Descrição: Análise de David Hume sobre o livro "A teoria dos sentimentos morais" de Adam Smith
DISCURSO SOBRE LA FE- José Smith
Descripción: La belleza de la maquina
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Descripción: El mito de la Belleza
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Descripción: Bella descripción sobre la riqueza de la sexualidad humana
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Descrição: est
ZADIE
Sobre La Belleza Belleza
Traducción de Ana María de la Fuente Rodríguez
Quinteto, S.L.
SMITH
Sinopsis
La publicación de Dientes blancos el año 2000 supuso uno de los debuts literarios más sonados de los últimos tiempos. Con apenas veinticinco años, la escritora inglesa Zadie Smit asombró a la cr!tica " al público con una novela e#uberante, intensa " envolvente. Sobre la belle$a, su obra más reciente ganadora del premio %range 200&, 'inalista del (oo)er 200* " durante varios meses uno de los libros más vendidos de +ran (retaña, corrobora sin duda ue estamos ante una de las voces más destacadas de la narrativa contemporánea en lengua inglesa. Con una mirada lúcida e irónica sobre el mundo en ue vivimos " un talento 'uera de serie para dar vida a persona-es de carne " ueso, la autora a recreado, en clave del siglo /, la incisiva mirada de .1. orster en 3egreso a 4o5ards nd, una de sus novelas 'avoritas. 6ro'esor universitario en una peueña " próspera ciudad de 7ueva /nglaterra, el británico 4o5ard (else" está pasando, a sus cincuenta " siete años, por uno de sus momentos vitales más ba-os8 su 'uturo acad9mico parece de'initivamente estancado ", en su casa, las cosas van de mal en peor. :ras treinta años de convivencia con ;i)i, una ermosa activista a'roamericana ue aora pesa ciento veinte )ilos, un desli$ amoroso amena$a con undir su matrimonio. n cuanto a sus tres i-os, se encuentran absortos en sus propias vidas8 el enamoradi$o " sesudo como si el panorama no 'uera lo bastante comple-o, el odiado 1ont" ;ipps, especialista en 3embrandt como 9l " su adversario intelectual más ac9rrimo, a sido invitado a 'ormar parte del cuerpo acad9mico de la universidad. univers idad.
:!tulo %riginal8 On beauty :raductor8 uente 3odr!gue$, ?na 1ar!a de la ?utor8 Zadie Smit @200A, Buinteto, S.L. Colección8 Buinteto, 0
1i gratitud a mis primeros lectores, 7ic) Laird, vonne (aile"HSmit " Lee ;lein. Su aliento, sus cr!ticas " sus buenos conse-os pusieron en marca este pro"ecto. +racias a 4arve" e >vonne por su apo"o, " a mis ermanos peueños, Doc (ro5n " Luc S)"$, ue me asesoran en todo auello ue descono$co por ser demasiado vie-a. +racias a
LOS KIPPS Y LOS BELSEY
Nos negamos a ser el otro.
4.<. (L?C;4?1
1
6odemos empe$ar, sin ir más le-os, por los eHmails de o so" una especie de au#iliar con 'unciones de secretario particular, ue inclu"en organi$ar comidas, arcivar, atender al tel9'ono " esas cosas. l traba-o de 1ont" va muco más allá de la cosa acad9mica8 está en la Comisión de 3a$as " en obras ben9'icas de la /glesia en (arbados, 'ueron mu" amables al o'recerse, pues me ecaban de la pensión de 1ar"lebone " me uedaba en la calle. > no es ue los ;ipps estuvieran obligados a nada, pero me invitaron " acept9, mu" agradecido. Llevo una semana viviendo en su casa " aún no an dico ni media palabra de cobrarme por el alo-amiento, para ue veas. >a s9 ue te gustar!a ue te di-era ue esto es una pesadilla. 6ues no. ?doro vivir au!. s otro mundo. La casa es... Pbúa, estilo Uictoriano primario, una terrace, sencilla por 'uera pero sólida por dentro, " con una especie de modestia ue me atrae8 casi todo blanco " un montón de cosas ecas a mano, " colcas, " estanter!as de madera oscura, " cornisas, " una escalera de cuatro pisos, " un solo televisor en toda la casa ue, además, está en el sótano, únicamente para ue 1ont" pueda estar al corriente de las noticias " ver algunas de las cosas ue ace en televisión, " nada más. ? veces, esto me parece la imagen al rev9s de nuestra casa... stá en esta parte del norte de Londres ue se llama ;ilburn, ue suena a bucólico pero, o"e, de bucólico nada, e#cepto nuestra calle. Bueda a un paso de la arteria principal pero no se o"e nada, " te sientas en el patio a la sombra de este gigantesco árbol Vveinticinco metros " todo el tronco recubierto de iedraV " te pones a leer, " te parece estar dentro de una novela... l otoño au! es di'erente, menos intenso, " las o-as caen antes ", no s9 por u9, todo es más melancólico. La 'amilia tambi9n es otra istoria Vse merecen más espacio " más tiempo del ue aora tengo Ote escribo durante la ora del almuer$oTV, pero, en pocas palabras, a" un i-o, 1icael, simpático " deportista. Jn poco cortito, supongo. 6or lo menos, a ti te lo parecer!a. Se dedica al comercio, aunue no e podido averiguar de u9 clase. P> es enorme :e saca por lo menos cinco cent!metros. :odos son grandes " atl9ticos, tipo caribeño. 1ide más de metro noventa. Luego está Uictoria, la i-a, mu" alta " mu" guapa, a
la ue sólo e visto en 'oto Oestá de via-e por uropa con /nterrailT, pero vuelve el viernes para una temporada, me parece. Carlene, la mu-er de 1ont", es per'ecta. lla no es de :rinidad sino de una isla peueña, San 7oseu9. 7o lo o! bien cuando lo di-o la primera ve$ " aora "a es tarde para preguntar. Buiere ue engorde, as! ue no para de darme de comer. l resto de la 'amilia abla de deportes, de Dios " de pol!tica, " Carlene 'lota sobre todas las cosas como una especie de ángel. 1e a"uda con mis oraciones. lla s! ue re$a bien, " da gusto poder re$ar sin ue alguien de la 'amilia entre en el cuarto " aT se tire un pedo, bT grite, cT se enrolle acerca de la Kmeta'!sica espuria de la oración, dT cante a vo$ en cuello, o eT se r!a. ?s! es Carlene ;ipps. Di a mamá ue además prepara pasteles. :ú sólo d!selo " luego vete riendo por lo ba-o... ?ora atiende bien8 por la mañana, los miembros de L? ?1/L/? ;/66S desa"unan :%D%S a s9, "a s9, no es 'ácil acerse a la idea. 7unca e visto una 'amilia cu"os miembros desearan pasar tanto tiempo -untos. spero ue, por todo lo ue te e#plico, te des cuenta de ue tu enemistad con 1ont", o lo ue sea, es una completa p9rdida de tiempo. ?demás, te lo as montado todo tú sólito8 9l no se mete en peleas. n realidad no os conoc9is, sólo a abido un montón de debates públicos " cartas estúpidas. s un despil'arro de energ!a gratuito. Casi toda la crueldad del mundo es sólo energ!a 'uera de lugar. n 'in, tengo ue de-arte, Pel traba-o me llama :odo mi cariño para mamá " para Levi, menos cariño para Zora. > recu9rdalo8 te uiero, papá O" tambi9n re$o por tiT. P(úa, el eHmail más largo del mundo
6ara8 4o5ard(else"M'as.Nellington.edu De8
primera ve$ en una semana ue no me a ganado en menos de seis -ugadas, aunue tambi9n me a ganado, desde luego. :odos los ;ipps piensan ue so" atolondrado " po9tico. 7o s9 lo ue dir!an si supieran ue entre los (else" so" prácticamente un Nittgenstein. 6ero me parece ue los divierto, " a Carlene le gusta tenerme en la cocina, donde mi limpie$a se considera algo positivo " no una especie de s!ndrome de retención anal... De todos modos, e de reconocer ue por las mañanas me da cierto repelús despertarme en medio de este apacible silencio Oau! la gente SJSJ33? en los pasillos, para no despertar a la otra genteT " una parte de mi trasero eca de menos la toalla úmeda " enrollada de Levi, lo mismo ue una parte de mi o!do se siente vac!a sin los gritos de Zora. Dice mamá ue Levi a aumentado sus cubrecabe$as a cuatro Obonete, gorra de b9isbol " dos capucas, una de la camiseta " una del cauetónT, más auriculares, de manera ue sólo se le ve un trocito de cara alrededor de los o-os. Dale a! un beso de mi parte, por 'avor. > otro beso a mamá, " recuerda ue su cumpleaños es oco d!as despu9s a partir de mañana. Dale un beso a Zora " dile ue lea 1ateo 2G. S9 lo muco ue dis'ruta con un pouito de scrituras todos los d!as. ?mor " pa$ en abundancia no, no sent! la tentación de emularte.
