i PASIÓ N #
A N T IG O N A PEREZ
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51,
!DRAS, PUERTO RICO 1 8 7 4
P rim e ra edició n , o ctu b re S eg u n d a edición, ago sto T ercera edición, febrero C u arta edición, d iciem b re
1968 1970 1973 1974
“ Nada en el m undo m e r e c e que se aparte uno d e lo que ama m á s,’* D erechos reserv ad o s po r el autor
ISBN
84-39 3 -3 0 9 2 -5
Depósito le g a l: B, 46.374- 1974
Im preso en el compieio de A rtes G ráficas M eo in aceli, S, á . G eneral Sanjurjo, 53 - BarceIona-12 Printed in Spain
Im preso en E spaña
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mus
PRIMER
ACTO
La crónica que revista Antígona Pérez e s la de su propia pasión, acaecida en la imaginaria república hispanoamericana de Molina . Paralelo al oscurecimiento de la sala nace, en sincopado ritmo, una melodía elem ental ejecu ta d a a contrabajo. El telón lento d escu b re un mural regio al fondo y una extraordinaria plataforma en el centro del escenario con juego de escaleras al fren te que llevan, la una, al delantal (izquierda del actor) ; la otra, al foso de la orquesta ( derecha d el actor). P o r los la dos de la plataforma gris alucinante hay dos pasadizos rectan gulares que mueren en las bambalinas. El mural regio al fondo es la suma de ocho colum nas gigantescas y tridimensionales. A l principio, el mural es sólo una cámara negra. L u ego s e con vierte en panel que acom oda, simétricamente, láminas de metal con anuncios d e gaseosas, cervezas, cigarros, señales de trán sito y toda bulla de propaganda. En la segunda parte el mural revuelve a su otra cara: una pared en la que se despliega in formación periodística, noticias de absoluta historicidad se re parten por el panel. Entre las fotos destacan las monumentales del Generalísimo Creón Molina en gala militar y de Antígona Pérez luchando con la guardia de palacio. Resaltan también las consignas que aluden a la vida política hispanoamericana de los últimos años: D E M nt 7.\ f- M - 'RISPIAN A, f O * RAN L O S DESCAÍAS,i 9C I'AFKIA O MU EL ' ‘ 26 DE j r j j n , f iO,'»(7 / r.I R A P R E S Iu P X T E , Y A N K JS
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LU IS "RAFAEL SÁNCHEZ
MAL ES DE PA N A M Á , MINAS’ DE i >, ; i\\í . • * 'VIANOS. El mural sustituye abiertam ente el cicloram a tradicional. No h o y ningún mueble. S i cualquier escena p recisara de asientos, podría recurrirse a los escalones. La luz e s la pincelada definitiva en la crea ción de la atm ós fera d e absoluta teatralidad q ue d eb e pervalecer en la crónica. La perturbación q ue en el ánimo d el Generalísimo Creón M o lina ocasiona la oscuridad, el desplazam iento cuasi-c ore ográfico de los co r o s, el cam bio continuo d el lugar d e la acción, p erm i ten un espectacular trabajo luminotécnico del que llega a surgir una poesía ardiente. Como el recuerdo es arbitrario, ios personajes tendrán las más diversas entradas y salidas: desde una imponente carrera a partir del foso de la orquesta hasta un desfile m asivo por entre las ocho gigantescas columnas tridimensionales. Como el recuerdo es inmenso, ilimitado, el movimiento de Antígosu _ r e s no estará confinado a área alguna, aunque ella tom e el cen tro d el escenario, frente a la plataforma, como su sitio o pri
sión.
La crónica está dividida en dos partes con estructura de acto largo. A su vez, cada parte se subdivide en escenas, aun que esta segunda división tiene como único propósito reducir la com plicación del d iseñ o de luces, fondos musicales, cambio de vestuario, etc.
I..Á PASIÓN SEGÚN ANTÍGGNA PÉREZ
rSCEÑ l
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’ >SIMEBA
El m ural es sólo cámara n egra. Un ch o r ro cónico d e Im se estrella so b re la prisión de Antígona Pérez. E l resto del escenario está sum ido en sombra. Á niígof rs resume en su físico el cruce d e rasas en que s e asienta el s e r hispanoamericano. En la anatomía a ngu lar de su cuerpo no hay cunras. El p erfil e s de una puntillosa rectitud, un p retex to las m anos para d ie s h u eso s co n versa d o res. E ntre sus rasgos desta ca» el p elo lacio caído sob re los hombros, los pechos apretados, la boca carnosa. De caminar es resuelta. R esu elto es también d e g e s t e . Y d e voluntad. Nunca vacilará. Ni sigu iera cuando pida la m u erte. Antígona P érez viste falda ancha y s u éter d e m anga larga, n eg r a s ambas pie zas; los zapatos que calza son bajos, picudos, negros también. No lleva medias, ni prendas, ni hebillas en el pelo. Antígona P érez no pasa de los vein ticin co años. Aunque una v e je z que nada tiene que ver con la edad la posee a ratos, especia lm en te en la réplica que devuelve a lo s que la atropellan. P ero más, sobre todo, en la manera de vivir su vida al día con la eter nidad. -dk Antígoi ’ís deja que la mirada recorra el sitio del pú blico. Luego habla con una cadencia íntima, como si un verso increíble se le desboronara en la boca. ANTÍGONA Empecemos por donde se empieza siempre. Nombre, An tígona Pérez. Edad, veinticinco año*,. "u atinente, Amér ulor... (Sonríe.) No importa. Traigo una historia para los que tienen fe. Alguno advertirá: es demasiado joven para decir algo que merezca oírse. Cierto que soy joven. Pero esta juventud del cuerpo ha sido acunada por la triste vejez del alma, j Poesía! Claro que poesía. Si tengo veinticinco años y voy a morir mañana.
LUIS RAFAEL SÁNCHEZ
LA PASIÓN SEGÚN ANTÍGONA PÉREZ
Antígona P érez d eja que la mirada lisa recorra otra v e s el sitio d el público. L uego, con velada recriminación, ar gumenta: ¡A h ..., entonces que hable! (S eca .) Porque mi muerte se llam a mañana. Porque a mi voluntad de vivir apenas sí le quedan unas horas. (Pausa.) Sí. Quiero hablar. De los que crecimos en una A m érica dura, A m érica am arga, América tornada. De las generaciones, dolorosamente, es tranguladas, Los periódicos han inventado una historia que no es cierta, los periódicos enfermos cíe fiebre am a rilla. U na historia sin escrúpulos, m aligna, improvisada con el afán de destruir mi nombre y mi reputación. H a brá, pues, dos versiones de una misma verdad. La mía. La de ellos. L a m ía es simple. Comienza con mi nombre, este Antígona tenso con el que satisfizo mi padre su in clinación a lo heroico. Sus amigos, m ilitares igual que él, eran a adm irarm e. “ Ven acá, A ntígona pequeñita, dón de están tus herm anos.” Yo m iraba a mi alrededor, son reía y no sabia qué decir. Porque no había aprendido que para llam arse Antígona se necesitan hermanos. Ni sabía que Antígona era la muchacha joven que se decide por la muerte. El chorro cónico de luz se evapora. La melodía elemen tal ejecutada a contrabajo aumenta hasta alcanzar bri llantez. Las ocho gig a n tesca s colum nas que form an el mural, r eg io rotan v ertigin osa m en te, d eten ién d o se en el panel que acom od a , sim étricam ente, láminas de metal con anuncios de ga seo sa s , cervezas, cigarros, señales de trán sito y toda bulla de propaganda. A lapsos- in term itentes s e encienden reflejos luminosos que dividen el escenario en islas de luz; hay una isla en el cen tro de la platafor ma, otras en los dos pasadizos rectangulares, etc. De re pente, docenas de páginas de periódico levantan raudo
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vuelo por todo el espacio escén ico. Dos mujeres con ca pas livianas, apenas visible el rostro, cruzan d e derecha a izquierda p ersigu ien d o las páginas. Tres hombres, uno d s ellos con bastón, e m e r g e n del fo s o de la orquesta y, al igual que las m u jeres, persiguen las páginas de los pe riódicos. Parejas de adolescentes, luego una en ferm era , inmediatamente un -militar, se saman a la caza. Por to das las vías d e a cceso asoman curiosos que forman una histérica multitud de doscientas cabezas en persecución d e las páginas. El ritmo s e apresta poderosamente. Los periodistas —cin co hombres fo rn id o s , elásticos, vestidos con pantalón oscuro y chaqueta deportiva— s e descuel gan simiescamente d e los dos pasadizos rectangulares y, en ca rrera d esen fren a d a , llegan hasta el plano inmediata mente anterior a las candilejas. Los periodistas se acom pañan de una cám ara fotográ fica liviana q ue no obstacu liza el sinuoso movimiento que define su presencia. La multitud lee vorazmente las páginas de periódico que ha logrado alcanzar. P F K iO L íi'iT A 1 Información. PE'
‘. j r - l : T A 2 El Mundo,
p e r ; c >:
Excelsior. P E R -l •' i ''T A 4 El Tiempo. P E R L ,’ ’ ) - VA V erdades.
LUIS RAFAEL SÁNCHEZ
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PEI,’ '* v.
1
p e í ..
> Vázquez,
P E >Ot‘ ÍS T \ 3 C abrera. P E :'n M V ” í Manso.
Ñ
PEn-it
5
i . - i S ’r x
González.
D urante la a cred itación , los periodistas sonríen. En los p artes d e prensa se tornan fríos, altoparlánti-cos. PEK'x
. 1
Local. A ntígona P érez, quien desafiara a la autoridad de nuestras m áxim as instituciones con su participación en los sucesos del pasado trece de abril, sigue detenida en los sótanos de palacio.
la
PASIÓN SEGÚN ANTÍGONA PÉREZ
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cudero, siendo ésta la prim era visita oficial' de Su Emi nentísim a desde que regresara del V aticano a raíz de los sucesos del trece de abril. PEE U' ' ! ’ >;•! \ i Internacional. El presidente de los Estados Unidos, R ichard Nixon, extendió a Camboya la guerra asiática. PER. j Local. L a fascinerosa A ntígona P érez, que enterrara los cadáveres ele los alzados del pasado trece de abril» se ha resistido a los interrogatorios de las m ás altas autori dades de la República.
PEÍ'". >V ¡ 1 Internacional. E xiliados brasileños informaron hoy las horribles torturas de que son víctimas los presos políticos de su país. PEIvn L o c al El Generalísimo Creón M olina ha convocado a una m agna concentración popular a efectuarse el próxi mo domingo a lo largo de la Avenida Bolívar.
P E R IO D IST A 2 Internacional, Averelt Harriman, Em bajador V iajero de los Estados U nidos de N orteam érica, defiende los go biernos m ilitares de la América L atina, diciendo que son totalmente distintos de aquellos de la época de T rujillo, Batista y Porfirio Diaz. PE - * O 'S '1' ' '< Local, E l Generalísimo Creón M olina recibirá hoy la visita del Muy Reverendísim o Monseñor Bernardo E s
PEI .» i . > Internacional. E l prominente escritor francés Jeati Paul Sartre rechazó el Prem io Nobel de L iteratura por con siderar que la labor creadora no debe estar galardonada por organismo oficial alguno.
PEI," -! n . . ' . , . Local. El Generalísimo Creón M olina informó que la escaram uza del pasado trece de abril estaba controlada
LUIS RAFAEL SÁNCHEZ-
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por ideologías extrañas a nuestra cristiana m anera de vivir. PERIODISTA 5 Internacional. El secretario de Estado, Dean Rusk, de claró que los Estados Unidos continuarán interviniendo unilateralmente si es necesario para defender al H em is ferio Occidental del comunismo. A l terminar el último parte d e prensa los periodistas disparan su cámara fotográ fica . El relampagazo es mag nífico. E ntonces sonríen, n uevam ente, anunciando así su
salida, P E R lv 'i MST \ 1 Información. PERK ¡D IST A 2 El Mundo.
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P E R IO D IST A 3 Cabrera. PER
' ÍTA 4 Manso.
PER/O D i' González.
L os periodistas s e dispersan p or el escen a rio , d on d e per manecerán durante toda la crónica. P ero su p resen cia no d eb erá llamar la atención. Sólo cuando así se indique cobrarán el ánimo d e acecho que mina a la prensa en ocasiones. La multitud d e doscientas cabezas aglomerada en la plataforma com ienza a m urm urar. Lo único de su comentario que nos llega es lo que seguidamente se trans cribe. LA M U L T IT U D
P E R ÍU -U S T A 3 Excelsior. PEIvit 'D IST A 4 . El Tiempo. P E R IO D iS Í'A 5 Verdades. P E R K ; D ISTA 1 Oftlz. PERIODISTA 2 Vázquez.
-—L a calma se ha hecho sentir. — La tranquilidad está viva. — L a paz es nuestra. —-El país regresa a la normalidad. —A las seis es el toque de queda. —P ara proteger los derechos ciudadanos. — En la cárcel está la traidora. —La que intentara secuestrar el poder. —Triunfo de la ley, la mesura y el orden. A la m en ción de la palabra PAZ ( tercer bocadillo) la multitud cobra una expresión de dulcedumbre que rom pe la violenta protesta de Antígona Pérez y la reapari ción del ch o rro cónico de luz.
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LU IS RAFAEL SÁNCHEZ
ANTIGONA No hablemos de orden para no confundir. Orden que nace de la diaria inspección m ilitar. Orden que nace del diario asentimiento de las cabezas. Orden que nace del diario aplauso de fas manos. Enfermo, pobre, caótico orden que Impone el ordenado Creón. (En un grito p er fe c to .) No.
A ntígona P e r e s avam a sin exabruptos hasta el prim er plano. La multitud empieza a escurrirse sin s e r notada. La luz en los pasadizos s e r e d u ce lentamente. Ese orden llega a ser la otra cara del miedo. Y el miedo no sirve para vivir. A menos que la paz de cementerio sea la aspiración suprema. ¡ Podrida paz de cem enterio!
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dos que vigilan siem p r e las visitas d e la prisionera. Au rora es una mujer frá gil , vestida con traje de gasas que resalta su enjutes. L os hombros los guarece en un chai lila. P or las manos breves le co rretea un pañolito d e en cajes. Antígona P érez se encuentra con su madre en el centro del primer plano. Un largo abrazo las une. El periodista 1 toma una instantánea del encuentro. AURORA A ntígona, mi Antígona pequeñita. A N TIG O N A M amá. AURO RA Quise venir la m ism a noche que te prendieron» pero le tenían incomunicada. (A prensiva.) ¿ Estás bien?
ESCENA SEGUNDA AURO RA
A N TÍG O N A Estoy bien, mamá.
A ntígona... Antígona,
En la lejanía d esp ierta la v o s d e Autora, la m adre de A ntígona P er e s . Com o la oscuridad es densa, no sabe m o s d e su figura, p ero si que se acerca.
AURORA A ntígona, A ntígo na... ¡S i tu padre estuviera v iv o ! Su Antígona pequeñita encerrada como tina crim in al..., co mo una m ujer sin clase..., sin ap ellido s..., sin... ( Con am or.) Mi Antígona.
