Instituto Tecnológico de Mérida. Ingeniería en Gestión Empresarial Administración de la Salud y Seguridad Ocupacional Unidad 2. Marco Legal. Tema 2.7 Elementos del Accidente. Accidente de Trabajo. Artículo 474. Accidente de trabajo es toda lesión orgánica o perturbación funcional, inmediata o posterior, o la muerte, producida repentinamente en ejercicio, o con motivo del trabajo, cualesquiera que sean el lugar y el tiempo en que se preste. Quedan incluidos en la definición anterior los accidentes que se produzcan al trasladarse el trabajador directamente de su domicilio al lugar del trabajo y de éste a aquél. Todo accidente es una combinación de riesgo físico y error humano. También se puede definir como un hecho en el cual ocurre o no la lesión de una persona, dañando o no a la propiedad; sólo se crea la posibilidad de tales efectos ocasionados por: El contacto de la persona con un objeto, sustancia u otra persona. Exposición del individuo a ciertos riesgos latentes. Movimientos de la misma persona. Jaques Le Plat define el accidente “como un hecho observable que en principio sucede en un lugar y momento determinado y cuya característica esencial es el atentar contra la integridad del individuo”. Otra definición muy común enuncia al accidente de trabajo como un acontecimiento imprevisto, incontrolado e indeseable que interrumpe el desarrollo normal de una actividad.
Factores humanos y técnicos. Se dijo que el accidente es la combinación de riesgos físicos y humanos; así, los factores que inciden en la producción del accidente son: técnicos y humanos. Factores humanos: psicológicos, fisiológicos, sociológicos, económicos. Factores técnicos: organización. Estos factores causan el accidente una vez producido el disfuncionamiento en cualquiera de ellos. Los elementos cuyo disfuncionamiento origina el accidente o las enfermedades laborales se pueden agrupar en: El individuo (solo o en grupo) La tarea. Material y equipo. Medio ambiente o lugar de trabajo. Entorno. Elementos del accidente formando un sistema
Elementos del accidente. Individuo. El individuo es el resultado de la interrelación de ciertas características que lo definen: temperamento, potencial, carácter, motivación, el yo y la personalidad.
Temperamento. El temperamento está determinado por los sistemas funcionales que componen el organismo humano: Endodermo. Formado por el sistema visceral, glándulas, órganos internos, formación reticular y gran parte del encéfalo anterior. Cuando predomina, el individuo posee un temperamento sentimental o pícnico. Mesodermo. O sistema óseo, muscular, circulatorio y adiposo, origina un sistema de coordinación motora. Si predomina el sistema muscular da por resultado un carácter atlético. Ectodermo. Formado por el sistema neuronal, los sentidos y el tejido epitelial. Cuando predomina, el individuo posee un temperamento asténico o de pensamiento.
Estos tres tipos de temperamento que se deben tener muy en cuenta para el conocimiento del individuo, definen características diferentes y particulares inherentes a cada uno de ellos, traduciéndose en comportamientos y motivaciones diferentes. De ahí nacen las diferencias fisiológicas entre individuos.
Mesodermo Atlético
Temperamento
Endodermo
Ectodermo
Pícnico
Asténico
El potencial. El potencial proviene de la capacidad funcional de los sistemas ya mencionados y se traduce en una energía vital clasificada en: Energía mental o capacidad de pensamiento generada por el ectodermo. Una baja cantidad de energía mental puede producir gran cantidad de energía afectiva y mecánica. Lo que demuestra su superioridad sobre éstas. Por otra parte, la energía mental evoluciona hasta transformarse en información que es el resultado final conocido hasta la fecha. La inteligencia, como hecho, establece el grado de energía mental poseída por el individuo y su capacidad de utilización en la solución de problemas. Energía afectiva o capacidad de sentimiento generada por el endodermo, desarrolla una gran reactividad en el organismo con relación su contenido biofísico. La simpatía es el resultado mensurable de la energía afectiva y de su capacidad de relación con los semejantes. Energía física o capacidad e movimiento generada por el mesodermo, cuya energía libre es consumida por el sistema muscular cuando se desarrolla una actividad física. La fuerza, como resultado, es el parámetro de la energía física poseída y de su capacidad de acción. Una persona puede ser asténica por predominar la tendencia al pensamiento y el sistema nervioso y, sin embargo, ser poco inteligente. El temperamento se refiere más bien a la cantidad y el potencial a la calidad y capacidad de utilización.
