Anónimo Renart El Zorro
Tercera Edición La nave de los locos PREMIA editora S.A.
ÍNDICE
Reseña I.
El juicio de Renart
I I.
El sitio de Malpaso
III. III. Rena Renart rt tin tinto tore rero ro y Ren Renar artt jugl juglar ar
RESEÑA Más que en otros textos medievales, en esta historia vemos reflejada la vida cotidiana, y se nos ofrece una imagen de la sociedad de la época, el contexto familiar, las comidas y fiestas, fiestas, los métodos curativos, curativos, la ternura ternura con que los hijos acogen a los padres, etc. Por otra parte, en la obra aparecen reflejadas todas las clases sociales, todos los pequeños acontecimi acontecimientos entos de la vida cotidiana, cotidiana, pero presentados presentados siempre siempre en un tono burlesco, burlesco, ya
que parecera que la !nica intenci"n es hacer rer a cualquier precio, utili#ando cualquier medio, como alusiones cultas. $n este texto, encontramos la burla de lo cortés y de lo épico, se utili#an proverbios o comentarios del narrador, en un presente verbal que hace más vivo el relato% hay una gran fantasa y una perfecta dosificaci"n en los rasgos humanos de estos animales lo que permite hacer una buena pintura de caracteres. $s más probable que en lugar de una crtica social consciente al orden reinante, las historias de &enart sean más bien una burla de la estupide# y mojigatera generali#ada% de all que la caracterstica dominante de este texto sea su comicidad.
I.
El juicio de Renart
Pierrot, quien puso en práctica todo su ingenio y su arte, compuso un poema en verso sobre &enart e 'sengrino, su querido compadre, dejando de lado lo mejor de su asunto% pues olvido el proceso y el juicio que tuvieron lugar en la corte de (oble el le"n, por la
gran fornicaci"n que &enart )incubador de maldades* tuvo con la señora +ersenda, la loba. $sto dice la historia en sus primeros versos. $l invierno haba pasado, la rosa se abra, el espino floreca y la scensi"n se acercaba. Mi señor (oble, el le"n, hi#o venir a todos sus animales a su palacio para convocar a cortes. -odos llegaron rápidamente, sin excusa no pretexto, salvo &enart, el bellaco, el pillo, a quien todos acusan. o desprecian a su antojo ante el rey, por su soberbia y sus desordenes. 'sengrino que no lo quiere, se queja de él ante los otros y dice al rey/ — 0ulce y bello señor, tengo derecho a pedir que hagas justicia por la violencia con
que &enart trato a mi esposa, doña +ersenda, cuando la encerr" en su fortale#a de Malpaso, cuando la quiso for#ar y orino a mis lobe#nos. $so es lo que más me duele, &enart dijo que vendra a jurar que no era cierto% pero, cuando trajeron las santas reliquias )no se quien lo aconsej"* huyo a toda carrera y fue a aga#aparse en su guarida. $l rey le dice en presencia de todos/ — 'sengrino, renuncia a tu acusaci"n/ no tienes nada que ganar recordando tu
verg1en#a. 2ornudos son hasta los reyes y los condes en estos tiempos. -ambién los que tienen grandes cortes padecen por lo mismo. (unca por tan poca cosa nadie expres" tanta rabia y tanto duelo. 2uentan más los hechos que las palabras. 3runo, el oso. 0ice/ — 0ulce y bello señor, hay mucho más que decir% 'sengrino no está muerto ni preso
para no poder vengarse por s mismo de &enart. 'sengrino es tan fuerte que, si le diera alcance, alcance, haciendo caso omiso de la tregua que acaba de ser jurada, jurada, podra oponérsele. Pero t! eres el prncipe de esta tierra/ a ti te toca imponer la pa# en esta guerra% 4impona a tus barones5 quien odias odiaremos, y estaremos de tu lado. 6'sengrino se queja de &enart7 +a# sesionar a la corte% no se me ocurre nada mejor. 8i alguno de los dos debe algo al otro, que repare el daño. $nva a buscar a &enart a Malpaso/ si quieres que yo vaya, lo traeré si lo encuentro% le enseñaré a ser cortés. — 8eñor 3runo, respondi" &uidoso el toro, malhaya quien eso aconseje al rey )y no
lo digo por ti*. 9ue se contente con una multa por el desorden, la verg1en#a y el
ultraje que &enart hi#o sufrir a su comadre. &enart ha dado tantas molestias y jodido a tantas bestias que ya nadie debe ayudarlo. 62"mo puede quejarse 'sengrino de hechos tan evidentes, tan conocidos y al descubierto7 Por mi parte, digan lo que digan, sé bien que si el que jode a todo el mundo hubiera tomado a mi mujer por la fuer#a, no habra Malpaso que lo protegiera ni fortale#a que lo abrigara/ lo habra desollado y después lo habra arrojado al fango. +ersenda, 6pues en qué estabas pensando7 9ué desgracia que &enart, ese falso muchacho, te haya montado como si fueras una silla. — 8eñor &uidoso, dice el tej"n, si no re:mediamos el mal, podrá volverse mayor%
pues cualquiera que lo cuente, lo espar#a y lo siembre, después no podrá conjurarlo. Puesto que no hubo forcejeo, ni puerta rota ni tregua violada y, &enart lo hi#o por amor, 6qué caso tienen la ira y el clamor7 &enart la ama desde hace tiempo, y ella nunca se habra quejado si de ella dependiera. Pero, lo juro. 'sengrino lo ha tomado demasiado en serio. nte el rey y sus barones, el ultraje será reparado/ si la olla está desportillada, y por &enart deteriorada en lo más mnimo, estoy dispuesto a hacérsela reparar cuando él compare#ca y se haga el juicio. $s la mejor soluci"n que puedo dar, pues doña +ersenda ha sido acusada. y, 6qué honor puede sacar tu marido del proceso que ha hecho hoy ante tantos animales7 2iertamente, deberan matarte si sigues queriéndolo cuando te llama ;querida hermana no te quiere ni te respeta. +ersenda se sonroja, pues tiene verg1en#a, y todo su pelo se eri#a% suspirando responde/ — 8eñor =rimberto, no puedo más/ preferira que la pa# reinara entre mi señor y
&enart. o juro/ nunca me posey" &enart de ninguna manera ni en modo alguno% estoy dispuesta a someterme a la prueba del agua hirviente o del hierro candente. Pero de nada sirve que me justifique, desgraciada, infortunada de m, pues nunca me creeran. Pero, por lo santos que veneramos, y por 0ios (uestro 8eñor, a quien le pido socorro, jamás &enart hi#o conmigo lo que no hubiera podido hacer con su madre. (o digo eso por maese &enart, o por ayudar su causa% cualquiera que sea su suerte, cualesquiera que sean sus amigos o sus enemigos, me preocupa tan poco como a ti el cardo que saborean los burros. o digo por 'sengrino% me cela tanto que todos los das piensa que le voy a poner los cuernos. Por la fe que debo a Pic"n mi hijo, el da primero de abril de hace die# años 'sengrino me tomo por mujer. $ra Pascua, como él lo ha señalado. +ubo tantos
invitados a mi boda que nuestros fosos y guaridas se llenaron de animales% tanto en verdad que hubiera sido difcil encontrar un lugar vaco para hacer incubar una oca. >ue entonces cuando me convert en su leal esposa. ?l no me tena entonces por mentirosa, ni por bestia alocada, déjenme continuar. 9ue me crea el que quiera y que el que quiera lo oiga% por la fe que debo a la 8anta Mara, no hice con mi cuerpo ninguna putera, ni daño ni malos asuntos, ni nada que una monja no pudiera hacer. 2uando +ersenda termina de justificarse y se calla, 3ernardo el burro, que ha escuchado, se regocija en el fondo de su cora#"n, pues inmediatamente se convence de que 'sengrino no es cornudo. — 4h5 $xclama, noble dama, 4si por lo menos mi burra y los perros y los lobos y
todos los animales v todas las mujeres fueran tan fáciles como t!, doña +ersenda5 -an cierto como que a 0ios le pido absolverme o ayudarme a encontrar cardos tiernos para mi pastura, nunca te preocup" &enart, ni el placer que pudiera darte, ni su amor/ no cabe duda. Pero el siglo es tan perverso, tan malediciente, que da testimonio de lo que no ve y censura lo que debera alabar. h, &enart, alocado 4maldita sea la hora en que naciste, en que fuiste engendrado y concebido, pues ya nadie te creerá5 @a haba corrido la noticia de que te habas cogido a +ersenda, y ahora quiere someterse a una prueba, aunque él no lo requiera. h, 4gentil y bondadoso señor5 Pon pues la pa# en este asunto y ten piedad de &enart. 0éjame traerlo y déjalo venir a la corte con un salvoconducto. &especto a las acusaciones de 'sengrino, él acatara la decisi"n de la corte% y si por indolencia se ha retrasado y ha pospuesto la comparecencia ante la corte, reparará el daño antes de regresar a su casa. — 8eñor, responde el consejo, que nunca te proteja san =il si vuelves a convocar a
&enart si hoy o mañana% tiene que presentarse. 8i no viene pasado mañana, si se obstina, ha#lo traer por la fuer#a y castgalo de tal manera que nunca lo olvide. (oble dice/ — Abran mal al ensañarse con &enart como si fuera hueso para roer. Bstedes s"lo
ven la paja en el ojo ajeno. (o odio tanto a &enart, sean cuales sean sus crmenes, como para quererlo a!n vejar si él me pidiera clemencia. 'sengrino, ya
que no quieres renunciar a tu persecuci"n, acepta la prueba que tu mujer te propone. — 42alla, señor5 pues si +ersenda sufre la prueba y es quemada o encadenada,
quien hoy no sepa de mi infortunio lo conocerá, quien me detesta se alegrará% todos dirán/ C4vean al cornudo5 4vean al celoso5C Prefiero en ese caso sufrir la verg1en#a que me ha hecho pasar, hasta que pueda vengarme. Pero, antes de la vendimia. me propongo dar a &enart una guerra tan dura que no lo protegerán ni llave ni cerradura, ni fortificaciones ni fosos. — Pues bien, dice (oble, 4al diablo5 Pero, dime, señor 'sengrino, 6terminará ya tu
guerra7 Pienso que no ganas nada al amena#ar as a &enart. Por la fe que debo a san eonardo, cono#co bien las artimañas de &enart% él puede causarte más tormento, verg1en#a y deshonor que t! a él. demás, se ha jurado la pa#% la regi"n está tranquila, y el que la infrinja, si se le pesca, será castigado. 2uando 'sengrino escucha que el rey toma disposiciones para asegurar la pa#, sufre y no sabe qué hacer, no sabe qué partido tomar. 8e sienta en la tierra, entre dos escabeles, con la cola entre las piernas. &enart tendra suerte si 0ios quisiera ayudarlo. $l rey ha decidido que a pesar de todo, la guerra entre &enart e 'sengrino llegue a su fin, pero 2antaclaro y Pinta llegan a la corte para quejarse de &enart ante el rey. hora el fuego será difcil de apagar. 0on 2antaclaro, el gallo, y Pinta, que pone grandes huevos, y &osita, (egra y 2lara jalan una carreta cubierta por una cortina/ adentro yace una gallina que portan en una litera parecida a un ata!d. &enart la ha maltratado, la ha desfigurado a dentelladas% le ha fracturado un muslo y le ha arrancado el ala derecha. $l rey ha ju#gado bastante, y está cansado de or quejar. legan las gallinas y 2antaclaro dando palmadas y vociferando. Pinta habla primero/ — Por 0ios, nobles animales, perros y lobos, tantos como son, aconsejen a la pobre
desdichada de m. Maldigo la hora en que nac. 4Muerte, apres!rate y llévame, pues &enart no me deja vivir5 Mi padre me haba dado cinco hermanos/ &enart, el inmoral, se los comi" a todos% 4qué irreparable pérdida y qué terrible dolor5 Mi madre me haba dado cinco hermanas, gallinas vrgenes y j"venes% eran hermosas. =omberto del >resno las cuidaba y nutra para que pusieran% fue en vano que las engordara, pues &enart s"lo dej" viva a una/ todas las demás pasaron por su hocico. @ t! que yaces en esta camilla, dulce hermana, querida
amiga, c"mo eras tierna y grasosita. 69ué hará tu hermana, tan desgraciada, que ya no podrá volver a mirarte7 4&enart, que las malas llamas del infierno te devoren5 2uántas veces nos has maltratado ca#ado y desgarrado nuestros pellejos% cuantas veces nos has perseguido hasta nuestro gallinero. yer, en la mañana, ante la puerta arrojaste los despojos de nuestra hermana muerta% después huiste por un valle. =omberto no tena caballo tan rápido que pudiera atraparte, ni te poda alcan#ar a pie. Dine a quejarme de ti, y no encuentro a nadie que me ofre#ca reparaci"n, pues no temes las amena#as, ni la c"lera ni las advertencias de nadie. a desgraciada Pinta, en ese momento, cae desmayada sobre las losas, junto con todas sus compañeras. Para socorrer a las cuatro damas, perros, lobos y otros animales se levantan de sus escabeles% vierten agua sobre sus cabe#as. 2uando vuelven de su desmayo )es lo que encontramos escrito*, ven al rey sentado en su trono y se abalan#an a sus pies. 2antaclaro, por su parte, se pone de hinojos y le baña de lágrimas los pies. 2uando el rey ha visto a 2antaclaro, se apiada del jovencito. 8uspira desde el fondo de su alma, y no se contendra por nada del mundo. 0e despecho, levanta la cabe#a% no hay animal, por bravo que sea, como el oso o el jabal, que no tenga miedo cuando su señor se estremece y grita. 2obard"n, la liebre, se asusta tanto que por dos das tiene fiebres. -oda la corte se estremece. $l más bravo tiembla de miedo. 0e furia, (oble levanta la cabe#a y se golpea el pecho con tanta desesperaci"n que retumba toda la casa. $nseguida el emperador habla as/ — 0oña Pinta, por la fe que debo al alma de mi padre, por cuyo descanso hoy no he
dado limosna, me compade#co sinceramente de tu desgracia, y me gustara poder repararla. +aré traer a &enart, y podrás ver con tus propios ojos y or con tus propias orejas c"mo se tomará vengan#a% pues quiero hacer justicia por el homicidio y el desorden causado. 2uando 'sengrino ha escuchado al rey, se levanta enseguida/ — 8eñor, dice, qué gran ha#aña seria, y por todos serias loado, si pudieras vengar a
Pinta y a su hermana, la señora 2opea, a quien los dientes de &enart han puesto en este estado. (o lo digo por odio, sino por la pobrecita que mat". (o me mueve el resentimiento.