6ara8 4o5ard(else"M'as.Nellington.edu De8mailto8 me parece ue dirá ue s! PPP:e percatas de los signos de admiración Se llama Uictoria, pero todos la llaman Uee. s asombrosa, preciosa, brillante. Se lo pedir9 o'icialmente esta noce, pero e uerido dec!rtelo antes a ti. 4a sido repentino, como auello del Cantar de los Cantares, " no sabr!a e#plicarlo más ue diciendo ue a sido una especie de mutua revelación. lla llegó ace apenas una semana, parece una locura, PPPPpero es verdad n serio, so" 'eli$. 4a$ el 'avor de tomarte dos Ualium " de decirle a mamá ue me escriba lo antes posible. 4e agotado la tar-eta de mi tel9'ono " no me gusta usar el de ellos. <
2
VQBu9 es esto, 4o5ardR QBu9 signi'ica e#actamenteR 4o5ard (else" señaló a ;i)i Simmonds, su esposa americana, la parte relevante del eHmail ue ab!a impreso. lla puso un codo a cada lado del papel e inclinó la cabe$a, como sol!a acer para concentrarse en la letra peueña. 4o5ard se ale-ó acia otro punto de la cocina, donde silbaba un ervidor de agua. Sólo esta nota aguda romp!a el silencio. Su i-a Zora, sentada en un taburete de espaldas a la abitación, con los auriculares puestos, miraba el televisor con gesto reverente. Levi, el menor de los dos cicos, estaba al lado del padre, 'rente a los armarios. > entonces padre e i-o iniciaron la coreogra'!a del desa"uno en muda armon!a, pasándose la ca-a del cereal, intercambiando utensilios, llenando boles de una -arra de lece de porcelana rosa con borde amarillo... La cocina miraba al este. 6or las vidrieras del -ard!n entraba el sol ue, cru$ando el arco ue divid!a la cocina, iluminaba la 'igura de ;i)i le"endo sentada a la mesa del desa"uno, con un 'rutero de cerámica portuguesa granate lleno de man$anas ante s!. ? esa ora, el sol iba más allá de la mesa del desa"uno, atravesaba el pasillo, entraba en la más peueña de las dos salas de estar ", pasando entre una estanter!a llena de libros en rústica " el pu' de gamu$a, incid!a en una otomana en la ue Murdoch, el perro salcica de la 'amilia, tumbado estrat9gicamente, lo recib!a. VQsto es de verdadR Vpreguntó ;i)i, pero no obtuvo respuesta. Levi cortaba 'resones, los lavaba " ecaba en dos boles de cereal. ra tarea de 4o5ard recoger los rabos " ecarlos al cubo de la basura. Cuando ellos terminaban esta operación, ;i)i puso el papel boca aba-o en la mesa, apartó las manos de las sienes " rió por lo ba-o. VQ?lgo te divierteR Vpreguntó 4o5ard, acodándose en la barra del desa"uno. n respuesta, la cara de ;i)i se trocó en una negra máscara de impasibilidad. ra este aire de es'inge lo ue ac!a ue algunos de sus amigos americanos le atribu"eran una procedencia más e#ótica ue la ue ten!a. n realidad, descend!a de campesinos de lorida. V6odr!as aorrarte la iron!a, cariño Vsugirió. ?largó la mano, tomó una man$ana ", con un cucillo de postre de mango translúcido, la cortó en tro$os irregulares. Luego la comió lentamente. 4o5ard se ecó el pelo acia atrás con las dos manos. V6erdón, como te re!as, e pensado ue algo te ab!a eco gracia. VQCómo uieres ue reaccioneR Vreplicó ;i)i suspirando. De-ó el cucillo " alargó la mano acia Levi, ue pasaba con su bol. ?garrando al robusto uinceañero por la pretina del pantalón vauero, lo atra-o 'ácilmente acia s!, obligándolo a agacarse casi un palmo para meter la etiueta de la camiseta de baloncesto dentro del cuello. Luego introdu-o los pulgares a cada lado del cal$oncillo para acer otro a-uste, pero 9l se $a'ó. V4ombre, mamá... VLevi, cariño, súbetelos sólo un poco... Los llevas tan ba-os ue vas enseñando el
culo. V?s! pues, de divertido, nada Vconclu"ó 4o5ard. 7o le gustaba macacar. ? pesar de todo, segu!a por este camino, ue no era el ue ab!a pensado tomar " ue conduc!a en l!nea recta a un calle-ón sin salida. V?", Señor, 4o5ard Vdi-o ;i)i volvi9ndose acia 9lV. sto podemos resolverlo en uince minutos, QnoR Cuando los cicos se... V/rguió ligeramente el cuerpo al o!r ue la cerradura de la puerta de la calle casueaba " volv!a a casuearV. Zoor, cariño, ve a abrir, ue no puede entrar " o" me duele la rodilla. Zora, ue estaba comiendo una especie de bolsillo tostado relleno de ueso, señaló al televisor. VZora, ve aora, por 'avor, es 1oniue, la nueva. 7o s9 por u9, su llave no abre. Si mal no recuerdo, te ped! ue encargaras otra llave. 7o puedo pasarme au! toda la mañana esperando... Zoor, Quieres mover el culoR VSegundo culo de la mañana Vobservó 4o5ardV. 1u" bonito. 1u" civili$ado. Zora se ba-ó del taburete " cru$ó el recibidor acia la entrada. ;i)i miró a su marido con penetrante interrogación, a la ue 9l opuso su gesto más inocente. lla tomó el eHmail del i-o ausente, levantó las ga'as ue descansaban en su busto monumental, suspendidas de una cadena, " volvió a pon9rselas en la punta de la nari$. V4a" ue reconocer ue , claro, te interesas. Vsa es tu aportación Vdi-o 9l, arrugando la 'rente. V4o5ard, a" un uevo en el 'uego. 7o s9 ui9n lo a puesto, pero el agua se a evaporado " uele a ra"os. ?paga, por 'avor. VQYsa es tu aportaciónR 4o5ard observó cómo su esposa se serv!a tranuilamente el cuarto vaso de $umo de clamato " se lo llevaba a los labios= pero, a mitad de camino, se uedó en suspenso " volvió a ablar. V6or 'avor, 4o5ie... Pl cico tiene veinte años Buiere llamar la atención de papá, " sabe cómo conseguirlo. mpe$ando por acer las prácticas con ;ipps, cuando pod!a elegir entre un millón de sitios. Q> aora se casa con la i-aR 7o ace 'alta ser un reud. Lo ue "o digo es ue lo peor ue podemos acer es tomarlo en serio. VQLos ;ippsR Vpreguntó Zora con vo$ potente, apareciendo por el pasilloV. QBu9 pasaR
nombre en toda la mañana. V1iró el relo-V. Q? u9 ora tienes la primera claseR QBu9 aces au! todav!a, ZoorR QSe puede saberR QBu9HacesHau!R %, buenos d!as, 1oniue Vdi-o con repentino tono 'ormal, e#ento de su cadencia de lorida. 1oniue cerró la puerta de la calle " se dirigió a la cocina. ;i)i la miró con una sonrisa torturadaV. 4o" nos emos retrasado todos " andamos un poco apurados. QBu9 tal, 1oniue, todo bienR 1oniue, la nueva asistenta, era una aitiana reconca, de la edad de ;i)i " un tono de piel más oscuro todav!a. ra su segundo d!a. Llevaba una ca$adora de la 1arina con el cuello de piel subido " ten!a un aire entre compungido " aprensivo, como si "a pidiera perdón por un estropicio ue aún no ab!a perpetrado. 7ada de esto abr!a resultado tan pat9tico a los o-os de ;i)i ni la abr!a violentado tanto, de no ser por la peluca, una melena sint9tica color naran-a ue ped!a a gritos la sustitución " ue ese d!a le ab!a uedado mu" atrás, de-ando al descubierto los ilitos ue la su-etaban al escaso pelo de su dueña. VQmpie$o por au!R Vpreguntó 1oniue con timide$. Se llevó la mano a la cremallera, pero no la abrió. VCasi me-or ue empieces por el estudio, 1oniue, mi estudio Vrespondió ;i)i rápidamente, cubriendo con la vo$ lo ue 4o5ard empe$aba a decirV. QDe acuerdoR 7o toues los papeles, por 'avor, si acaso ap!lalos. 1oniue se uedó donde estaba, su-etando el tirador de la cremallera. ;i)i segu!a incómoda, nerviosa por lo ue pudiera pensar esa negra de otra negra ue le pagaba por acer la limpie$a. VZora te enseñará... Zora, enseña a 1oniue, por 'avor, vamos, ens9ñale dónde es. Zora empe$ó a subir peldaños de tres en tres " 1oniue la siguió cansinamente. 4o5ard salió de entre bastidores al proscenio de su matrimonio. VSi tal cosa sucediera Vdi-o con vo$ neutra, mientras beb!a su ca'9V, 1ont" ;ipps ser!a nuestro consuegro. 7o el consuegro de otro, sino el nuestro. V4o5ard Vdi-o ;i)i controlando el tono a su ve$V, por 'avor, nada de números. 7o estamos en escena. ?cabo de decir ue no uiero ablar de eso aora. >a me as o!do. l i$o una peueña reverencia. VLevi necesita dinero para un ta#i. Si uieres preocuparte por algo, preocúpate por eso " no por los ;ipps. VQLos ;ippsR Ve#clamó Levi desde otra abitaciónV. QBu9 ;ippsR QDe dóndeR Levi ablaba con un 'also acento de (roo)l"n, a-eno a 4o5ard " ;i)i, ue ab!a llegado a su boca ac!a tres años, cuando cumplió los doce.
