Sam Loyd
Sam Loyd His Story and Best Problems Copyright© 1995 Chess Digest, Inc. ISBN 0-87568-267-7
Autor: Andrew Soltis Editores: Ken Smith y Roy DeVault Diseño de portada: Elaine Smith Editorial: Chess Digest, Inc. ®, 1601 Tantor (P.O. Box 59029) Dallas Texas 75229
Traducción y edición digital: Softhem Para los textos se usó la familia tipográfica Noto. En los diagramas se usó la fuente Chess Leipzig. 09/2017.
INTRODUCCIÓN Actualmente los gustos en el mundo del ajedrez están bastante diversificados, hay jugadores de torneo, jugadores ocasionales, aficionados a los problemas, entusiastas de los finales, etc. Llegará el día en que estas preferencias se hagan tan marcadas que tendremos jugadores de 1e4 y jugadores de 1d4 —seguramente con sus respectivas revistas y torneos. A finales del siglo XIX y principios del siglo pasado, los aficionados disfrutaban de todas las facetas del ajedrez —torneos, problemas, finales, lo que fuera. Pero tenían algo más en común: todos apreciaban a Sam Loyd, la superestrella del problema de ajedrez. Loyd fue un fenómeno. A partir de su adolescencia compuso más de 800 problemas. Cuando apenas tenía 17 años ya había creado dos de los temas esenciales del mundo del problema. Levó el humor a la composición de problemas y así los convirtió en algo más que simples rompecabezas esotéricos. Según el escritor, y toda una autoridad en el tema, A. J. Roycroft, Loyd fue "el problemista más popular y famoso de todos los tiempos". Loyd nació el 20 de enero de 1841 en Filadelfia, hijo de padres acomodados y honestos. Su padre, un agente inmobiliario a quien se le atribuye la fundación de varias comunidades de Nueva Jersey, se estableció en Nueva York cuando Sam tenía tres años de edad. Era un joven alto y delgado, de ojos vivaces y frente amplia, asistió a la escuela pública, adquirió una mezcla de talentos poco comunes: ventriloquismo, magia, corte de siluetas de cartón —y se hizo buen jugador de ajedrez. Era el más joven de ocho hermanos, de los cuales dos de ellos —Thomas e Isaac— también fueron destacados compositores y ajedrecistas aficionados. Thomas, el mayor, incluso tuvo el privilegio de que tres de sus partidas de adolescente las registrara Howard Staunton, un personaje a quien muchos consideraban el mejor jugador del mundo.
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Los Loyd jugaron bastante entre sí antes de ir en busca de contrincantes más fuertes. Cuando Sam cumplió los 14 años, siguió los pasos de sus hermanos mayores hacia la biblioteca Society Library, de la University Place, en la Greenwich Village, de Nueva York. En ese recinto se jugaba ajedrez y allí encontraban adversarios de buen nivel. Entre los que frecuentaban la biblioteca estaban Miron Hazeltine y Frederic Perrin —quienes más tarde resultaron ser extremadamente valiosos para Sam, ya que condujeron dos de las columnas de ajedrez más prestigiosas de la época. Era costumbre de los periódicos de entonces publicar problemas originales de ajedrez, y fue en una columna del New York Saturday Courier, precisamente la de Hazeltine, donde Sam vio publicado su primer problema. El suceso se dio tan solo unos meses después de cumplir 14 años de edad, el 14 de abril de 1855. Se trataba de un mate en tres, bastante burdo, que comenzaba con un jaque —algo que ningún problemista de hoy se atrevería a pensar. Para entonces existía ya una sana rivalidad de creatividad entre los hermanos Loyd, Tom había publicado su primer problema dos meses antes, en el periódico de la competencia The New York Albion, editado por Perrin, e Isaac también logró que publicaran su primer problema en el Albion, un mate en cuatro, solo dos semanas después del debut de Sam. En sus años de madurez, Loyd fue compositor y jugador práctico, esta circunstancia explicaba por qué sus problemas eran muy apreciados por los participantes de los torneos de solución de problemas, quienes estaban seguros de que no se quedarían varados al tratar de resolverlos, como solía suceder con un Comins Mansfield o un Lev Loshinsksky.
INTRODUCCIÓN
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Este ejemplo viene de una partida de Loyd que, según decía, le inspiró para componer un problema. Realmente la secuencia de sacrificios no es muy difícil de ver y es bastante familiar a los maestros: las blancas juegan 1. Th8+ y después de que la torre es capturada juegan 2. Cg5+. Ahora están listas para sacrificar la segunda torre 3. Th8+!!, le sigue 4. Dh1+. De esta manera las blancas consiguen llevar a su dama, a tiempo, a la columna h para que dé mate en h7. Loyd pudo, de hecho, haber anunciado un mate en seis con ese diagrama. Tiempo después, a partir de este mismo tema compuso un problema más elaborado, lo publicó en 1879, cuando ya casi se había retirado de la composición.
Las blancas dan mate en ocho.
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Las blancas inician, como en el problema anterior, con 1. Th6+ y 2. Th8+, luego 3. Th2+ y 4. Th8+, el propósito es llevar la dama a tiempo a h1 —para 5. Dh1+. Hasta ahora las negras no han tenido mayor opción (si 1…gxh6; 2. Cxf7+ Rh7; 3. Cf6 mate). Después de 5...Rg8 las blancas tienen 6. Cf6+ (si 6...gxf6; 7. Dh7+ y 8. Dxf7 mate). Si 6...Rf8, lleva a la primera jugada sin jaque: 7. Db7! seguida por el mate. A lo largo de su carrera, Loyd recurrió a variadas sutilezas tácticas en sus problemas; pero esa historia viene más adelante. Regresando a la biblioteca Society Library, Sam y sus hermanos llamaban bastante la atención por su hábil manera de jugar. Sam y sus hermanos siguieron publicando problemas en los años posteriores, aunque Sam resultó ser el más listo de los tres, el compositor más ingenioso y prolífico, en muy poco tiempo ya los había superado —y a casi todos los compositores de esa época. “Las ideas le llegaban en abundancia, a menudo demasiado rápido para que las analizara por completo”, recordaría más tarde su admirador, Alain C. White. “no obstante que su capacidad para el análisis rápido era incomparable”. Cuando Perrin aceptó publicar una de las creaciones de Sam, le hizo llegar esta nota: "Nos complace sinceramente1 publicar su problema". A esta composición se le reconoce como el tercer problema elaborado por Sam Loyd, fue ampliamente publicado en los Estados Unidos y en el extranjero:
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N. del T.: El editor Perrin usó en esa nota un juego de palabras con el apellido de Loyd, “un-a-Loyd” (unalloyed=sincero, verdadero).
INTRODUCCIÓN
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Las blancas dan mate en tres.
La respuesta se encuentra en la sección de soluciones del libro y está etiquetada como “A. Uno de los primeros problemas de Loyd”. Los amantes europeos del problema de ajedrez consideraron a ésta como la primera composición de Loyd (probablemente porque fue la primera de Loyd en cruzar el Atlántico). Dos años después, H. Pollmächer, columnista de la revista alemana Illustrirtes FamilienJournal, lo encumbró al presentarlo como “S. Loyd, el compositor más brillante del Nuevo Mundo”. Pocos sabían que en ese tiempo el compositor tenía sólo 17 años. Para entonces, sus composiciones aparecían no sólo en el prestigioso New York Clipper, de Hazeltine o el Albion de Perrin, sino hasta en pintorescas y remotas publicaciones rurales como el Kalamazoo Gazette. Loyd fue extraordinariamente afortunado, ya que en esos días el ajedrez experimentaba uno de sus períodos de auge, poco frecuentes en Estados Unidos. Gracias a los triunfos de Paul Morphy en las contiendas europeas, se vivía una eventual fiebre del ajedrez: “el hechizo Morphy”. En cada periódico de entonces, al parecer, no podía faltar una columna de ajedrez, y ese fue precisamente el foro usado para dar a conocer problemas originales.