A N TIG O N A Contra ese orden ... (irónica) perfecto se levantaron los que hoy están bajo la tierra por voluntad de mis manos. H éctor T avárez, M ario Tavárez. Abaleados. 'M uertos. Sepultados.
A urora Marean, m a dre de A ntígona P e r e s , su be del fo so de la orqu esta segu id a de dos rígid o s soldados uniform a
A N TÍG O N A
(T ierna.) M am á, las mujeres que tú llamas sin c lise, sin apellidos, tampoco merecen una condena injusta. AURO RA T ú no me entiendes, no, nunca me entiendes. Quiero decir que hay gente para todo, gente para quien estar
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en la cárcel no supone una afrenta, gente que no tiene m ayor aspiración que la de comer tres veces al día. Tú no estás hecha para esos extremos. Es otra piel la tuya. Bien criada» celebrada por un escogido círculo de gente de prim era, hija y nieta de m ilitares, señalada por un apellido reverenciado en toda la República. ¡ N ada menos que una Pérez y Santisteban! AN TIG O N A N ada menos que un ser humano, mamá. Lo demás huel ga. Los apellidos, los escogidos circuios de primera» son signos de una m anera de ver el mundo que no es la mía. A i i Rl 'lí A El muhdo es ele tina sola m anera, Antígona. Personajes principales, personajes secundarios, comparsas. A sí fue siempre, así es siempre, así será siempre. Antígona P érez se vuelve al público, AN TIG O N A M am á es inflexible cuando de definiciones se trata.
Aurora gesticula, naturalmente co m o si la con versación con Antígona Peres no se h ubiese detenido. El mundo es de una sola m anera. Así lo piensa, verda deramente. Cuando un pueblo se levanta contra su tira no, lo condena. Cuando ios negros se levantan contra sus blancos» los condena. Cuando un esclavo se levanta contra su amo, lo condena. Defiende tajante su actitud alegando que, si hasta entonces lo han aceptado, para qué necesitan cam biar. Y no me preocuparía sí esa fuera
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la pueril interpretación de la historia de una m ujer que ha vivido de la ostentación, del privilegio» del halago. No. La voz de mam á es peligrosam ente mayoritaria. A su lado están los más, los que se resisten a todo cambio, los que preguntan m eram ente... AURORA ¿E n dónde d u erm es.,.? A N TÍG O N A ¡E n dónde duerm es! AURORA ¿E s buena la co m id a...? AN TÍG O N A ¡E s buena la com ida! AURORA i No te asusta lo que dicen los periódicos... ? AN TÍG O N A ¡N o te asusta lo que dicen los periódicos! A su laclo están los que concluyen diciendo... AURORA Tus locas ideas que no sirven para nada. Quijotes» Q ui jotes, y ai fin a l: yo soy Alonso Quijano. AN TÍG O N A ... que no sirven para nada. Aurora mira a todos lados con un p o co d e impaciencia.
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ponías el gesto grave y preguntabas con urgencia de los asuntos de la República. Nos divertíamos j nos asombrábamos. Éramos felices.
ATJK» >¡<\\ ¿En dónde duerm es? AN TÍG O N A Aquí,
Antígona P érez sale d e la zona iluminada que compartía con su m adre 3? baja hasta el p rim er plano, d esd e donde hace los apartes indicados.
AURO RA Pero ¿en dónde, en dónde? AN TÍG O N A En el piso, en las escalinatas, donde me sorprenda el sueño. Mi espalda ha domado las baldosas. AURORA E n el piso, como ías bestias. Sin una frisa que espante el frío, AN TIG O N A E l frío no b a ja a los sótanos de Creón, Nada que nece site estarse en libertad b aja acá. Los presos políticos» sí. Creón los exige vecinos de su conciencia,
A N TÍG O N A A su m anera, sí, (Rápida,) M i padre era m ilitar, lo re petirá mamá dentro de un momento. En A m érica, la mi licia es la carrera qtte encumbra. .1
(Insistente.) Éramos felices. AN TÍG O N A (Pensativa.) Muy sosa, muy triste, muy vacía felicidad. i lv ,,: . (Con suave recriminación.) Entonces, tú roe obedecías.
AURORA
( Q u eján dose.) M i A ntígona pequeñita sepultada en esta oscuridad espesa. (Protectora.) De niña te asustaba la oscuridad. AN TIG O N A E ra natural. T enía ocho años. AURORA (Reminiscente.) Ocho años y tm carácter férreo de adulto, de viejo. T u padre y yo nos divertíam os cuando
AN TÍG O N A La sumisión sigue siendo una virtud ejemplar. AURORA No nos faltaba nada. Tu padre era gran coronel del ejér cito. Nada. Posición, opulencia, clase. La mansión de Miramar era un hervidero de galas. Los m ás altos d ig natarios de la m ilicia y de la iglesia reunidos en el es plendor de nuestra casa. U na fam ilia hermosa, respeta ble, próspera, sin preocupación ni obligación.
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ANTIGONA Pobrecita mamá que contempla su pasado como a una am arillenta postal de viaje.
AN TIG O N A
A
AURORA El Generalísimo d ice...
HORA (Brusca,) H asta que tu padre,,, se jugó la carta equi vocada, (Intensa.) A ntífona..,» la salvación empieza con el arrepentimiento. Se lo dije a Guillermo, Te lo repito a ti ahora, ¿ Por qué no declaras que hubo un mal enten dido ?
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Héctor y M ario T avárez dejaron de ser mis am igos y se hicieron mis hermanos. Los muertos son de sus vivos,
A N TIG O N A Creón se llama, AURO RA
Antígona Pifrfe regresa corrien d o para con testar a su m adre, con vehem encia. AN TIGO N A Porque no lo hubo, AURORA Confiesa el lugar donde enterraste a los Tavárez, hazte cargo de la culpa y suplica un castigo menor. Los pe riódicos no se cansan de condenarte. Se han vuelto como locos pidiendo un rápido juicio que señale lo que ellos llaman responsabilidades, A NT i ; ' ' i ; \ Si supiera el delito del que se me acusa, tal vez lo haría.
Creón dice que su gobierno tenía la obligación de en ju iciar a los que intentaron asesinarlo. Creón dice que ios T avárez intentaron un golpe ele estado con el único propósito de ceder la nación a potencias extran jeras, AN TÍGO N A Los T avárez planearon asesinar a Creón. Estaban con vencidos de que su muerte provocaría la crisis que lle varía a algo menos inútil que esta dictadura. T an sen cillo corno todo eso. AURO RA A ntígona, abandona tu terquedad. Si no por ti, por mí. S i no por mí, por Fernando, que te quiere. ANT ICO e \
( Gratamente sorpren dida,) Fernando, A U RO RA
AURORA Robaste unos muertos que eran propiedad de la Repú blica,
A pesar de que le disgusta esta situación, te quiere. Si regresaras, inmediatamente se casarían» se mudarían al interior, lejos de las murmuraciones, a un sitio tran
L U IS RAFAEL SANCHEZ
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quilo donde podrían levantar una fam ilia hermosa, res petable, próspera... AN TIG O N A
(S igu ien d o el patrón rítm ico d e Aurora.) Sin preocupa ción ni obligación. No. Quiero a Fernando. Lo quiero» profundamente. Pero no puedo renunciar, ni siquiera por su amor, a las convicciones que respaldan mis actos. Fernando me querrá a mí, a Antígona Pérez» tal como me conoció. A spirar a que Creón me perdone sin sen tirm e culpable es empezar a ser como no soy. Imposible. La vida es intransferible, mamá. Los deberes son in transferibles. AURORA Si fueras hom bre... excusaría mis ruegos, los ocultaría. Inventaría el valor necesario para g rita rte ; sigue, hijo mío, signe. S i fueras un hombre. Pero eres nada más que una m ujer. C allar y bordar, Antígona. ANTIGONA También las m ujeres tenemos que protestar, también combatir lo que sepamos injusto. ¿ O es que al momento de sufrir se quedan los hombres con todo el dolor? AURO RA ¿ Qué ganas, A ntígona? Los T avárez ya están muertos. AN TIG O N A i Qué sabes tú de m orir o v iv ir ! AURO RA ¡ Antígona I
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AN TIG O N A Los hombres no acaban cuando mueren. Los hombres grandes, digo, los que entregan su vida para que tú, yo, eí otro, vivamos. Entiende ahora por qué el padre nuestro que está en palacio te permitió venir hoy. AURORA No lo sé. A N 'l" ' • i A (Fascinada.) Te dejó venir boy, confiado en que tu pre sión de madre pudiera conmoverme... o, lo que es igual, pudiera apagarm e la llama. Creón está acorralado, ma má. ¿ Habías intentado venir antes f AURORA Cada día desde que te prendieron; te lo dije al llegar. Y siempre arrodillada, como una mendiga de las que venían a nuestra mansión de Miramar los sábados por la mañana. A N TIG O N A No sigas. Más bien me haría oír que te apostaste en los portones del palacio con la exigencia de que se te condu jera al lugar donde el tirano encarcelaba a tu hija. AURORA No me harían caso. Son hombres fuertes los guardias, los mejores del ejército, los más duros. No ibar a asus tarse, molestarse, con una calamitosa. A N TIG O N A A l principio, no. Pero cuando el aullido tuviera dos días»
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A urora e sco n d e el ro stro en los h o m b ro s n eg á n d o se a mirar a Aniígm tz.
dos infinitos días tratando el palacio de sacarse el filo ele tu grito, Creón mismo habría salido a suplicarte que -vinieras a verme.
El ordenado Creón. fe ordenó que me echaras cuando un delator de los miles de comités de vigilancia me acusó de tener am istad con subversivos y descontentos.
AU RO RA Creón misino habría salido a quitármelo todo, AN TIG O N A (Rápida. ' >Ve le queda que no quieras perder? A papá lo mataron hace ya años, AURORA
,o \ (A m anera d e explicación.) Antígona, cuando tu padre m urió,.. A N TIG O N A Cuando rni padre fue asesinado. L as cosas como son.
(En susurro.) Calla. AN TIGO N A Tu única hija será fusilada después de someterla a las peores torturas. ¡ A algunas le han roto el virgo coa una botella!
AURORA El régimen de Creón M olina nos impuso una vigilan cia estrecha, asfixiante. No había sitio donde quisiera reposar la vista que no encontrara otros ojos. El miedo me cundió. M iedo de calidad. Del que sobresalta si tocan a la puerta. Del miedo que se herm ana al temblor si el teléfono llam a. El. misino miedo atroz que una m a ñana saca a la h ija de la casa.
A l T *; No digas más, AN TIG O N A (Con una dulzura terrible,) La mansión de Miraraar dejó de pertenecemos cuando el féretro de papá dobló la es quina, E l techo que te dieron en el caserío nunca ha sido tuyo. AUl<< <\ \ (Extrañamente posesiva.) Mío.,, Mío.,,
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AÍT ( Con rabia sorda.) No fuiste tú la que me echaste. M e echó Creón. AIJ.T
•< ' Peor. Te echó mi miedo a Creón.
A N TIG O N A ANTIGONA Sí lo es, ¿por qué prohibirlo a tu hija?
Pero qué te quedaba por perder si gritabas en esos por tones. S i te apresaban vendrías a dar a estos sótanos,
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LA PASIÓN SEGÚN ANTÍGONA PÉREZ
LUIS RAFAEL SANCHEZ
a los sótanos donde estaba tu hija. S í te mataban, rom pían ellos por ti el nudo de la soledad, se decidían por el extrem o al que tú no acudirías m in e • ¡ A edaba algo más por perder ?
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AN TÍG O N A Esta vez me tocó a mí. Luego le tocará a otros. AURO RA
(E goísta.) Los otros no son hijos míos. AU RO RA . A caso ... ( Revelándoselo a ella m ism a) acaso el miedo. (C om o si arribara a ■ u na p od ero sa verd ad ,) L a lealtad al miedo. (F u erte.) E l miedo que es lo único libre en la ciudad. El miedo que es corno Dios, porque siendo uno se está en todas partes.
A N TÍG O N A No lo son. Pero también su ausencia desgarrará las gar gantas. E í dolor se parece tanto al dolor. (A cercá nd ose a su m adre co n ana estupenda ternura.) Ahora vete. Creón llegará pronto en su acostumbrada ronda matinal. No quiero darle el privilegio de oír nuestras tristuras.
A N TIG O N A
{En el m áxim o de la intensidad.) M am á... El miedo está en todas partes. Tam bién en palacio. También en Creón. AURORA Bajem os la voz. A N TÍG O N A S í, sí, Creón está acorralado por el miedo, En sus sótanos ha aprisionado a «n a m ujer. Peor» Una muchacha. La. muchacha es culpable de dar sepultura a dos amigos a quienes quería como a hermanos. Creón terne que et res quicio del malestar se haya abierto. Creón piensa que m ientras sólo él lo intuya no habrá peligro. Pero, tarde o ternoraao habrá que term inar.
AURORA ¿M e d ejará volver? ANTIGONA.
(S egu ra .) N ecesita que vuelvas. Necesita que todo lo que quiero me estremezca. AURORA
( Tornándole la cabeza.) Antígona, sufres. ANTÍGONA. No.
Aurora retira su a vem en te las manos.
.AU RO RA
(C on mucho m ied o.) Antígona, ¿por qué tienes que ser tú?
AURORA Puse unas cortinas en tu cuarto. Quedaron, muy bonitas.
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LU IS RAFAEL SÁNCHEZ LA PASIÓN SEGÚN ANTÍGONA PÉREZ
Antígona P é r e s toma las manos d e la madre y se las trae a su rostro, AN TIGO N A S í, mamá, sufro.
Aurora y Antígona P é r e s se abrazan. Luego Aurora sale d e la sona iluminada. Los d os uniform ados acompañan su salida. De todas partes su rg en los periodistas en ham bre d e ataque.
P E R IO D IST A 1 ¿Q ué dice Antígona P érez?
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! —A O :. . :> 2 ¿Q ué proyecta A ntígona P érez ?
'" jT T n : , 3 A ntígona Pérez proyecta levantarse en arm as y sembrar el terror, P E R IO D IST A 4 ¿Q ué siente A ntígona P érez? P E R IO D IST A 5 A ntígona P érez siente aversión por nuestra noble R epú blica de M olina, *
I'l K ' ! *’ MAP\ 2 A ntígona Pérez dice que no se arrepiente de su delito, P E R IO D IST A 3 ■ ¿Qué piensa Antígona Pérez?
Aurora y los d os u n iform a dos d esa pa reen p o r el fo so d e la orquesta. Los periodistas inician una d a m a noticiosa que convierte la escen a en plaza ceremonial.
PE R IO D IST A 1 Extra, Extra. Extra. A sesinan a M artín L ulero King.
P E R IO D IST A 4 Antígona Pérez piensa que nuestras instituciones pueden alterarse según caprichos de unos y otros.
La multitud irrumpe en loq uecida co n g r e g á n d o s e en- torno al periodista que grita la noticia,
P E R IO D IST A 5 ¿Qué sabe Antígona P érez? P l'T ínniST A 1
Antígona Pérez sabe que sus simpatizantes forman un grupo Infimo, sin fuerza, sin peso.
