Para una meditación de la Conquista Sergio Villalobos
Prologo Interpretació Interpretaci ón de la Conquista, que prescindiendo del aparato erudito, aunque basá basándose en él, cogiese el sentido íntimo de aquel proceso histó hist órico. Una simple cró cr ónica de hechos no habrí habr ía agregado nada al conocimiento de la época; por eso hemos buscado interpretar el acontecer, de manera que éste resulte explicable y agregue algo a nuestra experiencia. Simplemente hemos buscado la realidad.
Cap. 1: “Entre dos épocas y dos mundos” El hombre europeo del siglo XVI, acostumbrado a la vida recogida del feudo apenas sabí sab ía de otras regiones y de mares lejanos. Para los pueblos cristianos fue una desventura en el orden religioso la ca ída de Constantinopla en poder de los turcos el a ño 1453. El trá tr áfico por ese rumbo sufrió sufrió serias perturbaciones. En aqu aquel el mundo mundo complej complejo o del naciente naciente capital capitalismo ismo,, gest gest ábanse banse las fue fuerzas rzas expansivas de la Europa moderna. ¿Có ¿Cómo alcanzar las Indias? La respuesta s ólo podí podían darla los conocimientos geográ geográficos y el desarrollo de la t écnica naval. Importancia de la adopció adopci ón de la aguja magné magnética y del astrolabio. En la nueva etapa de las exploraciones geogr áficas, Portugal y Espa ña jugaron un papel determinante como espol ón de avanzada hacia el Atl ántico. Conquista del Nuevo Mundo: medios precarios, valent ía y grandes ambiciones. En la empresa de Am Amé debían confundirse guerreros y mercaderes. érica debí
La conquista de Venezuela, entregada por el rey de Espa ña a la compañía de banqueros alemanes Welser, es el caso m ás nítido de la influencia de los intereses financieros en la conquista del Nuevo Mundo. Es perceptible la mayor o menor influencia del capitalismo naciente, que en América merece el nombre de capitalismo aventurero. Otros elementos de la época y especialmente el car ácter del pueblo español matizaron el proceso de la conquista. 1492: los Reyes Católicos rindieron el último baluarte moro de Granada y Colón descubrió América. La lucha contra los árabes valoró todo lo relacionado con la guerra y lleg ó a crear un tipo nuevo: el guerrero, que lleg ó a constituir un grupo privilegiado. As í el nuevo descubrimiento se posicionó como una perpetuación del “ser” español, con sus respectivas peculiaridades. Estamentos de la sociedad española:
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Alta nobleza
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Baja nobleza (hidalgos pobretones)
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Villanos del campo y plebeyos de las ciudades (“los que viven de sus manos”)
Los grupos más bajos de la sociedad al escuchar las noticias del nuevo mundo vieron grandes posibilidades de surgimiento y decidieron lanzarse a la aventura. Consideraban, además, que incorporar las tierras americanas era servir a Dios y al rey, luchar contra los infieles y expandir la fe, ampliar los dominios del monarca y acrecentar su poder. Agregar un nuevo territorio a los dominios del monarca era sentir sobre los hombros el peso de una responsabilidad hacia la Corona de España. La causa del monarca permit ía adquirir mérito personal y acceder a las recompensas. Si bien la multitud de conquistadores no percib ía o no quería comprenderla antagonismo entre la fe cristiana y sus bellaquer ías de cada día, no es menos cierto que la Corona procure suavizar la conquista e imponer la justicia.
La presencia de los sacerdotes marcaba el prop ósito de expandir la fe en Cristo no obstante los riesgos de cada momento. En esta Iglesia andante de Am érica se generó un movimiento de protecci ón del indio. En el vasto cuadro de la Conquista no todos los hechos son actitudes an ónimas, sino que hay en ella el rastro de fuertes individualidades, que marcaron su acción con gestos imperiosos.