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
En ocasiones el nombre de Loyd como compositor aparecía muy a menudo —en particular en una columna que editaba—, que éste decidió usar varios seudónimos, vagamente velados. Así, él fue: "A. Knight of Castleton, Vt." o "W. K. Bishop of Sacramento, California". El editor Alain C. White, en su acreditado libro Sam Loyd y sus problemas de ajedrez, dijo que había identificado diez de esos seudónimos, tales como "W. W. of Richmond, Va." que Loyd utilizó en el siguiente problema:
Las blancas dan mate en dos.
En la sección de soluciones del libro se encuentra etiquetado como “B. Compuesto por W. W. of Richmond, Va.” Pero Loyd tenía más ingenio que esto. Se deleitaba creando problemas donde la distribución de las piezas formaban letras del alfabeto o figuras geométricas. Incursionó en los mates ayudados y los mates inversos, así como en diversos tipos de tareas de construcción (construction tasks). Por ejemplo, a partir de la posición inicial de las 32 piezas y peones, si las negras están obligadas a hacer la misma jugada que las blancas ¿cómo dan mate las blancas en cuatro movimientos? En realidad hay varias soluciones: 1. c4, c5; 2. Da4, Da5; 3. Dc6 y 4. Dxc8 (o 2. Db3; 3. Dh3 y 4. Dxc8). Y también 1. d4, d5; 2. Dd3 seguida de 3. Dh3 o 3. Df5.
INTRODUCCIÓN
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Una de las tareas de construcción que confundió a su público —y también lo entretuvo— fue elaborar una posición en la que dos torres y un caballo den mate al rey en el centro del tablero. La respuesta fue: rey negro en d5, caballo blanco en b5, torres blancas en c5 y e5. Por supuesto que era una posición completamente ilegal. Y hubo otros problemas como el siguiente:
Las blancas dan mate en medio movimiento. Éste, como muchas de las mejores creaciones de Loyd, parecía imposible, hasta que los lectores se dieron cuenta de que el enroque es un proceso de dos pasos. Entonces vieron que 1. T(h1)-f1 era la terminación del enroque y por lo tanto el buscado "medio movimiento". Otra consecuencia del hechizo Morphy fue la aparición de la revista Chess Monthly, de Daniel Willard Fiske, fue una producción de clase pero de corta vida. Fiske era un hombre talentoso, publicó esta revista con mucha calidad, en ella se incluían comentarios del gran Morphy. (Aunque, en realidad, las notas de Morphy eran bastante aburridas). Cuando Loyd cumplió 18 años Fiske lo designó editor de la sección de problemas de Chess Monthly, Loyd hizo de esa sección el espacio más destacado de la revista. Algunas de sus creaciones más renombradas se dieron a conocer en Chess Monthly, frecuentemente adornadas con cierta
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
historia ideada por Fiske. La mejor de esas historias probablemente sea la de "Carlos XII en Bender" (ver el diagrama 1), a reserva de que usted mismo las califique. Desafortunadamente, después de 1860, con el hechizo Morphy ya en declive, Fiske volvió los ojos a sus muchos otros intereses y Chess Monthly comenzó a decaer. Para entonces Sam Loyd estudiaba ingeniería, aunque su mente estaba en otros asuntos. White mencionó que Loyd "estaba irritado ante la perspectiva de tener que trabajar por obligación y del trabajo a detalle que tendría que realizar en esa profesión"; hasta que un día decidió poner fin a las clases: había vendido uno de sus primeros trucos exitosos, al célebre empresario circense P. T. Barnum. Se trataba de una hoja de papel que podía cortarse en tres rectángulos. Mostraba un burro dibujado en dos de los rectángulos y un par de jinetes en el tercero. La tarea consistía en colocar los rectángulos juntos —sin doblarlos— para que los jinetes estuvieran ensillados sobre los burros. Era un truco visual ingenioso, como muchas de las creaciones de Loyd; al empresario le gustó tanto que ordenó que miles de ellos se usaran como tarjetas publicitarias para su circo, el Barnum. Loyd dijo haber recibido la friolera de 10,000 dólares, tan sólo por haber pensado unas horas. Entre sus invenciones estaba el popular rompecabezas “14-15”, una cajita cuadrada de mano con fichas de madera numeradas del 1 al 15, pero inicialmente las fichas 14 y 15 están intercambiadas. Gracias a un espacio vacío entre ellas se pueden deslizar unas alrededor de otras. Loyd ofreció un premio de mil dólares a la persona que deslizara las fichas y las colocara en orden numérico. Miles de personas compraron el rompecabezas —ninguna reclamó el premio. Loyd aseveró que era matemáticamente imposible de resolver. En otra ocasión, se encontró con un comerciante que tenía una bodega repleta de piezas de cartón. El cartón parecía inútil —hasta
INTRODUCCIÓN
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que Loyd adaptó un viejo juego de mesa para que pudiera jugarse precisamente sobre un tablero de cartón. Lo llamó “Parcheesi”, y fue otro de sus grandes éxitos. No es de extrañar que después de 1870 Loyd dedicara más tiempo a otros problemas y pasatiempos. Sabemos que en esa época la mayoría de los mejores jugadores de ajedrez del mundo eran aficionados, incluyendo a Adolf Anderssen, el maestro; a Morphy, el abogado, y a Staunton, el erudito de Shakespeare. A Loyd le quedaba claro que la elaboración de rompecabezas podría ser una verdadera profesión, así que su correspondencia la hacía en papel membretado en el que se leía el siguiente encabezado:
_______
SAM LOYD,
Periodista y experto en publicidad, ORIGINALES Juegos, Novedades, Suplementos, Souvenirs, etc., para Periódicos.
_______ Uno de sus acertijos matemáticos más sencillos va así: Dos pavos juntos pesan un total de 20 libras. Cada libra del más pequeño cuesta dos centavos más que cada una del más grande. Si el más pequeño se vendió por 82 centavos y el más grande por $2.96 ¿cuánto pesaba cada ave? La respuesta se encuentra en la sección de soluciones etiquetada como “C. Dos pavos”. Aunque tenía más que hacer en sus otras actividades, Loyd nunca perdió contacto con el ajedrez. Fue, de hecho, el primer estadounidense que jugó en un torneo internacional, gracias a su participación en el torneo de ajedrez incluido en la Exposición Universal de París, en 1867. El interés de Loyd seguramente estaba más en un certamen internacional de problemas, no obstante se desempeñó decorosamente en el torneo principal, en el que Steinitz
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
ocupó el tercer puesto. En una de sus partidas, contra Celso Golmayo, anunció el inicio de un mate en ocho movimientos, implicaba el sacrificio de piezas mayores para llegar a un mate ahogado. Golmayo se precipitó y abandonó. La única objeción fue que el mate no era forzoso: bastaba con que Golmayo no aceptara el material de sacrificio y, de hecho, tenía buenas posibilidades de ganar. Pero se ratificó el abandono y así Loyd finalizó ese torneo empatado en noveno lugar. En otra ocasión, desafió a uno de los principales maestros neoyorquino, Eugene Delmar, a un match —lo perdió 5-1, con dos empates. El siguiente diagrama muestra otro ejemplo de Loyd el jugador serio, que inspira a Loyd el problemista. En una partida con un colaborador en el American Chess Journal, anunció el evidente, pero más bien ordinario, mate en seis movimientos tras la jugada 1. Cf5+. Años más tarde, indicó que había un mate mucho más corto —uno en tres movimientos.