P E R IO D IST A 2 E xtra, E xtra, E xtra. Abalean, al Che G uevara.
La multitud co r r e trastornada hasta el P eriodista 2.
36
L U I S RAFAEL SÁNCHEZ
PER:OmSTA 3 E xtra, E xtra. E xtra. M uere Ju an Veintitrés,
LA PASIÓN SEGÚN ANTÍGONA PÉREZ
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CREÓN Luces. El Generalísimo baja a sus sótanos.
La multitud c o r r e trastornada hacia el P eriodista 3, PERH * ') !',T A 4 E xtra. E xtra. E xtra, De Gaulle renuncia. L a multitud c o r r e trastornada hacia el P eriodista 4,
’ ■ > U-DISTA 5 E xtra. Extra. E xtra. A sesinan al Presidente Kennedy. La multitud v a a c o r r e r hacia el P eriodista 5, p ero el im pacto e s d e tal m anera terrible que s e congela. Las voces d e los p eriodista s s e van ahilando.
LOS PJ
TAS
E xtra. E xtra. E xtra,
La multitud d esa p a rece en un acom pasado cam inar por la izquierda del a d o r . La m elodía elem ental ejecu ta d a a con tra ba jo aietea distante.
E SC E N A TERCERA. La voz exacta, portentosa, dramáticamente articulada del Generalísimo Creón Molina encarama el aire.
P or los pasadizos rectangulares entran cuatro soldados que llevan marcialmente el paso. La luz empieza a hacer-' se. El cen tro de la plataforma s e inunda d e claridad. El Generalísimo Creón Molina mira al vacío. Militar de nacimiento com o pregona la arrogancia con la que marca cada gesto o la soltura con que se manifesta su persona toda, el Generalísimo viste siempre de impecable blan co; gabardina, casimir, hilo, dril blancos. Las pecheras las lleva recubiertas de órden es, medallas, honras, etc., que con la gorra de altísima visera le hacen una jachada herm osa a sus bien llevados cincuenta y tres años. Par ticular es en su revelamiento la necesidad de mucha luz y el rechazo de las sillas. Sentado no lo veremos en una sola ocasión, como si intuyera que la fuerza la tienen ios que están d e pie.
Crean Molina baja por la escalera que lleva a la prisión de Antígona Pérez. Ésta se ha sentado en uno de los escalones, de manera que el Generalísimo se d etien e en el tercer escalón contando a partir del piso. Los cuatro soldados se reparten la vigilancia: dos, de espaldeas al público al final de la escalera, los otros dos de espaldas a Creón Molina, cara al público. CREÓN El Generalísimo sigue siendo el Generalísimo. La esca lera sigue siendo la escalera. Los prisioneros siguen sien do los prisioneros. P ara haraganear es bastante la noche. Suficiente. Demasiado. El -ocio tiene la consecuencia funesta de envenenar. (Seco.) Levántate.
LA PASIÓN SEGÚN ANTÍGONA PÉREZ
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LU IS RAFAEL SÁNCHEZ
Antígona P e r e s se levanta sin g e s t o s , sin desafíos y ca mina hasta el p rim er plano, AN TIG O N A
(Al público,) C aracterística de Creón es la ofensiva. Es
3?
El. Generalísimo lia condescendido a posponer día a día tu declaración, motivado por una virtud que le es muy c a ra : la paciencia, Pero el Generalísimo es ponderado... equilibrado... exacto en la repartición, de sus virtudes y no sabe extrem ar ninguna de ellas. E l Generalísimo hubiera preferido una confesión pronta, confesión que d ejara fuera los excesos de...
su política de lucha, CREÓN
(B ajando a m s del piso,) Quiero que me atiendas. (P au sa.) Se atiende mirando de frente. ANTÍGONA Creón es un luchador formidable. CREÓN Es un viejo modal que tú no habrás aprendido, ocupada como estás en. Jugar a fos conspiradores.
ANTÍGONA T o rtu ra... CREÓN Disciplina. AN TÍG O N A T o rtu ra... CREÓN R igor.
A N 1 IG< 'N V
(Al público.) Creón refina el decir con afectada elegan cia. El tono le da una seguridad que postra, a la milicia. Postrada la m ilicia se hace sentir la bota y aquí paz y en el cíelo gloría y en la República ele Creón, el o.«den. CREÓN • H oy se vence el plazo que mi piedad te diera. Por doce largos días he requerido de ti el cumplimiento de un deber ciudadano ineludible. Aquel que reconoce en el estado la autoridad suprema. Con tolerancia se te lia reclamado la devolución ele unos cuerpos que a nadie pertenecen» llámese Antígona, llámese Creón, porque per tenecen al Estado, cabeza del cual es su Generalísimo.
AN TÍG O N A 'T ortura.,. CREÓN Presión a la que tuvieron, que recurrir los guardias. Debo abonar a su favor que llevaban tres noches en. los sótanos si» cum plir la obligación que su superior les había im puesto, no por negligencia o ignorancia de su parte, ANTÍGONA
(P o r deb ajo de Creón M olina.) No por ignorancia.
40 ■LUIS .RAFAEL SÁNCHEZ
CREÓN LA PASIÓN SEGÚN ANTÍGONA PÉREZ
sino por esa obstinación tuya en callar lo que ahora, gus tosamente, m e vas a decir. Sin encono. Sin ira. Sin odios, Antígona pequeñita.
A ntígona P é r e s s e v u e lv e a C reón Molina fiara mirarlo, cara a cara.
Antígona, la ley me confiere el poder de ordenar el fusi lamiento de cualquiera que, a mi juicio, amenace la segu ridad nacional. En tu caso opté por d ar a tu tempera mento la ocasión del alegato ,,, o en últim a instancia, la defensa. M e interesa que vivas, muchacha, que te rein tegres, prontamente, a la sociedad, a la que has faltado. No voy a perm itir que un desmán, una aventura inconse cuente arriesgue tus posiblidades de m ujer joven. Vamos a hablar como am ig o s,,. como com pañeros... corno cole g as que se necesitan mutuamente. (Paternal,) Antígona, ¿dónde enterraste a los subversivos? Al
l.
(S eca .) En su tierra, CREÓN
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vivieron, murieron aquí. Correcta en cuanto que nuestra, noble ciudad de Molina acoge en su seno a todos sus hijos, sin discrim inar contra los que no supieron enalte cerla. Correcta a pesar de que una enfermiza ambición llevó a los hermanos Tavárez a abrazar ideologías repug nantes... A N TA o " A . 1 '« grito.) Con esa carta te ju g arás toda la. partida, CREÓN
(C o lér ico .) ... ideologías repugnantes a nuestra cristiana m anera de vivir. Correcta tu prim era respuesta. El inte rrogatorio ha comenzado, felizmente. L a disposición tuya a conversar me place. M ás. M e entusiasm a. Los perió dicos necesitan enterarse inmediatamente de tu cambiada actitud. (A los soldados.) Comunique que el Generalísimo Creón Molina recibirá a la prensa en cualquier momen to a p artir de este momento. A vise que detengan las edi ciones de la tarde. SOLDADO Sí, mi Generalísimo,
(P aternal.) Antígona, ¿ dónde enterraste a los subversivos ? ANTIGONA. En su tierra. CREÓN
E! soldado que estaba en el ex trem o de la escalera sale p or el pasadizo rectan gu la r d e la isqiuerda. Creón Moli na vigila el a rreglo que hacen los soldados restan tes para acom od arse en la escalera, sim étricam ente. M ientras , Antígona P é r e s monologa.
(S in m olesta rse.) Bien. L a contestación es co rrecta: en su tierra. Correcta en cuanto que los T avárez nacieron.
ANTIGONA Detendrán la edición ele la tarde, ante la insinuación de
LA PASIÓN SEGÚN ANTÍGONA PÉREZ
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L U IS RAFA E L SÁN CH EZ
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una noticia que puede desatar la histeria. L a prensa en Molina es un comité del partido único de Creón, un comité minado de sensacionalismo.
AN TÍG O N A Preciosa ocasión de salir de tres disidentes que no tenían relación ninguna con el ataque. En cambio, la recompensa a los hampones fue un asiento en el más alto organismo internacional.
CREÓN L a segunda pregunta, ¿Q ué relación tenías con los sub versivos ? L a de compañeros de estudios no sexía. Los Tavárez eran ingenieros; querían serlo, debe corregirse» pues nunca acabaron la carrera. Tú, en cambio, estudia bas historia. A m istad, no. Los Tavárz eran clasistas, no iban a hacerse amigos de una muchacha a quien su propia madre se vio obligada a echar de la casa.
CREÓN (Descontrolado.) P erra, arrastrad a, embustera, (C reón Molina agarra a Antígona P érez por la m uñeca.) ¿ Interés amoroso ? Imposible, Los rumores hablan de que M ario Tavárez padecía de una grave limitación en la brega con el sexo opuesto.
AN 1 1C,< L\,\ (A C reón.) Creón está arruinado, (Rotunda.) Creón agotó su repertorio de intrigas, CREÓN ¿Interés amoroso? Dicho m ejo r: ¿algun a turbia relación en la que Antígona fuera una especie de m ujerzuela ■ asalariad a? Imposible. Héctor T avárez fue castrado en una riña callejera,
AN TÍGO N A
( Ahogada.) Puedo dar testimonio de lo contrario, CREÓN Basta. (Soltándola.) Contestada la segunda pregunta. A la pregunta, qué relación tenias con los subversivos, la pri sionera confesó: querida de uno de ellos. Comunicaré a la prensa que el desafío que A ntígona Pérez hiciera a las más altas autoridades de la República fue motivado por unas relaciones sinuosas entre ella y los subversivos.
AN TIGO N A
(F ebril.) Creón cataloga de riña callejera lo que fue em boscada de sus guardaespaldas. CREÓN Las acusaciones necesitan el respaldo de la evidencia. El proceso que se siguió contra los atacantes de Héctor Tavárez fue brillante en todos sus aspectos. L a justicia pidió el destierro para los culpables y en el destierro están,
AN TÍGO N A Acepto tus reglas. Rápido. Sencillísim o. A ntígona recla ma la tercera pregunta. No te perm itas el sosiego. P re gúntam e Creón qué arm as usaron los hermanos Tavárez cuando te atacaron. CREÓN
(F iero.) Los Tavárez atacaron la voluntad del pueblo.
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LA r,,s,Ó N SFX.ÍW « T Í O .O »
L U IS RAFAEL SÁNCHEZ
AN TÍG O N A A tacaron ai enemigo ele ese pueblo, que silencia con balas a los disidentes, CREÓN H ay un partido de oposición en la República.
AN TIG O N A
A cepto tus re g la s.. Juega. CREÓN Y en mi República no hay universo para los héroes,
ANTIGONA. AN TÍG O N A Un partido que tú mismo creaste, partido que subven cionas con gusto, que argum enta a tu desfavor los argu mentos que tú, tirano, les señalas, (Con urgencia.J La tercera pregunta. CREÓN Falso que mi gobierno sea una tiranía. Ahí estás tú y ahí están contigo tus improperios mezquinos. Tú. suelta, por los sótanos, casi libre o libre de una vez porque tienes soldados que 'vigilan, protegen, defienden tu li bertad. AN TIG O N A Si no cuidaras ahora de mi libertad, ¿ có m o podrías qui tárm ela luego?
(D esesperada.) La pregunta,
CREÓN
(C om placiente.) ¿Q u é aspiraban a conseguir los Ta várez ?
AN TÍG O N A La crisis que provocaría tu muerte. CREÓN ¿Q ué fuerza se ocultaba tras los T avárez? AN TIG O N A
(Cáustica.) N inguna. CREÓN (D ogm á tico.) T erroristas ajenos a nuestra tradición de
CREÓN
il.) No debo quitarte 3a vida, Antígona. AN TIG O N A
(E x igente.) La tercera pregunta. CREÓN L a m uerte a tu edad parece heroísmo.
pueblo devoto. AN TIG O N A Estupendo a tus intereses. Solicitarías ía intervención de tropas ex tran jeras ante la inminente agresión. M agní ficos bastidores para el desembarco de veinte mil infantes de m arina. Pero na hay lu gar, Creón. El atentado fue de exclusiva m anufactura local.
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LUIS RAFAEL SÁNCHEZ LA PASIÓN SEGÚN ANTÍGONA PÉREZ
CREÓN Los T avárez usaron arm as poderosas. ; De dónde las sacaron ? AN TÍG O N A U na Halcón, de m anufactura argentina, una Stern de m a nufactura in glesa; un arsenal ridiculo con viejas armas de viejos planes que nunca se m aterializaron. CREÓN El entierro de los cobardes necesitó colaboradores. P ri mero, la de un hombre o una m ujer que colocara en la biblioteca la bomba que atrajo la atención de mis gu ar dias. Segundo, la de un hombre o una m ujer, preferible mente un hombre que te ayud ara a subir los cadáveres al Peugeot. Tercero, la de un hombre o una m ujer que te ayudara a cavar las sepulturas. Dame esos nombres. Necesito esos nombres. AN TÍGO N A
( Triunfadora,) No los hay. CREÓN Invéntalos. 'a n t íg o n a Eso lo harás tú con más juicio. Es la oportunidad de una purga eficaz. Toda la gente que te desagrade. CREÓN ¿Dónde enterraste a los T avárez? Dintelo y olvidaré que me has faltado, olvidaré que desafiaste la ley de Creón, olvidaremos juntos. Aprovecha mi generosidad, criatura. Dime dónde los enterraste y vete en seguida.
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A N TÍG O N A En su tierra, Generalísimo Creón M olina, en la tierra que corresponde a sus cuerpos, en la tierra donde tu ley no es buena. CREÓN Te complazco, te complaceré seguidam ente. Antígona gusta del dolor. A ntígona tendrá todo el dolor que guste. (A los soldados.) Soldados, a ella. Sin piedad. Creón
Molina se v u e lv e a A ntígona P érez co n una dignidad cínica. L u ego de una r ev er en cia que incluye el fuerte g o lp e de los d os talones cruza a la escalera d on d e habla a los soldado.s. A ntígona P er es, firm e en su co n v icció n , m on ologa d e cara al público. AN TIG O N A H arán lo más terrible. Lo que rebaje mi honestidad. Lo 'que sacuda las raíces mismas de mi resistencia. V iola rán mi cuerpo con la esperanza de que violan mi espíritu. Como si la lealtad a mis hermanos no estuviera preparada al sacrificio. H arán lo más horrible en sus términos. El cuerpo, me m ancharán el cuerpo. Porque Creón sí es el amo de los cuerpos. Pero me dejarán inmaculado el cora zón. El corazón es lo que importa. ( Gozosa.) H arán lo más horrible.