$l emperador dice/ — Mi buen amigo. &enart ha dado un gran dolor a mi cora#"n, aunque no es la
primera ve#. nte ustedes y ante los demás pongo la queja solemne )tal es mi voluntad* por el ultraje, la soberbia y la verg1en#a que me ha hecho pasar, y por la pa# que ha roto. Pero ahora, hablemos de otra cosa señor 3runo, toma esta estola y encomienda a 0ios el alma de este cuerpo. @ t!, señor &uidoso el toro, ha# una sepultura en ese barbecho. — 8eñor, dice 3runo, que se haga seg!n tu voluntad.
Da a tomar la estola y todo lo que necesita. la orden de 3runo, el rey y todo el consejo inician inmediatamente el oficio de difuntos. $l señor -ardo, el baboso, hace solo las tres lecturas, &oonel canta los versculos junto con 3richemer, el ciervo. 2uando el oficio ha terminado y llega la hora de maitines, llevan a enterrar el cuerpo% pero antes, hacen sellar el rico ata!d de plomo )nunca más bello vio ning!n hombre*. 0espués, lo sepultan bajo un árbol. 2ubren la tumba con mármol, donde inscriben el nombre de la dama y la historia de su vida, encomendando su alma. >inalmente escriben este epitafio )no sé si con cincel o con la mano*/ EF3ajo este árbol, en este barbecho, yace 2opea, hermana de Pinta. &enart, que es más malo cada da, le caus" con los dientes un gran martirioC. 9uien hubiera visto llorar a Pinta, maldiciendo a &enart, y a 2antaclaro estirar sus patas, hubiera tenido gran piedad de ellos. Bna ve# pasado el duelo, los barones dicen/ — $mperador, vénganos de este bandido, que nos ha burlado tantas veces y ha
violado tantas veces la pa#. — 2on gusto, dice el emperador. 3runo, dulce y bello hermano, no tendrás nada que
temer% ha# saber a &enart de mi parte que lo he esperado tres das enteros. — 8eñor, dice, con placer obede#co.
8e va pues al paso de su caballo y se en camina por un campo cultivado. (o se detiene ni reposa. $ntonces, al irse 3runo, se produce en la corte un acontecimiento que agrava el caso de &enart. 42opea ha empe#ado a hacer milagros5 Mi señor 2obard"n, la liebre, de quien se haban apoderado la fiebre por el espanto, se liber" de ellas% gracias a 0ios, en la tumba de la señora 2opea. 0espués de enterrarla, se haba rehusado a dejar ese lugar y haba dormido sobre la mártir. @, cuando 'sengrino oy" decir que 2opea era una
verdadera mártir, coment" que le dola la oreja. &oonel lo aconsej"/ lo hi#o yacer sobre la tumba y se cur" inmediatamente, cuando menos as lo dijo. Pues si no hubiera sido creble y se pusiera en duda, y si &oonel no hubiera estado all para dar testimonio del hecho, la corte habra tomado esta curaci"n como una mentira. 2uando la noticia lleg" a la corte, a algunos les agrad", salvo a =rimberto, que con -iberio el gato, es el abogado de &enart en la corte. 8i &enart no es astuto, se verá en serios aprietos. . . si lo atrapan. Pues 3runo, el oso, ya ha llegado a Malpaso )situado en pleno bosque* sin haberse desviado del sendero que haba tomado. Pero es muy gordo para poder entrar, y debe quedarse afuera, ante la barbacana. &enart se haba retirado al fondo de su guarida a hacer la siesta/ ya ha llenado la pan#a con una gallina bien cebada, y ha desayunado en la mañana dos carnosos muslos de pollito. $ntonces reposa y está a gusto. Pero 3runo ya ha llegado a la valla. — &enart dice, contéstame. 8oy yo, 3runo, mensajero del rey. 8al a la landa como el
rey te lo manda. &enart sabe bien que es el oso/ lo ha reconocido por su figura. 2omien#a, pues, a meditar una maniobra. — 3runo, dice &enart, dulce y bello amigo, te han hecho venir de balde. @a me
preparaba a partir, pero quiero comer antes un maravilloso manjar francés. 8eñor 3runo, aunque lo ignores, en la corte se dice al rico personaje que all llega/ ;señor, lávese las manos, y se considera afortunado quien le recoge las mangas. Primeramente le ofrecen buey al agra#% después siguen otros manjares, cuando el señor los pide. Pero el hombre pobre, que nada tiene, hecho de la mierda del diablo, no puede sentarse ni junto al fuego ni en la mesa/ tiene que comer sobre sus propias rodillas. os perros lo rodean y le arrancan el pan de las manos. 3eber dos veces ni de chiste. os muchachos, más secos que el carb"n al rojo vivo, le lan#an huesos. 2ada quien tiene su pan en el puño, pues todos están hechos con el mismo mole, senecales y cocineros. @, mientras poco tienen los señores, la mesa de sus ladrones es abundante 4h, si todos pudieran ser quemados y dispersadas sus ceni#as al viento5 =uardan la carne y el pan para sus putas. $s por eso que, como digo, bello señor, me preparé al medioda una comida con tocino, chcharos, y he comido siete porciones de miel fresca sacada de buenos panales.
— 4(omini 0ame, 2ristum file5 dice el oso. Por san =il, &enart, 6tienes miel a
montones7 $s, entre todas las cosas la favorita de mi cansado vientre. 0ámela, bello señor por el amor de 0ios, 4mea culpa5 &enart gesticula y re de lo que hace a 3runo, pero el pobre no sospecha nada y &enart lo engaña. — 3runo, dice, si estuviera seguro de encontrar en ti un confidente leal, un aliado y
amigo, por la fe que debo a mi hijo &ovelo, te llenara el vientre de esta buena miel, fresca y nueva, pues cerca de aqu, al entrar al bosque de anfroi el guardia forestal. . . Pero, 6de qué sirve7 $s in!til, pues si me aliara a ti y me preocupara por complacerte, pronto me haras una mala jugada. — 69ué dices, señor &enart7 60udaras de m7 — 485 Porque sé que eres capa# de traici"n, de felona. — &enart, es diab"lico lo que me dices. — (o, quédate tranquilo. (o tengo nada contra ti. — @ tienes ra#"n, pues, por el homenaje que debo a (oble el le"n, no pienso ser
traidor ni tramposo contigo. — 8"lo pido esa seguridad y me someto a tu bondad.
3runo se la otorga, y all van en camino. 8in detenerse, llegan a donde anfroi el guardia forestal y all paran los corceles. anfroi, que venda leña, ha empe#ado a hender un encino, en el que ya haba clavado dos cuñas. — 3runo, dice &enart, bello y dulce amigo, aqu adentro está lo que te promet.
0espués de comer iremos a beber. +as encontrado lo que queras. @ 3runo el oso mete el hocico y las patas delanteras en el encino. &enart lo levanta y lo empuja. +aciéndose a un lado y le dice/ — Damos, abre la boca/ t! hocico casi la toca. 4+ijo de puta, abre el hocico5, lo instiga
y lo jode. Por más esfuer#os que hace, no logra sacar ni una gota% pues no haba ni miel ni nada. Mientras 3runo babea. &enart quita las cuñas. 0espués de quitarlas, la cabe#a y el lomo
de 3runo se quedan prisioneros en el encino. ll está el desgraciado en una triste situaci"n. @ &enart, que nunca será absuelto )pues nunca hi#o ning!n bien ni dio limosna*, se mantiene lejos y lo provoca/ — 3runo, dice, ya saba que ibas a poner en práctica arte e ingenio para que yo no
comiera miel. Pero ya sé lo que haré. 8i otra ve# tengo tratos contigo, serás un hijo de puta si no me pagas esa miel. 4y, te portas muy mal conmigo5 8i estuviera enfermo y tuvieras que cuidarme, me daras puras peras podridas. Mientras habla as, el señor anfroi, el guarda bosques, llega y &enart se echa a correr. 2uando el villano ve a 3runo colgando del encino que debe hender, corre a la aldea gritando/ — Damos, vamos/ al oso, está en nuestras manos.
4h si hubieran visto entonces a los villanos salir, agitándose por el bosque como hormigas5 Bno lleva un hacha, otro un garrote otro un a#ote, otro un palo con espinas. 3runo teme por su pellejo. 2uando oye todo el alboroto, se estremece y piensa que más le vale perder el hocico que dejarse agarrar por anfroi. $l que viene adelante trae un hacha. 3runo trata de #afarse, jala y suelta, se rasga el cuero, rompe sus venas, tan desesperadamente que se le rompe la cabe#a. +a perdido mucha sangre y mucho pellejo de los pies y de la cabe#a. (unca se vio un animal tan feo/ tiene todo el hocico ensangrentado, y sobre su cara no queda piel suficiente ni para hacer una bolsa. s se va el hijo de la osa. +uye por los bosques acosado por los villanos/ 3ertoldo, el hijo del señor =uillano y +arduino Matavillano, y =omberto y su hijo =al"n, y +elino nari# de halc"n, y Atranto, conde de 'nglaterra, que haba estrangulado a su mujer, -igerio el panadero, que se cas" con la negra 2ornelia, y $merio &ompeho#, y &ocelino el hijo de 3ancilio, y el hijo de Agerio de la Pla#a, que lleva un hacha en la mano, y el señor +uberto =ordillo, y el hijo de =uadaña =alopante. $l oso huye con gran angustia. hora bien, el cura de su parroquia )padre de Martn de Arléans* que acaba de recoger su heno, tiene un rastrillo en las manos y lo golpea en los riñones hasta que casi lo mata. $l que hace peines y linternas alcan#a a 3runo. o hiere mucho y lo aporrea. 2on un cuerno de buey que lleva le ha torcido el espina#o. +ay tantos villanos que lo golpean con sus garrotes que le cuesta mucho trabajo escapar.
4Pobre de &enart si 3runo lo atrapa5 Pero el #orro ha escuchado desde lejos sus gritos de dolor, y por un atajo llega a Malpaso su fortale#a, en donde no teme ni armadas ni emboscadas. 2uando 3runo pasa delante de él, &enart lo hace blanco de sus burlas. — 3runo, 6te saciaste de la miel de anfroi que comiste sin m7 -u traici"n va a
perderte no te va a servir de nada y te vas a morir sin un cura. 60e qué orden pretendes ser con esa capucha roja7 $l oso sufre de tal manera que no puede responder nada% sigue su huida al trote% sigue temiendo caer en manos de anfroi y los otros villanos. -anto ha espoleado su caballo que antes de medioda llega a la cantera en donde el le"n tiene su corte. 0esmayado cae al suelo. a sangre le cubre la cara, y ya no tiene orejas. a corte lo mira, llena de estupor. $l rey dice/ — 3runo, 6quién te hi#o eso7 -e jalaron tanto los pelos que casi no te dejan nada.
3runo ha perdido tanta sangre que casi no puede hablar/ — &ey, dice, as es como me puso &enart, como puedes ver.
