RESUMEN DE LIBRO DE ANITUA (Criminología)

RESUMEN DE LIBRO DE ANITUA

CAPITULO II Las expresiones criminològicas del Estado absoltista! "# La aparici$n del Estado moderno % la &expropiaci$n'

Siglo XIII europeo. Se produjeron los cambios mas importantes en la forma de la política  en concreto de la política criminal. Los siguientes conceptos tienen su origen en a!u"l importante momento# capitalismo$ %stado$ la noci&n de monar!uía dentro del paradigma de la soberanía$ la burocracia 'como gobierno en manos de e(pertos)  un nue*o poder en manos del %stado !ue con las nociones de delito  de castigo$ conformara el poder puniti*o. Tambi"n en el siglo mencionado$ tu*o su origen la in!uisici&n. %stado  capitalismo est+n intrínsecamente unidos$ a !ue son dos aspectos de una nue*a forma de ejercicio de poder. La soberanía implicaba !ue la autoridad 'tanto da !ue fuera re$ re$ papa papa o empe empera rado dor) r) podí podíaa dict dictar ar lee lees$ s$  no limi limita tars rsee a apli aplica carr las las e(is e(iste tent ntes es o consuetudinarias. La pr+ctica puniti*a$ fue !ui,+ la m+s importante para poder reempla,ar los ejercicios de -justicias  -poderes locales. %n todo ello$ inter*ino un proceso de racionali,aci&n$ !ue no implic& una reducci&n de *iolencias$ sino por el contrario un ejercicio mas *isible de la represi&n  menos efecti*o en la disuasi&n. Se se/alar+ se/alar+ como racionali,aci racionali,aci&n &n al proceso proceso de profesional profesionali,ac i,aci&n i&n  burocrati, burocrati,aci&n aci&n de los &rganos encargados de administrar el poder ' entre sus funciones el poder penal) a la *era del %stado. La burocracia se utili,ar+ como un tipo ideal descripti*o creado por 0eber  !ue sir*e para e(plicar al reducido grupo de funcionarios en a!uel entonces ) sal*ando las distancias a las enormes ma!uinarias actuales)$ llamadas por este autor como las jaulas de 1ierro sin las cuales no podríamos *i*ir. La burocracia 'o clerecía) fue en gran medida la generadora del %stado  de sus maores necesidades de poder como de las necesidades de los indi*iduos por su e(istencia. Inglaterra$ parece ser el país adelantado unos a/os antes !ue el resto de los países occidentales. %l normando 2uillermo -el con!uistador instaur& la primera gran monar!uía europea tras derrotar a los nobles  monarcas anglosajones  dominar Inglaterra en el a/o 3455. Tom& medidas para consolidar su poder  unificar el territorio bajo la forma moderna de %stado. %llo se 1aría de acuerdo a las modernas formas de administrar los bienes. Tas pactar con los barones normandos$  con la Iglesia Cat&lica$ se adjudic& una buena parte del territorio para si mismo  se asegur& !ue los 1abitantes del resto tambi"n le rendirían fide fidelilida dad d  reco recono noce cerí rían an como como la auto autori rida dad d 6lti 6ltima ma.. Para Para ello ello$$ se fij& fij& en dos dos grand grandes es empresas # la guerra  el dinero$ crearía la cancillería  el fisco !ue constituirían los comien,os de la administraci&n p6blica.. La cancillería se encargaba de las lees  de las transacciones reales$ mientras !ue el fisco se encargaba de la recaudaci&n. %l %stado tendría desde entonces inter"s en la resoluci&n de conflictos$ incluso mas !ue los particulares$ lo !ue se re*elaría en falta de acusaciones  en la aparici&n de las delaciones secretas como motor de inicio de las acciones !ue promo*erían juicios  castigos. %sto produjo una !uiebra en el sistema acusatorio  abri& paso al sistema procesal in!uisiti*o. Apareci& la -infracci&n en reempla,o del da/o$  la suposici&n de !ue el %stado es el lesionado por la acci&n de un indi*iduo sobre el otro$ siendo el %stado entonces el !ue e(igiría la reparaci&n apareciendo con ella tanto la noci&n de delito como la de castigo. La decisi&n sobre la e(istencia de delito  necesidad de castigo$ sería una -sentencia emitida en nombre de la -*erdad determinada por el %stado  no por los indi*iduos. %sa -*erdad no podía ser como antes$ a,arosa o estar sujeta al resultado de una prueba. %s por ello !ue surgi& un nue*o m"todo de resoluci&n de conflictos# se procedería a una in*estigaci&n !ue fue adoptada por las incipientes burocracias del modelo de resoluci&n de los conflictos en los casos flagrantes. Siendo este entonces$ el origen de la -indagaci&n o la -instrucci&n  Los indi*iduos medie*ales$ medie*ales$ resol*ían resol*ían sus problemas problemas mediante la disputa disputa entre los titulares titulares del conflicto originario$ !uedando el ofensor fuera de la comunidad$  a merced de la reacci&n de la *íctima o su familia$ e(igiendo compensaci&n. Pero en el caso en !ue esto no suce sucedí día$ a$ el model modelo o de la luc1 luc1aa o comb combat atee judi judici cial al$$ se util utili, i,ab abaa como como ritu ritual ali, i,ac aci& i&n n o simbolismo de la guerra física. %l modelo era el de loa ordalía o -juicio de 7ios. %n esta especie de duelo$ no 1abía inter*enci&n de representante de la autoridad$ pero sí !ue era impo import rtan ante te la reso resolu luci ci&n &n p6bl p6blic icaa de la luc1 luc1aa o la prueb prueba$ a$ pues pues el p6bl p6blic ico o cuid cuidar aría ía el cumplimiento de las reglas$ así como daría su parecer sobre el juicio de 7ios 'si la mano se 1abía curado o no despu"s de ser puesta al rojo *i*o$ o si el agua donde se lo 1abía 1

arrojado lo e(pulsaba$ etc). Las reglas mencionadas$ no *enían impuestas -desde arriba sino !ue eran producto de un consenso comunitario siempre abierto. Cuan Cuando do apar aparec eci& i& un pode poderr cent centra ralili,a ,ado do  buroc burocra rati ti,a ,ado do$$ un nue* nue*o o mode modelo lo puni puniti ti*o *o reempla,& a la luc1a# la a*eriguaci&n  la prueba para *erificar una 1ip&tesis$ se present& como el nue*o modelo de resoluci&n de conflictos indi*iduales$  lo !ue 1acía el %stado era confiscar el conflicto# se supondría !ue el da/o no afectaba a otro indi*iduo$ sino !ue afec afecta taba ba en todo todo caso caso al sobe sobera rano no.. %l da/o da/o a no impo import rtab aba$ a$ sino sino lo !ue !ue resul resulta taba ba trascendente era la indisciplina$ la falta de obediencia a la le del soberano. Aparece entonces una figura no*edosa# el procurador del re !ue se presentaría como damnificado$ !uitando de este sitio a la *íctima del da/o real. Se produce así la e(propiaci&n del conflicto pues el procurador -doblaba a la *íctima  el *ictimario !uedaba anulado  pasaba a ser ser un objeto de la indagaci&n '-reo *iene del latín latín -cosa. La pr+ctica de la confesi&n re!ueriría pronto de la tortura  se plantearía de esta forma como un modo de actuar in1erente a los modos represi*os del %stado. %stado. 8ue Inocencio III$ el Papa de 339: a 3;35 !uien modific& el derec1o can&nico de su "poca al introducir junto a la organi,aci&n del papado como una monar!uía$ la in!uisici&n. %l fin de esta burocracia era in*estigar la mala conducta de los cl"rigos$ reflejada en el apartamiento de la ortodo(ia. artolo de Sassosferrato$ considerado el mas grande jurista de todos los tiempos por la capacidad de conocer toda la tradici&n  jurídica e(istente. Los autores m+s citados eran los !ue permitían consolidar la idea de !ue el %stado naciente no debía su autoridad a los indi*iduos !ue lo componen$ sino al mandato di*ino. La iglesia cat&li cat&lica ca soste sostenía nía esta esta especi especiee de delega delegaci& ci&n n de la autori autoridad dad de 7ios 7ios en los distin distintos tos monarcas absolutos$ !ue por tanto ejercerían su poder  su poder de castigar$ de acuerdo al derec1o di*ino !ue era en el !ue se justificaba su autoridad. La igle iglesi siaa domin dominar aría ía las las prim primera erass e(pres e(presio ione ness de pens pensam amie ient nto o just justif ific icad adora orass de la emergencia de los %stados !ue de todas formas discutirían si ese mandato di*ino !ue les proporcionaba autoridad debía contar con la intermediaci&n del Papa$ o recala directamente directamente sobre el Soberano. Tomasso de A!uino$ logr& reali,ar en ese medio$ la maor tarea racionali,adora  de síntesis en su Suma Teol&gica$ a tra*"s de la uni&n del pensamiento aristot"lico con el cristiano. La racionali,aci&n es entendida a!uí como justificaci&n justificaci&n del poder poder de la iglesia  el de los los pode podere ress terr terren enal ales es$$ todo todoss orie orient ntad ados os al bien bien com6 com6n n por por su orig origen en di*i di*ino no.. Ciert Ciertam amen ente te$$ e(is e(istí tíaa para para Toma Tomass sso o de A!ui A!uino no un derec derec1o 1o di*i di*ino no 'o le le etern eterna) a) !ue !ue emanaba directamente de la ra,&n de 7ios  por tanto s&lo "ste  por po r los santos entendible$ pero tambi"n e(istía un derec1o natural mas ase!uible  !ue participaba del eterno. La  justificaci&n del poder se logra por la supuesta e(istencia de ese derec1o natural$ del de l cual deri*aría el derec1o 1umano$  con "l$ del delito como una *iolaci&n a ese derec1o natural !ue prescribe !ue se debe 1acer el bien  e*itar el mal. La asociaci&n entre delito  pecado es total$ mediante mediante este -derec1o -derec1o !ue comprendía comprendía lo espiritual espiritual  tambi"n tambi"n sobre todo$ lo terrenal. %l delito sería entonces$ una demostraci&n del estado en pecado$  adem+s algo  -antinatural. %n cual!uier caso$ la noci&n de delito de esta forma$ ingresa a los pensamientos occidentales. La in!uisici&n. Primeros modelos integrados de criminología$ política criminal$ derec1o penal  derec1o procesal penal 2

%s por ello !ue no puede resultar e(tra/o !ue 1aa sido la Iglesia la !ue tendi& el puente entre a!uellos antecedentes romano)imperiales de reali,ar la justicia  la nue*a forma de organi,aci&n procesal penal en los estados europeos nacientes. La iglesia mantu*o una organi,aci&n burocr+tica  tambi"n practicaba practicaba la indagaci&n indagaci&n para obtener confesiones como m"todo  practica 1abitual de mantener la disciplina en los dispersos monasterios !ue eran controlados pocas *eces al a/o. %s tras el cuarto concilio de Letr+n en !ue se impuso !ue dic1o ejercicio de confesi&n dejase de ser p6blico  pasase a ser secreto s&lo delante del sacerdote confesor$ !uien regularía la penitencia de acuerdo a su an+lisis de la personalidad pecadora La costumbre de censar a los bienes  personas$ tambi"n 1abía sido 1abitual en el imperio ?omano  a tra*"s de esta *ía le llegaba a los gobernantes modernos. %ste es tambi"n uno de los orígenes del m"todo in!uisiti*o. %l otro es la e(tensi&n a todos los delitos e infracciones del modelo de con*ertir al infractor en enemigo de la sociedad. =o debe ol*idar el lector !ue este proceso ! a!uí se describe$ es *isto tradicionalmente como como un model modelo o de raci racion onal ali, i,ac aci& i&n n en el !ue !ue las las *eng *engan an,a ,ass de los los part partic icul ular ares es son son reempla,adas por la inter*enci&n estatal. %l sistema penal !ue naci& en estas "pocas tom& esta referencia al -otro como un inferior  tambi"n como un enemigo$ idea !ue e(istía en la edad media. %ste modelo de usar el poder$ de aplicar penas  a*eriguar *erdades$ tambi"n es consustancial a una fundamental  fundamentalista política impulsada tambi"n entonces desde la iglesia cat&lica. Con el objeto de impedir las luc1as entres reinos cristianos  para poder así e(tender los terrenos necesarios para el desarrollo capitalista a otras ,onas$ impu impuls lsar aría ían n para para esos esos a/os a/os a!ue a!uell giga gigant ntes esco co mo*i mo*imi mien ento to llam llamad ado o -cru, -cru,ad ada a.. %ste %ste mo*imiento no solo resultaría 6til para refor,ar una idea de cristiandad unificada$ sino !ue sería fundamental para e(pandir el naciente mercado$ con nue*as con!uistas  empresas para reali,arlas . Las Las cru, cru,ad adas as come comen, n,ar aría ían n en esto estoss sigl siglos os !ue !ue *an *an del del XI al XIII XIII$$ pero pero cont contin inua uarí rían an posteriorme posteriormente nte mediante mediante la adopci&n de otras formas. formas. La represi&n represi&n de 1erejes justific& justific& la aparici&n de los primeros e!uipos integrados por e(pertos en arrancar la *erdad  de imponer dolor deliberadamente. La maor e(presi&n de este m"todo procesal penal lo constitu& una instituci&n !ue recibe el mismo nombre !ue el modelo# La In!uisici&n. Tambi"n esta instituci&n surgi& en el a/o 3;3@ en el Cuarto Concilio de Letr+n  con la finalidad concreta de perseguir a la 1erejía de los cataros del Languedoc. %l poder puniti*o 1o e(istente surgi& como la necesidad de la Iglesia  cierto cuerpos políticos nacientes de poner coto a la acci&n o -reaccionar de ciertas interpretaciones religiosas !ue tu*ieron entonces sus e(positores. Se sabe mu poco pues las persecuciones se encargaron de !uemar adem+s de los cuerpos de algunos de sus e(positores$ libros  papeles !ue e(ponían sus ideas. Lo !ue si 1a !uedado es el cuerpo doctrinario !ue justificaba la represi&n por un lado$  !ue e(plicaba por otro lado a esas 1erejías como defensoras de ideas !ue creo mu ra,onables como la oposici&n a la misma idea de pecado  a la estructura de poder$ la promoci&n de la igualdad en los bienes$  la libertad se(ual. %sas son algunas de las -reglas descriptas como e(istentes en las comunas aut&nomas. %l tribunal jurídico)teol&gico de la in!uisici&n$ estaría integrado por letrados$ es decir$ por sacerdotes juristas ! en un primer momento fueron fan+ticos religiosos$  luego funcionarios !ue cumple cumplen n id"nti id"ntica ca finali finalidad dad repres represora ora con una friald frialdad ad despers despersona onali, li,ada ada propia propia de personalidades grises. Antes de ello$ pas& de la represi&n mencionada en Pro*en,a  el ?osellon a la corona de Arag&n en 3;:$ siempre bajo el control de la orden de los domínicos creada en 3;3@. In!uisici&n espa/ola en 39B; # bajo la direcci&n de Tom+s de Tor!uemada$ este reino la impondría en America. Antes de llegar a esa "poca de apogeo  posterior caída se debe mencionar el origen eclesi+stico de las diferentes instituciones !ue se conocieron como in!uisici&n$ así como su importancia política. %l mencionado Inocencio III de formaci&n intelectual$ fue el iniciador de esa represi&n los c+taros  1erejes a las *e, !ue el creador de la in!uisici&n como un tribunal especial en 3;3@. %l papa 2regorio IX en el a/o 3;;9 reorgani,& al tribunal de la In!uisici&n con la e(tensi&n de su poder a casi todas las ciudades italianas. %llo se debi& a la *erificaci&n de sus *entajas$ no solo para reprimir la disidencia política  religiosa sino para mantener el orden en general. Se *encía con el recurso de la in*estigaci&n en manos de un funcionario$ la dificultad de depender de los otros indi*iduos para poder condenar algo mu difícil en sociedades co1esionadas con los perseguidos. 3

%l proc proces eso o penal penal come comen, n,ab abaa con con la pris prisi& i&n n pre* pre*en enti ti*a *a del impu imputa tado do de 1erej 1erejía ía$$ se secuestraban entonces sus bienes  se lo interrogaba para obtener la confesi&n. Si negaba el crimen !ue se le imputaba$ se lo consideraba como -obstinado  ello podría acarrear consecuencias mas gra*es para su físico  su *ida. La misi&n fundamental de la tortura era la a*eriguaci&n de la *erdad 'adem+s de la publicaci&n de los pecados con la aplicaci&n del tormento) !ue ese e(tendi& finalmente al a muerte como pena significati*amente en la 1oguera. La in!uis in!uisici ici&n &n fue la primer primeraa agenci agenciaa burocr burocrati ati,ad ,adaa domina dominante nte sobre sobre la aplica aplicaci& ci&n n de castigos  definici&n de *erdades$  por ello la primera !ue reali,aría un discurso de tipo criminol&gico Luego$ Luego$ se reali, reali,arí arían an sus e(plic e(plicaci acione oness discur discursi* si*as. as. Las primer primeras as de esas esas e(pres e(presion iones es se/alaban como mal !ue debe eliminarse a la 1erejía. %sto es lo !ue describían  combatían los primeros -manuales de in!uisidores el de fines del siglo XIII de >ernardo 2ui !ue ser+ conocido al lector puesto !ue basado en "l$ Umberto %co cre& un personaje de ficci&n !ue aparece en -el nombre de la rosa. La 1erejía se sumaba así al estigma de judíos o leprosos como sujetos a ser perseguidos. Luego de refor,ar la *erticalidad de las relaciones del poder mediante la estigmati,aci&n  con*ersi&n en -c1i*os e(piatorios de !uienes podían ser competencia en materia política  teol&gica$ la in!uisici&n centraría su accionar en el control de la mujer para lo cual con*irti& a la brujería en ese supuesto mal c&smico !ue debía ser eliminado para defender a la sociedad. Al menos esto es lo !ue se desprende del alleus alificarum !ue el dominico alem+n Dramer escribi& con la colaboraci&n del tambi"n domínico Sprenger %n todo caso fue la bula papal proclamada por Inocencio EIII)3BB) !ue concedía poder ilimitado ilimitado a los in!uisidores in!uisidores por "l nombrados para arrancar la *erdad *erdad en los peores delitos delitos mediante la tortura. < antes del manual$ la represi&n a mujeres poderosas 'conocedoras de remedios o políticas como Fuana de Arco)$ se sumaba al discurso in!uisitorial  permitía su implantaci&n entre los pueblos. Seg6n Seg6n Gaf Gaffar faroni oni el martil martillo lo de las brujas brujas consti constitu tuee el primer primer discur discurso so crimin criminol& ol&gic gico o modern moderno. o. %llo %llo tanto tanto es un discur discurso so org+ni org+nico$ co$ elabora elaborado do cuidad cuidadosa osamen mente te con un gran gran esfuer,o intelectual  metodol&gicamente puntilloso$ !ue e(plica las causas del mal$ cuales son las formas en !ue se presenta$  los síntomas en !ue aparece. La muje mujerr es la tran transm smis isora ora genera generaci cion onal al de cult cultur uraa  por por ello ello debí debíaa ser ser repri reprimi mida da o amed amedren renta tada da para para impon imponer er leng lengua uajes jes$$ reli religi gion ones es  model modelos os polí políti tico coss no*e no*edo doso sos. s. La pretensi&n de iglesias  %stado para alcan,ar uniformidad$ así como las corporaciones de e(per e(perto toss para para logr lograr ar acep acepta taci ci&n &n de su espe especi cial alid idad ad$$ debí debían an comp compet etir ir con con sabe saberes res transmitidos generacionalmente$ Así serían duramente se/aladas como posibles brujas$ en el a anu nual al !ue !ue come coment nto$ o$ a!ue a!uellllas as muje mujere ress con con espe especi cial al comp compet eten enci ciaa para para e*it e*itar ar concepciones o audar en el parto así como las !ue tenían otros conocimientos sanitarios o podían influir en personas de poder$ aun!ue en todo caso se ad*ierte la persecuci&n se(ual. %l malleus malleus malificaru malificarum m se di*ide en tres partes. partes. La primera de ellas ellas de di*ide a su *e, en 3 cuestio cuestiones nes  es$ en suma$ un discur discurso so !ue legitim legitima a el poder de la forma en !ue 1e descripto. %n primer lugar dedica un meticuloso an+lisis para demostrar !ue el -crimen de brujería brujería e(iste  a la *e, demuestra demuestra !ue ese -crimen -crimen es gra*ísimo$ gra*ísimo$ lo !ue justific justificaría aría el empe/o denodado para combatirlo. Se/ala entonces cuales son las causas m6ltiples de tal -crimen# la primera de ellas$ la presencia del diablo !ue es el ! seduce  busca la complicidad de indi*iduos especialmente d"biles d"biles por su supuesta inferiorida inferioridad d biol&gica biol&gica$$ en general de la mujer. La mujer tendría un car+cter de inferioridad física 'puesto !ue seg6n la biblia 1abría surgido de la costilla de Ad+n)$ moral 'como esa costilla era cur*a$ jam+s podrían alcan,ar la rectitud moral de los 1ombres '  religiosa. Tambi"n es causa de la brujería el permiso di*ino a !ue en caso contrario se produciría un problema teol&gico de importancia al conceder demasiado poder tanto a la bruja como al diablo. Todo a!uel !ue dude del poder de las brujas o del poder de los in!uisidores para combatirlas$ es un 1ereje. La segunda parte es una clara demostraci&n del derec1o penal de autor. Se 1ace una descripci&n abierta de los modos de actuar actuar de las brujas$ siendo siendo !ue "stos son solo algunos signos mediante los cuales el in!uisidor puede detectar una bruja. =o son esas conductas las reproc1ables$ sino la de tener relaciones con el diablo$ pero como esta 6ltima no puede probarse sino por la confesi&n se describen muc1as otras conductas !ue son indicios de a!uella uni&n mal"fica. mal"fica. La enumeraci&n no solo es abierta$ sino e(1austi*a e(1austi*a  de esa forma no !ueda conducta de mujeres !ue no sea sospec1osa de brujería. 4

La tercera parte es la !ue enuncia cu+l ser+ el m"todo de in!uirir o a*eriguar a*eriguar la -*erdad$ en el !ue destaca con todo su rigor el sistema in!uisiti*o$ sin acusador ni defensa$ basado en la actuaci&n de oficio o con denuncias an&nimas$  en el !ue la tortura aparece minuci minuciosa osamen mente te indica indicada da para para obtene obtenerr la confes confesi&n i&n.. Se descri describe be una amplia amplia gama gama de tort tortur uras as$$  un comp complilica cado do sist sistem emaa de inte interr rrog ogam amie ient ntos os$$ basa basado do en preg pregun unta tass desconcertantes$ busc+ndose enga/ar al imputado con pruebas ine(istentes. %ra mu difícil para el acusado -triunfar frente a las pruebas de la tortura$ puesto !ue si no se confesaba a pesar de ellas$ se interpretaría !ue era efecti*amente culpable puesto !ue s&lo el diablo podía audarla a resistir la presi&n de la tortura para lo !ue se proporcionaban drogas$ 1ec1i,os$ o unguentos m+gicos anti)tortura. %n suma aparecen en el manual todos los elementos del sistema in!uisiti*o !ue en las mismas fec1as irían recibiendo las legislaciones reales de los %stados europeos. %n estos casos$ casos$ como tambi"n en los tribunales tribunales religiosos$ religiosos$ apareci& un tipo de funcionari funcionario o profesional o -de oficio conocido como -el gran in!uisidor. =o debe ol*idarse la misi&n !ue cumplieron estos funcionarios$  el propio derec1o formados unos  otros en uni*ersidades acríticas. %l proceso de racionali,aron los lle*aría a ser redactores de *iolencia a la !ue *erían como poco ci*ili,ada  pesada de cumplir adem+s de injustificable. Los funcionario funcionarioss de las distintas distintas agencias agencias pero sobre todo de las judicial judiciales$ es$ tu*ieron tu*ieron el maor compromi compromiso so con los genocidios genocidios . Por lo tanto  se remarca tal contradic contradicci&n$ ci&n$ en el moment momento o 1ist&r 1ist&rico ico del absoluti absolutism smo o  de la aparic aparici&n i&n del poder puniti*o puniti*o estatal estatal$$ estos estos funcionarios irían reduciendo la crude,a de las sanciones a pesar de no discutir las bases profundamente autoritarias !ue le conferían poder. Las ciudades. Los indi*iduos  los mercados. %l modo capitalista de producci&n  las  -empresas comerciales$ científicas científicas  de con!uista con!uista La superestructura !ue conforman el %stado  el derec1o se adelant& a la forma de producci&n  se consolid& antes !ue "sta " sta 7esde un punto de *ista econ&mico$ se *erifica por la aparici&n de nue*as  crecientes nece necesi sida dades des de renta renta de los los grupo gruposs domi domina nant ntes es !ue !ue no podí podían an ser ser reali reali,a ,ada dass por por la ineficacia del sistema feudal. Surgieron nue*as necesidades econ&micas !ue no podían ser solucionadas con el antiguo m"todo de e(plotaci&n econ&mica$ por lo !ue se produjo el cambio en los modos de producc producci&n i&n.. La clase clase econ&m econ&mica ica emerge emergente nte$$ la burgues burguesía$ ía$ pro*en pro*endrí dríaa de estos estos centros centros comerciales$ los sier*os supere(plotados  reprimidos *iolentamente comen,arían períodos de emigraci&n !ue tambi"n engrosarían la poblaci&n de las ciudades. %n principio los cambios econ&micos  políticos buscaban refor,ar las posiciones *entajosas de los nobles al mejorar las relaciones intrínsecas del modelo de producci&n feudal. Los nobl nobles es feud feudal ales es entr entreg egar aría ían n su ejer ejerci cici cio o de pode poderr mili milita tarr  polí políti tico co al sobe sobera rano no !ue !ue representaba al %stado para conser*ar sus posiciones en el +mbito pri*ado. %l sistema de e(plotaci&n feudal$ se asentaba sobre relaciones personales. Se/ores  sier*os constituían los dos grandes estamentos sociales$ sociales$  el comercio tambi"n re!uería de la consolidaci&n de territorios mas *astos$ lo !ue ser+ pro*isto por la centrali,aci&n política de los nacientes estados %l capita capitalis lismo mo comen comen,& ,& a practi practicar carse se embrio embrionar nariam iament entee en las principa principales les ciudades ciudades comerciales comerciales del editerr+neo editerr+neo cristiano$ cristiano$ Palermo$ Palermo$ Eenecia$ Eenecia$ 2"no*a$ etc. Algunas Algunas de estas estas ciudades se con*irtieron en *erdaderos estados. Otras ciudades$ las m+s$ pasarían a refor,ar el poder centrali,ado de los nacientes estados  !ue se encarn encarnaba aban n en monar!uí monar!uías. as. %l derec1o derec1o  la jurisdic jurisdicci& ci&n n pasarí pasarían an a ser armas armas principales de este centralismo mon+r!uico contra los poderes locales %n estos períodos de consolidaci&n del %stado$ s&lo los rees o emperadores podían le*antar 1orcas$ !ue así conferían a las ciudades la distinci&n de la -potestas capitis de la !ue se deri*a el nombre de -capitales con las !ue a6n 1o se las nombra. %n este proceso de ci*ili,aci&n se destac& una figura ineludible del pensamiento occidental# 7esiderio %rasmo$ natural de ?otterdam en lo !ue 1o es Holanda. %l erasmismo se con*irti& en la doctrina de los burgueses mas educados de la "poca$ siendo finalmente derro derrota tada da por por los los fund fundam ament ental alis ismo moss pro* pro*en enie ient ntes es de la refo reform rmaa prote protest stan ante te  la contrarreforma cat&lica. %n efecto$ surgi& en esta "poca de cambios el llamado indi*idualismo. La ruptura con la idea organicista  con ese representante del Todo !ue es 7ios$ *a a *erse en e n el peso de personas indi*idual indi*iduales es en su posibilida posibilidad d de cambios  de triunfos triunfos o derrotas. derrotas. Como se/ala se/ala >obbio$ >obbio$ el 5

indi*idualismo es el primer paso del liberalismo$  en el reconocimiento de ciertos indi*iduos por su *alor como comerciantes$ artistas$ etc. %l *alor del indi*idualismo indi*idualismo se acrecentaba acrecentaba con las las nue*as formas de producci&n en las las !ue las *irtudes personales 'marino artesano$ mercader$ etc) serían preferidas a las condiciones de pertenencia a la familia a o casta. %l crecimiento de las ciudades dio origen a una nue*a clase social !ue se identificaría con ellas # la burguesía %stos primeros comerciantes$ ban!ueros  artesanos eran justamente 1ombres libres de la relaciones de ser*idumbre feudal. 7e esta clase pro*endría la primera *ersi&n del mundo cabalmente moderna. La racion racionali alidad dad moderna moderna tiene tiene un origen origen en estas estas pr+cti pr+cticas cas mercan mercantil tiles es !ue asimis asimismo mo destruirían la idea de !ue 1abría un problema moral en el enri!uecimiento  en el goce de los bienes terrenales. %sta nue*a "tica del comerciante tambi"n tendría su referente en la *ida de los artistas  pensadores de este momento$ !ue por su dinamismo creador se denomin& renacimiento. ?a,onar al margen de los dogmas$ elaborar  descubrir conocimientos con la auda de la t"cnica de la indagaci&n di& lugar al mo*imiento del 1umanismo !ue caracteri,a esta "poca. Se pondría al 1ombre$ al indi*iduo como centro del uni*erso$ cono centro de atenci&n ontol&gica de todas las preocupaciones políticas econ&micas  sociales %l mercantilismo reflej& los nue*os es!uemas de pensamiento econ&mico tanto de los burgueses cuanto de los representantes repre sentantes del %stado Los mercaderes  el estado se apoaban mutuamente en esta tarea de aumentar el propio beneficio$ acumular ri!ue,a$ medida primero en mercancía  luego en dinero o metales !ue lo representen. La preocupaci&n indi*idual del mercantilista estaba en el comercio  en la banca antes !ue en la industria. La preocupaci&n estatal residiría en mantener las arcas del estado repletas con el producto de la *enta de espacies  metales preciosos. pre ciosos. Con estas estas ideas ideas econ&m econ&mica icass se produjo produjo la transi transici& ci&n n 1acia 1acia el capita capitalis lismo mo indust industria rial$ l$ imposible sin una integraci&n econ&mica  política de los mercados territoriales de los estados. Con la importancia del dinero como medio de pago$ aparecieron los bancos. %l capitalismo capitalismo  la burocracia se encontraron encontraron 1ist&ricamen 1ist&ricamente te  se pertenecen íntimamente íntimamente en funci&n de su superioridad t"cnica sobre otra forma de organi,aci&n. %ste es a su *e, otro de los moti*os !ue pro*ocan el desarrollo de la burocracia$ una administraci&n mas t"cnica dotada de conocimientos especiales$  !ue depende jer+r!uica  econ&micamente del estado central %sa administraci&n  el ej"rcito serían los pilares del estado. La di*isi&n de roles en el trabajo adoptado$ lle*& a la concentraci&n del beneficio  tambi"n del poder. %l cambio 1acia el m"todo in!uisiti*o de resoluci&n de conflictos$ facilitaba la concentraci&n de poder al inter*enir en la circulaci&n de bienes  de armas. %sta circulaci&n mas abierta cambi& con la e(propiaci&n del conflicto por parte del soberano. La aparici&n de la *iolencia estatal jurídicamente administrada$ sir*i& al fortalecimiento del poder. %l poder central sería el !ue pregunta$ indaga$ busca la *erdad  así se consigue la concentrac concentraci&n i&n del poder armado al reempla,ar la luc1a del litigio$ litigio$ pues el poder central$ central$ el soberano$ sería el !ue e(igía la reparaci&n en *e, del directamente ofendido. %n primer lugar lo buscado sería la e(propiaci&n  la confiscaci&n de bienes  armas del condenado. %sa medida de beneficio político  econ&mico se transformaría en la pena o castigo como forma de justificaci&n  utilidad para el estado e stado La empresa científica tambi"n se planteaba como una forma de con!uista$ de luc1a desigual en la cual la -in!uisitio reempla,aba a -disputatio como metodología de acceso a la *erdad  resultados concretos. %fecti*amente este nue*o m"todo es mas eficiente mas r+pido  menos costoso. %n el período !ue *a desde principio de S XIE 1asta fines del S XEII se produjo una importante re*oluci&n científica. Los nombres mas famosos$ Leonardo  2alileo. 2alileo sufri& la represi&n de los poderes absolutistas  religiosos. %l nue*o m"todo científico era mas racional$ mas eficiente  mas 1umano$ pero no por ello menos in!uisiti*o !ue el de su ri*al >ernando 2ui. Con ello se produjo la independencia de la filosofia con respecto a la teología por lo !ue en el pensamiento científico el ser !uedaría des*inculado del pensar$  siglos despu"s un famoso fil&sofo sostendr+ !ue -la ciencia no piensa  La cientificaci&n de las formas de pensamiento tambi"n daría lugar en el futuro a las di*ersas ciencias sociales de las !ue la criminología no es de las menos importantes. 6

La especiali,aci&n tendría !ue *er con el manejo de una t"cnica especialmente complicada. %l uso del papel$ la br6jula  la p&l*ora tambi"n se descubrieron entonces pro*enientes de la C1ina. Con el cambo antes mencionado se produjo otro tipo de reformas  cambio en lo ! 1acía el transporte por tierra a la ar!uitectura a*al  terrestre. La e(pansi&n b"lica europea. La formaci&n de una sociedad represora. %stos descubrimiento$ esta e(pansi&n del uni*erso europeo$ no pueden fec1arse en un momento dado. Sin embargo sí es claro !ue el capitalismo  el modelo de estado se e(pandieron desde eses centro ubicado en lo !ue 1o es %uropa mediante empresas militares$ comerciales pero siempre bajo el influjo de la *iolencia  sus justificaciones teol&gico políticas típicamente occidentales %sa persecuci&n aplicada a los europeos considerados demoníacos$ leprosos$ 1erejes  judai,antes$ brujas$ sería si cabe$ mas cruel aplicada 1acia los seres 1umanos de -afuera  Los descubrimientos de nue*as tierras permitieron la consolidaci&n de imperios con su metr&polis encargadas de e(plotar los bienes de los territorios ultramarinos con!uistados  de comprar  *ender a a!uellos con los !ue se negociaba de forma desigual. =o se limita a los +mbitos europeos sino !ue alcan,a si bien mu des*entajosamente a estos otros +mbitos como Africa$ America  la La india$ pronto e(poliados  en los ! se reali,arían aut"nticos genocidios en su poblaci&n local. %n estos genocidios es necesario reconocer la importancia del trabajo de escla*os de los -otros considerados como no 1umanos o sub 1umanos. La con!uista de America implic& la construcci&n de un -otro en los indios americanos$  tras la de*astaci&n de "stos en los negros africanos transportados tambi"n como si fueran mercancía %se -otro *endría a ocupar un lugar político  tambi"n un lugar econ&mico %l *encido se transformaba así en escla*o$  tambi"n en botín por parte de la empresa de con!uista Pero antes !ue ello$ la base de la e(pansi&n de la dominaci&n estatal  capitalista 1acia otras tierras$ se produjo a partir de la e(clusi&n del otro$ algo en lo !ue lo puniti*o tu*o un papel especial. %n estos casos la represi&n no adoptaría la fa, de lo penal$ aun!ue e*identemente era una manifestaci&n mas de lo puniti*o. Las discusiones ocurridas en America sobre la posible pr"dica del cristianismo entre los indios antes de su descubrimiento en 3B9; no eran nada banales$ sino !ue implicaban un reparto de poder sobre los indios. Si "stos *i*ían en pecado por ignorancia de la fe cristiana$ sus 1umanidades pertenecían a la corona$ !ue era !uien aplicaría su poder político$ penal  econ&mico sobre ellos. Si en cambio eran 1erejes por 1aber abandonado la buena fe$ la competencia era directamente de la iglesia  por tanto la in!uisici&n se al,aría directamente sobre ellos. 8ue sin duda el miedo la 1erramienta principal para logar la imposici&n de las modernas burocracias$ para imponer el %stado  el mercado  para imponer el sistema puniti*o !ue 1o sigue e(istiendo. %se miedo era miedo al -otro$ tambi"n al poder$ pero en 6ltima instancia$  sobre todo$ miedo. Las modernas burocracias del diagrama de poder !ue se gestaba$ se presentaban como la mejor forma de solucionar problemas. %l siglo XIE esta caracteri,ado por la peste negra !ue li!uid& a la mitad de la poblaci&n de %uropa. uc1os de los temerosos de morir$ se amparaban en !uienes creían poderosos para busca sal*adores$  tambi"n para encontrar culpables. %l sal*ador no podía ser sino 7ios  sus santos -especiali,ados san Sebasti+n$ San ?o!ueJ  para lo mas concretos sus representantes terrenales. %n muc1as ,onas los mendigos  pobres fueron acusados de contaminar al pueblo llano. %s en esta "poca en !ue comien,a la persecuci&n generali,ada contra los judíos. %n di*ersas ,onas 1ubo masacres de judíos acusados de contaminar po,os de agua crimen !ue muc1os confesaron bajo tortura. Asimismo serían objeto de represi&n las poblaciones n&mades como los gitanos acusados)como todo e(tranjero)$ de traer el mal a poblaciones -puras. 8inalmente los enfermos$ los !ue tenían alg6n rasgo físico !ue los marcara$ serían el  -e(tra/o ese sujeto destinado a ser eliminado. %l miedo a esa terrible peste  a las continuas pero menos *iolentas plagas !ue continuarían a lo largo de la %dad moderna$ marcaría la forma de actuaci&n del gobierno de las ciudades  los %stados.

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La ciencia de la política o del gobierno de esos lugares$ debería su nacimiento a las medidas para combatir la peste. La creaci&n de la entidad del -nosotros$ la unificaci&n lingKística$ cultural$ se 1i,o por una doble funci&n de e(pulsi&n e inclusi&n de las diferencias. %sta doble funci&n ser+ la característica de los sistemas penales  de los pensamientos criminol&gicos 1asta la actualidad. Por un lado$ la e(pulsi&n del enfermo$ del leproso$ del !ue contagia$ sería un tratamiento continuo !ue podía tener la forma de la pena de muerte o cual!uier otra medida e(cluente. Por el otro$ la asimilaci&n de otros apestados$ tambi"n sería la característica de un sistema !ue de cual!uiera de las formas debe tener en claro la identidad del otro$ objeto de alguno de estos tratamientos o de la combinaci&n es!ui,ofr"nica de ambos. Por ello se indicaban como -feos los rasgos de a!uellos !ue se indicaba perseguir$ del mismo modos en !ue las cosas feas no debían ser *isibles$ los indi*iduos malos  por tanto feos$ deberían ser castigados Algunas e(presiones de pensamientos criminol&gicos del momento como el alleus a mencionado$ son referencias de ese proceso de construcci&n social de la belle,a !ue tambi"n daría punto de origen al racismo de nuestro tiempo. %l otro$ el diferente$ sería el !ue tiene la marca en el cuerpo uc1os crimin&logos del S XX indicaron !ue el primer crimin&logo conocido fue el napolitano 7ellaporta$ !ue estaba con*encido de la necesaria relaci&n entre el aspecto físico$ de sobremanera el del rostro$  las cualidades morales de los 1umanos$ Por ello obser*&  reali,& di*ersos estudios sobre los encerrados  ejecutados en =+poles. Tras ello  la comparaci&n con otras personas$ elabor& una clasificaci&n de los 1ombres  de los delincuentes en -Tipos. %l ladr&n podía reconocerse por ser cejijunto$ tener pe!ue/as orejas$ nari, delgada$ ojos r+pidos$ *isi&n aguda$ labios gruesos  abiertos  manos delicadas con dedos delgado  1+biles.  Tambi"n describi& otros tipos de personalidades$ como el *iolento. Las percepciones sobre la sociedad  e %stado. %l consenso  el conflicto. Hobbes  a!uia*elo Hasta a1ora se 1a descrito el momento en ! aparece el estado moderno  se genera el poder puniti*o$ pero es necesario destacar !ue este tambi"n fue el momento de consolidaci&n del estado  en su diagrama de poder absolutista$  no debe descuidarse !ue ello consolidaría al poder penal en su *ersi&n mas descarnada a ilimitada. %l re  sus burocracias encargadas de reprimir  cobrar tributos oscilarían durante todo el período entre el mantenimiento de dos grupos entre sí opuestos por sus intereses# la noble,a  la burguesía. La b6s!ueda  satisfacci&n de ri!ue,a  status en unos  otros a costa de pobres  coloni,ados sería lo característico del absolutismo mon+r!uico Tras la pa, de 0estfalia se produjo el mutuo reconocimiento definiti*o de los estados soberanos e(istentes con cierta identidad nacional$ 8rancia Sui,a Holsnda$ 7inamarca$ Suecia$ Prusia. Se produciría entonces un nue*o momento de racionali,aci&n de la política si se entiende ello como una racionali,aci&n  justificaciones de poder estatal !ue se iba consolidando. 7e lo !ue se trataba era de justificar la autoridad$ pero no cual!uier tipo$ sino la nue*a$ la mon+r!uica$ la estatal. %ste pensamiento político es indudablemente pensamiento criminol&gico. Los pensamientos criminol&gicos se ocupan de justificar o bien criticar cierto orden %s entonces en este periodo !ue se consolidaban los estados soberanos  donde aparecerían las primeras refle(iones te&ricas sobre estas nue*as formaciones políticas# los primeros pensamientos criminol&gicos. %n este caso$ ese pensamiento lograría desprenderse poco a poco de la tutela de la iglesia. Otro ejemplo temprano de esta preocupaci&n por parte de laicos$ es el del literato 8lorenci 7ante Alig1ieri$ !uien escribi& tambi"n sobre la monar!uía como forma de gobernar las rep6blicas. %s su clara separaci&n de justicia 1umana sobre la di*ina lo !ue lo lle*aría a insistir en la necesaria e(istencia de un Papa  un emperador uni*ersal$  se enfrentaba a Tomasso de A!uino$ pues se/alaba !ue estas justicias pueden ser contradictorias  !ue el poder soberano recairía sobre el %stado laico. a!uia*elo el maor pensador político del renacimiento  tiene un pensamiento científico a !ue bas+ndose en la obser*aci&n de los nue*os fen&menos de la actualidad$ dejaría de lado moti*aciones sociales o religiosas$  describiría una de las primeras  mas lucidas teorías políticas. 8

Para "l la teoría política es teoría sobre el orden  por tanto es de profunda importancia$ no puede ser separada del conocimiento criminol&gico. 'escribi& tambi"n %l Príncipe !ue *ersa sobre la naturale,a de los jefes de estado) a!uia*elo se inclinaba por la con*eniencia de los estados republicanos. Su descripci&n del orden posible parte de la constataci&n sociol&gica de !ue sobre la base de la relaciones inter1umanas lo !ue e(iste es conflicto. Son los conflictos políticos los !ue dan nacimiento  permiten perpetuar al poder político a !ue siempre e(istir+n !uienes tienen el poder o go,an de *entajas sobre los dem+s$  !uienes !uieren alcan,arlo. Por lo tanto$ poder  libertad son entonces parcialmente la misma cosa La deducci&n sociol&gica !ue parte de la e(istencia del conflicto$ se encontraría con otra bien distinta. encionar" a T1omas Hobbes. uien defiende te&ricamente al absolutismo mon+r!uico. %n sus obras mas importantes desarrolla unas ideas sobre el %stado fuerte  su necesidad para mantener el orden  la seguridad. A diferencia de a!uia*elo$ Hobbes comen,aría una tradici&n te&rica !ue tal *e, tendría maor "(ito$ basada en su concepci&n de la naturale,a 1umana  de la e(istencia de un consciencia a tra*"s de la política. aco  7escartes$ fueron los !ue sentaron las bases de la nue*a forma de pensar$ !ue debía ser crítica  opuesta a los prejuicios o preconceptos. >acon fue un anticipado a la ilustraci&n criminol&gica$ pues intentaría -iluminar el derec1o de su "poca mediante los -digestos de lees  costumbres. Las utopías$ con planteos críticos de lo e(istente$ eran pre*ias a estas obra. Otros es!uemas de pensamiento tolerante$ comen,aron a refle(ionar sobre el mismo %stado$ con af+n de cambiarlo. La -ciencia de 2alileo  otros llegaba definiti*amente a la discusi&n política  jurídica. La libertad  la tolerancia comen,aban a ser necesidades del capitalismo en una nue*a fase$  9

en especial de los burgueses !ue se apro*ec1arían de ellas. Tambi"n en los autores mencionados comien,a a *islumbrarse la idea de -constituci&n para asegurar esos derec1os  la pa, social. La e(presi&n mas acabada de eses pensamiento !ue aceptaba a la e(istencia de %stado e intentaba limitarlo$ se *erifica en tres pensadores# Pufendorf$ LocMe  Spino,a. La base de ellos radica en la auto)limitaci&n. La limitaci&n del poder comen,aría con la limitaci&n de los propios deseos. La -ci*ili,aci&n consistiría en la renuncia da las ansias de dominaci&n. Por ello$ el %stado debía ser limitado por los drec1os indi*iduales$ puesto !ue para ellos el %stado es una necesidad$ pero una necesidad libremente consensuada por los indi*iduos. La "tica de Spino,a re!uiere de una teoría democr+tica  republicana del %stado cuo fin 6ltimo es la libertad. Propuso una filosofía política basada en la tolerancia mutua justificada en la necesidad utilitaria entre los %stados  entre los 1umanos. %l estado no se justificaba por la imposici&n de una pa, o tregua a la guerra de todos contra todos$ sin por la actuaci&n de un orden "tico de la *erdadera naturale,a 1umana$ !ue no es otra sino la libertad. Se inclinaba por un gobierno democr+tico$ !ue tambi"n debía dotarse de sabiduría$ como para proteger la tolerancia  liberad de pensamiento %l derec1o  la justicia del antiguo r"gimen. La marca en los cuerpos. %l escenario del patíbulo Los pensadores de la Ilustraci&n adem+s de continuar la labor de estos penadores del limite$ fueron producto de la reacci&n contra los elementos mas *isibles del diagrama de poder del estado absolutista. %l derec1o  la justicia penal del Antiguo ?"gimen$ serían sin duda una aplicaci&n de las racionali,aciones !ue los %stados a consolidados 1acían de los m"todos necesarios para su aparici&n. A6n cuando la burocracia estatal a estaba afirmada$ su metodología de mantenimiento seguía bas+ndose en las marcas$ la e(pulsi&n  la e(clusi&n del -otro. =o desaparece en la consolidaci&n del %stado la naturale,a e(cluente del castigo 7urante el %stado absolutista aparece otro -in*ento para controlar a los indi*iduos# el del los pasaportes  papeles de identificaci&n. Los !ue no portaban esos pri*ilegiados papeles en cambio tenían !ue lucir ropas$ peinados u otras se/ales para identificarse a simple *ista A los con*ictos$ solía cort+rseles la nari, una oreja$ bra,o o pierna o en todo caso tatu+rseles una letra o dibujo !ue a simple *ista permitiera saber -!uienes eran. Simular una identidad -no real consumaría la -traici&n mas peligrosa. %stigmati,ar a otros era una cuesti&n de gobierno necesaria  en la !ue el poder penal$ la  justicia penal del Antiguo ?"gimen cumpliría un rol fundamental Posteriormente solían escribirse los 1ec1os delicti*os atribuidos al condenado en libros escritos sobre la propia piel !ue le 1abía sido arrancada posteriormente a la aplicaci&n de pena. 7urante el Antiguo ?"gimen las penas propiamente dic1as eran o bien pecuniarias$ o bien corporales.  -arcar con la condena el cuerpo del condenado era tan importante como -marcar la conciencia del "l mismo  de toda la sociedad acerca del poder del monarca La primera confiscaci&n del conflicto$ como se 1a dic1o$ se reali,& con las formas de guerra. Pero con posterioridad el %stado iría adoptando las formas menos costosas del derec1o. %sta e!uiparaci&n entre delito  pecado permitía la arbitrariedad del poder penal$ pues no e(istían los límites precisos al poder$ !ue se intentarían defender por los pensadores antes mencionados  representados por el cumplimiento de la estricta legalidad !ue surgía del propio %stado. Antes !ue rigieran tales límites$ la a*eriguaci&n de la moti*aci&n culpable -*erdadera del pecador$ fa*oreci& lo m"todo in!uisitoriales de no respetar la autonomía 1umana e intentar  -introducirse en la mente del indi*iduo para obtener la confesi&n . =aci& así la pre*enci&n como autori,aci&n para comen,ar las in*estigaciones sobre la base de sospec1as o denuncias !ue se mantenían en el anonimato. Se institu& una organi,aci&n de tipo  jer+r!uico$  permanecen al triunfar el secreto sobre lo p6blico en el proceso de a*eriguaci&n$ la escritura sobre la oralidad del mismo proceso !ue los jueces ju,garan bas+ndose en los documentos escritos sin contacto directo con el imputado  los testigos$ debi"ndose en consecuencia instituir un sistema legal !ue le ordenara la forma en !ue se debía *alorar dic1as pruebas escritas. Un es!uema procesal organi,ado de tal manera solamente permitía al imputado pri*ado pre*enti*amente de su libertad$ dos caminos a seguir# o esperar simplemente la aplicaci&n 10

de un castigo !ue cuando llegaba$ en la maoría de los casos se encontraba cumplido$ o confesar el 1ec1o  su responsabilidad par a con ello obtener la indulgencia del ju,gador. %l m"todo in!uisiti*o se afian,& con esta forme de reali,ar la justicia. Las t"cnicas del m"todo in!uisiti*o 'la idea de *erdad$ de in*estigaci&n$ la escritura  el secreto) se aplicaron por funcionarios reales en la actuaci&n de la justicia  tambi"n se utili,arían por !uienes desde el plano te&rico del derec1o se encartarían de concebir al derec1o penal como una funci&n del %stado. %s un dato a no ol*idar la relaci&n entre el proceso de concentraci&n del poder !ue desemboca en la creaci&n de los estados nacionales$  el proceso de profesionali,aci&n  burocrati,aci&n de los &rganos encargados de administrar justicia en materia religiosa$ pero tambi"n ci*il$ en %uropa a partir del S XIII Al lado de las t"cnicas secretas de a*eriguaci&n de la *erdad$ condenadas por los reformadores del sistema en el siglo XEIII tambi"n se ejercía le poder por otras t"cnicas p6blicas !ue fueron denunciadas con id"ntico rigor por los ilustrados. %stas otras t"cnicas de justicia  gobierno mediante el poder puniti*o como atribuci&n al soberano$ ser reali,aba por medio del espect+culo. %ste espect+culo se brindaría especialmente en la ejecuci&n de los castigos$  serían considerados un derec1o de monarca  el %stado. %ra el castigo mediante suplicio. %n "l el re a tra*"s del *erdugo ejercía sobre el cuerpo del condenado la mutilaci&n o la muerte frente a los ojos del pueblo$ a fin de !ue la marca en el cuerpo indi*idual se grabase en los cora,ones de los otros indi*iduos. %l *erdadero rasgo distinti*o no era sancionar una le !ue obligase a todos  tambi"n a sí mismo$ sino la facultad de "sta liberado de todo la,o. %l derec1o a sancionar la le o de e(imir de le le. %l poder *erdadera  completamente soberano era el arbitrario 8occault comien,a *igilar  castigar describiendo el castigo del soldado !ue intent& matar al re franc"s. 7amiens fue condenado a p6blica retractaci&n ante la puerta principal de la iglesia de París donde debía ser lle*ado  conducido en una carreta$ desnudo$ en camisa con un 1ac1a de cera encendida de dos libras de peso en la mano$ despu"s$ le serían atena,adas las tetillas$ bra,os$ muslos  pantorrillas  su mano derec1a$ asido en "sta el cuc1illo con !ue cometi& dic1o parricidio$ !uemada con fuego de a,ufre$  sobre las partes atenaceadas se le *erter+ cera  a,ufre fundidos juntamente$  a continuaci&n su cuerpo desmembrado  estirado por cuatro caballos  sus miembros  tronco consumidos en el fuego$ reducidos a ceni,as  sus ceni,as arrojadas al fuego. Otro tanto ocurri& con Tupac Amaru =ada estaba libra,o al a,ar$  a los ojos de los funcionarios$ tama/a *iolencia no sería algo irracional$ ni subjeti*o$ sino necesario. 8inalmente tambi"n se *erificaría una progresi*a profesionali,aci&n del castigo durante en el Antiguo ?"gimen La modernidad  las nue*as relaciones sociales.# sociedad de clases  necesidades de orden. La e(clusi&n  la disciplina %l período de la consolidaci&n de la forma de %stado  de aparici&n de las relaciones típicamente capitalistas$ re!uirieron de una legislaci&n penal se*erísima %l mercantilismo necesit& de un disciplinamiento de los grupos sociales !ue no se integraran a alguno de los grupos producti*os econ&micamente. La forma de educar$ era a tra*"s de la *iolencia puniti*a. %stas sociedades de mercado$ !ue se iban configurando tambi"n re!uerían de una pa,  un orden para !ue pudiera reali,arse el lento proceso industriali,ador. %l derec1o penal fue una 1erramienta necesaria durante el Antiguo ?"gimen tanto para refor,ar la monar!uía absoluta$ como para satisfacer el orden del mercado. 8rente a un primer momento de e(ceso de fuer,a de trabajo$ se intent& canali,ar a estos indi*iduos 1acia las acti*idades de con!uista  na*egaci&n$ pero de todas formas se aplicaría una política de e(terminio  de terror sobre los indi*iduos -sobrantes en t"rminos econ&micos. %s así !ue aparecieron los primeros intentos de aunar una estrategia de la e(clusi&n del -otro con la del disciplinamiento. Los primeros dispositi*os de disciplinamiento fueron a tra*"s del secuestro institucionali,ado. La necesidad de separar al pobre -inocente del culpable$ lle*aba a fundar instituciones como 1ospicios$ casa de trabajo o de caridad. %n realidad$ pretendía separar al apto para trabajar$ del !ue no puede 1acer otra cosa. La disciplina era acompa/ada tambi"n de una funci&n de disuasi&n pues los pobres del lugar eran obligados a trabajar bajo la amena,a del encierro en donde lo pasarían peor !ue en las terribles condiciones de trabajo manufacturero. < los !ue 1abitaban en otros sitios$ podían saber !ue de entrar a ese condado$ serian recluídos por un tiempo indeterminado 11

