desarrollo de la moralidad y basándose en los supuestos de la teoría piagetiana sobre la moral infantil. Formulo la idea de que el desarrollo lógico y cognitivo de una persona constituye una condición necesaria pero no suficiente para su interior desarrollo moral en virtud de que el razonamiento moral y el
razonamiento en sí mismo, se desarrolla a partir de estructuras cognitivas de razonamiento paralelo. El citado autor hace referencia a las ideas de Kohlbergg quien expresa que "Desde que el razonamiento moral es claramente razonamiento, el razonamiento moral avanzado depende del razonamiento lógico avanzado". De la misma manera afirma que una persona enfrentada a una situación que le demanda una toma de decisión moral o un comportamiento moral especifico, pondrá en escena comportamientos y tomara decisiones que estarán relacionadas con las características propias del desarrollo operatorio alcanzado de forma tal que pueda actuar conforme a lo que su estructura cognitiva ha construido a partir de la interacción con su medio, (esquemas mentales) y le orientara en configuración de la jerarquía que estarán en la base del comportamiento. Coger (Ob. Cit), también expresa que la propuesta de Kohlbergg se inscribe en el ámbito de la perspectiva universalista del desarrollo moral y, doxograficamente influenciada por la tradición racionalista Kantiana de la ética, propone 3 niveles de juicio moral, cada uno compuesto por dos estadios. Los niveles son epigenios, representan estructuras de juicios y perspectivas socio morales diferenciadas que tienen como condición necesaria, pero no suficiente, el desarrollo cognitivo. El desarrollo moral consiste en alcanzar progresivamente estadios superiores, no responde a modelos culturales ni familiares, sino más bien es un producto de la interacción sujeto-objeto, mundo exterior y estructura cognitiva, en el que cada nivel es cualitativamente diferente y manifiesta en todas las culturas. Sin embargo, Kohlbergg señala las limitaciones encontradas para verificar su hipótesis de la existencia del estadio, por lo cual no logra una completa descripción del mismo, dado que solo trabajó con una pequeña muestra de persona "moral ejemplar" filósofos, lo que dificulta sustentar sólidamente dicho estadio. El
desarrollo
moral
avanza
desde
estadios
de
egocentrismo
individualista hasta alcanzar una perspectiva social, nivel de mayor complejidad que involucra la realización de un juicio basado en la justicia como valor universal. La moral de principios debe considerarse una moral de equilibrio, de armonía entre demandas en conflicto mediados. Kohlbergg esencialmente fundamenta su propuesta teórica es el significado y sentido del juicio razonado sobre lo bueno y lo justo de una acción. Así mismo, la obra de Kohlbergg es considerada como el intento más exitoso y profundo de comprender el desarrollo moral desde un enfoque socio cognitivo. Este autor a través de su trabajo en filosofía moral, psicología del desarrollo e investigación pedagógica, ofrece a los educadores una ampliación de la educación en valores a la educación del dominio moral y define la perspectiva moral en que se apoyan los valores, no quedándose en una mera definición de las mismas. Todo esto se resume en una razón poderosa y una explicación para que se promueva desde las aulas, el crecimiento moral de niños y niñas. Se tiene pues que los estadios del desarrollo moral de kohlbergg se distribuyen en tres niveles muy consideradamente y son las siguientes: La educación en valores es sencillamente educar moralmente porque los valores enseñan al individuo a comportarse como hombre, a establecer jerarquías entre las cosas, a través de ellos llegan a la convicción de que algo importa o no importa, tiene por objetivo lograr nuevas formas de entender la vida, de construir la historia personal y colectiva, también se promueve el respeto a todos los valores y opciones. Educar en valores es también educar a los estudiantes para que se oriente y sepa el valor real de las cosas; las personas implicadas creen que la vida tiene un sentido, reconocen y respetan la dignidad de todos los seres. Los valores pueden ser realizados, descubiertos e incorporados por el ser humano, por ello reside su importancia pedagógica, esta incorporación, realización, descubrimiento son tres pilares básicos de toda tarea educativa; necesitan la participación de toda la comunidad educativa en forma