2on esas palabras va a caer a los pies de (oble. h, si hubieran visto gritar al le"n, jalándose las crines, y jurar por el 2ora#"n y por la Muerte de 2risto. 3runo, dice el rey. &enart te ha matado. o !nico que puedo ofrecerte, por la Muerte y por las llagas de 2risto, es vengarte de tal manera que se sepa en toda >rancia. 60"nde estás, gato -iberio7 De sin tardan#a a buscar a &enart. 0ile de mi parte a ese pelirrojo hijo de puta que venga a la corte para que se haga justicia ante mi pueblo. @ que deje en casa su oro, su plata y sus bellos discursos. 9ue traiga solamente la cuerda para colgarlo. -iberio no osa rehusarse% si pudiera hacerse disimulado, la ruta hacia Malpaso se quedara esperándolo. Pero, por la buena o por la mala, Cel sacerdote tiene que dar misa<. -iberio monta su silla como si fuera campesina, con las dos piernas del lado i#quierdo. $spolonea tanto su mula que, atravesando un valle, llega a la guarida de &enart. 'mplora a 0ios y a san eonardo, patr"n de los presos, que lo cuiden de caer en las manos de su compañero &enart/ pues lo considera como la peste, como una bestia sin ninguna fe/ ni a 0ios le sera fiel. Pero lo que más le molesta es que, al llegar a la puerta, ve al pájaro de san Martn entre el fresno y el sabino. =rita fuertemente/ Ca la derecha, a la derecha<, pero el pájaro se va por la i#quierda. -iberio se detiene un largo momento% ahora les diré de qué se trata/ ese presagio es lo que lo conmueve y lo
obsesiona más. 8u cora#"n le dice que s"lo recibirá verg1en#as, infortunio y deshonra. -eme tanto a &enart, que no se atreve a entrar a su casa. e habla desde afuera 4pero de poco le sirve5 — &enart, dice, bello y dulce amigo, dime 6estás ah7
&enart murmura entre dientes para que no lo oiga/ — -iberio, para tu desgracia y por tu mala ventura has venido a buscarme. -e
atraparé si puedo ingeniármelas. 0espués le responde en vo# alta. — 4-iberio, Gelcome5 8i acabaras de llegar de &oma o de 8antiago, serias tan
bienvenido como si fuera Pentecostés. &enart no le cuesta nada saludarlo bien, y -iberio contesta amablemente/ — &enart, no te ofusques por mi intrusi"n. 8i estoy aqu, es en nombre del rey. 8obre
todo no vayas a creer que te odio. $l rey te amena#a y en la corte no tienes ning!n defensor, salvo tu primo/ todos los demás te odian. &enart le responde/ — -iberio, déjate de amena#as y de afilar tus dientes en m. Diviré tanto tiempo como
pueda. Doy a ir a la corte y escucharé a los que quieran atacarme. — $so será prudente, bello señor, y te lo alabo, pues te estimo. Pero también tengo
tal hambre que se me dobla el espina#o. 6(o tienes por ah alg!n gallo, gallina, o cualquier cosa para encajarle el diente7 — 9ué fino te has vuelto, le contesta &enart. -!, que robabas gordos ratones y ratas,
ahora los desprecias. — 4(o, por el contrario5 — 485 — (o me cansara de comerlos. — 3ueno, te daré tantos como quieras, cuando llegue la mañana, al levantarse el sol.
8i me sigues, iré adelante.
&enart sale de su guarida, y -iberio lo sigue sin sospechar ning!n engaño. legan a una aldea en la que no hay gallo ni gallina que &enart no lleve a su cocina. -iberio, 6sabes lo que vamos a hacer7 dice &enart. qu vive un cura y yo sé lo que le preocupa/ tiene trigo y avena en abundancia, pero los ratones son una plaga para él% le han comido ya cerca de una medida. $staba yo por aqu hace poco, y penetre en su casa% me llevé die# gallinas% las cinco que me com y las cinco que puse en reserva. Por ah es por donde se entra. 4Pasa y harta tu vientre5 $l infame le menta, pues el cura, que all habitaba no tena nada de avena% de eso ya no se preocupaba. Pero todo el pueblo se compadeca de él, pues viva con una puta )la madre de Martin de Arléans* que le haba robado todos sus bienes, de manera que ya no le quedaba ni buey ni vaca, ni ning!n otro animal, que yo sepa, salvo dos gallinas y un gallo. Martinillo )que luego tom" los hábitos y se hi#o monje* haba tendido en el hoyo sus la#os para coger a &enart el #orro. 49ue 0ios guarde al cura tal hijo, que ya aprende a poner trampas5 — -iberio, ándale, dice &enart. 42arajo5 4qué cobarde eres5 Montaré guardia aqu
afuera. -iberio se introduce en el hoyo y se siente muy est!pido cuando el la#o lo estrangula. -iberio el gato jala, jala más, pero el la#o le aprieta cada ve# más el cuello. Hala y vuelve a jalar, y mientras más jala, más le aprieta el la#o. -rata de #afarse, pero no puede% Martn el pequeño clérigo, le salta encima — Damos, vamos, grita% papá, auxilio, auxilio 4mamacita5 lumbren, el #orro está en el
hoyo 4@a se amol"5 a madre de Martinillo se despierta% salta del lecho, alumbra la vela% en la mano tiene una rueca. $l cura, con su salchicha en la mano, tampoco ha tardado en salir de la cama. ll está pues -iberio el gato sitiado, y recibe cien golpes antes de salir de la casa. o hiere el cura, lo hiere la bellaca. -iberio muestra los dientes )como nos dice la historia* y agarra el coj"n del cura con sus filosos dientes y garras, y le arranca la mitad de lo que cuelga. a mujer ve su gran perdida, y el dolor se apodera de ella. -res veces se llama desgraciada, y a la cuarta se desmaya. =racias al duelo de Martinillo por su madre desmayada, -iberio el gato roe el la#o con los dientes y se escapa. +a pasado un mal rato, pero ha terminado por vengarse del cura que lo ha golpeado. y, con qué ganas se vengara de &enart... si lo tuviera a la mano% pero este infame se ha ido, sin esperar más, en cuanto vio a -iberio
atrapado. 2uando Martinillo dijo/ ;levántense todosC, se fue a esconder a su guarida. $l gato es quien recibe el mal trato. — h, &enart, dice, que nunca tenga 0ios lugar en tu alma. 0ebera ser castigado el
que ha sido jodido tantas veces por ese pelirrojo tramposo. @ ese cura, infame cornudo, 4que 0ios lo llene de males y le dé poco pan5 a él y a su sucia puta, que acaban de atacarme as. Pero ya s"lo le queda un coj"n% en lo sucesivo s"lo podrá tocar una campana de su parroquia. $n cuanto a Martinillo de Arléans, su hijo, que no cono#ca nunca la prosperidad, por haberme golpeado hoy. 49ue no muera antes de ser monje y termine en el cadalso de los ladrones5 2amina profiriendo sus quejas, y termina por llegar al valle, en donde tiene su sede la corte del rey. 2uando lo ve se desploma a sus pies, y le cuenta su increble aventura. — 0ios, dice el rey, aconséjame% ve lo diab"lico que es &enart, que no deja de
ultrajarme. (o puedo encontrar a nadie que pueda vengarme. 8eñor =rimberto, me pregunto si no es por tu culpa que &enart me desprecia as. — (o, señor, 4lo juro5 — $ntonces ve inmediatamente y tráemelo% 4y no se te ocurra volver sin él5 — 8eñor, eso es imposible/ &enart es tan perverso que no podra traerlo si no le llevo
una orden sellada por ti. Por la fe que debo a san 'srael, as no pondrá ning!n pretexto y sé que vendrá a la corte. — -ienes ra#"n, dice el emperador.
$ntonces dicta su mensaje, y +uelebén el jabal escribe todo lo que el rey dice. 0espués sella la carta. 0a el mensaje sellado a =rimberto. $ste atraviesa un prado, después penetra en un bosque. e suda mucho la espalda, desde antes de llegar a la morada de &enart. $n la tarde encuentra, en un barbecho, un sendero que lo lleva directamente a la madriguera de &enart antes de la noche. ltas son las murallas y su caballo se mete por un hueco/ luego tranquea el primer circuito. &enart teme un duro ataque. 2uando lo oye venir, se refugia en su casa hasta saber qué pasa. =rimberto está ya en la fortale#a% pasa por el puente levadi#o, va acercándose. Por su manera de caminar, de entrar en el cubil )primero el culo, luego la cabe#a*, &enart lo
reconoce, aun antes de verlo. -iene
gran alegra y gran sola#, rodea su cuello con ambos bra#os% porque =rimberto es su
primo, lo sienta sobre dos cojines. 2onsidero prudente a =rimberto por no dar su mensaje antes de comer hasta hartarse. 2uando termina la comida/ — 8eñor &enart, dice =rimberto, son demasiado evidentes tus trampas. 68abes qué
te manda el rey7 (o digo Emanda I, sino ordena que te presentes ante él, en su palacio o donde esté, a fin de que se haga justicia. 6-erminará pronto tu guerra7 69ué tienes que reprochar a 'sengrino, a 3runo el oso, a -iberio el gato7 -us engaños te costarán caros. @a no te puedo dar consuelo% s"lo te queda el de la muerte, para ti y toda su descendencia. -en y rompe el sello para que sepas qué dice esta carta. &enart la toma, tiembla y se estremece. 2on mucho miedo rompe la cera, ve el mensaje y suspira desde la primera palabra% ya sabe lo que contiene% ;$l gran señor (oble, el le"n, que en todas las regiones es rey y señor de los animales, promete a &enart verg1en#a, deshonra, martirio y represalias, si no viene mañana a la corte para ser ju#gado ante el pueblo. 9ue deje en su casa oro, plata y defensores, y que s"lo traiga la cuerda para ser colgadoC. penas &enart se entera de la noticia, le late el cora#"n bajo el pecho y su cara se ensombrece. — Por 0ios, =rimberto, dice, apiádate de este pobre desgraciado. Maldigo este
momento, pues ahora estoy vivo y mañana seré colgado. 48i pudiera volverme monje en 2luny o en 2laraval5 Pero cono#co tantos monjes falsos que creo que no me conviene/ prefiero quedarme as =rimberto responde/ — (o te preocupes por eso. hora estás en peligro, pero mientras a!n estás vivo.
confiésate a m sin tardan#a. 8"lo puedes recurrir a m, pues no hay otro cura cerca. &enart replica/ — 8eñor =rimberto, ese es un buen consejo, pues si te hago mi confesi"n antes que
la muerte apremie, no puedo sino salir ganando/ si muero, por lo menos se salvará mi alma. hora escucha mis pecados/ señor, estaba loco por +ersenda la mujer de 'sengrino. Pero te diré lo que sucedi"/ tienen ra#"n los que sospechan de ella porque s la cog. Me arrepiento ahora. 4h5 40ios mo5 4Mea culpa5 Muchas veces
le di en la grupa. e he jugado tantas malas pasadas a 'sengrino que no podré nunca defenderme de sus acusaciones. 49ue 0ios proteja mi alma5 -res veces lo hice caer en trampas% te diré de qué manera. +ice que cayera en una trampa para lobos cuando se llev" al cordero/ lo golpearon tanto que antes de irse recibi" cien golpes. o até y as lo encontraron tres pastores que lo golpearon como a un burro para pasar un puente. Atra ve#, haba una pila de tres jamones en casa de un carnicero. o hice comer tanto que engord" y no pudo salir por donde haba entrado. -ambién lo hice pescar en el hielo, y se le congel" la cola. o hice pescar en un manantial, en una noche de luna llena, y al ver el reflejo de la blanca imagen, crey" que era un queso. -ambién lo traicione ante la carreta, en el cercado. 2ien veces lo he engañado, con fuerte y fina astucia. e hice tantas trampas que se volvi" monje% y después quiso ser can"nigo, cuando vio cuánta carne coman. 8era un loco quien lo dejara ser pastor. (o alcan#ara el da para contarte todo lo que le he hecho. (o hay animal en la corte que no tenga alguna queja de m. +ice caer en los la#os a -iberio, cuando pensaba comerse a las ratas. 0e todo el linaje de Pinta, salvo ella y su ta, no hubo gallo ni gallina que no entrara en mi cocina. 2uando ante mi cubil lleg" una tropa de jabales, vacas, bueyes y otros animales bien armados, que 'sengrino haba llevado para poner fin a esa guerra, retuve a &oonel, el mastn. -ena muchos mercenarios a mi servicio/ perros, perras y mastines% todos esos recibieron golpes y llagas. . . 4y muy poco a cambio5 pues me quedé con su sueldo. 2uando se fueron, por ganas de molestarlos, les quité lo que era suyo, y al irme les hice gestos. 42"mo me arrepiento ahora5 40ios mo5 4mea culpa5 Pero quiero arrepentirme de todo lo que hice en mi juventud. — &enart, &enart, dice =rimberto, me has confesado tus pecados y el mal que has
hecho. 8i 0ios permite que te absuelvan cudate de no repetirlos. — 9ue 0ios me permita, dice &enart, no hacer nada que o ofenda.