%l funcionamiento de la casa de disciplina  trabajo$ se basaba en !ue la duraci&n de las penas estaba a disposici&n del administrador. %l trabajo obligatorio se 1acía en com6n )donde tambi"n dormían en celdas de 3; personas$ cada cama compartida entre ; o : personas)  se recibía un salario simb&lico por el trabajo. %ste salario$ el empleo del tiempo$ la disciplina  la *igilancia contínua$ preparaban a estos penados para la *ida del obrero La planificaci&n de este tipo de establecimientos tanto para castigo como para la correcci&n de *agabundos$ debe tambi"n muc1o a la formaci&n religiosa  1umanista del defensor de la tolerancia  libertad de pensamiento# el 1oland"s 7ircM EolcMer,oon. Los *isitantes europeos de estos establecimientos se mostraron mara*illados  no tardaron en proponer su aplicaci&n en otros sitios Todos estos antecedentes de c+rcel así como de sus 1ermanas gemelas$ las nacientes f+bricas manufactureras$ la escuela$ el ej"rcito$ el 1ospital$ etc$ produjeron adem+s de cada utilidad propia$ un nue*o sujeto adecuado a la normali,aci&n disciplinaria propia del sistema capitalista !ue se estaba imponiendo. La finalidad disciplinaria de uni&n a la de apro*ec1ar la fuer,a de trabajo a fa*or del %stado$ !ue se con*irti& en el due/o de los cuerpos condenados. %sto tambi"n se *isuali,aría con la utili,aci&n de los condenados en minas  galeras %n toda esta primera "poca de la modernidad$ el encierro no era considerado en si mismo como una pena. Pasar un tiempo sin 1acer nada en determinado sitio no era suficiente para ser considerado un mal. Con la e(cepci&n del derec1o can&nico  sus condenas penitenciales$ se consideraba entonces !ue las pri*aciones de libertad estaban destinadas como precauciones para mejor obtenci&n de la confesi&n o para !ue el acusado no escape al cumplimiento del castigo en el patíbulo. Se encerraba a los !ue tenían deudas p6blicas$ o pri*adas$  no podían pagarlas$ a los *agos  mendigos para 1acerlos trabajar$  a los discapacitados físicos o mentales. 8inalmente se encerraba tambi"n como castigo cuando por el caso !ue fuera no se podía matar$ mutilar o 1acer trabajar al con*icto. %l encierro$ cuando no era pre*ista como una condena e incluso cuando se demoraba por ra,ones procesales$ no era otra cosa sino una pena de muerte prolongada. %ra un lugar para los !ue sin sufrir un total repudio merecedor de tormento o condena$ constituen u -peligro social Así morían en dic1as c+rceles locos$ prostitutas$ leprosos$ sifilíticos gente !ue no podía mantenerse  *i*ía de la limosna. Capítulo III La ilustraci&n$ la ?e*oluci&n  sus repercusiones sobre el pensamiento criminol&gico III. 3 7ificultades para la caracteri,aci&n de la Ilustraci&n# rasgos comunes  aparentes contradicciones Las ideas m+s trascendentes de este período son las !ue 1acen referencia a la forma de organi,ar la cosa p6blica$ esas formas ' %stado !ue 1abían surgido en %uropa a partir del siglo XIII$  !ue$ desde fines del siglo XEI$ 1abían dado lugar a los gobiernos absolutistas  concentradores del poder en una monar!uía !ue oscilaba en sus apoos entre una emergente burguesía urbana  los poderes tradicionales. La ilustraci&n fue el momento en !ue la burguesía emprendi& claramente su luc1a contra estos poderes tradicionales de la noble,a  el clero  !ue tambi"n se enfrent&$ en parte$ al mismo absolutismo mon+r!uico. 7e acuerdo a ello se intentaría desarrollar democr+ticamente el ejercicio de este poder de acuerdo al concepto de soberanía. Se acept& entonces la noci&n mon+r!uica de soberanía$ pero con el reconocimiento de !ue esta no es propiedad de un particular sino !ue est+ conformada por todos los !ue 1an pasado de ser s6bditos a ciudadanos. La misma noci&n de ciudadano !uedaba emparejada con la capacidad de *oto. =i/os  j&*enes$ e(tranjeros$ minorías a las !ue no se reconocería ese car+cter  tambi"n a!uella mitad de la poblaci&n$ tan acti*a durante la Ilustraci&n$ compuesta por las mujeres$ serían personas de -segunda categoría al no go,ar de muc1os de los derec1os !ue s&lo tendrían los -ciudadanos. Otra contradicci&n surgiría de la idea del -contrato. A!uella misma concepci&n indi*idualista !ue ponía su fe en la ra,&n 1umana es la !ue est+ en el origen de los di*ersos modelos de -contrato$ !ue e(plicarían en la Ilustraci&n las formaciones políticas basadas en el indi*iduo$ características del pensamiento liberal  opuestas a las pre*ias  posteriores formas organicistas. %l indi*idualismo tambi"n 1abía engendrado dos formas de 1acer ciencia# por un lado$ el racionalismo 7escartesJN  por el otro el empirismo Inglaterra$ maores representantes# 8rancis >acon e Isaac =etonJ. Con ambas concepciones científicas se 12

puede *isuali,ar a la sociedad como un conjunto de partes en interdependencia recíproca. La forma política de e(plicar esa -totalidad sería utili,ando una e(presi&n jurídica de e!uilibrio. %sa forma jurídica sería la del contrato. %l contrato de Hobbes tiene como mira afirmar  legitimar el poder absoluto del %stado representado por el monarca$  por ello su met+fora del contrato se/ala !ue los indi*iduos ceden por miedo todas sus capacidades al soberano en el acto de constituir la sociedad política  luego "ste administra ese poder concentrado como le place. %l liberalismo$ !ue pretende ser el 6nico 1eredero de las di*ersas ideas del -contrato social$ aparece con maor claridad en la obra de Fo1n LocMe$ !uien 1ace 1incapi" en la tolerancia  en los derec1os naturales luego$ 1umanosJ como límites al accionar de los gobiernos. LocMe afirmaba la idea de un gobierno basado en la e(igencia de la libertad de los indi*iduos. Un %stado !ue tenga limitados sus poderes  su funciones. %l contrato entonces$ tiene dos partes# en la primera los indi*iduos deciden entre ellos crear la autoridad superiorN  en la segunda$ pactan con esta autoridad superior el entregarle$ fiduciariamente$ el manejo de algunos intereses para su mejor consecuci&n$ pero con la sal*edad de !ue los derec1os naturales no dependen de esa instituci&n. =o es el miedo lo !ue los lle*a a los 1ombres a constituir el %stado$ sino la b6s!ueda de un estadio superior en el !ue se garanticen  puedan actuar sus derec1os naturales. La naturale,a 1umana !ue concibe LocMe es un estado de libertad$ de igualdad$  sobre todo$ de racionalidad. %llo implica la uni*ersalidad de los derec1os 1umanos pues todos los %stados estar+n guiados por estas reglas 6ltimas  comunes$ accesibles racionalmente. Las lees !ue dicte el %stado deben estar de acuerdo con ellos  no ser+n un límite a su goce sino !ue$ por el contrario$ sir*en para proteger  acrecentar la libertad indi*idual. Todo el %stado sir*e para regular esa libertad 1umana a tra*"s del dictado de lees racionales  el ju,gamiento imparcial de las relaciones entre indi*iduos libres. Los límites nos los tiene el indi*iduo sino el %stado$ tanto para ju,gar$ para lo !ue sir*en las lees$ como para legislar. %l concepto de democracia de LocMe ser+ el de una democracia liberal !ue reconoce la *alide, de las lees superiores al propio %stado. %l concepto de soberanía tambi"n es fundamental en la obra de LocMe$  se *incula con lo b"lico  lo puniti*o. 7efiniría esa idea de soberanía al decir !ue -la comunidad nace de un poder de decidir !u" castigo corresponder+ a las di*ersas transgresiones cometidas entre los miembros de la sociedad !ue se consideren merecedoras de "l$ del mismo modo !ue tiene el poder de castigar cual!uier lesi&n inferida a cual!uiera de sus miembros por cual!uiera !ue no pertene,ca a ella. %sta idea de soberanía perduraría  se relegitimaría en todas las *ersiones contractualistas. Para ?ousseau$ es el propio contrato el !ue a la *e, de crear el %stado de 7erec1o establece los deberes  obligaciones de los indi*iduos de acuerdo a la -*oluntad general. %l contrato pensado por este ilustrado !ue inspiraría a la ?e*oluci&n 8rancesa no es de entrega de los derec1os naturales al %stado ni de confiar una regulaci&n de la natural libertad mantenida$ sino !ue por el contrario es un acto originario de una forma social !ue defienda  proteja con toda la fuer,a de com6n a la persona de cada uno de los asociados  por la cual cada uno$ uni"ndose a todos$ no obede,ca sino a sí mismo  !ue por lo tanto sea libre siguiendo la -*oluntad general !ue ser+ la misma !ue la de cada uno de los indi*iduos contratantes. La teoría m+s limitada del poder puniti*o$ a!uella !ue justifica la necesidad de  -garantías para el indi*iduo$ emerge directamente del contrato de LocMe. %l poder soberano de ?ousseau est+ constituido por la *oluntad de cada uno  de todos$  por tanto es infalible. %se %stado no tiene necesidad de proporcionar garantías a los s6bditos$ -por!ue es imposible !ue el cuerpo !uiera perjudicar a su miembros. %sta met+fora organicista no 1ace desaparecer la base contractual$ pues$ para este autor$ el %stado no podía cargar con cadenas in6tiles a los miembros de la comunidad. %l todo se  justifica para la mejor satisfacci&n de las necesidades de las partes  no al re*"s. Las garantías pueden  deben entenderse como protectoras del d"bil frente al accionar del %stado pero tambi"n como impulsoras de un accionar concreto !ue lle*e 1acia la igualdad  por tanto 1acia la desaparici&n de la posici&n de debilidad. 7urante el siglo XEIII ocurri& el segundo momento econ&mico$ llamado re*oluci&n industrial$ como una nue*a *uelta de tuerca en la globali,aci&n del capitalismo occidental. La re*oluci&n industrial re!uería adem+s de inno*aciones tecnol&gicas$  de comunicaciones$ nue*as formas de organi,aci&n de lo político  de lo puniti*o para dar 13

respuesta a las recientes necesidades de orden en las nue*as  m+s grandes concentraciones fabriles  urbanas. %l espíritu crítico era sin duda una continuaci&n de los pensadores del límite del siglo XEII  sería el lugar com6n de los escritores  pensadores !ue de la ciencia o filosofía pasarían a formular los primeros pensamientos propiamente criminol&gicos$ en tanto sociol&gicos o políticos. Como lo remarcarían Adorno  HorM1eimer a/os m+s tarde$ -el iluminismo$ en el sentido m+s amplio de pensamiento en continuo progreso$ 1a perseguido siempre el objeti*o de !uitar el miedo a los 1ombres  de con*ertirlos en amos. Los dos pensadores m+s representati*os de la Ilustraci&n son ontes!uieu  Eoltaire. ontes!uieu reflej& tanto en su *ida como en su obra dos características !ue serían la base de os planteos políticos de la burguesía acomodada  comercial# moderaci&n  límites. La política de ontes!uieu pretende asegurar la armonía social  la libertad política  econ&mica de los indi*iduos$ a tra*"s de un e!uilibrio !ue permita la aceptaci&n de las diferentes situaciones sociales  redu,ca de esta forma la *iolencia sin recurrir a la misma *iolencia. La di*isi&n de poderes por "l preconi,ada como forma de asegurar ese e!uilibrio$ es la di*isi&n de un 6nico poder en funciones reali,adas por distintos &rganos !ue de esta forma e*itan el abuso de uno de ellos. %n su obra 7el %spíritu de las lees la imagen de e!uilibrio !ue "l adopt& es la del cuerpo 1umano$  la de sus &rganos !ue funcionan con autonomía pero guiados por el sentido de totalidad o de conjunto. %l organicismo a comen,aba a ser el dogma de la burguesía m+s l6cida europea. %n cuanto al pensamiento criminol&gico$ la obra de ontes!uieu anticiparía los criterios populari,ados por >eccaria. Criticaba onstes!uieu la injusta proporci&n entre delitos  penas$ criticaba la sanci&n de determinados delitos basados en supersticiones ' magia$ 1erejía$ sodomía$ etc. )$ manifestaba !ue s&lo debían regularse comportamientos e(teriores$ pregonaba lo in6til  contraproducente de los castigo se*eros. < planteaba una reforma procesal !ue renegara de las denuncias an&nimas$ los delatores  las torturas. %l objeto de este planteo de reforma es la libertad$ pues las lees producen libertad. Para ontes!uieu las lees$ los derec1os  las garantías son una e(presi&n de su miedo a la tiranía. Se/alaba así !ue el %jecuti*o es el &rgano m+s peligroso$  ad*ierte a el problema de las burocracias$ en especial si est+n armadas# el ej"rcito es el principal corruptor de las lees$ afirma. La obra de ontes!uieu fue pro1ibida por la Iglesia Cat&lica por sus críticas a las supersticiones  a la In!uisici&n espa/ola$  por la radical separaci&n de derec1o  moral. Eoltaire$ al igual !ue ontes!uieu$ no era un re*olucionario# su inter"s iba dirigido a la tolerancia$ a la 1umani,aci&n  ci*ili,aci&n de costumbres e instituciones  al progreso econ&mico guiado por la ciencia. Criticaba el despotismo del poder político  religioso. %l pensamiento penal de Eoltaire se desarrollaría denunciando los sufrimientos 1umanos  los errores pro*ocados por un sistema de derec1o arbitrario  autoritario. 7efendía así la presunci&n de inocencia$ el derec1o de defensa$ la publicidad de los juicios$ mientras criticaba la tortura judicial  a los castigos corporales como la propia muerte. III. ;. Absolutismo ilustrado  racionalismo# la ciencia  el progreso. Los límites del %stado Adem+s de la pr+ctica concreta reali,ada por las re*oluciones burguesas$ de Inglaterra tomaron todos los pensadores ilustrados el ideario !ue les permiti& reali,ar el e*angelio de la ra,&n. Seg6n los racionalistas$ la ra,&n bastaba al 1ombre para descubrir las lees de la naturale,a  aplicarlas para regular la *ida social con prescindencia de los preceptos religiosos utili,ados para consolidar los %stados autoritarios. Todo el mo*imiento racionalista reconoci& un origen com6n en las doctrinas filos&ficas de ?en" 7escartes. Tanto en el +mbito científico cuanto en el filos&fico  político este mo*imiento de ilustraci&n puede ser caracteri,ado en com6n s&lo por la enorme confian,a depositada en la mente 1umana$ !ue sería artífice de la idea de Progreso$ una idea !ue permitía so/ar con !ue la sociedad$ organi,ada de acuerdo a la ?a,&n$ mejorase indefinidamente. La fe en la ra,&n  el progreso$  un 1ori,onte de proecci&n m+s atento al futuro !ue al pasado$ serían las maores 1erencias !ue 7escartes dejaría en el pensamiento ilustrado. %mancipar al espíritu 1umano de la superstici&n  de la ignorancia parece ser ese rasgo en com6n de los pensadores ilustrados en contra de los defensores del Antiguo ?"gimen  de los pri*ilegios feudales  clericales. Pero a partir de allí$ enormes diferencias 14

separaban a estos pensadores !ue iban desde la defensa de un absolutismo ilustrado 1asta llegar al anar!uismo. %ste período del siglo XEIII  principios del siglo XIX fue uno de los m+s f"rtiles en ideas filos&ficas$ sociales  políticas de la 1istoria occidental. Todas estas ideas se e(presaron a la *e, en la %nciclopedia$ diccionario ra,onado de las ciencias artes  t"cnicas$ obra colecti*a en la cual los franceses pretendían registrar todo el conocimiento ad!uirido 1asta entonces. Los promotores de este proecto en el !ue participaron desde ontes!uieu a ?ousseauJ fueron 7iderot  7Alembert$ !ue sabían !ue alrededor de esta obra producirían una *erdadera re*oluci&n cultural. %sta re*oluci&n$ finalmente$ desencaden& tambi"n otras re*oluciones de tipo político$ en las cuales la cuesti&n penal tampoco pas& desapercibida. %l utilitarismo enla,aría$ no obstante en algunas ocasiones con el contractualismo  de maor manera cuando algunos contractualistas$ como >eccaria o Dant$ deben encontrarle una g"nesis a la justicia  a la misma ra,&n$ si no !uiere *erse a esta 6ltima como un concepto abstracto o a1ist&rico. Seg6n los empiristas en general$  LocMe  Hume en particular$ todo conocimiento procede de la e(periencia. =o 1a ideas innatas o pre*ias al ser 1umano sobre categorías o principios morales. La mente del 1ombre est+ en blanco 1asta !ue comien,a a e(perimentar con los datos sensibles del mundo# son "stos los !ue mue*en a la refle(i&n. %l empirismo acepta ciertos límites 1umanos al conocimiento. A pesar de ello$ estas ideas tambi"n son fundantes de una actitud -racional !ui,+ m+s esc"ptica$  de la !ue no es ajena la monumental in*estigaci&n o crítica a la ra,&n !ue reali,aría luego Dant. La elaboraci&n de pensamientos políticos  penales tendría una carga deslegitimadora importante. Pero a la *e, brindaría a los regímenes e(istentes posibilidades de legitimaci&n a partir de políticas reformistas. Todo ello se produciría  propagaría desde el mismo interior de las monar!uías del siglo XEIII. Las lees de la ra,&n debían ser tambi"n el derec1o *igente$ algo en lo !ue el derec1o criminal debía tener la necesaria delantera$ dado su poder *iolento. Así$ ser+ el propio Luis XEI el !ue plantee modificaciones a las lees in!uisiti*as$ al abolir la tortura -preparatoria en 3Q4  la -preliminar en 3Q. Todos estos pensamientos críticos  de cambios legislati*os lle*arían in*ariablemente 1acia el intento de in*ersi&n del absolutismo mon+r!uico. 7e acuerdo a estas pretensiones de cambio$ el %stado se justificar+ si brinda seguridad a los indi*iduos. %s esta idea de seguridad$  no la !ue actualmente es manipulada por los !ue pretenden incrementar la respuesta puniti*a$ la !ue for,ar+ la gestaci&n del %stado de derec1o. La seguridad tiene íntima relaci&n con todos los otros derec1os naturales ' o 1umanos )$ pues estar seguro es estarlo en relaci&n al uso  disfrute de esos derec1os b+sicos. %ste es b+sicamente el concepto de seguridad !ue pretendían defender los ilustrados al plantearlo desde un punto de *ista jurídico. %n la Ilustraci&n todos los derec1os surgen oponi"ndose al poder del %stado. %ra el poder del %stado ' el absolutista en esa "poca ' el !ue *ulneraba la seguridad de las personas en el disfrute de sus derec1os. Todos los derec1os  las garantías procesales penales surgen en torno a esa idea de límite al poder de los %stados absolutistas del siglo XEIII. %l concepto de seguridad es un concepto liberal !ue proponía un %stado limitado !ue pasaría a denominarse -%stado de derec1o pues dic1os límites surgirían de la le. La le regular+ los poderes p6blicos  permitir+ al ser 1umano recurrir ante un jue, imparcial cuando obser*e un incumplimiento. %n la doctrina liberal ser+ un estado de derec1o s&lo a!uel !ue respete los derec1os 1umanos$  !ue por lo tanto tenga como límite primero a la sanci&n de la propia le Constituci&n o le fundamentalJ. %se sería un límite para el poder de legislar. Otros límites para impedir el ejercicio abusi*o del administrar est+n dados por el control de estas funciones por el legislador$ Parlamento o representante de los 1abitantesN por la e(istencia de un poder judicial independiente de estos poderes políticosN  por la di*isi&n del poder. %l principio de legalidad pasaría entonces a definir los delitos  las penas. %sto es algo complejo pues así se faculta a !ue un poder estatal limite a la acti*idad indi*idual$ siempre bajo la justificaci&n de proteger a otros indi*iduos. La protecci&n de derec1os de terceros 1a sido el límite racionali,ador$ la doble 1erramienta justificadora  limitadora$ !ue se tra,& en la Ilustraci&n. Sir*i& así el principio de legalidad penal no s&lo para limitar sino para justificar a los propios %stados a consolidados  a sus formas de actuar. 15

III. :. Las re*oluciones liberales en %uropa  Am"rica Con esas 1erramientas te&ricas se armar+n muc1os de los procesos en los cuales la burguesía del siglo XEIII acabe por eliminar los restos del feudalismo a6n e(istentes en los %stados absolutistas. %n Inglaterra$ los acontecimientos de 3;3@$ cuando los barones feudales le imponen al re Fuan -Sin Tierra ciertas peticiones !ue se *io obligado a firmar bajo el título de Carta agna. Se refor,& así la protecci&n contra las detenciones arbitrarias$ declar+ndose ilegal el arresto de un 1ombre libre sal*o !ue "ste se originara en un juicio legal antes los pares. A partir de entonces empie,a a obser*arse una utili,aci&n de los derec1os naturales en el sistema de enjuiciamiento como límite al poder. %l derec1o no es funcional en este caso a la burocrati,aci&n  centrali,aci&n mon+r!uica$ sino !ue$ en tanto límite$ es impuesto por los grupos enfrentados al poder del monarca absoluto. Como 6ltimo 1ito de de esa limitaci&n del absolutismo$ aparecen los procesos re*olucionarios del siglo XEII. La re*oluci&n puritana de Cronell !ue da lugar al Instrument of 2o*ernment  luego la m+s pacífica 2loriosa ?e*oluci&n de 35 !ue producir+ el >ill of ?ig1ts$ simboli,an esa derrota$  los instrumentos legales mencionados son precursores del constitucionalismo como mo*imiento !ue impone límites al poder. A la restauraci&n mon+r!uica le sigui& la llamada 2loriosa ?e*oluci&n !ue$ en 35$ impuso definiti*amente las ideas liberales  parlamentarias$ aun!ue no democr+ticas e igualitarias$ con lo !ue la burguesía obtu*o el mejor compromiso al !ue podía esperar en ese momento 1ist&rico  en cual!uier otro. Tras el "(ito$ reflejado econ&micamente en la llamada -re*oluci&n industrial$ de la burguesía en Inglaterra las ideas ilustradas fueron calando en toda la sociedad  en la propia monar!uía absoluta del continente europeo. La reforma del orden político era principalmente *ista a partir de la reforma penal. Luis XEI$ en la antesala de su derrocamiento$ reconoci& la necesidad de someter a re*isi&n la Ordenan,a procesal  penal francesa de 35Q4$ re*isi&n reclamada por la protesta popular. Tales 1ec1os encontrarían justificaci&n te&rica en el pensamiento ilustrado del siglo XEIII$ sobre todo en ideas de ?ousseau$ !uien concibe a la comunidad por sí misma como un sujeto político$ por encima de los indi*iduos$ estamentos o rees. La personalidad colecti*a de la comunidad se e(presa en la mencionada -*oluntad general. Tal *oluntad general es siempre recta  tiende a la utilidad p6blica$  la e(presa el legislador !ue$ como poder soberano$ es absoluto e infalible. Una *ersi&n beligerante de estas ideas inspiraría a los re*olucionarios franceses a su lema -Libertad$ Igualdad  Solidaridad. Así$ el Parlamento representa no a !ui"n lo elige sino a ese concepto in*entado entonces de -=aci&n. %sto ser*ir+ para una noci&n de -democracia representati*a en la !ue el representante est+ des*inculado del inter"s del representado pues es "l mismo parte de la -*oluntad general. La ?e*oluci&n 8rancesa signific& un cambio muc1o m+s profundo !ue el de la ?e*oluci&n inglesa$ como lo demuestran los cambios simb&licos !ue denotaban una ruptura con el pasado 1ist&rico$  luego la internacionali,aci&n de la 7eclaraci&n de 7erec1os del Hombre  del Ciudadano. +s all+ de sus "(itos$ esta ?e*oluci&n pretendi&$ en un primer momento$ combatir la estructura burocr+tica propia de los %stados absolutistas  ampliada por los >orbones$ lo !ue en definiti*a no s&lo no se logr& sino !ue dic1as estructuras fueron decididamente aumentadas. 8ue a partir de la ?e*oluci&n 8rancesa !ue se intent& modificar el sistema de enjuiciamiento continental$ a la par !ue la organi,aci&n política en general. La 7eclaraci&n de 7erec1os de 3Q9 est+ inspirada tambi"n en las ideas limitadoras del poder de ontes!uieu  en las tesis indi*idualistas del contractualismo. Tambi"n la le de delitos$ penas  enjuiciamiento penal es sancionada nen 3Q93 cuando los burgueses moderados estaban en el poderN  se demuestra allí la influencia del derec1o ingl"s así como la obra de >eccaria. %sta influencia se ad*ierte en la racionali,aci&n  minimi,aci&n de delitos  penas. Tambi"n en la introducci&n de un jurado de acusaci&n  otro de juicio$  fundamentalmente en la adopci&n de los principios contradictorio$ de publicidad  de oralidad de los juicios$ incluso para la instrucci&n. Se mantu*o la persecuci&n penal p6blica$ principio fundamental introducido por la In!uisici&n. %sta le dur& poco pues sufri& muc1as críticas reaccionarias. %ste proceso  estado de discusi&n acerca de la cuesti&n criminal es el !ue lle*aría a la sanci&n del C&digo de 16

Instrucci&n Criminal franc"s de 34  el C&digo Penal de 334$ cuas marcas a6n perduran en los sistemas continentales europeos  en los latinoamericanos. Luego de *arios 1ec1os re*olucionarios en 8rancia$ siguieron rep6blicas inestables. A tra*"s de todos estos cambios de regímenes  soberanías$  de los !ue *endrían luego$ la burocracia administrati*a de 8rancia sigui& siendo igual. La gran  efecti*a internacionali,aci&n de la re*oluci&n burguesa se produciría cuando en 8rancia  en el continente europeo$ gobernaban a los funcionarios  por sobre ellos =apole&n. %ste personaje se 1abía impuesto por su popularidad. 7urante toda esta etapa$ la organi,aci&n administrati*a napole&nica del %stado reali,& profundos cambios$ creando estructuras de gobierno !ue a6n permanecen en la actualidad$ como el Consejo de %stado$ las prefecturas o la forma judicial. Acab& adem+s con las guerras ci*iles !ue asolaban a 8rancia$ emprendi& un programa econ&mico$ sumado a "(itos en materia militar  política e(terior !ue le permitieron aumentar su poder no s&lo en 8rancia sino en todo el continente. Ciertamente !ue la -codificaci&n estaba en el mencionado principio de legalidad. =ormas penales !ue adem+s fueron el fruto del compromiso entre las ideas ilustradas  las organicistas del Antiguo ?"gimen. Tambi"n el sistema judicial  procesal !ue se impone es el resultado de un compromiso entre la política criminal de tipo in!uisiti*o !ue inspiraba la Ordenan,a de 35Q4  la !ue inspiraba la le de enjuiciamiento de septiembre de 3Q93. 7el sistema in!uisiti*o recibe el C&digo la persecuci&n penal p6blica  la meta de describir la *erdad 1ist&ricaN del sistema acusatorio$ el respeto a la dignidad  libertad 1umanas. Los C&digos de 34  334 se e(pandieron por toda %uropa$  así mantendrían su influencia 1asta el día de 1o$ incluso en Am"rica Latina. La otra fuente importante en materia de legislaci&n en general  penal en particular es la !ue pro*iene de la ?e*oluci&n de las colonias  del nacimiento de los %stados Unidos de =orteam"rica. Tiene de original respecto del sistema ingl"s del common la$ !ue es el inicio de un sistema de constituci&n escrita. R7e d&nde pro*enía este sentido com6n protector del ciudadano  limitador del poder 7el discurso político de los ilustrados pero sobre todo del de la Ilustraci&n penal$ !ue en el siglo XEIII 1abía organi,ado una teoría -garantista !ue tu*o en >eccaria a su m+s conocido representante. III. B. >eccaria  el garantismo 1umani,ador del sistema penal La reacci&n contra el arbitrio de los ciudadanos se ad*ierte en todos los ilustrados$  sobre todo en el representante en los temas penales# >eccaria. %l progreso t"cnico entra/aba el progreso moral  ello repercutiría sobre la dure,a de los castigos del Antiguo ?"gimen$ !ue debía ser abandonada de acuerdo a un nue*o proecto penal !ue no s&lo sería fa*orable a los indi*iduos  sus libertades sino tambi"n a las sociedades  a su gobierno eficiente. Su obra 7e los delitos  de las penas representa fielmente a la Ilustraci&n al 1acer la combinaci&n del empirismo ingl"s con racionalismo franc"s$ !ue a se ad*ierte en ostes!uieu  en Eoltaire. Los juristas de las uni*ersidades rec1a,aron la obra pues la consideraban peligrosa  re*olucionaria. La base ideol&gica de >eccaria es contractualista. Para "l$ no obstante$ el origen de las penas est+ en el contrato social  en la necesidad de defenderlo de los ata!ues de particulares. La influencia m+s importante sobre el autor pro*enía de los publicistas franceses  en especial de onstes!uieu. La *isi&n contractualista de ontes!uieu puede emparentarse con la de LocMe. %l pensamiento de LocMe influe claramente en >eccaria. %sta noci&n del contrato social  de la libertad del 1ombre$ junto con las características propiamente utilitaristas de >eccaria tendr+n poco !ue *er con otras insistencias acerca del castigo$ como la proporcionalidad. Para >eccaria la pena no podía justificarse en la *engan,a sino en la utilidad$ en la pre*enci&n de otros delitos. Todo acto de autoridad ejercido sobre un 1ombre es tir+nico s no est" basado en la necesidad  por tanto todo castigo !ue no sir*e para mantener el contrato social unido es injusto. =o 1a fundamento místico o moral para la pena  la  justicia$ sino !ue ser+ justo a!uello !ue sea socialmente 6til. < esa utilidad estaría fijada por la *oluntad general a tra*"s de las lees. %l poder legislati*o debe se/alar los 1ec1os !ue constituen delito no s&lo para limitar el poder del soberano al castigar sino tambi"n por!ue ello sir*e para e*itar su comisi&n en cuanto utilidad$ para lo !ue debe tambi"n preocuparse por la informaci&n p6blica de tales delitos  de las penas !ue 17

les corresponden. %l principio de legalidad !ue defendía >eccaria limita la arbitrariedad tanto de los jueces limitados por la leJ como del legislador limitado por la necesidad socialJ a la *e, !ue cumple una funci&n como poder$ a !ue la le les dice algo a los indi*iduos. Todo ello remite a la idea de certidumbre !ue ser+ la base de una legalidad$  de un castigo$ b+sicamente 6tiles para impedir la comisi&n de nue*os delitos. Se/alaba >eccaria la necesidad de suprimir el tormento  las confesiones secretas$ pero decía !ue esta necesidad no s&lo est+ guiada por el respeto a la persona sino tambi"n por ra,ones de utilidad. 7e acuerdo a la mejor manera de impartir justicia$ aspiraba a otro procedimiento de a*eriguaci&n de la *erdad en el !ue reinasen la oficialidad$ la imparcialidad$ la prontitud  la publicidad. %n cuanto a la ejecuci&n de la pena$ !ue se fundamenta en la utilidad ' para !ue ni el condenado ni otros cometan otra *e, ese 1ec1o )$ abogaría por una moderni,aci&n de las penas !ue tenga en cuenta su eficacia. Los castigos crueles son e(cesi*os  contraproducentes$ *uel*en insensibles a los 1ombres$  por ello deben reempla,arse por otros !ue sean eficientes a la 1ora de pre*enir delitos. >eccaria manifestaba su repulsa a la pena de muerte  a los castigos corporales. La dul,ura en los castigos se relaciona con la eficacia  la utilidad  por tanto entroncar+ una *ieja pr+ctica estatal moderna de reclusi&n$ con la nue*a penalidad por e(celencia de los regímenes democr+ticos contempor+neos 'la prisi&n ' aun!ue no s&lo con ella puesto !ue tambi"n postula otros castigos significati*os. III. @. %l Penalismo Ilustrado$ racionalista o cl+sico# sus representantes en lengua francesa$ inglesa$ alemana$ castellana$ portuguesa e italiana Los penalistas ilustrados pretendían racionali,ar el castigo para !ue actuara a la *e, como instrumento estatal '  para fines sociales '  como límite al %stado en protecci&n del ciudadano. %n relaci&n a esta tarea$ se obser*a la aplicaci&n al campo penal de la teoría del contrato$  en todo caso$ un esfuer,o para definir la justificaci&n  finalidad del castigo estatal. %l mo*imiento ilustrado era$ en principio$ un intento de negar el poder o de ponerle límites m+s !ue de organi,arlo de la forma en !ue a se 1abía 1ec1o al iniciar la era moderna ' con la soberanía ). %llo se obser*a en las reformas políticas !ue darían comien,o a la -codificaci&n$ e(presi&n del principal límite a la arbitrariedad del poder a la *e, !ue fundamentador del mismo# el principio de legalidad. La nue*a clase social !ue se 1acía dominante$ la burguesía$ pretendía !ue ni la noble,a ni los sectores pobres pudieran eludir las reglas del capitalismo e(pansi*o !ue la sustentaba$ pero por otro lado tambi"n debía impedir !ue el poder soberano atentase contra esas reglas. Otro límite estaba dado por el principio de proporcionalidad$ !ue impedía !ue el soberano$ por ra,ones de economía política$ pudiera imponer penas !ue no guardasen una correspondencia con el 1ec1o !ue moti*aba la sanci&n. La necesidad de imponer límites a un poder puniti*o$ !ue afian,aba *iolentamente el poder estatal pero impedía el desarrollo de la re*oluci&n industrial$ daría lugar al maor desarrollo de la ciencia jurídica como gaanti,adora del indi*iduo  configuradota de un poder limitado  democrati,ado. %se %stado limitado  justificado por el derec1o  el contrato ser*iría especialmente a los propios intereses  perjudicaría los de a!uellos !ue se oponían a tal forma de producci&n econ&mica. Los castigos$ como lugar pri*ilegiado de ese ejercicio de poder$ debían demostrar a los ojos del p6blico !ue no se trataba de un ejercicio parcial$ ni autoritario$ sino de algo l&gico$ racional$ con arreglo a la finalidad con*eniente para todos$  por tanto$ estaba e(presada en el contrato social fundante de la forma política. Se 1acía *er así al castigo como una consecuencia natural de la *iolaci&n de dic1o contrato  en la !ue no inter*ienen las pasiones sino las ra,ones. arat$ líder de la ?e*oluci&n 8rancesa$ formul& una crítica a la idea contractualista de la pena. Siempre  cuando se mantenga la igualdad se e(plica la posibilidad de contratar libremente. Como esta igualdad es per*ertida por la *iolencia en la sociedad actual$ arat sostiene !ue a!uellos !ue son e(plotados$ !ue nada poseen  !ue s&lo obtienen males de esa asociaci&n contractual$ no pueden *erse obligados a respetar las lees. Las lees son 6tiles s&lo para a!uellos !ue tienen algo !ue conser*ar$ pero tir+nicas para !uien nada tiene. %stas lees est+n orientadas a defender la propiedad antes !ue la propia *ida o la libertad$ pues est+n 1ec1as por los !ue aseguran la desigualdad !ue los fa*orece  por tanto no son realmente contratualistas. arat deslegitima un orden jurídico burgu"s$ organi,ado sobre el derec1o de la propiedad. 18

7e esta forma se deslegitima al poder puniti*o como 1erramienta de los !ue se encuentran en posici&n de poder *entajosa$ al ser propietarios$ para reprimir a los !ue a est+n perjudicados por las desigualdades sociales. 7ir+ arat !ue el 1ombre !ue roba para *i*ir$ si no puede 1acer otra cosa$ no 1ace sino ejercer sus derec1os$  el !ue lo castiga es un asesino aun!ue lo 1aga en nombre de un %stado !ue no garanti,a sus derec1os. 7erec1os "stos !ue$ por tanto$ deberían ser garanti,ados por un nue*o modelo de sociedad. Las penas en este nue*o modelo deben orientarse a la correcci&n del culpable. =ota# de las p+gs. 9934B$ ambas inclusi*e no incluí nada# menciona autores !ue no se mencionaron en clase$ o apenas. %l mejor e(ponente del liberalismo penal en lengua alemana sería *on 8euerbac1$ !uien representa tanto al liberalismo penal contratualista como a un defensismo social utilitario. %sta confluencia entre tales ideas era un posible paso del pensamiento ilustrado. Seg6n este autor no s&lo e(isten derec1os pre*ios al contrato  !ue subsisten a "l$  !ue son inescindibles de la condici&n 1umana$ sino !ue tambi"n es posible saber cu+les son esos derec1os mediante la ra,&n. %l %stado s&lo se justifica si no *ulnera  adem+s protege a los indi*iduos$ tambi"n de las afectaciones a sus derec1os producidas por otros indi*iduos. 8euerbac1 insiste siempre en la separaci&n entre derec1o  moral. La amena,a de la pena era justificada por este autor como -coacci&n psicol&gica. uienes leeran el C&digo Penal$ o *ieran aplic+rselo a otros delincuentes$ desistirían de cometer delitos por temor a ser ellos mismos castigados en el futuro. 7e esta forma la pena es una 1erramienta de seguridad social al perseguir la pre*enci&n general de nue*os delitos. 8euerbac1 piensa en el futuro$  en la tarea estatal de impedir delitos$ 6nica justificaci&n a la coacci&n. Hegel le criticaría dejar de lado la justicia  fundamentar una medida !ue -act6a como cuando se le muestra un palo a un perro. %s certera la crítica a la amena,a penal$ !ue adem+s tiene la tendencia a aumentar indefinidamente sin el límite retributi*o. Sin embargo$ para 8euerbac1 la pena)palo no es un arma !ue el %stado puede usar a *oluntad sino !ue est+ limitada a la funci&n de tutela o garantía de derec1os de seres 1umanos concretos. %l m+s original de los penalistas italianos fue ?omagnosi$ un pensador liberal cua idea de la pena se asemeja a la de 8euerbac1 como antecedente de la defensa social. Lo m+s c"lebre de su obra es lo relacionado con el castigo !ue no tiene para este autor un fin "tico sino otro utilitario  empírico# el fin de la pena es la conser*aci&n de la sociedad. Para ?omagnosi la pena es una ampliaci&n ra,onada del derec1o de defensa a las circunstancias sociales desde las indi*iduales$ por lo !ue se obser*a un cambio en la concepci&n indi*idualista$ pro*ocado por su adscripci&n al utilitarismo  a la fisiocracia. Para este autor la pena se justificaba en la utilidad de impedir delitos$  de esta forma e(plica la idea de la -defensa social pues frente a la acci&n criminal el organismo social reacciona legítimamente defendi"ndose 'aun!ue en forma tardía por!ue la agresi&n a 1a terminado ). Para Carrara el delito es un -ente jurídico constituido por la *iolaci&n de la norma. %sa norma es uni*ersal  ser+ la !ue da lugar a la creaci&n de la le penal$ tarea del %stado !ue debe estar regida por una ra,&n absoluta para no ir m+s all+ de la defensa de los derec1os naturales. 7e esta forma se plantea la necesidad de limitar racionalmente al legislador. Una *e, sancionada la le$ el %stado debe 1acerla respetar pues la *iolaci&n del derec1o es la esencia del delito. %l fin de la pena es el de la eliminaci&n del peligro social !ue sobre*endría de la impunidad del acto *iolatorio de la norma. ► Características principales del penalismo ilustrado# debe destacarse esa matri, jurídica$  junto a otra filos&fica  por tanto política$ !ue 1an 1ec1o destacar a este momento como el del inicio del pensamiento o refle(i&n criminol&gica por parte de los 1istoriadores progresistas  actuales de la criminología. Se destaca el m"todo racionalista  la idea contractual$ lo !ue deri*aría en una idea de la pena fundada principalmente en el libre albedrío  la culpabilidad moral  personal. La pena misma ser+ considerada un mal !ue debe justificarse  para ello el indi*idualismo contractual brindar+ una buena base.

III. 5. Los conceptos jurídicos de delito  pena como objetos de conocimiento criminol&gico 19

Carrara dice !ue -el delito no es un ente de 1ec1o sino un ente jurídico. =o todo %stado !ue tiene lees o basado en una mera legalidad es un %stado de 7erec1o. %n cambio$ lo !ue sí aparece como un reclamo ilustrado es lo !ue 8errajoli actualmente llama -estricta legalidad !ue re!uiere$ como límite al legislador para definir lo !ue es delito$ !ue la acci&n así calificada sea en primer lugar una acci&n e(terna$ !ue lesione un bien jurídico de tercero$ !ue recono,ca culpabilidad del ser 1umano !ue la realice$ etc. =o s&lo el límite de la le era necesario para 1abilitar el poder puniti*o$ sino tambi"n para !ue "ste$ una *e, 1abilitado$ no se e(cediera en sus formas  contenidos. Los ilustrados burgueses ad*ertían a$ como lo se/alara 8oucault$ !ue el poder puniti*o ejemplari,ante  sanguinario del Antiguo ?"gimen a no era efecti*o$  1asta podría ser peligroso para la subsistencia del mismo poder. La ceremonia del suplicio '  la *iolencia allí implicada ' !ue era fundamental en el es!uema de poder mon+r!uico o de la re*oluci&n mercantil$ se con*ertía en el 1ec1o terrible a erradicar en la política  filosofía del castigo del siglo XEIII. Se busca entonces !ue la justicia criminal en lugar de *engarse$ castigue. < ese -castigo debe justificarse de acuerdo a la crítica racional. %l ejercicio del poder ' tambi"n del poder puniti*o como +mbito pri*ilegiado de aplicaci&n ' fue -desnaturali,ado$  por lo tanto discutido  justificado. III. Q. Las teorías de la pena. Fusticia *ersus Utilidad %l cambio en la estrategia política frente al delito$ la infracci&n o el ilegalismo$ aparece acompa/ado$ en un proceso !ue no se e(clue sino !ue es l&gicamente complementario$ por a!uel otro proceso de cambio de sensibilidades culturales$ sobre todo en lo !ue respecta a la e(posici&n p6blica de la *iolencia$ !ue fue igualmente lento  !ue acompa/aría a los mencionados cambios de estructura econ&mica  política. %s lo !ue 8oucault llama la desaparici&n del espect+culo puniti*oV  trabaja esa tem+tica en -Eigilar  castigarJ. %ste cambio de estrategia no significaría la abolici&n del poder puniti*o configurado pre*iamente$ pero ser*iría para !ue$ a partir de entonces$ se se/alaran permanentemente sus fallas  abusos. %l lenguaje del derec1o significaba para esa "poca encontrar la frontera legítima al poder de castigar. Para los 1ombres de las Luces esta legitimidad no era la !ue !uedaría instalada despu"s a tra*"s de la inter*enci&n positi*a o acti*a de las instituciones del poder penal ' donde el discurso dominante sería -científico# primero m"dico  luego sociol&gico ' sino !ue debía ir unida a un respeto de la libertad del indi*iduo $ por tanto$ a una limitaci&n de dic1o poder puniti*o. Al 1acer 1incapi" en el principio de legalidad  en la proporcionalidad entre los delitos  las penas se ad*ierte una primera justificaci&n de la pena en la noci&n contractulista de ?ousseau$ para !uien debía castigarse se*eramente al !ue se opusiera al derec1o social$ en tanto se 1abía con*ertido en un peligroso -enemigo de la patria al burlar sus lees. Se puede incluir al propio >eccaria dentro de los !ue justificaban la pena de acuerdo a su utilidad$ !ue ser+ la teoría defendida por los pragmatistas  utilitaristas en franca pol"mica desde entonces con una denominada -escuela cl+sica !ue considerar+ a la pena como un absoluto$ como una consecuencia de lo !ue el merecedor de esa pena 1a 1ec1o pre*iamente m+s all+ del futuro castigo. Dant lle*& a un e(tremo las consecuencias de la idea contractualista en relaci&n a los castigos. %l castigo se justifica seg6n este autor por el 1ec1o de !ue un indi*iduo -merece ser castigado$  merece serlo si es culpable de 1aber causado un delito. Ha un intento de abandonar toda justificaci&n empírica o !ue *aa m+s all+ del -imperati*o categ&rico de la propia responsabilidad indi*idual guiada por el libre albedrío. Al llegar a la idea de la penar$ Dant estableci& los criterios de moralidad de la conducta 1umana$ !ue deber+ estar autodeterminada. Para "l$ todo acto 1umano responde a la conciencia indi*idual  al imperati*o de la misma ' o deber ). %(isten para Dant dos tipos de imperati*os$ el -1ipot"tico ' lo !ue se 1ace con fines utilitarios '  el -categ&rico ' lo !ue se 1ace por obligaci&n de conciencia ). %l -imperati*o categ&rico es lo !ue nos 1ace reali,ar una conducta *aliosa$ m+s all+ de sus consecuencias. Se deri*a entonces el respeto por la autonomía de todos los seres 1umanos$ cuas *idas no podr+n ser consideradas como  -mediospara cumplir fines e(ternos sino como -fines en sí mismos. %l delito se produce cuando se *ulnera el imperati*o categ&rico$  "ste es un primer límite al legislador$ !ue s&lo puede crear un delito cuando una conducta 1umana utilice a otro ser 1umano como un medio para satisfacer su inter"s particular. 20

%l %stado s&lo puede crear un delito como reflejo de la positi*i,aci&n de las uni*ersales reglas racionales de con*i*encia basadas en el irrempla,abilidad de cada ser 1umano. Pero tambi"n est+ limitado el %stado a la 1ora de aplicar el castigo$ pues tambi"n se debe respetar a!uí el imperati*o categ&rico# no se puede usar al condenado como un medio para fines !ue le son ajenos. La pena tiene un objeti*o moral !ue consiste en penar una *iolaci&n del imperati*o categ&rico sin incurrir en lo mismo !ue se est+ castigando$ por lo !ue no puede atribuírsele al castigo ninguna otra funci&n utilitaria o de con*eniencias. La pena pareciera no tener de este modo$ ninguna funci&n social. Sin embargo$ tambi"n constitue una obligaci&n social$ el -imperati*o categ&rico$ para la propia sociedad !ue debería eliminar al 6ltimo delincuente$ a6n en caso de disol*erse$ pues de lo contrario sería c&mplice de la *ulneraci&n de la justicia. La pena e(iste no por ser 6til sino por estar de acuerdo a la ra,&n$ !ue es guiada "ticamente por la justicia. La -justicia Mantiana implicaba una importante limitaci&n al poder puniti*o. La naturale,a del 1ombre !ue sostenía Dant$ la naturale,a retributi*a de la pena$ del mismo modo !ue su resistencia a utili,ar al 1ombre como un medio  no como un fin en sí mismo$ es lo !ue demuestra su maor con*icci&n en la idea del libre arbitrio$ propia de todo el pensamiento ilustrado. Para Dant la le penal no es menos defensista social !ue para el resto de los contractualistas$ a !ue la *engan,a en su caso sir*e como defensa o sostenimiento de la sociedad ci*il$ 6nico lugar en !ue puede respetarse el imperati*o categ&rico. La teoría de la defensa social asociada a la soberanía se 1a sentido mejor representada$ entonces$ con los otros pensamientos ilustrados$ como los de >eccaria o >ent1am. Para ambos la pena debía ser la necesaria  la mínima con respecto a los fines de pre*enci&n de nue*os delitos. Así lo sostu*o >eccaria en su famosa frase# -la maor felicidad para el maor n6mero. Para >ent1am la utilidad p6blica es la suma de las felicidades indi*iduales. 7e acuerdo a este utilitarismo$ el objeti*o de la legislaci&n debería ser esa felicidad para la maoría. %l de >ent1am es el m+s claro modelo alternati*o al de Dant$ aun!ue ambos partes de la noci&n del indi*iduo racional$ el 1ombre de Dant llega por la ra,&n al desinter"s en su actuar$  es el caso contrario el de >ent1am en el !ue la ra,&n lle*a al 1ombre a calcular las *entajas  des*entajas 'costos  beneficios ' de reali,ar determinada acci&n. >ent1am justifica la pena en tanto sir*e para obtener la disuasi&n de reali,ar otra *e, el acto por el cual se lo castiga$ tanto por parte del culpable como de los !ue no lo 1icieron pero podrían *erse tentados a imitarlo. Por ello$  a pesar de abogar >ent1am por una pena mínima  necesaria$ sus argumentos pueden dar pie a la utili,aci&n ilimitada del poder puniti*o. %l castigo no es s&lo un mal !ue se aplica contra otro mal$ sino !ue se con*ierte finalmente en un bien$ pues debe producir felicidad. =o por supuesto en !uien lo sufre$ pero sí en la suma de felicidades indi*iduales !ue sacarían pro*ec1o en la e*itaci&n de futuros dolores. >ent1am sí acepta la utili,aci&n de un indi*iduo como medio para lograr esa felicidad de la maor parte de la sociedad$ lo !ue claramente contradice la m+(ima Mantiana. Para >ent1am entonces$ el castigo se justifica por las consecuencias *aliosas !ue obtenga en miras al futuro. %ste autor insiste en la importancia del principio de proporcionalidad entre ofensas  castigos. %l aporte m+s original !ue es posible llamar una tecnología de los castigos$ lo reali,a en su te(to del proecto -Pan&ptico del griego$ -pan# todoN -&ptico# *isi&nN lo !ue da cuenta de una *isi&n completa$ totali,adora$ estructura !ue se reproduce  ad*ierte en todas las instituciones totali,adoras o de encierro como la c+rcel$ la f+brica$ la escuela$ los 1ospitales$ las instituciones psi!ui+tricas$ etc.J. Al proectar sus in*entos >ent1am demostraba ser un fiel representante de la Ilustraci&n$ por!ue representaba a la ra,&n  la transparencia frente al oscurantismo. La pena no es consecuencia del contrato. La pena de*iene$ e(plícitamente en >ent1ma$ una forma de control social reali,ada por el %stado. La pena se justifica por!ue es -6til a la sociedad$ lo cual tiene la *entaja de diferenciar derec1o  moral$ de forma m+s categ&rica !ue Dant ' seg6n lo se/ala 8errajoli )$  la des*entaja de justificar modelos de derec1o penal m+(imo.  -%l derec1o de castigar 1a sido trasladado de la *engan,a del soberano a la defensa de la sociedad$ afirmaría 8oucault. < en este ideal tambi"n est+ insertada la posibilidad de reducci&n o eliminaci&n de la *iolencia en el castigo. 21

=o 1abía 1abido necesidad de plantear esto 1asta !ue surgi& la posibilidad de limitar el poder puniti*o. %n las *ersiones puniti*as del Antiguo ?"gimen tambi"n estaba presente la misma *ersi&n organicista de la sociedad !ue ser+ el fundamento de la defensa social. %l contrato aplicado al campo penal no e(igía de !uien 1ubiera reali,ado una ofensa su cancelaci&n respecto del ofendido$ sino !ue dic1a -reparaci&n debería beneficiar a la sociedad a tra*"s del %stado. CAPITULO IE# %L P%=SAI%=TO C?II=OLO2ICO 7%L SI2LO XIX COO SA>%? COP?O%TI7O CO= SU TI%PO LOS 7ISCU?SOS 7ISCIPLI=A?IOS < UTILITA?IOS. %L =ACII%=TO 7% LA POLICIA < LA P?ISIO=. 7urante el siglo XEIII$ en Inglaterra se produjo el primer desarrollo de la W?e*oluci&n IndustrialW. Las inno*aciones tecnol&gicas$ como la m+!uina de *apor$ la utili,aci&n del carb&n para manipular los metales$ los cambios en la e(plotaci&n agraria  en los transportes establecieron una producci&n *erdaderamente industrial. Aumentaría en forma e(plosi*a el n6mero de 1abitantes como consecuencia de otras inno*aciones t"cnicas !ue permitirían una maor sobre*ida. La idea econ&mica !ue acompa/aría ese desarrollo era la del capitalismo liberal$ presentado en su forma cl+sica en 3QQ5 por Adam Smit1 3Q;:)3Q99J. Seg6n este autor$  s&lo en algunos casos$ pues en otros estima mejor la Wcoacci&nW$ si los intereses pri*ados funcionasen en circunstancias de economía perfecta se desarrollarían de tal forma !ue lograrían lo mejor para toda sociedad. Se trata de un sistema de Wlibertad naturalW en el !ue cada uno$  mientras no *ulnere la le$ debe !uedar libre para perseguir a su manera su propio inter"s  dirigir sus propiedades en competencia con los de los otros$ el gobierno se limita a mantener la seguridad$ la justicia  Wciertas obrasW e Winstituciones p6blicasW como la educaci&n. %n su *isi&n m+s sesegada el objeti*o sería el de dejar en libertad la b6s!ueda indi*idual de pri*ilegios para dar lugar a un orden social WnaturalW con el maor aumento de la ri!ue,a de la naci&n. %ste liberalismo te&ricamente Wsin reglasW)puesto !ue e*identemente las 1abía$  ellas beneficiaban a unos$ los poseedores$  perjudicaba a otros) produjo las cuotas m+s altas de injusticia social  de e(plotaci&n de la nue*a clase social trabajadora)proletariado). Las estrategias defensi*as de los trabajadores contra esa e(plotaci&n pasaban por la sindicali,aci&n  la 1uelga$  por este moti*o tales pr+cticas WnaturalesW fueron declaradas ilegales  se*eramente reprimidas. %l liberalismo en lo pr+ctico no se basaba en la falta de inter*enci&n social. Por el contrario$ los estados resultaron funcionales a esta forma de producci&n$ a tra*"s e la contenci&n  el controles de los e(plotados. Tal injusticia se basaría en nue*as formas de WjusticiasW. La re*oluci&n Industrial  sus necesidades pro*ocarían un cambio en la forma de ejercer el control estatal a tra*"s de los castigos. Se buscaba una utilidad tambi"n con la pena$  esa utilidad estaría dada con el disciplinamiento de los grandes contingentes 1umanos e(plotados en las f+bricas pri*adas de cual!uier beneficio personal. %l indi*iduo supuestamente aumentaría su capacidad producti*a a tra*"s de un entrenamiento de su cuerpo$  de su mente. Las principales funciones de estas burocracias refor,adas estarían orientadas 1acia el control de los indi*iduos en libertad$ o de los pri*ados de ella como castigo. %n estas pr+cticas penales$ utilitarias  disciplinarias$ se destacaba el pensamiento del reformista Ferem >%=THA$ "ste es el mejor referente del discurso !ue acompa/& al nacimiento de una nue*a forma de castigar. %sta nue*a forma$ la pri*aci&n de la libertad$ se generali,ar+ a lo largo del siglo XIX  s&lo desde entonces$ en todo el mundo occidental. La prisi&n nace directamente justificada por la necesidades disciplinarias. Una de sus funciones ideol&gicas pro*iene del pensamiento puritano$ el de la disidencia religiosa inglesa  estadounidense. La disciplina$ el encierro  ascetismo como condici&n de orden  progreso espiritual de estos religiosos influeron en el dise/o de orden democr+tico  del sistema penitenciario en %stados Unidos. %l orden democr+tico s&lo es posible con 1ombres responsables$  por tanto "ticamente irresponsables# auto)controlados. 22

Uno de sus claros e(ponentes fue el m"dico >enjamin ?USH 3QB@)33:J$ un cu+!uero !ue organi,& el sistema penitenciario luego de la Independencia$  el !ue lo relacion& claramente con los presupuestos liberales e igualitarios de la democracia estadounidense. Tambi"n sería ?us1 un promotor de la abolici&n de la escla*itud. La misi&n de las c+rceles era$ para este reformador$ la de con*ertir a los indi*iduos en *erdaderos ciudadanos capaces de dialogar con sus semejantes. Las c+rceles deberían ser Wm+!uinas republicanasW$ radicalmente distintas a los castigos del Antiguo ?"gimen. Tanto la desaparici&n de los castigos como la aparici&n de la prisi&n 1an sido e(plicadas como producto de la misma necesidad de e(istencia de la democracia liberal e igualitaria en los %%UU. %llo se e*idencia al comprobar !ue Ale(is TOCU%EILL% 34@)3@9J reali,& en 3:3 un *iaje de estudios de 5 meses junto a 2uta*e >%AUO=T 34;)355J del !ue surgi& su Wsistema penitenciario de los %%UU  su aplicaci&n en 8ranciaW. Alg6n tiempo despu"s escribiría su famoso libro WLa democracia en Am"ricaW. Se ad*ertía la importancia política de las curiosas instituciones penales !ue !uerían importar Rcu+l es el objeto de la pena en relaci&n al !ue lo sufre darle 1+bitos sociales$  ante todo$ ense/arles a obedecer. La importancia de la disciplina para el desarrollo del capitalismo  de la democracia liberal es un rasgo !ue no se le escaparía a Toc!ue*ille. Tambi"n e(isti& un elemento religioso en !uienes planteaban un nue*o orden. 7e 1ec1o$ el nombre WpenitenciariaW deri*& de la funci&n penitencial !ue se pretendía efectuar en el aislamiento de los nue*os sistemas organi,ados por los cu+!ueros. Como los puritanos Fo1n HO0A?7 3Q;5)3Q94J creía en la sal*aci&n por la fe$  en !ue ella se interiori,aba sobre el cuerpo  la mente de uno mismo. %s por eso !ue defendía firmemente el aislamiento en celdas limpias  la disciplinas de trabajo como m"todos para mejorar a los 1ombres. Para HO0A?7 la c+rcel debería asemejarse a un centro de trabajo$ no tener suplementos puriti*os in6tiles para la correcci&n moral$ e imponer una *erdadera disciplina. 7e este origen puritano se desprenden las características de la pena de encierro en r"gimen celular estadounidense# aislamiento$ silencio$ encierro discilpina$ orden$ trabajo$ inspecci&n. Ferem >%=THA fue !uien desarroll& la filosofía utilitaria  pr+ctica !ue arraig& con fuer,a el pensamiento burgu"s$ ingl"s  el disciplinarismo como t"cnica política de control social. %sta pretensi&n disciplinante a e(istía con anterioridad a "sta "poca industriali,ado. Pero sería en plena ?e*oluci&n Industrial cuando se le proporcionarse justificaci&n te&rica en base a la utilidad p6blica entendida como felicidad. Para >%=THA el ideal de sociedad es la !ue obtiene Wla maor felicidad para el maor n6meroW. Su creaci&n en el +rea del control disciplinario$ es el mencionado proecto de Wel Pan&picoW 3Q93J$ no in*ent& a!uí la c+rcel$ sino !ue dise/a un modelo eficiente de la misma posibilidad de disciplinar mediante el encierro !ue se *ería aplicado desde la emergencia del capitalismo manufacturero. %ste modelo 1abía pretendido ser una c+rcel concreta dise/ada por el propio >%=THA para apro*ec1a como empresario pri*ado a los presos !ue el re de Inglaterra no sabía donde alojar. Cuando estaba a*an,ada la concesi&n de esta c+rcel$ el Parlamento >rit+nico$ impidi& !ue se construera$ por lo !ue !uedaría solamente el dise/o de esta m+!uina. Para >%=THA el sistema de gobierno se basaba en la mi(tura de dul,ura$ se*eridad  economía$ de acuerdo a las necesidades del caso concreto. %l dise/o de la obra ar!uitect&nica# en la periferia sería una construcci&n en forma de anillo con pe!ue/as celdas iluminadas  rodeadas de *acío$ para e*itar fugas$ en el centro$ una torre con anc1as *entanas !ue permiten obser*ar lo !ue sucede en la construcci&n perif"rica !ue se di*ide e celdas !ue atra*iesan toda la anc1ura  permiten !ue la lu, inunde toda la dependencia sin dejar lugar fuera de la *ista. %n lo !ue 1ace a la uni&n entre la ar!uitectura  el r"gimen est+ el Wojo !ue todo lo *eW$ el *igilante de la celda central !ue puede *er todo lo !ue sucede en las periferias  adem+s puede 1acer rotar su presencia mediante un complejo sistema de sonido. Al no sabes si es efecti*amente *igilado$ el controlado actuar+ como si siempre estu*iera presente la mirada de su guardi+n. 7e lo !ue se trata es de disociar la democr+tica  transparente pareja W*erser *istoW# en el anillo perif"rico se es totalmente *isto sin *er jam+s$ en la torre interior se *e todo sin ser jam+s *isto. %n el siglo XIX al encierro 1abía !ue dotarlo de l&gica# 1acer algo con los encerrados re!uería de una justificaci&n !ue no pasaba s&lo por los e(cluirlos aun!ue esta funci&n e(cluente persistiríaJ. =o s&lo los e(cluidos producirían$ sino !ue sus cuerpos se transformarían en materia prima moldeable. 23

%s de este momento 1ist&rico determinado$ el del paso del capitalismo industrial$ de donde pro*iene la necesaria relaci&n entre c+rcel  f+brica. La c+rcel se 1aría f+brica o tomaría la representaci&n simb&lica de la f+brica. %l liberalismo capitalista no era enemigo de las burocracias. %n todo caso los liberales !uerían !ue estas burocracias fuesen eficaces  6tiles. 7ebía reser*arse a la iniciati*a pri*ada lo relacionado con la producci&n$ nue*as necesidades debían ser resueltas por los %stados. %l gesto p6blico por 1abitante crecería en forma notable en el siglo XIX. %ste gasto iría a parar a las poderosas 1erramientas disciplinarias de los ej"rcitos$ muc1os m+s numerosos tras las guerras napol&nicas. Pero tambi"n ese gasto se e(plica por la aparici&n de la policía$ como cuerpo de disciplinamiento e inspecci&n. Las policías nacionales$ tal como funcionan 1o$ se diferenciaron en el siglo XIX )aun!ue tienen su origen en 8rancia) antes  durante el antiguo ?"gimen$ con el objeti*o de la delaci&n  control total terrorista. La organi,aci&n burocr+tica francesa se basaba en la recolecci&n de datos sobre los indi*iduos. Un ejemplo es el de los datos recolectados por los nacientes registros ci*iles$ !ue cumplirían funciones importantes para el ser*icio militar obligatorio !ue auspiciaba el %stado basado en la identidad nacional. Sería el ministro de policía del populismo bonapartista$ Fosep1 8OUCH% !uien organi,aría la policía en su funci&n disciplinaria$ burocr+tica  represi*a. La gendarmería se apoaría en el procesamiento de datos de todo tipo !ue su estructura burocr+tica se encargaba de recoger  catalogar. %s importante se/alar !ue en todos los países$ la justificaci&n de estos cuerpos especiales de control estaba dada por el control de las clases peligrosas$ en particular la constituída por el nue*o proletariados urbano  sus posibilidades de 1uelga  de sabotaje. Todos los ilegalismos !ue eran tolerados antes del capitalismo industrial$  !ue aseguraban la super*i*encia de amplios sectores de la poblaci&n$ se *uel*en intolerables a1ora para los propietarios comerciantes e industriales )junto a la e(igencia de castigo debía organi,arse un sistema !ue e*itase las p"rdidas de los comerciantes e industriales. La protecci&n de los grandes dep&sitos  f+bricas se 1aría de tal forma !ue diluiría la participaci&n en este control  en tales ganancias de los sujetos indi*iduales !ue ejercían el poder. Las burocracias$ las de la prisi&n$ la justicia o la policía$ serían todas ellas unas m+!uinas de eliminar la responsabilidad indi*idual de sus propios miembros$ por lo !ue es posible e(plicar así como podrían$ a/os m+s tarde$ llegar a producir los 1orrores m+s significati*os de la 1istoria del pensamiento  de la acci&n criminal. A la idea de pre*enci&n del delito iba ligada directamente a la idea de protecci&n de la propiedad pri*ada$ comercial e industrial. 7e esa forma es posible percibir la labor de la bur!uesía como sujeto beneficiario de la importante tarea de reforma penal del siglo XIX$ al menos en los estados industriali,ados. %n los estados con menor desarrollo industrial$ los cuerpos de policía tenían una funci&n m+s rural !ue urbana pues se trataba de proteger los caminos  tambi"n la propiedad del pillaje campesino. Se establecen así sistemas de control !ue sir*en a la clase industrial  propietaria$ pero organi,adas desde el propio %stado. Funto a las burocracias de la industria aparecer+n otras burocracias estatales !ue se 1ar+n cargo de la cosa p6blica en lugar de sus *erdaderos due/os$ en teoría todos los ciudadanos. %stas burocracias tendrían como principal funci&n el control  la disciplina de los otros$ aun!ue !ui,+s sean los mismos miembros de esas burocracias los m+s directamente afectados en cuanto a la transformaci&n WinternaW. Tambi"n esta transformaci&n 1acia la obediencia  respecto de la autoridad se procurar+ en los dem+s. Comien,an a organi,arse sistemas de instrucci&n p6blica  tambi"n sistemas judiciales !ue se organi,an racionalmente  con criterios WnacionalesW. %l ejemplo m+s importante de nacionali,aci&n burocr+tica eficientista es el de los modernos ej"rcitos. %n el caso de la pena de prisi&n$ se produciría la racionali,aci&n conclusi*a del modelo de disciplinamiento de la edad moderna !ue intentaba imponer el modelo calculador de la ciudad apestaba al tratamiento segresi*o  e(cluente de los leprosos. A!uí se comien,a a alejar el discurso jurídico de la pr+ctica penal. LOS SIST%AS P%=IT%=CIA?IOS 7%L SI2LO XIX La principal instituci&n de control elegida por la clase burguesa fue la prisi&n. Los m"todos de control en este nue*o orden serían la escuela$ la f+brica$ el ej"rcito. Pero la c+rcel es el epítome de todos ellos$ el !ue son m+s claridad impone la disciplina indi*idual  el control de masas tal como se proponía en W%l Pan&pticoW. 24

Los cambios operados por el industrialismo 1acían imposible la distribuci&n de castigos  pre*enciones del Antiguo ?"gimen. %l castigo ser+ criticado$ limitado  finalmente reempla,ado por nue*os r"gimenes políticos. Cuando la finalidad declarada del castigo dej& de ser retributi*a  pas& a ser fundamentalmente pre*enti*a$ a!uellos calabo,os utili,ados para el tiempo anterior al castigo$ o cuado "ste no era apropiado por ra,ones de justicia$ cobrarían una especial importancia. =o es casual !ue las distintas fases del mo*imiento penitencionista coincidan con las fases re*olucionarias. %l programa penal a estaba en el proceso re*olucionario de %%UU$ reflejado en la pro1ibici&n constitucional de castigos crueles e inusuales. >enjamin 8?A=DLI= inspirado por HO0A?7 estableci& la supresi&n de las penas corporales  trabajos for,ados  su reempla,o$ primero por un período de prueba$ mediante el aislamiento silencioso. HO0A?7 tendrían gran influencia en la sociedad de Prisiones de Pensil*ania !ue sería la propagadora e impulsora del sentido educati*o  disciplinario como base en el encierro solitario e imponerse desde entonces. La independencia  el r+pido desarrollo industrial tu*ieron su influencia sobre la organi,aci&n política del nue*o %stado  su forma de in*entar una democracia. %llo se relaciona con sus sistema de penas. %n 3Q94 se aplica por primera *e, el SIST%A 8ILA7%L8ICO$ basado en la separaci&n permanente$ la pro1ibici&n de trabajos$ la educaci&n religiosa  el silencio absoluto. %ste sistema era propugnado por los cu+!ueros )fundadores de Pensil*ania$ cua capital es 8iladelfia)$  se fue desarrollando 1asta !ue en 3;9 se constru& e(presamente para estos fines la %astern State Penitenciar. %sta c+rcel fue un modelo mu imitado tanto por su ar!uitectura cuanto por su r"gimen. %n lo ar!uitect&nico es de destacar el dise/o WradialW. 7entro del perímetro de murallas$ una estructura de siete pabellones !ue WradiabanW 1asta casi las murallas desde una rotonda central a la !ue se llegaba por un sendero !ue unía con la pureta principal. Cada pa*e&n o WraoW poseía un pasillo central !ue daba acceso a las largas 1ileras de celdas indi*iduales dispuestas a cada lado. %n cuanto al r"gimen$ cada con*icto era destinado a celdas separadas donde debía residir en soledad 1asta el fin de su condena. %sto era *isto positi*amente pues se e*itaba promiscuidad$ !ue era se/alada como la principal causa de desorden en el interior de los lugares del encierro. 7ebía impedirse cual!uier contacto del preso con el e(terior$ con otros presos e incluso con sus guardianes$ a fin de obligarlo a permanecer con su conciencia  rendirle cuentas de sus actos reproc1ables. %l aislamiento indi*idual o WcelularW confiaba la reeduaci&n al contacto con 7ios a tra*"s de la introspecci&n$  la lectura de la >iblia. Acompa/aban a esta tarea reeducadora una serie de obligaciones como el deseo personal  de la celda$ la obediencia$ el silencio$  la ausencia total de la acti*idad. Se elaboran críticas 1umanitarias !ue atendían al alto índice de suicidas  de locura$  tambi"n crítica utilitarias pues la ar!uitectura  el r"gimen se consideraban mu costosos. Pero las críticas se ampliaron cuando los cambios econ&micos 1icieron necesarias la introducci&n del trabajo producti*o en la prisi&n. La modificaci&n para permitir el trabajo la reali,a en 3;3 %len LI=7S$ director del penal de Aubur en el estado de =ue*a
ar!uitect&nica 1aría posteriormente preferir un suced+neo. =o se pensaba !ue las condiciones de trabajo podrían ser*ir para abaratar un sistema en el !ue$ de todas formas$ 1abía grandes confian,as depositadas para producir 1ombres disciplinados. %n los casos en !ue sí se 1acía trabajar a los internos$ la finalidad era aumentar el sufrimiento. %n 3:4$ Toc!ue*ille reali,& su famoso *iaje tras el !ue se mostraría$ junto a >eaumont$ como un apasionado defensor del sistema filad"lfico o celular$ entre otras ra,ones por ser m+s W1umanitarioW. La conclusi&n !ue sacaban tras entre*istar a Lnds$ era !ue el sistema de =ue*a
%L CO=T?OL 7% LA PO>LACI= < %L HI2I%=ISO. LA %7ICI=A < %L T?ATAI%=TO 7% LA LOCU?A. %L P%=SAI%=TO C?YTICO < SU ?%LACI= CO= LA WT%?APZUTICA SOCIALW. Tanto la prisi&n como la policía  dem+s creaciones del siglo XIX deber+n ser entendidas dentro de maores medidas de control de la poblaci&n !ue comen,arían e implementarse en el siglo XIX por parte de la burguesía a en el poder. Zsta intent& 1acer compatible el discurso liberal del contrato social con las necesidades de orden del capitalismo industrial. Para ello les sir*i& especialmente el discurso m"dico. %l m"dico  su prestigio llenaron poco a poco los *acíos del igualitarismo burgu"s  brindaron 1erramientas para el funcionamiento efecti*o de la sociedad  el control del 1ombre$ ese in*ento del siglo XIX seg6n se/alara 8oucault. La medicina *ino a sal*ar la paradoja de suponer un control social$ producto de indi*iduos pactantes libres e iguales pero !ue en los 1ec1os el %stado ) los capitalistas pri*ados) cesase la *iolencia contra algunos$ los !ue estarían en realidad fuera del contrato  por tanto no serían tan iguales. La medicina indi*iduase  la psi!uiatría alienista unida a la medicina social o 1igienismo$ mostraría !ue aun cuando el sujeto 1umano tiene una base física  temperamental !ue es inmodificable$ algo es posible 1acer sobre determinados sujetos portadores de anomalías o imperfecciones$ para bien de todos de ellos mismos. Asimismo$  de manera relacionada con la modificaci&n del indi*iduo$ tambi"n el car+cter  el medio social podían ser cambiados. < es sobre estos dos objeti*os$ !ue actuaría la política 26

guiada por criterios m"dicos  con la principal instituci&n de encierro del momento# el manicomio o asilo. 7esde este punto de *ista 1igi"nico se re*elaría como m+s efica, para la Wprofila(isW social la policía antes !ue la prisi&n$  así el dise/o urbano sin límites ocuparía el lugar de los castigos !ue en principio estaban acotados por la naciente legalidad. %l origen de esta instituci&n no estaba relacionado con el castigo sino con la pre*enci&n$  se encerraba en ella en general a los sujetos !ue la arbitrariedad p6blica disponía como peligroso o inser*ibles. %sto no se podr+ 1acer m+s desde el paradigma jurídico !ue se encontraba con los nue*os límites del liberalismo. %ster período !ue 8oucault llamaría del Wgran encierroW seguiría operando fuera de los límites jurídicos. =o sería de e(tra/ar !ue las nue*as medidas de represi&n$ sin !ue e(ista un delito comprobado$ fueran practicadas en 1ospitales  lle*adas adelante porcon el ideal m"dico. Zstos$ los m"dicos$ podrían decir !u" es lo !ue es WpeligrosoW para la sociedad. < lo peligroso sería tal por!ue puede contagiar$ por!ue puede interrumpir la normalidad. %n el primer caso seguiría encerr+ndose a los portadores de enfermedades$ especialmente a!uellos !ue reempla,aron a las pestes$ las de transmisi&n se(ual. %n el segundo$ los enfermos no tenderían su marco en el cuerpo sino !ue la portarían en la mente o el alma$ catalog+ndose así algunos malestares$ !ue 1o tienden a denominarse psí!uicas. %n todo caso el paradigma del control sería$ el del Wencierro terap"uticoW proporcionado por la medicina. 7e esta manera comien,a anali,arse m"dicamente a la poblaci&n como un todo$ con medidas !ue *enían de la a e(istentes en la edad moderna como cuando se trataba a una ciudad apestada. Pero a1ora estas medidas serían aplicadas en todo momento$  no s&lo en el de WemergenciaW. T1omas alt1us fue uno de estos ilustrados !ue 1aría 1incapi" en la necesidad de controlar la poblaci&n. Ad*ierte sobre el necesario control del crecimiento de la poblaci&n$ para e*itar las consecuencias negati*as de una guerra de super*i*encias 'en las !ue se impondrían las clases superiores). %se control debía basarse en la continencia se(ual$ con lo !ue !ueda e*idenciado o su falta de imaginaci&n o su conser*adurismo. Para este autor la poblaci&n 1ace en progresi&n geom"trica$ los alimentos lo 1acen en progresi&n aritm"tica$ la tendencia de la poblaci&n a aumentar es maor !ue la misma tendencia en los alimentos  !ue$ por tanto$ la naturale,a crea frenos para la poblaci&n$ relacionadas con las miserias$ las enfermedades  las guerras. %n lo estrictamente criminol&gico ello repercutir+ decididamente sobre las teorías de la pena$ !ue se inclinar+n 1acia el defensismo social utilitarista. %l mismo ideal tendr+ en consideraci&n !ue el !ue delin!ue no produce una *iolaci&n al contrato sino !ue re*ela así su naturale,a enferma$ lo !ue corresponde no es la retribuci&n sino una medida de curaci&n o eliminaci&n. Tambi"n el mo*imiento de los llamados 1igienistas estu*o profundamente influido por las primeras estadísticas$  su demostraci&n de la maor mortalidad  morbilidad urbanas. Los m"dicosestadistaspolicías de entonces se dedicaron a refle(ionar sobre las causas !ue las moti*aban  constitueron a la nue*a urbe urbana industrial en un e(tenso campo patol&gico a ser estudiado  reformado. La ciudad sería *ista como un foco de pestilencia física  moral !ue precisaba ser destinada. Sus objeti*os eran controlar  racionali,an el espacio urbano  los aspectos de marginalidad !ue posibilitaban en "l la e(istencia de una poblaci&n compuesta por elementos peligrosos 'políticos$ *agabundos$ delincuentes$ libertinos  prostitutas) para el mantenimiento del orden social burgu"s. %l 1igienismo m+s conocido fue Ale(ander Parent) 7uc1atelet 3Q94)3:5J. Su preocupaci&n estaba dado por la posible propagaci&n de enfermedades !ue pudieran poner en peligro la mano de obra necesaria para el %stado  para el mercado burgu"s. %l 1igienismo siempre estu*o impregnado de una pretensi&n morali,adora$ por lo !ue la imposici&n de modelos -correctos de se(ualidad  de *ida cotidiana fue una parte de sus objeti*os m+s e*identes. %s por ello !ue la prostituci&n femenina iba a ser especialmente considerada como factor de morbilidad  de degradaci&n del cuerpo social. La represi&n de la mujer se 1aría toda*ía m+s fuerte e intrusi*a con las medidas propugnadas pera reglamentar esa acti*idad. Tambi"n los 1igienistas se ocupaban de la delincuencia  de la *agancia !ue reempla,arían en el siglo XIX$ junto a las enfermedades *en"reas  al alco1olismo$ a la lepra  a la peste como el colmo de los males. La pr+ctica de la e(clusi&n mediante el encierro continu&  se e(tendi& frente a estos males$ a los !ue tambi"n se consideraban -productos de contagio. 27