coherente y efectiva. Es un trabajo sistemático a través del cual y mediante actuaciones y prácticas en nuestro centro se pueden desarrollar aquellos valores que están explícitos en nuestra constitución como base para cualquier tipo de educación en valores. Una vez que los alumnos interioricen los valores, éstas se convierten en guías y pautas de conducta, son asimilados libremente y nos permiten definir los objetivos de vida que tenemos, nos ayuda a aceptamos y estimamos como somos, la escuela debe ayudar a construir criterios para tomar decisiones correctas y orientar nuestra vida, estas tomas de decisiones se da cuando nos enfrentamos a un conflicto de valores, otro de los objetivos de esta educación es ayudar al alumno en el proceso de desarrollo y adquisición de las capacidades para sentir, pensar y actuar; como vemos tan solo no es una educación que busque integrarse en la comunidad sino que va mas allá busca la autonomía, la capacidad crítica para tomar decisiones en un conflicto ético. La vida humana es la experiencia sobre el valor (Leocata, 1991). Los valores se transmiten no sólo desde el discurso teórico ya que no son simples abstracciones, sino que se comprenden en el discurso narrativo vivido en el contexto de cada comunidad. Las prácticas discursivas como el "saber escuchar, argumentar, interrogar, peticionar, hablar" se aprehenden, se viven y transforman constituyendo esa cultura institucional que experimentamos en cada escuela. Ésta es el escenario posible para la racionalidad comprehensiva, donde la coherencia es un acto implícito de todos los actores, pero también de todas las prácticas que en ella se desarrollan. Las teorías de la educación moral Existen tres dimensiones y prácticas educativas: las teorías sobre la clarificación en valores, que asumen lo moral como valores independientes pero que se encarnan históricamente en una cultura e ideología (clarificación, transmisión, análisis); las que entienden lo ético como procedimientos cognitivos universales que permiten una
evaluación sobre situaciones dilemáticas (el modelo de Kohlberg y Oser); y por último los modelos que consideran lo ético como parte de un mundo de supuestos y principios comunitarios (Nussbaum, Rorty, Puka). Estas teorías permiten confrontar, desde la reflexión sobre las propias prácticas pedagógicas, el grado de diálogo creativo y la autenticidad de los proyectos elaborados comunitariamente. Una "comunidad justa escolar", el "aprendizaje solidario", la "educación para la paz y la comprensión internacional", la "mediación y resolución de conflictos", el "consejo de alumnos" son algunos de los nombres que proyectan acciones para la formación de una comunidad que reflexiona y actúa moralmente, que crece y construye espacios más humanos y dignos. Se puede analizar, dentro de las teorías sobre estrategias educativas para la educación moral, estas tres dimensiones fundamentales. La primera de ellas concibe la "moral como valores independientes" por lo tanto propone un "modelo educativo de clarificación de" valores", en el que son fundamentales los procesos reflexivos que se producen en el aula, la discusión y la clarificación de los mismos. Es necesario proveer a la reflexión autónoma, estimulando el proceso subjetivo de toma de conciencia, dado que en sí no se estimula el compromiso personal respecto al valor. La transmisión del valor supone la enseñanza de conductas y actitudes que reflejen los valores enunciados. Evidentemente la práctica pedagógica proveerá de técnicas y procedimientos que harán tangibles esos valores. En la educación son importantes las biografías morales que permitan comprender los mismos como posibles, encarnados en situaciones concretas. El problema es que los discursos valorativos no permitan la discusión sobre los mismos, lo que significaría analizar los procesos de construcción que llevaron a tales resultados. La meta ética (Hall, 1979) supone un análisis sobre el valor, desde situaciones de conflicto con el mismo. Este análisis racional parte del principio socrático de la interrogación y la discusión. Es fundamental que los