Antígona P e r e s r e g r es a al plano en que estu viera en la escena con el Generalísimo Creón Molina. Éste se cuadra militarmente, v o lv ien d o a sonar los talones, para subir lu ego arrogante, hasta la plataform a en la cual se esta ciona, d e espaldas al público. La m ú sica elem en tal e j e c u tada a contrabajo v u e lv e a escu charse. La luz empieza a eclipsar en la prisión. Con estudiada lentitud los so l
PIEDAD DE
)N
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LUIS RAFAEL SÁNCHEZ LA PASIÓN* SEGÚN
d a d os s e a cerca n a Antígona P ér es. P o r la derecha■apa r e c e o tro sold ad o trayen do un lu cien te y fatídico cu e llo d e botella. L os sold ad os se co loca n fren te a Antí gona. P ér e z . La m ú sica s e d etien e sorpresivam en te. A ntígona P ér ez lanza un g r ito d escom u n alm en te alar gado. La luz d e la prisión desaparece, totalmente. En festín de siluetas los sold ad os abandonan la escena.
E SC E N A CUARTA
. J I
f
1110.DISTA 4 A Editorial. La. dignidad en 1 >•iysrfttísitaiia Creón Molina está probada por d im it í' ■/•.fíjde dar oportunidad a la facinerosa de defenderse. P E R IO D IST A 5 Editorial. La dignidad en el gobierno del Generalísimo Creón M olina nace de la inescapable realidad de que no hay intelecto, fuera del suyo, que pueda llevar al país por buen camino.
CREÓN Luces, luc.es.
La luz en la plataform a p a r ece solar d e tan brillante. Creón M olina camina o í cen tro d e la plataforma. L os periodistas irru m pen co n un recita tivo lento, jadeante. :a i
pe
Editorial, E l poder está, en manos de quien sabe soste nerlo sin obligación para nada que no sea la dignidad. P IÓ ’ S > '
\ 2
E ditorial. L a dignidad está en manos de quien, sabe v iv ir ía sin deber p ara nada que no sea la libertad. PI
3 Editorial. L a supresión de los desalmados que pretendían an iquilar nuestra im perecedera vena democrática tiene nuestro decidido apoyo.
Los periodistas form an un circu lo alrededor d el Genera lísimo Creón Molina. Los rclampagazos d e las instan táneas son múltiples. Tras del Generalísimo se ha co lo cado un p eq u eñ o ejército.
CREÓN Señores. El entierro que hiciera Antígona Pérez de los cadáveres que pertenecían al Estado fue la culminación de tina relación extraña, oscura e insana. Por otro lado he confirmado que el atentado de los T avárez a la volun tad del pueblo es parte de una campaña terrorista cuyas mentes directrices están en un continente lejano. A dvier tan a la leal República de M olina del espantoso daño que se insinúa en esas actividades. Es importante salvar para nosotros y para las generaciones que habrán de sucedernos esta gran civilización que yo he creado.
Creón Molina sale acom pañado del p eq u eñ o ejército. Los periodistas lo persiguen tom ando instantáneas de su sali da. Luego los periodistas s e reparten p or todo el escen a
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LU IS RAFAEL SÁNCHEZ
rio. El ritm o con el cual inform an las noticias es uno
ligero,
P E R '1 M 'S T A 1 Internacional. La Unión Soviética desterró ayer a dos prominentes escritores rusos que censuraron en varías ocasiones la política y la vida de su país. PE RA >1,'M\\
'
Local. Después de un extenso interrogatorio la facinerosa Antígona P érez confesó que durante los últimos meses mantuvo una relación extraña, oscura e insana con M a rio Tavárez, uno de los subversivos, 1*»•;!
res. La multitud e m e r g e en p ro cesión del fo so de la or
questa,
L A M U L T IT U D —A ntígona Pérez quiere nuestra perdición. —A ntígona Pérez quiere entregarnos. —Los hermanos T avárez traicionaron. -.-M erecida la muerte se tenían» —A las seis es el toque de queda. — Dormir, quedarse en la casa. —No salir hasta que el sol alumbre. —La culpable es Antígona Pérez,
La multitud su be las escaleras y cruza la plataforma, p er d ién d ose lu ego p or la derecha.
Internacional. La últim a película de Jam es Bond el agente 007 está en vías ele batir todos los records de taquilla y en pocos días comenzará a proporcionar ingen tes ingresos a su protagonista Sean Connery. ESCEN A QUINTA n-Rx
•• L ,
4
Local, Recién se ha descubierto que los hilos del aten tado del pasado trece de abril estaban manejados desde un remoto continente como parte de una conspiración hemisférica. PE R i- d Ü S 'L v > Internacional, Un grupo de estudiantes argentinos se ha apoderado de las islas M alvinas en desafío al m anda to colonial que ejerce Inglaterra'sobre las islas.
Los periodistas se diluyen p or los pasadizos rectán gu lo-
La P rim era Dama aparece en la plataforma segu ida de tres doncellas que cargan las distintos piezas d el traje azul que aquélla asará en la próxim a escena. La P rim era Dama está a m edio vestir, ( Larga bata de ga sas blancas, zapatos blancos, pamela blanca.) También a m ed io m a quillar, (Aún se pone crayón en los labios.) La Primera. Dama doña Pilar Varga tiene cuarenta y cin co rítm icos años, esbeltos cuarenta y cinco. El gesticu la r a gresivo d escribe su capacidad de m a n d o , súm ase a ello ima v o s d e so rp ren d en te flexibilidad que acota los m ás ricos mati ces, La P rim era Dama es caprichosa, se v erá en s eg u id a ;
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caprichosa, roída p o r las altas ambiciones que le quita» la p o s incluso del sueño,
LA PASIÓN SEGÚN ANTÍGONA PÉREZ
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L a doncella 2 le entrega la falda a la doncella 1 que esta más cerca de la Primera Dama. La doncella 3' tiene en las manos el collar; los pendientes, la pulsera d e perlas.
P IL A R Como de costumbre acá se está mejor. No es m a ja d e ría, no» pero acá se está m i s a conveniencia. A Pilar V arga, P rim era Dama cíe la República de Molina, P IL A R Menos expuesta a los horrores del calor. Se lo tengo suplicado al G eneralísim o: refrigera otra vez nuestras alcobas, líbram e de ia estrechez clim ática que es la ven tilación natural, atiende que el calor me empieza a agrie ta r los poros.
La d on cella 1 ayuda a la P rim era Dama a quitarse la bata. La doncella 1 sale d e escen a llevando co n sig o
Lo que me fastidia es que esa desconfianza, esa incertidumbre, se manifiesta cuando más nuestro es el poder. Nuestro gran aliado nos ha asistido económicamente; las arcas suizas nos guardan el dinero. Pero Creón dud», el Generalísimo duda. P or la eluda empieza la caída. No dudes, Creón. N adie nos quitará el mando. Sobre todos los cadáveres de M olina, sobre inda la sangre ele M oli na, sobre las últim as ruinas de M olina, Creón, Creón siempre.
La Primera Dama empieza, a p o n erse la falda-, Antígonü s e desplaga hacía la derecha, aunque señalando insisten temente a la plataforma,
La doncella 1 r e g r es a a la plataforma con una bellísima ■ c artera blanca d e m a n go amplio.
AN TÍGO N A P ilar V arga, Prim era Dama de la República de M olina, novia de Creón desde los años en que el hoy G eneralí simo era aprendiz de m ilitar, raso aprendiz, torpe apren diz, sangriento aprendiz, ha pulido su roce, su gesto, sri sensibilidad. H a pulido también su ambición, una am bi ción sacudida por la codicia, una ambición que no des cansa. Dentro de un momento la veremos acosar al Generalísimo, exigirle tina conducta, recordarle lo que él quisiera o lv id a r: que está en el poder por la fuerza. P ila r V arga, P rim era Dama de la 'República de Molina.
M anda a quitar el aire refrigerado. M anda a instalar m ás luces en la alcoba. Corno si desconfiara.
Antígona v u e lv e a mirar a la plataforma co m o si fuera especta dor de lo que allí va a ocurrir. El Generalísimo
la bata. La P rim era Dama lu ce un exquisito refa jo ■ a dornado con anchas tiras d e en caje,
Pero su argumentación no se hace esperar; “ P ilar, el acecho se oye m ejor en el silencio” .
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LUIS RAFAEL SÁNCHEZ,
C reón Molina a pa rece d e tras la plataforma vistien do o ír o i m j e Manco d e llamativa gala. CREÓN Monseñor Escudero llegará a las diez. Y a debíamos estar en el salón de los principales. P IL A R Los relojes de palacio han sido amaestrados pata ade lantarse o atrasarse a tu comodidad, c ?j
,e ; No te excuses con bromas» P ilar.
P IL A R Ni me excuso ni bromeo. No tengo motivo para lo pri mero, 110 tengo gana, para lo segundo. Las tres doncellas desaparecen. La P rim era Dama estira si brazo para q ue el Generalísimo le abroche la pulsera.
Todo lo que ocurre es que el calor me desequilibra al extrem o de perturbar el horario que trazo. A djudica la tardanza a tu desliz ele privarme del aire refrigerado. CREÓN
(Im pa cien te.) El acecho se oye m ejor en el silencio. Los oídos me resultan guardianes formidables si hay silencio. El aire refrigerado desfigura la percepción de los oídos. El aire refrigerado es cómplice del sueño pro fundo. ¡N o debo,, no puedo dorm ir!
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La última línea ha llevado al G eneralísimo C reó» Molina a un clima em o tivo d el que se libra co n las sigu ien tes elucubraciones, A ver sí un buen día me sorprendes con la noticia de que entiendes por qué desconecté eí aire refrigerado. Eso nada más, P ilar. No aspiro a que me d ig a s : e s to y d e a cu erdo c o n t ig o ; menos e s una d ecisión sabia. M e con formo con una oración tan pueril como lo entiendo, P IL A R Me sigue pareciendo una providencia extrem ada. Los portones están al cuidado de m ilitares de c a rre ra ; egre sados de tu propia academ ia, discípulos hambrientos de uri ascenso, de una canonjía que les facilite el paseo por la feria de la vida. Convéncete. En los portones se nos guarda la paz. CREÓN Bien. Guarden ellos la nuestra. Guarde yo la de ellos. ¿Debo convencerte ele que te demoras excesivam ente? L a invitación lee a las diez. P IL A R Llegarem os a las diez. Sólo porque tú lo dices.
La P rim era Dama abrasa al G eneralísimo p or la cintura. Tu investidura tolera la exigencia que tu capricho quie ra. (C on ven cido.) L as categorías se imponen. Los extre mos en cualquier circunstancia llevan a equivocaciones. Monseñor Bernardo Escudero, educado en las más selec
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tas intrigas europeas, podría adivinar en tu celoso empe ño por llegar a la hora señalada una servidumbre a la que no estará acostumbrado, CREÓN Monseñor Bernardo Escudero es un padre de la iglesia. El país tiene tres millones de católicos que me respalda rán incondicionalmente sí el director de su fe lo pide. P IL A R
(E najenada.) El Generalísimo C reó» M olina es un pre sidente de República, S u ejército tiene tres millones de fusiles. ¿O es que un fusil va le menos que un católico ? CREÓN Pilar» yo necesito que se crea en mí por mi capacidad, mi inteligencia, mi superioridad adelantadas, visionarias, incomparables. P IL A R Rechaza esa inclinación a la responsabilidad. A cepta sin pudores... trasnochados que estás en palacio porque fuis te el más fuerte. CREÓN
rudo.) Porque fui el cjue ofreció más a un pueblo inutilizado por su historia. P IL A R E sa digresión es sólida para la prensa extran jera o un comité de las Naciones Unidas.
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CREÓN R ecurrí, recurro a medidas de represión si determino que peligra la seguridad de la gran m ayoría. M e deshice de gente, despojé de propiedades y bienestares a ios que se arrogaron el derecho a cuestionarm e. Pero fui el úni co que garantizó la reconstrucción de la. República den tro de unas normas de orden inviolable. P IL A R No te engañes, Creón, no te reduzcas a hombre demo crático. (Tranquila.) No te acorrale la vehemencia de una muchacha miserable de 'veinticinco años. No, No te des quicie la sobrina que regresa. CREÓN ¡ P ilar i P IL A R L a hija de Guillermo Pérez y Santisteban ha regresado a retar a su tío, el dueño de la República, Los ímpetus barnizan los argumentos a los veinticinco años. Es toni ficante vociferar las veinticinco años, Pero la fuerza tam bién detiene las gargantas de veinticinco años. No te aplaques, no te conmuevas ante la juventud de esa sobrina que con aíre de revolucionaria te sale al paso. Afírm ate en lo qtte e re s : dictador, CREÓN
(V iola d o,) No quiero la sombra de esa palabra. P IL A R (Vigorosa.) Dictador. Subiste al poder tras un golpe de Estado.
tSTE L iar:’': A : íUjí-'cDAD de 58
I J 2 A rv 7 F,C f\ FUN0 ACA0 M
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CREÓN El gobierno anterior se inclinaba peligrosamente a la iz quierda, La segunda guerra mundial recrudeció el caos. 'Éramos una República desamparada. P IL A R H abrá justificación, mérito, añade razonamientos sin número, pero no prescindas de un hecho que la historia ha recopilado; subiste al poder tras un golpe de estado. No te eligieron Presidente. Te impusiste por la fuerza. Te retiene en el poder la fuerza. Te quedarás en el poder si conservas la fuerza; la fuerza que necesita confirmarse en toda gestión sí se quiere evitar que enmohezca. Igual que los virtuosos afinan constantemente su instrumento, igual los conquistadores afinan constantemente su po derío. CREÓN Basta. Terminemos. Monseñor Bernardo Escudero está esperando. P IL A R Monseñor Bernardo Escudero se m olestará de que no lo hagas esperar. Los -r-Au^os de tu tardanza le permi tirán comadrear con . .•>< .^es y coroneles. Entre ellos tendrá más brillo la • '>u santísima cabeza. La fuerza está en ciar a los lo que ios demás piden sin que ese dar sea nada, Y ahora vamos. Contrario a tu costumbre, llegarás dar tarde.
El Generalísimo Creón Molina camina unos pasos al frente de la Primera Dama. .Ambos bajan en dirección del foso de la orquesta.
LA PASIÓN SEGÚN' ANTÍGONA r á t H Z H U j C '■,!) VF-59TA, EN CASO De :£.v:!./!')A DEVOLVER
ESCEN A SE X T A
A
. , Av.. AA:ík¡ ío I S vO y ¡ rodera
Ydí, 544-178 La m úsica elem ental ejecu ta d a a contrabajo sube apoteósica. El mural reg io al fondo se desmembra. Las co lumnas empiezan a separarse construyéndose en la sepa ración tinos amplísimos espacios por en tre los cuales desfila el cortejo eclesiástico que acompaña al Monseñor Bernardo E scudero, El cortejo es imponente en su co lo rido: sa cerd otes co n almidonada sobrepelliz; co n rosada tonsura / con sotanas n egra s, cá rd en a s; con escapulariosgris, carmelita, verde, amurillo / sa cerd otes que cargan estandartes orlados, co r d e r o s d e alba lana, palio p r o t e c tor, v elon es, teas, Ei co r te jo eclesiá stico liega a la plata form a entonando cá nticos gozosos. P o r los pasadizos rectangulares entran quinientos militares y se llegan has ta el foso d e la orquesta d on d e esperaban el Generalísimo Creón M olino y la Primero. Dama. El co r te jo militar avansa hasta la plataforma-. M on señ o r B erna rd o E scu dero s e adelanto y da a, besar a la p areja su sortija ponti ficio. M on señ or B ernardo E scu dero es mi cin cuen tón o jeroso , la rgo, calvo, feo, ingenioso. Los v estid u ras d e su rango (sotana'•d e en cen d ido r o jo , m itro perfilado) aumen tan lo rectangularidad de su cuerpo. Que un profano lla maría —primo faeie— quijotesco. Lo opu esto o su. figu ro es su intelecto. R ed o n d o , nutrido, llamativo p or lo que tiene d e gimnástico. Arma su y o es lo palabra, v en ta jo suyo. I.Mego d e uno genuflexión grupal, los sa cer d o tes y los ■militares se integran a lo que resulta gra to tertulio. Una, docen a de criados repa rte vin o , anisados, vermutes, piscolavis en bandejería d e plato bruñido . La l o s aumenta excepcionalmente. Los periodistas h o cen su a gosto c o m poniendo fotogra fía s en las que los tres g r a n d es co m p or ten el p rim er plano. La plataforma■g ir o co m o ten tiovivo.