La nue*a moral burguesa daría el modelo de lo !ue se denomin& -normalidad. Lo !ue se dejase de ella sería una demostraci&n de algo !ue debía tratarse$ para poder pasar a ser  -normal$ -moral  -ci*ili,ado o -sano. La -normalidad debía tratarse de acuerdo al modelo m"dico de la curaci&n. Se constituirían 1ospitales especiales similares a las prisiones. Los 1ospitales para -alienados no diferían muc1o de las c+rceles  los balnearios de curaci&n para los miembros de la burguesía. Si se 1abla de una figura !ue caracteri,aría a este mo*imiento sería la del -loco o  -alienado. %sa sería la nue*a denominaci&n gen"rica del -otro$ 1ec1a desde la ciencia modelo de la medicina !ue así apareci& actuando sobre el cuerpo indi*idual$ a la *e, !ue sobre el cuerpo social. La norma de la medicina !ue con maor preocupaci&n se tomaría a cargo esta e(presi&n sobre los indi*iduos$ ser+ la de moderna psi!uiatría. %s en este siglo cuando surge el t"rmino -psi!uiatría$ para tratar de forma no*edosa a lo !ue ser+ una -enfermedad de la mente. %stos estudios estar+n mu relacionados con los de la fenología. 7esde la "poca de la ?e*oluci&n francesa comen,aría a tratarse al loco como a un enfermo m+s$ como a alguien !ue no estaba poseído por el demonio o el mal sino por una afecci&n física. Por tanto$ !ue debía ser atendido$ cuidado  no castigado. %sta es una manera de decir$ pues en realidad tambi"n se aplicar+ sobre así calificado una tarea disciplinaria !ue seguir+ teniendo líneas en com6n con la de la orientaci&n filantr&picas de los castigados. Para la psi!uiatría$ la locura tendr+ un origen comprobable de acuerdo a los m"todos de las ciencias naturales  de lo !ue ser+ el positi*ismo. Se llegaba así a objeti*i,ar a la locura como un problema propio de una falla sem+ntica en el cerebro o como consecuencia del detenimiento de su e*oluci&n. %l determinismo morfol&gico del pensamiento de estos m"dicos$  sus detenidos ejemplos de psi!uiatría  medicina legal$ sentarían las bases de la factura criminología$  serían especialmente 6tiles a una burguesía !ue debía articular$ de alguna forma$ el discurso  jurídico liberal con las desigualdades propias del sistema de producci&n. La psi!uiatría serían tan o m+s importante !ue la fenología$ sobre todo por 1aber resistido el ridículo soportado por esa otra disciplina frente a su contrastastaci&n empírica. %l estadounidense Isaac ?a es !uien re*ela el paso de la frenología a la psi!uiatría. ?a tendría un lugar fundamental en el ambiente en !ue se impusieron en Inglaterra las -reglas [=A2HT%=$ !ue son las !ue permite determinar !ue un acusado es -culpable pero demente. La suma total de encerrados era aterradora. %sto no puede dejar de ser *isto como un a*ance de ideologíaS represi*as$  por tanto -de derec1a o conser*adoras. La *isi&n de la sociedad como -cuerpo social$ !ue era la base del organicismo$ estaba en el pensamiento pre)ilustrado  tambi"n en el discurso religioso. uienes utili,aban la analogía con el lenguaje de la medicina  la biología fueran las tendencias m\as conser*adoras  reaccionarias. Los m"dicos 1igienistas$ no s&lo participaban de proectos de mantenimiento del orden sino tambi"n de instauraci&n de un nue*o orden. %l debate se formulaba sobre la misma conformaci&n social. La delincuencia  los da/os !ue ocasionaba serían en muc1os casos para denunciar la responsabilidad social en la comisi&n de delitos. 7elitos !ue en muc1os casos no llegaban a producir ni una mínima parte del da/o !ue la sociedad causa a !uien lo comete. %s decir$ !ue bajo el discurso m"dico$ tanto de salud p6blica o 1igiene social como de salud pri*ado o psi!uiatría$ se *ería al capitalismo como cura o como enfermedad de acuerdo a los par+metros ideol&gicos de ju,gamiento. Tambi"n el propio %stado sería *isto como cura o enfermedad. Pero se deben destacar tres estrategias distintas de este -democratismo 1igienista en relaci&n a la ampliaci&n de la democracia  la remoci&n de pri*ilegios personales. %n primer lugar$ la de la ampliaci&n de la base social 1ec1a -desde arriba. 7e esta forma la clase dirigente m+s inteligente e*itar+ los conflictos sociales gra*es  cerraría el +mbito de e(clusi&n a grupos determinados# mediante el proecto urbano e industrial del 1igienismo como un sin&nimo de la ampliaci&n del derec1o  la democracia. La -utopía sería planificada$ de acuerdo a esta estrategia por el mismo estado  la actual clase dirigente$ tanto con su inter*enci&n acti*a$ cuanto por otra pasi*a !ue dejaría 1acer a los distintos grupos ut&picos mientras !ue no afectara la estructura general. Una segunda apro(imaci&n estrat"gica sería la pro*eniente de los grupos obreros  -reformistas en los países m+s industriali,ados. %l cartismo tu*o su maor importancia de 28

3:5 1asta 3B. sus pretensiones eran m+s políticas !ue econ&micas. %l *oto uni*ersal era un reclamo para !ue los trabajadores organi,aran la cosa p6blica para permitir las reformas econ&micas  sociales. %n este sentido pedían una educaci&n generali,ada junto a una maor seguridad e 1igiene en las f+bricas. La luc1a estaba orientada tambi"n contra las lees de pobre,a  ello se *erificaba en la 1ostilidad de los líderes manufactureros o artesanos contra -las dos bastillas gemelas$ la f+brica  la orM1ouse. Las propuestas de luc1a iban desde la 1uelga  la retirada de colaboraci&n 1asta el le*antamiento armado$  la fundaci&n de colonias agrícolas con trabajadores !ue !uerían *ol*er a un pasado no industrial. < esto nos acerca a una tercera apro(imaci&n estrat"gica$ tambi"n reali,ada desde las clases trabajadoras$ pero en este caso en la %uropa continental$  cua e(presi&n fue la del socialismo ut&pico  el anar!uismo en 8rancia. aores diferencias tenían !uienes se definían como anar!uistas  propugnaban esta  -ciudad ideal s&lo en el caso de desaparici&n del capitalismo  del %stado$ causante de los males sociales indicados.
1ombre blanco$ los dem+s 1ombres eran considerados fuera del mismo concepto de 1umanidad  por lo tanto a no 1abría reparos filos&ficos$ ni 1umanitarios$ ni religiosos$ para tratarlos como animales. %l aporte m+s grande del racismo no pro*ino de las interpretaciones religiosas sino de las incipientes ciencias biol&gicas !ue recuperarían presupuestos del estudio del cuerpo  apariencia 1umana$ a las !ue el mismo Hegel tac1aría de irracionales  -falsas ciencias. Un m"dico$ 8ran, Foseper 2ALL daría inicip a los estudios de la -frenología difundidos sobre todo por la labor de su discípulo Fo1an 2aspar Spur T,1em. La frenología tu*o "(ito  gener& unos cuantos bi&logos !ue se ocuparían de obser*ar$ mediar  comparar diferentes aspectos físicos$ en particular los cr+neos de los seres 1umanos. %l propio 2all dedic& *einte a/os a descubrir la anatomía del cuerpo de la ra,&n$ !ue seg6n sus teorías estaba en el cerebro  podía obser*arse en el cr+neo. Así llegaría 2all a -comprobar la superioridad de la -ra,a blanca$ cauc+sica$ !ue era a la !ue pertenecería la burguesía del norte de %uropa. Colocaba un total de ;Q facultades en los cr+neos de los cuerpos del norte. Algunas de esas facultades$ las 6ltimas mencionadas como bondad o firme,a$ no e(istirían en los animales$  tambi"n faltaban en las cabe,as de otros miembros del sur del continente europeo$ de las clases trabajadoras  de los 1abitantes de otras ,onas del mundo. %l punto de partida del estudio frenol&gico !ue discutía con los fil&sofos de la "poca$ era la de la imposibilidad de e(plicar el 1ombre intelectual  moral sin estudiar primordialmente al  -1ombre físico. Para la frenología$ las fuer,as !ue 1acen o moti*an los actos de los 1ombres no eran intelectuales 'rec1a,a el libre albedrío) sino físicas. Pues el cr+neo re*elaba los &rganos del cerebro en los cuales se generarían las facultades estudiadas. %j.$ seg6n 2all todos los pendencieros tienen la cabe,a m+s bombeada  anc1a !ue los cobardesN en la regi&n temparo) parietal cercana a cada oreja est+ el &rgano del instinto carní*oro !ue al desarrollarse muc1o aumenta la tendencia a matar  destruir$ la cantidad de robos no puede e(plicarse en la propia legislaci&n$ ni en la miseria o la ignorancia$ sino en el e(tremo desarrollado de la facultad de propiedad$ !ue se e(tendería dese el &rgano de malicia 1asta cerca del borde e(terno de la arcada superior de la &rbita. Para la frenología la delincuencia estaba determinada bil&gicamente$  por tanto los esfuer,os penales deberían atender estas predisposiciones$  no tanto el 1ec1o delicti*o en sí !ue sería una consecuencia# debería dejar de atenderse a la enfermedad e(presada  1acerlo en relaci&n al -enfermo. La consecuencia de estos estudios era la de distinguir entre -tipos 1umanos diferentes ' unos m+s perfectos !ue otros) !ue deberían ser tratados en forma diferente. %llo tambi"n se *ería en el antecedente de la fisognomía$ la cual anali,aba específicamente los rostros$ intentando *er la identificaci&n del alma en el aspecto físico. Por ello su atenci&n se centraba en las apariencias  en la superficie del cuerpo 1umano$ en particular la cara. Allí continua la identificaci&n del t"rmino relati*o -fealdad con el de -maldad en la literatura. %l racismo así dejaba de ser la ideología de los conser*adores del Antiguo ?"gimen  se con*ertía en la manifestaci&n del capitalismo imperialista  reaccionario. Sostenían !ue cual!uier tipo de mesti,aje aumentaba la degeneraci&n. Tales planteos permitían$ por un lado$ con*ertir al -buen sal*aje de las tierras !ue estaban siendo con!uistadas en la fase imperialista del capitalismo en -b+rbaro$ -degenerado$ -corrupto o -at+*ico. Lo mismo debía aplicarse$ por el otro lado$ a !uienes se consideraban delincuentes en las propias sociedades capitalistas europeas  en general a sus clases marginales 'obligadas por su lado a emigrar tambi"n a a!uellas tierras nue*as). Los genocidios mencionados no fueron sino la apliaci&n en gran escala de las t"cnicas  -eugen"sicas o de -mejora de la ra,a !ue lle*aron adelante casi todos los estados capitalistas 1asta no 1ace muc1o tiempo. La -eugenesia era el estudio de la 1erencia biol&gica !ue condicionaba a 1ombres con especiales capacidades. Así como pretendían reproducir las capacidades positi*as$ creían con*eniente limitar la reproducci&n de indi*iduos con características negati*as$ en especial la debilidad mental. %stos seres 1umanos debían ser eliminados en defensa de la sociedad$ o al menos impedir !ue aumentara su n6mero. %l m"todo para lograrlo fue la política de esterili,aci&n. Otra consecuencia pr+ctica no menos importante del racismo en la actualidad$ es la de la creaci&n de -estereotipos sobre el indi*iduo delincuente. %llo mantiene de alguna forma la estricta a medida de la burguesía del norte  centro de %uropa. %l racismo$ presente en nuestros días$ es el !ue permite decir !ue los delincuentes son pobres  los pobres son pobres por!ue bil&gicamente son inferiores. 30

%L =ATU?ALISO < LAS %STA7YSTICAS -=ACIO=AL%S. LOS %STA7YSTICOS O?AL%S < LA CU%STI= 7%L 7%LITO. %l estado en el siglo XIX reali,& un importante acopio de informaci&n. Funto a los censos generales 1arían otras estadísticas *ariadas sobre la poblaci&n. %ntre ellas tambi"n sobre los asuntos criminales$ !ue iban pasando así a abandonar la e(plicaci&n espiritual del -libre albedrío por otro m+s -natural o -científica. Un elemento fundamental para el posterior surgimiento de lo !ue se denominaría criminología fue el de los estudios de las llamadas -estadísticas morales. Adolp1e U%T%L%T elaboraría distintas -lees por ejemplo$ la le t"rmica de la criminalidad$ !ue *erifica la relaci&n de acuerdo a las estadísticas francesas entre las altas temperaturas  los delitos contra las personas$ pues 1abría m+s delitos de este tipo en el sur  durante el *erano$  las bajas temperaturas  los delitos contra la propiedad$ por su preeminencia en el norte  durante el in*iernoJ !ue e(plicarían con factores sociales o indi*iduales pero no morales$ la e(istencia de delitos. 7e esta manera$ pondría en crisis la idea contractualista del -libre albedrío  ello le *aldría profundas críticas de parte de te&logos$ ultra)ortodo(os como Ale(ander Ean Oettingen. U%T%L%T fue criticado por los defensores del libre albedrío$ con !uienes polemi,aría afirmando !ue el delito es un 1ec1o ine*itable en la sociedad  !ue incluso "ste tiende a ser constante en las distintas sociedades por maores diferencias de transformaci&n social o moral !ue se realice sobre sus indi*iduos. =o obstante el pesimismo estadístico$ U%T%L%T consider& !ue algunas cosas sí se pueden 1acer para reducir los riesgos del delito. Sus -tablas de la criminalidad$ obser*an una pretendida -tendencia al crimen de determinados sujetos$ de acuerdo a la influencia del clima$ el se(o$ la edad$ la condici&n  clase social$ etc. %(trajo de esta manera lees generales de tipo probabilístico sobre determinadas ,onas o +reas. %n 3:: la policía francesa inaugur& el m"todo de identificar a los criminales con un sistema de boletines indi*iduales con datos identificati*os$ !ue sería el antecedente$ una *e, !ue a esos datos se le agregara una foto en 35:$ de los documentos de identidad adoptados luego en casi todos los estados. %ra fundamental en estos documentos recabar una misma informaci&n sobre todos los 1ombres con los fines de la pre*enci&n. < a ello se dedicarían m"todos deri*ados de las estadísticas$ !ue serían desde entonces arma fa*orable de los cuerpos policiales. %l m"todo propuesto por los estadísticos morales influir+ en el surgimiento de la criminología positi*ista. LA 8ILOSO8YA POSITIEA. COT% < %L ZTO7O CI%=TY8ICO. SP%=C%? < LA CO=C%PCI= %EOLU7CIO=ISTA 7%L U=IE%?SO. %l siglo XIX es el siglo de la ciencia$ el de la ciencia aplicada$ !ue fue la !ue permiti& el r+pido desarrollo del capitalismo europeo  estadounidense !ue se dio en llamar ?e*oluci&n Industrial. %ste fue el siglo de las grandes in*enciones$ de las grandes m+!uinas$ de la e(tensi&n de las comunicaciones gracias al *apor. Auguste COT% es considerado el fundador de la -sociología como ciencia aun!ue$ en todo caso$ 1a !ue 1acer a!uí la misma sal*edad !ue con la -criminología$ cuas refle(iones tambi"n e(isten desde muc1o tiempo antes. Comte cre& una denominaci&n$ aun!ue se dice !ue tenía intenciones de bauti,ar a esta ciencia como -física social pero luego la llam&  -sociología para no repetir un t"rmino a utili,ado por uetelet. Zste autor fue el fundador del -positi*ismo$ t"rmino !ue tomaría de su maestro Saint Simon. %l positi*ismo de Comte fue el !ue otorg& pretensi&n científica a las refle(iones sobre la sociedad !ue articulaban el discurso de la ra,&n 1egeliano con el orden tradicionalista. Para Comte tales refle(iones deberían reali,arse s&lo a partir del conocimiento de los 1ec1osN  de su tratamiento con el mismo m"todo positi*o es conocer el juego entre los fen&menos e(istentes para entender las lees naturales !ue los gobiernan. Comte tenía una formaci&n matem+tica$  entonces suponía !ue todo saber debería tener sus precisas lees. La sociología debía ser un saber basado en la obser*aci&n  por tanto  -*erificable# intenta Comte acercar dos tipos de refle(iones !ue "l conocíaN la de los 31

científicos !ue 1abía estudiado$  la de los políticos  empresarios !ue 1abían conocido como secretario de Sain Simon '!ue no tenían formaci&n científica. %l gobierno de la sociedad debería estar en manos de estos políticos)científicos$ nue*os -e(pertos así legitimados contra el ideal democr+tico$  debería ser una -ciencia. Seg6n Comte la sociedad es un -cuerpo !ue act6a con espíritu  dem+s tributos 1umanos. %se organicismo no puede ser -*erificable. Para Comte ese cuerpo social es un organismo compuesto por indi*iduos familiares  sociedad. Para Comte la familia constituía la unidad social b+sica. La sociedad tenía una inclinaci&n -natural al gobierno$ como resultado de las diferencias -naturales entre indi*iduos !ue demostraban !ue unos estaban m+s inclinados a obedecer  otros a mandar$ esas inclinados 1abrían lle*ado a la 1umanidad a a*an,ar$ de acuerdo a su crucial noci&n de progreso$ pasando por tres estadios$ el teol&gico o ficticio$ el metafísico o abstracto  el científico o positi*o. Toda la filosofía de Comte basada fundamentalmente en la idea de orden$ para "l$ el saber era el conocedor del orden de las cosas. %l mismo progreso es posible a partir del orden inmanente establecido. %l orden es la condici&n fundamental del progreso$  todo progreso tiende a consolidar el orden$ diría Comte -orden  progreso con indisociables como lema positi*ista. %l mismo lema indica !ue el progreso es meramente el aspecto din+mico del orden$ !ue s&lo es posible dentro de una estabilidad armoniosa$ o aspecto estadístico del progreso. %l orden$ la armonía  el consenso$ son los !ue permiten la sumisi&n de lo m6ltiple a lo 6nico. < ese 6nico !ue puede ser entendido 'en tanto orden natural de las cosas. < tiene capacidad de progresar es la sociedad$ siempre  cuando sea guiada por m"todos científicos. La idea de e*oluci&n demostraría !ue el progreso estaba científicamente probado$  !ue el actual orden burgu"s se asentaba sobre esa cientificidad  no sobre mandatos religiosos. %l positi*ismo$ el materialismo  en general el cientificismo pro*eeron la base para la sofisticaci&n ideol&gica !ue re!uería el capitalismo imperialista a 1acía fines del siglo XIX. %l gran ide&logo del e*olucionismo !ue Herbert Spencer !uien 1ablaba de una e*oluci&n en las sociedades de un estadios primiti*o 1acia una maor ci*ili,aci&n$  por ello se denomin& usualmente -darinismo social. A "l$ antes !ue a 7arin$ se debía la constante referencia la -luc1a por la *iuda !ue tanto era usada para denunciar las condiciones de *ida de su momento cuanto para justificar la luc1a  tambi"n la imposici&n de los considerados -m+s aptos. Spencer sostenía !ue tanto el indi*iduo como la sociedad son sistemas interdependientes$ !ue a su *e, est+n integrados por subsistemas !ue corresponden a los aspectos internos  e(ternos de un organismo. %ntre ellos un subsistema industrial o de mantenimiento econ&mico  otro subsistema de mecanismos de gobierno  de comunicaciones. Para Spencer la sociedad era un organismo pues aumentaba su masa por reproducci&n  al 1acerlo aumentaba su complejidad$ con lo !ue aumentaría finalmente la diferenciaci&n de sus funciones. %llo no estaba sin embargo en contra de su anar!ui,ante indi*idualismo$ pues este organismo carecía de centro de percepci&n$  por lo tanto el organismo social e(istía en funci&n de sus miembros  no al re*"s$ como en otro tipo de organismos muc1os m+s peligrosos de caer en totalitarismos. %ste autor combinaba tales teorías con un reclamo de reducci&n del estados en sus inter*enciones sociales$ lo !ue agradaba a los librecambistas ingleses pero tambi"n a los trabajadores anar!uistas a todos los dem+s !ue en el estado s&lo *eían represi&n$ por!ue era lo 6nico !ue en realidad 1acía. Para Spencer el orden social de la naturale,a no podía ni debía ser modificado$ ni por los 1ombres$ ni por el estado. Zl creía$ de acuerdo a las ideas de aine$ !ue el e*olucionismo 1aría !ue los 1ombres abandonaran la uni&n entre ellos basado en el status para unirse solidariamente a partir del reconocimiento progresi*o de la indi*idualidad. Su confian,a en la e*oluci&n de unas sociedades militari,adas  autoritarias 1acia otras industriales  tolerantes c1ocaría al final de su *ida con la constataci&n del aumento de las funciones estatales  la p"rdida de posibilidades para el indi*idualismo$ pues el industrialismo no estaba en realidad re/ida con el militarismo. Sin embargo$ no dejaría de manifestar su opini&n a este desarrollo$ terriblemente peligrosos si se aunaba a su e*olucionismo organicista. Su indi*idualismo era una consecuencia del e*olucionismo !ue parecía lle*ar al fin del %stado por manos del liberalismo. %ste liberalismo debería enfrentarse con el autoritarismo estatal  el militarismo !ue le dio origen. 32

Spencer fue el primero !ue 1ablaría de funciones -sociales$ tanto de los indi*iduos como de las instituciones. Por lo tanto$ toda la escuela -funcionalista !ue se describiría luego reconoce a "l como su fundador. Capítulo E# %l positi*ismo  la Criminología Científica. %l paradigma positi*ista# las causas indi*iduales del comportamiento criminal. Positi*ismo e imperialismo. %l origen de la Criminología suele asociarse$ antes !ue con las refle(iones sobre el orden o sobre el poder puniti*o  sus justificaciones$ con el momento 1ist&rico en !ue esas refle(iones  justificaciones se alejan en un grado maor de la cuesti&n esencialmente política# cuando la justificaci&n del poder burocr+tico  de los e(pertos se pretendiera  -científica. Por ello$ el nombre -criminología surgi& a finales del SXIX$ a partir del desarrollo de las ciencias m"dicas  su e(tensi&n 1asta el +mbito del control penal$ brindando una e(plicaci&n científica de la criminalidad. %sto daría lugar a la concepci&n de  -anormalidad indi*idual del autor del comportamiento delincuencial. %l objeto de estudio de esta -criminología sería a no la sociedad$ el %stado$ las lees o la afectaci&n a los indi*iduos$ sino !ue el objeto estaría constituido por los comportamientos singulares  des*iados !ue$ adem+s$ debían tener una base patol&gica en su autor. %s decir$ surge la idea de -1ombre delincuente$ un ente diferenciado e inferior a la ra,a 1umana. Las descripciones de este -1ombre delincuente serían mu *ariadas  surgirían del campo científico$ elitista  tambi"n del popular. Por medio de este pensamiento$ como se dijo$ se reempla,aba el objeto de estudio$ !ue a1ora sería -el 1ombre delincuente$ en reempla,o por -los delitos  las penas. Se pas& de un pensamiento jurídico a uno pretendidamente científico$ de manera tal !ue e(istiría !ue las penas serían adecuadas a las necesidades sociales de defensa$ pero tambi"n a las características de cada delincuente algo insostenible desde los princ. liberales de la ilustraci&nJ# Las penas debían ajustarse al grado de peligrosidad social de cada indi*iduo  ello se trasladaría a la idea de -tratamiento$ lo !ue permitiría un maor control de las condiciones internas de las c+rceles  manicomios. %stas necesidades sociales de defensa condujeron a la utili,aci&n de penas indeterminadas por!ue el da/o a no es rele*ante$ sino !ue se aplicar+ la pena o tratamiento en la medida en !ue ello sea necesarioJ  la implementaci&n de medidas parapenales$ *inculadas a las condiciones subjeti*as del indi*iduo  no a sus actos. La justificaci&n de este sistema puniti*o estaba dado por a!uello !ue los policías realmente 1acían$ se sinteti,aba el delito  el delincuente mediante la obser*aci&n de los 1ombres !ue eran en*iados a los calabo,os. A!uello !ue est+ mal en la sociedad es se identifica con el delincuente$ el loco$ etc$  por ello 1abía !ue dominarlos  ordenarlos# las cosas !ue funcionan mal deben ser e(pulsadas del cuerpo social o arregladas *isi&n organicista de la sociedadJ %l racismo en estas ideas tu*o su apogeo en esta etapa$ en coincidencia con el imperialismo$ mediante el cual los %stados europeos se repartieron las +reas del mundo !ue no 1abían sido coloni,adas mediante la in*ersi&n$ con una clara concepci&n de superioridad del ser europeo por sobre el resto. ) Cesare Lombroso# %ra un m"dico alienista italiano$ se/alado como el fundador de la criminología a partir de su obra -%l Hombre 7elincuente en 3Q5. Ingres& al ej"rcito  allí comen,& a reali,ar estudios por medio de la obser*aci&n de los 1ombres. %n *irtud de ello$ comen,& a elaborar teorías# 3. Las condiciones de los 1ombres se deben a los alimentos !ue ingieren# >uscaba aplicar el m"todo positi*o$ identificando un fen&meno la conducta 1umanaJ$  luego mediante la obser*aci&n *er !ue pasa. Una *e, !ue surgen comportamientos comunes se est+ en presencia de una le general. Luego de ello$  tras el "(ito de esa in*estigaci&n$ Lombroso pas& a anali,ar distintos tipos !ue obtenía de los manicomios  las prisiones$ para comprobar si estas diferencias consustancias al loco o al delincuente$ eran producidas por la alimentaci&n. ediante el m"todo científico Lombroso des*i& el objeto de estudio desde el delito 1asta el delincuente. ;. Luego de e(aminar a un delincuente llamado Eilella$ obser*o !ue su cr+neo poseía un peculiaridad anat&mica propia de los monos '1omínidos no desarrollados)  de los fetos 33

antes de alcan,ar su pleno desarrollo. %n *irtud de ello$ conclu& !ue el delincuente era un ser in*olucionado desde una perspecti*a e*olitu*a dariniana$$ !ue era un ser at+*ico$  !ue lle*aba adelante delitos por sus propias características de nacimiento tal como 1acían los monosJ. %ra un ser atrasado e*oluti*amente. %l ata*ismo cumplía di*ersas funciones# ) Causa# %(plica la etiología$ el por!ue del delincuente. %s la e(plicaci&n científica del delincuente. ) Signo# Síntomas$ a!uellos !ue 1ace *isible el fen&meno$  !ue permite saber !uien es delincuente. =o importa lo !ue 1aga$ lo !ue importa son sus condiciones biol&gicas$ !ue lo 1ar+n delincuente$ a6n si no 1ubiera cometido delitos. Así$ podría identificarse a los sujetos !ue 1acen !ue el cuerpo social no funcione por las características de su cuerpo. Lombroso cre& un atlas en el !ue describi& las características físicas de estos seres at+*icos$  confeccion& categorías# ) 7elincuente nato# Un ser at+*ico desde su nacimiento$ inferior biol&gicamente. 7elin!ue por su propia carga cong"nita  org+nica. ) Loco moral# Posee una anomalía psí!uica  moral ) 7elincuente epil"ptico# la epilepsia es un signo de problemas neurol&gicos$  un síntoma de ata*ismo. Lombroso tendría un gran "(ito alrededor de todo el mundo en base a esta teoría$  posteriormente tu*o una gran influencia de la psi!uiatría$ mediante la cual corrigi& los defectos de su teoría# el delincuente se acercaría cada *e, m+s a la enfermedad mental$  para poder mostrarla como algo *isible  relacionado con su teoría originaria se ocuparía de la epilepsia. Las categorías se retroalimentaban$ pues eran reali,adas bas+ndose en las personas !ue eran efecti*amente detenidas$  su aspecto justificaba !ue esos eran los -tipos !ue 1abía !ue detener. Consideraba !ue la maoría de los delincuentes eran incorregibles o imposibles de resociali,ar$  por lo tanto aconsejaba su e(terminio. La teoría de Lombroso gener& una ruptura en el trato de la cuesti&n criminal$ pues el positi*ismo a*an,& frente a las *iejas teorías morales o metafísicas para las cuales el libre arbitrio era un artículo de fe$ del !ue los positi*istas debían prescindir. Logr& la nue*a disciplina concentrarse en el estudio clínico del delincuente$ !ue era nacido como tal  cuos comportamientos debería e*itarse# esto permitía pre*isibilidad sobre sus comportamientos$ !ue debían ser e*itados de todas maneras. %l autor tambi"n recibi& críticas por su monocausalismo de la delincuencia$ de manera tal !ue fue ampliando esas causas reducidas en principio al ata*ismo$  las enumer& en# el clima$ la geología$ la ra,a$ la ci*ili,aci&n  la prensa$ la densidad de poblaci&n e inmigraci&n$ a la subsitencia$ el alco1olismo  otras drogas$ la falta de educaci[n$ condici&n econ&mica$ la religi&n$ la orfandad$ la 1erencia$ al edad$ el se(o$ o la imitaci&n. %sto igualmente no constitu& parte del fuerte de su teoría$ !ue se encuentra identificada por la primera parte. Con un notorio mac1ismo Lombroso tambi"n teorí,o sobre la mujer al escribir -La ujer 7elincuente$ en donde sostu*o !ue la mujer ocupaba naturalmente un estadío e*oluti*o inferior$ caracteri,+ndose principalmente por una falta de pena  de insensibilidad$ combinado con una falta de refinamiento moral !ue las acerca al 1ombre at+*ico. =o obstante estos efectos se neutrali,arían mediante la piedad$ la maternidad  la necesidad de pasi&n se(ual 'la satisfacci&n del 1ombre pero !ue a su *e, debía poseer frialdad o frigide,)$ debilidad$ infantilismo e inteligencia menos desarrollada. %stas circunstancias las aleja del delito a pesar de su inferioridad$ de manera tal !ue las pocas mujeres delincuentes eran a!uellas parecidas a los 1ombres. La mujer delincuente era m+s *iciosa !ue el 1ombre$ siendo la prostituci&n el e!ui*alente a la delincuencia masculina. La prostituci&n era causada por una ineludible predisposici&n org+nica a la locura moral debida a procesos degenerati*os en las líneas 1ereditarias antecesoras de las prostituta. Lombroso entendía !ue la prostituci&n femenina era menos per*ersa !ue la delincuencia masculina$  !ue era raramente peligrosa para la sociedad$  !ue inclusi*e reali,aba una funci&n social de *+l*ula de escape de la se(ualidad masculina !ue podía$ incluso$ e*itar delitos. La mujer prostituta se encontraba entonces en una especie de ,ona gris$ !ue no se encontraba dentro de los mismos par+metros !ue la delincuencia. La prostituci&n no era pro1ibida por!ue era necesaria$ aun!ue debía ser controlada# Por ello se continu& con la preocupaci&n del 1igienismo del S.XIX$ mediante normati*a profil+ctica para e*itar contagios$ e inclusi*e en el algunos casos reprimiendo la prostituci&n$ represi&n !ue siempre recaía sobre la mujer  no sobre los 1ombres. 34

Tambi"n escribe Lombroso en -Los Anar!uistas !ue los anar!uistas son enfermos mentales  !ue su pensamiento re!uiere de una *uelta al pasado imposible de reali,ar. %llo  justificaría la represi&n de !uienes sostenían tales ideas $ sobre todo$ la internaci&n en manicomios de muc1os de ellos para de esta forma minar el respeto !ue se profesaba ampliamente entre sectores populares 1acia sus e(positores. La famosa tríada del positi*ismo !ue difundiría sus ideas mediante la -Scuola Positi*a sería integrada por Lombroso$ 8erri  2ar&falo. %(istían diferencias importantes entre los tres# Lombroso sería el cuerpo del positi*ismo$ mientras !ue 8erri  2ar&falo constituirían las alas de un mismo p+jaro in*estido por una pretendida cientificidad$ el primero desde una *isi&n de i,!uierda  m+s progresista  el segundo desde una perspecti*a m+s reaccionaria  conser*adora. ) %nrico 8erri 3@5)39;9J# Abogado$ periodista  político de origen socialista !ue terminaría su carrera legitimando el fascismo de >enito ussolini. Posee una gran influencia sobre el pensamiento latinoamericano. Si bien es positi*ista  encuentra sus estudios desde una perspecti*a cientificista$  1asta en alg6n punto busca causales biol&gicas$ lo cierto es !ue logra encontrarle una *uelta jurídica a las causas de la delincuencia. 8erri escribi& una tesis en la !ue intent& demostrar !ue el libre albedrío es una ficci&n$  teori,a el determinismo# Las condiciones del 1ombre *ienen determinadas$ est+n dadas m+s all+ de su *oluntad. %n *irtud de esa negaci&n del libre albedrío elaboraría una nue*a concepci&n de responsabilidad$ a !ue no era posible aplicar la *isi&n iluminista !ue atribuía responsabilidad en la medida en !ue el sujeto se encuentra en condiciones de elegir u optar. Afirma entonces la e(istencia de una responsabilidad positi*a o social# %l indi*iduo es responsable por integrar el cuerpo social  poseer un estado peligroso$ !ue lo lle*a a su conducta. La represi&n no *iene dada entonces por lo !ue el sujeto 1ace$ sino por su condici&n de peligroso$ a !ue sus comportamientos est+n determinados$  lo !ue debe 1acerse es e*itar esos actos en pos de la defensa social. %l delito era entonces solamente un síntoma !ue re*ela la personalidad peligrosa$  mediante la pena 1abría !ue atender a esa personalidad para transformarla$ siendo legítima su aplicaci&n tanto ante un delito como en su ausencia. La sociedad debe capturar al sujeto peligroso$ diagnosticarlo$ tratarlo $ de ser posible$ curarlo. 7e tal manera$ para "l la pena era una represi&n necesaria para defender el organismo social$ pero no contra decisiones asociales$ sino contra el estado peligroso de algunos indi*iduos. A su juicio el prop&sito de la justicia criminal era la defensa social$  seguía sosteniendo$ al igual !ue Lombroso$ !ue el crimen debía estudiarse en la figura del delincuente. 7esde una perspecti*a socialista$ en -Sociología Criminal elabora este determinismo$ !ue para "l sería$ maoritariamente$ econ&mico$  por lo tanto notoriamente m+s progresista !ue el determinismo de car+cter biol&gico. 7ecía !ue las acciones 1umanas$ 1onestas  des1onestas$ sociales o antisociales$ son siempre el producto de su organismo fisiopsí!uico$  de la atm&sfera física  social !ue lo en*uel*e. Primero distingue entre distintos tipos de delincuentes# ) 7elincuente nato# Tiene una carga biol&gica !ue lo lle*a a delin!uir$  por lo tanto es imposible resociali,arlo. A juicio de 8erri son mínimos$ casi ine(istentes. ) Loco moral# Posee una anomalía psí!uica !ue adem+s es moral$  !ue por ello lo lle*a a delin!uir. ) 7elincuente 1abitual# Posee una tendencia a delin!uir ad!uirida$ sin base org+nica. ) 7elincuente ocasional# A!uel !ue no presenta condiciones físicas$ pero !ue cede ante la oportunidad de delin!uir siempre !ue se le presenten las condiciones fa*orables. Clasifica asimismo los factores o causas de constituci&n del delincuente# ) 8actores antropol&gicos# La constituci&n org+nica del sujeto$ psí!uica$ la ra,a$ edad$ se(o$ etc. ) 8actores físicos# el clima$ suelo$ estaciones. ) 8actores sociales# opini&n p6blica$ densidad de poblaci&n$ religi&n$ alco1olismo$ educaci&n$ justicia penal$ etc. Como se dijo antes$ la pena tendría como 6nico prop&sito la defensa social ante un sujeto peligroso$ lo !ue dio lugar a !ue 8erri propusiera penas indeterminadas 'pues sería tan 35

necesaria como se re!uiera el tratamiento para el delincuente)$ sustitu*os penales  medidas predelictuales. %l *alor de estas medidas no est+ dado solamente en la e(clusi&n$ sino !ue pretendían incluir a tra*"s del tratamiento curati*o o reeducador. La pena depender+ entonces del tipo de autor  no del 1ec1o$ circunstancia en base a la cual se determinar+ el -tratamiento m+s id&neo. %llo$ pues$ a su juicio la prisi&n podía en la maoría de los casos resociali,ar al delincuente si tenía el marco fa*orable para 1acerlo ) ?afaelle 2ar&falo 3@3)39:BJ# ?epresentaba el ala m+s conser*adora  derec1ista del positi*ismo criminol&gico$  era un arist&crata profundamente autoritario. Public& -La criminología$ donde busc& encontrar el concepto de delito natural desde una apro(imaci&n !ue el denominaba criminol&gica  no jurídica. Lo !ue justificaba para 2ar&falo la defensa social era la luc1a contra los enemigos naturales$ a !ue m+s !ue delito natural lo !ue lo impulsaba era el delincuente natural$ determinado por una concepci&n racista. %l delito natural en cada sociedad no era el mismo en todas las sociedades$  por lo tanto podrían *ariar los enemigos. %n este cuadro$ las sociedades !ue no se correspondían con los *alores de las europeas eran degeneradas$  s&lo las *aloraciones jurídicas europeas eran las !ue guiaban a la 1umanidad en la idea de sensibilidades sanas  naturales. Los dos sentimientos b+sicos  naturales serían la piedad  la probidad u 1onestidad$  s&lo en caso de !ue "stos se desarrollen en la sociedades se considerar+ delito a a!uellas conductas !ue los *iolen. Los delitos !ue afectan a la *ida o a la salud lesionan la piedad$  los !ue atentan contra la propiedad lesionan la probidad. 7e tal manera$ delincuentes naturales ser+n a!uellos !ue care,can de esos sentimientos de piedad  probidad$  contra ellos no e(istiría medida re)sociali,adora posible$ por lo !ue ide. Zl fue el *erdadero autor del concepto de peligrosidad$ !ue sería la per*ersidad constante  acti*a. La pena no debía ser proporcional al da/o ocasionado como proponían los iluministasJ$ sino !ue debía reali,arse en base a la peligrosidad del sujeto. %n base a ello$ ide& las m+s terribles propuestas de inocui,aci&n como soluci&n frente a esos enemigos peligrosos# para los !ue desconocieran del sentido de probidad o justicia proponía la deportaci&n 'o e(pulsi&n de la comunidad)$  para a!uellos faltos de piedad la pena de muerte. La le tendría un rol fundamental en lo !ue "l denominara la guerra contra el delito$  cumpliría con la le natural de la selecci&n natural !ue impediría !ue toda sociedad se degenere. %scudaba todas esas ideas bajo el argumento de pri*ilegiar los derec1os de las *íctimas$ para !uienes solicitaba una reparaci&n$ no un agra*amiento# para "l sería agra*ar su sufrimiento !ue tu*ieran !ue pagar con sus impuestos el sost"n de los condenados a prisi&n$ de manera tal !ue esa era la soluci&n mas piadosa. Las ideas de estos positi*istas serían retomadas por los de generaciones posteriores$ !ue fueron a6n m+s all+ de lo estrictamente penal para descubrir lo !ue llamaban -estado peligroso sin delito$ !ue se e(1ibía en lo !ue denominaron -mala *ida  !ue incluía la medicidad$ la prostituci&n$ las religiones no oficiales$ la to(icomanía$  todo a!uello !ue no se adecuara al modo de *ida burgu"s. %sa mala *ida era en realidad la marginaci&n social$  daba cuenta de la e(istencia de las clases peligrosas ajenas al mundo deseado por la burguesía$ pero tambi"n de la clase trabajadora. %se submundo era lo opuesto a la ci*ili,aci&n  el progreso defendido tambi"n por los grupos de i,!uierda$  !ue s&lo podía ser e(plicado mediante teorías de atraso en el desarrollo o persistencia del ata*ismo.

La criminología positi*ista francesa. %ntre el medio social  la psi!uiatría %(isti& una batalla entre los pensadores italianos  los franceses !ue se definían como crimin&logos. Si bien ambas se reducían al 1ombre delincuente$  en definiti*a propugnaban defender la sociedad de los incorregibles$ los franceses ponían a1ínco en las circunstancias sociales$ mientras !ue los italianos en lo antropol&gico# mientras los franceses decían !ue el 1ombre delincuente se 1ace$ los italianos decían !ue 1ombre 36

delincuente se nace. Para los crimin&logos franceses sería el medio  no la 1erencia la *erdadera causa del 1ombre delincuente$ por lo !ue llamaron a la materia -mesología criminal en *e, de -antropología criminal  ) Lacassage# %l 1ombre criminal no lo era por el ata*ismo$ sino por la degeneraci&n$ una categoría tomada del campo psi!ui+trico  del sociol&gico. %llo tambi"n podía ser ad*erido a simple *ista  por lo tanto ser 6til para la tarea de pre*enci&n. La delincuencia sería considerada por "l como una degeneraci&n patol&gica# una enfermedad !ue se desarrollaba en el medio propicio$ como los g"rmenes pueden ser propicios para determinadas enfermedades. %sta sería la teoría microbiol&gica del delito$ e!uiparando a los delincuentes con los microbios$  como "stos no da/an en la medida en !ue no se encuentren en un medio adecuado$ se reproducen  producen un caldo de culti*o fa*orable. Para "l lo importante seria el medio social donde se culti*a la delincuencia$ poseendo las características antropol&gicas un rol secundario. La crítica de otros m"dicos positi*istas era !ue si bien el caldo de culti*o puede actuar en la multiplicaci&n$ los microbios no se generaban por generaci&n espont+nea$ sino !ue se los supone e(istentes con una capacidad de da/o. Igualmente "l coincidía con eso$ considerando !ue 1abía causas end&genas al delito debilidad mental$ enfermedades ner*iosas$ falta de frenos in1ibitoriosJ  e(&genas los transmisores de contagio$ como el medio ambiente$ la flia$ la escuela$ los amigos$ etcJ. Proponía como soluci&n la profila(is del delincuente# sacarlo del medio noci*o a !uien tenga predisposici&n al delito  cambiarlo a un medio donde no pueda cometer delitos  darle una nue*a educaci&n. =o todo el pensamiento franc"s era m+s bien progresista$ sino !ue 1abía algunos autores !ue tomaban el pensamiento de los m"dicos  psi!uiatras de la defensa social para mejorar las t"cnicas policiales de represi&n de las clases m+s 1umildes $ en especial$ los mo*imientos políticos radicales. Tal es el caso de Alp1onse >ertillon$ m"dico !ue cre& la policía científica sobre la base de trabajos estadísticos morales. Impuso un criterio de fic1ar a las personas mediante la descripci&n antropom"trica con fines de identificaci&n de sospec1osos siguiendo la clasificaci&n lombrosiana. La fotografía fue fundamental al respecto. Aseguraba como debía controlarse la poblaci&n$ tanto a los grupos como a los indi*iduos. %sta identificaci&n garanti,aba$ por un lado la identificaci&n de todas a!uellas personas !ue ingresaban a una comisaría o penitenciaría. Adem+s permitía *erificar la reincidencia elemento propio del derec1o penal de autorJ Por otro lado$ la escuela parisiense de psicopatología introdujo t"rminos como automatismo$ 1ipnosis$ sugesti&n$ alucinaci&n$ 1isteria$ etc$ enfermedades !ue demostrarían un estado no desarrollado del 1umano en el !ue tambi"n se *erificaba la comisi&n de crímenes. Se elaboraron así m"todos de obser*aci&n de la psicopatología no mu distintos de los lombrosianos.

%l positi*ismo correccionalista espa/ol  la originalidad de 7orado ontero La ideología del tratamiento tu*o fuerte legitimaci&n en el positi*ismo espa/ol$  se e(pres& mediante el correccionalismo. La concepci&n de *arios autos de unidad total del cosmos los conducía a sostener una concepci&n política de fraternidad  tolerancia# un igualitarismo con componentes "ticos e igualitaristas. %l %stado$ como comunidad fraternal no buscaría la *engan,a sino el mejoramiento moral de los miembros de la sociedad. ) Pedro 7orado ontero 353)3939J# Tenía una ideología anar!uista$  justificaba al %stado como un mal necesario. Consideraba !ue no e(istían los *alores absolutos  objeti*os$ sino !ue todos eran relati*os$  por ello negaba la e(istencia del delito natural de 2ar&falo. Para "l todos los delitos eran de creaci&n política$  !ue no e(istían delitos ni delincuentes en sí$ sino !ue son obra 1umana$ procedentes de calificaciones de los 1ombres. Los delitos lo son en un momento  en un espacio 1ist&rico concreto$ puesto !ue esa misma conducta en otra sociedad podría ser incluso un acto 1eroico. La sociedad es la !ue crea el delito  por ello no tiene derec1o a eliminar a los delincuentes$ sino !ue lo 6nico !ue puede 1acer es educarlo. 37

Partía de un determinismo atenuado# el 1ombre est+ determinado a reali,ar ciertas acciones$ pero es la sociedad la !ue establece cuales son las acciones delicti*as. %l 1ombre est+ determinado$ pero no es naturalmente delincuente$ sino !ue ese título lo impone la sociedad. =eg& la categoría de responsabilidad social$ pues dijo !ue si el 1ombre estaba determinado a reali,ar ciertas acciones no tenía sentido e(igirle responsabilidad por a!uellas otras !ue no le gustan a la sociedad. Lo 6nico !ue puede 1acer la sociedad es educar al delincuente en el sentido del correccionalismo m+s 1umano$ e incluso el propio delincuente tiene derec1o a !ue la sociedad lo edu!ue  proteja. %l derec1o penal debía tornarse en un derec1o protector de los criminales$ pues "stos eran seres necesitados de au(ilio  debía prest+rseles auda para contribuir al bienestar social$ en *e, de ser elementos de perturbaci&n. Por lo tanto$ la funci&n penal debe dejar de ser represi*a  pasar a ser pre*enti*a$ de punti*a a correccional$ educati*a  protectora. 7e manera tal !ue el derec1o penal pierde la pena  se constitue en una tutela penal  un sistema protector en el !ue no 1a jueces ni policías$ sino m"dicos  educadores. %sta idea de tutela social resulta peligrosa$ pues finalmente$  a6n en un %stado social o -bueno$ siempre tiende a de*orar al indi*iduo bajo el peso del totalitarismo mediante la confusi&n de moral  derec1o. 7e 1ec1o estas ideas se utili,aron en la fero, represi&n al anar!uismo en %spa/a. Tambi"n en la doctrina positi*ista criminol&gica espa/ola e(isti& un ala derec1ista$ *inculada al lombrosianismo  a los elementos de psicología social de la doctrina francesa$ fuera de la escuela correccionalista. La escuela positi*ista criminol&gica espa/ola sigui& los conceptos de delincuencia delineados por los italianos  franceses$ entendiendo a los delincuentes como sujetos naturalmente determinados a la comisi&n de delitos$ o *inculados al mundo de la mala *ida# medicidad$ prostituci&n  delincuencia. %l positi*ismo criminol&gico en Am"rica Latina  la trascendencia de Ingenieros# %l pensamiento criminol&gico latinoamericano se presentaría con singular *i*acidad$ pero reci"n una *e, acabado el período turbulento !ue mediaba entre el fin de la dependencia política de %spa/a  la consolidaci&n de los %stados nacionales. Para entonces el criterio jurídico)penal 1abía sido impuesto por juristas m+s bien inspirados en el penalismo ilustrado de >eccaria o Dant. %l positi*ismo apareci& inicialmente como una doctrina progresista pero !ue en realidad no lo era$ lo !ue se deduce del lema -orden  progreso. =o obstante$ el positi*ismo se present& en el +mbito político muc1o antes !ue en el criminol&gico$ a desde el gobierno de Fulio A. ?oca$ cuo lema era -pa,  administraci&n pudo ad*ertirse la presencia del m"todo positi*ista en la administraci&n$ sobre todo en materia de salud e 1igiene p6blica. Adem+s fue el representante de la campa/a del desierto$ genocidio contra los indígenas del territorio. ) Carlos Tejedor 33Q)394:J# Tu*o su maor e(presi&n en la d"cada del 54. %ra m+s bien liberal$  no adscribi& al positi*ismo$ aun!ue sí reali,& una importante cesi&n al campo m"dico en materia de inimputabilidad. Tu*o una influencia notoria en la redacci&n de legislaci&n penal  procesal penal$ e inclusi*e fue el autor del c&digo penal. =orberto Pi/ero asumi& luego su c+tedra en la uni*ersidad e inclu& criterios del positi*ismo criminol&gico al +mbito del derec1o penal$ considerando a la *agancia como la principal causa de la criminalidad. Luego de su aceptaci&n en el +mbito uni*ersitario$ el discurso positi*ista criminol&gico se 1aría preponderante. %n 3Q3 se produjo una epidemia de fiebre amarilla en >uenos Aires  las autoridades políticas no supieron dar respuesta a ello$ por lo !ue los m"dicos aplicaron$ bajo un discurso 1igienista$ criterios eugen"sicos para e*itar contagios. Luego de eso$ la ciudad comen,& a tener un discurso 1igienista mediante la creaci&n del sistema cloacal$ del cementerio de C1acarita se pro1ibi& el entierro en iglesias$  pas& a estar bajo el control del %stadoJ  a la implementaci&n de medidas respecto de los mataderos +mbito considerado de contagio$ donde se depositaba todo lo negati*o de la sociedad$ la -mala *idaJ. Tambi"n en *irtud de ello$ la ,ona sur de la ciudad pas& a ser *ista como un lugar de contagio$ por lo !ue allí se instalaron grandes 1ospitales$ pasando a ser entonces una ,ona de curaci&n. 38

Así los m"dicos adoptaron un rol fundamental en el desarrollo urbano$ al igual !ue en otros +mbitos  materias. Tal es así !ue en 394 se fund& la ciudad de La Plata$ luego de !ue >uenos Aires fuera federali,ada$  su dise/o fue reali,ado siguiendo criterios positi*istas e 1igienistas !ue garanticen el control. Así apareci& %duardo 0ilde$ m"dico !ue estu*o$ entre otros cargo$ al mando del inisterio de Fusticia$ desde donde implement& la creaci&n de la Penitenciaría de >uenos Aires  el penal de Us1uaia$ cuo r"gimen tanto edilicio como interno fue pre*isto desde una perspecti*a positi*ista e 1igienista. ) Luis aría 7rago# 8ue jurista  uno de los introductores del positi*ismo en la Argentina. %scribi& -Los Hombres de Presa$ !ue serían los criminales natos$ -los 1ombres de las ca*ernas indígenas !ue debían ser reprimidosJ. Abandon& el +mbito jurídico para insistir en el orden degenerati*o  1ereditario de la criminalidad. Proponía el tratamiento correcti*o para los criminales fortuitos o de ocasi&n$ la eliminaci&n parcial para los criminales de profesi&n  la eliminaci&n absoluta para los criminales incorregibles. Para los incorregibles recomendaba la pena de muerte$ por!ue s&lo el deceso del delincuente puede garanti,ar efica,mente a la sociedad contra sus ata!ues. Los incorregibles serían los locos morales  los criminales natos 7rago fue un positi*ista te&rico$ no empírico. Sus estudios los reali,& sobre bases te&ricas abstractas$ sin un rele*amiento empírico$ !ue sí sería reali,ado posteriormente por otros autores. ) Antonio 7ellepiane# 7io un enfo!ue sociol&gico al positi*ismo criminol&gico$ anali,ando los factores de la criminalidad$ los !ue a su juicio se encontraba íntimamente *inculado con la cuesti&n racial# La clase pudiente era la !ue no se 1abía me,clado con los indígenas  los pobres eran la cru,a de los con!uistadores con los nati*osN por lo tanto "stos 6ltimos serian los delincuentes. Tambi"n trat& despecti*amente a la inmigraci&n italiana$ aun!ue sin esa carga estigmati,ante !ue 1abía sobre los indígenas  !ue culmin& en la matan,a de "stos$  reali,& una in*estigaci&n !ue reflejaría la relaci&n causal entre inmigraci&n  criminalidad. Public& asimismo una obra en la !ue indic& cuales eran los rasgos -del alma criminal$ puntuali,ando sobre el lenguaje -siniestramente alegre propio de las clases bajas. ) Petro 2ori# Inmigrante italiano anar!uista !ue mediante su publicaci&n -La miseria  el delito 39J teori,& acerca de un positi*ismo de raí, sociol&gica !ue 1acía 1incapi" en la cla*e socio)econ&mica de la cuesti&n criminal. %staba inspirado en Spencer  rei*indicaba el sue/o positi*ista del progreso de la 1umanidad mediante la unidad de determinaci&n natural  *oluntad 1umana para conseguir la concordia entre libertad e igualdad !ue permitiría llegar a la solidaridad  autonomia. %l poder político no s&lo no era necesario para ello$ sino !ue era un obst+culo para el desarrollo feli, de la 1umanidad !ue la ciencia facilitaría. 2ori organi,& sindicalmente a grupos de trabajadores$  fund&  dirigi& la re*ista  -Criminalogía por!ue seg6n "l se in*estigaba al criminal  no al criminolJ donde escribían policías$ jueces$  te&ricos positi*istas. ) Fos" aría ?amos ejía# "dico !ue dio el paso a los 1igienistas del S.XIX a los crimin&logos del S.XX en Argentina$  fue formador de la maoría de los crimin&logos argentinos. %scribi& -Las multitudes argentinas  -Los simuladores de talento$ obras te&ricas no empíricas$ donde planteo teorías profil+cticas para los problemas sociales$ como la delincuencia. %l delito$ como todo mal en la Argentina$ se debía seg6n "l la mentalidad inferior de los -guarangos$ clases bajas f+cilmente con*ertibles en multitudes  manipulables$ !ue serían inmejorables por su origen racial$ a sea aut&ctono como for+neo. %l racismo tambi"n lo ejerci& desde su labor de funcionario de 1igiene como de educaci&n$ persiguiendo a inmigrantes  especialmente a los judíos. 8ue mu influenciado por Le >on. Eer m+s adelante. ) 8rancisco de Eega# "dico  profesor de la facultad de medicina$ discípulo de ?amos ejía$ !ue reali,& di*ersos trabajos criminol&gicos desde una perspecti*a antropol&gica. Public& -Anar!uismo  anar!uistas#estudio de antropología criminal$ desde donde propugn& la represi&n de ese mo*imiento por considerar a sus adeptos enfermos 39

mentales$ promo*iendo su reclusi&n en manicomios. %n base a ello tambi"n se elabor& la le de residencia$ duramente represora de la inmigraci&n$ a !ue se asociaba el anar!uismo con los trabajadores inmigrantes. Tambi"n$  *ali"ndose del positi*ismo de raí, psi!ui+trica$ reali,& estudios empíricos sobre la delincuencia$ concluendo !ue el delincuente es naturalmente est6pido a causa de disfunciones org+nicas. Obra por imitaci&n  de acuerdo al medio$ !ue es donde consideraba !ue debía actuarse actuarse profil+cticamente pero por medio de la policía. %labor& tambi"n una obra en la !ue estudio los casos indi*iduales  el problema social$ afirmando !ue un pueblo *ale por la fuer,a$ salud  *irtud de su ra,a. %n Argentina consideraba !ue 1abía un e(ceso de elementos noci*os en nuestro complejo medio "tnico$  una carencia de instituciones u &rganos tendientes a combatirlos  ani!uilarlos. Asimismo escribi& -degeneraci&n  degenerados mediante la cual afirmaba !ue los 1omose(uales eran degenerados  posibles delincuentes. ) Fuan Eucetic1# iembro de la Policía de la Pro*incia de >uenos Aires  fue designado al frente de las estadísticas criminales para organi,ar el sistema antropom"trico seg6n el m"todo >erillon$ al !ue le ad1iri& el dato de las 1uellas dactilares en los regisros$ mediante un c&digo para decodificarlas. %l registro fue reali,ado inicialmente para todas a!uellas personas !ue 1abían ingresado a comisarías o institutos penales. Luego se impuso a los inmigrantes cuando llegaban al puerto$ a !ue empe,aban a ser *istos como peligrosos. 8inalmente se intent& fic1ar a los trabajadores sindicali,ados$  ante la negati*a  las 1uelgas de "stos$ se impuso el fic1aje uni*ersal. Ad*ertían numerosas *entajas mediante la c"dula de identidad o el documento de identidad# un elemento !ue ser*ía para el control$ sobre todo de parte de la policía mediante la a*eriguaci&n de antecedentes$ del cuerpo social  del cuerpo indi*idual. %ste sistema de identificaci&n daría lugar a esa necesaria uni&n entre poder)saber en !ue se basaría el conocimiento  la represi&n del -otro$ cua personalidad m6ltiple sería eliminada para ser identificado despersonali,adamente 'mediante la asignaci&n de un n6mero). %sta identificaci&n se transformaría en un derec1o político$ pues la asignaci&n de un n6mero 6nico e irrepetible a cada persona facilitaría su e(istencia$ protegería su 1onor de confusiones con otros  garanti,aría la *erdadera identidad. Se llego a proponer tatuar el n6mero de identidad. Los positi*istas argentinos$ tras 1aber estigmati,ado al indio al punto de justificar el genocidio lle*ado adelante por ?oca$ tenían un temor creciente 1acia el problema de la inmigraci&n$ !ue aument& notoriamente desde finales del SXIX al XX. Las cifras crecientes audaron a !ue las clases dominantes se/alasen al inmigrante italiano$ pero sobre todo  judío$ como nue*o objeto de represi&n$ principalmente por sus posibilidades de contaminar. Se temía !ue esa inmigraci&n se incorporara mediante la educaci&n p6blica a la sociedad argentina$  !ue "sta se transformara en cosmopolita. Por ello se puso especial a1ínco en elaborar una educaci&n nacionalista refor,amiento de los símbolos patrios$ s&lo maestros nacionalesJ. Tambi"n la le de residencia se dict& para reprimir su peligrosidad al cuerpo social$  !ue consistía en la e(pulsi&n de anar!uistas  otros elementos indeseables !ue *enían desde el e(tranjero. %l discurso m"dico de contagio se e(tendería tambi"n las ideas anar!uistas de los obreros organi,ados !ue eran en su maoría inmigrantesJ  tambi"n a las enfermedades físicas  morales de las prostitutas !ue tambi"n constituían una gran preocupaci&n para los positi*istasJ Se elabor& en este conte(to un discurso de -nosotros  -otros$ con un saber !ue legitimaba la aplicaci&n de medidas de represi&n contra los elementos e(&genos$  !ue a su *e, pro*eía de conocimientos t"cnicos  científicos para la tarea de segregaci&n tanto para la identificaci&n del -otro como para la aplicaci&n del -tratamientoJ Fos" Ingenieros# "dico psi!uiatra !ue a su *e, tambi"n estudi& abogacía$ nacido en italia  !ue emigraría a la Argentina a los oc1o a/os. Su preocupaci&n oscilaba entre la moderna antropología criminal$ con un principal inter"s en establecer el modo de descubrir a los simuladores !ue pretendían eludir el castigo penal alegando enfermedad mental. %n su ju*entud fue socialista  1asta filo)anar!uista$  tu*o su formaci&n m"dica$ en la !ue se especiali,aría en patologías mentales$ como discípulo de 7e Eega  ?amos ejía. 40

Luego de ello ejerci& el m+s potente apostolado del positi*ismo criminol&gico en Argentina. Tu*o *arias etapas$  s&lo desde 394; 1asta 393B se dedic& a la criminología. %scribi& un tratado$ -Criminología$ !ue se inscribía en el positi*ismo de raí, m"dica  en el !ue reali,aría clasificaciones de criminol&gicas$ especialmente reconocida por su sistematicidad. Sin renunciar a la clasificaci&n de acuerdo a otros factores org+nicos$ se limitaba a los !ue deri*aban de anormalidades psí!uicas. 7istinguía a los delincuentes por# )Anomalías morales !ue podían ser cong"nitas en los delincuentes natos$ ad!uiridas en los 1abituales  transitorias en los ocasionalesJ. )Anomalías intelectuales cong"nitas en las locuras constitucionales$ ad!uiridas en las locuras ad!uiridas  transitorias en alco1&licos u otros into(icadosJ )Anomalías *oliti*as cong"nitas en los epil"pticos$ ad!uiridas en los alco1&licos cr&nicos  transitorias en los impulsos pasionalesJ Ingenieros propuso u programa de criminología !ue planteaba tres momentos# ) %tiología criminal# >uscaría las causas$ !ue no serían s&lo biol&gicas$ sino tambi"n determinadas por el ambiente. ) Clínica criminol&gica# Trataría de determinar la -temibilidad del delincuente. ) Teraopeutica criminal# La pena$ concebida como terap"utica$ debería asegurar la defensa social a tra*"s de acti*idades pre*enti*as  a tra*"s del aislamiento en instituciones de distinto tipo seg6n el grado de peligrosidad de los delincuentes. Si bien mantenía una postura crítica  cercana a posiciones socialistas  latinoamericanistas$ sus aportes científicos$ al igual !ue los de 8erri$ sir*ieron para refor,ar políticas criminales autoritarias.