alumnos puedan analizar 105 problemas concretos buscando soluciones a los mismos. Los programas de discusión moral (Mehlinger, 1982) permiten no sólo el análisis sobre el problema, sino también la búsqueda y la construcción de razones ante los mismos. La prueba del nuevo caso: Se debe establecer el principio valorativo que orientó la primera decisión. Se solicita que aplique ese mismo principio a otros casos en los que parezca lógica su aplicación. Sólo se aceptará si parece lógica su aplicación a varios casos (es decir si es universalmente aplicable) La prueba de inclusión: Se debe buscar un principio más general (universal) que sirva de fundamento al principio anterior La prueba de intercambio de roles: El alumno deberá asumir el rol de la persona o situación afectada por dicho principio y considerar su consecuencia La prueba de consecuencias universales: Se debe imaginar las consecuencias universales de dicha aplicación Ej.: Esquema de trabajo: "las cuatro pruebas morales" según Mehlinger La segunda concibe lo ético como el resultado de un proceso cognitivo, universal al hombre, y por lo tanto se define como "modelo de transmisión de valores". Desde un punto de vista cognitivo evolutivo, la conciencia es una facultad que responde al desarrollo. En este sentido los estadios son constructos que permiten medir una maduración de la conciencia como acto de inteligencia, donde la conducta moral se encuentra guiada por el pensamiento y la capacidad de juicio individual. La maduración está en el pasaje de la heteronomía a la autonomía, como manifestación de la racionalidad comprehensiva que permite asumirse en la regulación de la propia conducta. El aprendizaje desde esta mirada es producto del desarrollo. Sólo puede
fundamentarse
en
procedimientos
universales
que
aborden
situaciones dilemáticas. Los principios generales permitirán orientar la valoración de los intereses en conflicto en una situación dada, deslindando los problemas que afecten al conjunto social conviviente. Los conflictos de valores sólo pueden ser resueltos si se dispone de un principio universal que evalúe la adecuación de las conductas a contextos particulares. Pero la conciencia moral se basa en estos principios universales. Modelo de desarrollo moral según Kohlberg: Nivel preconvencional: Estadio I Orientación de la conducta por el castigo y la obediencia (evitar el castigo) Estadio 11 Orientación instrumental - relativista (sacar provecho por razón a la necesidad personal. Nivel convencional Estadio 11 Orientación de concordancia personal: lo que se espera de mí Estadio IV Orientación de la ley y el orden: mantener la institución, evitando la ruptura del sistema. Leyes respetadas y defendidas Nivel posconvencional Estadio V Orientación legalista - contractual: valores relativos al grupo y universales (vida, libertad, respeto...) Estadio VI Orientación de los principios éticos universales: decisiones de conciencia de acuerdo a principios éticos (Justicia, reciprocidad, igualdad, dignidad...) La preocupación ética está orientada a pautas que garanticen la vida social y el desarrollo humano. La libertad y la igualdad entre los seres humanos son los intereses más importantes que guían la reflexión ética y con ella la postulación de los principios morales. Y la tercera entiende lo ético como "parte del mundo presuposicional comunitario", definiendo la educación como un "modelo de análisis de valores". En sí se considera que los juicios morales son la expresión de una
tradición que ha creado un trasfondo de entendimiento, criterio de semejanza y racionalidad, al cual se adecuan todos los juicios de la razón moral. Pertenecemos a tradiciones que nos hacen sensibles ante diversas situaciones, en las que nos identificamos con sus personajes, narraciones o instituciones que simbolizan el sentido del valor. Los
símbolos
culturales,
las
narraciones históricas,
los
acontecimientos y los discursos construyen un mundo de acuerdos que determinan una conciencia universal valorativa, por medio de la cual una comunidad se piensa y se identifica. Bajo esta concepción las propuestas que busquen repensar nuestras formas de convivencia y la manera de manejar situaciones de conflicto, así como nuestra idea de bien y bienestar, deben ser trabajados a partir de un ejercicio narrativo donde se reconstruyan otros símbolos, en los que nuestra historia se haga consciente en el ejemplo analizado. En el desarrollo de la conciencia moral, es necesario ampliar nuestras maneras de pensamos, de asumir nuestra vida colectiva y nuestros compromisos con la historia y nuestros semejantes. Estas distintas maneras de entender los juicios éticos y su desarrollo nos permitirá comprender las diferentes propuestas pedagógicas formuladas para incentivar la racionalidad comprehensiva y la maduración de la conciencia. Una pedagogía moral es un proceso que se basa en la autorreflexión y la experiencia del lenguaje como intercambio de sentidos, en la acción comunicativa (Águila Zúñiga, 2005). Sólo en la convivencia y en la libertad intrínseca que tiene la palabra, se puede construir el sentido de lo ético. Las normas sólo son valores desde esta dimensión, que se convierten en "experiencias críticas", por las que transitó la humanidad en su devenir. La escuela tiene una naturaleza profundamente comunicativa, y va tejiendo en el cotidiano intercambio de significados, procesos de aprendizaje y formación de la conciencia. Ahora,