Era una clave astuta y un caso de intercepción relativamente raro en la partida práctica: 1. De6! Si la torre captura a la dama, entonces 2. Chg6+ y 3. Th8 mate. Si el alfil o el caballo capturan, entonces 2. Cf5+ y 3. Ce7 mate. En sus últimos años, Loyd siguió derrochando ingenio en la composición de problemas y liderando el ambiente ajedrecístico de Nueva York. Se le atribuye el mérito de organizar del primer
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certamen internacional de ajedrez en Estados Unidos, el Sexto Congreso Americano de Ajedrez, conocido como “Nueva York 1889”. Y también figuró en uno de los enfrentamientos más amargos de la ciudad, cuando Steinitz se indignó tras la declaración de Loyd de que Morphy —no Steintiz—, era el mejor jugador de todos los tiempos. Después del incidente, Steinitz acusó a Loyd de malversar el dinero de una organización de ajedrez, aunque los cargos nunca fueron probados. Steinitz había sido uno de los grandes admiradores de Loyd. “Si un individuo quisiera resolver uno de los problemas de Loyd, analizando cada jugada en el tablero, naturalmente que obtendría la solución”, dijo el campeón del mundo. “Pero sólo hasta en el último ensayo, no antes”, añadió Steinitz. Muchos veían en Loyd a un individuo de imaginación excepcional para la composición de problemas, así que ciegamente le atribuyeron trabajos de otras personas. Por ejemplo, alrededor del cambio de siglo (XIX a XX), había una búsqueda obstinada del juego más corto posible que terminara en ahogamiento. Finalmente, el inglés C. H. Wheeler concibió uno en 12 jugadas, este fue 1. d4, d6; 2. Dd2, e5; 3. a4, e4; 4. Df4, f5; 5. h3, Ae7; 6. Dh2, Ae6; 7. Ta3, c5; 8. Tg3, Da5+; 9. Cd2, Ah4; 10. f3, Ab3; 11. d5, e3; 12. c4, f4 ¡y las blancas están ahogadas! A Loyd le agradó mucho la composición y la “comentó” para su nueva aventura: Lasker Chess Magazine. El campeón del mundo Emmanuel Lasker, que vivía en ese momento en Nueva York, había reclutado a Loyd para dirigir la sección de problemas de su naciente proyecto. En enero de 1906 Loyd ofreció la miniatura del ahogamiento con humorismo y aderezada de comentarios geniales como “2…e5, muy Steinitziano”. Como era de esperar, la gente que vio la composición por primera vez creyó que Loyd la había elaborado, así el nombre de Charles Henry Wheeler, su verdadero autor, fue ignorado durante largo tiempo.
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
En 1906, cuando aún tenía 65 años, Loyd fue afectado por una parálisis que lo mantuvo enfermo varios meses. Trabajó menos en los años que le quedaban y sufría frecuentemente de dolores de cabeza. Loyd murió el 11 de abril de 1911. Durante su vida, Loyd escribió cientos de columnas en periódicos, pero sólo un libro formal, Chess Strategy, que él mismo imprimió en 1878, en su prensa de Nueva Jersey. Fueron su hijo —y más tarde Alain C. White, en su célebre homenaje a Loyd en 1913, quienes preservaron su nombre. Desafortunadamente ahora es muy difícil conseguir algún ejemplar del libro de White. 2 En las páginas que siguen he tratado de presentar a Loyd con lo mejor de sí mismo —sin la jerga ni la exageración que a menudo saturan los libros de problemas. Sam Loyd fue uno de los genios más grandes del ajedrez estadounidense, fácilmente a la par de Paul Morphy o de Bobby Fischer. Este genio merece ser apreciado por los ajedrecistas de hoy en día —incluso por los que alguna vez odiamos los problemas de ajedrez.
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N. del T.: Hoy se pueden conseguir reediciones facsimilares del original de White: Sam Loyd and His Chess Problems. También existen traducciones de esa obra en alemán, italiano y ruso.
DESAFÍOS
No. 1
Las blancas dan mate en tres.
Uno de los éxitos más grandes de Loyd —a veces llamado “el mejor cuento para un problema de ajedrez nunca antes escrito”— se trata de “Carlos XII en Bender”. Se publicó en la revista Chess Monthly, de Fiskes, éste relató cómo en 1713 el rey sueco había sido sitiado por los turcos en un fuerte de Bender. Durante los largos periodos de espera a que el sitio terminara, y para ignorar los constantes disparos, el rey jugaba frecuentemente al ajedrez. En una de sus partidas, con su ministro, se llegó al punto crucial mostrado en el diagrama 1 y Carlos anunció mate en tres. Esta salva inicial no debería ser muy difícil.
No. 2
Las blancas dan mate en cuatro.
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
No bien terminaba de anunciar el mate, cuando una bala enemiga entró a la habitación y destrozó al caballo blanco. El ministro principal de Carlos quedó pasmado, sobre todo cuando el rey dijo: “¡No necesitamos al caballo! ¡Te lo regalo, y te daré mate en cuatro!” Este es un poco más difícil —y más vistoso— que el anterior.
No. 3
Las blancas dan mate en cinco.
Tan pronto como Carlos había anunciado el segundo mate, una segunda bala entró en la habitación y destruyó al peón de h2. Su ministro palideció, pero el rey ya observaba fríamente la posición para encontrar otro mate, luego dijo: “¡Lo tengo!, me complace informarle que sin duda hay un mate en cinco”. El cuento termina aquí, pero 42 años más tarde otro consumado problemista, F. Amelung, encontró una nueva sorpresa: si la bala hubiera eliminado la torre, en la posición del diagrama 1, Carlos pudo haber anunciado otro mate en seis.
DESAFÍOS
No. 4
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Las blancas dan mate en dos.
Este es uno de los problemas más famosos de Loyd, se le conoce como “el indio americano” debido al recorrido que hacen las blancas para tender la emboscada. Su popularidad se debe en gran medida a su naturaleza, su posición es muy parecida a la de una partida real —una cualidad que ha llevado a muchos torneístas a declararlo insoluble en una primera mirada. Años más tarde, cuando los gustos por la composición y solución de problemas cambiaron, fue “mejorado” eliminando las piezas y peones innecesarios —trece en total. En mi opinión, el original es superior.
No. 5
Las blancas dan mate en tres.
Loyd tenía 62 años cuando compuso este clásico, mientras se
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
dirigía a su trabajo. Lo llamó “El gambito Steinitz”, después de la apertura que Delmer había usado para vencerlo en el match que sostuvieron en 1879. Este problema ganó el primer lugar en un certamen realizado en 1903 por la revista canadiense Checkmate. Si conoce la esencia del gambito, la solución le resultará fácil.
No. 6
Las blancas dan mate en tres.
Este fue el tipo de problemas que le dieron fama a Loyd con los mates en tres jugadas. Ya se retiraba del ajedrez en los días que lo compuso —y, de hecho, más tarde diría que fue el único problema que compuso entre 1868 y 1876. Parte de su encanto es la tentación de encontrar la manera de usar de inmediato ese peón embarazado en f7.