La energía puede tener efectos positivos o negativos según se utilice. La energía retenida sin liberar, se degrada y origina la tensión, de efectos claramente negativos. Esta tiende a descargarse de un modo improcedente a través del sistema simpático, provocando una excitación cuya consecuencia general es la cólera, o creando a través del parasimpático en apatía. Estas descargas producen trastornos físicos, afectivos y mentales de tipo patológico. Físicos: debilidad, fatiga, hipersecreción de ácido clorhídrico y jugos biliares, úlceras, dolor de cabeza, falsa angina de pecho, arterioesclerosis y asma, malestar difuso en epigastrio, corazón, garganta o pecho. Afectivos: inestabilidad afectiva, irritabilidad, susceptibilidad, angustia. Mentales: falta de concentración, subjetivismo, rigidez mental, pesimismo, supervaloración o infravaloración de sí mismo, incomprensión, desorientación y confusionismo.
El carácter. El carácter es el resultado de la orientación tomada por las diferentes fuentes de energía del individuo al descargarse frente a los estímulos del entorno. Se define básicamente por las reacciones del individuo; así, según la reacción de los sistemas internos que actúan sobre los centros energéticos, conforme hay predominancia de uno de ellos, hay sujetos: Activos o pasivos: determinan su agresividad o pasividad orientando la acción correspondiente. Emotivos o rígidos: la reacción señalada genera estos caracteres, según su cantidad e intensidad. Primarios o secundario: reaccionan a estímulos últimos y anteriores, respectivamente.
La motivación. La motivación nace de las necesidad del individuo producidas por un elemento desequilibrante, el cual desplaza las reacciones internas hacia su adquisición y satisfacción. La motivación, como fuerza interna que impulsa al individuo a volcar todas sus energías hacia la satisfacción de sus necesidades y/o alcance de sus expectativas, es dada por el temperamento, el carácter y los conocimientos del individuo. Esto determina en parte la personalidad del sujeto. Cabe anotar que las motivaciones varían de acuerdo al estatus del sujeto, si bien son iguales frente a las necesidades primarias (supervivencia).
El yo. El yo es la integración de todos los componentes internos del individuo, igual que un sistema donde todos los componentes se interrelacionan creando una imagen determinada del mismo con sus características propias. En el proceso de integración inciden factores como la percepción de sí mismo, las circunstancias que lo rodean y su forma específica de conducta, lo que produce, según su grado de integración, tres estados diferenciados del yo: El estado niño, donde predominan los instintos primarios de tipo subconsciente e inmaduro; se produce en la infancia, cuando el sujeto está limitado en su libertad y vive dependiente de los mayores, lo que origina en su subconsciente cierta represión que sólo supera al llegar a la edad madura en que se le permite independizarse. No obstante, según la superación de esta limitación, el estado niño sigue presentándose en determinadas circunstancias aún en edad madura, mostrándose en fu forma masculina como niño rebelde y, en la forma femenina, como niño sumiso. El estado padre, en el que se hacen presentes con mayor fuerza los conocimientos del tipo correctivo y normativo; adquiridos en la infancia impuestos generalmente por la sociedad en la que se desarrolla el sujeto; se produce el adquirirse cierta independencia, adoptando entonces la postura de los mayores. De acuerdo a la experiencia vivida con los mayores, el estado padre genera a su vez dos tipos de individuos: el estado padre autoritario, que intenta imponer su voluntad generando niños rebeldes que al llegar a la edad madura se convierten se convierten a su vez, en padres autoritarios. El estado adulto se caracteriza porque en él dominan las fuerzas conscientes y lógicas de acuerdo a la evolución del yo, al sustituir las pautas de los dos primeros estados por criterios racionales, libres y conscientes. En este estado se presentan
dos variaciones: el adulto impositivo, en su forma masculina y, el adulto adaptador, en su forma femenina. El condicionamiento de la actuación de un estado del yo por uno o más de los restantes genera los llamados estados contaminados o mixtos. Ahora bien, los estados masculinos se traducen en niños rebeldes, padres autoritarios y adultos planificadores: los estados femeninos, en niños sumisos, padres nutritivos y adultos liberales.
Experiencias
Temperamento
Potencial
YO Carácter
Motivaciones
Conocimientos
Personalidad. La personalidad es el grado de integración logrado por el individuo entre sus caracteres, el medio ambiente y la continua evolución del entorno. La capacidad de adaptación del sujeto le permite tomar una imagen definida mediante la madurez alcanzada, la elaboración más o menos racional del conocimiento y experiencias adquiridas y el desarrollo del potencial innato. Así logra una estabilidad frente a las variables del medio en que se mueve. Esto se manifiesta en una situación específica de comportamiento que determina la conducta del individuo, resultado de esa personalidad adquirida.