las
prácticas
educativas
no
son
sólo
"prácticas
comunicacionales", también son "prácticas morales", porque es en el interior
del lenguaje (sólo posible plenamente en el diálogo) que se define la actividad educadora como una práctica moral. Entonces no son sólo las creencias
y
el
factor
socio
contextual
que
propondrá
la
mirada
"sociohistórico" del desarrollo de la inteligencia, establecerá una crítica respecto al desarrollo de la conciencia con relación al contexto vivido, entendiendo qué tipo de desarrollo produce los aprendizajes socio culturales que viven muchos de nuestros jóvenes y niños. Esto será realizado en un capítulo aparte, que podría abordar el pensamiento moral en contextos Sociales y culturales de deconstrucción de la conciencia moral. Valores que el educador desea transmitir los que se hacen presentes en el acto de educar; es el valor mismo que se manifiesta en la coherencia con que el educador asume el encuentro y la tarea junto a sus alumnos. Cuando las razones que cuentan son las de la misma palabra, las del sentido y la lógica, entonces el poder deja lugar a la actitud ética de educar. Vigostky consideraba que el medio social es crucial para el aprendizaje, pensaba que los produce la integración de los factores social y personal. El fenómeno de la actividad social ayuda a explicar los cambios en la conciencia
fundamental
y
una
teoría
psicológica
que
unifica
el
comportamiento y la mente. El entorno social influye en la cognición por medio de sus instrumentos, es decir, sus objetos culturales (autos máquinas) y su lenguaje e instituciones sociales (iglesia y escuela). La postura de Vigostky es un ejemplo del constructivismo dialectico, porque recalca la interacción de los individuos y su entorno. Otro aporte y aplicación es la enseñanza reciproca, que consiste en el dialogo del maestro y un pequeño grupo de alumnos. Según modelos y otros (1989) en el modelo piagetiano, una de las ideas nucleares es el concepto de inteligencia de naturaleza biológica. Para el ser humano es un organismo vivo que llega al mundo con una herencia biológica que afecta a la inteligencia. Por una parte, las estructuras biológicas limitan
aquello que podemos percibir, y por otra hacen posible el progreso intelectual. La función de adaptación en los sistemas psicológicos y fisiológicos operan a través de dos procesos complementarios: la asimilación y la acomodación. La asimilación se refiere al modo en que el organismo se enfrenta a un estimulo del entorno en términos de organización actual, mientras que la acomodación implica una modificación organizacional actual en repuestas a la demanda del medio. Mediante la asimilación y la acomodación vamos reestructurando cognitivamente nuestro aprendizaje a lo largo del desarrollo. Acomodación y asimilación son dos proceso invariantes a través del desarrollo cognitivo. Tanto Piaget como Vigostky postularon, el conocimiento como construcción (de donde proviene el término "construccionismo" para denominar su escuela de pensamiento) pero que en ningún momento se desarrollarlo con soluciones simplistas a problemas complejos el postulado de que el conocimiento es un proceso de construcción por parte del sujeto. Los valores que se propones en la reforma curricular, atienden al contexto sociocultural venezolano y fundamentalmente consagrado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en la Ley Orgánica de Educación , los cuales aspiran lograr la formación integral del estudiante y la continuidad de los valores culturales e históricos, razón primordial de la existencia como país. En tal sentido el nuevo diseño curricular contempla el cultivo de los valores en su tercer pilar en que se apoya la Educación Bolivariana es Aprender a Valorar, con el cual se da vida al planteamiento del Libertador Simón Bolívar de que «renovemos la idea de un pueblo que no sólo quería ser libre, sino virtuoso}} (Simón Bolívar: 1819). Aprender a Valorar significa, entonces, tomar conciencia de la importancia de las acciones colectivas y desarrollar habilidades para caracterizar, razonar, discernir, dialogar y mediar, desde una ética social.