No. 7
Las blancas dan mate en dos.
DESAFÍOS
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Este mate en dos jugadas parece muy fácil, pero es sorprendentemente difícil, aun para los solucionistas consumados. En primer lugar son engañados por el juego aparente —si jugaran las negras, las blancas tienen varios mates atractivos, por ejemplo 1…Re7, o 1…Rd7, o 1…f5, todos permiten 2. Dxd6 mate. Hay dos artimañas más aquí.
No. 8
Las blancas dan mate en tres.
A Loyd le gustaba especialmente componer problemas donde las piezas formaran figuras en el tablero, como letras. Algunos de ellos fueron mates en cuatro muy elaborados. Aquí uno de los mejores, compuesto para uno de los Torneos de Letras, entonces muy en boga. La franca simetría de las piezas blancas sugiere algún tipo de movimiento de espera —lo cual es un distractor.
Negras abandonan. ¿Cuál fue el último movimiento de las blancas?
No. 9
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Esta es otra de las composiciones truculentas de Loyd, la llamó “el problema sin movimiento”. Para los estándares modernos del problema, es una versión muy simple de análisis retrógrado (la solución mediante el análisis inverso de las jugadas). Pero hacia 1891 era un truquillo ingenioso.
No. 10
Las blancas dan mate en dos.
Si resolvió el anterior, éste debe resultarle fácil. Se trata de un problema ortodoxo cuya solución se ve bastante favorecida por el análisis inverso.
No. 11
Las blancas dan mate en tres.
Cuando tenía 66 años, y en los últimos años de su vida, Loyd fue persuadido, contra sus mejores deseos, para participar en el
DESAFÍOS
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certamen de problemas organizado por la célebre revista francesa La Stratégie, en honor a su viejo amigo Jean Preti. Loyd presentó un grupo de mates en tres movimientos, a los que luego se le ocurrió ponerle Los Tres Mosqueteros. Este es “Athos”.
No. 12
Las blancas dan mate en tres.
Aquí está “Porthos”, un trabajo mucho más complejo. Loyd lo presentó con la nota: “Una clave muy oculta, en la que pareciera que las dos torres están destinadas a luchar juntas”.
No. 13
Las blancas dan mate en tres.
Compuesto por Loyd en la celebración de su cumpleaños 67 fue éste, “Aramis”. Hay un cúmulo de seductores movimientos de torres —y algunos de dama— destinados a confundir a los lectores.
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No. 14
Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Las blancas dan mate en tres.
Había, por supuesto, sólo tres mosqueteros, pero el grupo tenía otro miembro, “D’Artagnan”. Loyd escribió a Alain C. White que podía haber planteado cualquier otro tipo de problema para este caso, “pero sabes bien que siempre intento ilustrar algo, y no lograba concebir un tema que valiera la pena ilustrar”. “Se me acaba de ocurrir”, agregó, “que lo más difícil de resolver debe ser ese problema que crees que no tiene solución”.
No. 15
Las blancas dan mate en cinco.
La pesadilla del jugador práctico es tener que dar mate con alfil y caballo. Aquí está una creación genial e instructiva, testimonio de la afirmación que dice que a veces menos piezas hacen bella a una composición. El primer y segundo movimientos de las blancas
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pueden ser transpuestos, siempre y cuando se trate de los dos movimientos correctos.
No. 16
Las blancas dan mate en tres.
Loyd era vendedor y pasó gran parte de su carrera como compositor tratando de encontrar la manera de que más detractores del problema aprendieran a apreciarlos. Pensaba que cuanto más fácil se vieran los problemas, más fácil sería que los principiantes trataran de resolverlos. Aquí está el ejemplo perfecto de eso: cualquier recién llegado a los problemas seguramente dirá “Este se ve fácil, ¿cómo pueden las blancas, en sólo tres jugadas, dar mate con tan pocas piezas en el tablero?” Inténtelo, verá lo complicado que puede llegar a ser.
No. 17
Las blancas dan mate en dos.
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Otro buen ejemplo de efecto agradable, creado con pocas piezas. Loyd dijo que lo compuso en 1906, mientras se recuperaba de su grave enfermedad. Además comentó que era lo mejor que podía hacer, "lo que demuestra que mi cabeza aún está paralizada". No estoy de acuerdo con esa severa opinión, y sospecho que usted tampoco lo estará.
No. 18
Las blancas dan mate en dos.
Loyd apreciaba que, a menudo, lo más agradable de la resolución de problemas era la naturaleza estética de la solución. Pues aun cuando alguien no lograra resolverlo, se deleitaría con solo ver lo que se perdió. He aquí un ejemplo de esa apreciación.
No. 19
Las blancas dan mate en tres.
DESAFÍOS
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Loyd era famoso por sus problemas de torres, o "Rookeries" (vecindario), como los llamaba Fiske. Este mate en tres es realmente una versión muy sencilla, pero resulta interesante cuando toma en cuenta el tiempo que le lleva ganar una partida.
No. 20
Las blancas dan mate en cuatro.
He aquí una versión más compleja del problema anterior, pero con una idea similar (¡pista, pista, pista!). Es otro caso que le puede parecer ridículo al jugador práctico, tener que hacer movimientos exactos para dar mate.
No. 21
Las blancas dan mate en tres.
Loyd también tuvo muy buena mano para el jugar con los caballos. Este problema parece imposible debido a la eventualidad
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
del ahogamiento. Pero hay una forma de ceder una jugada a las negras para evitarlo.
No. 22
Las blancas dan mate en tres.
Esta vez iniciamos con tres caballos e igual faena, mate en tres. ¿Cuántos caballos quedarán cuando el reloj dé la medianoche?
No. 23
Las blancas dan mate en tres.
Un último ejemplo de juego del caballo. El truco consiste en crear una situación de zugzwang después de la segunda jugada, de modo que cualquier movimiento de uno de los caballos negros desemboque en un mate dado por uno de los blancos.
DESAFÍOS
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Las blancas dan mate en tres.
Aunque a menudo hacía problemas "abarrotados", lleno de piezas, Loyd también jugaba con situaciones simétricas y semisimétricas. En el problema anterior se crea una situación de este tipo después del segundo movimiento de las blancas. Aquí está otro con esas características.
No. 25
Las blancas dan mate en dos.
Este hechizante problema tiene un aspecto simétrico, la verdadera tarea del solucionista es averiguar cuál de los dos atractivos ensayos resuelve correctamente el problema y cuál es una pista falsa.
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No. 26
Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Las blancas retroceden una jugada y dan mate.
Una de las aportaciones más famosas de Loyd a la revista de Fiske, Chess Monthly, fue un trío de problemas de retracción, titulado "El ajedrez en la vida de un harem". En la historia, un "venerable profesor de ajedrez" observaba a tres hijos de un rey persa, embelesados en sendos juegos de ajedrez con tres eunucos en el harem. En el primer problema, el hijo mayor, Ahmed, le pidió al profesor que cambiara las reglas porque acababa de darse cuenta de que si hubiera movido diferente en la última jugada, podría haber dado mate en un movimiento. El profesor se negó; pero ¿dónde está el mate si las blancas retrocediesen una jugada?
No. 27
Las blancas retroceden una jugada y dan mate.