=rimberto lo perdona, &enart se arrodilla y recibe la absoluci"n, mitad en romance, mitad en latn. Por la mañana. &enart besa a su mujer y a sus hijos/ 4qué triste#a cuando parte5 8e despide de su familia. — +ijos mos, dice, noble ra#a% cualquier cosa que me aconte#ca, cuidar mi castillo
de condes y reyes, pues no habrá en mucho tiempo prncipe, conde o castellano que pueda causarles el menor daño. 2uando hayan levantado el puente levadi#o,
nadie podrá hacerles daño, pues tienen bastantes provisiones/ no pienso que se agoten antes de un año. 69ué más puedo decirles7 todos los encomiendo a 0ios nuestro 8eñor. 49ue me permita regresar como es mi deseo5 penas pone el pie en el umbral de su guarida, empie#a su plegaria/ — 0ios todopoderoso, dice, protege mi sabidura y mi ra#"n, para que no las pierda
por miedo ante el rey mi señor, cuando me acuse 'sengrino/ que a todos los reproches que me lance encuentre yo buenas respuestas, negando o justificándome. +a# que regrese sano y salvo a mi casa, para que pueda a!n vengarme de los que me hacen esta gran guerra. $ntonces, se acuesta cara a tierra, y tres veces se declara culpable. 0espués se persigna para protegerse del diablo. hora, los dos barones van camino a la corte% pasan por un rio que por ah corre, y por los desfiladeros y por la montaña. uego cabalgan por la llanura. Mientras &enart se lamenta, han perdido el sendero, el camino y la ruta que deben seguir. fuer#a de tanto andar, llegan a un llano cerca de una granja de monjas. a casa está bien provista de todos los bienes que produce la tierra/ leche, quesos y huevos% ovejas, vacas, bueyes y diversos alimentos. — Damos, dice &enart, evitando esas espinas, al patio de las gallinas. $se nuestro
camino. — &enart, &enart, dice el tej"n, 4bien sabe 0ios porque lo dices5 +ijo de puta, 4fétido hereje5 malvado infame, 6no te confesaste conmigo y pediste clemencia7 $l otro responde/ — 8e me haba olvidado Dámonos, estoy listo. — &enart, &enart, 4es en vano5 4Perjuro, renegado5 (unca terminará tu maldad. 49ué
loca criatura5 4$stás en peligro de muerte, te has confesado, y quieres hacer una traici"n5 $n verdad, un gran pecado te acecha% 4maldita sea la hora en que tu madre te pari"5 — 0ices bien, dulce hermano. 8igamos nuestro camino.
&enart ya no se atreve a decir nada, a causa de su primo que lo amonesta, y, sin embargo, frecuentemente voltea hacia las gallinas con gran triste#a. 8i de él dependiera, aunque le costara la cabe#a ira hacia ellas.
hora los barones caminan juntos. 4Por 0ios, qué rápida es la mula de =rimberto5 Pero el caballo de &enart resbala% sus ijares palpitan% teme a su amo y nunca ha tenido tanto miedo. +an caminado tanto a través de llanos y bosques, a veces al trote, a veces al galope% han recorrido tanto la montaña, que han llegado al valle que desciende hacia la corte del rey. $ntran a la sala. penas llega &enart a la corte, todos los animales sin excepci"n se disponen a quejarse o a oponérsele. $s el fin de &enart o casi% no volverá a su casa sin que lo haya pagado, 'sengrino afila sus dientes, -iberio el gato medita, y 3runo, que todava tiene la cabe#a colorada. Pero, ámese a &enart o se le deteste, no da la impresi"n de ser un cobarde, en el centro del palacio, altivo, comien#a a hablar/ — 8eñor, dice, te saludo como hombre que te ha servido mejor que ning!n otro bar"n
del imperio. Pero se equivocan los que quieren ponerme en mal contigo. (o sé si es mi destino, pero no he estado seguro de tu amor ni un da entero. nteayer me desped de ti con tu protecci"n, con tu amor, sin malos tratos y sin ira. Pero han hecho tanto los maledicientes que quieren vengarse de m, que t! les has credo. Pero, señor, en el momento en que un rey empie#a a creer a los más infames bribones, y renuncia a sus altos barones, tomando la cola en lugar de la cabe#a, el reino se acerca a su ruina% pues los que son por naturale#a esclavos no pueden conservar la mesura. 8i, en la corte, pueden trepar a los altos puestos, llegan pisoteando a sus semejantes% hay quienes saben hacer el mal y sacar provecho de ello, apropiándose del haber de su pr"jimo. -engo curiosidad por saber que pueden reprocharme 3runo y -iberio. 2iertamente, si el rey lo ordena, pueden causarme daño, pero yo no he hecho nada malo y no sé qué pueden decir en mi contra. 8i 3runo se comi" la miel de anfroi y el villano lo aporre", 6por qué no se veng" de él7 4-iene manos y tiene pies, una gran quijada y un gran hocico5 @ si mi señor -iberio el gato comi" ratones y ratas, fue atrapado y castigado, 6qué tiene esto que ver con conmigo, por el 8agrado 2ora#"n7 $n cuanto a 'sengrino, no sé qué decir, no puedo negar que amé a su mujer, pero ella no se quej"/ 4no puedo ser infame con ella5 6Por qué viene este loco celoso a quejarse7 6Mi caso merece la horca7 0e ninguna manera, y que 0ios me proteja. Muy grande es tu reale#a, y la fidelidad y lealtad a las que nunca he faltado durante el tiempo que he vivido. Pero, por la fe que debo a 0ios y a san Horge, ahora ya tengo el pescue#o canoso. $stoy viejo, no puedo más, y ya no me importa ning!n proceso. $s un pecado hacerme llamar a la corte. 8in embargo, puesto que es mi señor quien lo ordena, es justo que venga/ y aqu estoy. Puede hacerme arrestar% puede
enviarme a la hoguera, a la horca, pues no me puedo defender de él. (o tengo ning!n poder, pero sera una deplorable vengan#a, y sera comentado por mucha gente si me cuelgan sin haber sido ju#gado.
— &enart, &enart, dice el emperador, 4maldita sea el alma de tu padre y de la puta
que te pari" por no haberte abortado5 0ime, pues, pérfido brib"n, 6por qué tratas de engañarnos7 8abes hablar bien y defenderte, pero de nada te servirá% no tiene caso. (o partirás antes de que se haya hecho justicia. 0e nada sirve tanta astucia, ni vale tu #orrera. Mucho sabes de la >iera sna como para que no te paguemos hoy todo lo que se te debe. +oy has venido a juicio y mis barones te ju#garán, como hay que hacer con los ladrones y con los felones traidores. (o te irás sin haber pasado un mal rato, si no puedes defenderte de lo que se te diga. — 8eñor, dice =rimberto el tej"n, somos tus servidores y te obedecemos. (o por eso
puedes tratar mal a tus barones, tienes que recurrir a la ley y al juicio. $scucha, no te enojes% &enart vino aqu con un salvo:conducto. 0ebes protegerlo de los que vociferan contra él y enjuiciarlo en p!blico. ntes de que =rimberto haya expuesto sus ra#ones, se pone de pie 'sengrino, mi señor 3elino el carnero, -iberio el gato, &oonel, -erciolino el cuervo, y 2antaclaro y doña Pinta, que con él lleg" a la corte, y $spinoso el eri#o y Pasitos el pavo. >roberto el grillo se adelanta, grita e instiga a los otros, y luego &oji#o, la ardilla, a quien tanto daño le ha hecho. 2obard"n la liebre mucho ha argumentado de corte en corte y de calle en calle. Muchas veces la ha molestado y ahora quiere vengarse. &enart se estremece y se pone a temblar% bien quisiera retirarse. Pero el rey se lo impide, pues quiere tomar vengan#a. $l rey habla en vo# alta, para que lo oiga toda su gente/ — 8eñores, dice, 4escuchen5 0ganme de qué manera puedo hacer justicia y
vengarme de este ladr"n de puta fe. — 8eñor, dicen los barones. &enart es de ralea tan puta que estamos de acuerdo con
lo que quieras hacerle $l rey contesta/
— +an hablado bien. 4Pronto, sin demora5 8i &enart escapa, no volveremos a saber
de él. Podra irnos mal y quien menos se lo espera podra llorar. 8obre una alta montaña en una roca, el rey hace levantar el cadalso para cotejar a &enart el #orro/ ahora s está en peligro. $l mono le hace gestos y lo abofetea. &enart mira hacia atrás y ve que vienen más de tres. Bno lo jala, otro le pega% es natural que tenga miedo. 2obard"n la liebre lo mira de lejos/ no osa acercársele. 2obard"n lo mira con tanta insistencia que &enart voltea/ la liebre se siente perdida pues nunca lo vio nadie as, y se asusta. 0espués, va a esconderse a un seto y dice/ — 0esde aqu veré c"mo hacen justicia. hora s, sera un tonto el que le tuviera
miedo. &enart está prisionero, atado por todas partes% trata de ingeniárselas para poder escapar. (o lo logrará, si no pone en práctica toda su astucia. 2uando ve que al#an la horca, se siente muy afligido y dice al rey/ — 3ello y gentil señor, déjame decir una palabra/ me has hecho atar y quieres
colgarme sin demora. +e cometido muchos pecados. Deo llegar el arrepentimiento en nombre de la santa penitencia. 9uiero con el favor de 0ios, ir en peregrinaci"n más allá del mar. 8i allá muero, me iré al cielo. 8i me ahorcan, será una sucia vengan#a, sobre todo porque ahora me arrepiento. 2ae ante los pies del rey y este se apiada. l mismo tiempo, =rimberto pide perd"n por &enart% — 8eñor, 4por 0ios, esc!chame5 Piénsalo bien% &enart es valiente y cortés. 8i &enart
viene de aqu a cinco meses, todava te servirá mucho, pues es tu más fiel servidor. — 8, dice el rey, seguramente. 2uando vuelva será aun peor. Pues quien pretende
ser bueno al irse, regresa siendo más malo. o mismo hará él si escapa de este peligro. — 8i para entonces su cora#"n no ha encontrado la pa#, señor, que no regrese.
$l rey dice/ — 9ue tome la cru# y se comprometa a quedarse allá.
2uando &enart tiene la cru# donde debe estar, sobre el hombro i#quierdo, se alegra. (o sabe si hará la peregrinaci"n. e traen la alforja y el bord"n, y los animales se desconciertan% saben que &enart se vengará. &enart ya está hecho todo un peregrino, con la alforja al cuello y el bord"n de fresno en la mano. $l rey le pide que perdone las ofensas que le han hecho y que renuncie a la astucia, a la malicia% as, si llega a morir, se irá al paraso. &enart no hace ninguna objeci"n a las peticiones del rey, y le concede todo, mientras aun no parte. Alvida los agravios y perdona a todos. 8ale de la corte un poco antes de la hora nona. -odos lo ignoran )y &enart los desafa por dentro*, salvo el rey y su esposa doña >iera la 8oberbia, que es muy cortes y muy bella. 8e dirige a &enart con suma delicade#a. — 8eñor &enart. ruega por nosotros y nosotros lo haremos por ti. — 8eñora, contesta él, tu intenci"n me llega al cora#"n. 0ebe enorgullecerse aquél
por quien le dignes re#ar, 8i yo llevara tu anillo, él viaje me sera menos penoso. -e lo digo, si me lo das no seré y de mi cofre de joyas te daré el valor de cien anillos. a reina le ofrece el anillo. &enart lo toma con gusto. Pero entre dientes dice en vo# baja/ — 9uien no haya visto nunca este anillo,
lo pagará muy caro. (adie podrá
impedirlo. &enart pone el anillo en su dedo, después se despide del rey. $spolea su caballo y parte al trote. lega hasta el matorral donde 2obard"n se ha escondido. (unca ha tenido tanta hambre% está en ayunas y le duele la cabe#a. $ntra al matorral. 2obard"n lo ve y se asusta. 0e miedo, se levanta sobre sus patas% después lo saluda y le dice/ — 8eñor, me da mucho gusto verte sano y salvo, y estoy muy indignado por los
grandes tormentos que te han hecho sufrir hoy. &enart, que engaña a todo el mundo, le dice/ — 8i mis males te pesan y te duele verme as, que 0ios me permita poder
compadecerte por lo que te pueda suceder. 2obard"n entiende muy bien lo que acaba de or. 8in esperar más, se prepara a huir, pues teme morir/ quiere llegar hasta el llano pero &enart lo detiene por la rienda/
— Por el cuerpo de 2risto, dice, no te moverás de aqu señor 2obard"n, y tu caballo
no podrá impedirme que te entregue como comida a mis pequeños. o golpea con su bord"n. $l rey y sus servidores están en un valle grande y profundo, entre cuatro filosas rocas que se al#an haca las nubes. &enart sube a la más alta% lleva a 2obard"n% colgando )casi toca el vientre del caballo*. @ &enart, hijo de pula, piensa entregarlo rápidamente a sus pequeños. 49ue 0ios se encargue de liberar a 2obard"n5 &enart mira lo que pasa en el bosque, ve al rey y a la reina, ve a los barones y a los otros animales% hay tantos que retumba como si fuera tempestad. +ablan de &enart, pero no saben qué suerte corre 2obard"n, a quien el #orro lleva prisionero, como si fuera un bandolero. &enart se arranca la cru# y grita/ — 8eñor, aqu está tu trapo. 49ue 0ios maldiga al imbécil que me ha puesto este
estorbo, el bord"n y la alforja5 8e limpia con ella el culo y después la arroja a la cara de los animales. $n vo# alta dice al rey/ — 8eñor, esc!chame% yo que soy un buen peregrino, te traigo el saludo de (uredino.