%l positi*ismo reformista# el arraigo en el mundo anglosaj&n  en especial en los %stados Unidos %n el +rea anglosajona el positi*ismo$ influido por las tesis sociol&gicas de Spencer  los e(perimentos eugen"sicos de 2alton$ sería fundador de determinada concepci&n sobre el delito$ los delincuentes  la pr+ctica policial$ emparentada "sta 6ltima con >ertillon  Eucetic1. La teoría puede ser anali,ada en los 1igienistas  alienistas$ m"dicos  científicos !ue describían a los delincuentes como portadores de patologías$ en su maoría mentales$ como la locura moral. %sto empe,& a ser cuestionado$  los m"dicos$ asustados por la alegaci&n de la locura en muc1as causas criminales$ comen,aron a elaborar ideas m+s radicali,adas# o se est+ completamente enajenado o se es responsable del 1ec1o. %sta discusi&n se dio en un marco m"dico  no jurídico. %l positi*ismo criminol&gico tu*o gran "(ito en Inglaterra$ donde las ideas lombrosianas serían de gran utilidad para la clase dirigente !ue intentaba inculcar *alores burgueses a los trabajadores$ !ue debían ser distinguidos de los peligrosos criminales. ) Ha*ellocM %llis# Hi,o una clasificaci&n del delincuente político$ el delincuente pasional  el delincuente loco. %n cuanto a las causas se declar& partidario de Lombroso$ al afirmar !ue resultaba fundamental la cuesti&n biol&gico  antropol&gica del delincuente$ antes !ue los factores sociales. =o obstante$ tambi"n proponía medidas pre*enti*as basadas en la educaci&n para formar trabajadores. ) 0illiam orrison# ?eali,& estudios estadísticos sobre delitos$  creía !ue 1abía tres grupos de factores !ue causan el delito# los c&smicos clima  temperaturaJ$ los sociales condiciones políticas$ econ&micas  moralesJ$  los indi*iduales se(o$ edad  características físicas  mentales del indi*iduoJ. Todos estos factores influen sobre los 41

indi*iduos$ crean una clase nue*a totalmente separada de los dem+s grupos sociales$ sobre todo de los trabajadores$ !ue sería la clase de los criminales 1abituales. ) C1arles 2oring# =o creía en un tipo criminal identificable$  sostenía !ue los 1ombres delincuentes eran por naturale,a mentalmente inferiores a los 1ombres -normales. Sostenía la teoría causal de la 1erencia criminal$  proponía reali,ar una limpie,a de a!uellos genes asociados a la inteligencia mediante m"todos eugen"sicos manejados por el %stado. %stados Unidos no tu*o grandes te&ricos positi*istas$ aun!ue sí 1ombres !ue desarrollaron t"cnicas para la mejor manera de causar la muerte$ por medio del m"todo positi*ista. Tambi"n contaba con administradores penales !ue e(perimentarían los nue*os programas positi*istas# reformadores !ue pusieron especial a1ínco en la transformaci&n de los 1ombres delincuentes. %sta *isi&n$ 1asta en su fa, m+s 1umanista$ resultaba sumamente peligrosa$ pues el mo*imiento de reformadores de %stados Unidos !ue se titulaban -los sal*adores del ni/oJ engendraba una concepci&n patol&gica del crimen entre menores$ lo !ue consideraba adem+s contagioso$ de modo !ue era necesario trabajar sobre la inmuni,aci&n  tratamiento de menores# se trataría a los ni/os igual !ue los enfermos. ) %noc1 0ines# -?eformador !ue promo*i& desde la funci&n p6blica la aplicaci&n del sistema irland"s de progresi*idad de la pena# el fin de las penas es el criminal  no el crimen$  por tanto debía trabajarse por la regeneraci&n mora de los indi*iduos para e*itar !ue *uel*an a delin!uir. Insisti& en la necesidad de aplicar sistemas m+s 1umanos pero tambi"n m+s 6tiles  efecti*os para reformar a los penados  a los ni/os. Así la pena indeterminada tomo un rol preponderante. ) Gebulon >rocMa# Seg6n "l la prisi&n debía pre*enir la delincuencia  reformar a los delincuentes$ por lo !ue proponía crear una junta de curadores para controlar los esfuer,os readaptati*os de los penados# ello daría lugar a la pena indeterminada$ el tribunal s&lo marcaba un mínimo de pena  un panel integrado por nue*os e(pertos !ue se/alaría su fin si se 1abía logrado el objeti*o perseguido por la misma. %sto siempre partiendo de la premisa de !ue la pena era 6til por su capacidad de correcci&n del delincuente. Las prisiones a1ora recurrían a distintos medios para disciplinar a los condenados# el  -tratamiento penitenciario sería formulado tanto desde la teoría como de la pr+ctica por los saberes m"dicos tendientes a la regeneraci&n. =o obstante$ tambi"n e(istieron otros autores !ue no adscribían a estas ideas$  !ue consideraban a los delincuentes una ra,a inferior gen"ticamente !ue era irrecuperable. Inclusi*e se propuso la esterili,aci&n como mejor medida de profila(is. Como en Argentina$ serían los inmigrantes$ aun!ue tambi"n los negros$ el principal objeto de represi&n penal. Los inmigrantes fueron duramente reprimidos luego de !ue se produjo un empeoramiento de las condiciones de *ida de los trabajadores en las f+bricas$ lo !ue lle*o a 1uelgas  rei*indicaciones. Sin perjuicio de lo sostenido anteriormente$ las c+rceles estadounidenses tu*ieron poca influencia de este positi*ismo -progresista$  se aplic& principalmente en las ciudades industriales del norte del país. ientras la situaci&n econ&mica fue pr&spera$ la demanda de mano de obra no se limit&$  por lo tanto el sistema penitenciario tu*o un lugar marginal. %llo dejaría de ser de este modo ante la crisis econ&mica de los a/os *einte. %n el sur del país$ m+s pobre tras la derrota en la guerra de secesi&n$ aument& el ni*el de la c+rcel represi*a  del trabajo for,ado. Lo !ue en realidad se 1i,o fue reempla,ar la mano de obra escla*a por la de los presos$ !ue por otro lado eran maoritariamente e( escla*os o descendientes de estos. La forma de continuar el r"gimen escla*ista fue !ue grandes 1acendados al!uilasen penitenciarías enteras  las 1iciesen trabajar en sus plantaciones. %sto da muestra de una constante en el pensamiento criminol&gico estadounidense# el racismo$ !ue busc& cual!uier justificaci&n$  el positi*ismo criminol&gico le brindo una al imponer una etiología indi*idual !ue justificara lo !ue el sistema 1acía.

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%l positi*ismo jurídico)penal$ la política criminal  la recepci&n en el derec1o penal alem+n  europeo. La -1uida de la realidad del neoMantismo. Los penalistas alemanes tambi"n tomaron las nue*as ideas científicas sobre el crimen$ e intentaron asimilarla con la ciencia penal del S.XIX. ) 8ran, Eon Lis,t# Hablaba de la ciencia total del derec1o penal$ integrada por tres partes# ) La dogm+tica# Consistía en poner límites a la funci&n político criminal$  se 1eredaba del pensamiento ilustrado. Tenía como prop&sito defender al indi*iduo  no a la sociedad$ garanti,+ndole el derec1o a ser castigado 6nicamente bajo los presupuestos legales  dentro de sus límites. Se protegería al ciudadano frente a la arbitrariedad del poder puniti*o estatal$ mediante las garantías formuladas por la escuela cl+sica. ) La científica o criminol&gica# 2uiada por las ciencias naturales$ mediante an+lisis empíricos$ para lograr su aplicaci&n en políticas concretas !ue condu,can a una e*oluci&n o mejora social. Se integraba así con la funci&n político criminal. %l problema es !ue el positi*ismo no aplico sus estudios desde una perspecti*a sociol&gica$ en el sentido de an+lisis de toda la sociedad$ sino !ue lo 1i,o sobre reducirse a la etiología criminal. 7e tal manera$ esta uni&n tard& en llegar en la pr+ctica. ) La político criminal# Tenía por objeto elaborar políticas concretas en miras a la mejora social. Para Lis,t la pena no tenía un fin retributi*o$ sino !ue su funci&n debía estar dada por la pre*enci&n de delitos# una final pre*enti*o especial. Los efectos de la pena dependerían de las distintas categorías de delincuente# 3. La intimidaci&n del infractor no necesitado de correcci&n al delincuente ocasionalJ ;. La neutrali,aci&n del infractor no susceptible de correccional incapacitaci&n para los inadaptables o irrecuperablesJ :. La correcci&n del delincuente susceptible de correccional  necesitado de ella resociali,aci&n para los adaptablesJ. La pena se justificaba entonces por su necesidad para mantener el orden jurídico$  los distintos efecto estarían dados seg6n la categoría de los delincuentes$ lo !ue sería determinado mediante el diagn&stico científico como guía del jue, sancionador. Las distintas ciencias integradas al nue*o modelo de derec1o penal guiarían al jue, sancionador  a la autoridad penitenciaria en la ejecuci&n de la pena. Una gran parte del derec1o penal europeo incorpor& de esta forma las nue*as pautas de la criminología positi*ista para fundamentar la inter*enciones político)criminales concretas e in*estigar las causas del delito. Como consecuencia de ello surgiría# erradicaci&n de la pena pri*ati*a de la libertad de corta duraci&n por su componente criminog"nico  su falta de 1umanidadJN ejecuci&n condicional de la pena se tomaron elementos de la probation !ue consuetudinariamente se lle*aba adelante en %%UU$ con *istas de !ue la utilidad social reemplace al castigoN nue*o tratamiento a la criminalidad de grupos de autor mediante medidas  no penas$ !ue a su *e, *ariaría seg6n la tipología positi*ista de la delincuencia así se creaba un sistema dual# !ue consideraba a unos irresponsables  a otros reproc1ables$ pero propondría id"nticos medios para la e(clusi&n de ambos grupos. %n el caso de los irresponsables inclusi*e facilitado por la falta de garantíasJ %l positi*ismo jurídico$ !ue se instal& en Alemania$ critic& duramente al criminol&gico$  sostu*o la factificaci&n de la le positi*a$ de la le escrita. Se buscaba !ue la le fuera el 6nico dato a tener en cuenta por el jurista$ des*incul+ndola de cual!uier significaci&n social$ filos&fica$ 1ist&rica  política# con la l&gica  la dogm+tica el derec1o positi*o tendría racionalidad  certe,a. Intentaban asimilarlo a una ciencia natural. %ste positi*ismo jurídico podía entonces sostener cual!uier r"gimen$ pues daba omnipotencia al legislador$ ignor+ndose el proceso real de sanci&n de normas$ los sujetos !ue las dictan$  !uienes sufren sus efectos. Se obedecería ciegamente a !uien tiene el poder de legislar.

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) Darl >inding# 8ue la cabe,a *isible del positi*ismo jurídico)penal alem+n$ de ideas liberales$  gran crítico del positi*ismo criminol&gico$ incluso de la *ersi&n de Lis,t. 8undaba la e(istencia de la norma en la justificaci&n del mismo %stado$ !ue emitiría di*ersas normas !ue serían los presupuestos de las lees penales. Las lees no podían carecer de pena !ue sancionase su incumplimiento# al %stado se le debía suprema obediencia  la pena intentaría obtenerla por medio de un acto pasado de incumplimiento. Como el 1ec1o no podía ser a modificado$ se esperaba !ue al cumplir la sanci&n el delincuente d" una satisfacci&n al derec1o$ !ue finalmente se *ería respetado. La pena no es *ista como *engan,a$ ni como reparaci&n de la desobediencia pre*ia$ sino !ue sería la imposici&n de un mal !ue debía cumplirse coacti*amente. La pena sería tanto un deber como un derec1o para un %stado de 7erec1o$ pues de no aplicarla se afectaría fuer,a  *igencia del derec1o$  ello es fundamental$ pues se trata de conser*ar intacta la autoridad de la le$  con ella la del %stado. Criticaba el concepto de peligrosidad$ sentada en la *iolenaci&n de los derec1os fundamentales de la personalidad. %n alemania la maor influencia sobre los planteos del positi*ismo jurídico se 1icieron desde el -neo)Mantismo# ) 2usta* ?adbruc1# Los juicios de *alor de cual!uier clase son objetos políticos  no científicos. %l problema de la *erdad o falsedad de una con*icci&n política estaba fuera de la in*estigaci&n científica# el derec1o sería el conjunto objeti*o de ola ordenaciones generales para la *ida 1umana en com6n. Para obtener sus contenidos sustanti*os debía completarse la idea de justicia fin 6ltimo del derec1oJ con la adecuaci&na un fin$ !ue no podría ser resuelto por fuera de las con*icciones *alorati*as  las opiniones políticas. %stas *aloraciones jam+s serían científicas$ sino !ue serían personales. Como el orden jurídico no podía ser modificable por las opiniones políticas  sociales contrapuestas constantemente$ debía determinarse autori,adamente a!uello !ue esta bien o !ue est+ mal. %sos eran los tres principios de un orden jurídico para ?adbruc1# la idea de justicia$ la de adecuaci&n a un fin  la de la seguridad jurídica. %sto lle*& a !ue no se pudiera imponer ning6n límite desde el derec1o al a*ance desp&tico del poder$ siendo el neo)Mantismo c&mplice del irracionalismo totalitario por refugiarse en cuestiones supuestamente t"cnicas. %llo 1i,o$ ante el a*ance =a,i$ !ue ?adbruc1 tu*iera un *uelco 1acia la ideología de los derec1os 1umanos. %l positi*ismo m"dico !uedaría bajo la tutela del positi*ismo jurídico. Lo !ue debía 1acer la criminología neoMantiana era estudiar la etiología indi*idual$ de acuerdo a los par+metros lombrosianos$ de las acciones criminali,adas por el derec1o por el posit.juridicoJ. La ciencia criminol&gica !uedaba supeditada a la ciencia jurídico)penal. ) %dmund e,ger# Pensador =a,i$ !ue re*elaba la conni*encia entre un pensamiento  jurídico s&lido  las ideas racistas de e(terminaci&n$ de raí, biologicista  positi*ista. La política criminal tenía como misi&n la conformaci&n racial del pueblo como un todo$  la meta de la administraci&n de justicia sería la segregaci&n de la comunidad del pueblo de los elementos da/inos al pueblo  a la ra,a. Los factores biol&gicos le ser*irían para negar cual!uier *erdad a los sostenedores del importante factor crimin&geno reali,ado por la pobre,a  la desigualdad. %ste autor pondría de manifiesto !ue el positi*ismo jurídico no era neutral$ a !ue mediante esta supuesta ciencia no comprometida se justificarían pr+cticas racistas  de eliminaci&n na,is. %ste positi*ismo jurídico en e(tremo es mu peligroso$ por!ue elimina la categoría de bien jurídico# el delito sería la infracci&n de un deber$ de una norma$ prescindiendo de la *ulneraci&n de alg6n bien jurídico. %llo admitiría una legislaci&n fascista !ue impondría un proceso in!uisiti*o de nue*o cu/o científico  un derec1o penal autoritario permisi*o de una maor discreci&n policial  administrati*a mediante las llamadas medidas de seguridad. %llo no se reduce s&lo a los juristas$ a !ue la escuela positi*ista sería un m"todo adecuado al fascismo para conocer  manejar la realidad. %l positi*ismo m"dico  psicol&gico. La personalidad criminal entre la enfermedad mental  la 1erencia.

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+s all+ de la e(istencia de este positi*ismo jurídico$ lo cierto es !ue la maor influencia sobre la criminología fue ejercida por el positi*ismo criminol&gico$ !ue debía sus conocimientos a los conocimientos m"dicos$ antes !ue a los conocimientos jurídicos pre*ios. %n base a ese pensamiento m"dico$ en el !ue se sostenía !ue no 1abía enfermedad sino enfermos$ se afirmaría !ue no 1a delitos sino delincuentes. %stos delincuentes no serían 1ombres normales$ sino algo parecido a enfermos# !ue para el positi*ismo m+s 1umano 1abría !ue reformar  para el m+s reaccionario eliminar. La ideología del tratamiento penitenciario era una copia del tratamiento psi!ui+trico$ tal como se desarrollaba en manicomios# obser*aci&n$ diagnosis$ diferenciaci&n$ personali,aci&n en la inter*enci&n terap"utica. Tambi"n se concibi&$ mediante la adopci&n de criterios m"dicos$ !ue el criminal o delincuente era un germen o agente patol&gico$ contra el cual la sociedad debía desarrollar su defensa para controlar los focos de infecci&n  contagio. Las clasificaciones de delincuentes se 1i,o tambi"n luego de !ue la medicina clasificara a los seres 1umanos seg6n sus temperamentos en -sanguíneos$ ner*iosos$ biliosos  linf+ticos. 7e esos especialistas m"dicos surgirían los nue*os e(pertos en la cuesti&n criminal. Sostu*ieron distintos crimin&logos !ue la delincuencia era producto de una enfermedad mental$  a6n !uienes dijeron !ue ello no era así en todos los casos$ afirmaron !ue la *inculaci&n entre locura  delito era innegable. Así$ el proceso de determinaci&n de la inimputabilidad sería lle*ado a un e(tremo científico para *erificar la capacidad de culpabilidad. ?eci"n despu"s de eso *endría la *aloraci&n judicial# a!uí es donde los peritos asumen un rol preponderante en el proceso penal. Los psi!uiatras  los psic&logos dirían !ue el indi*iduo delin!ue por tener una estructura de car+cter !ue lo predispone al delito$ por tener una personalidad criminal. La psicocriminología se encargaría de estudiar la personalidad criminal$ objeto de atenci&n de la psi!uiatría$ la psicología  del psicoan+lisis. La psi!uiatría estudiaba al 1ombre psí!uicamente enfermo$ especialmente en relaci&n a la locura. Las terapias aplicadas eran de tipo 1ospitalario manicomial. Se busc& la relaci&n entre patologías  comportamientos criminales. %l rol de los psi!uiatras fue  es preponderante en el proceso penal. La psicología estudiaba el comportamiento 1umano$  consideraba el comportamiento criminal como una especie de conducta 1umana. %(istieron distintas corrientes psicol&gicas# conductismo 'estudio de los estímulos  respuestas)$ cogniti*ismo ' estudio de la percepci& !ue se tiene del mundo)$ aprendi,aje social ' estudio del proceso de resociali,aci&n). 8ue especialmente utili,ada en el +mbito penitenciario. %l psicoan+lisis surgi& como reacci&n a la psicología biologicista$  comen,& con el estudio de la 1isteria  la neurosis mediante t"cnicas !ue permitían e(plorar el inconsciente  elaborar una teoría de salud mental. Los estudios de 8reud$ si bien sir*ieron inicialmente para deslegitimar la organi,aci&n del poder represi*o$ cierto es tambi"n !ue con el tiempo funcionarían como una 1erramienta m+s para el tratamiento de los delincuentes$ considerados anormales. %n la figura del analista se concentraría el poder de la instituci&n de encierro$ tanto en el diagn&stico como en la capacidad de -curar. Por medio de la psi!uiatría  la la psicología criminal$ se conclu& !ue la epilepsia ' patología f+cilmente obser*able por los moralistas  juristas) se encontraba íntimamente *inculada con la comisi&n de delitos. %l epil"ptico sería un tipo de criminal$ pero sin dudas el !ue estaba relacionado con el delito era el loco. Para audsle un psic&logo criminal ingl"sJ$ locura$ degeneraci&n moral  delito eran lo mismo$ !ue se manifestaba en alguna de esas formas. Lo !ue 1abía !ue 1acer no era a impulsar pr+cticas profil+cticas$ sino !ue debía impedirse la reproducci&n de los sujetos con esas patologías para así e*itar su transmisi&n 1ereditaria. %n *irtud de ello surgiría una nue*a disciplina m"dica !ue acapararía todos los riesgos in1erentes al racismo# la eugenesia. Se encontraría mu *inculada con la gen"tica$ para poder encontrar el gen de la delincuencia en el sujeto. La eugenesia entra en el darinismo social$  la ciencia aplicaría las lees de 7arin de selecci&n natural al perfeccionamiento de la especie 1umana. Para eliminar en el futuro la delincuencia$ la prostituci&n o toda aberraci&n indi*idual con efectos sociales$ se debía impedir la reproducci&n de los seres estigmati,ados. Había dos t"cnicas para alcan,ar la sociedad perfecta# la represi*a  la formati*a. Los mecanismos represi*os iban dirigidos a la eliminaci&n de los facoters !ue colaboran a 45

una 1erencia morbosa$  los formati*os eran a!uellos !ue pretendían la regeneraci&n de la ra,a  asegurar el mejoramiento de la especia entre otros$ la educaci&nJ. La eugenesia fue el encuentro de la tradici&n m"dica con la criminología positi*ista racista$  propici& el campo para !ue los crimin&logos emprendieran obras nefastas en materia de *ulneraci&n sobre los derec1os 1umanos. Los países mas moralistas por la iglesia protestanteJ lo lle*aron al e(tremo del genocidio de los grupos considerados enfermos. +s all+ de eso$ la psicología e(perimental$ desarrollada en laboratorios$ dio m+s 1erramientas al positi*isto criminol&gico# %l conductismo$ ideado inicialmente por Pa*lo*$  luego trabajado por 0atson$ tenía como objeto establecer lees !ue permitiesen pre*er las reacciones futuras de un indi*iduo ante posibles cambios en el medio o ante estímulos. Tambi"n otro psic&logo e(perimental ide& un test para e(perimentos !ue demostrarían las diferencias de genio entre los sujetos$ !ue permitiría establecer el límite entre normalidad  debilidad mental. Al lle*arlo a la pr+ctica se ad*irti& !ue un alto n6mero de presos estaba por debajo de la normalidad$ lo !ue reafirmaba la causa biol&gica de la cuesti&n criminal$ a !ue los delincuentes serían inferiores mentalmente$ circunstancia !ue podía ser 1eredada. Así$ desde fines del S.XIX los m"dicos$  en particular los psi!uiatras  psic&logos$ 1abían a*an,ado un paso m+s desde su irrupci&n en el proceso penal para determinar la responsabilidad penal del autor# a1ora adem+s el m"dico sería el consejero en materia de castigo$ a !ue decidiría si 1abía !ue aplicar castigo$ de !ue manera 1abía !ue protegerse de "l$ como inter*enir para modificarlo$  si es preferible tratar de reprimirlo o curarlo. Todo ello mediante los conocimientos de la ciencia m"dica. Inclusi*e actualmente se utili,an en las c+rceles$ en los programas de tratamiento. Ho en día el objeti*o de la maoría de las lees penales del mundo est+n dadas para la reinserci&n del penado. Para ello se aplican programas de tratamiento basados en el estudio de la personalidad del condenado$ en el !ue los especialistas 'juristas$ crimin&logos$ educadores sociales$ psic&logos) elaboran diagn&sticos  pron&sticos de criminalidad !ue no escapan a las pr+cticas positi*istas. La psicología social. 7e la sociedad criminal a la sociedad puniti*a. %l positi*ismo psicol&gico tendría una influencia notable en la e(plicaci&n del comportamiento criminal indi*idual durante el S.XX$  tambi"n en el campo de aplicaci&n de las penas. %ntre los pensamientos psicoanalíticos positi*istas surgi& uno !ue tendría como centro a la sociedad$ en lugar del indi*iduo. %sta fue la psicología social. ) 2usta*e Lebon# Pensador reaccionario$ con gran influencia en ?amos ejía$ !ue se mostraba aterrado por las posibilidades políticas de las masas. Su pensamiento abandonaría al !ue buscaba las causas de criminalidad en la biología del indi*iduo$ para e(plicar !ue su ata*ismo pro*enía de su pertenencia a la masa$ a la multitud. ?ec1a,aba las ideas igualitarias de la ilustraci&n$  entendía !ue en la masa los 1ombres fuertes se debilitaban  los d"biles se fortalecían. La asimilaba a la mujer$ ser !ue a su juicio era inferior. %ntendía !ue las masas eran f+cilmente sugestionables$ encontr+ndose en ella lo puramente instinti*o$ b+rbaro e irracional. Opuestamente$ el indi*iduo ci*ili,ado  burgu"s era para "l !uien estaba dotado de las maores *irtudes. 7e tal manera$ cuanto m+s influesen las masas sobre la *ida p6blica$ en maor peligro estar+ la ci*ili,aci&n. Por ello la burguesía debía in*entar un líder !ue manipulase a la masa$ antes de !ue "sta caera en manos de -sectas anar!uistas  socialistas. 7e esta manera$ la primera sociología de lo social brindaría supuestos te&ricos para la *uelta a la censura  la destrucci&n de una comunicaci&n ampliada. Los regímenes totalitarios utili,aron estos argumentos para legitimar el rol preponderante del -e(perto$ degradando al ser 1umano o los grupos como si fueran objetos carentes de racionalidad. %l positi*ismo *ería en la prensa libre un peligro para la organi,aci&n científica !ue ellos deberían lle*ar a cabo. Tambi"n ?amos ejía fue partidario de esto. %scribi& -Las multitudes argentinas$ e introdujo ideas lebonianas sobre el peligro !ue la multitud organi,ada podría suponer para 46

el orden  el progreso. %l riesgo estaría dado por la irracionalidad de las masas$ !ue con su poderío podía conformar tiranías maoritarias. %ste autor argentino se oponía a todas las libertades burguesas si ellas permitían un a*ance del principio igualitario$ por ello rec1a,aba el *oto popular$ el jurado  la libertad de prensa. Hubo así *arios autores !ue sostu*ieron estas ideas totalitarias en relaci&n a las masas$ aun!ue tambi"n 1ubo a!uellos !ue se opusieron a las ideas lombrosianas$ como Simel o Tarde$ !ue entendían !ue las masas e(istían en las sociedades !ue estaban por acabar$ reempla,ada por una m+s pr&spera en la !ue el a*ance de la t"cnica 1abía conformado una opini&n p6blica m+s ci*ili,ada$ tolerante  democr+tica. Por otra parte$ 8reud 1i,o aportes en relaci&n a la percepci&n del comportamiento criminal indi*idual$  tambi"n a la refle(i&n sobre la sociedad criminal  puniti*a. Seg6n 8reud lo !ue realmente e(plicaría la conducta de la masa era la funci&n de la libido en el interior de cada indi*iduo cuando forma parte de la muc1edumbre. Por el proceso de identificaci&n$ sería lo !ue relacionaría la libido con la conducta$ pues a!ue proceso une el deseo indi*idual con la acci&n como masa. Todos los indi*iduos de la masa indentificarían sus propios -o con este personaje ideali,ado. %l problema estaba dado cuando se producía la frustaci&n sumada a lo irracional '!ue 8reud obser*aba en la cultura moderna)$ !ue podía lle*ar a lo irracional colecti*o$ !ue sumado a un líder inescrupuloso$ liberaría los instintos destructi*os de los 1umanos. La *isi&n del 1ombre de 8reud era mu negati*a$  e(plicaba el comportamiento criminal mediante la 1isteria$ una disfunci&n entre el funcionamiento del -o$ el -ello  el  -super o. %sta disfunci&n se produce por un 1ec1o !ue el indi*iduo *i*i& profundamente  !ue !ueda grabado en su inconsciente$ sin !ue salga al +mbito consciente por la represi&n del -supero o$  eso le afecta muc1o en su *ida consciente. Los conceptos freudianos fueron utili,ados en el campo de la -personalidad inadaptada  en la pr+ctica terap"utica$ para profundi,ar los sistemas de justicia criminal$ particularmente las c+rceles. T"ngase en cuenta !ue desde el mismo campo psicoanalítico se e(igía la colaboraci&n del sujeto para la superaci&n del conflicto$ algo improbable en una situaci&n de encierro. Así$  mediante esta neurosis$ e(plic& el fen&meno criminal de di*ersas maneras$ entre ellas$ a!uellas !ue sostenían !ue el criminal sería a!uella persona !ue no est+ suficientemente sociali,ado$ !ue no consigue reprimir sus propios impulsos antisociales mediante la in1ibici&n. Ha una carencia del -super o. Tambi"n e(plicaba algunos por medio de la asimilaci&n del %stado con el padre$ de manera !ue el odio 1acia la figura paterna deri*aría en un atentado contra el %stado. Tambi"n desde la culpa# el indi*iduo comete el crimen por!ue desea ser castigado  así ali*ianar el sentimiento de culpa$ ali*ianando sus deseos pro1ibidos  reprimidos mediante el castigo. %stas e(plicaciones proporcionan tambi"n una *isi&n sobre la sociedad en general. A tra*"s de la pena se satisface la necesidad de castigo de la sociedad$ pro medio de inconsciente identificaci&n con el delincuente. Si la neurosis es una enfermedad indi*idual$ el tab6 'forma primera del derec1o) es una formaci&n social !ue acarrearía un peligro gra*e de e(tinci&n de todo el grupo social. Los tab6es entonces son culturalmente construidos$  su *iolaci&n tendr+ como consecuencia un r+pido  fero, castigo de parte de todo el grupo social. Como esa *iolaci&n se asocia a las enfermedades  con el contagio$ una respuesta 1abitual es la segregaci&n$ la e(clusi&n  otras formas de tratamiento del apestado. Para 8reud est+ reacci&n social puniti*a presupone la presencia de instintos iguales al manifestado por la conducta pro1ibida en todos los dem+s miembros de la sociedad. 7e esta forma se descubre el elemento puniti*o 'represor) en la misma cultura  en la sociedad. La reacci&n puniti*a miente con sus propias justificaciones sobre la defensa social o la erradicaci&n del delito# en realidad ella se corresponde con mecanismo psicol&gicos pulsionalmente *iolentos de la propia sociedad. %l componente irracional no est+ s&lo en el propio indi*iduo$ sino tambi"n en el sistema penal$  en la propia sociedad. Seg6n autores freudianos como Ale(ander  Staub$ la pena lograría e!uilibrar los *alores sociales del -super o puestos en entredic1o por la liberaci&n de los instintos del delincuente. %l castigo sería un medio de defensa en esta instancia$  un refor,amiento de los *alores sociales *ulnerados. Los ciudadanos se identificarían con la sociedad puniti*a$ con su autoridad  su renuncia del sadismo. Se *e así !ue la base de la justicia penal es la del instinto social agresi*o# 47

estaríamos entonces en una sociedad puniti*a conformada por los instintos s+dicos reprimidos de todos los sujetos. Capitulo EI LA SOCIOLO2IA < SUS APLICACIO=%S C?II=OL2ICAS EI. 3. La sociología  los %stados Unidos. %l nacimiento de la %scuela de C1icago Los primeros a/os del siglo XX *emos el origen de una nue*a forma de pensar sobre la cuesti&n criminal. %s entonces cuando apareci& la sociología  con ella el nue*o modelo de e(perto# el soci&logo reempla,aría al m"dico$ al jurista$ al fil&sofo  al te&logo. Eale recordar !ue la llamada -sociología criminal cambiaría durante la primera mitad del siglo XX la *isi&n de a!uellas primeras apro(imaciones !ue 1abía 1ec1o desde ese campo$ entre otros$ %nrico 8%??I. Poco tiempo despu"s de su muerte aparecerían en los %stados Unidos unas obras !ue cambiarían totalmente la perspecti*a criminol&gica. Creo !ue incluso antes de la Segunda 2uerra undial a estaba delineado el proecto de pensamiento sociol&gico sobre la cuesti&n criminal. Coincidan m+s o menos en el a/o 39: la aparici&n de las producciones de ?obert %?TO=$ %din SUTH%?LA=7$ T1orstein S%LLI=$ 8ranM TA==%=>AU  2eorg ?USCH%$ las !ue describir+n los cambios en los pensamientos criminol&gicos. Lo !ue une a todas estas obras es la radical oposici&n a la forma de pensamiento sobre la cuesti&n criminal !ue coadu*aría a la perpetraci&n de los genocidios !ue en esas mismas fec1as se lle*arían a cabo en %uropa. Las obras de menci&n fueron publicadas en los %stados Unidos a pesar de las diferentes nacionalidades de sus autores. %s !ue es allí a donde 1a !ue trasladarse para entender este nue*o enfo!ue dado no s&lo al pensamiento criminol&gico sino al m+s amplio sobre la cuesti&n social  política. %llo no es ajeno al tras*ase del -centro econ&mico  político del poder occidental$ !ue a para mediados del siglo XX !uedaría radicado en los %stados Unidos. La muestra de !ue ese imperialismo sería m+s e(itoso la da el 1ec1o de ir asociado a cierta idea de -prosperidad$ la !ue atraería enormes contingentes !ue eran e(pulsados del 1asta entonces poder central europeo. %sta migraci&n nos acerca a una segunda e(plicaci&n del surgimiento del pensamiento sociol&gico sobre la cuesti&n criminal en los %stados Unidos. =o s&lo se produciría entonces la migraci&n de importantes pensadores europeos$ sino !ue tambi"n se brindaría allí la posibilidad de estabili,ar un campo de conocimiento merced a una relati*a tran!uilidad política  a una institucionali,aci&n de los centros de in*estigaci&n. %n %stados Unidos se desarrollaría esta nue*a apro(imaci&n al estudio  pensamiento de lo social pues e(istía allí un conte(to general  acad"mico fa*orable a la in*estigaci&n$ sobre todo a la in*estigaci&n empírica !ue en %uropa era impracticable. %l -pragmatismo fue la corriente filos&fica !ue influiría en la reali,aci&n de unas ciencias sociales alejadas del teoricismo europeo  apegadas a un empirismo denominado -filosofía de la acci&n. La reacci&n contra la filosofía de raí, 1egeliana se 1aría en %stados Unidos con postulados del empirismo  e*olucionismo ingl"s$ así como tambi"n del positi*ismo. %llo$ adem+s$ iba adunado a un cierto optimismo !ue pretendía *erificar las in*estigaciones  aplicarlas sobre la realidad para mejorarla. Así se presenta un pensamiento !ue pretende reali,ar una pra(is$ una aplicaci&n de las ideas para inter*enir en la realidad. Los pragmatistas asumían una concepci&n relacional de la *erdad !ue$ en t"rminos de in*estigaci&n social$ se tradujo en una maor sensibilidad para escuc1ar el punto de *ista de los actores sociales. Los 6ltimos a/os del siglo XIX  las primeras d"cadas del siglo XX muestran a los %stados Unidos inmersos en un fuerte proceso de industriali,aci&n. Había abundancia de capitales  carencia de mano de obra por lo !ue se produjo un enorme mo*imiento migratorio desde los países pobres de %uropa. Todos estos inmigrantes se concentrarían en las ciudades m+s industriali,adas$ como =ue*a
se ocupaba la naciente sociología !ue 1acían algunos autores europeos$ considerados sus fundadores. %n un primer momento$ los estudios estu*ieron reali,ados por pensadores -comunitaristas$ descendientes de los primeros coloni,adores ingleses. Luego de esos estudios$ la llamada %scuela de C1icago se ocuparía del -problema social con maor inteligencia. 7e acuerdo la citada tradici&n pragm+tica$ la *o, -problema tendría un significado diferente en %stados Unidos  en %uropa. %n la industriosa Am"rica significaba el punto de partida de posibles soluciones. Habría$ entonces$ un reciente inter"s por los estudios e in*estigaciones empíricas !ue pudieran e(plicar los problemas sociales !ue aparecían en todas las grandes ciudades estadounidenses$  sobre todo 1abría inter"s en !ue surgieran soluciones a estos problemas. Precisamente el triunfo de la sociología en los %stados Unidos puede e(plicarse debido a la capacidad mostrada por esta disciplina de sugerir$  de sugerir a los 1ombres -correctos$ soluciones al problema de la integraci&n  del control de una realidad social mu poco 1omog"nea  conflicti*a. Se pasaba de una sociedad fundada alrededor de unos *alores dominantes pe!ue/as comunidades agrícolas pro*incianasJ a unas ciudades mu indefinidas$ a las !ue iban llegando masas de inmigrantes de los m+s *ariados países pobre de %uropa$ con distintas costumbres$ lenguas  culturas. Las ciudades se e(tendían mu r+pidamente  con un proceso de urbani,aci&n ca&tico  sal*aje. %l crecimiento de las ciudades fue mu r+pido C1icago tenía en 3B4$ ;.444 1abitantesN en 354 a eran 334.444N en 3Q4$ :44.444  en 3934 a serían ; millones de 1abitantesJ. %sta e(plosi&n demogr+fica pro*ocaba en todo el mundo problemas de orden social. La %scuela de C1icago se iba a interesar por esos problemas comunes$ pero pondría orden en a!uello !ue reflejaba justamente la carencia de un orden maor$  no se alejaría de lo concreto. %l 7epartamento de Sociología de la Uni*ersidad de C1icago$ uno de los primeros sobre tal disciplina en el mundo$ fue fundado por Albion 0. SALL 3@B)39;5J. Zste 1ombre era un darinista social. %l principal "(ito lo tu*o como organi,ador e institucionali,ador de la nue*a disciplina sociol&gica$ tanto desde la re*ista !ue fund&  dirigi&$ el -American Forunal of Sociolog$ como por la formaci&n de una -escuela dentro de la mencionada Uni*ersidad de C1icago. %sta Uni*ersidad 1abía sido creada en 39; gracias a la generosa contribuci&n de uno de los nue*os magnates estadounidense$ Fo1n 7. ?ocMefeller. =o debe estar lejos de las e(plicaciones sobre su -"(ito$ esta originaria dependencia de la sociología de los soportes econ&micos de los maores capitalistas del momento. T1orstein E%>L%= era !ui,+s el 6nico profesor de sociología de C1icago !ue mantenía un discurso abiertamente anticapitalista centrado en la cuesti&n social. A6n ad*irtiendo esta dependencia con respecto a los sectores mas inteligentes de las clases dominantes$ deben *alorarse significati*amente las importantes ideas desarrolladas por a!uella primera Uni*ersidad !ue estudiaba  daba respuestas desde el prisma sociol&gico a las cuestiones sociales. %sta -%scuela de C1icago desarrollaría$ entonces$ la sociología acad"mica. La sociología de C1icago se emplearía en in*estigaciones cualitati*as  guiadas por la b6s!ueda de una sociedad democr+tica$ multicultural  multi"tnica. %llo tendría !ue *er con el origen mencionado del pragmatismo. Una personalidad mu fuerte como la de 0illiam I. THOAS 35:)39BQJ le daría a C1icago los cimientos fundamentales de la sociología. %n 394$ este profesor obtu*o un subsidio para estudiar los problemas relacionados con la inmigraci&n europea. THOAS se centr& en la colonia polaca$ !ue era mu importante en C1icago$  en uno de sus *iajes a Polonia conoci& al poeta  fil&sofo 8lorian G=A=I%CDI 3;)39@J. Funtos completarían en 393 el informe final llamado %l campesino polaco en %uropa  Am"rica$ compuesto por cinco largo *ol6menes. Los autores describían cuatro aspiraciones# el deseo de e(periencias nue*as$ el deseo de ser reconocido o apreciado$ el deseo de poder  el deseo de seguridad. %n las posibilidades de satisfacerlas a un n6mero maoritario o total de personas estaría la cla*e de una sociedad ordenada. Si bien tales pautas son aplicadas a los campesinos en ambos mundos$ lo importante del informe es el estudio del cambio social !ue sufre el inmigrado en el nue*o medio. %llo se relaciona con la -desorgani,aci&n social como debilitamiento de las normas sociales !ue afectaba los comportamientos indi*iduales. 7e esta forma la desorgani,aci&n social es algo tanto indi*idual como colecti*o. La desorgani,aci&n social es la disminuci&n de la influencia de las reglas de conducta$ e(istentes  conocidas$ !ue controlan a los miembros del grupo. La sociedad moderna se desorgani,a por!ue los medios de -control social realmente importantes$ los basados en la comunidad  en los grupos de relaci&n primarios$ se 1an 49

debilitado a causa de la 1eterogeneidad cultural$ el anonimato$ el indi*idualismo  la competencia social. Tal desorgani,aci&n social pro1íja la desorgani,aci&n indi*idual  por tanto se 1a de estudiar a la primera$ junto a los nue*os m"todos de -control social para solucionar los problemas de marginaci&n  retraso !ue producen$ entro otras cosas$ delitos. Los autores del informe creían !ue debe crearse una reorgani,aci&n puesto !ue los inmigrados no se integraban en un primer momento en la sociedad estadounidense sino !ue se asociaban con otros inmigrados. Los problemas se producían especialmente cuando estos grupos secundarios de reorgani,aci&n iglesias$ sociedades de inmigrantes$ etc.J no podían cumplir con su funci&n de otorgar modelos de acci&n a algunos indi*iduos. %n estos casos se produciría la desorgani,aci&n indi*idual$ !ue lle*aría consigo problemas econ&micos$ de estructura familiar  de delincuencia. %sos problemas no podrían solucionarse por el %stado sino por un *erdadero -control social$ seg6n estos autores  el ideario de la %scuela de C1icago. La presi&n ejercida por el medio social sería la mejor arma para el auto)control $ tambi"n$ para e*itar los problemas sociales e indi*iduales. THOAS desarrollaría una obra mu importante dentro de la %scuela de C1icago$ especialmente referida a la tem+tica de la prostituci&n$ aparecería lo !ue sería el famoso  -teorema de THOAS$ !ue dice !ue si algunas situaciones son consideradas como reales ser+n reales con respecto a sus consecuencias. EI. ;. La comunicaci&n como base de la democracia  los orígenes del interaccionismo simb&lico Las ideas de la %scuela de C1icago descansaban en el concepto de -esfera p6blica de Fo1n 7%0%< 3@9)39@;J. La esfera p6blica$ para este autor$ debía ser comprendida con el concepto -comunidad como elemento constituti*o pues el indi*iduo s&lo puede desarrollarse en el seno de la comunidad. Incluso el %stado debería subordinarse a la comunidad en forma democr+tica  pluralista. %n comunidades pe!ue/as esta subordinaci&n era posible mediante el conocimiento com6n  la actuaci&n de la -opini&n p6blicaN pero en las grandes comunidades !ue se gestaban en el -laboratorio de C1icago las sociedades de masasJ era necesaria la creaci&n de una gran comunidad a tra*"s de una comunicaci&n libre. Para 1acer la presencia de los p6blicos realmente operati*a$ era necesario recurrir$ a los nue*os medio de comunicaci&n. La fe depositada en los medios de comunicaci&n$ por ser posibilitadotes de una aut"ntica  radical democracia$ es una de las características del pensamiento de 7%0%<. 7%0%<$ al igual !ue %A7$ partía de la interacci&n entre los seres 1umanos para darle importancia primero a los indi*iduos$  luego a lo -p6blico como todo a!uello en donde ellos interact6an  ejercen influencias sobre los otros. Adoptaba una idea de lo p6blico !ue iba m+s all+ de los estrec1os límites de la tradici&n estatalista europea$ !ue es en parte responsable del decli*e de lo p6blico en tanto comunitario  del aumento de la dominaci&n burocr+tica. Eista como una idea$ la democracia no sería una alternati*a a otros principios de *ida en sociedad !ue podrían definirse como meramente econ&micos. La democracia era$ para 7%0%<$ la idea de la *ida comunitaria misma. < "sta solo podría recuperarse si lo p6blico a*an,ase terreno sobre lo estatal  sobre a!uellos dominios p6blicos arrebatados a la transparencia  discusi&n p6blica por parte de los e(pertos. Asimismo$ este autor era crítico con la apropiaci&n -liberal de la democracia$ profundamente elitista  presente tambi"n en los %stados Unidos$ en la !ue no todos los indi*iduos formaban parte del p6blico por e(cluir a mujeres$ negros$ trabajadores$ inmigrantes  a las -masas. La igualdad no estaba re/ida con la libertad sino todo lo contrario$ pues solo en un marco de igualdad podría darse la libertad comunicati*a de la *erdadera democracia interindi*idual. A tra*"s del %stado se llegaba a un concepto reducido de la democracia. 7%0%< se definía como progresista  por tanto no temía a los -progresos t"cnicos. %s por ello !ue esa democracia$ esa *ida comunitaria$ no sería posible a partir del siglo XX sin los medios de comunicaci&n. %n La opini&n p6blica  sus problemas$ precisaría 7%0%< la importancia de los factores materiales de la comunicaci&n$ pues "stos contribueron a crear un grado suficiente de consenso con respecto a las ideas  a los sentimientos$ como para facilitar los orígenes del espacio p6blico de la democracia. Para este ideal democr+tico tambi"n es fundamental el pensamiento de 2eorge %A7 35:)39:3J$ !ue es !uien desarroll& la teoría democr+tica del control social 1acia su e(plicaci&n de la psicología colecti*a basada en la interacci&n 1umana. %ste autor$ interpretaba !ue el orden en las sociedades de masas no se debía resol*er con la instituci&n de un lidera,go sino con la posibilidad de comunicaci&n libre entre todos los indi*iduos en 50

torno a un -objeto social adecuado. %n las sociedades de masas no se trata de buscar un líder correcto$ sino de estructurar una perspecti*a general basada en la comunicaci&n !ue funcione como -otro generali,ado. %sa posibilidad de intercambios mejoradores del o  del todo est+ dada por la democracia$ a la !ue definiría como -la re*oluci&n incorporada a la propia instituci&n de gobierno  como la posibilidad de superar la confiscaci&n de las decisiones por las burocracias. Tambi"n introduciría la noci&n de -rolN en la *ida social el indi*iduo era capa, de adoptar sucesi*amente conjunto de actitudes !ue tomadas como un todo estereotipado tendrían un claro significado para los dem+s. Así el ser 1umano -representaría o asumiría el rol de esposo$ trabajador$ alumno$ policía$ etc. Tras su muerte se llamaría al enfo!ue !ue comien,a este autor -interaccionismo simb&lico$ por la importancia de signos  símbolos 'o sea del lenguaje) en las e(plicaciones de los fen&menos sociales. Para %A7 los fen&menos sociales son fruto de negociaciones  consensos entre conjuntos de actores !ue tienen distintas *isiones del mundo  diferentes intereses personales o colecti*os. Todo ello lo e(plicaría en las tres primeras d"cadas del siglo XX$ aun!ue no publicaría nunca un libro. Tras su muerte se recogerían algunos apuntes$ en ellos se refleja su teoría de la formaci&n del self como la instancia en la !ue el indi*iduo toma conciencia de sí con la perspecti*a de los otros miembros del grupo. La propia identidad se constitue  transforma a tra*"s de la asunci&n de las actitudes de los otros como ideales$ !ue se ir+n modificando en ese mismo proceso de autorrefle(i&n  de negociaci&n con los auditores de referencia$ m6ltiples  plurales$ en !ue el indi*iduo se relaciona mediante la con*ersaci&n en la interacci&n social. %l proceso de formaci&n del o  el proceso del control social son una  la misma cosa. EI. :. Las in*estigaciones empíricas sobre la ciudad# control social$ ecología social  sus usos criminol&gicos Los estudios propiamente criminol&gicos fueron fundamentales en C1icago a partir de !ue al 7epartamento de Sociología se uniera ?obert %,ra PA?D 35B)39BBJ en 393@  %rnest 0. >U?2%S 355)3955J en 39;3. %stos autores continuaban la obra del soci&logo %dard A. ?OSS 355)39@3J$ autor en 3943 de un influente libro llamado Control social$ un t"rmino !ue tendría gran "(ito en la sociología$ pero tambi"n en la criminología. %l concepto de control social tu*o en la obra de ?OSS un puntual significado !ue remite a las ideas comunitarias antes !ue a las estatales. %l ideal estaba en los diferentes autores mencionados$ !ue ce/ían este control al -auto)control o al reali,ado por instituciones pri*adas. Para PA?D la sociedad e(istiría  se mantendría gracias a la comunicaci&n$  en ella propondría una serie de funciones esenciales. PA?D era un periodista$ en sus trabajos criminol&gicos$ adoptar+ los puntos de *ista !ue se conocieron como -darinismo social. %ste enfo!ue te&rico consideraba a la sociedad como un organismo !ue a tra*"s de su desarrollo mantiene cierto e!uilibrio ecol&gico$ resultado de la competencia por las oportunidades en el trabajo  en las acciones sociales. Sus enfo!ues reali,ados desde el campo de la interacci&n comunicati*a procuraban corregir lo !ue a!uel otro enfo!ue no tenía de democr+tico. Para PA?D$ la labor de la comunicaci&n iba m+s all+ de corregir el orden ecol&gico de la sociedad. La comunicaci&n sería un ideal cultural consistente en la creaci&n de un uni*erso de discurso com6n. %n PA?D se unen las ideas democr+ticas de 7%0%< con las refle(iones sociol&gicas de SI%L  TA?7%. %n su Introducci&n a la sociología escrita en 39;4$ se/alaba !ue -la comunicaci&n es una forma de interacci&n o proceso !ue tiene lugar entre personas$ es decir$ indi*iduos con un ego$ con un punto de *ista$ conscientes de ellos mismos  m+s o menos orientados en un uni*erso moral. Para PA?D$ la comunicaci&n libre entre indi*iduos$ grupos$ comunidades  organi,aciones era el mejor modo de resol*er los conflictos !ue "l mismo se encargaría de describir sociol&gicamente a partir del modelo de ciudad denominado -ecol&gico. La  -ecología social daba un marco general en el !ue se debían colocar los problemas concretos$ estudiados en su propio ser  mediante las mejores 1erramientas descripti*as posibles. PA?D  >U?2%SS formularon el programa de la %scuela de C1icago# la sociología tiene la tarea de penetrar tanto en las lees de la naturale,a como en los enunciados generales sobre los 1ombres  sus sociedades$ los cuales *endrían a ser independientes del tiempo  del espacio. Los autores citados publicaron junto a CD%=GI% en 39;@ una gran obra$ llamada La Ciudad$ donde aparecería la famosa figura de la media luna en forma de diana$ 51

representati*a de la ciudad de C1icago  de sus di*ersas +reas. %l n6cleo central a orillas del lago se e(tendería en una compleja e(pansi&n !ue ellos intentaban e(plicar para colocar en su sitio los problemas sociales concretos !ue debían anali,arse. Así dirían !ue el proceso de e(pansi&n de la ciudad sería de -descentrali,aci&n centrali,ada pues mientras la poblaci&n aumentaba$ las estructuras se 1acían m+s complejas. Los barrios o +reas se anali,arían tambi"n a partir de las posibilidades morali,adoras o de -control social !ue generaban en sus 1abitantes. La ciudad en general permitía la confusi&n$ la mo*ilidad  por tanto el refugio  la creaci&n de personalidades conflicti*as$ como *agabundos$ alco1&licos$ prostitutas  delincuentes. Todos ellos serían reprimidos  censurados en determinadas +reas morales$ en las cuales merced a ese control social$ no se *erificaban importantes conflictos sociales. Sin embargo$ esos centros de control social no solucionaban el problema de la ciudad$ pues esas indi*idualidades !ue reflejaban tales problemas no siempre eran  -acogidas  -controladas por la comunidad local$ sino !ue normalmente eran e(pulsadas  encontraban entonces su acomodo en otras +reas donde dic1o control sería m+s la(o. La %scuela de C1icago se dedic& principalmente a estudiar la desorgani,aci&n socia de estas otras +reas dentro de las ciudades$ para intentar buscar soluciones a esa desorgani,aci&n a la *e, social e indi*idual. Antes de teori,ar$ PA?D en*iaría a sus estudiantes a anali,ar el terreno$ a reali,ar trabajo de campo consistente en entre*istas$ obser*aciones$ descripciones  mapas de la ciudad. %ste nue*o objeto de in*estigaci&n del pensamiento criminol&gico guiado por soci&logos era la ciudad. %l objeto de estudio del positi*ismo criminol&gico era el delincuente$ se 1abía producido una identificaci&n entre delincuente  detenido$ pues se estudiaba a los indi*iduos encerrados. Con el nue*o objeto$ esta identificaci&n entre delincuente  detenido sería superada definiti*amente.
degradadas de la ciudad. Los trabajos de SHA0 lle*aban a proponer  lle*ar luego adelante un proecto de urbani,aci&n como medida de control social. %sto significaría un cambio radical en el terreno de la pre*enci&n de la delincuencia$ !ue intentaría insertar a trabajadores sociales$ maestros  miembros de los mismos barrios para ocupar el tiempo  mejorar las condiciones de -control social en estos barrios. 7e a!uí pro*endría el aporte m+s trascendente de la sociología estadounidense a la criminología$ la cual comen,aría a utili,ar el criterio de la -desorgani,aci&n social para responder a la b6s!ueda de causas de la delincuencia. Adem+s se constata !ue m+s !ue causas del comportamiento delicti*o indi*idual se buscan las del comportamiento colecti*o especialmente el llamado gangsterimo. Al del comercio de distintas bebidas alco1&licas las nacientes mafias agregaban los negocios de la prostituci&n  el juego clandestino$ lo !ue en total mo*ería una ingente cantidad de dinero !ue era participada a los políticos$ policías  jueces. Los grupos m+s marginales de la poblaci&n$  sobre todo lo j&*enes -aprendían de estos c&digos morales dominantes !ue era mu f+cil 1acerse rico$  !ue no serlo iba necesariamente asociado a la torpe,a mental. A ello se sumaría la aparici&n de la crisis econ&mica denominada -gran depresi&n 1acia 39;9. Se presentaban enormes problemas !ue la criminología del momento debía audar a solucionar para sal*ar al capitalismo de su propia *oracidad autodestructi*a. Las propuestas de la sociología criminol&gica a esos problemas *endrían de la mano con el llamado -%stados de bienestar. Con el aporte del funcionalismo la in*estigaci&n criminol&gica de cu/o sociol&gico  etnogr+fica desarrollada sobre todo en los %stados Unidos produciría una importante cantidad de in*estigaciones !ue$ adem+s de ser*ir de soporte al naciente -%stado de bienestar$ conformaría un nue*o pensamiento criminol&gico. EI. B. TA?7%$ entre sociología psicol&gica  filosofía penal Pensador franc"s !ue puede ser encasillado tanto como crimin&logo$ penalista o soci&logo al partir de una idea original mediante la cual la *ida social reposaría en dos actos indi*iduales# la in*enci&n$ !ue permite la reno*aci&n  el cambio$  la imitaci&n$ !ue asegura la continuidad  la estabilidad. ediante esta idea 2abriel TA?7% 3B:)394BJ tu*o una proecci&n muc1o maor !ue la de la criminología positi*ista pues sus estudios son adelantos de la sociología  de la psicología social. Su tarea m+s trascendente en el campo criminol&gico$ !ue sería fundamental para entender su sociología$ se efectu& en Las lees de la imitaci&n$ libro de 394. Las tres lees de la imitaci&n indican !ue$ en primer lugar el ser 1umano imita a otro en proporci&n con la cercanía en el contacto$ en segundo lugar !ue el de inferior posici&n tiende a imitar al de m+s alta posici&n$  en tercero !ue cuando dos modas de comportamiento coinciden$ la m+s nue*a reempla,a a la m+s *ieja. Como otros actos sociales$ los delitos se reali,arían entonces por estas reglas de imitaci&n. Sus refle(iones iban m+s all+ de lo criminol&gico e iniciaban la refle(i&n sociol&gica. %n sus artículos compilados en la obra La opini&n  la multitud$ TA?7% se ocuparía de conceptuali,ar a lo p6blico  a la multitud como formas de asociaci&n !ue serían retomadas luego por 7%0%<  por PA?D. Tambi"n para TA?7% la con*ersaci&n  la prensa constituirían los elementos fundamentales de esa forma de uni&n$ !ue podría denominarse -control social$ aun!ue TA?7% no usaba tal terminología. Pero TA?7% no se manifiesta con igual ideario democr+tico !ue los mencionados$ como se *erifica en el tercer artículo de La opini&n  la multitud dedicado como sus teorías de indudable cari, criminol&gico a la delincuencia organi,ada en el -delito anar!uista. La sociología de TA?7%$ como toda su obra criminol&gica  penal$ puede emparentarse con la de otros pensadores conser*adores temerosos de los cambios !ue podría efectuar el ascenso del proletariado al poder. Lo !ue es realmente no*edoso$ e iniciador de una sociología criminal$ es su consideraci&n del delito como una -obra colecti*a. Hasta entonces$ tanto el pensamiento contractualista juridicista como el positi*ista m"dico$ consideraban al delito como un acto con causas o culpas meramente indi*iduales. =o salía$ empero$ del paradigma etiol&gico  reducti*o. Lo !ue 1acía era incorporar o dar preeminencia a las influencias de la educaci&n$ del compa/erismo$ del aprendi,aje$ de los acontecimientos biogr+ficos$ etc. La filosofía penal es una obra del a/o 393 !ue recupera sus e(periencias como jue, en materia de delitos  penas$ siempre bajo la misma idea sociol&gica de la criminalidad# el tipo criminal es un tipo social antes !ue un tipo biol&gico  el comportamiento criminal es 53

simplemente un comportamiento aprendido por imitaci&n con lo !ue indicaba TA?7% !ue si las clases bajas delin!uían era por!ue imitaban lo !ue 1abían 1ec1o primero$  con "(ito$ las clases altasJ. %l delito es una creaci&n colecti*a o social. Criticaba el libro las 1abituales comparaciones con delito en animales !ue 1acían los positi*istas$ pues el delito no es un 1ec1o de un ser *i*o sino de un ser social$ el producto de determinada sociali,aci&n  de la forma en !ue esta moldea a determinadas personas a comportarse. %l conser*adurismo de TA?7% se refleja en La criminología comparada$ !ue es una obra menos original  donde no puede ob*iarse su reduccionismo  su funcionalidad con el pensamiento reaccionario$ a pesar de sus planteos sociol&gicos. %stos planteos no serían del todo -sociales$ sobre todo si se los compara con los de su contempor+neo %mile 7U?DH%I !ue$ a diferencia de TA?7%$ era un defensor de las -corporaciones  un pensador democr+tico. EI. @. 7U?DH%I  la sociología funcionalista desde los conceptos de delito  castigo Ciertamente fue %mile 7U?DH%I 3@)393QJ el creador$ en gran medida$ del pensamiento sociol&gico moderno. Al inno*ar sobre los postulados de los fundadores de la sociología$ iniciaría una determinada apro(imaci&n a lo social !ue recibiría el nombre de  -funcionalismo. 7U?DH%I continuaría con la creencia en un enfo!ue racional de la ciencia sociol&gica$ basada en la posibilidad de reducir los comportamientos 1umanos  las realidades sociales a causas  efectos. %stas relaciones$ se podían obser*ar en los efectos sociales concretos. %sto es$ no de las moti*aciones de los indi*iduos sino de ciertos 1ec1os$  -cosas o fuer,as sociales !ue de alguna manera se aplican sobre los indi*iduos desde fuera. Produciría$ así una e*idente pol"mica con los crimin&logos positi*istas  con los soci&logos !ue$ como TA?7% estaban m+s interesados en los comportamientos indi*iduales. A!uellos soci&logos a los !ue 7U?DH%I se/alaría otra línea$ se interesarían en los 1ec1os sociales. %l indi*idualismo analítico no podía e(plicar seg6n 7U?DH%I$ la realidad de las nue*as sociedades industriales. %n "stas$ los indi*iduos no pueden ejercer libremente elecciones sobre su *ida$ sino !ue ellas est+n condicionadas por las diferentes circunstancias sociales !ue los compelen a adoptar determinadas conductas. La suma de indi*idualidades genera una realidad social diferente a lo indi*idual$ pero !ue puede representarse con una  -conciencia$ 1umani,aci&n !ue en parte remite a la concepci&n organicista. %s en Las reglas del m"todo sociol&gico de 39@$ donde se detallan con particularidad lo !ue serían los -principios de la epistemología sociol&gica funcionalista una *e, !ue$ en 39@4$ se tradujo al ingl"s. Antes de esa fec1a$ a iba a ser material com6n de los pensadores estadounidense la pretensi&n de objeti*idad del m"todo$ el tratamiento de los 1ec1os sociales como cosas$  la afirmaci&n de lo -normal como sin&nimo de general. %l concepto de -1ec1o social es el !ue claramente define su enfo!ue. La objeti*idad !uedaba asegurada si se consideraba a esos 1ec1os sociales como objetos empíricamente identificables  obser*ables. La obser*aci&n debía 1acerse desde el todo social  en forma aislada de los 1ec1os indi*iduales. 7e esta forma$ los 1ec1os morales debían ser tomados como cosas$ como normas de acci&n reconocibles$ clasificables  !ue obedecen a reglas  por lo tanto son obser*ables. Obser*ar tales 1ec1os permitir+ el efecti*o acercamiento a la naturale,a del orden social !ue por sí no puede *erse pero se refleja en sus *alores morales  jurídicos. %l delito fue entonces uno de los objetos principales de atenci&n de 7U?DH%I. =o planteaba 7U?DH%I el fin de la distinci&n entre lo normal  lo patol&gico sino !ue$ por el contrario$ identificaba a lo normal con lo general$ con lo !ue se produce con maor asiduidad en una sociedad determinada$  a los 1ec1os menos 1abituales con los  -patol&gicos. %s así !ue consideraba al delito un 1ec1o social normal$ siempre  cuando no alcance índices e(agerados# -%l delito no se obser*a solamente en la maoría de las sociedades de tal o cual especie$ sino en las sociedades de todos los tipos. =o 1a una en la !ue no 1aa criminalidad]no 1a fen&meno !ue presente de manera m+s irrecusable todos los síntomas de la normalidad$ puesto !ue aparece estrec1amente ligado a las condiciones de toda *ida colecti*a. Hacer del delito una enfermedad social$ sería admitir !ue la enfermedad no es una cosa accidental$ sino una cosa deri*ada de ciertos casos de la constituci&n fundamental del ser *i*oN sería borrar toda distinci&n entre lo fisiol&gico  lo patol&gico. 8ue 7U?DH%I el primero !ue le dio la actual importancia al concepto de funci&n de allí el nombre de toda la concepci&n te&ricaJ  lo separo claramente de la intenci&n$ !ue por 54

ser un problema subjeti*o no puede ser tratado sociol&gicamente con su m"todo. =o importa !ue el comportamiento indi*idual$ por ejemplo el suicidio$ sea egoísta$ altruista o an&mico$ lo importante es descubrir los condicionamientos sociales profundos !ue lo determinan$  !ue no son *isibles sino a tra*"s de esos comportamientos.  -La causa determinante de un 1ec1o social debe buscarse entre los 1ec1os sociales antecedentes  no entre los estados de conciencia indi*idual. La funci&n de un 1ec1o social no puede ser m+s !ue social$ es decir$ !ue consiste en la producci&n de efectos 6tiles socialmente. Sin duda$ puede ocurrir  sucede en realidad !ue de paso sir*a tambi"n al indi*iduo. Pero este resultado feli, no es su ra,&n de ser inmediata. La funci&n de un 1ec1o social debe buscarse siempre en la relaci&n !ue tiene con alg6n fin social. %ste fin social es siempre reducible al propio -medio social interno. Para 7U?DH%I las normas de costumbre $ en las modernas sociedades$ las del derec1o$ serían el -cemento de la sociedad$ lo !ue la mantiene unida. Son !ui,+s el reflejo mas acabado de lo !ue es la -conciencia colecti*a. Su teoría funcionalista del delito  de la pena aparece e(puesta en la !ue fue su tesis doctoral La di*isi&n del trabajo social publicada en 39:. %n esta obra se ocupo del delito  del castigo como ejemplos de 1ec1os sociales !ue le permitían indagar sobre el funcionamiento de la sociedad  los *ínculos sociales necesarios para su conser*aci&n$ lo !ue "l denomin& la -solidaridad social. %sta solidaridad social encontraría su m+s clara fuente en la di*isi&n del trabajo$ t"rmino con el cual dejaría claramente e(puesta su oposici&n a la teoría de A?X. 7U?DH%I llamaría a este nue*o tipo de solidaridad$ org+nica. < era ella la !ue reempla,aba en su momento al tipo de solidaridad en la !ue se basada el orden del Antiguo ?"gimen  de las sociedades primiti*as$ la solidaridad mec+nica. %n este 6ltimo tipo de sociedad de*enía fundamental su an+lisis de la funci&n social del delito  de la pena. Para 7U?DH%I la solidaridad mec+nica se encontraba asentada  reflejada en el derec1o represi*o. Por el contrario$ las sociedades modernas$ unidas por la solidaridad org+nica$ encontrarían su reflejo en el derec1o restituti*o. 7U?DH%I *i*ía en un momento de pleno desarrollo capitalista industrial$ en el !ue los modos de *ida tradicionales cambiaban r+pidamente. Adem+s "l 1abía nacido en la ,ona m+s compleja geopolíticamente de %uropa$ a!uella !ue oscilaba entre el uni*erso cultural alem+n  franc"s. La preocupaci&n fundamental de este autor era descubrir los orígenes de la solidaridad social$ !ue eran las condiciones fundamentales de la *ida colecti*a  de la co1esi&n social. %n lo !ue 1acía al an+lisis del delito$ este autor se separaba del positi*ismo criminol&gico !ue consideraba !ue el delito tenía car+cter patol&gico$ puesto !ue para "l el delito es un fen&meno de sociología normal. 7U?DH%I discutía con 2A?8ALO al negar !ue pueda e(istir una naturale,a criminal en el acto delicti*o $ de este modo$ le cuestionaba su concepto de -delito natural. Si el delito no tiene una entidad ontol&gica significaba !ue es producto de las normas  con*enciones sociales en cada momento  tiempo determinado$  ello lo reconocía al obser*ar !ue el delito cambia de formas en las diferentes sociedades  !ue si las actuales conductas !ue conlle*an un castigo no se reali,aran$ se cometerían otras con esa consecuencia. Indagaría lo !ue tienen en com6n todas esas conductas reprimidas como delitos. %n una primera apro(imaci&n$ se/alaría !ue lo !ue caracteri,a al crimen es !ue determina la pena. Lo !ue tienen en com6n conductas tan distintas es !ue son reprimidas. Al preguntarse el por!u" de la pena$ el soci&logo franc"s respondía !ue la 6nica característica com6n de todos los delitos es !ue consisten en actos uni*ersalmente reprobados por los miembros de cada sociedad. Indicaba 7U?DH%I !ue un acto es criminal cuando ofende los estados fuertes  definidos de la conciencia colecti*a$ entendiendo por conciencia colecti*a al conjunto de las creencias  de los sentimientos comunes al t"rmino medio de los miembros de una misma sociedad. 7U?DH%I ad*ertía !ue 1a delitos !ue no son considerados como una afrenta por las -conciencias sanas. %llo lo e(plicaba en tanto son ofensas contra el %stado $ al ser "ste el guardi+n de los sentimientos colecti*os$ deben ser considerados ofensas contra la conciencia colecti*a $ por lo tanto$ deben tener una respuesta puniti*a aun!ue no afecten al -alma com6n. %ste autor$ adem+s de afirmar la normalidad del delito$ dijo !ue "ste es necesario  6til desde un punto de *ista social. Una sociedad e(enta de delito es totalmente imposible$ e incluso en una 1ipot"tica sociedad de santos$ las faltas m+s *eniales  *ulgares se ju,garían  castigarían como actos criminales. Llegaba a la conclusi&n de !ue el delito es 55

indispensable para la e*oluci&n normal de la moral  del derec1o en una sociedad. Las relaciones de solidaridad mec+nica se basan principalmente en la autoridad moral o$ en su caso$ del derec1o represi*o$ reflejadas siempre en pro1ibiciones. A partir de esta concepci&n del delito$ 7U?DH%I anali,aría las características de la pena relacionada$  la funci&n !ue tiene el castigo en la sociedad. ?ebatiría la idea seg6n la cual en las sociedades ci*ili,adas la pena 1a dejado de ser un acto de *engan,a para pasar a ser un instrumento de defensa de la sociedad. La pena se sustenta en fundamentos de moralidad colecti*a$  en tal sentido es una *engan,a en *irtud de la afectaci&n de esos *alores morales. Todas las conductas !ue generan reproc1e son un atentado contra la sensibilidad colecti*a  justifican la necesidad del castigo a las *iolaciones de esos sentimientos colecti*os por el 1ec1o !ue se generan fuertes sentimientos de indignaci&n  deseos de *engan,a por parte del p6blico !ue e(ige el castigo del infractor. Afirmo !ue -la pasi&n constitue el alma de la pena  la *engan,a su moti*aci&n principal$ tanto en los sistemas penales de las sociedades primiti*as como de las modernas. %n el fondo$ la *engan,a se mantiene como pasi&n moti*adora del castigo. 7U?DH%I describi& el castigo como una instituci&n e(presi*a. Las pasiones pro*ocadas por el crimen$ si bien tienen un origen indi*idual$ se e(presan de manera colecti*a. 7e este modo$ el delito es una ocasi&n para la e(presi&n colecti*a de pasiones morales compartidas !ue sir*e para fortalecer las mismas mediante el refor,amiento  la seguridad mutuas. La pena consiste b+sicamente en una reacci&n pasional !ue la sociedad ejerce por intermedio de un cuerpo constituido sobre a!uellos de sus miembros !ue 1an *iolado ciertas reglas de conducta. La naturale,a  las funciones de la pena son las mismas tanto en las sociedades primiti*as como en las m+s e*olucionadas. Lo !ue cambia es la cantidad  la calidad del castigo. Al e(plicar la funci&n del castigo$ 7U?DH%I justificaba la necesidad del mismo por el 1ec1o !ue las *iolaciones de la conciencia colecti*a )el delito) generan en la sociedad fuertes sentimientos de indignaci&n  deseos de *engan,a !ue e(ige la aplicaci&n del castigo al infractor. 7e este modo$ para 7U?DH%I$ el crimen  el castigo desencadenan un circuito moral !ue tiene un desenlace funcional# la comisi&n de un crimen debilita las normas de la *ida social al mostrarlas menos uni*ersales. %l 1ec1o de !ue surja una pasi&n colecti*a como reacci&n al delito !ue e(ija el castigo del infractor$ demuestra la fuer,a real !ue apoa las normas sociales  las reafirma en la conciencia de cada indi*iduo. Por lo tanto$ si bien el castigo tiene una raí, pasional  no utilitaria$ logra un efecto funcional espont+neo# el de la reafirmaci&n de las creencias  relaciones mutuas !ue sir*en para refor,ar los *ínculos sociales$ la co1esi&n social. Para 7U?DH%I$ el delito cumple una funci&n social mu precisa$ pues pro*oca una reacci&n social !ue estabili,a a la sociedad  mantiene *i*o el sentimiento colecti*o de conformidad a las normas. %s por tanto un factor de co1esi&n  estabili,aci&n social. %l delito  la posterior reacci&n institucional )la pena) refuer,an la ad1esi&n de la colecti*idad a los *alores dominantes$ por eso es funcional. 7U?DH%I insistiría en !ue la reafirmaci&n del orden moral es la funci&n primordial del castigo$  !ue este efecto funcional debería ser el principal objeti*o del castigo. Toda la obra durM1eiminiana es un claro esfuer,o por encontrar sustitutos racionales a las ideas religiosas !ue mantenían unidas a las sociedades. La religi&n era *alorada por este pensador agn&stico por!ue permite encontrar una referencia de donde se formaría una  -conciencia colecti*a$ !ue es ese conjunto de *alores sociales !ue *a m+s all+ de las posturas o elecciones indi*iduales. La conciencia colecti*a$ !ue antes se reflejaba en *alores religiosas$ debe encontrar su nue*a moral. La falta o anormalidad en esa conciencia colecti*a puede generar un estado social de anomia. Con el concepto de anomia se !uiere se/alar una situaci&n en la !ue se *erifica una ausencia de normati*idad de toda índole# moral$ jurídica$ econ&mica$ política o religiosa. %n realidad$ es una situaci&n de confusi&n por la e(istencia de pluralidad de normati*as  por desacuerdos b+sicos entre ellas$ !ue por tanto ser+ una situaci&n especial  !ue tender+ a normali,arse con la afirmaci&n de unos *alores por sobre otros. EI. 5. La antropología brit+nica# el orden$ el derec1o$ el crimen  el castigo -primiti*os  %l *erdadero -puente !ue lle*a a las teorías funcionalistas de 7U?DH%I a con*ertirse en paradigma 1egem&nico de las ciencias sociales estadounidenses  mundiales tras la Segunda 2uerra undial$ lo constitue la antropología funcionalista brit+nica. 56