bollo ue llevaba en la mano. VLevi Vdi-o ;i)iV, presta atención, cielo. Q:ú sabes ui9n so"R Q:ú te enteras de algo de lo ue ocurre en esta casaR Q:e acuerdas de u9R Q:engo ue saber ui9nes son los ;ippsR >o no s9 nada de los ;ipps. Vo sólo preguntaba " tú te as puesto... V4i$o un ademán vago ue no daba idea de la palabra no pronunciada. V1ont" ;ipps es el ombre para el ue tu ermano traba-a en /nglaterra Ve#plicó ;i)i con resignación. 4o5ard observó con inter9s cómo Levi ab!a obtenido esta concesión mediante el sistema de responder con candor a la cáustica iron!a de ;i)i. VQLo vesR Vdi-o Levi como si sólo gracias a sus es'uer$os ubiera triun'ado el sentido comúnV. Q:anto a costadoR VQCarta de ;ippsR Vpreguntó Zora, ue acababa de ba-ar la escalera, mirando por encima del ombro de su madre. n esa pose, la i-a inclinada sobre la madre, recordaron a 4o5ard dos de las rolli$as aguadoras de 6icassoV. 6apá, esta ve$ tienes ue de-ar ue te a"ude con la respuesta. Lo destro$aremos. Q?donde la a mandadoR Q? RepublicR V7o= nada de eso. s de o dir!a ue aún no sabemos lo ue ocurre8 es un eHmail de siete l!neas. 7o tenemos ni idea de u9 signi'ica, " no vo" a sul'urarme por algo... VPQs en serioR Vinterrumpió Zora. ?rrancó el papel de las manos de su madre " se lo acercó a sus o-os miopesV. s una -odida broma, QnoR 4o5ard apo"ó la 'rente en el grueso cristal de la ventana " notó cómo el vapor le empapaba las ce-as. uera, segu!a ca"endo la democrática nieve de la costa este, igualando las sillas del -ard!n a las mesas, las plantas, los bu$ones " los postes de la cerca. #aló una nube en 'orma de ongo " la limpió con la manga. VZora, tienes ue ir a clase, Qde acuerdoR > no uses ese lengua-e en mi casa... P P P(asta P7o Vdi-o ;i)i aogando con su vo$ cada palabra ue Zora trataba de pronunciarV. QDe acuerdoR ?compaña a Levi a la parada de ta#is. 4o" no puedo llevarlo. 6odr!as preguntar a tu padre si lo llevará 9l, pero no da esa impresión. >o llamar9 a
V7o necesito ue nadie me lleve Vdi-o Levi, " en ese momento 4o5ard se 'i-ó en su i-o menor " en la novedad8 Levi llevaba en la cabe$a una 'ina media negra, anudada en la nuca, ue, sin ue 9l lo supiera, le 'ormaba una protuberancia, una especie de pe$ón, encima del cráneo. V7o puedes llamarle Vdi-o 4o5ard a media vo$, iniciando una retirada estrat9gica acia el otro lado de la monumental nevera, 'uera de la vista de la 'amiliaV. 4a agotado el cr9dito de su tel9'ono. VQBu9 as dicoR Vrepuso ;i)iV. QBu9 dicesR 7o te oigo. VDe repente, apareció detrás de 9lV. QDónde está el número de los ;ippsR Vinuirió, aunue los dos conoc!an la respuesta. l no di-o nada. V?, s!, "a s9 Vdi-o ellaV. stá en la agenda, la agenda ue se uedó en 1icigan despu9s de la 'amosa con'erencia, durante la cual ten!as en la cabe$a cosas más importantes ue tu esposa " tu 'amilia. VQ6odr!amos no ablar de eso aoraR Vpidió 4o5ard. Cuando eres culpable, lo má#imo ue puedes solicitar es un apla$amiento del -uicio. VComo uieras, 4o5ard. Como uieras. De todos modos, "o ser9 uien tenga ue ocuparse de eso, de las consecuencias de tus actos, como siempre, as! ue... l golpeó la nevera con el puño. V7o agas eso, 4o5ard, por 'avor. Se a abierto la puerta. stá... Las cosas se van a descongelar, empú-ala, empú-ala bien asta ue... De acuerdo, es lamentable. Suponiendo ue a"a ocurrido realmente, pero no lo sabemos. :endremos ue ir paso a paso asta ue sepamos u9 demonios ocurre. De manera ue vamos a de-arlo ", u9 s9 "o... ablarlo cuando..., en 'in, cuando
años, 4o5ard se ab!a cargado a la espalda como si 'uera una 'ina al'ombra sobre la ue 'uera a tenderse por primera ve$ en su primera casaV pesaba aora sus buenos ciento veinte )ilos " parec!a veinte años más -oven ue 9l. Su cutis pose!a la proverbial tersura 9tnica, acentuada por el aumento de peso. ? sus cincuenta " dos años, su cara era de mucaca. Jna mucaca ermosa " recia. Cru$ó la abitación ", al pasar -unto a 4o5ard, lo ro$ó de re'ilón con tal !mpetu ue lo pro"ectó a una mecedora ad"acente. De nuevo 'rente a la mesa de la cocina, empe$ó a meter rápidamente en un bolso cosas ue no necesitaba llevarse al traba-o. 4ablaba sin mirarlo. VQSabes u9 es lo más curiosoR Bue alguien pueda ser pro'esor de una cosa " ser intensamente estúpido en todas las demás. Consulta el ?(C de cómo ser padres, 4o5ie, " verás ue si sigues por a! conseguirás ue pase lo contrario, e#actamente lo contrario, de lo ue tú uieres ue pase. #actamente lo contrario. Vs ue siempre pasa lo contrario de lo ue "o uiero ue pase Vdi-o 9l meci9ndose. Su mu-er interrumpió lo ue estaba aciendo. V
V1ucas gracias Vdi-o 4o5ard, e inició el via-e de vuelta a su estudio, escaleras arriba.
