PUNTOS VITALES PARA LA PRÁCTICA BAIHUI
Georges Saby
Cuando nos interesa conocer el alcance de nuestra práctica y nos ponemos a investigar, encontramos que existen zonas específicas o puntos de acupuntura que resultan fundamentales para liberar la circulación de energía en un área concreta y aumentar el nivel de Qi con un propósito determinado. En esta serie de artículos el autor trata de estudiar en profundidad p rofundidad el significado de los puntos más conocidos, con un punto de vista que abarca la tradición occidental y la oriental.
Es el punto n.º 20 del d el meridiano extraordinario Vaso Gobernador o Du Mai, canal yang cuyo trayecto discurre por la línea media de la cara posterior de nuestro tronco, a lo largo de la columna vertebral. Este punto es el más elevado de nuestro cuerpo, se sitúa en la cima de la la cabeza, en el extremo posterior de la abertura craneal de nutrición o fontanela. Podemos localizarlo con gran facilidad en el neonato. Se asienta en el centro d el remolino que forman los cabellos nacientes. nacientes. No debemos tocar esta zona zo na en el bebé, ya que este punto se encuentra situado en una zona frágil donde los huesos no han terminado aún de formarse, dejando una u na abertura en el cráneo que se cierra en los meses posteriores al nacimiento. Podemos considerar que, a través de esta zona, podemos contactar con el Cielo física y espiritualmente. espiritualmente. Este punto se halla conectado de múltiples maneras con la parte yang de la la pareja indisociable yin/yang que constituye nuestro ser. Esto justifica su nombre chino, que podemos traducir literalmente por «100 reuniones».
Una óptica corporal Podemos ligar el baihui a a nuestra posición de la cabeza desde el punto de vista físico y también durante la práctica de las artes marciales, artes art es de salud y otras numerosas disciplinas procedentes de la cultura asiática. Este punto manifiesta nuestra energía en lo más simple de
nuestra vida cotidiana y también se percibe indirectamente en las artes corporales y otras técnicas occidentales. Normalmente, en Japón se mide el vigor de un hombre por la manera en que endereza la cabeza, al igual que sucede en las artes marciales japonesas. Existe una tradición internacional que consiste en calibrar la vitalidad de un neonato según sea la forma en la que sostiene su cabeza. Si no puede enderezarla se le pronostica un estado enfermizo, una anormalidad en la salud, una enfermedad genética. Asimismo, en todos los ejércitos del mundo se exige a los soldados que practiquen el posicionamiento de la cabeza y el cuerpo, este porte simboliza claramente fuerza, vigor y rectitud social (no imaginamos a los piratas haciendo lo mismo). El punto baihui sirve también en África como soporte para quienes, desde su más tierna infan cia, transportan sobre su cabeza tinajas llenas de agua u otros objetos. Esto construye bellas personas en las que se reconoce espontáneamente la plenitud del porte. Ocurre lo mismo en la danza clásica. Una parte de la belleza de los bailarines clásicos europeos reside en la presencia que transmite la posición perfectamente erguida de la cabeza, que proporciona una sensación de grandeza y ligereza al mismo tiempo.
Una óptica espiritual
Desde el punto de vista espiritual, las cualidades que se atribuyen al baihui varían según las tradiciones y religiones. César dijo de los guerreros galos que lo único que parecía asustarles era que el cielo cayese sobre sus cabezas. De lo cual podemos deducir que sólo temían que un desacuerdo con los dioses de su panteón espiritual pudiese atraer las iras vengativas del cielo. En la yurta, tienda de campaña utilizada por los nómadas de Mongolia, la abertura superior que permite la salida del humo está hecha, tradicionalmente, a imagen de la font anela, y es la puerta de la armonía entre la familia nómada y el Cielo. Para los chamanes chinos una parte de las cartas de nuestro destino (con las que jugamos aunque el destino no esté escrito) habita en una residencia celeste, un cielo más allá del cielo, con el que permanecemos en comunicación después en la tierra. Ciertas prácticas de qigong recomiendan una concentración sobre este punto con la intención de abrirlo al cielo, realizando una relajación que permita dejar actuar a la energía yang cósmica que nos atraviesa desde arriba hasta abajo. En la práctica del Taijiquan ciertos profesores como Yang Cheng Fu recomiendan al practicante mantenerse como suspendido del cielo por un hilo desde el punto baihui . Otros profesores más modernos, como Zheng Manqing, sin duda porque el entrenamiento se desarrolla más