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Después de que Ahmed abandonara el salón, otro de los hijos, el tranquilo Alí, hizo una petición similar: regresar un movimiento. Pero una vez más, el sabio profesor tuvo que rechazar tal petición. Las leyes del juego deben ser respetadas, y con el corazón apenado le pidió a Alí que saliera de la habitación.
No. 28
Las blancas retroceden una jugada y dan mate. Finalmente, Abbas, el tercero e impulsivo de los hijos del rey, hizo su jugada, luego trató de regresarla. Al instante protestó su eunuco, entonces Abbas aventó al eunuco y las piezas al suelo, el "venerable discípulo de Caissa" se acercó a reprenderlo, pero acto seguido un puñado de su blanca barba quedó en la mano de Abbas. Al día siguiente, Abbas fue enviado al campo y al profesor se le otorgó una decorosa compensación. El rey ordenó que el incidente quedara escrito en las memorias del reino, como un mensaje a las generaciones futuras de que las reglas siempre deben respetarse.
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No. 29
Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Las blancas dan mate en tres.
Esta es otra contribución a Chess Monthly de "W. K. Bishop", es un buen ejemplo de la percepción que tenía Loyd acerca de la dificultad del problema. Como explicó Alain C. White, Loyd creía que la complejidad —es decir, un tablero lleno de piezas— no representaba la dureza. La verdadera dificultad, escribió, era realmente lo inesperado, incluso en una posición relativamente sencilla. Aquí, después de la jugada clave de las blancas, las negras sólo tienen dos movimientos legales. ¿Qué podría ser más fácil?
No. 30
Las blancas dan mate en dos.
Como jugador práctico, Lloyd apreciaba el juego de sacrificio. He aquí un caso en el que los jugadores de hoy seguramente moverían 1. Dxb8+ y seguirían la partida con otras jugadas extrañas.
DESAFÍOS
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Las blancas dan mate en tres.
De todos los temas conocidos en el mundo del problema, Loyd recurrió una y otra vez al tema indio. Este esquema de autointercepción tenía sólo una década de antigüedad cuando Loyd comenzó a componer; el problema indio original lo creó el capellán de Bengala, H. A. Loveday y fue publicado en 1845. Si sabe cuál es la idea central de este tema, le será fácil resolverlo.
No. 32
Las blancas dan mate en tres.
Este es uno de los más difíciles de Loyd —en gran medida porque hay muchos ensayos que parecen "jugadas de problema" lógicas. También fue una de sus mejores composiciones, con ella ganó el primer premio en un certamen de Estados Unidos, en este caso, la organizada por la American Union of Boston.
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Las blancas dan mate en dos.
Loyd compuso problemas en los que las piezas forman diversas figuras —y para diversas ocasiones. Enviaba tarjetas de cumpleaños a sus amigos, con problemas que tenían la forma de sus iniciales. En éste, dedicado a los jueces de la American Problem Association, creó un problema con la silueta de uno de los premios de dicha asociación: "The Challenge Cup".
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Las blancas dan mate en tres.
Este otro implica una labor más larga —tres jugadas y menos piezas. A Loyd no le preocupaba que hubiera dos soluciones igualmente buenas (!).
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Las blancas dan mate en tres.
Durante 1877-78 Loyd editó una columna en la publicación semanal Scientific American Supplement, en ella regularmente ofrecía a sus lectores un problema en el cual las piezas forman una letra. Aquí tenemos un problema de este tipo, Sam se lo envió a su hermano Tom en una tarjeta de cumpleaños, son sus iniciales.
No. 36
Las blancas (o negras) dan mate en dos.
Un problema de letras mucho más elaborado fue esta curiosa doble tarea. Compuesto en 1886, durante el match por el primer campeonato mundial oficial, celebrado en Nueva York, entre Johannes Zukertort –la "Z"– y Wilhelm Steinitz –la "S"–. Los lectores de Loyd, en el New York Evening Telegram, se encontraron con dos problemas en uno: quien mueva primero debe dar mate en dos.
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No. 37
Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Las blancas dan mate en tres.
Esta fue otra de las brillantes contribuciones de Loyd a la columna del Albion, de Perrin, poco antes de cumplir 17 años. El movimiento más difícil de encontrar es el segundo de las blancas en la línea de la clave.
No. 38
Las blancas dan mate en tres.
A los problemas estrechamente relacionados se les llama "gemelos" en el lenguaje de los problemas, Loyd creó algunos pares asombrosos. Por ejemplo, este mate en tres relativamente sencillo inspiró la gestación de su hermano gemelo.
DESAFÍOS
No. 39
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Mate en tres.
Tres años después de que apareciera el diagrama anterior, Loyd lo volvió a publicar y explicó que a un lector, “O. Scobey”, le fue tan difícil resolverlo que en cierto momento se confundió y transpuso la colocación de los reyes. Entonces "Scobey" descubrió que había creado un problema nuevo, también un mate en tres. Sus fieles lectores pronto descubrieron la verdad: Scobey era Loyd y ésta era otra de sus memorables realizaciones.
Nos. 40-41
Las blancas dan mate en cuatro.
Las blancas dan mate en cuatro.
Pero los gemelos más conocidos de Loyd fueron los "Gatos de Kilkenny". Según el compositor, dos profesores apasionados de los
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
problemas escribían una enciclopedia y habían comenzado desde las primeras letras —con artículos sobre arte, bananas y cobijas, entre otros temas, llegado el momento se percataron que no tenían mucho que decir de los gatos. Los profesores se fueron a dormir, poco después de despertarse se sorprendieron de que cada uno había compuesto un problema de ajedrez, en el que las piezas formaban la silueta de un gato. ¡Y parecía ser el mismo problema! Como ambos sospechaban que el otro le había plagiado la idea, su amistad —y el destino de la enciclopedia— parecían estar en duda, hasta que notaron algo. Los gatos sí eran idénticos, pero en el tablero no lo eran. Un gato estaba más cerca del borde derecho que el otro. Y resultó que había dos soluciones diferentes, soluciones tan difíciles que ninguno de los dos profesores podía resolver el problema de su colega.
No. 42
Las blancas dan mate en tres.
Y algunos de los problemas de Loyd tienen una agradable forma simétrica con un mínimo de piezas, pero no se parecen a nada en particular. Aquí hay un ejemplo muy sencillo.
DESAFÍOS
No. 43
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Las blancas dan mate en dos.
Loyd acuñó el término "bifurcación" para describir la duplicación de un tema. Creía que un problema de ajedrez debería ser como una sinfonía, con motivos repetidos una y otra vez. En el último problema, vimos que solo había dos variantes a considerar y ambas utilizaban el mismo tema. Aquí, con un tablero mucho más ocupado, tenemos otro ejemplo de bifurcación.
No. 44
Las blancas dan mate en tres.
Este es el primero de un trío de creaciones ingeniosas que Loyd publicó en la revista francesa La Stratégie, en cada uno utilizó tres peones. La similitud de los problemas resulta obvia después de resolver los dos primeros.
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No. 45
Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Las blancas dan mate en tres.
Obviamente éste también comienza con una promoción, pero con la forma más rara de promoción.
No. 46
Las blancas dan mate en tres.
"Sin duda ningún otro compositor ha producido nunca una serie tan delicada", escribió Alain C. White. "Y sin embargo, qué fácil se ven cuando ya los has resuelto."
DESAFÍOS
No. 47
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Las blancas dan mate en dos.
Los problemas a veces engendran otros problemas, y este es un ejemplo de mate en dos que aparentemente comenzó su vida como un mate en tres. Un problema más complicado de Loyd, un mate en tres con la misma jugada clave, parece ser la inspiración para esta pequeña joya.