-odos los paganos te temen y huyen al verte. e ha lan#ado tantas pullas que 2obard"n se ha liberado. 8ube de un gran salto a un rápido caballo antes de que &enart se dé cuenta y pueda evitarlo. 2obard"n casi ha llegado ante la corte, en su caballo que es muy velo#. a punta del bord"n le ha desgarrado las costillas, y tiene los pies y las manos peladas. (ada tiene sano. -anto se ha esfor#ado que pronto esta frente al rey. 8e arroja a sus pies y le cuenta los diab"licos hechos. — 8eñor, ay!dame en el nombre de 0ios. — 40ios mo5 dice el rey, 4me ha traicionado, ridiculi#ado, y estoy estupefacto5 4Por lo
visto &enart no me teme nada5 Me considera muy poca cosa. 8eñores, 4todos a él5 Dean/ 4huye por allá5 @ denlo por seguro, si se nos escapa, estamos condenados a muerte. 9uien lo capture, será liberado de tributo. h, si hubieran visto a 'sengrino, el señor 3elino el carnero, 3runo el oso, Pelado la rata y mi señor -iberio el gato, 2antaclaro y doña Pinta, que lo haba acompañado a la corte con las otras cuatro, y el señor >errante el rocn, y &oonel el mastn, seguido de >roberto el grillo y de -acaño el hur"n. $l señor +uelebién el jabal de afilados dientes, viene tras
ellos, &uidoso el toro está encoleri#ado, y 3richemer suelta su rienda. $l baboso porta el estandarte, los conduce a través de la llanura. &enart voltea y los ve venir. -ardo los gua blandiendo el estandarte. 8ale del camino y se refugia en los matorrales. Pronto, todos lo siguen. (o lo dejan descansar/ profieren terribles amena#as y juran que ni explanada ni muro ni foso ni fortale#a ni torre"n ni hueco ni madriguera ni matorrales podrán protegerlo% será tomado y entregado al rey, y después lo colgaran. &enart ve que no puede oponer resistencia que no puede huir, ni seguir su camino, tiene espuma en la boca, y los otros, siguiéndolo le arrancan puñados de pelos% los mechones vuelan como copos por el aire. 2asi le pisan los talones, y por poco cae en su poder. $stá en una mala situaci"n y será un milagro si escapa. 8in embargo, se las arregla y sé dirige a Malpaso, su fortale#a y su casa, su torre"n y su vivienda% all no teme ning!n ataque. 9uien ose enfrentársele 4que vaya y entre5 8e burla de las amena#as. 49uien no quiera amarlo, pues que lo odie5 8u mujer, que mucho lo quiere y teme, viene a su encuentro. a noble dama tiene tres hijos/ Picaseto, Malretoño y &ovelo, que es el más bello de los tres. -odos vienen y lo rodean, agarrándolo de la cintura. Den sus llagas sangrantes, se apiadan de él, lo compadecen. e lavan sus heridas con vino blanco y lo sientan en un cojn. a cena está lista. &enart, cansado, agotado, s"lo come un muslo y una rabadilla de gallina. a señora le ha preparado un baño, le pone ventosas y le hace una sangra% de manera que pronto recupera la salud que antes tena.
II.
El sitio de Malpaso
Mi señor (oble el emperador viene al castillo en el que está &enart% ve lo potente que son las torres, murallas, empali#adas, fortale#a, torreones% tan altos que pueden desafiar las flechas. $l lugar está rodeado de fosos y muros, s"lidos, anchos, altos y duros. $l rey ve por encima de la explanada el lugar por donde se entra a la guarida. os guardias al#an el puente y recogen las cadenas. $l castillo está construido sobre una roca% el rey se aproxima lo más que puede% pone pie en tierra ante el port"n y pronto lo imitan todos sus barones. &odean el castillo. 2ada uno levanta su tienda y acampan por todas partes. 2on ra#"n tiene miedo &enart. 8in embargo, ning!n asaltante puede quitarle la pla#a, ni podrá ser pescado por la fuer#a. no ser que lo traicionen, o lo redu#can por hambre, nada tiene que temer de los sitiadores. &enart es amo de la situaci"n. 8ube a la torre. De a +ersenda y a 'sengrino, que están bajo un pino, y les grita/ — 8eñor compadre, dime pues, 6qué te parece mi castillo7 6+as visto algo más
bello7 0oña +ersenda páseme lo que me pase, de todos modos te la he meneado. 4Poco me importa si está enojado el cornudo y celoso que te mantiene5 $n cuanto a ti, señor 3runo el oso, bien que te hice correr el da que quisiste comer la miel, y as contaba con vengarme de ti% en la aventura perdiste las orejas y todos se asombraron de ello. @
t!, gato -iberio, te hice caer en mis la#os. ntes de
poder escaparte recibiste tal cantidad de golpes, unos cien, creo, que ya no pudiste beber ni agua ni vino. @ t!, señor 2antaclaro, acuérdate del da en que te hice cantar tan alto% s"lo una artimaña te pudo salvar. hora me dirijo a ti, 3richemer el ciervo% te hice vapulear bien y bonito/ gracias a mi astucia y a mi
instigaci"n, sacaron de tu lomo cuero para tres correas, y muchos lo vieron. @ a ti, señor Pelado la rata, te hice caer en la trampa, y casi te ahorcas cuando te ibas a comer la cebada. @ a ti, señor -erciolino, te lo digo por san Martin, te hice tales jugadas que, si no hubieras huido, te hubieras quedado en prenda/ pero s"lo dejaste un queso que com con mucho gusto porque tena hambre. @ t!, &oji#o la ardilla, sufriste con mi malicia cuando te hice creer que haba jurado la pa# y te lo asegure, te hice bajar del encino y por poco pagas bien caro tu imprudencia. Mis dientes te retenan de la cola y estabas triste y doliente. Pero, 6para qué decir más7 (inguno de ustedes se salv" y no tengo la intenci"n de detenerme en tan buen camino. -engo todo este mes ante m, pues poseo el anillo que la reina me dio ayer. 8épalo bien, si &enart vive quien no haya visto el anillo la pagará caro. — &enart, &enart, dice el le"n, tu morada es muy fuerte, pero no tanto como para
resistirme% no me iré antes de haberla tomado. -e lo aseguro, te sitiaré mientras viva, ni la lluvia ni la tormenta me harán renunciar. (o me retiraré hasta que entregues el castillo y te vea colgado. — 8eñor, señor, responde &enart, no soy tan cobarde como para asustarme. ntes
de la rendici"n, el sitio te costará caro. -engo tantas provisiones que creo que durarán todo el año. -enemos gallos capones, gallinas, ganado suficiente, queso y huevos, ovejas y vacas gordas. $n este castillo, hay una fuente de agua clara y pura. @ lo digo con orgullo, puede llover, ventear, caer en el mundo toda el agua del cielo, y aqu no entrara una gota. $ste castillo está tan bien situado que nunca será tomado por la fuer#a. Puedes acampar. $n cuanto a m, te dejo, estoy cansado y voy a comer con mi cortés esposa. yuna, poco me preocupa. 2on esas palabras, desciende de la torre y entra en la sala por una puertecilla. a tropa del rey descansa toda la noche. $n la mañana se levantan temprano. $l rey llama a sus barones/ — $s tiempo dice, de prepararnos para iniciar el asalto, quiero escarmentar a ese
bandolero. -odos se levantan y gritando vienen al castillo. $l ataque es magnfico% nunca se vio uno tan peligroso% desde la mañana hasta caer la noche, las tropas enteras no dejan de atacar. a noche los hace partir, se repliegan, interrumpen el asalto. l da siguiente, después de la comida, vuelven a la carga, pero, por más que se esfuer#an, no pueden
quitar ni una piedra. $l rey sigue all y &enart no cede. 8in tregua, siguen los ataques, pero no llegan a hacer el menor daño. Bna noche, agotados, hartos de tantos ataques, todos duermen profundamente. Muy irritada, furiosa contra el rey, la reina va a acostarse aparte. $ntonces, &enart sale de su castillo sigilosamente. os ve dormir confiadamente, reposando uno al pie de un encino, o de un haya o un fresno o un álamo, o un pino. &enart los ata uno tras otro por el pie o por la cola. 49ué jugada tan diab"lica les hace5 marra pues a cada uno a un árbol, y hasta al rey por la cola. 8era un prodigio que pudieran desatarse. uego se dirige al lugar en que la reina reposa y se le mete entre las piernas. $lla no desconfa pues cree que es el rey que quiere reconciliarse. hora van a or una historia extraordinaria/ el #orro le hace y ella se despierta. 2uando ve que &enart ha abusado de ella, grita fuera de s. $l alba está despuntando, el sol se levanta, es de da. l grito que echa, los durmientes se despiertan sobresaltados, llenos de estupor. Den que &enart él pelirrojo esta con su dama y se la coge. ellos ninguna gracia les hace. -odos gritan/ — 40e pie5 40e pie5 4garren a ese bandolero5
(uestro señor el le"n salta sobre sus pies, jala su cola, vuelve a jalar. 0e nada sirve y por poco se la rompe% se le alarga como medio pie. -ambién los otros jalan, por poco se rompen el culo. &enart se le olvid" amarrar al portaestandarte, -ardo el caracol, que corre para desatar a los otros. 8aca su espada y los libera, cortándoles los pies o las colas. -an apurado está por desatarlos, que a más de uno hiere. $n ve# de verse libres se ven descolados. -odos van con el rey hacia &enart cuando éste los ve venir, se prepara a huir. Pero, cuando penetra en su cubil, -ardo lo atrapa por detrás, lo jala por los pies, comportándose como un valeroso caballero. $ntonces llega el rey, espoleando su caballo, junto con los otros. Maese -ardo retiene a &enart/ lo entrega al rey que viene adelante. Pronto lo agarran por todos lados. -odos gritan y vociferan/ &enart está prisionero y la gente del reino se regocija. — 8eñor, dice 'sengrino al rey, por el amor de 0ios, entrégamelo y tomaré tal
vengan#a que se sabrá en toda >rancia. $l rey no quiere hacerlo y todos se alegran, pues as tendrán oportunidad de vengarse. Dendan los ojos a &enart y el rey le dice/
— &enart, &enart, ahora te harán pagar los ultrajes que has hecho en tu vida y el
placer que obtuviste de la reina, a la que montabas hace un rato. -e vi listo a deshonrarme, pero ahora toman otro giro las cosas. -e pondremos la soga al cuello. $ntonces 'sengrino salta sobre sus pies% toma a &enart por el cuello y le da un puñeta#o tan grande que le saca un pedo del culo. $l oso 3runo le encaja los dientes hasta las nalgas. &oonel lo toma por la garganta, le da tres volteretas y lo arroja a un campo de cebada. -iberio el gato lo dentellea y, con las garras )que bien aceradas las tiene* lo toma del pellejo. &enart tiembla como si tuviera fiebre. $l portaestandarte -ardo le da un golpe en la rabadilla. -antos animales llegan que s"lo la tercera parte puede acercarse a &enart. legan tantos por las calles que no pueden pasar. Maese &enart, que a todo el mundo engaña, es golpeado y maltratado por muchos animales, no sabe a qué santo encomendarse y mucho teme morir all. (o tiene ning!n amigo% todos son sus enemigos. 8eguramente ustedes saben que cuando un hombre está preso, atado y encadenado por fuer#a, se da cuenta de quién lo ama y quién no. o digo por =rimberto, que llora por &enart mientras lo están masacrando. $s su pariente y su amigo% lo ve atado y preso, y no sabe c"mo ayudarlo, pues la suerte no está de su parte. Pelado la rata se adelanta, se ha lan#ado contra &enart y llega hasta sus pies en medio de la muchedumbre, &enart lo atrapa por la cabe#a y lo aprieta tan fuertemente que casi lo mata por falta de aire. Pero entre los asaltantes nadie se ha dado cuenta, nadie mira ni ve. 0oña >iera la Argullosa, prudente y maravillosa, sale de su cámara. -ranspira y palidece de furia por causa de &enart y por las molestias que le ha dado. 8e arrepiente de haberle entregado su anillo. 3ien sabe lo que eso puede acarrearle. Presiente que va a tener dificultades pero no quiere que se le note. 2on graciosos pasitos llega ante =rimberto y le habla sensatamente/ — 8eñor =rimberto, dice la reina, nada bueno le han valido a &enart su mala
conducta, su locura y sus atentados. Por ello ahora recibe un gran castigo. -e traigo un salvoconducto, el que lo tenga no debe temer a la muerte ni daño alguno. 0ile de mi parte en vo# baja )para que nadie se dé cuenta* que lo acepte. 8iento por él gran compasi"n. 0ios me bendiga. =rimberto, cudate de decrselo a alguien. (o es una mujer perdida la que te habla. &enart es educado, me duele verlo maltratado.