a menudo en locales cerrados que al aire libre, aconsejan buscar la sensación de presionar el techo con este punto. En todos los casos esto mejora el porte y hace trabajar las diferentes conexiones del cuerpo y la columna vertebral con la cima d e la cabeza. En los distintos métodos de masaje asiático del cráneo, se dedica generalmente a baihui más atención que a cualquier otro punto. La relación entre el masaje y la acupuntura es, por supuesto, evidente en Asia. Las agujas y las moxas (puros de artemisa que se utilizan para calentar los puntos) se usan también para estimular el baihui . La etnomedicina china incluye además una consciencia espiritual. Según su tendencia las diferentes escuelas permiten pinchar más, menos, o nada en absoluto, este punto. En efecto, una intrusión capaz de modificar el destino de un paciente no resulta nada deseable para algunas personas, por ejemplo, en la medicina tibetana. Otros tocan este punto sólo en ocasiones excepcionales y utilizando, exclusivamente, agujas de oro. En la osteopatía occidental no se centran tanto en el baihui como punto, puesto que en esta disciplina el cráneo se conecta con la totalidad de la persona, c oncordando así con el nombre elegido por los antiguos chinos: «100 reuniones». En la vida cotidiana, una postura natural con este punto extendido sin esfuerzo hacia el cielo revela armonía. Al contrario, las personas deprimidas raramente poseen un porte bo nito de la cabeza. Mis investigaciones no me han llevado a pensar que el hecho de realizar un sobre esfuerzo para mantener este punto elevado, acabe realmente por reforzarlo. Primero, son ra ras las personas que pueden conservar con constancia la elevación de este punto manteniéndose naturales. Y por otro lado, ciertos enfermos mentales lo tienen correctamente elevado, pero este porte se halla asociado a tal rigidez del cuerpo que la desarmonía es evidente.
Retengamos la noción de ligereza que puede provenir tanto del cuerpo como de la actitud espiritual, como guía para un buen porte. Y esta ligereza no puede producirse sin flexibilidad. Además, esto puede llevar asociado un despertar de los sentidos, de la vista, el tacto, etc., y del pensamiento que discierne, distingue y elige calmadamente. En la práctica, no podemos disociar las diversas partes que conforman al ser humano. Y para aquellos que piensan que tienen un ángel de la guarda, ¿por qué no hablarle a través de este punto, reanudando así la tradición más antigua de los conocimientos tradicionales de Asia? En cuanto a los que no creen en los ángeles, que estén seguros de que obtendrán un funcionamiento y un bienestar máximo cuando este punto de su cuerpo sutilmente se aproxime y se mantenga naturalmente cerca del cielo. HUIYIN
Este punto es el primero del meridiano extraordinario Vaso Concepción o Ren Mai, cuyo trayecto discurre por la línea media de la cara anterior del tronco, partiendo desde el perineo y ascendiendo hasta la boca. Este canal organiza la estructura yin de las funciones del ser humano. El punto huiyin se sitúa en el perineo, entre el ano y los órganos genitales. La zona perineal no posee una importancia particular en la tradición médica y las prácticas corporales occidentales, sin embargo, si seguimos el punto de vista de la tradición corporal asiática y la medicina tradicional china, podemos acceder a una perspectiva totalmente distinta. El significado literal del término huiyin es «reunión del yin», e indica una fuerte relación con todos los aspectos yin de
nuestro ser, compuesto por facetas yin y yang indisociables. El yin concierne a todo lo que se halla en el interior, escondido en la profundidad, al corazón de la vida que late en nosotros. Teniendo en cuenta los aspectos yang que se manifiestan en un organismo vivo, tomemos el ejemplo de una semilla. Su faceta yin es la que acoge, envuelve y protege a la fuerza invisible yang, presente también en la simiente, y cuya función es impulsar el desarrollo completo de los seres vivos. El símbolo del yin más sencillo de todos consiste en una línea partida (- -), un trazo abierto que sugiere la imagen de una puerta. Esto parece expresar que la vida se escapa poco a poco a través del huiyin, que nuestra existencia agota su tiempo progresivamente consumiendo la energía hereditaria, yuan qi . Esta idea o creencia se encuentra tan arraigada en China que ha dado lugar al nacimiento de numerosas prácticas de alquimia orientadas hacia la longevidad mediante el control de la puerta perineal. La duración de nuestra existencia dependerá de las costumbres que tengamos y del buen o mal uso que hagamos de nuestra energía. Con los malos hábitos la fuerza vital puede escaparse. Este temor también se halla enraizado en occidente, como expresa un dicho popular francés: «Es peligroso quemar la vela por l os dos lados». El hombre superior controla y conserva cerrada esta puerta o gua. Una artista brasileña de los años 50 mundialmente conocida, Lygia Clark, invitaba al espectador a participar de manera activa en sus obras, que giraban en torno al tacto. Después, siguiendo su camino personal, llegó a ser una eficaz terapeuta. Hija de un chamán, creó un arte que en la actualidad se utiliza todavía en los hospitales de su país. Para esta mujer curandera, artista experimentadora y pionera del tacto, la zona perineal contenía una dimensión infinita y esencial, ya fuese considerada por separado o de forma unificada.