La Educación en Valores La educación en valores es aquella que, principalmente, se centra en la transmisión y promoción de aquellos valores que facilitan la convivencia entre las personas y que se sustentan en el respeto a los derechos humanos. Es una cuestión de prioridad a nivel global. Como resulta lógico, el ámbito académico no permanece al margen de este asunto pues, por ser una área de todos, se parte de la premisa de que si se crean las condiciones para incidir en la formación de ciudadanos más responsables consigo mismos y con todo lo que configura el entorno, la idea de habitar un mundo mejor donde la convivencia sea armónica entre los individuos y las naciones, con base en el reconocimiento y el respeto de las diferencias- dejará de ser una utopía y se transformará en una realidad. Por ello es importante que desde los primeros años escolares, niños y niñas desarrollen una actitud reflexiva sobre lo que piensan y sienten acerca de sí mismos y de los otros; también que fundamental que conozcan sus derechos, clarifiquen sus valores, identifiquen cuáles son sus prejuicios, acepten las diferencias y logren asumir actitudes de mediación en la solución de conflictos.
¿Qué son valores? ¿Hay una crisis de valores en la sociedad? Los valores son los principios y criterios que determinan las preferencias y actitudes de las personas. Los valores establecen en una sociedad concreta, y también para un grupo social o una persona, aquello que es deseable o no. Los valores representan el fundamento de las normas, las actitudes y los comportamientos. Así, el valor justicia nos impulsa a criticar y actuar en contra de las situaciones que creemos injustas, o el de tolerancia a respetar las diferencias que se manifiestan en otras personas. Los valores no se pueden observar directamente, pero se traducen y orientan, como hemos señalado, en actitudes y éstas en normas, hábitos o
patrones de conducta. De este modo diferentes valores se expresan en diferentes estilos de vida o pautas de comportamiento practicadas por grupos sociales. Los valores tienden a la preservación de la cultura de una sociedad, en ese sentido el papel del sistema educativo es fundamental no sólo para reproducir el modelo social vigente, sino también para procurar su cambio y mejora. Es algo habitual oír hablar de la crisis de valores de la sociedad, cuando se debería hablar del cambio en los valores, pues siempre se defenderán unos determinados valores aunque sean contrarios a otros anteriormente predominantes. Aún así, está por demostrar que algunos de los valores tradicionales de nuestra sociedad hayan desaparecido o cambiado drásticamente. En un reciente estudio (Fundación "La Caixa", 2001: "Los valores de la sociedad española y su relación con las drogas" ) basada en cerca de 3000 entrevistas en 110 municipios españoles se señala que "tener unas buenas relaciones familiares es lo más importante con diferencia, para la sociedad española (incluido los jóvenes)", seguido de "mantener y cuidar la salud", "obtener una buena capacitación cultural y profesional" y "tener éxito en el trabajo" con lo que no parece que estemos asistiendo a un cambio catastrófico en nuestros valores sociales. Por otro lado, y en otro estudio sociológico ("La familia española ante la educación de sus hijos (Fundación "La Caixa", 2001) una inmensa mayoría de los padres considera que se deben transmitir algunos valores tradicionales a la siguiente generación, y que la responsabilidad de educar a esta generación les corresponde fundamentalmente a ellos (los padres). Estos datos nos ofrecen un panorama menos desalentador que el que se nos suele pintar y nos da la posibilidad de avanzar en colaboración (padres y escuela) en la formación de nuestros niños y jóvenes.