=rimberto responde/ — 0ama venerada, noble reina coronada, que $l que está allá arriba y todo ve, el
&ey y 8eñor de todos los bienes que te han dado tanto honor, te preserve del deshonor, si &enart escapa de la presente aventura, será a!n más tu amigo. 2on estas palabras, la reina le da el salvoconducto y =rimberto con gusto lo toma. a reina le dice muy en secreto que cuando &enart escape de la trampa en la que está, por nada del mundo tarde en venir a hablar con ella en la mayor privaca y sin mucho ruido. $n ese momento se separan. 49ué desgracia para &enart que sus enemigos lo tengan5 e han pasado la soga por el cuello, bien cerca está del juicio final, cuando =rimberto su primo llega a ese lugar &enart está en manos de 'sengrino, que quiere colgarlo por la fuer#a mientras los otros se apartan. $ntontes =rimberto habla en vo# alta ante todo el mundo/ — &enart, tu !ltima hora ha llegado, tienes que dar este paso. 0eberas confesarte y
hacer el testamento a tus hijos, que son tan bellos y j"venes. — -ienes ra#"n, dice &enart. $s justo que a cada uno le toque su parte. l mayor,
dejo mi castillo, que nunca será tomado por ning!n hombre% a mi mujer, la de las cortas tren#as, dejo mi torre y mis otras fortale#as. mi segundo hijo, Picaseto, dejo el barbecho de -iberio el fresador, donde hay tantas ratas y ratones como no hay hasta rras. mi pequeño &ovelo, le dejo las tierras de -ribaldo del 3osque, y el corral detrás de la granja, en donde hay muchas gallinas blancas. (o sé qué más repartir. 2on eso no pasarán hambres. $ste es mi testamento, que ante todos entrego. — -u fin se aproxima, dice =rimberto% soy tu primo cercano y no me dejas nada%
obras mal. — $s verdad, dice &enart% por la fe que debo a 8anta Mara, si mi mujer se vuelve a
casar, toma lo que le dejo, y ha# reinar la pa# sobre mi tierra, pues no tardará en olvidarme, cuando sepa que estoy muerto. $s más fácil que se convierta en pagana, que no se busque otro% pues cuando el hombre yace en su ata!d, su mujer mira hacia atrás. Por más que se queje y tiemble de dolor, no puede evitar hacérselo saber. a ma seguirá la regla y no esperará tres das para volver al go#o. Pero, si mi señor el rey me permitiera volverme monje, recluso, ermitaño o
can"nigo, y me dejara portar el cilicio, lo cual le agradara mucho, yo dejara este siglo efmero y esta vida/ ya no me interesan. $ntonces dice 'sengrino/ — 2obarde, traidor, 6qué nos estás diciendo7 (os has jugado tantas malas pasadas
y hecho mil traiciones, que, si vistieras el sayo, 6qué clase de religioso seras7 9ue 0ios reh!se al rey todo honor si no te cuelga con deshonra y si no te garanti#a lo que por derecho propio te corresponde% 4el que retarde tu muerte no tendrá ning!n lugar en mi cora#"n5 $l que impide que se cuelgue a un bandolero se desprecia a s mismo. &enart responde/ — 8eñor 'sengrino, ha# lo que te pla#ca. 0ios siempre está donde está y tiene
misericordia del pecador. @ el rey dice/ — 4 colgarlo5 @a no puedo esperar. &enart va a ser colgado, quéjese quien se queje.
Pero el rey ve que por el campo vienen muchos jinetes y entre ellos muchas damas. ll llega la esposa de &enart, a toda prisa a través de un barbecho. Muestra un dolor excesivo. 8us tres hijos no se quedan atrás% también manifiestan un gran dolor% jalan y se arrancan los cabellos, y desgarran sus vestidos, hacen tal escándalo y dan tales gritos que puede orseles a una legua a la redonda. 2abalgan rápidamente% en animales de carga traen el rescate para liberar a &enart. ntes de que este haya terminado de confesarse se meten entre la muchedumbre con tal alboroto que caen a los pies del rey. a señora se adelanta y dice/
— 8eñor, ten piedad de mi esposo, por 0ios el padre creador. 8eñor, te daremos este
tesoro si lo perdonas. $l tesoro es de oro y plata, al rey le entra la codicia y dice/ — 8eñora, por la fe que te debo, &enart ha cometido un gran crimen contra m, ha
causado tantos males a todos, que tienen que ser vengados. Puesto que reh!sa
corregirse, merece ser colgado. -odos los barones piden que cuelgue por la fuer#a a este bandido y creo que, a no ser que me desdiga, será entregado al suplicio. — 8eñor, por 0ios, en el que crees, perd"nalo por esta ve#.
$l rey contesta/ — Por el amor de 0ios lo perdono, y por ti misma, pero, a la pr"xima fechora, será
colgado. — 8eñor, dice ella, de acuerdo/ acepto tu condici"n.
$ntonces le quitan la venda a &enart. $l rey lo manda llamar rápidamente, y llega dando saltitos, vivaracho, feli#. — &enart, dice el rey, cudate en lo futuro. Por esta ocasi"n te vas en pa#% pero, si
vuelves a las andadas no escaparas del castigo. — 8eñor, dice &enart, que 0ios me salve de la horca.
l ver reunida a su familia siente una gran alegra abra#a a unos, besa a otros, y no hay nada que le dé más gusto. 2uando 'sengrino lo ve libre, preferira estar muerto. os otros también tienen miedo de que &enart los siga molestando, y no dejará de hacerlo, si 0ios le presta vida, hasta nona o hasta vsperas. &enart se prepara para volver cuando el rey, al mirar hacia el camino, ve que traen en dos caballos un ata!d como si fuera una parihuela. h está 2alva la rata y Pelado su marido, al que &enart estrangul" cuando estaba entre sus piernas. $n compaña de 2alva está doña >ero# su hermana y otras die# personas, sus hermanos y hermanas. Dienen a quejarse ante el rey unos cuarenta hijos e hijas, y más de sesenta parientes. $n el cortejo se manifiesta un dolor tan grande que el cielo retiembla, resuena el universo. $l rey se hace un poco a su derecha para saber qué es lo que pasa. $scucha los gritos, escucha el escándalo/ se pone muy serio. 2uando &enart ve llegar el cortejo f!nebre, tiembla de miedo, teme tanto a ese ata!d que despide a su mujer y a su familia. 8"lo el muy tramposo se queda all. 8us pr"jimos furtivamente dejan la compaña y sin tardan#a montan sus caballos. &enart se queda ah, en muy mala posici"n. $l ata!d llega a toda prisa. 0oña 2alva mira al rey, atravesando la multitud, se postra ante él. $n vo# alta le implora/ ;8eñor, piedad< pero le falla el cora#"n y cae a tierra, a su lado ponen el ata!d. -odos los parientes vienen a quejarse de &enart y hacen tal escándalo que no se oira ni
el trueno de 0ios. $l rey quiere pescar a &enart pero el muy #orro ya va huyendo. 6Para qué decir más7 8ube a un gran encino% los otros, en tropel, se lan#an en su persecuci"n, se detienen bajo el encino y lo sitian. &enart solo descenderá pasando por sus manos. $l rey le dice y le ordena que baje y venga hacia él. — 8eñor, no lo haré, a menos que tus barones me juren que me veré sano y salvo, y
que t! me lo prometas dándome garantas% pues, si no me equivoco, aqu están mis enemigos. 8i se apoderaran de m, no es precisamente pan lo que me daran. Damos, quédense bien tranquilos y cuenten las aventuras de &olando y Aliveros. 8i alguno sabe historias, que las cuente, yo, por mi parte, las escucharé desde acá. $l rey oye a &enart burlarse de él, arde en c"lera y se estremece% hace que traigan dos hachas para cortar el encino. &enart, cuando se da cuenta de lo que pasa, tiene mucho miedo, ve que los barones están en orden, esperando la hora de la vengan#a, no sabe c"mo escaparse. 2on una piedra en la mano, empie#a a descender. De a 'sengrino que se le acerca. $scuchen ahora esta increble aventura/ hiere al rey en la oreja, ni por cien marcos de oro (oble se salvara de caer al suelo. -odos los barones acuden a socorrerlo, y mientras están en esas &enart baja de su refugio y huye. 2uando se dan cuenta, lo persiguen, pero dicen que no lo alcan#arán porque es un ser sobrenatural, un retoño del diablo sigue. 8igue la persecuci"n, huye por un matorral. os barones llevan al rey a su palacio. 0urante ocho das le hacen sangras, lo cuidan y lo hacen descansar% ese tratamiento le devuelve la salud. s es como &enart pudo escaparse por esta ve#. hora, 4que cada quien se cuide5
III.
Renart tintorero y Renart juglar
$l rey ordena a sus heraldos que clamen sus "rdenes% que todos sepan lo que dice, que el que ponga la mano sobre &enart, lo haga venir a la corte% que, sin esperar ni rey ni conde, inmediatamente lo mate o lo cuelgue. &enart se burla de esta disposici"n% sigue su huida a través de un barbecho% dando pasitos, mira alrededor, lo cual es natural, puesto que debe desconfiar de todos los animales. 8e detiene en una loma. Duelve su cara hacia el Ariente y dice una plegaria que será preciosa y muy efica#% — =ran 0ios, que existes en tres personas, que me has protegido de tantos peligros,
que has cerrado los ojos a tantas malas jugadas que no debera haber cometido, protege mi persona de ahora en adelante por tus santos mandamientos. -ransf"rmame de tal manera que nunca sepa ning!n animal quién soy. 'nclina su cabe#a hacia el Ariente, se da golpes de pecho, levanta la pata y se persigna, después camina por llanos y montañas, pero el hambre lo tortura. $ntonces se dirige hacia un burgo y se introduce en la casa de un hábil tintorero. $ste haba preparado un tinte amarillo con cuidado. 0espués fue a buscar con qué medir una tela que quera poner en la cuba% la haba dejado sin tapar y haba abierto la ventana para vigilar su tinte% lo quera claro y puro. &enart penetra en el pato, buscando algo con que calmar su vientre, husmea por todo el jardn, explora en todos sentidos% no puede encontrar nada que comer. Por la ventana se asoma% al no ver ning!n alma, junta los pies y salta dentro. 8e turba al caer en la oscuridad. 4Dean en qué trampa lo hace caer el diablo5 $stá en una penosa posici"n, pues cay" en la cuba. Da al fondo pero no por mucho tiempo, sale a la superficie de inmediato% la cuba es bastante profunda y &enart tiene que nadar para no hundirse. Mientras tanto, el villano llega con una medida en la mano. $mpie#a a medir su trapo. Aye los esfuer#os de &enart por salvar su vida. Por tanto nadar, grande es su fatiga. $l villano al#a la oreja. Aye a &enart y se asombra. -ira la tela al suelo y corre hacia allá. +a visto a &enart en el tinte y corre a toda prisa% quiere golpearlo en la cabe#a cuando se da cuenta de que es un animal, pero &enart le grita con todas sus fuer#as.
— 3uen señor, no me hagas nada% soy animal de tu oficio y puedo serte !til. o he
ejercido tanto que sé mucho más que t!. -e falta aprender bastante, y puedo enseñarte a me#clar el tinte con la ceni#a. $l villano dice/ — $stá bien, pero, 6por d"nde entraste7 6c"mo te metiste all7
&enart dice/ — o hice para diluir y me#clar tu tinte% es la moda de Pars y de todo nuestro pas.
+e preparado bien el tinte, seg!n las reglas, como debe hacerse. y!dame pues a salir de aqu, y te diré qué hay que hacer. $l villano escucha a &enart, ve que le tiende la pata, y lo jala con tal energa que por poco se la arranca. 2uando &enart ve que está sobre tierra firme, tres palabras le dice/ — 3uen hombre, oc!pate de tus asuntos, pues yo de eso no sé nada% pero en tu
cuba, qué mal me iba a ir, por poco me muero. 9ue el $spritu 8anto me proteja, cre que ah me quedaba. 0ios me ayud" a salir. Pero, 4qué bien se pega este tinte5 4$stoy amarillo y reluciente5 (adie me reconocerá vaya donde vaya. 9ué contento estoy. 0ios lo sabe, pues todo el mundo me odia. 9uédate aqu% yo me voy por ese bosque en b!squeda de aventuras. 2on estas palabras se despide y huye por un barbecho. Mucho se mira y se admira, y se pone a rer de alegra. >uera del camino, cerca de un seto, ve a 'sengrino. 4Mucho se asusta5 'ba en busca de aventuras, pero lo que tiene es hambre e 'sengrino es grande y fuerte, y yo flaco y débil por el ayuno% no creo que me recono#ca, pero )lo sé muy bien* sabrá quién soy por la vo#. Doy a ir hacia él, pase lo que pase y le pediré noticias de la corte. -oma la decisi"n de cambiar su manara de hablar. 'sengrino, por su parte, ve que &enart se le acerca% al#a la pata, y, antes de que el #orro haya llegado hasta él, se persigna más de cien veces, si no me equivoco. -iene tanto miedo que está a punto de huir corriendo. 0espués, se detiene/ nunca ha visto un animal semejante. 0ebe venir de tierras extrañas. &enart lo saluda/ — =ood help, dice, buen señor% no saber nada hablar en tu lengua.