Cap 2: El hierro y la greda Al comenzar la Conquista de Chile, el territorio estaba ocupado por diferentes pueblos indígenas con diversos niveles culturales, que se hab ían mezclado entre ellos o se habían interpuesto. A medida que se avanzaba de norte a sur, aumentaba el primitivismo de los pueblos, y en los últimos confines australes, viv ían los grupos más atrasados., los onas, alacalufes y yaganes, especie de n ómadas del mar. Alguna similitud con estos presentaban los patagones que habitaban la regi ón continental al norte del estrecho de Magallanes. En Chiloé habitaban los chonos y los cuncos y en lo que hoy se llama Chilo é continental, los poyas. Todos los grupos que habitaban la regi ón austral, excepto Chiloé, quedaron aislados hasta que el roce con una colonizaci ón muy tardía, en el siglo XIX, desaparecieron casi por completo. Los indígenas que habitaron la regi ón central y sur, entre el r ío Choapa y el seno de Reloncaví, hablaban un idioma común, pero ofrecían importantes variaciones culturales. El pueblo araucano designaba como picunches a los naturales situados a su norte y huilliches a los del sur. Eran agricultores y pastores. Los araucanos eran agricultores primitivos que un ían esa actividad a la recolección de frutos silvestres y la caza de animales y p á jaros. Se agrupaban
en poblados pequeños no compactos. Cada agrupación tenía un pill án . Encarnación de los antepasados. La organización social empezaba por la familia, que a la llegada de los castellanos, estaba pasando de un matriarcado a un patriarcado. Había diversas agrupaciones que reconoc ían la autoridad de caciques y que en conjunto formaban los rehues o levos. La presencia de los cristianos llevó a que estos pequeños poblados atomizados se unieran. Los rehues se agrupaban en los ai ññ arehues , que eran alrededor de cincuenta, y en cuatro butalmapus, agrupaciones orientadas longitudinalmente de norte a sur. En la región cordillerana, frente a la Araucan ía, habitaba un pueblo n ómade, el pehuenche. Más al norte estaban los chiqillanes, frente a los picunches, y los puelches, más al sur, frente a los huilliches. En la zona norte del pa ís se encontraban pueblos de cultura muy superior a la que tenían los ya mencionados. Siguiendo de sur a norte estaban en primer lugar los diaguitas, entre los r íos Choapa y Copiapó. Eran agricultores, también pastoreaban ganados de llamas y cazaban el guanaco y diversas aves. Sus mayores logros aparecen en su delicada cer ámica. Más al norte, en los pocos oasis del desierto de Atacama, estaban los atacameños; el grupo más caracterizado fue el de san Pedro. Generalmente el pueblo se encontraba en faldeos o colinas in útiles para no ocupar el menor espacio cultivable. Igual que los otros abor ígenes que habitaban Chile, carec ían de una organización social superior y, al parecer, no ten ían más autoridad que unos consejos de mayores en cada localidad. En la costa del norte, constre ñidos por el mar y el desierto, viv ían los changos. Vivían de los recursos del mar y pose ían algunos rudimentos de agricultura. Su creación más curiosa eran las balsas de cuero de lobo marino inflado. El panorama general que presentaban los abor ígenes de Chile era bastante variado y a causa de la dispersi ón geográfica, los desniveles culturales, la suspicacia, las luchas, no exist ía entre ellos un entendimiento ni una voluntad
común. Vivían ocupados de sus quehaceres, hasta que un pueblo ind ígena de cultura superior llegó a sobreponer su dominio. Aproximadamente el año 1463 el inca Tupac Yuapanqui comenz ó a expandir hacia Chile las fronteras del imperio peruano. Los incas llegaron hasta el r ío Maule. Éstos se contentaban con el reconocimiento de su soberano, el establecimiento de jefes propios en cada localidad, los curacas; el pago de tributos, la prestación de ciertos servicios, etc. A cambio de ello, permit ían el us de la lengua autóctona, las prácticas religiosas y las costumbres de cada regi ón, de manera que su dominaci ón no era odiosa y los pueblos sometidos conclu ían por amoldarse. La influencia incásica no fue muy profunda, pero signific ó el ablandamiento del terreno que luego invadir ían los españoles. El camino del inca unió al territorio de Chile con el coraz ón del Imperio y permitió el desplazamiento rápido y seguro de viajeros y contingentes diversos. El camino estaba sembrado de tambos y tambillos. Masas de colonizadores fueron traslados a otras regiones en calidad de mitimaes
o colonizadores. La
tributación consistía en prestación de servicios; pero también se exigían productos propios de la regi ón, como oro en el caso de Chile. El culto del sol, fue establecido en las comunidades pobladas por los incas, pero no fue impuesta a los nativos. Cuando los castellanos llegaron al territorio hab ía una guerra civil por la sucesión del trono entre Huáscar y Atahualpa. Este último ganó, pero pronto cayó en las manos de los españoles. En los últimos días del verano de 1536 la expedición de Diego de Almagro llegó al valle de Copiapó. No eran más de
200 españoles. La expedición viajó
posteriormente al valle del Aconcagua. Un capit án fue enviado al sur con la meta de alcanzar el Estrecho de Magallanes, pero los araucanos le ofrecieron fuerte resistencia.