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En su prisión, Antígona Pérez, testigo ocular de las pro cesión es, m on ologa. AN TIG O N A Celebran. Brindan copas robustas a la salud cid Genera lísimo. Se deleitan en el paladeo de los espíritus. Monse ñor hablará de la necesidad cíe ía paz. Monseñor conmo verá a todos con la noticia de que el P apa se encuentra preocupado. Luego Creón relatará mi insubordinación. Monseñor censurará nuestro agitado siglo, pedirá pa ciencia a aquellos que finalmente la hemos perdido, acon se ja rá resignación como remedio a nuestros males. Cele bran la ceremonia eje la resignación. M O N SÍ
(C on prestancia de andariego.) ¿H ab rá una copa de vino chileño, año de m i! novecientos cincuenta y cinco para nuestra humilde persona, Generalísimo r CREÓN Mi bodega está abastecida de calidades. (A un criado.) Vino chileno, año mil novecientos cincuenta y cinco. M O N SE Ñ O R
MONSEÑOR Ordenar no es un verbo que nos satisfaga. En cambio, p ed ir es de m ejor gram ática, PILAR
(Con grada.) Pida. M O N SE Ñ O R Es que le oímos susurrar a Pablo Neruda que los vinos chilenos no parangonan con los de sitio alguno. Estába mos en Londres asistiendo a la representación del dram a El vicario. Nos aburríam os con la obra que asusta por lo m ediana; nos aburríamos con la acusación que se le hace a Pío X II que asusta por lo falsa. De pronto, un hombre que se sentaba delante tle nosotros susurra a su acompañante: me bebería u ' ele vino de Chile, el vino de Chile no parangona de sitio alguno. Dos o :.. . -calones celestiales n.e, •.......nos perdidos por esa ........... nal y perpetua sed de vino. Soltar el hombre aque l lo, preguntarle nosotros quién era, contestar el hombre: "Pablo Neruda, entender nosotros que aquello era una mismísima tentación de los infiernos» fue un abrir y cerrar de ojos. Desde entonces cargarnos sin cometer el pecado del vino chileno que no parangona con el de sitio alguno. P IL A R Mucho de acendrado nacionalismo se estará en el fondo de ese aserto.
O jalá no resultemos impertinentes. P IL A R Reverendísimo, sea usted a ordenar y nosotros a cumplir.
M O N SEÑ O R Definitivamente. Lo que no es desmerecimiento. El nacio nalismo es la única brecha que se le da al hombre para apoderarse del universo.
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M O N SE Ñ O R P IL A R He oído an tes tal comentario, Reverendísimo,
¿ kn caso de que así íuera, habría algo que temer ? CREÓN
MONSEÑOR Es un lugar común que ningún sensato descarta. Nues tras ideas son prestadas, señora.
Temer no es un verbo que me satisfaga, M O N SE Ñ O R Cierto, Nuestro Dios no se hace temer sino respetar,
El criado se a cerca co n una botella que d escorch a d e lante d e M onseñor, CREÓN ¿Q uerrá que le enviemos al obispado unas botellas de vino chileno, Reverendísimo ?
M O LSíLiOR Definitivamente,
CREÓN M i alma anda reposada. Lo único que podría alterarla sería el descreimiento de Monseñor de que está en re poso, M O N SE Ñ O R Líbrenos Dios de privar el reposo a un alma... rente. ,, Generalísimo ?
transpa
CREÓN
¿ Cómo anda su vino, Reverendísimo ? El Generalísimo C reón Molina, la Primera Dama , el M on señ or B ernardo E scudero levantan en' alio las c o pas. Las risas d e ios séquitos llena la pausa. Cuando se reg r esa a la con versa ción la. risa s e desplaza a un segundo plano.
M< J'W L IÍO R
(C ortesano.) ¿C óm o anda su alma, G eneralísimo? CREÓN
(Teatral.) Nos rodea el inundo entero. Monseñor no querrá una confesión pública.
MONSEÑOR
(Con trabajada falsía.) Nos rodea el mundo entero. El Generalísimo no pedirá una confesión pública. CREÓN En caso de que así fuera, ¿habría algo que tem er? MONSEÑOR Temer no es un verbo que me satisfaga, (En d em ostra ción.) Confesemos para demostrarlo que el vino está pe cador, traidorzuelo, sabroso.
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Carcajadas g e n e r a le s .
Añadimos que sera de nuestro beneficio una segunda tanda. CREÓN Y una tercera y una cuarta. P IL A R
(R ien d o.) T andas corridas, Monseñor. CREÓN M ás vino ele Chile, año de mil novecientos cincuenta y cinco.
La plataforma se convierte en una feria d e risas, excla m a cio n es, deleites. Los militares, los sa cer d o tes, los con vid a d os roía n a lr ed ed o r d e M on señ or Bernardo E scu d ero en un p a la ciego besamanos. Las bandejas cargadas p o r lo alto, el d e s c o r c h e voluptuoso, las bocas llenas de espuma, dan a la ocasión pintura de paganía. ANTIGONA. Celebran, Escancian las copas. Dan vivas al regreso de M onseñor B ernardo Escudero. Creón cablegrafió al V a ticano solicitando el inmediato regreso de Monseñor Es cudero. Monseñor Escudero no se hizo esperar. El tono de Antígona P é r e s s e va "haciendo am argo, de una a m a rga ra que s e filtra s través de su propia risa.
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Celebran» beben, gritan. El palacio es fiesta, Molina es fiesta, América es una efervescente, rumbosa, exuberan te fiesta. U na vez fermenten las lenguas se tejerá la leyenda. U na insubordinación destinada a echar por tie rra las más saludables instituciones de la República.
La zona de A ntígona P é r e s se o s cu r ece con la mism a sua vidad con la que s e oscurece su última palabra. Los dos séqu itos empiezan a salir de la plataforma cuan,do Antí gona P eres; d ice SE TEJERA LA LEYENDA, La sali da es de tal manera discreta que los espectadores apenas si se percatan.
M O N SEÑ O R ¿ Nos quiere sintetizar los sucesos del trece de abril. Ge neralísimo? CREÓN Esperaba impaciente por su disposición a oírme.. MON SECO N A i Vaticano llegaron noticias contradictorias que preocu paron a su Preciosa Santidad. CREÓN I. , del trece de abril fueron una frustrada insub* destinada a echar por tierra fas más saluda bles instituciones de la. República, Reverendísimo. MONSEÑOR ¿ Podría darnos detalles ?
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CREÓN La P rifoeta Dama y yo nos dirigíam os a las ceremonias de bendición de una capilla que habíamos obsequiado a la piedad de 3a Virgen, del P ilar, E sa ofrenda es de su conocimiento.
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PILAR
(P o r lo bajo.) Uno de los tenientes cayó al lado del carro. L a sangre se coaguló en la rueda derecha... la rueda derecha del frente. CREÓN
M O N SE Ñ O R Y de nuestro regocijo. L a contribución suya al sosteni miento y engrandecimiento de la M adre Iglesia gana bendiciones para su espíritu caritativo. Siga. CREÓN Pasábamos el puente M olina cuando una retahila de dis paros nos sorprendió. En seguida vimos que por entre los árboles aparecían dos hombres. En las manos traían sendas am etralladoras. P IL A R
(P o r lo bajo.) Los Távarez. CREÓN No hubo tiempo de respirar. Porque al momento vimos caer a dos de los tenientes que acompañaban nuestra caravana,
En medio del estupor regresam os a palacio. L a velo cidad del carro no era tan exasperante como la de nues tros corazones, P ilar no se cansaba de rep etir... P IL A R
( P o r lo bajo.) A sesinarnos, Creón, Creón no me contes taba, CREÓN Desde la radio del carro di instrucciones al ejército. P ilar seguía repitiendo aquella verdad que nos saliera al paso momentos an tes,,. P IL A R
( P o r lo bajo.) Asesinarnos» Creón. (R eb eld e.) Era te rrible. CREÓN ( Reflexionando.) Era terrible. P IL A R
P IL A R
(P o r lo bajo.) L a sangre salpicó el carro. CREÓN. Los otros tenientes abrieron un contraataque que desin tegró los cuerpos de los alzados.
(S onreída.) Asesinarnos. CREÓN Convoqué mi gabinete a una reunión de emergencia, suspendí las garantías constitucionales, declaré la ley m areialfC om encé en seguida una investigación exhaus tiva.
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M O N SE Ñ O R A l Vaticano llegaron odiosos rumores de persecuciones civiles, de represión histérica, de encarcelamientos dis paratados.
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AN TÍG O N A ¡ Cuidado, Monseñor i P IL A R ¿Qué quiere decir, Reverendísim o?
CREÓN Lo que usted tachó de odiosos rumores no pasaron de ser odiosos rumores. P IL A R Imagino que su sensatez defendería el buen nombre del gobierno que tan gustosamente engrandece a la iglesia y la sostiene.
M O N SE Ñ O R El atentado podía tener otros propósitos. CREÓN
(S eco .) ¿C uáles? P IL A R
(P o r lo bajo.) Asesinarnos, nada más. M O N SE Ñ O R Dijimos a cuantos nos preguntaron que el atentado obli gaba a! prim er mandatario a una detallada indagación. D ijimos que si hubo algunos extremos de rigor sería sin ia anuencia del Generalísimo. Dijimos lo que creimos y lo que creemos,
M O N SEÑ O R Especulamos que el de llamar la atención mediante un acto... extrem ado... suicida, lo líame) usted. CREÓN
(V ictorioso.) Y io consiguieron. Multitudes innumerables CREÓN Fue un suicidio do esos oos locos, Monseñor. El país entero sabe de mis coches blindados, sabe que me acom pañan los m ejores tiradores del ejército, sabe que mi pistola tiene doce iepetieiones sin parar. Un asalto tan... pedestre no tenia posibilidad de éxito. N No tenía posibilidades si suponemos que los Tavárez perseguían exclusivam ente su asesinato, •
se concentraron frente al palacio durante todo el día del suceso en espontánea adhesión a mi persona. AN TÍGO N A M ultitudes traídas a toda prisa por comisionados de barrio. Multitudes a quienes se obligó con la amenaza de un informe a palacio. M O N SE Ñ O R Especulamos que el de demostrar que sí hay oposición a su. régimen. Generalísimo.
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CREÓN L a hay, desde luego. En la República hay un partido de oposición,
CREÓN
A N T,G U N A
M O N SE Ñ O R Como estábamos nosotros en Roma» los hermanos no po dían hacer manifestación alguna.
(Rápida.) A l que Creón provee los fondos de subsis tencia.
CREÓN Siga, Otro propósito para el atentado, M O N SEÑ O R Entienda que juego al abogado del diablo. CREÓN Juegue, tío se desanime, M O N SE Ñ O R Acaso el atentado pretendía provocar una c risis... un desasimiento en su ánimo, AN TÍGO N A Es un pronóstico de la historia. La liberación empezará con la crisis. T iL A R No. En el triste ejemplo de los Tavárez el riesgo tenía la etiqueta de la ambición. Descarte la idea de que los T avárez pretendían desatar una crisis en el ánimo del Generalísimo,
Monseñor, la Iglesia no ha condenado públicamente el atentado.
CREÓN Lo que significa que en las misas de pasado mañana domingo se d ará lectura a una pastoral en la que Mon señor Bernardo Escudero condenará eí atentado» exhor tará a cerrar filas tras la paz que garantiza el Genera lísim o Creón M olina y advertirá que todo aquel que no cum pliera con esta recomendación no podrá en lo ade lante, confesar ni comulgar. M O N SE Ñ O R ¡ G eneralísim o! CREÓN ¡ Monseñor! M O N SE Ñ O R L a ig le sia no recibe órdenes. CREÓN Coincidimos, Monseñor, la Iglesia da órdenes. M O N SE Ñ O R
MONSEÑOR Jugamos al diablo: es un juego como otro cualquiera.
De absoluta gravedad nos resulta su petición. N ecesita mos hacer reflexión sobre la misma.
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CREÓN
(T errib le.) Qué más reflexión que la que yo he hecho p ara usted. Las circunstancias hablan de una amenaza increíble a nuestra cristiana m anera de vivir. M O N SE Ñ O R No nos permitamos precipitaciones. ¿D e qué delito'se acusa a A ntígona Pérez? P IL A R Ésa es la segunda parte de la historia. CREÓN De robar los cadáveres de los hermanos Tavárez.
iOR i De dónde los robó ? CREÓN De la plaza Molina, M O N SE Ñ O R
( Asombrado.) ¿Qué fueron a hacer los cadáveres a la P laza M olina?
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CREÓN No en este caso .' El velorio pretendía que los deudos identificaran a los terroristas. AN TIG O N A M entira. El mandato de Creón era que los cuerpos se pudrieran a la intemperie después de servir de escar miento público, M O N SE Ñ O R Competía a los fam iliares hacerse cargo de los rituales postumos. CREÓN No, Monseñor. Los cuerpos pertenecían al estado como evidencia. No olvide que ios Tavárez intentaron supri m ir la voluntad del pueblo. El estado es el protector de esa voluntad. M O N SE Ñ O R ¿Q ué castigo reserva la ley para el delito de robo? CREÓN L a prisión perpetua o la muerte. MON SE Ñ O R (Severo.) L a m uerte es jurisdicción de Dios.
CREÓN El Estado dispuso su velorio público,
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íOR E l 'velorio público es signo de homenaje.
CREÓN
(A larmado.) Soy cristiano» Reverendísimo. Cristiano ca tólico. Católico práctico. Ello es de su conocimiento. Co nozco los preceptos de la M adre Iglesia. En ellos amparo mi conducta. Yo no ordeno la muerte de prisionero algu
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no. Pero no puedo evitar que cualquier prisionero la ordene. El prisionero tiene siempre el refugio de la confesión, la aceptación de la culpa, luego el arrepenti miento público de la culpa. L as alternativas son claras.
MONSEÑOR ¿ Y si algún prisionero no fuera culpable? CREÓN Imposible, Monseñor. U na vez se entra en los sótanos 'de Creón se es culpable, M O N SEÑ O R ¿ Confesó A ntígona P érez? ¿Aceptó su culpa ? ¿ S e arre pintió de su culpa? CREÓN
(M od esto.) No, P IL A R " Es soberbia; pondrá la vida por encima del arrepenti miento. M O N SEÑ O R E ntonces... la espera la muerte. CREÓN S i ella lo ordena.,, MONSEÑOR (Repentino.) Generalísimo, quisiéramos visitar a esa ni a d ia d la .