— 0ios te bendiga, amigo, contesta el otro. 60e qué pas eres7 Pues no eres de
>rancia, ni de pas conocido. — (o, señor% yo soy de =reat 3retaña. @o ser perdido todo mi dinero y ser recorrido
todo por el compañera, sin encuentra quien informe m. +aber buscado en toda >rancia y toda 'nglaterra para el compañera encuentra. +aber estado mucho en este pas, que conocer toda >rancia. M quiere regresar, no saber d"nde buscar% antes quiere ir a Pars y prender bien francés. — 6@ sabes alg!n oficio7 — 4@a5 M ser buen juglador% pero yo ser ayer golpeado y robado, y mi la!d haberme
sido quitado. 8i m tener un la!d, decirte canci"n de refrán, bello lay bella canci"n para ti, que parecer buen hombre. (o haber comido en dos das, con gusto ahora hacerlo. — 62"mo te llamas7 pregunta 'sengrino. — @o tener nombre =alopino. y t!, 6c"mo great hombre7 — +ermano, me llaman 'sengrino. — 6@ ser nacido en esta regi"n7 — 8, hace mucho tiempo que vivo aqu — 6@ saber noticias del rey7 — 69ué te importa el rey7 4(o tienes la!d5
Mi trabajar con gusto todos mi repertorio. M saber buenos layes bretones, de Merln y del (et!n, del rey arturo y de -ritán de Madreselva y de san 3rand"n. — 6@ conoces el lay de doña 'solda7 — @es, yes, dice el otro. =od 3less me 4Mi saberlos mucho bien todos5
'sengrino dice/ — $res talentoso, tengo la impresi"n. Pero, por la fe que debes al rey rturo, dime
que 0ios te proteja, 6no has encontrado en tu camino a un pelirrojo, de puta jalea, un malediciente, un traidor, un hombre sin cora#"n que engaña y enreda a todo el mundo7 49ue 0ios me permita agarrarlo5 nteayer escap" del rey% tiene tanta astucia y causa tantos des"rdenes que lo haba arrestado por haber montado a la
reina y por otros mil crmenes, de los que nunca se cansa. &enart me ha hecho tanto mal, que deseo su desgracia. 4h, si pudiera atraparlo5 (o se salvara, el rey me lo ordena y permite. &enart tiene la cabe#a agachada. — fe ma, dice, don 'sengrino este pillo loco ser. 62"mo ser nombrado7 0ecirme
qué nombre tener, 6caso llamarse &ener7 'sengrino re al or esto, el nombre de &ener le hace mucha gracia% ese chiste le divierte. — 69uieres saber su nombre7 le pregunta — 8, verdaderamente% 62"mo ser nombrado7 — 8e llama &enart, este hombre sin fe, que a todos molesta y a todos engaña. h.
49ue 0ios me deje atraparlo para que ya no nos fastidie5 — s, él irle mucho mal si t! lo encontrar. Por la fe que yo deber al san Mártir y a
8anto -omás de 2anterbury% por todo el tesoro que 0ios tener, 4no gustara parecerme a él5 — @ tienes ra#"n, dice 'sengrino, pues ni polo ni todos los tesoros del mundo te
impediran escapar% perderas todo deseo de hacer la guerra. Pero dime, bello y dulce amigo, tu oficio, 6puedes demostrarlo ante la corte, sin que ning!n juglar te gane, sin que nadie de nuestro pas te supere7 — Por mi señor san Herusalén, nunca haberse presentado antes mejor juglador. — Pues bien, ven conmigo, voy a conducirte ante el rey y mi señora la reina )una
mujer joven y muy cortés*, pues me pareces bello y gentil, y te presentaré en la corte% si quieres venir, haré que te quedes all. — -u ser mucho bueno, dice =alopino, m saber buenos chistes, mi saber
verdaderramente buenas historias picantes que hacer m adular en la corte% si m tener un la!d, m saber buenos ritornelos y m decir versos de canciones% t! parecer un buen hombre. 'sengrino dice/ — 68abes qué voy a hacer7 Den conmigo, sé que hay un la!d en la casa de un
villano donde se re!nen todos los vecinos por la noche. o usa para divertir a sus
hijos y lo oigo todas las noches. Por la fe que debo al santo Padre, es un buen la!d. 8i vienes conmigo, lo tendrás pase lo que pase. os dos emprenden la marcha en un viaje alegre. Maese 'sengrino )que nunca está callado* relata a =alopino los ultrajes que le ha infligido &enart% platica y platica en su lengua, 4y el otro le contesta en inglés5 -anto han caminado que finalmente llegan a la casa donde vive el propietario del la!d. $ntran juntos al patio del villano% pero, como le temen, s"lo se asoman a la casa desde el exterior y escuchan la m!sica con que complace a sus invitados. -an pronto como les gana el sueño, van a acostarse sin esperar más. 'sengrino al#a entonces la oreja% después, echa una mirada al interior, hay un hoyo en el muro% lo ha notado desde hace más de un año. través de una hendidura ve el la!d colgado de un clavo. $n la casa, respiran y roncan ruidosamente. +ay un gran mastn acostado cerca del fuego, está echado a un lado de la cama, pero la sombra de ésta impide que 'sengrino lo vea. — +ermano, le dice a =alopino. espérame aqu
voy a ver c"mo podemos
apoderarnos de él. — 6$ntonces yo quedarme s"lito7 dice &enart. — 6@ qué7 6eres tan cobarde7 — 62obarde7 (ou, nou, pero tengo miedo que un señor pase por aqu, y ser llevado
y romperme el hocico. 2uando 'sengrino lo oye, se ataca de risa, pero su cora#"n está lleno de compasi"n y le dice/ — -an cierto como que amo a 0ios, nunca he encontrado juglar o clérigo valiente, ni
mujer ra#onable, mientras más bienes tiene, más loca es, y cuando tiene lo que quiere, 4quiere lo que no tiene5 — 8, &enart el brib"n, dice/ 0on 'sengrino, yo no cobarde. 8i ese &elart estar aqu,
yo colgarlo inmediatamente. — (o se hable más de ello, dice 'sengrino% cono#co el camino. Damos, acuéstate
aqu, en el suelo% yo iré a traer el la!d.
Da directamente a la ventana, pues el lugar le es familiar. Bn bast"n la mantiene entreabierta% la dejaron sin cerrar. 'sengrino sube a la ventana y salta al interior% va directamente al lugar donde está colgado el la!d% lo toma, se lo da a su compañero, quien se lo cuelga. &enart piensa c"mo va a engañar a 'sengrino. — Pase lo que pase, tengo que burlarme de él.
Da a la ventana, quita el bast"n que la mantiene abierta y ésta se cierra. 'sengrino se queda adentro. 2ree que se cerr" sola% teme por su pellejo. 2on el ruido que hace la ventana al cerrarse, el villano despierta. 8alta sobre sus pies, adormilado. lama a su mujer y a sus hijos/ — 4evántense5 4+ay un ladr"n en la casa5
$l villano va a encender el fuego, 'sengrino ve que se levanta, que se prepara a encender la lumbre% retrocede un poco y lo muerde por detrás, en plenas nalgas. $l villano da un grito que el mastn oye inmediatamente. garra el coj"n de 'sengrino, lo sacude, lo jala, lo vuelve a jalar, lo hace bailar, arranca todo lo que le cuelga. Por su parte, 'sengrino se aferra fuertemente a las nalgas del villano, pero su cora#"n le falla y su dolor aumenta, pues el perro no suelta sus cojones. $l perro se ha ensañado tanto con él que lo ha descojonado. $l villano pide ayuda a sus vecinos, a sus parientes y a sus primos/ — 4uxilio, por amor de 0ios que es todo $spritu5 8e metieron los diablos a mi casa.
'sengrino ve las puertas abiertas, los villanos terribles llegan corriendo por las calles. $ntre la puerta y el villano. 'sengrino da un gran salto y choca con él tan violentamente que lo hace caer al lodo y se va a toda carrera. @a no sabe d"nde buscar a su compañero. +uye entre los villanos, y ellos lo persiguen aullando. nte la puerta, encuentran al villano que patalea en el lodo, lo sacan con trabajos. -arda un mes en sanar. 'sengrino no se siente a salvo% huye a toda velocidad, no le interesa quedarse ah, y empie#a a galopar. -oma un sendero por el bosque. 8e siente desolado, y le duele mucho haber perdido su cosa, pero no se atreve a decirle a nadie su desventura, pues si su mujer lo supiera, ya no se ocupara de él. $s por eso que tiene tanta prisa, en una situaci"n semejante, no sabe a qué santo encomendarse. -anto va y viene maese 'sengrino por senderos, caminos y veredas, con aullidos y manifestaciones de ira, que está muy cerca de la locura% finalmente llega a su madriguera entra por la puerta de atrás, y encuentra a su familia en el interior. ;9ue 0ios esté con ustedes< dice. (o habla en vo#
alta, sino apenas murmura. 0oña +ersenda se siente muy bien% le salta al cuello, lo cubre de besos% sus hijos saltan de gusto y lo abra#an% juegan y parlotean a su alrededor. 8i supieran lo que le ha pasado, cantaran de otra manera. 0espués de comer hasta saciarse deciden ir a la cama% pero antes de que se acuesten, sépanlo, hablan mucho, él apla#a el momento lo más que puede, pero no logra evitarlo. +ersenda la loba se le repega, lo besa, lo abra#a% él comien#a a recha#arla y a alejarse. Pero creo que es en vano. +ersenda le pide algo que él ya no puede cumplir. o abra#a, y él se escabulle, poco deseoso de unirse a ella. — 69ué pasa, señor7 dice ella. 6$stás enojado conmigo7 — 8eñora, contesta él, 6qué quieres7 — 9ue me hagas lo que sabes. — (o me siento bien, y ahora cállate.
+ersenda replica/ — (o quiero callarme/ tienes que hacerme la cosa. — 69ué cosa, pues7 — -u deber, lo que todas las mujeres reciben. — 0éjame en pa#/ no voy a hacerte nada, deberas dormirte ya, después de hacer
tus oraciones, pues hoy es la vspera del santo p"stol. — 8eñor, dice ella, por san =il, a mi qué me importan las vsperas% si quieres tener mi
amor, ha# lo que está en tu poder. — 0oña +ersenda lo toca y lo tentalea% tienta el lugar donde debera estar la cosa
seg!n toda ra#"n y justicia, pero no encuentra el chori#o. — y. dice ella, 6d"nde está la salchicha que aqu te colgaba7 4-ienes que
regresármela toda5 — 8eñora, dice él, la he prestado. .. a he prestado a ... — 6 quién7 — una monja con velo que quera llevarme a su corral. .. pero me dijo que me la
devolvera.
+ersenda le contesta inmediatamente/ — 8eñor, eso está mal. unque te hubiera dado treinta fian#as, dones, prendas y
garantas, se quedara con ella. Damos, ve inmediatamente con esa monja )la hija del conde =uillermo* y dile que sin demora ni tardan#a te entregue en el acto tu salchicha. Pues si la prueba una sola ve#, se quedará con ella. 4h, mereceras la horca, por habérsela entregado5 Mucho me has ofendido y maltratado, porque a otra se la has dado. Me has puesto fuera de m. — Dieja puta, dice 'sengrino. 4-e deseo un mal da5 @ ahora 4calla, y duerme 5 4@ no se
hable más5 $ntonces +ersenda salta del lecho/ — 4+ijo de puta5 'nfame traidor 4no te escaparás5 8i pudiera, te sacara de la cama
4y, que 0ios me deje vivir hasta mañana5 $ntonces, va a sentarse en el umbral de su puerta, y se pone a dar profundos suspiros, a arrancarse los pelos, a torcerse bra#o y puño. Más de cien veces, jura morir. — 69ué va a ser de m, infeli#, pobrecita7 Mucho me pesa estar viva pues he perdido
toda mi alegra, lo que más me gustaba en el mundo% nunca he conocido mayor angustia. 'nfeli#, pobre de m. 6qué voy a hacer con él7 oca será la que con él se acueste, pues ya no vale nada. @a no quiero compartir su cama, pues ya no tengo qué tocarle. 2omo ya no puede hacer la cosa, 6qué me queda hacer con él7 9ue se haga ermitaño y sirva a 0ios en los bosques. @a está jodido, pues la cosa le han cortado. l ver su dolor, pronto se llena la corte. $lla vuelve a su casa y va hacia la cama, fuera de s/ — 4Damos, de pie, maese villano5 4De a buscar tus putas5 'gnoro qué es lo que hiciste,
4pero ya tomaron su prenda5 4s debe ser tratado quien tiene mujer y toma la de su pr"jimo5 'sengrino no se atreve a decirle una sola palabra% ni siquiera refunfuña. 0oña +ersenda es noble y orgullosa, siempre ha sido ligera, arrogante y altanera% posa sus cuatro patas en el umbral y voltea el culo al viento. — 0ios, dice, te encomiendo.
evanta su pata y se persigna. 8e va sin importarle lo que pase. hora regreso a &enart, que va por los bosques después de dejar a 'sengrino en prenda. 8e siente muy contento y satisfecho con su la!d. @a no oye hablar de 'sengrino. -anto se ha aplicado, que en quince das aprende bien a tocar, es un hombre hábil lleno de experiencia, y nunca se ha visto nadie tan astuto. Da por la regi"n y termina por encontrar a su mujer, que anda ya con un joven con quien quiere casarse, un primo de =rimberto el tej"n. &enart los ve% se detiene, sepan que los ha reconocido a primera vista. $lla ya se habra casado con Pun#"n si hubiera encontrado un juglar para la fiesta. $lla no actuaba mal, pues todos decan que &enart estaba muerto. -iberio haba jurado por la salvaci"n de su alma que lo haba visto subir al cadalso, que le haban puesto la soga al cuello con las patas atadas atrás de la espalda. 8, le pareca que se trataba de &enart. a dama le contest" brevemente/ — (o dudo lo que me dices% sé que ha hecho tanto mal a su señor, que si uno de los
barones pudiera agarrarlo, inmediatamente lo hara colgar. os novios no pierden su tiempo en pláticas/ se besan y se abra#an. &enart no puede ya contenerse% da un suspiro y habla entre dientes, dirigiéndose a Pun#"n/ — -engo la impresi"n de que te vas a arrepentir.