Finalmente decidieron volver al Cuzco. Donde llegaron en los primeros a ños de 1537. Inició una lucha con Francisco Pizarro por la posesi ón del Cuzco, esto se decidió en la batalla de las Salinas el a ño 1538 con una importante actuaci ón de Pedro de Valdivia a favor de Pizarro. Así, Pedro de Valdivia obtuvo la autorizaci ón para conquistar el territorio tan desprestigiado de Chile. Partió del Cuzco con muy pocos soldados, pero en el camino se le unieron importantes capitanes, como Francisco de Villagra y Francisco de Aguirre. Al cabo de un año de viaje arribó al valle del Mapocho. Su campamento de form ó cerca del río, cobijado por el cerro Huel én (llamado por los españoles Santa Lucía) el 12 de febrero de 1541 fundando la ciudad de Santiago de la Nueva Extremadura. En días posteriores levantó la Iglesia y estableció el cabildo. Rápidamente se dieron cuenta que la poblaci ón indígena del sector era sumisa y pudieron explotar ciertos lavaderos de oro en Marga Marga, pero en poco tiempo los naturales arrasaron con sus instalaciones. El 11 de septiembre de aquel a ño, ocurrió el primer gran ataque a la ciudad comandado por el cacique Michimalonco. Despu és de mucha resistencia pudieron rechazar el ataque, pero con grandes costos para la ciudad. Durante casi tres años los conquistadores debieron vivir en la mayor penuria. Desde 1543 comenzaron a llegar peque ñas ayudas que permitieron a Valdivia ampliar la conquista. 1544: se funda La Serena, pero debi ó ser reconstruida en 1949. Desde esa fecha se consideró totalmente sometida la región norte y centro del país. Desde 1950: conquista se desplaza al sur. Se funda Concepci ón. Y en los siguientes se fundan Imperial, Valdivia, Villarrica y Angol. Dicha dispersión de fuerzas jugó en contra y en la primavera de 1553 hubo un levantamiento en el sur. Valdivia acudi ó al fuerte de Tucapel donde sufri ó la emboscada de los indígenas. La pequeña tropa de Valdivia es aniquilada.
Cap. 3: “Ciudades, tierra y hombres”
Gradualmente se fueron dando los cambios para que el asentamiento de los conquistadores fuera algo m ás estable y permanente. Entre ellos se cuenta:
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Transformación de la hueste en ciudad. Jefe conquistador pasa a ser gobernador y el soldado a vecino.
La ciudad se trazó con diseño de tablero de ajedrez. En su centro se encontraba la plaza y a su alrededor la Iglesia, la casa del cabildo y de la autoridad local.
Funciones del cabildo: su directriz era encontrar el bien com ún (defendido por
sobre los intereses personales). Dicta disposiciones de la vida urbana; distribuye solares y tierra agrícolas; se preocupa de la construcci ón y reparación de puentes y otras obras. Regulaba y vigilaba el sistema de pesos y autorizaba la instalación de pulperías. Dicha mentalidad del bien común marcarán la Conquista y se mantendr á al principio de la colonia. A la muerte de Valdivia fue designado como gobernador Francisco de Villagra. Cada vecino recibía un solar (la cuarta parte de una manzana) para edificar su casa y se le otorgaba tierras de campo. Adem ás era su obligación defender la ciudad en caso de ataque. Era de vital importancia la posesi ón de encomiendas ya que los indígenas representaban toda la fuerza laboral, as í fueron sometidos a una serie de trabajos forzosos. Esto intent ó ser regulado por la Tasa de Santillán (1559), que estipulaba que el trabajo no pod ía ser aplicado ni a caciques, niños ni mujeres. Pero esto fue casi imposible de llevar a la pr áctica. Indígenas ocupados mayormente en los lavaderos de oro. La corona intentó regular los abusos a los ind ígenas, con ayuda de magistrados y de sacerdotes, pero aquello era muy dif ícil frente a la realidad concreta de los pequeños feudos manejados por los encomenderos.