Para realizar los ejercicios tradicionales de Yoga o Qigong asociados al huiyin es necesario desarrollar previamente una escucha atenta y una sensibilización consciente de la zona. Una vez logrado esto, podemos jugar con la relajación y la contracción del perineo, ya sea a través de una intención mental o una acción física. De esta manera es posible retener la energía que p ercibimos
y una vez acumulada, orientarla y difundirla. En la mayoría de los métodos, tengan o no relación directa con la respiración, se propone la visualización de situar un sol en la zona, que puede ascender por la profundidad del cuerpo y llegar eventualmente hasta el punto baihui , situado en la cima de la cabeza. Esto genera una sensación interior de plenitud que nutre nuestra vitalidad, y de eso puede deducirse con facilidad que la fuga de energía que se produce a través de la puerta abierta del huiyin, nos acerca a la muerte. A pesar de ello, vemos que algunos ejercicios incluyen la posibilidad de un movimiento interior que desciende hacia las piernas y entonces, como resultado, la energía del practicante se pierde. Cuando la energía ascendente se acumula, si no existe una circulación de retorno o una relajación, esta acumulación puede resultar nociva para la salud física (hipertensión) y psíquica (delirios, alucinaciones). Por eso no aconsejamos practicar este tipo de ejercicios en solitario o siguiendo un manual, sin estar bajo la supervisión de un profesor experimentado. En las prácticas corporales cerrar el punto huiyin presenta la ventaja de soldar la parte baja del cuerpo hasta las piernas, y cerrar la puerta/arco o gua en chino. YONG QUAN
Yongquan puede traducirse como «fuente que brota» Es el primer punto del meridiano asociado al Riñón. La cualidad de este canal es shaoyin, es decir, que circula por los territorios más internos del cuerpo, en el corazón del ser energético humano, de ahí su importancia. Anatómicamente este meridiano comienza en la planta del pie. Como veremos un poco más adelante, en occidente tendemos a ser bastante negligentes en cuanto al pie, porque no solemos considerar la importancia justa que tiene en la globalidad del ser humano. La bóveda plantar, conocida por muchos, es el arco grande que va desde la parte delantera del pie hacia atrás. Este arco se encuentra hundido en las personas que tienen los pies planos y se acentúa demasiado debido a la rigidez en los casos de pies cavos.
Tenemos otro arco menos conocido que la bóveda plantar y más reducido, que atraviesa la parte delantera de la planta del pie en el plano frontal, siguiendo una línea que va desde el dedo gordo hasta el pequeño. El punto Yongquan está situado en el centro d e ese arco. En la postura de bipedestación, Yongquan es el área primaria de nuestro contacto con la tierra, y con esto nos referimos a un contacto energético particular. Muchas veces traducimos el significado de este punto como la fuente o el manantial que brota. Esta denominación precisa muestra que es un
lugar donde existe un movimiento interno invisible que empuja hacia arriba. Con independencia de nuestra voluntad, algo sube desde la tierra, una fuerza Yin. Sin embargo, podemos hacernos responsables del chorro de esta fuente uniendo los dos arcos del pie mediante una fuerza de naturaleza Yang, es decir, activa. Cuando la energía Yang celeste baja de manera correcta a través del cuerpo, podemos equilibrar el apoyo de los dedos de los pies sobre el suelo para construir el pequeño arco. De esta forma es posible repartir equilibradamente el peso entre la p arte delantera y trasera del pie y activar la elevación de la bóveda plantar, el gran arco.
Los ejercicios de tuishou o empuje de manos se sirven de nuestras habilidades al tiempo que ayudan a desarrollarlas. Una de ellas es el enraizamiento, que conlleva la capacidad de conectars e al suelo. La orientación de la fuerza mental hacia el adversario y hacia el suelo en acciones como empujar o tirar, produce una expansión dentro del cuerpo que lo irriga y fortalece, llenándolo de Qi. Entonces, el pie se apoya perfectamente en la tierra como si estuviera pegado. Pero en este tipo de apoyo el pie no se hunde o se fija, sino que a través de la relajación del pequeño y gran arco aseguramos una conexión viva con el suelo capaz de adaptarse tanto a los cambios como a las distintas orientaciones que adoptan las presiones. Idealmente, el punto Yongquan no debe tocar el suelo al caminar descalzos y esto sucede cuando los arcos del pie se encuentran bien equilibrados. ¡Que las personas con los pies planos no se sientan mal al leer nuestro artículo! Uno puede vivir muy bien de una forma distinta a la de la norma general. Sin embargo, el apoyo estable del pie en el suelo es uno de los elementos que construyen la confianza en uno mismo o al menos una sensación de seguridad y equilibrio físico.