No. 48
Las blancas dan mate en dos.
Aquí vemos una serie de ejemplos de lo que se llama "juego aparente", que es un movimiento de las negras (1... e5) que permite el mate (2. Ce3) sin un primer movimiento de las blancas. Cuando se ve un conjunto de jugadas aparentes ¿se debe considerar...?
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No. 49
Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Las blancas dan mate en dos.
Una de las características de la composición del problema, que generalmente ha desaparecido, era acompañarles de un lema. En los días de Loyd se consideró a los lemas un agregado valioso, y él notó que sus posibilidades de ganar premios, en los torneos de problemas, aumentaban considerablemente si agregaba una frase latina, sin importar lo ridícula o irrelevante que fuera la leyenda. Este, al menos, tiene un lema que encaja: “Doblegada para vencer”.3
No. 50
3
Las blancas dan mate en dos.
N. del T.: “Doblegada para vencer” (She Stoops to Conquer), comedia del escritor y dramaturgo irlandés Oliver Goldsmith, escrita en 1771.
DESAFÍOS
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Para un torneo convocado por el Danbury (Ct.) News, Loyd presentó este con el lema "D'yolle um as". La frase llevó a los lectores a buscar en diccionarios de lenguas extranjeras y a preguntarse si era ¿español o portugués o qué? Considerando el sentido del humor del autor, la respuesta debería ser obvia.
No. 51
Las blancas dan mate en dos.
Otro caso, cuando Loyd mejoró un mate en tres, eliminando una primera jugada muy burda, surgió éste. Es una de sus composiciones más famosas, conocida en la historia del problema por el nombre que le dio un entusiasta alemán —"Órgano de tubos". Los tubos eran en realidad la fila de torres y alfiles negros, pero el nombre ha llegado a significar este problema. En él se introdujo un tema de intercepción que se ha asociado con su nombre desde entonces.
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No. 52
Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Las blancas dan mate en dos.
Cuando inicié una columna periodística, en el "Año Fisher", 1972, incluía en ella un problema cada semana. Recurrí a los problemas de Loyd, hasta que los lectores se quejaron de que eran demasiado conocidos para cualquiera que tomara los problemas en serio. Este mate en dos fue uno de los primeros que usé.
No. 53
Las blancas dan mate en dos.
Esta es una versión mucho más elaborada del problema anterior, recurre a un tema que estaba muy de moda en los días de Loyd.
DESAFÍOS
No. 54
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Las blancas dan mate en dos.
Cada vez que alguien me dice "Una imagen vale más que mil palabras", le doy papel y lápiz y le digo: “el discurso de Gettysburg4 tiene unas mil palabras. Dibújalo.” Loyd creía que todos los temas de problemas se podían describir verbalmente, aunque a veces parecían requerir 1,000 palabras. La siguiente descripción le llevó alrededor de 70 y comienza "La jugada clave retira una pieza protectora a una casilla lejana, para atacar a la pieza negra que a su vez amenaza a la pieza blanca previamente protegida por la pieza clave pero..."
4
N. del T.: El Discurso de Gettysburg es el más famoso discurso del presidente Abraham Lincoln. Fue pronunciado en la Dedicatoria del Cementerio Nacional de los Soldados en la ciudad de Gettysburg.
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No. 55
Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Las blancas dan mate en dos.
Por otra parte, el tema de este problema lo describe mejor un par de palabras francesas. Esta pista es suficiente para que éste sea el problema más fácil del libro.
No. 56
Las blancas dan mate en cuatro.
Cuando estaba aprendiendo los movimientos de las piezas descubrí que no me incomodaba resolver mates en dos, pero sentía una aversión inmediata hacia los mates en tres y un odio por los mates en mayor número de jugadas. Éste, sin embargo, debe ser la excepción de cualquiera hacia los profundos sentimientos en contra de los problemas en numerosas jugadas. Tanto la ingeniosa idea
DESAFÍOS
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como el llamativo diseño de columnas suman para un mayor disfrute.
No. 57
Las blancas dan mate en cinco.
Y si pudo soportar un mate en cuatro, seguro que tiene el temple para este sencillo mate en cinco. Incluso tiene una aplicación práctica. Esta posición puede ganarse con 1. Df3+, Re1; 2. Rg2, pero hay un camino más corto.
No. 58
Las blancas dan mate en cinco.
"Cuanto menos se hable de problemas en cinco movimientos, mejor", escribió Loyd más tarde. "Pertenecen a la edad oscura y son
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
cosas del pasado". Pero en éste, quizás el problema más famoso de Loyd, se necesitan cada uno de los cinco movimientos. Él lo creó en 1858, como una broma a un amigo amante del problema, quien gustaba apostar y presumir su habilidad para identificar rápidamente la pieza que daría mate en la línea principal. Loyd le mostró este problema, le apostó una cena y le pidió que eligiera la pieza que no sería capaz de dar mate. Loyd ganó la apuesta. Pista: Este es su célebre problema llamado "Excelsior".
SOLUCIONES A. Uno de los primeros problemas de Loyd. Mate en tres.
Las blancas dan mate con 1. Ag7, cortando las retiradas. Entonces 1...Rd5 (1...Re3; 2. Dd4); 2. Ae8 y mate en la siguiente jugada.
B. Compuesto por "W. W. of Richmond, Va." (alias). Mate en dos.
1. Tf4 y luego 1...Cxf4; 2. Ag7 o 1...d4; 2. Te4.
C. Dos pavos. Los pavos pesaban 4 y 16 libras.
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Diagrama No. 1. Mate en tres.
1. Txg3, Axg3; 2. Cf3, A mueve a donde quiera; 3. g4. Si 1...Axe1; 2. Th3+, Ah4; 3. g4.
Diagrama No. 2. Mate en cuatro.
1. hxg3 (amenaza Tg4-h4), Ae3; 2. Tg4, Ag5; 3. Th4+! Cualquier jugada.
SOLUCIONES
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Diagrama No. 3. Mate en cinco.
1. Tb7!! (rumbo a h1), Ae3; 2. Tb1, Ag5; 3. Th1+, Ah4; 4. Th2! o 1...Ag1; 2. Tb1, Ah2; 3. Te1!, Rh4; 4. Rg6, h5; 5. Te4. El problema de Amelung va así: 1. Cf3, Ae1; 2. Cxe1, Rh4; 3. h3, Rh5; 4. Cd3, Rh4; 5. Cf4, h5; 6. Cg6.
Diagrama No. 4. Mate en dos.
1. Af8 amenaza 2. Da1, 1...Axb2 .....
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Diagrama No. 5. Mate en tres.
1. Re2, f1(D)+; 2. Re3!! Es la línea principal que instala los jaques a la descubierta, por ejemplo 2...Df2+; 3. Txf2+, etc. De igual forma, si 1...f1(C)+ permite 2. Tf2+
Diagrama No. 6. Mate en tres.
1. Df1 es la célebre solución: 1...Ac3 (o 1...Ad4); 2. Dd3, (amenazando Dxh7), 2...g6, 3. Dxc3. Del mismo modo, 1...Ab2 falla para 2. Db1 y 1...Ae5 falla para 2. Df5. Finalmente, si 1...g3 permite 2. Cg6+.
SOLUCIONES
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Diagrama No. 7. Mate en dos.