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La residencia (else", un edi'icio granate estilo 7ueva /nglaterra, se compone de cuatro plantas ue cru-en. La 'eca de construcción OF&*T está inscrita en cerámica verde encima de la entrada. Los vidrios de las ventanas, tambi9n verdes, esparcen la ilusión de un prado en el paruet cuando les da el sol. stas vidrieras no son las originales, sino copias= las primitivas, demasiado valiosas para estar en unas ventanas, se guardan en el sótano, en una ca-a 'uerte " cubiertas por un buen seguro. Jna parte considerable del valor de la casa (else" corresponde a unas ventanas ue no se abren " por las ue no se mira. La clarabo"a del te-ado s! es la original, " su vidriera arleuinada pro"ecta un disco de lu$ multicolor en distintos puntos del último rellano, a medida ue el sol pasa sobre 7orteam9rica, " cuando cru$as por all! te tiñe de rosa una camisa blanca o de a$ul una corbata amarilla. Cuando, a media mañana, la manca llega al suelo, una superstición 'amiliar impide pisarla. Die$ años atrás, pod!as encontrarte con niños ue 'orce-eaban para arro-arse mutuamente a su órbita. ?un aora, "a ma"ores, siguen sorteándola al subir " ba-ar la escalera. Ysta, por su parte, es una empinada espiral. 6ara ue te distraigas mientras vas dando vueltas, en las paredes se a montado una e#posición 'otográ'ica de la 'amilia (else". 6rimero vienen los niños, en blanco " negro8 gorditos, mo'letudos " con una aureola de ri$os. Siempre parecen a punto de rodar acia el espectador o uno encima de otro, doblando sus piernecitas de salcica. el número F de Langam es una bonita casa de clase media, incluso más grande de lo ue parece vista desde 'uera. :iene incluso una peueña piscina detrás, aunue 'r!a " mellada, como una sonrisa británica. n realidad, parte de la casa está un poco a-ada, pero eso le da buen tono. 7o tiene nada noueau riche " está ennoblecida por lo muco ue a eco por esta 'amilia. Su arriendo sirvió para pagar los estudios de la madre de ;i)i Oau#iliar -udicial, 'allecida la primavera anteriorT " de la propia ;i)i. Durante mucos años 'ue el capital de la 'amilia " su lugar de vacaciones8 a ella sol!an venir de lorida en septiembre, para ver los colores del otoño. Cuando sus i-os crecieron " su marido, el pastor, murió, Claudia Simmonds, la suegra de 4o5ard, se mudó a la casa " en ella vivió 'eli$mente, aluilando abitaciones a estudiantes. Durante mucos años, 4o5ard ambicionó esta casa. Claudia, consciente de sus deseos, no ac!a nada por satis'acerlos. Sab!a ue era la casa per'ecta para 4o5ard8 grande, ermosa " mu" cerca de una universidad medianamente decente ue ui$á lo contratara. La señora Simmonds go$aba Vo eso cre!a 4o5ardV aci9ndolo esperar. lla transitaba 'eli$mente por la setentena sin graves problemas de salud. 1ientras tanto, 4o5ard remolcaba a su -oven 'amilia por los alrededores de varios centros de enseñan$a de segunda 'ila8 seis años en el norte del estado de 7ueva >or), once en Londres, uno en las a'ueras de 6ar!s. 4asta die$
años atrás no cedió Claudia, ue al 'in de-ó la casa para trasladarse a una comunidad de -ubilados en lorida. De esta 9poca databa la 'oto de prensa de la propia ;i)i, empleada administrativa de ospital " eredera de la casa número F de Langam Drive. n la 'oto, ;i)i, toda dientes " pelo, está recibiendo un premio estatal por servicios prestados a la comunidad. Jn osado bra$o blanco ciñe lo ue en auel tiempo era una cintura esbelta, en'undada en tela te-ana8 el bra$o, amputado a la altura del codo, es de 4o5ard. Cuando la gente se casa, suele entablarse una batalla para determinar cuál de las dos 'amilias Vla del marido o la de la esposaV predominará en la descendencia. 4o5ard a perdido la batalla, " con alegr!a. Los (else" Vme$uinos, tacaños " cincososV no son una estirpe por la ue uno desee lucar. > como 4o5ard se rindió de buen grado, a ;i)i le 'ue 'ácil ser magnánima. ?s! pues, au!, en el primer rellano, tenemos una representación a gran tamaño de uno de los (else" ingleses, un retrato al carbón de 4arold, el padre de 4o5ard, tocado con su gorra, colgado lo más arriba posible, dentro de lo correcto. :iene la mirada ba-a, como si le disgustara el e#otismo ue 4o5ard a introducido en el lina-e de los (else". l propio 4o5ard se sorprendió al encontrar el retrato Vsin duda, la única obra de arte ue pose!a la 'amilia (else"V entre los modestos e'ectos de los ue tomó posesión a la muerte de su madre. n años sucesivos, el retrato ascendió de categor!a, al igual ue el propio 4o5ard. 1ucas amistades de los (else", americanos cultos " elegantes, dicen admirarlo. Consideran ue posee Kclase " misterio " evoca el Kcarácter ingl9s de un modo enigmático. ;i)i opina ue el retrato es algo ue sus i-os apreciarán cuando sean ma"ores, sin pensar ue sus i-os "a son ma"ores " no lo aprecian. l propio 4o5ard lo detesta, como detesta toda la pintura 'igurativa... " como detesta a su padre. ? 4arold (else" le sigue un -ovial des'ile de 4o5ard, en sus encarnaciones años setenta, ocenta " noventa. Con el tiempo, la indumentaria cambia pero el '!sico apenas se altera. Los dientes Vcaso único en su 'amiliaV son rectos " de tamaño regular= el labio in'erior es bel'o, lo ue compensa la 'alta del superior= las ore-as no se acen notar, ue es lo má#imo ue se puede pedir a unas ore-as. 7o tiene mentón, pero los o-os son mu" grandes " mu" verdes. La nari$ es atractiva, 'ina " aristocrática. ?l lado de otros ombres de su edad " clase, tiene dos grandes venta-as8 el pelo " el peso, ue an cambiado poco con los años. n especial, el pelo, espeso " sano. Jn mecón gris arranca de la sien dereca. ste otoño decidió peinarse acia delante, lo cual no ac!a desde A&E, " 'ue un 9#ito. La gran 'oto en la ue aparece asomando la cabe$a por encima de las de los otros miembros de la acultad de 4umanidades, 'ormados en torno a 7elson 1andela, atestigua ue 9l es el ue tiene más pelo de todos. Las 'otos de 4o5ard se multiplican a medida ue nos acercamos a la planta ba-a8 4o5ard con bermudas, enseñando unas rodillas blanuitas " 'inas como la cera= 4o5ard con acad9mica americana de t5eed, deba-o de un árbol ue tami$a la lu$ de 1assacusetts= 4o5ard en una gran sala, reci9n nombrado pro'esor de st9tica por mpson= con gorra de b9isbol, señalando la casa de mil" Dic)inson= con boina, sin motivo= con mono de color cillón, en atonville, lorida. ? su lado está ;i)i, ue se protege los o-os del sol, de 4o5ard o de la cámara.
?ora 4o5ard se paró en el segundo rellano para llamar por tel9'ono. Buer!a ablar
con el doctor rs)ine añadióV8 6obre o era corresponsal de la ((C " estaba tratando de ablar del conte#to, de la penuria, etc9tera Va 4o5ard le encantó la musical entonación nigeriana del Ketc9teraV, cuando el calado de 1ont", sentado 'rente a m! con su corbata del club de cric)et de :rinidad, di-o8 Kl ombre de color debe mirar por su ogar, el ombre de color debe asumir su responsabilidad. Pl ombre de color P> todav!a dice Kde color 6or cada paso adelante ue dábamos, 1ont" nos ac!a retroceder dos. se ombre da pena. 1ira, en el 'ondo lo compade$co. Lleva demasiado tiempo en /nglaterra. so lo a vuelto raro.
4o5ard callaba. staba buscando el pasaporte en el malet!n del ordenador. Se sent!a e#austo ante la perspectiva del via-e " la batalla ue lo aguardaba a la llegada. V> su traba-o va de mal en peor. n mi opinión, el libro sobre 3embrandt es cabacano Vañadió rs)ine amablemente. 4o5ard comprend!a ue era indigno inducir a rs)ine a adoptar actitudes tan in-ustas como 9sa. 1ont" era un mierda, desde luego, pero no un imb9cil. n opinión de 4o5ard, el libro de 1ont" sobre 3embrandt era retrógrado, perverso, de un esencialismo indignante, pero no era cabacano ni estúpido. ra bueno. Detallado " meticuloso. ?demás, ten!a la gran venta-a de estar encuadernado en tapa dura " aber sido distribuido por todo el mundo de abla inglesa, mientras ue el libro de 4o5ard sobre el mismo tema estaba sin terminar " las o-as, esparcidas por el suelo al pie de la impresora, como si la máuina las ubiera escupido con repugnancia. VQ4o5ardR VS!, au! esto". 6ero tengo ue irme "a. 4e pedido un ta#i. V:en cuidado, amigo.
? seis peldaños de la planta ba-a, 4o5ard se encontró 'rente a Levi ", de nuevo, se sorprendió al verle la media en la cabe$a. Deba-o del original tocado, lo contemplaba auella cara e#trañamente leonina " de mentón varonil, al ue ac!a dos años le crec!a una pelusa ue no acababa de establecerse decididamente como barba. /ba desnudo de cintura para arriba " descal$o. l torso, esbelto " reci9n a'eitado, le ol!a a manteca de cacao. 4o5ard e#tendió los bra$os, cerrando el paso. VQBu9 a"R Vpreguntó su i-o. V7ada. 1e marco. VQCon ui9n ablabasR VCon rs)ine. VQ:e marcas de verdadR VS!. VQ>aR VQBu9 es estoR Vpreguntó 4o5ard, dando la vuelta al interrogatorio " tocando la cabe$a de LeviV. Qs algo pol!ticoR Levi se 'rotó los o-os. có los bra$os atrás, se asió las manos " arueó la espalda ensancando el peco. VDe eso nada. s lo ue es Vdi-o, sentencioso como un duende. V% sea Vempe$ó 4o5ard, buscando la traducciónV, algo puramente est9tico.
