Ranke, Leopold von, “Libro primero. Introducción” en H i stori stori a de de los papa papass en la
época época moder moderna na, traducción de Eugenio Ímaz, México, Fondo de Cultura Económica,
1943, pp. 13-67. El libro primero de la Historia de los papas papas nos presenta una introducción de lo que se abordará a profundidad en el cuerpo de la obra, esto es, la historia de los dirigentes de la Iglesia Católica. Leopold von Ranke (1795-1886), autor de esta obra fue un historiador prusiano enmarcado en la tendencia filosófica e intelectual denominada historicismo. Desde el prólogo de su obra, Ranke hace énfasis en la importancia de recurrir a las fuentes primarias y realizar un examen objetivo de las mismas. Sus obras se centran en la historia política internacional. Entre su abundante bibliografía destacan: Historia destacan: Historia de los Pueblos Romanos y Germánicos de 1494 a 1514 (1824), La (1824), La monarquía española de los siglos XVI y XVII (1827), Historia (1827), Historia de la Reforma (1845) e Historia e Historia Universal (1881-1885). (1881-1885). El texto de Ranke es producto de una rigurosa investigación histórica nutrida por los archivos a los que tuvo acceso en el Vaticano y por las colecciones privadas de las grandes familias que en el pasado aportaron con alguno de sus miembros en la dirección del papado. En esta “Introducción “Introducción”” se evidencia la metodología que se utilizará a lo largo de la obra, y si bien, en esta primera parte, por remontarse a épocas demasiado lejanas, aún no es muy notoria la metodología que será típica a lo largo del texto, conforme la lectura llega al periodo moderno la abundancia de referencias a documentos en los que se sustenta la investigación histórica se hace cada vez más evidente. La Introducción a la Historia de los papas está conformada por tres capítulos. En el primero, nombrado “Las épocas del papado”, Ranke relata los orígenes de las primeras religiones en el mundo antiguo, para posteriormente enunciar el surgimiento del cristianismo y su afianzamiento en el Imperio Romano, se examinan de manera sucesiva las relaciones establecidas primeramente con el reino de los francos y con los emperadores germánicos y el empoderamiento del cristianismo como una fuerza política autónoma. El capítulo termina con un análisis de las características particulares del contexto europeo en ámbitos políticos al llegar el siglo XV y su comparación con las poseídas durante el siglo XIV.
En el segundo capítulo, titulado “La Iglesia y el estado pontificio a comienzos del siglo XVI”, nos muestra la paulatina secularización de la Iglesia con el consiguiente consiguiente acrecentamiento de su patrimonio. El constante incremento de la riqueza de las familias vinculadas con el papa conllevaba a una desacreditación de la organización eclesiástica y por ende en de a un empobrecimiento espiritual. En este punto se aprecia un dejo de parcialidad en el autor, pues asegura que precisamente el desorden y la decadencia de la Iglesia propiciarían el surgimiento de un espíritu de renovación materializado en el movimiento reformista. En el tercer capítulo se exhiben las complicaciones políticas surgidas en Europa desde finales del siglo XV y durante el transcurso del siglo XVI, tales como las invasiones de los turcos, las relaciones entre el papado y la Corona española y la repercusión que tuvieron los distintos movimientos protestantes en la reconfiguración del panorama político europeo. Entre las características sobresalientes de la lectura está la concepción de un objeto de estudio determinado que tiene que ser abordado mediante una metodología específica, dicho objeto de estudio es, para el caso en cuestión, el cristianismo, no en su carácter primitivo, ni la variante católica o la protestante, sino el cristianismo en su generalidad lo que nos conduce a otra peculiaridad notoria en la escritura de Leopold von Ranke que es la idea de universalidad. La clave en la victoria del cristianismo sobre el paganismo paga nismo se hallaría precisamente en la falta de universalidad del primero lo que a la larga ocasionaría su declive. El discurso expuesto por Ranke nos introduce a la escuela de pensamiento historicista en el que se trata de hacer de la historia una ciencia y donde el papel del historiador se limita a exponer los acontecimientos dejando que los mismos documentos sean los que hablen, es por tanto indispensable su lectura para comprender el tipo de historia que se aspiraba a realizar en buena parte de la Europa intelectual de mediados del siglo XIX.
Hugo Zacapantzi Quintero Estudiante de quinto semestre de la Licenciatura en Historia Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Tlaxcala