Tenemos derecho a educar en determinados valores Los niños necesitan seguridad para crecer, seguridad que se le
proporciona fundamentalmente en el seno de la familia a través de un proceso de socialización en el que se le fijan límites a su conducta y pensamiento. La persona se identifica con el bien de su familia y con determinadas concepciones de lo que es una buena vida o vida deseable, es decir adquiere determinados valores imprescindibles para su desarrollo moral. Del mismo modo el sistema educativo debe proporcionar a los alumnos un bagaje de valores sociales (decididos por el conjunto de la sociedad) que asegure su identificación y participación en la sociedad. Existe una reproducción social legítima que basándose en principios democráticos de no represión y no discriminación, posibilita la integración social de los sujetos sin privarles de la posibilidad de reconstruir y cambiar esa misma cultura que los acoge. En cuanto a qué valores son los dignos de transmitir a través del sistema educativo podemos recordar que existe un conjunto universal de valores reflejados en declaraciones sobre derechos humanos, en las constituciones de países democráticos, y en consecuencia en el propio curriculum escolar (áreas transversales) y los proyectos educativos de las escuelas; pero si no se pone cuidado en discutir cuáles de ellos son los prioritarios y cómo vamos a trabajar para conseguirlos todo puede quedar en papel mojado. Desde el punto de vista educativo los verdaderos valores tienen que traducirse en las correspondientes actitudes, normas y comportamientos. Esto es particularmente importante en la escuela, pues las normas de convivencia y trabajo que queremos que asuman nuestros alumnos han de estar inspirados en valores asumidos democráticos por la propia comunidad. En nuestra comunidad educativa, padres y profesores tenemos la obligación de llegar a un acuerdo sobre cuáles son los modos de vivir adecuados y valiosos, y conjuntamente llegar a inculcarlos en los más jóvenes.
Cómo enseñar valores
Mediante la colaboración del conjunto del profesorado, y con la participación y responsabilización de las familias en esa clarificación de valores fundamentales y prioritarios en nuestra comunidad educativa. Es decir, a través del compromiso de todos en apoyar la tarea educativa en torno a un conjunto claro de prácticas, normas y significados compartidos. Se trata de recuperar la dimensión comunitaria de la educación: el papel educativo de la familia y la organización de la escuela para educar personas. En la familia se enseñan valores cumpliendo el derecho y deber que como padres nos asiste en la educación de los hijos: procurando que la atención que les prestamos no quede en los aspectos materiales y también se dirija a desarrollar en los más jóvenes una conciencia moral gradualmente más autónoma. En este sentido la familia educa desde el afecto y desde los límites: educar (y educar en valores) es restringir la libertad de sus miembros cuando son más jóvenes para poder así incrementarla y disfrutarla el resto de su vida, pues se ha de hacer compatible alcanzar el propio bien contribuyendo al bien común. Asimismo en la escuela se educa, se enseñan valores a partir de los aprendizajes concretos en cada ciclo y nivel, donde podemos incluir contenidos sobre actitudes deseables, pero también es deseable que estas actitudes y valores se interioricen desde las relaciones sociales que se dan en el centro, desde la estructura de participación y gestión del mismo; dicho de otro modo que los valores se vivan cotidianamente. Indudablemente la acción educativa tendrá mayor eficacia si familia y escuela colaboran acordando unos objetivos comunes en la educación en valores. En la práctica educativa de nuestros centros escolares la Educación en Valores ha de partir de la consideración de que la escuela es una comunidad de vida: el lugar donde los valores se desarrollan en una serie de prácticas, normas y significados compartidos que se ponen de manifiesto en las relaciones sociales en la escuela, en la estructura de participación y en la gestión del centro. No hay que olvidar que el aprendizaje de valores y
actitudes va ligado a aspectos cognitivos, pero también a aspectos socioafectivos (el clima de aula, la convivencia y participación en el centro, las relaciones de respeto entre los diferentes miembros de la comunidad escolar, entre otros.). Por tanto, no se debe tratar la educación en valores como un "añadido curricular" sino que se ha de considerar el papel desempeñado por el profesorado y el centro en su conjunto como modelo de ciertos valores, la colaboración e implicación de la familia, las relaciones con el entorno y los aspectos organizativos que determinan una determinada cultura de centro y un modo de entender la convivencia. La concreción curricular de la educación en valores (en los proyectos del centro y la Planificación del Aula) se puede abordar de diferentes puntos de vista (desde la elaboración de unidades didácticas "ad hoc" al desarrollo de las áreas transversales). Importa tomar decisiones de centro y de equipo docente que acuerden criterios pedagógicos para la educación en valores (metodología para el desarrollo de normas y actitudes, utilización de diversas estrategias y técnicas, la evaluación de actitudes, etc.), pero también importa que las decisiones curriculares relativas a cualquier materia respeten los valores educativos que queremos fomentar: si es un valor la tolerancia y el respeto a la diversidad no es admisible el adoptar medidas segregadoras en los procesos habituales de enseñanza-aprendizaje. Estrategias pedagógicas propias de una educación en valores: Se defiende desde esta perspectiva que los valores son incorporados por el niño mediante procesos de socialización (conductismo y aprendizaje social). El objetivo del profesorado y los padres es la inculcación de determinados valores vistos por ellos como valiosos y deseables. Cuando los niños son pequeños no tienen razones morales que justifiquen su comportamiento ni los valores que los mueven, es necesario inculcarles una serie de valores sociales básicos para la convivencia y su desarrollo como personas.