6ara adorno. V1ás o menos. VLevi se encogió de ombrosV. Sólo lo ue es, una cosa ue me pongo, "a sabes. 6ara tener la cabe$a caliente. s práctico " mola. VS! ue le da a tu cráneo un aspecto... liso. Suave. Como una alubia. 4o5ard oprimió cariñosamente los ombros de su i-o " lo atra-o acia s!. VQ4o" vas a traba-arR Q:e lo de-an llevar en esa... u9 es, tienda de discosR V6ues claro... 6ero "a te e dico ue no es una tienda de discos, es un megastore. Siete pisos... Vdi-o Levi a media vo$, ro$ando con los labios el peco de 4o5ard a trav9s de la camisa. Luego, con unas palmadas de gorila, se apartó de su padreV. Q?s! ue te vas o u9R QBu9 piensas decirle a "o le do" la ra$ón. 6ienso ue no deber!as meterte. a, bueno... Vdi-o Levi mientras daba la vuelta a la corbata de su padre, para ue el dereco uedara del derecoV. 6ero no veo por u9 tiene ue preocuparnos. V7osotros no ueremos ue
VQ7osotrosR Vrepitió Levi, al$ando una ce-a con pericia, don eredado de su madre. V%"e, Qnecesitas dinero o algoR Vle o'reció 4o5ard. Sacó del bolsillo dos billetes de veinte dólares, arrugados como bolas de papel de seda. Despu9s de tantos años, aún no lograba tomar en serio la moneda americana, con auel verde sucio " auel tacto áspero. Los remetió en el bolsillo del ca!do vauero de Levi. V1uucas gracias, paa... Vdi-o el cico, imitando el acento de la tierra sureña de su madre. V7o s9 a cuánto te pagan la ora en ese sitio... Levi suspiró tristemente. V1u" pouito, compa... 1u" pouito. VQ6or u9 no me de-as ue va"a a ablar con ellos para...R VP7o 4o5ard supon!a ue su i-o se avergon$aba de 9l. La vergen$a parec!a ser el legado de los ombres (else". PBu9 espantoso le parec!a a 9l, a esa edad, su propio padre PCómo deseaba tener por padre a alguien ue no 'uera carnicero, alguien ue usara el cerebro en su traba-o, en lugar de cucillos " balan$as, alguien parecido al ombre ue 4o5ard era o" :ú cambias, pero los i-os tambi9n cambian. Q6re'erir!a Levi un carniceroR V(ueno, me re'iero a ue puedo arreglármelas solo Vdi-o Levi, corrigiendo burdamente su primera reacciónV. 7o te preocupes. VComprendo. Q:u madre a de-ado algún mensa-e o...R VQ1ensa-eR 7i la e visto. 7i idea de dónde está. Se a ido temprano. V>a. Q> tú u9R Q?lgún mensa-e para tu ermano, ui$áR VS!... Dile... VSonrió, se volvió de espaldas a 4o5ard " agarrándose con una mano a cada lado de la barandilla, levantó las piernas asta ponerlas en paralelo con el peco, como un gimnastaV. Dile8 K7o so" más ue otro negro atrapado en el torbellino, ue trata de convertir uince centavos en un dólar. Vstá bien. s su'iciente. Sonó el timbre de la puerta. 4o5ard ba-ó un peldaño, dio un beso en la cabe$a a su i-o, pasó por deba-o de uno de sus bra$os " 'ue a la puerta. ?l otro lado sonre!a una cara 'amiliar, l!vida de 'r!o. 4o5ard levantó un dedo en señal de saludo. ra 6ierre, un aitiano de los mucos llegados de auella problemática isla, ue ab!a encontrado ocupación en 7ueva /nglaterra gracias, en parte, a la aversión de 4o5ard a conducir un coce. V, Qdónde está ZoorR Vgritó 4o5ard volvi9ndose acia Levi desde el umbral. Levi se encogió de ombros. V7idea. VSucinta contracción ue era su más 'recuente respuesta a cualuier preguntaV. Q7adandoR
VQCon este tiempoR Pa lo encontrar9. VSiempre volando, QeR Vdi-o 6ierre, sonriendo melancólicamente por el retrovisor. ? 4o5ard le cocó la ancura de la nari$ ue separaba ambos lados de la a'able cara del ta#ista. VSiempre de un lado a otro, s! Vasintió 4o5ard con -ovialidad. De todos modos, a 9l no le parec!a ue via-ara tanto, aunue cuando lo ac!a siempre era para ir más le-os de lo ue deseaba. Uolvió a pensar en su padre8 comparado con 9l, 4o5ard era 6ileas ogg. n auel entonces, via-ar le parec!a el ideal. Jno soñaba con una vida ue le permitiera via-ar. 4o5ard contempló por la ventanilla una 'arola undida en la nieve, a la ue estaban encadenadas dos bicicletas congeladas de las ue sólo asomaba el manillar. :rató de imaginarse a s! mismo despertando esa mañana, sacando la bicicleta de la nieve " dirigi9ndose montado en ella a un traba-o normal, como los ue ab!an eco generaciones de (else", " descubrió ue no pod!a. sto lo i$o pensar un momento8 Q"a no era capa$ de valorar los privilegios de su vidaR
?l regresar a casa " antes de dirigirse a su estudio, ;i)i aprovecó la ocasión para asomarse al de 4o5ard. staba a media lu$, con las cortinas ecadas. Se ab!a de-ado el ordenador encendido. Cuando se marcaba, o"ó ue la máuina despertaba con esa especie de ipo electrónico ue tienen estos arte'actos cada pocos minutos cuando no los tocas, como si se sintieran desatendidos " nos recriminasen nuestro abandono. ;i)i se acercó " pulsó una tecla. ?pareció la pantalla. Jn eHmail en la bande-a de entrada. Suponiendo acertadamente ue era de
1iller, de
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6or lo ue a la meteorolog!a se re'iere, los abitantes de 7ueva /nglaterra son unos ilusos. Durante sus die$ años de residencia en la costa este, 4o5ard ab!a perdido la cuenta de las veces ue, al o!r su acento británico, algún indocumentado de 1assacusetts le ab!a dico con una mirada de conmiseración8 K1uco 'r!o por allá, QeR La reacción de 4o5ard ven!a a ser8 K1ira, vamos a poner los puntos sobre las !es8 /nglaterra no es muco más cálida ue 7ueva /nglaterra en -ulio " agosto, cierto. 6robablemente en -unio tampoco. 6ero es más cálida en octubre, noviembre, diciembre, enero, 'ebrero, mar$o, abril " ma"o, es decir, en todos los meses en ue se agradece el calor. n /nglaterra la nieve no te atasca el bu$ón. Casi nunca ves tiritar a una ardilla ni tienes ue agarrar la pala para desenterrar el cubo de la basura. llo se debe a ue en /nglaterra nunca ace muco 'r!o. Llovi$na, ace viento, a veces grani$a, " en enero a" algún ue otro martes en el ue van pasando las oras " la lu$ no acaba de llegar, " el aire está lleno de umedad " nadie soporta a nadie, pero, a pesar de todo, un buen -erse" " un cauetón impermeable con 'orro de lana son su'icientes para soportar cualuier inclemencia ue pueda depararte /nglaterra. 4o5ard lo sab!a ", por lo tanto, su indumentaria era la apropiada para un noviembre ingl9s8 el tra-e Kbueno " una gabardina. ?ora contemplaba con autosu'iciencia a la mu-er de (oston ue iba sentada 'rente a 9l en el tren ue los llevaba de 4eatro5 a la ciudad, sudando a mares dentro de su abrigo recaucutado. n 6addington se abrieron las puertas " 4o5ard salió a la cálida neblina de la estación. 4i$o una bola con la bu'anda " se la metió en el bolsillo. l no era un turista " por tanto no miró en derredor el augusto " espacioso interior ni al teco de invernadero con dibu-os ecos a base de vidrio " acero. Salió directamente a la calle, a 'umar. Se agradec!a la ausencia de nieve. P6oder sostener un cigarrillo sin los guantes, llevar toda la cara al aire 4o5ard no sol!a conmoverle ante el per'il urbano de /nglaterra, pero ese d!a sólo con ver un roble " un bloue de o'icinas recortándose en un cielo a$ulado, sin intromisión de la 'ran-a blanca, tuvo la sensación de encontrarse ante un paisa-e esplendoroso. Se apo"ó contra una columna, reposando en un estreco corredor de sol. Des'ilaban los ta#is negros. Los pasa-eros dec!an adonde iban " recib!an generosa a"uda para cargar el euipa-e en la parte de atrás. Lo sorprendió o!r dos veces en cinco minutos el destino de KDalston. ?ll! ab!a nacido 4o5ard, " entonces Dalston era un barrio miserable del ast nd, lleno de gente miserable, como su propia 'amilia ue le amargaba la vida. ?l parecer, aora era un lugar donde viv!an personas per'ectamente normales. Jna rubia con un abrigo largo color a$ul empolvado, ue llevaba un ordenador portátil en una mano " una planta en la otra, un mucaco asiático, con un tra-e barato " reluciente ue re'le-aba la lu$ como metal batido8 imposible imaginar a esa gente abitando el ast nd londinense de sus primeros recuerdos. 4o5ard tiró la colilla " la empu-ó con el pie a la alcantarilla. Uolvió atrás " cru$ó la estación, acoplándose al paso de una riada de via-eros de cercan!as " de-ándose empu-ar escaleras aba-o asta el metro. n un vagón sin asientos, " comprimido contra un lector pertina$, procurando impedir ue las tapas del libro se le incrustaran en la barbilla, 4o5ard pensaba en su misión. n las cuestiones básicas no ab!a adelantado nada8 u9 decir, cómo decirlo " a ui9n. 6ara 9l, todo el asunto estaba ensombrecido " contaminado por el morti'icante recuerdo de las dos 'rases siguientes8
!un haciendo abstracción de la e"trema pobreza de los argumentos aducidos# $stos ser%an ser%an mucho m&s conincentes conincentes si 'elsey supiera a qu$ cuadro cuadro me re(er%a. re(er%a. )n su carta# $l dirige su ataque al !utorretrato !utorretrato de *+,- e"puesto en Mnich. /esgraciadamente para $l# en mi art%culo yo dejo de jo bien claro que el cuadro al que me re(iero es el !utorretrato !utorretrato con cuello de encaje del mismo a0o# que est& e"puesto en La 1aya.