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CREÓN Tiene mi permiso, M O N SE Ñ O R ¿Podríam os ir al momento? P IL A R No posponga su ministerio por nuestro humilde agasajo. CREÓN Monseñor Bernardo Escudero, convenza a esa muchacha de que anda errada. Invítela a que confiese dónde enterró los cadáveres. D ígale que mi ofrecimiento sigue en pie. P IL A R
(Inquieta.) ¿Qué ofrecimiento, Creón? M O N SE Ñ O R ■ Portaremos su m ensaje, Generalísimo. Y ahora, ¿ dónde están los sótanos ? CREÓN La guardia lo acompañará. Monseñor Bernardo Escudero sale del centro de la pla taforma acompañado de seis soldados que le hacen una im pon en te escolta. El G eneralísimo Creón Molina cam i na hacia el fon d o de la plataforma. La Primera Dama lo sigue mientras inquiere PILAR ¿Qué ofrecimiento, Creón?
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Los periodistas se apoderan de todo el escenario para v o c e a r su s boletines.
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PE RL i ’ ■- 1 i 3 Monseñor Escudero condenó enérgicamente el atentado del pasado trece de abril y encareció que toda gestión disidente se realice por los carriles de una leal oposición.
1 Local, P rim era Plana, Su Ilustrísiina, Monseñor B er nardo Escudero visitó hoy el Palacio para presentar sus respetos al Generalísimo Creón M olina y a la Prim era Dama doña P ilar V arga de Molina. El muy excelen tísimo y reverendísimo Monseñor Escudero manifestó que el gozo de su aliña era grande al poder...
P E R IO D IST A Monseñor orientar a delito que
4 Escudero aprovechó su visita a palacio para la facinerosa A ntígona Pérez sobre el grave sus impulsos cometieran.
El Periodista 5 levanta la v o s con la u rgen cia que la noticia supone..
M on señ or B ernardo Escudero que se dirigía al foso de la orquesta s e d etien e y termina el comentario.
M O N SE Ñ O R .,, comunicar a este devoto pueblo el saludo lleno de amor de su Segura. Santidad, Hago míos los deseos Suyos de una felicidad duradera dentro de los preceptos cristianos que señala nuestra hermosísima fe.
P E R IO D IST A . 5 E xtra. Se espera que de un momento a otro la facinerosa Antígona Pérez confiese el lugar donde enterró a los hermanos Tavárez, Monseñor Escudero parece ser el adalid de la jornada. L O S P E R IO D IST A S E xtra. E xtra. E xtra. Antígona Pérez a punto de con fesar. E xtra. E xtra. E xtra.
M on señ or B ernardo E scudero continúa caminando hacia el fo so de la orquesta.
P E R - ‘ ' O O'
1
Monseñor Bernardo Escudero departió largam ente con el Generalísimo Creón M olina y la Prim era Dama doña P ilar sobre los problemas que hoy afectan a la huma nidad.
ESCEN A SÉPTIMA. Monseñor Bernardo Escudero llega a los escalones que van a la prisión de Antígona P eres.
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M O N SE Ñ O R Antígona Pérez y Santisteban. AN TIG O N A Evítese el Santisteban, Monseñor. H ace mucho, muchísi mo .tiempo que me pareció una m ajad ería inventada por falsos orgullos y lo arranqué de mi nombre, A papá le parecia vulgar y prosaico el Pérez de su apellido y desem polvó un lejano parentesco con resonancia épica. Déjeme el Pérez común y manoseado que así me siento más en tierra. Monseñor Bernardo E scudero tiende la sortija pontificia y Antígona'Péres la besa.
iQ u é lo trae, M onseñor? M O N SEÑ O R T ú, A ntífona, tú nos traes, Antígona P érez desm ien te con la cabeza. Nos faltas. ANT-OOEA
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A N TIG O N A Puede que el encar ¡.yi de '"'ios satisfaga, el encargo de Creón. M O N SE Ñ O R
(S e v er o .) Nadie sino nuestro deseo de hablarte nos pidió que viniéramos. Cree, Antígona. A N TIG O N A
(Altiva.) Creo» Monseñor, Estoy en estos sótanos por que creo. M O N SE Ñ O R Pero» cuida que la fe no se te convierta en soberbia. AN TÍG O N A La denuncia de soberbia se acomoda en toda circuns tancia. M O N SE Ñ O R Tienes un almacén de respuestas. A N TÍG O N A Me defiendo. M O N SE Ñ O R De los que te hieran, no de los que se acercan a ti por amor, por fraternidad.
Lo trae un encargo. AN TIGO N A M O N SEÑ O R Sí. El encargo que aceptarnos el día en que nos hicimos sacerdotes de Dios.
(B ajando la voz.) Baje la voz, Monseñor. Ha dicho usted amor. El amor es delito en el régimen de Creón. Ha dicho usted fraternidad. La fraternidad es delito en el
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régimen de Creón. M írem e en estos sótanos, denigrado mi nombre, humillado mi cuerpo por un elemental gesto de obligada fraternidad» obligado amor, M O N SE Ñ O R L a acusación que te hacen excluye esos dos sentimientos; T u delito es el robo. El juicio se te liará desde esa única realidad. A N TIG O N A
( Con pesar.) Lo trae un encargo, Monseñor. M O N SE Ñ O R
(D igno.) No nos irrita la violencia coa la que quieras a taja r nuestro sano deseo de conversación. En cambio, las ofensas a nuestra rectitud, sí. AN TIG O N A
(S in cera.) Perdóneme. No soy ducha en. cortesías. Por mi boca se apean heridas y desconfianzas. He vivido cada día como si fuera el último. No he separado tiempo para pulir esta torpe manera de ser. M O N SE Ñ O R Eres joven, Antígona. l u vida apenas si ha empezado. A N TIG O N A Pronto llegará a su fin. M O N SE Ñ O R No te dejes morir, muchacha.
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AN TIG O N A Yo no decido mí muerte. La decide Creón. MONSEÑOR No. L a decide tu obstinación. Confiesa dónde enterraste los cadáveres de los hermanos T avárez y vive» vive. ANTÍGONA Ese precio, Monseñor, no puedo pagarlo. I
EÑOR L a inmediatez de la muerte te lo exige.
AN TÍG O N A No puedo resolver el problema de la muerte hasta que no resuelva el de la vida. Morir es la cuestión menos seria del hombre. ;
'OR L a m ás seria, Antígona, porque es la vía de la salvación o la condena perpetuas.
A N TÍG O N A L a salvación se gana en la vida, la condena tam bién; se ganan en este mar de minucias cuyo vaivén no se detiene nunca. M O N SE Ñ O R
( In créd u lo .) Nos pretendes aleccionar en los dogmas de la salvación y la condena. (Soberbio.) Hemos viajado a Roma requeridos por el Colegio de Cardenales. N uestra voz es im portante. en las deliberaciones del Concilio Ecuménico. Roma, Antígona, Roma nos respeta el juicio.
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AN TIGO N A También A ntígona respeta su juicio. M O N SEÑ O R No lo demuestra el tono que da a sus argumentos. No sirven los gritos para hacer la paz. ÁNTiGOXA
Yo no quiero que se haga la paz m ientras se abandonan los cadáveres en la plaza. M O N SEÑ O R Tu rebeldía torció lo que era intención ele estricta legali dad. Los T avárez no fueron abandonados sino expuestos a velorio público al que seguiría un cristiano entierro. Tu imprudencia malogró la gestión del estado. AN TIG O N A Por su boca habla Creón. I 'K O T K V ¡K Por nuestra boca había el deseo sincero de que la verdad rija todo proceder.
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nativa espléndida. Confiesa el lugar donde enterraste a los Tavárez. Acepta la culpa. L as leyes deben cumplirse. AN TÍG O N A Yo cumplí las mías. Cumpla Creón las suyas. MONSEÑOR Perderás el alma, Antígona. AN TIG O N A Apostemos, Monseñor.
Monseñor B ernardo E scudero m ira largam ente a la pri sionera. Luego camina hacia los esca lo n es , y cuando ha llegado al p rim ero se vuelve a decir.
M O N SE Ñ O R Dios te bendiga. AN TÍG O N A Así sea.
AN TIG O N A
(In cóm od a.) Resumamos, Monseñor. ¿Qué me pide usted ? M O N SE Ñ O R No dudes en tender la mano a la vida. V ivir es la alter
M on señ or B ernardo E scudero su b e a la plataforma. El Generalísimo Creón Molina s e acerca al centro desde el fondo. Por en tre los espa cios de las colum n as tridim en sionales cruza n u eva m en te el c o r t e jo eclesiástico. Monse ñor B ernardo E scudero se sum a al mismo. El Generalí simo Creón Molina mira a todos lados para decir.
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CREÓN Luces.
La iluminación su be extraordinario. La música ele-men tal em pieza a oírse. C reé n comienza a bajar hacia el sitio
d e A ntígona P érez, El co r t e jo eclesiástico entona cánti c o s goz osos. El telón desciende majestuoso.
S E G U N D O
A C T O
ESCENA PRIMEBA
El D irector y los in térp retes cuidarán de que el movi miento co n el que cerra ra el P rim er A cío s e repita en sus detalles m ás ex trem a dos al com ienzo d el S egu n do, CREÓN Luces.
La iluminación sube extraordinaria. La música elemen tal empieza a oírse. C reón comienza a bajar hacia el sitio d e Antígona Peres. El c o r te jo eclesiá stico entona cánti c o s gozosos. Cuando llega Creón a la mitad de la esca linata se detiene. Antígona P e r e s avansa hasta el primer plano d esd e d on d e habla.
i
A N TÍG O N A La segunda parte comenzará 'verdaderamente cuando Creón me diga; A ntígona te p a r eces a mí. La segunda parte es más corta que la prim era. Es lógico. El con flicto ya está planteado. Tam bién las motivaciones. Lo que falta es que los demás personajes entiendan que para mí no hay alternativa. Quiero vivir. Quiero ser tes-
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tigo de mi tiempo» Pero, no a cambio de m utilar mi propia estimación.
Creón d escien d e con garbosidad las escalinatas. L legado a ras del piso se d etien e . M uy curiosamente contempla la figu ra diminuta de Antígona P érez, S u comentario, tras la curiosa contemplación, e s de sincero e lo g io ; falta ría por v e r s e si la sin cerida d no es en su caso velado narcisismo.
CREÓN Antígona, te pareces a mi.
La m úsica elem ental s e o y e in creíb lem en te lejana. AN TIG O N A (Jubilosa.) G racias por m ostrarm e las arm as, Creón. CREÓN E xtraordinariam ente iguales. A N TIG O N A Sé dónde te llevará la, comparación. CREÓN ecado.) Tenaz, enemiga de ceder, incapaz de renun ciar. AKH ,Gf " ' Dilo, Creón... '
:endrás el suplicio.
CREÓN H ija de Guillermo Pérez y Santisteban. A N TÍG O N A (Ronca.) No pronuncies ese nombre. CREÓN Sobrina de Creón. M olina. La noticia paraliza el aire, ia circulación en tas venes d e Antígona, el calor d e su rostro. Estirpe regia de m ilitares.
AN TIG O N A ¿Q ué invención es ésa? CREÓN Recia. AN TIG O N A ¿Qué parentesco es ése? CREÓN Disciplinada. A N TIG O N A ¿Q ué conjura es ésa? CREÓN Dura.
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AN TÍGO N A
(V erdaderam ente ahogado,) Me ahoga tu nuevo juego. CREÓN Con la intransigencia que hizo del padre un m ilitar sin iguales. AN TÍGO N A Basta, Creón, de rodeos sin provecho. No afiles más ej cuchillo. H iéram e tu nueva intriga. CREÓN Es un antiguo decir la sangre llama. Volviste a los pre dios de tu tío Creón.
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CREÓN Necesito que confieses. A N TIG O N A Pensaste que tina improvisada relación famílar provoca ría en mí súbito efecto, CREÓN No, no alterarás tus convicciones en nombre de afecto alguno. Es un rasgo de carácter que parece repetirse en tre nosotros. Cuando tu padre provocó los disturbios, de la U niversidad le pedí que se retractara, públicamente. Corno es natural» no lo hizo. Por desgracia me vi... sen tenciado a prescindir de sus servicios.
AN TIG O N A ¿ Por qué Antígona Pérez es sobrina de Creón M olina í
AN TIG O N A
CREÓN Porque Creón M olina y Guillermo Pérez son hermanos. De padre, pero hermanos.
CREÓN No gritemos.
, AN TIGO N A Es «n a trampa. CREÓN A sí de estrecho es el mundo. Carnes los dos pero her manos.
ANTIGONA ¿ Por qué esperaste ahora para decírmelo ?
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( Con fiereza,) Asesino.
AN TIGO N A ¡ Asesino de mí p a d re !
Antígona Pérez s e abalanza sob re el G eneralísimo C reón Molina quien rápidamente la reduce a un garabato d o loroso,
CREÓN Calle tu perverso insulto.
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A ntígona P é r e s se protege oponiendo su espalda al ros tro del Generalísimo Creón Molina que la castiga seve ramente, torciéndole el brazo.
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A N T i CtC:\,*\
( S onreída.) Dudas. CREÓN Cede tú, será más fácil ahora.
No vuelvas a m altratarm e con palabras desagradables. H ay un privilegio que rne da absoluta v e n ta ja : la fuerza. Fue la pequeña diferencia entre tu padre y yo. Es la pequeña diferencia entre tú y yo. S erá la pequeña dife rencia. entre quien intente oponerse a mi mandato y yo. Cuando tu padre provocó los disturbios de la Universidad le pedí que confesara que el autor de la sublevación era él, S e negó a plegarse a mis ruegos co m o vilmente lla m ara lo que era mi ley. Me obligó a escoger las dos tíni cas contestaciones : la suya, la mía. No lo pensé.
A ntígona Péres s e r e v u e lv e co m o un pájaro que luchara p or escap arse d e manos carceleras. Q uerías saber por qué tardé tanto en decirte que eras mi sobrina. Paradójico. Porque esperaba que flaquearas. De seaba que la fragilidad femenina escam oteara la fuerza heredada y flaquearas. Entonces, el parentesco hubiera sido menos doloroso. Pero eres mi raza y te debo un pequeño consejo.
El Generalísimo C reón Molina va soltando a Antígona P é r e s m u y d es p a cie , Cede. Y o no sé retroceder. Tú todavía puedes apren derlo.