-Moralización:
mediante
comunicación
directa
y/o
refuerzo
de
determinadas conductas se le señala al alumno lo que está bien o mal. - Modelado: el profesor como modelo (intencional) de referencia para el alumno. -Dramatización: dirigida por el profesor para asegurar la valoración adecuada de comportamientos y actitudes. -Modificación de conducta. Recomendable desde la perspectiva de los refuerzos positivos. - Habilidades propias de una educación moral autónoma: Se parte de la base que los valores son construidos activamente por el sujeto (cognoscitivismo) del modo que hemos comentado anteriormente. Esta perspectiva, más adecuada a un modelo de escuela democrática, no ha de resultar incompatible con la anterior, pues resulta provechosa la combinación de las dos perspectivas dando diferente peso a una y otra en función de la edad de los alumnos. a) Técnicas y estrategias que tiene como objetivo el autoconocimiento y la expresión de la personalidad: - Clarificación de valores: se trata de que los alumnos definan, clarifiquen sus valores, actitudes y opiniones tras una reflexión motivada por el profesor ("facilitador") a través de preguntas, textos y diversas actividades. - Ejercicios autoexpresivos: expresión de sentimientos y valores a través de diferentes producciones de los alumnos: redacciones, murales, trabajos audiovisuales, entre otros.).
b)Estrategias que tiene como objetivo el desarrollo del juicio moral: - Discusión de dilemas morales: se presenta una situación moralmente conflictiva de manera que el alumno tenga que elegir entre unos valores que entran en conflicto emitiendo un juicio personal. - Comprensión crítica: análisis y discusión de textos donde se reflejan
actitudes y valores ante los que posicionarse. c) Estrategias que tiene como objetivo el desarrollo de la perspectiva social y la empatía: - Estudio de casos: discutir y dar solución a una situación problemática que los propios alumnos pueden elegir y plantear, y que incluye alguna incertidumbre moral. - Juego de roles o simulación: los alumnos participan en un juego (estructurado previamente) en el que asumen roles que no son los suyos en la vida real. Se ven impelidos a tomar decisiones en función de cómo perciben la "realidad" en que el juego los sitúa, para después (una vez acabado el juego) reflexionar sobre sus actitudes y las de los demás. - Rol-playing. Dramatización de situaciones que permiten analizar por los alumnos distintas perspectivas ante un problema moral. - Juegos cooperativos. Juegos que permiten la cohesión del grupo de alumnos, su conocimiento mutuo y la colaboración. d)Desarrollo de la capacidad de diálogo y acuerdo, de la autorregulación y la autoestima: - Programas de desarrollo de habilidades sociales. - Resolución de conflictos y mediación. El valor del respeto en la escuela y en el hogar Para que los educandos adquieran el valor de la responsabilidad y tomen conciencia es necesario concientizar a los padres de familia que ellos son los principales mediadores en la educación de sus hijos y por lo tanto es necesario que tomen la decisión de educarlos con responsabilidad, para que estos adquieran el valor. Frankl, (1989: 147), Afirma que "el ser humano está insertado en el mundo de forma histórica y social, esto le da un sentido de ubicación en el mundo y de compromiso con la humanidad, además de que lo hace solidario con los demás seres humanos que comparte la misma condición".