El primer truco es que la clave es un jaque, 1. Dg4+ (1...Re5, Rd5; 2. De4 o 1...Re7; 2. Axd6. El otro truco es que la defensa crucial 1...f5 lleva a un mate al paso, 2. gxf6 !!.
Diagrama No. 8. Mate en tres.
La interesante clave es 1. Tc3, permite dos promociones irrelevantes. Después de 1. Tc3 la amenaza es 2. Qe6+, Rxd4; 3. Dc4 mate. Y en 1...Txc3; 2. Cb5 o 1...e1(D); 2. Ce2! y la jugada siguiente es mate.
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Diagrama No. 9. Las negras abandonan. ¿Cuál fue la última jugada de las negras?
Antes de los dos últimos movimientos, las blancas tenían un peón en g2 y al rey en f3. Había un peón negro en f4. Después de …Dh5+, las blancas respondieron g4 y la negras tomaron …fxg3, captura al paso con jaque doble. Las blancas, por supuesto, respondieron Rxg3+! y ganan.
Diagrama No. 10. Mate en dos.
Una vez que se descubre que el último movimiento de las negras lo ha realizado el rey o la torre, se puede ver que 1. Da1 da mate, puesto que 1…O-O-O es ilegal.
SOLUCIONES
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Diagrama No. 11. Mate en tres.
Una vez que note las debilidades de 1. Ca3 y 1. Cc3, verá 1. Ab7!, después de lo cual 1...Axb7; 2. Cd6 (amenazando Cxb7 o Cxe4), si 1...Txe2 entonces 2. Ab8 (amenazando Axa7).
Diagrama No. 12. Mate en tres.
El contacto de las torres se rompe con la jugada clave 1. Tb6, y ahora si: 1...Axb6; 2. Ab5 (y 2...Cb6 no puede jugarse para detener Bd7) 1...Cxb6; 2. Tf3 (y 2...Ac7 no puede jugarse para detener Rf4) 1...cxd4; 2. Tf6 1...Cc8; 2. Ae2+ 1...Dxd1; 2. Af6
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Diagrama No. 13. Mate en tres.
Después de 1. Te6, Axe6 la ocupación de e6 permite que 2. Th6 (2...Rxc6, 3. Dxe6). También si 1...b4; 2. Txf5+ o 1...Dd3; 2. De5+ (2...Rc4; 3. Dc5).
Diagrama No. 14. Mate en tres.
Ninguno de sus esfuerzos en ese torneo fue recompensado, pero con 1. Ca6 pudo haberlo logrado: 1...Cxc6; 2. bxc6+ o 1...Ce6+; 2. Txe6 o 1...Cxb5; 2. Td7!
SOLUCIONES
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Diagrama No. 15. Mate en cinco.
1. Ad6 (o 1. Rb3 y 2. Ad6) 1...Rb1; 2. Rb3, Ra1; 3. Aa3, Rb1; 4. Cc3+, Ra1; 5. Ab2 mate.
Diagrama No. 16. Mate en tres.
Si es tu primer problema, te va a sorprender la clave de larga distancia 1. Dh6, después de la cual 1...Ra5; 2. Rb3 obliga a 2...b4; 3. Db6 y si 1...Rb4; 2. Dc1 activa el mate imparable en a3.
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Diagrama No. 17. Mate en dos.
1. Th6 corta las retiradas sobre la sexta fila (1...Rb5; 2. Ad3. Si 1...Rd5; 2. Af7).
Diagrama No. 18. Mate en dos.
La bonita clave es 1. Da8 (1...Tg2; 2. Dxg2. Si 1...g3; 2. Dc8).
SOLUCIONES
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Diagrama No. 19. Mate en tres.
Sólo necesita una torre para dar mate, así que 1. Ta8!, Rxa8; 2. Rc7 lo logra. Si juega el peón 1...a6; 2. Taxa6 y viene el imparable 3. Tcb6.
Diagrama No. 20. Mate en cuatro.
La simple cuestión de 1. Th2! es que es el único paso a seguir, 1...h6, permite 2. Txh3+, Rg2; 3. Re2, Rg1; 4. Tg3 mate. Las líneas astutas son 1...Rxh2; 2. Rf2, h6; 3. Txh5 o 1...Rxh4; 2. Rf4, h6; 3. Th1!.
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Diagrama No. 21. Mate en tres.
Es mucho más rápido con 1. Ch3, gxh3; 2. Rf2, h2; 3. Cg3.
Diagrama No. 22. Mate en tres.
La respuesta es que tendremos cuatro o cinco: 1. e8(C)+!, Rxh8; 2. d8(C), cualquier jugada; 3. Cf7 mate; o 1...Rf8; 2. d8(C), cualquier jugada; 3. Cg6 mate.
SOLUCIONES
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Diagrama No. 23. Mate en tres.
"No sólo un Zugzwang sino un garrote", comentó Walter Korn sobre este maravilloso ejemplo: 1. Cfg3+ y 2. Cg5! seguido de mate en h3 o f3.
Diagrama No. 24. Mate en tres.
La simetría no es obvia después de 1. Dd6 hasta que veas 1...Re8; 2. De5! y 3. e8(D). Es una pena que las negras también puedan recibir mate si 1...Rg7; 2. e8 (D).
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Diagrama No. 25. Mate en dos.
No 1. Tff3? sino 1. Th3f3! (1...Axf3, 2. Dxf3; 1...Txf5, 2. Txf5; 1...Ae5-mueve, 2. De8 mate).
Diagrama No. 26. Las blancas retroceden una jugada y dan mate.
El último movimiento de las blancas fue la captura de un alfil negro en b8 con el peón de a7 y promovió a alfil. Regrese el peón a7, el alfil a b8 y las blancas dan mate con 1. a8(D).
SOLUCIONES
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Diagrama No. 27. Las blancas retroceden una jugada y dan mate.
El peón en d6 estaba en e5 y capturó al peón-d al paso. Ponga los peones nuevamente en e5 y d5, ahora 1. Dc3 es mate.
Diagrama No. 28. Las blancas retroceden una jugada y dan mate.
En lugar de la jugada1. T(a1)-a4, la bancas pueden llevar la torre de nuevo a la primera fila y jugar 1. O-O-O!, y eso es mate.
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Diagrama No. 29. Mate en tres.
Es 1. Dd4+ y luego de 1... Rxd4; 2. Te1, después de lo cual 3. Te4 es inevitable. De igual forma, si 1 ... Rf3; 2. Tf1+.
Diagrama No. 30. Mate en dos.
Con 1. Ae8 las blancas amenazan 2. Dxb8 mate (1...Rxe8, 2. Dc8; 1...Dxe8; 2. Cxe6).
SOLUCIONES
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Diagrama No. 31. Mate en tres.
1. Ah1 fuerza 1...Rf4, seguido de 2. Rg2 que configura la intercepción. El único movimiento legal que le queda a las negras es 2...Re4 y con 3. Rg3 mate se completa el plan.
Diagrama No. 32. Mate en tres.
Realmente difícil es 1. Rd2, con la idea de 2. Ag4+, Cxg4 (pero ya sin jaque a las blancas); 3. Th5. Es una idea muy simple y las únicas variantes a considerar son aquellas en las que las negras sacrifican a su reina para prolongar el mate a tres jugadas.
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Diagrama No. 33. Mate en dos.
De nuevo, es mucho más fácil de lo que parece. Después de 1. Af3 la mayoría de las líneas terminan de forma sencilla (1...Txe3; 2 Tfxe7).
Diagrama No. 34. Mate en tres.