AN TÍG O N A Dudas, CREGJN Tienes veinticinco años. Sálvate. AN TIG O N A Dudas.* Creón, si mi muerte no será el comienzo de la tuya. CREÓN Confiesa. Antígona. No para ti ni para mí sino par,a ios demás. Confiésate a la República. U na vez confieses el le g a r donde enterraste los cadáveres te dejaré total mente libre. Toma mi palabra como buena. No se te hará juicio. No se te hará interrogatorio. No se te pre guntará sí tuviste cómplices en el entierro. Podrás regre sar a la Universidad, solicitar tra ajo en cualquier minis terio, hacer lo que quieras. AN TÍGO N A Buena ocasión para estrenar tu liberalismo. CREÓN Vete al exterior entonces. Escoge la ciudad que prefieras, Nueva York, Méjico, París, hasta San Juan. En todas ellas hay un mar de enemigos míos. Te asignaré una
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partida que te perm itirá dar conferencias sobre el creonato. Grita mi tiranía, pregona mi maldad, escribe artícu los exponiendo mi cínica ascensión al poder. Haz del exilio una provechosa carrera como io lian hedió miles de compatriotas. Pero, confiesa, Antígona, y vive.
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A N TÍG O N A ( P rotectora .) ¿Q ué le has hecho a Fernando? CREÓN
(Satisfecho.) Lo quieres, ANTÍG- ;.\'A Creón duda, Y dudar es no saber si se está bien o se está mal,
AN TIG O N A
CREÓN Confiesa, Necesito cerrar el capítulo del trece cié a b ril
CREÓN
ANTIGONA Creón tiene miedo.
AN TIG O N A
CREÓN L a ley de Creón quita la vida,
¿ Qué le has hecho ?
No todo está perdido, ¿v e s? También tú estás atrapada.
¿ Qué le has hecho, Generalísimo ?
El Generalísimo Crean M olina sonríe.
AN1 :GGi\.\ Creón está atrapado en su propio laberinto. Si rae fusila la muerte conmoverá la República, Aun cuando los periódicos desaten una campaña infamante, el encono roerá los corazones. Si me deja viva se derrumban los temores, se corroen al menos. Porque ya no halará delito en desafiar la ley ele Creón.
CREÓN {S orp ren d id o ,) ¡ Generalísimo i M e marcho, sobrina.
Antígona Pérez se a rroja d esesp era da a los p ies del G eneralísimo C reón Molina.
CREÓN
(L ento.) ¿Q uién es Fernando, A ntígona?
Antígona P er e s retro ced e llevándose una mano a la, boca.
A N TIG O N A No te vayas ahora. Regálam e la inquietud de otros minutos. Debo tenerte completo para mi odio, tío Creón, No, no te vayas.
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A ntígona P érez s e abraca fu erte a fas rodillas del Gen. ralísimo. R egálam e el latido de tu sangre caliente, tío Creón. Sangre m ía la tuya. Completa tu sangre para mi odio. M íram e, mirémonos, tío Creón.
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CREÓN
(Cruel.) L a muerte es final, Antígona. AN TIG O N A L a muerte se vive intensamente, tú lo sabrás. CREÓN En cambio, tu Fernando es apocado, frío.
Antígona Pérez tiende una mimo hasta el rostro del Generalísimo Creón, p ero no lo alcanza.
Déjam e archivarm e e s les ojos esa mirada que acaba de asomarse. Completa tu m irada para mi odio,
Antígona s e e n c o g e en v-n ovillo m ientras habla a Creón con intimidad.
A N TÍG O N A Con Fernando se descubre el sosiego. A su lado la vida se toma a pequeños sorbos, como sí sus minutos fueran licores cuya borrachera dura horas. ¿Q ué le lias hecho? CREÓN
(M añoso.) Lo quieres. A N TIG O N A
El juego está por term inarse, tío Crsón, No le hagas daño a Fernando, No lo invites a i«t pasión, CREÓN
( L evantándola.) A pesar de tu aventura con M ario Tavá rez, lo quieres.
(T ras una pausa.) Algo más. Algo m ejor. Algo que se inventa en mi para él, sin nombre. ¿Qué le has hecho? CREÓN
(Súbito.) Vive, Antígona. La razón es que Fernando también te quiere. (D elirante.) Confiesa. No se cumpla en ti la ley de Creón. Date a Fernando.
A NI Tú no alcanzas a comprender la ternura de la amistad. Mario y Héctor Tavárez eran m k hermanos. Ir por la calle con ellos era una aventura completa, respirar era una aventura completa. Con la apretada intensidad con la que uno se acerca, a tocio lo que sea final.
AN TÍG O N A Darse tras la negación, tras el arrepentimiento. Darse tras confesar que el delito fue la fraternidad. Pero» ¿qué envoltura le queda al amor ? No sabes, no entiendes lo que pides.
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CREÓN Fernando sabrá. AN TÍG O N A (Sorprendida.)
; Qué
le has hecho?
CREÓN No todo está perdido, ¿v e s?
El Generalísimo Creón Molina sube por las escalinatas con una imperial majestuosidad. Antígona Peres se acer ca al primer escalón desde donde impreca.
AN TÍGO N A Creón, no sigas. H ay una noche en que también ios tiranos agonizan. Espera esa noche en tu calendario, vendrá esa noche Creón Generalísimo cuando todo M o lina descubra que ningún pueblo es de ningún hombre, que ningún hombre es de ningún hombre, que cada quien es de su libertad.
ESCENA SEGUNDA
La melodía elemental ejecutada a contrabajo aumenta hasta alcanzar brillantez. Las gigantescas columnas que forman el mural regio al fondo se acomodan en sus disposiciones del primer acto para, en seguida, rotar ver tiginosamente deteniéndose en el panel que despliega in
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f o r m a c i ó n p e r i o d í s t i c a . E n t r e las fotografías destacan las monumentales d e l Generalísimo Creón Molina en gala militar y d e Antígona Péres luchando con la guardia de palacio. Resaltan también las consignas que aluden a la vida política hispanoamericana de los últimos años: DE M OCRACIA C R ISTIAN A, LO H ARAN L O S D E S C AM ISAD O S. P A T R IA O MUERTE, 26 DE JU LIO, BOSCH P A R A PRESIDENTE, Y A N K IS GO HOME. EL CANAL E S DE PA N A M A . M IN AS DE B O U VIA P A RA LO S BOLIVIAN O S.
La m u l t i t u d i r r u m p e , al igual que en el Primer Acto, p e r s i g u i e n d o uva extraordinaria bandada de páginas de p e r i ó d i c o s . Al l l e g a r a la plataforma s e detiene con gra v e teatralidad. S u s u r r a n los c o m e n t a r i o s . Es importante c r e a r la s e n s a c i ó n d e d e s c o n f i a n z a , m i e d o e i n c l u s o horror e n las c a r a s d e la m ul tit u d.
LA M U L T IT U D —No confiesa. —Reta. — Se perderá. — Se perderá. — Se perderá. —Creón es —infiexiole. —furioso, —iracundo. —Trece dias. — Plantada en el 110 . —Investigan. —Le buscan cómplices.
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—Terminará —dejando su cuerpo —sobre el paredón. — Dios nos salve. —A ella también. — Ella no quiere a Dios. —Leyendas. — Si no confiesa hoy — la ejecutarán mañana. — Caída la tarde, — Nacido el amanecer. — Antígona Pérez. —Hija de Guillermo Pérez. —Hija de Aurora Marzán. — Descanse en paz. — Por los siglos de los siglos.
Los periodistas irrumpen en carrera desenfrenada e ini cian los créditos de presentación.
PERIOD ISTA 1 Información. PERIO D ISTA 2 El Mundo. PERIO D ISTA 3 Excelsior. PERIO D ISTA 4 El Tiempo.
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P E R IO D IST A 5 V erdades. PE R IO D IST A 1 O rtiz. P E R IO D IST A 2 Vázquez. P E R IO D IST A 3
Cabrera. P E R IO D IST A 4 Manso. P E R IO D IST A 5 Goíi-íález. P E R IO D IST A 1 Internacional. El Concilio Ecuménico aprobó hoy, final mente, c! histórico documento en el que se declara que ios judíos jam ás deben ser culpables de la crucifixión de Cristo, ni considerados como rechazados o malditos por Dios. P E R IO D IST A 2 Local. El Generalísimo Creón Molina l a anunciado el ascenso extraordinario del joven m ilitar Fernando Curei con cuartel permanente en palacio. P E R IO D IST A 3 Internacional. M ás de diez mil guardias roj^s con toda
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clase de instrumentos musicales ha tributado un recibi miento entusiasta a los sesenta y cinco estudiantes chinos expulsados ele Moscú por las autoridades soviéticas. ••• « t a 4 Local, Monseñor Bernardo Escudero advirtió anoche que la repetición de sucesos como los del trece de abril lleva ría a la República a una anarquía sin espiritualidad en la que las alm as se perderían irremisiblemente,
iO /¡ MSTA 5 Internacional. Crece el número de jóvenes puertorrique ños que se niega a ingresar en el E jercito Norteameri cano.
La multitud empieza a desplazarse por los pasadizos r e c tangulares, Las mujeres incluidas en la multitud compo nen un cuadro plástico en el pasadizo izquierdo. Los hombres incluidos en la multitud componen un cuadro plástico en el pasadizo d erecho. Los periodistas toman sendas instantáneas de ios grupos, A l “pie” de las ins tantáneas las mujeres comienzan el recitativo al que contestaron los hom bres. El co ro deb e ten er voz y ardor fustigantes, colorido dram atism o , deslumbrante fuerza.
M U JE R E S —A ntígona Pérez, —no confieses, —Descansen los Tavárez en sus fosas. — No te vuelvas ahora. —No te arrepientas.
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3 — Bastó con que los enterraras. — No des tanto de ti misma, —D eja y a esos sótanos. — Afuera está la vida. —Estás a tiempo, Antígona.
M U JE R E S -—No cedas t i l —Limpia, Antígona. — Pura te necesitarnos. —Es d comienzo. — No lo abandones. HO M BRES —Acepta que lias perdido, —Es an a regla de mego. —-No sigas, no sigas. —Creón es el fuerte, — Creón es el dueño del poder. M U JE R E S —Antígona, no cedas. HO M BRES •—Antígona, no sufras, M U JE R E S —A ntígona, no pierdas. HOM BRES — Antígona, no mueras.
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M U JE R E S —Antígona, prosigue» HO M BRES '—Antígona, despierta. fc
—Antígona, tranquila,
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IR E N E Antígona, Antígona.
La v o s distante de Iren e D om ingo y Zúñiga gama la atención de los c o r o s, los periodistas y la misma Antígona P éres. La luz que alumbraba ios dos pasadizos se esfu ma,, débiim ente. Los periodistas, la multitud, desaparecen.
HOM BRES —An tí gema, alerta.
Las o ch o exhortaciones últimas son de m edida heptasilábica con a cento obligado en ¡a sexta sílaba. Lo e fe c tivo en la em isión d e las mismas es la aum entación gradu al d e la intensidad hasta alcanzar el tope d e lo em oción, A ntígona Pérez, que estaba escuchando con estricta atención, impreca a los hom bres.
A H asta la esclavitud tiene sus defensores. H asta la ruin hipoteca de la conciencia. H asta el juego imposible de ser líbre sin serlo. De ahí que la definición absoluta se persiga, se procese, se niegue. Nuestro siglo es el siglo de la gran persecución. La salvación no estará en que darse tranquilos, satisfechos, indiferentes, sino en cues tionar «n a, dos, muchas Teces, si de alguna m anera nos están echando de nosotros mismos. También, yo comen zaré a g r it a r : A m érica, no c ed a s: América, no su fra s; A m érica, no p ie rd as; Am érica, no m u eras; Am érica, prosigue; A m érica, despierta, Am érica, tranquila; Am é rica, alerta.
ESC EN A TERCERA
Del fo so de la orquesta llega, Iren e D om ingo y Zúñiga acompañada p or d os uniformados, Antígoni ! ’>>¿s no ahoga el grito jubiloso que le florece en la garganta cuando repara en su amiga, hermosa blonda de clásica figura vestida con traje blanco de corte lineal que resalta el estatuismo de su cuerpo. Irene y Antígona Péres se lanzan la una a los brazos de la otra.
AN TIG O N A (Mimosa.) Irenita, al fin se hermosean estos sótanos.
Las dos muchachas ríen con una travesura encantadora.
IR E N E (Sonreída.) Aduladora. No me permitieron venir antes. Tuve que esperar el permiso de Fernando.
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ANT.ij* >:\A ( Separándola, co n aprensión.) ¿Qué hablas de mí F er nando ? IR E N E (Excusándose.) Antígona, perdóname. AN TÍG O N A
(Con curiosidad incisiva.) Dime, Irenita, ¿ a qué p erm iso te refieres? IR E N E Debí im aginar que tú no... Debí saberlo. ANTÍGONA ¿ Qué tiene que ver Fernando con tu visita ? Dime. Somos fuertes. IRE N E El G eneralísim o... AN TIG O N A Creón se Harria. IR E N E Creón. nom bró a Fem ando teniente coronel con cuartel permanente en palacio. Fernando autoriza y desautoriza tus visitas. AN TIG O N A
(En una grandiosa n egación .) D ios... D ios... D ios... Ahora mi cárcel la dirige Fernando. M is visitas, nús guardias, mí vigilancia bajo sus estrictas órdenes. Fer
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nando Curet. Mi Fernando Curet dispone ahora de mi prisión.
P o r única vez en toda su pasión A ntígona P e r e s se quie bra, El tronco, a partir d e la cintura, s e com p rim e. Los brasas s e le tumban p or los muslos.. La cabeza se le go tea p or ¡os hom bros. I r en e la ve q uebrarse p ero no se decide a socorrerla . Corno sí int.nye.ni que su am iga n ecesita el baño d e d olor que la p u rgu e de v ie jo s llantos. Después d e la pausa que su g iere el momento, Iren e ex tiende los brasas en ofrecimiento. Irene, Irenita, gracias por ser tú la m ensajera. El dolor arde menos, estando tú cerca. (Sin fácil ■melodrama.) Lloro.
A ntígona Pérez llora poderosamente, sin lágrimas, sin sollozos. No me sereno. No alcanzo la tranquilidad. Aunque trato, ¿sab es? No oyes lo que le digo al corazón pero le digo no precípites la duda. No, no me sereno. Ni al colocar los explosivos en la biblioteca, ni al esconder los ca dáveres en el baúl del Peugeot, ni al enterrar los cuerpos amados me sentí tan intranquila. (A bandonando los bra zos de Iren e.) Fernando, ¿por qué aceptaste? IRE N E Tratándose de Creón no podía... AN TÍG O N A
(F u erte.) Podía.