La antropología e*olucionista coincidi&$ antes$ con la e(pansi&n  consolidaci&n del imperialismo. Cuando esa forma de e(plotaci&n capitalista entr& en crisis$  entr& tambi"n en crisis la *isi&n autocomplaciente de la sociedad inglesa !ue justificaba dic1as intromisiones en pos de una misi&n de progreso en las colonias$ se pas& a pensar en la forma de mantener el control en las colonias sin contar con la prejuiciosa ideología racista$ de la !ue se nutría tambi"n el positi*ismo criminol&gico. %l funcionalismo a no iba a estudiar el origen de las instituciones  estructuras sociales  sus etapas como lo 1acía 1asta entonces la antropología e*olucionista$ pues considerarían !ue esos enfo!ues eran euroc"ntricos $ ciertamente$ err&neos. Los antrop&logos funcionalistas se iban a -autoidentificar con las culturas de los pueblos primiti*os !ue estudiaban. 8rente a las discriminaciones intelectuales practicadas 1asta entonces contra las culturas de los llamados pueblos -sal*ajes$ los antrop&logos funcionalistas sostendrían !ue las culturas de los pueblos -primiti*os tienen integridad  funcionalidad. >ronisla ALI=O0SDI 3B)39B;J desminti& los prejuicios !ue 1abía acerca de la forma de *ida de las tribus primiti*as. Se decía !ue las tribus *i*ían en un -comunismo primiti*o$ !ue en toda organi,aci&n tribal s&lo reinaban el desenfreno  las pulsiones destinadas a satisfacer las necesidades m+s inmediatas. %l autor demostraría !ue la *ida del 1ombre primiti*o se enmarca en una delicada trama de derec1os  obligaciones  !ue en las comunidades primiti*as si e(isten lees$ dentro de las cuales a!uellas relacionadas con el  -toma  daca son m+s importantes !ue las represi*as. La *ida del sal*aje no consistía en un puro esfuer,o por sobre*i*ir$ sino !ue su conducta se enmarcaba en una estructura social compleja$ como cual!uier sociedad -ci*ili,ada. Por lo tanto$ la estructura de la sociedad de los trobriand$ decía ALI=O0SDI$ estaba fundada en el derec1o ci*il$ !ue premia o gratifica$  no en el derec1o penal$ !ue castiga. =o 1a una coacci&n para cumplir con las obligaciones$ sino !ue 1a consenso$ todos est+n de acuerdo en cumplirlas. Se llegaba a la conclusi&n !ue el derec1o de las comunidades primiti*as cumplía funciones integradoras. La matri, del funcionalismo continuaría con una marcada concepci&n juridicista. Como 7U?DH%I$ los antrop&logos encontraban en el derec1o  la costumbre la importante  positi*a funci&n integradora de la sociedad. Los antrop&logos funcionalistas estudiaban las sociedades primiti*as  anali,aban la funci&n !ue tendrían las distintas instituciones jurídicas para la integraci&n social. Interpretaban los sistemas sociales 1umanos a partir de los conceptos de proceso$ estructura  funci&n. < tambi"n introducirían la idea de -instituci&n$ pues todos los aspectos de la *ida social$  cada conducta 1umana$ pueden e(plicarse por integrar alguna instituci&n. %studiaban las sociedades primiti*as con -neutralidad *alorati*aN es decir$ sin *alorar a estas sociedades como buenas o malas. Hacían un an+lisis funcionalista$ un an+lisis de las funciones de las instituciones en la sociedad  en su integraci&n social. Los antrop&logos funcionalistas anali,arían así la cultura como un todo$ como una totalidad$ como un sistema social total. =o resultaba posible$ seg6n ellos$ aislar distintas instituciones u objetos$ modos de conducta o *ínculos sociales. Los estudios fragmentarios de 1ec1os aislados no pueden comprender la totalidad del sistema social$ pero sin embargo tambi"n en ellos la -cuesti&n criminal tendría un peso especial como elemento *isible a esa totalidad. Los 1ec1os !ue podrían ser traducidos como -crímenes  -castigos$ en realidad las costumbres$ creencias  organi,aciones$ !ue ALI=O0SDI detall& en su obra Crimen  costumbre en la sociedad sal*aje$ de 39;5$ deben ser *istas sobre el fondo de una teoría general de la cultura. =ing6n 1ec1o social puede comprenderse aisladamente a !ue la cultura constitue un todo org+nico. < en este todo org+nico !ue es la cultura$ cada elemento cultural se distingue por la funci&n !ue desempe/a en el sistema social. Cada instituci&n social satisfaría una o *arias necesidades !ue son indispensables para la super*i*encia del grupo social$ del sistema. < la organi,aci&n de la conducta social mediante una serie de reglas  sanciones !ue garanticen la co1erencia del grupo constitue una necesidad para la super*i*encia del sistema social. Para Alfred ?A7CLI88%)>?O0= 33)39@@J la -cultura es un sistema social total$ resistente al cambio  con una tendencia a mantener el orden. 7efini& allí la sanci&n social como -reacci&n por parte de una sociedad o de un considerable n6mero de sus miembros$ a un modo de comportamiento !ue es aprobado o desaprobado. Los -premios seguirían 57

siendo *istos como m+s racionales$ pero tambi"n mantendría su atenci&n en los -castigos$ !ue podían ser organi,ados o difusos. Las sanciones organi,adas son procedimientos definiti*os$ regulados  reconocidos$ dirigidos en contra de personas cuo comportamiento es socialmente desaprobado o rec1a,o por alguna autoridadN  las sanciones difusas$ espont+neas  desorgani,adas$ !ue usualmente surgen de la desaprobaci&n general de la comunidad o de una parte significante de ella )a!uí 1abla de la opini&n p6blica$ creencias religiosas$ etc.). Por primera *e, ambas formas de castigo$ la institucional  la social$ fueron definidas como -el control social a tra*"s de la aplicaci&n sistem+tica de la fuer,a de sociedades organi,adas políticamente. ?A7CLI88%)>?O0= tambi"n estableci& una di*isi&n m+s de castigos primiti*os# las sanciones primarias  las secundarias. Las primarias son a!uellas !ue en*uel*en acciones de toda la comunidad o de sus autoridades$ mientras !ue las sanciones secundarias son a!uellas !ue en*uel*en solo la acci&n de una persona en particular o de un grupo de gente$ en respuesta a otra persona o grupo. EI. Q. La estructura del sistema  los mecanismos del control social frente a la des*iaci&n. La sociología estadounidense -*ence a las insostenibles deri*as autoritarias del pensamiento social europeo A partir de la d"cada de 39:4 los pensamientos m+s elaborados en la criminología  en la propia sociología se desarrollaron e(clusi*amente en los %stados Unidos. %uropa$ a pesar de 1aber presenciado las obras citadas de franceses e ingleses  las de los italianos  alemanes !uedaría anclada en las e(plicaciones idealistas de tinte filos&fico $ en lo !ue 1ace a la criminología$ en los postulados del positi*ismo clínico. %l modelo sociol&gico estructural)funcionalista fue el !ue represent& el paradigma de la nue*a sociedad integrada en los %stados Unidos$ tras la primigenia 1egemonía de enfo!ues 1eterodo(os !ue reflejaban asimismo a la sociedad 1eterog"nea !ue recibía la inmigraci&n. %l -sue/o americano sería la base !ue 1iciera posible el ideal de 1omogenei,ar a esos grupos tan disímiles. Tal proecto de *ida personal no podría ser alcan,ado por todos los miembros de la sociedad$ se cubrieron tales carencias con políticas -progresistas o  -reformistas !ue darían el inicio a un inter*encionismo estatal !ue$ a la *e, !ue permitía a determinados grupos alcan,ar tal sue/o$ suplía las carencias de otros con auda social. A partir de esos a/os de terribles crisis !ue fueron de 39;9 a 39:;$ todos los problemas sociales  entre ellos la delincuencia$ fueron atribuidos a los factores !ue se relacionaban con esas carencias econ&mico)estructurales. La forma de acabar con todos esos problemas pasaba por implementar políticas sociales !ue aseguraban un empleo estable para toda la poblaci&n$  la posibilidad por tanto de insertarse en esa sociedad regida por el trabajo  el consumo. %stas ideas se lle*aron adelante a partir de esta d"cada de 39:4. Tras el "(ito de las políticas del =e 7eal  la implantaci&n del 0elfare State$ el modelo consensual  de integraci&n estadounidense sería interpretado como un sistema organi,ado en torno a normas  *alores -institucionali,ados  sin oposici&n$ cuo fin era el mantenimiento del e!uilibrio por una autorregulaci&n colecti*a !ue estu*iese determinada asimismo por el propio sistema. =o 1abría conflictos estructurales o b+sicos. Los !ue se re*elasen serían *isuali,ados$ como problemas indi*iduales de mala integraci&n$ por lo !ue se impondrían conceptos tales como el de -des*iaci&n$  se sugeriría !ue contra esa mala o deficiente sociali,aci&n se debería insistir en una -resociali,aci&n dentro de los *alores 1omog"neos  uni*ersalmente aceptados. %ste pensamiento de indudable importancia criminol&gica sería el del estructural)funcionalismo$ !ue se *incula con la producci&n de la Uni*ersidad de Har*ard en la d"cada del treinta. Talcott PA?SO=S 394;)39Q9J es considerado el creador  el m+(imo representante de la teoría estructural)funcionalista. La cuesti&n social$ !ue desde fines del siglo XIX preocupaba a todos los pensadores$ iba a tener a Eilfredo PA?%TO 3B)39:;J al m+(imo e(positor de la salida -elitista.
sentimientos. ?ecurriría a esa supuesta racionalidad indi*idual para demostrar la necesidad de la desproporci&n en la distribuci&n de ingresos# los argumentos de !ue los -mejores deben enri!uecerse m+s para generar una ampliaci&n de la ri!ue,a total luego serían retomados por los economistas neo)conser*adores. a( 0%>%? 35B)39;4J sería tambi"n puntal primordial de la nue*a ciencia sociol&gica$  su primera influencia en los %stados Unidos se ejercería por la labor de !uien fuera uno de sus traductores al ingl"s# el mencionado Talcott PA?SO=S. Pero la obra del autor alem+n es muc1o m+s amplia !ue la interpretaci&n !ue 1iciera el estadounidense$  con "l toda la sociología funcionalista. 0%>%?$ a diferencia de sus predecesores$ comprendi& !ue los fen&menos sociales no pueden ser objeto de una e(plicaci&n id"ntica a la de las ciencias naturales. Las situaciones sociales deberían ser -compre1endidas intelectualmente$  para ello sería necesario ponerse en el lugar de los protagonistas para entenderlas  e(plicarlas. La sociología comprensi*a$ tambi"n 1eredera del pensamiento eberiano$ propondría un m"todo !ue sea principalmente 1ist&rico)gen"tico  en el !ue se elaboren una serie de categorías construidas para permitir situar los fen&menos desde el punto de *ista de los actores. %stas categorías fueron$ en 0%>%?$ conceptos puros a los !ue llam&  -tipos ideales. Los tipos ideales no se encuentran en la realidad$ pero sir*en al científico para e(plicarla. Lo !ue 0%>%? consideraba decisi*o era la din+mica mental del racionalismo moderno o capitalismo. Para apre1ender la dominaci&n o el poder$ 0%>%? cre& tres tipos ideales de dominaci&n# el carism+tico$ el tradicional  el burocr+tico. %s este 6ltimo tipo$ ligado a la legalidad  a la modernidad$ el !ue lo lle*aría a anali,ar el proceso de racionali,aci&n capitalista. Aun!ue no 1a una perspecti*a -criminol&gica sobre los delitos  las penas propiamente eberiano$ las refle(iones mencionadas son fundamentales para estudios posteriores$ así como para la sociología)penal$ en concreto la !ue se 1ace sobre las instituciones del sistema penal. Un capítulo de %conomía  sociedad$ -%l significado de la disciplina$ permite entender a la racionalidad instrumental !ue tiene el poder puniti*o en la modernidad. 0%>%? dio comien,o al capítulo con la descripci&n de la organi,aci&n del ej"rcito  luego con la de la f+brica$ pero es posible *er allí tambi"n c&mo el castigo se con*ierte en un proceso instrumental$ en principio libre de emociones pero no por ello menos lesi*o para los seres 1umanos !ue lo padecen. Asimismo permite e(plicar c&mo se reali,a el monopolio  la administrati*i,aci&n burocr+tica del castigo ) la creaci&n de  -especialistas políticos  científicos en lo !ue 1ace a su aplicaci&n  justificaci&n meramente instrumental). %n %conomía  sociedad tambi"n anali,& 0%>%? con cuidado los conceptos de  -acci&n social  de -reacci&n social$ !ue ser*irían para desarrollar las tres formas de dominaci&n  la tipología creada para el an+lisis de la racionalidad del derec1o. Por acci&n social entendía a toda acci&n 1umana orientada por la acci&n de otros$  era así clasificada# acci&n con arreglo a fines$ la cual es dirigida a un fin específico$  acci&n social con arreglo a *alores$ determinada por la creencia en el *alor "tico$ est"tico o religioso. Por relaci&n social entendía una conducta plural recíprocamente orientada. La acci&n$ en especial a social$  la relaci&n social$ se orientan para la representaci&n de la e(istencia de un orden legítimo$ conform+ndose lo !ue 0%>%? denominaba -*alide, del orden. %stos dos conceptos abrirían un terreno interesantísimo para llegar a un an+lisis profundo de las cuestiones del orden en general  de la acci&n indi*idual concreta relacionada con lo social ) con la internali,aci&n de lo social)$ en la !ue jugaría un papel especial el tema de la interpretaci&n  *aloraci&n. Las preocupaciones de 0%>%? lo lle*aban a e*idenciar la complejidad de lo social$  no a resol*erla a tra*"s del recurso del -sistema  de las -funciones. Las traducciones de PA?SO=S 1arían 1incapi" en las obser*aciones metodol&gicas  en la supuesta objeti*idad de las ciencias sociales ) tambi"n en las preguntas sobre la legitimidad del poder). 8ue PA?SO=S el traductor en 39:4 de La "tica protestante  el espíritu del capitalismo. La influencia eberiana sería la !ue determinase su estudio sobre la -acci&n social$ así como su b6s!ueda de una teoría  un m"todo objeti*os !ue sir*iesen para e(plicar  comprender cual!uier tipo de cultura en cual!uier tiempo. 7e cual!uier forma$ la influencia de los autores funcionalistas 7U?DH%I  ALI=O0SDI sería tan o m+s notable !ue la del autor alem+n. Lo mismo puede decirse del pensamiento del e!uilibrio elitista de PA?%TO. 59

Todo ello con*ertiría a PA?SO=S en el soci&logo de la integraci&n$ pues efecti*amente para "l el sistema social sería el -marco de referencia de la acci&n. PA?SO=S tom& de 7U?DH%I  de los antrop&logos la perspecti*a m+s social$  tambi"n m+s estatal$ !ue 1aría cambiar el tratamiento respecto a la naturale,a del t"rmino  -control social. %nfoc&$ el concepto desde la &ptica sociol&gica pero sin abandonar la perspecti*a m+s indi*idual !ue tomaba de TA?7% o de 0%>%?$ con lo !ue establecer+ una relaci&n congruente entre la des*iaci&n  la carencia de sociali,aci&n $ luego$ de control social. Su principal inno*aci&n se daría justamente por el reconocimiento del derec1o como una manifestaci&n del control social$ destinado como toda *ariante controladora a garanti,ar el orden social )con ello se separaba de la originaria diferencia entre la funci&n de control social  la gesti&n de control estatal. Obras m+s importantes de PA?SO=S se deben mencionar La estructura de la acci&n social$ de 39:Q$  %l sistema social$ de 39@3. Se percibe la importancia de la sociedad 1omog"nea para interpretar la acci&n 1umana. %sta es la !ue permite -orientar la conducta del actor. 7istinguía PA?SO=S una orientaci&n -moti*acional  otra -de *alor. La primera corresponde a la personalidad  surge del c+lculo 1ec1o por el indi*iduo para satisfacer sus deseos con un mínimo de sacrificio. La orientaci&n de acuerdo a *alores corresponde a los límites !ue impone la sociedad. %l -*alor es un elemento del sistema simb&lico compartido por todos  puede di*idirse en *alores est"ticos$ epist"micos  "ticos. %l indi*iduo tiene la posibilidad de e(presar su *oluntad libremente$ pero$ eso sí$ eligiendo entre las distintas alternati*as !ue ofrece el sistema$ el !ue$ a su *e,$ est+ constituido por las interacciones de las conductas asumidas por los indi*iduos. Lo !ue re*elan esas interacciones es !ue se orientan 1acia una escala com6n de *alores$ la !ue se estabili,a en las instituciones. %llo sería fundamental tambi"n como indicaci&n política$ pues para PA?SO=S en la posibilidad de establecer patrones de conducta repetiti*os rutinarios  regulares est+ la cla*e de la co1abitaci&n pacífica de los actores indi*iduales en su b6s!ueda de conseguir los intereses naturalmente incompatibles. %l descubrimiento m+s importante de PA?SO=S )al !ue llama -teorema fundamental de la sociología) es el !ue se/ala como posible el orden social por la correspondencia$  subordinaci&n$ de las orientaciones moti*acionales a las orientaciones de *alores sociales. Los mensajes de estos !ue emite el propio sistema se internali,an o -institucionali,an en los indi*iduos  los 1acen suos. He a!uí otra *e, la importancia de la instituci&n$ pues es en definiti*a la !ue gobierna  determina la conducta 1umana por medio de un inter"s com6n. Tambi"n el concepto del par conformidaddes*iaci&n )tan importante para la criminología) resultaría esencial para entender a un sistema social integrado. Habr+ indi*iduos !ue no internalicen tales *alores. Pero precisamente por ello ser+n *istos como  -des*iados$ -enfermos$ o mal sociali,ados. %l proceso de sociali,aci&n )familia$ escuela$ amigos$ trabajo$ medios de comunicaci&n$ etc.) constitue la principal fuer,a integradora para mantener la unidad de la sociedad. %ste proceso ense/a las gratificaciones  sanciones !ue el indi*iduo puede esperar si act6a de acuerdo a su rol  estatus social. %l indi*iduo est+ -atrapado$ compelido$ a actuar de acuerdo a esos *alores sociales para obtener satisfacci&n  no perjuicio$ por ello comparte los *alores. A!uel !ue no los acepte s&lo puede ser un indi*iduo de naturale,a patol&gica o enfermo. 7edico PA?SO=S al concepto de  -des*iaci&n todo el capítulo EII de %l sistema social$ donde perfeccionaría el concepto de  -comportamiento an&mico al !ue redefiniría como -des*iado e introduciría la posibilidad de !ue tal patología se produ,ca por el abandono o desinter"s de toda la sociedad 1acia un indi*iduo. Cuando e(istan casos de des*iaci&n social el sistema tendr+ a su disposici&n los dispositi*os ree!uilibrantes de los mecanismos del control social. %l castigo penal ser+ ese dispositi*o para a!uellas des*iaciones consideradas delicti*as. Si la sociali,aci&n no 1a podido introectar los *alores sociales$ ese castigo puede ser apro*ec1ado para intentarlo otra *e,$ pues el proceso de sociali,aci&n dura lo !ue dura toda la *ida. PA?SO=S concedía muc1a importancia a la terapia psí!uica para lograr esa adecuaci&n del indi*iduo a las estructuras del rol correspondientes. 7istinguiría entre dos tipos de conductas des*iadas# a!uellas cuo aislamiento social lle*a a consolidar las instituciones de control social duro como c+rceles  manicomios )!ue a su *e, re!uieren  demandan des*iados)  a!uellas cua moti*aci&n es ambi*alente  permiten la readaptaci&n mediante la terapia psí!uica. La teoría de PA?SO=S es otra *uelta de tuerca sobre el determinismo social de la conducta 1umana$  sobre las facultades para manipularla. Asimismo$ e(plica el -e!uilibrio del sistema social$ para lo cual el concepto de des*iaci&n es fundamental$ con una *uelta al 60

organicismo. La teoría de la des*iaci&n$ !ue adaptaría PA?SO=S parcialmente de su brillante alumno %?TO=$ tendría un *alor central en la teoría del sistema social pues demuestra !ue e(isten criterios comunes para indicar la conducta aceptable  no des*iada. Zse ser+ el punto de contacto entre la estructura de la personalidad  la estructura social. La estructura social estaría constituida por modelos de cultura normati*os$ institucionali,ados socialmente e internali,ados indi*idualmente para los casos no des*iados. %sa internali,aci&n o -sociali,aci&n es el mecanismo fundamental para perpetuar el sistema pues es el -aprendi,aje de cual!uier orientaci&n !ue tenga sentido funcional para el funcionamiento de un sistema de e(pectati*as complementarias de rol. %stas e(pectati*as tender+n a respetar las normas culturales pues son ellas las !ue las crean. Si ello no es así$ ser+ necesaria una -resociali,aci&n$ pues algo 1a funcionado mal en la adecuaci&n entre personalidad  rol !ue debe 1acerse desde la infancia. Por el determinismo  el organicismo$ así como por la circularidad normati*a en contra de la 1istoria  del psicoan+lisis$ se lo 1a criticado con posterioridad. Tenía una originaria formaci&n jurídica el discípulo de PA?SO=S !ue sería el maor representante del funcionalismo sist"mico en la segunda mitad del siglo XX# =iMlas LUHA== 39;Q)399:J. Su teoría sist"mica de la sociedad pretendía e(plicar todos los fen&menos sociales !ue se dan en la sociedad. Luego elaboraría -subteorías sobre cada asunto en particular$ las !ue serían la aplicaci&n de la teoría sist"mica al estudio de cada uno de los subsistemas !ue se 1allan diferenciados en la sociedad. LUHA== anali,& así la funci&n !ue cumple el derec1o en la sociedad$ definido a tra*"s de la -generali,aci&n congruente de e(pectati*as de conducta. %n unas sociedades con un ele*ado grado de complejidad como las actuales$ caracteri,adas por una infinidad de posibilidades  alternati*as$ son necesarias estructuras de e(pectati*as$ tambi"n mu complejas$ !ue sean capaces de reducir la complejidad del sistema. Tambi"n influir+ el funcionalismo 1asta 1o en lo propiamente criminol&gico$ aun!ue lo 1ar+ en una *ersi&n mas atenuada$ menos -totalitaria. A!uí el nombre descollante es el del famoso profesor de sociología de la Uni*ersidad de Columbia$ ?obert Ding %?TO= 3934);44:J. %ste autor dio muestra en su propia bibliografía de la importante creencia en un modelo integrador  consensual$ pues su propio nombre fue una in*enci&n sua cuando era jo*en  resultaba con*eniente -americani,ar los nombres para demostrar o aparentar una real -integraci&n. %?TO= sería el autor de la mejor apro(imaci&n a los conceptos durM1eiminianos de -funci&n  de -anomia )fundamental para la criminología de los a/os siguientes)$  los aplicaría al conte(to 1ist&rico del %stado de bienestar  sus necesidades. Se 1a definido al posicionamiento de %?TO= como de compromiso mínimo con el funcionalismo$ o -funcionalismo relati*i,ado. Tambi"n para %?TO= la des*iaci&n$ como comportamiento aberrante respecto al rol debido$ sería la cla*e de sus refle(iones. Pero$ de todas formas$ incluiría %?TO= a la teoría de la des*iaci&n en un cuerpo te&rico m+s amplio$ cual es el de la anomia  con la reformulaci&n de este concepto replantearía la teoría estructural)funcionalista durM1eiminiana. %n 39: public& un ensao !ue marcaría un momento esencial de la sociología criminal# -%structura social  anomia. %stas ideas se mantendrían  el artículo integraría su obra m+s *asta$ Teoría  estructura sociales$ !ue se publicaría en 39B9. %?TO= seguía con maor rigor a 7U?DH%I  se oponía por tanto a cual!uier concepci&n patol&gica del comportamiento des*iado. Para %?TO= la estructura social no se opone$ subuga ni domina al indi*iduo$ sino !ue constitue con "l un todo indisociable. La sociedad no s&lo genera rebeldía  la sanciona como patol&gica$ sino !ue produce ante todo consenso. >+sicamente$ no puede pensarse a la sociedad en t"rminos indi*iduales. %l funcionalismo de %?TO= permitía estudiar la des*iaci&n como un producto  -normal de la estructura social. %l comportamiento des*iado es tan normal como el comportamiento conformista. %l sistema social genera tanto un comportamiento como el otro. %l objeti*o de %?TO= era descubrir -c&mo algunas estructuras sociales ejercen una presi&n definida sobre ciertas personas de la sociedad para !ue sigan una conducta inconformista  no una conducta conformista. Los des*iados no son enfermos sino !ue act6an normalmente ante la presi&n de la estructura social. La e(plicaci&n de %?TO= sobre la des*iaci&n consistía en se/alar !ue la des*iaci&n pro*iene de una contradicci&n entre la estructura social  la estructura cultural. La estructura cultural$ !ue es el -complejo de las representaciones a(iol&gicas comunes !ue regulan el comportamiento de los miembros de una sociedad o grupo$ suele ofrecer a los indi*iduos unos *alores. Propone unas -metas !ue son los moti*os fundamentales para 61

orientar su comportamiento# en la sociedad estadounidense !ue describía %?TO= eran cierto grado de bienestar  el "(ito econ&mico. Asimismo$ la estructura cultural proporciona unos modelos de comportamiento institucionali,ados$ !ue ser+n los pro*eedores de los  -medios legítimos para alcan,ar esas metas. Hasta allí aparecen reflejados esos *alores culturales. Sin embargo$ la estructura social !ue es el -complejo de las relaciones sociales en !ue los miembros de una sociedad o de un grupo se 1allan di*ersamente insertos$ no ofrece a todos los indi*iduos las mismas posibilidades de acceder a esos medio legítimos )de acuerdo a su pertenencia familiar$ de clase$ etc.). %sa distorsi&n o diferencia entre los fines culturalmente reconocidos como *+lidos  los medio legítimos para alcan,arlos de !ue realmente dispone el indi*iduo es el origen de la des*iaci&n. %sa incongruencia es normal$ siempre e(istir+ e incluso tendr+ una funcionalidad manifiesta. Pero deja de serlo cuando supera unos límites cuantitati*os ra,onables  de*iene en una crisis de anomia de la propia sociedad. La -anomia ser+ definida por %?TO= como -a!uella crisis de la estructura cultural !ue se *erifica especialmente cuando e(iste una fuerte discrepancia entre normas  fines culturales$ por una parte$  las posibilidades estructuradas socialmente de actuar en conformidad a a!u"llos$ de otra. %l problema de la des*iaci&n  de la anomia est+ en la estructura social. La estructura social no permite a todos los indi*iduos !ue su comportamiento se oriente de acuerdo a las metas  medios culturalmente compartidos. %s la pertenencia a un sector social m+s fa*orecido lo !ue permite a unos reali,ar tareas bien remuneradas  compele a otros al delito. %sto pone en tensi&n a los mismos *alores culturales  tambi"n a los indi*iduos$ !ue actuar+n de forma di*ersa )tanto dentro de la conformidad como de la des*iaci&n) al combinar las -metas culturales con los -medios !ue proporciona o permite en este caso la estructura social. %stas respuestas fueron clasificadas por %?TO= de acuerdo a la ad1esi&n o rec1a,o a metas  medios culturales. Cada comportamiento indi*idual se adapta en maor o menor medida a estos modelos$ !ue no son otra cosa sino  -tipos ideales. %n primer lugar est+ el modelo de la -conformidad. %sta respuesta comparte las metas culturales como los medios para lograrlos$ pues seguramente con "stos puede lograr los primeros. Los otros modelos responden a la des*iaci&n. Se destaca el modelo de la  -inno*aci&n !ue corresponde a la ad1esi&n a las metas culturales sin compartir los medios legítimos para alcan,arlos. Se reali,a otro tipo de acti*idad para llegar a ellos. A!uí se encuentra el comportamiento criminal típico. %?TO= describi& de !u" forma los miembros de los estratos sociales m+s desfa*orecidos son impulsados por las metas culturales de la sociedad estadounidense a alcan,arlos de cual!uier forma  a pesar de los reiterados fracasos. La presi&n sobre los fines o metas es muc1o maor !ue sobre los medios$ la conducta indi*idual se encuentra obligada a prescindir de las normas  pensar en cual!uier medio para lograr la meta tan fuertemente impuesta. %l modelo del -ritualismo refleja un respeto s&lo formal de los medios culturales legítimos pero un rec1a,o o desinter"s sobre las metas culturales. Ser+ un comportamiento des*iado aun!ue no se e*idencie e(teriormente ni produ,ca problemas sociales. %ste comportamiento renunciar+ a lograr las aspiraciones !ue el sistema promue*e$ pues comprende !ue no puede alcan,arlas. %l modelo de la -apatía es el !ue corresponde a la negaci&n tanto de las metas como de los medios. La renuncia es doble. Los -ap+ticos serían esos personajes abandonados en medio de la gran ciudad en la !ue aparecen como e(tra/os# el *agabundo$ el borrac1o$ el drogadicto. %s una respuesta conductual e(cesi*amente indi*idual$ al contrario del modelo !ue le sigue !ue es colecti*a por antonomasia. %l modelo de la -rebeli&n corresponde no a la simple negaci&n de metas  medios$ sino a la afirmaci&n sustituti*a de otras metas alternati*as$ alcan,ables asimismo con otros medios alternati*os. S&lo 1abr+ una sociedad integrada cuando todos los indi*iduos puedan obtener la satisfacci&n mediante los medios legítimos. %sta aspiraci&n estaba en la mente de *arios !ue *eían en el %stado de bienestar algo m+s !ue la simple atenuaci&n de la conflicti*idad social para sal*ar al capitalismo. Si falla la integraci&n es por!ue se otorga m+s *alor a la meta -obtener dinero$ !ue al medio para lograrlo. Luego$ in*estigaciones sobre delincuencia de cuello blanco )reali,adas por SUTH%?LA=7) refor,arían su teoría sobre los problemas de la propia cultura$  el mismo %?TO= diría !ue se estaba en estos delitos frente a nue*os casos de -inno*aci&n$ especialmente presente entre los empresarios estadounidenses. 62

%l problema es tanto de la estructura social como de la misma cultura. Como %?TO= era un reformista$ proponía una distribuci&n mas adecuada de los bienes$  dar condiciones de realidad a la competencia perfecta )en la !ue 1ubiese una correspondencia entre el m"rito  el "(ito). %ra eso$ o el reempla,o de una ideología igualitaria por otra !ue se amolde a lo real  genere maor conformidad con lo !ue a cada uno le toc& en suerte. %?TO= ad*ertía sobre la distinci&n entre funciones manifiestas  funciones latentes de los 1ec1os sociales. Las primeras serían las consecuencias objeti*as !ue contribuen al ajuste o a la adaptaci&n de las estructuras$ son las !ue son buscadas$ !ueridas$  así reclamadas por los indi*iduos  burocracias !ue interact6an en la sociedad. Tambi"n deberían considerar las latentes$ !ue sin ser buscadas ni reconocidas influen  decididamente a para la consolidaci&n de estructuras$ a para su -anomia. Se ad*ierte en la obra de %?TO= una clara in*ersi&n de los criterios sostenidos por el positi*ismo  por la primera sociología criminal  de la des*iaci&n. La patología dejaría de ser la e(plicaci&n de los comportamientos# ni la patología indi*idual como en el positi*ismo$ ni la patología social como en la sociología de C1icago$ darían cuenta *erdaderamente de los problemas de des*iaci&n. Por el contrario$ todo comportamiento es -normal dentro de determinada estructura social. Si la cantidad de comportamientos des*iados supera un ra,onable n6mero es probable !ue se deba a un problema de anomia social$ a una incompatibilidad entre los medios  objeti*os culturales !ue la propia estructura genera. Ha adem+s en la obra de %?TO= una denuncia a la sociedad capitalista competiti*a pero tramposa. CAPITULO EII Las criminologías de la segunda posguerra mundial Sociología de la des*iaci&n. Sociali,aci&n deficiente o estructura social defectuosa 3)Origen de la criminología sociol&gica. Políticas del %stado asistencial. Si tras el momento de irrupci&n de una -ciencia criminol&gica$  una posterior crisis$ es posible 1ablar de otra etapa de -consolidaci&n$ es por!ue la institucionali,aci&n era el resultado de !ue las in*estigaciones empíricas producidas sir*ieron a un -príncipe determinado# al %stado de >ienestar. %sa "poca sería la del apogeo del funcionalismo. %l origen t&rico de las políticas !ue dan forma a ese tipo de %stado# Fo1n anar Denes$ se decidi& a buscar las causas de la crisis$  el modo en !ue no se repitieran. Lo importante para "l era lograr una ocupaci&n plena dentro del sistema fabril$  para ello no se podría confiar en la -mano in*isible o en los capitalistas en busca de su pro*ec1o. Su alegato para la inter*enci&n del %stado en la economía era mu claro# s&lo de esa forma se podría lograr un acentuado aumento de salarios$ cla*e del aumento de la demanda  por tanto del crecimiento de la economía. %so tambi"n debía ser fomento del %stado con la creaci&n de obras aun!ue sean in6tiles pues lo !ue importa es brindar empleo  poder ad!uisiti*o a todos los 1ombres. Pero el e*idente "(ito del %stado de >ienestar se produjo con el =e 7eal de los %stados Unidos.$ 8ranMlin ?oos*elt fue el presidente !ue enfrent& la crisis burs+til de 39;9. A partir de 39:;$ ?oos*elt impuls& un programa político conocido como =e 7eal  nue*o acuerdo$ nue*o contrato social o nue*o reparto. Promo*i& la inter*enci&n del %stado para sacar a la economía del estancamiento  para paliar los efectos sociales de la crisis aun!ue fuera a costa de acrecentar el d"ficit p6blico. Luego$ regularía las relaciones laborales a fa*or de los trabajadores mediante garantías de libertad sindical$ creaci&n de seguros de desempleo$ de in*alide,  de *eje,.$ instauraci&n de la semana laboral de B4 1s$  un salario mínimo. %n *e, de buscar e*itar el conflicto  promo*er la inclusi&n de todos$ se promo*ería en %uropa otro tipo de inclusi&n basada en la e(clusi&n fero, de -otros a los !ue se reputaría como enemigos. %n esa e(clusi&n$ los pensamientos criminol&gicos  penales no eran para nada ajenos. =o s&lo se deduciría tal discurso e(cluente a los capitalistas$ sino tambi"n a unas pauperi,adas  temerosas clases medias. %l modelo democr+tico de los estados europeos !ue recibieron la auda de los %%UU para la reconstrucci&n econ&mica a tra*"s del Plan ars1all$ estaba inspirado en los principios *igentes en la propia potencia *encedora. 'elecciones libres$ pluralismo partidario$ economía de mercado capitalista  di*isi&n de poderes de acuerdo a un es!uema constitucional). La criminología tambi"n estaría comprometida con las dos caras !ue mostraba el pensamiento sociol&gico de entonces# por un lado la sociología funcionalista para brindar e(plicaciones !ue inclueran lo material  lo jurídico en la base sist"mica de la sociedad. Por 63

el otro$ una sociología empírica para las concretas políticas de transformaci&n del ambiente en manos del -príncipe indiscutible$ del *erdadero poseedor de la soberanía !ue sería esa e(itosa$ por el momento forma de estado. Pero la criminología sociol&gica brindaba una justificaci&n te&rica a la forma estatal de compromiso  pacificaci&n de las desigualdades$ como tambi"n se apro*ec1aba de las políticas p6blicas  sus programas concretos. %s decir$ a la *e, !ue ser*ía para proponerlos$ una *e, implementados se ofrecía para e*aluar sus resultados. La in*estigaci&n sobre los concretos programas para pre*enir el delito$ precisaba dar ese salto importante desde la e(plicaci&n te&rica de las causas en general$ 1acia un an+lisis mas total del problema en un caso concreto. =o s&lo 1abía !ue anali,ar el comportamiento indi*idual del jo*en o del condenado$  los m6ltiples factores sociales  culturales$ sino tambi"n el propio funcionamiento del programa. < con "l$ el del funcionamiento judicial$ policial  penal$ tanto en sus aspectos declarados como ocultos$  en definiti*a se debían reali,ar in*estigaciones sobre todo el sistema social. Para ello no resultaba 6til la criminología positi*ista !ue se 1abía reali,ado 1asta entonces$ predominantemente en %uropa  Am"rica Latina. Adem+s  en lo !ue a %uropa concierne$ ese tipo de criminología estaba demasiado comprometido con los regimenes autoritarios derrotados en la segunda guerra mundial. La nue*a in*estigaci&n criminol&gica intentaría acercarse a la del tipo sociol&gico !ue se reali,aba en a!uel país del norte de Am"rica. La in*estigaci&n criminol&gica de cu/o sociol&gico se reali,o a partir de la uni&n entre la teoría funcionalista de erton  las ideas de la escuela de C1icago desarrollada entonces por Sut1erland. %n todo caso$ la in*estigaci&n criminol&gica pro*eniente de la sociología de %%UU estu*o dominada por el intento de reali,ar una ciencia -neutral$  a*ocada al an+lisis de datos. %llo no e(cluía la elaboraci&n de teorías$ aun!ue estas tambi"n perseguían la idea de neutralidad. Con dic1a idea se aceptaba el t"rmino des*iaci&n !ue parece !uerer indicar cierta independencia a los prejuicios de base legal m"dica !ue 1abía inundado el campo de estudios criminol&gicos. Sn embargo$ la sociología de la des*iaci&n continuaría reali,ando principalmente estudios !ue se obligaban a indicar causas$ cuando no soluciones a los problemas !ue finalmente eran se/alados por la le penal o por la patología m"dica. Casualmente$ contra esas dos influencias !uería Sut1erland independi,ar a la criminología. ;)Sut1erland  la teoría de los contactos diferenciales. La criminalidad de cuello blanco. %l mas importante de los crimin&logos de esa "poca  probablemente de todo el siglo XX fue %din Sut1erland$ !uien form& parte de la escuela de C1icago. %n su libro -manual de criminología de 39;B$ inici& la idea de los contactos diferenciales como e(plicaci&n del delito$ con lo !ue produjo una gran ruptura en el ambiente propiamente criminol&gico de la "poca$ !ue tenía perspecti*as predominantemente psicobiol&gicas  multicausales  carecía de una *erdadera -teoría !ue no dependiera del derec1o sobre lo !ue es el delito. Sut1erland discutía principalmente con las teorías biologicistas. Todas sus in*estigaciones pero fundamentalmente las 6ltimas reali,adas sobre los delitos de cuello blanco objetaban decididamente las e(plicaciones de la criminalidad por causas biol&gicas  psicol&gicas  asimismo criticaban el *inculo entre delincuencia  pobre,a$ asumido tambi"n por los crimin&logos de estado asistencial con la e(presi&n -desorgani,aci&n social.
reali,an delitos# como dijera 2arcía "nde, asociar pobre,a  delincuencia es injusto con muc1os pobres !ue no delin!uen  tambi"n con los muc1os ricos !ue sí lo 1acen. La obra de Sut1erland tiene distintas influencias# una de ellas de la escuela de C1icago de la ! e(trajo de S1a  c Da la idea de desorgani,aci&n social como factor de delito. Sin embargo Sut1erland a no 1ablaba de desorgani,aci&n social sino de -organi,aci&n social diferenciada pues no es !ue en esos barrios no 1ubiera organi,aci&n$ sino !ue encontraba distintas organi,aciones !ue perseguían fines diferentes. Otra influencia es la de Sellin$ -cultura crimen  conflicto de 39:. 7e "l tom& la idea de conflicto cultural$ principal aporte para distinguir por!u" los indi*iduos aprenden *alores normati*os distintos  no unos generales e id"nticos. Con todo ello elabor& Sut1erland la teoría de los contactos diferenciales !ue parte de !ue en cada +rea cultural diferencial los indi*iduos aprenden modelos de es!uemas de comportamiento diferentes. %l comportamiento delicti*o no est+ determinado gen"ticamente$ ni es producido por problemas en la personalidad ni por la pobre,a$ sino !ue es un comportamiento aprendido por medio del contacto diferencial. %s aprendido este comportamiento al igual !ue es aprendido otro tipo de comportamiento por medio de la interacci&n con otras personas en el proceso comunicati*o. %n concreto el aprendi,aje del comportamiento delicti*o inclue tanto las t"cnicas de comisi&n del delito$ cuanto la racionali,aci&n del comportamiento delicti*o# la moti*aci&n$  justificaci&n$ actitudes frente a la conducta$ etc. %l principio del contacto diferencial indica !ue una persona se con*ierte en delincuente por!ue en su medio 1a mas definiciones fa*orables a infringir la le  se logran aislar así a los grupos !ue se inclinan por respetarlo.  =o todos los contactos influen de la misma forma. Un indi*iduo no adopta el modelo de conducta de otro al !ue no le otorga prestigio. Tambi"n pretendía e(plicar los distintos ni*eles de delincuencia e(istentes en las organi,aciones sociales diferenciales o +reas. Son dos ni*eles de an+lisis# el indi*idual$ mediante el cual el contacto diferencial permite e(plicar c&mo alguien se con*ierte en delincuente$ )la influencia de esta *ariable es de una sociología mas cercana a la sociología) N  el social$ !ue e(plica la delincuencia en las +reas diferenciales 'esta *ariable es mas socioestructural). %l ni*el de delincuencia aun!ue discutía Sut1erland con las estadísticas oficiales debe ser tenido en cuenta en *irtud de esta 6ltima *ariable. Sut1erland !uería reali,ar tambi"n la e(plicaci&n del crimen indi*idual. %l delito depender+ del *ocabulario de moti*os grupales$ cuando es introectado por el indi*iduo  forma parte de su *ocabulario aprendido. Así podr+ saberse la probabilidad de !ue un indi*iduo realice un comportamiento delicti*o. %sto es *isto en su libro de 39:Q -el ladr&n profesional escrito en la misma uni*ersidad de C1icago en la ! entonces se 1acían trabajos de 1istoria de *ida. Sut1erland se detu*o en un ladr&n al !ue se le pagaron 344 d&lares durante tres meses para ! le contase su e(periencia profesional 'C1icM Conelle). 7e acuerdo a las propias palabras de este profesional del robo$ demostraba Sut1erland c&mo los miembros de ese oficio ad!uieren poco a poco unas t"cnicas relacionadas con las distintas acti*idades$ a tra*"s de la asociaci&n  cooperaciones con otros ladrones. 'en los barrios bajos  en las mismas prisiones) %l aprendi,aje de ese comportamiento o de cual!uier otro no es un producto de un problema de sociali,aci&n sino al contrario$ tiene ! *er con el "(ito de la sociali,aci&n en unos *alores diferentes a los de la le$ como se decía ese aprendi,aje no es solo de *alores sino tambi"n de t"cnicas de delitos# algunas son sencillas$ pero otras mas elaboradas$  solo son posibles en un proceso de adiestramiento importante. %l aprendi,aje de !uienes delin!uen es en todo sentido normal. %s igual ! el aprendi,aje de otros *alores  comportamientos. =o !ueda mu claro cuando se produce e(actamente ese e(ceso de definiciones fa*orables a delin!uir$ !ue sería determinante. Podría aplic+rsele a Sut1erland la misma critica !ue el reali,aba. =o todos los indi*iduos sometidos al contacto de una subcultura criminal delin!uen$  no todos los ! delin!uen 1an estado en contacto con una subcultura fa*orable al delito. Sus in*estigaciones sobre la criminalidad de cuello blanco resultaron fundamentales por *arios moti*os$ uno de ellos es el de se/alar para siempre como err&neas las teorías !ue 1asta entonces seguían 1ablando de genes$ de test de inteligencia$ de complejos psicol&gicos $ en todo caso$ de una anormalidad e inferioridad indi*idual en el delincuente. Tambi"n se se/alaba como err&nea la *inculaci&n de la delincuencia con la pobre,a. Seg6n Sut1erland esa *inculaci&n se basaba en los estudios de la delincuencia detectada  esa 65

detectaci&n omite sistem+ticamente los delitos reali,ados por a clase media  alta !ue son sin embargo mu numerosos. Por otro lado las teorías !ue surgían de las e(plicaciones del crimen por cuestiones indi*iduales 'la 1erencia$ el facto psicol&gico o la pobre,a) no podían e(plicar a la delincuencia en los delitos de cuello blanco. < por ello no eran *+lidas como teorías generales. La teoría de los contactos diferenciales es general$ seg6n Sut1erland pues tanto puede e(plicar el delito de las clases bajas$ como el delito de las clases media  alta. %llo sucede entre los mismos 1ombres de negocios$ ! transmiten de generaciones en generaci&n un c&digo distinto del legal$ pero tambi"n en el resto de la sociedad  en las instituciones estatales !ue no censuran estas conductas$ a sea por el status de las personas ! reali,an este tipo de delitos$ por la creaci&n de tribunales especiales para ju,garos. Sut1erland *erificaba en el mundo de los negocios una real situaci&n de desorgani,aci&n social. Habría una situaci&n de anomia  a no de *alores diferentes a los legales$ en estos sectores$ de acuerdo a la terminología funcionalista. 7ecía ! ello no es causal$ pues se trat& de las d"cadas de apogeo del %stado de >ienestar inter*encionista en %%UU$  una de la e*identes preocupaciones de tal forma)estado$ era la creciente acumulaci&n de poder político  econ&mico de las principales empresas del nue*o capitalismo monop&lico. :) La teoría de las subculturas criminales  el estudio de las bandas ju*eniles. La criminología entre anomia  aprendi,aje La teoría de las subculturas criminales se percibía a en los trabajos de Sut1erland en tanto mencionaba el crimen no tanto como oposici&n a unos *alores$ sino como adecuaci&n a unos diferentes. %l mas importante de a!uellos te&ricos socialdem&cratas fue el profesor de la Uni*ersidad de Connecticut Albert Co1en$ !uien escribi& una obra destacada en 39@@$  -delincuentes ju*eniles# la cultura de pandillas. Co1en se 1abía formado en Har*ard junto a Parsons$ pero luego sería colaborador de Sut1erland en Indiana. Co1en *erific& la e(istencia de subculturas criminales en las bandas delincuentes ju*eniles. %ntendía por estas bandas a los grupos organi,ados integrados por j&*enes ! se re6nen con asiduidad$ disponen de estructuras jer+r!uicas de grupos  tienen criterios de admisi&n. 7escribía así Co1en la subcultura criminal de esos grupo de j&*enes$ en tanto un sistema de creencias  *alores !ue surgen de la interacci&n con otros j&*enes en similar situaci&n$  !ue resuel*en por su intermedio los problemas de adaptaci&n causados por la cultura dominante. Combatía Co1en las e(plicaciones psicol&gicas de la criminalidad entre j&*enes  e(plicaba la delincuencia indi*idual a no por ra,&n de la personalidad particular$ sino por!ue podría e(istir en cual!uier personalidad si las circunstancias permiten el contacto con modelos delincuenciales en *e, de con modelos respetuosos de la le. Luego e(plicaba como surgen esos modelos culturales delincuenciales. Co1en intentaba reali,ar una síntesis entre las teorías de la anomia  la de los contactos diferentes. La teoría de la anomia es la !ue e(plica !ue las subculturas surgen$ seg6n Co1en$ entre j&*enes de clase obrera !ue no encuentran respuesta para su frustraci&n dentro de la cultura general !ue enfati,a el "(ito econ&mico. Para Co1en cada una de esas teorías por si solas$ no pueden e(plicar a las bandas criminalesN pues una presupone a la delincuencia como acto racional$  la otra es circular  no e(plica como surge tanto el slum$ como la subcultura de ese lugar. Pero juntas sí tienen capacidad e(plicati*a# la presi&n social e(plica el blo!ueo de la satisfacci&n de unos indi*iduos  la asociaci&n con otros$ en la misma situaci&n e(plica como se soluciona ese blo!ueo. %l libro de Co1en describe las características de las bandas delicti*as ju*eniles de su "poca  país. %starían compuestas por j&*enes del se(o masculino pertenecientes a familias de clase obrera  usualmente cometerían delitos# a)e(presi*os o no utilitarios esto es$ ! no le sir*en a los j&*enes para acceder a las cosas por medios legales$ sino !ue producen placer por si mismas  sobre todo permite ad!uirir un reconocimiento por medio del grupo. >) maliciosos$ esto es$ simplemente placenteros por molestar a la moral general o a !uienes la respetan. c) negati*istas$ esto es$ !ue se definen por oposici&n a los *alores de la cultura general$ o de la clase media$ no tienen referencia aut&nomo a sino !ue son justamente lo contrario a lo !ue ella prescribe d)*ariables$ esto es$ !ue los pandilleros no se especiali,an en un comportamiento delicti*o$ sino !ue reali,an una gran *ariedad de actos delicti*os o !ue sin llegar a serlo apare,can como contrarios a esos *alores generales 'desde 1urtos$ 1asta gamberrismo$ o faltar a clase o a la buena educaci&n e)1edonistas a corto pla,o$ lo !ue se relaciona con lo anterior pues no reali,an acti*idades planificadas$ sino ! responden 66

al impulso para reali,ar la acti*idad delicti*a como *alor cultural en sí. 8) refor,adores de la independencia de grupo$ pues en estas mismas conductas  por intermedio de otras conductas$ se refuer,an la solidaridad  autonomía del grupo mediante la 1ostilidad  resistencia a otros grupos  principalmente a la autoridad o instituciones !ue la representes 'familia escuela$ etc.) Co1en otorga una importancia maor a ! los j&*enes integrantes de estas bandas pro*engan de familia de clase obrera o baja  ! sean *arones. %n los *arones recaía un maor peso para satisfacer las demandas de la sociedad integrada mediante el trabajo e(clusi*amente masculino de su "poca. La condici&n social imponía dificultades para acceder a los re!uisitos del "(ito econ&mico o sue/o americano. Los j&*enes de clases 1umildes reciben de todas formas la presi&n por cumplir ese sue/o pero tienen un status in1erente el nacimiento en una familia pobre  otro ad!uirido$ ese mismo origen influe en la educaci&nJ !ue los pondr+ en situaciones de inferioridad con los *arones de clase media  alta. La presi&n surge de los medios de comunicaci&n$ la escuela  la propia familia !ue $ aun!ue de origen 1umilde transmiten a sus 1ijos el *alor del "(ito. Para alcan,ar el "(ito el jo*en debe ser a preco,mente competiti*o  tener las condiciones !ue auguren ese "(ito en la *ida adulta# ambici&n$ responsabilidad capacidad$ buena educaci&n  autocontrol$ e(celentes calificaciones en la escuela$ respeto a las normas$ conocimientos e(tra$ etc. Tener esas cualidades 1ace a un jo*en mas *alorado por la cultura social. Si el jo*en de clase baja toma en consideraci&n ese diferencial  acepta los *alores de la cultura general$ se percata de ! se encuentra en el status mas bajo de la jerar!uía social  e(perimenta sentimientos negati*os$ como culpa$ autorrec1a,o$ ansiedad$ 1ostilidad  resentimiento. Se le ofrecen entonces al jo*en seg6n Co1en$ tres *ías posibles de soluci&n para su problema de falta de reconocimiento por parte de la cultura general# o se esfuer,a pese a todo$ por obtener un reconocimiento por ser aplicado$  buscar la superaci&n$ o renunciar a las aspiraciones del "(ito  asumir el papel de buen c1ico 1umilde de barrio. O se acoge a la *ida de la subcultura criminal. La influencia de la clasificaci&n de erton$ es a!uí e*idente. %l primer caso seria una respuesta conformista$ a6n a sabiendas de ! se compite en inferioridad de condiciones pero seg6n Co1en$ muc1os j&*enes de clase baja lo intentanJ %l segundo caso$ seria de ritualismo o de apatía pero permite eludir los problemas de status pues se acepta la situaci&n de inferioridad con respecto a los j&*enes de clases altas  se renuncia a obtener gratificaci&n en esos *alores junt+ndose con otros j&*enes de clase obrera !ue comparten ese punto de *ista. La tercera respuesta es inno*adora$ pero junto con los medios se cambian tb los fines ! se buscan. Se cambia en realidad todo el marco de referencia de la cultura general por el del la subcultura criminal$ pues sucede lo mismo !ue en cual!uier situaci&n alteradora de la cultura normal por ejemplo$ durante un incendio o cual!uier desastre. La nue*a subcultura *alorar+ positi*amente a!uellas capacidades ! el jo*en sí tiene. Se produce la inno*aci&n cultural cuando ese jo*en se junta con otros ! est+n en la mismas situaciones  se producen reacciones fa*orables frente a actos desaprobados por la cultura general. Cuando el grupo reconoce$ acepta  *alora el comportamiento transgresor o delicti*o$ se cambian los *alores  se abre una *ía para solucionar el problema de status de estos  j&*enes pues a1ora obtendr+ una *aloraci&n positi*a por reali,ar actos !ue antes eran síntoma de desprecio. La delincuencia es un medio de conseguir status$ pero no para obtener el mertoniano "(ito econ&mico por medios ilegítimos$ sino ! es una forma de encontrar reconocimiento en los dem+s gracias a la e(1ibici&n de capacidades !ue sí est+n a su alcance aun! ese reconocimiento se !uede dentro del subgrupoJ. %s por ello ! la delincuencia de estos muc1ac1os es e(presi*a  no utilitaria. La importante diferencia entre la teoría de Co1en  la de erton$ es ! para el primero la inno*aci&n adem+s es negati*a$ es una respuesta grupal  no indi*idual. 7ebería proporcionarse a todos los j&*enes la posibilidad de ad!uirir el mismo status para sentirse *alorados. %llo re!ueriría eliminar progresi*amente la diferencia de clases  posibilitar un fluido ascenso social. Asimismo sugería Co1en ! para ! no se des*alore al  jo*en de clase baja$ podía procederse de otras maneras$ como reconoci"ndose socialmente otros *alores !ue allí sí e(isten como la solidaridad aun! se/alaba ! ello era mu difícil  riesgoso$ pues sacrificar la competiti*idad podría tener efectos no deseados  poco beneficiosos sobre la producci&n econ&mica. Se *e así ! aun! este autor tb es un progresista tampoco sale del marco del capitalismo. 67