De igual forma el respeto es un contenido necesitado de ser educado mediante la enseñanza de una intelectualización que favorezca el ejercicio de los actos que potencian los valores en la educación. Así mismo la aplicación de la idea de respeto desde los primeros pasos de la educación y enseñanza se materializa en la distinción de lo que los otros sujetos que suponen frente al propio interés, es decir, que interactúen los padres y representantes en las actividades en la escuela para fomentar, insertar y dar apoyo al fortalecimiento de todas las relaciones desde la posición subjetiva, la cual tienden a considerar la responsabilidad del educador al impartir y fortalecer los valores en la escuela. El Valor de la Responsabilidad en el Aprendizaje Mediado Toda educación tiene que tener por objetivo formar personas honestas, con convicciones profundas, fundamentadas en valores. La responsabilidad personal es muy importante para todos, pequeños y grandes. La fuerza del educador está en su manera de hacer, en el optimismo con que afronta las dificultades, en la madurez con que toma las decisiones, en no detenerse nunca para llegar a su mejora humana y, sobre todo, en la respuesta que da a sus deberes familiares, profesionales y sociales. Una característica de esta responsabilidad es asumir los actos que uno hace sin cargarle las culpas a los otros. González, (1996), opina que: Ningún contenido que no provoque emociones, que no estimule nuestra identidad, que no mueva fibras afectivas, puede considerarse un valor, porque este se instaura a nivel psicológico de dos formas: los valores formales que regulan el comportamiento del hombre ante situaciones de presión o control extremos, y creo que no son los que debemos formar, y los valores personalizados, expresión legítima y auténtica del sujeto que los asume, y que son, en mi opinión, los valores que debemos fomentar en toda la sociedad de hoy". (P. 49) El respeto como la responsabilidad son valores fundamentales para
hacer posibles las relaciones de convivencia y comunicación eficaz entre las personas ya que son condiciones indispensables para el surgimiento de la confianza en las comunidades sociales. En este sentido los valores tienen además de una existencia individual, una existencia supra individual toda vez que forman parte de la realidad social como relación de significados entre los hechos de la vida social y las necesidades de- la sociedad, e histórica como sistema de valores oficialmente instituidos en una sociedad concreta. El valor del Respeto y Responsabilidad en la formación del Individuo Una de las formas más eficientes de vivir el valor moral de respeto y responsabilidad es la objetividad desde la perspectiva en que están surgiendo los problemas y las situaciones desde todos los puntos de vista, para establecer hasta donde llegan las posibilidades de hacer o no hacer, y dónde comienzan las posibilidades de los demás, esta es la base de toda convivencia en sociedad. Así mismo se considera la formación de valores como un proceso de aprendizaje de conductas morales sucesivas a partir de los mecanismos de recompensa y castigo que actúan como reforzadores de dichas conductas, a través de un proceso de condicionamiento. Según Kohlberg, (1971), considera "El rol causal del juicio moral parece ser debido a su contribución en la definición cognitiva de la situación, más que debido a su contribución al hecho de que expresiones actitudinales o afectivas de los valores morales activen la conducta" (p:234) Al hablar del respeto y responsabilidad es importante, en primer lugar, distinguir entre el respeto que debemos a todos los demás y el respeto que debemos a cada uno, de acuerdo con su condición y con las circunstancias. La primera nos lleva. A una actitud abierta de comprensión y de aceptación. La segunda nos dirige a unas actuaciones concretas, de acuerdo con los factores implícitos en cada una de las relaciones humanas. Lo veremos con claridad si consideramos la relación entre hijos y padres. En esta relación, las cualidades personales de los padres sólo poseen un valor secundario en la
motivación del respeto que se les debe. Principalmente, los padres merecen el respeto de sus hijos como autores de la vida, educadores y superiores por voluntad. Los valores son los principios y criterios que determinan las preferencias y actitudes de las personas. Los valores establecen en una sociedad concreta, y también para un grupo social o una persona, aquello que es deseable o no. Los valores representan el fundamento de las normas, las actitudes y los comportamientos. Así, el valor justicia nos impulsa a criticar y actuar en contra de las situaciones que creemos injustas, o el de tolerancia a respetar las diferencias que se manifiestan en otras personas siendo los padres y representantes de suma importancia, porque participando ellos directamente se lograría con más eficacia el fortalecimiento de los valores.