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IR E N E No me creas en trance de justificaciones, pero negarse a servirle es difícil. AN TIG O N A Tampoco es fácil la prisión en sus sótanos, IR E N E No es fácil, A ntígo na; lo leo en tu sufrimiento. No es fácil ni cuando la conciencia está sana, Pero aquí abajo tú eres la enemiga de Creón, enem iga que lo g rita a boca llena. Creón, se guarda de ti, guardándote en sus sótanos. Tú no lo engañas. Él no te engaña, Antígona P e r e s cam ina unos pasos hacia la izquierda, Ir en e la sigue. Afuera es otra cosa. Tú lo has padecido, tuviste que abandonar tu casa y m udarte a la m ía. Si te resistes a trab ajar para Creón se suscitan en seguida las investiga ciones, se escruta lo imposible con. tal de averiguar lo que motiva el rechazo. Las represalias no tardan: oficiales y sociales. Se te vigila. Se te niega el saludo. Se te destierra de los círculos íntimos. U na enfermedad contagiosa no acarrea tal apartam iento. AN TÍG O N A Fernando es joven. Pague su juventud el precio santo del riesgo. La República necesitará hombres inmaculados para cuando se haga la transfiguración. IR E N E ¿Qué plazo le das a ese momento, Antígona? ¿D iez,
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veinte, treinta años ? A m érica es la tierra de los hombres perpetuos. AN TÍGO N A La historia es inevitable, Irene, L as dictaduras se des membran, tarde o temprano, IR E N E Antígona,
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insistas en vivir de espaldas a la realidad,
AN TIG O N A (Sorprendida.) Irene. IRE N E L a prosa es brusca en la calle. Son muchos los que obje tan, los que reparan en los extremos, muchos los que se contrarían' con la situación. Pero, ¿ qué pueden hacer más allá de callar? AN TÍG O N A Gran asesino el silencio. IR E N E Uno sueña con una salida honrosa, hace votos de pureza de convicciones, se desquicia con las vilezas y atroci dades. Pero un día m adura, recapacita, asienta los pies en la tierra y descubre que todo lleva a lo mismo. Así que se decide por vivir buenamente e incluso aceptar el puesto de teniente coronel que Creón le ofrece, ANTÍGONA Irene, tú no crees eso. Antígona Pérez niega con la cabeza durante todas las líneas que siguen. La emoción que la embarga se traduce
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en la incredulidad d e la que n os cuentan su v o s trémula, sus o jo s expandidos, la aorta pronunciada. Yo salgo a decirte que no lo crees. No crees que Fer nando debió aceptar ser colaboracionista. No crees que Fem ando debió mancharse de creonato. IRE N E {.Defensiva. ) Fernando no aceptó m atar, 110 aceptó per seguir los enemigos del régimen. Aceptó un puesto. AN TIGO N A Aceptó un compromiso, una lealtad. IRE N E No podía evitarlo. No tenía por qué señalarse como disidente. Decirle no a Creón es decirle: asigna un poli cía que siga mis pasos. AN TIGO N A E ra más íntegro.
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dos mujeres se pasman al reco n o cerlo . Tras una pausa larga, Antígona Peres habla. A N TIG O N A ¿ To quieres ? •
'
.
IR E N E
(Lenta.) Me quiere él también. (Sin desafío.) He venido a decírtelo. Antígona P e r e s mita a Irene con extrañesa co m o si no la conociera. Luego, camina sobriam ente al prim er pimío. H a sido repentino, Antígona. Los días de tu cautiverio nos acercaron. A l principio, porque queríamos descansar el uno en el otro la preocupación de tu ausencia. Después, sin darnos cuenta, porque queríamos consolar el uno en el otro la tristeza de tu ausencia. No quisimos evitarlo en respecto a la sinceridad a la que el amor mismo obliga; no hay arrepentimiento de nuestra parte.
IRE N E M ás peligroso, Antigona,
A N TÍG O N A Lo que habla bien de los dos.
AN TÍG O N A También el peligro tiene un limite: la cárcel., la tortura, la muerte,
IRE N E Por lo demás, yo estoy más cerca de Fernando que tú.
IRE N E (En un grito.) ¡ N o ! Yo no quiero que Fernando se lim era.
Iren e ha matizado el grito de sentim iento am oroso. Las
A ntígona s e v u e lv e hacia I r e n e y sonríe. No te hieras. Quiero decir que somos iguales. No aspi ramos a cambiar el mundo por más que nos parezca despreciable. Nos resignamos, sí. Nos conformamos.
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AN TIG O N A l Cuándo podré ver a Fernando ?
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I r e n e intenta a cerca rse a Antígona P é r e s para una d es pedida en la que participa el abraso, p ero ésta lo recha za más con el g e s t o que con la palabra.
IR E N E
(L enta.) Cuando hagas público tu arrepentimiento. A N TIG O N A Entonces» nunca.
No te despidas. Antígona P é r e s acom oda en su pulm ones el air e de todo el Universo.
IR E N E
(Rápida.) Antígona, en nombre d e... cíe tu am o r por Fernando, acepta que faltaste a las leyes de la R e pública.
Adiós. Irene com ienza a salir caminando de espaldas. Su salida es lenta, con mucho de irrealidad.
AN1 Falté a la ley de Creón, sí quieres; la ley que niega las leyes que enaltecen la vida, IR E N E O lvida tus viejos rencores. O lvida a los T avárez. Olvida incluso a C reón... Fernando importa más ahora. A lo m ejor un gran d ía ... un día señalado, Fernando pase a ser gran' Generalísimo de M olina. A N TÍG O N A No te apresures, Irene, a hablar de la sucesión. Resulta m ejor ir despacio, al principio. IR E N E No me entiendes. A1C Qué más quisiera yo que no entenderte, que no entender tantas, tantas cosas.
(En un grito exultante.) Irene, con Fernando la vida se toma a pequeños sorbos, como si sus minutos fueran licores cuya borrachera dura horas. Irene termina de salir. Cuando mamá me echó de la casa... Mamá, no, su mie do, Irene me recogió en la suya. Un gesto vigoroso, audaz en términos de nuestra República, Pero Irene lo hizo. Cuando Papá murió... cuando lo descuartizaron, Fernando se convirtió en sombra mía; sin alaridos, sin estridencias pero leal sombra mía. E s decir, Fernando e Irene supieron rebelarse, llenarse de coraje, oponer su sentido de la fraternidad a la amenaza que sobre ellos levantaría Creón. Finalm ente, Frnando e Irene también se retiran. Si la fe no m anara de uno mismo, qué difícil resultaría vivir.
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L U IS RAFAEL SÁNCHEZ
ESCENA CUARTA En el cen tro d e la plataforma apa rece Pilar Varga e o s suntuoso tra je v esp ertin o, taco d e pisos altos, Püar Varga lee el último n ú m ero d e la revista Vogiie, Pitar Varga co mienza a bajar las escalinatas que ¡levan al sitio de Antí gona P eres. P o r los pasadizos asoman soldados d isp u es tos a acom pañar la visita de la Primera Dama. P IL A R Gracias, Iré sola. Cuando P ilar llega a la prisión mira cuidadosamente al rededor. Esta curiosidad no debe resultar en modo alguno extravagante, sino profunda. Antígona Pérez su be hasta cerca de la P rim era Dama. La P rim era Dama no sonríe prontamente. Antígona Pérez tampoco. L u ego de una recíproca revisión la Primera Dama habla. P IL A R ¿N adie para presentarnos?
LA PASIÓN SEGÚN ANTÍGONA PÉREZ
ANTIGONA Antígona Pérez, Confinada, El Palacio. P IL A R Tenemos poco en común. ANTIGONA M e parece, P IL A R A excepción de un vicio y un pecado capital. A N TÍG O N A ¿El vicio? P IL A R La ambición. A N TÍG O N A ¿E l pecado? P IL A R
ANTIGONA l Es necesario ? P IL A R Sí. AN TIG O N A Empiece usted. P IL A R P ilar Varga, P rim era Dama, El Palacio.
La soberbia. A N TIG O N A Se equivoca, señora. P IL A R ¿Vas a confesar? AN TIGO N A No.
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P IL A R Te ftisilarán- esta noche.
P ilar ha dado la noticia ron frialdad. Astuta, sabe apro vechar el momento en que A ntígona P é r e s la m ira de fren te. Así ha v isto el d esm a yo de!, co lo r en el rostro d e la muchacha. La rea cción d e Antígona P é r e s es m o mentánea, P asado ei p rim er a gob io, retorn a a su casi habitual serenidad, A ¿Descendió a los sótanos a comunicarme la hora ele mí m uerte ?
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veleidades de los infractores. Cualquier discusión fuera de esos térm inos es improcedente. (Cambiando.) ¿T e has enamorado alguna vez, Antígona ? Antígona Pérez no puede evitar una cierta sorpresa ante la inesperada pregunta de la P rim era Dama.
Dicho en poesía, que parece apelar m ás a tu extraña manera de ser, que si te has renacido de pronto a una mirada. A N 1 « ■' .-'-'A
(R em ota.) Sí P IL A R No, descendí para algo más tr iv ia l Conversación. Si lo quieres con adorno, conversación de mujeres. M orirás esta noche. Y para tu gusto en algún futuro lejano se dará tu nombre a una placita íntima. AN TIG O N A M e tiene sin preocupación lo que amanezca mañana. Yo estuve hasta esta noche en primera fila. P IL A R Lástima que no levantaras la barrera de esta noche. AN TÍG O N A Ha sido Creón.
P IL A R Eso sigue llamándose amor. AN TIG O N A (Remota.) Sí. P IL A R Antígona» nadie, nadie puede obligarte a que confieses; pero si tienes quien te ame, vive. Lo demás no im porta. A N TÍG O N A Importa siempre que haya alguien en disposición de dar. Es el refugio que nos queda.
P IL A R Has sido tú, no discutamos. E l Generalísimo es el orden, tú la delincuente. El orden no puede ajustarse a las
P IL A R Pero dar vida, amor, nunca muerte.
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LUIS RAFAEL SÁNCHEZ LA PASION SEGÚN ANTÍGONA J'KRP.X
A N T l , ON\ L a Prim era Dama equivoca sus líneas y dice las lineas de Antígona. P IL A R Conversación de m ujeres te dije. S igo siendo la misma soberbia que no irá a verte morir porque tú allí eres el centro cié atención, l a misma que no estará contigo sino el tiempo imprescindible que necesite para que tú, pobrecita rebelde de veinticinco años» la oigas. La rnísma so berbia, ambiciosa, decidida que le ha exigido a su marido que te ejecute esta noche. No me confundas. No me cubras súbitamente con una sarta de virtudes, como si fuera personaje \,!!ino que regresa en el tercer acto para redimirse. No. El Generalísimo Creón Molina no cederá, no mirará lia d a atrás nunca. Y sí flaqueara» todavía que daría yo para obligarlo a seg u ir; atados sólo al poder, capaces de convertir a M olina en un laberinto de cenizas si un hombre o muchos hombres se atrevieran a desafiar nos. Tú, en cambio, puedes volverte cuando quieras, Creón no puede volverse. D.e alguna m anera sería de bilidad. Y la debilidad nada tiene que hacer en el cora zón de los gobernantes. AN TIGO N A 'rncilla.) Señora P ilar, yo no tengo quien me ame. P IL A R Estás junto al precipicio. Decide. AN TIG O N A
(T ensa.) M e quedaré con la muerte.
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P IL A R Bien. Hemos term inado de visitarnos. La Primera Dama comienza a subir las escalinatas. Antí gona P e r e s se yergue para gritar. AN TIG O N A M orir es dar amor, el más completo amor.
ESCEN A Q UIN TA
P o r única vez en toda la cró n ica el Generalísimo Creón Molina entra en escen a d esd e el fo so d e la orquesta. Su paso es cerem on ia l y -rep osa d o , como se diría de un h o m b re que empieza a e n v e je c e r . La v e je z d e Creón no es exactamente física, es m ás bien la de un espíritu que se va a. ju g a r oirá carta sin ganas de ju ga rla Antígona P er es no v e a Creón, p ero lo sien te cercan o, inmediato, suyo. CREÓN Antígona. las leyes han de cum plirse aunque 110 com plazcan nuestra exigencia. Es la única garantía de la vida so cial F íja te que vengo a buscar tu últim a palabra. Te lie presentado dos soluciones a una misma altu ra y dis tancia. De un lado, Ja salvación. De otro lado, la condena. Escoge. Debernos liquidar esta cuenta con premura. AN TIG O N A Escojo. L a salvación me la d ará la muerte.
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LUIS RAFAEL SÁNCHEZ
CREÓN L a decisión es tuya, AN TIG O N A
(F u erte,) ¿ A dónde irás, tío Creón, cuando la crisis de tu gobierno tome forina de huelga general o levantam ien to o golpe de estado, cuando tengas que escapar preci pitadamente en un avión de tu fuerza aérea ? CREÓN El pueblo está conmigo, Antígona, AN TIG O N A (Violenta.) ¿ Q u é h arás? No hay tierra franca para tt. CREÓN El ejército es mío, la República es mía. AN TIG O N A E l mundo, el universo son tuyos, ¿A dónde irás, Creón, destronad ocar los tambores de P apa Doc o asilarte e n a l g ú n país europeo b a j o estrict a p r o m e s a d e n o iniciar actividades políticas. Derrochador vagabundo de garitos y ruletas, extranjero despreciado, ridículo ex-emperador de Am érica. CREÓN Guarda tu energía para cuando el soldado dispare. Con tiii solo tirador bastará para liquidar a la irresponsable. No habrá necesidad del escuadrón de fusilamiento. AN TIG O N A ■ T endrás que m atar no sólo a la muchacha irresponsable que enterró los cadáveres de su amigos sino a todas las
LA PASIÓN SEGÚN ANTÍGONA PÉREZ
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muchachas irresponsables que te saldrán al .paso para ju garse la vida, la vida, Creón, que exige principios hasta a. aquellos que insisten en negarlos. Antígona es otro nombre para la idea viva, obsesionante, eterna de la liber tad. L as ideas no sucumben a una balacera ni retroceden desorientarlas por el fuego de un cañón amaestrado. Ni recortan su. existencia porque un tirano inútil decrete pomposamente su desapariciór - u>josa.) Matarme es avivarme, hacerme sangre nueva para las venas de esta América amarga. {Urgente.) A ligera, Creón, aligera. Dame, dame la muerte. Las últimas líneas han sido una regocijante aleluya. CREÓN (MHitar.) Sótanos. En el primer plano el piso se d e s g a j a en d o s be o.m prestancia, con vida plena que ofrecer baja •m a Peres a la muerte. La música elemental ejecutada a con trabajo empieza a oírse. Tras un período tenso la música s e corta abruptamente. (M ihlar.) Fusi 1amiento. La música de contrabajo s e oye otra vez. Por los pasaí uñosa, asor.ia la multitud. Los periodistas entran í ' . Jo movimiento y se detienen en el primer plano ue? at.no. Tras ot*“- hr"
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la plataforma. Los periodistas com unican su s partes de prensa sin sensacionalistno alguno, las v o c e s tranquilas. Pi'RH PIS TA 1 Internacional. La .señora Jacqueíine Kennedy, esposa dei extinto presidente norteamericano, pasará sus vacaciones en las montañas suizas, F E A
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Local, L a facinerosa A ntígona Pérez» una de las más temibles delincuentes de la República, cumplió finalmente su cita con la ley. PEI' 3 Internacional. El famoso modisto F ierre Cardin ha anun ciado una nueva línea para beneplácito ¿el público mascu lino. P ;; A
'LA' \ 4 Loca!, L a facinerosa A ntígona Pere? confesó antes de su ejecución el lugar donde enterrara a ios T aváre?
•; A' 5 Internacional. Las famosas estrellas Elixabeth Taylor y Richard Burton anoche a Hollywood para filmar juntos el drama ;« le t e m e a Virginia W o lj ? del aplaudido dram norteamericano Edward A íbet. La m úsica íA -¡'il n* >■' tras b a j a de ' . >< el v
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