Algunos de los autores ! siguieron sus postulados mas importantes para entender este concepto sociol&gico !ue e(plica al acto des*iado dentro de la subcultura son ?ic1ard Cloard  Lod O1lin. %n cuanto a las aspiraciones$ estos autores contraponían a Co1en !ue no todos los muc1ac1os de clase baja desean desde un principio alcan,ar el -sue/o americanoN no todos !uieren *i*ir como *i*e la clase media. 7e todas formas en estas sociedades capitalistas si !ue es probable !ue aspiren a ganar dinero aun sin cambiar de *alores culturales. Las oportunidades legítimas !ue ofrece el sistema para 1acerse con dinero son mu limitadas. Pero las oportunidades de obtener dinero de manera ilícita tampoco est+n democr+ticamente distribuidas. =o cual!uiera puede con*ertirse en delincuente$ ni en cuales!uier tipo de delincuente$ siempre seg6n estos autores. %l acceso a los roles ilegítimos no esta libremente disponible. %llo depende$ como mostr& el trabajo empírico de la escuela de C1icago$ de la organi,aci&n social de cada barrio de clase baja. B) %l control en lo e(terno  la subsidiaridad de la prisi&n =o es causal ! en este conte(to  durante la d"cada de los @4 se realicen in*estigaciones sobre las instituciones penales ! a re*elan una indudable carga critica. -Subcultura carcelaria era anali,ada con el mismo espíritu ! el del an+lisis de las bandas ju*eniles  así se *ol*ía sobre el tema de la producci&n de delincuencia dentro de la instituci&n prisi&n. Todas las *iolencias ! la prisi&n supone para el condenado lo lle*aran a adoptar una estrategia de defensa$ !ue seria la subcultura carcelaria$ *erdadera escuela de nue*os delitos. Los mismos aparatos del %stado >enefactor o asistencial eran los encargados de organi,ar el control de las poblaciones. %ran estos medios los ! intentaban 1acer in*isible o no problem+ticos$ los conflictos naturales al capital  trabajo  a la distribuci&n de bienes  ser*icios. %ntre ellos estaba como uno mas el problema del delito$ la des*iaci&n o la conflicti*idad en general %n las nue*as metr&polis reorgani,adas con formas de control social$ las redes se ampliarían$ se iría a controlar a1ora estatalmente allí donde las cosas realmente pasan. %n n6mero de controlados intramuros representaba una minoría en proporci&n con los !ue deberían ser a1ora controlados por las escuelas$ los sindicatos$ los polideporti*os$ los asistentes sociales  otros agentes de las nue*as instituciones de bienestar. La prisi&n no se reduce$ empero$ con esta nue*a perspecti*a de control estatal incluente$ pero tampoco aumenta el n6mero de personas encarceladas en proporci&n con el aumento poblacional. Puede pensarse ! la sociedad de esos a/os era menos puniti*a ! la de los a/os anteriores$  como se *er+ tb ! la de los posteriores$ en particular en lo %%UU. Pero tb es posible pensar ! ese aumento seria deri*ado a otro tipo de medidas de castigo ! tendrían lugar el e(terior de la prisi&n. Las pr+cticas estadounidenses de la probation  la parole eran impuestas en forma mas amplia en su país de origen e imitadas en los dem+s del occiddente europeo  latinoamericano. Poco despu"s se crearían con car+cter oficial los oficiales de probation en el estado de assac1ussets !ue se ocupaban del control  la *igilancia de los indi*iduos con la libertad condicionada. %n 3Q el estado de assac1ussets legisl& este tipo de aplicaci&n de la pena$  a principios del siglo XX lo imitarían otros estados de America  %uropa. Se *eía la suspensi&n condicional de la pena  en gral a las alternati*as al encierro en prisi&n$ como mejores 1erramientas con el objeti*o político criminal de lograr la resociali,aci&n o al menos sustraer del ambiente crimin&geno de la prisi&n a los delincuentes declarados por primera *e,  por 1ec1os de escasa gra*edad. La parole es lo ! en Argentina se denomina libertad condicional. La ultima etapa de la pena se cumpliría en libertad para permitir una mejor forma de reinserci&n del penado a la sociedad. %l apogeo de todas esas medidas en este período se debi& por un lado al empe/o de los propios positi*istas en alternati*as a la prisi&n condicional !ue tendría como modelo las comentadas medidas estadounidenses. A esto se sum& en ese momento todo el aporte de la criminología sociol&gica estadounidense ! encontraba en la uni&n de la teoría de la anomia  la desorgani,aci&n social$ una ra,&n mas ! suficiente para intentar cambiar el conte(to social antes ! los comportamientos indi*iduales. Por el otro lado$ 1abía tb moti*os de utilidad$ moti*os econ&micos mejor dic1o$ pues se suponía mas barato adem+s de m+s efica, el control de lo e(terno. 8inalmente tb dentro de esos moti*os los sindicatos de trabajadores a no soportaban tener ! competir con la mano de obra casi escla*a ! se encontraba en las penitenciarias. 68

Con la caída de la prisi&n a un lugar subsidiario tb se producía una crisis de la criminología etiol&gica ! basaba sus estudios en la personalidad$ la cual se encontraba estrec1amente relacionada a la instituci&n penitenciaria a la !ue 1abía erigido en obser*atorio pri*ilegiado. %s interesante destacar ! los mismos objeti*os reclamados por la instituci&n penitenciaria para su legitimaci&n$ acababan por deslegitimarla al comprobarse ! se producía e(actamente lo contrario. Lo trascendente a se/alar a!uí es ! la critica a la prisi&n surgía principalmente de a!uellos ! creían con buena fe en sus funciones declaradas  ! 1onestamente *eían cuales eran sus logros efecti*os. =o obstante$ el desprestigio de la pena pri*ati*a de la libertad para conseguir esa funci&n de resociali,ar )reno*ada a1ora sobre su pr"dica positi*ista por la sociología funcionalista) lle*& a proponer una nue*a modificaci&n a la c+rcel$ la llamada prisi&n abierta !ue propugnaban como prometedora en los a/os @4  54 juristas como Dauffman. %stos autores entre otros sostenían ! cuanto menor sea la sensaci&n de encierro mejor seria la posibilidad de resociali,aci&n. Dauffman insistía en la *iolencia  corrupci&n dentro de las c+rceles  abogaba por establecimientos de semi)libertad  así lograr una maor eficacia resociali,adora al refor,arse los *ínculos laborales$ sociales  afecti*os. @)-7el indi*iduo  el medio de la criminología positi*ista al multifactorialismo con preeminencia conductista %l positi*ismo criminol&gico 1abía arribado a atribuir las causas del comportamiento delincuencial a una amplia gama de factores ! iban de los propios del indi*iduo 1umano a los propios del ambiente donde *i*e. Con la persistencia en crisis de la prisi&n$ se *erificaría tb la persistencia en crisis del paradigma del positi*ismo criminol&gico. Al 1acerse realidad el proecto del estado de >ienestar$ se pens& ! el problema de la des*iaci&n estaba solucionado. %l escaso margen de des*iaci&n ! persistía podía deberse$ como a lo 1abía se/alado 7urM1eim a causas patol&gicas. Los estados inter*encionistas en la economía procurarían una ilusi&n en cuanto a la desaparici&n de las causas sociales o de estar 1aciendo algo para elloJ  con ello la mencionada con*icci&n de ! la criminalidad persistente era causada por patologías indi*iduales$ en su maor parte solucionable con tratamientos resociali,adores. Lo no*edoso era precisamente esta conjunto de teorías sociol&gicas  psi!ui+tricas. Otro soci&logo 2lasser$ prestaba mas atenci&n a los aspectos de la personalidad indi*idual$ este autor elaboraría una teoría de los roles  sobre como se construe el self. La conciencia del si mismo se *a formando desde la ni/e,  contin6a siempre en formaci&n de acuerdo a los roles ! adopta la persona. %stos roles son elegidos pero en esta elecci&n influen el grupo de características  los mecanismos de racionali,aci&n. 7e esta forma$ interact6an las reacciones sobre c&mo se percibe uno mismo  como cree ! los perciben los dem+s para terminar racionali,ando un comportamiento ! puede ser delincuencial. Tb la teoría del aprendi,aje se unía a en lo a/os 54 como la fuerte doctrina conductista. %l enfo!ue conductista$ adem+s de las m6ltiples criticas formuladas a su forma de in*estigar o -1acer ciencia recibi& la atenci&n de !ue no encaraba las causas o e(plicaciones mas generales limit+ndose a darle importancia al estímulo o causa inmediata. Pero esta criminología conductista$ aceptaba ! no puede encontrarse un 6nico factor o causa de la conducta delicti*a. La a mencionada teoría del aprendi,aje indicaba ! debían tomarse en cuenta todos los grupos sociales de referencia para establecer la influencia social sobre el comportamiento indi*idual. Por otro lado$ ese multifactorialismo !ue afectaría la conducta indi*idual debía 1acer ingresar a los factores sociales en una doble instancia# la diferenciaci&n cultural dentro de los marcos de referencia estructurales en en particular los econ&micosJ  el propiamente singular. Asimismo$ se buscaba compleji,ar los factores$ sobre este ultimo aspecto$ el singular$ o indi*idual con la idea de la moti*aci&n para cambiar o modificar la conducta. %n %uropa  America Latina$ unos  otros soci&logos  psic&logos se encontrarían unidos en torno a la idea del determinismo  en contra de pensadores del derec1o  de la moral !ue rec1a,aban esta idea en la defensa del -libre albedrío. %n realidad tanto unos  otros propugnaban castigos en base a la responsabilidad moral e insistían en políticas p6blicas para ocupar a los j&*enes  educar a los ni/os. Tampoco es f+cil se/alar cu+l de las dos posturas era mas progresista$ en tanto 1abitualmente el saber de deterministas 'm"dicos o soci&logos) propugnaba medidas mas sua*es a incluso no puniti*as$  el saber de los partidarios de la libre *oluntad$ apoaba un derec1o retributi*o. 69

La criminología en sentido estricto parecía !uedar en manos de los deterministas  el derec1o penal en la de los partidarios de libre albedrío. La personalidad del penado se formar+ bajo el influjo de las condiciones de sociali,aci&n  del desarrollo social en general. %l comportamiento criminal estaría relacionado con las cualidades de la personalidad des*iada$ con las manifestaciones sociales$ psicol&gicas$ etc. de su indi*idualidad ! estaría finalmente determinada por la influencia social$ en un medio social dado. Al lado del pensamiento de raí, sociol&gica o al determinismo conductista o ambiental !ue en 6ltima instancia *eían a la criminalidad como un fen&meno social  atendían a los factores estructurales o de la interacci&n continuaría otro tipo de pensamiento ! reducía el problema etiol&gico al problema indi*idual. %l problema de la personalidad seguiría ese derrotero  -antropol&gico tb en %%UU Allí las teorías estrictamente constitucionalistas pretendían detectar a los criminales o a los 1ombres con tendencias criminales por alg6n dato diferencial con los supuestos normales en la constituci&n del propio cuerpo o cerebro de acuerdo a los planteos originarios de Lombroso. Cierto desarrollo de la teoría psicoanalítica$ en particular basado en los trabajos sobre el inconsciente$ fue acercado a los %%UU por Henri %llemberguer. %l inconsciente sería a partir de 8reud$ un elemento con la particularidad de ser a la *e, interno del sujeto  a su concienciaJ  e(terior a toda forma de dominio por el pensamiento consciente  se les re*eler+ a la conciencia en el sue/o$ los lapsus$ los c1istes$ los juegos de palabra$ los actos fallido$ etc. %stos estudios serían importantes para las estrategias de control  para los pensamientos criminol&gicos$ pues a partir de ellos podían *erificarse des*iaciones latentes  adem+s efectuar mejoras a los tratamientos merced a la t"cnica psicoanalítica como intento de fortificar el -o en detrimento de sus partes consideradas inconscientes. Aparecía en estos a/os una -criminobiología !ue buscaba en la base gen"tica las diferencias 1umanas !ue producen a esa clase de anormales. %n 39Q:$ se le concedi& el proemio nobel al ,o&logo austriaco Conrad Loren,. Loren, postulaba ! el origen gen"tico de la agresi*idad 1umana estaba en el comportamiento obser*ado en animales inferiores cuando definen su territorio. Todo ello no se alejaba del positi*ismo criminol&gico  ! se/alaba al ser 1umano$ particularmente al primiti*o$ como origen de todo lo destructi*o entre ello$ el delito.  %n el campo de la psi!uiatría criminal en la Argentina$ se destacaba el m"dico =erio ?ojas ' el mas claro representante del positi*ismo criminol&gico) Toda Am"rica Latina continuaba una criminología positi*ista. Lo ! remarco a1ora es la persistencia de a!uel paradigma a pesar de la e*idente destrucci&n en la !ue 1abía cooperado. La uni&n de a!uellas ideas medicas o antropol&gicas con las propiamente penales reflejaban unas propuestas !ue en nada diferían de las le*adas a cabo en gran escala por le na,ismo. Pero fuera de esos ejemplos$ tras la segunda guerra mundial$ America Latina  otras +reas de occidente$ continuarían con a!uella criminología positi*ista$ pero con la atenci&n puesta en otros factores de la criminalidad$ distintos de a!uellos utili,ados por los regímenes totalitarios como la 1erencia. %n Argentina se ad*ierte este rec1a,o al discurso de la -1erencia en la obra de Carlos 8ont+n >alestra -criminología  educaci&n de 39B:$ en la cual$ pese a se/alarse la inducci&n al delito por tendencias naturales$  por tendencias ad!uiridas$ se/alaba ! la presencia de anormales$ por deficiencias psí!uicas en los tribunales es minima  !ue los principales problemas se debían a deficiencias en la educaci&n. %l positi*ismo ambientalista se imponía así sobre el constituti*o. 5)La ideología de los derec1os 1umanos %l na,ismo 1abía lle*ado a un e(tremo casi inimaginable toda la justificaci&n del poder de producir estatalmente dolor  en ello la criminología no era ajena. %n particular$ se responsabili,aría al positi*ismo reduccionista a lo biol&gico. %s !ue el discurso de los derec1os 1umanos era$ por una lado$ el principal crítico del positi*ismo criminol&gico  sus consecuencias. %jemplo principal de esta posibilidad de acciones in1umanas era considerado el concepto de -peligrosidad de los delincuentes. Una primera crítica a este concepto puede obser*arse en la obra de Sebastian Soler de 39;9 -e(posici&n  crítica del estado peligroso. Por otro lado$ el discurso de los derec1os 1umanos se con*ertiría en el principal corrector del positi*ismo. Se trataba en efecto$ de e!uilibrar la noci&n de peligrosidad con la idea de los derec1os 1umanos. Todo ese período de uni*ersali,aci&n -legal o -positi*i,aci&n de los derec1os 1umanos llegaría a su apogeo en el a/o 3955 con los respecti*os Pactos de 70

7erec1os Ci*iles  políticos  de derec1os sociales  culturales. %se momento sería no casualmente$ el del inicio de los mo*imientos criticos  de defensa de tales derec1os frente al poder puniti*o. %s por ello !ue se puede decir ! tras la segunda guerra mundial se estaba$ particularmente en el campo criminol&gico dentro de un paradigma !ue daba primordial importancia s los derec1os 1umanos. %l 3 de octubre de 39B5 tras un a/o de sesiones$ el Tribunal ilitar Internacional de =uremberg dio a conocer el *eredicto en el proceso contra los dirigentes na,is responsables reacciones estatales consideradas crímenes. %sto pro*oc& ! las políticas penales ! se implementaron tras la segunda guerra se esfor,aban por no parecerse en nada a lo ! se practic& en la Alemania na,i. %*identemente 1ubo e(cepciones$ pero en general se pretendía !ue las c+rceles no se parecieran a campos de concentraci&n  !ue los modelos policiales fueses radicalmente diferentes a los de la 2%STAPO. %ste cuerpo policial alem+n continuaba el modelo franc"s$ pero radicali,aba tanto la eficacia legal como la ilegal. Por su lado$ 2erome Hall reali,o di*ersas acotaciones a lo !ue llamaba -el derec1o en acci&n$ !ue se consolidaría como objeto de estudio de la sociología jurídica antes ! de la dogm+tica. 8ue !ui,+s el autor del realismo jurídico mas influente en la criminología sobre todo fue decisi*a su ruptura con los intentos$ !ue iban desde la moral 1acia la sociología$ de  -independi,ar a esa disciplina del derec1o. %l enfo!ue realista$ al !ue llamaba tb  -Integrati*o se ad*ertiría en di*ersos libros !ue oscilan entre el derec1o  la criminología. %se necesario contacto del derec1o con la realidad seria por tanto$  poco a poco$ el !ue diera nacimiento a la sociología jurídica. %n la arrasada Alemania de posguerra pero de allí e(pandi"ndose a otras partes$ aparecían ideas jurídicas !ue podían definirse como -iusnaturalismo e(istencial pero !ue$ en *irtud de una pol"mica dogm+tica penal de escasa importancia$ se conocería como finalismo. Hans 0el,el partía de la e(istencia de un mundo con pluralidad de &rdenes a los !ue se *incula el legislador  el derec1o$  cuo desconocimiento pro*oca ineficacia$ sal*o el de la estructura l&gico real fundamental$ !ue es el !ue *incula el derec1o con la persona  cua !uiebra implica la negaci&n misma del derec1o. La b6s!ueda de conocimiento de la realidad iba unida así al refor,amiento de los *alores elementales de la sociedad tanto como fin utilitario  "tico. 7e esta manera$ el e(istencialismo del -ir a las cosas mismas  el finalismo de la  -naturale,a de las cosas pro*ocaron ! desde el derec1o penal se prestase atenci&n a los datos de la realidad  por tanto$ creo ! entonces se ensaaría un tímido acercamiento del derec1o penal a la sociología. Para 1acerlo$ tendría maor capacidad la filosofía pragmatista de los %%UU ! como se 1a *isto$ se acercaba en estos a/os al funcionalismo. %l mejor e(positor de este penalismo funcionalista sería el b+*aro Claus ?o(in. Al *ol*er a 1acer 1incapi" en la pre*enci&n especial$ pero en su justificaci&n de la pena$ tambi"n aparecen otras funciones sociol&gicamente elaboradas. Intentaba ?o(in *incular estrec1amente la teoría del delito con la política criminal dentro del marco ideol&gico *inculado al estado de >ienestar  a su consiguiente disminuci&n de los factores sociales del delito. Q)La criminología en el camino de su institucionali,aci&n Al margen de las elaboraciones sociol&gicas estadounidenses el resto del mundo continuaba con la 1erencia positi*ista ! centraba en el 1ombre autor del delito el inter"s pensante$ aun!ue atenuado por lo *alores políticos impuestos tras la segunda guerra mundial. Si bien ello era mas notorio en la criminología clínica$ dominada por m"dicos  psic&logos  aplicada en los mismos centros de encierro$ tampoco la criminología acad"mica$ o te&rica de entonces$ se escapaba a esta tendencia. Había diferencias importantes en cada país. Pero no es menos cierto !ue los pensamientos criminol&gicos m+s informados no podían postular soluciones diferentes a las del marco liberal o socialdem&crata del estado de bienestar. < !ue$ en lo !ue es concretamente in*estigati*o$ se amalgamarían los originales aportes positi*istas$ en naturalismos periodísticos de denuncia$ el funcionalismo$  las teorías subculturales  de la anomia. Así$ se produciría una teoría criminol&gica  una pr+ctica in*estigati*a para justificar las aplicaciones concretas del -ellfare como soluci&n al problema del orden en las sociedades industriales. %l profesor de la uni*ersidad de 0as1ington Fames S1ort jr. 8ue autor de un estudio mas sobre bandas ju*eniles en C1icago. S1ort llegaba a la conclusi&n de !ue algunos grupos de j&*enes fundamentalmente los negros  los de clase baja tenían menos oportunidades !ue los blancos de clase media. %stos j&*enes tendrían mas problemas de des*iaci&n si$ con altas aspiraciones$ no 1abían tenido buena adaptaci&n al sistema educacional ! brindaba el estado. %s así ! la anomia sería el elemento fundamental de esta 71

enfo!ue sociol&gico como el emprendido por el a mencionado profesor de la uni*ersidad de 0isconsin ars1all Clinard. Tampoco la anomia aparecía como la soluci&n$ como la causa ! e(plicaba todos los delitos o des*iaciones. Pero es !ue en realidad a fuera una causa o *arias$ lo importante para el estado o las fundaciones pri*adas$ no era eso# no importa el problema$ importa la soluci&n$ podría 1aber dic1o el !ue sub*encionaba in*estigaciones. Por ello no puede e(tra/ar !ue otros trabajos criminol&gicos apuntaran so solo a las causas sino tb o sobre todo a las supuestas soluciones. < pretendieran entonces influir en las medidas adoptaras o a adoptar por el %stado de bienestar. %sta sería claramente la premisa !ue e guiaba al llamado enfo!ue de política criminal. %n lo !ue 1ace al +mbito latinoamericano$ la criminología sociol&gica comien,a a obser*ar algunos estudios aislados. Pedro 7a*id fue uno de los primeros en acercarse a lo ! sucedía en la sociología estadounidense a la ! pretendía integrar con el pensamiento criminol&gico predominante en Argentina claramente positi*ista con connotaciones conductistas. A la uni&n de derec1o penal de su formaci&n con la sociología  esa criminología conductista$ le llam& -intregrati*ismo. 7a*id$ cumpli& un papel destacado no solo como di*ulgador de esas teorías sino tb para su aplicaci&n en concretas in*estigaciones empíricas  an+lisis de los datos estadísticos e(istentes. Con ello pretendía no solo conocer a fondo los problemas sociales ligados a la delincuencia$ sino tb influir sobre la realidad con la acci&n concreta concomitante$ de acuerdo a los c+nones de los proectos reali,ados en %%UU. Tambi"n tenían una formaci&n sociol&gica Eictor Irur,un$ !uien fue autor de un ensao sobre la sociología de la conducta des*iada en 395B. Capitulo EIII Las teorías de la reacci&n social$ teorías del conflicto$ el mar(ismo  el pensamiento crítico respecto de la cuesti&n criminal. EIII. 3 Los a/os sesenta. Crisis en las sociedades -opulentas  deslegitimaci&n de los aparatos de control. Todo empie,a a mo*erse en el interior de los %stados centrales$ tras unos a/os de aparente "(ito del dise/o de e!uilibrio social. %stos mo*imientos se relacionarían con la toma de conciencia de lo !ue dic1o -e!uilibrio significaba política  socialmente. Sociedad Opulenta. Las minorías "tnicas en los países centrales$ las grandes maorías marginadas en los países perif"ricos$ las mujeres en todas partes pondrían en e*idencia !ue tambi"n entonces 1abía ganadores  perdedores. La proclama de justicia de estos perdedores e*idenciaría las bases materiales sobre las !ue se sustentaban los %stados del bienestar. %ste era un período en el !ue se pretendía legitimar un sistema de dominaci&n !ue podría *erse como preferible antes !ue la guerra$ el 1ambre o cual!uier otra falta de certe,a. Llegaba el momento en !ue los -perdedores podían !uejarse  sus reclamos serían posibles por el clima político !ue se recuperaba de la par+lisis de la gran depresi&n$ primero$  de la segunda guerra mundial$ despu"s. Pero el modelo de guerra fría no ser*iría para acallar los conflictos internos. Tanto en el +rea occidental como en la so*i"tica. %sto se *ería a los fines de los a/os sesenta con la guerra de Eietnam !ue no produjo un efecto integrati*o de la sociedad estadounidense sino !ue signific& un importante punto de ruptura. La mo*ili,aci&n ju*enil critica probablemente surgi& como reacci&n a la manipulaci&n nacionalista e(acerbada por la por la campa/a -macartista$ en espacial desde 39BQ a 39@B  !ue se tradujo en persecuciones a intelectuales  trabajadores. Como consecuencia no !uerida$ se *ería florecer un pensamiento rebelde  de reacci&n a esas ideas conser*adoras. %l centro del poder mundial$ los %stados Unidos$ estu*o dominado en esta d"cada  la siguiente$ por reacciones ju*eniles a la guerra de Eietnam  a la política e(terior estadounidense !ue auspiciaba maores conflictos para beneficio del -complejo industrial militar. %stas protestas por los derec1os ci*iles$ e*idenciaría !ue 1abía 1ec1os mas *iolentos  antisociales !ue los llamados tradicionalmente delitos. Lo !ue en realidad 1acía posible el bienestar$ reflejado en consumo  no*edades t"cnicas$ era la e(plotaci&n  restricci&n de libertades de -otros$ !ue implicaría el rec1a,o al modelo de sociedad estati,ada  capitalista. %sto se aplicaría en %uropa  tambi"n en el blo!ue so*i"tico$ donde la reacci&n al dirigismo so*i"tico auguraba la necesidad de aunar al mar(ismo con el ineludible componente de libertad. 72

%l occidente tambi"n inclue a Am"rica Latina$ Tambi"n allí importantes sectores reclamaban contra un modelo dependiente de desarrollo !ue no 1acía sino refor,ar el modelo de e(tracci&n de ri!ue,as para sub*encionar el modelo capitalista central. %ste rec1a,o a la sociedad represora  e(plotadora iba a ir acompa/ado de un rec1a,o al modelo científico propio del %stado benefactor$ el representado por la sociología estructural) funcionalista. Un 1ec1o puntual en !ue se publicit& la injerencia de los e(pertos a sueldo de los %%UU$ sería el proecto CA%LOT en el !ue se usaban a científicos para e(traer informaci&n sobre acti*idades políticas. %sto termin& por destruir la imagen del e(perto en cuestiones sociales. Así un cierto anticientificismo se al,& en la "poca bajo los reclamos del 1umanismo. %sto pondría en crisis$ adem+s del modelo científico$ al modelo político con el !ue se consustanciaba. Todo ello implicaría -cambios culturales$ una -nue*a moral. Una moral !ue a partir del indi*iduo fuera capa, de organi,ar nue*as formas sociales !ue pudieran gestionarse fuera del capitalismo  el %stado  sus m+s claros defensores# el ej"rcito  el sistema penal. %n estos a/os sesenta la industria del cine se 1ace cargo de la -cultura popular !ue 1abía se/alado !ue a *eces es necesario !uebrantar la le para obtener justicia. 7e acuerdo a esta mitología popular se recuperaría la idea del contenido político de las formas delincuenciales$ algo !ue se 1aría con el aporte de ideas mar(istas  re*olucionarias. Habría una *uelta al romanticismo  a su peligroso culto de los -1"roes. %l mejor ejemplo sería el de %rnesto -C1e 2U%EA?A. 39;)395QJ  el de toda la re*oluci&n cubana !ue se 1abía producido en 39@. %llo estaba a1í como muestra de !ue era posible enfrentarse a una típica dictadura latinoamericana  *encerla$  luego a la primera potencia mundial  resistir. 6s!ueda del fen&meno originario$ lo !ue est+ en el fondo de lo aparente o lo !ue se llamaba la -cosa misma. Todo lo !ue se deja de lado en *er esa originariedad de la cosa es mu importante$ (! afecta a la *ida social. Todo eso !ue 1a !uedado fuera al reducir la cosa a su objeti*idad es el plus de subjeti*idad$ el de las formas de comunicaci&n interindi*idual. 7e allí$ la importancia del sujeto de su conciencia  de su intencionalidad para definir a las cosas. %sta corriente filos&fica fue fructífera en %%UU a !ue se recibía allí desde los postulados de la sociología !ue era m+s apta para percibir los fen&menos de la realidad !ue la misma filosofía o el derec1o. 73

) Alfred SCHUTG 399)39@9J# 8ue !uien acerc& a la fenomenología a sus alumnos estadounidenses cuando se traslad& luego de 1uir de la ocupaci&n na,i en Austria. Un tema fundamental era la cuesti&n del entendimiento. %n este marco$ pasaría a 1ablar de las  -construcciones típicas. ediante ellas es posible a los asumir estereotipos de comprensi&n !ue permiten inteligir m+s las cosas !ue las !ue efecti*amente se *en o se dicen. Las construcciones típicas no 1acen necesarios *i*ir personalmente la e(periencia para saber$ para predecir el comportamiento del otro$ para actuar r+pida  espont+neamente$ Con ellas se forma el lenguaje com6n !ue permite el entendimiento. %l entendimiento surge de la intercambiabilidad de posiciones. Ha decisiones permanentes puestas en juego. =o 1a estabilidad$ sino estabilidad precaria. ) >%?2%? 39;:J  LUCDA= 39;QJ publican La construcci&n social de la realidad. %sta obra es una teori,aci&n de la sociología del conocimiento  anali,a los procesos por los cuales se construe dic1a realidad desde una perspecti*a no científica$ es decir$ la del indi*iduo en su *ida cotidiana de la interacci&n. %l an+lisis fenomenol&gico de esto tipos permitiría un acercamiento a lo cotidiano$ a la *ida diaria$ (! es la *ida diaria la imagen m+s *isible  reconocible de la realidad. %sa realidad  el propio indi*iduo serían productos sociales definidos por las sedimentaciones del conocimiento. La comunicaci&n juega un papel significati*o en el proceso de construcci&n social de la realidad. %n este proceso se destacan dos momentos diferenciadores. )La sociali,aci&n primaria$ en !ue el significado se transmite por la interacci&n con las agencias de sociali,aci&n familia$ escuela$ tele*isi&n. %tcJ. Los padres transmiten un determinado discurso !ue predecir+  condicionar+ la e*oluci&n indi*idual. %l indi*iduo comparte con los integrantes de un grupo social ciertas actitudes  opiniones. Todo esto se relaciona con la 1abituaci&n $ luego$ con la institucionali,aci&n$ entendida como tipificaci&n recíproca de acciones 1abituali,adas por tipos de actores. Pero tambi"n mediante conocimientos sociali,ados 1eredados o abstracciones !ue el sujeto crea  apre1ende. Logra así una acumulaci&n de tipificaciones !ue constitue la propia subjeti*idad$ la !ue define al mundo$ pero ello no es solo el producto de un conocimiento indi*idual$ sino !ue se acumular+ a las subjeti*idades de los otros indi*iduos !ue lo rodean. Para ellos ser+n importantes las relaciones personales$ como base del consenso$ pero tambi"n la comunicaci&n sociali,adora de las instituciones !ue fijan las pautas de la con*i*encia  la participaci&n. >%?2%?  LUCDA= eran concientes de la importancia de su concepto de -construcci&n social para interpretar a A?X desde un punto de *ista no determinista o mecanicista. %llos mismos sostendr+n !ue una interpretaci&n de esta forma es err&nea$  !ue la -dial"ctica se inscribe dentro de ese proceso de construcci&n entre lo objeti*o  lo subjeti*o. Se puede *er la importancia del estudio del significado social  del indi*iduo. Importancia del sujeto en lo !ue piensa cuando actua$ en su propia *aloraci&n del acto. Para poder determinar la significaci&n !ue el autor le da al acto ! real,a 1a *erlo con sus propios ojos# ponerse en su lugar. 0illiam THOAS e(presar+ !ue -si los 1ombres definen ciertas situaciones como reales$ las mismas ser+n reales en su consecuencias. EIII. :. La antipsi!uiatría$ el enfo!ue dramat6rgico$ la etnometodología  las críticas al encierro institucional. Importante en la d"cada de sesenta es la reacci&n !ue se produjo en la psi!uiatría ! informaba en forma preponderante a la ideología del tratamiento en el campo criminol&gico  específicamente penitenciario. %n los 1ospitales psi!ui+tricos el dominio del psi!uiatra era absoluto. %n esta d"cada$ de la mano de representantes como SGASG$ LAI=2  COOP%?$ se cuestionaría radicalmente el propio concepto de locura o enfermedad mental$ entendido$ como una condici&n patol&gica o anormal. %n muc1os casos se constataría !ue no 1abía patología alguna sino un proceso social  político de e(clusi&n. Tambi"n se cuestionaría la pretensi&n científica de la psi!uiatría  de la psicología. Por esta ruptura con todos los presupuestos pre*ios de este saber se denomin&$ a la nue*a perspecti*a !ue emergía entonces$ antipsi!uiatría. %n la psi!uiatría tradicional e(istía la pr+ctica de la -clasificaci&n$ como un m"todo !ue facilitaba la tarea del especialista$ !ue se limitaba a se/alar dentro de !ue patología podía encuadrarse el paciente$ antes !ue pensar en las necesidades del indi*iduo  de si lo mejor era tratarlo clínicamente. 74

La antipsi!uiatría produjo un rec1a,o al poder de -clasificaci&n del especialista  tambi"n al  -tratamiento entendido como aplicaci&n de electros1ocMs. La crítica afectaba tanto a la respuesta psi!ui+trica como a la psicoloanalítica pues en ambas se reduce a una patología indi*idual una cuesti&n m+s compleja !ue ata/e a la propia sociedad  al poder definidor de los !ue ejercen poder en la relaci&n m"dico)paciente. La crítica era dirigida a esa legitimaci&n de un poder 1ist&ricamente mu lesi*o. =o e(iste una clara línea di*isoria entre normalidad  anormalidad mental. Se 1acía 1incapi" sobre el poder !ue ejercía el psi!uiatra sobre el manicomio. Lo ! estos 1acían era despoliti,ar los problemas por reducirlos a cuestiones indi*iduales  anormales  algo similar respecto a la criminología. La reacci&n de los psi!uiatras se produjo cuando se defini& a los 1ospitales como una  -instituci&n total$ como un lugar de residencia  trabajo$ donde un gran n6mero de indi*iduos en igual situaci&n$ aislados de la sociedad por un período apreciable de tiempo$ comparten en su encierro una rutina diaria$ administrada formalmente. %ste concepto en ! tambi"n se encuentran las c+rceles$ los asilos$ etc$ fue creado por %r*ing 2O88A= 39;;) 39;J al describir +mbitos en los !ue la interacci&n 1umana se 1alla condicionada por el inicio  las formas de la internaci&n$ así como el poder ejercido por las autoridades el otroJ. 2O88A= era canadiense pero se form& en C1icago$ su inter"s radicaba en las relaciones de la *ida cotidiana. Para ello$ estudiaría las rupturas a ella con discapacitados o pri*ados de libertad. La trama de interacciones sociales m+s mínima era la base del orden social e(istente$ con lo ! remitía tanto al trabajo de %A7 cuanto al de SCHUTG. 2O88A= luego de con*i*ir todos los días$ sin ropa ni bata ni nada !ue lo identificara$ en un instituto psi!ui+trico escribe en 3953 la Obra Internados A!uí el autor se preocupaba por la adaptaci&n progresi*a del interno dentro de la Instituci&n !ue lo aloja. 7e acuerdo a las t"cnicas de acomodamiento descriptas desestructuraci&n del sí mismo$  por los usos !ue 1acen de estas reacciones !uienes deben cuidar el orden en el interior$ se llega a una despersonali,aci&n o p"rdida de identidad !ue 1ace borrar las diferencias entre las personas. %l libro critica a la instituci&n  a las sociedades modernas en las cuales los indi*iduos se enfrentan a burocracias mu poderosas !ue marcan sus e(istencias. %n su obra %stigma de 395:$ 2O88A= anali,a los efectos sociales !ue produce 1acia el futuro 1aber formulado parte de una instituci&n total. %l estigma es$ así$ la marca social descalificadota !ue impide !ue un indi*iduo sea aceptado en la sociedad. 7e acuerdo a las necesidades de *ida en la instituci&n total$ el interno desarrolla una nue*a identidad$ ! comien,a desde el proceso de mutilaci&n o -desestructuraci&n del o del ingreso  contin6a con mecanismos de poder !ue lle*an al interno a modificar su conducta  a desarrollar estrategias de resistencia. %sta nue*a identidad$ sir*e para -marcar al itnerno como un ser distinto e inferior para la *ida en libertad. %l estigma impondr+ esa -eti!ueta !ue de esta forma acompa/ar^a al indi*iduo  mostrar+ a todos e incluso a "l mismo$ !ue su lugar  -natural es el de la instituci&n total. 7ennis CHAPA= escribi& Sociología  el estereotipo del Criminal en 395 en donde decía !ue el problema sería la creaci&n del estereotipo social del -delincuente en funci&n de las estructuras carcelarias  de la utilidad social !ue tiene el uso de tal figura estereotipada. La condena aparece como la gran creadora de la figura del delincuente$ pues no 1a nada ontol&gico !ue separe su conducta reproc1ada de otro similar !ue no reciba castigo. La c+rcel sir*e para !ue el condenado asuma su condici&n  amolde sus comportamientos a los del estereotipo del con*icto o a lo !ue se espera !ue "l sea. %ste indi*iduo perteneciente a los sectores m+s bajos ser*ir+ en su estereotipaci&n para reafirmar a la maoría a definirse como -no delincuente  es$ por tanto$ un -c1i*o e(piatorio de la sociedad. A partir de la perspecti*a indi*idual del actor se pretendía descubrir el sentido de las acti*idades cotidianas dentro del conte(to en !ue se producen. 7e lo !ue se trataba era de interpretar ese sentido$ por lo !ue se denominaría -paradigma interpretati*o a esta corriente enfrentada a un supuesto -paradigma normati*o !ue daba por sentado ese sentido desde un planteo ideal  objeti*o de lo !ue eran los roles sociales. Para los partidarios de esta interpretaci&n$ como los etnometodol&gicos$ la realidad se *erificaría en estas subjeti*idades diferentes !ue redefinen continuamente la situaci&n de acuerdo a la interacci&n significante. Harold 2A?8I=D%L 393QJ ser+ el guía de la corriente etnometol&gica !ue intentaba practicar rupturas en la *ida cotidiana para de)construir lo dado por 1ec1o. %n*ío a sus estudiantes a comportarse e(tremadamente amables en sus casas$ no manifestar rebeldía$ lo ! l&gicamente alteraba las relaciones -normales de la familia con la aceptaci&n de los roles prefijados. Hi,o famosa la idea de las -ceremonias de degradaci&n como forma en ! 75

tiene "(ito la imposici&n de una identidad degradada  el -ritual de ingreso como los primeros mensajes !ue se les tramite a alguien ! ingresa a prisi&n. Para !ue esa ceremonia tenga "(ito es necesario !ue se defina -anormal al 1ec1o  a su autor. 2A?8I=D%L$ !ue 1abía estudiado con PA?DSO=$ creía necesario recurrir a la fenomenología para *er el tema pre*io al orden$ la posibilidad cogniti*a de la misma *ida social. ?ecurri& a la -t"cnica de obser*aci&n participante$ -introspecci&n simpat"tica o -las 1istorias de *ida. Aaron CICOU?%L$ ! escribi& en 39QB un estudio sobre la fertilidad en Argentina$ reali,& aportaciones importantes desde el punto de *ista metodol&gico !ue afectarín de *arias formas el pensamiento criminol&gico$ entre ellos al desconfiar de los medios supuestamente objeti*os de medir los delitos como estadísticas. La metodología tradicional daba por sentado lo ! en realidad debía ser anali,ado antes ! nada# la e(istencia de *alores culturales !ue afectan tanto al objeto estudiado como al in*estigador. CICOU?%L 1ablaba de -normas generales de contenido  de -normas b+sicas o de atribuci&n de significado. Con este an+lisis$ la des*iaci&n  el delito ser+n una interpretaci&n ! cambia en cada situaci&n# no 1a una realidad ontol&gica del delito. %l mismo delito no estaría definido por sus causas  consecuencias como decía el paradigma etiol&gico$ sino por su con*encionalidad interpretati*a$ en la ! tiene un papel preponderante la forma de actuar del sistema penal. %n 395 escribe La organi,aci&n social de la justicia  ju*enil. Todo ello resultaría m+s importante$ para *er ! pasa en realidad en la justicia criminal$ ! las mismas estadísticas oficiales$ usadas profusamente por la criminología institucionali,ada$ *inculada con los organismos !ue la reali,aban. La crítica la 1aría CICOU?%L  DITSUS% destacado soci&logo estadounidenseJ en 395B en un artículo -Una nota sobre el uso de las estadísticas oficiales. Allí se dir+ !ue las estadísticas no reflejan los delitos realmente cometidos sino el proceso mediante el cual esos 1ec1os son seleccionados  definidos. DITSUS% 39;:);44:J escribe otro artículo ?eacciones sociales al comportamiento des*iado donde propone despla,ar el centro de la teoría  de la in*estigaci&n de las manifestaciones de la conducta des*iada 1acia los procesos mediante los cuales la persona llega a ser definida como des*iada. Un despla,amiento de este tipo necesita !ue el soci&logo considere como problema lo ! normalmente asume como dato. Seg6n estas interpretaciones$ el 1ec1o concreto no e(iste como delito m+s all+ del conte(to en el !ue se le atribue este significado. %s producto de una negociaci&n producida en la interacci&n en la ! un sujeto implicado recibe la -eti!ueta de delincuente. EIII. B. %l enfo!ue del eti!uetamiento labelling approac1J Se sostiene ! en esa "poca la influencia de la fenomenología  del interaccionismo dio lugar a un mo*imiento considerado de ruptura con la criminología positi*ista o tradicional. %l cambio fundamental estu*o dado tanto por los m"todos cuanto por el objeto de estudio. 7ejarían de preguntarse R!ui"n es criminal para preguntarse R!ui"n es considerado des*iado. 7e esta forma cambiaría el enfo!ue de la criminología pues dejarían de asumirse acríticamente las definiciones institucionales como algo natural  se pondría el acento en tales definiciones. %l objeto de estudio de la criminología dejar+ desde entonces de ser el  -delincuente  empe,ar+ a serlo el de las instancias !ue -crean  -administran la delincuencia. Se pasa de estudiar la criminalidad a estudiar los procesos de criminali,aci&n. La manera en !ue las sociedades  sus instituciones reaccionan frente a un 1ec1o es m+s determinante para definirlo como delicti*o o des*iado !ue la propia naturale,a del mismo$ como ense/aba el positi*ismo. 8ranM TA==%=>AU 39:)3959J. %scribe %l crimen  la comunidad. Anali,a la situaci&n de los negros  las relaciones entre la escla*itud  el castigo penal. Habla de las -carreras delincuenciales. %l inicio de esta -carrera es atribuido por la -dramati,aci&n de lo malo a tra*"s de la detenci&n$ prisi&n  juicio del detenido por primera *e,$ muc1as *eces menor de edad. Seg6n el autor$ todo TA==%=>AU todo proceso !ue intente -tratar al delincuente ser+ da/ino$ obtendr+ el resultado contrario al esperado en tanto lo identificar+ con la categoría del sujeto delincuente. Se 1ace "nfasis sobre determinada conducta !ue se !uiere eliminar. < es ese mismo "nfasis el !ue destrue el objeti*o. Sostenía el autor !ue  -la 6nica salida es la de negarse a dramati,ar lo malo. ientras menos se diga sobre eso$ ser+ mejor. < cuanto m+s se diga sobre otra cosa$ toda*ía mejor. Otro estudio !ue anticipaba lo !ue en los a/os sesenta se llamaría enfo!ue del eti!uetamiento fue el de %din L%%?T 393;)3995J Patología social de 39@3. %n este 76

estudio criticaba la idea de base m"dica de separaci&n de los 1ombres entre des*iados o no des*iados. Lo !ue importaba era el comportamiento des*iado$ al !ue di*idía en dos tipos de acuerdo a la aplicaci&n de categorías !ue ser+n centrales del interaccionismo simb&lico# %n primer lugar aparece la -des*iaci&n primaria !ue es ocasionada por *ariedad de moti*os subjeti*os  ! tendr+ importancia decisi*a s&lo si a esa des*iaci&n le sigue$ luego$ una  -des*iaci&n secundaria. 7e esta forma comen,aba la sociología de la des*iaci&n a brindarle una atenci&n pri*ilegiada a las reacciones sociales$ pues a su *e,$ serían configurantes de un tiempo de comportamiento estable. Tambi"n L%%?T reali,& un estudio sobre la creaci&n de la -identidad deri*ada en su libro 7es*iaci&n 1umana de 395Q. La reacci&n social frente a la des*iaci&n primera cumple un primer paso 1acía la imposici&n del -estigma de des*iado. La des*iaci&n secundaria se produce como respuesta a la reacci&n $ si se *uel*en datos centrales en la e(istencia de la persona !ue los e(perimenta$ alteran la estructura psí!uica  producen una organi,aci&n especiali,ada de roles sociales  actitudes de autoestima ! le confieren un determinado estatus. Hoard >%CD%? escribe OUTSI7%?S de 39@:. %l -de afuera es el !ue pone en discusi&n el modelo de las falsas seguridades de la representaci&n simplificada de la realidad$ el !ue no encaja para los !ue tienen maor poder para definir esas -*erdades. Tambi"n escribe un artículo en 39@: llamado -Con*irti"ndose en un consumidor de mari1uana en donde se se/alaba !ue el des*iado es a!uel !ue al reali,ar un comportamiento no deseado recibe una eti!ueta labelJ !ue lo marcar+ para sus comportamientos futuros. Tambi"n iba m+s all+ en cuanto a no presuponer !ue el comportamiento des*iado afecta a la sociedad en su conjunto$  pensar justamente en !ui"n es el !ue tiene el poder de imponer una eti!ueta. Afirma !ue son los grupos sociales los ! crean la des*iaci&n al aplicar reglas  poner eti!uetas de -e(tra/os a algunas personas. >%CD%? dice -el des*iado es una persona a !uien el eti!uetamiento 1a sido aplicado con "(itoN el comportamiento des*iado es un comportamiento eti!uetado como tal. Por tanto$ el comportamiento des*iado no e(iste ontol&gicamente$ sino !ue la des*iaci&n ser+ un atributo impuesto en la reacci&n social. >%CD%? anali,a dos momentos del -eti!uetamiento$ el primero de ellos es el de la imposici&n o creaci&n de las normas$  el segundo el de la aplicaci&n de las normas a creadas. A estas dos selecciones se las llamaría tambi"n -criminali,aci&n primaria   -criminali,aci&n secundaria. %n la tarea de selecci&n tienen especial importancia los -empresarios morales !uienes ponen en funcionamiento todo un aparato o empresa mediante -cru,adas encaminadas a elaborar una le penal o pro1ibicionista. Dai %?IDSO= escribe Puritanos Tra*iesos en 395@. Considera !ue la des*iaci&n no es una propiedad in1erente a un tipo especial de conducta$ sino !ue es una propiedad conferida por la reacci&n social de los !ue lo rodeanN por tanto resulta necesario conocer los *alores culturales de !uienes reaccionan para saber si esa es una conducta des*iada o no. Fosep1 ?. 2US8I%L7 escribe Cru,ada simb&lica en 395: donde mostraba de !ue forma fue utili,ada 1ist&ricamente la represi&n del consumo del alco1ol para controlar a los inmigrantes de las ciudades  a la *e, afirmarse simb&licamente los *alores tradicionales de los puritanos estadounidenses$ mediante una 1ip&tesis de trabajo e*identemente durM1eiminiana. 7a*id ATGA autor de %l proceso de des*iaci&n en 3959  7elincuencia  deri*a en 395:. ?eali,aría una profunda crítica a la criminología dominante$ tambi"n en su faceta sociol&gica. La crítica de esta autor apuntaba tanto a las teorías de la anomia como a los estudios de las subculturas por no salido de la -trampa formulada por el positi*ismo criminol&gico. %l positi*ismo$ seg6n ATGA$ 1abía logrado 1acer pensar !ue la criminalidad  el estudio del delito no tenían absolutamente nada !ue *er con las refle(iones sobre el %stados  sus actuaciones concretas. %l -naturalismo significaría una ruptura con el positi*ismo pues asumiría !ue el acto era m+s importante !ue el actor $ sobre todo$ !ue este 6ltimo ni estaba determinado ni era esencialmente diferente a los llamados sujetos -normales !ue no era un objeto mesurable. Para ATGA$ este momento de ruptura no era sino la continuaci&n del m"todo de obser*aci&n naturalista lle*ado adelante por los originarios estudios de la %scuela de C1icago$ particularmente se basaba en el pensamiento de %A7. %l estudio de la realidad permiti& pensar al 1ombre a no como objeto de e(perimentaci&n sino como sujeto de determinada realidad social. 77

ATGA intentar+ desprenderse de la perspecti*a del eti!uetamiento. %n el caso de la delincuencia$ no afirmaría !ue todos somos delincuentes$ sino !ue llegan a serlo s&lo !uienes pasan por un proceso en el !ue e(isten una -afinidad$ una -afiliaci&n  una  -significaci&n. %n este 6ltimo momento se debe introducir el estudio del %stado  sus agencias$ !ue adem+s tienen un inter"s funcional en la e(istencia de la delincuencia$ !ue es a la *e, el de conseguir legitimaci&n. ATGA compartía algunos postulados del eti!uetamiento$ como la atenci&n pues no sobre el acto des*iado sino sobre el proceso mediante el cual !uien comete determinado acto se con*ierte en -des*iado. Sin embargo$ ponía una maor atenci&n en el proceso conciente del sujeto de !uien se adopta su punto decisi*o$ con "nfasis en su -racionalidad. %l eti!uetamiento como un enfo!ue recibi& numerosas críticas. Al*in 2OUL7=%? 39;4)393J encabe,a la primera crítica materialista. %scribi& %l soci&logo como partisano en 395. >%CD%? sostenía !ue no se puede plantear ninguna teoría sin in*olucrar una opci&n por los *alores de unos u otros$  !ue lo importante entonces es 1acer *isible esa opci&n. !ue "l reali,aba por el lado de los marginales. Pero lo 1acía (! era su objeto de estudio. Optaba por seguir del lado del m+s d"bil$ pues justamente se !uita *eracidad a sus dic1os por ser el m+s d"bil en una estructura jerar!ui,ada  el autor se oponía a la jerar!ui,aci&n. 2OUL7=%? criticaría estas argumentaciones  a toda las perspecti*a del eti!uetamiento. %n esa adscripci&n meramente metodol&gica no es cierto !ue se afirme estar de un determinado lado antes de reali,ar una in*estigaci&n. Por el contrario$ aceptar la relati*idad del concepto de d"bil o marginal es negar su esencia  no ponerse de su lado. 7e esta forma se *a al n6cleo del problema  se busca cambiar la sociedad por una distinta en la cual dejar+ de 1aber d"biles o marginados. Critican tambi"n los materialistas !ue el dejar de lado a la des*iaci&n primaria 1aría !ue el enfo!ue del eti!uetamiento no fuese al fondo de estos problemas sociales$ lo ! re*elaría la e(istencia de causas estructurales. Asimismo$ se intentar+ *er no solo como funciona el eti!uetamiento$ sino tambi"n el por !u" $ sobre todo$ el para !u"  el !ui"nN algo !ue$ en realidad$ a 1abía sido preocupaci&n de >%CD%? al 1ablar de -empresarios morales. %l del eti!uetamientos es un enfo!ue -micro$ !ue tiende a lo ol*idar lo -macro. =o parece !ue el enfo!ue interaccioanista sea totalmente incompatible con las otras teorías sociol&gicas 'la e*idente compatibilidad se da en el concepto de des*iaci&n primaria) %n todo caso$ con la uni&n del discurso disparador del eti!uetamiento  las críticas !ue se le formularon por enfati,ar la interacci&n de indi*iduos o grupos descuidando los diferenciales de poder$ se produjo un importante cambio en el pensamiento criminol&gico. Para unir entonces a la cuesti&n de la definici&n el tema del poder resultaron fundamentales los aportes reali,ados desde las teorías del conflicto. EIII. @. Las -nue*as teorías del conflicto  el proceso de criminali,aci&n. Sellin. Eold  la criminología -conflictual  A principios de los a/os sesenta otra teoría sociol&gica se manifest& contra una de las nociones b+sica del funcionalismo$ la del consenso. =o resultaría casual la imposici&n de la idea del consenso$ pues "sta sería fundamental para -naturali,ar un determinado estado de cosas !ue 1abía resultado de un conflicto pre*io$  para encubrir los efecti*os conflictos subsistentes. Con ello !uiero destacar la funci&n ideol&gica de la teoría. La idea de consenso sería e(itosa tanto cuando surgieron los %stados$ como cuando tras la re*oluci&n industrial se saldaron las grandes crisis de capital  como cuando se 1i,o lugar a ciertas rei*indicaciones de la clase trabajadora. %s los tres casos sería la le la ! representaría esta idea de unidad. 7e esta forma$ el conflicto$ !ue era e*idente incluso al sancionarse la le$ !uedaba oculto al presuponerse !ue$ una *e, sancionado$ el derec1o representaba la e(presi&n del organismo social en su conjunto. ?alf 7AH?%=7O?8# soci&logo$ en 39@ escribe un artículo en ! criticaba a las teorías funcionalistas. =o es el consenso el !ue mantiene unida a la sociedad sino el dominio ejercido por unos sobre otros. La idea consensual sería considerada un utopia de la !ue sería necesario salir para e(plicar correctamente el funcionamiento de la sociedad. 7e esta manera el dominio genera conflicto$  el conflicto puede deri*ar en cambios !ue nunca ser+n m+s !ue relati*os a la naturale,a política del dominio. %l conflicto es la 1erramienta necesaria para la e*oluci&n de toda sociedad. 78

Leis COS%? 393:);44:J escribe Los nue*os aportes a la teoría del conflicto social. La  -funcionalidad del conflicto ser*iría para re*isar la maoritaria perspecti*a sociol&gica !ue 1acía 1incapi" en el consenso  en las formas de mantenerlo sin salir del marco general. %l conflicto *iolento ser*ía para el mantenimiento de la *ida social$ pues es a la *e, generado  absorbido por un sistema social !ue permanece inalterado. COS%? uni& las e(plicaciones de 7U?DH%I sobre el consenso  las de A?G sobre el conflicto. 2eorg SI%L. %l conflicto sería una forma de sociali,aci&n. Pero ello s&lo cuando el conflicto tenga como objeti*o perseguir ciertos fines$  no se con*iertan los conflictos en  -fines en si mismos $ por tanto$ en innegociables. Para COS%? todos los conflictos eran positi*os =o serían funcionales a!uello !ue ponen en discusi&n los *alores fundamentales sobre los !ue reposa el sistema. Los -fines en si mismos serían llamados por COS%? como -no realistas. %stos 6ltimos est+n desligados de toda racionalidad  simplemente constituen una descarga emocional$ agresi*a$ como en el caso de racismo. %stos asuntos conflicti*os suelen emerger justamente como consecuencia de la represi&n de conflictos realistas. Si no se permite la emergencia de estos reclamos  su luc1a de forma institucionali,ada$ puede emerger el conflicto disfuncional en ! se pone la personalidad toda en juego  del ! no 1a salida$ sino destrucci&n de lo social. 2eorge >. EOL7 395)395QJ escribe en 39@@ Criminología te&rica. %n este libro acepta !ue el comportamiento criminal es un comportamiento normal$ aprendido a tra*"s de la interacci&n o determinado socialmente. Pero entonces ad*ierte !ue el problema es el del poder de definici&n de ese tipo de comportamiento. %n una sociedad con diferenciales de poder$ ser+ castigado como criminal el comportamiento considerado como negati*o o indeseable por los grupos maoritarios o m+s poderosos. < ser+n criminales a!uellas minorías sin poder para definir de otro forma sus conductas. Las ideas de EOL7$  de este libro$ serían fundamentales para un grupo de crimin&logos !ue comen,arían a 1acer desde entonces una -criminología te&rica$ opuesta a la entonces e(cesi*amente -empirica. Austin TU?D. La criminalidad fue el estatus social atribuido a alguien por !ui"n tiene el poder de definici&n. La -posici&n social del indi*iduo ser+ fundamental para ello pues se relacionar+ con las posibilidades de imponer el dominio  el significado o con la des*entajas para recibir la eti!ueta. %n 3959 publica su libro Criminalidad  orden legal en el !ue afian,a estas ideas 1acía una teoría m+s amplia al plantear los conflictos como de maor naturale,a política !ue cultural o social$ aun!ue tambi"n anali,a estas dimensiones. La afirmaci&n de !ue -no puede 1aber delito si no 1a %stado o por menos e*idente sería un buen punto de partida para centrar un poco el objeto de la atenci&n criminol&gica en la reacci&n social de las instancias oficiales. La acti*idad de las instancias o agencias constituen el proceso político de criminali,aci&n !ue$ como ad*ertía este autor$ es profundamente selecti*o. Fo1n T1orstein S%LLI= 395)399BJ escribe Cultura$ crimen  conflicto en 39:. %s la m+s representati*a de las teorías del conflicto cultural en matera criminol&gica. Todos los seres 1umanos se identifican con determinadas pautas culturales de determinado grupo social. %stas pautas culturales son generadas a partir de las necesidades específicas del grupo$  son estas reglas normati*as las !ue permiten al ser 1umano enfrentarse mejor a la situaci&n concreta. %stos conflictos de normas ocasionan los problemas de delincuencia en indi*iduos determinados$ pero adem+s puede ser responsable de lo !ue la sociología de entonces llamaba desorgani,aci&n social. =i los unos ni las otras podrían entenderse fuera de esa diferencia conflicti*a de normas de conducta. %ntre esas -normas de conducta est+n las normas legales$ !ue a *eces serían reflejo de la maoría  otros de la minoría dominante pero ! siempre se utili,an para definir como ilegal el comportamiento del grupo en conflicto cultural con a!u"lla. %n un tiempo en el !ue se influiría mutuamente con el SUTH%?LA=7 de la -cifra oscura$ S%LLI= 1ablaría$ al igual !ue la maoría de los estudiosos sobre estadísticas criminales de la "poca de una criminalidad -real  de otra criminalidad -aparente# en ella inter*endr+ decisi*amente el prejuicio  criterio moral del grupo !ue compone las instancias policiales   judiciales  no s&lo la dificultad de apre1ensi&n se/alada por los positi*istas. S%LLI= tambi"n elabor& una criminología con pretensiones de ir m+s all+ de los límites !ue le imponían las definiciones legales. =o 1ablaba de eliminarlos pero entendía !ue la labor del crimin&logo debía atender tambi"n a las normas !ue pro*enían de las lees ci*iles  de las costumbres o pr+cticas no legales ! e(plicaban algo acerca de los *alores en juego. 79

