RADIOACTIVIDAD Y SUS ELEMENTOS MÁS RADIACTIVOS. La radiactividad es una propiedad de ciertos elementos químicos cuyos núcleos atómicos son inestables: con el tiempo, para cada núcleo llega un momento en que alcanza su estabilidad al producirse un cambio interno, llamado desintegración radiactiva, que implica un desprendimiento de energía conocido de forma general como "radiación". La energía que interviene es muy grande si se compara con la desprendida en las reacciones químicas en que pueden intervenir las mismas cantidades de materiales, y el mecanismo por el cual se libera esta energía es totalmente diferente. La radiactividad fue descubierta en 1896 por el químico francés Becquerel durante sus estudios sobre la fluorescencia. Observó que una placa fotográfica no expuesta a la luz y envuelta en papel negro era impresionada como por la luz visible o ultravioleta (o por po r los rayos X recientemente descubiertos por Röntgen), cuando el paquete se ponía en contacto con compuestos del elemento pesado uranio. Dedujo (correctamente) que este elemento debía p roducir algún tipo de radiación la cual atravesaba el papel hasta alcanzar y afectar a la emulsión fotográfica. Un cuidadoso estudio emprendido por Becquerel y otros científicos, entre ellos los Curie, Joliot, Soddy, Rutherford, Chadvick y Geiger, reveló que cierto número de elementos químicos pesados (muchos de ellos no descubiertos antes a causa de su rareza) parecían ser interiormente inestables y daban a origen a radiaciones penetrantes. Con ello, esos mismos elementos se t ransformaban en otros diferentes, siguiendo caminos complicados, pero bien definidos, en busca de una estabilidad final. Este fenómeno totalmente distinto de cualquier otro estudiado hasta entonces, recibió el nombre de radiactividad, y el proceso de transformación fue llamado desintegración radiactiva. Los elementos radioactivos son:
Radioactivos naturales.
*Uranio.
Radioactivos Artificiales.
*Plutorio
*Torio
*Curio
*Radio
*Americio
*Carbono
*Cesio *Yodo
*Antimonio *Tritio *Radon *Potacio *Polonio
*Rutenio *Estroncio *Cripton *Selenio *Cobalto.
DAÑOS DE LA RADIOACTIVIDAD EN EL CUERPO HUMANO. Los efectos que la exposición a la radiación tiene en el organismo humano son diversos. Las repercusiones dependen de la distancia a la que se encuentre cada persona, su sensibilidad y las dosis y los materiales radiactivos emitidos. A mayores dosis de radiación, mayores mayo res repercusiones en la salud, pues estas destruyen el sistema nervioso central y los glóbulos blancos y rojos, comprometiendo el sistema inmunológico y dejando a la víctima vulnerable ante las infecciones.
La población más vulnerable son los niños, pues cuanto más jóvenes, mayor es la sensibilidad a las radiaciones, las cuales pueden provocar incluso algún tipo de retraso en el desarrollo cerebral de los bebés. La exposición puntual a altas dosis de radiación (muy por encima de 100 mili sieverts), puede provocar el denominado Síndrome de Radiación Aguda, es decir d ecir ciertos efectos agudos en poco tiempo que incluyen: malestar, quemaduras en la piel, problemas respiratorios, diarreas, fiebres, náuseas o vómitos, caidas de pelo, entre otros. Mientras Mie ntras tanto, los daños acumulados pueden causar problemas de salud más graves a largo plazo, fundamentalmente cáncer. Cuando grandes cantidades de radiactividad entran en el cuerpo en muy poco tiempo, afecta a todos los órganos y cualquiera de ellos puede tener un fallo fulminante. Una única dosis de 5.000 mili sieverts, por ejemplo, mataría aproximadamente a la mitad de las personas expuestas en un mes. Uno de los componentes más peligrosos para la salud que puede encontrarse en un reactor nuclear, es el yodo radiactivo, el cual es absorbido por el organismo durante un accidente nuclear y tiende a acumularse en uno de los órganos del cuerpo más sensibles a la radiación: la glándula tiroides, ocasionando casos de cáncer y otros problemas de salud más adela nte. Medicamentos contra la radiación En caso de haber estado expuesto a una alta a lta radiación, se administran pastillas de yodo (yoduro de de postasio), las cuales tienen como objetivo evitar los daños en la tiroides. A pesar de su elevada eficacia para proteger esta glándula, si se administra en las primeras horas de la exposición, las pastillas de yodo no protegen otras partes del organismo. Cuando una persona ha estado expuesta a niveles excesivos de radiación, se