Un vínculo de causa y efecto Hemos constatado que la mayor parte de las personas con los pies planos o cavos pueden sentir, de una forma más o menos inconsciente, un desequilibrio interno acentuado. Con esto no queremos decir que sean personas desequilibradas, sino más bien señalar que estas anomalías en la configuración de los arcos del pie pueden producir un sentimiento de inestabilidad física. Esta sensación les distingue de los demás y les orienta hacia una psicología ligeramente distinta. Su
inestabilidad les induce al movimiento de manera imaginaria, pues se balancean y luchan contra este balanceo. En ocasiones este hecho repercute de tal forma en la psicología del individuo que puede llevarle incluso a emprender el camino de la búsqueda espiritual. LAOGONG
Laogong (MC8) es un punto de acupuntura perteneciente al meridiano del Maestro del Corazón.
Se encuentra situado en la palma de la mano, cerca de la base del dedo anular. En el campo del Qigong el Laogong engloba una zona circular más amplia localizada en la palma de la mano, que abarca los puntos de acupuntura 7 y 8 del canal energético Maestro del Corazón. La traducción literal de Laogong puede ser «palacio del trabajo». El sentido de este gong nos acerca a la noción presente en el Qigong de obra artesanal bien acabada, de trabajo manual y pericia. El valor del trabajo manual, expresión práctica de la int eligencia humana, se encuentra aquí resaltado por la asociación del término gong con lao. Su significado es palacio, centro de residencia del emperador o bien, según la visión tradicional china, centro del mundo. China se autoproclamaba «el Imperio del Centro» y su centro físico era el palacio del emperador. En la lengua popular francesa se expresa una concordancia de la mano con esta idea de palacio del trabajo, pero por una vía opuesta, en la expresión «no mover ni un dedo», cuando la pereza provoca una parálisis del impulso vital y obstruye toda posibilidad de realización. Este meridiano es conocido también como constrictor del corazón y pericardio. En la medicina tradicional china, este canal energético tiene la función de proteger al corazón en su calidad de órgano y también a la persona, considerándolo como centro espiritual. El Maestro del Corazón tiene la misma función que la guardia cercana al emperador y sus consejeros privados, es decir, crear un entorno que le mantenga protegido. Así, el pericardio juega el papel de guardián de la puerta del emperador. En relación con esta imagen extraída de la antigua civilización china, la función de este meridiano consiste en administrar, en un sentido psicológico, el flujo de todo lo que viene al encuentro de nuestro corazón y nuestra alma. Dentro de la multitud de estímulos que nos llegan, hay algunos que son positivos y otros que no. El papel del guardián es seleccionar y autorizar solamente los elementos que son positivos para nosotros. Como defensor de nuestro corazón este s istema orgánico es de una importancia vital y cuando se encuentra desbordado entramos en un estado de confusión emocional y/o psíquica. Desde un punto de vista más fisiológico, este canal protege al órgano del corazón y a toda nuestra esfera cardiaca. Por eso se encuentra implicado en los infartos de miocardio, ya que es responsable del buen funcionamiento venoso y arterial existente alrededor del corazón. La sensibilidad particularmente fina que posee la mano humana se encuentra localizada alrededor de la zona de Laogong. Podemos considerar este punto como el eje de una rueda alrededor del cual convergen siete radios: los cinco dedos y los dos huesos del antebrazo, el cúbito y el radio.
Este centro sensible es un palacio abierto, una puerta que puede batir en ambos sentidos. A nivel energético este mecanismo funciona como una bomba que por un lado recibe y aspira la energía y, acelerando su movimiento, la restituye y reenvía. En la tradición del Qigong podemos encontrar numerosos ejercicios de bombeo en los que se utiliza la apertura y cierre de ciertas zonas o guas. En las artes marciales chinas tanto externas como internas se aplica este tipo de ejercicios del Qigong. Por ejemplo, dentro del Boxeo de los Ocho Trigramas o Baguazhang, a veces ejecutamos este movimiento particular de bombeo durante la práctica de las ocho palmas principales. De esta forma podemos sentir el universo y también a un oponente, puesto que se trata de un arte marcial, para emitir energía en su contra o golpearle con mayor intensidad. QIHAI
Podemos traducir literalmente el término hai por océano o mar. El significado de qi es difícil de interpretar con precisión en las lenguas occidentales. Representa algo que podemos sentir con todo el ser, pero no con un sentido particular ni tampoco a través del razonamiento cartesiano. A menudo Qi se traduce por energía y a veces por aliento, pero esta aproximación da lugar a conceptos erróneos si nos quedamos en el plano intelectual. Es tan habitual hablar del qi c omo energía, que una nebulosa vaporosa y artística envuelve a este término. Mis tr einta años de investigaciones prácticas al respecto me han enseñado que, muy a menudo, cada uno entiende lo que él cree ver en el qi, sin percibir que su interlocutor le atribuye un sentido muy p ersonal y con frecuencia diferente. En esto reside la dificultad del uso de la palabra qi. El qi es inaprensible, mutable, instantáneo. Es el aliento de vida que nos anima, pero que también
