REFLEXIONES SOBRE PROTAGORAS En el diálogo de “Protágoras”, Platón aborda los temas de la enseñabilidad y la naturaleza de la virtud, la sofística, además de manejar implícitamente el tema de la democracia y su viabilidad. Desde los griegos hasta la actualidad uno de los asuntos fundamentales para el progreso de una sociedad ha sido el de la enseñanza, pretensión elevada e importante que requiere no sólo una sabiduría muy alta, sino también una dedicación entera a la tarea, pues se requiere un trabajo continuo y absorbente, cuya utilidad puede medirse por la enorme demanda que tenían los sofistas por sus servicios, además de que comienza a ser entendida como tarea profesional. En la enseñanza de la virtud como oficio del sofista podemos percibir diversas cuestiones, las relativas al status del sofista, a la naturaleza y función de su acción educadora, a su función pública, a la coordinación con los gobernantes, a la naturaleza de las virtudes enseñables, a la cuantía de los honorarios. Todas estas cuestiones que surgen, son constitutivas de una configuración racional.
En este debate entre Protágoras y Sócrates podemos advertir dos posturas enfrentadas, el sofista en contra el filósofo, los planteamientos del sofista son a través del empleo de la retórica y los argumentos son de carácter mítico, por parte del filósofo la forma de argumentación es carácter racional y rigurosa, es decir, desde la perspectiva de Platón hay una censura al trabajo de los sofistas, ellos son mostrados como individuos sin escrúpulos, no como maestros cultos, responsables del giro intelectual hacia una crítica racional de los problemas que enfrentaba la sociedad de esos días.
En este diálogo nos encontramos un desprecio por la tradición de los sofistas que son vistos como charlatanes de la filosofía, pero hay que recordar que el diálogo nos viene de un Platón muy disgustado por la muerte de su maestro, no obstante habrá que poner sobre la mesa de debates si acaso Sócrates o Platón no fueron, también sofistas en su momento. Paralelamente, la retórica también ha sido despreciada y colocada como contraria a la filosofía, como el engaño con respecto a la verdad pura y limpia
que manejan los filósofos, no obstante habremos de cuestionar si tanto la retórica, como la gramática, la estilística y la persuasión están lejanas a la filosofía misma y por tanto cerca o lejos de la verdad.
Hay otra postura que se le opone a la de Platón, en la que los sofistas son considerados los iniciadores de una época ilustrada centrada en la confianza en la razón de los hombres para plantearse problemas fundamentales.
El diálogo me pareció fundamental en esta primera aproximación al estudio de los diálogos de Platón con inclinación hacia la ética.
BIBLIOGRAFIA 1
Platón, Protágoras, México, UNAM 1994
1