habla de un envenenamiento o radiación ionizante. Este tipo de radiación causa problemas graves que, después de la primera ronda de síntomas, puede provocar un u n período breve sin enfermedad aparente, sin embargo, en ese lapso hay lesiones potencialmente fatales en los órganos internos. Actualmente existen medicamentos que pueden incrementar la producción de glóbulos blancos para contrarrestar los daños que la radiación puede provocar en la m édula ósea, y reducir el riesgo de lesiones en el sistema inmunológico. También existen fármacos específicos para ayudar a reducir los daños a órganos internos causados por las partículas radiactivas. No obstante, la radiación ionizante tiene la capacidad de causar daños importantes en los procesos químicos internos del organismo. IMPACTO AMBIENTAL DE LA REDIOACTIVIDAD. R EDIOACTIVIDAD. Encontrar recursos energéticos casi inagotables, baratos y no contaminantes ha sido un afán del hombre casi desde el primer momento. Los combustibles tradicionales (carbón, petróleo, gas...) resultan caros, contaminan y son escasos. El gran salto cuantitativo lo dio el descubrimiento, hacia 1938-1939, de la fisión, esto es, la separación del núcleo de un átomo en otros elementos, y libera gran cantidad de energía. Desgraciadamente esta energía, a pesar de su rendimiento, es también altamente peligrosa -recuérdese que uno de sus primeros usos fue el militar en Hiroshima y Nagasaki. Ténganse en cuenta también los desastres de Chernóbil y las fugas más recientes en Japón y Corea del Sur, aparte de d e las que no se dan a conocer. Se estima que entre un 10 y 15 por ciento de la energía eléctrica mundial es provista por plantas nucleares. El problema nuclear está ahí, y es previsible que acompañe a la humanidad durante muchísimo tiempo (seguramente todo el tiempo). Con frecuencia se intenta minimizar el impacto de la radioactividad artificial, comparándola con el nivel de radiación ambiental natural. El comportamiento químico y biológico de los radio isótopos artificiales provoca su concentración en la cadena alimenticia, o en ciertos órganos, en mayor grado que los naturales. Los organismos vivientes vivi entes nunca tuvieron que evolucionar para soportar tales substancias. Por tanto, su presencia supone un riesgo mucho mayor de lo que muestra una comparación simplista de su radioactividad. En relación a la contaminación nuclear, no se puede recalcar suficientemente que lo que cuenta, biológicamente, es la suma a través del tiempo de todos los daños de todas las fuentes y eventos combinados que liberan venenos persistentes (radioactivos u otros) a la biosfera.
Como parte de su operación normal, la producción nuclear libera radioactividad venenosa en el aire, tierra y agua. Las sustancias radioactivas emiten partículas alfa y beta y rayos gamma, los que pueden dañar a las células vivas. Una alta dosis de radiación puede conducir a la muerte en cuestión de días o semanas, y se sabe ahora que las dosis bajas de radiación son mucho más dañinas para la salud de lo que se pensaba p ensaba anteriormente. La exposición prolongada a la llamada radiación de bajo nivel puede causar problemas graves y perdurables a la salud humana, tanto para las personas expuestas como para su descendencia. En la explotación comercial de la energía nuclear, que para las centrales de agua ligera hoy y considerar distintas fases: de las cuales, utilización del uranio es lo que produce menos efectos medioambientales. Los tipos de contaminación que producen las centrales son dos: radiactividad y contaminación térmica.
La contaminación térmica es común a las centrales térmicas convencionales, pero en el caso de las centrales nucleares nucleares aún es más importante, ya que al ser menor la temperatura y la presión del vapor producido también lo es el rendimiento térmico. La contaminación radiactiva representa el principal problema de los nucleares, pero las seguridades del diseño, construcción y explotación, impiden que las radiaciones de estas plantas tengan incidencia apreciable en el medio ambiente. Un reactor de fisión produce tres tipos de sustancias o material m aterial radiactivo: productos de fisión, de activación y actínidos. La emisión de este tipo de materiales comporta riesgos de irradiación y la seguridad de la industria nuclear depende de que estas emisiones se controlen a un nivel, d e forma que no produzca una gran acción en el medio ambiente. am biente.