impregna de otra forma las cosas inanimadas. Para evitar las confusiones en mis clases tiendo a utilizar más bien poco de este término. Pero, ya veis, escribo sobre ello, ¡así que no hay elección! Si se afirma que qihai quiere decir “océano de aliento vital”, entonces, este lugar o zona es una inmensa reserva de vida, de aliento vital. El aliento vital no se reconoce como una experiencia objetiva y científica. En cambio, como vivencia íntima individual puede captarse o percibirse como una sensación real aunque variable. Dentro del contexto subjetivo de la experiencia individual podemos hablar del aliento vital de manera seria, objetiva y precisa. Para eso no hace falta ser un experto en disciplina oriental, sólo es necesario ser honesto, sincero y estar atento, concentrado. Sin concentración no es posible percibir la sensación de qi. No estamos hablando de concentración mental, sino de un estado natural de presencia. En Japón a menudo se utiliza el término tanden y en China dantian, confundiendo estos crisoles alquímicos con el punto Qihai, que es una parte neurálgica importante, el corazón. Tanden ydantian son simplificaciones del calentador inferior. En la imaginería taoísta existen tres calentadores principales, que están situados en el vientre, el tórax y el pecho. Estos calentadores son a su vez tres dantian, y también existen otros centros en el cuerpo que no están asociados al triple calentador, sino que son lugares donde un vacío particular puede almacenar ciertas energías. El dantian también se confunde popularmente con el Hara, que en japonés significa sencillamente “vientre”. Graaf Durkheim dió a conocer el hara en occidente a través de un libro emblemático sobre la cultura tradicional japonesa que se publicó hace cincuenta años. Según Itsuo Tsuda, uno de mis formadores japoneses ya fallecido, aunque no es posible introducir el punto Qihai en una probeta de experimento científico, sí puede ser testado. Presionando sobre él podemos tener una idea del estado de funcionamiento del dantian. Este punto se sitúa dos o tres dedos por debajo del ombligo, hacia el interior más que en la superficie del cuerpo. Si presionamos sobre él y el vientre devuelve el empuje como un balón de fútbol bien hinchado, es que gozamos de una buena salud. Si en este punto el vientre no rebota ante la presión, entonces es que alguna cosa no marcha bien en el equilibrio de la persona, o bien se encuentra ya enferma, o lo va a estar con bastante rapidez.
El budismo zen japonés propone unir las manos delante del bajo vientre presionando el punto Qihai. Numerosas esculturas orientales de Buda nos presentan un personaje obeso y guasón. El vientre es sagrado. El célebre creador del Aikido, Morihei Ueshiba decía: “Si me atacas, atacas al universo. No puedes ganar al universo”. Y añadía: “Todas las mañanas introduzco el universo en mi vientre”. Yo testé personalmente en una ocasión esta forma de ser y su eficacia.
En el Japón tradicional la concepción del mundo es "ventrocéntrica" y sin embargo, en occidente, es "cerebrocéntrica". Estas dos formas de concebir al mundo son fuertes y cada una tiene su armonía y sus desviaciones. “Tener corazón en el vientre” y “tenerlo en las tripas” son dos
expresiones populares francesas que reflejan la posibilidad del ventrocentrismo. No solamente los orientales tienen acceso a este aspecto poderoso y natural de la existencia humana. Todos poseemos el mismo poder interior, sea cual sea nuestra cultura o nuestra raza. Toda sensación de plenitud del ser, que podríamos equiparar con un estado de bienestar, pasa por una fuerte sensación en el vientre. Me atreveré a decir que una puesta de sol o un arco iris son hermosos cuando se perciben “con el vientre”. El vientre no tiene ojos, pero en él resuena nuestra alegría de vivir. Aunque en la moda actual los cuerpos sean esbeltos a nivel de la cintura encontramos generalmente muy estéticas las pinturas eróticas orientales. Desde Persia hasta China, pasando por Japón, estos pequeños vientres redondeados de hombres y mujeres desnudos nos recuerdan intensamente la naturalidad de un bebé de vientre regordete. El proceso de gestación del feto en el vientre materno guarda una proximidad manifiesta con en el punto Qihai. Rara vez tomamos la decisión de concebir un hijo de manera intelectual. Aunque los gobiernos europeos deciden tomar medidas fiscales y sociales en favor de la natalidad, los resultados no están a la altura de las esperanzas ligadas a los fondos financieros o a las acciones puestas en marcha. Por regla general las decisiones importantes que tomamos en la vida no son intelectuales. Pensamos antes y después, pero lo que nos hace decidirnos es la sensación que tenemos. Si la
reserva energética del punto Qihai es escasa o débil, ¿cómo podemos decidir con vigor? ¿Cómo podemos emprender un proceso que implica determinación, entusiasmo, impulso solidario o coraje? Por esto los practicantes de artes marciales se inician de forma progresiva en la toma instantánea de decisiones. En las artes marciales tradicionales provenientes de Japón, aprender a concentrarse en el Qihai es una práctica común para desconectar el aspecto cerebrocéntrico de nuestro ser. En las artes marciales que vienen de China se suele llevar más la atención al dantianinferior. Una progresión en estos ejercicios mantenida en el tiempo conduce al practicante al uso de todos los dantian. De este modo se favorece que el alumno pueda alcanzar una eclosión espiritual.