rases de 1ont" ;ipps. :res :res meses despu9s, aún resonaban, resonaban, er!an " a veces asta as'i#iaban a 4o5ard, ue al pensar en ellas encorvaba los ombros como si alguien le ubiera cargado a la espalda una mocila llena de piedras. Se apeó en (a)er Street " cru$ó el and9n en busca de la l!nea
V4ola, s!. La vo$, -oven " mu" londinense, desconcertó momentáneamente a 4o5ard. V4ola. VQCómoR QBui9n llamaR VSo"... VSo"... QCon ui9n abloR VCasa de los ;ipps. QBui9n esR V?... debes de ser el i-o, "a. VQ6erdónR QBui9n es ustedR V... verás, uiero... esto es un poco violento... So" el padre de o >o no uiero... La cosa es ue vengo de (oston... ?cabamos de enterarnos, QcomprendesR V>a V>a Vdi-o la vo$ en un tono inuisitivo ue 4o5ard no supo interpretar. Vn realidad Vempe$ó 4o5ard tragando salivaV, me gustar!a tener un peueño cambio de impresiones con alguien de la 'amilia antes de ablar directamente directamente con o >o sólo... todo este asunto es un maldito maldito l!o, desde luego, es sólo cuestión de... VSe interrumpió interrumpió sin saber de u9 era cuestión. 6or la l!nea llegó una tos. V%iga, no entiendo nada. QBuiere ue avise a
viv!ais en ;ilburn. Vstamos entre las dos, más cerca de BueenIs 6ar). ?ora mismo vo" vo",, no se preocupe. ;ilburn, l!nea usted es...R V(else", V(else", 4o5ard (else". l padre de... VS!. (ueno, no se mueva de a!, pro'esor. :ardar9 :ardar9 unos siete minutos. n el e#terior de la cabina acecaba un cico blanco, $a'io, de cara descolorida con tres granos bien repartidos, uno en la nari$, uno en la me-illa " uno en el mentón. Cuando 4o5ard abrió la puerta con la consabida sonrisa de disculpa, el cico, con el consabido desprecio por las convenciones sociales, di-o K
V1icael... 4o5ard. 4ola. +racias por venir a buscarme. >o >o no estaba... VQLa encontró bienR Vcortó 1icael con brevedad, señalando la estación con un movimiento de la cabe$a. 4o5ard, ue no entendió el sentido de la pregunta, sonrió estúpidamente de ore-a a ore-a. 1icael 1icael era aún más alto ue 4o5ard, algo a lo ue 9ste no estaba acostumbrado, acostumbrado, " ue le desagradaba. > tambi9n era anco, pero no con auella musculatura atl9tica " trape$oidal trape$oidal ue empie$a en el cuello " ue 4o5ard observaba en sus alumnos alumnos de primero, primero, no, esto era algo más elegante. Jn don de nacimiento. Jna de esas personas en las ue se concentra una cualidad determinada, pensó, " au! la cualidad era Knoble$a. 4o5ard recelaba de esa clase de personas, tan llenas de una cualidad8 le parec!an libros de tapa mu" dura. V6or au! Vdi-o 1icael, dando un paso, pero 4o5ard lo asió del ombro. VJn momento, e de recoger r ecoger estas... 6ara 6a ra renovar el pasaporte Vdi-o -usto cuando cuand o las 'otos sal!an por la trampilla, donde se ab!a levantado una brisa arti'icial. V?largó el bra$o, pero aora le tocó a 1icael detenerlo con un ademán. Vspere. De-e ue se seuen. Si no, se emborronan. e mborronan. 4o5ard endere$ó endere$ó el tronco " los dos se uedaron uedaron viendo temblar las 'otos. ?unue abitualmente no ten!a nada en contra del silencio, aora 4o5ard se o"ó a s! mismo decir8 V(ueeenooo Valargando las s!labas, sin tener una idea clara de lo ue ven!a a continuación. 1icael lo miró con gesto de agria e#pectaciónV. (ueno VrepitióV. Q> tú u9 aces, 1i)e, 1icaelR VSo" analista de riesgos en una 'inanciera. Como tanto Como tantoss acad acad9mi 9mico cos, s, 4o5 4o5ar ardd viv! viv!aa a-eno a-eno a las las cosas cosas del del mund mundo. o. 6od! 6od!aa identi'icar treinta ideolog!as di'erentes en las ciencias sociales, pero no sab!a mu" bien lo ue era un t9cnico en so't5are. V%, "a... eso es mu"... Qn la Cit" o...R Vn la Cit", Cit", s!. Cerca de San 6ablo. V6ero aún vives con tus padres. VSólo los 'ines de semana8 la iglesia, el almuer$o del domingo, las cosas de 'amilia. VQUives VQUives cerca o...R Vn Camden, cerca de... V%, cono$co Camden... 4ace un siglo, "o iba muco por all!. (ien, Qsabes Qsabe s la...R VLas 'otos ' otos están listas, me parece Vdi-o 1icael sacándolas del receptáculo. Las agitó en el aire " sopló sobre ellasV. Las tres primeras no se las admitirán, no está de 'rente Vañadió ta-anteV. ?ora son mu" estrictos. La última, ui$á. Se las entregó " 4o5ard las metió en el bolsillo sin mirarlas. K>a veo ue este matrimonio le ace tanta gracia como a m! VpensóV. Su actitud ro$a la mala educación.
Se 'ueron por donde 1icael acababa de venir. /ncluso en la manera de andar de auel mucaco ab!a una severidad terminante, una actitud ue le ac!a medir cada paso con precisión, como si tuviera ue demostrar a un polic!a ue pod!a seguir la l!nea. :ranscurrió un minuto, " despu9s otro, sin ue ninguno de los dos ablara. 6asaban por delante de casas " más casas, sin tiendas, cines o lavander!as. Sólo apretadas ileras de t!picas terraces, las casas adosadas ue ven!an a ser las t!as solteronas de la aruitectura inglesa, museos de la cultura victoriana... sta era una vie-a 'obia de 4o5ard. l se ab!a criado en una de auellas casas. Jna ve$ libre de la 'amilia, ab!a e#perimentado 'órmulas radicales de ábitat8 comuna " o4upa. 6ero cuando llegaron los i-os, su segunda 'amilia, esos espacios resultaron inviables. ?ora no le gustaba recordar de u9 manera " durante cuánto tiempo ab!a deseado la casa de su suegra8 todos olvidamos lo ue deseamos olvidar. 7o= 9l se consideraba un ombre obligado por las circunstancias a vivir en espacios ue, pol!tica, pol!tica, personal " est9ticamente est9ticamente,, repudiaba " con los ue transig!a sólo por especial especial concesión a su 'amilia. Jna de tantas concesiones. :orcieron orcieron por una calle nueva, tal ve$ arrasada por las bombas de la última guerra. ?ll! ab!a monstruos de mediados de siglo con 'acadas seudotudor " entradas de coces con pavimentos demenciales. La cortadera pend!a de las tapias como colas de enormes gatos de suburbio. Vs bonito esto Vdi-o, preguntándose pregun tándose el poru9 de auella inclinación su"a su "a de dar una opinión diametralmente opuesta a la ue ten!a, " encima sin ue nadie se la pidiera. VS!. Jsted vive en (oston. Vn las a'ueras. Cerca de Nellington, Nellington, una 'acultad de d e umaniades liberal en la ue do" clase. 6robablemente au! no abr9is o!do ablar de ella Vdi-o 4o5ard con 'alsa modestia, porue Nellington era, con muco, la institución más prestigiosa en la ue ab!a traba-ado, lo más pró#imo a una universidad de la /v" League a ue 9l podr!a aspirar. V?ll! estudia o V>o estudi9 en la de mi padre. Creo ue es bueno ue una 'amilia mantenga la unidad. ? 4o5ard le pareció ue el aire sentencioso del -oven emanaba de la mand!bula, ue 9l no cesaba de mover mientras caminaba, como si rumiara los 'allos a-enos. V%, desde luego Vdi-o con generosidad, o as! le parecióV.