Ya sea 1. c6 o 1. g6 hacen el trabajo, por ejemplo 1...Rd4; 2. Dc2 y 3. Cxf5 ; si1...Rf4; 2. Dg2, etc. Del mismo modo, 1...d4; 2. Cd5 o 1...f4; 2. Cf5.
SOLUCIONES
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Diagrama No. 35. Mate en tres.
La clave es 1. Cg3 (1...Txc2; 2. Cf1 mate) con la idea de 2. Ah1 y 3. Dg2. En caso de 1...fxg3; 2. Ah1 todavía funciona (2...Txh1; 3. Dxg3 o 2...Tg1; 3. Dh5). Y si 1...Tg1 permite que 2. Ce2, amenazando 3. Dh3 y estableciendo 2...Txg2; 3. Dh5 mate.
Diagrama No. 36. Blancas (o negras) dan mate en dos.
Los problemas son relativamente sencillos: blancas dan mate con 1. Tf7 y negras con 1...Db2+. Pero la impresión del conjunto es impactante.
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Diagrama No. 37. Mate en tres.
No hay ninguna razón para dudar de que el enroque es legal, por lo que la solución fluye por 1. Tf4, Rxg3; 2. O-O!, Rh3; 3. T1f3. La línea menos interesante es 1...Rxh1; 2. Rf2 y 3. Th4.
Diagrama No. 38. Mate en tres.
1. Ce6 corta una ruta de escape (1...Rf3; 2. Dg1, Re2; 3. Cd4) y trae al caballo de vuelta para 1...Rf1; 2. Cf4, Re1; 3. Dg1.
SOLUCIONES
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Diagrama No. 39. Mate en tres.
Esta vez es 1. Rd1, lo que obliga a 1...Rxd3; seguido de 2. Db4, Re3; 3. Dd2 es el final.
Diagrama No. 40. Mate en cuatro.
Ya que el rey negro está atrapado en las entrañas del gato blanco, éste puede jugar con él mediante 1. Cf4+, Rxf2; 2. Cxh3+. Si para 2...Re2, las blancas tratan de repetir la posición, después de 3. Cf4+, fallarán para 3. c8(D). Mientras que para 2...Rxg3; 3. Cf5+, Rxh3; 4. Ag4 hace un mate diferente. Tenga en cuenta que si las blancas intentan 1. c8(C), Txh1; 2. Cxe7 no funcionará aquí, dado que 2...g1(C) configura el ahogamiento.
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Diagrama No. 41. Mate en cuatro.
Aquí 1. Ce4+, Rxe2; 2. Cxg3+, como en el problema anterior, falla porque el rey negro escapará a la columna extra (h). Pero 1. b8(C) resuelve el problema: 1...Txg1; 2. Cxd7 seguido de Cc5 y mate desde b3 o e4. O bien si 1...d5; 2. Cc6, dxc4 permite 3. Ce4+, Rxe2; 4. Cd4 mate.
Diagrama No. 42. Mate en tres.
La única jugada que mantiene el aspecto simétrico es 1. Tg3 y aquí funciona: 1...Rxh2; 2. Cf3+, Rh1; 3. Th3 y, por supuesto, 1...Rxf2, 2. Ch3+.
SOLUCIONES
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Diagrama No. 43. Mate en dos.
Después de 1. Ab3 vemos la duplicidad del tema: por ejemplo 1...Tgxe4 permite 2. Cxd6, igual que 1...Tcxe4 permite 2. Cxf6.
Diagrama No. 44. Mate en tres.
Las blancas promueven dos peones a torres: 1. f8(T), Rg6 —no 1...Rxf8; 2. h8(D) mate—; 2. h8(T)! y 3. Tfg8. La promoción inferior es necesaria porque si 1...Rxh7 debe seguir 2. Rf6; pero si las blancas hubieran promovido a reina en el primer movimiento, ahogarían a las negras.
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Diagrama No. 45. Mate en tres.
Evidentemente no podría ser una reina o una torre la que se cree. Es una promoción poco común: 1. a8(A), Rf8; 2. b8(D), Rf7; 3. Ad5.
Diagrama No. 46. Mate en tres.
Casi todos ven primero al peón f antes de descubrir 1. b8(C) y luego 2. f8(D).
SOLUCIONES
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Diagrama No. 47. Mate en dos.
Después de 1. Dg7 las blancas han configurado la clavada, 1...e3; 2. Tf4, así como 1...c4; 2. Da7. Las piezas del lado de la dama están ahí para prevenir 1...Re3 con apoyo de 2. Cd1.
Diagrama No. 48. Mate en dos.
Debe pensarse en un movimiento de espera, como 1. Aa2, que no perturba la posición. Así el movimiento del alfil, por ejemplo, permite a la reina mates en h5, f6 o f4.
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Diagrama No. 49. Mate en dos.
La reina retrocede a e2 para amenazar 2. Cb4, por ejemplo, 1...Rd5; 2. Ab7.
Diagrama No. 50. Mate en dos.
La clave es 1. Cb3. ¿Y el lema?... es el nombre del autor escrito al revés.
SOLUCIONES
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Diagrama No. 51. Mate en dos.
La clave es 1. Da5: ahora poner un alfil en e6 o e7 permite que 2. De5; 1...Ac5 permite 2. Da1; mover la torre a e7 posibilita 2. Dxb4 y moverla a e6 deja que 2. Cf5. Y así sucesivamente.
Diagrama No. 52. Mate en dos.
La solución es 1. De5 en la línea crucial, por supuesto, ya que para 1...Dxe5; 2. Cc4. "Algunos problemas no deberían ser difíciles", dijo Loyd, "se admiran porque son divertidos".
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Diagrama No. 53. Mate en dos.
El tema es la clavada y la jugada clave 1. Da8, crea sobre la gran diagonal algunas bonitas clavadas, como 1...Tc1; 2. Cd6 o 1...Ta6; 2. Cc5.
Diagrama No. 54. Mate en dos.
1. Ta6 y si 1...Txf5 entonces 2. Txa4.
SOLUCIONES
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Diagrama No. 55. Mate en dos.
Estoy seguro de que se dio cuenta que las dos palabras son en passant. Y la clave es 1. e4 seguida por 2. Cxe3 después de la captura al paso. Otra jugada de las negras permitirá otros mates (por ejemplo, 2. Ce5), gracias a la ausencia de d5 como casilla de escape.
Diagrama No. 56. Mate en cuatro.
Las blancas comienzan con el movimiento de espera 1. Tc1, después del cual 2. e4+, Rxe4; 3. Te1 crea el mecanismo para e4 mate.
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Sam Loyd: su historia y sus mejores problemas
Diagrama No. 57. Mate en cinco.
La reina zigzaguea por el tablero con 1. Df8+ y 2. Dd6, luego 3. Df4+ y 4. Dd4, después de lo cual 5. Dg1 mate.
Diagrama No. 58. Mate en cinco.
El amigo de Loyd eligió el peón b como la pieza con menos posibilidades, y terminó pagando la cena. Después de 1. b4, las blancas detienen el jaque 1...Tc5 y preparan Td5-d1. La línea principal corre 1. b4, Tc5+; 2. bxc5, a2; 3. c6, Ac7; 4. cxb7 y 5. bxa8(D) mate. El peón b es sólo un espectador en otras líneas, como en 1...Tc6; 2. Td5 o 1...Ag5; 2. Tf5 o 1...Txc2; 2. Cxc2.
ISBN 0 – 87568 – 267 – 7