@a haca mucho tiempo que Pun#"n amaba a +ermelinda, pero &enart no lo saba% se amaban desde haca mucho tiempo, pero &enart tena que saberlo alg!n da, pienso que también en nuestro pas hay damas as. +ermelinda besa y abra#a con amor a su nuevo señor. Den que &enart viene hacia ellos con el la!d al cuello, se sienten muy contentos. 8in reconocerlo, lo saludan como se debe. — 69uién eres, amigo7 — 8eñor m ser buen juglador y m saber muy bueno canci"n que m prender en
3esanJon, y saber también buen lay% ustedes no encontrar mejor juglador que yo. -odos saben que m ser buen juglador, sé contar y cantar buenas historias. Por la fe que debo a san 2olás, parecer que amarse mucho. 60"nde ir t! as7 @ el señor Pun#"n le dice/ — 8i 0ios quiere vamos a or la misa, vamos a la iglesia, porque quiero casarme con
esta dama, su señor acaba de morir, el rey lo odiaba, pues muchas veces le hi#o
malas jugadas. hora está contento. $l astuto se llamaba &enart/ era un gran traidor, un gran brib"n, que haba cometido muchas traiciones% finalmente lo ahorcaron. 0ej" tres hijos, unos niños muy hermosos, excelentes j"venes% quieren vengar a su padre antes de la vendimia. >ueron a buscar apoyo con mi señora ince la abominable, que tiene al mundo entero en su poder, montañas y llanos, y hasta los lmites de esta regi"n, ning!n animal, por más bravo que sea, oso, perro o lobo, osa enfrentársele. os tres hermanos fueron a enrolarse con ella, y han dejado a su madre, una dama muy cortés, a la que voy a tomar como mujer muy pronto, as está la cosa, desde mañana será mi esposa &enart contesta entre dientes/ — 4-e juro que te arrepentirás5 Das a caer en tal desgracia que no valdrás ni un
peda#o de tocino. — 8, señor, dice Pun#"n )que es muy hermoso y cortés* si quieres ir a nuestra boda,
ya s"lo nos falta el sacerdote. Mañana te pagaré abundantemente. — Mochas gracias, bello señor. Mi saber hacer tu placer. M saber buena gesta de
Agiero, de Alivando y &oliveros, y de 2art"n, el emperador canoso. — 8é, pues, bienvenido.
$l demonio responde entre dientes. — @ t!, el mal nacido.
$mprenden su camino% &enart toca su la!d y todos están contentos. legan a la madriguera, que es grande y está llena. &enart encuentra su castillo abandonado y en ruinas. 8e siente muy triste, pero tiene que seguir bromeando. Piensa en lo más profundo que el que ahora re llorará. Por toda la regi"n, por toda la comarca. Pun#"n invita a todos sus amigos. -antos animales llegan, que no se pueden contar. 8e juntan )algunos han venido de muy lejos* y arman gran alboroto por la ciudad. 0oña +ersenda está ah, pero 'sengrino no aparece% su mujer lo acaba de dejar, por cierta mutilaci"n... Hura por la santa Pentecostés que ya no compartirá su lecho con él% pues, 6qué hacer en la cama con un hombre mutilado7 49ue se vaya5 $s normal que todo el mundo lo desprecie% por eso ella lo abandon".
la boda llega bien ataviada. +ay muchos otros invitados, y &enart les canta una tonada. 2elebran las nupcias con alegra/ -iberio el gato y 3runo el oso hacen el servicio. as cocinas están llenas de gallos capones y de gallinas. +ay otras vituallas para todos los gustos% y el juglar canta complaciendo a todos% nunca han odo tan bello gorjeo, pues el artista canta en inglés. 0espués de la comida, 6saben que hacen7 os invitados parten sin demora% no queda ni bueno ni malo ni peludo ni calvo/ todos vuelven a sus guaridas, salvo los novios y el juglar% &enart se queda para seguir cantando. 0oña +ersenda entra con la esposa en la cámara nupcial, y prepara el lecho donde Pun#"n tendrá su placer. una legua de ah se encuentra )&enart lo sabe bien* la tumba de una mártir de la que ya han odo hablar, es 2opea la que ah yace y hace milagros a todos sin distinci"n. unque estén gravemente enfermos, sean monjes, laicos o clérigos, inmediatamente los sana. &enart haba ido all y haba tendido dos la#os y una trampa oculta que fij" con cuatro clavos robados a un villano. l robarlos, pens" que los iba a utili#ar, pues es muy hábil para todo. 2uando Pun#"n se prepara para ir a la cama, lo llama y le dice en su jerigon#a/ — migo 3u#"n, t! hacer lo que saber, t! escuchar m y todo salirte mejor. 0ecirte
algo% allá yacer una santa mártir, por ella, 0ios hacer grandes milagros, si t! querer ir descal#o y llevar vela en tu mano, y t! quedar toda la noche, con vela encendida, t! mañana tener hijo engendrado. Pun#"n dice/ — 2on mucho gusto.
@ emprenden su camino, Pun#"n lleva una vela que brilla como una estrella% bajo un pino, en un montculo encuentran la tumba de 2opea. &enart se detiene y ah se queda/ — Pasa joven poso. 0ios bendecirte.
$l otro avan#a pero teme algo% &enart lo empuja. o empuja tan violentamente que cae en la trampa con el cuello y un bra#o atados. Hala fuerte y se rompe el bra#o. $l la#o le causa mucho dolor% mucho se afana, mucho se queja% invoca a 0ios y a la mártir, pide que lo
dejen escapar, pues no hay ning!n pariente cerca% jala y vuelve a jalar, pero es en vano. &enart, desde arriba, se burla de él/ — 3u#"n, ya haber re#ado mucho y t! estará all mucho tiempo% mártir quererte tanto
que no dejarte ir. -! quererte volver, yo pensar, monje, can"nigo y ponerte sayo. 8i t! quedarte, yo ir con ella con gusto% yo dirá que t! volver ermitaño y hacerte compaña mártir. 8er maravilla que t! querer perarte, ya haber caer noche, hoy velar, t! ser nuevo casado y tu mujer. 0e repente, a toda velocidad llegan cuatro mastines y un villano, enemigo del hermano 3ret"n. 2onocen bien el bosque. $ncuentran a Pun#"n prisionero% lo jalan, lo descuarti#an y él sucumbe. l ver esto, &enart mucho se asusta% huye a través de un seto% entra a su casa galopando, y se repliega en su madriguera. $ncuentra a su mujer acostada bocarriba. esperando su buena fortuna, ya le pesa la espera. 2uando ve regresar al juglar solo tiene mucho miedo. &enart le dice/ — evántate, puta confesa, 4levántate5 Damos, fuera, 4y que no te vuelva a ver5 $s
muy mala tu suerte, pues a!n no estoy muerto/ soy yo, si no me equivoco, &enart, 4en forma, gallardo y bien vivo5 4Muy pronto te pas" el duelo5 4Damos, levántate5 de pie y ve a encontrar a tu marido. 8i quieres saber c"mo está, te diré que la mártir lo retuvo. l or esas palabras, por poco enloquece de dolor/ — 4Pobre de m, dice, es mi señor5
Maese &enart toma un bast"n y le da tantos golpes que hiere, golpea y bien da hasta que ella implora/ — 4Piedad, señor &enart5 piedad por 0ios, te pido clemencia% deja que me vaya viva. — Damos, fuera% por mis dientes, si regresas, te costará caro. (o volverás a estar a
mi lado, t!, que has recibido tal huésped% si te vuelvo a ver, te rebanaré los labios y tu nari#ota% y te patearé tanto el vientre, que las tripas te saldrán por el culo, sin que tu nuevo marido pueda hacer nada. @ t!, doña +ersenda, haces mal en consentir. 4h5 contin!a, 4qué tiernas son5 49ué buenas misas han hecho decir por mi alma go#ando con sus grupas5 Pero, pongo como testigos a 0ios y a san Martn, 4les ha llegado su hora5
2uando las dos mujeres oyen estas palabras, sepan que no están contentas. 8e dan cuenta de que han cado en la trampa, pues lo han reconocido por su vo#, las dos se asombran y se espantan, piensan que están embrujadas, tal es su miedo. as dos tiemblan. as dos tienen un dolor/ 0oña +ersenda por su señor, que ha perdido el color, y se le cay" la barba, porque carece de cosa. 0oña +ermelinda dice que se siente deshonrada por el rubio Pun#"n del que tan poco go#". — 69ué importa7 dice doña +ersenda. 0irán que no valemos nada si no
encontramos otros maridos, que sobran en el mundo. $ncontraremos por montones, grandes y bellos/ dos jovencitos que harán nuestra voluntad. 4$stás loca si te preocupas5 — -ienes ra#"n, contesta la otra dama/ pero es igual, no es bueno, cuando una está
vieja, desafiar el pudor y el honor, y atraer el oprobio sobre una y sobre su señor. Me dijeron que mi marido haba sido ahorcado. 8i me consegu otro, 6d"nde está el mal7 Me doy cuenta de que es cierto el proverbio/ ;es propio de la mujer perderse más de una ve#C. — 8in duda, dice +ersenda, pero tu falta no habla bien de ti. 8e considera una mujer
fácil a la que se entrega al primer bellaco que pasa, y a la que cualquiera puede cabalgar. $n cuanto a m, nunca hice nada malo ni comet putera alguna, salvo una ve#, por inconciencia, con Maese &enart tu bar"n, cuando me" y maltrat" a mis lobe#nos. $n su guarida me cogi" por atrás. penas la escucha, doña +ermelinda contesta en un acceso de ira, pues tiene celos de que su marido haya podido amar a +ersenda, y dice/ — 6@ no es eso putera7 +iciste una gran maldad y gran deshonra y pute# al dejar
que mi marido te diera por la rabadilla. Puta vieja y confesa, deberan quemarte en las brasas, y arrojar tus ceni#as al viento% te jactas ante m de lo que te hi#o mi señor. 4h5 4qué perversa5 Mereceras que te pusieran en el coño un carb"n ardiente, cuando teniendo marido, cometes tal sinra#"n. demás, tienes puros hijos bastardos% más valdra que los hubieras abortado. @ a 'sengrino tu señor le has hecho tal deshonor que ya nadie lo amará y lo llamarán cornudo hasta el fin de sus das. Muchas injurias le dice, fuera de s, y, sépanlo, se entrega a la ira. +ersenda le contesta riendo/
— @ t!, t! eres una puta infecta, t! que, teniendo un señor te fuiste a buscar otro.
-iene que ser pusilánime y sin dignidad, él, que no te quem" el culo. $res de mala ralea, y no podas caer más bajo, pues eres más puta que la mosca que, en verano, a todos pica. -odos frecuentan tu tugurio, venga quien venga lo recibes. 8i mis hijos son bastardos, por la fe que debo a 8anta Mara, no por eso los niego% quien quisiera que fueran negados y desheredados todos los bastardos 4debera tener más poder que el rey de >rancia5 Pero t!, que eres burdelera, pares a tus hijos concebidos en el adulterio, y nunca has recha#ado ni a un perro. — Mientes, puta hechicera. 42állate al instante, o te golp earé5 — 6-!, golpearme7 puta vieja y gordinflona% si realmente lo hubieras pensado, no
tendras ahora las palmas abiertas, la piel desgarrada y rebanada, pues son filosos mis dientes. +ermelinda no puede contenerse/ la ataca violentamente, y +ersenda agarra a su ve# a +ermelinda. as dos ruedan por tierra, y se clavan sus filosos dientes. &ompen, rasgan y desgarran la piel de su enemiga. 4h, si las vieran5 $n un instante una está arriba, la otra abajo. 0oña +ersenda es grande y fuerte% es la que está arriba, y mantiene a la otra bajo ella con tal fuer#a que la tiene entre la espada y la pared% va a estrangularla, y a dejarla muerta y tiesa. 0e pronto, llega cojeando un peregrino% sorprende a las damas en plena riña. garra a una de la mano y la levanta. — 0eténganse, les dice.
0espués de haberlas separado, las reprende dulcemente, les pregunta de d"nde son, de d"nde vienen, a d"nde van. @ ellas se confan a él, pues es un hombre santo, que les da un buen consejo/ que cada una regrese con su marido, le pida perd"n, y le suplique que le ame y la quiera tiernamente. Manda, pues, a doña +ersenda con 'sengrino, para que hagan la pa#, y lleva a doña +ermelinda a su guarida con maese &enart. $l peregrino es un hombre tan santo, tan piadoso, que pronto los reconcilia y pone la pa# en su casa. 0esde entonces, y por mucho tiempo. &enart lleva una vida feli# con su mujer. -odo le dice y le cuenta% c"mo estuvo a punto de morir en la cuba, c"mo engañ" al tintorero cuando le dijo que era de su oficio, c"mo le hi#o perder los cojones y todo lo demás a 'sengrino que ya no puede coger. -odo le cuenta y le dice/ ella no hace más que rer.