En la formación teatral europea y también en el canto a veces se utiliza un ejercicio básico sobre el punto Qihai, que voy a describir de manera breve más adelante. Con frecuencia este método cae en el olvido tras ejercitarlo algunos años, como ocurre con las prácticas básicas. Con el tiempo nuestra concentración se debilita al repetir lo que ya conocemos. Sin embargo, en la capacidad de renovar nuestro interés por lo sencillo se encuentran las claves para encontrar la profundidad de numerosas prácticas, así como la alegría de la vida en lo cotidiano. Como pedagogo he constatado el éxito que ha supuesto retomar atentamente ciertas prácticas básicas con los practicantes más avanzados.
Ejercicio de cultivo del qi en Qihai La concentración sobre Qihai es un requisito indispensable para obtener una práctica enriquecida en todos los campos de las disciplinas asiáticas, desde las artes corporales hasta la caligrafía. La utilizaremos durante todo el ejercicio. Comenzamos por localizar este punto presionando con los dedos debajo del ombligo. Hecho esto, retirar la mano para percibirlo con la mente: concéntrate en la zona de Qihai. A continuación la concentración pasa a ser una fusión de pensamiento y de sensación en este punto. Además incorporamos a esta fusión el aliento, la r espiración externa. Cuando profundizamos más todavía es necesario fundir nuestro ser con este punto. El pensamiento se detiene y ya no hay mucho más que escribir a continuación, aunque pasan muchas muchas cosas... Todavía surge una pregunta: ¿podemos sobrepasar los límites de nuestra consciencia para ir más lejos? Entramos entonces en el terreno espiritual.
MING MEN
Este punto virtual de acupuntura se encuentra situado entre los dos riñones y es el único que no podemos pinchar de ninguna forma debido a su localización. Es el cuarto punto del meridiano maravilloso Vaso Gobernador. Este canal asciende por la parte posterior del cuerpo a lo largo de la columna vertebral, siguiendo su recorrido hasta la cima del cráneo. Después pasa por el centro de la cara hasta alcanzar la boca. Este meridiano organiza la estructura Yang de las funciones del ser humano. Con este punto entramos en una materia fundamentalmente alquímica, ¡seguid el recorrido!
¿Es un punto real o virtual? Si tuviéramos que alcanzarlo con una aguja de acupuntura pinchando desde la parte delantera del cuerpo, perforaríamos los órganos, y desde atrás, tendríamos que atravesar la columna vertebral. Esta situación impide cualquier aproximación física y material. De hecho sólo podemos actuar sobre él a través de la intención. Esto lo sabe llevar a cabo un buen practicante de Qigong, que puede utilizar su voluntad (Yi) para estimular Ming Men. Ming Men se traduce muy a menudo como la puerta del destino, y aún tendríamos que ponernos de acuerdo acerca del sentido que le damos a “puerta” y a “destino”. A menudo se dice que los
orientales son fatalistas, porque piensan que su vida y su destino se encuentran escritos de manera inamovible, y que no existe forma de cambiar lo que uno es. Por este motivo se abandonan a la vida y no hacen nada para conseguir que evolucione. Esta imagen no representa una verdad o realidad consecuente. La realidad de los asiáticos no se corresponde con la idea fatalista con la que los occidentales les han caricaturizado. Creo que están impulsados por deseos y pasiones que les gustaría alcanzar. Ellos también sueñan y participan en la transformación de sus propias vidas y del mundo.
El destino, un mandato celeste El destino para un chino es un mandato otorgado por el Cielo para que se realicen ciertas acciones en la vida. Es como un proyecto espiritual del Cielo que está relacionado con nuestra existencia humana individual. Este Cielo chino tenemos que concebirlo como una experiencia espiritual pero también pragmática, realista y material, sentida y vivida en la realidad y, por tanto, cotidiana.
