1° discurso de Sócrates.
Comienza determinando su objeto: el amor. Definición de él, de su naturaleza y su poder poder,, “y luego, luego, ponien poniendo do en ella ella la vista vista y refirié refiriéndo ndonos nos a ella ella [la cuestión cuestión del enamorado o el no-enamorado], hagamos el examen de si acarrea provecho o perjuicio”: El amor es una especie de deseo. También los no-enamorados desean. Entonces, cómo discernir al enamorado del no-enamorado. Precisar que en cada uno de nosotros hay dos principios rectores o conductores, que seguimos doquiera nos guíen: el apetito innato de placeres y un modo de pensar adquirido que aspira a lo mejor. A veces tienen ambos un mismo sentir; otras, están en pugna. A veces domina uno, a veces el otro. Si domina el modo de pensar que guía hacia lo mejor mediante el razonamiento, a su victoria se le da el nombre de templanza. Si es el apetito el que arrastra irracionalmente hacia los pla place ceres res,, domi domina nant nte, e, se apli aplica ca a este este domi domini nio o el nomb nombre re de intem intempe pera ranci ncia. a. La intemperancia intemperancia consta de muchas formas y cada una tiene un nombre; y según la forma que se haga notar, el poseído será conferido de ese nombre. En lo relativo a la comida su forma se lleva glotonería y hace que se llame glotón a quien lo tiene. Embriaguez; ebrio. El apetito que prevalece prevalece irracionalmente irracionalmente sobre el modo de pensar que impulsa impulsa a la rectitud, tendiendo al disfrute de la belleza, hermosura corporal, se llama amor. 2° discurso de Sócrates.
No es cierto afirmar que, aun existiendo enamorado, se ha de conceder favor al no-enamorado, precisamente porque uno, el enamorado, está loco, y el otro en su sano juicio. juicio. Se diría eso si la locura fuera un mal, pero el caso es que los bienes bienes mayores se nos nos orig origin inan an por por locu locura ra,, don don divi divino no.. Tipo Tiposs de locu locura ra divi divina na (no (no la locu locura ra como como enfermedad humana, que no nos incumbe): 1) La profecía, la adivinación por rapto divino (en contraposición a la que hacen los hombres en su sano juicio: ésa no), ese estado de alma enviado por la divinidad. 2) La mística (lo religioso; el éxtasis por ejemplo). 3) La poesía, tercer estado procedente de las Musas, que se apoderan de un alma tierna y virginal y la transportan (poetas enloquecidos mucho mejores que los netamente técnicos). 4) El amor. Esa locura, el amor, es enviada por los dioses en beneficio del amante y el ser amado. Pero antes conviene comprender la verdad, viendo con relación a la naturaleza del alma divina y humana tanto las pasiones como las operaciones. Toda alma es inmortal; lo que siempre se mueve es inmortal. Pero aquello que mueve a otro y por otro es movido, por tener cesación de movimiento, tiene cesación de vida.