SUTH%?LA=7  S%LLI= serían los dos crimin&logos m+s importantes del Siglo XX en los %stados Unidos. Los dos tendr+n reconocimiento como fundadores de una criminología te&rica  no simplemente pr+ctica. Serían criticados en los a/os [54  [Q4 pues representaban una criminología -oficial o -institucionali,ada. %n 39Q5 S%LLI= escribi& La escla*itud  el sistema penal. Lo interesante del libro *iene dado por la comparaci&n entre esa e(plotaci&n del otro en períodos pre*ios  su continuaci&n en el modo de producci&n capitalista$ principalmente mediante las instituciones penales. 7escribía di*ersas formas de -escla*itud penal como las mencionadas de las galeras$ las casas de trabajo  las sentencias a trabajos for,osos. %llo tiene una continuidad en el r"gimen progresi*o de la penitenciaría pero$ en forma muc1o m+s sangrante en la finali,aci&n de la escla*itud de los negros en %stados Unidos  la emergencia de un sistema penal en el sur de ese país !ue reempla,& esa pr+ctica con los presos. %sta obra de S%LLI=$ fue influida por 2eorg ?USCH%  2usta* ?A7>?UCH$ !uien 1abía escrito en 39: un artículo sobre la influencia de la escla*itud en la idea  pr+ctica de la pena. La 1istoria mar(ista jugaría en los a/os sesenta un rol fundamental sobre esta criminología !ue recuperaba la *ariable poder$ al ad*ertir !ue tanto la criminalidad cuanto los castigos penales tienen  1an tenido siempre naturale,a política. 7ouglas HA<# escribe Propiedad$ autoridad  la le penal. La pena  el derec1o fueron especialmente importantes en la "poca !ue estudiaba para el mantenimiento de *ínculos de obediencia  sumisi&n$ la legitimaci&n del status !uo$  en la perpetuaci&n de la estructura de autoridad necesaria para implantar el modo de producci&n capitalista de la re*oluci&n industrial. %l sistema penal actuaba de tres formas para lograrlo. Lo 1acía mediante la majestar$ la  justicia  la clemencia. La -majestad consistía en la celebraci&n de ceremonias magistrales colmadas de ritos$ !ue ser*ían para dotar de fuer,a a la le. La -justicia buscaba !ue los intereses de clase$ protegido por el derec1o  sus instituciones no fueran ad*ertidos$ dando la apariencia de un fuerte compromiso de los jueces con las normas. 8inalmente$ la  -clemencia permitía la discrecionalidad en las decisiones judiciales necesaria para sostener una amplia red de fa*ores  concesiones 1acía determinado sectores sociales. 2eorg LUDACS$ 16ngaro 3@)39Q3J  Antonio 2?ASCI$ italiano$ 393)39:QJ. %n todos los nue*os autores se 1aría uso del concepto de -1egemonía elaborado por el autor italiano muerto en las c+rceles fascistas. Para lograr esa -1egemonía$ la dominaci&n de la clase re!uiere de asentimiento *oluntario del grupo dominado$ en la cual inter*ienen distintos *alores sociales  entre ellos el derec1o penal  sus normas simb&licas$ pues sir*e para transformar la concepci&n del bien  del mal. 2?ASCI$ era cercano al jo*en A?X  creía !ue los 1ombres son los actores de la 1istoria  no sujetos pasi*os o determinados. EIII. 5. La cultura mar(ista  sus aportes al estudio de la cuesti&n criminal. Tres puntos de *ista# >onger  el delito$ Pas1uManis  la le$  ?usc1e  el castigo. %s por el peso de la 1istoria$ !ue la refle(i&n sobre el conflicto remitiría a la presencia de "ste en el ascenso  actualidad del sistema capitalista. Sería de gran importancia el mar(ismo como teoría general de la sociedad. Por tanto la crítica m+s importante al funcionalismo en los sesenta *endría de a!uellos ! se limitaban a un tipo de conflicto# el del capital  trabajo. Por un lado$ la clase capitalista$ due/a pri*adamente de los medios de producci&nN  el proletariado$ due/o solo de su capacidad de trabajo. %se conflicto moti*ado por la forma de producci&n capitalista$ tendría ! *er$ tambi"n$ con la e(istencia de crímenes  con las formas puniti*as. Darl A?X 33)3:J  8riedric1 %=2%LS 3;4)39@J representan la base del pensamiento socialista. Para estos autores$ la estructura del sistema producti*o determina la estructura general de la sociedad. %l ser 1umano deber+ 1acer todo$ como 1acer la re*oluci&n  propiciar los cambios de acuerdo a esas estructuras. Son los 1ombres los !ue 1acen las lees$  no al re*"s. Las mismas lees$  el propio %stado$ son productos del presente momento 1ist&rico basado en la alienaci&n$ en la propiedad pri*ada  en definiti*a la opresi&n. La sociedad comunista no estar+ guiada por tales premisas  por tanto ser+ totalmente distinta de la actual$ allí *i*ir+ el 1ombre nue*o  ser+ el reino de la libertad. %=2%LS escribe La condici&n de la clase obrera en Inglaterra en 3BB donde refle(ionaba tambi"n sobre la miseria como causa del delito. Consideraba !ue el trabajador puede llegar a transformarse en delincuente por la desmorali,aci&n  la decadencia de la sociedad$ 80

pro*ocadas por el capitalismo. Aun!ue el trabajador se diferencia claramente del delincuente$ un conte(to de carencia materiales$ malos tratos por parte de la burguesía  egoísmo como justificaci&n del todo *ale$ pueden lle*arlo a perder su libertad  caer en acciones !ue para el alem+n no dejan de ser inmorales. Ambos creadores del corpus te&rico comunista se manifestaron rotundamente contra el sistema carcelario de su tiempo. A?X en %l Capital muestra de !ue forma se crean esos delitos para permitir el proceso de apropiaci&n de tierras comunales en *ías de la e(plotaci&n capitalista. Por un lado$ afirmaba$ el crimen descarga al mercado de trabajo de una parte de la superpoblaci&n sobrante 'al encerrarlos) $ $ por el otro lado$ la luca contra la delincuencia absorbe a otra parte de la misma poblaci&n '! trabajarían como policías$ jueces$ guardias penitenciarios  todos ellos ! -*i*en del delito. %l entendimiento  crítica de la sociedad capitalista  la luc1a por la sociedad comunista sería el objeti*o com6n del sindicatos$ partidos  pensadores socialistas  comunicas !ue dirían inspirarse en la gran teoría construida por los dos nombrados. Sobre la cuesti&n criminal el mar(ismo tendría tres diferentes formas de apro(imarse a tal 1ec1o empírico$ con objetos diferentes# el delito$ la le penal  el castigo. Los distintos autores mar(istas 1abían muerto en forma tr+gica. %llos son 0illiam >O=2%?$ %*geni PASHUDA=IS  2eorg ?USCH%. Todos estos autores pensaban !ue para disminuir el ni*el de delitos  de castigo era necesario asegurar la subsistencia de todos los seres 1umanos$ mediante un bienestar repartido e!uitati*amente. 0illem >O=2%? 3Q5)39B4J 1oland"s$ publica en 394@ La criminalidad  las condiciones econ&micas. %l capitalismo es la causa del delito  el socialismo es la cura. Las sociedades capitalistas empujan a los 1ombres a la delincuencia no s&lo por las carencias econ&micas sino tambi"n por la ruptura de sentimientos 1umanitarios  de solidaridad$ puesto !ue el espíritu competiti*o lle*a a los 1ombres a *er a sus iguales como enemigos. %l capitalismo no solo produce delitos  *iolencias entre los m+s desa*entajados$ sino !ue 1ace !ue el egoísmo impregne todas las relaciones. %sta e(plicaci&n sería fundamental para poder dar cuenta de !ue los delitos no son s&lo los detectados$ sino !ue casi toda la *ida social est+ fundada en *iolencia. Por tanto su refle(i&n criminol&gica$ si bien dentro de presupuestos positi*istas$ alcan,aría tambi"n a los delitos de los poderosos  lograría desprenderse de la  -etiología de base indi*idual. %l problema no estaba en la naturale,a 1umana sino en la naturale,a del capitalismo  su generaci&n de egoísmo !ue causa el pensamiento delicti*o tanto en ricos como en pobres. Lo ! si caracteri,a a los m+s desa*entajados es obtener m+s desgracias de los delitos. >O=2%? se suicid& al ser in*adida Holanda por los na,is$ poco despu"s de publicar ?a,a  delito donde demostraba la importancia de la pobre,a  de la pri*aci&n econ&mica en el delito. Su obra m+s importante fue Introducci&n a la Criminología de 39:5. %ra un crimin&logo antes ! un político. %*geni PASHUDA=IS 393)39:J ruso. Hace un an+lisis de las lees penales. Las lees penales son tambi"n producto de la falsa conciencia  el fetic1ismo !ue crea el capitalismo en los seres 1umanos. La idea de sociedad en su conjunto no e(iste mas !ue en la imaginaci&n de los juristas. %n la realidad$ en la base materia$ no e(isten del 1ec1o m+s !ue clases con intereses contradictorios. Creía !ue con el llegada del socialismo se produciría la desaparici&n del derec1o. %n su obra Teoría 2eneral del 7erec1o  mar(ismo PASHUDA=IS manifestaba ! desde un punto de *ista sociol&gico la burguesía asegura  mantiene su dominaci&n de clase con su sistema de derec1o penal$ oprimiendo a las clases e(plotadas. >ajo este punto de *ista$ sus  jueces  organi,aciones pri*adas *oluntarias de rompe1uelgas persiguen el fin de reprimir a la clase trabajadora. La funci&n represi*a se ejerce por la amena,a o realidad de la pena$ ! actuar+ *iolentamente si no funciona la ideología de los derec1os ! por otra parte la ampara. Tambi"n anali,a este autor la forma típica del castigo en el capitalismo# la prisi&n. Seg6n !uien fuera condenado tempranamente a la ! consistiría la maor e(plotaci&n de la idea del encierro a tra*"s de los gulags stalinistas$ la pri*aci&n de libertad es la forma en ! el capitalismo personifica el concepto contractual de recompensa e!ui*alente. %l trabajo 1umano es mensurable en tiempo$ sería la l&gica capitalista. La pena consiste en una transacci&n !$ a partir de la comisi&n de la infracci&n$ se celebra entre el %stado  el delincuente para el pago de la -deuda contraída. 7e esta manera$ el %stado burgu"s plantea su relaci&n con el delincuente como un cambio comercial de buena fe# en esto 81

consiste precisamente el significado ideol&gico de las garantías del procedimiento penal para PASHUDA=IS. 8inalmente$ define a la jurisdicci&n penal del %stado burgu"s como -terrorismo de clase organi,ado. 2eorg ?USCH% 3944)39@4J alem+n. La pena no era un una simple consecuencia del delito$ ni su cara opuesta$ ni un simple medio determinado para los fines !ue 1an de lle*arse a cabo. Por el contrario$ debía ser entendido como fen&meno social independiente de los conceptos jurídicos  los fines declamados. Por tanto$ la pena en abstracto no e(iste$ solamente 1a 1abido sistemas puniti*os concretos  pr+cticas determinadas para el tratamiento de los criminales. %n la sociedad capitalista$ la pena$  en concreto la prisi&n$ depende del desarrollo del mercado de trabajo# el n6mero de la poblaci&n penada  su tratamiento en el interior de las c+rceles depende del aumento o disminuci&n de la mano de obra disponible en el mercado de trabajo  de las necesidades ! tenga de ella el capital. %l mercado laboral constitue el determinante b+sico de la pena. Act6a fijando el *alor social de la *ide de los menos capacitados para trabajar$ en períodos de abundancia de mano de obra$ la política criminal re*estía formas infle(ibles e impiadosasN en tanto ! durante tiempos de crecimiento de la demanda de mano de obra$ tal política se ocupaba de preser*ar la *ida  fuer,a de trabajo de los infractores.  -Le de menor e(igibilidad# las condiciones de *ida carcelarias deben ser siempre peores a las peores circunstancias de *ida en la sociedad libre. %l mercado laboral  la pena est+n tambi"n relacionadas pues las instituciones penales no s&lo est+n supeditadas en t"rmino de poblaci&n carcelaria  condiciones de *ida de los reclusos$ sino tambi"n en el sentido de ! es el trabajo el ! dicta los c+nones de la disciplina al interno. Por 6ltimo$ ?USCH% dice !ue el castigo cumple una funci&n positi*a$ aun!ue menor$ en la constituci&n de la fuer,a de trabajo$ a !ue la idea presente en la c+rcel es la de crear presos actitudes  comportamientos propicios al trabajo e introducirlos en la disciplina fabril. EIII. Q. Teoría crítica$ sociología radical  cultura libertaria. Para algunos mar(istas !uedaba esclarecido ! la superestructura no estaba tan s&lo en relaci&n dependiente de la estructura econ&mica$  ! ello re!uería maores an+lisis. %n %stados Unidos se construe la -teoría crítica ! debe ser entendida como el momento refle(i*o dentro de una inter*enci&n pr+ctica  es por ello ! ser+ promotora de una conciencia crítica sobre las condiciones en las ! se act6a. %l nombre de esta teoría pro*iene de a( HO?DH%I%? 39@)3959J !ue en 39:Q publica un artículo llamado Teoría crítica. %sta teoría lograría relati*i,ar todas las separaciones$ tambi"n las e(istentes entre indi*iduo  sociedad. Al 1acer una -1istoria autoconsciente el indi*iduo podría recuperar su papel en los poderes p6blicos colecti*os$ lo ! era obstaculi,ado por la irracionalidad continuada. Para 1acerlo$ el 1ombre debería comprender la totalidad opacada por las diferentes categorías artificialmente creadas por la acti*idad des1umani,adora. Por tanto$ la propuesta ! iba intrínsicamente unida a la crítica era la de transformaci&n total de la sociedad$ creadora de una comunidad de 1ombres libres organi,ada en forma justa  solidaria. Los líderes intelectuales de esta teoría serían T1eodor A7O?=O 394:)3959J  HO?DH%I%?. Las refle(iones de estos dos autores sobre la personalidad autoritaria como factor de permisi&n de la represi&n  la e(plotaci&n na,i$ *ista tal e(periencia como compendio de la acci&n de una racionalidad administrada  planificada en funci&n de la  -eficiencia. Ambos autores se refirieron a la criminología en su 7ial"ctica del Iluminismo $ donde 1ablaban de la teoría del delincuente$ en el cual retomaban ideas de ?USCH%  TOCU%EILL%  la aparici&n de la democracia burguesa  su necesidad de diferenciarse de las monar!uías al penar antes el alma !ue destruir los cuerpos. Seg6n ambos autores$ en la acti*idad científica moderna las grandes in*enciones se pagan con una creciente decadencia de la cultura te&rica. Someterían la Ilustraci&n a una dial"ctica. Pues si bien la libertad en la sociedad es inseparable del pensamiento iluminista$ a la *e, el concepto mismo de tal pensamiento$ no menos ! las formas 1ist&ricas concretas  las instituciones sociales a las !ue se 1alla estrec1amente ligado$ implicaban a el germen de la regresi&n ! percibían el na,ismo  82

tambi"n en las otras sociedades donde la t"cnica facilitaba la manipulaci&n de los grupos 1umanos. A7O?=O  HO?DH%I%? emprenderían una cru,ada$ contra la t"cnica desarrollada por los medios de comunicaci&n para promo*er el consumo. -%l alud de informaciones minuciosas  de di*ersiones domesticadas corrompe  estupidi,a al mismo tiempo.  A7O?=O criticaría tambi"n al e(istencialismo  a la fenomenología al considerar esos subjeti*ismos  al positi*ismo como las dos caras de la misma moneda# la *oluntad de dominio$ a sea sobre los -otros o sobre la =aturale,a. %n los %stados Unidos$ la recuperaci&n del pensamiento crítico se 1aría m+s directamente desde la rebeli&n ju*enil. Herbert A?CUS% 39)39Q9J$ iembro de la %scuela de 8ranMfurt. Llamado por HA>%?AS como el -filosofo de la rebeli&n ju*enil. Propondría entonces un proceso liberador contra los intereses econ&micos de las empresas corporati*os de la burocracia$  consumistas de las masas alienadas. Traería la 1istoria de las ideas en ?a,&n  re*oluci&n de 39B3$ en donde rei*indica el racionalismo de H%2%L  A?X. Tambi"n anali,a la psicología colecti*a. Para A?CUS% la sociedad de consumo de masas es la ! altera el es!uema medio)fin$ 1aciendo !ue los medios pare,can los fines $ a la in*ersa$ !ue los fines  objeti*os de una e(istencia reali,ada$ se *uel*an medios para el consumo de productos sin importancia ni indi*idualidad. %l psicoan+lisis crítico tendría una gran influencia para la deslegitimaci&n del castigo. La teoría psicoanalítica de la sociedad puniti*a$  la del c1i*o e(piatorio$ serían elaboradas al margen de la tradici&n franMfurteana$ por ?%I0AL7. Paul ?%I0AL7 39@)39@3J escribe La sociedad  sus criminales. La publicidad de la actuaci&n de la justicia$ pero tambi"n la propia ficci&n 'cine$ TE$ literatura)$ sir*e para proectar todo lo negati*o en la figura del delincuente$ reser*+ndose lo positi*o para el -si mismo identificado con la sociedad puniti*a. Helmut OST%?%<%? escribe La sociedad puniti*a en 39Q@$ donde dice !ue es la sociedad la !ue torna agresi*a a los seres 1umanos$  ! estos de*uel*en esa agresi*idad en di*ersas formas. La maor parte de esa agresi*idad forma parte de nuestra *ida -normal$ pero una pe!ue/a parte de ella su trasforma en actos criminales. Los pensamientos !ue unían psicoan+lisis  mar(ismos serían uno de las e(presiones del  -mar(ismo antiautoritario. %l objeti*o de la sociedad comunista so/ada por A?X era la abolici&n de la propiedad pri*ada  por consiguiente tambi"n del %stado ! 1abría surgido para defenderla$ organi,arla  legitimarla. %n esa sociedad comunista el indi*iduo ser+ formal pero tambi"n materialmente libre$  podr+ desplegar en el trabajo toda su potencia creati*a$ no alienable. %n esa sociedad no 1ar+n falta burocracias para e(igir a cada !ui"n su capacidad ni para repartir a cada !uien seg6n su necesidad. C1arles 0rig1t ILLS 3935)395;J crea un mo*imiento llama =e Left o =ue*a I,!uierda. Interpreta la sociología como un empe/o crítico 1acía la realidad. %scribe en 39@9 La imaginaci&n sociol&gica. Anali,aría las relaciones de poder en estructuras *erticali,adas   jerar!ui,adas. %n particular$ es toda*ía fundamental su an+lisis del bur&crata o trabajador de cuello blanco$ !uien asume el discurso de la burocracia como propio en muestra acabada del proceso de alienaci&n. ILLS critica al discurso as"ptico de la -ciencia social ! s&lo se comprometería con el conocimiento en abstracto sin percatarse ! de esa forma se compromete con el status !uo  no con los concretos mo*imientos sociales 1umanistas. Toda inter*enci&n es moral  política. Seg6n ILLS$ los %%UU 1abían desarrollado un sistema injusto$ pero antes !ue ello$ inmoral. ?esponsables de ello serían las elites !ue centrali,an el poder mediante poderosas burocracias ! enajenan a los indi*iduos  al pueblo de la toma de decisiones  de sus reales preocupaciones e intereses. %l peso de lo !ue se denominaba -luca antiimperialista sería decisi*o en la conformaci&n de pensamientos críticos incluso en el seno de las potencias centrales. %l pacifismo militante se desprendía del ideario tambi"n independista del a1atma 2HA=7I 359)39BJ$ artífice de la independencia de la india en 39BQ$  tambi"n estaba presente en la influencia de artin LUTH%? DI=2 39;9)395J sobre los mo*imientos contrarios a la opresi&n de minorías dentro del %stado$ como los negros en USA. La descoloni,aci&n  las re*oluciones cambiarían totalmente el mapa político del mundo. 83

La -cultura anar!uista se gest& en el siglo XIX de la mano del llamado socialismo ut&pico. %l mo*imiento anar!uista reconoce corrientes mu 1eterog"neas$ pero todas parecen unidas por la confian,a en la capacidad moral  política del indi*iduo  los pueblos$ la auto) educaci&n$ el amor libre$  su rec1a,o a todo sistema penal $ en especial$ a las prisiones. D?OPOTDI=# Su pensamiento sería especialmente recuperado en lo ! es la crítica m+s co1erente al sistema penal  en particular a las prisiones. Su libro Las prisiones es un te(to abolicionista centrado en la constataci&n del fracaso de todas las reformas# de esta forma surge una negati*a a formular utopía administrati*a ninguna$ a proponer un sistema puniti*o alternati*o$ o a tener complicidad alguna con la l&gica penitenciaria misma$ ! 1a funcionado desde siempre con un mo*imiento 1ec1o de continuas iniciati*as de reforma. %n los sesenta aparecería con fuer,a la *o, silenciada con mac1acona insistencia desde los inicios de esta 1istoria. La *o, de las mujeres$ ese mo*imiento ! comen,aría a llamarse feminismo$ tampoco era$ empero$ una no*edad de los a/os sesenta. %l reclamo era contra la e(clusi&n de la mujer ! propiciaba el modelo de elfare. < contra ella sería la llamada a la  -igualdad  a decididamente ocupar los roles ! solían ocuparlos 1ombres fuertes$ formulada por Simone de >%AUEOI? 394)395J en su libro Segundo Se(o de 39B9. =oam CHOSD<# 7esarrollaría una teoría sobre e lenguaje ! tendría gran influencia sobre los crimin&logos de la reacci&n social$ pues resaltaba la importancia del aprendi,aje de cual!uier lenguaje. Furgen HA>%?AS dir+ ! en el lenguaje estaría la base de la democracia$ (! el lenguaje es el ! permite una comunicaci&n e interacci&n efica,$ e!uilibrada  libre. CHOSD< por su parte$ mencionaba una -gram+tica profunda ! determinaría las gram+ticas de todos los idiomas  es por tanto$ el fundamento de a!uella igualdad en la  -1umanidad. Para CHISD<$ como para ?USS%LL$ los gobiernos  1asta el %stado son los ! representan el mal$ por antonomasia$ pues son ellos los ! con*ierten a los seres 1umanos en seres despersonali,ados$ o en des1umanos. Con ello se 1acía una profunda crítica a los -e(pertos$ a los ! 1asta entonces las sociedades del bienestar 1abían estado formando como nue*os bur&cratas$ responsables de brindar a los ciudadanos del mundo las respuestas adecuadas en cada una de las distintas$  separadas$ disciplinas en ! podía descomponerse la *ida. Se obser*a una crítica sobre estas -tecnocracias en di*ersos pensadores como ar*in HA??IS 39;Q);443J. Ha una reacci&n social contra la sociología empiricista ! no paraba de acumular datos en *e, de sentarse a refle(ionar. %n este caso$ la realidad no se ocultaba con una falta de in*estigaci&n sino con una saturaci&n in6til de la misma. Para HA??IS la funci&n social global de toda esa in*estigaci&n empírica era precisamente impedir ! la gente com6n comprendiese la *ida social. Si a!uel enfo!ue multidisciplinario era un no renunciar a ninguna teoría para seguir 1aciendo acti*idades alejadas de lo político$ la nue*a apro(imaci&n renunciaría a todos a!uellos enfo!ues -tecnocr+ticos  dependientes para afrontar problemas reales  por tanto específicamente políticos. 2u 7%>O?7 39:3)399BJ escribi& La suciedad del espect+culo. %l libro era un alegato radical contra la sociedad de masas$ contra los medios  la cultura medi+tica$  contra la sumisi&n de la inno*aci&n social e indi*idual frente al consumismo. %l autor denunciaba !ue el capitalismo reempla,a al pensamiento por el espect+culo$ como sustrato ideol&gico de dominaci&n. La propuesta de ruptura de 7%>O?7 es la de salir de ese espect+culo al ser*icio de la sociedad de consumo ! fetic1i,a objetos innecesarios  cosifica a los seres 1umanos. EIII. . %l castigo$ la -ciencia criminol&gica  las tecnologías del poder en la obra de 8oucault. Louis ALTHUSS%? 393)3994J. La preocupaci&n sobre la obediencia  la autoridad de los a/os sesenta debía ir m+s all+ de los e*identes aparatos represi*os$ como la le penal o la policía$ para llegar a donde efecti*amente se comprometía con lo ! las personas aceptan *oluntariamente. ALTHUSS%? introdujo el concepto de -aparatos ideol&gicos del %stado ! incluen a la familia$ la escuela$ la iglesia  los medios de comunicaci&n. A tra*"s de ellos$ la sociedad interpela a los indi*iduos  los conmina a reproducir el orden necesario para desarrollar el sistema de producci&n. %n necesario estudiarlos en forma relati*amente aut&noma a las condiciones econ&micas pues el papel del %stado no es simplemente el de instrumentar las 84

necesidades de la clase dominante. =o s&lo el %stado es el ! juega esta funci&n represora pero tambi"n reproductora  legitimadora. Claude L%EI)ST?AUSS$ belga$ escribi& Antropología estructural. %ste autor remarcaba la importancia del concepto de -estructura en las ciencias sociales. La funci&n de las ciencias sociales no es construir al 1ombre sino disol*erlo. ic1el 8OUCAULT 39;5)39BJ$ franc"s. =o se definía como estructuralista$ sino como  -genealogista. Se propuso 1acer una an+lisis de la 1istoria$ anali,ando los  -acontecimientos$ los puntos de ruptura$ en contra de las -continuidades. Anali,aría$ así$ la relaci&n  la emergencia de estos acontecimientos$ bas+ndose en la lectura minuciosa de documentos$  reali,ando ese an+lisis a tra*"s de dos ejes fundamentales# los cuerpos  las luc1as. 8OUCAULT renegaba de las teologías  del determinismo. %ntendía lo social como una relaci&n  no como una sustancia. ?ecurriría a la 1istoria$ no para buscar las *erdades del pasado sino (! le interesaba el pasado de nuestras -*erdades. La Eerdad con ma6scula no e(iste$ es una ficci&n$ pero no es una ilusi&n subjeti*a$ sino !ue es socialmente construida  compartida$ tiene efectos sociales. %s entonces$ una ficci&n material$ pues surge en el interior de relaciones sociales concretas ! son relaciones de fuer,a$ de poder. 8OUCAULT decía ! -La *erdad no esta fuera del poder$ ni sin poder ]J la *erdad es de este mundo$ est+ producida a!uí gracias a m6ltiples imposiciones$ tiene a!uí efectos reglamentados de poder. Cada sociedad tiene su r"gimen de *erdad. La *erdad$ es por lo tanto$ una construcci&n social  conlle*a efectos de poderN el ser el Sujeto de un discurso *erdadero implica tener una posici&n en una relaci&n de fuer,as. =o e(iste la posibilidad de un saber objeti*o  neutro. Los cuerpos se construen así a tra*"s de representaciones o -*erdades e*identes respecto de lo bueno$ lo normal$ lo ! 1a ! ser  tener para ser reconocido en su identidad  para ! el otro lo identifi!ue como tal. %n Eigilar  castigar aparece el concepto de -resistencia. %sto no tiene ! *er con decisiones racionales o libres sino con fisuras o grietas en las relaciones entre los cuerpos en el diagrama  de los dispositi*os. %n la misma obra$ el autor trataba de estudiar la metamorfosis de los m"todos puniti*os a partir de una tecnología del cuerpo donde pudiera leerse una 1istoria com6n de las relaciones de poder  de las relaciones de objetos. La segunda parte del libro se dedica a describir la disciplina$ a!uel -arte del cuerpo 1umano$ ! no tiende 6nicamente al aumento de sus 1abilidades$ ni tampoco a 1acer m+s pesada su sujeci&n$ sino a la transformaci&n de un *ínculo !$ en el mismo mecanismo$ lo 1ace tanto m+s obediente cuanto m+s 6til$  al re*"s. %n su conjunto$ se crear+ de esa forma una sociedad disciplinaria$ pues todos los sujetos estar+n sometidos en di*ersas relaciones de poder a algunos de estos dispositi*os !ue los 1acen -6tiles. %n la tercera parte de Eigilar  castigar$ 8OUCAULT mostraba ! la prisi&n estaba destinada al fracaso en sus fines declarados# en *e, de eliminar$ fabrica delincuencia. Pero la prisi&n m+s ! fracasar$ triunfa al fabricar la delincuencia$ a ! con esto organi,a  distribue las infracciones  los delincuentes$ locali,ando los espacios sociales libres de castigo  a!uellos ! deben ser reprimidos por el aparato penal. %llo e(plica su super*i*encia en el presente pues en realidad es -una manera de administrar los ilegalismos$ de tra,ar límites de tolerancia$ de dar cierto campo de libertad a algunos$  a 1acer presi&n sobre otros$ de e(cluir a una parte  a 1acer 6til a otra# de neutrali,ar a "stos$ de sacar pro*ec1o de a!uellos. Capítulo IX# Pensamientos criminol&gicos de finales del S.XX# la llamada criminología crítica orígenes$ tendencias  presenciasJ 3. %l surgimiento de la crítica criminol&gica. anifestaciones estadounidenses  europeas. A partir del mo*imiento de los a/os 54 surgieron nue*os pensamientos acerca de la cuesti&n criminal$ denominados criminología crítica. %sta materia comen,& a unificar *arios planteos distintos !ue iban desde el interaccionismo 1asta el materialismo. %ntre los primeros crimin&logos puede mencionarse al estadounidense 0illiam C1ambliss$ !ue comen,& anali,ando la aparici&n 1ist&rica de determinados delitos en realci&n con las necesidades del mercado de trabajo. %*idenciaba así como la legislaci&n contra los pobres 85

en la %uropa absolutista se modificaba de acuerdo a las necesidades econ&micas  laborales. Afirmaba así !ue la sociedad capitalista produce  re!uiere un ele*ado índice de criminalidad$ entendiendo por "sta el resultado de las imposiciones culturales$ relacionadas con el consumo$  de las necesidades materiales$ fomentadas por el proceso de e(plotaci&n de plus*alía. %sto muestra una clara remisi&n al funcionalismo de erton$ aun!ue tambi"n sería retomado con posterioridad por crimin&logos mar(istas ingleses. Tambi"n ?ic1ard uinne tu*o gran rele*ancia en esa "poca. Su propuesta era radical$  proponía reempla,ar el orden legal centrali,ado  opresor por una *uelta a pe!ue/as comunidades autogestionadas. Zl estaba mu fuertemente influenciado por el mo*imiento crítico estudiantil de fines de los sesenta. Las primeras críticas radicales sobre la estructura social  la cuesti&n criminal estu*ieron dadas desde la %scuela de >erMele de la Uni*ersidad de California$ centro de maor acti*ismo social en los 54. Allí se form& la Uni&n de Crimin&logos ?adicales$ cuos objeti*os eran los opuestos a los fines institucionales de la %scuela de >erMele$ !ue 1abía sido fundada para cumplir con los re!uerimientos del %stado de bienestar para la luc1a contra el delito  la des*iaci&n. Los crimin&logos críticos comen,aron a cuestionar estos objeti*os$ !ue impedían estudiar el contenido político de las definiciones legales  de las instituciones$ a las !ue se daba como un 1ec1o$ con causas  consecuencias positi*as. %ra algo !ue estaba fuera del objeto de estudio de la criminología. Tambi"n los crimin&logos críticos se oponían al paradigma etiol&gico$ a !ue a su juicio la b6s!ueda de causas no era posible sobre objetos !ue eran definidos mediante normas$ con*enciones o *aloraciones sociales. Planteaban la necesidad de reali,ar an+lisis 1ist&ricos sobre la criminalidad  la sociología$ con una perspecti*a mar(ista# algo m+s bien 1eterodo(o. %l an+lisis debía reali,arse sobre las instituciones penales$ desde una mirada 1ist&rica. %ste mo*imiento es el !ue rompe realmente con la criminología clínica$ !ue 1abía estado presente inclusi*e en los pensamientos sociol&gicos del SXX. Los críticos afirmaban !ue la criminología clínica se !uedaba con los c1i*os e(piatorios del sistema$ eludiendo la cifra negra$  reproduciendo el sistema. %l objeto de estudio no debía ser entonces la criminalidad$ sino los aparatos !ue la generan  manejan. Ant1on Platt fue un crimin&logo crítico !ue se encarg& de refutar la idea del paternalismo terap"utico. Anali,& el mo*imiento de Los Sal*adores del =i/o$ !ue decía !ue bajo el amparo del positi*ismo  del reformismo benefactor se intentaba resol*er el problema de la delincuencia ju*enil mediante instituciones !ue gestionaban 1ec1os !ue 1asta entonces eran tolerados$  sin ning6n tipo de garantía o límite para el accionar estatal. Se educaba a los  j&*enes de clases bajas para con*ertirse en trabajadores obedientes. %n Inglaterra se cre& la =acional 7e*iance Conference$ un grupo mu 1eterodo(o$ integrado por anar!uistas$ mar(istas$ liberales$ 1umanistas$ !ue eran unidos por la insatisfacci&n frente al positi*ismo criminol&gico !ue era muc1o mas fuerte en %uropa !ue en %%UU$ a !ue no 1abían alcan,ado tanto desarrollo las teorías sociol&gicasJ  a la pretensi&n del crimin&logo ante las pautas políticas  econ&micas de la sociedad en la !ue se planteaba la des*iaci&n. 7e allí surgieron Laurie Talor  Stanle Co1en$ !ue publicaron Super*i*encia Psiocol&gica$ una obra !ue anali,aba los da/os psicol&gicos !ue dejaba la c+rcel$  !ue criticaba la pretensi&n re1abilitadota  reformadora de la criminología mediante par+metros 1ist&ricos  sociol&gicos$ aun!ue tambi"n criticaban al enfo!ue sociol&gico en cuanto al marco te&rico funcionalista  del aprendi,aje. Así$ introdujeron nue*os elementos como objetos de estudio de la criminología# los medios de comunicaci&n$ los miedos$ las modas  bandas ju*eniles$  la e(periencia psicol&gica de los condenados a prisi&n por muc1o tiempo. La obra m+s trascendente elaborada desde ese +mbito fue La nue*a criminología de Ian Talor$ Paul 0alton  FocM
producci&n. Criticaban las posiciones conser*adoras de la criminología$ como las liberales del eti!uetamiento$ !ue se demostraba cercana a los e(cluidos objeto del sistema$ pero !ue no 1acía nada para cambiar la situaci&n estructural !ue los afectaba. %n Italia se oponía la criminología crítica a la criminología institucional$ como parte del cambio etiol&gico$  biopsicol&gico$ a otro de tipo macrosociol&gico  estructral. La superaci&n del paradigma etiol&gico se reali,& principalmente a partir de la 1istori,aci&n de la realidad del comportamiento des*iado  de su represi&n$ lo !ue ponía en e*idencia la relaci&n funcional dentro de unas estrucrras sociales determinadas por las relaciones de producci&n  distribuci&n. La criminalidad o des*iaci&n a no tendría cualidad ontol&gica$ sino !ue sería un estatus impuesto selecti*amente a algunos indi*iduos. %sto comportaría consecuencias ideol&gicas$ en cuanto a las formas en !ue se atribuen esas categorías$  por tanto$ como se seleccionan los bienes jurídicamente protegidos$ primero$  los clientes del sistema penal$ luego. La obra C+rcel  8+brica de elossi  Pa*arini tu*o un alto impacto al respecto. Se 1aría entonces una crítica de la sociedad disciplinaria capitalista$ pero con cuidado a de la posible formaci&n de sociedades de e(clusi&n a la lu, de la contra reforma or!uestada tras la caída de los mitos positi*istas en cuanto a los regímenes de emergencia penal$  la re*itali,aci&n de lees fascistas para reprimir el terrorismo  el tr+fico de drogasJ Con todo ello$  a6n con las discrepancias !ue podían e(istir en el seno de la criminología crítica$ en 39Q; se reali,& un anifiesto %uropeo sobre el delito  la des*iaci&n desde m6ltiples apro(imaciones 1istoriadores$ sociologos$ trabajadores sociales$ psi!uiatras$  juristasJ$  con iguales pretensiones deslegitimadoras de los enfo!ues tradicionales de la criminología. La crítica al positi*ismo iba acompa/ada de una crítica al interaccionismo simb&ico $ en concreto$ al enfo!ue de la reacci&n social$ considerado como la cara liberal de una criminología conser*adora$ al !uedarse en el ni*el descripti*o  no plantear los cambios profundos de la forma social. ;. Los mo*imientos de liberaci&n nacional  las criminologías críticas latinoamericanas. Las condiciones de dependncia agra*adas con maores e(clusiones sociales a lo largo del SXX 1acía de la re*oluci&n un proecto *alioso. %sta ideología de la liberaci&n unida con una teología de la liberaci&n tendría en Am"rica Latina un caldo de culti*o especialmente f"rtil$ con a!uellas ju*entudes progresistas enfrentadas a las caducas generaciones !ue 1abían persistido en la dependencia por acci&n u omisi&n. Se plante& seriamente entonces la posibilidad de cambiar la sociedad  1acerse con el poder del %stado. Los mo*imientos de resistencia armados$ a e(cepci&n de Cuba  el mo*imiento Sandinista$ serían en general derrotados mediante políticas genocidas de terrorismo de %stado apoadas por %stados Unidos$ impulsadas a consecuencia de un *erdadero temor de ascenso democr+tico de ideas reformadoras$ tal sería el caso de Sal*ador Allende. 7ic1a mo*ili,aci&n social no podía ser ajena a la refle(i&n sobre el orden$ la represi&n  el castigo$  desde la d"cada del 54 muc1os autores se plantearon la ruptura con el pensamiento legitimador o negador de la represi&n  la e(clusi&n. %sto sería la base del pensamiento criminol&gico crítico latinoamericano. %l punto de partida de este pensamiento sería en Eene,uela$ en 39QB$ donde se destacarían Lolita Aniar  ?osa del Olmo$ !ue reali,aron una refle(i&n con poderosa carga política contra el imperialismo *iolento  el papel jugado en su negaci&n por la criminología tradicional. ?osa del Olmo estudio la forma en !ue el positi*ismo criminol&gico penetr& en las creaciones de los crimin&logos locales$ encargados de reproducir teorías alejadas  distorsionantes de la realidad$ m+s !ue de producir conocimiento sobre la realidad local. Tambi"n afirmaba eso en relaci&n a los sostenedores de la criminología crítica en Am"rica Latina$ !ue debían tambi"n deja de ser copistas del pensamiento criminol&gico europeo. %s por eso !ue promo*ía una nue*a  propiamente latinoamericana forma de pensar acerca de la criminalidad  su control. %(presaba una *erdadera ruptura con el paradigma etiol&gico local  sus funcionalidades al poder econ&mico  político. %l nue*o paradigma sería sociol&gico  político$ pero adem+s aut"nticamente latinoamericano. %n el caso de la criminología positi*ista$ su arsenal te&rico sumado a los cuadros intelectuales !ue estaban al ser*icio de las fuer,as represi*as  de la academia$ podía generar una pr+ctica pretendidamente científica !ue e(cluera definiti*amente la crítica política  auspiciara un cambio sobre la realidad econ&mica  social. %l objeto de estudio era tambi"n en esta criminología positi*ista dependiente el indi*iduo criminal$  nunca la 87

administraci&n de justicia$ la policía$ la legislaci&n penal$ $ en 6ltima instancia$ el %stado  la sociedad. Lola Aniar comen,& por reali,ar aportes te&ricos críticos de la criminología positi*ista$ asumiendo los presupuestos de nue*as teorías sociol&gicas como la del eti!uetamiento$ con las !ue se adscribi& a la criminología de la reacci&n social. %llo siempre teniendo como objeti*o el cambio de la realidad socioecon&mica latinoamericana 1acia una utopía socialista !ue entonces parecía *iable. %s así !ue esta autora unía el interaccionismo simb&lico con el mar(ismo. %n Argentina podían destacarse *arios crimon&logos$ tales como Luis arc& 7el Pont$ ?oberto >ergalli$ %milio 2arcía "nde,$ %lía, Carran,a$ 2usta*o Cosaco*  Fuan Pegoraro. Tambi"n se destac& %nri!ue arí$ un temprano introductor de las refle(iones psicoanalíticas  foucaltianas$  !ue desde postulados del mar(ismo sería un gran crítico del positi*ismo  jurídico# ello para romper con los campos de disciplina tradicionales  e(plresar una clara ideología liberadora  anti)autoritaria. Tambi"n se destacaría Gaffaroni$ !ue ser+ anali,ado con posterioridad$ como otros de los nombrados. %n Colombia escribi& 8ernando ?ojas$ autor de Criminalidad  constituente$ !ue anali,& la forma en !ue el sistema de justicia colombiano depende de la formaci&n capitalista del %stado  concretamente de la influencia de la burguesía$ !ue logr& definir como delito a las conductas de las *íctimas de su e(plotaci&n  !ue$ a su *e,$ in*ierte en formas de control estatal coerciti*o para suprimir *iolentamente los intentos de cambio socioecon&mico. %s así !ue en esta criminología crítica se planteaba crear 1erramientas políticas de producci&n te&rica  pr+ctica para modificar la realidad latinoamericana$ !ue siempre 1abía sido escondida  postergada. La abolici&n de la prisi&n  de otras pr+cticas coerciti*as se encontraba inserta en un conte(to m+s general tendiente a implantar otro modelo social. Se planteaba entonces superar la crítica  la denuncia para conformar un nue*o orden m+s  justo e igualitario. %sta nue*a criminología crítica latinoamericana se e(pres& mediante debates en distintas re*istas acad"micas$ tales como las publicadas en Argentina -7octrina Penal$  -7elito  Sociedad  -=ue*a 7octrina Penal. %n este marco$ fue en -7octrina Penal donde %duardo =o*oa onreal inici& un debate sobre la criminología crítica$ mediante un artículo sobre la desorientaci&n epistemol&gica de los crimin&logos críticos. =o*oa onreal$ penalista c1ileno e(iliado$ afirm& !ue la criminología crítica se encontraba desorientada epistemol&gicamente$  !ue ello la lle*aba a confundir el campo de una in*estigaci&n considerada científica con el de la luc1a social$ por!ue los crimin&logos críticos se *eían como una especie de *anguardia política$ encargada de procurar la liberaci&n de las clases postergadas$ antes !ue de ocuparse de definir su campo de actuaci&n científica. La crítica era entonces !ue los crimin&logos críticos no sabían cual era su campo$  saltaban de uno a otro sin producir buen material. Tambi"n le preocupaba !ue se 1ubiera confundido a la criminología con el control social$ sobre el !ue entendía !ue e(istían tres +mbitos# el jurídico)penalN un +mbito mu amplio !ue le corresponde a los *ariados medios de control social !ue una sociedad utili,a para la sociali,aci&n de sus miembrosN el +mbito !ue se reali,a mediante normas e instituciones jurídicas no penales. ?ec1a,aba !ue el crimin&logo pudiera llegar al segundo$ aun!ue sí podía abarcar el tercer +mbito. =o puede la criminología abarcar todas las formas de control social$ !ue son *astas e imprecisas. Lola Aniar le respondi& mediante un artículo titulado %l jardín de al lado$ afirmando !ue la criminología crítica e(cedía los límites se/alados por!ue era una teoría de todo el control social$ tanto formal como informal  !ue debía encaminar sus esfuer,os para lograr la liberaci&n de los pueblos. %s por eso !ue no podía ser un campo cerrado$ por!ue no puede estar des*inculada de la luc1a social$ e insiste en la interdisciplinariedad para la construcci&n de una teoría crítica del control social. Afirmaba tambi"n !ue la criminali,aci&n sería el objeto de estudio de la Teoría Crítica del Control Social$  acusaba a =o*oa por su pretendida neutralidad$ la maor falacia de la filosofía  criminología positi*ista !ue encubren las políticas antirre*olucionarias del status !uo. Al replicar nue*amente =o*oa$ e(pres& !ue su in!uietud estaba dada por la con*ersi&n total de la criminología en un indefinido control social general$ confundi"ndose in*estigaci&n científica  luc1a social. %ra necesario para "l fijar el objeto preciso de cual!uier ciencia$  por ello separar conocimientos !ue tienen el mismo objeto de estudio desde enfo!ues di*ersos. Tal sería el caso de la criminología  el derec1o penal$ !ue tiene como objeto com6n la criminalidad$ pero desde un enfo!ue natural  f+ctico$ en la primera$ 88

 normati*o en el segundo. =o podían a su juicio e(tenderse ilimitada e impre*isiblemente el objeto de conocimiento de la criminología$ incluendo materias *ariadas  dispares !ue no 1abría manera de juntar. Inter*ino en el debate ?oberto >ergalli$ !uien sostu*o !ue debía reconocerse el !uiebre de la 1egemonía jurídica sobre la cuesti&n criminal  el control social en general$ !ue ser*ido como un s&lido apoo para el autoritarismo. A su juicio debía abandonarse el nombre -criminología$ materia !ue producen los +mbitos oficiales aplicando las categorías del positi*ismo$ para pasar a una nue*a disciplina !ue rompiera con ese obst+culo$ interpretando procesos políticos  socioecon&micos para anali,ar los fen&menos de la des*iaci&n  proporcionar soluciones democr+ticas# la sociología jurídico penal. %ntendía !ue el control social no debía ser compartimentado o estancado$ sino !ue el control social podía constituir un objeto de conocimiento propio del !ue *aan a ocuparse distintos +mbitos disciplinarios# no aceptaba la des*inculaci&n entre an+lisis sociol&gico del control penal  un e(amen m+s amplio del control social general$ por!ue ambos debían ser anali,ados en distintos momentos pero dentro del control social para Am"rica Latina. ?osa del Olmo agreg& !ue e(istía un problema en cuanto a la importaci&n de categorías de estudio propiamente europeas a una realidad totalmente diferente  nada estudiada$ tal como 1abían 1ec1o los positi*istas casi cien a/os antes. %sa importaci&n *endría para ella moti*ada en cierta juridi,aci&n o filosofi,aci&n de una disciplina !ue sin el componente sociol&gico no ser*iría de nada para describir una realidad desconocida. Por eso insistía en re*itali,ar el contenido crítico de una criminología latinoamericana$ necesaria para ofrecer nue*os paradigmas en concordancia con el nue*o car+cter del %stado$ sus formas de criminali,aci&n$  las formas !ue la criminalidad adoptaba en Am"rica Latina. %n cuanto a lo dic1o por =o*oa$ sostu*o !ue si la criminología s&lo podía abarcar el +mbito de las normas jurídicas$ no podría estudiar una serie de aspectos de la criminalidad !ue el derec1o en Am"rica Latina a6n no 1abía criminali,ado$  !ue debían ser parte de estudio de la criminología. Planteaba entonces 7el Olmo !ue sí podía la criminología crítica abarcar todas las formas de control social$ aun!ue debía anali,arse c&mo se 1aría. :. La crisis de la criminología crítica. Los autores de la nue*a criminología parecían cargar contra todo tipo de pensamiento !ue tradicionalmente se 1abía entendido como criminología. 7e 1ec1o$ asumi"ndose mar(ista parecía imposible ser crimin&logo$ pues el mar(ismo debía cancelar a la criminologíca al tener la intenci&n de abolir la estructura !ue en un período 1ist&rico re!uiri& del delito  la criminología para perpetuarse. La criminología no puede sino ser conser*adora. Al margen de eso$ e(istían algunos puntos conflicti*os para los críticos# 3. %scapar a un materialismo determinista !ue los lle*aba a encontrar las causas del delito en el capitalismo$ pero !ue a su *e, mantu*iera las críticas al positi*ismo$ aun!ue ese alejamiento no debía ser tan amplio como para dejar en claro !ue era el capitalismo$ con sus productos de pri*aci&n$ el !ue propiciaba el surgimiento del delito ;. =o siempre se debía estar en contra de la criminali,aci&n$ al 1aber para muc1os críticos la necesidad de criminali,ar ciertas conductas$ las !ue pro*ocan esa situaci&n de pri*aci&n. La calificaci&n de delito podía ser pro*ec1osa para defender al m+s d"bil$ tal era el caso de los delitos de cuello blanco$ !ue ser*ían para perpetuar el sistema. :. =o todo delito de los d"biles era un acto de luc1a contra el capitalismo$ como diría el mar(ismo cl+sico$ a !ue tambi"n podían pro*ocar dolor  por lo tanto debían ser e*itados por medios no lesi*os de la *ida  la dignidad. Habia entonces un dilema$ pues reconocer !ue los autores de los actos toscos comprendidos por la le penal no estaban luc1ando contra el capitalismo$  !ue su conducta era da/ina$ no implicaba aceptar la represi&n selecti*a  desproporcionada por el sistema injusto. 7e tal modo$ no s&lo los mar(istas$ sino todos los críticos se encontrarían ante un dilema de c&mo actuar$ tanto científica como políticamente. La crisis de la criminología crítica estaba dada por el alejamiento de las posiciones dogm+ticas$ de !ue a!uellas !ue se creen las poseedoras de la *erdad inmutable$ pero !ue podía lle*ar a una obsesi*a autorrefle(i&n poco propicia para la acci&n transformadora. %n los a/os 4 se estaban produciendo grandes cambios políticos$ con el ad*enimiento de los neoconser*adores al poder# cambios de políticas penales$ aumento puniti*o en %%UU  legislaciones de emergencia en %uropa$  cambios en los pensamientos criminol&gicos autoritarios  de derec1a. 8rente a ello$ no era nada 6til el arsenal te&rico 89

construido por la criminología crítica para enfrentarse a la situaci&n típica de la d"cada del 54  el %stado de bienestar. 7ebía construirse la criminología crítica en oposici&n a otro proecto. 7e tal modo$ a principios de los 4 se produce una crisis interna  otra e(terna en la criminología. La interna era causada por la incompatibilidad de los componentes te&ricos materialistas e interaccionistas$ !ue se debían articular para criticar a la antigua criminología. Adem+s 1abía una luc1a entre los compromisos políticos de las diferentes tradiciones de i,!uierda$ de los socialistas con los libertarios. Tampoco los crimin&logos producían in*estigaciones$ sino !ue se !uedaban en la mera denuncia$ el nada funciona lle*aba a los críticos a una peligrosa inacti*idad !ue s&lo e(presaba indignaci&n moral frente a la desigualdades  represiones. Los factores e(ternos se relaciona con el fin del %stado de bienestar$ !ue no prometía un futuro mejor$ sino el surgimiento de posturas conser*adoras e el centro del capitalismo  una gran incertidumbre en los m+rgenes$ así como en los países socialistas$ !ue no tardarían en derrumbarse. =inguna utopía se mostraba como posible tras el colapso de los estables sistemas so*i"ticos$ cuas aplicaciones penales  criminol&gicas criticaba la criminología crítica. %n Am"rica Latina$ los mo*imientos re*olucionarios o aceptaban su derrota o !uedaban estigmati,ados como sospec1osos por la utili,aci&n de la *iolencia. Todos los reclamos por sociedades buenas o injustas eran sospec1ados de esta forma$  los ciudadanos entendían !ue finalmente la democracia liberal no estaba tan mal. 8rente a este cambio de es!uema countural$ en el !ue debía elaborarse un nue*o discurso$  con la confusi&n en muc1os aspectos de lo !ue sería de derec1a  de i,!uierda$ era necesario elaborar nue*a respuestas sobre lo !ue puededebe 1acerse. Así aparecieron distintas corrientes del mo*imiento crítico !ue se plantearon como alternati*as de abordaje ante las preocupaciones de la criminología crítica. Serían$ al menos reducidamente$ el abolicionismo$ el realismo de i,!uierdas  el garantismo o minimalismo penal. B. %l abolicionismo radical escandina*o  la política criminal tolerante 1olandesa. Las consecuencias del enfo!ue del eti!uetamiento serían f+cilmente interpretables en la 1ist&ricamente tolerante Holanda. La tolerancia como imposici&n "tca es tambi"n un plan de conducta ligada al auto)constri/imiento  al actuar pragm+tico de reali,ar el propio placer sin molestar a otros. %n este marco era f+cil comprender una política criminal de control basada m+s en el dejar 1acer !ue en la inter*enci&n puniti*a$ !ue sería$ al menos$ socialmente menos da/ina# Una política criminal tolerante$ !ue respondería tambi"n a la luc1a de separaci&n entre derec1o  moral. =o obstante 1ubo crimin&logos !ue se opusieron a la participaci&n en políticas concretas$  en ellos sería m+s e*idente el intento de crear algo nue*o$ radicalmente diferente a la imposici&n !ue el %stado 1acía sobre la comunidad. %l abolicionismo sería la m+s radical deslegitmaci&n del sistema carcelario  la propia l&gica puniti*a$ desde la base de !ue la imposici&n de castigos generaba m+s *iolencia$ m+s sufrimiento# *iolencia del 1ec1o catalogado como delicti*o ^ *iolencia castigo. %sto sería notable en Herman >ianc1i$ !uien 1ablaba de la necesidad de lograr la internali,aci&n de conceptos como tolerancia$ respeto$ justicia$ culpa$ *ergKen,a$ !ue son e*identemente morales  orientados 1acia el auto)control. Para >ianc1i lo represi*o no resuel*e los conflictos# no bastaba abolir las prisiones sino !ue lo !ue debía abolirse era la propia idea de castigo$ pues mientras se mantenga intacta la idea de castigo como una forma ra,onable de reaccionar frente al delito no se puede esperar nada bueno de una mera reforma del sistema. =ecesitamos de un nue*o sistema alternati*o de control del delito !ue no se base en un modelo puniti*o$ sino en otros principios legales  "ticos de forma tal !ue la prisi&n u otro tipo de represi&n física de*enga fundamentalmente innecesaria. Así es !ue proponía un sistema de justicia !ue protegiera al estigmati,ado$ !ue le brindara oportunidades de sentir  mostrar remordimiento. %sos principios serían la reconciliaci&n  la reimposici&n de la pa,. LouM Hulsman fue un autor sumamente importante al respecto$ !ue$ al igual !ue >ianc1i$ reafirmaba los *alores morales como mejor límite para las *iolencias$ entre las !ue 1ist&ricamente incluía a las reali,adas por las burocracias creadas alrededor de los sistemas de justicia criminal. Su propuesta de reconstruir la definici&n de delito iba naturalmente unida a un deseo de resoluci&n de problemas sociales$ lo !ue deja de lado cual!uier tipo de deslegitimaci&n de este pensamiento !ue afirma dejan de lado a !uienes realmente sufren u 90

ol*idan la realidad de delitos# estaban mu atentos al sufrimiento de sus semejantes$  en base a eso creía !ue 1abía !ue abolir el sistema penal$ para llegar a un acercamiento a la realidad social sin utopías negadoras$ !ue era lo !ue consideraba !ue eran las  justificaciones de un sistema penal liberal  1umanista. Para Hulsman el delito no tiene una realidad ontol&gica$ sino !ue es el prducto de la política criminal$ los conflictos serían reales$ pero los delitos un mito. Un mito con consecuencias reales# crear nue*os  m+s gra*es problemas. Con la eliminaci&n de la calificaci&n com6n de delito$ Hulsman !uería indicar !ue si la comunidad se apro(ima a los e*entos criminali,ados  los trata como problemas sociales$ ello permitiría ampliar el abanico de posibles respuestas$ no limit+ndose a la respuesta puniti*a !ue en la 1istoria no s&lo no 1a resuelto nada$ sino !ue 1a creado m+s problemas# el propio sistema penal se 1a con*ertido en la actualidad en uno de esos gra*es  *iolentos problemas. %ntones el objeto del abolicionismo no es s&lo desmontar el efecti*o funcionamiento del sistema penal$ sino tambi"n dise/ar nue*as alternati*as para la resoluci&n$ pero tambi"n sobre la definici&n de los 1ec1os. Por eso no utili,aría Hulsman el concepto de delito$ sino el de situaci&n problem+tica. %l sistema penal sería la desconte(tuali,aci&n de las situaciones problem+ticas  su reconstrucci&n en un conte(to ajeno a las *íctimas$ los *ictimarios  otros indi*iduos. Crea indi*idualidades irreales  una interacci&n ficticia entre ellos  define a las situaciones de problema o conflicto de acuerdo con las reglamentaciones  necesidades organi,ati*as del sistema penal  sus agencias burocr+ticas. Las partes in*olucradas en el problema no pueden influir en su resoluci&n o continuaci&n$ una *e, !ue se lo define como delito  de "l se 1acen cargo los e(pertos del sistema penal. Su resultado$ adem+s de no satisfacer a ninguna de las partes in*olucradas$ genera nue*os problemas como la estigmati,aci&n$ la marginaci&n social$ etc. 7e 1ec1o$ el sistema penal crea a  -criminales mediante sus instituciones penales. 7e tal modo$ se debería intentar comprender la realidad social desde el punto de *ista de los indi*iduos  no de acuerdo con las definiciones de la realidad  el marco conceptual buroctr+tico !ue asume el sistema penal. Hulsman es el pensador m+s co1erente con la teoría del eti!uetamiento  con la formulaci&n de la reacci&n social$ por considerar !ue debían estudiarse las respuestas institucionales penales !ue el %stado ofrece a las situaciones problem+ticas  !ue no 1acen sino esconder sus diferentes naturale,as  empeorarlas. %l modelo conciliador buscaría apro*ec1ar la situaci&n problem+tica para !ue la sociedad debata en conjunto los problemas generales !ue pueden 1aber lle*ado a a!uella. %sto refuer,a las formas sociales comunitarias$  refleja un modelo político 1ori,ontal  solidario. Hulsman abandona la idea de derec1o para construir saberes alternati*os$ con presupuestos teol&gicos$ como el rec1a,o al castigo$ antropol&gicos$ como la 1umana resoluci&n del conflicto$  sociol&gicos$ como la crítica al sistema penal. Pero tambi"n con un optimismo político !ue se basa en esos presupuestos$  en su contacto con 1ombres  mujeres de carne  1ueso. La ausencia del %stado  de sus inter*enciones$ incluso la de la le$ ser+ cubierta m+s satisfactoriamente por formas comunitarias$ aut&nomas  pacíficas de manejar los conflictos. Su modelo$ como el de =ils C1ristie$ es el de pe!ue/as comunidades en las !ue la gente se controla informalmente  participa de la resoluci&n de los problemas$ con una clara crítica contra la burocracia  la estatali,aci&n silenciosa de los conflictos. Otro autor inscripto en esta escuela es T1omas at1iesen$ autor de Las políticas de abolici&n$ donde describía las estrategias del mo*imiento de descarcelaci&n escandina*o en los a/os anteriores$  de esa forma sentaba las bases de una estrategia para la abolici&n de lo puniti*o. at1iesen lograría resol*er la difícil situaci&n en la !ue se encontraban los críticos al sistema penal$ !ue peligrosamente podían caer o en el inmo*ilismo temeroso de !ue cual!uier reforma fuera cooptada por la legitimaci&n del sistema !ue en definiti*a se pretende abolir o en el apoo de alternati*as !ue no 1iciesen sino ampliar  relegitimar lo puniti*o. Creía !ue los sistemas penales pueden ser siempre m+s crueles$  !ue el mismo sistema de e(plotaci&n capitalista puede ser peor$  !ue no por ello estarían al borde de su desaparici&n. %ntendía !ue si las fuer,as progresistas cedían terreno a las mas reaccionarias sería posible !ue no 1ubiera límite para sus ambiciones de imponer ideas  pr+cticas m+s puniti*as. Los críticos tienen la obligaci&n de comprometerse con la reforma  tambi"n con la re*oluci&n$ pero ello a partir de mejoras o reformas negati*as$ distintas de las positi*as !ue amplían  reproducen las estructuras carcelarias. Las negati*as reducen la capacidad 91

del sistema puniti*o  carcelario$  tender+n 1acia un objeti*o abolicionista de lo puniti*o a largo pla,o# las reformas deben rec1a,ar la estructura b+sica de la c+rcel$ rompiendo con su sentido b+sico del secuestroN cree !ue es necesario  posible abolir las c+rceles$ !ue la sociedad puede organi,arse de un modo en !ue "stas no tengan ra,&n de ser. =unca las fuer,as progresistas debían aceptar reformas acabadas$ sino !ue la estrategia de abolici&n de la punici&n debe ser inacaba. Afirmaba tambi"n !ue la construcci&n de c+rceles era un negocio !ue se presentaba como un enemigo poderoso para las políticas !ue proponía. Las c+rceles se llenan una *e, !ue est+n construidas$  es entonces un negocio infinito$  es por eso !ue propone frenarlo  detener el camino 1acia un nue*o 1olocausto. Propone !ue la sociedad puede organi,arse mejor sin prisiones$ prest+ndole atenci&n a la pobre,a  otros problemas sociales$ a la integraci&n en comunidades$  en las reales necesidades de los !ue 1an sido *íctimas. %n el caso de at1iesen la cla*e de la reforma est+ tambi"n en la comunicaci&n. %n una comunicaci&n alternati*a a la !ue se ocupa de desinformar  negar la realidad sería fundamental para acabar con los prejuicios  reducir la *iolencia$ 1asta su eliminaci&n. %n cuanto a la re1abilitaci&n$ afirma !ue se basa en prejuicios burgueses  religiosos $ adem+s no puede funcionar en la c+rcel. La pre*enci&n general tampoco se 1a probado !ue funcione$ si funciona es en relaci&n con los !ue no la necesitan  no con los !ue la necesitan$  en todo caso la transmisi&n de significado lle*aría a abolir la *iolencia de las c+rceles. La in1abilitaci&n$ adem+s de tener consecuencias terribles$ es condenada por at1iesen jurídica  moralmente. La noci&n de justicia no puede ser media en tiempo  adem+s nunca pueden mensurarse en los delitos  los castigos$ por lo !ue no es serio decir !ue la c+rcel 1aga justicia. Otra autor sumamente importante es =ils C1ristie$ !uien obser*a la criminología como una 1erramienta para la interacci&n# concretamente la interacci&n entre el delito  la sociedad$ en la !ue inter*iene el %stado. Abandonaría la pretensi&n de saber !ue es el delito$ a !ue consideraba !ue ello es imposible$  se dedicaría a *er de !ue forma reacciona la sociedad  crea un maor n6mero de personas sometidas a control penal o no. %l estado$ mediante el sistema penal$ reali,a un control formar !ue normalmente aumentar+ cuando se redu,can los mecanismos de control informar. 7enunciaba !ue el sistema penal$ conformado por un aparato estatal burocr+tico  centrali,ado$ e(propia el conflicto a las partes  a la comunidad$ gestion+ndolo en su propio beneficio. Adem+s de la crítica$ propondría la utili,aci&n de formas alternati*as de control social !ue pasaban por la recuperaci&n del conflicto. Seg6n C1rtistie$ no s&lo el condenado a !uien se lo 1ar+ participar de un debate negando el conflicto$  se le impondr+n *iolencias sin sentidoJ  la *íctima !ue no tendr+ e(plicaciones ni e(presiones de solidaridad en relaci&n a su p"rdidaJ pierden al no poder estar participando de la definici&n de todo el problema$ sino !ue toda la sociedad. Ha una p"rdida para la clarificaci&n de normas$ de posibilidades pedag&gicas. Zl cree !ue los conflictos representan un potencial para la acti*idad$ para la participaci&n. %l sistema de control puniti*o actual representa una de las tantas oportunidades perdidas de in*olucrar a ciudadanos en tareas !ue tienen una importancia inmediata para ellos. %(plica C1ristie !ue ante la caída del ideal resociali,ador aparecían *iejas justificaciones !ue retornaban para justificar el mismo castigo$ o para plantear castigos alternati*os. La imposici&n de un castigo para "l$ aun!ue se enmar!ue en un %stado de 7erec1o  se apli!uen todas las garantías$ no significa sino causar dolor deliberadamente. %llo$ adem+s de ser insoportable antropol&gicamente$ no es lo mejor !ue puede 1acerse en materia de control social. 7e 1ec1o$ se recurre s&lo a la ine(istente categoría de delito cuando los indi*iduos no se conocen. 7e tal modo$ proponía buscar con imaginaci&n alternati*as al castigo$ m+s !ue castigos alternati*os o justificaciones alternati*as al castigo. Tambi"n afirmaba !ue m+s all+ de admitir distintas reacciones a las puniti*as frente a esos conflictos$ encontraba un problema en suponer !ue siempre es necesario reaccionar$  !ue siempre los conflictos 1abrían de ser solucionados. Lo importante es saber con*i*ir con ellos$ no negarlos. La participaci&n en su resoluci&n es m+s importante !ue la propias soluciones$ muc1o mas cuando "stas no son tal cosa$ sino la simple imposici&n de otro conflicto !ue busca un aparente consenso con la demostraci&n de !uien es el m+s fuerte o poderoso. C1ristie no es un abolicionista f+cilmente encuadrable$ a !ue no se opondría a otro tipo de lees o normas consensuadas de juicios o rituales participati*os$ en la medida en !ue todo ello condujera a la reducci&n o eliminaci&n del dolor  la *iolencia. Sí sería un crítico radical en relaci&n al sistema penal. 92