aberlo animadoV. Se trata de acer un es'uer$o. ?demás, mamá siempre a estado en casa, " eso cambia muco las cosas, supongo. La 'igura de la madre. La educación de los i-os. s algo as! como un ideal caribeño... 1uca gente lo a olvidado. Va estaban encendidas las 'arolas. 4o5ard empe$aba a divisar BueenIs 6ar), al ue se ab!a re'erido 1icael. 7o pod!a compararse a los cuidados parues reales del centro de la ciudad. ra como una peueña deesa con un vistoso uiosco de música Uictoriano iluminado en el centro. V1icael, Qpuedo decir una cosaR l aludido no respondió. V1ira, no es ue uiera en modo alguno o'ender a alguien de tu 'amilia " esto" convencido convencido de ue, en el 'ondo, pensamos pensamos lo mismo... mismo... 7o veo la necesidad de discutir. discutir. n realidad, bastar!a con ue nos sentáramos a ablar para ver... en 'in, ver la manera de convencerlos, convencerlos, QcomprendesR, QcomprendesR, porue es un -odido disparate, uiero decir ue eso es lo ue importa, QnoR VUamos VUamos a ver Vreplicó 1icael con vo$ tensa, apretando el pasoV. >o >o no so" un intelectual, Qde acuerdoR >o no intervengo en el con'licto ue tienen usted " mi padre. >o so" cristiano cristiano " practico practico el perdón ", ", por lo ue a m! se re'iere, lo ue a"a entre usted " 9l no cambia lo ue todos sentimos sentimos por no a" más ue ablar. VS!... claro, claro, claro. 7adie dice ue a"a un con'licto. >o sólo digo, " esto" seguro de ue tu padre estará de acuerdo, ue no so" anticuado, pero pienso ue, se mire como se mire... VQl matrimonioR Vrepitió 1icael, deteni9ndose bruscamente " subi9ndose las ga'as dos cent!metrosV. QBui9n se casaR QDe u9 está ablandoR VDe de ui9n ablas túR spera, Qu9...R 1icael 1icael soltó una breve carca-ada carca-ada " acercó la cara a la de 4o5ard, buscando buscando algún indicio de ue estuviera bromeando. ?l no encontrarlo, se uitó las ga'as ", lentamente, las
'rotó con la bu'anda. V7o s9 de dónde abrá sacado esa idea, pero, en serio, oiga, olv!dela porue ni por asomo... P(a Vresopló meneando la cabe$a " volvió a ponerse las ga'asV. s decir, o tampoco do" saltos de alegr!a.
súbita rá'aga de aire ue, procedente de la esuina -unto a la ue se ab!an parado, agitaba las ramas de los árboles. V1icael... V7o me lo creo. La noble$a ue 4o5ard ab!a cre!do percibir en las 'acciones del mucaco de-aba paso a la $a'iedad, " auel gesto de desen'ado, a su contrario, como si su sangre ubiera sido sustituida por un 'luido ue le envenenaba el organismo. Uolvió la cabe$a con brusuedad, desentendi9ndose de 4o5ard, " ecó a andar, casi a correr, calle aba-o. 4o5ard lo llamó. 1icael aceleró, giró a la dereca como movido por un resorte " de un puntapi9 abrió una ver-a. +ritó KPHCal, un edulcorante ue 4o5ard se ecaba en el ca'9V. Suelta a a pasó. 1icael parec!a con'uso, pero entonces tuvo una idea " se puso a tirar del picaporte de la alconera. VP6apá Vgritó. 6ero las vidrieras no ced!an. 4o5ard se acercó con intención de a"udarle a descorrer el cerro-o superior. 1icael lo apartó con el ombro, vio el cerro-o " lo
soltó. Las vidrieras se abrieron de par en par " el viento incó las cortinas mientras 1icael se ale-aba por el -ard!n, llamando a su padre. 4o5ard vio una e#tensión de c9sped alargada, el resplandor anaran-ado de una peueña oguera ", más allá, el tronco cubierto de iedra de un árbol monumental, cu"o copa estaba en poder de la noce. V(uenas noces, doctor (else" Vdi-o entonces la señora ;ipps, como si lo anterior ubiera sido el preámbulo normal de una visita de cumplido. Se uitó la servilleta de las rodillas " se levantóV. 7o nos conoc!amos, QverdadR ?uella mu-er no era en absoluto lo ue 4o5ard esperaba. 7o sab!a por u9, la ab!a imaginado más -oven, una esposa tro'eo. 6ero era ma"or ue ;i)i, de unos sesenta " tantos años, alta " delgada. Llevaba el pelo peinado con bucles, de los ue escapaban unas greñitas ue le enmarcaban la cara, " vest!a de un modo poco convencional, una 'alda morada asta los pies " una blusa india de algodón blanco con complicados bordados en el peco. :en!a un cuello largo Oaora ve!a 4o5ard de ui9n ab!a eredado 1icael auel aire de noble$aT " mu" arrugado, " de 9l pend!a un recio collar art d$co con un ópalo tallado en lugar del cruci'i-o ue cab!a esperar. La señora ;ipps tomó las dos manos de 4o5ard entre las su"as ", en auel instante, 9l comprendió ue la situación no era tan desesperada como cre!a veinte segundos antes. V7ada de Kdoctor, por 'avor Vdi-oV. 7o esto" de servicio. Sólo 4o5ard. (uenas noces... Lamento in'initamente todo este... V1iró en derredor. La persona ue, supon!a 9l, ten!a ue ser Uictoria Opor lo ue se ve!a de la cabe$a, el se#o no estaba claroT segu!a inmóvil en la mesa. o no, es como otro universo. D!game, 4o5ard... tiene otel, QverdadR >o lo invitar!a con muco gusto, pero... 4o5ard con'irmó la e#istencia del otel " su deseo de trasladarse a 9l inmediatamente. V(uena idea, " creo ue deber!a llevarse a
La cica se levantó " arrimó la silla a la mesa con un golpe seco. 4o5ard la vio salir de la abitación moviendo los esbeltos ombros arriba " aba-o, como pistones accionados por el motor de su cólera. La señora ;ipps volvió a sonre!r. V4emos estado encantados de tener a
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?ora debemos saltar acia delante nueve meses " pasar a la otra orilla del oc9ano ?tlántico. stamos en el tercer 'in de semana de un agosto so'ocante " la ciudad de Nellington, 1assacusetts, celebra el 'estival anual al aire libre, un evento mu" popular. ;i)i ten!a intención de ir con su 'amilia, pero cuando volvió de su clase de "oga del sábado por la mañana, descubrió ue todos se ab!an dispersado en busca de la sombra. uera, la piscina se calentaba ba-o una capa de o-as de arce ue se mec!an pere$osamente. Dentro, el aire acondicionado $umbaba para nadie. Sólo uedaba Murdoch, postrado en el dormitorio, con la barriga pegada al suelo " la cabe$a sobre las patas, enseñando una lengua más seca ue el corco. ;i)i se despo-ó de las mallas " la camiseta con unas contorsiones " las arro-ó a una cesta ue rebosaba de ropa en un rincón. stuvo un rato desnuda delante del ropero, pensativa, bara-ando cuidadosamente los 'actores de su peso corporal, la temperatura ambiente " la distancia a recorrer para asistir a los 'este-os de Nellington. n un estante ten!a un caótico montón de pañuelos multiuso, como salidos de la cistera de un prestidigitador. Jsó uno de algodón marrón con 'lecos para recogerse el pelo. Luego, con un cuadrado de seda naran-a se i$o un top ue anudó a la espalda, deba-o de los omóplatos. > a la cintura se ciñó un ecarpe de gruesa seda granate, a modo de sarong . Se sentó en la cama, -ugueteando con una mano con las ebillas de las sandalias, " acariciando con la otra una ore-a de Murdoch, desde el reluciente borde marrón asta los intersticios sonrosados del interior. V:ú, ricura, vendrás conmigo Vdi-o, tomándolo en bra$os " sintiendo el calor de la barriguita. n el momento de salir de casa, o"ó algo en la sala. Uolvió sobre sus pasos " se asomó. V, siempre garabateando en auel diario. Les ab!a amena$ado con no volver a la universidad. ;i)i ten!a la impresión de ue ellos dos, madre e i-o, se mov!an aora en sentidos opuestos8 ella acia el perdón " 9l acia el rencor. 6orue, a pesar de ue le ab!a costado casi un año, ;i)i empe$aba a superar el recuerdo del error de 4o5ard. 4ab!a mantenido las obligadas conversaciones con las amigas " consigo misma= ab!a eco comparaciones entre una mu-er sin nombre " sin cara, imaginada en la abitación de un otel, " lo ue sab!a de s! misma= entre una noce de estupide$ " toda una vida de amor, " ab!a sentido la di'erencia en el cora$ón. Si alguien le ubiera dico un año atrás8 K:u marido se tirará a otra " tú lo