Erraremos demasiado si consideramos el Cielo de los chinos como una ilusión o una creencia. Sí que hay un aspecto mágico presente, pero se superpone y se funde con un aspecto terrestre prosaico e inmediatamente perceptible. Los chinos tradicionalistas se adhieren a la idea de una dur ación del tiempo de vida programada y limitada. Esto no excluye la posibilidad de abreviar nuestro paso sobre la tierra en función de nuestros actos, o que podamos prolongarlo al máximo. En las creencias más antiguas de la cultura tradicional china la concepción y el nacimiento de un individuo se corresponden con un proyecto celeste. Es en el Cielo donde se produce el encuentro y la alianza de las fuerzas que provienen de las líneas ancestrales de nuestros dos padres. Y entonces, sobre la Tierra, nuestros padres se unen para concebirnos, conscientemente o no, siguiendo los medios terrestres y animales que todo el mundo conoce. Ming Men es el punto clave que nos une a fuerzas ancestrales y celestes. Es el primer centro terrestre de nuestra vida, presente ya en el origen del desarrollo del feto. A lo largo de nuestra vida, a través de esa puerta y más o menos lentamente, se destila en nuestro cuerpo el Yuan Qi. El Yuan Qi es la energía hereditaria que permite mantener la vida y que se mezcla con otras energías o Qi procedentes de la alimentación y el aire. Por lo tanto, para los chinos el destino tiene un componente espiritual ligado a nuestro mandato celeste, y también un componente terrestre que es la energía heredada, concepto que coincide con el punto de vista de los científicos occidentales. Desde hace ya algunos años en occidente se dice que el ADN celular es el soporte terrestre de nuestra herencia. Las últimas investigaciones científicas prosiguen, nuestro saber se abre ahora bastante más allá de la doble hélice de ADN hacia un mundo de conocimiento en el que el ADN mitocondrial parece sostener también una parte de nuestra herencia. Esperamos conocer más al respecto gracias a los descubrimientos de la ciencia. En relación a la herencia, desde el punto de vista práctico, durante los siglos pasados los occidentales se vieron obligados a contentarse con el hecho de constatar que la herencia existe, sin tener otra posibilidad que someterse, admitirla y experimentarla. En cuanto al destino, pensaban que era cosa de Dios. La ciencia, a pesar de todos sus esfuerzos, no tiene un gr an control
sobre el aspecto material de las taras hereditarias. No sabemos a dónde conducirán las investigaciones genéticas o sobre el embrión en aplicaciones médicas en materia de enfermedades congénitas. ¡La clonación y la investigación genética podrían en un futuro permitir modificar la herencia y los talentos de un individuo! Aunque resulta comprensible que el humano se entregue a tales investigaciones, son muchos los que se plantean: estos estudios ¿al servicio de qué poder están? Desde hace mucho tiempo en China se propone una búsqueda personal e introspectiva a t ravés del pensamiento, las sensaciones y la concentración del espíritu sobre el punto Ming Men. Este tipo de camino personal introspectivo se ha clasificado recientemente dentro de la categoría de los Qigong espirituales. Estas prácticas ¿se aproximan, de alguna manera, a la búsqueda en la que los monjes Zen piden ver el rostro que tenían antes de que sus padres se encontraran? Percibo aquí un camino y una búsqueda común. Este camino experimental individual está siempre de actual idad para los apasionados. Los buscadores en este campo no tienen resultados que publicar ni que comunicar. Son una suerte de alquimistas que adquieren el conocimiento por sí mismos. Todo acupuntor tradicionalista está llamado a reflexionar sobre esto, ya que la enseñanza que recibe insiste sobre el punto Ming Men y, por las razones que hemos explicado anteriormente, ¡nunca podrá pincharlo! Decenas de generaciones sucesivas de acupuntores han sido formadas así. Algunos han dejado pistas para los buscadores de la verdad y también técnicas terapéuticas para tratar las enfermedades hereditarias. Existen recetas ancestrales para corregir algunos de los “errores de la naturaleza” a través de masajes intensivos sobre los neonatos, por ejemplo. La medicina c hina, l a
ayurvédica y tibetana proponen esta clase de masajes prácticamente desconocidos, ya que son muy pocos los que saben ejecutarlos. Resulta imprescindible que este tipo de masajes se realice cotidianamente durante varios años.