Siglo XVI: guerra y colonia, mantenida por dos elementos: presencia de arenas
auríferas y de la gran disponibilidad de trabajadores ind ígenas. Lavaderos de oro en el sur: Quilacoya; junto al Biob ío y cerca de Concepción. Su éxito se basó en la utilización masiva de contingentes indígenas y de la baja inversión que se requería. Al llegar de España los conquistadores introdujeron sus espec ímenes agrícolas y ganaderos. Sistema económico de los indígenas se vio fuertemente afectado por la llegada de los españoles. Pero obtuvieron ciertas ventajas, como la introducci ón del caballo. Formación de la primera aristocracia chilena: los m ás prestigiosos guerreros. Poca llegada de la mujer espa ñola. Su importancia recaía, entre otras cosas, en que constituía el hogar, perpetuaba la riqueza y perpetuaba la estirpe. Este escaso número de la mujer española llevó a los españoles a aprovecharse de su superioridad ante las mujeres ind ígenas, por lo que se fue dando rápidamente una gran población mestiza rechazada por ambos bandos. A finales del Siglo XVI con sus 20.000 habitantes duplicaba la poblaci ón blanca. Disminución de la población indí gena: por la lucha armada, las enfermedades
venéreas traídas por los españoles, explotación inhumana y la desintegraci ón de sus familias y poblaciones.
Cap. 4: “el estrepito de las armas”
1550: la guerra se desplaza definitivamente al sur. Guerra de Arauco es el gran tema de la conquista y de la colonia. Factores para la larga resistencia de los mapuche:
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Marco geográfico: cordillera de Nahuelbuta y de los Andes ofrecen grandes refugios. Selva impedía la penetración del español con sus caballos. Lluvias de invierno y consecuente crecida de los r íos.
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Aspecto humano: gran demografía de la población mapuche.
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Organización social era temporal, se reunían en torno a un toqui que se reemplazaba apenas asesinaban al anterior.
A pesar de esto los grandes levantamientos fueron cuatro en toda la conquista. Aquí veremos dos, el iniciado tras la muerte de Valdivia, en 1553 y posteriormente con muerte de Mart ín García Oñez de Loyola, en 1598 con el desastre de Curalaba. Posterior a muerte de Valdivia: dirigido por Lautaro, asesinado por Francisco de Villagra en las orillas del rio Mataquito. Con la muerte de Oñez de Loyola comenzó un gran descalabro ya que los contingentes indígenas adquirieron gran incentivo y la guerra contra los españoles se generalizó al territorio nacional. Este desastre demostró a los conquistadores que diseminar sus fuerzas no era una buena táctica para dominar el territorio.
Cap 5: “El hombre ante el espacio geogr áfico”
Los capitanes no se detuvieron ante los l ímites establecidos por la corona y decidieron que la mejor manera de ganarse un territorio era recorrerlo y apaciguarlo. 1558: una expedición enviada por el gobernador don García Hurtado de Mendoza toma posesión del estrecho de Magallanes. 1567: se anexó Chiloé, por Martín Ruíz de Gamboa. 1578: problemas con la corona inglesa por los piratas que saquearon las ciudades costeras, como Valpara íso por Francis Drake.
Cap 6: “Ética y cultura en el ocaso de una época”
La gente que pasó al Nuevo Mundo no fue ni mejor ni peor que el com ún de las personas en España. Había analfabetos, hombres de letra y sacerdotes. En el cuadro espiritual de la Conquista, los cronistas ocupan un lugar destacado como narradores de los sucesos e int érpretes de una cisión del mundo y de la vida. Tema de los cronistas del siglo XVI: guerra y esfuerzo b élico. Lo que se explica entre otras cosas por el gran sentido de hero ísmo en la sociedad. Pero esto era solo una cascara que ocultaba la verdadera mentalidad de la época: ya en las postrimerías del Siglo XVI las categor ías del capitalismo ya se hab ían instalado. Alonso de Ercilla y Zu ñiga: el mérito de su poema la Araucana reside en el
sentido íntimo que encierran sus p áginas. En ellas se entrecruzan las viejas tendencias, la vida de Ercilla, el esp íritu español y la crisis del ethos en el cambio de época, sin contar el valor ni la prestancia araucana. Los conquistadores eran portadores de una cultura universal que bajo el signo del cristianismo debía incorporar a Chile a la corriente de la historia. La lealtad a la tierra solo germinaría cuando el hombre nacido en el pa ís suplantase al conquistador y sintiese la raigambre de lo suyo.