perdonarás " seguirás con 9l, no lo abr!a cre!do. 7unca sabes lo ue es eso ni cuál será tu reacción asta ue te ocurre. ;i)i ab!a ecado mano de unas reservas de perdón insospecadas. 6ero, para
general encontró en ella el recipiente ideal8 edad " g9nero adecuados, " tan bonita como la idea de Dios. La propia Uictoria, eu'órica por el 9#ito social " se#ual de su primer verano pasado en el e#tran-ero, le-os de la 'amilia, encontró en su casa a un cico mu" presentable, acomple-ado por su virginidad " alagadoramente trastornado por el deseo. 6arec!a una me$uindad no acer obseuio de sus reci9n descubiertos encantos Oasta entonces, ella ab!a sido lo ue los caribeños llaman una niña margar , 'lacucaT a un mucaco tan ansioso. ?demás, en agosto 9l "a se abr!a ido. Durante una semana estuvieron besándose por los rincones oscuros de la casa e icieron el amor una ve$, mu" mal, deba-o del árbol del -ard!n. Uictoria no se planteó ni por un momento... 6ero a casi a terminado. VQSe puede saber u9 pretendesR Vrepuso
VUamos,
Desde la casa asta la pla$a ab!a un bonito paseo8 vasi-as de calaba$a seca -unto a las puertas, casas de madera blanca, e#uberantes -ardines plantados con esmero para ue lucieran durante el 'amoso otoño. 1enos banderas americanas ue en lorida pero más ue en San rancisco. n las o-as de los árboles "a se insinuaba un ri$o amarillo, como el del papel a punto de arder. ?ll! estaban tambi9n varias de las cosas más vie-as de stados Jnidos8 tres iglesias edi'icadas en el siglo diecisiete, un cementerio repleto de rancios peregrinos " las correspondientes placas a$ules ue te e#plicaban todas estas cosas. ;i)i i$o un cauteloso intento de coger del bra$o a a no pod!a ser d9bil ni t!mida. Su cuerpo la ab!a encaminado acia una personalidad nueva= los demás esperaban de ella cosas nuevas, unas buenas " otras no. P> pensar ue durante años ab!a sido una cosita minúscula QCómo puede pasarte estoR ;i)i se acercó un aro a cada ore-a. l vendedor sacó un espe-ito ovalado " se lo subió a la altura de la cara, pero no lo su'iciente. V6erdona, ermano, un poco más arriba el espe-o... +racias. llas no llevan
ala-as, lo siento. Sólo las ore-as. 9stosR V6endientes, todos uince= collares treinta= pulseras unas die$ otras uince, di'erentes. 6lata, todo plata, todo esto, plata. 6ruebe collar, mu" bonito, con piel negra mu" bien. Q+ustan pendientesR VUo" a comprarme un burrito. V%, pide otro para m!, de gambas, si puede ser, salsa supercaliente " crema agria. >a sabes ue me gustan calientes. Lo vio ale-arse, tirándose de la camiseta 7irvana de manga larga sobre auel trasero ingl9s, plano, anco " soso8 la silueta de una de las t!as de 4o5ard vista por detrás. lla se volvió acia el puesto ", una ve$ más, trató de carlar con el vendedor, pero 9l estaba distra!do, manoseando las monedas de su riñonera. Con gesto lánguido, ella tomaba una cosa " otra, las de-aba " asent!a con la cabe$a a las cantidades ue el ombre le cantaba cada ve$ ue sus dedos entraban en contacto con un art!culo. ? 9l no parec!a interesarle de ella más ue el dinero= para auel ombre, ;i)i no contaba ni como persona ni como idea. 7o la llamaba Kermana, no ac!a con-eturas ni se tomaba libertades. Uagamente de'raudada, como nos sentimos cuando no ocurren las cosas ue decimos detestar, ella levantó la mirada súbitamente " le sonrió8 VQUienes de ?'ricaR Vpreguntó amablemente levantando una pulsera de amuletos, de la ue colgaban diminutas r9plicas de tótems internacionales8 la torre i''el, la torre de 6isa, la estatua de la Libertad. l ombre cru$ó los bra$os sobre un peco escuálido con unas costillas ue se
transparentaban como las de los gatos. VQDe dónde te parece ue vengoR :ú eres a'ricana, QnoR V7o, no, "o so" de au!. (ueno, desde luego... Vdi-o ;i)i. Se en-ugó la 'rente con el dorso de la mano, de-ando ue 9l acabara la 'rase del modo previsible8 V:odos venimos de ['rica. V#tendió las manos sobre la mercanc!a como un doble abanicoV. :odo esto viene de ['rica. QSabes de dónde vengo "oR ;i)i estaba tratando de abrocarse una pulsera, pero levantó la mirada cuando el ombre dio medio paso atrás para ue pudiera verlo me-or. lla de pronto deseó acertar, " estuvo dudando entre los sitios ue recordaba ue ten!an istoria 'rancesa, sin estar mu" segura de ninguno. ntonces se sorprendió de su propio aburrimiento. >a ten!a ue estar aburrida para desear acertar en algo delante de auel ombre. VCosta de...Vempe$ó con cautela, pero la cara de 9l reca$ó la suposición " ella cambió a 1artinica. VP4ait! Vdi-o el ombre por 'in. VP añadió, buscando su complicidadV8 Desde luego, las cosas se an puesto mu" di'!ciles en 4ait!. l ombre apo"ó las manos en la mesa " la miró a los o-os. V?uello es terrible. P:errible ?ora mismo, todos los d!as, Pel terror La e#cesiva gravedad de la respuesta obligó a ;i)i a 'i-ar otra ve$ la atención en la pulsera, ue le resbalaba por la muñeca. lla no ten!a más ue una vaga idea de las di'icultades a las ue ab!a aludido Oab!an desaparecido de su radar ante la presión de otras di'icultades más perentorias, tanto nacionales como personalesT " aora se avergon$aba de aberse atribuido más conocimientos de los ue en realidad pose!a. Vso no es para au!... Pes para au! Vdi-o el ombre de repente, rodeando el puesto " señalando el tobillo de ;i)i. V?... es una... Qcómo se llama... una a-orcaR V6on au!... Levanta, au!... por 'avor. ;i)i depositó a Murdoch en el suelo " de-ó ue el ombre le asiera el pie " lo apo"ara en el taburete de bambú. :uvo ue poner una mano en el ombro de 9l para guardar el euilibrio. Se le abrió un poco el sarong de-ando algo de muslo al descubierto. Le sudaba el surco de la corva. l ombre, atento a la operación de unir ambos e#tremos de la cadena, no pareció darse cuenta. n esta comprometida postura, ;i)i se sintió asaltada por detrás. Jnas manos masculinas la cogieron por la cintura, la oprimieron " una cara caliente " colorada se materiali$ó -unto a la su"a, como la del sardónico gato de !licia en el 7a%s de las Maraillas, " le besó la úmeda me-illa. V
VP?", Señor Narren... P4ola :ú si ue por poco me matas a m!. P6or el amor de Dios :aimado como un $orro... Cre! ue era o so" la :!a 9sta es otra8 te piropean descaradamente, porue no a" posibilidad de ue los tomes en serio. VQBu9 a compradoR Q?lgo bonitoR %, s! ue es bonita Vdi-o Claire al acercarse, mirando el tobillo de ;i)i. 6egó su cuerpo menudo a una endidura del de Narren. Las 'otos la estiraban, la ac!an parecer alta " uesuda, pero en la vida real auella poetisa norteamericana med!a sólo metro cincuenta " cuatro " '!sicamente era prepúber,