%n su 6ltima obra$ Una sensata cantidad de delito$ el autor reclamaría una maor participaci&n de la *íctima$  recalcaría la necesidad de un comportamiento e(presi*o para limitar el terror a un nue*o 1olocausto silencioso  silenciado por sistemas penales !ue son cada *e, peores por su moderni,aci&n. %l anonimato de la *ida moderna admite !ue la peligrosa categoría de delito se e(tiende a todo comportamiento  por tanto aumente la imposici&n de castigos como un ol*ido o rec1a,o de los otros. %s m+s importante el di+logo$ la refle(i&n comunitaria$ el juicio  la condena "tica  moral$ !ue el propio castigo. %(presa !ue frente a un comportamiento respecto del cual !uiere demostrarse repudio no es necesario reaccionar puniti*amente$ sino !ue en el momento conciliador o de discusi&n sobre su g"nesis  responsabilidades parece m+s ra,onable !ue caer en la opci&n restauradora. La reparaci&n del da/o  la participaci&n de la sociedad en un problema !ue en realidad le pertenece no lle*aba a los abolicionistas a rec1a,ar cual!uier modelo de justicia$ sino el actual$ proponiendo una justicia m+s democr+tica  participati*a$ especialmente atenta con los afectados. Algunos admitirían la necesidad de adoptar medidas coacti*as$ pero no para castigar$ sino para reparar o neutrali,ar el conflicto$ o incluso para manifestar repudio. Las propuestas alternati*as suelen estar *inculadas al derec1o ci*il o a sistemas de justicia informal$ en los !ue se pretende dejar espacio a la *íctima en el conflicto. %sto los aleja un poco de la idea de abolici&n del sistema. Hubo otros !ue plantearon en la *ergKen,a como una forma de control social. %n Alemania aparecieron Hein, Steinert  Sebasti+n Sc1eerer$ !ue sostu*ieron una criminología en abierta disputa con un pensamiento !ue decía regresar al sentido com6n$ de acuerdo a un discutible realismo. Les contestaban diciendo !ue el delito tiene poco de entidad real  !ue$ sin embargo$ sí 1a realidades !ue pueden ocasionar dolor$ problemas$ conflictos  riesgos. ?educir esas m6ltiples realidades a un nombre com6n como delito es negarlas bajo una concepci&n mitol&gica. %l sistema penal en *e, de solucionar problemas los amplía$ por lo !ue proponen dejar de ocultarlos para pensar en soluciones con la participaci&n de todos los in*olucrados. @. %l realismo criminol&gico de i,!uierdas  el reformismo social)dem&crata anglosaj&n. %ste mo*imiento se procur& obtener actitudes m+s pragm+ticas  !ue procurasen influir en las decisiones. 8rente a determinados problemas sociales$ estos crimin&logos e *eían compelidos a ofrecer algunas respuestas a partir del ascenso al gobierno de los neoconser*adores o realistas de derec1a$  perfilarían una crítica al idealismo radical de los a/os 54  Q4. La propuesta era la de aplicar el m"todo materialista 1ist&rico al estudio de la cuesti&n criminal$ anali,ando las funciones de reproducci&n del modo de producci&n capitalista$ poniendo por tanto la cuesti&n criminal dentro del marco m+s general de luc1a de clases. Harían una crítica a la sociología de la des*iaci&n$  1asta de las premisas por ellos mismos adoptadas en los 54  Q4$ especialmente por su incapacidad de para *incular teoría  pr+ctica. Afirmarían !ue los cambios en la sociedad no podían prescindir de una política criminal !ue fa*oreciera a los trabajadores# una política criminal !ue la defienda tanto de los abusos de los poderosos como de los delitos intra)clase. FocM
*ictimi,ar a6n m+s a los !ue sí podrían oponerse al sistema# afecta especialmente en el disfrute de derec1os a los sectores m+s *ulnerables. %l delincuente no es$ en palabras de
controles democr+ticos  comunitarios. 8ormar una policía !ue est" de *erdad al ser*icio  bajo el control$  formando parte de la comunidad. Planteaban !ue no 1acer nada era 1acerle el juego a la derec1a$  !ue si bien la pre*enci&n debía *enir fundamentalmente de la aplicaci&n de políticas sociales reductoras de desigualdades$ tambi"n era necesario dise/ar políticas !ue redujeran el impacto del delito a corto pla,o. =o obstante$ ello sería relegitimar el sistema penal. Había en estos autores un e(preso retorno no s&lo al mar(ismo  a la sociología funcionalista$ sino tambi"n al iluminismo. La relegitimaci&n del %stado  de la pena$ en una organi,aci&n social democr+tica  al ser*icio del ser 1umano estaba en el programa de la Ilustraci&n. Adem+s se re*alori,& de los autores iluministas el racionalismo  el utilitarismo. 5. %l reduccionismo$ minimalismo o garantismo penal. Los derec1os 1umanos como sustento de todo sistema penal. Se 1a acusado de esta postura por abandonar la sociología$  ser prominentemente  jurídicas$ lo cual si bien es cierto$ no !uiere decir !ue sean menos política !ue la de otros crimin&logos críticos. %n el marco de gra*es  profundas *ulneraciones a derec1os de las personas$ muc1os críticos se aceraron por igual a los postulados de la criminología crítica  a los del derec1o penal liberal$ !ue ser*ía como freno a tales abusos. %l minimalismo sir*i& como trinc1era para a!uellos !ue defenderían su accionar desde la justicia como poder. Se sostenía$ a diferencia de ciertos postulados mar(istas$ !ue era posible utili,ar los derec1os a fa*or de los trabajadores$ e inclusi*e los denominados derec1os burgueses$ !ue 1an limitado la puniti*idad  el absolutismo del poder estatal$ mediante distintas formas de interpretarlo. %l garantismo o minimalismo surgi& en el enfrentamiento contra la per*i*encia de la legislaci&n autoritaria$  contra la emergencia de la legislaci&n antiterrorista !ue tanto en Italia como en %spa/a amena,aban los principios de un derec1o penal ilustrado. Alessandro >aratta$ autor de Criminología Crítica  crítica del derec1o penal$ formul& una nue*a ciencia total del derec1o penal !ue incorporase los *alores 1umanistas. Cre& un nue*o modelo integrado de derec1o penal  criminología$ por supuesto !ue mu diferente al *iejo positi*ismo criminol&gico peligrosista. >aratta 1ablaba de tomar el punto de *ista de las clases subalternas$ 6nica garantía de una pra(is te&rica alternati*a$  por tanto crítica. La real respuesta crítica a la cuesti&n criminal *endría de a!uellos !ue siempre serían afectados por el poder puniti*o# los sujetos d"biles. %sta clase de personas son las 6nicas realmente interesadas$ para paliar sus problemas$ en combatir las reacciones penales  tambi"n los comportamientos socialmente negati*os$ mediante la superaci&n de las condiciones econ&micas del capitalismo  las autoritarias de los %stados !ue lo sustentan. %llo no significaba relegitimar al sistema penal en sus campa/as de le  orden$ sino fundamentar otro sistema !ue sir*iera para perseguir a!uellos comportamientos inmunes al actual sistema pero muc1o m+s da/inos$ como las formas de criminalidad de las clases dominantes. S&lo un sistema sin desigualdades podría obtener alguna legitimaci&n# un sistema democr+tico de control social era el !ue debía asumir la deslegitimaci&n del actual sistema penal. %l nue*o modelo integrado por el derec1o penal  criminología no debía limitarse a la descripci&n de las desigualdades  discriminaciones en el campo penal$ sino !ue$ recurriendo a la sociología$ comprenda las funciones reales del sistema penal en las sociedades tardocapitalistas$ como reproductor de las relaciones sociales de desigualdad$ producidas$ seg6n el marco político mar(ista$ en las propias relaciones de producci&n. Criticaba las concepciones liberales tales como el labeling aproac1J !ue s&lo reali,aban una descripci&n superficial del sistema$  no estructural. 7aba >aratta un pas& m+s all+ de los planteos meramente críticos al rescatar un derec1o penal basado en los derec1os 1umanos$  !ue de allí sir*iera como límite para el poder dd.11 entendidos como negaci&n de la punici&nJ  a la *e, generador de progreso social$ representado por la igualdad  el goce de los derec1os 1umanos. Los principios de derec1o penal mínimo por "l elaborados$ se refieren a criterios políticos  metodol&gicos para la descriminali,aci&n  para la construcci&n de los conflictos  de los problemas sociales en una forma alternati*a a la !ue ofrece el sistema penal. Los clasificaba en intre  e(tra sistem+ticos. Los del interior ser*irían para limitar la potencialidad lesi*a del poder puniti*o e(istente$  se di*idían a su *e, en principios de limitaci&n formal$ principios de limitaci&n funcional  de limitaci&n personal o de la responsabilidad penal. Con esto 95

de*ol*ía un importante papel a la dogm+tica penal$ límite para la aplicaci&n de las lees puniti*as  para la creaci&n de nue*as figuras típicas. Los principios e(ternos estaban *inculados a la decisi&n política$  de allí !ue surja la necesidad de descriminali,ar principio de descriminali,aci&nJ$ llegando a un derec1o penal mínimo  limitado como un llamado a la imaginaci&n sociol&gica  política para satisfacer los derec1os 1umanos sin apelar a la cultura de lo penal construcci&n alternati*a de los conflictos  problemas socialesJ %ntre tales principios se encontraba el de inter*enci&n 6til la alternati*a a la criminali,aci&n no siempre se *inculaba a otra forma de control social$ a !ue a *eces podía consistir en un espacio de libertadJN el principio de sustracci&n metodol&gica de los conceptos de criminalidad  pena prescindir por un tiempo de dic1os conceptos para *erificar como podrían construirse  darse respuesta a los conflictosJN principio de especificaci&n de los conflictos  de los problemas el 6nico elemento en com6n del conglomerado formado por los delitos est+ conformado por estar sujetos a la respuesta puniti*aJN principio general de pre*enci&n despla,ar el "nfasis puesto en las formas de control represi*o 1acia formas de control pre*enti*oJN principio de articulaci&n aut&noma de los conflictos  de las necesidades reales los sujetos in*olucrados dejen de ser sujetos pasi*os de un tratamiento institucional  burocr+tico  pasen a ser sujetos acti*os en la definici&n de los conflictos de !ue forman parte  en la construcci&n de las formas  de los instrumentos de inter*enci&n institucional  comunitaria id&neos para resol*erlos seg6n sus propias necesidades realesJN principio de preser*aci&n de las garantía formales en caso de trasladarse el conflicto a un +mbito fuera del sistema penal$ la posici&n de los sujetos no podría ser de menores garantías a las pre*istas por el derec1o penalJ %sta defensa a ultran,a del garantismo se encontraba mati,ada con el principio de politi,aci&n de los conflictos$ mediante el !ue proclama restituir a los conflictos su dimensi&n política  considerar$ como alternati*a al tratamiento penal$ formas de inter*enci&n institucional confiables a los &rganos de representaci&n política$ con la participaci&n  control popular. =o obstante$ afirmaba !ue s&lo sería posible sustituir el derec1o penal cuando este tipo de sociedad 1aa sido sustituido por otro mejor *er m+s adelante !ue se profundi,aJ >aratta proponía un programa para lograr una política criminal de las clases subalternas$ compuesto por B pasos. Hacía una diferenciaci&n entre política penal  política criminal$ entendi"ndose con la primera como una respuesta a la cuesti&n criminal circunscripta en el +mbito del ejercicio de la funci&n puniti*a del %stado$  la segunda como política de transformaci&n social e institucional. %ntre todos los instrumentos de política criminal$ el derec1o penal es el m+s inadecuado. 3. %sta política criminal sería$ a su juicio$ radical por!ue reconoce !ue la cuesti&n penal no est+ s&lo ligada a contradicciones !ue se e(presan en el plano de las relaciones de distribuci&n$ sino por sobre todo en las contradicciones estructurales !ue deri*an de las relaciones sociales de producci&n. Por eso$ una política criminal de este tipo no podr+ ser una política de sustituti*os penales$ sino !ue debía ser una política de grandes reformas sociales e institucionales para el desarrollo de la igualdad$ de la democracia$ de formas de *ida comunitaria  ci*il alternati*as  m+s 1umanas$  del contrapoder proletario$  de la superaci&n de las relaciones sociales de producci&n capitalistas muestra así su intenci&n clara de superar el actual sistema para llegar a uno superador$ el socialistaJ ;. 7entro de ese marco$ obser*aba al derec1o penal como desigual$ a !ue era selecti*o para las clases subalternas. Así es !ue proponía un ensanc1amiento de la tutela penal en los campos de inter"s esencial para los indi*iduos  la comunidad# dirigir los mecanismos de reacci&n 1acia la criminalidad econ&mica$ a los delitos de los poderosos. Paralelamente$ propondría una radical despenali,aci&n$ contracci&n al m+(imo del sistema puniti*o$ e(cluendo de "l innumerables sectores$ !ue surgen de una noci&n autoritaria  "tica del %stado opini&n al ultraje$ aborto$ delitos contra la moralidad p6blica$ contra la persona del %stado$ etcJ. Se trataría sobre todo se aligerar la presi&n del sistema puniti*o sobre las clases subalternas$ sustituendo las respuestas puniti*as por formas de control no estigmati,antes$ $ endo a6n m+s all+$ de comen,ar procesos de sociali,aci&n  pri*ati,aci&n de los conflictos. 7espenali,aci&n significa$ en sus palabras$ la apertura de maores espacios de aceptaci&n social de la des*iaci&n. :. %ste programa de política criminal radical no podía sino tener como objeti*o la abolici&n de la prisi&n$ tanto de la instituci&n carcelaria$ como del manicomio. 7ebía 1aber entonces una ampliaci&n de las formas de suspensi&n condicional de la pena  libertad condicional. Pero por sobre todo sería importante la apertura de la prisi&n a la sociedad$ con el fin de 96

limitar las consecuencias !ue acarrea la instituci&n carcelaria en la di*isi&n artificial de clase$ de reubicar al condenado en la clase  en la sociedad. %sto lo propone como contraposici&n al mito burgu"s de la reeducaci&n  la reinserci&n del condenado. La *erdadera reeducaci&n del condenado es para "l a!uella !ue transforma una acci&n indi*idual  egoísta en conciencia  acci&n política de clase. %llo es la contracara de la noci&n indi*idualista  "tico religiosa de la e(piaci&n. B. 7ebe tenerse en cuenta fundamentalmente la funci&n de la opini&n p6blica  de los procesos ideol&gicos  psicol&gicos !ue en ella se desen*uel*en apoando  legitimando el *igente derec1o penal desigual. %sto es$ a los estereotipos de criminalidad$ las definiciones  las teorías del sentido com6n acerca de ella. La opini&n p6blica es portadora de la ideología dominante !ue legitima el sistema penal$ perpetuando una imagen ficticia de "ste$ dominada por el mito de la igualdad. Allí se reali,an procesos de inducci&n de la alarma social$ !ue en momentos de crisis del sistema de poder son manipulados directamente por las fuer,as políticas interesadas en las campa/as de le  orden. Así$ en este +mbito como en resto$ se deberían in*ertir las relaciones de 1egemonía cultural con una labor decidida de crítica ideol&gica$ de producci&n científica  de informaci&n. %l resultado debe ser brindar a la política alternati*a una adecuada base ideol&gica$ sin la cual a!uella estar+ destinada a per*i*ir como una utopía de intelectuales. Por eso$ es necesario producir una discusi&n de masas sobre la cuesti&n criminal en el seno de la sociedad  la clase obrera. %n la superaci&n del derec1o penal planteaba la necesidad superar la pena$ mas no el derec1o !ue regula su ejercicio$ puesto !ue ello podría ser manipulado para *ulnerar las garantías legales  constitucionales del %stado de 7erec1o. Proponía entonces una refundaci&n del %stado  del derec1o$ con una nue*a concepci&n de democracia basada en el principio de inclusi&n de las *íctimas  de todos a!uellos !ue m+s sufren. Propugnaba una participaci&n acti*a de todos  todas en la democracia social  política$ cambiando el *iejo  desigual contrato social por uno nue*o consensuado entre todos los antes e(cluidos. Afirmaba >aratta !ue la sociedad capitalista era una sociedad basada en la desigualdad  en la subordinaci&n$  !ue la sociedad socialista es una sociedad libre e igualitaria. Cuanto m+s desigual es una sociedad$ m+s necesario es el sistema de control social de la des*iaci&n de un modo represi*o$ como el del aparato penal burgu"s. %ntonces$ si el derec1o penal es un instrumento tan importante de producci&n  reproducci&n de las relaciones de desigualdad$ no debe *acilar en enunciar el modelo de la sociedad socialista como el modelo de una sociedad !ue puede prescindir del derec1o penal  la c+rcel$ al menos progresi*amente. S&lo ser+ posible sustituir el derec1o penal por algo mejor en la medida en !ue la sociedad sea sustituida por otra mejor. Otro autor garantista es Luigi 8errajoli$ !uien poseería una *isi&n antropol&gica m+s negati*a. Su *ersi&n negati*a del derec1o penal constituiría el m+s rele*ante esfuer,o por de*ol*er un papel limitador de las *iolencias al derec1o penal. Intentaba poner límites a nue*as ampliaciones  definiciones del poder puniti*o$ !ue a*i,oraba en el presente  el futuro$ por lo !ue sería un duro defensor del constitucionalismo  las reglas del %stado social  democr+tico de derec1o. 8errajoli ad*irti& sobre los peligros !ue podía suponer el mismo mar(ismo entendido como teoría total para aplicar teorías desde el %stado para con las garantías indi*iduales del derec1o penal liberal$ !ue siguen siendo un límite para toda política criminal de tipo represi*o. %l materialismo mar(ista debía desarrollarse con la presencia del %stado  del derec1o$ *erdaderos artífices de esa sociedad tolerante  solidaria. Sostenía !ue el progreso de un sistema político se mide por su capacidad de tolerar sencillamente la des*iaci&n como signo  producto de tensiones  de disfunciones sociales no resueltas$  por otro lado de pre*enirla$ sin medios puniti*os o autoritarios$ 1aciendo desaparecer sus causas materiales. Haría una indudable justificaci&n del sistema penal  de la pena$ a !ue$ mediante su *isi&n negati*a sobre el 1ombre$ no creería !ue un futuro sin %stado ni poder puniti*o acotado por el derec1o resulte preferible a a!u"l. La desaparici&n del sistema penal lle*aría a la e(istencia de una anar!uía puniti*a$ con respuestas$ estatales o sociales$ sal*ajes frente a un 1ec1o reputado reprobable$ o a la e(istencia de una sociedad disciplinaria$ en la cual la comisi&n de esos 1ec1os inmorales sería f+cticamente imposible por la e(istencia de una *igilancia social o estatal total. %l futuro podría ser peor sin sistema penal$  reali,& una 1ip&tesis sobre la 1istoria en la !ue 97

se rei*indica el papel ci*ili,ador del sistema penal$ en tanto cumpli& un rol progresista e ilustrado. Seg6n su *isi&n$ notablemente inspirada en Hobbes$ 1abría 1abido un estado de naturale,a en el !ue presuntamente regía la le del m+s fuerte  !ue podría ser eliminado mediante la real e(istencia de un estado de derec1o en el !ue el poder se ejerce de acuerdo a unas reglas para 1acer primar la le del m+s d"bil. Asumiría 8errajoli la idea de !ue el derec1o penal  la pena *inieron a sustituir la *engan,a pri*ada$ m+s *iolenta# el derec1o penal nace cuando la relaci&n bilateral pasa a ser trilateral$ en la !ue se sit6a en una posici&n de tercero imparcial una autoridad judicial. 7e tal modo$ a su juicio el derec1o penal admitiría$ adem+s de reducir las *iolencias$ separar el derec1o de la moral$  la reacci&n del %stado  la sociedad !uedaría despro*ista de su carga emocional !ue lo 1abría 1ec1o ser profundamente *iolento. %l derec1o penal sir*e entonces para e*itar reacciones e(cesi*as por parte del propio %stado$ !ue es el !ue asumiría el poder social. Preferiría un poder sometido a las garantías del derec1o. %l sistema penal garantista por el esbo,ado se encuentra caracteri,ado por una doble característica 1obbesiana# el car+cter positi*o de las normas$  su sujeci&n al derec1o. %sto 1ace !ue el mismo deber ser del derec1o se encuentra incorporado al iordenamiento$  por lo tanto tiene un papel de garantía en relaci&n con el derec1o ilegítimo. %ntonces$ el garantismo si bien es justificador del derec1o penal$ tambi"n es deslegitimador$ al obligar al derec1o a mostrar el cumplimiento de ciertas normas. %n lo !ue 8errajoli se mostraba claramente en contra del pensamiento de Hobbes era en lo referente a la potestad del soberano de dictar el %stado de e(cepci&n# "l denunciaba especialmente la ilegitimidad del derec1o penal autoritario  el de la emergencia. Para 8errajoli un sistema penal est+ justificado si  s&lo si minimi,a la *iolencia arbitraria en la sociedad$  alcan,a dic1o fin en la medida en !ue satisfaga las garantías penales  procesales del derec1o penal mínimo$ !ue serían entonces condiciones de justificaci&n del derec1o penal. %sos principios serían retributi*idad$ legalidad$ necesidad$ lesi*idad$ materialidad o e(terioridad de la acci&n$ culpabilidad$ jurisdiccionalidad$ acusatorio$ carga de la prueba$ contradictorio. Cada uno sería para 8errajoli una condici&n necesaria en ausencia de la cual no est+ permitido castigar. L&gicamente la enumeraci&n de garantías est+ abierta a la incorporaci&n de otras. Asumía este autor la teoría de la pre*enci&n general negati*a$ a !ue creía en la disuasi&n como m"todo para disminuir la comisi&n de delitos por parte de los gobernados$  !ue a su  juicio es la 6nica !ue no confunde derec1o  moral. %l fin del derec1o penal sería la pre*enci&n de los delitos  de las penas informales$ protegiendo a la persona ofendida por el 1ec1o  al imputado frente a las reacciones informales$ p6blicas o pri*adas. La pena sería reductora de la *iolencia$ pues minimi,aría la *iolencia frente a un delito$  las pro1ibiciones  amena,as penales protegen a las posibles partes ofendidas contra los delitos. Protege a la *íctima $ parad&jicamente$ al ofensor. =o obstante todo eso$ 8errajoli afirmaba !ue el derec1o penal$ a6n rodeado de límites  garantías$ conser*a siempre una intrínseca brutalidad !ue 1ace problem+tica e incierta su legitimidad moral  política. La pena$ cual!uiera !ue sea la forma en !ue se la justifi!ue$ es en efecto una segunda *iolencia !ue se a/ade al delito. %s por eso !ue 8errajoli propone el lugar menos malo posible$ no el ideal. %n Am"rica Latina se destac& el trabajo de %ugenio ?a6l Gaffaroni$ dentro de los garantistas esc"pticos. %n su obra %n busca de las penas perdidad$ mu influenciado por LouM Hulsman$ plantearía la reconstrucci&n de la dogm+tica jurídico)penal !ue "l 1abía lle*ado a un alto grado de elaboraci&n$ asumiendo a1ora un punto de *ista garantista$ pero reconociendo la deslegitimaci&n del sistema penal$ admitiendo las críticas al sistema penal !ue 1abían reali,ado los abolicionistas. 7esde esa &ptica afirmaría !ue la selecti*idad$ la reproducci&n de la *iolencia$ el condicionamiento de maores conductas lesi*as$ la corrupci&n institucional$ la concentraci&n de poder$ la *erticali,aci&n social  la destrucci&n de las relaciones 1ori,ontales  comunitarias$ no son características counturales$ sino estructurales del ejercicio de poder de todos los sistemas penales. A la *e,$ su refle(i&n política  sociol&gica lo lle*arían a reconocer al sistema penal  a la pena como un 1ec1o de poder$ una instituci&n efecti*amente e(istente. Se podría trabajar con una estrategia inacabada para limitar los efectos noci*os de este 1ec1o de poder$ dejando abierto el problema de su legitimidad. %!uipara la pena con la guerra$  el derec1o penal con el derec1o 1umanitario$ concibiendo al derec1o penal como u discurso para limitar$ reducir$ acotar$ $ e*entualmente  de ser posible$ cancelar el poder puniti*o. 98

Al !uitar toda pretensi&n legitimadora llamar+ a refundar un derec1o penal liberal$ a 1acer una segunda *ersi&n de a!uel derec1o penal de la Ilustraci&n a1ora sin fundamentos !ue se re*elaron como falsos  peligrosos. 7ebía e*itarse caer en el error de liberar las penas del pensamiento jurídico penal$ a !ue "ste aun!ue burgu"s$ formalista  sostenedor de la desigualdad$ es el 6nico instrumento de !ue se dispone para defender a las *íctimas del poder puniti*o. %l camino a recorrer no es el de eliminar las palabras de la le para luego cambiar los 1ec1os$ sino !ue s&lo en la medida en !ue los conflictos *aan !uedando al alcance del poder puniti*o del %stado ser+ posible contraer el discurso jurídico penal !ue lo limita. %laboraría una crítica mu fuerte al sistema penal$ al !ue deja despro*isto de su 1erramienta característica# la pena$ a !ue elimin& todo tipo de justificaci&n. Todo lo !ue se 1a dic1o sobre fines  funciones deseables de la pena 1asta a1ora es falso sociol&gicamente para "l. < a!uello !ue sociol&gicamente sí 1ace$ o no se sabe en realidad si 1ace o no$ no es legítimo ni moral ni jurídicamente. Pero daría una *uelta de tuerca m+s$  diría !ue si la pena tiene una funci&n$ es la de reducir la *iolencia del propio sistema puniti*o. 7eslegitimaba la criminología clínica$ en cuanto a !ue anali,aba en realidad la *ulnerabilidad de los sujetos$ pero la legitimaba para audar a !uienes fueron criminali,ados a reducir las marcas físicas  psí!uicas !ue les dej& el sistema. Tanto de !uienes fueron *íctimas como de !uienes pueden serlo. Las marcas$ los estereotipos$ son constatados por los operadores$  por lo tanto los crimin&logos clínicos debían audarlos a salir de ese estado$ reduciendo sus ni*eles de *ulnerabilidad. 7ebería cambiar el nombre por clínica de la *ulnerabilidad. Propone un realismo marginal$ !ue indica !ue todo saber criminol&gico est+ pre*iamente delimitado por una intencionalidad política !ue por ello no es una ciencia$ sino un saber necesario para instrumentar una decisi&n política$ cual es la de sal*ar *idas 1umanas  disminuir la *iolencia política reduciendo el poder puniti*o. Lo !ue tenían en com6n todas las posturas reducti*as del poder puniti*o era su respeto por los derec1os 1umanos$ interpretados en cla*e no paternalista$ a diferencia de los sostenedores de la nue*a defensa social. Q. %lementos comunes de las propuestas críticas para el estudio de la cuesti&n criminal. +s all+ de la diferencias e(puestas$ Anitua sostiene !ue 1a algunos puntos en com6n. %(isten determinados temas !ue abarcan en general a estos pensamiento$  !ue por ello permiten seguir 1ablando de una criminología crítica. %ntre ellos$ la creaci&n de un abordaje propio de la sociología jurídico penal$ el practicar una 1istoria de la política criminal$ la importancia de reconocer a las *íctimas  si es posible lograr la reparaci&n$  la influencia en sus pensamientos de los mo*imientos social$ en particular el pacifimismo$ el feminismo  el ecologismo. %n los crimin&logos críticos$ a pesar de sus diferencias$ siempre su objeto de estudio trat& sobre las instancias de aplicaci&n del sistema$ poniendo una carga crítica e*idente  poni"ndose en la situaci&n del m+s d"bil  con el +nimo de eliminar esa debilidad o desigualdad. Asimismo$ propugnaban un enfo!ue interdisciplinario$ incluendo a la apro(imaci&n sociol&gica como una mirada sumamente *entajosa para abordar la cuesti&n. Tanto e(terna$ como teoría crítica tradicional$ como interna$ en relaci&n a un complejo integrado de disciplinas sobre un mismo objeto de estudio. %s campo com6n en la criminología radical la crítica a la prisi&n  sobre todo al uso masi*o del encarcelamiento. Se sugiere !ue 1acia fines del SXX  principios del XXI se estaría *i*ienda la tercera gran etapa en el uso del encierro$ tras el SXEII  el SXIX. La supuesta necesidad de disciplinar grandes grupos de poblaci&n$ sostenida en las tres etapas por grupos dirigentes burocrati,ados$ alerta a muc1os críticos sobre el proceso actual$ !ue adem+s se produce en una nue*a etapa de deslegitimaci&n de esos grupos de poder. %s com6n en los crimin&logos críticos se/alar !ue el maor uso de la prisi&n es un reflejo de !ue algo anda mal en nuestras sociedades. %llo$ adem+s de presentarse como un problema !ue debe ser reducido o eliminado$ los lle*aría a anali,ar las causas de ese aumento del uso de la prisi&n. Las persecuciones de -otros$ normalmente -enemigos con*enientes como 1an sido desde la imposici&n del modelo puniti*o en occidente$ no es casual !ue se produ,ca conjuntamente con maores abusos  discriminaciones de clase  ra,a. Pero la crítica criminol&gica no se !ued& solamente con criticar la instituci&n penitenciaria sino !ue tambi"n propuso alternati*as$ !ue iban desde abolir esta forma de castigo como un primer paso para abolir todos los castigos$ 1asta la b6s!ueda de soluciones 99

alternati*as. Zsta sería tal *e, la pr+ctica crítica m+s decidida en los Q4$ en las !ue se buscaba e*itar la idea del tratamiento mediante la abolici&n de la obligatoriedad del mismo o por pensar en alguno !ue no fue estigmati,ante. 7esde el tratamiento comunitario 1asta la reparaci&n eran alternati*as propuestas. Para los 4$ otra *e, las *oces críticas 1icieron oír su !ueja frente al panorama !ue presentaban estas alternati*as !ue *enían a la no desaparecida$ sino refor,ada$ pena de prisi&n$ a !ue funcionaban como un soporte  un aliado de "sta# era *+lido sospec1ar sobre la funcionalidad final de a!uello !ue se planteaba como una *ictoria progresista. 7esde una perspecti*a foucaltiana podría afirmarse !ue ello sería el triunfo de la sociedad disciplinaria$ !ue a no re!ueriría de un lugar afuera$ pues los controles se e(tenderían a todos lados. Al refle(ionar sobre las *íctimas$ como se *io !ue lo 1icieron los crimin&logos críticos$ se produjo una acercamiento con el mo*imiento feminista  ecologista !ue$ aun!ue no eran nue*os$ contribueron a crear marcos de interpretaci&n sumamente críticos$ inclusi*e con ciertos postulados de la criminología radical !ue$ por ejemplo$ muc1as *eces no anali,aba la situaci&n específica de las mujeres ante el sistema penal. +s all+$ todo el pensamiento criminol&gico producido a partir del surgimiento de la criminología crítica se unir+ en la denuncia de las políticas penales implementadas en los 6ltimos ;4 a/os por gobiernos neoliberales  conser*adores$ !ue se *en en el pr&(imo capítulo. Capitulo X P%=SAI%=TOS C?II=OL2ICOS 7% 8I=AL%S 7%L SI2LO XX# LAS FUSTI8ICACIO=%S 7% LA ?%P?%SI= P%=AL < LA C?II=OLO2YA ACTUA?IAL X. 3. %l ocaso del ideal resociali,ador. La caída del %stado de bienestar. %l neoliberalismo  los gobiernos conser*adores como responsables de la actual inflaci&n puniti*a. Ser+n de destacar los factores econ&micos  sociales !ue produjeron una crisis en los %stados de bienestar$  los de tipo político e ideol&gico !ue impusieron nue*as formas estatales e internacionales en el 6ltimo cuarto del siglo XX. Tras *arias d"cadas de in*estigaci&n criminol&gica e in*ersi&n social en prisiones  tambi"n sobre barrios carenciados algunos crimin&logos empe,arían a reali,ar balances desalentadores. %l delito no s&lo se 1abía erradicado sino !ue incluso aumentaba. La publicaci&n !ue es paradigm+tica de este desencanto es el artículo de ?obert A?TI=SO= en 39QB$ Ru" es lo !ue funcionaN a!uí se indicaba !ue -nada funciona para lograr el objeti*o de erradicar el delito de la sociedad. %se -nada funciona podía ser sostenido pues el "(ito de la penalidad del %stado de bienestar no se traduciría en la e*itaci&n$ o en la resociali,aci&n de los penados$ o en una reducci&n del n6mero de delitos$ sino en la aceptaci&n social de una forma distinta a la política de tratar determinados conflictos t"cnicamente  en forma oculta a la discusi&n p6blica. Sin embargo$ el creer en finalidades ulteriores podía ser f+cilmente contrastado con su fracaso permanente. uc1os crimin&logos pasaron en los a/os setenta a asumir la caída de la "poca del tratamiento  su reempla,o por una línea penal de -mano dura. ?esultaría mas con*eniente )por ra,ones de justicia pero tambi"n por ra,ones de economía) *ol*er a un tratamiento cl+sico del delito$  abandonar de una *e, las políticas inspiradas por el paradigma etiol&gico tanto en su *ertiente positi*ista$ !ue primaba en las prisiones$ como en su *ertiente sociol&gica$ !ue era de uso en las políticas sociales. %l gobierno de los %stados Unidos$  luego los del resto del mundo se lan,arían a una nue*a campa/as de represi&n$ !ue adoptaría el título de -guerra a las drogas. %sto fue$ adem+s de la justificaci&n de nue*as intromisiones imperialistas una *e, !ue el -mito de la guerra total  permanente frente al comunismo resultaba insostenible$ la forma de seleccionar a determinados sujetos )negros$ pobres$ j&*enes) sin necesidad de !ue cometieran conductas tradicionalmente calificadas como delitos. %sta selecci&n no sería casual$  respondería no s&lo a la e(clusi&n practicada por las nue*as modalidades econ&micas$ sino tambi"n a las *iejas  acendradas pr+cticas racistas de la sociedad estadounidense. %l efecto inmediato de la creaci&n de estos nue*os -criminali,ables sería el del aumento del n6mero$ capacidad  empleados de las prisiones$ paradigma del nue*o -*uelco puniti*o. 100

%n los %stados Unidos$ en 39Q@$ la poblaci&n reclusa era de :4.444 personas$ die, a/os m+s tarde el n6mero de presos 1abía llegado a QB4.444$ para superar el mill&n  medio en 399@. 7e acuerdo a los ni*eles actuales de encarcelamiento$ un *ar&n negro estadounidense reci"n nacido tiene una posibilidad entre cuatro de estar en prisi&n en alg6n momento de su *ida. %llo se relaciona con la reacci&n de los sectores conser*adores blancos a las luc1as sociales en general$  a la de los negros en particular$ !ue 1abían logrado ciertos "(itos en el reconocimiento de derec1o 1umanos en la d"cada del Q4. Los cambios criminol&gicos  penitenciarios corrían en paralelo con los cambios socio)econ&micos a*alados por una ideología neoconser*adora encarnada por argaret THATCH%?  ?onald ?%A2A= 3933);44BJ. %sta ideología conser*adora$ de matri, nacionalista  religiosa$ a estaba presente en la *ida estadounidense desde las persecuciones macartistas  luego en el gobierno de ?ic1ard =IXO= 393:)399BJ. Pero se instalaría en los gobiernos a principios de la d"cada de 394  permanecería 1asta nuestros días. La fuer,a de estos neoconser*adores estaba basada en la crisis del %stado de bienestar  en las dificultades de los políticos de estos %stados para resol*er los problemas sociales en un conte(to de estancamiento econ&mico$ problemas aumentados por el corporati*ismo sindical  la burocracia estatal. %sa crisis del %stado benefactor fue ampliada luego por los gobiernos conser*adores$ empe/ados en desmantelarlo. %llo se *erific& en el recorte del -gasto en *i*ienda$ educaci&n  dem+s cumplimientos de derec1os sociales$ *olc+ndose esos dineros a refor,ar el peso estatal en cuestiones !ueridas tradicionalmente por la derec1a$ como los gastos militares$ policiales  penitenciarios )bajo la consigna de  -le  orden o -seguridad ciudadana). %se traspaso de in*ersi&n  dedicaci&n estatal se produjo en dos momentos. %l primero se 1aría con fundamentos -economicistas brindados por supuestos te&ricos neoliberales totalmente funcionales al capital financiero. Las ideas de 8riedric1 EO= HA<%D 399)399;J$ autor de gran influencia desde la Uni*ersidad de C1icago$ descansaban en la capacidad regeneradora del mercado$  con ellas se pretendi& retirar al %stado del +mbito econ&mico  social$ mediante la desregulaci&n  pri*ati,aci&n de ser*icios p6blicos. %l %stado de bienestar$  sus pretensiones liberales e igualitarias$ sería atacado en nombre del crecimiento  la eficiencia econ&mica. La inter*enci&n estatal en la economía$ sobre todo en lo !ue 1ace a la distribuci&n e!uitati*a de la ri!ue,a debida a las demandas de los trabajadores  clases marginadas$ disminuía$ seg6n estas ideas$ la -ri!ue,a de las naciones$ la torta general de lo producido. %n un segundo momento el %stado inter*ino$ por el contrario$ generando un aumento r"cord de la deuda p6blica en todos los países$ pero sobre todo en %stados Unidos.  -=o al gasto estatal sería la di*isa conser*adora$ mientras se aumentaba el dispendio en un mercado a no regulado  a merced de los productores de armamento  seguridad. X. ;. 7e*ol*er el control a las familias. La pri*ati,aci&n del control. Las afirmaciones re*elan con precisi&n esa me,cla imposible de *alores liberales  conser*adores !ue ser+n -marca de f+brica de los neoconser*adores. Al lado del eficientismo de un liberalismo -moderno$ tendría su auge un reaccionario renacimiento de la idea de familia o clan$ asentado en profundas ideas religiosas$ cristianas. Se aumentaría en la d"cada del oc1enta una especie de -*uelta a los puro. %sta re*itali,aci&n de la familia como mejor 1erramienta de control iría aunada a una creciente reducci&n de determinados -gastos de a!uel %stado de bienestar en crisis. Para los a/os oc1enta$ el triunfo de la teología neoliberal se tradujo en políticas de pri*ati,aci&n sistem+tica. %n 3959$ Tra*is HI?SCHI$ en el libro Causas de la delincuencia$ tendría como objeto de crítica la política criminal del %stado de bienestar$  las teorías criminol&gicas !ue inspiradas en %?TO= o SUTH%?LA=7 las pro1ijaban. Se/ala el autor !ue dic1os es!uemas de pensamiento parten de una e!ui*ocada interrogaci&n acerca del origen del comportamiento des*iado$ al !ue suponen algo anormal$ asocial o des*iado. Por el contrario$ HI?SCHI se planteaba el por !u" del comportamiento no des*iado$ el de los -no delincuentes. A1ora en *e, de estereotipar a un supuesto -delincuente)el seleccionado por el poder penal como -preso) se esteriotipa al -no delincuente )el seleccionado por el poder econ&mico como -e(itoso).

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Se esbo,aría la denominada -teoría del control !ue sostiene !ue la forma de e*itar la delincuencia ju*enil radica en crear un entorno afecti*o !ue pueda proporcionar a los  j&*enes un ambiente no delincuente. < ello es tarea principal de las familias de pertenencia. %n 3994 este autor escribi& Una teoría general de la delincuencia$ donde *ol*ería a insistir en !u" ciertos indi*iduos tienen unas tendencias al delito$ pero !ue no todas ellas se traducen en acciones concretas por distintas ra,ones. La primera de todas estas ra,ones es el autocontrol. %l autocontrol puede impedir la gratificaci&n inmediata !ue produciría la acci&n delicti*a pues la difiere a un premio a algo conseguido con esfuer,o$ a largo pla,o$  de la !ue !ueda e(cluido el sufrimiento de otras personas. Lo !ue pretendían e(presamente era restar importancia a los factores políticos o sociales$ a a!uellos estudiados por la sociología del %stado de bienestar. Incluso algunos autores llegaron a reproc1ar al %stado benefactor 1aber tenido un efecto disol*ente sobre la estructura familiar. Los conser*adores insistían en un pesimismo sobre la acci&n colecti*a. La pri*ati,aci&n del control 1a cumplido un rol destacado en los cambios operados en la política criminal de los 6ltimos a/os$ pero depende tambi"n de fondos p6blicos. La caída del %stado benefactor produjo un aumento importante del rol de las familias en el control social$ en la educaci&n  posibilidades de ofrecer a sus 1ijos al mercado de trabajo en condiciones fa*orables. Pero tambi"n aumento en forma mu destacada el rol de las empresas en general. %stas empresas ofrecerían nue*os miedos  nue*as formas de aplacarlos a esas atemori,adas familias. La seguridad sería un bien !ue estaría en el mercado. Para los pobres "ste sería un bien e(cesi*amente caro. Para 1ablar de la pri*ati,aci&n de la seguridad  del control$ se 1ace tambi"n necesario se/alar !ue la pri*ati,aci&n de las funciones del %stado de bienestar llegaría tambi"n al manejo de las prisiones. Las ganancias de las compa/ías pri*adas serían$ finalmente$ a costa del %stado. Los presos serían utili,ados directamente como mano de obra barata$ o escla*a$ !ue es en lo !ue se con*ertirían. Tambi"n algunas empresas multinacionales )SturbucMs$ Eictoria[s Secret$ icrosoft) comen,arían a apro*ec1arse del trabajo escla*o de las prisiones. La !ue m+s se apro*ec1aría de esa ma(imi,aci&n de beneficios mediante el trabajo sería la propia Corrections Corporation of America$ !ue mediante la *ieja t"cnica del trabajo ganaba nue*as formas de mantenimiento del orden interno. La segunda compa/ía de prisiones pri*adas en importancia sería la 0acMen1ut Corrections. Lo !ue estas nue*as agencias protegían era indudablemente la propiedad. %stos -guardas responderían a a!uel !ue les pudiera pagar. Otra *e, se obser*aban interesantes tras*ases entro lo político  lo p6blico en cuanto a los intereses perseguidos$ de ma(imi,aci&n de ingresos  de ampliaci&n de legitimidad. Cuanto peor parecía estar la cuesti&n securitaria$ mejor le iba a las empresas !ue ofrecían ser*icios de este tipo  a los políticos demandantes de -mano dura. %l -miedo parecía ser un buen negocio. %sa -retirada 1acia lo pri*ado result& coet+nea con una liberaci&n de responsabilidades sobre lo social. %sto tambi"n se relaciona con la cuesti&n de las armas como derec1o para la defensa de las personas -1onradas.Solo mediante una radical separaci&n entre el -ellos )los malos$ los peligrosos)  el -nosotros )los buenos$ los 1onrados) puedan e(plicarse algunas de las paradojas propuestas !ue 1acen los pensadores de derec1a. Por ejemplo$ la propuesta de controlar la tenencia ilícita de armas es compartida por la maoría de crimin&logos de derec1a$ !uienes por otra parte muestran un rotundo rec1a,o al establecimiento de límites a la tenencia de armas por parte de la gente -obediente a la le$ a !ue consideran !ue "stas son fundamentales para la autodefensa frente al delito. %n tal sentido es ejemplificati*a la tenebrosa obra de Fo1n LOTT Fr.$ +s armas$ menos crimen$ de 399$ donde se pretende demostrar con datos supuestamente empíricos !ue el 1ec1o de !ue muc1a gente porte armas induce a una reducci&n de la tasa de delitos$ aun!ue en definiti*a reconoce !ue ello depende del conte(to  la cultura del lugar$ así como del tipo de delito pues los -pasionales parecen indefendibles. A ninguno de estos defensores del libre mercado de armas se le ocurre pensar !ue se puede impedir seriamente su fabricaci&n$  por tanto argumentan !ue ilegali,ar su tenencia tendría efectos tan negati*os como la pro1ibici&n de ciertas drogas$ política !ue sin embargo sí practican  con singular dure,a. Para ciertos defensores del proecto de la modernidad representado por el %stado  -monopoli,ador de la *iolencia lo !ue a!uí se cuenta sería la consecuencia l&gica del 102

mo*imiento de retirada de esas agencias  de la aparici&n del 1obbesiano -estado de naturale,a. Sin embargo$ de ninguna manera puede pensarse !ue el %stado )ni si!uiera el estadounidense) se 1abía retirado. %l %stado$ por el contrario$ gastaría muc1o m+s. Pero a no gast gastar aría ía en in*e in*ers rsio ione ness soci social ales es$$ sino sino en a!ue a!uellllas as func funcio ione ness !ue !ue los los te&r te&ric icos os neocon neoconser ser*ad *aduri urismo smo llamar llamarían ían -tradi -tradicio cional nales es.. Si los ciudad ciudadano anoss serían serían consid considera erados dos clientes$ algo deberían ofrecer las burocracias estatales para justificarse. < algo *isible$ esa *isibilidad sería dada por el elemento -seguridad. La maor presencia policial para detectar  -peligrosos$ las maores prisiones prisiones con muc1os -enemigos -enemigos dentro# todo ello sería destinado para los -otros. Para reprimir a los otros. Al interior de los %stados$ ese discurso ser*iría para refor,ar la estigmati,aci&n de ese -otro al !ue se le teme  !ue los incluidos se encuentran cuando paran en una es!uina. Pero el discurso de la seguridad tambi"n ser*iría en el e(terior de los %stados.
con personas con deficiencias mentales e*identes. %ste caso fue utili,ado para criticar al sistema sistema judicial judicial por no dar a cada !uien lo ! merece. merece. Asimismo$ Asimismo$ se criticarí criticarían an las políticas políticas penales de inspiraci&n sociol&gica tendientes a la resociali,aci&n$ puesto ! se se/alaba a un enorme gasto a sufragar por las personas -1onradas  ! en el mejor caso apro*ec1arían los ! no se lo merecían. Se criticaba al positi*ismo desde presupuestos liberales$ se lo *ol*ería a recuperar para e(plicar (! los delincuentes son siempre los mismos. 0ILSO=$ asesor de ?%A2A=$ se 1aría famoso con la teoría de las -*entanas rotas$ !  juntaba ideas sociol&gicas m+s amplias con la justificaci&n para detener de tener a los -sospec1osos de siempre antes de ! realicen 1ec1os gra*es. 2eorge D%LLI=2 D%LLI=2  Cat1erine Cat1erine COL%S escriben en 399B =o m+s *entanas *entanas rotas donde dicen !ue los pe!ue/os des&rdenes desatendidos serían el inicio de problemas muc1o m+s serios de con*i*encia. %l control social sobre estas pe!ue/as cosas sería la mejor forma de pre*enir delitos gra*es$  por ello la gran importancia de la dedicaci&n policial  represi*a a lo !ue en otras latitudes se llamaría -inci*ilidades. %n el capítulo La policía  la sociedad en los barrios del libro de menci&n$ D%LLI=2  COL%S dícen !ue un buen recurso consiste en sacar a la policía fuera de sus patrulleros  1acer !ue *igilen los barrios a pie$ a ! de este modo se ele*a el ni*el de orden p6blico en esos barrios. 0ILSO= propondría una policía m+s barata$ eficiente$ *isible  cercana. %sta era$ un teoría no necesariamente represi*a  en principio descripti*a de la realidad depauperada de los barrios  la caída del -control social. 7e a!uellas teorías de las -*entanas rotas se deri*aría la t"cnica de policía intensi*a conocida como -tolerancia cero. %n 399B$ ?obert 2IULLIA=I$ alcalde de =ue*a %CD%?. Se define como indi*iduo racional a un supuesto sujeto asilado  egoísta  como -elecci&n racional a a!uella ! le dar+ satisfacci&n indi*idual  en el corto pla,o ' con lo !ue se transforma t+citamente a toda acci&n solidaria o altruista en -irracional. >%CD%? p6blica en 395 un artículo llamado Crimen  castigo# un enfo!ue econ&mico. %ste sería un ejemplo claro de aplicaci&n a la cuesti&n puniti*a de los preceptos de la acti*a escuela de -an+lisis econ&mico del derec1o ! tambi"n surgía de la %scuela de C1icago.

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La -utilidad esperada sería el teorema b+sico de la teoría econ&mica neoliberal. Seg6n "l$ un aumento en el coste de una acti*idad determinada en relaci&n con otras alternati*as pro*oca un cambio 1acia alternati*as m+s baratas. Tales ideas refle(ionan sobre el indi*iduo concreto$ el ! reali,aría tal acto criminal en busca del pro*ec1o  dejaría de 1acerlo si el beneficio disminue o el costo aumenta. < para ese indi*iduo calculador sería para !uien est+ destinada la teoría de la pre*enci&n general negati*a. negati*a. %l an+lisis an+lisis econ&mico econ&mico del derec1o refle(ionarí refle(ionaríaa del mismo mismo modo sobre el propio sistem sistemaa de justic justicia$ ia$ ! tambi" tambi"n n debe 1acer el c+lcul c+lculo o econ&m econ&mico ico para para imponer imponer penas penas concretas ! logren mejores resultados a menores costos. ?ic1ard POS=%? escribe An+lisis econ&mico del derec1o de 39Q:. 39Q: . Para el modelo de e(perto formado a1ora$ en las ciencias econ&micas$ la justificaci&n del castigo serpia de preferencia utilitaria$ a ! adem+s de calcularse en relaci&n a los costos ! irroga$  los costos ! pre*iene$ esta debe tener como medida  fin el e*itar ! otros tambi"n delincan. %so ser+ objeto de un llamado an+lisis econ&mico social. %l gran problema de la teoría justificadora del castigo por la pre*enci&n general negati*a o disu disuas asi& i&n n esta esta dado dado por por lo arra arraig igad ado o de sus sus pres presup upue uest stos os ideo ideol& l&gi gico cos. s. < por por lo indemostrable de su efecti*o funcionamiento o$ al contrario$ de su manifiesta ineficacia. Fo1n A=7%=A%S$ sostenedor de la disuasi&n mediante la pena en los a/os setenta. %l 1ombre racional tendría miedo a las consecuencias desagradables  por ello la amena,a del castigo debería funcionar para desmoti*ar la comisi&n de actos delicti*os. La pre*enci&n general aparecía frente a lo irreali,able del ideal resociali,ador$ resociali,ador$ ! asi se se *eía criticado por todos los flancos ideol&gicos posibles. %l problema estaría en !ue tampoco podía demostrarse !ue el ideal disuasor funcionase. A pesar de la maor dificultad en encontrar con tanta claridad como con respecto a la resociali,aci&n la famosa prueba empírica de su fracaso de 1o  para siempre$ las numerosas in*estigaciones reali,adas para medir los efectos pre*enti*os generales negati*os tambi"n mostraban ! estos eran ine(istentes o en todo caso mu secundarios. X.@. Los partidarios del derec1o penal pe nal simb&lico La pre*enci&n general no s&lo fue retomada en su *ersi&n negati*a$ sino tambi"n en su *ersi&n positi*a. %l castigo sería reputado a1ora como un mensaje$ !ue indi!ue !ue lo 1ec1o est+ mal  no s&lo !ue por 1acerlo trae aparejada una e(periencia desagradable. %l derec derec1o 1o pena penall simb simb&l &lic ico$ o$ !ue !ue recon reconoc ocee sus sus oríge orígene ness en esa esa trad tradic ici& i&n n soci sociol ol&gi &gica ca funcionalista$ tendría en esta 6ltima cuarta parte del siglo XX un auge significati*o$ sobre todo en %uropa. Se daría en a!uellas salidas tanto del derec1o penal continental europeo$ cuanto del modelo represi represi*o *o estado estadouni uniden dense$ se$ una curios curiosaa uni&n uni&n entre entre teoría teoríass retrib retributi uti*as *as$$  teoría teoríass de pre*enci&n general positi*a$ cuo mejor e(ponente es FaMobs. Para Para casi casi todos todos los penalis penalistas tas recono reconocid cidos$ os$ la pena pena se confo conforma rmaría ría como como mecani mecanism smo o simb&lico !ue fortalece la conciencia jurídica  contienen$ mediante actuaciones psicol&gicas profu profund ndas as$$ la reacc reacci& i&n n soci social al !ue !ue supu supues esta tame ment ntee podrí podríaa ser ser mas mas gra*e gra*e merc merced ed a la indignaci&n generada por el 1ec1o delicti*o. La pre*enci&n general positi*a$ seg6n ?o(in$ tiene tres funciones interrelacionadas# efecto social$ pedag&gico de respeto a las normas$ consolidaci&n de la confian,a en el derec1o  pacificaci&n de la conciencia jurídica de la comuni comunidad dad al comprob comprobars arsee la superac superaci&n i&n del confli conflicto cto.. %n tales tales ideas$ ideas$ reposa reposa cierta cierta perspecti*a funcionalista acorde al %stado de >ienestar Al menos en el discurso jurídico jurídico penal de FaMobs$ se considera considera al delito delito simplement simplementee como una ruptura con la fidelidad debida al derec1o# se lesionaría de esta forma no a un tercero o a *arios terceros$ sino a un bien jurídico definido como una abstracci&n !ue simboli,a la confian,a de$  en $ las instituciones p6blicas. La pena sería necesaria  se justificaría por!u por!uee logra logra rest restab able lece cerr esa esa conf confia ian, n,aa en el derec derec1o 1o.. FaMo FaMobs bs comi comien en,a ,a a desc descri ribi birr sociol&gicamente lo !ue 1ace el derec1o$ pero a lo largo de los a/os parece enamorarse de esa e(plicaci&n  sostener !ue ese -ser es tambi"n el -deber ser  Así surge una nue*a la teoría de la pena$ la de la -pre*enci&n)integraci&n) !ue deri*aría en una doble funci&n de la pena# la -latente de consolidaci&n de la sociedad u la -manifiesta de marginali,ar al 1ec1o delicti*o  a su autor. Para FaMobs la pena tiene la misi&n de dirigirse a las personas$ o ciudadanos$  de confirmarles su confian,a en la norma como es!uema de orientaci&n de su rol de personalidad Así se acerca FaMobs a a!uella teoría de la pre*enci&n positi*a de origen durM1eiminiano$ aun!ue la sociología le sir*e a FaMobs para alertar sobre los supuestos des*íos eti,antes  psicol&gicamente de tal teoría. 105

Las políticas penales !ue implementan los di*ersos gobiernos actuales tienen una funci&n simb&lica declarada de imponer los *alores morales tradicionales. Para ello se utili,a la 1erramienta tradicional de reprimir  construir a la *e,$ subjeti*idades. Pero es posible percibir !ue lo puniti*o no es s&lo un -medio pues en si mismo tiene las condiciones de reproducci&n de una organi,aci&n social jerar!ui,ada  basada en la e(clusi&n. %s en ese punto  en atenci&n a los resultados 1ist&ricos de las sociedades modernas$ !ue no cabe el an+lisis -interno  se debe criticar políticamente a esa fundamentaci&n del castigo$ !ue seg6n algunos autores tiene la *entaja de no poder ser falseable. Sin embargo$ como insiste
pena deja de ser meramente retributi*a$  pasa a ser -dual a !ue esa graduaci&n del dolor tambi"n permitiría pre*enir otros delitos$ pues se transforma en un -desincenti*o prudencial para terceros al difundirse el mensaje de censura de acuerdo a lo justamente merecido. Como la graduaci&n del dolor le resultaba fundamental a Eon Mirsc1$ dedicaría buena parte del trabajo a mensurar geom"tricamente la proporcionalidad entre delitos  penas$  a insistir en la necesidad de castigar igual a 1ec1os iguales. Proponía -anclar la escala de las penas desde las !ue e(isten actualmente 1acia abajo. Así demostraría !ue su teoría no tiene nada !ue *er con el aumento del rigor puniti*o$ del !ue reproc1a a las políticas de -le  orden !ue 1an me,clado al castigo con la pre*enci&n del delito X.Q %l actuarialismo. La gesti&n  e*itaci&n de -riesgos en la sociedad e(cluente global. Con el abandono de los intentos por legitimar la pena$  con la resignaci&n en la b6s!ueda de causas !ue no brindarían una utilidad inmediata$ se *erificaría la aparici&n de una ideología desideologi,ada !ue no pretende ir m+s all+ de sus objeti*os sist"micos. Asumiría una tendencia tecnocr+tica dirigida a legitimar la propia acci&n de las burocracias puniti*as$ sin tener !ue narriesgar la confrontaci&n con resultados. Se legitimaría ese accionar a no por alg6n ideal sino por lo !ue el sistema penal efecti*amente -es  -1ace. Las penas -funcionan  es eso mismo lo !ue le daría ra,&n de ser# Incluso se llegaría a pensar !ue la ma!uinaria puniti*a funcionaría mejor si se desprende de ese riesgo de deslegitimaci&n !ue se corre al perseguir una finalidad incumplible o falible$ la racionali,aci&n sería a posteriori. Los primeros !ue teori,aron sobre la criminología actuarialista fueron alcolm 8eele  Fonat1an Simon$ !ue indicaron la emergencia de una nue*a penología !ue 1abría surgido en %%UU 1acia el final de los Q4$  cua l&gica actuarial 1abría modificado los presupuestos b+sicos del sistema penal usados durante el SXX. Seg6n ellos la justicia penal actuarial es nebulosa pero significante# modifica el c&mo se concibe  1abla sobre política criminal$ no por!ue sea un pensamiento o ideología en el sentido de creencias !ue impulsan la acci&n$ sino por!ue impone pr+cticas pero no las reduce a una tecnología específica o a un conjunto de comportamientos guiados por id"ntica racionalidad. %s poderosa  significante precisamente por!ue carece de un pensamiento bien articulado  no se identifica con ninguna tecnología específica$  es por eso !ue es difícil combatirla$ contribuendo a su poder esa indefinici&n. %sta justicia actuarial no estaría preocupada por la culpabilidad$ el delito$ la sensibilidad moral$ el diagn&stico$ la inter*enci&n o el tratamiento al indi*iduo delincuente$ su objeto sería el manejo o management de grupos poblacionales clasificados e identificados pre*iamente como peligrosos  riesgosos$ así como tambi"n el mantenimiento del funcionamiento del sistema  sus pri*ilegios con un mínimo costo. La re*oluci&n tecnol&gica de fin del SXX influe en !ue la clasificaci&n se reali,aría a tra*"s de t"cnicas m+s desarrolladas a las de los %stados absolutistas del S.XE o los liberales del S.XIX. %ntonces$ las nue*as funciones del sistema no ser+n castigar o resociali,ar$ sino identificar$ clasificar$ ordenar  manejar grupos peligrosos de modo eficiente. Las estrategias de control radican en la gesti&n de determinados grupos$ de determinadas categorías de sujetos 1acia los cuales se dirige la *igilancia$ la incapacitaci&n  la intimidaci&n. %l indi*iduo solo tiene rele*ancia en cuanto sea posible clasificarlo en una categoría$ sobre la base de una *aloraci&n probabilística  estadística del riesgo. A las estructuras de control les !uedan las funciones de *igilancia masi*a$ de gesti&n del ambiente físico  de inter*enci&n$ s&lo sobre los comportamientos !ue se produc,can en conte(tos de interacci&n -de riesgo. =o pretende esta penología castigar "tica o jurídicamente$ ni reeducar o re1abilitar$ ni tan s&lo eliminar la delincuencia en el futuro$ sino -manejar o gestionar para 1acerla tolerable. Los instrumentos para es managemente ir+n desde el confinamiento en c+rceles de mera custodia$ sistemas de monitoreo electr&nico$ nue*as formas de *igilancia$ impedimentos físicos$ etc. Lo !ue pretende$ en definiti*a$ es reducir los da/os del delito  alejar el peligro$ sin comprometerse con ninguna propuesta de futuro mejor  sin delitos ni castigos# encerrar  contener a la poblaci&n de riesgo. =o e(iste una base te&rica !ue justifi!ue esta pr+ctica$ sino !ue 1asta el momento funciona manteniendo el status !uo$ al menos 1asta !ue apare,ca una justificaci&n !ue le sea 6til. 107

=o obstante$ este administrati*ismo desideologi,ado introecta los *alores conser*adores de gobiernos !ue defienden las injustas distribuciones de bienes junto a una intolerante represi&n de las libertades. Se impone adem+s la ideología m+s antigua del %stado  el mercado$ la del miedo# la idea de seguridad daría un soporte ideol&gico  emocional. 8rente a la carencia de ideologías transformadoras  de posibilidades de políticas efecti*as$ las burocracias políticas *uel*en la *ista 1acia la *ieja 1erramienta puniti*a$ a la !ue ofrecen a una comunidad asustada como clara demostraci&n de !ue -se est+ 1aciendo algo. %sto se identific& como una política penal populista$ a !ue esas burocracias act6an como respuesta a los pedidos de una supuesta audiencia. Si no funciona el recurso de una maoría frente a los enemigos$ frente a los otros$ se recurrir+ a una falsa identificaci&n con las *íctimas es falso por!ue recurre al *iejo es!uema puniti*o !ue nada puede 1acer para reparar el mal causado  s&lo ofrece crear nue*os males en los cuales se ofrece la posibilidad de ser *erdugo al anterior *ictimi,adoJ Tambi"n es falsa la idea de identificaci&n con la comunidad$ a !ue mediante mecanismos supuestamente de participaci&n *ecinal se legitima un modelo represi*o estatal pre*iamente definido. %llo s&lo sir*i& para !ue la l&gica puniti*a se e(tendiera 1acia los m+s atemori,ados en la sociedad# los consumidores de lo !ue el sistema ofrece. La idea de riesgo$ de *i*ir en sociedades de riesgo$ lle*aría a plantear la necesidad de un nue*o derec1o penal !ue no sea tan permisi*o como el de la ilustraci&n$  por lo tanto$ en esta sociedad de riesgo$ es necesaria la e(istencia de 1erramientas para predecir esos riesgos. Los -otros ser+n alojados en una suerte de g1ettos modernos$ los barrios marginales. %s necesaria la determinaci&n de +reas para separar la ciudad de gente respetable de a!uellas !ue est+n fuera$ de los -otros$ para !uienes adem+s est+ la c+rcel$ !ue a no tendr+ una utopía reeducati*a. Sobre*i*ir+ como un lugar !ue reduce el riesgo$ como una c+rcel de *igilancia para !ue nadie salga de su sitio. %sta pena de c+rcel no 1ace nada$ no transforma$ sino !ue su esencialidad es la e(clusi&n# se trata de *ol*er al modelo del leprosario$ con un nue*o arsenal t"cnico. La in1abilitaci&n pasa a ser un elemento fundante$ reempla,ante de la re1abilitaci&n$ como fundamento de la pena de prisi&n. %n ese es!uema$ mientras los !ue est+n en riesgo de delin!uir se encuentran encarcelados se restringe físicamente su posibilidad de concretar esa acci&n$  ello constitue justificaci&n suficiente para su consideraci&n. La teoría de la incapacitaci&n selecti*a constitue un c+lculo probabilística  la distribuci&n estadística$ propone !ue la e(tensi&n de la sentencia no dependa de la naturale,a de la ofensa o de la e*aluaci&n del car+cter pasado  presente del delincuente$ sino de especiales perfiles riesgo del futuroJ. 7e tal modo$ se podr+ inocui,ar a los sujetos de riesgo alto o -delincuentes cr&nicos e intimidar a los de riesgo medio para !ue no cometan nue*os delitos. Algunos criterios a tener en cuenta para determinar el riesgo son# la e(istencia de condenas anteriores por un delito del mismo tipo$ m+s de los 6ltimos dos a/os en c+rcel$ condena antes de los 35 a/os$ presencia en una prisi&n ju*enil estatal$ consumo de drogas duras en los 6ltimos dos a/os$ consumo ju*enil de drogas duras$ desempleo durante m+s de la mitad de los 6ltimos dos a/os. Así se supone !ue se detectaría a los delincuentes !ue debían incapacitarse$ los otros podrían go,ar de penas no pri*ati*as de la libertad o de duraci&n m+s bre*e. %l problema es claro# se pretende condenar a indi*iduos por actos !ue no 1an cometido$  !ue siempre pueden no cometer. %llo siempre e(istir+ en los seres 1umanos. =o obstante$ esta política administrati*a tendría *arias -*entajas$ es pragm+tica$ efecti*a a ni*el costos$ f+cil de ser implementada  pasible de obtener un amplio apoo por el p6blico. %sto tambi"n *endría acompa/ado de un intento de aumentar los estigmas$ las marcas impuestas con la pena$ !ue 1agan m+s *isibles al riesgoso$  !ue no e(istan dudas de la imposici&n de una pena. =o 1abr+ entonces si!uiera un -afuera para el incapacitado. La consecuencia de esta lle*aría a una incapacitaci&n colecti*a$ !ue es incluso m+s econ&mica  demag&gica !ue la selecti*a. Con las facilidades de las lees antigarantistas  de e(cepci&n$ las condenas incapacitadoras ser+n aplicables a un gran n6mero de personas$ sin reali,arse gastos en !uienes se encuentran dentro del perfil del riesgo. %sta es la idea !ue en realidad se encuentra tras las lees de -tres golpes  est+s afuera$ !ue sería la forma m+s econ&mica  f+cil de gestionar a los portadores de un perfil de riesgo# la actuali,aci&n de las políticas criminales totalitaristas frente a la reincidencia. %sta actuali,aci&n se *er+ adem+s complementada por la incorporaci&n de desarrollos t"cnicos !ue eran impensables para los estados totalitarios pasados. %llo 108

permitiría ampliar el repertorio de penalidades !ue irían desde medidas -menos puniti*as$ supuestas sanciones intermedias como alternati*as de internaci&n distintas de las prisiones comunes  por lo tanto menos se*era. Sin embargo la diferencia con las sanciones alternati*as del %stado de >ienestar es !ue a no eran medidas tendientes a la resociali,aci&n$ sino el control de los indi*iduos peligrosos. %sta nue*a criminología de finales del SXX$ *ol*iendo a prestar atenci&n sobre sujetos peligrosos$ o portadores de un nue*o riesgo 'tal como los !ue atendían con criterios morales o religiosos los formadores de los %stados burgueses$ o con criterios m"dico)legales los positi*istas) lo 1aría con una total des1umani,aci&n en la política de e(clusi&n$ a con definiciones de e(pertos en contabilidad !ue tendrían a su cargo la definici&n de los sujetos. %sto la 1ace m+s in*ulnerable !ue las anteriores. La reincidencia no ser+ a el fracaso del tratamiento sino la demostraci&n e(itosa de la inocui,aci&n. Se buscar+ a1orrar recursos$  lograr la maor e(clusi&n o inocui,aci&n# la b6s!ueda de una supuesta eficiencia. %sto$ no obstante$ no condujo a una reducci&n de *iolencias o actos ilícitos$ m+s all+ de 1aber aumentado desmedidamente la poblaci&n carcelaria. Las sociedades actuales se basan sobre el mercado ilegal  la industria represi*a$ ambos generadores de ri!ue,a re!uieren la e(istencia de acciones consideradas delicti*as$  siempre 1abr+ indi*iduos dispuestos a ocupar ese lugar necesario en la economía capitalista$ los calificados como portadores de riesgo. %l soci&logo alem+n Ulrico >ecM$ creador del concepto de sociedad de riesgo$ consideraba !ue la sociedad actual debía enfrentarse a dos tipos de riesgos$ !ue parad&jicamente 1a construido con su propia identidad  b6s!ueda de rentabilidad. Por un lado$ la sociedad !ue 1a e(poliado el ambiente deber+ enfrentarse con las amena,as de cat+strofes ecol&gicas. Por el otro se encontrar+n con el desmoronamiento del sistema intrasocial propio de la sociedad industrial# este es el proceso !ue genera miedo e inseguridad al indi*iduo. La precari,aci&n de la *ida indi*idual tiene !ue *er con una asunci&n indi*idual de los riesgos  contradicciones sociales$ el trabajador$ alej+ndose cada *e, m+s de la dependencia$ se asume empresario de sí mismo$ 1aci"ndose cada *e, m+s *ulnerable. 7ic1e >ecM !ue se presentar+ una b6s!ueda imposible de soluciones biogr+ficas a contradicciones sist"micas. %n la sociedad de riesgo tambi"n e(isten lo !ue >ecM denomina -grandes peligros o  -inseguridades fabricadas$ concepto m+s amplio !ue el de riesgo$ !ue 1ace referencia no s&lo a los generados por los desarrollos t"cnicos$ sino tambi"n a las crisis econ&micas$ a la erosi&n de los %stados de >ienestar$ etc. %n la modernidad a*an,ada la producci&n de ri!ue,a *a acompa/ada sistem+ticamente por la producci&n social de riesgos$  por lo tanto los problemas  conflictos de reparto de la sociedad de la carencia son sustituidos por los !ue surgen de la producci&n$ definici&n  reparto de riesgo producidos de manera científico) t"cnica. Las sociedades del riesgo se enfrentan al dilema de saber como se pueden e*itar$ minimi,ar$ dramati,ar$ canali,ar los riesgos  peligros !ue se 1an producido sistem+ticamente en el proceso de la moderni,aci&n$  limitarlos  repartirlos a un lugar en el !ue no obstruan a este proceso de moderni,aci&n ni sobrepasen los límites de lo soportable. Lo !ue propone >ecM se ofrece como auda a esa respuesta a los problemas sist"micos$ pero !ue afectan finalmente a todos  cada uno. La respuesta !ue aminore los riesgos  defina el nue*o modelo social ser+$ para "l  para 2iddens$ políticamente libertaria e igualitarista$ una tercera *ía. =o obstante$ en la actual sociedad de riesgo la repartici&n de esos riesgos e inseguridades no se 1ace de forma igualitaria$ ni atra*iesan estructuras de clase. Los riesgos$ al igual !ue las ri!ue,as$ siguen el es!uema de clases pero in*ersamente# las ri!ue,as se acumulan en un sitio  los riesgos en el sector contrario. Por lo tanto$ los riesgos parecen fortalecer  no suprimir la sociedad de clases. La cuesti&n social$ nue*amente$ se pone en el eje del pensamiento criminol&gico. Habría dos fen&menos simult+neos# nue*os riesgos *inculados al desarrollo tecnol&gico$ pero tambi"n la reutili,aci&n de *iejos riesgos con tentati*as relegitimadoras. Ambas cuestiones deri*an en la ampliaci&n del poder puniti*o# por la tipificaci&n de nue*as conductas$  tambi"n por la retracci&n de garantías  límites en lo !ue 1ace a la represi&n de a!uellas conductas cl+sicas !ue *enían de la protecci&n de la propiedad$ 1asta del *agabundeo  dem+s formas típicas de las clases peligrosas. uc1os autores alemanes se basan en la creencia de la aparici&n de nue*os riesgos para for,ar al %stado a inter*enir en acti*idades no*edosas con figuras caracteri,adas como de peligro abstracto. %l efecto simb&lico de tinte conser*ador de estas reformas no es menor$  *islumbran *iolaciones a las garantías 1eredadas de la ilustraci&n. 109