Ming Men plantea también la cuestión del talento, del por qué hemos nacido y para qué estamos dotados o predestinados. Aquél que encuentra su talento, su camino, colma s u destino. Ming Men plantea la cuestión del éxito personal. Todos nosotros elegimos y en el fondo no sabemos cómo. ¿Es a través de la reflexión, como se proclama hoy día en occidente? ¿Es por el sesgo de las emociones como se pensaba en la Grecia antigua? ¿Es por el vientre en asociación con Qi Hai y Ming Men, o por el Hara o vientre como pensaban los japoneses tradicionalistas? La visión japonesa que sitúa el vientre como centro del ser ha sido corroborada por numerosos investigadores científicos occidentales que han sido ignorados. Su opinión no ha encontrado ningún eco público y tampoco se les ha sostenido financieramente en sus investigaciones. Hace unos cincuenta años se descubrió que el pensamiento no puede organizarse sin una sensación corporal o muscular, entre otras. Pensar supone contraer ciertos músculos de forma rítmica, de manera tan sutil que es casi imperceptible. Se ha demostrado que las emociones son en un principio percibidas, durante un lapso corto de tiempo, como sensaciones vividas en los órganos digestivos, en los pulmones o en la vejiga. A partir del campo de emociones de nuestras entrañas, organizamos una representación emocional de nuestro lugar en la sociedad humana y en cada situación concreta más que inmediata. Para terminar, se han descubierto neuronas en el vientre reunidas en islotes y lo que es desconcertante, ¡en mayor número que en el cerebro! En cuanto a la función precisa de este sistema nervioso ventral, está aún por descubrir. Podemos comprender mejor por qué los japoneses han podido llegar a creer que pensamos con el vientre. Aunque no ha sido demostrado científicamente, la enseñanza tradicional japonesa atribuye al punto Qi Hai del vientre una función de focalización o de reunión, de células nerviosas esparcidas por este sistema nervioso ventral. El punto Ming Men (koshi en japonés) ligado a los riñones abriría el paso a la acción instintiva que se deriva de este sistema de células nerviosas.
La puerta Si Ming es el destino, a la vez escrito y por escribir, Men es la puerta. Una puerta se atraviesa en los dos sentidos. Hacia nuestra vida se vierte cotidianamente el Qi hereditario, pero con n uestra voluntad y concentración podemos atravesar esa puerta en sentido contrario y así, mediante sensaciones descubrimos... ¡misterios! En la práctica de las artes marciales la movilidad relacionada con la zona de los riñones, de las cinco vértebras lumbares, permite los cambios de dirección. La zona lumbar o koshi se siente como un conjunto unido que permite orientarse y cambiar de dirección. El koshi permite aplicar las decisiones instintivas que tomamos desde el hara. Más allá de la t écnica, el aspecto instintivo, importante en todas las prácticas marciales, abre las puertas del Ar te y de la dimensión del conocimiento espiritual. Cuando dos oponentes se enfrentan y sus niveles de conocimiento instintivo y espiritual son muy diferentes, uno de ellos comienza a interactuar como si conociese los pensamientos y las
intenciones del otro, ataca y se detiene anticipándose a los pensamientos del adversario. He utilizado los términos “pensamientos” e “intención”, pero son un poco inadecuados pues en estas
circunstancias las cosas suceden tan deprisa que nada pasa en el nivel consciente. La conciencia constata lo ocurrido después del golpe.
Todo esto no se llega a producir cuando los practicantes son principiantes y no han dejado su conciencia ordinaria en el vestuario, o cuando su nivel o talento son parecidos. El combate parece entonces más confuso. La libertad energética y la relación entre los puntos Ming Men y Qi Hai abre el campo de la práctica. El eje que une estos puntos, atraviesa el vientre por debajo del ombligo hasta llegar a los riñones, relaciona a la vez la sensibilidad y la acción, el pasado y el presente. Mi experiencia como practicante de Qigong a menudo me ha conducido por caminos sorprendentes. Sin estar particularmente iluminado, siendo de cultura occidental y científica, de espíritu abierto, a pesar de todas mis prácticas y sin buscarlo, nunca había tenido visiones o muy raramente. Pero un día, en el transcurso de una práctica relacionada con Ming Men, vi un anillo de fuego atravesándome para entrar en... ¿mis riñones? Esta experiencia modificó radicalmente mi manera de encarar la energía hereditaria y las funciones del punto Ming Men. En ese momento me di cuenta de que podía atravesarse una puerta en los dos sentidos, y de que si por el punto Ming Men se destila la energía hereditaria como algo que viene hasta mí o a mi vida, uno puede también intentar atravesar la puerta en sentido contrario e ir hacia su historia personal, muy lejos... Después, de la percepción que tuve de mi mismo mi ego se había transformado. Y aún sigo sorprendido. No tengo que convencer a nadie, cada uno tiene sus propias experiencias.
Traducción al español: Mayte Foulquié
George Saby lleva más de treinta años practicando y enseñando artes marciales internas, entre ellas Taijiquan de los estilos Yang antiguo, Chen y Wu, Bagua Zhang estilo Jiang Rong Jiao y Cao Yi Shen, y diferentes técnicas de Qigong. Además es terapeuta de Shiatsu Iokai y masaje chino Tui
Na.
[email protected]
NOTAS: 1) Punto Baihui, ver el nº 15 de Tai Chi Chuan, artes y estilos internos. 2) Ver el nº 19 de Tai Chi Chuan, artes y estilos internos.
Tomado de: www.taichichuan.es